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1 Lukács y Korsch para la Escuela de Frankfurt y para la reconstrucción del marxismo occidental 1 Jorge Veraza Urtusuástegui Hablaré acerca de Karl Korsch y de Georg Lukács, especialmente de sus dos libros más famosos, de Georg Lukács, Historia y consciencia de clase publicado en 1923 y de Karl Korsch Marxismo y filosofía, publicado en ese mismo año; y haré algunos apuntes de su relación con la Escuela de Frankfurt. Pues es el trazo de estos dos marxistas, especialmente de estos dos libros, el que origina la conformación teórica del proyecto del Instituto de Investigaciones Sociales que con el tiempo habrá de llamarse Escuela de Frankfurt. Proyecto en el que se intenta aplicar el marxismo no solamente a la investigación económica o a la crítica económica del capitalismo sino a una crítica de la cultura, a una crítica de la política, a una crítica de las dimensiones cotidianas que suceden en la sociedad burguesa. Así que, de alguna manera, la Escuela de Frankfurt está intentando reconstruir la crítica global de la sociedad; que fuera proyecto de Marx, dar cumplimiento a este anhelo. 1. La Crisis del marxismo y la actualidad de la revolución: premisas de Historia y conciencia de clase y de Marxismo y filosofía La Escuela de Frankfurt nace de hecho en 1923, este Instituto de Investigaciones Sociales que habrá de ubicar su cede en Frankfurt nace, justamente, en ocasión de que se han publicados estos dos libros y que se lleven a cabo unos seminarios sobre los mismos, seminarios que fueron, por así decirlo, una especie de Sábados Rojos Culturales. Así que daré una breve semblanza del momento, para hacernos idea de la efervescencia político- revolucionaria que se experimentaba. Después de 1896 en que Eduard Bernstein publica su libro sobre Las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia, esto es, las tareas que ésta tiene enfrente 1 Intervención del Dr. Veraza en el seminario “La Escuela de Frankfurt en la perspectiva del discurso crítico. Conexiones, intersticios y fronteras entre los marxismos del siglo XX”, 2013.

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Lukács y Korsch para la Escuela de Frankfurt y para la reconstrucción

del marxismo occidental1

Jorge Veraza Urtusuástegui

Hablaré acerca de Karl Korsch y de Georg Lukács, especialmente de sus dos libros más

famosos, de Georg Lukács, Historia y consciencia de clase publicado en 1923 y de Karl

Korsch Marxismo y filosofía, publicado en ese mismo año; y haré algunos apuntes de su

relación con la Escuela de Frankfurt. Pues es el trazo de estos dos marxistas, especialmente

de estos dos libros, el que origina la conformación teórica del proyecto del Instituto de

Investigaciones Sociales que con el tiempo habrá de llamarse Escuela de Frankfurt.

Proyecto en el que se intenta aplicar el marxismo no solamente a la investigación

económica o a la crítica económica del capitalismo sino a una crítica de la cultura, a una

crítica de la política, a una crítica de las dimensiones cotidianas que suceden en la sociedad

burguesa. Así que, de alguna manera, la Escuela de Frankfurt está intentando reconstruir la

crítica global de la sociedad; que fuera proyecto de Marx, dar cumplimiento a este anhelo.

1. La Crisis del marxismo y la actualidad de la revolución: premisas de Historia y

conciencia de clase y de Marxismo y filosofía

La Escuela de Frankfurt nace de hecho en 1923, este Instituto de Investigaciones Sociales

que habrá de ubicar su cede en Frankfurt nace, justamente, en ocasión de que se han

publicados estos dos libros y que se lleven a cabo unos seminarios sobre los mismos,

seminarios que fueron, por así decirlo, una especie de Sábados Rojos Culturales. Así que

daré una breve semblanza del momento, para hacernos idea de la efervescencia político-

revolucionaria que se experimentaba.

Después de 1896 en que Eduard Bernstein publica su libro sobre Las premisas del

socialismo y las tareas de la socialdemocracia, esto es, las tareas que ésta tiene enfrente

1 Intervención del Dr. Veraza en el seminario “La Escuela de Frankfurt en la perspectiva del discurso crítico. Conexiones, intersticios y fronteras entre los marxismos del siglo XX”, 2013.

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para el nuevo periodo que él cree estar viendo amanecer en el capitalismo. Es la primera

vez que en la izquierda se plantea que está naciendo una nueva época, y esta nueva época

dice Bernstein es distinta a la que vivió Marx, especialmente la época del Manifiesto del

Partido Comunista, pues, ahora, el gran desarrollo civilizatorio del capitalismo, la

industrialización de países como Francia y Alemania, ha modificado grandemente la

manera en que están viviendo los obreros, con mejores salarios, con mejor urbanización,

con gran cantidad de representantes socialdemócratas en el congreso y que nos permiten

hacer una serie de reformas benéficas para el pueblo en general y para los obreros en

particular. Así que esta nueva época de auge del capitalismo, y también civilizatorio, con la

democratización ha vuelto cosa del pasado las anteriores actitudes brutales, represivas de

los gobiernos absolutistas de la vieja Europa y, aun, de las nuevas repúblicas. Pues si en un

primer momento los gobiernos republicanos tuvieron desconfianza respecto de la clase

obrera, ya se han acostumbrado a que haya una oposición democrática. Ha habido entonces

una serie de modificaciones en la economía, en la política, a nivel cultural y de las

costumbres que señalan que el capitalismo ha ido evolucionando y que auguran que pueda

seguir evolucionando en un sentido favorable a la clase obrera. Así que hay que replantear

con base en esta nueva conformación histórica de la sociedad burguesa las tareas que tiene

el partido obrero, el partido socialdemócrata.

Realmente no parece un momento propicio para hacer revoluciones sino para hacer la

mayor cantidad de alianzas políticas y lograr la mayor cantidad de reformas en el gobierno,

obtener la mayor cantidad de votantes para la socialdemocracia con un programa amplio y

que el partido tenga cada vez más fuerza en el congreso para, entonces desde ahí, llevar a

cabo una serie de modificaciones benéficas para la clase obrera y para el funcionamiento de

la sociedad en su conjunto.

De tal manera que el análisis de Bernstein de la situación coyuntural que lo lleva a

pensar que existe una nueva época del capitalismo y que esta nueva época es progresista,

civilizatoria, tiene por conclusión unas propuestas de política reformistas. El partido

socialdemócrata pasa de la posición revolucionaria a una posición reformista que requería

de una revisión de las ideas de Marx tanto acerca del capitalismo que, según Bernstein

había cambiado, como acerca del procedimiento mediante el cual los obreros deben

enfrentar al capitalismo, si mediante reformas o mediante revoluciones.

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Desde 1896 interviene Bernstein; otra serie de dirigentes socialistas de distintas partes

de Europa hacen un enfoque más o menos similar —descollantemente Tomáš Masaryk,

Benedetto Croce y George Sorel— y surge un fenómeno generalizado de cambio de

perspectiva de dirigentes socialistas tanto políticos como intelectuales que se ha dado en

llamar la crisis del marxismo; con la posición revisionista Bernstein da inicio a la crisis del

marxismo. Las corrientes de izquierda del partido socialdemócrata, especialmente del

partido socialdemócrata alemán, intentan contraargumentar, revertir este posicionamiento

de Bernstein; incluso el centro representado por Karl Kautsky, discípulo directo de Marx y

Engels, intenta criticar las posición revisionistas de Bernstein completamente cargadas a la

derecha del partido. Desde la izquierda le contesta Rosa Luxemburgo, que pertenecía al

partido socialdemócrata de Polonia pero que —como emigrada llegó a Alemania— se

inserta en el partido socialdemócrata alemán.

Distintas corrientes de izquierda, los consejistas holandeses, como Henriette Roland-

Holst y Anton Pannekoek, intentan revertir esta derechización de la socialdemocracia tanto

del partido socialdemócrata alemán como de otros partidos socialdemócratas europeos y, de

hecho, de toda la Segunda Internacional. En estas críticas, en este intento de enfrentar a la

derechización formidable de la socialdemocracia, participa Lenin, Trotsky, etc., así que

tenemos tres grandes vertientes: una, la de Rosa Luxemburgo; también a los izquierdistas

alemanes y holandeses; y, finalmente, a Lenin y los socialistas bolcheviques rusos, así

como al menchevique Trotsky. Además claro, del así llamado marxista ortodoxo, Karl

Kautsky, que tenía posiciones centristas pero que, supuestamente, era quien estaba

recogiendo el legado teórico de Marx. Y se van sucediendo distintas obras, distintas

polémicas, desde 1896 en que publica Bernstein su libro, hasta 1914-16 en que Lenin

publica El Imperialismo fase superior del capitalismo; el cual recogía ideas muy

importantes de Rosa Luxemburgo, tratando de asumir a la nueva época anunciada por

Bernstein como una época efectivamente nueva pero, señalando, que las contradicciones

imperialistas requerían de conclusiones políticas completamente opuestas a las que sacara

Bernstein. Que, más bien, se venía encima un enfrentamiento imperialista, que

posiblemente se podía llegar a la guerra. Rosa Luxemburgo escribe esto en 1913 y Lenin

ya está escribiendo en plena guerra, pues se publica su libro en 1916; así que los hechos

demostraban que la época imperialista no es la de un hecho civilizatorio y muy favorable a

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la clase obrera y favorable también las reformas, sino al contrario; que se iban a endurecer

las posiciones de las naciones burguesas, de las empresas monopólicas y el militarismo iba

a crecer lanzando a la guerra a la clase obrera.

De suerte que en 1914 sobre la base de haberse iniciado la crisis del marxismo, se da

una, vamos a decir, catástrofe porque todos los partidos socialdemócratas de Europa van a

apoyar a sus respectivos Estados para que ocurra la guerra, la Primera guerra mundial. Lo

que significa una traición a la clase obrera, a todos sus votantes, porque justamente quienes

van a ir a la guerra serán los obreros transformados en soldados; cuando que quienes están

votando que vayan son los diputados socialdemócratas. ¡Así que yo te pongo en el

parlamento para que tú me mandes a la guerra! Ese fue el intercambio. Según el cual, el

mandato del pueblo se vio completamente revocado por estos mandatarios que, más bien,

se convierten en mandantes, que de mandatarios se transforman en mandantes y toman por

su cuenta la responsabilidad histórica —como dice Peña Nieto que va asumir la de la

entrega del petróleo. Pues bien, aquí se trató de la entrega de la vida de millones de obreros

por parte de todos los partidos socialdemócratas.

Es contra estas fuertísimas tendencias históricas de derechización y de

aburguesamiento que se suscitaron al interior de los partidos socialdemócratas contra lo que

están tratando de combatir los izquierdistas alemanes y holandeses, Rosa Luxemburgo y

Lenin, e, incluso, Kautsky; quien dice que no está de acuerdo con esas tendencias aunque

en las alianzas con Bernstein participa.

Ahora bien, el planteamiento tanto de Rosa como de Lenin (Rosa Luxemburgo en La

acumulación de capital y Lenin en El imperialismo fase superior del capitalismo, quien

poco después publicara un pequeño folleto aún más pequeño que el de su teoría del

imperialismo, El imperialismo y la guerra) sostiene que en el curso de la guerra la mejor

defensa de la clase obrera, de su vida, de sus condiciones de existencia es transformar la

guerra imperialista en guerra civil, en revolución proletaria en contra de quienes están

haciendo la guerra.

Esta es la nueva propuesta táctica que se va a tratar de sacar adelante por la izquierda.

Frente a la guerra imperialista la revolución proletaria. Si ellos están planteando destruir

nuestras vidas, nosotros contestamos destruyendo su modo de vida asesino, su régimen

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asesino. Y, en efecto, ocurre que en 1917 estalla la revolución en Rusia; en febrero una

revolución democrático-burguesa que logra destituir al Zar y poner a un gobierno

democrático-burgués, presidido por Aleksandr Kérensky y algunos diputados socialistas.

Pero este gobierno insiste en seguir mandando a la gente, al pueblo ruso, a la guerra,

cuando el pueblo ruso sufre miseria y está muy desgastado, así que se suscitan

levantamientos en el frente, levantamientos en las ciudades y con estos levantamientos se

va a ir acumulando fuerza hasta que ocurre la Revolución de Octubre. En la que ya no se

trata de tirar al zar sino de tirar al gobierno de Kérenski, al gobierno republicano

democrático-burgués y se tratar de construir un gobierno de los trabajadores.

El triunfo de la Revolución de Octubre tiene en ese momento una gran significación

en todo el mundo, especialmente en Europa y para todas las clases obreras, pues todavía

quedaba un año de guerra y qué tal que en lugar de guerra tuviéramos en nuestros países

también una revolución; nomás hay que tomar las armas pero en lugar de dirigirlas contra

el enemigo internacional, dirigirlas contra el enemigo de clase, es decir, que realmente, en

el momento de guerra no es tan difícil la decisión, y, efectivamente, hubo levantamientos

revolucionarios en distintos frentes.

Así que de una situación de crisis del marxismo y de derechización pasamos a través

de la guerra, a través de múltiples polémicas en torno a cuestiones teóricas y políticas y de

desarrollo de la crisis del marxismo, pasamos a una situación de auge revolucionario y de

un triunfo formidable de la clase obrera en Rusia y con un gran prestigio. Estamos en 1917

y nos faltan seis años para llegar a 1923, año en que se publican los dos libros que nos

ocupan y que ambos van intentar sacar las conclusiones de las enseñanzas tanto de los

posicionamientos políticos de Lenin como de Rosa Luxemburgo; y van a tratar de sacar las

enseñanzas teóricas de todas las polémicas que han venido ocurriendo desde que Bernstein

hizo su intervención revisionista planteando la emergencia de una nueva época y, entonces,

la necesidad de una nueva política reformista de partido. Por el contrario surgieron

posiciones revolucionarias tanto por parte de Rosa Luxemburgo como de Lenin y de los

izquierdistas consejistas alemanes y holandeses. Todavía vamos a ver en 1919, recién

terminada la Primera guerra mundial, la emergencia de varias revoluciones en Europa que

intentan recuperar la estafeta de la Revolución rusa, extender este momento de auge

revolucionario; así que se dan levantamientos en Italia con los consejistas de Bordiga; en

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Alemania, en Berlín y en Hamburgo, se dan gobiernos provisionales en estas ciudades,

siempre construyendo consejos obrero o soviets, tal es la palabra rusa para decir consejo.

Que eran consejos democráticos de obreros, consejos democráticos de soldados, etcétera.

Estos surgieron por primera vez en la Revolución rusa de 1905 y vuelven a surgir los

soviets en la Revolución rusa de 1917; esta nueva forma de hacer política desde la base y

que surgió espontáneamente en el curso de la revolución, va a ser el modo en que en toda

Europa se van a intentar construir gobiernos revolucionarios.

En 1919 también triunfa la revolución Húngara; la va presidir el socialdemócrata

Béla Kun y el ministro de cultura de esta revolución va a ser precisamente Georg Lukács;

este gobierno dura tres meses y es derrocado por un golpe de Estado, todos huyen, también

Lukács, que emigra hacia Alemania, prosigue su formación, sigue entendiendo la

situación, asimilando diversas teorías de Lenin; pues entonces no se tenían las obras

completas, era difícil conseguirlas, así que él dice que leyó a Lenin en su estancia en Berlín

como emigrado y luego en Viena —donde se congregan refugiados de distintas

revoluciones de Europa. Viena, será el lugar que los congregue y donde se da una gran

discusión entre consejistas holandeses, italianos, alemanes y se cree la revista

Kommunismus, en la cual tiene contribuciones importantes Lukács.

De suerte que entre 1919 y 1923 Lukács publicará una serie de trabajos, desde que

estaba en el gobierno revolucionario que fue provisional en la revolución húngara y, luego,

como emigrado en el contexto de la aludida efervescencia revolucionaria, tanto de derrotas

como de nuevos levantamientos que estaban ocurriendo. Y todas las discusiones para hacer

el balance de lo que está ocurriendo en la coyuntura estaban teniendo lugar en Viena y

Lukács está en Viena. Irá publicando una serie de artículos que van a dar como resultado

reunidos el libro de Historia y consciencia de clase.

Así que se suscita la impresión de que es posible en 1923 todavía proseguir el auge

revolucionario; y si hubo dos revoluciones que triunfaron, la rusa y la húngara (que aunque

la acaban de derrotar triunfó) y, además, otros levantamientos que no ocuparon países

enteros pero que sí fueron triunfantes en importantes ciudades industriales aunque, luego,

fueron derrotados, es posible, se dijo, que todavía la ola revolucionaria siga adelante y

pueda derrotarse al capitalismo. Es posible que una revolución internacional socialista

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ocurra. En todo caso, esta coyuntura no es de actualidad de la reforma como estaba

diciendo Bernstein sino de una actualidad de la revolución proletaria.

2. Historia y conciencia de clase y Marxismo y filosofía en la aurora de la Escuela de

Frankfurt

Este es el panorama del ambiente que se está viviendo en Europa central y en estas

condiciones se publican los libros Historia y consciencia de clase y Marxismo y filosofía.

Ambos libros son de una gran calidad teórica, de una gran profundidad filosófica y, sin

embargo, tienen la intención de incidir directamente en la coyuntura político práctica que

está ocurriendo para dar claridad al conjunto de militantes de cómo comportarse, cómo

asumir la ciencia, cómo asumir la economía, cómo asumir las ciencias sociales, cómo

asumir la filosofía, qué actitud tomar ante cada uno de los desafíos que te enfrenta no

solamente la sociedad burguesa sino la situación revolucionaria; y, en fin, cuál es la manera

de organizarse: ¿Tiene sentido la posición de Rosa Luxemburgo?, ¿tiene sentido la posición

de Lenin respecto del partido centralista democrático? Son una serie de cuestiones que

están involucradas en ambos libros.

Por eso es que en medio del auge revolucionario en las ciudades alemanas,

especialmente en la ciudad de Frankfurt, distintos intelectuales de izquierda, Horkheimer,

que había sido uno de los fundadores del Instituto de Investigaciones Sociales, Karl

Grünberg, que será finalmente quien funde el Instituto y sea la primera persona que lo

presida, van a organizar primero unos grupos de discusión, una discusión que clarifique la

relación del marxismo con todas las ciencias sociales y con la filosofía. ¿Qué otras tareas

teóricas se abren? El legado de Marx y Engels quedó trunco al morir ambos y Kautsky

logró desarrollarlo magramente, en referencia a la Cuestión Agraria, en referencia a la toma

del poder, pero otras múltiples vetas del desarrollo del materialismo histórico están

frenadas, toda la crítica de la cultura, toda la cuestión del arte, toda la cuestión de la

superestructura, todo eso no está desarrollado.

De manera que en estos Sábados Rojos de discusión de ambas obras, se las presentó

por parte de los propios autores y se las discutió; y desde entonces pudieron servir para

establecer una serie de lineamientos de qué investigaciones podrían hacerse; y no solamente

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qué investigaciones sino cómo hacerlas, cuáles serían las nuevas vías para desarrollar una

ciencias sociales y un marxismo que se alimente con los nuevos aportes de las ciencias

sociales, justamente en terrenos que han sido descuidados, que no han sido desarrollados.

Todo ello en vista de poner a la altura, vamos a decir, de la crítica de la economía política,

las otras áreas del desarrollo del pensamiento revolucionario; un pensamiento crítico que no

solamente se sustente materialistamente en la base de la sociedad y critique la situación de

explotación del proletariado, sino todas las subsiguientes formas de opresión, a nivel social,

a nivel político, a nivel cultural para construir una imagen completa de la sociedad

burguesa, una imagen completa de su crítica y que, también, ofrezca alternativas en todos

estos ámbitos. Se trata de un proyecto, una idea, omniabarcante muy ambiciosa.

Y, justamente, ambos libros, el del Karl Korsch y el de Georg Lukács, dan pie para

eso. Tienen suficiente seso incluido, suficientes tesis, argumentaciones suficientemente

potentes como para abrir investigaciones en todas las áreas de las ciencias sociales; como

para darle la plataforma, un primer impulso, un programa y unos objetivos claros de

investigación a todo un instituto de ciencias sociales, de investigaciones sociales que,

entonces, se va a inspirar en estas discusiones.

Intervención del público.

Tengo entendido que ciertas obras de Marx, porque Marx era muy riguroso con qué

publicaba y que no publicaba, fueron publicadas no hasta su muerte sino varios años

después, específicamente en los años 20´s en la Unión Soviética. Pues bien, tenía yo la

duda de qué impacto tuvo la aparición póstuma de estas obras en el debate que está

habiendo.

Puede verse en las citas tanto de Lukács como de Korsch que se han publicado obras

póstumas y una muy principal es la Introducción de 1857; texto que fuera el resultado de un

segundo momento en que Marx después de sus años de juventud se vuelve a encargar de

discutir con Hegel en vista de construir una perspectiva metódica para realizar su crítica de

la economía política. Se trata de una introducción a la Contribución a la crítica de la

economía política, publicada en 1859; en el entendido de que para redactar Marx dicha

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Contribución… escribió, primero unos extensos manuscritos que se conocen como Los

lineamientos fundamentales de la crítica de la economía política o en alemán Grundrisse;

pues bien, estos Grundrisse son referidos por Marx en el Prólogo de la Contribución de la

Economía Política de 1859 en el siguiente tenor: tengo ante mí en forma de monografías

toda la investigación de la crítica de la economía política. Monografías que son,

precisamente, los Grundrisse. No se conocían y serán publicados hasta 1934; sólo se

conocía el prólogo donde Marx habla de ellos. Y añade: originalmente había pensado

escribir una introducción pero renuncio a hacerlo pues quiero que el lector entre

directamente a los capítulos. Por eso sólo escribió el breve prólogo aludido. Y bien, dicha

introducción ya la había redactado Marx y formaba parte de los Grundrisse; dado que los

lectores requerían claves para comprender la crítica de la economía de Marx, esa

Introducción de 1857 era muy esperada. Y ese es uno de los documentos más importantes

que se publica a vuelta de siglo como obras póstumas, así como cartas de Engels de sus

últimos años, este forma parte de este legado póstumo, y especialmente la Introducción de

1857 en donde tenemos expuesto el método de la economía política, etcétera.

Estos texto Lukács y Korsch sí los conocen, justamente porque se acaban de publicar

y los vemos citados a pie de página, todo esto es de la obra póstuma, citan a El capital,

etcétera.

3. Los Libros Negros del marxismo y la crisis y el renacimiento de éste

Ahora que, ya tenemos el panorama en el que son publicados los libros y el enlace de estos

libros y de esa coyuntura de efervescencia con este nuevo anhelo de una investigación

científica rigurosa y al mismo tiempo crítica de la sociedad, ahora vamos a entrar

propiamente a estos libros. Antes de analizar qué es lo que contienen y es tan importante,

digamos que a Historia y conciencia de clase se lo conoce como el Libro Negro del

Marxismo y así lo reeditaron en 1968 como libro negro, esto es, de pastas negras; no sé

quién le puso ese mote, pero se le conoce así porque llegó a confrontar al marxismo

soviético que entonces era el marxismo oficial. Los dos libros, tanto el de Marxismo y

filosofía como Historia y consciencia de clase, son los libros que originan al ‘marxismo

occidental’, que surge en el contexto en el que hay un marxismo revisionista que ya está

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dejando de ser marxismo representado por Bernstein y, por otro lado, existe el ‘marxismo

ortodoxo’ de Kautsky que cada vez se derechiza más; y, en fin, hay un marxismo

revolucionario en Rusia representado por Lenin, con algunos aportes de Rosa Luxemburgo.

Pero al no triunfar la revolución alemana y que Rosa Luxemburgo fuera asesinada;

mientras que Lenin está vivo y triunfó la Revolución Rusa, así tenemos que adquirió gran

prestigio el marxismo ruso. Y es en este contexto que a partir de 1923 surge un marxismo

occidental, que es revolucionario y que está representado por Korsch y Lukács.

A partir de entonces en occidente va a dominar la socialdemocracia y en Rusia el

Partido Comunista ruso. Pues al triunfo de la Revolución rusa el resto de partidos

comunistas del mundo se van a ligar a la Tercera Internacional. Y van a seguir los

lineamientos del partido comunista ruso y va a ser éste el que habrá de dominar en la clase

obrera de todo el mundo. A la muerte de Lenin la estalinización socapa de bolchevización

de los partidos comunistas será mayor (1925); y el asesinato de Trotsky (1938) termina con

una de las vertientes de desarrollo del leninismo revolucionario y antiestalinista. Así que

quedan en pie en ediciones perdidas unos libros que expresan el auge revolucionario de la

coyuntura de la revolución internacional europea, no nada más de la Revolución rusa sino

de todas las revoluciones que se dieron en Europa. Es esa coyuntura práctica la que están

expresando teóricamente en todos sus alcances, facticos, estratégicos, filosóficos, ambos

libros, el de Korsch y el de Lukács.

Así que conforme se resquebrajan las burocracias de los partidos comunistas en los

años 30, 40, en los 50 e inicios de los 60, de repente hay alguien que posee una edición

antigua de estos libros. Son libros secretos y, particularmente, como “libro negro del

marxismo" fue conocido el de Historia y conciencia de clase, según dijimos; libros que

cuestionan profundamente todos los métodos, la forma de pensar, la forma de hacer teoría,

la forma de criticar al capitalismo, la forma de hacer revoluciones que tiene el marxismo

ruso, este es un poco el sentido de ese mote, aunque el libro fuera publicado antes del

estalinismo. De suerte que una vez que hubo de nueva cuenta un auge revolucionario en

occidente Historia y conciencia de clase y Marxismo y filosofía volvieron a ser estudiados

con avidez. Lo que sucedió sólo hasta la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, y

después de que aparentemente el capitalismo ya no presentara crisis cíclicas sino puro auge

acumulativo, de suerte que los capitalistas y también sus ideólogos empezaron hablar del

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capitalismo sin crisis, que ha superado sus contradicciones económicas, etcétera. Estamos a

mediados de los sesentas pero hay problemas ambientales, ha habido una revolución

cubana en América Latina, hay levantamientos revolucionarios-guerrilleros en muchas

partes de América Latina y, ahora, nos vamos acercando conforme se termina la década de

los sesenta, nos acercamos a una situación no de auge sino de crisis económica de nueva

cuenta que va a reventar en 1971; dando un mentís a la ideología del capitalismo sin crisis.

Y aún más, poco antes, tres años antes, se suscitó una gran rebelión internacional,

estudiantil y juvenil en casi todos los países del mundo contra la guerra de Vietnam; pero,

también, contra las condiciones de autoritarismo en escuelas y universidades, y contra las

condiciones de deficiente democracia en sus países, de ser una propuesta contra la guerra,

contra el autoritarismo, contra planes de estudio, esta revuelta estudiantil se transforma en

un cuestionamiento radical del capitalismo a la izquierda de todos los partidos no solamente

socialdemócratas, sino partidos comunistas. Es en este contexto que dichos libros fueron

recuperados para la conciencia histórica.

En efecto, la mayor parte de los partidos comunistas se enfrentaron a los estudiantes.

Diciéndoles a las clases obreras de sus países no te juntes con ellos son anarquistas, son

muy malos. No obstante buena parte de los jóvenes obreros se ligan con los estudiantes en

Paris, en Praga incluido México; aunque en distintos lugares queda aislado el movimiento

contestatario, hay sitios en los que ocurre una alianza entre los estudiantes y los obreros

para hacer más potentes las rebeliones. Es en esas condiciones desde 1966 en que va a ser

recuperado el legado de Karl Korsch y de Georg Lukács, sobre todo de estos dos libros y es

de ahí que en el 68’ se publica en español, Historia y consciencia de clase. Libros que no se

conocían, no es la siguiente edición sino que es la primera vez que se los tradujo, pero

simultáneamente se publica en alemán una segunda edición pero después de más de

cincuenta años en que no se les había conocido.

Eran una curiosidad bibliográfica, no se diga el de Marxismo y filosofía de Korsch,

eran libros sumamente perseguidos, censurados, pero con este nuevo auge revolucionario

internacional, estudiantil, pero también, en algunos casos obrero, se posibilita la

recuperación de un legado, de una memoria revolucionaria aparentemente perdida. Ahora

es tal la fuerza, las contradicciones capitalistas y la fuerza revolucionaria de las masas

espontaneas, pero que son sabias, que son jóvenes que estudian, que tienen nociones de

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ciencias, de antropología, de economía y no pertenecían a ningún partido pero se dan

cuenta de lo que está pasando; así que el nivel de espontaneidad de estas nuevas masas

rebeldes es muy alto. Y requieren luces y las empiezan a buscar por todos lados y recuperan

de nueva cuenta estos dos libros.

Tiempo atrás, habían dado origen a la Escuela de Frankfurt para hacer distintas

investigaciones de distintas áreas del conocimiento para cuestionar a la sociedad

contemporánea. De por medio teníamos una crisis del marxismo iniciada en 1896 con la

intervención de Bernstein; se intentó revertir esta crisis; y con la Revolución rusa y con los

aportes de Lenin parece que se ha revertido la crisis del marxismo, de hecho hay un auge

revolucionario en Europa, y en medio de este auge es que surgen los libros que nos ocupan;

después viene la muerte de Lenin en 1924, y cada vez Stalin toma más fuerza al interior del

partido y del Estado soviéticos, empieza la persecución de Trotsky y, luego, Stalin irá

copando a los distintos viejos bolcheviques, hasta que llegamos a los procesos de Moscú de

1935-36 en que Stalin va a fusilar a la vieja guardia bolchevique no porque fueran traidores

—como los imputo— sino que les inventa traiciones y acaba con ellos.

Así que realmente la crisis del marxismo siguió adelante; la que se inició con

Bernstein pareció ser revertida por la Revolución rusa y por la intervención de Rosa

Luxemburgo y de Lenin pero, en realidad, va a ser un larga noche hasta 1956, una muy

larga crisis del marxismo. 1956 es el año —1953 en el que muere Stalin y 1956 ya con

Jruschov al mando del Estado soviético— en que ocurre el XX congreso del Partido

Comunista de la URSS y en este XX congreso Jruschov lanza dos grandes tesis, una es la

crítica al culto de la personalidad (o sea todos los problemas que tenemos, que tuvimos en

la construcción del socialismo en la URSS, estaría diciendo Jruschov, el Estado soviético

sigue siendo un estado socialista, no se crea que pasó a mayores, pero hubo una

burocratización y, sobre todo, hubo un culto a la personalidad, a Stalin se le trató como

dios, y se puso de mandón, y esto creó una imagen y un modo autoritario de actuación que,

a eso debemos todos los problemas incluidos los campos de concentración. Realmente la

crítica al culto de la personalidad, era una crítica muy pequeña respecto del gran problema,

simplificaba las cosas respecto del gran problema que había ocurrido durante décadas en la

URSS, pero era un posicionamiento crítico respecto del estalinismo y respecto de formas

autoritarias al interior tanto del partido como del Estado Soviético). Pero por otro lado el

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XX congreso también lanza otro gran lema, “La vuelta a las fuentes”. Ya que este culto a la

personalidad que dio como resultado creer que Stalin era dios y que era el gran cerebro de

la izquierda, pues dio por resultado que el verdadero marxismo fuera olvidado y fuera

sustituido por las obras completas del camarada Stalin en todos los terrenos. De ahí la

crítica al culto de la personalidad y a una recuperación del marxismo.

Lo cual tenía sentido para reavivar la vida de todos los partidos comunistas del

mundo, que volviera a leerse a Lenin, no sólo a Stalin y que volviera a leerse a Engels y a

Marx que habían sido olvidados entretanto. Y esto es una Vuelta a las Fuentes, vuelta a las

fuentes del marxismo después de que ha sido trastocado.

Como se ve, claramente, se reconoce que ha venido transcurriendo una crisis del

marxismo y que, ahora, al volver a las fuentes se está tratando de reconstruir el marxismo.

Efectivamente, hubo una gran crisis del marxismo de 1896 a 1956, sesenta años, con un

respiro intermedio de la Revolución rusa y el auge revolucionario de Rosa Luxemburgo y

de Lenin, que intentó revertir esa crisis sin lograrlo.

A partir de 1956 hubo una renovación en todos los partidos comunistas del mundo y

buena parte de todos los intelectuales de izquierda, efectivamente, empiezan a volver a

trabajar a Marx y a Engels, al propio Lenin, etc., pero será en el curso de los sesenta que

empiece a ocurrir en forma objetiva la superación de la crisis del marxismo, este es el

momento oficial vamos a decir, de conclusión de la primera gran crisis del marxismo. En

1961, se publica La crítica de la razón dialéctica de Jean Paul Sartre y este sí es,

propiamente, el evento que muestra que la crisis del marxismo ha sido completamente

revertida, que hay un renacimiento del marxismo que durará los próximos 14 años.

La crítica de la razón dialéctica de Jean Paul Sartre que es la crítica al “marxismo

detenido”, la razón dialéctica es el marxismo, es la crítica al marxismo en tanto “marxismo

detenido”, en vista de reconstruir una razón dialéctica auténtica, bajo la forma diría Jean

Paul Sartre de una Antropología Genético-Estructural, una ciencia del hombre que aborde

los problemas todos, sociológicos, políticos, culturales, económicos, una ciencia de todo lo

que es lo histórico, lo humano, con una perspectiva tanto histórica-genética, pero también

estructural.

14

Este nuevo auge del marxismo durará hasta 1975 (14 años) en que sucede la segunda

crisis del marxismo; ahora por cuenta de la emergencia del Eurocomunismo. Corriente

política que elabora un planteamiento de crítica de la URSS y crítica a la dictadura del

proletariado, a la dictadura del partido, a la dictadura del Estado dentro de la URSS, pues

que estas no son vías adecuadas para desarrollar el socialismo en Europa.

Los partidos comunistas europeos dicen que el socialismo en Europa es un socialismo

democrático. El Eurocomunismo, evidentemente que tiene ingredientes positivos, críticos

de izquierda que rebasan al estalinismo y al neoestalinismo pero, también, una serie de

posicionamientos oportunistas. Y a nivel teórico, se va a presentar una maraña en el intento

de captar al capitalismo tanto a nivel económico como a nivel cultural; así que vamos a

decir que todo lo avanzado en los sesenta y setenta por este nuevo auge del marxismo una

vez más va a ser revocado. En parte retomado y trastocado; así que de nueva cuenta van a

olvidarse los libros Marxismo y filosofía de Karl Korsch e Historia y consciencia de clase

de Lukács, que solamente para momentos de auge están hechos. Surgieron en un momento

de auge y casi solamente se los puede entender cuando hay auge. Allí, la gente dice: pero

esto sí me hace falta; mientras que las letras entretanto se desleen. Por eso estamos

esbozando este panorama histórico de los grandes momentos de crisis y de recuperación del

marxismo.

Esta segunda crisis del marxismo va a proseguir durante toda la crisis económica que

estalló en 1971 y termina en 1982, allí se hunde el keynesianismo y empieza el

neoliberalismo y, entonces, empieza la gran noche del neoliberalismo, una gran auge de la

acumulación de capital a nivel mundial, un auge de las ideologías burguesas y un

hundimiento cada vez mayor de todas las perspectivas de izquierda incluido el marxismo.

En medio del neoliberalismo en 1991 —antes en 1989, cae el muro de Berlín— se

desmembrar la URSS y cae el Bloque Socialista con gran frustración para buena parte de la

izquierda.

15

4. Los Libros Negros del marxismo, la caída de la URRS y el renacimiento del

marxismo

Entonces parece que no solamente hay crisis del marxismo sino una catástrofe, una

segunda crisis del marxismo y una catástrofe donde ya no tiene sentido la idea del

socialismo y el marxismo quedó sepultado con el muro de Berlín. Así que todo hace creer

que este proyecto de hacer una nueva sociedad distinta a la burguesa no tiene pies ni

cabeza; no, la verdadera sociedad humana, la meta de la historia, el “fin de la historia” es

una sociedad democrática, digna, justa. Y es eso lo que está diciendo en 1991 recién

desmembrada la URSS Francis Fukuyama en su libro: El fin de la historia y el último

hombre. Ahí hemos llegado a la meta de la historia y mejor no estén tratando de realizar

utopías que luego terminan en totalitarismo, estalinismo, en campos de concentración,

mejor intentemos mejorar democráticamente, hagamos que crezca el pluralismo y la

democracia en las sociedades que ya tenemos.

En 1997 estalla la primera crisis del neoliberalismo y en 1994 ocurre el levantamiento

del 1º de enero en Chiapas del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional que muestra que

en realidad las cosas no estaban tan bien como sostenía el neoliberalismo y como

planteaban los jefes del gobierno de México, que hacían loas a la modernización de México

y que íbamos entrar al primer mundo. Pero esto no solamente es un signo que resquebraja

la ideología progreso del Estado mexicano sino, en realidad, a nivel mundial muestra que

hay grandes contradicciones en el capitalismo que proseguirán. En el 1992 se suscitan los

primeros intentos serios de revertir el neoliberalismo: en Venezuela, el intento de golpe de

Estado de Hugo Chávez, quien en 1998 saliera de la cárcel y, más bien, tomaría el camino

electoral, gana las elecciones. Y, luego, lo logró Evo Morales en el 2003-2005. Como se ve

van ocurriendo una serie de modificaciones en el panorama político del mundo.

Antes, en 1999, casi en el 2000, se da la gran protesta de Seattle contra la

Organización Mundial de Comercio que está imponiendo el neoliberalismo en todas partes.

Sindicatos, ONG´s, feministas, derechos humanos, todo tipo de luchas, un gran arcoíris de

luchas de izquierda se enfrentan en contra del neoliberalismo. De aquí va a surgir el

altermundismo, el foro en Porto Alegre, todos diciendo “Otro Mundo es Posible”, no una

globalización neoliberal a favor del capitalismo sino que otro mundo es posible. Emerge la

16

reconstrucción de alternativas al neoliberalismo todavía no al capitalismo, de alternativas

que se autoconciben tímidamente diciendo que podrían ser algo así como socialismo; o,

bueno, un socialismo pero que no sea como el de la URSS, que quedó muy desprestigiado;

y poco a poco, otra vez se volvió a hablar de lucha de clases, otra vez se volvió hablar de

crítica del capitalismo y no solamente del neoliberalismo; las posiciones de izquierda se

van radicalizando cada vez más en distintos países.

Así que una vez que el conjunto de contradicciones del sistema capitalista, después de

la crisis de 1997, se hacen más evidentes —con movimientos rebeldes en todas partes,

muchos de ellos cada vez son más ambientalistas— pues el proceso de acumulación salvaje

del capital no solamente está desarraigando pueblos y explotando obreros a morir y, hay

cáncer y hay diabetes y obesidad crecientes por las formas de consumo salvajes sino que,

también, tenemos una destrucción de las fuentes de la naturaleza que está explotando la

industria. Por eso han emergido grandes movimientos medioambientalistas. Dentro de este

panorama de crítica al capitalismo, se van modificando las luchas, los proyectos, las

maneras de ver a la sociedad burguesa, al capitalismo. Y si todavía no se concibe con

claridad que la alternativa debe ser el socialismo, por lo menos ya se asume que deberá ser

una sociedad sustentable; y así se empieza a tratar de salir de la camisa de fuerza que ha

construido el neoliberalismo y con la que pudo acoplar la caída de la alternativa “socialista”

que se había originado en 1917.

Con estas nuevas contradicciones del capitalismo in crescendo es necesario de nueva

cuenta no solamente dar luz a esta lucha en esta colonia, en esta huelga, estos campesinos, a

unas violaciones de mujeres que son cosas locales, etcétera, que siempre son luchas

inmediatas, siempre son luchas de tipo jurídico por ejemplo, no de una impugnación

anticapitalista, pero conforme empiezan a crecer el número de estas luchas y su

profundidad, el número de contradicciones, suena la hora en que hay que tratar de conectar

una lucha con otra, o hay que tratar de explicar cómo las conectamos o por qué están

sucediendo, qué le está pasando a la sociedad burguesa como para que esto suceda, qué

relación hay entre el capitalismo y la destrucción de la ecología; ¿provienen de un error o es

que le dieron lana al síndico del medio ambiente? Y claro que todas estas corrupciones

también existen pero hay que explicar por qué son tan frecuentes, hay que ofrecer una

explicación global o de conjunto.

17

Poco a poco el auge de los movimientos obreros, de los movimientos populares, de

los movimientos campesinos en todo el mundo, requieren de nuevas luces y empieza a

haber un renacimiento del marxismo, empieza muy tímidamente en 1994 con la toma de

San Cristóbal por parte del Ejercito Zapatista, sigue avanzando muy despacio pero va

integrándose poco a poco con la crisis de 1997, toma un nuevo aire con los movimientos de

Seattle en contra de la OMC, con los movimientos de Génova en 2001. Pero este auge de

las luchas anticapitalistas será revertido por el ataque a las Torres Gemelas; sobre todo, por

la respuesta reaccionaria de “guerra preventiva” de tipo fascista que da Georg Bush hijo.

Quien no solamente se mete en Afganistán y, luego, a Irak sino que, en realidad, son todas

las derechas del mundo las que se lanzan en contra de los movimientos de rebeldía y van a

incrementar los niveles de seguridad social policiaca (en los aeropuertos te revisan, a ver si

traes una crema Nivea y posiblemente sea una bomba y cosas así).

Independientemente de su paranoia a ti te paralizan y estas bajo vigilancia. Lo que

empieza a suceder no solamente en aeropuertos y eventos públicos sino también bajo la

forma de la criminalización de movimientos sociales. En fin, no es nuestro tema hoy, pero

lo importante es que veamos cómo se suscitó desde 1994 un segundo renacimiento del

marxismo después de una segunda crisis (1975-1994). Un segundo renacimiento del

marxismo que viene creciendo muy despacio desde 1994 y que será contravenido con las

políticas reaccionarias Bush hijo a partir del 2001; pero que después del 2003, cuando

Estados Unidos se mete en Irak, surge un posicionamiento incluso de las propias naciones

Europeas que no están de acuerdo en que Bush se meta en esa zona; dándose un

posicionamiento democrático burgués en contra de Estados Unidos. Las contradicciones

interimperialistas crecen y, evidentemente, contradicciones a nivel económico, a nivel

político, en el campo, en la industria, a todos los niveles, por la acumulación salvaje de

capital instaurada por el neoliberalismo. De suerte que, de nueva cuenta los movimientos de

rebeldía recuperan la iniciativa en todo el mundo; y el segundo renacimiento del marxismo

que fuera contravenido pero no anulado marcha hoy con paso firme.

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5. Los Libros Negros del marxismo y la reconstrucción de éste

Y es bajo estas condiciones que se requiere de una nueva explicación del mundo desde la

economía, su sociedad, su política, evidentemente que todo el proyecto de la Escuela de

Frankfurt va ser vuelto a recuperar, pero conforme más se radicaliza la época, también

Marx empieza a ser recuperado. Y la crisis del 2008, la segunda gran crisis mundial, es una

crisis de sobreproducción; así que se dirá “Marx tenía razón”, así que hay leerlo si no, no

vas a entender nada acerca del mundo, y también hay que explicar al capitalismo, y también

hay que explicar al sujeto revolucionario, cómo debe organizarse para enfrentar al

capitalismo. Justamente eso lo que tenemos en estos dos libros que estamos comentando;

así es que empiezan a volver a ser importantes, interesantes para la reconstrucción del

marxismo.

Una de las grandes características de los dos libros es que no tratan

fundamentalmente de hacer el análisis del objeto. Me explico. El Capital de Marx analiza al

objeto, al capitalismo, es una crítica de la economía política, pero, estos dos libros, en

concordancia con el tiempo, con la coyuntura histórica en que fueron construidos, se van a

fijar más bien en el propio sujeto revolucionario, no tanto en el objeto enemigo a explicar.

Pues supuestamente la explicación fundamental ha sido dada por Marx, y se siguen

haciendo explicaciones como la de Lenin, como la de Rosa Luxemburgo, pero el trabajo

fundamental ahora, es explicar ¿con qué tipo de partido hacemos la revolución? o sea, el

propio sujeto ¿cómo debe organizarse para llevar a cabo la revolución? La teoría que usa

ese sujeto, ¿debe ser solamente economía y política o debe de contener filosofía? Que ese

es el título del libro de Korsch, Marxismo y filosofía. En fin ¿cómo construir nuestra

imagen del mundo para combatir al enemigo?

Como vemos la perspectiva de análisis preponderante en este libro —como en el de

Lukács— aunque tiene algunas dimensiones de análisis del objeto, esto es, de la sociedad

burguesa, sobre todo es una perspectiva que cumple una autorreflexión sobre el sujeto

revolucionario en vista de lograr posicionarlo en medio de las contradicciones capitalistas

hasta superarlas, de por medio el triunfo sobre la clase burguesa. Es este otro de los rasgos

importantes de estos libros.

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Intervención del público.

Cuando te refieres al eurocomunismo, dinos, ¿cuáles son los representantes de este

eurocomunismo?

A nivel político son, sobre todo, los secretarios de los partidos comunistas: el francés,

el italiano y el español. El español, Santiago Carrillo; el francés Georges Marchais y el

italiano, Enrico Berlinguer. A nivel intelectual hay múltiples aportes que no se presentan

como eurocomunistas sino que se presentan en la coyuntura abierta por el eurocomunismo.

Los distintos intelectuales de izquierda harán aportaciones. Uno de los principales y yo creo

que es de los mejores aportes de esta coyuntura, es el libro de Michel Aglietta, Regulación

y crisis; de hecho se trata del nacimiento de una escuela de economía de izquierda, de

crítica de la economía política de izquierda, el regulacionismo; con conceptos tan

importantes como el fordismo o el taylorismo para entender qué está pasando en las nuevas

empresas y con las nuevas relaciones salariales. Además se suscita una nueva revisión de la

teoría del valor de Marx. Y, por si fuera poco, se posiciona Lucio Colletti criticando

especialmente a Historia y consciencia de clase de Lukács a nivel filosófico aparentemente

por la izquierda. Aunque Lucio Colletti se irá derechizando cada vez más hasta formar

parte del partido neonazi en Italia. Pues se dan transformaciones en los intelectuales de

izquierda, que no solamente tuvieron que ver con el eurocomunismo sino, poco después,

con la transformación del capitalismo hacia el neoliberalismo; degradaciones fuertes a nivel

de la consciencia y a nivel de la organización. La teoría del valor de Marx ¿todavía tiene

sentido? Y surgen los aportes de Sraffa y los sraffianos y los neoricardianos de izquierda

que sobre todo dirán, bueno yo creo que ya Marx no es la alternativa para el análisis de

izquierda sino Ricardo. En fin, tuvo lugar una revisión del marxismo por un lado

“científico”. Son nuevos aportes intelectuales que corresponden a la época del

eurocomunismo, que en términos intelectuales mostró una gran cantidad de aportes; aunque

desafortunadamente por sobre su sofisticación y su pretendida exactitud, representaron una

tergiversación y retroceso respecto de las posiciones teóricas y políticas de Marx en aras o

so pretexto de criticar al estalinismo y al autoritarismo posterior que pervivió en la URSS.

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Intervención del público.

Cuando te refieres a crisis del marxismo; no estaríamos hablando más acerca de una

crisis del movimiento obrero que se refleja en ese marxismo anquilosado, cientificista. La

otra cuestión que a lo mejor pudieras abordar brevemente es la siguiente: al triunfar el

pseudomarxismo soviético y ser dominante, digamos, eso no se puede explicar sino sólo en

parte como un acto de autoritarismo sino que algo estaba pasando en el movimiento obrero

a nivel mundial, de manera que el marxismo soviético ya despojado de su carácter

dialéctico tuviera auge, ¿no? Yo recuerdo en los setentas ni Lukács ni Korsch andaban en el

ambiente, pero criticar los textos soviéticos era sacrilegio, se te acusaba de trotskista, no de

hegeliano pero sí de idealista. El ¿Qué hacer? de Lenin era el punto y aparte en términos de

organización y en términos de comprensión del mundo; el marxismo soviético era la última

palabra. Incluso había quienes se atrevían a sostener que si la ciencia natural no se apegaba

a la metodología del marxismo no era ciencia, cosas de ese tipo.

Pero vamos, yo lo que quisiera subrayar es que la crisis teórica del marxismo

finalmente es expresión de una crisis de aquello que está siendo pensado, ¿no? Lo digo para

no caer en una cuestión puramente teoricista, algo estaba pasando en el mundo real.

Por su puesto, de todas maneras lo que notamos es que hay estos auges y estos

resquebrajamientos que se reflejan a nivel de la teoría. Ésta está reflejando grandes

modificaciones del capitalismo a nivel mundial y modificaciones de los movimientos

obreros reales pero, finalmente, se reflejan a nivel teórico como una gran crisis que inicia

en 1896, intenta ser revertida durante la Revolución rusa y durante unos años más —a los

que pertenecen los libros que nos ocupan— pero, luego, cayó la gran noche del estalinismo,

prosiguiendo hasta 1956. Año en el que tiene lugar el XX Congreso del PCUS, al que ya

hicimos alusión más arriba.

De tal manera, lo que tenemos es una gran crisis del marxismo de 60 años; a partir de ahí

tiene lugar un primer renacimiento del marxismo que durará de 1956 a 1975-76, casi veinte

años y sobre todo 14 años si lo datamos desde la publicación de La crítica de la razón

dialéctica de Sartre en 1961; pero que pronto en 1975, otra vez va a ocurrir un tras pie en

todo el movimiento obrero sobre todo en Europa, que va a dar como resultado la

21

emergencia de la alternativa política eurocomunista y para apoyar esta alternativa política

los intelectuales de partido empiezan hacer una gran producción teórica en los más distintos

ámbitos, que va a ser en donde se va a reflejar esta segunda crisis del marxismo que va ser

muy larga. Va a tener un primer quiebre claro, franco, en 1994, pero la reanimación del

marxismo va a ser muy lenta. Tendrá que haber un auge de movimientos sociales en todo el

mundo que mientras tanto no quisieron saber nada de marxismo ni de socialismo y luego,

otra vez dicen: bueno, quizá.

Conforme el capitalismo muestra más agudas sus crisis, y habiendo tiempo de digerir

la caída de la URSS, empieza la sospecha de que a lo mejor eso no era socialismo. Y aún,

se abre paso la idea de que era capitalismo de Estado; así que todavía sigue en pie la

alternativa socialista. Y bueno eso del “Estado marxista” eso es una especie de muégano.

Pues existen un estado absolutista, una república democrática, un Estado bonapartista, es

decir, estados cuyo adjetivo me explica el tipo de organización política que lo caracteriza,

pero un “Estado marxista”, ¿qué es eso? En esta frase el adjetivo no tiene que ver con la

estructura política que debiera de ilustrar. En realidad esto no tiene que ver con Marx; ahí

se hundió la URSS pero ni el socialismo ni Marx.

Así es ciertamente; pero para deslindar cada una de estas dos temáticas (Estado

soviético por un lado, y el pensamiento de Marx por otro) los intelectuales de izquierda

tardaron cinco, diez, veinte años y todavía hay quien dice que si construimos un poco al

socialismo es porque construimos un poco la URSS, y que hay que recuperar a Lenin y a

Stalin. En fin, es una consciencia que todavía no alcanza a ponerse sobre sus pies. No

obstante; aunque ha sido larga la recuperación de la consciencia histórica socialista y

marxistas cada vez es más consistente. Sobre todo con la crisis del 2008, cada vez a pasos

agigantados la recuperación del pensamiento de izquierda en su conjunto, anarquismo,

socialismos utópicos, y del propio marxismo, y dentro del marxismo los aportes

fundamentales —como los de Korsch y Lukács— empiezan a ser cada vez más

recuperados, reconstruidos, replanteados.

Y en 2013 se cumplieron 90 años de la publicación de estos dos libros, es el

aniversario de estos dos libros, un aniversario importante que tiene lugar en un momento

propicio para que sean valorados como se merecen y retomados.

22

Intervención del público.

Respecto a que el marxismo sufre una crisis de acuerdo a como está el movimiento

obrero, me surgió una duda: ¿hay similitud entre Bernstein y el socialismo evolutivo por la

vía democrática y el eurocomunismo? Y eso es una pregunta doble, ¿tiene que ver

Bernstein con el eurocomunismo de los años 70’s?

Hay analogías. Aunque no es propiamente nuestro tema hoy. Pero debemos reconocer que

de todo esto realmente esa analogía es lo más interesante a tratar de dilucidar; pero,

justamente, para dilucidarlo paso a paso, es que he presentado este panorama para entender

la importancia de estos libros; respecto de los cuales tenemos la paradoja fascinante

consistente en que, precisamente, es en el oleaje de los tiempos en donde de repente se

olvidan y de repente vuelven a emerger con una gran fuerza. Por eso les recomiendo que

los lean, son interesantísimos. Y por eso vamos a dejar hasta ahí este panorama general y

entremos al contenido de los libros propiamente dichos.

6. Historia y conciencia de clase y la Escuela de Frankfurt

Historia y consciencia de clase ofrece dos primero ensayos: “¿Qué es el marxismo

ortodoxo?” y “Rosa Luxemburgo como marxista”. Era muy importante definir qué era

propiamente el marxismo frente al revisionismo, frente a las distintas corrientes que

distorsionaban un legado que debía de servir a la revolución. Es esta una muy importante

intervención de Lukács. Para poder definir qué es el marxismo ortodoxo, hay que

reflexionar teóricamente sobre su estatuto teórico, sobre su metodología, sobre los temas

que trata, así es que, necesariamente, hay que incluir a la filosofía para poder discernir qué

es el marxismo ortodoxo; digo esto para que se entienda cómo la temática de marxismo y

filosofía del libro de Korsch también está imbricada en el modo de investigación que está

intentando Lukács para posicionar un marxismo revolucionario en occidente.

El ensayo “Rosa Luxemburgo como marxista”, sobre la base de responder qué es el

marxismo ortodoxo, Lukács pregunta si Rosa Luxemburgo es marxista o no es marxista,

23

porque Rosa Luxemburgo criticó a Marx; y hay quien puede pensar que por eso no ha de

ser marxista. Pero aquí Lukács profundiza y matiza la idea de qué es el marxismo ortodoxo;

dice la ortodoxia en el marxismo no es de esta o aquella tesis suelta afirmada

dogmáticamente sino es una ortodoxia de método, es el método con el que enfocas la

realidad el que te va garantiza que estas teniendo una perspectiva ligada al proletariado y

una perspectiva que considera la sociedad como totalidad. Pues como es la perspectiva del

proletariado explotado al que le cae todo el peso de la sociedad encima y él produce a la

sociedad, el proletariado alcanza a ver lo que él produce, entonces tiene la posibilidad de la

visibilidad y requiere para liberarse quitarse todas las cadenas. Así que por dos caminos la

perspectiva de totalidad es la que le pertenece al marxismo por esencia y la que integra su

método, no la de separación de sujeto-objeto y tienes una parte y otra parte, sino de unidad

sujeto-objeto, esa es la totalidad. El conocimiento de la sociedad pasa por el

autoconocimiento del sujeto: el proletariado que produce a la sociedad se autoconoce, ve

sus propias yagas, ve lo que el capitalista le hace; y sobre la base de este sufrimiento, de

esta negación de sí mismo, reconstruye cada uno de los eslabones de la cadena y construye

una perspectiva del conjunto de la sociedad, una perspectiva al mismo tiempo verdadera,

científica y crítica por lo que está sufriendo. La consciencia del objeto no puede ser posible

sin el auto conocimiento del sujeto, hay una unidad entre el sujeto y el objeto para que

ocurra el desarrollo de la ciencia, para que ocurra este marxismo ortodoxo.

Rosa Luxemburgo mantiene esta perspectiva de totalidad; y no porque hay criticado a

Marx, deja de ser marxista. Pues a Marx también se lo puede criticar. No se trata de

quemarle incienso y tomarlo como papá y como la última palabra; sino, justamente, es

importante el pensamiento de Marx porque tiene esta perspectiva de totalidad, ligada al

proletariado, en la que el autoconocimiento coincide con el conocimiento y el conocimiento

del objeto con un mayor conocimiento del sujeto, en donde se aclaran las contradicciones

de la sociedad burguesa y el cómo combatirlas. Rosa Luxemburgo pensó que estaban

equivocados los esquemas de reproducción del tomo II de El Capital y, en vista de sacar

adelante la perspectiva de la revolución y del proletariado según la perspectiva metódica

del marxismo es que hizo su crítica; porque piensa que Marx está equivocado. La libertad

de pensamiento forma parte del marxismo como método.

24

Así es que incluso esta crítica en la que Rosa se equivocó redobla el carácter marxista

de Rosa y aclara en qué consiste propiamente la ortodoxia. Una vez más deberemos de

reconocer que de nueva cuenta se requiere de una filosofía, he utilizado los conceptos de

consciencia, de autoconsciencia de la relación sujeto-objeto, etc., de totalidad para poder

explicar qué es el marxismo ortodoxo, así es que se requiere de la relación del marxismo y

filosofía para dilucidar la cuestión aquí tratada.

Luego vienen tres ensayos que son, “Consciencia de clase”, “La cosificación y la

consciencia del proletariado”, que es el ensayo más importante del texto y que fue el ensayo

que más influyó a la Escuela de Frankfurt porque… pero, bueno, antes del por qué,

digamos que el otro ensayo es “El cambio funcional del materialismo histórico”. Estos tres

ensayos tratan de observar en términos objetivos cómo es la consciencia del sujeto, la

consciencia de clase de todas las clases (de las clases campesinas, de la clase proletaria, de

la clase burguesa, de la pequeña burguesía), qué es eso de la consciencia de clase.

El siguiente ensayo —me refiero a la “Cosificación y la consciencia del

proletariado”— es más complicado, alude a la consciencia de clase, la del proletariado en

particular y singularmente a la consciencia revolucionaria, no la que está sometida sino la

que estando sometida puede llegar a liberarse y convertirse en consciencia revolucionaria,

¿bajo qué condiciones surge y se desarrolla? Para responder a lo cual hay que analizar las

condiciones de dominio del capitalismo. Lo que aquí se resume como “la cosificación”;

existe la cosificación de las relaciones sociales; y es lo que caracteriza a la modernidad

capitalista y bajo estas condiciones de cosificación es que queda dominada la clase obrera

(todas las clases) incluida su consciencia; pero, también, es en esas condiciones de

cosificación que puede haber contradicciones suficientes como para abrir una perspectiva

crítica en contra del capitalismo para decirlo resumidamente. O sea, que para poder hablar

de la cosificación de la consciencia del proletariado hay que observar el conjunto de la

sociedad burguesa, el conjunto a nivel económico, social, político y cultural. Por eso este

ensayo fue tan importante para la Escuela de Frankfurt y da la clave de todas sus

investigaciones.

¿Cómo investigar la cultura desde una perspectiva marxista?, ¿cómo investigar la

política?, ¿cómo investigar lo social desde tal perspectiva y no solamente la economía?

25

Aquí Lukács señala que el fenómeno fundamental de la sociedad burguesa, lo que

caracteriza a la modernidad capitalista consiste en que a diferencia de todas las sociedades

anteriores en las que la mercancía es un elemento disolvente pues destruye al

precapitalismo, destruye a las comunidades, introduce el dinero, introduce el intercambio

con otras comunidades y, entonces, se va perdiendo la tradición, se va perdiendo la

identidad cultural de esa tribu, de esa etnia, etcétera, así que para todas las sociedades

precapitalistas la mercancías es un factor disolvente, desestructurante, mientras que en la

sociedad burguesa se nos muestra como un factor estructurante, esta es la gran diferencia

histórica y estructural de la sociedad burguesa, eso es lo que la caracteriza, que aquí la

mercancía estructura no solamente a las relaciones económicas sino estructura al conjunto

de todas las relaciones de esta sociedad.

La contradicción valor-valor de uso, mercancía-dinero, va a estructurar todo lo que

suceda en esta sociedad. Y como esta contradicción y el mercado requieren de una falsa

consciencia para ocurrir, el propietario privado tiene que deslindarse emocional,

psicológicamente de todo aquel al que excluye de su propiedad, esto es mío, esto es tuyo,

esto no es tuyo. Según esta posición de la destrucción de la solidaridad social, de la ruptura

de la comunidad, la mercancía destruye las comunidades primitivas; pero construye a la

socialidad burguesa que está hecha de átomos sociales, de puros propietarios privados que

no tienen relaciones comunitarias íntimas sino que se excluyen entre sí; es una “sociedad

asocial”, dice Kant y lo está recuperando Marx en este planteamiento y lo recupera,

también, Lukács: la sociedad burguesa es una sociedad asocial.

Para existir requiere de un fenómeno de endurecimiento emocional, una cosificación

de la consciencia de los agentes sociales; no me interesan mis relaciones contigo, me

interesa si tienes dinero para comprarme la mercancía que te voy a vender; nuestra relación

como personas no me interesa, me interesa la cosa que te estoy dando y, sobre todo, la cosa

que me vas a entregar a cambio. Es la cosificación de las relaciones sociales y una

cosificación de la mentalidad. Bajo esas condiciones de cosificación real y mental —que

Marx expone en el “Fetichismo de la mercancía…”, en el capítulo primero del capital—, es

que se construyen todas las formas de consciencia, no solamente de la economía, sino todas

las formas de consciencia, el sentido común, todas las diversas formas de consciencias de

clase, de ideologías, de cultura, de cómo se piensan las leyes, cómo se piensa la política, la

26

forma de Estado, todas las formas de consciencia se construyen a partir de cómo están

pensando los seres humanos su vida, la piensan de manera cosificada, así es como hacen

arte, así es como hacen filosofía, así es como van a intentar hacer ciencia.

Lo sorprendente de este ensayo de Lukács es que no solamente postula estas ideas

geniales, recuperadas de las de Marx pero refinándolas, sino además hace la demostración

puntual de cómo el derecho burgués está construido sobre la base de la mercancía, de cómo

la cultura y la filosofía burguesa están construidas sobre la base de las mercancías, sobre la

base de la cosificación.

Este va a ser el gran legado que entregue el libro de Lukács a la Escuela de Frankfurt.

Todas las investigaciones, por ejemplo, la investigación de la Dialéctica del iluminismo o la

de la ilustración, de este gran libro de Horkheimer y Adorno, están basadas en una reflexión

de la modernidad sobre la base del fenómeno de la cosificación. Así vamos a entender la

cultura en sus distintos niveles, la nueva filosofía que se está haciendo; y, en fin, ¿desde

cuándo hay una idea de modernidad? La respuesta nos la entrega el capítulo dedicado a

Homero y La odisea, esa gesta de un individuo excepcional: Odiseo, que premoniza al

individuo aislado, al propietario privado y ciudadano de la época moderna. O, también,

¿por qué Sade construyó un discurso como el de Justin…? ¿Por qué hay una especie de

cosificación de los cuerpos en el sadismo?, son preguntas que responde el referido libro

teniendo como fundamento el fenómeno de la cosificación mercantil de las relaciones

sociales.

Todo esto, todas la áreas de la cultura pueden ser investigadas a partir de la

mercancía; la clave es la mercancía, para cualquier obra de arte, para cualquier obra

literaria, para cualquier obra filosófica, para cualquier acto de gobierno, para cualquier

actitud de una constitución política, o sea, cualquier evento cultural desde la economía

hasta la filosofía y la religión, la clave de análisis va a ser la mercancía si nos ocupamos de

la sociedad burguesa. Ahora, a partir de este gran legado, se pueden hacer muchas

investigaciones sociales y justamente fue lo que inició la escuela de Frankfurt, legado que

se concentra especialmente en este ensayo, “La cosificación y la consciencia del

proletariado”.

27

Los últimos tres ensayos, “Legalidad e ilegalidad”, “Observaciones críticas acerca de

la crítica de la Revolución rusa de Rosa Luxemburgo” y “Observaciones de método acerca

de problemas de la organización”, analizan no el tema de la consciencia de clase sino el

tema de cómo llevar a cabo la política revolucionaria y con qué tipo de organización, ¿tiene

razón Rosa Luxemburgo o tiene razón Lenin acerca del partido centralista democrático?

De tal manera, tenemos en síntesis: cómo es el marxismo ortodoxo, el tipo de teoría,

la perspectiva de critica a la sociedad capitalista; luego, un análisis de la consciencia de

clase y del conjunto del capitalismo no solamente a nivel económico sino como hecho

cultural total, como modernidad; y, finalmente, directamente frente a esa sociedad la

alternativa revolucionaria, cómo puede hacerse, con qué método, con qué organización, con

qué táctica. Historia y consciencia de clase es un libro muy completo: la historia del

desarrollo capitalista y la consciencia de clase que intenta hacer historia frente a la sociedad

burguesa ¿cómo hacer historia? Bueno, cómo es la consciencia de clase, hay que analizarla

para entregarte un razonamiento adecuado, convincente y con qué tipo de organización, etc.

Por eso es un libro tan importante.

Por sobre el gran conocimiento filosófico de Lukács y su gran erudición cultural, los

grandes pilares de Historia y consciencia de clase son por un lado, su recuperación de

Lenin y, por otro lado, la recuperación de Rosa Luxemburgo como una marxista occidental.

Y es este intento de ligar la Revolución rusa con la revolución en occidente, especialmente

con la revolución alemana y su expresión teórica lo que está tratando de ser armonizado en

el texto. Dejemos aquí a Lukács y pasemos a hablar un poco de Karl Korsch, del texto

Marxismo y filosofía.

7. Marxismo y filosofía. ¿Cómo salir de la crisis del marxismo?

Se trata sobre todo, en Marxismo y filosofía, de modo más enfático, de superar la crisis del

marxismo. Korsch expone el método para hacerlo. Ya vimos lo que era el marxismo

ortodoxo, es una cuestión de método, no de una tesis o de una autoridad que dijo en no sé

qué momento un gran autor sino que se trata de una perspectiva metódica, en eso consiste

la ortodoxia. Y bueno ¿cómo se podría salir de la crisis del marxismo? Se ha intentado

criticar las posiciones puntuales, distintos temas que ha planteado Bernstein, como ¿cómo

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es la nueva época?, ¿es de progreso, civilización, imperialista, bárbara o de reforma, no más

bien es de revolución, etcétera? Son distintos temas con los cuales se lo contra argumenta.

O el de reforma o revolución; tema muy importante para rosa Luxemburgo, son distintos

temas que se le contesta uno por uno pero, ahora, después que se han suscitado distintas

polémicas, ahora se intenta construir un método para superar la crisis del marxismo; no

nada más contestar tema por tema y recuperar la ortodoxia de Marx sino a ver ¿cómo le

hacemos? Y el método para hacerlo es aplicar el materialismo histórico al materialismo

histórico. Esta es la gran propuesta de Marxismo y filosofía.

Cuando revisamos las distintas propuestas de cómo completar al marxismo,

especialmente a la crítica de la economía política (en el entendido de que el marxismo era

asumido como economicismo) cómo completarlo con una filosofía, con Kant, con Hegel,

con qué filosofía completamos al marxismo o con el positivismo y las ciencias, parece que

el marxismo carece de una filosofía.

Y bien hay que analizar cada una de esas proposiciones filosóficas y hay que analizar

al propio marxismo ¿desde qué perspectiva? He aquí una especie de callejón sin salida.

Históricamente hablando, podríamos decir, pero si no hubiera habido historia, podríamos

buscar una inspiración divina para intentar salir de este problema humano. Pero como todo

ocurren entre nosotros y en la historia, y esa historia no es cualquiera, sino que es una

historia de lucha de clases (¿pero quién dijo? Pues ni más ni menos que el propio marxismo

lo dijo, comprobándolo al aludir a cómo están presentes las contradicciones capitalistas).

Por eso, entonces, hay que aplicar el materialismo histórico a la filosofía de Kant, a las

ciencias, pero también hay que aplicar el materialismo histórico al propio materialismo

histórico cada vez que esté chueco, desviado o detenido o sea malversado; a todos los

marxistas hay que aplicarles el materialismo histórico; especialmente la idea de que no es la

consciencia de los seres humanos la que determina su ser, no es lo que la persona cree

acerca de sí misma, no es lo que una época cree acerca de sí misma, sino que es su esencia,

es su ser, el que determina su forma de pensamiento. Este análisis materialista también

implica una lógica: no lo que dice de sí mismo o lo que dice de las cosas sino con qué

coherencia las dice; si realmente ese pensamiento reconstruye la totalidad del evento o

tomamos la parte por el todo; cada vez que usted habla y dice que esto es así pues no, es

una parte y no ve el resto de determinaciones, ve el objeto en su conjunto pero no la

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relación con el sujeto; cuando hay que tomar en cuenta la totalidad. “La verdad es la

totalidad”, dice Hegel y esta afirmación la está recuperando Korsch para tratar de entender

cómo es que Marx entiende las cosas, ya que su maestro fue Hegel pero invirtiéndolo

materialistamente.

Total que para poder llevar a cabo esta superación de la crisis del marxismo hay que

replantear la relación entre el marxismo y la filosofía y aplicar el materialismo histórico al

materialismo histórico. Ese trabajo se lleva a cabo metódicamente en Marxismo y filosofía

y en un solo ensayo. Pues el libro es un solo ensayo; mientras que Historia y conciencia de

clase está conformado por varios ensayos. Marxismo y filosofía es un libro breve de unas

setenta, ochenta páginas y el de Lukács son varios ensayos; pero en el Prólogo a la edición

alemana dice Lukács, justamente que lo que va hacer es, precisamente, esta aplicación del

materialismo histórico al propio materialismo histórico.

En el Prólogo a la primera edición pueden ustedes encontrar esta referencia de la

aplicación del materialismo histórico al propio materialismo histórico. Es lo que hace Jean

Paul Sartre en 1960: la aplicación de la dialéctica a la propia dialéctica, es decir, del

materialismo dialectico, del materialismo histórico, al propio materialismo histórico,

siguiendo los paso de Lukács y Korsch, que son libros muy significativos tanto para él

como para Merleau Ponty, quien en Las aventuras de la dialéctica (de 1954) nombró

“marxismo occidental” y señaló a Lukács y Korsch como “los padres del marxismo

occidental”. Que no es marxismo occidental sino hasta que él les da ese nombre ya con la

perspectiva de tener enfrente al marxismo soviético de oriente u oriental estalinizado;

mientras que este es el marxismo occidental. El cual posee un talante completamente

distinto.

La aplicación del materialismo histórico al materialismo histórico, es consistente con

la perspectiva de totalidad y con la utilización del método concreto adecuado al objeto que

investigas. Sartre lo dice de otra manera; que para poder hacer una análisis de la dialéctica,

una crítica de la dialéctica ¿desde dónde tengo que revisar la dialéctica para poder utilizar

la dialéctica? Por eso titula su libro Crítica a la razón dialéctica: ella misma es una crítica

dialéctica, no una dialéctica anterior a la dialéctica, una crítica predialéctica o analítica; así

que después del gran logro del materialismo histórico, si el materialismo histórico se ha

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equivocado, si ya no sabemos qué es, si se ha distorsionado su mensaje, es posible

reconstruirlo mediante la utilización coherente —esta aplicación coherente— del

materialismo histórico sobre el materialismo histórico.

Hablemos un poco de Marxismo y filosofía. Me detuve a hablarles de la crisis del

marxismo, justamente, porque ésta es una de las reflexiones estratégicas de Karl Korsch; y

es él quien más ha pensado la crisis del marxismo. En Marxismo y filosofía inicia esta

reflexión presentando una serie de etapas del desarrollo del marxismo en las que ubica la

emergencia de la crisis del marxismo en ocasión de la publicación del libro de Bernstein de

1896; pero posteriormente, en 1931, hace un replanteamiento de la crisis del marxismo en

su ensayo titulado: “La crisis del marxismo”; y, luego, en 1950 vuelve a hacer una reflexión

global sobre el estado del movimiento obrero y de su teoría, en particular, del marxismo en

un texto que se conoce como “Las tesis de Zúrich” o como “Las diez tesis sobre la crisis del

marxismo”, pues consta de diez tesis. Allí hace el balance del marxismo y de si todavía

tiene sentido el marxismo o ya no.

En fin, he aquí la crisis del marxismo como una reflexión fundamental del Korsch, en

especial de Marxismo y filosofía; así como la cosificación es el tema central del texto de

Lukács. Y nótese que cuando Lukács analiza la cosificación está recuperando de El Capital

el capítulo primero, especialmente el parágrafo cuatro “El fetichismo de la mercancía y su

secreto”; pero Lukács le da tal amplitud al desarrollo del tema, justamente, por esta

indicación de Marx de que en la sociedad burguesa la mercancía es estructurante. Y si es

estructurante, entonces el fetichismo de la mercancía hay que extenderlo a distintos

fetichismos, no se detiene en la mercancía, o no se queda solamente en lo económico sino

que se extiende en todas las dimensiones sociales, políticas y culturales de la sociedad

burguesa.

Así que se verifica un fenómeno de cosificación de todas las dimensiones de la

consciencia. Se está acercando Lukács, al concepto de enajenación, tal y como Marx lo

había expuesto en los Manuscritos de 1844; aunque en 1923 este texto de 1844 de Marx no

se conoce, y en el que la enajenación ocupa el centro de la argumentación, sobre todo en el

primer manuscrito en el pasaje titulado “El trabajo enajenado”; sin embargo Lukács por su

profundo conocimiento de filosofía de Hegel y leyendo El Capital vuelve a reconstruir una

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idea de la sociedad burguesa como sociedad de la enajenación. He aquí una gran hazaña

teórica: después de que ha sido olvidado y perdido un gran argumento de crítica al

capitalismo. Y se perdió entre tanto; sí hace cincuenta años que se dijo algo como eso y

quedó perdido en bibliotecas, los ratones se los están comiendo y los hombres se están

cosificados cada vez más y cada vez más alienados y tampoco se dan cuenta, en fin, que

Lukács realiza esta gran hazaña mediante el concepto de cosificación; reconstruye el

concepto de enajenación de manera muy similar (no es la misma) que como el concepto de

enajenación que ofreció Marx en los Manuscritos económico filosóficos de 1844.

Mientras que en Marxismo y filosofía la reflexión fundamental es una reflexión de

tipo histórico de desarrollo del marxismo. Y es Korsch, sobre todo, quien señala que hay un

gran cambio en la manera en que se está desplegando el marxismo entre su primera época y

su segunda época, que a él le toca vivir. Marx y Engels, sobre todo dice, quieren dar cuenta

del objeto; mientras que el marxismo del siglo XX (esos primeros 23 años por lo menos) se

ha dedicado, dice Korsch, a reflexionar y cuestionarse sobre el sujeto. Esto es, por el

proletariado, por el partido, por las tareas de la socialdemocracia, por el soviet, por la

huelga de masas y por los sindicatos, etcétera.

El problema para Marx y Engels son las contradicciones capitalistas, eso es lo que en

su época hace problema, en cambio, para los marxistas lo que hace problema es el partido,

la clase, si realmente es revolucionaria o no, tiene una misión para hacer la revolución o no

la hace. En efecto existen contradicciones en todo el mundo y los campesinos y los

intelectuales, el sujeto revolucionario en cuanto tal es un objeto de reflexión, es un

problema; ha cambiado el talante del marxismo; en esto se fija muy bien Korsch y en la

periodización; qué tipos de problemas según los momentos históricos van ocurriendo

dentro del marxismo. Por eso le interesa hacer esta reflexión tan puntual de la crisis del

marxismo —del propio desarrollo de la teoría— en vista de reconstruir al sujeto

revolucionario.

8. La crítica de Lenin a Korsch, a Lukács y la Anticrítica de Korsch

Marxismo y filosofía e Historia y conciencia de clase fueron criticados por Lenin. Los dos

libros se conciben como leninistas, están tratando de recuperar al marxismo revolucionario

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contra Kautski y contra Bernstein, contra el revisionismo y echan mano de Rosa

Luxemburgo y de la teoría de los consejos obreros pero esa misma está en conexión con los

soviets que emergieron con la Revolución rusa de 1905, así que retoman al propio Lenin.

Sobre todo Korsch se asume como teniendo una perspectiva leninista. Lukács con una

perspectiva preponderantemente leninista pero que intenta una síntesis con Rosa

Luxemburgo, así que realmente se quedan sorprendidos cuando en 1922 Lenin crítica al

izquierdismo en general en Europa, en su libro El izquierdismo, enfermedad infantil del

comunismo, con esta adjetivación humillante muy acostumbrada en la polémica política por

Lenin. El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo crítica sobre todo a los

izquierdistas políticos, a Anton Pannekoek, Hermann Gorter, Henriette Roland-Holst; pero,

también critica a los izquierdistas teóricos; pues en medio de estas corrientes políticas

izquierdistas aparentemente ultraradicales, también hay unos teóricos ultraradicales, como

son Karl Korsch y Georg Lukács, a quienes les dedica una nota a pie de página, pero

resaltante. Y bueno, luego de que Lenin pública su libro, desde la Tercera Internacional

Zinóviev —que es el secretario de ésta— se encarga de hacer una crítica puntual

denunciando a Lukács y a Korsch y a sus respectivos libros. Se han publicado en Pravda, el

periódico de la URSS, reseñas críticas y en distintos partidos comunistas en Alemania y en

Hungría se han publicado reseñas críticas de los libros muy repudiantes de lo que estos

plantean; que es un marxismo hegelianisante dicen y, en fin, expresan distintas formas de

humillar lo que estos textos exponen.

Unos años después de esta crítica de Lenin Lukács se autocrítica con un sí,

definitivamente me equivoqué; e incluso en la edición de 1968 vuelve a tomar la pluma y

hace un prólogo especial al libro, donde se vuelve a autocriticar en el tenor de: sí la

autocrítica que yo me hice era mentira, nada más lo hice por no perder mi posibilidad de

participar en el partido comunista a lado de la clase obrera porque me iban a expulsar y,

entonces, dije, me expulsan y ya no puedo intervenir en el destino del movimiento obrero,

mejor me autocrítico, fue una autocrítica no seria, dice; fue táctica, pero en 1968 se

autocrítica y dice que es sincera esta nueva autocrítica. A mi modo de ver en cosas que dice

lo es y en otras cosas no.

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La actitud de Korsch fue distinta. Korsch más bien se espera y en 1929 —han pasado

seis años y lo han estado criticando— pero, en lugar de una autocrítica hace una Anticrítica.

Misma que constituye un desarrollo del propio Marxismos y filosofía.

Marxismo y filosofía observaba la relación del marxismo y la filosofía en Marx y en

el marxismo de la Segunda Internacional, los intentos de conectar al marxismo con Kant,

con la ciencia, con el positivismo, o con Ernst Mach y Richard Avenarius, distintos intentos

de completar el marxismo con una filosofía extraña al propio marxismo, la tesis de Korsch,

como ya dijimos, es que el propio marxismo tiene su filosofía y hay que desarrollarla cada

vez más. Pero, ahora, que se ve criticado desde la Tercera Internacional y por el propio

Lenin, hace una reflexión: si yo me asumía leninista y Marxismos y filosofía intentaba

aplicar las tesis de Lenin al marxismo, a la filosofía, a la nueva época y al revisionismo de

la Segunda Internacional, me resulta muy extraño que Lenin me esté criticando. Korsch

reflexiona ¿desde dónde se me crítica? y ¿por qué me crítica? Y encuentra que es análoga la

crítica de Lenin y de Zinóviev y del posicionamiento de los leninistas —y, luego, de los

estalinistas, porque es hasta 1929 ya muerto Lenin que hace su anticrítica—, es análoga la

crítica que le hacen a las críticas que le hiciera Kautski como marxista ortodoxo reformista

y a la crítica que le hiciera Otto Bauer, otro intelectual centrista de la social democracia.

Así las cosas dice: es que, en realidad, hay una complementareidad; el marxismo soviético

se desarrolló sobre la base del legado de Kautski y el propio Kautski aprendió de Plejánov

filosofía; mientras en política y economía Plejánov aprendía de Kautski, pero en cuanto a

las alternativas filosóficas para el marxismo Kautski recuperaba las cuestiones de Plejanov;

de hecho el marxismo soviético, todo él, nunca se ha deslindado francamente de Kautski

más que en detalles y Lenin, como discípulo de Plejánov, siguió esta tradición. Y aunque en

realidad criticó al menchevismo y a Plejánov, sigue prisionero de estas tesis. Y sigue

prisionero de estas tesis porque son convenientes para el tipo de movimiento obrero que

existía en Rusia; en fin, por el gran atraso del movimiento obrero en Rusia que dio por

resultado que se construyera no un Estado socialista sino un capitalismo de estado con una

burocracia estatal que impulsara el desarrollo del capitalismo en Rusia. Mismo que no

podía llevarse a cabo mediante el método del absolutismo zarista que suscitaba frenos para

el desarrollo capitalista. Pero ahora, de nueva manera, mediante revolución proletaria,

ocurre el relanzamiento del desarrollo capitalista en Rusia. Y esto se va a reflejar en el tipo

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de teoría que se requirió para lograr que el movimiento obrero ruso se encausara por esta

vía.

Este es un centro neurálgico de la anticrítica de Korsch a la crítica que le están

haciendo desde la Tercera Internacional y con esto completa su Marxismo y filosofía; ahora

también la relación de la filosofía con el leninismo. La filosofía “marxista leninista” va a

ser criticada por primera vez a fondo en esta Anticrítica; no solamente Kautski, no

solamente el revisionismo sino que Korsch va a seguir adelante tratando de posicionar el

pensamiento de Marx, una aplicación de Marx a la nueva época pero contra todas las

figuras tanto de sociedad, presuntamente socialista, como de reflejo teórico de los presuntos

marxismos que iban ocurriendo, incluso el leninista.

Es una grandísima hazaña teórica sobre todo para los esclavos, para un pensamiento

esclavo, un pensamiento cosificado, un pensamiento que intenta liberarse y trata de darse

luces en medio de mil confusiones; de hecho Korsch empieza a tratar de poner al muñeco o

Golem sobre sus pies; pero extrañamente el muñeco tiene muchos muñecos dentro, vamos a

decir. O bien, si pongo el muñeco sobre sus pies, todavía hay que poner bien el cerebro que

quedó torcido; el hígado quedó patas arriba y hay que ponerlo bien; el corazón quedó hacia

arriba hay que voltearlo; cada parte del muñeco hay que ponerla sobre sus pies, es un

trabajo muy grande, una gran hazaña teórica el lograr este replanteamiento, esta reflexión

sobre la crisis del marxismo, etcétera.

9. Gramsci frente al marxismo occidental y frente a la Escuela de Frankfurt

Pregunta del público:

De los años 20’s del siglo XX también data el pensamiento de Gramsci. Por ejemplo,

en un artículo publicado en Avanti que se titula “Nuestro Marx”, hablaba en el sentido de

que Marx no podía ser tomado al pie de la letra sino que tenía que ser un punto de partida.

Claro que posteriormente el pensamiento de Gramsci habrá de ser conformado en la cárcel;

pero en los artículos también muestra esas inquietudes que usted ha mencionado a

propósito de Korsch y Lukács. Pero ¿cómo se relaciona con estos pensadores?

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Gramsci no fue base o plataforma para el desarrollo de la Escuela de Frankfurt, que

es uno de nuestros intereses en este curso; aunque ofreció un gran aporte al desarrollo del

marxismo no engrana con ellos porque vive en Italia; y porque dicha Escuela está en

Alemania. Es una cuestión cultural, un localismo, vamos a decir.

Por ejemplo, en el caso de Perry Anderson, troskista o antiguo troskista que publicara

sus Consideraciones sobre el marxismo occidental, en el que trata de hacer un

replanteamiento, una especie de recuperación de todos los aportes que ha habido del

marxismo occidental. Y asume como representativo del marxismo occidental no sólo

aquellos dos autores que Merleau-Ponty llamara los representantes del marxismo occidental

que son Lukács y Korsch sino, también, a Gramsci y las enseñanzas de Gramsci en

términos, sobre todo, de cómo hacer la crítica de la cultura, la crítica de la política, cómo

hacer política en una situación meridional de una Europa atrasada como Italia, pues ha

tenido una serie de grandes aportes para el marxismo; así como, otra manera distinta de

establecer la táctica revolucionaria que la que está ofreciendo Lenin con sus lecciones de

octubre; que por cierto, así Lecciones de Octubre tituló Trotski el libro en el que hiciera él

el balance de dichas enseñanzas sobre la base del tipo de partido centralista democrático,

precisamente, en un país atrasado; Italia es atrasada pero no tan atrasada, y un partido de

masas no es un partido clandestino y Gramsci intenta pensar otro tipo de estrategia

revolucionaria que, por ejemplo, para los países europeos desarrollados después de la

Segunda guerra mundial fue más sugerente que el planteamiento de Lenin, justamente

porque está hecho para un tipo de partido y donde hay una gran cantidad de campesinos y

obreros y hay que llevar a cabo la alianza obrero-campesina; mediación que la tiene que

llevar a cabo el partido y hacer que las propuestas de campesinos y obreros coincidan en

contra de un enemigo. Algo que no lo pueden hacer una clase por su lado y la otra por otro

lado, sino que tiene que haber una mediación, un órgano intelectual, una conciencia de

clase concentrada, en donde la teoría revolucionaria se concentre y se vuelva organización,

agitación de masas, lineamientos, una táctica, unas propuestas para hacer la alianza, un

programa hecho para una situación determinada. En cambio, la situación europea con

países capitalistas modernos es distinta. Por eso fue tan significativo posteriormente

Gramsci.

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Pero, sin embargo, hay cuestiones teóricas a resaltar que a mi modo de ver se le

escapan a Perry Anderson, cuando fácilmente dice: este es el marxismo occidental.

Occidental, por ejemplo, porque Gramsci pertenece a occidente. Como si por marxismo

occidental aludiéramos a si es en nuestro pueblo y no en otro pueblo. Pero en una

perspectiva no localista y sólo geográfica sino de fondo o, estructural, de la teoría que se

está ofreciendo, la aludida aplicación sistemática del materialismo histórico al materialismo

histórico que tenemos en estos dos libros no la vamos a encontrar en Gramsci. Ofrece

grandes aportes pero no este aporte metódico o no vamos a encontrar un concepto como el

de cosificación que explica la totalidad de la construcción de la sociedad burguesa. Ofrece

grandes apuntes, brillantes, sobre cómo está construida la cultura pero no cómo construir

metódicamente su análisis. En fin, son algunas de las cuestiones decisivas que a mi modo

de ver se soslayan al decir marxismo occidental como lo dice Perry Anderson y mete a tres

autores porque pertenecen a la misma zona geográfica. Pero eso es no ver las cualidades

específicas teóricas de cada uno de los textos.

De hecho Perry Anderson todavía incluye en el “marxismo occidental” a autores

como Louis Althusser que, en verdad, es un autor neoestalinista; o a Lucio Colletti que en

realidad intenta revocar de parte a parte a Lukács, en especial, su Historia y conciencia de

clase. Y ello sin siquiera una explicación de Anderson de por qué mete a todos los gatos en

el mismo saco, más allá del hecho de que geográficamente coinciden estos autores en haber

vivido en países de Europa, de occidente.

Hay quien dice no, pero sobre todo Gramsci es superior en términos teóricos y

políticos, mientras que Lukács y Korsch eran solamente filósofos; en cambio Gramsci

además de ser filósofo y sociólogo también hacia política, etcétera. He aquí una mirada

como la de quien va a aventar los gallos de pelea; pero si uno analiza con cuidado cada obra

en vista de la reconstrucción del marxismo, qué encuentras en una, qué encuentras en otra,

qué encuentras como para desencadenar investigaciones de cincuenta, setenta años, de la

Escuela de Frankfurt que justamente por estas dimensiones metódicas muy bien arraigadas

que se encuentran en Korsch y en Lukács fue posible. Habría que hacer, entonces, una

cierta diferenciación, sin descuidar o sin menospreciar el aporte de Gramsci; pero hay que

verlo en su especificidad.

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En fin, les recomiendo que lean los libros Marxismo y filosofía e Historia y

Conciencia de Clase. Pensaba explicarles algunas cosas más pero se hizo tarde.

Por cierto, sobre el tema, Historia intelectual del siglo XX de Peter Watson, que

supuestamente es un libro muy bueno, sin embargo, en él no aparece Korsch y lo que

aparece de Lukács son cosas que implican erudición pero el enfoque desde el que observa a

Lukács muestra, realmente, que no entiende lo qué se está tratando; el enfoque que hace de

la Escuela de Frankfurt es un poco mejor; el que tiene de Sartre también es superficial. Pero

eso sí, es un libro erudito sobre toda la historia intelectual del siglo XX, mil autores…sin

Korsch…

Así que con Perry Anderson, por un lado, y con Peter Watson, por otro, tenemos dos

modos de distorsionar la mirada acerca del marxismo occidental y la Escuela de Frankfurt;

en especial respecto de Lukács y Korsch como premisas de estas.