afrodescendencia. memoria, presente y porvenir

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    Oficialmente ya no queda esclavitud en AbyaYala, pero s quedan cerca de veinte territo-rios no independientes1-es decir colonias- yun pas bajo ocupacin militar extranjera:Hait, que justamente fue la primera repblicaindependiente, liberada de la colonia en 1804.

    De los ciento cincuenta millones de afrodes-cendientes que pueblan las Amricas, unamayora figura en las estadsticas de los lla-mados graves problemas humanos, socialesy econmicos; y mientras el mercado se llenalos bolsillos con la prolfica creacin culturalafroamericana, cuando sta se manifiesta li-bremente, es tachada de cultura marginal yhasta perseguida.

    En el siglo XXI, a tono con la globalizacin, elracismo se ha reciclado en actualizadas ver-siones, y contina marcando fronteras -localese internacionales-, para delimitar los territo-rios posibles -o imposibles- para las personasde origen africano.

    Por eso mismo, gana singular importancia elreconocimiento de las poblaciones afrodes-cendientes como pueblos, como registra laConstitucin ecuatoriana de 20082, que vin-dica, por primera vez, su calidad de sujetoshistricos y de actores en la construccin deun porvenir, compartido con otros pueblos. Enesa misma lnea, la caracterizacin del Estadocomo plurinacional, como se ha pautado enBolivia y Ecuador, abre posibilidades no slo

    1 Puerto Rico, Guadalupe, Martinica, San Bartolo-m, San Martn, Aruba, Bonaire, Curazao, Saba, SaintEustaquio, Saint Maarten, Islas Caimn, Islas Turcosy Caicos, Islas Vrgenes, Islas Vrgenes Britnicas,Anguila, Montserrat.

    2 Constitucin de la Repblica del Ecuador, Capitu-lo IV, Artculos 56 y 60

    para novedosos enfoques de la territorialidad,sino tambin de distintos modos de vida, tec-nologas y conocimientos, cosmovisiones y es-piritualidades, visiones de la gestin colectivay de las convivencias con otras y otros.

    Cuba, Brasil, Venezuela, Bolivia, Uruguay y

    otros pases de la regin, han emprendidoinditas iniciativas de desarrollo de polticaspblicas, institucionalidad, planes y metas,que estn permitiendo encarar al racismo y aalgunas de las brechas que ste produce. Perolargo ser el camino por recorrer, pues haycontextos en los que parece que an estuvi-ramos en 1511, cuando los primeros africanos,raptados y traficados, llegaron a estas tierras.

    No obstante, las cosas estn cambiando, ytambin por eso, la liberacin de lo que el ja-maiquino Bob Marley llam esclavitud ideo-lgica -mental slavery- es algo que, luegode siglos de resistencia, crece y se ensancha,ya sea a travs de la reificacin de Oxn, deIemanj o de la Kimbiamba, ya sea por la rees-tructuracin de perspectivas y valores colec-tivos, que subsisten, a pesar de los siglos depositivismo obligatorio y de la masiva acultu-racin educativa.

    Hacia la descolonizacin

    En 1619 sucedi la primera subasta de escla-vos -conocida- en Amrica del Norte, otrasse produjeron en Brasil y en otros sitios; lasliberaciones de la esclavitud, por su parte,despuntaron a finales del siglo XVIII, pero enlos hechos aun no concluyen, pues en con-sonancia con la liberalizacin mercantil, semantienen prcticas de comercializacin depersonas -sobre todo de mujeres y nias-, sea

    Afrodescendencia: memoria,presente y porvenir

    Irene Len

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    para ejercer trabajos no deseados por otros opara dudosos fines, que se extienden hasta eltrfico de rganos.

    En Estados Unidos, las crceles estn llenas

    de personas afrodescendientes, unas por nohaber nacido ah y andar sin papeles, otraspor deambular, por no tener techo, por robarpara comer, o por lo que sea, y muchas/os solopor ser afrodescendientes y perder por eso lapresuncin de inocencia y el derecho a la li-bertad. La prdida de referentes colectivoscontribuye, en cierto modo, con la multiplica-cin de vctimas individuales.

    Estos ejemplos ilustran el por qu mltiples

    organizaciones de afrodescendientes colocantemas de dignidad histrica en sus prioridadesy discursos: restaurar la memoria, la historiavivida, el desprendimiento y la reinsercin ennuevas tierras.

    Estos elementos confluyen con los plantea-mientos de descolonizacin en el siglo XXIlevantados en algunos pases, pues si para elconjunto de Latinoamrica y el Caribe sta esuna urgencia, para los pueblos afrodescen-dientes, es condicin indispensable para sureemergencia como pueblos.

    En ese mismo sentido, son profundamenterelevantes los puentes tendidos por algunosgobiernos progresistas de Amrica Latina y elCaribe con pases de frica, que adems deabrir canales para la interrelacin de racescomunes, encaminan a visualizar una geogra-fa diferente, una innovadora configuracingeopoltica y un horizonte posible de futurointerrelacionado de los pueblos del Sur.

    El momento de afirmaciones mltiples y detransformaciones que estn sobre el tapeteregional, abre tambin importantes posibili-dades para una renovacin relacional, pauta-da por el reconocimiento de las diversidadescomo elemento consubstancial de la vida pla-netaria. El enfoque del Buen Vivir, que ya esparte del universo constitucional de dos pases(Bolivia y Ecuador) se fundamenta en la co-existencia armnica entre diversos/as.

    El universo abierto por el proceso de integra-cin regional es tambin un escenario posiblepara revolucionar y dejar atrs las culturaselitistas, que excluyeron a los pueblos y a susprioridades de ese mbito. Las propuestas de

    integracin alternativa: UNASUR, ALBA y, sobretodo, la futura CELAC, solo sern alternativasy soberanas si integran en sus perspectivas,polticas y estructuras, las distintas visiones,formas organizativas, lenguas, expresionesculturales, prcticas econmicas, formas deconocimientos, entre otros aspectos, de lospueblos afrodescendientes y otros pueblos,hasta ahora ninguneados por la historia.

    Organizaciones venezolanas ya han propues-

    to la creacin de un Consejo Consultivo Afro-descendiente, para que desde su fundacin laCELAC tenga tambin identidad afrodescen-diente, se comprometa a desarrollar polticapblica regional no racista e impulse a su con-crecin inmediata en todos sus pases.

    La propuesta de un decenio de Naciones Uni-das para vindicar las situaciones de los pueblosafrodescendientes tiene propsitos similares,pues las situaciones estructurales que resul-tan de cinco siglos de una historia de exclusio-nes, solo podrn contrarrestarse con voluntadpoltica, medidas y esfuerzos concretos, enreparaciones histricas que estn pendientesdesde hace mucho.

    El momento es propicio para que los pueblosafrodescendientes se levanten y puedan cons-truir nuevas relaciones sociales con sus res-pectivos entornos, donde el pluralismo y ladiversidad sean los ejes orientadores.

    La presente edicin conjunta de las revistasAmrica Latina en Movimientoy Diversidadesrecoge elementos de la memoria histrica, ala vez que refleja los debates y reflexionesque se estn desarrollando con motivo deesteAo Internacional de las Personas de As-cendencia Africana declarada por NacionesUnidas, y del X aniversario de la ConferenciaMundial contra el Racismo, la DiscriminacinRacial, la Xenofobia y todas las formas Co-nexas de Intolerancia.

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    frica ha hecho muchas contribuciones sobre-salientes a la civilizacin mundial, veamos al-gunos ejemplos seleccionados:

    Tecnologa de hierro

    Al suponer que existi un nico centro (Medio

    Oriente) desde donde la metalurgia del hie-rro se haba extendido, la mayora de histo-riadores pensaron que la siderurgia haba sidointroducida en frica desde Asia Occidental,primero hacia el antiguo Egipto y luego, en elsiglo III AC, a frica Occidental, a travs deCartago o Nubia. Se equivocaron: La fundi-cin de cobre haba estado ocurriendo en elSahara de frica Occidental y el Sahel, al me-nos desde 2000 AC. Ello podra haber sido elprecursor de un descubrimiento independien-te en frica de la metalurgia del hierro. Estahiptesis se fortalece con el hecho de que lastcnicas de fundicin de hierro de los herre-ros en frica Subsahariana eran tan diferentesde las del Mediterrneo, como para apuntar aun desarrollo independiente: los herreros afri-canos descubrieron cmo producir las altastemperaturas en los hornos aldeanos ms de2.000 aos antes de los hornos Bessemer de laEuropa y Amrica del siglo XIX.1

    Un posterior estudio cientfico de la UNESCO

    confirm la hiptesis de Diamond. El estudioconcluy que la tecnologa del hierro no lleg

    a frica del Oeste desde Asia, sino que fri-ca haba inventado de forma independientesu propia tecnologa siderrgica hace 5.000aos. Las pruebas realizadas en los residuosde hierro, excavados en la dcada de 1980,muestran que ya se trabajaba el hierro al me-nos desde unos 1500 aos AC en Termit, en eleste de Nger. Material excavado en Egaro, aloeste de Termit, ha sido fechado entre 3000y 2500 aos AC2. Se infiere que la tecnologadel hierro de frica es tan antigua como la deOriente Medio, la regin desde donde Europaadquiri su tecnologa siderrgica mucho mstarde -alrededor de 1000 aos AC-.

    Es ms, la tecnologa indgena africana paratrabajar el hierro no slo es muy antigua, sinoque su inventiva y la variedad de prcticasmetalrgicas desplegadas no tienen parangn

    en el mundo. De hecho, slo en frica seencuentra una gama tan amplia de prcticasen el proceso de reduccin directa [un mto-do en el que el metal se obtiene en una solaoperacin, sin fusin], y trabajadores meta-lrgicos que eran tan ingeniosos que podanextraer el hierro en hornos hechos de troncosdel pltano3.

    Las artes creativas

    La remarcable inventiva evidenciada en laantigua tecnologa siderrgica africana serefleja tambin en el arte africano: De lasesculturas remanentes del pueblo Dan [Costa

    Las contribuciones defrica a la humanidad

    Mervyn Claxton

    1) Jared Diamond, Guns, Germs and Steel: TheFates of Human Societies, 1997.

    2) Ehret Christopher, The Civilizations of Africa,2002.

    3) Unesco, Iron in Africa: Revisiting History, 2002

    Mery vn Clax t on, ex diplomtico de Trinidady Tobago y ex funcionario de la UNESCO, se

    desempea como investigador y consultor encultura y desarrollo, con un inters especial

    en frica. Su investigacin se centra en elpotencial de una cultura del pueblo para

    proveer soluciones a los problemas deldesarrollo poltico, social y econmico.

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    de Marfil y Liberia]... pocas tienen mucho msde un siglo de antigedad; sin embargo la va-riedad de invencin que se encuentra superaampliamente aquella de las artes cortesanasde perodos mucho ms largos -incluso de mi-

    lenios del antiguo Egipto despus del ReinoAntiguo4.

    El arte africano tambin demuestra extraordi-narios niveles de habilidad tcnica. Las piezasde fundicin de bronce descubiertas en unatumba del siglo X en Igbo-Ukwu (este de Nige-ria) se consideran entre las obras de fundi-cin de mayor dominio tcnico y audacia quejams se han realizado5. Debido a su sofisti-cada tcnica sorprendente, los expertos occi-

    dentales inicialmente dudaban de la exactitudde una tan temprana ubicacin de las fechaspara los bronces Igbo-Ukwu. Esas dudas se di-siparon cuando se revel que las minas quesuministraban el mineral de metal utilizado enla fundicin haban sido trabajadas entre losaos 895 y 1000 DC.

    En los primeros aos del siglo XX, los artistasprogresistas europeos se encontraban en labsqueda de alternativas a un estilo de artecuyas posibilidades de desarrollo sentan agot-adas, dejndoles con poco o nada de margenpara la originalidad. Esa necesidad sentidacoincidi con un creciente inters por nuevasformas de combinar lo ideal y lo real y de sn-tesis de lo conceptual con lo perceptivo. Elarte africano vino a su rescate. Mientras elarte occidental era narrativo en su contenido,el arte tribal africano era iconogrfico; mien-tras el arte occidental era perceptivo y rep-resentativo en su estilo, el arte africano eraconceptual e ideogrfico; mientras el arte oc-

    cidental era naturalista en sus proporciones,el arte africano rehua el naturalismo. Fueel descubrimiento del arte africano, lo quesirvi de trampoln para que jvenes artis-tas europeos den el salto de imaginacin quelos liber de las restricciones estticas de latradicin clsica. Con el cubismo y, en ciertamedida, el surrealismo, el arte occidental ad-quiri una cualidad mgica, espiritual -que esafricana en quintaesencia-.

    Picasso habl del shock y revelacin queexperiment cuando vio mscaras tribales af-ricanas, por primera vez. Dijo ms tarde queen ese momento se dio cuenta de qu se tra-taba la pintura. Picasso confes a su compa-

    era, Franoise Gilot: la pintura no es unaoperacin esttica; es una forma de magiadiseada como mediadora entre un extraoy hostil mundo por una parte y nosotros porotra, como un modo de tomar las riendas dan-do forma a nuestros terrores y a nuestros de-seos. Picasso describi ms tarde a su famosocuadro cubista, Les Demoiselles dAvignon,como su primera obra de exorcismo6.

    Agricultura

    El Banco Mundial ha calificado a la produc-cin tradicional bananera en frica Occidental-que no utiliza fertilizantes qumicos, pestici-das o herbicidas- como uno de los sistemasde produccin alimentaria ms productivosque se conozca7.

    La zona arrocera de frica Occidental con-tiene una mayor diversidad de sistemas deproduccin y prcticas agropecuarias que laszonas arroceras de Asia, la nica otra regindonde el arroz se domestic. La produccinde arroz en las zonas inundadas por agua demar en el ecosistema secano-marino de Sene-gambia, est en sintona con un conocimientopreciso de los suelos, las mareas del ocano ytcnicas para ganar tierra al mar. Requiere lamanipulacin y regulacin de varios tipos deregmenes de agua con el fin de hacer posiblelos cultivos durante todo el ao. Este sistemamuy complejo y sofisticado, que sostiene elcultivo continuo y altos rendimientos, que no

    4) William Rubin, Primitivism in 20th Century Art:Afnity of the Tribal and the Modern, 1984

    5) PT Craddock, Man and Metal in Ancient Nigeria,British Museum Magazine, Vol.6, 1991

    6) Rubin, op.cit.

    7) David Seckler, Agricultural Potential of Mid-Af-rica: A Technological Assessment, in Susan Gnaegy& Jock R. Anderson (eds), Agricultural Technology inSub-Saharan Africa, 1991.

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    requieren ni el barbecho, ni la rotacin de cul-tivos, ha ganado la admiracin de los expertosoccidentales. Mediante la integracin de lavariacin en los tipos de suelo, la topografa ylos regmenes de humedad con los objetivos de

    la produccin de alimentos, los agricultores defrica Occidental han logrado desarrollar unsistema agrcola que minimiza el impacto delas limitaciones de produccin. Los primerosportugueses en llegar al litoral de Senegambiaen 1444 se maravillaron del ingenio humanaque haba creado este sistema de produccinde alimentos, al igual que quienes estudian sufuncionamiento ms de 500 aos despus8.

    La igualdad de gnero

    En la mitologa de Dahomey, el mundo divinoest administrado por varios pares de mellizosde ambos sexos, leyenda que sirvi de inspi-racin para el sistema original y nico de esepas, de encargar la administracin pblica aparejas mixtas, durante el siglo XVIII. Cadafuncionario de sexo masculino tena una con-traparte femenina que trabajaba junto a l yadems monitoreaba su trabajo. Este sistemaadministrativo de Dahomey, que coloc a lamujer en posicin de fiscalizadora frente alhombre, incorpor controles institucionalesde una eficacia poco comn. Es ms, estesistema de parejas mixtas permiti que Daho-mey logre una real igualdad de gnero en ellugar de trabajo, de manera que garantizabala excelencia, la eficacia y la probidad pbli-ca: La administracin de Dahomey alcanz laexcelencia en honestidad, precisin y fiabili-dad9. Ningn otro pas del mundo ha logradoemular ese impresionante logro.

    Gobernabilidad

    El antroplogo ingls R. S. Rattray encontruna semejanza muy remarcable entre laconstitucin de la antigua Grecia y la de los

    Ashanti10

    . A su juicio, la Constitucin Ashantiera ms avanzada en varios aspectos que lade Gran Bretaa, y la democracia Ashanti erams cercana del ideal democrtico que la de-mocracia britnica: Aqu tenemos una igual-dad mucho ms real que cualquiera de las quenos confieren nuestras leyes [inglesas]. Alldonde la ley de Ashanti y las prcticas cons-titucionales no eran superiores a las de GranBretaa, eran similares en calidad: Las leyesconsuetudinarias Ashanti engendraban nor-

    mas de comportamiento y de conducta que noeran muy diferentes de nuestro cdigo ticoy moral [ingls].

    El sistema Gada de democracia del puebloOromo del Nordeste de frica, que por prime-ra vez llam la atencin de Occidente en el si-glo XVI, tambin fue reconocido por europeoscomo ms democrtico que aquel de Europade la poca. Varios viajeros occidentales quepudieron estudiar el sistema Gada de primeramano en los siglos XIX y XX, lo calificaron comouna democracia indita11. Un viajero inglsque visit Abisinia en el siglo XIX declar queel sistema democrtico en Gada era superior atodoslos sistemas existentes de gobierno re-publicano en el mundo12.

    Varios pases africanos haban desarrollado sis-temas muy eficaces de resolucin de conflic-tos. El sistema Arusha de gestin de conflictos(frica Oriental) ha merecido grandes elogiosde los especialistas occidentales. El profesor

    Kenneth Carlston consider el proceso Arushade resolucin de conflictos como ingenioso,innovador, sofisticado, y que podra ser-vir de modelo para resolver conflictos nacio-nales e internacionales: Ellos desarrollaron elproceso de mediacin a un grado tal que tantolos sectores de capital y de trabajo, en las so-ciedades nacionales, como los Estados en lasociedad internacional, bien podran envidiary emularlo hoy en da ... La experiencia de losArusha apunta a un posible nuevo modelo de

    8) Judith Carney, Indigenous Soil and Water Man-agement in Senegambian Rice Farming Systems.Agriculture and Human Values, Winter-Spring, 1991.

    9) Karl Polanyi, Dahomey and the Slave Trade: AnAnalysis of an Archaic Economy, 1965.

    10) Ashanti Law and Constitution, 1929

    11) Hamdesa Tuso Indigenous Processes of ConictResolution in Oromo Society, in I. William Zartman(ed), Traditional Cures for Modern Conicts: Afri-can Conict Medicine, 2000.

    12) W. Plowden, Travels in Abyssinia, 1868.

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    La Organizacin de las Naciones Unidas (ONU)y la Organizacin de los Estados Americanos(OEA), han declarado este ao 2011 como elAo Internacional de los y las Afrodescendien-tes. A 10 aos de la Conferencia Mundial Con-tra el Racismo, la Xenofobia, la DiscriminacinRacial y las Formas Conexas de Intolerancia,realizada en Durban, Sudfrica, en el ao 2011debemos preguntarnos si realmente las per-sonas afrodescendientes hemos avanzado, no

    slo en el reconocimiento de derechos forma-les, sino en la inclusin real poltica, social yeconmica de nuestra regin.

    En la Conferencia Regional Preparatoria de lasAmricas contra el Racismo, la DiscriminacinRacial, la Xenofobia y las Formas Conexas deIntolerancia llevada cabo en el 2000 en Chile,nos reunimos personas de todas las Amricas yel Caribe para dialogar en torno a las propues-tas y compromisos de nuestros pases en tornoa estos temas y las exigencias de las personasque representamos la sociedad civil para tra-tar de impulsar nuestras posiciones. El docu-mento que sali de Amrica result ser msfuerte que aprobado en Durban. Recordemosque la Conferencia en Durban estuvo asediadapor el boicot y presin de pases como Esta-dos Unidos. Algunas de las tensiones girabanen torno a los temas de Palestina y la polticade Israel. Igualmente el tema de las repara-

    ciones a los pueblos afrodescendientes resultser uno de grandes tensiones para los paseseuropeos y su pasado esclavista.

    El tema de las reparaciones fue abordado enla Declaracin de la Conferencia de las Am-ricas de nuestra regin: la reparacin a lasvctimas de esas manifestaciones, deberadarse por medio de polticas, programas ymedidas, inclusive de accin afirmativa,

    que beneficiasen las personas, las comu-nidades y los pueblos afectados.1 Esa esuna demanda pendiente en nuestra reginy debe traerse siempre como exigencia encualquier reunin de revisin de compromi-sos de Durban

    Hay que recordar que los antecedentes de laconferencia contra el racismo surgen a par-tir de los esfuerzos oficiales de la comunidadinternacional, especficamente desde la ONU,para iniciar y apoyar acciones tendientes acombatir el racismo, la discriminacin racial,los conflictos tnicos y la violencia asociada aestas formas de discriminacin. La ONU reco-noci que persiste en diversas partes del mun-do manifestaciones de esta discriminacin querequieren atencin especial por parte del or-

    Durban 10 aos despusAna Irma Rivera Lassn

    1 Declaracin de la Conferencia de las Amricas,Santiago, 2000

    una sociedad internacional de paz.13

    Instituciones indgenas africanas, eficientes,de Ombudsmen (Defensores del Pueblo) pa-recen haber sido una caracterstica estndar

    en la frica precolonial. Las instituciones quedesempean una funcin similar a la del Om-budsman sueco eran tan omnipresentes en lafrica precolonial que William Zartman, pro-fesor de Gestin de Conflictos de la Universi-dad Johns Hopkins, observ: El Ombudsmanparece ser una invencin de frica, aunquems conocido en Occidente por un nombre es-candinavo14. (Traduccin ALAI)

    13) Social Theory and African Tribal Organization:The Development of Socio-Legal Theory, 1968.

    14) Changes in the New Order and the Place for theOld, in Zartman, 2000.

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    ganismo. Algunas de esas manifestaciones sonlas campaas de limpieza tnica, las situa-ciones de violencia contra las llamadas mino-ras raciales, los(as) migrantes y las personasque buscan asilo o refugio.

    La Conferencia de Durban estableci elcompromiso de los Estados, agencias delSistema de Naciones Unidas, agencias deCooperacin al Desarrollo, organizacionesprivadas y sociedad en general, de lucharcontra el racismo, la discriminacin racial,la xenofobia y todas las formas conexas deintolerancia. La Declaracin de Durban, porsu parte, reconoce que el racismo, la discri-minacin racial, la xenofobia y las intole-

    rancias conexas se producen por motivos deraza, color, linaje, origen nacional o tnicoy que por tal razn las vctimas pueden su-frir mltiples o agravadas formas de discri-minacin por otros motivos conexos comoel sexo, el idioma, la religin, las opinionespolticas o de otra ndole, el origen social,la situacin econmica, el nacimiento u otracondicin.2

    En Durban el tema afrodescendientes fue pro-tagonista. El uso del trmino mismo trae dis-cusiones ya que con el mismo se quiere des-tacar sobre todo las personas que somos ladescendencia de los y las africanos llevados ala fuerza y como esclavos a otros pases comolas Amricas, con las consecuencias de exclu-sin social, econmica y poltica que an estorepresenta.

    Sin embargo no debemos olvidar que:

    somos afrodescendientes, trmino que

    reconoce nuestra ancestra, somos descen-

    dientes de las personas de origen africanoque fueron tradas esclavizadas a AmricaLatina y el Caribe. Somos la descendenciade las personas que llegaron privadas de li-bertad, personas con cultura, tradiciones,

    lenguajes, costumbres y sueos. De esaspersonas descendemos, no somos la des-cendencia de la esclavitud, esa herencia noes nuestra, le pertenece a los esclavistasy a la descendencia de ellos(as); la escla-vitud es la herencia de los que comercia-ron con el dolor humano y trataron comomercanca a seres humanos, creyeron querompindoles el cuerpo le doblegaran elalma. Pero no lo lograron porque a Am-rica Latina y al Caribe llegaron seres hu-

    manos, personas con historias personales ycolectivas, llegaron personas. Aunque antela mirada de cada capitn y ante la mira-da de cada comprador de esclavos(as) eranmercanca, a Amrica Latina y al Caribellegaron personas, personas que fueron es-clavizadas, pero antes que cualquier otracosa, lo nico que les defina era que eranpersonas, seres humanos a quienes se lesnegaba la humanidad misma.

    La herencia que reclamamos es la historiade todos los pueblos africanos que llega-ron a Amrica, historia que reconocemos alnombrar de dnde descendemos, por eso nosomos descendientes de esclavos(as), somosdescendientes de personas africanas. Cuan-do se pretende mantener a los y las afro-descendientes slo como sinnimo de des-cendientes de esclavos(as) entonces surgecomo exigencia poltica, econmica, socialy cultural el tema de las reparaciones porel dao causado a la libertad de nuestros

    ancestros(as), por los crmenes en su contray por la exclusin social y poltica resultan-te.3

    Luego de 8 aos se realiz la Conferencia deExamen de Durban, Ginebra 2009, que fue de-cepcionante: una reunin de bajo perfil y po-cos compromisos. Llena de grandes tensionescon el tema de los pases rabes bajo ataqueluego de los eventos del 11 de septiembre2001. Adems, nuevamente el tema palestino

    2 Declaracin de la Conferencia Mundial contra elRacismo, la Discriminacin Racial, la Xenofobia y lasFormas Conexas de Intolerancia, A/CONF.189/12, In-forme de la Conferencia Mundial contra el Racismo,la Discriminacin Racial, la Xenofobia y las FormasConexas de Intolerancia, 2001.

    3 Ana Irma Rivera Lassn, Mujeres afro latinoame-ricanas, afrocaribeas y de la dispora: voces, Po-nencia dada en la Conferencia de Examen de Durban,Ginebra 2009.

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    israel permaneci como tensin permanenteen toda la actividad ya que la misma fue boi-coteada por Estados Unidos y Canad, entreotros pases, por no estar de acuerdo cmo semanejara el tema en la Conferencia.

    Uno de los temas que se discutieron en Gine-bra, al menos por las delegaciones de Amri-ca Latina, fue el de los censos. Recientementecomenz una ronda de censos en algunos delos pases de la Regin donde se incluyen cate-goras tnico raciales. Se espera con ello poderhacer un mejor mapa de la composicin pobla-cional en estas reas. Claro, esta esperanzaparte de la premisa de que la gente contestarla pregunta de acuerdo a su identidad real o

    percibida, y no que negar la misma. Ese sinduda es un reto. Hemos sealado en otros es-pacios que este punto es importante porqueveremos que si los mtodos que se usan pararecoger la informacin no tienen indicadorestnico raciales, no reflejarn la situacin realde los pueblos indgenas y afrodescendientes.El uso de dichos indicadores ha sido uno de lospuntos que ms se ha impulsado desde la Con-ferencia de las Amricas (2000)4

    Muros y ms exclusin

    Cuando regresamos de Durban ese 2001 nos le-vantamos el da 11 de setiembre con la noticiade aviones chocando contra las torres geme-las de Nueva York. La Conferencia Mundial ha-ba terminado un da antes que los ya famososeventos del 11 de septiembre. Pareca casi unaalegora de la exclusin lo que anticipaba esedesastre. Las guerras posteriores han marcado

    los 10 aos pos Durban. Guerras que en granmedida han fomentado racismo, discrimina-cin, xenofobia e intolerancia cuando algunagente identifica lo rabe o islmico como sin-nimo de maldad o terrorismo. En estos 10 aos

    se han levantado dos grandes muros, uno entreIsrael y Palestina y otro entre Estados Unidos deAmrica y Mxico. Estos son muros que repre-sentan los retos que tiene cualquier revisin delos compromisos de Durban porque simbolizanla exclusin que se levanta desde el poder queostentan las naciones poderosas. Igualmentehabra que ver todas las leyes anti inmigrantesque siguen aprobndose en pases europeos.

    Otro de los temas que quedan pendientes en

    las discusiones y declaraciones de maneraabierta y directa es la proteccin a los dere-chos de la comunidad LGBTI. Este es sin dudaun tema en nuestra agenda permanente de re-visin de Durban. En estos 10 aos tambin hahabido cambios importantes a nivel mundial enel reconocimiento de derechos formales parala comunidad LGBTI, que igualmente deberanreflejarse en declaraciones como la de Durbany sus revisiones.

    Este septiembre, a 10 aos de Durban, la ONUse apresta a llevar a cabo una reunin de altonivel por un da para conmemorar el dcimoaniversario de la adopcin de la Declaracin yel programa de accin de Durban. La evalua-cin de esta conferencia, y su correspondien-te declaracin, plan de accin y compromisos,est inmersa en una situacin de crisis econ-mica mundial, por un lado, y, por el otro, conuna Organizacin de Naciones Unidas en unareingeniera institucional. En esa recreacin dela ONU se enmarcan tambin los Objetivos de

    Desarrollo del Milenio, agenda que podra serminimalista ante toda la cantidad de compro-misos que tienen todos los instrumentos inter-nacionales.5 Es en esa realidad que se llevar acabo la conmemoracin de los 10 aos de Dur-ban. La agenda de cambio verdadera siempreser de la sociedad civil.

    Ana Irma Riv er a Lassnes puertorriquea,abogada y activista de derechos humanos.

    4 Ana Irma Rivera Lassn, Mujeres afrodescen-dientes: la mirada trabada en las interseccionesde organizacin por raza y gnero, Red de MujeresAfrolatinoamericanas, Afrocaribeas y de la Dispo-ra, Documento Conceptual Retos y Oportunidades delEmpoderamiento Econmico de las Mujeres. CEPAL,Brasilia, 13 al 16 de julio de 2010.

    Documento Conceptual Retos y Oportunidades delEmpoderamiento Econmico de las Mujeres Afro-descendientes, CEPAL, Brasilia del 13 al 16 de julio2010.

    5 Ana Irma Rivera Lassn, ibid.

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    Los y las afrodescendientes somos decenas demillones alrededor del mundo, solo en Amri-ca Latina y el Caribe representamos aproxima-damente una tercera parte de la poblacin,ms de 150 millones de personas viven prc-ticamente en todos los pases de la regin.Segn la informacin disponible, la condicin

    tnica y racial de los y las afrodescendientesles coloca en una situacin social y econmicade desventaja, por el legado de la esclavitudy como consecuencia del racismo estructuraly de modelos de desarrollo excluyentes, loscuales se manifiestan en desigualdades socio-econmicas, insuficiente representacin pol-tica, limitado acceso a la educacin superiory tcnica, deficientes servicios de educacinpblica de calidad en las comunidades, mayo-res ndices de mortalidad materna e infantil,

    un menor acceso a los servicios de salud, in-cluida la sexual y reproductiva para las muje-res, subregistro de nios y nias al nacer, lacriminalizacin de jvenes y falta de informa-cin estadstica confiable.

    En su resolucin A-Res-64-169I 2011 de las Na-ciones Unidas, fue declarado por la AsambleaGeneral el Ao Internacional de las Personasde Ascendencia Africana con miras a fortale-cer las medidas nacionales y la cooperacinregional e internacional, en beneficio de laspersonas de ascendencia africana, en relacincon el pleno disfrute de los derechos econ-micos, culturales, sociales, civiles y polticos,su participacin e integracin en todos los as-pectos polticos, econmicos, sociales y cultu-rales de la sociedad, y la promocin de un ma-yor conocimiento y respeto de la diversidadde la herencia y la cultura de estas personas.

    En el 2011 se cumplen tambin los 10 aos dela firma de compromisos de los Estados con las

    personas de ascendencia africana consignadostanto en la Declaracin como en el Plan deAccin de la III Conferencia Mundial contra elRacismo, la Discriminacin Racial, la Xenofo-bia y todas las formas Conexas de Intoleran-ciarealizada en Durban, Sudfrica en el 2001;sin embargo, la exclusin racial que limita los

    derechos humanos de decenas de millones deafrodescendientes no se ha modificado sus-tantivamente.

    Se ha avanzado, pero

    Es importante reconocer, no obstante, que enla ltima dcada, producto de la organizacinsocial y poltica de los y las afrodescendientes,existen respuestas estatales o gubernamenta-les de diversa ndole para hacer frente a la in-

    sostenible realidad afrodescendiente de la re-gin. Debe destacarse Brasil como el pas quems ha avanzado en institucionalidad para pro-mover la igualdad racial a travs de la Secreta-ria de Polticas Pblicas para la Igualdad RacialSEPPIR. Tambin algunos pases como Uruguayhan avanzado en acciones institucionales enfavor de las mujeres afrodescendientes, comola Direccin de Mujeres Afrodescendientes enel Instituto Nacional de las Mujeres. En pasescomo Colombia, Panam, Ecuador, Per, Ar-

    gentina, Bolivia, Nicaragua, Honduras y Guate-mala se identifican acciones gubernamentalesen contra de la discriminacin o a favor de lainclusin de los y las afrodescendientes. En losEstados Unidos, las luchas histricas del pue-blo afrodescendiente, entre los cuales se des-taca el movimiento de liberacin negra entrelos 50s-70s, tuvo como resultado la creacinde polticas de accin afirmativa a favor de laequidad y en contra de la discriminacin racial.

    Un ao para reafirmarcompromisos de inclusin

    Epsy Campbell Barr

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    Todava estos esfuerzos nacionales siguen sien-do insuficientes ya que la realidad de exclu-sin, el acceso limitado a los derechos, la faltade representacin y la pobreza siguen siendodesproporcionados con relacin a la calidad,

    cantidad y recursos que se invierten en lasrespuestas gubernamentales. La globalizacinneoliberal ha exacerbado dichas desigualdadesy, paradjicamente, a la vez que se declara elmulticulturalismo y se celebra la inter-cultura-lidad, permanece y en ciertos reglones socialesse profundiza la opresin racial.

    El protagonismo de los propios afrodescen-dientes ha sido vital y este ao internacionalen el que debe garantizarse un verdadero

    compromiso regional con recursos y voluntadpoltica, las respuestas locales, nacionales einternacionales exigen de una participacinactiva de las organizaciones de la sociedad ci-vil y de sus lderes. Por un lado, es importan-te darle seguimiento e implementar la agendacontra el racismo promovida por las NacionesUnidas, por otro lado es crucial que las organi-zaciones de la sociedad civil, los movimientossociales, las organizaciones no gubernamenta-les y las comunidades de base afrodescendien-tes articulen e impulsen una agenda propiapara mejorar sus condiciones de vida y contri-buir a transformaciones generales en aras dela democracia y la justicia.

    El Ao Internacional de las personas de Ascen-dencia Africana es un reconocimiento de larealidad de racismo, discriminacin y desigual-dad social econmica y poltica que afecta adecenas de millones de personas, pueblos y co-munidades afrodescendientes, convirtindolasen vctimas, con una ciudadana limitada y sin

    derechos plenos. Adems, la reconocida discri-minacin de gnero y el sexismo colocan a lasmujeres afro en una situacin de mayor des-ventaja profundizando su exclusin, as comola de la niez, adolescencia y juventud afro.

    Los recursos presupuestarios y financieros hansido absolutamente insuficientes para hacerfrente a la realidad de las personas de ascen-dencia africana. El desafo mayor de los Es-tados, es promover acciones afirmativas con

    polticas universales que transversalicen larealidad de las vctimas en todos los programasy acciones de los gobiernos. Ms aun, en estostiempos de crisis global de la civilizacin occi-dental capitalista, se requieren cambios sist-

    micos que combatan el racismo estructural ysus implicaciones mltiples en las condicionesde vida de los pueblos afrodescendientes. Losmovimientos afrodescendientes histricamen-te han estado al frente de las transformacio-nes democrticas y a favor de la justicia socialen el mundo y en esta poca hemos de tenerese rol protagnico que nos pertenece.

    Pensando en la prxima dcada

    Las personas de ascendencia africana requie-ren que la Organizacin de las Naciones Uni-das, la Organizacin de Estados Americanos,la UNASUR, Mercosur, SICA, la Organizacin deEstados del Gran Caribe, la Unin Europea, laUnin Africana y las Instituciones Multilatera-les, planteen un Plan de Accin para la prximadcada con desafos, plazos, recursos financie-ros y mecanismos de rendicin de cuentas, quegaranticen la participacin de la sociedad civiltanto en el plano regional como en el nivel na-cional y local. Dicho plan debe recibir insumosy ser consultado con las organizaciones de lasociedad civil y las comunidades de base afro-descendientes, quienes a su vez han de elabo-rar su propia agenda hacia dentro de las co-munidades y pueblos y hacia todos los actoresexternos empezando por los Estados.

    Se identifican como necesidades urgentes:Polticas sociales progresistas, focalizadas yuniversales que garanticen los derechos a laeducacin, a la salud, al trabajo, a la tierray a los recursos productivos; censos que per-mitan desagregar los datos por gnero, razay etnia, programas y polticas dirigidos a lapoblacin joven afrodescendiente; abordarla violencia racial existente con polticas queenfrenten la criminalizacin de jvenes afro yel genocidio justificado en lucha contra la de-lincuencia; acciones concretas a favor de losmigrantes internos y de los y las migrantes;incorporar la realidad del racismo en todas lasagendas: democracia, crisis alimentaria, cri-

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    sis energtica, acuerdos comerciales; derechoa las tierras y territorios afrodescendientes ygenerar un plan de accin de emergencia parala niez y adolescencia afrodescendiente. LosObjetivos del Milenio deben de ser cumplidos

    a cabalidad en todas las comunidades y pue-blos afrodescendientes.

    Existen diversas organizaciones y redes deafrodescendientes que requieren coordinaracciones para profundizar sus agendas relati-vas a la inclusin racial, la lucha contra el ra-cismo, la promocin de derechos humanos, elempoderamiento de las mujeres, la inclusinpoltica, la defensa de los derechos de la ni-ez, el reconocimiento estadstico, la defensa

    de la tierra y a la promocin de la justicia ylos derechos de los y las jvenes, entre mu-chos otros temas que realizan acciones en losplanos local, nacional y regional.

    La realidad de los pueblos y comunidades afro-descendientes pone en serio cuestionamientola efectividad de una democracia sustantivaque no se conforme con elecciones peridicasrelativamente limpias; porque hasta en trmi-nos de la democracia representativa AmricaLatina se encuentra en deuda con millones deafrodescendientes que no se encuentran repre-sentados y representadas en los diferentes po-deres del Estado.

    Las mismas metas de desarrollo nacional y loscompromisos internacionales de los Estadoscomo los Objetivos del Milenio, parecen dejaren la invisibilidad a las personas de ascendenciaafricana, pues los promedios nacionales siguenocultando las inaceptables brechas raciales ygeogrficas que persisten en los pases y que

    vuelven a colocar a los y las afrodescendientesen los sectores ms excluidos del desarrollo.

    Agenda de todos/as

    La experiencia brasilea de los ltimos aos,en donde las acciones afirmativas y una polti-ca pblica con una perspectiva racial alcanza millones de afrodescendientes (aunque sinllegar an a una situacin de inclusin esta-ble), podra empezar a dar pistas sobre el ca-

    mino que deben de recorrer el resto de pasesde la regin para iniciar el largo camino dela inclusin racial, social y econmica de lasdecenas de millones de afrodescendientes quedeber necesariamente de estar acompaada

    de una inclusin poltica real.

    Este Ao Internacional debe de ser el inicio deuna dcada de acciones sostenidas que permi-tan el goce efectivo de derechos humanos delos y las afrodescendientes, debe de replantearlos debates y decisiones para avanzar haciauna democracia intercultural y paritaria que nosolo garantice representacin para hombres ymujeres de los diversos grupos, pueblos y co-munidades, sino que permita una distribucin

    justa de los recursos y las oportunidades en unmodelo de desarrollo humano sostenible.

    Los derechos humanos siguen siendo para mi-llones de afrodescendientes un horizonte in-finito, que casi no se vislumbra, porque pesea sus esfuerzos centenarios de reclamar unahumanidad arrebatada de la realidad, sigueestando caracterizada por la carencia y por lainjusticia.

    Es tiempo ya que la agenda afro sea asumidapor todos y todas aquellas personas que luchanpor la libertad, por la democracia real y porla justicia. Lleg la hora de que la banderade lucha contra el racismo y la discriminacinsea levantada no solamente por quienes hansido las vctimas. Es ahora cuando tenemosla oportunidad de generar alianzas verdaderaspara lograr un nuevo pacto social en el quedejemos del lado las discriminaciones histri-cas y acordemos una sociedad en donde todaslas personas tengan las condiciones para vivir

    bien y para ser felices.

    Epsy Campbell es economista costarricense,con Maestra en Cooperacin al Desarrollo,

    Coordinadora del Grupo de Trabajo sobreAfrodescendientes en los Censos, Consultora

    en temas de desarrollo afro, desarrollo rural,mujeres y participacin poltica. Activistasocial y lder poltica. Co-Presidenta de la

    Comisin Nacional Afrocostarricense.

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    La lgica identitaria y culturalista, que permi-ti construir el movimiento afrodescendienteen Amrica Latina y el Caribe, ya no es sufi-ciente para enfrentar problemas como el ra-cismo, segn Ochy Curiel, integrante del Gru-po Latinoamericano de Estudios en FormacinFeminista -GLEFAS-, quien reconoce que las

    identidades no pueden perderse en la prcticapoltica, ms bien tienen que ser estrategias,no fines en s mismo. Dominicana radicadaen Colombia, Curiel se define como lesbianafeminista y antirracista. A continuacin su in-tercambio con ALAI.

    - Cmo caracterizas el movimiento de mu-jeres afrodescendientes actualmente enAmrica Latina y Caribe?

    Yo creo que el movimiento de mujeres afro,al igual que muchos de los movimientos socia-les, incluyendo el feminista, ha pasado por unproceso de institucionalizacin. Recuerdo quecuando comenzamos en 1992, cuando se hizoel primer encuentro de mujeres negras, habauna lgica de hacer grupos de autoconciencia,de reconocimiento de la identidad afro, muydesde la autogestin, muy tambin desde laformacin hacia otros y otras. Por ejemplo,recuerdo cuando en Dominicana hicimos pro-

    cesos muy interesantes con maestros y maes-tras en torno al racismo y la educacin y todolo que significaba el tema de la socializacin;fue un momento muy importante donde ade-ms empezaron a nacer muchos grupos a par-tir del encuentro de mujeres negras.

    Luego viene todo el boom de las lgicas delas agencias internacionales, el contexto de laIV Conferencia Mundial sobre las Mujeres deBeijing (1995); tambin fue un contexto que

    Entrevista a Ochy Curiel

    Construir sujetos polticosSally Burchpermiti la institucionalizacin no solamenteen el Estado, sino tambin por parte de po-lticas de agencias multilaterales y agenciasde cooperacin, que metan ya el tema de lasmujeres afros, de lo tnico y de la raza.

    Eso tuvo dos elementos centrales. Uno, que yo

    creo fue positivo, la visibilizacin; y el otro,la institucionalizacin total. Es decir, hoy elmovimiento de mujeres afro no se mueve sino hay proyectos de por medio, proyectosque muchas veces se definen desde la coope-racin internacional, muy en la interlocucincon el Estado; muy en una poltica de reco-nocimiento. Es decir, que el movimiento afro,ms que trabajar el racismo, trabaja mucho eltema cultural, el reconocimiento de ser afro,la cultura afro, etc. Adems, muchas veces

    pensada como homognea, monoltica. Eso hadesgastado mucho al movimiento.

    Y es muy contradictorio porque en el 92, enlos aos 94, 95, tenamos ms autonomacomo mujeres negras, que creo que es sperimportante. Ahora ha habido una vuelta a lalgica mixta. Eso no quiere decir que yo noest de acuerdo con que tengamos que haceralianzas con muchos movimientos. Pero tam-bin creo en la autonoma, en el sentido de

    que hay una opresin comn a partir de lacual se tiene que hacer una lucha poltica y undiscurso poltico y luego entonces hacer alian-zas con otros movimientos, partidos polticos,proyectos mucho ms comunes.

    Creo que el movimiento de mujeres afro estmuy dbil. Antes la Red de Mujeres Afrolati-noamericanas y Afrocaribeas era un refe-rente, una plataforma comn a nivel regio-nal. Hoy apenas se siente, se hacen algunos

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    eventos, muy aislados. Ahora con el Ao deAfrodescendientes, se estn haciendo muchoseventos donde obviamente estn participandomuchas mujeres, pero otra vez bajo la lgicade la institucionalidad.

    Claro, mientras Naciones Unidas dice este esel Ao de Afrodescendientes, entonces haymucho dinero para eso, y el movimiento sehace cmplice de todo eso. Es decir, hay muypoca crtica de lo que eso significa en trminospolticos. Inclusive hay mucha gente que pue-de ser muy radical en muchos sentidos, peroque asume lgicas de que el gobierno nos duna moneda. Incluso las mismas plataformasque se elaboran desde el movimiento afro son

    definidas con dinero del Banco Mundial, de laUSAID, etc. Es decir, las mismas institucionesy mecanismos que van definiendo las polticassociales, que van racializando a la gente, re-sulta que son las mismas que estn invirtiendopara dar becas o para que se haga un eventoX o Y.

    Todo eso no se teje con otras visiones pol-ticas que sean mucho ms antirracistas, quetienen que articularse al antisexismo, estar encontra de la homofobia y la lesbofobia. Pensarel neoliberalismo, pensar cules son los ele-mentos clave para entender el racismo con-temporneo, eso hay que ligarlo a los efectosdel neoliberalismo. Es decir, cada vez hay unadivisin del trabajo que es racializada y que esfeminizada, por tanto las mujeres afro del Surson las que ms les est afectando esto.

    O por ejemplo, podemos ver en el caso deGuatemala, con las indgenas, que hay femi-nicidios que estn muy ligados al racismo y a

    un genocidio all instalado. Yo creo que la ma-yora de las mujeres afro se quedan en la cosade la cultura, en el asunto de reivindicar sermujer afro, que es importante, pero para mno es suficiente. Hay que construir sujetospolticos.

    - Siendo que hay ms relacionamiento aho-ra con otros movimientos, cules han sidolos aportes particulares -antes o ahora- delmovimiento de mujeres afro al movimien-

    to afro mixto ms amplio, o al movimientode mujeres?

    Pues lo que dice Sueli Carneiro: feminizar lalucha antirracista y ennegrecer la lucha femi-

    nista. Creo que el aporte fundamental prime-ro fue desnaturalizar el concepto de negritudy el racismo mismo, en el sentido de que noa todas las personas racializadas el racismolas afecta por igual, porque se suman otrossistemas de opresin. Al movimiento mixto,fue evidenciar cmo el racismo afectaba fun-damentalmente a las mujeres, desde el tiem-po de la colonizacin, hasta el tiempo de hoy,donde en los trabajos informales tenemos mu-jeres racializadas, donde el trabajo domstico

    sigue recayendo en mujeres racializadas, queson pilares de la lgica del capital. Creo queeso fue el aporte mayor al movimiento mixto.

    Al movimiento feminista, el aporte ha sido de-cir que el sujeto mujer no es un asunto univer-sal y que habamos sujetos mujeres que nosatravesaban diferentes categoras de opre-sin, en este caso la raza conjuntamente conla clase, porque difcilmente estas son separa-das. Como ejemplo, estoy pensando en la ge-nealoga del Black Feminism(o feminismo ne-gro) en Estados Unidos que ha propuesto unanueva epistemologa del conocimiento. Comoel tema de la colonialidad -que ahora est demoda porque algunos hombres lo han colocadoen la academia-, pero hace tiempo que, sobretodo las mujeres afros y posteriormente lasindgenas, han propuestos mtodos y manerasde descolonizacin. Desde el hecho de pen-sar que el conocimiento tambin se produceen la experiencia, que no existe esa separa-cin de teoraprctica, sino que la prctica

    tambin produce conocimiento: pues es unanueva epistemologa, no solamente para elmovimiento feminista, sino para toda teoracrtica y prctica crtica. Es imposible pensaren la colonizacin sin pensar en la violacin delas mujeres afro, mujeres indgenas, en la ex-plotacin como fuerza de trabajo fundamen-tal para sostener la esclavitud como sistema;ms que todo lo que signific posteriormentelo que llamamos hoy la colonialidad del poder.Entonces, esa nueva epistemologa y la ma-

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    nera de producir conocimiento, creo que hansido los mayores aportes al feminismo por par-te de las mujeres afro. Que no se reconozca esotra cosa; hoy, por parte de la teora crticade la academia estamos un poco de moda, -la

    clase, la raza-, pero ya en los aos 70, y enla regin ms a partir de los aos 80, hemosabordado ese tema.

    Un elemento central de ese aporte ha sido en-tender que los sistemas de opresin se articu-lan unos sobre otros y son consustanciales. Yono puedo pensar el racismo sin el clasismo, nolo puedo pensar sin la lgica heterocentradaque implica la lgica de la diferencia sexual,que piensan que hay solo dos seres, hombres

    y mujeres, todos homogeneizados. Pero tam-bin el lugar, el territorio. Es decir, creo quela teora feminista y el movimiento feminis-ta y tambin el movimiento afro han ganadomuchsimo con la perspectiva de las mujeresafros, tanto la de Estados Unidos como tam-bin Amrica Latina, en colocar ese centro,como decir que la realidad es un asunto inte-gral. Pero al mismo tiempo, cmo los sistemasde opresin se articulan unos con otros y cmoeso repercute en la vida de seres concretos,en este caso mujeres afros, mujeres indge-nas, hombres pobres racializados, etc., todosaquellos que no tienen privilegios de raza, cla-se, sexualidad. Creo que hoy es la teora mscompleta que pueda existir y la manera decomprender una realidad mucho ms comple-ja y para m son las mujeres afros, que lo hanaportado, conjuntamente con las chicanas enEstados Unidos.

    - Se puede hablar hoy de un movimientoafrofeminista en Amrica Latina?

    No. Hablar de movimientos es complejo aho-ra; yo creo que un movimiento social implicauna accin mucho ms colectiva, con un ob-jetivo comn. Eso ya no existe as como tantajante. Existen prcticas de movimiento, quese pueden articular en determinadas coyuntu-ras y que podemos ubicar, como el movimien-to feminista, pero al interior de todo eso haymuchas corrientes.

    Yo creo que en Estados Unidos s se pueden ha-blar de un Black Feminism, que tiene teoraspropias, que tiene mucha mayor articulacin.Creo que en Amrica Latina todava no se pue-de hablar de eso y digo todava, porque tengo

    la esperanza de que s se pueda hablar en al-gn momento. Las brasileas de alguna mane-ra retoman algo del feminismo negro aunqueno muy articulado. Hay compaeras que seubican en el afro feminismo; yo tambin mehe ubicado siempre all, pero no puedo decirque el resto de mis compaeras afros son fe-ministas, o por lo menos no se dicen; aunquealgunas s.

    Ahora bien, en Cali (Colombia) hay un grupo

    de compaeras jvenes, estudiantes, que s sedicen afrofeministas. El grupo surgi a razde la visita de Angela Davis1, que organizamosdesde la Escuela de Estudios de gnero de laUniversidad Nacional, donde Mara Viveros yyo, que somos dos mujeres racializadas, he-mos tratado de impulsar el conocimiento delBlack Feminism. Yo creo que es la primeravez -a parte de m y algunas- que un grupodice vamos a tejer una red afro feminista conbase a los postulados del Black Feminism, ob-viamente contextualizado en la regin. Esome parece una esperanza maravillosa. Perode que haya un movimiento afro feminista enla regin, no; no existe.

    - T dijiste hace un momento que el enfo-que cultural, la identidad, etc. no son su-ficientes para constituir los ejes de un mo-vimiento afro. Cules seran a tu criterioesos ejes centrales?

    Mira, yo creo que en un momento dado la

    identidad nos sirvi bastante para definir unmovimiento; por ejemplo, de la gente afro, elpueblo indgena, las mujeres. Eso fue impor-tante en el sentido de que en la modernidadesos sujetos y sujetas que no tenamos privile-gios de raza y clase, no existamos, sobre tododentro de la lgica del Estado nacional, y era

    1 Angela Davis, activista y acadmica feminista delmovimiento negro estadounidense.

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    importante construir un movimiento con basea elementos identitarios para poder existir yeso fue sper necesario. O sea, la identidadnos articul, con una lgica del reconocimien-to. Pero resulta que es una contradiccin de

    la modernidad situarte como mujeres, comoafros, sin pensar en las otras cosas que t eres.

    Lo importante para m es que la poltica es unproyecto de transformacin que no necesaria-mente pasa por las identidades. Digo no ne-cesariamente, porque las identidades hay quetomarlas en cuenta, porque si no desaparecela gente que no tienen privilegios de raza, cla-se, sexualidad. Pero ya hemos madurado; porlo menos yo siento madurar en ese sentido,

    de que para hacer mi proyecto poltico, nonecesariamente lo tengo que hacer con mu-jeres afros, con personas afros. Porque pro-bablemente tengo mucho ms diferencias conpersonas afros en trminos polticos que conpersonas no afros. Para m, lo ideal es obvia-mente que existan mujeres afrofeministas conquien pueda articular una propuesta de mun-do. Y para m la propuesta de mundo tieneque acabar con el racismo. O sea, tiene queser antirracista, tiene que ser anticapitalista,tiene que ser en contra del rgimen de la he-terosexualidad, pero sobre todo una propues-ta que lleve a otro tipo de relacin humana.Que no haya divisin sexual del trabajo. Nosolamente que no haya divisin entre hombresy mujeres, sino tambin entre las mismas mu-jeres, entre los mismos hombres.

    El tema de la libertad tiene que estar condi-cionado por eso. Donde no hayan sistemas deopresin que tengan que colocarnos en unoslmites a la mayora de gente que no tenemos

    privilegios de raza y clase, (aunque tengamosotros privilegios; yo tambin me siento privi-legiada frente a otras mujeres afro). Pero param la identidad no es suficiente. Es necesa-ria, claro, creo que en cualquier grupo pol-tico tengo que evidenciar de hecho es muy

    evidente que soy una mujer afro-, pero evi-denciar mi posicin antirracista a partir de esaexperiencia que tengo como mujer afrodes-cendiente; o ser lesbiana dentro de un grupoheterosexual, colocando no solamente mi ser

    lesbiana y mis deseos hacia otra mujer, sinomi posicin lsbico feminista, que es estar encontra del rgimen heterosexual, sea para laslesbianas o no lesbianas.

    El tema de la identidad sigue siendo proble-mtico porque supuestamente con este cues-tionamiento de las teoras post estructurales,que las identidades no pueden ser esencialis-tas, todo eso que lo sabemos muy bien, peroa la vez es una poltica que se ha instalado de

    tal manera que individualiza mucho las cosas.Como decir yo ahora soy orgullosamente ne-gra, soy orgullosamente lesbiana, desde unalgica Queer, por ejemplo, que es una lgicabastante individualista. Entonces, yo puedohacer un performance, maana puede ser mu-jer, hoy hombre. Yo digo bueno, hacia quienesva esa teora. Una mujer negra no puede serhoy blanca, maana negra y traspasado ma-rrn.

    Entonces, siento que por un lado esta lgi-ca de la teora Queer, que es interesante enmuchos sentidos, -adems hay muchas ten-dencias a polticas Queer-, ha sacado a la luzdesesencializar las identidades; pero a la vezte deja sin herramientas polticas. Todava elmovimiento de mujeres afro est en la lgi-ca identitaria y de all se deriva su visin cul-turalista tambin. Creo que a muy pocas lesinteresa pensar en el rgimen heterosexual,pensarse ms all... Por ejemplo, cules sonlas nuevas formas de racismo hoy? Eso es una

    pregunta interesante para el movimiento. Noson las mismas de hace veinte aos porque esoest ligado precisamente al neoliberalismo ya las maneras en que racializa ciertos sujetosy ciertas sujetas en este continente. Hay muypoco debate sobre eso.

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    En Venezuela, al iniciarse la discusin sobrela nueva Constitucin que sera aprobada endiciembre del ao 1999, despus del triunfoelectoral del Presidente Hugo Chvez, la Fun-dacin Afroamrica y la Unin de Mujeres Ne-gras hicimos nuestras proposiciones para queel Estado incorporara la nocin afrovenezola-na dentro del carcter pluritnico y de diver-

    sidad cultural y como elemento fundacionalde la Repblica. All en esas propuestas quedeba contener la Nueva Constitucin exiga-mos el reconocimiento histrico, poltico ycultural de los africanos y africanas y sus des-cendientes, as como la reconsideracin de lapropiedad colectiva de las tierras de los anti-guos cimarrones y cimarronas.

    Sin embargo, estas proposiciones fueron igno-radas por la mayora de los diputados y dipu-

    tadas incluyendo a las y los afrodescendientesque tenan una posicin histrica y privilegia-da en ese paso trascendental constitucionalpara el pas. El prembulo de la Constitucinde la Repblica Bolivariana de Venezuela(CRBV) expresa: El pueblo de Venezuela, enejercicio de sus poderes creadores e invocan-do la proteccin de Dios, el ejemplo histri-co de nuestro libertador Simn Bolvar y elherosmo y sacrificio de nuestros antepasadosaborgenes.....(CRBV:1999:1). Evidentemen-te que all se ignor el papel jugado por los ylas africanas y sus descendientes desde 1552hasta nuestros das en las luchas por la inde-pendencia y por la construccin del sustratode nuestra nacionalidad.

    Podemos decir que si los otros pases enten-dieron la necesidad de modernizar a sus esta-dos sin exclusin tnica (Colombia, Ecuador,Brasil, Nicaragua, Bolivia), en Venezuela los ylas afrodescendientes quedamos excluidos ju-

    Afrodescendientes y elproceso bolivariano

    Jess ChuchoGarca

    rdicamente de la Constitucin del ao 1999.

    En el ao 2007, el presidente Chvez plan-te la necesidad de reformar la Constitucinpara adaptarla a los cambios que se estabandando en el pas. Se necesitaba reformar paratransformar el Estado inoperante que fue des-bordado por las Misiones Sociales y adems de

    avanzar en la creacin de un Estado Socialista.El artculo 342 de la Constitucin era muy cla-ro, especificando que:

    La Reforma constitucional tiene por objetouna revisin parcial de esta constitucin y lasustitucin de una o varias de sus normas queno modifiquen la estructura y principios fun-damentales del texto constitucional. (CRBV:1999: 370)

    El movimiento afrovenezolano estaba cons-ciente que si bien es cierto que el Prembulono poda ser modificado, sin embargo, hizo su-gerencias en parte de la estructura a modificarpara incorporar la visin afrodescendiente.

    Es as como el movimiento afrovenezolano co-mienza a trabajar fuertemente para insertarsus aspiraciones en el proyecto de ReformaConstitucional. Se consensa as un documen-to que histricamente resume las luchas anteel Estado venezolano.

    Durante estos siete aos, el movimiento afro-venezolano ha batallado para lograr notorie-dad en el plano de las polticas pblicas, par-tiendo de los mismos derechos establecidos endicha Constitucin. Es as como a lo largo deestos siete aos se han alcanzado los siguien-tes logros:

    1. La firma del protocolo facultativo o el ar-

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    tculo 14 de la Convencin InternacionalContra Todas las formas de DiscriminacinRacial de la ONU. Esto permite que Vene-zuela presente informe cada dos aos antelos 22 miembros del Comit Internacional

    contra el Racismo para evaluar los avancesen el campo del combate al racismo.

    Al respecto, cabe indicar que en agosto de2005, Venezuela present el informe sobreesta temtica ante el Comit, y ste re-comend poner en prctica las siguientesmedidas: a) Reconocer a los y las afrodes-cendientes en la Constitucin, bien sea atravs de una Enmienda o a travs de unaReforma. b) Instar al Instituto Nacional de

    Estadstica a levantar indicadores sobre lasituacin de las y los afrodescendientes conla finalidad de saber cuntos somos, dndeestamos y cmo estamos, lo cual permitirerradicar la exclusin en los actores mspobres de la poblacin venezolana. c) In-corporar en el currculo educativo los apor-tes morales, polticos, sociales y culturalesde los y las africanas y sus descendientes.d) Implementar el Tercer Plan de Accinde la Tercera Conferencia Mundial Contrael Racismo, plan que debe tener carcterinterministerial.

    2. Otro logro importante fue la creacin concarcter permanente de la Comisin Presi-dencial para la Prevencin y Eliminacin deTodas las Formas de Discriminacin Racial yOtras Distinciones en el Sistema EducativoVenezolano, segn decreto presidencial del6 de mayo de 2005.

    3. Creacin por unanimidad en la Asamblea

    Nacional del Da de la Afrovenezolanidad,para conmemorar el 10 de mayo de cadaao, fecha en la que se levant Jos Leo-nardo Chirino, en 1795, en la Sierra de Fal-cn (Mayo 2005).

    4. Creacin de la Orden Presidencial JosLeonardo Chirino para honrar a aquellosactivistas en Derechos Humanos que lu-chan contra el racismo, la discriminacin yla construccin de un mundo ms humano

    no solo en nuestro pas, sino en el mundoentero. La primera orden fue otorgada aDanny Glover, Jess Chucho Garca, y postmortem a Argelia Laya, Juan Ramn Lugo,Irene Ugueto y Josefina Brington (Mayo

    2005).

    5. Los gobiernos regionales de los principalesestados con mayor poblacin afrodescen-diente, junto a las comunidades organiza-das con memoria histrica viva, promulga-ron decretos y ordenanzas para incorporardentro de sus calendarios fechas y norma-tivas para honrar las acciones memorablesde insignes afrodescendientes, entre lascuales se encuentran: Orden Jos Leornar-

    do Chirino (Estado Falcn), Da de CimarrnJuan Andrs Lpez del Rosario Andresote(Estado Yaracuy); Da de la Etnicidad,donde Bolvar lanz el primer decreto deabolicin de la esclavitud, el 2 de junio de1816 (Carpano, Estado Sucre); Da de lallegada del ltimo Barco Negrero, que seconmemora cada 25 de mayo ante el mo-numento edificado en las costas de PuertoCabello (Estado Carabobo); reconocimien-to y declaratoria del Cumbe de Ocoytacomo patrimonio natural y cultural delMunicipio Acevedo (Estado Miranda). A es-tas fechas se suma la resolucin del INTI(Instituto Nacional de Tierras) de recono-cer las tierras ancestrales cimarronas delMunicipio Veroes, Estado Yaracuy (abril del2005), como tierras de propiedad colectivade esta comunidad afrodescendiente.

    De estos avances pasamos a nuestra propues-ta para la Reforma Constitucional, a travs demarchas, movilizaciones, encuentros con los

    medios, donde presentamos el siguiente texto:

    LA PROPUESTAAFRODESCENDIENTE PARA LA

    REFORMA CONSTITUCIONAL

    Considerando que la constitucin de la Rep-

    blica Bolivariana de Venezuela define nuestra

    sociedad como pluricultural y multitnica, en

    un Estado de justicia, teniendo este Estado en

    consecuencia, entre sus deberes, fortalecer la

    unidad nacional en la diversidad, asegurando la

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    vigencia de los derechos humanos y las liberta-

    des fundamentales sin ningn tipo de discrimi-

    nacin para los grupos sociales existentes;

    Tomando en consideracin que el Estado venezo-

    lano reconoce y garantiza los derechos colectivosde los pueblos y comunidades sobre las tierras

    que ocupan ancestralmente, y que as permite

    el desarrollo, promocin y fortalecimiento de

    las diversas identidades, tradiciones y culturas

    de los pueblos y comunidades que conforman la

    sociedad venezolana, sus prcticas de manejo

    de la biodiversidad;

    Se propone:

    1. Reconocer en el prembulo de la Constitu-cin el aporte decisivo de los y las africanas

    y sus descendientes en el proceso de inde-

    pendencia de Venezuela y en la construccin

    de la sociedad venezolana a lo largo de sus

    distintos perodos histricos.

    2. Abrir un captulo dedicado a los Afrodes-

    cendientes que diga lo siguiente: CAPITULO

    XX. DE LAS COMUNIDADES y COLECTIVOS

    AFRODESCENDIENTES.

    - El Estado reconocer la existencia de los

    colectivos y comunidades afrodescendien-

    tes, su organizacin social, poltica y eco-

    nmica, sus culturas, usos y costumbres,

    idiomas y religiones, las prcticas tradi-

    cionales de salud, produccin y la propie-

    dad colectiva e intelectual; as como su

    hbitat y derechos sobre las tierras que

    ancestral y legendariamente ocupan. As

    mismo El Estado reconoce los aportes mo-

    rales, polticos, culturales, sociales, eco-

    nmicos, espirituales, tecnolgicos quelas y los afrodescendientes sumaron e in-

    corporan a la construccin de la sociedad

    venezolana.

    - El Estado respetar, promover y pro-

    teger los conocimientos y las prcticas

    tradiciones y ancestrales de las y los afro-

    descendientes en lo religioso, en la salud,

    en lo ambiental, en la produccin, en lo

    creativo e intelectual y dems mbitos

    del quehacer humano que le es propio a

    estas comunidades.

    - El Estado reconoce la tierra de las comu-

    nidades afrodescendientes como tierras

    comuneras para el desarrollo sustentable,las cuales no sern transferidas a entes ni

    personas privadas.

    - El Estado fomentar el respeto, la promo-

    cin y la difusin de las manifestaciones

    culturales propias de las comunidades

    afrodescendientes, estableciendo meca-

    nismos para la proteccin de la identidad

    cultural y la biodiversidad en el marco de

    la interculturalidad.

    - El Estado garantizar el pleno ejercicio de

    los derechos constitucionales individuales

    y colectivos de las y los afrodescendientes

    y sus comunidades, as como su inclusin

    en el contexto de las polticas pblicas

    para lograr la igualdad de oportunidades

    y condiciones necesarias para su desarro-

    llo econmico, social, educativo, cultural

    y poltico. Del mismo modo el Estado ga-

    rantizar la participacin poltica de los

    afrodescendientes, y su representacin

    en la Asamblea Nacional y en los cuerpos

    deliberantes de las entidades federales y

    locales, conforme a la ley.

    Lamentablemente la Reforma Constitucionalno fue aprobada por el pueblo venezolano, talvez por el exagerado articulado que colocaronen la reforma los diputados bolivarianos, sa-cando por supuesto las proposiciones afro paracolocar la de ellos, adems desde el punto devista de la estrategia comunicacional fue exa-

    geradamente mala. As fue ese proceso, sinembargo eso no nos quebrant y pasamos auna segunda ofensiva: las leyes orgnicas.

    Los avances en la insercin del temaafro en las leyes orgnicas

    Era necesario seguir batallando para conquis-tar espacios jurdicos para tener fundamentoslegales para avanzar en el reconocimiento de

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    nuestra afrodescendencia. Uno de los sectoresms estratgicos para acabar el racismo es elaparato educativo. De ah que el primer pasofue haber logrado un Decreto Presidencialpara la Prevencion y la Eliminacion del Ra-

    cismo en el Sistema Educativo. Este decreto,propuesto por el movimiento afrovenezolano,fue impulsado por el Ministro de Educacinpara el ao 2005, el afrodescenciente Aristo-bulo Isturiz. Este contexto permiti avanzarpara que en la discusin de la Nueva Ley deEducacin se lograra incluir varios artculossobre las y los afrodescendientes en el ao2009. Es bueno recordar que ya previamenteen la propuesta curricular y en la redimensinde la Direccin de Interculturalidad ya haba-

    mos ganado algunos espacios.Ons Chourio, refirindose a esta victoria, ex-presa:

    Se hizo necesaria la organizacin y unifica-cin de esfuerzos llevados a cabo por un colec-tivo que apuntara a la inclusin y visibilizacinde los pueblos y comunidades afrovenezolanasen una innovadora Ley Orgnica de Educacinque expresa en su artculo 6:..:

    a) Promueve la integracin cultural y educati-va regional y universal de los pueblos, lati-noamericanos caribeos, indgenas y afro-descendientes.

    b) Desde una concepcin de la integracinque privilegia la relacin geoestratgicacon el mundo, respetando la diversidadcultural.

    (Chourio, Onis (2010): mimeografiado)

    Otra ley de vital importancia, ganada al calorde la presin y de las luchas, donde se reco-nocieron a las y los afrodescendientes, fue laLey de la Juventud.

    Ahora est en trmite la Ley Contra la Discri-minacin Racial -prevista en la actual Consti-tucin-, que fue aprobada en primera discu-sin en mayo del 2011 y se espera la segundadiscusin para su aprobacin en el segundosemestre del ao.

    Prioridades del movimiento socialafrodescendiente en Venezuela:

    Primera prioridad: contarnos, saber cun-tos somos, dnde estamos y cmo estamos. Se

    trata de la inclusin en el Censo 2011, ya quela misma dar un resultado sobre exclusin,pobreza, salud, de las comunidades afrodes-cendientes. Estos datos cuantitavos debemostransformarlos en cualitativos para incidir enlas polticas pblicas y erradicar planificada yconsensuadamente la pobreza histrica y es-tructural a que hemos sido sometidos por msde cuatro siglos

    Segunda prioridad: educacin, incorporar

    a nuestras comunidades al sistema educativoescolar y elevar la tasa de escolarizacin a sumxima expresin. Por otro lado incorporarlos aportes africanos en el sistema curriculardesde la educacin inicial, preescolar, bsica,diversificada y universitaria.

    Tercera prioridad: seguir profundizando enlas leyes orgnicaspendientes como la Ley deCultura donde ya se han hecho las propuestasal respecto. Pero adems de cultura, todas las

    leyes pendientes para discutir en la AsambleaNacional a lo largo del ao 2011.

    Cuarta prioridad: la puesta en prctica delPlan de Accin de Durban. Se trata de la Ter-cera Conferencia Universal contra el racismo,organizada por la ONU y realizada en Durban,Sudfrica, el mes de septiembre del ao 2001.De all se desprendi el plan de accin universalcontra el racismo para lo cual se comprometinuestro pas. Para la implementacin de esteplan de accin debe crearse un Comit Nacio-nal. En segundo lugar transversalizar el temaracial a todas las instancias gubernamentales.En tercer lugar, crear el decenio de los pueblosafrodescendientes.

    Quinta prioridad: la creacin de espaciospblicos institucionales desburocratizados,descentralizados y desconcentrados, para ca-nalizar las demandas sociales, econmicas, cul-turales, salud, tierra, tecnologa, entre otrosaspectos del desarrollo integral de las comuni-

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    El proceso constituyente que se vivi en Boli-via en los aos 2006-2009 permiti el recono-cimiento del pueblo afro, histricamente invi-sibilizado y excluido. Esto ha sido un avanceimportante pero no suficiente pues ahora losafros esperan que se hagan realidad las accio-nes afirmativas en el marco del Estado pluri-nacional.

    El pueblo afroboliviano es uno de los menosestudiados y relativamente poco conocidos enel continente. Esta invisibilizacin, ese sen-timiento de no existencia de la que hablFrantz Fanon, ha sido un obstculo para consi-derarlo como sujeto con derechos.

    La carencia de datos estadsticos correspon-dientes se convierte en un problema grave yaque los grupos invisibles quedan excluidos

    o marginados de la vida pblica y de los pro-gramas que tienen como el fin combatir lapobreza y que adjudican recursos para talesreas como la salud pblica, educacin, vi-vienda, trabajo, seala Bogumia Lisocka-Jaegermann, profesora e investigadora en laFacultad de Geografa y Estudios Regionalesde la Universidad de Varsovia.1

    1 Bogumia Lisocka-Jaegermann, Los afrodescen-dientes en los pases andinos. El caso de Bolivia,Varsovia, Revista del CESLA, Vol 1, num 13, 2010,

    Uniwersytet Warszawski, p. 317-3

    Bolivia: Se ha avanzado peroan falta mucho por hacer

    Eduardo Tamayo G.

    No hay estadsticas confiables sobre el nmerode afrobolivianos. Se estima, no obstante, queconstituyen el 1 por ciento de la poblacinboliviana de acuerdo a clculos del censo del2001. Sin embargo, el asamblesta por el es-cao especial del pueblo afroboliviano, JorgeMedina, considera, que en esa ocasin fueroninvisibilizados y espera que en el prximo cen-

    so, previsto para el 2012, el Instituto Nacionalde Estadstica introduzca el criterio de autoi-dentificacin y se pueda tener datos cercanosa la realidad.

    Sea cual fuere su nmero, lo cierto es quelos afrobolivianos y afrobolivianas viven des-de hace cientos de aos en los municipios delos Yungas, zona subtropical y selvtica deldepartamento de la Paz, pero tambin se losencuentra en ciudades como La Paz, Cocha-

    bamba y Santa Cruz.

    Los primeros africanos llegaron a Bolivia en elsiglo XVI, posiblemente por las vas de Pana-m-Per y la de Buenos Aires, en calidad demano de obra esclava a las minas de plata dePotos, que, junto a otras, estimularon el de-sarrollo europeo y hasta puede decirse que lohicieron posible, a decir de Eduardo Galea-no. Se estima que hacia 1611 hubo 6000 escla-vos negros y mulatos trabajando en las minas.

    dades afro con sus especificidades.

    Sexta prioridad, discutir el modelo de socie-dad a construir denominado Socialismo del Si-glo XXI, que para nosotros debe tener sus bases

    en una propuesta afroindgena. La construc-cin del Estado comunal bajo la concepcin delos Cumbes como experiencias histricas paralas comunidades afrodescendientes.

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    Segn el economista boliviano Juan AngolaMacondo2por lo menos durante tres siglos losafrobolivianos trabajaron en la Casa de la Mo-neda que acuaba monedas de plata pero tam-bin se los empleaba en el transporte de las

    mismas y en general de los minerales. Otrosen cambio fueron esclavizados en los ingeniosazucareros.

    Tanto en las actividades mineras como en lasagrcolas fueron sometidos a la ms cruel ex-plotacin y a los tratos ms inhumanos. Desdeque nacan eran considerados como objetos alos cuales se les negaba todo derecho como elms elemental de conservar su idioma y susnombres. En este contexto, se les oblig a

    asumir los nombres o apellidos de sus propie-tarios marcndoles la piel con fierro candentecada vez que cambiaban de patrn.3

    Por esta misma poca (a partir de 1575), co-mienzan a llegar los primeros africanos a lashaciendas del sector de los Yungas donde sonobligados a cultivar coca y productos tropica-les (ctricos, caa de azcar y sobre todo elarroz) que abastecan el mercado interno dela poca.

    La noche para el pueblo afroboliviano ha sidodemasiado larga. Si bien la primera Constitu-cin boliviana de 1826 incluy la abolicin dela esclavitud, aos ms tarde, por presin delos hacendados, sta volvi a ser restituida,y dur hasta 1851, ao en que se puso puntofinal a la esclavitud.

    Nuestra presencia histrica est en los Yun-gas, pero posteriormente hubo las migracio-nes, a partir de los 80 salieron muchos jvenes

    a las reas urbanas y eso ha permitido que selleve la cultura, porque la cultura es movible ytambin se transforma, no es esttica, y tam-bin trajeron la msica sobre todo la saya ynos conocen por ello, porque saben que los

    2 Entrevista en Radio Zapatista,http://radiozapatista.org/?p=3441

    3 Mara Martnez Mita, Impacto del pueblo afrobo-liviano en el reconocimiento de sus derechos huma-nos en el proceso constituyente de Bolivia, Universi-dad Andina Simn Bolvar sede Ecuador, 2008.

    africanos vivimos en las yungas por la msi-ca, seala Juan Angola Macondo, presidentede la Fundacin de Afrodescendientes PedroAndaverez Peralta (FUNDAFRO).

    La situacin de discriminacin, racismo y ex-clusin impuls a los afrobolivianos a organi-zarse y a formular demandas en relacin alEstado y a la sociedad. Un primer paso en estadireccin lo dieron en 1988 con la conforma-cin del Movimiento Cultural Saya Afrobolivia-no (MOCUSABOL) que fortaleci su identidady permiti visibilizar la presencia afro en Bo-livia que ha sido ignorada por mucho tiempo.Posteriormente crearon otras organizaciones,como el Centro Afroboliviano para el Desarro-

    llo Integral Comunitario y FUNDAFRO.Una de las formas de lucha -y quiz la fun-damental- de los afro bolivianos han sido susexpresiones culturales, y especficamente lasaya (msica y danza) que ha permitido quelos bolivianos y el mundo conozcan que ellosexisten y que son una etnia viva dispuesta aaportar al desarrollo del pas.4

    La conmemoracin, en 1992, de los 500 aosde la llegada de los espaoles a Amrica im-puls las luchas del pueblo afroboliviano.Luego vino un periodo en que une su contin-gente a otras fuerzas sociales que se oponenal proyecto neoliberal y privatizador que seaplic despiadadamente en Bolivia. El triunfodel presidente indgena Evo Morales en 2006y el proceso constituyente abri un escenariofavorable para ser reconocidos con plenos de-rechos y en igualdad de condiciones.

    En el proceso de la Asamblea Constituyente

    hemos logrado varias conquistas, seala Jor-ge Medina. Y agrega: este proceso ha permi-tido que el pueblo afroboliviano, a travs desu lucha, de su reivindicacin cultural, socialy poltica pueda lograr la inclusin en el nuevotexto constitucional, nosotros estamos inclui-dos en el artculo tres, nosotros tenemos un

    4 ALAI, Afroamericanos: Buscando races, arman-do identidad, serie Aportes para el Debate No. 4.http://alainet.org/active/1008

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    Para nosotros, el ao de la afrodescenden-cia tiene que y debe convocar e interpelarabsolutamente al conjunto de la sociedadecuatoriana, porque a propsito de estaproclamacin no vamos a ir estableciendoghettos que nos hagan perder la perspecti-va de unos derechos, de unas obligacionesy de algunas oportunidades que tenemoscomo ciudadanos. El ao de la afrodescen-dencia, as como el plan contra el racismoo esta utopa de sociedad intercultural,no son temas de afroecuatorianos, de in-dgenas o de montubios solamente, tienenque involucrar al conjunto. As habla elantroplogo Oscar Chal Cruz, militanteafroecuatoriano de largo recorrido y actualGerente del Plan Contra el Racismo impul-sado desde el Ministerio Coordinador de Pa-trimonio, quien sostuvo con ALAI el dilogoque sigue a continuacin.

    Entrevista a Oscar Chal

    Ecuador:Camino a laautodefinicin

    ALAI

    artculo especfico, el 32, ademsel artculo 102 y el artculo 395.Creo que es un logro muy grandepara nosotros como parte del Es-tado boliviano, como ciudadanos

    y ciudadanas con todos los dere-chos en una comunidad, derechosindividuales y por supuesto los de-rechos colectivos, la presencia denosotros en el nuevo texto cons-titucional hace que tengamos unarepresentatividad en la AsambleaLegislativa y en municipios tam-bin.

    Ha mejorado la situacin de los

    afros en el gobierno de Evo Mora-les?, le preguntamos a Medina. Yste contesta: Desde todo puntode vista, tenemos visibilidad, haypresencia del pueblo afroboliviano,evidentemente se estn haciendoalgunas acciones afirmativas, perofalta mucho por hacer, pero creoque hemos empezado el caminocorrecto, ya Bolivia sabe que hayque trabajar por esa poblacin, ybueno nosotros estamos para ello,hay que trabajar en los temas so-ciales.

    Entre las acciones afirmativas quelos afrobolivianos/as plantean estque el Estado plurinacional elabo-re, con su participacin, un plande accin que incluya los derechosal trabajo, la educacin, crditos,planes de vivienda, infraestructuray proteccin del medio ambiente.

    Demandan a la Asamblea legislati-va que declare el 23 de septiembrecomo el Da del Pueblo y la Cultu-ra Afroboliviana, en conmemora-cin de la fecha en que se abolila esclavitud, all por el ao 1851.Pide, por ltimo, que el Estado de-sarrolle programas de identifica-cin (en el prximo censo de 2012)y proteccin de los territorios don-de habitan ancestralmente.

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    - Estamos en el ao dedicado por NacionesUnidas a la afrodescendencia. Cmo harepercutido esta proclama en Ecuador,cuya Constitucin habla de un Estado plu-

    rinacional e intercultural?

    En Ecuador planteamos que no es un tema decelebrar un ao a propsito de hacer un mo-numento de la esclavitud. Nosotros decimosque los afrodescendientes somos el resultadode un sistema de esclavizacin y en tanto eso,la esclavitud no es una cuestin consustancialo natural a los afrodescendientes. Entenderese proceso de traslado masivo y coercitivo demillones de africanos esclavizados es que nos

    permite dar el contexto del cmo se dan lasarticulaciones en los distintos pases de lo quehoy son las Amricas, de la poblacin afrodes-cendiente, en este caso los afroecuatorianos.En esta perspectiva, la esclavizacin de millo-nes de africanos sirvi de caldo de cultivo parala integracin de esta poblacin en condicio-nes de absoluta desigualdad y exclusin desdela constitucin de los Estados nacionales.

    Nosotros vemos el ao internacional de la afro-descendencia como una importante ventana,una oportunidad, para que en cada uno de lospases, a travs de sus correspondientes go-biernos, se impulse una serie de acciones quevan hacia la reparacin, la visibilizacin y lainclusin real a travs de polticas pblicas fo-calizadas. En nuestro caso hacia los afroecua-torianos. Esto es, para que en el marco de loque dice la Constitucin de la Repblica, enel marco de lo que seala el Plan Nacional deDesarrollo para el Buen Vivir, en el marco delos objetivos de desarrollo del milenio, en el

    marco de una poltica pblica que en Ecuadorse ejecuta desde el 28 de septiembre de 2009,que es el Plan Plurinacional para Eliminar laDiscriminacin Racial y la Exclusin tnica yCultural, podamos efectivamente abrir estaventana para que el gobierno, con la parti-cipacin protagnica de las organizacionesafroecuatorianas, implementemos a caba-lidad este plan contra el racismo, para quele d sostenibilidad. Infelizmente, las cifrasoficiales sealan grandes brechas de desigual-

    dad, de inequidad y de exclusin del puebloafroecuatoriano, y que se expresa en insufi-ciente acceso a educacin, a salud, a empleodigno y bien remunerado, entre otras expre-siones de racismo, discriminacin y exclusin

    que caracterizan a la sociedad ecuatoriana.

    Entonces, dentro del marco de la Constitu-cin, los afroecuatorianos sealamos que noes posible la construccin del Estado plurina-cional de derechos y de justicia e interculturalsin que se combatan de manera radical estasgrandes brechas que se expresan a nivel so-cioeconmico, cultural Mientras haya racis-mo, mientras el conjunto de la sociedad ecua-toriana siga viviendo de espaldas y con miedos

    a las diversidades y sus culturas, entonces nova a ser posible la construccin del Estado plu-rinacional y una sociedad intercultural comoproyecto poltico y proyecto de vida para elbuen vivir, lo que para nosotros en la filoso-fa afrodescendiente sera el Ubuntu: es decir,aquello que t haces me afecta a m y lo queme afecta a mi nos afecta a todos.

    - Est posicionado este tema en el seno delpueblo afroecuatoriano?

    Infelizmente esa proclama no es suficiente-mente conocida por el conjunto del puebloafroecuatoriano. Hay un sector que la cono-cemos y es en esa medida que estamos bus-cando un relacionamiento primero para haceracciones conjuntas, comunes, desde la so-ciedad afroecuatoriana, y desde la sociedadafroecuatoriana se est impulsando y apoyandouna propuesta que viene desde la CODAE (Cor-poracin de Desarrollo AfroEcuatoriano), queviene desde el Ministerio Coordinador del Pa-

    trimonio, que coordina el Plan contra el racis-mo, para que, primero, el gobierno del Ecuadorasuma como propia esta declaratoria para losafroecuatorianos. Que haya un compromisodel gobierno y del Estado para con este ao.

    Estamos buscando que haya una declaratoriano solamente de tipo poltico sino de carc-ter prctico, a travs del cual el gobierno delEcuador proponga el diseo del decenio delpueblo afroecuatoriano, como gobierno ecua-

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    toriano. Y que eso, a la vez, con otros gobier-nos se proponga a nivel internacional el dece-nio de los afrodescendientes, pero superandolas deficiencias registradas respecto a lo quese hizo con los pueblos indgenas. Solamente

    en esa medida es que tendr relevancia estaproclama de Naciones Unidas.

    Lo otro es que nosotros decimos que no tene-mos por qu festejar, ni hacer otro tipo de fes-tejo alrededor de eso, en tanto no haya repa-raciones para los pueblos afrodescendientes,tomando en consideracin que el acto jurdicode la abolicin de la esclavitud no significpara nosotros sino el quedarnos con una manodelante y otra mano detrs, desprovistos ab-

    solutamente de los medios de produccin, entanto la abolicin dijo son libres, pero aquienes hicieron las reparaciones, a quieneshicieron las indemnizaciones, fueron a los es-clavizadores. Y all deviene en que a los afro-descendientes, el resto de la poblacin nosexige que seamos organizados, que nos supe-remos, cuando desde el inicio no tuvimos lasherramientas, los medios y las oportunidadesen pie de igualdad para estar a la par con elresto de poblaciones diversas.

    Es por eso que, atado a la declaratoria deldecenio o con recursos para el decenio en elEcuador para afroecuatorianos, nosotros deci-mos que se deben implementar de manera sos-tenida acciones afirmativas: en el empleo, enel acceso a salud y educacin, pero tambinhasta en unas acciones simblicas, afirmativas,pero efectivas, por ejemplo el establecimientode cupos a mi me parece gravsimo que es-temos hablando de cupos y no de igualdad deoportunidades- por ejemplo para la carrera di-

    plomtica en Cancillera, pues en la historia desta es cierto que han existido nombramientospolticos para el servicio exterior, pero no hayafroecuatorianos de carrera; entonces estamosbuscando esos cupos, como una exigibilidadde cumplimento de derechos.

    Asimismo, que se establezcan cupos para es-tudios de postgrado; cupos para estudios detercer nivel; que se haga la entrega de tierrasy territorios ancestrales afroecuatorianos de

    manera perentoria, porque estamos viviendo,como en el pasado, desplazamientos en territo-rios propios ancestrales como el caso del nortede Esmeraldas. Y desplazamientos por temasde violencia, por temas de grandes intereses

    econmicos de carcter nacional e internacio-nal, como las mineras, las palmicultoras, lascamaroneras, etc. O en instituciones del Esta-do como FFAA y Polica Nacional, en las cualeses cierto que existe gran nmero de hombresy mujeres afrodescendientes en la tropa, peroqueremos que haya tambin oficiales. Es untema de oportunidad y ejercicio de derechos.

    Los afroecuatorianos somos ecuatorianos comocualquier otro y defendemos, reivindicamos y

    exigimos el respeto a las diversidades. En so-ciedades racializadas, en sociedades coloniza-das an, como la ecuatoriana, debemos hacergrandsimos esfuerzos por desechar todas es-tas prcticas coloniales que persisten y que seexpresan a travs de las cifras de condicionesde vida, de expresiones econmicas, sociales,que se mantienen como brechas en nuestrasociedad diversa.

    - Decas que es importante que haya un pro-tagonismo de las organizaciones afroecua-torianas. Qu nos puedes sealar respec-to a su proceso organizativo?

    Los afroecuatorianos por auto-identificacin,o los negros como nos llaman los otros -conlo que no estamos de acuerdo-, estamos enun proceso de definicin y autodeterminacinde lo que queremos ser; y qu