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  • VIRUSmemoria2000

    632 pginas21.05 euros

    ISBN 84-88455-82-8Edicin en cataln

    Quan parlem de cultura popular, parlem decultura que surt del poble i retorna al poble,sense que quedi monopolitzada en cap esta-ment de la societat. Els ateneus populars van serun dels mitjans pels quals la cultura retornava alpoble. En aquesta tasca collaboraren obrersillustrats, mestres, escriptors, cientfics, artistes,professors i catedrtics. Lafany de cultura i da-prenentatge, la solidaritat i el recolzament mutuentre els individus ajud clarament a potenciarels ateneus i centres obrers; lpoca i lidealismerevolucionari tamb varen sser factor impor-tant en el desenvolupament de les associacionsculturals, entre les quals destaca a CatalunyalAteneu Enciclopdic Popular.

    Una histria de BarcelonaAteneu Ecciclopdic Popular (1902-1999)

    Ferran Aisa

    VIRUSmemoria2000

    328 pginas16 euros

    ISBN 84-88455-27-5Edicin en cataln

    Salvat-Papasseit (1894-1924) s l'exemple mspur de l'home que, sortint de baix, pren cons-cincia i, des de la seva condici de proletari, esrebella i ho fa a travs de la "kultura". El seu auto-didactisme es nodreix de lectures crates i com-promeses que l'ajuden a formar el seu carcterrebel i el fan evolucionar d'un catolicisme pro-fund cap al socialisme i l'anarquisme i cap a unnacionalisme de profundes arrels socials. Sentdesig de lluitar per canviar el mn i per aix vol-dr anar sempre a l'avantguarda amb elsintelligents i els agosarats. El Salvat de mots infla-mats, el Salvat avantguardista, el Salvat revoltat...esdevindr Poeta, s a dir, l'home entusiasta.

    Joan Salvat-Papasseit,l'home entusiasta

    Ferran Aisa, Remei Morros

    Miquel Amors

    LA REVOLUCIN TRAICIONADALa verdadera historia de Balius

    y Los Amigos de Durruti

  • Ttulo:La revolucin traicionadaLa verdadera historia de Balius y Los Amigos de Durruti

    Cubierta y maquetacin: Virus editorial

    Foto de la cubierta: Jos Brangul

    Primera edicin: junio 2003

    Copyright Miquel AmorsCopyright de la presente edicin:

    Lallevir S.L. / VIRUS editorialC/Aurora, 23 baixos08001 BarcelonaT./fax: 93 441 38 14C/e: [email protected]:www.viruseditorial.net

    www.altediciones.com

    Impreso en:Imprenta LUNAMuelle de la Merced, 3, 2 izq.48003 BilboT.: 94 416 75 18Fax: 94 415 32 98C/e: [email protected]

    I.S.B.N.: 84-96044-15-7Depsito legal:

    VIRUSmemoria1996

    262 pginas13.40 euros

    ISBN 84-88455-94-1

    El 19 de julio del 36 la poblacin trabajadora sealz en armas contra la sublevacin fascista yproclam la revolucin social en todos losmbitos de la vida. Tambin la defensa armadaadoptara formas revolucionarias: las milicias,agrupaciones de voluntarios/as de carcter nojerrquico. De entre stas destacara por sucoraje la Columna de Hierro, la ltima en disol-verse ante el empuje de la contrarrevolucin yla militarizacin del Ejrcito republicano

    Crnica de la Columna de Hierro

    Abel Paz

    VIRUSmemoria1996

    400 pginas13.80 euros

    ISBN 84-88455-29-1

    Ponzn haba formado parte de un servicioespecial de las Columnas Confederales en losfrentes de Aragn (1936-1939), al Servicio deInteligencia Especial Perfrica (SIEP), cuyocometido era el de penetrar en la retaguardia delas lneas enemigas con misiones informativas yde rescate. La voluntad de continuar la lucha,una vez en el exilio, llevaran a Ponzn y a partede sus compaeros a poner su experiencia pre-via al servicio de la causa antifascista, colabo-rando con otros grupos libertarios y, en la medi-da de lo necesario, con los servicios secretosaliados en la labor de organizar una de las redespirenaicas de evasin ms importantes de laSegunda Guerra Mundial.

    La red de evasin del grupo PonznAnarquistas en la guerra secreta contra el fran-

    quimo y el nazismo (1936-1944)

    Antonio Tllez Sol

  • VIRUSmemoria1999

    320 pginas15 euros

    ISBN 84-88455-6-62 edicin

    Sobre la base de un estudio riguroso y profun-do de las condiciones sociales y polticas quepermitieron el surgimiento de un movimientoemancipatorio de mujeres en la Espaa revolu-cionaria del 36, Martha Ackelsberg analiza afondo las razones que llevaron a un numerosogrupo de mujeres del mbito libertario a la cre-acin de Mujeres Libres en contra de lavoluntad de buena parte de los hombres e,incluso, de algunas mujeres del MovimientoLibertario los problemas, temas de disputa yrelaciones que mantuvieron con ste; y sus dis-cusiones internas, objetivos y funcionamiento.

    Mujeres LibresEl anarquismo y la lucha por la emancipacin

    de las mujeres

    Marta Ackelsberg

    VIRUSmemoria1996

    365 pginas15 euros

    ISBN 84-88455-25-92 edicin

    La derrota del fascismo no signific el reconoci-miento de la labor de la resistencia armada ymucho menos de la contribucin de la mujer ala misma. La resistencia comunista y anarquistafue cubierta con el manto del olvido, cuando noperseguida durante la postguerra. De la mujerse esperaba su vuelta silenciosa al hogar, igno-rada muchas veces su labor en la guerra hastapor sus propios camaradas. Haban cuestionadodemasiado profundamente su rol de seres pac-ficos e indefensos, y durante muchos aos slomerecieron el desprecio o el silencio de la his-toriografa de la resistencia.

    PartisanasLa mujer en la resistencia armada contra el fas-

    cismo y la ocupacin alemana

    Ingrid Strobl

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5I. Escamots . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9II. Pars . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25III. Insurreccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43IV. Octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61V. Renacer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81VI. Julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99VII. Gobierno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121VIII. Milicias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143IX. Retaguardia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171X. Crisis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191XI. Mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213XII. Traicin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237XIII. Presos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263XIV. Aragn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285XV. FAI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307XVI. Alerta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331XVII. Derrota . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 347XVIII. xodo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369XIX. Paria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 389XX. Hyres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 409

    Principales archivos y publicaciones consultadas . . . . . . . . . . . 425Reediciones de las publicaciones de Los Amigos de Durruti . . 427Libros, artculos y folletos sobre Los Amigos de Durruti . . . . . 429Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 431ndice onomstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437

    ndice

  • VIRUSnarrativa2000

    269 pginas12 euros

    ISBN 84-88455-81-X2 edicin

    Cuando en julio de 1936 se produce el levanta-miento armado fascista contra la Repblica espa-ola, George Orwell decide viajar a Espaa paratrabajar como periodista; pero las circunstanciasle llevarn a enrolarse en las milicias del POUM.Como miliciano luchar en el frente de Aragn yser gravemente herido en la garganta, tomaparte en los sucesos de Mayo del 37 en Barce-lona; y, como sus compaeros del POUM, sufri-r persecucin por parte de los estalinistas delPSUC y se ver obligado a huir de Espaa, atra-vesando la frontera como simple turista. En1938 escribe Homenaje a Catalua, donde rela-ta sus experiencias en la Revolucin espaola.

    Homenaje a CataluaGeorge Orwell

    [Edicin integra no censurada]

    VIRUSmemoria1992

    360 pginas13.80 euros

    ISBN 84-604-1861-83 edicin

    Partiendo de la vida de uno de los personajesms conocidos: Francisco Sabat, se nos pre-senta a toda una generacin de militantes liber-tarios espaoles; herederos de las ideas anarco-sindicalistas y actores de la Revolucin espao-la de 1936. Los protagonistas comienzan en1944 un combate mediante la propaganda y laguerrilla contra una dictadura que niega al indi-viduo todo el derecho a la expresin, ensean-za, asociacin a la difusin de las ideas, e inclu-so, al pensamiento mismo; contra una polticaeconmica y social que desde los aos 50 serla causa de numerosos movimientos socialesencontrado eco hasta en la burguesa espaola.

    SabatGuerrilla urbana en Espaa (1945-1960)

    Antonio Tllez Sol

  • Tona, Abelard, 10, 13, 15, 19, 23, 30,44, 48

    Torrs, Henri, 378Torres Picart, Joan, 380Toryho, Jacinto, 119, 121-4, 131, 134,138, 149, 184-5, 197, 215, 224, 236,239-40, 242, 245, 255, 335, 354,365

    Toublet, 368Trabal, Jess, 145, 408Trotsky, Len, 237Trueba, Manuel, 364Trujillo, 378

    U

    Urales, Federico (Juan Montseny), 65,315

    V

    Val, Eduardo, 155Valero, Jos, 242, 267Vallejo, Eugenio, 160Vela, Pedro, 238Viadiu, Jos, 354, 365, 382, 388Vidal, Antonio, 94, 100, 408Vidiella, Rafael, 215, 417Vilanova, Mart, 27, 38Villanueva, Francisco, 97Villar, Manuel, 57, 60, 86-7, 90, 95,184-5, 411

    Villaverde, Jos, 89Viuales, Evaristo, 363Viuales, Mariano, 91, 388Volin, 260Viroga (Vicente Rodrguez), 263Vivier-Merle, 370

    W

    Wolf, Erwin, 307

    X

    Xammar, Ramon, 15, 26Xena, Jos, 99, 124, 196, 218, 237,242, 251, 282, 293, 313, 324, 351,385

    Xicota, Sancho, 44

    Y

    Yage, Juan (coronel), 84, 117Yages, Juan, 79-80, 94, 104Yoldi, Miguel, 94, 100, 102, 149, 212

    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

    444

    Z

    Zamacois, 123Zugazagoitia, Julin, 280

    Escribir la biografa del insigne revolucionario que fue Balius para m ha sidocumplir una tarea pendiente de aos. A finales de la dictadura franquista mispasos en el anarquismo me haban conducido a la crcel y al exilio. La cons-tante agitacin social y la enfermedad de Franco suman a la emigracin pol-tica en cbalas ante el advenimiento de una poca de cambios. En sus clculosespeculativos la realidad espaola contaba poco al lado de otros componen-tes de ms peso, como por ejemplo las convicciones resultantes de esquemasideolgicos inamovibles y caducos o los deseos nacidos de esperanzas conti-nuamente frustradas, todo ello disimulado con desarrollos tcticos nebulososque dejaban traslucir o bien una desorientacin hasta cierto punto ingenua obien un declarado oportunismo. Lo peor eran las previsibles componendasentre el aparato franquista y una semioposicin montada sobre la marcha porel partido estalinista y los socialistas residuales con elementos descolgadosdel rgimen para dejar las cosas tal como estaban, al tiempo que los recinvenidos buscaban acomodo en la escena poltica del posfranquismo.

    Para quienes tenamos en cuenta las posibilidades revolucionarias queencerraban las dificultades de tal pacto por la ruptura poltica yo diramejor por la digestin tranquila del franquismo, dificultades incrementa-das por la intervencin inesperada de las masas proletarias desbordando elhorizonte reducido de una oposicin comprada, la fecha del 3 de Mayo de1937 era un smbolo. Con toda seguridad, el movimiento obrero, impulsa-do por recientes huelgas, imposible de encuadrar en los sindicatos vertica-les o en los embriones del futuro sindicalismo y enardecido por el debilita-miento de la represin, iba a avanzar durante un tiempo y a crear unasituacin favorable para la formulacin de un proyecto revolucionario. Unbando se constituira con el propsito de derrocar al Estado franquista yhacer la revolucin, y otro opuesto levantaran las fuerzas de oposicindemocrtica, decididas a formar con dicho Estado una gran coalicin deorden para vencer a la revolucin. La victoria pertenecera al contrincanteque hubiera sabido ganar por la mano a su enemigo. El paralelismo entreaquel hipottico desenlace y Mayo del 37, la ocasin perdida del primerasalto proletario a la sociedad de clases, era manifiesto.

    El inters que despertaban las alternativas de Mayo del 37 en tanto quegua del presente era evidente, por lo que el conocimiento de aquellas jor-nadas y de la historia de sus protagonistas indiscutibles, Los Amigos deDurruti, era fundamental como base histrica de un nuevo proyecto revolu-

    5

    Introduccin

  • cionario en Espaa. Entonces o hablar por primera vez de Balius, secretariode aquella agrupacin. En Pars, rue Vignoles, sede de la CNT, me facilitaronsu direccin, y le escrib ofrecindome para la publicacin de sus recuerdosde Mayo del 37 o de una antologa de textos comentados. Balius estaba deacuerdo, pero ni l ni yo disponamos de documentos ni de medio materialalguno con que ponernos manos a la obra. Adems, l estaba en Hyres y yoen Pars, y las condiciones precarias de ambos nos impedan vernos con laasiduidad que el calibre de la labor requera. Finalmente yo regres a Espa-a y otros tareas ms urgentes acapararon mi atencin, aunque tuve la satis-faccin de ver que Etctera y el Centro de Documentacin Social editabanbuena parte de la produccin de Los Amigos de Durruti.

    Pas el tiempo y pas la poca. Ha quedado atrs el siglo de la Revolu-cin Traicionada, que es como defini Camus la centuria que contuvo laRevolucin Espaola. El proletariado fue vencido y la fatalidad quiere queen su crepsculo como clase yo haya podido reunir tiempo y energas sufi-cientes para escribir esta historia, cuando menos til resulta, tan cierto esque la lucidez resplandece en el ocaso. Ahora el panorama intelectual espobre, la crtica historiogrfica no existe, los rastros de la memoria se vandifuminando y toda una prole de historiadores profesionales trabaja para elolvido. Como consecuencia, la generacin actual vive sin pasado. Los mto-dos de trabajo actuales pueden resultar impensables para quienes exiganrigor y erudicin: hoy parece que para historiar, por ejemplo, la vida de unpersonaje, pongamos por caso, de Jos Martnez, haya que empezar igno-rndolo todo sobre l. El punto de partida es la ignorancia.

    El papel que desempea la revisin historiogrfica moderna consiste enproporcionar una visin de la historia tan en la perspectiva del pensamientodominante que el pasado resulte un ensayo ms o menos imperfecto, ms omenos fallido, del presente. Algunas constantes ilustran este revisionismo: elrepudio de la accin directa y ms an de la violencia no estatal, la justifica-cin de las jerarquas y de sus unilaterales decisiones, la aceptacin de lapoltica como profesin de elegidos y juego entre camarillas, la incitacin alconsenso y a la unidad entre dirigentes, el protagonismo otorgado a trivia-les personajes, la ocultacin del papel de las masas (que cuando actan porsu cuenta son extremistas, romnticas, manipuladas por grupos radica-les, etc.), el silencio en torno a los revolucionarios... Para el historiador revi-sionista la lucha social siempre es un problema de personas; como mucho devanguardias, nunca de clases. Las masas no existen, slo los lderes que lasrepresentan. Las masas sin jefes no son masas, sino grupos de incontrola-dos. Y, por lo tanto, en el 36 nunca hubo revolucin ni revolucionarios; sim-plemente, conspiracin contra las autoridades legtimas. En ese sentido yen otros coinciden bastante con los historiadores estalinistas. El idealismode las masas que no siguen a los dirigentes es objeto de un psicoanlisis quelo disuelve en una suma de motivaciones particulares egostas basadas en laambicin, el resentimiento, la exaltacin, el delirio, la miseria, etc., a las quese opone con todo lujo de datos el prosaico inters cotidiano de la mayorapor la supervivencia. Ante todo es una historia de vencedores que ha de alec-

    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

    6

    Ramrez Corra, 380Ramos, Jos, 147Rebull, Jos, 222, 229, 419Rein, Mark, 284Re, 153Reparaz, Gonzalo de, 276Rey, David, 17Richards, Vernon, 391Ridel, Hersay (ver Louis Mercier-Vega)

    Riera, Luis, 98Rionda, Ricardo (Rico), 212Roa, Agustn, 391Roca, Facundo, 339Rodas (Louis), 385Rdenas, Libertad, 382Rdenas, Progreso, 17, 152, 155, 165-6, 175, 378-9, 388, 415

    Rodrguez, 153Rodrguez, Jos Mara, 222Rodrguez, Vicente (ver Viroga)Rodrguez Dranguet, Alfonso, 273Rodrguez Salas, Eusebio, 44, 127,189, 206, 213-4, 218, 221, 226, 252,419

    Rodrguez Vzquez, Mariano (verMarianet)

    Rogers, 353Roig, Eleuterio, 216, 229, 240, 257,355, 386, 415

    Roig Padr, Jaume, 379-80Romanones, Conde de, 8, 34, 332Romero, Antonio, 47, 171, 175, 186-7,193-4, 199, 201

    Rommel (general), 393Rosemberg, Marcel, 146Roses, 364Rosselli, Carlo, 246Rostropovitch, Mstislav, 410Royo, Macario, 288Rovira, Josep, 23, 25-7, 29-30, 33, 39,219

    Ra, Juan, 235, 284Ruano, Lucio, 98, 100, 148-9, 153,219-20

    Rueda Ortiz, Juan, 385Rdiger, Helmut, 41, 46, 56, 179, 186,255, 271, 274, 296, 306, 345, 353,389, 397

    Rufinelli, L., 351, 365Ruiz, Luzbel, 47, 95, 130Ruiz, Pablo, 9, 46-8, 50, 56, 79, 86, 90,98-100, 103-4, 116, 130, 143, 152,155-6, 158, 164-5, 167, 171-3, 194,197, 199, 202, 215-6, 227, 238-40,255-6, 287-8, 334, 353, 394-8, 403,407-8, 415, 420

    S

    Sabat, Francisco, 394-5, 401, 405Sez, ngel, 153Sez Barrios, Pedro, 391Salvat-Papasseit, Joan, 103Samblancat, ngel, 103Samper, Ricardo, 69, 73Snchez, 197Snchez, Manuel, 258Snchez Guerra, Jos, 34Snchez Saornil, Luca, 141, 365Sancho, Juan, 104Sanjun, 364Sanjurjo Sacanell, Jos (general), 52Santana Calero, Juan, 81, 184, 191,197, 263, 267-8, 278, 281, 313, 334-5, 345, 363

    Sanz, Ricardo, 47, 89, 149, 151, 160,212, 248

    Schafranek, Hans, 6Schwartz, Stephen, 281Segu, Salvador, 7Sells, 380Semprn, Carlos, 416Serge, Vctor, 222, 379Ses, Antonio, 30, 44, 220Shapiro, Alexandre, 63, 258, 309, 339Sharkey, Paul, 6, 281, 343, 416Soares-Cunhal, Mario, 415Sol Caizares, F. de, 32Solano, Wilebaldo, 216, 231Sopena, Po, 59-60Soria, Carles, 104Souchy, Agustn, 138, 159, 210, 231,271, 295, 302, 305, 411

    Sousa, Germinal de, 138, 210, 218,358, 385

    Stalin, Jos, 49, 236, 294, 360Surez, Adolfo, 415Subas, Serafn, 98, 100, 171, 175Sutil, Len, 184

    T

    Tapia, Jos, 324Tarradellas, Josep, 33, 112, 132, 185,214

    Trrida del Mrmol, Fernando, 65Tarrou, Raoul, 159Tavera, Susanna, 138Terrs, Joan, 17Thalmann, Clara y Pavel, 204, 217Thomas, Hugh, 233, 417Togliatti, Palmiro, 302Toms, Pascual, 319Toms i Piera, Josep, 379-80

    NDICE ONOMSTICO

    443

  • Munis, G. (Manuel Fernndez-Grandi-zo), 222, 306, 325, 355-6, 371, 385,387, 389, 391, 397, 404, 416

    Muoz, Francisco, 286Muoz, Rosa, 245-6Muoz Congost, Jos, 407Murillo, 380Mussolino, Benito, 28-9, 70, 92, 120,224, 236

    N

    Navarro, Patricio, 94, 98, 220, 380,388

    Negrete, Pilar, 98Negrete, Rosalio (Rusell Blackwell),201, 231

    Negrn, Juan, 122, 233, 248-9, 267,269, 273, 275, 281, 289-90, 292-5,308, 315, 320, 322-3, 331, 333, 335,337, 342, 348-9, 357-8, 360, 362,373, 375, 377, 382, 390

    Neri, 380Nicolas, L., 112, 365Nieves Nez, Alfonso (Julio Quinte-ro), 57, 62, 80, 337

    Nin, Andrs, 46, 49, 135-6, 205, 216,257, 284, 379

    Noja Ruiz, Higinio, 65Nez, Joaquim, 29

    O

    Ocaa, Antonio, 124, 131, 160Ocaa, Floreal, 278, 388Oehler, Hugo, 221, 231Ords, 336Orobn Fernndez, Valeriano, 61-2Orr, Charles, 221Orr, Lois, 221, 306Ortiz, Antonio, 89, 98, 149, 156, 292,302, 364

    Orwell, George, 211, 232-3Overbeke, Eugenie van, 306Ovseenko, Antonov Vladimir, 132,146, 236, 259

    P

    Pablo, 153Pablo, de, 212-3Pabn, Benito, 271Pags, Manel, 9, 11-2, 16, 18Palau, Baldomero, 355Palmira, 98Paniagua, Domingo, 240Paniagua, Jos, 152, 165, 171, 175

    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

    442

    Papasseit, Josep, 10, 15Paradell, 229Pramo, Lorenzo, 209Pasternak, 410Pastor, Jos, 197Paz, Abel, 165, 187, 233, 275, 421Pecia, Miguel, 416Peirats, Jos, 57, 90-1, 104, 120, 157,209, 233, 278, 313, 361, 407-8, 416-9

    Peir, Juan, 23, 31, 36, 39, 46, 65-6,114, 130-1, 135, 147, 218, 309, 375

    Pelegrn, Mara, 165Pellicer, Francisco, 47, 49, 56, 86, 89,93, 105, 124, 130, 171, 180, 194,199, 209, 334, 415

    Perell, Marcell, 10, 13, 15-6, 18, 121Prez, Joaqun, 152, 175, 187, 231,359-61, 382, 386

    Prez, Manuel, 89, 323Prez, Serapio, 151, 267-8Perseo, R., 80Pestaa, ngel, 23, 36, 39, 46-7, 49,66, 130, 294, 335, 342

    Pintado, Fernando, 100, 103, 121, 124Planas, Josep Maria, 87, 96Ponzn, Francisco, 176, 216Pou, Bernardo, 39, 80, 242Pozas Perea, Sebastin (general), 226,230, 248, 260

    Prat, 48, 326Prieto, Indalecio, 33, 62, 84, 91, 122,126, 248, 295, 318, 320, 333, 349-50, 359, 373, 375, 381-2, 390

    Prieto, Manuel, 46Primo de Rivera, Miguel (general), 8-9,11, 25, 28, 31-2, 38, 51, 83, 237, 281

    Primo de Rivera, Jos Antonio, 62Prince, Jacobo, 138, 210Prudhommeaux, Andr, 113, 256-7,259-60, 298, 303, 312, 330, 345,368, 377, 385

    Pruns, Pere, 23Puente, Isaac, 65, 67Puig Antich, Salvador, 413Puig Elas, Juan, 160Puig Garreta, Antonio, 171, 175, 334Puzo, Mariano, 361

    Q

    Queipo de Llano, Francisco, 97Quesada, Jos, 222Quiles, Pedro, 280, 364, 378

    R

    Rama, Carlos M., 233

    cionar a los sbditos en el sistema de valores de la actual clase media urbana,el segmento de la poblacin que mejor refleja los ideales de la dominacin.Por eso es una historia indulgente, sin malos ni buenos, slo con penososerrores y excesos lamentables que-no-han-de-volver-a-repetirse. Es uncuento con moraleja en el que el bien lucha contra el mal. El bien est encar-nado por personajes y partidos concretos cuyo comportamiento puede aco-plarse a la mentalidad dominante actual por ejemplo: Azaa, Companys, laPasionaria, la burguesa liberal, los treintistas; y el mal aparece caricaturi-zado y demonizado hasta ser casi inaprehensible, animando esperpentosextinguidos como el demagogo anticlerical, el falangista fantico, el curaintegrista, el seorito feudal... El bien es la democracia, el mal es el fascis-mo, conceptos que se presentan vacos de contenido, fantasmales.

    Los hechos no bastan, hay que preservar su memoria: tampoco los muer-tos estarn a salvo del enemigo cuando ste venza. Y este enemigo no hacesado de vencer (W. Benjamin). Primero se hace Historia, despus hay quecombatir por ella. La Historia, pues, es algo muy importante como para dejar-la en manos de los historiadores. Afortunadamente no todo ha sido desola-cin en ese campo despus de Bolloten. Siempre sale alguien que siguederroteros opuestos a la historiografa del sistema, como prueba de que elamor a la verdad no tiene remedio. Historiadores de otro tipo se vienen dedi-cando a la restauracin de la verdad de las luchas, el mejor servicio que se lepuede hacer a la causa de la libertad y la emancipacin; mencionar sola-mente a los relacionados con nuestro tema: Agustn Guillamn, Paul Sharkey,Hans Schafranek, Frank Mintz. No dir que para escribir la historia de unarevolucin haga falta haber participado en unas cuantas (aunque no estarade ms), pero creo que si no se hace historia sin pasin, al decir de Hegel,tampoco se escribe historia sin pasin. La objetividad se consigue simpati-zando con el objeto, no huyendo de l. Concretando: para hablar de nuestraguerra civil revolucionaria hay que implicarse en ella, escoger bando y nocontemplar su verdad desde la galaxia Andrmeda, tal como aconseja la his-toriografa moderna ms pretenciosa. De hecho, ella tambin ha escogido subando, el bando contrario, y su aducida neutralidad es slo un artificio paradisimular dicha eleccin. Por consiguiente, quienes mejor escribirn la histo-ria de Los Amigos de Durruti sern los que han sido o todava sean un pocoAmigos de Durruti. Esto no significa dar carta blanca a interpretacioneshagiogrficas y maniqueas, esta vez en sentido contrario al del revisionismo.Ni tampoco sentar ortodoxias: las vas del presente pueden iluminarse con laexperiencia del pasado, pero el presente no es el pasado. Escribir historiaquiere decir acercarse apasionadamente a los hechos, al punto en que stoshablen por s mismos y, consecuentemente, digan la verdad sobre s mismos;luego, que cada cual opine o juzgue. La manera de escribir ms autnticaempieza tratando de pensar como los protagonistas histricos, adoptando supunto de vista, lo cual no es trabajo sencillo. Es tan arduo que sospecho quea Balius le habr sido ms fcil hacer historia que a m tratar de restituirla.

    Miquel Amors, octubre de 2001

    INTRODUCCIN

    7

  • Luis, Juan, 165Lunazzi, Jos, 138, 210, 218, 272

    LL

    Llad, Bruno, 46-7, 56, 88, 173, 176,243, 334, 355, 361, 382, 386, 388-9,415

    Llahoneta, Sim, 29Llopis, Rodolfo, 422Lluh i Vallesc, Joan, 33, 71

    M

    Maci, Francesc, 9, 12-5, 17-8, 20-36,41, 43-4, 49, 53, 66, 68, 72, 76, 104,126, 382

    Madrid, F., 96Maeztu, Ezequiel, 47, 220Magre, Ramon, 17Magri, Jaime Rosquillas, 39, 80,105, 411

    Maguid, Jacobo, 121, 138Malatesta, Enrique, 207, 271Mallo, 380Manent, Joan, 104, 117, 408Manolo, 138, 202, 210Manzana, Jos (sargento), 98, 100,149, 153, 156-7, 225

    Ma, Juan, 131Maran, Gregorio, 34Marat, 420Marianet (Mariano Rodrguez Vz-quez), 90, 106, 119-20, 122-4, 147,185, 196, 209-10, 214-5, 220, 225-6,229, 232, 236, 238, 242, 248, 267-8,272, 276, 282, 286, 288, 290, 292-5,309, 311, 314, 317, 348-9, 351, 358-9, 362, 375, 377, 385, 392

    Marn, ngel, 212Marn, J., 150, 171, 175, 187Maroto, Francisco, 171, 190, 192-3,195, 198, 201, 203, 207, 210, 337

    Marsans, 9Marseille (Henri Lacroisille-Pcond),298

    Martchenko, 410Mart, Ada, 244, 258, 278, 355Mart Ibez, Flix, 175, 186, 278Martn, 210, 216Martn Gudell, 146Martn, Antonio, 206Martnez, Alfredo, 191, 235, 284Martnez, Flix, 171, 175, 186Martnez, Jos (El Valencia), 6Martnez, Jos Mara, 83, 85, 98Martnez, Pere, 380

    Martnez Anido, Severiano (general),12, 46-7, 125

    Martnez Barrios, Diego, 52, 55, 66,370, 382, 385, 390

    Martnez Prieto, Horacio, 87, 89, 106,147, 282, 294, 318, 339, 349, 358-9,377

    Martnez Vargas, 14Martnez Velasco, Jos, 62Mas, Valerio, 134, 214, 223, 227, 385Mascarell, Manuel, 339Mass i Llorens, Manel, 28, 38Massoni, Pedro, 36Maura, Antonio, 8, 32, 34, 52Maura, Miguel, 34-5, 39, 45, 51Mauricio, Eduardo, 404Maurn, Joaqun, 30-2, 41-6, 49, 56-7Mavilla, Jos, 278, 288Mc Donald, Nancy, 391Mendizbal, Eustaquio, 413Mendoza, 353Menndez, Teodomiro, 84Mera, Cipriano, 147, 149, 155, 362Mercier-Vega, Louis (Charles Cort-vint), 324, 339, 357, 368-9, 377,385, 396

    Merino, Julin, 143, 220, 313-4, 316,324, 351, 364

    Mestres, Ricardo, 138Miguel, 313Miguel, Alfonso, 46, 56Mingo (Ponciano Alonso), 49, 130,160, 313, 355

    Mintz, Frank, 6, 167, 416Mir Pujol, Carmen, 9Mira, Antonio, 167Mira, Emilio, 36, 39Mira, Jos, 151Miravitlles, Jaume, 10, 16, 28, 30-1,38, 41, 43-6, 56, 227

    Mir, Fidel (Mirlo), 87, 138, 191, 268,281, 411

    Molero, M., 292-3, 302Molina, Juan Manuel (ver Juanel)Montas, Cesreo, 165Montseny, Federica, 89-90, 106, 112,119-20, 131, 147, 193-4, 200, 202,217-8, 220, 226, 229, 236, 239, 271-2, 275, 294, 301, 314, 318, 326,335, 346, 358-9, 364, 371, 375, 377,388, 392, 394, 407, 417, 421

    Monzn, Jess, 393Morat, Agustn Gmez (general), 97Morn, Gabriel, 192Morrow, Felix, 391Moulin (Hans Freund), 204, 217-8Moya, Giordano, 364

    NDICE ONOMSTICO

    441

  • Gilabert, Alejandro G., 47, 49, 57, 60,76, 90, 94-5, 100, 121, 123, 130,132, 134, 173, 185, 193, 242, 275,313, 316, 326, 355, 386

    Gins, Manuel, 131Ginestat, Antonio, 138, 210Giovanni, Severino di, 86Giral, Jos, 388, 390, 393, 404Goded, Manuel (general), 97, 253Goldman, Emma, 259, 348, 358Gmez, Hortensia, 165Gmez Casas, Juan, 281Gonzlez, Felipe, 415Gonzlez, Ildefonso, 138Gonzlez Inestal, Miguel, 292, 365Gonzlez Mallada, Avelino, 89Gonzlez Pea, Ramn, 84, 382Gordo, Valeriano (sargento), 98Gordon Ordax, Flix, 66Gorkin (Julin Gmez), 23, 30, 38,216, 224-5, 232, 387, 411

    Granell, Eugenio Fernndez, 404Granier-Barrera, Emili, 15, 18Grnfeld, Jos, 138, 156Gubern Puig, Carles, 382Gudell, Martn, 146Guerra, N., 155, 166Guillamn, Agustn, 6, 281Guimer, ngel, 71Guyard, 324Guzmn, Eduardo de, 363

    H

    Halcn, Marcos, 47Hernndez, Jess, 257, 335Hernndez, Manuel, 215Herrera, Pedro, 90, 122, 138, 175,220, 236, 239, 294, 314, 317, 348,358, 385, 411

    Herreros, Toms, 94Hitler, Adolfo, 70, 224, 236, 294, 360-1, 382

    Holgado, Enric, 15-6Huertas, Jos, 380Hugenberg, 51

    I

    Ibarruri, Dolores (La Pasionaria), 6,422

    Iglesias, Abelardo, 138, 202, 210Iglesias, Ignacio, 13, 281igo, Rodolfo, 292, 358Irujo, Manuel, 249, 273, 283, 335, 358Isgleas, Francisco (Pancho), 152, 185,219, 263, 275, 322, 335, 385

    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

    440

    Iturbe, Lola, 98

    J

    Jadraque, 408Jellinek, Frank, 389Jimnez, Mara, 185Jimnez, Miguel, 65, 95, 358Joffre (general), 13Jouhaux, Leon, 271, 370Jover, Gregorio, 38, 46, 143, 149, 218,244, 258, 378

    Juan Carlos I, 415Juanel (Juan Manuel Molina), 67, 86,98, 138, 148, 210, 219, 239, 255,260, 290, 417

    Juli, Jaume15-6, 18

    K

    Kent, Victoria, 391Kennedy, 402Kerenski, Alejandro, 43, 92Kornilov, 308Kning, Barn de, 166Kropotkin, Pedro, 408Kruschev, 402Kuznetzov, 410

    L

    Laborda, Valeriano, 242, 252, 280,322, 358

    Langdon-Davies, John, 213Lapeyre, Paul, 176, 260, 271, 298,339, 345, 364, 368

    Largo Caballero, Francisco, 44, 61, 77,84, 91, 114, 155, 174, 182, 214,237, 248, 251, 261, 289, 308, 315,318-9, 331, 360, 377, 421

    Laura, Teresa, 165Leandro, 219Leclerc (general), 393Lenin, Vladimir Ilich, 43, 48Lerroux, Alejandro, 52, 62, 73, 76,130

    Leval, Gaston (Pierre R. Pillier), 148Liarte, Ramn, 227, 275, 282Lster, Enrique, 290-1, 300-1, 318Lobo, Baltasar, 138Lpez, Juan, 46, 106, 218, 301, 367,411

    Lpez, Manuel, 288, 358Lpez Ochoa, Eduardo (general), 84Lorenzo, Csar M., 233, 281Louzon, Robert, 370Lucarini, Liberto, 364

    Que se d, no ya la autonoma, que sta despus de todo es acepta-ble: que se d incluso la independencia a Catalua, y sabis quines

    seran los primeros en no aceptar la independencia de Catalua?Nosotros, no; de ninguna manera; nosotros nos entenderamos muy

    bien y pronto con la burguesa catalana. Sabis, repito, quines ser-an los primeros en no aceptar la independencia de Catalua? Los

    mercaderes de la Lliga Regionalista; la misma burguesa catalana.Salvador Segu, discurso en la Casa del Pueblo de Madrid, 4-X-19

    La pugna a principios del siglo XX entre los intereses econmicos de losfabricantes catalanes y los latifundistas castellanos y andaluces fue la quedetermin la creacin del partido Lliga Regionalista y dio lugar a que losintereses de la burguesa apareciesen en la escena poltica como cuestincatalana. Pero la burguesa nunca fue nacionalista; si se vesta con ese ropa-je era por objetivos de clase. La burguesa solamente se haba consolidadocomo clase en Catalua, de ah su programa localista. Demasiado conserva-dora para enfrentarse con la Monarqua espaola y dependiente del exiguomercado interior, una vez acabada la guerra del 14, haba traicionado a laoposicin de republicanos y socialistas para pactar su entrada en el Gobier-no de la oligarqua agraria, defendiendo desde all sus mercancas con aran-celes y los bajos salarios con la mano de obra que el propio campo andaluzy castellano le enviaba a espuertas. Las luchas obreras organizadas por unaCNT en auge, al desbaratar sus propsitos, la forzaron a organizar bandasde pistoleros y la empujaron en brazos del Ejrcito espaol, totalmenteanticataln, pero ltimo recurso contra el proletariado. Dijo Balius:

    Fueron los aclitos de Camb los que se aprovecharon del alud debrazos que cay sobre nuestros centros industriales. Los nacionalistasde la Lliga no sintieron el menor reparo de hacer dejacin de sus ideaspairalistas cuando se trat de cebarse en el dolor humano. Poco lesimport reemplazar un trabajador cataln por uno espaol que seofreca por una peseta menos [...] La burguesa catalana levant unequipo de mercenarios buena parte de ellos no eran catalanes quecon la pistola y la ayuda incondicional de las autoridades, que sonantpodas al nacionalismo, se empleaban contra los trabajadores

    9

    I

    Escamots

  • catalanes. La sangre derramada por Segu y otros entraables cama-radas, prueba de una manera inconcusa que el patriotismo o nacio-nalismo burgus es un apartado del programa de clases.1

    Balius recordaba en el exilio que la Monarqua espaola estaba en crisisal menos desde el desastre del Barranco del Lobo y la Semana Trgica en1909; pero en 1917 slo la traicin de la burguesa catalana, atemorizadapor el proletariado, detuvo su cada. El golpe de Primo de Rivera trat desalvar a las dos in extremis:

    De 1917 a 1923 la crisis poltica es manifiesta: en seis aos 13 crisisministeriales y 30 parciales. El Ministerio Maura-Romanones-Camb fra-casa. Maura se inclina hacia la intransigencia anticatalana. Cambvuelve a la oposicin con su famoso discurso: Monarqua? Repblica?Catalua!.2

    La burguesa catalana y la del Norte que podan haber hecho larevolucin democrtico-burguesa, se aliaron con los latifundistas portemor a la clase trabajadora. De esto tenemos pruebas bien patentes.El lder de la burguesa, Francisco Camb, en 1919 se entrega conarmas y bagajes a los latifundistas. La burguesa catalana se atemori-z con la huelga de La Canadiense.3

    La Dictadura primorriverista, si bien auspiciada por Alfonso XIIIpara soslayar las responsabilidades en el matadero de Annual, se ins-taur ante todo, para ahogar la amenaza de tipo social y para frenarlas arremetidas de un proletariado pujante y sobre todo de una CNTque haba conquistado grandes capas de la poblacin laboriosa.4

    La burguesa financiera e industrial puso todos sus recursos en latramoya militar. Restringieron los crditos, sabotearon la economa,implantaron el lock out, provocaron huelgas. Los burgueses catalanesrecibieron con grandes muestras de jbilo la polacada de los milita-res. La etapa de Primo de Rivera se ha de catalogar como un ensayo dela clase dominante para eludir el zarpazo de la clase trabajadora queen las etapas venideras se produce con trazos ms categricos.5

    Sin embargo, no era el nacionalismo patrimonio exclusivo de la bur-guesa catalana. Tambin reflejaba fielmente la idiosincrasia de las clasesmedias, patriotas de blusa y mandil, y resuma su sistema de valores. Lapequea burguesa que no vuela ms all del rea local, fragua un idealpropio, con el propsito de defender su escrofulosa economa. El naciona-lismo les cae al pelo.6 Especialmente a un sector heterogneo compuestopor pequeos negociantes, oficinistas, dependientes de comercio, mdi-cos, abogados y estudiantes muchos de ellos recin emigrados a Barcelo-na desde los alrededores, que se alejaba decepcionado de la poltica de

    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

    10

    NDICE ONOMSTICO

    439

    Cotelo, Ramn, 138, 210, 219Crase, Louise, 391Cuss, Artur, 15, 19

    CH

    Chueca, Miguel, 244, 286-8

    D

    Daladier, 369Dalmau, Gaspar, 334, 337Daurat, 324Delaisi, Francis, 86Delbos, 249Delso de Miguel, Joaqun, 268Dencs, Josep, 67, 69, 71-5, 92Didac Piero, Miquel, 421Dez, Galo, 89, 290, 358Dolfuss, 70Domnech, Jos Juan, 89-90, 292-3,311-2, 322, 335, 411

    Domingo, Marcelino, 23, 33, 66Dos Passos, John, 379Duran, Carles, 10, 29Durruti, Buenaventura, 29, 36, 38, 46-7, 52, 73, 77, 79, 87, 89-90, 98-100,102-3, 115, 121, 143-150, 156, 169-74, 177-8, 186-7, 197, 199, 201,212-3, 224, 230, 249, 269, 309, 334-6, 345, 364, 401, 413, 421

    E

    Eden, 249Ehrenburg, Ilya, 241, 249Einstein, Karl, 150Ejarque Pina, Antonio, 299Endriz, Ezequiel, 100, 122, 124Eroles, Dionisio, 17, 47, 185, 225-6,238, 243-4, 251, 267-8

    Escal, 9Escorza, Manuel, 358Esgleas, Germinal, 263, 377, 385, 388,392, 407

    Espigoulet, Michel, 298Espinalt, Miguel, 160Espinar, Miguel, 193Esplugas, Jos, 102, 153, 171, 173,175, 193, 334, 388

    Ester, Jos, 408, 421

    F

    Fbregas, Joan P., 46, 125Fabregat, Ramon, 15, 24, 38Faceras, Jos Luis, 394

    Fernndez, Aurelio, 47, 98, 189, 220,273

    Fernndez Granell, Eugenio, 379Ferrer, Francesc, 15Ferrer, Joan, 407-9Ferrer, Miquel, 15, 18-9, 30, 38, 44,48, 380, 391-2

    Ferrer i Guardia, Francisco, 35Fontaura (Vicente Galindo), 49, 80,120, 122, 124, 130, 165, 182, 278

    Fortin, Fernand, 159Fosco (Emiliano Vigo), 325, 385Franco, Francisco (general), 4, 51, 97,109, 224-6, 236-7, 313, 320, 332,347, 350, 357-8, 362, 369, 382, 388,392-5, 399, 401-3, 405, 410, 414

    Franco, Mximo, 176, 219, 244, 288,350, 363

    Fraser, Ronald, 422Freixinet, Francisco, 388Fulmen, 420Fustangueras, Antonia, 380

    G

    Galn, 353Galn Rodrguez, Fermn (capitn),32

    Galarza, ngel, 237Galipienzo, Jernimo, 100, 122-4Gamn, 100Garbi, Jos, 131, 175Garca, 353Garca, Elisa, 104Garca, Francisco, 197Garca Birln, Dionisio, 326Garca Hernndez, ngel (capitn), 32Garca Oliver, Juan, 46-7, 49, 57, 72-3,89-91, 94, 98-100, 105-6, 116-7,131, 141-3, 146-7, 165, 195, 214-5,217-8, 220, 226, 248, 254, 260, 263,266, 271-2, 274, 292-3, 312-4, 318-9, 326, 350-2, 362, 371, 377, 382,385, 417

    Garca Pradas, Jos, 301, 354Garca Vivancos, Miguel, 219, 292,299-303, 326

    Garibaldi, Riciotti, 24, 29Garrido Alfaro, Vicente, 384Garriga, Josep, 15, 18Gassol, Ventura, 12-3, 23-7, 68, 72Gavald, Juan, 151Germinal, Domingo (DomingoMiguel), 81, 349

    Ger, Erno, 237Ghandi, Mahadma, 76Gil Robles, Jos Mara, 51, 62, 130, 393

  • Batista, Fulgencio, 380Batista i Roca, Josep M., 20Baul, Miguel, 189Bautista, Pedro, 380Benedicto, Marcelino, 152, 187, 382,415

    Benito, Feliciano, 155Benjamin, Walter, 6Berbieri, Francesco, 223Berenguer, Dmaso (general), 31-2,34, 36, 39

    Berneri, Camilo, 114, 222, 235, 246-7,281, 284, 331

    Berruezo, Jos, 138, 146Bertrn de Quintana, Jos, 273Bertran i Deu, Joan, 15, 19Besnard, Pierre, 146, 339Besteiro, Julin, 91Blanco, Leandro, 123Blanco, Segundo, 335, 358, 362Bledine, 159Bolloten, Burnett, 176, 308, 389-90,404, 407, 416

    Bonamusa, Francesc, 417Bonet, Pere, 17, 216Bonilla, Antonio, 250, 313, 334Bonomini, Ernesto, 215Boronat, Roc, 23, 29, 37Borrs, Jacinto, 94, 118, 121, 123,130, 185

    Borrs, Jos, 361Bravo Portillo, Manuel, 166Brou, Pierre, 281Brunet, 96Buenacasa, Manuel, 41, 87Bueso, Adolfo, 419Burillo, Ricardo, 264, 292, 322, 330

    C

    Caball, Pere, 29Cabanellas Ferrer, Miguel (general), 104Cabo Giorla, Luis, 195Cachin, Marcel, 271Calvo Sotelo, Jos, 62Callejas, Liberto (Alexandre Perell),49, 60, 67, 72-3, 94, 100, 104, 119-24, 130, 173, 212-3, 244, 278, 354,383, 386, 388, 415

    Camb, Francesc, 7-8, 35, 53, 62, 76Campn, Pedro, 100, 148, 153Campos, Severino, 47, 124, 138, 147,192, 209, 218, 223, 229, 232, 267-8,278, 323-4

    Camus, Albert, 5Canela, Jos, 47, 147Cano Ruiz, Toms, 46, 95, 184

    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

    438

    Cnovas Cervantes, S., 123Carb, Eusebio, 23, 49, 57, 65, 67, 80,87, 91, 104, 260

    Carbonell, Eudald, 17, 19, 21, 23, 29, 38Cardona, Daniel, 9, 11-6, 18, 20, 23,25, 27-8, 38, 43, 56, 104-5

    Cardona Rosell, 346Carlini (Domnico Sedran), 222Carmona, 70Carner-Ribalta, J., 24Carod, Saturnino, 302Carpentier, Charles, 324Carrasco i Formiguera, Manel, 112Carrasquer, Flix, 291Carreo, Francisco, 86, 89, 93, 98,100, 102-4, 143, 146, 164-5, 171-3,194, 200, 208-9, 212-3, 216, 222,231, 255, 355, 378-9, 388

    Carrero Blanco, Luis (almirante), 413Carrillo, Santiago, 393, 415, 422Casado, Segismundo (coronel), 363,371

    Casares Quiroga, Santiago, 94Casals, Pau, 378Casanova, M., 325Casanova, Rafael de, 72Cassou, Jean, 378Castn, Victoriano, 303Castellote, Toms, 238, 242Caudet, 197Cntim, El, 70Cervera, 47, 152Cerver, Eduardo, 152, 165, 171, 175,186, 415

    Civit, Deogracias, 16, 38Clemente, Manuel, 197Colom, Vctor, 44Coll, Josep, 39Collado, 155Comaposada, Mercedes, 185Combina (Vicente Prez), 46, 122, 130,160, 194, 199, 244, 248, 355, 388

    Comorera, Joan, 127, 135, 179-80,196, 199, 236, 245, 269, 295

    Companys, Llus, 33, 49, 66, 68, 71-4,76, 89, 92, 99, 126, 132, 185, 191,198, 204-5, 214-5, 230, 236, 269,294, 355, 377

    Compte, Jaume, 10, 16-8, 34, 39, 43,56, 75

    Conangla, Josep, 382, 384Concha, 98Corneado, Juan, 352Cortada, Roldn, 206, 211Corts, Joaqun, 193, 275, 322, 380Cortvint, Charles (ver Louis Mercier-Vega)

    la Lliga (un sector de jvenes de la Lliga fund el partido de Acci Catalana,y el coronel retirado Francesc Maci, Estat Catal). Eran un puente entre lapequea burguesa y los obreros, necesario para un nacionalismo radicalsin demasiada afiliacin por lo tanto, sin influencia social y sin tradi-cin de combate, pero que crea en la insurreccin como arma poltica.

    La cada de los imperios tras la Gran Guerra haba propiciado la forma-cin de nuevos Estados y el resurgir del nacionalismo en Europa. Los jvenesnacionalistas se exaltaban con la idea del sacrificio por la patria y se con-vencan con facilidad de la necesidad de la lucha armada como nico mediode liberarla. Los gestos de Maci de presentarse en la Conferencia NacionalCatalana7 con la propuesta de formar un Gobierno cataln y alzarse en armaspara defenderlo y despus, cuando Primo de Rivera dio el golpe de Estado,de renunciar a su escao y exiliarse a Francia, impresionaron vivamente aljoven idealista Balius, que entrara en el nuevo partido, Estat Catal. Su pro-grama obedeca escuetamente a las reivindicaciones de libertad catalana. Sucontenido social, indefinido. Los fundadores fueron los Cardona, Pags, Mar-sans, Escal... Maci fue invitado a acaudillar esa fuerza.8

    Santiago Mara Balius naci el 13 de julio de 1904 en Barcelona, en el domi-cilio familiar de la calle Ausias March, 34, principal. Era hijo de Carmen MirPujol y Santiago Balius Perics, y tuvo tres hermanos9. Yo camaradas, no hesalido del taller ni de la fbrica. Procedo de una familia burguesa, dir sincomplejos en las pginas de El Amigo del Pueblo. Pablo Ruiz nos contaralgo ms de l: El compaero Balius proceda de una acaudalada familia.Nacido en Barcelona, cuando joven le hicieron entrar en un establecimien-to docente y al cabo de algn tiempo obtuvo el bachillerato y ms tarde, enla Facultad de Medicina, para el doctorado, pero una parlisis no le permi-ti concluir sus estudios.10 Su padre era corredor real de comercio y eljoven Balius estudi bachillerato en el colegio de los Jesuitas de la calleCaspe, de 1914 a 1918, continuando en Zaragoza los dos cursos siguientes.El ltimo curso, 1919-1920, lo hizo en Gerona y acto seguido se matriculen la Facultad de Medicina, aprobando sin problemas el curso preparato-rio.11 A partir de entonces se comprometi a fondo con el catalanismo radi-cal y desde sus estudios; solamente aprob Histologa y se examin demuy pocas asignaturas. El propio Balius cuenta:

    Por lo que a m respecta tengo que manifestar simplemente que en1921 empec mis estudios de medicina para ingresar luego en la Facul-tad de Medicina. En aquellos aos los estudiantes catalanes apoyba-mos a Francesc Maci, quien, tras renunciar a su acta de diputado porBorges Blanques, se dio de baja del ejrcito espaol para defender lalibertad del pueblo cataln frente a la Dictadura del general Primo deRivera, y frente a la monarqua borbnica.12

    El hecho de que escogiera la carrera de Medicina no es casual. La Sec-cin de Medicina era la ms activa del Institut dEstudis Catalans. Los jve-

    ESCAMOTS

    11

  • nes mdicos catalanistas no se limitaban a ejercer su profesin, sino quepredicaban con el ejemplo. Creaban revistas, investigaban, controlabaninstituciones, animaban campaas contra las enfermedades de origensocial y experimentaban con innovaciones teraputicas. No tena nadade extrao que la Facultad de Medicina fuera un vivero de nacionalistas yque Balius fuera captado all y se hiciera escamot es decir, miembro deuno de los grupos de accin del futuro Exrcit catal: en el ao 1924figur en los grupos de accin de Estat Catal, participando en varioshechos.13 Efectivamente, en el fichero del Exrcit Catal leemos: JaumeBalius i Mir, de Barcelona, 18 anys, estudiant de medicina, soci de lesmateixes entitats que lanterior, bona salut. Viu a Llria, 82, 1er 2. Elanterior es su compaero de estudios Josep Alzina i Bofill, de Palafrugell,hospedado en su casa, que es socio de la Protectora A.C. Lliga de N.D. deMontserrat y de la Agrupaci Catalanista dEstudiants.14 El primero enimportancia de estos hechos, sin duda, sera el del enfrentamiento con lapolica en el entierro de ngel Guimer, en julio de aquel ao. AbelardTona, que a la sazn trabajaba para el Directori del partido de Macihaciendo proselitismo, vendiendo el boletn Estat Catal y sellos de coti-zacin, relata en sus memorias:

    Jaume Miravitlles, el jovenssim i entusiasta amic que acabava defer, em pos en contacte amb altres estudiants nacionalistes i, a poc apoc, vaig estar en condicions de formar nuclis a les facultats dEngi-nyers i Dret. Durant tres mesos i escaig en vaig dedicar de ple a lob-jectiu, fins a mitjan mes de maig, quan es va produir el complot deGarraf i les seves derivacions. LEscola de Medicina, que era la msentusiasta, ja estava organitzada i controlada pels escamots dEstatCatal, s a dir, per Compte, Perell, Badia... Per a no suscitar compe-tncies, les quals calia llimar delicadament, vaig decidir amb el Dr.Aiguader de no intervenir-hi de moment. Recordo alguns noms dele-ments amb els quals mentenia: Duran, Balsi i Papasseit.15

    En otro escrito habla de su encuentro con Balius y de la enfermedadque ste arrastrar toda su vida:

    Entre les coneixences amb estudiants daleshores, vaig fer la deSantiago Balius, jovens afectus i agradable. Crec que mel va pre-sentar Papasseit, tamb de molt bon tracte. Ambds eren estudiants demedicina, certament no gaire aplicats. El darrer era qui minformavade la situaci de la nostra organitzaci en aquella Facultat, per taldincloure-la als reports que enviava a Pars a travs del Dr. Aiguader.Per aquell temps Balius comenava a sentir els efectes duna terriblemalaltia una parlisi progressiva, probablement la que porta elnom de Parkinson, dindubtable origen hereditari: Recordis lOs-wald dels Espectres dIbsen la qual cosa no semblava inclinat aadmetre-la lamic.16

    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

    12

    A

    Abad de Santilln (Sinesio GarcaFernndez), 59, 65, 67, 86-7, 90,105-6, 119-20, 138, 146-8, 215, 218,223, 225, 235-6, 239, 294, 319-21,326, 349, 358-9, 385, 411, 417-8

    Abella, Jos, 124Abs, Miguel, 89Aguilar, 216Agust, Francisco, 160, 322Aiguader, Jaume, 10, 14, 33, 46, 358Ainaud, 13Alaiz, Felipe, 48-9, 57, 67, 121, 278,282, 396

    Alba, Jos, 165Alba, Vctor, 419Albajes, 100Alberola Navarro, Jos, 288Alcal Zamora, Niceto, 32, 34, 50, 52,85, 91, 126, 332, 380

    Alcn, Marcos, 112, 160Aldabaldetrecu, Cristbal, 47Alfarache, Progreso, 388Alfonso, Roberto, 215Alfonso XIII, 8, 16, 29, 31, 34, 38Aliaga, Serafn, 191, 268, 292, 294,302, 318, 385

    Alomar, Gabriel, 33Alonso, Gins, 124Alonso, Ponciano, 160, 244Alpini, Bruno, 70Alzina i Bofill, Josep, 10Amalrik, 410Amezcua, Pablo de, 392Andrade, Juan, 205, 216-8, 222, 379,419

    Andreu i Abell, Josep, 301, 380Antona, David, 271, 282, 290, 292Arag, Jaime, 388Aranda, Antonio (general), 84Aranguren, Jos (general), 105Ars, Juan, 100, 235, 284Arlandis, Hilario, 44

    437

    Arlegui, Miguel (general), 72Arns, Manuel, 47Arolas, Jos, 408Arquer, Jordi, 30, 41, 43, 176, 216,221, 231-2, 259, 341, 355, 380, 387-9, 404, 419

    Ascaso, Domingo, 147, 159, 220, 235,314

    Ascaso, Francisco, 29, 38, 46-7, 89, 94,98, 100, 117, 164, 199, 401

    Ascaso, Joaqun, 286, 288, 292, 359,364

    Asens, Jos, 226Asensio Torrado, Jos (general), 190Astorga, 353, 364Aub, Max, 412Aub, Joaqun (El Gordo), 245-6, 258,380

    Auns Prez, Eduardo, 66Ayguad, Artemio, 71, 80, 135, 196,199, 206-7, 211, 213-4, 218, 221,252, 419

    Azaa, Manuel, 36, 43-4, 46, 49-50,52-3, 56, 66-7, 71-2, 74, 77, 85, 91-4, 105-6, 126, 190, 237, 292, 316

    Aznar, Juan Bautista (almirante), 33-4,39, 54

    B

    Badia, Miquel, 10, 15, 17-9, 68, 70, 72-5, 92

    Bakunin, Miguel, 207, 271, 298Balius Perics, Santiago, 9, 39Balsi, 10Balt, Miquel A., 15, 19, 39, 380Ballano, Adolfo, 17, 62, 301Bargallo, Pedro, 153Barrena, Goya, 165Barrera, Mart, 68Barrio, Jos del, 226Barrot, Jean, 281Barrubs, 151Batet, Domingo (general), 17, 74-5, 80

    ndice onomstico

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    2001.

    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

    436

    Balius en realidad estaba aquejado de una encefalitis que le haba cau-sado lesiones cerebrales, el resultado de las cuales era una hemiplejia dellado izquierdo con espasmos. Inicialmente le provoc una cojera en lapierna izquierda y una torsin del brazo correspondiente. Pero el carcterprogresivo de la enfermedad, as como su recrudecimiento en los momen-tos de extenuacin, suspenda sobre su cabeza la espada de Damocles de laparlisis y le condenaba de por vida a depender de la asistencia mdica.Precisamente el estudiante Balius tuvo en los hospitales, lugar que visitaraasiduamente muchas veces en su vida como paciente, su primer contactocon el medio obrero, y adquiri en ellos conciencia social. Ms tarde des-cribir vivida y crudamente la realidad de la salud en la sociedad de clases:

    Dirijamos nuestros pasos a los hospitales y a los dispensarios. Lar-gas colas de menesterosos. Color cetrino. La vestimenta revela la tra-gedia social. Sfilis, tuberculosis, blenorragia, tullidos, lisiados. Todoun rosario de dolor. Pero esta desazn humana la vive en su plenitudel desheredado. Examinemos el porcentaje de enfermos que escupe laciudad. Es el proletariado quien tiene las entraas laceradas. Averi-gemos los medios con que cuentan los no favorecidos por la Diosafortuna, para contrarrestar la desigualdad social. Los tuberculososque emergen de los arrabales, han de practicar la cura de reposo en unandamio o cogiendo un pico en una carretera. Y cuando los pulmonesse hallan desgarrados por el bacilo que no perdona, terminan su vidaazarosa en el camastro de un hospital. Es la clase social de los pmu-los salientes, de las mejillas con manchas rojizas, de los ojos hundi-dos, de las orejas apergaminadas y de las espaldas dobladas.

    Pero la burguesa puede acudir a los sanatorios. En ellos hallar lapanacea para sus males. Los centros de salud son levantados por lostrabajadores que, para mayor sarcasmo, desprenden el sudor de sucuerpo para que sus enemigos reconforten su organismo diezmado,con el objeto de proseguir la lucha a muerte en que estn comprometi-dos el capital y el trabajo.17

    Las medidas del general Primo de Rivera tras el golpe de septiembre de1923, tales como la prohibicin del uso del cataln y de la bandera catalanaen las corporaciones, el cierre de la Associaci Protectora de lEnsenyanaCatalana, la destitucin de los ayuntamientos, la clausura de entidadesnacionalistas y otras disposiciones represivas anticatalanas (hasta el OrfeCatal y el Club de Ftbol Barcelona fueron clausurados), llevadas a cabomientras la burguesa catalana prestaba apoyo a la Dictadura, ofrecan unacoyuntura favorable para los mtodos de los nacionalistas radicales. Parastos, el nuevo rgimen demostraba que la va poltica era un fracaso y quesi se quera la independencia no quedaba otro camino que el de la subleva-cin. En consecuencia, Daniel Cardona y Manuel Pags, miembros delDirectori de Estat Catal, trataban de crear una verdadera estructura mili-tar partiendo de los grupos de accin. As pues, Los afiliados a Estat Cata-

    ESCAMOTS

    13

  • l se organizaban en grupos de once, a lo que se llam escamots. Su finali-dad no era otra que la ya sealada en el programa del partido.18 Cardona,perseguido por la polica, tuvo que exiliarse en agosto de 1924. Una vez enPars, qued decepcionado por el ambiente de adulacin que rodeaba aMaci y empez a dudar de la capacidad de ste para encabezar el movi-miento. Su propsito consista en proporcionar a los inquietos activistascatalanes objetivos prcticos con los que iniciarse en la lucha armada, peroMaci par sus iniciativas porque amenazaban con escapar a su control yconvoc para noviembre en Perpin una asamblea de escamots a la queasisti Balius. Un informe del propio Maci da cuenta de lo sucedido:

    Hi acudiren uns seixanta representants de Catalunya. Alguns dellsrepresentaven escamots, altres, comarques catalanes. Aix vol dir comsi a Perpiny shi haguessin reunit en aplec, alguns milers de catalans.

    Si es t en compte el vigilada que est la frontera en aquests tempsi que la majoria dels concorrents no duien documentaci, es veurlesfor que significa per part daquells seixanta joves haver acudit alAssemblea. La majoria dells hagueren de recrrer camins de mun-tanya eludint la vigilncia fronterera i fent de 12 a 15 hores de cam.Aquesta Assemblea la vaig convocar per tal de salvar una petita crisique travessava lorganitzaci a causa de petites discrepncies decarcter personalista entre certs elements del Directori de lEstat Cata-l de Barcelona. Lacte es va celebrar en mig de gran animaci. Elsvaig assabentar de lestat actual de les coses i dels treballs i plans queanvem realitzant.19

    Acordaron prescindir de los elementos del Directorio que no acudierona la Asamblea por lo tanto, de Cardona y formar un nuevo Directoriocon representacin directa de los escamots. Pags y el poeta Gassol anti-guo seminarista, funcionario del Ayuntamiento de Barcelona y poetapatritico quedaron encargados de ejecutar en Catalua los acuerdosasamblearios; pero a los dos das de haber vuelto a Barcelona se present lapolica en casa del poeta, y al da siguiente en la de Pags, pudiendo esca-parse ambos por los pelos y pasar de nuevo a Francia. Por entonces suce-dieron los hechos de Vera de Bidasoa y los provocados por el gobernadorde Barcelona, Martnez Anido, en las Atarazanas de Barcelona, lo cual lepermiti arreciar la represin contra el anarquismo varios militantes fue-ron fusilados y el nacionalismo radical:

    Un dels primers intents que se li endevin fou el de desorganitzarels escamots i dispersar-los. De la repressi que comen en reberen lesconseqncies 12 dels nostres que havien assistit a lAssemblea, entreells un capell. Han estat empresonats prop dun mes. Es de lloar les-perit i la moral que mantingueren tots ells, no deixant-se impressionarni per les promeses ni per les amenaces que els feien, negant tot el quehavien de negar [...] Un altre dels resultats fou el Front nic i lacord

    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

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    que hi ha entre tots els elements organitzats que creuen en laccidirecta i que estan disposats a anar a la lluita.20

    Balius perteneca al grupo Les Rondes Volants, que tena por jefe aMarcel Perell, en estrecho contacto con Cardona. Abelard Tona cont lospormenores del viaje a Perpin segn relato del propio Balius, cuya saludresult bastante maltrecha a causa de haver participat a lexcursi perassistir a la convocatria dassemblea de Perpiny, amb una infecci bleno-rrgica. En recordava el parlament inflamat de Ventura Gassol que els con-dua com un profeta. Barrejant-se amb la malaltia que patia i les circums-tncies que considerava casuals, professava un declarat i injust rancor alpoeta, que, s clar, no podia tenir cap responsabilitat amb les desventuresdel jove patriota. sta es la verdad sobre los rumores que posteriormentecircularon en los medios nacionalistas sobre el origen secreto de la enfer-medad de Balius. Al principio de la marcha todo iba bien, entre canciones,sermones patriticos y ancdotas a cargo de Gassol, pero los caminantestuvieron que pasar una noche al raso y al cabo de doce horas tothom esqueixava, particularment Balius, que com a metge en expectativa comena-va a adonar-se del disbarat que estava cometent. Tanmateix, lassemblea vasser una compensaci a les fatigues. Se celebr al curs dun dinar a lHotelde Frana, i un dinar entre joves sempre s motiu de refocilaci, animacique senard amb el discurs inflamat de Gassol, dedicat al capitost i a la sevaempresa dalliberaci.21 La asamblea acab con un improvisado homenajeal general Joffre, de visita por Perpin, pero conviene dejar claro que, sibien Balius consider despus a Gassol un cortesano y un bufn de Maci,en aquel tiempo no pensaba lo mismo, tal como demuestra la loa de una desus hazaas, sacada del retrato del poeta, que hizo en 1934:

    En la Seccin de Cultura del Ayuntamiento, durante la Dictadura,Gassol departa amigablemente con Ignacio Iglesias y con Ainaud. Yen el recinto de los ediles empez a tramar una vasta conspiracin.Recordamos a Gassol hablando con extrema reserva tras las columnasde la planta baja del Municipio. Y en el Ateneo Barcelons daba salidaa su inflamada verborrea. Gassol, de acuerdo con otros seores, orga-niz un levantamiento que no lleg a cuajar. Y en su fogosidad, pres-cinda de toda mediatizacin, llegando a proponer que se prescindie-se del entonces expatriado Maci. Pero la intentona se esfum y Gassolfue perseguido. Y recordando sus tiempos de seminarista, adopt eldisfraz de clrigo para burlar la vigilancia de la polica.22

    Maci, entretanto, se aprest en Pars a firmar un pacto de Libre Alian-za con la CNT y con el sector aberriano del Partido Nacionalista Vasco,en enero de 1925, al que se adhiri el Partido Comunista, y emprendi unviaje a la Unin Sovitica en busca de ayuda para su proyectada incursinarmada en Catalua, pero volvi con las manos vacas. En Catalua, suspartidarios se impacientaban y le acusaban a l y a sus lugartenientes,

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  • cmodamente instalados en Pars, de no tener en cuenta las necesidades dela lucha y frenar todo intento de protesta contra la Dictadura. Jaume Aigua-der, miembro del Directorio en Barcelona, reparta algunas promesas ydinero para herramientas, pero no pareca ser suficiente para acabar conel descontento. Muchos escamots se haban cansado de esperar inactivos y,convencidos de la inoperancia de la direccin de Pars, haban decididoactuar por su cuenta. Daniel Cardona, que diriga los grupos de Perpin yBeziers y prestaba ayuda a toda clase de refugiados espaoles tambin aanarquistas, mantena correspondencia con los disconformes, los cualesya le haban anunciado que una nueva entidad, La Santa Germandat Cata-lana (Bandera Negra) necessita una injecci de bona sang. Davant detanta por i tanta covardia, ja cercarem aquesta sang que manca. La SantaGermandat Catalana es va formant i dintre de poc en sentireu parlar.23 Enuna de las cartas se alude a un hecho protagonizado por Balius:

    Segurament us haureu assabentat de la protesta dels estudiants res-pecte de Martnez Vargas; b: el coix [Balius] demana a la Direcciunes quantes pipes per fer la feina; resultat: que no se li facilit res, ino es pogu fer res de seris. El coix, empipat, crec que sha donat debaixa, ell i els seus companys; jo els aguant, i mirar daprofitar llurestat dnim en profit del negoci. Formaran a la Santa Germandat. [...]Tot aix no vol dir que ens separem dEstat Catal. No. No estem percapelletes. o que volem s que tots actun com han dactuar. I si noactuen per por de ladversari, hauran dactuar per por de nosaltres.24

    El grupo de Balius tena como tapadera la sociedad Serra del Cad, sitaen la calle Vertrallans, n. 4, y all se reunan habitualmente, hasta el puntode ser ms conocidos en los ambientes nacionalistas como els de Vertra-llans. Decididos a la accin inmediata, haban formado un grupo secretoen el seno de los escamots. Maci, que estaba al corriente, haba escrito aCardona rogndole que les desautorizase para evitar donar la sensaci degent desavinguda i dividida; pero ste pensaba igual que aquellos jvenespatriotas que se haban adherido a su celebracin de Sant Jordi como dade Catalunya y que le consideraban cap natural. No los poda dejar en laestacada, por lo que acept la direccin de la empresa y puso las socieda-des que controlaba, el Catalua-Club de Perpin y el Casal Catal deBeziers, al servicio de la nueva organizacin, La Santa Germandat Catalana,La Bandera Negra. Aclara Cardona que Havem redactat lorientaci i lafinalitat de Bandera Negra, considerant-la una organitzaci ms petita, i apoder ser, ms secreta que E.C., sense significar una separaci daquest.Molt al contrari, essent, pel mateix, una organitzaci de control.25 As quemand imprimir unas hojas en cuya cabecera figuraba en letras de molde:La Bandera Negra, Sub-organitzaci dEstat Catal; y en letra menuda seexplicaba que La Bandera Negra onej en l11 de setembre de 1714 abansde la rendici de Barcelona. La Bandera Negra onej pels plans de Lleida icamp de Tarragona, segons la can popular La Dama de Reus. Aixs com

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    el pur patriotisme cre lOrganitzaci dE.C., nic mtode de lliberar a laPtria, ara es crea La Bandera Negra per salvar aquells principis que han dedeslliurar-la.26 El acta fundacional, fechada el 3 de mayo de 1925, estredactada por Cardona en tonos picos:

    Lobjecte de LA BANDERA NEGRA (SANTA GERMANDAT CATALANA) sde defensa nacional, segons el mtode dacci directa de lOrganitza-ci dEstat Catal; essent-ne una Sub-organitzaci, que vetllar per-qu aquesta no abandoni els principis essencials lliberadors, ni modi-fiqui en el curs de les incidncies de la lluita per la Ptria la seva basedoctrinal, que s el sacrifici heroic.

    LA BANDERA NEGRA (SANTA GERMANDAT CATALANA) no solamentlluitar doncs, contra lenemic, sin que castigar aquells que havent-se comproms no actuin dacord amb la virilitat que han de demos-trar arreu els separatistes catalans.

    Els que sotsignen, patriotes convenuts pel sacrifici, juren sobre lasagrada ensenya de la Ptria, no defallir ni abandonar els seus com-panys durant la lluita, acomplir els acords que la majoria mani, reco-neixent en cas de mancar a naquest jurament el cstic que li siguiaplicat.27

    A continuacin venan las firmas de Marcel Perell, Ramon Xammar,Enric Holgado, Josep Garriga, Jaume Juli, Josep Papasseit, Jaume Balius,Artur Cuss, Emili Granier-Barrera, F. Ferrer, Joan Bertran i Deu y MiquelBadia. Los doce juramentados que aspiraban al sacrificio personal en prode Catalua se reunieron en los bajos del caf Petit Versalles de la plazaUniversidad de Barcelona; y para tan solemne ocasin se confeccionaronunas capuchas y batas negras que nunca se utilizaron.28 Como grupo deaccin organizaron una rotura de placas de denominacin de las calles connombres de personajes relacionados con la Dictadura, colocaron banderascatalanas en lugares significativos de la ciudad, lanzaron petardos, tomaronparte en la campaa contra los almacenes El Siglo y proyectaron atenta-dos.29 La mayora asista a las clases de tcnica militar que imparta el far-macutico Miquel A. Balt, responsable de la Societat dEstudis Militars,institucin clandestina del partido rival de Maci, Acci Catalana. EstatCatal y la SEM haban trabajado conjuntamente en un plan insurreccionalque se esfum como los precedentes, pero del que resultaron unos cursospara la promocin de suboficiales del futuro Exrcit Catal. Cuenta uno delos protagonistas: en el fons, tot tenia un carcter de parada, de jugar asoldats. Una minoria que formava part daquesta agrupaci [la del Cam-ping Club, tapadera de la SEM] ho comprenia aix, i els seus esforos ana-ven orientats a altres finalitats ms immediates.30 La minora en cuestin,el Grup dels Set, al que pertenecan Tona, Miquel Ferrer y Ramn Fabre-gat, se convirti en grupo activista secreto y baraj la posibilidad de unatentado contra el rey aprovechando la visita de ste a Barcelona. Pidicolaboracin a los de La Bandera Negra, grupo que todava no haba hecho

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  • nada serio, y la idea les gust tanto que se la apropiaron.

    El grup de Vertrallans, oficialmente de E.C., o potser millor dit, elsdirectors del grup de Vertrallans, estaven dividits en quant a la tcticaque shavia dempendre. De un cant hi havia en Compte, contrari enabsolut a que es realitzessin atemptats, per disciplina i perqu el capsuprem nera contrari. De laltra banda, hi habia en Perell que rebia lesinsinuacions de Pags-Cardona, favorables a latemptat personal. Enuna paraula: es trobaven front a front el representant oficial de unaorganitzaci i el delegat de una divergncia, que actuava i feia actuaramb el nom de La Bandera Negra.31

    Balius, pocos aos despus, redujo lo que las autoridades llamaron elcomplot de Garraf a sus justas proporciones, es decir, las de un montajepolicial que magnific los hechos: En los aos de la Dictadura los jvenes deEstat Catal se comportaron bien. Conocemos su actuacin en Catalua y enel extranjero. El atentado de Garraf fue el hecho ms saliente. El suceso norevisti la menor importancia y no presupuso un incipiente peligro para lapersona del ex monarca, pero la polica barcelonesa, con el deseo de con-quistar entorchados, le imput un relieve insospechado.32 Los hechos trans-currieron del siguiente modo.33 La Bandera Negra se reuni en los stanosdel Petit Versalles para plantear una accin inmediata. Con toda formalidadse efectu un juicio al rey y se le conden a muerte por unanimidad. La fechade la ejecucin de la sentencia sera la del 26 de mayo, da de la llegada deAlfonso XIII a Barcelona, y se realizara mediante la colocacin de un artefac-to explosivo en la va del tren, dentro del tnel ms prximo a Barcelona, elde Garraf, que por encendido elctrico hiciera saltar por los aires el tren y ala realeza. A lo largo de la fabricacin del artefacto, que pesaba 43 quilos ymeda 40 centmetros, otros militantes se apuntaron al proyecto, como elescamot Miravitlles y el responsable de Serra del Cad y cap descamots jefe de escamots Jaume Compte. Dependientes de drogueras sustrajeronde sus existencias la cantidad necesaria de explosivo, Compte fabric el reci-piente, Civit puso la moto [...] Finalmente el artefacto fue llevado al tnelpero la grava apisonada de las vas se resista a las palas; entonces, fue sacadode all y ocultado lejos de la va, cubierto de matas. Pasaron los das y labomba no se pudo colocar por estar las vas vigiladas por la guardia civil. Elmismo da 26, se reuni de nuevo La Bandera Negra y acord que el rey fueraejecutado en Las Ramblas, el da 29, en la funcin de gala del Liceo. Decidipor sorteo el encargado del atentado y sali elegido Holgado, que no estabapresente, y como substituto, Juli. Balius, amigo de Holgado, fue a contrse-lo y ste declin el nombramiento. Entonces el ejecutor tendra que serJuli, que acept serlo, aunque despus no se present. Los conjurados,decepcionados y furiosos, decidieron hacer un ltimo intento colocando labomba al lado de las vas, dentro del tnel, y esperando que pasase de vueltael convoy con los reyes. El da 31, siete de ellos se dirigieron a Garraf y al lle-gar fueron detenidos. Uno de los siete, Joan Terrs, era un confidente de la

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    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

    polica infiltrado entre los escamots y les acompaaba a Garraf para marcar-los. Terrs haba sido presentado por el cap del grup Els Erions, EudaldCarbonell, en Vertrallans; y, dado que los jvenes conspiradores se fiaban delprimero que llegaba, se haba introducido en el complot con cierta facili-dad. Los detenidos fueron trasladados a la Jefatura, situada en el Paseo deIsabel II, y duramente interrogados. Como consecuencia de las confesionesarrancadas en los interrogatorios se practicaron nuevas detenciones, entreellas las de Balius y Jaume Compte, que fue torturado. El grado de improvi-sacin con el que se actuaba permiti a la polica arrestar a casi todo elmundo.34 Otros pudieron escapar y pasar la frontera y, una vez en Francia, sepusieron a las rdenes de Maci. Maci haba condenado pblicamente laintentona de magnicidio porque no haba contado con su autorizacin y,sobre todo, porque desaprobaba tal tipo de actos; pero se dio cuenta de lafuerza simblica del ejemplo de Garraf para la causa nacionalista y mandpublicar un manifiesto de solidaridad con los detenidos, llamndoles here-deros de las figuras literarias de la Renaixena en el Butllet dEstat Cataldel 10 de septiembre, editado en Pars. Entretanto, en la crcel, los malos tra-tos estaban a la orden del da y Compte se llev la peor parte hasta que losencerrados protagonizaron un plante. As lo cuenta Balius:

    Unos oficiales de la crcel se distinguan por sus continuadas pro-vocaciones. Era imposible permanecer impasibles. Y lleg el da en queanarquistas y separatistas iniciaron un plante. Recordamos a queri-dos amigos y compaeros que dieron muestras de una solidaridadexuberante. Y entre esos presos se encontraba Miguel Badia. Y Badiasostuvo la huelga de hambre como el resto de los protestatarios.

    En el patio de la Modelo, departamos amigablemente todos lospresos. La IV galera era un cenculo de soadores.35

    En el patio de la Modelo debati por primera vez con obreros de la CNT,como por ejemplo Dionisio Eroles, sobre las ideas anarquistas. Tambin esta-ban Progreso Rdenas, Adolfo Ballano, y los futuros dirigentes del BOCDavid Rey, Ramon Magre, Pere Bonet, etc. Balius confesara que durante suestancia en prisin inici su evolucin hacia el anarquismo. Muchos de losdetenidos fueron saliendo de la crcel al no haber pruebas contra ellos, pero,segn una escueta informacin de la prensa de aquellos das, quedandosujetos a proceso aunque por causas no directamente relacionadas con elcomplot.36 En julio solamente eran diez los procesados por el asunto Garraf.Balius guard de la experiencia un buen recuerdo de Compte, hombre gene-roso y desinteresado de puro idealista; y cuando ste muri luchando contralas tropas del general Batet durante la insurreccin de Octubre del 34 en loslocales del CADCI de Barcelona, Balius escribi unas lneas como testimoniode un respeto y una amistad que todava perduraba, aunque ya militaban enbandos alejados: Conocemos a Compte a travs de Garraf. Convivimos conJaume Compte en la crcel. Y hemos conocido a Compte despus de la Rep-blica del 14 de abril. Hemos sido buenos amigos. La losa sepulcral no ser

    ESCAMOTS

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  • obstculo para que le sigamos queriendo como a un amigo entraable.37 Encambio, el comportamiento de otro de los detenidos, Miquel Badia, futurojefe de polica de la Generalitat, le mereci la peor de las condenas, apenasmitigada por un comportamiento ms digno en la crcel:

    ...se comport en el atentado de Garraf como un cobarde. A lamenor indicacin de la polica, solt nombres y direcciones. Quiencarg con la represin que sigui al atentado de Garraf fue JaumeCompte. Sufri lo indecible en los calabozos de Jefatura y en las celdasde castigo de la Crcel Modelo de Barcelona.38

    Es digna de tener en cuenta la conducta del hoy fascista MiquelBadia Capell, que sin ser sometido a la ms leve tortura, por pusilani-midad o cobarda facilit a la polica los nombres de todos los queintervinieron en el hecho de Garraf. Hay pruebas concluyentes en elSUMARIO DE GARRAF.39

    A duras penas pudo mantenerse organizada La Bandera Negra con Pere-ll, Juli, Badia, Garriga, Ferrer y Granier-Barrera presos con peticionesde pena de muerte para los cinco primeros, por lo q