ungerer y lober

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Las aventuras de la familia Melops La Navidad de los Melops Los tres bandidos Ningún beso para mamá El Hombre Niebla El ogro de Zeralda Adelaide Crictor Flix Al dibujante e ilustrador francés Tomi Ungerer (Estrasburgo, 1931) es difícil ponerle etiquetas, es de esos artistas inclasificables por su atrevimiento al partir de una obra con fuertes dosis de humor, de ironía, de crítica, de erótica, también de cierta didáctica, y sobre todo, de pura magia y fantasía. Vivió de niño la II Guerra Mundial en la Alsacia anexionada por los nazis; de joven vaga- bundea por Europa y con 25 años emigró a Estados Unidos, donde trabajó con gran éxito en importantes revistas. En 1970 se muda con su mujer a una granja de Canadá y a fi- nales de la década se instala con su familia en Irlanda “el país que siempre soñó”, man- teniendo mucho contacto con Estrasburgo, donde tiene un museo dedicado a su obra. Recibió el premio Hans Christian Andersen al mejor ilustrador y su producción está calculada entre 30.000 y 40.000 dibujos y más de 120 libros, traducidos a 30 idiomas. Su obra se dirige tanto a pequeños como a grandes, defendiendo de paso la lec- tura compartida y en voz alta como el antídoto perfecto de la televisión.

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Page 1: Ungerer y Lober

Las aventuras de la familia Melops

La Navidad de los Melops

Los tres bandidos

Ningún beso para mamá

El Hombre Niebla

El ogro de Zeralda

Adelaide

Crictor

Flix

Al dibujante e ilustrador francés Tomi Ungerer

(Estrasburgo, 1931) es difícil ponerle etiquetas, es de esos artistas inclasificables por su atrevimiento al partir de una obra con fuertes dosis de humor, de ironía, de crítica, de

erótica, también de cierta didáctica, y sobre todo, de pura magia y fantasía. Vivió de niño la II Guerra Mundial en la Alsacia anexionada por los nazis; de joven vaga-

bundea por Europa y con 25 años emigró a Estados Unidos, donde trabajó con gran éxito en importantes revistas. En 1970 se muda con su mujer a una granja de Canadá y a fi-

nales de la década se instala con su familia en Irlanda “el país que siempre soñó”, man-teniendo mucho contacto con Estrasburgo, donde tiene un museo dedicado a su obra.

Recibió el premio Hans Christian Andersen al mejor ilustrador y su producción está calculada entre 30.000 y 40.000 dibujos y

más de 120 libros, traducidos a 30 idiomas. Su obra se dirige tanto a pequeños como a grandes, defendiendo de paso la lec-

tura compartida y en voz alta como el antídoto perfecto de la televisión.

Page 2: Ungerer y Lober

Arnold Lobel (Los Ángeles, 1933-1987) está

considerado como uno de los grandes autores clásicos de la lite-ratura infantil. Uno de los rasgos estilísticos más notorios en su

obra ha sido su laconismo deliberado, en virtud del cual logra pintar, con las palabras esenciales y con los trazos esenciales, lo que constituye también la

esencia de la condición humana. Eso implicaba contar historias breves, con palabras cortas y fáciles de reconocer, usando

una sintaxis sencilla, casi elemental, en libros del estilo 'álbum', que respetaran una clara separación entre texto e ilustraciones, para facilitar la lectura a los pequeños.

Lobel dirige siempre su mirada hacia el niño que fue, hacia esos valores universales que representan no importa qué niño en qué país ni en qué siglo. Los temores, las angustias y

los deseos son los mismos. Sus libros, impregnados de ternura e ingenuidad, conmueven incluso a los lectores adultos por ese mundo ingenuo y lleno de sabiduría en que se mue-

ven los protagonistas. Es un mundo de conflictos pequeños. Cuando terminamos de leer sus historias, todos deseamos, de alguna manera, quedarnos

dormidos cada noche soñando con un mundo ordenado y lleno de amor.

El cerdito

Tío Elefante

Búho en casa

Saltamontes va de viaje

Sapo y Sepo, inseparables

Días con Sapo y Sepo

Sopa de ratón

Historias de ratones

El mago de los colores

Fábulas