vvaa. el patrimonio cultural subacuático. museum international. 2008

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    or patrimonio cultural subacutico se entiende todos los

    rastros de existencia humana que tengan un carcter cultural,

    histrico o arqueolgico, que hayan estado bajo el agua, parcial o

    totalmente, de forma peridica o continua, por lo menos durante100 aos (Convencin sobre la Proteccin del Patrimonio Cultural Subacutico,

    UNESCO, 2001).

    A lo largo de los aos, embarcaciones de diversas formas surcaron los ros y

    mares transportando hombres y mercancas, con sus sueos de conquista o de

    intercambio. Prcticamente en todas partes del mundo, ya sea en aguas dulces o

    saladas, reposan testimonios de un pasado saturado de recuerdos: sitios arqueolgicos

    sumergidos, como los de Port Royal en Jamaica, o ruinas del clebre Faro, sptima

    maravilla del mundo, pero sobre todo tres millones de pecios, algunos de los cuales

    podran contener objetos de valor. Por ello, excavaciones submarinas y caza detesoros han sido asociadas con mucha frecuencia. Pero los vestigios que descansan en

    la arena o en el limo representan una riqueza mucho mayor: la de la historia de la

    humanidad, en toda su diversidad. Con las actuales tcnicas de buceo, el espacio

    submarino, sus pecios y sus yacimientos arqueolgicos son ms accesibles y corren,

    por lo tanto, mayor peligro. Teniendo en cuenta que los Estados han centrado sobre

    todo sus esfuerzos en la preservacin del patrimonio cultural en tierra, ya sea

    material o inmaterial, el patrimonio subacutico solo ha sido parcialmente cubierto

    por las leyes de proteccin.

    Convencida de que el reconocimiento del principio de la diversidad cultural pasapor la defensa de intereses comunes, la UNESCO ha trabajado en la elaboracin de un

    dispositivo de instrumentos normativos, vinculantes o no, en la esfera cultural. La

    Convencin sobre la Proteccin del Patrimonio Cultural Subacutico, aprobada en 2001,

    propone a la atencin de sus Estados Partes principios generales semejantes a lo que se

    ha hecho a favor del patrimonio en tierra. La Convencin de 2001 entr en vigor el 2 de

    enero de 2009, ocho aos despus de su aprobacin. Este plazo excepcionalmente

    prolongado refleja la importancia y la variedad de los desafos, en especial polticos y

    econmicos, que se han tejido en torno a la Convencin. Dichos desafos fueron objeto de

    debates en ocasiones candentes y tumultuosos.

    ISSN 2075-5864

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    Las fluctuaciones de la cooperacin entre Estados, el valor comercial del

    patrimonio subacutico y el papel de la preservacin de los pecios y sitios sumergidos en

    el desarrollo social y econmico constituyen algunas de las interrogantes planteadas por

    un patrimonio cultural que, por primera vez, es definido en funcin del lugar donde fue

    descubierto.

    El presente nmero de la revista MUSEUM International trata de responder a

    estas interrogantes. En primer lugar, con ayuda de una presentacin de los sitios y una

    sntesis de los desafos que plantea la preservacin de este patrimonio cultural de nuevotipo. Por ello comenzamos por cuestionar, junto con David Nutley, este nuevo enfoque de

    la historia con el que cuenta el buzo arquelogo cuando abre esta cpsula del tiempo

    Con qu propsito? A favor de la ciencia, por supuesto, para que todos podamos conocer

    y comprender por lo tanto mejor nuestros puntos de anclaje en el espacio-tiempo. Este

    objetivo cientfico se aleja forzosamente de un enfoque romntico y mediatizado del

    descubrimiento de los restos enterrados. Ya que, como destaca Tatiana Villegas Zamora,

    si bien la caza de tesoros sumergidos es sinnimo de ganancia para algunos, esta

    representa una prdida irreversible para la mayora.

    Cuando comerciantes poco escrupulosos ponen en venta objetos arqueolgicos, lamayor parte de las veces estos se pierden para la ciencia y el pblico. Por qu no dejar entonces

    que los pecios descansen en su medio natural? Como nos lo explica Martijn Manders, el agua es

    tambin el mejor agente de preservacin de los vestigios de pecios. Es cierto que las

    innovaciones tecnolgicas cada vez ms sofisticadas permiten conservar los cascos de los

    pecios bajo el agua, independientemente del material con que fueron construidos, precisa Jean-

    Bernard Memet. Pero cmo podra entonces el pblico tener acceso a ellos? Se han comenzado

    a programar proyectos de museologa particularmente ambiciosos. La idea de museos bajo el

    agua, por ejemplo, que seran visitados con ayuda de una escafandra o de un cilindro de aire

    comprimido, incluso sin mojarse los pies, como ocurre en China bajo el lago artificial de la

    represa de las Tres Gargantas o en la baha de Alejandra, ya no es patrimonio de nuestrosimaginarios: se est convirtiendo en una realidad.

    Comprendemos mejor y la segunda parte de este nmero se hace eco de ello que para

    preservar un elemento cultural hay que reconocer primero una existencia legal.

    Lamentablemente, en el caso del patrimonio subacutico, la situacin variaba de manera

    considerable de un Estado a otro. Algunos Estados no contaban con ninguna legislacin

    especfica, en el caso de otros esta se reduca al mnimo. Y como hemos destacado,

    incluso las legislaciones nacionales ms protectoras no llegaban a ser suficientes. Era por

    lo tanto indispensable contar con un acuerdo internacional.

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    La Convencin de la UNESCO de 2001 completa las medidas jurdicas existentes en el

    seno de los Estados al igual que la Convencin sobre el Derecho del Mar de 1982 al

    ofrecer un marco especfico no solo de proteccin sino tambin de cooperacin entre sus

    Estados Partes. Los artculos de Ulrike Koschtial y de Thijs Maarleveld demuestran

    respectivamente que la Convencin llena un vaco jurdico peligroso que daba libre

    curso al trfico ilcito, al saqueo y a las excavaciones clandestinas y que dicha

    Convencin no pretende, a pesar de las normas que precisa, maniatar las iniciativas

    razonadas o atentar contra las normas de propiedad de los pecios. Por el contrario, la

    Convencin pretende favorecer un espacio para el entendimiento. No obstante, suaplicacin sigue siendo un desafo para muchos Estados, en especial para Brasil, el cual,

    gracias a la accin en particular del ARCHEMAR, como nos lo da a conocer Wilson

    Rambelli, figura en estos momentos entre los pases ms adelantados en lo que a

    proteccin jurdica y sensibilizacin del pblico se refiere.

    En la tercera parte podemos observar cmo el patrimonio cultural subacutico

    permite reconsiderar las fronteras establecidas de lo terico y de lo pragmtico en

    materia de proteccin del patrimonio. Se abren nuevas perspectivas. En primer lugar, en

    la esfera profesional. Formaciones cruzadas permiten a los arquelogos conservadores

    iniciarse en el buceo y a los buzos aficionados contribuir a la investigacin arqueolgica.Despus, en la esfera del desarrollo sostenible. Esta nocin permite, como lo explica Jasen

    Mesic en el caso de Croacia, ir ms all de los lmites costeros e involucrar regiones

    enteras en la preservacin del patrimonio. Finalmente, en la de la experimentacin.

    Francisco J. S. Alves nos presenta la creacin en Portugal de itinerarios arqueolgicos en

    el fondo de los mares y Luis Alberto Martos Lpez nos habla de la importancia de la

    exploracin en pleno corazn del pas maya de cenotes subacuticos cuya integridad se

    ve amenazada.

    La realizacin del presente nmero cont con el trabajo preparatorio de dos

    arquelogos, Rodrigo Solinis Casparius y Tatiana Villegas Zamora, as como con el apoyode los colegas encargados de la aplicacin de la Convencin de 2001. A todos

    agradecemos su colaboracin.

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    Deje caer un objeto al ocano y se perder para

    siempre o tal vez no. Gracias a los incesantesprogresos de la tecnologa, los ocanos y las aguasinteriores del planeta nos entregan testimoniosextraordinarios del pasado de la humanidad. Lossecretos de nuestros ancestros, antiguos o recientes,estn cada vez ms a nuestro alcance. No obstante,quien dice accesibilidad no dice solo descubrimientoy recuperacin. Comprender estos dones que nos hanhecho nuestros predecesores requiere que recurramosde manera prctica a lo mejor que existe en materia

    de prcticas, investigaciones y anlisis arqueolgicos,sin los cuales estas valiosas cpsulas del tiempocorren el riesgo de ser destruidas. Bajo el agua, lavisibilidad y otros factores ambientales puedenplantear mltiples problemas y a veces los sitios sonmuy frgiles. Estudiarlos, protegerlos ycomprenderlos presupone competencias muyespecializadas en la esfera de la observacin. Este esel papel de la arqueologa.

    Por David Nutley

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    El mar goza de la reputacin legendaria deser destructor. La vida humana ha pagado de hechoun pesado tributo a los huracanes, arrecifes y otrasfuerzas de la naturaleza. Todos los tipos deembarcaciones son vulnerables a las tempestades o a

    un brusco choque contra una ribera rocosa. Balsas,piraguas, veleros, potentes navos de acero, todosellos aparecen en la lista de barcos perdidos en elmar. A estas prdidas se aaden aquellas provocadaspor las guerras y los errores humanos. En resumen,millones de navos se han hundido en el fondo de losocanos.1 Las aguas interiores, los ros, los lagos, losestuarios tambin encierran peligros y sus fondosestn cubiertos de restos de embarcaciones que hannaufragado o han sido abandonadas.

    El mar puede asimismo provocarnumerosas vctimas en tierra firme. En los ltimosaos hemos sido testigos de espantosas catstrofesprovocadas por los tsunamis entre las poblacionescosteras del Sudeste Asitico y por el paso

    del huracn Katrina por Nueva Orlens. Adems, yasomos plenamente conscientes de las potencialesconsecuencias de la subida inminente de las aguasprovocada por el calentamiento climtico.No somos las primeras generaciones que handebido enfrentar tales eventos. Nuestras costasactuales se sitan con frecuencia a varioskilmetros por detrs de aquellas que conocannuestros ancestros hace 25 000 aos y an muchoms lejos de aquellas existentes hace 100 000 aos.2

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    De hecho, nuestras ciudades costeras han sidoconstruidas en terrenos que nuestros ancestroshabran considerado como tierras elevadas hasta100 m por encima del nivel del mar! Sus bosques,lagos, ros, granjas y viviendas se encuentran hoyhundidos bajo el agua frente a nuestras costas.

    El mar es en realidad capaz de destruir ysus efectos inmediatos son en ocasionesdevastadores. Sin embargo, una vez que los objetos

    han sido sumergidos, el agua puede preservarperfectamente tambin dicho patrimonio cultural.El tsunami que golpe a Asia en diciembre de 2004constituye prueba fehaciente de ello. Los daos entierra fueron terribles, sobre todo all donde la tierrase une con el mar. No solo muchas personasperdieron la vida. Las viviendas, las instalacionesportuarias, las granjas y los rboles tampocopudieron resistir a la fuerza gigantesca de las olas.

    En cambio, los sitios arqueolgicos subacuticos,incluso aquellos situados a proximidad de lasorillas, no sufrieron prcticamente daos. El peciodel Avondster, navo de la Compaa Holandesa delas Indias Orientales (VOC) que naufragara en 1659en esos parajes, fue de hecho recubiertoparcialmente por una nueva capa de arenaprotectora.3

    Una vez bajo el agua, la cultura materialtiene en general muchas ms posibilidades desobrevivir que en tierra. Ello se desprende con todaclaridad de la figura 1, que se apoya en datosrelativos a materiales obtenidos en excavacionesarqueolgicas. Dicho grfico compara el estadogeneral de conservacin de los diferentes materialesen tierra y en un medio subacutico. Para lamayora de ellos, las posibilidades de perdurar son

    mayores bajo el agua. Solo las materias muy inertescomo el oro y algunas piedras tienen el mismocomportamiento tanto bajo el agua como en tierra.

    Muchos sitios subacuticos han sidopreservados por el mar durante cientos, inclusomiles de aos. Representativos de un gran nmerode culturas, estn dispersos en zonas geogrficas yambientales muy diversas: ocanos, mares, vasnavegables, humedales y pantanos.

    Qu tipos de sitios yacen bajo el agua?Qu tipos de sitios yacen bajo el agua?Qu tipos de sitios yacen bajo el agua?Qu tipos de sitios yacen bajo el agua?Qu tipos de sitios yacen bajo el agua?

    Segn la Convencin de 2001 de laUNESCO sobre la Proteccin del PatrimonioCultural Subacutico, por patrimonio se entiendetodos los rastros de existencia humana que tenganun carcter cultural, histrico o arqueolgico, quehayan estado bajo el agua, parcial o totalmente,

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    de forma peridica o continua, por lo menos

    durante 100 aos.4

    Como los seres humanos necesitan delagua para existir, nuestras sociedades siemprehan vivido de manera fundamental cerca decostas, ros y lagos. Asimismo, desde tiemposinmemoriales, ocanos, mares y vas navegablesson utilizados para el transporte y la industria.No es por lo tanto sorprendente que una buenaparte de los bienes producidos por la humanidad

    hayan terminado bajo las aguas luego decatstrofes naturales, accidentes, actosdeliberados o guerras.

    Ante la variedad de sitios arqueolgicossumergidos, cuatro criterios fundamentalespermiten determinar la naturaleza de los sitos:funcionalidad, cronologa, forma en que seencontr bajo el agua el material subacutico yentorno.

    El factor funcional

    Este factor se relaciona con la fabricacin de losartefactos que constituyen el sitio. En el sitio de unpecio se tratar, por ejemplo, de elementos como laestructura del barco, su carga o las posesiones de lospasajeros y miembros de la tripulacin. A qu tipode comercio estaba destinado el navo? Fue la cargao la capacidad o rapidez de dicho navo elprincipal aspecto tomado en consideracin?

    Fue construido el barco en primer lugarpara transportar mercancas o pasajeros? Debanavegar en ros o lagos, se dedicaba al cabotaje o arealizar largas travesas ocenicas? Fue construidopara uso recreativo, comercial o blico? Todos estosfactores tendrn influencia en la configuracin dela nave, el tipo de materiales utilizados en suconstruccin, la solidez del casco, la naturaleza y elvolumen de la carga, as como el tipo de posesionespersonales transportadas.

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    Un navo como el Sydney Cove, quenaufrag en 1797 cerca de una pequea isla delestrecho de Bass, al sur de Australia, ejemplificacmo podemos interpretar un sitio de pecio paradeterminar la funcin de un buque. El Sydney Covetransportaba diversas mercancas desde Calcuta, enla India, hasta Sydney, en la costa este de Australia.Podramos esperar que un barco lanzado en unatravesa de este tipo haya sido concebido pararesistir las difciles condiciones de navegacin del

    sur del Ocano ndico y los Cuarenta Rugientes 5

    del sur de Australia, pero las excavacionesarqueolgicas realizadas en el sitio sacaron a la luzuna embarcacin ligera, mucho ms hecha parabordear las costas relativamente protegidas delsubcontinente. A pesar de ello, el Sydney Cove(anteriormente Begum Shaw) haba sido llevado arealizar un viaje que revelara ser irreflexivo y fatal6

    y que su constructor no habra pensado nuncamandarlo a hacer!

    El Mary Rose, navo insignia de los Tudor, porel contrario, haba sido concebido para el combate enel mar. Fuertemente artillado y construido con solidez,como corresponda al navo almirante del rey deInglaterra, Enrique VIII, estaba hecho con los mejoresmateriales disponibles y contaba con los msmodernos medios de combate naval de la poca.7 Las

    bodegas del Mary Rose no estaban llenas demercancas sino de armas diversas caones, balas,plvora, arcos, flechas e instrumentos de barbero-cirujano para curar a los heridos. A ello se aada elmaterial estndar necesario para el mantenimientodiario del navo, en especial velas y aparejos, un paolde provisiones con sus enseres de cocina y su vajilla,instrumentos de navegacin y los efectos personalesde soldados y marineros.

    La tradicin de los navos de guerra demadera se mantuvo hasta mediados del siglo XIX.Despus, en marzo de 1862, dos acorazados, el USSMonitory el CSS Virginia, libraron una batalla decuatro horas. No hubo ni vencedor ni vencido yambos buques se retiraron casi indemnes, pero ya sehaba demostrado la eficacia defensiva de los cascosacorazados. Este enfrentamiento precipit el fin delos navos de guerra con casco de madera y elrecurso tradicional a la andanada.8El Monitor

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    naufragara ms tarde, el 31 de diciembre de 1862,mientras era remolcado. La documentacin sobre losvestigios de este barco de guerra permiti compararla supervivencia de los pecios de madera y los dehierro. Contrariamente al Mary Rose, el Monitornose hundi en la arena sino que permaneci sobre ellecho del ocano durante 121 aos antes de serdescubierto en 1973.9 Gracias a la solidez intrnseca

    de su blindaje y de su can de torreta, el cascoexpuesto permaneci en gran parte intacto, en lugarde podrirse como el de madera del Mary Rose.

    En la aviacin, la necesidad que tienen lasnaves de ser rpidas y relativamente ligeras excluyen la prctica el empleo de placas de blindaje. Losmetales ligeros, como el aluminio, se corroen conrapidez en el agua del mar y si se produce un enlaceelectroltico con otro metal, como el hierro, se forma

    un depsito galvnico que puede acelerar an ms ladesagregacin. Sin embargo, las funciones de un avinsiempre han determinado su forma. Los aviones decarga son por lo general grandes y pesados, mientrasque los militares de caza son alargados y cuentan solocon la capacidad suficiente para transportar unatripulacin, combustible y armas. Los aparatosconcebidos para aterrizar en el agua y despegar desdeella, como los hidroaviones Catalina de la SegundaGuerra Mundial, cuentan con trenes de aterrizaje

    dotados de flotadores en lugar de ruedas y a veces confuselajes especialmente adaptados para servir de cascocuando se encuentran sobre el agua.

    En lo que respecta a los puertos consideradoscomo tipo de sitio, debemos sealar que laConvencin excluye de manera expresa de laproteccin a los cables y tuberas colocadas en elfondo del mar, as como a las instalaciones todava enuso o que fueron adaptadas para otros usos (por

    ejemplo, muelles, espigones, diques, ayudas a lanavegacin). Si dejamos a un lado esta consideracin,los puertos representan un aspecto fundamental delpatrimonio cultural subacutico. No solo sirven deinterfaz para los barcos que navegan en los ocanos,sino que sus infraestructuras deben asimismo ayudara los buques a cargar y descargar sus importantescargas. Adems, existen grandes posibilidades de que

    los hogares o lugares de residencia de lastripulaciones y de su familia se encuentren all.

    Cierto nmero de grandes instalacionesportuarias, sumergidas a lo largo de los siglos comoresultado de una elevacin del nivel del mar o demovimientos tectnicos, han sido objeto deexcavaciones arqueolgicas. Entre ellas se encuentransitios tales como Port Royal en Jamaica. Esta ciudadsumergida, cuyos orgenes remontan a 1655, fecha de

    la invasin de la isla por parte de los ingleses y de sutoma a los espaoles10, se encuentra bajo las aguas delactual puerto de Kingston. Este sitio subacutico es elresultado de un terremoto acaecido en 1692 y en cuyotranscurso las dos terceras partes de la ciudad sehundieron en el mar en el espacio de algunos minutos.La catstrofe fue comparada con Pompeya, sepultadade manera instantnea bajo las cenizas volcnicas. Noes sorprendente que el sitio haya sido descrito comoquizs la ciudad inglesa mejor preservada del

    mundo.11

    Los puertos requieren la construccin deinstalaciones adaptadas a las cargas y a los buquesque las transportan, as como a la naturaleza delmedio marino en el cual se hallan. De ello sedesprende una infinita variedad de solucionestcnicas. Por ejemplo, situadas a lo largo de las orillasde un ro sujeto a grandes variaciones del nivel delagua, estas instalaciones pueden ir desde una seriede

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    escalones tallados en la orilla hasta una complejaestructura de muelle de carga o descarga de variospisos, como encontramos en la ciudad australianade Bourke, sobre el ro Darling, en la parteoccidental de Nueva Gales del Sur.12 En los estuarios,los muelles y espigones pueden ir desde pequeasestructuras de piedra, madera u hormign hastaimponentes construcciones que pueden acoger a

    varios navos de alta mar.

    Otras infraestructuras descubiertas bajo elagua pudieron estar en funcin de las necesidadesde industrias que explotaban los recursos naturalescomo la pesca. Estas estructuras puedan estarhechas de materiales orgnicos, como caas tejidas,o consistir en barreras compuestas de maderos obarreras o trampas hechas de combinaciones depiedra. Van desde vestigios de los tiempos

    prehistricos hasta escalas para pecesrelativamente modernas. La eleccin de losmateriales obedece a la funcin particular que diolugar a su creacin, a la naturaleza de los recursosextrados y a los materiales naturales disponiblespara la construccin. Una vez abandonadas (comoresultado de la evolucin tecnolgica o cultural o deuna modificacin del nivel del mar), cada una secomporta de manera diferente segn los materialesde construccin utilizados, el medio en el que se

    encuentran y los cambios ambientales ocurridosdespus de que fueron abandonadas. Estos factoresdeterminan la manera en que sobreviven estossitios, incluso su propia supervivencia.

    Tambin han sido encontrados bajo el aguasitios de hbitat humano. En este caso se trata desitios que conservan la marca es el caso de hogaresde chimenea, herramientas de piedra e inclusomateriales orgnicos13 de aquellos lugares donde

    vivan personas. Algunos han sido localizados enlos bordes de la ribera primitiva a cielo abierto14 yes posible que existan otros resguardados en grutasnaturales.15

    La cronologaLa cronologaLa cronologaLa cronologaLa cronologa

    La naturaleza de los sitios depende

    obligatoriamente de la poca en que fueron creados.Los valores culturales, la disponibilidad dedeterminados materiales, el acceso a los mercados ya los progresos tcnicos, todo ello desempea unpapel en la cultura material producida en unperodo determinado. Funciones similares hanexistido en todas las pocas, pero las elecciones quese ofrecan a las diferentes culturas y aquellas queestas hicieron han variado considerablemente a lolargo de los aos. Estas variaciones cronolgicas se

    reflejan tanto en la naturaleza como en ladistribucin geogrfica de los sitios del patrimoniocultural subacutico.

    La pesca ha experimentado tal expansinque la hizo pasar de actividad cotidiana practicadacerca de las costas o en las aguas interiores aprofesin cuyos buques surcan los ocanos delmundo durante meses. Los navos dedicados alcomercio han evolucionado para pasar de la

    pequea balsa o piragua monoplaza al gigante deacero de varios puentes y 400 m o ms de eslora. Lahuella arqueolgica que puede dejar un hombre quepesca en aguas protegidas desde una piragua con unarpn o una caa provista de un anzuelo hecho deconcha es muy diferente de aquella dejada por ungran ballenero del siglo XIX con una quilla demadera amplia y slida, enormes cuadernas ycurvas de madera, calderas de hierro, cabillas dehierro o de aleaciones de cobre y un casco de

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    madera recubierto de cobre sin hablar de algunoscaones para protegerse de los merodeadores.

    Teniendo en cuenta la naturaleza del agua,con sus corrientes, mareas y crecidas, y del vientoque se conjugan para empujar el buque a donde nodesea forzosamente ir, saber lanzar el ancla era unahabilidad esencial del capitn de navo. La poca de

    construccin de un bajel determina el tipo de anclaal que se le asocia. Puede tratarse de una gran piedraamarrada al barco por medio de una cuerda o, comoen China en el siglo XV, de una combinacin demadera y piedra que mide 5 m. Un ejemplo de estetipo de anclaje fue descubierto en el sitio delnaufragio de la flota de 4 400 navos del emperadorKublai Kan, la cual que se hundi en 1281 duranteuna tempestad frente a la isla de Taka-shima (enJapn).16 En el siglo XIX, el desarrollo de la

    siderurgia permiti que la forma de las anclasevolucionara con rapidez. Si bien el peso de estas fueen un inicio el factor determinante para mantenerel barco atado, el inters mayor fue concedido altamao y al peso de la cadena del ancla, quesustituy rpidamente a los cabos antes empleadospara sujetar el ancla al barco. Como el peso del anclaperdi importancia, se redujo su dimensin enproporcin con la longitud del barco. Adems, secrearon nuevas formas para las partes (llamadas

    brazos y orejas [flukes]) que las amarraban alfondo del mar. Las anclas son por consiguiente unaherramienta valiosa para diagnosticar la edad y lasdimensiones de los restos de un navo.

    La cronologa tiene tambin otra utilidadfundamental para la arqueologa. Como yahabamos sealado, los principales daosprovocados a los bienes culturales se producen en elmomento en que estos se sumergen. Una vez que los

    bienes reposan en el fondo del mar o del lago, elproceso de deterioro comienza de inmediato areducir su velocidad. Desde luego, sigue siendoimportante durante los primeros meses e inclusodurante los primeros aos, pero su evolucin sehace cada vez ms lenta. Como norma, se alcanzauna casi estabilidad al cabo de 100 aos. Si el sitioha logrado sobrevivir hasta entonces, existen

    posibilidades de que perdure an por mucho mstiempo, a menos que se produzca una catstrofenatural o una alteracin provocada por el hombre.En 1960, el arquelogo George Bass realizexcavaciones arqueolgicas en el sitio de peciosmediterrneos que databan aproximadamente de1200 a.C., demostrando de esta forma de maneraconcluyente que el patrimonio cultural subacuticopoda sobrevivir miles de aos.17 Que un sitio estconstituido en su mayora por materiales orgnicos

    (madera, por ejemplo) o inorgnicos (piedra, hierro),sus particularidades reflejan la poca en que fueconstruido y en la que fue destruido. Estos criteriosde datacin, as como muchos otros, resultanesenciales para comprender las historias de lascuales son portadores estos sitios para nosotros ypara las futuras generaciones.

    Cmo se sumergi el material cultural

    El tercer factor clave que permite determinar lanaturaleza de un sitio del patrimonio culturalsubacutico es la forma en que se encontr bajo elagua en los orgenes. Los objetos o instalaciones queen un inicio estaban destinados a ser sumergidos(por ejemplo, una trampa para peces hecha depiedra o una estructura portuaria de hormigncomo la de Cesarea Martima) son construidos engeneral para resistir a las presiones del medioambiente local. Pueden existir de forma casi

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    indefinida y conservar, en lo fundamental, suintegridad.

    En cambio, un objeto que no fue concebidopara ser sumergido debe enfrentar una perspectivamuy diferente. Los buques son concebidos paranavegar sobre el agua y, en general, para mantener asus pasajeros y su interior ms o menos seco.

    Cuando se van a pique y se hunden hasta el fondodel ocano se encuentran en una situacin para lacual nunca fueron preparados.

    La naturaleza arqueolgica del sitio de unnaufragio se ver igualmente afectada si el navosufri daos antes de hundirse. Una embarcacinque choca contra un arrecife podr tener la quilla es decir, su espina dorsal rota. Su estructura deconjunto se ver debilitada y su casco podr

    romperse con mayor facilidad en el fondo del mar,de ah una mayor dispersin de los artefactos. Si elbuque se incendi y quem hasta la lnea deflotacin antes de hundirse es poco probable que sucasco conserve una gran parte de la carga, de lasestructuras y de los accesorios ya que estos o fuerondestruidos por las llamas o cayeron al agua porencima de la borda o fueron arrastrados por el aguamientras que el navo descenda hacia el fondo. Deigual forma, un buque que ha sido blanco de una

    mina, o de bombardeo areo o de un torpedo ensituacin de guerra habr sufrido grandes daos ysus principales estructuras se debilitarn inclusoantes de hundirse bajo el agua. Este factor debertambin ser tenido en cuenta para interpretar losvestigios que yacen sobre el fondo marino.

    Sin embargo, un buque que se hunde derepente, incluso cuando la causa haya sido un actode guerra o una tormenta, puede acabar en el fondo

    casi intacto. Lo mismo ocurre con un avin que sehunde en el mar despus de haber agotado todo elcombustible. Una vez sobre el lecho marino suaspecto ser muy distinto del de una aeronave quese estrella en el mar a toda velocidad.

    El entorno

    El cuarto factor clave en la creacin de un sitio delpatrimonio cultural subacutico es el entorno. EnEden, en la costa sudeste de Australia, dos antiguosbarcos de pesca muy parecidos fueron hundidos en1988 en la misma regin y a profundidadessimilares. Se trataba del Henry Bolte y del TasmanHauler. En la actualidad, estos dos sitios muestranformas muy diferentes de formacin y deterioro. ElHenry Bolte yace sobre un ar recife plano y duromientras que el Tasman Haulerencall sobre un

    fondo arenoso que ofreci a la quilla un colchnprotector. De ello se desprendi cierta estabilidadque explica aparentemente el ritmo de deteriorobastante lento del pecio. Esta estabilidad parecehaber estimulado adems la colonizacin de lasuperficie de la estructura por parte de una fauna yuna flora marinas abundantes y de vivos colores. Eldesarrollo del medio biolgico marino en el HenryBolte, por el contrario, es bastante dbil18 y el barcose deteriora con mayor rapidez.

    En general, los barcos que encallan enarrecifes superficiales se degradan con mayorvelocidad, ya sean de madera, de hierro o de acero.En el extremo opuesto de la escala encontramos lasembarcaciones que se han hundido en aguasprofundas de temperatura glacial y casidesprovistas de corrientes, luz y oxgeno. El Titanicconstituye tal vez el sitio ms conocido en estesentido y su capacidad para permanecer

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    relativamente intacto desde 1912 es un ejemplo de lacalma de su entorno. Mucho ms recientemente, laestabilidad de dicho entorno se vio seriamenteperturbada al descubrirse el pecio y comenzar lasvisitas de submarinos y cmaras teledirigidas. No espor lo tanto sorprendente enterarnos de que se haobservado un deterioro creciente del sitio luego delas primeras exploraciones.

    Existen en otros lugares pruebasespectaculares de la capacidad de los barcos demadera para conservarse tambin en aguas fras yoscuras, donde existe poco oxgeno, atravesadas porcorrientes muy dbiles. Tal es el caso del lagoOntario, en Canad, donde los pecios del Hamilton ydel Scourge, hundidos en 1813, son administrados ydocumentados en el marco del HamiltonScourgeProject de la ciudad de Hamilton.19 Pero el ejemplo

    ms significativo de conservacin de un navo demadera es con toda probabilidad el del Vasa, enSuecia. Esta insignia de la flota del rey suecoGustavo Adolfo se hundi en 1628, justamentedespus de emprender su viaje inaugural, a menosde una milla nutica de la costa. Sus restos fuerondescubiertos en 1956. Cinco aos ms tarde, en 1961,el navo fue sacado a la superficie para ser objeto deun tratamiento de conservacin y ser expuesto alpblico. Dato asombroso, cerca del 95% del buque se

    encontraba intacto. Adems del hecho de enterrarseparcialmente en el cieno y el lodo, la incapacidad delos organismos xilfagos de vivir en aguassemejantes contribuy en gran medida a suconservacin.20

    Estos ejemplos de navos preservadosntegramente ejemplifican lo que puede ocurrir en elfondo del mar, incluso en aguas que ni son fras nicarecen de luz y oxgeno y donde las corrientes

    pueden ser muy fuertes. Una capa de arena o de lodoneutraliza de manera instantnea los efectosabrasivos de la corriente, bloquea los rayosluminosos, reduce o elimina la presencia de oxgeno,impide la invasin de los organismos xilfagos,como el toredo navalis y mantiene la temperatura aniveles constantes. Si tenemos en cuenta que lasquillas de los barcos tienden a hundirse en la arena o

    el cieno, los buques de madera pueden permaneceren gran medida intactos en aguas templadas oincluso tropicales. El Swift, frente a las costasargentinas21, y el Pandora22, a la altura de la costanordeste de Australia, constituyen dos ejemplos deello.

    Existe otro tipo particular de pecios:aquellos barcos que en lugar de hundirse porcompleto encallan en las riberas de un ro o de un

    estuario o algunas de cuyas partes se conservansecas sobre una ribera costera. Estos sitiosconstituyen oportunidades nicas de observar cmoreaccionan los bajeles de madera, hierro o acerocuando estn constantemente mojados o secos.Muchos de ellos no se han hundido a causa del azarsino que han sido abandonados despus de habercumplido su perodo de vida til. Las lecciones quedebemos extraer de dichos sitios han sidodemostradas gracias a proyectos como el Submerged

    Resource Center, del Servicio de Parques Nacionales,Departamento del Interior de los Estados Unidos deAmrica23, o al proyecto Graveyard of chips(Cementerio de Buques) en Australia Meridional.24

    Contexto e integridad

    Los sitios que han sido objeto de excavacionesarqueolgicas programadas ofrecen de formacontinua informaciones relacionadas tanto con

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    detalles estructurales como con la cultura material.Pero esta informacin presupone un esfuerzo previocon el propsito de establecer la relacin que existeentre los objetos descubiertos en el sitio y el propiositio. Esta relacin puede revelar la funcin originalde los artefactos presentes en el navo en la poca enque este navegaba. Si ignoramos dnde un objeto fueencontrado, es con frecuencia imposible saber cul

    era su relacin con el sitio primitivo ya sea unbuque, un avin, una infraestructura portuaria, unatrampa para peces o una vivienda humana. Reunirdocumentos sobre el contexto resulta esencial tantopara el trabajo del arquelogo como para el de unespecialista de la polica cientfica. Por este motivo,perturbar sin autorizacin los sitios del patrimoniocultural subacutico es ilegal en muchos pases yest prohibido adems por la Convencin de 2001.Una intervencin de este tipo realizada sin contar

    con informacin adecuada sobre el contexto detodos los elementos del sitio da lugar a una prdidairrecuperable de su integridad.

    Por integridad no debe entenderse que unsitio ha permanecido intacto por haber conservadosu forma original. Un navo puede haber sidoreducido a pedazos al chocar contra un abruptoacantilado sin que esto impida que sus restospuedan ser interpretados. Elementos clave como las

    anclas y las cadenas que las sujetan siempresealarn la posicin de la proa. Concreciones durascomo piedra se forman rpidamente luego delnaufragio de un gran navo y resisten a las olas msfuertes durante muchos aos.

    Conclusiones

    Cada una de estas categoras de factores incluye unacantidad considerable de variables. Adems, entre

    ellas se producen superposiciones y es estainteraccin la que produce la diversidad casi infinitade los sitios del patrimonio cultural subacutico: noexisten dos sitios que sean semejantes en todos losaspectos. La informacin que encierra cada sitio esnica, como puede serlo el comportamiento de losobjetos que all se encuentran, como lo demostr elejemplo de Eden. Evitar partir del principio segn el

    cual las informaciones del sitio A sern idnticas alas del sitio B constituye un desafo permanentepara el investigador. De la misma forma, no puededarse por hecho que los mtodos de estabilizacinque han demostrado ser eficaces en un sitio tambinlo sern en otro, ni que los mismos mtodos deconservacin sern igualmente aplicables al objetoA y al objeto B.

    Los sitios del patrimonio cultural

    subacutico son verdaderas cpsulas del tiempo deinfinita variedad, ricas en historias para sercontadas. Es muy probable que sitios que datan devarios miles incluso de varias decenas de miles deaos yazcan ocultos en lechos de turba aproximidad de las costas o bajo el limo de nuestrosestuarios y de nuestras plataformas continentales.Para que sean preservados y, de forma eventual,actualizados y registrados, la cooperacininternacional y las investigaciones arqueolgicas

    que recurren a las mejores prcticas constituyenimperativos absolutos. En este contexto, laConvencin de 2001 demuestra toda suimportancia. Elaborada con la participacin demuchos pases, se basa en la nocin de mejorprctica y sus principios fundamentales reconocenla variedad de los tipos de sitios que encontramosbajo el agua, su importancia y la necesidad de unagestin sana y sostenible de ese patrimonio nico.Con la ayuda de las nuevas tecnologas que permiten

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    un acceso cada vez ms amplio a los pecios, laConvencin de 2001 representa la mejor esperanzapara estos sitios de ser tratados como ventanas quese abren al pasado como cpsulas del tiempoportadoras de sentido.

    1. Ver Dossier de informacin sobre la Convencin de la UNESCO

    sobre la Proteccin del Patrimonio Cultural Subacutico de 2001:

    http://portal.unesco.org/culture/en/ev.php-

    URL_ID=34945&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html.

    2. David Nutley (2006), The Last global warming? Archaeological

    survival in Australian waters, Adelaida (Australia): Flinders

    University Maritime Archaeology (Monograph Series, no 10).

    3. Sri Lankas maritime museum hopes fade after tsunami

    reclaims sea treasures (AFP). Khaleej Times Online, Dubai, 21 de

    marzo de 2005.

    4. Ver Convencin sobre la Proteccin del Patrimonio Cultural

    Subacutico, Pars: UNESCO, 2001, Artculo 1 (a).

    5. Los Cuarenta Rugientes corresponde al nombre dado por los

    marineros a las latitudes situadas entre los paralelos 40 y 50 del

    hemisferio sur. Recibieron este nombre a causa de los fuertes

    vientos existentes, provenientes en su mayora del oeste.

    6. Ver Michael Nash (2001), Cargo for the colony: the 1797 wreck of

    the merchant shipSydney Cove, Canberra: Navarine Publishing, pp.

    97120. Al examinar las estructuras del pecio del Sydney Cove

    (antiguo Begum Shaw), los arquelogos pudieron determinar que elbuque haba sido construido para navegar en aguas relativamente

    protegidas y no para emprender un viaje de Calcuta a Sydney.

    7. Peter Marsden (2003), Sealed by time: the loss and recovery of

    the Mary Rose, Portsmouth: The Mary Rose Trust, pp. 1-5 y 11-129.

    8. John D. Broadwater (2006), The USS Monitor: in situ

    preservation and recovery, in R. Grenier, D. Nutley e I. Cochran

    (dir. publ.), Underwater cultural heritage at risk: managing natural

    and human impacts, Pars: ICOMOS, pp. 7981 (79).

    9. Ibid.

    10. Donny L. Hamilton (2006), Port Royal, Jamaica: archaeological

    past and development potential, in R. Grenier, D. Nutley e I.

    Cochran (dir. publ.), Underwater cultural heritage at risk: managing

    natural and human impacts, Pars: ICOMOS, pp. 49 51 (49).

    11. Ibid.

    12. David Nutley y Smith, Tim (2003), Darling River, NSW: maritime

    archaeological survey, Parramatta: NSW Heritage Office, p. 61.

    13. James Muche (1978), An inundated Aboriginal site, Corral

    Beach, California, in J. Barto Arnold III (dir. publ.), Beneath the

    waters of time: the proceedings of the ninth conference on

    underwater archaeology, Austin (Texas): Texas Antiquities

    Committee Publication, No 6, p. 102.

    14. Andrej Gaspari (2006) (dir. publ.),Zalog near Verd: Stone Age

    hunters camp at the western edge of the Ljubljansko Barje,

    Ljubljana:Instituto de arqueologa del Centro de Investigacin

    Cientfica de la Academia Eslovena de Ciencias/Ediciones de la

    Academia Eslovena de Ciencias.

    15. D. Nutley The Last global warming?, pp. 38, 43 y 52.

    16. Wataru Ishihara (2007), Underwater archaeology in Japan, in

    Takenori Nogami (dir. publ.), Underwater cultural heritage and

    archaeology, Fukuoka (Japn): Asian Research Institute of

    Underwater Archaeology, p. 2.

    17. K. Muckelroydir (1980) (dir. publ.), Archaeology underwater: an

    atlas of the worlds submerged sites, New York: MacGraw-Hill Book

    Company, pp. 325.

    18. Maritime Heritage Online (2008), Heritage Branch, Department

    of Planning, Nueva Gales del Sur: http://maritime. heritage.nsw.gov

    . au/public/regionMap.cfm?region_Id=7.

    19. Ver http://www.hamilton-scourge.hamilton.ca/.

    20. Dottie Mayol (1996), The Swedish ship Vasas revival, Miami

    (Florida): Universidad de Miami, Anthropology 340s Marine

    Archaeology.

    21. Dolores Elkin (2006), HMS Swift: scientific research and

    management of underwater cultural heritage in Argentina, in R.

    Grenier, D. Nutley e I. Cochran (eds), Patrimoine culturel

    subaquatique en pril : grer les impacts naturels et humains,

    Pars: ICOMOS, pp. 768.

    http://portal.unesco.org/culture/en/ev.php-URL_ID=34945&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.htmlhttp://portal.unesco.org/culture/en/ev.php-URL_ID=34945&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.htmlhttp://maritime/http://www.hamilton-scourge.hamilton.ca/http://www.hamilton-scourge.hamilton.ca/http://maritime/http://portal.unesco.org/culture/en/ev.php-URL_ID=34945&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.htmlhttp://portal.unesco.org/culture/en/ev.php-URL_ID=34945&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
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    19

    22. Peter Gesner (1997), HMS Pandora, in James Delgado (dir.

    publ.), British Museum encyclopaedia of underwater & maritime

    archaeology, Londres: British Museum Press, pp. 3057.

    23. Mathew Russell (2005), Beached shipwreck archaeology: case

    studies from Channel Islands National Park, Santa Fe (Estados

    Unidos): Submerged Ressource Center, Servicio de Parques

    Nacionales, Departamento Norteamericano del Interior.

    24. Nathan Richards (2007), Garden Island 190645: graveyard of

    ships, in Michael Nash (dir. publ.), Shipwreck archaeology in

    Australia, Crowley (Australia): University of Western Australia

    Press, pp. 18393.

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    Uno de los sueos ms persistentes de la humanidada travs de todos los tiempos despus del deseo de

    volar ha sido explorar el fondo marino. Se dice queAlejandro Magno se sumergi en una jaula de cristaly existen pruebas que indican que, desde el ao 1683,se han hecho intentos para llegar a los pecios de laclebre Armada1 en Irlanda con la ayuda de unacampana de buceo.

    En Inglaterra, en 1836, John Dean sac a lasuperficie caones de los restos del Mary Rose.2 Sinembargo, se trataba de hechos aislados que tenan un

    impacto mnimo en la preservacin del valorhistrico de los sitios descubiertos. Durante laSegunda Guerra Mundial este sueo se hizo realidadcon la invencin de la escafandra autnoma. Losequipos tecnolgicos modernos para detectar lapresencia de cuerpos extraos en el fondo marino,que antes estaban solo en manos de las industriasmilitar y petrolera, ahora son relativamenteaccesibles para quien disponga de los medios paracomprarlos. La variedad de equipos sonar de

    Por Tatiana Villegas

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    barrido lateral, magnetmetros, perfiladores defondos marinos, sumergibles, ROV (robots

    teledirigidos equipados con brazos mecnicos ypinzas para sujetar los objetos y colocarlos en la cesta,incluso a grandes profundidades) muestraclaramente que los sitios culturales sumergidos ya noestn protegidos por la inaccesibilidad natural de sumedio.

    Dos categoras diferentes tienen acceso a losequipos tecnolgicos modernos de exploracin desitios culturales subacuticos. Por una parte, la

    comunidad arqueolgica, consciente del valorcultural e histrico de dicho patrimonio, desarrollatcnicas de estudio cientfico, anlisis, registro,interpretacin y conservacin de los sitios. En todoel mundo los arquelogos submarinos elaboranprogramas basados en las normas internacionales,la cooperacin, el fortalecimiento de lascapacidades y la investigacin para formar una

    masa crtica de especialistas y encontrar los mediostcnicos para una mejor proteccin de estepatrimonio nico. Los progresos son lentos peroduraderos. Por otra parte, los salvadoresprofesionales y los cazadores de tesoros buscansitios donde supuestamente hay bienes explotablesdesde el punto de vista comercial. En los ltimosveinte aos el nmero de ellos ha aumentado deforma considerable. De hecho, la tecnologa se hadesarrollado mucho ms rpido que la evaluacin

    del valor cultural de los restos (Hutchinson, 1996).Por consiguiente, el pblico tiene ms conciencia delos progresos tecnolgicos que de la importancia delos propios sitios. Sin embargo, la tecnologa es sloun aspecto operativo de la investigacin. Esteartculo pretende esclarecer los diferentes enfoques,motivaciones e intenciones de estos actores tandiferentes.

    Arqueologa contra exploracin comercial

    La nocin romntica de la bsqueda de un tesoroperdido, tal y como aparece en las novelas deaventuras o en pelculas populares coma la serie deIndiana Jones o de Benjamin Gates, adquiere otroaspecto cuando pensamos que la explotacincomercial del patrimonio cultural subacutico seha convertido en la amenaza ms seria ydevastadora que pende sobre la proteccin de estosvestigios legados a la humanidad.

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    Los que se dedican al salvamento desde elpunto de vista comercial y los cazadores de tesorosrecuperan objetos con un determinado valorcomercial como joyas, monedas, instrumentos de

    navegacin, porcelanas frgiles y otras antigedades,y se aduean de ellos sin tener en cuenta el valorarqueolgico, histrico y cultual del sitio, quedesconocen como entidad. Desde el punto de vistaarqueolgico, el lugar donde se ha hundido un barcoes un sitio que comprende toda la zona donde hanido a parar elementos de la estructura o del aparejo, obien otros objetos, despus del naufragio. Todos ellosencierran una informacin potencialmente valiosa.Por tal motivo, los arquelogos se toman el tiempo

    necesario para tomar nota de la localizacin exactade cada elemento en un marco bien definidopreviamente y para evaluar las relaciones entre unaestructura y su contenido. En el laboratorio seanalizan muestras de sustancias descubiertas enrecipientes as como materias orgnicas como lamadera para determinar la fecha de las mismas, elorigen geogrfico de la madera e incluso la poca enque fue cortada. El anlisis, estudio y censo de todaslas partes del casco y de sus elementos pueden llenar

    lagunas en nuestro conocimiento de la construccinnaval. Las armas y las piezas de artillera enocasiones brindan muchas informaciones sobre lasestrategias de defensa y ataque. Los tejidos y otros

    elementos orgnicos pueden brindar informacinacerca del uniforme de marineros y oficiales. Elestudio de los huesos nos ensea mucho sobre lascondiciones higinicas en un momento preciso de lahistoria. La posicin e inclinacin de los objetosconstituyen datos cruciales que ayudan acomprender las circunstancias exactas en que tuvolugar el naufragio. La estructura y el contenido de unbarco estn vinculados, y su anlisis sistemtico einterdisciplinario nos brinda informacin sobre la

    vida y la sociedad de la poca.

    En arqueologa, lo primero es comprender elsitio mediante interpretaciones e hiptesis a partirde los descubrimientos realizados. Una vezterminadas las excavaciones, el sitio se protegefsica y jurdicamente. Para un arquelogo, eltiempo permite una inspeccin ms completa ymeticulosa e incrementa la posibilidad de obtenerinformaciones detalladas.

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    En cambio, para el personal de salvamento comercial,el tiempo es oro y los objetos valiosos se debenencontrar y vender lo ms rpido posible para ofrecerun rendimiento de la inversin a los donantes.

    Afortunadamente se ha producido un gran avanceen la comprensin general de la importancia delcontexto arqueolgico en su conjunto y de lasrelaciones entre todos los elementos de un sitio. Laextraccin indiscriminada de los objetos, sin unestudio serio ni un anlisis arqueolgico, destruyecualquier posibilidad de interpretacin. Un nuevoanlisis es un proceso esencial en la investigacincientfica, pero esto es posible solo si se ha indicado

    con minuciosidad cada alteracin del sitio.Cualquier objeto aislado, fuera de su contexto,pierde totalmente su posible capacidad de brindarinformaciones.

    El modus operandide los salvadores

    comerciales y de los cazadores de tesoros

    Muchas veces, los salvadores comerciales y loscazadores de tesoros pretenden hacer creer que ellos

    evitan que los restos sean destruidos por la naturalezao la actividad humana, y que son los nicos quedisponen de los medios tecnolgicos para explorar agrandes profundidades. Con frecuencia, la

    conservacin se garantiza mejor en los sitiosarqueolgicos sumergidos que en los sitios terrestres.3

    Luego del choque inicial con el fondo marino y ladegradacin inmediata que causan las corrientes y losorganismos perforadores, la estructura se estabiliza yse recubre de sedimentos y arena con el transcurso deltiempo, hasta que finalmente reposa bajo capas desedimentos las que, al mantener una escasaluminosidad, un ndice poco elevado de oxgeno y unabaja temperatura, aseguran a los materiales orgnicos

    una mejor preservacin que en tierra y crean unasituacin estable capaz de perdurar durante muchotiempo. Por tanto, el medio natural protege los sitios.Los cientficos han demostrado que los restos denaufragios, en especial los que se encuentran en altamar, estn mucho ms protegidos y en ningn modoestn amenazados por la naturaleza.

    Adems, es muy poco probable que lossaqueadores aficionados como los pescadores o los

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    buzos ocasionales operen en alta mar. En realidad, elverdadero peligro para los sitios est en lasactividades programadas por los propiossalvadores. En cuanto a la destruccin accidental,debida por ejemplo a infraestructuras costeras,oleoductos o cables telefnicos, las empresasinvolucradas tratan de minimizar el impacto de sutrabajo y son cada vez ms respetuosas de los sitios

    culturales: sus programas de desarrollo dan laprioridad a las prospecciones arqueolgicas antesde proceder a cualquier actividad. De este modocontribuyen al auge de la arqueologa submarina enmuchos lugares.

    Existe otra diferencia mucho msimportante en trminos de enfoque: desde el puntode vista arqueolgico, el descubrimiento de un sitiono conduce necesariamente a excavaciones. En

    ocasiones basta con un estudio previo no intrusivo yuna grabacin en vdeo para determinar que el sitiono est en peligro y que las condiciones naturales enlas que se encuentra se mantendrn inalterablesdurante muchos aos. En este caso, no existe unarazn vlida para proceder de inmediato a lasexcavaciones. El sitio se puede proteger in situ convistas a futuras investigaciones, e incluso se puedevisitar en el marco de un turismo especializado y nointrusivo, como por ejemplo en los circuitos de

    inmersin. La caza del tesoro, por definicin, ignorael principio que plantea que la proteccin in situ delpatrimonio cultural debe ser considerada comoopcin prioritaria. Los salvadores comercialesafirman muchas veces que sus recursos les permitenfinanciar la exploracin de sitios que de otro modopermaneceran ignorados. Pero el argumento queplantea que los arquelogos y las institucionescientficas no cuentan con los medios para hacer lomismo carece de fundamento ante los serios

    programas arqueolgicos llevados a cabo, porejemplo, en Argentina, Sri Lanka o Croacia.4 Por otraparte, la tecnologa para la exploracin de los fondosmarinos en alta mar, que anteriormente se utilizabacon fines de defensa militar y por parte de laindustria petrolera, ya puede ser utilizada por lamayora de las marinas del mundo, las cuales puedenefectuar prospecciones de sitios arqueolgicos

    sumergidos, incluso a grandes profundidades.Cuando un pas es consciente de la necesidad deproteger su patrimonio cultural subacutico, sepuede efectuar entonces un trabajo cientfico, deconsuno con los arquelogos subacuticos, con losmedios tecnolgicos con los que cuentan el gobiernoy sus instituciones militares, todo ello a un costoinferior y en beneficio de todos.

    La cobertura jurdica

    La recuperacin de los pecios

    Existen varios instrumentos jurdicosinternacionales para armonizar la ayuda que sebrinda en alta mar a los buques en peligro y a sucargamento. El Convenio Internacional sobreSalvamento Martimo de Londres de 19895 se aplicaa las acciones emprendidas para dar asistencia a unnavo en peligro en el mar. La compaa encargadade la operacin trata de salvar los bienes con un

    valor comercial para obtener una recompensa apartir de dicho valor. Gran parte de los salvadoresplantea que sus actividades se inscriben en el marcodel Convenio de 1989. Desafortunadamente, esteestipula que el derecho en materia de salvamento seaplica a los bienes martimos de carcter cultural,a menos que el Estado involucrado disponga locontrario.6 Dado que no especifica ni la antigedadde los bienes ni las competencias requeridas porparte del personal de salvamento, las actividades de

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    los cazadores de pecios en los sitios arqueolgicospueden considerarse relacionadas con laasistencia o el salvamento. Esta ambigedad seve fortalecida por la Convencin de las NacionesUnidas sobre el Derecho del Mar de 1982(UNCLOS)7, que estimula la proteccin de los sitioshistricos y arqueolgicos8, pero que al mismotiempo dispone que nada de lo dispuesto en este

    artculo afectar a los derechos de los propietariosidentificables, a las normas sobre salvamento uotras normas del derecho martimo. Los batallonesde abogados que trabajan para los cazadores detesoros y las empresas de recuperacin de restos denaufragios se aprovechan de estas nocionesjurdicas para presentar sus acciones comooperaciones de salvamento de buques en peligro,incluso cuando el patrimonio cultural subacuticono corre ningn peligro desde hace tiempo.

    El desplazamiento del saqueo

    Tanto la inmersin submarina como las tcnicas deexploracin en grandes profundidades surgieron enlos pases industrializados, por lo que fue en susaguas donde tuvieron lugar los primeros intentosde caza de tesoros y de explotacin comercial delpatrimonio cultural subacutico. De ah que losgobiernos afectados tomaran concienciarpidamente de la necesidad de luchar contra esta

    nueva forma de vandalismo y de elaborar unalegislacin de proteccin.9 Por tal motivo, loscazadores de pecios trasladaron sus actividadeshacia otros pases donde la legislacin erainsuficiente o inexistente, muchas veces porque elproblema no se haba presentado con anterioridad.Existen muchos ejemplos en Asia, frica y AmricaLatina. Los negocios se hacen con altos funcionariosque ignoran el potencial histrico de los sitios, y losorganismos gubernamentales hacen concesiones a

    empresas interesadas en la recuperacin. Laganancia, o botn, se reparte segn porcentajesvariables: se comienza con un 50% para cada parte,pero lo ms probable es que el 70% se destine a laempresa y el 30% al gobierno.10 Las autoridadesgubernamentales y del sector cultural se dejanconvencer de que ese tipo de exploracinbeneficiar a su pas, pero cuando las empresas

    empiezan a trabajar pocas veces los gobiernos estnen condiciones de verificar la cantidad de objetossacados a la superficie o la magnitud de los daoscausados al sitio. Bienes de un elevado valor sonincluso trasladados a lugares martimos alejados delsitio para recuperarlos posteriormente; esto ocurrefundamentalmente en pases que carecen de unaestructura arqueolgica y que no cuentan conexpertos para defender la preservacin delpatrimonio.

    Pronsticos financieros sin fundamento

    El valor potencial de una carga, estimado por losque llevan a cabo la recuperacin, alcanza enocasiones sumas sorprendentes hasta 500 millonesde dlares estadounidenses.11 Por lo general, estascifras se basan en el valor comercial estimado dejoyas u otros bienes preciosos similares,multiplicado por la cantidad prevista de objetos.

    Estas cifras, en ocasiones especulativas y siemprehipotticas, son objeto de una amplia publicidadque atrae a nuevos inversionistas. Sin embargo, losnmeros carecen de base cientfica,fundamentalmente porque no es posible evaluarcon seriedad ni una carga ni su estado sin unestudio arqueolgico completo. En definitiva, laspreocupaciones financieras de los inversionistasprevalecen sobre la importancia del propiodescubrimiento.

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    La demanda de las salas de subastas y delmercado tambin ha contribuido al surgimiento deuna multitud de personas dedicadas alsalvamento y de cazadores de tesoros en lugarescomo el mar de la China meridional. Los negociosse cierran sobre la base del importe previsto por laventa de los objetos. En la dcada de 1980 y a iniciosde los aos 1990, el descubrimiento de los restos del

    Atocha y del Titanic despert en el pblico uninters sin precedentes por los objetos que seencontraban en el fondo del mar. Sin embargo, lassubastas han alcanzado un tope y las ventasempiezan a disminuir (ver posteriormente elejemplo del Tek Sing) debido a la saturacin delmercado de porcelanas y monedas y tambin a latoma de conciencia tica cada vez mayor por partede los coleccionistas.

    Por ltimo, las empresas de recuperacinpretenden muchas veces invertir en investigacionesprevias. Ahora bien, las sumas que gastaneventualmente para enviar investigadores ocontratar archivistas locales para que estudien losmanuscritos y los conocimientos de lasbibliotecas histricas de Sevilla, Londres, Manila oLisboa son similares a los gastos de un jovenarquelogo que estudia una maestra o que esthaciendo su tesis y que hara el mismo trabajo con

    ayuda de una beca o en el marco de un proyecto deinters pblico encaminado al fortalecimiento delas capacidades.

    Barniz cientfico, transparencia aparente y

    desinformacin

    El personal de salvamento comercial modernoplantea con frecuencia su intencin de seguir losprocedimientos arqueolgicos apropiados. En la

    realidad, contratan casi siempre a arquelogosinexpertos o sin escrpulos atrados por un buensalario y el acceso a los equipos tecnolgicos msmodernos (Castro, 2005), quienes creeningenuamente poder probar que un enfoquearqueolgico serio es compatible con unaexploracin esencialmente comercial. Sin embargo,la experiencia ha demostrado que las normas

    arqueolgicas se ven comprometidasinevitablemente por las exigencias de losinversionistas y del mercado del arte, queresponden al imperativo de la ganancia rpida.

    Las empresas de recuperacin, preocupadaspara que no se les asocie con el medio de lossaqueadores, han comenzado a publicardeclaraciones donde afirman que gozan del apoyodel gobierno y atacan a los cazadores de tesoros y

    saqueadores con miras a legitimar sus propiasactividades. El saqueo por parte de los pescadores ybuzos no profesionales es un problema real, sinembargo la solucin no radica en estimular laexplotacin comercial profesional del patrimoniocultural. Algunas de estas empresas llegan incluso amencionar a la UNESCO en sus sitios web en textosque, sin aceptar los puntos de vista de laOrganizacin sobre la proteccin del patrimonio nioponerse abiertamente a ellos, empiezan por decir,

    por ejemplo: La UNESCO considera que existenms de tres millones de pecios en el mundo, paraconcluir defendiendo el salvamento comercial. Suspalabras estn tan permeadas de la jergaarqueolgica que le confieren a su actividad unaapariencia cientfica vlida. Para justificar estaactividad, una parte de los bienes recuperados seutiliza para organizar exposiciones en museos que,en la mayora de los casos, no establecen un vnculoentre los objetos y la estructura en la que fueron

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    hallados, y donde no hay vestigio de estudiosarqueolgicos serios acerca de la construccin de laembarcacin. En el caso del mar de la Chinameridional, estas empresas han estimulado elcomercio de la porcelana china y contratado aexpertos que se ocupan de elaborar estudioscientficos de alto nivel sobre la produccin de laporcelana en la antigedad. Estos trabajos de los

    expertos hacen subir los precios de los objetos en elmercado del arte, pero la falta de enfoquearqueolgico se traduce en que las porcelanas sevendan como si hubieran sido producidas en serie,mientras que las piezas rotas y ordinarias se arrojanal ocano. El hecho de que la exploracin se realicebajo los auspicios de los gobiernos no legitimacientficamente estas actividades que contribuyen ala destruccin del patrimonio cultural de estospases. Los descubrimientos efectuados de este modo

    enriquecen quizs el conocimiento acerca de lacermica y de la porcelana china antigua, pero elenfoque adoptado es destructor, y en ningn modoarqueolgico. Excavar completamente un pecio endos meses significa practicar la ciruga con unasierra (Crisman, 1997). En una palabra, lalegalizacin del salvamento comercial bajo el mantode la arqueologa constituye un peligroso precedente.

    La magnitud de la explotacin comercial del

    patrimonio cultural sumergido

    El cazador de tesoros Robert Marx se vanagloria dehaber sido la persona que ha descubierto mscantidad de pecios y tesoros (Williams, 1997). Haalterado o explotado ms de 2 500 sitios en ms desesenta y dos pases, y declara abiertamente quefinancia su obsesin por los pecios recurriendo ainversionistas privados a los que les promete unaganancia como pago. Tambin explica que la

    reparticin habitual de las ganancias es del 75%para l y los inversionistas y del 25% para elgobierno que tiene autoridad en las aguas en las quetrabaja. Ha sido declarado persona non grata en msde treinta pases.

    En 1985, el cazador de tesoros Mel Fisherdescubri los restos del pecio del Nuestra Seora de

    Atocha. Este clebre navo haba naufragado en1622 durante una tempestad a la altura de los cayosde Florida, llevando una carga de metales preciososcon destino a Espaa. De inmediato esto dio lugar auna controversia sobre los derechos de propiedad yaque el gobierno norteamericano, a travs del estadode Florida, reivindicaba la posesin del pecio.Finalmente, luego de un proceso judicial de ochoaos, la Corte Suprema norteamericana sepronunci a favor de Fisher, quien vendi los objetos

    que recuper del Atocha. Fisher muri en 1998, perosus hijos siguen buscando pecios en las aguas deFlorida. Ninguna universidad ni ningunainstitucin arqueolgica ha recibido publicacionescientficas sobre sus actividades.

    En 2003, Reuters y Associated Presspublicaron el descubrimiento de un pecio en PlayaDamas, cerca de la costa atlntica de Panam. Enaquel momento se pensaba que se trataba de uno de

    los barcos que Cristbal Coln haba perdidodurante su cuarto viaje, lo que haca de este uno delos pecios ms antiguos jams encontrados en elNuevo Mundo (que datan del siglo XVI). La empresaInvestigaciones Martimas del Istmo SA (IMDI),radicada en Panam, particip en la operacin desalvamento utilizando un mailbox un equipomuy destructor para recuperar gran nmero deobjetos. El Programa de Arqueologa Nutica de laUniversidad A&M de Texas propuso concertar un

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    protocolo de cooperacin de diez aos con elgobierno panameo par estudiar lo que quedaba delsitio y establecer un programa para fortalecer lascapacidades en Amrica Central y Amrica del Sur.Sin embargo, este protocolo nunca se materializdebido a la presin y al cabildeo por parte de laempresa, la cual exigi que el gobierno respetara loscompromisos contrados con anterioridad. Ms

    tarde, Panam ratific la Convencin de laUNESCO sobre la Proteccin del PatrimonioCultural Subacutico de 2001.

    Panam no es un caso aislado. A finales de ladcada de 1990, Glenn Costello, un buzo comercialcanadiense, firm un contrato con Cuba que legarantizaba el 30% de los descubrimientos quehiciera en los alrededores de la isla. l mismoconfiesa abiertamente que se mofa de cualquier

    enfoque cientfico: A nosotros solo nos interesa eloro. Los arquelogos se pueden quedar con el resto(Cernetig, 1997). Afortunadamente, Cuba tambinratific la Convencin de la UNESCO de 2001 yasegura haber puesto fin a cualquier explotacincomercial de su patrimonio cultural. Otro clebrecazador de tesoros, Burt Webber Jr, trabaja en lasaguas de la Repblica Dominicana. El 24 de marzode 2008, un peridico local, Las Mundiales, y laagencia de prensa espaola EFE anunciaron que una

    compaa norteamericana pretenda recuperar untesoro de 150 millones de dlares en el Banco de laPlata. Una vez ms, el estimado de la carga era puraespeculacin.12 Los arquelogos y los intelectualesdel pas se movilizan contra las acciones de WebberJr y apoyan la Convencin de la UNESCO de 2001.

    El ocano ndico tampoco ha escapado aeste fenmeno. En 200513, en un artculo delperidico Les Nouvelles apareca la noticia de la

    incautacin por parte de aduaneros franceses deMayotte de un portacontenedores lleno de caonesde bronce, colmillos de elefante y otros objetosrobados de un sitio subacutico desconocido de laregin. Franois Clavel, clebre cazador de tesorosfrancs, fue identificado como el expedidor delcargamento. En 1998 fue acusado de espionajecuando su barco, el Galathe, fue sorprendido

    haciendo excavaciones en el sitio de un pecio frentea la costa oriental de la India. Pas varios meses enuna prisin de Kerala, pero esta experiencia no lodesalent. En el ocano ndico fue arrestado cuandotrabajaba en un barco perteneciente a una agenciade turismo sudafricana especializada en buceo.14 lmismo declar que los objetos procedan de un sitioque l llamaba los arrecifes de Vines que noaparecan en ningn mapa de la regin y quesegn l se encontraba en aguas internacionales. Su

    botn se qued en Madagascar, pero tanto l comosu equipo fueron autorizados a abandonar la isla sinhaber sealado la localizacin exacta del pecio.

    Segn estimados de los ServiciosArqueolgicos Chinos, 2 000 pecios antiguos yacenen el mar de la China meridional. Durante losltimos doce aos, una sola compaa explot msde siete navos antiguos con el nico objetivo deencontrar cermicas que se pudieran vender. Dicha

    compaa trabaja en un marco perfectamente legal.Se organizan exposiciones y se presenta como unsuministrador arqueolgico.15 Sin embargo, ningunode los estudios arqueolgicos que ha realizadoaparece en las colecciones de los departamentos dearqueologa submarina que existen en el mundo,por la sencilla razn de que dichos estudios carecende todo valor cientfico. El gobierno tiene derecho al30% del valor de los descubrimientos, el resto pasa alas subastas olo vende directamente la compaa.16

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    En uno de los informes presentados luego de unaprimera inspeccin de un sitio se puede leer: lacompaa ha desechado la idea de realizarexcavaciones y prefiere buscar sitios que no estndaados.17 Un arquelogo no hara nuncasemejante declaracin. Por su parte, las autoridadesgubernamentales declaran que estedescubrimiento nico nos ayudar a conocer ms

    sobre el patrimonio y la historia de nuestra regin.No caben dudas de que este es el objetivo delarquelogo submarino. Lo que lamentablemente noes el caso para estas compaas.

    En 1984, el cazador de pecios britnicoMichael Hatcher rescat el Risdam, un buquemercante de la Compaa Holandesa de las IndiasOrientales, hundido en 1727 cerca de la costaoriental de Malasia. En 1986, sac a la superficie

    toneladas de porcelanas del Geldermalsen, otronavo holands que haba naufragado en el mar dela China meridional en 1752. En 1999, ante lascmaras de la cadena de televisin britnicaChannel 4, explor una zona de 155 km cerca de laisla de Gaspar, frente a las costas de Indonesia, ydescubri los restos del Tek Sing, tambin conocidocon el nombre de Titanic chino, que habanaufragado en 1822. En 2000, 350 000 porcelanaschinas del Tek Singse vendieron en subastas en

    Stuttgart, Alemania. Sin embargo, el monto de lasventas no estuvo en correspondencia con lasexpectativas. La mitad de los lotes no encontrcomprador y la sociedad privada de Adelaida, enAustralia, que haba recuperado los restos18, tuvoque enfrentar la furia de sus accionistas. SuPresidente y Director General les inform que laoperacin haba costado unos 20 millones dedlares mientras que la sociedad esperaba cobrarentre 25 y 45 millones gracias a las subastas. Al

    final, se vio con 189 000 porcelanas sin vender ytodo el equipamiento utilizado para realizar laoperacin.

    Michael Flecker, otro conocido cazador depecios que opera en el mar de la China meridional,recuper varios de ellos, entre los que figuran elVaung Tau (hundido en 1690) y el Binh Thuan (un

    junco chino que naufrag en 1608), al sur deVietnam. Tambin fue l quien salv el Intan, unpecio del siglo XX, el Belitong, cuyos restos datan delsiglo XIX y el Java Sea, un navo del siglo XIII quenaufragaron todos en las aguas de Indonesia. Noexiste ninguna publicacin cientfica o arqueolgicasobre las estructuras de los navos ni sobre lascaractersticas de su construccin. Sin embargo,Flecker presenta sus descubrimientos en simposioscientficos en cuyo marco expertos en cermica del

    Victoria & Albert Museum y del CNRS, o reputadoscientficos chinos, presentan sus trabajos sobre lascermicas chinas.19Por tanto, es comprensible que lasautoridades culturales de los pases donde secelebran estos eventos consideren a los cazadores derestos de naufragios como cientficos y siganapoyando inocentemente sus actividades.

    En 2007, los aduaneros francesesconfiscaron ms de 2 000 objetos y detuvieron a

    varios individuos acusados de haber saqueado sitiossubacuticos. En diciembre de 2007, durante unaredada de dos das llevada a cabo en un almacn delLanguedoc-Roussillon, se descubrieron 900 objetos,desde un nfora galo-romana hasta caones delsiglo XVIII. Cinco cazadores de tesoros fueronacusados de saqueo del patrimonio culturalsubacutico. Los arquelogos submarinos francesesestiman que hay ms de 20 000 pecios en las aguasterritoriales metropolitanas20, de los cuales solo

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    1 250 han sido estudiados cientficamente porarquelogos submarinos.

    La historia ms difundida en los ltimosaos acerca de la recuperacin de bienes delpatrimonio cultural subacutico en las aguaseuropeas es la del diferendo entre Odyssey yEspaa. Odyssey Marine Explorations21 anunci en

    mayo de 2007 el descubrimiento de un pecio quecontena 17 toneladas de objetos de plata y oro, entreellos 500 000 monedas. Segn un contrato suscritoen 2001 con el British Royal Naval Museum22, laempresa deba encontrar el HMS Sussex, un navoalmirante britnico de ochenta caones que habaparticipado en la guerra entre Francia e Inglaterra yque naufragara en 1694 en los mares adyacentes aGibraltar. Odyssey estaba autorizada, solo con estefin, a llevar a cabo operaciones de prospeccin en

    las aguas territoriales espaolas. Durante subsqueda encontr otro navo (que llevaba elnombre en cdigo de Black Swan) y transfiridiscretamente los objetos encontrados en este pecioa Tampa, Florida, antes de dar a conocer sudescubrimiento. Argumentando la necesidad demantener alejados a los saqueadores, se neg acomunicar el lugar exacto donde se encontraba elbuque. Dijo simplemente que yaca en aguasinternacionales y que no exista ningn

    instrumento jurdico que la obligara a dar estainformacin.23Sin embargo, los historiadores yarquelogos espaoles piensan que se trata delNuestra Seora de las Mercedes, un buque de guerraespaol con treinta y seis caones a bordo,destruido en 1804 por los ingleses durante unabatalla. Las autoridades espaolas demandaron alos Estados Unidos para obligar a Odyssey a revelarla localizacin de los restos, evitar cualquier otrosaqueo y reclamar la devolucin de los objetos

    recuperados. Actualmente Espaa libra una batallajurdica internacional para recuperar esta parte desu patrimonio cultural sobre la base de lainmunidad soberana de sus buques de guerra. Lasautoridades iniciaron una investigacin nacional yemitieron rdenes de registro y de arresto contrados de los barcos de Odyssey. Pero la empresacuenta con ser juzgada segn el derecho federal

    norteamericano, en el cual existen precedentes deatribucin exclusiva del botn a quienes lo habanrecuperado. Algunos arquelogos piensan quedespus de haber consultado ciertos archivos,Odyssey haba emprendido deliberadamente labsqueda de estos restos especficos y de otros dos.24

    Otro hecho que se suma a la complejidad de esteasunto fue el pleito entablado por Per contraOdyssey, el 19 de agosto de 2008, ante el Tribunal deTampa, Florida, para hacer valer sus derechos sobre

    el tesoro en la medida en que las piezas descubiertas(si los restos son realmente los del Nuestra Seorade las Mercedes) datan del reinado de Carlos IV deEspaa y fueron acuadas en Per.25

    Las operaciones de recuperacin descritasanteriormente que estn lejos de evidenciar laamplitud del fenmeno llevaron a la destruccin ydispersin de objetos arqueolgicos y a la prdida deeste patrimonio cultural para los cientficos y sobre

    todo para los pueblos de los pases de procedencia.Estos tesoros se exponen en estantes o duermen enlas cajas fuertes de los coleccionistas o bien yacen denuevo en el fondo de los ocanos lejos de sucontexto arqueolgico.

    Conclusiones

    La recuperacin comercial de los restos denaufragios y la arqueologa profesional tienen fines,

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    mtodos y consecuencias totalmente opuestos. PaulJohnston, arquelogo martimo del SmithsonianInstitute, declara: En todo el mundo, prcticamentetodas las asociaciones arqueolgicas y musesticasprofesionales que cuentan con un cdigo de buenaconducta han condenado la caza de tesoros y hanadoptado normas ticas para el tratamiento de losrecursos culturales sumergidos. El patrimonio

    cultural subacutico es un recurso no renovable quebien pronto desaparecer si no se le protege. Loscazadores de pecios ven en ello un productocomercial inagotable, y no es exagerado considerarla mayora de sus operaciones como actos depiratera moderna. El pblico comienza a tomarconciencia de estos aspectos desconocidos de susaventuras gracias a la forma cada vez ms tica yresponsable con la que los medios de difusin dan aconocer situaciones como la que opone al gobierno

    espaol a Odyssey. Las agencias de prensainternacionales, los productores de cine y lascadenas de televisin tambin deben asumir ciertaresponsabilidad y revisar sus criterios ticos antesde aceptar glorificar las acciones de los cazadoresde pecios. Pueden tambin analizar la posibilidadde participar en operaciones arqueolgicascientficas llevadas a cabo por arquelogosprofesionales y organismos gubernamentales. Elinters que suscita en el pblico el descubrimiento

    de esos momentos histricos dramticos puede enocasiones vencer los obstculos financieros queenfrentan los cientficos.

    El valor cultural del patrimonio culturalsubacutico supera ampliamente el valor comercialde las cargas hundidas. Los museos y lasautoridades del sector de la cultura tienen cada vezms conciencia del potencial que representa, entrminos de desarrollo sostenible, el turismo

    vinculado a los pecios y a las ciudades quedesaparecieron bajo las aguas. La colaboracin entremuseos, arquelogos, aduaneros, autoridades de lacultura, del sector portuario y periodistas, puedecontribuir a que se apliquen medidas encaminadasa poner fin al comercio ilcito del patrimoniocultural subacutico. George Bass, el padre de laarqueologa subacutica, seala que nadie puede

    mencionar un pas que haya ganado dinero al hacernegocio con los cazadores de tesoros. En cambio, laarqueologa subacutica genera millones de dlarescada ao en los pases que han apostado por laconservacin de su patrimonio culturalsubacutico, como Suecia o Turqua, donde el peciodel Vasa y el museo de Bodrum resultan atraccionestursticas clebres en todo el mundo.

    Las salas de subastas y los marchantes de

    arte deben aceptar la importancia que se le concedeal patrimonio cultural y a la identidad cultural, y ala contribucin de estos al desarrollo de un pas.Deben poner fin a su complicidad con los cazadoresde restos de naufragios y no aceptar ms objetosprocedentes del comercio ilcito del patrimoniocultural subacutico. Los sitios culturalessubacuticos no constituyen recursos econmicos ydesaparecern en poco tiempo si no se adoptanmedidas para poner fin a las actividades de las

    empresas comerciales de recuperacin de pecios delos cazadores de tesoros. En definitiva, las empresasprivadas no realizan excavaciones en los msimportantes sitios arqueolgicos e histricossituados en tierra firme para vender la mayora delos objetos en subastas y compartir las gananciascon organismos gubernamentales oficiales. Sinembargo, no todo est perdido. La mayora de losgobiernos que antes cayeron en la trampa de loscazadores de pecios actuaron de buena fe. Hoy

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    comienzan a darse cuenta de las exiguas gananciasque les reportaron los acuerdos concertadosanteriormente y tratan ahora de poner en prcticamedidas de proteccin nacionales e internacionales.Esperemos que se apliquen antes que desaparezcanpara siempre numerosos sitios del patrimoniosubacutico de la humanidad.

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    Sources UNESCO87, pp. 716. Pars: UNESCO.

    1. Formada por 22 buques de guerra de la Marina Real Espaola y

    108 barcos mercantes reconvertidos, la Armada Invenciblezarp

    en 1588 con el objetivo de invadir Inglaterra. Rechazados por los

    ingleses, los buques de guerra se agruparon y pusieron rumbo

    hacia el Norte, perseguidos por la flota inglesa durante una parte

    de su retirada a la altura de la costa este. Se previ entonces

    regresar a Espaa y la flota se dirigi hacia el Atlntico, dando la

    vuelta por Irlanda. Sin embargo, fuertes tormentas interrumpieron

    la travesa y ms de 24 navos naufragaron al norte y al oeste deIrlanda. En total, unos 50 barcos nunca lograron regresar a

    Espaa.

    2. El Mary Roseera un galen de 500 toneladas, armado con 78

    caones, construido en Portsmouth, Inglaterra (15091510) para el

    rey Enrique VIII, de la Casa Tudor. Capaz de disparar andanadas,

    figuraba entre los primeros barcos diseados especficamente para

    prestar servicio en la Marina Real. Fue hundido en Solent durante

    una batalla contra la flota francesa el 19 de julio de 1545. La parte

    del barco conservada fue desencallada en 1982 y actualmente se

    expone en los muelles histricos d e Portsmouth conjuntamente

    http://www.lefigaro.fr/culture/2007/11/29/03004-20071129ARTFIG00666-troismillions-depavessonthttp://www.lefigaro.fr/culture/2007/11/29/03004-20071129ARTFIG00666-troismillions-depavessonthttp://www.historiaehistoria.com.br/instituicoes.cfmhttp://www.historiaehistoria.com.br/instituicoes.cfmhttp://www.les-nouvelles.com/http://www.les-nouvelles.com/http://www.historiaehistoria.com.br/instituicoes.cfmhttp://www.historiaehistoria.com.br/instituicoes.cfmhttp://www.lefigaro.fr/culture/2007/11/29/03004-20071129ARTFIG00666-troismillions-depavessonthttp://www.lefigaro.fr/culture/2007/11/29/03004-20071129ARTFIG00666-troismillions-depavessont
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    con una rica coleccin de objetos en buen estado de conservacin

    (http://www.maryrose.org).

    3. Para ms informacin ver el artculo de David Nutley en este

    mismo nmero.

    4. Argentina: http://www.international.icomos.org/risk/2006/

    26elkin2006an.pdf, http://www.welcomeargentina.com/paseos/

    museo-mario-brozoski/index_i.html y http://www.sha.org/

    underwater/news/08spring.html; Sri Lanka: http://

    www.international.icomos.org/risk/2006/20manders2006an.pdf,

    http://cf.hum.uva.nl/galle/y http://www.uri.edu/artsci/his/mua/

    project_journals/un/un_intro.shtml; Croacia: http://

    portal.unesco.org/culture/en/ev.php-

    URL_ID=38124&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html y

    http://www.h-r-z.hr/index_en.asp?news=290.

    5. Firmado en Londres en 1989 (cuarenta y seis Estados Partes en

    la actualidad): http://www.jus.uio.no/lm/

    imo.salvage.convention.1989/doc.html.

    6. Artculo 30.1 d) del Convenio: Cuando se trate de un bien

    martimo de carcter cultural que presente un inters prehistrico,

    arqueolgico o histrico y que se encuentre en el fondo del mar .

    7. Firmada en Montego Bay, Jamaica, en 1982, http://www.un.org/

    Depts/los/convention_agreements/

    Convention_overview_convention.htm.

    8. Artculo 303, prrafo 1 de la Convencin: Los Estados tienen la

    obligacin de proteger los objetos de carcter arqueolgico e

    histrico hallados en el mar y cooperarn a tal efecto.

    9. Francia, Suecia, Grecia, Portugal, Espaa y Turqua por ejemplo

    disponen de una legislacin estricta y clara que prohbe la

    explotacin comercial del patrimonio cultural subacutico.

    10. Ver el artculo de J. W. Anderson (2007).

    11. La suma de 500 millones de dlares estadounidenses es el

    valor estimado del Black Swan segn Odyssey Marine Explorations.

    12. Ver http://www.el-universal.com.mx/notas/492259.html.

    13. Artculo de Thophraste Razokinibe (2005).

    14. African Dive Safari Reefcomber Tours.

    15. Ver http://www.maritimeasia.ws/exhib01/pages/index.html.

    16. Ver Sjostrand, Taha y Sahar (2006), p. 18.

    17. Ver http://www.maritimeasia.ws/tsimpang/index.html,lnea

    52.

    18. Se trata de Ocean Salvage Corporation, una compaa con la

    cual Michael Hatcher tiene vnculos.

    19. Chinese Export Trade Ceramics in Southeast Asia National

    Library Board Singapur (12-14 marzo de 2007). Ver http://

    www.ari.nus.edu.sg/showfile.asp?eventfileid=283.

    20. Ver Aubert y Cambon (2007).

    21. Esta empresa norteamericana de exploracin de los fondos

    marinos, radicada en Tampa, trabaja desde 1998 en los

    alrededores de Gibraltar utilizando una tecnologa especializada

    para detectar los pecios que yacen a grandes profundidades.

    22. Esta decisin gubernamental fue ampliamente impugnada por

    las autoridades del patrimonio cultual y la comunidad

    arqueolgica.

    23. Si hubiera entrado en vigor, se hubiera aplicado en el caso

    actual la Convencin de la UNESCO sobre la Proteccin del

    Patrimonio Cultural Subacutico de 2001.

    24. El Merchant Royal, un buque de treinta y seis caones de la

    Marina Britnica, que se hundi en 1641 al suroeste de Inglaterra, y

    el SS Ancona, un trasatlntico italiano torpedeado por un

    submarino alemn en 1915 a la altura de Cerdea.

    25. Ver http://www.elpais.com/articulo/Revista/Verano/Peru/

    reclama/tesoro/Odyssey/elpepucul/20080821elprdv_4/Tes.

    http://www.maryrose.org/http://www.international.icomos.org/risk/2006http://www.welcomeargentina.com/paseoshttp://www.sha.org/http://www.international.icomos.org/risk/2006/20manders2006an.pdfhttp://www.international.icomos.org/risk/2006/20manders2006an.pdfhttp://cf.hum.uva.nl/gallehttp://www.uri.edu/artsci/his/muahttp://portal.unesco.org/culture/en/ev.php-URL_ID=38124&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.htmlhttp://portal.unesco.org/culture/en/ev.php-URL_ID=38124&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.htmlhttp://portal.unesco.org/culture/en/ev.php-URL_ID=38124&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.htmlhttp://www.h-r-z.hr/index_en.a