artroplastia de rodilla - elsevier

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Resumen.—La artroplastia de rodilla es hoy en día una de las intervenciones más eficientes y consolidadas en el cam- po de la cirugía ortopédica. En la mayor parte de los pacien- tes que son sometidos a este tipo de cirugía se obtienen unos buenos resultados funcionales e importante mejoría del do- lor. El avance tecnológico ha conseguido una cada vez mayor longevidad de la prótesis, lo que junto con el progresivo asen- tamiento de las prótesis unicompartimentales en artrosis no demasiado evolucionada han hecho de esta intervención una opción terapéutica cada vez menos limitada por razones de edad. En este trabajo realizamos una puesta al día de este tema comentando los aspectos de mayor interés para el mé- dico rehabilitador, tanto en lo referente a la fase quirúrgica como a la de los cuidados posteriores. Palabras clave: artroplastia de rodilla, prótesis de rodilla, rehabilitación. KNEE ARTHROPLASTY Summary.—Knee arthroplasty is currently one of the most efficient and supported surgical intervention in ortho- pedic surgery. Most of the patients who undergo this kind of surgery obtain good functional outcomes and important pain relief. Technological advance has achieved longer longevity of the prosthesis, which, together with the progressive estab- lishment of unicompartimental prosthesis in not too devel- oped arthrosis, has changed this surgery into a therapeutic option less and less restricted according to people’s age. An update to discuss the most interesting topics for the rehabil- itation physician, referring either to the surgical phase and lat- er care, is made in this article. Key words: knee arthroplasty, knee prosthesis, reha- bilitation. INTRODUCCIÓN Según el estudio EPISER la prevalencia de la gonar- trosis sintomática de rodilla en España asciende al 33,7 % en personas mayores de 70 años 1 . El tratamiento de la gonartrosis es inicialmente con- servador y está basado en el empleo de fármacos para aliviar los síntomas: analgésicos (especialmente parace- tamol), infiltraciones con corticoides de efecto benefi- cioso corto en la artrosis y, últimamente, sustancias que intentan frenar el curso natural de la enfermedad (ácido hialurónico, condroitín-sulfato, glucosamina y diacereína), así como en el seguimiento de un programa de ejercicios, para aumentar la flexibilidad y la fuerza muscular del cuádriceps (que parece desempeñar un papel importante como causa y consecuencia en la ar- trosis de rodilla) 2-5 , y en un programa educativo que in- sista en la reducción de peso y el uso de ortesis de des- carga. En una revisión de Cochrane se concluye que el TENS se ha mostrado más eficaz que el placebo 6 . En la medida de lo posible deben evitarse terapias que au- menten la posibilidad de sangrado gastrointestinal 7 . Estas medidas pueden comportar mejorías significa- tivas, pero sólo en estadios tempranos 8-10 . Se ha esti- mado que, aproximadamente, un 2 % de las personas mayores de 55 años tiene dolor severo en sus rodillas ante el que la cirugía es la única opción 11 . Al margen del trasplante de condrocitos en lesiones focales y el lavado articular o el desbridamiento qui- rúrgico artroscópico (toilette articular), que en esta- dios iniciales pueden proporcionar beneficios de hasta aproximadamente 4 años 12 , el tratamiento quirúrgico consiste, sobre todo, en la realización de una osteoto- mía o en el implante de una artroplastia de sustitución articular. Rehabilitación (Madr). 2007;41(6):290-308 290 REVISIÓN Artroplastia de rodilla S. CASTIELLA-MURUZÁBAL a , M.A. LÓPEZ-VÁZQUEZ a , J. NO-SÁNCHEZ a , I. GARCÍA-FRAGA, J. SUÁREZ-GUIJARRO b Y T. BAÑALES-MENDOZA c a Servicio de Medicina Física y Rehabilitación. b Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Universitario Juan Canalejo. c Medicina Familiar y Comunitaria. UAP de Malpica. La Coruña. Correspondencia: S. Castiella Muruzábal Servicio de Medicina Física y Rehabilitación Hospital Universitario Juan Canalejo As Xubias, 84 15006 A Coruña Correo electrónico: [email protected]

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Page 1: Artroplastia de rodilla - Elsevier

Resumen.—La artroplastia de rodilla es hoy en día unade las intervenciones más eficientes y consolidadas en el cam-po de la cirugía ortopédica. En la mayor parte de los pacien-tes que son sometidos a este tipo de cirugía se obtienen unosbuenos resultados funcionales e importante mejoría del do-lor. El avance tecnológico ha conseguido una cada vez mayorlongevidad de la prótesis, lo que junto con el progresivo asen-tamiento de las prótesis unicompartimentales en artrosis nodemasiado evolucionada han hecho de esta intervención unaopción terapéutica cada vez menos limitada por razones deedad. En este trabajo realizamos una puesta al día de estetema comentando los aspectos de mayor interés para el mé-dico rehabilitador, tanto en lo referente a la fase quirúrgicacomo a la de los cuidados posteriores.

Palabras clave: artroplastia de rodilla, prótesis de

rodilla, rehabilitación.

KNEE ARTHROPLASTY

Summary.—Knee arthroplasty is currently one of themost efficient and supported surgical intervention in ortho-pedic surgery. Most of the patients who undergo this kind ofsurgery obtain good functional outcomes and important painrelief. Technological advance has achieved longer longevity ofthe prosthesis, which, together with the progressive estab-lishment of unicompartimental prosthesis in not too devel-oped arthrosis, has changed this surgery into a therapeuticoption less and less restricted according to people’s age. Anupdate to discuss the most interesting topics for the rehabil-itation physician, referring either to the surgical phase and lat-er care, is made in this article.

Key words: knee arthroplasty, knee prosthesis, reha-

bilitation.

INTRODUCCIÓN

Según el estudio EPISER la prevalencia de la gonar-trosis sintomática de rodilla en España asciende al33,7 % en personas mayores de 70 años1.

El tratamiento de la gonartrosis es inicialmente con-servador y está basado en el empleo de fármacos paraaliviar los síntomas: analgésicos (especialmente parace-tamol), infiltraciones con corticoides de efecto benefi-cioso corto en la artrosis y, últimamente, sustanciasque intentan frenar el curso natural de la enfermedad(ácido hialurónico, condroitín-sulfato, glucosamina ydiacereína), así como en el seguimiento de un programade ejercicios, para aumentar la flexibilidad y la fuerzamuscular del cuádriceps (que parece desempeñar unpapel importante como causa y consecuencia en la ar-trosis de rodilla)2-5, y en un programa educativo que in-sista en la reducción de peso y el uso de ortesis de des-carga. En una revisión de Cochrane se concluye que elTENS se ha mostrado más eficaz que el placebo6. En lamedida de lo posible deben evitarse terapias que au-menten la posibilidad de sangrado gastrointestinal7.

Estas medidas pueden comportar mejorías significa-tivas, pero sólo en estadios tempranos8-10. Se ha esti-mado que, aproximadamente, un 2 % de las personasmayores de 55 años tiene dolor severo en sus rodillasante el que la cirugía es la única opción11.

Al margen del trasplante de condrocitos en lesionesfocales y el lavado articular o el desbridamiento qui-rúrgico artroscópico (toilette articular), que en esta-dios iniciales pueden proporcionar beneficios de hastaaproximadamente 4 años12, el tratamiento quirúrgicoconsiste, sobre todo, en la realización de una osteoto-mía o en el implante de una artroplastia de sustituciónarticular.

Rehabilitación (Madr). 2007;41(6):290-308290

REVISIÓN

Artroplastia de rodilla

S. CASTIELLA-MURUZÁBALa, M.A. LÓPEZ-VÁZQUEZa, J. NO-SÁNCHEZa, I. GARCÍA-FRAGA,J. SUÁREZ-GUIJARROb Y T. BAÑALES-MENDOZAc

aServicio de Medicina Física y Rehabilitación. bServicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Universitario Juan Canalejo. cMedicina Familiar y Comunitaria. UAP de Malpica. La Coruña.

Correspondencia:

S. Castiella MuruzábalServicio de Medicina Física y RehabilitaciónHospital Universitario Juan Canalejo As Xubias, 8415006 A CoruñaCorreo electrónico: [email protected]

Page 2: Artroplastia de rodilla - Elsevier

Por debajo de los 60 años se puede considerar la os-teotomía femoral o tibial en aquellos casos de artrosispoco evolucionada, unicompartimental, con dolor loca-lizado y en pacientes delgados que necesitan permane-cer activos. La osteotomía ofrece buenos resultadosiniciales, aunque la tendencia es a empeorar con el pasodel tiempo, y es considerada por algunos como un pro-cedimiento temporal13-15. En un estudio, mientras que alaño el 86 % de los pacientes intervenidos mostraban unbuen resultado, a los 9 años este porcentaje descendíaal 28 %16. Además, algunos autores han señalado resul-tados peores cuando la artroplastia está precedida poruna osteotomía17. Estos pacientes, relativamente jóve-nes, no siempre la aceptan y está siendo desplazada porla prótesis unicompartimental de rodilla.

La artroplastia de rodilla constituye uno de los ma-yores avances terapéuticos en el campo de la cirugía or-topédica. Esta intervención se ha mostrado como unade las actividades médicas con mejor relación coste/efectividad, y con un tratamiento postquirúrgico ade-cuado el paciente puede obtener una mejora importan-te en su calidad de vida18-20.

TIPOS DE ARTROPLASTIAS

Existen diferentes formas de clasificarlas. Por ejem-plo según:

1. El número de compartimentos reemplazados. Se-gún ello la artroplastia puede ser de tres tipos: uni-compartimental, bicompartimental o tricompartimen-tal. A las dos últimas se les denomina prótesis totales.

a) Las unicompartimentales (fig. 1) actualmente su-ponen menos de un 10 % de las prótesis de rodilla (PR)y pueden emplearse en artrosis fémoro-tibial unilateral;presenta las ventajas de que la cirugía es más conserva-dora, el implante es más barato, la necesidad de trans-fusión es menor y la recuperación tras la intervenciónes más rápida, además de conseguir en general una ma-yor movilidad y propiocepción21. Igualmente, la cirugíade revisión es más sencilla que tras la osteotomía o laprótesis bicompartimental22. Su desventaja principalreside en el hecho de que es muy difícil precisar si real-mente la artrosis es unicompartimental y si el compar-timento no reemplazado va o no a degenerar con eltiempo23. Sus indicaciones serían las de la osteotomía.

b) La prótesis bicompartimental (fig. 2) es aquéllaen la que se sustituye completamente la superficie tibial

CASTIELLA-MURUZÁBAL S ET AL. ARTROPLASTIA DE RODILLA

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Fig. 1.—Prótesis uni-compartimental.

Fig. 2.—Prótesis bicomparti-mental.

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y femoral, es decir, los compartimentos fémoro-tibialinterno y externo.

c) La PR tricompartimental (fig. 3) es aquélla en laque además se sustituye la superficie posterior de la ró-tula. Es la utilizada con mayor frecuencia.

2. La utilización o no de cemento como anclaje.Pueden ser cementadas (en las que se cementan los doscomponentes mayores) y no cementadas o híbridas(sólo se cementa uno de los componentes).

a) Las prótesis cementadas son utilizadas en perso-nas mayores y sedentarias, en huesos poróticos, conexceso ponderal, mala adaptación de la prótesis a loscortes óseos y siempre que se desee una deambulaciónprecoz. Deben evitarse en pacientes con larga espe-ranza de vida24.

b) Las prótesis no cementadas pueden tener un re-vestimiento “poroso” o un tratamiento superficial conhidroxiapatita, el cual favorece la osteointegración. Es lallamada “fijación biológica”. Teóricamente esta fijaciónno se debería deteriorar con el tiempo, y por lo tantoes la ideal para personas más jóvenes y activas. La esta-bilidad intrínseca de los platillos tibiales es escasa, porlo que ésta se obtiene de forma primaria, además depor el efecto de encaje de las piezas sobre las epífisis,por la ayuda de vástagos de diferentes formas (cilíndri-cos, aleteados, etc.) o tetones, y, a veces, por la ayudade uno o varios tornillos25.

Las ventajas de las PR no cementadas son un menortiempo de intervención, la ausencia de necrosis óseatérmica o química, la ausencia de alteración del polieti-leno por interposición de partículas de cemento y lasmenores dificultades en caso de una reintervención oinfección. Las desventajas son que la estabilidad prima-ria es menor que en las cementadas y el riesgo de mo-vilización protésica es mayor en el primer año.

c) Modelo híbrido: componente femoral sin cemen-tar con superficie porosa (ya que ha mostrado una bue-na osteointegración) y rótula y tibia cementadas25. Esel modelo preferido por muchos cirujanos.

3. Las solicitaciones mecánicas a que se sometenlas prótesis.

a) Prótesis constreñidas: poseen un eje o bisagraque une los componentes femoral y tibial y sólo tienenun grado de libertad, la flexo-extensión. Por soportargrandes solicitaciones y presentar más riesgo de afloja-miento deben estar sólidamente ancladas al hueso porvástagos largos. Ello origina un alto índice de complica-ciones, sobre todo embolia grasa, por lo que tienden autilizarse cada vez menos.

Fueron las primeras PR que se utilizaron, pero ac-tualmente están indicadas sólo en casos muy concretos,como en cirugía de revisión, deformidad e inestabilidadgrave de la rodilla y en algunos tumores, pues tienen laventaja de que pueden utilizarse cualquiera que sea elestado de las partes blandas.

b) Las prótesis no constreñidas soportan menos so-licitaciones mecánicas que las anteriores, y por tantolos anclajes óseos pueden ser más reducidos. Son lasutilizadas habitualmente.

4. Actuación sobre el ligamento cruzado posterior(LCP). Éste puede ser preservado o sustituido por unpivote tibial central (prótesis estabilizada posterior). Laestabilidad anteroposterior puede asegurarse tambiénpor una superficie articular tibial en cubeta (prótesis se-miconstreñida). La actuación sobre el LCP es un moti-vo de controversia y en un reciente estudio compara-tivo no se encontraron diferencias entre preservarlo osustituirlo26.

5. Según se trate de una primera intervención o nosobre la misma rodilla, hablaremos de prótesis primariao de prótesis de revisión. Estas últimas suelen ser ade-más prótesis constreñidas o semiconstreñidas (fig. 4) yestán provistas de vástagos o de largas quillas endome-dulares que proporcionan un anclaje diafisario sólido,necesario cuando existen lesiones o defectos óseos alretirar la prótesis primaria.

MATERIALES CONSTITUTIVOS DE LAS PRÓTESIS DE RODILLA

Actualmente las PR se componen de dos piezas demetal de diferentes aleaciones que reemplazan las su-perficies articulares del fémur y la tibia. Para evitar elroce metal-metal entre ambos componentes metálicosfemoral y tibial, se coloca como superficie de desliza-miento una pieza intermedia de polietileno en el com-ponente tibial de al menos 8 mm. Esta pieza puede serfija o móvil, prefiriéndose la primera. El componenterotuliano también se fabrica con polietileno.

Aunque continuamente aparecen nuevos diseños enel mercado, no existe la mayor parte de las veces evi-dencia de su superioridad27.

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Fig. 3.—Prótesis tricompartimental.

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La prótesis debe permitir su recambio sin muchapérdida ósea o de partes blandas.

INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES

Indicaciones

La artrosis de rodilla, fundamentalmente, y la artritisreumatoide (AR) son los padecimientos que con másfrecuencia preceden a una PR.

Una PR estará indicada si el enfermo sufre dolor in-tenso, grave deformidad e importante deterioro funcio-nal con repercusiones personales y sociales, que noresponde a tratamientos conservadores ni a tratamien-tos quirúrgicos menos radicales. La edad ideal para re-cibir una PR está por encima de los 60 años. Es conve-niente retrasar su implante hasta el fin de la vida laboralactiva. El poco peso y la poca actividad contribuyen aléxito de la prótesis2.

Los pacientes con AR, a pesar de sus potencialesriesgos, consiguen unos resultados excelentes28.

En todos los casos las expectativas del paciente nodeben ser los deportes que sobrecarguen la rodilla,como jugar al tenis o correr o desempeñar actividadeslaborales exigentes.

Contraindicaciones

1. Absolutas: infección articular reciente, infecciónsistémica, artropatía neuropática y artrodesis sólida in-dolora.

2. Relativas: osteoporosis severa, salud débil, meca-nismo extensor no funcional, patología vascular perifé-rica significativa y en caso de genu recurvatum es proba-ble que éste reaparezca.

COMPLICACIONES

Complicaciones biológicas

Aparecen complicaciones en el 50-75% de los casos,aunque habitualmente son de fácil resolución. Gill29, so-bre 3.048 artroplastias encuentra una mortalidad del0,46 % dentro de los 9 primeros días, estando asociadaa la edad y a la comorbilidad cardiovascular29.

Complicaciones cutáneas

1. Retraso de cicatrización. El movimiento pasivocontinuo debe limitarse en 40° los primeros días por suposibilidad de producir isquemia en la herida; en un es-

tudio reciente se ha encontrado una asociación con unestado de malnutrición medida por una cifra de albúmi-na inferior a 3,5 g/dl y una cifra de linfocitos previa a lacirugía de menos de 1.500 células/mm3. Otros factoresreconocidos que predisponen a un retraso de la cicatri-zación son la AR, la diabetes o el empleo crónico de es-teroides30,31.

La cicatrización primaria es de suma importanciapara el éxito de la artroplastia. Un retraso en la cicatri-zación de la herida aumenta el riesgo de infección y elfracaso de la artroplastia32,33. La incisión cutánea en la lí-nea media es la que menos interrumpe la red arterial34.Generalmente se recomienda la utilización de una inci-sión preexistente si la hubiera.

2. Dehiscencia de la sutura. Es una catástrofe para elresultado funcional de la prótesis, ya que va a retrasarel tratamiento rehabilitador. Las grapas no se debenretirar antes de las dos semanas, especialmente en per-sonas obesas.

3. Secreción prolongada. Traducida por una manchadel apósito mayor de 2 cm durante más de 5-7 díascon cultivo negativo (seroma o hematoma). El drenajeque persiste durante más de 5 o 7 días, a pesar de lainmovilización y las curas locales de la herida, se aso-cia generalmente a hematomas subcutáneos o grandeshemartrosis y es indicación de desbridamiento abier-to35.

4. Necrosis cutánea. Aunque las áreas menores de3 cm pueden cicatrizar con curas locales, las más gran-des deben ser desbridadas y cubiertas con un injerto,especialmente las situadas sobre el tendón rotuliano otubérculo tibial. Aparece a menudo en rodillas que hansido operadas en otras ocasiones y que presentan nu-merosas cicatrices (figs. 5A y 5B).

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Fig. 4.—Prótesis de re-visión.

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Infección protésica

Es la complicación más temida. La artroplastia derodilla tiene una tasa más alta de infección que la de lacadera, siendo su incidencia de alrededor del 2 %, conmás riesgo de infección en aquellos implantes másconstreñidos, no observándose, en cambio, diferenciasentre prótesis cementadas y no cementadas36. El ger-men más frecuentemente implicado es el Staphylococcusaureus (50-65 %), seguido del Staphylococcus epidermidis(25-30 %) y otras bacterias, hongos y micobacterias(10-15 %)36-38.

Existe un mayor riesgo tanto de infección de la heri-da quirúrgica cutánea como de la prótesis en los pa-cientes diabéticos39,40.

Está establecida una profilaxis antibiótica rutinaria.Un protocolo adecuado puede ser 2 g intravenosos decefazolina sódica una hora antes de la intervención, se-guidos de tres dosis de 1 g intravenoso cada 6 horasdespués de la misma. En caso de alergia a betalactámi-cos se puede recurrir a la vancomicina. La dosis másimportante es la que se administra antes de la interven-ción, gracias a la cual están ya presentes niveles del an-tibiótico en el hematoma quirúrgico.

Cualquier herida debería llevar curada tres mesesantes de que se proceda a una artroplastia35.

1. Infección precoz. La infección profunda peripro-tésica es precoz cuando ocurre en las tres primerassemanas y puede cursar con dolor de características in-flamatorias, tumefacción, calor, rigidez, bordes enroje-cidos, drenado de material purulento o fiebre.

La elevación persistente de la proteína C reactiva apartir del mes o mes y medio de la intervención es al-tamente sospechosa de infección, aunque con una sen-sibilidad de un 60 %. Existe leucocitosis con neutrofiliaen menos del 15% de las artroplastias infectadas. Cuan-do la fórmula está alterada, el diagnóstico ya suele estarestablecido. El aumento de la velocidad de sedimenta-ción globular es un indicador inespecífico de inflama-

ción, y es sólo significativo transcurridos 6 meses de laintervención. Los hemocultivos seriados pueden serde gran ayuda en caso de bacteriemia41.

La punción articular es básica para el diagnóstico y suenfoque terapéutico, un recuento celular por encimade 25.000 células por mm3, con un 90 % de polimorfo-nucleares, es altamente sugestivo de infección, que seconfirma con la identificación del germen en el cultivo.Tiene una sensibilidad del 65 %, pero una especificidaddel 100 % en algunas series42. Gran parte de los falsosnegativos son debidos a una antibioterapia previa. Tam-bién ello puede ocurrir cuando la infección no está encontacto con el líquido sinovial. Se recomienda espe-rar de 4 a 6 semanas antes de realizar la prueba si el pa-ciente ha recibido antibioterapia previamente. La téc-nica ha de realizarse sin anestésico, debido a su efectobactericida. Si la punción resultase negativa habría quehacer una punción-biopsia, cuyos resultados son posi-tivos en el 90 % de los casos.

Una gammagrafía ósea con 99mTc puede ser positivahasta dos años después de la cirugía. Es una pruebainespecífica que puede mostrar anormalidad si se de-sarrolla infección, aflojamiento, fractura de estrés o unsíndrome de dolor regional complejo. La gammagrafíacon leucocitos marcados con 111In es más específica deinfección (83%), aunque, como la analítica, con una sen-sibilidad mediocre (60 %)42.

Las radiografías suelen ser de escasa utilidad. En con-clusión, las pruebas más aconsejables son el cultivo y laanalítica, por este orden, seguida de la gammagrafía conleucocitos marcados, prueba mucho más compleja ycara42.

2. Infección tardía. La infección tardía (la que co-mienza más de 21 días después del implante) es másfrecuente y se presenta como dolor y tumefacción en larodilla después de una evolución satisfactoria inicial.Debe sospecharse ante la persistencia de la sintomato-logía y en ausencia de una explicación mecánica clara.

El tratamiento de una infección protésica es muycomplejo y depende de distintos factores. Así, en ancia-

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Fig. 5.—A) Necrosis cutánea. B) Mismo paciente tras injerto.

A B

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nos puede ser preferible la prescripción crónica de an-tibióticos antes de proceder a la retirada de la pró-tesis, que tiene una mayor morbilidad34. Aunque se handescrito curaciones hasta en un 6-10 % sólo con anti-bioterapia precoz (dentro de las 48 horas tras el diag-nóstico) en casos muy favorables con gérmenes pocopatógenos (Streptococcus), después de dos semanas delinicio de los síntomas las posibilidades de salvar la pró-tesis son muy escasas y generalmente requieren inter-vención quirúrgica43. Existen varias posibilidades:

a) Desbridamiento. Se reseca todo tejido sospecho-so y se realiza una sinovectomía y recambio del polieti-leno tibial, y se lava con abundante suero a presión, de-jando un sistema de lavado-aspiración. Se reserva paraun período agudo. Se han comunicado tasas de hasta un56 % de éxitos que parecen depender de la bacteriaresponsable (más favorable en caso de Staphylococcusepidermidis y menos en caso de que el germen respon-sable sea el Staphylococcus aureus)43.

b) Revisión en dos tiempos. Es el procedimientomás aceptado. Una vez extraída la prótesis y realizadauna minuciosa limpieza, se interpone un espaciador decemento antibiótico (fig. 6) que no impide el implantede una nueva artroplastia, que se realizaría en un se-gundo tiempo, una vez que los cultivos se hubiesennegativizado. Hasta entonces no se permite la carga yse inmoviliza la rodilla. Durante este período se conti-núa la administración parenteral de antibiótico durante6 semanas como mínimo44. Seis semanas antes de rea-lizar un aspirado articular de control se suspende estetratamiento. La nueva prótesis no se colocará antesde los tres meses y será estabilizada posteriormenteempleándose cemento impregnado en antibióticos. Latasa de éxitos ha llegado al 97 %45. Algunos aconsejan6 meses seguidos de antibioterapia tras el primer tiem-po42.

Las contraindicaciones para una nueva artroplastiason: mal estado cutáneo, germen multirresistente y unterreno deficiente.

c) Artrodesis. En ocasiones no queda más remedioque recurrir a la artrodesis, cuya consolidación serámás difícil cuanto más mediocre sea el estado óseo46.Presenta unas tasas de no-unión tan altas como del30 % (fig. 7). El método de elección es el enclavado en-domedular47-50. En un primer tiempo se retira la próte-sis y se desbrida el área infectada, y en un segundotiempo se coloca un clavo (fig. 8). También se puedelograr con un fijador externo (fig. 9).

d) Artroplastia de resección. Se retira la prótesisjunto con los tejidos infectados y se realiza una mínimaresección ósea sin pretender obtener una fusión. Se co-

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Fig. 6.—Espaciador decemento antibiótico.

Fig. 7.—Intento fallidode artrodesis.

Fig. 8.—Artrodesis me-diante enclavado endo-medular.

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loca la rodilla en extensión durante unas semanas. Pue-de ser una opción en pacientes con escasas metas fun-cionales o que tengan factores de riesgo. Proporcionaun rango de movimiento discreto, pero útil en personassedentarias. Necesitarán un andador, pero pueden darresultados satisfactorios al aliviar el dolor en un 80% delos casos y obtener una movilidad en torno a los 45°51.

e) Amputación. Se reserva para casos en los que elgermen tiene una gran virulencia y ante otras complica-ciones de especial gravedad.

Hematoma postoperatorio

A pesar de la utilización de redón pueden formarsehematomas que difunden hacia el muslo o la pantorrilla,siendo su reabsorción lenta. Producen dolor y a vecesnecesitan ser evacuados quirúrgicamente.

Parálisis nerviosas

La más frecuente es la del ciático poplíteo externo:entre el 0 y el 18 % de incidencia según las series. Casitodas muestran una afectación del extensor largo deldedo gordo y del tibial anterior. Muchas muestran undéficit sensitivo en la primera comisura digital. Las le-siones rara vez son por lesión directa, sino por trac-ción, compresión o isquemia52. El riesgo de esta com-plicación es mayor en pacientes con deformidad previaen valgo y flexo. La mayoría regresan en tres meses. Nodeben ser intervenidas a menos que se demuestre unhematoma compresivo o pasen tres meses sin mejoría.Tras la cirugía, en la que se suele apreciar fibrosis epi-neural y bandas de tejido fibroso rodeando al nervio, lamayoría consiguen recuperarse53,54.

Síndrome de dolor regional complejo

Es raro, aunque no tanto en determinados individuoscon especial predisposición psíquica. Debe sospecharseante un dolor excesivamente intenso, continuo, que-mante y sin relación con la carga o movilidad articular.Suelen existir signos inflamatorios, rigidez, hiperhidro-sis y alodinia. Los estudios radiológicos pueden mostrarosteoporosis localizada con un patrón característicomoteado, y la gammagrafía ósea con 99m Tc suele mos-trar una captación difusa que orienta a su diagnóstico.El proceso rehabilitador no debe ser interrumpido,siendo esencial una movilización precoz cuidadosa.

Sinovitis recurrente

Es más probable en casos de AR y puede requeriruna sinovectomía artroscópica o abierta.

Dolor no filiado o hinchazón de rodilla

En ocasiones el dolor es difícil de catalogar. El dolorde partes blandas próximo al reborde de los compo-nentes femoral y tibial hacen pensar en un tamaño ex-cesivo de estos componentes; un dolor típico sobre lacicatriz suele ser secundario a la formación de neuro-mas de la rama infrarrotuliana del nervio safeno tras laincisión quirúrgica55. La debilidad de los músculos delmuslo, debido a un período corto de rehabilitación o ala presencia de complicaciones que interfirieron el pro-ceso de recuperación, produce fatiga muscular durantela deambulación y dolor secundario.

Un derrame pequeño es normal los primeros meses.También es normal, al principio, dolor al levantarse dela silla.

Calcificaciones heterotópicas

Se ha descrito una incidencia de hasta el 23 % y esmás frecuente en las artroplastias de revisión. La infec-ción es el factor de riesgo para el desarrollo de estacomplicación56. Suelen localizarse en un tercio anteriore inferior del fémur; causan limitación dolorosa en lamovilidad de la rodilla e interfieren en actividades comosubir escaleras o agacharse.

Complicaciones vasculares

1. Complicaciones arteriales: aunque potencialmen-te muy graves, son muy raras. Existen pocos casos desíndrome compartimental y se asocia al uso del torni-quete (lesión de la íntima o ruptura de una placa atero-

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Fig. 9.—Artrodesismediante fijador ex-terno.

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esclerótica con embolización distal), lesión directa o le-sión por tracción al corregirse un flexo de rodilla. Laidentificación de esta complicación en las primeras ho-ras es fundamental para salvar el miembro intervenido.El dolor, la hinchazón y la caída del pie son signos ca-racterísticos que nos deben obligar a medir la presiónen los compartimentos y practicar una fasciotomía deurgencia si fuese necesario. La anestesia raquídea pro-longada puede enmascarar este cuadro57,58.

2. Complicaciones venosas: la trombosis venosaprofunda (TVP) es la más frecuente, sobre todo la for-ma subclínica. Se han publicado incidencias de entre un70 y un 80 % de los casos en ausencia de profilaxis59. Eldaño vascular, la estasis circulatoria y un estado de hi-percoagulabilidad crean un ambiente idóneo para eldesarrollo de la trombosis venosa60. El riesgo de em-bolismo pulmonar es máximo en la tercera y cuartasemana y en artroplastias de rodilla bilaterales61.

Sólo el 10-15 % se localiza en la vena femoral o po-plítea. Cuando la trombosis es proximal suele ser de-bido a una extensión de trombosis en niveles inferio-res. El 85-90 % se localiza antes de la trifurcación de lavena poplítea59,62. El embolismo pulmonar asintomáticooscila entre el 8,2 y el 17 %; el sintomático del 0,5 al3 % y la muerte por embolismo masivo es de alrededordel 0,3 %.

Cuanto más proximal está el trombo más posibilida-des hay de embolización. En prótesis de cadera la anes-tesia regional (anestesia epidural continua) reduce sig-nificativamente el riesgo de TVP63.

Se han descrito recientemente como factores deriesgo preoperatorios de enfermedad tromboembóli-ca el sexo masculino, la edad avanzada, la corticotera-pia, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, unbajo hematocrito, la pérdida de peso reciente, nivelesbajos de albúmina y el cáncer diseminado. Factoresde riesgo postoperatorios son el infarto de miocardio,la transfusión sanguínea mayor a 4 unidades, el coma,la neumonía y las infecciones del tracto urinario. Encambio, aquellos pacientes con insuficiencia renal queprecisan hemodiálisis tienen un menor riesgo de de-sarrollar enfermedad tromboembólica64. En un estudioreciente ni el hábito tabáquico ni la obesidad inducíanespecialmente fenómenos trombóticos, aunque tradi-cionalmente se les considere factores predisponen-tes65,66.

Debe realizarse una profilaxis farmacológica. Actual-mente lo más frecuente es el uso subcutáneo de hepa-rinas de bajo peso molecular (HBPM), que son muy efi-caces y cómodas, ya que no requieren monitorización ytienen pocas complicaciones. No existe consenso so-bre la duración de la misma: mientras unos autoresconsideran que debe mantenerse durante un mes omás67,68, otros, en cambio, piensan que 7-10 días es sufi-ciente en función de criterios de coste-eficacia69; unaguía práctica basada en la evidencia recomienda mante-

ner la profilaxis farmacológica de 7 a 15 días y exten-derla a 4-5 semanas en pacientes de especial riesgo70.

Fitzgerald et al encontraron una incidencia de TVP enpacientes tratados con HBPM del 26% (24% TVP distal,2 % proximal) y ningún paciente tuvo tromboembolis-mo pulmonar71.

Estudios recientes demuestran que la profilaxis conácido acetilsalicílico asociado a una precoz moviliza-ción es igual de eficaz y más seguro que las HBPM72.

La profilaxis puede realizarse también mediantecompresión elástica en los miembros inferiores, y lacompresión neumática intermitente, de las que existenevidencias de su eficacia70,73,74. Las máquinas de movi-miento pasivo continuo teóricamente reducen la estasisen las venas de la pantorrilla, pero no hay evidencia deque su uso disminuya la incidencia de TVP75. Es proba-ble, también, que un plan de movilización temprana re-duzca el riesgo de TVP70.

Los filtros en la vena cava están indicados en pacien-tes con contraindicación de terapia anticoagulante yque tengan alto riesgo de TVP76.

3. Infarto de miocardio: la incidencia del infarto agu-do de miocardio es del 0,4 %. Es más frecuente en va-rones. Al igual que ocurre con el tromboembolismo, elriesgo es mayor en pacientes de más de 70 años61.

4. Síndrome de embolia grasa: es muy raro, aunquefrecuente subclínicamente. Cuando se manifiesta cursacon clínica respiratoria y puede asociar síntomas cere-brales y dermatológicos. El tratamiento es sintomático.

5. Pérdida de sangre: las pérdidas de sangre duranteuna artroplastia son de aproximadamente 600 ml. Esmayor si se inicia la fisioterapia precozmente. Ocurrefundamentalmente durante el postoperatorio, a travésdel drenaje de aspiración. Si existe abundante sangradopor el drenaje es mejor retirarlo, colocar un vendajecompresivo, inmovilizar y vigilar.

Complicaciones técnicas

Aflojamiento

El aflojamiento aséptico se produce habitualmentedurante los dos primeros años y afecta al 4,3 % de lospacientes a los 12 años, y más al componente tibial. Semanifiesta de forma constante por dolor moderado osevero a la carga y es reproducible al aplicar fuerzasvaro-valgo. Parece que es bastante específico el dolor ala presión circunferencial sobre la zona metafisaria ti-bial42. Si el aflojamiento progresa, los componentes vancambiando de posición, dando lugar a deformidad pro-gresiva.

Es causa de gran parte de los fracasos tardíos y la ci-rugía de revisión. El aflojamiento puede estar ocasionadopor estrés mecánico debido a un fallo del posiciona-miento inicial de la prótesis. Radiográficamente, en con-

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diciones normales, los ejes anatómicos del fémur y la ti-bia deben formar entre sí un ángulo de entre 5 y 10° devalgo, con una interlínea articular horizontal, con la ro-dilla en carga.

Por tanto, la técnica quirúrgica desempeña un papelimportante en el desarrollo de esta complicación77.

Una mala colocación de los componentes puede au-mentar la cantidad de detritus procedentes del cemen-to, metal o pieza de polietileno que desencadenan fe-nómenos osteolíticos, y una sinovitis debido a unareacción inmunológica-inflamatoria llevada a cabo pormacrófagos. Esta metalosis puede producir con el tiem-po no sólo alteraciones articulares, sino extraarticula-res y del hueso subcondral78. La sinovial macroscópica-mente adquiere un color negro.

En la radiografía, en caso de metalosis es típico verun aumento de la densidad debido a sinovitis, sobretodo en el fondo de saco subcuadricipital42 (figs. 10A y10B). La metalosis no implica necesariamente un aflo-jamiento.

El aflojamiento se traduce por radiolucencias mayo-res de 1 mm en la interfase hueso-prótesis, que au-mentan en controles sucesivos o, de forma más grose-ra, por la migración de un componente79. Hay quetener en cuenta que la metalosis enmascara a veceseste aflojamiento. La fluoroscopia puede mostrar imá-genes de aflojamiento desapercibidas en las radiogra-fías80. La gammagrafía con 99mTc puede mostrar hiper-captación, pero debemos tener en cuenta que ésta esnormal 10-12 meses después de la cirugía, tanto en

prótesis cementadas como, y sobre todo, en no ce-mentadas. Tiene muchos falsos positivos, por lo que suverdadero valor es cuando es negativa, lo que casi con-firma la ausencia de aflojamiento42.

El aspirado de la articulación y su examen con mi-croscopio de luz polarizada puede ayudar a encontrarrestos de polietileno81. El aspirado negro en una artro-centesis sería patognomónico de metalosis, así comoun tatuaje cutáneo42.

El aflojamiento obliga al recambio del implante. Estaintervención puede ser muy complicada. Habrá que re-constituir el déficit óseo con cemento o injertos óseosy colocar una prótesis de revisión con vástago largo82.

Rigidez

Es una complicación relativamente frecuente trasuna artroplastia de rodilla (5-20 %). Se considera queaquellos pacientes con un balance articular menor de90°, dolor y discapacidad funcional presentan rigidez83.Un buen resultado postquirúrgico es el que consiguelos 90° de flexión, ya que es el rango de movilidad ne-cesario para realizar actividades básicas de la vida diaria.Para subir escaleras son necesarios 83°, para sentarse93°, para atarse los zapatos 106° y para levantar unobjeto del suelo 117°84.

La causa de rigidez es multifactorial y su origen pue-de estar en85: a) la prótesis: tamaño y diseño de loscomponentes inadecuados; b) la intervención quirúrgi-

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Fig. 10.—A) Aspecto radiológico de una metalosis muy severa que requirió recambio protésico. B) Mismo paciente. Obsérvese componenterotuliano con base metálica.

A B

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ca: disbalance ligamentoso o defecto de alineación; enun reciente estudio se ha encontrado una asociaciónsignificativa con malrotación del componente femoraldiagnosticada por tomografía axial computarizada86;c) el paciente: la rigidez está estrechamente relaciona-da con el grado de colaboración, senilidad, dolor (cual-quier complicación que se acompañe de dolor puedemotivar rigidez), o ausencia de adecuada terapia física y,sobre todo, del balance articular previo, ya que en ca-sos con importante rigidez raramente se obtienen ar-cos satisfactorios87-89. Parsley et al87 encontraron quelas rodillas que tenían menos de 75° de flexión gana-ban una media de 16°. Por el contrario, las que teníanmás de 95° perdían una media de 6°.

La rigidez postoperatoria mejora durante los tresprimeros meses. Su persistencia puede indicar artrofi-brosis, infección y distrofia simpático-refleja90. La ar-trofibrosis es definida como la fibrosis periarticular quelimita el movimiento al formarse bandas fibrosas entreel aparato extensor y el fémur distal. Debe desconfiar-se de su diagnóstico si la movilidad patelo-femoral esbuena91. Las causas que originan la artrofibrosis no seconocen bien, pero parece existir cierta predisposi-ción individual.

El tratamiento quirúrgico de la artrofibrosis no sue-le ofrecer resultados demasiado favorables, por lo quesu indicación es controvertida. La corrección de un dé-ficit de extensión de 15 o más grados es fundamentalpara garantizar una marcha adecuada y evitar compli-caciones femoropatelares. En caso de rigidez severa po-dría recurrirse a la manipulación bajo anestesia no antesdel primer mes92,93, estando contraindicada en caso deosteoporosis y después de los 2 o 3 meses, por ineficazy peligrosa93. Maloney encuentra una recuperación de lamovilidad desde 67 hasta 111° en pacientes sometidos amanipulación91. A partir de las 8 semanas y hasta los6 meses puede realizarse una liberación por cirugíaabierta o artroscópica93,94. Sus resultados parecen de-pender de la extensión de la fibrosis, siendo mejores enfibrosis más localizadas. La recidiva parece menos im-portante cuando se realiza por artroscopia95. Por enci-ma de los 6 meses Maloney recomienda la artrotomía91.

El comienzo tardío de una rigidez tras una evolucióninicialmente satisfactoria puede indicar: infección, sino-vitis, tendinitis por sobreuso, AR, hemartrosis, afloja-miento o rotura del implante96.

Complicaciones femoro-patelares

Muchos estudios han evidenciado la alta incidenciade dolor anterior en pacientes no sometidos a reem-plazo patelar (hasta en la mitad de ellos). Por el con-trario, su realización puede conllevar diversas compli-caciones, muchas veces problemáticas, por lo que lacolocación o no del componente patelar es controver-

tida, aunque la tendencia es a hacerlo. Existen autoresque recomiendan incluir un componente patelar siem-pre que técnicamente sea posible, argumentando que lafuncionalidad de la prótesis no varía y reduce la posibi-lidad de dolor anterior de rodilla97. Otros señalan que sila rótula es pequeña, conserva sus carillas articulares yun deslizamiento normal no habría justificación para re-emplazarla debido a que en el 60% de los casos se man-tiene una correcta función de la patela a largo plazo98.La única contraindicación al recambio rotuliano es laextrema delgadez de la rótula, siendo necesario un mí-nimo de 15 mm de remanente óseo41.

1. Inestabilidad rotuliana: se caracteriza por un des-lizamiento patelar anormal, con dolor, desgaste y la po-sibilidad de aflojamiento o fractura del componente.Hasta un 29 % presenta subluxación rotuliana99. Puedeser producida por un valgo excesivo de los componen-tes tibial o femoral, por rotura de la reparación capsu-lar (por hemartros o fisioterapia excesiva), por unamalposición de los componentes y por una resecciónrotuliana asimétrica35 (fig. 11). El tratamiento conser-vador de la inestabilidad consiste en fortalecimientointensivo del cuádriceps, ortesis y evitación de activi-dades como ponerse en cuclillas o subir escaleras.

2. Aflojamiento del componente patelar: es unacomplicación rara que ocurre más a menudo en com-ponentes no cementados.

3. Rotura cuadricipital o del tendón rotuliano: a ve-ces está asociada a infección. Tiene muy mal pronósti-co100,101.

4. Fractura de rótula. Existen diversos factores quepueden favorecerla: disrupción vascular operatoria, re-sección excesiva102 o malposición de componentes.Igualmente cuando se realiza un gran orificio central enlugar de pequeños orificios para facilitar el implante, laposibilidad de fractura rotuliana es mayor. También seha vinculado con una flexión superior a 95° y mayoresíndices de actividad física103.

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Fig. 11.—Resección rotuliana. Tomada de: Ayers et al35.

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5. Síndrome del chasquido o clunk patelar: se debe ala formación de un nódulo fibroso en la unión de la caraposterior del tendón del cuádriceps y el polo proximalde la rótula. Con la flexión, este nódulo entra dentrode la escotadura intercondílea dando lugar a un chas-

quido al salir de la misma con la extensión35 (fig. 12).Su tratamiento es el desbridamiento. Se ha solucionadoen parte con la aparición de otros diseños femorales,en los que se extiende posteriormente la escotadurafemoropatelar104,105.

Inestabilidad articular residual lateral o anteroposteriormayor de 5°

Es un hallazgo exploratorio que no suele dar sínto-mas. La inestabilidad lateral puede dar dolor en el ladodistendido. La inestabilidad antero-posterior suele daraprehensión, pero no dolor. Suele ser debida a una re-sección ósea excesiva, elección equivocada del tamañode la prótesis o una reparación ligamentosa inadecuada.

Fracturas periprotésicas

Aparecen en un 0,6 % de las prótesis primarias. Sonmás frecuentes en prótesis de revisión y en pacientescon deficiente masa ósea. Suelen aparecer en el fémur,supracondíleas, donde muchas veces se tratan con unaosteosíntesis interna. En la tibia son menos frecuen-tes106 (fig. 13).

Fracturas de estrés

Se han descrito en cadera, rótula y pierna varios me-ses o años después de la intervención. Se consideransecundarias a una modificación de la transmisión decargas y a un incremento de la actividad tras el aliviode la sintomatología107.

Ruptura y desgaste de los componentes

La ruptura es rara y se manifiesta por dolor, inesta-bilidad y deformidad. El desgaste normal anual del po-lietileno es de 0,23 mm (dos veces mayor que el referi-do en la artroplastia de cadera)108; el desgaste aceleradodel polietileno de la superficie articular de la prótesisparece estar en relación con la incorrecta colocaciónde los implantes. Otros factores son el nivel de activi-dad del paciente, su peso y el tiempo transcurrido des-de el implante. La mejor manera de valorar un desgastedel componente tibial sin ruptura ni aflojamiento es através de la radiología, que suele mostrar una asime-tría del polietileno o incluso una mella en la base me-tálica42.

Los componentes rotulianos de polietileno con ban-deja metálica producen numerosos problemas, espe-cialmente metalosis, por lo que ya no se emplean35

(figs. 10A y 10B).

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Fig. 12.—Síndrome del chasquido patelar. Tomada de: Ayers et al35.

Fig. 13.—Fracturaperiprotésica de ti-bia.

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Malalineamiento rotacional de los componentes

Puede causar dolor, rigidez y fracaso temprano de laprótesis. Debe descartarse en ausencia de otras causasclásicas de fracaso. Hofmann et al109 obtienen un 78 %de buenos resultados con el cambio de los componen-tes malrotados en 26 rodillas.

TRATAMIENTO REHABILITADOR

Preoperatorio

Aunque existe una relación de un mejor resultadofuncional en pacientes con una fuerza mayor de la ex-tremidad antes de la cirugía110,111, no se ha demostradoque la fisioterapia preoperatoria sea una intervenciónefectiva, por lo que no está indicada112. En esta fase sedebe valorar al paciente (previendo posibles complica-ciones postquirúrgicas y rechazando los pacientes condeficiente motivación). Es importante evitar expectati-vas poco realistas. Es necesario aclarar al paciente queesta intervención no pretende convertirle en un atleta,ni capacitarlo para una actividad física absolutamentenormal (ver resultados). La educación preoperatoriapuede reducir la ansiedad, el uso de analgésicos y la es-tancia hospitalaria113,114.

Postoperatorio

La eficacia de la rehabilitación postoperatoria trasuna artroplastia de rodilla admite pocas dudas. Sin em-bargo, no existe un protocolo definido existiendo nota-bles diferencias no sólo entre hospitales de diferentessistemas de salud115, sino también de unos centros aotros dentro del mismo sistema88,116-118. La rehabilita-ción de estos pacientes debe comenzar tan prontocomo sea posible, siendo fundamental en todo el pro-ceso la colaboración del paciente119. Munin et al120, enun estudio aleatorizado con pacientes de alto riesgo(edad avanzada, comorbilidad, etc.), obtienen mejoresresultados con un programa de rehabilitación intensivainiciada al tercer día que al séptimo. Incluso algunosautores defienden la posibilidad de un tratamiento in-tensivo en régimen de ingreso hospitalario, aunque enla mayoría de las ocasiones no es posible debido a laprecariedad de medios disponibles y al aumento consi-derable del coste del tratamiento121. Los objetivos deltratamiento rehabilitador son: control del dolor, apoyoemocional, mejora de la deambulación y mejora de lamovilidad y fuerza de la rodilla122. Asimismo, el médicorehabilitador deberá resolver todas las complicacionesmédicas que se presenten si el paciente se encuentraingresado en una Unidad de Rehabilitación. El pacientetambién debería ser evaluado por el trabajador social.

Analgesia

La analgesia facilita la movilización precoz y todo elproceso rehabilitador, con probable disminución de laestancia hospitalaria123.

Una analgesia adecuada, en general, se logra con me-dicación oral, recurriéndose si es necesario a medica-ciones de segundo nivel124. Aunque existen otros méto-dos, como la anestesia epidural continua o bloqueos delnervio femoral, su empleo no es habitual y podría re-trasar el inicio de la anticoagulación por el riesgo de he-matoma88,125,126.

Prevención de trombosis venosa profunda

Además de la profilaxis farmacológica, la moviliza-ción precoz, las medias elásticas y diferentes sistemasde compresión intermitente que han mostrado su efi-cacia70, se pueden emplear otras medidas físicas como:contracciones isométricas, masaje antiedema, bañosde remolino, etc.

Sedestación

En el primer o segundo día del postoperatorio elpaciente se levanta al sillón con la rodilla en extensión yen alto. Cada hora mantiene la rodilla ligeramente fle-xionada (30°) durante 5 minutos.

Crioterapia

En función de diversos estudios controlados, Flórezet al112 recomiendan su aplicación durante 20-30 minu-tos sobre la región quirúrgica, fijada con un vendajecompresivo, 3-4 veces al día y al finalizar la aplicación decontinuous passive motion y fisioterapia. Durante las pri-meras 48 horas la frecuencia debe ser mayor. Por ra-zones de coste/eficacia no recomiendan la utilización decrioterapia continua112. Fundamentalmente en las pri-meras 48 horas, la crioterapia parece reducir la pérdidasanguínea y el dolor, lo que confirman Gibbons et al127,aunque sólo cuando es utilizada al menos 6 horas dia-rias127. Martin et al128 han demostrado que la crioterapiareduce la temperatura intraarticular entre 2,7 y 5° enausencia de hemartrosis. Morsi129 encuentra resulta-dos favorables sobre el dolor y la movilidad a los 6 díascon un sistema de crioterapia continua129.

Movimiento pasivo continuo

Es la técnica física que ha sido más estudiada (fig. 14).Se recomienda su inicio el primer día a una frecuencia

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de un ciclo por minuto y una flexión máxima limitada a40° en los primeros tres días, ya que la oxigenación dela piel disminuye significativamente cuando la rodilla esflexionada más de 40°. El rango de movimiento seaumenta según la tolerancia (5-10° al día) intentando al-canzar 90° de flexión al séptimo día, momento en quees retirada; se utiliza unas 6 horas al día112,130.

En una revisión sistemática de Milne et al, actualizadaen 2003, se concluye que en fases iniciales el movi-miento pasivo continuo contribuye a reducir el miedodel paciente al tratamiento físico, pudiendo obtener pe-queños incrementos de la flexión activa, estancia hospi-talaria y reducción de manipulaciones. No se puedenestablecer conclusiones en lo que respecta al modo deempleo131.

Davies et al, también en 2003, no encuentran que re-duzca la estancia hospitalaria132.

Nosotros somos partidarios de su empleo sistemáti-co dada su excelente aceptación por el paciente, por unlado, y la escasez del tiempo de fisioterapia de que sedispone en nuestro medio por otro.

Cinesiterapia

Lo ideal son dos sesiones de tratamiento fisiotera-péutico diario los 7 días de la semana, pero 5 días seconsidera suficiente133. No obstante, la mayor parte delos hospitales públicos de nuestro sistema sanitario tansólo disponen de tratamientos en horario de mañana.

La cinesiterapia puede comenzarse con los drenajesmediante un masaje antiedema inicial, que sirve detoma de contacto con el paciente y que ayuda a evitarla fibrosis tisular y la estasis circulatoria.

El mismo día de la cirugía se realizan isométricos delaparato extensor de la pierna operada. La sideración oinhibición motora del cuádriceps, habitual después deesta cirugía, puede combatirse con ejercicios destina-dos a asegurar una puesta en marcha del cuádriceps(técnicas de facilitación de cuádriceps)134.

El paciente en cama puede también realizar eleva-ciones del miembro inferior extendido, añadiendo pos-

teriormente pesos a nivel del tobillo (inicialmente me-dio kg) e iniciará flexiones activas de la rodilla, así como“bombeos de tobillo”.

Sentado realizará movimientos de flexo-extensiónpudiéndose ayudar de la otra pierna.

A partir del segundo o el tercer día se debe valorarsi el paciente puede acudir a la sala de cinesiterapia. Seinician activos asistidos de flexo-extensión de la rodillaen un rango entre 0 y 30°. Requieren la confianza delpaciente y que éste se encuentre instalado confortable-mente, siendo lo menos dolorosas posibles para evitarla aparición de contracturas de defensa y reaccionesinflamatorias. Se continúa progresando en la flexión dela rodilla a razón de 5-10° por día.

A partir del tercer día se comienza con movilizacio-nes de rótula. Estas movilizaciones se efectúan en unsentido vertical y lateral mediante un estiramiento delos alerones rotulianos y subcrural, disminuyéndose asíel riesgo de una sínfisis de los fondos de sacos sinovia-les, estructuras que desempeñan un papel importanteen la producción de la rigidez de la rodilla.

Podemos utilizar un sistema de poleas para realizarmovimientos autopasivos de flexión y extensión de larodilla. Ofrece la ventaja de que el propio paciente con-trola la movilización articular y se disminuye el riesgode aparición de contracturas de defensa.

La bicicleta estática nos será de utilidad para la re-cuperación de la rodilla y también para mejorar la con-dición cardiovascular del paciente.

Los ejercicios en piscina, si la herida está bien cerraday con grapas, pueden iniciarse entre el quinto y el déci-mo día. También entonces puede permitirse la ducha112.La hidroterapia temprana parece que consigue una me-jora en los resultados de la coordinación y la fuerza135.

En cuanto a la reeducación de la marcha y la carga depeso/apoyo, en muchos casos se sigue una pauta similaren caso de prótesis cementadas o no cementadas, yaque la fijación inicial de los componentes no cementa-dos es tan buena que el aflojamiento es muy raro. Ade-más, aunque la invasión ósea tarda un año en producir-se, el apoyo, al igual que en las fracturas estables,estimula la formación ósea. Por otro lado, es difícil man-tener a los pacientes en descarga.

En otros casos se hace una diferenciación:

1. PR cementadas: carga de peso según toleranciacon andador a las 48 horas una vez retirado el drenaje.

2. Híbridas o no cementadas: carga parcial con an-dador o bastones las primeras 6 semanas.

Ejercicios respiratorios

Sirven para prevenir el cúmulo de secreciones. De-ben incluirse siempre que haya antecedentes respirato-rios o se prevea un encamamiento prolongado por elmotivo que sea112.

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Fig. 14.—Artromotor para movimiento pasivo continuo de rodilla.

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Estimulación eléctrica neuromuscular

Hay insuficientes datos para recomendarla de formarutinaria, aunque podría estar indicada en pacientes se-leccionados (atrofias importantes, déficit de extensiónactiva, incapacidad para realizar ejercicios activos,etc.)112.

Alta hospitalaria

En general es criterio de alta cuando el paciente: estámédicamente estable, realiza una deambulación inde-pendiente con ayuda de dos bastones, sube y baja es-caleras con mínima asistencia (si su domicilio disponede ascensor, esto puede lograrse en el período extra-hospitalario) y es independiente en las actividades de lavida diaria (AVD) básicas (aseo personal y vestido).

La gran mayoría de pacientes pueden ser dados dealta entre el octavo y el decimoquinto día, aunque en lapráctica ello depende, sobre todo, del medio sanitarioen el que nos encontremos y de las expectativas del pa-ciente. Por este motivo, en un estudio, el alta, paradó-jicamente, era más tardía en aquellos pacientes de me-nos edad136.

Después del alta puede prescindirse de continuar eltratamiento, aunque con recomendaciones para querealice ejercicios domiciliarios durante al menos 6 me-ses. Kramer et al no encuentran diferencias entre lospacientes que siguen un programa de rehabilitación encasa con supervisión telefónica o en un centro clíni-co137. A su vez, Frost et al encuentran que un progra-ma domiciliario de ejercicios funcionales obtiene mejo-res resultados que otro con ejercicios tradicionales138.

RESULTADOS

Con pequeñas variaciones según las series consulta-das, la supervivencia de las PR está en torno al 90 % alos 21 años139.

La recuperación más importante se observa a lostres meses. Posteriormente, hasta el año de la inter-vención, también se observan mejorías clínicas y fun-cionales. La fuerza del cuádriceps se recupera entre los3 y los 6 meses.

Un 89 % obtiene buenos o excelentes resultados139,aunque este porcentaje desciende al 75,4 % en un estu-dio de Pagès et al140. Al año de la intervención se con-siguen normalmente entre 95 y 100° de flexión y unaextensión completa. Una flexión de 90° es consideradala mínima necesaria para las AVD y poder sentarse sindificultad.

Biomecánicamente, la marcha es patológica, con unpaso más corto y una deambulación más lenta. La ca-pacidad funcional con respecto a la población general

está disminuida y el dolor es mayor en estos pacien-tes141-145. Según Boutron et al, están más limitados parasubir escaleras, caminar distancias largas, inclinarsehacia delante, cortarse las uñas, llevar cargas y salir decompras144. Según Hassaballa, aunque la capacidad paraarrodillarse mejora, siguen teniendo dificultadespara hacerlo146. Además, el inevitable desgaste de loscomponentes de la prótesis contraindican una actividadexcesiva, aunque la durabilidad de la PR es mayor que lade cadera en jóvenes activos147,148.

Aunque la obesidad se considera como un factorque ejerce una influencia negativa en los resultados y enla pervivencia de la prótesis, en un estudio no existíandiferencias a corto plazo149.

Por el contrario, la patología laboral sólo proporcio-na un 30 % de pacientes satisfechos. La no reincorpo-ración laboral, incluso en trabajos sedentarios, es lanorma150.

Los autores declaran que no existe conflictode intereses.

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