valenzuela, josé. producto, excedente y crecimiento; el sistema de fuerzas productivas

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1 1 JOSE VALENZUELA FEIJOO. PRODUCTO, EXCEDENTE Y CRECIMIENTO. EL SISTEMA DE FUERZAS PRODUCTIVAS . DEPARTAMENTO DE ECONOMIA. UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA - IZTAPALAPA.

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Producto excedente de fuerzas productivas

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    JOSE VALENZUELA FEIJOO.

    PRODUCTO, EXCEDENTE Y CRECIMIENTO. EL SISTEMA DE FUERZAS PRODUCTIVAS . DEPARTAMENTO DE ECONOMIA. UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA - IZTAPALAPA.

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    Para Elizabeth, Jorge, Orlando.

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    PROLOGO. Las ciencias contemporneas han alcanzado un gran nivel de desarrollo y una complejidad muy elevada. Lo cual, ha dado lugar a una situacin bastante peculiar: a la vez que expanden su capacidad prctica, se convierten en disciplinas de cada vez ms difcil acceso. Aqul viejo dicho: no hay rutas simples y fciles para acceder al saber parece hoy ms vlido que nunca. Esta situacin es muy clara en las llamadas ciencias naturales. Lo es menos en las disciplinas sociales, las que a veces operan con cierto retraso en la construccin de su entramado cientfico. En ocasiones se resienten por falta de un orden sistemtico, en otras por falta del imprescindible rigor lgico interno; tambin, muchas veces, por la debilidad de sus contenidos empricos. La excepcin se encuentra en la economa, que no en balde se ha calificado como reina de las ciencias sociales. Aqu, tenemos una situacin que en muchos (no en todos) respectos recuerda a la de las ciencias naturales. Sus paradigmas suelen ser rigurosos, sistemticos, y con un contenido emprico importante. Por lo mismo, tampoco es fcil acceder a un dominio adecuado de la disciplina. En estos casos, la complejidad del proceso de enseanza-aprendizaje se torna tambin muy alta. Hay que aprender y dominar el conocimiento ya existente, que es amplio, sistemtico y complejo. Pero sobremanera, hay que aprender a criticar y modificar este conocimiento, es decir, hay que aprender a desarrollarlo, profundizarlo y extenderlo. Y por supuesto, hay que tambin aprender a aplicarlo. El saber que no se traduce en capacidades prcticas suele ser un saber de contenido dudoso. Satisfacer estas exigencias no es fcil. Pero resolverlas es el gran desafo que debe abordar la universidad. Si el problema no es fcil de resolver en los pases ms desarrollados, en los del tercer mundo se torna an ms complicado. Hay patrones culturales que afectan los modos del pensar, los modos del discurso, los modos del trabajo. Y no precisamente en un sentido favorable. Tambin hay factores socioeconmicos que inciden negativamente: pobreza de recursos, de infraestructura; desmedrada condicin econmica de los estudiantes. Estos son datos objetivos que debemos reconocer. No para abdicar de la misin universitaria sino para delimitar correctamente el terreno en el cual debemos operar, lo cual es condicin sine qua none para un esfuerzo fructfero. En este contexto, la importacin indiscriminada de modelos universitarios externos resulta muy peligrosa. Amn de que sus resultados prcticos suelen ser decepcionantes, nos tornan tambin dependientes en el plano educativo y nos llevan a pagar royalties que drenan nuestros ya escasos recursos. Por supuesto, podemos y debemos conocer las experiencias ajenas. Pero nadie nos puede sustituir en conocer lo nuestro y saber hacer bien las cosas en nuestro propio terreno, en nuestro propio pas. En suma, lo primero y primordial es recuperar

    nuestras especficas realidades y aprender a usar nuestro cerebro (y no el de extraos) frente a los problemas que de esta realidad emergen. La tarea no es sencilla y exige manejar bien un conjunto muy complejo de variables: cmo crear la atmsfera intelectual capaz de impulsar el trabajo cientfico y escolar? Cmo incorporar a los estudiantes a este medio, y cmo tornarlos a la larga- capaces de desarrollar y superar el actual estado del saber? En breve, cmo hacer de la ciencia una actividad socialmente atractiva? Los factores involucrados son mltiples. Y no hay varitas mgicas que se puedan utilizar. Como sea, es claro que uno de los factores ms importantes apunta a la calidad de la enseanza, al rigor con que se la imparte. En lo bsico: se trata que el paquete curricular y su desarrolle refleje los rasgos medulares de los sistemas cientficos: : i) su rigor lgico o ausencia de incoherencias formales; ii) su precisin conceptual; iii) su ordenamiento sistemtico en un todo de gran alcance y de estricta concatenacin interna. Unido a esto y como su condicin, la presencia de un principio matriz unificador; iv) un desarrollo categorial-conceptual que avance desde los niveles ms abstratos y generales a los ms concretos y particulares; v) que sobremanera en estos planos ms concretos, la teora ms general se traduzca en hiptesis susceptibles de verificacin emprica. Lo cual, por lo comn supone operacionalizacin y medicin de las variables en juego; vi) que los resultados de estas contrastaciones empricas, sean tomadas en serio y den lugar, segn lo que ellas indiquen, a los ajustes y modificaciones del caso en el corpus terico que se maneja. En el proceso de enseanza, estas distintas exigencias y fases de la actividad cientfica se reflejan con un peso diferente segn el nivel de estudios alcanzado. En los primeros cursos,

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    lo que domina es la presentacin del corpus terico, a nivel de fundamentos, en trminos rigurosos y sistemticos. En los ltimos, se pasa a acentuar el peso del momento verificacional. Si a ste no se arriba, la teora puede convertirse en una escolstica estril. A la vez, si no se domina y hace bien el primer momento, podemos caer en un empirismo vacuo y falto de contenido cognitivo. Es decir, en la llamada medicin sin teora. De lo anterior podemos deducir: los cursos primeros o introductorios no se deben entender como cursos livianitos, de esos en que se da una visin superficial y de corte periodstico vulgar sobre el contenido de la disciplina. Esto, es perder el tiempo. Y slo contribuye a crear hbitos terriblemente disfuncionales al trabajo cientfico. Por ello, debemos recalcar: los cursos primeros se deben entender como aquellos donde se empiezan a exponer y

    estudiar los primeros principios, es decir, los fundamentos del edificio terico del paradigma cientfico- a asimilar. Lo cual, o se hace con rigor o no se hace. Para ello, es necesario contar entre otras exigencias- con textos de estudio adecuados. Textos que unan la claridad con el rigor expositivo. A la vez, que impliquen un desarrollo

    sistemtico de los conceptos y categoras en juego. A veces, estos textos ya estn disponibles. En otras, no lo estn y es nuestra obligacin proceder a elaborarlos. En este sentido, el texto del profesor Valenzuela que se presenta, representa un valioso aporte a estas tareas. Ya en su ttulo, nos advierte sobre la importancia fundamental de los temas: la produccin, la generacin de un excedente econmico, los usos posibles de ese excedente: acumulacin y/o gastos improductivos y su impacto en trminos del crecimiento de la economa. La perspectiva manejada se inscribe en la mejor tradicin de la economa poltica, clsica y marxista. Se trata de un texto que debe resultar clave para abordar adecuadamente, con rigor y orden, en una primera fase, los principios o fundamentos del paradigma citado. Con este texto, nuestro Departamento de Economa inicia una serie de publicaciones que esperamos contribuya a mejorar el quehacer universitario. Ral Molina Director, Departamento de Economa. UAM- I.

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    CAPITULO I : FUERZAS PRODUCTIVAS, MODO DE PRODUCCIN Y FORMACIN ECONOMICO - SOCIAL. I.- Propsitos del captulo .

    En este captulo, esencialmente introductorio, buscamos desarrollar una inicial y muy genrica aproximacin al tema que nos preocupa.

    En prime r lugar, trataremos de proporcionar una primera idea o nocin sobre el fenmeno de las fuerzas productivas. Es decir, se trata de saber a qu tipo de realidades (elementos y procesos) nos estamos refiriendo, cuando empleamos la expresin de marras. En segundo lugar, trataremos de situar el fenmeno en el plano o espacio ms general de la formacin econmico-social. Por decirlo de alguna manera, haremos una especie de indagacin topolgica. O, si se quiere, se trata de averiguar las coordenadas que definen la posicin del fenmeno en el mapa ms global. En tercer lugar, nos plantearemos el problema de la interaccin que se establece entre el sistema de fuerzas productivas y el resto de la formacin social. Es decir, cul sera el tipo de articulacin bsica que tiene lugar entre las diversas partes o esferas de la realidad societal.

    Para mejor abordar los problemas que hemos mencionado, conviene recordar algunos conceptos y categoras fundamentales. En especial, se trata de recordar el modelo global bsico que manejamos.

    No olvidemos que nuestra pretensin, en este captulo, se limitar a una primera y muy elemental aproximacin al tema. El examen ms detallado y sistemtico de la materia se

    efectuar ms adelante. Por ahora, nos bastar esbozar la visin ms gruesa y por ello

    preliminar para as identificar y a la vez situar (o posicionar) el fenmeno. II.- El hombre y sus actividades.

    El hombre, a semejanza de todos los seres vivos, interacta con su entorno natural y, en este contexto, despliega conductas que le permiten preservar su vida y reproducirse como individuo y como especie. De hecho, se puede decir que la verdad del ser humano debe buscarse y encontrarse en el tipo de actividades que despliega a lo largo de su vida. Es en el comportamiento o conducta efectiva donde se revela la autntica naturaleza de la especie.

    Las actividades humanas, a primera vista, resultan abigarradas, mltiples, dismiles, muy variables y muy complejas. No obstante, una observacin cuidadosa nos comenzara a revelar la presencia de ciertos rasgos comunes, presentes en cualesquier tipo de actividad y que, por lo mismo, nos estaran sealando la existencia de una estructura subyacente a todas ellas. En trminos generales y muy gruesos, se podra sostener que esas actividades: i) tratan de obtener ciertos resultados o efectos y, para ello, proceden a transformar por lo menos algunos elementos del entorno o contexto en que transcurre la vida. En breve, se trata de actividades transformadoras; ii) esas actividades, como regla, son actividades concientes.

    Esto, en el sentido de que el fin o resultado de la actividad est presente a ttulo ideal en la cabeza del sujeto actuante, antes de que se haya materializado como producto de la correspondiente actividad. Dicho de otro modo: antes de que el vestido est listo, la costurera ya lo tena diseado e imaginado en su cabeza.

    Uno de los autores que ms y mejor se ha preocupado del tema que nos viene preocupando es Adolfo Snchez Vzquez, quien diferencia las categoras de actividad en actividad humana y praxis. En sus palabras, por actividad, en general, entendemos el acto o conjunto de actos en virtud de los cuales un sujeto activo (agente) modifica una materia prima dada.1 En el fenmeno, nuestro autor distingue: i) el tipo de agente: fsico, biolgico o humano;

    1 A. Snchez Vzquez, Filosofa de la Praxis, pg. 245. Edit. Grijalbo, Mxico, 1980.

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    ii) la naturaleza de la materia prima sobre la cual se acta: cuerpo fsico, ser vivo, vivencia psquica, grupo, relacin social; iii) los actos que conducen a la transformacin: fsicos, psquicos, sociales; iv) el resultado de la actividad o producto: nueva partcula, un concepto, un valor de uso, una obra artstica, un nuevo sistema social. En cuanto a la segunda categora, la de actividad humana, segn nuestro autor slo se da cuando los actos dirigidos a un objeto para transformarlo se inician con un resultado ideal, o fin, y terminan con un resultado o producto efectivos, reales.2 En este caso, la actividad entraa la intervencin de la conciencia,

    gracias a la cual el resultado existe dos veces y en tiempos distintos: como resultado ideal y como producto real (...). Por esta anticipacin del resultado real que se pretende obtener, la actividad propiamente humana tiene un carcter consciente. 3 Por cierto, en este caso los sujetos o agentes se limitan a los seres humanos. Finalmente, tenemos la tercera categora de Snchez Vzquez que nos interesa recoger: la praxis. Para nuestro autor, cuando la actividad humana tiene como finalidad inmediata lograr una transformacin del entorno natural o del entorno societal (i. e. , del sistema social), asume la forma de praxis. Otro autor, el francs Althusser, desarrolla un enfoque bastante parecido, aunque emplea una terminologa levemente diferente. Para el profesor galo, por ejemplo, lo que Snchez Vzquez denomina actividad humana se corresponde muy cercanamente con lo que l denomina prctica, en general. sta es definida como un proceso de transformacin de una materia prima dada y determinada en un producto determinado, transformacin que se lleva a cabo por un trabajo humano determinado, utilizando medios (de produccin) determinados.4 De lo expuesto, es fcil colegir que en la actividad (prctica o praxis) humana, genricamente considerada, podemos identificar los siguientes elementos constitutivos: i) el sujeto o agente de la accin: o sea, los grupos humanos; ii) los medios o recursos con que esos sujetos se ayudan, para poder lograr los resultados buscados; iii) el objeto sobre el cual recae esta actividad o prctica transformadora; iv) la actividad propiamente tal (o conducta concreta) que despliega el agente o sujeto de la accin, conducta que es consciente y racional; v) los resultados que se obtienen.

    Segn ya hemos indicado, las actividades o prcticas que despliega el hombre, a lo largo de su vida, son mltiples y diferenciadas. Todas ellas responden a una estructura bsica, como la que acabamos de esbozar. Y en cuanto a sus diferencias, podemos distinguir tres

    modalidades o tipos bsicos: a) la prctica productiva, que es aquella que busca transformar el

    entorno natural con el fin de conseguir objetos o productos tiles; b)) la prctica poltica, que es

    aqulla que busca lograr transformaciones en el sistema social; c) la prctica ideolgico-cultural,

    que es aquella orientada a provocar transformaciones en el sistema de formas de la conciencia social.

    Por supuesto, estas diversas actividades no funcionan como compartimientos estancos, separadas e independientes entre s. Muy por el contrario, su interdependencia es notable y, de hecho, no pueden funcionar por s solas, al margen de las otras actividades. Por ejemplo, cmo pensar una actividad poltica ajena a tales o cuales formas de la ideologa? O una prctica productiva vaca de ideas sobre la realidad de los procesos naturales? La dependencia e influencia son claras. No obstante, no todas las prcticas operan con la misma importancia o significacin. Es decir, el impacto o importancia que tiene cada una de esas prcticas, en la vida humana y, de modo ms general, en la trayectoria y funcionamiento de las sociedades, es un impacto diferencial. Hay, por lo tanto, prcticas que son ms importantes que otras. En este sentido, manejaremos aqu una hiptesis fundamental: de todas las prcticas o actividades humanas que hemos previamente distinguido, postulamos que la ms decisiva o importante, es la prctica productiva. Segn se ha escrito, los individuos son tal y como manifiestan su vida. Lo que son coincide, por consiguiente, con su produccin, tanto con lo que producen, como con el modo de cmo producen. Lo que los individuos son depende, por tanto, de las condiciones materiales de su produccin. 5

    La prctica (praxis o actividad) productiva coincide con lo que se conoce como trabajo y, por ello, en el prximo apartado nos detendremos a examinar la realidad de este peculiar y decisivo fenmeno.

    2 Ibid, pg. 246. 3 Ibid, pg. 247. 4 L. Althousser, La revolucin terica de Marx, pg. 136, Siglo XXI, Mxico, 1974. 5 C. Marx y F. Engels, Obras escogidas,Tomo I, pg. 16. Edit. Progreso, Mosc, 1973.

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    III.- El trabajo y sus rasgos esenciales.

    En muchas ocasiones, se utiliza el vocablo trabajo como sinnimo de actividad humana. Por ejemplo, se habla del trabajo poltico, del trabajo de un polica, del trabajo de un sacerdote, del trabajo de un poeta o novelista y as, sucesivamente. En otras, el vocablo trabajo se emplea con una connotacin ms restringida, entendindolo como sinnimo de actividad humana que se despliega en el mbito de la produccin. Es decir, como equivalente a nuestra nocin de prctica productiva. Al menos por ahora, manejaremos la acepcin ms restringida que se le puede adscribir al vocablo: el trabajo, lo entenderemos como sinnimo de trabajo productivo.

    Del trabajo, en primera instancia, podemos decir que opera como el rasgo constitutivo o ms esencial del ser humano. Como escribiera Engels, el trabajo es la fundamental y primera condicin de toda la existencia humana, y ello en tal medida que, en cierto sentido, debemos decir que el trabajo cre al hombre.6 En breve, el hombre es lo que es en virtud del trabajo. Este es el rasgo que lo singulariza y especifica en cuanto tal, lo que lo hace igual a s mismo y diferente a las otras especies vivas.

    En el fenmeno que nos preocupa, podemos distinguir sus aspectos ms genricos y los ms especficos. Los primeros, son aquellos que comparte el hombre con todos los seres vivos; los segundos, aqullos que solamente son propios del ser humano.

    En lo que se refiere a la primera dimensin, se pueden destacar los siguientes aspectos: i) tiene lugar una interaccin entre la sociedad (el Hombre) y la naturaleza; ii) con cargo a esta relacin y proceso, el hombre media, regula y controla su metabolismo con la naturaleza. 7 En breve, este proceso posibilita la preservacin y reproduccin de la vida humana; iii) esta interaccin provoca la consiguiente modificacin de la naturaleza o entorno exterior. Esto, en el sentido de darle una forma til, capaz de satisfacer las necesidades humanas; iv) junto con lo anterior, tiene lugar una modificacin de la misma naturaleza humana.

    En cuanto al aspecto ms especfico, podemos distinguir tres momentos o dimensiones: los rasgos que tipifican al agente del proceso, los que tipifican a la actividad propiamente tal, y las caractersticas que asumen los resultados que se obtienen.

    En cuanto al agente o sujeto del trabajo, los puntos a relevar seran: i) el sujeto efectivo

    no son los individuos sino los grupos o colectivos de trabajo. O sea, el proceso de trabajo siempre

    funciona, en mayor o menor grado, como un proceso cooperativo, en el cual los individuos no son sino partes o elementos de un todo superior y ms complejo; ii) los individuos o elementos que integran el grupo operan sobre la base de ciertas capacidades condicionadas por su organizacin biolgica y desarrolladas y determinadas por su organizacin social.

    De estas capacidades especficas, exclusivas del homo sapiens, tal vez la ms decisiva

    sea el reflejo consciente. Estamos aqu en presencia de un reflejo de lo real, que: 1) se materializa en signos (el lenguaje), los que pueden separarse de lo reflejado y funcionar con

    independencia de lo significado; 2) refleja, de modo abstracto, la realidad que recoge. Por sus caractersticas intrnsecas, este reflejo consciente posibilita: i) la comunicacin sobre tal o cual

    suceso o cosa; en ausencia de esos sucesos o cosas: podemos hablar de un terremoto y, como oyente, llegar a entender su significado, sin que debamos sufrirlo de modo directo; ii) por lo

    mismo, se posibilita la transmisin y acumulacin de las adquisiciones culturales de la humanidad. Como bien se ha dicho, el repertorio de conductas eficaces (o sea, de conductas que resuelven problemas vitales) que maneja el hombre, constituye una herencia que no funciona (como en la mayora de los animales) por la va de la transcripcin de los

    correspondientes cdigos genticos, sino que por la va histrico-cultural (del lenguaje abstracto o seal de seales); iii) la conciencia, como propiedad exclusiva del hombre, tambin posibilita

    la denominada conducta consciente. O sea, desarrollar un comportamiento orientado a un fin, rasgo al cual ya hemos aludido.

    Examinemos ahora el segundo momento, el referido a la actividad propiamente tal que se despliega a lo largo del proceso de trabajo. Para el caso, podemos hablar de una actividad mediatizada y racional. Expliquemos este punto.

    Primero, tenemos que se trata de una conducta mediatizada por otros hombres. Si el sujeto del proceso es el colectivo de trabajo, no podran ser las cosas de otra manera. Ahora, lo que nos interesa subrayar es que lo sealado supone la presencia de una determinada

    6 F. Engels, Dialctica de la Naturaleza, pg. 138, edit. Cartago, Bs. Aires, 1975. 7 C. Marx, El Capital, Tomo I, Vol. I, pg. 215. Siglo XXI, Mxico, 1976.

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    organizacin social del proceso de trabajo. sta funciona como una red o entramado al cual

    deben insertarse o incorporarse los individuos, ocupando las posiciones del caso para poder participar en el proceso de trabajo. Conviene subrayar esto: la transformacin humana de la naturaleza slo puede funcionar por intermedio de ese complejo de relaciones sociales que nos conectan con los otros y no a ttulo individual, al estilo de los Rbinson Crusoe, argumento que tanto gustan esgrimir los economistas de la escuela neoclsica.

    Segundo, tenemos que el trabajo implica un comportamiento mediatizado por los

    medios o instrumentos de trabajo. En la definicin de Marx, el medio de trabajo es una cosa o conjunto de cosas que el trabajador interpone entre l y el objeto de trabajo y que le sirve como

    vehculo de su accin sobre dicho objeto. El trabajador se vale de las propiedades mecnicas,

    fsicas y qumicas de las cosas para hacerlas operar, conforme al objetivo que se ha fijado, como medios de accin sobre otras cosas.8 Como regla, estos instrumentos de trabajo son inventados y fabricados por el hombre: el uso y la creacin de medios de trabajo, aunque en germen se

    presenten en ciertas especies animales, caracterizan el proceso especficamente humano de

    trabajo, y de ah que Franklin define al hombre como a tool-making animal, un animal que fabrica herramientas.9

    En tercer lugar, tenemos que el trabajo es una actividad racional. Es decir, la combinacin de actos, que es el trabajo, asume: i) ciertas caractersticas concretas muy precisas; ii) se disponen en cierta secuencia temporal, tambin muy precisa. Todo ello, para lograr el efecto o resultado buscado.

    Finalmente tenemos nuestro tercer momento, el cual alude a las caractersticas que

    asumen los resultados del proceso de trabajo. Para el caso, y siendo muy taquigrficos, podemos sealar las siguientes caractersticas fundamentales: i) los resultados o productos suelen ser

    buscados de manera consciente (son intencionales) y, a la vez, suelen ser novedosos. Es decir, el hombre despliega su imaginacin creadora y, con cargo a ella, puede generar una produccin altamente diversificada; ii) el anterior rasgo, que es privativo de los humanos, supone un conocimiento cada vez mayor de las leyes objetivas que operan en la naturaleza; iii) los

    resultados o productos, suelen convertirse en premisas de los nuevos ciclos productivos; de modo directo, como en el caso de vg. las mquinas que se fabrican, o de modo indirecto, en el caso de los bienes de consumo personal. En s mismos, stos no son requisitos de la produccin. Pero los trabajadores, que s lo son, sin ellos no podran vivir ni reproducirse; iv) en el proceso de trabajo, se objetivan o materializan las capacidades subjetivas del hombre. A la vez, por medio de l los individuos se apropian de las facultades humanas acumuladas a lo largo de la historia.

    Como vemos, el trabajo es un proceso complejo, que contiene numerosas aristas. De momento, slo quisiramos subrayar los siguientes dos aspectos: a) el trabajo es una actividad

    que busca transformar la naturaleza, dndole una forma til, capaz de satisfacer las necesidades humanas. En la clebre definicin de Marx, se trata de una actividad racional encaminada a la produccin de valores de uso10; b) esta actividad se ejecuta por un grupo o colectivo de individuos, socialmente organizados. Es decir, se trata de una actividad socialmente determinada, que se realiza a travs de (y en el marco de) una determinada estructura social o sistema de relaciones sociales. El primer aspecto nos indica el contenido del proceso de trabajo; el segundo, la forma que ste asume. Sobre esto volveremos ms adelante. IV.- Prcticas e instituciones sociales.

    En el apartado anterior, hemos examinado la prctica productiva. Junto a ella, sin embargo, como ya se advirti en el apartado II, coexisten las prcticas polticas e ideolgicas.

    8 C. Marx, El Capital, Tomo I, Vol. l, pg. 217. Edic. de Siglo XXI, op. cit. Otro autor, como John. Stuart Mill, tambin

    subraya y con gran fuerza, este rasgo: esta operacin de poner las cosas en los sitios apropiados para que puedan actuar sobre ellas sus propias fuerzas internas, o las que residen en otros objetos naturales, es todo lo que puede hacer el hombre con la materia

    (...) el trabajo se emplea siempre y de manera exclusiva para poner objetos en movimiento; las propiedades de la materia, hacen el

    resto. La habilidad y el ingenio de los seres humanos se ejercitan para descubrir movimientos, posibles para sus fuerzas, y capaces

    de producir los efectos deseados. Cf. Principios de Economa Poltica, pg. 49. FCE, Mxico, 1978. 9 C. Marx, El Capital, Tomo I, Vol 1, pg. 218. Edic. Siglo XXI, op. cit. 10 Ibid, pg. 223.

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    Estas prcticas o actividades humanas, se diferencian entre s en funcin del tipo de transformaciones que pretenden obtener. Es decir, se aplican a objetos que son diferentes. Correlativamente, podemos hablar de interacciones diferentes. En todas ellas, uno de los polos de la relacin es la sociedad humana (el Hombre), cambiando el otro polo de acuerdo al tipo de prctica. En resumen, tenemos interaccin del sujeto social con: i) la naturaleza (prctica productiva); ii) el sistema social (prctica poltica); iii) y con el sistema de formas de la conciencia social (prctica ideolgica-cultural).

    Tales actividades son complejas y suponen comportamientos colectivos que responden a determinadas pautas sociales. Es decir, nos encontramos frente al entramado de relaciones sociales que organizan las correspondientes actividades. Ahora bien, ese conjunto complejo de relaciones sociales (de status y roles, por ende) que giran en torno a una determinada prctica social, nos define las instituciones sociales bsicas. Por lo tanto, tendramos: i) instituciones econmicas; ii) instituciones polticas; iii) instituciones culturales.

    Como sinnimo de instituciones, emplearemos tambin la denominacin sistema econmico, sistema poltico o sistema ideolgico-cultural, segn el caso. Lo que interesa

    obviamente no es tanto la denominacin, sino, ms bien, no olvidar que nos estamos

    refiriendo a un conjunto articulado de relaciones sociales que giran en torno a las funciones de

    transformacin, ya mencionadas. El total de esas relaciones sociales sujetas a pauta equivale a la suma de los sistemas econmico, poltico y cultural y nos define lo que se conoce como

    sistema social. El vocablo suma lo ponemos entrecomillado para advertir que no estamos en presencia de una suma literal. Entre las diferentes instituciones fundamentales (econmicas, polticas y culturales) se establecen nexos muy estrechos y una constante interaccin. Ms precisamente, el sistema social global debe entenderse como una totalidad compleja, la cual responde a cierto principio de unificacin interno al sistema y que, como regla, emerge de la instancia econmica. Al interior del sistema econmico se pueden distinguir cuatro subsistemas: produccin, distribucin, cambio y consumo. El primero (relaciones sociales de produccin) es el ms decisivo y, al interior de ste, se localizan las relaciones de propiedad. Estas, operan como base o matriz de todo el sistema social. O sea, es a partir de la forma de propiedad como se suele configurar y unificar el conjunto del sistema social.

    Lo expuesto se intenta resumir en el diagrama que sigue. DIAGRAMA I : Actividades o prcticas que desarrolla el ser humano.

    PRACTICAS FORMAS DE ORGANIZA- CION SOCIAL.

    OBJETO DE TRANSFORMACION.

    PRODUCTIVA

    SISTEMA ECONOMICO

    NATURALEZA

    POLITICA

    SISTEMA POLITICO

    SISTEMA SOCIAL

    IDEOLOGICO-CULTURAL

    SISTEMA CULTURAL

    FORMAS DE LA CONCIENCIA SOCIAL

    Conviene agregar: cuando hablamos de sistema econmico, inclumos en el concepto algo ms que la organizacin social del proceso de produccin per se. De la produccin se

    derivan directamente los procesos de distribucin, cambio y consumo de los productos. Todo ello nos define el sistema econmico, concepto que, segn se puede apreciar, resulta ms extenso que el de sistema social de produccin. V.- Modo de produccin y formacin econmico-social.

    En lo que sigue, recordaremos dos categoras fundamentales: 1) modo de produccin; y

    2) formacin econmico -social.

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    Por la primera, entendemos la unidad del sistema de fuerzas productivas y del sistema

    econmico.11 Se trata de una totalidad o conjunto complejo que responde, en consecuencia, no a una agrupacin puramente nominal sino que, muy por el contrario, funciona como una unidad o conjunto real.

    Qu entendemos por sistema de fuerzas productivas?

    Con esta categora, designamos al proceso o interaccin que se establece entre la

    sociedad y la naturaleza. Es decir, viene a ser equivalente a la recin examinada categora de trabajo. De acuerdo a Marx, en su sentido ms genrico o abstracto el proceso de trabajo: es la actividad racional encaminada a la produccin de valores de uso, la asimilacin de las materias naturales al servicio de las necesidades humanas, la condicin general del intercambio de materias entre la naturaleza y el hombre, la condicin natural eterna de la vida humana, y por tanto, independiente de las formas y modalidades de esta vida y comn a todas las formas sociales por igual. Por eso, para exponerla, no hemos tenido necesidad de presentar al trabajador en relacin con otros. Nos bastaba con presentar al hombre y su trabajo, de una parte, y de otra la naturaleza y sus materias.12 Asimismo, nuestro autor seala que el trabajo es, en primer trmino, un proceso entre la naturaleza y el hombre. 13 Agreguemos: esta identificacin, entre la categora trabajo y la categora sistema de fuerzas productivas, no es algo que compartan todos los autores. En muchos casos se maneja un concepto de fuerzas productivas bastante ms restringido del que ahora hemos propuesto, 14 como simple equivalente de la nocin de patrimonio productivo; es decir, como una parte o elemento componente del proceso de trabajo. Ahora bien, cuando se est hablando de un modo de produccin, se est manejando un doble referente: por un lado, se est aludiendo al proceso de transformacin (o de interaccin) de la naturaleza y, por el otro lado, tambin se est aludiendo a la forma social que asume el proceso. Por ello, pensamos que es conveniente manejar una nocin del sistema de fuerzas productivas que sea ms amplia y que, por ello, nos d cuenta de esa interaccin clave que se establece entre el Hombre y la Naturaleza. Esta

    interaccin es un aspecto; el otro se refiere a la forma social que asume el proceso. Al decir de Marx, en la produccin, los hombres no actan solamente sobre la naturaleza, sino que actan tambin los unos sobre los otros. No pueden producir sin asociarse de un cierto modo, para actuar en comn y establecer un intercambio de actividades. Para producir, los hombres contraen determinados vnculos y relaciones sociales, y slo a travs de ellos es como se relacionan con la naturaleza y cmo se efecta la produccin.15

    En suma, el modo de produccin implica una doble interaccin: la del hombre con la naturaleza y la de los hombres entre s. Todo ello, en el marco del proceso de trabajo. Al primer aspecto (o primera interaccin) se alude con la categora sistema de fuerzas productivas y, al segundo aspecto (o segunda interaccin), con la categora sistema econmico (tambin se utiliza la expresin relaciones sociales de produccin). Tendramos, entonces: Sistema de Fuerzas Productivas. Modo de + = Produccin. Sistema Econmico.

    Consideremos ahora la categora formacin econmica-social.

    11 Se puede manejar una versin ms restrictiva del concepto si, en vez de sistema econmico, hablamos de sistema de

    produccin. 12 C. Marx, El Capital, Tomo I, pg. 136; FCE, Mxico, 1973. 13 Ibid, pg. 130. 14 En el prximo captulo, se discute en detalle este problema. 15 C. Marx, Trabajo Asalariado y Capital; en Marx-Engels, Obras escogidas, pg. 163. Editorial progreso, Mosc, 1973.

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    A primera vista, quiz se podra pensar que cuando hablamos de sistema social agotamos todo lo que podemos encontrar en una sociedad dada. Esto es cierto en lo que se refiere a las relaciones sociales. Pero hay algo ms en la realidad de la vida social y ello es lo que denominamos sistema de formas de la conciencia social (= SFCS).

    Qu entendemos por SFCS? En breve, por ella entendemos el conjunto de contenidos que integran la conciencia social, en un momento histrico dado. Ello implica: i) los modos de representacin (ilusorios o verdaderos) de lo real. O sea, las ideas e imgenes que el hombre tiene del hombre, de la sociedad y de la naturaleza; ii) las normas o criterios que regulan sus preferencias. O sea, los valores morales (lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto), los valores estticos (lo bello y lo feo), etc. Por cierto, una sociedad no puede funcionar sin estos elementos. Y su influencia es muy clara tanto a nivel del comportamiento econmico, como del poltico y del cultural. Por ejemplo, si el hombre no afina sus nociones sobre el universo material, difcilmente podr elevar sustancialmente los niveles de la productividad del trabajo. Si no se difunden determinadas nociones sobre lo justo y lo bueno, difcilmente tendr lugar un proceso poltico capaz de modificar seriamente a las estructura social vigente. En suma, el hombre siempre se mueve con un determinado cargamento de ideas y valores.

    En ocasiones, al conjunto que integran el sistema poltico, el sistema cultural y el SFCS, se los denomina superestructura. sta, combinada con el modo de produccin, nos proporciona la formacin econmico-social. Tambin podramos decir que el conjunto compuesto por el sistema social, el sistema de fuerzas productivas y el sistema de formas de la conciencia social, nos determina la formacin social.

    En suma, se tiene: MODO DE PRODUCCION

    SISTEMA POLITICO

    FORMACION = SISTEMA CULTURAL ECONOMICA-

    SOCIAL SISTEMA DE FORMAS DE LA CONCIENCIA SOCIAL

    La categora pretende abarcar el conjunto de la realidad social. O sea, es la ms global de las que hemos venido manejando. Por cierto, cada una de las categoras manejadas se puede, a su vez, manejar a diversos niveles de abstraccin; por ahora, nos situamos al ms alto posible. VI.- Interacciones.-

    Al interior de la formacin social, entre sus diferentes partes y al interior de cada una de ellas, se establecen mltiples y complejas relaciones de determinacin, de mutua influencia. Todo ello plantea problemas tericos muy complejos y polmicos, muy difciles de dilucidar. Pero, aqu, no entraremos en esa discusin y nos limitaremos a una presentacin ultra sencilla y simplificada. Asimismo, haremos referencia slo a dos tipos de interacciones: i) las que tienen lugar al interior del modo de produccin; y ii) las que tienen lugar entre el modo de produccin (la base) y el resto de la formacin social (la superestructura). Pero antes de examinar estos puntos, conviene efectuar una muy breve indicacin de carcter general.

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    Las interacciones que tienen lugar al interior de la formacin social, entre cada una de sus partes o elementos constitutivos, responden a una pauta comn: se trata de una interaccin dialctica.

    Qu entendemos por interaccin dialctica? Para el caso que nos interesa, ello implica: a) existe una determinacin (o incidencia) mutua o recproca entre las partes. Es decir, las lneas de determinacin (o de causalidad) son de ida y vuelta; b) la interaccin opera sobre la base de un poder de determinacin desigual o asimtrico. Por ello, se distinguen dos lneas de determinacin o de causalidad: i) los vnculos principales o de dominacin; ii) los vnculos secundarios o de subordinacin. Consecutivamente, y de acuerdo a cmo operan las lneas de causalidad dominantes (o sea, segn cul sea su direccin), distinguimos partes o aspectos dominantes y partes o aspectos subordinados, al interior de la formacin social; iii) en determinadas y muy singulares circunstancias, una parte usualmente subordinada puede pasar a funcionar en calidad de parte dominante. Y vice-versa, la parte subordinada deviene aspecto dominante de la relacin.

    Veamos ahora qu pasa al interior del modo de produccin. La interaccin se establece entre el Sistema de Fuerzas Productivas (= SFP) y el Sistema Econmico (= SE). Para el caso, prcticamente ningn autor niega la existencia de un relacionamiento dialctico. Pero surge una gran polmica en torno a cules son la lneas de determinacin dominantes. Autores como Plejanov, Lange, Bujarin y el grueso de los autores soviticos, se pronuncian en favor del SFP como aspecto dominante de la relacin. He aqu una muestra de esta corriente de pensamiento: la produccin social se halla siempre sujeta a un proceso de movimiento y desarrollo, que comienza siempre por los cambios que se operan en el estado de las fuerzas productivas y, ante todo, en los instrumentos de produccin. El desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad es la base, el fundamento de la historia de la humanidad. Las relaciones de produccin, es decir, la forma que reviste el desarrollo de las fuerzas productivas, se modifica en consonancia con los cambios operados en el contenido. La historia de la humanidad se nos presenta como una sucesiva sustitucin de las formas sociales determinada por el desarrollo del contenido, o lo que es lo mismo, de las fuerzas productivas.16 Tendramos, entonces, una situacin como la que se intenta describir:

    Sistema de Sistema

    Fuerzas Productivas --------------------- Econmico

    Causalidad dominante =

    Causalidad subordinada = - - - - - - - - - - - - - -

    Una articulacin como la recin descrita, no suscita el consenso. Muchos autores se pronuncian por un relacionamiento del todo contrario, entre el SFP y el SE. Bettelheim, por ejemplo, sostiene que en la combinacin: fuerzas productivas-relaciones de produccin, stas ltimas juegan el papel dominante, imponiendo a las fuerzas productivas las condiciones de su reproduccin. A la inversa, el desarrollo de las fuerzas productivas nunca determina directamente la transformacin de las relaciones de produccin; esta transformacin pasa siempre por la intervencin de las clases existentes, es decir, por la lucha de clases.17 En otro texto, el gran economista galo escribe que la lucha de clases es el motor de la historia (...). Las

    luchas de clases as como las mismas clases tienen por base material las formas y modos de produccin en los que estn insertos los productores y los no productores. Transforman las condiciones de produccin, engendran nuevas fuerzas productivas, rompen las antiguas relaciones de produccin y dan a luz nuevas relaciones.18 Asimismo, nos dice que el proceso histrico est determinado, en ltima instancia, por las contradicciones de clases. stas, cuya base material no es un simple cambio en los instrumentos de produccin sino las contradicciones de la base econmica (unidad contradictoria de las relaciones de produccin y de las fuerzas productivas), se desarrollan a travs de las formas ideolgicas que esas mismas

    16 M. Rosental y G. M. Straks, Categoras del materialismo dialctico, pgs. 203-204. Edit. Grijalbo, Mxico, 1960. 17 Ch. Bettelheim, Revolucin cultural y organizacin industrial en China, pgs. 109-llO. Siglo XXI edits. , B. Aires, 1974. 18 Ch. Bettelheim, Las luchas de clases en la URSS, Segundo Perodo, 1923-1930; pg. 456. Siglo XXI edits., Mxico, 1979.

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    contradicciones engendran.19 Como vemos, no slo se invierte la relacin de determinacin dominante. De hecho, se apunta a una articulacin bastante ms compleja, en la cual intervienen, como momentos esenciales, aspectos que no pertenecen al modo de produccin.

    Entrar a un examen cuidadoso de las posturas en juego, es algo que excede ampliamente los alcances de este captulo. Por ello, nos limitaremos a sealar los siguientes puntos fundamentales: i) el modo de produccin debe verse como una unidad de contrarios, es decir, como una combinacin de aspectos que son indispensables el uno para el otro y, a la vez, conflictivos; ii) entre ambos aspectos del modo de produccin, se establece una relacin dialctica; esto, en el sentido antes descrito; iii) en cuanto a las lneas de determinacin que, en un sentido estructural, sean las dominantes (y, por exclusin, las subordinadas), se trata de un problema que, al menos de momento, conviene dejar como una interrogante abierta. Es decir, como a simple vista no queda absolutamente claro lo que podra ser una respuesta correcta, en este momento de la exposicin es mejor postergar esa respuesta.

    Qu sucede con las interacciones al interior de la formacin econmico -social? ste era el segundo problema que desebamos abordar y, para precisarlo, debemos

    reducirlo a uno ms especfico: el tipo de articulacin que se establece entre la base o modo de produccin y lo que usualmente se denomina superestructura. En el siglo pasado y parte del actual, se suscitaron agrias discusiones sobre el tipo de vnculos dominantes. Pero, en la

    actualidad, tiende a darse cierto consenso relativo, en todo caso sobre el problema. Se habla de una interaccin dialctica (incluyendo aqu la dimensin contradictoria) y, a la vez, de una lnea de determinacin dominante, que va desde el modo de produccin hacia la superestructura. En resumen, tendramos:

    Modo de Super-

    Produccin. -------------------- Estructura. Como antes, la lnea continua indica la causalidad dominante. La lnea discontinua, la causalidad subordinada.

    Para terminar, conviene volver a advertir : nuestro examen ha sido muy introductorio y, por lo mismo, muchos y complejos problemas que giran en torno a estos puntos aqu no han sido discutidos y ni siquiera mencionados. Nos basta por el propsito de estas notas- con sealar que entre las diversas partes o espacios de la formacin social la interaccin existe, que es desigual ( o asimtrica) y que tambin, segn el perodo histrico, la lnea de causalidad fundamental suele alterarse. Es muy probable que exista una lnea de causalidad que sea dominante en un sentido estructural y de largo plazo. Pero en ausencia de un anlisis cuidadoso y detallado - algo que aqu no podemos efectuar- no es conveniente emitir un juicio demasiado taxativo al respecto. Por ello, nos limitamos slo a mencionar las hiptesis ms gruesas que al respecto se han debatido. VII.- La dinmica ms global : un vistazo. Cmo se mueve, transforma y desarrolla el modo de produccin y, en trminos ms generales, la formacin econmico-social? No es del caso, en este momento, ensayar una respuesta sistemtica y exhaustiva. Nos limitamos a un primer vistazo, necesariamente esquemtico y preliminar. Para nuestros propsitos, podemos empezar recordando dos juegos de consideraciones bsicas. Primero, las que tienen que ver con la dinmica interna de la formacin econmico-social, de cada uno de sus componentes. Los aspectos a recoger son : a) los diversos espacios (partes o esferas) de la FES no son entidades estticas. Se mueven y cambian, siendo la transformacin a veces muy lenta y gradual y, en otras, rpida y sustantiva; b) las diversas

    19 Ibid., pg. 462.

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    partes cambian y se transforman con una velocidad o ritmo dispares. Algunas tienden a ser ms estables o conservadoras; otras, ms dinmicas y cambiantes. En suma, al interior de la FES el desarrollo es desigual. Segundo, las consideraciones que tienen que ver con la adecuacin que se establece entre los diversos sectores o espacios de la formacin social. En este contexto, los puntos a subrayar seran: a) no se puede combinar cualesquier elemento con cualesquier otro. Existe una coherencia o adecuacin interna mnimas para que la formacin social pueda funcionar. Por ejemplo, el sistema moderno de fuerzas productivas ( tal como se visualiza al finalizar el siglo en los pases ms avanzados, como Japn, Alemania y EEUU) no podra combinarse con un rgimen social de tipo esclavista. Por su condicin social, el esclavo tiende a maltratar a los medios de produccin. Por ello, no puede asociarse a una tecnologa muy sofisticada y/o instrumentos de manejo muy delicado; b) entre los diversos espacios nunca existe una adecuacin o armona perfectas. Es decir, siempre existe algn grado de desajuste; c) la inadecuacin o desajuste tienen un lmite superior. Si ste es superado, tal o cual parte o esfera de la FES deber reestructurarse para lograr el acomodo o adecuacin necesarias que exige la FES. Si se nos permite el smil, entre un pantaln y el cuerpo de tal o cual joven, pudiera no existir un ajuste perfecto. Pudiera ser muy largo o muy corto, muy estrecho o muy holgado. Pero un pantaln de 12 centmetros de largo es absolutamente incompatible con un joven de 18 aos que mida un metro ochenta centmetros. De lo expuesto es fcil deducir que al interior de la FES se tienden a desarrollar desajustes internos que superan el lmite permisible. Como las partes se van transformando y lo hacen a un ritmo desigual, el desajuste se debe ampliar hasta tornarse inadmisible. En este caso, decimos que: a) surge una crisis interna en la FES que debe calificarse como estructural; b) dada la crisis, surge la necesidad de un reacomodo u reordenamiento estructural. La reestructuracin debe operar en el sentido de recuperar la coherencia (o adecuacin) interna perdida; c) el reacomodo debe darse a favor de los sectores que: i) juegan un papel dominante en el seno de la FES; ii) han desarrollado, en su proceso evolutivo, formas progresivas. Es decir, ms avanzadas. Lo sealado nos muestra lo que podemos denominar dimensin estructural objetiva del cambio. Pero es insuficiente. En el cambio social tambin interviene una dimensin subjetiva. Es decir, el cambio supone agentes o sujetos sociales que impulsan las transformaciones del caso. O sea, las presiones que emergen de la estructura ( y que son, en lo bsico las antes mencionadas) dene provocar un comportamiento social que sea capaz de precipitar los cambios sociales necesarios. Las presiones de la estructura deben ser percibidas y recogidas por los grupos o agentes sociales. Es decir, deben transformarse en un hecho de conciencia. Lo objetivo material debe subjetivizarse. Luego, a partir de este hecho ( que debe verse como un proceso de desarrollo, con diversos grados de profundidad), debe desplegarse la actividad poltica capaz de lograr los cambios sociales que exige la crisis estructural. En suma, de la estructura a la conciencia social, de sta a la actividad poltica y de la poltica a los cambios en la estructura. Tal es la lnea secuencial ms gruesa. El proceso, como regla, supone el despliegue de un fuerte conflicto social. Segn se sabe, los grupos y personas se ubican en diversas posiciones o lugares de la estructura social. Si la estructura es suficientemente homognea y no engendra el fenmeno de la explotacin y de las clases sociales contrapuestas, podemos suponer que el cambio social tendr lugar ( con mayor o menor premura) sin grandes conmociones. Pero no es sta la situacin ms frecuente. Las estructuras suelen ser muy heterogneas y generar grupos sociales con intereses sociales contrapuestos : lo bueno para unos es malo para los otros. Por ello, esos grupos, en funcin del lugar que ocupan, pueden tener inters sea en modificar o en preservar el dato estructural vigente. Es decir, los grupos sociales pueden aceptar o rechazar las presiones de la estructura a favor de las modificaciones citadas. Dado ese perfil, se delinean grupos sociales que, por sus intereses objetivos, deben estar a favor (grupos progresivos) o en contra (grupos conservadores) del cambio. Luego, para que el cambio social estructural pueda tener lugar, se necesita que los grupos sociales progresivos: i) tomen conciencia de las presiones de la estructura y de que sus intereses objetivos coinciden con esas presiones. Es decir, que desarrollen una conciencia social verdadera o adecuada, que operen como clase o grupo para s; ii) que a partir de ese proceso se organicen polticamente, como fuerza social capaz de provocar las transformaciones sociales

    necesarias; iii) que en ese contexto y proceso, desarrollen la fuerza necesaria para imponer el

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    cambio. O sea, deben conseguir la fuerza poltica que les permita vencer a las fuerzas del bloque conservador, opuesto a los cambios. Conviene advertir: ningunos de los pasos o momentos mencionados tiene lugar en forma automtica o fatal. Se pueden dilatar, entorpecer o fallar en distintos grados y tiempos. Por ejemplo, la toma de conciencia de los grupos progresivos puede ser muy incompleta y muy lenta. O que el bloque progresista sea derrotado por el conservador en tal o cual enfrentamiento decisivo. Es decir, la crisis estructural pudiera no resolverse porque la dimensin subjetiva del proceso no opera en los trminos necesarios. Si as son las cosas, se abre un perodo que se denomina pantano histrico: las presiones objetivas por el cambio no alcanzan el correlato subjetivo adecuado. A la larga-larga, el cambio termina por imponerse, pero en el intern puede transcurrir un muy largo perodo de tiempo.20

    20 Por ejemplo, en la Alemania de Lutero, parecan estar dadas las condiciones para avanzar desde el feudalismo al capitalismo.

    No obstante, las fuerzas progresivas fueron derrotadas (el mismo Lutero, con sus vacilaciones y odios a las huestes de Thomas

    Munzer, contribuy a dividir el bloque popular y, por ende, a la derrota ) y el capitalismo alemn recin resurgi con fuerza dos

    siglos ms tarde, a partir de Bismarck.

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    CAPITULO II: EL CONCEPTO DE FUERZAS PRODUCTIVAS. I.- Introduccin.

    Pensamos que los conceptos desarrollados en el captulo anterior pueden ser tiles a la comprensin de la categora que buscamos analizar a lo largo de estas notas. Toda categora pretende ser un reflejo de la realidad. Como regla, no de toda la realidad, sino que slo de alguna de sus partes. Por consiguiente, hay dos consideraciones que, no por elementales, deben dejarse pasar sin mayores advertencias: a) no confundir la realidad material, con su reflejo terico-ideal; b) tratar de identificar aquella parte de la realidad material a la cual nos referimos, con el empleo de una determinada categora.

    Pues bien, como la parte no se entiende sino a la luz del todo, resulta evidente que la localizacin de la parte slo puede hacerse por medio de una referencia explcita a la totalidad dentro de la cual est inserta. Todo esto, es lo que henos intentado efectuar en el anterior

    captulo. Con ello, hemos avanzado a detectar el espacio real y terico ocupado por la categora sistema de fuerzas productivas. Por supuesto, la delimitacin de los contornos slo

    puede y debe entenderse como un primer y muy preliminar paso, en el estudio de un fenme-

    no dado. Una vez cumplido, necesariamente debe avanzarse hacia el anlisis del contenido que recubre el espacio as delimitado. sta es la tarea que iniciamos ya, en este captulo.

    En primer lugar, nos concentraremos en el anlisis del concepto o idea general involucrado en el apelativo sistema de fuerzas productivas. Es lo que hacemos en el presente captulo.

    En segundo lugar captulo siguiente, procederemos identificar los diversos elementos que integran la categora. Esto, en funcin de las dos variantes posibles que distinguiremos en el uso de la categora.

    El anlisis de los elementos componentes de la categora nos llevar a concentrarnos, de modo especial, en las categoras patrimonio productivo, trabajo productivo y producto. Esto nos permitir ensayar un esquema analtico-contable de ordenacin de datos econmicos, que nos parece de particular relevancia. Los captulos V y VI se destinan a abordar tales problemas.

    En base a los desarrollos obtenidos, avanzamos luego a lo que podemos denominar caracterizacin del sistema de fuerzas productivas. Lo hacemos, en trminos del nivel, la dinmica y el carcter (o calidad) con que opera tal sistema. Los captulos VII, VIII, IX, X y XI se destinan a tales propsitos. Finalmente se agrega un ltimo captulo, en donde se plantean algunas leyes generales que describiran el comportamiento de las fuerzas productivas. II.- La idea de sistema.-

    Al referirnos al tema que nos preocupa, hemos hablado de sistema de fuerzas

    productivas. El apelativo sistema lo recalcamos y, dada su importancia, es til que le dediquemos dos o tres lneas.

    Las fuerzas productivas estn integradas por mltiples elementos y relaciones. Ahora bien, no se trata de una simple suma de elementos y de relaciones. stos deben estar organi-

    zados es decir, estructurados de un modo determinado. Cuando hablamos de sistema de fuerzas productivas, queremos hacer referencia explcita al citado ordenamiento de elementos y de relaciones. Para ver esto a travs de un ejemplo, podemos sostener que un nivel dado de desarrollo de las fuerzas productivas (el cual es medido por medio del ndice de la productividad del trabajo) no se puede combinar con cualquier tipo de medios de produccin. Verbigracia, el arado de palo ser incompatible con un nivel muy alto de productividad. Del mismo modo, un sistema de mquinas automatizadas no puede conjugarse con bajos niveles de productividad y/o con productores directos que sean analfabetos.

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    Tenemos, en consecuencia, que cuando hablamos de sistema nos referimos a: i) un conjunto complejo de elementos y relaciones; ii) elementos y relaciones que interactan entre s, de tal modo que su comportamiento slo puede ser comprendido a la luz de tal interaccin. (O sea, la suma de las partes no es igual al todo); iii) tal conjunto complejo de elementos y rela-ciones que interactan, estn sometidos a un principio unificador o de homogeneizacin. Vale decir, el conjunto no puede ser constitudo por cualquier tipo de elementos y de relaciones. Estos deben guardar ciertas relaciones mnimas, de correspondencia entre s.

    La idea de sistema es inherente a la lgica dialctica. Contemporneamente, con el desarrollo de la ciencia y de la tecnologa moderna, la misma idea ha resurgido con especial fuerza a travs de la denominada teora general de sistemas. El principal exponente de sta, Ludwig von Bertalanffy, ha escrito que un sistema puede ser definido como un complejo de ele-mentos interactuantes. Interaccin significa que elementos, p, estn en relaciones, R, de suerte que el comportamiento de un elemento p, en R, es diferente de su comportamiento en otra relacin R. Si los comportamientos en R y R no difieren, no hay interaccin y los elementos se comportan independientemente, con respecto a las relaciones R y R.21 En el mismo sentido, Bertalanffy distingue las caractersticas sumativas y las constitutivas. Las primeras, son aquellas que son las mismas, dentro y fuera del complejo; se obtienen, pues, por suma de caractersticas y comportamiento de elementos, tal como son conocidos aislados. Las caractersticas constitutivas son las que dependen de las relaciones especficas que se dan dentro del complejo; para entender tales caractersticas tenemos, por tanto, que conocer no slo las partes sino tambin las relaciones.22 De igual modo, el citado autor distingue sistemas que poseen un elemento que juega el rol de parte conductora, o sea, sistemas que estn centrados. Esto se corresponde a lo que hemos denominado: principio unificador de un sistema.

    Finalmente, debemos agregar una ltima idea. El sistema de fuerzas productivas es una totalidad, que a la vez es parte. La totalidad inmediatamente superior, a la cual est integrado, es el modo de produccin. Este es un sistema, al interior del cual podemos decir que

    se integran como partes dos sub-sistemas. Por un lado, el sistema de fuerzas productivas; por el otro, el sistema de relaciones sociales de produccin. Para seguir con Bertalaffy, recordemos que ste escribe que los sistemas estn frecuentemente estructurados de modo que sus miembros son, a su vez, sistemas del nivel inmediato inferior23.

    Lo anotado el carcter relativo de cada totalidad sistemtica nos permite pasar al apartado siguiente. III.- La abstraccin supuesta .

    Hay dos grandes supuestos o abstracciones que efectuamos a lo largo de estas notas y sobre los cuales conviene detenerse.

    Al finalizar el apartado anterior, hemos anotado que el sistema de fuerzas productivas

    es una totalidad relativa. Es decir, constituye slo una parte de una totalidad mayor o ms compleja. Si tomamos en serio lo que hemos dicho, respecto a las caractersticas intrnsecas a cualquier todo sistemtico, la conclusin debe ser obvia: la comprensin cabal del sistema de fuerzas productivas se puede lograr solamente a la luz de su interaccin con los otros

    componentes de la formacin econmico-social. Al interior de sta de modo simplificado podemos distinguir, junto al sistema de fuerzas productivas: el sistema de relaciones de produccin (o sistema de relaciones econmicas); el sistema de relaciones sociales super-estructurales; y el sistema de formas de la conciencia social. Respecto a la formacin econmica social, podramos hablar de elementos o sub-sistemas. Y como entre ellos existe interaccin, sus caractersticas sern constitutivas. O sea, lo que sea el sistema de fuerzas productivas debemos saberlo analizando no solamente la estructuracin de sus componentes internos, sino que tambin el tipo de nexos que se establece entre el sistema de fuerzas productivas y los otros componentes de la formacin econmico social.

    A lo largo de estas notas, no nos preocuparemos casi para nada del mencionado tipo de nexos. Es decir, haremos abstraccin del resto de la formacin econmico-social. El supuesto es

    21 L. von Bertalanffy, Teora General de los Sistemas, pg. 56, F.C.E. Madrid, 1976. 22 Ibid, pg. 55. 23 Ibid, pg. 76.

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    lcito si se lo toma en calidad de provisorio o temporal. Es decir, para fines como los que aqu perseguimos, en una primera etapa, resulta cmodo e incluso imprescindible. La condicin para que sea til y no malconducente es, justamente, que no se olvide el carcter del supuesto, el peligro que involucra y su necesaria provisionalidad.

    Una segunda gran abstraccin o supuesto bsico a explicitar se refiere a lo siguiente. Un sistema de fuerzas productivas, siempre responde a caractersticas concretas y especficas. Ello, en funcin del carcter del modo de produccin (y, de modo ms amplio, del carcter de la formacin econmico-social) al cual est integrado, en calidad de parte. Por ejemplo, el sistema de fuerzas productivas propio del capitalismo poseer rasgos especficos que lo diferenciarn, notablemente, del sistema de fuerzas productivas que caracterizar al feudalismo. Y as suce-sivamente. En la realidad concreta, por definicin, siempre nos encontraremos con sistemas especificados; es decir, dotados de particularidades y de rasgos propios. Sin embargo, lo que en

    este trabajo nos preocupa no son los rasgos particulares, sino aquellos comunes a cualquier sistema de fuerzas productivas. Es decir, nos situamos al ms alto nivel de abstraccin posible.

    No hablaremos del sistema de fuerzas productivas con que hoy opera vg. el capitalismo brasileo, o bien, el capitalismo en general. Tampoco nos referiremos al sistema de fuerzas productivas con que pudo haber operado el feudalismo ruso del siglo XVIII , o bien, el

    feudalismo en general. Se trata, ms bien, de hablar del sistema de fuerzas productivas en

    general y no de ste o de otro sistema en particular. La restriccin anotada es importante y no debe ser olvidada. Las preguntas de la

    ciencia social, como regla, son preguntas que se refieren a realidades concretas. Por consiguiente, exigen respuestas igualmente concretas. Para ello, el conocimiento de lo general es imprescindible; pero, al mismo tiempo, es absolutamente insuficiente. Lo concreto, siempre es una unidad de lo general y de lo particular. En este trabajo, nos concentramos en los aspectos ms generales del fenmeno fuerzas productivas. Por ende, si los desarrollos a efectuar son correctos cabe esperar que, en toda respuesta concreta, los elementos y consideraciones a exponer estn presentes. Sin embargo, una respuesta concreta que se redujera a contestar por los elementos generales, no sera una respuesta concreta. A lo general, siempre deber unirse el anlisis de lo particular. Por ejemplo, si la pregunta es por Pedro, una respuesta del tipo Pedro es un hombre, sera del todo insuficiente. Pedro, junto con ser hombre, lo es de un modo particular. Y es esto lo que debemos averiguar: el ser de cierto modo.

    La ciencia siempre debe avanzar desde lo abstracto a lo concreto. Si se queda en el

    primer peldao lo abstracto, quedar trunca. Pero, para avanzar al segundo, naturalmente debe reconocer previamente el primero. Es lo que pretendemos efectuar aqu: reconocer el primer peldao. Al mismo tiempo, recordar que se trata slo de un primer y parcial primer paso. IV.- Dos usos posibles de la categora fuerzas productivas.

    En relacin a las ciencias naturales, las ciencias sociales presentan una imagen de cierto subdesarrollo. Las razones son mltiples y, entre otras, se pueden aducir la mayor complejidad de los fenmenos sociales, la interferencia que provoca la lucha de clases en la investigacin de tales fenmenos, la misma juventud de la ciencia social, el carcter mercantil (no-regulado) de las sociedades predominantes en las ltimas dos centurias, etc.

    Lo anotado se traduce en una notoria heterogeneidad terminolgica. Es decir, el mismo fenmeno se denota con vocablos diferentes; o bien, el mismo vocablo se utiliza para designar realidades diferentes. Esta situacin, que no siempre traduce discusiones tericas sustantivas, como es obvio, entorpece considerablemente cualquier esfuerzo de avance terico.

    La categora sistema de fuerzas productivas no escapa a la situacin descrita. Si quisiramos describir las diferentes acepciones en que se usa el vocablo, probablemente

    emprenderamos una misin imposible. Por ello, para acortar el camino y tambin partiendo de

    la base que, como regla, la discusin sobre palabras es una necedad, elegiremos la opcin ms cmoda: presentar nuestra propia versin. Aclaremos: no se trata de novedades tericas. Se trata de evitar la discusin filolgica y de explicitar los rtulos lingusticos con que nos manejaremos en el presente trabajo.

    Revisando la literatura sobre el tema, en trazos muy generales es posible distinguir dos lneas gruesas de acepcin de la categora. Para evitar lo que pensamos es una discusin bizantinal y ociosa, utilizaremos las dos; es decir, la exclusin de una u otra la decidiremos en

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    funcin de los problemas concretos a analizar. De este modo, distinguiremos: a) fuerzas

    productivas como sinnimo de patrimonio productivo (versin restringida de la categora); y b)

    fuerzas productivas como sinnimo de proceso de trabajo (versin amplia de la categora). A continuacin, pasamos a analizar las dos formas de utilizacin de la categora que

    hemos distinguido. V.- La categora, como patrimonio productivo. Hemos anotado que la categora fuerzas productivas es susceptible de utilizarse en un doble sentido. En primer lugar, distinguiremos lo que podemos calificar de acepcin restringida de la categora.

    Cuando nos referimos a las fuerzas productivas utilizando tal acepcin restringida, su significado es prcticamente literal. Se refiere a las capacidades de produccin de que dispone una sociedad dada.

    Si la pregunta inicial es: qu tiene la sociedad para poder llevar adelante el proceso de produccin?; o bien de qu dispone la sociedad para poder producir? , la respuesta ser dispone de esto y de lo otro. Este esto y lo otro sern las fuerzas productivas, entendidas en su sentido ms restringido. O sea, en este caso, podemos asimilar la categora al concepto de

    patrimonio productivo. Al hablar de patrimonio productivo, normalmente estamos pensando en un stock de

    capacidades productivas disponibles. Por lo mismo, cuando empleamos la categora fuerzas pro-ductivas como sinnimo de patrimonio productivo, podemos sostener que usamos no slo una acepcin restringida (o estrecha), sino que, tambin, empleamos la categora en un sentido ms bien esttico.

    Esta acepcin, restringida y ms bien esttica de la categora fuerzas productivas, nos

    remite como resulta evidente a una especie de contabilizacin de las capacidades productivas disponibles. Asimismo, focaliza la atencin del investigador en lo que podemos denominar premisas o condiciones iniciales del proceso productivo. En otras palabras, se centra en lo que usualmente se denomina patrimonio productivo de la sociedad.

    Observar el lector que, de ser ste el caso, lo que venimos denominando sistema de fuerzas productivas apuntara a un fenmeno ms bien restringido. Por eso nos parece que esta acepcin, aunque til para ciertos anlisis, es ms bien pobre y debe dar lugar a otra ms rica y completa, de la cual la anotada no es sino parte integrante. VI.- La categora, como proceso de trabajo.

    Cuando usamos la categora en su segunda acepcin o sea, como equivalente al

    proceso de trabajo la expresin sistema de fuerzas productivas resulta considerablemente ms apropiada de lo que es, en el caso anterior. Es decir, nos encontramos con un conjunto ms complejo, ms rico y multilateral.

    En esta segunda alternativa de interpretacin, apuntamos directamente a un proceso. ste se refiere al movimiento que une al hombre (o, para ser ms precisos y utilizar una termi-nologa menos sospechosa, a la sociedad) con la naturaleza. El contenido de este proceso

    segn ya hemos tenido ocasin de anotar reside en la apropiacin de la naturaleza por parte de la sociedad. Esta apropiacin implica un proceso de transformacin cuya finalidad es

    provocar cambios en la materia tales, que la hagan susceptible en su nueva forma de satisfacer las necesidades humanas. En palabras de Marx, se trata de la asimilacin de las materias naturales al servicio de las necesidades humanas.24

    Puede verse que, en este caso, usamos la categora dndole una significacin estrictamente similar a lo que Marx designa como proceso de trabajo, en sentido amplio.25Si bien se piensa, cuando utilizamos la categora sistema de fuerzas productivas en su segunda acepcin, apuntamos a una relacin (o proceso) que tiene lugar entre dos elementos constitutivos de la naturaleza. Segn escribe Marx, en este proceso, el hombre se enfrenta

    24 C. Marx, El Capital, Tomo I, pg. 136 25 Sobre este punto, consultar a Marx: El Capital, Tomo I, captulo V.

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    como un poder natural con la materia de la naturaleza.26 Pues bien, si ahora como es lcito quisiramos distinguir la naturaleza-hombre del resto de la naturaleza (o naturaleza-cosa), tendramos el siguiente esquema relacional:

    SOCIEDAD NATURALEZA ( hombre ) ( cosa )

    Esta relacin no es algo esttico. Est sujeta a cierta dinmica; o sea, a un tipo

    particular de movimiento. Hay, por consiguiente, que interpretarla en cuanto proceso dinmico.

    Si esto es verdad, debemos deducir que estamos en presencia de cierta contradiccin (sin la cual, no existira el citado movimiento). Toda contradiccin, segn sabemos, es una unidad de opuestos. En este caso, los opuestos constitutivos son los citados mas arriba. De modo anlogo, podemos agregar que el desarrollo de la contradiccin viene descrito por los cambios que experimenta la relacin sociedad-naturaleza. Este desarrollo presenta una direccin bastante definida: la sociedad, desde una situacin de bastante orfandad o debilidad, va avanzando

    progresivamente hacia una situacin de dominio y control cada vez mayor sobre la naturale-za. ste es el sentido de la expresin desarrollo histrico creciente de las fuerzas productivas.

    Finalmente, debemos agregar una ltima acotacin. Si con la expresin sistema de fuerzas productivas nos estamos refiriendo a la relacin que se establece entre la sociedad y la naturaleza, por medio del proceso de trabajo, resulta evidente que no estamos en presencia

    directa de relaciones sociales. Sin embargo, debemos constatar: a) las relaciones con las cosas, en lo fundamental, se definen a partir de las relaciones sociales; b) el sistema de relaciones sociales se ve infludo, en muy alto grado, por el sistema imperante de fuerzas productivas.

    26 C. Marx, El Capital, Tomo I, pg. 131.

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    CAPITULO III : CONTENIDO O COMPONENTES DE LA CATEGORA FUERZAS PRODUCTIVAS. I.- Introduccin.

    En el captulo anterior, hemos distinguido dos usos posibles de la categora fuerzas productivas. Por un lado, una acepcin estrecha o restringida, que tambin hemos calificado de esttica; en este caso, visualizamos la categora como sinnimo del patrimonio productivo disponible por la sociedad. Por otro lado, hemos asimilado la categora al concepto de proceso de trabajo, versin que podemos calificar como amplia y dinmica; en este caso, con la categora apuntamos al proceso de transformacin de la naturaleza, por parte de la sociedad.

    Ahora nos corresponde analizar los diferentes elementos que integran el fenmeno de las fuerzas productivas. O sea, se trata de desglosar, descomponer la categora en sus diversas partes. Naturalmente, el anlisis debe ser referido a cada una de las acepciones que hemos distinguido. II.- Componentes del patrimonio productivo.

    Cuando la categora fuerzas productivas se utiliza en el sentido de patrimonio productivo, se acostumbra distinguir en ella dos grandes componentes: a) el conjunto de

    productores directos, o componente personal y subjetivo de las fuerzas productivas; y b) el

    conjunto de los medios de produccin, o componente material y objetivo de las fuerzas productivas.

    Veamos primero el caso de los productores directos. Entendemos por productores directos, al conjunto de los trabajadores que se

    desempean en actividades de la produccin. Sin su presencia, la produccin es impensable. Por lo mismo, este componente del patrimonio productivo puede catalogarse como el nervio mismo del proceso de trabajo.

    La fuente de aprovisionamiento del componente productores directos, reside en la poblacin total. A sta, debemos restarle la poblacin no activa (por muy joven, por muy vieja, o simplemente por ociosa) y, de esta manera, llegar a lo que se conoce como poblacin activa. Luego debemos restarle, a la poblacin activa, el conjunto de personas que desempean actividades que estn al margen de la produccin. O sea, restar los trabajadores de la esfera improductiva. El residuo nos proporciona el total de trabajadores que se desempean en actividades productivas (o trabajadores productivos). Este total equivale al total de productores directos. Esta ltima cifra la podemos multiplicar por la jornada de trabajo, con lo cual arribamos a una expresin numrica que nos indicar la masa total de trabajo social productivo

    disponible por la sociedad. Se trata agreguemos de un total de horas de trabajo a gastar. O

    sea, trabajo an no cristalizado en productos. De aqu en adelante salvo advertencia

    contraria, emplearemos la expresin trabajo vivo productivo o, simplemente, trabajo vivo, para referirnos a esta masa de trabajo disponible para fines de produccin.

    Lo anterior puede formalizarse del modo que sigue: (l) ( Tvd) = ( N ). ( Na / N ) . ( Nap / Na ) . ( JT ) en que: Tvd = masa (en horas) de trabajo vivo productivo disponible. N = poblacin total. Na = poblacin activa u ocupada. Nap = poblacin activa productiva.

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    JT = jornada de trabajo.

    Los valores de todas las variables deben ser especificadas para un perodo de tiempo dado. Por ejemplo, el perodo que cubre un ciclo productivo o un conjunto de ellos. Lo usual es tomar un perodo calendario (un ao, un quinquenio, un semestre, etc.).

    En la expresin (l), nos hemos manejado en trminos de coeficientes. Al cuociente entre la poblacin activa y la poblacin total, lo denominamos coeficiente de activos. Y al cuociente entre trabajadores productivos y poblacin activa, lo denominamos coeficiente de productivos.

    En las estadsticas oficiales se suele utilizar una desagregacin mayor. Luego de la Poblacin Total, se maneja la categora Poblacin en edad de trabajar (= Net), integrada por la poblacin cuya edad se sita entre los 15 y los 65 aos. Luego, la Poblacin Econmicamente Activa (=Nea), que es la parte de la Net que est trabajando o buscando trabajo. A la Nea se le restan los desocupados y se arriba a la poblacin ocupada (=Na). A esta se le restan los coupados en funciones improductivas y se llega a la Poblacin Ocupada Productiva (=Nap). Esta se multiplica por la jornada de trabajo (=JT) y llegamos al total de trabajo vivo productivo disponible27. La informacin pertinente para Mxico y EEUU se muestra en el cuadro que sigue.

    Cuadro I : Trabajo Vivo Productivo disponible,Mxico y EEUU, 1995.

    Indicadores (miles de personas) Mxico Estados Unidos

    1. Poblacin Total 91164 262688

    2. Poblacin en edad de trabajar 57573 198351

    3. Poblacin econmicamente activa 34325 132300

    4. Poblacin ocupada 32673 124676

    5. Poblacin ocupada productiva 14788 52796

    6. Jornada de trabajo anual (Horas) 1950 1650

    7. pet = 2 / 1 0.632 0.755

    8. Tasa de participacin= 3 / 2 0.596 0.667

    9. Tasa de ocupacin = 4 / 3 0.952 0.942

    10. Coeficiente de productivos = 5 / 4 0.453 0.423

    11. Trabajo Vivo Disponible = ( 5 ) . ( 6 ) 28836600 (*) 87113400 (*)

    (*) Miles de horas. Fuentes: Filas 1 a la 4, ACLAN, Los mercados de trabajo en Amrica del Norte, un anlisis comparativo, Dallas, 1997. Filas 5 y 6, estimaciones del autor. Conviene resaltar algunos aspectos de la informacin presentada. Primero, podemos ver que el coeficiente (pet) es bastante menor en Mxico. Ello, por el notorio mayor porcentaje de jvenes que hay en Mxico. O sea, la poblacin estadounidense es ms vieja que la mexicana. Segundo, tenemos una tasa de participacin bastante ms baja en Mxico. La clave reside en el hecho de que buena parte de la poblacin femenina mexicana no se integra al mercado de trabajo formal y permanece encerrada en sus casas, en tareas del hogar. La tasa de ocupacin parece levemente ms alta en Mxico pero debe advertirse que las cifras oficiales sobre ocupacin son muy poco confiables en Mxico. Es decir, con toda seguridad la desocupacin efectiva es mucho mayor que la indicada por el gobierno. En cuanto al coeficiente de productivos es relativamente similar pero la estimacin debe tomarse con muchas precauciones. En cuanto a la jornada de trabajo, se puede ver que es notoriamente ms elevada en Mxico. Como resultado tenemos que el Tvd mexicano equivale a un 33 % del Tvd estadounidense. El porciento es parecido a la relacin entre las poblaciones: la mexicana equivale a un 35 % de la de EEUU. O sea, la discrepancia entre los diversos coeficientes termina por compensarse.

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    O sea, tendramos la siguiente relacin: Tvd = N ( Net / N ) ( Nea / Net ) ( Na / Nea ) ( Nap / Na ) ( JTa) = Nap . JTa

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    Los productores directos (o alternativamente, la masa de trabajo vivo productivo) pueden ser clasificados en funcin de diversos criterios. Estos, dependern del tipo de problema y de la informacin que reclame su solucin. Por ejemplo, existen clasificaciones muy utilizadas, del tipo: a) estructura de edades de la poblacin trabajadora productiva; b) nivel y tipo de ca-lificacin del trabajo productivo; c) localizacin sectorial (por ramas de la produccin) de la poblacin productiva; d) etc; etc.

    En el caso a), podramos tener un cuadro del siguiente tipo:

    Nap = Nap,1 + Nap,2 + Nap,3

    En donde el sub-ndice l podra indicar al conjunto de trabajadores jvenes (vg., entre 15 y 29 aos), el sub-ndice 2 a los maduros (vg., entre 30 y 45 aos) y el sub-ndice 3 a trabajadores viejos. Lo mismo podra expresarse en trminos porcentuales y permitira cotejar la variacin, en el tiempo, del peso de los diferentes grupos.

    En el caso c), podramos escribir:

    Tv = Tv,1 + Tv,2 + ........ + Tv,n

    En que el sub-ndice 1 podra vg. representar la agricultura, el sub-ndice 2 la minera, el 3 la industria de transformacin y as sucesivamente. O sea, nos encontraramos con un cuadro de la distribucin, por ramas econmicas, del trabajo vivo productivo. En este caso, la evolucin del cuociente Tvi / Tv nos indicara el cambio que, lo largo del tiempo, ira experimentando la estructura ocupacional de la poblacin productiva. Como se sabe, el proceso de desarrollo econmico va aparejado a desplazamientos de la ocupacin por ramas. En lneas generales, va disminuyendo el peso del trabajo vivo productivo asignado al sector primario (agricultura y minera) y aumentando el peso del asignado a los sectores secundarios (industria de transformacin, construccin) y terciarios (servicios bsicos, como transporte, comunicaciones, agua, luz; y servicios personales). O sea, el cuadro de la distribucin, por ramas de actividad econmica del trabajo vivo productivo, puede servirnos como indicador del grado de desarrollo econmico que ha alcanzado el pas o la sociedad en cuestin.

    Las clasificaciones repitamos pueden ser mltiples. Y se deben efectuar en funcin del tipo de informacin que reclame el problema a resolver.

    Veamos ahora un ltimo punto, referido a los productores directos. La masa de trabajo vivo, a travs de la cual llegamos a cuantificar el componente personal o subjetivo de las fuerzas productivas, la medimos tomando como unidad de cuenta la hora-trabajo. Ahora bien, para que

    tal unidad de cuenta sea eficaz, debe representar una hora de trabajo homognea. En lo fun-damental, la homogeneidad de la hora de trabajo vivo supone dos condiciones: i) calificacin semejante; ii) intensidad de trabajo semejante.

    En cuanto a la calificacin, lo normal es que vare ampliamente de un grupo a otro de

    trabajadores productivos. Por ello, debe comenzarse por definir el concepto de trabajo simple. ste ser el trabajo desempeado a partir de una calificacin promedio. Y en cuanto a la hora de trabajo a utilizar, como unidad de cuenta, debe ser la hora de trabajo ejecutada sobre la base de tal calificacin bsica o de nivel promedio. Qu pasa, entonces, con el trabajo de mayor calificacin? Conceptualmente, la respuesta es sencilla: la hora de trabajo altamente calificada (por lo menos, de calificacin superior a la promedia) contar como un mltiplo de la hora de trabajo simple. O sea, equivaldr a (1 + x) veces la hora de trabajo simple. Ahora bien, en cuanto a cmo calcular el coeficiente de conversin x, estamos frente a un problema tcnico-estadstico del cual no nos ocuparemos aqu. En todo caso, un procedimiento rpido puede consistir en comparar los aos de educacin formal de tal o cual grupo de trabajadores con el promedio nacional de aos de educacin formal .

    En lo que se refiere a la intensidad, el razonamiento es relativamente anlogo. Tambin nos encontramos aqu con que la intensidad con que opera la hora-trabajo, a nivel de los distintos grupos de trabajadores, puede variar; incluso, ampliamente. Esto obliga a considerar la hora-trabajo que utilizamos, como unidad de cuenta para medir la masa de trabajo vivo

    productivo disponible, como una hora de trabajo que funciona con la intensidad media vigente, a nivel de la economa en su conjunto. Por consiguiente, y segn cul sea el caso, deberemos

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    proceder a efectuar determinadas correcciones en funcin de la mayor o menor intensidad del trabajo con que operen los diversos grupos de trabajadores productivos.

    En resumen, para que la unidad de cuenta sea homognea, la hora-trabajo la contabilizamos en trminos de la calificacin simple y de su intensidad media.

    Pasemos ahora al anlisis del segundo componente de las fuerzas productivas: los

    medios de produccin. Entendemos, por medios de produccin, al conjunto de los recursos materiales que se

    utilizan durante el proceso de produccin. Inicialmente, se pueden descomponer en dos grandes

    rubros: a) los objetos de trabajo; b) los medios de trabajo. El objeto de trabajo, es aquello sobre lo cual se aplica el trabajo humano para efectos

    de transformar el objeto. La fuente y depositaria original de los objetos de trabajo es claro

    est la naturaleza. En lneas generales, se pueden distinguir: objetos de trabajo filtrados por el trabajo

    humano (o sea, sujetos a un proceso de transformacin previo) y objetos no filtrados. Mientras mayor sea el desarrollo econmico societal, ms y ms aplastante ser el peso de los objetos de trabajo filtrados. Slo en el caso de sociedades muy primitivas, los objetos de trabajo no-filtrado podrn llegar a tener una cierta relevancia. Convencionalmente, tambin se podran clasificar los objetos de trabajo en materias primas y bienes intermedios, reservando el calificativo de materia prima para objetos de trabajo que presenten un bajo grado de transformacin (es decir, aquellos que han sido sometidos en un grado menor al trabajo humano) y, el calificativo de bienes intermedios, para aquellos objetos de trabajo que han experimentado un mayor grado de transformacin (o sea, se les ha aplicado una dosis mayor de trabajo humano productivo).

    En cuanto al medio de trabajo, es aquel objeto o conjunto de objetos que el obrero

    interpone entre l y el objeto que trabaja y que le sirve para encauzar su actividad sobre este objeto.28 En muchos casos, como sinnimo de la expresin medio de trabajo, se utiliza la expresin instrumentos de trabajo. Tambin, aunque con menor frecuencia, se habla aqu de fondos productivos bsicos.

    Los medios o instrumentos de trabajo se pueden dividir en: i) medios de trabajo activos; ii) medios le trabajo pasivos. Los activos, estn constituidos por aquellos instrumentos que actan de modo directo en el proceso de transformacin de los objetos de trabajo. Marx habla de instrumentos mecnicos, cuyo conjunto forma lo que podramos llamar el sistema seo y muscular de la produccin.29 En cuanto a los medios de trabajo pasivos, son los que configuran las condiciones ms bien externas del proceso productivo, tales como canastos, barriles, bodegas, galpones, edificios, etc.

    En su conjunto, los medios de produccin (salvo excepciones cada vez ms insignificantes) pueden considerarse como representativos de trabajos efectuados en perodos anteriores. Estos trabajos pasados han cristalizado en ciertos bienes, que se han conservado (o sea, se han mantenido como tales hasta el presente) hasta hoy bajo la forma de medios de produccin. Si lo anotado es correcto, implica que los medios de produccin pueden ser re-ducidos a cierta cantidad de trabajo. Naturalmente que la cantidad depender de la masa de medios de produccin existentes y de la cantidad de trabajo que se haya incorporado en cada uno de ellos Este paso es muy importante, pues nos permite reducir a una sola unidad de cuenta y, por ende cuantificar, al conjunto del patrimonio productivo.

    La diferencia residira en que, en el caso de los medios de produccin, estaramos en presencia de horas de trabajo ya cristalizadas en precisamente esos bienes. Y, en el caso de los productores directos, tendramos horas de trabajo por gastar, an no cristalizadas en tales o cuales productos. 30 Para remarcar esta diferencia, en el caso del trabajo incorporado en los

    medios de produccin disponibles hablaremos de trabajo pasado. O sea, se trata de trabajo

    efectuado en perodos anteriores, que se ha conservado hasta el presente bajo la forma cristalizada de medios de produccin. En muchos casos, a este trabajo tambin se le denomina trabajo muerto, trabajo congelado o trabajo pretrito. Conviene, en todo caso, evitar una posible confusin: si hablamos de trabajo pasado por haber sido ya gastado, ello no significa que esos medios de produccin ya no aporten al proceso productivo. Eso, sera perfectamente

    28 C. Marx, El Capital, Tomo I, pg. 131 29 Ibid, pg. 132 30

    En realidad, en los productores directos tambin hay un trabajo materializado. Las personas se producen

    consumiendo y, en este sentido, el trabajo materializado en los correspondientes bienes de consumo, ser equivalente

    al costo de produccin de esa fuerza de trabajo.

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    absurdo. S aportan y, en este sentido, ese trabajo pasado contribuye a los resultados de la produccin actual. O sea, se gasta y por ello, forma parte del costo global de la produccin generada. Para mejor remarcar el elemento de conservacin, podemos hablar de acervo de

    medios de produccin o de medios de produccin avanzados. Por lo mismo, de trabajo pasado

    avanzado. Luego, en tanto esos medios de produccin son usados y por ende gastados,

    hablamos de consumo de medios de produccin o su equivalente: el trabajo pasado gastado. Para los medios de produccin, de modo general podramos escribir:

    (2) Tpa (MP) = Tpa (OT) + Tpa (MT )

    O sea, el trabajo pasado avanzado total (= Tpa) , encarnado en el total de los medios de produccin, se descompondra en el encarnado en los objetos de trabajo y, en el cristalizado en los medios de trabajo.

    En un pas como Mxico, el trabajo pasado avanzado, en trminos muy grueso