bbltk-m.a.o. e-005 vol vi fas 070 - lo inexplicado - violencia y ovnis - vicufo2

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OI|\IIXPUCADOEL MUNDO DE LO EXTB,ANO,INSOLITO Y MISTEB,IOSO

Publicado por Editorial Delta, S.A -Barcelonay comercralizado en exclusiva porDistribuidora Olimpia, S.A. - Barcelona

Vol. Vl-Fasc. 70

Director: José lVas GodaYolDirector edltorialr Gerardo RomeroJefe de Redacción: Pablo ParraCoordinacióneditorial: GloriaGutiérrez

Redactores y colaboradores:Prof. A. J. Ellison, Dr. J. Allen Hynek, Brian lnglis. Colin Wilson,Bealriz Podestá, José Lorman.

El editor se reserva el derecho de modificar el precio de venta delfascÍculo en el transcurso de la obra, si las circunstancias delmercado así lo exigieran.

Los fascículos atrasados podrán ser adquiridos, sin incrementoalguno en el precio de venta, en todos los quioscos y librerías.

O 1980 Orbis Publishing Ltd. London@) 1981 Editorial Delta, S.A. BarcelonaISBN: 84-85822-47-1 (tomo 6) 84-85822-15-3(obra complela) 84-85822-'1 6- 1 (f ascículo)Depósito legal: B. 126311982

Fotocomposición:Tecfa, S.A. Pedro lV, 160 - Barcelona-S

lmpresión:Cayfosa, Santa Perpétua de Mogoda (Barcelona) 128301

lmpreso en España - Printed in Spain diciembre 1982

Comercializa en exclusiva para Argentina, Chile, Uruguay, Perú.Bolivia y Paraguay: Viscontea lnternacronal.S.A. Buenos Aires.

Distribuye para España: Marco lbérica, Distribución de Edicio-nes, S.A., Carretera de lrún, km 13,350. Va-riante de Fuencarral, Madrid-34.

Distribuye para Argentina: Viscontea Distribuidora, S.C A LaBioja 1134r56, Buenos Aires.

Distribuye para Colombia: Distribuidora Meridiano, S.A, Carrera21, n.o 35-53 Bogotá.

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todas sus sucursales en el interior del país.

Para la edición inglesaEditorial Director:Editor:

Brian lnnesPeter Brookesmith

Editorial Manager: Clare ByattAsesor para la edición española: Julio Peradejordi

Bealización gráfica:Luis F, Balaguer, con la ayuda de C. Esteruelas

llustración: Orbis. Atlas y agenciasRedacción y administración:

Provenza, 290, entl.o 1 .", Barcelona-8Tels.: (93) 215 10 32-215 10 50 - Télex: 97848 EDLTE

LO INEXPLICADO. EL MUNDO DE LO EXTRAÑO. INSOLITO YMISTERIOSO se publica en forma de 120 fascÍculos de apari-ción semanal, encuadernables en diez volúmenes. Cada fascícu-lo consta de 20 páginas interiores y sus correspondientes cubier-tas. Con el fascÍculo que completa cada uno de los diez volúme-nes de que se compone la obra, se pondrán a la venta las tapaspara su encuadernación. Además, coleccionando la tercera ycuarta páginas de cubrerta, se obtendrá un interesante dossiersobre los VReSfnOS DE LO INSÓLITO

EI JUDI() ERRANTELa leyenda de Ahasverus, el judío que senegó a prestar ayuda a Cristo y que fue

condenado a vagar sin rumbo fijo por todala eternidad, parece encarnar algo másque una fábula moral.

HUELLAS DE FUEG()En una iglesia de Roma se conserva una colección de

signos dejados por las almas en pena que piden ayuda

desde el purgatorio.

MAS(}NERíA

¿Fue la francmasonería responsable de laRevolución francesa? ¿Acaso movió

también los hilos de la Comuna de París?

FERETROS DE BARBADOSEn la tumba

-totalmente sellada- de la familia Chase, en

Oistins (Barbados), los féretros giraban y se desplazabande manera inexplicable. Un enigma jamás resuelto.

MANUSCRIT() V()YNICHUno de los científicos que estudiaron el manuscrito Voynich

descubfió que contenía, entre otras cosas, una elicazy revolucionariafórmula anticonceptiva.

proxrmofascículo

Foto cubierta: Murray Aikma¡

La sangfede san Jenaro

E! problema que plantea la licuefacción regularmente repetida de lasangre de san Jenaro es muy complejo. La ciencia, llamada endiversas ocasiones a dar una respuesta clara y definitiva, hacontribuido a aumentar elentusiasmo de Ios devotos, Ia curiosidad delos turistas y e! interés de los estudiosos, al declararse incapaz dehallar una explicación.

uNo DE Los MTLAGRos que más discusiones pro- que, en la medida en que han sido discutidosvoca, tanto per sus particularidades como por por los estudiosos, pueden contribuir a situarel conjunto de factores emocionales, sociales, en sus justas dimensiones este curioso milagro.supersticiosos y religiosos vinculados a él es, En primer lugar, es necesario saber que lasin duda, el de san Jenaro. Pero correríamos el vida, el martirio y el milagro de san Jenaro seriesgo de equivocarnos y de no entender ni su hallan registrados en una serie de Actas y Do-sentido exacto ni su justo alcance, si nos limi- cumentos, indispensables para conocer la iden-táramos a considerarlo un problema de supers- tidad histórica de Jenaro y los comienzos de sutición y folklore, al que se añadiría, en todo culto religioso. De estas Actas reytltaría quecaso, un elemento paranormal. san Jenaro, obispo de Benevento (Italia) que

Aunque sin dejar de lado los ecos popula- vivió en el siglo ru, murió martirizado el 19 deres, nos remontaremos a algunos antecedentes septiembre del año 305.

La estatua de san Jenaro llevadaen procesión en medio de un marde fieles que llenan la catedral deNápoles, antes del milagro. Ni

siquiera la ciencia ha podido

ofrecer, hasta ahora, unaexplicación del prodigio (foto

A. Vergani).

t36l

El milagro de san Jenaro

Los documentos más o menos fidedignos deque disponemos son los siguientes: las ,AclasBoloñesas, conservadas en un códice anterioral año 668 y llevadas a Inglaterra por el abadnapolitano Adriano; las Actas Vaticanas (delos siglos vut y rx), que constituyen una fuenteindispensable para conocer la vida, la liturgia yel arte relacionados con san Jenaro, yla Passiosancti lannuarii, lúfll en cuanto que nos permi-te sacar partido de todos los documentos ante-flore§.

Siguiendo sobre todo la versión de las ActasBoloñesas, resultaría que el obispo de Bene-vento, Jenaro, confesó ser cristiano en eltranscurso de una visita a dos de sus correligio-narios que estaban en la cárcel. Fue condena-do a muerte por decapitación, sentencia que se

ejecutó en el Foro de Vulcantr, cerca de la sol-fatara de Pozzuoli-al menos según una tradi-ción bastante unánime-, el 19 de septiembredel año 305. (En esta solfatara, situada en laregión de los Campos Flégreos, localizaba latradición antigua una de las entradas de los in-fiernos.)

Por lo tanto, no es que se sepa mucho de sanJenaro. Lo que le hizo famoso y venerado es elmilagro relacionado con sus reliquias: cuandolas dos redomas de cristal que contienen susangre son acercadas a la cabeza del santo (ter-cera reliquia que se conserva en el tesoro de lacatedral de Nápoles), la sangre se licúa y hier-

ve. El prodigio se repite desde hace más dequince siglos con frecuencia periódica fija y enotros momentos variables. Las fechas fiias sonel sábado anterior al primer domingo de mayoy los ocho días siguientes, el 19 de septiembre(aniversario del martirio, con los ocho días dela octava) y el 16 de diciembre. La primera vezque se produjo el milagro fue en 431, con oca-sión del traslado de las reliquias del santo des-de Pozzuoli

-donde había sido enterrado el

mártir- a Nápoles. En esto, las tradicionescoinciden; el Martirologio Geronimi.ano afir-ma que las reliquias quedaron depositadas enNápoles el 7 de septiembre.

En cuanto al culto que se originó en ese mo-mento, tenemos infinidad de noticias y confir-maciones independientes del Martirologio Ge-ronimiano;figura en el Calendario de Cartago(de 505), en el Evangelario de Lindisfarne o desan Cutberto, y en muchas otras inscripcionesy monumentos. A este respecto es significativoel testimonio del martirio de san Jenaro quenos proporcionan las catacumbas napolitanas:una pintura del siglo v representa a san Jenaroentre dos velas encendidas, con la aureola desantidad y una inscripción: Sancto Martyri Ia-nuario.

Estos someros datos son indispensables parala localización textual, litúrgica e histórica delsanto patrón de Nápoles. Pero la cuestiónque, sin duda, interesa más a los estudiosos,

La llegada de la rel¡qu¡a del santoa la basílica. El entusiasmo de losdevotos, el interés de los hombresde ciencia y la curiosidad de losturistas se ven acrecentados porlas característ¡cas del fenómeno,singulares y en contradicción contodas las leyes de la física (fotoA. Vergani).

1362

hombres de ciencia, devotos y simples curiosossigue siendo, desde luego, el milagro de lasangre.

Hasta ahora, la ciencia no ha sabido dar unaexplicación a este prodigio. Sólo ha podidoasegurar que se trata de verdadera sangre hu-mana; que las características de este fenómenoson, cuanto menos, singulares, y que contradi-cen todas las leyes físicas. Esto contribuyó, porsi fuera necesario, a reavivar el entusiasmo delos devotos, el interés de los estudiosos y lacuriosidad de los turistas.

El fervor de los devotos se ve reforzado,además, por el recuerdo y los testimonios delas prodigiosas intercesiones del santo en oca-sión de graves calamidades: guerras, hambru-nas, epidemias, terremotos, erupciones delVesubio, etc.

Y es probable que la situación deficitaria enla que se encuentra el Sur de Italia desde hacemilenios encuentre, en alguna medida, un de-sahogo en los ritos un tanto sangrientos que sededican a san Jenaro. Además, existe toda unatradición de grandes procesiones, de juramen-tos solemnes ante el altar del santo, de acuña-ciones de medallas y de monedas, actos en losque intervinieron personas tan cualificadas co-mo el propio virrey de Nápoles y numerososnobles que acudían a veneiar al santo con susespléndidas carrozas y arcos de triunfo. Todoello iustifica la perduración del culto a san Je-naro.

De todos modos, no hay duda de que lasmodalidades con que se manifiestan las implo-raciones y los presagios cuando se produce lalicuefacción de la sangre se sitúan en los lími-tes de la ortodoxia. Pero esto no incide de nin-gún modo en el significado verdadero y ocultodel prodigio.

Es cierto que existe toda una coreografia dedevotos, de «parientes de san Jenaro>> que re-citan a gritos antes, durante y después de lalicuefacción, oraciones características en dia-lecto napolitano. También es necesario citar alas personas que insultan a san Jenaro cuandola licuefacción tarda en producirse (porque esoes un mal presagio), pero también existe lamultitud de peregrinos que extrae de los ritosrazones para confirmar su fe.

Ahora bien, no es justo, a nuestro parecer,definir este fenómeno como una superstición,aunque hay que aclarar que, por supuesto, ca-da uno es libre de creer o no en el milagro.Pero los intentos de .<leer» el milagro y de pro-porcionar interpretaciones verosímiles han si-do muchas y muy variadas. Veámoslas, antesde analizar algunas de las polémicas surgidasúltimamente entre teólogos católicos.

El estudioso Domenico Ambrasi ha confec-cionado una lista de algunas de las hipótesismás corrientes y sugerentes; en su mayoía,tienden a proporcionar explicaciones alejadasde la perspectiva religiosa. Existe, por ejem-plo, la hipótesis ocultista que, aún admitiendoque se trata de sangre verdadera, propone tresexplicaciones posibles:

a) la sangre se vuelve líquida por un fenóme-no de simpatía entre la calavera del santo y su

Uno de los rel¡car¡os con lasangre de san Jenaro. Según losestud¡os más recientes, setrataría verdaderamente desangre humana, pero, en contrade todas las leyes físicasconocidas, no tendría un punto defusión constante (foto A. Vergani).

El milagro de san Jenaro

sangre (Strauss, Neumann y algunos espiritis-tas modernos han sostenido esta tesis). Sin em-bargo, conviene recordar que la licuefacción seproduce también en ausencia del cráneo de sanJenaro, por lo que esta hipótesis no se sos-tiene.

b) la licuefacción es consecuencia de laenergía psíquica de la multitud; el deseo deque se produzca el milagro es tan intenso enlos fieles, que produce una energía psicodiná-mica capaz de disolver la sangre (según Di Pa-ce y Fusco). También esta hipótesis requeriríapruebas que, hasta ahora, no han aparecido. Yno explica, por ejemplo, la tardanza de la li-cuefacción en determinadas ocasiones, así co-mo el hecho de que el prodigio se produzca enalgunas fechas y no en otras.

c) la sangre revive de yez ei cuando porqueposee un residuo de vida (opinión de Mangin yCavalli). Esta hipótesis no dice de qué vida se

trata. Si se refiere a una vida de tipo normal,no se entiende por qué cualquier otro tipo desangre no puede licuarse del mismo modo. Pe-ro si se refiere a un tipo de vida sobrenatural,la armonía con la interpretación ortodoxa seríacompleta, y la hipótesis ocultista se derrumba-ría por sí sola.

Otros estudiosos prefieren explicar el fenó-meno por la presencia en la sangre de sustan-cias especiales o de sueros artificiales. Pero nose ve cómo podría sostenerse semejante afir-mación, ya que la ciencia moderna tiene la po-sibilidad de individualizar cualquier elementoextraño con los más sofisticados métodos deinvestigación.

Hay otros que suponen que la sangre se li-

1363

El milagro de san Jenaro

Arriba: la multitud llena la capilla

de san Jenaro, en la catedral deNápoles, el día en que se produce

el milagro. Uno de los rasgos más

característicos de esteacontecimiento es el

comportamiento de los fieles, que

recitan a gritos oraciones en

dialecto napolitano, antes,

durante y después de la

licuefacción (foto A. Vergani).

A la izquierda: la piedra que se

conserva en la iglesia de San

Gennaro alla Solfatara, enPozzuoli,lugar donde murió el

santo. Se dice que fue teñida con

la sangre del mártir (foto A. Dagli

Orti).

En la página siguiente: el obispo

de Nápoles retira la reliquia del

santo (foto A. Vergani).

cúa a causa del calor que emana de la multitudy de las velas, o del que proviene del Vesubio yde la solfatara.

También podíamos hablar de otros que hanimaginado que la sangre es de cordero y que se

disuelve por reacción con cal que se introducesubrepticiamente en el recipiente que la con-tiene. También, según el clérigo inglés HerbertThurston (que se ocupó d9 éste y otros muchostemas a fines del siglo pasado) podría ocurrirque la sangre coagulada se volviera líquida alsér expuesta alaluz (hipótesis fototrópica) y,para terminar con opiniones ilustres, como lasde Benedetto Croce, Silvestri di Falconieri oDelehaye, podría tratarse de una sustancia fa-bricada en tiempos muy antiguos, según unafórmula cuyo secreto se ha perdido. Se trata de

una hipótesis sugerente, no hay duda, peroque no encuentra ninguna correspondencia enla realidad.

De cualquier modo, parece interesante elresultado del análisis espectroscópico realiza-do por los profesores italianos Sperindeo y [a-nuario, según el cual se trata, con toda seguri-dad, de sangre humana. Del mismo modo, losfenómenos que acompañan la licuefaccióncontradicen todas las leyes físicas, en el senti-do de que mientras cualquier cuerpo o mezcla,a presión constante, se funde siempre a la mis-ma temperatura, la sangre de san Jenaro nocuenta con un punto de fusión constante. Aeste respecto, se han reall:ado innumerablespruebas intentando verificar la interdependen-cia o no de factores como tiempo, temperaturay licuefacción, pero no se ha llegado a ningunaconclusión definitiva.

También es muy interesante lo que compro-bó el profesor Sperindeo: que el peso de lasangre aumenta mientras disminuye su volu-men, cosa que va contra la ley de la cÓnserva-ción física de la masa.

Como se ve, la cuestión del milagro de sanJenaro no puede ser resuelta con un juicioapresurado y aproximativo. Existen numero-sos elementos que aconsejan, por lo menos,proceder con cautela y admitir la existencia delmisterio.

Después de lo que hemos dicho hasta aquí, ypara completar el análisis del fenómeno, pue-de resultar interesante examinar una polémicaque se produjo dentro del campo católico hacealgún tiempo. Nos referimos a un contenciosoque surgió a consecuencia de la publicación de

una conocida enciclopedia de las religiones,que califica el culto a la sangre de san Jenarocomo <<una forma de paganismo cristianiza-dor. A consecuencia de esas afirmaciones, elobispo de Nápoles auforzó una nueva investi-gación de las famosas redomas, promoviendo\rra vez más el estudio científico del fenó-meRo.

Pero la polémica no se refiere al milagro dela sangre, sino a las manifestaciones de religio-sidad que han surgido a su alrededor. A esterespecto, el teólogo monseñor Salvatore Garo-falo ha declarado:

Los napolitanos aman a san Jenaro, perono lo confunden con Jesucristo, aun cuan-

t364

do puedan existir abusos en esta forma dedevoción. Si el Concilio Vaticano II reco-noció, finalmente, a todas las culturas elderecho de expresarse libremente en la li-turgia, según los usos y costumbres locales(por ejemplo, el tam-tam y las danzas enAfrica), ¿por qué criticar a los napolita-nos por el culto a san Jenaro y por las pro-cesiones?

Quizá el conocido teólogo haya sido demasia-do benevolente. Ciertamente, el Concrlio Va-ticano II reconoció la importancia de todas lasculturas, las cuales, sin embargo, deben serpotenciadas y encauzadas en el sentido de lafe. No por nada numerosos obispos han prohi-bido en los últimos años determinadas mani-festaciones de fe excesivamente cruentas, quetambién podían considerarse expresión del al-ma de un pueblo. La Iglesia, en estos casos, noha prescindido de condenar una manifestaciónreligiosa por miedo a herir la sensibilidad delos fieles.

En alguna medida, por eso mismo, se puedecompartir la afirmación de la teóloga AdrianaZarui, cuando dice:

Uno de los criterios para la credibilidadde un milagro es su racionalidad, su com-prensibilidad, su significado. Un sin senti-do nunca podría ser prodigioso, porqueDios no se divierte inventando juegos in-comprensibles, sino que ofrece signos deuna clara legibilidad.

Esta afirmación parece remitir la <<comprensi-bilidad» de los signos portentosos a una racio-nalidad iluminada por el sentido de la fe. En laeventualidad de que la misma autora hayaquerido significar que la razón puede juzgarlas cosas de Dios, su afirmación resultaría mu-cho más discutible.

La teóloga sigue diciendo, acerca de las con-cesiones de Dios a la debilidad humana:

El milagro de san Jenaro -si se trata deun milagro- sería una especie de conce-sión de Dios a una psicología un poco in-fantil, necesitada de signos espectacula-res, todavía ligada a mitos arcaicos; en es-

. te prodigio, el signo de la sangre licuadaadquiere un ascendiente muy especial,desconocido en un tipo de civilización másadulta.

Si se puede compartir la afirmación según lacual el milagro es siempre una concesión deDios a la debilidad psicológica estructural delhombre, existen en cambio razones para dudarde la afirmación de que la licuefacción de lasangre esté reservada a culturas toscas y primi-tivas. Y esto no tanto porque los napolitanospudieran tomarlo a mal, sino, sobre todo, por-que el mismo hecho portentoso puede asumiry transmitir múltiples mensajes, según la per-sona que lo reciba. Son innumerables las per-sonas cualificadas y de gran prestigio que handado testimonio fehaciente del milagro de sanJenaro. Esto, ciertamente, no allana todas lasdificultades (después de todo, buena parte delfenómeno sigue envuelto en el misterio), peroes suficiente como para considerarlo con inte-rés y seriedad.

El milagro de san Jenaro

136-5

Fbancrrrasone§ytemplariry

;"t¡*iil{i1¡*

De entre todos los aspectos de la masonería y de sus orígenesmisteriosos, ninguno ha provocado tantas controversias apasionadascomo el rito escocés.

ra ¡xpxssrór.¡ «Rrro ESCocÉs» designa una seriede leyendas que pretendían restituir a la maso-nería sus orígenes, sus particularidades y susverdaderos fines, desvirtuados

-según decía

en L783 el panfletario Bushing- «a causa delcarácfer bajo y materialista de los rnasones in-glesesr.

Encrucijada de las más diversas influenciasocultistas (alquimia, rosacrucismo, hermetis-mo, teúrgia y aritmosofía cabalística), originótres series de leyendas a lo largo del siglo xvrrr:una leyenda política -el

jacobinismo de losEstuarde; una leyenda puramente ocultistay caballeresca, que constituye su forma depu-rada y, finalmente, la fábula templaria.

Pero este florecimiento tardío, derivado detradiciones anteriores, no impide que el ritoescocés posea informaciones importantes so-bre el posible origen de la masonería: la incon-testable realidad histórica de la implantaciónde esta institución en Escocia y, sobre todo, unfondo mítico profundamente original.

Aunque se rechace la afirmación del caba-llero de Ramsay, según la cual en 1286 James,

1366

lord Steward de Escocia, habría presidido lalogia ya antigua de Kilwinning (lo que demos-traría que es anterior a la de Estrasburgo, cuyafecha de creación, 1276, está documentada),existen pruebas del funcionamiento regular yde la prosperidad de la masonería escocesa du-rante la Edad Media. Por otra parte, posee-mos la documentación más completa y auténti-ca sobre ella: las actas, casi ininterrumpidasentre 1398 y 1745, de la logia de Aberdeen, lamención más antigua y hasta el nombre delprimer masón aceptado (John Boswell, 8 dejunio de 1600, logia de Edimburgo).

Estas comprobaciones apoyan las ingeniosashipótesis presentadas por el excelente masonó-logo J. Palou en favor de los orígenes pura-mente locales de la masonería. Al comienzo,habrían existido, así, corporaciones forestales,particularmente activas en Irlanda, que erigi-ron las primeras construcciones de madera enel país. Sus tradiciones iniciáticas y el simbolis-mo propio de su oficio habrían sido fuertemen-te marcados, entre los siglos v y vII, por la igle-sia céltica (muy diferente de la Iglesia de Ro-

La catedral de Kilmacduagh, en el

condado de Galway, en lrlanda.El edificio es del siglo xtv. El

origen de la masonerÍa debebuscarse, sin duda, en lasgrandes órdenes religiosasconstructoras y en los caballerosque constituían su «brazo

secular" (foto IGDA/G. Mairani).

:

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Un caballero europeo de la épocade las Cruzadas (detalle de un

f resco del siglo xm que evoca la

batalla de La Bocquée, en 1 1 63)

[foto IGDA/G. Dagli Orti].

+

ma en sus usos y sus cultos), que los habríautilizado para construir sus capillas y monaste-rios. Más adelante, al cambiar la moda, supie-ron adaptarse a la construcción de edificios depiedra, pero conservando en ellos, con el estiloojival, el sello de sus primeras técnicas.

Aunque sea frágil, la tesis merece una ciertaatención. Es evidente que muchas de las cons-trucciones más antiguas fueron de madera;que la masonería operativa tuvo su apogeo du-rante el período gótico; que declinó cuando elgótico fue sustituido por el neohelénico delRenacimiento. También tiene la ventaja de ex-plicar el carácfer cristiano, muy depurado dejudaísmo, presente en el rito escocés original,y aclara, además, las razones de la rabia y losprejuicios de Anderson ante el estilo que con-sideraba «bárbaro», que no serían más que lamáscara del conflicto latente entre los promo-tores de la masonería especulativa y los adep-tos de la masonería tradicional, que hacia 1720permanecía muy viva en las islas Británicas.

E,l rito escocés representaría entonces unaprotesta contra una innovación que desfigura-ba la institución antigua (es interesante notar,por otra parte, que uno de los altos grados deeste rito, el vigesimosegundo o "Príncipe delLíbano". conserva en su ritual el recuerdo dela iniciación forestal). Pero. muy evidente-

mente, se trataba de una protesta moribunda,ya que pronto se desvió de sus fuentes en be-neficio de formas nuevas, a menudo fuerte-mente marcadas por contingencias políticas in-mediatas; éste es el caso de la leyenda de losE,stuardo.

Sin duda fueron numerosos los masones in-gleses que, antes y después de 17ll, fueron ar-dientes partidarios del legitimismo de los Es-tuardo. Muchos pagaron con sus vidas en elcadalso la fidelidad de sus convicciones, y aúndespués de la derrota definitiva del preten-diente Carlos Eduardo en Culloden $laQ, eldescenso de la corriente estuardista fue muylento, transformándose en una aspiración irra-cional, de tipo mesiánico.

Además, la causa de la Restauración fue ex-tremadamente popular en la masonería conti-nental; el caballero de Ramsay ganó masiva-mente para esta idea á'la masonería francesa.E,n las masonerías alemana y escandinava se

detectan sentimientos análogos. Con todo,nunca se han encontrado pruebas de la exis-tencia real de un complot masónico en favordel restablecimiento en el trono de Inglaterrade los descendientes de Jacobo II.

Pese a eso, la trama de la leyenda parecemuy seductora, lo que explica por que aún hoymuchos creen en ella. El ritual de maestro y de

t367

Masonería

los altos grados no sería más que un velo queenmascara los sufrimientos y las esperanzas dela dinastía destronada, que se proponía reunira sus partidarios y crear fidelidades nuevas.Hiram asesinado sería, entonces, el rev CarlosI, decapitado en la primera revolución inglesa,y su resurrección simbólica representaría el re-torno al trono de su posterioridad legítima. Enhonor de la reina Enriqueta, los masones lle-van el nombre de «hijos de Ia Viuda». Los gra-dos elevados. sobre todo los llamados "de laVenganzar, se propondrían hacer más explíci-to el deber de actuar en favor de la causa de losmasones más destacados.

Arriba: el suplicio de Jacques deMolay. Una vez reconstruida, la

orden templaria engendró unacorriente esotérica que, a su vez,h¡zo nacer un sector de lamasonería (foto IGDA/Cooper-Bridgeman Library).

Abajo: símbolos masónicositalianos de la época de loscarbonarios. La masonería fue unfoco de contestación política y deiniciación esotérica (fotoIGDA/T|tus).

La interpretación es casi perfecta, pero cho-ca con una dificultad importante: los preten-dientes Estuardo, por lo que decían, nuncafueron masones, ni mantuvieron relacionescontinuadas con las logias. La leyenda fue sus-tituida bastante pronto en el continente porotra, de tipo caballeresco, que se nutía de to-das las corrientes de ciencias secretas.

El rasgo característico del rito escocés caba-lleresco es que pretende tener una filiaciónaristocrática y no obrera. Cristiana en su esen-cia, la leyenda en que se apoya debe mucho alfamoso Discurso de Ramsay, aunque éste nose puede considerar su única fuente.

El origen de la masonería se sitúa en la épo-ca de las Cruzadas, cuando ..muchos príncipes,señores y ciudadanos se asociaron y prometie-ron restablecer los templos cristianos en TierraSanta y devolver la arquitectura a su primerainstitución», conviniendo muchos signos anti-guos y palabras simbólicas extraídas del fondode la religión para reconocerse y diferenciarsede los infieles. El templo a reconstruir, pues,ya no era el de Salomón, sino el Santo Sepul-cro de Cristo, y la obra a realizar era, a la vez,arte de construir edificios y de construir esetemplo interior de Dios que es el hombre.

Vinculados a los caballeros de San Juan deJerusalén, los masones dieron a sus logias elpatronímico general de logias de San Juan, eintentaron llevar a cabo la misión que se ha-bían fijado en Palestina. Repatriados al finalde las Cruzadas, se desarrollaron en todos losreinos de Occidente. Después, en la época deEduardo III (siglo xrv), se establecieron masi-vamente en Inglaterra, donde recibieron privi-legios y protección, igual que en Escocia. Lasislas Británicas se transformaron entonces ensede de la orden, ,<conseryadoras de nuestrasleyes y depositarias de nuestros secretos». Pe-ro las guerras de religión resultaron fatales pa-ra la institución; hubo que esperar a1720paraque se empezara a remediar la situación.

Considerando que en el fondo de todas lasreligiones paganas «se encuentra lo esencial delos dogmas del cristianismo», el rito escocés deRamsay justificó la entrada en su seno de co-rrientes que se apoyaban en tradiciones muyvariadas. Así, los altos grados quedaron mar-cados por el rosacrucismo (el decimooctavo, oSoberano Príncipe rosacruz) y el hermetismo(el vigesimoprimero, o Caballero prusiano),mientras que en cada uno de esos grados que-daban latentes las influencias alquímicas y arit-mosóficas.

En las referencias iniciáticas de Eleusis y deEgipto se cuidaron de omitir, además, múlti-ples narraciones míticas tomadas del AntiguoTestamento. Se las ingeniaron para reunir. enun mismo fondo legendario, a Pitágoras, Salo-món, Sedecías, Zorobabel, Jacques de Molayy otros personajes. Araiz de esto los altos gra-dos se transformaron en un conjunto asombro-samente complejo, que reagrupaba en múlti-ples sistemas varios centenares de iniciacionessupeflores.

El exceso engendró la confusión y el cansan-cio de los masones mejor dispuestos. Evolu-

L

r 36il

Masonería

cionando hacia una anarquía casi total, el ritoescocés caballeresco declinó. Pero, a la esperade su reorganización de 1804 (fundación del ri-to escocés antiguo y aceptado), sus adeptosiban a entusiasmarse con una leyenda nueva einsólita, pero que poseía el mérito de parecercoherente: la fábula templaria.

La leyenda templaria del origen de la maso-neía parece una verdadera novela: aventure-ros, estafadores... Se desarrolló en Alemarnia,país que en la segunda mitad del siglo xvrrr pa-recía inundada por una impresionante ola defrenesí ocultista y de delirio irracional.

Modificada constantemente, su trama cen-tral se mantuvo estable. La masonería habíanacido, en efecto, en la época de las Cruzadas.Pero no se debía al conjunto de los señoresque habían partido hacia Tierra Santa; su crea-ción era obra de los Templarios, es decir, delos ocho caballeros reunidos alrededor de Hu-gues de Paien. Una vez fundada la orden en lasruinas del templo de Salomón, entre las co-lumnas derribadas, entraron rápidamente encontacto con misteriosos canónigos del SantoSepulcro, calificados de «discípulos directos delos esenios y depositarios del aspecto propia-mente esotérico del cristianismor, quienes lesiniciaron en sus misterios y se unieron a ellos.Por su papel militar se transformaron, a 1o lar-go de las Cruzadas, en los protectores de lascorporaciones relacionadas con la construc-ción, y fueron reconocidos por ellas como susmaestros y jefes naturales.

En el momento de la reconquista musulma-na, la orden se dividió geográficamente: los ca-nónigos del Santo Sepulcro hallaron refugio enChipre, donde vivieron desde entonces en to-tal clandestinidad. Los caballeros volvieron a

Occidente y fueron víctimas del odio del rey deFrancia Felipe IV el Hermoso y del papa Cle-mente V, que hicieron morir en la hoguera a

Jacques de Molay; fueron disueltos, persegui-dos u obligados a huir. Pero la orden persistióy encontró asilo en Escocia, bajo la direccióndel último gran maestre clandestino cuyo nom-bre se conoce: d'Aumont.

Protegidos por el rey Robert Bruce, quecreó para ellos la orden del Cardo, los Templa-rios siguieron viviendo, por prudencia, en unaclandestinidad total. Renunciaron al voto delcelibato para poder tener hijos, es decir, conti-nuadores, y se fundieron, además, en la corpo-ración operativa masónica, cuya fidelidad ha-cia ellos nunca fue desmentida (el mito cuenta,inclusive, que en el momento de la ejecuciónde Jacques de Molay los albañiles se declara-ron en huelga). Impregnaron la masonería deesoterismo, convirtiéndose en sus jefes secre-tos. En muchas oportunidades, con todo, in-tentaron tímidas y discretas exteriorizaciones.presentándose ante el mundo bajo la máscarade los rosacruces o los cenáculos hermetistas.esperando la hora favorable para renacer desus cenizas. como el ave fénix.

Entre otras variantes circunstanciales, na-cieron dos organizaciones: una forma caballe-resca, la Estricta Observancia Templaria delbarón de Hund, que afirmaba ser la heredera

El delantal masónico del filósofofrancés Helvetius, que llevó a su

vez Voltaire el día de su iniciación,La influencia de las ideasmasónicas en el Siglo de lasLuces fue fundamental (foto J.-L.CharmeVMuseo del Gran Orientede Francia).

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de los templarios militares entrados en la clan-destinidad en Escocia en el siglo xIv, y una for-ma pararreligiosa, el Clericato del Templo deStark, que se presentaba como el continuadorde los canónigos del Santo Sepulcro.

Todo el sistema masónico, sin embargo, en-tró pronto en decadencia: en la convención deWilhelmsbad (1782),la reunión más universalque haya conocido la masonería, su pérdida se

consumó. Dos corrientes nacidas de la maso-nerÍa. pero que ponían en tela de juicio sus

quimeras y el callejón sin salida adonde lleva-ba, se afianzaron y combatieron entre sí. Una,el Iluminismo de Baviera, creado por Weis-haupt, consideraba que para que la orden re-naciera había que hacer tabla rasa, abatiendoIos poderes civiles y las iglesias establecidas.

La otra, por el contrario, el Régimen rectifi-cado, del lionés Willermoz, preconizaba idea-les propiamente cristianos (aunque un tantoheterodoxos, ya que se definían como un .cris-tianismo fundamental»); afirmaba que la fina-lidad de la masonería, según los escritos deuno de sus dirigentes más notables, Joseph deMaistre, era la reunión de las iglesias cristianasdivididas en el seno de un cristianismo renova-do, que reconocería-la preeminencia papal.

Un movimiento que, como el rito escocéstemplario, ponía por encima de la fría razónlasensibilidad, el gusto por el misterio, 1o extra-ño y lo desconocido, en una palabra, las pul-siones instintivas revalorizadas respecto a lascontingencias culturales venidas del exterior,aparece entonces como un envés, extraordina-riamente poderoso, de la reacción contra el ra-cionalismo del Siglo de las Luces.

En página 1390: ¿a qué responde la leyenda delcomp lot j udeomas ónico?

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1369

La telepatía sÍn dolürLa privación de los sentidos puede constituir una formade tortura. No obstante, en parapsicología haproporcionado un método de experimentación que hapermitido obtener resultados apreciables.

EL suJETo sE ENCUENTRA colocADo sobre uncolchón en el suelo, en una de las dependen-cias del departamento de psicología de la Uni-versidad de Cambridge (Inglaterra). Sobre ca-da ojo le han colocado la mitad de una pelotade ping-pong. A poca distancia de su cabezahay una luz roja. Finalmente, a través de losauriculares que lleva, oye el siseo y los crujidosde una corriente continua de «ruido blanco,emitida por un amplificador. No es que levayan a hipnotizar o a torturar. Se encuentraen lo que los psicólogos denominan el estado.Ganzfeld» (palabra alemana que significa<<campo completo»), un estado en el que el

Abajo: una sesión Ganzfeld (fotoGuy Lyon Playfair).

Recuadro: el sujeto Heidi Bartletse relaja mientras el doctorSargent le coloca pelotas de ping-pong sobre los ojos. Esto, junto

con la luz roja, suprimeeficazmente todo "ruido"(estímulo sensitivo normal) visual,mientras Heidiescucha a travésde los auriculares un matizadoruido blanco (foto Guy LyonPlayfair).

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Arriba: Sargent regula el volumen

de ruido blanco de modo que

anule todos los demás sonidos,pero siga siendo agradable(foto Guy Lyon Playfair).

Arriba a la derecha: mientras el

sujeto expresa ante un micrófonosus impresiones mentales, el

doctor Sargent, que se encuentraen la habitación contigua, lasanota por escrito. A pesar de que

su "declaración" está grabada en

cinta, los apuntes escritos son losque se utilizan en la puntuación(foto Guy Lyon Playfair).

A la derecha: gráfica que muestraen qué lugar colocaron loscolaboradores del doctor Sargentla fotografía-blanco escogida deentre un lote de cuatro. En

noviembre de 1981 habíarealizado ya 458 experimentos.De éstos, en no menos de 179 la

fotografía-blanco fue colocada enprimer lugar; 1 14 veces fuecolocada en segundo lugar, 93 en

lerceroy 72 en cuarto. Los 1 79casos de éxito completorepresentan un 39,08 por cientodel total de experimentos,mientras que la probabilidad dealcanzar un grado tal de aciertospor mera casualidad es de unaentre 100 millones (Guy LyonPlayfair).

sujeto, a pesar de estar completamente cons-ciente y vigilante, ha sido privado de las sensa-ciones visuales y auditivas habituales. El suje-to está preparado para tomar parte en un ex-perimento de transmisión telepática.

«Nuestros cerebros están programados pararesponder a la variación de los estímulos», ex-plica el doctor Carl Sargent, responsable de losexperimentos Ganzfeld en Cambridge. «Si nose produce ningún cambio en nuestras impre-siones visuales o auditivas, puede que enton-ces el cerebro responda al canal de la pEs.»

Pone en marcha su cronómetro. «Bien -di-ce-, el experimento ha comenzado.» En lahabitación contigua de control su ayudante po-ne en marcha un magnetofón y observa al pa-ciente a través de un cristal transparente sólopor un lado. Entonces Sargent se traslada a laotra habitación. se sienta y comienza a mirarfijamente una fotografía. Se trata de una foto-grafía escogida en un lote de cuatro, que a suyezha sido seleccionado de entre 60 lotes me-diante un complicado sistema de azar, de mo-do que ni él ni ninguna otra persona tiene an-tes la más mínima idea del tema de la foto-grafía.

La fotografía-blanco de hoy es una pinturapaisajística de Giuseppe Palizzi, artista italia-no del siglo xtx. Muestra una armoniosa esce-na rural. En prirher plano, un animal es condu-cido hacia una casa rústica que se encuentra ala izquierda. Está pasando ante una gran peña,tras la cual se abre una llanura yerma, domina-da por una gran montaña que termina en for-ma triangular, como una pirámide truncada,con un lago circular debajo.

La farea de Sargent consiste en intentar«transmitir» a la mente del sujeto que está enla otra habitación el contenido del cuadro.Concentra toda su atención en la pintura -suforma, colores y contenide y anota algunasde las asociaciones que le suscita. «Se parecebastante a la superficie lunar>>, escribe.

Mientras tanto, el sujeto se ha ido serenan-do y acostumbrando a las condiciones Ganz-

PES y estado Ganzfeld

feld. Lo encuentra agradable y relajante. Alcabo de poco, siguiendo las instrucciones pre-vias, comienza a hablar por el micrófono quetiene a su lado, diciendo cualquier cosa que se

le ocurra. AI cabo de siete minutos dice:«Ah, sí; allá vamos. Muy claro. Animal os-

curo sobre una peña y el fondo azul; muy cla-ro, esto.» Unos pocos minutos después añade:«Ahora parece más bien una vista detallada deun peñasco. Está muy claro.r, Y: «Igual queuna pirámide vista desde el aire -rocas- lomismo que antes. Igual que el pico del Everesto algo así. Es un paisaje muy desolado... Unagran burbuja en el medio

-¿quizás se trate de

un agujero en la tierra?».Finalmente, después de haber perrhanecido

en estado Ganzfeld por espacio de 21 minutos,el sujeto logra apuntarse un triunfo: "Sigo per-cibiendo este desolado paisaje lunar.r,

Cuestión de probabilidadesCuando al cabo de media hora más o menos elexperimento termina, la ayudante entra, lequita al sujeto las pelotas de ping-pong y le en-seña un duplicado del lote de las cuatro fotos,entre las que se había seleccionado la que haconstituido la base del experimeno. En estosmomentos la ayudante desconoce por comple-to cuál de las cuatro era. Después repasa susnotas y le pide al sujeto que contraste sus ase-veraciones anteriores con una o varias de lasfotos, otorgándoles de 0 a 99 puntos.

La primera es una fotografía de periódicoque muestra un estudiante desnudo paseandoen bicicleta por King's Parade en Cambridge.La segunda es una pintura de varias piezas or-namentales y animales de porcelana. La terce-ra es el paisaje de Palizzi, y la cuarta una cari-catura del dibujante Heath Robinson, quemuestra a una pareja entrada en años remandoen un bote.

El sujeto está desconcertado. Inmediata-mente se da cuenta de que la forma en generaly el aspecto de la caricatura son similares a losde la imagen que recibió: el artista ha dibujadolas olas de tal forma que pueden sugerir un en-crestado paisaje lunar, y el bote coincide a

1371

PES y estado Ganzfeld

grandes rasgos con la forma de la roca, descritapor é1. No obstante en el cuadro dePalizzihaybastantes elementos que coinciden con las im-presiones recibidas. Por otra parte, la segundafoto muestra un animal de porcelana sobre unpeñasco, en un fondo azul. Parece como si hu-biera tomado o recibido ciertos rasgos de tresde los cuatro dibujos. Con todo, al sumar lospuntos que ha ido dando, la caricatura quedaen primer lugar, el Palizzi en segundo, las pie-zas de porcelana en tercer lugar y el estudiantedesnudo, el último.

Ahora entra en la habitación Sargent y lemuestra al sujeto sus notas y la foto en la quese había fijado. A posteriori el sujeto se pre-gunta por qué no escogió el cuadro de Palizzi.Además le impresiona mucho el hecho de quetanto él como Sargent hayan hecho una refe-rencia específica a un paisaje lunar.

Este experimento aislado no prueba nada.El cálculo de prgbabilidades mismo nos diceque el sujeto escogerá al final del experimentola foto correcta una de cada cuatro veces, locual significa un porcentaje de éxito de un25 %. Sir embargo, a finales de abril de 1981,después de haber llevado a cabo un total de412 sesiones con 146 personas distintas, Sar-gent había llegado a obtener resultados quemuy difícilmente pueden atribuirse a la casua-lidad. En estas sesiones, los casos en que lafoto correcta fue seleccionada en primer lugaralcatzaban un 25 Vo más de 1o que hubierapredicho el cálculo de probabilidades.

Se realizaron una serie de experimentos enlos que Sargent se propuso averiguar si lossujetos que anteriormente habían actuado conéxito darían mejores resultados, y en efecto así

fue: alcanzaron un 83 7c de aciertos, por con-traste con el 27 ,3 7o obfenido por el grupo delos no acertantes (prácticamente lo mismo quehubiera cabido esperar del azar). Parece, pues,que los sujetos que obtienen éxito en un Ganz-feld tienen más probabilidades de repetir ex-perimentos positivos. En otras palabras: la re-ceptividad telepática puede aprenderse.

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En la parte superior: Heidi Bartletescoge la fotografía correcta deentre un lote de cuatro. El doctorSargent ha descubierto que los

sujetos sometidos a experimentosGanzfeld pueden aprender a daren el blanco con regularidad (fotoGuy Lyon Playfair).

Arriba: paisaje del artista italianodel siglo xrx Giuseppe Palizzi. que

fue la fotografía-blanco en un

experimento Ganzfeld. El doctorSargent, que actuaba comoemisor, anotó el comentario: "Separece bastante a la superficielunar." El sujeto, en el transcursodel experimento, observó: "Sigopercibiendo este desolado paisaje

¡u¡¿¡.» ¿Se trata sólo de unacoincidencia?

El sujeto que en el experimento descrito an-teriormente no logró escoger en primer lugarla foto correcta decidió que quería probar si éltambién era capaz de mejorar. A instanciassuyas, é1 y Sargent mantuvieron aquella nocheuna sesión de prueba, en la que Sargent inten-taba «mandar)> una foto desde su domicilio enCambridge a la ciudad de Londres, donde se

encontraba el sujeto. Había quedado acordadoque la sesión empezaria a las 11.45 de la no-che. El sujeto, echado en su dormitorio, a os-curas y con los ojos cerrados, no recibió ningu-na «sensación». Luego -35 minutos despuésde que Sargent hubiera cesado en su intento detransmitir- el sujeto vio claramente a una fi-gura sobre un pedestal con una fuerte luz de-trás. Tras intentarlo durante diez minutos más,volvió a ver la misma imagen. Finalmente ano-tó las impresiones recibidas y se fue a dormir.

Más tarde se enteró de que Sargent se habíaestado concentrando en el cuadro Glad day deWilliam Blake, que muestra una figura sobreuna roca con una brillante luz detrás. ¿Unanueva coincidencia?

Algunos sujetos han descrito las fotos conuna precisión de detalles asombrosa. HughAshton. uno de los colaboradores habitualesde Carl Sargent, señaló en una prueba en laque actuaba é1 mismo como sujeto: «Sigo pen-sando en bomberos y en un cuartel de bombe-ros.» La foto base del experimento mostraba a

unos bomberos entrenándose. Ashton inclusomencionó que uno de los bomberos estaba mi-rando hacia la cámara. Era un detalle del que

Sargent ni siquiera se había dado cuenta. Estosincidentes plantean la cuestión de si el emi-sor está realmente mandando un mensaje tele-páticamente, o si es que el sujeto está recibien-do las «sensaciones>> por clarividencia.

Existen incluso pruebas de algunos efectoslaterales precognitivos totalmente inesperadosen sesiones Ganzfeld. Un periodista holandéssoñó, la noche antes del experimento, que elblanco del test sería un cuadro surrealista deMagritte. Resultó ser un Dalí: la única obrasurrealista de todo el archivo de fotografías de

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PES y estado Ganzfeld

Sargent. En su primer intento, otro sujeto es-

cogió la foto correcta en primer lugar, peroafirmó haber visto también imágenes de baila-rines españoles y de un templo Maya, lo cualno tenía nada que ver con la foto seleccionada.Después se fue a casa, encendió el televisor yse encontró con una danza de estilo español enuna película sobre México.

La idea de los experimentos Ganzfeld se leocurrió por primera vez al parapsicólogo ame-ricano Charles Honorton, cuando estaba lle-vando a cabo experimentos sobre telepatía ensueños en el Centro Médico Maimónides deNueva York. Se dio cuenta de que la mayorparte de relatos sobre casos de telepatía espon-tánea del siglo pasado procedían de personasque en aquel momento se encontraban en unestado muy relajado, ya sea dormidas, conva-lecientes o simplemente sin hacer nada departicular.

Vigilante, pero soñandoOpinaba que los intentos de transmitir men-sajes a gente que estaba soñando funcionabanbien, pero eran muy lentos y exigían demasia-do tiempo. De hecho se empleaba en ello todauna noche. Consideraba que el medio creadocon el Ganzfeld era análogo al estado del sue-lo, y que en estas condiciones se podía esperarque las experiencias psíquicas se produjerancon facilidad, tal como de hecho ocurrió. En1977 Honorton podía ya declarar no sólo quesus ocho experimentos, con un total de 267 se-siones, habían arrojado resultados muy positi-vos, sino también que otros diez investigado-res habían sido capaces de repetirlos con igualo incluso mayor éxito.

Carl Sargent no disimula su entusiasmo porsu propio trabajo con el Ganzfeld. Conociópor primera vez esta técnica actuando él mis-mo como sujeto, en una visita que hizo en 1978al laboratorio de Honorton. "Psicológicamen-te eso ejerció sobre mí un efecto muy podero-so -dice-. Sentí que realmente te ponía enun estado de consciencia alterado, e inclusotuve una incipiente experiencia exterior alcuerpo.»

Posteriormente alcarrzó éxitos considerablescomo sujeto y como emisor. Estudiando loscuestionarios psicológicos que entrega a todossus sujetos, ha constatado que las personas ex-trovertidas tienen muchas más probabilidadesde éxito que las introvertidas.

Sargent ha sido la primera persona que haobtenido un doctorado con un tema de para-psicología y, como parapsicólogo profesionalcon dedicación plena (en 1981 existirían sólounos 30 en todo el mundo occidental), es ple-namente consciente de la necesidad de alcan-zar la credibilidad científica para que puedansubvencionarse las investigaciones sobre estetema. Gracias a él la parapsicología se convir-tió en parte del programa de estudios de laUniversidad de Cambridge, y ya en 1981 ochoestudiantes se habían prestado como volunta-rios para ejercitarse en este campo.

La investigación Ganzfeld constituye, den-tro de la parapsicología, uno de los campos

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En la parte superior: el doctor KitPedler tomando parte en un

exper¡mento Ganzfeld realizadoen Cambridge (foto ThamesTelevision).

Arriba: Charles Honorton,parapsicólogo norteamericanoque descubrió ia eficacia delGanzfeld (foto Psi senn+i).

Arriba a la derecha: Glad day, deWílliam Blake, fue utilizado comoblanco en un experimentoGanzfeld;el sujelo no lo eligió enprimer lugar, pero aquella noche,durante una sesión de telepatÍa alarga distancia, la imagen delcuadro fue recibida con éxito (fotoBritish Museum).

más prometedores. En primer lugar, haarrojado unos porcentajes de éxitó muy altos;en segundo lugar, está fuera de toda posibili-dad de fraude, ya que al sujeto le es imposiblehacer trampas tanto expresa como inconscien-temente. Constituye, pues, un claro caso de hi-pótesis parapsicológica que ha sido puesta aprueba y reproducida en diversos lugares conpleno éxito, cumpliendo así una de las exigen-cias básicas de cualquier rama de la ciencia.

Además, a diferencia, por ejemplo, del do-blado de metales, tiene en sí mismo un valorpráctico. No sólo es algo que agrada y relaja alsujeto, sino que la gente que 1o practica regu-larmente se ha dado cuenta de que aumenta susensibilidad y grado de consciencia en general.Por primera vez en más de un siglo de investi-gación sobre la psique, parece que las habilida-des «paranormales, pueden, si se dan las con-diciones necesarias, aprenderse y realizarse or-denadamente en un laboratorio.

*

1373

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EEEE ffiffi€trffiffiA este respecto, resulta interesante la expe-

riencia del profesor A. J. Ellison, ex presiden-te de Ia Socíety for Psychical Research y cola-borador de Lo lnexplicado. En los años cin-cueflta, y basándose en las indicaciones conte-nidas en el libro de S. Muldoon y H. Caring-tan The projection of the astat body {Laproyeccién del cuerpo astral), intentó afanosa-mente terter utra experiencia r,rac. Tsdos losprocedirnientos se basaban en estar echado enla cama sobre la espalda y utilizar la voluntad ola imaginaciór de maneras diversas. El princi-pio consistía en liberar al cuerpo astral delcuÉrpo físico (del dominio del cuerpo físico),por ejemplo imaginándose a uno mismo, en elcuerpo astral, dando vueltas alrededor de uneje que va de la cabeza a los pies, u observan-do primero el techo, después la pared, despuésel suelo y finalmente la otra pared. Otros mé-todos consistían en imaginarse, justo en el mo-mento de dormirse, que uno se estaba elevanr

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.¡,:r.r.' :.'.¡¡lliUeftas,tdice:, «Si¡'hay €Belpo'rAüimal, lo,hay,' ':::":::.1,,,,.: tárn'b'ién:xp!ritual:'¡¡',rY'€n: II'eorintios'12: 3'4, ..j

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¡ :"':,,', 1¡=,:¡,.. pet,,:no 1o .u Dios.l6,sabe,, Qüe':fue, arrebatado.'::..:...:.: :.. .'.",',::"',,*L Paiáíso. Y,'*yó palatifa§,, secretas,' que al:::',:',::::.::..::.,.::

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,,, ':,r,,'-:,:: áfur,:a, den+ro de'ot¡o cuerpo hechc de un ma-.i'. ,::, ',r,: 1s¡i¿l:,¡ffly sutil hasta ahcra des*onocido para

r',:"':' Ia,'eiereia,orciden{a1, se mc*Ía independiente-.:,,:: ' " , mente del cu*rpo.,fisico"{véase página 185}.

.r.e* .ii.eri=iá,,etfef isf.:+l.e*ertó'-uáa¿EAc+-¡1¡áo !é{uéÉ*¡ni*g*.áa :dáda, acerea.dÉ la¡§*perfi-,::*e éla:, s¡r*é-s:dé.á r+*grte},, e;de::heqbs'....lIlrá-,¡.s.¿-....g§,una.e.¡.pilq le]§ r*uer*é: én :¡eqte -.,.*c;:,c9rt:t¿=.]:!1.üi{ ,q1}érl:¡a:tié¡eh.:,:-:¡ixibifidad."d.e.rr€t@,áf.,' o',.,eüerfo...,Alguá.os,pás4iss: lit€ratu r,qligio-*a''párecen,..

1374

do, y decirse a sí urismq que €ñ üú,§torrrsnto'dada del'sueño uno se desFe¡laÍa.eri::pleaáproyeccién qstral. Había un tercef rrlétüdiiquér:ioniistía en irse a la cama,mu!,sed!egto;r'!Er¿--ginarse & uno'misms lendo, a 1a eocina,párabeber agua y preprogramarse pará.deipá¡t ¡en plena proyeceión astral, justo.€le[ rrror¡rgn",=to de llegar junto al grifo, Ellison:felata:¡.,¡:.1,...

Durante todo un mes es'trry€ probácdo.es:,.,,-tos mé,todcs''cada, noche.' ál.,aco§taifi:¡e. y :...,.por espacio de uriarhora- L;á Blimei¿¡eáal',,:,.,fue que, tal ccmc se decf¿ en,el:libro.n r¡re.,-.,.e*contré en estado caleléptieü;.ineapaz:]de.,.:-,::mover uu r*úscr:lo. Muldoo-u¡.Cai*ingisa:...1.

A ia izquierdar ilustración qserepresenta un viaje astral,extraída del {ibro La prayecciónde! euerpa asfra¡, de Muldoon yCarrington. Elcuerpo astral estáunido al cuerpo flsico por una.cuerda de plata" pof la que :,

luyen "fuerzas vitales»' Cuandgel cuerpo astral está muy alejadcdel cuerpo flsico, la cuerda sÉ

esliray se vuelve muyfina, con loque el aporte de iüerzas vitalesd¡sminuyé: ei cusrpo astral esentsnces capaz de moverseiibremente.

A la izquierda; Ef.Jrfo,.de,§ilqrsa .

Etgar tlicks {1 8?4¡l S 1.41',i rnue$€a unos sqdr,gslkra{ldo sgry¿ eloil§rpode §Uhii{;rniontrasel:.,'atma de é§ta vuctaen.direceiónaicielo; En Ja ilgstraeién de.:William,

Blqks §, o.§,F I el I Pgqtl!{ l¿4,.j¿¡,Lüá'',

de Epberr. Bhi{{árr!§a},, §] almadel homb¡e agon¡zante esrep{e§ent§dar .¡ .:' ,¡:§orFig0s§ni§, f¡s,r{eir eoff o §ñá,.mf¡je¡{lotse.C-oopct-, .:.,B{dse rrqnñot§bs [{..q§azi¡e',,', "'

Catlepiion; Nrleva York) ;t :, .

como ur globo soltado de eu§ afnaff.a§.Alcarrcé el techo y flotó a:través de él;despues atravesé el tejado y pu{e ver elcieló; las nubes y la luna. Aumenté misfuerza de voluntád» {o "imagi*ación»),

yrni vélocidad de ascenso hacia el cielo au-mentó también. Aún ahora recuerdo cla-rasrente el sonido del viento, silbandc en;tre mis cabellos. Desde que me habíaacostado hasta el momento en que lleguéa:este pu{ttq no había tenido ninguna pér-dida de la concigrcia. Finalmente fado se,e§fumó,yme.§nc§ntré de nUevo en la Ca-

,ma. Inurédiátámente anoté cou gran deta-

Viajes astrales

pies por delante, hacia la ventana de lahabitación, que se hallaba en un primerpiso. Flotando suavemente a través delmarco superior de la ventana, intentabadescribir una ligera parábola, bajando ha-cia el césped, donde esperaba quedar fue-ra del .campo de acción de la cuerda» ypoder empezar la verdadera tarea de re-coger pruebas. No ocurrió así. Cuandohabía pasado la ventana y empezaba a

descender hacia el césped tuve una de lasexperiencias más intrigantes que he vividohasta la fecha. Sentí dos manos que mecogían la cabeza (una mano sobre cadaoreja) y me conducían de nuevo hacia eldormitorio y hacia dentro del cuerpo. Nooí ni vi nada.Llegado a este punto me encontré con quedurante el día estaba tan cansado por nohaber dormido lo suficiente, que tuve queabandonar los experimentos, y no he teni-do nunca más la oportunidad de repe-tirlos.

De la experiencia de Ellison cabe deducir, enprimer lugar, que el estar echado de espaldasen la cama, concentrándose en una idea con-creta, constituye un método para conseguir unauténtico trance autohipnótico. En segundolugar, como el sujeto esperaba -y por lo tantose había autosugestionado- que su experien-cia fuera como la descrita en el libro, se pusoen estado cataléptico. Si no hubiera tenidopreviamente esta idea, tal vez no le hubieraocurrido. En tercer lugar, como estaba espe-rando flotar verticalmente hacia arriba. estofue lo que ocurrió. Otras personas, que hicie-ron el experimento con una idea distinta de 1o

que iba a ocurrir, no se pusieron en estado ca-taléptico, y a veces «abandonaron el cuerpo,horizontalmente, por la cabeza o por un lado.Generalmente, a un sujeto adecuado que se

encuentre en un trance suficientemente pro-fundo la sola sugestión de que se moverá den-tro de un cuerpo sutil hacia otras partes

-leja-nas o cercanas- del mundo físico, le basta pa-ra producir este efecto. Muchas personas soncapaces de tener una EEAC tras haber sido su-gestionadas en estado hipnótico. Así pues,

¿ven realmente el mundo físico normal? Enrealidad, no. No tienen dominio sobre sus ojosfísicos, y por 1o tanto no pueden. Entonces,

¿qué es lo que experimentan? Seguramenteexperimentan una reconstrucción dramatizadade un recuerdo del mundo físico... o quizásotra cosa.

A veces el mundo físico visto en una EEAC nose corresponde mucho con la realidad. Puedeque se añadan cosas con significado simbólico,como por ejemplo rejas en las ventanas paraevitar la huida, o una especie de luminosidaden torno a los objetos. Muldoon afirma que es

posible despertarse de un sueño corriente alobservar una incongruencia en lo que rodea aldurmiente, y encontrarse proyectado: porejemplo, observando que los adoquines delpavimento no están dispuestos en la direccióncorrecta. A menudo existen diferencias vitalesrespecto a las experiencias del mundo físico:

1376

todo el entorno se convierte en un «país de ve-rano,

-según la expresión espiritista (véase

página 1230)-, incluidas algunas personas«desencarnadas».

La proyección de un dobleUno de los mejores casos de una proyección<<normal» en un "doble mundo físico» es el querelata la medium Eileen Garrett en su autobio-grafía. Allí describe cómo proyectó a su «do-ble» desde una habitación de Nueva York a unlugar de Terranova, concretamente al domici-lio del médico que había planeado el experi-mento. Escribe que podía «ver» el jardín y elmar, las flores y la casa, que podía oler la saldel aire y escuchar los pájaros. Dentro de la

casa -seguía

siendo consciente de que sucuerpo estaba en aquella habitación de NuevaYork, y era capaz de hablar con la gente quehabía allí- observó cómo el doctor bajaba lasescaleras y entraba en su estudio. También élera un psíquico, y se dio cuenta de su presen-cia. Ella obedeció a sus instrucciones y descri-bió a los experimentadores que se hallaban enNueva York los objetos que había encima de lamesa. También describió un vendaje que eldoctor de Terranova llevaba en la cabeza. El

Aniba: Peter Pan conduce aWendy, Juan y Miguel en su vuelohacia el País de Nunca Jamás(ilustración para una edición de lafamosa novela Peter Pan, de J.

M. Barrie). Algunas personas venen esta historia una descripciónclásica de una eenc compartidapor varias personas (foto MaryEvans Picture Library).

A la izquierda: las almas de dospersonas muertas al mismotiempo remontan el vuelo, unavez recuperada la juventud, hacia

"lugares donde el amor y lafelicidad reinan para toda la

eternidad" (foto Mary EvansPicture Library).

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Arriba: una miniatura delBhágavata-Purána de la lndia.Narra la h¡storia de Usha, que

solía experimentar "sueñosvoladores". Al visitar los lugaresque describía, pudo comprobar laexactitud de su información (fotoVictoria & Albert Museum-Londres).

A la izquierda: represenlación delcuerpo esp¡ritual, ¡lustración deMan visible and invisible (Hombrevisible e invisible) de C. W.Leadbeater. Según é1, aparte delcuerpo físico tenemos comomínimo tres cuerpos más: el

emocional, el mental y el

esp¡ritual (foto Mansell).

Viajes astrales

doctor le contó en voz alta que era el resultadode un accidente que había sufrido aquella mis-ma mañana. Entonces él se acercó a la estante-ría, y ella supo telepáticamente que estabapensando en un libro determinado. El lo co-gió, se lo enseñó para que pudiera ver el títuloy después leyó en silencio para sí mismo unpárrafo que había escogido al azar. Ella lo ibarecibiendo todo telepáticamente. (El libro tra-taba sobre Einstein.) El experimento continuóde la misma manera. Todo fue puesto por es-crito en Nueva York y mandado por correo aTerranova aquella misma tarde. A la mañanasiguiente se recibió un telegrama del doctor,donde describía el accidente que había sufridoantes del experimento y la forma del vendaje..Todo lo que habíamos escrito

-dice Eileen

Garrett- concordaba perfectamente. »

Otra persona que experimentó e,enc con re-gularidad fue Robert Monroe. Sus "proyeccio-nesrr, sin embargo, no eran de tan gran alcancecomo las de Eileen Garrett, y en algunos as-pectos eran distintas. Monroe analiza las fasespreliminares que experimentó y proporcionasuficientes detalles como para permitir queotras personas utilicen su método y obtenganexperiencias semejantes. Una de las más im-portantes de entre las vividas por Monroe con-sistió en proyectarse a la localidad (para él to-talmente desconocida) en que residía una ami-ga suya. La encontró hablando con dos niñas.Consiguió atraer la atención sólo de la mujer,y ella le dijo (mentalmente) que sabía que es-taba alli; no obstante continuó hablando todoel rato con las niñas. Ella afirmó que se acor-daría de su visita, pero de todos modos él lapellizcó más o menos a la altura de la cintura,pensando que ella no sentiía nada. Con gransorpresa por su parte, la mujer chilló. Despuésdel experimento, cuando se volvieron a ver enlas condiciones habituales, Monroe le pregun-tó (con toda normalidad) lo que había estadohaciendo en el momento de su proyección.Ella describió exactamente lo que él había ob-servado, pero no recordaba nada de su .visi-ta». Exasperado, él le preguntó: «¿No sentisteel pellizco?" Ella, muy sorprendida, Ie dijoque sí: no comprendía cómo había podido ocu-rrir. Incluso le mostró las marcas que aún teníaen la piel justo en aquel lugar. En aquel mo-mento, por lo que parece, pensó que su cuña-do se le había acercado subrepticiamente pordetrás para sorprenderla. ¡El pellizco le habíadolido mucho!

IJna característica interesante de algunas delas rrec de Monroe era que devez en cuandosentía como si fuera parcial o totalmente «otrapersona)>. Esto es una diferencia básica respec-to a los relatos de muchos otros sujetos, queaseguran haber tenido una doble conciencia----es decir, que eran conscientes tanto en laforma proyectada como en el cuerpo físico enreposo-, y que incluso algunas veces se ha-bían producido discusiones entre ambas.

En la página 1410: un reportaje sobre la investi-gación científica de las ee¡c controladas desdeun laboratorio.

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1311

ViolenciaOVI\üIHav eulrN ASEGURA que las experiencias conOVNIS son conjuradas por las propias mentesde quienes dicen vivirlas, y que los objetos ysus ocupantes son una creación de sus especta-dores. Si esto es cierto, deben de ser muy po-derosas las mentes involucradas en los inciden-tes citados en el anterior artículo de Documen-tos OVNI (véase página 1278), qloe se refeíana objetos y ocupantes que quemaban, cegabany qrúzá hasta mataban a los testigos. En los

Los incidentes en que losocupantes de OVNIS semuestran violentos yagresivos se elevan ya aun número inquietante.

casos descritos aquí, los testigos fueron maltra-tados, arañados y casi secuestrados por los ov-ninautas. En todos ellos estaba presente másde una persona, de modo que no se trata demeras .<alucinaciones». Debe haber interveni-do algún estímulo externo, posiblemente unaentidad extra o metaterrestre encontrada di-rectamente, o bien algún tipo de proyección o<<control remoto>> de las percepciones y proce-sos mentales de los testigos.

«Cuerpos fuertes,como de Piedra»--r}}Encuentros en la tercera fase:Caracas, Venezuela, 28 denovlembre de 1954Carota, Lata, Venezuela, 10 ded¡c¡embre de 1954San Carlos del Zulia, Zulia,Venezueta, 16 de diciembre def954Domsten, Malmóhus, Suecia,20 de diciembre de 1958

3:,1

A las 2 de la madrugada del 28 de noviembrede 1954, dos jóvenes que viajaban en un ca-mión cerca de Caracas, Venezuela, encontra-ron una esfera luminosa de unos 3 m de anchoque flotaba a unos 2 m de altura sobre la carre-tera. Uno de los dos, Gustavo González, se

bajó para investigar. Cuando se acercó al OV-NI fue atacado por una criatura baja, parecidaa un enano y cubierta de pelo, que lo tumbóde un empujón. Después el hunnanoide saltósobre González, cotr los ojos brillantes. Gon-zález sacó un cuchillo y atacó a su adversario,pero la hoja resbaló sobre el cuerpo peludo dela criatura, como si éste fuera una roca.

Entonces apareció otra criatura que deslum-bró a González con una poderosa luz. El com-pañero deGonzález, José Ponce, saltó del ca-mión y corrió a ayudar a su amigo. Vio a otrasdos criaturas que emergían de los matorrales alos lados del camino, llevando piedras. Enton-ces las cuatro criaturas saltaron sin esfuerzohasta la nave que flotaba y desaparecieron.

Los dos hombres informaron del incidente a

la policía. El médico que los examinó había sa-

Hdb a atender a una llamada urgente, y habíapresenciado la refriega desde lejos. Los dos jó-venes presentaban síntomas de conmoción yterror, y González tenía un largo y profundoaraiazo en el costado.

Menos de dos semanas después de ese en-cuentro, el 10 de diciembre de t954,I-orenzoFlores y Jesús Gómez estaban cazatdo cercade Carora, Venezuela, cuando vieron un obje-to luminoso, de unos 3 m de anchura, cuya for-ma se parecía a la de dos palanganas colocadasuna encima de otra. Flotaba a poca distanciadel suelo, y de la parte inferior salían llamas.

Los jóvenes dijeron que cuatro criaturas pe-queñas, hirsutas y oscuras, con cuerpos robus-tos que parecían de piedra, bajaron de la navey le§ atacaron. Comenzaron a arrastrar a Gó-mez. Flores golpeó a uno con la culata de su

fusil, que estábá descargado, y el arma se par-tió en dos. Lograron escapar de sus atacantes yllegar a una comisaría. Ambos jóvenes ibancu6iertos de profundos rasguños y contusio-nes, y sus ropas estaban desgarradas.

Seis días después, en la ciudad venezolanade San Carlos del Zt:/ria, Jesús Paz iba en uncoche con varios amigos. Pidió al conductorque se detuviera para poder orinar junto a

unos matorrales. Sus compañeros esperabanque volviera cuando oyeron un fuerte grito.Corrieron hacia los matorrales y encontraron a

Paz sin conocimiento. Vieron a un pequeñohumanoide que se escabullía en dirección a unobjeto brillante en forma de disco que flotabasobre el suelo. Cuando subió, la nave se alejóhaciendo un ruido sibilante. Cuando, más tar-de, Paz fue examinado, estaba cubierto deprofundos rasguños en el costado derecho y enla espalda.

Otra de estas extraias historias de conductaviolenta por parte de entes OVNI desconoci-dos llegó de Suecia en 1958. Hans Gustavsson,de 25 años,. y su amigo Stig Rydberg, de 30,habían asistido h un baile la noche del 20 dediciembre. Cuando volvían a su casa en Hál-singborg llegaron a un lugar llamado Domsten,donde vieron un objeto en forma de platillocon tres <(patas>) apoyadas en el suelo. Medíaunos 5 crrde anchura y L m de altura. Estaba

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1378

DOCUi,tEltrOS OV]I¡Iiluminado desde dentro por una luz que no eracegadora ni cálida. Parecía haber un núcleo os-curo en el centro de la luz.

Los dos hombres contemplaron el espectá-culo durante unos minutos... y después fueronatacados. Cuatro criaturas grises, de 1 m dealtura aproximadamente, corrieron haciaellos. No parecían tener miembros pero, de al-gún modo, intentaron agarrar a los dos hom-bres y arrastrarlos hacia la nave. Gustavsson yRydberg lucharon, pero descubrieron que eracasi imposible agarrarse a las criaturas; que pa-recían ser de gelatina. Rydberg golpeó a unod€ sus atacantes, pero su brazo se hundió en lacriatura hasta el codo... inútilmente.

Los atacantes decidieron concentrarse enGustavsson y, en ese momento, Rydberg co-rrió hacia el coche y tocó la bocina, para lla-mar la atención. Ante el inesperado ruido, lascriaturas corrieron hacia su nave, entraron y se

alejaron volando.

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«Un arco de luz»

Encuentro en la tercera fase:Anolaima, Cundinamarca,Colombia, 4 de iulio de 1969

-.:ia:

En julio de 1969,los representantes de la Ae-rial Phenomena Research Organisation (mno)[Organización para la investigación de fenó-menos aéreos] recibieron información acercade un sorprendente incidente con OVNIS quehabía ocurrido en una granja cerca de Anolai-ma, a unos 65 km de Bogotá. Colombia. Hicie-ron una investigación muy cuidadosa del caso,ya que uno de los testigos, Arcesio Bermúdez,había muerto ocho días después del avista-miento.

El 4 de julio por la noche Bermúdez se halla-ba con parte de su familia y algunos amigos

-cinco adultos y cuatro niños en total- en el

interior de la granja, cuando se oyeron los gri-tos de Mauricio Gnecco, de 13 años, que esta-

ba fuera con otro niño, Enrique Osorio. Elgrupo salió y vio una luz amarillo-anaranjadaque se movía por el cielo a unos 180 m de dis-tancia. Mauricio comenzó a hacer señales alobjeto con una lintera, y éste aumentó su velo-cidad y se acercó a la casa. Se detuvo a unos 50m de distancia, y flotó entre unos árboles du-rante unos 5 segundos; no emitía ningún ruido.Los testigos estimaron que el objeto mediríaerlre 1,20 y 1,80 m de altura, y dijeron queparecia tener un «arco de luz» que lo rodeabay dos patas azules luminosas, ambas con el ex-t.remo verde.

Cuando el objeto comenzó a moverse denuevo, Arcesio Bermúdez corrió hacia é1, lle-vando consigo la linterna de Mauricio. Mauri-cio y otro de los niños 1o miraban desde unacolina cercana e informaron que el objeto "seencendió y se apagó» y después se elevó en elcielo, dirigiéndose hacia Bogotá.

Bermúdez volvió a la granja y describió a losdemás lo que había observado. Dijo que se ha-bía acercado a unos 6 m del objeto, que éste«se había apagado" y que había visto a una<<persona» que estaba dentro. De la cintura pa-ra abajo el ente parecía tener la forma de laletra A y era luminoso, pero por lo demás lepareció <<normalr>. Entonces el objeto «se en-cendió», se elevó y desapareció. Pocos minu-tos después el objeto -u otro idéntico- fuevisto desplazándose con lentitud por el cielo a

unos 100 m de altitud. Aproximadamente a lamisma hora, otras dos personas, Clemente Bo-lívar y Rosalba Prieto, que viven a 3 km de lagranja, también vieron una luz brillante amari-llo-anaranjada que se desplazaba lentamenteen dirección a Bogotá.

Dos días después de la observación, ArcesioBermúdez enfermó. Según el informe de losinvestigadores de la ApRo, (<su temperaturabajó a 35'y estaba 'frío al tacto', aunque éldecía no sentir frío. Pocos días después su sa-

lud empeoró: tenía'vómitos negros' y'diarreacon flujo de sangre'». Fue llevado a Bogotá,

donde el 12 de julio Io atendió el doctor LuisBorda y más tarde el doctor César Esmeral;ninguno de los dos estaba al tanto de su en-cuentro con un OVNI. Arcesio Bermúdez mu-rió justo antes de medianoche; según el infor-me médico, la causa de la muerte fue gastroen-teritis.

Cuatro días después John Simhon, de laApRo, entrevistó a los testigos supervivientes ypidió a los niños que dibujaran lo que habíanvisto. A las ocho de la tarde de ese mismo día,cuatro de los niños fueron hipnotizados por eldoctor Luis E. Martínez, de la UniversidadNacional de Colombia, para ver si revelabanmás detalles de su expiriencia. Sus relatoscoincidían casi exactamente con sus declara-ciones anteriores y con las de los testigos adul-tos. Siempre bajo hipnosis, los niños dibujaronel «platillo volante», y estos dibujos resultaronser muy parecidos a los que ya habían hechoen estado normal.

El 17 de julio, Simhon y Elías Nessim (tam-bién de la lrno) acompañaron a los testigos allugar del encuentro, pero no hallaron ningunaprueba física de la presencia del OVNI. En in-terrogatorios posteriores se aclaró que sóloBermúdez había visto aterrizar al objeto; unode los otros testigos, Luis Carbajal, dijo queBermúdez le había llamado para que fuese a

ver el objeto, pero afirmó que sólo lo habíavisto alejarse entre los árboles. Los investiga-dores recordaron que la granja está emplazadaen una ruta aérea del aeropuerto internacionalde Bogotá, y sugirieron que el objeto podríahaber sido un avión convencional; pero los tes-

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Dibujos del OVNI de Anolaima,por Mauricio Gnecco, de 13 añosde edad. realizado bajo hipnosis(en la parte superior), y por

Enrique Osorio, de 12 años,realizado en estado de vigilia(arriba).

DOCUMENTO§ OVNItigos afirmaron de forma unánime e inequívo-ca que 1o que ellos habían visto no se parecíaen nada a un avión.

Después, Simhon envió detalles acerca de laenfermedad de Bermúdez, junto con la ropa yel reloj de pulsera del difunto, al Instituto Co-lombiano de Asuntos Nucleares. Se le informó

-extraoficialmente- que los síntomas de

Bermúdez se parecían a los que causan losrayos gamma.

Los detalles del caso de Bermúdez tambiénfueron facilitados a otros especialistas. El doc-tor Horace C.Dudley, profesor de física de laradiación en el centro médico de la Universi-dad de Illinois, en Chicago, declaró: <<La en-fermedad y la muerte del señor Bermidez po-drían ser consecuencia de la radiación, pero nohay ni un dato de laboratorio que apoye esaconclusión... Sin una autopsia completa y unestudio patológico (microscópico), ningún mé-dico puede sentirse autorizado a formular unacausa específica de la muerte.»

El asesor médico de la a,rno, doctor Benja-mín Sawyer, informó: «Los síntomas de enteri-tis... son casi idénticos a una de las tres formasbásicas de enfermedad (intestinal) causada porla radiación. Superficialmente, no aparece na-da que permita distinguir las dos enfermeda-des.» Pero, de nuevo, no había pruebas sufi-cientes para determinar si la muerte había sidocausada por la enteritis o por envenenamientoradiactivo. Se trató de exhumar el cuerpo deBermúdez para hacer un examen detallado,pero resultó imposible debido a problemas bu-rocráticos.

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«Un objeto brillantecon una estrellaenc¡ma»Encuentro en la segunda fase:Fort Beaufort, Provincia de ElCabo, Sudáfrica, 26 de junio de1972

Un granjero sudafricano, Bernardus Smit, tu-vo suerte de salir bien parado cuando disparócontra un OVNI en su granja. El incidenteocurrió el26 de junio de 1972 en la propiedadde Smit, la granja de Braeside, cerca de FortBeaufort, al este de la provincia de El Cabo.

Era una mañana clara y soleada de invierno.Smit estaba trabajando en el campo cuandouno de sus peones, Boer de Klerk, se le acercócorriendo. El hombre había ido a inspeccionar

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una represa de riego cuando vio que salía hu-mo de un bosquecillo. Cuando se acercó vio unobjeto brillante, con una estrella encima, quesalía del grupo de árboles y se quedaba flotan-do encima. De Klerk corrió a advertir a Smit,quien decidió ir a inspeccionar.

Smit vio al OVNI en medio de la maleza.Resplandecía, y era de un rojo brillante quedespués se volvió verde y amarillo. Smit volvióapresuradamente a su casa y llamó a la policíapor teléfono. Volvió al lugar con su rifle y dis-paró contra el objeto.

A las 10 de la mañana llegaron dos policías.Se efectuaron más disparos, desde una distan-cia de unos 250 m. A estas alturas el OVNI erade color gris. Cuando Smit acertó a la estrellaque llevaba encima, el OVNI dejó de cambiarde color. Después emitió una especie de zum-bido y desapareció en un matorral impenetra-ble. Uno de los policías dijo después que elOVNI era de color oscuro, pero que su centrobrillaba y tenía un halo alrededor. Se encon-traron marcas en el terreno.

Más tarde, un periodista observó:Supongo que la gente de Fort Beaufort se

limitó a comportarse de acuerdo con eltradicional modo de vida sudafricano: sino le entendemos, le disparamos.

La verdad es que el incidente de Fort Beaufortfue el precursor de toda una oleada de obser-vaciones de OVNIS en Africa del Sur.

Mosdr.lo

J";étirr)

En la parte superior: Mary Shelley(1797-1851), creadora de unafecunda corriente literaria.Arriba: Boris Karloff, queinmortalizó el tema deFrankensteinen el cine;a laizquierda: cartel de uno de losfilms basados en esta novela,

En nuestros dÍas, el mito deFrankenstein ha llegado a talpunto que el nombre ya no de-signa al sabio demiurgo, VictorFrankenstein, sino a su inocentey «monstruosa, criatura, que afin de cuentas resulta simpática

La génesis deFrankenste¡n

a pesar de sus crímenes. El cineno podÍa dejar de lado un filóncomo éste, y tras Frankenstein,llevado por primera vez a lapantalla en 1931, cerca de unaveintena de films han populari-zado a un personaje que, sinembargo, permanece insepara-ble en nuestra imaginación desu más genial intérprete, BorisKarloff.

La intriga de la novela origi-nal, cuya escritura se adornacon unas consideraciones psico-lógicas desgraciadamente ya ca-ducas, es muy sencilla. VictorFrankenstein es un joven fasci-nado por la ciencia y por los pri-meros estudios sobre la electrici-dad. Se apasiona también por labiología, y con éxito: uTras va-rios días y noches de una laborinimaginable

-confiesa- ha-

bÍa conseguido, al precio deuna intensa fatiga, descubrir elsecreto de la generación y de lavida. No, ¡aún más! Estaba endisposición de conferir vida a lamateria inerte.,

Y va más lejos. Con restos decadáveres humanos, construyeuna criatura monstruosa. Final-mente, durante una noche detormenta. el «monstruo» empie-za a moverse. Presa del pánico,Víctor Frankenstein huye y sucriatura abandona el laboratoriocon el firme propósito de ven-garse de su creador, ya quecomprende claramente que, alos ojos del común de los morta-les, él no es más que una criatu-ra repulsiva.

La venganza se inicia con losasesinatos de algunos seres pró-ximos al doctor Frankenstein,como su novia. El «monstruo»,

MARY SHELLEYlncluso si jamás se hubiese deci-dido a coger la pluma para crearuno de los más famosos mitosnovelÍsticos de estos dos últimossiglos, Mary Godwin habrÍaconquistado un pequeño espa-cio en los manuales de literatu-ra. Nacida en 1797, era la hijade William Godwin, conocidoensayista y novelista inglés, yde Mary Wollstonecraft, una deIas primeras feministas británi-cas.

Además, a la edad de veinteaños contrajo matrimonio con eljoven aristócrata Percy ByssheShelley, que llegaría a figurarentre los mejores poetas román-ücos ingleses, y sobre el cual es-cribiría interesantes relatos deüajes. Y por si fuera poco, secodearÍa con el gran Byron,dejándonos en sus cartas unapasionante testimonio sobreeste otro monstruo de la poesíainglesa.

Sólo que en 1816, en el cursode un viaje a Ginebra, la jovenMary se aburrió, pues la esta-ción era frÍa, el tiempo lluvioso yfaltaban distracciones.

Con dos amigos, Byron y sufuturo marido, propuso escribirun cuento obasado en una ma-nifestación de orden sobrenatu-ml,. Únicamente para pasar elrato, para no morirse de aburri-miento.

Pronto volvió a salir el sol, ylos dos hombres reemprendie-ron sus románticas excursionespor los Alpes. Sin embargo, Ma-

ry se habÍa encaprichado por eljuego, y a fines de 1817 habÍaterminado el cuento: era unagmesa novela que publicaría alaño siguiente. Su título estaba

destinado a la inmortalidad:Frankenstein o el moderno Pro-meteo.

Tras esta obra escribió otrasnarraciones de inspiración fan-tástica (como El último hombre,en 1825) que no obtuvieron, sinembargo, el éxito fenomenal deFrankenstein Cuando murió,en 1851, Mary Shelley, se habÍaconvertido ya en la nmadre, deun tema literario -el sabio máso menos loco que crea la vida-que iba a tener un desarrolloprodigioso.

que en esta ocasión da pruebade sensibilidad, sólo quiere unacosa de su creador: que acabecon su soledad creando unamujer, por monstruosa quepueda ser, que le haga compa-ñÍa. Victor Frankenstein, queimagina ya una humanidad ata-cada por los retoños monshuo-sos de esta pareja, rechaza laproposición.

Empieza entonces una locapersecución por toda Europa,Asia, e incluso los hielos delGran Norte. Victor Frankensteinquiere arrebatar la vida a sucriatura. Próximo a conseguir suobjetivo, muere tras haber reci-bido, más o menos, el perdónde SU «mOnStrUO», que Se inter-na hacia los solitarios hielos delÁrtico...

En marzo de 1818, WalterScott saludaba la aparición deeste libro, de una calidad sor-prendente para una principian-1s' «La autora parece poseeruna imaginación poética de unügor poco común. En conjunto,esta obra nos da una alta ideadel genio original de la novelistay de su feliz poder de expre-sión." (Blackwood's EdinburghMagazine.)

Hoy, ciertas intuiclones deMary Shelley empiezan a serconfirmadas por la ciencia. yaque en numerosos laboratorioslos técnicos de la uingenierÍa ge-nética, juegan a «fabricar» nue-vas bacterias. Las manipulacio-nes de genes se han convertidoen procesos industriales. Losprimeros ubebés-probeta» jue-gan ya en los jardines públicos.

áQuién puede afirmar que lahumanidad no esté ya a mercedde un nuevo doctor Frankens-tein?

En este momento no pode-mos por menos que suscribir eljuicio sobre Frankenstein for-mulado por Sheridan Le Fanu,

A la ¡zquierda: el «monstruo" concerebro criminal creado por eldocto.r Frankenste¡n (portadapara Editions 10-18).

uno de los grandes maestrosbritánicos de lo insólito: uEs unanovela en la que se abren puer-tas que deberÍan haber perma-necido cerradas; y donde lomortal y lo, inmortal entablanprematuro conocimiento.,

Las editoriales Mateu y Bruguerahan publicado sendas traduccionesal castellano de Frankenstein.

Créditos de ¡lusüac¡ón: ColecciónTroussier, Roger-Viollet, UGE/Arch.Ed. Atlas.

Arriba: escena de El retorno deFrankenstein, película dirigidapor Terence Fisher. Cerca decuarenta films se han basado enla novela de Mary Shelley.

A la izquierda: escena de El¡ ove n cito Frun ken stei n, Llñparódico dirigido por Mel Brooks.El mito de Frankenstein ha vueltoa cobrar actualidad con losrec¡entes avances de las cienciasbiológica y genética.