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Valor Creativo

FILOSOFA

FILOSOFA DE LA DIGNIDAD HUMANA

2015

ndiceIntroduccin3Argumentacin6La Dignidad Humana en PLATN6La Dignidad Humana de Aristteles10La Dignidad Humana en Descartes16La Dignidad Humana de Kant17CONCLUSIONES23

IntroduccinEl presente trabajo se dedicar a estudiar esta dignidad de la naturaleza humana como premisa de la dignidad de la persona apuntando los elementos que anunciarn su plido fulgor, en un proceso que he llamado la individualizacin de la dignidad humana. En consecuencia, pocas veces podr utilizar el concepto de dignidad de la persona debido a que se trata de una nocin que excede el campo histrico que el presente trabajo pretende abarcar, campo que sin embargo anunciar dicha nocin a partir del Trnsito a la modernidad[footnoteRef:1]. Utilizar mejor la formula dignidad de la naturaleza humana para marcar esta diferencia. Para no repetirme usar tambin como sinnimas expresiones tales como la dignidad del Hombre, la dignidad del ser humano e incluso y de forma general la dignidad humana. [1: No hay ninguna fuente en el documento actual.No hay ninguna fuente en el documento actual. Vid., PECES-BARBA, G., Trnsito a la modernidad y derechos fundamentales, Ed. Mezquita, Madrid, 1982]

No pretendo demostrar que hubo desde los inicios de la historia de la humanidad unas primeras formulaciones filosficas de la dignidad humana que de forma lineal y continua se hubieran paulatinamente transformado hacia la dignidad de la persona. Aquello implicara una visin de la historia que no cabra en un trabajo que pretende tener un posible rigor cientfico. La historia general de esta nocin implica muchos factores y actores; fue una historia de luchas, de conflictos y de discontinuidades permanentes, que en cierta medida podran seguir, en muchos aspectos la historia de los derechos fundamentales. En consecuencia, elegir slo el campo filosfico es ya restringir en s muchas dimensiones histricas e ideolgicas de la dignidad humana. Sin embargo este mismo campo presenta un inters muy particular.Vimos que L. Dumont[footnoteRef:2] consider que el individualismo filosfico estaba en la base del individuo como valor: el filsofo sera una figura histrica que empez a tener conciencia de su dignidad, excluyndose del mundo en la activacin de las capacidades racionales y morales de la naturaleza humana. Hay que ampliar esta idea de Dumont y considerar no slo al personaje del filsofo como impulsor de la dignidad humana, sino el propio corpus de la filosofa. Antes de ser hoy una nocin jurdico-poltica, la dignidad humana fue antes (y sigue siendo) una nocin filosfica. El nexo que une ambas dimensiones es, a mi juicio, el componente tico y moral inherente a esta nocin, que se plasm particularmente en el pensamiento filosfico. Existe detrs de la dignidad humana una profunda reflexin filosfica y tica que condujo a reconocer un valor inherente a la persona que se constituy como gua e ideal. Aquello permitira adems entender quizs la vaguedad que se atribuye a su significado y contrastar una literatura que caricaturiza la dignidad humana en su exclusivo fundamento religioso[footnoteRef:3]. [2: DUMONT, L., Gnesis I. Del individuo-fuera-del-mundo al individuo-en-el-mundo en Ensayos sobre el individualismo, trad., Tusn Calatayud, R., Alianza, Madrid, 1987] [3: GONZLEZ PREZ, J., La dignidad de la persona, Civitas, Madrid, 1986 (vid., las pp. 26 y 30-48) y DESIMONI, L. M., El derecho a la dignidad humana, Deplama, Buenos Aires, 1999 (vid., el Cap. IV La Iglesica Catlica como fuente del derecho a la Dignidad Humana, pp. 99 ss. )]

Es cierto que la filosofa fue en muchos aspectos una actividad que consisti en describir y legitimar la funcin misma del filsofo dentro de las sucesivas comunidades humanas. Pero consisti tambin en una comunicacin de conceptos cuyo punto de arranque era la aprehensin y la definicin del sujeto humano. Adems, para poder sobrevivir y legitimarse, la filosofa (mejor dicho las varias corrientes filosficas) tuvo que comunicarse con los no iniciados, comunicacin que se bas esencialmente en un despertar del sentido crtico del individuo humano. La base de filosofa consiste en un anlisis crtico de la naturaleza y de la condicin humana. La primera se refiere a los rasgos y a las cualidades antropolgicas del ser humano y la segunda, a la situacin del Hombre dentro de su existencia. Respecto a la naturaleza humana, la filosofa tratar de estimular varias caractersticas, entre las cuales la razn para que el Hombre pueda precisamente tener conciencia de su condicin, y trascender sus lmites. Fue en efecto a partir de esta relacin entre la naturaleza humana y la condicin del individuo cuando la filosofa contempl un valor inherente al ser humano. Reconoci adems este valor, comunicndose permanentemente con situaciones polticas y sociales propias de cada poca.Pretender analizar en la historia la construccin y la fundamentacin de la dignidad humana tiene como primera dificultad demostrar la viabilidad de esta nocin dentro de los parmetros inherentes a este campo. La segunda dificultad consiste en relevar si dicha viabilidad limitada a este mbito, puede ayudarnos a comprender con ms claridad los supuestos (filosficos y ticos) sobre los cuales se fundamenta la dignidad humana, como fundamento actual de los derechos humanos. Se trata as de una experimentacin que, despus haber seleccionado el campo de investigacin (la filosofa) debe tambin seleccionar los materiales que nos permitirn llevar a cabo esta indagacin. Aquellos materiales sern las obras seleccionadas de algunos filsofos. Concretamente sacar sucesivamente una muestra de la reflexin general de un filsofo, la cual observar a travs de la perspectiva de la dignidad humana. Tratar de revelar las razones y los modos que llevaron a un filsofo a contemplar un valor inherente al ser humano. Har esta operacin de forma sucesiva, comparando los diferentes pensamientos filosficos para revelar sus similitudes y sus diferencias. Mi objetivo consiste en comprobar dentro de un mbito limitado, algunas caractersticas que permiten comprender los fundamentos filosficos de la dignidad humana. Ahora bien, la idea misma de fundamentos, implica una cierta unidad o al menos, ciertas relaciones complementarias entre los elementos que constituyeron esos fundamentos. Por esta razn, el presente trabajo pretende establecer un dialogo entre los varios filsofos estudiados. Esta estructura no pretende revelar una lucha continua por la dignidad humana, sino facilitar la comprensin de esta mutua influencia entre los autores estudiados. Es cierto sin embargo, que esta misma estructura cronolgica revela tambin un progreso en la conceptualizacin de la dignidad humana. Por lo tanto, en el presente trabajo pretendo demostrar que dentro de este proceso de individualizacin de la dignidad humana se realiz un incipiente reconocimiento de la igual dignidad de los individuos. En consecuencia la idea misma de construccin implica esta idea de progreso, pero dicho progreso se limita a la esfera especulativa y filosfica. Tambin, he restringido este progreso a ciertos autores, lo que implica que dicha investigacin es tambin una reconstruccin. Por fin, la mayor dificultad con la que me encontr fue la densidad de material estudiado dentro de un periodo histrico tan largo.

ArgumentacinLa Dignidad Humana en PLATNEl modelo filosfico ms evidente para interpretar el camino de Neo en la pelcula Matrix es la alegora platnica de la Caverna. En esta alegora, como en Matrix, un prisionero est liberado de un mundo de ilusiones en el cual viven todos los Hombres. Descubre paulatinamente la naturaleza de lo que existe realmente, y vuelve luego a la Caverna en medio de ilusiones, que el conocimiento de la verdad le permite controlar, en la esperanza de liberar a otros prisioneros[footnoteRef:4]. Como film de accin intelectual, la triloga cinematogrfica de los directores y hermanos Wachowski[footnoteRef:5], hubiera recurrido entre otros elementos a la filosofa platnica para describir una terrible condicin humana imbuida en un mundo de ensoaciones y dominada por las maquinas[footnoteRef:6]. El uso implcito de la filosofa de Platn para vertebrar el guion de una pelcula de ciencia-ficcin contempornea, revela implcitamente, que Platn proporcion ciertos elementos todava vigentes para la reflexin sobre la condicin humana. Ms precisamente, su aportacin consiste en haber postulado que los Hombres viven originalmente en un estado de ignorancia y deben, si quieren ser libres, acceder al verdadero conocimiento. La dignidad no era por tanto inherente al ser humano. No se trataba de algo innato sino de un valor adquirido a travs de un lento proceso de conocimiento sobre el mundo y sobre s mismo. [4: BNATOUL, Th., La Matrice ou la Caverne? en AA.VV., Matrix. Machine Philosophique, Ellipses, Aubin Imprimeur, Pars, 2003, p. 34] [5: The Matrix, Wachowsky A & L., (dir.), Silver Pictures / Village Roadshow Productions, (1999, 2002, 2003).] [6: IRVIN, W. (ed.), The Matrix and philosophy, Open Court, Chicago, 2002]

El objetivo de Platn no pareci consistir en erigir un sistema filosfico o una dogmtica sino aclarar en un primer momento, el significado comnmente aceptado de algunos conceptos bsicos como la virtud, la justicia, lo bello y la valenta. Esas cuestiones no eran las de un profeta sino la de un pensador que cre una filosofa de la moralidad[footnoteRef:7]. La filosofa platnica se interesaba as por los mecanismos del pensamiento, por los movimientos de la reflexin (la dialctica); su propsito no era una respuesta clara a cada problema planteado sino la descripcin de las pautas de la reflexin filosfica[footnoteRef:8]. Consisti, por lo tanto, en un anlisis del modo en que el lenguaje estructuraba el conocimiento[footnoteRef:9]. [7: JAEGER, W., Aristteles. Bases para la historia de su desarrollo intelectual, trad. Gaos J., FCE, Mxico, 1997, p. 445. (A pesar de ser una obra sobre Aristteles, contiene numerosas reflexiones sobre Platn).] [8: JASPERS, K., Los grandes filsofos, trad. Simn. P., Tecnos, Madrid, 1995, pp. 70 ss.] [9: GOSLING, J.C.B., Innate Knowledge and the Corrigibility of Language, Plato, Routeldge and Hegan Paul, Londres, Boston, Melbourne y Henley, 1983, pp. 291-310]

Algunos elementos del pensamiento socrtico-platnico han sembrado algunas semillas de la dignidad humana, a travs de un doble proceso: la individualizacin y la divinizacin del ser humano. En cuanto al primer rasgo, Platn insisti en la especificidad de la naturaleza humana respecto a los animales. Marc esta diferencia en la posesin y en el uso exclusivo de la racionalidad por parte del individuo. Adems, esta misma racionalidad revel la dimensin divina de la naturaleza humana. En efecto, el Hombre posea dicha facultad en virtud de su alma que revelaba su parentesco con lo divino y la posibilidad de elevarse hacia l.Por otra parte, las premisas de la dignidad humana en Platn, aparecieron a travs del estmulo de su racionalidad. El individuo deba usarla para buscar y tal vez encontrar el verdadero conocimiento del mundo y de su propia persona. Esta segunda direccin del conocimiento, implic una introspeccin interior, que revel un cierto despertar de la conciencia individual. Tambin deberamos tal vez ver ms aqu el pensamiento de Scrates que de Platn. De todas formas, la idea misma de individuo pudo en ciertos aspectos empezar a tomar forma, plasmando su autonoma hacia nuevos horizontes. Era una autonoma que se fundamentaba en la capacidad humana de tener un pensamiento abstracto que permita al Hombre llevar a cabo una virtud prctica: conocerse a s mismo. Este pensamiento abstracto era el pensamiento racional, filosfico y crtico, es decir, una reflexin capaz de tomar una distancia y analizar con unas pretensiones de objetividad, las experiencias vividas por lo humano. Siguiendo a Tugendhat, gracias a Platn y a Scrates, se volva inaceptable que se admitiera algo como bueno o correcto porque estaba dado de antemano en la costumbre, sin poderlo probar como bueno o correcto: la filosofa se volvi entnces un radical dar cuenta y razn[footnoteRef:10]. En una misma dinmica, Jaeger, trat de identificar un punto positivo en la Repblica de Platn. Consider as que la subordinacin de todos los individuos al Estado, la conversin de las personas emancipadas en verdaderos ciudadanos eran quizs otra manera de expresar el siguiente hecho histrico: la moralidad haba acabado por separarse de la poltica, de las leyes de las costumbres del Estado histrico; por ende, se constitua la conciencia independiente del individuo [como] el tribunal supremo incluso para las cuestiones pblicas[footnoteRef:11]. Es en esta fe o en este postulado de Platn, en la capacidad del Hombre a tomar una distancia crtica hacia su esencia y su existencia, que aparece una incipiente conciencia individual, desvinculada de la homogenizacin de las conciencias. [10: TUGENDHAT, E., Problemas de la tica, trad. Vigil, J., Crtica, Barcelona, 1988, p. 48] [11: JAEGER, W., Aristteles. Bases para la historia de su desarrollo intelectual, op.cit., p. 454]

Es cierto que los espacios intelectuales en los cuales esta incipiente conciencia individual adquiri una nueva forma estaban tambin restringidos en el modelo de virtud y al posible misticismo de Platn. Por esta razn tambin, Scrates apareci ms propicio a defender la dignidad humana, porque disfrazaba seguramente mejor su modelo de virtud. Sin embargo, en esos nuevos espacios ticos, se desplegaba una nueva concepcin de la autonoma individual que proceda de los nicos recursos intelectuales del individuo. Por supuesto, la dignidad del Hombre no era inherente al ser humano. Pero esta dignidad ya no proceda de fuentes externas, materiales, sociales y polticas. Se volva un rasgo moral vinculada con la naturaleza humana. Sin embargo, como apunta Jaeger, la peculiaridad de Platn y del pueblo griego en general fue su descubrimiento del Hombre pero no del yo objetivo sino de la conciencia paulatina de leyes generales que determinan la esencia humana. El principio espiritual de los griegos no era el individualismo sino el humanismo, para usar la palabra en su sentido clsico y originario[footnoteRef:12]. Se trataba de un humanismo que no contemplaba el valor del Hombre como objetivo a defender, sino como premisa moral mnima e implcita a partir de la cual se conformaban modelos ticos de virtud. [12: JAEGER, W., Paideia, op.cit., pp. 11-12.]

Ahora bien, este ideal de Hombre, y a pesar de sus limitaciones, constituy un eslabn necesario para el concepto de dignidad humana. ste se nutri no slo de la autonoma del individuo sino de la igualdad inherente de los seres humanos cuyo fundamento era precisamente que los seres humanos fuese iguales por compartir una misma humanidad. Se ha insistido en qu no se puede encontrar una categora tica de humanidad en los planteamientos socrtico-platnicos. Sin embargo, se identificaron algunas caractersticas antropolgicas de la humanidad que, ms tarde, sirvieron de base a su definicin moral.Se ha visto que los conceptos ticos y polticos de Platn se fundaron en su peculiar antropologa que convirti al Hombre en un ser racional. ste se vio desde ahora otorgado la capacidad de penetrar y comprender la realidad que lo rodeaba. Por tanto, Platn vincul su antropologa con una ontologa, es decir una teora de la realidad. El individuo no era el centro de esta realidad sino que era una parte de ella, de este Todo, y deba, si quera tener una existencia digna, tratar de estimular sus facultades cognitivas para entenderla, de acuerdo con su papel de ser humano racional. Por esta razn, en un primer momento, fue difcil encontrar semillas de la dignidad humana en Platn. Incluso muchos de los planteamientos de Platn se oponan a esta idea. En efecto, no habl de un valor inherente a las personas sino que los individuos lograban un valor cuando eran capaces de acceder al verdadero conocimiento. La dignidad no era un atributo innato de los individuos sino la consecuencia de una conducta intelectualista y moral. La dignidad del Hombre dependa del buen ejercicio de sus facultades espirituales desvinculadas de lo corporal y de lo mundanal, lo que foment una visin negativa de la existencia humana. Lo humano era asimilado a lo limitado, lo corporal y lo falso mientras que lo divino era lo verdadero y lo superior. La dignidad del Hombre en Platn no era as humana sino divina. Solamente gracias a su alma, el individuo poda pretender penetrar el mundo de las Ideas. En consecuencia, por hacer derivar la dignidad de un ideal de comportamiento, de un modelo de perfeccin, se justific una desigual dignidad entre los individuos. Algunos eran ms capaces de coincidir con este modelo, mientras que otros, a causa de su imperfecta naturaleza, deban aceptar su dignidad inferior y estar discriminados e incluso esclavizados. Slo algunos individuos, perfectos de acuerdo con los patrones de virtud, podan concebirse como seres dignos, valiosos, es decir en la terminologa platnica, reales y superiores.Ahora bien, esta visin que se plasm particularmente en la Repblica, no debe menospreciar otros escritos platnicos que han podido ayudar a configurar la dignidad humana, particularmente a travs del pensamiento socrtico. En efecto, cuando el pensamiento de Platn estaba quiz ms dependiente de los planteamientos de Scrates, algunas reflexiones han podido abundar en el sentido moderno de dignidad humana. As, se ha podido apreciar un inters por la individualidad misma del ser humano, insistiendo en sus rasgos racionales y morales que le permitan tener conciencia de s mismo y actuar de forma virtuosa.Esta virtud, adems, ya no dependa del rango social ni del cargo poltico sino de la nica conducta autnoma de la persona. Lo que contaba era slo el individuo y no su origen. El Hombre deba esforzarse por conocer el mundo que le rodeaba as que su alma.Por otra parte, dicha capacidad de conocimiento pareca a veces, accesible a todos ya que todos podan compartir esta racionalidad. Tambin, aunque Platn no confiri una dimensin tica al gnero humano, se insisti en su valor y en su peculiaridad respecto a los animales insistiendo en algunos rasgos de su naturaleza como su inteligencia. Tambin, la dignidad del Hombre proceda de su alma, es decir del elemento divino de su naturaleza. Aquello tuvo como consecuencia negativa el desprecio de la existencia mundanal y corprea del Hombre. Sin embargo, introdujo en la naturaleza humana un elemento que permita justificar su dignidad. Los Hombres-microcosmos, se volvan seres casi hbridos, tanto mundanales como divinos, dotados de una naturaleza mixta de la cual deban manifestar su parte ms alta. El ser humano se volva por tanto un ser racional, libre y moral y Platn estableci una conexin entre esos tres rasgos. En este sentido, contribuy a perfilar el individuo-fuera-del-mundo de L. Dumont, al introducir una dicotoma entre el sabio y los Hombres no iluminados que seguan siendo vctimas de la vida mundana. La adaptacin al mundo se obtena efectivamente en una relativizacin de las costumbres y de los valores humanos[footnoteRef:13], relativizacin que encontraremos adems en la mayora de los pensadores estudiados en la presente investigacin. Como en la pelcula The Matrix, la dignidad del Neo-Hombre, se inscriba en la necesidad y en su capacidad para acceder al verdadero conocimiento que, a su vez, proceda del derrumbamiento absoluto de las coordenadas sobre las cuales haba, previa y engaosamente fundado el significado de su existencia. Sin embargo, mientras que en la pelcula el protagonista deba desplegar al mximo sus capacidades cognitivas y fsicas para trascenderse a s mismo y luchar contra las mquinas, el Hombre socrtico-platnico, deba conocer primero sus lmites para poder luego acceder a la pureza del conocimiento. Ambas perspectivas se reunan en otro lugar: la posibilidad por parte del individuo de obtener una verdadera felicidad, a travs de un doble proceso de iniciacin y de conquista sobre s mismo y a veces, sobre los dems. [13: DUMONT, L., Gnesis I. Del individuo-fuera-del-mundo al individuo-en-el-mundo, op.cit., p. 39.]

El concepto de dignidad humana se fund efectivamente en las genuinas intuiciones de Platn acerca de la naturaleza humana. Pero el mismo Platn, recurri tanto a la persuasin como a la fuerza para organizar su sociedad ideal y concebir al Hombre[footnoteRef:14], estableciendo una importante barrera con el significado moderno de la dignidad humana. [14: PLATN, Repblica (419e), op.cit., pp. 345]

Platn no fue el nico en determinar la orientacin del pensamiento moderno. En efecto, junto a su discpulo Aristteles, como advirti W. Jaeger, pusieron en buena parte los cimientos del edificio histrico de nuestra cultura[footnoteRef:15]. Dedicar la prxima seccin al estudio de esos cimientos puestos por Aristteles en la base del hogar de la dignidad humana. [15: JAEGER, W., Sobre el origen y la evolucin del ideal filosfico de la vida, en Aristteles. Bases para la historia de su desarrollo intelectual, pp. 471-472]

La Dignidad Humana de AristtelesCuando Aristteles reconoci una sociabilidad inherente a los seres humanos, seleccion sin embargo a los miembros de esta asociacin poltica. Los dems, es decir, los extranjeros, el plebeyo y los esclavos, se quedaban al margen y no podan pretender al bien comn, que consista en la vida buena y propiamente humana. Tambin los que estaban al margen sufran precisamente la autoridad, la supremaca, e incluso la violencia de los individuos privilegiados. Pero, en esta misma seccin, he tratado de indicar cmo la concepcin aristotlica de lo humano pudo ofrecer una base a la dignidad humana sin confundirse por lo tanto con ella, es decir sin aportar elementos a la igual dignidad de los individuos. Proporcion unas premisas importantes para el futuro desarrollo moderno de la dignidad humana, sin agotar su profundidad. A pesar de esos lmites, algunos materiales de las reflexiones de Aristteles prepararon el terreno para la reflexin filosfica y moral de la dignidad humana. Es esta preparacin del terreno, esas semillas que lanz Aristteles en el campo del pensamiento filosfico-moral donde se encuentra, a mi juicio, su aportacin a la dignidad humana.Aristteles estableci una premisa esencial a la dignidad humana, en la medida que supo identificar primero lo humano. En efecto, supo identificar al individuo humano a travs de lo que he llamado una naturaleza humana unida, donde el cuerpo y el alma se apoyaban mutualmente para configurar al individuo. He insistido en que el alma perdi con Aristteles la centralidad que tuvo en Platn. Es decir, era todava un elemento muy relevante para Aristteles puesto que era el principio mismo de la vida, pero ya no tena una dimensin mstica que la elevaba encima de las realidades finitas del mundo y del Hombre. Al contrario, perteneca a este mundo y proceda de l. Esta prdida de centralidad del alma fue compensada por la centralidad que otorg Aristteles a la idea de Hombre, definido como individuo. Lo que importaba no era el destino del alma sino del Hombre en su propia vida, encaminado en la realizacin de sus fines que l mismo determinaba. Aqu la dignidad del Hombre no proceda de una elevacin o de las potencialidades prodigiosas de su naturaleza, para elevarse de sus finitudes, sino de la realizacin de una virtud mundanal y accesible.La identificacin de lo humano, a travs de la definicin del Hombre como individuo, apareci igualmente en lo que he definido como la naturaleza humana nica. Aristteles identific aqu los rasgos que definan la especificidad del ser humano. La razn, la bsqueda de la felicidad y la naturaleza poltica se conectaban entre s para definir su particularidad y encaminarle hacia una vida virtuosa. Aunque el Hombre era un animal, sus caractersticas le alejaban de dicha animalidad y la asimilaba a lo divino, sin confundirse con l. El aspecto especfico del Hombre se fundamentaba as en su punto intermedio en la escala de la naturaleza, como naturaleza-microcosmos. Ella no era signo de indeterminacin sino de posesin de todas las facultades, tanto las animales como las divinas.Aunque la dignidad del Hombre segua mantenindose en un marco teleolgico, parece ser que logr un posible ensimismamiento en las reflexiones de Aristteles, es decir, contribuy ms significativamente a lo que he llamado el proceso de inherencia de la dignidad humana. Por una parte, Aristteles otorg unas capacidades al Hombre a las cuales podan tener ms fcilmente acceso y manifestar as su dignidad (como excelencia o virtud). Por otra parte, dicha dignidad era propia del Hombre y Aristteles no quiso fundarla en una comparacin con otros criterios exteriores como Dios o los animales. El Hombre era digno por sus propias cualidades independientemente de su superioridad o inferioridad con otros seres y entes. La finalidad que el ser humano pretenda alcanzar, participaba tambin de este mismo proceso de inherencia y profundiz particularmente su calidad de ser en proyecto: era el nico de los seres a aadir a su existencia un fin moral, es decir, la felicidad. sta ya no era un bien inaccesible sino posible y mundanal: Aristteles devolvi este fin a los Hombres, de ah un optimismo antropolgico subyacente a su visin de la condicin humana. Este optimismo se apoy en el antropocentrismo de la moral aristotlica ya que se preocup por describir los medios para lograr esta felicidad en la vida humana y por insistir en que el humano era capaz de elegir sus conductas de acuerdo con su voluntad.Aristteles defini a los Hombres, como seres dotados de voluntad, que se proyectaban en su existencia y que configuraban desde su autonoma el tipo de vida que podan y queran llevar a cabo. Los lmites inherentes a la naturaleza del Hombre no les impedan manifestar su dignidad. No implicaba un esfuerzo sobre- humano, una lucha consigo mismo para coincidir con su verdadera naturaleza y lograr por lo tanto una dignidad sino que sta era tal vez ms subyacente a las facultades mismas del Hombre. Desde su origen, el Hombre poda lograr su mximo fin, era un ser en devenir que se proyectaba en el mbito mundanal haca sus ms altas finalidades que se encontraban en su individualidad. El Hombre como individuo y como ser en proyecto constituyen dos parmetros sobre los cuales se apoya, en mi opinin, el concepto moderno de dignidad humana y que representan la aportacin decisiva de Aristteles respecto a esta nocin. Pero sin esos parmetros, la idea de dignidad humana nunca hubiera podido desarrollarse: ella se otorga al ser humano, y ste, desde su perspectiva moderna, se define como un individuo y como un ser en proyecto. Constituyen ms bien unos parmetros que definen implcitamente al ser humano y que han servido de apoyos implcitos, de semillas, al pensamiento de la dignidad humana. As, Aristteles tuvo la intuicin de definir al Hombre como un ser que se proyectaba y que se construa, otorgando su significado moral a la realidad que el rodeaba. El individuo dotado de voluntad, se volva lo que haba decido ser, y buscaba la felicidad como el fin de su existencia.Esas ideas configuraban as a un individuo consiente, que pretenda dar un sentido a su vida. El individuo como ser en proyecto se construa segn el plan de una virtud determinada y Aristteles mostr que los Hombres se proyectaban en la vida y que esta misma proyeccin les ayudaba a construir su propia persona. El Hombre tena conciencia de la vida en general y de su propia existencia en particular. Dicha conciencia se orientaba hacia dos fines complementarios: primero, el Hombre entenda la belleza de su vida y de su persona y, segundo (y como consecuencia), entenda la necesidad de velar por su autonoma y su dignidad como ser racional. Aristteles empez a pensar al Hombre desde su individualidad pero la autonoma que le dot se expresaba siempre en el marco de la virtud que defini dentro de los lmites de la tica de su tiempo. Ello hizo muy difcil encontrar en este sentido, precedentes a la igual dignidad de los seres humanos. No se puede pedir demasiado a Aristteles porque las circunstancias de su poca y los criterios morales en los cuales se encontraba eran tan fuertemente implantados en su conciencia (y en las de sus contemporneos) que era complicado superarlos. No obstante creo que Aristteles, hizo temblar algunos de los cimentos morales que estructuraban las conciencias griegas, al pedir que el individuo examinase su existencia para llevar a cabo una vida buena.Esta vida era la nica que mereca la pena ser vivida y consista en una perfecta autonoma que Aristteles defini como autarqua. A fin de cuentas, dependa de ciertos recursos materiales que permitan el desarrollo y el ejercicio de una facultad moral propia del ser humano: la prudencia. El Hombre no poda alcanzar tal vez la vida divina, lo que importaba era ensearle cmo poda llevar una vida propiamente humana, es decir de acuerdo con sus caractersticas y fines especficos y ms altos. La prudencia apareci como una virtud prctica, antropocntrica que permita al Hombre lograr la felicidad. Gracias a esta virtud, el Hombre tena una facultad deliberativa que le habilitaba prever, tener una existencia y agarrarse a s mismo. Esta felicidad deba ser por otra parte el objetivo principal de la polis que deba velar que sus ciudadanos llevaran a cabo una vida buena. Una teora de la responsabilidad y de la identidad empez entonces a aparecer en los planteamientos aristotlicos La vida buena implic un uso moderado de los bienes materiales y la bsqueda de la independencia en cualquier aspecto de la vida. No se manifest en una independencia del individuo hacia los dems, sino ms bien en su contrario: en la misma participacin poltica. Adems, la Ciudad deba, y en particular a travs de una educacin pblica, orientar a todos los ciudadanos hacia la felicidad. Aristteles se preocup primero por concretar la felicidad como fin de los Hombres. Segundo, consider que era un deber del poltico organizar una Ciudad que respondiera a este fin humano. Tercero, fund esta vida buena en la plasmacin de la autonoma del individuo. En resumen, Aristteles concibi y plasm su intuicin segn la cual los Hombres eran seres de fines, que podan tener y buscaban un sentido a su existencia.Ahora bien, la idea de dignidad humana implica tambin que los individuos sean seres de fines (a no confundir con la definicin kantiana del Hombre como un fin en s), es decir, que son capaces de elaborar y concretar varios planes de vida. Para que se pudiera concebir as a los seres humanos, haba que presumir que fueran dotados de conciencia y de voluntad y que buscaban los medios adecuados para lograr una existencia que libremente consideraban feliz. Aqu se encuentra la perfecta sintona de la reflexin aristotlica con la Weltanschauung moderna[footnoteRef:16]. Ms precisamente, hay aqu un importante punto de conexin entre la visin aristotlica del Hombre y el concepto de dignidad humana: ambas presuponen la consideracin del individuo humano como un ser capaz de proyectarse en la vida y de darla un sentido moral. Para Aristteles, el Hombre se construa en funcin y gracias a la virtud; para la dignidad humana, es gracias a los derechos humanos. El sentido moral de la vida deriva en el caso de la dignidad humana de la variedad de las manifestaciones de la autonoma individual. En el caso de Aristteles, de la confusin entre la autonoma individual y la conducta virtuosa. [16: CANDEL, M., Regreso a Aristteles?, prlogo de BRUN, J., Aristteles y el Liceo, op.cit., p. 14.]

Con otras palabras, la virtud era el plan sobre el cual deba basarse el Hombre en proyecto aristotlico; para la dignidad humana, el Hombre en proyecto moderno recurre a los derechos humanos para dibujar sus propios planes (es decir para expresar y lograr su autonoma). Esta diferencia es capital puesto que la dignidad humana implica que no existe un modelo de vida superior a otro, mientras que Aristteles defenda lo contrario. Exista una sola y verdadera autonoma individual y se lograba gracias a un modelo general y excluyente de virtud. Es cierto que la dignidad del Hombre en Aristteles estaba siempre vinculada con su modelo de virtud y que muchos individuos (como los esclavos) no eran capaces de ser virtuosos, y por lo tanto dignos. Se mantena entonces un doble determinismo, en el origen y en la meta de la existencia humana. En el origen, haba una seleccin de los individuos capaces de ser humanos y en la meta, slo un objetivo era verdaderamente digno de lo humano. Aquello era consecuencia de la perspectiva psicolgica antigua que mantena su mirada fijada en considerar y evaluar lo humano en funcin de sus actos; lo que importaba era entender y conformarse con un referente ltimo de la unidad. Por el contrario, el concepto de dignidad humana pretende superar cualquier determinismo. Sin embargo, en este mismo marco, Aristteles esboz un espacio donde la autonoma del individuo poda manifestarse, precisamente porque era concebido como un ser intermedio o mediano. Esta intermediaridad se manifestaba en su naturaleza (animal y divina), en su virtud (como sabidura prctica) y tambin en su finalidad (la felicidad como aspiracin individual pero cuya plasmacin era colectiva). Con otras palabras, del incipiente indeterminismo del Hombre se derivaba esta intermediaridad. Gracias a este rasgo, el Hombre se vea conferido una capacidad de actuacin en su propio espacio, con el fin de determinar su naturaleza y su existencia. Se haba convertido en el nodus et vinculum mundi, que era tambin una de las formas de asimilar al ser humano con un microcosmos[footnoteRef:17]. Sin embargo, aunque el ser humano pareca tener una libertad inherente, porque capaz de escoger su vida, Aristteles no consider que aqu estribaba verdaderamente su libertad. Ella no vena de una facultad de escoger sus proyecciones en la vida. En efecto, Aristteles contempl la naturaleza humana desde su maleabilidad, puesto que el Hombre poda, gracias a su voluntad, determinar su existencia. Pero se aprovecha desde fuera esta maleabilidad innata: el poltico usaba medios no- coercitivos, a travs de varios modos de persuasin con el fin de que el individuo (el ciudadano, el artesano, el nio, el esclavo), se conformase con el bien comn, es decir la supremaca de una aristocracia. Esta maleabilidad no era una fuente de libertad sino una oportunidad de control sobre el individuo. Por el contrario, el pensamiento de la dignidad humana, encuentra en este rasgo, la fuente misma de la autonoma humana. La maleabilidad del Hombre, viene de su indeterminacin que debe proteger y estimular. Desde este punto de vista, hablar de semillas de la dignidad humana en la filosofa de Aristteles y de Platn sera tener una perspectiva ingenua en relacin con sus planteamientos respectivos. Ahora bien, podemos hablar de semillas si contemplamos en ellas algunas propiedades que sern luego activadas en circunstancias histricas, sociales e intelectuales distintas. [17: ALLERS, R., Microcosmus from Anaximandros to Paracelsus, op.cit., p. 322]

La Dignidad Humana en DescartesLa dignidad del Hombre en Descartes se articul en torno a las dos dimensiones de su naturaleza: su pensamiento y su cuerpo. Ambos, juntndose, configuraban la dignidad del Hombre verdadero: la conciencia de existir como cosa pensante, permita al Hombre diferenciarse de otros seres y la conciencia de poseer una mquina corporal admirable, le recordaba su vnculo con Dios.En cuanto a la primera dimensin, se vislumbraba la manifestacin de una razn moderna no tanto por su contenido como por la forma de su aparicin: su intuicin-deduccin, su inmediatez o su certeza cognoscible. Todos esos rasgos descriptivos parecan abundar hacia una ideal de autonoma de la razn respecto a cualquier otra fuente externa y superior y que se diriga hacia el subjetivismo. El pensamiento se impona formalmente y el individuo humano exista en todo su pureza prescindiendo de todo rasgo externo para aprehender la realidad y aprehenderse a s mismo. No olvidemos sin embargo que el Cogito era para Descartes esencialmente una herramienta de investigacin cientfica. Segundo, Descartes contempl una moral que reiteraba unos ideales clsicos. En este sentido no consideraba su Cogito como una factor de identidad humana (suficiente); necesitaba de otros criterios para conformar la identidad entera e ideal del individuo.Se ha agarrado entonces el Cogito (yo pienso) para subirle en el pedestal de la modernidad. A mi juicio, viene precisamente de su manifestacin en la idea misma de evidencia inmediata. Se ha sacralizado la misma velocidad y espontaneidad de su aprehensin, como si revelar el milagro humano que adems, prescindira de Dios. Toda la fuerza seductora del Cogito cartesiano est en su aparente desvinculacin con la omnipotencia divina, omnipotencia que se otorgara ahora a s mismo por la inmediatez de su existencia. Por otro lado, Descartes mantena una distancia implcita entre el individuo y el Cogito: se trataba de una distancia paradjica pero necesaria, aunque Descartes trat de taparla. Se manifest implcitamente en el espacio-tiempo de la aprehensin del Cogito, es decir, a travs de la sensibilidad de pensarse en el tiempo. Este proceso serva a mostrar que el Cogito ergo sum, por su misma inmediatez y su ntida transparencia, llevaba en s una discreta y poderosa llamada a la formacin de la conciencia individual, elemento inherente a esta ramificacin cartesiana de la dignidad humana.En relacin con el cuerpo humano, Descartes lo describi como una mquina pero dicha descripcin no implicaba un desprecio. Retransmita el impulso cientfico de su poca que pretenda descubrir unas verdades objetivas ms all del escepticismo. El cuerpo-mquina tena una dignidad gracias a la excelencia de su funcionamiento que lo haba sido otorgado por Dios. Adems, no olvidemos que Descartes consideraba que el pensamiento no derivaba del cuerpo: de algn modo, la esencia del Hombre se quedaba a salvo de cualquier modificacin o intervencin externa. El Hombre siempre posea una libertad y una voluntad infinita que dependan slo de su mente. Hoy, con los avances biotecnolgicos, existen unos temores legtimos acerca de los posibles riesgos sobre la intervencin y la modificacin de la libertad humana y de la misma definicin de la Humanidad. Pero Descartes tiene poco que ver con esto. Sin embargo a causa de su definicin del cuerpo-mquina aparece como el chivo expiatorio de todos los males que amenazaran hoy al Hombre.La Dignidad Humana de KantEl concepto de dignidad de la persona desarrollado por Kant no poda entenderse sin su correcto planteamiento en el marco amplio de su filosofa. Dependi particularmente del concepto de razn, que era la facultad bsica del ser humano que le permita aprehender la realidad, en funcin de las estructuras innatas y peculiares de la mente humana. El Hombre se convirti tanto en el punto de partida como en el punto de llegada de las investigaciones kantianas, que lo describieron segn dos puntos de vista, como ser sensible y ser moral. Kant pudo en ciertos aspectos considerar que el Hombre fuese superior a los animales pero su concepto de dignidad no deriv de esta tradicional fundamentacin. No derivaba de la particularidad o de la superioridad de su naturaleza, sino de su capacidad de formular y seguir un cierto tipo de ley moral definida como imperativo categrico, que a su vez, pretenda regular la coexistencia entre los Hombres. La nocin de humanidad coincida con esta capacidad para establecer y seguir mximas morales de acuerdo con este imperativo. La humanidad de las personas haca referencia a esta cualidad del ser moral, del legislador universal, y ms ampliamente de la cualidad a proponerse algn fin.Kant otorg una dignidad al ser humano porque era capaz de conformar su comportamiento de acuerdo con unos mandamientos morales y en este sentido este ser humano se volvi persona. Ahora bien, la dificultad ante la cual se afrent y que gener como hemos visto la mayora de las crticas, fue su intento por demostrar la perfecta compatibilidad entre el cumplimiento sin fallo de la moral y la plenitud de la autonoma personal. Kant no demostr realmente la compatibilidad entre obedecer y ser libre, sino que recurri previamente a un tercer elemento, la voluntad buena, como va de salida. En efecto, su preocupacin esencial era desvincular los parmetros ticos de su filosofa de cualquier elemento contingente. La voluntad encarnaba el principio bsico de la accin y su bondad derivaba de su pureza que no actuaba segn fines externas. El Hombre se volva libre cuando segua esta voluntad buena y sta lograba a ser justa cuando segua un principio que no buscaba el resultado sino la mera intencin. Kant encontr este principio precisamente en el deber y el imperativo categrico.He puesto de relieve los lmites de dicha fundamentacin pero tambin sus alcances. Primero Kant pretenda efectivamente asentar en fundamentos ticos slidos la autonoma de la persona y defender su libertad, lo que identific su filosofa a un humanismo. Segundo, la segunda formulacin del imperativo categrico introdujo la dignidad de la persona humana en el centro de sus preocupaciones moralesEn efecto, los Hombres deban siempre tratarse como fines en s mismos y no meramente como medios. Con esta formula, Kant quera decir que cada uno deba reconocer el valor de la dignidad del ser humano en la persona de los dems y en la suya propia. Este valor tena dos rasgos esenciales: era interno y absoluto. Interno porque dependa de la cualidad moral del Hombre y encarnaba el valor ms importante. Se encontraba ms all de cualquier precio. Era absoluto porque no toleraba ni comparacin ni vulneracin alguna. La dignidad de la persona apareci como una necesidad sin la cual ningn otro valor y referente moral podan pensarse. Por lo tanto, los Hombres deban adoptar entre s una actitud de mutuo respeto que implicaba no limitar la autonoma de los dems, aceptar sus fines perseguidos y en su caso, ayudarles en conseguir esos fines, a travs de unos deberes de justicia y de benevolencia.Kant pretenda que el ser humano fuese capaz de conocer y acceder justamente a este valor de la dignidad en su persona y en los dems. Para lograr aquello, recurri a la razn pero tambin y de forma permanente, y a veces, implcita, utiliz a las emociones, la sensibilidad y los sentimientos humanos para conformar el valor de la dignidad y la necesidad para el Hombre de tener conciencia de ella. Este dilogo razn/emocin form parte de lo llam el juego de equilibrado de la filosofa de Kant, en relacin con la fundamentacin de la dignidad humana. Cada vez que sus explicaciones se volvan abstractas, racionales, y moralizantes, las acerc de lo humano, llamando a su sensibilidad (incluso la sensibilidad del lector) y buscando ejemplos concretos. Sus demostraciones tenan dos direcciones complementarias. En la primera, se elevaban hacia lo ms incontingente posible, junto un fuerte grado de abstraccin moral. Por otra parte, y en la segunda direccin, se acercaban de lo emprico- humano, para ilustrar la primera direccin.Este proceso ha configurado algo ms fundamental para la dignidad de la persona: aquella derivaba slo de su pertenencia a un mundo de seres morales, el llamado reino de los fines. El Hombre deba tener conciencia al mismo tiempo de su pertenencia a un mundo de seres sensibles, donde deba aplicar los mandamientos del respeto de la dignidad, aplicacin todava ms difcil por los obstculos de este mundo y el fuste torcido de la naturaleza humana. Kant rechaz y super cualquier antagonismo entre las dos naturalezas del ser humano; no haba un dualismo entre el alma y el cuerpo por ejemplo. Surgi sin embargo, una tensin entre ambas esferas de la naturaleza humana pero no una lucha interna. En efecto, de la propia conciencia del Hombre respecto a su pequeez surga su dignidad. El ser humano senta que su dignidad no proceda en definitiva de su persona como tal sino de su persona como portadora de moralidad. Poda percibir su dignidad como ser moral, pero ante la ley moral deba tener conciencia de su propia inferioridad, de all un debido sentimiento de humildad, lo que reactivaba en Kant alguna fuente protestante.De forma general, Kant fundament toda su argumentacin a partir de la facultad del ser humano para tener conciencia de su persona respecto a otros elementos (empricos y morales) superiores. Tuvo conciencia de s respecto a lo sublime de los elementos de la naturaleza, del cielo estrellado y esta la ley moral en su corazn. Tuvo incluso un deber de auto-conocimiento para medir los poderes de su razn y su finitud. Tena conciencia de pertenecer al reino de fines y deba tambin tener conciencia de su fragilidad y de su posible maldad. Todos esos procesos de conciencializacin descritos por Kant, eran premisas esenciales, para asentar su concepto de dignidad de la persona. El Hombre poda tener dignidad solamente si poda ser capaz de tener conciencia de aquella en su persona y en la de los dems. Mas precisamente se trat de tener conciencia del Hombre como fin en s mismo, es decir como un ser capaz de llevar a cabo una existencia regulada por una voluntad libre y que por lo tanto, tena un valor inherente y absoluto. Aqu intervino el segundo sentido de la palabra humanidad como sentimiento. ste hacia referencia al sentimiento universal de simpata y a la facultad de comunicar universal que enlazaban a los seres humanos en la ruta hacia el progreso, y que les empujaba a reconocer su dignidad respectiva.Solamente en este punto, Kant contempl una igual dignidad de las personas en la medida que todos eran potencialmente seres morales. Ahora bien, nunca aplic una igual dignidad en el mbito de la ciudadana. Tampoco puso en duda, la superioridad de los Hombres sobre las mujeres, ni la de Europa sobre los restantes continentes. Incluso, se vio que el concepto de dignidad humana no constituy un valor bsico del Derecho. El principio bsico del Derecho fue su mantenimiento y su estabilidad e incluso Kant lo asimil al rasgo principal de la humanidad. Con otras palabras, Kant no agot todo la carga crtica inherente al concepto de dignidad. Era un concepto moral que proceda de la cualidad moral del ser humano pero que no preceda lo jurdico.En relacin con el alance prctico de la concepto de dignidad en el pensamiento kantiano se puede sealar lo siguiente. Primero la mera vinculacin terica entre dignidad y respeto tuvo una aplicabilidad directa en cuanto a la regulacin de las relaciones individuales. Kant exiga que los Hombres reconocieran su igualdad innata y mostr que las diferencias sociales no importaban a la hora de evaluar el valor de cada uno. De all una incipiente igual dignidad en su pensamiento. Segundo, mostr en todos los mbitos de sus reflexiones una preocupacin fundamental: hacer que el Hombre fuese dueo de s mismo, en la plasmacin de su autonoma, en la bsqueda de su felicidad y en el uso de su razn. Incluso de forma general, la marcha hacia el progreso de la Humanidad consista en que se apoderarse de su propio futuro. Para ello, Kant revel lo que en su entender consista en ilusiones engaosas que distorsionaban la percepcin del ser humano de la realidad y de su propia identidad. La religin consisti en una de esas fuentes principales de este engao, con el menosprecio de la naturaleza humana y de sus facultades racionales. La poltica participaba de este proceso cuando contemplaba el pueblo como una masa ignorante y potencialmente violenta e incapaz de ilustrarse y que slo poda ser controlada mediante la fuerza.Kant pretenda cambiar la percepcin que los Hombres tenan de s mismos y de los dems pero no de forma estrictamente aristocrtica, aunque los filsofos seguan teniendo un papel importante en este proceso. Ahora, los Hombre no tenan nada que perder al atreverse a seguir un ideal de paz y respetar la dignidad humana. El ser humano deba afirmar su persona libre sobre el azar y el destino gracias a su voluntad y especialmente, su voluntad de atreverse para pensar y actuar por s mismo. Cuando poda libremente decidir cmo quera llevar a cabo su existencia entonces se respetaba su dignidad. La educacin tena entnces un papel importante a la hora de infundir el valor de la dignidad humana. Deba infundir la conciencia de ser ciudadano del mundo, es decir no slo ser miembro de la humanidad sino tambin actor de su progreso, superando Kant sus primeras formulaciones antiguas. En efecto, el individuo no slo era un ser cosmopolita sino que participaba y era responsable individualmente de la edificacin de este ideal de progreso cosmopolita. Dicho progreso hacia la civilizacin, derivaba particularmente del desarrollo de la cultura y de los sentimientos de simpata y delicadeza, en un perpetuo equilibrio entre la virtud y el bien vivir, y en una reactivacin de las fuentes clsicas y de las humanitas por ejemplo.Por otro lado, al querer ilustrar su idea de dignidad con ejemplos de su poca, Kant pudo traicionar la dimensin abstracta y humanista de sus formulaciones originarias de la Fundamentacin. Sin embargo los ejemplos que escogi sirvieron tambin de ilustraciones y creo que sera mucho ms interesante reconocer aqu su formidable mrito. En efecto, a pesar de los rgidos modelos de virtud propuestos, Kant supo formular y definir previamente un concepto puro y universal de dignidad humana. A pesar de esas virtudes, defini antes el alcance infinito de la dignidad de la persona humana. Formul un valor inherente al ser humano que encuentra una aplicabilidad en toda experiencia histrica. Reconoci una concepcin intemporal de la dignidad de la persona humana que es todava una fuente de inspiracin para la fundamentacin actual de la dignidad humana. Es en esta capacidad que tuvo su pensamiento para sustraerse de las virtudes de su tiempo donde se encuentra el mrito de Kant y donde aparece la increble potencia de sus reflexiones.Es ms: me atrevera a decir que descubri demasiado temprano el concepto moderno de dignidad humana que se caracteriza por el reconocimiento de una autonoma inherente a la persona y el deber de tratarla como fin. Kant reconoci e identific primero esos rasgos pero cuando quiso plasmarles no dispona de las herramientas adecuadas, es decir, los derechos humanos. Por esta razn ha tenido que buscar en algunas virtudes (sus orgenes no importan) esas vas de plasmacin de la dignidad humana. Para nosotros hay algo incongruente entre la modernidad extraordinaria de la concepcin kantiana de la dignidad humana y sus aplicaciones en esas pautas morales y religiosas. Esta incongruencia manifiesta sin embargo dos cosas: primero el implcito acierto (moderno) de Kant al definir la autonoma como fundamento de la dignidad de la persona y a contemplar un deber de respeto. Segundo, y desde una visin global, que la historia fundamentacin moderna de la dignidad humana no puede concebirse solamente a travs de la especulacin filosfica. Necesita complementarse con de la historia de los derechos humanos para abarcar todo su significado y alcance. Ahora bien esta misma conexin apareci tambin de forma muy incipiente en Kant, al exigir del Estado que reconociera la libertad pensamiento de los ciudadanos porque deba, como vimos, tratar al Hombre, que es algo ms que una mquina, conforme a su dignidad. Kant intua esta conexin entre la dignidad de la persona y el reconocimiento de sus derechos, conexin que deba adems garantizar el Estado. M. Horkheimer abundaba tambin en este sentido cuando consideraba que el formalismo de Kant es tan rico en contenido que de l derivan el respeto por cada uno, la igualdad de derechos para todos, la repblica, y el estado justo de la humanidad[footnoteRef:18]. [18: HORKHEIMER, M., Sobre el concepto del hombre & otros ensayos, trad., Murena, H. A. & Vogelmann, D. J., Sur, Buenos Aires, 1970, p. 48]

CONCLUSIONESHemos tratado de reconstituir algunos elementos filosficos que estimularon el desarrollo de la planta de la dignidad humana. El fenmeno ms importante fue que dicho desarrollo se fund en la construccin de un individuo humano que empezar a desarrollar su conciencia y sus capacidades racionales y morales en un estmulo y despliegue tico de su autonoma. Se trat de lo que llam la individualizacin de la dignidad humana. Ms precisamente se concret en un doble proceso: por un lado, la dignidad de la naturaleza humana, implic la plasmacin de unas concepciones morales que trataron de guiar la conducta del individuo hacia ciertos horizontes de excelencia moral y social. El sujeto humano era consciente de sus cualidades antropolgicas que lo definan como humano y que le otorgan una dignidad y, debi estimularlas en un cierto sentido para coincidir con su valor inherente. Por otro lado, dentro de este mismo estmulo moral, se despert una autonoma inherente a la naturaleza humana que empez a deslizar fuera de los marcos ticos y holistas que la provocaron.El ensimismamiento del Hombre consigo mismo haba sido anunciado desde los inicios, en el concete a ti mismo dlfico que abri el mbito de la conciencia humana. Aquella se impuls desde el reconocimiento de una verdadera condicin humana: la Caverna, los peligros de la Fortuna, el equilibrio entre los abismos, etc. Esta condicin humana pretenda revelar la pequeez o el engao que acosaban al individuo y que ste poda sin embargo superar gracias al uso adecuado de sus facultades humanas. Deba primero tener conciencia de s mismo, juzgarse y progresar. La dignidad del hombre apareci en este sentido como la recompensa de una iniciacin que haba despertado previamente la conciencia humana chocndola contra lo que la superaba. Desde un punto de vista general, segn Z. Bauman, todas las culturas, en todas las pocas intentaron tender un puente para salvar el abismo existente entre la brevedad de la vida mortal y la eternidad del Universo. As, De Sneca a Durkheim, los sabios no han dejado de recordar a todo el que quisiera escuchar que la verdadera felicidad (al contrario de los placeres momentneos y esquivos) slo se puede obtener si se la asocia con las cosas que posee mayor duracin que la vida fsica de un ser humano. Y seala Bauman: para el lector medio, contemporneo, semejantes sugerencias son incomprensibles y suenan superfluas. A los puentes que conectan la vida mortal con la eternidad, laboriosamente construidos durante milenios, se les ha arrebatado su utilidad[footnoteRef:19]. En esta conexin entre lo humano y lo trascendental se encontraba las primeras semillas de la dignidad humana que era a la vez un ideal de excelencia como el reflejo mismo de la finitud del Hombre [19: BAUMAN, Z., Identidad, op.cit., pp. 161-162]

En el periodo histrico estudiado, la dignidad humana implic a menudo una reivindicacin de la excelencia de la naturaleza humana. Dicha excelencia derivaba particularmente de la razn y de la libertad del Hombre. Esos rasgos nunca fueron descritos desde una perspectiva cientfico-antropolgica neutra sino siempre dentro de un marco tico holista. As, los ideales religiosos y virtuosos se apoyaron en esas caractersticas humanas para asentar su utilidad y legitimad. Es ms: fue a partir de esos mismos ideales holista donde se perfil el incipiente valor de la dignidad humana. Ahora bien, creo que hubo una posible tensin dentro de la construccin filosfica y moral de la dignidad humana. Esta tensin resultaba precisamente del valor que se conceda al individuo - con el reconocimiento de la excelencia de sus capacidades y su adecuacin con esos modelos ticos y holistas. Esta tensin podra revelarse a travs del proceso de absorcin que he apuntado en algunos desarrollos previos. El concepto moderno de dignidad humana deriv de la dignidad de la Naturaleza humana y sta se fundamentaba en la celebracin de algunas caractersticas del Hombre. Esas caractersticas fueron esencialmente tres: la razn, la libertad y la voluntad. Los sucesivos marcos ticos trataron mantenerlas unidas, insistiendo particularmente en la interdependencia de la razn y de la libertad. Haba que absorber las potencialidades creadoras de esas facultades dentro de un marco moral. Pero esta misma absorcin reconoca e introduca la realidad misma del individuo dentro de un marco tico globalizante. Por ejemplo, Cicern y Sneca revelaron particularmente este proceso con su nfasis en la voluntad humana. Por un lado el estoicismo sirvi de ideologa para legitimar un orden socio-poltico establecido pero por otro, la insistencia que hizo en la voluntad humana anunci ya la necesidad de absorberla si este orden quera mantenerse en pie. En el Renacimiento, los humanistas tuvieron que absorber las potencias creadoras de la naturaleza humana dentro de un marco religioso, y ello para legitimar tambin la renovacin de un ideal moral. Se seal cmo la libertad proteica e inicial del ser humano constituy la base fundamental del discurso de la dignitas hominis. Con su libertad de eleccin, el individuo decida por s mismo la persona que quera ser, lo que adems, permiti absorber dentro de este discurso su adversario: el discurso de la miseria hominis. Se la absorba convirtindola en una opcin de vida (y no en la vida humana en s). En el siglo XVII, indiqu tambin que la voluntad humana pudo haber servido para absorber las tensiones agnicas del ser humano. En efecto, en la misma poca del triunfo de la razn, algunas posturas como la de Pascal, pero ya presentes en Montaigne - apuntaban los lmites de la razn por sus limites internos, los impedimentos debidos a otras fuerzas naturales, las fuerzas casi autodestructivas de la naturaleza humana. La voluntad apareci entnces como una facultad salvadora y mitificada que permita controlar esos movimientos y mantener la intuicin de autonoma inherente al individuo. Creo que este proceso lleg a su cumbre en Kant: en efecto, la deduccin moderna de la dignidad de la persona humana se realiz a partir de la absorcin de la voluntad en uno nuevo marco tico que trat una vez ms de dirigir y controlar. La dignidad humana se configur en un implcito reconocimiento de una autonoma moral del ser humano, que las ideas de voluntad o de libertad trataban siempre de expresar.La conciencia humana se conect con esta presencia en el individuo de una libertad inherente y cada vez ms absoluta. Se manifest muchas veces como diferenciacin (el sabio contra la plebe) y como superacin (el individuo contra la Fortuna y la muerte). Con otras palabras, dicha libertad se mundanizaba. La construccin de la dignidad humana llev siempre en s misma, la autonoma de la naturaleza como disposicin inicial a partir de la cual se estructur y se configur. Esta autonoma por el periodo histrico que estudi derivaba todava de una adecuacin con unos modelos morales superiores. No se conceba todava la idea de una individuo cuya autonoma consista en la posibilidad de elegir (o no elegir) varias pautas morales independientemente unas de otras. Pero la misma identificacin de esta autonoma inherente al individuo gener otra tensin inherente a la construccin de la dignidad humana desde unos modelos morales holistas. Esta tensin se plasm particularmente en la necesidad de reformar las relaciones entre Dios y el Hombre, deslegitimando las estructuras eclesisticas. El punto fundamental a partir del cual se construy la dignidad humana fue el reconocimiento de la capacidad del Hombre de ser capaz de determinarse por s solo, de controlar su destino y de proyectar libremente en su existencia. Esta capacidad apareci en la voluntad estoica, en la reivindicacin del libre albedro, en la libertad proteica de los humanistas, y en la autonoma kantiana.En sus origines, la religin cristiana pudo contribuir a la aparicin del individualismo moderno entendido como un ser poseyendo un valor moral e inscrito en el mundo. Sin embargo, el poder eclesistico y particularmente en la Edad Media, hizo todo para menospreciar al individuo y diluirlo en un todo orgnico. La dignidad humana desde su aceptacin moderna se concibe estrictamente en referencia al individuo mundano. Pudo derivarse posiblemente de un ideal del individuo-fuera-del-mundo, pero dicho ideal, que fuese filosfico o religioso, fue tambin el principal obstculo al significado moderno de dignidad humana. L. Dumont podra coincidir implcitamente en este punto cuando quiso realizar un esquema de ese futuro desarrollo. Consider en efecto que esta larga cadena de deslizamientos desembocar finalmente en la completa legitimacin de este mundo, a la vez que en la transferencia completa del individuo a este mundo. Creo que esta legitimacin y esta transferencia se realiz (y se realiza) precisamente a travs del valor de la dignidad de la persona humana. As se debe sacar la mxima consecuencia de la conclusin de Dumont: La principal leccin sobre la que debemos meditar quizs sea que la ms efectiva humanizacin del mundo surgi a la larga de una religin que lo subordinaba de la manera ms estricta a un valor trascendente. En efecto, la construccin de la dignidad humana se realiz siempre dentro de un esquema religioso y moral. Pero, lo que no se ve en las reflexiones de Dumont, es que este valor se realiz en una lucha contra la institucionalizacin eclesistica del poder de Dios sobre los Hombres. Con otras palabras, el valor de la dignidad humana se realiz en una humanizacin de la subordinacin divina del mundo natural. Este proceso se plasm particularmente en el humanismo renacentista, con el elogio de la razn humana e individual, que permita conciliar las dos caractersticas de la naturaleza humana, como naturaleza creada y naturaleza creadora. Por tanto, la mxima consecuencia ser que en su aceptacin moderna, la dignidad humana debe entenderse como un presupuesto ontolgico, es decir como este mismo valor trascendente, prescindiendo de cualquier fundamento teolgico.La vinculacin de la dignidad humana con unas concepciones morales de la excelencia naturaleza humana introdujo varios tipos de dualismos que se superponan. En efecto, el punto de partida consisti en identificar la razn con el rasgo principal que revelaba la excelencia del Hombre. Este rasgo deba ser utilizado de forma adecuada y para definir esta misma posibilidad hubo que definir primero el campo de actuacin de esta facultad: el alma. Se introdujo entonces un primer dualismo en el ser humano dividiendo su naturaleza en dos: cuerpo y alma. Gracias a la segunda, el individuo tena conciencia de su grandeza por el parentesco que le una a Dios y por la singularidad de su especie respecto a la animal que, adems, deba dominar. Haba aqu un dualismo entre lo mundanal y lo espiritual. El Hombre senta su dignidad como una dignidad trascendental y el sentimiento de pertenecer a una comunidad divina superior. Dicha superioridad se realiz en el desprecio y el dominio de la animalidad. sta se plasm en el Hombre a travs de su cuerpo y fuera del Hombre, en los animales. Esta perspectiva se mantuvo en la mayora de los desarrollos estudiados aunque, con ciertos humanistas, el dualismo cuerpo/alma empez a desaparecer. Siempre el alma apareca como la facultad superior, pero el cuerpo ya no apareca tanto como un obstculo a la manifestacin de la dignidad del Hombre. En efecto, en un proceso de mundanizacin del individuo, donde se rehabilit la existencia humana, el acceso a la felicidad y el desarrollo de las fuerzas creadoras de la naturaleza humana, pasaron por una rehabilitacin del cuerpo humano. Sin embargo, en el mundo clsico en particular, este dualismo entre el cuerpo y el alma reflejaba y fundamentaba la desigual dignidad de los individuos. Se justific la legitimidad de la esclavitud en la medida que algunos Hombres dominados por las pulsiones de su cuerpo no eran capaces de alcanzar un ideal moral de libertad y de actualizar por tanto la dignidad de la naturaleza humana. Su nica salvacin, para que no se autodestruyeran, era que aceptasen el dominio de otros que s, gracias a su alma, haban alcanzado un ideal tico y poltico de excelencia humana. As, la dignidad del naturaleza humana se fundament siempre en un ideal moral de excelencia humana que llevaba en s mismo un obstculo a la igual dignidad de los Hombres. Aquello fue explcito en referencia con la esclavitud. Lo fue tambin en el sentimiento de superioridad que poda sentir el sabio respecto a la mayora de los Hombres imbuidos en sus ilusiones y otros engaos sociales. Apareci tambin en la permanente exclusin del gnero femenino de la participacin de la excelencia humana. Las pulsiones incontroladas del cuerpo, las emociones, la debilidad de las pasiones, fueron muchas veces (y particularmente en la tica varonil del estoicismo) asimiladas con las mujeres. Se podra casi afirmar que la construccin de la dignidad humana se fundament en un gigantesco proceso de exclusin de la esfera de la humanidad de varios individuos: animales, extranjeros, esclavos, mujeres, nios y ancianos. Haba de deshumanizar previamente a ciertos individuos (los helotas por ejemplo en Esparta) para justificar a posteriori su inferioridad y su misma deshumanizacin social. Esta investigacin no contempl otros factores que fomentaron este proceso de exclusin pero creo que desde una perspectiva poltica y filosfica podra explicarse por la necesidad de definir su identidad. En el mundo clsico por ejemplo no se trataba de definir su identidad humana sino su identidad de ciudadano griego o romano. Ahora bien, dicha identidad deba partir de un sentimiento de pertenecer a un grupo de encarnaba la excelencia humana a diferencia de otros grupos que no deban alcanzarla[footnoteRef:20]. Con otras palabras, se fundamentaba en un sentimiento de diferenciacin que fomentaba un proceso de exclusin de ciertos individuos de la esfera humana. En este sentido, vimos como la filosofa se encarg a propiciar buenos argumentos para identificar el extranjero con el esclavo. Como parece recordar, F. Braudel, la historia general de Europa fue tambin la de la negacin de una dignidad humana a numerosas minoras tnicas y sociales[footnoteRef:21]. Pero de forma casi paradoxal, la consideracin de la igual dignidad derivara de la ampliacin a todos los individuos de los rasgos que identificaban antes la superioridad de unos sobre otros. [20: BAUMAN, Z., Identidad, trad., Sarasola, D., Ed. Losada, Madrid, 2005] [21: BRAUDEL, F., LEurope, ed. Arts et Mtiers Graphiques, Pars, 1987, Les minorits, pp. 177-204]

Vimos tambin que con las nuevas realidades del Imperio y sus influencias en las nociones de ciudadana y de identidad romana, el estoicismo pareci abundar en direccin de una incipiente igual dignidad de los Hombres. Reconoci en cada individuo, incluido el esclavo y el extranjero, las mismas capacidades morales y racionales. Contempl entnces - recuperando y moldeando una idea cnica la idea de que los Hombres pertenecan a una misma comunidad humana superior de la cual las comunidades polticas reales eran slo un reflejo. Pareca intuir una identidad humana comn a los Hombres, una identidad cosmopolita, de donde derivaba una igual dignidad. La originalidad de la construccin se encuentra en que dentro de esta Humanidad superior, el estoicismo dedujo los propios rasgos (racionales y morales) de la humanidad que identificaba cada individuo. En este punto, los estoicos no contemplaron la dignidad de la naturaleza humana en la observacin emprica de la persona (del ciudadano romano por ejemplo) sino en la construccin especulativa de una identidad humana cosmopolita poseda por cada individuo. Hubo una fusin entre la idea de Humanidad, como familia humana y la de humanidad como rasgos de la naturaleza humana. Con esta fusin, se pretenda conferir una realidad emprica y antropolgica a la construccin tica de la Humanidad. Haba que dar crdito a este ideal, es decir a la idea misma de Imperio. Pero esta realidad antropolgica deba desaparecer por que limitaba a la vez la autonoma del individuo. Hubo un proceso de abstraccin de esta Humanidad, basando la dignidad humana en la cualidad moral del individuo de donde surga su autonoma. Hubo un proceso de desnaturalizacin[footnoteRef:22], que se aceler en el renacimiento (con la libertad proteica del Hombre) y que Kant llev hasta sus ltimas consecuencias con la construccin del reino de los fines. La dignidad humana empezaba a surgir del sujeto moral. En la mxima abstraccin de la persona humana se realiz los primeros pasos hacia la aprehensin emprica de la dignidad del otro. [22: LE GROS, LIde dhumanit, op.cit., pp. 16-18]

Fue en este esquema, de la fusin entre Humanidad y humanidad, en donde se plasm la consideracin del otro. No olvidemos que el otro fue considerado, en la filosofa platnica en particular, como una realidad frente la cual mi individualidad se realizaba en contra. Deba conocerme a m mismo y no asimilarme a los dems, o al menos identificarme slo con mis amigos. El estoicismo, el humanismo renacentista, la caridad cristiana y la tica kantiana matizaron esta tendencia. El punto en comn de esas corrientes fue que la aprehensin del otro se hizo a travs del ejercicio de unas virtudes de justicia que descansaba en ltimo resorte en un amor innato para lo humano. Esta tendencia accedi en una esfera moral en Kant a travs de la nocin de respeto. Lo interesante es que las primeras consideraciones del otro se plasmaron en la aprehensin de su vulnerabilidad y de su sufrimiento. La conciencia de las mismas finitudes de la naturaleza humana acercaba a los hombres entre s e impulsaba incipientes deberes morales recprocos. Gracias al ejercicio contemplativo de mi conciencia, conoca las excelencias y las finitudes de mi identidad humana. Cuando esta conciencia se mundanizaba, se orientaba en la consideracin del otro que apareca como mi semejante. El reconocimiento de la dignidad ajena apareci en situaciones donde la vulnerabilidad humana era la ms patente (esclavitud, justicia penal, guerra). El reconocimiento de la dignidad del otro, pareci entonces vincularse con la consideracin de su misma fragilidad. Taylor, en Las Fuentes del Yo consider que s se quiere discernir ms sutilmente qu lo que tienen los seres humanos que los hace valedores de respeto, hay que recordar lo que es sentir la llamada del sufrimiento humano, o lo que resultad repugnante acerca de la injusticia, o la reverencia que se siente ante la vida humana[footnoteRef:23]. E Levinas tambin profundiz esta tendencia, en su consideracin de la alteridad[footnoteRef:24]. [23: TAYLOR, CH., Las fuentes del yo. La construccin de la identidad moderna, op.cit., pp. 22] [24: LEVINAS, E., Altrit et transcendance, L.G.F., Pars, 2006]

Finalmente, recordar que Aristteles fue en este sentido, uno de los ms perversos de los filsofos porque justific la esclavitud natural no porque asimil a algunos Hombres a animales, sino porque aquellos Hombres tenan una incipiente e incompleta intuicin racional, suficiente para que comprendieran que deban ser acompaados por otros y ello para su propio Bien. Por la misma razn tenemos que tener mucho cuidado con el Ser rstico de Heidegger que al contemplar esos espacios, este claro, este campo, entre el Hombre pastor y este Ser, reformulaba esas mismas y terribles visiones teleolgicas y discriminatorias. En consecuencia, cuando se pretende fundamentar (hoy) la dignidad humana en unos rasgos de la naturaleza humana el problema no est tanto en esta fundamentacin en s misma, sino en el sentido de esta fundamentacin. Es decir, si se considera que el ser humano es digno porque posee algunos rasgos de la naturaleza humana que no tanto lo identifican como humano, sino que le permiten expresar su autonoma, en este caso, se afirma que el individuo y su autonoma preceden la naturaleza humana. Pero si uno mantiene dicha postura debe inmediatamente completarla con los derechos humanos. Aquellos vendrn estimular y garantizar (poltica y jurdicamente) esta autonoma particularmente si est frustrada individual o colectivamente. Por esta razn, la autonoma individual es tanto un valor de base de la dignidad humana como su horizonte pero nunca puede identificarse como un rasgo de la identidad humana, si no queremos volver a formular a escondidas fundamentaciones que defendan la desigual dignidad de los individuos. Por ello, esta autonoma moderna ya no est condicionada por el acceso al conocimiento de un Bien puro, acceso que era precisamente la dinmica interna del dignidad del individuo dentro (y para acceder) a la dignidad de la naturaleza humana.

Bibliografa

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