brujería etnográfica

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autor: Harry West

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Malentendido

l vive de imaginacin e ingenio y lo que vende son metforas. LANDEG WHITE, Magomero (1987: 250), refirindose a Jagaja, un doctor nativo auto-proclamado que vende remedios en el mercado

Andiliki, dijo, creo que no entiendes. Aos despus, las palabras todava resuenan en mis odos. El haberme llamado por mi nombre Shimakonde[footnoteRef:1] les record a todos en el saln qu tan cercano a ellos me haba hecho y, quizs, cunto s entenda de la historia y la cultura de los residentes de la meseta de Mueda en el norte de Mozambique, entre quienes haba estado estudiando durante casi un ao. Aun as, lo tena todo mal, me dijo. [1: Cuando les dije a los muedanos que mi nombre en ingls, Harry, se poda traducir al portugus como Henrique, me informaron que, en Shimakonde, Henrique se pronuncia Andiliki. Muchos muedanos llevan de hecho el nombre Shimakone Andiliki, mientras que otros (generalmente ms letrados) se llaman a s mismos Henrique en portugus correcto.]

Acababa de terminar de dar una pltica a una audiencia de unas dos docenas de personas reunidas en la oficina provinciana de los Archivos de Patrimonio Cultural (Arquivos do Patrimnio Cultural, o ARPAC) en Pemba. Era mi tercera presentacin en una serie de tres, impartidas a finales de 1994 a peticin del director provincial del archivo. Puesto que la asistencia de un investigador de ARPAC, Eusbio Tissa Kairo, me haba beneficiado mucho en mi investigacin de campo, se me haba pedido dar algo de vuelta a la institucin. Aunque todos y cada uno de la media docena de investigadores de ARPAC tenan mucha ms experiencia en el trabajo de campo etnogrfico que yo, ninguno tena mucha capacitacin formal en teora o metodologa antropolgica. Se me pidi leer varios de sus reportes de investigacin y tratar unos cuantos temas que pensara les podra interesar en su trabajo profesional.El tema elegido para mi tercera pltica, una breve introduccin al subcampo de antropologa simblica mediante el ensayo Smbolos en el ritual Ndembu de Victor Turner (1967), tena una doble motivacin. Mientras los investigadores de ARPAC llenaban sus reportes con informacin etnogrfica detallada, not que dudaban en analizar o interpretar lo que sus informantes les decan. Deseaba inspirarlos a ir ms all de los catlogos de informacin y las citas verbatim de informantes que caracterizaban sus publicaciones. Turner, les mostr, ilustraba esto a travs de su anlisis del ritual de nkanga (pubertad de las nias). Claramente, segn Turner, la savia del rbol mudyi (leche) al centro del ritual simbolizaba la leche de los senos en maduracin de la iniciada; ms all de esto, los informantes de Turner le dijeron que el rbol simboliza la unidadentre la iniciada y su madre, entre los miembros del matrilinaje de la iniciada y entre todos los ndembu ms generalmente. Puesto que, sin embargo, el ritual como Turner lo vea de hecho produca y promulgaba tensiones en cada una de estas relacionesseparando a la hija de la madre y enfrentando matrilinaje contra matrilinaje y las mujeres ndembu contra los hombres ndembul concluy que, a pesar del exgesis ndembu (o de su falta), el rbol tambin simbolizaba las tensiones sociales que el ritual mediaba. Me preguntaba qu pensara mi audiencia de la audaz conclusin de Turner de que los antroplogos como ly como ellospodran ver e interpretar un evento ritual sin que estorbaran los intereses y sentimientos que socavan el entendimiento [del nativo] de la situacin completa (27).El segundo motivo de mi tema elegido era mi deseo de presentar una parte de mi propio trabajo etnogrfico en curso. El director provincial de ARPAC haba abierto mi serie de plticas a una audiencia pblica para crear consciencia en la capital provincial del trabajo de la institucin. A pesar de esto, la mayora de la audiencia tena algn grado de familiaridad con las comunidades entre las que haba trabajadoalgunos incluso con mi proyecto. Muchos eran funcionarios del gobierno que trabajaban en los departamentos provinciales de educacin o cultura y con los que previamente haba consultado. La mayora haba nacido y crecido en la meseta de Mueda y mantena fuertes vnculos ah. Situados entre Mueda y el resto del mundo, constituan un grupo ideal, pens, para emprender un poco de lo que Steven Feld llama edicin dialgica (1987) de mi etnografa emergente. As, en la segunda parte de mi pltica, utilic las ideas de Turner para involucrar material recopilado en el curso de mi propia investigacin en la meseta de Mueda.Brevemente resum para mi audiencia lo que la mayora ya saba: cuando un len era visto en o cerca de un pueblo de la meseta, las personas solan especular que no era un len ordinario, no un ntumi wa ku mwitu (len de matorral); ms bien, solan sugerir, era un ntumi wa nkaja (un len de asentamiento), es decir que era un brujo que se haba convertido en len, en cuyo caso tambin se poda llamar un ntumi munu (persona-len), o que estaba hecho por un brujo, en cuyo caso tambin se poda llamar un ntumi wa kumpika (un len fabricado). Los leones de brujera devoraban la carne de los rivales, vecinos y parientes del brujo, a veces mediante ataques visibles y a veces mediante unos invisibles que producan enfermedad crnica.Para lidiar con un len de este tipola mayora de mi audiencia, nuevamente, ya lo sabase llamaba a un especialista para discernir la naturaleza verdadera del len y para preparar sustancias medicinales que hicieran a la bestia vulnerable a los cazadores. Al mismo tiempo, las personas seguan deliberando sobre la identidad de la persona asociada con el len y sobre la identidad de la vctima intencionada del len. Utilizando el marco terico de Turner, le suger a mi audiencia que, mientras los muedanos examinaban quin de entre ellos podra envidiar a quinquin buscaba apropiarse de la riqueza de otros sin trabajo honesto; quin transgreda normas igualitarias al no compartir como deba; en pocas palabras, quin de entre ellos era depredador y quin era presasu enojo y desconfianza eran imbuidos con, y exacerbado por, su miedo al len. En trminos de Turner, el len, como smbolo, conectaba los polos ideolgico y sensorial de su experiencia no slo de la caza del len sino tambin del drama sociohistrico ms amplio (a veces incluyendo el linchamiento de los acusados de brujera).Le record a mi audiencia que la historia era todava ms que eso, sin embargo. Segn Turner, la propiedad ms simple [de un smbolo ritual] es la de la condensacin, es decir que un smbolo puede representar muchas cosas y acciones al mismo tiempo (1967: 28). En la meseta, el len no slo simbolizaba la depredacin social, postul, tambin simbolizaba la nobleza y el poder. Les record que entre los ancianos makonde ms respetados y temidos, histricamente estaban los vahumu (singular humu). Ms all de sus deberes como consejeros del matrilinaje en el mbito cotidiano visible, estos ancianos tambin monitoreaban el mbito escondido de uwavi (brujera), trayendo su poder a bear on brujos cuyos actos amenazaban el bienestar del asentamiento. Las inducciones rituales a las que se requera que se sometieran los vahumu los haca ingerir oscuras sustancias medicinales mezcladas con, entre otras cosas, lukulungula carne de garganta de un len de matorral asesinado. Mientras vivan, los vahumu hablaban con las voces de leones, quienes los reconocan como hermanos. Al morir, los cadveres de los vahumu engendraban leones que eran una amenaza para sus makola (matrilinajes) a menos que sus cuerpos fueras adecuadamente tratados por compaeros vahumu.Ninguno de mis informantes me haba dicho explcitamente lo que estaba a punto de decir, le admit a mi audiencia, perosiguiente el mandato de Turnersuger que, para los residentes de la meseta de Mueda, el len no slo simbolizaba tanto un depredador peligroso como un protector real, sino que tambin simbolizaba una profunda ambivalencia sobre el funcionamiento del poder en el mundo social. Simultneamente, el len, como smbolo, expresaba las ideas de que el poder era necesario para producir y asegurar el bien comn y de que el poder constitua una amenaza siempre presente para los miembros de la comunidad.Con esta conclusin turneriana, termin mi pltica y ped preguntas y comentarios. A un largo silencio le siguieron varias participaciones incmodas sobre detalles etnogrficos mnimos, mientras la mayora de la gente en el saln se remova nerviosamente. Finalmente, Lazaro Mmalaun muedano, un graduado de la escuela primaria de la misin catlica Imbuho, un maestro por capacitacin, un veterano de la campaa de la guerrilla mozambiquea por la independencia y, ahora, un oficial de la asociacin de veteranosaclar su garganta y sijo, simplemente, Andiliki, creo que no entiendes.Cmo as? pregunt, intentando esconder mi ansiedad.Estos leones de los que hablas Se detuvo, mirndome con lo que pareca una mezcla de vergenza y diversin. Despus continu una vez ms, cuidadosamente pero con seguridad, no son smbolosson reales.Un suspiro colectivo envolvi el saln. Una discusin viva sigui a la que casi todos los presentes contribuyeron recuentos de incidentes que haban vivido, o historias que haban escuchado, sobre leones que acosaban, atacaban y devoraban personas, as como sobre los vecinos y parientes envidiosos que eran culpables de estos eventos. Al final de la sesin, haba reunido casi tanta informacin sobre leones de brujera como la que haba recopilado en el curso de un ao en el campo.