02-la búsqueda espiritual

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Crónicas del Reino: La Búsqueda Espiritual (Chronicles of the Pride Lands: The Spirit Quest) Una Historia de John Burkitt y David Morris Versión en Español de Erick Gómez García Una Producción de The Gentle Kingdom

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Esta historia abarca los acontecimientos desde antes del nacimiento de Rafiki, a través de su infancia y su juventud

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Crnicas del Reino: El Legado de Ahadi

Crnicas del Reino: La Bsqueda Espiritual

(Chronicles of the Pride Lands: The Spirit Quest)

Una Historia de

John Burkitt y David Morris

Versin en Espaol de

Erick Gmez Garca

Una Produccin de

The Gentle KingdomCrnicas del Reino: La Bsqueda Espiritual

(Chronicles of the Pride Lands: The Spirit Quest)

Nota Legal: ste es un trabajo original, registrado por John Burkitt y David Morris, basado en la pelcula de Walt Disney El Rey Len. Los elementos tomados directamente de El Rey Len son propiedad de The Walt Disney Company. La Bsqueda Espiritual es distribuido sin costo alguno, exceptuando razonables tarifas de distribucin. Citar nuestro trabajo, escribir piezas originales basadas parcialmente (o completamente) en nuestro trabajo, o utilizar a los personajes que nosotros creamos est bien mientras se nos pida aprobacin. Puedes empezar por mandarnos una copia del trabajo a cualquiera de nosotros. Nuestras direcciones de correo electrnico son:

John H. Burkitt:[email protected]

David A. Morris:[email protected]

Los comentarios sobre nuestro trabajo, en pro y en contra, son bienvenidos. Nos han pedido aclaraciones sobre nuestra nota legal. sta es nuestra respuesta: El registro se mantiene con el nico propsito de evitar usos vulgares u obscenos de nuestros personajes. Cualquier trabajo, incluyendo parodias, estar bien mientras mantenga lmites razonables de decencia. Como dueos del registro nos reservamos el derecho de definir y cambiar estos criterios. Ninguno de ellos es razn para forzar al aspirante a ser consistente en su estilo literario o en el argumento del trabajo original.

Los personajes Akase e Isha son propiedad de Brian Tiemann. Fueron utilizados bajo autorizacin.

Finalmente, este relato es un trabajo de ficcin. Cualquier remembranza con alguna persona viva o muerta es mera coincidencia. Bueno, en realidad no. Con amor y respeto queremos homenajear a aquellos que nos ensearon a rer y llorar. Sin haber sido modelos para ningn personaje, muchas almas grandiosasalgunas no humanashan dejado una marca indeleble en nuestras vidas que nos ha llevado a terminar en La Bsqueda Espiritual.

Todos tenemos alguna gracia.

El chiste de la vida est en descubrirla a tiempo.

Isabel Allende

Prefacio

El poder de la naturaleza se reafirm durante la elaboracin de este trabajo. El Huracn Fran devast partes de la ciudad de David; estuvimos fuera de contacto por varios das. Nunca antes me haba dado cuenta de lo mucho que apreciaba su amistad, su agradable humor y su perspicaciason cosas que nunca ms dar por sentadas. Es como Uzuri dijo sabiamente, No hay mucho tiempo entre el amanecer y el ocaso. Si no quieres que la noche te sorprenda, entonces debes dejar algn tiempo para todas las cosas importantes.

Este trabajo aborda la perspectiva nica de Rafiki, sin hacerlo ver como un simple personaje secundario de Crnicas. Al leerlo encontrars que hay un poco de Rafiki en todos nosotros.

Ahora discutamos un poco acerca de leones y de nosotros mismos. Cuando los leones macho toman alguna manada a veces matan a los cachorros. Sin embargo, hay ocasiones en que no lo hacen, y esto es muy significativo. La sociedad leonina es una madeja de posibilidades, probabilidades, y de vidas ejemplares que establecen una meta ms alta para la especie. A su manera, la sociedad humana es muy parecida. Tenemos posibilidades muy prometedoras, otras muy deprimentes, y vidas ejemplares que establecen una meta ms alta para nuestra especiecomo Moiss, Francisco de Ass y Florence Nightingale. El holocausto Nazi y el sacrificio de prisioneros de guerra en la sociedad Maya estn documentados como comportamientos humanos. Somos humanos, lo cual significa que estos hechos son parte de las conductas observadas de NUESTRA especie. Eso te hace sentir ofendido? Estos eventos nos provocan repulsin a muchos, a pesar de que son comportamientos que forman un patrn recurrente en la historia de nuestra especie. Aceptmosloan siguen ocurriendo, y seguramente ocurrirn por mucho que nos esforcemos en evitarlo. Bajo este criterio, Crueldad, Humano se ha ganado un lugar junto a Asesinato de Cachorros, Len Macho en la enciclopedia de conductas. Es esto una deliberada y molesta acusacin contra la raza humana? Es dudoso. Qu hay con la Carta Magna, Robert Louis Stevenson, y el Hospital de Caridad Livingstone en frica Central? Es que todo esto no es tambin parte del legado humano? Por supuesto que lo es; la Carta Magna tiene un lugar junto a Amor Maternal, Leona. Una luz comienza a brillar en nosotros, y su significado se hace cada vez ms claro; despus de todo no somos tan diferentes. En cada uno de nosotros hay una divina chispa de amor, aguardando el momento para explotar en una clida flama. Cudala, avvala, dale el calor del respeto y sopla amablemente sobre ella con palabras gentiles. Aquellos de nosotroshumanos, leones y mandrilesque brillen luminosamente en la obscuridad no slo caminan con Dios, tambin iluminan el camino para otros. Sigue ese camino y esfurzate en establecer una meta ms alta para ti y para tu especieesa ser tu propia Bsqueda Espiritual.

John Burkitt, Nashville, Tennessee

Octubre 1, 1996

Es bueno estar de regreso. Es como volver a casa, a las Tierras del Reino. Hay muchos lugares maravillosos que visitar y muchos rostros que conocer Es como dice la cancin, Hay mucho ms para ver de lo que se puede ver, ms para hacer de lo que da el vigor, as que qudate un poco ms con nosotros.

An quedan algunos lugares que podemos visitar.

En la noche del Sbado 7 de Septiembre el Huracn Fran se gan un lugar en la historia de Wilmington. La energa elctrica se haba ido, y yo estaba sentado en medio de la obscuridad de mi cuarto. Una vela me iluminaba mientras trataba de escribir una escena de esta historia; entonces son el telfono. Me sent absolutamente sorprendido cuando escuch la voz de John en la bocina. Su desinteresada preocupacin por m me conmovi hasta las lgrimas, y el optimista efecto que tuvo en mi espritu fue inconmensurable. Me siento muy afortunado de tener un amigo como l.

David Morris, Wilmington, Carolina del Norte

Octubre 1, 1996

Dedicatoria

Este trabajo est dedicado a Aslan, el len a quien hemos adoptado a travs de la Born Free Foundation. Su nueva libertad y el amoroso cuidado que le dan sus amigos de la BFF es una fuente de dicha para nuestros espritus.

Cmo te amo! Haces que la maana de partida.

Mi corazn se llena de dicha al tu nombre proclamar.

Eres mi adoracin, a mi mundo te doy la bienvenida,

Sin importar el Destino, mi vida no tendr par.

Dedicatoria (del traductor)

Deseo dedicar este trabajo a la memoria de Mufasa, mi hijo.

l fue un hermoso gato blanco con manchas color miel. Tena unos preciosos ojos color canela. Fue una criatura llena de vida y decisin.

Lleg a m el 8 de noviembre de 1997, gracias a una bendita casualidado quiz fue el destino. Llen de amor mi existencia y cambi mi vida para siempre. Siempre estar en mi corazn y en mi memoria.

El 2 de mayo de 1999 entreg su vida valientemente, en nombre de la libertad en la que siempre crey. Muri con honor.

Hasta siempre, pequeo Mufasa.

Aiheu Abamami, Mufasa. Vive Por Siempre, Hijo Mo. Vive Por Siempre En El Amor.

Aiheu es maravilloso, l conoce tu dolor;

l te brindar alivio a travs de la obscuridad.

A quienes t ms amaste Su mano dar calor,

Hasta que logres verlos en Su eterna claridad.

Prlogo

Mas el justo est confiado como un len.

Proverbios 28:1

Era de maana. Busara, un joven mandril chamn, se alejaba de la aldea para recolectar Raz Tiko. Esta raz era valiosa y muy escasa, pero Busara conoca algunos lugares secretos donde poda encontrarla con facilidad.

Como esta reserva de raz era secreta, Busara se cuidaba mucho de no ser seguido. Su esposa era la nica persona a la que le confiaba el lugar en el que creca la planta, y siempre tena cuidado de no seguir la misma ruta dos veces.

Aquel da se haba atrevido a pasar por entre los altos pastizales de la sabana. Estaba rodeado por dorados tallos que servan de escondite para sus enemigos, pero que se movan ruidosamente en torno a l, quebrndose bajo sus pies. Busara estaba muy nervioso; senta como si alguien lo observara. Se detuvo a escuchar cuidadosamente al tiempo que observaba los alrededores, buscando cualquier seal que pudiera revelar algn par de ojos espas.

Entonces pudo ver a una leona entre los pastizales, lo que le provoc una enorme sorpresa. Fue un momento de enorme tensin en el cual comenz a evaluar la situacin ante la que se encontraba. La leona ya lo haba visto, y vigilaba cada uno de los movimientos de Busara. El mandril comenz a estremecerse violentamente.

Consider el alejarse lentamente, pero pens que el hacerlo provocara que la leona saltara sobre l y lo matara. Si se atreva a correr la leona lo perseguira. Gran Pishtim, pens, Escucha mi ruego. Si es ste el da en que debo morir, te pido te apiades de mi alma. Pero, por favor, no me dejes morir!

Entonces pudo ver una horrible herida en el hombro de la leona. Nadie caza bfalos sin correr riesgos; ella se haba arriesgado y, obviamente, haba perdido. Aquella leona no se atrevera a atacar al mandril. De hecho, ella estaba ms asustada que Busara.

Busara se sinti aliviado y suspir profundamente. El aire en sus pulmones ventil sus temores y lo hizo sentirse muy bien. Comenz a alejarse; sus piernas an le temblaban. Pens en su casa y su esposa, a quien por un momento pens que perdera para siempre. Cuando llegue a casa voy a darle un beso a esa linda chica! Tambin le dara una ofrenda a Pishtim y rezara por aquella pobre leonaojal que su sufrimiento terminara pronto.

Trat de borrar de su mente la penosa expresin de aquella criatura. No era algo fcil, pues Busara era un curandero y su compasin por los dems era su manera de adorar a Dios. Una vez, cuando era un pequeo, su padre haba llevado a casa una pequea leopardo que estaba enferma. Durante tres das con sus noches trataron de mitigar su apetito con una frmula tras otra, hasta que muri de hambre en los brazos de Busara. En aquel momento no le import que los leopardos comieran mandriles; Busara llor y sostuvo el pequeo y clido cuerpo en sus manos. Esa fue su primera experiencia con la muerte, pero no la ltima. Busara saba que la muerte era parte de la vida, y tambin saba que l no era responsable de la herida que haba imposibilitado a aquella leona. Pero toda muerte le arrancaba un pedazo de su alma, y lo haca sangrar en su interior. En ese momento se abrieron en l viejas heridas.

Rezar por ella, se dijo a s mismo. No puedo hacer nada ms. Est muriendo, pero an as podra matarme.

Sigui caminando. Tena que recolectar Raz Tiko. Tena una esposa por quien preocuparse y muchos trueques que hacer. Despus de todo haba dedicado su vida a aliviar a los enfermos. Si ofreca su vida para salvar a esa leona, muchos sufriran en el futuro. No haba nada que pudiera hacer!

Pishtim, cuida de ella. Haz que su sufrimiento sea corto. Apidate de ella. Sin embargo, los tristes ojos y la horrenda cicatriz en el hombro de la leona no dejaban de perseguirlo. Vaya que deba estar sufriendo! Con seguridad estara adolorida y pasando sed, agotando con cada jadeo sus ltimas reservas de humedad, observando como su vida se escapaba a travs de un rojo ro de muerte. No puedo hacer nada!

Busara comenzaba a acercarse al claro; tal vez el trabajo podra hacer que dejara de pensar en aquella leona. Pero algo en su interior lo hizo sentirse enfermoera la clase de enfermedad que no puede ser curada con Raz Tiko. Trat de continuar, pero sinti como si algo lo obligara a retroceder. Si estuviera solo y no tuviera esposa, entonces regresara. Pero debo pensar en el bienestar de Kima.

Se detuvo. En su corazn sabra que aquella maana haba salido de casa como un marido compasivo, pero que regresara convertido en alguien distinto si se atreva a abandonar a aquella criatura en manos de una muerte lenta y dolorosa. Jams volvera a ser el mismo Busara, pues en su interior se volvera cnico y despreocupado. No le agrad la persona en la que estaba a punto de convertirse.

Entonces se dirigi hacia la leona, yendo en contra de todo su sentido comn. S que voy a arrepentirme de esto.

La leona lo recibi con un gruido que hizo que a Busara se le erizara el pelo de la espalda y el cuello. Vete de aqu! Lrgate, simio!

Busara observ el hombro de la leona. Era evidente que no poda caminar.

Dije que te largaras! Crees que puedes aventarme ramas y piedras? Te crees muy gracioso?? Voy a hacerte rer hasta que le supliques a la muerte que te lleve!

Busara permaneci en pie; las lgrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y su mandbula se estremeci. A pesar de todo su valor era obvio que aquella criatura estaba atemorizada y llena de angustia. Busara tom una calabaza que penda de su bastn Justo bajo la piel de mi garganta hay una arteria, dijo calmadamente mientras trazaba con su dedo una lnea alrededor de su cuello. Si me das un zarpazo en este lugar morir en dos minutos, quiz tres, y entonces no tendrs que morir sola.

La leona se sorprendi con aquella respuesta. Eres muy valienteo muy estpido.

Busara se agach sobre la calabaza y tom algunas hierbas humedecidas. Qudate quieta. Comenz a colocar las hierbas sobre el hombro herido de la leona, pero entonces una pata le rasgu la mano. Busara gimi al tiempo que se sostena la ensangrentada mano. La expresin de la leona cambi de enojo a sorpresa.

Busara se puso en pie sin decir palabra alguna; comenz a recoger las hierbas que se haban desperdigado sobre el pasto. Puso algunas de ellas en su propia herida y dijo, No deseo hacerte dao. Sera mucha molestia si pudieras mantenerte un poco ms quieta que hace un momento?

Se acerc a la leona, paciente pero temeroso. No te dolerlo prometo.

Qu es esa cosa?

Algo que aliviar tu dolor.

A mi me parece que slo es hierba.

Esta hierba puede salvarte. Busara acerc su brazo a la mandbula de la leona; antes de que ella sospechara qu es lo que se propona, Busara desliz su mano por entre los afilados colmillos. La leona volte a mirarlo, totalmente sorprendida. Considera esto como nuestro convenio: si te lastimo puedes morderme.

A pesar de sus dudas la leona permaneci quieta mientras Busara colocaba el fomento sobre la herida. No sinti dolor alguno, as que permiti que el mandril le masajeara la regin lastimada para restaurar la circulacin.

La leona suspir aliviada y dej que Busara retirara la mano de entre sus mandbulas. Eso se sinti muy bien, dijo ella. En el pasado los monos me haban aventado piedras. No saba que pudieran ser tan agradables como t.

Busara mir los enormes y hermosos ojos de la leona. Cualquiera puede ser agradable.

La leona lo mir Ests llorando?

El Bedango me hace llorar. Se limpi los ojos y tom otra calabaza. Bebe un poco de agua.

Lenta y cuidadosamente le dio a beber a la leona. Algo de lquido se desparram, pero lo que bebi fue suficiente para hacerla sonrer, llena de alivio. Los dioses deben haberte enviado. Cul es tu nombre?

Busara.

Maestro. Es un buen nombre. Yo soy Asumini.

Significa jazmn. Una delicada flor. Volte a ver la cortada en su mano y despus observ el lastimado aunque poderoso brazo de Asumini. Sonri lleno de alegra; comenz a recolectar un poco de pasto e hizo un colchoncillo para que Asumini recargara su cabeza. Asumini, en cuanto puedas caminar tendremos que quitarte del sol. Yo vivo en una cueva cercana; ah tendrs refugio de los celosos ojos de la noche.

No puedo permanecer aqu. Yo no puedo comer fruta y t no eres un cazador.

Puedo buscar carroa.

As que piensas ahuyentar a las hienas, eh? Lo mir llena de nostalgia. S que no me queda mucho tiempo en este mundo, pero rezar por ti, Busara.

Debe haber alguien que pueda ayudarte, dijo Busara. Tienes familia o amigos?

Tengo a mi esposo y a mis Hermanas de Manada, respondi. Si vas hacia el oeste, en direccin a la Roca del Rey, los dioses te recompensarn algn da. Mientras caminas, canta Aiheu abamami, y as sabrn que eres un amigo. Diles que Asumini te enva.

Los encontrar.

Es un viaje muy largo.

No importa. Se inclin sobre ella y le acarici el rostro. No te preocupes. La muerte no ganar en esta ocasin. Te lo prometo.

Asumini le toc la mano con su lengua. Jams te olvidar.

Ni yo a ti. Era claro que en ese momento no fue el Bedango lo que lo hizo llorar.

As fue como comenz la Paz de Asumini, gracias a la cual todos los mandriles son corbanestn a salvo de todo dao. Este pacto ha sido honrado en las Tierras del Reino hasta este da.

Captulo I

El Nacimiento de Rafiki

La mandril Neema lloraba por la angustia que le provocaba el dar a luz a su nuevo hijo. Su esposo, el Jefe Kinara, estaba sentado tranquilamente, con una calmada sonrisa entre los labios, cuando escuch el alboroto. Ahora estaba claramente afligido al escuchar los quejidos de su esposa. Sus hijos Makedde y Makoko trataban de consolarlo lo mejor que podan.

Resiste, deca la comadrona. Te va a doler ms, pero as ser ms rpido. Resiste.

Neema lanz un desgarrador grito, dejando muy en claro que senta dolor. Oh dioses! Oh dioses! Aydenme por favor!

La comadrona le dijo, Mientras ms te duela ms querrs a tu hijo.

Si lo quiero todava ms morir!!

A pesar de su dolor conservaba su sentido del humor. Sin embargo, el Jefe no estaba tan alegre. Sus manos se torcan compulsivamente mientras daba vueltas alrededor de la habitacin. Por qu tarda tanto!

Est haciendo lo mejor que puede, le dijo Makedde. Hay cosas que no pueden apresurarse.

As es, agreg la comadrona. Vamos, Neema! Ya casi terminas!

Finalmente la habitacin se inund por un llanto que fue como una llamada de alivio; algunos momentos despus se escuch un agudo chillido; una nueva voz estaba hablando.

La comadrona se acerc al Jefe. Los jvenes hijos fueron llevados al exterior de la habitacin momentneamente. Ya tendrn su oportunidad. No fatiguen a su madre.

El Jefe Kinara observ a Neema y al pequeo y hmedo bulto de pelos que sostena entre sus brazos. Nuestro hijo, susurr Neema.

Nuestro hijo, respondi Kinara; se agach para besar a Neema en su sudorosa frente. Dijiste que te gustara tener una hija en esta ocasin. Has cambiado de opinin?

Me mantengo firme en lo que dije. Lo sabes bien.

Kinara volte a ver el pequeo rostro que estaba frente a l. Se encogi de hombros al contemplar aquella visin, simple aunque al mismo tiempo placentera. Metutu, dijo, pues el pequeo no era bonito, aunque tampoco era feo. La comadrona no entendi por qu el Jefe haba dicho aquello, as que sali de la habitacin y dijo Escuchen todos! El Jefe Kinara tiene un hijo. Por la voluntad de los dioses, Metutu!

Neema frunci el ceo. Mira lo que has hecho.

Metutu significa aquel cuyo rostro no miente.

Tambin significa sin gracia.

Es el hijo del jefe. Si saben lo que les conviene no lo llamarn de esa manera! Mir al pequeo a los ojos.

Mira, me est sonriendo!

Yo creo que quiere eructar, dijo Neema.

Te digo que est sonriendo, insisti Kinara. Y vaya que habr de sonrer. Su vida ser fcil y libre de penas, al menos mientras dependa de m. Bes al pequeo. Bienvenido a casa, Metutu.

Captulo II

Como Duele Crecer

Los primeros das que Metutu pas en casa estuvieron llenos de placenteras experiencias. Kinara estaba cumpliendo su promesa, pues los nicos sufrimientos por los que Metutu tuvo que pasar fue el que lo obligaran a escuchar las historias sobre dioses y hroes que su madre sola contar. Todas sus necesidades eran satisfechas por su devota madre y sus leales sirvientes.

Cuando Metutu cumpli tres lunas de edaduna edad en la que a la mayora de los jvenes mandriles comienzan a asignarles pequeos deberesse le dijo que estuviera al pendiente de que sus sirvientes no trataran de esquivar sus responsabilidades. Incluso a esa edad no haba duda de que estaban preparndolo para el liderazgo; muy probablemente sera el prximo Jefe.

Los hermanos de Metutu eran mucho mayores que l. Trataban a su pequeo hermano con afecto y gentileza, aunque estaban interesados en tener compaeros de juego de su propia edad, que pudieran comprender los rudos y complejos juegos de los chicos. As que cuando Metutu quiso jugar con alguien, Busara tuvo mucho cuidado en seleccionar a un joven de alguna de las poderosas familias del Consejo, que fuera de su edad, brillante y muy educado. Debido a su temperamento y educacin, Wandani fue la opcin perfecta. Adems, los padres de Wandani eran fieles a la administracin de Kinara; no habra peligro de que Wandani tratara de influir en el Jefe a travs de Metutu.

Wandani comenz a ser instruido en sus labores hacia el joven hijo del Jefe; l saba perfectamente que el honor que le otorgaban estaba balanceado con el peso de la responsabilidad que tena que cargar bajo sus hombros. La nica pregunta que quedaba en el aire era si a Metutu le agradara el joven Wandani. Para el deleite de todos, esa duda qued despejada muy prontoMetutu estaba encantado con su nuevo amigo.

Sera muy poco amable el sugerir que Wandani tan slo haca un trabajo. Metutu era un alma amable, como su madre. No tena el encanto de su padre, pero gracias a su acomodada vida no necesitaba saber lo que era la compasin. Wandani saba esto perfectamente, y lo demostraba con el fervor que pona al cuidar al pequeo Metutu.

Metutu saba que l era diferente de los dems. Saba que los dems nios no eran tan privilegiados, y que tenan que trabajar duro. Tambin saba que los dems, incluyendo a Wandani, posean alguna clase de belleza que l no tena. Una vez Metutu le pregunt a Wandani si de verdad era tan falto de gracia; Wandani lo neg rotundamente. Sin embargo, Metutu saba que Wandani era gentil con l, y le bast el contemplar su reflejo en el agua para reafirmar sus sospechas.

Wandani, en un momento de gran madurez, le dijo a Metutu que su belleza estaba en el interior. Pero eso no fue de mucha ayuda cuando Metutu tuvo que enfrentarse con los dems pequeos, quienes se burlaban cruelmente de su nombre. Sin embargo, nunca olvid lo que Wandani le haba dicho. Como la mayora de los pequeos machos, no era muy demostrativo respecto a sus sentimientos hacia sus compaeros de juego. Pero cuando se refera a Wandani lo haca mediante el nombre que algn da habra de tener: Rafiki Wandani, mi ms querido amigo Wandani.

La mayora del tiempo Metutu jugaba con Wandani y Asumini, la hija del Escribano en Jefe Busara. Se rumoraba que su hija Asumini haba sido llamada as en honor a una leona que sola visitar la cueva de Busara.

Esos dos amigos eran todo el crculo social de Metutu; se podra decir que ellos y sus padres eran todo su mundo. Kinara se preguntaba continuamente si esta situacin era saludable para su hijo, o si contribuira a apartarlo del resto del mundo. En lo POSIBLE, un buen poltico deba ser capaz de relacionarse con la gente. Y ah estaba el problema; Kinara quera que a Metutu le agradaran los dems, pero que no los imitara. Siempre sola invitar a la gente correcta a su casa, despus de ensearle a Metutu qu decir y cmo comportarse. Metutu siempre tartamudeaba cuando se vea obligado a saludar a los dems, y siempre que tena la oportunidad se esconda de ellos. Pero cuando estaba con Wandani y Asumini era muy expresivo, amistoso, e incluso un poco presuntuoso.

Siempre que Kinara se propona hacer algo para convertir a Metutu en una pequea versin de l mismo, Neema intervena sigilosa y sutilmente, hacindolo cambiar de opinin. Neema era, de una forma humilde y tranquila, el ms grande poder de la aldea. A ella le gustaba que Metutu fuera tal y como era. Su amor hacia l era incondicional, y el nico plan que haba trazado para l era que encontrara la felicidad.

Por otro lado, haba un abusador llamado Duma que se dedicaba a hacerle a Metutu la vida miserable. Tena la edad de Wandani, pero era todo lo contrario a lgrosero, injusto, y muy gil para decir cosas que daaban el espritu hasta las mismas arterias. Tena una gran facilidad para encontrar a Metutu y Wandani cuando los dems adultos no estaban cerca. Lo que era peor, siempre estaban a su lado varios de sus znganos amigos. Pero cuando se trataba de golpear a Metutu siempre trazaba un lmite. El leal Wandani siempre le recordaba, Ser mejor que no lo hagas! Si te atreves a tocarlo llamar al Jefe y VAS a sentirte muy mal.

Aquellas palabras eran como un talismn mgico, una muestra del gran respeto que sentan por Kinara lo mismo viejos que jvenes. Metutu se senta alegre de estar a salvo, y tambin se senta alegre de no tener que ser l quien tuviese que pronunciar aquella penosa excusa. Los abusadores iban y venan, pero l siempre sera falto de gracia; algunas veces se escabulla para llorar a solas, hasta que se senta con la fuerza necesaria para volver a encarar al mundo.

Captulo III

Bajo Control

Haba aventado cuatro grandes piedras, pero el leopardo segua aproximndose. Al Pequeo Hermano Chako slo le quedaba una pequea piedra a la mano, as que la tom y la avent hacia un panal de avispones. Kerplunk! El panal cay sobre la espalda del leopardo; los avispones salieron del panal, dispuestos a descargar toda su ira, pero fijaron su objetivo en el leopardo, el cual tuvo que correr para salvar su vida! Y el Pequeo Hermano Chako se ri abiertamente. Lo que importa no es que tan grande sea la roca, sino la manera en que la avientes!

El Pequeo Hermano Chako, Seccin 10-B

Metutu, Wandani y Asumini estaban jugando a los encantados, pero pronto se aburrieron y comenzaron a buscar nuevas emociones.

Yo s donde hay un enorme rbol lleno de enredaderas, dijo Metutu. Sganme.

Comenzaron a adentrarse en la jungla, donde ya no haba caminos marcados. A dnde vamos? pregunt Wandani. Este lugar es muy peligroso!

Peligroso? dijo Asumini. Ni siquiera sabemos dnde estamos.

Oh, no seas tan mwana! He estado aqu cientos de veces. Es seguro!

Wandani se agarr la cabeza con las manos. As que has estado escapndote. Sabes que tu pap me har picadillo si se entera.

S, pero no lo sabe. Y no lo sabr a menos que se lo digas. l nunca nos dejar hacer cosas divertidas hasta que seamos demasiado viejos como para divertirnos hacindolas. Quiero decir, cuntas veces lo has visto columpindose de alguna enredadera?

Wandani se rasc la cabeza. An as no me agrada. Sin embargo, continu caminando; Asumini los sigui. Las sutiles marcas que haba en los troncos de los rboles dejaban ver que Metutu ya haba recorrido ese camino por lo menos una vez, pues l siempre dejaba un rastro cuando se adentraba en nuevos territorios. Saltaron unas malezas llenos de entusiasmo; al poco tiempo todos pensaban que bien vala la pena arriesgarse a algunos azotes por el buen rato que estaban pasando.

Finalmente pudieron encontrar lo que buscaban. Eran un par de rboles en medio de un claro; de ellos colgaban innumerables enredaderas que caan hasta tocar el suelo. Metutu grit emocionado. Miren esto!

S! Wandani se olvid de sus preocupaciones. Tomo una enredadera, retrocedi algunos pasos y se impuls con los pies. Oh, esto es grandioso! Mientras se columpiaba comenz a cantar, Asante sana, squash banana! We we nugu, mi mi apana!

Asumini se le uni. Ella era muy ligera, y las enredaderas la sostenan fcilmente; comenz a columpiarse de liana en liana hasta llegar a una rama baja. Puso sus rodillas sobre la rama y se colg boca abajo. Hey, Metutu! Mira!

No hagas eso! Metutu estaba fuera de s. Podras matarte!

Estoy bien. Deberas depor los dioses!

Ests bien?? Resiste! Ir por ti!

Es un leopardo! Aljate, aljate!

Por un momento Metutu pens que se trataba de una broma. Pero despus lo pens dos veces; dio un brinco, se agarr de una liana y se abri camino entre las ramas. Segundos despus, un enorme y moteado gato lo embisti, alcanzando a tocarle la punta de los pies con una garra. Metutu no pudo verlo hasta que estuvo a salvo en una horquilla del rbol, entre dos enormes ramas. Metutu baj la vista e intent ver a Wandani; lo vio columpindose de una rama cercana al suelo.

Tienes suerte de que la haya visto, dijo Asumini. Te pudo haber matado. Comenz a trepar hacia donde se encontraba Metutu, estremecindose a cada paso.

Oh, no me asust, dijo Metutu. Slo estaba preocupado por ustedes. Tienes que ensearles quin es el que manda aqu. Ellos huelen el miedo, lo sabas?

En verdad? pregunto Wandani.

Seguro. Mira esa horrible nariz. Lo ves, est oliendo. Busca a alguien que est asustado, pues no se atrever a atacarte a menos que tengas miedo. Jams se atrever a meterse conmigo.

Pues yo no tengo miedo, dijo Wandani; tom una nuez y se la avent a la leopardo. Cay al lado de la felina, quien volte a mirarlo con furia.

Cmo es posible que no puedas darle a un blanco tan grande? Metutu tom una nuez y la avent. La leopardo lanz un repentino rugido y comenz a brincar hacia los jvenes mandriles, lanzado zarpazos al aire. Justo en el trasero! exclam Metutu. Esta vez le voy dar en medio de los ojos.

Yo no lo hara si fuera t, interrumpi Asumini. Los gatos grandes tienen un gran sentido del orgullo. Si la haces molestarse ten por seguro que te atrapar.

S, claro. No te preocupes por mi, niitatengo todo bajo control.

Yo s lo que te digo; ests cometiendo un grave error.

Oh? Y quin te ha enseado tanto sobre gatos grandes?

Tengo una Ta que es una leona; ella me ha enseado.

A s? Es en serio? Pues entonces yo tengo un To que es un elefante! Metutu tom otra nuez y apunt con sumo cuidado. Cuidado all abajo!

Whap! Le dio justo en medio de los ojos, provocando que la leopardo respingara. Te dije que tuvieras cuidado!

Ya tuve suficiente con ustedes, pequeos malcriados! La leopardo estaba furiosa; comenz a trepar el rbol. Voy a despellejarlos vivos, y cada vez que griten voy a rerme!

Su paso era pesado pero firme, y haca que todo el rbol se sacudiera. Adems, era bastante rpida. Los tres jvenes mandriles tuvieron que saltar rpidamente hacia otro rbol. Wandani salt sin pensarlo dos veces; Asumini lo sigui, pero en vez de aterrizar sobre sus pies se agarr de una rama con sus manos, columpindose por un momento.

Metutu volte a ver la tierra que estaba bajo l. Comenz a sentirse mareado y perdi el valor. Se apret el estmago con las manos y grit, No puedo hacerlo!

La leopardo se abra paso por entre las pequeas ramas del rbol. La frgil rama sobre la que se encontraba Metutu comenz a oscilarse peligrosamente. Finalmente encontr la motivacin, y con el corazn en la garganta dio un salto. Durante algunos segundos se encontr volando entre centenares de ramas; intent aferrarse a alguna de ellas con desesperacin. Por fin lo logr!

Se esforz en aferrarse a aquella rama. Por fin pudo recuperar el aliento. Se asi bien al nuevo rbol en el que se encontraba y dio un salto hacia la seguridad de una enredadera que colgaba de una rama cercana.

La leopardo tambin salt, logrando aferrarse con sus patas en una rama. Se balance algunos segundos, pero despus escuch como la rama cruja. Crack!

El resultado casi provoc que Metutu cayera de la rama en que se encontraba. La leopardo cay de rama en rama y finalmente se estrell contra la tierra; su pelaje estaba cubierto de maleza y hojas verdes. Su dignidad estaba herida, pero la leopardo estaba intacta. Permaneci imperturbable; se lami las patas, y luego estornud cmicamente.

Metutu le grit, Se lo dir a mi pap!

La leopardo se encogi de hombros. Tal vez lo despelleje por criar a un maleducado como t! Comenz a trepar por el tronco una vez ms.

Asumini, con la voz temblorosa, le grit, Perdona a mi amigo. Fue un tonto en retar tu honor. Eres muy poderosa, y tu furia debe ser incontrolable. Me arrodillo ante ti, Madre de la Muerte.

La leopardo se detuvo. Tu madre te ha educado bien. Te perdonar a ti y al que ha permanecido callado.

Te lo pido por la sangre de la misericordia. Recuerda quin es el que separa la leche del barro. Permite que tambin separe tu ira de tu sabidura. Slo es un niosi lo perdonas, aprender de esta experiencia. Asumini estaba profundamente asustada, pero comenz a avanzar hacia la leopardo; su respiracin estaba agitada y su corazn lata rpidamente. Asumini se acercaba lentamente; la leopardo observaba cada uno de sus movimientos con sus avellanos ojos. Asumini continu acercndose hasta que estuvo a menos de un brazo de distancia de la poderosa cazadora; extendi su temblorosa mano hacia ella.

La leopardo acerc tanto su nariz a la mano de Asumini que la joven mandril pudo sentir su aliento. Podan pasar dos cosas, dependiendo de que tan buena haba sido la disculpa. Asumini cerr los ojos fuertemente, contuvo el aliento y rez.

Una rosada lengua le lami la mano. La leopardo comenz a ronronear. Mi honor est satisfecho. Voy a perdonarlo en el remoto caso de que tengas raznslo por TI.

La leopardo comenz a descender, mas no tena prisa por marcharse. Hizo honor a su reputacin; comenz a acicalar su poderoso y gil cuerpo, clav sus afiladas garras en el tronco del rbol, y lanz un forzado pero impresionante bostezo que permiti ver su poderoso arsenal de muerte. Despus se adentr calmadamente entre los rboles del bosque.

Algunos minutos despus, Metutuquien tena todo bajo controlse reuni con Wandani y Asumini; estaban asustados y molestos, pero ahora eran un poco ms sabios. Metutu mir a Asumini y dijo. Nunca pens que te agradara tanto.

Asumini frunci el ceo y le dio una bofetada con toda su fuerza. JAMS vuelvas a hacerme eso!

Se lo dir a su pap! dijo Wandani.

Pues tambin asegrate de decirle que fueron ustedes quienes comenzaron todo! Si te atreves a delatarme lo contar todo!

No te atreveras a contrselo.

Slo prubame.

Metutu se sob la mejilla. Slo quera decirte gracias.

Captulo IV

Es Tiempo de Actuar

La leopardo no era el nico problema de Metutu, aunque tampoco era el peor, pues ella tena un gran sentido del honor y la justicia. Metutu era el blanco favorito de los abusadores de la aldea. Era vctima de constantes acosos, y eventualmente lleg el momento en que las cosas tuvieron que definirse. Wandani no poda ser la eterna solucin de sus problemas, y el amenazar a Duma con decrselo a Kinara ya estaba muy gastado.

Aquel da Duma mir a Metutu de reojo con una burlona y triunfante sonrisa en sus labios. Claro, dselo a su papi. El pequeo bebito no puede cuidarse por s mismo. Ve a decrselo a su papi antes de que empiece a llorar.

No soy un bebito! respondi Metutu.

Duma saba que tena el triunfo en sus manos. No llores, beb! Tu papi me castigar si se entera que te hice llorar. Todos sabemos que jams permitira que su horrible beb se lastimara!

Yo te mostrar quin es horrible! grit Metutu mientras las lgrimas comenzaban a rodar por su pobre y desagraciado rostro. Te odio! Te odio!

Si te atreves a tocarlo se lo dir a toda la villa! grit Wandani.

No lo hars! protest Metutu, quien lo tom por los hombros y lo sacudi. No soy un beb. Tengo que pelear mis propias batallas, y no quiero que se lo digas a mi Pap, has entendido? Promtemelo.

No puedo hacerlo!

Tienes que hacerlo! Si en verdad eres mi amigo y no slo un sirviente debes prometrmelo!

Wandani en verdad apreciaba a Metutu, as que el tono de aquellas palabras lo dej petrificado. Si en verdad eres mi amigo, por favor no lo hagas. Es ms grande que t. Te masticar y despus te escupir! Por favor, no lo hagas.

Ser mejor que escuches a tu amigo, dijo Duma burlonamente. Si tu cara fuera ms horrible tendras que usar una canasta encima.

Metutu mir a Wandani directo a los ojos. Tengo que hacer esto, Rafiki Wandani. No lo hagas ms difcil de lo que ya es. En el momento en que vayas a decrselo a pap pelear con l.

Las lgrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Wandani. Est bien. Da lo mejor de ti.

Metutu tena miedo, pero se enfrent a Duma diciendo, Esto ser slo entre nosotros dos. Wandani est fuera de esto.

Como t quieras. Duma observ como Metutu se protega la cara con las manos. Le mand un golpe falso hacia la barbilla; Metutu trat de protegerse, y entonces Duma le golpe el estmago. Metutu se dobl por el dolor. Se puso en pie rpidamente y le lanz unos dbiles puetazos a Duma; a cambio recibi repetidos golpes en la cara y el estmago que lo llevaron hasta el lmite de su resistencia; comenz a perder el control, y no se dio cuenta de que Wandani estaba pasando por lo mismo que l. Metutu estaba a punto de perder el sentido; finalmente cay sobre sus rodillas. Me rindo.

No es tan fcil, le respondi Duma. T comenzaste esto, as que tambin lo terminars!

Wandani empuj a Metutu hacia la tierra y lo cubri con su cuerpo.

Duma pate a Wandani por un costado y lo golpe en la espalda. Duma se hizo a un lado; despus tomo a Metutu y comenz a apretarlo fuertemente al tiempo que le mostraba los colmillos a Wandani.

Djalo ya! grit Wandani. Vete de aqu!

Voy a terminar con esto! Duma pate a Wandani en las costillas.

Ya lo lastimaste lo suficiente! Vete de aqu, o yo mismo pelear contigo! Quiz no gane, pero ten por seguro que te dejar algunas cicatrices! Wandani salt como una bestia rabiosa y agarr a Duma por el cuello, tomndolo por sorpresa. Le rasgu la cara con las uas, provocando que le brotara sangre de la piel. Juro que te marcar de por vida aunque muera en el intento! No podrs librarte de m lo suficientemente rpido! De dejar marcado de por vida!

Duma se dio cuenta de que la diversin ya haba terminado; empuj a Wandani y le sonri forzadamente a sus amigos. Slo di la hora y el lugar, enclenque! Hey, muchachos! Vmonos de aqu, antes de que el bebito empiece a llorar!

Captulo V

La Acusacin

Wandani se puso en pie una vez que todo estuvo en silencio. Trat de levantar a Metutu, lo cual no fue fcil pues Metutu estaba casi inconsciente; su nariz sangraba y tena el cuerpo horrendamente golpeado. Oh, Metutu, por qu no me hiciste caso?

Metutu dijo, No te enojes conmigo, Rafiki Wandani. Le puso los brazos alrededor del cuello para poder sostenerse, pero era claro que tambin lo estaba abrazando; los ojos de Wandani se llenaron de lgrimas. No puedes pelear todas mis batallas. Lamento haber herido tus sentimientos. Seguirs siendo mi Rafiki?

Siempre lo ser. Wandani ayudo a Metutu a ponerse en pie, y lo sostuvo durante todo el trayecto a casa.

Crees que Pap se dar cuenta?

Se dara cuenta incluso en una noche de luna nueva, con los ojos cerrados y con un arbusto sobre su cabeza.

Kinara estaba fuera de s. Estaba molesto con el Viejo Maloki, el cacique de la aldea vecina. Puedes creer lo que nos estaba pidiendo a cambio de la Raz Tiko! Cinco bultos de Bonewort! Y todo eso tan slo para este marchito tallo de Mitobi. Slo mraloparece que ha estado bajo el sol durante todo el da! En ese momento apareci Metutu. Hijo? Por los dioses! Han estado pelendose??

No entre nosotros, dijo Metutu. Wandani es mi amigo.

Neema estaba horrorizada; corri a abrazar y besar a su hijo. Kinara estaba molesto, pero mantena una fingida calma que sorprendi a toda la aldea.

Quiero que me digas quin te hizo esto. No tengas miedo; no estoy enojado. Bueno, s lo estoy, pero no contigo.

No puedo decrtelo. Ya no soy un beb. Promet que no te lo dira; si lo hago, todos pensarn que soy un beb.

As que lo prometiste? Kinara sonriera una sonrisa sinceray acarici suavemente la mejilla de Metutu. Esta maana sali de casa un pequeo nio, pero ha regresado convertido en un hombre.

La golpeada cara de Metutu estall en una clida sonrisa.

Quin gan?

La sonrisa de Metutu se extingui. Acab conmigo. Si Wandani no hubiese intervenido, seguira tirado en ese lugar.

Kinara abraz a su hijo. An as eres un ganador. Has triunfado sobre ti mismo, y eso no es algo fcil de hacer.

Wandani me ayud bastante. Pele como un tejn mielero. Velo, est muy lastimado.

Puedo verlo. Puedes estar seguro de que recibir su recompensa. Kinara se alej en compaa de Wandani, dejando a Metutu con su madre.

El Jefe le pregunt a Wandani en tono bajo, Quin lastim a mi hijo?

Me hizo prometer que no lo revelara.

Kinara no se molest, pero se mostr muy preocupado. Le dijo a Wandani, Voy a PROMETERTE algo, Wandani. Si no me dices quin hizo esto, tu padre no ser promovido en el Consejo. Quiero tener a mi cargo un sacerdote cuya familia respete la ley por encima de promesas precipitadas. Kinara observ el golpeado rostro de Wandani; sus ojos comenzaron a llenarse de lgrimas. Kinara se arrodill y abraz al pequeo. No le dir que fuiste t quien me lo dijo. Jams se enterar. Pero cmo crees que podremos protegerlo si no me dices la verdad, eh? Es que no te das cuenta de que YO tambin quiero protegerlo?

Wandani estaba avergonzado; sacudi su cabeza y comenz a llorar. Fue Duma.

Duma, dijo el Jefe lentamente. El hijo de Nyongo. Siempre se ha credo mejor que los dems, pero se atreve a golpear a un nio indefenso. Kinara acarici a Wandani afectuosamente. Me asegurar de que Metutu y t estn seguros en el futuro, pequeo diablillo. Kinara mir a Wandani y sonri. Amigos?

Amigos.

Kinara lo bes en la frente. Siempre te vi como mi cuarto hijo, lo sabas? Si tu pap intenta reprenderte por haber peleado dile que te nombr un gran hroe. Ahora vete a casa.

El Jefe regres con su hijo. Metutu, estoy orgulloso de ti. La valenta es una de las marcas que hacen a un verdadero jefe. Aunque no me digas quin fue ese abusador s algo sobre l. l piensa que te dio una paliza, pero no es ni la mitad de hombre que t. No te cubras la cara cuando pases frente a l. Demustrale que ests confiado. Cuando pases junto a l, mralo a los ojos. Si te cubres la cara sabr que gan, y lo volver a hacer. Despus de ser ms fuerte que alguien, lo mejor es ser lo suficientemente fuerte como para no dejarte intimidar.

En verdad crees que me dejar en paz?

Estoy seguro.

Metutu no tuvo que esperar para darse cuenta de ello. Al da siguiente su padre le hizo un encargo. Ningn sirviente deba hacerlo en esta ocasinKinara insisti en que deba hacerlo su hijo en persona. Wandani lo acompa para apoyarlo moralmente, pero sobre todo para protegerlo; a pesar de ello Metutu an era vulnerable, y estaba muy asustado.

Y su preocupacin por haber sido derrotado era mucho ms grande que el dolor mismo. Una pelea ya no era un temor desconocido, sino un recuerdo poco placentero. Decidi no mostrar temor y controlarse cuando estuviera frente a Duma. Tal vez sonreira y dira Buen da. Si, eso sera seguro. Por supuesto, tambin exista la posibilidad de que Duma dijera. Es un buen da, pero no para ti. Era una posibilidad a la que tena que enfrentarse.

Pas junto a un rbol de acacia; Duma no estaba esperndolo en ese lugar. No estaba entre las enredaderas, donde sola descansar. Por un momento, Metutu pens que Duma haba escapado de la aldea.

Es muy tarde. Ya debera estar despierto.

Continuaron caminando; Duma apareci en el camino que conduca a la Roca del Consejo.

Metutu lo enfrent. Buen da, Duma.

Duma se mordi el labio. No era evidente a simple vista, pero su cara estaba hinchada y golpeada. S. Buen da. Se acerc a Metutu, pero esta vez no fue para empujarlo. Mira, Metutu. Estoy muy apenado de haberlos golpeado a ti y a Wandani en este lugar. No eres un beb ni eres horrible. Dije todas esas cosas slo por los dems muchachos.

Esta bien. Disculpa aceptada.

Te encuentras bien?

An estoy un poco adolorido. Metutu mir a Duma de cerca. S que no pude haberte golpeado tan duro. Quin te atac? Acaso Wandani provoc esos hinchazones??

No te preocupes.

No s quin fue el que te hizo eso, pero yo no dije nada, en serio.

Dije que no te preocuparas, entendido?? El tono de su voz se suaviz. Lamento haberte golpeado. Jams volver a pasar.

Es muy amable de tu parte. Bueno, adis.

Metutu suspir aliviado y continu su camino. Sin embargo, haba una duda que lo perturbaba. Saba que, de alguna forma, un testigo le haba dicho todo a su pap. Pero golpear a un muchacho de esa manera? Era seguro que eso no estaba estipulado en las leyes de la aldea. Entonces se le ocurri que su padre lo haba mandado a hacer ese encargo slo para que pudiera escuchar la disculpa de Duma. De algn modo su Pap saba que Duma estara ah, herido y sangrando. Lo saba por que era l quien lo haba hecho.

Metutu an quera a su padre, y poda comprender que Kinara tambin lo quera. Pero no supo si sentirse orgulloso o avergonzado de su Pap.

Captulo VI

La Discusin

Asumini fue a ver a Metutu en cuanto se enter de la pelea que haba tenido. Metutu estaba temeroso de verla, pues pens que le volvera a reprochar el incidente de la leopardo. Pero Asumini se mostr bondadosa y compasiva.

Metutu estaba agradecido por tener de regreso a su amiga. Vali la pena que me golpeara; gracias a ello he vuelto a agradarte. Te extra mucho.

Nunca dejaste de agradarme, contest Asumini. Es slo que necesitas aprender un poco de humildad. Cmo crees que me habra sentido vindote gritar y morir? Le acarici su hinchada mejilla con la mano.

Por supuesto. Metutu baj la mirada, apenado, pero la mir de reojo y sonri un poco. Gracias de nuevo. Fuiste muy valiente.

Asumini sonri. No s cmo es que pude hacerlo. Siempre que recuerdo lo cerca que estuvo de mi mano me pregunto si tendr el valor de volver a hacerlo

Oh, claro. S a qu te refieres. La sonrisa de Metutu se desvaneci.

Slo estaba bromeandopero jams vuelvas a probarme.

Aprovechando que ests aqu tal vez podramos ir a saltar rocas. Qu te parece?

No puedo en este momento. Qu te parece al rato?

Seguro. Metutu se frot la mejilla. En verdad no ests enojada conmigo?

De verdad. Asumini se acerc a l y lo bes. Bien, as se pondr mejor.

Metutu mir a Asumini; estaba sorprendido y muy apenado. Nos veremos maana?

Quizs.

A la maana siguiente Metutu fue a la cueva de Asumini. Desde el exterior pudo vislumbrar a los padres de su amiga. Busara y Kima eran vctimas de muchos y maliciosos rumores, incluyendo uno que hablaba sobre sacrificios de sangre a la luz de la luna llena. A pesar de todo, su hija era muy amable y bondadosa. Era imposible que esos rumores estuvieran fundamentados.

Asumini? Puedes salir?

Asumini se acerc dando saltos; en su mano llevaba un cepillo de cerdas de pasto. Al llegar a la entrada vio a Metutu sosteniendo una pequea roca. Oh, el riachuelo. Lo olvid.

Claro. Metutu se recarg sobre el muro. Crees que podras salir por un momento? Vers, pens que tal vez podramos sobrepasar nuestra antigua marca.

Lo siento, pero tengo quehaceres.

Pero Asumini, lo prometiste! Puedo ordenarle a alguno de mis sirvientes que venga a barrer la cueva. No se negaran.

Prefiero hacerlo yo misma, como pap me lo orden.

No se lo dir si t no lo haces.

Asumini frunci el ceo. Eso no es correcto. Pens que eras mejor que eso, cmo es posible que tu padre sea un poltico? Te ests volviendo igual a l.

Qu es lo que quisiste decir con ESO?

Mi pap dice que Kinara tiene el corazn de un leopardo, y no lo dijo como un cumplido!

La referencia al leopardo provoc que Metutu se estremeciera.

Vaya! Mira nada ms quien habla! Vine hasta aqu para jugar contigo, y t te pones a insultar a mi Pap! Pues yo escuch que tu Pap es un hechicero. Tema dice que Busara mata cabras en las noches de luna llena!

Eso no es cierto! l es bueno y amable, y siempre est curando a criaturas enfermas! Nunca en su vida ha matado a alguien! Eres un horrible monstruo, Metutu! Vete de aqu!

Metutu se alej corriendo. Algunos segundos despus Asumini grit, No quise decir eso! Oh dioses! Por favor, regresa! En verdad sonaba desesperada.

Metutu quera perdonarla, pero en su interior estaba muy indignado; por aquel momento gan su indignacin. Se arrepentir de haber llamado leopardo a mi pap! Me llam horrible monstruo! Eso fue lo que ms lo lastim, pues estaba consciente de que no era muy atractivo. Tal vez no regrese maana. Tendr tiempo para hacer TODos sus estpidos quehaceres!

Metutu regres a su casa. Trep a la horquilla en la que sola dormir. En aquel lugar haba un nudo que tena la forma de un conejo. Que te parece, pequeo conejo? Chicas!

Kinara lo estaba observando. Guau, debe haber una tormenta por aqu cercaacabo de ver una nube obscura alejndose.

Muchas nubes sera ms apropiado.

Ohhh. Te gustara hablarme sobre ello?

Metutu volte a ver a Kinara. Pap, por qu no pueden ser las dems hembras como Mam?

Todas son como Mam. Ah est el problema.

Pero ella no est enloquecindote todo el tiempo. O s?

No, por que yo conozco un gran secreto que me permite sobrellevarla.

Metutu baj de la rama y se acerc a su padre. En verdad? Y cul es?

Kinara mir a los alrededores, luego se aproxim a Metutu y le susurr al odo. Hay que darles lo que ellas quieren. Ellas quieren tenerte en sus manos; mientras ms pronto te des cuenta de ello y les sigas el juego, ser mejor para ti.

Pero ella no quiere nada.

Supongo que hablamos de Asumini.

S. Metutu se rasc la oreja nerviosamente. Sabes que me dijo? Dijo que me estaba volviendo igual a ti.

Por todos los dioses! Kinara gimi y se tap la cara con las manos. Llamen a los chamanes! Esto es muy serio!

Metutu intent no rerse y se concentr en su enojo. Dijo que su pap te llam un mal poltico con corazn de leopardo, y no lo dijo como cumplido.

Un leopardo! Kinara rompi en carcajadas. Peores enemigos me han dicho insultos ms grandes! Creo que s por qu piensa eso Busarala abundancia ha ablandado sus garras. Est rodeado de comodidades pero tiene las ambiciones de un topo. Hasta vive en un agujero! Kinara se ri de su broma, mostr sus dientes frontales y comenz a menear los dedos frente a su oreja. Ese Kinara es un mal poltico con el corazn de un leopardo! dijo burlonamente. Apuesto que esta noche va a ir a cazar antlopes!

Metutu no pudo controlarse ms y comenz a rer. Kinara le pas el brazo alrededor del hombro y le dio una palmadita. La prxima vez que la veas disclpate como un loco.

Pero por qu?

Por lo que hayas hecho que hizo que Asumini se enojara de esa manera. Y jams vuelvas a hacerlo. Ella posee dones que an eres muy joven para apreciar, pero que quizs querrs disfrutar en un futuro.

Captulo VII

Madurando

La disculpa de Metutu debi haber funcionado. Los das pasaron, convirtindose en semanas y meses; Metutu y Asumini comenzaron a verse con ms frecuencia. De vez en cuando, Metutu escuchaba extraas historias acerca de Busara, pero no haca caso de ellas por el cario que le tena a Asumini.

La relacin de ambos era un poco confusa. Cuando estaban en buenos trminos, Metutu trataba de impresionarla con alguna habilidad nueva. Casi siempre fallaba en su intento, pero Asumini tena muy buenos modales a diferencia de otras mandriles hembra. Sin embargo, todas las vanidosas demostraciones de Metutu eran lo que ms le atraa a Asumini. Cada vez que Metutu fracasaba en su empao, Asumini se volva ms deseable; adems, si no le era posible impresionarla con habilidades atlticas o con ingenio, siempre quedaba la posibilidad de perseguir metas ms intelectuales. Esa rea era de ms fcil dominio para Metutu.

Una vez Metutu se acerc a Asumini para recitarle lo que haba memorizado de la Saga de la Flor Maravillosa. Sin embargo Asumini conoca los versos mejor que l, as que termin corrigindole la mayor parte. Era una situacin difcil para Metutu, pues mientras ms frustrado se senta ms versos olvidaba.

Por un momento se sinti molesto, pero no poda dejar de reconocer el talento de Asumini. Finalmente permaneci sentado para poder escuchar cuidadosamente la interpretacin de su amiga.

Asumini comenz a recitar los versos; los ademanes de sus manos eran tan delicados y hermosos que no habran podido pasar desapercibidos ni ante los mismos dioses:

El pueblo durante muchos das peregrin.

El ocaso se extingui cuando la noche cay,

Mas el albor del da siempre los acompa.

Una fervorosa danza en el cielo se observ;

La luz del sol y la luna en todos resplandeci.

Ante la enorme fatiga su esperanza mengu;

Una gran afliccin a su espritu desconsol.

A pesar de todo su lder no los traicion:

Imperturbable su rostro siempre permaneci;

Su indomable fuerza jams los abandon.

La Gran Numinu ante los extraos apareci;

De sus sagradas aguas una barrera se elev,

Y con su fuerza los sagrados caminos protegi.

Por medio de su poder el mgico jardn floreci;

La Gran Numinu de los ladrones lo resguard.

Asumini se detuvo al percatarse de la absorta expresin de Metutu. Te encuentras bien? Acaso me equivoqu?

En ningn momento, dijo Metutu lentamente. Eras como una diosa; las palabras fluan de tu boca, tan delicadas y hermosas como el agua que fluye de las rocas. Deberas ser la interprete del Consejo.

Ests seguro de que fue mi voz la que te gust.

Bueno balbuce el joven mandril. Tambin tienes una presencia muy especial. Tus expresiones son muy hermosas. Todo en ti es hermoso t sabes lo que quiero decir.

S, lo s, contest Asumini, dndole un beso en la mejilla. Eres muy tierno. Pero si crees que eso fue bonito, deberas escucharme recitar la Ceremonia Leonina de Trascendencia. La recite hace una luna, cuando mi Ta Asumini muri.

En serio? Nunca antes haba odo que una hembra llevara a cabo ceremonias. Se trataba acaso de la leona sobre la que todos murmuraban?entonces los rumores eran ciertos.

Te dije que tena una Ta que era una leona. Sera justo decir que fue mi segunda madre.

Lamento tu prdida. Debiste quererla mucho; es triste que no puedas volver a verla.

No te preocupes tanto; cuando yo muera, ella vendr por m. Hasta que ese da llegue, ella estar protegindome. Asumini coloc su mano sobre su pecho. Algunas veces est con nosotros! No existe diferencia alguna en la forma en que los dioses nos tratan cuando morimos. Yo sigo el camino de Aiheu, y creo que todos los animales somos hermanos.

Metutu esta sorprendido. Eres una Aiheusista? Siempre pens que eras una de nosotros.

Una de ustedes? Asumini sonri. Todos somos uno; somos una gran familia. Lo nico que nos divide son nuestras opiniones, pero no existe opinin alguna que pueda alterar la verdad. El pertenecer a un grupo u otro est slo en la mente.

Supongo que s, respondi Metutu, un poco dudoso. Tu Ta Asumini te ense eso?

Tengo muchas amigas que son leonas.

Ufff! Conoces a algn len?

Slo los he visto un par de veces, y no tuve oportunidad de hablar mucho con ellos; pero sus melenas son grandiosas. Sabes? Tengo el deseo secreto de tomar a un len del cuello y sumergir la cara en su melena.

Sumergiras tu cara pero en su garganta; te devorara en cuestin de segundos. No le tomara ms que un par de mordidas; eso si es que no te devora de un slo bocado.

Ya te olvidaste de la leopardo tan rpido? Es que no te diste cuenta de que su honor no le permiti morderme? Los colmillos y las garras de los leones estn afilados, pero en su mayor parte son suaves y peludos. Asumini se sent y recarg su espalda contra el tronco del rbol. El Consejo dice que Dios es alguien como nosotros, slo que ms grande. Cmo si cualquiera pudiera aspirar a ser como l simplemente con aprender los hechizos necesarios que te hagan ser inmortal! Yo no lo creo as. En Dios hay justicia y bondad que son una meta que todos nos esforzamos en alcanzar, pero a la que nunca podremos llegar.

Cul es la apariencia de Aiheu?

El lo es todo, pero al mismo tiempo no es nada.

Eso NO TIENE SENTIDO.

En verdad? A diferencia de los que creen en el Gran Simio Pishtim, los que seguimos a Aiheu creemos que l se preocupa de todas las criaturas vivientes. Si no fuera as, cmo podramos esperar que escuchara nuestras oraciones? No es posible que sea un viejo simio, pues de ser as slo escuchara a unos cuantos. El viento es real aunque no puedas ver su forma; sabes que est aqu porque sientes sus efectos. Si Dios no es un viejo simio, entonces los simios slo alcanzaremos la superioridad ACTUANDO de manera superior. Y eso no puede lograrse a travs de los engaos o las negociaciones, sino a travs de la compasin, la generosidad y la honestidad. Eso es lo que nos hace ser como Dios. Hay muchos animales que siguen ese camino, por lo que todos los animales somos hermanos y tenemos las mismas oportunidades para complacer a los dioses. La verdadera grandeza proviene del corazn, no es algo que se adquiera como un derecho de nacimiento.

Esa filosofa es muy agradable. Eres tan inteligente como el Pequeo Hermano Chako!

No digas eso! El Pequeo Hermano Chako era un tramposo que no cumpla sus promesas. Que el Consejo haya aclamado como un hroe a alguien as es un insulto a los dioses. Cuando alguien hace una promesa debe cumplirla, y as ser bien visto. Aquellos que nos tratan con honestidad son nuestros hermanos, no como el Pequeo Hermano Chako.

Metutu estaba muy sorprendido, pero no molesto. Apuesto a que pasas la mayor parte del tiempo pensando.

Deberas intentarlo, Metutu.

Crees que nunca lo hago?

No quise decir eso. El problema de la filosofa de los mandriles es que te ensea QU pensar, mas no CMO pensar. Nos dice que jams debemos cuestionar la autoridad.

Guau! Debemos continuar con esta pltica otro da. Metutu se march a casa. Se qued pensando en la pltica que haba tenido con Asumini; ella tena razn en muchas cosas. As que todos los animales somos hermanos, se dijo a s mismo. Incluso la leopardo y yo.

Finalmente lleg a su casa. El viejo Wajoli lo estaba esperando; tena un tazn en su mano. Amo Metutu, tu cena est lista; es tu favorito: Estofado de Elefante.

Metutu observ el tazn y aspir profundamente. Ahhh, est fresco y apetitoso. Lo preparaste muy bien.

Metutu tom el platillo; se dio cuenta de que Wajoli lo observaba anhelante. Wajoli, ya comiste?

No, seor. Se me hizo un poco tarde, as que vine aqu directamente. Antes que nada debo ver por ti. Una vez que hayas terminado, y si no necesitas algo ms, ver que es lo que puedo conseguir.

Ya veo. Metutu le ofreci el tazn. Que te parecera esto? Yo comer algo del huerto.

Oh, no seor! Si tu padre lo descubriera se molestara mucho.

Slo SI lo descubre. Pero puedes esconderte detrs de aquellos rboles.

Es que acaso no te agrad como lo prepar?

Estoy seguro de que te qued muy bien. Pero, sabes algo? Si deseas ser como los dioses, debes ser compasivo, generoso y honesto. T siempre has sido as conmigo, as que ahora quiero ser as contigo. Le entreg el tazn a Wajoli y le dio una palmadita. Disfrtalo, viejo amigo.

Lo har, respondi. En verdad disfrutar el que t seas el prximo Jefe, an cuando no viva para verlo.

Una sonrisa se dibuj en el rostro de Metutu. Se dirigi hacia el huerto; su corazn estaba inundado por una dicha que era demasiado grande para expresarse con palabras. Vaya que s! En verdad me siento como un dios!

Captulo VIII

El Gran Exterior

Metutu bostez; se rasc la espalda lnguidamente y se estir sobre la alta rama del rbol en el que Makedde haba instalado su casa. Al principio la mudanza fue divertida; Metutu pens que le agradara el ser independiente de sus padres, pero al cabo de algunos das comenz a extraar las comodidades de su antigua casa. La primer noche que pas en su nueva habitacin no pudo dormir bien; constantemente se despertaba tan slo para ver las plidas estrellas del cielo matutino. Metutu se sent y se estir vaya que era decepcionante no tener a su madre recibindolo con un buen tazn de Estofado de Elefante! Ya no tena a Wajoli, ni a Wandani, ni a Asumini. Slo su hermano estaba ah para darle los buenos das.

Makedde tom su bastn y comenz a juguetear con l. Por las maanas suelo salir a caminar. Te gustara acompaarme?

Claro!

Los dos hermanos descendieron cuidadosamente del rbol; al llegar a la base se detuvieron por un momento. Makedde mir pensativo hacia todas direcciones; despus volte a ver a Metutu. Por cul camino iremos?

Ehhh por aquel, supongo. Metutu seal un camino.

Y por qu deberamos ir por ah?

Metutu frunci el ceo. No s. Qu tiene de malo?

Debera haber algo malo? pregunt Makedde, mirndolo fijamente.

Acaso hay un pantano en esa direccin? Hay mosquitos? Serpientes??

T qu crees? inquiri Makedde al tiempo que inclinaba la cabeza sobre Metutu, guiando el ojo. Usa tus poderes de observacin.

Metutu mir aquel camino cuidadosamente. Pues Metutu se detuvo y volte a ver a Makedde; se dio cuenta de que su hermano ya no poda contener la risa, y entonces lo empuj. Sucio tramposo! Dioses, odio que hagas eso!

Makedde solt una carcajada. No puedo evitarlo! Debiste haber visto tu cara! Le dio una palmadita en el hombro. Vamos. Iremos por mi ruta acostumbrada.

Caminaron sin prisa, disfrutando la fresca brisa y el clido sol que caa sobre sus espaldas. La casa de Makedde se encontraba en la frontera entre la jungla y la sabana; Metutu observaba con ansia el nuevo mundo que estaba a punto de explorar. Algunos rboles sobresalan del profundo mar de tonos verdosos y dorados; el viento soplaba sobre las acacias y formaba olas sobre el pastizal. Haba pequeos matorrales que se elevaban desafiantes hacia el cielo. A cada paso que daban aparecan ms y ms acacias; Metutu pudo ver un distante tronco seco que apuntaba hacia el cielo, como si fuera un dedo acusador.

Su pulso comenz a agitarse, y entonces se dio cuenta de que haba estado conteniendo el aliento. Exhal apresuradamente y despus se ri lleno de emocin. Dioses, esto es hermoso!

Makedde sonri. Ahora sabes por qu vivo en la frontera del bosque.

Pap dijo que lo hacas porque eras un ermitao.

Makedde estall en carcajadas. Todo lo contrario. Vivo aqu por que me gusta la compaa de TODOS.

Qu?

Vamos, te mostrar los alrededores. Makedde salt gilmente hacia la parte baja de un wadi y le indic a Metutu que lo siguiera. Metutu se encogi de hombros y obedeci a su hermano; comenz a seguirlo a lo largo del cauce del ro.

Metutu, al limitar tus experiencias limitas tus conocimientos. Algunas veces, la declaracin ms sabia es una pregunta. Puedes entenderlo?

Creo que s.

Makedde sonri. Una vez hubo tres hermanos. Uno saba, otro saba quin saba, y otro no saba nada. Cuando los espritus malignos se presentaron ante el que saba, el hermano que saba supo que hacer. El hermano que saba quin era el saba que hacer acudi al hermano que saba, y entonces tambin supo que hacer. El hermano que no saba nada supo demasiado tarde que debi haber sabido quin saba lo que l no saba.

Metutu estaba muy ocupado contando con sus dedos y susurrndose palabras a s mismo. Me lo diras otra vez?

Makedde se ri. Slo recuerda esto: el camino de la sabidura comienza con la curiosidad y termina en la iluminacin.

Oh! Metutu sonri.

Continuaron caminando; algn tiempo despus, ambos se detuvieron a descansar bajo la sombra de una acacia. Makedde alz la vista al cielo y observ la posicin del sol. Muchacho, ya es media da. Qu te parece si nos sentamos y tomamos el almuerzo?

Qu te sucede? Ests muy viejo y cansado para continuar? comenz a bromear Metutu; le jalone la barba a su hermano. Mira nada ms. Ya la tienes de color gris. Cuntame una historia, Abuelito!

Makedde se ri suavemente y le avent una fruta a Metutu con gran destreza. Pequeo cachorro. De acuerdo. Come tu fruta mientras te cuento una historia.

Metutu sonri; parti la fruta en dos y le dio una mitad a su hermano. Metutu le dio una profunda mordida a su media fruta, disfrutando la sensacin del jugo cayendo por su barbilla. Se limpi la boca y comenz a masticar lentamente mientras escuchaba a su hermano.

Hace mucho tiempo, durante el reinado del gran Rey Ramallah-

Qu clase de nombre es ese? Metutu comenz a rerse. Ramallah? Qu era l, un gibn?

Makedde frunci el ceo. Metutu, Ramallah fue una vez el Rey Len de las Tierras del Reino. Hace ms de treinta generaciones, l y los suyos fueron absolutos gobernantes de esta tierra.

Metutu dej de rer al escuchar aquello. El Rey Len? En serio?

S. Su territorio es ms pequeo ahora, y se encuentra hacia el oeste.

Metutu observ el lugar en el que se encontraban. Guau. Crees que podamos ver un len?

Lo dudo. Es muy raro que se aventuren hasta aqu. Makedde carraspe. Como sea. La esposa de Ramallah, Chakula, haba dado a luz hijos gemelos; sus nombres eran Nga y Sufa. La Reina tena muchas responsabilidades, as que constantemente tena que dejar a sus cachorros bajo el cuidado de alguna otra leona. La niera favorita de la reina era Alba, su hermana menor.

Makedde se rasc la pierna y despus se acomodo el pelaje.

Un da, mientras Alba cuidaba a Nga y Sufa, los tres quedaron atrapados en un derrumbe.

Qu es un derrumbe?

Recuerdas cmo se ve la casa de Busara, el Escribano en Jefe?

S.

Pues imagnate qu es lo que pasara si el techo se cayera. Eso es un derrumbe.

Metutu estaba aterrorizado. Dioses, eso es horrible! Qu pas?

Bueno, los tres leones quedaron atrapados en la cueva. Pas un da, y despus otro. Nga y Sufa tenan hambre y comenzaron a debilitarse, pues lo cachorros pequeos necesitan leche para vivir y Alba no poda ofrecrselas, as que se abri las venas de una de sus patas y aliment a los cachorros con su propia sangre; as fue como pudieron sobrevivir hasta que Chakula pudo liberarlos algunos das despus.

Oh no! Metutu estaba profundamente afligido. Alba muri?

S.

Pero por qu? No hizo nada malo!

Entreg su vida para que los cachorros pudieran vivir, hermano. Su sacrificio jams fue olvidado, pues la roja flor llamada Alba, la sangre de la misericordia, es la ms preciada medicina de un chamn. Makedde se estir; despus se puso en pie y tom su bastn. Es tiempo de irnos.

Makedde comenz a caminar lentamente; se preguntaba qu era lo que poda significar el profundo silencio de su hermano. Quizs me adelant demasiado, se reproch Makedde en silencio. Creo que an no est listo.

Makedde?

Makedde se dio la vuelta y observ a su hermano.

El otro da estaba hablando con Asumini.

Cul de todos? Makedde se ri ligeramente. Hablas con ella todo el tiempo, hermano.

Metutu le golpe el brazo ligeramente. Makedde, estoy hablando en serio!

Est bien. Y de qu hablaron?

Ella me dijo que bueno La verdadera grandeza proviene del corazn, no es algo que se adquiera como un derecho de nacimiento.

El corazn de Makedde comenz a latir rpidamente al tiempo que trataba de mantener el equilibrio. Esa es una gran verdad.

En serio lo crees? Metutu sonri aliviado. Alba fue grandiosa, no crees?

As es.

Es decir, s que Mam habra hecho eso por nosotros.

Makedde sonri. Yo tambin lo creo. El amor es la fuente de la grandeza. Makedde continu caminando; Metutu lo sigui. Hay muchas otras personas como ella. Su sacrificio es un ejemplo de ello. Hay muchos que tal vez no den todo lo que ella dio, pero sus regalos jams son ignorados por Aiheu.

Metutu lo mir lleno de asombro. Lo saba; haba algo en ti que me recordaba a Asumini. Tambin crees en l?

El mandril sonri abiertamente. S, creo en l. Sus enseanzas no son sobre engaos y fraudes, sino sobre amor y confianza. Esa es la clase de cosas que quiero compartir contigo, hermano. Y es todo lo que te pido a cambio.

Entonces supongo que yo tambin creo en Aiheu.

Makedde abraz fuertemente a su hermano y le dio una palmadita en el hombro. Tu futuro es prometedor, hermano mo. Grandes cosas estarn a tu alcance.

Continuaron caminando hasta que Makedde finalmente se detuvo. Ah! Al fin llegamos.

Metutu observ el lugar en el que se haban detenido; pudo ver el tronco seco que haba divisado por la maana. Qu tiene de especial? Tan slo es un rbol.

Ests seguro? Mira ms de cerca. Ambos se acercaron al enorme tronco. Metutu lo recorri con su mano y se sorprendi al descubrir que pequeos granos caan de aquel tronco cuando lo tocaba. Hey, est hecho de tierra! Comenz a mirar en todas direcciones, cautelosamente. Quin pudo haber hecho esto?

Mira ms abajo?

Metutu baj la mirada y pudo ver cerca de sus pies unas pequeas criaturas que se movan rpidamente. Ughhh! Termitas! Ellas hicieron esto?

As es. Makedde se arrodill, tom algunas termitas con su mano y las observ caminar frenticamente sobre su palma. Criaturas tan pequeas como stas pueden construir casas tan duras como la roca y tan altas como un rbol. Ellas son la personificacin del trabajo duro, Metutu. Pero demasiado trabajo es tan malo como no hacer el suficiente.

Cmo?

Makedde se arrodill una vez ms y se sacudi los insectos suavemente. Las termitas trabajan muy duro durante toda su vida; nunca se toman algn tiempo para observar la belleza de la tierra y los regalos con los que nos ha bendecido Aiheu. Metutu, para hallar la felicidad debemos ser capaces de encontrar un punto intermedio. Makedde se dio la vuelta y comenz a caminar de regreso a casa.

Tan slo haban avanzado algunos pasos cuando Makedde se detuvo. No, esto no est bien.

Qu sucede?

Hermano mo, me sigues como si fueras un pequeo chacal siguiendo a su madre. Explora los alrededores si te place. Detente a oler alguna flor. Observa las nubes. Disfruta el paseo, por el amor de Dios! Makedde sonri y comenz a frotarle la cabeza a Metutu.

Ya basta! Metutu comenz a rerse; le dio un codazo a su hermano en las costillas. El mandril se quej; Metutu se lanz contra l juguetonamente y ambos rodaron sobre el pasto, riendo escandalosamente. Despus de una rato ambos quedaron fatigados; se acostaron sobre el pasto y permanecieron en silencio mientras observaban el azul y brillante cielo que estaba sobre ellos.

Mira! All va un ave!

Qu? Metutu mir lleno de curiosidad. No veo ninguna ave, a no ser que te refieras al buitre que est sobre aquel rbol.

Quizs piense que somos su cena, coment Makedde entre risas. No sabes lo feliz que estoy de decepcionarlo. Pero no me refera a l, sino a aquella nube. La ves? Parece una ave pequea.

Metutu la mir fijamente. A m no me lo parece.

Ves ese extremo? Es el pico. Y esa punta que est arriba es una ala

Oh! exclam Metutu. Ya la veo! Ya la veo! Se ri alegremente. Vaya que s parece una ave! Comenz a mirar en todas direcciones, muy animado; sus ojos brincaban de un lado a otro. Mira! Aquella parece una tortuga!

En dnde? Oh! S, tienes razn!

Y mira esa! Metutu se puso en pie y corri una pequea distancia. Esa parece una liebre! Y aquella! Se ri alegremente. Se parece a Umbogi, el miembro del consejo ya viste su enorme barriga?

Oh dioses! Nunca vayas a decir eso en frente de l! Makedde se ri. Pero tienes razn, puedo verlo!

Metutu seal otra nube. Mira! Aquella parece un len!

Makedde observ con curiosidad. En dnde? Makedde mir en todas direcciones, pero no pudo ver ni el ms mnimo rastro de la nube que Metutu estaba sealando.

Est justo ah! Metutu se ri una vez ms. A decir verdad parece una leona, slo que es blanca y no dorada. Permaneci mirando al cielo, perdido en su propia ensoacin, y despus sonri. Pareciera como si estuviera sonrindome.

Makedde mir una vez ms el vaco cielo que Metutu observaba con tanto inters; despus mir a su hermano. Su inters se renov y un leve estremecimiento recorri su piel. S, supongo que en verdad te est sonriendo, hermano.

Captulo IX

El Placer del Trabajo

Mientras ms quehaceres realizaba Metutu, ms se daba cuenta de que los buenos sentimientos eran parte de cada trabajo. La mayor parte del tiempo tena otras sensacionesfatiga, transpiracin e incluso aburrimiento. Cuando comenz a ayudar a su hermano Makedde esperaba sentirse tan bien como cuando le dio su comida a Wajoli. Sin embargo, despus del pequeo estallido de orgullo lleg a l una gran dosis de realidad. Metutu no tena la preparacin suficiente, as que lo nico que poda hacer eran las labores pesadas, lo que le permita a Makedde especializarse en sus prcticas mdicas.

La Raz Campa es un recurso muy valioso para la medicina de los chamanes. Es fcil de reconocer y prcticamente invulnerable. Debido a esto, el recoger Raz Campa era una buena forma de comenzar a entrenar a un nuevo aprendiz.

Metutu repeta para s mismo uno de los versos que le ayudaban a mantener en mente lo que estaba buscando:

Tres hojas quitar, pero dos devolver;

Slo las hojas y las vayas comer.

Si siempre lo hago as muy sano crecer,

Y cuando sea viejo calvo jams estar!

Despus de casi tres horas de estar jalando races de Campa haba acumulado un gran montculo de hojas que desechar y slo un pequeo montoncito de races. Cuando vio lo poco que haba acumulado lleg al lmite de su paciencia.

Metutu estaba disgustado con l y con su trabajo; se dispuso a tomar el almuerzo y entregarle su renuncia a Makedde. Se dirigi hacia el baobad. Hermano, tenemos que hablar.

Espera un momento. Makedde estaba ocupado en revisar a un pequeo mandril. A ver, hijo, abre la boca.

El pequeo obedeci. Ah, ya veo. Te duele?

Ahhh haa, contest el pequeo.

Pero no tienes tos, verdad?

Ahh ahh.

Muy bien. Ya puedes cerrarla. Makedde sonri. Es un dolor de garganta; no es nada serio. Vamos a darte algo para el dolor, y tal vez un poco de Raz Tiko. Te gustara?

S, seor!

Makedde acarici con ternura la cabeza del pequeo. Jamala, asegrate de que tome tres de estas, tres veces al da; deben estar machacadas en un tazn con agua. Eso le aliviar el dolor. Con dos das bastar, pero si el dolor persiste ya sabes dnde encontrarme. Tom un pedazo de Raz Tiko y se lo dio al pequeo. Ests creciendo como una enredadera! Hijo, muy pronto tendr que alzar la mirada para poder verte a la cara!

El pequeo se ri y empez a comerse su Raz Tiko.

Cuando los pacientes se marcharon, Makedde volte a mirar a Metutu. No s cmo podra arreglrmelas sin tu ayuda! Tom la vasija que estaba frente a l. Vaya que recolectaste una buena cantidad de Raz Campa. De verdad estaba vaca cuando la tomaste?

S, hermano.

Impresionante. Y de qu queras hablarme?

Metutu sonri tmidamente. Lo olvid. Supongo que no era tan importante.

Captulo X

La Paciencia de Aiheu

Gotas de sudor comenzaban a rodar por el rostro de Metutu; caan por la punta de su nariz provocndole comezn. Sin embargo no se atrevi a levantar la mano para limpiarse la cara. Estaba muy concentrado en arrancar un tallo de Euphorbia. Makedde haba sido muy claro cuando le dijo que la necesitaba intacta, pues la virtud de la raz de Euphorbia radicaba en la piel. Si la piel de la raz estaba rasgada era prcticamente inservible.

Metutu estaba enfrascado en un combate mortal con la planta. Apret los dientes muy fuertemente. Tarde o temprano sers conquistada, y entonces me reir de ti! Lo oyes??

Por supuesto que la planta no poda escucharlo. Metutu se senta algo tonto por estar discutiendo con un vegetal; observ las pequeas races que haba logrado sacar de entre la tierra; por un momento pens en utilizar la estaca afilada que Makedde le haba dado para escarbar alrededor de la planta. Suspir profundamente y finalmente decidi descartar aquella idea; en su lugar prefiri utilizar una buena parte de su preciada racin de agua para humedecer la tierra. Despus de algunos momentos comenz a introducir sus dedos para remover el lodo; lentamente fue sacando ms y ms de la planta, hasta que finalmente logr sacarla toda. Metutu haba triunfado sobre la planta, y sonri lleno de orgullo.

Estpida maleza! En verdad creste que podras ganarle a mi inteligencia superior??

Metutu tom su trofeo y se dirigi hacia la casa del baobad; el sol estaba ardiendo y ya no tena agua para poder apagar su sed. Y no era su nico problema; el lodo se haba secado sobre sus manos y los raspones que tena en su piel comenzaban a molestarle. La prxima vez traer ms agua.

Makedde estaba atendiendo a un paciente. Uwezo luca muy mal, y en verdad se senta as. Metutu esperaba poder encontrar a Makedde a solas para compartir con l su momento de triunfo; a pesar de que detestaba interrumpir a su hermano durante su trabajo sinti que deba ensearle el fruto de su esfuerzo. Hey, mira lo que traigo!

Makedde se vea un poco molesto. Muy bien. En este momento estoy ocupado en Oh! Mira tus manos!

Oh, es que me rasp mientras sacaba la raz.

Y por qu no tambin te golpeaste la cabeza con una roca! Makedde observ fijamente al imprudente joven. Dios te dio slo un par de manos; siempre habr ms races para recoger.

Uwezo se ri. Sabes, esto me recuerda que resping momentneamente. la garganta me est doliendo; lamento tener que interrumpirlos.

Makedde se dio la vuelta y continu examinando a Uwezo. Metutu, el extracto de Bedango est en se dio la vuelta para sealarle a Metutu el anaquel indicado, pero Metutu estaba muy ocupado restregndose las manos. Hfff! Pues perdname!

Metutu se par a un lado de Makedde y lo observ mientras revisaba a Uwezo, quien describa sus malestares tan detalladamente que resultaba montono.

No pude dormir la noche pasada, dijo Uwezo. Sin embargo, todo lo que he estado haciendo hoy es dormitar. Adems, cuando agach la cabeza me punzan las orejas; todo el tiempo estoy escuchando un molesto tic, tic, tic. Me duele la cabeza, tengo dolor de garganta y mi nariz est muy reseca.

Y tambin tienes comezn bajo los brazos, verdad? inquiri Metutu.

S, tambin. Se qued observando al joven mandril. No saba que tambin fueras un chamn.

Todava no lo es, interrumpi Makedde. Y dime Metutu, cul es tu diagnstico?

Hermano, a m me parece que es Dol Sani.

Makedde y Uwezo rompieron en carcajadas. El Dol Sani es una enfermedad INFANTIL, Metutu. Tan slo MRALO!

Uwezo era un mandril robusto que serva a Kinara como guardaespaldas. Se qued mirando a Metutu indulgentemente. Oh, pol favol, no se lo digas a mi mami!

Alguna vez padeciste Dol Sani cuando eras pequeo? pregunt Metutu.

Bueno no.

Eso supuse. Cuando fuiste pequeo habitaste en las afueras de la aldea. Metutu mir a Makedde con una irnica sonrisa.

Pero l DEBI padecerlo en ALGN momento, agreg Makedde incrdulamente. Todos lo padecen cuando son pequeos. Es decir, es casi una ley tribal. Se ri nerviosamente.

Metutu se encogi de hombros. Supongo que s. An as, ese dolor en los brazos habla por s mismo. T me preguntaste qu era lo que opinaba

Metutu baj del rbol y continu recolectando hierbas. Decidi ya no hacer ms diagnsticos por aquel da.

Tienes un buen hermano, Makedde.

As es, Uwezo. Ha andado por un trecho muy largo. Makedde sonri y se inclin sobre Uwezo para continuar su revisin; comenz a explorarle la mandbula con sus sensitivas manos, palpndole las glndulas. An recuerdo cuando era imposible CONVENCERLO de trabajar en algo. Ahora me es imposible impedirle que Makedde se detuvo y frunci el entrecejo; se sent enfrente de Uwezo y lo observ fijamente. Dijiste que te dolan las articulaciones?

Uwezo lo mir, muy confundido. S, un poco. An no estoy demasiado viejo para contraer Mifupa, verdad?

No. Los sntomas de Mifupa son diferentes. Makedde se dio un golpecillo en la barbilla y sonri irnicamente. Por los dioses! Metutu tiene razn! T TIENES Dol Sani!

Uwezo mir a Makedde lleno de preocupacin. Cmo? Voy a ser el hazmerrer de la villa!

Makedde le dio una palmadita. No te preocupes. Nadie se enterar por m ni por Metutu. Slo diles que tieneshmmmuna graciosa astenia peditrica.

Me da gusto que creas que mi lo que sea peditrica es graciosa, pero dejmoslo en que se trata de una gripa, de acuerdo?

Muy bien. Le entreg a Uwezo un elixir de Protothecus milleri. Bebe esto.

Ughhh! Huele horrible.

Bbelo o se lo dir a tu mami!

A Uwezo no le hizo gracia aquella broma, pero agradeci el que Makedde lo encubriera. Bebi el molesto remedio que le dej un olor a azufre. Oh, dioses! Tom la vasija con agua que le ofreci Makedde y la bebi en un par de tragos. Ughhh! Qu asco!

Se dio la vuelta y sali del rbol. No fue nada, dijo Makedde con un poco de resentimiento. Makedde observ como se alejaba Uwezo. Susurr para s mismo, T TIENES una graciosa astenia peditrica. Se ri ligeramente mientras pensaba en las nuevas habilidades para diagnosticar que Metutu estaba desarrollando. Tengo que decrselo.

Escuch un ruido debajo de l y mir hacia la base del rbol. Metutu, tengo que hablar contigo.

Pero el que suba por el rbol era Kinara, su padre. Se vea muy molesto.

Podras vivir un poco ms cerca de la tierra, como la gente civilizada. Kinara se vea muy agotado.

Makedde suspir. Qu puedo hacer por ti, Padre? Te sigue doliendo la espalda?

Kinara dijo, Es que no has hecho lo suficiente?

Qu es lo que quieres decir?

S que Metutu te quiere mucho, y no siento envidia de eso. Pero no voy a cruzarme de brazos a observar como lo corrompes.

Makedde intent protestar ante aquellas acusaciones, pero fue interrumpido por Kinara. Oh, no! No trates de negarlo.

Corromperlo? Slo porque lo pongo a hacer un poco de trabajo? El trabajo es bueno para el alma.

Bahhh! grit Kinara. Un poco de trabajo no le hace mal a nadie. Pero t has estado llenndole la cabeza con pasto seco e historias de leones! Una estpida religin de carnvoros sobre leonas que alimentan cachorros con su propia sangre! Por los dioses! Crees que me gusta que mi hijo escuche todas esas perversiones!

No son perversiones! Trato de respetar las creencias de todas las personas cuando stas son sinceras, pero un dios que miente y roba no est bien para m. He tenido el valor de seguir a un Dios puro de corazn, cuyo amor es incondicional.

Kinara azot su bastn contra el suelo. Por lo menos tienes el valor de no negarlo. Siempre fuiste demasiado honesto; me di cuenta de que nunca serviras para guiar a nuestro pueblo de manera efectiva. Fue por eso que no objet tu locura de convertirte en un curandero. Pero ahora te dedicas a corromper el espritu mientras sanas el cuerpo. Quin eres t para decir que Pishtimalabado seaengaa o roba?? l es la fuente de la verdad y de todo lo que existe. l puede cambiar la verdad si lo cree conveniente, y tambin puede tomar lo que nos ha dado! No oses ofenderlo con tus impas vociferaciones!

Que yo soy impo? Padre, es que no conoces a tu propio hijo? Es que el amor no te ha ayudado a ver y escuchar la verdad?

No te atrevas a decir que no te quiero, pues me he esforzado mucho en proteger tu secreto ante el Consejo. He arriesgado mi cuello por ti, y siempre lo har, pero no voy a permitir que alejes a Metutu del camino verdadero! Lo siento mucho, Makedde, pero ya no sers su tutor. Lo enviar a vivir con Busara; l lo instruir en las antiguas tradiciones que hemos seguido por generaciones. Har de l un lder merecedor de ocupar mi lugar cuando haya muerto. Dioses, deseara haberte educado mejor! Como quisiera que las cosas fueran diferentes. Vas a enviarme a la tumba con el corazn roto y lleno de arrepentimiento!

Padre!

No trates de interferir. No hagas demasiado alarde de los lazos que nos unen, pues yo an soy tu lder y t an eres mi sbdito, lo has entendido?

Por completo, SEOR.

No seas impertinente! An puedo darte unos buenos azotes, y estoy seguro de que te haran mucho bien!

Kinara se dio la vuelta y se march; descendi del baobad tan bruscamente que casi se golpe contra el suelo.

Makedde se sent sobre el piso y suspir. Le ech un vistazo a los dibujos que estaban sobre el tronco del rbol, especialmente a un estilizado retrato de Metutu que destacaba sobre la corteza. Los dioses actan de formas misteriosas. Padre, lo has apartado del riachuelo slo para zambullirlo el cause del ro. Alz la mirada y observ el azul cielo que estaba ms all de las oscilantes ramas de su casa. Era una victoria agridulce, pues haba dejado tras de s una espina ms entre l y su padre, despus de que alguna vez haban sido tan unidos. Toca su espritu, Aiheu. Bendice a mi padre en medio de su obscuridad y gua su corazn a travs del camino de la sabidura.

Captulo XI

El Deber

Metutu observ muy cautelosamente la pared del acantilado. Las cavernas estaban a slo unos minutos de distancia de las suntuosas casas areas del resto de la aldea; sin embargo, para los mandriles supersticiosos constituan un mundo totalmente diferente. Eran muy pocos los que se aventuraban hasta aquellos lugares. La sabidura de Busara era legendaria, pero tambin lo eran sus excentricidades; Metutu poda recordar innumerables historias sobre Busara que involucraban sacrificios de cabras a la luz de la luna llena para obtener poderes de algn perverso Makei. Sin embargo, Kinara siempre insista en que su Escribano en Jefe era amable y muy paciente. Aprenders a quererlo. Debera darme una patada por no haberte llevado con l desde hace mucho tiempo.

Metutu haba visto a Busara de lejos un par de veces, pero jams haba sido presentado con l. Era una gran lstima, pues Metutu le tena un gran cario a Asumini y tena mucha curiosidad en saber cmo eran sus padres. Ahora estaba a punto de develar todos los misterios acerca de la familia de su amiga, y ello lo haca sentirse un poco nervioso.

Metutu no dejaba de pensar en el acontecimiento que estaba a punto de ocurrir mientras vea a las aves revoloteando y gorjeando sobre su cabeza; su brillante plumaje brillaba ante la luz del sol mientras recolectaban comida y la llevaban a sus pequeos, quienes los esperaban en sus nidos construidos entre las salientes de las rocas. Algunas de aquellas aves eran tejedorcillos, los cuales construan elaborados nidos que daban la apariencia de ser canastos hechos de pasto cuidadosamente tejido.

Te gusta el paisaje?

Metutu se dio la vuelta muy sorprendido; pudo ver a Asumini parada detrs de l, quin lo miraba llena de alegra. Qu es lo que quieres, Metutu? No tengo mucho tiempo; mi padre est esperando a un nuevo aprendiz, y tengo que recibirlo.

Metutu le sonri. Ya lo has hecho. Voy a estudiar para ser escribano!

Asumini abri los ojos de par en par, llena de incredulidad. T? Se ri abiertamente. Oh, que buena broma, Metutu! Podras contarle a todos como escapar de los leopardos. Estoy segura de que tendrs la situacin bajo control! Una vez que pudo controlarse agreg. Estaba hablando en serio. El nuevo aprendiz llegar en cualquier momento.

Asumini, ese no es modo se tratar a un invitado, no crees? Aquella cascada voz era amable, aunque tena un cierto tono de reproche. Los dos jvenes mandriles se dieron la vuelta y pudieron ver a Busara, quien caminaba apoyndose sobre su bastn. Su arrugada faz mostraba el paso de los aos, pero sus ojos brillaban con inteligencia y estaban coronados por un par de cejas maravillosamente expresivas. Su sonrisa era agradable y tan clida como un buen abrazo. Asumini, por favor mustrale el interior de la cueva y condcelo sus aposentos. Tenemos mucho de que discutir, y ya casi es medio da.

Asumini observ detenidamente a Metutu, incapaz de ocultar su asombro.

Era la primera vez que Metutu vea una cueva. Avanz hacia el interior y sinti la frescura que haba en aquel lugar. Esperaba que todo en el interior estuviese obscuro, pero descubri con asombro que en el fondo de la cueva haba una luz artificial. Te gustan las lmparas? Funcionan con grasa derretida. Mi pequea Asumini la obtiene de las carroas abandonadas, y as nunca nos hace falta. Tienes que darte prisa en esa clase de trabajo, pues de lo contrario las hienas arrasan con todo.

Ahora era el turno de Metutu para sorprenderse. Mir a Asumini con respeto.

Aquellas centelleantes luces eran como estrellas en el cielo nocturno, slo que mucho ms brillantes. Los tres mandriles se adentraron cada vez ms en la cueva; llegaron a lo que Busara llamaba su tronco de rbol. Se trataba de un asta vertical de piedra slida que se alzaba desde el suelo hasta el techo de la caverna. Metutu toc aquella formacin lleno de asombro, pues era evidente que no haba sido tallada; era una formacin natural. Busara se detuvo a un lado de Metutu. Dime algo, jovencito, sabes en dnde est Mano?

Metutu le respondi calmadamente, No tengo idea. Tendrs que preguntarle a Minshasa. Aquella era la contrasea mediante la cual los Aiheusistas podan reconocerse.

Busara tom al joven del brazo. Le susurr al odo, en un tono casi suplicante, S que eres el hijo del Jefe, pero tambin s la razn por la que te mand aqu. Ahora te pido que me digas con toda sinceridad si ests aqu para espiarme, o si slo vienes en busca del camino verdadero.

Todo lo que busco es la verdad, respondi Metutu. Mi padre me ha enseado que los dioses discuten entre ellos y que han alcanzado la grandeza a travs de trampas y hurtos. Mi hermano me ha dicho que el Creador es un ser perfecto y sagrado que nos ama a todos; deseo con todo mi corazn creer en sus palabras. Hace unos momentos