birute ciplijauskaite. escribir el pasado desde el presente

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  • 8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente

    1/17

    ESTUDIOS,

    Relistá de Investigaciones

    Literariás

    y

    Culturales. Ano 9. N" 18.

    Caracas.jut dic. t001, pp.

    39-55

    ESCRIBIR

    EL PASADO

    DESDE

    EL PRESENTE

    BnurÉ

    Cplu¡usrqrrÉ

    University of Wisconsin

    Hr habido

    grandes

    c¡mbios en el

    concepto de la hisroria

    y

    en las maneras medianrc

    las cuales la ficción

    novelesca se

    acerca a ella en el último

    sig¡o. No es deseable

    ya

    l¡ represenlación de lo real

    a la manen

    rankeunü.

    La re\ista francesa

    Á,¡n.¡/¿r

    y

    an¡es

    que

    ella,

    la inlrahiforia

    de Unamuno, concibieron

    una

    hiforia

    ibcalizada

    en los

    hechos

    pcqueños

    y

    co¡idianos. Eso ha

    dado

    lugar

    a la Z¿ilr.orrdn, un tipo

    de

    nolela

    quc

    recrea el

    pasado

    desde

    el

    presenre, pero

    sin el

    protagonismo

    de las

    grandes

    liguras

    conocidas

    de la bistoria. Es¡e tipo

    de novela se relaciona con o¡ras lbrmas de acercamiento

    a la

    hisroria, como la

    Alhugsge (hi(hte,

    o histotia desde abajo, desde los más humildesl la Histotia

    de

    ¿rr¡¿rrdr.i.r nietzscheana,

    y

    la Posthistoire. que

    concibe lo hislórico no como

    una

    proEre\rdn

    \ino

    como

    un curso incesante de acontecimienlos.

    La

    generación

    del 98 en España,

    en especi¿l

    Valle

    Inclín, trabajó

    con una

    visión

    de la historia relativa,

    al igual

    que

    el alemán Alfred Dóblin. Sus novelas.

    prccürsoras

    de

    1a

    potmodemidad.

    se caracterizan

    po¡

    el escepticismo

    y

    la

    desilusión: desm¡ntelan la

    autoridad de las inslituciones

    de

    poder

    y

    el

    monarca. También se valen de

    la

    ironía

    y

    el cinismo, así

    como

    de

    la parodia

    de la relórica úadjcional

    del

    poder

    y

    de la hiroriografía. Más adelanle,

    novelis¡as

    modernos

    como Yourcenar, Brecht. Bloch

    y

    Eco

    construyen

    la

    his¡oria

    vivida preconizad¡ por

    hiforiadores

    como Ginzburg

    y

    La Cap¡a, es decir, desde la

    perspectiva

    de sus

    prolagonisras.

    Busc¿rn

    no la

    paro¡lia

    siDo la comprensión,

    la hum¡nización de las figuras hislóricas. Utilizan la ironía.

    la

    fragmentación,

    la incorporación de dilersas voces, la intertextualidad

    y

    el cruce de

    géneros.

    Los

    aulores

    posmodemos,

    como Umbral. Ignacio Javier López. Tonente Ballesier.

    Manuel Rivas. Delibes,

    Pomho.

    Posse o Pérez Reverle.

    quicnes

    ulilizan lambién eslos recursos. no

    pretenden

    instruir

    ni

    citicar:

    más bien dan más imporiancia

    ¡

    lo imaginario

    cuando

    lo real

    deja de tener sentido. renuncian

    a buscar la \erd¡d

    o

    los

    d¡tos incuestionables. Las escriroras, como Lourdes

    Or¡iz. Carmen Riera o

    Nlercé

    Rodoreda subvierien rectifican

    la hiroria

    y

    re elalú¡n figuras olvidadas. E¡

    general,

    la

    eEcrilüra

    de la Iicciones de la historia

    se subviere, se cues¡iona: los tiempos

    pierden

    l.r

    progre\ion,

    \e

    yux(aponen

    o

    se hacen

    simultáneos.

    literatur¡s

    europeas.

    WRITING

    THE PAST FRO

    T THE PRESE\T

    During

    (hc

    last cenlury. dramatic

    changes in lhe concepr of hislory and in

    the

    ways

    ficrion in

    norel form

    appro¡ches history have

    taken

    place,

    A Rankean representation

    of the real is not

    desirable anymore. The French

    journal

    Ar?r¡¿¡ler

    and. before it. Unamuno s intrdhistotid

    conceived a

    type of hisrory

    lbcused on small

    everydav events. This has

    gi\,en

    b¡nh

    ¡o lhc Z¿i¡ror¡dn. a new

    rype

    of Dovel lhat

    recreales

    pasr

    from

    ¡he

    presen .

    alüough $ithout the

    protagonism

    of lhe well knoq,n

    imporlant figures

    of his¡ory. This type

    of novel is relared o oúer approaches

    ro history. such as

    lhe

    AI|¡agsg(schi(ht¿.

    ot

    botlon

    to-top

    átr/¿^,

    history

    seen

    from

    the perspective

    of

    people

    in

    the

    Iowest

    classesi rh€ Nietzschean

    antiquar¡an histo'],

    ^nd

    Posth¡stoire. which

    conceiles history

    nol as

    39

  • 8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente

    2/17

    a

    progression

    but as never'ending

    course of elen¡s. Spain

    s-Gcncralion

    ol 98

    .

    pur'ticularly

    Valle

    Inclán.

    worked

    wilh

    a

    perspecti\e

    of

    relarive hislory,

    just

    as the

    Ccrnra¡ Alticd

    Dóblin

    did. His

    novcls.

    predecessor

    of

    postmodernism,

    are charrcterized b skepticism

    and disappoi¡rmcnl. The)

    dismantle

    the authorjty of lhe insritutions ol

    poúer

    and rhe monarch). Also rhe) use irony

    and

    clnicism. and

    parody

    the

    traditional rhctoric of

    po\,"

    er and hisroriogr¿phy. Later. modern novelis¡s

    such

    ¿s Yourcenar.

    Brecht.

    Bloch

    and Eco have constructed the

    lived history

    praised

    by

    historians

    such as Ginzburg and La Capra. thal is. from the

    perspective

    of

    thcir main charac¡crs.

    Rather

    lh¡n

    parody.

    thcy scarch for unders(anding. humanir¡tioD ol hisrorical figures. They üse ironr_.

    fragmenlation.

    the incorporation of diverse

    loiccs,

    in(enextualil) and

    gender

    crossing. Posrnroderrr

    authors.

    such

    as

    Umbral. Ignacio Javier Lópcz. Torrenlc Ballester, Nf¡nuel Ri as. Delibes.

    Pombo.

    Posse or Pérez Re\erte. r'ho

    also

    make

    use of these

    devices.

    ha e no inlention of educating or

    criticizinS. They r¡ther

    grant

    imporlance ro the imaSinary when

    the

    re¡l no longer nrkes sense.

    They reiuse to search lbr truth or unquestionable dnta. Fenrale $dters. sr¡ch as Lourdes Ortiz. Canne

    Riera or Mercé Rodoreda. subve and rectify history and reevaluate ibrgotren figures. In

    general.

    úe

    wri¡ing

    of hisrorical iiclion is subveried. it is

    qucstioned.

    Period\

    arc no

    longcr

    pro€re(\i c.

    ¡rc

    juxtaposed

    or simullaneoug.

    Key words: Ze¡trono

    .

    intrdhistoria. botto,n-¡o-top

    /¡¡r¡í,,\,

    historical ficlion. historic¡l norel.

    European liter¡ture.

    Hablar, en el cruce de dos milenios, de la escritura

    histórica puede

    pareccr

    apropiado

    si se

    cree en

    "fechas

    dccisivas".

    Por

    otra

    parte,

    tanto

    la

    ficción como

    las

    teorirs recien

    tes dan la

    prueba

    de

    que

    el concepto mismo de

    la historia

    y

    los modos

    de

    acercarsc

    a

    clla

    han

    cambiado considerablemente

    en la última

    parte

    del siglo xx. Intental transmitir los

    hechos

    para

    recrear el

    pasado

    "real",

    el

    *ie

    es

    eígentlíclt

    ge[¿,.r.,/?

    rankeano.

    hoy

    no

    se

    conside¡a

    ya posible

    ni deseable. Tampoco sería acogida como una obra se¡ia una

    novela

    que

    consistiera mera¡nente en

    "series

    de cuadros brill¡ntes"

    que

    traten de repro-

    ducir el sabor de una época, tal como la definía

    Herbert Butterfield. La

    escuela

    liancesa

    de Annales

    pero ya

    antes Unamuno con su teoría de la intrahistolia- nos ha ense

    ñado

    a fijarnos en los hechos

    pequeños.

    cotidianos,

    en vez

    de

    grandes nombres

    o

    fechas

    salien¡es. Los movimientos lentos.

    la lbrmación

    de mentalidades

    representati-

    vas, ofrecen cuenta más correcta de lo

    que

    un

    país y

    su cultura han sido en un tiempo

    dado.

    El requisito

    del

    lapso de

    cincuenta

    años

    propuesto por Lukács para

    la

    novela

    histó-

    rica también ha

    perdido

    su vigencia. Cada vez más se escribe el

    pasldo

    como el

    presen-

    te

    y

    desde el

    presente,

    o el

    presente que

    con cada

    hora

    adquiere sabor de algo

    que

    va

    desapareciendo. Los alemanes han conferido derecho de ciudadanía a un término

    que

    bona la separación tajanle entre los dos: Zeitr¿¡ntttn, noyel¿

    en

    1a

    que

    sc crea cl ambien-

    te total como algo

    vivido

    en

    progresión,

    trátese de los siglos

    pasados

    o del

    presente,

    que

    enfoca el nacimiento de cicrtas actitudes

    y

    cuyo centro no

    es ocupado

    por perso-

    najes históricos

    conocidos.

    A

    su vez,

    como complemento nrás

    restringido,

    la

    Alltugsgesclticltte

    (Lüdke,

    1989) re-crea la vida cotidiana

    y

    los modos de

    pcnsar y

    reaccionar de Ios estamentos

    humildes,

    ajustando

    la

    perspectiva a una

    visión

    "desde

    40

  • 8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente

    3/17

    abajo".

    Lo

    que

    Nietzsche Ilamaba l¡lJlo ria

    de anticuario

    -creación

    de cuadros "vero-

    síniles" exteriores- ha

    cedido a la

    proposición

    de Michel de Certeau de conside¡ar

    la

    historia

    como un

    proceso

    de investigación

    lleno de dudas e incertidumbres

    que

    no

    admite

    ciene

    e

    invita

    a

    reconsideraciones.

    Bentley

    lo

    ha

    resumido

    acertadamente

    como

    historia que

    de

    rellect¡

    e ha

    pasado

    a

    rele-riL,e

    (1999:

    148). Por

    último, el

    postmodemismo

    ha

    traído

    la

    po.r¡l¡i.r¡¿¡i¡e.

    donde el énfasis no cae

    ya

    en la

    progresión,

    y

    el dinarnismo no

    ticne

    un fin teleológico

    y

    se conviertc

    en

    un

    "meaningless

    but

    cver continuing course

    of events"l

    (Niethammer,

    1992: 1 41).

    En España,

    el

    viraje

    de

    perspectiva

    se

    produce

    con la obra de los autores llamados

    del

    98. Es sobre todo su concepto del tiempo

    (y

    scgún Ricoeur, toda novela

    gira

    alrede-

    dor del tiempo¡ lo

    que

    trae la t¡ansfbrmación

    de la escritura

    que

    se ocupa de la historia.

    Coincide con importantes cambios en varios campos: la introducción de la teoía de los

    quantas

    porMax

    Planck,

    que

    anula

    lacreenciaen

    la

    continuidad:la

    teoría

    de la

    relatividad

    propuesta

    por

    Einsteinl los

    principios

    de la fenomenología expuestos

    por

    Husserl; la

    desintegración del átomo. A su vez.

    k

    Dégénerescence de Max Nordau señala ia

    falsedad

    de la creencia en una

    progresión

    hacia algo mejor

    y

    más

    perfecto.

    La

    gran

    sacudida del concepto tradicional de la novela histórica

    y

    la invención de

    un modo

    totalmcnte

    nuevo

    de

    presentar

    los acontecimientos

    se ha

    producido

    casi

    simultáneamente

    en la ob¡a del último Valle-Inclán, EI ruedo ibéríco,

    y

    en la

    primera

    novela

    "verdaderamente

    modema"

    en

    Alemania

    (Aust,

    1994: l12), Wallenstefu, de Alfred

    Diiblin.

    Las dos

    pueden

    ser consideradas como

    precursoras

    del

    postmodernismo.

    Las

    dos han

    sido influidas por

    la

    circunstancia histórica

    que acompaña

    su

    concepción;

    el

    desconcierto

    producido por

    la Primera Guena Mundial en

    Dijblin, y la

    dictadura de

    Primo de Rivcra en Valle-Inclán

    (quicn

    creará el modelo del dictador

    para

    autores futu-

    ros),

    que

    causa dcsilusión

    y

    cscepticismo,

    y

    les incita a descomponer el

    pasado

    alu-

    diendo simbólicamente al

    presente

    vivido.

    Coinciden en desmantelar la autoridad del

    monarca, la

    "grandeza"

    y

    la

    "dedicación

    a la

    patria"

    de los aristócratas, las instituciones

    del

    poder y

    la Iglesia. En la

    prcsentación

    de

    los

    personajes

    se usa la deshumanización,

    al

    presentarlos

    como caricaturas animalescas; los breves cuadros, las aún más breves

    oraciones

    crean

    un ritmo de s¡(cc¡rlo

    que pennite

    la

    yuxtaposición y

    la multiperspectiva.

    eliminando el comentario del nanador,

    pero

    exigiendo mayor

    esfuerzo

    por

    parte

    del

    lector. Predominan la ironía

    y

    cl

    cinismo:

    nt¡

    pocos

    diálogos se convierten en

    do¡¡ble

    la1t, cuya

    eficacia es apoyada

    por

    un uso magistral del Ienguaje. Se

    pone

    énfasis en la

    inaut€nticidad.

    La acción es descentrada; la linealidad temporal es reemplazada

    por

    la

    simultaneidad. El lenguaje es

    cortante; se

    parodian varios

    tipos de retórica tradicional.

    Sc hace patente

    la falsedad del discurso hislórico oficial: se subrayan

    el absurdo

    y

    lo

    grotesco

    para

    suscitar

    procesos

    críticos

    rellexivos

    en el

    lector Estas

    novelas anuncian

    I

    -cur\o

    dc acontccirnicnlos

    sin

    inglé\.

    cl ll.ulrcé el

    itali¡no

    senlido.

    aunque

    ince\¡rrtei.

    En

    este

    rrlícülo.

    Ias ¡raduccioncs del

    \o¡ de Crrlo\ Pxrheco

    ,11

  • 8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente

    4/17

    ya

    la actitud

    que

    Mainer observa¡á

    en

    los

    autores de la novela

    histórica actual: cuando

    hablan

    de la historia, hablan

    de

    algo

    en

    lo

    que

    no

    creen

    (Ortega,

    1996: |

    86).

    Tanto Wqllenstein

    como El ruedo...

    han tardado en merecer

    estudios

    profundos

    y

    no se

    han difundido inmediatamente

    como merecían. Tal vez por

    no buscar

    popularidad.

    sino

    ser

    producto

    de la necesidad

    crítica interior

    apoyada

    por

    una

    gran

    exigencia

    estilís-

    tica, han

    sido tasadas

    al

    principio

    como obras deshilvanadas y por

    eso mi\mo poco

    menos

    que

    herméticas.

    No cabían. además,

    dentro de las exigencias políticas.

    Dóblin

    escogió el exilio,

    y parte

    de sus obras desapareció de las libredas y

    bibliotecas

    durante

    los

    años del nacionalsocialismo.

    La deconst¡ucción

    practicada

    por

    Valle-lnclán

    no se

    sujetaba

    a

    las

    reglas del discurso oficial impuesto

    por

    el régimen franquista

    (Herzberger

    ha analizado detalladamente

    las dife¡entes modalidades

    del discurso histórico

    genera-

    das

    por

    la dictadura,

    que

    han sido

    completadas con los estudios

    de

    la

    escritura en el

    período

    de transición

    por

    Buckley

    y

    Vilarós).

    Su auge

    se

    debe al

    entusiasmo que

    susci-

    taron

    entre los críticos

    postmodernos.

    Se suele

    aceptar, en las discusiones sobre la novela histórica

    moderna. el

    papel

    primordial

    que

    desempeñaron otras tres novelas: Mémoires

    ¿l'Hadrien de Marguerite

    Yourcenar, Di¿

    Geschiife des Herrn Julius Caesar, de Benolt Brecht,

    e

    Il

    nome della

    rosrz,

    de Umberto Eco,

    publicadas ya

    después de la

    Segunda Guerra Mundial,

    aunque

    las

    dos

    primeras

    fueron concebidas en los

    años t¡einta

    y por

    esto mismo, aun

    dentto de

    sus innovaciones

    radicales. todavía más bien modemas

    que postmodernas.

    La

    gran

    innovación

    que

    trae Yourcenar

    consiste en eliminar al nanador

    omniscienrc

    y

    presentar

    la historia

    a través

    de

    los

    ojos-pensamientos-palabras

    del

    protagonista

    principal,

    el emperador Adriano en su lecho de muerte:

    un intento de "refaire

    du dedans

    ce

    que

    les archéologues

    du XIXe siécle ont fait du dehors"r

    (Yourcenar,

    1952 524).

    Impone con ello la

    primacía

    de la

    "historia

    vivida",

    hoy defendida por

    Carlo Ginzburg y

    admirada por

    La Capra en la obra de Virginia Woolf.

    Así

    pone

    fin a la

    "presentación

    objetiva" de los hechos.

    Se

    reconocen y

    admiten las

    pasiones.

    Se

    afirma la

    narración en dos niveles temporales y

    se introduce el hoy

    tan

    llevado

    y

    traído tema de la memoria. Lo

    que

    recuerd¡

    Adriano son

    datos selectivos sobre

    los

    cuales sobrepone la interpretación,

    eljuicio desde otra

    perspectiva.

    y

    lajustificación:

    elementos subjetivos.

    Son

    legión

    las

    novelas históricas

    que desde

    su

    aparición

    -prece-

    dida

    pocos

    años antes

    poÍ

    La nuerfe

    de \4rgilio. también

    con la

    perspectiva

    de un

    moribundo,

    de Hemann Broch-

    han adoptado este modelo.

    Hay

    que

    insistir. sin

    embar-

    go,

    en el hecho de

    que

    lo que

    ha motivado el cambio

    de

    punto

    de vista cn ambas

    no ha

    sido el deseo

    de

    ironía

    o deconstrucción. como

    en

    las

    novelas

    de

    los

    años recientes. sino

    más

    bien de humanización,

    un intento de comprensión más que

    de

    parodia.

    La segunda, Die

    Ge.rc¿¿lfe..., adopta

    ya

    como

    eje el

    principio

    de

    ironía,

    de fiagmenta-

    ción, de multiperspectiva y

    total Iibertad

    de

    intercambio

    de

    niveles temporales. Introduce,

    2

    "Rehacer

    desde

    aden(ro

    lo

    que

    los

    arqueólogos

    del siglo

    XIX

    hicieron

    desde afuerr"

    42

  • 8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente

    5/17

    además, la dimensión

    metaficcional:

    es

    una novela sobre el

    proceso

    de

    la re-creación de

    una ñgura histórica. más

    que

    sobre la figura misma.

    Los testimonios de las

    personas

    --{e

    nivel social diferente-que

    han

    conocido

    a César se cruzan. se complementan,

    se contra-

    dicen.

    El

    currdinador que

    está

    encargado de

    escribir

    su

    biografía

    se

    deleita

    ----en un

    presente

    que

    a

    veces

    parece

    contemporáneo- escuchándolos

    y

    comparándolos; nin-

    gún

    comentario suyo hace constar la relatividad

    del

    "dato

    histórico".

    El

    gran

    modelo

    para

    toda novela histórica de

    los

    últimos

    decenios es,

    por

    supuesto,

    El

    nonbre

    de lo rosa,

    que

    se sitúa completamente

    dentro del

    postmodemismo. Eco ve

    la novela

    como

    posibilidad

    ilimitada

    de

    generar diferentes lecturas e interpretaciones.

    según

    el nivel de cultura

    y

    el ingenio del lector. La

    interpretación se

    vuelve

    uno de

    los

    componentes de Ia estructura misma de

    la obra:

    "avevo

    bisogno di un

    investigatore

    [...]

    che avesse un

    grande

    senso del I'osservazione

    e una

    particola¡e

    sensibilitá

    per

    l'interpretazione degli

    indizi"r

    (Eco,

    1984:

    l8).

    La indeterminación,

    lo inacabado,

    son

    sus

    características

    más sobresalientes, así como

    la actitud de

    juego.

    Pone en cuestión

    tanto la historiacomo

    la

    escritura,

    como la existencia

    de los

    personajes

    "históricos"

    que

    inventa. Introduce, a sabiendas, transgresiones

    e incorrecciones

    de detalle,

    ya que

    lo

    que procura

    es crear un

    trasfbndo,

    pero

    a la

    vez

    presentar

    una ac¡l¡ad hacia

    1a historia,

    tanto en el escribiente

    como en el lector,

    que

    surge del

    postmodemismo:

    "unü categoria

    spirituale, o meglio

    un Kunsfit ollen, nnmodo di

    operare"l

    (Eco,

    1984:

    38).

    Su uso de la ironía es muy

    paficular: no se ¡rata de

    desbancar radicalmentei

    no se

    propone

    coregir:

    meramente hace constar

    lo

    absurdo

    de la situación,

    y

    con ello se

    acerca a 1a

    definición

    de

    'lneta-ironía"

    ofrecida por Octavio

    Paz.

    Lo

    que

    lc

    seduce

    es

    ante

    todo decir

    "sull'ltalia

    del l'epoca cose

    che i libri di

    storia non ci avevano mai detto

    con altrettanta chiarezza"5

    (Eco,

    1984: 43).

    Lo imaginado

    vence

    a

    lo real de lo

    que

    ha

    surgido:

    "tutto

    quello

    che

    personaggi

    fittizi come Guglielmo

    dicevano avrebbe d¿r'¡r1o

    essere stato detto a

    quell'epoca"

    Ó

    (Eco,

    198:1:

    43). Mientras

    que

    lo modemo en DÓblin

    y

    Valle-lnclán adquiría

    luerza sobre todo a través del

    lenguaje totalmente

    nuevo

    para

    su

    tiempo,

    insiste Eco: "un romanzo non

    ha nulla a che fare,

    in

    prima

    istanza. con le

    parole.

    Scrivere un romanzo

    ¿ una faccenda cosmologica"

    ?

    (Eco,

    1984:

    l6). Lección

    que

    no

    caerá en saco roto. como lo demuestra la construcción

    de una de las novelas

    "históri-

    cas" más

    logradas del año 1999 en España,

    a la

    que

    se

    volverá más

    adelante.

    Haciendo

    I Necesito un inve\¡igador

    [...]

    que

    tenga un

    gran

    senlido de la observación

    y

    una sensibilid¡d

    parlicular par¡

    la interpretación de los indicioi'

    ''una

    c¡legoría

    espirilual. o mejor, un ,(arrstrro//arr, una

    manera de rabaiar".

    ''acerca

    de la Ilalia {le la ópoca. aqucllas cosas

    que

    los libro\ de hiroria aún no habían dicho con

    suficienle

    claridad'

    ''todo

    aquello

    que

    los

    personajes

    ficlicios como Cuglielmo decí¡n,

    debería haber sido dicho dc

    aquella época

    .

    .l

    5

    7

    Una

    novela

    no licne

    n¿da

    quü

    cr.

    en principio. con la palabr¡. Escribir

    una novela es

    una

    empresa cosmológic¡.'

    43

  • 8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente

    6/17

    uso copioso

    de la intertextualidad,

    mezclando varios géneros

    y

    estilos, crea Eco

    un

    mundo

    completamente

    suyo, abierto

    al cuestionamiento.

    El

    auge nuevo

    de la novela

    histórica

    en

    varios países

    europeos

    e hispanoamerica-

    nos

    (en

    los setenta

    en F¡ancia,

    los ochenta

    en Alemania y

    España) podría

    considerarse

    como

    una consecuencia

    de

    esas nuevas

    posibilidades

    que

    ofrece

    y

    las

    libertades que

    confiere el

    postmodemismo.

    Se ha escrito

    tanto acerca

    de sus

    procedimientos

    y

    actitu-

    des

    en

    los

    últimos

    años

    que

    sería vano

    intentar resumir

    en un

    par

    de

    páginas

    todas

    las

    innovaciones

    que

    trajo

    y

    las polémicas que

    ha suscitado.

    Hay

    que

    mencionar,

    sin

    embargo,

    algunas caractedsticas

    más

    destacadas antes

    de ver

    cómo se conñguran

    en la

    escritura

    histórica

    en España

    a

    lo

    largo de las últimas

    décadas.

    parece

    importante

    tener

    en cuenta que

    el énfasis

    en Ia

    progresión

    no ha desaparecido. pero

    no se habla

    ya

    de la

    progresión

    en el transcurso histórico,

    sino en sus

    interpretaciones.

    Así, casi sin

    mover-

    se,

    pero

    con ayuda de

    la

    intertextualidad

    y el

    cambio

    de

    perspectiva.

    la

    historia adquiere

    signos

    y

    significaciones

    nuevos.

    FranEois Hartog

    sugiere ver

    esta evolución

    como una

    inclinación

    hacia

    el

    palimpsesto:

    cada

    figura.

    cada crónica,

    deben leerse

    ya

    a la luz

    de

    los

    añadidos

    en

    las

    re-creaciones

    (Hartog,

    1988: 16). Ian

    Davies hac€

    notar la importan-

    cia del

    prefijo

    re-: apunta

    a series infinitas

    de re-creaciones,

    definidas como

    sigue

    por

    Hebdige:

    "The

    past

    is

    played

    and replaved as an

    amusing range

    of styles.

    genres,

    signifying

    practices

    to be

    combined and recombined

    at will;

    the then and rhe

    there are

    subsumed

    in the now"8

    (Davies.

    1994:

    37). Al multiplicarse

    ad i4finitun,

    no

    permiten

    abarcar la totalidad

    ni buscar

    sentido

    global.

    Bédarida

    lo ha

    metaforizado como,.une

    série de petites

    clefs qui

    chacune

    ouvre

    une

    piéce

    individuelle d'un

    appartement...

    sans

    accés d l'ensemble"e

    (Bédarida,

    1993:

    397). De la Historia,

    el

    énf'asis se ha trasladado

    hacia las historias:

    mosaicos

    de microhistorias

    que

    los historiadores

    franceses

    (piene

    Nora, Franqois

    Furet) han

    llamado

    "histoire

    en éclats".

    'histoire

    en

    miettes".

    l0

    Lo

    había

    predicho

    Musil:

    "Geschichte

    entsteht nicht

    von

    einem

    Zentrum

    her. sondern von

    der

    Peripheris"tt

    (Musil,

    1957:

    369). Tal dispersión

    no

    permite

    adelantar

    en línea recta;

    impone

    una recomposición,

    lo

    que

    facilita

    la

    inversión,

    la

    subversión,

    la transformación.

    casi

    siempre con intención

    irónica.

    No

    se

    busca

    /a

    verdad.

    sino una verdad

    discursiva.

    que

    cambia

    con cada nuevo

    acercamiento.

    Se admite la fantasía

    (ingeniosamente

    usada

    por

    Raúl

    Ruiz

    y analizada por

    Juliá);

    se

    incluyen

    sueños

    (no por lo que

    son.

    no por

    un

    significado

    simbólico

    aceptado.

    sino

    por

    Io

    que

    parecían

    significar

    en un momento

    dado

    (Walse¡

    1998:

    ,104)

    y

    así ayudan a

    explicar la actitud

    del

    que

    los

    recordaba

    en aquel

    ''El

    pasado

    es

    esccnillcado

    )

    re

    escenificado como

    una divertida

    gama

    de

    estilos.

    géreros,

    pr¡L_

    ticas

    significativas

    quc püeden

    ser

    combinad¡s

    v

    re-combinadas

    a

    volunlad:

    el entonces y

    el

    allí

    quedan

    subsumidos en el

    ahom.

    '

    ''un¿

    serie de

    pequeñas

    llaves.

    c¡da una de las

    cuales abrc una

    habir¡ción

    paficular

    de

    un apafa_

    men¡o...

    sin acceso

    al coniunto.

    ''hi'torrJ

    en

    peJr/o'

    .

    _hr.turi

    en

    -¡prtJ\

    .

    ''La

    hiforia

    no nace de

    un cenrrc. \ino de la perileria

    . Ésu

    y

    las

    próximas

    ciras

    en

    alemin

    delpresenle

    artículo han sido

    gcn¡il

    ente lraducidas por

    Peter

    Soelhke.

    9

    l0

    ll

    14

  • 8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente

    7/17

    momento,

    estableciendo otro

    palimpsesto).

    Se

    invita

    al

    realismo

    mágico. Decíael

    "héroe

    sin

    cualidades" de Musil,

    precursor

    de tanto

    protagonista

    desdibujado,

    inesoluto,

    que

    se ha vuelto

    necesario adueñarse

    de lo irreal,

    puesto

    que

    la realidad

    ya

    no tiene

    sentido

    (Musil,

    1957:

    588). Varios teóricos

    señalan que

    lo

    imaginario

    va

    adquiriendo

    cada

    vez

    más imponancia

    (Le

    Goff, 1986:

    9; Hartog, 1988: 318). A la vez.

    se afirma una coloración

    subjetiva

    en vez de la

    "objetividad

    absoluta".

    Se ha hecho notar el

    aumento de la

    ideologización/ politización que

    refleja

    el tiempo en el

    que

    se

    escribe. En el caso concre-

    to de

    España, tanto Hezberger

    como Vila¡ós insisten

    en el retomo de lo reprimido

    *

    nuevo espacio

    de

    reflexión-,

    fenómeno

    que

    se ha

    podido

    observar

    en la obra de los

    autores

    alemanes exiliados durante

    el régimen nacionalsocialista.

    La

    presencia

    de

    1a

    memoria ha

    provocado

    muchas reflexiones.

    Se ha señalado que

    no

    permite

    enlbca¡ el

    pasado

    como algo acabado,

    porque

    el

    pasado

    sigue

    vivo

    en la

    memoria; por consiguiente, impone

    dos

    tiempos y

    dobles modos de

    expresión: oral/

    escrito

    (muchas

    novelas de los

    últimos años dan lugar

    preferente

    al

    diálogo),

    pasado/

    presente, pero

    rara vez

    con fe en el futu¡o

    (según

    Vilarós,

    esta ausencia

    es una caracte-

    rística

    de la ¡n¿.¡r,i¿1a española, de

    la

    generación

    del desencanto

    (

    1998:

    35)).

    "Uhisroire

    transforme le

    travail de mémoi¡e en travail

    de

    deuil"¡:

    advierte Ricoeur

    (

    1993: 4l

    ).

    A su

    vez,

    si se insiste sólo en el

    presente,

    hace observar Roberts, esto

    produce

    "dynamism

    with

    no specific direction"ls y

    el

    paso

    siguiente,

    p.rrfftisloil'e,

    necesariamente llega

    a

    significar

    "unmastered

    future"r+

    (Robens,

    l99l : 173), lo cual

    presenta

    su

    propia proble-

    mática: no la del fin del mundo,

    sino del fin del sentido

    (Niethammer,

    1992: 3). La frag-

    mentación (Foucault

    sugería

    dividir

    el

    pasado en

    "tranches d'analyse"

    t5

    (Dosse,

    1987:

    182) que

    no se agrupan alrededorde

    un centro: otro rasgo importante del

    posmodemismo)

    y

    el velocísimo sucederse de los

    liagmentos son frecuentes en

    la nueva novela

    y

    llegan

    a crear

    afición

    por

    un

    género

    nuevo, happenürg.s,

    como señala Vilarós.

    La naración cronológica

    cede a la

    presentación

    directa,

    que

    usaban con

    predilec-

    ción Dóblin y

    Valle-Inclán. El constante intercambio

    de

    voces permire

    una

    doble. triple.

    cuádruple visión. Buen ejemplo

    de tales estructuras es l(rr,hlla¿¡s

    de Elisabeth Plessen: la

    historia

    se

    presenta

    desde la conciencia

    de

    dos

    condenados a muene

    en sus últimos

    momentos, añadiendo como

    contrapunto la

    percepción

    de la misma

    historia vivida

    por

    la

    mujer

    de

    Kolhaas. El

    etecto

    final

    conseguido

    es

    estremecedo¡. Las tles

    conciencias perci-

    ben la historia

    "desde

    abajo".

    elicitando en el lector lo

    que

    Kohpeiss llama

    "compromiso

    social" por

    medio de la agudización

    de su sensibiüdad

    (Kohpeiss.

    1993: 33). La

    dialogización

    se usaba

    con fiecuencia en la novela de ideas.

    pero

    entonces

    era

    para

    llegar a alguna

    verdad,

    mientras

    que

    hoy se trata prel'eriblemente

    mostrarque

    no hay salida,

    o como

    puro

    juego

    rin

    esperunza de eneontrar.oluciones.

    l: La historia

    lransforma el trabalo de la nremoria

    en un ¡rabajo del luto.

    l3

    un dinamismo sin una dirección

    c\pecílica .

    l:1

    "un

    f¡luro

    no

    dominado

    .

    l5

    -fragmenlos

    pura

    el ¡nilisis .

    45

  • 8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente

    8/17

    Se ha renunciado a la

    búsqueda de datos incuestionables

    (las

    novelas

    histó¡icas

    serias

    siguen exigiendo una esmerada documentación, que

    luego oftece materia

    para

    juegos

    de intenextualidad, puesto que

    datos fiables no existen).

    Sugería

    Borges que

    Ia

    verdad

    histórica no es lo

    que

    sucedió, sino lo

    que

    juzgamos

    que

    sucedió.

    y

    repite Peter

    Munz

    como un eco:

    "The

    real reason

    why it

    [a

    verdad]

    must elude

    us

    is

    that

    it

    is

    not there.

    There is

    nothing the case over and above what

    people

    have

    thought... and think"l6

    (Bentley,

    1999: 143

    ).

    A su vez, al comentar 1a

    proliferación

    de la novela histórica en

    Fran-

    cia,

    asevera Laudin: "Depuis une

    quinzaine

    d'annés, le signitiant

    est devenu le vécu

    menu représenté tel

    quíl

    se

    passe

    dans la téte des

    gens"rT

    (Laudin,

    1993: 1 1). La

    "prueba"

    culminante de la ineficacia

    y poca

    fiabilidad de la documentación, la

    da

    la

    novela muy

    comentada

    de Alexander Kluge, Sc/r/aclrtbeschreibung, donde no se nana; sólo se

    yux-

    taponen documentos, recones

    de

    periódicos,

    testimonios

    sobre la batalla de Stalingrado

    para

    crear un caos total

    y

    una distorsión cabal de la historia.

    EnNiebla,

    Unamuno

    ponía

    en

    tela

    dejuicio

    la existencia no sólo de los

    perronajes.

    sino también del autor. Martin Walser no llega a tanto,

    pero

    insiste en

    que

    no se debería

    hablar

    de

    un

    _r'o

    firme

    como una cosa

    inmutable:

    "Solange

    etwas

    ist, ist es nicht

    das, was

    es

    gewesen

    sein

    wird.

    Wenn etwas

    vorbei

    ist, ist

    man

    nicht

    mehr der, dernes

    passierte"r8

    (Walser,

    1998: 9). El énfasis

    se t¡aslada de la

    búsqueda de

    "hechos"

    histó-

    ricos, a la búsqueda de identidad, most¡ando el

    proceso

    de la construcción del ro de

    Adriano creado

    por

    Yourcenar

    que

    tiene

    pocos puntos

    en común, a no ser el

    de hablar

    en

    primera persona,

    con el

    _yo

    que

    presenta

    Umbral

    en

    Y Tíemo Galvdn a.scentlió a los

    cielos,

    el

    cual

    hace pensar

    en

    "egohistoria".

    Las memorias que incluyen

    la

    primera

    infancia

    pemiten

    aprovechar un

    punto

    de

    vista cambiante

    que permite

    captar el Zeifg¿irt

    desde una multiplicidad de

    perspectivas

    (Walser,

    Thomas Bernhard, Rosa Chacel,

    Ma-

    ría Zambrano). Este viraje de

    perspectiva

    se da también en las novelas

    que

    caben

    dentro

    de la categoría de Zeitroman.

    La superposición de la historia vivida en diferentes situaciones.

    a

    diferente

    edad

    y

    con diferente capacidad de captar lo

    que pasa,

    añadiéndole luego el

    punto

    de vista

    del

    hombre maduro

    que

    escribe, forma el núcleo de El nonbre

    de

    1c rosc de Eco:

    "Il

    gioco

    stava nel

    mettere in scena di continuo Adso

    vecchio

    che ragiona su cid che ricorda di aver

    visto

    e

    sentito come Adso

    giovane"le

    (Fro,

    1984: 22). Eco va

    más

    lejos

    que

    Yourcenar con

    Adriano:

    "Sin

    dall'inizio

    volevo

    raccontare lutta

    la storia...

    con la voce di

    qualcuno

    che

    l6

    t/

    l8

    l9

    "

    La verdadera razón de

    que

    ella

    0a

    verdadl debe eludirnos

    es

    que

    clla

    no eslá

    rlllí. No h¡y

    nada

    por

    encima o

    por

    deb3jo de lo

    que

    ia

    gente

    hay:¡

    pensado

    o

    piense.'

    ''Después

    de unos

    quince

    años. el significan(e se ha

    vueho

    lo \ivido

    cn detallc.

    reprcsenrado

    lal

    como se lo imagina la

    gcnte.

    '

    ''Mienlras

    algo es, no es lo

    que

    (e¡minará

    siendo. Cu¡ndo ¡lgo ha dej¡do de ser. uno

    va

    no

    cs el

    mismo al

    que

    ese algo le

    ocurrió.

    '

    ''El

    juego

    consifía

    en

    poner

    en escena

    sin

    cesar

    al

    Adso

    el viejo,

    quc

    razona sobre lo

    que

    recuerda

    hrber

    i'lo )

    .enridú

    (omo Ad\n

    el

    jo\en.

    46

  • 8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente

    9/17

    passa

    attraverso

    gli

    avvenimenti, ma non li capisce... Far capire tutto attraverso le

    parole

    di

    qualcuno que

    non capisce nulla"r0

    (Eco,

    1984: 23). Confirma la aseve¡ación de Marc

    Bloch de

    que

    "la

    connaissance du

    passé

    est une chose du

    progrés"ll (Bloch,

    1993:

    58)

    y

    que

    no

    se

    debe

    pretender captar

    el

    último

    sentido

    directamente,

    de

    una vez. Po¡

    eso en

    vez

    de

    desarrollar la acción siguiendo un orden cronológico se

    prefiere

    hoy la simultaneidad

    de

    varias

    voces

    y

    varias escenas: la

    creación de

    una

    perspectiva

    más

    amplia.

    En

    Le ne.lia noclre

    suspiraba

    Valle-Inclán

    por

    la

    posibilidad

    de abarcarlo todo

    desde un

    punto

    alto. Hoy se

    procede

    mediante la combinación de

    "bloques

    de cons-

    trucción",

    que

    construyen

    la historia,

    haciendo intercambios en el tiempo

    y

    en el espa-

    cio. Más de un cítico haconstatado

    que

    lo espacial vaocupando un lugarmás importante

    que

    1o

    temporal en

    la estructuración

    de la novela contemporánea. Dóblin recomendaba

    al naffador: ver

    y pensar,

    relacionar instantáneamente, lo cual se

    vuelve

    responsabili-

    dad

    del

    lector

    La técnica

    de

    paralelos que

    se

    iluminan

    mutuamente (importantísimo aquí

    el uso de la

    parataxis)

    se ha revelado

    muy

    eficaz. Con ayuda de

    ella

    consigue

    Lourdes

    Oniz efectos asombrosos en U,.rccQ. Pero existe el

    peligro

    de

    perder

    una dimensión:

    Valle-Inclán

    y

    Dóblin, aun al desmitifica¡ la histo¡ia de las apariencias, creen aún en el

    fondo

    en una

    "historia

    en

    profundidad".

    Hoy, afirma Jameson,

    la historia

    cone el riesgo

    de

    volverse

    "dephtless"

    (Davies,

    1994:20).

    En ninguna de estas novelas figura el héroe tradicional. El enfoque

    principal

    cae

    sobre el

    poder y

    lo

    que

    éste

    reprime.

    Según señala

    Wesseling,

    una

    gran

    parte

    de ellas

    presenta

    versiones altemativas de la historia conocida: las

    posibilidades que

    no llega-

    ron

    a

    realizarse

    o

    lo

    acontecido

    que no llegó

    a

    entrar

    en las crónicas.

    No

    se

    trata

    de

    contar 1rl sabido, sino de cuestiona¡ lo

    que

    se sabe

    y

    buscar trasfondos ocultos

    que

    emergen como epilanías

    del cruce

    de

    varios fragmentos. Esto explicaría la inclinación de

    muchos autores contemporáneos a adoptar ciertos

    procedimientos

    de la novela

    policía-

    ca

    (también

    aquí

    Eco sirve de modelo insuperable),

    que permite

    matizaciones: unos

    usan esta técnica

    poniendo

    énfasis en la intrigal otros,

    para

    jugar

    y generar gozo

    intelectual

    (Kebbel,

    1986: 93). Lo

    que

    consta en todos es la

    persuasión

    de

    que

    la tarea

    del narrador no es interpretar, sino "hacer interpretable"

    (Geppert,

    1976: 187). Esto

    impone

    distanciamiento.

    Todos los críticos alemanes subrayan la renuncia al la

    EinJihlung

    (.

    otnpenetqcíón

    ),

    que

    se

    sustituye por

    AusfühLung

    (insensibilidad),

    Verfrendung

    (distancianiento

    )

    . Lo

    no

    dicho de

    la historia

    se descubre

    por

    colocar

    fragmentos de lo conocido en contextos nuevos. Marta Morello-Frosch 1o

    llama

    'hacer

    2r)

    ''Dcsdc

    el conicnzo.

    quicro

    contar lodr la hirori¡

    I...1

    a rravés de todos

    los aconrecimientos.

    pero

    no los compre¡de

    [...]

    P¡ru

    comprender lodo ¡ través de la

    palabra

    de

    qujen

    no comprende

    ''tl

    . onocimienro del

    ptr.rdo

    e. . o'-

    del

    ¡rnpr('o

    N. del T.: Por lralarse de lérminos

    poli\émicos.

    realmente

    difíciles de traducir. la autora ha

    preierido

    expresarlos

    en

    el

    origiDrl

    lenrín.

    En

    los

    paréniesis

    anleriores oiiecemos los

    que

    consider¡mos mís cercrnos en c¡srell¡no

    2t

    22

    11

  • 8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente

    10/17

    oír los silencios"

    (Balderston,

    1986 202).

    La Capra sugiere que

    el tono carnavalesco

    facilita

    tales descubrimientos

    (La

    Capra. 1985:

    39): es un andar sobre

    la finísima

    cuerda

    tendida

    entre las burlas

    y

    las veras.

    Según é1. el texto sirve

    sólo como el inicio,

    como

    marco.

    como una ventana

    hacia lo

    que queda por

    descubrir.

    (La

    necesidad de

    buscaq

    descubrir, intentar orientarse, trae no

    pocas veces

    la

    imagen

    del

    laberinto,

    también

    usada por

    Eco. Los laberintos

    modemos. sin embargo,

    no eslán

    provistos

    del hikt

    de

    Ariadna; la maraña

    se multiplica Lkl infinitum).

    El

    propósito

    de llenar

    los

    vacíos,

    de insinuar lo no

    dicho, de

    jugar

    con las expecta-

    tivas contextuales

    favorece la técnica

    del collage

    y

    del

    microanálisis de momentos

    sueltos,

    puesta

    de relieve

    por

    Walter

    Benjamin como

    "das

    Prinzip

    der

    Montage

    'ya

    en

    los

    años treinta: "in der Analysc

    des kleinen Einzelmoments

    den Kristall

    des

    Totalgeschehens

    zuentdecken':3

    (Benjamin.

    1983: 575).

    Repasando breve

    y

    arbitrariamente la abundante

    producción

    de la novela histórica

    de los

    últimos años en España

    (Juan

    Oleza ofrece una

    buena

    presentación general

    de la

    situación), se nota que

    la mayoría de los autores se han apropiado

    de los

    procedimien-

    tos

    delineados más arriba, algunos sin renunciar a --o

    remodelando cienas

    estructu-

    ras tradicionales.

    como la novela

    picaresca.

    En tales casos se

    trata. más

    que

    de

    una

    reescritura

    (analizada

    por

    Aínsa), de una verdtdera

    Untschreibu

    g

    (

    frunscrípciótl

    o trans-

    ferencia),

    cuyo eje es la transfbrmación.

    Como ejemplos se

    podría

    mencionar

    k¡s lrcle-

    chos arborescenfes

    de Umbral, estudiada

    por

    Ian Davies.

    o el sugerente estudio

    de

    Ignacio

    Javier López sobre L¡ verdad sobre el cqso

    Salt ta de Eduardo Mendoza,

    cuya

    obra.

    In

    ciudad

    de los

    prodigbs,

    tambtén

    conserva

    trazas de

    la

    picaresca.

    En el

    caso

    de

    Pérez-Reverte

    (la

    serie de la sa.ga de Alatriste), tanto

    el re-descubrimiento de

    la historia

    como la re-creación del

    pícaro quedan por

    debajo de la

    preocupación

    por

    la escritura.

    centrándose menos

    en el

    proceso que

    en el efecto.

    La nueva novela histórica no

    trata

    de instruir,

    como las

    primcras

    series

    de Galdós,

    ni

    de criticar,

    como las de Baroja, o desahogar la ira

    y

    el rencor,

    como las inspiradas por

    las

    represiones

    del régimen franquista. Des-compone.

    No

    pretendc

    ser

    to¡nada en serio

    como historia. aunque

    sí la incluye. Casi siempre llama la

    atención como escritura.

    El

    caso más

    claro sedael de Tonente Ballester,

    quienjuega

    con la intertextualidad,

    con la

    historia y

    con el lector, haciendo guiños constantes para señalar

    su

    intención. Le inte-

    resa

    más, siempre, el efecto metallccional, la historia

    de la escritura

    de la historia. Decla-

    raciones

    como

    la

    de

    que

    la historia es un

    "conjunto

    de

    hechos

    que

    no tenían que

    haber

    sucedido"

    o "Tú no

    puedes

    fiafte

    de

    la realidad

    porque

    siempre

    te engaña"

    (Rivas,

    1999:

    7) dan fe de su actitud

    de base. Sin embargo, como señala

    Rivas.

    "el juego

    con, contra

    la Historia

    es un asunto capital de su obra"

    (Rivts,

    1999: 7). Es

    el autor

    que

    rnas

    cons-

    tantemente elicíta

    el

    gozo

    intelectual

    producido por

    el

    discurso de detcctive

    del

    que

    23

    [...]

    el

    principio

    del monraje

    va

    cn lo\

    moñenro

    singular.

    la

    crisralización del

    año trcintir

    "p¿rm

    de\cubrir.

    en el anÍlisis

    del

    pequcño

    aconrecimienro

    rol¡l

    '

    48

  • 8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente

    11/17

    habla Kebbel

    inte¡pretando

    a Brecht.

    La subversión

    sirve,

    en su caso, para

    desencade_

    nar

    un ejercicio

    intelectual y

    suscitar preguntas

    que

    se multiplican.

    Como

    contaste

    se

    podría

    ver

    la obra

    de Umb¡al,

    también

    basada

    en la inrertextualidad.

    también llena de

    transfbrmaciones,

    desbancando

    toda

    autoridad,

    pero

    en

    la cual

    la

    subversión

    es casi

    autosuficiente:

    divierte

    e irrita

    sobre

    todo en

    el momento

    mismo

    de la lectura.

    Las

    constantes

    ref'erencias y

    alusiones

    se acercan peligrosamente

    al

    ..name

    dropping"

    en

    vez

    de hacer

    una

    novela como

    Y Tíerno

    Galván

    qscendió

    a los cíelos,

    un verdadero

    Zeitroman.

    Él

    mismo suple

    la

    precisión,

    llamándola..memorias

    noveladas,'.

    Subverti¡

    desbancar

    la auroridad

    de la

    historia oficial,

    se

    proponen

    también

    Viízquez

    Montalbán y

    Abel

    Posse, autor

    latinoamericano que

    escribe

    sobre la relaciór/

    conflicto

    de los

    dos

    continentes, los

    dos rese¡vando

    espacio al

    tema de los

    nacionalismos

    o las

    periferias,

    tan de

    moda en el

    último decenio.

    La

    estructura, tan

    to en C¿sar

    o nada como

    en

    Los

    perros

    del paroís¿r,

    es

    completamente

    descentrada, la secuencia

    temporal

    casi

    aboli-

    da

    y

    sustituida por

    espacios

    altemantes para

    crear

    el'ectos de simultaneidad y

    divergen-

    cias

    de

    perspectiva.

    La

    novela

    de Vázquez

    Montalbán procede por

    yuxtaposición

    de

    puntos

    de vista.

    Gran

    parte

    está

    ocupada pordiálogos

    que

    incluyen

    una visión

    interior-

    cada

    uno

    de los Borgia

    con su

    propia

    perspectiva-

    y

    exterior: Machiavelli, que

    a

    veces

    parece

    asumir

    el

    papel

    de árbitro

    o incluso

    de

    super-historiador

    El texto

    está repleto

    de

    indicios,

    tales

    como eljuego

    de naipes

    en las

    primeras

    páginas

    y

    al final,

    el rito de la misa.

    Se fabrica

    un tejido

    intrincado

    de

    dobles

    sentidos

    y

    posibles

    subversiones:

    ,.aut

    Cesar aut

    nihil"

    se refiere

    no sólo a la persona

    de César,

    sino también

    a la novela

    de Baroja e

    in ita

    a

    una

    doble interpretación,

    así

    como

    el hecho

    de

    dedicar

    la

    novela, llamándola

    explícita-

    mente'novelaposthistórica",aunjesuita,aGramsciyaJordiBattló.Casitodosepresen-

    ta

    desde

    un ángulo insólito para

    revelar

    mecanismos

    escondidos. Los personljes

    no

    tienen

    nada

    de admirable. El

    cinismo predomina

    en todo, incluso

    en las relaciones

    intrafamiliares.

    Las verdades que

    se enuncian

    tienen su

    punta

    de ironÍa y

    son fácil-

    mente

    conectables

    con la

    problemática

    contemporánea,

    como

    la alirmación

    de

    que

    la

    corrupción

    es más tolerable que

    el fanatismo,

    o la escala

    de

    valores que

    se establece:

    "a

    nuestra

    altura

    no

    podemos

    dejar que

    los sentimientos

    sean

    una rémora_

    Nuestra

    vida

    tiene

    un sentido

    por

    encima

    de las

    emociones

    y

    de la

    moral

    al uso"

    (270).

    Se

    yuxta/contraponen

    César

    y

    Dios,

    la

    suerte

    y

    la

    providencia¡

    se explora la

    figura de

    Savonarola

    para

    crear paralelos

    con

    asesinatos

    políticos;

    el

    personaje

    de

    Francisco

    de Borja

    resulta

    muy ambivalente.

    El

    s¡r.Vrelr"r¿

    se mantiene

    intercalando

    crímenes y

    cruces

    sexuales que

    alternan

    con diálogos

    filosóficos.

    Se repite

    regularmente que

    los

    Borgia

    son fbrasteros.

    catalanes.

    odiados y

    despreciados.

    Resulta

    obvio

    que

    su úni-

    co sostén

    es el deseo

    de

    poder,

    contrastado

    al final por

    la

    figura apocada

    de Francisco

    Borja.

    La intención

    de terminar

    con él 1a novela queda

    como la última

    adivinanza para

    el lector.

    Itts

    ¡terrcs

    del

    perraúo

    parece aún más

    iffeverentc

    dentro

    de

    Ia

    serie de

    novelas

    que

    se

    proponen

    desmantelar

    la

    historia.

    En la estructura

    se

    parece

    y

    sobrepasa

    a

    Cásar..

    49

  • 8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente

    12/17

    escenas

    sueltas

    diseminadas

    por

    espacios

    diferentes:

    la corte

    española,

    Génova,

    la

    navegación

    a bordo

    de las carabelas,

    México

    antes

    de la llegada

    de los

    descubridores.

    el

    espacio

    irreal:

    el Paraíso

    que

    busca

    Colón

    inspirado

    por

    la descripción

    ofrecida

    por

    un

    sacerdole

    bonacho

    cuando él

    era niño

    (con

    ello somete

    a la subversión

    la meta mismadel

    descubrimiento).

    La

    mezcla de

    niveles

    temporales

    es constante:

    Colón'

    Queipo

    de

    Llano,

    Marañón. Freud.

    La intertextualidad

    es casi

    demasiado

    obvia:

    no incita

    al ejercicio

    intelec-

    tual.

    Entra mucho

    la

    fantasía,

    más aún

    el sexo

    liberado

    postmodemamente

    de todas

    las

    restricciones.

    Los

    nacionalismos

    y los marginados

    aparecen

    en las alusiones

    aljudaísmo

    de

    Colón.

    Lo

    que

    se cuenta

    se

    presenta como

    suplemento

    y

    corrección

    a

    lo no contado

    por

    los historiadores

    y

    ofrece

    una

    visión

    que

    apenas

    admite

    futuro:

    "Conprendió

    que

    América

    quedaba en manos

    de

    milicos

    y

    conegidores

    como

    el

    palacio

    de la infancia

    tomado

    por

    lacayos

    que

    hubiesen

    sabido

    robarse

    las escopetas"

    (Posse'

    1987:

    253)'

    Cadá una de

    las novelas mencionadas

    es

    completamente

    diferente

    Loque

    permite

    establecer

    cieña

    afinidad

    entre

    ellas

    es la

    intención

    evidente

    de desacreditar

    la historia

    tal

    como se

    la solía

    enseñar.

    Es un

    ataque

    a la

    presentación de

    lo hislórico,

    a las

    figuras

    históricas

    más

    que

    al

    pensar histórico.

    Junto

    a este

    tipo de

    rechazo

    radical

    existen otros

    modos

    de

    reescribir

    la historia

    que

    conservan

    algunos

    elementos

    tradicionales

    y que

    han merecido

    premios nacionales

    o

    han llegado

    a ser óe'rr-rellets

    Uno

    de

    los libros de

    mayor éxito

    ¡eciente

    es

    El hereie

    de

    Delibes,

    tal

    vez el más

    tradicional

    de los aquí

    repasados.

    Empezando

    con

    varios

    procedimientos

    de

    la novela

    postmoderna

    -lnulti-

    pticidart de

    punto de

    vista, sin

    introducción

    ni

    presentación'

    microhistoria

    de una fami-

    ii"

    qu.

    no

    es

    de las que tienen

    el

    poder' cuestionamiento de valores

    establecidos'

    diálogos

    contrastantes-,

    recae

    pronto

    en un

    narrar más

    bien

    tradicional'

    desde

    la

    perspectiva del nanador

    (no

    se

    presenta como

    historia

    vivida)

    apoyada

    en fuentes

    que

    :i".nufn"ron

    al final

    (no

    para subvertir.

    sino

    para

    hacer

    más

    f¿haciente

    lo nanado)'

    Abunda

    la descripción

    que

    sirve

    para

    "situar".

    no

    para

    cuestionar

    o

    parodiar la acción'

    El enfoque,

    con anécdotas

    intercaladas,

    se acerca

    a

    veces

    al

    costumbrismo

    e impone

    un

    sabor

    local,

    provinciano.

    Lo

    produce

    el

    pormenorizado

    recuento

    de

    la caza, tema

    predi-

    lecto del autor

    Se

    nota el

    deseo

    de ordenar

    lo

    presenlado Sólo

    en la

    tercera

    parte

    se

    vuelve al

    ritmo

    y

    a los

    procedimientos

    (con

    excelentes

    escenas

    de desdoblamiento)

    más

    modemos.

    creando

    cierta ambivalencia:

    se denunci¿t

    la

    Inquisición. pero a

    Ia

    vez

    se

    muestra

    que

    los

    "herejes"

    se

    traicionan

    mutuamente.

    Es un acierto

    concluir

    la novela

    con

    la figura

    de la antigua

    criada,

    que permite

    una lectura ambigua'

    Una

    novela

    que

    tampoco

    es

    subversiva

    pe¡o

    moderna

    en

    su concepto

    de la cscritu-

    ra de la

    historia

    como Zeítrom.m

    es El

    kípiz

    del carpíntero

    de

    Manuel

    Rivas:

    sin

    fechas.

    sin

    personajes

    "gmndes". pero con

    un ambiente

    global

    que

    permite

    re-vivir

    el

    terror

    de

    la época

    franquista.

    Incluye.

    como

    parte integrante

    del desarrollo

    considera-

    ciones

    metaficcionales,

    no sólo

    sobre

    la escritura

    de

    la novela.

    sino

    lanbién sobre

    el

    proceso

    de

    la

    pintura. Su comienzo

    se sitúa

    en el

    presente

    e

    inÍoduce

    la

    problemática de

    la escritura.

    El

    reportero

    que crea el marco

    pronto

    cede

    la

    voz

    a

    la

    doble

    o

    triple

    concien-

    50

  • 8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente

    13/17

    cia

    del

    guardia que

    vigil(i

    la represión.

    que

    actuó como espía. escribiendo

    un

    parte

    sobre Io

    observado cada día.

    quien

    recuerda los acontecimienlos

    y

    sus reportaJes en

    tiempo

    presente,

    enjuiciándok¡s. Se

    añaden a esto

    los

    maravillosos diálogo\ imag¡na-

    rios que

    sostiene

    con el

    pintor

    a

    quien mató.

    El

    verdadero

    "héroc"

    aparece casi

    siempre

    en segundo plano,

    actuando sólo a

    través

    de su actitud. Es un

    pasado que \

    ivc

    en y

    dcsde

    el

    prcsente,

    voces

    qu€

    transmitcn varios

    estilos

    e

    indican varios niveles de

    inteligencia.

    Se

    podría

    hablar

    de una clíptica All¿rg.lg€iciricfite

    de

    un

    período,

    donde

    se

    na[a menos

    de Io

    que

    se deja intuir, refiriéndose a la vida

    cotidiana

    en

    espacios

    y

    estamentos

    diferentes:

    Galicia./la

    costa

    levantinai

    un

    poro.

    Ia cárcel, la casa de la

    ¡alud.

    el

    monasterio. Se

    ponc de

    relicve el

    papel

    de la inaginacióD,

    que

    ayudit

    a

    enfrentarse

    a

    la historia

    (cualidad

    que Rivas ensalza en

    la úitima novela de Torrente Ballester). Su

    gran

    logro es

    transmitir una vir'¿r

    sens¡tción de

    un

    período

    histórico e instigar al

    lector a

    repensarlo.

    Un

    f'enómeno

    importante en el desar¡ollo

    de

    la novela histórica es la irrupción de

    obras escritas

    por

    mujeres

    que

    invierten.

    subvierten, rectifican

    la

    histori:r

    que

    rntes

    parecía

    el monopolio de honbres. Desentiefian

    y

    reevalúan figuras no

    mencionadas u

    olvidadas,

    revelando su

    papel

    en

    el devenir histórico de

    España. El

    magnífico cuadro

    creado

    por

    Rodoreda cn kt Pla

  • 8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente

    14/17

    curiosidad del lector. Así como Rodoreda, revela Ia fuerza interior de la mujer corriente,

    creando

    fi,gura inolvidable

    de

    la

    prostituta.

    Su relato

    hace cuestionar

    las

    historias

    ohciales sobre este

    período.

    Es una historiade mentalidades, retiactada

    en

    varios

    centros.

    El

    mundo

    que presenta,

    visto

    desde

    dilerentes

    perspectivas,

    no liene

    futuro,

    pero

    no

    se

    intenta

    subvertir los valores

    bósicos

    y

    se deja

    cieÍa

    aperlur¡. Al fin. es el

    lecior quien

    debe atar lo. cabo.

    )

    .rcar.u\

    concluriones.

    La

    obra

    más

    reciente

    que

    quisiera señalar se debe

    a

    la

    pluma

    de

    un

    autor

    quien

    afirma

    que

    "el

    concepto de

    novela

    histórica es

    va

    antiBualla",

    pero que

    se integra fácilmente a

    Ia calegoóa de Zeitror¡¿ri.

    para

    que

    'con

    un

    lenguaje

    ntodcmo se describa el

    espíritu

    de

    una

    época"

    (Pombo:

    1999a).

    Se

    trata

    de¿(¡

    circ.lr(ltur.r dcl

    cirt

    lo.de Alvaro Pombo

    (

    1999a).

    Cabría

    tanrbién de cie¡to modo en el

    esquema

    estructural de

    la

    novela

    picaresca:

    el

    protagonista

    pas¿

    de un

    "amo"

    a

    otro,

    aunque

    con fin distinto

    y

    resultado

    an¡biguo.

    Se

    suceden más

    espacios;

    la

    crítica

    de cada

    uno

    es

    más

    penetrante. Evalúa

    la

    profundi-

    dad del desencanlo. Nos

    presenta

    al

    hombre

    desarraigado

    en

    búsqueda de

    identidad

    que

    emite

    observaciones

    aplicables a la sociedad de hoy. Todo es

    vislo desde

    dentro,

    todo tiene dos

    caras;

    no

    existe la

    "realidad".

    El mundo

    que

    va descubriendo es un

    rnundo cruel; el

    procedimiento

    más frecuentemente empleado, el

    de

    la desmitilicación.

    Se cruzan

    y

    se

    suceden varios

    niveles r

    ambientes: la casa de un

    c¿ballero

    noble; la

    col1e

    delduque de Aquitania: lacomunidad

    religiosa fundada por Bemardo de

    Clairvaux

    como

    contrapeso a

    éstat

    la orden de los Templarios; el reino de Jerusalén. El

    hilo que

    les

    une es el sabor amargo

    que

    desemboca en

    una

    epifanía:

    "Nada queda ya

    del guenero

    clérico...

    Nada queda

    del bravo cabnllero que

    se

    enfientó

    al gran duque de

    Aquitania.

    Nada

    queda

    del

    joven

    fuerte

    que hincó

    las

    rodillas ante el

    abad

    de Claraval

    [...]

    el odio

    es un regr¡sto afilado como la

    justicia" (

    1999: 362). Desde las

    primeras

    páginas

    llama

    la

    atención el uso

    nagistral de

    la

    palabra.

    de

    cuyo

    poder

    es consciente el

    protagonista:

    "ei

    lugar se

    contagió

    de la elasticidad

    del

    nanar

    nrismo"

    (64.¡.

    Consigue.

    como

    Eco. una

    estructura en

    la

    que

    todo

    detalle signillca según el nivel intelectual del lector. un

    juego

    continuo nunca tbüado. Por otra

    parte.

    se

    puede

    percibir

    algún

    eco

    de

    Valle-lnclán:

    un

    dejo

    épico

    mezclado con

    10

    grotesco.

    la sabiduría de entreverar varias modalidades:

    "Tú

    regresa

    como

    un héroe trágico

    y yo sigo

    aquí

    como

    un

    héroe

    cínico"

    (375).

    El

    proceso

    de desenmascarar

    es

    continuo

    y

    abarca al

    p¡otagonista po¡ rnedio del desdoblanriento.

    Abre

    infinidad

    de

    posibilidades

    de interpretación

    (¿alusión

    a la búsqueda

    de

    la espiri-

    tualidad en las

    religiones orientales

    de

    los

    jóvenes

    de hoy?), sin prometer

    un futuro

    mejor En Ia escena final Ac¡rdo

    se va

    alejando otra

    vcz.

    Habiéndose cri¡do entre

    ovejas. cabras.

    caballos, entre los cuales sentia más calor

    que

    al

    l¿do

    de

    su madre.

    "monta a

    pelo

    uno de los caballos

    percherones

    1...1

    El caballo relincha

    y vuelve

    la cabeza

    para

    mirarle: a imagen

    y

    serne-janza

    del

    amor

    [...]

    Ese noblc animal de carga.

    lo más

    parecido

    a la ternura. a la hermandacl,

    que conocerá Ac¡rdo

    antes de la muerte"

    (410).

    Uanifas |anítdtis

    el deseo

    de

    conquistar el

    mundo, el reino

    de Jerusalén,

    la representa-

    ción

    dc

    Dios

    en

    la

    tierra.

    Pero

    queda

    escrito el relato.

    52

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