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l - ~ ~ ~ Q J
( H , , )
Trevesie. N9 3/4, segundo semestre de 1999/pr imer semestre de 2000 , pp. 149 -175
Poder provincial, dinamica
regional y Estado nacional. E1
norte argentino entre 1852-1880
RESUMEN
Este trabajo se propone examinar lo s
patr ones de funcionamiento politico de
las eli tes provinciales del norte argentino y
las modal idades de inse rc i6n de la regi6n
en el marco de la organizaci6n del s is temainstitucional argentino. Asimismo, se con-
sideran los factores y las transformaciones
econ6micas que facil itaron la integraci6n
econ6mica de la regi6n en el espacio na-
cional. EI proceso de central izaci6n polft i-
ca implic6 la reorientaci6n de la acono -
rnia del norte argentino hacia el litoral
atlantico. Esta reonentacion, unida a la
crec iente capac idad del Estado para mo-
vil izar recursos econ6micos des tinados a
emprendimientos de envergadura como el
f er rocarril, gener 6 las cond iciones que
favorec ie ron e l despegue de la industr ia
azucarera en Tucurnan, mientras que en
Sal ta , Jujuy y Sant iago del Estero est a ac-t ividad regis tr6 un crecimiento mas mode-
rado. As!, el principal beneficiario regio-
nal del proceso de integraci6n econ6mica
y pol it ica del nor te fue e l empresa rio azu-
carero -espec ia lmente e l tucumano- que
secund6 decididamente al gobiemo na-
cional en sus respectivas
Maria Celia BravoCON IC ET -U N lV ER S ID AD NAC ION A L DE TucuMAN
ABSTRACT
State and space organization in the
North of Argentina, 1852-1880
This paper intends to examine the
pol it ical funct ioning pat te rns of Argen-
t in ian nor thern e li te s and this region' s in-
clusion in the context of Argentina 's insti-
tutional system organization . Also, we
conside r fac tors and economic t ransfor -
mations which facilitated the region's
economic integration in the .national
space. The process of polit ical central iza-
t ion meant the reorienta tion of the nor th-
e rn economy towards the At lant ic coast .
Such reorientation, together with the
State 's growing capacity to use economic
resources for impor tant investment s l ike
the railway, created conditions which
made the launch of sugar industryin Tu-
cuman possible. In Salta, Jujuy and Santi-ago this activity had a slower growth. In
this way, the main beneficiary of the
North's economic and political integration
process, were the sugar businessmen
(spec ia lly the ones. f rom Tucuman) who
clearly supported the national government
in their provinces.
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Este trabajo se propone exa-
minar los patrones de funcio-
namiento polit ico de las eli tes
provinciales del nor te argentino y las
modalidades de inserci6n de la regi6n
en el sistema institucional en forma-
150 ci6n. Asimismo, se consideran los
facto res y las transformaciones eco-
n6micas que facilitaron la integraci6n
econ6mica de la region en el espacio
nacional . Sin embargo, no se tra ta de
establecer una correspondencia me-
canica entre la dimension poli tica y
econornica del proceso iniciado en
1852; simplemente , se intenta incor-
porar al analisis el conjunto de "facto-
res integradores" que contribuyeron a'
la inserci6n nacional del nor te argen-
tino.
La victori a de Caseros actua lizeuna vieja demanda polfti ca que con-
sist ia en superar la "asoctacton tacite
e implfci ta" que habia vinculado a las
provinc ias durante la etapa rosi st a y
en erigir un gobierno de a lcances na-
cionales. Se trataba de encontrar una
formula capaz de conciliar 1 0 queAl-
berdi ident ificaba como "los dos
grandes terminos del problema argen-
t ino: La Nad6n y le Provincia ".1 La
caida de Rosas habfa desintegrado el
liderazgo informal ejercido por la pro-
vincia de Buenos Aires durante cuatro
decades, generando un conjunto de
condiciones propicias para art icular
los intereses del inter ior y los del l ito-
ral en un proyecto de caracter const i-tucional. 2 En gran medida, esta em-
presa lagro resolverse en el transcurso
de las tres decades siguientes. Sin
embargo, en su tramo inicial , el nor te
argentino estuvo sujeto a una dinarni-
ca polft ica heredada del periodo pre-
cedente, que consistia en erigir un sis-
tema de equil ibrio regional basado en
la presencia de gobiernos afines en
las distintas provincias para asegurar
l a supervivenc ia de las respectivas
adminis traciones. Durante la decade
del 50, ante la ausencia de un poder
nacional, los sedores dominantes del
nor te apelaron al recurso de la guerra
interna como forma de resolver los
conflictos internos y los de naturaleza
interprovincial.
A largo plazo, la paulatina afirma-
cion del gobierno nacional contribuyo
1 Alberdl, Juan S., Bases y puntos de
par tida para la organizac ion pol it ica
de !a Republica Argentina, Edit. So -
pena, Argen tin a, 1957 , pp. 15, 95.
2 Ante!a inexistencia de un Estado fe-deral , las provincias habian delegado
en e! gobierno de Buenos Aires el
manejo de las rel aciones exter iores.
Esta facul tad abarcaba un conjunto de
aspectos como la firma de tratados
con naciones ex tr an jer as, la regula-
cion de la navegacion , de las tarifas
a rancelar ia s y la perception de la ren-
ta de la principal aduana.
a establecer una nueva dinamica de
orden regional. Sin embargo, este
nuevo orden no s610fue producto del
proceso politico; tambien contribuye-
ron fadores de indole econ6mica
como la reortentacion de los circuitos
mercantiles hacia el litoral y la llegada
del ferrocarr il que consolidaron la in-
tegracion de la regi6n al mercado na-
cional en formaci6n a traves del desa-rrollo de la industria azucarera.
LA O RG AN IZA CIO N N AC IO NA L Y LO S
C ON FLlC TO S E N E L N OR TE
ARGENTINO
La cafda de Rosas abrio un proce-
so cuya efect iva gobernabilidad con-
sistfa en la integraci6n de las eli tes del
inter ior al sistema polit ico. Esta con-
dicion se cristahzo con la sanci6n de
la Constituci6n de 1853. La institu-c ion que refl ejaba con mayor prec i-
sion tal requisito era el Senado que
acordaba a las provincias una repre-
sentaci6n igualitaria, independiente
del crecimiento de la poblacion, En
consecuencia, esta' Camara constitufa
el ambito privi legiado para art icular
intereses regionales diferenciados y
para imprimir a las leyes sancionadas
un firme sustento federa l. 3 EI ot ro
3 Juan Alvar ez, en su clasico estud io
sobre las guerras c iv il es , habia dasta-cado el papel del Senado como "llave
maest ra de! s ist ema const ituciona l" ,
en tan to su co rnposicion -ajena a las
fluctuaciones demograficas y econ6-
micas- aseguraba a las e li te s del Inte-
r ior una inf luencia signif icat iva en el
nuevo es tado (Estudio sobre las gue-
nos civiles argentinas, Buenos Aires ,
1914 , p , 62). En esa perspectiv a. Na-
te rrnino deci sive de la arqui tectura
ins ti tucional se fundaba en los pede-
res atr ibuidos a la magistratura presi-
dencial. En teoria, se Ie atribufan el
manejo de recursos esenciales como
el ejercito, los ingresos arancelar ios y
se le concedia la facultad constitucio-
nal de intervenir a las provincias. Sus
atr ibuciones estaban diser iades para
promover la unificacion y centralize-cion del territorio y para asegurar el
cumplimiento de las leyes nacionales
sin tener que recurrir a la intermedia-
cion de los gobiernos provinciales. En
ese sentido, del funcionarniento de los
dos terminos de esta ecuaci6n depen-
dla la organizaci6n definitiva del Esta-
do.
Sin embargo, el proceso pol itico
que acornpano la primera etapa de
organizaci6n nacional nofue progre-
s ivo ni l ineal. La dinamica polft ica es-
tuvo signada por la separacion de
Buenos Ai res y la guerra civi l. Por 1 0
.tanto, la part icula ridad de la decade
del 50 fue la emergencia de dos po-
deres terri toriales cuyas respectivas
fuerzas militares alcanzaban un pode-
r io equivalente, aunque en 10relat ivo
a los recursas econornicos , la provin-
cia segregada se destacaba por la su-
perioridad de sus rentas. Mientras e l
debil gobierno constitucional de Ur-
quiza buscaba la neutralidad de los
gobiernos del interior frente al conflic-
to con Buenos Ai res, los intereses de
151 -
talio Botana atribuye al Senado el rot
de nexo entre e lgobie rno federal y las
provincias (HEIfederalismo liberal en la
Argent ina: 1852-1930". En Carmag-
nani, M. (coord.) , Federal ismos lat i-
noamericanos: Mexico, Brasil, Argen-
t ina, .E lColcqio de Mexico-Fcndo de
Cultura Eccnornica, Mexico, 1994)
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l a provincia escindida procuraban
conseguir la solidar idad de los gober-
nadores a traves de la accion sobre
facciones que se consideraban adic-
tas.
En noviembre de 1852, Mitre,
ministro de gobiemo y relaciones ex-
teriores del gobemador Valentin Alsi-
na, sugeria al general Antonino Ta-
boada, he rmano del gobernador san-
tiaqucno, 1 0 siguiente: "c reo que Ud
puede influir sobre las provincias de
Santiago, TLlc~an y Jujuy por me-
dio de la persuasion, y sobre la de
Sa lta par medios un poco mas.auda-
ces [ .. .J Estas cuatro provincias situa-
das en el extremo norte y acaudil ladas
por Ud. obligadas por un pacta espe-
cial, pueden formar una coalicion in-
vencible, cuya sola aparicion decidira
e1exi to de la cuestion"." En esta car-
ta, Mitre intentaba impedir el proceso
de organizaci6n nacional alentando la152 Iormacion de una coalici6n en el nor-
t e. La misma debia adopte r una pol i-
t ica de neutralidad armada, descono-
cer el Acuerdo de San Nicolas y a la
autoridad nacional surgida del mismo,
y ret irar las relaciones exter iores que
las provincias habfan encargado pro-
visoriamente a Urquiza.
Sin embargo, la proyectada ope-
radon fracaso, En el norte , el presti -
gio alcanzado por el gobemador de
Entre Rios luego de lav ictori a de Ca-
seros se encontraba en su punta ma-ximo y su programa de orqenizacion
acelerada del Estado coincidia con las
aspiradones polit icas de las eli tes del
4 Carta confidencialde B. Mitre a Ma-nuel Taboada, 25 de noviembre de1852. En Taboada, G., LosTaboada,T. I, Irnprenta Lopez, Buenos Aires,1929, pp. 85-91.
norta.f Por otra parte, la revolucion
del ll de se tiembre, que determine la
segregac i6n de Buenos Ai res, fue in-
te rpretada por los gobemadores de la
regi6n como el resultado pernicioso
del localismo bonaerense. lnduso
personajes como Manuel Taboada ,
gobemador de Santiago de l Estero,
identif icado general mente con el mi-
trismo en funcion de su int inerar io
politico posterior, consideraba en oc -
tubre de 1852 que los sucesos de se-tiembre revelaban "las excesivas pre-
tensiones del pueblo de Buenos Aires
y su constante propension a sobre
ponerse a todo aquel lo que no emane
inmediatamente de el".6
En consecuencia, la s provincias
del norte secundaron el proyec to de
orqamzacion nacional cuya instancia
preliminar y dedsiva fue la Constitu-
cion de 1853. No obstante, en las
discusiones que precedieron a su san-don se manifesto la res is tencia aisle-
da de Zuviria, diputado de Salta y
presidente del Congreso, que solicito
el aplazamiento del congreso consti-
tuyente -postura coincidente con la
sustentada por la provincia de Buenos
Aires- sobre la base de una sombria
percepcion de la situacion politica
que sintetizo en una contundente
afirmaclon: "la Naci6n es un caos",
5 EI Acuerdo de San Nicolas del 31 de
mayo de 1852 no 5610 establecfa quela orqanizacion institucional debra rea-lizarse oajoel sistema federal, tarnblendeterminaba que el Congreso GeneralConstituyente debra reunirse en ages-to delmismoano.
Carta de M.Taboada a ManuelLeiva,16 de octubre de 1852. En Taboada,G., Lo s Taboada, T. I, lmprenta L6-pez, Buenos Aires, 1929, p. 114.
6
Esta proposicion fue unanimemente
cuestionada. La replica de Salustiano
Zavalla , diputado por Tucuman, ex-
presaba con mayor dan dad la posi-
ci6n mayori taria de las eli tes de l inte-
r ior respecto de la "cuest ion constitu-
donal": "el senor diputado de Salta
nos ha pintado la actualidad de la
confederacion con tintes exagerados
[ . . . J Existen los pueblos por 1 0 general
subordinados a sus gobiernos ; y pue-
blos y gobiemos se muestran docilcs a
las resoluciones del Congreso y Direc-
tor . No ofrecen res is tencias a l a o rg a -
nizacion nacional, antes la piden a
gritos [... J Y si el orden no es comple-to, si la paz no reina en todos los a n -
gulos de la republica es porque no te -
nemos constitucion; es por eso rnis-
mo que debemos darla cuanto an-tes" ;7
La sancion de la carta constitucio-
nal modifie6 sustancialmente el pano-rama politico en tanto legitimaba y
definia una estruc tura de funciona-
miento institucional fundada en un
poder central representado por el
Congreso -integrado por represen-
tantes de las eli tes 'del inte rior- y por
el presidente, que a pesar de las atri -
buciones concedidas ostentaba un
poder vacilante s in una base efect iva
de sustentacion, En 1 0 sucesivo, los
conflictos interprovinciales debian re-
solverse en una ins tancia politica su-
perior, expresada por la existencia delEstado nacional al cual debian subor-
dinarse las provincias.
En el ambito regional, la victoria
de Caseros actualize una demanda
7 Pelliza,Mariano, La Organizacion Na-
cional,Edit. Suelo Argentino, BuenosAires,1951, p. 72.
politics pendiente sintetizada en el re-
cambio de los mandatarios provincia-
l es cuyos gobiernos se remontaban -
en numerosos cases- al ejercicio ininte-
rrumpido del poder por mas de una
decade. Esta exigenda, indispensable
en un regimen que se concebfa como
representat ive, fue otro de los facto-
res confl ictivos que debi6 afrontar el
f lamante Poder Ejecutivo, puesto que
la totalidad de los gobernadores que
secundaron la empress constitucional
de Urquiza deventan del derrotado re-
gimen rosista. .
Asf, a partir de Caseros, entre
marzo y junio de 1852, sedores de
las elites provinciales intentaron modi-
ficar e l elenco gobemante en el norte
argentino logrando la rernocion de
Jose Manuel Saravia y Celedonio Gu-
ti errez, quienes se desempeflaban
como mandatarios de Salta y de Tu -
cuman respec tivamente . En un pri-
mer momento, Urquiza se incline par
.mantaner a los gobernadores del pe-
riodo pravio a Caseros, aunque no
desalcnto las demandas de cambio re-
clamadas par las facciones opositoras
que se habian fortalecido con el co-
lapso del regimen rosista.
La remocion de los gobernadores
desencadeno una guerra de a1cance
regional. Estas operaciones recibie-
ron-invariablemente- elapoyo militar
de Santiago de l Estero. Su gobema-
dor Manuel Taboada habia asumido elpoder de la provincia en 1851 y re -
presentaba a una nueva generacion
de politicos del norte, sin vincuJos con
el rosismo. En consecuencia, para
resguardar su poder, estaba dispuesto
a respaldar los movimientos destine-
dos a remover a los gobernadores de
las provincias Iirnftrofes. con los cua-
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les mantenfa reladones polfti cas ba-
sadas en la intriga y la desconfianza
mutua. Por 1 0 tanto, apoyo la expul-
sion de Saravia en Salta y posterior-
mente la de Gutierrez en' Tucuman,
quienes fueron auxiliados por el go-
bierno de Catamarca en sus rei tera-
dos intentos por recobrar el poder .
Transgrediendo la poli tica fiiada
por el Director Provisorio, los gober-
nadores de Santiago del Estero y deJujuy apoyaron a la dirigencia disiden-
te fundandose en una invetarada es-
trategia destinada a imponer una
suerte de "protectorado" a las provin-
cias l imitrofes invocando razones de
"orden regional". Esta concepcion es-
taba presente en las preocupaciones
de Tomas Arias , gobemador de Salta,
cuando en marzo de 1853 manifesta-
ba 1 0 siguiente: "debemos redoblar
nuestro empefi.o para alejar a Gutie-
rrez de aquclla provincia, como un
154 obstaculo al orden y tranquilidad delas que mandamos; pero alejarlo de
tal modo, que no pueda ejercer en
ella inf luencia alguna: este deve (sic)
ser el principal objeto de nuestras vis-
tas y tendencias" .8
EIpoder de Urquiza era impotente
para evitar el conflicto interprovincial
en el norte argentino. En abril de
1853, Gutierrez, apoyado por e l go-
bierno de Catamarca,logro recuperar
la provincia de Tucuman donde se
habia producido un movimiento com-
bmado en la capit al y en la campaliapara lograr su restablecimiento. Fran-
te al antagonismo con Buenos Aires,
8 Carta de Tomas Arias a Manuel T a-
boada. 1 de marzo de 1853. En Ta-
boada , G. , Los Taboada , T. II, Edit.Juan Roldan y cfa, Buenos Aires,
1933, p. 126.
el Director se incline por respalda r a
Gutierrez puesto que consideraba que
su presencia impediria la expansi6n
de la influencia de Buenos Aires en el
norte. Bajo esta premisa envio direc-
tivas a los mandataries de la region
solici tando su reconocimiento como
gobemador de Tucuman,
La resoluci6n de este episodio es
sugerente porque revelaba e l infiujo
del todavla incipiente poder nacional.
Los mandatarios de Catamarca, Salta
y Jujuy (estos ultimos cornprornetidos
con la facci6n cont ra ri a a Gutierrez)
se sometieran a Ia decis ion del Direc-
tor provisorio. Sin embargo, Taboada
eludi6 pronunciarse en ese sent ido y
adopt6 una atrevida posicion s inteti-
zada en los terminos de su respuesta
a Urquiza: "EI Sr. Minist ro de Rela-
ciones Exter iores me prescribe dejar
que aquella provincia termine por sf
sola la s ituacion en que se encuentra,
sin emplear otros elementos que lospadficos y conciliatorios y contrayen-
dome unicamente a la conservacion
del orden en lap rovincia a mi mando
[ . . . J Siento sobremanera tener que
contestar a Ud. que, antes de l rec ibo
de sus ordenes, he obrado respecto
de la revolucion de Tucuman, en
oposicion a e llas [... J Aseguro a Ud
que no s610 no. pondre obstaculos a l-
guno a la consohdacion del orden en
Tucuman, sino que contributre a el la
[ . . . J Persuadase, mi jeneral , a que Gu-
tierrez es incompatible con la tranqui-lidad de esas provincias. Consolidado
en Tucuman ha de hacer esfuerzo pa-
ra desembarazarse de los que consi -
dera sus enemiqos"."
9 Carta de. Manue l Taboada a l Genera l
Urquiza, 8 de marzo de 1853. En Ta-
La "fusion de partidos" fue invo-
cada reiteradamente por Urquiza para
avitar la guerra civil y para respaldar a
los gobernadores que' 'venfan de la
etapa rosi sta . Sin embargo, esta for-
mula no era suficiente para reconcil iar
los diferentes segmentos de las eli tes
provinciales enroladas en tradiciones
pol iticas anc ladas en el pasado. Los
conflictos provinciales se proyectaban
inevitablemente al ambito regiomil y
el embrionario poder nacional , em-
plazado en Parana, era impotente pa-
ra impedir tales desplazamientos, tri-
butarios de una dinamica polit ica an-
ter ior a la existencia de una autor idad
central. Por otra parte , Urquiza con-
sideraba que la presencia de goberna-
dores del periodo rosista evitaria la in-
fluencia de la diplomacia de Buenos
Aires en el norte. Esta decision se
oponia a la concepcion de Taboada ,
Arias y Alvarado (gobernadores de
Santiago del Estero, Salta y Jujuy,respectivamente) defensores de la
homogene idad pol itica en la region
como garanti a de gobernabilidad en
sus .respectivas provincias. No obstan-
te, mantuvieron su compromiso con
la organizacion nacional y, a pesar de
las inf luencias a favor de la posicion
de Buenos Aires, no reti raron los dl -
putados del Congreso nacional y jura-
ron la constitucion de 1853.10
bcada , G., Los Taboada, T. II, Edit.Juan Roldan y cia, Buenos Aires,
1933, p. 129-130.
10 En 1852 Antonino Taboada sugeria
a l gobemador de Jujuy Benito Barca-
na "re ti rados los diputados de Sant ia -
go, Tucurnan, Salta y Jujui, Catamar-
ca con otras provinc ias, t al ve z segui-
ran nuestro ejernplo; y el pai s enton-
ces l ibre de Urquiza tendra una consti-
EIrespaldo nacional no aseguro la
continuidad de Gutierrez aI frentedel
gobierno de Tucuman ni la paci fica-
cion del norte argentino. Las cont i-
nuas incursiones de fuerzas santia-
guenas' en territorio tucumano praci-
pi to el conflicto en ambas provincias.
En junio de 1853, ya vigente la cons-
titucion naciona l, la Legislatura de
Tucuman, a ins tancias del goberna-
dor, autorizo la guerra contra la pro-
vincia de Santiago y confirio a Gutie-
rrez las "facultades extraordinarias"
considerandoque "de hecho no exis-
ten las autoridades nacionales' l.U Esta
resoluci6n retrotraia l a s rt ua ci on i ns ti -
tucional en el norte a una instancia
anterior a la vigencia de la constitu-
c ion y revelaba la predi sposicion de
los gobernadores de concebir a las
provincias como entidadessoberanas.
A comienzos de oc tubre de 1853
Gutierrez invadio Santiago del Estero
pero fue derrotado en Tacanitas.,Aprovechando su ausencia se produjo
en Tucuman un movimiento que de-
rroc6 nuevamente al gobemador y
desiqno como mandatario provisorio
al presbitero Jose Maria del Campo.
En ese lapse, Urquiza delego en el
Mini ste rio Nacional -integrado por
Sa lvador Maria del Carril , Mariano
Fragueiro y Facundo Zuviria-el poder
de la Confederacion. Para detener las
155
t uc i6n digna de e l" , Car ta de Antoni-
no Taboada a Don Jose Benito Bar-
cena, 13 de diciembre de 1852. En
Taboada, G., Los Taboada, T. II, Edit.Juan Roldan y cia, Buenos Aires,
1933, p. 97.
11 Garcia Sor iano, M. , Tucuman, 1852-
1853. De Caseros a los Laureles, Fa-
cul tad de F ilosofi a y Letras, UNT,
1968, p. 108 .
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hos tihdades , el gabinete desiqno una
cornision formada por el coronel
Marcos Paz y Benjamin Lavaysse, di-
putado de Santiago del Estero, del
circulo Intimo de Taboada. Las ins-
trucciones nacionales eran precisas,
se debian "derogar las leyes sancio-
nadas en agosto para dec lara r la gue-
rra a otra provincia; leyes derogativas
de la Constitucion jurada que prohibelas guerras privadas y las invas iones
armadas"12 (sic). Mas alia de las afini-
dades de partido, se adverti a la deci-
sion de l gobiemo naciona l de subor-
dinar a las provincias al imperio cons-titucional.
En Tucuman, Gutierrez habia to-
mado la capital, pero en el sur S8 im-
ponia el poder de Campo apoyado
por el ejercito santiaguefJo. La pro-
vincia quedo virtualmente controlada
per dos gobiernos que -rnientras se
preparaban militarmente- redamaban~56 el reconocimiento de las autor idades
nacionales. Asi, Ia guerra interprovin-
cial se sustentaba en un conflido de
natura leza local entre dos facc ionas
irredudibles que, para resolver sus di-
ferencias, apelaron sirnuitancamanta
a la asistencia militar de los gobiernos
limftrofes aliados ya la instancia legal.
Esta ult ima via implicaba reconocer la
soberanfa del Estado nacional para in-
tervenir en los conflictos provinclaies
y para e rigirse como Fuente de legi ti-
midad de las administraciones localesdiscutidas.
El gabine te nacional , a traves de
del Carril, se apresuro en "saludar" a
Campo por su "nombramiento" , ges-
12 Garcia SOriano, M., Tucurnan, 1852-
1853. De Caseros a los Laureles Fa-cultad de Filosof ia y Letras, U N T ,1968, p. 118.
to que sugeria la aceptacion taci ta de
su inves tidura y que anticipaba la po-
s icion asumida pos tetiormente por la
comis i6n que legit imo su autoridad al
considerarlo gobemador legal de laprovincia. En __onsecuencia, Gutie-
rrez , degradado a la categorfa de "in-
truso" fue constderado "rebelde" a las
autoridades naciona les. EI pronun-
ciamiento de los comisionados deter-mine el cerco regional de su ejercito
puesto que 105 gobemadores de Salta
y Catamarca apostaron tropas en la
frontera para garant iza r el curnpli-
miento de las disposiciones naciona-
les. En ese marco la instancia legal
era decisiva puesto que fortalecia e
incluso decidia el desenlace militar.
La facci6n de Campo solicito re-
fue rzos a Santi ago del Estero y acep-
t6 suscribi r un decreto designando a
Antonino Taboada general en jefe del
ejercito aliado.P Estas actuacionesentraban en colision con las normati-
vas const itucionales puesto que, bajo
ninguna circunstancia, se aceptaba la
via militar para resolver las diferencias
intemas. Sin embargo, aunque la co-
rnision nacional no desacredito ener-
gicamente ta l metodologfa intento
evitar el enfrentamiento armado pro-
poniendo condiciones de paz que re -
velaban Urt21 manifiesta parcialidad en
favor de Campo y su .grupo. Por su
parte, Gutierrez buscaba sin resultado
una transaccion honorable que pro-porcionara garantfas a sus partidarios,
13 En setiembre de 1853 el coronel Se-gundo Roca instaba a Campo a nodescuidar el aspecto belicodel conflic-to arqumentando que "no haymejoresnegociaciones que aquellas que se es-tipulan a tiro de lanza" (Taboada, G.,LosTaboada, T. Ill, p. 111)
pero la ci rcular de Paz y Lavaysse de-
clarandolo rebelde cerraba toda posi-
bilidad de negociaci6n. Ambas fuerzas
se batieron en Los Laureles donde
luego de una cruenta batal la el ejerci-
to de Gutierrez fue derrotado y sujefe
loqro huir a Catamarca.
La descripci6n de este episodic
adquiere s ingular relevancia puesto
que revela el patron de functonamien-to de la polft ica provincial durante los
anos '50. La consolidaci6n de la si-
tuac ion local , como ya se ha sefia la-
do, dependia de la instauraclon de un
sistema de "homogene idad de parti-
do" concebido en te rminos regiona-
les. Asimismo, la presencia de dos
unidades politicas antagonicas, la
Confederacion y el Estado de Buenos,
reve laba la precariedad de las bases
en las que se asentaba el gobierno
nacional generando incertidumbre
respec to de su continuidad. En talescircunstancias tendia a intensificarse
la gravitacion de la var iable regional
en las respectivas situaciones locales.
El contexto favoreda la irrupc ion de
movimientos apoyados por fuerzas
mil ita res de las provincias limitrofes
para derrocar a los gobernadores ; los
emigrados junto a facciones afines
orqantzaban incursiones armadas ha-
cia las circunscripciones vecinas para
hostilizar la administracion enemiga y,
en casos extremos como el resenado,
estal iaba una guerra de caracter inter-provincial.
El efecto mas destacado de la di-
namica polit ica de este periodo con-
sistfa en la sistematica militarizacion
de las provincias. En este aspecto se
destacaba la s ituacion de Santiago del
Estero que desde comienzos de la de-
cada del '50 habia perfeccionedo sus
milicias en funcion de la dilatada fron-
tera mi lit ar en el Chaco. La disolucion
del regimen rosista habfa alterado la
paz con las parcial idades indigenas .y
1a solucion mi lit ar que se impuso fa -
voreci6 el reclutamiento y la organi-
zacion de fuerzas armadas que fueron
util izadas para intervenir e incluso di -
rimir las complejas y cambiantes si-
tuaciones politicas provinciales. Sobreeste aspecto Hutchinson recordaba
que durante laguerra con Tucuman el
corone l Antonino Taboada partie del .
for tin de ElBracho con solo 70 hom-bres, pero al !legar a la provincia ve-
cina su tropa estaba integrada por
2.000 soldados completamente equi-
pados para la lucha.!" La organiza-cion militar de Santiago del Estero fue
culdadosarnente perfeccionada duran-
te toda la decada. En 1859 Manuel
Taboada informaba a Marcos paz que
"el armamento esta rspartido en ma-nos de la guardia nacional de todos 157lo s depar tamentos y muy par ticular-
mente en los de frontera, en donde
con el pretexto de los indios hemos
disciplinado cerca de 1.500 infan-tes" .15 Tal preeminencia mili tar se
14 Explicaba edemas que los soldadossantiaguefios no rscibfan paga, noobstante su fidelidadaI jefe era nota-ble. EIfortin.era unaespecie deesta-·blecimiento agrfcola-mllitar. Cadahombre recibiaunachacra para elcui-tivo de trigo, maiz, sandias, Sin em-bargo no se Iepermitiacomerciar has-ta que su oficial no comprobaba quesu familia contaba con la provisi6nnecesaria. Hutchinson; T., Buenos Ai-res y las provincias argentinas, Edit.Huarpes, Buenos Aires, 1945, p.221.
15 Archivo del coronel Marcos Paz, Uni-versidad Nacional de La Plata, T. 11
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prolong6 por cas i 25 anos haste que
en 1875 el presidente Avellaneda di-solvi6 este potencia l beli co intervi-
niendo la provincia con e l noveno ba-
tal lon de infanterfa del ejercito nacio-
nal.
La militar izaci6n de la regi6n irn-
pedia al Director Proviso rio contar
con el auxil io de fuerzas armadas pro-
venientes del norte argentino. En abril
de 1853 el comisionado Miguel Rue-
da informaba a Urquiza que "mientras
el Sr. Gral Gutierrez permanezca en
esta provincia, sera imposible no s610
que Santiago, Sal ta y Jujuy manden
un solo hombre para el ejercito Na -
cional, sino que la paz y buena armo-
nfa de estos gobiemos, pueda esta-
blecerse bajo solidas bases",16
EI enfrentamiento behco vinvaria-
blemente estaba acompariado par
aportes forzosos y generaba pemicio-
sas secuelas: el saqueo de la provincia
158 invadida y las reparaciones de guerra.Para afrontar el enfrentamiento can
Santiago del Estero, Gutierrez obtuvo
de IaLegislatura de Tucuman la auto-
r izaci6n para levantar un ernprest ito
forzoso de doce mil pesos y requiso
artfculos como yerba, azucar y aguar-
diente a los comercios de la capital . A
su vez, el saqueo permitia a los inva-
sores resarcirse de los gastos ocasio-
nados par las . tncursiones armadas; la
modalidad preferida segufa siendo el
arreo de ganado, especialmente de
caballos y mulas que luego se comer-ciaba en las otras provincias y la im-
(1858-1862), La Plata, 1961, p. 69.16 Carta del comisionado Miguel Rueda
al General Urquiza, 11 de mayo de1853. En Taboada, G., Los Taboada,T. II, Edit. Juan Roldan y cia, BuenosAires, 1933, p. 178.
posicion de contribuciones forzosas a
grupos familiares identificados con el
gobierno enerriiqo,
Las reparaciones de guerra no
eran menos onerosas. Luego de la
derrota de Gutierrez, l a provincia de
Tucuman convino con la de Santiago
la entrega de $b 10.000 en concepto
de gratifi cacion, la donacion de ves-
tuario rnilitar y la entrega de 3.000vacunos para dist ribuirlos ent re la
t ropa. Este Ultimo compromiso se hi-
zo efect ivo var ios meses despues; in-
clusive se ent reg6 la vieja imprenta
oficial como parte de pago, l7 La con-
dicion de "aliados" no mitigo el peso
de las grat ificaciones exigidas por e l
gobierno de Santiago del Estero y la
intransigencia de los vecinos respedo
del cumplimiento del monto exigido
resultoser una fuente de tensiones y
discordias entre ambas provincias.
En def ini tive, el proceso polit ico
abierto en Caseros culmino con la re-
cornposicion del elenco gobemante
en tres provincias del norte argentino:
Salta, Tucurnan y Jujuy. Los segmen-
t05 de la elit e que apoyaron a Taboa-
da, Arias (Salta), Campo (Tucuman) y
Barcena (Jujuy) no s610 expresaban
una ruptura radical can el regimen ro-
sista, representaban tambien un com-
promiso con la empresa de organiza-
cion nacional, mas alla de las descon-
fianzas que generaba la politica urqui-
cista proclive a tolerar, e incluso a
sostener, a los gobemadores del pe-rfodo anterior a Caseros.
17 Paez de laTorre, c. ; Tucumen, 1853:l os "den dies" del general Celedonio
Gutierrez, en Investigaciones y Ensa-yos, Nf l 44, Bs As, 1994, pp. 215-
216.
DESARROLLO MERCANTIL, FLUJOS
COMERCIALES Y ORlENTACION
ECONOMICA EN EL NORTE
ARGENTfNO (1850-1860)
Desde la epoca colonial las pro-
vincias de l norte habfan mantenido
una estrecha vinculacion comercial a
traves del circuito desarrollado en tor-
no a la ant igua ruta que unia el l itoral
argentino con.Bolivia y Peru que be-
neficiaba especialmente a las ciudades
cabeceras de Tucuman, Salta y Jujuy,
major ubicadas en un camino que ca-
nalizaba los produdos de ultramar
remitidos desde Buenos Aires . Hacia
mediados de siglo XIX la vinculacion
comercial de las provincias del norte,
a excepcion de Tucuman y Santiago,
se orientaba decididamente hacia
areas extranacionales situadas en Bo-
livia y Chile.Entre 1845-1855, la provincia de
Salta -segun el balance real izado porsu rmnistro de Gobierno- sostuvo una
balanza comercial favorable con Boli-
via de $fuertes 1.503.642; en ese
mismo lapso el deficit con el l itoral
atlantico alcanzo $f 405.473, mien-
tras que el generado par el comercio
con el Pacifico ascendfa a $ f.
1.545,011. Las facilidades de ruta
promovieron el f lujo de unportaoon
por esta Ultima via; el transporte se
realizaba en recuas de mulas que en
20 dias l legaban al nor te de Chile, en
tanto que e1 recorrido de una flota decarretas hacia Buenos Aires dernora-
ba tres meses y el viaje en redondo
duraba un afio pO T las reparaciones
de los vehiculos y por la espera de la
astacion propicia.l''
EI principal mercado de los pro-
ductos saltojujefios, especialmente de).
ganado, era el boliviano. La confluen-
cia de circunstancias favorables: desde
1840 las dif icultades de canalizar el
trafico mercantil del sur de Bolivia por
el puerto de Cobija y la reactivacian
de la mineria permitieron revital izar
un intercambio comercial cuyo saldo
posit ive se resolvi6 a favor del norte
argentino y cuya axpresion mas des-tacada 10 consti tuy6 la difusion de la
moneda feble.19 Sin embargo, con
ninguna de estas a reas se estableci6
una salida y sist ematica re lacion de.
complementar iedad econ6mica. Po-
driamos afirmar que durante la deca-
da del '50 los flujos mercantiles salts-nos configuraron una suerte de co-
mercio t ri angular puesto que se im-
portaba masivamente desde el Pacifi-
co y en menor cant idad desde el lito-
ral argentino y se exportaba espe-
cialmente a Bolivia. S in embargo, es-
te trafico -que merece estudios mas
detallados- estuvo sujeto a fluctuacio-
nes seg6n las coyunturas extemas,
precios y facil idades de ruta que afec-
taron de manera diferente a las dist in-
tas provincias del norte argentino.
En 1848 el gobiemo salteflo pro-
mulgo un decreto que imponia un re-
cargo del 25 % sobre los productos
159
18 Schleh, E., Salta y sus riquezas, Otero
Impresores, Buenos Aires, 1914, pp.
101,150-151.
19 Mitre, A., EImonedero de los Andes.Region economics y moneda bolivia-
na en eJ siglo XIX, HISLA, VIII, Lima1986, pp.39-43; Langer, E. y Conti,V., Circuitos comerci sl es y cambia
econornico en /05 Andes Centrotneri-
dionales (1830-1939), Desarrollo. Econ6mico, Vol. 31, Nf l 121, Buenos
Aires, 1991, 100.
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de ultrarnar ingresados por puertos
exhanjerosque parece haber regido.
s610 tres aries puesto que entre 1848-
1850 los valores comerciados por la
via del Pacffico se redujeron a 5610 $f
4820 ( segun Ia citada estad istica). Pro -
bable rnente , est a normativa comercial
que perjudicaba a los consumidores
de la provincia fuera una concesi6n a
las presiones del gobierno de BuenosAires, aunque como fundamento se
esgrimiera que tal o rien taci6n comer-
cial era contraria a los intereses na-
cionaJes puesto que aislaba la pr ovin-
cia del resto del pais.21
Sin embargo, hacia 1850 la cone-
xi6n externa del comercio saltojujefio
era predominante. Seglin las investi-
gaciones de Miguel Rosal, durante el
periodo 1839-1850 las p rovincias de
Salta y Jujuy participaban modesta-
mente en los flujos comerciales con
Buenos. Aires, puesto que les corres-
160 pondfa un porcentaje de 1,9 % y un
0,1 % respectivamente, del total re-
gional. En una situacion similar seen-
contraban las pro vinci as de Cuyo mas
orientadas a los puertos del Pacifico
salvo en los periodos de los bloqueos.
En gran medida, como 10 sefiala Ro -
sal , la polit ica econornica desarrollada
durante la epoca de Rosas no contri-
buyo a la integracion econornica del
espacio rioplatense.22
Entre 1839-1850 Tucuman y
Santiago eran las unicas provincias
20 Ibidem, p. 151.
21 Burgin , M., Aspec tos econ6micos del
federal ismo argentino, Solar, Argenti-
na, 1975, p. P.313.
22 Rosel, M., El interior frente a Buenos
Aires: fiujos comerciales e inteqrecion
economics, Secuencia, NQ 31, Mexi-co, 1995, pp. 100-103.
del norte argentino que sostenian una
conaxion mas estrecha con el litoral
atlantico al participar con un 66 % y
33 % respectivamente del total del
comercio regional con el puerto de
Buenos Aires .23 Tucuman, que tradi-
cionalmente se habia desempefiado
como una plaza periferica del circuito
andino, utilize esa conexi on para po-
tenciar su superav it co rnercial, estr a-tegia que contrastaba con la de Salta
y Jujuy que mantuv ier on la participa-
cion mercantil con Bolivia para neu-
tralizar las balanzas comerciales des-
favorables con Buenos Aires y Chile.
Hacia fines de la decade del 50 el
comercio tucumano mejor posiciona-
do geograficamente y favorecido por
su condicion de centro productor de
carretas, retorno el rol de principal
centro redis tribuidor de importaciones
en e l nor te .24 La eli te comercial utilize
23 Ibidem, p . 100-103.
24 En las dos p rimeras decades del siglo
Xl X los comerciantes tucumanos con-
solidaron su funcion de intermediario
de los efectos de ultramar introducidos
por el l itoral argentino. Cf, Nicolini,
E., EI comercio tucumano 1810-
1815: flujos de mercancias y dinero y
balanzas comerciales, en Pob laci6n y
Sociedad Nro 2, Fund.Yocavi l, Tucu-
man;-1994,
Sin 'embargo, la posici6n cen tr al del
comercio tucurnano en el negocio de
lnterrnediacron y acarrero de mercan-cias imp0rtadasse debil ito cuando Sal-
t a opero direc tamEmte can la plaza de
Valpar aiso que la p roveia de efectos
de ultramar. En una primera etapa
Tucuman trat6 de mantener su posi-
ci6n mediante procedimientos mil ita-
res . Informacion surninistrada por En-
rique Barbasuqierc que du rante la de-
cada del '30 el "protectorado" de
esta posicion que generaba flujos
mer can tiles estables con las distintas
provincias de la region para colocar
producciones de alto precio que no
tenian salida en las dinamicas plazas
del litoral.25 Hasta mediados de la de-
cada del 'SOla produccion agraria y
artesanal -estimulada por el desarrollo
del cornercio- habia aumentado con la
mcorporacion de nuevas trapichesque elaboraban aguardiente y azuca-
res mediante procedimientos t radic io-
nales.26 Por otra parte, la provincia
Ale jandro Heredia obedec i6 a la nece-
sid ad de resguardar el r ol d e Tucurnan
como princ ipal centro reexpor tador
de impor taciones . En ese sent ido, con
la irnposicion de Felipe Heredia como
gobernador de Sal ta se in tentaba con-
trolar el comercio de esta ciudad y
preservar la hegemonia mercantil tu-
cumana. Asimismo , el apoyo de He-redia a la independenc ia de Jujuy he -bria perseguido idcnticos propositos
en tanto div id ia poli ti camente una re-
gion estrategica en termmos mercan-
tiles, ero sionando el poder de los co-
merciantes sal tenos. (Barba, E., Qui-
roga y Rosas, Pleamar, Bs As , 1974,p. 72-73)
25 Respec to de las producc iones del nor -
te Buenos Air es mantenia una situa-
ci6n de virtual autosuftciencia. Excep-
tuando las suelas, las restantes expor-
taciones tucumanas er an de poca en -
vergadura, puesto que esta ciudad se
surtia en el mercado intemacional.26 En esa decade se produce el primer
in tento de modernizaci6n in tegral de
la act ividad. Baltazar Aguirre, comer-
dante de sue l as y p ropietario de una
plantacion con trapiche rudimentario
que elaboraba azucar y aguardiente, se
asocio con Urqu iza para montar un
ingenio equipado con modern a rna-
quina ri a de origen bri tanico . Este am-
( favorecida por una abundarite pob la-
cion dedicaba a la labranza de peque-
nos fundos) conoc io un tempr ano de-
sarrollo agrario cen trado en el cultivo
de trigo, r naiz, arr oz, arbo les fru tales
y en las plantaciones de tabaco y ca-
ria de azucar que estimularon un sis-
tema de intercambios local y reg ional
y que, en ocasiones, se proyedaba
hacia Bolivia y Chile. Los capitalesacumuladospor el comercio se invir-
tieron en empresas productivas, es-
pecialmente en ingenios de azucar y
destilacion. Este fue el punto de par-
tida de un proceso que convirti6 al
segmento mas concentrado de co-
merdantes en agente de una serie de
tran sfo rmaciones que culminar on con
1 2 1 industrializaci6n azucarera.
.La conexion can el puerto de
Buenos Aires parece ser la principal
vincu laci6n comercial d e la provincia
de Santiago del Estero. SegUn Rosel,el rubro de exportacion mas imp or-
tante era el cuero de vacuno seco, de
~arnero y de cabra, cuyos envios se
complementaban con tejidos cuya
cantidad tendio a incrementarse en la
segunda rnitad de la decadadel 40.27
La sequedad del suelo conspiraba
contra el desarrollo de la ganaderia y
de la aglicultura. En 1822 el cambia
de cauce del rio Dulce afecto las hasta
entonces activas poblaciones de Lore- .
to, Atamisqui y' Salavina, que const i-
tuian la fuente de aprovisionamiento
161
bicioso emprendimiento que i rnsurnio
una impor tante inversion f racaso por
dificultades tecnicas.
27 A pesar del in cremento de las unida-
des, d esde el punta de v ista de 5U va-
lor los textiles tenian escasa relevancia
en .105 flujos mercantiles -.(Rosel, M.,
op. cit . pag. 93).
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de granos de la provincia. En conse-
cuencia, la agricultura se contrajo a
las pequefias areas de regadio local i-
zadas en la ribera del rio Dulce, pro-
ximas a la capital, y a zonas disemi-
nadas a 1 0 la rgo del Sa lado que al ter-
naban fincas y chacras con superficies
dedicadas al pastoreo. La explotacion
agricola se realizaba en pequefias
unidades de hasta t res hectare as que
producian cereales, hortalizas y arbo-les frutales y que desplazaron el pas-
toreo a zonas menos favorec idas por
el riego. En genera l, esta actividad,
cuyo des tine principal era el autocon-
sumo y eventualmente e l mercado lo-
cal, se complementaba con la reco-
leccion de productos silvest res. No
obstante, su produccion no era sufi-
dente para sostener la nutrida pobla -
ci6n de la provincia. Durante c ii pe-
riodo comprendido entre 1778-1869Santiago del Estero experiment6 la
162 tasa de crecimiento demograf ica maselevada de la regi6n.28 Probablemen-
te, la presi6n dernografica combinada
con el declive de la agncul tura mere-
ment6 el movirniento migrator io -In-
veterada cos turnbre santiaquana- no
5610 estacional, puesto que las fuentes
mencionan tarnbisn emigracionesde-
28 Durante el periodo intercensaI1778-
1869 la tasa de crecimiento medicanual de Santiago del Estero fue del24 por mil; en orden decreciente, el
segundo lugar le correspondia a Saltacon una tasa del 22 por mily el terce-ro a Catamarca con 20 por mil. (Puc-ci, R., B crecimiento de la poblecion.
Un enelisis depertamentel; en Bolsi,A., (dir)La poblacion del noroeste ar-gentino (contribuciones para su inven-tario). Facultad de Filosofia y Letras,Tucurnan, 1997, p. 26).
f init ivas hacia la campana bonaeren-
se, segun las dernandas generadas
par su ca!endario de agricola y gana-dero.29
EI escaso desarrol lo de la ganade-
r ia y el moderado movimiento comer-
cial revelaban un nivel estacionario de
productividad y expresaban una eco-
nomia escasamente mercanti lizada.
Sin embargo, a comienzos de la de-
cada del 50, el numero de rnercade-res santiaguefJos habia aumentado al
igual que su participacion en el trafico
hacia Buenos Aires, puesto que, la
cantidad de carretas santiaguerias que
circulaban por esa ruta se incremento
un 115 % durante el lapso 1847-49,respecto del periodo 1835-37.30 En
aries de sequia, el escaso rendimiento
agricola-ganadero no aseguraba la
subsistencia de la poblaci6n de la
provincia. Los desajustes entre pro-
ducci6n y poblacion se resolvian me-
diante la perdida de poblaci6n -a tra-ves hambrunas, migraciones y erni-
graciones- que cumplia una funci6n
compensatoria. Maeso mencionala
prolongada sequia de 1847 que ame-
naz6 con "hacer perecer de hambre a
sus habitantes". 31 Frente a tales con'
29 Quesada recordaba que los viajeseran'·'peri6dicos y "la provincia de BuenosAires vela Uegarla nube de santiague-nos para conchabarse para la marca-cion de 105 ganados". Quesada, E.,
Memorias de un viejo, Edic.Solar,BuenosAires, 1942, p. 338.
30 Palomeque, Silvia, Circulad6n de ce-
rretss por las rutas de Santiago
(1818-1849). En Cuadernos NQ 5,
FHYCS, UNJU, 1995, p. 58. .
31 Maeso, Justo, Notas y apuntes. EnParish, Woodbine, Buenos Aires y lasprovinciasdel Rio de la Plata, Hachet-
thlgencias, el comerciointerprovincial
era impotente para resolver el sumi-
nistro de productos alimenticios (tanto
de origen vegetal y como animal),
puesto que en estos casos e! .trafico
mercantil tambien se interrumpia.
Una alternativa a la lenti tud y difi-
cultades que generaba el intercambio
en flotas de carretas hacia Buenos Ai-
res fue la apertura de una ruta fluvial
que integrara las provincias del nor te
can la de Santa Fe a traves de la na-
vegaci6n del rio Salado. Esta iniciativa
-que no lIeg6 a concretarse- fue fir-
memente respaldada por el gobierno
de la Confederaci6n. Se trataba de
implementar un nuevo circuito co-
mercial que art iculata las provincias
de Santiago, Tucuman, Salta y el area
del Chaco con el puerto de Rosario.
Con ese objet ivo, el gobiemo nacio-
naliz6 y centralize la defensa de la
front era norte cuya responsabilidad
adjudico a un solo jefe, Antonino Ta-boada, herrnano del gobernador de
Santiago. Este nombramiento poten-
ci6 la rmlitar izacion de la provincia,
cuyo ejercito y milicias contrastaban
con la def iciente orqanizacion belica
que ostentaban los res tantes distri tos
de la regi6n.32
Esta incompleta y sumeria des-
cripcion -que ref leja el caracter toda-
via fragmentario de las invest igacio-
nes sobre losflujos comerciales en el
nor te argentino- nos perrni te adelan-
tar algunas conclusiones provisiona-
les. Las provincias constituian un "es-
pacio econ6mico" surnamente hete-
rogeneo, surcado por circuitos co-
merciales que reflejaban orientaciones
econ6micas diversas. Mientras Salta y
Jujuy entablaron una conexion co-
mercial mas estrecha con areas extra-
nacionales, Tucuman y Santiago
mantenfan una vinculacion astable
con la plaza de Buenos Aires. En ese
marco, se destacaba Tucuman que
mantenia una participacion sistemati-
ca en 16sdiferentes circuitos y que se
dist inguia por su capacidad para art i-
cular una act iva relaci6n comercial
con las di st intas provincias de la re-
gion a las que proveia no s610 de
efectos de ult ramar, sino tambien deSus propias producciones como azu-
car, aguardiente, tabaco y articulos de
cuero.EIgrado de mercantilizaci6n de las
actividades econ6micas era dispar. En
general, la agricultura tenia como des-
tino principal el autoconsumo y el
mercado local. E n este rubro se dife -
renciaba la provincia de Tucuman que
no 5610 se dedicaba a la labranza de
cerea les , sino tambian al cul tivo del
tabaco y de la cafia de azucar que
exigfa un desarrollo manufactureroposterior para la elaboraci6n de
aguardiente y azucar. S imilar proce-
dimiento se apl icaba a la ganaderia
que sustentaba el funcionamiento de
cur tiembres cuyas suelas se exporta-
ban a Buenos Aires. Salta participaba
en este rubro .para cornplementar las
163
te, 1958, Buenos Aires, p. 394.
32 Desde la epoca colonialla frontera delChaco habfa side un factor gravitanteen la politlca provincial.Como afirmaJ. Fabeman es sugest ivoque "tantoFelipe Ibarra como los Taboada co-miencen sus carreras militaresen Ma-tara a las puertas del Chaco". Faber-man, J., EI peso de fa continuidad: t ie-
rra, trabajo familiar y migraciones en
Santiago del Estero. Un estado de fa
cuestion. En Rev. Poblaci6n y Socie-dad, Nro 5, Tucumsn, 1998, p. 183.
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exportaciones de mctali co que se gi-
raban a esa plaza paraemortizar las
importaciones , en tanto Santiago del
Estero enviaba a ese puerto princi-
palmente cueros de vacunos, de car-
nero y de cabra sin procesamiento.
Sin embargo, la ganaderia exhibia
una marcada orientac i6n comerc ial
extranacionaI . Salta exhibia el patri-
monio mas importante de la regi6n,
t endencia que se profundiz6 en la de-
cada siguiente. Los vacunos, caballos
y mulas 5e exportaban principalmente
a Bolivia, previa engorde en los po-
t reros de al falfa de los vall es calcha-
quies y de la Quebrada de Humauaca,
donde se concentraba el ganado local
y el remitido desde Santiago del Este-
ro. La aplicacion de derechos diferen-
ciales no 5610no contr ibuy6 a modifi-
car los f lujos comerciales hacia el alt i-
plano, sino que alent6 la practi ce del
contrabando e increment6 los def icit164 fiscales de la provincia que, desde
1850, fueron cubiertos can bonos
nacionales y provinciales.P
En ese sentido, los flujos comer-
ciales del nor te argentino estaban su -
j etos a distintos mercados, entre los
cua les se destacaban lossi tuados en
paises limitrofes como Chile, Bolivia e
incluso Peru. Resta aun establecer la
frecuencia y sistematicidad de los in-
tercambios, cuestion que permitiria
establecer el grado de conexi6n orga-
nica del norte argentino con los mer-cados extranacionales . La precision
de tales cuest iones permitira esclare-
cer, de una manera mas documenta -
da, la posterior reorientac i6n de esta
33 Conti, V., £1 norte argentino y Ata-
cama: producci6n y mercados. En
Rev. S ig lo XJX, Nro 14, Mexico,
1993, p.16
region hacia el I itoral atlantico y de-
tectar las nuevas fuerzas productivas
de esas economfas que promovieron
dicha mutaci6n.
Ahora bien, es necesario des tacar
que con la sanci6n de la const itucion
de 1853 las elites politicasno 5610re-solvieron la unidad polftica pendiente.
Tambien aprobaron un programa de
funcionamiento econ6mico que con-
templaba la aboli ci6n de los impues-
tos aduaneros locales y los derivados
del trafi co interior, y asegura ron, al
menos en teoria, los derechos eco-
nornicos y comercia les de todas las
provincias argentinas . De modo que,
a partir de 1853, se institucionaliz6una voluntad politica que promovi6 el
desa rrol lo de las condiciones para la
reorientacion de los flujos comerciales
del norte' argentino y para la ulter ior
transformaci6n de las respectivas
economfas provinciales. Esa instanciasupuso el punto de partida para la
formaci6n de un mercado nacional.
En tal contexte, la orientacion exter-
na que gravitaba en algunas provin-
cias de l norte pudo mani festarse su-
mamente fluctuante como para que
sus elites consideraran seriamente una
segregaci6n definitiva; Sobre la base
de esta hipotesis podriamos sugeri r
que el trafico comercial con los mer-
cades externos proporciono un respi-
ro a las provincias interiores margine-
das durante la epcca rosista, pe ro nologro generar un impulso Interne ca-paz de ·ti:cm~formar .,las respectivas
economfas en Iuncion de una relacion
de complementariedad econ6mica.
REORIENTACION ECONOMICA Y
. DINAMICA POLITICA EN EL NORTE
ARGENTINO (1860-1880)
En los '60, las provincias del nor te
acentuaron eJ proceso de orientacion
a tlant ica que se consol id6 con el tra-
zado del ferrrocarril que conecto
Buenos Aires con Rosario en 1863,se prolonqo hasta Frai le Muerto en
1867 y alcanz6 la ciudad de Cordoba
en 1870. .Por otra parte, el bloqueo
espanol al puerto de Valparafso en
1866, las politi cas monetari as boli - .
vianas y argentinas tendientes a eli-
minar la moneda feble y a suje tar los
respectivos espacios interiores a las
economias exportadoras de los distin-
tos pai ses, sumado a la expansion fa-
rroviaria ya mencionada, contribuya-
ron a disminuir los flujos comerciales
extranacionales.
Salt a y Jujuy, que habian mante-nido una vinculaci6n mas estrecha
con Bolivia, Chile y Peru comenzaron
a reorientar sus negocios hacia el l ito-
ral atlantico. Hacia f inales de la deca-
da, las dos terceras partes de las fir-
mas importadoras :sal tafias introdu-
cian mercancias desde Buenos Aires
aduanando en Rosario y no en Valpa-
raise, principal centro importador du-
rante los aries '40 Y '50.34 Tucuman
y Santiago, que tradicionalmente se
34 Madrazo, G., EI comer do regional en
eJ sigJo XIX. La situaci6n de Sa lta y
Jujuy, en Anuario de Historia Nro 16,Rosario, 1993-94, p, 225. Para tener
un panorama general de las exporta-
ciones e importaciones de l comercio
sal teno entre 1840-1854. Cfr . Shleh ,
Emilio, Salta y sus riquezas, Otero im-
presiones, Buenos Aires, 1914, p.
151.
habfan desempefiado como plazas
periferices del circuito andino entabla-
ron una conexi6n mas sistematica
con el litoral argentino.
Durante estas dos decades los co-
merciantes tucumanos iniciaron un
proceso de rnodemizacion tecnol6gi-
ca que, al principio, se concentr6 en
la adopcion de modemosalambiques
para la destilacion y en la introduc-cion de trapiches de hierro acciona-
dos por vapor y fuerza hidraulica, que
posteriormente se complete con la
adquisici6n de centrffugas.35 Este
proceso que remite a la genesis del
empresari ado azucarero ha sido una
cuesti6n ampliamente debatida que
no ha alcanzado aun una formulaci6n
global que contemple la complejidad
del problema. Al respecto, Gimenez
Zapiola ha planteado una persuas iva
hip6tesis: "la burguesia mercantil co-
mienza a volcar gran parte de sus ca-pi tales excedentes en el sector agro-
pecuario .. .Se acentua asi la fus ion de
los intereses agropecuarios y comer-
ciales que dara a fa·oligarquia tucu-
mana un carac ter di stintivo".36 Los
165
35 En 1837 habia 32 ingenios a lrededor
de San Miguel de Tucuma, en 1864
estos sumaban 54. E n 1870, de los
47 ingenios consignados por Granillo,
10 .tenian trapiches de hierro accio -
nados por enerqia hidrauli ca ; 17 con-
taban con trapiches de hierro movidos
par mulas y bueyes; 12 de estos ha -bian incorporado centrifuqas , 4 de
eIlas trabajabari con maquinas de va-
por; 4 eran movidas par agua , mien-
tras que las restantes eran accianadas
por fuerza animal. (Granil lo, A. , Pro-
vincia de Tucuman, Tucurnan, 1872,
p. 97-100).
36 Gimenez Zapiola, M., EI interior ar-
gentino y eI"desarrollo hacia afuera".
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casos de la fami lia Posse que opera-
ban 6 inqenios azucareros modernos
en 1870, de los Garda y los Mendez,
propietar ios de establecimientos do-
tados de centrffugas , y el de Just inia-
no Frias confirman esta hipotesis que
enfatiza el origen comercia l del em-
presariado azucarero. Estos ejemplos
demuestran que la fraccion mas con-
centrada del sector mercant il revel6
su capacidad para integrar sus inters-
ses comerciales con los manufacture-
ros y para liderar los adelaritos tee-
nol6gicos de la act ividad. Sin embar-
go, exist ieron otras vias de acceso al
negocio azucarero. Uno de ellos; fue
e1caso de la familia Nougues , Propie-
tar ia de cur tiembre, aserradero, moli-
no y trapiche de madera en 1870,
concentr6 sus esfuerzos en el azucar
despues de 1880. Este problema re-
quiere una minuciosa inves tigacion
para elaborar una formulaci6n mas
166 abarcat iva de los origenes del empre-sariado azucarero. En consecuencia,
en su instancia preliminar, la reorien-
taci6n econ6mica del nor te argentino
a I l itoral Atlantico favorecio el desa-
rrollo de la agroindus tr ia tucumana,
que bas ta mediad os de la decada del
'70, credo sustentada por capi tales
estrictamente locales para abastecer
un mercado regional.
Otras condiciones fueron igual-
mente relevantes para el desarroUode
la agroindustria. Los ingenios ylas
curtiembres, actividades intensivas enmana de obra, requerfan de un am-
plio contingente de trabajadoresasa-
el case de Tucurnan, en Gimenez Ze-piola, M., (comp) EI regimen oligar-quico. Materialespara el estudio de larealidad argentina, Amorrortu, Bue-nos Aires, 1976, p. 86.
lar iados. La demanda se resolvi6 mo-
vilizando el caudal demografico local y
el proveniente de otras provincias.P?
El relevamiento de una muestra del
censo nacional de 1869, que cubre el
17 % de las plantillas censales corres-
pondientes a la seccion rural del de-
partamento Capital, revela que las
relaciones salariales en la esfera de la
producd6n estaban muy desarrolladas
y que estas se vinculaban con el ere-
cimiento del area cultivada can cana,
El 61 % de las ocupaciones registra-
das se consignan bajo la clasificacion
de peones, de los cuales el 29 % pro-
vantan de Santiago del Estero.38 EI
incentive monetario no fue la unica
estrategia para comforrnar un flujo es-
table de trebaiadores, Los empresa-
rios tucumanos apelaron a su control
del aparato provincial para imponer
una legis laci6n confiscator ia de la u -bertad individual, solucion que se
pensaba efectiva y economica paradiscipliner una fuerza laboral que no
estaba dispuesta a aca tar l as nuevas
moda lidades de trabajo exigidas por
los establecimientos.s?
37 SegUn el censo de 1869 le provinciade Santiago del Estero tenia 132.898habitantes, Tucuman contaba con108 .9,53, Salta 88.933, Jujuy
40.379, . Catamarca 79.962 y La
Rioja 48.746 habitantes. Tucuman
fue desde comienzos del s ig lo X I X , laprovincia mas densamente poblada de
la argentina. (Pucci, R., La poblaciony el auge azucarero en Tucurnan, enBreves ..contribuciones geograficas,N ro 7 , Universidad nacional de Tucu-man)..
38 La elaooracion.de esta muestra estuvoa cargo de Maria EstelaFernandez.
39 Sabre este tema, Cf. Campi, D., Cap-
tacion Forzada de mana de obra y
. Otra condicion fue la demanda de
alirnentos de origen vegetal y animal
para sustentar la especializacion rna-
nufacturera del departamento Capital.
5e impulse el desarrollo de la agricul-
tura y ganaderfa en los restantes de-
partamentos: Farnail la, Chicligasta,
Rio Chico y Monteros se especializa-
ron en el cultivo de cereales ( tr igo,
arroz y rnaiz) y tabaco, en tanto que
Trancas y Burruyacu profundizaron su
orientacion ganadera. Esta agricultura
se pract ice en pequefias unidades ex-
plotadas por mana de obra famili ar y
mediante procedimientos tradiciona-
les, mientras que el cultivo de la cana
se verificaba en explotaciones de rna-
yores dimensiones que utilizaron rna-
no de obra asalariada. Asi, durante la
fase forrnativa de la industria azucare-
ra (1860-1874) el suministro de ali-
mentos se resolvi6 -ante la ausencia
de un mercado alternative- activando
un entomoagricola, local izado en losdepartamentos mencionados, sobre la
base de paquenas explotaciones que
respondieron pos it ivamente al esti-
mulo de la demanda, puesto que sus
producciones excedieron el consumo
local y participaron en las exportacio-
nes provinciales.t' ' Un proceso similar
se observ6 en los depar tamentos ga-
naderos. De acuerdo a un inforrne de
1864, Trancas enviaba 1500 cabezas
de ganado vacuno a la : Capital y ex-
portaba 9.050 animales de dis tinto
t ipo a Chile.41 Este proceso promovio
el autoabastacemiento de la provincia
en materia de granos, _profundizo la
mercantilizaci6n de la economia
campesina y la interdependencia pro-
ductiva de los dist in tos departamen-
toS.42Este incremento agrfcola acele-
rado no ha side objeto de un estudio
detal lado, has ta el presente los traba-
jos se han limitado a estudiar el ere-
cimiento del area canera escindien-
dolo del movimiento agricola global.43
La reorientacion economica hacia
el Atlantico estuvo acompariada de un
proceso. de centralizacion polftica que
suponia e l reacomodamiento del si s-
t ema provincial a un orden legal que
ernanaba de los poderes nacionales.
En el norte, este proceso adopto for-mas conflictivas cuando e1 incipiente
Estado mitrista delego en W1aprovin-
cia, Santiago del Estero, el control
mil itar y pol ft ico de la region. Sobre-la base de un poder militar surgido
para resguardar la frontera del Chaco,
167
trabajoasalariado en T uc um an , 1 85 6 -1896, Anuario IEHS,Nro 8, Tandil ,
40 Durante 1864, el movimiento men-
sual del depar tamento de Famailla
consistio en la exportacion de 430 @
de arroz y 2 carretas con naranjas a
Santiago del Estero y 40 @ de arroz aSalta. A..HT,Seccion Administrative,
Vol 96, T. Il, F. 112 y 286.
41 Idem, F. 236.
42 E I estimulo principal se verlflco en elprecio de loscereales. En esta materiano hay estudiosal respecto. Pero de laleetura de lasfuentes se observan indi-
ciosde una rnejora enel pracio de loscereales tradicionalmente bajos. En1864, los infonnes departamentalescoincidian en serialar que la expansiondel trigo obedecia a un aurnento delprecio. (AHT, Seed6n Administrativa,VoL 96, T. In
43 Una excepcion es el trabajo de CarlosLeon "E ! desarrollo agrario en Tucu-
man en el perfodo de translcion de laeeonomia de capitaJismoincipiente ala expansion azucarera" publicado enDesarrollo Econornico, VoL 33, Nro130, Bs As, 1993.
="""""---=---~~~"""'"==-___"'__"'="'~:___--.:7'''''-~~~---~------'''''''"''----------------'-----"-'---.----.--.
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los Taboada uti lizaron el mandate na-
cional para intervenir discrecional-
mente en las distintas provincias en
fund6n de sus intereses par ticulares.
A su vez, la imposici6n de fuertes
exacciones a la elite mercantil- azuca-
rera de Tucurnan para financiar sus
acciones militares determin6 la ruptu-
ra de la alianza liberal en eI norte y
abri6 un periodo signado por el con-
flicto belico entre Santiago y Tucu-
man por la disputa del l iderazgo re-
giona l. Como en el periodo ante rior,
las manifes taciones economicas de la
guerra fueron las contr ibuciones for-
zosas, los saqueos de ganado en la
frontera, las dificultades en la circula-
cion mercantil y las represalias co-
mercia les.v' En 1862 el gobiemo tu-
cumano prohibio la extraccion de
maiz fuera de la provincia, resoluci6n
que fue entendida como un gesto de
168 '> 4 Para vestir y unifo rmar la tr opa Ma-
nuel Taboada exiqio la ent rega com-
pulsiva de $ 10.000 pesos a los co-
merciantes de Tucurnan girando en
pago letras a cubrir por el gobiemo de
Buenos Aires, las acciones sobre Salta
y Catamarca fueron f inanciadas uti li-
zando e l mismo recurso . El enf renta-
miento armado entre Tucuman y San-
tiago estall6 cuando los tu cumanos
respaldaron abiertamen te a Mar co s
Paz en contra de lai:andidatura de
Taboada y enviaron destacamentos
mil ita res a Catamarca -que enfrenta-
ron a las tropas santiaquanas- para
controlar la provincia y garantizar vo-
tos favorables a Paz en las e lecc iones
para vicepresiden te (Her ed ia, E.,
Aportes pa ra el estudio de la acci6n
del partido l iberal en Tucumen para
las elecciones presidencieles de 1862,
en Revist a de laJunta de Estudios His-
toricos de Tucurnan, Nro 4, Tucu-
man, 1974, p, 156)
hostil idad por Manuel Taboada. En
c6nsecuencia,el gobierno de Santia-:
go del Estero, dependiente de los
granos tucumanos, amenaz6 con
prohibir la introducci6n de aguardien-
tes si no se dejaba sin e fecto e ldee re-
to. Frente a esta posibilidad, Tucu-
man se resolvi6 revocar la medida.F'
El l iderazgo regional se resolvi6
definitivamente en 1875 cuando la
eli te tucumana logr6 neutral izar la in-
fluencia poli tica y mil itar de los Ta-
boada con el apoyo del presidente
Avellaneda, quien envi6 un batal lon
del ejercito de linea para garantizar la
intervenci6n de la provincia: De esta
forma, desde el gobiemo nac ional se
derroc6 a este poderoso clan santia -
guef\o y se promovi6 a drculos polit i-
cos vinculados al gobiemo nacional.
45 Ibidem, p. 162-163. No exi sten refe-
r encias de los env io s de gr anos de TLl-
cuman a Santiago del Estero en los
Comprobantes de Contaduri a del Ar-
chivo Historico Provincial, probable-
mente porque se t ra taba de operacio-
nes realizadas directamente desde los
departamentos del sur que no utilize-
ban las f lo tas de car re tas que cubrian
e l comercio a larga dis tanc ia. S in em-
bargo exi st en otros indicios acerca de
la dependencia de Santiago en mate-
Da· .qegranos. Sobre est e t erna Gan-
:_cedoafirmabaque "las labranzas que
se practican en esta provincia estim
muy lejos de llenar las necesidades del
crecido nurnero de habitantes y tene-
mosque recurrire .la-.vecina provincia
de Tucuman para que comparta sus
abundantes productos" y agregaba
"desde 1878 hemos traido anualmen-
te miles de arrobas de trigo de Medi-·
nas y Monteros de la provincia de Tu- ._
curnan". (Gancedo, A., Memoria Des-
criptiva de Santiago de! Estero", Bs
As, 1885, p. 109-111).
Otro factor que consolido el decli-
ve politico y econornico santiagueflo
fue el ferrocarri l que uni6 a Cordoba
con Tucuman, EI t razado de la via fe-
rrea margin6 a la capital santiaguef la
de la conexi6n can e! Utoral y conso-
lid6 el rol de Tucurnan como base de
operaciones del gobierno nacional en
el norte. La linea ferroviaria fue el
vector sobre el que se asento el pre-dorninio econornico y poli tico de esta
provincia. La tardia prolongaci6n ha-
cia el norte en 1887 consolid6 la po-
sicion central de Tucuman en el co-
mercio regional como intermediar io
obligado entre las provincias del norte
yel Literal. A su vez, la reducci6n de
los fletes permit io la adquisicion de
nuevos equipos que incrementaron
drast icamente la productividad de los
ingenios. El ferrocarri! fue el dispara-
dor que facilito la emergencia del mo-
demo complejo azucarero tucumanoy el transi te de la provincia hacia una
economia monopoJizada por la indus-
trializaci6n del azucar.
Sobre el ferrocarril ha prevalecido
una vis ion que considera que su cons-
t rucci6n fue el resul tado de una tran-
saccion exitosa de la "oligarquia azu-
care ra" en una coyuntura de maxima
capacidad de negociaci6n en elmarco
de una alianza " interoliqarqulca". 46
Esta vision reduce 'los terminos del
problema, aunque es correcto serialar
que las ventajas sector iales de Ja eli tetucumana se complementaron con los
objetivos centrales del Estado tendien-
tes a consol idar la unidad naciona l,
En ese sentido, e l ferrocarril hacia e1
norte expresaba una voluntad centra-
lizadora y su obra, encarada en eI
46 Gimenez Zapiola, M., op. c it , p. 95.
marco de la cnS1S economica de
1873, formabaparte de los gastos de
"construccion de la unldad" que el Es-
tado estaba dispuesto a afrontar.
Atribuir el peso de la explicaci6n a la
influencia de la "oligarquia tucumana"
minimiza la importancia polit ica que
el Estado adjudicaba a las vias fe rro-
viarias como "herramientas de la cen-
tralizacion", aunque en e 1 ambito re-gional la eli te tucumana fuera la prin-
cipal beneficiaria de su construe-
cion."?
La lIegada del ferrocarril fue el
punta de partida de un proceso de
renovaci6n tecnol6gica en la actividad
azucarera que, a diferencia de la eta-
pa anter ior , requeria de importantes
inversiones, de nuevas y extensas su-
perficiascultivadas que debian entrar
en producciony de complejos proce-
dimientos empresariales , acorde a la
nueva escala de los negocios. Sinembargo, hasta f inales de la dacada,
, las inversiones en ingenios azucareros
a1canzaron un " monto de $1.585.526, cifraimportante en fun-
cion de los capitales exigidos durante
la decade anter ior, pero modesta con
relaci6n a las realizadas durante la de-
cada del '80. E l azucar tucurnano no
169
47 Para e lEstado, e l fer roca rr il no era . es-
t ri ct amente una empresa econ6mica
sino que 10 consideraba basicamente
un instrumento polit ico. Como 1 0 ex-
pli c6 Roca en sus mensa jes "grac ias (a
los ferrocarriles y al telegrafo) se ha
vencidoel espiritu de montonera y se
ha hecho posible la soluc i6n de pro-
blemas que paredan insoluoles' (Cit
por Halperin Donghi, T., Balances de
una epoca, p. 208, en Ansaldi, W., y
Moreno, J . L. (comp.), Estado y 50-
ciedad en el Pensamiento Nacionai,Cantero, Buenos Aires, 1989) ,
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habie conquistado la plaza de Buenos
Aires, que seguia abasteciendose con
similares refinados extranjeros, aun-
que la ley de aduanas de 1877 que
gravaba los efectos importados con
un derecho del 25 % ad valorem, le
permiti6 introducir en cantidades mo-
destas el producto en el mercado del
Litora1.48
En Salta y Jujuy la indus tr ia azuca-
re ra acuso transformac iones de me-nor envergadura. En ambas provin-
cias, la eli te dominante asent6 su pre-
eminencia en el comercio, en la ha-
cienda de grandes dimensiones que
exigfa un mayor control de la tierra y
en la expoliaci6n de indlgenas y mes-
tizos sometidos a servicios personales
y arr iendos .s? Una fracci6n de la eli te
sal tena, con propiedades en los valles
subtropicales, fue la principal benef i-
c iari a del proceso de re.ori entac i6n
atlantica que, a la postre, posibilito la
170 inserci6n procluctiva con el Litoralacoplandose a la via abierta por em-
presarios tucumanos basada en la
tecnificaci6n de la agroindustria azu-
carera.
Este proceso fue acompanado
por mutaciones espaciales que paula-
tinamente disenaron una rejerarquiza-
cion departamental reflejada en la
emergencia econ6mica y polit ica de
los val les subtropicales en la Ultima
decade del siglo XIX, en detrimento
de regiones tradicionales como la Pu -
48 Cordeiro y Viale, Compilad6n Orde-
nada de Leyes y Decretos de la Pro-
vincia de Tucurnan 1878-1880, Vol
VlI, Tucuman, pp. 357-358),
49 Madr azo , G., Cambio y pertnen encia
en el noroeste argentino. B caso de
Jujuy a mediedos de! s ig 10 ... {])(, €n
Andes, Nro 4, Salta, 1991.
na y Quebrada.P? En el area azucare-
ra , eomenz6 a manifestarse una ten-
denda a la valorizacion de la propie-
dad que acentu6 la concentraci6n de
la t ierra; estos movimientos estuvie-
ron acompanados por el erecimiento
de la poblaci6n basado en la afluencia
de trabajadores provenientes de otras
provincias y de Bolivia.51 Este terrrto-
rio de haciendas de grandes dimen-
s iones, dedicadas a la cria de ganado,al cultivo de la cana y a la elaborad6n
de azucar, aguardiente, chancacas y
alfeniques que se colocaban en los
mercadosurbanos de Salta y de Ju-
juy, alcanz6 una fisonomia plenamen-
te azucarera con la conexi6n ferrovia-
r ia durante [a Ultima decade del s iglo
X I X .
Desde la decade del 60 el empre-
sariado azucarero saltefio comenz6 a
incidir en la polit ica provincial y dos
de sus integrantes ocuparon la prime-
ra magistratura de la provincia. 52 Unfac tor que potenc i6 su influenc ia fue
sus relaciones can el ejercito nacional
50 En la jurisdiccion sal tcna este proceso
no fue perceptible, puesto que s610
uno de los ant iguos t rapiches , e l inge-
nio "San Isidro", propiedad de la fa-
mil ia Fem1IDdez Cornejo, fue rnoder-
nizado:~c,q; la adquisici6n de moder-
nOs.<E:qUlposn 1878.51 Teruel, Ana, La incidencia de la te-
nencia de le t ie rra en la formaci6n del
mercedo de trabajo rural en /a provin-
cia de Jujuy, en Poblacion & Socie-dad , Nro 2, Tucuman; 1994, p. 170.
52 Six-toOvejero propietario del ingenio
Ledesma fue gobemador de laprovin-
cia entre 1868-69; Miguel Araoz due-flo de La Esperanza y con acc iones en
el ingen io San Pedro ocup6 el cargo
de . gobernador entre 1852-54 Y
1875-76).
asentado en la frontera del Chaco.
Esta presenc ia, a pesa r de esta r loca-
lizada en una zona qu~_se consideraba
periferica, gravit6 decisivamente en la
polftica provincial de. Salta y de Jujuy.
El Chaco era un territorio de escasa
poblaci6n y con una importante di s-
ponibilidad de tierras fiscales: su ca-
racter fronterizo definia esta area in-
tensamente militarizada, cuyo control
pol itico estaba en manes de l ejercitonacional.
Las fuerzas militares actuaban se-
gun los mandatos del gobierno nacio-
nal y en concordancia con los intere -
ses de la el ite azucarera saltefia. En
1873 Napole6n Uriburu, comandante
de la frontera del Chaco, promovi6
un movimiento contra el gobernador
de Jujuy Te6filo Sanchez de Busta-
mante, des tinado a asegurar los votos
de la provincia al candidate presiden-
cial Nicolas Avellaneda. Esta conducta
fue denunciada por los senadores ju-jefios Quintana y Torrent, quienes se-
nalaron que el Eiecutivo utilizaba las
fuerzas nacionales para apoyar 0
combatir a los gobiernos provinciales.
Eentre los jefes militares mencionaron
a Napole6n Uriburu, a quien califica-
ron como "acerrimo partidario de
Avellaneda".53
En 1878, l a designaci6n del sa lta -
n o Torino como gobemador de Jujuy
abr i6 una ins tancia de conflictos y re-
voluciones que desembocaron final-
mente en una "tardia" intervenci6nnacional, Torino integrante de la " liga
de gobernadores" que apoyaba a Ro-
ca en las elecciones presidenciales,
53 Sanchez Bustamante , T ., P rovincia de
Jujuy. 1862-1930, en Historia Argen-
t ina Contemporanea, T . N. El Ate-
nee, Argentina, 1967, p. 135.
cont6 con el apoyo del presidents
Avellaneda, el Congreso Nacional
dominado por el par tido autonornista
y el gobiemo saltetio -se habia de-
sernpenado como supervisor de las
autoridades de los departamentos de
Anta y Rivadavia-, que Ie proporcio-
naron los medios para sofocar las re-
volucioncs que se produjeron durante
5U qobiemo.s+
Los confli ctos en torno a las can-didaturas presidenciales de los enos
70 revelanque un segmento de la eli-
te salteria involucrada en el negocio
azucarero se manifestaba claramente
a favor de los candidatos que repre-
sentaban la eontinuidad de una pollti-
ca cifrada en la hegemonia del Estado
nac ional, mientras que el sector mas
tradidonal de la dirigencia jujefia, vin-
culado con intereses estri etamente
comerciales , se identif icaba con ten-
dencias polit icas como el mitr tsrno,
mas afines a un federali smo que sal-, vaguardara las viejas pract ices patti -
cularistas de las provincias.
En Salta , e sta fracc i6n de la elit e
con intereses en los va lle s subtropi -
cales particip6 ac tivamente en el go-
biemo de la provincia y alent6 la
ocupaci6n de l terri torio chaqueno,
171
54 Al t rat ar en e l Senado lacues ti6n juje-
na, Sarmiento, minis tro del Interior de
Avellaneda, !ey6un. telegrama del go-
bemador de Cordoba, Antonio del Vi-
so. En este 5e hacia referencia a que
sus disposiciones habian detenido la
intervend6n sa lt ef la en dicha provin-
cia y conc lu ia de la siguiente forma:
"por el memento hemos perdido una
provincia" (Sanchez Bustamante, T.,
Provincia de Jujuy. 1862-1930, en
Historia Argentina Conternporanea,
T. N, EIAteneo, Argentina, 1967, p.142).
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fundando colonia Rivadavia en las
rnargenes del Bermejo, donde se es-
tablecio posteriormente un fuer te mili-
tar. La vocaci6n expansiva hacia el
Chaco supuso un estrecho contacto
con el ejercito y, en consecuencia,
un a progresiva identificacion con la
politica nacional.Y' Sin embargo, el
interes econ6mico prioritario del
conjunto de lo s sectores prop ietarios
se centraba en la ganaderia -aunque
un segmento comenzaba a incursio-
nar en el negocio azucarero-, que
constituia el principal rubro comer-
cial, La ocupacion de los territorios
chaquanos apuntaba a fortalecer los
origenes hacendarios de la elite salte-
na, incluso del segmento que habia
incu rsionado en la activ idad azucare-
ra. Este sector fue uno de los princi-
pales beneficiario s de la ocupacion de
las llanuras chaquenas, dotadas de
excelentes pastas para cubrir la co-172 yuntural demanda generada por la
guerra del Pacifico y, posteriormente,
55 La e li te s al tcna tuvo una activa par ti-
cipaci6n en la polit ica nacional a tra-
ves del ejercito. El ejemplo mas desta-
cable es el de la famil ia Uriburu. EI co-
ronel Evaristo Uriburu fue presidente
de la Camara de Diputados y minis tro
de Justicia e Instruccion Publica du-
rante l a presidenc ia de Mi tre. Su her -
mana Napoleon par ti cip6 en laguerra
del Paraguay, pos te riormente fue go-
bernador del territorio del Chaco y
coman dan te de fr ontera en la misma
zona desde 1876; torno parte en !a
campana del Desierto y era conside-
rado el brazo derecho de Julio Raca.
Asimismo, Benjamin Zorri lla, casado
con una Uriburu, Iue minis tro dellnte-
rior de Avel laneda y presidents del
Consejo Nacional de Educaci6n.
la mas estable del norte chileno que
cornenzaba su cicio del salitre. 56
E l impulso que recibio la ganaderia.
saltena en el ultimo cuarto del siglo
X IX concentro las inversiones en esta
actividad que requeria menor es capi-
tales, reducidos contingentes de mana
de obra y que tenia una iarga tradi-
cion productiva en la provincia. Por
otra parte, el azucar exigia inversio-
nes de mayor envergadur a y l os pro-
cedimientos empresariales eran mas
complejos. Estos factores pudieron
haber incidido en la funcion com ple-
mentaria -desde el punta de vista
productive- que mantuvo la agroin-
dustria saltojujena respecto de la tu-
cumana has ta la segunda decada de
este s iglo. Incluso, la decision del em-
presariado azucarero saltano de ven-
der los ingenios a capitales extrarre-
gionales no escapa a estas considera-
ciones.s?A comienzos de la decade del 60
Santiago del Estero manifestaba un
retraso agricola y u n d eb il desarrollo
56 Cf. Conti , Viviana, El norte argentino
y Atacama: producc i6n y mercados,
en Siglo X IX , Nro 14, Insti tuto Mora,
Mexico, 1993 y Langer, E., Espacios
coloniales y economias nacionales:
Bolivia y J3 1 nor te a rgentino (1810-
1930) en.;~ig-io XIX, Nro 4, Monte-
rrey-M~xi2o.
57 El ingenio Ledesma fue vendido por l a
sodedad Ovejero-Zerda a Enrique
Wolll11gnn;.en 1893 el ingenio Espe-
ranza paso a manos de Leach Hnos y
en 1882 Leach forma una sociedad
con Araoz,Ugarrigza, Uriburu y otros
productores para tecnificar el ingenio
San Ped ro (Cf. Schleh, E., Noticias
his t6ricas del azucar en la Argentina,
Centro Azucarero Argentino, Buenos
Aires, 1945)
de la ganaderia que se complemen ta-
ba con el peso adquirido por las acti-
vidades artesanales. Las 32.181 hila-
doras y tejedoras registradas por el
censo nacional de 1869 superaban
ampliamente en numero a los
11.867 trabajadores reg istrados co-
mo peones y jornaleros.If Los bajos
salarios mantenian vigente la migra-
cion masculine, que no 5610 se orien-
taba ya hacia la provincia de Buenos
Aires , s ino tarnbien a Tucuman, C6r-
doba y Santa Fe.59 Sobre estas bases
el co rnercio era pobr e y estacionario,
limitado a surtir al unico centro urba-
no de importancia, la ciudad de San-
tiago, que en 1869 contaba can
8.245 habitantes, que representaban
el 6 % de la poblacion de la provin-
cia.6 o Las bases del poder econ6mico
y politico eran las estancias, cuyas ex-
tensiones oscilaban desde hasta 10
a 12 leguas; la principal terratenienteera la f amilia Taboada, propietaria de
estancias en las marqenes del Salado.
Esta area que lindaba con la front era
chaquena fue la base territorial y eco-
n6mica de la elite. ganadera de San-
58 Tasso, Alberto, EI imp acto de una
e tapa de cambio social en la estructu-
ra ocupacional. Santiago del estero
1869~1895. Mimmeo, 1995, p. 14.
59 Las diferencias salariales entre Tucu-
man y Santiago eran notables, en est a
un pe6n ganaba $b 9 mensuales y ra-
ci6n, en aquella podia conseguir basta
$b 20 mensuales y r acion (Gancedo,
Ale jandro , Memor ia Descript iva de la
pr ovincia de San tiago del Ester o, Bs
As, 18850p. cit, p. 127) .
60 Gancedo, Alejandro, Memoria Des-
cript iva de la provincia de Santiago del
Estero, Bs As, 1885, p. 31. En ese
misrno ana la ciudad de san ~.1igue! de
Tucuman tenia 17. 438 babitantes.
tiago del Estero, cuyo p rincipal expo -
nente fu eeste clan santiagueno.
EI ferrocarril que cr uz6 la provin-.
cia por el l imite con Catamarca, dis-
tante 135 km de la Capital en su
punto mas proximo, desplaz6 el cen-
tro cconomico de la provincia desde
la ciudad de Santiago hacia el oeste, 61
A partir de 1875, la elite comercial
que accadio al gobiemo con la caida
de los Taboada ocupo las tierras can
riego cercanas a la Capital y a la via
ferrea, Estas se valorizaron con el cul-
tivo de la cafia de azucar introducido
por Pedro Saint Germes, que en
1879 fund6 el moderno ingenio Con-
treras.62 Este fue el primero de los
nueve ingenios que se establecier on
en la decada del '80. A diferencia de
61 Cuando se p royecto el trazado del fe-
rrocarril , las relaciones del gobierno
nacional con los Taboada eran suma -mente conflictivas. Posiblemente, fac-
tores polit icos determinaron la margi-
nacion ferroviaria de Santiago: cruzar
l a provinc ia e ra una empresa pel igro-
sa para los delegados del gobiemo na-
cional, incluso se pensaba que los en-
vios de armamentos podian ser inte r-
cep tados en Santiago del Estero. Al
r especto, Ataliva Roca escribfa a su
hermano Julio: "Arredondo me dijo te
dijera que no vayas a venir por San-
tiago porque los Taboada son capaces
de prenderte y mandarte a asesi-
nar'(Archivo General de la Nacion,
Archivo General Roca, Correspon-
dencia, Doc . V, p . 41) .
62 Pedro Saint Germes habra amasado
una fortuna como comerciante, inver-
nador , propiet ar io de una t ropa de ca-
rro s que cubria el trayecto Rosario,
Cordoba, Tucurnan y Santi ago. En es-
ta ultima ciudad instal6 un molino a
vapor que vendi6 para inst al ar e l mo-
demo ingenio "Contreras".
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8/7/2019 3.2.c) Bravo
http://slidepdf.com/reader/full/32c-bravo 14/14
Tucuman, Salta y Jujuy, Santi ago del
Este ro ca recfa de t radici6n en la acti -
vidad en tanto no transit6 la f ase arte-
sanal: su suclo sal lt roso y su bajo Indi-
ce de precipitaciones no se adecua-
ban al cultivo de la cana de azucar sin
la realizacion de costosas obras de
irr igaci6n. Probablemente, estos fac-
tores expliquen el caracter fugaz de
este emprendimiento que no logro
superar la primera decade del siglo
XX. No obstante, durante este lapse,
la agroindustria l lego a convert irse en
la ac tividad dominante del periodo
iniciando un nuevo ciclo econornico y
politico en la provincia.
En consecuencia, la agoindustria
azucarera expreso, mas que cualquier
otra actividad, la integraci6n produc-
t iva del nor te argentino a la economia
nacionaL E n mas de un sentido, este
nuevo ordenamiento economico era
tributa rio de la inserci6n de las el ites
174 norestinas en el Estado nacional enformaci6n. Asimismo, el desarrollo
pleno de esta act ividad dependia de la
solucion de las cuest iones pol fticas
irresueltas que limitaban la suprema-
cia del gobierno nacional. La consoli-
daci6n del Estado cent ra l en 1880 y
la mayor influencia politica que adqui-
r io e1interior con la federal izacion de
Buenos Aires proporcioneron nuevos
impulsos a esta actividad a t raves de
un sistema arancelario proteccionista
que Ie permit io abastecer a la princi-
pal plaza del mercado interne, local i-zado en la ciudad de Buenos Aires.
CONSIDERACIONES FINALES
Durante la decade del 50, el pesode los flujos cxternos S8 manifesto'de
manera dispar en las dis tintas provin-
cias de la regi6n. Las operaciones
comerciales de Salta y Jujuy se desa-
rrollaban en gran medida en torno a
espacios mercantiles extrenacionales,
mientras que Tucuman y Santiago del
Estero participaron marginalmente en
uno de estes circuitos, el del altiplano,
cuya importanc ia en el norte fue con-
siderable como fuente de aprovis io-
namiento de metalico. No obstante, la
conexion con e l l itoral at lantico fue
sostenida per estas dos provincias y,
aunque los terminos del intercambio
eran desfavorables, Tucuman se es-
forzo por neut raliza r esta situacion
participando en flujos comerciales al-
ternat ivos -como 121a mencionado- y
fortaleciendo su rol de intermediarta
en la region a traves de la reexporta -
cion de efectos de ult ramar y la co-
marcializacion de productos locales
como el azucar y el aguardiente
En ese marco, la sancion de laconstitucion de 1853 expres6 la insti-
tucionalizacion de una voluntad politi-
ca y economic a tendiante a organizar
el Estado e integrar econornicamente
el espac io nacional . En una primera
fase , la presencia de un poder nacio-
nal precario, cuya autor idad fue des-conocida por la poderosa provincia
de Buenos Air~s,' no pudo evita r los
movimientos.~qiciosos en e! norte
generados por.las facciones postarqa-
das durante el rosismo. Estos confl ic-
tos se proyectaron a las dist in tas pro-vincias de la region, en tanto gravita-
ba -ente la ausencia de un poder cen-
tral efect ivo- una 16gica polft ica fun-
dada en la "homogeneidad de parti- ,
do" que se concebfa en terminos re-
gionales. No obs tante, la vigencia de
la constttucion y la sola existsncia de
"1'[
'\j
la autoridad nacional deslegitimizaron
este t ipo de pract ices e instalaron una
noci6n de funcionamiento institucio-
nal basada en la subofdmacion de las
provincias a los poderes nacionales.
Durante la decada del 60 se inau-gur6 un periodo caracte ri zado por la
emergencia de un centro unico de au-
toridad dispuesto a hacer efectiva su
soberania, S u paulatino fortalecimien-
to contribuyo a desarticular la dinami-ca politica en clave regional y astable-
cio un nuevo patron de funcionamien-
to institucional fundado en la relacion
directa de las dis tintas provincias con
el poder central . Este proceso genaro
a cor to plazo confl ictos interprovin-
ciales der ivados de la centralizacion
promovida por el todavia incipiente
Estado central. Con este objetivo, las
presidencies de Sarmiento (1868-1874) y Avellaneda (1874-1880)procuraron delimi tar el radio de ac-
cion espacial de las elites provincialesinteqrandolas a un sistema de poder
nacional dirigido y arbitrado por el
presidente. La expresion politi ca de
esta estrategia fue la liga de los go-
bernadores y su rrianifestaci6n "parti-
dana" fue el Part ido Autonomista Na-
cional (PAN). Con ldantico proposito
combatieron las tendencias particula-
ristas practicadas por los Taboada
apoyandose en la eli te tucumana, in-
volucrada cada vez mas en el negocio
azucarero.
E1proceso de centralizad6n polfti-
ca se acompana, necesariamente, con
la reorientaci6n de la economia del
norte argentino hacia el litoral atlanti-ca. Esta reor ientacion, unida a la ere-
ciente capacidad del Estado para mo-
vilizar recursos econ6micos destine-
dos a emprendimientos de enverga-
dura como el ferrocarril, gener6 las
condiciones que favorecieron e1des-
pegue de la industria azucarera en
Tucuman, mientras que en Salta, Ju-
juy y Santiago del Estero la act ividad
registro un crecimiento mas rnodera-
do. As!, el princ ipal beneficiario re-
gional del proceso de integraci6n
econ6mica y polit ica fue el empresa-< riado azucarero -especialmente el tu-
cumano- que secund6 decididamente
al gobiemo nacional en sus respecti-
vas provincias.
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