brujas y plantas. yecla

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Brujas y Plantas. Yecla.Josefa Huesca Azorín y Antonio Conesa Alvarez.Revista de Estudios Yeclanos. Yakka Nº 3 (1991). Yecla, 1991. ISSN. 1130-3581. pp. 127-141.

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BRUJAS Y PLANTAS. YECLAJosefa Huesca Azorn Antonio Conesa AlvarezEL MARTILLO DE LAS BRUJAS. Uno de los primeros confabuladores que organizaron todo un complot indiscriminado contra las brujas, fue el Papa Juan XXII que rubric el documento pontificio: "Super illius speculus", por el cual comenz el reprobable y encarnizado holocausto de estas traficantes medievales de atropina, mandragorina, hiosciamina y otros variados alcaloides cloroflicos arrancados sagazmente a la naturaleza. Este papa de Avignon, del siglo XIV, cay vctima cruenta de intrigas propias de la turbulenta poca en la que le toc dirigir la cristiandad. El Canon Episcopi, hasta entonces, salvaguardaba indirectamente la integridad fsica de estas alucinadas hechiceras, ya que el documento, al ridiculizar y desmentir los poderes ingrvidos de las brujas, los vuelos aerferos a horcajadas de escobas y bordingas quedaban desprestigiados. Por lo tanto nadie, malficamente, poda acusar a su vecino de haber participado en akelarre alguno sin evidenciar su estulticia. Fueron los inquisidores Heinrich Institor y Jakob Sprenger, coautores del repulsivo texto "El martillo de las brujas" (el cual recoga toda una serie de consejos para identificar posibles brujas), quienes convencieron al Papa Inocencio VIII de los peligros herticos y de la amenaza futura, que los akelarres potenciaban a travs de sus reuniones clandestinas, por causa de las orgas libertinas, cnticos profanos, sacrilegas blasfemias, etc. promulgando en 1448 una bula a la medida de los inquisidores, en la que se daba carta abierta para perseguir y torturar a todos los sospechosos de haber participado en tales voluptuosas reuniones. Y esta vil persecucin contra el pueblo pobre y desheredado, comenzada en Alemania, se extendi por toda la Europa cristiana de los siglos XV, XVI y XVII. La Inquisicin, creada para exterminar a los movimientos herticos encabezados por lderes mesinicos, tuvo, desde entonces, otra extensa parcela para reprimir cualquier conato revolucionario/popular que surgiera contra la organizacin feudal y sus fanticos poderes causantes de la miseria y esclavitud que el pueblo soportaba. Quinientas mil personas murieron incineradas y ahorcadas en estos siglos de oscurantismo y crucifijo en toda Europa, no sin antes sufrir las ms espeluznantes torturas en manos de estos verdugos de la Bilblia. Pues ya no importaba encontrar la verdad oculta o la justicia en el veredicto, ni incluso escarmentar a la vieja curandera o a la rabiza que ofertaba giles orgasmos, ya no importaba castigar al injurioso blasfemo o doblegar la voluntad al camandulero. Lo que realmente impulsaba este holocausto indiscriminado, dirigido desde el poder contra la burguesa comerciante y contra el pueblo menesteroso, fue el llevar a cabo una contundente represin, sostenida por todas las filosofas y teologas asociadas al poder maquiavlico de la poca, bendecida por Dios y necesaria para los hombres. Represin y espada, cruzada de estandarte y palio contra la ignorancia de la chusma, contra el campesino hacendoso, contra el gremialista organizado que asciende peligrosamente de clase social; todos fueron candidatos potenciales de ser considerados brujas/camuas. Y los cargos haba que inventarlos, los indecibles y vergonzantes pecados haba que crearlos; deban de ser hechos pavorosos y despreciables, tales como banquetes de tiernos corazones de nios recin nacidos, copulaciones sangrientas con el mismsimo diablo y decenas de barrabasadas que estn recogidas en archivos y documentos de la poca (no dudamos que la hechicera se ha dado desde que el mundo es mundo. Lo que aqu queremos resaltar es la utilizacin de estos hechos, que de alguna manera se daban, para justificar la persecucin indiscriminada), y las confesiones haba que arrancarlas y rubricarlas ante el Santo Tribunal inquisitorial, aunque para ello hubiese que emplear garfios y sacar los ojos al desgraciado acusado. Y antes que el cuerpo combustionase sobre leos, el infortunado tena que acusar a otras inocentes vctimas que se supona haban participado con l en el comunitario akelarre. Toda una red tejida con hilo de acero desarrollaba sus tentculos de unos contra otros,

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de venganzas ocultas, de envidias insatisfechas, tela de araa tejida desde lo f ctico y que encadenaba al pueblo en su propia ignorancia e incultura: pueblo contra pueblo, como marionetas obligadas por miedo y pavor a una muerte de colapso dictada desde los tribunales de la Inquisicin y del Santo Oficio. El Malleus maleficarum o martillo de las brujas alcanz su objetivo con inmejorables resultados, ya que la plebe y los miserables indigentes comenzaron a detectar brujas por todos los rincones. La causa de una desgracia, por ejemplo, de una mala cosecha, no se buscaban empricamente en los condicionantes que determinaron la sequa. El pueblo engaado achacaba a poderes malficos, a espectros compaeros de Patetas, a conjuros de Abraxas ledos en grimorios y protegidos bajo signos esvsticos, a ensalmos cantados por voces tergicas, a sombras mviles pertenecientes a almas encantadas, a hadados surgidos de espeluznantes calchonas y cuervos, a todo lo incierto y desconocido que la mente ingenua e inculta forjara, motivada por el miedo y el hambre en su imaginacin. Los prncipes, los reyes, el clero, la iglesia, la nobleza, quedaban entre parntesis. El poder se automarginaba de cualquier sospecha, sus torres espigadas y sus puertas selladas se levantaban sobre los collados y montaas, guardando en los valles los sueos de las brujas. JUDOS, MOROS Y BRUJAS. "Cavalleros de Castilla, no me lo tengis a mal, porque hice dar de palos a Ramiro de Guzmn, porque me llam judo delante del Cardenal." Romancero hispnico. En 1492, Fernando e Isabel firmaron el deplorable edicto de Torquemada, con lo que ms de 200.000 sefarditas fueron exiliados de su patria. El Santo Oficio en Espaa, al contrario que en resto de Europa, fue el martillo contra judos/moros/gitanos. El fanatismo/ antisemitismo contra todo lo hebreo e islmico, este fratricidio masivo que forj como otro dato ms nuestra leyenda negra, y llevado a cabo por la Inquisicin en Espaa, fue la extrapolacin paralela de la caza de brujas en el resto del territorio europeo. Muchos judos y moros pasan a la clandestinidad, se quedan en sus pueblos, y es aqu donde comienza la bsqueda del converso, la persecucin del pueblo de Israel. Y una vez ms surge la revancha, la envidia forja venganzas y cualquiera puede ser acusado de judaismo o de seguidor de Al, detenido por la soldadesca de la Inquisicin. La historia contra las brujas tuvo su parangn en la histeria contra los judos, moros y gitanos. Dos histerias colectivas programadas y potenciadas desde el poder estatal y eclesial con los nicos objetivos de domesticar

al pueblo, de romper la promiscuidad religiosa, de arrancar del poder econmico y cultural a moros y judos. Los gitanos venidos de la India, los hebreos establecidos en la Pennsula, desde Nabucodonosor, y los moros de cabellos rizados y morenos, de castaa tez y nariz aguilea -que dejaron su semen germinado en ovarios de visigodas- fueron siempre perseguidos, conquistados y humillados. El rey San Fernando, por citar un ejemplo, fue todo un maestro en el oficio.

El 29 de junio de 1236, el estandarte cristiano tremolaba en la gran mezquita de Crdoba. En ella se encontraban las campanas de Compostela, llevadas all a hombros de cristianos. San Fernando hizo devolverlas a hombros de moros. (Del libro de texto de Historia de Espaa 1 grado. Edelvives, 1957)

Fue la buena reina Mara Cristina, la que en 1834, disuelve el Tribunal del Santo Oficio. Detrs quedan decenas de miles de muertos y esquilmados (gitanos, judos, moros, prostitutas y brujas). ALQUIMIA Y POCIONES. En el Museo del Prado se puede contemplar un hermoso cuadro que nos muestra en un leo de 1363 de David Teniers II- el laboratorio de un alquimista. Sus manos, arrugadas por el paso de los aos y por las cauterizaciones de los productos empleados, manejan un fuelle cuya boquilla apunta a la yesca encendida bajo un crisol; libros cerrados y abiertos ruedan desordenadamente por el suelo, botellas de cidos y disoluciones, alambiques, etc. El vocablo alquimia tiene sus races en la palabra rabe al-khimiya (la qumica), y fueron los egipcios, a la par que los chinos, los primeros que experimentaron con limos, metales, arcillas, carbn, azufre, petrleo, etc. El alquimista era una sntesis de homo faber y homo divinans que partiendo de la unidad del cosmos, de la transformacin de los elementos y sustancias, investigaba, inmerso en humos y matraces, la esencia de lo eterno, el quid de la permanencia infinita. El alquimista era un erudito filsofo, un cientfico investigador que buscaba en las reacciones experimentadas el poder de Dios y de la palingenesia. La alquimia no se nutra de la ignorancia como la hechicera y brujera. A la alquimia

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se alistaban los clrigos, los prncipes inquietos, sabios ilustres y algn que otro inquisidor, como fue el caso de Luis Adrete y Soto, de profesin inquisidor en Granada y en su tiempo de ocio, alquimista. El alquimista nunca fue perseguido, como tal, por el Santo Oficio. Perteneca a la misma clase social que el inquisidor. Como dato significativo apuntamos que-aunque la Inquisicin an no haba sido creada- Santo Toms de Aquino fue educado por un alquimista, naturalista, botnico y zologo, que alcanz la santidad: San Alberto Magno. Toda la ciencia alquimista, mientras no rompiese cnones y dogmas tradicionales, era bien vista por la Iglesia; la historia recoge ejemplos que rompen la norma, como es el caso, entre otros muchos, de Roger Bacon, condenado a 14 aos de reclusin. EL VUELO DE LAS BRUJAS.

La explicacin ms acertada de este falso vuelo es la que responsabiliza a las drogas, obtenidas de un buen nmero de plantas silvestres que siempre han crecido en nuestros campos, valles y montaas, de este fenmeno imaginativo. Giambattista della Porta, discpulo de Galileo, relata as, como testigo ocular su experiencia: 'Tan pronto como est preparado, untan la parte del cuerpo, frotndose antes a conciencia, de modo que su piel se vuelve de color rosa... As, en algunas noches de luna, se creen transportadas a banquetes con msica y danzas, copulando con los jvenes a los que desean. Tan grande es la fuerza de la imaginacin y de la apariencia de las imgenes, que la parte del cerebro llamada memoria est casi repleta de este tipo de cosas; y puesto que ellas mismas son muy propensas, por inclinacin de la naturaleza, a la creencia, se aferran a las imgenes de tal modo que el mismo espritu se altera, y no piensan en otra cosa durante el da y la noche". Michael Harner, antroplogo que investig el empleo de alucingenos por los chamanes entre jbaros del Per, nos dice en su libro The Role of Hallucinogenic Plants in European Witchcraft: "El empleo del bastn o escoba era indudablemente algo ms que un acto simblico freudiano: servan para aplicar la planta que contena atropina a las membranas vaginales sensibles, as como proporcionar la sugestin de cabalgar sobre un corcel, una ilusin tpica del viaje de las brujas al akelarre". Pedro Valencia, telogo hebraizante del siglo XVII nos dice en su "Discurso sobre las Brujas y cosas tocantes a Magia", que siempre que haya de por medio ungentos y untos hechos con "yerbas fras como cicuta, solano, mora, beleo, mandragora..." se puede hablar de vuelo y traslacin local de los cuerpos. Andrs Laguna, botnico y naturista, comentarista espaol del "Dioscrides", entre muchas y variadas citas que escribi sobre la utilizacin de plantas alucingenas, hemos escogido dos de ellas: "Entre otras cosas que se hallaron en las ermitas de aquellos brujos fue una olla medio llena de cierto ungento verde, como el de populen, con el cual se untaban, cuyo olor era tan grande y pesado que mostraba ser compuesto con hierbas en el ltimo grado fras y soporferas, cuales son la cicuta, el solano, el beleo y la mandragora...". O tambin: "Ya se ha indicado que las unturas de tal ungento, sobre todo en los sobacos y el bajo vientre, y su absorcin por la vagina y el intestino recto, provocaban aquellas fantsticas alucinaciones de un realismo tan extraordinario, que aquellas pobres brujas, despus de ser sometidas a tormento, acababan confesando y daban por cierto lo que, en realidad no haba pasado de sueo, sus grandes vuelos y su ayuntamiento

El alquimista. David Teniers II, Museo del Prado, Madrid, A.P.

Estas repulsivas ancianas, desfiguradas por volcnicas verrugas y desproporcionadas narices aguileas, melladas en su dentadura de irnica sonrisa, se desplazaban a los lugares donde se celebraban los akelarres, montadas a la grupa de una escoba, sin importarles las leyes fsicas gravitatorias ni la aceleracin que la tierra impone a los cuerpos en su cada.

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con el demonio". Despus de leer innumerables prrafos sobre los mtodos tan naturales empleados por nuestros antepasados para "colocarse" y "engancharse" con y a estas drogas a base de cocciones, ungentos, emplastos, inhalaciones, etc. y de cmo preparaban sus orgas en ausencia de tiempo de modernidad -en donde la sfilis deja paso al sida y en donde los preparados adulterados con qumica sofisticada hacen olvidar los clsicos alcaloides obtenidos directamente de nuestras hierbas locales-, no hemos podido evitar confrontar en nuestra imaginacin a las anticuadas hechiceras de antao, con los actuales traficantes de coca y herona, surgen ideas ante este peculiar cotejo. Ciertamente, estas antiguas traficantes deban de tener un conocimiento bastante extenso en plantas silvestres, sabidura obtenida a travs de la tradicin oral de viejas hechiceras antecesoras que dejaros su herencia a ediles de la magia y el curanderismo, pericia y erudicin autoforjados en la experiencia y observacin cotidianas -brujas autodidactas, botncias del pueblo, conocedores de los ocultos y arcanos secretos que la tierra encierra-. Dice Juan Blzquez Miguel:".. .ejerciendo de curanderas, era una actividad muy importante, habida cuenta del atraso de la medicina oficial"... "se dedicaban con mayor o menor fortuna a aliviar -o al menos a intentarlo- las dolencias de sus semejantes, valindose de remedios elementales y conocimientos empricos". Queremos ser abogados de aquellas incultas hechiceras que maldecan a Dios en noches de truenos y centellas, tambin de aquellas brujas que drogaban con ungentos y pociones sobre los teros y penes a sus adictos, de aquellas teraputicas y curanderas de hierbatera y crucifijo, porque de alguna manera aliviaron el sufrimiento de la mente y del cuerpo de las gentes inmersas en la ignorancia y miseria de su poca. Pero volvamos a este especial vuelo de las brujas. Creemos que ha quedado de manifiesto la explicacin o tesis avalada por una gran mayora de estudiosos o/ y antroplogos que abordaron el tema: las brujas no surcaron los espacios desafiando las leyes newtonianas, ni tampoco fue una invencin de la imaginacin. El vuelo ingrvido descrito por decenas de textos antiguos era dulce sensacin -real para la mente- causada por la uncin de diversos alcaloides contenidos en plantas, tales como: Belladona, estramonio, datura, beleo, mandragora, solano, cicuta y muchas otras. YECLA Y SUS BRUJAS. El personaje que ms ha recopilado, urgado y rastreado en los diversos archivos sobre la brujera en Yecla -mientras no se demuestre lo contrario- es Juan Blzquez Miguel. A l se debe un librito editado en

1984, titulado "Inquisicin y brujera en la Yecla del siglo XVIII", con dibujos inmejorables de Juan Ortuo, intercalados con el texto. Este investigador contumaz de bibliotecas y vetustos ficheros, nos confirma y relata los ltimos retazos, ya al trmino de la persecucin de las brujas por parte de la Inquisicin (persecucin, que como ya dijimos, fue menos sangrienta que en el resto de Europa). Ana Romn, Mara Martnez, Paca Azorn, Mara Castao, etc. son algunas de las hechiceras, mitad rabizas, mitad curanderas que vivieron en nuestra ciudad en aquel ltimo siglo de la Inquisicin, considerada por los forasteros de entonces, cito cita de J. Blzquez Miguel, "lugar o tierra de brujas". Las ltimas brujas de una larga lista de annimas mujeres que confeccionaron cinco largos siglos de la "historia mgica de Espaa", de Yecla. Pero nuestras brujas volaban raudas sobre sus escobas surcando los cielos de nuestra ciudad hacia sus akelarres? fueron autnticas brujas o slo novicias, aprendices de las autnticas brujas gallegas, navarras o del occidente andaluz? No se nos ocurre mejor tarea, antes de contestar a estas interesantes preguntas, que realizar una investigacin, un anlisis y descripcin sobre la existencia de estas plantas en la geografa de nuestra localidad. YECLA Y SUS PLANTAS ALUCINOGENAS. Beleo Existen en la Pennsula Ibrica dos conocidas especies: el llamado beleo negro, hierba loca (Hyoscyamus niger), y el beleo blanco, flor de la muerte, adormidera de zorra (Hyoscyamus albus). Ambas son plantas que crecen en suelo nitrf ilo, junto a casas de campo abandona-

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das y lugares donde hay escombro. El beleo negro se puede encontrar con cierta facilidad en todas las tierras del norte y centro de la pennsula, desapareciendo totalmente en el sur. En la regin de Murcia no se localiza en ninguna comarca esta singular planta (no obstante -cita no confirmada- Cnovas la ubica en Totana y Sierra de Ponce). El beleo blanco es planta abundante en las comarcas mediterrneas, y nuestra regin puede presumir de su profusin en las zonas que el habitat le es favorable. En la vecina ciudad de Alicante, en las paredes y muros del castillo de Santa Brbara surge desde las grietas una variedad de este beleo blanco, el Hyoscyamus albus var. typicus. En los mrgenes de la sinuosa carretera que asciende al cerro del Castillo de Yecla, podemos encontrar esta alucingena hierba conocida tambin como "flor de la muerte", al noroeste del pabelln de la Feria del Mueble tambin la podemos contemplar.Beleo. (Hyoscyamus albus)

alcanzar una altura de cien centmetros. Florece en primavera, en las zonas clidas mediterrneas a partir de marzo. En Yecla hay que esperar a bien entrado el mes de abril, y ya en el mes de junio, sus flores colorean el paisaje junto a las malvas, el marrubio, collejones, etc. En su composicin qumica muestra un peligroso alcaloide, la hiosciamina. El alcaloide es un compuesto orgnico nitrogenado, de comportamiento bsico (lcali) y de gran accin energtica sobre el sistema nervioso. El nitrgeno forma ncleos llamados heterclitos, segn las caractersticas de estos ncleos se pueden establecer una clasificacin de distintos alcaloides, as: atropina, hiosciamina, escopolamina, nicotina, beladonina, solanina (que se encuentra en las partes verdes del tomate y de la patata), etc. El carcter bsico se puede comprobar por su comportamiento con reactivos tales como: cido cloroplatnico y cido clorourico que precipita con ambos. Respecto a la accin de los alcaloides sobre el organismo, se caracterizan por atacar al sistema nervioso central, centrndose su accin en el parasimptico. Po Font Quer, en su libro "Plantas Medicinales" escribe una cita del botnico Palau Ferrer del libro "Les plantes medicinis balriques" referida al beleo blanco. Dice: "Es planta muy txica, y hemos de aconsejar que el vulgo se abstenga de usarla como remedio interno, porque la hiosciamina que contienen la hace muy peligrosa; al exterior no lo es tanto, aunque puede producir sntomas de envenenamiento si se trata con ella una parte extensa de la superficie del cuerpo". Las hojas del beleo mojadas en aceite de oliva y calentadas, aplicadas en cataplasmas sobre la piel, calman los dolores (es esta una antigua receta popularmente muy conocida en la Yecla de antao). Como hemos dicho antes, el Hyoscyamus albus (beleo blanco) se muestra con cierta abundancia en todo el cerro del Castillo, en los mrgenes de la carretera en zona de "runas y escombreras", entre las rendijas de vetustas paredes de casas abandonadas y / o de cuevas habitadas en el pasado. Incluso tambin lo hemos contabilizado en el interior urbano del pueblo, horadando con sus races dilatadas grietas de tejas y viejos ladrillos. Estramonio. En la Pennsula Ibrica se han detectado cinco especies de estramonio, que son: Datura ferox, Datura innoxia, Datura metel, Datura stramonium y Datura tatula. Conocidas popularmente todas ellas como estramonio, higuera del infierno, flor de trompeta, manzana espinosa, etc.; en algunas regiones de Amrica Latina se le llama vuelveteloco. El eminente botnico murciano Francisco Jos Alcaraz Ariza, en su libro "Flora y vegetacin del NE de Murcia", slo localiza en las cuadrculas UTM del rectngulo regional determinado 131

Tiene el beleo blanco flores amarillentas y crecen axilares formando una fila emparejada a otra paralela. La corola est embudada con cinco lbulos irregulares. Los estambres, en nmero de cinco, sobresalen en la madurez sobre la corola. El interior de la base de la flor es verdosa/violcea. El cliz es como una campana con el borde terminado en cinco puntas triangulares; cuando seca permanece en el tallo. El fruto se encuentra en el interior del cliz, que se abre a modo de casquete esfrico (llamado pixidio) y est dividido en dos compartimentos que contienen numerosas simientes de color gris. Las hojas de este beleo despiden cierto olor desagradable, son viscosas y presentan, como toda la planta en general, una gran pubescencia; las superiores tienen forma un tanto ovalada y lobulada, lasbasales, acorazonadas. Estn unidas al tallo con un peciolo. Una planta de beleo blanco en condiciones ptimas puede

Datura mete!.

tomando una gran envergadura hacia el otoo, desapareciendo con la llegada de los primeros fros del invierno. Vegetal de olor hediondo, muy ramificado, sin pelosidad (lampio), de venustas flores tubulares de blanca corola de unos 9 cms. que termina en unos lbulos en nmero de cinco, que se rematan en alargadas y agudas formas. El cliz tiene cinco pliegues terminados en cinco puntas triangulares o en flecha. Este cliz rajado y diezmado persiste en la base del fruto. Las hojas alcanzan los 20 cms., son ovales y agudas, con lbulos finos y puntiagudos -aqu estriba una diferencia visual y perceptible ante observadores no expertos, pues las hojas de la Datura metel no presentan lbulos y adems estn recubiertas de una vellosidad fina y griscea-. El fruto del estramonio llama la atencin por sus formas: es ovoide, como una pelotita de unos 5 cms. de dimetro,

por las coordenadas geogrficas 0o 57- Io 30' de longitud oeste y 38 45' de latitud norte (toda la comarca del Altiplano, incluyendo Cieza, Molina del Segura y Fortuna) la Datura metel en XH 34 y XH 45 (consultar mapa). Comprobamos -con cierta extraeza- que la Datura stramonium no es mencionada en el estudio de Alcaraz Ariza, siendo esta singular especie la nica que se da en nuestro municipio y con cierta abundancia. La Datura stramonium la localizamos, por primera vez, junto al hospital de la Seguridad Social de Yecla, gracias a las indicaciones de Eduardo Piqueras Candela, otros lugares donde ha sido localizada: Cerrico de la Fuente, La Fontanica, Base sur del Cerro del Castillo y en muchas zonas de la huerta. Las dos especies son parecidas a simple vista pero presentan diferencias peculiares. Pasamos a describirlos en sus caracteres ms peculiares. Datura stramonium. Arbusto alto de recios tallos que sobrepasa el metro. Es una planta anual, que crece con el verano

Datura stramonium.

plagada de recias pas que se endurecen conforme maduran las innumerables semillas que guardan en cuatro compartimentos de su interior (semillas negras o marrn oscuro con forma de rin). El fruto de la Datura metel es ms redondeado, de espinas menos recias y, en la planta, pende hacia abajo ocultndose entre sus hojas. Las dos especies pueden ser encontradas en ribazos de caminos de huerta, junto a casas de campo, en escombreras y basureros (en Yecla slo crece exhuberante la Datura stramonium). La Datura stramonium se cultiva para cosechar sus hojas con fines medicinales. La hiosciamina es el alcaloide ms abundante en todas las partes de la planta; tambin se encuentra la atropina y la escopolamina. Dice el botnico Oleg Polunin de la planta: "muy venenosa que contiene atropina, hiosciamina e hioscina, las cuales actan sobre el sistema nervioso, produciendo alucinaciones y midriasis. Posiblemente fue utilizada por orculos y brujos en las edades antigua y media". Las cataplasmas en la piel hechas con hojas de estramonio alivian en gran medida los dolores reumticos en las articulaciones, pero su uso debe ser vigilado por un facultativo entendido en plantas.

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Esta planta no es natural de Espaa. Es originaria de los pases asiticos segn unos, o de Amrica segn otros, pero naturalizada en todo el territorio peninsular. En la huerta de Yecla podemos encontrarla diseminada y esparcida junto a ribazos de suelo nitrogenado, o en casas de labranza. No hemos localizado -en Yeclapresencia alguna de la especie Datura metel. Este dato contradice lo que, segn catlogos, es habitual en el resto de la regin, es decir, la existencia de la Datura metel y la inexistencia de la Datura stramonium. El botnico Abelardo Rigual Magalln, en su libro "Hora y Vegetacin de la provincia de Alicante" localiza la Datura stramonium "en los alrededores de la ciudad de Villena" (legalizacin comprobada por nosotros, descubrimos la especie al noroeste de la ciudad, cerca de las vas del tren). En la ribera izquierda del ro Segura, a su paso por Villanueva, Ricote, Ulea y Ojos -XH 42- localizamos en el otoo de 1990 un gran plantn asilvestrado de Datura Stramonium. Tomatillos del Diablo (Hierba mora). De nombre cientfico Solanum nigrum. Y de la familia de las solanceas. En general, se trata de plantas anuales (a veces en el sur son bienales o perennizantes, con tallos endurecidos), erectas, ramificadas; alcanza de 30 a 60 cms. de altura. El tallo de color violceo es lampio o lampio velloso, angulosos a causa de unos filetes realzados, que discurren a lo largo de l de dos en dos, a partir de la base de las hojas. Las hojas son ovales, con los bordes enteros, sinuosos o con anchos dientes, lampias o ms

o menos vellosas con el borde purpreo. Estn sostenidas por un rabillo que en las hojas inferiores es casi tan largo como la lmina foliar.-

Las flores, de 3 a 6, nacen en los entrenudos y opuestas a las hojas, en el extremo de un rabillo comn, y cada una est sostenida por su propio cabillo. Son de color blanco, el cliz tiene forma de campanita de cinco lbulos, y la corola, con cinco ptalos ovales agudos, hace a manera de una estrellita blanca de 6 a 12 mm. de dimetro. En el centro de la corola se ven las anteras amarillas, muy juntas, de los cinco estambres, y en el centro de ellas, asomando en lo alto, la cabecita verde del estigma. El fruto es una baya, de las dimensiones de un guisante, de color negro o a veces (raramente) verde o amarillo. Florece en primavera hasta bien entrado el otoo. Habita en campos labrados, baldos, viedos, en lugares incultos inmediatos a las poblaciones, escombros, al pie de los muros, etc. Se encuentra en toda Espaa. Es frecuente en Yecla (escombreras prximas al polideportivo). Francisco J. Alcaraz Ariza la localiza en la cuadrcula UTM XH 63. Contiene como principio activo el glucoalcaloide solanina, que se encuentra en el tallo, las hojas y los frutos, aunque segn los estudios realizados, las cantidades encontradas son poco considerables. La solanina tiene una accin depresiva sobre la mdula, el bulbo y los cordones nerviosos, determinan-

Tomatillos del Diablo o Hierbamora. (Solanum nigrum).

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do parlisis en las extremidades de los nervios sensitivos y motores. A causa de estas propiedades, la medicina la utilizaba como antiespasmdica, analgsica y narctico-sedante. La solanina es poco txica, pero absorbida en grandes cantidades produce intoxicaciones. Segn el Dr. Leclec, "el contenido de la hierba mora en solanina es muy dbil para que puedan esperarse de ella virtudes heroicas. Adems, la ddesecacin le hace perder la mayor parte de su actividad, pero el jugo completo de la planta, llegada a su completa madurez, puede producir en cierto grado los efectos sedantes de la solanina...". Hoy da slo la homeopata emplea la hierba mora contra las excitaciones cerebrales (calambres, epilepsia). En algunas regiones se comen en ensalada sus brotes foliosos tiernos. Belladona. De nombre cientfico Atropa belladona. Y de la familia de las solanceas. El nombre genrico de esta planta, justificado por su toxicidad, nos recuerda a Atropos, una de las parcas de la mitologa griega, la ms terrible, aquella de cuyas manos penda el hilo de nuestras vidas que cortaba inexorablemente a su antojo. El especfico belladona alude al uso que antiguamente las mujeres hacan de ella para blanquear la piel, borrar las pecas y dar brillo a los ojos con el zumo de sus bayas. Se encuentran referencias de su uso en la farmacia mesopotmica, documentos detallados en el Cdigo de Hammurabi, rey de Babilonia, de 1728 a 1886 a. C. Los primeros conocimientos europeos sobre ella y otras plantas curativas se filtraron a travs de la Edad Media, y parte de los mismos persiste hasta tiempos actuales. Esta, junto con la mandrgora y el beleo fueron empleadas en la primitiva medicina popular para un amplio espectro de fines medicinales debido a su conteni-

do en alcaloides. Del mismo modo desempearon un importante papel en la magia y brujera de la Alta Edad Media. La belladona es una planta herbcea perenne, con una raz cilindrica, en forma de nabo, que se alarga en la tierra y alcanza hasta 1 metro de longitud. El tallo puede alcanzar de 3 a 4 palmos de altura, o incluso el doble si el suelo es ms hmedo. Es bruscamente anguloso y se ramifica libremente, por lo comn da tres ramas en lo alto, donde suelen cubrirse con un vello denso, corto y fino. Las hojas, grandes, ovaladas, agudas, con los bordes enteros, verdioscuras en el haz y verdeplidas en el envs, estn sostenidas por cortos rabillos. En la parte superior de los vastagos estn acopladas, una grande y otra mucho menor, una al lado de la de la otra, no frente a frente. Las flores campanuladas, nacen en los encuentros de estas hojas con el tallo. Solitarias casi siempre, cuelgan con un corto pednculo. La corola es de 2 3 cms., de una sola pieza de color violeta o prpura, con el interior amarillo, con venas de color vinoso. Se estrecha en la punta, donde forma cinco lbulos poco profundos y echados hacia fuera. Tiene cinco estambres, largos filamentos de longitud desigual que surgen de la base de la corola y no asoman al exterior. El cliz pubescente est profundamente dividido en cinco gajos terminados en punta. Al final del verano se desarrollan los frutos, bayas del tamao de una cereza que se oscurece y abrillanta al madurar. Su color negro y su jugo morado y de dulce sabor le hace muy atractivo, siendo causa de envenenamiento, sobre todo en nios. Florece a partir del mes de mayo hasta bien entrado el verano, y a menudo vuelve a florecer en otoo. Se encuentra en Europa, Norte de Africa, Asia, y Norte de Amrica. En Espaa habita en bosques de montaa, hayedos y robledales, desde el Pirineo hasta la Sierra del Segura (Chorros del ro Mundo). Prefiere los terrenos calcreos y los claros de los bosques donde fueron cortados los rboles y removido el suelo. Se reproduce por semillas o esquejes y se cultiva con fines medicinales. El abonado con nitratos y sales amoniacales doblan su cantidad de principios activos. Toda la planta es extremadamente venenosa, especialmente las bayas, porque toda ella contiene los alcaloides hiosciamina, hioscina, atropina y ecopolamina, aunque las cantidades de estos principios varan mucho segn las razas y segn las condiciones

Belladona. {Atropa belladona)

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de cultivo, segn los rganos de la planta y la edad. Las hojas y races se recolectan a finales del verano, que es cuando mayor cantidad contiene de estas sustancias. La belladona es til en medicina como antiespasmdico, para aliviar el dolor, inhibir las secreciones glandulares, dilatar la pupila, etc., y es efectiva tanto si se ingiere como cuando se frota sobre la piel. Su intoxicacin, si es importante, llega a producir la muerte por parlisis respiratoria. La atropina e hiociamina actan sobre el sistema nervioso vegetativo, paralizando su actividad (a veces de forma espectacular, como en la midriasis o dilatacin de la pupila) y sobre el sistema nervioso central, excitndolo. La escopolamina ejerce una accin depresora del sistema nervioso central. Seg R. H. Francs en su libro "La maravillosa vida de las plantas", el poder de la belladona era conocido desde muy antiguo: se mezclaba en la comida de comensales molestos, un poco de raz, por cuyo efecto no podan tragar (paraliza los nervios que actan sobre la deglucin) y abandonaban la mesa. "Los sntomas de envenenamiento por belladona, efectivamente comienzan por dificultades de la deglucin, y para hablar, seguida por mareos y transtornos sensoriales. El afectado padece alucinaciones, visiones, ve animales y colores y los objetos dobles, y comienza a hacer movimientos automticos como si quisiera volar. Sufre ataques de furia, y a menudo le asaltan tambin violentos deseos sexuales. Al final de tales ataques, el paciente cae en un letargo parecido a la muerte, despus del cual desaparecen dichas manifestaciones". Todo esto explica el uso que de ella hacan envenenadores, brujas y hechiceras de la Edad Media. Formaban parte importante del "ungento de las brujas", que produca efectos extraordinarios y que los propios afectados calificaban de mgicos, relacionndolos con mundos y poderes sobrenaturales, especialmente con la figura del diablo, siendo l mismo, decan, el inductor de esos conocimientos en sus adictos. Aplicaban este ungento sobre la piel, alrededor de la garganta, axilas, cintura, genitales, etc. Gracias a que muchos fueron los ajusticiados por la Inquisicin acusados de brujera y tratos con el demonio por el slo hecho de encontrar en su poder este tipo de ungentos, aceites, hierbas, o manifestar ciertos conocimientos y usos de las plantas "mgicas". Los estudios botnicos que se realizaron a raz de estos procesos inquisicionales, propiciaron el conocimiento real que hoy da se tiene de la belladona y sus posibilidades en el campo de la medicina.

Mandrgora. Esta sera un buen ejemplo del pensamiento de la Edad Media, que asociaba los poderes curativos o de tipo mgico que se atribuan a una determinada planta, con el aspecto o la semejanza de alguna de sus partes con rganos humanos o animales. Esta 'Teora de las signaturas" fue postulada por Paracelso, mdico suizo (1443-1541), segn la cual, el Creador estampa claramente a las plantas con un signo indicativo del propsito para el que se tena que utilizar. Concretamente a la mandrgora se le atribua un poder afrodisaco, potenciador de virilidad, fecundador, dador de vida en general a su poseedor, siempre y cuando ste la tratase con ciertos cuidados, merced a la supuesta semejanza de su raz con la figura humana. Planta de gran renombre en tiempos antiguos, famosa como analgsica. Hoy da es ms bien una curiosidad medicinal e histrica. Gran nmero de extraas supersticiones se le han asociado, que contribuyeron a magnificar su poder por encima de la realidad, algunas de las cuales persisten en nuestros das. De nombre cientfico Mandragora officinarum. Es una planta herbcea perenne, de la familia de las solanceas. Generalmente, su tallo corto y soterrado echa una profunda y gruesa raz en forma de nabo. Sus hojas, formando un gran rosetn deprimido, recuerdan a las de la acelga, aunque son ms oscuras, algo vellosas y no tan pedunculadas, con sinuosidades marginales y las del centro ms agudas. En otoo alcanzan a medir 40 cms.; en primavera son algo menores y ms obtusas. Sus flores son erectas, nacen del centro del rosetn con un corto rabillo, de un color violeta azulado y con forma acampanada. El cliz est dividido en cinco gajos profundos, la corola, de 3 a 4 cms., tambin est dividida en cinco lbulos triangulares. Sus cinco estambres adheridos a la parte inferior del tubo, son vellosos en la base. En el fondo de la flor est el estilo, redondito, con un prolongado estigma. El fruto es una haya globosa u oblonga color amarillento-anaranjado de 2,5 a 3 cms. Florece desde finales del verano en adelante, y la floracin puede prolongarse todo el invierno. Habita en pases clidos y templados, en terrenos bajos y hmedos. En Espaa se localiza sobre todo en el suroeste (cuenca inferior del Tajo, baja Andaluca, hasta Jan y Mlaga). Por la hermosura de su aspecto y lo aromtico de su fruto, se empleaba en tiempos de la invasin musulmana para embellecer el arbolado de los huertos.

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Tanto el rizoma como la raz contienen principios activos de sabor amargo, lo que los antiguos analistas llamaban mandragorina, que no es sino una mezcla de alcaloides, de composicin compleja y poco aclarada: hiosciamina hasta el 0,36%, escopolamina, 0,04%, pseudohiosciamina, escopoletina, atropina, y cido atrpico... La hiosciamina tiene efectos similares a la atropina, pero acta con mayor intensidad. En el organismo humano, ambos alcaloides comienzan paralizando el vago y otros nervios parasimpticos. Si resulta excitacin, no es de tipo directo, sino a consecuencia de haberse paralizado los mecanismos que en estado normal son capaces de contenerla o frenarla. Cuando se administra en cantidades muy pequeas (de mgs.) slo afecta al parasimptico. Si se propinan cgs., aparecen estados de gran excitacin y de furia, pero bastan 10 centigramos, a veces 5, para conducir a la muerte. Sin dejar de actuar sobre el parasimptico, la escopolamina an a dosis muy pequeas, provoca una parlisis generalizada del sistema nervioso central. Nuestro organismo es tan sensible a la escopolamina que son suficientes algunas dcimas de miligramo para que, en caso de excitacin nerviosa, se hagan notar sus efectos sedantes. Con relacin a la atropina, la escopolamina acta a dosis mucho ms pequeas y con mucha mayor rapidez, pero sus efectos paralizantes se desvanecen antes. De todo esto se deduce que sus virtudes son las mismas que las del beleo y las de la belladona, ms o menos modificadas. A pesar de haber sido de aceptacin general en la Edad Media, su uso ha quedado relegado al olvido.

Las virtudes de la mandrgora son conocidas desde tiempos remotos. Ya figura en el papiro de Ebers como especie medicinal, muchos siglos antes de nuestra era. Plinio (Roma, siglo I a. C.) tambin la describe, as como sus efectos soporferos o mortales segn la dosis administrada y la robustez de la persona. De ella dice que se utilizaba contra las serpientes y antes de cortar o pinchar, para embotar la sensibilidad del paciente. Sin embargo, casi toda su popularidad se debi ms bien a toda una serie de supersticiones relativas a sus "facultades mgicas" que se remontan a tiempos antiqusimos y que llegaron a Europa venidas del Prximo Oriente. Si Plinio nos advierte de los peligros que corren aqullos que pretenden cogerla y nos describe el mejor procedimiento para hacerlo sin sufrir graves consecuencias, el judo Josephus Flaves del siglo I de nuestra era, nos recomienda todo tipo de supersticiosas precauciones para hacerse con ella y escapar de una muerte segura. Ya Pitgoras llam Anthropomorphon a la mandrgora, por cuanto su raz, por la mayor parte consta de dos piernas semejantes a las del hombre. Era creencia general que a los afortunados poseedores de esta raz, los haca invencibles en las lides amatorias y guerreras, que la fortuna les sonrea en todas ocasiones y que la muerte se vea en serias dificultades para tocarlos. Ciertamente, la mandrgora debi formar parte del famoso "ungento de las brujas" empleado en el medievo. A continuacin, os describimos brevemente tres especies de plantas que, por sus propiedades txicas y narcticas y, tambin, porque se encuentran creciendo en los distintos ecosistemas de nuestro municipio, hemos considerado interesantes de conocer, aunque la

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tradicin no las recoge como especies propias de uso brujeril. (La Digitalis purpurea, sabemos que s era utilizada por las brujas gallegas y cntabras). Corrugia. De nombre cientfico Digitalis obscura L. subsp. obscura. Arbusto de la familia de las Escrofulariceas, perenne, de cepa leosa. Sus tallos alcanzan de 2 a 6 palmos de altura, endurecidos y leosos en la base, y tanto stos, como las hojas, lampios, sin ninguna vellosidad. Tienen cierto color rojizo, que al ao siguiente se transforma en color cuero, como ocurre en las hojas.Corrugia. (Digitalis obscura)

collados ridos y laderas pedregosas de las montaas calcreas de casi todo el este peninsular. Esta planta parece tener virtudes similares a la de la Digitalis purpurea, aunque no se han realizado estudios convincentes. Otros informes relativos a su uso, aseguran su uso tradicional como diurtica, narctica y cardiotnica. Uno de los factores de su toxicidad es la dificultad con que el organismo elimina sus principios activos, por lo que es de efecto acumulativo. Localizada en las cuadrculas UTM XH 53,55,58 y 77. En el Arab, muy cerca de la Cueva Horadada la podemos encontrar; tambin a lo largo de la rambla de Tobarrillas. Hrmala. Peganum harmala, es su nombre cientfico. Hierba perenne de la familia de las Zigoflceas, de 1 a 2 palmos de altura, muy ramificada, con las ramas en zig-zag, lampia. Hojas alternas profundamente pinnadas, algo carnosas de color verde o glauco; las ms jvenes estn menos divididas.Hrmala.. (Peganum harmala)

En plantas de ms de un ao, las hojas suelen faltar en la base de los tallos, pero son abundantes en los vastagos jvenes. Son enteras, estrechas, lanceoladas o casi lineales, acabadas en punta y arqueadas en su extremo, con dimensiones variables de 3 a 10 cms. de largo por 5-20 mm. de anchura, y de consistencia coricea. En el extremo de los vstagos se encuentran las flores, formando espigas flojas y unilaterales con las flores de 1,5 a 3 cms. de longitud, sostenida cada una por un cabillo que nace en la axila de una hojita floral larga y puntiaguda. La corola es un tubo largo y acampanado con pelos marginales, bilabiada, con el labio inferior casi la mitad de largo que el tubo, de color rojizo herrumbroso o como de un color de cuero curtido, con manchas oscuras por dentro. El cliz est profundamente dividido en cinco partes torcidas en su extremo en forma de gancho. Florece desde mayo en adelante y habita en los Las flores aparecen dispuestas de una en una, sobre pednculos de 1 a 1,5 cms. de longitud. La corola tiene cinco ptalos de color blanco un poco verdoso en la base, oblongo, de 5 a 12 mm. de longitud. El cliz consta de cinco spalos muy estrechos, lineares, con algunos dientecitos en los lados. Tiene 15 estambres de filamentos largos y anteras amarillas. El fruto es una cpsula globosa algo deprimida, abierta en tres valvas, con semillas angulosas. Florece a partir del mes de abril. Se cra en lugares incultos, ribazos o escombreras, sobre todo en climas

ridos. En Espaa se encuentra en la regin mediterrnea, Meseta Central y Andaluca. En la comarca del Altiplano, P Jos Alcaraz la localiza en XH 43,54 y 73. Es frecuente encontrarla en escombreras y basureros de todo el municipio de Yecla. Las semillas de esta planta poseen actividad estupefaciente, gracias a la presencia de varios alcaloides y es usada para producir estados de euforia o dulce embriaguez. Tambin... posee propiedades antihelmnticas. En pases del Norte de Africa, por ejemplo en Marruecos, la hrmala se emplea frecuentemente como droga. Torvisco. Daphne gnidium es su nombre cientfico. Es un arbustillo erecto de un metro de altura, de florecillas blancas y bayas pequeitas de color rojo. Lo podemos encontrar en los meses de verano y otoo. Se encuentra en toda la regin de Murcia, en todas las bajas montaas donde abundan las jaras y el tomillar. Sus hojas y tallo contienen un glucsido llamado dafnina que acta de purgante muy txico y altamente peligroso. En Yecla, lo hemos localizado en varios lugares: Rambla de Tobarrillas, Sierra del Cuchillo, Umbra del Fator, etc. En flora y vegetacin del NE de Murcia, es localizada en las cuadrculas XH 33,44,46,53,55,58,65 y 76.

investigado en el ecosistema de nuestro municipio, por si se dan, si crecen esas plantas que utilizaban las brujas autnticas para volar en direccin a sus akelarres o, lo que es lo mismo, para narcotizarse, drogarse y escapar de la realidad. Durante las estaciones de un ao, hemos emprendido un estudio exhaustivo de las especies de plantas utilizadas por estas sujetas, mujeres hierbateras, plantas que la tradicin escrita ha ido recogiendo a travs de los aos; hierbas todas ellas, cargadas de sustancias txicas para el sistema nervioso y que pueden causar la muerte (segn dosis suministrada), sustancias nitrogenadas de complicadas estructuras moleculares -alcaloides y glucsidos-. De todas las estudiadas, seis son muy conocidas desde tiempos antiqusimos y empleadas en ritos de brujera: el estramonio (Datura metel y Datura stramonium), el beleo (Hyoscyamus albus), los tomatillos del diablo (Solanumnigrum), la mandrgora (Mandragora officinarum) y la belladona (Atropa belladona). De estas seis, slo tres crecen en Yecla: la Datura stramonium, el Hyoscyamus albus, y el Solanum nigrum; dos en las cercanas (la Datura metel y la Atropa belladona); y una, la Mandragora oficcinarum, crece a muchos kilmetros de Yecla (Jan, Mlaga, etc.). Por sus principios activos, el beleo y el estramonio son suficientes para producir los efectos narcotizantes por los cuales el drogado sentase volar en dulce alucinacin. No todas las brujas necesariamente utilizaban estas seis especies. Sus frmulas y ungentos se adaptaban y dependan de las plantas que crecan en su medio natural; se acomodaban a lo que tenan en su territorio. Est claro que las brujas belgas no utilizaban las mismas frmulas hierbateras que las brujas andaluzas, pero todas deban de digerir semejantesalcaloides para conseguir "volar" y alucinar (Galicia arrastra una gran tradicin brujeril y, sin embargo, en sus bosques hmedos no se dan la mandrgora, y s la digital, de semejantes propiedades). Es el beleo realmente la especie que en ms cantidad y en reparto hemos contabilizado en nuestro municipio, en Yecla. El cerro del Castillo y la cueva del Lagrimal (en la sierra Salinas) son lugares donde, dada la profusin de la planta en ellos, podamos aventurarnos en formular como hiptesis que fueron posibles lugares de encuentros de brujas y de centros de reunin para orgas y akelarres. Cuando visitamos la cueva del Lagrimal, situada en la vertiente noroeste de la sierra Salinas, en una umbra repleta de quejigos (Quercus faginea), de rusco (Ruscus aculeatus) y de lentisco (Pistacia teresbintus), no pudimos dejar de extraarnos al contemplar que, en este habitat de montaa, donde la encina (Quercus rotundifolia) conquista el suelo con el madroo (Arbutusunedo), crece exhuberante una planta nitrfila de huertas y valles urbanos, el beleo

Torvisco. (Daphne gnidium)

Desde que comenzamos este trabajo, de alguna manera nos estamos planteando el mismo interrogante: existieron autnticas brujas en Yecla? hubo brujera en alguna poca de la historia? Ya dijimos que sobre el tema slo ha recopilado datos de archivo Juan Blzquez Miguel. El nos ha dado nombres, calles y frmulas mgicas (consultar sus libros). Nosotros hemos intentado responder a este interrogante sobre la existencia real y autntica de la brujera en Yecla, abordando el estudio desde una perspectiva distinta, que consideramos esencial para apoyar una tesis afirmativa. Hemos

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(Hyoscyamus albus), y nos preguntamos quin llev las semillas o los esquejes de esta planta a la cueva del Lagrimal? con qu fin se sembraron en este lugar estas semillas de beleo? El estramonio (Datura stramonium) est muy repartido por toda la zona de huerta cercana al pueblo. El crecimiento urbano y la construccin de chalets en sus inmediaciones ha mermado la conquista de estos aparatosos y vistosos arbustos de gran porte. La mayor concentracin de ellos (ms de cincuenta pies) la localizamos en septiembre de 1988 en un solar junto al hospital de la Seguridad Social. Actualmente, en el ltimo septiembre, slo crecieron unos pocos plantones en los jardines de la inmediata guardera infantil. Los tomatillos del diablo (Solanum nigrum) se presentan, normalmente, asociados en los mismos lugares a sus hermanas de familia. El beleo y el estramonio, no obstante, en los basureros del cerrico de las Trancas (sureste de la ciudad) es donde mayor concentracin de esta especie hemos observado, junto a los conocidos gandules (Nicotiana glauca). Y, el Arab, la montaa mgica de Yecla, no poda quedarse ausente de nuestras pesquisas e indagaciones

sobre la presencia de brujas en el municipio. En las umbras de su bosque mediterrneo, bajo los enebros y pinos carrascos, crece la "corrugia" -la digital-, planta de vistosas flores anaranjadas y acampanadas y de probadas propiedades peligrosas para el organismo, cuando se emplea sin control facultativo. La digital del monte Arab -Digitalis obscura- es distinta especie de la que habita los bosques hmedos del Bierzo y de Galicia, (la Digitalis purpurea), aunque ambas son de propiedades muy semejantes. Y los rabes no podan estar al margen de todos estos ungentos alucingenos. Adems de su cultura y su herencia biolgica, nos dejaron una insignificante plantita -la jrmala (Peganum harmala)- que fumada seca "coloca" la mente en estado de euforia. Por la carretera que conduce al cerrico de la Fuente, a comienzos del verano, podemos encontrar esta especie de bellas flores blancas. Podamos haber enumerado y descrito algunas especies de plantas ms, que por sus cualidades, podan formar parte de la lista de hierbas con propiedades alucingenas, pero no hubiramos sido fieles al objetivo de este trabajo, pues aunque variadas y abundantes

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son las especies txicas o que alteran fuertemente el organismo (Taxus baccata, Bryonia dioica, Citrullus colocynthis, etc.), no son tantas las que son mencionadas en los libros de brujera. Quizs, en otro trabajo ms exhaustivo, abordaremos el estudio de todas estas plantas que, de alguna manera fueron utilizadas por nuestros antepasados. YECLA, DICIEMBRE 1990

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