uno (re-editado) - (mayo de 2008)

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Gonza Reeditado Febrero de 2011 [email protected] Share ;) Pseudo-prólogo ó prólogo egocéntrico (agrandado) o chamuyo preliminar Esto es una recopilación de buena parte de todo lo que he escrito. Fue ensamblado aquí desde pedazos de papel de servilleta o papel de cuaderno, de procedencia desconocida, de hojas sueltas, de cuadernitos viejos. Esto es un logro. Mi manera caótica de crear (?) no admite pautas, estructuras ni esquemas. A diferencia de muchos que son conscientes del significado de sus obras (que incluso podrían llegar a enunciar), yo no tengo ni la menor idea de la motivación o del sentido de muchas de las cosas que escribo. Creo que no considero las formas que en el papel contienen lo que siento. En esto que vas a leer no no hay ni un solo poema, ni un solo cuento, ni una sola monografía, ni una sola teoría. No me considero un artista. Quede eso bien claro. El artista es movido por un fin artístico. Yo sólo busco la manera de ordenar mis ideas, mis sentimientos o lo que sea, en forma de texto, en forma de signos, digamos, justamente, de alguna forma. Quizá encuentres en lo que sigue algo interesante, pero nada fue compuesto para ser ni un poema ni nada estructurado. Son sólo pensamientos, reflexiones, angustias, melancolías, alegrías, maravillas (sobre todo melancolía), en forma escrita. Son sensaciones que cualquier humano conoce y experimenta: yo sólo me tomé el atrevimiento de escribirlas. Nada sigue un orden lógico. No esperes un índice, ni una secuencia de sentidos. (En realidad, no puedo asegurar lo último). No hay conexión explícita intencional entre los diferentes textos, aunque siempre fantaseo con la idea de que la suma de nuestras creaciones constituye un pequeño universo con sentido propio . ¿No es eso fantástico? En fin, no esperes nada al leer esto. Nos ahorramos desilusiones, y ganamos sorpresas. Tal vez, si sos atento, podrás percibir un poco de ese olorcillo que impregna toda mi existencia y es el filosofar...pensar y pensar, una y otra vez sobre ideas recurrentes. Las que siguen son cosas que no se pueden expresar personalmente. Cosas menos importantes que cualquier charla que podamos tener. Son experiencias en soledad, entes de mi mundillo, lapsus de mi personalidad que estimo podrías conocer. Si tenés este cuadernillo en tus manos, es porque de alguna u otra manera, te aprecio y sos importante. Y así, me pongo frente a vos tal como soy en esa parte imposible de confesar en el cara a cara, en la realidad supuesta que compartimos cuando estamos ahí, juntos. Gonza Mayo de 2008

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Book of Poetry by Gonzalo Cipriotti Poesia. (Reeditado – Febrero de 2011)

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Page 1: Uno (Re-editado) - (Mayo de 2008)

Gonza Reeditado – Febrero de 2011

[email protected] Share ;)

Pseudo-prólogo ó prólogo egocéntrico (agrandado) o chamuyo preliminar

Esto es una recopilación de buena parte de todo lo que he escrito. Fue ensamblado aquí desde pedazos de papel de servilleta o papel de cuaderno, de procedencia desconocida, de hojas sueltas, de cuadernitos viejos. Esto es un logro. Mi manera caótica de crear (?) no admite pautas, estructuras ni esquemas. A diferencia de muchos que son conscientes del significado de sus obras (que incluso podrían llegar a enunciar), yo no tengo ni la menor idea de la motivación o del sentido de muchas de las cosas que escribo. Creo que no considero las formas que en el papel contienen lo que siento. En esto que vas a leer no no hay ni un solo poema, ni un solo cuento, ni una sola monografía, ni una sola teoría. No me considero un artista. Quede eso bien claro. El artista es movido por un fin artístico. Yo sólo busco la manera de ordenar mis ideas, mis sentimientos o lo que sea, en forma de texto, en forma de signos, digamos, justamente, de alguna forma. Quizá encuentres en lo que sigue algo interesante, pero nada fue compuesto para ser ni un poema ni nada estructurado. Son sólo pensamientos, reflexiones, angustias, melancolías, alegrías, maravillas (sobre todo melancolía), en forma escrita. Son sensaciones que cualquier humano conoce y experimenta: yo sólo me tomé el atrevimiento de escribirlas. Nada sigue un orden lógico. No esperes un índice, ni una secuencia de sentidos. (En realidad, no puedo asegurar lo último). No hay conexión explícita intencional entre los diferentes textos, aunque siempre fantaseo con la idea de que la suma de nuestras creaciones constituye un pequeño universo con sentido propio . ¿No es eso fantástico? En fin, no esperes nada al leer esto. Nos ahorramos desilusiones, y ganamos sorpresas. Tal vez, si sos atento, podrás percibir un poco de ese olorcillo que impregna toda mi existencia y es el filosofar...pensar y pensar, una y otra vez sobre ideas recurrentes. Las que siguen son cosas que no se pueden expresar personalmente. Cosas menos importantes que cualquier charla que podamos tener. Son experiencias en soledad, entes de mi mundillo, lapsus de mi personalidad que estimo podrías conocer. Si tenés este cuadernillo en tus manos, es porque de alguna u otra manera, te aprecio y sos importante. Y así, me pongo frente a vos tal como soy en esa parte imposible de confesar en el cara a cara, en la realidad supuesta que compartimos cuando estamos ahí, juntos.

Gonza

Mayo de 2008

Page 2: Uno (Re-editado) - (Mayo de 2008)

Un haiku cada hoja que cae amarilla ignora que renacerá

frágil, ausente, la rama sin hojas, sin verde, se muere

melancólicas yacen sobre el suelo triste junto a mí

otoño sin fin como humedad fría nos condensamos

Φ

Cíclica

ausentes, los ojos no ven divisibles realidades oscuras

gamas perdidas, flores y helechos pequeños detalles hundidos

lejos o cerca, sin importancia ya no camino las distancias

nevadas, heladas, llovidas, resecas gamas perdidas violadas

melosos, risueños pensamientos que ya no son mis pensamientos

sutiles chispazos tranquilos (la playa desierta) deseos

quemados, usados, gastados fogosos sentidos con agua apagados

reino inusual de pasos perdidos aún no he pisado mi tierra natal ...fatal

anteriores piedras valientes inmunes sistemas las horas pasadas añoran...

sus ojos me miran vacios en el aire danzan perversos valientes

nunca engendrados futuros esperan inmóviles recordar

la paz (la llanura) el círculo cromático del ser ahogado

secuencias infinitas secuencias que son imposibles ...se acaban

sus ojos me miran desconcertadas belleza que sabe lo que yo ignoro

Page 3: Uno (Re-editado) - (Mayo de 2008)

la playa me contó secretos perdidos poemas divinos deshechos

un fierro en el alma ¿qué sangra el alma? ...el alma no sangra

sutiles chispazos tranquilos ...me duermo ...ya estaba dormido

y un sueño no es uno uno es el sueño la imagen

la hiedra verde el jardín perdido crece sin fin sin sentido

su cara se funde en colores ya estaba pintada hojarasca

inmensos muros de luna bóvedas pétreas ...falta escapar

y salen, salen y vuelven, vuelven y mueren vuelven a salir

brillo ojos claros devuelven toda la luz al mar

Φ

El diablo juguetea en las letras difíciles Éstas son las que conforman las palabras venganza, odio y miedo.

Arremete iracundo contra aquellos que las pronuncian, cuyos labios las palpan. Despierta en el hombre los sentimientos que aquellas palabras representan.

Y así, la cadena del mal eterna se perpetúa. Sólo los que ignoran la sandez de dichas palabras, son libres de cadenas.

El diablo es un invento injustificable.

Φ

Pink Cow no hay manera: no puedo dormir hace horas y horas y horas que pienso en ti y que te veo, lejana , como si me saludaras desde la isla y yo supiera que el barco llega eventualmente, pero no aún y espero quiero nadar, me desespero; es que no sé si puedo nadar creo que por eso espero; tal vez me prefieras seco y a salvo este viaje es tan largo, tan denso, tan tenso, tan prometedor ...pero tú, niña, me sonríes desde la orilla y acaricias el aire con tu mano ...sonríes y me saludas, lo sé pero sólo estás viendo el barco en que viajo hemos rogado (al destino?) una marea provechosa una brisa siquiera, un encuentro mágico de miradas unas palabras cómplices, una tormenta que me deje a tus pies y tú me recojas, tierna, y yo te acobije, atento

me sonríes y acaricias el aire a lo lejos el sol se refleja en tu graciosa sonrisa de marfil; el cielo está claro te veo desde tantas millas quiero tirar esta carta en una botella al mar, quizá un amable delfín te la acerque o quizá una astuta sirena la robe y seduzca mi atención aprendiendo tus rubores maldita sirena, malditas distancias, malditas esperas inevitables sé que estás en la costa; el viaje se hace tan largo tan largo que no dejo de pensar no dejo de pensarte

...espérame un poco más... ...llegaré enseguida...

Page 4: Uno (Re-editado) - (Mayo de 2008)

ausente gravitas inmóvil sobre un campo de estrellas suspendida en tu mundo silencioso

tus suaves manos de piedra tu frágil mirada de centenarios cristales de porcelana tu rostro

flotas no hay en ti un solo dejo de rubor como un astro milenario majestuosa, lejana, radiante

eres en ti misma como diamante, invulnerable como meteoro, de fugaz brillo como una nebulosa inmensa, así eres

Φ

oyendo la lluvia atraído por míticos amores lejanos mis huesos me recuerdan el frío ...y el cielo se cae

las aguas que hoy, resueltas, livianas, rocían mis tierras se impregnaron ayer de tu aire extraño de sirena

me quedo en la lluvia nadando en el aire de tu constante recuerdo un rayo me alerta... ..."despierta del sueño"

"no te engañes" me estremece con fuerte sonido aquel trueno "la lluvias en que danzas, tal vez, sean ese sueño que nunca alcanzas" el cielo potente

podrá incluso explotar, soltando mil piedras de hielo, lanzando centellas, derribando fortalezas quemando la entera naturaleza

"seguiré firme" le repliqué al trueno, acercándome al mar "no podrá detenerme tu fuerza sin par ...dulces aguas me esperan....una sirena al pasar"

me encuentro nadando en aguas oscuras no sé si estoy solo ... la costa me espera ¿está allí la sirena?

¡Oh, bella sirena!, oigo tus melodías (de noche y de día) mis gritos conmueven la faz de la tierra sé que te posas sobre una piedra yo oigo tu voz, ¿oyes la mía?

Φ

soy hiedra verde, fugitiva escalando el vacío de la incertidumbre

soy pena pesada, ausente rodando en tu cara a un pasado desecho

¿qué tenemos? una carga valiosa y oculta muda, ruidosa tirana

soy duda coqueta, oscura patético abismo de genio impreciso

Page 5: Uno (Re-editado) - (Mayo de 2008)

soy canto vivo, fugitivo escalando el vacío de la incertidumbre

soy día ilusión y noche aquietando el telón miserable del orbe

soy lluvia soy sólo tristeza soy una marea que bate incesante la tierra

Φ

la mayor incongruencia que demuestra la realidad es la de ser confundida con un sueño cuando todo encuentro ya quieto, me revuelvo como en un triste sueño no puedo aún comprender como estoy donde no quiero estar y cómo donde quisiera estar no existe idas y vueltas, círculos, ciclos ¿en algún momento acabará? hoy no supe distinguirlo no sé si fue un segundo o un abismo creí estar soñando no sé si fue la realidad evocando un sueño o un sueño evocando la realidad (de todos modos es lo mismo) lo más difícil: no encontrar el límite la extraña frontera cuyos vecinos estados difieren sólo entre estar acostado o parado ahhh...creo que busco lo que nunca encontraré y ¿es esto posible? sí, si es que ese algo no existe sí, si es que dejaré de buscar (a excepción de que el algo me encuentre a mí) no, si lo busco eternamente lo que busco es la confirmación de la una hipótesis ...bastante inocente, de por cierto

Thought, concentration, meditation allí suenan doce notas cansadas y viejas detalles de un tiempo elocuente pero gastado perdidas migajas de una gran ópera el maestro se ha cansado

"¿por qué lloras?", pregunta el discípulo "porque tú ríes" responde el maestro las hojas ya están rojas los prados están verdes y el mar cálido los granos de arena se extenderán por millones la brisa susurra tranquila aquella melodía no hay (ya) otra para mí no sé en qué etapa está las mismas doce notas la cinta corre el disco gira la púa me desgarra y me desangra... pinceladas han llegado hasta el cielo pero nunca borraron sus nubes pinceladas de colores agresivos pretenden mi cara limpia son distintas estas melodías (¿dónde estás?) si volaba en esas ondas que subían y bajaban sonriendo sobre mi alfombra mágica lo que suena ahora, frío y seco, me ha enseñado el truco perdiendo la gracia pero en esos colores armoniosos noté que puedo ser un mago sé fuerte, los muros de lo más grande aún siguen de pie los grandes enigmas aún siguen de pie las gotas que bañan el jardín llegan del mar, de las nubes y de mí solo, misterioso y solo misterio y refutador viven de la mano son las diástoles y sístoles de la melodía doce notas que se repiten infinitamente conformando una melodía inescrutable la espuma baña la costa la brisa derrumba la duna donde está, nunca volverá a estar y ese es el error del que la busca en un mapa siquiera hay mapa

Page 6: Uno (Re-editado) - (Mayo de 2008)

y esa puede ser (sólo una nota) una exquisita sinfonía lo dulce lo amargo es macabro lo fácil que resulta comer limón todo cambia, y ya todo va a estar bien aunque sé que ya está bien (¿o mal?) nada es casual y todo es casual será todo como deba ser "todos reímos al escuchar esa frase" cuando miramos los detalles lo estamos haciendo muy de cerca cuando miramos de lejos, no somos nosotros quienes miramos al menos no soy yo me siento fluir contento el enanito de jardín sonríe suena la melodía, cercana sube y baja la onda eterna que salió desde el mar que vino aquí junto a mí los azules, los celestes, sus ojos "nuestra liberación se acerca" ¿hasta cuando tengo que esperar? "no esperes! le responde el maestro, sonriendo la balsa vive en la laguna calma donde los juncos crecen los peces saben que nada allí está quieto; todo está vivo en nuestro pequeño poro de la mano sobrevive oculto un pequeño universo que se prepara para estallar si acercas tu oído (¿te animas?) oirás qué terrible qué increíble ¿dónde estás? te veo pasar, cómo veo la lluvia te veo pasar y te vas (¿te vas?) ya no hay cielo de colores ni flores solo crece en mí el germen, el compás, la nota la única nota

Φ

intuyo dónde estás: en un lugar lejano, entre tantas personas, al borde del llanto y la desesperación quiero recoger tu lágrima en un cántaro para que no toque el suelo esa lágrima la quiero para mí ¿cómo es que puedes estar tan lejos? ¿no sería lo mismo si estuvieras aquí? sé que esa lágrima rodará firmemente por tu mejilla tus ojos brillan; ya lo sé los mío también escucho a Shostakovitch y creo que eres tú, susurrándome al oído llamándome al rescate niña, ya te he oído si sólo pudiera usar mis pues para correr donde tú estás... ...toda el agua de los ríos, de los mares, de las nubes, de los polos... gastaría mis pies buscándote en los campos pero sé que no es así como me llamas sé que no es ahí donde te escondes, tú también me buscas, pero eres... eres el enigma eres el fin del laberinto eres la flor a florecer la mariposa quieta en su capullo hago tanto como puedo alimentando mi pecho hasta cubrir con él el universo sé que estás ahí ...yo te busco como siempre...por siempre pero creo que eres tú, belleza, quien me encontrará

"sweet are the uses of adversity" (I guess...)

Φ

en tu nombre quemaré una parte de mi ser

en mi nombre, ¿dejarás de ser sólo una idea?

Page 7: Uno (Re-editado) - (Mayo de 2008)

Φ

20:23

una noche sin estrellas ...estoy perdido... sólo busco en la penumbra como un ciego como un loco como un tonto enamorado un vestigio pequeño, lejano, constante

...no sé adónde voy... hay un abismo entre tú y yo un abismo de palabras de misterios de miradas de latidos un abismo que es distancia

y no sé qué es lo que falta ...tal vez sea sólo una llama... una llama que ilumine una brasa que me queme un fueguito que me muestre el sinuoso camino en donde te encuentre

y tú, niña de perla que brillas tranquila e inquieta clara y oscura concisa y desecha misterio del mar que el sol releja niña pequeña ¿qué piensas?

Φ

es que...soy tan ingenuo un tambor enorme golpea en mi cerebro, y yo aún creo una lanza desangra mi corazón por completo y mis lágrimas, sabias, hace tiempo ya no corren en vano

mi pecho es una tumba de emociones truncadas y desengaños y enigmas tan fríos que da miedo tocarlos pensarlos

no hay más mar....no hay más playa ya pocas cosas oxigenan mi alma lavan la mugre de mi espíritu

un mar, un Ganges sagrado, un bautismo pide a gritos mi corazón desesperado que ya no quiere latir

¿porqué no haces nada? pregunto mirando al cielo cada vez con menor frecuencia mi cabeza cayó hacia adelante resignada - mi cabeza es inmoral mi cabeza cayó en mi pecho - mi pecho buscaba inquilino en donde antes moraba mi corazón - y mi corazón quería ser budista

y ahora estoy solo aquí dentro ¡toc, toc! ¡hola! ¡holaaa! ¡yo aún creo! ¡y quiero salir!

Φ

Page 8: Uno (Re-editado) - (Mayo de 2008)

Lucrecia

...y decidí enamorarme de Lucrecia. Es que me perdía mirando sus claros ojos de agua en los que flotaban algunas nubes. En su cara a veces también se pintaban nubarrones. La mayor parte del tiempo solía estar ausente o enojada, o más bien, molesta, vaya a saber quien porqué. Pero además de sus luceros, sobre su rostro pálido, radiante, y estampada por gracia de algún ser supremo, aparecía soberbiamente su sonrisa. Ancha, redonda. Dejaba lucir unos dientes blancos y perfectos que transmitían un aire de espontáneo brillo que a mí me volvía loco. Porque, lo peor de todo, lo que a mí más me aguijoneaba el alma, lo que a mí me despertaba unas terribles ansias de besarla eran sus labios. Sus labios rosa pálido mientras pensaba, seria; sus labios rojo sangre mientras besaba el aire o reía. Lucrecia también cantaba, y su canto fue para mí un canto de sirena. Luego de haberme dado cuenta de que la amaba, y dada mi condición de cobardía, de timidez idiota, tomé los recaudos para ir acercándome a ella, a Lucrecia, la de los claros ojos de Atenea. Así comencé a mirarla, tal vez sin que ella lo notara. Luego le hablé pero no pude sostenerle la mirada, o sí, pude, pero no la mirada que yo hubiese querido, o que merecían mis sentimientos hacia ella. Lucrecia no es flaca, no es alta, no es esbelta: es preciosa, y todo está en su cara y en su misterioso interior que me figuro oscuro, indómito. Una vez la crucé en la vereda junto con otras chicas. Yo me iba. Ella me llamó y me ofreció unas galletas. Yo acepté una, agradecí y me fui, tonto, con un pedacito de Lucrecia entre mis manos; la sirena oscura me sacudió el corazón. Y me fui volando de allí. Lucrecia tiene apellido italiano, tiene mi sangre y tiene lindas manos. Y canta...¡ah!... canta. ¡Cómo me gustaría caer rendido al encanto de sus dulces melodías y quedar hechizado! Y yo tenía fe grande por aquel entonces en seguir sin prisa pero sin pausa hacia adelante, hacia ella. Una mañana en que yo bajaba a buscar unos libros me crucé con Lucrecia que llegaba tarde. ¡Ay! Me irradió con una sonrisa tal cuyo significado no pude comprender. Pero sé que fue bella, brillante y perfecta. Le dije "hola Lucre" ella contestó "como andás!”; el resto de la mañana me dio la espalda pero tuve oportunidad de mirarla firmemente a sus profundos ojos de cielo durante una breve charla, e incluso de verla exaltándose, enojándose, al enterarse de que al otro día tendría que levantarse temprano. Lucre me encantás..., pero me desespera tener que cultivar semejante paciencia ante el revuelo de sentimientos que surgen en mí al verte, pero que chocan con el infranqueable muro patológico de mi timidez, de mi vergüenza. Por vos los sigo intentando, hasta lograrlo. Los días pasan y mis ilusiones risueñas crecen en el fértil y tierno espectro de aquel lago celeste, de aquel rostro grave de pura palidez, de monótono misterio, de misteriosa inocencia, de labios rojos y resecos, de divinas sonrisas cautivantes. Y aquel fértil terreno rebosaba de desentendimiento, de desencuentro de miradas. Yo la miraba en secreto largos ratos, repetidas veces, como un juego.

Ella elevaba su mirada reflexiva y yo me escabullía hacia otro punto: un detalle en la pared, un polvillo en el vacío. Sin embargo buscaba yo todas las maneras de hacer cosas en las que tuviese oportunidad de hablar con ella, de mirarle los ojos de cerca para perderme en ellos y agitarme, como quien tiene ante sí una caja cuyo contenido -una perla o una bomba- desconoce. Me enamoré de Lucrecia con la receta de una obsesión. Hoy hablé con ella largo rato sobre cosas efímeras, de cosas ajenas; no de sus ojos, no de su boca, no de mi éxtasis ante sus ojos o su boca. Ella se ríe, logro hacerla reír y robarle sonrisas: sus dientes son únicos. Lucre: me sonríes todo el tiempo, pero te escapas, te callas, te alejas, me dejas como a un preso lo deja su fugaz visitante, y las palabras que intercambiamos son vanas, inservibles. Pero me dejan endulzado tus sonrisas, tus sonrojos, tus morisquetas inocentes y tus abruptos carácteres. ¡Ah, Lucrecia, la de los claros ojos de cielo, dulce ninfa del aire, no revolees así tus ojos cuando te miro, porque tu mirada tiene la fuerza para derribarme!. No parpadees tan resueltamente porque me parece que el mundo se va a terminar en tu cara. Y cuando sonrías, asegúrate de que no esté mirando, pues es como ver ese secreto mágico, divino, que corroe el alma de quien lo guarda. Hoy la besé en la mejilla; un saludo, un beso de costado y un "chuik" al aire para decorar. Nunca había sentido una piel tan tersa... Dulce Lucre, hablamos y tus largas pestañas negras ocultan y descubren tus ojos de cielo miles de veces. Hablamos y me gustas, pero creo que no te lo dejo notar. Soy el fiel guardián de todas tus sonrisas, el anónimo coleccionista del brillo de tus dientes, un fanático religioso de tus ojos. Y nada puedo darte a cambio por eso. Lamento en el alma no poder confesártelo. Lucrecia esconde algo; ella guarda algo con recelo, pero ese algo, sin conocerlo, es la alada oscura que me inspira.

Φ

Proceso de neutralización de una idea obsesiva mediante la autosugestión

* simplemente, deseando que no esté, aún no logré nada * mientras más pienso, más encerrado me siento * no tiene que ver con nada biológico, ni con medicamentos; soy yo mismo generándolo * estoy obsesionado, realmente obsesionado con esta puta idea desde hace más de un año; yo la generé * depende de mi estado de ánimo. depende de mí * construí una idea tan coherente, que me enamoré de ella; he comprobado que es

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una basura * últimamente se ha tornado insoportable, restándole calidad a mis días * tengo que lograr "no pensar en ello", sin intentarlo; esa es una gran cagada * no sé de qué depende mi equilibrio, ¡si supiera! Creo que debo desearlo profundamente * todo es tan tonto, sin embargo, soy el único que lo ve, pues soy yo quien lo ha creado. Yo debo ponerle fin * a veces tengo miedo, a veces bronca, a veces siento asco, a veces odio * a veces está todo tan tranquilo ¿Por qué es? * estoy convencido de que al no depender de nada fisiológico, depende enteramente de mi conciencia ¿De qué manera? ¿En qué medida? * el foco (focused mind), la concentración y el corazón influyen en gran medida * no lo reduzco simplemente a algo superficial, sino a algo sobrenatural. Pero la mierda física me puede * no pensar...basta * la idea se interpone (descontroladamente) ante toda otra idea que implique interacción social * qué difícil es salir y qué fácil es entrar en este estado de crisis depresiva obsesiva maníaca neurótica... * pero qué bueno cuando se sale...intentemos estar ahí * cuando salga de ahí, cuando mate esa idea y la sepulte, habré hecho una gran conquista. Aprovéchala. * hay que terminar ya con este sistema de cosas externas, materiales, insignificantes ... ... * well, well, tanto ha pasado, lo sano ha sanado, no puedo concebir cómo una brasa me hace recordar el infierno * ya se va, definitivamente. Resta descargar al fuego el efecto "resentimiento". Está curado, basta de paranoia

Φ

en donde no exista ya un secreto en donde ya todo esté develado los trucos sobre la mesa los problemas solucionados las ilusiones resultas (las ilusiones obsoletas)

cuando ya nada venga pues todo habrá llegado cuando ya todo exista ahí al alcance de la mano cocinado listo masticado. salivado. deglutido. procesado

cuando la sorpresa sea una rutina mecánica cuando lo extraño abunde cuando el placer no nos haga sentir dichosos porque el placer es de otro porque yo imito al otro porque es lo que me ha enseñado este mundo

a sentir los miedos de otro a creer en los dioses de otro a pensar con el cerebro de otro a reír con los chistes de otro a soñar con los sueños de otro

cuando encuentre explicaciones a mis miedos cuando sepa con certeza donde alojar mi fe (¡qué paradoja!) cuando conozca el valor exacto del pensamiento cuando certifique el peso real del humor cuando tenga luz verde para atreverme a soñar

...tantos universos posibles tanta infinita azarosa resolución de las cosas se me hace sentir como un callejón sin salida única opción take it or leave it

cuando la vida aburra ¿qué nos habrá pasado?

Φ

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se aproxima una tormenta que va a mojar que va a volar, a destruir, a arrasar para crecer hierba buena ¿qué fue todo esto tan extraño? es seguro que me invade un conocido y profundo sentimiento de melancolía que se ancla exactamente en el centro de mi pecho y en las lúgubres facciones de mi cara pero, ¿qué es esto? en primer lugar, algo así como la estadía en un nube que flotó despreocupada por sobre tierras extrañas un ojo de tormenta, un agujero negro una ilusión, una auto-hipnosis de mi mente. un dulce misterio en forma de mujer todo este viaje me ha dejado en orillas que desconozco de mares que intuyo, mares profundos, siempre oscuros, aparentemente sin vida. pero ¿que ha sido esta sublimación esporádica de mi ser de su reducido espacio individual? tal vez haya sido, y por qué no, una confirmación de aquella hipótesis o premonición en forma de dibujo: un momento en que la niña oscura, mi oscura belleza se aproxima el momento que nuestras almas comienzan a tirar del tallarín cósmico hasta juntarse como la boca de los enamorados ¿y qué fue ella? ella fue la que demostró que: voy bien pero me falta, me falta cuerpo, falta mano, me falta beso, susurro... y me sobra cerebro. me falta ser menos piedra ella es otra de las que albergo en el alma. ella me demostró que como la bola de pinball que se cana de rebotar y termina cayendo a un abismo de pasiva rendición, todo ser sigue cayendo en su abismo, en su destino, indefectiblemente.

y se me han ido sucediendo, como en un vorágine desesperada por encontrar razones - siempre razones - algunas preguntas difíciles ¿te seguiré buscando? ¿no me hizo mal enamorarme siempre? preguntas por demás melancólicas la luz se atenúa y la tormenta se aproxima. mi amistad con la lluvia y mi soledad me propicia cierta calma ¿qué vendrá después de esto? todo lo que puedo hacer es plantear la pregunta. y devanarme los sesos y el alma, pus nunca lo sabré. sé que la ilusión es mala eventualmente, pero es que no puedo vivir sin una, sin esa, la eterna, la máxima. la de mi oscura belleza.

Φ

siempre hemos sabido la poca fiabilidad que nos ofrecen nuestros sentidos corporales, a saber: la visión, el oído, el gusto, el tacto, el olfato. También debemos considerar su doble carácter con respecto al conocimiento. Si bien sus experiencias son solo parciales (y hasta confusas), debemos reconocer que son las vías por las cuales nuestra mente de bebito comenzará a expandirse paulatinamente. Esto no sucede con el simple acto de "usar" un sentido, sino de contemplar profundamente la realidad a través de las ventanas que nos ofrecen los sentidos. sabemos que hoy día muchos creen que la visión es ver y que el oído equivale a oír, y gozan y disfrutan plenamente de los estímulos que nos ofrece el reducido sistema socio-cultural de nuestros días. Sólo perciben el reflejo del objeto en cuestión, sin ahondar en reflexiones. Otros sabes que todo, tanto lo bueno como lo malo, es una oportunidad para aprender, y cada vez que uno aprende alimenta una pulsión básica de la mente humana que es la de "conocer". (todos la tenemos de nacimiento, más algunos han sido objeto de censura y hasta anulamiento de dicha capacidad - como una bisagra que no se usa, se oxida). Lo único que se puede conocer, en última instancia, es Dios, o lo absoluto, o como quiera llamársele. La lectura agiliza la inteligencia, el ejercicio el dominio corporal, y el pensar sobre el pensar estimula el pensamiento. Todo nos da una oportunidad para pensar (mentalizar), pues todo está en nuestra

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mente. Absorbe todo, busca las conexiones, aliméntate y defeca lo que no sirve. Y no temas ni desprecies lo malo, lo grotesco, lo desagradable, ello nos ofrece verdades tan válidas como lo bueno y lo bello; incluso verdades más valiosas que muchos prefieren no ver. Si las ves, si no les temes, tienes puntos ganados. Y recuerda siempre, como dijeron unos amigos, que el universo es mental. todo se desarrolla allí dentro, y aunque te cueste creerlo, tú no sólo eres el director de la obra, sino también los personajes, e incluso el público.

Φ

Aquí estoy; aún sigo esperando la oscuridad está perdida en el pasado, y esa luz que parece acercarse nunca se dejará alcanzar ya terminó. Un ciclo termina sólo da pie a otro que comienza. El tiempo nos hace lentos, en contra de lo que se piensa. Lentos, letárgicos y adultos. Nunca cambies, si algún genio de lámpara te lo ofreciera, los conocimientos de un adulto por la ignorancia de un niño, creyendo que te liberas de ataduras, de prejuicios malsanos, de rutinas. No es justo. Si tú quieres ser feliz, debo decirte que no existe una receta para ello. Los escalones más alto de la evolución de nuestra conciencia ofrecen, progresivamente mayor placer; si bien no existe el último escalón y nunca recordarás cual pisaste primero. Crece, crece; tu mente crecerá si está viva.

Φ

La relación que existe entre las partes que conforman el todo es real y verdadera. ¿Tiene partes la nada? ¿En qué universo se sitúa? ¿Puede la nada ser parte del todo? ¿O el todo es parte de la nada?

Mhhh... tengo sueño.

¡Mente atormentada! ¡Corazón desecho! ¡Vacío y miedo!

No tiene salida este laberinto La nada le espera a mis preguntas

¡Cuánta angustia impensada! ¡Cuánto pavor!

Me siento caer y no encuentro asidero Me siento caer en un pozo de fin incierto Irritado en el insomnio por el zumbido del simple mosquito ...que quiero matar ...aplastando mi tibia sangre que aún bulle dentro de él

¡Qué terrible! ¡Mente atormentada! ¡Corazón desecho! Estás solo Estás triste y tienes miedo ¿Cuándo aprenderás a hacerte piedra?

...

¡Qué hipócrita! ¡Si te despojé de sentido, mi corazón poeta, mi corazón romántico! ¡Tu sustancia derramé por doquier!

¡Estás vacío!

Φ

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El mar plano, mecido por la suave brisa tibia

Las gaviotas estáticas en la parte más azul del cielo El arrullo de las olas muriendo en las rocas

Un bshhhh que se deshace en mis oídos El horizonte plácido en la parte más clara del cielo

EL gorrión intrépido saltando por la arena Un ojito atento que busca y busca

Un denso rayo de sol que fluye desde arriba Un color que es calor

Las gaviotas planeando lento sobre la bóveda de aire La arena infinita bajo mi cuerpo acunándome quieta

Todo en su lugar Todo perfecto

Φ

La efímera gracia de la moda auténtica Al ver hoy la gente recorriendo las cales, noto algunos rasgos singulares y llamativos acerca de sus diversas estéticas personales. Noto, principalmente, un bulto amorfo y agigantado de seres que, a grandes rasgos, responden a unas pocas mismas características, por lo menos, visualmente hablando. Noto algunos que visten “a la moda” (es decir, lo que las mentes de las industrias, los medios, y la propia gente – la cultura – determinan para ese tiempo como “cool”, vestido normal, pero atractivo o, bien, elemento indicador de estatus social); otros que visten signados por una postura pseudo-desafiante de la moda convencional, pero que en definitiva no deja de ser una moda, pues ésta es copiada de uno a otro indefinidamente; otros que visten independientemente de la moda, siempre y cuando lo que lleven sirva para vestirse; y noto algunos – unos poquísimos – que me llaman poderosamente la atención: son únicos y no corresponden a ninguna de las anteriores clasificaciones. Son éstos los precursores de las modas. En esta etapa de inocente creación, es cuando el individuo deja de lado toda influencia cultural opresora del pensamiento, para desarrollarse como ser único e íntegro. Lamentablemente (y más en nuestros países culturalmente retrasados y discriminatorios) se los ve como bichos raros, como “freaks” que desafían lo aceptado y lo convencional, como locos. En este momento está la magia, la chispa de la unidad integrada. Al correr el tiempo, éstas tendencias, al principio perniciosas y pecaminosas en los ojos populares, se generalizan entre la plebe, se

convierten en moda, y pierden la gracia. Para éste tiempo posiblemente ya existan nuevos ingenios excéntricos y creadores que hayan realizado y moldeado su propio aspecto exterior (tanto como el interior, pero aquí no es el caso) para formar parte del primer eslabón (el único valioso) en la cadena cultural concerniente a las modas del arte de vestir. Para resumir la idea, digamos que la gracia de las nuevas tendencias en materia de vestimenta, se encuentra en pocos individuos aislados afanosos de creación auténtica que les permita desarrollarse como ellos quieran. La maravilla es ver a uno, a dos, a tres, a poquísimos, vestidos de una manera que nos sorprenda, que nos agarre desprevenidos, que los queramos “copiar” para tergiversar su esencia y dispersarla y quitarle valor entre las gentes. Luego, ver a cientos que leen al pie de la letra la consigna cultural de su entorno: “compra esto y vístete como los ganadores”, provoca una desagradable mezcla de lástima y de náuseas.

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El silencio del artista Era un artista fracasado. El único actor cuerdo de una telenovela cuyo único actor, casualmente, era él. El mundo, reducido al espacio de su mente y de su cuerpo, se había tornado aburrido, pues ya todo había sido recorrido. En una bicicleta de una sola rueda, en caballito, en balsas desinfladas en un pantano oloroso, en pañales llenos de mierda, en un mismísimo sorete. En el centro del torbellino asesino de un temporal estático, estaba su casa. Una miseria de papel sostenida por unas cuantas ideas locas. Un desparpajo de filosofía, unas cuantas tazas resecas de tés y cafés olvidados en su escritorio, y un papel cubriendo las tazas, y otro papel, y un libro, y otro libro, ad infinitud. Pinturas por el piso, caras horrendas gritando, aullando espantadas por el horror de una ciudad en ruinas, un arco iris resabio de una triste tarde de tormenta. Unos cigarrillos a medio fumar, ya apagados, en un cenicero y en el piso. Sus hábiles piernas eran las únicas capaces de sortear semejante laberinto, sus piernas, claro, las únicas del mundo. Un día, abarrotada ya su casa de papeleríos, de ideas a medio acabar, de sueños espantosos corrompidos por el arte de observar las posibilidades reales de ser feliz, se sucedió el artista. En una carpeta roñosa, castigada por los años, y las escrituras esas que vienen en cualquier momento y que hay que escribir donde sea, y por los dibujos aquellos que surgen de un momento a otro y que hay que dibujar donde sea, y por hojas, cientos de hojas, que se fueron sumando a lo largo de sus tristes años. Se acumularon, junto con su esperanza de llegar a ser un afamado artista, viviendo de las ganancias de sus valiosas pinturas, admirado por los críticos de renombre por sus ensayos filosóficos, renombrado por los poetas por su poesía libre, única, tal vez, demasiado

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buena. Decía, esta carpeta, arrumbada en algún rincón valioso de la casa, acumuló toda su creación. Su primer mundo fantástico, autos, naves espaciales, un tímido, inocente, relato de ciencia ficción. Dibujos de bestias sobrehumanas con virtudes tal vez demasiado humanas, fuertes, inteligentes, divinas. Paisajes surrealistas, una colina, unas extrañas máquinas y extrañas construcciones que sólo él podría haber traducido a palabras al observador idiota. Carpeta con poesía de amores incendiados, de amores ideales y de amores aún no encontrados. También poesía de alabanzas hacia el amor y poesía de gloria para el odio. Poesía de dios y del diablo. Relatos sin sentido, con grandes historias que encendían con una pequeña chispa una gran hoguera de misterio, pero que se extinguían tan de pronto que ni siquiera calentaban. Reflexiones metafísicas, inentendibles hasta para él, con algún que otro sentido, acompañadas de esquemas estrellados de dos, tres, cuatro y hasta nueve vértices. Todo había sido guardado meticulosamente en aquella carpeta. Los borradores de las más grandes creaciones, la hoja que protegió la mesa de la pintura con que pintó unas de sus caras enojadas, un pedacito de servilleta con un garabato precioso, unas frases sueltas en un pañuelo, papelitos insignificantes, cartas de enamoradas, y de él mismo como remitente y destinatario, auto-cartas. Había también una foto de hombre, aunque nadie puede asegurar que se trate de él verdaderamente, pues nadie nunca lo vio. Una casa en desorden, una vida caótica, una explosión, un desequilibrio compensado con genialidad. Nadie nunca leyó tampoco algún verso suyo. Todos perecieron junto con él. La carpeta era falsa, recopilación misteriosa de los versos mudos de algún otro poeta loco. Nadie sabrá donde quedaron sus mejores creaciones. Tal vez, también hayan muerto junto a él. En la peor muerte, que es para el verdadero artista, el silencio.

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Candelera

El cuerpo atraviesa los muros eternos y perfectos de los salones pétreos. Estático.

A su paso se derriten las velas, y éstas extinguen sus fuegos para dar paso a la sombra. Gélido.

A su paso se borronea su figura y su contorno se esfuma en el aire, deshaciéndose. Salada espuma de mar.

Detrás de ella, su esencia estampa colores en los sólidos muros rectilíneos. ¿Otoño?

Una línea, rama esencial del tronco etéreo de su alma, nace en sus pies.

Una escena cósmica, un par de estrellas, una bellota. Amenazante, un ojo reptil custodia el frágil equilibrio de aquella escena.

Los vestigios del pasado lejano, aún derruidos, sostienen todas las figuras de su andar.

Un enjambre enfermizo; nudos, raíces enojadas, espinas, sangre y fuego a la derecha. La inmunda urbe arde y quiebra en dos su sustento, dejando libres a las aves.

Ya pasó la Candelera.

Las velan se reintegran; sólo en torno a ellas, la luz. Silencio.

Los límites lánguidos de su cuerpo se dirigen hacia más allá. Ella los sigue... Oscuridad, ¡síguelos...!

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Instantes (en constante evolución desde hace un tiempo indeterminado) Si cada instante fuera tan deprimente como la totalidad de la nada, Y miradas perdidas escapasen de entre las luces de lo ignorado, Y tu ser despertara en mi conciencia para hacerme llorar; ...Instantes; Cada vez sería un “entonces” perdido en la agonía.

Mis venas se hinchan de nostalgia y agobio al suponer, Pues la fuente está tan sucia, que el manjar de la vida palidece.

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Y es un segundo de vida que se va en penas. Desaparece. Y es en ese momento en el que muero más de lo debido. Y es cada vez, y lo será, para ver el sol. Será para tratar de al menos encontrarlo. Al enigma que anteriores versos me han planteado.

Pues, Dios me ha dicho:

Si hoy yo no pienso, mañana no existes. Si tú hoy no mueres, es porque no desisto. No quiero ver nada demasiado anómalo, Pues cada vez me despierta más El deseo fugaz de mentir tu realidad.

Y yo siempre le respondo:

No te espantes. No te esfuerces. Creo yo mi propio mundo. ¡Asústame tú, no la realidad!

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Cientos de Iguales Caminos (9/10/2003)

Sucede que he perdido disciplina de ser, cabecita mía. Entre tanta voracidad me perdí. Descarrilé de mi vía, pero en la inconstancia, La estela del tren de mis razones siguió su viaje muda, Cabecita mía, encefalito de mi corazón.

Hoy, mirando la Luna (que asomada entre las ramas de cierto árbol otoñal y de la mano de una única estrella, brillaba como plata allá en el cielo) fue que una vocecita me habló desde mi boca, me escupió, me pegó, me arañó, me lastimó, me recordó a mí. Y puesto que no ofrece ninguna dificultad, y en plena vorágine de realidad (paradójicamente real), Pegué un salto ahí mismo y retorné a lo místico.

Cuesta creerlo, mi cerebrito, luego de tanto tiempo...créelo. Si una lágrima de esas confusas (decrépita, de payaso) mojó mi rostro en aquel éxtasis afiebrado que asoma cuando revive mi pasado, Fue por razones sentimentalmente inconexas a mí, Y son razones que aún en mi raciocinio, cerebelo mío, aún en mi raciocinio de extrema, a las que le faltan motivos para jactarse de tales.

Y fue entonces, coquito de capilares venosos y pías y duras madres, Fue entonces que en estado sublime, volví la vista atrás y pensé: “Saca, escúpete afuera tuyo. Eso que flota en tus venas, Que da vueltas sin fin entre tus sienes, Que mueve tu boca Y que hace significado esto que lees. Eso eres tú”

Y fue una gran verdad, pero no una nueva. Digerir el presente es comprender al pasado. Tentarse al futuro, la vida.

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Sos un Sol, mi Cielo 13/11/03

Tiñe el Sol al Cielo, creyéndose tinta. Para la vista, las nubes ausentes, orgánicamente presentes Soplan infiernos de viento que mutilan el fin otoñal. Figuras, siempre figuras en un mismo paisaje. Un paisaje divino que se resigna a ser sublime. Un paisaje divino que los seres parecemos imaginar.

Corro. Corro yo entre espantapájaros; entre inocentes maniquíes. Esquivo codiciosos muñecos inocentes, hipotéticos, sin razón.

Corro para encontrar verdes miradas, muros inexistentes. Para despertar, busco. Escruto lo existente, acepto incoherencias. Rechazo reacciones y estereotipadas sonrisas.

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Soy, matemáticamente, un exponente -1. Vivo en un reino de antítesis, de propias tesis. Allí son interesantes los antónimos. El Infierno. El ‘No’. Lo problemático, fortuito. Amo la regresión, y la emoción de reír profundo. No parecen mis patrones conformar sonetos o afines. Soy la disritmia, la diacronía, lo esporádico. Y es por eso que vivo un mundo con ventanas. Ventanas que me permiten ver que, creyéndose tinta, el Sol tiñe al Cielo.

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Ejemplo tipo de un breve espasmo de creatividad 12/11/03

¡Hay de mí! Siendo un tramposo plebeyo, me he logrado infiltrar en la aristocracia de lo irreal, de lo anormal. Aquí es todo tan elitista; admiras las formas que otros piensan que pueden ver. Oyes sonidos (¿sonidos del alma?), sonidos que cruzan tu espina dorsal; elipses sonoras de mil sentidos; fuego...oyes al fuego contándote historias sobre todo lo que fluye en el aire. Eres enervado por situaciones de éxtasis que atraviesan tu cuerpo y excitan tus neuronas, tus dendritas, tu conciencia y tu inconsciencia. Situaciones que excitan con sentido literal.

Relámpagos de furia, de odio, de venganza. Estampidas de coraje, de poder. Vuelos de serpentinas, de colibríes, de almas. Daños, puñaladas, tragedias. Dolor.

¡Hay de mí! ¡Qué soberbio provocador! Nada de recompensa alguna, de todos modos. Dios, o el destino, o yo mismo, somos cerdos. Nos mentimos en el acto de existir. Nos miente la materia, ¿o es que nosotros le creemos? La verdad absoluta no existe; ergo, tampoco la mentira. Somos lo que algo quiere que seamos. Somos quienes somos. Somos, y no sólo conjugamos al verbo ‘ser’. Somos, siendo. Somos. Ser. Sé.

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Diálogo mínimo entre un mentiroso y uno que usa lentes negros La descripción más bella de un alfajor que jamás alguien me haya dado abandonó cierta vez la boca de un amigo, y yo quedé estupefacto. “Es un maremoto de glucosa que cae por tu garganta; una metralleta de dulzura que se dispara en tu boca”, dijo inconscientemente, sin apuros ni sobresaltos, y con aires de una extraña mezcla entre poeta y científico. La tarde era fría y ventosa, y un alfajor y unos tragos de tibio licor de chocolate ingresaban a nuestros cuerpos con el mismo sentido que un leño a una salamandra cuando la helada tempestad acomete. Y cada vez que sentíamos las partículas de agua de nuestro aliento volverse vapor congelado delante de nuestras narices, y algunas hojas de acacia pasaban volando cerca de nosotros, él extraía la botellita del bolsillo interno de su chaqueta y sorbíamos nuevos tragos. Abandonamos la plaza San Martín para dirigirnos hacia la peatonal. Abstraídos íbamos cada uno en sus pensamientos. Abstraído iba él mirando la gente y la majestuosa catedral neogótica que se alzaba unos cuantos de metros por sobre nuestras cabezas; abstraído iba yo dentro de mis lentes negros que oscurecían aún más la tarde gris. Le sugerí que entráramos a ver la belleza multicolor de los vitroux, los mil reflejos de la araña de cristal en el centro de la nave y el derroche fervoroso de fe, oferta que declinó con un: “mejor vamos a los video-juegos”, oferta que acepté instantáneamente. Nos dirigíamos ahora hacia allí. Pasando por la puerta de una librería, un señor de paso diligente y decidido que cargaba una bolsita (más coqueta que las de supermercado) a modo de maletín, aminoró su marcha y se dirigió a nosotros con un dedo de la mano siniestra sobre la muñeca derecha. - Disculpá flaquito, ¿tenés hora? – preguntó con esas voces carrasposas de ginebra, habanos, mucho frío y mucho discurso. Mi amigo se detuvo, comenzó a buscar dentro de su manga y yo seguí caminando lentamente. - Yo no; no utilizo la hora – pensé o balbuceé con cierto tono de reproche - Las cinco y veinticinco, jefe – dijo mi amigo, mientras noté que el señor se acercaba repentinamente cambiando la bolsita de mano. Por un instante pensé que se abalanzaría sobre mí, golpeándome e insultándome por mi irreverente provocación a los clásicos “no, disculpe” ó “sí, son las...”. - ...Y vos sí usás la hora; lo que no usás es reloj – me dijo sin rodeos, sorprendiéndome – Seguramente te levantás a cierta hora, incluso tenés noción de que hora es ahora mismo. No podés alienarte del tiempo... - Señor – le dije, manteniendo el mismo tono de respeto que el había oficiado hacia mí – mi medida del tiempo no es igual a la suya. No se me ocurre que pueda existir una guía para el tiempo, cuando la duración del mismo pareciera estar determinada más por nuestros sentimientos que por las horas y días, fríos

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compartimentos estancos que no permiten el factor sorpresa. Además recuerde que la medida hora que todos conocemos y todos utilizan hoy día, no es más que un invento del ser humano para racionalizar el tiempo. El canoso señor tragó dos veces; un par de palabras inconexas se atropellaron en su garganta, y al fin dijo: - yo soy muy creyente y creo que Dios ha regularizado el tiempo. - Señor, antes de que el hombre existiera, ¿existía la hora, existía Dios? - No había una mesura en el plano físico-temporal, ni siquiera había una noción de estos planos, en eso tenés razón – ambos asentimos y emití una leve sonrisa que chocó en el aire con la palidez del rostro del caballero. - Flaquito, fue un gusto hablar con vos. Ojalá esa claridad y precisión de pensamiento que me demostraste en esta charla te acompañe por el resto de tu vida. Que Dios te bendiga – dijo velozmente. Hizo una minúscula reverencia con la cabeza y se marchó. - Chau – agregué. Nos miramos con mi amigo con esas caras de súbito sobresalto y que predecían que en un segundo nos íbamos a estar riendo ambos a la vez. Al mirar hacia atrás, como en busca de una última pista, vimos al hombre entrar en la catedral. Sonaron las campanas que siempre a las cinco y media congregaban a los fieles. ¡Oh, Dios! ¡Qué paradójica e infame charla para un hombre de iglesia!

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Breve historia de un asesinato que pudo haber ocurrido en cualquier bosque oscuro El suelo pantanoso ofrecía un suave rebote a las gotas de lluvia Y entorpecía el andar desesperado de aquel ser. Un martillo en su mano, amenazante, poderoso. Las venas de sus ojos hinchadas de sangre, de locura. Viento, lluvia y más viento, y a lo lejos el eco sordo de un relámpago. Debía apurarse en encontrar a aquel maldito. A aquella persona que se animara a contar todo, a difamarlo. Avanzando entre los árboles, inspeccionaba a los costados, buscando su rostro. Estaba agitado; su corazón palpitaba; sudor frío caía de su frente.

- Sé que es evidente – La Muerte...

Un eventual tropezón avivó su furia, lo enloqueció. Estaba cerca. Lo podía oler; sentía la pluma rozando el papel. El maestro de la ignorancia tenía un martillo en su mano y estaba presto a utilizarlo. No podía tolerar la escritura.

-Sin embargo continúo – La Muerte...

Entre sombras, lo divisó sentado sobre un tronco. La lluvia ya no mojaba; el viento no soplaba bajo las copas de los árboles. Su andar se volvió lento y silencioso como el de un felino al ataque. Cual garras, sus dedos se aferraron más a la pronto asesina herramienta. Nadie más lo haría, nadie más escribiría sus palabras.

-Terminaré de escribir, no me gustan las cosas inconclusas – La Muerte...

Estaba ya cerca, un trueno provocó el vacío necesario. Apuró la marcha, elevó su martillo... Y con demencial exactitud le partió el cráneo al escritor. Sangre y sombras, viento y sesos, trueno y golpes, lluvia y huesos.

-Debo dejar de escribir. Siento pasos alocados detrás de mí, y como no me gusta dejar las cosas inconclusas y sabiendo que en escasos segundos partirán mi cráneo... -La Muerte-

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es imposible,

pero sólo imposible

si se intenta y se falla infinitamente