1 sal de cáhuilrutasdelapatrianueva.cl/wp-content/uploads/2018/03/sal_de_cahuil.pdf · de esta...

12
1 Sal de Cáhuil –Arriero, cuando te vayas ¿qué dejas para mi pena? –Te dejo mis tres chupallas y un saco de sal morena, dos cargas de cochayuyo oloroso a mar serena, trotando en la polvareda Canción “La morena y el arriero” 284

Upload: others

Post on 23-Jul-2020

3 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: 1 Sal de Cáhuilrutasdelapatrianueva.cl/wp-content/uploads/2018/03/sal_de_cahuil.pdf · De esta manera, un paisaje de la sal se define como cualquier tipo de paisaje cuyos elementos

1

Sal de Cáhuil

–Arriero, cuando te vayas¿qué dejas para mi pena?

–Te dejo mis tres chupallasy un saco de sal morena,dos cargas de cochayuyo

oloroso a mar serena, trotando en la polvareda

Canción “La morena y el arriero”

284

Page 2: 1 Sal de Cáhuilrutasdelapatrianueva.cl/wp-content/uploads/2018/03/sal_de_cahuil.pdf · De esta manera, un paisaje de la sal se define como cualquier tipo de paisaje cuyos elementos

Parte IV. Patrimonio alimentario

a sal marina de Cáhuil, Boyeruca y Lo Valdivia ha sido recientemente destacada por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) como Denominación de Origen. Asimismo, en el año 2011, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes reconoció a la

Cooperativa Campesina de Salineros de Cáhuil, Barrancas y La Villa como Tesoros Humanos Vivos de Chile. Ello responde a una historia profunda y rica, anclada en nuestro pasado prehispánico y extendida hasta la actualidad. Durante casi quinientos años, este mineral ha sido producido por un grupo de campesinos que han logrado mantener vivo su saber.

Señalización de bienvenida a la Ruta de la Sal. Foto de Alexandra Kann.

La sal originaria de Cáhuil, Bucalemu, Boyeruca, Lo Valdivia, Barrancas y La Villa es un producto gourmet, apreciado por chefs y amantes de los alimentos naturales y de calidad. De ellas, la sal de Cáhuil es la más reconocida por el público general, que asocia toda la producción de la zona con ese nombre. Se trata de productos de extracción cien por ciento natural y cien por ciento puros, sin alteraciones químicas de ninguna naturaleza. Son bienes gourmet, que incluyen la sal “flor de mar”, combinada con diferentes hierbas, especias y vegetales.

La zona de producción de sal de mar se extiende desde 15 km hacia el sur de Pichilemu (Cáhuil, en la desembocadura del estero Nilahue) hasta 20 km al suroeste de Paredones (Boyeruca-Lo Valdivia), en la Región del Libertador Bernardo O’Higgins. Debido a la importancia de los reconocimientos que ha tenido la cultura salinera, y su gravitación para la economía local, la Municipalidad de Pichilemu creó la Ruta de la Sal, que permite al turista

L

285

Page 3: 1 Sal de Cáhuilrutasdelapatrianueva.cl/wp-content/uploads/2018/03/sal_de_cahuil.pdf · De esta manera, un paisaje de la sal se define como cualquier tipo de paisaje cuyos elementos

Capítulo 1. Sal de Cáhuil

conocer y comprender el proceso de generación de sal. El recorrido parte en Pichilemu y comprende los sectores de Cáhuil, Barrancas, La Villa, El Bronce, La Palmilla y La Plaza. Como atractivo adicional, en la ruta es posible degustar la gastronomía típica de la zona, que incluye ostras y choros de Cáhuil. Además, desde 2002 todos los años se celebra la Fiesta de la Sal, organizada por la asociación Sal y Mar y Turismo Pacífico Central SPA (grupo que reúne a los salineros de Paredones y Pichilemu) con la intención de promover el agroturismo y reunir fondos para diversas organizaciones sociales de la zona.

Con una ocupación y explotación ininterrumpida y documentada de 459 años, nos proponemos evaluar esta historia desde sus orígenes prehispánicos hasta la actual producción del mineral, indagando sobre los grupos humanos involucrados en esta actividad y el trabajo cultural que realizan, desde la perspectiva de los paisajes culturales y la capacidad de patrimonialización de dichos paisajes. Para ello, se recopilarán estudios previos relativos a las salinas en Chile y el mundo, los conceptos de la Unesco que Chile ha acogido para la patrimonialización del paisaje y el patrimonio cultural inmaterial, haciendo el ejercicio de descubrir cuáles de los criterios que la Unesco define para establecer un paisaje como Patrimonio de la Humanidad están presentes en el paisaje salinero que nos ocupa.

En este contexto, se analizará la totalidad de la prensa de la Región de O’Higgins, acervo documental que reúne 244 periódicos que se extienden temporalmente desde el año 1848, para el periódico más antiguo revisado (El Regional O’Higgins, de Doñihue), hasta julio de 2016 (El Rancagüino, de Rancagua). A ello se suma información proveniente de las letras populares chilenas, en el ámbito de la literatura criollista, recopilaciones del folclore chileno y literatura.

Paisaje sal inero: paisaje natural y patr imonio inmateria l

Durante el siglo XX se reconoció el valor del paisaje natural como patrimonio y, posteriormente, también se reconoció la necesidad de proteger los valores que cada colectivo transmite a sus descendientes, los que constituyen el patrimonio inmaterial (Elias Pastor, 2014: 13-14). La Unesco se ha preocupado de proteger y reglamentar este paisaje, dado que se trata de casos en los que, de acuerdo al Convenio Europeo del Paisaje, está presente la necesidad de preservar el equilibrio en la interacción entre el ser humano y la naturaleza (2000). En este sentido, el Convenio define explícitamente que “el paisaje es un elemento clave del bienestar individual y social y de que su protección, gestión y ordenación implican derechos y responsabilidades para todos” (2000: 1). Se entiende, desde aquí, el imperativo de la patrimonialización para aquellos paisajes culturales que se consideren ejemplos excepcionales a nivel mundial y se encuentren en condición de amenaza debido a su fragilidad constitutiva. Es el caso de los paisajes salineros y, en particular, del paisaje de Cáhuil, Boyeruca y Lo Valdivia.

En términos generales, se entenderá como paisaje cultural el resultado de un proceso histórico que visibiliza la relación entre cultura y territorio (Elías Pastor, 2014: 13) y que es producto de la interacción, en un espacio territorial determinado, de factores naturales y humanos (Convenio Europeo del Paisaje, 2000: 2). La mirada del observador debe ser sumada a esta definición, pues ese ambiente externo se percibe mediante los sentidos y es esta percepción la que termina por construir el paisaje como un todo significativo, que supera el mero hecho de ser un “espacio” al ser descifrado culturalmente (Ballesteros, 2005; Tello, 1999; Álvarez, 2011; Castro, Mujica y Argandoña, 2015).

Es de nuestro particular interés el paisaje generado a partir de la explotación de la sal de mar. La sal solar, de mar o de costa es el tipo al que pertenecen las salinas de Cáhuil, Boyeruca y Lo Valdivia. En estos casos, se obtiene la sal por evaporación del agua de mar mediante tecnologías de bajo impacto, que casi no dejan huella arqueológica en el paisaje pero que son fácilmente

286

Page 4: 1 Sal de Cáhuilrutasdelapatrianueva.cl/wp-content/uploads/2018/03/sal_de_cahuil.pdf · De esta manera, un paisaje de la sal se define como cualquier tipo de paisaje cuyos elementos

Parte IV. Patrimonio alimentario

reconocibles cuando se trata de un sitio de producción activo, donde el saber de los salineros ha dejado su marca y ha mantenido viva una forma tradicional de explotación y producción.

Sal de Cáhuil, tradición de la zona. Foto de Alexandra Kann.

Existen cuatro tipos diferentes de sal, producto de distintos métodos de extracción. Cada uno

de estos métodos marcará el paisaje a raíz de dicha explotación. Las sales, clasificadas como sal solar, de mar o de costa; sal de fuego y sal gema, conllevan diferentes procesos de explotación. Las técnicas para su extracción se dividen en modos directos o naturales, y modos indirectos o artificiales. En los modos directos o naturales se encuentra la explotación de las minas de sal en forma de yacimientos subterráneos y la sal obtenida del mar. Estas son las sales que Plinio denominaba “sal nativus”.

287

Page 5: 1 Sal de Cáhuilrutasdelapatrianueva.cl/wp-content/uploads/2018/03/sal_de_cahuil.pdf · De esta manera, un paisaje de la sal se define como cualquier tipo de paisaje cuyos elementos

Capítulo 1. Sal de Cáhuil

En la categoría de los modos indirectos, es decir, los que precisan una intervención humana, con procesos más complicados, están las denominadas “sales facticius”, con uso de fuego y calor para la producción de sal (Carrera, Escudero y Vives-Ferrándiz, 2000: 56-58).

En el mundo se registran varios casos de salinas de mar, pero muy pocas con capacidad de demostrar una ocupación y producción ininterrumpida por casi quinientos años (al menos), como las salinas objeto del presente estudio. Dado que para la instalación de salinas naturales se requiere un terreno preciso, que sume condiciones geográficas –espacios planos, impermeables y poco profundos– y climáticas –temporadas de sol intenso– apropiadas para la producción de sal, se puede establecer la existencia de zonas determinadas en Europa con explotación salinera desde la Antigüedad: las costas mediterráneas y puntos en torno al estrecho de Gibraltar. Otras áreas interesantes son la sirio-palestina (en las cercanías del Mar Muerto y minas del Sinaí), la región del golfo de Tarento y ríos de Asia con agua salobres (Carrera, Escudero y Vives-Ferrándiz, 2000: 56; Castellón, 2008b; Fernández, 1992; Sala, 2006; Arroyo, 1961; Alonso, Jiménez, Cabrera y Ariza, 2007; Vilá, 2001; Vidal y González, 2014, Hueso, 2014).

En América, casos similares de obtención de este tipo de sal son los de Zapotitlán Salinas (Puebla, México), salinas de Araya (Sucre, Venezuela), salinas de Maras (Perú) y salinas de Huacho y Otuma (Perú). Con una larga presencia demostrada en su territorio, especialmente desde la historia, en los tres primeros casos han visto interrumpida su producción por largos periodos de tiempo. Por otra parte, han debido incorporar tecnologías que cambian la forma tradicional de producción: en el caso de Zapotitlán se incorporó cemento para la reparación de las piletas decantadoras de sal. En el caso de Araya, Huacho y Otuma (donde también se explota sal gema) se utilizaron tractores para dragar la sal, en un formato de producción industrial a gran escala, extrayendo la sal directamente desde el fondo bajo del mar o laguna salada (Quezada, 2011; Herrero, 1993; Marzal, Yang y Goluchowska, 2007; Castellón 2007a, 2007b, 2008a, 2008b, 2009 y 2014; Barrera y Bringas, 2009; Delfín, 2015; Caillavosa, 1981: 48; Giles, 2016; Williams, 2003).

De esta manera, un paisaje de la sal se define como cualquier tipo de paisaje cuyos elementos son poderosamente influenciados por la presencia de la sal y que forma un ecosistema definido. Así, lo cultural y lo natural se encuentran profundamente unidos en este tipo de paisaje. Desafortunadamente, la protección legal suele focalizarse en uno de estos aspectos, casi nunca en los dos y muy raramente en el papel del ser humano en darle forma a este paisaje. Peor aún, las medidas de protección se centran, sobre todo, en sitios “fosilizados”, olvidando que este paisaje es resultado de la actividad humana (Hueso, 2014: 25).

Sal de Cáhuil.

288

Page 6: 1 Sal de Cáhuilrutasdelapatrianueva.cl/wp-content/uploads/2018/03/sal_de_cahuil.pdf · De esta manera, un paisaje de la sal se define como cualquier tipo de paisaje cuyos elementos

Parte IV. Patrimonio alimentario

En el mundo existen solo cuatro paisajes patrimonializados por la Unesco relacionados con el

mundo de la sal. Todos se encuentran ubicados en Europa y comparten el hecho de no ser operativos actualmente para la producción de sal junto con la generación de sal de mina o gema. La Unesco ha entendido la relación entre naturaleza, ser humano y cultura. El patrimonio salino es una muestra clara de estas tres interacciones y de su delicado balance. Un ejemplo son los representantes del paisaje de la sal enlistados como patrimonio (World Heritage List), los casos de Hallstatt-Dachstein1 (Austria, 1997), Wielickza y Bochnia Royal Salt Mines2 (Polonia, 1978), salinas grandes de Salins-les-Bains y la arquitectura en pan de sal en Arc-et-Senans3 (Francia, 1982) y Uvs Nuur Basin4 (Federación Rusa, 2003) en el corazón de Asia. El caso de Polonia es notable y muestra el impulso que la patrimonialización puede dar al turismo de una localidad: lleva 1,5 millones de turistas por año.5

De todos modos, considerando la cantidad de actores salineros en el mundo, esta lista es realmente pequeña. Para ser nominado para inscribirse en la lista de Patrimonio Mundial, primero hay que ser incluido en la llamada “lista tentativa” elaborada por los Estados partes. Esta lista muestra una gran cantidad de paisaje salinero alrededor del mundo (Hueso, 2014: 27), un total de 18 paisajes (incluyendo San Pedro de Atacama, Chile, postulado en 1997).

Esta lista, a pesar de su extensión, se encuentra lejos de cubrir todas las áreas de interés. En América Latina la falta de paisajes culturales patrimonializados es alarmante. En todo el continente, solo existen tres paisajes agroproductivos protegidos por la Unesco. Como se explicaba anteriormente, la Convención de la Unesco definió la noción de “paisajes culturales” en 1992. En el presente, hay 1.052 bienes inscritos en la Lista de Patrimonio, que corresponden a 165 Estados partes. De este total, 146 (es decir, el 13,87%) son considerados paisajes culturales, repartidos en 77 países. De ellos, en América Latina y el Caribe hay solo tres paisajes agroproductivos inscritos, correspondientes a las plantaciones de tabaco del Valle de Viñales; el cultivo del ágave en Jalisco, México y los cafetales de Colombia; sobre un total de nueve paisajes culturales registrados en esta región (Girini, 2016: 92-93).

En orden a lograr estos reconocimientos, Chile ha suscrito importantes convenciones que otorgan el contexto legal necesario para establecer la importancia de las salinas de Cáhuil, Boyeruca y Lo Valdivia, e insertarse en la lista de Patrimonio Mundial. En primer lugar, se acoge la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural (París, 16 de noviembre de 1971), la cual establece la protección de lugares, entendiendo por lugares “obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza, así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico” (CMN, 2009: 8). Mediante la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (aprobada por la Conferencia General de la Unesco en su trigésimo segunda reunión, París, 17 de octubre de 2003) se reconoce como Patrimonio Cultural Inmaterial los

usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas, junto con los objetos y espacios culturales que les son inherentes, que las comunidades y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Esta herencia, que se transmite de generación en generación, es recreada constantemente en función del entorno y de la interacción con la naturaleza y la historia, e infunde un

1 Véase http://whc.unesco.org/en/list/806 2 Véase http://whc.unesco.org/en/list/32/ 3 Véase http://whc.unesco.org/en/list/203/ 4 Véase http://whc.unesco.org/en/list/769 5 Véase http://www.mdzol.com/nota/709979-por-que-una-mina-de-sal-atrae-a-1-5-millones-de-turistas-al-ano/

289

Page 7: 1 Sal de Cáhuilrutasdelapatrianueva.cl/wp-content/uploads/2018/03/sal_de_cahuil.pdf · De esta manera, un paisaje de la sal se define como cualquier tipo de paisaje cuyos elementos

Capítulo 1. Sal de Cáhuil

sentimiento de identidad y comunidad, promoviendo la diversidad cultural y la creatividad.

Entre las manifestaciones que más se ajustan a la actividad salinera encontramos:

“conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo, y técnicas artesanales tradicionales” (CMN, 2009: 9). Por Decreto Supremo nº 11, de 2009, del Ministerio de Relaciones Exteriores, se promulga en el país la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (CMN, 2009: 105-118).

Por estos motivos, las salinas de Cáhuil, Boyeruca y Lo Valdivia son parte de un proyecto de Paisajes Productivos de Valor Patrimonial en Chile, dependiente de la Corporación Cultura del Paisaje en Chile. Su directora, Camila Romero, explica que este proyecto identifica, describe y revela paisajes productivos de valor patrimonial en nuestro país. Los mismos son seleccionados a partir de tres condicionantes: que sean oficios ancestrales, que constituyan manifestaciones colectivas y que sean generadores de transformaciones territoriales visibles y permanentes. Con ello se busca develar el carácter de los procesos de ocupación territorial que dichos oficios establecen, la estrecha relación que articulan con los sistemas naturales que transforman y la relevancia cultural para el desarrollo de las comunidades que sustentan.6

A continuación presentaremos una breve explicación sobre la posibilidad de considerar el paisaje cultural producto de la actividad salinera en Cáhuil, Boyeruca y Lo Valdivia y desarrollaremos de manera sucinta los requerimientos esenciales para ser considerado para la postulación de un paisaje patrimonial por parte de la Unesco.

La Unesco ha definido los criterios en los que se basa para seleccionar un paisaje, cultural, natural o mixto, para formar parte de la lista de los sitios patrimonializados por este organismo. Estos criterios de selección están supeditados a tres requerimientos esenciales: tener un valor excepcional universal, contar con protección legal y gestión adecuada, y poseer autenticidad e integridad.

Para ser incluido en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, los lugares deben tener valor universal y poseer al menos uno de los diez criterios de selección (seis culturales y cuatro naturales).7 Los primeros seis criterios que aquí leeremos son los que resultan más relevantes para nuestro caso de estudio, destacando la el punto tres, cinco y seis:

1.   Representar una pieza maestra del genio humano creativo.

2.   Exhibir un importante intercambio de valores humanos, en un lapso de tiempo o

dentro de un área cultural del mundo, sobre desarrollos en arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico.

3.   Llevar un testimonio único o por lo menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización viva o desaparecida.

4.   Ser un ejemplo sobresaliente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico o tecnológico o paisaje que ilustra etapas significativas en la historia de la humanidad.

5.   Ser un ejemplo sobresaliente de un asentamiento humano tradicional, el uso de la tierra o el uso del mar, que es representativo de una cultura (o culturas) o la interacción humana con el medio ambiente, especialmente cuando se ha vuelto vulnerable bajo el impacto de un cambio irreversible.

6 Véase http://culturadepaisaje.com/paisajes-productivos-de-valor-patrimonial-en-chile/ 7 Véase http://whc.unesco.org/en/criteria/

290

Page 8: 1 Sal de Cáhuilrutasdelapatrianueva.cl/wp-content/uploads/2018/03/sal_de_cahuil.pdf · De esta manera, un paisaje de la sal se define como cualquier tipo de paisaje cuyos elementos

Parte IV. Patrimonio alimentario

6.   Estar asociado directa o tangiblemente con acontecimientos o tradiciones vivas, con ideas o con creencias, con obras artísticas y literarias de extraordinaria importancia universal (el Comité considera que este criterio debería usarse de preferencia en combinación con otros criterios).

Estos son los requerimientos esenciales para postulación de las salinas de Cáhuil, Boyeruca y

Lo Valdivia a Patrimonio Mundial:

A)   Tener un valor universal excepcional. Su historia de casi quinientos años documentados (no hay suficientes registros arqueológicos para demostrar su existencia prehispánica, a pesar de que las primeras crónicas recogen esa información desde la población originaria de Chile) de ocupación y explotación ininterrumpida de las salinas ha dado lugar a una cultura salinera única, resiliente, que transformó el paisaje y ha sido capaz de producir un mineral de características únicas por su sabor y pureza.

B)   Tener una proteccion legal y gestión adecuada. El patrimonio salinero se encuentra protegido parcialmente. El patrimonio inmaterial del saber salinero ha sido reconocido a través del programa Tesoros Humanos Vivos de la Unesco, implementado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes en el año 2011. Posteriormente, en 2013, el producto sal de costa logró la Denominación de Origen otorgada por INAPI, a través del programa Sello de Origen. Es decir, tanto el conocimiento de los salineros como el producto por ellos elaborado se encuentran protegidos y reconocidos por el Estado chileno. Pero no puede decirse lo mismo del paisaje.

C)   Autenticidad / integridad. La autenticidad de las salinas de Cáhuil, Boyeruca y Lo Valdivia se encuentra garantizada por la misma forma de producción de la sal: el saber del salinero ha mantenido con vida, mediante técnicas ancestrales y herramientas tradicionales, un paisaje productivo caracterizado por la conjunción del mar con una laguna de agua dulce, los cuarteles formados con la sal de la mar dentro de la laguna, las pilas de sal a la vera de los cuarteles en la época de la cosecha, el sol y el viento. Por ello, las salinas y el saber de los salineros forman un todo integral con el medio que los rodea.

Por otra parte, la sal resultante de ese paisaje y ese proceso de manipulación cultural es única:

no tiene químicos agregados, no es refinada, contiene yodo, magnesio, manganesio y calcio de forma natural, minerales que resultan esenciales para el organismo humano.

Además, dado que su sabor es más concentrado, un gramo de sal de mar “sala” mucho más que uno de sal de mina, por lo que es benéfico para el organismo al utilizar menos cantidad.8

8 El Rancagüino, “Sal de Mar: el oro blanco de Pichilemu”, 21 de julio de 2015.

291

Page 9: 1 Sal de Cáhuilrutasdelapatrianueva.cl/wp-content/uploads/2018/03/sal_de_cahuil.pdf · De esta manera, un paisaje de la sal se define como cualquier tipo de paisaje cuyos elementos

Capítulo 1. Sal de Cáhuil

Figura 1. Cáhuil. Por José Arraño Acevedo. Fuente: El Rancagüino (Rancagua), 21 de enero de 1986: 2.

La producción de la sal de mar ha sobrevidido por tener un sabor distintivo, por el trabajo de

los salineros, por las virtudes de la sal de mar y por la defensa de un patrimonio vivo; su paisaje ha sido destacado en la prensa regional en numerosas ocasiones. En especial un autor, José Arraño Acevedo, logró captar la importancia de este paisaje y su peculiar conjunción de mar, laguna, bosque y montaña.9

En la Región de O’Higgins estos humedales gozan de una protección especial. Con celebraciones especiales cada 2 de febrero –Día Mundial de los Humedales–,10 se determinó como Sitio Prioritario para la Conservación de la Biodiversidad (entre otros de la región) el Estero Nilahue-Laguna Cáhuil, Bucalemu y Boyeruca, muy importantes “por la alta diversidad de aves acuáticas con alta nidificación en estas, centro de riqueza de plantas, peces nativos, flora

9 El Rancagüino, “Cáhuil”, por José Arraño Acevedo, 16 de febrero de 1977. El Rancagüino, “Semblanza de Cáhuil”, por José Arraño Acevedo, 17 de enero de 1985: 2. El Rancagüino, “Cáhuil”, por José Arraño Acevedo, 21 de enero de 1986: 2. El Rancagüino, “Cáhuil, balneario de C. Caro”, por Jorge Arraño Acevedo, 19 de febrero de 1990: 2. La Región (San Fernando), “Cáhuil”, por José Arraño Acevedo, 19 de enero de 1993. La Región, “Semblanza de Cáhuil”, por José Arraño Acevedo, 24 de abril de 1996. 10 Instaurada por la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional (Ramsar, Irán, 1971). Fuente:

http://www.conaf.cl

292

Page 10: 1 Sal de Cáhuilrutasdelapatrianueva.cl/wp-content/uploads/2018/03/sal_de_cahuil.pdf · De esta manera, un paisaje de la sal se define como cualquier tipo de paisaje cuyos elementos

Parte IV. Patrimonio alimentario

acuática (algas) y fauna de invertebrados”.11 En el humedal de Cáhuil coexisten más de sesenta especies de aves, algunas de ellas en peligro de extinción. Entre las especies del lugar, encontramos el cisne coscoroba (en peligro de extinción), el cisne de cuello negro (vulnerable), el gaviotín piquerito (vulnerable), la garza cuca (especie calificada como rara), garza grande, garza chica, diversas especies de payos silvestres (gergón grande, real, gargantillo, colorado), playeros, chorlos, zarapitos, rayadores, huairavo, tagua común, tagua de frente roja, gaviota dominicana, gaviota Cáhuil, gaviota de Franklin, huala, perrito, pitotoy chico (Cedecus, 2015).

Se trata, sin embargo, de un paisaje frágil por la misma naturaleza de la explotación salinera. A través del análisis de la prensa de la zona, podemos observar dos grandes focos de inestabilidad para la producción de sal de mar: las amenazas de la naturaleza y las amenazas humanas.

Entre las amenazas naturales se incluyen los desastres ocurridos en la salinas por la acción de las arenas, lluvias, sequías y terremotos. Por ejemplo, la laguna de Bucalemu detuvo una producción de sal marina que abastecía a gran parte del país por el avance de las arenas que el viento llevó a sus aguas.12 Las sequías también son factores para tener en cuenta; en diciembre de 1990 se registra una noticia en la que se afirma que los salineros de Pichilemu se encuentran en serias dificultades debido a la sequía que cerró la boca de la laguna, impidiendo la entrada de agua de mar y, por lo tanto, poniendo en peligro la producción salinera. La solución pasaba por utilizar maquinaria pesada para reabrir la boca.13 Dos años después, en marzo de 1992, los productores de Lo Valdivia se vieron fuertemente perjudicados por una lluvia en el mes de marzo, que les hizo perder el 30% de la producción de sal del año al disolver el mineral en proceso de cuajo.14

Párrafo aparte merece la acción de los movimientos de tierra. Como se sabe, Chile es un país altamente sísmico. Hay registros desde 1570 de terremotos que ocasionaron graves catástrofes, a los que, dependiendo de la magnitud, se le suman maremotos completando un panorama de desolación y alto impacto humano, social y económico. Chile ostenta el dudoso honor de marcar el sismo de mayor intensidad en el mundo, de 9,5 grados en la escala Richter el año 1960, que devastó las provincias de Cautín, Valdivia, Osorno, Llanquihue y Chiloé. El sismo y el maremoto que le siguió barrieron con varias ciudades del país. El segundo terremoto más destructivo en la historia de Chile fue el de febrero del año 2010, de 8,8 grados Richter, también seguido de maremoto, que asoló en especial las costas centrales de Chile. Y con ello, las salinas, deteniendo por completo la producción de sal ese año. Así lo registra el periódico El Rancagüino al recordar que “este grupo de mineros no tradicionales fueron unos de los más afectados por el terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero de 2010. Lo anterior, ya que sus parcelas resultaron completamente anegadas. Por ende, la extracción de sal de mar se vio interrumpida”.15

La segunda órbita de amenazas son las humanas. Desde el año 1948 la prensa registra el anhelo estatal de la construcción de un puente sobre el estero Nilahue (que se construyó), de un muelle pesquero que permitiría la explotación de recursos marinos (que nunca llegó a construirse) y un tranque de riego controversial, pues dañaría directamente la actividad salinera. Las obras eran largamente esperadas por la población de la zona, desconociendo los impactos que dichas construcciones podrían generar. El principal de ellos, además del impacto ambiental negativo para la producción de sal de la costa, era el perjuicio económico, puesto que las obras pretendían ser financiadas con un nuevo impuesto a la sal. La discusión sobre estos temas se reflejó en la prensa local entre los años 1949 y 1951, cuando la producción de sal empleaba a

11 Véase http://www.conaf.cl/conaf-invita-a-observacion-de-aves-acuaticas-en-pichilemu/ 12 El Rancagüino, “La Laguna de Bucalemu”, por Rigoberto Lisboa Castillo, 17 de septiembre de 1982: 4. 13 El Rancagüino, “Se estudia poder comprador para la sal de Cáhuil”, 16 de diciembre de 1990: 3. 14 La Región, “Lluvia perjudicó producción de sal”, por el corresponsal Germán González Pavez, 19 de marzo de

1992 El Rancagüino, “Daños al sector salinero de Lo Valdivia”, 17 de marzo de 1992: 16. 15 El Rancagüino, “Salineros de la región inician venta de sal de mar en supermercado”, 18 de febrero de 2014: 18.

293

Page 11: 1 Sal de Cáhuilrutasdelapatrianueva.cl/wp-content/uploads/2018/03/sal_de_cahuil.pdf · De esta manera, un paisaje de la sal se define como cualquier tipo de paisaje cuyos elementos

Capítulo 1. Sal de Cáhuil

doscientas familias. Es decir, en aquel momento, se trataba de una industria floreciente, a la que no le habían asestado aún el golpe final: la ley de yodación de la sal.

La noticia de la construcción de un tranque de riego produjo alarma en Cáhuil en 1949. Dicho tranque endulzaría el agua de las lagunas (llevaría a los esteros que forman la laguna de Cáhuil todos los sobrantes de agua no ocupada, en una cantidad estimada de tres m3 por minuto), impidiendo el cuajo de la sal. De hecho, se dejó constancia de la importancia que tenía esta industria en la zona en aquel periodo.

El desaparecimiento de estas salinas, cuya producción alcanzaba cerca de cuatrocientos mil quintales de sal en las salinas de Cáhuil, Boyeruca, Bucalemu y otras. De ellas, las salinas del valle del Nilahue producían doscientos mil quintales, que representaban más de $15.000.000 al año, dejaría en la pobreza a más de doscientas familias que desde tiempo inmemorial viven de esta industria y arruinaría a una región cuya economía se basa exclusivamente en la explotación de estas naturales fuentes de riqueza.16

Los proyectos que en ese momento se encontraban en carpeta, como la construcción de un muelle pesquero, del puente sobre el estero de Nilahue (une Pichilemu con Paredones) y la pavimentación del camino de la sal de costa, serían financiados con un impuesto a la sal.17 La construcción del muelle pesquero en Pichilemu era vital, pues permitiría, de acuerdo a los planes oficiales, explotar la riqueza marítima para suplir la crónica escasez de carne en el país, ofreciendo a precios económicos pescados y mariscos a los habitantes de las ciudades. Pichilemu, además, estaba estratégicamente ubicado al término del ferrocarril de trocha ancha y al centro de tres zonas importantes: O’Higgins, Colchagua y Curicó. Al año siguiente, el diputado Santandreu presentó una ley que consultaba sobre la construcción de estas obras,18 cuya construcción recién fue autorizada por la Ley nº 14.856 el 4 de junio de 1962.

De hecho, el impuesto sobre la sal para la construcción de estas obras no fue una invención de la prensa. Bajo la presidencia de Carlos Ibáñez del Campo, la ley nº 13.045 del 10 de octubre de 1958, que reemplaza el artículo 3º de la ley 12.590 del 22 de octubre de 1958 –ley que estableció un impuesto de un peso por kilogramo de sal que se produjera en el país con el fin de invertirlo en diversas obras públicas en las respectivas comunas productoras– aclara en qué consiste dicha modificación:

Artículo único. Reemplázase el artículo 3° de la ley 12.590, por el siguiente: Artículo 3°. Los fondos consultados en el artículo 1° y destinados a la comuna de Pichilemu, se invertirán en las siguientes obras y en el orden que se indica: a) Camino de tránsito permanente de Pichilemu a Cáhuil y La Villa; b) Puente caminero sobre la laguna de Cáhuil en el lugar denominado La Puerta; c) Construcción de un muelle pesquero en el litoral de la comuna de Pichilemu. Los fondos contemplados en el mismo artículo y destinados a la comuna de Paredones se invertirán en el servicio del o los empréstitos que hasta por la suma de $30.000.000 y en conformidad a las normas establecidas por la ley 11.831, podrá contratar la Municipalidad de dicha comuna para cubrir los gastos que demande la electrificación de la zona.19

Este era un tema enrevesado, pues ya en el año 1951 se discutía si un nuevo impuesto sería desventajoso para los salineros, por quedar en desmedro ante sus competidores debido al alza en

16 El Pichilemu, 30 de septiembre de 1949. 17 El Pichilemu, 30 de septiembre de 1949. 18 La Verdad de Rengo, 2 de septiembre de 1950: 2. 19 Ley nº 13.045 del 10 de octubre de 1958. Promulgada el 29 de septiembre de 1958.

294

Page 12: 1 Sal de Cáhuilrutasdelapatrianueva.cl/wp-content/uploads/2018/03/sal_de_cahuil.pdf · De esta manera, un paisaje de la sal se define como cualquier tipo de paisaje cuyos elementos

Parte IV. Patrimonio alimentario

el costo del producto. Esa era, al menos, la opinión del diputado Ismael Pereira Lyon.20 Aunque el muelle significaría “proveer de alimentación barata y de primera clase a los habitantes de Colchagua y O’Higgins y crear una gran industria en el abandonado pueblo de Pichilemu”,21 las noticias de la época desconocían el trabajo realizado año a año por los salineros, sus tradiciones y los saberes locales, al considerar a quienes se dedican a una actividad económica exclusiva del verano (relacionada con el turismo) y el resto del año “pasean su miseria y su ociosidad forzada por las calles, en inútil esperanza de trabajo”.22

Conclusiones

Desde el punto de vista de los criterios de la Unesco para la patrimonialización de un paisaje cultural, el entorno conformado por las salinas de Cáhuil, Boyeruca y Lo Valdivia parece cumplir con los principios generales para una postulación a Patrimonio de la Humanidad y con tres de los seis criterios relevantes para recibir la denominación de paisaje cultural. En este ámbito, se demuestra que las salinas tienen un valor universal excepcional, son auténticas e íntegras y cuentan tanto con protección legal para el producto como con el reconocimiento del patrimonio inmaterial: el saber de los salineros.

Los criterios 3, 5 y 6 son los que mejor23 se adecúan para fundamentar una postulación de esta naturaleza. La historia detrás de las salinas de la Región de O’Higgins se remonta a tiempos prehispánicos, con una ocupación y explotación ininterrumpida en el tiempo, sin variaciones en los métodos extractivos y casi sin modificaciones en el utillaje utilizado durante cientos de años. Se trata de una cultura resiliente, que ha dejado una huella profunda en el paisaje.

Soportando los asaltos del clima, los movimientos de tierras y la acción humana, que han atentado contra la producción de sal de costa (entre las que podemos contar también las políticas de salud de la década del sesenta), la sal de costa se mantiene con vida, dando cuenta de la profundidad del arraigo cultural del trabajo de extracción y cosecha de este producto por parte de los salineros del borde costero de la Región del Libertador Bernardo O’Higgins.

Luego de un periodo de importante baja en la presencia comercial de la sal de costa, debido a legislaciones de 1960 y, posteriormente, a la competencia de la sal Lobos (del salar de Atacama), actualmente, el reencantamiento por la sal de mar y su valorización por parte de las nuevas generaciones, ha decantado en expresiones culturales como la Fiesta de la Sal, que se celebra en Cáhuil la segunda semana de febrero desde hace aproximadamente diecisiete años.

Gracias al buen momento que vive este producto, hoy día la sal de costa se comercializa por distintos canales, resaltando como un producto gourmet reconocido por su sabor y características particulares. La sal de mar de Cáhuil, Boyeruca, Lo Valdivia, Bucalemu, Barrancas y La Villa destaca por su elaboración artesanal y conservación de las técnicas prehispánicas de extracción, resultando en un producto cien por ciento natural y altamente apreciado por su sabor único, la calidad de su composición mineral y la facilidad de dilución en los alimentos.

20 La Palabra, “Técnicos opinan sobre muelle en balneario Pichilemu”, 14 de marzo de 1951: 4. 21 La Verdad de Rengo, Rafael Paiva Sepúlveda, 6 de septiembre de 1950: 5. 22 La Verdad de Rengo, Rafael Paiva Sepúlveda, 6 de septiembre de 1950: 5. 23 3.- Llevar un testimonio único o por lo menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización viva o

desaparecida. 5.- Ser un ejemplo sobresaliente de un asentamiento humano tradicional, el uso de la tierra o el uso del mar, que es

representativo de una cultura (o culturas) o la interacción humana con el medio ambiente, especialmente cuando se ha vuelto vulnerable bajo el impacto de un cambio irreversible.

6.- Estar asociado directa o tangiblemente con acontecimientos o tradiciones vivas, con ideas o con creencias, con obras artísticas y literarias de extraordinaria importancia universal (el Comité considera que este criterio debería usarse preferentemente en combinación con otros criterios).

295