auto biografia de un organo beatriz preciado

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Page 1: Auto Biografia de Un Organo Beatriz Preciado

Publicado originalmente en “Que piensan ellos. Microensayos”. Madrid,2001: Pensamiento.opera Prima

(Auto)biografía de un órganoBeatriz Preciado

Nueva York, enero 2001A Featriz

Existe un tiempo narcótico necesario para soportar la secesión, la ablación, la substitución y la sutura. Quien puede resistir el golpe de corazón de la anestesia tiene la ventaja de estar ausente de su propia amputación de mandíbula. Seis horas de limbo. La memoria de ese letargo quedará inscrita en el labio y en la piel de la barbilla que nunca recuperarán por entero la sensibilidad.Ambroise Paré, barbero antes que cirujano, había sentado las bases en 1552 de toda futura amputación: la sierra no debe cortar el hueso, porque la carne, especialmente en torno al cuello, es demasiado tierna paea soportar la vibración de los dientes de la hoja metálica1. Con la misma suavidad que la cuchilla del fígaro toca la piel para rasurar el vello, el filo de la sierra debe deslizarse sobre el hueso hasta seccionarlo. Es preciso primero desarrollar la barbilla en vivo, separar cada uno de los músculos y los nervios que unen el cuello y la cabeza, (página 61) pelar el mentón y hacer reposar el labio inferior sobre el barbuquejo.Los doctores descubren al retirar la piel un órgano erecto.Es preciso despellejar los lazos gelatinosos que podrían unir la familia al gesto monstruoso que sale de esa boca.El teatro operatorio ha comenzado cuando una mujer inesperada abre la puerta del quirófano y dice, dirigiéndose al rostro dormido, │«Recuerda que yo soy Medea2, tu madre». Los doctores la ignoran. Sólo yo, en la claridad de la hipnosis, la he visto. Es una mujer seria, con el pelo muy negro atado a la cabeza en forma de moño. Podría ser María Callas pero en ese caso el jefe del quirófano tendría que ser Passolini.La mujer me persigue como un Orlán que documenta el paso del bisturí sobre su propia carne. Mother_data_base. Al mismo tiempo arkhe y arkheion3, principio y domicilio; ley de acuerdo a la que toda imagen puede volverse documento público y guardián del secreto más privado. Mamá_digital archivada, recuerda mientras yo no soy consciente, para que yo pueda no ser consciente. ―Pero, ¿cómo puede asistir a la tortura de su casta sin desfallecer? ¿Cómo puede soportar el corte, la castración por segunda vez? ¿Podría mi madre ser Medea y haberme entregado gustosa al sacrificio de la sierra? ¿Acaso soy yo el fruto de esta violencia que me da refugio?De un solo golpe de sierra el cuerpo bascula, se desequilibra, falla, exactamente ahí donde el cuello se hace garganta, estrechamiento, angostura y por fin degolladero. Los maxilares (página 62) superior e inferior han sido separados, sus junturas abiertas. La coyuntura deshecha, la articulación desmontada. El tiempo se ha salido de madre4. Durante unos minutos, el labio y la quijada inferior permanecen alejados del rostro, de tal modo que si el cuerpo fuera puesto en pie, sina yuda de tenedores y fórceps, la mandíbula caería sobre el pecho dejando la lengua al descubierto como un órgano externo. El músculo más flexible y esponjoso, el más tierno y delicado, quedaría así expuesto al afuera. Libre de su caja de resonancia, la lengua sería al mismo tiempo visible y

1 Ambroise Paré. Oeuvres (1585), 4 vols., de.Roger-Henri Guerrand and Fernande de Bissy, Union Latine Editions, París, 1997.

2 De todos los personajes de la tragedia griega, Medea es el único que no ha encontrado una posición estratégica en los sistemas de Hegel, Freud o incluso Lacan. Sin embargo, la historia de la Medea asesina de sus hijos ha visto sucesivas reinterpretaciones en el teatro y la ópera. Así, por ejemplo, ma Medea de Charpentier dirá «Recuerda que yo soy Medea» asumiendo por entero su condición de madre criminal. Ver Isabelle Strangers, Soviens toi que je suis Médée. Les Empêcheurs de penser en rond, París, 1993.

3 Para un desarrollo detallado del archivo como principio nomológico y topológico ver:Jacques Derrida, Mal d'Archive, Galilée, Paris, 1995.

4 Propongo aquí otra traducción, sin duda extrema, al verso de Hamlet «Time is out of joint» que persigue a Jacques Derrida en Spectres de Marx, París, Galilée, 1993

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silenciosa, groseramente agresiva e impotente.La inscripción en la carne se anuncia primero como trazo de lápiz sobre la piel. El dibujo es un diagrama performativo que promete que en cada línea se abrirá un tajo, un mapa futuro que indica que todo lo que excede la línea roja es ya carne muerta. La reconstrucción prostética es ante todo un trabajo brutal de la forma y en ese sentido, la cirugía no es sino una rama carnal y sangrienta de las artes denominadas «estéticas». El objetivo de la prostética y de la estética, salvando la distancia, es el mismo, a saber, hacer una abertura y modificar el curso natural de los órganos.La conciencia, antes y después de la sensibilidad, es una abertura: yacimiento, circuncisión, cueva, vagina, boca, hoyo, ano, túnel, pliegue del oído, cripta, párpado, huella, entrada del paraíso, glándula linfática, ojo, guante, bollo, vertedero, cloaca, repliegue del ombligo, mina, lagrimal, puerta, arteria, sumidero, poro, pasillo, vaso sanguíneo, galería, cuerpo. El mundo de lo vivo es, como tú, madre, infinitamente cavernoso.De cada fosa emerge una lengua que canta en doce idiomas:« ♪♪...el Capital se hizo carne y habitó entre nosotros...♪♪♪».(página 63)Exactamente el mismo soniquete con el que la ciencia había aventurado el diagnóstico:│ «♪♪...En el reconicimiento clínico se aprecia alteración de la harmonía facial. La exploración radiográfica y el estudio cefalométrico revelan prognatismo mandibular, progiene y retraso del tercio medio...♪♪» . Los dueños de la bestia preguntan asombrados:│ «♪♪...¿Cómo dos representantes naturales ♪♪♪ de la especie en acoplamiento heterosexual han podido producir una deformación tan extrema?...♪♪♪» La medicina colonial y darwiniana responde5:│ «♪♪...No se inquieten... ♪♪ Se trata de una malformación genética que reaparece cada dos generaciones. Resolución: Osteotomía facial tipo vertical en ramas mandibulares, mentoplastia de reducción y osteosíntesis prostética con fijación y bloqueo...♪♪».El hospital del Río Ortega guardará cuidadosamente las fotografías del rostro antes y después de la amputación y la reconstrucción pros-estética como prueba de la victoria de la medicina sobre la monstruosidad. No hay cuerpo que pueda escapar a este archivo, a esta historia tecnológica de los órganos. Cerca de 1840, menos de diez años después de la invención de la fotografía, el «cirujano recontructivo» americano Gurdon Buck produce, por medio de la proximidad de dos imágenes que pertenecen a dos instantes diversos, la narración del éxito quirúrgico como collage del antes y el después: el soldado amputado/el soldado con pierna; el rostro sin nariz de la joven sifilítica/el rostro de la dama casadera. Pero la documentación fotográfica de esos dos estados no busca hacer visible, sino y sobre todo generar un nuevo tipo de invisibilidad. La falacia óptica consiste en presentar la operación según (página 64) una temporalidad cinematográfica, dejando entre paréntesis el proceso estrictamente prostético, es decir, al amputación, la suplantación y la sutura en el caso de la nariz o la mandibula; la sujección y la articulación en el caso de la pierna (o el dildo). Así la prótesis, sometida a una de las leyes dominantes del Capital, aprende a disimular el trabajo de incorporación, del mismo modo que la mercancía esconde tras su acabado brillante y su aspecto pulcro la laboriosa cadena de manos-máquinas-manos que la hacen posible.La cara de la bestia era el producto de una mutación, al mismo tiempo evento y mecanismo, que cada cuarenta años desviava el curso de la evolución de la sagrada familia hacia el monstruo. La mandibula crece, los pechos crecen, el pelo crece, las uñas crecen...lo que no crece está vivo. Por eso ha hecho falta atar lo muerto a la cara, para fijar la expresión, para evitar que el gesto críe y se cobre la identidad como víctima.―¿Y el sexo?―El sexo no crece sino hacia adentro.Mamá_Medea habría cometido el crimen más horrible, la traición de su propia carne al haber ofrecido el mentón de su hija al escalpelo hasta que esta cara no pueda ser reconocida como su

5 El análisis crítico de Gilman muestra bien cómo la historia de la cirugía estética moderna (al menos desde 1890) es la historia de la lucha del rostro europeo blanco por corregir los rasgos que podrían ser interpretados como signos de diferencia racial judía, negra-africana u oriental. Ver Sander L. Gilman, Making the Body Beatiful. A cultural History of Aesthetic Surgery, Princeton University Press, New Jersey, 1999.

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legítima estirpe. La operación, casi veinte años después del nacimiento, vanía por fin a efectuar la desfiguración de la progenitura y la amputación de las huellas del linaje. Mamá_Archivo habría decidido así «servirse de la mnemotecnia más cruel, en plena carne»6 para sellar una nueva alianza entre lo vivo y lo muerto.Entre tanto nadie me había presentado a mi futura mandibula. Nadie había medido conmigo los centrímetros de hueso deforme que habrían de ser subtituidos por el plástico vivo. La operación era un matrimonio arreglado de antemano, al que yo asistia al mismo tiempo como objeto paciente y como persona- (página 65) je principal, como novia virgen y como toro semental. Nadie me había pedido permiso para clavarme una prótesis de mandíbula al hueso decapitado, como tampoco me preguntaron si quería hacerme transplantar un dildo en la base del vientre.―Sí, quiero.En ese momento de performatividad muda y narcótica se lleva a cabo la transubstanciación. Medea me da la prótesis como ofrenda. La porción del hueso que pertenecía al cuerpo natural es ahora desechada como un apéndice maligno, como un resto evolutivo que hay que cortar para trazar el límite entre lo animal y lo humano. La mandíbula cortada no es simplemente un órgano sin cuerpo: es basura, despojo destinado al crematorio, masa de calcio tan solo recuperable para la fabricación de pienso bovino. Al mismo tiempo, la prótesis, que antes no era sino una copia imperfecta y artificial del órgano natural, se deja ahora recibir por la carne.Medea me da un poco de muerte como ofrenda y eso es justo lo que necesito. La prótesis es carroñera, se alimenta de lo muerto7. El miembro artificial es una artimaña para hacer creer a la muerte que ha tomado posesión de un cuerpo, cuando se sabe, sólo la vida posee. Y si la prótesis no ha sido rechazada es porque prima como ley la hospitalidad de lo vivo con respecto a lo humano. Más allá de la distinción entre materia orgánica e inorgánica, es cuerpo todo lo que acoge, ampara, refugia y, en el límite, archiva e incorpora. Es el principio de la arquitectura como refugio y no como totalidad orgánica el que sirve aquí para definir al cuerpo-techne8.El nuevo órgano viene a inscribirse en un espacio latente entre la narcosis y la alucinación. Allí la afección se ofrece como paradoja: me duele un órgano que no se siente, siento un órgano que no es de carne.En el instante mismo en que als encías son suturadas y los fauces reunidos, la lengua canta exaltada:...♪♪... Y tú, Medea, ¡qué glorioso tu destino! Has firmado un contrato con el plástico, has hecho un pacto con la silicona. Eres Medea madre y nadie podrá apropiarse de ti. Las Eumpenides furiosas, las mismas que persiguieron a Orestes, reclamarían tu piel, pero tú, madre, no tienes nada que temer...♪♪La extremidad parlante continúa frente a la indiferencia de los doctores y magistrados de la ciencia: ...♪♪... Oh, prótesis, mon amour! La prótesis hace dyke, perdón, quiero decir diké9, justicia. Hace justicia al órgano, devuelve la justa articulación a los maxilares, remedia el gesto torcido, la mueca estúpida de la boca que no articula. Viene a dar testimonio del hueso. It comes out... ♪♪La prótesis10 (se) ofrece un trozo de plástico por mentón, se pone enfrente y cubre la fachada.

6 Gilles Deleuze y Félix Guattari, L' Anti-oedipe, capitalisme er schizophrenie, Minuit, París, 1972, p.218.7 David Wills ha diseccionado mejor que nadie esta relación prostética íntima entre lo vivo y lo muerto: «car c'est

toujours la mort que nous traque dans un quelconque cas de prothèse». David Wills, Prosthesis, Stanford University Press, Stanford, 1995, p.140.

8 Del mismo modo que, como Deleuze ha mostrado, el Barroco inventa el espacio como interioridad, la modernidad protésica inventa el cuerpo como exterioridad -así, la equivocación de Descartes, al confundir la distinción real de las partes y la separabilidad, no era sino un error necesario del que la prótesis habría de sacar provecho. Ver Gilles Deleuze, Le Pli.Leibniz et le Baroque, Editions de Minuit, París, 1988.

9 Heidegger interpreta la noción griega de justicia, Diké, como «ajustamiento, articulación, juntura.» Heidegger, Der Spruch des Anaximander, Holzwege, Frankfurt an Main, Klostermann, 1950,p.329.

10 La primera utilización de la palabra del griego «pros-theses» en inglés se registra en 1553, con el sentido retórico de la adición de una sílaba al principio de una palabra. En francés, sin embargo, la primera inscripción de la palabra «pro-thèse» (nótese la pérdida de la s) se refiere a su utilización médica y no se producirá hasta 1695. El sentido retórico de la palabra «pro-these» en francés no aparece hasta 1704. En todo caso, la aparición de la prótesis señala la imposibilidad del corpus (del cuerpo, pero también del libro) como totalidad o quizás mejor de sus sola posibilidad como artificio, como invocación de otro cuerpo y otra unidad fuera del orden anatómico-textual.

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Ponerse delante. Protithemi. Éste es el significado primero de pros-tesis, de próstata y de pros-titución. Esta super-posición, este ponerse en frente, sobre y contra el órgano, en substitución del órgano, es (página 67) el primer y más feroz trabajo de toda operación de representación. Ofrecerse como trueque. Sacrificio, no simulación. Toda prótesis es prostituta, literalmente, sale al encuentro, busca cubrir el órgano. Pero de acuerdo a la misma lógica, toda próstata es prostética, se avanza en lugar de la pelvis. No hay órgano que no esté sometido a esta deriva representativa, a esta fuerza de exteriorización y venta. Sólo a partir de ese tráfico entre la prótesis, la próstata y la prostitución es posible entender la blasfemia política que encenderá el diván de Lacan al asignar al «Falo» la posición de único órgano Real.¿Por qué decisión, tomada por quién, yo habría de perder mi mandíbula y guardar mi nombre? ¿No deberían acaso haberme asignado un nombre que guardara la huella del corte y la adición? ¿No deberían haber marcado el nombre del padre de la misma manera que habían truncado la tradición del hueso familiar? Quizás, por el contrario, ahora el hueso había sido seccionado, el nombre cumplía finalmente la misión prostética de articular mi carne a la carne de mis ancestros. ¿A quién habría de pertenecer ese cuerpo? ¿De quién el gesto y de dónde la voz? Aún más, si el aparato que hace la voz es prostético, ¿debe la palabra considerarse mía o extraña, natural o artificial, verdadera o efecto de impostura?La nueva mandíbula de plástico debería haber transformado mi nombre en neologismo: en topónimo, más que en nombre propio, en lugar de inserciónj y no en propietario. Puerto de sujección (suject_port) y no sujeto.Soy, desde ese momento y para siempre, una máquina maxilar. Si hubiera vivido en 1890, hubiera tallado mi prótesis en marfil de elefante que habría llegado hasta Europa desde las colonias a hombros de esclavos negros, o me hubieran injertado un cartílago del esternón de un pato. 11 Como (página 69) soy un objeto-carne re-fabricado en torno a 1990, no he conocido ni el marfil ni el cartílago, sólo el caucho. Agradezco el uso de loq ue nunca estuvon vivo, acojo lo sintético, prefiero el látex a la carne comprada. No hay superioridad evolutiva ni solidaridad inmunológica que implique el acceso a la propiedad de otros órganos, animales o humanos. Un órgano sólo puede ser un regalo. Prohibido. Fuera de la ley. Una excepción, un rito. En todo caso, artificio, no natura.Soy hija de mi madre y de la silicona. Aprecio, incluyo mi nombre, la solidaridad entre el plástico y mis ancestros. No hay filiación que no sea bastarda, que no sea múltiple, que no traicione el origen de un único cuerpo. Medea y no Edipo es la cifra de toda pro-creación posible. No triangulación, sino incorporación. No 1 + 1 = 3. Sino 1 + 1 = 1.Cuenta Herotodo que Medea, después de haber perpetuado el acto impensable, huye de Atenas y se refugia en Asia Menor, en una ciudad llamada Medes, convirtiéndose así en madre de toda una villa. Así habrías tú de convertirte, madre mía, tras la operación, en la madre de todo un pueblo de bollos, virgen de la prótesis, madonna de todas las lesbianas amputadas y por amputar, refugio de todos los marimachos con dildos y de todas las tortilleras reconstruidas en la carne. Gracias a esa maternidad que detestas habrías sin embargo podido escapar al castigo del crimen que nos hace cómplices: haber deseado el artificio, haber preferido el plástico vivo a la carne muerta. Recuerda, madre eres Medea, y nadie podrá consolarte.

11 Johann F. Dieffenbach, uno de los cirujanos maxilo-faciales más famosos de Europa, en torno a 1890 había llevado a cabo la reconstrucción de la nariz sifilítica y de la mandibula deteriorada con cartílagos del esternón de aves, con marfil y más tarde con oro, celulosa, cobre, hierro, platino...