camas baena, victoriano. la transcripción en historia oral. historia y antropología y fuentes...
TRANSCRIPT
LA TRANSCRIPCIÓN EN HISTORIA ORAL: PARA UN )DELO «VIVO» DEL PASO DE LO ORAL A LO ESRITO
mano Camas Buena (Investigador Principal)
icio García Borrego (Transcriptor Colaborador)
1 INTRODUCCIÓN
El presente artículo es el resultado de una ampliación de la comunicación pre
sentada en el IX Congreso Internacional de Historia Oral (Góteborg, Junio, 1996) ,
> objetivo principal era plantear la necesidad de profundizar en lo elaborado
- asta el momen to al respecto de los criterios de transcripción en Historia Oral. En
i propuesta que aquí se hace, 1 tales criterios han de considerarse desde dos niveles
:.c reflexión:
a) El metodológico, argumentando de forma coherente los dispositivos y berra-
utas empleadas en el complejo proceso de transformación de lo oral en lo es
crito;
b) El teórico, especificando los modelos y posicionamientos que subyacen a
hos dispositivos metodológicos.
Si partimos de la consideración de que el lenguaje oral y el lenguaje escrito son
dos sistemas paralelos con autonomía relativa y estructuras específicas (Willems,
I Producto de la Tesis Doctoral en curso «Identidad jornalera y cultura del trabajo en el
olivar de Bujalance (La Historia Oral como espacio interdisciplinar en la investigación
ni)», proyecto organizado en base a tres áreas de trabajo complementarias:
Desarrollo epistemológico y metodológico sobre la validez de la perspectiva biográfica
Bertaux, 1981) y la Historia Oral en la investigación social, así como de su carácter interdis
ciplinar.
3> Elaboración de un modelo integrado de investigación (Conde, 1990) que combine méto-
j is de perspectiva biográfica (historias de vida, documentos personales, fotografías, etc.) con
otros procederes de la investigación cualitativa (observación participante, grupos de discu
sión, grupos triangulares, etc.) y cuantitativa (fuentes documentales secundarias, etc.).
Estudio de un contexto social concreto: Bujalance (Córdoba), comunidad rural del mono
cultivo olivarero andaluz, a partir de las dimensiones socioestructurales y sociosimbólicas
que caracterizan la cultura del trabajo de los jornaleros bujalanceños en el devenir del siglo
XX.
Historia, Antropología y Fuentes Orales, 2, 18, 1997
Victoriano Camas Bena
2. «En los manuales de técnicas de investigación social se suele designar como 'recogida'
(o 'recolección') de datos: designación engañosa en los dos términos. Ambos sugieren que
la observación es mero reflejo de algo que le es anterior y exterior, cuando es una inter
vención que modifica lo observado y produce como resultado de esa modificación un fenó
meno que no es siquiera el 'dato ', pues el 'dato' es sólo el registro escritural de ese fenóme
no. La observación es un proceso de producción de datos. Queda planteado el problema de
la relación entre lo que había antes y lo que es producido por el proceso de observación,
entre la cosa y el fenómeno. Es la aplicación a este nivel del principio de incertidumbre».
(Ibáñez, 1979: 38).
3. Puede verse un desarrollo más detallado de la relación praxiológica y teórica entre la técni
ca de la observación participante y las técnicas de las historias de vida en Camas, ver, Nuevas
perspectivas en la Observación Participante. Actas del V Congreso Nacional de Sociología
(Granada, 28-30 de Septiembre, 1995).
1989) , y admitimos la práctica imposibilidad de realizar transcripciones «objetiva
mente literales» (Bourdieu, 1993) , proponemos un modelo de transcripción que
no queda en el simple acto mecánico de registrar de forma escrita (Ibáñez, 1979)
los datos producidos en las entrevistas para su posterior análisis. Dicho modelo
incorpora varios criterios que, unidos al Diario del Transcriptor c o m o recurso
metodológico innovador (introducción del transcriptor c o m o «tercero instruido»,
en términos de Serres) , intentan una aproximación mediadora entre ambos len
guajes respetando - e n la medida de lo pos ib le - los rasgos peculiares de las histo
rias de vida: entrevista como proceso comunicativo en una situación de interac
ción personal en la que las actuaciones de los actores implicados se ajustan a un
fin discursivo: producir una narración biográfica aprovechable con fines de inves
tigación social.
2. MARCO PREVIO
Con el objeto de contextualizar las líneas básicas del modelo de transcripción
propuesto, se presenta a continuación una breve descripción de la investigación den
tro de la cual hay que incluir dicha propuesta metodológica. De modo muy resumi
do, la tesis aludida en la nota 1 se estructura en base a cinco niveles de escritura o,
mejor dicho, en cinco esferas de producción-' de información que intentan poner
de manifiesto las distintas aproximaciones que sobre el objeto de estudio se están
llevando a cabo:
2.1. Diario de Campo «global» de las estancias en Bujalance, producto de la obser
vación-participante5
Impres iones del pueblo , paisajes naturales y humanos , el pulso de la vida
cotidiana, luces y olores , las distintas épocas del ciclo anual, espacios y t iempos
del trabajo, el paro forzoso, el oc io . Formas y tonos del habla, modos de nom
brarse y nombrar, el mundo de la política, la religión, la escuela, e tc . El p roceso
La transcripción en historia oral
~t construcción de la red de colaboradores, contac tos e informantes. Por último,
cómo repercute la investigación en la comunidad ob je to de estudio, dado que
reviene en acción que modifica el ser y el estar del ob je to o los sujetos investi
gados.
- - Diario de Campo de la fase de realización de las entrevistas
a) Modos en los que se establecen los contactos con los informantes, c ó m o se
-¿.miza el esquema de cada entrevista, impresiones y datos importantes a tener en
cuenta: contexto general y concreto en el que ésta se enmarca, etc.
b) Una vez realizada la entrevista, se procederá a la anotación de aspectos rela-
;:onados con la forma en que se ha desarrollado: anotaciones sobre los «discursos»
; a e no puede recoger la grabadora: ambiente, marco espacial, gestos, miradas, len-
f -a je del cuerpo, etc.
c) Por último, elaboración descriptivo-analítica de c ó m o se ha llevado a cabo
trevista c o m o proceso dialógico: modos de desenvolverse del entrevistado/a,
los del entrevistador y de la relación que se ha establecido entre ambos; impre-
es de los temas que han surgido en la conversación, su interés para el análi
sis y otros posibles temas o esferas para continuar tratando en próximas entre
vistas.
La escritura durante la transcripción
En cuanto a «cantidad» de escritura, esta etapa puede parecer poco importante
omparamos con los demás niveles de producción de la información. Sin embar-
; :>. cobra especial relevancia por cuanto quizá supone el aspecto más delicado y sig
nificativo de la investigación basada en las historias de vida: el paso de lo oral a lo
escrito, proceso que requiere un esfuerzo de calidad y fidelidad en los modos de
¿icha transformación (modulaciones del habla, tonos, énfasis en la expresión, len
guaje explícito y metalenguajes, e tc . ) .
Hay que añadir además, el diario del transcriptor donde se anotan sus propias
impresiones, sirviendo el mismo método usado para transcribir la entrevista. Así, por
emplo, se anotan impresiones sobre el desarrollo general de la entrevista, modos
de desenvolverse del entrevistado y del entrevistador, relación que se establece entre
ambos, temáticas tratadas y su interés para el análisis; así c o m o otros aspectos y temas
retomar en próximas entrevistas.
2 4. Diario del Investigador
Éste intenta mostrar al investigador c o m o sujeto en proceso (Ibáñez, 1985: 22
passim) dentro de la propia investigación. El investigador se toma a sí mismo, y a sus
reflexiones y acciones c o m o otro sujeto-objeto de análisis. Este desvelamiento de la
-caja negra» de la investigación, este ir quitando sucesivas capas de la «muñeca rusa»
que es el proceso investigador, puede nombrarse c o m o la propia «historia de vida
del investigador durante la investigación».
Victoriano Camas Bena
2.5- Diario de la Investigación
Estrictamente, vendría a suponer la escritura global de la investigación. Aquí han
de fundirse en un cuerpo común los cuatro niveles de escritura precedentes con otra
serie de escrituras procedentes de datos secundarios relacionados con Bujalance
(históricos, económicos , estadísticos, culturales, artísticos, e tc . ) , así c o m o los de
orden teórico y metodológico que aporta la perspectiva biográfica.
3. C P J T E P J O S DE TRANSCRIPCIÓN
Los criterios para la transcripción, son factores de importancia clave, no sólo en
la elaboración de un dispositivo metodológico coherente para el proceso de trans
formación de lo oral en lo escrito, sino también por las consecuencias que tienen en
la argumentación teórica que subyace en dicho dispositivo y, más ampliamente, en
la perspectiva biográfica, entendida ésta desde el modelo de análisis dialéctico de la
Comprensión Escénica (Marinas y Santamarina 1994) . Los aspectos básicos de dicho
modelo, así c o m o una propuesta desarrollada para operativizarla quedan gráfica
mente resumidos en los siguientes cuadros.
Modalidades de la producción/Interpretación de Historias de vida
(H° Oral) (Marinas y Santamarina, 1994)
PROCESO DE PRODUCCIÓN
¡i I * Positivista Dialéctica Interaccionista
(Abstracción enunciado) (Historia en sistema) (Abstracción enunciado)
Dimensiones
Socioestructural Sociosimbólica
(Posiciones) (Representación)
(Documento) (Conflicto) (Texto)
Estructural Escénica Hermenéutica
t i t PROCESO DE INTERPRETACIÓN
Perspectiva estru< turalista
1 i
Conservacionismo
\
Positivismo documental
• Relatos c o m o indicios ( tempo
rales, de sistema social, etc.)
• Relatos c o m o valor determinis
ta
• Interpretación mediante análisis
y saturación de un modelo que
dirige la recogida/producción de
tlatos.
• Método extensivo.
( A un prensión escencia
J Elementos y testigos del conflicto
Dialéctica
I • Relatos como historias construi
das en un sistema social especí
fico.
• Relatos a integrar en las redes
productivas/interactivas del sis
tema social de pertenencia.
• Integración de análisis estructu
ral (positivismo) y de análisis sim
bólico (interaccionismo).
• Interés en el análisis de la situa
ción de producción de los rela
tos (enunciación).
• Método extensivo/intensivo. Las
hipótesis se ponen al final.
P. Hermenéutica
l >
Marginación/Subculturas
Interaccionismo
I
• Rela tos- tex tos c o m o mater ial
interpretable en sí (no análisis
del contexto) .
• Análisis acotado a la s i tuación
específica de interacción.
• Objeto analítico: sentido oculto
del texto (dimensión sociosim-
bólica).
• Método intensivo.
Perspectiva dialéctica (comprensión escénica): contextos, contenidos y métodos
CONTEXTOS CONTENIDOS INFORMATIVOS DISPOSITIVOS METODOLÓGICOS OPERATrvTZACIÓN
CONTEXTO 1
(Entrevista)
• Formas de acuerdo y
cooperación.
• Entrevista c o m o situación
escénica: modos de
transmisión, escucha,
proceso dialógico, contexto,
etc.
• Dinámica conversacional.
• Diario del investigador. »
• Informe de entrevista. »
• Transcripción integral. »
• Diario del transcriptor. *
- Invest. c o m o sujeto en proceso
- Pretexto/texto/postexto
- Literalidad/dinámica
- Texto/postexto
CONTEXTO 2
(Escenas del
presente)
• Redes de relaciones sociales
del presente (contexto
general) desde las que se
reconstruye el pasado.
• Entrevistas en profundidad.
• Grupos de discusión.
• Grupos triangulares.
• Historias de vida.
• Observación participante.
Modelo integrado desde las
técnicas cualitativas
CONTEXTO 3
(Escenas del
pasado)
• Referentes biográficos y
sociales de los sujetos de
investigación.
• Historias de vida.
• Documentos personales.
• Historiografía general y local.
• Fuentes de datos secundarios.
Modelo integrado cualitativo/
cuantitativo
La transcripción en historia oral
3.1. El respeto a la literalidad
Lo primero a resaltar dentro de estos criterios es el exhaustivo respeto a la litera
lidad de lo hablado en la entrevista, es decir, que la transcripción responda real y fiel
mente a las peculiares características del habla de los actores de la entrevista. Literalidad
en cuanto al rasgo quizá más definidor del dialecto de los bujalanceños y de esa parte
de la Comarca cordobesa del Alto Guadalquivir: el Seseo. Aunque habría que matizar
que el sonido s no corresponde con exactitud al modo de expresión fonética de los
bujalanceños, ya que se trata de unas algo aspirada y, por tanto, más suavizada.
Del mismo modo, hay que señalar que el dialecto andaluz que se habla en el Alto
Guadalquivir cordobés elide la última consonante intervocálica cuando la vocal ante
rior está acentuada, independientemente de que dicha vocal sea fuerte - /i/, /u/-,
débil - /a/ , / o / - o semidébil - / e / - ) . El h e c h o de que escribamos marío con tilde y
casao sin ella no quita o pone acentuación a la manera de decir estas palabras (eso
sería una intromisión absurda y pretenciosa de la ortografía en la fonología, o sea,
del lenguaje escrito en el hablado), sino que intenta reproducir por escrito lo que
el lector no puede oír. Sólo si un lector nunca ha oído una palabra concreta puede
aprender c ó m o se pronuncia viéndola escrita. Las reglas de la tilde -mal llamadas de
acentuación- no nos enseñan a los hablantes a acentuar las palabras: hay idiomas,
como el euskera o el inglés, en los que no existen tildes, sin que por ello se dude de
cómo deben acentuarse las palabras. Por todo ello, me parece un recurso redundante
escribir «tó» con tilde, pues las palabras monosílabas que la llevan lo hacen para dife
renciarse de otras homófonas, no por una cuestión de superacentuación. De todos
modos, hay que reconocer que nos movemos en un terreno muy resbaladizo en el
que, para bien o para mal, no hay reglas fijas: una transcripción que quiera perma
necer más ligada a su origen oral que a su forma escrita no puede guiarse por la orto
grafía convencional, pues es sabido que la realidad (y el carácter popular del lenguaje,
frente a la concepción culta de la escritura, tiene mucho que ver con es to) siempre
desborda las reglas fijadas para enmarcarla. Mucho se puede aprender al respecto de
la Dialectología, aunque los asuntos tratados por este saber no sean propiamente del
orden de los que se nos plantean en el momento de la transcripción.
Dentro de las supresiones también se encuentran varios casos que deben men
cionarse. Es el caso de las contracciones tipo ma'n por me han,pa'rriba en lugar
de para arriba, y otros casos en los que desaparecen parte de las formas verbales
compuestas (Me casao por me he casado, e tc . ) , o la supresión total de la última con
sonante y vocal de palabras cortas {mu por muy, to por todo, na por nada, e tc . ) .
Por otro lado, como fenómeno opuesto a los de supresión y contracción, apa
rece la tendencia, a veces de modo permanente, a veces combinándose con la voca
lización «correcta» de la fonética del castellano, de añadir ciertas consonantes en pala
bras terminadas en vocal {asín por así) y otras de categorización más compleja tales
c o m o endespués por después, e tc . Otra variación fonética se produce en el cambio
o transposición de ciertas consonantes (especialmente las palatales) intervocálicas,
tipo armasen en lugar de almacén, arpargata por alpargata, etc.
Victoriano Camas Bena
Por último, y dejando constancia que éste no es sino un primer avance de la des
cripción de las peculiaridades del habla de los bujalanceños, hay que señalar otro
tipo de palabras también de difícil categorización en términos fonéticos. A modo de
enumeración valgan los casos: olovía por todavía, probé, por pobre, Rivilla por
Revilla, sernos por somos, e tc . ) . También ha de tenerse en cuenta la imposibilidad
de pasar al papel, a lo escrito, el peculiar tono y musicalidad de la forma de hablar
de Bujalance, tendente a marcar la entonación prolongando el sonido de las últimas
palabras de cada frase (qué t'apasaaao,y estooo, e tc . ) .
3.2. La dinámica de la conversación
Otro aspecto esencial del trabajo de la transcripción resulta de la más o menos
correcta delimitación de la dinámica de la conversación. En concreto, de aquellos
aspectos de la entrevista que no recoge la grabadora, o que, si los recoge, presentan
no obstante serias dificultades para ser plasmados en la escritura. Se presentan varios
casos:
3.2.1. Los silencios
El método de recoger los silencios que se producen durante la entrevista (méto
do que sólo es provisional) procura diferenciar entre dos tipos: a) aquellos silencios
breves, de duración difícilmente medióle, causados generalmente por las pausas del
propio discurso, por olvidos momentáneos, por cambios espontáneos en el hilo prin
cipal de la narración, etc. Este tipo de silencios se transcriben mediante la fórmula
de los puntos suspensivos, recurso habitual en las transcripciones. Tres puntos sus
pensivos que pueden ir seguidos de una coma, de dos puntos... según los criterios
normales de puntuación prosódica, y que pueden también indicar el final de la frase
o su interrupción, cuando surgen otros elementos en el discurso (en este caso, van,
también según los criterios corrientes, seguidos de mayúscula: aquí había una...
Pero que yo te digo); o que pueden también indicar la interrupción momentánea del
discurso por la intervención del otro/a, sin que esta intervención suponga un corte
en el hilo de la narración (que es retomada con otros puntos suspensivos): 4
-O SEA, USTED DOS DE FAMILIA...
-Dos hermanas...
-...,DOS HERMANAS.
Solamente dos, porque mi madre desía, sí, que..., pero yo (...)
b) silencios generados bien porque se termina lo que se quería decir, bien por
que no se responde a una pregunta con inmediatez o bien por cualquier otra causa.
4. El problema que se intenta resolver con este recurso de los puntos suspensivos a principio
de frase, que no forma parte de las reglas de puntuación habituales, es el de que la lecto-escri-
tura que, por su carácter forzosamente lineal, no puede reflejar muy bien los naturales enca
balgamientos que se producen en las conversaciones, más cuanto más dinámicas sean y más
emotividad se exprese en ellas.
La transcripción en historia oral
Se especifican c o m o anotaciones del transcriptor señalando el t iempo aproximado
que el silencio dura, así como una descripción sintética y analítica de los posibles
motivos que lo causan y las reacciones que provocan en los participantes en la entre
vista. Estos datos se recogen entre corchetes y en negrita.
3.2.2. Las risas
Del mismo modo que los silencios, la risa es un componente del discurso con
gran carga expresiva, que surge con frecuencia en el desarrollo de la entrevista. Se
señalarán entre corchetes y en negrita los distintos tipos de risa que vayan apare
ciendo en las conversaciones, quedando al criterio del transcriptor su contextuali-
zación y su especificación. Así, por ejemplo: risa provocada por el nerviosismo, risa
forzada, risa suave, carcajada, risa de complicidad, etc.
3.2.3. Palabras cortadas
Se respetan sin completarse, indicándose el corte mediante un guión (corte per
cibido c o m o más brusco: era un hijo dep-) o una coma (generalmente, titubeos: me
dio en la cab, cabeza).
3.2.4. Otros sonidos
También son frecuentes otro tipo de sonidos con contenido expresivo que mere
cen ser tenidos en cuenta y recogerse de la forma más precisa posible, aún sin saber
demasiado bien c ó m o definirlos categorialmente: por ejemplo, los golpes que se dan
en la mesa cuando parece quererse enfatizar el contenido de lo que se está dicien
do en ese momento, las palmadas, o el chasquido de dedos, etc.
3.2.5. Ruidos
Se diferencian de los sonidos anteriores porque no tienen contenido expresivo
y son fortuitos. Sin embargo, pueden ayudar a contextualizar el marco de la entre
vista cuando son especialmente llamativos o reiterados: ruido de una silla con rela
tiva frecuencia, sonido del teléfono, televisión, radio, etc., cuando se producen den
tro del espacio de la entrevista, o cuando provienen de lugares próximos y permiten
aportar algunos rasgos de la situación dentro-fuera de la entrevista (voces de niños,
ruidos de coches o motos, conversaciones de gente que pasa cerca, etc.)."
3-3- los comentarios del transcriptor
Un tercer aspecto fundamental a la hora de elaborar esta serie de criterios de
transcripción: son las aclaraciones, indicaciones, impresiones y análisis, que el trans
criptor realiza a lo largo de la entrevista siempre que lo estime necesario con el obje-
5. Podríamos decir que los que hemos llamado sonidos tienen un carácter expresivo, de comu
nicación paralingüística, mientras que los ruidos no, ya que son accidentales o fortuitos.
Victoriano Camas Bena
6. «¿Cuál es el físico -pregunta Bachelard- que aceptaría gastar sus haberes en construir
un aparato carente de todo significado teórico?» (Bourdieu y otr., 1975).
to de completar con el máximo rigor posible -s in caer en lo cargante de un continuo
abrir corchetes explicativos-, aquellos componentes de la conversación que no puede
recoger la grabadora. Sin duda, sería difícil enumerar con detalle todas las posibles
incursiones que el transcriptor puede introducir en el paso de lo oral a lo escrito;
basten por ahora algunos ejemplos: los tonos del entrevistador, los énfasis en algu
nas palabras o frases, los modos en los que se desenvuelve la conversación, la impre
sión sobre la pertinencia de algunas preguntas, la forma de respuesta del entrevista
do/a, los lapsus de uno y otro discurso, los saltos en las narraciones, los modos en
los que el entrevistador sigue el discurso del entrevistado (y viceversa), el uso de las
muletillas, etc.
Todo lo anterior puede sintetizarse en los siguientes gráficos: en primer lugar se
resumen los criterios de transcripción que proponen las perspectivas positivista/estruc-
turalista, dialéctica y hermenéutica/interaccionista; en un segundo término, y c o m o
nueva propuesta metodológica, se presenta el modelo de transcripción integral y
el diario del transcriptor.
4. EL DIARIO DEL TRANSCRIPTOR
«No hay operación, por más elemental -y, en apariencia, automática- que
sea, que no implique una elección epistemológica e incluso una teoría del objeto»
(Bourdieu y otr., 1975)
Como hemos visto en el segundo párrafo del punto 2.3, la introducción de un
diario del transcriptor supone un recurso metodológico innovador que parte del
reconocimiento de lo imposible -y, hasta cierto punto, indeseable, por empobrece-
d o r - que resulta hacer una transcripción puramente mecánica de la grabación de
una entrevista. Mientras que una metodología positivista tendería a considerar las
herramientas de investigación c o m o útiles puramente técnicos (a través de los cua
les pasaría la información, c o m o los rayos solares a través de un cristal: sin romper
se ni mancharse) y, por lo tanto, neutrales desde el punto de vista epistemológico,
el aprendizaje del oficio de investigador pasa insoslayablemente por el constante
cuestionamiento teórico de la naturaleza y la pertinencia de la metodología y las téc
nicas de investigación empleadas en cada momento . 6 En el caso que nos ocupa, se
trata de estar atentos a las mediaciones presentes entre la entrevista - f enómeno pro
ducido con fines de investigación (ver más arriba, nota 2 ) - , y el análisis textual que
se va a hacer del dato o registro escritural de dicho fenómeno, una vez que éste ha
pasado por dos tamices: el de la grabación magnetofónica y el de la transcripción
escritural.
Criterios de transcripción según las distintas perspectivas en Historia Oral
PROCESO DE PRODUCCIÓN
• t POSITIVISTA/ESTRUCTURALISTA DIALÉCTICA/COMP. ESCÉNICA INTERACCIONISTA/HERMENÉUTICA
• Abstracción del enunciado
• No análisis de enunciación
t
• Análisis del enunciado
• Análisis de enunciación
t
• Abstracción del enunciado
• No análisis de enunciación
t TRANSCRIPCIÓN COSIFICANTE TRANSCRIPCIÓN INTEGRAL TRANSCRIPCIÓN NEUTRA
y • t • Primacía de lo escrito sobre lo oral,
de lo ortográfico sobre lo fonológi
co.
• No interesa la dinámica
conversacional: entrevista como
proceso monológico.
• Reproducción maquínica.
• Valor literal y fetichización del
documento c o m o "cosa-dato".
• Corrección academicista.
Primacía de lo oral sobre lo escrito:
transcripción fonológica, no orto
gráfica.
Análisis detallado de la dinámica
conversacional: entrevista c o m o
proceso dialógico.
Transcripción objetiva de la diná
mica de la entrevista.
Traducción/interpretación
"subjetiva" del proceso de
entrevista:
- Diario del investigador.
- Informes de entrevista.
- Transcripción.
- Diario del transcriptor.
Se antepone lo escrito sobre lo
oral.
Reproducción mecánica de la
dinámica conversacional.
Exclusión del contexto situacional
de interacción entrevistador/
entrevistado.
Corrección académica.
Modelo de transcripción integral
Dimensiones
de la
transcripción
integral
Respeto a la
literalidad
Dinámica de
la entrevista
iado
Modo y características
del lenguaje oral
Transcripción objetiva
de la dinámica
conversacional
ta enunciación
Traducción subjetiva
de los límites de lo
oral: e lementos
paralingüísticos
Transcripción literal del dia-idio-lecto de
entrevistado y entrevistador
Primacía de lo fonológico sobre lo
ortográfico
3 ¡a
Intervenciones entrevistado/entrevistador
Interrupciones
Encabalgamientos
Palabras entrecortadas
Silencios
Risas
Lapsus
Comunicación paralingüista
Ruidos
Énfasis
Modulaciones
Metalenguajes
Diario del transcriptor
Presupuestos de
partida
Recursos
Contenidos y
estructuración
del diario del
transcriptor
• Proceso de transcripción integral. Inclusión de elementos de la comunicación
oral que la escritura no puede recoger.
• Transcripción c o m o algo más que un proceso de decodificación: más c o m o
proceso de interpretación que busca reconstruir el sentido del relato a partir
de claves lingüísticas y paralingüísticas que lo configuran.
• Inclusión del transcriptor c o m o "tercero instruido" a modo de contrastes.
• Anotaciones entre corchetes en la transcripción del relato.
• Diario del transcriptor.
• Relación entrevistador/entrevistado (emisor/receptor) .
• Relación de informante/investigador en sus usos del lenguaje (código).
• Análisis del modo de la entrevista (canal: H a de vida como conversación
relajada, o no) .
• Análisis de las condiciones de la enunciación y del enunciado (mensaje) .
• Referencias al contexto de la entrevista.
Victoriano Camas Bena
De la grabación magnetofónica no vamos a hablar aquí: ya sabe todo aquel que
haya hecho entrevistas y las haya grabado lo que supone, en términos de pérdida, el
paso de la situación vivida a su huella acústica; pérdida que algunos tratan de mini
mizar sin conseguirlo del todo mediante el uso, en algunas situaciones contrapro
ducente, de grabaciones con vídeo. En cualquier caso, la transcripción supone un
espeso filtro en el que, como hemos visto, se opera la traducción o paso entre esas
dos formas distintas de comunicación lingüística: la oral y la escrita. Entre las mallas
de este cedazo se va a perder todo lo relacionado con los tonos de voz -sus matices,
prosodia, ritmo de la conversación, interrupciones...-;" e lementos de la comunica
ción oral que son pertinentes -pues contienen valiosa información- pero que la escri
tura no puede recoger (pues en ella los ritmos y los tonos de lectura los pone el lec
tor) . 8 Para paliar esta pérdida se puede utilizar dos recursos, no excluyentes entre sí:
- que el investigador, que estaba presente en la situación original de la entre
vista, haga una lectura de lo transcrito simultánea a una audición de la cinta graba
da, añadiendo al texto, en forma de anotaciones, comentarios que traten de resti
tuirle lo perdido.
- que estas anotaciones las haga el transcriptor, según criterios definidos por el
investigador (como se hizo -ver más arriba, en el punto 3- para la definición de los cri
terios según los cuales se van a transcribir los rasgos fonéticos de los entrevistados).
En cualquier caso, se hace patente que la escucha atenta del registro sonoro es,
como toda escucha activa, más que una simple decodificación una interpretación 9 que
busca (re)construir el sentido del mensaje a partir de las claves lingüísticas y paralin
güísticas (sociolingüísticas y de interacción personal) que lo configuran. El que las
7. Y esto dando ya por descontado que la transcripción sea escrupulosa en cuanto a cuestio
nes de otro tipo, como acentos dialectales, titubeos, lapsus... que si bien entran básicamente
dentro de la parte más mecánica (en el sentido de «la menos subjetiva») del transcribir, sólo
un transcriptor cualificado puede recoger minuciosamente.
8. Quizá sea el lingüista Agustín García Calvo quien más allá ha profundizado en las cuestio
nes del ritmo y la prosodia del lenguaje oral, llegando a desarrollar un sistema de «puntuación
fiel a las prosodias de la lengua hablada» (1989: 229ss.) que cuenta con 19 signos de puntua
ción y entonación.
9. «La transcripción siempre supone una elaboración del original, que va acompañada de
una pérdida de elementos significativos que pueden ser los gestos, el ritmo, las pausas, los
silencios» (F. Romeu, 90). Más lejos va Bourdieu (1993: 920-921): «está claro que la puesta
por escrito más literal (ya que la mera puntuación, por ejemplo la posición de una coma,
puede organizar todo el sentido de una frase) es ya una verdadera traducción, o incluso
una interpretación. (...) transcribir es necesariamente escribir, en el sentido de reescribir:
como el paso de lo escrito a lo oral que opera en el teatro». Muy sagaz nos parece la compa
ración entre el director de teatro y el transcriptor, con la cual se reconoce la necesidad en el
segundo caso de una cierta «interpretación» del texto base (escrito para el director, que debe
abrirlo al escenario, y oral para el transcriptor, que debe encerrarlo en el papel).
La transcripción en historia oral
anotaciones sean hechas por el transcriptor 1 0 introduce en esta delicada fase del pro
ceso de investigación un tercer punto de vista, aparte del del investigador y del de sus
entrevistados. Explicitando aquí abiertamente su subjetividad, el transcriptor pasa a
ser algo así como un «tercero en juego»; tercero que actúa necesariamente como «con
traste» (u observador, según el término corriente en la dinámica de grupos) de la
entrevista, viéndola desde fuera y comentándola en sus anotaciones entre corchetes,
que reflejan también c ó m o percibe él a los participantes en dicha entrevista.
En definitiva, lo que intenta el diario del transcriptor es aprovechar mejor la intro
ducción de este tercer punto de vista, haciéndolo explícito, permitiendo su desa
rrollo en un espacio propio que vaya más allá de los corchetes intercalados en el
texto, librándolo de interrupciones demasiado largas y sistematizándolo en base a
unos criterios que han de fijarse de forma previa y explícitamente según las caracte
rísticas y objetivos de cada investigación.
4.1. El diario del transcriptor según el modelo de Jakobson
Tomamos c o m o referencia el famoso esquema jakobsoniano de los e lementos
del proceso comunicativo y traduciendo ad hoc cada uno de sus términos a los de
la situación que nos interesa. Así, emisor y receptor pasan a ser entrevistado y entre
vistador, el mensaje es el discurso de ambos, el código sigue siendo el lenguaje oral,
el canal es la conversación relajada (pues es ese «género oratorio» el que la entre
vista imita) y el contexto es la entrevista, que venimos definiendo c o m o una situa
ción social de interacción personal en la que las actuaciones de las personas impli
cadas se ajustan a un fin discursivo (a saber, el de producir una narración biográfica
aprovechable con fines de investigación social).
4 .1 .1 . La primera relación que el transcriptor habría de tratar en su diario, desde
este modelo jakobsoniano, es la que se crea entre las dos -u , ocasionalmente, m á s -
personas presentes, entrevistador y entrevistado(s)¡ relación que se puede llamar
empática y que va a condicionar sobremanera la entrevista, pues en dicha relación
-a través de e l la- se juegan buena parte de las condiciones de producción del dis
curso al que está destinada la entrevista. Con todo, si bien la relación empática con
diciona decisivamente los demás elementos de la entrevista -y las relaciones entre
el los-, no es de por sí ni el «secreto del éxito» de la entrevista ni la única clave de la
cual depende todo lo que está presente en ésta (considerarla así sería caer en el psi-
cologismo); puesto que la entrevista es a su vez producto de las condiciones objeti
vas sobre la que se construye.
10. Aunque por nuestro propio planteamiento teórico y metodología de trabajo se mantiene
la distinción entre investigador y transcriptor, el hecho de que en muchos casos (sobre todo,
cuando se trata de investigaciones con escaso presupuesto económico) éstos sean la misma
persona no entraña ninguna alteración sustancial para lo que aquí se dice: el lector sabrá hacer
la pertinente traducción a sus propias condiciones de trabajo.
Victoriano Camas Bena
4.1.2. La segunda relación que debe tratarse es la que se da entre cada uno de
los sujetos y el lenguaje oral, código que juega, con su pluralidad de dimensiones,
un doble papel en la entrevista, pues es, por una parte, el principal código -pues hay
otros: corporales, de compor tamiento . . . -y moneda del intercambio comunicativo,
y por otra, la materia prima con la que se va a construir el relato que se está inten
tando reproducir. Las personas actualizan el aparato de la lengua en sus hablas, que
interactúan entre sí en diferentes registros, adecuados a la situación del intercam
bio. Cada unidad del discurso contribuye, mediante sutiles procedimientos socio-lin
güísticos, a la producción del sentido que impera en la circulación de los mensajes
enunciados: El transcriptor vendría a ser un observador que asiste a la entrevista
desde una posición privilegiada (por estar fuera de la situación observada, sobre cuyo
registro sonoro puede trabajar detenidamente), notando y anotando lo que más llame
su atención respecto al uso que los hablantes hacen del aparato de la lengua y sus
recursos.
4.1.3. En cuanto al tercer e lemento, la entrevista aspira a ser una conversación
relajada, en la que los temas y el modo de tratarlos surjan y fluyan (como a lo largo
de un suave canal) de un modo natural; sin embargo, a veces la entrevista puede
adoptar formas que recuerdan a las de la confesión-revelación, o al diálogo terapéu
tico. Estos procedimientos retóricos y representaciones simbólicas pueden también
ser objeto de glosa por parte del trascriptor.
4.1.4. Hablar del mensaje lingüístico nos remite, en el análisis sociológico cuali
tativo, a los discursos. Y el análisis sociológico de los discursos debe apuntar, por una
parte, hacia las condiciones del proceso de producción de los enunciados y por otra,
hacia la construcción social del sentido. Ambas cuestiones pueden ser, también, apun
tadas por el transcriptor en su diario.
4.2. El diario del transcriptor desde una perspectiva sociológica
Reactualizando los postulados de esta propuesta metodológica desde una clave
sociológica, podemos esbozar aquí la definición operativa de lo que, globalmente,
podríamos entender por entrevista en investigación social: una situación social de
interacción personal que tiene el fin de producir un discurso con unas caracte
rísticas previamente determinadas según fines de investigación social - e n el caso
de las historias de vida, se trata de producir una narración (auto)biográfica. Esta tosca
definición nos va a servir aquí para repasar algunos de los rasgos compartidos por
todas las investigaciones realizadas a partir de entrevistas abiertas o «en profundi
dad» (incluidas las historias de vida).
4 .2 .1 . La entrevista es una situación social
Escribe Bourdieu (1993: 904-5) : «Si la relación de la investigación se distingue de
la mayoría de los intercambios de la existencia cotidiana en que tiene fines puramente
cognoscitivos, sigue siendo, con todo, una relación social que ejerce sus efectos
(variables según los diferentes parámetros que pueden afectarla) sobre los resulta-
La transcripción en historia oral
dos obtenidos. Sin duda la interrogación científica excluye por definición la inten
ción de ejercer cualquier forma de violencia simbólica capaz de influir en las res
puestas; pero en estas cuestiones no podemos fiarnos solamente de la buena volun
tad, porque distorsiones de todo tipo están inscritas en la estructura misma de la
relación de investigación».
Es importante empezar reconociendo la entrevista no c o m o la situación social
que a los investigadores nos gustaría que fuese, a saber, una conversación relajada
tan espontánea c o m o las más cotidianas, sino c o m o lo que efectivamente es: una
situación social particularmente artificial y una relación singularmente asimétrica
entre los sujetos implicados. Este reconocimiento contribuye decisivamente a librar
nos de posibles preguntas mistificadoras que, por la amabilidad condescendiente
con que solemos considerar nuestras propias prácticas o por la normal resistencia a
autoobjetivarnos c o m o sujetos sociales estructuralmente determinados, podríamos
hacernos a propósito de nuestras prácticas o técnicas de investigación, considerán
dolas en términos de interacción libre entre dos subjetividades igualmente libres. En
efecto, la entrevista tiene, siguiendo a Bourdieu (ibid.), algo de «intrusión siempre
un poco arbitraria [...] Es el investigador quien promueve el juego e instituye las
reglas; es él quien, la mayoría de las veces, asigna a la entrevista, de manera unilate
ral y sin negociación previa, objetivos y usos a veces mal determinados, por lo menos
para el entrevistado. Esta disimetría se duplica por una disimetría social siempre que
el investigador ocupa una posición superior al investigado en la jerarquía de las dife
rentes especies de capital, sobre todo de capital cultural.»
El transcriptor puede aquí actuar de observador ajeno a la situación de la entre
vista para advertir y señalar todos los índices que den noticia de «la amplitud y la natu
raleza de la distancia [décalage] que media entre el tema objeto de la investigación
tal c o m o el entrevistado lo percibe e interpreta y el objetivo que el investigador asig
na a la investigación» (ibid.); así c o m o para tratar de ayudar a desentrañar «la repre
sentación que el entrevistado se hace de la situación, de la investigación en general,
de la relación particular en la cual se instaura, de los fines que persigue» (ibid.); y, lo
que no es menos importante para el análisis, las motivaciones, más allá de lo expli-
citado e incluso más allá de lo que se le hace consciente ," por los que el entrevista
do/a ha aceptado colaborar en la investigación. Más aun cuando, en el caso de la his
toria oral, esta colaboración requiere un esfuerzo considerable, tanto en intensidad
c o m o en extensión temporal.
11. Hablar aquí de lo inconsciente no significa apelar a instancias, imagos o catexis psíquicas
que el investigador deba analizar (como veremos más adelante, la semejanza de la entrevista
con una situación de terapia psicoanalítica fomenta ciertas representaciones que hay que saber
reconocer y neutralizar), sino que, casi por el contrario, se trata aquí de recordar el principio
sociológico según el cual los actores sociales no detentan el sentido último de sus propias
acciones, puesto que éstas sólo pueden comprenderse poniéndolas en relación con «el siste
ma total de relaciones en las cuales y por las cuales se realizan» (Bourdieu y otr., 1975: 33).
Victoriano Camas Bena
4.2.2. La entrevista es una interacción personal
La relación empática que se establezca entre entrevistador y entrevistado(s), y
que por el hecho de la continuidad puede adquirir un notable desarrollo en el caso
de las historias de vida, va a condicionar sobremanera el resultado de la entrevista,
pues en dicha relación -a través de e l la- se juegan buena parte de las condiciones
de la producción del discurso al que está precisamente destinada la entrevista. Las
técnicas cualitativas de investigación (que algunos gustan de llamar «prácticas», subra
yando así que no se trata de fórmulas que se apliquen mecánicamente igual en todos
los casos) 1 2 tienen a gala el no crear situaciones de intercambio lingüístico artificial
mente cerrado - c o m o las encuestas-, sino reproducir situaciones cotidianas: la entre
vista aspira a ser, y se presenta a sí misma en sociedad c o m o una conversación rela
jada, y el grupo de discusión, una tertulia.
Ligada a estas representaciones, metodológicamente necesarias para la realiza
ción del modelo teórico que se propone, aparecen toda una serie de recursos retó
ricos destinados a hacer efectivas estas representaciones en la medida de lo posible,
a hacer que la entrevista se parezca efectivamente lo más posible a una conversación
en la que los temas y los modos de tratarlos surjan y fluyan de un modo natural.
También, y por otras representaciones que movilizan, las técnicas cualitativas pue
den adoptar formas que recuerdan a las de la confesión-revelación, la entrevista psi-
coanalítica... Estos procedimientos retóricos y representaciones simbólicas pueden
también ser objeto de glosa por parte del transcriptor.
El investigador no es ni puede, ni debe ser, si quiere tomarse a sí mismo c o m o
«sujeto en proceso», (ver más arriba, punto 2.4) inmune a la fuerza de estas repre
sentaciones, de naturaleza emocional; lo que muestra, dicho sea de paso, la tensión
ligada a las prácticas de investigación socio-antropológica emic, en las que el inves
tigador debe estar tanto dentro c o m o fuera de las visiones de las que se impregna
durante el trabajo de campo. Además, c o m o ser social que es, está sujeto a sus pro
pias determinaciones materiales y culturales. Por ejemplo, es sabido, dadas las carac
terísticas del método en historia oral y el carácter de quienes lo empleamos, 1 3 lo gran
de que puede ser y lo poderosamente que puede actuar lo que podría llamarse el
12. Lamentablemente, la generalización y rutinización de lo cualitativo en el mercado acadé
mico y de la investigación social se ha encargado de mostrar a quién quiera verlo cuan lamen
tablemente lejos de aquellas condiciones metodológicas presentadas por los teóricos pione
ros como necesarias para un buen trabajo de campo (y hoy consideradas «ideales», idealización
que permite revalorizar el modelo teórico a imitar pero, dialécticamente, desvalorizar su pra
xis concreta, a poco que se alegue mucha prisa, pocos medios, poca formación... en fin, cual
quiera de las condiciones reales de la práctica de la investigación) se trabaja hoy en día en la
mayoría de los casos.
13. Cómo no reconocer a bastantes de ellos en el siguiente párrafo de Maget (1953: XXI): «La
investigación etnográfica está, más que cualquier otra, expuesta a las demandas afectivas.
La necesidad de evasión está en el origen de no pocas vocaciones, evasiones hacia otros
pueblos, hacia otros medios, hacia el campo, hacia 'los viejos tiempos' en los que una esta-
La transcripción en historia oral
«efecto conservacionista» ligado a sentirse interlocutor-heredero simbólico-deposi-
tario privilegiado de una cultura o forma de vida que ocupa un lugar determinado
dentro de la estructura y las prácticas sociales (minorías étnicas o de otro tipo, miem
bros de las clases sometidas o marginales, inmigrantes, representantes de oficios tra
dicionales o «en vías de extinción»...).
Entiéndase esto bien: parecen inevitables ese tipo de representaciones, y unas
notas a modo de «diario de campo» son sin duda el lugar idóneo para que afloren;
pero, contrariamente a lo que ingenuamente suele creerse, el hacerlas conscientes
no basta para librarse de los efectos inconscientes, que pueden estar constantemente
actuando durante la fase de trabajo de campo y, por lo tanto, condicionando todo el
proceso de investigación.
El problema es saber cuándo -y cuán to - hay que estar dentro y cuando fuera
para no caer en los errores criticados por Bourdieu et al. (1975: 85n) : «El etnólogo,
c o m o todos los que recurren a la observación participante, corre el riesgo de tomar
el 'contacto humano' c o m o un medio de conocimiento, y, sensible a las solicitacio
nes y seducciones de su objeto (reconocibles en las evocaciones nostálgicas de luga
res y gentes) , debe realizar un esfuerzo especial para construir una problemática
capaz de romper con las configuraciones singulares propuestas por los objetos con
cretos».
De todas formas, la empatia misma que pueda surgir en las entrevistas no es ajena
ni a las condiciones «objetivas» sobre las que se construye la situación de la entre
vista ni a las características sociales (vale decir «sociológicas») de los sujetos impli
cados.
4.2.3. La entrevista tiene como fin producir un discurso
En la entrevista, el lenguaje oral es al mismo tiempo el canal por el que fluye lo
principal del intercambio comunicativo (y el transcriptor asiste desde una posición
privilegiada al uso que los hablantes hacen del aparato de la lengua y sus recursos)
y la materia prima con la que se va a construir el discurso que se está buscando pro
ducir. Pero igual que el análisis de la situación social que es la entrevista no debe
mimetizar el de la situación psicoanalítica, el análisis del discurso producido no puede
ser un análisis puramente lingüístico. Como dice Pizarro (1979: 6 3 ) : «reducir el habla
a la combinación de signos es reducir la significación al significado, infravalorando
precisamente que la producción o la reproducción de una frase por un individuo es
bilidad ilusoria propia de toda edad de oro contrasta con la desconcertante turbulencia
de los tiempos modernos. También se nota la atracción estética por lo exótico o lo rústico,
las intenciones éticas o políticas de diversos tradicionalismos o regionalismos, el vértigo
metafísico y la obsesión por reencontrarse con la humanidad real en sus esencias, el vín
culo filial con la memoria de los ancestros y con los vestigios de formas de vida en las que
se expresaba su esencia».
Victoriano Camas Bena
14. «Las condiciones productivas de los discursos sociales tienen que ver, ya sea con las
determinaciones que dan cuenta de las restricciones de generación de un discurso o de un
tipo de discurso, ya sea con las determinaciones que definen las restricciones de su recep
ción. Llamamos a las primeras condiciones de producción y, a las segundas, condiciones
de reconocimiento. Generados bajo condiciones determinadas que producen sus efectos
bajo condiciones también determinadas, es entre estos dos conjuntos de condiciones que
circulan los discursos sociales.
Una consecuencia importante de este punto de partida es que un objeto significante dado,
un conjunto discursivo no puede jamás ser analizado 'en sí mismo': el análisis discursivo
no puede reclamar 'inmanencia' alguna». (Verón: ibid.).
siempre un hecho social concre to que tiene lugar en el seno de relaciones determi
nadas donde ese producto cumple una función precisa: producir un efecto dado,
que se inscribe en el contexto del conjunto de las prácticas sociales».
El análisis sociológico de los discursos debe apuntar, por una parte, hacia las con
diciones del proceso de producción de los enunciados; y por otra, hacia la cons
trucción social del sentido. Martínez Criado (1991) sostiene que hay que «partir del
proceso, no del sistema, de la generación del sentido en las situaciones sociales - e n
vez de postular el sentido como preexistente-, de la construcción y manejo de los
signos y los significados en el proceso de interacción y en las luchas sociales: ésa ha
de ser la perspectiva de una teoría del discurso que, en vez de abandonarse a una
deificación sustancialista del significado, intente dar cuenta de su producción y de su
utilización social». Por su parte, y en la misma dirección, Verón (1987: 127-8) pro
pone un análisis del discurso que tome c o m o punto de partida precisamente el pro
ceso social de producción de los discursos; 1 4 ya que estos no son entes que conten
gan en sí su sentido, que está s iempre socialmente producido («un discurso, un
paquete significante cualquiera -cualesquiera que fueren las materias significantes
en j u e g o - jamás es un lugar de sentido»), sino que han de entenderse c o m o resul
tados de una acción productiva, para la que han de tenerse en cuenta tres momentos:
1°) Producción: mediante un conjunto de operaciones discursivas (que han de
poderse representar sistemáticamente en la forma de gramáticas de producción liga
das a un campo de efectos de sentido), la materia significante es investida de sentido.
2") Reconocimiento: conjunto de variaciones del efecto de sentido en el nivel
de la recepción, igualmente representables de forma sistemática desde una gramá
tica de reconocimiento.
3° ) Circulación: nombre con el que Verón refiere el hecho de la diferencia entre
los conjuntos tle huellas (operaciones discursivas) que definen las condiciones de
producción y reconocimiento de los discursos estudiados.
Lo hasta aquí apuntado, aun desde su carácter de provisionalidad, ya nos dice
mucho de la riqueza teórica y metodológica que se abre en la Historia Oral y en la
investigación social si partimos del modelo dialéctico de la Comprensión Escénica,
operativizado antes, durante y después de la producción de las historias de vida c o m o
La transcripción en historia oral
aquí se propone. Es decir, a través de un conjunto de registros de datos (apartados
2.1, 2.2, 2.4 y 2.5) que sirven de apoyo a la transcripción integral que, a su vez, queda
complementada con el contraste aportado por el diario del transcriptor. Y todo ello
articulado de forma coherente con el objetivo de facilitar el posterior proceso de
interpretación.
BIBLIOGRAFÍA
BERTAUX, D. (ed.) : 1981 : Biography and Society. The Ufe history approach in
the Social Sciences. Sage Publications, Londres.
BOURDIEU, CHAMBOREDON, PASSERON: 1975: El oficio de sociólogo. Siglo
XXI, Madrid
BOURDIEU, P.: 1993: Comprendre, en Bourdieu (dir.): Les miséres du monde.
Seuil, París.
CONDE, F.: 1990: Un ensayo de articulación de las perspectivas cuantitativa
y cualitativa en la investigación social, en REÍS: Revista Española de Investigaciones
Sociológicas, 51 . Madrid.
GARCÍA CALVO, A.:
- 1989: Acercamiento al lenguaje por vía del oido, Ensayo de puntuación fiel
a las prosodias de la lengua hablada, Del ritmo del lenguaje, los tres en Hablando
de lo que habla, Lucina, Zamora.
- 1991: Explicando transgresiones de obstáculos subcoscientes. Diario El País,
16 diciembre, Madrid.
IBÁÑEZ, J . :
- 1979: Más allá de la sociología. Siglo XXI, Madrid.
- 1985: Del algoritmo al sujeto. Siglo XXI, Madrid.
JAKOBSON, R.: 1981: Ensayos de lingüística general. Seix Barral, Barcelona.
MAGET, M.: 1953: Guided 'étudedirecte descomportements culturéis. C.N.R.S.,
París.
MARINAS, J.M. y SANTAMARINA, C:
- 1993: la Historia Oral: métodos y experiencias. Debate, Madrid.
- 1994: Historias de vida e Historia Oral, en DELGADO y GUTIÉRREZ (eds.):
Métodos y técnicas cualitativas de investigación en Ciencias Sociales. Síntesis,
Madrid.
MARTÍNEZ CRIADO, E.: 1991: Del sentido como producción: elementos para
un análisis sociológico del discurso, en LATIESA (ed.): El pluralismo metodológi
co en la investigación social: ensayos típicos. Universidad de Granada.
PIZARRO, N.: 1979: Metodología sociológica}' teoría lingüística. Alberto Corazón,
Madrid.
ROMEU, F.: 1990: Lección sobre Historia Oral pronunciada en el Curso de Postgrado
de la Universidad Complutense de Madrid, Praxis de la sociología del consumo: teo
ría y práctica de la investigación de mercados. Transcripción (inédita) sobre gra
bación magnetofónica, Madrid.
Victoriano Camas Bena
VERÓN, E.: 1987: La semiosis social. Gedisa, Barcelona.
WILLEMS, D.: 1989: Lenguaje escrito y lenguaje oral, en Historia y Fuente Oral,
núm. 1. Arxiu Historie de la Ciutat, Publicacions Universitat de Barcelona.
62