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arte y letras «Lo que los hombres no saben... El sexo contado por las mujeres en 13 relatos a temperatura extrema», de Lucía Etxebarria. Una obra que, se- gún Mar Langa, tiene más de provo- cador que de resultados. Página 4 NARRATIVA Crítica sobre una autora polémica: Lucía Etxebarria El músico americano presenta el 10 de abril su nuevo disco en Nave 8. Un artista que ha pasado de estar sumer- gido en una realidad oscura, a conver- tirse en el estandarte de la nueva ge- neración del rock. Página 10 MÚSICA El precio de la salvación musical: Micah P. Hinson J. N. San Pío defiende en su artículo cinematográfico la capacidad del di- rector de «Expiación», Joe Wright, de huir del cine literatura en el que la imagen se limita a ilustrar la novela de Ian McEwan. Página 11 CINE «Expiación», un filme que muestra sin decir JUEVES, 27 DE MARZO, 2008 Páginas 2 y 3 Cultura responsable

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arteyletras«Lo que los hombres no saben... Elsexo contado por las mujeres en 13relatos a temperatura extrema», deLucía Etxebarria. Una obra que, se-gún Mar Langa, tiene más de provo-cador que de resultados. Página 4

NARRATIVA✒

❧ Crítica sobre una autorapolémica: Lucía Etxebarria

El músico americano presenta el 10de abril su nuevo disco en Nave 8. Unartista que ha pasado de estar sumer-gido en una realidad oscura, a conver-tirse en el estandarte de la nueva ge-neración del rock. Página 10

MÚSICA✒

❧ El precio de la salvaciónmusical: Micah P. Hinson

J. N. San Pío defiende en su artículocinematográfico la capacidad del di-rector de «Expiación», Joe Wright, dehuir del cine literatura en el que laimagen se limita a ilustrar la novelade Ian McEwan. Página 11

CINE✒

❧ «Expiación», un filme quemuestra sin decir

JUEVES, 27 DE MARZO, 2008

Páginas 2 y 3✒

Culturaresponsable

omadas comoproducto de laextravagancia odel catastrofis-mo, si no delconsumo desustancias alu-c i n ó g e n a s ,aquellos avisosacabaron sus

días en el vertedero, convertidos enalimento para gaviotas. Al alzar suvoz Gore, un señor grueso con cor-bata que estuvo a punto de gobernarel país que hace y deshace, la senten-cia de cataclismo comenzó a tenerseen cuenta.

Un camino haciael menosLa resistencia a corregir el error con-tinúa siendo pertinaz, y no única-mente en los despachos de los «deci-didores»; no obstante, la literatura(seria, responsable, reflexionada, in-cluso científica) que propone de for-mas diversas un mundo alternativo

posible ocupa cada vez más espacioen las mesas de las librerías. ¿Se tra-ta simplemente de la formulación deun bienintencionado deseo o co-mienzan a redactarse las bases cultu-rales/educativas para la construcciónde ese imprescindible mundo dondela razón se imponga a la codicia? Porla cuenta que nos trae, especialmen-te a los que acaban de llegar, más va-le que se trate de un proyecto de fu-turo.

Entre el montón de libros que in-tentan sentar estas bases ha asoma-do la cabeza recientemente «Vivir(bien) con menos», volumen a tresvoces (las de Manfred Linz, JorgeRiechmann y Joaquim Sempere) pu-blicado por Icaria que acaba de supe-rar la primera edición. Linz es profe-sor en la Universidad de Hamburgoe investigador en el prestigioso Insti-

tuto Wuppertal (Alemania); ademásde poeta, Riechmann es profesor deFilosofía Moral en la Universidad deBarcelona; finalmente Sempere esdoctor en Filosofía y profesor de Teo-ría Sociológica y Sociología Me-dioambiental también en la Univer-sidad barcelonesa. Su meditación lle-va al lector a hacerse una preguntacon tres caras: ¿es posible vivir conmenos?, ¿es posible vivir «bien» conmenos?, ¿estamos dispuestos a vivircon menos, a seguir el «camino ha-cia el menos», en palabras del ale-mán?

La primera interrogante tiene unacontestación evidente: por supuestoque es posible vivir con menos, mi-llones de personas lo hacen en todoel mundo mientras nosotros nos en-tregamos con plenitud al despilfarro;el núcleo del debate radica en la res-puesta a la tercera cuestión, y en esazona los ciudadanos de a pie pode-mos, si lo deseamos, tener un prota-gonismo decisivo, y no únicamentecada cuatro años. Pero entonces hayque responder sincera y consciente-mente a una nueva cuestión: ¿quésignifica «vivir bien»? ¿Poseerlo todoy, además, de forma instantánea?Sempere apuesta por «una vida másfrugal», ya que «el bienestar no se

mide solo, ni principalmente, por laabundancia»; Linz, por los «benefi-cios inmateriales con que solo yopuedo retribuirme», y evoca una ten-dencia que, si bien con timidez y apesar de Sarkozy, comienza a impo-nerse: la de trabajar menos, «en vezde ganar más y así poder gastarmás».

Cooperación yracionalidadEn definitiva, se trata de aprender avivir dentro de los límites del planetasi realmente deseamos preservarlo, yde paso ser un poco más solidarioscon quienes, a miles de kilómetros oal doblar la esquina, existen pese ahaber sido condenados, indecente-

mente, a la invisibilidad. Pero haymucho por hacer.

Para empezar, asumir el contextoen el que nos hallamos: el de un sis-tema cuyo cometido esencial es «pro-ducir sujetos deseantes», «hacer a losindividuos conscientes de sus caren-cias, obligarles a que se sientan frus-trados, fomentar la envidia hacia elvecino, inducir una torpe emulacióninacabable, para ofrecer después unasalida fácil a su decepción: comprar»(José Antonio Marina, «Las arquitec-turas del deseo», Anagrama). El«mundo civilizado» ha construidouna dinámica incoherente en la que,en aras de cierta riqueza únicamenteeconómica, pri-mero se produce,luego se empujaal consumo; enesa enloquecidaespiral las cifrasdel exceso resue-nan obscenas. Un ejemplo: el perio-dista italiano Carlo Petrini, uno delos fundadores del movimiento Slow,autor de «Bueno, limpio y justo:principios de una nueva gastrono-mía» (Ediciones Polifemo), afirma

que en el mundo se produce comidapara 12.000 millones personas, cuan-do tan solo somos 6.300: de ellos,1.700 padecen obesidad o sobrepeso;855 exclusivamente hambre.

Desde la lentitud, como desean Pe-trini y sus correligionarios de SlowSociety, pero sin pausa, es necesarioacerar la voluntad moral, política yciudadana por construir ese otromundo, sin duda posible, en el quese imponga la cooperación entre loshumanos y la racionalidad ante elentorno en el que vivimos. E. T.Schumacher, economista nacido enAlemania pero británico desde 1946hasta su muerte (1977), autor de «Lo

pequeño es her-moso» (1973),uno de los librosmás influyentesde la segundamitad del siglopasado, escribió:

«Debemos vivir con sencillez paraque otros, sencillamente, puedan vi-vir». Creo que nadie podrá refinarmejor la cultura que debe imponer-se, sí o sí, antes de que sea ya dema-siado tarde.

T

2 arteyletras Jueves, 27 de marzo, 2008

EN PORTADA✒

Estamos en un sistema cuyo cometido esencial es«producir sujetos deseantes»

Puede que parezca increíble, pero Al Goreno fue el primero en advertir sobre los

peligros del estúpido camino emprendido porla Humanidad hacia su destrucción. Mucho

antes de que el ex vicepresidente (y «exfuturo presidente») de los Estados Unidos

protagonizara el documental «AnInconvenient Truth» («Una verdad

incómoda»), escrito y dirigido por DavisGuggenheim en 2006, ya habían sido

considerables los clamores suplicando oexigiendo un impostergable cambio de

actitud (otra forma de estar en el mundo, diríaGore) que alejara al planeta y sus habitantes(nosotros: usted, sus hijos, yo…) del abismo.

( )

RAFAEL GONZÁLEZ❍

La escritura deotro mundoposible

3arteyletrasJueves, 27 de marzo, 2008

Al Gore, enuna de sus

conferenciassobre su

documental«Una verdad

incómoda»

Una imagende la

película «Eljardinero

fiel»,dirigida por

FernandoMeirelles

El camino haciala destruccióndel planeta hagenerado unaliteratura quepropone unaforma de vidaalternativa a la actual

❧ El hambre injusta. Una crónicareciente de la lucha por losalimentos y la dignidad, deSamuel Hauenstein Swan y BapuVaitla (eds.). Icaria Editorial.

❧ El club de la miseria. Qué falla enlos países más pobres delmundo, de Paul Collier. Turner.

❧ Redes que dan libertad:introducción a los nuevosmovimientos sociales, de JorgeRiechmann y FranciscoFernández Buey. Paidós.

❧ Quien parte y reparte: el debate sobre lareducción del tiempo de trabajo, de JorgeRiechmann y Albert Recio. Icaria Editorial.

❧ Un nuevo estilo de relaciones: para elcambio organizacional pendiente, de Koldo

Saratxaga. Pearson Prentice Hall.

❧ Alguien con quien hablar, deÁngel Gabilondo. Aguilar.

❧ El descubrimiento de la lentitud,de Sten Nadolny. Círculo deLectores.

❧ Del buen uso de la lentitud,Pierre Sansot. Tusquets Editores.

❧ Elogio de la lentitud, de CarlHonoré. RBA.

❧ Guía del observador de nubes,de Gavin Pretor-Pinney.Salamandra.

Lecturas

❧ Hoy empieza todo (1999), dirigida por BertrandTavernier y escrita por él mismo junto a DominiqueSampiero y Tiffany Tavernier. Radiografía crítica delsistema educativo, social y político de la sociedadfrancesa, y por extensión de la occidental, en la que seataca abiertamente a las instituciones que conformanlos tres grandes poderes de un estado moderno.

❧ Los espigadores y la espigadora (2000), documentalescrito y dirigido por la francesa Agnès Varda, recoge laforma de vida de los modernos espigadores urbanos,que ya no rebuscan los granos sueltos de lascosechas, sino los yogures que caducaron el díaanterior o los restos de fruta y verdura de losmercados arrojados a los contenedores.

❧ Reyes del reciclaje (2000), documental escrito ydirigido por Álvaro Pardo sobre la capacidad de crear eimprovisar de los cubanos a la hora de hacer frente alas necesidades más cotidianas en un país desprovistode materias básicas.

❧ El cielo gira (2004), documental dirigido por MercedesÁlvarez, coautora del guión junto a Arturo Redín. Invitaa viajar a Aldealseñor, donde nació Álvarez, un pueblosoriano habitado por apenas 14 personas que,posiblemente, está viviendo sus últimos días.

❧ El jardinero fiel (2005), dirigida por Fernando Meirellesy escrita por Jeffrey Caine a partir de la novela de JohnLe Carré, es una valiente denuncia de la industriafarmacéutica. El personaje principal, Tessa Quayle, está

basado en la activista Yvette Pierpaoli, de RefugiadosInternacionales, fallecida en accidente de automóvil enAlbania.

❧ Invisibles (2007), documental producido por JavierBardem que recoge cinco historias de enfermedad yviolencia sucedidas en el Congo, Bolivia, África Centraly Colombia; las piezas han sido dirigidas por MarianoBarroso, Isabel Coixet, Javier Corcuera, Fernando Leónde Aranoa y Win Wenders.

❧ Tierra (2007), documental escrito y dirigido por losbritánicos Alastair Fothergill y Mark Linfield. Unapasionante viaje por el planeta, de norte a sur y a lolargo de las cuatro estaciones, para seguir la vida dediversas especies en peligro de extinción por elcalentamiento global.

Películas

Slow Society❧ www.slowsociety.orgEl movimiento Slow reivindica la lentitud como forma deescapar de la actual tendencia a la hiperactividad; de esaforma, es más fácil disfrutar y saborear la vida. Una de susramas es Città-slow, red de ciudades, a la que perteneceBigastro, en la Vega Baja, que apuestan por ladesaceleración, la reducción de la presencia deautomóviles o la recuperación de la calle para elciudadano.

Intermón Oxfam❧ www.intermonoxfam.orgFundado en 1956, su objetivo es cambiar el mundo parahacer de él un lugar sin pobreza donde todas las personaspuedan vivir dignamente y disfrutar de sus derechossociales y económicos.

Ciudadanos contra el CambioClimático❧ www.mpdl.org/menu/mpdl/cambio/main.aspPersonas que asumen el compromiso individual de aplicarmedidas prácticas para reducir las emisiones de gasescontaminantes a la atmósfera.

Ciudad Justa❧ www.ciudadjusta.orgUna Ciudad Justa o Ciudad por el Comercio Justo es unmodelo de ciudad que fomenta la inserción de los criteriosde comercio justo en el consumo y las compras de lasadministraciones, comercios, empresas y otrasinstituciones públicas y privadas. En mayo de 2000Gartang (Inglaterra) fue declarada «la primera Ciudad Justadel Mundo». Actualmente hay más de 300 localidades oregiones en toda Europa consideradas ciudades justas, yse trabaja en otras muchas para implantar su programa;por cierto, ninguna de la Comunidad Valenciana.

Instituto Wuppertal❧ www.wupperinst.orgFundado en 1991, en Renania del Norte-Westfalia, entresus actividades destacan el estudio y desarrollo dedirectrices de política medioambiental, así como de

estrategias e instrumentos para promover la sostenibilidaden el ámbito regional, nacional e internacional. Su principalfoco de atención es la ecología y su relación con laeconomía y la sociedad.

Freegan❧ freegan.infoMovimiento nacido en la costa oeste de Estados Unidoshace décadas. Sus miembros, que se comprometen a“desobedecer la orden de comprar”, reciclan los alimentosque otros desechan.

The Cloud Appreciation Society❧ www.cloudappreciationsociety.orgLa Sociedad para la Observación de las Nubes fuefundada por el periodista Gavin Pretor-Pinney, autor de laGuía del observador de nubes. Cuenta con miles demiembros en todo el mundo.

Icaria Librería❧ www.icarialibreria.comEspacio para el pensamiento crítico y las propuestastransformadoras.

En la red

n el prólogodel último li-bro del autorde culto y su-perventas Ha-ruki Muraka-mi, «SauceCiego, MujerDormida» elautor japonés

no nos da la clave de por qué ha deci-dido publicar estos 24 relatos, escri-tos en un lapso de tiempo muy gran-de –desde 1980 a 2005–, precisamen-te ahora. Son sus novelas las que lehan ganado lectores en todo el mun-do. De ahí quizás la consideracióndel relato como paso previo a lasobras con mayor cantidad de pági-

nas. Es más, algunas de las historiasque presenta el tomo se han incluidocon muy pocas variaciones en sus fic-ciones largas. Así con «La luciérna-ga» en «Norwegian Wood» o «Losgatos antropófagos» en «Sputnick miamor».

Los motivos de estos cuentos po-drían considerarse, como la obra en-tera de Auster, una aproximación alazar. En «La chica del cumpleaños»una camarera por horas conoce al es-curridizo dueño del restaurante en elque trabaja y este acabará poniéndo-la, de una manera un tanto preten-ciosa, en contacto con ella misma. En«Cangrejo», un restaurante encontra-do por casualidad en un viaje da ungiro íntimo a la vida del protagonista.Hay, de entre estos 24, dos relatosque son mucho más dignos que elresto. «Viajero por azar» y «En cual-quier lugar dónde esto pueda hallar-se». En el primero, un hombre se ve

envuelto a la vorágine de una rela-ción extramatrimonial que lo lleva adejar su templada vida. En el segun-do, detectivesco y negro, se investigauna desaparición que nos ayudará aconocer mejor, y no es poco, al sa-bueso en cuestión. En ambos, las ra-zones que han movido a los protago-nistas abandonan el ámbito de la pro-babilidad. Aunque no al nivel de es-tos, «El folclore de nuestra genera-ción», es interesantísimo. Nos da al-gunas claves del acomodaticio posi-cionamiento Murakami.

Es posible que este libro sugiera al-go así como «de aquí salen mis nove-las». Pero más bien, lo que consiguees quitarle a la bailarina los velos conlos que nos seducía. Casi todo en estevolumen, desde las soluciones quenos propone a los diferentes tipos dealienación en que podemos vernosatrapados, a la forma en que recono-ce el jazz, está marcado por la espera

tibia. Tal y como está tratadoel azar en estás páginas se lo ponemuy fácil al lector, quizá demasiadofácil. Mucho más nobles o más esfor-zados serían la referencias a las lla-madas al amor supremo de Coltrane,uno de los fetiches musical de Mura-kami. En una de las historias del vo-lumen, una mujer se lamenta de es-tar esposada con el hombre de hielo,sin apercibirse de que también puedequemar. Elige la calma chicha frenteal movimiento. Y esta es una imagenque nos sobreviene cuando, después,de algunas horas, cerremos el libro…

4 arteyletras Jueves, 27 de marzo, 2008

NARRATIVA✒N

OV

ED

AD

ES Un viaje al

pasado llenode suspensey aventura

❧ «Juego de Reyes.Escocia lucha por susupervivencia»Dorothy Dunnett.Ediciones Pàmies.

Tymond ha vuelto». La frasecorría de boca en boca en

aquella cálida noche de agosto.Lymond, exiliado durante cincoaños, está otra vez en su país.Su llegada a Edimburgo enaquel verano de 1547, con losingleses a las puertas de la ciu-dad, desencadenará una seriede imprevistos y duros aconte-cimientos...

El humor másnegro en unaobra de granintriga

❧ «El gran arresto».Ken Bruen. EdicionesPàmies. ThrillerMisterio Noir. 2008.

Londres. Un asesino en serieque se hace llamar el Árbi-

tro se está cargando a losmiembros del equipo inglés decríquet. Mientras, en Brixton, aun grupo de «vigilantes» le hadado por asesinar y colgar defarolas a los traficantes de dro-gas. Así es cuando el inspectorRoberts y el sargento Brant de-ciden entrar en acción.

ecir Lucía Etxeba-rria es decir polé-mica. Mientrasun crítico españolafirmó que «nose la puede lla-mar escritora»,otro francés la en-cumbró como «lamejor autora es-

pañola de su generación». No le hanfaltado ni reconocimientos (doctoraHonoris Causa por la Universidad deAberdeen, 2000), ni premios (el Nadal1998 por «Beatriz y los cuerpos celes-tes»; el Primavera 2001 por «De todo lovisible y lo invisible», el Planeta 2004por «Un milagro en equilibrio», el Bar-carola 2004 por «Actos de amor y pla-cer»), ni acusaciones de plagio (el poe-ta Antonio Colinas la demandó por co-piarlo en «Estación de infierno”, 2001;el psicólogo Jorge Castelló la llevó antelos tribunales por incluir párrafos de“Dependencia emocional y violenciadoméstica” en “Ya no sufro por amor”,2005; e “Interviu” desveló que en“Amor, curiosidad, prozac y dudas”,1997, había frases enteras tomadas de“Nación Prozac”, de Elizabeth Wurt-

zel).Tiene la costumbre de provocar, la

vocación de no pasar desapercibida.Aunque últimamente parece habersemoderado, sus declaraciones logranuna evidente división entre quienesven en ella una mujer liberada y sin ta-pujos, y quienes la consideran el colmode la vulgaridad. Feminista confesa dela que otras feministas se avergüenzan,Etxebarria es, sin embargo, un iconopara muchas mujeres. Y esta faceta lapretende explotar en su antología decuentos, cuyo sugerente título apareceen relieves rojos y blancos sobre unallamativa portada en color plata.

Etxebarría (Valencia, 1966) declaraque «Lo que los hombres no saben… Elsexo contado por las mujeres» tiene laintención «política» de luchar contra«la hipocresía social dominante quedenigra a la mujer». Tras un extensoprólogo, aparecen los «13 relatos a tem-peratura extrema», de Andrea Menén-dez Faya, Loca Beccaria, Cecele, SilviaUslé, Marta Sanz, Silvia Grijalba, Eu-

genia Rico, EspidoFreire, Coché Echa-rren, Inma Turbau,Maria Frisa y LucíaEtxebarria, cuyas fi-chas biobibliográfi-cas se recogen al fi-nal del volumen.

«La verdadera re-volución sexual noreside en practicarsexo en libertad, si-no en poder hablarun poco en voz al-ta», afirmó LolaBeccaria en unarueda de prensa.Puede que así seaa comienzos deeste siglo XXI, aunqueconviene no olvidar que el sexo ha esta-do presente en obras de escritoras detodo tiempo y latitud. Las que escribenen esta antología son autoras españo-las, casi todas nacidas entre 1960 y1985. Parece que la editora les propuso

el tema, y les diolibertad para tra-tarlo como quisie-ran. Quizá falte lacriba que hubieraunificado la cali-dad: algunos de losrelatos no cumplenel propósito de que«mientras dure lalectura no lo puedasoltar de las ma-nos» –y mucho me-nos, «de la mano»–.Por ello, nos quedala sensación de queel libro tiene más deprovocación que deresultados. Eso sí, elmedio centenar de

páginas ensayísticas que constituyen elprólogo está lleno de citas y de interés,por su modo de abordar el tema delerotismo y la pornografía, y de aden-trarse en el mundo de la sexualidad es-crita y vivida por mujeres.

DMAR LANGA❍

❧ Lucía Etxebarria, «Lo que los hombres no saben… Elsexo contado por las mujeres en 13 relatos a temperaturaextrema». Martínez Roca. Madrid, 2008.

EISRAEL QUÍLEZ❍

❧ Sauce ciego, mujer dormida.Haruki Murakami. Ed. Tusquets.

Un título provocador y trececuentos poco extremos

No hay temperatura

a Segona Guerra Mun-dial, amb especial aten-ció a l’experiència límitdels camps de concen-tració, ha estat en elsdarrers anys objecte dediferents novel·les d’è-xit. Hi destaca especial-ment, per l’ambició i elsresultats «Les Benig-

nes», escrita en francés per l’escriptor nord-americà resident a Barcelona Jonathan Littell.Igualment exitosa ha estat «El noi del pijamaa ratlles», de John Boyne. A més d’aquestesdues obres, escrites per autors actuals, nohem d’oblidar tampoc les nombroses reedi-cions i traduccions de relats autobiogràfics,com la colossal –en tots els sentits del ter-me– «Vida y destino», del rus Vasili Gross-man. És en aquest context que hem de situarla premiada novel·la de l’autor mallorquíMelcior Comes, que ha volgut també dir-hi laseua en un tema molt arriscat, tant per laseua inesgotable significació històrica comper les pertorbadores derivacions ètiques quesuscita. De fet, en la mateixa nit de lliura-ment del premi Josep Pla, en ser interpel·latsobre les semblances amb «Les Benignes»,l’autor de «La batalla de Walter Stamm» s’a-fanyà a dir que el llibre de Littell és narratdes de la complaença d'un botxí, i que el seuprotagonista, en canvi, «és una víctima queha d'agafar una arma per sobreviure. WalterStamm és un home culte, membre de la cul-

tura il·lustrada, assumpció dels grans valorsde la cultura europea, que es veu abocat, persobreviure, a fer la guerra. El meu protagonis-ta no té ni una gota de cinisme i és un soldatras, no un oficial. La meva novel·la té unpunt de vista moral molt distint». Potser sigaaixí, però la comparació resulta inevitable, do-nades les moltes similituds argumentals. In-evitable i odiosa per desfavorable, perquè unade les principals mancances de la novel·laque ara comentem és, precisament, l’escassadimensió moral del seu protagonista. Si voliafer d’ell una víctima, hauria d’haver-lo dotatd’una biografia més compromesa, més críticaamb el règim nazi, tant al principi com a la fide les seues aventures guerreres. Però Mel-cior Comes es limita a narrar-nos la dramàti-ca història d’un jove que és acusat de traïció

al III Reich, per col·laborar, tot i que de ma-nera inconscient, en la divulgació de secretsd’estat mentre treballava de secretari d’un ofi-cial alemany. Després del seu pas per uncamp de concentració, és enrolat en un bata-lló disciplinari i enviat al front rus, on partici-parà en la batalla d’Stalingrad. Tant en l’espaiconcentracionari com en el bèl·lic l’autor ex-hibeix una imaginació poderosa –ben apunta-lada per una documentació que s’endevinaexigent– que li permet descriure tots dos es-cenaris de manera detallada i esfereïdora. Elseu estil, a més, àgil i concís, condueix la na-rració amb un ritme sostingut. Tal i com ha-via demostrat als seus llibres anteriors, Mel-cior Comes és un narrador nat, amb una in-dubtable facilitat per a crear arguments i fer-los avançar convincentment. Tanmateix,aqueixa facilitat narrativa es converteix ara enel principal dels seus defectes. Perquè tot so-vint, i en especial en el relatdel setge d’Stalingrad, es re-sol en una successió inter-minable d’escenes de gue-rra, que acaben per resultarmonòtones. El cinema haarribat molt més lluny enaquesta direcció, i la litera-tura ha d’aportar alguna co-sa més en el terreny intros-pectiu. S’hi troba a faltaruna major atenció a la psi-cologia dels personatges ia les derivacions moralsdels drama que arrosse-guen. Cert que en algundels diàlegs que clouen elsetge, així com al final del’obra, mira d’extraure alguna signi-ficació a l’infern viscut, però tot plegat resultaconvencional i no salva la impressió de su-perficialitat –de brillant superficialitat– que esdesprén de la lectura de l’obra.

5arteyletrasJueves, 27 de marzo, 2008

Una comediabrillante conel fondo de laglobalización

❧ «Dos caravanas», deMarina Lewycka.Narrativa Lumen.2008.

Estamos en el siglo XXI y lasnueve personas reunidas

son inmigrantes venidos deUcrania, Polonia, China y deotros lugares remotos, para re-coger fresas y buscar un porve-nir mejor. Sus peripecias, susesperanzas, sus amores y la vo-luntad de trabajar frente a lasleyes inglesas es lo que reflejaesta novela.

Una reflexiónsobre el mal ylas impurezasde la memoria

❧ «Muerte de unaasesina». RupertThomson. LiteraturaMondadori. Barcelona,2008.

A Billy Tyler, oficial de poli-cía, se le encarga de custo-

diar y vigilar el cadáver de MyraHindley, famosa asesina en se-rie de niños que convulsionó ala sociedad inglesa en los añossetenta. Billy Tayler ya ha cruza-do el ecuador de su vida profe-sional, y ahora recibe la tarea decustodiar los restos mortales dela mujer más odiada del país.

El poeta Ramon Guillem, autor tambéd’un diari, «La cambra insomne», n’hapublicat ara un segon: «Com l’angèlica».

L'angèlica és un instrument –una mena de gui-tarra– amb una sonoritat exquisida que, detant complicada com era, va deixar de ser em-prada. Talment va passar amb l'instrument, elpoeta Ramon Guillem es demana, en el seudietari, si això no s’esdevindrà amb la poesia il'art dels nostres dies. I de ser així, a travésde quins camins seguirà expressant-se l'art i labellesa.

El dietari està format per anotacions dedica-des, bàsicament, a donar compte de les impres-sions, reflexions, sensacions que a l'autor li sus-citen els llibres, especialment de poesia, i lamúsica. No està gens malament el títol, ja quela música apareix constantment: des de GustavMahler a Miquel Gil hi trobem relacions, refle-xions i elucubracions de tota mena.

Sens dubte, el motiu de l'angèlica se situa enl'epicentre de l'experiència que l'autor expressaen el dietari. Estracta d'una percep-ció de canvis accele-rats i una sensació defungibilitat. Un bondia va a una llibreriai troba que pràctica-ment han desapare-gut els llibres de poe-sia, després la narra-tiva en català s'ha re-duït i, finalment, lamúsica clàssica. «Novaig poder evitar-ho–escriu l'autor– vaigsentir-me un dinosaure a la vora de l'extinció».Però no és sols des d'aquest angle que Guillemse sent foragitat: hi ha també el paisatge delsnostres pobles i ciutats en constant transforma-ció. El frenesí de ciment ens fa viure amb unasensació d'amenaça constant.

Hi sovintegen les anotacions sobre poesia.Des de comentaris sobre Casp i la seua voluntatd’emular J.R. Jiménez, a l'obra de Marià Villa-gómez, passant per la poesia de Manel GarciaGrau. Les pàgines més commovedores del lli-bre són les que relaten el final del poeta ide l'amic, Manel Garcia Grau, home compro-més amb la dignitat i sempre confiat amb laforça de la paraula.

La prosa de Guillem és pausada, reflexiva,amb constants recreacions líriques. L'autorhi maste-ga lectures, espigola idees, expressasensacions... És un lector selecte, unfruidor sensual, bé que una mica espantat pelscanvis que observa en l'entorn. I és, sobre-tot, un escriptor que sent «la imperiosa necessi-tat d'escriure. Com l'aire que respires. Com elsbraços de la dona que estimes. Escriure». ❏

La prosa de Guillem éspausada, reflexiva, amb

constants recreacions líriques

ENRICBALAGUER

Melcior Comes es limita a narrar-nos la dramàtica història d’un jove que ésacussat de traïció al III Reich

TRAVESSIES✑

LXIMO ESPINÓS❍

❧ Melcior Comes, «La batalla deWalter Stamm». Destino, 2008.

La imperiosanecessitat d’escriure

L’escriptorMelciorComes

6 arteyletras Jueves, 27 de marzo, 2008

POESÍA✒N

OV

ED

AD

ES Una voz

personal enla poesíanicaragüense

❧ «Una oscuridadbrillando en la claridadque la claridad nologra comprender».Carlos Fonseca. VisorPoesía.

Carlos Fonseca nació en Ma-nagua, Nicaragua, en 1988.

Los poemas que componen es-te libro fueron escritos entresus 15 y 18 años. Este joven vie-ne a afirmar la tradición de ex-celencia de la poesía nicara-güense con una voz cuya sabi-duría y dominio del lenguaje esmucho mayor que sus años.Una obra de gran belleza.

Una obraque funde supapel creadory estudioso

❧ «Sin miedo niesperanza». LuisAlberto de Cuenca.Visor Poesía.

Sin miedo ni esperanza» re-coge, en seis partes, sesenta

poemas escritos entre 1996 y2002. Una de sus secciones havisto la luz en edición para bi-bliófilos, con serigrafías deEduardo Úrculo y prólogo deArturo Pérez-Reverte. Albertode Cuenca nacido en Madrid esProfesor de Investigación delC.S.I.C.

uan Ramón Torre-grosa (Guardamardel Segura, 1955)acaba de publicar unlibro sorprendente einesperado que llevapor título «La soledadsiguiendo». Por unlado, este nuevo poe-mario puede descon-

certar a aquellos que conozcan la trayectorialírica de Torregrosa, que se inició en «El es-tanque triangular» (1975) y continuó con losmás recientes «Sol de siesta» (1996) y«Sombras del olvido» (2003), volúmenes enlos que la infancia y la memoria adquiríanun relieve fundamental; por otro, la facturade «La soledad siguiendo» entronca perfec-tamente con la tarea de editor y antólogoque el autor ha venido desempeñando des-de hace años, y que se ha manifestado tantoen ediciones de la obra de Juan Ramón Ji-ménez –«Estampas de Platero» (2005) y «Eliris mágico» (2006)– como en distintas an-tologías destinadas a un público infantil yjuvenil –«Antología de la lírica amorosa»(1990), «Las cuatro estaciones. Invitación ala poesía» (1999), «Hoy son flores azules.Tradición oral en poetas del 27» (2007) y«Mañana serán miel. Tradición oral en poe-

tas del 27» (2007)–.En este sentido, sólo

Juan Ramón Torregrosapodría haber escrito unlibro como «La soledadsiguiendo», donde se aú-nan las facetas de poetay de filólogo. Aunqueresuenan en el volumenlos ecos de grandes au-tores –desde la líricatradicional castellanahasta Antonio Carva-jal, pasando por Garci-laso, Bécquer, AntonioMachado, Miguel Hernández y mu-chos otros–, la voz del autor resulta incon-fundible y resuelve con maestría los distin-tos pies forzados que se ha impuesto.

Antes de hablar de la estructura y organi-zación del volumen, me gustaría referirme,siquiera brevemente, a su forma externa,que es la de la colección «Esquenocomo» dela editorial sevillana Point de lunettes, quese ha destacado por sus ediciones cuidadasy exquisitas, una bella tarea que queda im-presa a dos tintas sobre un papel de altogramaje. Es sólo el formato, claro, pero nosiempre el lector de poesía puede disfrutarde una edición tan esmerada. En este caso,

además, el continente que-da puesto al servicio de uncontenido bello.

«La soledad siguiendo»,un cancionero amoroso deestilo tradicional y asuntomoderno, consta de cin-cuenta composiciones bre-ves sin título repartidas a lolargo de tres partes, cada unade las cuales tiene, aproxima-damente, el doble de exten-sión que la anterior. De estaforma, la primera, «Voz nom-brada», que viene introducidapor unos versos de estirpe po-

pular, agrupa siete piezas que tienen comohilo conductor la prosopografía de la ama-da; es, por tanto, un repaso por su fisono-mía, ya que se describen sus senos, sus ma-nos, su risa y su voz. La segunda sección,que se titula «Memoria, espejo, cuerpos» yva precedida por una cita de Antonio Ma-chado –«Todo amor es fantasía»–, constade dieciséis piezas y arranca con la búsque-da de la amada y el encuentro de los aman-tes en un momento histórico concreto, se-gún queda explicitado en el primer poemade la serie: «Mientras duró la agonía / delinfame, / nuestros cuerpos aprendieron / a

buscarse. // En los cines y en el metro, / enlas aulas, / en la calle en sobresalto / se bus-caban». El tiempo en el que viven los aman-tes es distinto al del mundo, que sigue sucurso: «La tarde se desliza / entre deberesaplazados / y sábanas revueltas. // Afuera elmundo / prosigue sin descanso, / no se de-tiene». Más allá de los encuentros no haynada, únicamente soledad e incertidumbre:«Detrás de los cristales / qué distinto y ex-traño suena / el rumor de la calle. // Y quésuave y tibio / si rozo con mis labios / tu co-razón dormido».

La última parte, en la que se reúnen vein-tisiete poemas, más de la mitad del total, esla que da título, gracias a una cita de Garci-laso, a todo el volumen. Si previamenteasistíamos a dos cuerpos en constante bús-queda, ahora presenciamos un juego deidentidades entre el tú y el yo. Resulta im-prescindible el recuerdo del primer beso–«Cines y besos: / luz del pasado / en blan-co y negro»–, el regreso a la infancia –«Co-mo el niño que cuando es grande / no sabesi quiere o no quiere / regresar a los escena-rios / que fueron un día su infancia»– y, so-bre todo, la certeza de que lo único seguroes que nada lo es: «Vivo en la oscura certi-dumbre de lo efímero».

En última instancia, tal como ya apuntóel propio Torregrosa en el poema «La ceni-za ardida», de «Sombras del olvido», «nohay mayor gloria ni más sublime / que la dehaber ardido». Así es también «La soledadsiguiendo», la cartografía de un amor, la di-sección de una llama.

J

gnacio Escuín Borao(Teruel, 1980) compagi-na su labor al frente dela editorial «Eclipsados»con una constante dedi-cación a la creación po-ética. Su faceta de edi-tor, que apuesta pordescubrir —y redescu-brir— nuevas voces a

los lectores atentos, corre el riesgo de «eclip-sar» el reto más personal del autor: su propiapoesía. De hecho, Ignacio Escuín no es ni unpoeta ocasional ni un recién llegado al mundode las letras. Esta «Americana» es la última sa-lida por ahora de un trayecto que comprendeel cuaderno «Ejercicios espirituales» (2005) ylos poemarios «Profundidades» (2005), «Pop»(2006) y «Couleur» (2007). En ese sentido,«Americana» constituye un libro-gozne, en lamedida en que cierra una parte de su produc-ción y abre senderos inéditos en su obra hastala fecha.

«Americana» se divide en tres secciones,que se corresponden con otras tantas cartogra-fías de la experiencia individual o estética:

«Yakarta», «Cubalibre» y «Querétaro». La pri-mera introduce las principales claves temáti-cas del libro. El nombre de Yakarta, un man-tra repetido a lo largo de los versos, se concibecomo un símbolo de la utopía tras el que seesconde su contrapartida negativa: el mapa deuna América degradada. Frente a la libertadque se cifra en las letras de Yakarta, Escuínopone una mitología de luces de neón, cinesabandonados y sórdidos edificios. La iconogra-fía de Hollywood se convierte así en emblemade una sociedad que tiende a confundir reali-dad y leyenda. Esta perspectiva se vierte en uncauce expresivo que en ocasiones se acerca ala tonalidad profética y en otras se expande ha-cia la densidad del poema en prosa.

Por su parte, «Cubalibre» se inspira en unviaje del autor a La Habana. Aquí, Escuín sus-tituye la imaginería fantasmal de los EstadosUnidos por una voluntad reflexiva acerca delos espejismos de la historia contemporánea.Las falacias del progreso se imbrican en unaindagación metapoética sobre la importanciade contar el relato de los hechos. Escuín sabeque el discurso literario, como el ideológico,acaba por crear la realidad que designa. Por

eso, la fascinación ante una geografía desco-nocida se desplaza, poco a poco, hacia la amar-gura ante los trampantojos de nuestra civiliza-ción. A medio camino entre la distancia apa-sionada y el deseo de transformación social,«Cubalibre» es también un pertinente reflejode la situación política actual.

La intertextualidad de «Cubalibre», salpica-

da de citas ajenas que conforman el trasfondode la narración, se adelgaza hasta lo esencialen «Querétaro». En este apartado, la anécdotase articula en torno a un núcleo simbólico: elvuelo de un buitre sobre la ciudad de Queréta-

ro. La conciencia de la de-rrota colectiva y las dudasacerca de la propia identi-dad tiñen ahora los versosde un sereno estoicismo, deuna ensoñación que sólo secumple en la lejanía:«Siempre me han gustadolas tierras fronterizas / puesyo vengo de la misma línea/ de la franja que divide /España en dos, mi casa delresto».

El juego vanguardista, lalucidez irónica y la compli-cidad son ingredientes in-dispensables en la recetapoética de Escuín. Sin em-bargo, estos recursos no

conducen al encogimiento de hombros pos-moderno. Al contrario, el autor ha decididoproyectar una mirada al presente basada endos actitudes complementarias: desconfiar dela historia y confiar en las historias. Sus lecto-res ignoramos a qué territorios nos conduciráEscuín en sus próximos libros. Pero tenemosla certeza de que será un placer acompañarlo.

LUIS BAGUÉ QUÍLEZ❍

❧ «Americana», de IgnacioEscuín Borao. Ediciones Leteo.León, 2007.

JOAQUÍN JUAN PENALVA❍

❧ «La soledad siguiendo», deJuan Ramón Torregrosa. Pintde Lunettes. Sevilla, 2008.

I

Un libro sorprendente

La noche americana

El poetaIgnacioEscuín Borao

7arteyletrasJueves, 27 de marzo, 2008

ENSAYO✒

ue somos suje-tos deseantesno es una nove-dad. Los grie-gos –¡siemprelos griegos!– yahabían consi-derado estac u e s t i ó n :«aquellos vi-

vientes que poseen tacto, poseentambién deseo», dijo Aristóteles.Que debemos desconfiar de nuestrosdeseos, porque pueden destruirnos,tampoco resulta innovador. Lo inédi-to, según J. A. Marina, radica en la

actual vida social, estructurada sobrela excitación continuada del deseo(pensemos en la publicidad como fá-

brica permanente de los apetitos). El autor de «Las arquitecturas del

deseo» –que ha escrito numerososensayos, como «Teoría de la inteli-gencia creadora» (1993), «Ética paranáufragos» (1995), «Por qué soy cris-tiano» (2005) y «La revolución de lasmujeres» (2006)– se considera undetective privado interesado en el es-tudio y comprensión de los «siste-mas invisibles». Haciendo uso desus dotes de investigador, percibeque la «exaltación del capricho» ennuestras sociedades aúna fenómenosaparentemente distintos: la fragilidadde las relaciones afectivas, las pere-grinaciones a los centros comercia-les, la falta de atención del alumnadoen las aulas, el auge de la violencia,la anorexia, la ansiedad, los compor-tamientos impulsivos… Por ello, ensu último libro, se propone realizaruna arqueología del sistema cultural

de los deseos. Ahorabien, decepcionadoante la ausencia deuna exposición cohe-rente sobre el asun-to, decide integrar loque se sabe para,después, «conti-nuar la galopadainicial». Ignoro sicarecemos de unateoría completa so-bre los deseos. Encualquier caso, yaun reconociendola labor llevada acabo por el pen-sador, así como su empeño poracercar la filosofía al gran público,hubiera resultado más interesanteun análisis exhaustivo sobre esas«ideologías ocultas» que mencionabrevemente, pero no acaba de reto-

mar. «Las arquitec-

turas del deseo»es un ensayo en elque Marina dapinceladas, define,utiliza ejemplosclarificadores, perofalta un mayor des-arrollo y engranajede las ideas. Porotra parte, para or-ganizar la conviven-cia de los deseos aca-ba apelando a la ra-zón. Eso no es decirmucho si tenemos encuenta que, en oca-

siones, los más reprobables deseosnacen del ejercicio de ésta. Además,¿cómo conjugarla con la aceptaciónde «un inconsciente personal y uninconsciente social»?

Un ensayo que define y da ejemplospero en el que falta un mayor desarrollo

a exposiciónen la sede ma-drileña de laFilmoteca Es-pañola sobre eldirector RafaelGil y su rela-ción con laproductora CI-FESA, ha veni-

do acompañada de un estupendo ca-tálogo.

Rafael Gil fue, sin duda, el direc-tor español de más largo recorrido yquizá el más prolífico. Debutó en elcine con el documental «Sanidad»,de 1937, producida por FilmPopular, aunque su primer lar-gometraje sería en 1942 con«El hombre que se quiso ma-tar», y se despidió cuarentaaños después con «Las autono-suyas». Comenzó adaptando aWenceslao Fernández Florez,con Antonio Casal y RositaYarza, y finalizó haciéndolocon Vizcaíno Casas, con Alfre-do Landa y María Casanova.

Gil estuvo unido, mientras laproductora estuvo activa, a laempresa valenciana CIFESA,creada en 1932 de la mano dela familia Casanova comoagente distribuidora en Españade Columbia. Ya en 1934 co-mienza a producir, y cuentacon dos directores de indudable ta-lento como Florián Rey y Benito Pe-rojo, y se especializa en películasque pondrán los cimientos de la «es-pañolada», como «Nobleza batu-rra», «La verbena de la paloma», «Elgenio alegre» y «Morena Clara». CI-FESA y su estilo fue lo que dio elperfil de la cinematografía españolade los cuarenta, estableciendo inclu-so una especie de «star system»,donde trabajaban en exclusiva susrutilantes estrellas Amparito Rive-lles, Luchy Soto o Mercedes Vecino,

o galanes de la altura de Alfredo Ma-yo, Rafael Durán o Jorge Mistral, re-alizaba promociones publicitarias derelieve, y daba un barniz de super-producción a sus películas.

Películas de salones suntuososcon teléfonos blancos, o películashistóricas, donde el cartón piedra lu-cía en castillos y palacios. Rafael Gilfue uno de los directores predilectosde la productora valenciana junto a

Juan de Orduña. Dotado de un co-nocimiento técnico notable y acom-pañado de un decorador magníficocomo Alarcón, y con un eficaz Alfre-do Fraile en la fotografía, Rafael Gilfue el más próximo de nues-tros directores de los cuarentaa lo que se podría llamar unneorrealismo a la española,como en «Huella de luz» oen «La calle sin sol». Contó con unactor, Antonio Casal, con el que elespañol medio podía reconocersesin dificultad, y juntos debutaron en

el cine en 1942. En aquellos cuarenta, Rafael Gil

dirigió de todo, desde adaptacionesliterarias, como «El clavo», come-dias con un punto surrealista, como

«Eloísa está debajo de un almen-dro», a comedias sentimentales deltipo de «El fantasma y doña Juani-ta», y por supuesto películas históri-

cas y religiosas, como «Reina Santa»y «La fe», donde los mensajes filosó-fico-político- religiosos se entremez-clan con arrebatos místicos de altovoltaje, aunque producidas por Sue-via Films.

En 1947 Rafael Gil dirigió su ver-sión del «Don Quijote de la Man-cha» con motivo del centenario de lamuerte de Cervantes un año antes.Quiso ser para CIFESA la corona-ción de su labor como productora,pero la respuesta del público no fuela esperada, a diferencia de «Alba deAmérica». No es una mala versión,porque Gil sabía de cine, pero sí unQuijote lastrado por los condicio-nantes de la época. El director quisohacer del Ingenioso Hidalgo un«símbolo de la fe», y lo desnudó detoda ironía cervantina, eliminandolo escabroso y la simpatía hacia lomarginal, que tanto afecto desperta-ban en Cervantes. Quizá no podía

ser de otra manera, porqueFranco era llamado en la épo-ca «Caballero hidalgo de lapatria pacificada», y al rodajeasistieron Dª Carmen Polo, el

subsecretario de la presidencia, Ca-rrero Blanco, y hasta el Nuncio Ci-cognani pasó por allí para degustarun caldito.

ENRIQUE GIMÉNEZ❍

❧ «Rafael Gil y CIFESA». FilmotecaEspañola. Madrid, 2008.

L

ELVIRA GARCÍA ALARCÓN❍

❧ «Las arquitecturas del deseo», JoséAntonio Marina. Anagrama, 2007.

Q

El realizador fue el más próximo denuestros directores de los años cuarenta

Vivir es desear

Rafael Gil y la antorchade los éxitos

Fotogramasde algunasde laspelículas deRafael Gil

El historiadordel arte To-

más Llorens dic-tará un semina-rio sobre JoanMiró centradoen la atenciónque Miró pres-tó al mundo ru-

ral y pagano, así como su fascinación por el exceso, lafecundidad, el sexo, la vida y la muerte.

rtistas tan disparescomo los pintoresGerhard Richter oSigmar Polkle, es-cultores, instalado-res, fotógrafos, co-mo Nauman, Mari-na Abramovic, Re-beca Horn, se for-man en ese extenso

concepto del arte, abierto a otros domi-nios además del diseño constructivista yexpresionista que había dominado en lasvanguardias y posteriores desarrollos: losprocesos y las energías empiezan a explo-rarse, una concepción plástica del procesode transformación de los significados, enmateriales y objetos utilizados como me-táforas y realidad. Beuys utilizó los obje-tos y las señas de su biografía y tuvo la ca-

pacidad de recuperar una reflexión del ar-te desde una Alemania cuyos productos yautores estaban machacados por la mani-pulación de la propaganda nazi. Artistacarismático y muy influyente, fue respon-sable en gran medida de que Europa au-mentara la confianza en su propio arte.

A Beuys se le ha interpretado de mu-chas maneras, en clave política, social, an-tropológica, sin profundizar demasiado

en la precisión formal y la fuerza conla que elaboró su pensamiento artís-tico. Desarrolló la búsqueda de unasformas de expresión en las que se re-lacionan necesariamente el conoci-miento de la naturaleza y el conoci-miento de las construcciones huma-nas, los mitos, los símbolos; la crea-ción a partir de la intui-ción y la razón de losinstrumentos del pensa-miento, en ese dominiode la realidad del hom-bre. «El arte debe serun medio real, en la vi-da cotidiana, de entraren, y transformar, lasesferas de poder de lasociedad». Su granpersonalidad, su as-pecto ritualizado, co-mo parte de esa laborde mediación que re-presentaba en todassus manifestaciones,sombrero de fieltro y

chaleco de pescadoro un gran abri-go de piel, y su capacidad de auto-promoción, le otorgaron muchosseguidores y grandes detractores.Similar respuesta obtuvo otra granpersonalidad, trasgresor de las es-tructuras que condicionaban el co-nocimiento y la transmisión de losprincipios artísticos en América, enlos mismos años, Andy Warhol.

Esta escueta exposición, como nopodía ser de otra manera, si de loque se trata es de repasar una tra-yectoria tan compleja y diversa co-mo la de Beuys, además de traer-nos algunas de las piezas clásicasmuy ligadas a su biografía, como eltraje de fieltro o el trineo, ya casiimágenes de marca, nos presentauna magnífica y compleja labor deselección de su extensa producciónde obra gráfica, obras editadas en

serie, grabados, dibujos, fotografías,donde se puede apreciar el desarrollo,

a lo largo de su trayectoria artística, tantode su proyecto creativo como la base filo-sófica que lo sustenta. En sus dibujos ex-plora los procesos y órdenes vitales. El di-bujo como herramienta de reflexión so-bre los fluidosde emisión y re-cepción. Tantoen su obra gráfi-ca como en la

materialidad de su escultura einstalaciones, no se contentó conuna alegoría de los materiales enel sentido estético tradicional,desarrolló una sintaxis propia: lamasa, el peso de la materia, la ca-pacidad de almacenamiento, con-ducción de energía. Con unaplasticidad mágica y brillante enla idea de la transformación comoanalogía de la capacidad de cam-bio y sanación de la sociedad.

Difícil separar al Beuys artistadel Beuys profesor, político, teóri-co y chamán. Pero Beuys se basaen su propia tradición, él mismoutilizó a los autores alemanes co-mo referencia, el pensamiento fi-losófico de Novalis, Kant, la lectu-ra de Goethe, en esa búsqueda delos orígenes, de las fuerzas interio-res, y de un primitivismo, en elque, aunque en algunos momentos congran confusión, se ha identificado el pen-samiento alemán.

Beuys fue una figura polémica, aunhoy lo es. Como Andy Warhol, aunque

con registrosmuy diferentes,son artistas muycuestionados porsus personalida-

des y su intensa relación con los medios yel poder intelectual y económico de susrespectivas sociedades, pero son artistasclaves que marcan un antes y un despuésen la concepción del arte, de eso no cabe

duda. La mayoría de las actuaciones ar-tísticas actuales parten o surgen de con-cepciones, cuando no, de registros plan-teadas por estos autores. En el caso deBeuys la concepción de la performance,de la acción e intervención plástica yconceptual en un entorno público no hasido superada ni en complejidad ni enintensidad. Artistas que implicados ensu mirada hacia el mundo, su obra y suvida se interrelacionan en esa tarea delanzar un mensaje sobre lo que es el ar-te, en esa tarea vital de establecer con-

ceptos artísticos, de precisar la mi-rada del hombre, la mira-da hacia lo que ha servidopara evolucionar en elpensamiento, para estable-cer un mensaje. Al igualque Warhol, utiliza mediosmecánicos, la fotografía, elvídeo, investigando y des-arrollando todo el mundode relaciones y la compleji-dad que nuestra historia y la

nueva sociedad de consumo asocia a laimagen. A Beuys nunca le interesó la ha-bilidad manual o una regresión a la figu-ración estereotipada, esto hubiera supues-to un ejercicio de decadentismo que nohubiera planteado ninguna ruptura ni re-flexión. El artista es el que cambia elmundo, es el que plantea nuevas mira-das. Pero siempre cuesta ver cómo y porqué se transforma el mundo.

l IVAM ha lle-vado a cabouna muy inte-resante mues-tra sobre laobra de Gior-gio de Chirico,cuya manifes-tación pictóri-ca a lo largo

de toda su trayectoria se encuentracaracterizada por la influencia deun marcado helenismo, en ocasio-nes no exento de un historicismoformal, que lo aproxima a la bajaEdad Media. Al hilo de laexposición cabe hacer unareflexión sobre la influen-cia que tuvo en varias su-cesivas generaciones dearquitectos, principalmen-te italianos. Estamos anteuna influencia que fue re-levante no solo en la épo-ca fascista, cuando se pro-dujo el fructífero maridajeentre clasicismo y arqui-tectura vinculada a lastendencias del movimien-to moderno (algo insólitoen las restantes dictadurasque asolaron Europa du-rante varias décadas delpasado siglo) si no que di-cha influencia alcanza eta-pas más recientes. Este esun hecho que resulta per-fectamente reconocible enla obra de Aldo Rossi, consus propuestas para recu-peración de los tejidos ur-banos.

Resulta de otra parte delmayor interés observar lasituación del panoramaespañol, en especial du-rante aquellas primerasdécadas del novecientos.Tras la disolución del mo-dernismo creativo, contan importantes figurascapitales trabajando enBarcelona, se produce unaparente cierto descon-cierto en el cual la indaga-ción por lograr formalizaruna «arquitectura nacio-nal», con raíces regionalesy autóctonas, lleva a laaparición de un broncoestilo montañés. Se trata,sin embargo, de un estilode escaso, por no decir, nulo éxito yrepercusión entre las propuestas ar-quitectónicas que dominaban en elpanorama internacional.

Por el contrario, más consistenciademostraron un reducido númerode arquitectos, cuyo trabajo se apo-ya en la historia, tienden a la supe-ración de los esquemasprecedentes, y buscanafianzar nuevas solucio-nes con las cuales dar res-puesta con los plantea-mientos que precisa la de-manda del momento. Todos ello seencuentran imbuidos por la necesi-dad de superar la contradicción en-tre decoración y decoro, debate quetambién se desarrollaba en el restode Europa. Así, encontramos lasaportaciones de figuras como De-

metrio Ribes, Torres Balbás, Smith,Talavera, Teodoro Anasagasti, etc.,en quienes se hace patente la in-fluencia de la obra que desarrolla elvienés Otto Wagner.

Especial relevancia reviste el tra-bajo desempeñado por Anasagasti,quizás el primero en establecer la-

zos con la novedad y la vanguardia.Tan solo su actuación llevada a caboen el granadino Carmen para lafundación Rodríguez-Acosta le otor-ga un lugar puntero en el panoramade aquellas primeras décadas delnovecientos. En mi opinión, no soloen el ámbito español, también en

buena parte de la producción que sesitúa al margen, pero resulta próxi-ma, de las llamadas vanguardiashistóricas. Se trata de obras que,desde años atrás, vienen adquirien-do interés y significación en losanálisis amplios para el conoci-

miento de la arquitectura de aque-llos años.

El citado Carmen fue promovidoentre los años 1916 a 1930 por elpintor José Luís Rodríguez-Acosta,y con posterioridad a 1940 se llevó acabo la instalación de su obra artís-tica. Aunque se encuentra situado

en las proximidades de la Alambra,Anasagasti no se dejó influir por lle-var a cabo una traslación de relacióndirecta formal de las impresionan-tes construcciones de época nazarí,en aquella época en proceso de res-tauración. Por el contrario, el arqui-tecto define los temas de composi-

ción arquitectónica, analizalos tipos y los espacios,abiertos o cerrados, enten-diendo los jardines comopiezas de volúmenes, utili-zando el agua con la expe-

riencia de la tradición en el Medite-rráneo, y procediendo en la arqui-tectura a la simplicidad, mediante laeliminación del ornamento, tal co-mo denostaba Loos, sin olvidar citaseruditas de referencia medieval odel mundo griego.

8 arteyletras 9arteyletrasJueves, 27 de marzo, 2008

ARTE✒ ARQUITECTURA✒E

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ICIO

NE

S El Museo deBellas Artesde Bilbao abresus puertas❧ «El Papel del ArteVI. De Goya aBenlliure». Hasta el 13de abril. CentroCultural BancajaAlicante en la Rambla.

De Goya a Benlliure» re-úne un total de setenta

y cuatro obras sobre papelpertenecientes a los fondosdel Museo de Bellas Artesde Bilbao. Aunque la mues-tra es de carácter irregular,permite ver obra que, porsus condiciones materiales,suele exhibirse en pocasocasiones.

Una muestrade los artistasmás actualesdel país❧ «Estratos». Hasta el31 de marzo. Endiversas sedes de laciudad de Murcia.

Una oportunidad deacercarnos al arte más

actual, que se exhibe en di-versas sedes de la ciudad deMurcia. Vídeos, instalacio-nes, fotografía y pinturas dediferentes artistas contem-poráneos en una muestraque ha comisionado NicolasBorriaud y para todo tipo degustos.

El sexo, lavida y lamuerte enJoan Miró

❧ «Miró: la tierra». 2,9, 23 y 30 de abril.De 17 a 19.30 horas.Salón de Grados de laPolitécnica. Universidadde Alicante.

A

ESANTIAGO VARELA BOTELLA❍ El Carmen de la

Fundación Acosta

Una visita aMurcia

He viajado recientemente a Murcia y, comoen otras ocasiones, la visita me ha resulta-do muy atractiva. No puede decirse que

Murcia sea una ciudad hermosa, sobre todo si lajuzgamos por sus edificios que son de una arqui-tectura insustancial en su mayor parte. En cam-bio, ofrece la viveza de sus calles, que uno encuen-tra muy animadas a cualquier hora del día. Paraquienes vivimos en una ciudad que no permite lospaseos, caminar cómodamente y sin prisa por lacalle es una sensación muy agradable. Murcia tie-ne varias calles peatonales, que albergan un co-mercio importante, y acaso sea esto lo que propor-ciona el dinamismo que se advierte en el centro dela población.

Fui a Murcia para visitar «Estratos», una mues-tra de arte contem-poráneo que ha or-ganizado el gobier-no regional. El ali-cantino que se inte-rese por el arte dehoy, no tiene másremedio que des-plazarse a otras po-blaciones para ver-lo. En Alicante, lasmuestras de este ar-te son inexistentes,y nadie pareceecharlas de menos.El provincianismoque se ha apodera-do de la capital, enlos últimos años,acabó con estas ex-posiciones. Ello esconsecuencia, enbuena medida, dela mediocridad de

las autoridades, personas de escasa cultura y singusto natural.

Dentro de esa enorme feria de vanidades y dine-ro que es el arte contemporáneo, «Estratos» esuna muestra de carácter modesto. De aquí deriva,para mi gusto, su mayor virtud. Me temo, sin em-bargo, que esa contención haya defraudado a losespecialistas, que hubieran preferido una exhibi-ción de gran impacto internacional. Es probableque, de haber organizado algo más presuntuoso,como se pretendió con la Bienal de Valencia, losresultados hubieran sido inferiores. En mi opi-nión, «Estratos» se adecua muy bien a una ciudadcomo Murcia y ofrece una aceptable informaciónsobre el arte actual.

Como las diferentes exposiciones se hallan re-partidas por el centro urbano, es posible visitarlasen un solo día sin apresurarse. La única excepciónes el Centro Párraga, que exige un breve desplaza-miento sin mayor dificultad. El propio Centro me-rece por si mismo la visita: es un ejemplo de có-mo, con inteligencia y sin un gran presupuesto,puede recuperarse un edificio para darle un exce-lente uso social. Las obras de Estratos que se exhi-ben en el Párraga ofrecen, además, la única opor-tunidad de ver algo de pintura, una actividad pocotratada en el arte actual. Si tuviera que destacar al-guna pieza de las que aquí se exhiben, me inclina-ría por un inquietante dibujo de Paul Noble, degrandes dimensiones. Pero en el arte moderno–se ha dicho muchas veces– lo interesante no sonlas obras que se presentan, sino el proceso queconduce a su creación: ese fermento en el que secruzan diversas disciplinas y que está cambiandonuestra forma de mirar el mundo. ❏

El alicantino que seinterese por el artede hoy, no tienemás remedio que

desplazarse a otraspoblaciones paraverlo. En Alicante,las muestras son

inexistentes

MIRADAS✑

JOSÉRAMÓN

GINER

El edificio fue promovido entre los años 1916a 1930 por el pintor José Luis Rodríguez-Acosta

Un artista carismático y muyinfluyente en el arte europeo

Beuys en el IVAMA. I.

Barrio de SanFrancisco,

edificionuevo que

aplica deforma

incorrecta lamorfología

antigua

Distintasobras de

JosephBeuys

El Kunstmuseum de Bonn encolaboración con el IVAM nos

ofrece la oportunidad deacercarnos a la visión y a la

concepción del arte de JosephBeuys, un autor fundamental querevolucionó el debate artístico,social e incluso político en la

Alemania y Europa de los añossesenta y setenta. Aun hoy día,Beuys constituye el principio en

el que muchos autores de diversasdisciplinas se han formado.

( )

GUILLERMINA PERALES❍

❧ IVAM.- Centro Julio González.Valencia. Hasta el 25 de mayo.Martes a domingo, de 10 a 20 horas.

Transformar el mundoA. I.

a música, muchas ve-ces, indaga a travésde las historias hu-manas más crudaspara encontrar unbuen cobijo. El rock yel country se toparonun día con Micah P.Hinson y pactaroncon él sacarle del lado

más oscuro de la vida a cambio de que losabanderara con su guitarra. Hinson aceptó ya través de la poesía y del sonido encontró elcamino para cambiar su papel de sin techo,de veinteañero que ya había pasado por lacárcel a causa de las drogas, el alcohol y pe-queños delitos. Una trayectoria amarga moti-vada por su relación con una ex modelo deVogue por la que, como otros tantos jóvenesde su edad, había perdido la cabeza y tam-bién la dignidad.

Sus canciones nunca han podido perderese lastre de amargura, aunque el dolor, a lavez, las ha hecho tan fuertes que le han lleva-do a convertirse en uno de los estandartes dela nueva generación del rock americano, al

igual que Josh Rouse –vecino hasta hace po-co de Altea–, Wilco o Ryan Adams.

El domingo cumplirá 27 años y ya cuentacon dos trabajos que avalan su calidad. Elpróximo 10 de abril visitará la sala Nave 8 deSan Vicente del Raspeig, donde presentarásu tercer disco, «And the red empire orches-tra». En este trabajo, Micah P. Hinson mues-tra la misma languidez, el mismo susurroamigo y a la vez perdido que identifica alrock americano. Todo a través de su guitarra,su voz tan profunda como el desierto de Ari-zona y los destellos orquestales que le dan aldisco un toque de madurez. Desde su puntode vista, todo este neoclasicismo que brama

su música, fiel al legado de personajes comoRoy Orbison, no deja de transmitir en nin-gún momento la sensación de ser una músi-ca parida por alguien que anda por la sendaalternativa y regido por sus propias leyes.Temas desnudos como «You can’t tell your-self» o algunos más arropados en el estudiocomo «Throw the stone» no son más quetestimonios de la deuda que Hinson siguepagando por su salvación musical.

acido en 1953,el dramaturgofrancés Ber-nard Vergnes,cuyo pseudóni-mo es EnzoCormann, co-menzó su tra-yectoria litera-ria en 1980 y es

una de las figuras fundamentales dela cultura contemporánea francesa,gracias a obras como «Sigue la tor-menta» y a su postura crítica

ante la realidad que le rodea y la so-ciedad inhumana actual. Admiradorde Onetti, su urgencia de decir fructi-ficó en un ruido de hojas literarioque ha ido conformando una obra enprosa dispersa en prólogos, artículosy conferencias, algunas inéditas, reu-nida en este volumen, que acaba depublicar la Universidad de Valenciaen la colección Teatro Siglo XXI, Se-rie Crítica, gracias a la labor del tra-ductor Fernando Gómez Grande. En-tre las recopiladas, que comprenden

el periodo de 1987 a 2003, se encuen-tra la que pronunció en Alicante co-mo apertura del I Encuentro Interna-cional de Dramaturgia, celebrado en2003 sin posterior continuidad.

Para Cormann «el teatro es exa-men de la realidad y tal examen sóloes posible por el rechazo de toda con-clusión». El autor de «Diktat», cuyaproducción dramática está encuadra-da en el realismo paroxístico baconia-no, alerta del «empobrecimiento delespacio del pensamiento» y alienta alos creadores a proseguir su camino«porque aún hay cosas que decir,puesto que aún hay cosas que su-frir». El teatro no sólo es «menos unarte de la representación que de laevocación, más analítico que descrip-tivo», sino también es una «herra-mienta de conocimiento más queuna técnica de diversión». Por ello,es –y no es sólo– un «consenso lúdi-co en el que el espectador se compro-mete a título de presencia activa, es

decir de miembro activo, de miem-bro pensante y no de espectador ba-lante», según el autor de «La rebeliónde los ángeles».

Actor hasta los 21 años y periodistadespués de dejar las tablas hasta quehastiado decidió «no servir nuncamás a la realidad, sino perturbarla»,Cormann escribe que el teatro no estanto de quien lo escribe como dequien lo ve o lo escenifica. En las pá-ginas de «¿Para qué sirve el teatro?»también explica su relación con eljazz, vinculada al saxofonista Jean-Marc Padovani y a la compañía LaGrande Ritournelle, y queda patentesu labor de pedagogo, que comenzóen 1995 en el Teatro Nacional de Es-trasburgo y que continuó en Lyon yen la ENSATT.

Este es el libro de un contador dedramas para quien el teatro es una«bolsa de resistencia contra la media-tización opresiva, contra las políticasconsensuadas que infantilizan». Ypara eso sirve el teatro.

10 arteyletras Jueves, 27 de marzo, 2008

TEATRO✒N

OV

ED

AD

ES Análisis

de diezcomedias deLope de Vega

❧ «Mito e historia enel teatro de Lope deVega». Teresa J.Kirschner y DoloresClavero. Universidadde Alicante.

Esta monografía analiza diezobras poco estudiadas de Lo-

pe, como las comedias autógra-fas «La corona merecida» y «Elbastardo Mudarra» o la dramati-zación de una saga fundacionalen «El conde Fernán Gonzá-lez». El ensayo evidencia cómoLope emplea el pasado paraplantear problemas en la socie-dad de su época.

Trilogíacontra lamuerte en unvolumen

❧ «Trilogía. Actos deresistencia contra lamuerte». AngélicaLiddell. Artezblai.

La editorial vasca Artezblai publi-ca en un volumen con prólogo

de Josu Montero la trilogía de la dra-maturga, actriz y directora AngélicaLiddell, pseudónimo de AngélicaGonzález (Figueres, 1996), com-puesta por «Y los peces salieron acombatir contra los hombres», «Ycomo no se pudrió… Blancanieves»y «El año de Ricardo», todas estrena-das por Atra Bilis Teatro.ca.

N

A. I.

CARLOS FERRER❍

❧ «¿Para qué sirve el teatro?». Enzo Cormann.Universidad de Valencia. Traducción de F. Gómez Grande.

El cantautoramericano

Micah. P.Hinson

Las reflexionesde un contadorde dramas

Para Cormann «aún hay cosas quedecir porque hay cosas que sufrir»

Una imagende laportada delibro deEnzoCorman

El precio de la salvación musical

LSERGIO ILLESCAS❍

MÚSICA✒

El americano Micah P. Hinson presenta eldía 10 de abril su nuevo disco en Nave 8

«Se podía construir un mundo en cincopáginas, y hasta más placentero que unagranja en miniatura. La infancia de unpríncipe mimado podía comprimirse enmedia página; un rayo de luz de luna erauna frase rítmicamente enfática; era posi-ble describir el hecho de enamorarse conuna sola palabra: una mirada ».

(Ian McEwan, Expiación)

lgo asombro-so sucede alver «Expia-ción» («Ato-n e m e n t » ,2007). Dirigi-da por JoeWright y ba-sada en la no-vela homóni-

ma del escritor británico Ian McE-wan, la película tiene para este es-pectador una primera parte maravi-llosa que naufraga incomprensible-mente durante la extensa segundaparte y recupera parte de su fuerzay esplendor inicial en el reflexivoepílogo que cierra la obra.

La primera media hora de «Ex-piación» es cine en estado puro. Eldirector huye del cine-literatura enel que la imagen se limita a ilustrarla novela, y consigue potenciar lasposibilidades visuales del cine. Ha-ce uso del perspectivismo para con-tar visualmente (sin recurrir a lavoz en off) un mismo hecho, la es-cena de la fuente, desde distintospuntos de vista: la mirada subjetivade la niña Briony que confunde larealidad con la imaginación, los ce-los y el desencanto; y la visión delos hechos vividos por sus dos pro-tagonistas, Cecilia y Robbie. La pri-mera secuencia está rodada conplanos generales que alternan con

primeros planos de la mirada de laniña junto a la ventana. El marcode la ventana fija el temblor deunos ojos que no entienden lo queestán viendo. La segunda secuenciavuelve a contar lo sucedido siguien-do, con la cámara en movimiento,a los dos protagonistas hasta llegara la fuente. Los planos medios yprimeros planos captan el deseo la-tente de unas miradas arrastradaspor la pasión desatada en el tiempoinmóvil de ese verano tedioso en elque transcurren los hechos.El desdoblamiento perspecti-vista de las miradas vuelve aaparecer en la escena de labiblioteca: la mirada incrédu-la que ha perdido la inocen-cia da paso, después, a la mi-rada pulsional de unos cuerpos en-tregados al placer.

En esta narración las imágenesson las protagonistas. El directorconsigue esculpir visualmente elestado de ánimo: muestra sin de-cir, expresa sin explicar. La sensa-ción de calor y aburrimiento en-vuelve al espectador mediante eluso de los tiempos muertos y conuna fotografía que inunda de luz

los jardines de la mansión. El te-cleo de la máquina de escribir co-mo banda sonora subraya emocio-nalmente algunos de estos mo-mentos a la vez que sugiere la na-turaleza metaficcional de la historiaque estamos viendo.

Argumentar el elogio y guardarsilencio sobre lo que no ha gustadoes la máxima que ha de guiar, enmi opinión, la crítica. Pero, ade-más, en este caso la emoción ini-cial y la reflexión final no sólo sal-

van la película sino que la hacenmemorable. El epílogo desvela elsentido de la narración: el decir, ba-jo la forma de una confesión, reve-la lo mostrado desde una nuevaperspectiva. La escritura purifica elmal, actúa como catarsis que libe-ra, o pone en suspenso, la inquie-tud padecida. Pero, ¿por qué redi-me? Tal vez porque el arte modificala realidad para hacerla soportable.

tephen Frears es uno de losrealizadores actuales queconserva el viejo espíritu delos artesanos de Hollywood.

No está, por descontado, a sueldo deningún gran estudio como ocurría en la«época dorada», pero actúa como si asífuese. Sirve lo mismo para un roto quepara un descosido y une a su asombro-sa versatilidad una corrección creativaque le conduce, en ocasiones, al cora-zón de la maestría. «Mi hermosa lavan-dería» (1985), «Las amistades peligro-sas» (1988), «Los timadores» (1990) y«The Queen» (2006) son una buenaprueba de su adaptación a las más di-versas modalidades genéricas, aportan-do, siempre, una irreprochable eficacia.Por otro lado, el «todo terreno» Frears,se permite una serie de incursionesmás personales impulsando un tipo decine –la crónica británica realista– quese ha erigido en una sólida corriente.«Abrete de orejas» (1987), «Sammy yRosie se lo montan» (1987) o «Negociosocultos» (2002) son un claro ejemplo deesta clase de películas que, entre otrascosas, afronta el desafío de narrar losproblemas multiculturales de la globali-zación.

Entre su variada filmografía, el cro-nista siente una especial debilidad por

la obra que le valió el premio al mejordirector en el festival de Berlín de 1999:«Hi-Lo Country»: un «western» moder-no, o crepuscular, que posee ciertospuntos de contacto con «The last pictu-re show» de Bogdanovich, aunque se si-túa a un nivel de mayor dramatismo ycrudeza y menor intensidad nostálgica.No se trata de un filme perfecto, redon-do, pero sus brillantes latigazos emocio-nales hacen olvidar algunos fallos delguión, como los que hacen referencia ala relación sentimental entre Billy Cru-dup y Penélope Cruz, y lo convierten enun producto digno de revisión para elcinéfilo curioso..

«Hi-Lo Country» es la crónica amargade un grupo de amigos inadaptadosque, al regresar de la Segunda GuerraMundial a su pueblo de Texas, son inca-paces de integrarse al nuevo estilo de vi-da que esta poniendo fin al mundo ru-ral y libre de los antiguos vaqueros. Larebeldía y la tozudez de Big Boy (WoodyHarrelson), sus amores adúlteros conMona (Patricia Arquette) de la que tam-bién esta enamorado Pete (Billy Cru-dup) teje una historia sin futuro, repletade una fría e inútil violencia que nadatiene que ver con la épica de la viejafrontera Tan solo la amistad, como va-lor inconmovible, prevalece en el climadegrado del país de Hi-Lo. Y Frears, elgran artesano de nuestro tiempo, semueve en este ambiente con idénticacapacidad camaleónica a la que suelemostrar su colega Ang Lee para adap-tarse a todos los estilos. Pero Lee es yaotra cuestión. Otra gran cuestión. ❏

11arteyletrasJueves, 27 de marzo, 2008

CINE✒

S

JUAN HARPO❍

AJUAN NAVARRO DE SAN PÍO❍

En el paísde «Hi-Lo»

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Mostrar sin decir

El director de «Expiación» huye delcine literatura en el que la imagen selimita a ilustrar la novela

«Hi-Lo Country»: un «western»moderno, o crepuscular, queposee ciertos puntos de contactocon «The last picture show» deBogdanovich

Una escena de la película «Expiación» que dirige el director Joe Wright

A. I.

KeiraKnightley esla granprotagonistadel filme

i el arte ya ha entrado en la cocina, como sedemostró con la participación de Ferrán Adriàen la Documenta de Kassel, ahora ha llegado elturno de la poesía. Eso es lo que ha podido ver-se en el reciente congreso BCNVanguardia,donde el cocinero japonés Yurie Fukuda, paraexpresar la llegada tranquila del invierno, asa

una hoja de icho a baja temperatura y con salsobre una plancha durante toda una noche, has-ta que queda negra como el carbón. Fukudamoja luego un extremo de la hoja en un tempu-ra y la sitúa en el centro de un plato, lo que selee como una poesía de Antonio Gamoneda, se-gún aseguran los críticos.

12 arteyletras Jueves, 27 de marzo, 2008

SUELTO DE LENGUA✒

CARLOS FERRATER❍

a concejalía de Cultura del Ayuntamiento deAlicante continua en su empeño de rebajar elpanorama expositivo de la ciudad. Después dehaber presentado en la Lonja del Pescado unade las peores exposiciones que recuerdan losalicantinos, le ha tocado ahora el turno a las sa-

las del Castillo de Santa Bárbara. Allí donde pu-do verse obra de Juan Muñoz o una parte de lafamosa colección Panza de escultura, se exhibela muestra de la Fundación Jorge Alió, com-puesta en su mayor parte por obras de un carác-ter trasnochado.

a decisión de convocar un concurso paradotar de una nueva imagen corporativa al Ins-tituto de Cultura Juan Gil-Albert, ha llevado lainquietud a los medios culturales de Alicante.El motivo no sería tanto la probable desapari-ción del nombre de Gil-Albert en la nueva

imagen, como la calidad del diseño de la mis-ma. El precedente del logotipo de la Diputa-ción Provincial de Alicante, cuya estética gro-sera provocó la hilaridad entre los diseñadoresdel país, planea sobre el fallo del concurso yhace temer lo peor.

L

l meu germá Pol», la nueva novela de la es-critora alcoyana Isabel-Clara Simó es la granapuesta de la editorial Bromera para el próxi-mo Sant Jordi, la gran fiesta catalana del libro.«El meu germà Pol» narra la historia de un jo-ven afectado de síndrome de Down que, pese aestar enamorado, no puede disponer de su vi-da porque su padre, un militar integrista, re-clama su patria potestad in eternis. Según afir-man sus editores, Simó aborda aquí con valen-tía y crudeza un tema difícil como es el de ladiscapacidad.

E

Nueva novela de Isabel-Clara Simó

En uno de los innumerables momentosen que convalecía de una enfermedadindefinible, Juan Ramón se regodea en

su debilidad, al sentir los rayos del sol lamien-do el embozo de su cama: «Sólo tu me acom-pañas, sol amigo. / Como un perro de luz, la-mes mi lecho blanco; / y yo pierdo mi manopor tu pelo de oro, / caída de cansancio». Bue-na parte de las vocaciones literarias se han for-jado en esos largos periodos de enfermedadesy convalecencias: no hay más que pensar enlos numerosos escritores españoles que, en laprecariedad de la primera postguerra, encon-traron en la literatura una compañía tan tibiacomo la del sol del poema, mientras se cuida-ban el pecho (la tuberculosis) en el retiro de lasierra; he ahí el caso del recientemente desapa-

recido Ángel Gonzá-lez. Me vienen a lamente estas conside-raciones porque es-toy aquejado... no porla tisis, que mi prosa-ísmo no da para tan-to, sino por una gripesin pedigrí, aunquebastante molesta. Asíque, al ver mis horasde fiebre e insomniolentas pasar, he deci-dido aprovecharlas,entre la cama y el si-llón, leyendo el apa-sionante «Diario» deJohn Stuart Mill. Elfilósofo y economistavictoriano me resultaun buen antídotocontra los excesos dehumo y vanidad en

que suelen moverse los poetas y que a mí measfixian: a fin de cuentas, él fue un empiristalo suficientemente alejado de la poesía al me-nos hasta que descubrió a Wordsworth.

Pero incluso la prosa funcional de Mill re-sulta ardua al cabo de un rato para quien estáenfermo a medias. Así que, cuando me fatiga-ba la lectura, dejaba el libro y me entregaba auna dulce pasividad en que la voluntad parecíahaber salido del cuerpo. Es extraño este amorpor la vida que se basa en la renuncia casi des-deñosa a cualquier modo de vitalismo. Esta in-habitual lasitud habrá que achacarla a la fiebre,porque cuando estoy sano no difiero mucho decualquiera: nuestro afán de vivir es tan codicio-so que, contemplado desde fuera, nadie sospe-charía que la vida es, para algunos todas las ve-ces y para todos alguna vez, una tribulación. Alleer la biografía de cualquier hombre célebrede hace algún tiempo, sorprende la escasa tras-cendencia que para él tenían desgracias, mu-cho más frecuentes entonces que ahora, quehoy consideramos insoportables. Es posibleque los padecimientos acorchen la sensibili-dad, aunque creo que el hombre moderno pre-fiere anestesiarse con el cloroformo que con elmucho dolor. Schopenhauer anhelaba una mi-rada que viera ponerse el sol desde una cárceligual que desde un palacio. Pero si estamosencadenados, como Prometeo, a una montañadel Cáucaso, ¿no será mejor sentir los picota-zos y las escarbaduras del buitre en nuestro hí-gado? De este modo, la felicidad se encontraríano en el territorio del nirvana, sino en el deldolor cuando, como las aguas en marea des-cendente, comienza a refluir. O sea, en la con-valecencia juanramoniana. ❏

El filósofo y economistaJohn Stuart Mill me

resulta un buen antídotocontra los excesos de

humo y vanidad en quesuelen moverse los

poetas y que a mí measfixian

MONÓLOGOS DEL JARDÍN✑

ÁNGEL L.PRIETO

DE PAULA

Convalecencia

Poesía en la cocina

Cuesta abajo

Cuestión estética

El concejalde Cultura,Miguel Valor,con JorgeAlió y MaríaLópezdurante lapresentaciónde laexposición

La escritoraalcoyanaIsabel-ClaraSimó

L

S

A. I.

EFE

a muestra se podrá contemplaren el antiguo convento del Centredel Carme hasta el próximo 4 demayo. El origen de la selección radi-ca en la donación de obras de Si-güenza que recibió la Generalitat en2003. A partir de este legado, se harealizado durante los últimos añosun intenso trabajo de localización,catalogación y rehabilitación de suobra, prácticamente desconocida yaque el artista prefirió dedicarse a laenseñanza y nunca en vida preparóuna exposición individual.

a vinculación de Otto Dix con losgrandes maestros, su interés en

reflejar la verdad que le llevó a con-vertirse en uno de los principales re-presentantes de la Nueva Objetivi-dad, y la relación de su pintura conla fotografía, se reflejan en la exposi-ción «Otto Dix. Retrato de Hugo Er-furth. Técnicas y secretos» que acog-ge el Museo Thyssen-Bornemisza enlos próximos meses.

l Museo Egipcio de Barcelona ex-pone, en primicia mundial, unamuestra con 28 sarcófagos y unamomia de 2.700 años de antigüedadpertenecientes a cinco generacionesde sacerdotes-jardineros del templode Amón, que fueron descubiertosen 1903 en el Valle de las Reinas.Los sarcófagos, la momia y otros ob-jetos funerarios de alto valor para losegiptólogos, como estelas, estatuillaso escarabeos, fueron descubiertospor el arqueólogo italiano ErnestoSchiaparelli en 1903 y desde enton-ces han permanecido encerrados enel almacén del Museo Egipcio de Tu-rín, considerado el más importanteen arqueología egipcia después delMuseo de El Cairo. La muestra per-manecerá hasta el 30 de septiembre.

l recorrido por la espiritualidadde Occidente en torno a la idea deque el sacrificio de Jesucristo redimedel pecado original guía. La exposi-ción de Caixaforum Madrid permitever por primera vez fuera de Italia y,hasta el próximo 25 de mayo, obrasmaestras de Botticcelli y Giordano.Caixaforum ha logrado que la Gale-ría de los Uffizi, en Florencia, per-mita la salida de Italia de 45 obrasrealizadas entre los siglos XV y elXVII, de las que sobresalen pinturasde Botticelli y Giordano, entre otros.

a exposición «Goya grabador»,muestra en París, a través de 210 es-tampas, la faceta más íntima del pin-tor a partir de la utilización de dis-tintas técnicas pictóricas que narranla vida social y política de la Españade finales del siglo XVIII. La mues-tra, abierta al público en el Petit Pa-lais de París desde el 13 de marzohasta el 8 de junio, es la primera enFrancia que recoge de forma tan ex-tensa los grabados de Goya.

L

Valencia rescata lamemoria del pintorManuel Sigüenza

L

El Thyssen descubrelas técnicas y secretosde Otto Dix

E

Barcelona exponelos sarcófagos de losjardineros de Amón

L

París muestra la caramás íntima de Goyacon sus grabados

E

Madrid acoge lasobras de Botticcelliy Giordano

EFE

EFE

13arteyletrasJueves, 27 de marzo, 2008

RECOMENDAMOS✒

Las estrellas del Hip Hopinternacional en Alicante

Nuria Espertregresa a lacomedia

smael Serrano es cantautor dela nueva generación aparecida enlos años 90. Sus letras se inspiranen el amor y el desamor, con unamúsica reivindicativa, propias delas canciones de autor. Entre otros,reconoce la influencia de Serrat,Aute, Joaquín Sabina o Silvio Ro-dríguez, así como a otros poetas dela talla de Luis García Montero oMario Benedetti. El mundo lo hace-mos entre todos, no solamente losque mandan. Ismael Serrano y sunuevo disco, «Sueños de un hom-bre despierto» apuesta por esa nue-va búsqueda de miradas, para con-tinuar confiando en el amor y ennosotros mismos. Ismael Serranoactuará en el Gran Teatro de Elcheel 12 de abril a las 22.30 horas.

as instalaciones del Club IN-FORMACION inauguran el

próximo martes 1 de abril (19.30horas) una muestra fotográfica so-bre «El Camino de Santiago comoproducto turístico», en la que inter-viene Rubén C. Lois Gonzalez. Di-rector de Turismo de la Xunta deGalicia y participan distintos fotó-grafos y reporteros.

I

El cantautor IsmaelSerrano actúa en elGran Teatro de Elche

l Aula Cultural de laCAM acoge los días 4,5 y 6 de abri l las IVJornadas de CulturaHip Hop, que contarácon ar t is tas de ta l la

internacional como el raperoMC Craig G, el disc jockey DJMarley Marl o el pionero delbreakdance Ken Swif t , todose l los provenientes de NuevaYork, cuna del hip hop.

E

l Teatro Principal acogeel regreso a la comediade Nuria Espert en laobra «Hay que purgar atotó» que tendrá lugarel próximo viernes 11

de abril (20.30 horas), sábado 12(19.00 y 22.00 horas) y el domin-go 13 (18.00 horas). Por otro lado,también el Teatro Principal repre-sentará la última obra de JoséSancho «Enrique IV» de Pirande-llo, que se podrá ver el sábado 26(21.00 horas) y el domingo 27(18.00 horas). El resto de la pro-gramación de abril del TeatroPrincipal se compone con un im-portante espacio dedicado al ba-llet con «Rometo y Julieta», delpróximo 8 de abril y el «Tango Fi-re», del 29 de abril, con la compa-ñía de tango argentina.

E

RETAZOS

Los autores másconocidos de

Hip Hop visitanAlicante

La actrizNuria Espert

vuelve a lacomedia

con la obra«Hay que

purgar atotó»

L

El Club inaugura unamuestra sobre elCamino de Santiago

RETAZOS

RAFA ARJONES

A. I.

Madridmuestraparte de laGalería delos Uffizicon autorescomoBotticcelli yGiordano

El MuseoEgipcio deBarcelonaexpone lossarcófagosegipcios deAmón

«Yo soy un concretista, un enamora-do de la realidad»

Azorín

l político(1908) nace deuna larga con-valecencia deAzorín en supequeño para-íso del Colladode Salinas, lu-gar donde lasheridas del ni-

hilismo cicatrizaron con el ungüen-to de la serenidad. Allí, guiándosede las lecturas de los clásicos (Ma-quiavelo, Gracián, Nietzsche, entreotros) y recordando sus «observacio-nes personales», primerocomo cronista parla-mentario en Madrid y,después, desde el acti-vismo político en elpartido conservador deMaura (llegando a serdiputado y ocupando elcargo de la subsecretaríade Instrucción pública),escribe estas páginas. Laextraordinaria edicióncrítica que Francisco JoséMartín ha publicado enBiblioteca Nueva (2007)incluye, además de unaextensa y brillante intro-ducción, un nutrido apén-dice con numerosos artí-culos de prensa.

El político ha de «huirde la abstracción», ya queha de conocer primero laparticularidad del país y delpueblo. La pequeña filoso-fía de Azorín es tambiénuna actitud política queapuesta por el realismofrente al idealismo de inspi-ración kantiana y hegeliana-marxiana. La política de lanecesidad (del ideal) da pasoa la política de la contingen-cia (de lo real). Si la realidades constante mutación, elpensamiento tampoco escapaal devenir: «cuando afirma-mos la contingencia de todo,¿pretendemos negarla en loque hay de más variable y alea-torio, que es el pensar?».

Siguiendo a Maquiavelo, Azorínpiensa que el político ha de actuarguiado por la fortaleza del león ycon la inteligencia de la vulpeja. «Lavulpeja no es la hipocresía y la men-tira, no; es la cautela, la prudencia,la discreción. Representa un sentidode la vida circunstante, contingente,

relativista». De ahí que la obra deGracián conecte, según Azorín, conla filosofía de Montaigne, paraquien la vida es algo «ondulante,complejo, multiforme». Pero ade-más de «este circunstancialismo, sedesprende de la obra de Graciánuna constante recomendación a laexaltación de la propia personalidad–nuestro yo– y a su estudio, cuida-do y amor».

Azorín se rebela contra el «nuevodoctrinarismo» que introduce lacultura como fundamentación polí-tica llevada a cabo por Ortega y Gas-set. La cultura como tabla de salva-ción de España es la idea que defen-derá el líder vertebrador de la gene-ración del 14. Al igual que Unamu-no (con su célebre «¡que inventenellos!»), Azorín desconfía del valorde la cultura con mayúscu-

las. «¿Será [la cultu-ra] llenarle la cabeza a un pobre la-briego de mil nociones de artes y deciencias?». Es decir, primero hayque llenar la despensa y después yahabrá tiempo de encargar las estan-terías para los libros.

La política, además de ser el artede lo posible es el arte del decir:«Cuando conozca el valor de las pa-

labras y disponga de un léxico varia-do, podrá expresar los más sutiles ydelicados matices de las cosas, susnexos misteriosos, sus cambiantes,sus afinidades, sus diferencias. Y enesto precisamente consiste el arte».Un discurso político es también unadramatización de gestos y silencios.«El Político» de Azorín aparece asícomo una confesión de pensamien-

EJ. N. SAN PÍO❍

14 arteyletras Jueves, 27 de marzo, 2008

MISCELÁNEA✒

sí le llamaban en Chile; su verdaderonombre era Dean Reed. Había nacidoen 1938 en un pueblecito de Colorado.Tiene veinte años cuando consigue uncontrato con la discográfica Capitol.

Una de sus canciones («My summer romance»)desbanca al mismísimo Elvis… en Chile. En di-ciembre de 1961, Reed viaja a Santiago. La policíatiene que acudir a rescatarlo de una multitud deniñas dispuestas a comérselo.

Camino del hotel, ve las primeras pintadas:«Yankee, go home». No lo puede entender:«¿Por qué no nos quieren?». Conoce a Víctor Ja-ra, Pablo Neruda y Salvador Allende. Al cabo deun tiempo se establece en Argentina. Su popula-ridad crece en toda Sudamérica.

En 1966 viaja a Helsinki, invitado al CongresoMundial de la Paz. Un sector de los delegados or-ganiza un escándalo durante la lectura de la po-nencia remitida por el filósofo Bertrand Russell.Reed sube al escenario y entona «We shall over-come». El incidente acaba en una apoteosis, conla sala cantando en pie.

Nikolai Pastoukhov, un periodista de Moscúque ha presenciado la intervención de Reed enHelsinki, lo invita a visitar la Unión Soviética.Allí le prepara una gira por 28 ciudades con elbeneplácito de las autoridades. La discográficaestatal Melodiya graba con Reed su primer discode rock.

El general Onganía expulsa a Reed de Argenti-na. El cantante se refugia en Madrid. En España,la prensa insiste más en su notable parecido conel actor Roger Moore que en su talento musical.

Reed intervieneen algunas pelí-culas: «Mi pri-mera novia»(1966), con Pali-to Ortega;«Adiós, Sabata»(1969), junto aYul Brynner,entre otras.

Durante la se-gunda mitad delos sesenta visi-ta a menudo lospaíses del Este,donde llena es-tadios en que loa p l a u d e n60.000 especta-dores. En 1971se establece de-f init ivamenteen la AlemaniaOriental.

En 1985 viajaa Estados Unidos: durante una entrevista en tele-visión defiende la existencia del muro de Berlín.Sobreviene un alud de protestas; las ofertas paravolver a trabajar en su país se cancelan.

Reed vuelve a la Alemania Oriental. Se niega afirmar una carta de apoyo al cantautor Wolf Bier-mann. Participa en el proyecto de una películasobre los incidentes de 1978 en Wounded Knee,en Dakota del Sur. El 12 de junio de 1986 recibeuna llamada para que acuda a una reunión con elproductor de la película. Reed no llega a la cita.Cinco días más tarde, su cadáver aparece flotan-do en un lago próximo a su casa. La hipótesis ofi-cial habla de suicidio.

Sobre Reed se han escrito un par de libros:«Comrade Rockstar», de Reggie Nadelson (Wal-ker & Company, 352 págs.) y «Rock 'n' roll radi-cal», de Chick Laszewski (Beaver's Pond Press,261 págs.) En los próximos meses está previstoque comience el rodaje de una película sobre suvida que producirá el actor Tom Hanks.

A

JAIME LORENZO❍

Din Rin

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El cantanteDin Rin,del que serodará unapelícula desu vida

AzorínEl arte del decir

to pre-moderno donde el bien, laverdad y la belleza anhelan su re-conciliación unitaria tras la frag-mentación del saber que trajo consi-go el proyecto ilustrado. Martín abo-ga por una lectura holística del cor-pus azoriniano ya que la educaciónpolítica (realismo) es inseparable dela formación filosófica (pequeña fi-losofía) y de la sensibilidad estética(poética de la circunstancia).

Finalmente, no habría que pasarpor alto el hecho de que este librohaya aparecido en una cuidada co-lección de Biblioteca Nueva que lle-va por título «Clásicos del Pensa-miento». Una invitación al libreropero también a ti, lector, para hacerun hueco, merecido, a este libro enla sección de filosofía de la bibliote-ca, sin temor a ver en este simplegesto una vuelta a una postmoder-nidad que difumina los límites en-tre la filosofía y la literatura.

asadas las elecciones y a sabiendas delos resultados, puede hacerse balancedel papel que Internet ha tenido en lacontienda electoral. Como podemosimaginar, las principales fuerzas polí-

ticas tenían en el ciberespacio un excelente alia-do para expandir sus discursos, sin embargo, lafalta de riesgos y experiencia en este terreno,convirtió el panorama digital en un tedio predeci-ble.

A diferencia del modelo americano, tambiénenfilado hacia las presidenciales, nuestros políti-cos no han aprendido todavía a exprimir todasposibilidades que ofrece esta plataforma. Mien-tras en EE.UU. Obama y Hillary, por ejemplo,han mimado sus incursiones online hasta elpunto de que sus estrategias publicitarias finan-cian buena parte de su campaña electoral, aquínos quedamos, como siempre en cuestiones re-lativas a la Red, de los últimos de la cola (pocopodemos pedir cuando contrastamos las inver-siones que realizamos en este sector). Salvandoquizás, la iniciativa llevada a cabo por RTVE yYoutube, «Los políticos responden», que permi-tía a los usuarios subir a la Red sus preguntas enforma de video para que fuesen respondidas des-de los partidos, en general, no hubo riesgos nisorpresas. Un paisaje predecible, como señalaba,sólo perturbado por algún descalabro sonado co-mo el que protagonizó «SuperGaspi», el alterego virtual del líder de Izquierda Unida, GasparLlamazares. La suya fue una de esas incursionesque quitan el hipo; toda una apuesta por los nue-vas estrategias de comunicación digital. Sólo quemuy mal planteada. Por valorado que fuese su

intento de refrescar la campaña con un cortome-traje creado en el universo virtual Second Life,por acertada que fuese su táctica de acercarse alos nuevos lenguajes digitales que utilizan las ju-ventudes, o por mucho que esta correría empuja-se su discurso en el ciberespacio ¿Cómo se leocurre al protagonista del corto, «SuperGaspi»,sacar su mechero y quemar una foto de la fami-lia real? Que una cosa fue protagonizar el año pa-sado el primer mitin virtual de un político espa-ñol en la Red (7/05/2007) y otra convertirse tam-bién, en el primer radical virtual que se adscribea la moda de quemar fotos de la realeza. ¿Quizásfueron lo efectos eufóricos de la «izquierdina», elbrebaje que, a la manera de Popeye, ingiere pre-viamente para salvar a un Mariano Rajoy virtualdel incendio que asola su casa? Servida la polé-mica y aún declarando que la película no preten-día ser «ofensiva contra nadie ni contra nada, seauna persona pública o una institución» la forma-ción terminó anunciando la retirada del video enInternet. Mirando hacia atrás, el incidente engro-só otra de las maniobras nerviosas que ya parecí-an vaticinar el fin de una temporada repleta dedesaciertos. Decentemente, «SuperGaspi» aban-dona la escena y tras él, una lucha contra susequívocos y contra el voto útil y el bipartidismo.En fin, para votos útiles en Internet, la mejor in-versión se quedó en www.eurovision-spain.com.En esta votación para escoger a nuestro represen-tante en Eurovisión, hubo un mayor espacio parala parodia, el humor, y una «ciberdemocracia»todavía esquiva con las censuras.

15arteyletrasJueves, 27 de marzo, 2008

P

MARIO-PAUL❍

La red, los votosy «SuperGaspi»

SE

RE

ND

IPIA

Cormac McCarthy (Rhode Island, 1933) es unnovelista prolífico, desmesurado, dotado deuna enorme imaginación y no poca versatili-

dad. Su primera novela «El guardián del vergel» y tí-tulos como «Hijo de Dios» o «Surttre» le situaronen las letras americanas a la altura de WilliamFaulkner. Otros libros, su célebre trilogía de la fron-tera, -«Todos los hermosos caballos», «La frontera»y «Ciudades de la llanura»-pusieron de relieve suprofunda vena romántica en la línea de los westernscrepusculares que añoraban la desaparición de unmundo salvaje y primitivo. «Meridiano de sangre» y«No es país para viejos», truculentas, despiadadas,profundamente pesimistas, impactaron al lector porsus reminiscencias con el universo violento de JimThompson llevado a sus ultimas consecuencias. Re-

latos telúricos, casisiempre, con el hombrecomo reflejo de las fuer-zas desatadas de la na-turaleza; la presenciaomnipresente del mal;el viaje desnortado, mo-nótono, descrito conuna precisión casi hip-nótica; los seres extra-ños a los que suele fal-tarles «un hervor» –tandel gusto de FlanneryO´Connor– y los finalesbruscos, abiertos, au-

sentes de toda consideración moral, constituyen al-gunos de los rasgos más recurrentes de las obras deMcCarthy, plagadas de preguntas sin respuestas yque suelen continuar inquietando al lector una vezcerradas la última de sus páginas.

«La carretera» (Mondadori, 2007) constituye laentrega más reciente de este autor, galardonada conel premio Pulitzer del año pasado y que le ha hechosalir a la luz publica tras una existencia tan miste-riosa como las de sus colegas J.D. Salinguer y Tho-mas Pynchon. Se trata de una fábula, no excesiva-mente original, en torno al lunes siguiente al Apo-calipsis. El viaje de un padre y su hijo que caminansobre un mundo calcinado tras un supuesto holo-causto nuclear: una versión despojada de todos losartificios poéticos de Bradbury –«Crónicas marcia-nas»– y del aparato propio de la «ciencia ficción»–de la «space opera», para ser más exactos– desple-gado por Matheson en «Soy leyenda». Un itinerario,de nuevo, pero sobre un mundo ahora muerto, enel que los últimos supervivientes continúan llevan-do a la práctica el viejo adagio de «homo homini lu-pus» como manifestación final del mito irremedia-ble de Caín y Abel. Solo que, en este panorama te-rrible y desalentador, McCarthy se permite introdu-cir un par de elementos poco frecuentes en sus li-bros anteriores, al menos de un modo tan relevante:la ternura y la esperanza. Dos ingredientes que pa-recen haber desconcertado a los lectores incondicio-nales del autor, habituados a la fría indiferencia delsilencio de Dios como única respuesta a sus tre-mendas historias.

Es cierto que una lectura apresurada de «La carre-tera» –y se lee como a bordo de un bólido de «for-mula 1»– puede dar la impresión de haber sido es-crita bajo los efectos de un discurso de Al Gore a uncampamento de «boys scouts». Pero la emoción quedesprenden sus páginas no tiene nada que ver conel mundo en cenizas, el simbolismo facilón del«fuego» que portan los viajeros o «las truchas bru-ñidas y musculosas» que salpican las aguas de unarroyo posiblemente soñado, al final del relato. Sur-ge de la prosa contenida de McCarthy, de la impeca-ble sobriedad de sus diálogos, de sus hábiles elipsiso silencios, de su poder de inventiva para volver ahipnotizarnos con la aparente monotonía del últimoviaje de un padre con su hijo. Solo se me ocurreañadir que «La carretera» es para McCarthy, algoparecido a lo que «El viejo y el mar» fue para He-mingway. ❏

«Es un novelistaprolífico, dotado de una

gran imaginación»

EQUIPAJE DE ARENA✑

MARIOMARTÍNEZ

GOMIS

El escritor deMonóvar,

JoséMartínez

Ruiz«Azorín»

A.I.

Un discurso político estambién una dramatización de gestos y silencios

AzorínCormac McCarthy

en la carretera

entía yo que elmundo era undolor agarrado ami garganta.

Aquel niño deonce o doceaños era empu-jado por losclaustros del co-legio de Santo

Domingo hasta los bancos de la igle-sia. Una mañana sintió que debíacomulgar, aunque hacía millones depecados que no se confesaba; o pre-cisamente por eso. Recogió la redon-da eucaristía y trepó por las destarta-ladas escaleras hasta la bóveda, don-de los pájaros, al intentar huir deaquel cielo de vidrio al que entrabanpor turbios agujeros, se golpeabancontra los vitrales y morían. Se incli-nó junto a uno de ellos, colocó la co-munión sobre su mínimo cadáver yordenó varias veces que volviera a lavida. Pero el pájaro incrédulo noobedecía a Dios, permanecía obsti-nadamente muerto. Fue de este mo-do como la magia que aún latía enaquel corazón adolescente muriótambién en el gris desafío que nopudo olvidar y lo marcó como un es-tigma. En adelante, siempre leacompañaría un doloroso sentimien-to de desahuciado de la vida.

El niño aquel oriundo de una in-fancia triste y sola, que vendía tebeospara comprarse libros, el niño aquelque todo lo leía porque aprendió a en-contrarse entre las páginas, en lasque se había desterrado como unbuen robinsón para salvarse del ínti-mo naufragio, y a hablarse con la plu-ma en un cuaderno para decirse loque tanto callaba a los demás, aquelque exorcizaba los pájaros y el viento,sentía, aunque no lo supiera, que lavida era un libro que debía leer pau-sadamente para añadir en sus márge-nes las propias conclusiones.

Cuando se decidió a subir a la altaBiblioteca de Teodomiro encontró elparaíso que prometieran los profetasy no hallaban los hombres. Había allíestantes montañosos, habitacionesllenas de gigantescos textos, admira-bles volúmenes como frutos del árboldel Edén que podía alcanzar sin su-frir purgatorios ni infiernos. Y enaquel cielo estaban Cervantes y Que-vedo, Garcilaso y Fray Luis, y muchosmás que el profesor de tercer cursoenumeraba.

Los paseos cotidianos, durante ho-ras melancólicas, por los puentes ysus itinerarios, la entrada en las igle-sias y en la catedral para gozar del si-lencio sagrado y mirar cara a cara alos dioses que pudieran hallarse en loalto del púlpito, todo aquel ritual fueperdiendo sus éxtasis y era ahora lainmensa biblioteca, su escalinatagris, la densidad fulgente de sus már-moles, la oscura claridad de la lectu-ra, lo que extasiaba sus tardes y cre-púsculos. Héroes de verso y prosasaltaban de las estanterías para entraren su vida y habitar en su espíritu.Procesiones desde los anaqueles lle-gaban a su mesa. Amadís, Parsifal,Don Quijote y tantas venturosas des-venturas le recordaban las del andan-te Jesucristo de la Palestina, utópico y

poeta. Y una tarde llegó Lope de Ve-ga, el caballero que venciese en luju-rial batalla a cien mil mujeres concien mil sonetos. Llegó y lo enamoró;tanto, que quiso ser Lope de Vega; ytanto, que cuando cumpliera 51 añosse ordenaría sacerdote, como él, paraabrazar a una hermosa Amarilis yconsumar la fusión entre literatura yvida. Pues –empezaba a considerar–la lectura determina la existencia y es-ta desemboca en la escritura de unhombre renacido en muchos hom-bres, en un proceso de milenios.

Aquel verano leyó el Siglo de Oro,sobre todo a Lope y a los suyos, te-niendo como escenario su imagina-ción, en la que cada obra cobraba laexacta escenografía de sus sueños yfue luego la causa deque odiara las recita-ciones de los tramo-yistas: porque nadiedecía, ni actuaba, co-mo lo habían hechoya las sílfides y faunosde su mente. ¿Quiénpodría decir «A missoledades voy, / demis soledades vengo,/ porque para hablarconmigo / me bastanmis pensamientos»,sino la voz sin voz dela tristeza? ¿Qué gestoencarnaría el rostromelibeico cuando Ca-lixto cae por la mura-lla o doña Inés conocela muerte del caballe-ro de Olmedo, sino elmismo rostro de lamelancolía?

La niña adolescen-te que lo despalpitabacon sus ojos de mó-zart y los pechos cul-pables de su enardeci-miento se paseaba aje-na a los seísmos delos que era la causa.Pero él no concibió suamor sino a la manerade Romeo y de Tristán, y el placermás que en la forma en que lo pintanCelestina, Salomón y otros muchos.Y sonaban como batanes obsesivoslas palabras: «Perdido ando, señora,entre la gente / sin vos, sin mí, sinser, sin Dios, sin vida...». Eso era ellapara él: la plasmación de las palabrasque iban configurando su personali-dad. Pronto sabría que vivir es másque abrir un libro, pero que la vidatambién transita en ellos, a veces másenjuta y poderosa.

Lo primero que aprendió aquel ni-ño, cuando salía de su adolescencia ycaminaba haciael oficio de serhombre, fueque la literaturano es un ce-menterio de ca-dáveres, sino unvenero de existencia moldeable. Sin-tió que quienes escribían vencían a lamuerte, pues permanecían vivos ensus obras; y vio en la escritura la for-ma de saciar sus ansias de inmortali-

dad. Primero halló consuelo en la lec-tura porque cuanto leía le ayudaba acomprenderse: encontraba dolor portodas partes, como en su corazón.Luego halló que también la palabraes un cadáver, aunque lo resucitequien la lee. Finalmente descubrióque, en vez de recrearse en el dolor,era posible escribir –para sí y, tal vez,para que otros lo leyesen– sobre «lajoie de vivre»: que, si en lugar –o ade-más– de dejar caer en la página suspenas, el hombre se esforzase pormostrar sus ilusiones sin llegar a loiluso, probablemente la vida se conta-giaría de la escritura, y en vez de gol-pearse el cráneo con tormentos se re-dimiría con el voluntarismo, hastahallar la armonía de una vida en so-

siego. Así fue como empezó a abandonar

a quienes se recrean en mostrar lagrandeza del cósmico estertor de lasestrellas, y a buscar a quienes cantansu fulgor para investirse de su luz:Emerson, Thoreau y Whitman, porejemplo. Tarde ya, descubriría en «Lamontaña mágica» el libro que, talvez, amalgama mejor el vitalismo trá-gico de la carne metafísica y dolienteque es el hombre. Supo, al fin, que laescritura es una gestación y la lecturauna devoración, un canibalismo se-mejante –y superior– al de quienes

d e s a y u n a b a ncon la eucaristía.

Y sintió elmismo entusias-mo ante los cua-dros y las parti-turas. Y conside-

ró que todas las artes son el mismoarte: una indagación en la concienciaindividual y colectiva, la búsqueda deun paraíso íntimo y social que satisfa-ga totalmente al «homo sapiens», ese

ser hecho de desengaños que ansíanredimirse. Por eso la música, el cua-dro y la escritura son la verdadera tri-nidad redentora del hombre, la únicapanacea universal.

Comprendió que si Lope traslada-ba a sus versos el autobiografismo sí-quico que es toda escritura, Shakes-peare elevó la pintura sicológica hastasu excelsitud. Y comprendió que siHomero pintaba las guerras de losdioses y los hombres, Wagner escri-bió igualmente con pintura sonoraesas luchas en la Tetralogía. Y queBeethoven había vencido en la Nove-na el ananké al que se enfrentabanlos sófocles y eurípides, igual queVan Gogh exorcizaba su destino sinlograrlo inventariando pájaros –lomismo que aquel niño en la bóvedatriste de su adolescencia– días antes

de dispararse sobreel pecho, vencido porel fátum. Con unadiferencia: los hom-bres pintan desde eldolor, a veces supe-rado, de saberse tansolamente carneconvertida en ansie-dad de espíritu. Y latragicidad grandiosade erguirse sobre laspropias ruinas nopuede superarla nin-gún dios.

Aquellas plumas,pinceles y pentagra-mas desembocabanen él, lo convertíanen ellos, igual queotros que siguieranleyendo, escribiendo,pintando, compo-niendo, acogerían suidentidad, enhebradacomo signos rupes-tres y mutantes so-bre un lienzo, unapágina o una partitu-ra. Llegó a la conclu-sión de que leer esencontrarse con cadauno de los que habíasido, estaba siendo y

sería; y que él era también cada unode los autores, personajes y lectores–puesto que todos en él desemboca-ban–. Descubrió que leer es recibir lamás hermosa solidaridad, pues quienescribe ofrenda y lega sus experien-cias a todos los hombres; y que, poreso, detrás de cada uno de nuestrosactos siempre asoma un ejército depéñolas que nos enseña la estrategiaadecuada para nuestras decisionescuando afrontamos el vivir. Com-prendió que la verdadera felicidad esel epicureísmo de la inteligencia.Aprendió que el presente no es loque queda del pasado ni tampocouna semilla del futuro, sino lo que sevive en cada instante como si fuese elúltimo, liberado este del terror de lacaducidad y de la contumacia ante laeternidad. Halló un verso que resu-mía la voluntad como único destino yque tomó como divisa: «Soy el queanhelo ser más que el que fui».

Y dedicó casi toda su vida a ense-ñar ese conocimiento. Y, muy tarde,también se lo aplicó a sí mismo.

16 arteyletras Jueves, 27 de marzo, 2008

LOS LIBROS DE UNA VIDA✒

S

Primero halló consuelo en lalectura porque cuando leía leayudaba a comprenderse

ANTONIO GRACIAEscritor y profesor

El manantial