biografia de jacobo armino

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BIOGRAFIA DE JACOBO ARMINO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 LA CARTA A HIPOLITO A COLLIBO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 LA APOLOGIA O DEFENSA DE ARMINIO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 UNA DECLARACION DE LOS PENSAMIENTOS DE ARMINIO. . . . . . . . . . . . . . . 60 VARIOS DEBATES PUBLICOS Y PRIVADOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82 CIERTOS ARTICULOS PARA SER EXAMINADOS Y PONDERADOS DILIGENTEMENTE. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 NOTAS DE REFERENCIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 BIBLIOGRAFIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102 BIOGRAFIA DE JACOBO ARMINIO

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Arminio no estuvo de acuerdo con el concepto de salvación de Juan Calvino, a diferencia de este ultimo Jacobo creía que Dios le habia dado al hombre el libre albeldrio y que era este quien decidia si queria salvarse o no, es decir algunas personas rechazarían la oferta de Dios de salvación en Cristo Jesus

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  • BIOGRAFIA DE JACOBO ARMINO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

    LA CARTA A HIPOLITO A COLLIBO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

    LA APOLOGIA O DEFENSA DE ARMINIO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

    UNA DECLARACION DE LOS PENSAMIENTOS DE ARMINIO. . . . . . . . . . . . . . . 60

    VARIOS DEBATES PUBLICOS Y PRIVADOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82

    CIERTOS ARTICULOS PARA SER EXAMINADOS

    Y PONDERADOS DILIGENTEMENTE. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

    NOTAS DE REFERENCIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96

    BIBLIOGRAFIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102

    BIOGRAFIA DE JACOBO ARMINIO

  • (Esta biografa est basada en la de Carl Bangs, Arminius: A Study in the Dutch Reformation

    (Arminio: Un Estudio en la Reforma Holandesa). Sin embargo, las citas directas de ese libro se indican

    de la manera acostumbrada.)

    EL ESTUDIANTE

    Jacobo Arminio naci el 10 de octubre de 1560 en Oudewater, un pueblo cerca de la ciudad de

    Rotterdam, en Holanda. Su nombre era Jacob Harmensz., la forma corta del patronmico

    Harmenszoon, o hijo de Herman. Su padre se llamaba Harmen Jacobsz., y su madre se llamaba

    Engeltje Jacobsdr. (Jacobsdochter, o hija de Jacob). Arminius fue el nombre latinizado de Harmensz.,

    como era la costumbre en aquel tiempo.

    El padre de Arminio era un cuchillero, pero ese trmino debe entenderse en el sentido amplio de

    herrero quien haca espadas y armaduras, un oficio de bastante importancia en aquel entonces. Se

    describe como de la clase media. Su padre muri bien sea cuando Jacobo era nio o aun antes de su

    nacimiento. "Parece muy posible que Arminio no provino de una familia desconocida, y esa puede ser

    una razn por la cual lleg a captar la atencin de una serie de benefactores, quienes se aseguraron de

    que l tuviera acceso a la mejor educacin disponible.1

    Un sacerdote local, Teodoro Aemilius, de tendencias protestantes, lo cuid hasta que fue un

    adolescente y sali de Oudewater para realizar sus estudios universitarios. Fue durante este perodo que

    Arminio conoci a Johannes Uitenbogaert, quien se hizo amigo ntimo y de toda la vida.

    Despus de la muerte de Aemilius, probablemente en 1575, un conciudadano de Oudewater,

    quien era profesor en la Universidad de Marburgo, Rudolfo Snellius, se constituy en su protector y lo

    llev a esa universidad para estudiar. En agosto Arminio se inform acerca de la masacre de Oudewater

    por los espaoles despus de un sitio, y viaj de Marburgo a Oudewater para informarse de la suerte de

    sus familiares. Encontr que la madre y los hermanos haban muerto en la masacre. Despus, regres

    caminando los cuatrocientos kilmetros a Marburgo, donde estudi por casi un ao.

    Una de las primeras cosas que hizo Guillermo de Orange despus de libertar la ciudad de Leyden

    en 1574, era proponer el establecimiento de la primera universidad de Holanda en sa, lo cual se efectu

    en febrero del prximo ao, con las facultades de Teologa, Derecho, Medicina, y Filosofa y Letras. Se

    puede observar la lentitud con la cual el establecimiento de la universidad progres, por el hecho que

    cuando Arminio se matricul el 23 de octubre de 1576, como alumno de Artes Liberales, fue el duod-

    cimo alumno matriculado en dicha universidad. Fue all que, por primera vez, us la forma latinizada

    de su nombre. Se destac en varias reas de sus estudios, pero especialmente en la teologa.

    Termin sus estudios en la universidad de Leyden en 1581, pero por tener apenas veintids aos,

    se le consideraba demasiado joven para el pastorado. Entonces, los burgomaestros y pastores de

    Amsterdam le animaban a continuar sus estudios. El gremio de San Martn de esa ciudad ofreci man-

    tenerle en sus estudios por tres o cuatro aos ms con la condicin que firmara un contrato, prometiendo

    servir como pastor en Amsterdam por el resto de su vida. En 1582 se matricul en la Academia que Juan

    Calvino haba fundado en Ginebra. El director de ella era Teodoro Beza, el sucesor de Calvino. Debe

    recordarse que fue Beza quien formul la forma ms extrema del calvinismo, la que ahora se conoce

    como supralapsarianismo, y eso es lo que Arminio aprendi durante sus aos de estudio. Aunque

    aparentemente estaba de acuerdo con ese punto de vista en aquel tiempo, tuvo que salir de esa institucin

    en 1583, debido a que se adhiri a la lgica de Pedro Ramus en vez de la aristoteliana que estaba en boga

    all. Fue a Basilea donde estudi por un ao. Le ofrecieron un doctorado, pero Arminio lo rehus,

    diciendo que su juventud (slo tena unos veinticinco aos) no traera honor al ttulo. El 10 de octubre

    de 1584 se matricul por segunda vez en la academia de Ginebra, evitando esa vez el problema anterior

  • al evadir las disputas sobre la lgica. Al terminar sus estudios en 1586, y antes de comenzar su pasto-

    rado en Amsterdam, Arminio, acompaado de otro estudiante, viaj a Italia. Los rumores de ese viaje

    le causaron problemas cuando lleg a Amsterdam, porque algunos afirmaron que mientras estaba en

    Roma haba besado el pie del Papa y asociado con un cardenal, hechos rotundamente negados por

    Arminio.

    EL PASTOR

    "Cuando Arminio se dirigi a Amsterdam en el otoo de 1587, para asumir los deberes

    pastorales, se estaba cambiando de la corriente principal de la vida teolgica reformada, al centro

    floreciente de la vida comercial holandesa."2 Amsterdam se haba hecho una ciudad "protestante" en

    1566, debido a los esfuerzos de un grupo de comerciantes, entre ellos Laurens Jacobsz Reael, el que

    llegara a ser el suegro de Arminio unos veinticuatro aos despus. Despus de un ao la ciudad regres

    al redil catolicorromano; Reael y los otros comerciantes tuvieron que huir. No fue hasta 1578 que la

    ciudad se hizo protestante otra vez y los comerciantes pudieron regresar. Estos mismos comerciantes

    llegaron a ser los lderes en la nueva Iglesia Reformada y en el gobierno de la ciudad.

    Aunque Arminio se present ante varios comits examinadores desde octubre de 1587, no fue

    sino hasta el 7 de febrero de 1588 en que predic su primer sermn en Amsterdam como un proponent o

    predicador a prueba. Desde el inicio caus una impresin favorable ante sus oyentes. En la oracin

    fnebre por Bertius, se describe su estilo como sigue:

    Esta recepcin favorable no debe provocar maravilla; porque--y hablo ante los que lo concocan

    bien--haba en l una cierta solemnidad increble templada por una amenidad alegre; su voz era

    un poco dbil, sin embargo dulce, armoniosa, y penetrante. . . . No se dignaba usar ningn floreo

    retrico, y no usaba las frases melosas coleccionadas para ese propsito de los griegos.3

    Despus de su perodo de prueba, se le extendi a Arminio la invitacin a unirse con los otros ministros

    de la ciudad, para cumplir con los deberes pastorales el 11 de agosto. Fue ordenado el 27 de agosto de

    1588. Los otros ministros de Amsterdam, cuando Arminio fue ordenado, eran Johannes Cuchlinus,

    Johannes Ambrosius, Johannes Hallius, Everhardus Hermanni, y Petrus Plancius, de los cuales el

    nico que merece ms mencin es Plancius, por el hecho que fue el primer calvinista rgido que haba

    ministrado en la iglesia de Amsterdam, y que lleg a ser un enemigo acrrimo de Arminio. Pronto

    Arminio empez a tomar su lugar predicando en todos los cultos de los domingos. (Debe entenderse que

    en el sistema empleado en ese tiempo, un pastor lo era de la ciudad, y no de una iglesia en particular.

    Entonces la congregacin no saba cul ministro predicara un determinado domingo.) El era un pre-

    dicador popular, especialmente entre el elemento regente de la ciudad, los burgomaestros y miembros del

    Concilio.

    En noviembre de 1588 Arminio empez a predicar del libro de Romanos.

    Es decir que Arminio desde el principio de su ministerio en Amsterdam estaba haciendo frente

    a los problemas de la gracia y la predestinacin. Esta serie de sermones sobre Romanos dur

    hasta el 30 de setiembre de 1601. Y no fue sino hasta 1591, cuando haba llegado al captulo

    siete, que su predicacin despert la controversia.4

    El 16 de setiembre de 1590, Arminio se cas con Lijsbet (Elizabet) Reael, hija del ya men-

    cionado Laurens Jacobsz Reael y Geerte Pieterdsdr. Su suegro era un comerciante en cereales y un lder

    tanto en el gobierno de la ciudad como en la iglesia de Amsterdam. Resulta significativo que en un tiem-

    po en que muy pocas mujeres saban leer y escribir, Elizabet poda firmar el registro civil. Con el

    nacimiento del primer hijo, la familia se estableci en una casa pastoral en el antiguo claustro de Sta.

    Ursula. Puesto que Arminio nunca escribi acerca de su vida familiar, slo se pueden imaginar los

    detalles de lo que era caracterstico en aquel tiempo. Los hijos de Arminio y Elizabet, con el ao de

  • nacimiento de cada uno, eran: Harmen (I) (1591); Harmen (II) (1592); Engheltien/Engeltje (1593);

    Harmen (III) (1594); Pieter (1596); Jan (1598); Laurens (I) (1600); Laurens (II) (1601); Jacob (1603);

    Willem (1605); Daniel (1606); y Geertruyd (1608); de los cuales slo nueve sobrevivieron la infancia.

    Puesto que en lo que sigue, el nfasis no ser en la familia de Arminio, se dar la informacin relevante

    acerca de su esposa e hijos. Elizabet viva una vida larga, pero triste; cuando ella muri a la edad de se-

    tenta y nueve aos en 1648, slo dos de sus hijos todava vivan. Cuando Pieter tena veintids aos,

    muri ahogado. Cuando Willem tena catorce aos, muri de tuberculosis. Engeltje se cas, pero muri

    en 1625 sin hijos. Harmen (III), Jan y Jacob salieron para las Indias Orientales y nunca regresaron,

    pues murieron all sin casarse. Laurens (II) se cas y tuvieron cinco hijos; muri en 1646. Daniel se

    hizo mdico; se cas, pero no tuvieron hijos; muri en 1649. La hija menor, Geertruyd,

    no poda recordar a su padre pero . . . se hizo la matriarca del vasto clan de descendientes de

    Arminio. En 1626 se cas con Jacob Rombouts, quien despus fue un comerciante en

    Amsterdam, y tuvieron cinco hijos. De esta lnea Arminio y Elizabet tuvieron veintiocho bis-

    nietos.5

    El Dr. Bangs afirma en el eplogo de su obra,

    Hoy hay muchos descendientes de esta y otras lneas, probablemente de varios centenares cuya

    ascendencia puede ser seguida, ms otros incontables. Algunos descendientes de Arminio son

    holandeses, algunos ingleses, algunos franceses, algunos espaoles, algunos indonesios, y algunos

    norteamericanos.6

    El ao 1591 marca el comienzo de las controversias teolgicas que decidiran la suerte de

    Arminio por el resto de su vida. Probablemente en ese ao el Consistorio de Amsterdam le solicit que

    escribiera una refutacin a un folleto intitulado "Una Respuesta a Algunos de los Argumentos

    Presentados por Beza y Calvino; de un Tratado Acerca de la Predestinacin, Sobre el Captulo Nueve de

    la Epstola a los Romanos." Como ya se ha mencionado, por esa fecha haba llegado al captulo siete de

    Romanos en su exposicin de esa epstola. Arminio lleg a la conclusin que el hombre en Romanos 7

    no es regenerado, opinin contraria a la del Alto Calvinismo, y comenz la controversia. El Dr. Bangs

    concluye:

    Toda esta evidencia indica una conclusin: a saber, que Arminio no estaba de acuerdo con la

    doctrina de la predestinacin de Beza cuando comenz su ministerio en Amsterdam; real y

    probablemente nunca estuvo de acuerdo con ella. La cuestin no se haba levantado agudamente

    para l, sin embargo, hasta los eventos que acaban de mencionarse, en cual caso se opuso a las

    dos posiciones afirmadas entonces por el Alto Calvinismo--el supralapsarianismo y el sublap-

    sarianismo. De repente se encontr enfrentado con un nuevo juego de problemas: la libertad de

    conciencia, la interpretacin correcta de la Confesin [Belga] y el Catecismo de Heidelberg y la

    autoridad del consistorio y del "presbiterio" sobre un ministro.7

    No se sabe si era hostilidad de parte de Plancius o qu era la causa, pero de repente muchos le acusaban a

    Arminio de ser pelagiano o sociniano.

    En enero de 1592 ocurri una reunin del "presbiterio" en cuanto a la predicacin de Arminio

    sobre Romanos 7. En la reunin Plancius levant las objeciones que, "Arminio estaba enseando

    pelagianismo, dependa demasiado de los primeros padres, se desviaba de la Confesin Belga y del Cate-

    cismo de Heidelberg, y sostena opiniones incorrectas acerca de la predestinacin y la perfeccin del

    hombre en esta vida."8 Arminio se defendi de todas las acusaciones, excepto de las ltimas dos, diciendo

    que esas no tenan relevancia en cuanto a Romanos 7. En febrero la controversia haba llegado a tal

    punto, que los burgomaestros, la mayora de los cuales simpatizaban con Arminio, intervinieron.

    Insistieron en que los ministros debieran resolver sus conflictos entre s y no llevarlos al plpito y as

    hacerlos pblicos, para mantener la paz tanto de la Iglesia, como de la Repblica. No condenaron a

    Arminio, pero dijeron que deba tener cuidado en la predicacin de "nuevas doctrinas." A la vez,

  • reafirmaron su apoyo a la tolerancia religiosa y al papel de ellos como guardianes de la paz de la iglesia.

    En 1593, cuando Arminio lleg a Romanos 9 en su predicacin, surgi la controversia otra vez, y

    ahora se hizo obvio que existan dos partidos en la ciudad, uno encabezado por Plancius y algunos de los

    burgomaestros, y el otro por Arminio y otros burgomaestros. En una reunin del consistorio en marzo,

    Arminio defendi su posicin, admitiendo que su interpretacin de Romanos 9:18 fue diferente de la de

    la Confesin, pero a la vez afirmando que slo estaba ejerciendo la misma libertad de interpretacin que

    todos sus hermanos ministros hacan todo el tiempo. En la reunin del consistorio el 20 de mayo, sus

    adversarios insistieron en que debera declarar claramente sus opiniones respecto a los artculos de fe.

    Ponindose a la altura de las circunstancias, Arminio les desafi que censuraran sus sermones. Nadie

    poda responderle directamente, aunque uno de ellos dijo que seguramente poda inferirse que estaba

    enseando algo contrario a la fe reformada, por el hecho que los luteranos, los anabaptistas, y los

    libertinos estaban glorindose de los discursos de l sobre Romanos 9.

    En la reunin del consistorio de la prxima semana, Arminio de nuevo los desafi a decir si

    habra algo digno de censura en sus sermones. Por fin Plancius tuvo que traer sus acusaciones. Eran

    tres.

    Primero, en su predicacin sobre Romanos 9, Arminio haba enseado que "nadie est

    condenado excepto por el pecado," lo cual equivala a excluir a los nios de la condenacin. En

    otras palabras, la doctrina de la predestinacin como Beza la enseaba estaba puesta en peligro.

    Segundo, Arminio haba enseado que "no poda atribuirse demasiado a las buenas obras,

    tampoco podan ser alabadas suficientemente, con tal que ningn mrito les fuera atribuido."

    Tercero, Arminio haba enseado que los ngeles no son inmortales.9

    Arminio se defendi bien en los tres puntos y mencion en cuanto al tercero que nunca haba hablado

    acerca de ese asunto en un sermn, sino solamente en una conversacin privada en el hogar de Plancius.

    A continuacin reiter su acuerdo con la Confesin y el Catecismo, con slo una excepcin, y ms que

    todo de interpretacin, antes que de las palabras mismas, referentes al artculo diecisis de la Confesin

    Belga.

    Es el artculo sobre "la eleccin eterna," lo cual afirma que Dios libra y preserva "a todos

    quienes El, en su consejo eterno e inmutable, por mera bondad ha elegido en Jesucristo nuestro

    Seor." Su excepcin era esta: La palabra "todos" ?se refiere a creyentes, o es un decreto arbitrario a otorgar fe? El aceptaba la primera interpretacin y rechazaba la segunda. Sin

    embargo, aceptaba los trminos del artculo.10

    El Consistorio acept la declaracin de Arminio y anim a los adversarios a tener compaerismo

    fraternal hasta que un snodo (concilio) general pudiera pronunciar sobre la interpretacin correcta del

    artculo. Aunque en el futuro se dieron otras acusaciones contra Arminio, fue la ltima vez que su

    predicacin se discuti en el Consistorio.

    En 1594 los burgomaestros le asignaron a Arminio la tarea de reformar las leyes para las

    escuelas de Amsterdam, e hizo tan buen trabajo que las reformas que l cre, quedaron vigentes hasta el

    siglo diecisiete.

    Mientras tanto, cumpla las responsabilidades ordinarias de un pastor de aquel entonces, entre

    ellas la de visitar a miembros de la iglesia para reprenderles por sus faltas. Es interesante que les toc a

    Plancius y a l una vez, visitar a una miembro para convencerla de que el bailar no era "un pecado muy

    pequeo".11 En diferentes ocasiones serva como secretario o tesorero del "presbiterio." Y desde 1590 era

    delegado al snodo de Holanda del Norte, fungiendo como presidente del mismo en 1600.

    Es interesante que durante ese perodo algunos ingleses reformados, escapndose de la

  • intolerancia religiosa en Inglaterra, llegaron a Amsterdam. Pronto empezaron a criticar a sus

    anfitriones, no sobre doctrina, sino sobre la poltica de la iglesia en Amsterdam. Arminio se uni con

    Plancius y otros calvinistas ms moderados para defender la posicin holandesa.

    En 1599 los snodos de Holanda del Norte y Holanda del Sur le asignaron a Arminio la tarea de

    escribir una refutacin de la posicin anabaptista. Por el ao 1608, todava no haba terminado el

    proyecto, y era bastante obvio que estaba buscando evasivas y que nunca la terminara. El Dr. Bangs

    pregunta ?por qu Arminio no quera escribir la refutacin?

    ? Era porque no quera perseguir a "herejes?" No, porque en numerosas otras ocasiones lo haba hecho. ? Era porque haba adoptado opiniones anabaptistas en cuanto a la iglesia y los sacramentos? No, porque sus escritos teolgicos durante este perodo. . . indican un punto de

    vista completamente reformada en cuanto al bautismo. Hay otra razn.

    La controversia con los anabaptistas era acerca de dos cuestiones. Una, la vieja cuestin

    sobre el bautismo y la naturaleza de la iglesia. La otra, los asuntos de la gracia, la

    predestinacin, y el libre albedro. Hay escritos anabaptistas de ese tiempo sobre esos temas que

    muestran que Arminio se habra mostrado poco dispuesto a escribir una condenacin

    comprensiva de todo lo que estaban enseando.12

    Ms adelante el Dr. Bangs concluye:

    Era sobre estos asuntos de la gracia y el libre albedro que Arminio tena su dificultad.

    Estaba convencido del punto de vista anabaptista, y a menudo ellos asistieron a su predicacin.

    A la vez, trataba de evitar los conflictos directos con sus colegas reformados al no dar

    declaraciones acerca de la predestinacin. No es que pensaba que los anabaptistas no estaban

    involucrados en algunos errores, sino que no pensaba que estaban totalmente equivocados.13

    En 1601 la peste bubnica mat a 20,000 habitantes de Amsterdam. Arminio serva con mucha

    valenta a las vctimas, ministrndoles tanto fsica como espiritualmente. Puso en peligro su vida y

    estaba preocupado por su familia en caso que muriera. Escribi a Uitenbogaert que casi haba quemado

    sus escritos por temor que cayeran en manos equivocadas despus de su muerte. Pero decidi no hacerlo

    y les pidi a Uitenbogaert y a Jacobo Bruno, su cuado, que despus de su muerte revisaran y corrigieran

    sus escritos a beneficio de sus herederos.

    La ltima dcada del siglo XVI vio el surgimiento de una aventura comercial de muchsima

    importancia para Holanda y especialmente para la ciudad de Amsterdam: la formacin de la Compaa

    General de las Indias Orientales, segn algunos historiadores, la primera sociedad annima moderna.

    Aunque es verdad que Arminio invirti un poco de dinero en la Compaa cuando se form, esa no era la

    manera en que ms le afectaba personalmente.

    En la nueva Amsterdam del siglo XVII, empujada a su Edad Dorada por el impulso del

    comercio mundial, Arminio ya no poda contar con la proteccin de los Viejos Pordioseros [los

    exiliados de 1566]. Una nueva casta estaba tomando posesin, audaz, loca por ganancias, in-

    tolerante en la religin, inclinada al calvinismo que se haba importado del Sur.14

    Y esa nueva casta, representada por algunos de los directores de la Compaa, les causara a los

    seguidores de Arminio mucha afliccin en el futuro.

    Probablemente fue durante los aos del pastorado que Arminio escribi muchos de sus tratados

    doctrinales, incluso sus famosos estudios sobre Romanos 7 y 9. Puesto que en otro lugar existe una

    traduccin de casi todo el captulo del Dr. Bangs sobre Romanos 7, no se tratar aqu en la biografa.

    Pero para entender algunos eventos en este perodo de la vida de Arminio, es necesario por lo menos

  • resumir su estudio sobre Romanos 9, lo cual es especialmente importante por el hecho que fue all donde

    no pudo evitar el luchar a brazo partido con el tema de la predestinacin.

    Arminio muestra que parte del problema es que sus adversarios yerran, porque buscan la

    respuesta a una pregunta que el captulo no est haciendo, a saber:

    ? Fracasar la palabra de Dios si bien la mayora de los judos son rechazados?" Para esta pregunta obtienen la respuesta: "Realmente Dios, en la palabra de la promesa, invit a todos los

    judos y los llam a participar en el pacto, sin embargo, por su decreto eterno y su propsito, de

    hecho haba determinado hacer a slo algunos de ellos partcipes, pasando por alto a los otros y

    dejndolos en su estado anterior.15

    Segn l, la pregunta debe ser, "'? No viene a resultar inefectiva la palabra de Dios si aquellos judos que buscan la justicia, no por la fe, sino por la ley, son rechazados por Dios?'"16 Y su respuesta es: "'Dios, en

    su palabra y en la declaracin de su promesa, mostr que consideraba que slo los judos quienes

    buscaban la justicia y la salvacin por la fe estaban en la relacin de hijos, pero los que las buscaban por

    medio de la ley, estaban en la relacin de extranjeros.17

    En el prximo punto l considera el uso de tipos y antitipos por Pablo. Dice que Isaac y Jacob

    deben considerarse tipos de hijos de la promesa e Ismael y Esa de hijos de la carne, y no como ejemplos

    en s mismos del propsito de Dios. Si se acepta ste, entonces Beza tena razn en ensear el decreto de

    predestinacin absoluta. A diferencia de eso, Arminio los considera como tipos de clases:

    Es decir, hay una predestinacin de clases que tiene prioridad sobre (o toma el lugar de) la

    predestinacin de individuos. Las clases estn marcadas por ciertotipo de cualidad, es decir, los

    que buscan la justicia por obras y los que la buscan por la fe. Ismael y Esa son tipos de la clase

    de aquellos que buscan la justicia por obras; Isaac y Jacob, de aquellos que la buscan por la fe.

    Segn Arminio, no es parte del argumento de Pablo que en este contexto tambin son miembros

    del antitipo.18

    A continuacin, muestra que el pecado es "una transgresin voluntaria de la ley."19 Si por

    decreto Dios da a algunos la habilidad de obedecer y a otros no se la da, entonces para estos no es pecado.

    Arminio subraya su punto de vista al decir: Un hecho que es inevitable a causa de la determinacin de algn decreto no merece llamarse pecado."20 Los adversarios de Arminio interpretaron el pasaje de

    manera que hay dos voluntades en Dios, una revelada y una secreta. El muestra que en Dios hay una

    sola voluntad. Pero ?qu, entonces, de aquellos quienes, segn el pasaje, Dios los endurece? Arminio contesta, "No hay nada ms claro en la Escritura que el hecho de que los pecadores que perseveran en sus

    pecados contra la paciencia de Dios, quien los invita a arrepentirse, sean aquellos quienes Dios quiere

    endurecer."21 Finalmente, segn Arminio, Beza haba interpretado incorrectamente la palabra 'masa'

    en 9:21. El, la haba interpretado como la humanidad no creada, mucho menos corrupta, que est de

    acuerdo con el supralapsarianismo. Siguiendo a Agustn, Arminio interpreta la palabra en el sentido de

    la humanidad ya cada. Segn su interpretacin, Dios determina crear a la humanidad (la masa) y es el

    hombre quien decide si va a ser un vaso para honra o para deshonra.

    En 1596, en un evento social, Arminio conoci a un profesor de Teologa de la Universidad de

    Leyden, Francisco Junius. En su conversacin, Arminio se enter de que Junius estaba revisando la

    teora de la predestinacin de Beza. "Acordaron continuar la discusin por cartas y mantener la

    correspondencia confidencial para que no causara dificultad en la iglesia."22 Arminio la inici, y Junius

    escribi una respuesta a cada una de las proposiciones. Y despus Arminio respondi a cada una de las

    respuestas de Junius. La correspondencia entre ellos, como ahora la tenemos, llega a casi 250 pginas.

    Arminio se molest por el hecho que la condicin de confidencialidad no se mantuvo; un alumno que

    viva en la casa de Junius vio la correspondencia, la copi, y la distribuy entre otros alumnos. Ella

    muestra que Junius sostena una posicin intermedia entre la posicin extrema de Beza

  • (supralapsarianismo) y la de Arminio; poda llamarse un calvinismo moderado. Sostena que la

    predestinacin refera al hombre in puris naturalibus o de naturaleza neutral, mientras Arminio se

    opona aun a esa posicin, al decir que aun ella hace a Dios el autor del pecado; l afirmaba que el objeto

    de la predestinacin es el hombre pecador.

    Fue durante el pastorado que Arminio escribi lo que es "el documento bsico del

    arminianismo,"23 su Investigacin del Folleto de Perkins sobre el Orden y el Modo de la Predestinacin.

    William Perkins (1558-1602), un telogo ingls, escribi en 1599 el libro El Orden y el Modo de la

    Predestinacin. Arminio empez a escribirle una crtica de su libro que lleg a ms de 200 pginas, pero

    Perkins muri en 1602 antes que l pudiera mandrsela. En su investigacin Arminio expresa sus

    opiniones sobre asuntos que llegaran a constituirse en las grandes diferencias entre el calvinismo y el

    arminianismo, tales como la gracia, el libre albedro, la posibilidad de caer de la gracia, y la presciencia

    de Dios de futura fe de parte de un individuo. El Dr. Bangs resume el contenido de la Investigacin en

    los siguientes puntos:

    1. La gracia evanglica es el afecto de Dios al hombre como pecador.

    2. La predestinacin est subordinada al nombramiento de Cristo como mediador; los creyentes

    son predestinados en Cristo.

    3. El dejar de restringir la gracia evanglica a la humanidad pecadora es hacer a Dios

    el autor del pecado.

    4. El pecado es permitido por Dios, por cuanto suspende los impedimentos que prohiben el

    pecado, pero no por cuanto no provee nada suficiente para evitar el pecado.

    5. La gracia salvadora no es universal; se da solamente a los que creen.

    6. Se niega la distincin entre gracia comn y gracia peculiar (especial, eficiente).

    7. Se afirma la necesidad de una distincin entre la salvacin suficiente y la salvacin aplicada.

    8. La fe es lo que interviene entre la salvacin suficiente y la salvacin aplicada.

    9. La promesa de la salvacin y el mandato de creer son igualmente extensos.

    10. El acto de creer es una eleccin del libre albedro que por la gracia ha sido trado de su

    adiccin al mal, a un punto de flexibilidad.

    11. La salvacin del libre albedro por la gracia involucra la eleccin del libre albedro, si no,

    no podra decirse que el libre albedro es salvo.

    12. Esta doctrina no es pelagianismo, porque atribuye toda buena cosa a la gracia y nada al

    hombre aparte de la gracia.

    13. Perkins no haba refutado la posibilidad de que un creyente cayera de la verdadera fe.

    14. Por una predestinacin absoluta Dios quiere salvar a los que creen y condenar a los que

    perseveran en la desobediencia; por una predestinacin condicional, Dios quiere salvar a

    aquellos individuos quienes El prev como creyendo y perseverando y condenar a aquellos

    quienes prev como no creyendo.24

    EL PROFESOR

    La misma peste que fue mencionada anteriormente caus efectos aun ms devastadores en la

    ciudad de Leyden. En agosto de 1602, Lucas Trelcatius, un profesor de Teologa en la universidad

    muri, y en octubre del mismo ao Junius, otro profesor de Teologa, muri de la peste. Cuando los

    directores de la universidad se reunieron a fin de buscar un nuevo sustituto para reemplazarlos, el

    nombre de Arminio surgi. El actual profesor de Teologa, Francisco Gomarus, se opuso a su nombra-

    miento, diciendo que haba causado suficientes problemas en la iglesia en Amsterdam y que podra pro-

    vocar problemas mucho ms serios en la universidad. Pero por el hecho de que Gomarus no lo conoca

    personalmente, se cree que fue Plancius quien estuvo detrs en la oposicin contra Arminio.

    A pesar de esa contrariedad, decidieron acercarse a los burgomaestros de Amsterdam para

    hablar del nombramiento de Arminio. (Recurdese que l haba firmado un contrato para servir a la

    iglesia de Amsterdam por el resto de su vida.) Cuando le propusieron a Arminio este asunto, en enero de

  • 1603, l contest que slo poda considerarlo si fuera liberado de sus obligaciones en Amsterdam. Final-

    mente, despus de un perodo de negrseles, tanto de parte de los burgomaestros como del consistorio

    (aunque por diferentes razones), el 15 de abril, a Arminio se le eximi de sus obligaciones. El 8 de

    mayo fue nombrado oficialmente profesor de Teologa de la Universidad de Leyden, pero no sin tener

    que defender algunas de sus opiniones teolgicas y su interpretacin de Romanos 7, en una conferencia

    requerida especialmente para satisfacer las inquietudes de Gomarus.

    Aunque Arminio no describi detalladamente su vida como profesor, se puede reconstruir la

    rutina diaria tpica de l, como lo hace el Dr. Bangs:

    Habla de leer hasta las 9:30 de la maana (se supone que era madrugador) y de ensear una

    clase de 10:00 a 1:30. A la casa otra vez (y si se puede comparar su vida con la de un profesor

    moderno en Leyden, un almuerzo ligero con un vaso de vino, y tal vez una siesta) y despus de

    nuevo a sus conferencias. . .de 4:00 a 7:30. A la casa de regreso una cena, y cartas a escribir. La

    ruta de su casa a la universidad requera de cinco a diez minutos. A veces haba un evento

    universitario en Pieterskerk, la iglesia grande que la universidad usaba para sus funciones. Los

    domingos asista al culto.25

    Para Arminio los aos en Leyden fueron de mucha enfermedad, y a veces fue necesario

    que saliera de la ciudad para su recuperacin. Los primeros bigrafos atribuyeron sus frecuentes enfer-

    medades a la tensin y a demasiado trabajo, pero las sucesivas referencias al catarro en su correspon-

    dencia, indicaban que realmente sufra de tuberculosis.

    El 19 de junio de 1603 Arminio se present para los exmenes doctorales ante un comit en el

    cual particip Gomarus. Estaban satisfechos con sus respuestas, aunque aos despus Gomarus dijo que

    lamentaba haberle aprobado en esa ocasin. El 10 de julio tuvo que defenderse en un ejercicio

    acadmico en defensa oral de una tesis usando la lgica formal. El tema era La Naturaleza de Dios, y en

    el debate expres algunas ideas contrarias a las de Beza; por ejemplo, dijo que la presciencia de Dios no

    predetermina los eventos. El prximo da, cuando recibi el ttulo de doctor en Teologa, Arminio

    pronunci una oracin sobre el sacerdocio de Cristo que no era controversial. Mientras tanto, tuvo que

    regresar a Amsterdam, y no pudo trasladarse completamente a Leyden hasta setiembre, porque no

    haban podido encontrar a un ministro que le sustituyera, y una de las condiciones para anular su

    contrato era que l se quedara hasta que apareciera un suplente.

    Por fin, a finales de setiembre pudo comenzar su carrera de profesor. Comenz dando tres

    conferencias, muy pulidas y en ningn sentido controversiales: "El Objeto de la Teologa," "El Autor y

    Fin de la Teologa," y "La Certeza de la Teologa Sagrada."

    En 1604 los profesores elaboraron entre s un horario de debates pblicos. El 7 de febrero le toc

    a Arminio, y su tema era la predestinacin. "Ahora por primera vez en la universidad hablara

    directamente sobre el tema que se haba convertido en el punto crucial de las disputas entre los

    telogos."26

    La manera propia de discutir la predestinacin fue pacificadora, no controversial; no mencion

    ni a Calvino ni a Beza. Pero su pensamiento fue una rplica de lo que ya haba dicho en su obra sobre

    Romanos 9 y su Investigacin del folleto de Perkins; entonces se puede decir que fue intransigente. Dice

    el Dr. Bangs:

    No fue hasta el 31 de octubre de 1604 que la batalla teolgica empez seriamente. Gomarus la

    hizo estallar cuando tuvo un debate pblico sobre la predestina-cin, fuera de orden y no como

    parte del horario establecido. Empez con un "prefacio mordaz" . . . disculpndose por hablar

    fuera de orden con una base en que se haba divulgado el error--no mencion directamente a

    Arminio, pero su mensaje fue claro. Despus propuso sus tesis, que cubrieron esencialmente la

    misma posicin tomada por Beza . . . Dios sabe cosas futuras de antemano definitivamente

  • porque El las ha predestinado por decreto.27

    Aunque Arminio haba empezado a sufrir fsicamente, y este ataque le caus angustia mental, sin

    embargo prepar una respuesta a las tesis de Gomarus, la cual en sus Obras se intitula Investigacin de

    las Tesis de Gomarus sobre la Predestinacin.

    En febrero de 1605 Arminio fue elegido Rector Magnificus, oficial principal, de la universidad.

    Aunque esta eleccin demuestra el aprecio de la mayora de sus colegas, sus adversarios continuaron sus

    ataques contra l. Observaron todos sus hechos y palabras para ver si de alguna manera podan

    atraparle. Probablemente incitada por Plancius, hubo ms de una investigacin de parte de diputados

    de los snodos y otros lderes eclesisticos durante el ao. Arminio siempre respondi que tuvo que

    solicitar el permiso de los directores de la universidad para poder responderles, y en un esfuerzo por

    mantener su independencia, la universidad le neg ese permiso.

    El perodo de Arminio como Rector Magnificus termin el 8 de febrero de 1606, y como era la

    costumbre, dio la oracin rectoral. El tema fue "La Reconciliacin de Disensiones Religiosas entre

    Cristianos." Propuso la convocatoria de un snodo nacional para resolver el problema de intolerancia, la

    cual estaba causando conflictos dentro de la iglesia, con algunas recomendaciones de cmo debera con-

    ducirse tal snodo. Muestra sus tendencias erastianas (de Toms Erasto), las cuales abogan por la

    supremaca del Estado en asuntos eclesisticos.

    El 15 de marzo de 1606 los Estados Generales aprobaron la convocatoria de un snodo nacional,

    pero los trminos de la invitacin no agradaron a las iglesias porque se dijo que era para revisar la

    Confesin Belga y el Catecismo de Heidelberg, mientras lo que se quera era una interpretacin o

    clarificacin de ellos y no una revisin o modificacin. En el proceso se les pidi a los profesores de Teo-

    loga su opinin sobre la Confesin y el Catecismo, pero dos de los profesores dijeron que deba decidir

    esto toda la Facultad de Teologa; mientras Arminio se opuso y dijo que lo que se quera era la opinin

    de cada individuo, entonces result que los profesores se abstuvieron de responder.

    En 1607 se intensificaron los ataques contra Arminio y su amigo Uitenbogaert, principalmente

    relacionados con su posicin en cuanto a algunos aspectos del propuesto snodo nacional. En mayo se

    reuni una Convencin Preparatoria compuesta de representantes de las varias provincias; Arminio,

    Uitenbogaert, Gomarus, y otros tres representaron a Holanda. Los Estados haban mandado varios

    puntos que la Convencin debera considerar. Hubo consenso en casi todos los puntos, pero Arminio y

    otros tres delegados eran una minora, en cuanto a si los delegados debieran tener libertad de expresin,

    comprometidos slo con la Biblia. La minora dijo que s, mientras los otros trece dijeron que adems,

    debieran estar comprometidos de antemano con la Confesin Belga y el Catecismo de Heidelberg. La

    minora tambin dijo que el propsito del snodo era la revisin de la Confesin y del Catecismo,

    mientras la mayora dijo que los Estados Generales debieran quitar ese aspecto de la invitacin para

    convocar el snodo y dejarle a ste mismo decidir si quera revisarlos o no.

    Despus Arminio y Uitenbogaert fueron calumniados, no slo en los snodos de Holanda del

    Norte y del Sur, sino tambin en el extranjero, como en Inglaterra y Francia, por su opinin minori-

    taria. Incluso, Arminio tuvo que defenderse contra las acusaciones de ser el autor del Catecismo de

    Gouda, un esfuerzo por simplificar el Catecismo de Heidelberg para el uso de los nios; (aunque los

    autores le consultaron y l lo aprob, Arminio no tuvo nada que ver con el hecho de escribirlo).

    Cuando lo acusaron de recomendar a sus alumnos que leyeran los escritos jesuitas y de Coornhert

    (un humanista holands, quien se opuso al calvinismo) Arminio respondi a uno de los burgomaestros

    de Amsterdam:

    Afirmo que en la interpretacin de las Escrituras Calvino es incomparable, y que sus

    Comentarios son ms valiosos que todo lo que nos ha llegado de los escritos de los Padres--hasta

    tal punto que le concedo cierto espritu de profeca en el cual se distingue sobre otros, sobre casi

  • todos, y realmente sobre todos.28

    Sin embargo, en cuanto a las Instituciones de Calvino, dice que deben leerse "con discriminacin".29

  • Se puede ver que por ese perodo Arminio empez a sentirse amenazado por todos lados, y que los

    ideales de tolerancia religiosa que haba abogado en su oracin rectoral lenta, pero seguramente estaban

    siendo traicionados.

    En 1608 Arminio tuvo que defenderse continuamente ante los ataques de sus enemigos--ahora la

    palabra 'adversario' no es suficientemente fuerte. A comienzos del ao, Sibrando Lubbertus, profesor en

    la Universidad de Franeker en Frisia, inform mal contra Arminio en una carta escrita a Heidelberg.

    Hiplito a Collibus, el embajador del Palatinado ante La Haya, decidi investigar el asunto y le invit a

    Arminio a La Haya para defenderse. Le gustaron tanto las respuestas que Arminio dio, que le pidi

    escribirlas, lo que Arminio hizo en una carta fechada el 5 de abril. Representa las opiniones de

    Arminio sobre los siguientes asuntos en 1608: la deidad del Hijo de Dios, la providencia de Dios y el

    problema relacionado sobre la necesidad del pecado, la predestinacin, la gracia y el libre albedro, y el

    problema de la imputacin respecto a la justificacin.

    El 30 de mayo la Corte Alta convoc a una reunin entre Gomarus y Arminio y cuatro de los

    delegados, incluso Uitenbogaert, quienes haban estado en la Convencin Preparatoria, para tratar de

    resolver sus diferencias por medio del dilogo. Gomarus neg que existieran diferencias mayores entre

    ellos, pero Arminio ofreci escribir sus opiniones respecto a la justificacin para que pudieran

    examinarlas y decidir si fueran errneas. Finalmente la Corte decidi que sus diferencias fueron

    sutilezas y recomend la tolerancia entre ellos; mand un informe diciendo lo mismo a los Estados. Los

    Estados llamaron a Gomarus y Arminio para felicitarles por el informe que haban recibido, pero en esa

    reunin Gomarus dijo que a l no le gustara comparecer ante Dios el juez con las opiniones teolgicas

    de Arminio y que a menos que fueran suprimidas, causaran disensin por todas las provincias. (Se dice

    que un laico presente en la reunin dijo que preferira comparecer ante Dios el juez con la teologa de

    Arminio que con el amor mostrado por Gomarus.)

    El hostigamiento por los enemigos lleg a tal punto que aparecieron escritos bajo el nombre de

    Arminio, los cuales presentaron conceptos herticos como si fueran los de Arminio. Fue as que en 1608

    salieron treinta y una proposiciones teolgicas, atribuyendo ideas herticas a Arminio y a Adrin

    Borrius, un seguidor de Arminio y uno de los pastores en Leyden. Por supuesto, Arminio sinti la

    necesidad de refutar cada una de esas proposiciones con una respuesta extensa, pero sus amigos lo

    convencieron de no publicarlas en esa ocasin, para no provocar medidas ms drsticas por sus enemigos.

    Eventualmente fueron publicadas en 1629 en sus Obras bajo el ttulo "Apologa contra Treinta y Un

    Artculos Difamatorios."

    En un perodo de sentimientos anticatlicos particularmente fuertes, debido a eventos ocurridos

    a nivel nacional, por esfuerzos para lograr una tregua con Espaa, surgieron otra vez los rumores acerca

    de su visita a Roma cuando era joven, y los enemigos le acusaron de todava simpatizar con el Papa y la

    Iglesia Catlica. Por esa razn l public algunos escritos vehementemente anticatlicos durante este

    perodo. Pero aun as, sus enemigos le acusaron de no ser suficientemente anticatlico.

    En fin, lleg a tal extremo que le culparon a Arminio por cualquier cosa mala que ocurriera,

    fuera en la universidad, la ciudad, o el pas. En una carta a un amigo, l dijo, seguramente sintindose

    un poco paranoico, "Si alguien asesinara al Prncipe Mauricio maana (estaba recordando el asesinato

    de Guillermo de Orange), ?estoy seguro que me echaran la culpa por eso tambin!"30

    El 30 de octubre de 1608 ley su Declaracin de Pensamientos ante la plena asamblea de los

    Estados de Holanda y Frisias Occidentales en La Haya. Esto fue en respuesta a la peticin de la Corte

    Alta en mayo que Gomarus y l presentaran sus opiniones teolgicas por escrito, pero Arminio quiso

    presentarlas no slo por escrito, sino pblicamente. La Declaracin de Pensamientos representa sus opi-

    niones maduras sobre los temas de Dios y el hombre, la gracia y el libre albedro, la deidad del Hijo de

    Dios, y la perfeccin evanglica. Casi se percibe que se daba cuenta que tal vez no vivira mucho tiempo

    ms (ya hubo menciones frecuentes de su enfermedad en su correspondencia) y que quiso testificar

  • pblicamente acerca de sus creencias antes de morir. De todos modos se considera uno de sus escritos

    ms importantes; junto con sus otras obras apologticas (la "Carta a Hiplito a Collibus" y la "Apologa

    contra Treinta y Un Artculos Difamatorios"), constituyen lo que casi podra considerarse como los

    artculos de fe del arminianismo.

    Como un ejemplo de su contenido, se consideran sus pensamientos en cuanto a la predestinacin.

    Demuestra con veinte razones lgicas e histricas por qu considera intolerable la posicin supralapsa-

    riana. Amontona sus crticas, al decir que es contraria a la naturaleza de Dios, del hombre, del pecado,

    al acto de la creacin, la gracia, la gloria de Dios, Jesucristo nuestro Salvador, y la salvacin del hombre.

    Entonces presenta su propia doctrina de la predestinacin, como el Dr. Bangs la resume:

    Dios ha decretado designar a su Hijo como el Salvador, a recibir en su favor a aquellos

    pecadores que se arrepienten y creen en Cristo, y a administrar los medios que son suficientes y

    eficaces para tal fe; entonces El decreta la salvacin y condenacin de personas particulares con

    base en la presciencia divina de la creencia y perseverancia, o la falta de lo mismo, de los indivi-

    duos.31

    Despus de opinar sobre las otras doctrinas ya mencionadas arriba, vuelve al asunto de la

    revisin de la Confesin y del Catecismo. Dice que no hay nada malo en poner en duda lo que no es

    incuestionable, y lo nico para l que es incuestionable son las Escrituras. Aunque profesa estar de

    acuerdo tanto con la Confesin como con el Catecismo, en cuanto a aqulla, dice que la reducira a

    "aquellas verdades que son necesarias para la salvacin," quitando las "explicaciones, pruebas,

    digresiones, redundancias, y amplificaciones", porque es en esas que se pueden cometer errores.32

    Evidentemente pens que al quitar esos aspectos de la Confesin, sus enemigos no tendran bases para

    imponer sus creencias, pero en ese punto se mostr un poco ingenuo.

    Fue durante los aos como profesor, que Arminio conoci a Simn Bisschop, un estudiante en la

    Universidad de Leyden. Bisschop es mejor conocido por su nombre latinizado, Episcopius. El manto

    de Arminio cay sobre l al morir, y Simn Episcopius lleg a ser el primer profesor censurante de

    Teologa.

    Gomarus pidi a los Estados de Holanda el mismo privilegio de presentar sus creencias

    pblicamente que le haban concedido a Arminio. El 12 de diciembre de 1608, le toc a l explicarlas.

    En su totalidad, fue un ataque contra Arminio. Segn Gomarus,

    Arminio se haba desviado hacia los errores de los pelagianos y los jesuitas sobre la gracia y el

    libre albedro, sobre la justificacin y la santificacin, y sobre la ley de Dios. Le acusa a

    Arminio de ensear que la fe no viene de la gracia sino de la habilidad natural del hombre, que

    no somos justificados por la justicia imputada de Cristo sino por nuestro acto de fe como una

    obra de nuestra propia justicia, y que los creyentes pueden cumplir perfectamente la ley

    de Dios.

    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    Gomarus contina. Arminio estaba equivocado sobre la predestinacin, la doctrina de

    fe prevista (Gomarus no niega la presciencia, pero pone el motivo de la presciencia en la eleccin

    de Dios), sobre el pecado original, la posibilidad de que un creyente cayera de la gracia, la

    autoridad de la Escritura, la Trinidad, la providencia de Dios, la Encarnacin, la santificacin

    de Cristo, la regeneracin, la iglesia, y buenas obras. Entonces viene el colmo: Arminio no

    ensea todas estas herejas abiertamente en la universidad; ?algunas de ellas l ensea slo privadamente a sus alumnos en su casa!33

    Por lo menos se puede decir que los Estados estaban ofendidos por la oracin de Gomarus. Su espritu

    fue demasiado amargado, y no podan creer que estaba hablando acerca de la misma persona cuya piedad

    les haba impresionado tanto, solo unas pocas semanas antes.

  • Al empezar febrero, a intervalos, Arminio sufri de su enfermedad. A finales de julio fue a

    Oudewater para recuperar algo de las fuerzas que haba perdido por defenderse constantemente contra

    los ataques de sus enemigos, y casi muere mientras estuvo en su ciudad natal.

    Los Estados llamaron a Arminio y a Gomarus y cuatro ministros para aconsejarle a cada uno

    con el propsito de resolver las diferencias entre los profesores de Leyden en una "conferencia

    acogedora." La reunin comenz el 13 de agosto en La Haya. El lder para los Estados dijo que el nico

    propsito de la conferencia era averiguar cules eran las diferencias doctrinales entre ellos y poder

    remitir un informe a un snodo. Gomarus respondi que no era slo un asunto de diferencias doctrinales

    entre ellos, sino entre Arminio y la doctrina de la iglesia; a esa acusacin Arminio respondi que

    siempre haba afirmado su creencia en la Confesin y el Catecismo. El 18 de ese mes, Arminio tuvo que

    salir por enfermedad, y los Estados despidieron la conferencia el 21, pidiendo a cada uno de ellos que

    presentara por escrito sus opiniones, los argumentos a su favor, y la refutacin de la opinin contraria,

    dentro de catorce das. Gomarus entreg el trabajo a tiempo; Arminio tuvo que escribir a los Estados el

    12 de setiembre, que segn se sabe fue la ltima carta, explicndoles que por la gravedad de su condicin,

    no poda terminarlo. El 19 de octubre de 1609, rodeado de su familia y algunos amigos, Arminio muri

    tranquilamente, y el 22 de octubre fue sepultado dentro de la iglesia Pieterskerk en Leyden. Ese mismo

    da Pedro Bertius pronunci la oracin fnebre en el Gran Saln de Actas de la universidad.

    UNA CARTA

  • POR

    EL REVERENDO JACOBO ARMINIO, D.D.

    A SU EXCELENCIA, EL NOBLE SEOR, HIPOLITO A COLLIBO, EMBAJADOR DEL

    PRINCIPE ILUSTRISIMO, EL ELECTOR PALATINO, A LAS SIETE PROVINCIAS UNIDAS

    HOLANDESAS, JACOBO ARMINIO LE DESEA SALUD Y EXITO.

    Muy Honorable Seor,

    Cuando recientemente me fue permitido conversar con usted, tuvo la bondad de indicarme los

    informes que Ud. entenda haban sido circulados en Heidelberg acerca de mi heterodoxia en ciertos

    Artculos de nuestra fe; y me dio esta informacin, no slo para que pudiera usted mismo escuchar de m

    personalmente toda la verdad acerca del asunto, sino, aun mucho ms, para que, por la intervencin de

    sus buenos oficios, las sospechas en cuanto a m, que han sido concebidas y propagadas tan

    indecorosamente, pudieran ser eliminadas de las mentes de otras personas, puesto que esto es un proceder

    que la Verdad requiere. En esa entrevista me esforc para obedecer su atento pedido con diligencia y

    seriedad, y al dar una respuesta franca y abierta a cada una de aquellas preguntas que su Excelencia

    propuso, al instante revel mis pensamientos acerca de esos respectivos Artculos. Porque, adems de

    tener que hacer esto por mi deber como cristiano, y especialmente como un telogo, un tal procedimiento

    me fue exigido por la franqueza, el aire protector, y la benevolencia que usted me mostr.1

    Pero mi explicacin le fue tan agradable a su Excelencia, (lo cual atribuyo a un acto de

    Benignidad Divina hacia m) como para inducirle, en esa ocasin, a creer necesario que esas pro-

    posiciones mas debieran ser escritas y transmitidas a usted; no slo con el propsito de poder ms cierta

    y firmemente formar su propio juicio sobre el asunto cuando haba madurado en su reflexin, sino

    tambin con el propsito de comunicar mis respuestas escritas a otros, para que pudieran confutar las

    calumnias y vindicar mi inocencia. Habiendo seguido el consejo de su prudencia, y confiando fir-

    memente en esa misma esperanza, ahora accedo a sus deseos adicionales, en esta carta; y le suplico a su

    Excelencia que tenga la bondad de examinar con detenimiento su contenido con la misma franqueza y

    ecuanimidad que fueron mostradas cuando Ud. escuch su pronunciacin. A menos que me engae mu-

    cho mi mente, su Excelencia encontrar en esta carta lo que no slo puede eliminar, sino erradicar

    completamente, cada sospecha injusta en cuanto a m, de las mentes de aquellas buenas personas que

    saben, que cada individuo es el mejor intrprete de sus propios pensamientos, y que el crdito mximo

    debe drsele al que sagradamente, y en la presencia de Dios, atesta su propio significado.2

    Los Artculos de Doctrina sobre los cuales su Excelencia pidi informes, eran, si me sirve bien

    la memoria, los siguientes: la Deidad del Hijo de Dios, la Providencia, la Predestinacin Divina, la

    Gracia y el Libre Albedro, y la Justificacin.

    En cuanto a todos estos Artculos Doctrinales afirmo con toda confianza, que nunca he enseado

    ninguna cosa, ni en la Iglesia ni en la Universidad, que se opone a los Escritos Sagrados, los cuales deben

    ser para nosotros la nica regla de creencia y enseanza, o que se opone a la Confesin de Fe Holandesa

    o al Catecismo de Heidelberg, los cuales son nuestros formularios ms estrictos de consentimiento. En

    prueba de esta declaracin podra producir, como los ms claros e incuestionables testimonios, las Tesis

    que he compuesto sobre estos Artculos respectivos, y que se han discutido como Debates Pblicos en la

    Universidad. Pero, puesto que aquellas Tesis no estn facilitadas para todos, ahora discutir cada una de

    ellas particularmente, hasta el punto que lo crea necesario.3

    I. LA DEIDAD DEL HIJO DE DIOS.

    Respecto a la Deidad del Hijo de Dios, he enseado, y todava enseo, que el Padre nunca ha

  • sido sin su Verbo y su Espritu; pero que el Verbo y el Espritu no deben considerarse en el Padre bajo la

    nocin de propiedades, como son la Sabidura, la Bondad, la Justicia, o el Poder, pero bajo la de

    personas existiendo realmente, a quienes pertenecen el ser, vivir, comprender, querer, ser capaces, y hacer

    o actuar, todos los cuales, cuando se unen, son indicaciones y pruebas de una persona; pero que son as en

    el Padre como para ser tambin del Padre; y que son del Padre, en un cierto orden de origen, no por

    colateralidad, para ser referidos al Padre; y que son del Padre, ni por creacin ni por decisin, sino por

    una emanacin interna muy maravillosa e inexplicable, la cual, con respecto al Hijo, la Iglesia Antigua

    llamaba generacin, pero que respecto al Espritu Santo, era denominado espiracin o respiracin un

    trmino requerido por la misma . . . palabra espritu. Pero acerca de esta respiracin no interpongo mi

    juicio, si es del Padre y del Hijo, como los Padres Latinos lo expresan. O del Padre por medio del Hijo,

    como los Padres Griegos prefieren definirlo; porque este asunto, confieso, es muy superior a mi

    capacidad. Si hay un tema sobre el cual debemos hablar y pensar con sobriedad, en mi opinin, debe ser

    ste.4

    Los que saben que el Padre en el Hijo ha reconciliado al mundo consigo mismo, y administra la

    palabra de reconciliacin por el Espritu, asimismo saben que, en la dispensacin de la salvacin, tiene

    que considerarse un orden entre las Personas de la Trinidad, y que sus atributos no tienen que ser

    confundidos, a menos que deseen caer en la hereja de los Patripasionistas.5

    Porque donde se establece el orden, es necesario hacer un principio de alguna primera persona o

    cosa, de otra manera habr confusin que seguir ad infinitum. Pero, en cuanto a origen, El quien es el

    Primero en este orden no tiene su origen de nadie: El quien es el Segundo, tiene su origen del Primero:

    El quien es el Tercero tiene su origen del Primero y del Segundo, o del Primero por medio del Segundo.

    Si no fuera ste el verdadero estado del asunto, habra una colateralidad, la cual hara a tantos Dioses

    como hubiera personas colaterales propuestas; dado que la Unidad de la deidad en la Trinidad se de-

    fiende contra los Antitrinitarios slo por la relacin de origen y del orden segn el origen.6

    Es claro de estos pasajes, segn los pensamientos de la Iglesia Antigua, que el Hijo, as como El

    es Dios, es del Padre, porque El ha recibido su deidad, segn la cual El se llama "Dios," por ser nacido

    del Padre; aunque el nombre de Dios no indica este modo de ser o existencia. De estas citas tambin es

    evidente, que por el hecho que el Padre es la fuente del Hijo y del Espritu Santo, El es llamado la fuen-

    te de toda la Deidad; de veras, no porque Dios tiene principio u origen alguno, pero . . . porque la Deidad

    se comunica por el Padre al Hijo y al Espritu Santo. Esta expresin est muy lejos, entonces, de ser

    correcta, "El Hijo de Dios porque El es Dios, no es de nadie"; y "respecto a su esencia, El es de s mismo

    y no es de nadie." Porque El que ha recibido su esencia por ser nacido del Padre, es del Padre en cuanto

    a su esencia.7

    II. LA PROVIDENCIA DE DIOS.

    Mis pensamientos con respecto a la providencia de Dios son los siguientes: La providencia es

    presente con, y preside sobre, todas las cosas. Y todas las cosas, segn sus esencias, cantidades,

    cualidades, relaciones, acciones, pasiones, lugares, tiempos, estaciones, y hbitos, son sujetos a su

    gobierno, conservacin, y direccin. No excluyo cosas ni particulares, ni sublunares, ni viles, ni contin-

    gentes, ni aun las voluntades libres de personas ni de ngeles, ni el bien ni el mal: Y, aun ms, no quito

    del gobierno de la Providencia Divina aun los pecados mismos, cuando tengamos en cuenta su comienzo,

    su progreso, o su terminacin.8

    1. Con respecto al comienzo del pecado, atribuyo los actos siguientes a la providencia de Dios:

    Primero. Permiso, y sa no vana, pero que tiene unida en s cuatro actos positivos. (1) La

    preservacin de la criatura segn su esencia, vida, y capacidad. (2) El cuidado para que un poder mayor

    o igual no sea puesto en oposicin. (3) El ofrecimiento de un objeto contra el cual el pecado se cometer.

    (4) La concesin destinada o su concurrencia, que, por la dependencia de una Segunda o Primera Causa,

    es una concurrencia necesaria.

  • En segundo lugar. La administracin de argumentos y ocasiones, necesarios para la comisin

    del pecado.

    En tercer lugar. La determinacin del lugar, el tiempo, la manera, y de circunstancias

    semejantes.

    En cuarto lugar. La concurrencia inmediata de Dios con el acto del pecado.

    2. Con respecto al progreso del pecado, tambin atribuyo los siguientes cuatro actos al gobierno

    divino:

    El primero es la direccin del pecado, que ya se ha comenzado, hacia cierto objeto, hacia el cual

    la criatura culpable o no ha apuntado, o no ha apuntado absolutamente.

    El segundo acto es la direccin del pecado hacia el fin que Dios mismo quiere, sea que la

    criatura deseara ese fin o no, mejor dicho, aunque desea un fin distinto y opuesto.

    El tercer acto es el de prescribir y determinar el tiempo durante el cual El quiere o permite que

    dure el pecado.

    El cuarto acto es el de definir su magnitud, por el cual se pone lmites sobre el pecado, para que

    no pueda aumentarse y asumir mayor fuerza.

    La totalidad de estos actos, ambos en cuanto al comienzo y al progreso del pecado, los considero

    distintamente en relacin con el acto mismo, y con la anoma o transgresin de la ley, un curso que,

    segn mi juicio, es necesario y til.

    3. En ltimo lugar, con respecto al fin y la terminacin del pecado, atribuyo a la providencia

    divina o el castigo por medio de la severidad, o la remisin por gracia; los cuales conciernen el pecado,

    referente a ser pecado y a ser una transgresin de la ley.9

    Pero con mucha solicitud evito dos causas de ofensa, que Dios no sea propuesto como el autor del

    pecado, y que su libertad no sea quitada de la voluntad humana. Estos son dos puntos los cuales si

    alguien sabe evitarlos, l no pensar de ningn acto que en ese caso con mucho gusto no permitir que sea

    atribuido a la providencia de Dios, con tal que tenga una justa consideracin para la preeminencia

    divina.10

    Por esto, entonces, declaro que estoy muy sorprendido, y no sin buena razn, al ser difamado con

    esta calumnia; que sostengo opiniones corruptas en cuanto a la providencia de Dios. Si es permisible

    conjeturar, creo que esta calumnia tuvo su origen en el hecho que negu que, con respecto al decreto de

    Dios, Adn pec necesariamente; una afirmacin que todava niego constantemente, y creo que es una

    que no debe ser tolerada, a menos que la palabra "necesariamente" sea recibida en la acepcin de "infa-

    liblemente," como ahora hacen algunas personas; aunque este cambio no est de acuerdo con la

    etimologa de las dos palabras: Porque, necesidad es una disposicin del ser, pero infalibilidad es una

    disposicin de la mente. Sin embargo fcilmente soporto el uso de la primera de estas palabras, con tal

    que se eviten fielmente esos dos inconvenientes a los cuales recientemente alud.11

    III. LA PREDESTINACION DIVINA.

    Con respecto al artculo sobre la Predestinacin, mis pensamientos son los siguientes:

    Es un decreto eterno y gratuito de Dios en Cristo, por el cual El determina justificar y adoptar a

    creyentes, y a darles la vida eterna, pero a condenar a los incrdulos e impenitentes; como he explicado

  • en las Tesis sobre el mismo tema, que fueron pblicamente debatidas, y en las cuales nadie encontr

    nada para reprender como falso o errneo. Excepto que era la opinin de algunas personas, que aquellas

    Tesis no contenan todas las cosas que pertenecen a este decreto; ms an, que la predestinacin sobre la

    cual hay la mayor controversia en este tiempo, no es el tema de la investigacin de aquellas Tesis.

    Confieso que es la verdad. Porque lo consider el mejor proceder discutir aquel decreto de predestinacin

    que es el cimiento del cristianismo, de nuestra salvacin, y de la seguridad de la salvacin; y sobre la cual

    el apstol trata en los captulos ocho y nueve de la Epstola a los Romanos, y en el primer captulo de la

    Epstola a los Efesios.12

    Pero el decreto tal que all he descrito no es aquel por el cual Dios se resuelve a salvar a algunas

    personas particulares, y, para que El pueda hacer esto, se resuelve a darles la fe, pero a condenar a otros

    y no darles la fe. Sin embargo, mucha gente declara, que ste es el tipo de predestinacin sobre la cual el

    apstol trata en los pasajes que acabamos de citar: Pero yo niego lo que ellos afirman.13

    Asiento que hay un cierto decreto eterno de Dios, segn el cual El administra los medios

    necesarios para la fe y la salvacin, y El hace esto de tal manera como sabe ser conveniente a la justicia,

    es decir, a su misericordia y severidad. Pero acerca de este decreto no creo que es necesario saber ms

    que, la fe es el mero don de la misericordia graciosa de Dios; y que la incredulidad en parte puede atri-

    buirse a la culpa de la maldad de las personas, y en parte a la venganza justa de Dios, que abandona,

    ciega, y endurece a los pecadores.

    Pero en cuanto a aquella predestinacin por la cual Dios ha decretado salvar y dar fe a algunas

    personas particulares, pero a condenar a otros y no darles fe, tan variados son los pensamientos tenidos

    aun por los telogos de nuestra profesin, que esta misma diversidad de opinin fcilmente declara la

    dificultad con la cual es posible determinar cualquiera cosa con respecto a ella. Porque mientras

    algunos proponen, como el objeto de la predestinacin generalmente considerada, es decir, de eleccin y

    reprobacin, a la humanidad como pecadora y cada en Adn; otros proponen a la humanidad como fue

    creada y puesta "in puris naturalibus." Algunos consideran que este objeto es la humanidad todava no

    creada; o, como algunos lo expresan, la humanidad salvable y condenable, como capaz de ser creada y de

    caer. Otros proponen como el objeto de la eleccin y reprobacin, que ellos denominan no-eleccin y

    pretericin, a la humanidad considerada en comn y absolutamente; pero proponen como el objeto de la

    reprobacin, que llaman precondenacin y reprobacin afirmativa, a la humanidad como pecadora y

    culpable en Adn. Finalmente, algunos suponen que el objeto debe considerarse enteramente en comn,

    la humanidad todava no creada, como creada, y como cada.14

  • S que, cuando esta diversidad de opinin se ofrece como una objecin, lo usual es contestar, que

    en la sustancia del asunto hay acuerdo completo, aunque existe alguna diferencia en las circunstancias.

    Pero estara dentro de mi poder comprobar, que las opiniones anteriores difieren mucho en muchas de

    las cosas que conducen a la materia y sustancia mismas de este tipo de predestinacin; pero que no hay

    consentimiento o acuerdo excepto en las mentes de los que tienen tales pensamientos, y quienes estn pre-

    parados a tener paciencia con aquellos que difieren de ellos tanto como se extienden estos puntos.15

    IV. LA GRACIA Y EL LIBRE ALBEDRIO.

    En cuanto a la gracia y el libre albedro, esto es lo que enseo segn las Escrituras y el

    consentimiento ortodoxo. El libre albedro no puede comenzar o perfeccionar cualquier bien verdadero y

    espiritual sin la gracia. Para que no pueda decirse que yo, como Pelagio, practico el engao con respecto

    a la palabra "gracia," quiero decir por ella aquella que es la gracia de Cristo y que pertenece a la rege-

    neracin: Afirmo, entonces, que esta gracia es simple y absolutamente necesaria para la iluminacin de

    la mente, el ordenamiento debido de los afectos, y la inclinacin de la voluntad hacia lo bueno: Es esta

    gracia la que opera en la mente, los afectos, y la voluntad; que infunde buenos pensamientos en la mente,

    inspira buenos deseos en los afectos, e inclina la voluntad para llevar a cabo buenos pensamientos y de-

    seos. Esta gracia precede [praevenit], acompaa, y sigue; estimula, ayuda, y opera para que queramos, y

    coopera para que no queramos en vano. Ella previene las tentaciones, ayuda y da socorro en medio de las

    tentaciones, sostiene a la persona contra la carne, el mundo, y Satans, y en esta gran contienda da a la

    persona el gozo de la victoria. Levanta de nuevo a los que han sido conquistados y a los que han cado,

    los establece y les suple nuevas fuerzas, y los hace ms cautelosos. Esta gracia comienza la salvacin, la

    promueve, y la perfecciona y la consuma.

    Confieso que la mente de una persona natural . . . y carnal es oscura y tenebrosa, que sus

    inclinaciones son corruptas y desmesuradas, que su voluntad es terca y desobediente, y que la persona

    misma est muerta en pecados. Y aado esto, Aquel maestro obtiene mi aprobacin ms alta, quien

    adscribe lo mximo posible a la gracia divina; con tal que tambin defienda la causa de la gracia, para

    no infligir perjuicio a la Justicia de Dios, y no quitar al hombre el libre albedro para hacer aquello que

    es malo.16

    V. LA JUSTIFICACION.

    El ltimo artculo es sobre la Justificacin, acerca de la cual estos son mis pensamientos: La fe,

    y slo la fe, (aunque no hay fe sola sin obras,) se imputa por justicia. Slo por sta somos justificados

    ante Dios, absueltos de nuestros pecados, y contados, pronunciados, y declarados justos por Dios, quien

    da su juicio desde el trono de la gracia.

    No entro en la cuestin de la justicia activa y pasiva de Cristo, ni la de su muerte y su vida.

    Sobre este tema ando en libertad: Digo, "Cristo ha sido hecho justicia por m por Dios;" "El ha sido

    hecho pecado por m, para que por medio de la fe yo pueda ser la justicia de Dios en El."

    Pero algunos me acusan de este crimen, que digo, El acto de la fe, es decir, el creer mismo, se

    imputa por justicia, y eso en un sentido propio, y no por una metonimia. Me confieso culpable de esta

    acusacin; puesto que tengo al apstol Pablo, en Romanos 4, y en otros pasajes, como mi precursor en el

    uso de esta frase. Pero la conclusin a la que llegan de esta afirmacin, a saber, "que Cristo y su justicia

    son excluidos de nuestra justificacin, y que nuestra justificacin as se atribuye al mrito de nuestra fe,"

    de ninguna manera concedo que sea posible que la deduzcan de mis pensamientos.17

    Porque la palabra, "imputar" significa, que la fe no es la justicia misma, sino que es gratui-

    tamente contada por justicia; por esta circunstancia, todo mrito se quita de la fe, excepto el que es por

  • medio del juicio gratuito y condescendiente de Dios. Pero esta condescendencia gratuita y este juicio no

    son sin Cristo, sino respecto de Cristo, en Cristo, y a causa de Cristo; a quien Dios ha nombrado como la

    propiciacin por la fe en su sangre.

    Afirmo, entonces, que la fe es imputada a nosotros por justicia, a causa de Cristo y su justicia.

    En esta enunciacin, la fe es el objeto de la imputacin; pero Cristo y su obediencia son la causa impetra-

    dora que consigue o meritoria de la justificacin. Cristo y su obediencia son el objeto de nuestra fe;

    pero no son el objeto de la justificacin o la imputacin divina, como si Dios nos contara por justicia a

    nosotros a Cristo y su justicia. Esto no puede ser, puesto que la obediencia de Cristo es la justicia misma,

    tomada segn el rigor ms severo de la ley. Pero no niego, que la obediencia de Cristo nos es imputada;

    es decir, que es imputada a nosotros y para nuestro beneficio, porque esta misma cosa, que Dios considera

    que la justicia de Cristo fue hecha a favor de nosotros y para nuestro beneficio, es la causa por qu Dios

    nos imputa nuestra fe por justicia, que tiene a Cristo y su justicia como su objeto y cimiento, y por qu El

    nos justifica por fe, de fe, o por medio de la fe.18

    CONTRA CIERTOS ARTICULOS TEOLOGICOS DISTRIBUIDOS EXTENSIVAMENTE, Y

    CIRCULADOS ACTUALMENTE POR LO MENOS POR LAS MANOS DE ALGUNAS PERSONAS

  • EN LOS PAISES BAJOS Y MAS ALLA DE SUS CONFINES; EN LOS CUALES AMBOS

    ARMINIO, Y ADRIAN BORRIO, UN MINISTRO DE LEYDEN, SE SOSPECHAN DE NOVEDAD

    Y HETERODOXIA, O ERROR Y HEREJIA, SOBRE EL TEMA DE LA RELIGION.1

    Ciertos artculos relacionados con la religin cristiana estn ahora en circulacin. En un papel

    que no hace mucho fue entregado en mis manos, el nmero de ellos se distingue en dos series, uno que

    consiste de veinte y el otro de once artculos. Algunos de ellos se atribuyen a m, otros a Adrian Borrio, y

    varios de ellos a los dos. Aquellas personas por las cuales al principio fueron diseminados, trataron por

    medio de ellos de hacernos sospechosos de haber introducido, en la Iglesia y la Universidad de Leyden,

    novedades e instrucciones herticas, y de acusarnos de error y hereja, para que ambos, los alumnos de di-

    vinidad y la gente comn puedan estar alerta contra nosotros, quiene tenemos esta marca negra impresa

    en nosotros, para que no sean infectados con la misma enfermedad venenosa, y para que aquellas

    personas quienes poseen la supremaca ambos en la Iglesia y en el Estado, puedan interponer

    oportunamente su autoridad, para evitar que se extienda ms el mal, o mejor para extinguirlo en su mero

    comienzo; lo cual, si se olvidan de hacer, "sern instrumento eficaz para producir el detrimento mayor a

    la verdad divina, y la discordia poltica y eclesistica de estas Provincias.2"

    La dispersin de algunos de estos artculos es una circunstancia no muy reciente: Porque, hace

    ms de dos aos que diecisiete de los treinta y uno llegaron a mis manos, expresados exactamente en las

    mismas palabras de los que ocurren en el escrito que es el tema de mis observaciones presentes. Pero

    guard el silencio y escond mi pesar; porque pens que aquellos artculos en su infancia sufriran una

    muerte natural, puesto que una parte de ellos estaba desprovista de narracin histrica, por no ser atri-

    buidos a los que haban sido sus autores; y parte de ellos estaba desprovista de todo verdadero sentido

    teolgico, por una mezcla extraa de la verdad y la falsedad. Pero el asunto no respondi segn mi

    expectacin. Porque no slo se quedaron sin disminucin, sino que ganaron un aumento, por la adicin

    de otros catorce a los deicisiete Artculos anteriores, y con una dispersin mucho ms amplia de lo que al

    principio se haba hecho. Este resultado inesperado tena el efecto de inducirme a pensar, que deba opo-

    ner su progreso por medio de una respuesta moderada, para que mi silencio continuado no se

    interpretara como equivalente a una confesin.3

    En esta respuesta usar franqueza y conciencia. Confesar y defender lo que s que es la verdad:

    Sobre cualesquiera temas en el cual sienta irresolucin alguna, no esconder mi ignorancia: Y cualquier

    cosa que mi mente dicte ser falsa, la negar y refutar. ?Que el Dios de verdad y paz dirija mi mente y mano por su Santo Espritu! Amn.4

    ARTICULOS I & II

    I. La fe, es decir, la fe justificadora, no es peculiar a los electos.

    II. Es posible que los creyentes finalmente se aparten y caigan de la fe y la salvacin.

    RESPUESTA

    La conexin entre estos dos artculos es tan ntima, que cuando se supone el primero se infiere

    necesariamente el segundo; y, de igual manera, cuando ste se supone aquel se infiere, segn la intencin

    de aquellas personas que idearon estos artculos. Porque si "la fe no es peculiar a los electos," y si la

    perseverancia en la fe y la salvacin

    pertenece slo a los electos, sigue que los creyentes no slo pueden, sino que algunos de hecho realmente

    "caen de la fe y la salvacin:" Y, al contrario, si sea "posible que creyentes finalmente caen de la fe y la

    salvacin," sigue que "la fe no es peculiar a los electos," siendo ellos los individuos acerca de quienes los

    que idearon estos artculos afirman, que es imposible que no sean salvos. La razn para la consecuencia

    es, porque las palabras fe y creyentes, segn esta hiptesis, tienen un significado ms amplio que las

    palabras eleccin y los electos. Aquellas incluyen a algunas personas que no son electos, es decir, algunos

  • quienes finalmente caen de la fe y la salvacin.5"

    I. Pero, para tratar cada artculo por separado, declaro, en cuanto al primero, que nunca he

    dicho en pblico o en privado, "La fe no es peculiar a los electos." Este artculo entonces no se atribuye a

    su autor correcto; y as se comete un error histrico.

    Aado, aunque hubiera hecho una declaracin tal, habra sido preparada una defensa de ella.

    Porque omito las Escrituras, de las cuales una discusin ms prolija de este tema podra ser formada; y

    puesto que los Padres Cristianos con una gran apariencia de la verdad, han defendido sus pensamientos

    de aquella fuente divina, podra emplear el Consentimiento de Aquellos Padres como un escudo para

    defenderme contra la acusacin de novedad; y la Armona de Confesiones, que son individualmente la

    composicin de aquellas Iglesias que se han separado del Papismo y que estn comprendidas en la

    denominacin de "Protestantes" y "las Reformadas," podra yo adoptar como un pectoral pulido, para

    desviar el dardo de hereja que se lanza contra m. Ni debo temer mucho si este tema sea puesto para

    adjudicacin en las balanzas de la Confesin Belga y el Catecismo de Heidelberg.6

    2. La Armona de Confesiones podra contribuir a mi defensa en la siguiente manera: Este

    dogma afirma, que "la fe es la propiedad peculiar de los electos," y que "es imposible que creyentes

    finalmente se aparten de la fe y la salvacin." . . . Pero la Confesin Augustana [o Luterana] dice, que

    "condena a los Anabautistas, quienes niegan que aquellas personas que una vez han sido justificadas

    puedan volver a perder el Espritu Santo." Adems, Felipe Melanchton con sus seguidores, y la mayor

    porcin de las Iglesias Luteranas, son de la opinin, que "la fe se otorga aun a los no electos." Sin

    embargo, no tememos reconocer a estos Luteranos como hermanos.7

    II. Con respecto al Segundo Artculo, digo, que debe hacerse una distincin entre poder y accin.

    Porque es una cosa declarar, que "es posible que los fieles caigan de la fe y la salvacin," y es otra cosa

    decir que "de hecho caen." Esta distincin es de una observancia tan extensa, que aun la antigedad

    misma no tema afirmar, en cuanto a los electos y los que deben ser salvos, "que era posible que no se

    salvaran;" y que "la mutabilidad por la cual era posible que no estuvieran dispuestos a obedecerle a Dios,

    no les fue quitada," aunque era la opinin de los antiguos, "que tales personas nunca seran condenadas

    en la realidad." Sobre este mismo tema, tambin la mayora de nuestros telogos propone una diferencia:

    Porque, dicen, "que es posible que caigan tales personas, si su naturaleza, que se inclina a cadas y

    desercin, y si las tentaciones del mundo y de Satans, sean las nicas circunstancias tomadas en consi-

    deracin: pero que finalmente no caern, porque Dios les volver a traer a sus electos a s mismo antes

    del final de su vida." Si alguien afirma, "que no es posible que creyentes, en consideracin de ser perso-

    nas electas, cayeran finalmente de la salvacin, porque Dios ha decretado salvarles," contesto, El decreto

    en cuanto a la salvacin no quita la posibilidad de la condenacin, pero quita la condenacin misma.

    Porque "el ser realmente salvo," y "la posibilidad de no ser salvo," son dos cosas no contrarias la una de

    la otra, sino en acuerdo perfecto.8

    Por eso aado, que de esta manera hasta ahora he discriminado estos dos casos: Y en una

    ocasin, ciertamente dije, con una explicacin adjunta, "que era posible que creyentes finalmente se

    apartaran y cayeran de la fe y la salvacin." Pero en ningn perodo he afirmado, "que creyentes de

    hecho se apartan y caen de la fe o la salvacin." Este artculo entonces se atribuye a alguien que no es su

    autor; y es otra ofensa contra la veracidad histrica.9

    Adjunto, que hay una gran diferencia entre la enunciacin de estas dos declaraciones: (1) "Es

    posible que creyentes se aparten de la fe;" y (2) "Es posible que creyentes se aparten de la salvacin."

    Porque sta, cuando es examinada rgida y correctamente, apenas puede admitirse; siendo imposible que

    creyentes, mientras siguen siendo creyentes, se aparten de la salvacin. Porque, si esto fuera posible,

    aquel poder de Dios que El ha determinado emplear para salvar a creyentes sera conquistado. Al otro

    lado, si creyentes caen de la fe y se hacen incrdulos, es imposible que hagan otra cosa que apartarse de la

    salvacin, es decir, a condicin de que todava continen como incrdulos. . . . Por esta razn, el segundo

    artculo debe corregirse en la siguiente manera: "Es posible que creyentes finalmente caigan o se aparten

  • de la fe;" o mejor, "Algunos creyentes finalmente caen y se apartan de la fe." Dado que as sea, el otro

    puede inferirse necesariamente, "entonces tambin realmente se apartan de la salvacin."10

    ARTICULO III

    Se puede dudar, si la fe por la cual se dice que Abraham fue justificado, era una fe en Jesucristo

    quien an iba a venir. No se puede aducir ninguna prueba de que l entendi las promesas de Dios de

    otra manera de que l iba a ser heredero del mundo.11

    RESPUESTA

    I. A la Primera Clusula respondo:

    Primero. Nunca pronunci esta expresin; pero en ms de una ocasin, he enseado ambos en

    pblico y en privado una doctrina contraria. Sin embargo, recuerdo cuando un cierto ministro en

    Leyden se haba jactado de la claridad de este artculo, y se asombr que cualquiera persona pudiera

    encontrarse con una opinin diferente acerca de ello, le dije, que la comprobacin de ello no le sera una

    ocupacin muy fcil si tuviera que encontrar un adversario poderoso, y le desafi que lo probara; tal

    desafo ahora reitero.12

    En segundo lugar. "Una fe en Cristo" puede recibirse en dos acepciones: O segn la promesa,

    que estaba envuelta en los tipos, figuras y sombras de las palabras y cosas, y propuesta de esa manera; o,

    es segn el evangelio, que es claramente manifestado. La diferencia entre estas dos es tan grande, que en

    cuanto a ella se dice acerca de los judos, "antes que viniese la fe, estaban confinados bajo la ley, ence-

    rrados para aquella fe que iba a ser revelada" (Gl. 3:23). Y dice el Apstol, "y no como Moiss, que

    pona un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que

    haba de ser abolido" (2 Cor. 3:13), es decir, en el fin de la ley, como es evidente de todo el captulo, y de

    Romanos 10:5, donde se dice que Cristo es "el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree." Que sea

    considerada atentamente toda la descripcin de la fe de Abraham, que el apstol explica extensivamente

    en Romanos 4, y parecer que ninguna mencin explcita de Jesucristo se hace en ella, pero se implica de

    tal manera que nadie puede explicarla fcilmente.13

    II. A la Segunda Clusula de este artculo contesto:

    Primero. Nunca hice tal afirmacin.

    En segundo lugar. Aunque lo hubiera hecho, no habra exigido ninguna reprensin merecida,

    excepto de un hombre que quera por ese hecho mismo mostrar inmediatamente la debilidad de su juicio

    y su falta de experiencia. (1) Es una indicacin de un juicio que no es el ms correcto, el culpar a

    cualquier hombre por decir lo que, es posible comprobar, ha sido escrito por el Apstol mismo

    claramente. Porque si el estado de ser heredero del mundo le fue prometido a Abraham con estas

    palabras, "Tu sers el padre de muchas naciones," ?por qu hay que asombrarse si Abraham entendi las promesas en ninguna otra manera de como fueron pronunciadas divinamente? (2) Es una indicacin de

    gran inexperiencia en los hombres que formularon estos artculos, el suponer que el estado de ser

    heredero del mundo que le fue prometido a Abraham, perteneca a esta vida animal y a beneficios

    carnales; porque el mundo del cual se hace mencin en aquel pasaje, es aquel mundo futuro al cual per-

    tenece el llamamiento de los gentiles, el llamamiento por el cual Abraham fue hecho el padre de muchas

    naciones. Esto es aparente de la consideracin, que se dice que l fue hecho el heredero del mundo por la

    justicia de la fe, de la cual San Pablo (Rom. 4:13) comprueba que los gentiles tambin son partcipes; y

    en Efes. 3:1-11, el Apstol trata sobre la vocacin de los gentiles, y dice, que ella pertenece a "la gracia

    del evangelio, y al compaerismo del misterio que desde el principio del mundo ha sido escondido en

    Dios y ahora se ha revelado por Cristo, por l cual Dios cre todas las cosas." Lo repito, aquella vocacin

    no pertenece a la sabidura por la cual Dios form el mundo, sino a aquella por la cual El constituy a

    Cristo Su Sabidura y Poder para salvacin a aquellos que creyeran; y por la cual El fund la Iglesia,

    que permanecer para siempre.14

  • ARTICULO IV

    La fe no es un efecto de la eleccin, pero es un requisito necesario previsto por Dios en aquellos

    que deben ser electos: Y el decreto en cuanto al dar la fe precede al decreto de la eleccin.

    RESPUESTA

    Hay dos clusulas completas en este artculo tambin:

    I. En la primera clusula, se incluyen tres afirmaciones, (1) "La fe no es un efecto de la

    eleccin." (2) "La fe es un requisito necesario en aquellos que deben ser electos o salvos." (3) "Este

    requisito se prev por Dios en las personas que deben ser electas." Confieso, que todos estos, cuando son

    entendidos y explicados correctamente, estn en completo acuerdo con mi opinin sobre el tema. Pero el

    ltimo de los miembros se propone en trminos demasiado odiosos, puesto que no hace ninguna mencin

    de Dios, de quien confieso que la fe es su beneficio y don.

    Ahora, voy a explicarme sobre cada una de estas afirmaciones:15

    1. En cuanto a la primera, la palabra "eleccin" es ambigua. Porque o significa "la eleccin por

    la cual Dios determina justificar a creyentes, mientras aquellos quienes son incrdulos o 'hacedores' de

    obras se rechazan de la justicia y la salvacin:" O significa "la eleccin por la cual El determina salvar a

    ciertas personas particulares, como tales, y a darles la fe para su salvacin, siendo rechazadas tambin

    otras personas particulares meramente por ser tales individuos particulares." La eleccin se entiende

    segn esta ltima significacin, por los que me acusan con estos artculos. Yo lo considero en aquella

    acepcin, segn Romanos 9:11, "(pues no haban an nacido, ni haban hecho an ni bien ni mal, para

    que el propsito de Dios conforme a la eleccin permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se

    le dijo: El mayor servir al menor." Ahora no entrar en un debate prolijo, sobre si es correcto o no el

    sentido en que entiendo el pasaje. Es evidente, por lo menos, que hay algn decreto de Dios por el cual

    El determina justificar a los creyentes; y que, puesto que excluye a los incrdulos para la justicia y la

    salvacin, se llama apropiadamente "el decreto segn la eleccin" o "con eleccin," siendo aquello que no

    incluye a todos los hombres dentro de su alcance. Considero este decreto el cimiento del cristianismo, de

    la salvacin de la humanidad, y de la seguridad de su salvacin; y es sta la que el Apstol trata en los

    captulos nueve, diez, y once de su Epstola a los Romanos, y en el primer captulo a los Efesios.16

    Pero hasta ahora no he declarado mis pensamientos en general acerca de aquel decreto por el

    cual se dice que Dios "determin absolutamente salvar a ciertas personas particulares, y a darles la fe

    para su salvacin, mientras se reprueban otras de la salvacin y la fe;" aunque he confesado que hay un

    cierto decreto de Dios, segn el cual El determina administrar los medios de fe y salvacin, como El sabe

    ser apropiados a su justicia, misericordia, y severidad. De estas premisas se deduce como una consecuen-

    cia manifiesta, que la fe no es un efecto de aquella eleccin por la cual Dios determina justificar a los

    que creen.17

    2. En cuanto a la segunda afirmacin, del particular as explicado se concluye que, la fe es un

    requisito necesario en aquellos que sern partcipes de la salvacin segn la eleccin de Dios;" o, "que es

    una condicin prescrita y requerida por Dios, que debe ser realizada por aquellos que obtendrn su

    salvacin." "Esta es la voluntad de Dios, que quienquiera que crea en el Hijo tiene la vida eterna; el que

    no crea, ser condenado." Las proposiciones contenidas en este pasaje no pueden resolverse en una que

    sea ms breve que sta, que asimismo se encuentra en las Escrituras, "Cree, y sers salvo," en la cual la

    palabra "cree" tiene la fuerza de un mandato o requisito; y la frase "sers salvo" tiene la fuerza de una

    persuasin, por medio de un bien que se promete. Esta verdad es tan clara y perspicua, que la negacin

    de ella sera la prueba de gran pe