bruno groening - revolucin en la medicina · en la alemania de la post-guerra no se escribió nunca...

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Bruno Groening - Revolución en la Medicina Rehabilitación de un Incomprendido Matthias Kamp. Una documentación médica de la curación por el camino espiritual. Capítulo 1° El incomprendido Lo incurable no existe Nota añadida por el recopilador Para adquirir esta corriente curativa, la persona en busca de ayuda se sienta con las manos abiertas, los brazos y las piernas no se deben cruzar para no in- terrumpir el flujo de la corriente curativa. Pensar en la enfermedad y preocu- parse tienen un efecto contraproducente, pues actúan como obstáculo. Por el contrario el pensar en algo bueno y bonito ayuda mucho. Cuando la energía curativa fluye a través del cuerpo, llega a los órganos que están cargados con la enfermedad y empieza allí a obrar limpiándolos. Por eso, puede ser que se sientan dolores, que son una señal de que el cuerpo se está limpiando. Según su esencia, la enfermedad no está de acuerdo con la vo- luntad de Dios y será aniquilada paulatinamente. En algunos casos puede ocu- rrir también espontáneamente. Para ésto es necesario que el ser humano ya no piense en la enfermedad sino que crea que para Dios no existe no incurable. Círculo de Amigos de Bruno Groening http://www.bruno-groening.org/espanol/default.htm En la Alemania de la post-guerra no se escribió nunca tanto sobre una persona como sobre Bruno Groening. Poco después de que fueran conocidos sus primeros éxitos de curación en Herford, Westfalia en marzo de 1949, su nombre estaba en boca de todos. El atraía a miles de personas que estaban abatidos en cuerpo y alma por la guerra, la mayoría de ellos habían sido desahuciados por el sistema médico tradicional y veían en él a su última esperanza. Él les habló de Dios como el Médico más grande, no sola- mente en el Traberhof de Rosenheim, sino en muchos lugares de Alemania y escenas bíblicas se convirtieron en realidad, como escribió un diario. El intelecto califica rápidamente un acontecimiento así de cuento de hadas, porque no encaja en los patrones de ideas corrientes, pero los hechos hablan otro idioma. No so- lamente en aquella época, sino también hoy en día, más de 30 años después de la muerte de Bruno Groening, se pueden comprobar curaciones a través de sus enseñan- zas, que no pueden ser aclaradas por la Medicina. En vista de la situación catastrófica del Sistema de Salud, se hace cada vez más ur- gente el examinar estos sucesos sin prejuicios. Quien pone su comodidad personal, su 1

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Bruno Groening - Revolución en la Medicina

Rehabilitación de un Incomprendido Matthias Kamp. Una documentación médica de la curación por el camino espiritual. Capítulo 1° El incomprendido Lo incurable no existe

EscEmémb Eelmz Eg

Nota añadida por el recopilador Para adquirir esta corriente curativa, la persona en busca de ayuda se sienta con las manos abiertas, los brazos y las piernas no se deben cruzar para no in-terrumpir el flujo de la corriente curativa. Pensar en la enfermedad y preocu-parse tienen un efecto contraproducente, pues actúan como obstáculo. Por el contrario el pensar en algo bueno y bonito ayuda mucho. Cuando la energía curativa fluye a través del cuerpo, llega a los órganos que están cargados con la enfermedad y empieza allí a obrar limpiándolos. Por eso, puede ser que se sientan dolores, que son una señal de que el cuerpo se está limpiando. Según su esencia, la enfermedad no está de acuerdo con la vo-luntad de Dios y será aniquilada paulatinamente. En algunos casos puede ocu-rrir también espontáneamente. Para ésto es necesario que el ser humano ya no piense en la enfermedad sino que crea que para Dios no existe no incurable. Círculo de Amigos de Bruno Groening http://www.bruno-groening.org/espanol/default.htm

n la Alemania de la post-guerra no se escribió nunca tanto sobre una persona como obre Bruno Groening. Poco después de que fueran conocidos sus primeros éxitos de uración en Herford, Westfalia en marzo de 1949, su nombre estaba en boca de todos. l atraía a miles de personas que estaban abatidos en cuerpo y alma por la guerra, la ayoría de ellos habían sido desahuciados por el sistema médico tradicional y veían en l a su última esperanza. Él les habló de Dios como el Médico más grande, no sola-ente en el Traberhof de Rosenheim, sino en muchos lugares de Alemania y escenas íblicas se convirtieron en realidad, como escribió un diario.

l intelecto califica rápidamente un acontecimiento así de cuento de hadas, porque no ncaja en los patrones de ideas corrientes, pero los hechos hablan otro idioma. No so-

amente en aquella época, sino también hoy en día, más de 30 años después de la uerte de Bruno Groening, se pueden comprobar curaciones a través de sus enseñan-

as, que no pueden ser aclaradas por la Medicina.

n vista de la situación catastrófica del Sistema de Salud, se hace cada vez más ur-ente el examinar estos sucesos sin prejuicios. Quien pone su comodidad personal, su

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vanidad y su propio bolsillo en primer plano y por estos motivos y según el lema "no puede ser lo que no debe ser" deniega las posibilidades asombrosas de la curación por el camino espiritual, actúa irresponsablemente. Pero también se tiene que hacer urgentemente una diferenciación clara dentro del campo de "la curación por el camino espiritual", ya que casi no se puede apreciar y se-parar el trigo de la paja. Generalizar en el sentido de un rechazo absoluto por razones de experiencias negativas son una señal de la falta de consecuencia en la verificación. En todas partes se puede encontrar charlatanes, que quieren sacar provecho personal del sufrimiento de sus semejantes. Ni una aprobación en Medicina ni un reconocimiento estatal como sanador naturista puede protegemos de esto. Aquí no cabe la ingenuidad y puede tener consecuencias graves especialmente para el enfermo. Aquí se necesitan urgentemente informaciones provenientes de especialistas que vayan más allá de las ideas convencionales. Por esta razón, me he puesto muy por encima de los prejuicios comunes y he investi-gado los informes asombrosos acerca del obrar de Bruno Groening hasta el día de hoy. Mis conclusiones, las he resumido en las páginas siguientes. Quien a pesar de todas las pruebas sigue teniendo problemas en creer lo dicho, que se acuerde de las pala-bras de Shakespeare: "En el cielo y en la tierra hay más cosas que las que vuestra filosofía escolástica pueda imaginarse jamás."·1 Me parece, que tiene sentido, presentar al comienzo de una verificación tal, un Informe de Éxito que da vivo testimonio de la realidad de la energía curativa, de cómo es eficaz hasta el día de hoy a través de las palabras de Bruno Groening. Desde hace más de 5 años, Margarethe Mast (52) de A. tenía trastornos graves de la circulación venosa (insuficiencia venosa crónica IVC) de la piernas que le ocasionaba grandes molestias. Ella me informó: "La sangre no se transportaba desde la parte inferior de las piernas y por consecuencia se producía un gran estancamiento en ambas piernas. Yo no podía estar ni un segundo de pie sin tener la sensación de que las piernas me explotaban. En los días de calor ve-raniego era peor y era inaguantable con temperaturas altas. Por este padecimiento había consultado con mi médico de cabecera, quien diagnósticó la situación anterior-mente descrita y me recetó medias-pantalón compresivas del material más fuerte. Además me recetó tabletas que activaban la circulación de la sangre, las cuales no in-gerí. Las medias de compresión las usaba diariamente. Cuando me sentaba, tenía que colo-car inmediatamente las piernas en alto sobre una silla, a pesar de las medias compre-sivas. En los últimos dos años, la silla ya no me servia para aliviar los dolores. Necesitaba una mesa alta con un almohadón sobre ella.

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Mi médico de cabecera me decía que esta dolencia era incurable, que él podía tratar de mantener la situación en su nivel por medio de sus indicaciones y empleando aplica-ciones caseras, como por ejemplo duchas de agua fría y caliente, cepillados de las piernas, uso de calzado especial."·2 Además, desde hacía 25 años padecía de calambres en las pantorrillas, que solamente aparecían por las noches y que eran resistentes a toda clase de terapia médica. Desde hacía 20 años tenía además una inflamación crónica en la cara, que a pesar de muchas pomadas y tinturas (se le recetó Volumina 20 g, ácido salicílico 0.25, glicerina 7.5, Eucerin cum aquosum ad 50.0, unguento emulsión acuoso 50.0, Loción Alba Aquos AA 50.0, Emulsión liniolitial, Aknefug-Milch) no se le quitaba. Durante 30 largos años la atormentaban todo el tiempo dolores de espalda, que en los últimos años antes de la introducción a las enseñanzas de Bruno Groening, no le per-mitían sentarse en una silla normal. Tuvo que abandonar su profesión, y su marido le construyó en casa un sofá especial, en el cual colocó debajo del mismo asiento una ta-bla de madera masiva y también en la parte del respaldo del mismo, de tal manera, que al estar sentada, la Sra. Mast podía reclinarse hasta quedar medio acostada. Por motivo de la mala circulación sanguínea tenía además que tener las piernas siem-pre en posición alta. El diagnóstico médico fue: osteocondrosis grave de las vértebras lumbares L4/5 y de la L5/S1 (entre las vértebras lumbares 4/5 y la vértebra lumbar L5 y la sacra S1). Se tomó en consideración una jubilación anticipada, la que fue apoyada por médicos ortope-das.·3 La limitaciones tan grandes en la vida diaria debidas a sus enfermedades, le produjeron depresiones acompañadas de honda tristeza, de falta de ánimo y de una sensación creciente de encontrarse en un callejón sin salida, con complejos de culpa frente a su familia y la sensación constante de haber fracasado en la vida. La Sra. Mast: "Por eso, no sorprende que estos sufrimientos se hayan traspasado a la familia, y que al final, los hijos tenían - como yo - la misma expresión triste en sus rostros. Estos sentimientos de culpa, que yo misma me los daba como algo muy normal, me atormentaron durante muchos años. Yo quería ser una buena madre, pero no me daba resultado. Esta desdicha que duró más de dos decenios, sólo puede ser descrita en parte. Yo me esforzaba tanto en cambiar las cosas hacia el lado positivo, pero nunca me dió resultado, por el contrario, a un sufrimiento inicial, le seguía otro, después de una desdicha, venía otra. Todos los médicos a quienes consulté durante estos años, no me pudieron ayudar".·4 La Sra. Mast se enteró en 1988 de las enseñanzas de Bruno Groening. Poco tiempo después sucedieron las primeras curaciones. "Después de mi introducción a las enseñanzas de Bruno Groening, sentía una corriente constante en las piernas, salvo algunas interrupciones cortas. Esta corriente era espe-

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cial, leve y fina. Sentía un hormigueo caliente, primero en la región inferior, en las pan-torrillas, después en la región superior, hasta que llegaba a fluir por todas las piernas. Cuatro meses después de la introducción, pude dejar de usar las medias-pantalón de compresión. Desde entonces uso medias de perlón y zapatos normales. Puedo estar de pie por un tiempo largo sin tener molestias. Ya no tengo dolores y ya no tengo que poner los pies en alto."·5 Por petición mía, la señora Mast se hizo hacer en el año 1991 un examen posterior por un colega en su consultorio. Así en 1991 se sometió a un examen sonográfico según la técnica de Doppler. El colega escribió en su informe; "El examen de las extremidades inferiores se realizó teniendo la sospecha de una insu-ficiencia venosa crónica. El sonograma Doppler en ambas piernas, dio como resultado que no existía ningún indicio de una IVC, que no era visible ninguna varicosidad y que no había ningún indicio de trombosis ni de puntos de presión en el recorrido de las ve-nas."·6 Desde la introducción a las enseñanzas de Bruno Groening, desaparecieron también los dolores de espalda, que la habían martirizado durante 30 años. De manera espon-tánea, le fue posible permanecer sentada durante horas en sillas duras. Permanecía sentada diariamente entre 8 y 10 horas en una silla normal de madera. La Sra. Mast puede nuevamente cumplir con todas sus tareas del hogar como ama de casa y como madre. Siete meses después de la introducción desaparecieron también los calambres nocturnos, que la habían atormentado durante 25 años. Después de haber acogido para sí la corriente curativa durante seis meses, desapare-ció también para siempre la inflamación de la piel, después de 21 años. Ya no necesita usar más ni pomadas ni tinturas. Lo mismo sucedió con las depresiones: "Desde que estoy en la Comunidad de Bruno Groening, ya no tengo depresiones. Me he convertido en una persona que dice sí a la vida. En la familia hay alegría y una con-vicción completamente diferente para tratarse mutuamente. Me siento interiormente tranquila y llena de optimismo. Cada día, me alegro de la nueva vida que se me ha re-galado. Nosotros experimentamos ayudas en todo sentido y puedo dar testimonio de ello diariamente. No podré nunca agradecer lo suficiente (a Bruno Groening) por haberme regalado esta nueva vida."·7 ¿Cómo es posible todo esto con las enseñanzas de una persona fallecida? Con seguri-dad no es una ilusión. Tuve en mis manos los informes de las auscultaciones médicas. Además, las declaraciones juradas de personas que conocen a Margarethe Mast, reve-lan dramáticamente sus sufrimientos durante decenios. Yo me he encontrado perso-nalmente con la curada y con muchas otras personas, que - en parte - después de de-cenas de años de sufrimientos se curaron siguiendo las enseñanzas de Bruno Groe-ning y así me pude convencer personalmente de su buen estado de salud.

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¿Existe verdaderamente una relación entre los acontecimientos de nuestros días y el hombre que en el año 1949 habló de Dios como el Médico más grande ante 30.000 personas en el Traberhof de Rosenheim? Hace algunos años, cuando escuché por primera vez de Bruno Groening, me impresio-naron las siguientes palabras de él: "Lo incurable no existe, Dios es el Médico más grande"·8 En la clínica, vivía diariamente todo lo contrario: A menudo veía cómo los pacientes, derrumbados interiormente por pronósticos como "Ud. tiene que vivir con esto" o "yo le doy todavía medio año" abandonaban la estación y se veían enfrentados sin esperan-zas con el lapso de vida que les quedaba. Cuando preguntaba a los colegas, cómo es que se atrevían a decir semejantes pronósticos, me decían que se referían a las esta-dísticas y a sus experiencias personales. Querían ser honestos con sus pacientes y de ninguna manera darles falsas esperanzas. ¿Se puede aceptar tal actitud? ¿Pueden las estadísticas dar una declaración que sea de fiar sobre el destino de una persona indivi-dual? ¿Se puede justificar que un médico, sólo porque no quiere despertar esperanzas infundadas, en lugar de ello induzca a una desesperación infundada? Entonces, ¿cuál es la verdad? ¿Quién tiene la razón? ¿El médico que, basándose en sus experiencias, le entrega a su paciente el diagnóstico de desahuciado para el resto de su vida o aquel desconocido, que no tenía ningún estudio académico, solamente la escuela primaria, y que se atrevió a afirmar públicamente que lo incurable no existe? Desde hace siglos, millones de médicos se esfuerzan sinceramente para liberar a los seres humanos de la plaga de las enfermedades. En nuestros modernos estados, no se deja de invertir ni dinero ni esfuerzos para ayudar a la gente en miles de hospitales. Por otro lado, no se puede negar que las posibilidades de la Medicina tradicional son limitadas. Las estadísticas hablan un lenguaje muy claro. A pesar de los miles de millo-nes de inversiones, se puede seguir observando un aumento notorio de la frecuencia de las enfermedades. La enfermedades del sistema cardiovascular, el reumatismo, las alergias, los tumores, etc. siguen proliferando vehementemente. El médico Dr. Schreiner, de Múnich, escribe al respecto: "Las estadísticas sobre las clases de enfermedades, del Instituto Científico de las Cajas Regionales del Seguro General de Enfermedad (AOK) en Bad Godesberg del año 1988 indican, que la frecuencia de las enfermedades sigue subiendo. [...] La estadística so-bre las clases de enfermedades de la AOK hace la comparación entre los casos de los hospitales en los años 1980 y 1988. En todos los sectores, se observa un aumento considerable. Así, las enfermedades psiquiátricas aumentaron en un 50%, las enfer-medades del sistema nervioso y de los órganos sensoriales en un 70%, las enfermeda-des del esqueleto, de los tejidos muscular y conjuntivo hasta en un 90%. Los tumores en un 30%. Las enfermedades de la circulación en un 35 %. Al mismo tiempo, nunca antes en la historia de nuestro país, se dieron tantos servicios médicos por cabeza y por año. Los médicos alemanes prescriben más de 500 millones de recetas por año. Si se las pusiera una sobre otra, alcanzarían para formar una torre de papel que resultaría ser 200 veces más alta que la Catedral de Colonia."·9

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La Medicina se encuentra en una crisis. Aunque hayan éxitos innegables en la lucha contra enfermedades agudas, para la mayoría de los enfermos puede traerles solamen-te alivio, pero ya no la curación. Por otro lado, dispongo de miles de informes acerca de las ayudas y curaciones que sucedieron por seguir las enseñanzas de Bruno Groening. ¿Por qué se llega a esta di-ferencia? ¿Es que quizás la Medicina moderna ha olvidado a Uno, Al que Bruno Groe-ning con sus palabras: "El Médico más grande de toda la humanidad es y siempre será Dios, Nuestro Se-ñor"·10 siempre ponía como punto central, como alma de su obrar? Para tener una explicación más clara a estas preguntas, a continuación quisiera tratar de los acontecimientos en torno a Bruno Groening y a su vida. El milagro de Herford Los acontecimientos de Herford de marzo de 1949 están inseparablemente unidos a la persona de Bruno Groening. En aquel entonces la curación de David Hülsmann, un ni-ño de nueve años que sufría hacía años de atrofia muscular en estado avanzado (una enfermedad incurable, los músculos se debilitan cada vez más, y en algunos casos conduce a la muerte, aún en casos de gente joven). Aquí empezó su obrar en público, el que continúa hasta el día de hoy. El Dr. en filosofía, Kaul escribe en su libro "Das Wunder von Herford" (El milagro de Herford): "Los enfermos y achacosos llegaban por miles a la pequeña ciudad westálica, que abrigaba en sus muros al doctor milagroso. En autobuses, en camiones, en co-ches, en tren y a pie, en vehículos de tracción, a caballo y en bicicleta, en carretas, en sillas de ruedas y en ambulancias, día y noche llegaban masas de gente a Herford, a la Plaza Wilhelm, [...] a la casa número 7, la cual se destaca por la Iglesia Evangélica, en donde Bruno Groening había encontrado abrigo en la casa de un niño curado por él. La miseria humana que se manifestaba aquí era conmovedora y sin límites. [...] De todas las regiones de Alemania llegaban cantidades de gente [...] de todas los niveles y ca-pas sociales, americanos, ingleses, belgas, suizos, suecos, húngaros, polacos e inclu-so gitanos, quienes después de la curación de un niño gitano mudo, acudían allí en masa."·11 Él sigue escribiendo: "Mi informe es conforme a la verdad y solamente se refiere a lo que yo pude ver con mis propios ojos. También investigué lo que se contaba y hablé con curados. Yo mismo estuve entre las masas de los que buscaban ayuda delante de la casa en la Plaza Wil-helm número 7 en Herford. Yo me quedé una noche entera en casa del "doctor mila-groso" y observé muy de cerca todo lo que aquí sucedía. Hablé con curas y con médi-cos. [...] Durante tres días y tres noches viví, trabajé e investigué en Herford y traté de encontrar una respuesta a la pregunta acerca del misterio de Herford, que ahora con-mueve ya a millones de personas."·12 Al final, el Dr. KauI resume sus conclusiones en las palabras siguientes: "Nadie puede negar que Bruno Groening ya sanó a muchos enfermos que hablan sido considerados como incurables. La filosofía escolástica se apresura a aclarar que esto

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no es nada fuera de lo común, en cuanto se trata de enfermedades que tienen su ori-gen en lo psíquico. Pero no dicen nada acerca del por qué la Medicina universitaria tie-ne tan pocos éxitos con este método de tratamiento. ¿O son estos casos tan escasos, que mejor uno se queda completamente callado? De todos modos, el "nuevo método de curar" de Herford merece la atención que se le presta".·13 Las oficinas estatales no podían compartir este entusiasmo. El Ministerio de Salud local admitió que en el mejor de los casos, había alguna influencia en los padecimientos psí-quicos. Poco tiempo después de obrar públicamente en Herford, le prohibieron curar. EI motivo de la prohibición fue la "ley sobre la curación profesional sin tener permiso" llamada brevemente "ley de los sanadores naturistas". Sin embargo, seguían llegando personas en busca de ayuda a Herford y una parte de ellas acampaba varios días de-lante de la casa en la que Bruno Groening se encontraba. En este tiempo le llegaron unas 80.000 cartas y a veces había allí unas 5.000 personas. Algunas veces, las auto-ridades ante tal presión de los sucesos se vieron obligadas a aflojar la prohibición. Por último, Bruno Groening tuvo que abandonar Herford a principios de junio de 1949 y aceptó una invitación a Hamburg. Pero allí, las autoridades tampoco le dieron el permi-so de obrar, ya que ostensiblemente temían una llegada en masa de enfermos. Entonces, la revista "Revue" se dirigió a él y le propuso financiar una verificación cientí-fica de su obrar en la Clínica Universitaria de Heidelberg. Esto le debería allanar el ca-mino hacia los enfermos. Las investigaciones en la sección del famoso médico Prof. von Weizsäcker, orientado hacia la Psicosomática, trajo un buen resultado. Los científi-cos llegaron a la conclusión, de que "Bruno Groening no es ni charlatán, ni hipnotiza-dor, ni doctor milagroso, sino que es un psicoterapeuta no médico con talento".·14 Se confirmaron curaciones a través de él. Sin embargo, no se le entregó ningún certifi-cado. La promesa de abrirle el camino hacia los enfermos no la cumplieron. Ya que en-tretanto en Heidelberg se había amontonado una gran muchedumbre, Bruno Groening aceptó una invitación al Traberhof de Rosenheim. El propietario, el Sr. Harwart, tenía la esperanza de que su cuñada paralítica se sanara y quería ofrecerle a Bruno Groening un lugar tranquilo. Pero cuando la prensa dió a conocer esto, pronto se reunieron más de 30.000 personas en el Traberhof. Aquí también se informó acerca de muchas cura-ciones (ver cap. 4). El gobierno bávaro se mostró al principio benevolente, pero des-pués también le prohibió obrar a Bruno Groening basándose en la "ley de los sanado-res naturistas". Él buscó otras posibilidades, para abrirse un camino hacia los enfermos. Su meta, el abrir un centro de salud, en el que él pueda obrar en colaboración con médicos, fracasó por la oposición de las autoridades. Después de esto trabajó durante algún tiempo con un sanador naturista en su consultorio en Múnich, pero pronto vino el primer proceso (1952). Aunque el fiscal interpuso un recurso de apelación, fue declarado libre del car-go de violación de la "ey de los sanadores naturistas". El tribunal reconoció que la si-tuación jurídica no estaba lo suficientemente clara por la actitud confusa de las autori-dades bávaras, ya que primeramente habían autorizado su obrar. Sin embargo, la prohibición de curar fue confirmada, ya que el obrar de Bruno Groening fue considera-do como una actividad que caía bajo las regulaciones de la ley de los sanadores natu-ristas y que por lo tanto requería un permiso especial por parte de las autoridades competentes (ver cap. 5).

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Bruno Groening se esfuerza ahora en solicitar un permiso ante la Dirección de Salud de Stuttgart, para poder trabajar como sanador naturista (1953). Pero su solicitud fue de-negada con argumentos muy ralos (ver cap. 5). Así, buscó otros caminos para hacerles llegar la ayuda necesaria a las personas en busca de curación, sin la oposición de las autoridades. En el año 1953 fue fundada la "Liga Groening", que debería darle una base legal a su obrar. Bruno Groening hablaba ahora ante las personas en busca de curación dentro de las Comunidades individuales (grupos locales) de la Liga Groening en Alemania y en Austria. Ya que siguieron ocurriendo curaciones, en 1955 se le inició nuevamente un proceso en contra de él. Los trabajos preparatorios para el juicio oral plenario se extendieron hasta 1957. No se llegó a pronunciar sentencia alguna, porque Groening murió el 26.01.59 en París antes de que el proceso finalizara. Muchos de los que esperaban ayuda, desistieron de ella. Por consecuencia, las Comu-nidades se empequeñecieron. Pero aquí empieza lo increíble: las curaciones siguieron sucediendo, tal como él lo había anunciado. Después de una pausa larga, a principios de los años 80, las Comunidades empezaron nuevamente a crecer bajo la dirección de Grete Häusler, quien en 1950 obtuvo curaciones a través de Bruno Groening. Hasta 2001 hay más de 1030 Comunidades en todo el mundo. En toda Europa Occidental y Oriental, en Norteamérica (EE.UU. y Canadá) en Centroamérica, en Sudamérica, en La India, en Japón, en Australia,* etc, y cada vez hay más informes de curaciones increí-bles. En algunos casos tuve la oportunidad de examinarlos y verificarlos detenidamen-te, lo que me permite confirmar sin duda alguna los sucesos increíbles para la Medici-na. Desde que yo me he convencido personalmente que las curaciones en el tiempo actual se basan en hechos, quería saber más sobre Bruno Groening, su persona, su carácter. Por medio de las declaraciones de testigos contemporáneos. con los que pude conver-sar personalmente, de escritos auténticos de Bruno Groening y de sus discursos gra-bados en cinta magnetofónica, me pude formar una imagen viva de su persona. Éste será el tema del próximo capítulo. Capítulo 2° La persona de Bruno Groening Un niño fuera de lo común Bruno Groening nació el 30.05.1906 en Danzig-Oliva y fue el cuarto hijo de siete her-manos. Él mismo escribió en su curriculum vitae sobre su niñez: "Durante mi niñez y juventud, las que pasé en casa de mis padres, me di cuenta más y más de dones especiales que salían de mí y que tenían una influencia tranquilizante en seres humanos y animales. Ya cuando era niño, personas enfermas fueron liberadas de sus molestias por medio de mi presencia, de igual forma, a través de algunas pala-bras mías se calmaban totalmente, si es que habían estado en estado de nerviosismo a causa de peleas o discusiones. Y también cuando era niño aún, pude darme cuenta de

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que animales tímidos o incluso considerados como malos o bravos, se mostraban bue-nos y dóciles conmigo. Por eso, mis relaciones en casa de mis padres eran raras y ti-rantes. Así que pronto busqué cómo independizarme completamente. para salir del cír-culo de incomprensión de parte de mi familia."·1 Ya en el instante de su nacimiento empezó lo excepcional alrededor del niño Bruno. Su madre había tenido siempre partos complicados, pero Bruno vino al mundo, de manera curiosa, sumamente fácil. Poco tiempo después del parto, ella misma se dirigió al bos-que para comunicarle a su marido el nacimiento de su hijo.·2,·3 Sus padres eran católicos muy creyentes. Jamás faltaban a misa, por más cansados que estuvieran el padre o la madre del trabajo diario. Nunca se olvidaron de rezar por las noches con los niños arrodillados delante de la cama. El padre de Bruno Groening era, según escribe E. A. Schmidt, un hombre rudo y sencillo. Trabajaba de albañil y era respetado y buscado como buen trabajador.·4 Kurt, hermano de Bruno nos cuenta de los momentos excepcionales que había vivido con el pequeño Bruno. "Una mañana, yo tenía que poner la mesa para que toda la fa-milia tome el café, pero preferí irme a jugar en lugar de obedecer a mis padres. Bruno lo hizo en mi lugar, sin que nadie se lo haya pedido y así, fue alabado por mis padres. Kurt Groening prosigue: "Me enfadé de tal manera porque Bruno siempre sobresalía por ser el bueno y no sa-biendo como defenderme, agarré la cafetera con el café hirviendo y la vacié sobre la cabeza de Bruno. El se quedó completamente tranquilo. Todos estaban estupefactos por mi mala ac ción. Y otra vez ocurrió algo excepcional: Bruno no mostraba ninguna señal de quemaduras ni en el rostro ni en el cuerpo."·5 La revista "Revue" escribió el 4 de septiembre de 1949 sobre la niñez de Bruno Groe-ning: "Cuando era un niño que apenas podía hablar, aprendió a estar a solas. Salía de su casa y jugaba en la vecindad con animales domésticos. Parecía que se sentía más cerca a ellos que a sus propios hermanos. Cuando aprendió a caminar mejor, descu-brió el gran bosque que se encontraba cerca de la barraca de alquiler donde vivía. Se sumergía en él como si fuera un mundo inmenso lleno de misterio. Pero había aprendi-do una cosa de su madre: a rezar. Y llevaba al bosque la simple fe infantil en la Santí-sima Madre de Dios y en la Creación, que se convirtieron en su mundo. El pequeño se convirtió en un niño raro, como no se había visto nunca uno así entre los niños de los obreros de la calle Ludolfinger. El desaparecía por varios días y nadie sabía de qué vi-vía. En casa de sus padres existía la regla que quien llegaba tarde a comer no recibía nada o solamente lo que había quedado como sobras. Así que Bruno ayunaba varios días seguidos. A veces los vecinos lo observaban echa-do bajo un arbusto mirando minuciosamente el pasto o las hojas. De vez en cuando observaban que él mantenía un curioso y estrecho contacto con ardillas y otros anima-les silvestres. Se le encontraba de cuando en cuando en el cementerio, completamente solo. Algunas veces se le veía allí rezando. […] Una vez lo vió un señor caminando en-simismado detrás de un perro que cojeaba, jugaba con el perro, lo acariciaba. [...] Esto sucedió durante varios días y al final el perro ya no cojeaba. [...] Muchos animales lo seguían. Cuando yacían por enfermedad, se levantaban y se iban con él al bosque."·6

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A menudo, la gente lo encontraba en el bosque y lo traían a casa de sus padres, donde la mayoría de las veces recibía golpes y como castigo lo encerraban en una habitación. Una vez él escribió a este respecto: "Nunca pude llorar por los golpes, ya que no me dolían aunque a veces el cuerpo esta-ba morado y verde por los golpes. De todos modos, el encierro en casa de mis padres no duraba mucho, ya que yo me liberaba frecuentemente de ellos muy rápido. El bos-que y mis amigos, los animales eran tan fuertes, que me atraían cada vez más."·7 Cuando predijo el comienzo de la Primera Guerra Mundial le trajo como consecuencia una sonora bofetada por parte de su padre, pero resultó ser verdad. Su padre hizo una declaración jurada al respecto el 26.06.1949 en Löhne, Westfalia: "Por medio de la presente, yo como padre de mi hijo Bruno Groening declaro bajo ju-ramento que al nacer este niño se hizo notar que iba a ser un niño con cualidades ex-cepcionales. Esto se comprobó también años más tarde. Muchos parientes y conocidos han atestiguado este caso especial. Ya cuando era niño ocurrieron estos casos cuando probaba sus dones en los animales. Entre otras cosas, tomó entre sus manos un reloj que el relojero ya no podía arreglar y el reloj empezó inmediatamente a caminar. Podía hasta predecir acontecimientos especiales: el comienzo y el fin de la guerra 1914 1918. También predijo la muerte de su madre así como también el comienzo de la Se-gunda Guerra Mundial 1939 - 45. También que sus padres y sus hermanos tendrían que abandonar su casa y su ciudad natal después de la capitulación y dónde se esta-blecerían todos después de varios años de errar sin rumbo. Todo esto lo había "visto" con anterioridad y pronosticado. Además tenía un don que le hacía posible liberar a la gente de enfermedades y sufrimientos."·8 Ernst Kuhn, un antiguo vecino de Bruno Groening en Danzig, declaró bajo juramento que: "Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial en el año 1939, el Sr. Groening [...] decla-ró lo siguiente en mi departamento en la calle Magdeburger Strasse 77 en Danzig-Langfuhr: ‘Ernst, la guerra durará un tiempo largo, Polonia se rendirá, lo mismo hará rápidamente Francia. Pero Alemania no se volverá más grande por medio de sus con-quistas sino que se empequeñecerá. Alemania será dividida.’ Entonces me señaló las zonas fronterizas tal como lo son realmente hoy en día. [...] La energía curativa de Bru-no Groening ya la había sentido en los años en que éramos vecinos en Danzig-Langfuhr. Muchas veces me liberó de dolores. Mi esposa Frieda Kohn, nacida Pettke, también lo puede atestiguar, ya que conocía a Bruno desde de nuestra boda en el año 1940."·9 Lo característico en Bruno Groening era que desde su más temprana juventud se sen-tía atraído por las personas enfermas. Ya a los dos años y medio se podía observar es-ta peculiaridad en él. Más tarde él escribe al respecto recordando su infancia: "Del cuerpo de algunos animales desaparecía la enfermedad cuando yo decía muy ba-jito: ‘Querido animalito, tú vas a tener muy rápidamente un cuerpo sano.’ Y así ocurrió. Con los seres humanos es exactamente lo mismo. [...] Así es como siempre fui direc-

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tamente atraído por los enfermos [...] a quienes solamente les repetía: ‘Tú ya no estás enfermo.’ O cuando alguno de ellos decía: ‘Él se va a morir.’ Entonces decía yo breve-mente: ‘¡No, no se va a morir, volverá a sanarse!’ "·10 Más tarde se dió cuenta de que no sólo estaba en condiciones de ayudar a un enfermo sino a varios enfermos a la vez. Es de sorprender que esto no era nada difícil para él y que también la mayoría de las veces tuvo éxito. Pero su obrar quedó limitado solamen-te a un pequeño círculo de personas a causa de las vicisitudes de la guerra.·11 Sus compañeros de juego se asombraban de que aunque lo atacaban a menudo, él nunca respondió a una agresión. Algunas veces, sus hermanos mayores no sabían como reaccionar ante su actitud nada corriente, y ya que él no se defendía, le pegaban. Uno de sus hermanos mayores incluso le partió en dos el hueso de la naríz. Este com-portamiento de sus hermanos continuó hasta que sucedió algo fuera de lo común. Su hermano Kurt informó sobre esto en el año 1954: "Los chicos se peleaban afuera y como veían que Bruno otra vez estaba allí al lado y no quería participar en el mal juego, uno de los chicos enfurecido le dió unas bofetadas solamente porque él nunca se peleaba y era un chico tan raro. Como siempre, Bruno no respondió. Se quedó de pie, tranquilo, sin excitación alguna, esperando. El otro chi-co tuvo que irse a su casa, queriendo o no. En su casa empezó a darse de bofetadas a si mismo y ya no podía dejar de hacerlo. Todos los chicos fueron a verlo y observaron el insólito acontecimiento. El chico empezó a gritar: ‘¡Bruno, ayúdame!’. Bruno entró y el chico se tranquilizó y dejó de darse bofetadas."·12 A partir de esta experiencia, sus hermanos y los chicos del vecindario lo dejaron tran-quilo y ya no le pegaron más. Su hermano se acuerda de otro suceso que deja entrever muy claramente el carácter del joven Bruno. El nos cuenta que en las hambrunas de la Primera Guerra Mundial las reservas de alimentos de la familia Groening se habían agotado y no sabían de donde conseguir algo comestible. El pequeño Bruno salió en su bicicleta y consiguió de los campesinos de una manera milagrosa un par de sacos de las mejores patatas para su familia, que sus hermanos transportaron después a casa. En este tiempo, cuando todos se sentaban a comer juntos, él recién comía recién cuando los otros estaban ya satis-fechos. Aunque de este modo, la mayoría de las veces comía muy poco o no comía nada. Pero sin embargo mostraba un rendimiento corporal asombroso.·13 El estuvo en la escuela primaria y no era ni mal estudiante ni sobresaliente. A menudo era un enigma para sus maestros. Por ejemplo, terminaba de leer las palabras de una oración que el maestro recién había empezado a escribir en la pizarra. Después de la escuela, se dirigía a menudo al bosque cercano donde él pasaba horas y horas hasta el anochecer. En el bosque quería estar cerca de Dios, a Quien se dirigía con todo su anhelo. Como el mismo contaba, experimentaba y vivía a Dios en cada árbol, en cada animal e incluso en cada piedra. Allí podía estar sentado hora tras hora y meditar y esto era para él como si su vida se expandiera hacia el infinito. Bruno Groening contó una vez que cuando era niño, a menudo se corría de la gente, porque él sentía que la vida aquí era terriblemente oscura y sin amor. En su pena, en este tiempo, le pedía a menudo a Dios que lo vuelva a llevar de esta tierra oscura. En-tonces, en el bosque, a través de rezos profundos, se le reveló por qué había sido en-

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viado a este mundo y en qué consistía su misión. Recién cuando él reconoció ésta, pu-do aceptar su destino en la vida. Todo aquel que sigue un camino espiritual y busca a Dios con todo su corazón puede comprender a este niño, como él, obedeciendo a la profunda nostalgia de su alma bus-caba a Dios donde Él vive de la manera más pura: en la soledad y en la paz de la natu-raleza. Una nostalgia tan temprana y consciente de un Espíritu Superior, de Dios, nos muestra la esencia de un alma madura. Estas personas tienen que vivir a menudo con la in-comprensión y la falta de estima de la gente a su alrededor, quienes la mayoría de las veces no tienen acceso a estos sentimientos y anhelos superiores. Como una prueba especial, como una formación interior, la vida de estos seres está a menudo caracteri-zada por una cierta dureza como preparación del alma para una misión posterior. En 1915, a la edad de nueve años, Bruno Groening se enfermó gravemente de disente-ría. El se adelgazó mucho y tuvo fiebre durante semanas. Pero él muy consecuente-mente no quiso estar echado en cama y por último se quedó durmiendo desnudo sobre el suelo durante meses. El médico, Dr. Klinge, que venía a menudo a casa de sus pa-dres lo dió por perdido e incluso recibió los Santos Óleos. Nadie creía que este niño, consumido por la fiebre, se salvaría, pero sin embargo superó la enfermedad como por obra de un milagro y se sanó.·14 Una vida de trabajo muy variada Después de haber terminado la escuela primaria, Bruno Groening empezó un aprendi-zaje comercial. Su padre, de profe sión albañil, desde el principio le tuvo desconfianza a la decisión de su hijo y finalmente impuso su autoridad. Bruno Groening dijo al respecto: "Tuve que abandonar el aprendizaje porque era el deseo de mi padre que aprendiera el oficio de carpintero de construcción. Siguiendo este deseo aprendí carpintería. Habien-do en esta época un desempleo tremendo en Danzig no llegué a hacer un examen fi-nal. Por este motivo tuve que retirarme tres meses antes de terminar el aprendizaje ya que la empresa en la cuál aprendía tuvo que cerrar por falta de pedidos."·15 En 1925, a los 19 años, tuvo la ocasión de instalar una carpintería de obra y de mue-bles y de hacerse independiente. Pudo mantener este negocio durante dos años pero a causa de la mala situación económica en Danzig, se vio obligado a trabajar entre tanto en la construcción. Estuvo en la preparación de maderas, en una fábrica de cajones y en otros trabajos. Seguramente fue indispensable ser muy activo y tener conocimientos para un joven con medios sencillos, el hacerse independiente en la situación de Danzig entre las dos guerras mundiales, aunque después de dos años estuvo obligado a ga-narse el dinero de otra manera. La falta de trabajo de estos tiempos trajo consigo con-tratos de trabajo a corto plazo y prontos despidos cuando surgían estancamientos en el mercado. Al restringir la producción, Bruno Groening fue despedido después de haber trabajado sólo un año en una fábrica de pinturas, ya que había sido uno de los últimos que había sido empleado. Él informó en su curriculum vitae que después del año 1933, la situación era aún más angustiosa para conseguir trabajo porque la situación social en Danzig era peor que en

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el "Reich" alemán y que la mayoría de las empresas eran polacas, de modo que era di-fícil conseguir un empleo siendo alemán. (Danzig fue aislada del "Reich" después de la Primera Guerra Mundial. La comunicación con el "Reich" sólo era posible por territorio polaco). Bruno Groening encontró trabajitos temporales en una fábrica de chocolate, en el puerto y en Correos de Danzig. Hasta su integración al servicio militar en 1943 traba-jó varios años en el montaje de corriente de baja tensión en la empresa "Siemens y Halske". Sus compañeros de trabajo se asombraban por su capacidad y su rapidez. Y muchas veces sabía más que los trabajadores profesionales. Muchos de sus compañeros da-ban testimonio de que todo lo que tocaba le salía bien, ya sea arreglando relojes o apa-ratos de radio o como mecánico. Los trabajos técnicos eran su especialidad. El mismo decía que se empeñaba en hacer los trabajos con interés y amor. Veía en los diferen-tes trabajos que realizaba, una práctica para la vida, una escuela y una preparación pa-ra misiones posteriores. Para él era de interés conocer a las personas en sus diversas labores y situaciones de la vida. El matrimonio amargo Se casó a los 21 años, pero el matrimonio con su mujer Gertrud no le pudo otorgar comprensión ni un hogar, lo que ya le había faltado en casa de sus padres. El y su mu-jer tenían dos caracteres demasiado diferentes. Al comenzar la vida de trabajador se alejó la timidez de la infancia y en su interior era cada vez más fuerte el deseo de ayu-dar a las personas. Los contemporáneos informan que Bruno Groening era una perso-na hospitalaria y que siempre estaba dispuesto a ayudar. Frecuentemente invitaba a los amigos a casa mientras su señora prefería no dejar entrar a nadie en su vivienda. Cuando un colega o un conocido necesitaba ayuda espiritual o corporal, él se olvidaba hasta de sí mismo. Entonces se sentaba a conversar horas y horas con esta persona y se esforzaba en encontrar juntos soluciones para situaciones difíciles. No tenía interés en las típicas diversiones, como ir al cine, ir a los bares, jugar a las cartas, etc. Un testigo de este tiempo relata: "Yo quisiera dejar un testimonio escrito a ustedes. Se trata del señor Bruno Groening. Le conozco desde 1928 en Danzig, mi ciudad natal. Se interesaba ya en aquel enton-ces en cosas espirituales y ayudaba y curaba a la gente. Yo tengo conocimientos de unos 20 casos ocurridos con éxito. [...] También puedo darles muchas pruebas donde Bruno Groening ayudó a criaturas, por ejemplo, en casos de parálisis y otros, cuando no podían oír o ver. En todos los casos tuvo éxito. Nosotros mismos y las personas a las que ayudó estamos frente a un misterio y nos preguntamos: ¿cómo puede ser posi-ble esto? El señor Groening en aquél entonces se ocupaba también de cosas que no tenían nada que ver con esto, sin embargo, quiero nombrarlas aquí. Por ejemplo: maniobraba co-ches y aparatos de radio. Sin que tocara el aparato de radio, éste se apagaba según su deseo. Hizo funcionar de nuevo partes del aparato de radio que verdaderamente esta-ban rotas."·16 Según E. A. Schmidt, existe una declaración jurada del año 1931 sobre una curación. Bruno Groening curó a una mujer gravemente enferma de difteria, a la cuál los médicos habían desahuciado. El señor Schmidt informó: "Cuando él (Bruno Groening) hablaba

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sobre este caso, del que tiene tan buenos recuerdos, su cara se llenó de alegría y dijo: ‘Yo la liberé de la muerte’" y sacando la foto de la joven mujer de su bolsillo, la enseña lleno de felicidad."·17 El señor Max Bruhn de Danzig informa de un acontecimiento especial que le había co-mentado María, la hermana de Bruno Groening. "Conocía a la hermana de Bruno Groening. Tenía una cita en el hospital para operarse. Se debía hacer extirpar la mama por un cáncer. Un día antes de ingresar al hospital, María, se dirigió a Bruno. Le rogó que la ayudara. Él estuvo muy sorprendido al ver que su propia hermana tenía tanta confianza y fé en él y la miró un tiempo. Después dijo: ‘Ve tranquilamente al hospital, ya no veo nada malo en tí. Ella fue al hospital y los mé-dicos no encontraron más rastros de cáncer en ella. La operación fue anulada."·18 Su esposa consideraba sus poderes como manías o caprichos. A ella le faltaba el ac-ceso para comprender que el motivo de su vida era ayudar y curar. Ella temía más que nada el causar escándalo y hacer el ridículo. Así, para ella era muy desagradable que su marido se dedicara a tantos otros seres humanos. Lo quería para ella misma. Una de las pruebas más grandes para él fue que ella alejara a sus hijos, a quienes quería mucho, de sus poderes. Ella no quería dejar a sus hijos a merced de su "brujería"·19, y los protejía de él con todos los medios y los ingresó al hospital sin que él lo supiera. Harald, el hijo mayor falleció a los 9 años, en 1939 por un fallo de una de las válvulas en el corazón. Günther, el más joven, también falleció a los 9 años, en 1949, por una infección de pus en el pecho en la Clínica Universitaria de Marburg. Grete Häusler, una contemporánea de la ciudad de Hennef / Sieg que conocía a Bruno Groening desde 1950, comentaba que él no estaba en condiciones de hablar sobre el destino de sus hijos hasta 1955. Cuando contaba a sus amigos de confianza sobre lo ocurrido le corrían las lágrimas por sus mejillas. En 1949, cuando comenzó el obrar de Bruno Groening en público, tuvo que dejar a su esposa porque ella no cambiaba su actitud negativa con respecto a sus acciones e in-cluso quería prohibirle que curara. El matrimonio se divorció en mayo de 1955. Guerra y prisión En 1943, a los 35 años, Bruno Groening fue llamado al ejército. A causa de su ideolo-gía de nunca devolver un golpe ni de matar a nadie, fruto de sus raíces religiosas tan profundas, tuvo puntos de conflicto y casi tuvo que presentarse delante de un tribunal militar. Finalmente fue enviado al frente. Se puede comprobar posteriormente muy bien que pronosticó su propio destino en relación con la Segunda Guerra Mundial con bas-tante exactitud.·20 Fue enviado a la sección central y noroeste del frente oriental, y en diciembre de 1943 fue herido por primera vez por una esquirla de granada que le atravesó el muslo iz-quierdo superficialmente. En febrero de 1944 le hirieron por segunda vez en el muslo de la pierna derecha. Después de curarse, a principios de 1945, fue de nuevo con las tropas al frente. El 5 de marzo del mismo año fue capturado por los rusos en Hammers-tein (Pommern) y hecho prisionero de guerra. En mayo de 1945 le transportaron a un campo de prisioneros en Petrozawodsk. En los campos rusos curaba a los prisioneros que sufrían de hidropesía de forma increíble. Aquí también, el querer ayudar a otros se-res, le condujo a conflictos. Él nunca se calló frente a las autoridades para lograr mejo-res condiciones de vida y por lo tanto era conocido por los rusos como rebelde. Una

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vez más, fue salvado de la muerte por poco, ya que algunos oficiales rusos estaban a favor de él y lo salvaron del fusilamiento. A finales de 1945 se realizó la excarcelación. El transporte de regreso en vagones para el ganado exigió de los soldados prisioneros esfuerzos imposibles. Uno de ellos comentó después, que se rompieron todas las fron-teras de la humanidad y que el espíritu de compañerismo entre los soldados fue reem-plazado por una lucha brutal por sobrevivir. Él había conocido a Bruno Groening en es-te transporte de regreso y estuvo algún tiempo junto a él. Bruno Groening destacaba entre los demás soldados porque era diferente en su manera de actuar. Se comportó en medio de este caos, entre lamentos, con una calma indescriptible y siguió siendo humano a pesar de todo. Por esto le propuso que le acompañara a su pueblo natal en Baviera pero Bruno deseaba ir primero al noroeste para buscar a su familia. Obviamen-te ya sabía de su futuro camino en público en los próximos años. Al separarse los dos, Bruno dijo: "Visítame cuando leas mucho sobre mí en los periódicos dentro de algunos años". Siguieron los tiempos difíciles de la postguerra. Bruno Groening llegó con un camarada de guerra a Haigerselbach en la región Dillkreis. Allí el alcalde le dio a él y a su compa-ñero un alojamiento pequeño. Se esforzó por acumular lo más necesario trabajando en cualquier oficio con los campesinos de los pueblos cercanos y en los ayuntamientos para poder sobrevivir. Por su carácter humilde, de no exigir nada y de estar satisfecho con todo y por su habilidad en el trabajo se hizo querer entre la gente. Sus actividades llevaron consigo muchos contactos con los paisanos. Para aliviar las penas creó junto con otros refugiados la institución "Ayuda para los Expulsados". Con perseverancia tra-bajó para esta meta y con el esfuerzo común se pudieron establecer representaciones locales. Este trabajo le llevó frecuentemente a Dillenburg. Allí recibió poco tiempo des-pués otra tarea en la Comisión de Viviendas de la región tratando de ayudar en todo lo que podía. Algún tiempo más tarde encontró a su esposa y la llevó al campo de refu-giados de la región Dillkreis. Luego se mudó a un alojamiento para refugiados, a una buhardilla ampliada en Dillenburg. Erich K., hoy en día médico naturista en S., conoció a Bruno Groening en esta época e informa según sus recuerdos: "Este hombre me fascinaba. Con él se podía hablar sobre cosas que no se podían hablar con ninguna otra persona. Había siempre algo muy suyo en su vivienda. Aunque no había nada, cualquiera que venía a verlo recibía un plato de sopa, aunque esta sopa estaba hecha de forma muy sencilla, de algún cereal. Esto era algo típico de él. No había nada, teníamos apenas pan para comer y nos iba mal. Pero esto era típico, cada persona que venía recibía un plato de sopa."·21 A través de sus actividades, Bruno Groening se relacionaba con mucha gente y de nuevo ocurrieron curaciones. Cada día le lla maban nuevos enfermos. Le rogaban que pasara por sus casas. Hasta que el 14.03.1949 llegó a Herford a petición de la familia Hülsmann. El éxito de la curación del hijo, Dieter Hülsmann, que sufría de atrofia mus-cular y estaba postrado en cama, fue publicado por el padre. Así, de pronto empezaron a reunirse cada vez más gente necesitada frente a la casa de la familia Hülsmann en la calle Wilhelmplatz N° 7. Bruno Groening hablaba a la muchedumbre sobre Dios y sus palabras producían milagros: los dolores desaparecían, los ciegos veían, los paralíticos caminaban y tiraban sus muletas. Pronto no sólo venían de los alrededores sino de otras regiones alemanas y del extranjero con la esperanza de recobrar la salud.

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"Yo sólo soy un humilde siervo de Dios" Bruno Groening era una persona que vivía totalmente según su corazón. No había leí-do libros. Sus conocimientos le llegaron de una Fuente Superior. Él confiaba en su in-tuición para todo lo que hizo. Ya en la guerra le ocurrió tantas veces que siguiendo esta intuición abandonaba la posición en la que se encontraba y momentos después explo-taba una granada. Esta aptitud espiritual marcó toda su vida. El no seguía órdenes de personas, sino que se dejaba dirigir incondicionalmente por esta fuente a la cual tenía acceso por su profunda religiosidad e inspiración. Las curaciones que ocurrieron a tra-vés de él están todas basadas en una nueva introducción a la fe en Dios y en una nue-va orientación interior de los curados (ver cap. 3). Él no se consideró propiamente sa-nador, sino que quería explicar las leyes superiores de la vida. Quería llevar a los sufri-dos otra vez a la fé en Dios que es el médico más grande de toda la humanidad. La vo-luntad de dar marcha atrás, la voluntad de hacer lo bueno y el deseo de acoger nue-vamente la fé en Dios eran para él el principio fundamental para las curaciones. A la vez negaba las influencias que ponían restricciones a la libre voluntad de los seres humanos: "Puedo ayudar a una persona a encontrar el camino hacia el bien, pero no puedo influir en su decisión ni obligarla a hacer el bien. Cada uno debe encontrar el camino por sí mismo."·22 Por este motivo, detestaba las técnicas de sugestión y la hipnosis. Sus discursos estaban marcados por la sencillez y la sinceridad de su persona. De forma clara y con pocas palabras transmitía a sus oyentes las relaciones fundamenta-les entre la salud y la enfermedad. Sus palabras no necesitaban las deformaciones de la retórica. En ellas había una energia que surtía un efecto infalible en las personas. Esto lo demuestra una gran cantidad de informes sobre curaciones. Uno podía sentir que todo lo que decía en sus discursos, lo habla vivido personalmente. Cuando se pre-sentó en Herford en público, a los 43 años, se apreciaba a través de su experiencia que ya había comenzado desde su niñez con una insaciable búsqueda interior de Dios. Él no hablaba como hombre de estudios, pero sí como sabio. En el tiempo de su obrar, la prensa daba una imagen de él muy contradictoria. Unos le veían como un enviado de Dios y otros como un charlatán. E. A. Schmidt quería hacer-se una imagen clara de él en un contacto personal y fue a verlo a Herford a su domicilio en la calle Wilhelmsplatz N° 7 poco después que fuera conocido públicamente. El describió el encuentro así: "Atravesando la muchedumbre encontramos un camino que daba a una puerta trasera que no estaba cerrada. Estábamos ante la puerta de la casa. Adentro se abrían y se cerraban puertas, personas iban y venían dentro de la vivienda de una habitación a otra. Sólo al escucharse el timbre tres veces se abrió la entrada principal. Era Bruno Groening en persona el que estaba delante de mí. Un hombre recio y fuerte, de 1.70 metros de altura, vestido sencillamente, sin chaqueta, con una camisa azul oscura y un pantalón largo del mismo color. Tenía un rostro fuertemente marcado, cabello largo, de ondulado natural. En este rostro el destino había dejado sus huellas; este hombre de-bía de haber pasado por todos los altibajos. estaba delante de mí abiertamente, no lle-vaba ninguna barba que le diera un aspecto extraño o místico como habían informado

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los reportajes de la prensa. Sus ojos me estaban mirando. Reflejaban bondad y una honda comprensión humana."·23 Los mismos motivos llevaron al Dr. Kaul a la calle de Wilhelmsplatz N° 7. Él quería convencerse personalmente, ya que los informes de la prensa despertaron su interés. Escribió sobre "la persona de Bruno Groening": "Quien está frente a este hombre por primera vez, jamás tendrá la sensación de estar delante de un desconocido. Al contrario, una persona encuentra inmediatamente una comunicación con esta personalidad singular. [...] Su tez morena y su cara delgada con sus enérgicas arrugas reflejaba bondad y mostraba un rasgo de tristeza. Lo observé en seguida en conversaciones con enfermos y siempre tuve la sensación de que interior-mente llorara por estas desgracias y angustias humanas que se le presentaban. Bruno Groening es un hombre del pueblo. La vanidad le es tan desconocida como la picardía. Su fama hizo que su nombre se conociera dentro de poco tiempo no solamente en Alemania, sino también más allá de las fronteras. Sin embargo, esto no hizo que se comportara como una estrella o un personaje. Tuve la ocasión de estar con él durante algunas horas y de escuchar algo sobre su vida. Normalmente era una persona silenciosa. No le gustaba que lo saturaran con pregun-tas; es conveniente dejarlo que hable solo. Muchas veces parece que supiera lo que uno le iba a preguntar y tocaba inmediatamente el tema en su discurso. Seguidamente hablaba consigo mismo, como si hubiera olvidado a su interlocutor. Su mirada está fija-da a lo lejos. Apenas tiene necesidades personales, aparte de cigarrillos y café. Su ves-timenta es sencilla y humilde. Vive en la casa de los padres agradecidos cuyo hijo, ya desahuciado, fue curado por él. Ahora está jugando alegremente en el jardín. También cuidaban de él (de Bruno), y la señora Hülsmann tenía que usar muchas tácticas para convencerle de que comiera. "El no come casi nada y está ya más de tres meses casi sin dormir. [...] Todos en casa me aseguran este hecho". Pude convencerme de que Bruno Groening no aceptaba ni pedía dinero por sus curaciones. Diariamente el cartero traía más de 2.000 cartas, más de cien cartas certificadas, más de 300 telegramas y verdaderas montañas de paque-tes. El ordenó estrictamente devolver a los remitentes el dinero de las cartas y los pa-quetes."·24 Las observaciones de los testigos de aquel tiempo dejan ver claramente que Bruno Groening era fiel a sí mismo, aún estando ante las miras del público. No deseaba de ninguna manera destacar como médico milagroso o algo parecido. Detestaba honda-mente los títulos superficiales de los diarios sensacionalistas. "No debo destacar" subrayaba constantemente "pero tengo que seguir mi destino, me lleve adónde me lleve".·25 La necesidad de ayudar a los demás lo hacía obrar en la época de Herford durante día y noche. Se veía como "un humilde siervo de Dios" y quería que los hombres tuvieran acceso a la energía curativa divina a través de sus palabras. Se sintió como intermedia-rio o canal para estas energías. Siempre aclaraba que no era él, el que realizaba la cu-ración, sino que era "ella" la Energía Divina. Cuanto más numerosa era la muchedum-bre, tanto más podía transmitir de esa energía curativa y tanto más feliz y contento se sentía. Cuando podía curar sin reparos, estas energías le llenaban de tal manera que

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no sentía ni hambre ni sueño. Estos hechos fueron confirmados repetidamente por dife-rentes fuentes. Su ideología hondamente religiosa, le prohibía aceptar algo material por los servicios de curación. El decía que perdería sus dones si los usaba de manera indebida o bene-ficiándose él mismo. Veía en la curación un regalo de Dios, una misericordia que no precisaba un pago sino más bien un retroceso interior hacia la fe y el amor. Lo poco que necesitaba se lo traían los amigos y de esto regalaba la mitad. En todas partes te-nía las casas abiertas y se pugnaban por recibirlo. El Superior del Círculo Eclesiástico de Herford, el señor Kunst, opinó sobre él después de varios contactos personales, ya que había una gran demanda pública. Explica algunos extractos: "No quiero manifestarme sobre él definitivamente por respeto a los esfuerzos de los médicos, pero quiero informar de cuáles fueron mis preguntas principales hacía él con respecto a la Santa Escritura. Conversé con el señor Groening sobre la Primera Carta de San Juan, Cap. 4, Vers. 1-6 y él me dió una clara respuesta al respecto. Pero lo más importante para mí fue cuando en una conferencia de prensa citaba ingenuamente un rezo infantil alemán y a todos los presentes les hablaba de Jesús. [...] No tengo ningún motivo para creer que el señor Groening desee enriquecerse a través de sus cualida-des, además me aseguró que quería seguir siendo pobre. Por fuentes fiables sé que le han sido ofrecidas sumas importantes si curaba a personas ricas. Sé que él rechazó ta-les propuestas".·26 A pesar o quizás a causa de la gran resonancia, que llevó consigo el obrar de Bruno Groening en público, aumentó la oposición contra él en ciertos círculos. Su aparición en Herford movía una masa de miles y miles de seres humanos. Más de un millón de car-tas le llegaron en los primeros años de su obrar.·27 La miseria de la época se mostraba en toda su fatal dimensión. Muchos buscaban llegar a su lado para sacar dinero de esta situación. Muchas perso-nas que lograron introducirse en su alrededor abusaron de su nombre para fines per-sonales. La profunda incomprensión y el rechazo prejuzgado respecto a la curación por el camino espiritual en muchos círculos académicos y sobre todo en los influyentes cír-culos médicos hizo de las suyas para terminar con la obra de Bruno Groening. Se for-mó una cruda lucha que se manifestó en informaciones tendenciosas de la prensa y numerosos procesos. Ante el público, se trataba de discriminarle con todos los medios a este hombre y a sus curaciones. Al principio se conformaron con desacreditar su obrar como una forma de sugestión - que era objetivamente falsa - en vista de curacio-nes obviamente orgánicas como por ejemplo las de los mutilados de la guerra. Más tarde llegaron a menudo denuncias personales que se expandieron en los periódicos, agrandadas de tal manera que, a aquéllos que no tenían la posibilidad de conocerlo personalmente, les fue muy difícil tener fe en la integridad de sus deseos. Sorprende siempre de nuevo, con qué poder la prensa - ante el público -puede decidir sobre el bienestar de una persona individual. Los reportajes no tenían reparos en in-formar de manera burlona y maliciosa sin guardar distancia alguna y al mismo tiempo refleja el grito del espíritu dominante de la época que con la imagen engañosa del ma-terialismo ateo y sin espíritu le había cortado a la humanidad la unión con el remedio universal, con la fuente interior de vida. Pero, sin embargo, las palabras convencidas

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de Bruno Groening sobre Dios como el médico más grande de todos los hombres, con-firmadas por las curaciones ocurridas, tocó el punto más sensible de esta concepción del mundo. Las legiones de los sufridos Quien observa más detalladamente el camino de Bruno Groening en público, notará la impresionante perseverancia de su actuar. A pesar de todas las resistencias, este hombre estaba firmemente dispuesto a crear una base estable para un obrar ordenado. Consideraba que su misión era crear un fundamento resistente que diera a los seres humanos la posibilidad de encontrar acceso a la energía curativa divina, también cuan-do él ya no estuviera en esta tierra. Pero la prensa hambrienta de sensaciones y un aparato estatal inflexible le dificultaron enormemente el alcanzar esta meta en los años en que obró. Se encontró frente a una avalancha de gente, sin ninguna ayuda por parte de las auto-ridades. En Herford eran unas 5.000 personas (en el lapso de marzo a junio del año 1949) que llegaban diariamente a la calle Wilhelmsplatz N° 7, esperando su ayuda. Al-go más tarde, desde finales de agosto hasta mediados de septiembre de 1949 se mul-tiplicó por seis la multitud en la granja del "Traberhof" (un antiguo criadero de caballos cerca de la ciudad de Rosenheim, cuyo dueño se lo puso a su disposición). Pero esto no era todo: en Herford le llegaban pedidos de auxilio desde la región del Rin y alrededores. Más de una vez habló frente a grandes multitudes en Viersen. Además hacía visitas privadas a personas que, en medio de sus sufrimientos, le habían pedido una palabra de ayuda. Lo mismo ocurrió en el criadero de caballos de Rosenheim, desde donde viajaba hasta el norte de Alemania a petición de los necesitados. Repetidamente, los testigos presénciales se emocionaban profundamente por las in-tensas expresiones de fé en Dios en los rostros de los miles de personas en busca de ayuda, una fé que Bruno Groening había despertado otra vez en ellos. Muchos comen-zaron a rezar por primera vez desde hacia tiempo. Frecuentemente, esta fé renacida unía a las masas enteras y espontáneamente cantaban en coro. Las reacciones de las autoridades y médicos oficiales eran de una contradicción crasa frente a todo esto. Desde el comienzo de su obrar, Bruno Groening hizo todo lo posible por trabajar junto con las autoridades. Sin embargo, después de algunas conversaciones en Herford no se llegó a ningún acuerdo y a principios de mayo de 1949 le prohibieron actuar El Superior ya nombrado del Círculo Eclesiástico local se expresó sobre la situación en Herford en este tiempo: "Cuando llegó Bruno Groening a Herford en 1949, dentro de poco tiempo, por toda la ciudad y alrededores corrían rumores sobre los éxitos de sus curaciones, la prensa lo-cal [...] publicaba reportajes detallados. Los representantes de la prensa me pusieron en contacto con Bruno Groening - en aquél tiempo yo era superior del Círculo Eclesiás-tico de Herford. Él estuvo en mi casa más de una vez para conversar. Los aconteci-mientos eran cada semana más tumultuosos. Miles y miles de personas de Alemania y del extranjero venían donde Bruno Groening para buscar ayuda. Cuando el alcalde de la ciudad de Herford quiso prohibirle obrar, corría el peligro de que el ayuntamiento

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pueda ser invadido por los miles de personas excitadas. Se formó una comisión inves-tigadora formada por el alcalde Meister de Herford, el profesor Schorsch de Bethel, y los consejeros de salud correspondientes de la administración gubernamental de Det-mold. Durante algún tiempo fui presidente de esta comisión. La comisión tomaba su trabajo muy en serio, así que realizaba conversaciones, tanto con el Sr. Groening como con personas curadas. Las discusiones con el Sr. Groening fueron poco productivas porque los médicos le hablaban en términos médicos y académicos. Allí comprobaron que Bruno Groening no auscultaba a ninguna persona que iba a pedirle ayuda. Yo perso-nalmente no conozco ningún caso en el cual haya auscultado a alguien corporalmente. Nunca he escuchado que él haya tratado de convencer a un enfermo de renunciar a la ayuda de un médico especialista. Tampoco recetaba ningún medicamento."·28 Bruno Groening siguió luchando por el permiso de curar hasta sus últimos días diez años más tarde. Él, cuyo obrar era más bien el trabajo de un sacerdote que el de un médico o naturópa-ta, iba por cualquier camino posible para poder seguir ayudando, sin que se lo impidie-ran la policía o los jueces. También se puso a la disposición de una comisión investigadora en Heidelberg, la cual obtuvo resultados positivos al examinar las curaciones obtenidas a través de él, pero esto tampoco le pudo allanar el camino. Durante años hizo esfuerzos para fundar cen-tros curativos. En ellos quería realizar, junto con los médicos, unas investigaciones científicas y ordenadas de las curaciones comprobando auscultaciones y exámenes clínicos anteriores y posteriores. Pero esto fracasó por los intereses materialistas de los negociantes y por la oposición de las autoridades. Y aunque Bruno Groening estaba convencido de que sus métodos curativos no tenían nada que ver con los métodos co-munes, estaba decidido a cumplir con los reglamentos para naturópatas o sanadores naturistas y a hacer el examen. Pero se lo denegaron. Era necesaria una fuerza de voluntad extraordinariamente grande para no desesperar-se en este camino. Además apenas encontraba apoyo en la prensa. Al contrario, frente a los reportajes en la mayor parte negativos de potentes órganos de la prensa y frente a la actitud negativa de las organizaciones médicas, así como de muchos círculos eclesiásticos había muy pocos periodistas que estaban dispuestos a ofrecer a los lectores una imagen positiva de Bruno Groening basada en comprobaciones personales. En la mayoría de los casos se restringían a copiar artículos negativos. Así evitaban conflictos con los círculos auto-ritarios y dominantes de la sociedad. Pero es interesante observar que los periodistas que llegaron a hacerse una imagen propia de él, veían las cosas de una manera total-mente diferente. Un ejemplo de esto es el reportaje a principios de los años 50, en la revista "Das offene Wort" ("La palabra abierta" diario independiente sobre preguntas actuales y tolerancia. Editorial PAD, Múnich). El periodista explicaba al lector su opinión en un reportaje titulado: "Groening [...] como él realmente es"

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Él reconoció los esfuerzos y las dificultades en su camino hacia un actuar libre y le te-nía gran admiración por la fortaleza con que había rechazado varias ofertas lucrativas del extranjero y que seguía obrando en Alemania a pesar de todas las dificultades para poder ayudar a los seres abatidos por la guerra que necesitaban tanta ayuda. Para el autor era un personaje y lo respetaba por su sinceridad y su resolución de seguir una vocación interior, aunque trataban de ponerle trabas con "reportajes intrigantes nada serios" y con "prohibiciones y obstáculos estatales". Él lo describía como un hombre de "gran bondad humana y sacrificio por su vocación de curar a los seres humanos". Se-gún su opinión, Bruno Groening superó los límites de los conocimientos empíricos has-ta ahora conocidos. Su meta era: "ayudar a los seres humanos y guiarlos hacia el ca-mino de la renovación interior". Su resumen era que de toda teoría primero "se ríen, luego la combaten y por último la consideran normal". Finalmente comenta: "la experiencia nos enseña que esto es así y que nosotros, los humanos, somos siempre intolerantes y que nunca aprendemos de ello". A pesar de todas las dificultades, Bruno Groening no aceptaba dinero por las curacio-nes. Por otro lado, dedicaba todo su tiempo y sus fuerzas a las personas en busca de ayuda en toda Alemania y Austria por lo cual no podía ejercer ninguna profesión. No pudo prescindir de la hospitalidad y de la ayuda voluntaria de otras personas. Los pro-cesos judiciales le causaron también grandes dificultades económicas. Su actuar puramente intuitivo, muchas veces era incomprensible para el intelecto que trabaja exclusivamente de acuerdo con las leyes de la lógica. Algunas veces permitió que se acercaran a él personas que bajo el pretexto de querer ayudar, obviamente sólo querían hacer un buen negocio con él. En parte se entregó a ellas hasta cierto grado y los dejaba actuar algún tiempo. Si después de algún tiempo seguían no queriendo cambiar hacia el bien, y si en vista de los conmovedores acontecimientos que ocurrían cerca de él no se alejaban voluntariamente de sus planes financieros propios y si no re-trocedían interiormente, entonces ponía a descubierto sus maniobras y muchas veces siguieron largos procesos judiciales. Ex-ayudantes se convirtieron en enemigos fieros que al revelar "intimidades" sobre su persona supieron cómo ponerlo en mal lugar ante el público. Aunque algunos de ellos le metían muchos palos, nunca hablaba mal de ellos. Al contrario, a algunos que le hacían daños enormes, les dió una segunda opor-tunidad a su lado cuando se lo pedían. (ver cap. 5). Este comportamiento insólito es comprensible cuando se nos pone en claro que la cu-ración por el camino espiritual es un proceso de gran sensibilidad que puede ser inte-rrumpido fácilmente por irradiaciones espirituales contrarias. Así, una persona que piensa de forma muy negativa puede impedir el obrar de las energías curativas sólo con estos pensamientos y más aún, al pronunciarlos con palabras perturbantes. Las personas alrededor de Bruno Groening, en la mayoría de los casos le eran desconoci-das, por lo tanto sus reacciones eran más que nada consecuencia de su sensibilidad excepcional. También daba una negativa sin compromiso, cuando algunos necesitados querían comprar la salud ofreciéndole dinero. E. A. Schmidt informa de tal caso en su libro: "A este nivel corresponde mencionar que cuando llega un señor rico, ofreciéndole 5.000 marcos y más, como sucedió repetidamente que gente adinerada se dirigía hacia

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él, pidiendo ayuda. En este momento uno siente y ve claramente que Bruno Groening se corta visiblemente y esto no sólo lo veía la gente alrededor de él sino también los que no estaban en el tema. La comunicación se cortó y dijo con un gesto de rechazo: ‘Yo no vendo salud‘. Se dio la vuelta y nosotros, los ayudantes, tuvimos la tarea des-agradable de despedir a estos necesitados. En otro caso presencié lo siguiente: Groe-ning se sentó frente a la persona en cuestión y dijo: ‘Sé que usted es un hombre adine-rado, pero sé también que no adquirió su fortuna por el camino sincero. Se ha aprove-chado de sus empleados y así ha acumulado fortuna y dinero‘. Esa persona se puso nerviosa y se movía en la silla de un lado a otro. Se enrojeció; no se veía si era de ver-güenza o de rabia y finalmente se levantó y salió calladamente de la habitación".·29 Un caso parecido pudo observar el Dr. Kurt Trampler: "Mas que una vez presencié como necesitados le ofrecían dinero y los rechazaba brus-camente."·30 A pesar de todas las oposiciones ya mencionadas, Bruno Groening pudo lograr su me-ta propuesta. En 1953 fundó la organización "Liga Groening" para poder realizar confe-rencias para los necesitados, bajo la protección de una asociación, en diferentes ciuda-des. Se crearon comunidades, donde los curados agradecidos aclaraban y ayudaban voluntariamente a los nuevos necesitados en su ausencia. Él mismo aseguró a menudo que para la curación no era necesaria su presencia: "Cada curado puede seguir transmitiendo la curación", dijo y esto lo demuestra impre-sionantemente la gran cantidad de informes sobre curaciones, ocurridas en las comu-nidades en su ausencia. En 1955 se casó nuevamente ya que no pudo restablecer la relación con su primera esposa a pesar de todos sus esfuerzos. Su segunda mujer, Josette era francesa. Ella lo ayudaba en todo lo posible para la creación de más comunidades. Poco tiempo después de la creación de la "Liga Groening" se inició el "Gran Proceso" contra él. Con este proceso deseaban terminar de una vez por todas con su obrar. Para él empezó la época mas difícil de su vida. Los ataques de la prensa alcanzaron en este tiempo su punto culminante. Muchos de los que ofrecieron su ayuda para asesorar a las nuevas personas en busca de ayuda, en las comunidades de Alemania y Austria tu-vieron que someterse a interrogatorios policiales. Querían amedrentarlos con la ame-naza de llevarlos también ante un tribunal por "practicar la naturopatía o curación natu-rista sin permiso". Nunca se llegó a tal punto, sin embargo, estas amenazas dejaban huellas en algunos. En estos años, Bruno Groening se esforzó incansablemente - paralelamente a los mu-chos preparativos para el proceso - en afianzar las comunidades recién fundadas, las cuales eran atacadas duramente por la opinión pública. Pero su trabajo estuvo muy li-mitado por las necesidades económicas. Una testigo contemporánea informó muy impresionada que en tiempos de la mayor exigencia seguía manteniendo una tranquilidad y paciencia inexplicables y su humor muy típico de él. Lo pudo observar también durante los debates judiciales del último proceso aún cuando eran muy graves para él. Al acercarme hacia él en un descanso me sonrió de forma amplia como diciendo: "Ya se sabe que no se come nada tan ca-liente como se cuece".·31

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Bruno Groening falleció en enero de 1959, por lo cuál fue suspendido el proceso sin haber llegado a un veredicto final. Después se vió que había tenido razón ocupándose de la creación de una base sólida que ofrecía a los necesitados la posibilidad de recibir curaciones aunque él ya no estuviera en la tierra. Las curaciones siguen ocurriendo también después de su muerte. "Él amaba verdaderamente a Dios" En los decenios de su lucha interior antes de su obrar en público, Bruno Groening había dejado crecer dentro de sí un rasgo que hoy en día le falta a la mayoría de los seres humanos. Katharina Dichtl (82 años), naturópata de M., pudo observarlo desde muy cerca durante algunos meses cuando comenzó su obrar. Ella describió esta característica de su ser muy brevemente: "...él amaba verdaderamente a Dios".·32 De este amor a Dios creció en su interior un gran amor al prójimo, algo poco común en nuestra época de frialdad de sentimientos. La Sra. Dichtl pudo observar una y otra vez con qué amor se dirigía a los necesitados, sobre todo cuando se trataba de niños. Él los quería muy profundamente y la Sra. Dichtl pudo presenciar curaciones espontá-neas. Inge Thiede de F., me contó personalmente algo parecido sobre él. Ella había tenido contacto con Bruno Groening durante años y cuenta que él reflejaba algo que no había sentido en ninguna otra persona en su vida. Es difícil de explicar, pero uno podía sentir que de él irradiaba un amor y una comprensión profundos especialmente para con los enfermos. Y uno, sin poderlo evitar, acogía este amor que irradiaba de él, porque ya no quedaba más remedio que quererlo. "Pero era otra clase de amor del que existe entre hombre y mujer". Se lo podría deno-minar como "amor espiritual". Y seguidamente prosiguió: "Es un sentimiento que entra hasta el fondo del alma, una fuerte sensación de felicidad y de paz interior que no se puede expresar con palabras. Este sentimiento de amor no sólo lo sentía yo en su cer-canía, sino también muchas otras personas. Tanto hombres como mujeres."·33 De modo parecido se expresan Christa y Werner Hasse de S. sobre él. También infor-man de un gran sentimiento de amor, de paz y de fuerza que les llenaba al estar junto a Bruno Groening. Él les había visitado a menudo. Algo irradiaba de él. También pudie-ron observar que cuando él habia estado en la casa por varios días, no se sentían can-sados aunque hablan tenido pocas ocasiones para dormir y para su asombro, tampoco sentían hambre.·34 Christa Pohl (55 años) de G. describía este amor que sentían ella y otras personas cuando estaban cerca de Bruno Groening también como "amor espiritual". En los dis-cursos de la comunidad de Springe que frecuentaba ella, Bruno Groening hablaba mu-cho sobre el amor a los seres humanos, a las plantas y a los animales. Ella tenía la im-presión de que el amor era lo más importante para él. Durante los discursos sentía paz y tranquilidad y una sensación de bienestar que no se podía explicar con palabras.

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"Uno tiene que vivir estas sensaciones en sí mismo, para poder hacerse una idea de algo tan indescriptible" dijo Christa Pohl.·35 Ya sea en las ciudades de Husum, Hamelín o Herford, en el lago de Constanza, en Múnich o en cualquier otro lugar de Alemania o Austria, las personas que tuvieron la oportunidad de conocer a Bruno Groening en vida hablan de él, como yo mismo me pude convencer, con un respeto sin tapujos. Los testigos presénciales siempre decla-ran que había algo especial en él, sin que pudieran explicar esa sensación. Aparte de los conceptos arriba mencionados, había algunos que contaban de la sensación de una luz fuerte y de una energía enorme que salía de él. Otros sentían un bienestar inexpli-cable, vivían una alegría grande y una liviandad excepcional cuando estaban junto a él. "Yo no soy nada más que un ser humano que ha permanecido natural" Bruno Groening mantuvo durante toda su vida la comunicación con la naturaleza, que había tenido desde niño. El mar y las montañas lo atraían con toda fuerza y muy a me-nudo se quedaba durante mucho tiempo inmóvil, captando impresiones. Con cuidado se acercaba a las plantas y a los animales. No se atrevía a cortar una flor. Por muchas conversaciones con contemporáneos pude llegar a la conclusión de que de él nacía un gran respeto por todo lo que tiene vida porque sentía a Dios en todo. En esto no seguía ningún rito. Su comportamiento no parecía obligado, se podía sentir que esta manera de ser correspondía a su persona. Siendo adulto había guardado algunas características de niño, las cuáles se mostraban especialmente claras en su carácter abierto sin complicaciones y en su marcada aptitud de inspirar confianza. Bruno Groening dijo una vez: "Soy y seguiré siendo niño [...], yo no cambiaré, ¡no! y todos y cada uno de ustedes pueden creer lo que quieran. Soy y seguiré siendo un hijo de Dios, nada más. No soy nada creído, ¡no! tampoco soy cobarde para decirlo, porque yo sé que soy un niño. Pe-ro muchas personas ya no son hijos porque son adultos."·36 Podía alegrarse como un niño sobre las cosas pequeñas de la vida. Por ejemplo, una sopa de patatas que le gustaba tanto le daba una alegría tremenda. Tratando con él, uno no parecía estar frente a un ser ajeno al mundo, al contrario, uno podía conversar con él como con cualquier otra persona, y en esto nunca faltaba su humor. Podía reír alegremente aunque en general más bien era un hombre serio y silencioso. A menudo, se reunía después de sus discursos con las personas de confianza en pri-vado. A través de sus palabras se enteraban los presentes de muchas cosas sobre la existencia del reino del más allá y les contestaba a algunas preguntas - que quedaron sin pronunciar - sobre Dios y los secretos de la vida. Estas reuniones duraban a veces hasta el amanecer. Christa Pohl estuvo varias veces en Springe hasta la madrugada: Ella comentó acerca de una vivencia especial al final en una de estas noches. La reu-nión duró hasta las seis de la madrugada y después tuvo que viajar a Hannover para trabajar. Bruno le dijo al despedirse que podía ir a trabajar sin preocupaciones y que pasaría el día sin cansancio. Éste fue el caso hasta las 15 h cuando de pronto sintió un

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cansancio grande. En pensamientos se dirigió a Bruno Groening y le recordó su pro-mesa. En ese mismo momento se sintió totalmente despierta. Después del trabajo vol-vió a Springe. Allí la recibió él y antes de que pudiera decir algo le dijo sonriendo: "¿Cómo fue a eso de las 3 de la tarde?" Él obviamente sabía lo que ella había pensado en aquel momento en la lejana Hannover.·37 Otra contemporánea que tuvo contacto con Bruno durante años me relató otra vivencia personal con él: "Estuvimos juntos con Bruno Groening en la casa del Sr. Loy en Klagenfurt (Austria) cuando llegó el matrimonio S. en el transcurso de la tarde. Bruno Groening conocía a la señora pero no al marido. Pasado un rato presencié como Bruno comenzó a hablar con este señor sobre barcos y la conversación siguió con más detalles. Bruno Groening habló sobre el tema como una persona que conocía totalmente la materia. Después de algún rato, el Sr. S. dijo desconcertado: "Señor Groening, éstas son especificaciones. ¡No es posible que Ud. las sepa! Bruno sonrió y dijo: "Sí, es que soy un viejo navegante". El señor S. me aclaró después que comprendió que esta sabiduría sólo le podía haber llegado de una Fuente Superior. El Sr. S. era especialista en construcción naval y tuvo durante la guerra un puesto de di-rector en la misma. Le había conmovido mucho que Bruno Groening supiera hasta co-sas que le habían sido confiadas a él como secretos de guerra por su posición de direc-tor."·38 Algo parecido sucedió en casa de la familia Weber en Essen. Bruno Groening comenzó a hablar espontáneamente con un periodista presente sobre la construcción de avio-nes. Después de algún tiempo, le preguntó el asombrado periodista de dónde había sacado toda esta información. Aunque nadie lo había sabido, el periodista había tenido durante la guerra una alta posición en la aviación militar y sabía perfectamente de la construcción de aviones.·39 Käthe Tams de B. contó un suceso extraordinario del cual le había informado el Sr. Loy. Él había ido de paseo con Bruno Groening y en medio de la conversación de re-pente Bruno Groening desapareció. No lo podía encontrar por ninguna parte. Cinco mi-nutos después estaba otra vez frente a él y sólo preguntó: ‘Ah, ¿tenía miedo de que me haya ido?’ El Sr. Loy no supo qué contestarle, pues no comprendía que una persona pudiera hacerse invisible.·40 Ella recordó también otro encuentro. Bruno Groening era muy amigo del Sr. Preuel. Un día hicieron un excursión juntos. Durante el viaje Bruno Groening colocó la cabeza so-bre el volante durante cinco minutos como si durmiera. El coche seguía sin salirse del camino. En estos momentos empezó a preocuparse el Sr. Preuel. Cuando Bruno Groe-ning se dió cuenta se dirigió hacia él y le preguntó si creía que chocarían contra algo. El Sr. Preuel lo afirmó y Bruno le contestó solamente: "No se preocupe, sé conducir".·41 Grete Häusler de Hennef / Sieg, que conocía a Bruno Groening desde que la curó en 1950 me relató la siguiente situación: Ella fue con el Sr. Petz y el matrimonio Balay de Rosenheim a Augsburgo para ver a Bruno Groening. Ya de noche deseaban regresar pero la luz trasera del coche no funcionaba. El Sr. Petz revisó todo pero no podía en-contrar la falla. Así que le pidió ayuda a Bruno Groening. Él, en vez de controlar la luz se puso delante del capó con los brazos cruzados hacia atrás y miró adentro. En el mismo momento se encendió la luz.·42

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En el libro "Vivenciar la salud y la felicidad, esto es lo verdadero", Grete Häusler descri-be otro acontecimiento. El 25 de mayo de 1952 hablaba Bruno Groening en su casa an-te algunos necesitados. Entre ellos se encontraba la Sra. Kulle de 73 años. Estaba gra-vemente enferma del corazón. Recibió la curación esa misma tarde. De pronto podía hacer movimientos los cuáles antes le eran imposibles por causa de su enfermedad. Grete Häusler describe este acontecimiento de la manera siguiente: "Esta mujer repetía los movimientos y estaba loca de contenta porque no creía que lo-graría hacer esto otra vez más en su vida. Ella estaba resplandeciente de felicidad y Bruno Groening le dijo cariñosamente. ’Su hijo se alegra de esto’, ella lo negó y dijo: ’Sr. Groening, no tengo ningún hijo’ y yo pensé para mí ’Ya ves, él tampoco lo sabe to-do, ha metido la pata’. Pero Bruno Groening estaba seguro y siguió preguntando: ’¿No tenía un hijo? ’ ’Si ’, dijo la Sra. Kulle, ’pero hace 30 años que murió aún siendo bebé’. ’Entonces sí que tenía un hijo’ dijo sonriendo, ’ahora la ve y se alegra con nosotros, lo que pasa es que ahora lleva otra vestimenta.’ "·43 Todo esto ocurrió sin ningún secreto místico. Teniendo estas facultades increíbles para el hombre común y corriente, Bruno Groening se comportaba de forma completamente normal. Para él, las curaciones y muchas otras cosas inexplicables no eran ningún mi-lagro sino sólo la expresión de un estado profundamente relacionado con lo natural, o sea con Dios. Bajo este punto de vista es comprensible que Bruno Groening dijera sobre sí mismo: "No soy nada más que una persona que ha permanecido natural".·44 En sus discursos, demostraba claramente lo natural de su ser, sin afectación. Su pre-paración consistía en retirarse dentro de sí mismo, en concentrarse. Nunca preparó un concepto por escrito. Las palabras de sus discursos le venían solas. A menudo inte-rrumpía su charla y hacía preguntas a uno u otro oyente, y entonces empezaba una conversación breve con ellos. Algunas veces, en medio de sus discursos aparecen in-serciones que aparentemente no tenían conexión con lo dicho anteriormente. Sin em-bargo, así respondía a preguntas de algunas personas presentes que las hicieron sólo mentalmente. La testigo presencial Christa Pohl lo pudo atestiguar. Ella se acordó haber vivido varias veces que ella u otros oyentes hicieron preguntas mentalmente las que espontáneamente fueron contestadas en la conferencia de Bruno, lo cual no era comprensible para aquellos que no sabían la pregunta. Ella misma había reconocido de repente durante una conferencia Quién era el personaje que tenía delante encarnado en la persona de Bruno Groening. Apenas había pensado esto, él la interrumpió, se di-rigió hacia ella y le dijo: ‘Lo que acaba de pensar, por favor, guárdelo para sí.’·45 Cualquier dogmatismo le era desconocido. Tampoco se observó que prohibiera algo a alguien. Él veía su misión en dar consejos, a veces los llamaba sus máximas de vida. Nunca dijo que había que hacer esto o aquéllo y no tenía la intención de prohibir algo. Christa y Werner Hasse lo pudieron observar claramente cuando fueron invitados unas Navidades a casa de Bruno Groening. Algunos invitados tomaron ponche y aunque Bruno era un enemigo declarado del alcohol, no lo prohibió nunca, tampoco en esta ocasión.·46 Las opiniones de médicos profesionales

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¿’Cómo juzgaban los médicos a Bruno Groening, aquellos que podían creer en la in-fluencia de un Poder Superior que obraba a través de este hombre, a pesar de las limi-taciones de la Medicina tradicional en cuanto a salud y curación? ¿Qué era él para ellos, que observaban su obrar sobriamente y libres de prejuicios en una época mate-rialista? Hella Emrich, médica y co-editora de la revista "Neues Europa" (Nueva Europa), y su marido Louis Emrich, tuvieron contacto con Bruno Groening durante años. El visitaba frecuentemente al matrimonio en su vivienda de Baden. Así creció una amis-tad sincera. En una conversación conmigo le describe como hombre sencillo pero muy inteligente. "Me comentó que de su ser irradiaba un gran calor humano y que a su lado uno sim-plemente se sentía bien. Muchas veces, cuando nos visitaba con su esposa, solamente nos sentábamos en silencio. No era necesario hablar mucho, era solamente su presen-cia la que ya irradiaba mucha energía."·47 "Las secretos de las curaciones milagrosas - Intento de una presentación objetiva de problemas controvertidos en el arte de curar" es el título del libro en el cuál ella descri-be los resultados de muchos años de practicar investigaciones acerca de varios sana-dores. En un capítulo describe el "fenómeno Bruno Groening" "cuando se llegó a conocer que el Sr. Groening había realizado gran cantidad de cura-ciones con éxito actuando ante grandes masas en Herford, llegaban los enfermos de todos los países del mundo [...]. La consecuencia fue que los médicos se ocuparon de él apasionadamente pero no para examinarlo benévolamente, sino con enojo e indig-nación. Trataban con todos los medios de eliminar al "enemigo". […] Se formaron gru-pos que luchaban apasionadamente a favor, y otros en contra de Bruno Groening. Habia un jaleo tal sobre la persona de Bruno y como consecuencia aparecieron a su al-rededor empresarios hábiles en negocios de cuyas manipulaciones Bruno Groening no sabía nada. [...] Si solo hiciéramos caso a la prensa, no podríamos creer que para el Sr. Groening no significaba nada ni el dinero, ni los títulos ni el rango. ’Yo deseo que los seres humanos vuelvan a creer en Dios. Él los curará’ Éste era el contenido principal de sus enseñanzas. […] Si Bruno Groening fue completamente desprestigiado e incomprendido fue más que nada porque él fue presentado ante sus contemporáneos muy superficialmente, sola-mente como un curandero milagroso [...]. Esto ocultaba su ser, tan propio y diferencia-do: el cristiano, el proclamador y el predicador. La esencia, el contenido substancial de su vida y de sus aspiraciones les eran conocidos a poca, a muy poca gente."·48 El Dr. Beyer, un médico que se había dedicado desde hacía décadas al fenómeno de las curaciones espirituales presentó en el juicio del Gran Proceso (1955-59) un testi-monio o prueba pericial sobre la idoneidad o capacidad de Bruno Groening para curar espiritualmente. Este dictamen, basado en varias conversaciones personales e inter-

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cambios de ideas con el Sr. Groening explicó que la misión de un sanador espiritual era la de una estación de tránsito, como una vía de conexión, como transmisor de la "gran energía del Creador que fluye por todo el universo", después aclaró su opinión sobre Bruno Groening: "Así considera Bruno Groening su obrar y él mismo lo expresa diciendo de forma clara e inequívoca: ‘Yo no curo sino "EIIa" es la que cura a través de mí.’ El hecho de ser consciente de no obrar por sí mismo, sino como la herramienta de un Poder Superior nos indica que se trata de una verdadera religiosidad. Una aptitud ex-cepcional tan marcada que llegó a ser conocida tan sorprendentemente como en el ca-so de Bruno Groening, naturalmente que causó mucha sensación, como lo demuestran suficientemente los acontecimientos. La avalancha de las personas en busca de ayuda era tan grande que a la personalidad única del acosado sanador le era imposible satis-facer todas las exigencias. Las autoridades a quienes se les pidió ayuda tampoco pu-dieron tener bajo control semejantes avalanchas tan inesperadas. Así es como se pro-dujo un gran desorden que no solamente trajo consigo la indignación de las autorida-des por la insoportable situación externa sino también porque personas desleales alre-dedor de Bruno Groening cayeron en la seducción de sacar personalmente beneficio material, de modo que al final el suceso entero estuvo marcado por el sello de la mala fe. Sin embargo, no se le puede echar la culpa a Bruno Groening de haber sido cómpli-ce de estos sucesos tan desagradables. […] Con la experiencia propia y el saber de más de 35 años en el campo del obrar de la cu-ración espiritual, estoy mucho más abierto a la personalidad de Bruno Groening que cualquier otra persona que todavía no tenga experiencia y que por ello no sepa nada o que por lo menos tenga dudas. Mi veredicto sobre él no está basado solamente en las informaciones contradictorias de la prensa sino en el hecho de que yo personalmente me he entrevistado con él varias veces. Lo he conocido como un hombre con los mejo-res deseos y las más puras intenciones. [...] Por eso, en mi condición de perito, por mi parte no debe haber ninguna clase de objeciones para permitirle obrar haciendo uso de sus capacidades para el beneficio de tantas personas enfermas, a quienes él realmente puede ayudar.·49 El Dr. Gemassmer es otro médico que tenía muchos años de experiencia con la cura-ción espiritual, escribió el 17.04.1955, en su testimonio de perito para la corte, sobre Bruno Groening, entre otras cosas: "En los primeros días de enero de 1954 conocí a Bruno Groening y lo visité en su vi-vienda cerca de Múnich. En el transcurso de la conversación le pedí que yo pudiera vi-venciar una curación. Y él me contestó: "dígame qué es lo que pasa en su interior". Mientras tanto seguía una conversación con otros señores a unos cuatro metros y apa-rentemente no me observaba. Pocos minutos después tuve la sensación de estar bajo una fuerte corriente que subía desde las plantas de los pies hasta los muslos. Esta sensación de corriente me causó un dolor muy fuerte en un pié. Después de pocos minutos, este dolor desapareció. Una fuerte sensación de bienestar me llenaba cada vez más.[...] Esta sensación de paz au-mentó hasta convertirse en una sensación de tal fuerza que yo mismo interrumpí este

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tratamiento y le di las gracias al Sr. Groening. [...] Me sentía excepcionalmente bien. Por el motivo de mi viaje, era la segunda tarde que no hacía siesta, sin la cual antes yo no me hubiera sentido bien. Dado el hecho de que salí de la casa de Bruno Groening pasada la medianoche, me acosté recién a las dos de la madrugada. Me sentía maravillosamente, tan robusto y sano que yo creía que no podría dormir. Sin embargo, me quedé dormido pocos minu-tos después y me levanté totalmente descansado después de haber dormido sólo cua-tro horas. Vivía en Starnberg a 25 minutos de la estación de ferrocarril. Desgraciada-mente no pude conseguir un taxi por lo cual tuve que correr hasta la estación para no perder el tren. Ésta fue una performance que antes no hubiera sido capaz de lograrla. Con esta experiencia, para mí es indudable que el fenómeno Groening proyecta una energía curativa."·50 El Dr. Gemassmer subrayó seguidamente que una energía tal, como la que indudable-mente salía de Bruno Groening obligaba al portador a usarla. El opinaba que las autori-dades tenían la obligación moral de que "cuando aparece un fenómeno con semejante energía hay que darle la posibilidad de usarla sanamente". Pero este obrar armonioso fue impedido por parte de la legislación de sanidad, a pesar de la evidente disposición por parte de Bruno Groening. El Dr. Gemassmer agrega: "Ya que la Asociación Profesional Médica ejerce una presión moral sobre los médicos para que no trabajen junto con Bruno Groening y ya que por parte de la legislación de sanidad tampoco se le permite obrar como sanador naturista (naturópata), se impidió el obrar armonioso del Sr. Groening".·51 Según el Dr. Gemassmer, en Bruno Groening hay tales energías latentes que no sola-mente obran con gran potencia hacia el exterior sobre los enfermos que las nececitan sino que también actúan sobre él mismo. Estas energías lo desgarrarían interiormente si es que él no puede cumplir la misión interior de curar que le fue otorgada por un Po-der Superior. El prosigue: "Pero el no posibilitar un camino para que un ser humano pueda usar su energia origi-nal de manera armoniosa, cuyo valor curativo fue comprobado miles de veces, es una responsabilidad tal que será juzgada por la ley espiritual."·52 Un certificado de buena conducta sobre Bruno Groening Por último, quisiera informar sobre un certificado de conducta que encontré en las ac-tas. El economista Erich PeIz de R., resume allí un veredicto personal después de ocho años de amistad con Bruno Groening. Lo escribió en enero de 1958, poco después de que finalizó el procedimiento de apelación del Gran Proceso en Múnich, en forma de una carta personal: "La contienda sobre su personalidad y su lucha ha llegado a un estado decisivo por el proceso recientemente terminado y por el recurso que seguramente le seguirá.

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Ya que estuve presente en la sala de la corte durante éste y todos los procesos anterio-res que los seguí con todos sus detalles, me veo obligado a hacerle hoy las siguientes aclaraciones de forma voluntaria e irrevocable: Tuve el primer contacto con usted en el año 1949 en el Traberhof en Rosenheim [...] Ya que yo me he dedicado los últimos cuarenta años a estudiar las sabidurías hindúes, chinas y tibetanas, fue claro para mí que usted, tras los sucesos de Herford, fue puesto ante la implacable luz de la publicidad y conocido así. [...] Ud. es uno de aquellos gran-des espíritus conocidos en el Oriente, pero poco conocidos en el Occidente, uno de los grandes espíritus sabios, extraordinariamente raros dentro de un cuerpo humano, cu-yos poderes le fueron otorgados por el Creador de todo (el universo) y que simplemen-te no puden ser aclarados por los medios actuales de las llamadas ciencias exactas. Pero estos poderes divinos existen, a pesar de todo, y no se pueden hacer desapare-cer discutiéndolos. Por este motivo, estos seres son perseguidos y apedreados desde hace miles de años. Para mí era claro que usted [...] también tenía que seguir este ca-mino. Desgraciadamente el desarrollo (de los sucesos) me ha dado la razón hasta ahora. También la opinión de la gente está dividida respecto a usted [...] Casi ninguno se con-venció de usted y de su obra. Como para mí esto era muy claro, he seguido observan-do minuciosamente su camino desde el principio y busqué una forma para entrar en contacto con usted. Todo tuvo su comienzo en el Traberhof con un milagro. Desde 1939 yo sufría de las secuelas de una hemiplejía derecha [...]. A pesar de los tratamien-tos más intensivos durante unos ocho meses en una clínica especializada en la ciudad de Kiel, me quedó un impedimento en el hombro derecho. Una situación a la cual me había acostumbrado en los diez años que siguieron. Aunque estuve en el Traberhof le-jos de su persona - yo estaba detrás de unas 20.000 personas - pude liberarme en ese mismo momento de mis molestias. Y hasta hoy en día estoy libre de ellas."·53 Entonces describió Erich PeIz, para dar credibilidad a su veredicto que en el transcurso de los años visitaba muchas comunidades junto con Bruno Groening en Alemania y Austria y que repetidamente estuvo en su casa en Plochingen como huésped, donde pudo hacerse una imagen sobre la persona de este hombre. Prosiguió: "Entonces puedo asegurar que tuve suficientes oportunidades para observarlo no so-lamente a usted, sino también su actuar y los acontecimientos a su alrededor. Por lo tanto, partiendo de esta situación, no tengo duda alguna en declarar lo siguiente: -Estoy convencido de que usted es uno de los enviados (apóstoles) , que vino aquí a Alemania como hombre sencillo, para vivir y para cumplir su misión (apostolado). [...] - Jamás dijo una mentira en mi presencia. - No hace nada en absoluto que se parezca a un tratamiento médico o naturópata. Us-ted prohíbe fundamentalmente a las personas toda aclaración sobre sus enfermeda-des. Esto lo he podido constatar repetidamente desde 1949 hasta hoy en día. Pero también he podido comprobar, que sin embargo, la gente le molesta una y otra vez con estas aclaraciones. [...] - Usted no toca a ninguna persona, ni la ausculta, ni le prohibe que consulte al médico, al contrario, usted la remite a que consulte a su médico. [...]

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- De la misma manera que no dice nada en contra de los médicos expresa en sus dis-cursos que tampoco está en contra de algún dogma de fé. - Yo he vivido la salud y la felicidad que sale de usted en mi propio cuerpo y viví la de mi señora. Yo he visto a innumerables seres humanos que recibieron la salud en su presencia y a otros en los Círculos que la recibieron sin que Ud. haya estado presente, o he leído sus declaraciones juradas. Yo mismo he hablado con un señor de Sudaméri-ca acerca de sus vivencias excepcionales y por ello he podido convencerme totalmente que la energía que obra dentro de usted no está sometida a ninguna limitación exterior. - Tengo que constatar expresamente que sus discursos son de naturaleza puramente religiosa [...]. De ninguna manera me recuerdan a la Medicina [...] El hecho de que se produzca una regulación corporal en combinación con una nueva orientación espiritual cuando se escuchan sus discursos, es algo que la Medicina académica recién lo está sacando de nuevo de la sabiduría escondida durante los últimos milenios. Por lo tanto, para mí es explicable que Ud. está siendo perseguido injustamente, sin que siquiera se hayan convencido realmente de su obrar."·54 Mi objetivo en este capítulo es que el lector tenga una idea de la esencia y el carácter de este hombre excepcional a través de acontecimientos ocurridos y opiniones perso-nales de los contemporáneos cercanos a Bruno Groening. El hecho de que desde su niñez hasta su muerte, personas tan diferentes, e independientemente la una de la otra, den criterios tan parecidos, es un testimonio impresionante de la veracidad de las afirmaciones. Capítulo 3° Las enseñanzas de Bruno Groening ¿El secreto de Bruno Groening, descubierto por la ciencia? En muchos periódicos se presentaba a Bruno Groening de una manera muy parcial y se hablaba en un evidente tono irónico del "doctor Milagroso". De sus enseñanzas no se hablaba nunca. Así, los oponentes de las filas de la Medicina, tenían un juego fácil para rebajar el significado de su persona, que en la mente de la gente estaba fijado simplemente como el sanador y doctor milagroso. Se le asignaba el éxito sólo en curaciones de enfermedades psicosomáticas. Los in-formes, sin embargo, mostraban a la vista que él lograba éxitos más grandes que los que normalmente lograban los médicos, los cuales fueron desmentidos o considerados como la consecuencia de una psicosis en masa. La impresión que saqué leyendo los documentos de la época, es que se preocupaban de dar a conocer a la opinión pública, que (los representantes de) la ciencia médica sí que podían explicar el obrar de Bruno Groening y que los motivos de los acontecimientos que para muchas personas eran mi-lagrosos, eran para ellos evidentemente claros. Con toda claridad, se podía leer esta disposición como título en la portada de la revista "Revue" en octubre de 1949. "La ciencia descubre el secreto de Groening"·1 Muchos círculos médicos aparentemente no vieron ningún problema en el obrar del Sr. Groening por lo cual no consideraban oportuno seguir investigando más detalladamen-

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te los acontecimientos que surgían alrededor de él. ¿Qué es lo nuevo que él podía dar si la ciencia ya le ha descubierto? Sin embargo, un observador objetivo que deje estos comentarios de lado y se ocupe de lo verdaderamente ocurrido tendrá que admitir que la terminología médica ni siquiera alcanza para dar una aclaración satisfactoria de dichos acontecimientos. Los Informes de Éxito y los múltiples testimonios de las extraordinarias facultades espirituales de Bruno Groening – que con absoluta seguridad excluyen toda conexión con una influen-cia sugestiva - son pruebas ostensibles de la realidad de una energía cuya existencia la ciencia hasta hoy en día ha negado obstinada y persistentemente. Al observar detenidamente los discursos de Bruno Groening sale a relucir una sabidu-ría sobre los orígenes de la salud y de la enfermedad que no se encuentra en ningún li-bro de Medicina. Una sabiduría que tiene que provocar un escándalo por la manera cla-ra y sin compromisos con que es manifestada y que sin embargo, pone en tela de juicio elementos esenciales de la ideología de toda nuestra sociedad. En la totalidad de las afirmaciones de Bruno Groening se puede reconocer claramente unas enseñanzas, y por lo tanto me parece lógico hablar de las enseñanzas de Bruno Groening en los próximos capítulos. Bruno Groening: "La existencia de Dios es un hecho" Las descripciones siguientes sobre sus enseñanzas fueron obtenidas de fuentes origi-nales (de sus discursos), de escritos de la época e informaciones que pude obtener de testigos presénciales. Procuré llegar lo más cerca posible a la esencia de sus afirma-ciones. La mayoría de las personas, cree reconocerse a sí mismas en sus cuerpos exterior-mente visibles. Por el contrario, Bruno Groening veía en el cuerpo de una persona a una herramienta para poder actuar en el mundo material. Él estaba plenamente con-vencido de que el ser humano es en realidad un espíritu que tiene un alma y que está unido a un cuerpo material solamente para su vida en la tierra. De manera inequívoca (a través de esta convicción)**, hace hincapié en una realidad espiritual superior. Los planos espirituales del "ser" no eran ninguna teoría para él sino una realidad viva. Él los vivía en si mismo y de estas vivencias crecieron su fuerza de convicción y sus conoci-mientos de las profundas relaciones entre la enfermedad y la salud. Este saber no es nuevo, lo subrayaba siempre, sino que es una parte de una sabiduría ancestral original a la que hoy en día la mayoría de la humanidad ya no tiene acceso. "No sé mucho", dijo en un discurso del Círculo de Springe "solo sé cosas que la mayo-ría de la gente de ahora ya no sabe. Por eso más que nada [...] me veo obligado a en-señarle a cada persona acerca de a Quién pertenece, qué clase de criatura es y cómo puede recibir para sí la energía del Creador para así, ser dueño de su cuerpo."·2 La existencia de Dios era un hecho para Bruno. De esta seguridad interior creció la fe sincera en un Ser Todopoderoso en el cual muchos seres ya no podían creer: "Me siento obligado a instruir a los seres humanos. [...] Si alguno de ustedes quiere de-cir que Dios no existe, me dejo despedazar pero esta fe no podrá ser desterrada de mí."·3

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No se conformaba con decir palabras de devoción, sino que además quería guiar a los seres humanos para que lleguen a conocer de nuevo que este Dios que se nos había convertido en un desconocido, puede y quiere ayudar si se lo permitimos. Por eso, él veía que la tarea más importante de su obrar era el hacerles conocer a las personas en busca de ayuda el acceso consciente a la energía curativa todopoderosa, cómo abrirse nuevamente a la energía del Creador a la que él llamaba "la corriente curativa". La recepción de la energía del Creador Antes de que nuestro protagonista empezara a dar sus discursos, hablaba con fre-cuencia uno de sus ayudantes a los necesitados y les explicaba los requisitos necesa-rios para poder recibir la energía curativa. Los presentes no deberían cruzar ni brazos ni piernas, deberían concentrarse en algo agradable y observar atentamente su propio cuerpo. Bruno Groening mismo expresó esta postura de la forma siguiente: "Estén ahora dispuestos y de buena voluntad, presten verdadera atención a sus cuer-pos. Si es que yo les aconsejo a todos mis prójimos, que no deben repantigar su cuer-po ni tampoco cruzar las piernas, porque para eso no los creó Dios, pues aquí quieren recibir lo más valioso, entonces deben sentarse libremente con las manos abiertas y tener un deseo en el corazón; rogar a Dios que le entregue lo que Él crea que es nece-sario para ustedes. En cuanto lo hagan, queridos amigos, siempre recibirán y sentirán lo que necesita su cuerpo verdaderamente".·4 Pude comprobar en conversaciones con diversos sanadores espirituales que operaban de la misma manera. Un sanador de Bremen me dijo que practicaba esta posición intui-tivamente ya que la energía curativa fluye mejor al no cruzar manos y piernas. Una sa-nadora me informó que no podía trabajar cuando los necesitados tenían los brazos cru-zados, ya que tenía la sensación que algo se atascaba dentro de ella. Bruno Groening había explicado los pasos fundamentales de todo esto con palabras sencillas. Él denominaba "corriente curativa" a la energía curativa de Dios. Es curioso que la mayoría de las personas que recibieron esta energía según sus instrucciones la describían siempre como un cosquilleo y una fuerte sensación de calor; muchos la comparaban con una corriente agradable que fluía por el cuerpo. El Sr. Groening pedía a sus oyentes que imaginasen sus brazos y piernas como conductores de corriente. En una comparación técnica sería: que la unión de dos cables sin aislamiento conduce a un corto circuito. La situación en el cuerpo es parecida: el cruzar piernas o brazos con-duce a un atasco de energía, de tal manera que estas energías finas ya no pueden cir-cular en estas partes. De esta manera prácticamente nos desconectamos de esta energía. Las personas que tengan la suficiente sensibilidad pueden sentirla claramente en el cuerpo. Algunas de las personas a quienes se les preguntó dijeron que sentían una sensación desagradable, algo como una presión, como si algo se estancara. La mayo-ría de la gente no tiene acceso consciente a estos acontecimientos energéticos en su cuerpo. También pude observar que, por ejemplo, en un acto oficial, más del noventa por ciento de las personas cruzan las piernas. Algunos incluso son capaces de cruzar-las hasta dos veces. Esta posición es conocida como normal y cómoda. Así no se hecha de menos la energía, porque uno no la conoce. Ya que esta posición no es du-radera (ya que la persona se levanta y camina) se puede lograr una y otra vez, cierta

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compensación y las molestias suelen aparecer después de un periodo latente más lar-go. La corriente curativa: ¿Sugestión o energía curativa? El factor "X" en el obrar de Bruno Groening Ahora volvamos nuevamente a las enseñanzas de Bruno Groening. La posición corpo-ral abierta es entonces necesaria, así decía Bruno Groening, para poder tomar así la energía del Creador. Juntamente con el cuerpo deben estar también "abiertos" los afec-tos, las facultades sensitivas, en cuanto uno aleja los pensamientos negativos y sobre todo los pensamientos sobre preocupaciones o enfermedades, piensa en algo bueno y observa lo que ocurre con el cuerpo. Bruno Groening llamaba a esta posición abierta y exterior "sintonizarse". También aquí usaba para una mejor comprensión una compara-ción técnica. A través de la sintonización se abre el ser humano conscientemente hacia la energía curativa, la energía del Creador, aquí recibe, como también Bruno Groening decía, la onda curativa, la emisión de Dios. Bruno Groening comparaba el cuerpo de los humanos con un aparato de radio. El aparato de radio también necesita una cierta "sintonización" para captar la emisora deseada. Cuando se ha logrado establecer estas condiciones, entonces el ser humano recibe la onda curativa (energía curativa). La mayoría de las veces se presentan las sensaciones ya descritas. Estas sensaciones no solamente son descritas por los escuchas de Bruno Groening de aquél entonces, sino que lo interesante es que hoy en día las personas en busca de ayuda, que toman para sí la energía curativa, experimentan a menudo sensa-ciones semejantes. Pero no son solamente sensaciones que se parecen a una leve corriente, muy seguido se percibe una sensación de fuerza y de liviandad, una sensación de felicidad. Otras personas por otro lado no sienten nada. El flujo de la energía no depende de la sensibi-lidad de la percepción consciente. Esto se comprueba al observar que también en los necesitados, que no pueden reconocer conscientemente la corriente curativa a través de la sensación, esta energía obra también y se manifiesta a través de curaciones. Pero ¿cómo se llega a estas sensaciones? Esta pregunta también se la hacían los científicos en la comisión examinadora en Heidelberg en 1949, quienes deseaban in-vestigar bajo control clínico el obrar curativo de Bruno Groening. Ellos encontraron un cierto parecido con la técnica del "entrenamiento autógeno" - basada en la hipnosis - que en 1920 desarrollara el conocido psicoterapeuta berlinés Profesor J. H. Schultz. En una observación puramente superficial se puede encontrar un parecido. La llamada po-sición de "cochero de plaza" en el entrenamiento autógeno exige una posición abierta. Las piernas y los brazos no deben cruzarse, la espalda queda libre, las manos reposan sobre los muslos. Pero observando todo más de cerca se notan claramente las diferen-cias. Schultz describía el entrenamiento autógeno como "una práctica de hipnosis pro-pia"·5 y por ello, con esta descripción, describe también una relación nunca negada hacia la hipnosis. Para Bruno Groening, la libre voluntad del ser humano era inalienble, por ello no apoyaba la hipnosis ni la sugestión. Aunque Schultz animaba - como Groening - a que las personas se concentraran sobre sus sensaciones corporales, en el entrenamiento autógeno, las sensaciones corporales se producen a través de una sugestión propia. Esto quiere decir, que a los pacientes se les solicita concentrarse en ciertas fórmulas de ejercicios o de repetición o en cuadros imaginarios hasta que estos sean percibidos. Se utilizan fórmulas como,

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"El brazo derecho (izquierdo) está muy pesado", "Yo estoy muy tranquilo", "Mi corazón late tranquilo y con fuerza",etc. El que practica esto debe hacer aparecer las fórmulas de ejercicio como una realidad en su interior. A través de estas repetidas sugerencias hacia uno mismo se puede in-fluir la voluntad de las personas y alcanzar un acceso al sistema nervioso vegetativo - por lo general inaccesible - y por ejemplo hacer obrar una relajación en los músculos o en los vasos. Al contrario del entrenamiento autógeno, al "sintonizarse" no es necesaria ninguna sugestión propia de ciertas muestras de imaginación. La persona que busca obtener activamente un cambio en el cuerpo, es durante la sintonización según las en-señanzas de Bruno Groening el receptor, el que recibe. No es él el que obra algo en él mismo en cuanto impulsa ciertos ejemplos en su consciente, sino que "Ella", esto quie-re decir, la energía Divina obra en él. El ser humano "la" deja obrar y observa el obrar de "ella" en su cuerpo y en su alma. Peter Drittler, de 31 años, aprendió el entrenamiento autógeno con un médico y lo prac-ticó por un largo tiempo diariamente. Entonces conoció las enseñanzas de Bruno Groening y comenzó a sintonizarse con la onda curativa. Por sus propias experiencias pudo corroborar mis impresiones y me informó a mí: "La carta de una amiga de antes fue la que me hizo prestar atención a las enseñanzas de Bruno Groening. Poco después que yo las había leído me atravesó de repente un riego en forma de oleadas desde la coronilla hasta los talones, lo que yo enseguida re-conocí como la corriente curativa e inmediatamente de la nada me llegó una sensación de bienestar y de liberación, así como si interiormente ocurriera una limpieza. Lo mismo experimento yo desde entonces siempre y cuando me sintonizo con la corriente curati-va. Yo pude comprobar claras diferencias con el entrenamiento autógeno. En el entre-namiento autógeno me concentro yo en las partes del cuerpo o en los estados que de-seo alcanzar. En la sintonización con la corriente curativa libero los sentimientos positi-vos que no están presentes, me suelto y pienso en cosas lindas, en buenas experien-cias, digamos por ejemplo en un amanecer. Entretanto observo mi cuerpo y tomo como realidad el obrar positivo de la corriente. A través de Bruno Groening he llegado a la comunicación interior con esta corriente vi-tal de virtud curativa, la cuál puede obrar hasta sobre enfermedades consideradas co-mo incurables por la medicina. El entrenamiento autógeno no logra esto. Yo abandoné el entrenamiento autógeno, algo que yo dominaba muy bien, pues me daba muy poco, algo que era de poca duración y superficial. A través de la corriente curativa obraron cosas en mí que yo no podía lograr con el training autógeno. El alcohol, el cigarrillo y el jugar dinero con las máquinas electrónicas perdieron el poder sobre mí, cosas que an-teriormente me torturaban, como pensamientos de suicidio, miedos a la vida y a exá-menes, todo esto me abandonó completamente e hizo lugar a una alegría de vivir, lo que anteriormente yo no conocía. Es como si por medio de esta energía hubiera entra-do luz en mí, como si en mi interior fluyera la "corriente de la vida" a través de la co-rriente curativa. Por motivo de esta experiencia impresionante pude encontrar nueva-mente la fe en Dios, la cual ya hacía años que había abandonado."·6 Está claro, que desde la posición de la Medicina, se plantea un problema de ideología en la pregunta de dónde viene la sensación. La aclaración de Bruno Groening sobre el obrar de una fuerza superior, la cuál él reconocía como corriente curativa Divina, es-

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tremeció el concepto de una Medicina científica, la cuál está aprisionada en las ideas inanimadas de una época materialista. Él mostró algo nuevo, algo que hacía necesario un cambio en la manera de pensar. La historia conoce muchos ejemplos en los cuáles el reconocimiento de algo nuevo, que contradice un concepto ya existente, fracasa. Si uno piensa en que el primer libro de enseñanza sobre la Medicina Psicosomática apa-reció en 1943, y en que, a pesar de todos los nuevos conocimientos, todavía les es di-fícil hoy en día a muchos médicos el aceptar el poder del espíritu sobre lo que acontece en el cuerpo, entonces uno se puede imaginar cuán difícil fue para Bruno Groening en 1949 aclarar a las autoridades científicas competentes la esencia de sus enseñanzas. Los científicos de Heidelberg se esforzaron en clasificar - dentro de su manera de pen-sar - el obrar de la corriente curativa. El Profesor Fischer describe sus impresiones en una entrevista al término de las inves-tigaciones en Heidelberg de la siguiente forma: "Groening no incita una forma de autosugestión (como en el entrenamiento autógeno), sino que primero crea una fuerte expectativa, en cuanto incita a los pacientes a una ob-servación propia del sentir en sus órganos. En la mayoría de los casos, estas sensa-ciones se presentan por sí mismas a través de la expectativa."·7 Una aclaración muy insuficiente de lo ocurrido. Las dificultades de ajustar el obrar de Bruno Groening a fórmulas conocidas se vuelve más claro en las siguientes declara-ciones del Profesor Fischer. Él define un "escalón intermedio", lo que aparece como muy dudoso: "En este caso, él (Groening) ha desarrollado - instintivamente - algo nuevo, un escalón intermedio entre el entrenamiento autógeno y la sugestión ajena"·8 El obrar de una fuerza superior fue negado, diciendo que las sensaciones son producto de una forma especial de sugestión de Bruno Groening y con la conciencia limpia uno puede afirmar a la opinión pública que: "El secreto de Groening es descubierto por la ciencia".·9 Años más tarde, muy al márgen de la discusión pública fue la declaración sincera del conocido psicoterapeuta Dr. G. R. Heyer, quien puso en claro, que el obrar de Bruno Groening iba más allá del "obrar sugestivo de la Psicoterapia" y que se pude reconocer un parecido lejano en sus bases". Él subrayó que "desde la atalaya científica, construí-da a veces demasiado alta, uno no debería permitirse la equivocación, de poner en tela de juicio de antemano y sin pleno conocimiento, este obrar curativo para caer en el an-tiguo y peligroso error de declarar con arrogancia: ¡Algo así no existe [...]! o también ¡Esto ya lo habíamos sabido siempre [...]!" Él creía que existía una dimensión descono-cida que era el factor determinante en el obrar de Bruno Groening . Él la llamaba "La dimensión X".·10 Bruno Groening mencionaba una y otra vez públicamente esta dimensión desconocida, la cuál aún hoy en día es desmentida por la gran mayoría de las ciencias, y contestaba cuando se le preguntaba cómo se podía aclarar lo que sucedía en torno a él: "No soy ‘yo‘ el que sana sino que ‘Élla‘ conduce a los seres humanos hacia su curación a través de mis enseñanzas de fe"·11 y "¡No me agradezcan a mí, sino a Dios!"·12

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En un discurso describió su obrar: "Yo estoy dispuesto a comunicarles a ustedes cómo se me entregó esta energía, no por los seres humanos, sino que verdaderamente por Dios Nuestro Señor, para poder ayudar y sanar a los seres humanos. Por favor, no digan nunca que yo los he sanado, ¡No! La fe en Dios, la conexión con Dios Nuestro Señor, esto es la onda curativa, la que ustedes han recibido, la que va sobre o a través de mi cuerpo. Yo soy solamente un pequeño mediador, nada más que un diminuto transformador. Por medio de mí pueden ustedes adquirir la corriente, y depende de ustedes mismos, de cómo la reciben".·13 Estas palabras dan testimonio de una humildad personal y de un reconocimiento de le-yes superiores. "Élla", la energía curativa divina, era lo nuevo y al mismo tiempo lo más antiguo de sus enseñanzas. Él veía su misión en volverles a entregar conscientemente "Ésta" a los se-res humanos. Independientemente de Bruno Groening, hoy en día muchos sanadores espirituales usan las mismas palabras o palabras parecidas para dar una aclaración sobre su obrar curativo. Margarete Rauer, sanadora espiritual de Wuppertal, informa en el libro de Ani-ta Höhne "Los Sanadores Espirituales de Hoy", que ella misma no puede sanar, que esto lo puede hacer solamente Jesucristo, ella es solamente el canal para las energías curativas Divinas. Así como Bruno Groening también ella rechaza la palabra "milagro" para el obrar curativo de esta energía. Anita Stark, sanadora espiritual de Suiza, informa en el mismo libro: "Yo misma siento que algo me atraviesa [...], parece como si estuviera sentada en un hormiguero [...], algunas veces siento calor y otras veces siento frío."·14 Nuevamente otra sanadora espiritual, Erika Blöchinger de Suiza, también remarca que esta energía no viene de ella. Ella dice que muchos de los necesitados, ven esta ener-gía como una luz: "Ellos perciben un flujo de energía que les llega como si fuera un rayo de luz [...], ellos sienten calor y después se sienten liberados y con bienestar."·15 En Inglaterra, los sanadores espirituales se han organizado en asociaciones. Una de estas asociaciones es la "National Federation of Spiritual Healers", en la que están re-unidos 4.000 de los 20.000 sanadores espirituales de Inglaterra. Cuando se les pregun-ta a los "spiritual healers" en Gran Bretaña acerca de dónde viene su energía curativa, entonces, por regla general, contestan que ellos no son los que sanan, sino que sola-mente son intermediarios de las corrientes de energía divina que fluyen por todo el cosmos.·16 Las "regulaciones" - ¿una limpieza del cuerpo? Cuando Bruno Groening preguntaba a los presentes después de sus conferencias, si habían sentido algo en su cuerpo, estos a menudo le contestaban que habían sentido dolores, que - en parte - habían aparecido más fuertes que nunca durante las confe-rencias. Se le veía a Bruno Groening, que se alegraba por estas manifestaciones, que producían asombro entre los que estaban allí en busca de ayuda, que habían venido a

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sanarse, y que no podían reconocer nada bueno en las molestias. Bruno Groening de-nominó "regulaciones" a estas reacciones, que son producidas por la acción de la energía curativa cuando entra en el cuerpo, la que se manifiesta como molestias inten-sificadas o dolores. Él dio su opinión acerca de este fenómeno: "A menudo, algunas personas tienen miedo de que sea una recaída, cuando los dolo-res reguladores empiezan, [... ]. Algunos supieron como malinterpretarlas y decían ‘En lugar de sanar a la gente, la enferma’ - Por eso les digo que tengan paciencia y sopor-ten los dolores reguladores, cuando estos lleguen. No pasa nada malo, sino que el ser humano se sana."·17 Bruno Groening veía en las regulaciones un proceso de limpieza, una reacción que aparece cuando la corriente curativa alcanza las áreas del cuerpo y del alma, en las que hay una perturbación (enfermedad). Se las puede reconocer también como los sig-nos externos de un proceso de cambio o una regulación nueva de las partes corporales o de las funciones anímicas dañadas. A menudo, estas regulaciones se manifiestan como dolores, o los síntomas de la enfermedad del que busca ayuda se intensifican, a veces disminuyen o permanecen sin cambio alguno. Pero también pueden producir re-acciones tales como: diarrea, vómitos, fiebre, indisposición general, debilidad y muchas otras más. Cuando aparecen las regulaciones, es una buena señal, pues se pone en claro, que ha empezado el proceso de limpieza de su cuerpo. Anna Klier, (de 59 años), de W. padecía desde hace 13 años de una hemiplejia del lado izquierdo, causada por un ataque cerebral con derrame en la parte derecha del cere-bro. Cuando ella tomó por primera vez la corriente curativa en su cuerpo, sintió un hor-migueo y dolores en la parte derecha de su cabeza, Para entender esto, se tiene que tener en cuenta las particularidades anatómicas del cuerpo humano. Cuando hay una hemiplejia al lado izquierdo, significa que están destruidas las células cerebrales del la-do derecho del cerebro, pues los nervios se cruzan para el otro lado en la base del ce-rebro, de tal modo que los músculos del lado izquierdo del cuerpo son alimentados por las células cerebrales situadas en la parte derecha del cerebro. Con una precisión exacta, los dolores reguladores se manifestaron en el lado de la cabeza en donde hacía 13 años había tenido lugar el ataque cerebral que había destruido las células ce-rebrales. (ver informe detallado en el anexo) A más tardar al llegar a esta parte, se le debe poner muy en claro al lector, que es ab-solutamente falso, creer que el obrar de la corriente curativa es una consecuencia de la imaginación o de la autosugestión. Desde el punto de vista médico, las células nervio-sas no se regeneran. No se puede aclarar que haya desaparecido en pocos días una parálisis orgánica que había durado más de una decena de años. Aquí se demuestra la acción de una energía curativa, que obra en el cuerpo de acuerdo a sus propias leyes y que puede curar aún daños puramente orgánicos. Christa Leiendecker (de 33 años), de K. me informó sobre sus curaciones. Ella padecía de asma desde su niñez, de fiebre de heno desde los 12 años, de varios años de aler-gia a las nueces y además de calambres nocturnos en el pie. En la misma noche en que aprendió las enseñanzas de Bruno Groening, y se sintonizó para recibir la energía curativa, sintió muchas molestias de respiración. Desde aquella noche está curada del asma. La curación ha perdurado y hace 12 años que está libre de ataques de asma.

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Algunos días después de la curación del asma, experimentó la segunda curación. Du-rante un paseo a pie, de repente sintió solamente en el ojo derecho un lagrimeo y una comezón fuertes, o sea las molestias típicas de la fiebre del heno. Hasta ahora no lo había experimentado así, pues antes, los dos ojos lagrimeaban y picaban y la naríz le corría. Ella creyó que el lagrimeo y comezón del ojo derecho eran solamente las seña-les exteriores de este proceso de limpieza. Efectivamente, al día siguiente el ojo dere-cho estaba libre de cualquier inflamación y desde este momento ya no ha vuelto a tener ningún síntoma de fiebre del heno. Puede caminar en verano a través de campos y parques en flor sin tener ninguna molestia. La tercera curación, la de la alergia a las nueces tuvo lugar recién en el otoño de 1981. De pronto tuvo la sensación de que podía comer nueces sin tener problemas. Después de haber comido el primer pedacito, y para su gran asombro, no hubo ninguna reacción en su cuerpo. En los días que siguieron, comió pequeñas cantidades de nueces. Al comer el segundo pedacito, empezaron los síntomas conocidos: comezón en todo el cuerpo, reacciones en las mucosas y fiebre. La Sra. Leiendecker, tuvo la seguridad in-terna de que estas reacciones eran parte de la limpieza, creía que eran regulaciones. Ella informa: "El comer el cuarto pedacito, me produjo tales regulaciones, que tuve la sensación de que mi cabeza se hubiese agrandado, tenía una sensación de calor intenso y al mismo tiempo tenía frío. Ya que sabía que ésta era la última limpieza, no usé ninguna crema. Este estado duró algunas horas por la noche. Al día siguiente todo había desaparecido. Desde este momento estoy libre de molestias y puedo comer de todo sin preocupar-me."·18 Aún ahora, doce años después, está libre de todas las molestias descritas. Los calambres nocturnos del pie desaparecieron en julio de 1981. En esta época, du-rante una hora comunitaria, después de haberse sintonizado, sintió de repente un ca-lambre en el pie (durante el día), que duró hasta la noche, con algunas interrupciones. Christa Leiendecker tuvo fe de que también estas manifestaciones eran parte del pro-ceso de limpieza y de cambio del cuerpo y que preceden a la curación. Y ella tuvo ra-zón, desde ese día ya no ha tenido ningún calambre nocturno en el pie. Una gran diversidad de síntomas pueden aparecer como señales externas del "proceso de limpieza interno". Las regulaciones pueden aparecer, como hemos visto en el caso de la curación de asma, en la misma forma que la enfermedad o se pueden observar síntomas completamente atípicos, como sucedió en el caso de la curación de la fiebre de heno y de los calambres en el pie. Tales cursos atípicos, naturalmente que facilitan el tener fe y esperar a que acontezca algo, ya que se presenta tan claramente como una reacción de curación. Muchos curados me han contado, que a menudo hay ade-más una seguridad interior que no se puede explicar, un saber intuitivo, que las reac-ciones que aparecen, son parte del proceso de regulación/curación. Ferdinand Duwe sufría desde que tenía 16 años de dolores de estómago por una in-flamación de la mucosa del estómago, y por úlceras del estómago y del intestino que aparecían siempre, con algunas interrupciones. A causa de esto, no se le llamó al ser-vicio militar. Todos los días tomaba medicamentos para proteger el estómago, pero só-lo le otorgaban un poco de alivio de los dolores permanentes. A menudo, se desperta-

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ba en las noches con dolores. Estuvo varias veces en el hospital, pero allí tampoco se le pudo ayudar. El Sr. Duwe no quería someterse a una operación. Según los documentos médicos que hay, se le diagnosticó una enfermedad crónica, o una dolencia crónica recidiva del estómago y del duodeno. Las consecuencias posibles de esta perturbación crónica, se pueden observar claramente en el curso de las enfer-medades de sus parientes más cercanos. Su padre y su hermano habían tenido una ruptura de estómago a causa de la misma enfermedad. Su hermano más joven se que-ja de los mismos síntomas, y todos sus tíos sufrieron de la misma enfermedad. Por es-to a uno de sus tíos se le extrajo gran parte del estómago (una resección de 2/3). Otro tío murió a causa de esta enfermedad. En 1988 oyó de un colega acerca de las enseñanzas de Bruno Groning y de la curación por el camino espiritual. El señor Duwe quiso convencerse por sí mismo, y su colega le aclaró en septiembre de 1988 las enseñanzas de Bruno Groening y le enseñó como podía captar la corriente curativa. El Sr. Duwe pudo sentir inmediatamente la corriente curativa en su cuerpo. A partir de este día se sintonizó todos los días por la mañana y por la noche para captar esta energía curativa. Él pudo convencerse de que los dolores ya no eran los dolores de la enfermedad, sino que se trababa de regulaciones. En los días que siguieron, los dolores continuaron, pero ya no eran como antes y no eran permanentes como los que había tenido antes. Eran más intensos (!) que antes, pero sólo aparecían con intervalos, mientras que antes eran dolores que los sentía todo el tiempo. El cambio tan evidente en las características de los dolores en relación con la toma de la corriente curativa, le facilitaron al Sr. Duwe reconocer estos como los signos exteriores del cambio interno hacia la curación. Desde el 10.10. hasta el 15.10.1988, el Sr. Duwe sintió los dolores reguladores, que aparecían cada vez más intensos y en intervalos más cortos. Él me informó como llegó a curarse: "Durante aquella semana, el sábado por la mañana fue especialmente difícil. Tuve que levantarme a las tres de la mañana, porque tenía que empezar a trabajar a las cuatro. Tenía dolores reguladores muy fuertes. Me hubiera gustado avisar que estaba enfermo, pero ¿a quién? ¿a estas horas?. Puse el libro ’Aquí está la verdad acerca de y en torno a Bruno Groening’ en mi maletín, y salí en camino a mi trabajo. Cuando llegué allí, em-pecé inmediatamente a leer este libro, tan a menudo como me lo permitía mi trabajo. A las 7 más o menos, cuando ya había leído algunas páginas bajo dolores reguladores muy fuertes, de repente desaparecieron un poco, para volverse a manifestar más in-tensamente, mientras que sentía un hormigueo de pies a cabeza. Este hormigueo era una sensación maravillosa y agradable. Y cuando el hormigueo desapareció, mis dolo-res desaparecieron también. Era como si hubiera estado bajo una ducha, y el agua me hubiera lavado mis dolores. Pasó algún tiempo, antes de poder darme cuenta de lo que me había pasado. Desde este momento, los dolores desaparecieron por completo. En una radiografía hecha inmediatamente después, ya no se pudo encontrar ninguna úlcera. Después de decenas de años, ya no tengo dolores y estoy sano hasta ahora. Soy un hombre completamente sano y feliz y le agradezco a Bruno Groening y a todos aquellos que me han ayudado a creer en Dios y en la energía divina."·19 Paracelsus, el famoso médico, sabía ya a principios del siglo XVI acerca de los dolores limpiadores /reguladores. En sus escritos se puede leer lo siguiente:

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"El que quiera sanarse, tiene que tener en cuenta, que esto no sucede sin dolores, [...] y así como nos ganamos nuestros alimentos con nuestro sudor, así es también aquí: Nos curaremos de las enfermedades con nuestros dolores, con nuestro sudor"·20 De la homeopatía se conoce la denominación "empeoramiento primario". Después del suministro de remedios a menudo se observa que los síntomas de la enfermedad au-mentan por un tiempo, antes de que suceda la curación. Friedrich Blechbuehl, sanador de Suiza, ve en la curación un "activamiento de energí-as, que muchas veces provoca al principio una defensa, una forma de enfermedad". La denomina crisis curativa, dolores de parto de la salud. Éstas siempre son, para él, so-lamente la confirmación de que se le puede ayudar al enfermo.·21 De las conversaciones con sanadores pude enterarme de más confirmaciones: El natu-rista Hosenfelder de D. me informó que él había observado que en un 80% de sus pa-cientes los dolores se intensifican durante el tratamiento. A menudo esta aparente desmejora dura algun tiempo para desaparecer súbitamente.·22 Para Erika Petz, sanadora de M., el empeoramiento inicial del estado de las personas, sobre las que actuó por intermedio de la energía curativa, es muy natural. Según ella así se demuestra la efectividad de la energía curativa en los pacientes. Pero no son in-dispensables los empeoramientos iniciales para una curación. Éstas también pueden ocurrir sin aquellas reacciones.·23 Rudolf Thetter escribe en su libro "Magnetismus – Das Urheilmittel" sobre sus expe-riencias como sanador. Ve una gran dificultad en aclarar a sus pacientes que muchas veces para curarse es indispensable "soportar una crisis" e informa: "Hay que llamar la atención muy insistentemente sobre esas crisis, porque cuando se inicia la crisis, se escucha tantas veces: ’antes de empezar el tratamiento estuve en-fermo, pero ahora sí que me he enfermado de verdad [...].’ Estas crisis frecuentemente aparecen en forma muy intensa. Pueden traer consigo fiebre, fuertes diarreas, segre-gación urinaria aumentada, mareos y fatigas, bastante transpiración, malestares, ner-viosismo, insomnio pasajero, alteraciones menstruales, o disminución o aumento [...] Sobre todo se intensifican los síntomas propios de la enfermedad, y es comprensible que el enfermo pierda la confianza en el tratamiento, que aparentemente lo pone más enfermo de lo que estaba."·24 Thetter opina que "las crisis son fenómenos naturales del proceso de curación" y que "no son dañinas sino necesarias para lograr la salud."·25 En estas crisis salta a la vista el "obrar sabio" del inconsciente divino. Así, no se puede prever si es que, cuándo y en qué forma aparecerá una crisis. Thetter reconoce el origen de las crisis en el hecho de que al organismo se le suministran energías fortificadoras por intermedio del tratamien-to.. Al mismo tiempo, al organismo se le ponen a disposición "tropas auxiliares" . El afectado se siente más fuerte y mejor, en la totalidad del organismo se produce una re-vitalización hasta que, según Thetter, las energías dentro de él se hacen tan potentes que nuevamente pueden iniciar la lucha contra la enfermedad.·26 Cuando comienza esta nueva lucha del organismo fortificado se inicia la crisis. Este fenómeno se ha ob-servado especialmente en enfermedades crónicas. Durante la crisis se agudiza el ma-lestar, luego la enfermedad se retira del cuerpo.

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"Si después de la crisis la enfermedad queda, aunque sea en forma debilitada, por el nuevo suministro de energías vitales, se volverá a provocar una nueva crisis. Estas cri-sis se repiten en lapsos cada vez más separados entre sí y de manera mermante [...], hasta lograr el triunfo definitivo, es decir la curación."·27 Thetter insiste en que por otro lado es una equivocación angustiarse por estas crisis: "En una considerable cantidad de enfermedades sólo se presentan en forma apenas perceptible como una débil acentuación del cuadro normal de la enfermedad. A veces ni siquiera aparecen y sin embargo sucede la curación."·28 Una presentación dogmática no es adecuada en estos procesos, pues, según Thetter: "estamos aquí frente a la vida, con sus propias leyes, inexplicables para nuestro racio-cinio."·29 La señora Mary Ehlen (44) de B. experimentó una curación sin dolor de regulación al-guno. Desde junio de 1991 sufría de un síndrome de brazo y hombro derecho muy do-loroso del que no se podía sanar a pesar de que había sido inmovilizado. Además hacía años que tenía dolores en la columna (lumbago crónico). Por las mañanas ape-nas podía levantarse por los dolores. Terapia física como masajes y compresas de fan-go la aliviaban temporalmente sin poder evitar la reaparición de los malestares cróni-cos. Desde mediados de 1991 también sufría de dolores gástricos, que según los mé-dicos, eran consecuencia de un reflujo. Le dieron medicamentos antiácidos que la ali-viaron un poco. En la tarde del 31 de enero de 1992, la señora Ehlen escuchó de las enseñanzas de Bruno Groening. Esa misma noche desaparecieron todos los dolores y desde esta curación espontánea quedó completamente liberada de dolores. Ya no ne-cesita más medicamentos y puede moverse sin malestares.·30 La importancia de los pensamientos en el "proceso de regulación" Bruno Groening advertía muy claramente acerca de la importancia de los pensamientos durante este interín del proceso de la curación. El fenómeno de la regulación es origi-nado por una energía espiritual y está condicionado así masivamente a la influencia de los pensamientos de cada uno. Más arriba ya puse en claro que para la toma de la "co-rriente curativa" no sólo es indispensable la postura corporal abierta sino que también es de vital importancia un "alma abierta y dispuesta". Con pensamientos negativos, por ejemplo preocupaciones o pensamientos referentes a la enfermedad, uno se cierra a la influencia de esta energía, lo que cada uno fácilmente puede observar en sí mismo. Ya que el proceso de regulación es una consecuencia de la energía afluyente, el transcur-so de este procedimiento de limpieza depende del aflujo ininterrumpido de la corriente curativa. Así es fácilmente comprensible, que Bruno Groening siempre insistía en tener muy en cuenta con qué clase de personas uno trata sobre todo durante este proceso de transición. Friedrich Retlow, escribe en su artículo "Bruno Groenings Heilstrom – seine Natur und seine Wirkung" ("La corriente curativa de Bruno Groening - su naturaleza y su efica-cia"), sobre esta época de transición: "Los pensamientos son de gran significación para este estado de transición y para el tiempo hasta que la sanación esté firme en nosotros. Sobre todo en curaciones por in-termedio de la corriente curativa de Bruno Groening, ante la que el mundo materialista se muestra incrédulo y la deniega, existe el peligro que opiniones despectivas y decla-

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raciones maliciosas se vuelquen sobre el enfermo y le destruyan con sugestiva poten-cia la fe en la capacidad de Groening y con eso la fe en su curación y restablecimiento. Es comprensible que una influencia tan dañina, oprima y destruya la corriente curativa que fluye y obra constantemente, especialmente cuando es absorbida emocionalmente por el enfermo. Algunas recaídas al estado de enfermedad anterior son causadas por esta influencia destructiva de los pensamientos negativos. Los pensamientos son ener-gías, que tienen su irradiación y su vibración específicas. Tal como una estufa puede irradiar calor acogedor o también gases carbónicos venenosos, así el hombre por me-dio de sus pensamientos envía constantemente o energías sanas y edificantes cuando piensa en el bien, o nocivas y degradantes, cuando se aferra a pensamientos malos. Es así que cuando los enfermos en los que se está generando una curación salen de un ambiente armonioso donde hay gente buena, llena de esperanzas y altruista y pa-san a otro círculo donde hay blasfemadores, escépticos e incrédulos y se mantienen cerca de ellos, allí, por las razones mencionadas, pueden producirse recaídas, cuyos orígenes no son reconocibles exteriormente. Por eso, es un principio sensato, que cuando se tenga que cambiar de ambiente o también que rodearse de escépticos e ignorantes, se mantenga - en lo posible - silencio sobre el comienzo de una curación por medio de la corriente. Recién cuando haya ter-minado la época de transición y el estado de salud esté firmemente fundado y asegu-rado, es prudente hablar sobre ello."·31 Sobre experiencias similares escribe el sanador R. Thetter en el libro arriba menciona-do: "La mayor exigencia para el que ayuda la presenta la duda del paciente que ya aparece en la primera crisis [...]. Todo el círculo de sus conocidos, los "sabihondos" lo asedian y lo apretujan [...]. Todo esto le dificulta la vida al sanador, [...] y para el transcurso de la curación aparecen consecuencias desfavorables [...]. Lo más apropiado es que el aten-dido no hable con nadie sobre esto".·32 El poder de la mente El saber sobre el poder de los pensamientos es el elemento substancial de las ense-ñanzas de Bruno Groening. Así como ya se indicó en el proceso de regulación, la vida mental de cada uno tiene una importancia decisiva para la curación. Esto se hace com-prensible, cuando se reflexiona que Bruno Groening considera que los pensamientos son energías que obran, las cuales no dejan de tener consecuencias para el estado de salud. Los pensamientos negativos debilitan al hombre y cuando influyen durante un tiempo largo originan perturbaciones en el alma y en el cuerpo, que tarde o temprano se pueden manifestar como una enfermedad visible. Los buenos pensamientos fortifi-can al ser humano, le dan energía, así fomentan y estabilizan la salud de cada indivi-duo. Bruno Groening exhortaba repetidamente a sus oyentes a que presten atención a su vida mental y a no dejar entrar pensamientos negativos en sí mismos. Él sabía, que los pensamientos negativos obstaculizan la afluencia de las energías buenas y cons-tructivas y que separan al ser humano de Dios. En uno de sus discursos, sus advertencias son muy claras: "¡Cuídense de todo mal pensamiento! [...] No lo acepte y si quieren, digan en voz alta [...]:

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‘¡No quiero tener nada en común con este mal pensamiento. Ahora quiero un buen pensamiento!’ Entonces, distráiganse Uds. mismos, miren por la ventana, miren allí donde se muestra lo bueno, las verdaderas cosas divinas. Uds. dirían que miran detenidamente la natura-leza. Que miran, cómo ahora en primavera, todo empieza a crecer, como aparece de nuevo la vida, como todo reverdece ante nuestros ojos [...]. Y cuando Uds. observen detenidamente la naturaleza, Uds. sentirán y pronto se darán cuenta que los malos pensamientos se han ido. Con mirar así, Uds. ya han establecido la conexión con Dios."·33 Bruno Groening estaba completamente consciente, de que por costumbre, la mayoría de los seres humanos piensa negativamente, sin que ellos mismos se den cuenta, de que así se hacen daño. No son solamente los pensamientos de miedo, de odio, de en-vidia, de celos, de cólera, y otros, los que tienen una influencia destructiva en la psique del ser humano, a los que él por ello denominaba "malos pensamientos". Bruno Groe-ning incluía entre los "malos" a todos los pensamientos negativos que privan al hombre de la alegría, de la paz y de lo bueno. Así, los pensamientos de angustia y tristeza, de las dudas sobre uno mismo, de descontento, así como también los pensamientos de al-tivez y egoísmo y cualquier otro pensamiento en algo malo, ya sea que hayan sucedido en la propia vida o en la del prójimo, actúan como un veneno paulatino que debilita y destruye la psique. Bruno Groening consideraba, que el primer deber de cada ser humano que quiera combatir la enfermedad y la miseria en sus raíces, es el de recha-zar todos estos pensamientos de su mente, dedicándose conscientemente a lo bueno, es decir a los buenos pensamientos. Así, justamente la costumbre que tienen muchas personas de pensar constantemente en su enfermedad, se convierte en el obstáculo más grande para adquirir la curación. Bruno Groening describe esto dando un ejemplo muy fácil: "Tome Ud. un recipiente que esté lleno con lo que sea, digamos con fruta, que esté alli ya varios días, es decir que haya estado lleno con fruta, y que nadie se ha ocupado de ella y que nadie sabía cómo tratarla y que ahora se haya podrido. Ud. ya no puede co-mer esta fruta. Y ahora viene alguien y le quiere regalar, dar fruta buena y sana. Sería una gran idiotez si se pusiera la fruta buena, fresca y sana encima de la podrida, pues la buena se pondría en el mismo estado en que se encuentra la mala. Si Ud. quiere te-ner la fruta buena, entonces tiene que botar primero la podrida, la insalubre, la fruta que ya no se puede comer. Pero no solamente esto, sino que tiene que limpiar también este frutero para poder recibir la fruta fresca. Compare Ud. el frutero con su cuerpo y la fruta con sus órganos enfermos. Lo sano es aquello que Ud. ansía. Pero es imposible sa-narse si Ud no puede deshacerse de lo malo, en este caso, quiere decir si Ud. se ocu-pa de su enfermedad."·34 Todo pensamiento negativo, todo pensamiento en la enfermedad evita la afluencia de las energías curativas en el ser humano. Los pensamientos en la enfermedad lo en-vuelven como una niebla, de manera que las energías divinas, luminosas, revitalizado-ras y limpiadoras no pueden entrar en él. Primeramente se tiene uno que "vaciar inte-riormente" de estas imágenes negativas, que desprenderse mentalmente de ellas si es que quiere tomar lo bueno para sí. Entonces, a través de la afluencia de las energías

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buenas que el ser humano adquiere para sí en gran cantidad con la corriente curativa, se logra la limpieza del cuerpo de las energías negativas Pero muchas personas piensan casi ininterrumpidamente en su enfermedad, y aún más, consideran esos pensamientos como normales, siempre están circulando por la mente las palabras del médico, se observa con gran angustia cada cambio en el estado de salud y es interpretado como el comienzo de un empeoramiento. Los pensamientos en la enfermedad llenan a estas personas con tal poder, que a menudo, casi es impo-sible encontrar otro tema de conversación. Sin saberlo, se conectan constantemente a través de sus pensamientos con aquello que consideran como malo y que en realidad quieren hacer desaparecer y graban perseverantemente en su subconsciente la ima-gen de la enfermedad y su empeoramiento. Todo el efecto de las energías creadoras del cuerpo para la curación es constantemente impedido. Estas personas trabajan inconsciente e incansablemente para hacer realidad el daño al que le tienen tanto temor. A menudo, se empeoran – como consecuencia – los males-tares, a pesar de todas las terapias. Pero muy pocos son aquellos los que reconocen que el orígen se encuentra en ellos mismos. Queda sin entender que por dedicarse a pensar orientándose exclusivamente en el cuerpo, aún los mismos médicos no llegan a entender estas relaciones. Así, al ser humano se le despoja de la responsabilidad fren-te a sus pensamientos con todas las consecuencias peligrosas. Sin embargo, algunas partes de la ciencia se han tomado a pecho esta importante te-mática. Después de la Psicosomática, en la Medicina se ha formado una nueva espe-cialidad: la Psiconeuroinmunología. En esta especialidad, se investiga la influencia de los pensamientos y sentimientos del ser humano en su sistema inmunológico. Se con-firmó que los pensamientos y sentimientos negativos repercuten perjudicialmente en el sistema inmunológico. Y este conocimiento no es nuevo. Ya Paracelsus (1494 – 1541), el médico más grande de principios de la época moderna, hablaba del "médico interior" dentro de los seres humanos, quien como "sanador interior" se encuentra allí al lado de todo el organismo ayudando a mantener y recuperar la salud. Esto se tiene que considerar dentro del in-consciente del ser humano, y se le puede influenciar muy fácilmente en su obrar. Los pensamientos negativos surten un efecto inhibitorio y obstructivo, mientras que los pensamientos positivos refuerzan las energías ordenadoras y revitalizantes. Diana Craig, una conocida sanadora espiritual inglesa, quien trabajó con Harry Ed-wards - el sanador más famoso de Inglaterra – les llama repetidamente la atención a sus pacientes acerca del poder de sus pensamientos, tanto en sentido positivo como en el negativo. Ella está convencida, que - en lo esencial - cada uno es culpable de su enfermedad, en cuanto se pone en un estado de desequilibrio y de falta de armonía a causa de sus pensamientos destructivos. Para obtener la curación, cada uno tiene que esforzarse en cambiar sus patrones de pensamientos, en transformar los pensamientos negativos en positivos."·35 El farmacéutico francés Emil Coué (1857 – 1926) reconoció que a través de palabras alentadoras como: "Éste es un remedio excelente, con esto le va a ir nueva y rápida-mente cuesta arriba, el doctor no le hubiera podido recetar algo mejor" y otras más, los preparados que entregaba surtían inmediatamente un efecto mejor. De estos recono-cimientos, desarrolló el método de la autosugestión consciente. El creía, que en el ser humano existían energías constructivas y creativas a las que él llamaba "nuestros me-

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jores siervos y los más fieles". Otros, que llegaron a los mismos reconocimientos, hablaban de los "misteriosos ayudantes dentro de nosotros" o del "doctor interior" el que para poder actuar depende en grado sumo de la clase de nuestros pensamientos. Coué hizo muy claramente hincapié en el peligro de los pensamientos negativos, que paralizan estas energías internas. Él les daba a la gente las llamadas autosugestiones positivas, oraciones, que uno tenía que repetir constantemente y también imaginárselas – en lo posible – muy claramente en cuanto a su eficacia. La fórmula más conocida es: "Cada día me va mejor."·36 Coué hablaba por último de la ley de la realización de los pensamientos: "Cada pen-samiento que nos llena, que nos ocupa, estimula y apremia con todo su poder para rea-lizarse – en cuanto esto sea posible dentro del ámbito de las leyes naturales "·37 El Consejero de Salud austriaco Dr. med. Erich Rauch adoptó el método de Coué y es-cribe acerca de esto en su libro "Autosuggestion und Heilung": "No tenemos absolutamente ninguna idea, acerca de qué clase de enormes energías dormitan latentes en cada ser humano, las que pueden provocar grandezas, solamente si se las despierta a través de una fe imperturbable en sí mismo y en sus propias posi-bilidades y se las guía en la dirección correcta. Por eso, solamente el pensamiento que uno siente fuertemente y en el que uno cree firmemente llega a jugar un rol determinan-te en el destino, un rol que es mucho más importante que todo lo que supongamos de-sear o querer solamente en (nuestro) consciente [...] No sucede lo que nosotros que-remos, sino solamente aquello en lo que nosotros creemos. "·38 El Dr. Rauch advierte insistentemente que hay que tener cuidado en no hablar con otras personas sobre enfermedades y considera que pensar y hablar negativamente es "un pecado mortal contra el médico interior": "Toda producción de expresiones tristes, solamente refuerza el poder de lo negativo sobre nosotros y dificulta que nos libremos de las garras de la desgracia y de la enfer-medad."·39 El Dr. Rauch escribe más adelante: "Hasta el desarrollo de procesos de enfermedades de los más severos, como cáncer, puede depender esencialmente de las influencias (de los pensamientos) del mismo pa-ciente. Esto es valedero tanto para las enfermedades agudas como para las crónicas, y hasta para infecciones, lo que hace liempo, un científico prominente, el Prof. V. E. Frankl, subrayó nuevamente en su discurso solemne ante la Sociedad Médica de Vie-na: ‘La disposición de las fuerzas inmunológicas en el ser humano están condicionadas decisivamente por su disposición afectiva’ Aún los malestares que parecen estar a una distancia de varias millas de todo lo psí-quico, como las secuelas de accidentes, heridas y también roturas de huesos, acerca de las cuales escribe el conocido especialista clínico Prof. Dr. A. Jores: que el proceso de curación depende decisivamente de la disposición interior y así de las influencias mentales propias del herido."·40

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El médico norteamericano Dr. Simonton admite también el poder de los pensamientos en su trabajo. Sus experiencias condujeron al desarrollo de un método, que hace re-cordar al camino hacia la curación que es recomendado por sanadores y curanderos, aunque el Sr. Simonton no conocía esta sabiduría milenaria. Lo esencial para su trabajo es la técnica de visualizar (también llamada imaginar, es decir la imaginación gráfica del estado determinado que se desea alcanzar, dirigiendo conscientemente los pensamientos en esa dirección, p. e. en la salud). Él enseña a sus pacientes de cáncer que - juntamente con la terapia convencional para el cáncer - visualicen repetidamente su salud y el triunfo sobre esta enfermedad. De 1974 a 1981 hizo un estudio grande con resultados revolucionarios. Allí pudo demos-trar, que - en promedio - en los pacientes que se sometieron a su terapia, duplican su supervivencia comparados con aquellos pacientes de cáncer tratados en los mejores centros médicos con las formas de terapias convencionales, refiriéndose respectiva-mente a normas de enfermedad comparables.·41 También se informa, que por medio de su terapia, pudo salvar a otros pacientes de cáncer que habían sido desahuciados en otros lugares y en parte curarlos.·42 Simonton descubrió también, que sobre todo las emociones destructivas como la cólera reprimida, el miedo y la falta de esperanzas, originan las condiciones en el cuerpo del ser humano para que una enfermedad cancerosa se pueda propagar. Por eso, él considera que su primera meta de tratamiento es convencer a sus pacientes a cambiar su manera de pensar. Él enseña a sus pacientes, que ellos mismos y su fe en sí mismos es el factor más importante para la lucha contra el cáncer. En una entrevista, se refirió acerca de su trabajo: "Todo mi trabajo resulta de un cambio espiritual profundo que se efectuó en mí. Yo había crecido en la creencia que por naturaleza yo era malo. Cuando comencé a des-cubrir este trabajo, durante una meditación me vino la información que no solamente la creencia de que yo era malo era falsa sino que por naturaleza absolutamente nadie es malo. Que todo ser humano es por naturaleza bueno, hecho de la misma sustancia di-vina. Para mí ésta fue una experiencia muy profunda. Sucedió en 1971, un poco antes de empezar a tratar a mi primer paciente de esta manera nueva y directamente antes de que yo haya comprendido que nosotros cambiamos la química de nuestro cuerpo cuando cambiamos nuestro comportamiento [...] Desde aquel entonces medito regu-larmente."·43 El hecho del poder del espíritu a través de los pensamientos se encuentra ya hace mi-les de años en las enseñanzas de los sabios de todas las culturas. Ya sean sabios de la India antigua o de la China o de otros pueblos, todos reconocen que en el dominio y conducción de los pensamientos hacia lo bueno se encuentra la llave para la fuerza in-terior, la salud y el desarrollo espiritual. Se cuenta que Buda dijo: "El poder sobre la mente significa poder sobre el cuerpo, la vida, el destino." En el curso de los descubrimientos científicos y nuevas técnicas, solamente nuestra era ha olvidado el poder que existe en el ser humano. Pero las leyes no pierden su eficacia

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por el hecho de que no se las conoce. Las consecuencias que resultan del desacato de las leyes del espíritu, se manifiestan con una claridad alarmante. Por otro lado, cada vez más personas - a menudo bajo la presión de la necesidad y del vacío interior - vuelven a reflexionar sobre sí mismos y reconocen el poder decisivo de su espíritu, tanto para el bien como para el mal. Autores como R. W. Thine, Sheldon Leavitt, Dale Carnegie, Joseph Murphy, Norman Vincent Peale divulgan el poder de la mente en numerosos libros, parcialmente en ediciones que se elevan a millones de ejemplares. En el ámbito de la lengua alemana, especialmente el autor K. O. Schmidt y muchos otros más. La antiquísima ley de la educación de la mente es gratamente aceptada por muchos como ayuda para la vida. Hablar sobre enfermedades – un peligro grande para la curación Lo que es válido para los pensamientos, es aún más importante para la palabra habla-da. Bruno Groening se refiere a esto en un discurso: "Queridos amigos: Yo no creo que ustedes hayan venido aquí para enumerar ahora to-das sus penas y sus necesidades. Uds. se quejarían, pronunciarían palabras desalen-tadoras para provocar a través de ellas una gran compasión en su prójimo, en lo posi-ble en todos sus prójimos, pues yo sé que ustedes están acostumbrados a hablar so-bre lo que a ustedes les apesadumbra, sobre lo que ustedes han sentido que es lo ma-lo en sus propios cuerpos, sobre lo que ustedes oyen, huelen, sobre lo que degustan y también sobre lo que sienten. Mucho se ha convertido en lo malo para ustedes, pero a ustedes no se les ha ocurrido nunca que primeramente ustedes mismos tienen la culpa de esto, que ustedes, es decir sus cuerpos han sido agarrados por el mal."·44 ¡Cuánto han menospreciado los seres humanos el poder de la palabra hablada! Pues si en cada pensamiento hay una gran energía, tanto más fuertemente obra la palabra hablada! Ya Salomón sabía acerca de esto. En las primeros versos salomónicos, se encuentra lo siguiente referente al poder de la palabra: "Quien se cuida de no hablar, cuida su vida, quien habla mucho encuentra su perdi-ción."·45 "La vida y la muerte están bajo el poder de la lengua, quien hace uso de ella cariñosa-mente, goza de sus frutos."·46 "Quien cuida de su boca y de su lengua cuida su vida de sufrimientos."·47 El yoga hindú Paramahansa Yogananda describe en su autobiografía una experiencia impresionante durante su niñez con el poder de la palabra: "Otro recuerdo de mi niñez es también notorio y hasta en sentido literal, pues hasta el día de hoy me ha quedado una cicatriz. Una mañana, mi hermana mayor Uma y yo es-tábamos sentados bajo un árbol en nuestro jardín de Gorakhpur. [...] Uma se quejaba de un forúnculo en su pierna y trajo una cajita con un ungüento. Yo también me apliqué algo de él en el brazo, ‘¿Por qué te aplicas un remedio en tu brazo sano?’

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‘Porque me parece como si mañana yo también voy a tener un forúnculo. Yo hago la prueba de poner tu ungüento en el lugar en que mi forúnculo va a aparecer’ ‘¡Tú, pequeño embustero!’ ‘Uma, no me llames embustero, sino espera primero hasta mañana’ dije yo lleno de in-dignación. Pero mi hermana no se impresionó por ello y me provocó aún tres veces más de la misma manera. Entonces yo le contesté lentamente y con la mayor decisión: ‘Con toda la fuerza de mi voluntad, te aclaro que mañana tendré exactamente en este lugar un forúnculo bastante grande, y tu forúnculo será el doble de grande’. A la mañana siguiente tenía yo realmente un forúnculo grande en el lugar indicado y el forúnculo de Uma había doblado su tamaño. Con un grito, fue mi hermana corriendo hacia nuestra madre: ‘Mukunda (así le llamaban a Yogananda cuando era niño) se ha convertido en un mago’. Mi madre me advirtió seriamente que no vuelva a usar el poder de las palabras para hacer un daño a alguien. Yo he tomado su consejo muy seriamen-te y desde ese entonces lo he seguido siempre. Mi forúnculo tuvo que ser tratado quirúrgicamente y me dejó una cicatriz visible. Así, en mi brazo derecho llevo permanentemente una señal de advertencia, que me hace re-cordar la eficacia de las palabras humanas. Esas palabras simples y al parecer inofensivas que yo había dirigido a mi hermana con gran concentración, poseían sin embargo tanta energía oculta, que actuaron como un disparo y ocasionaron daños verdaderos. Más tarde reconocí, que se puede dirigir sa-biamente la explosiva energía vibrante de la palabra, para deshacer toda clase de obs-táculos que no le dejen a uno ni cicatrices ni le traigan recriminaciones."·48 Pero para la mayoría de la gente se ha vuelto una costumbre el decir simplemente lo que se le viene en el momento por la mente, sin pensar en las palabras. Ya que mu-chos están pegados mentalmente a la enfermedad y al sufrimiento, cuentan a casi to-dos sus prójimos toda la historia de sus enfermedades y sufrimientos o hablan siempre de todas las penas y necesidades que atormentan su alma. El médico, Dr. Rauch escribe acerca de esto en su libro "Autosuggestion und Heilung": "Todo el hablar ‘neutral’ acerca de enfermedades, operaciones, tratamientos o sobre el tema preferido: las enfermedades propias obra también desfavorablemente. En el Leja-no Oriente se consideraba - con todo derecho - como la brutalidad más grande, el hablar delante de otros sobre sus sufrimientos. Por el contrario en nuestros países, es terrible observar con cuanta perseverancia e impertinencia muchas personas hablan de sus padecimientos ante todo el mundo. Muchos están poseídos verdaderamente de la manía de estar ocupándose constantemente de sus sufrimientos, de analizarlos y de contárselos a todos."·49 Uno tiene que tener conciencia de que por hablar de las enfermedades o de las angus-tias, de la misma manera que por pensar en ellas, éstas siempre son atraídas espiri-tualmente, es decir, que así se conectan a la mente. El hombre que se ha desprendido con fe y confianza de todas las angustias y necesidades, para experimentar la cura-ción, con cada palabra negativa se pone nuevamente las cadenas que antes había arrancado mentalmente de sí, y la enfermedad no puede desaparecer.

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Por eso, Bruno Groening subrayó en un discurso: "Quien se ocupa de la enfermedad la retiene y le cierra el camino a la energía divi-na."·50 Si uno vuelve a recordar que todo pensamiento negativo es una energía eficaz, que impide la afluencia de la energía curativa, entonces se hace terriblemente claro, de qué clase de energías negativas está rodeada la gente que habla constantemente de todo lo malo en su vida. Estas personas trabajan incansablemente para agrandar sus pro-pios sufrimientos y los de otras personas. Ellas se aferran verdaderamente a sus sufri-mientos a través de los pensamientos y de las palabras y les brindan toda la atención posible. Como si se encontraran bajo una presión o coacción, ponen constantemente la historia de sus enfermedades en el centro de sus consideraciones. Otros están conectados constantemente por medio de sus pensamientos con sucesos penosos de su pasado y originan y provocan con sus palabras nuevamente todos los sufrimientos y las necesidades. Como si estuvieran atados por un encantamiento mági-co, muchas personas se quedan atrapadas por sus palabras en lo negativo. Las que-jas, los lamentos y la amargura sobre todo lo malo que ellas han oído, visto o vivido, es el tema de todas sus conversaciones. Bruno Groening sabía acerca del poder dañino de tales conversaciones sobre el cuerpo y el alma. Él había llegado a reconocer, que toda expresión negativa recae sobre el ser humano, lo denigra y lo debilita. El sabía que a través de todas esas palabras se re-fuerza el poder de lo negativo en el hombre y lo conduce repetidamente hacia las ata-duras de las necesidades y los sufrimientos. Por eso advertía: "¡Piense sólo en algo bueno, hable solamente de lo bueno y haga solamente el bien!"·51 "Reflexione sobre cada palabra y cada oración que Ud. dice, sobre cada pensamiento que Ud. acepta, si es que es digno que se lo acepte. Reflexione Ud. muy bien si es que Ud. ha obrado correctamente. ¡Llámese diariamente al orden, es decir a Dios! ¡Amo-néstese Ud. mismo!"·52 "El hombre que conoce el poder de la palabra, tiene cuidado de lo que habla"·53 Pero muchas personas son muy débiles p. ej. en vista de un acontecimiento negativo, para poder dirigir inmediatamente todos sus pensamientos y palabras hacia lo bueno. En tales momentos, el hombre no debe permanecer solo. En un instante estaría atra-pado interiormente por los pensamientos negativos que le llegan y obligado a expresar - sin pensar - sus penas en palabras a otras personas, quienes a través de su compa-sión y sus pensamientos malos aceleran su destrucción psíquica. En sus discursos, Bruno Groening indicó que en una situación tal, el hombre se puede dirigir a uno de sus prójimos que tenga una fe fuerte, y abrirle su corazón para sacar todo ese peso de su alma. Entonces puede tomar juntamente con éste la energía divina, soltarse de todo lo negativo y entregárselo con toda confianza a Dios. Hasta que todo haya vuelto a po-nerse en orden, el prójimo puede quedar a disposición de él con consejos y hechos y

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sobre todo con la fuerza de su fe. Así, al hombre que ha experimentado lo negativo, se le facilitará el mantener la conexión con lo bueno. Pero una vez que haya vaciado su corazón, él debería también de evitar el volver a agarrar las penas con palabras y pensamientos si es que espera adquirir una ayuda superior. Básicamente, se le aconseja a toda persona cuidarse de hablar sobre lo que ella no quiere que se realice. La experiencia de la niñez del yoga hindú Paramahansa Yoga-nanda debe ser una advertencia impresionante para todos. Sentimiento de simpatía en lugar de compasión El motivo esencial de ir contando acerca de sus desgracias personales y de sus enfer-medades a un número - en lo posible mayor - de sus prójimos es el de inspirar compa-sión en los otros. Bruno Groening advirttió al respecto: "Aquí puedo darles suficientes pruebas de que cuando el ambiente de cada enfermo no está en orden y cuando esta persona esté ya tan acostumbrada, que lo tenga metido en el cuerpo y en la sangre el que otras personas solamente le tengan compasión, en-tonces ya no se le puede ayudar, ya no lo puedo traer hacia el camino bueno y sano. Entonces, por eso no se debe hacer la pregunta acerca de qué puedo sanar sino la de a quién puedo sanar. Y yo quiero ayudar al hombre a sanarse enseñándole el buen camino, como solamente el camino divino lo es."·54 Bruno Groening hacía una diferenciación entre compasión y sentimiento de simpatía. Como la palabra lo dice, cuando se siente "con – pasión", uno toma para sí las pala-bras desalentadoras del otro, uno se ocupa mentalmente de sus padecimientos y pron-to uno se sentirá tan atormentado y triste como el otro. Uno se ha tomado para sí lo negativo del prójimo que tiene enfrente y así se habrá permitido que la energía destruc-tiva pueda hacer efecto sobre el alma. Entonces ya no se puede dar de lo bueno. Las palabras de consuelo que uno dice se han vuelto vacías y no llevan energía. Uno mis-mo no puede creer en lo que le dice al otro. En sus discursos, Bruno Groening hizo repetidamente hincapié en estas relaciones. El advertía a sus escuchas que no aceptaran ningún sentimiento de compasión si es que querían ayudar a otros prójimos. Pues se puede dar a otras personas solamente aque-llo que uno mismo haya tomado para sí. Una persona no puede expresar a su prójimo ánimo ni consuelo si es que ha abierto su corazón a los lamentos y a las palabras des-alentadoras. Bruno Groening les aconsejaba a sus escuchas, que en lugar de compasión deberían tener sentimientos de simpatía para con sus prójimos. Se puede reconocer mejor la diferencia entre sentimientos de compasión y de simpatía en el actuar de una madre, a la que el hijo se dirige, cuando se ha hecho daño. El niño abre primero su corazón, y dice qué es lo que le duele. Entonces la madre trata cariño-samente de distraer sus pensamientos del dolor y de decirle palabras buenas, de con-tarle algo bonito y de quizás tomar al niño en sus brazos, expresando simpatía.

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La madre dirá al niño: "Esto se va a mejorar, créemelo. ¡Mira! ¿te acuerdas todavía de ayer, de lo lindo que lo pasamos?" El niño abrirá su corazón a las palabras de la madre y las tomará para sí. Sus pensa-mientos fueron desviados de lo malo, están dirigidos ahora a lo bueno, a lo hermoso. A través de ellos está conectado interiormente con lo bueno, y la energía constructiva y revitalizadora de los buenos pensamientos se hará notar pronto. La madre retiene su energía porque de ningún modo se detiene en medio el sufrimiento, sino que con sus palabras conecta el espíritu del niño con las energías constructivas. Este ejemplo demuestra claramente la diferencia entre sentimientos de compasión y de simpatía. Quien se quiera ayudar a sí mismo y a otros, debería dirigir sus pensamientos y sus palabras y los pensamientos y palabras de los otros solamente hacia lo bueno y nunca quedarse pegado a los sufrimientos y a la enfermedad. El no tener compasión no significa que a uno le dé igual las necesidades del prójimo, sino que uno lleva consi-go tanto amor y simpatía como para ocuparse de él, para fortificar su actividad en la lu-cha por la vida y su confianza en Dios, con otras palabras, para ayudarle a conectarse nuevamente con lo bueno, es decir con Dios. "¡Deje las habladurías, deje los chismes!" "Los pensamientos son libres", se dice en una de las canciones más populares de Ale-mania. Ellos son verdaderamente libres, pero este hecho no exime a ningún hombre de su responsabilidad personal. Uno se engaña a sí mismo si es que cree que uno puede pensar - sin reflexionar - algo malo sobre otras personas mientras que no se expresen estos pensamientos en palabras. A través de investigaciones científicas, se pudo mos-trar muchas veces, que se pueden enviar pensamientos de una persona a otra y que pueden provocar en el receptor hasta consecuencias que se pueden sentir corporal-mente. (vea también el Capítulo 4). Todo pensamiento es una energía espiritual y em-pieza en el momento en que es pensado, en una relación exacta a la energía con la que él fue pensado. Así, un mal pensamiento sobre alguna otra persona no tiene con-secuencias solamente para nuestro propio bienestar sino que con toda seguridad llega-rá hasta aquel prójimo en quién se pensó. El percibirá en sí este pensamiento y repen-tina y aparentemente sin razón se sentirá que le falta energía. R. W. Thine escribe acerca de esto en su libro "In Harmonie mit dem Unendlichen": No es solamente que nosotros nos traemos directamente hacia nosotros aquellas co-sas a las que tanto tememos, sino que nosotros contribuimos a que en otras personas aparezcan exactamente las cosas que nosotros tememos para ellas. Y por cierto que esto sucede en relación directa a la potencia de nuestros pensamientos y al grado de nuestra susceptibilidad o accesibilidad receptiva. Según nosotros seamos más o menos susceptibles y por ello fácil de ser influenciados por pensamientos. En este caso, la cir-cunstancia de que estos pensamientos sean inconscientes – tanto en nosotros como en aquellos por quienes tememos – no cambia absolutamente nada [...] Yo conozco una gran cantidad de casos, en los que alguien ha tenido continuamente tanto temor por un niño, que ha traído para este niño exactamente aquello que tanto había temido. Mientras que sin este temor, probablemente no hubiera aparecido nunca. A menudo no existe ni siquiera una razón suficiente para estos temores; pero aún cuando existiera

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alguna, es mucho más sabio tomar precisamente la dirección contraria de los pensa-mientos: de este modo, se les quita la munición a las energías que están activas. En-tonces debemos envolver al niño con pensamientos sabios y llenos de energía para capacitarle a hacerle frente al mal en lugar de dejarse vencer por él, a dominar al mal. Recién hace pocos días, un amigo mío me contó acerca de una experiencia que él había tenido en su propia vida en este campo. El debía de dejar una costumbre deter-minada y cuando haya logrado esto se le permitiría casarse con su novia. Durante el tiempo en que él llevaba esta dura lucha, su madre y su novia pensaban en él con una angustia tan persistente que este hombre tan perceptible, sentía permanentemente la influencia aplastante y debilitante de los pensamientos desalentadores de ellas. Él po-día decir siempre muy exactamente qué es lo que ellas sentían por él, pues sus temo-res, sus preguntas, su desconfianza tenían influencia sobre él y lo debilitaban constan-temente. La consecuencia fue que desaparecía cada vez más la sensación de su pro-pia fuerza y él perdía cada vez más el ánimo. En lugar de influirle ánimo y energía, le convencían cada vez más de su propia debilidad y de la inutilidad de su lucha. Estas dos personas, que lo amaban tiernamente y que hubieran hecho cualquier cosa por ayudarle a lograr su objetivo, no sabían nada del poder silencioso, fino, siempre efectivo y determinante - en todo sentido - de las energías mentales y en lugar de revi-talizar su ánimo y sus energías, se los disminuían cada vez más agregándole a su de-bilidad interior aún otro elemento debilitante desde fuera. Por ello la lucha para este hombre, se le hizo tres veces más difícil."·55 En este ejemplo se hace visible lo negativamente que se manifiestan las preocupacio-nes mal entendidas que origina el emisor, quien las envía inconscientemente y sin que-rerlo. Los pensamientos que uno tiene sobre otras personas se manifiestan igualmente aplastantes porque uno piensa que tiene razón. Esto sucede la mayoría de las veces por sentimientos de disgusto, de rabia o de envidia. Así, inconscientemente, el hombre se hace culpable de lo que él critica en su prójimo. De la misma manera, los buenos pensamientos sobre otra persona ejercen una influencia que la apoya y la beneficia. Así, uno influye en su prójimo ya sea para lo bueno o para lo malo depende de cómo uno piensa de él o bien o mal. El efecto positivo o negativo en el prójimo, puede aún fortalecerse y multiplicarse si es que uno expresa con palabras y propaga lo que uno piensa sobre otra persona. Esto conduce a menudo a que varias personas también - al mismo tiempo - piensen de la misma manera acerca de otra persona, lo que se manifiesta regularmente y actúa efi-cazmente sobre su propia vida y salud así como sobre la de la otra persona de quien se trata. Desde este punto de vista, se hace totalmente visible el efecto fatal de las habladurías y de los chismes. Bruno Groening conocía acerca de las penetrantes costumbres de muchos de sus contemporáneos de malgastar su tiempo y su energía con hablar mal sobre otros en el estilo que usan algunos periódicos y revistas que a la gente le gusta leer. Por este motivo, Bruno Groening se dirigió de modo amonestador a sus escuchas en un discurso con las siguientes palabras:

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"Cómo malgasta el hombre su tiempo hablando de sus vecinos, de sus conocidos, de sus parientes, de cómo vive el uno o el otro. Yo te digo: Querido amigo, pregúntate a tí mismo cómo vives tú. ¡Ocúpate primero de tu propia vida! Primero, ¡empéñate en po-nerte verdaderamente bajo la conducción divina! Cuando tú quieras hablar sobre al-guien, cuando tú quieras juzgar sobre él, esto ya es lo malo. [...] Dicho brevemente, amigos, ¡dejen las habladurías, dejen los chismes!"·56 Además, se puede observar también, que todo lo que uno ocasiona a su prójimo con pensamientos, palabras o hechos, vuelve a caer sobre uno mismo. Una persona que irradia lo bueno, a través de lo cual uno se siente aceptado y comprendido, despertará también en su prójimo buenos pensamientos que se reflejarán positiva y eficazmente sobre él y así permitirán que la energía de lo bueno crezca dentro de sí mismo. De la misma manera, una persona que trae a sus prójimos solamente pensamientos, pala-bras y hechos negativos, despierta lo mismo en ellos, lo que después le vuelve a llegar a él mismo. Así, todo lo bueno o lo malo que uno piensa, habla o hace para otra perso-na, regresa tarde o temprano y con la misma seguridad sobre uno mismo. Bruno Groening manifestó de la misma manera en un discurso: "Lo que el hombre siembra, cosecha. Esto significa: Todo lo que el hombre emite en palabras o también con hechos, le llegará de nuevo a él. El recibirá lo mismo que él da."·57 Todos tienen que examinarse acerca de cuán ligeramente aceptan pensamientos y sin reflexionar los hacen realidad en palabras y hechos. Para ello, otro citado de Bruno Groening: "En resumidas cuentas, ¿Cómo es Ud. en su vida? ¿Qué ha hecho Ud.? ¿Qué ha di-cho Ud.? ¿Qué clase de pensamientos ha aceptado Ud.? ¿No ha mostrado Ud. el ma-yor interés en escuchar lo malo? es decir, lo que para Ud. ha sido una sensación para por lo menos tener un tema de conversación para no dormirse del todo, para no aflojar-se del todo, había mucho que era interesante. Había mucho que oír, también mucho que leer y también había mucho de lo malo para ver. Pero allí es donde estaba y por el momento se quedará allí una gran parte de la humanidad, pues simplemente están acostumbrados así."·58 Es un fenómeno triste de nuestro tiempo, que casi la totalidad de la prensa, la radio y la televisión apoyen esta muestra de comportamiento en el hombre. A pesar del aumento de los canales, el observador atento encontrará muy raramente producciones de pelí-culas que le traigan al televidente algo bueno y constructivo. Pero todo desarrollo de la personalidad necesita urgentemente una guía mental hacia lo bueno. Un elemento in-dispensable para este desarrollo es el buen ejemplo. Esto se ha vuelto hoy en día en algo muy raro. También a la mayoría de las personas les hace falta una aclaración so-bre el poder de la mente. Así están entregadas a sus costumbres y - sin quererlo - se las transmiten a través de sus malos ejemplos a sus hijos, a quienes se les priva de to-da estabilidad psíquica y espiritual con la avalancha de imágenes y patrones de pen-samientos negativos. La disciplina de la mente es la puerta de entrada a la Luz Divina

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Muchas personas ven en los pensamientos positivos solamente una técnica con la que pueden "re-programarse" espiritualmente como les venga en gana a través del "ma-chacar" conscientemente determinados patrones de pensamientos. Ya se ofrece esto mucho en los cursos para ejecutivos, como la receta para tener éxito y lograr objetivos económicos. Con toda seguridad, hay en la mente una de las leyes más poderosas del espíritu, y es una de las más bienhechoras si es que uno vuelve a recordar el poder ol-vidado de la mente. Sin embargo, la conducción consciente de los pensamientos hacia lo bueno es mucho más que una técnica para una reprogramación de la mente según como se la necesite. Bruno Groening estaba convencido, de que todos los buenos pensamientos y sensa-ciones vienen de Dios. Una persona que acepta para sí un pensamiento bueno y cre-yente, se conecta a través de este pensamiento con la fuente de todo lo bueno. Estas relaciones ya se han puesto en claro cuando uno considera la toma de la energía cura-tiva. Los buenos pensamientos abren la puerta tanto hacia el corazón del hombre como a la energía curativa divina. Así se pone en claro por qué razón puede salir de una pa-labra buena y confortante una energía tal. Mientras el hombre sea capaz de mantener-se dentro de la fe en los buenos pensamientos, permanecerá dentro de esta conexión vivificante. Pero en cuanto él crea en los pensamientos penetrantes de la duda, su al-ma se cierra y con ello también la puerta de entrada en su corazón para la Luz Divina. El entregarse mentalmente a lo Bueno, es decir a Dios es el requisito más importante para toda curación y desarrollo espiritual. Bruno Groening dijo a este respecto en un discurso: "Ud. tiene que seguirlo, seguir lo bueno, es decir al Bueno, a Quien todos tenemos que seguir, a Quien todos pertenecemos. Esto es lo que tenemos que hacer. Esto es lo que toda persona se debe a sí misma. Y si ella simplemente no lo sigue...: A quien no se le puede aconsejar, no se le puede ayudar."·59 "Dios nos da todo lo bueno, solamente tenemos que acoger dentro de nosotros lo Suyo que Él nos envía. Entonces ¡Háganlo!"·60 Entonces, depende de cada persona el dar dentro de sí el primer paso en el camino hacia Dios, hacia lo bueno, para poner su voluntad y con ello sus pensamientos hacia lo bueno y a través de esto procurar los requisitos espirituales para la conexión curativa y vivificante con la fuente de todo lo bueno. Creo que he puesto lo suficientemente claro, qué importancia tan grande tiene la disci-plina de los pensamientos para el bienestar corporal, anímico y espiritual del hombre. Queda sin comprender por qué tanto por parte de las instituciones estatales como de las eclesiásticas apenas se le dé valor a este requisito indispensable para la madurez moral y espiritual del hombre. Así se desperdicia la gran oportunidad de transmitirle tempranamente al ser humano la conexión con la energía curativa divina, que se puede sentir corporalmente. Por otro lado es igualmente lamentable, que en algunos círculos esotéricos, el pensar positivamente sea presentado como una posibilidad de auto-redención del ser humano. Redimir y curar al hombre puede hacerlo solamente UNO, y Éste es Dios. Los pensa-mientos buenos y devotos son la puerta de entrada al corazón siempre y cuando – y esto tiene que subrayarse siempre muy expresamente – el hombre se separe de lo ne-gativo y lo haga por su libre voluntad, para así posibilitar dentro de sí que el obrar ilimi-

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tado de Dios surta efecto. Toda curación y desarrollo espiritual que sea la consecuen-cia de esta posición espiritual, es siempre un regalo y una gracia de Dios. Siervo de Dios y no de los hombres. El camino de regreso al sentimiento Ya que la vida mental del ser humano tiene una importancia tal para todo su ser que apenas se la puede valorar, es justo que uno se pregunte, de qué manera puede dife-renciar una persona un pensamiento bueno de uno malo. Durante el transcurso de los siglos, los conceptos de bien y mal han estado sujetos a un cambio grande, así se pue-de dar sólo limitadamente una pauta para diferenciarlos. Además los pensamientos de soberbia, de falta de cariño, de envidia son difíciles de reconocer, y algún pensamiento de duda le parece al ser humano completamente lógico. Pero cuando el hombre al principio cree en el pensamiento, se conecta con él y entonces es a menudo difícil des-prenderse de esta conexión. Con "abrirle un poquito la puerta" del corazón a un pen-samiento negativo, le seguirán rápidamente otros pensamientos más grandes de la misma categoría, y a menudo uno se da cuenta qué clase de pensamiento era el que uno aceptó al principio, recién cuando la fe en lo bueno, la alegría y la paz se han eva-dido y nos llega una intranquilidad atormentadora y una presión psíquica. Pero ¿cómo es que el hombre puede reconocer la naturaleza de un pensamiento ya por anticipado, para cerrar su corazón antes de que se forme la conexión espiritual destructiva? Bruno Groening dijo en un discurso: "Lo que Ud no ve, lo siente. Por eso a Ud. se le ha otorgado más sentidos en su cuer-po, pero Ud. tiene que conocerlos y Ud. tiene que hacer uso de ellos."·61 Él estaba convencido de que al hombre se le ha otorgado sentidos interiores para re-conocer la parte espiritual de su ser. Un pensamiento bueno está del mismo modo que un pensamiento malo, lleno de una determinada energía espiritual, que en conexión con las energías de fe del ser humano se manifiestan o bienhechoras o dañinas para la vida. Así como la luz es percibida por la vista y el tono por el oído, de la misma manera se percibe el pensamiento de un modo característico - según sea su irradiación espiri-tual específica - por la facultad de sentir del ser humano. Cuando uno se abre afecti-vamente al pensamiento: "Yo puedo, yo lo lograré" y seguidamente uno hace lo contrario y deja hacer efecto en sí: "No puedo, no lo lograré" así, para cada uno que tenga una facultad de sentir más o menos desarrollada se hará notar una irradiación diferente, se puede decir que contraria. El primer pensamiento nos transmite una sensación agradable mientras que el segundo pensamiento una des-agradable, algunas personas hasta sienten un dolor psíquico. Esto es así también con otros pensamientos, aunque no siempre tan clara y sensible-mente. Pero si es que cada pensamiento tiene como base una irradiación espiritual perceptible, tiene que ser válido de la misma manera para las palabras y los hechos, sí, para todas las formas y aspectos que son la expresión material de los pensamientos. ¿Quién no se ha sentido inclinado - por una sensación desagradable - a tomar todas las precauciones del caso con respecto a las palabras amables y aduladoras de otra persona?. A menudo es la sensibilidad interna la que reconoce las malas intenciones

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detrás de la fachada sonriente, a pesar de todos los argumentos del raciocinio. Por otro lado, otras personas cuentan, que al pensar en hacer algo determinado, perciben una desazón, una sensación desagradable y algunas personas le deben su vida solamente al hecho de que han seguido esta sensación. Una conocida mía me contó que una mañana, cuando su madre quería ir al trabajo, tu-vo una sensación desagradable al pensar que ella iba a ir al trabajo en coche. Cuando le pidió a su madre que - a causa de esto - dejara el coche en casa, su madre siguió este consejo de su hija y se fue en tren. Realmente, esa misma mañana sucedió un grave accidente en la carretera por la que ella siempre iba al trabajo en coche, a la misma hora que ella hubiera tenido que pasar por ahí. Kurt Allgeier escribe sobre un suceso parecido ocurrido al conocido médico y sanador Dr. Leonhard Hochenegg, de Innsbruck.: "El día de la tragedia atómica de Chernobyl [...] la Sra. Hochenegg quería hacer una excursión por las montañas de Karwendel con sus hijos. Pero su marido se negó deci-didamente. ‘No, hoy día no’ se opuso él determinantemente. ‘Hay algo amenazador en el aire. No debemos ir a las montañas sino que debemos quedarnos en casa.’ la Sra. Hochenegg conocía a su marido y sabía que no tenía ningún sentido querer hacerle cambiar de idea. Él sabía más. Un día más tarde se enteró ella qué era lo que él había sabido o percibido: la radioactividad, que se había escapado del reactor atómico que había explotado."·62 Hay muchas personas que podrían contar acerca de experiencias similares. Parece como si por medio de sus sentimientos el ser humano fuera capaz de encontrar la puer-ta de entrada a una percepción cognitiva que va mucho más allá de los límites de los conocimientos aprendidos y de la capacidad de percepción de los sentidos exteriores. Especialmente en el trato con otras personas, uno tiene que tener en cuenta su propia facultad perceptiva. Bruno Groening exhortaba a hacerse la pregunta interiormente: "¿simpático o antipático?" y de prestarle atención a sus propios sentimientos, a su fa-cultad sensitiva. En el caso dado cerrarse interiormente y observar nueva y detenida-mente con la precaución correspondiente. Especialmente las personas que se encuen-tran en el camino hacia la curación, tienen que tener cuidado de las personas con quie-nes se rodean y de a quiénes le abren su corazón. Bruno Groening estaba convencido de que Dios le ha otorgado al hombre la percepción sensitiva humana - él también hablaba de ella como verdadero instinto humano" – para que en medio de la variedad de las impresiones de la vida y de las contraposiciones de las opiniones humanas, dis-ponga de un consejero en el que se pueda confiar, de un guía interior hacia lo bueno y lo verdadero. Una vez, dijo él: "Al hombre se le ha dejado caer, en cuanto él ha perdido el verdadero instinto humano, no recién ayer u hoy, ¡no!, hace muchas generaciones atrás, y paulatinamente el hom-bre ha llegado tan lejos hasta donde ahora está. Dicho brevemente: Ahora ha llegado el hombre tan lejos, que ya no puede seguir adelante."·63 En el volver a reconocer esta sensación determinada en medio del laberinto de pensa-mientos y sensaciones de la vida diaria y de seguirla, en ello veía Bruno Groening la base imprescindible para que el hombre regrese hacia la curación y hacia Dios. Al que aprende a desarrollar esta facultad dentro de sí hasta alcanzar la claridad (perspicacia)

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original de la percepción sensitiva, se le otorga la entrada a una instancia dentro de sí, que lo puede liberar de estar sujeto a las opiniones humanas. Pues en la percepción sensitiva del ser humano se deja ver mucho más que un sentimiento que permite al hombre tener una mirada especial en los antecedentes de las circunstancias de su vi-da. El hombre se puede dirigir a esta instancia dentro de sí y experimentar que a sus preguntas hay una respuesta que se puede sentir. Parece como si el hombre por medio de sus facultades sensitivas tuviera conexión con un consejero y ayudante, que no es de este mundo. A menudo, se siente inmediata-mente hasta una advertencia, una indicación sin que se la haya buscado consciente-mente. Bruno Groening hablaba de un guía interior, del guía divino, que el hombre puede percibir a través de sus sentimientos. Él era de la opinión que todo ser humano tiene la posibilidad - de la misma manera como él percibe la energía divina en su cuer-po - de poder percibir la voluntad de Dios en todas las interrogantes de la vida. Todos los lectores podrán reconocer la gran importancia de guiar al hombre hacia una percep-tibilidad tan perfecta no solamente para la vida personal sino para la vida de toda la so-ciedad. Cuántos sufrimientos y necesidades han resultado sólo por la incapacidad y la falta de disposición del ser humano para pedir humildemente al Ser Supremo una res-puesta para todas sus decisiones. Bruno Groening dice respecto a esto: "Pero él (el hombre), brevemente dicho, ha perdido su verdadero instinto humano, ya no puede ser guiado ni dirigido desde fuera. Porque los hombres han trabajado dema-siado para ello, Dios Nuestro Señor ha perdido Su condición de guía y dice: ‘Ahora, prueben’. Yo sé que estoy obligado a darle esto al ser humano para su camino, para que inmediatamente cambie de rumbo y que vuelva a usar el verdadero instinto huma-no [...]. Yo no me he dejado instruir mal. ¡Cuán mal instruidos están los seres humanos! ¡Por tantos libros! Todo esto no se puede captar. El uno escribe así sobre un tema, el otro escribe asá. ¿Qué es lo correcto?. Hay una confusión. Nosotros los seres huma-nos podemos aprender de los animales, tenemos que retroceder y no animalizarnos, ¡no! sino para poder acoger nuevamente el instinto humano."·64 La mayoría de los seres humanos ya no está en condiciones de comprender ni de se-guir este tierno soplo, este sutil toque interno. Muchas veces les hace falta la energía y la fe, a menudo es simplemente la voluntad, para confiarse de este sentir, es decir para tener fe en sí mismos y en Dios. La mayoría de las veces son más fuertes las opiniones de otras personas o el propio raciocinio y se le da la preferencia una paz engañosa en lugar de dársela al corazón. R. W. Trine escribe en su libro "In Harmonie mit dem Unendlichen" al respecto: "Ser tú mismo es lo único que es digno de ti mismo, lo único que es suficiente para tí. Pero, ¿no podría ser beneficioso quizás el dejarse dominar algunas veces por su medio ambiente? La única política beneficiosa para ti es primera y últimamente ser tú mismo. ‘Sobre todo lo demás, sé fiel a ti mismo pues de ello le sigue aquello como el día a la noche, tú no puedes ser falso en contra de alguno’ (Hamlet)

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Si nosotros nos dejamos guiar solamente por el Altísimo y que nuestra vida sea guiada por este principio, entonces a nosotros no nos domina el miedo ni ante la opinión públi-ca ni ante la desaprobación de los otros, y nosotros podemos estar seguros de que el Altísimo está de parte nuestra. Si nosotros tratamos de algún modo de complacer a to-dos no le vamos a complacer a nadie y cuanto más lo tratemos tanto más insensatas se volverán sus exigencias frente a nosotros. La conducción de tu vida es una cosa que sólo te incumbe a tí y a Dios, y cuando tú te dejas influenciar por otro lado y te dejas empujar en direcciones determinadas, entonces estás tú en el camino equivocado"·65 Muchas personas confunden el ser fiel a sí mismo con un egoísmo sin freno. La apro-bación de los seres humanos y la satisfacción de la vanidad propia es más importante que la fidelidad a la ley del corazón. Pero cuanto más el hombre conecta su conciencia con metas egoístas, cuanto más se deja influenciar y regir por deseos exteriores, tanto más conexión pierde consigo mis-mo. Él le presta atención a todo y a cualquiera, los medios de comunicación modernos le traen diariamente noticias de todas partes del mundo, pero los mensajes de la Luz Divina que se deben sentir en el propio cuerpo, a ésos no le presta atención, para ello no se da tiempo. En lugar de ello los seres humanos persiguen por decenas de años metas muertas, sin siquiera preguntarle aunque sea una vez a su corazón si su obrar tiene sentido. La multitud de pensamientos, a los que él deja penetrar, despiertan una multitud similar de sentimientos. Sin darse cuenta, se entregan cada vez más a una pri-sión espiritual cada vez más grande. A menudo, el cuerpo tiene que poner fín a este comportamiento destructivo. Recién los dolores y las enfermedades hacen que cada uno vuelva a encontrarse a sí mismo. Pero la mayoría son solamente víctimas de la ignorancia general y de una educación distanciada de la vida misma. La mayoría de las veces, desde la niñez les educaron simplemente el raciocinio y la percepción de los sentidos exteriores. Nuestros colegios y universidades abotagan a los seres humanos con conocimientos muertos en lugar de conducirlos hacia la guía y la sabiduría sobre sí mismos. La susceptibilidad personal la juzgamos como si fuera una "subjetividad errónea" y los seres humanos se tienen que someter a la "objetividad" de los medios técnicos. Éste es un desarrollo que condenó también el investigador natural y poeta Johann Wolfgang von Goethe en sus "Maximen und Reflexionen zur Wissenschaftslehre". "El hombre mismo es el aparato físico más grande y exacto que pueda existir, en cuan-to haga uso de sus sanas facultades sensitivas. Y por eso, la desgracia más grande de la física moderna, es que haya - por decirlo así - aislado al ser humano de los experi-mentos y que quiera limitar y demostrar lo que la naturaleza rinde reconociendo sola-mente aquello que muestran los instrrumentos artificiales."·66 Este desarrollo condujo al hombre hacia una dependencia espiritual cada vez más grande. Ya que las facultades sensoriales interiores para reconocer entre mentira y verdad, bueno y malo, correcto o falso bajo la luz de una percepción superior se perdie-ron, los seres humanos se volvieron dependientes y se dejaron influenciar en sumo grado por las opiniones de otros. Las respuestas que no encontraban en sí mismos, las buscaban ahora en otras personas. Muchos se dejaron empujar rápidamente hacia una dirección por filosofías que habían sido comúnmente aceptadas. Hoy en dia la legitima-ción para lo bueno o lo malo, la mayoría de las veces ya no nace de la percepción sen-sitiva personal sino del comportamiento de las masas o de grupos individuales. Por otro

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lado, las masas se dejan manipular por autoridades sociales o por los medios de difu-sión. Esto prepara el mejor terreno para que se propaguen filosofías erróneas, que le agra-dan al intelecto y a los sentidos exteriores, pero que conducen a costumbres falsas en el pensar y actuar, que le ponen cada vez más obstáculos a la afluencia de las energí-as vitales. Las consecuencias de este proceso fatal se pueden reconocer claramente en la destrucción del medio ambiente y en los múltiples sufrimientos en la tierra. En un discurso, Bruno Groening habló al respecto: "Ustedes también, queridos amigos, fueron conducidos por el camino equivocado. A ustedes no se les ha dicho la verdad [...]. Ustedes no tienen que creer lo que yo digo [...] El deber que ustedes tienen es que tienen que convencerse en sí mismos, es decir en sus cuerpos. Lo principal es que ustedes le presten atención. Entonces ustedes van a llegar a conocer lo verdadero, entonces ustedes van a creer. Y entonces usted ya no es ningún crédulo más sino que usted es una persona convencida. ¡Convénzase Ud. mismo! Éste es su deber. Yo estoy convencido. ¿O ustedes creen que me pueden con-vencer a mí? ... ¡No!, Yo no obedezco a ningún ser humano. Realmente yo no he obe-decido ni a mis padres carnales. Ellos me decían que yo debo hacer esto y aquello. Cuando no tenían razón yo les decía: ‘No, éso no lo hago’. Por supuesto que recibía bofetadas. Pero no importa, y yo siempre me negaba y aún hoy y lo haré siempre. Yo nunca hago lo que la gente quiere [...]. Pues yo no soy siervo de los hombres, soy so-lamente siervo de Dios. Nada más, y allí es donde yo los quiero tener, amigos, que us-tedes se conviertan en siervos de Dios, que Uds. dejen de ser crédulos, que ustedes no crean cualquier charlatanería y que ustedes no caigan nunca más en la tentación."·67 Él prosiguió entonces así: "Dios que es nuestro Padre, nos ha dado mucho. Lo teníamos todo en nosotros. Yo to-davía lo tengo, yo no me dejado quitar lo natural, lo divino. Por eso no obedezco a na-die, por eso no sigo a ningún hombre. Pero Dios se lo ha otorgado a cada niño [...]. Los padres se lo han quitado y lo han educado mal. ¡No crean, queridos amigos, que a Dios no le da pena que al hombre se le haya quitado su voluntad, la que Dios le ha otorgado a cada ser viviente! Y Dios no le quitará su voluntad a ningún ser viviente. Pero los pa-dres se lo han hecho a ustedes. Ustedes lo han aprendido: a ser siervos de los hom-bres. Ustedes se lo han dado nuevamente a vuestros hijos, y así sigue de generación a generación. ¿Cuándo va a llegar esto a un fín? ¿Cuándo van a terminar de una vez las necesidades y la miseria? ¿Cuándo va a disminuir esta multitud de enfermedades? ¿Cuándo va a parar esto? Así queridos amigos, ¿así como el hombre está acostum-brado? ¡No! Él tiene que dejar estas costumbres, él tiene que efectuar un retroceso, él tiene que convertirse realmente y hacer, lo que Dios ha destinado para él, él tiene que convertirse en siervo de Dios. Él tiene que ponerse bajo la guía de Dios, sin ésta no hay vida."·68 Pero, ¿cómo se puede llegar a alcanzar la ayuda de esta conducción interior divina en la vida de cada día?. Lo más importante aquí es no obrar de ninguna manera dogmáti-ca ni algo parecido como antes se le dió oídos a las opiniones de otras personas y al raciocinio, ni creer ciegamente en las sensaciones que aparecen. Tampoco se debe querer justificar las impresiones egoístas con una supuesta cognición intuitiva en el plano sensorial ni darle sitio sin crítica alguna a sentimientos bajos dando el pretexto fa-riseo de tener que gozar de la vida. Quien entiende bajo esto su fidelidad a sí mismo,

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quien opina que de esta manera obedece a una instancia superior dentro de sí, no ha entendido de qué se trata cuando Bruno Groening habla de que el ser humano debe "volverse siervo de Dios". No sin motivo, advertía repetidamente a aquellos que querían seguir el camino espiritual, que se convenzan muy continuamente. Entonces, el que llega a obtener la curación por este camino y que a través de examinar cuidadosamen-te llega conocer la verdad de las leyes de la vida sobre las que Bruno Groening hizo hincapié, a él le advertía Bruno Groening que se convenciera más. La vida brinda un número grande de posibilidades, para verificar repetidamente estas regularidades su-periores en las más diversas situaciones. De la misma manera el camino hacia el verdadero sentimiento para percibir claramente la voluntad Divina, es el camino del examen crítico y de la más absoluta sinceridad pa-ra consigo mismo. Quien una vez haya llegado a conocer a "la voz de su corazón" se dará cuenta rápidamente, que ésta no siempre está de acuerdo con la voluntad perso-nal, que a veces hasta está en contraposición a ésta. El Dr. Hochenegg seguramente que se hubiera alegrado por la planeada excursión a las montañas, pero las experiencias de largos años con "la voz de su corazón" lo guia-ron a oponerse a los argumentos de su raciocinio y a los de su mujer y a ser fiel a su perceptibilidad, a sus sentimientos. Cuanto más el ser humano esté en condiciones de desalojarse interiormente de sus propios deseos, cuanto más nítidamente podrá él percibir la voluntad de Dios. Pero quien en lo más profundo de su ser quiera seguir sus propias impresiones y deseos de miras estrechas, llegará rápidamente a percibir solamente aquello que él quiere perci-bir. Mientras que el hombre no esté dispuesto a ser sumiso y a subordinar sus propios deseos ante el Ser Supremo y siga partiendo de la insuficiencia del saber de su intelec-to, atentará contra la Ley Superior y seguirá trayendo sufrimientos para sí y para otros. Él tiene que seguir, como dice Bruno Groening, probando y tratando tanto tiempo hasta cuando llegue a un punto en donde ya no pueda seguir adelante. Pero aquel que ya haya llegado más adelante como para seguir por el otro camino, pronto reconocerá que al espíritu superior le son reconocibles causalidades y posibilidades que le parecen in-creíbles al intelecto humano. Porque yo se lo pedí, Birgit Häusler (29), de R. me escribió sus experiencias acerca de esta temática: "Un discurso de Bruno Groening me hizo poner atención a la obediencia a Dios y a los hombres. Por supuesto que yo rechacé decididamente el ser sierva de los seres huma-nos. Pero de un modo autocrítico me pregunté cómo es que yo superaba las preocupa-ciones diarias y otras cosas parecidas. Cuando yo tenía algún problema, sopesaba el pro y el contra para llegar a una solución. Después yo hablaba aún con otras personas al respecto cuyos consejos me influenciaron no pocas veces. Ahora sé que un compor-tamiento tal no es en sí erróneo, pero el que yo haya olvidado la instancia más impor-tante en mí, la que debería ser determinante para una decisión final dentro de la canti-dad de consejos y opiniones contrarias, el que yo haya olvidado pedir por claridad in-terna al Único que sabe más de lo que yo pueda reconocer de las discusiones sin fin a través de los consejos de los humanos. Pero ¿cómo es que yo debería percibir la Voz Divina dentro de mí? ¿Cómo es que yo debería ser obediente a Dios?

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A través de la toma regular de la corriente curativa logré captar a través de mi percep-ción sensitiva cada vez mejor la voz interior divina. Yo me dí cuenta que a menudo aún el más sobrio sopesar del intelecto no me podía dar la claridad y la respuesta que yo buscaba, pero que a través de sintonizarme y de pedir y de dejar de lado todo pensa-miento, pude experimentar cómo la voz interior - a menudo delicadamente - me daba la respuesta correcta, como se mostraba siempre después. En aquel tiempo, estaba yo dando exámenes de bachillerato. Ya que por falta de tiem-po ya no podía estudiar todo el material didáctico necesario para los exámenes finales, me abrí hacia la corriente curativa pidiendo reconocer qué temas serán los que apare-cerán en los exámenes. A mí me llegaron los pensamientos acerca de los temas de los exámenes y con plena confianza me preparé solamente para estos. Y realmente todas las preguntas de los exámenes fueron exclusivamente aquellas que yo había aprendi-do. En el examen oral final me hicieron preguntas sobre un tema para mí desconocido. In-mediatamente me sintonicé con la energía divina y después de un momento breve pu-de contestarlas a pesar de que no saberlas. Hasta aprobé el examen oral con la mejor nota. Esto fue una evidencia suficiente de que al contrario de la voz del raciocinio, la voz in-terior es omnisciente, que lo sabe todo y que es mejor que yo me fíe de ella. A través de éstas o de experiencias parecidas, es que yo me confié cada vez más en mi voz interior. Cuando iba a tener que dar otro examen, me dije ¿por qué es que tengo que aprender todo? Escogí arbitrariamente algunos temas y me preparé para ellos. La nota que recibí en los exámenes fue mala. Primero me puse furiosa con Bruno Groe-ning y estaba desilusionada de la voz divina que me habían traído esta mala nota, pero más tarde volví a concentrarme y reconocí mi error: ‘No exigir sino adquirir’ (citado de Bruno Groening). Pensamientos de soberbia impiden la conexión con el guía interior. Pero también en los exámenes durante mis estudios experimenté cómo la energía divi-na me ayudó mucho cuando me sintonicé pidiendo humildemente: tenía delante de mí carpetas y libros llenos de conocimientos y nuevamente pude reconocer - gracias a la sintonización - los temas para los que yo debería prepararme. Así pude conseguir los deseados diplomas empleando un mínimo de energía en estudiar. Quisiera subrayar que el camino de regreso al sentimiento, a la percepción sensitiva, para reconocer la voz interior que conduce a toda persona - en cuanto ésta lo quiera - hacia lo bueno, no tiene nada que ver con sentimentalismo ni con las ganas de vivir se-gún sus sentimientos ni con quererlos gozar, sino que es una lucha interior para rogar por la conducción divina, por el reconocimiento. Para éllo, las enseñanzas de Bruno Groening han sido para mí una gran ayuda."·69 Otros informes nos dan testimonio de la valiosa ayuda del guía interior a través de la percepción sensitiva en la profesión y en la vida con su compañero. Cuán valioso sería para la mayoría de los seres humanos si es que para la elección de su profesión o de su compañero estuvieran dispuestos a ir dentro de sí y a pedir seriamente dentro de su corazón a Dios que se lo ponga en claro. Muchas veces decide la impresión exterior, la corta embriaguez de los sentimientos o el raciocinio, Pero la mayor parte de las veces la costumbre y también el miedo a ser fiel a sí mismo. ¡Cuánto sufrimiento se les aho-rraría a muchas personas! A mí personalmente, me ha impresionado mucho que mu-

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cha gente a través de las enseñanzas de Bruno Groening pudo sentirse liberada de una indecisión martirizante y partiendo de la nuevas experiencias con su percepción sensitiva, con su sentimiento, volvieron a encontrar una seguridad interior libertadora. Ya que pudieron experimentar conscientemente la guía de sí mismos, la conducción di-vina, encontraron nuevamente la conciencia de sí mismos. Además, me enteré por me-dio de algunas conversaciones, que al sentirse responsables de sus vidas y de su cuerpos desapareció la vergonzosa sumisión ante personas que están en una posición alta, o ante médicos. Estas personas han colocado a Dios nuevamente en el trono de sus corazones que an-tes estaban ocupados con la fe en la ciencia, en el raciocinio y en las opiniones huma-nas. Ya el conocido psicoanalista C. G. Jung hablaba de una voz interior, de una ley interior, de la que uno debería fiarse, si es que quería alcanzar una vida plena y feliz. En ello veía él la condición elemental para el desarrollo de la personalidad del ser humano: "Quien tiene que decidir, escucha a la voz interior y está decidido"·70 Cuanto más se pierde el hombre bajo las masas y las convenciones, tanto menos per-ceptible será - según Jung - la voz interior. El hombre culturalmente mal instruído es la mayoría de las veces completamente incapaz, de conectarse con el guía interior y de reconocer sus mensajes. De ello hablan las tragedias de muchos destinos: "Uno ha perdido el sentido de su vida en la medida en que uno le es infiel a su propia ley [...]·71 Las enseñanzas de Bruno Groening - ¿Un camino hacia Dios? Bruno Groening dijo en un discurso: "Lo que los antepasados han hechoe mal, puede Ud. ahora volver a hacerlo bien. Ésos se fueron y el puente hacia Dios se destruyó para aquellos hombres que se dejaron lle-var (por el mal camino) y ahora el ser humano se encuentra en el camino equivocado, en un laberinto. Él ya no sabe qué es lo bueno y lo malo. [...] Y por eso es que yo estoy aquí primeramente ante los seres humanos pobres y enfermos, como un guía, que conduce a los seres humanos de regreso al camino verdadero, al divino."·72 En mis indagaciones, me encontré siempre con personas que me pudieron dar testi-monio que a través de las enseñanzas de Bruno Groening y de la toma regular de la energía curativa, ellas habían encontrado la fe o la habían profundizado fundamental-mente. Otros me explicaron que "habían sido iluminados" y que habían recibido la fuerza para cambiar su vida por sí mismos. A Manfred B., Director de un colegio en K. le pedí que escribiera lo que él había experimentado a través de las enseñanzas de Bruno Groe-ning. He aquí su informe: "Desde febrero de 1990 me he podido convencer de que las enseñanzas de Bruno Groening actúan de manera liberadora y que hacen a uno felíz y que pueden traer de

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regreso la salud en cuerpo y alma, si es que uno está dispuesto a abirse a lo espiritual y a seguir las Máximas de Vida de Bruno Groening. Las declaraciones de Bruno Groe-ning le han dado a mi fe una dimensión nueva, yo fui y soy un cristiano católico. Mi con-fianza en Dios, la fe en Su Omnipotencia y el obrar del Espíritu Santo han llegado a te-ner una mayor profundidad en mi vida. A mí se me puso en claro, que yo había sido un cristiano por costumbre. También mis dos hijos, de 11 y 12 años, por la participación regular en las horas comu-nitarias de las Comunidades para Niños, tienen una sabiduría espiritual y una fe en Dios como el médico más grande, que es poco común en niños de su edad. Ellos han aprendido a emprender todas sus tareas con convicción. Los ruegos (sintonización) tie-nen en sus vidas una gran importancia. En mi profesión como Director de una Escuela Elemental Católica, me pude dar repeti-damente cuenta, a través del trabajo con los niños, de lo poco que las familias se ocu-pan de lo espiritual. En caso de una orientación fuerte hacia lo material, si es que hay un sitio para Dios, éste solamente juega un rol secundario. Lo que la religión pudo transmitir hasta ahora, se quedó en el nivel de conocimientos escolares acerca de los cuales se pueden hacer preguntas. El hacer perceptible que Dios tiene la voluntad de obrar trayendo la redención para todo ser humano, cuando éste esté dispuesto a abrir su corazón y a entregarse a la conducción divina, es la tarea primordial de toda forma-ción religiosa. Lo que yo he aprendido de Bruno Groening y acerca de él en el Círculo de Amigos de Bruno Groening ha sido para esto y para mí una ayuda muy valiosa."·73 A Bruno Groening le eran completamente desconocidos toda forma de presión o de dogmas. La libre voluntad del hombre era para él lo más sublime. Él les hacía saber a sus escuchas, lo que el había reconocido como verdadero a través de sus experiencias y de sus vivencias personales. Igualmente, él quería que los hombres que creían en sus palabras, lo hicieran como consecuencia de un examen profundo. Rolf Z. (35) de G. me escribió lo siguiente acerca de sus experiencias con la corriente curativa: "Para mí, Bruno Groening es el hombre que me abrió el camino hacia la vivencia divi-na. Como ateo muy cercano al marxismo, estaba yo acostumbrado a examinar crítica-mente la totalidad de las cosas con las que yo era confrontado, las interrogantes reli-giosas aún más críticamente. En la doctrina de la religión cristiana, pude descubrir una cierta lógica, sin embargo no permitía reconocer la condición fundamental para la acep-tación de una religión, es decir toda posibilidad de comprobar la existencia de Dios. Ningún sacerdote o teólogo me pudo convencer para aceptar que Dios es algo más que una construcción de la mente que sirve para darle al creyente una cierta estabili-dad psíquica a través de la interpretación interior de un sentido superior de la vida. Re-cién a través de experimentar la corriente curativa que transmite Bruno Groening em-pecé a pensar de otra manera. Me ayudó especialmente la exhortación de Bruno Groe-ning de no ser crédulo sino de convencerse de sus palabras. La posibilidad de conven-cerse está dada al sintonizarse para tomar la energía curativa. No se puede construir teóricamente la experiencia práctica, pero se la puede vivenciar."·74 Especialmente los jóvenes me informaron a menudo, que a través de las enseñanzas de Bruno Groening, por sí mismos, sin que nadie se lo haya dicho, pudieron llegar hacia un profundo reconocimiento de la importancia espiritual de muchos valores espiri-tuales, que antes para ellos - habían sido "mal vistos". A menudo escuché que a través

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de la sintonización con la corriente curativa desaparecieron adicciones a drogas, al al-cohol y otras más y que personas que habían caído muy por debajo de la escala social, experimentaron nuevamente las energías y la necesidad interior de trabajar por sí mis-mos, y que a través de una dichosa conducción encontraron nuevamente trabajo. Otros jóvenes experimentaron, después de muchos años, las ansias de fundar una familia, lo que antes no hubiera sido posible que siquiera lo pensaran. Lo que es especialmente significativo para la transformación interna es - también para los jóvenes - que repeti-damente informan acerca de una religiosidad profunda. Tengo delante de mí el informe de un joven que ahora tiene 31 años, que en el año 1984 llegó a conocer las enseñanzas de Bruno Groening. Hans Georg Leiendecker de K. escribe: "En el año 1984 llegué a la Comunidad de Bruno Groening como ateísta con asma, rini-tis alérgica, con miedos ante la vida y el futuro. Además consumía relativamente mucho café y alcohol así como de vez en cuando drogas. Toda mi disposición de ánimo se re-flejaba en los cuadros que yo pintaba. En aquel tiempo mis cuadros preferidos eran los oscuros, los deprimentes, así como también los de temas y colores agresivos. Poco tiempo después de la introducción, desaparecieron el asma y la rinitis alérgica. A través de esto recuperé mi fe en Dios y en Cristo. Ya que soy un hombre que ama profundamente la libertad, me alegré que aquí no tenía que cumplir con reglas determinadas. Sin embargo, mi vida entera cambió poco a poco. Pero este cambio venía desde adentro, es decir en la Comunidad [un Círculo de Ami-gos de curados y de buscadores de ayuda, que vienen a reunirse sin tener ninguna obligación para tomar juntos la energía curativa, ver también cap. 9] aprendí a prestar atención a mi cuerpo y a mi corazón, a mis sentimientos. Así, con el tiempo empecé a sentir un rechazo creciente ante el café, el alcohol y las drogas, hasta que dejé total-mente de consumirlos. También mi posición en cuanto a matrimonio, familia, hijos cambió hacia lo positivo. Pues antes estaba yo fundamentalmente en contra de todas estas cosas. Ahora estoy libre de estos prejuicios y estoy casado y soy un padre de familia feliz. Poco a poco mi disposición de ánimo cambió hacia lo positivo. Por ello cambiaron por supuesto también mis cuadros, así que ahora pinto mayormente en co-lores claros, alegres y escojo otros motivos para mis cuadros. Todos estos cambios sucedieron solamente porque aprendí a observar mi cuerpo y mis sentimientos, y porque a través de la energía divina tuvo que desaparecer cada vez más todo lo malo."·75 Yo conocí personalmente al Sr. Leiendecker. Su desarrollo interior es impresionante desde que está en contacto con las enseñanzas de Bruno Groening, y se lo puede se-guir mirando sus cuadros. Thomas Eich (26) tocaba música rock en una banda antes de oir hablar de Bruno Groening, y era un músico que era un partidario apasionado del hard rock y del heavy metal. Él mismo me describió su comportamiento anterior:

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"Exteriormente era yo frío, sí, frío como el hielo, hermético. Era una persona, que de-trás de la fachada de un rockero frío, no tenía nada de confianza en sí mismo y que no se atrevía a nada, pero nadie debería de darse cuenta de ello. Exteriormente fuerte e interiormente débil. Yo seguía el espíritu de la época, que tiene en sí las más variadas degeneraciones, fumaba mucho, bebía mucho alcohol y jugaba muchísimo en las má-quinas automáticas de jugar dinero. Yo era muy callado, las únicas observaciones que yo hacía eran de sarcasmo, de ironía, de burla, de molestar y etc. En el año 1984 em-pecé a ocuparme de la ideología cristiana. La doctrina de Cristo me fascinaba y me vi-no el deseo de vivir también así. Reconocí que mucho de mi vida no era bueno, pero no tenía la fuerza para deshacerme de ello. Cuanto más reconocí esto y la doctrina de Jesucristo, cuanto mayor se volvía mi desesperación interior. Cuando oí hablar de Bruno Groening, lo tomé muy escépticamente, pero aún antes de que me pueda decidir a dejarme introducir a las enseñanzas de Bruno Groening, pude dejar de un día al otro, de fumar y de tomar alcohol. Después de la introducción [aquí se le enseñó a tomar para sí la energía curativa, vea también el cap. 9] experimenté cómo se llevó a cabo un cambio en mi vida. Repentinamente tenía realmente las fuer-zas para cambiar mi vida, según la doctrina de Jesucristo, como lo había deseado des-de hacía tiempo, pero que nunca lo había logrado."·76 Poco a poco se fue librando de las torturantes costumbres. Ahora siente una paz que nunca antes había conocido y ha encontrado nuevamente la fe en sí mismo. Ahora tie-ne una familia - lo que antes ni siquiera había considerado - y es padre de tres hijos. Ya no toma alcohol. Ya no tiene necesidad de fumar y las máquinas automáticas de jugar dinero ya no ejercen ningún poder sobre él. El ha encontrado la energía para dirigir sus palabras hacia lo bueno. Thomas Eich también pudo experimentar una curación corpo-ral. Durante 10 años tuvo que usar anteojos de +3.5 dioptrías en ambos ojos. Algún tiempo después que había empezado a tomar para sí la energía curativa, experimentó la curación en los ojos. Ahora ya no necesita anteojos. Pero lo más importante para él es el haber encontrado nuevamente la fe en Dios: "Nunca me había podido imaginar que se pueda vivenciar en sí mismo de un modo tan cercano y tan dichoso a este espíritu inconcebible y que parece estar distante e inal-canzable y que Bruno Groning me lo haya hecho posible a través de la toma de la energía curativa. Si alguien me hubiera contado antes algo así, hubiera reaccionado solamente con una sonrisa burlona. Ahora es diferente. Yo siento a Dios como un pa-dre amoroso. Él es simplemente luz y amor. Esto no se puede explicar con palabras, esto hay que vivirlo. Yo le estoy agradecido a Bruno Groening de todo corazón que por su mediación no solamente me haya sanado sino que haya podido encontrar nueva-mente dentro de mí la conexión con la Luz Superior."·77 Resumen En esta página quisiera resumir lo que se ha dicho hasta ahora. El fundamento de las enseñanzas de Bruno Groening se puede mostrar con sus si-guientes palabras cortas. "Yo puedo ayudar al hombre a encontrar el camino hacia lo bueno, pero no puedo ni quitarle la decisión al respecto ni obligarle a practicar lo bueno. Cada uno tiene que en-contrar su camino"·78

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Bruno Groening les enseñó a las personas en busca de ayuda, cómo pueden tomar nuevamente para sí la energía curativa universal. Pero cada uno tiene que hacerlo por sí mismo. Él aclaró acerca de las leyes del espíritu y del poder de la mente, advertía in-sistentemente de todo pensamiento negativo y les indicó a sus escuchas que pongan atención a sus cuerpos y a sus sentimientos para poder reconocer la clase de pensa-mientos. Sin embargo, a cada uno le quedó la tarea de realizar estos consejos. Él dijo: "Ud. tiene que seguirlo, seguir lo bueno, es decir al Bueno, a Quien todos tenemos que seguir, a Quien todos pertenecemos. Esto es lo que tenemos que hacer. Esto es lo que toda persona se debe a sí misma. Y si ella simplemente no lo sigue...: A quien no se le puede aconsejar, no se le puede ayudar."·79 Repetidamente dice que depende solamente de cada uno el tomar el camino de retro-ceso o por lo menos de querer hacerlo, entonces el ser humano puede adquirir la ener-gía divina dentro de sí mismo por la mediación de Bruno Groening. De aquí crece en él la fuerza para hacer realidad el regreso hacia Dios y para desligarse mentalmente de todo lo malo. A través de las regulaciones, el cuerpo y el alma son liberados de lo ne-gativo, que fue adquirido a través de los pensamientos y que se ha aferrado fuertemen-te en el alma y ha ocasionado la perturbación – como Bruno Groening llama a la en-fermedad. Cuando la curación sucede, ya se dio el primer paso. La persona curada tie-ne que cuidar su vida mental para poder retener la curación. Además, la curación no es ningún proceso mecánico, el ser humano no está eximido de rogar a Dios que lo redi-ma de las consecuencias de las energías negativas en el cuerpo y en el alma. Según el punto de vista de Bruno Groening, la curación es y seguirá siendo siempre un acto de la misericordia de Dios. La persona que sigue las enseñanzas de Bruno Groening, no solamente experimenta la curación sino también ayudas. Él puede convencerse en su cuerpo y en su propia vida de la omnipotencia de Dios. Como consecuencia, crece dentro de sí mismo la fe en Lo Bueno, en Dios. Ya que el hombre toma para sí lo bueno, cada vez se siente más lleno de paz, amor, alegría y satisfacción y cada vez en dimensiones más grandes. Las an-gustias, el miedo, la intranquilidad, los frutos de los pensamientos negativos tienen que evadirse. El ser humano se reconstituye espiritual y corporalmente. Bruno Groening: "Reconstituir espiritualmente significa que el ser humano recibe nuevamente a través del alma, la que Dios le ha dado en su cuerpo, a través de la cual puede recibir la emi-sión divina."·80 El cuerpo y su percepción sensitiva, nos señalan cada vez más claramente lo bueno y lo malo y uno aprende a cerrarse ante pensamientos y sentimientos negativos. El ca-mino interior empieza, y lenta pero seguramente, cada uno se da cuenta por qué vive aquí en esta tierra. Él hombre reconoce, que se trata de algo más que de satisfacer las necesidades del cuerpo. Se le hace cada vez más claro, qué es lo que tiene en las ma-nos a través de sus pensamientos y sobre todo a través de sus decisiones y de sus maneras de obrar. La estrechez de conciencia del hombre común desaparece, y él se ve como ser humano en medio de un acontecimiento de dimensiones cósmicas. Su es-píritu empieza a despertar.

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Lo bueno y lo malo - la lucha sagrada en el alma humana De las explicaciones dadas anteriormente debe de haber quedado suficientemente cla-ro, que los pensamientos son energías espirituales efectivas. Pero hay un número muy grande de pensamientos. Al observar atentamente su efecto específico en los seres humanos, se puede distinguir entre un efecto constructivo y uno destructivo. Por este motivo, hablo de pensamientos positivos y negativos. Se ha comprobado que existe una relación obvia entre los pensamientos negativos y su consecuencia en las enfermedades en los seres humanos. Igualmente se puede hablar del efecto curativo y fomentador de la salud de los pensamientos positivos. Pero ¿por qué obra un pensamiento negativo de manera dañina en el ser humano? Y ¿por qué obra un pensamiento positivo de modo contrario?. Esto tiene que ser la con-secuencia de la energía espiritual que es el fundamento de los pensamientos. Entonces tiene sentido hablar de energías espirituales positivas, vivificantes y de energías espiri-tuales negativas, paralizantes y destructivas. La idea de muchos científicos, que no ven en los pensamientos ninguna otra cosa que la consecuencia de procesos electroquímicos en el cerebro de los seres humanos, es insostenible. Ante ello está el hecho claramente comprobado, que un ser humano pue-de enviar pensamientos a otro y esto bajo condiciones que están en contra de todas las regularidades de las radiaciones conocidas (ver cap. 4). A quien haya visto el cambio de un cuerpo humano antes y después de la muerte, se le convertirá la sospecha en una certidumbre interna, de que el ser humano es algo más que un cuerpo. Se tiene la clara sensación como si con la muerte, algo que lo hace un ser hubiera abandonado el cuerpo. El cuerpo que queda da la impresión de ser una cu-bierta, del que algo superior se hubiera despojado con "la muerte". De ello resulta la necesidad, de que si uno quiere acercarse a la esencia del ser huma-no, tiene que - además del cuerpo - aceptar también otro plano, que es el portador de los pensamientos, de la vida, de los sentimientos y de la esencia misma del ser huma-no. Bruno Groening lo veía así: "El ser humano es un espíritu, tiene un alma y vive en un cuerpo para esta vida en la tierra."·81 Bruno Groening veía en el cuerpo una herramienta con la que el ser humano puede obrar en la vida material. Esta herramienta es un regalo de Dios, pero necesita una co-nexión con el alma y el espíritu para existir como forma exterior del ser humano. Con la muerte, el hombre se desprende de su herramienta. Éste, habiéndosele quitado la energía vivificante que le da forma, pronto se descompone. En la muerte se nota clara y evidentemente la gran dependencia del cuerpo del espíritu y de la mente, cuya separación tiene como consecuencia la descomposición corporal. De la misma manera, en vida se observa esta relación de dependencia en los efectos de los pensamientos positivos y negativos en el cuerpo.

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Entonces, ¿de dónde vienen los pensamientos, que evidentemente llenos de energías diferentes, pueden hacer daño o ser útiles para el hombre? ¿Salen del espíritu del hombre, es decir, el espíritu humano los crea por sí mismo o le llegan de una Fuente Superior? Por esta razón miremos más de cerca el efecto de los pensamientos en el hombre. Ob-servando atentamente nos damos cuenta, que los pensamientos negativos, así como los positivos muestran características muy determinadas, que nos hacen recordar a rasgos de caracteres de seres contrarios. Los pensamientos negativos por regla general atacan a menudo el ánimo del ser humano y lo atormentan con diferentes cuadros del fracaso, como si quisieran obligar al alma a dejarlos entrar para llenarla de miedo, preocupación u odio. En el caso normal, el hombre no los atrae conscientemente hacia sí, simplemente ellos están allí y en su contenido a menudo están en contraposición a los propios deseos y metas, y algunas veces malogran toda dicha personal. Muchas veces hasta se puede reconocer un obrar planificado, que - por medio de pensamientos definidos - apunta persistentemente a despertar sentimientos de envidia, de celos, de cólera, de ansias de poder o de dinero para destruir las relaciones humanas, la confianza y el amor. ¿A quién le agrada llevar consigo estos pensamientos? Sin embargo aparecen en gran cantidad y cuando creyendo en ellos se les da el dedo meñique, se apoderan de toda la mano y parece que gozaran de las necesidades psíquicas del atormentado. En algu-nas personas se hacen tan fuertes, que les quitan toda posibilidad de una decisión libre y les destruyen la personalidad, que los sujetan y les privan de su completa vida espiri-tual y de toda energía humana. A esto se le denomina entonces manía. Por el contrario, los pensamientos positivos aparecen de una manera completamente diferente. Estos nunca atacan el ánimo del ser humano, son como un soplo suave, co-mo una mano que ayuda. Ellos actúan como una sensación liberadora y buena, respe-tan su libre voluntad, y uno se tiene que esforzar para mantenerlos para sí, si no, se es-fuman del ánimo del hombre. A menudo llenan al ser humano con un amor profundo, le otorgan una paz inesperada en la necesidad más grande y le muestran respuestas y soluciones que busca el espíri-tu del hombre y que nunca las hubiera encontrado por sí mismo. Entonces muchas personas hablan de inspiración, otras la denominan intuición, un hecho sobre el que cualquier persona puede dar información, cuando p. ej. situaciones complicadas, repentina e inesperadamente se hacen comprensibles, a menudo en sueños. El saber inesperado, la comprensión tan largamente esperada le es claramen-te inteligible al ser humano de un momento a otro, que le vino aparentemente de una fuente desconocida. Kurt Allgeier escribe en su libro "Die Wunderheiler": "Realmente muchos científicos, técnicos, pero también artistas y escritores dicen que la solución de un problema con el que ellos se habían martirizado les había llegado "en sueños" o en una especie de estado de soñar despierto. Y no raramente sucede que se hace un invento o un reconocimiento científico en diferentes lugares de la tierra al mis-mo tiempo.

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Ya Sócrates enseñaba: ‘Descubrí que los poetas creaban sus obras no gracias a su saber sino gracias a una fuerza especial de la naturaleza y a la inspiración. Como los adivinadores y profetas, quienes algunas veces dicen muchas cosas bonitas pero que no entienden lo que ellos dicen.’ Johann Wolfgang von Goethe reconoció: ‘He escrito mis cosas como un sonámbulo. Los poemas me hicieron a mí, no yo a ellos.’ Wolfgang Amadeus Mozart contó: ‘En mi fantasía no oigo las partes de mi música una después de la otra, sino todas a la vez. No puedo describir cuánta alegría me otorga. Cuando me va bien, cuando voy en carruaje o doy un paseo, o durante la noche cuando no puedo dormir, los pensamien-tos empiezan a llegarme. No puedo decir de dónde ni cómo.’·82 No tiene mucho sentido aceptar el origen de los pensamientos en la conciencia del ser humano. A Goethe y a Mozart "les vinieron" muchas de sus grandes obras sin tener que reflexionar largamente en el plano del raciocinio. Es ostensible, que tenían entrada a un saber que representaba más que la suma de sus experiencias humanas. Indepen-dientemente el uno del otro, ellos proclamaron su convencimiento, de que sus obras no venían de ellos. Las relaciones observadas se hacen comprensibles, recién cuando se ve el orígen de los pensamientos "fuera" del espíritu individual humano. De la misma manera como se ha comprobado que la transmisión de pensamientos de un ser humano a otro es posi-ble, se podría imaginar la transmisión de pensamientos desde las esferas superiores del Ser, que el ser humano siente como inspiración. Pero los pensamientos siempre proceden de un espíritu. Partiendo de este hecho, es necesario aceptar la existencia de un espíritu que puede crear pensamientos por sí mismo, como una fuente de la que los hombres pueden obtener pensamientos y sabi-duría que pueden ir mucho más allá de sus conocimientos y saber personales. Bruno Groening había llegado a conocer estas relaciones y pudo enseñárselas a sus oyentes con palabras sencillas. Él les aclaró que el hombre por sí mismo, no puede crear pensamientos, que él es capaz solamente de aceptar pensamientos para sí por medio de su voluntad. Al hombre se le envía pensamientos, él es el receptor, pero al mismo tiempo también un emisor, porque él puede recibir los pensamientos enviados y también seguir enviándolos. Pero por medio de la energía que está a su disposición no puede solamente aceptarlos para sí sino que también puede convertirlos en palabras, escribirlos o transformarlos en alguna otra acción corporal. Los poemas de Goethe pueden seguir siendo enviados en palabras habladas o escritas y pueden ser aceptados por otras personas y también pueden volver a ser transforma-dos en palabras o ser el motivo para una acción que se puede ver exteriormente. Uno cree que ese maravilloso poema o esa maravillosa música son de Goethe o de Mozart,

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pero se olvida, que estos mismos reconocieron haber recibido sus obras de una fuente desconocida. En sentido figurado, los fundamentos del pensar humano se ponen en evidencia en el idioma alemán a través de algunas frases idiomáticas típicas como: "a mí me vino la idea" o "yo reflexiono". En esta parte permítaseme hacer alusión a que no es de ninguna manera una casuali-dad, el que alguno reciba determinados pensamientos superiores y otros no. Las obras humanas de calidad creativa superior necesitan por cierto los impulsos guías del mun-do ideológico divino, pero también un carácter humano correspondiente que pueda concebirlos, pero que los ponga de manifiesto según su manera de ser. El ser humano no es ninguna marioneta de Dios, sino que refleja la luz Divina en el mundo material según su propio carácter. Si es que ahora se puede partir del hecho de que los pensamientos le son enviados al ser humano de una fuente superior, sería muy importante saber más de la naturaleza de esta fuente. Bruno Groening encontró estos conocimientos sin haber estudiado en una Universidad, solamente su profunda religiosidad le abrió la puerta a las esferas espirituales del ser humano. Él estaba convencido de que el ser humano se encuentra entre dos energías. Por un lado está Dios, la fuente de todo lo bueno, el origen de la vida, por el otro lado está el polo espiritual contrario a Dios, el "malo" o también Satanás. Bruno Groening declara libre de toda claudicación que Dios, la cumbre de todas las fuerzas buenas así como "el malo", la cumbre de todas las fuerzas negativas, son seres concretos. El desarrollo del ser humano sucede en medio del campo de tensión de estas energías espirituales antagónicas en sí, por lo que al final, como se verá más claramente después, el mal sirve - contra su propósito - para los fines de Dios. Del mundo ideológico divino, es decir de Dios provienen todos los pensamientos y sen-saciones buenas. Él envía sin cesar Sus pensamientos a los seres humanos. De la misma manera actúa el contrincante de Dios en el alma humana. Como seres espiritua-les, son indivisibles para los sentidos corporales. El idioma del espíritu son los pensa-mientos y estos son los que el hombre toma en sí, en caso normal sin poder ver el ori-gen de ellos. Bruno Groening dijo en un discurso: "Dios ha creado al hombre hermoso, bueno y sano. Así también quiere Él tenerlo. Al principio los hombres estaban unidos completamente a Dios, allí había solo amor, ar-monía y salud. Todo era Uno. Pero cuando el primer hombre escuchó la voz mala, que hablaba fuera de esta unidad, y desde que lo hizo se rompió esta conexión, y desde entonces Dios está aquí y el hombre allá. Entre Dios y los hombres se formó un gran abismo. Ya no hay ninguna conexión. El hombre, estando sólo, puede que sea muy creyente y que rece mucho, pero en el camino de su vida será carcomido por el mal y arrastrado a la profundidad. Uds. han llegado en su camino de vida allí abajo. Uds. ex-perimentan desdicha, dolores, enfermedades incurables. Yo les digo, ¡no vayan aún más abajo, sino que yo los llamo a la gran conversión! ¡Vengan aquí arriba y sobre el precipicio yo les construyo un puente! ¡Vengan del camino del calvario al camino divino!

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Por este camino no hay desdichas, no hay enfermedades, no existe lo incurable, allí to-do está bien. ¡Este camino conduce de regreso a Dios!"·83 En las enseñanzas de Bruno Groening, el antagonismo de los pensamientos positivos y negativos en el alma es la lucha de Dios y del mal por el hombre. Cada ser humano de-termina si es que él está conectado con Dios o con lo negativo solamente a través de la clase de pensamientos en los que él cree. Las características ya descritas de los pensamientos positivos muestran la esencia de Dios. ÉL no urge, más bien toca despacito la puerta del corazón humano con la espe-ranza que Le crean Sus palabras. Por el contrario, el "malo", la voz que está fuera de la unidad de Dios con el hombre hasta ahora es "audible" en los pensamientos negativos del hombre y embisten el áni-mo del ser humano la mayor parte de las veces con sus pensamientos y quiere obtener la fe por la fuerza. Por medio de sus pensamientos el mal quiere amarrar al hombre al mundo exterior de las apariencias, hacerle olvidar su origen superior y su deber en un mar de pensamien-tos de preocupación y a través de deseos, (anhelos y aspiraciones) limitados puramen-te a la dimensión visible del ser. Sin descansar le pone frente a cada pensamiento bue-no y lleno de fe del ser humano un número muy grande de pensamientos de duda y hace todo lo posible por destruir dentro del hombre la fe en lo bueno para así poder qui-tarle la conexión con la fuente divina de los pensamientos. Bruno Groening dijo acerca de esto en un discurso: "El hombre ya no sabe que Dios le habla, que Dios ha determinado tanto para él y que él no lo ha aceptado y que también ahora está apenas en condiciones de aceptarlo, porque él mismo se cierra y porque el mismo se ocupa sin cesar del mal. Está incesan-temente en conexión con el mal, los pensamientos malos le llegan sin parar. El hombre se ocupa sin cesar con lo que él siente como desgracia en su cuerpo."·84 El hombre está en todo momento bajo un guía espiritual. A través de sus pensamientos es guiado o por el bien o por lo negativo. Bruno Groening lo describió de la siguiente manera: "Nadie está sin guía. Hay dos guías, es decir uno que guía mal y otro que guía bien."·85 También aquí Bruno Groening explicó el suceso espiritual a través de la parábola con el aparato de radio. A éste se le sintoniza en un largo de onda determinado para que la emisión deseada pueda ser recibida. Durante el tiempo en que el aparato permanezca sintonizado con el emisor no se podrá oir ningún otro emisor. Recién cuando el aparato esté sintonizado con otro largo de onda se podrá recibir la emisión de otra emisora, De la misma manera, el hombre puede abrirse por medio de su voluntad a los pensa-mientos buenos, es decir, sintonizarse con la emisión de Dios, o aceptar la conexión con la emisión de pensamientos del espíritu negativo. Quien esté lleno de pensamien-tos negativos, es decir, quien se haya abierto a la emisión del poder negativo, al mismo tiempo será inalcanzable para los pensamientos positivos. Primero tendrá que "desalo-

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jarse" a través de su voluntad de los pensamientos negativos que separarse de ellos para poder captar nuevamente la "emisora" divina. Bruno Groening dijo al respecto: "¿Quiere Ud. que le mienta? ¿Quiere que le diga que aquí depende solamente de uno como yo? ¡No amigos!, depende de Ud mismo, de cómo Ud. reciba lo bueno. ¿Cuándo puede Ud. recibirlo?. No antes de que Ud. mismo se haya desligado del mal, de que Ud, realmente no tenga nada en común con el mal. ¡Antes no hay ninguna recepción! ¡No es posible antes! ¡Entonces, abra su corazón, deslíguese de todo! ¡Fuera con to-das las preocupaciones y necesidades! La mayoría de los seres humanos no sabe na-da, no sabe hacer otra cosa - esto es también una costumbre – que fabricar nuevas preocupaciones."·86 Cada ser humano es libre de construir un muro espiritual entre él y Dios y de reforzar este muro con cada pensamiento negativo, con cada palabra negativa y con cada mala obra. Dios se pone bajo la libre voluntad de los hombres. ÉL nunca va a hacerle nada. Cuando el hombre cree en "la otra voz", ÉL se retira. Ésta (la otra voz, el malo,) es la que le priva al hombre de la salvación, en cuanto él se ocupa de ella. A través de sus palabras, Bruno Groening puso el obrar de Dios nuevamente en su proximidad inme-diata, ya que se había vuelto tan extraño para muchos de los hombres, que la mayoría de las veces era proyectado en un cielo lejano. El polo opuesto de Dios al que muchas veces se le considera burlonamente como una figura de los cuentos de hadas, volvió a ser a través de él (B. G.) un enemigo del hombre claramente concebible. El saber acerca de los antecedentes del bien y del mal en la vida de hombre es muy antiguo. Muchos pueblos reconocieron intuitivamente que detrás de ello existía el obrar de un poder sobrehumano, y también la doctrina cristiana lo atestigua. En el Nuevo Testamento, Dios aparece como el Padre de los hombres. ÉL es representado como una persona concreta con la que se puede hablar. El espíritu negativo es descrito como una figura personalizada y como la cima de las fuerzas oscuras y amenazantes. Los autores de la Biblia veían en ella al enemigo y contrahente de Dios, que es el tentador, el asesino desde el principio, el Satanás, el diablo, el príncipe de ese mundo. En las enseñanzas cristianas, se ve en este espíritu negativo al arcángel Lucifer, que con sus seguidores se había apartado de Dios. Éste es también el espíritu que tentó a Jesucristo en su camino hacia la redención y al que en el Antiguo Testamento se lo representa como la serpiente que sedujo a Eva pa-ra que quiebre el orden de Dios. Eva cayó en la tentación, Jesús nó, Él la venció, sepa-rándose con toda resolución de los susurros negativos y tentaciones y así pudo mante-ner la conexión con Dios. En el siglo XVIII, en las corrientes del Siglo de las Luces, (el hombre) se separó de las enseñanzas de las revelaciones cristianas. El "pensar racionalmente" y el "sano racio-cinio humano" se convirtieron en la medida de todo y se consideró la existencia de una energía personal negativa y espiritual, como una reliquia de la Edad Media. Esto es comprensible echando una mirada a la Historia, pues muy a menudo – se debe pensar solamente en los tiempos de los procesos contra las brujas – este espíritu nega-tivo era la legitimación para perseguir y condenar a otros seres humanos. Millones de personas inocentes fueron martirizadas y quemadas en manos de la Inquisición (vea también cap. 7).

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Pero es muy peligroso negar una fuerza que día por día confirma su existencia en una medida cada vez más alarmante. Solamente en nuestro siglo, los millones de millones de gente asesinada constituyen un tenebroso monumento conmemorativo para el efec-to destructivo del espíritu negativo, que conduce al hombre contra el hombre en una dimensión no conocida anteriormente y que a través de los fantasmas engañosos de poder, dinero o fanatismo ideológico o religioso hace que los hombres se conviertan en bestias sin sentimientos. El teólogo, Prof. Adolf Köberle aclaró este tema muy impresionantemente en su obra "Das Böse und der Böse. Zwei Überzeugungen im Widerstreit." Él también ve en las crueles prácticas de la Inquisición en la Edad Media, un motivo para negar hasta hoy en día [la existencia de] un poder negativo personificado y describe el cambio que su-cedió desde el Siglo de las Luces en todos los ámbitos de la vida social: "En la buena sociedad, está en vigor hasta ahora - como una ley no escrita - el no tocar el tema susodicho. Cuando aparece nuevamente en forma de conversación, uno puede solamente reir de manera compasiva o indignada. El diablo desaparece de los colegios y de las universidades, de las facultades de Derecho y de las de Medicina, de la Peda-gogía y de la Psicología y por supuesto que de toda la investigación científica. También la Teología colabora también para esta negación generalizada. El diablo ya no aparece en las prédicas ni en la guía espiritual. Se le busca en vano en los tratados dogmáticos. Quien tiene interés en mantener su fama científica, tendrá que tener mucho cuidado en no reconocer la realidad del antagonista."·87 La convicción infalible de Jesús y de la cristiandad antigua de la existencia de una per-sonalidad con poder negativo, que también se vuelve a encontrar en Martin Luther King, es interpretada en amplios círculos de teólogos liberales como una idea equivo-cada que depende de la época. Los modelos de la Psiquiatría y de la Psicoterapia modernas sustituyen los antiguos conocimientos sobre el obrar de un poder sobrehumano. Sin embargo, aún en nuestro tiempo se encuentran cada vez más teólogos que vuelven a reflexionar y regresan a la ideología bíblica y que la toman en serio de la manera co-rrecta. El teólogo Karl Heim de Tübingen es uno de ellos. Él se declara abiertamente a favor de la realidad de una personalidad con poder negativo y describe la vida de Jesús como una lucha continua con el enemigo de Dios. Se puede observar una posición parecida en el teólogo Emil Brunner. El Prof. Köberle declara al respecto: "Emil Brunner está convencido de que la maldad individual en el corazón de los hom-bres no alcanza para medir las profundidades del mal. Lo que debe de impresionar a todo pensador profundo es el hecho de que: Este poder actúa planeado y dirigido. De-trás de él hay una central que actúa con una inteligencia amplia y detallada que parte del principio: No debe haber paz en la tierra, siempre tienen que haber nuevas guerras. Los niños tienen que ser asesinados ya en el vientre materno, la juventud no debe cre-cer sana de cuerpo y alma, tiene que degenerarse antes, no debe existir nada de la creación que no esté destruída, tiene que ser malograda hasta muy dentro, hasta los valores elementales básicos. El que nos acometan apetitos sospechosos y altamente

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pasajeros y que tengan para nosotros un atractivo casi sobreterrenal, que nos pone ebrios, es según Brunner, también una prueba de la estrategia del gran estafador."·88 De manera parecida se expresa el Prof. Wilhelm Stählin, de la Universidad de Münster y Obispo de Oldenburg. Él está convencido - así escribe el Prof. Köberle - de que el hombre en sí no tiene una grandeza cerrada en sí, sino que por medio de su voluntad se puede abrir para el reino de la verdad y del amor, pero que de la misma manera se puede abrir hacia la tentación. Para él, el hombre es un campo de batalla en el que dos fuerzas antagónicas se pelean por él. Para ello no es de ninguna manera igual, cómo el ser humano individual se comporta - por su propia elección - frente a estas influencias espirituales. Cuando se abre a los poderes negativos, podrá comprobar pronto, que se ha entregado a una dependencia dolorosa, de la que ya no puede desligarse por sus propias fuerzas. El Prof. Stählin le da mucha importancia al hecho de recalcar la diferenciación de los efectos de las fuerzas negativas y positivas en el ser humano. Las fuerzas del reino de la verdad y del amor son reservadas, mientras que las fuerzas negativas se pueden percibir como impertinentes. Sin preguntar, atacan la casa y les quitan toda la energía a sus víctimas. El hombre necesita - segün el Prof. Stählin - un oído refinado para el "cor-tejo silencioso y distinguido de los ángeles" y "un espíritu decidido para defenderse del agresor del mundo del mal."·89 Para el ser humano, es una gran bendición cuando él - como recalca el Prof. Stählin - cierra su alma con toda resolución ante las influencias de la energía negativa y la abre a las energías positivas, pues la toma de pensamientos negativos o positivos y la reali-zación de ellos en palabras y en hechos tiene consecuencias extensas para la vida y el destino del ser humano que van considerablemente más allá del bienestar corporal momentáneo. Ya Laotse reconoció esto hace 2.500 años y lo expresó con las siguientes palabras: "El ser humano tiene en sus manos el formar su destino, según como él - por su com-portamiento - se ponga o bajo la influencia de las energías benditas o de las energías destructivas."·90 Todo pensamiento que el ser humano toma para sí, actúa según la energía espiritual que tiene dentro de sí sobre todas las circunstancias de su vida. Los pensamientos son el semen espiritual que en la medida en que estén llenos de la energía de la fe o de la convicción del ser humano, pueden ser percibidos en el mundo material en la dicha o en la desdicha, en la salud o en la enfermedad y en muchas otras circunstancias más. Así el ser humano, según la voluntad de Dios se convierte en un creador dentro de los límites que Él le otorgó. Puede utilizar la energía vital y creadora que se le otorgó para llenar sus pensamientos de la fuerza y la vida que proceden del Espíritu Divino o de lo que esté en contra de los mandamientos de Dios. Cuando une su espíritu a través de buenos pensamientos a la esfera espiritual de Dios, entonces siempre le seguirá aflu-yendo la Energía Divina. Entonces se parece a un lago al que siempre le afluye agua fresca y clara, para que de su excedente pueda irrigar vastos terrenos con agua. El agua de este lago es clara de modo que el cielo se puede reflejar en ella. A través de los pensamientos negativos, el hombre desperdicia la energía que se le dió y forja incesablemente las cadenas que algún día lo van a poner en una dolorosa pri-

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sión, de la que ya no se va a poder librar por sus propias fuerzas. Una represa le cierra al agua el camino hacia el lago y éste se empantana, su agua se pone opaca, la vida en ella muere, su suelo se pone mohoso y negro. ¿Qué puede hacer Dios, cuando el hombre se cierra ante Él por falta de conocimientos o por mala voluntad?. Él tiene que ver cómo el hombre sale de Su conducción y así ya no puede oír Sus llamados, hasta que él a través de las consecuencias que se perciben en sufrimientos y miserias empieza por sí mismo nuevamente a llamar a Dios. En me-dio de la necesidad, a menudo es él nuevamente capaz de recibir el mensaje que Dios le hace llegar en una situación así p. ej. por medio de las palabras de un prójimo y de agarrar la mano que lo salve. Bruno Groening hizo hincapié: "Aquí depende del hombre mismo, de cómo él cuida de sí mismo, de su cuerpo. Cuan-do toma la Energía de Dios dentro de sí, se queda bajo la conducción divina, y enton-ces tiene la protección. Pero cuando sale de esta conducción, ya no la tiene."·91 "No es como los hombres creen, que la enfermedad es un castigo de Dios. Es como comparar cuando un niño abandona la casa de sus padres. Los padres ya no pueden protegerlo. Así es cuando nosotros abandonamos a nuestro Padre. No debemos olvidar que nosotros únicamente somos hijos de Dios. Solamente Él puede ayudarnos. Y Él nos va a ayudar, cuando nosotros hayamos encontrado el camino hacia Él."·92 Con sus palabras abiertas sobre los antecedentes del bien y del mal, Bruno Groening no quiso ni despertar miedo ni preparar el camino para el fanatismo religioso. A él so-lamente le interesaba guiar a los seres humanos hacia un camino donde no haya ni mi-serias ni sufrimientos. La situación del mundo de hoy en día muestra con una claridad dramática, que la ignorancia de los seres humanos acerca de las posibilidades del po-der negativo tiene consecuencias más crueles que la aclaración objetiva. Naturalmente que aquí se condenan de la manera más aguda las prácticas de la Iglesia del medioevo y esto siempre tiene que ser recalcado. Por medio de la Inquisición, la Iglesia ha impedido toda clase de aclaración espiritual para el pueblo, solamente para poder mantener su propio poder. A través de sus crueles prácticas, esta Institución que se sentía capaz de entregar a los hombres las enseñanzas de Cristo, se puso al servi-cio del poder negativo y les ha quitado a los hombres el acceso viviente al Salvador y con ello ha preparado el mejor terreno para el crecimiento del materialismo. Hoy en día, el Vaticano todavía proclama la existencia del enemigo, pero en las parro-quias no se percibe mucho de una aclaración acerca del obrar del oscuro poder. Pero esta aclaración es la tarea más importante de hoy en día. La vida interior de cada ser humano tiene también un efecto para los demás. Toda la creación material de valo-res ha tenido su origen en los pensamientos. Toda casa, toda arma, los adelantos de la técnica. Todo encontró su forma invisible primero en el espíritu del hombre, en sus ideas, antes de que haya podido alcanzar su forma material por medio del trabajo cor-poral correspondiente. Las formas desarrolladas por medio del espíritu humano actúan nuevamente de modo positivo o negativo en el consciente de otras personas, sirven pa-ra que se desarrollen hacia lo bueno o hacia lo malo, De la misma manera, esto es vá-lido para la palabra hablada o escrita. El reciente pasado de los alemanes y el poder de la prensa son ejemplos muy claros de los efectos de los pensamientos de algunos en la

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orientación espiritual de otros círculos sociales. Las grandes masas de la población es-tán la mayoría de las veces entregadas irremisiblemente a las influencias negativas. Quien no haya aprendido a mirar detrás de las cosas, caerá siempre ante las promesas y las palabras aduladoras. No solamente el "Fausto" de Goethe, sino también otras obras literarias dan testimonio de la influencia escondida del espíritu negativo en la sociedad humana. Obras como "Merlin oder das wüste Land" de Tankred Dors, o "Ashaver" de Stefan Heym presentan el espíritu negativo no solamente como enemigo de la vida individual sino que además ven en él un poder enorme, que ejerce - ocultamente - una gran influencia sobre toda la realidad social. ¿Cómo se puede liberar uno de la presión de la miseria y de los sufrimientos? ¿Cómo se puede proteger uno del obrar del poderoso espíritu negativo que trae lo ma-lo? "El mal es poderoso. Dios es todopoderoso."·93 "Quien está al servicio de Dios, no solamente será apoyado por Dios por medio de Su poder, sino que será también protegido. Él podrá vencer lo malo por el poder de Dios."·94 Con estas palabras, Bruno Groening les aclaró a sus oyentes muy precisamente acerca del poder que le nace al hombre y que proviene de la unión viviente del hombre con el espíritu de Dios. Un poder, a través del cual le es posible vencer lo negativo. Él exhorta a sus oyentes a que en su vida "siempre estén por encima de todo lo malo" y los llama a luchar solidariamente contra el enemigo de toda la vida: "Luchemos juntos contra todo lo malo, vayamos juntos por el mismo camino, que con-duce a todos los hombre hacia Lo Bueno"·95 "¡Yo los llamo hacia el orden! Yo quiero que lleven una vida sana, una vida buena, co-mo Dios lo ha dispuesto, y que ustedes ya no se ocupen de este espíritu maligno, del mal, y que tampoco se conformen con él, que ni siquiera lo soporten, ¡No! ¡que lo re-chacen de sí mismos!. Si ustedes hacen todo esto, están convencidos y entonces todo se vuelve diferente, mucho más bonito, recién allí empieza la vida, es decir, recién allí empieza Dios a obrar en el ser humano."·96 A través de sus palabras, Bruno Groening quiere enseñarles a los hombres las reglas de juego de esta lucha espiritual, que todo hombre tiene que llevar. Éstas ya han sido mencionadas antes, pero en esta parte quisiera resumir nuevamente: - El hombre debe deshacerse de todo lo que él siente como malo en su vida, en su in-terior, tiene que separarse mentalmente de esto y enviarle buenos pensamientos. Nun-ca debe contrarrestar mental ni emocionalmente lo negativo con lo negativo. Por este motivo, ya Jesús exhortaba: "Amad a vuestros enemigos, hacedles algo bueno a aque-llos que os odian, bendecid a aquellos que os maldicen, rogad por los que os maltra-tan."·97

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- El requisito fundamental para la lucha es el sintonizarse consciente y regularmente con la energía Divina, para disponer de las energías necesarias para rechazar los pen-samientos negativos. - El hombre no debe exigir nunca, pero puede adquirir todo a través de la voluntad de Dios - El tiene que volverse obediente a Dios y nunca más debe ser crédulo ante las opinio-nes de otros hombres. Para ello debe examinar todo lo que le llega en forma de pen-samientos y palabras por medio de su facultad perceptiva y empezar a preguntar de-ntro de su corazón a Dios, y aprender a reconocer las respuestas y las advertencias dadas, pues lo negativo es a menudo muy difícil de reconocer. El deseo de Hans Georg Leiendecker de sanarse lo condujo a las enseñanzas de Bru-no Groening. Cuando se sintonizó por primera vez con la energía curativa, inmediata-mente recibió la curación del asma que había tenido durante muchos años. A él se le puso en claro, que Bruno Groening quería hacerle llegar mucho más que la curación corporal. Empezó a cerrarse conscientemente ante lo negativo y tuvo muchas expe-riencias buenas, de modo que la fe en el poder de lo bueno en él pudo ser reforzada cada vez más. Él me informó lo siguiente: "Ha tardado algún tiempo, hasta que pude creer que existe "el mal", mas bien "el malo". Al principio me parecía tan medieval y chistoso en nuestra época tan "esclarecida". Pe-ro poco a poco reconocí donde estaba el origen de todo lo malo en el mundo, éste es exactamente "el malo" del que yo antes me había reído. Así, ahora ya no miro tampoco solamente "o malo" en todos los seres humanos y las cosas ni tampoco creo en ello, pues yo vivencio diariamente, que Dios es más fuerte que todo lo malo, que Él siempre puede ayudar y cambiar todo lo malo en bueno. En lugar de ser pesimista, estoy siem-pre lleno de optimismo y ya no veo el futuro negro ni desesperado. En lugar de mirar siempre lo malo y las costumbres negativas en mis prójimos, he aprendido a decírselo a los otros con cariño [...]. Ahora, las destrucciones del medio ambiente tampoco me pueden apesadumbrar, pues yo sé que la energía divina es más fuerte que todas las energías destructivas, y por eso me sintonizo todos los días por el medio ambiente."·98 Quien reconozca las conexiones, se cuidará de juzgar alguna vez a un ser humano, cuando él ostensiblemente también haga algo negativo. Pues, debería haber quedado muy claro, que el hombre no es malo según su esencia, sino que siempre es solamente el instrumento del poder espiritual negativo. Bruno Groening lo expresó en las siguientes palabras: "El hombre es y permanece divino, el hombre no es nunca malo sino que cuando él abandona a Dios, puede ser [...] atacado por el mal. El mal lo aprisiona y entonces él tiene que servir al mal. No es el hombre el que hace el mal, sino que es el malo."·99 Así, la primera obligación de un hombre que sea atacado por su prójimo es la de cerrar su corazón ante lo negativo, al que ostensiblemente se ha abierto su prójimo. Cuando sea injuriado, no debe responder con injurias, sino que debe conectarse consciente-mente con las energías buenas, para defenderse de la carga negativa y para contra-rrestar a su contrincante con tranquilidad y con lo bueno en pensamientos o palabras y

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con toda la determinación de su voluntad. De este modo se protege a sí mismo y ayuda a su prójimo a deshacerse de lo negativo. Bruno Groening dice acerca de esto: "Amigos, ¡no sean malos con nadie! Ser malo significa que Uds. han tomado el mal pa-ra sí."·100 "Ud. puede venir tranquilamente y darme una bofetada, por ello no me enojo con Ud. Pero me alegro cuando digo ‘Ahora ha echado lo malo de sí, ahora tengo que aprove-char, ahora, en este momento tengo que darle lo bueno."·101 "Yo amo a mis enemigos. El malo se enreda en sus propias redes."·102 Así pues, no es ningún signo de debilidad, cuando uno no responde atacando, cuando uno no paga lo mismo con lo mismo, sino que da testimonio de un saber profundo de los principios espirituales y de un gran dominio sobre sí mismo. Al lector que busque un esquema que pueda utilizar en cualquier situación en la que sea confrontado con lo negativo por otras personas, se le indica, que una manera de actuar de acuerdo al "esquema F" nunca puede corresponder con justicia a las necesi-dades de la vida. Cada situación es diferente y probablemente necesita reacciones completamente diferentes. A una persona que simplemente no quiere cambiar y que siempre habla y actúa negativamente, alguna vez tiene que ser echada fuera de uno, para protegerse a sí mismo. A veces se necesita una palabra fuerte y precisa, a veces ayuda el quedarse callado. Pero el que tenga cuidado de que su corazón esté libre de lo negativo, y que siempre reaccione con tranquilidad, amor y determinación, podrá vi-venciar, que en toda situación se le dará a saber lo correcto en su corazón. Así como un individuo que piensa, habla y actúa mal no es ninguna mala persona, no se debe caer en el error de que una persona enferma es una persona mala. La suposi-ción de que el hombre por sus pensamientos y acciones negativos pierde sus energías vitales y así prepara el terreno dentro de sí para sufrimientos psíquicos y corporales es en principio correcta, pero no debe conducir a juzgar de alguna manera a un hombre enfermo, pues nunca se sabe por qué él ha permitido el ataque de lo negativo contra él. En la mayoría de los casos esto sucede inconscientemente. En situaciones determina-das, el miedo, la angustia, la compasión o algo parecido parecen ser inevitables y ante los ojos de la mayoría de los seres humanos se han convertido en sentimientos "natu-rales" porque la fe en Dios, la confianza original se han vuelto extrañas para ellos. Aparte de eso, hoy en día, el dominio completo de los pensamientos y así el poder vivir en conexión ininterrumpida con Dios ha quedado restringido a muy pocas personas. Todos los otros seres humanos - en cuanto ellos se han vuelto "sabihondos" – están más o menos lejos del camino por el cual pueden vencer lo negativo dentro de sí. Bruno Groening opinaba que la gran mayoría de todas las personas que se han conec-tado con lo negativo, son víctimas de las influencias del medio ambiente y de sus pro-pias debilidades, pero que aún llevan en sus corazones la añoranza hacia lo bueno. Pues entretanto, el poder negativo en la tierra se ha vuelto tan fuerte, que uno como hombre sólo y sin conocimientos está perdido ante él. Por causa de las energías nega-tivas que han tomado para sí en forma de pensamientos, palabras o acciones, muchos de aquellos que según los puntos de vista de la Medicina están sanos, llevan dentro de sí ya perturbaciones pronunciadas de los sistemas de regulación del cuerpo que sola-mente necesitan una acción pequeña para que sean visibles como enfermedad en el

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conjunto general de las células corporales. A menudo, ya en la niñez, la capacidad de resistencia espiritual y anímico-corporal disminuye significativamente por la multitud de influencias negativas de palabras e imágenes. Observen solamente cuan rápidamente niños y jóvenes sufren quebrantos psíquicos cuando solamente se les pone frente a exigencias pequeñas, el número de suicidios habla un lenguaje muy claro. Muchas personas no han tenido durante decenas de años la fuerza para defenderse de los parientes cercanos o miembros de familia, que los han tiranizado. A través de com-plejos de inferioridad, de pensamientos de angustia, de cólera reprimida hasta de odio, les han abierto, sin saberlo, su corazón al poder negativo, que va cerrando cada vez más fuerte, la red de sufrimientos, desdicha y necesidades alrededor de su vida. Por otro lado, otros se atan por una falsa fidelidad a sus deberes a un matrimonio que se ha convertido en un martirio. Año tras año están expuestos a las energías negativas, que el esposo o la esposa irradian. Algún otro se angustió durante años porque la madre o la abuela habían sufrido un ataque cerebral y creía que le esperaba un destino pareci-do, y por medio de la fuerza de sus pensamientos, provocó que ocurra en su vida aque-llo que tanto le había angustiado. Justamente las personas sensibles vivencian sufrimientos, porque no solamente son receptoras de lo bueno sino también de lo negativo. Por una bondad mal entendida, abren su corazón al fulano y al zutano y tienen dificultades en cerrarse ante lo negativo que a menudo les traen otras personas. Toman los sufrimientos de sus prójimos en sí, porque quieren ayudar a todos, porque siempre prestan oídos a todas las largas histo-rias de los sufrimientos de los otros. La mayoría de las veces tienen una gran compa-sión con sus prójimos necesitados con los efectos destructivos ya mencionados para su propia salud. Bruno Groening indicó a menudo que el ser humano tiene que tener de-ntro de sí un "egoismo vital sano" y que no debe olvidarse de sí mismo. Uno no debe dar más energía de la que uno mismo toma, si no, uno da un "préstamo" y llega el mo-mento en el que uno mismo necesita ayuda. Entre los sensibles, uno encuentra también a personas que son "fáciles de herir" y que rápidamente se toman algo "a pecho". Éstas, a menudo sufren largo tiempo por una pa-labra mala que a otras personas que tienen un ser menos sensible no les causa nada. Quizás, estas personas tienen que sufrir mucho, para que aprendan a tener la dureza necesaria ante lo negativo. Por otro lado, otras personas no son capaces de perdonarse a sí mismas por sus erro-res personales. Algunos se quedan toda una vida haciéndose reproches a sí mismos y cargándose de estos sentimientos negativos. Esta lista puede ser continuada sin fin. Hay incontables ejemplos que dan testimonio de que los seres humanos se ponen inconscientemente en la zona donde actúa el poder del mal. Los egoístas piensan sin tener ninguna simpatía por sus prójimos, p. e. solamente en el negocio, en el dinero o en vivir bien. Estos estarían atados toda su vida a esta falsa lo-cura, si es que el fuego del sufrimiento no los liberara de estas ataduras. A menudo en-cuentran Lo Superior recién a través del sufrimiento y después de la curación pueden cambiar toda su vida. Si es que por la conexión con el mal, al hombre solamente le llega el sufrimiento, la ne-cesidad y la enfermedad, en el obrar maligno de este poder se encuentra aún un senti-

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do más oculto. A través del sufrimiento y de la necesidad, algunos pueden alcanzar una madurez interior, que lo arranca de las imágenes engañosas de los muchos deseos materiales y que paulatinamente lo lleva a la búsqueda de un sentido superior del ser. Otras personas, que no tienen que pasar por estas estaciones se quedan - hasta la muerte - a menudo amarrados a las comodidades materiales de la vida en un estado de pereza espiritual. Para hacer más claras estas conexiones ocultas, Bruno Groening preguntó una vez a sus oyentes, qué es lo que les había llevado hacia él. Él recibió muchas respuestas, que fue por el periódico, que fue por los parientes, y muchas otras más, pero ninguna de ellas pudo contentarlo. Entonces, él mismo dio la repuesta y aclaró que es "el mismo mal" p.ej. en forma de enfermedad el que conduce a los hom-bres hacia él (B. G.): "El mal conduce siempre hacia el bien."·103 ¿No es el sufrimiento que hace que los hombres busquen a Dios? Muchas personas primero tienen que ir largos años de médico en médico hasta que reconocen que hay Uno, que ellos habían olvidado, Aquel que es "el médico más grande de toda la huma-nidad" como decía Bruno Groening. Ya Goethe hablaba de la misma manera en su "Fausto" sobre el sentido oculto del obrar del poder negativo: "Es una parte de aquel poder, que siempre quiere lo malo pero que crea lo bueno."·104 Quien haya vivenciado el sufrimiento, sabe qué valor tiene un cuerpo sano. Él buscará los caminos que lo conduzcan a recuperar la salud perdida. A menudo, está recién dis-puesto a liberarse de los cimentados prejuicios, a notar, a reconocer posibilidades, an-te las cuales anteriormente - por su arrogancia intelectual - él había tomado una posi-ción de rechazo y a cambiar por sí mismo y a buscar y aceptar lo bueno, a buscar y aceptar a Dios. Cuando un hombre tiene que vivenciar que él está totalmente desvalido, p. ej. frente a una enfermedad o a algún otro sufrimiento, cuando él choca con los límites de su po-der, recién está preparado su interior para la humildad, para buscar un Poder Superior y para someterse ante ÉL. A menudo, recién después de haber pasado sufrimientos, el ser humano es capaz de tener simpatía para con su prójimo en una situación parecida, y de desarrollar el amor al prójimo. Una persona curada del actual Círculo de Amigos de Bruno Groening me informó que ahora después de la curación, ella está agradecida por todos los años de sufrimiento. Pues ella nunca se habría interesado por Bruno Groening ni por la curación por el ca-mino espiritual si ella no se hubiera encontrado en tal necesidad. Así venció todos los prejuicios y estuvo dispuesta a convencerse. Ella se sanó y encontró más que la salud: el camino hacia Dios. "Recién ahora sé valorar mi salud, después de que la volví a recibir de regalo a través de Bruno Groening" me dijo ella a mí, "también otras muchas personas pudieron en-contrar esto a través de mi curación y pudieron vivenciar la curación. Mi informe las convenció."·105 Cuando un hombre, movido por el sufrimiento, tiene el valor de salir de los esquemas propios de sus costumbres y prejuicios, y de convencerse del poder del espíritu, se ayuda con ello no sólo a sí mismo sino también ayuda a otros, que en vista de los cam-

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bios - la mayoría de las veces visibles - en el cuerpo y en la vida de estas personas, si-guen su ejemplo. Así, de esta manera a algunas personas, movidas por el ejemplo del prójimo, se les puede ahorrar muchos sufrimientos y miserias, cuando aprenden tem-prano a seguir los principios fundamentales de la vida y a llevar y tomar para sí la lucha sagrada por la curación. El tiempo Uno de los males más esparcidos de hoy en día es el de esquivar determinadas nece-sidades de la vida con las palabras: "No tengo tiempo" Todo parece ser muy importante: las tareas profesionales, el planeamiento del tiempo libre, pero encontrar el tiempo, para tomar con toda tranquilidad lo bueno para el cuer-po, parece ser imposible en las 24 horas del día. Bruno Groening dijo una vez: "El hombre puede tomar las precauciones para utilizar el tiempo y también la oportuni-dad para él mismo y para su cuerpo, para que él disponga de tanta energía buena, y que ya no tenga que tener miedo del mal, para que con estas reservas de energía pue-da llevar con toda tranquilidad la lucha contra el mal. Así, el hombre vive bajo el orden divino."·106 Quien quiera ir por el camino hacia la curación y quiera llevar en su vida la lucha contra el mal, solamente puede hacerlo, cuando él tome para sí y disponga de la energía espi-ritual necesaria. Bruno Groening comparó el cuerpo de un ser humano con una batería e indicó que el hombre gasta energía pensando, hablando y haciendo algo, lo que la mayoría de las veces a largo plazo no puede ser recuperado en la medida suficiente por el sueño. Por eso, el hombre se debería tomar el tiempo para sintonizarse por lo menos dos veces por día con la energía curativa. El debe buscarse un lugar tranquilo para tomar allí la energía de Dios. A menudo diez minutos o un cuarto de hora son suficientes para ad-quirir la energía necesaria para poder cumplir con las exigencias del día, sin tener que prescindir de la tranquilidad, la alegría y la paz por falta de fuerzas. También se reco-mienda, de tiempo en tiempo, tomar esta energía juntamente con otras personas, ya que la afluencia de energía se refuerza. Bruno Groening habló acerca de esto en un discurso ante la Comunidad de Springe el 05 de octubre de 1958: "Yo creo, amigos, que es mejor que yo diga abiertamente la verdad acerca de cómo los hombres aquí han desperdiciado la vida, pues raramente alguno ha vivenciado algo en la vida. La mayoría de ellos la disipan. Desperdician el buen tiempo. El tiempo es así, es lo bueno. [...] Nosotros debemos vivenciar en todo momento mucho de lo maravillo-so, de lo divino. Y así como vivenciamos lo divino, así como tomamos lo divino dentro de nosotros, entonces vamos a sentirnos bien, entonces estaremos liberados, entonces viviremos así como Dios ha determinado la vida aquí. Pero ¿qué es lo que hace la mayoría de la gente?. Pues lo que ya he dicho, y por otro lado no tienen nada de tiempo para sí mismos. Por aquí está el negocio, por allí las ta-

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reas domésticas, por allá la empresa, por ahí el trabajo, por acá Juanito, por allá la tía, por allí el fulano, tengo que ir allí, tengo que ir allá. Oh no, esto no puedo perdérmelo. No, no, no tengo tiempo. Quizás tenga tiempo para ir... Esto lo han lamentado repeti-damente los hombres, recién cuando han sido atacados por el mal de tal manera que ya no los deja, cuando el mal ha entrado en su cuerpo, entonces llegan al reconoci-miento, recién entonces tienen tiempo. [...] El que no quiere oir, entonces debe sentir. Y así son entonces muchas las personas que no quieren oir, ellas tienen que sentir. [...] Tienen que buscarse un lugarcito para poder tomar nuevamente lo celestial, la tranqui-lidad divina, para que a través de esto vuelva su cuerpo a ponerse en orden. Tienen que prestarle atención a su cuerpo. Ya no deben ponerse en contacto con el mal, pri-meramente tienen que separarse de él, así como ustedes se han separado ahora di-ciendo: "Aquí tengo mi cuartito, aquí me quedo, aquí no me estorba nadie." Entonces reciban todo, aquí reciben ustedes también la energía para que la perturbación del cuerpo sea aniquilada. Cuando no alcanza una vez, [...] dos veces, dicho exactamente, Ud. tiene que hacerlo siempre, todos los días. Pero esto es mucho para la mayoría. [...] Quien no tiene tiempo para sí mismo, amigos, no es un hombre creyente, éste se ha separado realmente de Dios. Él tiene que tener el tiempo que necesita para sí, para su cuerpo."·107 A un hombre que piensa realmente de manera realista, tiene que ponérsele muy en cla-ro, que no solamente un balance positivo en su cuenta del banco es necesario para su vida, sino que también el balance de sus energías tiene que ser positivo. Cuando él es-té preparado a tomarse el tiempo para sí mismo, aún en contra de todas las resisten-cias de sus costumbres y de sus alrededores, podrá reconocer pronto, que él no sola-mente puede ganar energía sino también tiempo. Cuando uno percibe en su cuerpo que lo negativo ha encontrado entrada en él, siem-pre hay tiempo y oportunidad para retirarse un momento para "llenar el tanque". Des-pués de haberme "sintonizado", yo mismo pude experimentar después de que tiempo tan corto el cuerpo dispone nuevamente de energías vivificantes. El tiempo que uno da, se multiplica por la energía que uno adquirió nuevamente. Pues entonces a uno le lle-gan los pensamientos correctos, y uno se asombra repetidamente a través de cuantas "casualidades" pequeñas o grandes, se percibe la Ayuda Superior para el trabajo, cuando uno sabe como abrirse a ella. Además, es una cuestión de la posición de prioridades, por la cual la salud del alma y del cuerpo - como regalo de Dios - tiene que estar siempre en el primer lugar. "Confía y cree, la Energía Divina ayuda y cura" Las enseñanzas de Bruno Groening muestran sin ninguna duda que para la vida del ser humano existe un Orden Superior. Este orden de vida de Dios, las reglas básicas o también "las reglas de juego de la vida" como Bruno Groening las llamaba, no son otra cosa que los principios naturales de la esencia humana. Todo ser humano está supedi-tado a ellas como a las leyes físicas conocidas. Bruno Groening se expresó una vez así: "Dios tiene una ley, es decir Su ley. Quien no la conoce, quien no la toma a pecho, quien no la sigue, tampoco tiene éxito."·108

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Ya se ha puesto en claro que cuando el hombre cree en un buen pensamiento, se ha puesto espiritualmente en contacto con Dios. Creer en Dios no solamente significa aceptar la existencia de un Ser Todopoderoso, superior al hombre, ni tampoco poder interpretar textos religiosos, creer en Dios significa confiar incondicionalmente en lo bueno en sí mismo y en otras personas. Creer en Dios significa no otorgarle a ningún hombre ni a ninguna situación de la vida el poder de crecer más en el corazón que la fe en la victoria de lo bueno, que la fe en la redención (curación). Bruno Groening: "Ser humano significa ser bueno, ser bueno el uno al otro, conducir todos sus pensa-mientos, todas sus palabras hacia lo bueno. Es decir ponerlo en práctica, no solamente prometer algo, no solamente decirlo."·109 Un hombre así, "reza constantemente" porque por su disposición interior, por medio de sus pensamientos, está siempre unido espiritualmente a Dios, y Le sirve en el sentido verdadero, porque su ejemplo despierta lo bueno - es decir Dios - en los otros. Esto es válido de la misma manera para la salud y la enfermedad. Bruno Groening: "Quien cree en su salud, cree en Dios."·110 Pero el hombre que en vista de un diagnóstico médico cree en la enfermedad y en la mentira de lo "incurable" ha renunciado con ello - sin que él se lo haya propuesto - a creer en Dios. Pues la enfermedad no viene de Dios, sino que es la obra del poder ne-gativo. Pero uno puede replicar, que el diagnóstico médico es una realidad y que uno se tiene que enfrentar a esta realidad y que si no, uno solamente la estaría poniendo de lado. Pero el reprimirla, el ponerla de lado, solamente es una consecuencia del miedo. El hombre, que reprime las circunstancias negativas de su vida, no se ha desatado de la conexión crédula con ellas, de tal manera que pueden seguir actuando sobre él. También el "realista" que dice que tiene que mirar las "realidades" frente a frente, que tiene que aprender como ahora lo hacen muchos de los grupos de autoayuda, "a vivir con la enfermedad o con el sufrimiento" capitula de manera parecida ante la manera de expresarse de la energía negativa, que se muestra en su vida como calamidad o en-fermedad. Él se conecta con lo negativo y por su creencia falsa hace que se pueda afianzar cada vez más en su conciencia. A menudo, el medio ambiente, contribuye en gran parte - a través de la lástima destructiva y debilitante - a que la persona afectada sea conducida a este callejón sin salida. En ambos casos repercuten de modo característico y legítimo las palabras de Jesús: "Que se haga según vuestra fe." Entonces, muchas veces llega a una contradicción significante en la psique del ser humano. Muchos se declaran - con los labios - como creyentes en Dios, p.ej. se les puede encontrar a menudo en la Iglesia, pero que cuando se les hace la pregunta so-bre si es que creen en la curación de reumatismo, de artritis, de insuficiencia cardíaca o de las secuelas de ataques cerebrales y otras más, nos remiten a las afirmaciones de

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su médico, que la mayoría de las veces les ha puesto muy en claro acerca de la impo-sibilidad de curación de sus enfermedades o que les ha profetizado una pronta recaída. Bruno Groening decía acerca de esto: "Usted ha caído bajo un poder, y éste es el poder de la costumbre, Ud. se consuela con la palabra creer, pero en realidad no puede creer, pues Ud. no ha tomado a pecho la palabra creer. Ud. todavía no la ha puesto en práctica."·111 "Yo les hago notar que la curación solamente les llega a aquellos que llevan dentro de sí la fe en Nuestro Señor o que están dispuestos a tomar la fe dentro de sí."·112 El hombre que toma en su cuerpo las energías curativas según las enseñanzas de Bruno Groening, actúa completamente diferente a aquel que reprime o que "quiere vivir con la enfermedad." Él acepta la lucha contra la enfermedad. Creyendo en la Omnipo-tencia de Dios, lo que le nace de las experiencias con la corriente curativa, puede des-hacerse en su conciencia de la conexión que lo hacía creer en la desgracia y puede perseverar y seguir creyendo en la salud. Así, ha alcanzado espiritualmente la victoria contra lo negativo, porque no ha permitido que la desgracia tenga poder en su concien-cia y así ha logrado establecer los fundamentos para la salud y la dicha en su cuerpo y en su vida. La "represión", el "aniquilamiento" y la "negación" de las molestias que pro-pagan las terapias conocidas se convierten en una "afirmación". Todo el consciente de la persona en busca de ayuda se ha abierto hacia la curación. Ella toma los dolores y los síntomas de recaída - ocasionados por el obrar de la corriente curativa - como reac-ciones de cambio, pero no para "vivir con ellas" sino para sanarse a través de ellas. Bruno Groening dijo al respecto: "Yo despierto en los hombres la confianza en sí mismos y la fe en su meta."·113 "Si Ud. cree, que Ud. experimentará la curación, entonces ya se le ha ayudado. ¡Crea Ud. solamente!"·114 En el camino hacia la curación exteriormente visible es importante creer y conservar este estado contra todas las resistencias exteriores e interiores y soportar el tiempo de la regulación, de la limpieza. Bruno Groening se expresó en un discurso: "Quien es firme, quien puede mantener la verdadera fe divina dentro de sí es el que triunfa."·115 Pero también el hombre que ya no quiere creer en lo bueno, no está sólo. Yo sé que muchos curados, que a causa de muchas experiencias negativas, ya no se podían imaginar que ellos también podrían volver a adquirir lo bueno y que éste tenga de algu-na manera algún poder. Es impresionante, cómo creció su convicción por la toma regu-lar de la corriente curativa, de modo que pudieron vivenciar la curación. Bruno Groening les había dicho a estas personas: "Si Uds. no pueden creer ahora, yo quiero hacerlo por ustedes, hasta que ustedes pue-dan realmente creer. Y si ustedes ahora no pueden pedir, no pueden rezar, yo también quiero hacer esto por ustedes."·116

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La nueva orientación del hombre hacia la Fe en la Omnipotencia de Dios a través de las enseñanzas de Bruno Groening y de la toma regular de la energía curativa no está en contra de ir a consultar con el médico. La mayoría de los colegas estarían felices si sus pacientes vinieran donde ellos con una disposición interior así. Muchas veces, la curación se realiza por el obrar sin impedimento de la energía curativa, y la terapia mé-dica ya no es necesaria. Otros pueden reducir paulatinamente los medicamentos, hasta que se realiza la curación completa. Por supuesto que debe hacerse una auscultación posterior por un médico independien-te. Es un elemento de defensa muy efectivo contra todos los que dudan en el círculo de los familiares y conocidos y una ayuda invalorable para la fe de nuevas personas en busca de ayuda. En el caso de Hans Rösch de W. se muestra un ejemplo impresionante del poder de Dios en el hombre que – según el consejo de Bruno Groening - se abre nuevamente al obrar de Dios con fe y confianza. Hans R. a los 70 años pertenece al grupo de gente en nuestra sociedad, que por su edad se le da en general pocas oportunidades cuando el cuerpo y el alma están debilitados por la enfermedad. En muchas personas, se ha asentado la falsa creencia de poner en relación la edad con enfermedades y dolores. "Ud. ya es viejo, aquí no se puede hacer nada." Se puede oir hasta de la boca de los médicos palabras como éstas: "Quien es mayor de 50 años y no tiene dolores, ya se ha muerto", como yo mismo lo oí hace algún tiempo y no hay que restar importancia a la dinámica propia que llevan estas palabras dentro de sí. El señor Rösch padecía desde hacía años de dolores de corazón, que irradiaban hacia la izquierda hasta el brazo y que aparecían cuando había realizado un esfuerzo corpo-ral. Siempre llevaba consigo un frasquito del medicamento "Nitrolingual" para el cora-zón. Siempre tenía consigo este frasquito que lo usaba diariamente varias veces contra los dolores y que conducía a la desaparición de los dolores. También necesitaba otras tabletas más. Por parte de la Medicina, primeramente se pudo constatar una enferme-dad coronaria, lo que se reflejó nítidamente en un ECD. En el dictamen del médico internista (Jefe del Hospital Estatal de H.) se lee: "Resumiendo se puede decir que las molestias de las que se queja el paciente provie-nen con seguridad de una insuficiencia coronaria, de una enfernedad coronaria del co-razón. Los cambios detectados por el ECD son típicos."·117 Hans Rösch dijo lo siguiente: "Los dolores empezaban cuando me esforzaba o me emocionaba. Cuando el dolor era más fuerte, irradiaba hasta el brazo izquierdo. En los últimos años, antes de conocer las enseñanzas de Bruno Groening, no podía ni siquiera subir la mitad de una escalera sin hacer un descanso. Tenía que quedarme inmóvil, pues sentía la falta de aire y los dolores en el corazón."·118 Él ya había perdido la fe en una posible curación a su edad y se había conformado con las limitaciones de su vida que cada vez eran mayores. Además desde hacía 25 años lo atormentaban dolores de cabeza, que por parte de la Medicina los diagnosticaron como secuela del desgaste de las vértebras cervicales.

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Cuando los dolores eran especialmente fuertes tomaba algunas veces hasta 10 pasti-llas del analgésico "Prontopyrin" con el que lograba un alivio por corto tiempo. Hacía decenas de años que tenía una infección de los senos frontales y tenía que hacerse tratar con irrigaciones cada dos años y lo que contribuía a que los dolores de cabeza se empeoraran. Este hombre estaba en su vida cada vez más atrapado en una red cada vez más fuerte de enfermedades y dolores. A principios de los años 70 le vinieron dolores de espalda (diagnóstico médico: lumbago crónico) Hans Rösch: "Venían de la zona sacra y llegaban hasta la pierna derecha. Todo el tiempo sentía una sensación desagradable y dolorosa en la espalda. Los dolores aumentaban cuando me movía, especialmente cuando me agachaba, cuando levantaba algo pesado o cuando caminaba trechos largos. Cuando aparecían los dolores, tenía que quedarme inmóvil, me ponía ambas manos en la zona sacra hasta que después de algún tiempo el dolor disminuía. Tomaba muchos analgésicos, entre estos también medicamentos fuertes como ‘Felden 20’ o ‘Butazolidin’. Los medicamentos juntamente con aplicaciones de fango, con masajes y baños de rayos me traían alivio, pero poco tiempo después, los dolores volvían a aparecer tan fuertes como antes. Los médicos comprobaron el des-gaste de los discos intervertebrales en la zona de las vértebras lumbares. A conse-cuencia de mis padecimientos, se me dió el Certificado de Impedimento de Trabajo un año y medio antes de la jubilación. Nunca se habló de curación. Mi ortopeda me había dicho hacía años: "Usted tiene que vivir con ello."·119 Además tenía otras molestias: "En 1942 durante una acción de guerra antes de Stalingrado nos atacaron repentina-mente con artillería y granadas. Mi camarada y yo estábamos en un refugio antiaéreo donde nos alcanzó una granada y quedamos enterrados. Entre otras heridas sufrí una contusión fuerte del torax. Por causa de la presión de aire al detonar la granada se me rasgó un pulmón. [...] Desde ese entonces tenía siempre dolores en el pulmón, según el trabajo que realizaba, o según como me movía o cuando inspiraba hondamente aire, me daban hincones en el pulmón. A mi médico de cabecera se lo dije varias veces, pe-ro él opinaba que contra esta herida de guerra no se podía hacer nada."·120 Uno no se debe asombrar que Hans Rösch - con todas las enfermedades arriba men-cionadas - desarrolló una gastritis, que durante más de 10 años aparecía una o dos ve-ces al año en forma de dolores fuertes de estómago y lo obligaba a seguir dieta. Ante este cuadro, también se entienden los insomnios que se manifestaron desde 1946. Se despertaba a menudo en la noche y no podía volver a dormir durante horas A fines de 1987 llegó a conocer las enseñanzas de Bruno Groening y empezó a sinto-nizarse con la energía curativa. Se deshizo de todos los pronósticos negativos de sus médicos, sobre todo de todo lo malo y de los dolores en su vida y tomó la fe para sï, que Dios es el médico más grande, y rogó en su corazón por su curación. Es impresionante cuan rápidamente pudo actuar la energía curativa a causa de su nueva orientación interna y de su fe en lo bueno.

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Poco tiempo más tarde se liberó de los dolores de corazón de años, ya no necesitó to-mar "Nitrolingual" ni los otros medicamentos. Ahora puede subir varios pisos por las escaleras sin tener que hacer pausa, lo que hace años nadie hubiera podido siquiera imaginar. Él puede hacer caminatas largas por la Selva Negra y en Austria sin ninguna molestia. También pudo volver a bailar, un anhelo de su corazón que volvió a ser posi-ble. También los dolores de cabeza y las infecciones regulares de los senos frontales des-aparecieron desde que él toma para sí la corriente curativa y no han vuelto a aparecer. Él se expresa como sigue acerca de la curación de los dolores de espalda: "La espalda está libre de dolores. Puedo trabajar nuevamente en el jardín, puedo aga-charme sin que me duela nada. Ya no tengo dificultades para levantarme de la cama o de la silla. Tampoco necesito masajes, fango, baños de rayos ni inyecciones analgési-cas. Me liberé de este padecimiento espontáneamente sin regulaciones."·121 "Los dolores de pulmón desaparecieron, ya no tengo molestias en el estómago, Como él nos lo escribe: puedo comer de todo y ahora tengo que tener cuidado de no engordar mucho. Ya que desaparecieron todos los dolores y angustias, puedo nuevamente dor-mir ‘como un lirón’."·122 Hans Rösch hizo verificar las curaciones por médicos. Un nuevo ECD de esfuerzo comprobó su observación personal de que ha recuperado su capacidad de esfuerzo. En una medición con 120 Watt "no se encontró ninguna indicación de perturbaciones de repolarización en el sentido de una enfermedad coronaria del corazón."·123 Un anciano plagado por dolores y enfermedades, a quien ningún médico le pudo dar esperanzas de curación, se ha convertido en un anciano vigoroso, lleno de alegría de vivir, que ha vuelto a encontrar la salud y la fe. Y todo esto porque siguió el consejo de Bruno Groening y se liberó de creer en el poder de lo negativo en forma de enfermedad y dolores y abrió nuevamente su corazón a la fe en lo bueno, a la fe en la salud. "Lo que tú quieres, que sea tuyo."·124 dijo Bruno Groening. Ciertamente, el camino más grande de la ayuda es cuando uno ayuda a un ser humano a ayudarse a sí mismo, cuando uno tiene el coraje, de ayudar contra todos los patrones sociales de objeción para que su espíritu se pueda liberar de los acostumbrados patrones de fe y encuen-tran la grandeza de la salud y felicidad. El amor, el principio fundamental de la vida La ley más grande del orden de vida de Dios la veía Bruno Groening en el amor. "¿Existe un principio según el cual uno puede dirigir toda su vida? Sí, el amor al próji-mo."·125 Él sentía una gran felicidad personal cuando él percibía que un ser humano deseaba alcanzar el alto ideal del amor a Dios y al prójimo y que confirmaba esto a través de sus hechos. Quien conocía de cerca a Bruno Groening sabía acerca de su meta - además de la curación física y psíquica del hombre - quería él guiarlo nuevamente hacia estos sentimientos puros y superiores.

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Él sentía el amor como algo santo, era para él el centro de la esencia de Dios. Al mis-mo tiempo reconocía en el amor el arma más poderosa en la lucha contra el mal. El hombre que se abre ante el amor de Dios, se conecta con la irradiación más alta del Espíritu Divino. Por este motivo, todo pensamiento de amor está lleno de una energía espiritual muy fuerte que es constructiva, positiva, vivificante. Esto le regresa al hombre que ama de una manera multiplicada. Él se refuerza a sí mismo, se protege de las energías mentales negativas y cuando él trabaja con pensamientos de amor - es decir cuando los hace realidad – origina en su prójimo pensamientos parecidos que tienen un efecto retroactivo en él mismo. El que haya reconocido al amor como el poder espiritual más grande, como la base pa-ra la paz y la felicidad, ya no se va a asombrar, que el espíritu negativo haya hecho to-do para que justamente este sentimiento sea falseado y envilecido en el tiempo de hoy. Casi ninguna persona se esfuerza por esta posición espiritual, en vista de la carrera en pos de la supervivencia en una sociedad moderna de rendimiento, de logro, parece ser que amar ya no tiene sentido. El amor o las estructuras de los sentimientos a las cuales se les denomina así hoy en día, la mayor parte de las veces permanecen limitadas al egoísmo de parejas o de familias, muy raramente el hombre encuentra la grandeza del verdadero amor al prójimo y a Dios. Por cierto que todos los domingos se predica desde el púlpito "las buenas nuevas", pe-ro qué pocos son los oídos que todavía las oyen, y solamente un número insignificante de personas es realmente capaz de entenderlas o de siquiera ponerlas en práctica. Las enseñanzas del amor del "amigo más grande de los hombres", del "sanador espiritual más grande", como Bruno Groening llamaba a Cristo, se ha convertido en una utopía piadosa para la mayoría de los cristianos. El caso es que no se puede reconocer mu-cho de la práctica de estas enseñanzas en la mayor parte del mundo occidental cristia-no. Ya no parecen ser actuales las leyes fundamentales del amor, que Cristo proclamó con las siguientes palabras: "Amar al Señor, a tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma y con todos tus pen-samientos. Éste es el primer mandamiento y el más importante. También el segundo es muy importante: "Amar a tu prójimo como a tí mismo". A estos dos mandamientos es-tán unidos todos los mandamientos incluyendo los profetas."·126 Bruno Groening estaba convencido de que el amor al prójimo y a Dios puede ser con-vertido en realidad aún en los tiempos de hoy para todos los hombres de buena volun-tad. Pero el hombre tiene también que ser consciente de que el amor del mismo modo que todo pensamiento no puede nacer de su ser limitado, sino que siempre será el don espiritual de la Luz. Nace con una abundancia inagotable de la Única Fuente de Lo Bueno, sólo depende del hombre el abrirse nuevamente a ella, el tomarla dentro de sí, el permitir que crezca dentro de sí. Bruno Groening: "Dios tiene todo aquello que el hombre necesita. Esto lo ha olvidado el hombre."·127 De la misma manera como de la conexión consciente con Dios se le hace asequible al hombre la salud del cuerpo y del alma, de esta conexión le renace el amor desintere-sado, largamente olvidado. La misma energía, que limpia el cuerpo y el alma y ayuda al

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hombre a hacer realidad la conversión interna, es la que hace renacer el fuego del amor en el corazón de los seres humanos. Como yo lo llegué a saber a través de conversaciones con personas del actual Círculo de Amigos de Bruno Groening, muchos experimentaron, que su capacidad interior para amar se acrecentaba después de que se habían abierto a la "corriente curativa" según los consejos de Bruno Groening. "No puedo decir exactamente que antes de conocer las enseñanzas de Bruno Groe-ning no había sentido amor para con los seres humanos", me escribió Anja K. de H., "pero ya que me ocupé intensivamente con los pensamientos del amor y lo buscaba, no me parecía suficiente lo que sentía dentro de mí a este respecto. Tenía el deseo de poder amar a todos los seres humanos, ya sea si se parecían a mí o si yo tenía alguna relación con ellos o no. Pero aunque yo me esforzaba mucho no me resultó como para que yo pudiera estar contenta. Después de haber participado en la primera hora comunitaria y de haber tomado por algún tiempo la energía divina y de haber sentido como fluía dentro de mi, me sobrevi-no inesperadamente un amor para con todos los participantes que no había conocido antes. Para ello debo mencionar que antes no había conocido a nadie, o sea que todos los presentes me eran desconocidos. Pero ahora simplemente los podía amar de ma-nera profunda, libre de todo prejuicio. Yo supe que el gran deseo de mi corazón se me había realizado. Esta vivencia se repitió a menudo más tarde. Después de haber tomado largamente la energía curativa, p. ej. durante una hora comunitaria, se acrecentaba el sentimiento del amor en una medida que yo no conocía anteriormente. Por cierto que a menudo dismi-nuía por las exigencias diarias de la vida, pero revivía después de haber tomado inten-sivamente la energía curativa."·128 "Yo siempre me había esforzado por hacer algo bueno, pero se quedaron en intentos, realmente tuve que obligarme a ello, lo hacía con el raciocinio y no con el corazón" nos informa Franz K. (29) de H. "Cuando yo me pude abrir cada vez más a la energía Divi-na según las enseñanzas de Bruno Groening, sentí que algo cambiaba dentro de mí. Desaparecía una opresión que siempre sentía sobre mí como una presión torturante que hacía que cualquier sentimiento de alegría pareciera ser superficial y soso. Cuando me sintonizo para tomar la energía curativa, no solamente siento el hormigueo y el ca-lor en mi cuerpo, es como si una luz - invisible para mis sentidos exteriores - fluyera dentro de mi alma. A menudo, esta luz llena mi corazón de una paz profunda, yo me siento feliz, y me doy cuenta siempre que cada vez soy más capaz de amar. Desde ese entonces, crece nuevamente en mí el sentimiento de amor que había an-helado tanto, puedo ayudar con todo el corazón a otros seres humanos y hasta me es posible hacer llegar un sentimiento de amor a aquellas personas a quienes antes había criticado. Este sentimiento se acrecienta cada vez que me abro a la corriente curativa, algunas veces es realmente como un fuego en el corazón. Estoy especialmente feliz por el hecho de que no sólo puedo profesar nuevamente cariño a mi prójimo, sino que también puedo amar cada vez más a Dios, aunque no Lo pueda ver. Le estoy muy agradecido al Sr. Groening, que a pesar de todas las actitudes hostiles, haya tenido el valor de dar a conocer a los hombres el saber que le había sido donado interiormente. Sin él, yo no hubiera encontrado este acceso al amor y a Dios. Recién a través de sus

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enseñanzas, estoy nuevamente en la posición de convertir en realidad en mi vida las metas de las enseñanzas de Cristo."·129 El despertar en el ser humano el sentimiento del amor desinteresado, es la forma más grande de la curación. Quien puede amar, ha elaborado un vínculo espiritual fuerte en-tre él y la fuente de todo Lo Bueno, de modo que se sensibiliza para recibir fácilmente la guía del espíritu de Dios. Todo camino verdadero del espíritu debe conducir al hom-bre al amor, porque Dios es el Amor. La esencia del poder negativo le es totalmente ex-traña, en todas partes donde este poder crece en el hombre o en la sociedad humana, allí desaparece el amor, y allí donde crece el amor, desaparece la influencia del poder negativo. A través de las palabras de Bruno Groening, en los tiempos del desconcierto espiritual, se abre un camino claro y fácil hacia la ayuda y la curación. Depende de uno mismo, si es que uno agarra la mano que ayuda y se convence en su propio cuerpo y en su vida de la veracidad de lo dicho.

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Bruno Groening: Yo vivo, para que la humanidad siga viviendo

Grete Häusler Introducción

Este librito lo escribí y edité en conjunto con motivo del 25. Aniversario en memoria de la aparición en la opinión pública mundial de Bruno Groening en Herford en el año 1949. En aquél entonces, en el año 1974, lo titulé con: "Bruno Groening, 25 años de efectos mundiales".

Hoy en el año 1984 lo deseo entregar mejorado, puès todo lo que profetizó Bruno Groening se aproxima cada vez más en nuestra realidad.

En "Rhein-Sieg", títulos del periódico del 15 de febrero de 1984, leíamos bajo los títulos del mismo entre otras cosas: Futuro tras el cemento? lo siguiente:

"Estrella Fría"

Evidentemente, también a los fanáticos de obras protectoras se les sobrepasó la idea, la cuál, a científicos americanos y soviéticos se les pasó por alto: dejan detonar las po-tencias mundiales solamente un 10 % de sus potencias atómicas sobre las ciudades más grandes, entonces se convertiría la tierra climatológicamente en una estrella fría, la cuál dejaría al planeta congelado así comprobaron unánimes expertos del Este y Oeste, si antes no hubieran muerto de hambre."

Estas profecías y otras más llegan a los seres cada día. Los humanos esperan la publi-cidad de la tercera profecía del mensaje de Fátima, que supuestamente tenga que de-cir algo en ése sentido, de lo que cada uno puede esperar en el futuro!

Los humanos están viviendo en un mundo de miedos y de depresión, las enfermeda-des aumentan cada vez más en jóvenes y adultos. Un camino sin salida domina a los seres en su aplicación y esfuerzo por la vida. No se encontraba el sentido de la vida de enfermos, debilitados y desesperanzados, los cuales caminaban por la vida, la mayoría en hermosos vestidos mostrando las riquezas materiales, el alma y el cuerpo gritaban por ayuda y curación. ¿Quién puede ayudar y curar? ¿Dónde hay una salida ?

Aquí hay sólo una respuesta: Miren hacia aquél, el cual, a miles de seres en Herford y en la pista de carreras en Rosenheim, en aquél entonces en el año 1949, el cual a las mismas preguntas le dio una respuesta, el cual les dio la curación de una manera inex-plicable, a través de éstas vivencias revivieron los seres una vuelta a la vida, y recono-cieron el sentido de la misma.

El, Bruno Groening, podía penetrar con la mirada en el pasado, presente y futuro de cada uno y así podía ayudar a todo ser, de manera tal que fuera curado. Aquéllos que buscaban ayuda y curación que sabían entonces a quién debían obedecer, se volvieron otra vez alegres, positivos a la vida, sanos, no obedecer nunca más al Mal, sino al Bien, y así reconocieron de que el Bien es más fuerte que el Mal.

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Puesto que, Bruno Groening nos ha comunicado con la Fuerza Divina, con la Todopo-derosa Fuerza de Vida de Dios, la cual no conoce lo imposible ni lo desahuciado, y que de la Fuente Divina remite y sólo precisamos captarlo, lo saben ustedes ahora, y saben de que no deben temer nunca más, igual de que manera, al Mal!

Ahora está para todos los seres cada vez más actualizada la palabra de Bruno Groe-ning:

"Yo vivo para que la Humanidad pueda seguir viviendo". "Cada uno se vuelve su propio Médico." "Cree y confía, ayuda (??) la Fuerza Divina." "Ama a la vida-Dios." "Dios está en todos lados." "Dinero es poderoso, salud es todopoderosa." "Yo no soy nada, Dios es todo." "Cada curado seguirá curando."

Pues, como en éste año se cumplirán los 25 años en el cual Bruno Groening no está más con nosotros como Ser Humano, y sin embargo, sentimos y revivimos cómo nos ayuda y cura, y a través de sus palabras nos comunicamos con su Fuerza en nuestro cuerpo, y recibimos la ayuda en cada situación sin salida, es por eso de que éste librito es una pequeña iniciación para los que buscan ayuda!

Niñez y juventud

La ciudad de Danzig fue la ciudad natal de Bruno Groening, Danzig, la ciudad de 700 años, de un pasado rico y orgulloso en Alemania, quedó hasta la destrucción y ocupa-ción de Polonia, el suelo en el cual Bruno Groening tomó en su niñez, su juventud y su vida adulta temprana, las impresiones para su alma.

Danzig era llamada la Tierra de la "Bahía de Danzig" por los emigrantes "Goten", que venían de la Costa Nordeste por largos siglos, más tarde se encontraba muy cerca del lugar donde se separaba el río "Mottlau" del río "Weichsel", el Castillo de los soberanos "Pomme-ranos" de la Tierra de Danzig. Siglos más tarde emigran los alemanes hacia allí y se convirtieron en los primeros comerciantes alemanes a distancias. El primer mercado alemán colonizado fue comprobado recién en el año 1224, Danzig era una ciudad querida y floreciente, luego fue ocupada por Caballeros de la Orden Alemana, vivió largos años de paz y más tarde años intranquilos, se convirtió autónoma, y más tarde en la Capital de los Prusianos del Oeste, y por último, luego de la primera guerra mundial, la "Ciudad Libre". Este fue el tiempo más grave políticamente y económica-mente que la ciudad vivió hasta su final.

Este destino sufrió Danzig por su característica geográfica de Bahía del Mar Báltico y por la desembocadura del "Weichsel", que lo hacía por ello como punto estratégico en el Mar Báltico. La situación entre dos pueblos, los alemanes y los eslavos, produjo la tragedia en el destino.

La hermosura del paisaje sobre el mar y los bajos territorios fluviales, influyeron sobre la gente, y construyeron una ciudad hermosa, rica y fuerte, con aplicación, fé y fuerza de creencia, que eran los elementos de la gente de Danzig, así levantaron sus hermo-sas construcciones como la Iglesia de María, la alta Galería en el Palacio de "Artus", la Municipalidad, el Arsenal, la Fábrica Naviera y el famoso Arco sobre el "Mottlau".

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La poesía de Martín Damss, dejan entrever al ser de Danzig.

Martín Damss: ARCO HACIA DANZIG:

Peñascoso Arco de ladrillo y madera Cuna de barcos y balanza de cargas Nuca poderosa que con orgullo se empeña Inclinado con tolerancia sobre mástiles y cubiertas Torre principal rozada en luz fogosa Casco techado y la frente vigilada Inclinado de hombros de la cadena del deber como cosa Celestialmente iluminado con frente brillada. Escudo de fuerza de roble y de piedra, Estar terrenal, cuadro sensitivo como marca Tolerante y transportador de cargas que es Servirlos a todos-y a nadie al mismo tiempo.

Muchas veces fue Danzig un oasis de paz, por ello fue lugar de meditación y amparo en todas las tierras alemanas para estudiosos y artistas. La aportación de Danzig a la Literatura y al Teatro, significó un mérito históricamente único.

El escudo de Danzig, está hecho sobre el fondo de color de sangre roja, dos cruces blancas y corona dorada.

De Danzig Oliva sabemos, que en el año 1170, se fundó aquí un Convento Cistercien-se.

Y aquí en Danzig Oliva, un suburbio de Danzig, en las cercanías del mar y de los gran-des bosques, vivió la familia Groening. ¡Dejemos informarnos a través de Bruno Groe-ning mismo sobre su niñez y su juventud! Nos remontamos al documento conservado, un tesoro literario de gran valor que había quedado en el archivo.

"Historial de su vida:

Yo Bruno Groening, con domicilio en Plochingen (Neckar), Stumpenhof en la calle Dor-nendreher 117, fui el cuarto hijo de 7 hermanos del matrimonio Augusto y Margarita Groening, y nací el 31 del 5 de 1906 en Danzig Oliva. Mi padre era albañil pulidor, mis dos padres fallecidos, mi madre en 1939 y mi padre en 1949.

Durante mi niñez y juventud, las cuales transcurrieron en casa de mis padres, hice más y más las constataciones de mis capacidades, especiales, las cuales - saliendo de mí - producían a los seres y animales tranquilidad y curación.

Ya desde niño se comprobaba que con mi presencia la gente enferma se liberaba de sus sufrimientos, y que niños como adultos, en discusiones y peleas, con algunas pala-bras mías se tranquilizaban totalmente, también de niño, comprobé que animales que eran por costumbre tímidos o feroces, con mi presencia se mostraban dóciles y amiga-bles. Mi relación con mi familia era por ello de tirantez y suspenso, yo deseaba para mí la autonomía más plena para salir del contorno de "no ser comprendido" por mi familia.

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Fuí a la escuela primaria. Cuando salí de ella comencé mi aprendizaje para comercian-te, aquí estuve 2 1/2 años, éstos estudios tuve que abandonar a exigencias de mi pa-dre, ése era su deseo, pues yo debía aprender un oficio de la construcción, seguí el deseo de mi padre y aprendí el oficio de carpintero, pero por la desocupación existente no pude rendir el examen final, y por ése motivo, un cuarto de año antes de terminar mi tiempo de aprendizaje, tuve que abandonar el lugar de mis estudios, pues la firma tuvo que cerrar por escasez de pedidos".

Familia, trabajo, prisionero de guerra y retorno al hogar

Bruno Groening escribía en el historial de su vida:

"En el año 1925, logré levantar una carpintería de obra y muebles y hacerme autóno-mo, luego de casi dos años tuve que abandonar todo y proseguí como empleado de ocasión o de fábricas, hasta el año 1943, así también trabajé en una fábrica de choco-late cerca de la oficina de correos de Danzig, también aproximadamente 9 meses en el correo de recibidor de telegramas, y en la firma Siemens y Halske como electricista de corriente de baja intensidad, aquí realicé éstos trabajos en su mayoría, sólo; todos és-tos trabajos los hice con interés, y lo que más me interesaba era hacer el curso de práctica, por lo que de ése modo podía conocer la capacidad y sabiduría de los huma-nos en toda situación de la vida y en las diferentes clases populares, para estudiarlos, y así me enteré de cómo los seres formaban sus vidas. Busqué no sólo los más pobres de los pobres, sino también los más ricos de los ricos para saber cómo vivían una vida privada, como se comprende, en el sentido normal, (visitas al cine, cafeterías, bares, jugar a las cartas, etc.) no me interesaban.

A los 21 años me casé con Gertruda Cohn, de Danzig, de éste matrimonio nacieron dos hijos, que entretanto ya fallecieron.

Ya desde temprano tenía la predisposición de poder tranquilizar a personas y animales, y curarlos, como es conocido, durante siglos fuera la predisposición de otros seres, és-tas experiencias eran en ciertas personas tan fuerte, que los malestares psíquicos y corporales de cierta gente, que por otros métodos no eran más influenciables favora-blemente, se curaban totalmente o mejoraban visiblemente.

En 1943, a la edad de 37 años, fui llamado al Servicio Militar, por mi manera de ser ocurrieron discusiones, así por ejemplo, tuve que ir a Juicio Militar, pues yo dije: "Si us-tedes me mandan al frente o no, yo no puedo disparar a ningún hombre". Pero por úl-timo, sí llegué al frente.

En el año 1944 me hirió un casco de granada en el muslo derecho, por ello me manda-ron a un hospital Militar de nacional, pero igual me ordenaron, sin completar mi cura-ción en tierra alemana, otra vez a luchar contra los rusos, y en marzo de 1945 caí pri-sionero de los rusos; En diciembre de 1945 me dieron de baja de la prisión rusa hacia Alemania occidental. En la prisión rusa me ocupé de cualquier manera y cada caso de los camaradas que se encontraban en la misma situación, por lo cual, tres veces tuve que dejarme interrogar por la Comandancia rusa, en uno de ésos casos me amenaza-ron con fusilamiento, entre otras cosas pedía yo que los prisioneros fueran tratados por lo menos, como ganado, pues el tratamiento a los prisioneros era mucho peor que el del ganado. Aquí también me fue permitido traer alivio y ayuda a camaradas en estado aparentemente desesperados.

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Luego de mi liberación como prisionero de guerra en el año 1945, tomé una vivienda en Dillenburg y traje a mi mujer que estaba refugiada en "Schleswig", para sobrevivir to-maba cualquier trabajo que me era propuesto en el tiempo de la post-guerra.

En Alemania occidental organicé conjuntamente a un grupo de refugiados de " Sude-tengau", la llamada "Obra de caridad para los expulsados", también era asociado para la "Comisión de Viviendas" pues yo me sentía otra vez obligado a ayudar a la gente.

1949 - Herford

Bruno Groening escribió sobre este capítulo de su vida:

"En marzo de 1949, me presentó una señora conocida a la familia Hülsmann en Her-ford, yo debía ayudar al hijo de los mismos, ésto ocurrió, así hizo el señor Hülsmann una gran propaganda sobre mi persona y se reunió por éste motivo una muchedumbre en y alrededor de la casa. Aquí ocurrieron muchas curaciones, e incluso espontáneas. Como próximo paso me puse en comunicación con las autoridades Sanitarias para proponer un trabajo en conjunto con los médicos, yo deseaba evitar desde el comienzo todos los inconvenientes, pero las autoridades se negaron, por el contrario, me prohi-bieron las curaciones por un escrito de Ley, los que buscaban las curaciones que esta-ban ante la casa de los Hülsmann, hicieron una demostración durante mi ausencia hacia el ayuntamiento, el teniente alcalde fue forzado a llamarme y fui facultado para curar por lo menos por 5 días.

Yo emprendí también viajes hacia Hamburgo, Slesvig, etc., donde médicos, los cuales me invitaron ocasionalmente para curar durante mis visitas. En Hamburgo llegó todo tan lejos que recibí del Primer teniente alcalde una prohibición de hablar, pues los hamburgueses habían preparado todo para posibilitarme hablar ante buscadores de cu-raciones."

El Dr. en Filosofía Kaul, era uno de los reporteros que seguían lo ocurrido, con cálido corazón, y aquí traemos extractos de sus informaciones, "El Milagro de Herford":

"La Humanidad llena de lamentos me toca en el corazón!

Por miles llegaban los enfermos e incurables a la pequeña ciudad. Westfálica, en la cual albergaba tras sus muros al doctor milagroso, en buses, camiones, autos, en tren o a pié, en carros tirados a caballo, en bicicletas, en carritos, sillas de ruedas y ambu-lancias, día y noche llegaban las muchedumbres a Herford, a la Plaza Wilhelm, en la que se destacaba la Iglesia Protestante, a la casa N°7, en la cual Bruno Groening había encontrado techo, donde él había curado al hijo del propietario de la misma; El sufrimiento humano que se hacía patente aquí, era sin fronteras y conmovedor. En los jardines y parques se sentaban los enfermos, estaban las sillas de ruedas, las camillas, días y noches esperaban los forasteros la curación.

En la noche del 17 de junio de 1949, quiso la policía llevar a pasar la noche a cerca de 50 madres con hijos pequeños en barracas para refugiarlos, pero ellas no se movían de su lugar, ni tampoco la lluvia las movían de sus lugares, de todas las partes de Alema-nia llegaban hacia aquí, los desesperados y los con problemas, los jóvenes y los viejos, mujeres, muchachas y niños de todas las clases y niveles, americanos, ingleses, bel-gas y suizos, suecos, húngaros, polacos y hasta gitanos, que luego de una curación de un niño gitano mudo, llegaron en bandadas con toda la familia, paralíticos, ciegos, sor-

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dos, una comunidad de miseria y de pobreza, gente pobre, de que si venían en autos de lujo porque se podían mover con dificultad, o en muletas, desesperanzados y espe-ranzados, por cientos cansados y desesperados, o por miles, era el único deseo, ¡"el recibir la curación"! Ninguno preguntaba si había permiso para ello, o si el Ministerio o Gobernación o la Ciencia estaba a favor o en contra de ello, o el que curaba era un Mesías o era un estudioso, ellos querían ser curados de su sufrimiento humano, ellos querían volver a ser gente alegre, ellos querían volver a ser sanos!

Entre esta desesperanza humana, y la lucha surgida hacia Bruno Groening, se abre un abismo de insuficiencia humana, Aparecían los dudosos, los escépticos, los sensacio-nalistas, los rivales, los envidiosos, los charlatanes afectados, presumidos y arrogantes. Todos creían que tenían que decir algo, representar la Ley y el Derecho, la seguridad y el orden que tenían que "representar", que querían amparar! Pero a la vista de estas desesperaciones y el lenguaje extremado de éste cuadro, tendrían que silenciar y di-suadirse de éstos propósitos mudos. Cuando una persona, que durante 20 años está paralizada, en silla de ruedas, un cadáver viviente, de repente se levanta y camina in-segura al principio, pero camina, es algo que no se puede decir de que es normal y co-rresponda a la vida normal, sino de que está más allá de la rutina.

Para él y para nosotros ocurrió un milagro, del cual, que no podemos comprender aún, cuando se analice escrupulosamente y se remita a ello, para que, aunque prueba cien-tíficamente nada concluso a que, Groening verdaderamente no habría curado de nin-guna enfermedad imaginada. Para esa persona que estuvo 20 años en silla de ruedas, y por otro lado para nosotros no fue una curación normal, y a su vez una prueba de que Bruno Groening no curaba fantasiosamente. Si la señora de 70 años de nombre "Klimphove" de "Ennigerloh", calle Ostenfelder-13, que estuvo 7 años paralizada,"se creía" o estaba "realmente enferma", que lo decidan los médicos que la trataban y no la podían curar! De lo que yo soy "testigo", es que ésta señora de edad, el 16 de Junio de 1949, sobre las 14 horas, después de 7 años enteros y sin ayuda extraña ninguna, se levantó de la silla y movía los brazos libremente, corresponde para mí a ésos "mila-gros" que está más allá de la mentalidad humana que en su estrecho conocimiento no comprende y que no se puede avanzar evaluando y calculando!"

Los seres que fueron ayudados agradecieron sinceramente a su " ayudador". Los in-formes de éxitos de éste tiempo y las cartas de agradecimiento, son documentos de in-descriptibles sufrimientos y posteriormente de suerte y gracias hacia él! Sí, el Dr. Kaul, nos contó con una realidad y presencia lo ocurrido en el tiempo de Herford en el año de 1949 esa creencia de los que buscaban la curación, y dejaba vivir esos momentos otra vez en nuestros ojos, es una prueba de la creencia en los seres humanos y de su fé! El informe que sigue a continuación, lo recibió Bruno Groening de un hombre a cuya mu-jer la liberó del mal.

Leopold Steffan, Director de Fábrica. Bad Salzuflen i. L., Untere Mühlenstr. 16

5.7.1949

Informe de Exitos

Estimado señor Groening!

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Yo considero como deber y deuda hacia usted, querido señor Groening sinceramente de corazón, por la curación de mi señora esposa, Hilda Steffan, de Bad Salzuflen, calle del Molino 16, Dios se lo pague, para decir: "Por los siguientes certificados médicos desde 1942: Problemas neurálgicos de una artritis deformante, espondilosis de- for-mante, problemas generales de circulación sanguínea, reuma muscular, y respiración corta por enfermedad del corazón.

Mi señora al igual que mi hija Luitgard, nacida el 1/5/30 en Böhm Kamnitz, Sudeten-land, quien estaba hace años, hasta 1945, en tratamiento con el Profesor Dr. Max Hochrein, que era el Director de la Policlínica de la Universidad de Leipzig, pero que si bien no se curaba, tenía alivio. La preocupación sobre mi destino, (yo fui perseguido por los nazis durante años, pues yo prefería la ideología del Cristianismo a la de los Nacionales Socialistas, y en apropiada ocasión fui detenido y enjuiciado a 14 meses de prisión por el Tribunal especial), lo inhumano de la expropiación y expulsión de la Pa-tria, como también, lo inhumano de las consecuencias siguientes, los varios años de desocupación y necesidad sin culpa, empeoraron intensamente la situación espiritual y corporal, no sólo a mi señora, sino en más grado a mi hija, por eso, este caso es para nombrarlo y subrayarlo por lo fuera de lo común, y que el Dr. especialista en enferme-dades nerviosas, Spernau, también perseguido por los nazis, y por nuestra posición de necesidad y amparo nunca pidió dinero, (yo tenía Neuritis-brazo y plexo-e hiperasténi-co, estado de debilidad), y nos trataba desde la primavera de 1945 y que tampoco nos podía curar, sólo aliviarnos, como puede ser comprobado en los informes.

Llenos de confianza y esperanzas hacia las Fuerzas que en usted se reflejaban de nuestro Dios, por la tarde nos situamos en el jardín de la casa de Herford, Plaza de Wilhelm 7, y con la gran muchedumbre que desde "su interior" pedían la curación!

Nuestra desilusión y amargura fue sin limites cuando nos dijeron de que a usted no se le permitía curar, por una aparentemente sin claridad y de una forma anticristiana de formular por "burócratas autorizados de oficio a disposición del pueblo" a sufrientes y desahuciados de largos años con sus penas. Pero cómo la creencia mueve montañas, lo comprueba de que mi señora, la cual usted nunca vio o habló, se curó completamen-te, y de que mientras mi mujer estaba en la muchedumbre se le hincharon sus manos y se le acalambraron junto con sus dedos, recibió fuertes dolores en la nuca, enseguida al regreso de Herford tuvo que ir a la cama en conjunto con mi hija, quién notó ardores en los ojos y alrededores, además de dolores en todo el cuerpo y decaimiento total, en la noche del 1-2/6/49 no logró dormir mi señora, mientras que mi hija luego de años pudo dormir tranquilamente, mi señora no encontraba posición de cómo colocar los pies, brazos y cuerpo por el dolor, pues a través de tantos años de presiones en la nu-ca, hombros y muslo izquierdo, tremendas presiones de por sí, las había perdido en el jardín de Herford cuando usted habló a la muchedumbre de enfermos, los dolores nombrados anteriormente desaparecieron el 2/6/49, y de ésta manera no tuvo más mo-lestias, ni siquiera durante el día, en la noche del 2/6/, al 3/6, ya podía dormir, aunque con pocos dolores, tampoco sufría más de la respiración corta, inclusive el subir escale-ras o llevar pesos, lo cual antes no podía, de todo esto se había curado.

Las enfermedades de mi hija según los análisis, eran: insuficiencia hormonal, ataque de calambres, de los cuales se compartían con las perturbaciones nerviosas una des-armonía de glándulas que no concordaba con el desarrollo normal de una persona, nerviosidad en pestañeos, a veces tartamudeos, que por comprobaciones de médicos eran para tomar muy en serio, se mejoró sensiblemente al estar en las cercanías suyas

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tres veces, de tal manera de que nosotros sus padres no nos debíamos preocupar más de que sea traída por una ambulancia golpeada y sangrienta.

Ninguno, ni persona o autoridad, ni siquiera una prohibición, nos podrá evitar el creer en usted y la Fuerza de Dios que usted mismo nos transmitió y buscar ése acercamien-to hacia El. Y con toda la creencia hacia la misericordia que Dios nuestro. Señor le dió junto a todas sus Fuerzas, le rogamos por favor el devolver la salud a nuestra niña, y estamos completamente seguros de que a usted le resultará posible con la ayuda de Dios lo que los médicos, luego de 9 años, para nosotros llenos de penas, con la ayuda de los buenos deseos, los medicamentos químicos no lograron!

Nosotros le decimos, querido señor Groening, que Dios se lo pague, que el Todopode-roso le dé fuerzas en su sufriente lucha contra el Mal, y que la humanidad con su sufri-miento lo tenga siempre consigo! Nosotros nos unimos en los rezos hacia usted, con saludos de amistad e interminables gracias, sómos nosotros los agradecidos!

(Firman)

Leopold Steffan, Hilda Steffan, Luitgard Steffan

"Quién tiene la gran suerte de recibir la salud a través de mí, que le agradezca a Dios siempre en lo más hondo de su corazón, yo soy sólo un servidor y herramienta de Dios."

¿Que significa lo ocurrido hace 25 años en Herford para los amigos de Bruno Groening ?

Herford tiene que ser para nosotros lo que para un ser humano es lo más sublime, aquí se mostró Dios hacia las personas, para enseñarles lo que El desea y cuán grande es El, El desea darle la oportunidad a los humanos en el tiempo actual, en el " ahora", que regresemos otra vez hacia El, y esto ocurrió con Bruno Groening y su misión!

A través de Bruno Groening podemos reconocer el deseo de Nuestro Padre Celestial, el cual es de que el ser humano debería de ser bueno, hermoso y sano, por ello dejó que en Herford sucediera de que los seres que estaban con sufrimientos, con dolores y con preocupaciones, encontraran la liberación sobre estos males, todo esto ocurrió abiertamente y ante los ojos de los presentes, escenas Bíblicas ocurrieron, y el Mundo escuchó y paró un momento de respirar!

Nosotros, amigos de Bruno Groening, somos conscientes de tener la responsabilidad, de que a los seres de entonces y de hoy en día, les debemos traer las mismas escenas de entonces, tal cual, y revivirlas otra vez como nosotros mismos las revivimos, todo esto será para la humanidad como un milagro, como siempre, pues no entienden lo que Bruno Groening aclaró: "No son milagros, aquí vuelve el orden divino en los seres", es-tas vivencias no finalizan jamás para un Ser que no desee alejarse del camino hacia Dios que nos abrió Bruno Groening, estas vivencias son divinas, y ahora, tiene el Ser Humano actual, la oportunidad de alejarse del camino de sufrimientos y acercarse y unirse hacia el camino de Dios, y seguirlo hasta el final!

El que nosotros recordemos con gran agradecimiento y con corazones ardientes hacia nuestro Creador, y su servidor Bruno Groening, aquéllos tiempos, es una necesidad,

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luego de 25 años, Nosotros reconocemos ésa Luz con la cual a través de ella llegó al mundo y nos espantamos al sentir y ver de que las tinieblas creía habernos dominado y creerse poderoso en cuanto quería prohibirnos este acontecimiento. Hoy sabemos de lo que Bruno Groening en aquél entonces sabía: "Esto no se puede prohibir, de cual-quier manera ocurrirá lo que tenga que ocurrir."

Nosotros estamos convencidos de que ésta "llama" de amor al prójimo de Herford no tendrá un final en el futuro, sino que éste amor al prójimo entre los humanos será una necesidad natural, como estos 25 años lo han comprobado. Bruno Groening nos ense-ñó como es el servir al amor al prójimo, él como servidor de Dios, y nos ofreció a noso-tros de que también seamos herramientas de Dios, en cuanto a nuestros hermanos do-lientes no los consolemos con palabras vacías, sino de que ahora podemos transmitir verdaderamente la ayuda con fuerzas y hechos, ésta es la herencia que nos dejó Her-ford!

¿Qué les dio a conocer Bruno Groening en aquel entonces en Herford a los humanos "Confíen y crean, ayuda y cura la Fuerza de Dios!" "Dios es el Médico más grande." "Cuanto más grande es el sufrimiento, más largas son las regulaciones." "Lo Bueno en el Ser tiene que alejar lo Malo." "Por sus hechos será pesado, y si él no se encontrará demasiado liviano, le queda la esperanza de curarse." "Arrojen el malestar fuera de sí." "A tí se te ayudó, pues has creído." "Yo no me aflojo ante mandos humanos. Yo les libré de cosas de las que ustedes lla-marían milagros, pero no son Milagros,es lo Natural." "Un ser no puede hacer milagros, pero tampoco nadie estará en condición de poder hacer lo que ustedes han visto." "Que yo deba ayudar a todos los seres no es el caso, yo sé de que a 10 de cada 100, no les agrada. El que ridiculiza a Dios y no tiene la creencia no se le puede ayudar." "Todos los seres, igual de que raza o nación o religión, se merecen que se les ayude." "Todos somos hijos de Dios y tenemos sólo un Padre, y ése Padre es Dios. Solamente El puede ayudarnos a salir de la miseria y sufrimientos las cuales son nuestras cargas." "Según su deseo ocurrirá, aunque yo no esté más con ustedes." "Lo que yo poseo os lo daré, también mi vida." "Aunque yo me haya quedado pobre, soy el ser más feliz de la tierra, pues puedo ayu-dar." "Una sola cosa no deseo, gratitud, agradezcan a Dios Vuestro Señor, El es que los ayuda, si llegaran a obtener la misma." "Mi vida pertenece a todos los Seres, y por ello, cada minuto y cada segundo es valio-so." "Deben de ser pocas palabras, pero en cambio, hechos más grandes."

Bruno Groening y la ciencia médica en Heidelberg

¡Escuchemos a Bruno Groening personalmente:

"En la clausura de Heidelberg en 1949 - Cortos informes, en los cuales está lo más im-portante.

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En junio de 1949, obtuve por parte de las Autoridades, injustamente, una prohibición para curar, esto era injusto, pues yo no curaba, sino de que se curaban. Mis palabras las cuales dirigí a los reunidos que buscaban ayuda, eran de un Poder de Fuerza de penetración tal, que para muchos de los presentes, de los cuales algunos eran desahu-ciados por los Médicos, se curaron. De esto se dieron cuenta muchos seres, entre ellos el Profesor F., en éste tiempo vivía en Marburg, (en conexión con la Revista " Revue"), estuvo tan impresionado, que interrogó a curados, y se convenció de que realmente habían ocurrido curaciones. Y así aumentó el interés cada vez más, aunque en el lugar y hecho hubo encuestas, se comprobaron los éxitos de las mismas.

Yo mismo no estaba en ése momento en Herford, sino en Alemania del Norte. El señor Profesor F., había movilizado todo para que yo recibiera la noticia en Alemania del Nor-te de viajar inmediatamente hacia Herford, ya que un tal Profesor F. y otros señores me esperaban a mí con gran interés, pues tenían en mente el dejarme el camino libre para curar. Yo seguí esta invitación. Ya en Herford, conversé con el Profesor F., por lo cual yo trabajaría conjuntamente con el Profesor W. en su Clínica de Heidelberg con todo su apoyo, no querían poner solamente todo a favor para abrirme a mí el camino para las curaciones, sino que también el conjunto de médicos tenía gran interés en mis resulta-dos, y, ya sólo por éste motivo deseaban el trabajo en común para siempre.

Los señores estaban tan interesados, pues como ellos decían, estaban convencidos en un 100% de mis resultados, y sobre todo de que esto sería positivo para ayudar a toda la humanidad. Lo que estaba convenido era, 10 días en la Clínica de Heidelberg, y que yo estuviera a su disposición y comprobarles para ello a todos los médicos de la mis-ma, de que a través de la persona de Bruno Groening existen las curaciones y sean comprobadas. Algunos días más tarde me enteré de que la revista "Revue", había que-rido financiar todo este escenario. Antes de ésto me había instalado en un lugar que habían puesto a mi disposición por algunos días, para así tener yo oportunidad de pre-pararme interiormente con paciencia para la misión que tenía por delante."

La revista "Revue" informaba en aquél entonces al mismo tiempo:

"Bruno Groening ante los Médicos de la Universidad Clínica de Heidelberg. Con el Dr. W., nos pusimos de acuerdo en comenzar los experimentos el 27 de Julio de 1949. Los pacientes serían elegidos dentro del grupo del círculo que le escribiera y rogara por ayuda a Bruno Groening. Existían más de 80000 cartas de enfermos que sólo tenían una esperanza, que Bruno Groening los curara, y cartas de agradecimiento de aquéllos a quién él curara, estas 80000 cartas las trajimos con un camión desde Herford. Otra cantidad de pacientes deberían ser traídos de la Clínica, Ludolf Krehl, para tratarlos. El 26/7, alquila la revista "Revue" en Heidelberg un hospedaje para Groening en las cer-canías de donde él practicaría. En la mañana del 27/7, se alejaba Groening de la casa solitaria del bosque en Taunus, y horas después llegaba en nuestro auto a Heidelberg en perfecto estado.

El grabador magnetofónico nos libraba de equivocaciones, la opinión pública estaba, desde los experimentos de Heidelberg, no más dependientes de las más o las menos réplicas en las discusiones de los testigos sobre los métodos de tratamiento de Bruno Groening. Las cintas del grabador certificaban con veracidad las actuaciones en los tra-tamientos, y traían en sus grabaciones un cuadro de convencimiento, la revista "Revue" informaba en las dos primeras páginas con recortes de lo que dramáticamente era uno de los más interesantes éxitos de Bruno Groening en la Medicina, todas las observa-

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ciones entre comillas, sobre el sentir de los pacientes fueron sacadas de los protocolos estenográficos al mismo tiempo.

Bruno Groening trata una enfermedad de artritis "Bechterewsche" (glútea), a Strobel. Recorte de la grabación en banda magnética:

Strobel: (de repente siente dolores en los huesos de la nalga en ambos lados.) Groening: ¿tiene todavía dolores? Strobel: Sí, pero no tan fuertes. Groening: despacio se alejan, cierre los ojos y cuidado ahora! Que sucedió ahora? Strobel: los dolores se alivian, pero la columna se endureció, pareciera que fuera a quebrarse. Groening: un leve hormigueo que ablanda la columna, levántese y muévase en cruz, de la cabeza hacia abajo, inclínese! Strobel (se inclina hacia el suelo) Groening: ahora inclínese hacia atrás! Strobel: me duele atrás. Groening: cabeza hacia abajo-así como si quisiera mirar hacia abajo, cabeza hacia la derecha, izquierda y siga! mirar para arriba y para abajo, a la derecha y a la izquierda! Strobel: (sigue constante estos movimientos). Groening: doble el pulgar derecho, que siente? Strobel: una sensación liviana. Groening: y que pasa ahora con la columna? Strobel: no siento nada, todo normal. Groening: siéntese otra vez, que sucede ahora en su cuerpo? Strobel: tengo un sentir tranquilo. Groening: pero que sucede ahora? Strobel: nada puedo decir momentáneamente. Groening: en las posaderas comienza una tensión liviana. Strobel: no siento nada. Groening: ¡cierre los ojos y observe su cuerpo! Strobel: los dolores en la espalda se fueron, estoy más fresco, (se levanta sin moles-tias). Groening: cómo se levantaba sino? Strobel: muy pesadamente, estaba duro. Groening: ¡camine unos pasos! Strobel: en los costados tenía dolores, principal mente al subir las escaleras, no podía levantarme derecho, me dolía todo, a la izquierda más que en la derecha. Groening: ¡pruebe subir las escaleras! Strobel: (vá hacia las escaleras y las sube y baja lleno de felicidad). Groening: mueva la cabeza hacia la derecha e izquierda! Strobel: hace ruido como si hubiera arena adentro. Groening: y ahora? Strobel: más liviano. Groening: no cruje más? Strobel: todavía un poco. Groening: ponga la mano allí - retírela ahora! Strobel: (mueve todavía la cabeza) Groening: es cada vez menos. Strobel: (sigue moviendo la cabeza)sí, ahora sí, (Groening se ocupa de otros pacien-tes). Strobel: me va mejor, todos los dolores se fueron, también en las posaderas.

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Groening: Strobel,por favor otra vez las escaleras, arriba y abajo. Strobel: sube y baja sin complicaciones.

El caso Strobel, el cual llamó poderosamente la atención en Heidelberg, fue el punto de partida para el primer dictamen. Paciente: Strobel de Mannheim - Neckarau. Esta es su Historia Clínica: Strobel es un trabajador de oficio en una fábrica de cables, nacido el 30/1/06, casado desde 1928, un hijo, fuera de una infección de los pulmones, nunca estuvo enfermo, en la guerra tuvo tres veces heridas por esquirlas de granadas, en las piernas y en las posaderas, en 1944 tuvo un accidente grave, a él le pareció como si se hubiera quebrado la nuca, pero esto no había sucedido. En 1945 fue prisionero de gue-rra, pero ya en abril del mismo año fue liberado. En agosto de 1945 comienzan las mo-lestias al mover el cuello, luego dolores en la parte inguinal, y por último, problemas en el caminar, endurecimiento de la columna vertebral, impedimentos al mover la cabeza, dolores grandes al caminar y para subir escaleras o desniveles, un caso típico de la en-fermedad de Bechterewsch. El sufría desde el principio del tratamiento y venía con gran esfuerzo al mismo. El cuadro uno, lo muestra junto a otros pacientes, en el cuadro dos, Bruno Groening lo hace levantar y subir las piernas, Strobel hace movimientos sin dolores, que hasta allí le eran imposibles, cuadro tres, Strobel hace inclinaciones hacia adelante y hacia atrás sin esforzarse mucho, cuadro cuatro, ahora sube y baja las es-caleras del establecimiento llamado"Rutenberg" sin problemas y liberado luego de tan-tos años de sus pesares.

Investigaciones posteriores:

"Luego de los primeros tratamientos, a través de Bruno Groening, fueron disipados los problemas en el andar, el paciente se siente bien".

Esto era un pequeño recorte en la revista "Revue". Hay que agregar de que los térmi-nos técnicos de los médicos hacia Bruno Groening, eran concientemente o inconcien-temente, esto lo dejamos a criterio de ustedes, usados por ellos, y así dió a conocer públicamente la revista "Revue", estos títulos: Bruno Groening trata, los primeros tra-tamientos de Bruno Groening, Experimento Bruno Groening, los éxitos de Bruno Groe-ning, interesantes éxitos Medicinales..., Paciente Groening. Estos términos fueron los que más tarde fueran un inconveniente para Bruno Groening, y por lo que luego sería castigado por ellos. Y Bruno Groening muchos años se defendió en contra ellos, y con razón, pues nada tenía que ver con, "tratamiento de una enfermedad", él no trataba ni experimentaba, y además, el éxito que se obtuviera a través de él, era de Dios. Todo ésto fué en contra de él en el juicio, y no creían de que él nada tenía que ver con todo ésto.

Este pequeño libro, también quiere indicarnos los conceptos claramente, y de cómo fueron verdaderamente, y separar la verdad de la mentira. Por eso esta mirada retros-pectiva sobre los comienzos.

Y ahora escuchemos a Bruno Groening personalmente sobre los resultados en Heidelberg:

"Los exámenes médicos trajeron buenos resultados, esto me lo hizo llegar el señor Profesor F. y también el señor Doctor W., y quién él (recomendado por el Profesor W.) para éste examen, se había puesto a disposición, y lo comunicó. Por motivo de estos resultados en los exámenes, se me aseguró, ahora más que nunca, de que el camino para mi obrar libre se haría sin trabas o recaudos. Se dispondrían de salas curativas,

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en las cuales actuarían también médicos, esto, para que también ellos mismos contro-laran minuciosamente los casos, para que no solamente la opinión pública lo supiera, sino también para que la Medicina lo tuviera en sus archivos.

Las propuestas financieras del señor Profesor F. con estos hechos eran para mí, con-trarios a mi manera de ser, por supuesto fueron muchas las proposiciones con señores que querían financiar esta obra, pero yo no estuve de acuerdo con las propuestas del Profesor F., y las deseché, porque yo:

1. No poseo ningún dinero, de esta manera no puedo ni podía hacer algún trato fi-nanciero con él, pues yo no me haría cargo de ninguna obligación financiera la cual no podría cumplir.

2. Jamás pensé hacer de todo esto un negocio.

Por ello, era para mí una propuesta imposible, y por otro lado, yo deseaba hacer lo que a mí me dieron como oficio, ayudar a los necesitados y colocarme a disposición de los médicos y psicoterapeutas con mis conocimientos, pero nunca para hacer un negocio de todo esto!

El Profesor F., me aseguró, después de todas las clausuras, de que yo obtendría con seguridad un informe positivo de todos los trabajos, de él y del Profesor W. Estos in-formes positivos no los recibí nunca, por el contrario, todos se pusieron en contra mia.

Aquí pude comprobar de que la parte comerciante era la más importante. ¿Adónde quedaron las promesas para dejarme el camino libre, para curar y para ayudar libre-mente?

En el primer proceso del año 1951, fue pedido por el Ministerio Público un informe posi-tivo de mis trabajos en la Clínica de Heidelberg, con estos informes no podía tomar el juzgado ninguna resolución, pues las preguntas en el mismo no tenían ninguna res-puesta satisfactoria. Estos dictámenes, me daban una vez más la razón, de que la par-te negativa era para mí positiva, en el sentido de que la parte comercial de estos, "se-ñores", no se logró! Las opiniones e informes fueron "preparados" de antemano sin fundamentos, en lo que todo, también lo negativo que se juntó contra mí en el juicio y no fuera comprobado, se volviera en contra mío. Con estas dictámenes no se llevaron los laureles los llamados "especialistas", sino que dieron una vez más la prueba de có-mo puede ser, y hasta dónde puede llegar un ser humano. Además aquí no se ayudó con el honor ni a la Medicina ni a la Psicoterapia. Por supuesto, de que no soy de aqué-llos de los que peinan a todos con el mismo peine, sino que reconozco todo esto como deficiencias y sé muy bien de cómo diferenciarlas.

Por la manera de actuar, aquí se aprovechó la prensa para irradiar toda la parte negati-va y subrayarla a través de los arriba nombrados "señores" de la Medicina y de la Psi-coterapia."

La presentación de Bruno Groening en el cuadro de la época

En el año 1949 se publicó un libro sobre nuestro querido y bondadoso amigo y sus pro-yecciones, que tampoco, luego de un cuarto de siglo, nada perdió de su vivacidad ex-presiva y esencialidad desde los grandes sucesos. El reportero, Dr. Kurt Trampler, es-cribió la Obra "La Gran Conversión", algunas de sus reflexiones son las siguientes:

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En el año 1949 no hubo un suceso en Alemania, que con gran suspenso despertara a las personas y con gran profundidad el sentir de cada uno interiormente como lo ocurri-do con Bruno Groening. La presentación de esta persona en un cuadro materialista mundial no tenía parangón en el mismo. Esto es también el motivo hondo de las luchas amargas en las opiniones que resultó alrededor de su persona y sus curaciones: Quién está tan corrupto y decadente mentalmente en el materialismo de que sólo cree lo que toca con las manos, o lo que indican los aparatos, son estas personas, las que menos entienden el obrar de un Bruno Groening que. logra lo que no se puede comprender y estarán intolerantes y sin. comprensión frente a ello.

Pero el que tiene el respeto hacia lo desconocido e inexperimentado, hacia lo divino, y que lo mantenga en su interior y, consciente de la intensa seriedad de sus últimas deci-siones en la vida, éste por lo menos, con una seriedad llena de responsabilidad, buscar el motivo de si la Fuerza que fluye de un Bruno Groening para curar, surge de ésa fuente eterna que está más allá de las fronteras de nuestra mente. Este estará prepa-rado para creer en apariciones que él haya observado, y creer aunque le falten aclara-ciones por parte de conocidos o de exploraciones propias.

Así nos obliga la aparición de Bruno Groening (igual el resultado en las opiniones sobre sus actuaciones y de su obrar) hacia una decisión en los espíritus: Entre aquéllos que están dispuestos interiormente a reconocer vivas verdades aún sin explorar, o, de aquéllos que niegan estas creencias.

El sentir de que esta Época del Materialismo nos está llevando a la autodestrucción, es en el mundo de hoy sabido por todos. Pero aquí también se separan las opiniones de los espíritus, entre aquéllos que con insensible tranquilidad siguen trayendo la catástro-fe, o, los que pertenecen a los poderosos, que con una moral salvaje esperan el de alargar el momento de la misma, y aquéllos que en medio de éste caos están con sus creencias inamovibles, de que una nueva época renacerá, la cual llevará nuevamente a todo ser viviente a la armonía y la convivencia que fuera previsto desde un principio. Y porque innumerable cantidad de seres en todo el mundo se hacen la misma pregunta, y porque para ellos el sentido de la vida esta unido a ésa pregunta - por eso no solamen-te los ojos de los necesitados se dirigen hacia Bruno Groening. También los que están sanos preguntan, si las curaciones inexplicables en su obrar no serían una señal que indicaría un cambio en el Tiempo. ¡Sí, para muchos enfermos es esta pregunta, más importante que la propia curación!

Traberhof Happing, cerca de Rosenheim El lugar donde obraba Bruno Groening Bruno Groening llama a los seres a la Gran Conversion

El TE DEUM de Rosenheim

El encuentro de Bruno Groening con los incontables seres que buscaban ayuda ante Traberhof, cerca de Rosenheim, fue una odisea de dramática fuerza, el cambio de épo-ca que ahora se señalaba estaba en toda su presencia y claridad.

Los sufridos necesitados, desamparados y castigados por el destino por el cual vinieron aquí con la última esperanza para recibir la curación, todos ellos eran acusadores co-ntra la época del materialismo, la cual con su derrota mortífera llevaban un testimonio con sus amargas necesidades. Castigados a través de la guerra con miles de heridas y sufrimientos, echados de su patria, dejados solos en la desesperanza y la miseria, ve-

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nían hacia Bruno Groening. A lo mejor, había muchos de ellos que no eran conscientes de que con ello salían, con verdadera noción de la palabra, de un tiempo sin curacio-nes, y que pasaron sobre un nuevo muro que es el de la fuerte creencia, en la cual se está unido fuertemente con Dios y toda armonía orgánica viviente en una unidad pero en todos estos Seres vivía sin preguntar el conocimiento de que huían del corazón frío y alejado de Dios del materialismo y con el llamado del "Salvador" su destino al mismo tiempo dejaban al buen la criterio bondad compasiva de Dios Nuestro Señor!

Los cuadros Apocalípticos de los grandes Maestros de la Edad Media parecían reales, si tomamos en nosotros todo el horror que guió a estos Seres hacia aquí Todo lo que era enfermedad incurable y heridas, destrucción espiritual y sordo miedo a la vida que estaba escondido en las viviendas de los curiosos, estaba aquí amargamente e inevita-blemente visible. Mujeres y niños con rostros pálidos y deformados con los ojos que-mados por el tormento, los cuales se habían olvidado lo que era llorar; amputados y pa-ralíticos sin poder moverse por sí mismos; Seres que eran sacudidos por espantosos calambres nerviosos, a quiénes se le veía espuma en sus rostros desfigurados, otros convulsionados por llantos sin fin-así venían todos juntos, así fueron traídos: miles y mi-les sin fin.

Todo lo que fue vida y fuerza de existencia, lo que fue suerte y esperanza, todo quedó pisoteado detrás del alambre de púas del campo de concentración, todo esto quedó en-terrado en las ruinas de casas destruidas, todo quedó atrás en la Patria perdida.

Yo no encontré en estos días y semanas a nadie que no estuviera conmocionado frente a todas estas angustias y miserias en demasía. Y el que pudiera echar una mirada a las cantidades innumerables de cartas rogando por ayuda en las que cada uno hablaba de sus penas, y que por problemas de salud o financieros no podían hacer el viaje hacia Bruno Groening, a esta persona se le iluminó claramente de que la gente que ca-beza con cabeza aguardaban a su última esperanza, eran los representantes de una masa sin fin de enfermos desesperados y desesperanzados que en todos lados están donde haya guerra, odios y desconfianzas, que es lo que mueve los destinos de los pueblos.

Por supuesto, de que había muchos de ellos que con profunda paz interior igual hubie-ran obtenido estas enfermedades, pero la mayoría eran víctimas del alto desarrollo de una ciencia para exterminar al ser humano y de una carga espiritual que ya no se podía ni puede aguantarse! La mayoría de ellos eran de los últimos que regresaron a su pa-tria, bombardeados y refugiados, que cansados iban de oficina a oficina hasta que reci-bían una pequeña ayuda, hasta que recibían un techo en alguna barraca o vivienda so-bre sus cabezas, ellos eran sólo números en incontables oficinas, y muy seguidos en-contraron rostros quejosos y vacíos detrás de esos escritorios y no el calor de humana ayuda. Y cuántas veces presenciaron de cómo los adinerados, que estaban en condi-ciones de dar, recibían más de lo que a ellos les correspondía, que nada más puesto tenían que sus propias penas.

Estos seres que esperaban a Bruno Groening no correspondían más a los seres de creencias fáciles, llenos de júbilos y esperanzas, ellos eran en su gran mayoría apáti-cos e incrédulos petrificados y truncados, pero a su vez despiertos ante las injusticias y hacia cada frase o sólo aún para ser convencido por el hecho de ayuda.

Eran los días y las noches anteriores a las grandes curaciones, el 9 de septiembre, (Bruno Groening mismo estaba de recorrido en Alemania del Norte), cuando entre los

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que lo esperaban ocurrieron las primeras curaciones a distancia. Ante la vista de éste asombroso acontecimiento ocurrió un cambio en el círculo de enfermos: ante sus ojos obró una Fuerza que no se aclaraba humanamente y esta Fuerza trajo ayuda donde ningún ser humano podía ayudar. Los que presenciaron esto no eran estudiosos que supieran esclarecer un "milagro" con sus libros, eran solamente seres desamparados que en ningún otro lugar encontraron ayuda. Seres que habían recorrido todas las face-tas de pruebas y sufrimientos. Y por eso estaban ahora maduros en éste instante para recibir la curación, al reconocer la Mano de Dios, de vivir la Fuerza divina, quién les dio una señal para salir del mundo sin vida del materialismo actual. Ellos, los más pobres de los pobres, eran en estos momentos ricos, pues reconocieron un cambio en sus co-razones, el cual muchos ricos sanos no llegan a obtener en toda su vida.

Otra vez estaba la noche obscura sobre los miles de personas esperando, y allí ocurrió, cuando de a uno comenzaron a formar las palabras que a lo mejor hacia tiempo habían olvidado y que más y más se formara un coro en todos los presentes al unísono:

Padre nuestro que estás en los cielos...

Y allí se festejó seriamente el TE DEUM.

Y en esos momentos ocurrió un milagro más grande que curar a paralizados, atrofiados de miembros y nervios conmocionados:

"Los seres habían encontrado nuevamente el camino hacia Dios!"

Cuando a la tarde siguiente se presentó Bruno Groening a la muchedumbre, los encon-tró iluminados interiormente como pocas veces, para recibir la curación. Casi una hora estuvo allí en silencio, tomando para sí todos sus dolores y sufrimientos, ante la multi-tud que rezaba. Y cuando habló de las palabras redentoras de Dios, del Padre y del médico de todos los seres, ocurrieron escenas verdaderamente Bíblicas.

Enfermos se levantaban de las camillas, paralíticos tiraban sus muletas y podían cami-nar, un niño ciego volvía a ver, gritos de gracias anunciaban nuevas curaciones, de las cuales sólo en parte eran visibles, cerca de dos meses más tarde y largo tiempo des-pués fueron dadas a conocer más curaciones que ocurrieran en estos días o que co-menzaran en los mismos.

Desde la terraza de Traberhof, fue testigo principal uno de los mejores médicos nues-tros. El dió a conocer en un profundo y dramático llamado, de que él tomaba este mo-mento como un fruto de creencia en su vida, que el ser humano nada es sin la miseri-cordia de Dios y que ninguna ciencia o poder humano puede traer la curación si antes no se humilla ante el valor del perdón.

Otra vez llegó la oscuridad. Bruno Groening, quién hacia días que recorría caminos sin dormir, se retiró a descansar, no sin antes dirigirse nuevamente hacia casos graves unitariamente. Con gestos de bondad y misericordia escuchaba las palabras de aqué-llos que buscaban su ayuda.

En toda la habitación reinaba el silencio. Nadie se animaba a expresar lo que todos te-níamos en mente. Pero desde el exterior escuchamos, cómo una respuesta a las espe-radas preguntas mentales:

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"Venga a nosotros tu reino"

El que no desea escuchar la palabra, no necesita buscar la ayuda ni la curación

El Dr. Trampler reconoció muy bien ya en el año 1949, lo que para nosotros, amigos de Bruno Groening y luego de 25 años, y para los amigos en el futuro, es y será la llave para poder revivir el obrar de la Fuerza divina. Nosotros leemos en su, "La Gran Con-versión":

"En todas las contradicciones de las opiniones sobre Bruno Groening, como nosotros anteriormente constatamos, reporteros, médicos y científicos naturalistas buscan una y otra vez desde sus acostumbradas esferas de pensamientos, el buscar el secreto en las investigaciones de los éxitos curativos comprobados en la fuerza de Bruno Groe-ning. Y de manera inexplicable, muy rara vez se usó la fuente más próxima para este examen:

Palabras propias de Groening

Uno se hizo de manera superficial una costumbre el que sus palabras y conversaciones sean de alguna manera, un fenómeno acompañante para tratar en sus curaciones,que de alguna manera no fuera necesario, y no se dieron cuenta de que en ellas estaba la única llave que él les daba para abrirles el camino del entendimiento de lo que para no-sotros, asombrados espectadores, vivíamos los inexplicables hechos alrededor de su persona. Algunos de los enfermos, que recibían claramente la Fuerza Curativa, no lo-graban recibir tampoco la curación, (en mi fuerte concepto, solamente porque no llevó hacia su corazón concientemente las palabras del curador).

Para todo el obrar en las curaciones de Bruno Groening, es la palabra, cada una de ellas, de una importancia tan grande, que casi podríamos decir: Quién no desea escu-char la palabra, no necesita buscar la curación, la palabra es la que guía, la Fuerza di-rigente, para recibir la curación - "Yo les doy a saber" - Cuando Groening comenzaba sus frases aclaratorias con estas palabras, no era una forma particular de una costum-bre propia de ninguna de que esta frase decía: El daba como regalo a su audiencia, el saber desde ahora, algo de quién le transmitía esa Fuerza y de ese algo que sólo po-díamos imaginar o pensar.

Escuchemos algo de sus misivas (en Traberhof, anochecer del 27/8/49), sobre lo que él mismo dice sobre sus curaciones:

¿"-Quién recibe y quién tiene un derecho a una curación? Un derecho tiene solamente aquél que lleva en sí mismo la creencia en Dios y piensa en seguirla en su propia vida. Seguidamente existen seres quiénes, hace años perdieron la creencia, hace años deja-ron la creencia de lado y por el contrario, ésa misma creencia la ensuciaron y la tiraron a la basura. Yo les doy a saber, de que todos ustedes, quiénes viven en este gran mundo divino, son sólo Hijos de Dios. El único médico, el Médico de todos los Seres, es y queda, Nuestro Señor Dios. Sólo él puede ayudar, pero ayuda solamente a aqué-llos Seres que encontraron el camino hacia él, o, como digo yo, está dispuesto a reto-mar ése camino, retomar ésa creencia para sí y vivir con ella. Ustedes no precisan creer en el pequeño Groening, pero confianza me deben traer, y agradecer al Señor Dios por su gran Poder, por sus grandes hechos y por su gran magnificencia. No que yo desee las gracias, no. Esto no me lo merezco, yo cumplo solamente mi deber, así como ustedes lo hacen en sus trabajos... Está en manos de los mismos seres de cómo

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se puede liberar para lograr una curación. Esto quiere decir de que él debe estar limpio. El debe saber de que no es un irreverente a Dios. El debe saber de que se sienta unido y comprometido para vivir con un Señor Dios, entonces recién está limpio."

También en conversaciones privadas escuchaba yo a Bruno Groening muy y muchas veces la determinante afirmación, de que él llevaba la responsabilidad ante Dios, que la "curación, solamente a través de la pura Fuerza Divina", determinarla sólo para los ne-cesitados quiénes, por lo menos tengan el buen deseo de vivir bajo las Leyes Divinas en su medida y, dejar de lado a aquéllos que no sea su deseo el alejarse del Mal. "Yo podría", así decía él, "lograr una curación en masa, en cantidad, en cuánto yo diría: ¡to-dos los enfermos de una ciudad o de un país, que se curen! Pero, no perderíamos con ello más de lo que ganaríamos? ¿Estarían los malos entre los enfermos dispuestos a retroceder? No violarían otra vez la salud obtenida? NO! Primero debe el ser obrar en su interior la conversión, primero debe estar dispuesto a sacarse el mal de encima y encontrar el camino hacia Dios. Recién entonces es él es digno de recibir la curación."

Los enemigos de Bruno Groening criticaron severamente estas determinaciones, y afirmaron de que existía el peligro de que los enfermos que no fueran curados por Bru-no Groening eran dejados de lado por Dios, y con esta carga espiritual sufrirían más que antes. Bruno Groening mismo, rechazó estas preocupaciones por medio de sus mismas palabras al documentar de que en ellas mismas hay un contenido de maldad. Aquél que se acostumbra a analizar las palabras y frases de Bruno Groening, puede di-ferenciar y leer sólo esto: De que lo Malo, el difamador de Dios, se aleja de la curación, pero esto no quiere decir solamente de que los demás en realidad serían curados, esto quiere decir de que las curaciones son recibidas con los ruegos, pero si realmente lo logran en cada caso en particular, hay para ello una cantidad de reglas y criterios, los cuales están fuera de todo juicio sobre los pacientes, -preguntas, las cuales, Bruno Groening, aún en círculos de confianza, habla sin demasiada motivación.

Sobre el motivo de la crisis de la humanidad, que en estos tiempos está relucien-te y presente, dijo Groening, (Traberhof, 31/8/49, al anochecer):

"El Ser se alejó del camino de la naturaleza hace cientos de años, de la creencia hacia Nuestro Señor Dios. Cada uno pensaba en que podía gobernarse por sí mismo. Ahora estamos sobre esta Tierra, aquí nos acomodamos como nosotros lo deseamos y ya sabremos el cómo arreglarnos’, cada uno creía esto. Pero yo les doy a saber, de que nadie puede ser ayudado sin Nuestro Señor Dios. Y quién crea, que pueda alejarse de la naturaleza, la cual Nuestro Señor Dios dispuso y tan hermosa y creó para nosotros seres humanos, este Ser, que se vaya hacia donde él quiera. Uno se creyó, de que uno se puede diferenciar del otro en cuánto le dé las espaldas a la naturaleza y suba las escaleras de la cultura, aquí está el error, aquí está todo, esto es lo que le falta al Ser; la naturaleza, volver a la naturaleza! ¡Volver hacia Nuestro Señor Dios, volver hacia la creencia, hacia lo bueno en los seres!

Hasta ahora no existía el odio y la envidia solamente entre los alemanes, sino que en todos los pueblos de la Tierra. También esto tiene que tener un fin. Pero un final llega primero cuando, cada uno encuentra el camino hacia la fe, hacia lo bueno. Entonces no existirán ninguna maldad entre vosotros, entre los pueblos de la Tierra. Y así estará asegurada la paz sobre la Tierra."

"La Gran conversión", está en buena posición para contestar a muchas preguntas de nuestros amigos para ayudar a las respuestas que nos dio encuadradas Bruno Groe-

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ning en sus comienzos, verdaderamente, verdades de sus enseñanzas. Aquí desea-mos y queremos dar las respuestas a estas preguntas, y presten mucha atención a ellas, las cuales dio Bruno Groening en 1949. Están conservadas en "La Gran conver-sión"

Lo que el gran Salvador de todos nosotros dijo en el atardecer del 27/8/49 en Tra-berhof, y esperaba de aquéllos que rogaban por recibir la curación, era lo si-guiente:

"Ustedes deben ser humanos con los humanos. Ama a tu prójimo como a ti mismo! No sean hostiles, no sean falsos, no hagan mal a nadie! ¡Todos deben de ser buenos, buenos entre sí. Ustedes deben saber de que corresponden ser unidos, o pobres o ri-cos, no sean envidiosos nunca! El uno tiene y el otro no. Lo más grande y lo especial no es el dinero como ustedes creían, riqueza es la salud. Salud es todo, más que el di-nero. Por ello no tienen ningún motivo para decir de que el que tiene más dinero es más rico."

Sobre Religión y Confesión, habló Bruno Groening en Rosenheim el 17/10/49:

"A mí solamente precisan el traerme la confianza, no solamente en los ojos, sino com-pletamente, igual adonde se encuentre el Ser, pero aquí lo más dificultoso es que la creencia en Dios, que el Ser en sí mismo introduce, la viva en su vida corriente y se adapte a la misma. No debe de ser solamente así como los seres hasta ahora lo practi-caban, que vayan una vez a la semana a la Santa Misa, y esto ocurriera sólo los do-mingos y recen, y con esto se concluya para toda la semana, y puedan seguir movién-dose a gusto con ganas y amor a lo que desean. Esto es falso. Si yo digo, yo creo en el Señor Dios, entonces debo de ser un ejemplo, debo de ser el Ser que enseñe que soy un buen Ser humano."

Entre tanto agradece un necesitado por la curación espontánea recibida en este momento. Groening sigue:

"Las gracias no me corresponden a mí, las gracias le corresponden al Señor Dios, agradezcan a El toda la vida! Demuestren ustedes de que son creyentes de Dios! Va-yan a la Casa de Dios y recen con profundidad! No como hasta ahora lo aislado, lo par-ticular, lo individual, y cuántos fueron a lo mejor sólo para ver que vestido o vestimenta tenía el uno o el otro, para hablar sobre él y otras cosas sucias, como yo lo he visto y oído personalmente con mis propios ojos. Esto no se debe de hacer. Si vamos a la Iglesia, deberíamos agradecer al Señor Dios por todo lo bueno que hizo para los se-res."

Aquí con estas palabras dá a conocer Bruno Groening, de que ninguna secta envuelve a su persona. El indica a los seres el camino de las Casas de Dios de su Religión indi-vidualmente. El fomenta en ellos la profundización de su Religión y espera de ellos de que practiquen con dignidad el Cristianismo, o como él mismo especificó: "Una vida cristiana con actividad propia, honrada e íntegra". Así podían comprobar los oyentes en sus exposiciones, que debían seguir en su propia Religión, y no cambiarla por alguna nueva, ya que encontraron en las curaciones una afirmación visible a sus creencias, que acompañen a las curaciones con rezos de gracias en sus Iglesias, sin que ninguno tome a esto como un arreglo de conformidad.

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Muy seguido decía a sus oyentes: "Yo quiero saberlos a todos buenos y creyentes". El nos dice de que pongan atención aquéllos que recibieron la curación sobre el poder del Mal, y subraya de que debemos reconocerlo a él, no solamente en lo repulsivo, sino también en lo seductivo, igual de qué manera se disfrace.

Una vez me comentó: "Hoy en día es así, de que nueve de cada diez están aprisiona-dos por Satán. Yo tengo que hacer convertir todo. Yo tengo que liberarlos del Mal, has-ta que nueve de cada diez estén con el Bien." El papel del Mal como opositor y como medida para el Bien, cree él de que es eterno, siempre habrá seres que obedecen al Mal tan conscientemente, que no podrán ser liberados. Por el contrario, Bruno Groe-ning, tiene y es de la opinión, de que la gran mayoría de los seres que hicieron y hacen actos de maldad, son en realidad víctimas de las influencias del medio ambiente y de debilidades propias, y de alguna manera tienen en su interior el deseo hacia el Bien, a ellos quiere principalmente ayudar.

En el transcurso de esta conversación sobre el Mal y el Bien, traje el tema a la luz so-bre el "deseo libre". Con una muy precisa seguridad, negó toda clase de influencias en el deseo libre de los seres. "Yo puedo ayudar a un Ser a encontrar el camino hacia el Bien, pero yo no puedo quitarle su propia voluntad y obligarlo hacia él, El es el que tie-ne que decidirse, cada cual debe encontrar ése camino". Y por ése mismo motivo de no tocar la voluntad propia, es por lo cual dice de la hipnosis y sugestiones de que son cosas diabólicas, pues con ellas el ser se deja dominar.

Lo que los pobres de los más pobres, que estaban atacados de enfermedades "incura-bles" frente a Traberhof, y esperaban a Bruno Groening, y hablaban, enseñaba sobre todo, con qué gran devoción y confianza estaban allí hacia él. A través de estas ayudas curativas se sentían felices y cómo nacidos de nuevo y, agradecidos de recibir una ayuda, sin necesidad de documentos, formularios con preguntas y formalidades comu-nes. Sobre todo, aquéllos pobres avergonzados que no poseían ningún dinero e inútiles de poder ayudarse a sí mismo y, que no habían aprendido a pedir ayuda ajena, estos, eran los que estaban inmensamente agradecidos por esta ayuda de un Ser que ni si-quiera les preguntaba el nombre y les ayudaba de una forma como si fuera natural en toda la gran inmensidad humana de su Ser. Quién no conocía a un Bruno Groening, le hacian siempre la misma pregunta: "qué enfermedades puede curar?".

Bruno Groening aclara: "A todas las enfermedades, pero no a todos los seres". Para algunas enfermedades graves, depende sobre todo del grado actual en que se encuen-tra el que busca ayuda, existen enfermedades, las cuales se curan espontáneamente por medio de él. Otros deben esperar algún tiempo más largo, cómo dice él: "Yo debo revivir lo que hace tiempo estaba muerto". No se siente siempre lo mismo de que la nueva vida se haya introducido. Muchas veces hay que esperar un largo tiempo, pero de pronto está allí, de repente. Si no se deja entremedio llevar por los espíritus del Mal en las dudas o pequeñas creencias. Para estas personas que buscan ayuda y que de-ben de esperar algún tiempo para ello, les indica él: "Retroceder es siempre bueno", y por ello aparece esta frase tan seguido, tiene que hacerse comprensivo a aquél, a quién está destinado esta frase, de que hubo una conversión, y hay una conversión, y solamente tiene esta persona en la mano, lo que se desarrolla en este proceso. Así acaba una de sus disertaciones: "Para lo que usted llegó, lo tiene recibido, ahora está sólo en usted, el mantenerlo".

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El poder retener la curación, exige a los curados, sin ninguna duda, una gran capacidad en creencia y disciplina. En este punto crítico se decide la retención de la salud obteni-da.

También los dolores en las regulaciones trae confusión en los necesitados muy segui-do. El dolor en las regulaciones debe de ser decía Bruno Groening. Muy seguido les trae temor a los Seres individualmente al sentir estos dolores, al decir, de que tienen una recaída. Les trae el temor nuevamente y dicen: "se empeoró todo, vayamos al Mé-dico", Groening dice: "Con esto les doy aviso, cuando llegan los dolores reguladores, aguántenlos, no pasa nada malo, sólo de que el Ser se está curando."

Para esta confianza necesaria corresponde también la aclaración, de que los necesita-dos tengan la creencia en un Bruno Groening, de que la Fuerza Curativa, cuando una vez la hayan recibido, por sí misma sigue manifestándose en los Seres sin interrupción, y de que Groening, cómo él dice, él está siempre obrando en los Seres, aún la distan-cia que los separe de él". Quién obtuvo la confianza, que regrese a su hogar, quién tenga dudas, que se quede". Esto tenía que repetirles a muchos de los necesitados, quiénes creían de que debían seguirlo hasta recibir la curación. Pero, en verdad con sus impetuosidades e intranquilidades estorbaban en sus propias curaciones y logra-ban, aunque vieran a Bruno Groening todos los días, mucho menos que cualquier otro, que sencillo y creedor, a lo mejor con la "bolita de estaño" en la mano y penetrándose en sí mismo. El camino interior es el que trae el éxito! A los abatidos, confiados y cre-yentes, Dios les da todo!

Esta advertencia les daba Bruno Groening a todos aquéllos que se encontraban en su camino, e iba en contra de aquéllos, los cuales pedían de su ayuda curativa y de su Fuerza como un tomador de seguros que pedían un rendimiento, por él cual habían pagado algo o, que le querían indicar o enseñar de como hacer su trabajo (naturalmen-te primero con ellos).

Muchas preguntas se movilizaban en torno a las bolitas y utensilios apalabrados.

Quién tiene la madurez y el poder de concentración hacia el camino interior, ése ser no estará controlado por las psíquicas, Fuerzas contrarias a Bruno Groening luego de su curación, pues él, a través de sus objetos apalabrados, (sea una foto u otra cosa), sí, más de una vez a través del puente de los pensamientos, siente al contrario metafísico. La bolita de estaño (u otro objeto apalabrado), nos trae realmente la comunicación hacia él por un lado, según Bruno Groening sus propias palabras, la comunicación hacia la curación, radiaciones celestiales por otro lado. Estas dos cosas son primordia-les para la curación.

Bruno Groening dijo: "Si yo toco una bolita - una pequeña comparación con vuestro mundo - vuelven hacia ella todas las radiaciones con que está rodeada la tierra o otra vez y trae a los seres con estas radiaciones celestiales, una comunicación en sí nunca creada". En el mismo momento en que el ser toma esta bolita en la mano, recibe él una completa y nueva regulación. Todos los centros emocionales en el sistema nervioso se sienten comunicados, tanto, de que la circulación sanguínea se revitaliza. Diferentes enfermedades de órganos y de miembros son así tan atacados, que son dominados por la Corriente Curativa, igual de qué enfermedad grave se trate, como tuberculosis, caries en los huesos, cambios en la columna y en los huesos y también cáncer prima-rio. No existe nada que esta bolita no pueda contrarrestar. "Por supuesto", ponía Bruno Groening cómo ejemplo, el cual yo le argumenté, existen seres que son buenos y cre-

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yentes, pero no saben qué hacer con esta bolita. El error de ellos es la impaciencia, en ciertos seres está el nervio emotivo de tal manera dormido o apagado, que deben de ser primero despertados otra vez a la vida. Puede tardar minutos, horas, días o sema-nas, hasta que comience la nueva vida en ellos, la Fuerza en esta bolita comienza en-seguida del estar en contacto con ella, solamente de que el enfermo todavía no lo comprueba en sí mismo."

Importante para el uso de todos los objetos apalabrados es además de la preparación interior, también al principio, aparentemente pequeña, pero de muy relevante y principal exteriorización.

Uno debe de sentarse con las espaldas libres, y no cruzar ni las piernas ni los brazos. El contacto de los brazos o manos, según Groening, obstruye en esta Fuerza el fluido hacia la parte corporal alta, y el contacto de las piernas, el fluido hacia la parte corporal baja de la Fuerza de la Vida; quién comete estos errores por costumbres, puede a largo plazo obtener enfermedades desagradables. Esto también le pregunté, de que si su Fuerza se la llevaba consigo luego de su fallecimiento, y dijo:"Cuando yo no esté más aquí, estarán los Seres tan adelantados que se podrán ayudar por sí mismos".

La Gran Conversión

La demanda judicial contra un, en el verdadero sentido de la palabra, tiempo sin cura-ciones, fue levantada con un ímpetu elemental sólo a través de la presencia de los ne-cesitados en Traberhof en Rosenheim. esto está confirmado en más de un cuarto de millón de cartas abiertas hacia Bruno Groening y muy seguido, estremecedoras entrelí-neas. El desarrollo del materialismo técnico dominó sobre la especialidad de la separa-ción de la unidad de toda vida, y los grandes inventos sirvieron primordialmente, a dar el deseo de destrucción a un amplio obrar, como nunca antes.

Nosotros debemos de sobrepasar la era mecánica hacia una era de los vivientes, en la cual las fuerzas de la técnica en todo el amplio sentido esté al servicio de los Seres y no al servicio de los demonios, y que la comunicación entre cada uno de ellos, como así mismo de los pueblos entre ellos y también de sus leyes sean válidos, como son dadas en las grandes culturas de la Religión.

Las profecías de Groening nos lleva hacia la realidad de que cada, ser debe de apren-der en vida, el curarse a sí mismo con la Fuerza que él transmite. Entre cada presente, pero también en cada futuro debe de estar de por medio en los seres: ¡La gran conver-sión!

En qué consiste esta conversión, hacia adonde nos guía, esto lo reconocemos más cla-ramente en cuánto investiguemos adónde, y hacia dónde nos guió verdaderamente el camino él cual seguimos hace tiempo.

Pero el que un hombre nos transmita desde un infinito desconocido una Fuerza Curati-va, que a través de su contacto siga transmitiéndola, esta Fuerza de la Vida, contra to-da oposición en el mundo, y el cual con este Poder, que está en sus manos no desee otra cosa de que los seres en su manía suicida con el materialismo se alejen de él, y reconozcan la verdad de una Fuerza que gobierna sobre ellos. ¡esto puede ser una se-ñal de que se anuncia un verdadero cambio en el tiempo! Pues todos los países que poseen él átomo y su ejército de trabajadores y sus instruidos para ello, no pueden

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crear u obtener esta fuerza para el bien, para curar, que fluye de una sola bolita que la mano de Groening solamente toca para los creyentes". Hasta aquí, el Dr. Trampler.

Bruno Groening - un film documental http://www.bruno-groening-film.org/video/dokfilm/20min/highspeed/es_highspeed.avi

En medio de este muy gran acontecimiento en Traber-hof, en Rosenheim, se rodó esta película entre el 15/8 y el 29/9/49.

En 1974 estaban resguardadas las enseñanzas de Bruno Groening por un todavía, pe-queño número de amigos y necesitados. Para el conocimiento público estaba este nombre como escondido. Pero de que Bruno Groening hacia todo para callar sus méri-tos y no llevarlos a la luz, venía de su posición positiva y aclarada en la película docu-mental del año 1949. A él no le importaba el hacer un artículo de venta fácil en una producción fílmica, sino solamente en la verdad. Una de las estaciones de nuestro que-rido amigo colaborador, que tenía mucho para la comprensión, del deseo y aplicación de Bruno Groening, lo transmitiremos hacia usted si lo observa con tranquilidad interior.

En el mensaje de la película:

El hombre con el panorama del tiempo! GROENING Una película que todos deben ver Película Documental, producción Rolf Engler-Film Distribuidor: Herzog-Film Soc. Ltda. Música: Georg Engler Cámara: Bert Höchst, Hans Lutz Director : Gerhard Schindler http://www.bruno-groening-film.org/video/dokfilm/20min/highspeed/es_highspeed.avi

Un recorte del mensaje:

"A Bruno Groening se le nombraba, "El Mesías de Herford", un ser de profunda religio-sidad, y esto lo demostró ampliamente.

En presencia de incontables, bajo ojos fijos, de Facultativos de Médicos de la Ciencia Científica, obtuvo curaciones que no tienen ningún parangón.

La creencia de los Seres hacia él se cuentan por millones, en millones se encuentran los necesitados, los cuales desean observar y sentir esta película documental, pues es-ta misma, muestra en obligatorias secuencias, en una lengua aclaratoria del mismo Bruno Groening, los milagrosos resultados en medio de una enferma y sufrida humani-dad.

Nosotros vemos en este rostro ascético y reconocemos la fuerza llena de tensión, la honda intensión en la misión de lograr un apaciguamiento en los sufrimientos, de ayu-dar, nosotros presenciamos las discusiones llenas de vida, las miradas hacia lo infinito y hacia lo lejano, quién es este hombre, el cual el mundo Medicinal comienza a nom-brar como un "ser sin precedente? "

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Los títulos: "Un hombre del pueblo" "La fuerza curadora de su voluntad" "Bruno Groening entre medio de dudosos y creyentes" "Bruno Groening médico de almas"

Y Bruno Groening escribe la introducción sobre todo esto:

"La película que describe sobre mis métodos auténticos de curar, lleva mi nombre.

Yo saludo personalmente de que a través de esta documentación característica, dé la posibilidad de que se diga todo sobre mí, mis obras, mis éxitos y se escriban sobre mis posibles límites y se hable sobre ello y se divulgue, sin pensar en el juicio de la opinión pública.

Deseo y deseamos, de que esta película en la práctica, represente una claridad sobre mí y, enseñe, el camino con el cual yo con el corazón ardiente y trabajo incansable, me esfuerzo:

Ayudar y curar a los seres!

Bruno Groening"

El camino de Bruno Groening

Llegado a la cumbre, - todo el mundo sabía de sus actos - tenía Bruno Groening dos caminos, el camino por el cual sería el hombre más rico del mundo, que le traería hono-res y sería famoso o, el camino de la humildad.

Desde el primer día, en que Bruno Groening fue presentado a la opinión pública, reco-nocieron los seres humanos de que tenían presente ante ellos a una persona diferente a todas las demás. Con ello podía ser famoso y ganar mucho dinero. Y por ello hubo tantas personas que lo siguieron y se sentían atraídos por él, para tratar de demostrar su ayuda hacia él, en doble sentido, y le prepararon una vida pesada, que él pesada-mente no podía con-sentirla, dinero y fama.

El representante de la revista, "La Conversión", de 1950 en el número 1, escribe entre otras cosas: "Para Groening hubiera sido muy fácil el ser el hombre más rico de la tie-rra si se hubiera comprado la salud en él, posiblemente no se lo hubiera tomado como algo enojoso, pues allí estaba su trato, "en el tiempo". De que él no deseaba ningún di-nero, pero para ello, un retroceso interior y un cambio verdadero de vida para aquéllos que venían hacia él, con esto colmaba todas las medidas de las cuales medían sus acompañantes de aquél entonces y lo hacían sospechosos a aquéllos que no estaban dispuestos a entender de que un ser en el siglo XX, le era el dinero una cosa sin inte-rés".

¿Qué deseaba un Bruno Groening? él deseaba ayudar y curar y traer a los seres otra vez hacia la orden de Dios, él mismo decía: "Yo los deseo a todos buenos y creyentes, yo deseo de que el verdadero instinto, el cual perdieron, lo obtengan nuevamente. El alcanzar esto es mi misión". El buscaba el camino de obrar libremente y sin complica-ciones, para ello busca ayudantes.

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¿Qué le ofrecieron sus "ayudantes"?

En Herford se ofreció la asociación de trabajadores, Pharmadyn, y también la oficina municipal de Bielefeld, bajo la dirección del Profesor Dr. B., para atraer a más asocia-dos los cuales eran a su vez, "asociados del círculo de Bruno Groening" sin ningún mo-tivo para adinerarse. Así se formó y se comprometió el 12 de julio de 1949 en Herford, Wilhelmplatz 7, lo siguiente:

1. "Bruno Groening obrará en presencia de empleados y médicos reconocidos científicamente sobre cientos de tratamientos, es decir, curaciones - todos los requisitos, para que todo sea y en base a formarse esmerados juicios, estará en manos de los nombrados médicos.

2. Cuando este material sea reconocido, comenzará oficialmente el Profesor Dr. B., conjuntamente con el representante de Bruno Groening y, el mismo círculo de amigos, a dar disertaciones sobre curaciones y enfermedades en todas las ciu-dades de las zonas triples y con ello mismo, llevar a publicidad.

3. Se deben abrir estaciones curativas para los pacientes necesitados de Bruno Groening, (hoy en día se calcula en unos cien mil), y si es necesario, más!

Así como nosotros fuimos comunicados, obtuvo Bruno Groening, luego de los exáme-nes médicos en la Clínica de Heidelberg en los cuales obtuvo óptimos resultados, ya mismo la seguridad de que su obrar no tendría más obstáculos, sin ninguna restricción. Se pondrían a su disposición estaciones curativas en las cuales estarían los médicos también activos, esto, para poder controlar todos los casos individuales, y no solamente para la opinión pública sino también para la confirmación de la Medicina.

De una propuesta muy diferente, la que le hizo la familia Harwart a Bruno Groening de llegarse hacia Traberhof,sin ninguna condición, la hizo para sí Bruno Groening y allí hizo uso de una estación para curar.

El llamado para crear más estaciones curativas era muy grande, y así le prometieron los trabajadores en conjunto de este tiempo a conseguir estaciones curativas, se reali-zaron más de una propuesta.

La sociedad de amigos de las producciones culturales en Zurich, se preocupaban de hacer popular a Bruno Groening, en cuanto pusieron un aviso con la foto de Bruno Groening en un periódico en Suiza:

Groening cura de nuevo!

Así el tenor de los titulares más recientes en los periódicos alemanes.

Vean ustedes también este altamente interesante y objetivo informe bajo controles es-trictos de médicos y autoridades, que fueron registrados de informes verdaderos sobre Bruno Groening, y fórmense ustedes mismos un cuadro de este hombre, el cual con sus métodos nuevos en curaciones, tenía a cientos de miles en suspenso:

El próximo domingo desde las 10, 30 horas, en matineé (la décima repetición)".

El 4/5/1950, salió una articulo en el "Correo de la Semana": Groening en una nueva luz! Los dólares llaman ... Groening no hace presencia! Aquí un pequeño recorte:

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"De repente se corta la tranquilidad con ruidos de motores, un auto se detiene delante de la entrada, voces aumentaban, llamados hacia Bruno Groening que lo pedían, una figura masculina aparece en el marco de la puerta e informa, recién llegó un "ami" y una persona de proyecciones fílmicas que deseaban hablar con él de cosas importan-tes. Se trataba de un reportero americano encomendado por una Agencia de informa-ciones mundiales y un señor de producciones fílmicas alemanas, los cuales deseaban invitar a un Bruno Groening a unas presentaciones en América, con atención escuchó Groening a estas personas y se mostró inmediatamente dispuesto a tratar con los visi-tantes más minuciosamente. "Se trata de una visita de cortesía y presentación, señor Groening"!, dijo el representante americano y trató de aclararle al médico milagroso de Herford todos los detalles de la misma y del consiguiente plan. Según el mismo, debe-ría Groening viajar por algunas semanas a América y allí curar a pacientes. Las ganan-cias obtenidas le servirían para construir las estaciones curativas en Alemania.

Ya que el "suelo" para ello debería ser preparado por medio de propaganda, no debería Bruno Groening para este viaje hacer uso de ningún avión, sino, del barco. El america-no pensó un momento y agregó, de que él ya había organizado que Groening una vez en el barco encontraría como de casualidad, a pasajeros enfermos, los cuales él podría tomarlos como ensayos curativos.

"Será un éxito extraordinario", le decía el productor a Groening. "Usted no tiene ni idea del recibimiento que se le prepara a su arribo en Nueva York: pero por supuesto debe comprometerse a cumplir con las fechas ya prefijadas para garantizar el recorrido sin problemas de esta gira!

"Para las curaciones en masa están ya preparadas las salas correspondientes", le ase-guró el americano, "por ejemplo el Madison Square Garden en Nueva York, en el cual la capacidad es de más de 20000 personas, una sala completa la podemos hoy, y ya, garantizar" y por supuesto de que los espectadores deberán pagar algo."

"Yo pienso de que entre 5 a 30 dólares se puede pedir por un asiento", aclaró el pro-ductor de películas y prosiguió diciendo: "También se puede organizar una visita a la comunidad de los cuáqueros u otras organizaciones de ayuda americanas. De que las curaciones en estas organizaciones debe ser gratis, es comprensible señor Groening. Al mismo tiempo podemos crear una comunidad de interesados en los estados, noso-tros mismos nos ocuparemos de que su estadía en los Estados permanezca aislado para impedir el contacto con negociantes con doble sentido." Estas y parecidas ofertas recibió Bruno Groening hasta su fallecimiento.

En los últimos años llegó hacia Bruno Groening desde Francia otra de estas ofertas pa-recida. Si hubiera aceptado estas propuestas no hubiera tenido en el Gran Proceso las dificultades financieras que tuvo. El se negó a todas ellas pues sino hubiera estado atado, y encontró todavía el humor al decir a los amigos en Rosenheim en forma de broma: ¡"Ustedes son malos!", al afirmar ellos de forma positiva de que había hecho bien en negarse a las ofertas hechas!"

¿"Por qué no aceptó Bruno Groening estas ofertas nada despreciables? Esto no podía entenderlo ni amigo ni enemigo. El comenzó por sí sólo un camino que era más que espinoso y empinado, él tomó el camino de la humildad. El mismo dice sobre esto:

"Porqué hago todo esto, así que yo doy mi todo para los seres? Qué deseo yo de los enfermos, qué deseo yo sobre todo? ¿Quiero ganar dinero, quiero ser un hombre rico o

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es mi deseo el ayudar a los seres? Y, ser rico, sí, si se afirma o las personas creen que yo hago todo esto para ser rico, rico en propiedades y dinero, pero aquí les puedo comprobar a ustedes otra cosa, esto quiere decir, lo contrario de todo esto. Pero que yo soy afortunado no lo discuto. Esto les doy a ustedes a saber, de que yo verdaderamen-te en este corto tiempo en el cual fuí llevado hacia la opinión pública, me volví un hom-bre rico. No uno grande e imponente, ni siquiera sobresaliente, pero rico - rico en fuer-zas, para ayudar a los seres y poder curarlos.

Y exactamente así es mi camino, el camino del sufrimiento. Yo no sufro por mí, no ten-go necesidad de ello. Si yo lo hubiera deseado el ser rico en propiedades y dinero, me hubiera sido fácil, y podría ser el hombre más rico de esta pequeña tierra, pero rico sólo en propiedades o dinero. Pero como yo lo desecho, no deben permitirse el ofrecérmelo, yo me niego. Y si yo les digo a ustedes de que aquí no recibo ningún centavo, es tam-bién la verdad. Yo no tengo necesidad, pero así mismo debo sufrir, aún de mi bondad y deseo de ayudar. No de que yo me quiera enaltecer. Sino porque hay muchos seres obrando que no comprenden todo esto."

Y ahora deseamos traer al recuerdo otra vez cada una de las estaciones de este cami-no de espinas.

A través de la prohibición de curar en Herford comenzó la aplicación de Bruno Groe-ning en buscar un camino por medio del cual pudiera obrar libremente. Así le enco-mendó la misión de crear a Egon Arthur Schmidt la organización " Círculo de amigos de Bruno Groening".

Así dirigió su camino hacia Heidelberg para demostrar su obrar ante los médicos.

Así resolvió, luego del tiempo de Traberhof, de que se creara la "organización experi-mental de los métodos curativos de Groening".

Así saludaba él de que las personas deseaban poner a su disposición las estaciones curativas.

Así debió so someterse al proceso de los años 1952 y 1953 y a pesar del veredicto a favor de él, el de obtener una certificación para que el Estado permita su obrar como "Naturista".

Así tomó esta resignación humillante hacia sí y se preocupó para que pueda obtener la certificación como "Naturista".

Así le dió el permiso a Bachmann para construir un "Laboratorio dinámico-Biológico" en su nombre, y producir dos productos biológicos, "G 52" y "L 52".

Así logró por último, los requisitos para la fundación Alianza Groening.

Así mismo, luego de su segundo matrimonio, no le restaba a Bruno Groening tiempo para su vida privada. Por los compromisos a los que estaba ligado, y poder ser sobre-llevados, le ocupaban todo el tiempo disponible. Su camino espinoso estaba sembrado por muchos procesos, y por último, por el Gran Proceso.

El crea nuevamente los requisitos para fundar la "Agrupación para fomento de espiri-tualidad y alma y formas naturales de vida", en Alemania y en Austria.

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Y con toda la mayor humildad y devoción, se dirige Bruno Groening hacia París para ofrendar su vida.

Con el tratamiento de la palabra "Víctima", debemos nosotros seres humanos tener mucho cuidado. Pero aquí, cuando Bruno Groening falleció en París, estuvo esta pala-bra con todo su significado y verdad.

Bruno Groening "su estar aquí"

"Yo les doy a saber", decía Bruno Groening frecuentemente. ¿Si de dónde tomaba Bruno Groening este saber? ¿De dónde obtenía este sencillo hombre y consciente de sí mismo la fuerza para su obrar? "Estaba todo en mí..." decía él. "No es una fuerza humana sino divina" ... "Yo me siento en la responsabilidad de traerle nuevamente al humano el equilibrio, de enderezarlo de tal manera de que influya en la materia."

"Al ser se le debe dar nuevamente la conciencia, pues su cuerpo es solamente valora-ble si está bajo el orden de Dios."

"Nunca debe de suceder de que el cuerpo influya en el espíritu sino de que el espíritu debe influir en el cuerpo."

El ser actúa según su deseo. Así el deseo, así los pensamientos. Los pensamientos mueven al ser al hecho."

¿Cual era el deseo de Bruno Groening? "Ustedes deben de saber de que correspon-den a una unidad. Ustedes deben de amar al prójimo como a ustedes mismos. Este es mi deseo y mi voluntad de que esto suceda. Así como esto suceda, de que los Seres se unan, así se les dará la posibilidad de ayuda que necesitan."

Bruno Groening transformó al hecho este su deseo. El dirigió a los seres hacia una uni-dad, en todos los lados en que podía.

El trabajó luego del tiempo de Traberhof sin descanso. Igual en que lugar se presenta-ba estaba rodeado de Seres que buscaban su ayuda y la curación, y en todos lados ocurría lo incomprensible, lo grandioso. El daba a los seres lo más importante de la vi-da a saber, el ayudaba y dirigía a las personas hacia la curación. Así ocurrió en visitas incontables personales en restaurantes, hoteles, en viviendas privadas, y también en la calle o estaciones de servicio. Y a Groening se lo podía encontrar en toda Alemania, y cuando los reporteros lo buscaban, allí estaba él dónde estaba él ahora? ninguno sa-bía. El iba siempre allí hacia donde fuera necesitado, donde personas que necesitaban su ayuda lo esperaban y lo recibían con los corazones abiertos.

Las tan deseadas estaciones curativas no se lograron. A Bruno Groening le decepcio-naron totalmente sus amigos y las Autoridades.

Cuando el Naturista Enderlin en Múnich, le dispuso su vivienda privada para sus diser-taciones, se hacia llegar Bruno Groening en lapsos hacia Schwabing, Plaza de Nicolás. Cartas de agradecimiento e informes de éxitos están amontonados en gran cantidad de aquél tiempo en los archivos. Por último, realizó Bruno Groening disertaciones en la casa de la Condesa Weikersheim, de Gräfelfing. Aquí también hay informaciones al respecto de su obrar.

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Cuando lo llevaron a Bruno Groening a juicio por contradecir la Ley de los Naturalistas, pero que fuera liberado de culpa, escribió su abogado defensor, Dr. A. Roedel abierta-mente en los periódicos entre otras cosas: "Las Leyes del Naturalismo no correspon-den a un Bruno Groening. Toda convivencia entre seres se ejecuta bajo ciertas normas, que necesariamente fueron dadas en los comienzos prehistóricos de la historia de la Humanidad y que apuntalan el derecho individual y el de la completa sociedad humana. Ya que cada convivencia con seres necesita de un reconocimiento de ciertas exigen-cias básicas, que por otro lado, estas exigencias se dan desde la estructura de la natu-raleza humana, nombramos por lo tanto, estas normas como derecho natural. Estos derechos naturales encontraron en primera línea en los mandamientos de las grandes Iglesias sus primeros frutos escritos. Más tarde fueron tomadas por todos los pueblos en parte como derechos por costumbre y parte como derechos escritos, así fueron ci-mentados en las grandes obras de Leyes.

Así como el motivo de la permanencia de la existencia humana se nutre suficientemen-te en una reclamación por los derechos naturales, así es la salud de los seres una va-liosa propiedad, el cual su mantenimiento o el recuperarla, corresponde a cada ser co-mo derecho natural. Este derecho intransferible corresponde a un muy hondo anhelo humano, el cual, se comprendería como una fuerte usurpación su cercenamiento o res-tringimiento y que jamás encontraría reconocimiento o atención alguna. Así como el anhelo hacia la salud y la curación no se puede restringir a través de medidas con Le-yes, así tampoco la Fuerza para curar que un ser pueda tener para curar. Todo dere-cho escrito que no esté de acuerdo con esta exigencia, está en contra del derecho na-tural y caería en el no reconocimiento, y por último en la desestimación del mismo, has-ta que un sensato dictador de Leyes las coloque otra vez en orden.

Y una de estas Leyes que caen en este abuso es la Ley de los Naturistas, del 17/2/1939, creada por un espíritu para denigrar al individuo a través del todo poder del Estado, es una Ley típica de una época pasada, en la cual cada paso era vigilado y es-tablecido y cada libre desarrollo individual era comprendido como una alta traición.

Existen seres que poseen fuerzas inexplorables, y que están dispuestos a brindar estas fuerzas al servicio de la humanidad y así ayudar en casos en que la ciencia con sus adelantos actuales no le sea posible traer ni mejoramiento ni curación. Esta posibilidad de ayudar a la humanidad no puede ser evitado ni restringido como derecho natural a través de Leyes.

Uno de estos seres que están agraciados para ayudar a otros Seres y que se le dio la Fuerza para curar, y principalmente allí donde nadie más puede ayudar, es Bruno Groening, médico de nacimiento y con la bendición de Dios, un hombre de honda creencia, quién colmado con su misión para hacer uso de la fuerza que reposa en su interior para el bienestar y servicio de la humanidad, se brinda a todos los enfermos y necesitados. Ayudarlo a él y con ello ayudar a los enfermos es nuestra misión, para que la Fuerza que obra para curar no se asfixie en telarañas de artículos.

Si nosotros como formales súbditos, que no estamos atormentados por enfermedades, libres de todo impulso, servidores de las Leyes, nos preguntamos de qué manera pue-de ser tratado el caso de Bruno Groening y compaginarlo con las Leyes Naturistas, de-beremos tener en cuenta estos puntos de vista: De que también bajo la Ley Naturalista tenga cada uno el permiso, sin exámenes oficiales el practicar la curación. La argumen-tación de la Ley dice: Quién de manera particular ayuda a sus congéneres a ampararse o a curarse de enfermedades no se le debe poner trabas para hacerlo.

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No de acuerdo a oficio o profesional: Groening no tomó ningún dinero para las curacio-nes. Su dicho elegido es: Quién no encuentre la curación en ningún lado que se acer-que a él, dejar miedos y dinero en su casa, traer creencia y tiempo. Creencia, pues es la parte más importante para una curación, y tiempo, pues para cada curación es nece-sario.

Esta manera de obrar curativa que practica Groening no viola para nada la Ley del Na-turalista. La Ley está a favor de estas facultades, cuando prevé en el artículo 8 con or-den de tramitación de que todo aquél que desee el permiso para practicar el Naturalis-mo debe de justificar sus facultades curativas y éxitos curativos por un lapso de por lo menos de tres años.

Así con esto se debería permitir a Bruno Groening de que practique su libre y querida ocupación, y también los guardianes de los artículos deberán permitirle su obrar bajo estos claros puntos de vista, lograr curaciones para obtener pruebas de sus facultades curativas y de éxitos curativos. Y también cuando las Leyes sean interpretadas con ri-gidez se deberá dar la razón de que una ocupación, que sirve para las investigaciones de las Fuerzas que reposan en este hombre, no son actividades profesionales, pues por último se debería, en esta estación intermedia, darle la posibilidad también a Bruno Groening para trabajar e investigar.

Pero una Administración Pública liberal debería hoy mismo, para evitar el peligro de que este hombre se pierda para nosotros, de extenderle un permiso de excepción, pues Groening demostró públicamente y con ejemplos en demasía, de sus facultades curativas y éxitos curativos, reconocidos por la opinión pública y por ello mismo tam-bién por las autoridades. Uno debería de pensar de que se debería dejar de lado, en nombre de incontables enfermos y necesitados, las gestiones burocráticas de Leyes reglamentarias y con ello, se podría comprobar de que el Estado se ocupa del bienes-tar de la sociedad."

Desgraciadamente, sabemos nosotros de que a Bruno Groening no se le entregó un permiso de excepción ni tampoco se le admitió dar un examen para practicar el Natu-rismo.

¿Qué quería hacer Bruno Groening después de todo lo incomprensible por parte de las esferas oficiales? En un pequeño cuaderno de noticias encontramos escrito su indigna-ción interior:

"Quién da a quién la razón de prohibirme a mí de curar a seres enfermos que, verdade-ramente estaban desahuciados completamente por parte médica? Comparación: Jarra rota, o algo parecido, montañas de basura.

Incontables de miles de enfermos (ver Traberhof), hospitales y viviendas esperan espe-ranzados por curaciones. ¿Quién toma la responsabilidad? ¡Yo acuso a todos aquéllos en nombre de todos los enfermos por la prohibición de curar a los enfermos!

Una Ley de prohibición injusta no puede existir ni existe en este momento ni en Alema-nia ni en ningún otro país.

Un padre lleva toda la responsabilidad en sí mismo para con su familia. El también de-be de ocuparse del bienestar de todos los componentes de ésa familia, etc. (ver obliga-ción del Estado!)

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a) Quién forma el Estado? - Los seres. b) Quién es responsable de los problemas para el bienestar del Estado? - La dirección del Estado. c) Somos nosotros responsables del bienestar de la dirección del Estado o es la direc-ción del Estado responsable por nuestro bien estar?"

Bruno Groening no se daba por vencido ni se dio nunca por vencido para buscar un camino de entregar ayuda y curación a los seres sin entrar en conflicto con las Leyes gobernantes. El buscó y trabajó sin cansancio, así pudo el 9 de junio de 1953, informar entre otras cosas a sus amigos, lo siguiente:

"Amigos míos, incontables llamados de ayuda me llegan diariamente de todo el mundo. El cumplir con todos es para mí un imposible. Por ello, es indispensable la construcción de Estaciones curativas en las cuales pueda yo obrar en una situación ordenada. Mu-cho dinero me fué prometido para ello, pero tuve que desecharlo, mi obra no consiente a negociantes. Sólo debo recibir ayuda de seres con el corazón puro. Por eso me he decidido a fundar una Sociedad Ltda. (G.m.b.H), la cual produzca bajo mi dirección y mi obrar, productos para curar. Así se podrá ayudar a enfermos de todo el mundo, y de esta manera puedo obtener los medios para la construcción de las Estaciones curati-vas.

Para la elaboración de estos productos estará a mi disposición un Laboratorio con to-dos los medios de ayuda moderna, así como también un conjunto de ayudantes cientí-ficos. Por medio de mis indicaciones, ya fueron producidos actualmente una línea de productos curativos, con los cuales se produjeron éxitos hasta ahora inexistentes. Además de varios Médicos, fueron probados estos nuevos productos en la Clínica Uni-versitaria de Múnich y observados inmejorablemente. El Ministerio del Estado Bávaro del interior, dio participación con la Licencia para la producción de estos productos cu-rativos. La industria farmacéutica tiene gran interés en estos preparados: Fábricas ex-tranjeras desean ocuparse del negocio, Firmas de renombre de Alemania se brindan para comprar recetas individuales."

Otra vez ocurría lo maravilloso, como siempre, lo que Bruno Groening realizaba para los necesitados - curaba. Certificados y dictámenes médicos comprobaban los grandes resultados de los productos, "L 52" y "G 52". También esta empresa, fracasó pues se comprobó de que los seres que prometieran ayudar no lo hacían con el puro corazón, y por último, con pruebas de que lo hacían para provecho lucrativo propio. Era cada vez en estas situaciones, de que los llamados "amigos", se sorprendían, de cómo se com-portaba de repente Bruno Groening frente a ellos, de como sabía proceder, así como se volvían enojados contra él y lo atacaban con todos los medios financieros.

Estas situaciones fuera de lo normal alrededor de Bruno Groening era muy seguido in-comprensible y desorbitante incluso para sus amigos más cercanos. Solamente aqué-llos que tenían una confianza muy fuerte hacia Bruno Groening, y a su vez era inaltera-ble, podía reconocer el porqué Bruno Groening debía comportarse así, como lo de-mandaba su misión.

El decía en una disertación todo lo que aclaraba esto:

"Lo que los seres todavía no dejaron en querer lograr, es el tratar de ganar dinero con el saber y poder de este pequeño hombre. Ellos creían haber encontrado una mina de oro, en parte tuvieron la posibilidad de ganar algún dinero, pero gracias a Dios de nada

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les sirvió. También estos seres deben de existir, para lograr saber de quién es el ser, el ser que pasa sobre cadáveres y no pregunta si se le ayudó al enfermo o no y, existen seres que pasan sobre cadáveres, ellos pueden dejar tranquilamente a un enfermo ti-rado. Estos seres jamás preguntaron, no dejaron nada sin probar para poder estar a mi lado. Yo sé, aquí y allá se lanzaron la pregunta, sí, pero si él sabe tanto, cómo no supo esto, o a lo mejor no sabe nada? Si yo sé y cuánto sé, lo sabrán ustedes poco a poco. Pero esto debía de ser. Este material faltaba para esta construcción, para librarles el camino a todos ustedes. Yo debo tener a personas para, como ustedes dicen: para po-ner el hombro. Esta persona no sabía el porqué yo le permitía el estar al lado mío. El debía, pues yo sabía lo que quería. Un daño, un daño directo no lo realizó. El futuro comprobará que yo agradeceré a estas personas. Y serán todos anotados con sus nombres correspondientes en un librito, del cual no se podrán fugar. Hasta ahora esta-ban impresos en los periódicos, pero el periódico se arroja, un librito queda, y cada uno verá quién son ellos."

Lo que dice aquí Bruno Groening, es algo que todos nosotros no estamos acostumbra-dos a escuchar, y menos todavía estábamos acostumbrados a que una persona, que sabe anticipadamente de que este o aquél, le cometerá daño e igual lo lleva a su lado, y le abre todas las posibilidades de poder hacer el bien, aún sabiendo de que ésa per-sona hará todo lo contrario del bien. Así y todo Bruno Groening lo hacia una y otra vez. El me dijo a mí en el año 1954:

"Yo sé todo. Pero si yo digo, este es un mentiroso, un estafador, un ladrón, esto no me lo creería nadie. Yo debo de dar a ésa persona la oportunidad de convertirse y luego dejarlo libre, y cuando entonces miente, estafa y roba, recién entonces lo creen los de-más y reconocen lo que es. Y entonces no seré ningún cobarde para luchar."

Así coloca Bruno Groening por último a cada uno de nosotros como lo que es. Y así se dividen en él los almas, aquéllas que son de corazón puro, que cometen errores y se dejan enseñar y caminan por el camino divino, y aquéllos que no son de corazón puro y que quedan fanáticos por desear las ventajas terrenales y así decaen. A través de Bru-no Groening se diferencian las almas. Esto lo hemos vivido profundamente, y los "nue-vos" de hoy en día lo reviven de la misma forma, aquéllos que toman la creencia para seguir el camino que nos lleva a Dios a través de Bruno Groening y aquéllos que dicen "No". Así es un Bruno Groening para una cierta parte de los seres, lo mismo que un paño rojo.

Nosotros sólo podemos adivinar con profundo respeto, el significado que tiene todo es-to en el tiempo futuro, cuando habla del Libro, en que cada uno será anotado en él y guardado su nombre. Cada ser es y se queda responsable aquí en la tierra de sus hechos.

"El estar aquí" de Bruno Groening en esta tierra, tiene en este sentido un significado in-esperado. ¿Quién lo ayudó con puro corazón en su obra, a construir la obra divina en esta tierra? ¿Qué aportó para ello? Y quién fue en contra de ello? ¡Esto mismo vale pa-ra el presente y para todo el futuro!

La obra de Bruno Groening

Bruno Groening creó una Obra que está abierta para todos, sin preguntar por la reli-gión, la nacionalidad o el color de la piel.

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En el año 1954 nos dijo a nosotros: "yo construyo ahora una casa sobre todo el plane-ta."

Su misión era la de equipar espléndidamente esta casa, para que cada uno que se lo merezca, habite esta casa y se sienta feliz. El puede servirse de cada instalación, él puede moverse libremente, él puede aprender, él puede vivir bajo la Ley de Dios. Bruno Groening abrió la puerta de esta Casa Divina para todos los seres. Y el que desea ale-jarse del camino del sufrimiento, este hace su entrada en esta casa e irá adelante hacia el camino de Dios, hasta que llegue allí donde es su hogar, desde toda la eternidad.

El arco de la puerta se los alcanzó Bruno Groening a sus amigos, él se los dio en la mano (un arco hecho con papel de estaño). El entregó a sus amigos también el arco de la puerta de su comunidad. Los Círculos quedan y son, el hogar para los seres que ne-cesitan de ayuda, para los amigos, para aquéllos que desean trabajar en la obra de Bruno Groening. Así estará asegurado de que esta Obra tenga componentes para po-der seguir en todo el futuro.

Bruno Groening era un ser diferente a todos nosotros juntos. El me dijo una vez a mí: "Yo los recibí a todos en mi corazón." Nosotros comenzamos a desempeñar en estos 25 años una pequeña parte de aquello que él lograba, cosas, que por naturaleza está para todos a disposición. También podemos lograrlo para nuestro corazón, si tenemos amor. Nosotros podemos hacer mucho si nos dejamos guiar. Nosotros pensamos to-dos, de que verdaderamente hay algo adormecido en nosotros. En Bruno Groening es-taba todo claramente despierto y desarrollado. Y esto era lo que no solamente nos asombraba, sino que nos hacia infinitamente tanto bien. Nosotros no lo reconocíamos en el momento de que él lo tomaba tan en serio cuando decía:

"Yo no soy nada, el Señor Dios es todo. No me agradezcan a mí, sino al Señor Dios. No yo lo realiza, sino el Señor Dios."

Sí, todos nosotros comenzamos a reconocer en estos 25 años, de que nosotros mis-mos nada somos, nada sabemos y nada podemos, y que él, Bruno Groening, es para todos un gran ejemplo. Sí, pues él se dio completamente al Señor Dios, porque él se brindó totalmente hacia El, pues escuchó solamente a El, pues él se dio al deseo de Dios, porque él creía solamente en lo Bueno y no realizó nada malo.

El también nos decía: "Los seres me decían a mí, Maestro, sí, quién es un Maestro? El que conoce sus herramientas completamente, este es un Maestro. Existen maestros cerrajeros, maestros sastres, maestros carpinteros, etc. Mi deseo es de que sean maestros de la vida!"

Para los necesitados y amigos de Bruno Groening, les es posible con su obra, el reco-rrer todos los escalones de la escuela de la vida con éxito. Esta meta nos la entregó Bruno Groening a nosotros, sus amigos. El Maestro es Bruno Groening, y nosotros po-demos permitirnos ser sus alumnos. Informe de éxito Señor W. R. Hürtgenwald En enero de 1984 1) Historia Clínica - Cargas

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En el año 1969 me aclaró mi Médico de cabecera, luego de que hiciera diferentes aná-lisis de mi sangre, de que debería internarme en un hospital. Al hacerle la pregunta del porqué?, me aclaró de que el análisis de sangre resultó muy negativo y de que debería aclararse de dónde viene eso!

Yo fui al hospital, y luego de las revisiones me dijo el médico, de que mis leucocitos eran demasiado altos, pero él no se podía explicar de cual era el motivo. Además tenía diabetes (480 mg.). Se me recetaron medicamentos y me dieron de baja, tras 3 sema-nas.

Mi médico de cabecera realizó luego de una semana un nuevo análisis de mi sangre. Luego de la revisión me aclaró de que los resultados fueron más negativos que los del tiempo de mi ultima estadía en la Clínica.

Tuve que ir nuevamente allí y las revisiones comenzaron nuevamente. Entre otras co-sas, se me radiografiaron los riñones, seguidamente me informaron los médicos de los resultados de los análisis:

1. Un fuerte envenenamiento de los riñones de fenacetina, 2. Diabetes de alto grado.

Pero lo más grave era lo siguiente: luego de valorar los resultados me comunicó el mé-dico en presencia de mi mujer, de que yo como máximo, y siguiendo sus consejos, ten-dría no más de dos años de vida. En mi interior se derrumbó el mundo; ahora tendría todos los días la muerte frente a mis ojos, pues yo tenía solamente 39 años. Y desde este momento comenzó para mí una enfermedad que me era desconocida, y al princi-pio no podía aclarármelo Siempre abatido, casi siempre llorando, miedo terrible frente a los seres. El diagnóstico del médico era: depresión endogenita. Cuando se agravó de tal manera, tuve que ir a una Clínica de nervios. Aquí comenzó para mí un camino a través del infierno.

En la Clínica no estaba más motivado para vivir, e ingerí tabletas para dormir, las cua-les había juntado en privado. Me revivieron nuevamente los médicos. Luego de 6 me-ses de terapia y medicamentos, me enviaron otra vez a mi hogar pero, no había obte-nido ningún gran mejoramiento. Por último tuve que ir a un Sanatorio del L.V.A. Allí se me presentó mi completo estado actual con sus exámenes, con lo cual se me puso el punto final a mi vida de trabajo, fui pensionado y esto, no lo pude sobrellevar más, y cuando volví nuevamente a casa, traté nuevamente de suicidarme por segunda vez. Otra vez me desperté en la Clínica de nervios en cuidados intensivos. Por último fui de-signado a la estación cerrada. Allí vivía como un preso y no debía visitarme nadie más que mi mujer. Recibía muchos medicamentos, algunas veces ni sabía dónde me en-contraba. Al transcurrir los 10 meses de tratamiento y observarse un mejoramiento, pu-de regresar a mi hogar de prueba.

Luego de un tiempo fueron mis depresiones tan fuertes que volví a tomar muchas ta-bletas para dormir. En el sanatorio Simmerath me desperté nuevamente. Por último fui tratado con infusiones de Anafranil. El medicamento me hizo bien, y algo mejor me en-contraba, y luego otra vez mal. Así sucedía año tras año. Dos o tres veces al año iba al sanatorio para tratarme. Yo ya me había acostumbrado y resignado a seguir sufriendo de depresiones de por vida.

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Entre tanto, me había acostumbrado tanto a las tabletas para dormir, que no podía pa-sar sin ellas. Y me volví dependiente de las mismas, de los barbitúricos. Lo más grande que me ocurrió, fue que encontré una farmacia, en la cual yo podía conseguir cualquier cantidad de Vesparax. Yo tomaba hasta 6 a la noche para dormir y durante el día café fuerte para estimularme.

En octubre de 1980 volví a tratamiento en el Sanatorio por las depresiones. Con gran sorpresa me fue esta vez muy diferente a otras veces. Yo no me ponía en claro de lo que sucedía en mí.

A la noche tampoco tenía deseos para tomar las tabletas para dormir, e igual dormía bien.

Al otro día le relaté al médico de que había tomado tantas tabletas. De inmediato me quería prescribir una cura de desintoxicación por seis meses. Yo me negué a ello y una y otra vez decía de que yo no tomaba más tabletas, pues de repente me encontraba in-teriormente libre y fuerte. Aclararlo no podía, el porqué me sentía de repente así.

Cuando yo luego de un tiempo volví a mi casa y feliz le conté a mi mujer de que no precisaba más de las tabletas, me dijo ella, de que buenos conocidos se habían colo-cado en posición concentrada y rogado por mí. Entonces, me preguntó a mí si desearía ir con ella a visitar a la familia Winkel. Luego de dudar un momento afirmé y visitamos a la familia Winkel.

Al entrar a la sala de la casa, fue lo primero que ví frente a mí la foto de un hombre, que de alguna manera me resultaba conocido; A él lo había visto ya en algún lado, pero no deseaba preguntar de quién se trataba. Las conversaciones en ése lugar me hicie-ron mucho bien, al llegar a casa le pregunté a mi mujer ¿quién era este hombre de la foto? Ella me contestó que se trataba de un tal señor Groening. Ahora podía recordar que había leído de sus éxitos curativos en 1949/50. Ahora podía aclararme muchas co-sas y tuve una gran esperanza.

Entonces llegó para mí la primera hora comunitaria en casa de la familia Winkel. La se-ñora Häusler habló conmigo y me indicó de cómo podía concentrarme para obtener la Corriente Curativa de Bruno Groening. Luego de la Comunidad me sentí muy bien y me daba cuenta de que interiormente estaba más libre.

Mi señora y yo nos colocábamos en sintonía diariamente y luego de algún tiempo se alejaron las depresiones, de las cuales sufría desde hacia años. Yo podía volver a reír y conversar libremente con otras personas sin ninguna clase de temores.

Hasta el día de hoy no se presentó más la enfermedad. Hace ya tres años. Los análisis de sangre son normales y la diabetes está curada. Azúcar en la sangre 90-120mg. Y tampoco tomo más medicamentos.

Todo esto gracias a la ayuda de Bruno Groening. Yo estoy convencido de que a través de él y de Dios soy hoy una persona normal pues, no solamente la enfermedad des-apareció, sino de que mi manera de mirar la vida también cambió. Ahora puedo vivir otra vez con alegría.

¡Gracias a mi amigo Groening!

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Informe de éxito Señora E. K. sobre su padre P. H. de Colonia

En diciembre de 1983

Mi padre estaba gravemente enfermo.

En 1965 sufrió de un infarto al corazón.

En 1981 le sobrevino un hablar y pensar descontrolado, los cuales se agravaron hacia 1982. Las perturbaciones fueron totales en 1983. Verano de 1981: gran debilidad y do-lores en las piernas, por este motivo apenas caminaba. Agosto de 1982: Fuertes dolo-res en el pecho y lado izquierdo del estómago. El médico ordenó tabletas, y por tres semanas hasta cierto modo le iba regular. Luego comenzaron otra vez los fuertes dolo-res. Las revisiones dieron como resultado de que mi padre tenía cáncer en todo su cuerpo, no podía tragar más y la próstata estaba afectada. El se encontraba para la comprobación del diagnóstico en la estación interna y en Urología. Los dos médicos aseguraron el diagnóstico.

A partir de comienzos de Diciembre de 1982 ya estaba postrado en la cama. El estado de mi padre se agravaba a simple vista y el cuidado a través de mi madre y mío se había vuelto pesado. En febrero de 1983, buscamos a una enfermera para su cuidado. Mi padre ya tenía llagas grandes en una mitad de la nalga y en los talones de estar siempre acostado, cada cinco semanas iba de vientre, hasta entrada la noche vomita-ba, a lo último sólo saliva viscosa, el alimentarse era casi imposible. Lo que él tomaba para sí, lo devolvía y, todo el cuerpo estaba lleno de metástasis, los tumores bajo el es-ternón y en la próstata se agravaron, con fuertes dolores en las piernas, brazos y en todo el cuerpo. Contra ello, se le daba fuertes medicamentos y morfina, por último una ampolla completa. El cuerpo estaba tan delgado que no encontraba lugar para inyectar, la piel del estómago crujía, el cuerpo estaba totalmente seco. Por tres semanas estaba imposibilitado de moverse. Los médicos le dieron a mi padre a finales de febrero aún dos semanas de vida.

A finales de febrero vino la nueva enfermera a casa. Era la señora Löllgen. Al ver el es-tado de mi padre, me preguntó a mí si desearía ayudarla con el cuidado. Yo dije que sí entonces le dijo a mi madre y a mí: "Entonces crean de que sanará!" Las dos contes-tamos como de la misma boca "No, esto no lo creemos, pues el médico dijo..." la seño-ra Löllgen dijo entonces: "Entonces creeré yo por ustedes, y yo conozco a alguien que puede creer mejor!" Ella quería decir en pensamientos: Aquí sólo puede ayudar Bruno Groening.

Desde entonces comenzó un cambio en el estado de salud de mi padre. Desde el 4/3 tenía mi padre la digestión regular, la mano derecha nuevamente normal. Desapareció el bloqueo en las venas y la sensibilidad al dolor. Dos días más tarde no precisaba más de morfina. El se sentaba y caminaba un par de pasos. Rápidamente comenzó la seño-ra Löllgen a darle bebidas de fuerza (jugo de naranjas, limones, miel, glucosa, yemas de huevo y banana). Ahora podía tragar mejor y ya no vomitaba. A partir del 8/3 ya no precisaba de medicamentos contra el dolor. El 10/3 se despegó la parte negra en la nalga, donde se encontraba el decúbitos. Esta era de aproximadamente 10 cm de largo y como de dos dedos de largo de profundidad. Los bordes de la herida estaban con buena circulación sanguínea, y las heridas se achicaban día a día, hasta que se cerra-ron completamente. Igualmente, su mundo de pensamientos se normalizaba y estaba otra vez interesado por el medio ambiente. Las palabras llegaban otra vez bien formu-

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ladas. El 11/3 pudo almorzar por primera vez y la cena era de pan con Leberwurst (cho-rizo de hígado).

El 17/3 tuve la suerte de ser iniciada con mi madre, mi marido y nuestros dos hijos en la enseñanza de Bruno Groening donde la señora Häusler. Desde entonces nos va cada vez mejor. Los pasos hacia adelante eran cada vez más, y el 26/3 ya podía lavarse en el baño. Mi padre durmió seguido casi tres semanas, que fue verdaderamente un sue-ño curativo. Desde el 29/3,está mi padre orgánicamente completamente sano. El come y bebe normalmente. Subió tanto de peso que los pantalones le entallan otra vez.

El 19/4 comenzó mi padre por primera vez a subir y bajar las escaleras 1 vez y media. El 25/4 vino mi padre de visita. Yo vivo dos casas retirada de él. Desde julio de 1982 no había estado más en mi casa y antes de esto sólo podía hacerlo con gran esfuerzo. En la víspera de Pentecostés de 1983 me fue posible estar en la tumba de Bruno Groening con mi padre y mi madre. Esto fue para nosotros y todos los amigos presentes un gran acontecimiento. Mi padre estaba en condiciones hasta de subir a la montaña con sus 80 años. Este fue luego de tanto tiempo, la excursión más grande.

Los médicos no lo podían creer lo que había sucedido con mi padre. ¡Nuestro corazón está lleno de agradecimiento hacia los amigos de Bruno Groening y hacia Nuestro Pa-dre Celestial! E. K.

Palabras finales

Con profundo respeto y cariñoso agradecimiento, reconocemos nosotros luego de 25 años, qué misión dispuso Dios a Bruno Groening para su vida. Después de 1959 si-guen obrando la palabra y enseñanza de Bruno Groening sin perder actualización. Para los seres que hasta 1959 fueron curados con éxito y para aquellos que luego de 1959 recibieron nuevamente el orden en su cuerpo, es la misma y única Fuerza del bien. Aquí se trata de hechos comprobados. Y así podemos nosotros con razón, hablar de nuestro bondadoso amigo, de su obrar y de sus palabras en el tiempo condensado de un cuarto de siglo 25 años de obrar con la voluntad de Dios, 25 años de llamamiento a la conversión del camino del sufrimiento, de alejarse del mal:

Lo que a nosotros seres humanos, originó Bruno Groening a través de sus imperturba-bles hechos, no podemos hasta hoy en día reconocer en toda su dimensión. Pero lo espiritual fué abierto para nosotros. La comunicación espiritual fué lograda nuevamente entre Dios y los seres a través de la palabra de Bruno Groening y podemos recibir la Corriente Curativa.

Bruno Groening estaba plenamente consciente de su vivir en la tierra y cumplió su mi-sión, en cuanto guió a los Seres hacia sus raíces, en cuanto los llamó la conversión y les aclaró el motivo de nuestro estar aquí en la tierra:

"El Señor Dios es nuestro Padre, Creador de nuestra Tierra. El dio a conocer a los Se-res su misión con estas palabras:

Creced y multiplicaos!

El hizo de la Tierra un Paraíso, el Ser debería de mantenerlo en orden.

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¿Qué hace y qué hizo el ser? - Destrucción! Y ¿por qué? Pues verdaderamente cayó en las garras de Satán. Esto no le hubiera ocurrido si hubiera mantenido el verdadero instinto humano. Este lo había perdido, este se lo quiero devolver."

Con esta palabra y su hacer completó su obra. Nosotros podemos escuchar a Dios y recibimos la Fuerza como consecuencia. Nosotros sentimos nuevamente el Bien, reco-nocemos el Mal, a nosotros se nos aclaró y participó las reglas de juego de la vida.

Hoy, luego de 25 años del obrar de Bruno Groening nos seguimos preguntando: ¿Quién necesita de la ayuda y el recibimiento del orden en el cuerpo ahora y en el futu-ro? No es la palabra de los miserables y agobiados la respuesta correcta? Los amigos de Bruno Groening reconocieron, que los seres precisan la ayuda de Dios a través de la palabra de Bruno Groening, todos, los que desean vivir bajo el orden de Dios. El be-bé, el pequeño niño, recibe la Corriente Divina, los niños aprenden en la comunidad pa-ra los niños de Bruno Groening y sus enseñanzas, con pleno conocimiento, los jóvenes principalmente luchan con los problemas de los duros tiempos actuales y precisan de la ayuda y la protección de todo lo malo más que nadie! Y así es con cualquier edad.

Así son los seres, que buscan de ayuda, una comunidad, son una familia alrededor de Bruno Groening, que desea lo bueno, lo divino, que lo busca y lo encuentra. Desean mantener la obra de Bruno Groening y ayudar a llevarla adelante para el futuro, para que se haga una realidad lo que Bruno Groening dijo:

"No se puede detener.

En todo el planeta se hará efectiva la curación!"

Y hoy en el año 1984, se preguntan los seres, ¿cómo se puede lograr la curación, don-de la humanidad está al borde de la destrucción?

Bruno Groening nos indicó en su última disertación, la cual mantuvo en el otoño de 1958 en Rosenheim, remarcando principalmente estas palabras, las cuales el Dr. mé-dico Erwin Gamber en su libro, "Lucifer se toma de los vivos", en el final escribía:

"A través de la bomba atómica sabemos hoy, de que a través de un sólo átomo, que produzca una llamada "reacción en cadena", puede lograr una espantosa destrucción.

Pero para cada uno que desee comprender, se le ilumina, detrás de todo el terror que sobrevendrá, claramente, la verdadera luz y la única verdadera esperanza. Una vez Dios, el Señor, levantará sobre este Planeta su Imperio de Reyes, verdadera paz y jus-ticia reinará. El torturante, destructor influjo del "asesino de los comienzos" será aleja-do. Solamente en esta Luz sabremos verdaderamente, de aquél, que Albert Schweitzer pudo decir:

"Como desconocido y sin nombre vino El hacia nosotros, y cómo El en la ribera del mar se presentó a aquéllos hombres, que no sabían quién era El. El dijo la misma palabra: Tú sígueme a mí’! y nos coloca en el deber, el cual en nuestro tiempo debemos resol-ver. El dispuso. Y aquéllos que le obedezcan, sabios y no sabios, se manifestará El, en lo que puedan vivir en su comunidad en paz, obras, luchas y sufrimientos, y como un secreto indecible podrán reconocer, quién es El...'"

"Yo estoy aquí en todos lados al mismo tiempo"

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Fuentes de documentación A. Kaul, Dr. en Filosofía "El Milagro de Herford" Editorial Lauda, calle Laudenbach-Berg. Revista "Revue". Kurt Trampler, Dr. en Filosofía "La Gran Conversión" Editorial Heering, Múnich. Corresponsal de películas de las producciones de Rolf Engler. "La Gran Conversión" Nr. 1, 1950 Rosenheim. Literatura y Fotografía del Archivo de Bruno Groening. Agradecemos a los desconoci-dos fotógrafos por sus fotos. "Nosotros los del Río Weichsel y Warthe" Editado por Erhard Wittek, Editorial Comuni-taria Académica, Salzburgo 1950. "Prusianos del Este" Libro ilustrado con introducción de Willi Kramp, Gräfe y Unzer Edi-torial, Múnich.

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Círculo de Amigos de Bruno Groening http://www.bruno-groening.org/espanol/default.htm Bienvenidos al Círculo de Amigos de Bruno Groening Bruno Groening (1906 - 1959) La curación por el camino espiritual por medio de las enseñanzas de Bruno Groening es comprobable por la Medicina! -Lo que sabían los pueblos antiguos de todas las altas culturas -Lo que utilizaban médicos famosos de la era moderna (Paracelsus, Hahnemann, ...) -Lo que la ciencia pudo confirmar en algunos descubrimientos fundamentales: Que existe una energía superior, que es la base de todo lo viviente y que puede otorgar curación. Bruno Groening132 la denominó la Heilstrom divina o energía divina. Él tenía un conocimiento intuitivo muy profundo de ella e hizo posible que toda persona pueda beneficiarse de ella a través de sus enseñanzas sencillas. El Círculo de Amigos de Bruno Groening133.es una agrupación libre de personas que han reconocido para sí el valor de las Las enseñanzas de Bruno Groening134 . En cientos de comunidades en todas partes del mundo se dan a conocer estas enseñan-zas. Por medio de una posición corporal y espiritual correspondiente se aprende a tomar la energía Divina. Esta "corriente curativa" que se siente en el cuerpo hace que se produzcan curaciones y ayudas, aún de enfermedades graves, crónicas y degenerativas. "Confía y cree, la energía Divina ayuda y cura." (Bruno Groening) Las Curaciones134 son registradas en gran número según las pautas de la anamnesis clínica. El GEMC - El Grupo Especializado Médico-Científico135 dentro del Círculo de Amigos, es un foro donde varios miles de médicos y otras personas que ejercen profesiones curativas, examinan los informes de acuerdo a su contenido y, en lo posible, hacen documentaciones con comentarios médicos valiéndose de los resultados de exámenes y diagnósticos hechos por médicos independientes del GEMC. Cada uno tiene la libertad de decidir si juntamente con la curación por el camino espiri-tual recibe también tratamientos médicos. En el tiempo enl que vivió, Bruno Groening estaba totalmente a favor de una cooperación con los médicos. Según el ejemplo de Bruno Groening, en el Círculo de Amigos de Bruno Groening no se dan ninguna clase de consejos médicos, ni se hacen auscultaciones ni tratamientos. La pertenencia al Círculo de Amigos de Bruno Groening es libre, gratuita e indepen-diente de nacionalidad, de toda ideología y de toda unión a confesiones religiosas. To-das las actividades se realizan ad-honorem, sin pago alguno. Todos los gastos se cu-bren con donaciones: Por favor infórmese Ud. detalladamente en nuestras siguientes páginas en Internet. En caso de que a Ud. algo le parezca nuevo o fuera de lo común, examínelo sin prejuicios.

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Solamente así podrá Ud. reconocer la verdad - según la recomendación de Bruno Groening: "No sean tan crédulos, convénzanse Uds. por sí mismos!" Informaciones compresivas y realistas sobre Bruno Groening y su actuar lo encontrarán también en la película documental "El fenómeno Bruno Groening – Tras las huellas del 'sanador milagroso'". La película se presentará al público en muchos países por donaciones voluntarias. http://www.bruno-groening-film.org/video/dokfilm/20min/highspeed/es_highspeed.avi +++++++++++++

Bruno Groening - un hombre extraordinario En el año 1949, de la noche a la mañana, el nombre de Bruno Groening convulsionó a la opinión pública. La prensa, la radio y los noticieros semanales en la televisión infor-maban sobre él. Durante meses los acontecimientos alrededor del "doctor milagroso",- como pronto se lo denominó- mantuvieron en tensión a la joven república. Se filmó una película sobre él, se convocaron comisiones investigadoras científicas y las autoridades hasta los más altos niveles gremiales se ocuparon de este caso. El Mi-nistro de Asuntos Sociales de Renania-Westfalia del Norte lo hizo perseguir por infrac-ción a la ley de los naturistas, el Ministro-Presidente de Baviera sin embargo, declaró, que a una " personalidad tan excepcional" como lo era Groening no se la debía dejar fracasar por artículos de la ley. El Ministerio del Interior de Baviera denominó su tarea como una "libre actividad de amor". En todos los niveles sociales de la población se discutía vehementemente y en forma controvertida sobre este caso. Las ondas emotivas se elevaban intensamente. Cléri-gos, médicos, periodistas, abogados, políticos y psicólogos: todos hablaban sobre Bru-no Groening. Sus curaciones milagrosas para unos eran regalos de gracia de una Energía Superior, para otros eran pura charlatanería. Pero la veracidad de las curacio-nes fue comprobada por auscultaciones médicas. Bruno Groening, nació en Danzig en 1906, emigró después de la guerra como refugia-do a Alemania Occidental, era un simple obrero. Había vivido de diversos trabajos, fue carpintero de construcción, también estibador en un puerto y obrero en una fábrica, tra-bajó en el reparto de telegramas y montó corriente de baja tensión. Ahora de repente se encontró en medio del interés de la opinión pública. La noticia de sus curaciones milagrosas se expandió por todo el mundo. De todos los países llega-ban enfermos, cartas de petición y ofrecimientos. Varios decenas de miles de necesita-dos peregrinaban a los lugares donde él obraba. Se estaba produciendo una revolución en la medicina. Pero allí también existían las fuerzas contrarias. Médicos de prestigio, funcionarios de las Iglesias, abogados y sus propios ex-colaboradores hicieron todo lo posible por con-trarrestar su actividad. Lo perseguían con prohibiciones de curar, le iniciaron procesos judiciales. Todos sus empeños para llevar su obra por caminos legales fracasaron, por un lado por la oposición de fuerzas sociales influyentes, por el otro lado por la incapaci-dad o por las ansias de lucro de sus colaboradores. Cuando Groening muere en 1959

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en París, el último juicio contra él estaba en pleno apogeo. El juicio fue cancelado, pero nunca se pronunció un fallo definitivo. Y muchas preguntas se quedaron sin respuesta. ++++++++++++

El Círculo de Amigos de Bruno Groening Origen La fundadora del Circulo de Amigos de Bruno Groening es Grete Häusler (1922 a 2007). Ella llegó a conocer a Bruno Groening en 1950 y recibió ya en su primer encuen-tro la curación de tres enfermedades incurables. Y desde ese entonces se hizo su ínti-ma colaboradora y organizó las primeras comunidades en Austria. Después de 1959 se percató de que las curaciones aún sucedían. En 1979 fundó el Circulo de Amigos. Este tiene como objetivo el conservar la herencia de Bruno Groening para la posteridad y ofrecerles a los que sufren la posibilidad de ayuda y curación. Al principio fue solo un puñado de simpatizantes, pero al final de los años 80 empezó un crecimiento rasante. Hoy el Circulo de Amigos de Bruno Groening es una de las más grandes asociaciones mundiales para la curación por vía espiritual y está guiado por Dieter Häusler, hijo de Grete Häusler. Organización En todos los países europeos y en todos los continentes del mundo hay comunidades locales. Los amigos de estas comunidades se reúnen cada tres semanas para las horas comunitarias. Los guías de las comunidades y sus asistentes se reúnen en gru-pos de trabajo para coordinar las tareas. Además de las comunidades locales para adultos también hay horas comunitarias para los jóvenes y para niños. También aquí se dan curaciones. Para médicos, curanderos naturistas y otras profesiones curativas existe el Grupo Médico Científico (MWF) y comunidades de médicos. Todos los asistentes trabajan a título honorífico en sus horas libres. La obra de Bruno Groening se financia exclusivamente a base de donaciones voluntarias. No existen compromisos de modo financiero o jurídico. El Círculo de Amigos no es una religión y no está atado a religión alguna. Personas de todas las religiones del mundo pertenecen a este. Correspondiente al ideal de Bruno Groening en el Circulo de Amigos no se diagnostica, no se dan terapias ni exámenes o tratamientos. No se recomiendan ni se prescriben o administran medicinas. Tampoco se prohíbe la consulta médica, la toma de medicinas, terapias o intervenciones quirúrgicas. Según Groening cada curación es un acto de gracia de Dios. Por eso en el Circulo de Amigos de Bruno Groening no se garantizan ni se prometen curaciones. Mundial Hoy el Circulo de Amigos de Bruno Groening se extiende por todo el mundo. En todos los continentes hay comunidades, por todas partes se dan curaciones. Las palabras de Bruno Groening de Herford en 1949 están confirmándose cada vez más: "No se puede detener. En todo el mundo ha de darse la curación". +++++++++++

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Las enseñanzas de Bruno Groening Resumen Las enseñanzas de Bruno Groening parten de la influencia de energías espirituales en el ser humano. La influencia de estas energías es más grande de lo que la mayoría de los seres humanos cree. Bruno Groening compara al ser humano con una batería. En la vida diaria todos con-sumimos energía. Pero a menudo, ya no se toma nuevamente para sí la energía vital necesaria. Así como una batería vacía ya no funciona, un cuerpo sin fuerzas ya no puede cumplir con sus necesidades. Las consecuencias son fatiga, nerviosismo, an-gustias de vida y por último enfermedad. Bruno Groening puso en claro cómo cada uno puede retomar nuevas energías. Creer en lo bueno así como el deseo de curarse es la condición para ello. En todas partes, el ser humano está rodeado de ondas curativas y él tiene solamente que captarlas. Según Bruno Groening no existe ninguna enfermedad incurable, lo que está confirmado por los Informes de Éxitos verificados por médicos. Aquí, las curaciones ocurren solamente por vía espiritual y no están vinculadas a la presencia material, al cuerpo de Bruno Groening. Para adquirir esta corriente curativa, la persona en busca de ayuda se sienta con las manos abiertas, los brazos y las piernas no se deben cruzar para no inte-rrumpir el flujo de la corriente curativa. Pensar en la enfermedad y preocuparse tienen un efecto contraproducente, pues actúan como obstáculo. Por el contrario el pensar en algo bueno y bonito ayuda mucho. Cuando la energía curativa fluye a través del cuerpo, llega a los órganos que es-tán cargados con la enfermedad y empieza allí a obrar limpiándolos. Por eso, puede ser que se sientan dolores, que son una señal de que el cuerpo se está limpiando. Según su esencia, la enfermedad no está de acuerdo con la voluntad de Dios y será aniquilada paulatinamente. En algunos casos puede ocurrir tam-bién espontáneamente. Para ésto es necesario que el ser humano ya no piense en la enfermedad sino que crea que para Dios no existe no incurable. Para seguir sanos, los amigos de Bruno Groening se sintonizan diariamente para reci-bir la energía curativa. Un cuerpo sano es la base para una vida en armonía consigo mismo, con sus prójimos y con la naturaleza. La meta de las enseñanzas de Bruno Groening es hacer de un enfermo una persona llena de alegría de vivir, libre de cargas corporales y psíquicas. ++++++++++++++

Curaciones Desde finales de 1998 Grupo Especializado Médico-Científico (MWF) del Círculo de Amigos de Bruno Groening ha registrado miles de curaciones y ayudas. La presenta-ción que sigue incluye los resúmenes de los primeros Informes de Éxito registrados y catalogados según la sistemática utilizada en las obras estándar de la medicina.

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"Hay muchas cosas que no pueden ser explicadas, pero no hay nada que no pueda suceder" Clasificación de más de 200 Informes de Éxito resumidos ++++++++++++++++++

GEMC - El Grupo Especializado Médico-Científico Un foro internacional de profesiones curativas Cuando el médico Matthias Kamp de Hamburgo oyó por primera vez acerca de las en-señanzas de Bruno Groening con respecto a la curación espiritual estuvo muy escépti-co. Pero entonces la curiosidad científica lo empujó a examinar detalladamente los In-formes de Éxito, los que no podía explicárselos científicamente. Pronto se adhirieron otros médicos más, y con ellos Matthias Kamp fundó el Grupo Especializado Médico-Científico en 1992 (GEMC). Desde entonces, se ha convertido en un foro activo en toda Europa para miles de médicos y para personas que ejercen profesiones curativas que se sienten unidos al espíritu de Bruno Groening. Matthias Kamp es el autor del libro ”Bruno Groening - Revolución en la Medicina”, en el cual él no solamente traza un cua-dro viviente de este extraordinario ser humano, sino que también postula la vigencia y la gran importancia de la forma de curar espiritualmente para nuestro actual Sistema Estatal de Salud Pública. Por medio de publicaciones, discursos especiales en las grandes ciudades en el interior y en el extranjero y por medio de congresos de médicos, los médicos allegados al Dr. med. Matthias Kamp tienen la intención de allanar el camino a la curación por vía espi-ritual tal como hace tiempo ya sucedía en Gran Bretaña y que aquí con frecuencia aún provoca incomprensión o rechazo. En Gran Bretaña, la forma de curar espiritualmente es una forma de terapia integrada hace ya decenios en la atención clínica y en el Servi-cio Estatal de Salud Pública. El fenómeno de la curación a través del espíritu no es fácilmente accesible para los personas de hoy en día, orientadas hacia la ciencia, ya que no ofrece la posibilidad de una observación profunda basada puramente en el intelecto y parece por ello envuelto en una aureola de misterio. Aquí hace su entrada el trabajo del Grupo Especializado Médico Científico (GEMC). Basándose en la verificación médica de los Informes de Éxi-to presentados, este grupo desea efectuar un cuadro objetivo de los sucesos ocurridos en las curaciones. Para esto se hace, en cuanto sea posible, una documentación con los correspondientes exámenes anteriores y auscultaciones posteriores hechas por te-rapeutas independientes. De esta manera, se pudo organizar un Archivo en los últimos años, el cual demuestra de forma contundente que, por el camino espiritual, es posible lograr también la cura-ción de enfermedades orgánicas, e incluso hasta de las propias enfermedades degene-rativas. En vista de la cantidad de material investigado, ya no se puede sostener el po-ner esto en discusión ni el colocar la curación espiritual como consecuencia de una simple sugestión. Los especialistas que trabajan en el GEMC lo hacen gratuitamente y por agradecimien-to por las curaciones recibidas para sí mismos o presenciadas en otros. Ellos quisieran, que muchos de sus colegas dejen sus reservas y se convenzan por sí mismos de la magnitud de las enseñanzas de Bruno Groening respecto a la curación por el camino

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espiritual y que también para ellos pueda llegar a ser un camino que lleve al reconoci-miento y a la curación.

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Vista General del Círculo de Amigos Bruno Groening, un hombre sencillo con facultades especiales Bruno Groening nació en Danzig-Oliva el 31 de mayo de 1906 como cuarto de siete hijos. Ya desde muy pequeño era capaz de ejercer una influencia curativa sobre perso-nas y animales. A consecuencia de la primera guerra mundial sólo pudo concurrir a la escuela hasta el quinto grado. Bruno Groening aprendió el oficio de carpintero, trabajó además en varios otros oficios y durante la 2a. guerra mundial fue reclutado a las fuerzas armadas y cayó prisionero. En el año 1949 a causa de la curación de un niño al que los médicos habían desahuciado, en Herford/Alemania, fue conocido públicamente. Las curaciones en ma-sa en el Traberhof cerca de Rosenheim / Múnich causaron sensación en todo el mun-do. No obstante a Bruno Groening se le prohibió curar y no se le permitió más obrar públicamente. El 26 de enero de 1959 concluyó la vida terrenal de Bruno Groening en Paris. Las enseñanzas de Bruno Groening- Ayuda y curación por vía espiritual Bruno Groening no estudió ni desarrolló sus enseñanzas; éstas le fueron otorgadas es-piritualmente. En discursos pronunciados abiertamente, libre de estorbos les "dió a co-nocer" sus enseñanzas a sus oyentes. Su veracidad se confirma por las consecuencias positivas o "buenos frutos" para quienes siguen sus enseñanzas. En sus discursos de fe Bruno Groening siempre se refería a la influencia de las energí-as espirituales sobre el ser humano. La influencia de estas energías es mucho mayor de lo que muchos suponen. A estas energías espirituales pertenecen especialmente los pensamientos. Más y más también las ciencias van reconociendo las correlaciones es-pirituales de la vida. La ayuda y curación por vía espiritual por intermedio de las enseñanzas de Bruno Groening abre la posibilidad para todos los seres humanos de ser liberados de enfer-medades, preocupaciones y miserias. Hasta qué punto un necesitado sigue estas en-señanzas naturalmente depende de él mismo. Bruno Groening decía: "Dios es el emisor y el hombre el receptor de la energía curati-va." Cuando Bruno Groening daba sus discursos de fe, a menudo ocurrían escenas bíbli-cas: ciegos volvían a ver y paralíticos volvían a caminar. Esto está documentado fir-memente por una cantidad de publicaciones y por informes de testigos contemporá-neos. Y estos "milagros" continúan. También hoy en día surte efecto la "corriente curativa" hacia la que Bruno Groening llamó la atención de la gente. Miles de Informes de Éxito - en gran parte registrados en base a auscultaciones médicas realizadas por médicos in-dependientes del Grupo Especializado Médico-Científico del Círculo de Amigos de Bru-no Groening (GEMC) controlados y documentados - hablan un idioma claro. "Todos tenemos que morir, yo también, pero yo no estaré muerto. Y entonces, cuando me llamen, vendré y ayudaré, si Dios quiere" , predijo Bruno Groening.

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Las enseñanzas de Bruno Groening - La efectividad convence Bruno Groening no trató a las personas, y en el sentido médico ni siquiera curó. Tam-poco nunca preguntó a los que acudían en busca de su ayuda por sus padecimientos. Al contrario: él se oponía decididamente a escuchar algo sobre las enfermedades o a que le mencionen el nombre de una de ellas. Su obrar sólo se efectuaba por medio de sus discursos de fe, en los que exhortaba a las personas en busca de su ayuda a reali-zar la Gran Conversión. El no hacía promesas de curación. Sus discursos fueron con-servados en parte en cintas magnetofónicas y en parte por anotaciones simultáneas. Aunque suene increíble: al escuchar y prestar atención a sus palabras - a sus ense-ñanzas - se han curado y se siguen curando personas, animales y plantas. Tanto antes como hoy en día. Paralelamente a las ayudas y curaciones también se puede observar un efecto positivo en la manera de vivir y el tren de vida. Así lo confirman muchas personas, que informan al respecto y que han llegado a un desarrollo de su personalidad más positivo. Bruno Groening decía:" Yo le doy las reglas de juego de la vida, para que Ud. llegue a ser un maestro, un campeón en la vida" Las enseñanzas de Bruno Groening - Un camino hacia Dios Bruno Groening decía:" mi obrar y actuar sólo sirve para conducir a todos los seres humanos de esta tierra al camino verdadero, al Camino Divino." El vio su misión en abrir las puertas hacia la comprensión y la vivencia divinas y así volver a la fe en Dios; ésto siempre fue el punto central de sus palabras. El se veía co-mo un indicador de camino, como mediador de la Energía Divina. La amplia efectividad de tal confianza en Dios como última fuente de todos los proce-sos positivos, ya es muy antigua. También es reconocida en la literatura. Bruno Groening decía con respecto a ésto: "Yo no le cuento nada nuevo, yo sólo le di-go lo que Ud. ahora ya no sabe." Es por eso que Bruno Groening nunca quiso que le agradezcan a él. "No me agradez-can a mí, agradézcanle a Dios, Él fue quien lo hizo!" La aceptación de las enseñanzas a menudo conduce a una intensificación de la religiosidad. Las enseñanzas de Bruno Groening y la ciencia Lo que se conocía en todas las altas culturas antiguas - en Asia se conoce hasta nues-tros días - justamente es descubierto nuevamente por la ciencia moderna. Corrientes de energías superiores dirigen y determinan nuestras vidas. Lo que en 1922 fue descu-bierto por el profesor ruso Gurwitsch como irradiación celular, se logró demostrar en la Academia de las Ciencias en Novosibirsk, que esta irradiación biológica es el portador decisivo de información para todas las células en todo organismo viviente. Desde en-tonces estos descubrimientos fueron confirmados y ampliados. Especialmente adelan-tados están los trabajos del profesor Popp de la Universidad de Kaiserslautern, quien, en 1975 pudo comprobar haciendo mediciones técnicas con aparatos muy sensibles que la irradiación celular es coherente, es decir que es una irradiación electromagnética altamente ordenada en el margen de las ondas largas de la luz ultravioleta. A través de

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ésto se abrieron las puertas hacia un conocimiento y una comprensión totalmente nue-vos de la vida misma. Bruno Groening decía: "Según mi opinión, la ciencia de hoy tendría que interesarse mucho por mi persona, solamente por el hecho de que mi obrar es un estímulo para la investigación, o sea para una tarea del mañana." Con este conocimiento se comienza también a comprender, que la curación puede ser causada por corrientes energéticas de fina estructura, por ejemplo por una "corriente curativa" - perceptible en el cuerpo - según las enseñanzas de Bruno Groening. Bruno Groening poseía amplios y exactos conocimientos sobre los principios de dichas ener-gías, ofreciéndolos en su sencillas enseñanzas para el bien de los seres humanos. El Círculo de Amigos - Amigos por un camino común Ya en vida de Bruno Groening existía un Círculo de Amigos. Cuando se descubrió que las ayudas y las curaciones también seguían sucediendo después de su muerte, la se-ñora Grete Häusler (1922 - 2007) comenzó en el año 1979 a organizar el Círculo de Amigos (CABG), para que las enseñanzas y las condiciones que resultan de ellas en ayudas y curaciones tengan una amplia divulgación. La denominación "Círculo de Amigos" es justificada, pues se trata de una unión sin compromiso alguno de personas, que una vez que han reconocido los ideales, los si-guen y que mantienen una relación bondadosa y amable entre ellos. No existen com-promisos ni legales ni económicos. Todo "amigo" puede desligarse del Círculo en cual-quier momento. El Círculo de Amigos transmite las enseñanzas de Bruno Groening Regularmente en las reuniones locales de las comunidades , (por lo general cada tres semanas) las enseñanzas son dadas a conocer por medio de conferencias, intercambio de experiencias, etc. Antes de que un necesitado o interesado acuda a una de estas reuniones, es invitado a una charla de introducción, para enterarse de los principios bá-sicos de las enseñanzas de Bruno Groening. Varias veces al año se llevan a cabo asambleas interregionales en forma de congresos. Estas reuniones sirven como inter-cambio de vivencias y experiencias e informes de los amigos, que han recobrado en parte o por completo su salud. Además toman todos juntos la corriente curativa. Estas actividades son apoyadas con folletos y CDs gratuitos que son enviados regu-larmente a todos los amigos. Además existe una editorial que ofrece una gran variedad de libros, CDs, DVDs, etc. acerca de la enseñanza de Bruno Groening, así también existe una producción cinematogràfica. El Círculo de Amigos - Gente de todas las naciones, religiones y clases sociales El Círculo no es una separación de una religión madre. Bruno Groening decía: "En el Círculo de Amigos cada uno podrá adquirir la energía de la fe. Yo no quiero crear ninguna nueva religión. Que cada cual se quede en su iglesia o congregación religiosa, pero lo que escuchó allí, que también lo crea y lo practique. Yo he venido para todos los seres humanos, no importa de qué religión ni de qué na-ción. Por eso el Círculo de Amigos de Bruno Groening no es una secta."

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Bruno Groening: "Todos los seres humanos son dignos de ser ayudados." El Círculo de Amigos es completamente libre de toda dependencia confesional. El Círculo de Amigos -la libre voluntad es inalienable Bruno Groening remarcaba la inalienabilidad de la libre voluntad de cada persona: "Me es permi-tido ayudar a una persona a encontrar el camino hacia el bien, pero no puedo quitarle la decisión ni puedo obligarla a obrar bien. Cada cual debe encontrar su propio camino." Cada cual debe ser capaz de decidirse por sí mismo y de responsabilizarse de su pro-pia vida. En el CABG no existe ningún dogma y no se requiere ni se transmite ninguna forma común de comportamiento. Niños y Jóvenes en el Círculo de Amigos En el CABG hay horas comunitarias para niños y jóvenes en el país y en el extranjero. Al igual que para los adultos, estas horas tienen lugar cada tres semanas. También aquí la asistencia es voluntaria. También aquí se transmiten las enseñanzas de Bruno Groening, pero de acuerdo con la edad de los participantes, en combinación con una oferta de actividades de juegos, danzas, caminatas por las montañas, canciones o mú-sica instrumental. El CABG - respeto de la esfera privada. En el CABG no se dan ninguna clase de prescripciones para la vida privada de cada uno. Cada amigo decide, cómo quiere llevar su vida social. Muchos amigos relatan, que ahora se sienten más capacitados para encarar las necesidades de la vida diaria con toda responsabilidad- gracias a un fortalecimiento de las energías físicas y espirituales. A menudo algunos amigos cuentan que han recuperado su autoestima y su equilibrio interno. El CABG - no tiene metas políticas El CABG no tiene ambiciones políticas y no prescribe ninguna tendencia. Las enseñan-zas de Bruno Groening están completamente libres de toda clase de tendencias ideo-lógicas. En el CABG están representadas personas que ejercen toda clase de oficios y profe-siones y que provienen de todas las capas sociales. A él también pertenecen médicos, docentes, amas de casa, abogados, obreros, etc., están representados todos los nive-les de edad y lógicamente también las más diversas opiniones políticas. Las finanzas en el CABG Bruno Groening nunca pidió dinero. Según su ejemplo, ésto actualmente también tiene validez en el CABG. Todos los amigos sin excepciòn trabajan voluntariamente y sin remuneraciòn alguna para el Circulo de Amigos. Esto es aplicable para todos los ami-gos en todas las àreas e inclúso para Dieter Häusler, quien es el guía del Circulo de Amigos. Básicamente toda colaboración es voluntaria y puede ser concluida en cual-quier momento. Todos los gastos del CABG se cubren exclusivamente por donaciones.

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No existe lo incurable Bruno Groening reconfirmó las palabras del ilustre médico Paracelsus quien dijo que se pueden curar todas las enfermedades pero no todas las personas. Para la "corriente curativa" por su naturaleza divina no hay límites, no hay enfermedades incurables; esto es válido también hasta para padeceres orgánicos, crónicos y degenerativos. Bruno Groening daba en sus enseñanzas reglas claras y sencillas de cómo se podía lograr y man-tener una curación. Los procesos de curación pueden ser diferentes de una persona a otra, aunque se trate de padeceres idénticos. Por eso no es posible hacer promesas de curación y en el Círculo de Amigos de Bruno Groening no se hace ninguna. El Grupo Especializado Médico-Científico (GEMC) Desde 1992 el Grupo de Especialistas Médico-Científico (GEMC) - dentro del Círculo de Amigos de Bruno Groening - es una agrupación de varios miles de especialistas de todas las profesiones terapéutico-curativas como profesores, médicos, naturistas, fisio- o psicoterapeutas, enfermeras, obstetrices y otros más - que se ha abocado a la tarea de recopilar, documentar, investigar y registrar las ayudas y curaciones que se produje-ron por vía espiritual por intermedio de las enseñanzas de Bruno Groening. En diversos congresos especializados y por medio de una revista especial los médicos y demás personas que ejercen profesiones terapeuta-curativas son informados sobre las enseñanzas, sobre curaciones ocurridas en seres humanos, en animales y en plan-tas, y sobre ayudas y protección en la vida diaria. El fundador del MWF (El Grupo Médico Científico) es el Señor Dr. Med. Matthias Kamp (recomendación de su libro: "Bruno Groening- Revolución en la Medicina", ISBN 3-927-685-20-8) en Grete Häusler GmbH-Verlag). Curaciones por vía espiritual por medio de las enseñanzas de Bruno Groening compro-badas por la Medicina - Médicos y otros terapeutas dan informaciones La gran cantidad de curaciones de todas clases registradas y el estudio de los meca-nismos de efectividad dieron para los especialistas una prueba inequívoca de que por este camino es posible ayudar a muchos enfermos, que hasta entonces no tenían chances de curación. Médicos y naturistas del GEMC dan conferencias internacionales, para informar ante médicos y no profesionales sobre sus experiencias con las enseñanzas y para llamar la atención sobre las posibilidades que todavía son bastamente desconocidas.

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