veronique sales - braudel 19

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  • FERNAND BRAUDEL

    La globalidad no es la pretensin de escribir una historia total del mundo.

    ( HilRTURA

    Entre 1940 y 1945, Fernand Braudel estuvo preso en Alemania, primero ni Maguncia, luego en Liibeck. Sabido es que fue en esas condiciones como i odact su obra maestra: E l M editerrneo y e l m undo mediterrneo en la poca de Felipe //; como l mismo escribi: Sin el cautiverio, a buen seguro mi libro hubiera sido totalmente distinto A lo largo de aquellos lios, mandaba con regularidad a Lucien Febvre cuadernos que contenan versiones sucesivas de su obra (quizs tres o cuatro). De esos documentos, ele los que solamente se conservan dos, hay uno, fechado a finales de 1944, i|ue reproduce el texto de una serie de conferencias sobre la historia pronunciadas por Fernand Braudel, primero en Maguncia entre agosto y octubre de 1941, y luego recuperados en el Oflag XC de Lbeck en 1943- I >44, dirigidas a sus compaeros de crcel2. El texto, revisado y corregido por el autor, se redact a partir de las notas tomadas por algunos de sus imditores. Tiene tres captulos: Tres definiciones: el acontecimiento, el lt/.ar, lo social, La historia en busca del mundo, Geohistoria: la sociedad, el espacio y el tiempo, y un prefacio. El proyecto de obra que contiene este cuaderno nunca vio la luz, pero todo Braudel est aqu, r \ presando su pasin por la hi storia. La reflexin que desarro I la, en verdad estrechamente ligada a la redaccin de E l Mediterrneo, sobrepasa, sin embargo, lo que sera la obra de 1949.

    1. Fernand Braudel, Ma formation dhistorien, Journal o f Modem History, 44-4,I '> pgs. 448-467 (se ha vuelto a publicar en Ecrits sur l histoire, II [ EH-II], pgs. 9-29,I '' I N. de tus trad. csp.: Mi formacin como historiador, en Fernand Braudel, Escritos iilin-tu Historia, Madrid, 1991, pgs. 11-.12, 17.

    /

  • I'.n estas conferencias, liraudel opone la lii'.ini ia de los acontecimientos a la historia que entonces llamaba profunda , Minndose explcitamente en la lnea de las ideas defendidas por Marc Bloch y l.ucien Febvre en Annales. Entiendo por ello, coincidiendo con algunos otros historiadores actuales y del pasado, ofrecer una historia de los hombres considerada en sus realidades colectivas, en la evolucin lenta de las estructuras, segn la palabra hoy en boga: estructuras de los Estados, de las economas, de las sociedades y de las civilizaciones 4. Debido a lo efmero de los acontecimientos, incluso de aqullos que parecen los ms importantes, Fernand Braudel abogaba entonces por una historia ms ambiciosa: La historia profunda, la historia sobre la que se puede construir es la historia social , Esta historia de las estructuras, que se imponen en la larga duracin, permite igualmente a la disciplina histrica enfrentarse con el presente: En lo que se refiere a las sociedades de ayer, tambin tenemos que preocuparnos de lo que ha durado, de lo permanente, y por tanto en parte de lo actual, de lo que perdura ms all de los cambios, por mltiples y graves que stos sean, de lo que dura ms all de un incidente, de un periodo y ms all de eso tan pequeo tan revelador sin embargo como es una existencia a la escala del mundo y del tiempo . Entonces constata: Es solamente debido a nuestras carencias intelectuales, debido al triunfo til pero peligroso de los especialistas por lo que este estudio nico de la sociedad est fragmentado en tantas ramas diferentes, incluida la venerable rama de la historia ?.Todo el proyecto braudeliano se encuentra en estos fragmentos, lo que ms tarde llamara historia global, lo que llegara a ser la larga duracin, el inters privilegiado que prestara a las estructuras, en el primer rango de las cuales se encuentran las estructuras econmicas, y que desarroll en estas tres obras capitales y en algunos artculos fundadores. Podemos ver perfilarse tambin al Braudel organizador de la investigacin, que supo poner en marcha con la energa necesaria: pues la unidad de la disciplina histrica y, ms all de ella, de las ciencias sociales, fue la base

    3. Para descalificar la ilusin del acontecimiento, que deja en la sombra todo el espesor de la historia, Fernand Braudel no recurre an a las miradas de lucirnagas vistas una noche en el sertao brasileo, que brillan sin iluminar realmente, metfora que utilizar dos veces para ilustrar su alegato a favor de una historia global (Legninaugrale du C ollge deFrance, Ctedra de Historia de la civilizacin moderna, 1 de diciembre de 1950, recuperado en Ecrits surl'histoire, I[EH-IJ pgs. 15-38 [ver tambin EFB-2, pgs. 97-115] y Limprialisme de lhistoire, Colegio filosfico, conferencia pronunciada el 14 de febrero de 1955, recuperado en EFB-2, pgs. 127-147; N. de las t.: trad. esp.: El imperialismo de la historia, en Fernand Braudel, Las ambiciones de la historia..., op. cit., pgs. 127-146).

    4. F. Braudel, La historia medida del mundo, op. cit., pg. 23 (subrayado por elautor).

    5. Jbid., pg. 34 (subrayada por el autor).6. Ibid,, pgs. 36-37.7. Ibid., pg. 37 (subrayado por el autor).

  • ilc numerosos prop iin.i. de investigacin i|tie apoy y tic las instituciones t|iu* cro. Incluso l;i historia cultural y religiosa, cuya casi ausencia ha sido chalada como limites relativos, no fueron olvidadas en las conferencias de I > 11 y de 1943-1944, y se escondan tras el trmino civilizacin, sobre I (|iie luego volveremos. Es incluso sutilmente interesante apuntar que, al n'leer este texto, se puede entender porqu Femand Braudcl no tema interesarse por la biografa 8, en la medida en que algunos personajes son testimonios de su tiempo, a pesar de que su nombre se asocia a la denuncia de la historia-relato. E l M editerrneo, que se abre con la descripcin del espacio geogrfico mediterrneo, no se cierra acaso con el relato de la muerte del Rey Prudente? En sus conferencias de Maguncia y I beck apel ya a los estrechos lazos entre la historia y las ciencias sociales, en trminos que algunos de sus crticos utilizaran para denunciar la empresa Braudel: La historia que aqu invoco es una historia nueva, imperialista e incluso revolucionaria, capaz en su voluntad de renovarse y de consumarse, de saquear las riquezas de las otras ciencias sociales contiguas 9. Los trminos cambiaran, las concepciones se modificaran, pero quedara el proyecto de un acercamiento capaz de englobar al conjunto de las ciencias humanas, incluida la historia. Un cierto nmero de referencias salen (casi) inmediatamente de su pluma: Cuando hablamos de historia profunda, la idea y la expresin no tiene su origen en los historiadores historizantes sino de un etngrafo, Lo Froebenius, a quien debemos el consejo de No quedarse en la superficie de los hechos; o en un economista, Ferdinand Fried, quien recomienda buscar el sentido profundo de los acontecimientos ; o en un socilogo, Frangois Simiand, a quien si no me equivoco pertenece precisamente la frmula de la historia evenemencial. Raros son los historiadores que nos ofrecen consejos similares de entre de los cuales Braudel cita a Gastn Roupnel y, por supuesto, a Luden Fevre y Marc Bloch. Muchos aos despus, en 1950, testimoniara su deuda intelectual con esos hombres y algunos ms ". Sobre el aspecto revolucionario de su proyecto respecto al de sus predecesores inmediatos, Femand Uraudel se mostrara ms circunspecto, en el atardecer de su vida, cuando traz la historia del movimiento ms que de la escuela de Armales, como prefera decir: (...) los grandes, los grandsimos Anuales son, sin

    8. F. Braudel, Cario V, en 1 Protagonista Miln, CIE, 1969 (retomado en EH-11. pgs. 167-207: Charles Quint, tmoin de son temps, 1500-1558); Id., Filippo II, en / Protagonisti, op. cit., (vuelto a tomar en EH-11, pgs. 209-253: Philippe II), N. de las t.: trad. esp.: Carlos V, testigo de su tiempo (1500-1558) y Felipe II, en Fernand Braudel, Escritos...., op. cit., pgs. 33-76 y 77-124.

    9. F. Braudel, La historia..., op. cit., pg. 23.10. Ibid., pg. 44.11. Legn inaugrate, op. cit., EFB-2, pgs. 110-111, donde menciona igualmente a

    lmest Labrousse, Marcel Mauss y Georges Gurvitch.

  • I SO I os nIS I < >t< I Al X )l( I

    discusin posible, los volmenes publicados entre 1929 y 1939 1 , considerando que fue entonces el periodo de creacin del paradigma 1 enunciando as el papel que tuvo desde 1946 y la marca que imprimi a la revista entre 1956 y 1968.Cules son las ciencias de lo social, como tambin las llamaba entonces? La geografa, la etnologa, la estadstica, la economa, el derecho, la sociologa. Y he aqu lo que dice de ellas, de manera genrica: Las ciencias de lo social nos acompaan. Aunque recientemente constituidas, son tan imperialistas y vigorosas, tan deseosas de tomar aire y tienden de manera ms cientfica y ms clara que nosotros [los historiadores] hacia los objetivos que se han asignado. Ms cientficas que la historia, mejor articuladas que ella en relacin a la masa de los hechos sociales, estn, y es otra diferencia a sealar, deliberadamente centradas en lo actual, es decir, en la vida. (...) Con un desfase cronolgico que lo complica todo, es verdad, pero que no altera por completo la naturaleza de las cosas, tenemos, repetimos, las mismas tareas que nuestros vecinos. Nuestros mtodos no son los suyos, pero nuestros problemas ya lo creo que s 14. Volveremos sobre las concepciones braudelianas de la relacin entre la historia y las ciencias sociales que constituye la base de su proyecto.

    En el captulo II de sus conferencias, junto a la estratigrafa que slo tiene dos capas: la historia de los acontecimientos y la historia profunda, Fernand Braudel propone otra divisin, sta vertical. Hace tiempo que los historiadores aprendieron a distinguir categoras de hechos sociales, diferentes sectores, una especie de cortes en la vertical de la historia y que son de uso corriente: los hechos geogrficos, en primer lugar, es decir, los vnculos entre lo social y el espacio; los hechos culturales relativos a la civilizacin; los hechos tnicos; los hechos de estructura social; los hechos econmicos y los hechos polticos por ltimo. Y otros tantos cortes en la v e r tica l de la historia, lo repito, no superpuestos sino yuxtapuestos 1 , Aparece entonces el concepto de geo-historia al cual se dedica todo el captulo III ; los hechos tnicos, o de raza, desapareceran de sus preocupaciones; los hechos culturales se quedaran ms como esbozo; los

    12. F. Braudel, Mi formacin como historiador, art. cit. pg. 26.13. Prefacio a TraianStoianovich, French Histrica! Methods: The Armales Paradigms,

    Ithaca, Comet University Press, 1976 (vuelto a tomar en EFB-3, pgs. 227-234, aqu pg. 228). Sobre el paradigma de Armales, vase tambin Andr Burguire, Histoire dunc histoire: la naissance des Annales, Armales ESC, 34-6, 1979, pgs. 1347-1359 y Jacques Revel, Histoire et sciences sociales: les paradigmes des Annales, Anuales / S( \ 34-6, 197l>, pgs. 1360-1376.

    14. F. Braudel, La historia..., op. cit., pgs. 36 y 3715. Ibid. pg. 45. Encontramos aqu la crtica de la U-mli-m u il m mu- de Braudel y

    parece importante proponer hoy un enfoque m s glohnli .>lm i !< > ni- |im o la parle, a la concepcin hraudclianu de la miniad de la h isloiin

  • I I l(N \NI> IIKA H D I .I

    hechos polticos estaran ausentes en su obra; los hechos econmicos y las estructuras sociales ocuparan la mayor parte de su actividad intelectual.

    Esta clasificacin temtica debe relacionarse con las duraciones de la historia, segn Braudel. Se basa en la velocidad mayor o menor de esas historias: en primer lugar, en su mxima profundidad, las ms lentas, las que estn menos al alcance del hombre; en ltimo lugar, las que estn al alcance de su mano, es decir, la economa y la poltica 6. Pero Braudel se guarda de no considerar hermticos esos distintos planos, que anuncian otras especializaciones contra las que tambin se alz. Nuestros planos tic historia, a decir verdad, no parecen a planos geomtricos y la vida no es un volumen de los que ellos iban a ser una seccin. Desde luego que no, es mucho ms compleja. (...) No olvidemos que la vida es una, que la historia debe ser una, y que hay que considerar a cada instante, en lo que se refiere a cada cuestin, el encabalgamiento indefinido de las causas y de las consecuencias. No olvidemos, sobre todo, que nosotros creamos nuestras divisiones, nosotros los historiadores y algunos otros. Lo social, el pasado, la vida, nosotros los iluminamos con proyectores de diversos colores: geohistoria, historia cultural, etc. (...). El calco que nos ofrece la historia, por afinado, por exacto que parezca, por til que sea y nosotros creemos que lo es sigue siendo pese a todo un calco l7. La historia global est aqu, aunque todava no se llame as; y la historia planetaria, todava sin esbozar, se pondr, sin embargo, en marcha...

    Casi veinte aos despus de su muerte, en 1985, no es necesario llamar la atencin sobre la obra inmensa y reconocida de Fernand Braudel, insistir sobre su papel en la organizacin institucional de la investigacin francesa y sobre la difusin internacional de sta gracias a l. Ahora bien, son todava escasos los trabajos historiogrficos que se le han dedicado: dos biografas, un estudio sobre la gnesis de E l M editerrneo y algunas recopilaciones de artculos o nmeros especiales de revistas ls. Por lo tanto, es til subrayar el inters que hoy hay por releer a Braudel, cuando una nueva coyuntura historiogrfica se dibuja en este principio del siglo XXI. Adems, la mayora de los trabajos se refieren a E l Mediterrneo y e l mundo mediterrneo en la poca de Felipe II, cuyo impacto fue inmenso, y a un artculo fundador: Historia y ciencias sociales. La larga duracin. Parece importante tratar de abrazar el conjunto de su obra e incluir en este cuadro no slo Civilizacin material, economa y capitalismo, siglos XV- XVlll, sino tambin La identidad de Francia, incluso Grammaire des civilisationsas como los artculos publicados y sin editar, reunidos cuando

    16. Ibid., pg. 50.17. Ih/it, pn *>lIK V ' i is i ' 1 n h i I ill< iy i n l l i i til 111 iiil ili i i ii n in l i ib u iii 'm .

  • vivia o despus de su muerte 1 l n Im d inicio em itido sobre Hriiudcl nunca separ su obra cientfica de su accin msiilucional, asi com o el papel que asumi en AnniJes \unto a Lucien l 'ehvre, y despus solo al frente de la revista. Estos tres aspectos son de hecho indisoeiables. Pero el segundo llega a borrar a veces el primero, del mismo modo que la innovacin radii.11 de E l M editerrneoo deja muy atrs el resto de sus obras, que asimismo resulta imperioso volver a leer hoy.

    M e d it e r r n e o , c iv il iz a c i n , id e n t id a d

    Fernand Braudel es en primer lugar y ante todo E l Mediterrneo, aun cuando su obra no puede reducirse a este trabajo, por grande que fuera. 1949 marc, no obstante, una fecha en la historiografa del siglo XX; primera, pionera, hay un antes y un despus de E l Mediterrneo. Mucho se ha escrito sobre su carcter fundador, sobre su significacin para ms de una generacin de historiadores, para la historiografa francesa y ms all de ella. Pues pasar de Felipe II, Espaa y el Mediterrneo, semilla inicial de su tesis, al Mediterrneo en poca de Felipe II, no fue simplemente una inversin del orden de los trminos 20; fue una inversin que puede calificarse, con razn, de corte historiogrfico.

    Lorens de origen, Fernand Braudel naci en 1902. Despus de obtener la plaza de profesor de historia en 1922, ense en el instituto de Constanti- na, luego en Argel, hasta 1932. All se forj su inters por el espacio mediterrneo. Fue desde la otra orilla un Mediterrneo aprehendido al revs, segn deca l mismo como abord este mar interior, lo que no dej de influir sobre la mirada englobadora que diriga a su historia. Eso es lo que expresa la frase, justamente clebre, que abre el libro: Amo apasionadamente al Mediterrneo, tal vez como tantos otros, y despus de tantos otros, he llegado a l desde las tierras del norte. Sin embargo, el proceso que le condujo a una tal inversin fue progresivo. Su itinerario intelectual fue entonces el de todos los jvenes historiadores de su poca, formado en la Sorbona en la escuela de Langlois y Seignobos, de la cual conserv el recuerdo de Henri Hauser, a quien reconoci como su maestro, pero interesado en los primeros avances suscitados por Henri Berr y su

    19. Ecrits sur l histoire, I, Pars, Flammarion, Champs, 1969 y Ecrts sur l histoire,II, Pars, Arthaud, 1990 (Flammarion, Champs, 1994) [trad. esp.: Escritos sobre la Historia, op. c it\, Les Ecrts de Fernand Braudel, 3 vol., Pars, Editions de Fallois, 1996-1997-2001. N. de las t.: trad. esp.: Fernand Braudel, Escritos sobre la Historia, Madrid, 1991, y Las ambiciones de la historia, Barcelona, 2002.

    20. Fue Lucien Febvre quien, en 1927, le sugiri esta inversin, en una carta que era el primer contacto entre ambos hombres: Ms que Felipe II, sera apasionante conocer el Mediterrneo de los berberiscos (Mi formacin como historiador, art. cit., pg. 16).

  • Aci ue de synthse liisloi ////< * Aunque ley Amucs d'liistoiiv conomiquc el \
  • prolong ms all, dado c|iic l;i secunda edicin, icvisada y alimentada, esta fechada en 1966, y su personaje priiu ip.iI inspir, adems, una serie do programas de televisin en I97(>, que dieron lu^ai ;i otra obra de la que redact varios captulos "4. El impacto de la obra capital de Fernand Braudel se mide tambin por las traducciones que de ella se hicieron, no sin algunas sorpresas: si las ediciones italianas y espaolas fueron casi inmediata! (1952, 1954), las versiones inglesas y alemanas tardaron ms (1972-73, 1990). Por lo tanto se puede decir que El Mediterrneo acompa la casi totalidad de la carrera universitaria de Femand Braudel, hasta el punto de que algunos han podido decir que vivi de este capital, fruto de una innovacin historiogrfica magistral que revolucion las maneras de hacei historia. Eso no es hacer justicia al genio del autor, ya que se empe muy pronto en otro proyecto colosal cuya escritura dur unos treinta aos antes de concluirlo. Pero tanto la ambicin del proyecto, como la actividad institucional que desarroll, explican ese retraso.

    En 1979, se public finalmente Civilizacin m ateria leconom a y capitalismo, siglos XV-XV III. El trptico braudeliano: Las estructuras de lo cotidiano, Los juegos del intercambio, E l tiempo del mundo, surgi como rplica a la tipologa mediterrnea: La influencia del medio ambiente, Destinos colectivos y movimientos de conjunto, Los acontecimientos, la poltica y los hombres. Por esa razn, la obra de madurez de Fernand Braudel no sera sino la profundizacin, ciertamente magistral, incluso el cierre de la obra genial, fundadora desde el punto de vista metodolgico, a saber, una vez ms, E l Mediterrneo. Habra que decir entonces que es en la obra de 1949 donde reside la verdadera innovacin cientfica, y que la de 1979 no sera ms que una simple prolongacin, establecida a escala mundial. Pero hay que recordar que el primer volumen haba aparecido en 1967, con el ttulo de Civilizacin material y capitalismo, contribucin de Fernand Braudel pedida por Lucien Febvre para la coleccin Destin de lhumanit que ste diriga entonces. Como subraya Pierre Jeanin 25, en el primer tomo aparece la principal originalidad, porque, para abordar la historia del capitalismo, Braudel empieza por asentar las bases materiales de la economa, dndole as una dimensin extensiva, y estableciendo los cimientos (cf. la metfora de la casa) de lo que tambin puede llamarse las civilizaciones. La civilizacin material sera as el equivalente para la historia del capitalismo, de lo que la geohistoria fue para E l Mediterrneo. Pero el anlisis del desarrollo del capitalismo moderno a escala planetaria

    24. La Mditerrane, Pars, Arts et Mtiers graphiques, 1977-1978; N. de las t.: trad. esp.: El Mediterrneo: despacio y in historia, Mxico, 1989, y El Mediterrneo: los hombres y su herencia, Mxico, 1990.

    25. Pierre Jeanin, Une histoire plantaire de la civilisation matrielle, Annales ESC, 27-1, 1972, pgs. 71-79 (recuperado en Fernand Braudel et i 'histoire, pgs. 109-122).

  • lo que no es poco u'pit'M'iiiu ms que una simple extensin ele un proyeelo que se limitaba .1 un espacio, el Mediterrneo, abarcado en su totalidad y entendido en sus diversas temporalidades Si, en la gnesis de la segunda gran obra de Fernand Braudel, la estancia brasilea tuvo sin luda que representar una apertura hacia los espacios y las circulaciones atlnticas, as como hacia los mecanismos comerciales de la expansin y de l.i dominacin europea sobre el mundo, es importante situar el concepto clave que utiliz entonces, el de economas-mundo. Braudel lo hizo l mismo, en el prefacio a la edicin italiana del libro de Immanuel Wallerstein: The M odem W ord-System 7. Braudel, que haba tomado la expresin del alemn (W eltw irtschaft), la haba aplicado al Mediterrneo del siglo XVI. Distinguiendo una zona central estrecha, una semiperiferia bastante ancha y una periferia de amplias proporciones, el esquema de Wallerstein versa as: esta coexistencia de modos de produccin distintos y, sin embargo, articulados entre ellos, que se explican los unos por los otros. Uraudel lo retoma y lo extiende a su vez, proponiendo la existencia de varias economas-mundos en el momento de la expansin europea y considerando que el desarrollo del capitalismo moderno establece sistemticamente una ciudad a la cabeza del sistema: Venecia, Gnova, despus Amsterdam y, finalmente, Londres.

    No es balad relacionar esta segunda gran obra de Fernand Braudel con la posicin acadmica que fue adquiriendo poco a poco, incluso conquistando, a lo largo de las dcadas de la posguerra. Presidente del tribunal de la agregacin de historia, desde 1949 a 1955, y profesor electo del Collge de France en 1950 (ctedra de Historia de la civilizacin moderna), donde enseo hasta 1972, intent difundir e imponer nuevas maneras de hacer historia y sus concepciones histricas. Sucesor de Lucien Febvre, de 1956 a 1972, en la presidencia de la VI.a seccin de la EPHE, creada en 1947, en esta institucin, que, al cabo de los aos, se revelara como el principal centro de investigacin francs, fue uno de los fundadores del Centro de Investigaciones Histricas en 1949, y luego promotor del modelo de las reas culturales 2\ tomado de las Universidades de Amrica del Norte,

    26. Vase Michel Morineau, Un grand dessein: Civilisation matrielle, conomie et capitalisme (xvc-xvme sicle) de Fernand Braudel, Revue d'histoiremodeme et contempo- ntine, XXVIII-4, 1981, pgs. 624-668 (recuperado en FB et l histoire, pgs. 122-135):

    27. Immanuel Wallerstein, IIsistema mondial delleconoma moderna, I, L agricoltura capitalistca e le origini dell economia-mondo nel XVI secolo, Bolonia, II Mulino, 1978, prefacio de Fernand Braudel, pgs. 9-12 (recuperado cnEFB-3, pgs. 523-526, cit., pg. 524). N. de las t.: trad. esp.: El moderno sistema mundial. La agricultura capitalista y los orgenes de la economa mundo europea en el siglo XVI, Madrid, 1979.

    28. Sobre su genealoga, vase Brigitte Mazon, Aux origines de l cole des hautes tudes en sciences sociales. Le role du mcnat amricain (1920-1960), Pars, Le Cerf, 1988, y el papel de Clemens Heller para su adaptacin en Francia; vase tambin Denys Lombard, De la vertu des aires culturelles, en Jacques Revel y Nathan Wachtel (ed.). Unecolepour

  • .... ........ * ... fc.'niiitiiirm.'ion ue la cnsonau/a v de li investigacin en lainstitucin que se convertira en la I I M SN on 11>7.V I )ircctor de Aiiiiji/cmU' 1956 a 1968, sucedi a Lucien Febvre, ale jando poco despus a Robcil Mandrou, que entonces era el secretario, antes de transm itir la responsabili dad de la revista a Jacques Le Goff, Emmanuel Le Roy Ladurie y Man Ferro. Fund, en fin, la Maison des Sciences de lHomme en 1962, cuyu objetivo era impulsar programas de investigaciones pluridisciplinares o internacionales.

    La estructuracin de la investigacin francesa que realiz Fernand Braudel, hasta convertirle en un hombre de poder lo que sin duda alguna era , resulta, sin embargo, inseparable de su actividad intelectual. Es ms, para l, no haba apertura cientfica que no estuviese acompaada de una

    r 29 rinstitucionalizacin . En el CRH, desarroll una serie de grandes proyectos que dieron lugar a numerosas publicaciones en las nuevas colecciones de las ediciones de la EPHE: Monnaie, prix, conjonctures; Affaires et gens daffaires; Ports, routes, trafc 30; Les hommes et la terre. Dio un empujn, como en su tiempo hicieron Marc Bloch y Lucien Febvre (Noblesse, Techniques), a las investigaciones que alimentaban los sumarios de Annales'. Lhistoire, sciences sociale actuelle, Lhistoire de la vie matrielle et des comportements biologiques. Adems de esa posicin institucional en Francia, hay que aadir la expansin en el extranjero, no slo gracias a los viajes que realiz y a la apertura hacia los pases de la Europa del Este, ya desde el finales de los aos 1950, sino tambin gracias a la creacin de la Asociacin Internacional de Historia Econmica con Michael Postan, en 1960, y de las Semanas de Historia Econmica de Prato, en 1968, con Federigo Melis.

    Aunque el eco internacional de Civilizacin m aterial fue inmediato (y de ello dan cuenta las numerosas traducciones que siguieron a la edicin francesa), su acogida en Francia fue menos entusiasta que la de E l Mediterrneo. Podemos preguntarnos si la predileccin de Fernand Braudel por una presentacin en amplias trilogas de sus obras pareca un mtodo de trabajo. Sin embargo, los tres volmenes de Civilizacin m aterial son ante todo una tentativa de abarcar la economa mundial en poca moderna de tres maneras distintas, mientras que E l M editerrneo plantea tres temporalidades distintas, y el tercero, no previsto al principio, le fue inspirado por la crisis de 1973-1974, para ofrecer una reflexin de conjunto

    les sciences sociales, Pars, Editions de lEHESS/Le Cerf, 1996, pgs. 115-125.29. Vase el informe que redact en 1957 para el Ministerio de Educacin nacional:

    Les sciences sociales en France, un bilan, unprogramme, donde desarroll sus conceptos en cuanto a poltica de la investigacin (Annales ESC, 13-1, 1958, pgs. 94-109, vuelta a tomar en EFB-3, pgs. 135-152).

    30. En este marco, public con Ruggiero Romano, Navires etmarchandises l entre dupoii de Livourne (1547-1611), Pars, Armand Colin, 1951.

  • >1 *rc el capita lism o lm ola parlo, esta com partim entacin no remito a la observacin nada impertinente que uno de los pocos autores, I temard Baylin, de una resea critica de E l M editerrneo sealaba en 1 *>51 las partes de su mundo estn todas aqu, pero siguen inertes, separadas lii unas de las otras, aisladas; y ms adelante: La nica cosa que jams podr entenderse de un mundo al que se divide en tres cortes, es su movimiento, es decir, su vida Adems, a finales de los aos 1970 haba i omenzado el declive de la historia econmica se consideraba que el pauuligma labroussiano y la historia cuantitativa 32 haban agotado sus potencialidades y la antropologa histrica pareca haberla remplazado i n \/m ales '3, dinamizados por la afirmacin de la nueva historia Tal i oy untura no fue ajena al menor eco que tuvo Civilizacin material: Acaso Interesaban todava los temas en torno al nacimiento, las formas, la .I I micin del capitalismo? Y en el horizonte apuntaba otra forma de il trdar los problemas histricos generales que tanto preocupaban a Fernand I ti andel, a m icros ton a 35. En definitiva, sus incursiones fuera del mbito de u especialidad no dejaron de incomodar quizs a los especialistas de tal o

    i nal rea de conocimiento. Al haber trabajado nicamente a partir de trabajos de segunda mano, su acercamiento a la historia no est exento de eierto eurocentrismo y algunos de sus puntos de vista son criticables. Sin embargo, la fuerza de Fernand Braudel reside tambin en eso: en su< apacidad de llegar a conclusiones justas y perspicaces a partir de anlisis sobre cuyos detalles se puede discrepar...

    La tercera gran obra de Fernand Braudel, La identidad de Francia, es un caso distinto. La empez obra en 1979 recin firmado el contrato para la publicacin de Civilizacin material!, y es verdad que su estado incompleto no ha facilitado su recepcin. Pero hay que tener en cuenta otros

    31. Resea de La Mditerrane de Fernand Braudel por Bemard Baylin, publicado en el Journal ofEconomic History, 11,1951, pgs. 278-282 (recuperado en FB et l histoire, pgs. 73-80).

    32. Braudel haba participado en ella, codirigiendo con el mismo Emest Labrousse, llistoire conomique et sociale de la France, Pars, PUF, 1976-1982.

    33. Vase el juicio sobre la evolucin de la revista, que no deja de comportar cierta injusticia respecto a sus sucesores (En guise de conclusin, Review, 1,3/4,1978, pgs. 243- 253, recuperado en EFB-3, pgs. 235-248).

    34. Jacques Le Goff y Pierre Nora (dir.), Faire de l histoire. Nouveaux problmes, iiouvelles approches, nouveaux objets, Pars, Gallimard, 1974; Jacques Le Goff (dir.), La Nouvelle Histoire, Pars, Retz, 1978. N. dlas t.: trad. esp.: Jacques Le Goff y Pierre Nora (dir.), Hacer la historia. 1: Nuevos problemas. II: Nuevos enfoques. 3: Nuevos temas, Barcelona. 1978-1980; y Jacques Le Goff, Roger Chartier y Jacques Revel (dir.), La nueva historia, Bilbao, 1988.

    35. Cario Ginzburg, Le fromage et les vers. L univers du xvie sic/e, Pars, Aubier,11976], 1980 [TV. de las t.: trad. esp.: El queso y los gusanos. 1:1 cosmos segn un molincm delsigloxvi. Barcelona, 1981]; Giovanni Levi, Lepouvoirau vil/age. Histoired'unexim iste dans le Pimont duxvil sicle, Pars, Gallimard, f 19851 | >)X9

  • parmetros, pues el libro luvo ms xito cutir r I pblico ilustrado que en la com unidad de los historiadores, Fernand Mi andel estaba entonces en laeim.i de su carrera; como testimonia su entrada en 19X4 en la Academia francesa, los doctorados honoris causa que recibi en numerosas Universidades y sus intervenciones o entrevistas en la prensa. Sobre todo, despus del monu ment que representaba E l M editerrneo y las perspectivas internacionales de Civilizacin material, el gran historiador pareca ceder a las sirenas de la historia nacional y limitar su mirada a Francia. El diagnstico es demasiado rpido. Hay que situar esta ltima obra en la coyuntura historiogrfca francesa, ya que, en aquellos mismos aos, se publicaron varias historias de Francia M\ No fue, por tanto, el nico que, en los aos 1980, se interrog sobre los medios de renovar el gnero. Pues La identidad de Francia no es una historia nacional ms, ni tampoco la preocupacin de un hombre en el ocaso de su vida por afirmar su amor a su pas, aunque la pasin no est ausente: Lo digo de una vez por todas: amo a Francia con la misma pasin, exigente y complicada que Jules Michelet. Lejos de cambiar de tema ni de restringirse a la nacin francesa, anunci su ltimo proyecto en sus ltimas clases en el Collge de France (1970-1972). De la obra, que deba comportar cuatro partes, sla la primera Espacio e historia pudo ser revisada por el autor. Sin embargo, conocemos la estructura del conjunto, aunque es probable (Braudel lo haca a menudo) que hubiese conocido inflexiones sensibles a lo largo del proceso de escritura. El historiador habra revisitado la nacin Francia a partir de puntos de vista cada vez diferentes: el espacio, la poblacin, la cultura y la religin.

    Sera errneo, como indica Maurice Aymard, considerar por separado las tres obras capitales de Fernand Braudel, con el pretexto de que pasaron varios aos entre la publicacin de cada una de ellas. Hay, en efecto, toda una serie de recubrimientos, de inflexiones en las interrogaciones que les confieren a la vez flexibilidad en su elaboracin y coherencia en la trayectoria del conjunto de la obra 37. Pero, para terminar este panorama, hay que detenerse en algunos trabajos que acabaron siendo libros y otros que se quedaron como contribuciones preliminares.

    Grammaire des civilisationsno llam mucho la atencin de los lectores. En el origen de ese desinters se encuentra el hecho de que el libro fue concebido como un manual escolar que fue utilizado como libro del profesor en repuesta a una demanda ministerial en el marco de una

    36. Histoire de France, Pars, Hachette, 1987-1997; Andr Burguire y Jacques Revel (dir.), Histoire de la France, Pars, Le Seuil, 1989-1990: vase tambin Pierre Nora (dir.), Les lieux de mmoire, Pars, Gallimard, 1984, 1986, 1992.

    37. Maurice Aymard, One Braudel or several?, Review, XXIV-1,2001, pgs. 13-24 (recuperado en P. Carmignani, Autour de F. Braudel, op. cit., pgs. 57-74).

  • reforma de los proclama .
  • C o n t in u id a d , u n id a d ( y l m it e s )DEL PROYECTO DE BRAUDEL

    Los artculos tericos de Femand Braudel no pueden separarse de sus libros, frutos de largos aos de investigacin. Son un tipo de defensa i> ilustracin, a veces militante, de sus concepciones, pero de ninguna m ana i la expresin de lo que sera una teora de la historia43; en Braudel, todo es prctica de la historia u oficio de historiador. Sin embargo, la continuidad de cierto nmero de temas dibuja los contornos de su proyecto. I !s importante, por tanto, establecer la unidad de su pensamiento histrico, al mismo tiempo que sealar sus eventuales lmites.

    La larga duracin. El artculo de 1958 es la referencia obligada ", Original, es uno de los trabajos ms citados y ms traducidos de Braudel Contra la historia de los acontecimientos, y de la historia-relato, poi supuesto, y tambin contra la historia de los ciclos, segn el modelo de Labrousse, Braudel privilegia, como ya haba propuesto algunos aos antes en E l Mediterrneo, las estructuras, esa realidad que el tiempo usa mal y transmite muy demoradamente: obstculos geogrficos, marcos mentales, condiciones tcnicas, demogrficas, incluso econmicas. Es el zcalo (metfora geolgica), el cimiento (metfora arquitectnica) sobre los que se organizan las sociedades y que el historiador debe restituir. Todos los niveles, todos las miles de plantas, todas los miles de estallidos del tiempo de la historia se comprenden a partir de esta profundidad, de esta seminmo- vilidad; todo gravita en tomo a ella 45. La historia estructural, segn Braudel, no es slo el complemento de sus coyunturas, es esa historia larga, permanente, deca a sus compaeros de cautividad, que tiene poco que ver con las estructuras segn el pensamiento marxista, y ello significa una innovacin historiogrfca importantsima por lo que respecta a la cuestin de las temporalidades, que es intrnseco al trabajo del historiador.

    43. Para Fernand Braudel, ninguna teora dio jams lugar a un gran libro de historia, mientras que la relacin inversas! puede, al menos en algunos, verificarse (Maurice Aymard, Prefacio al primer volumen de Ecrts de Fernand Braudel, op. cit., pg. III).

    44. Femand Braudel, Histoire et Science sociale: lalonguedur e,AnnalesESC, 13-4, 1958, pgs. 725-753 (recuperado en EH-l, pgs. 41-83). N. de las t.: trad. esp.: La larga duracin, en Fernand Braudel, Las ambiciones de la historia, op. cit., pgs. 147-177.

    45. Ibid., pg. 157.

  • I ernand Uraudcl ora ontoiu os el nico capitn " al frente de Annulcsy do la VI." Seccin, y muy pionto de la MSI I l'or tanto, podemos considerar i|uo este artculo, largamente madurado, constituye su aporte epistemolgico particular, su contribucin al movimiento de Annales. Muy pronto identificara los Annalese Fernand Braudel, con el apogeo de la historia econmica, la de las coyunturas de Emest Labrousse y sus discpulos, o la cuantitativa, al estilo de Pierre Chaunu. No dejara de defender sus concepciones aprovechando los comentarios de las obras que public en la

    47 revista .Pero es posible tambin, como hace Jacques Revel, interpretar la larga

    duracin como el instrumento el arma? que Braudel propuso a los historiadores para responder al estructuralismo de Claude Lvi-Strauss 48, a punto de constituirse en nuevo paradigma en el campo de las ciencias sociales y frente al cual la historia deba posicionarse, debido al carcter a- temporal de la antropologa lvi-straussiana, ms que ahistrico. Tal actitud correspondera a la vez a la tradicin de Annales (confrontarse con tal o cual disciplina nueva, como haban hecho con la economa de Frangois Simiand y la sociologa de Emile Durkheim) y... a la personalidad de Fernand Braudel, que no repugnaba al combate intelectual 49. La larga duracin, como alarde y estrategia de reconquista! 50. Eso permitira entender tambin porqu Braudel empieza su artculo con esta frase: Hay crisis general en las ciencias humanas, crisis de crecimiento, ciertamente, pero crisis tambin porque, a su juicio, estaban siempre amenazadas por el repliegue disciplinar.

    46. Entre 1946y 1956, dehecho, Lucien Febvre estar slo para dirigir Annales', entre 1956 yl968, de hecho, estar yo solo para dirigir la revista (F. Braudel, Mi formacin de historiador, art. cit., pg. 26, subrayado por el autor).

    47. Vase, en particular, SviJ/e et l Atlantique (1504-1650), de Pierre Chaunu (Annales ESC, 18-3, 1963, pgs. 541-553, EH-11, pgs. 767-153); Beauvais et le Beauvaisis, de Pierre Goubert ( Annales ESC, 18-4, 1963, pgs. 767-778, EFB-3, pgs. 476-488); La Catalogne dans l Espagnemoderne, de Pierre Vilar (AnnalesESC, 23-2, 1968, pgs. 375-389, EFB-3, pgs. 489-504). Vase tambin los prefacios de Femand Braudel a Witold Kula, Thore conomique du systme foda!. Pour un modle de I conomiepolonaise, xvi-XVIII1 sicles, Pars, Mouton, 1970 (EFB-3, pgs. 505-507) y a Conjoncture conomique, structuressociales: hommage Emest Labrousse, Pars, EPHE, 1974, pgs. 9-11 (EFB-3, pgs. 308-311).

    48. Claude Lvi-Strauss, Anthropologie structurale, Pars, Plon, 1958 [N. de las t.: trad. esp.: Antropologa estructural, Buenos Aires, 1968] Fernand Braudel explicitar en otro lugar oposicin a Lvi-Strauss en En guise de conclusin, art. cit. (EFB-3, pgs. 235-248, aqu pg. 240).

    49. Vase el consejo que dio a Immanuel Wallerstein, en 1978, respecto a lo que entonces significaban para l Annales (Es difcil ser hertico y innovador a la vez, cuando, de manera brusca, se pasa a ser de alguna forma ortodoxo, ibid., pg. 246): Por tanto, yo aconsejo vivamente a Immanuel que busque (...) un hermano enemigo que podra ayudarle en la direccin de la Review (ibid., pg. 245).

    50. Jacques Revel, Introduction, en Fernand Braudel et l histoire, Pars, Hachette,Pluriel, 1999, pgs. 9-27, particularmente pgs. 16-18 y sobre todo pg. 18.

  • parece que ha desembocado en un eseepiu imiio yi-ueruli/ado respecto a las ambiciones braudelianas; sin embargo, tuvieron la ventaja de suscilai preguntas sobre la disciplina misma, a travs de una critica de las categoras utilizadas por los historiadores, una reflexin sobre el relato, los modelos, las representaciones y los discursos, as como una valoracin de los actores y de sus experiencias 63. Se pueden glosar hasta el infinito estas considera ciones que conciernen a la crisis de la historia... Pero, despus de querer quemar a Braudel64, despus de haberlo adorado, habr llegado la hora de resucitarlo? Pero de qu Braudel pueden inspirarse hoy los historiadores?

    Desde hace algunos aos, se desarrolla en el mundo anglosajn lo que se llama la Global o W orld h isto ry 65. Es evidente que tales propuestas deben relacionarse con la globalizacin que conoce el mundo contemporneo, y los mismos historiadores se ven tambin interpelados por los fenmenos que lo acompaan. Que la prctica historiogrfica nunca est separada del contexto en que desarrollan la profesin no admite dudas. Sin embargo, se puede responder a este desafo en trminos braudelianos: En qu sentido es tambin la globalizacin un fenmeno de larga duracin? Ahora bien, para evitar que esos trabajos desemboquen slo en una nueva historia universal, resulta pertinente la historia especializada segn Braudel y, en particular, el concepto de regin66, aunque estn disponibles otros modelos, como el de las encrucijadas de Denys Lombard bl. Las circulaciones, los intercambios, las conexiones entre culturas o civilizaciones estn asimismo en el orden del d a 68. Temas que Braudel no habra negado, y que explor, as como numerosos discpulos suyos, pero que hoy se plantean bajo el ngulo de las transmisiones o transferen

    63. Vase Histoire et sciences sociales. Un tournant critique, Armales ESC, 44-6, 1989, y Anuales ESC, 43-2, 1988, pgs. 291-293; Paul Ricoeur, Temps etrcits, Pars, Le Seuil, 1983-1985, (trad. esp, Tiempo y narracin, Madrid, 1987, y Mxico, 1995) y ms reciente, Jean-Yves Grenier, Claude Grignon y Pierre-Michel Menger (dir.), Le modle etle rcit, Pars, ditions de la MSH, 2001.

    64. Vase el dossier consagrado a este historiador en la revista L Histoire (octubre de 1995) bajo el ttulo: Faut-il brler Braudel?.

    65. Vase el 19. Congreso Internacional de Ciencias Histricas (Oslo, 2000) y los dos temas principales organizados: Perspectives on global history: concepts and methodology y Cultural encounters between continents over the centuries (www.oslo2000.uio.ne).

    66. Vase R. Bin Wong, Entre monde et nation: les rgions braudliennes en Asie, Armales HSS, 56-1, 2001, pgs. 5-41 y el comentario de Maurice Aymard que acompaa la publicacin de este artculo (pg. 43-50).

    67. Denys Lombard, Le carrefourjavanais. Essaid'histoireglobale, Pars, ditions de lEHESS, 1990.

    68. Vase Sanjay Subrahmanyam, Du Tage au Gange au XVIC sicle: une conjoncture millnariste Pchelle eurasiatique, Annales HSS, 56-1, 2001, pgs. 56-84 y Serge Gruzinski, Les mondes mels de la Monarchie catholique et autres connected histories, Annales HSS, 56-1, 2001, pgs. 85-117, as como el comentario de Roger Chartier que acompaa a estos dos textos (p. 119-123).

  • cias culturales, cxportu iiones m ipo ita i iones de las representaciones que transmiten, en la perspectiva tic las articulaciones entre lo local y lo global, o de los fenmenos de apropiacin y reinterpretacin, El mestizaje, en una sociedad multicultural globali/ada, 110 est muy lejos... Parece dibujarse as una nueva coyuntura historiogrfica que vuelve a interesarse por los grandes espacios, que recupera el camino de perspectivas amplias, tan caras a Fernand Braudel. Podemos apostar, por tanto, a que volvern a analizarse, comentarse y discutirse no slo E l M editerrneo, sino quizs en mayor medida Civilizacin material. Ms que a la historia segn Braudel, fue a la historia comparada de Marc Bloch que est de actualidad ms que nunca69 a la que se volvieron los participantes en los simposios de Oslo, cuando tenan que mencionar una referencia no anglosajona... Llegar su tiempo sin ninguna duda.

    En Europa, tras el abandono del proyecto braudeliano y despus del ahogo de la antropologa histrica (y de la llamada historia de las mentalidades), los historiadores han descendido a otra escala micro en este caso en los aos 1980 y 1990. La microhistoria italiana, el microanlisis francs, la Alltagsgeschichtealemana, la Ne w so caIhistory inglesa pueden vincularse a ello. El actor concreto, el gran ausente de la historia braudelia- na, ocupa el centro de las preocupaciones historiogrfcas, con sus experiencias, sus comportamientos y sus estrategias 7 . A pesar de que algunos hayan querido (y siguen queriendo) ver en la microhistoria un repliegue mezquino de las perspectivas historiogrfcas, ha representado un desplazamiento de las problemticas que permite reactivar la historia global partiendo, justamente, de las experiencias de los actores. Por otra parte, los juegos de escalas no excluyen de ningn modo la escala macro, a pesar de que se haya privilegiado lo micro. En fin, las variaciones focales, para copiar otra metfora utilizada de manera concurrente, pero menos explotada que la metfora cartogrfica implican que la escala de anlisis pertinente se determine por el objeto estudiado, exactamente lo mismo que la eleccin de una escala de anlisis en lugar de otra determina a su vez el objeto observado. Si hoy se puede privilegiar de nuevo lo macro, en una metodologa braudeliana, ser integrando en l la perspectiva de los actores y reflexionando ms de lo que hasta ahora se haca sobre la articulacin de las escalas. Del mismo modo, la aproximacin a travs de las redes sociales que construyen los actores, y en las que estn prendidos, no implica que se

    69. Vase el dossier Lexcereise de la comparaison, Armales HSS, 57-1, 2002, y la propuesta de Michael Werner y Bndicte Zimmermann, Penser lhistoire croise: entre empirie et rflexivit, Annales HSS, 58-1, 2003.

    70. Vase Bernard Lepetit (dir.), Les formes de 1exprience. Une autrehistoire soeiale, Pars, Albin Michel, 1995; Jacques Revel (dir.), Jeux d ehelles. La micro-analyse de Vexprience, Pars, Le Seuil/Gallimard, Hautes Etudes, 1996.

  • 168 LOS HISTORIADORES

    les considere slo en la escala local. El ejemplo de la Amrica ibrica, entre los siglos xvi y xvill, es la prueba de ello 71.

    Frente al riesgo de la compartimentacin, de las instancias superpuestas o de los planos yuxtapuestos, es necesaria una historia integrada, ms de lo que lo hizo Braudel. Para eso, sin embargo, hay que volver a una historia global, en el sentido tambin en que los diferentes niveles de la vida de los hombres en sociedad se comprenden en conjunto, as como las distintas temporalidades. Nuevas experimentaciones estn en el orden del da, pues la historia en su mayor dimensin, a la que nos invita y suscita la lectura de Braudel, impone utilizar nuevos instrumentos de anlisis.

    Desde el cuaderno de Oflag, la especificidad de la historia reside, segn Femand Braudel, en el anlisis de lo permanente, en parte de lo actual, por tanto, o sea, la larga duracin. Cuestiona la realidad social, no solamente en lo que sta tiene de fugitivo, sino en lo que tiene de permanente, de siempre vivo, de actual (...). El verdadero objetivo de la historia quizs no sea el pasado (...), sino el conocimiento de los hombres, esa tarea colectiva que es el punto de encuentro de las ciencias sociales, su punto de convergencia, tambin el nuestro. Slo explicaremos la historia cuando explicando el mundo 12. Aplic su programa a dimensin mundial y n: retrocedi ante el desafo que se impuso a s mismo. Y Femand Braudel concluye: Explicar la historia, explicar el mundo, no es algo irrelevante Por eso, para l, la historia no es slo un relato, tampoco es sencillamente una coleccin de hechos (...). Est arraigada en la vida y en ltimo extrem: es, debe ser, la misma vida. Braudel le dedic la suya, apasionadamente

    Jacques POLONI-SlMAM

    R e f e r e n c ia s b ib l io g r f ic a s

    Obras del autor

    La Mditerrane et le monde mditerranen 1 poque de Philippe II, Pars, Coln, 1949 (2.a edicin revisada y aumentada, 1966); [trad. esp.: El Medite, neo y el mundo mediterrneo en la poca de Felipe II, Mxico, 1980].

    Naviresetmarchandiseslentre duportdeLivoume (1547-1611), Pars, Coln, 1951, con Ruggiero Romano.

    Civilisation matrelle et capitalisme, Pars, Armand Coln, 1967; [trad. es Civilizacin material y capitalismo, Barcelona, 1974],

    71. Vase Zacaras Moutoukias, Rseaux personnels et autorit coloniale: ngociants de Buenos Aires au xvme sicle, Armales ESC, 47-4/5, 1992, pgs. 889-# Nathan Watchel, La foi du souvenir. Labyrinthes marranes, Pars, Le Seuil, 2002.

    72. F. Braudel, La historia..., art. cit.. pg. 52.