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Abril - Junio / 2012 EDITORIAL 2 Teresa Ossio B. “L a libertad requiere capacidades para vivir la incertidumbre. La libertad es el fuego sagrado que los humanos han tratado siempre de arrebatar a los dioses. La facilidad con que hoy hablamos del derecho a construir y recti ficar nuestra propia biografía nos hace olvidar que durante casi toda la existencia consciente humana la libertad fue una idea inexistente o aplicable sólo a una aristocracia o minoría exenta de la dureza de ganarse la vida” (Joan Prats) Cuando las palabras dejan un mensaje y ese mensaje es capaz de surcar el tiempo y desdeñar el olvido es que nuestro paso no ha sido en vano. Muchas veces seguimos es- telas lejanas pero son pocas las que por un instante de este tiempo nos permiten mirar una que se hace cercana, entonces es cuando frases y expresiones se nos hacen familiares, porque se han quedado grabadas pasando por el intelecto y larazón para alojarse en el pensamiento y en el corazón. Joan Prats, un hombre que brilla por su legado, sostiene que la democratización mas no las democracias son los procesos por donde transcurrimos, con una mente clara,nospudo retratar y decirnos sobre las presiones y desafíos del Estado, tal como él las vivía y las estudiaba. Sobre la difícil gobernabilidad democrática muchas veces su pluma maestra deambuló y más de una vez nos provocaría cierta inquietud desde su mirada al mañana nacional, aquella que creía firmemente en la ciudadanía como base de la cultura demo- crática y en esa plataforma inscribía su amor por la libertad y su creencia en el socialismo y el republicanismo cívico. Conoció Latinoamérica desde sus paisajes y sus pueblos, observó y analizó las demo- cracias estatales frente a la complejidad, diversidad y dinamismo sociales; y supo ponerse en los zapatos como uno más. Desde ese lugar nos escribió y planteó las urgencias de las democracias ante los desafíos globales, ubicando esta región en perspectiva multipolar y a Bolivia, en el mapa de los actores estratégicos para la construcción de una mejor sociedad. Nos dijo muchas veces que la labor de los líderes y formadores no está en enseñar sino en aprender, y para ello tomaba las palabras de Wintgestein cuando decía que “hasta que no sabemos qué hacer no hemos comprendido”, lo repetía muchas veces en el afán de insuflar el aprendizaje para la acción. Pero no solo dedicó sus saberes y tiempo de estudio a la reflexión, al análisis del Estado y a la gobernabilidad democrática, también se dedicó a la mirada compleja sobre la ad- ministración pública a la que brindó un análisis de muchos años y no pocos escritos; sino que supo incorporar el pensamiento clásico de manera diáfana. Tomando el pensamiento aristotélico nos dejaba el mensaje: “No hay humanidad sin polis. El fin de la polis es el bienestar. Pero no hay bienestar sin que la polis garantice la seguridad”,y confluía a las necesidades elementales del ser humano, para decir que sin seguridades básicas no hay libertades verdaderas. Defensor a ultranza de la democracia supo infundir en cada uno de sus pasos teóricos y vivenciales, desde la universidad y el accionar político, los fundamentos necesarios para generar una plataforma de convicción en la defensa de la democracia y la lucha contra las desigualdades. Nos decía que la globalización levanta fuerzas y procesos que condicionan la vida de la gente y que están fuera del control de las polis democráticas. Pero este hombre que navegó por las complejas estructuras de la política, el derecho, la gobernabilidad y sus reconocidos pasos por la teoría delas instituciones y la gobernanza también paseó su pensamiento y reflexión por la naturaleza humana y la construcción social. Nos dejó palabras como: “Nuestros Genes nos orientan, junto con nuestra Libertad e Intenciones que la guerra de los fundamentalismos contra la teoría de la evolución sigue viva. Pero les vamos ganan- do esta batalla como les hemos ido ganando todas las anteriores contra el oscurantismo y las falsas bases de nuestra dignidad. No es cierto que sin Creador estemos perdidos en un Cosmos inabarcable. Desde luego no podemos prescindir del misterio ni de lo insondable y por eso la espiritualidad y la religión son intrínsecamente humanas. Pero no nos orien- tamos en la vida sólo por nuestra libertad e intenciones sino también por la maravillosa brújula de nuestros genes. Ellos son los que nos permiten entendernos y sentir empatía por encima de las barreras culturales y lingüísticas porque ellos son los que determinan nuestro nivel más profundo y fundamental: los humanos tenemos las mismas necesida- des, impulsos e intereses”. Su frase acerca de que el fundamento de “nuestra igual Dignidad está en nuestra co- mún naturaleza y no en nuestras diversas culturas”,lo llevaba a un horizonte donde nues- tra humanidad,en la búsqueda de nuestras culturas, corre el riesgo de perderse dejando lugar sólo a una federación de civilizaciones con el signo excluyente de la “identidad”. Un hombre que fue capaz de generar más de una incómoda reacción o recelo cuando por nuestras latitudes expresaba que el machismo era una dimensión más del subdesa- rrollo, que además genera todo el conflicto personal como fuente de desconfianza, des- amor, sufrimiento, improductividad, desigualdad y al final infelicidad. Ya este hombre también le calzaba la imagen del poeta, ser humano de una inmensi - dad generosa de sentimientos y humildad que le daba grandeza. Joan Prats llegó a nues- tras vidas para quedarse en ellas desde su mensaje y el inmenso amor que tuvo a esta tierra y a nuestra Bolivia. Un hombre, Joan Prats, cuyo nombre nos traerá siempre la mirada inteligente y sabia con ese abrazo de alegría, y profundo amor. Recordándolo con el privilegio de haber compartido su vida, a dos años de su partida. Su esposa, Abril 2012 “N o puede haber cambio social si la gente no cam- bia sus hábitos y creencias. El buen gobierno y la buena sociedad, implican y necesitan civis- mo. Para los atenienses la lealtad con la ciudad en la que se vive o el compromiso cívico era lo que nos hacía verdaderamente humanos. No hay mayor virtud ni mayor gloria, decía Cicerón, que preocuparse por el bien común. La virtud cívica de la sociedad tenía una doble dimensión: por un lado, requería de la capacidad para discernir lo que el bien pú- blico demanda y, por el otro, exigía la motivación para actuar según sus dictados” 1 . La presente es la segunda entrega de Tarija 200, un esfuerzo, concebido hace mucho tiempo, cuyo único propósito es producir, gestionar y difundir información útil y utilizable al servicio del de- sarrollo del departamento, la profundización de la democracia, la gobernabilidad democrática y la gobernanza. Como el año pasado, hoy abrimos un espacio para la delibera- ción y el análisis de los temas de fondo, para el intercambio de ideas y propuestas, así como para la difusión de los procesos de construc- ción del departamento. Sin embargo, y al igual que el 2011, vemos que los debates públicos contaminados por la polarización y la po- lítica de consignas y trincheras resultan totalmente estériles para enfrentar los grandes desafíos del departamento…De allí parte la búsqueda por contribuir a identificar los elementos importantes para una mejor comprensión de la situación, el rumbo, los procesos y los desafíos departamentales. Los desempeños de Tarija y su acción colectiva en el campo po- lítico, económico, social e institucional van marcando tendencias que pueden llevarnos a diferentes escenarios; pero, debemos estar conscientes que no todos los escenarios posibles que se encuentran en la senda de estas trayectorias son los deseables. Para ello retomamos algunas cuestionantes necesarias a fin de establecer el campo de estudio sobre el estado actual del departa- mento. Pusimos énfasis en el desarrollo productivo e indagamos sobre las perspectivas para salir de la dependencia del gas, reco- giendo opiniones, propuestas y análisis de una diversidad y plura- lidad muy amplia de actores. También, cosechamos sentires de la ciudadanía y levantamos una encuesta realizada a empresarios/ productores. De todo este trabajo que exponemos en 44 páginas existen y persisten tendencias que nos inquietan. Nos preocupan las percep- ciones negativas de los agentes económicos en torno al desempeño departamental, que parecen llevarnos a un futuro no sólo incierto sino complicado y fuera de las expectativas de desarrollo, genera- das en un contexto de altos ingresos económicos y bajas capacida- des. Hemos constatado nuevamente que, pese a grandes recursos generados por la actividad extractiva; Tarija no tiene un rumbo de- finido; los avances en materia de desarrollo económico-productivo son muy escasos; la dependencia del gas está debilitando el creci - miento de los sectores productivos y está minando las capacidades departamentales, la creatividad y la innovación. Se fortalece la cul - tura rentista, de la disputa, del cortoplacismo y de la baja competi- tividad, por otra parte la autonomía departamental todavía parece distante y sus principios no se aplican. Constatamos que mientras el desempeño de la política y de la gestión pública multinivel está condicionando severamente las oportunidades y desafíos de futuro para satisfacer las expectativas y necesidades de los miembros de esta sociedad, la capacidad para la acción colectiva se ha reducido a niveles mínimos, es decir, que la gobernabilidad democrática y la gobernanza se han congelado. Gran parte de los protagonistas de nuestras páginas reclaman la necesidad de una potente y renovada visión para la compren- sión de nuestra realidad y nuestros desafíos, como una tarea que deberían asumir quienes conducen los procesos de desarrollo, los actores del sistema político, los actores del sector productivo y la sociedad en su conjunto. El común denominador de quienes participan en este número de Tarija 200, afirma que requerimos un cambio de actitudes, una mayor disposición para participar en los asuntos públicos que afec- tan al departamento, en espacios de calidad lejos del show y de la estridencia de los discursos vacíos de contenidos propositivos. Los desafíos de hoy son de gran envergadura y están concentra- dos en: recuperar el rumbo del departamento, poner en marcha lo que nos queda de autonomía, cambiar el modelo productivo basado en el gas, encauzar las soluciones por la vía democrática, superar las desigualdades sociales, replantear un proyecto de departamento y dotar a los ciudadanos del disfrute de la misma libertad y dignidad. Es tiempo de profundas reflexiones, nuevas luces y planteamien- tos creativos, que los habitantes de Tarija y sus referentes necesitan, pero que recurrentemente no se incluyen adecuadamente en las propuestas programáticas. No deberíamos renunciar a impulsar transformaciones y avan- zar a través pactos para dar viabilidad al desarrollo productivo y generar rumbo al departamento. Ese es otro de los grandes desa- fíos para los liderazgos de referencia y la sociedad. Los ciudadanos merecemos más de nuestros líderes en distintos ámbitos, pero de- bemos tener la capacidad de participar y provocar cambios y saber que el futuro depende de lo que seamos capaces de hacer y no del destino. Tampoco podemos renunciar a una voluntad inequívoca, de autogobernarse y autodirigirse políticamente, en el marco nues - tras competencias e intereses “la autonomía hoy se entiende, conceptual y jurisprudencialmente, no sólo como capacidad de autonormación, sino fundamentalmente, como capacidad de au- todirección, de orientar política y administrativamente la propia comunidad o territorio, a los fines del desarrollo, de elegir por tanto opciones y directrices que pueden ser diferentes de las estatales o del nivel central” 2 . Es tiempo de exigir, proponer e impulsar acuerdos y pactos por el desarrollo, que se conviertan en políticas de Estado en los dife- rentes niveles del departamento, porque Tarija somos todos. 1. M. Villoria 2011 2. J. Prats 2008 Tarija, abril de 2012 Un Hombre El rumbo del departamento y sus desafíos STAFF DIRECTOR Amilcar Taboada Arnold GERENTE Alebis Mealla Taboada CONSEJO EDITORIAL Oscar Gonzales de Prada Teresa Ossio B. Marcos Gonzales de Prada Leonardo Buitendijk PERIODISTAS Daniel Rodríguez Fernando Ayala Gabriela Ontiveros ENCUESTAS VISTAR COORDINADOR Alebis Mealla Taboada DIGITALIZACIÓN Y ENCUESTAS Jorge Aguilera Adrian Iturre Marvin García CUADRO DE PORTADA Benito Huarachi FOTOGRAFÍA ARTÍSTICA Lilo Methfessel DIAGRAMACIÓN Y DISEÑO Grover Limachi Peralta COLABORADORES Roberto Ávila Castellanos Jesús M. Molina Gareca Carlos Toranzo Roca Ramiro Moreno Baldivieso Iván Arias Durán Miguel Castro Gonzalo Ávila Sánchez Carlos Aramayo Josep Centelles i Portella Diego Ávila Navajas FUNDACIÓN MILENIO IBCE FUNDEMPRESA AIGOB COMERCIALIZACIÓN Alebis Mealla Taboada Mariana Ocampo del Carpio Gustavo Salims Taboada TARIJA200 Depósito Legal Nº 9-3-54-2 Impresión: Corpográfica Las opiniones o comentarios no necesariamente comprometen la línea editorial de TARIJA 200 REDACCIÓN CENTRAL Calle La Madrid No. 416 - Teléfono: 46661011 e-mail: [email protected] Tarija - Bolivia

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Abril - Junio / 2012

EDITORIAL2

Teresa Ossio B.

“La libertad requiere capacidades para vivir la incertidumbre. La libertad es el fuego sagrado que los humanos han tratado siempre de arrebatar a los dioses. La facilidad con que hoy hablamos del derecho a construir y rectificar nuestra propia biografía nos hace olvidar que durante casi toda la existencia

consciente humana la libertad fue una idea inexistente o aplicable sólo a una aristocracia o minoría exenta de la dureza de ganarse la vida” (Joan Prats)

Cuando las palabras dejan un mensaje y ese mensaje es capaz de surcar el tiempo y desdeñar el olvido es que nuestro paso no ha sido en vano. Muchas veces seguimos es-telas lejanas pero son pocas las que por un instante de este tiempo nos permiten mirar una que se hace cercana, entonces es cuando frases y expresiones se nos hacen familiares, porque se han quedado grabadas pasando por el intelecto y larazón para alojarse en el pensamiento y en el corazón.

Joan Prats, un hombre que brilla por su legado, sostiene que la democratización mas no las democracias son los procesos por donde transcurrimos, con una mente clara,nospudo retratar y decirnos sobre las presiones y desafíos del Estado, tal como él las vivía y las estudiaba. Sobre la difícil gobernabilidad democrática muchas veces su pluma maestra deambuló y más de una vez nos provocaría cierta inquietud desde su mirada al mañana nacional, aquella que creía firmemente en la ciudadanía como base de la cultura demo-crática y en esa plataforma inscribía su amor por la libertad y su creencia en el socialismo y el republicanismo cívico.

Conoció Latinoamérica desde sus paisajes y sus pueblos, observó y analizó las demo-cracias estatales frente a la complejidad, diversidad y dinamismo sociales; y supo ponerse en los zapatos como uno más. Desde ese lugar nos escribió y planteó las urgencias de las democracias ante los desafíos globales, ubicando esta región en perspectiva multipolar y a Bolivia, en el mapa de los actores estratégicos para la construcción de una mejor sociedad.

Nos dijo muchas veces que la labor de los líderes y formadores no está en enseñar sino en aprender, y para ello tomaba las palabras de Wintgestein cuando decía que “hasta que no sabemos qué hacer no hemos comprendido”, lo repetía muchas veces en el afán de insuflar el aprendizaje para la acción.

Pero no solo dedicó sus saberes y tiempo de estudio a la reflexión, al análisis del Estado y a la gobernabilidad democrática, también se dedicó a la mirada compleja sobre la ad-ministración pública a la que brindó un análisis de muchos años y no pocos escritos; sino que supo incorporar el pensamiento clásico de manera diáfana. Tomando el pensamiento aristotélico nos dejaba el mensaje: “No hay humanidad sin polis. El fin de la polis es el bienestar. Pero no hay bienestar sin que la polis garantice la seguridad”,y confluía a las necesidades elementales del ser humano, para decir que sin seguridades básicas no hay libertades verdaderas.

Defensor a ultranza de la democracia supo infundir en cada uno de sus pasos teóricos y vivenciales, desde la universidad y el accionar político, los fundamentos necesarios para generar una plataforma de convicción en la defensa de la democracia y la lucha contra las desigualdades. Nos decía que la globalización levanta fuerzas y procesos que condicionan la vida de la gente y que están fuera del control de las polis democráticas.

Pero este hombre que navegó por las complejas estructuras de la política, el derecho, la gobernabilidad y sus reconocidos pasos por la teoría delas instituciones y la gobernanza también paseó su pensamiento y reflexión por la naturaleza humana y la construcción social. Nos dejó palabras como:

“Nuestros Genes nos orientan, junto con nuestra Libertad e Intenciones que la guerra de los fundamentalismos contra la teoría de la evolución sigue viva. Pero les vamos ganan-do esta batalla como les hemos ido ganando todas las anteriores contra el oscurantismo y las falsas bases de nuestra dignidad. No es cierto que sin Creador estemos perdidos en un Cosmos inabarcable. Desde luego no podemos prescindir del misterio ni de lo insondable y por eso la espiritualidad y la religión son intrínsecamente humanas. Pero no nos orien-tamos en la vida sólo por nuestra libertad e intenciones sino también por la maravillosa brújula de nuestros genes. Ellos son los que nos permiten entendernos y sentir empatía por encima de las barreras culturales y lingüísticas porque ellos son los que determinan nuestro nivel más profundo y fundamental: los humanos tenemos las mismas necesida-des, impulsos e intereses”.

Su frase acerca de que el fundamento de “nuestra igual Dignidad está en nuestra co-mún naturaleza y no en nuestras diversas culturas”,lo llevaba a un horizonte donde nues-tra humanidad,en la búsqueda de nuestras culturas, corre el riesgo de perderse dejando lugar sólo a una federación de civilizaciones con el signo excluyente de la “identidad”.

Un hombre que fue capaz de generar más de una incómoda reacción o recelo cuando por nuestras latitudes expresaba que el machismo era una dimensión más del subdesa-rrollo, que además genera todo el conflicto personal como fuente de desconfianza, des-amor, sufrimiento, improductividad, desigualdad y al final infelicidad.

Ya este hombre también le calzaba la imagen del poeta, ser humano de una inmensi-dad generosa de sentimientos y humildad que le daba grandeza. Joan Prats llegó a nues-tras vidas para quedarse en ellas desde su mensaje y el inmenso amor que tuvo a esta tierra y a nuestra Bolivia.

Un hombre, Joan Prats, cuyo nombre nos traerá siempre la mirada inteligente y sabia con ese abrazo de alegría, y profundo amor.

Recordándolo con el privilegio de haber compartido su vida, a dos años de su partida.

Su esposa, Abril 2012

“No puede haber cambio social si la gente no cam-bia sus hábitos y creencias. El buen gobierno y la buena sociedad, implican y necesitan civis-mo. Para los atenienses la lealtad con la ciudad

en la que se vive o el compromiso cívico era lo que nos hacía verdaderamente humanos. No hay mayor virtud ni mayor gloria, decía Cicerón, que preocuparse por el bien común. La virtud cívica de la sociedad tenía una doble dimensión: por un lado, requería de la capacidad para discernir lo que el bien pú-blico demanda y, por el otro, exigía la motivación para actuar según sus dictados”1.

La presente es la segunda entrega de Tarija 200, un esfuerzo, concebido hace mucho tiempo, cuyo único propósito es producir, gestionar y difundir información útil y utilizable al servicio del de-sarrollo del departamento, la profundización de la democracia, la gobernabilidad democrática y la gobernanza.

Como el año pasado, hoy abrimos un espacio para la delibera-ción y el análisis de los temas de fondo, para el intercambio de ideas y propuestas, así como para la difusión de los procesos de construc-ción del departamento. Sin embargo, y al igual que el 2011, vemos que los debates públicos contaminados por la polarización y la po-lítica de consignas y trincheras resultan totalmente estériles para enfrentar los grandes desafíos del departamento…De allí parte la búsqueda por contribuir a identificar los elementos importantes para una mejor comprensión de la situación, el rumbo, los procesos y los desafíos departamentales.

Los desempeños de Tarija y su acción colectiva en el campo po-lítico, económico, social e institucional van marcando tendencias que pueden llevarnos a diferentes escenarios; pero, debemos estar conscientes que no todos los escenarios posibles que se encuentran en la senda de estas trayectorias son los deseables.

Para ello retomamos algunas cuestionantes necesarias a fin de establecer el campo de estudio sobre el estado actual del departa-mento. Pusimos énfasis en el desarrollo productivo e indagamos sobre las perspectivas para salir de la dependencia del gas, reco-giendo opiniones, propuestas y análisis de una diversidad y plura-lidad muy amplia de actores. También, cosechamos sentires de la ciudadanía y levantamos una encuesta realizada a empresarios/productores.

De todo este trabajo que exponemos en 44 páginas existen y persisten tendencias que nos inquietan. Nos preocupan las percep-ciones negativas de los agentes económicos en torno al desempeño departamental, que parecen llevarnos a un futuro no sólo incierto sino complicado y fuera de las expectativas de desarrollo, genera-das en un contexto de altos ingresos económicos y bajas capacida-des.

Hemos constatado nuevamente que, pese a grandes recursos generados por la actividad extractiva; Tarija no tiene un rumbo de-finido; los avances en materia de desarrollo económico-productivo son muy escasos; la dependencia del gas está debilitando el creci-miento de los sectores productivos y está minando las capacidades departamentales, la creatividad y la innovación. Se fortalece la cul-tura rentista, de la disputa, del cortoplacismo y de la baja competi-

tividad, por otra parte la autonomía departamental todavía parece distante y sus principios no se aplican.

Constatamos que mientras el desempeño de la política y de la gestión pública multinivel está condicionando severamente las oportunidades y desafíos de futuro para satisfacer las expectativas y necesidades de los miembros de esta sociedad, la capacidad para la acción colectiva se ha reducido a niveles mínimos, es decir, que la gobernabilidad democrática y la gobernanza se han congelado.

Gran parte de los protagonistas de nuestras páginas reclaman la necesidad de una potente y renovada visión para la compren-sión de nuestra realidad y nuestros desafíos, como una tarea que deberían asumir quienes conducen los procesos de desarrollo, los actores del sistema político, los actores del sector productivo y la sociedad en su conjunto.

El común denominador de quienes participan en este número de Tarija 200, afirma que requerimos un cambio de actitudes, una mayor disposición para participar en los asuntos públicos que afec-tan al departamento, en espacios de calidad lejos del show y de la estridencia de los discursos vacíos de contenidos propositivos.

Los desafíos de hoy son de gran envergadura y están concentra-dos en: recuperar el rumbo del departamento, poner en marcha lo que nos queda de autonomía, cambiar el modelo productivo basado en el gas, encauzar las soluciones por la vía democrática, superar las desigualdades sociales, replantear un proyecto de departamento y dotar a los ciudadanos del disfrute de la misma libertad y dignidad.

Es tiempo de profundas reflexiones, nuevas luces y planteamien-tos creativos, que los habitantes de Tarija y sus referentes necesitan, pero que recurrentemente no se incluyen adecuadamente en las propuestas programáticas.

No deberíamos renunciar a impulsar transformaciones y avan-zar a través pactos para dar viabilidad al desarrollo productivo y generar rumbo al departamento. Ese es otro de los grandes desa-fíos para los liderazgos de referencia y la sociedad. Los ciudadanos merecemos más de nuestros líderes en distintos ámbitos, pero de-bemos tener la capacidad de participar y provocar cambios y saber que el futuro depende de lo que seamos capaces de hacer y no del destino.

Tampoco podemos renunciar a una voluntad inequívoca, de autogobernarse y autodirigirse políticamente, en el marco nues-tras competencias e intereses “la autonomía hoy se entiende, conceptual y jurisprudencialmente, no sólo como capacidad de autonormación, sino fundamentalmente, como capacidad de au-todirección, de orientar política y administrativamente la propia comunidad o territorio, a los fines del desarrollo, de elegir por tanto opciones y directrices que pueden ser diferentes de las estatales o del nivel central”2.

Es tiempo de exigir, proponer e impulsar acuerdos y pactos por el desarrollo, que se conviertan en políticas de Estado en los dife-rentes niveles del departamento, porque Tarija somos todos.

1. M. Villoria 2011 2. J. Prats 2008

Tarija, abril de 2012

Un HombreEl rumbo del departamento y sus desafíos

STA

FF

DIRECTORAmilcar Taboada Arnold

GERENTEAlebis Mealla Taboada

CONSEJO EDITORIALOscar Gonzales de PradaTeresa Ossio B.Marcos Gonzales de Prada Leonardo Buitendijk

PERIODISTASDaniel RodríguezFernando AyalaGabriela Ontiveros

ENCUESTAS VISTARCOORDINADORAlebis Mealla Taboada

DIGITALIZACIÓN Y ENCUESTASJorge AguileraAdrian IturreMarvin García

CUADRO DE PORTADABenito HuarachiFOTOGRAFÍA ARTÍSTICA Lilo Methfessel

DIAGRAMACIÓN Y DISEÑOGrover Limachi Peralta

COLABORADORESRoberto Ávila Castellanos Jesús M. Molina Gareca Carlos Toranzo Roca Ramiro Moreno Baldivieso Iván Arias Durán Miguel CastroGonzalo Ávila Sánchez Carlos AramayoJosep Centelles i Portella Diego Ávila Navajas FUNDACIÓN MILENIOIBCEFUNDEMPRESAAIGOB

COMERCIALIZACIÓNAlebis Mealla TaboadaMariana Ocampo del CarpioGustavo Salims Taboada

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Las opiniones o comentarios no necesariamente

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