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1 ARGENTINA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO El cambio climático es la alteración de todos los parámetros climáticos: temperaturas, precipitaciones, vientos, fenómenos meteorológicos (tornados, huracanes, granizo) etc. Normalmente este tipo de cambios se producen a lo largo de varios siglos, permitiendo a la humanidad, a las especies animales y vegetales, adaptarse gradualmente a las nuevas condiciones climatológicas. Durante los últimos 2.000 años el clima ha sido relativamente estable con un ligero enfriamiento de la Tierra durante el periodo comprendido entre los años 1500 y 1850. Sin embargo, la era industrial ha supuesto a lo largo de los últimos doscientos años, un grave impacto cultural, económico y climático. Junto con la paulatina industrialización, se ha impuesto una cultura consumista, que genera cada vez más productos desechables y que prioriza el consumo barato frente al consumo responsable. Todo ello genera una emisión de gases que se concentran en la atmósfera agravando el efecto invernadero, contribuyendo a la subida de las temperaturas y al calentamiento global de la Tierra. Gases que han contribuido al Cambio Climático: Concentración de dióxido de carbono (CO 2 ) debido al uso de combustibles fósiles para procesos industriales y medios de transporte. Aumento de Metano (CH 4 ) debido al tratamiento de aguas residuales, al aumento masivo de crianza de rumiantes como alimento, fertilizantes agrícolas, incineradoras de residuos, etc. Elevación del nivel de óxido nitroso (N 2 O), también utilizado en aerosoles. Uso del PFC e Hidrocarburos (HFC). Antes de la Revolución Industrial el nivel de CO 2 en la atmósfera era del 0.028%, actualmente la concentración de CO 2 es de 0.075%. Prof. Rosana Rodríguez Curso: 4°A – 4°E

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ARGENTINA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

El cambio climático es la alteración de todos los parámetros climáticos: temperaturas, precipitaciones, vientos, fenómenos meteorológicos (tornados, huracanes, granizo) etc. Normalmente este tipo de cambios se producen a lo largo de varios siglos, permitiendo a la humanidad, a las especies animales y vegetales, adaptarse gradualmente a las nuevas condiciones climatológicas. Durante los últimos 2.000 años el clima ha sido relativamente estable con un ligero enfriamiento de la Tierra durante el periodo comprendido entre los años 1500 y 1850.Sin embargo, la era industrial ha supuesto a lo largo de los últimos doscientos años, un grave impacto cultural, económico y climático. Junto con la paulatina industrialización, se ha impuesto una cultura consumista, que genera cada vez más productos desechables y que prioriza el consumo barato frente al consumo responsable. Todo ello genera una emisión de gases que se concentran en la atmósfera agravando el efecto invernadero, contribuyendo a la subida de las temperaturas y al calentamiento global de la Tierra.Gases que han contribuido al Cambio Climático:

Concentración de dióxido de carbono (CO2) debido al uso de combustibles fósiles para procesos industriales y medios de transporte.

Aumento de Metano (CH4) debido al tratamiento de aguas residuales, al aumento masivo de crianza de rumiantes como alimento, fertilizantes agrícolas, incineradoras de residuos, etc.

Elevación del nivel de óxido nitroso (N2O), también utilizado en aerosoles. Uso del PFC e Hidrocarburos (HFC).

Antes de la Revolución Industrial el nivel de CO2 en la atmósfera era del 0.028%, actualmente la concentración de CO2 es de 0.075%.

Efectos del Cambio ClimáticoEl efecto invernadero generado por los gases contribuye al aumento de las temperaturas y al calentamiento global, lo que supone una alteración radical del clima. Algunos de los efectos inmediatos son la alteración de los ciclos hidrológicos, con aparición de inundaciones en zonas tradicionalmente áridas, o sequías de larga duración. Estas alteraciones se traducen en procesos de desertificación y deforestación que no sólo suponen la pérdida de zonas verdes y por tanto de productores de oxigeno, sino también la extinción de especies animales y vegetales.Todo ello está contribuyendo a generar climas extremos, con grandes diferencias estacionales que impiden la adaptación de las especies a las condiciones climatológicas (…)

Prof. Rosana Rodríguez Curso: 4°A – 4°E

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La Argentina, en el ojo del Cambio ClimáticoPor  Maria Gabriela Ensinck . En El Cronista.  21 de Octubre de 2016

Inundaciones en la zona central del país, sequías más prolongadas en Cuyo, lluvias intensas y tornados más frecuentes en el norte y el Litoral, epidemias de dengue y zika en los principales centros urbanos, retroceso de los glaciares patagónicos, acidificación y aumento del nivel de los océanos, pérdida de zonas costeras en la provincia de Buenos Aires, son algunas de las consecuencias visibles del Cambio Climático en el país. Si bien es un fenómeno global, sus impactos son locales, así como las estrategias de mitigación y adaptación para hacerle frente.

Por su situación geográfica y estructura productiva, la Argentina es uno de los países más afectados por el calentamiento global. De acuerdo al informe "Modelos Climáticos" desarrollado por el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA-Conicet), en los últimos 50 años el aumento promedio de las temperaturas en el país alcanzó medio grado, pero en la Patagonia superó 1°C.

Según datos del Banco Mundial, las inundaciones son el principal riesgo climático argentino, ya que afectan a la Pampa Húmeda, la zona con mayor concentración poblacional y de actividades productivas. En años de lluvias intensas, como el 2012 y el 2015, los anegamientos se llevan hasta un punto del PBI.

La emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI, de los cuales el dióxido de carbono CO2 es el más común, pero no el único) es la principal responsable de este desequilibrio. El nivel actual de GEI en la atmósfera es de 400 ppm (partes por millón), cuando antes de la Revolución Industrial era de 280 ppm, según datos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC).

La Argentina aporta menos del 1% de las emisiones totales de gases de invernadero. Sin embargo, al contabilizarlas per cápita, su contribución es similar a la de Suecia. Los sectores que mayores emisiones generan son Energía y Transporte (43%) y Agricultura, Ganadería y cambios de uso del suelo (49%), según datos del Ministerio de Ambiente.

Efectos visibles"Las tendencias de cambio climático en los últimos 50 años muestran una mayor frecuencia de olas de calor en el norte y este del país, y una disminución de las heladas en la Patagonia", destaca Carolina Vera, investigadora del CIMA y miembro del IPCC. "También hubo un aumento de las precipitaciones intensas en la zona Centro y Este, y mayor sequía en el Noroeste y la Patagonia", apunta.

"En el Cono Sur, el calentamiento global se combina con el debilitamiento de la capa de ozono, lo que exacerba los fenómenos climáticos", apunta Pablo Canziani, investigador principal del CONICET en la Facultad Regional Buenos Aires de la UTN. La suba del nivel del mar es uno de los efectos más preocupantes. En la Bahía de Samborombón, donde confluye el Río de la Plata con el océano Atlántico, el mar se elevó 25 centímetros y se estima subirá casi un metro para finales de este siglo. "La costa está retrocediendo, especialmente en la zona de General Lavalle, San Clemente y hasta Quequén", describe.

Al mismo tiempo, los océanos, que hoy son considerados "bosques azules" por su cualidad de absorber gases de invernadero, están perdiendo esta capacidad al calentarse y volverse más ácidos. Según el informe del Banco Mundial "Desarrollo con menos carbono: respuestas Latinoamericanas", el cambio climático provocará un menor rendimiento de cultivos tradicionales como trigo y maíz, y un aumento del rinde de variedades genéticamente modificadas de soja.

"La clave está en la adaptación", sostiene Canziani, que es autor de un estudio sobre nuevos escenarios para el cultivo de vid y olivares en la Patagonia. "En un escenario moderado, el cambio climático puede ser una oportunidad de expandir la frontera vitícola, diversificando varietales", asegura.

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Un falso dilemaDe acuerdo al informe Stern sobre la Economía del cambio climático, publicado en 2007, por cada dólar invertido en mitigación y adaptación, se ahorran entre u$s 5 y 20 de pérdidas. Los países considerados "de ingresos medios", como la Argentina y la mayoría de los de América latina, son los que mayor riesgo enfrentan, ya que tienen más infraestructura expuesta y menor previsión en la mitigación de su impacto.

"Hay un falso dilema entre desarrollo con aumento de las emisiones o menos desarrollo para bajar las emisiones", destaca Alieto Guadagni, economista y miembro de la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente.

"Es posible, mediante innovaciones tecnológicas y reformas institucionales, aspirar a un planeta con crecimiento (esencial para bajar la pobreza) y menos emisiones contaminantes", asegura. El actual modelo económico, basado en combustibles fósiles, "deberá ser sustituido por otro con nuevas energías limpias y mayor eficiencia energética", apunta el ex secretario de Energía. "No ha concluido aún la era de los combustibles fósiles nacida a fines del siglo XVIII, nunca hubo tanto petróleo y gas como hoy. Sin embargo, los flujos de inversiones ya comienzan a orientarse hacia las nuevas tecnologías y la eficiencia energética. Esto impulsará nuevos sectores productivos", afirma Guadagni.

Entre las propuestas que enumera el ex funcionario se cuentan: inversiones en energías renovables, modernización del transporte público y priorización de la vía ferroviaria y fluvial para el transporte de cargas, impulsar la eficiencia energética en la industria, nuevos códigos de edificación que aseguren la aislación térmica y el etiquetado para artefactos energéticamente eficientes.También señala que "en el mundo se está debatiendo un impuesto al CO2, que ya ha sido implementado por alrededor de 40 naciones. Creo que es un tema que debería debatirse en breve en el país", sostiene Guadagni.

Un acuerdo bisagraEl acuerdo climático de París, firmado en diciembre del año pasado por 195 países, "significó un enorme avance en las negociaciones internacionales tendientes a frenar el aumento de la temperatura media global", evalúa Carolina Vera, del CIMA. Por primera vez, luego del fracaso del Protocolo de Kioto, todos los países firmantes (y no sólo los industrializados) se comprometieron a reducir sus emisiones de gases GEI, según metas voluntarias llamadas "contribuciones nacionales determinadas", o INDC por sus siglas en inglés.

El compromiso firmado en la capital francesa (Acuerdo de Paris del año 2015) estipula que se mantendrá el aumento de la temperatura media mundial por debajo de los 2°C respecto a los niveles preindustriales y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento a 1.5° C -algo que piden los países insulares, que están en riesgo de desaparecer por la suba del nivel del mar-."La meta es exigente, ya que requiere que dentro de 20 años estemos emitiendo un 30% menos de CO2 que hoy", dice Guadagni." Como para entonces tendremos 1400 millones más de habitantes y el PBI será el doble del actual, se trata de reducir las emisiones contaminantes por unidad de PBI en más de un 65%".

En la cumbre de París, la Argentina se comprometió a reducir sus emisiones un 15% hasta el 2030 en base a recursos propios, y otro 15% si accede a financiamiento. Este compromiso fue calificado como "poco ambicioso" por varios especialistas -entre ellos Guadagni-, destacando que "si todos los países hubiesen presentado una oferta similar, la temperatura mundial subiría 4°C"."Lo que se firmó en París fue un acuerdo marco -destaca Carlos Gentile, subsecretario de Cambio Climático del ministerio de Ambiente-. En la próxima cumbre de Marruecos se discutirá la "letra chica", y llevaremos un compromiso más proactivo", adelanta.Por lo pronto, la cartera comandada por el rabino Sergio Bergman está trabajando junto a otros 11 ministerios que conforman el "gabinete climático", en una propuesta superadora que incluya además un "plan nacional de respuesta" a la crisis ambiental

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CAMBIO CLIMÁTICO: LLUVIAS E INUNDACIONES

Hablamos de inundación cuando el agua ocupa terrenos por desborde de ríos, por lluvias torrenciales, por deshielo, por subida de las mareas por encima del nivel habitual en las costas, entre otros. En Argentina, el sector comprendido por la Cuenca del Plata, al coincidir con el relieve de llanura, constituye la región que más se inunda en el país.

La Cuenca del Plata abarca la región bañada por el conjunto de ríos que desembocan en el Rió de la Plata. El área total que abarca esta cuenca exorreica es de 3.100.000 km2, que se reparten entre cinco países sudamericanos.

General Villegas, setiembre 2017Laguna La Picasa, enero 2017

El Río de la Plata es el colector principal de la cuenca, siendo los ríos Paraná y Uruguay los colectores secundarios. También participan de esta red hidrográfica, los ríos Paraguay, Iguazú, Pilcomayo, Bermejo, Salado del Norte, Tercero, Cuarto, Carcarañá, y el Salado de Buenos Aires.

Junín, abril 2017

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Argentina bajo el agua: una superficie equivalente a Corea del Sur está inundada

Por Santiago Mayor. En WWW. actualidad.rt.com /15 sep. 2017

El pasado 9 y 10 de septiembre, mientras el huracán Irma arrasaba con el Caribe y Florida, en Argentina 10 provincias se veían fuertemente afectadas por un temporal. Las inundaciones alcanzaron campos y ciudades. Sin embargo este hecho hizo emerger un problema del pasado: hace meses que enormes extensiones se encuentran bajo el agua.Según un primer informe de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) publicado en el portal Mundo Empresarial, un total de 8 millones de hectáreas eran las afectadas. "Prácticamente toda la cuenca del río Salado, desde la desembocadura en la bahía Samborombón extendiéndose hasta zonas de La Pampa y sur de Córdoba, pasando por todo el oeste de Buenos Aires", indicó el estudio de la entidad.No obstante, datos más recientes publicados por el diario 'Ámbito Financiero' apuntan que la superficie bajo el agua alcanza los 10 millones de hectáreas. El equivalente al territorio de Corea del Sur y apenas un poco menos que el de Cuba.En un país como Argentina, dedicado en gran parte a la producción agropecuaria, esto supone un problema no solo social, sino también económico. Según CARBAP en toda la región de la llamada Pampa Húmeda (que incluye regiones de Buenos Aires, La Pampa, Córdoba y Santa Fe) se ha visto condicionada casi un tercio de la producción agropecuaria: 25% de la agricultura y 34% del rodeo vacuno de todo el país.

Buenos Aires La Pampa Córdoba Santa Fe

Porcentaje de la provincia inundada 28 17 12 20

¿Cambio climático o modelo agropecuario?A la hora de analizar cuáles son las causas de esta situación surgen diversas explicaciones. "Hay dos grandes bandos", los que sostienen que "se trata de un cambio en el régimen de lluvias que hace que caiga más agua en zonas donde no hay obras de infraestructura como para que se drene adecuadamente" y quienes apuntan que se trata de "una consecuencia del compactamiento de los suelos producto del modelo de explotación rural", explicó en diálogo con RT el sociólogo Rolando García.En ese primer "bando" se ubica el presidente de CARBAP, Matías De Velazco, quien declaró al diario 'Página/12' que "el modelo de producción no tiene nada que ver con esto" y aunque "hay gente que cree que los suelos absorben menos que antes, no es así". Por eso opinó que "la única solución son las obras hídricas, que van a llevar años y van a atravesar gobiernos".Sin embargo para Miguel Ángel Taboada, director de Suelos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), aseguró que "hubo años en que llovió lo mismo o más, como el 2001, y no tenías media provincia inundada". Desde su perspectiva hubo una transformación "en los últimos 25 años" en la que "desaparecieron 8 millones de hectáreas de pasturas y 5 millones de hectáreas de bosque, que consumían muchísima agua por año".

La "agriculturización" de Argentina"El problema de las inundaciones en la región pampeana es un tema ya histórico. Incluso hay un libro del siglo XIX de Florentino Ameghino que habla de las inundaciones y la seca", sostuvo el ingeniero agrónomo Manuel Martino. Consultado por RT resaltó que las inundaciones "no se pueden atribuir a un solo factor". Martino, que además es parte del Movimiento de Trabajadores Excluidos Rural, analizó que el cambio climático influye y "lo podemos observar por el hecho de que hay una mayor temperatura que genera inviernos suaves con menos heladas" a lo que se suman lluvias que "son muy intensas". Por ejemplo lo que antes llovía en un año "se da en tres o cuatro meses generando un colapso de los suelos".

Ahora bien, también existen "factores locales que tienen que ver con el modelo agropecuario que se viene instalando hace 20 o 30 años no solo en esta zona, sino también en otras dedicadas a otro tipo de producciones", añadió. Allí aparece en escena lo que el especialista denomina "agriculturización". Esto implica que "tierras que históricamente han sido de ganadería, es decir de pastura, se han ido trasladando y confinando al 'feed lot'".Allí se comenzó un modelo de agricultura "cuya primera finalidad era acumular agua en el suelo". Lo que en los hechos implica que "la mayor parte del año el suelo está en lo que denomina 'barbecho' (un suelo muerto), por lo tanto ahí no hay raíces, ni vegetación que pueda consumir esa agua". Entonces lo que se usaba antes para la ganadería, que "eran pasturas implantadas que podían

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durar hasta cinco años con raíces que podían superar los 20 metros de largo" actualmente "se ha reducido a un 10% de lo que había antes"."Esto genera un caos total en las zonas rurales", dijo porque para los pueblos pequeños "es lapidario", ya que "no solo quedan aislados, sino que se le termina lo vital que es el trabajo llevando a un nuevo éxodo hacia las ciudades". Como ejemplo mencionó la situación de General Villegas, en la provincia de Buenos Aires que "entre el año pasado y este ya desaparecieron 40 tambos, lo cual es muchísimo, porque generaba mucha mano de obra".

Transformación del paradigma agroproductivoRolando García, que además es investigador y docente de la Universidad de Buenos Aires, explicó que el modelo del agronegocio "reemplazó la siembra con arado por la siembra directa". Este es un "proceso muy importante" que se dio "a fines de la década de 1990 y durante toda la década de 2000" lo que llevó a que hoy "el 99% de la siembra se haga así".En ese sentido abonó a la perspectiva de que "un suelo compacto absorbe mucha menos agua y por lo tanto es más difícil evitar que se generen ollas en las zonas bajas de los campos y que el agua drene". No obstante analizó que "quizás lo más interesante es pensar que el cambio en el paradigma agroproductivo no sucede solo en Argentina, sino que es global en la producción de oleaginosas y cereales". Es por eso que "no depende solo de la capacidad estatal revertirlo o no", aunque "por supuesto que hay que tener una voluntad de hacerlo"."No se puede volver a producir como antes en Argentina, sería ir en contra de las tendencias mundiales de la producción agraria", opinó. Por eso destacó que además de pensar en un modelo menos agresivo para el medio ambiente, hay que realizar obras de infraestructura. "El gobierno actual está haciendo una obra importante en la cuenca del Salado -que comenzó con gobiernos anteriores- que permitiría drenar zonas que son muy inundables", dijo.Y concluyó: "Hay que encontrar formas novedosas que incorporen la tecnología que existe con prácticas sustentables que eviten situaciones de estas características" y eso "es lo más complicado".

Trabajo especial: ARGENTINA BAJO EL AGUA

1. Trabajo grupal (máximo tres integrantes)2. Cada grupo seleccionara un caso de inundación (en un lugar especifico) en el último año en

Argentina (periodo 2016/2017) y confeccionara una lámina/afiche para presentar y posteriormente exponer en una muestra en el colegio.

3. El objetivo es presentar la problemática actual de las inundaciones en nuestro pais, difundiendo el cuadro de situación concreta de estas catástrofes naturales y las razones que explican este fenómeno. Los temas analizados y comentados en clase ayudaran en este aspecto, aunque se puede seguir investigando para ampliar la información presentada.

4. La lamina deberá contener : El título común de todas las láminas es: ARGENTINA BAJO EL AGUA,

impreso en letra grande, claramente visible. El subtitulo: con letra algo mas chica, con el caso especifico a tratar Pequeños textos o esquemas en donde se exponga la causa y las características

de las inundaciones Un mapa como mínimo localizando la cuestión Imágenes (fotos o dibujos) y gráficos con datos de la situación Nombre de los integrantes al pie de la lamina

Recuerden que el objetivo es capturar la atención,

para difundir y concientizar sobre la

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¿Por qué se inundo La Plata?Por Cayetana Mercé, Inés Alvarez y Paula Baldo/ www.clarin.com/ 07/04/2013

Intentar encontrar las causas que provocaron la catástrofe en la ciudad de La Plata implica sumergirse en el estudio de los múltiples factores que incidieron en la tragedia.Cualquier explicación tiene que comenzar con el factor climático. Según el Servicio Meteorológico Nacional, en el momento de mayor intensidad del temporal, la lluvia se concentró sobre el centro de La Plata y no fluyó. De los casi 400 milímetros que cayeron a lo largo del día (392 mm más exactamente), 313 lo hicieron en un período de solo 3 horas.Para tener un valor de referencia, la media en La Plata para marzo, el mes más lluvioso, es de 111 milímetros. La tormenta cuadruplicó ese valor en un día. Según Pablo Canziani, investigador principal del Conicet y director del Programa de Estudios Atmosféricos de la UCA, estos fenómenos climáticos se incrementaron desde 1980 y ya no son excepcionales. “Se observa un cambio en el patrón de las lluvias, tanto en su intensidad como en su frecuencia, y es probable que sigan ocurriendo, pero no se puede predecir cuándo”, detalló.Frente a esta situación, los especialistas aseguran que es necesario asumir que Buenos Aires es un territorio inundable y que una primera medida sería crear planes de contingencia para afrontar estas catástrofes, más allá de las obras de infraestructura que haya que realizar.La tragedia también se vio agravada por la falta de un sistema de alerta para estas situaciones. Según fuentes consultadas, el radar en Ezeiza alcanza a cubrir sólo un sector de La Plata y se necesitaría un sistema integrado entre Argentina, Uruguay y el sur de Brasil para monitorear correctamente la zona. A este escenario hay que agregarle la obsolescencia de los equipos actuales. “Hace más de 40 años que no hay en el país inversión en instrumental de observación geofísica, no hay tecnología adecuada y lo que hay no alcanza a cubrir las necesidades”, afirma Canziani.Otra causa para explicar lo sucedido tiene que ver con la reactivación económica que, al igual que el resto del país, vivió La Plata a partir de 2003. Según la Dirección de Estadísticas municipal, hasta 2008 se habían pedido permisos de construcción por más de 2.000.000 de metros cuadrados en la ciudad y sus alrededores. Casas unifamiliares con jardín fueron reemplazadas en forma progresiva por torres y la densidad pasó de 250 habitantes por hectárea hasta casi 1.200. Esto contribuyó a impermeabilizar el suelo y colapsó el sistema de infraestructura.Para Rubén Pesci, arquitecto y presidente de la Fundación CEPA (Centro de Estudios y Proyectos del Ambiente), éste es un aspecto clave del desastre. “Debería haber un cambio contundente en los códigos de edificación, limitando la ocupación del suelo urbano a no más del 30-40 % del lote, para dejar jardines naturales. De lo contrario, toda el área urbana es una trampa de escurrimiento del agua en ocasiones de tormenta”.Para vislumbrar la tercera posible causa de la tragedia, hay que remontarse a la inundación que sufrió la zona norte de La Plata en 2008. Según Antonio Elio Brailovsky, especialista en historia ambiental, “al desbordar el arroyo El Gato, la autopista Buenos Aires-La Plata habría funcionado como un dique, y no permitió que el caudal de agua desagotara en forma eficiente”. Brailovsky afirma que esto ya había sucedido hace cinco años y las autoridades estaban al tanto del problema. El especialista también plantea la realización de un trabajo de obras interjurisdiccionales. “Un óptimo plan mancomunado sería que la Provincia hiciera obras de retención de agua y la Ciudad avanzara en las obras de los canales aliviadores”.

La ciudad de La Plata, y su zona aledaña entre el 2 y el 3 de abril de 2013, registro más de 400 mm de precipitaciones acumulados en cuatro horas. Las lluvias generaron una fuerte inundación en donde el saldo habría sido de más de 89 muertos, convirtiéndose en la inundación urbana más catastrófica de Argentina.Resultaron inundadas 3.500 hectáreas, considerando las cuencas de los arroyos El Gato, Maldonado y complementarias; con más de 190 mil afectados. El sitio más crítico de la catástrofe fue el barrio de San Carlos, una zona de gran crecimiento poblacional en los últimos años, al oeste del casco fundacional. Allí el agua llegó a los 2,40 metros. Como comparación, una habitación en una vivienda estándar mide unos 3 metros.Como consecuencia del evento, 120.000 usuarios fueron afectados por cortes en el suministro de energía eléctrica, más de 70 000 viviendas inundadas y pérdidas económicas estimadas en 3.400 millones de pesos, según la Facultad de Económicas de la Universidad de La Plata. La tercera parte de la ciudad tuvo que endeudarse para tratar de volver a lo que tenía antes del 2 de abril y esperar más de dos años para que las paredes terminaran secándose para pintarlas.

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Para encarar resoluciones estructurales de este tipo, es necesario que el tema sea una prioridad de la agenda política. En una entrevista realizada por el Diario de Arquitectura de Clarín en 2011 a los candidatos a intendente de La Plata, ni Bruera ni ningún otro hizo referencia a la necesidad de iniciar obras para enfrentarse a posibles inundaciones.

Para el urbanista Alfredo Garay, una solución sistémica que englobe toda el Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) es indispensable. Dentro de ese esquema, el estudio de las cuencas se impone como una tarea fundamental que todavía no se ha encarado. Una cuenca puede definirse como un territorio que drena agua en un punto común, sea un riachuelo, un arroyo o un río. En el AMBA existen once cuencas, algunas de las cuales recorren tanto la provincia como la ciudad de Buenos Aires. “Hay que implementar un plan a largo plazo de manejo de cuencas para todo el área metropolitana, consensuado entre los gobiernos. También es necesario monitorear la actividad de cada una, ya que cambia todo el tiempo. Es crucial el mantenimiento de las cuencas; cuidar que estén limpias y libres de basura”, explicó Garay.Según informó el ingeniero Sergio Liscia, director de la Carrera de Hidraúlica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de La Plata ya se lanzó una investigación para conocer las causas exactas de por qué se inundó la ciudad, “Estamos preparando un informe para la Nación con el detalle del estado de las obras de infraestructura que se estaban ejecutando y del plan hidraúlico que se estaba implementando. Calculamos que podremos concluirlo en 40 días”, dijo.

El extractivismo urbanoPor Enrique Viale. En http://www.comambiental.com.ar/ 16 de abril del 2013

Vecinos, organizaciones sociales y asambleas barriales -que luchan contra la construcción indiscriminada de torres y barrios privados, la privatización de la tierra y en defensa de los espacios verdes y humedales-, venían anunciando este desastre. Y, al igual que ocurre con aquellos que en las provincias resisten la megaminería y la sojización, siempre se minimizaron sus expresiones y reclamos.Se impermeabilizan los suelos, se construye y urbaniza irracionalmente y se avanza sobre las superficies absorbentes en áreas urbanas y suburbanas que no las planifica el interés general, sino la especulación inmobiliaria a través de los privilegios que le conceden quienes ocupan cargos en los Estados.Con una vertiginosa lógica de mercado se consolida un modelo de acumulación por desposesión, que conduce a la concentración de la propiedad de la tierra (el territorio) e implica el desprecio por el ambiente y los bienes comunes. El “extractivismo” ha llegado a las grandes ciudades. Pero no son los terratenientes sojeros ni la megamineras, sino la especulación inmobiliaria la que aquí expulsa y provoca desplazamientos de población, aglutina riqueza y territorio, se apropia de lo público, provoca daños ambientales generalizados y desafía a la naturaleza en el marco de una marcada degradación institucional y social. Se impone así un sistema especulativo, que implica privatizar beneficios y socializar costos.Una de las zonas más afectadas del partido de La Plata fue la localidad de Tolosa, la cual vio desbordado el arroyo El Gato, uno de los más contaminados de la provincia. Comienza ahora otra etapa en este tipo de catástrofes -más "silenciosa" pero igual de dañina- que tiene que ver con las enfermedades y epidemias sobrevivientes cuyas consecuencias nunca se contabilizan. En la ciudad de Buenos Aires -lejos de la atención mediática- también distintos asentamientos y villas sufrieron las secuelas del temporal en el marco de una urbe en emergencia habitacional.

Por su parte, el Cambio Climático (que llegó para quedarse) no es una excusa, por el contrario, acentúa la responsabilidad de los gobiernos. Este fenómeno provoca una mayor recurrencia y virulencia de los eventos climáticos extremos, los que ya no pueden considerarse imprevisibles. Hay que adaptarse y para ello no sólo debe desarrollarse un ordenamiento territorial serio, responsable y participativo (que además proteja y sume espacios absorbentes y reguladores), sino que hay que activar sistemas de alertas tempranas y de contingencias, todos absolutamente ausentes en el presente desastre.   Por último, no sólo debemos confrontar fuertemente este modelo que deja la planificación urbana en manos de la especulación inmobiliaria sino que esta dolorosa tragedia nos tiene que obligar a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza (en realidad, como parte de ella) para así poder encarar soluciones reales y efectivas.