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TOPICS SCHADENSPIEGEL Navegación espacial La caída de un cohete más cara de todos los tiempos Bellas artes Las galerías de arte de Nueva York bajo agua Peligros de la naturaleza Cómo los extremos meteorológicos afectan a la infraestructura Un año después de la tormenta Sandy se ha podido reparar la mayor parte de los daños. Pero la costa Este de los EE.UU. debe prepararse ante futuros eventos naturales. PÁGINA 6 Bajo agua La revista para gestores de daños Número 2/2013

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TOPICSSCHADENSPIEGEL

Navegación espacialLa caída de un cohete más cara de todos los tiempos

Bellas artesLas galerías de arte de Nueva York bajo agua

Peligros de la naturalezaCómo los extremos meteorológicos afectan a la infraestructura

Un año después de la tormenta Sandy se ha podido reparar la mayor parte de los daños. Pero la costa Este de los EE.UU. debe prepararse ante futuros eventos naturales. PÁGINA 6

Bajo agua

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n año después de Sandy · Galerías de arte bajo agua · La caída de un cohete m

ás cara de todos los tiempos

La revista para gestores de dañosNúmero 2/2013

1Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

Estimados lectores:

Justo hace un año que la supertormenta Sandy azotó la costa Este de los EE.UU. Como cada huracán, Sandy también dejó tras de sí una hue-lla muy particular. En la memoria quedan especialmente los enormes destrozos en las zonas costeras de Nueva Jersey, pero también la espec-tacular inundación de amplias partes del centro de Nueva York.

Quien haya estado una vez en la orilla del Battery Park y haya dirigido su mirada a la estatua de la libertad, sabe que este punto apenas está por encima del nivel del mar. El centro de Manhattan es como una canoa plana situada entre el Hudson y el East River. Las enormes obras del One World Trade Center se anegaron como si de una bañera se tratase, poco tiempo después de concluir la compleja infraestructura subterránea.

Los daños producidos en el área de bellas artes se conocen menos. A pesar de las alertas tempranas, numerosas galerías se anegaron provo-cando considerables daños a muchas obras de arte en los sótanos y plantas bajas.

Tal y como suele ocurrir después de tales casos, se alzan las voces exigiendo una mejor prevención y construcciones a prueba de tormen-tas. Los expertos se ponen rápidamente de acuerdo en todo lo que se debe mejorar. Pero, a medida que se va distanciando el siniestro en el tiempo, estos planteamientos suelen caer en el olvido. En esta edición del „Schadenspiegel“ nos ocupamos principalmente de las particulari-dades de esta supertormenta, desde el punto de vista de los daños y de la relevancia para el Seguro.

Les deseo una interesante lectura.

Nicholas RoennebergResponsable de Claims Management & Consulting de Munich Re

NOT IF, BUT HOW

editorial

2 Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

6Sandy – un año después La tormenta Sandy ha puesto de manifiesto cuán vulnera-ble es el área metropolitana de Nueva York en el caso de graves catástrofes naturales. Hasta la fecha sólo se han puesto en práctica algunos planes para la mejora de la infraestructura – por ejemplo para proteger las redes de tráfico, como el túnel Carey (fotografía), contra las aveni-das. Con el programa PlaNYC, cuya dotación ha sido incrementada a 20.000 millones de dólares, se podrán reducir, pero no evitar, los futuros daños.

3Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

34 40La caída del Intelsat 27 está considerada como el siniestro más caro de la historia del seguro de la navegación espacial. Los satélites de estas dimensiones cuestan, en caso de siniestro, casi la mitad de todas las primas del mercado mundial de un año.

El agua potable ganada del mar es un bien demandado a nivel mundial. Pero cuando las tuberías no están bien ancladas amenazan elevados daños.

Sandy – un año deSpuéS¿Cuán vulnerable es Nueva York? 6Las consecuencias de Sandy ya están eliminadas. Ahora la ciudad se prepara para futuros eventos naturales.

¿Inundación o tormenta? 10En el caso de Sandy, las retenciones propias anuladas les saldrán caras a los aseguradores.

Lo que los aseguradores pueden aprender de Sandy 14Recomendaciones para los aseguradores en la gestión de demandas colectivas después de catástrofes naturales

Sandy fue una señal de alarma 20Así sufre la obsoleta infraestructura de los EE.UU. por las extremas condiciones meteorológicas. Galerías de arte bajo agua 24Sandy sensibiliza al seguro de arte ante los peligros de la naturaleza.

Obligaciones en el seguro de arte 28Consecuencias jurídicas para los galeristas después de Sandy

dañoSLas inundaciones en Alberta 31 La catástrofe natural en Canadá –un ejemplo actual para la aplicación de las cláusulas ACC

entreviStaA menudo se prefiere un arreglo a una larga incertidumbre 32 Por qué las empresas estadounidenses demandadas suelen preferir un acuerdo amistoso a una sentencia.

dañoSRotura de la tubería de aspiración en una desalinizadora 34 Una instalación defectuosa de las tuberías puede acarrear reparaciones costosas y elevados daños de PB.

navegación eSpacialCostoso lanzamiento fallido en el Pacífico 40 El control defectuoso ocasiona la caída de un cohete más cara de todos los tiempos.

dañoSInundaciones en la construcción 45Una gestión de siniestros rápida y efectiva ahorra dinero.

Editorial 1Noticias de la empresa 4Columna 48Pie de imprenta

Contenido

4 Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

GESTIÓN DE SINIESTROS IIGestión de siniestros después de catástrofes naturales

GESTIÓN DE SINIESTROS IFenómenos meteorológicos extremos en Asia oriental

GESTIÓN DE SINIESTROS IIINATHAN Risk Suite con opciones adicionales

En ninguna otra parte del mundo cambian con tanta rapidez los riesgos meteorológi-cos como en Asia oriental. En nuestra nueva publicación “Severe weather in Eastern Asia” enfocamos los peligros meteorólogi-cos de esa región desde la perspectiva del reasegurador.

Además de señalar los conceptos básicos y principios físicos característicos de los fenómenos naturales peligrosos y explicar cómo ocurren y repercuten, también anali-zamos sus aspectos en relación con los siniestros. En esta publicación también describimos y corroboramos, con ayuda de resultados estadísticos, los factores que hacen cambiar los riesgos como, por ejem-plo, la variabilidad del clima o el cambio climático. Por otro lado, el lector podrá encontrar en “Severe weather in Eastern Asia” una serie de consejos útiles sobre cómo reducir los riesgos y prepararse de la mejor forma para hacer frente a los acontecimientos extremos. De los resulta-dos y conocimientos expuestos se derivan las correspondientes conclusiones para los mercados de seguros en Asia oriental.

>> Para más información, contacte a su gestor de clientes o consulte: connect.munichre.com

Ya está disponible el nuevo programa de seminarios para clientes “Knowledge in dialogue 2014”. El año que viene ofreceremos de nuevo a nuestros clientes internacionales un amplio espectro de seminarios y talleres de trabajo. En nuestra oferta de actividades no solamente se incluyen todos los ramos de seguro esenciales sino también temas específi cos como los seguros fi nancieros y la gestión de riesgos empresariales. Para más detalles, le rogamos con-tacte a su gestor de clientes.

Nuestra fi lial en Pekín celebra este año su décimo ani-versario. Con la apertura de esta fi lial, Munich Re fue la primera compañía de reaseguros internacional a la que se concedió la licencia para operar en reaseguros múltiples en todo el país. Actualmente operamos en China en todos los ramos que conforman el negocio de reaseguro.

Munich Re ha designado a Bernhard Kaufmann (44) para que asuma el cargo de group chief risk off icer a partir del 1 de enero de 2014. Su antecesor en este cargo, Joachim Oechslin, se incorporará a la Junta Directiva de Credit Suisse Group.

Noticias breves

La acumulación de grandes catástrofes naturales que recientemente se ha obser-vado en diferentes partes del mundo pone de manifi esto la importancia clave de la industria aseguradora para que las socie-dades puedan afrontar y recuperarse de los siniestros de gran envergadura.

Nuestra nueva publicación “Gestión de siniestros después de catástrofes natura-les” tiene por objetivo analizar los grandes desastres naturales del pasado reciente y derivar conclusiones que sirvan a los ase-guradores para mejorar aún más sus medi-das de prevención y la gestión de sinies-tros. Asimismo se estudian el huracán Katrina, los terremotos de Tohoku, Christ-church y Chile, las inundaciones en Tailan-dia, así como los temporales en EE.UU. y la supertormenta Sandy. La publicación subraya la importancia de un plan de emergencia profesionalmente concebido y facilita una guía práctica para que las empresas puedan desarrollar y perfeccio-nar sus propios planes de actuación.

>> Para más información, contacte a su gestor de clientes o consulte: connect.munichre.com

Ahora, el sistema NATHAN Risk Suite, que ya ha dado prueba de su efi cacia, ofrece aún más funciones. Las herramientas adi-cionales sirven para hacer más transparen-tes los riesgos de los peligros naturales y analizar de forma más exacta las carteras. Asimismo ofrece una función adicional con la que se pueden incluir en el análisis datos individualmente determinables (p.ej. sumas aseguradas, pagos de siniestros, etc.) y uti-lizarlos para la evaluación de una cartera.

Ahora se pueden asignar espacialmente los valores asegurados a zonas específi cas de peligros naturales y zonas CRESTA. El Informe sobre la Evaluación de la Cartera de Riesgos –que se genera de forma auto-mática– facilita estadísticas sobre datos relativos a la cuantía de los daños o las sumas aseguradas. Una visualización exacta de los riesgos según sea la situación geo-gráfi ca redondea el cuadro.

>> Para más información, consulte: www.munichre.com/nathan

NOTICIAS

5Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

Con connect, Munich Re pone a disposición de sus clientes una plataforma en línea que cumple todos los requisitos de seguridad y sirve para acceder a conocimientos específicos, intercambiar datos y gestionar documentos. Una encuesta entre los usuarios reveló: casi el 90 por ciento de los clientes indicaron estar satisfechos o muy satisfechos con la plataforma.

connect.munichre está al servicio de nuestros clien-tes y socios las 24 horas del día para acceder a cono-cimientos específicos o novedades del mundo de seguros. Constituye una plataforma en línea que se adapta a las necesidades concretas de los clientes y permite entablar contacto con los especialistas inter-nos de Munich Re y así beneficiarse de su larga expe-riencia profesional. Gracias a las más modernas tec-nologías, el portal ofrece un entorno virtual –accesible solamente a través de un sistema seguro de contrase-ñas– que garantiza un intercambio de informaciones a niveles incluso de alta confidencialidad en las áreas de desarrollo de productos, suscripción, gestión de riesgos y tramitación de siniestros. En la página prin-cipal se obtienen las noticias más recientes y, con unos pocos clics, el sistema conduce al usuario a todos los amplios contenidos informativos del portal.

Las soluciones adecuadas para su negocio

Más de 7.000 usuarios de las salas de proyectos vir-tuales se benefician del intercambio de datos electró-nicos y la administración de documentos en tiempo real – la transmisión de informaciones es a menudo más segura y rápida que en la correspondencia elec-trónica y el trabajo es más fácil de organizar. Una selección de herramientas especiales en línea contri-buye a simplificar los procesos de suscripción, por ejemplo, ayudando a los clientes a identificar y evaluar los riesgos. Gracias a las últimas noticias provenien-tes del mundo de seguros y a la fácil descarga en formato de PDF de las publicaciones muy solicitadas (como, p.ej., Topics Magazine y Topics Schadenspiegel) los usuarios siempre están al corriente de las tenden-cias actuales en el mercado de seguros global. En el “learning centre” encontrará múltiples seminarios y talleres que Munich Re ofrece a nivel mundial y que le ayudarán a refrescar sus conocimientos técnicos, así como soluciones del aprendizaje electrónico y webinarios rápidos y efectivos.

Casi el 60 por ciento de los usuarios lleva trabajando ya más de dos años con connect.munichre. En 2010, el número de sesiones realizadas por los usarios en el sistema connect.munichre superó la marca de un millón. Hoy en día las sesiones ascienden a unos 1,6 millones – y casi tres cuartas partes de los clientes de Munich Re tienen acceso a los servicios en línea.

>> Para más información, contacte a su gestor de clientes o consulte: connect.munichre.com

¿Está “conectado“ ?

connect.munichre cumple 10 años

El portal de clientes exclusivo de Munich Re

En 2013, con miles de usarios regulares y un número creciente de personas intere-sadas, connect.munichre es líder en el mercado.

NOTICIAS

7Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

Peter Miesen

En el momento en que Sandy irrumpió en la zona noreste de los EE.UU. el 29 de octubre de 2012, había dejado de ser declarada tormenta tropical para pasar a ser post-tropical. Esto no significa necesariamente una menor intensidad (como en este caso) aún cuando a menudo se interprete así. Solamente quiere decir que se ha producido la transición completa desde un sistema de tormenta tropical a otro extratropical, con todas sus características. Por regla general, las tor-mentas se extienden en el transcurso de la así deno-minada “transición extratropical” y que a veces se prolonga durante días. En este caso, Sandy tampoco fue una excepción y en la actualidad está considerado como el sistema tormentoso más grande del Atlántico. La extensión del área de viento con fuerza de tormenta tropical (es decir, 64 km/h como mínimo de media del viento durante 1 minuto) alcanzó un máximo de 1.500 kilómetros.

Sandy

¿Cuán vulnerable es Nueva York?

A pesar de la exactitud de los pronósticos y las medidas adoptadas durante los días previos, Sandy causó enormes daños en las regiones cos-teras del noreste de los EE.UU. Si bien en este caso, el factor determinante fue la concatenación de factores individuales poco probables, desde hace mucho tiempo es sabido que el área de Nueva York es sensible a la aparición de tormen-tas extremas. Lo que Sandy también puso en evi-dencia: las medidas de protección planificadas hasta ahora son insuficientes.

8 Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

No solo la enorme extensión del área de vientos fue decisiva para la evolución del siniestro sino también la trayectoria que siguió Sandy. Esto se debió a que el recorrido estaba bloqueado por un sistema de altas presiones sobre el Atlántico y a que, al mismo tiempo, las bajas presiones sobre el continente americano causaron una fuerza ascensional que desplazó la tor-menta hacia el oeste en contra de lo habitual, cau-sando un impacto prácticamente perpendicular en la línea de la costa. Por si esto fuera poco, en muchas zonas (entre ellas la punta sur de Manhattan y la costa atlántica de Nueva Jersey), la máxima intensi-dad de la marea huracanada coincidió con la marea alta viva de la luna llena. En condiciones normales, ésta es ya la causa para uno de los niveles máximos del agua al mes.

Como consecuencia de estos factores se produjeron mareas huracanadas a lo largo de toda la costa desde Nueva Jersey hasta el Cabo Cod, registrándose en algunas estaciones de medida del nivel del mar, como The Battery en la punta sur de Manhattan, valores récord nunca vistos desde el inicio de las medidas en el año 1880. La extensión del campo de viento causó daños hasta en Canadá.

Zona A: Evacuación forzosa por orden del alcalde Bloomberg

Zona B: Peligro de inundación en caso de huracanes con una categoría superior a 2

Zona C: Peligro de inundación en caso de huracanes con categorías 3–4 directamente al sur de NYC

Centros de evacuación

Fuente: State of new Jersey, nHd Plus, nPS, Esri, deLorme, naVTEQ, USGS, USda, EPa, IPC, TomTom, nGa

Sandy

Fig. 1: Zonas de evacuación después de Sandy en la ciudad de Nueva York

9Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

A pesar de la exactitud de los pronósticos y las medi-das adoptadas durante los días previos, los efectos de Sandy fueron devastadores. En conjunto, solo en los EE.UU. perdieron la vida 127 personas. Más de 650.000 edificios y 330.000 vehículos resultaron dañados o destruidos. El total de los daños asegura-dos (incluido el National Flood Insurance Program) ascendió a casi 30.000 millones de dólares; los daños económicos a nivel nacional superarán este valor en más del doble. En 17 estados federales se produjeron cortes del suministro eléctrico, resultando afectadas aprox. 8,5 millones de personas. Los daños en infraes-tructuras tales como las vías del ferrocarril, carreteras y túneles totalizaron varios miles de millones de dóla-res y causaron parcialmente el colapso del transporte. Los más afectados fueron los estados de Nueva York y Nueva Jersey que, conforme a las cifras de Property Claims Service (PCS), concentraron el 85% de los daños globales. El negocio del seguro de transportes destaca especialmente entre el resto de los ramos de seguro afectados. En este caso, las compensaciones de daños alcanzaron aproximadamente 3.000 millo-nes de dólares, un valor récord nunca antes visto para un evento siniestral.

En el caso de Sandy, fue la concatenación de factores individuales poco probables la que provocó que una tormenta con velocidades de viento moderadas cau-sara una marea huracanada tan fuerte en una zona extensa. No obstante, desde hace tiempo ya se sabía que el área de Nueva York es especialmente sensible a la aparición de fuertes tormentas con efectos simi-lares. Con el cambio climático, la probabilidad para ello irá aumentando cada vez más.

Debido a estas y otras causas, en el año 2007 se creó en Nueva York el denominado PlaNYC. Sin embargo, una gran parte de las medidas planificadas para la mejora de la infraestructura no se pusieron en prác-tica antes de Sandy. Pero, en aquellos casos en los que ya se habían llevado a cabo las medidas, se demostró que los biotopos costeros renaturalizados o las nuevas directivas de construcción de edificios en emplazamientos más elevados habían sido medidas altamente eficaces. No obstante, el huracán dejó patente que aún son necesarios esfuerzos mayores que los planificados hasta el momento. Consecuente-mente, poco después de Sandy se amplió el catálogo de medidas a un programa con un volumen de 20.000 millones de dólares.

El informe “A stronger, more resilient New York” des-cribe a lo largo de más de 400 páginas, entre otras, la forma de mejorar la protección de costas y las directi-vas de construcción. Además contiene propuestas para los sectores del seguro, infraestructuras, incluido el suministro de energía y telecomunicaciones, para los servicios sanitarios y de transporte. Este informe hizo además evidente que, en vista del cambio climático y el resultante aumento del nivel del mar, todas estas medidas pueden, en el mejor de los casos, disminuir los daños a medio y largo plazo, no así evitarlos.

Para las zonas costeras del estado de Nueva Jersey no existe ningún plan detallado similar. Hasta el momento, estos esfuerzos se limitan al refuerzo de la costa con la ayuda de dunas de arena y la construcción de los edificios en emplazamientos más elevados dentro de las zonas destruidas por Sandy para que cumplan las nuevas regulaciones de la agencia de protección civil Federal Emergency Management Agency (FEMA). Lo que falta es una planificación a un nivel superior que tenga en cuenta la evolución futura del clima y sus consecuencias. Se transfirió mucha responsabilidad a cada uno de los municipios, cuyo foco principal se centra actualmente, por supuesto, en la pronta reconstrucción. Con el fin de minimizar la exposición a siniestros derivada de eventos de gran extensión, tales como tormentas y mareas huracanadas, es tam-bién necesaria una estrategia regional que tenga en cuenta las particularidades locales y los conocimien-tos in situ. En este sentido, el camino seguido por Nueva York da esperanzas de haber aprendido algo a partir de la experiencia Sandy. No obstante, esto no significa que puedan evitarse por completo los daños. Más bien se trata de hacer frente a peligros cada vez mayores con las correspondientes estrategias. Mediante la aplicación consecuente de los principios descritos, Nueva York podría alcanzar el objetivo de minimizar los posibles daños, al menos a medio plazo.

>> Para más informaciones sobre PlaNYC consulte: http://www.nyc.gov/html/sirr/html/ report/report.shtml

NUESTro ExPErTo:

Peter Miesen es especialista en la creación y validación de modelos de peligros naturales, así como en la valoración de riesgos relacionados con los peligros meteoroló[email protected]

Sandy

10 Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

Los seguros combinados de edificios en los EE.UU. suelen excluir daños por “inundación” pero no los daños ocasionados por “tormenta”. Pero en el caso de Sandy, tanto las inundaciones como la tormenta causaron graves daños. Entonces, ¿pueden acogerse los aseguradores a la exclusión?

¿Inundación o tormenta?

22.10.2012500 km al sur de Kingston, JamaicaSe forma el complejo convectivo

24.10.2012JamaicaToca tierra al este de Kingston como categoría 1

26.10.2012El centro está lejos de la costa de FloridaEl campo eólico aumenta de forma dramática a medida que desciende la velocidad de viento

29.10.2012 17:00 hora localCosta atlántica central y costa del noresteSandy choca contra masas de aire frío y gana fuerza con ello; el National Hurricane Center declara a Sandy tormenta extratropical

25.10.2012Santiago de Cuba, BahamasToca tierra con la categoría 3 en el este de Cuba con rumbo hacia las Bahamas

27.10.2012El centro está lejos de la costa de Carolina del Sur y Carolina del Norte y se desplaza hacia el noresteConvección más intensa próxima al centro

De complejo convectivo de mesoescala a supertormenta

Leon Taylor y Aidan M. McCormack

Sandy asoló hace más de un año la costa atlántica central de los EE.UU. y causó destrozos en numerosos estados federados, entre ellos también Nueva York, donde Manhattan se vio afectada por graves inunda-ciones que provocaron cientos de miles de avisos de siniestro en edificios e industrias, afectando a los más diversos ramos del seguro.

Solamente en el estado federado de Nueva York se destruyeron aproximadamente 350.000 viviendas. Además se registraron unos 250.000 siniestros del seguro de Automóviles. Y también se totalizó una cifra similar de empresas afectadas. La anegación del metro de Nueva York y del terreno del World Trade Center provocaron avisos de siniestro por varios miles de millones de dólares estadounidenses. El siniestro global que se le adjudica a Sandy se cifra, entretanto, en unos 70.000 millones de dólares estadounidenses.

Con ello Sandy es, después del huracán Katrina, la segunda tormenta más cara de la historia de los EE.UU.

Sandy es uno de los eventos más importantes de los últimos años que se debe a las condiciones meteoro-lógicas. Pero también se distingue por la rápida liqui-dación de unos 500.000 daños a edificios de vivien-das, impulsada, a su vez, por la actitud firme y decisiva de numerosos organismos y políticos.

Retenciones propias y sublímites

La mayoría de los seguros estadounidenses combina-dos de edificios prevén elevadas retenciones propias para los siniestros por huracanes que suelen ascender del dos al cinco por ciento del valor asegurado. Cada estado federado tiene sus propias disposiciones rela-tivas a la aplicabilidad de retenciones propias en caso

Sandy

11Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

lluvia secundarias (así denominadas Nor’easters) que le prosiguieron: ¿Se trata de uno o de dos eventos? La repuesta depende en gran medida de lo redactado en la cláusula de agregación en el contrato de seguro y de las circunstancias exactas para las cuales rige la cláusula.

Viento o avenida en el caso de mareas huracanadas

Uno de los problemas más destacados que surgió después de Katrina y que podría presentarse en el marco de disputas relacionadas con el seguro sobre Sandy, atañe a la cuestión de si se pueden excluir los daños de inundación producidos por la marea huraca-nada. Conforme a la definición del National Hurricane Center de los EE.UU., una marea huracanada se ori-gina por el agua que “es empujada hacia la costa por los vientos ciclonales que giran en torno a la tor-menta”. La mayoría de los seguros combinados de edificios en los EE.UU. excluye los daños por “inunda-ción” y en los seguros de comercio e industria se sue-len estipular sublímites. Pero las “tormentas” suelen ser generalmente un peligro asegurado. Por ello, los tomadores de seguro suelen argumentar que la causa en sí de un siniestro por marea huracanada no es la “inundación” sino la “tormenta”.

de huracanes. De esta forma, por ejemplo en Nueva York se pueden aplicar retenciones propias en caso de huracanes cuando el National Weather Service clasi-fica una tormenta dentro de la categoría 1 o superior y toca la costa en el Estado de Nueva York. En Nueva Jersey, el National Weather Service debe clasificar a la tormenta como huracán y registrar en un lugar cualquiera dentro del estado velocidades de viento constantes de 74 millas por hora (aprox. 120 km/h). Para los daños provocados por determinados eventos, como una tormenta con nombre o inundación podrían regir también sublímites específicos.

Justo después de Sandy, algunos gobernadores y organismos de supervisión de seguros exigieron públicamente a los entes aseguradores que prescin-dieran de la aplicación de las retenciones propias en caso de huracanes porque la tormenta no cumplía los criterios para retenciones propias que existían en algunos estados federados. Éste fue el primer indicio de una actitud especialmente fuerte y proactiva por parte de los organismos de supervisión frente a los aseguradores y su liquidación de los daños originados por Sandy a edificios de viviendas.

Las retenciones propias y los sublímites pueden causar dificultades a la hora de calcular la suma indemnizatoria, cuando, por ejemplo, están afectadas varias ubicaciones del mismo tomador del seguro o una tormenta toca tierra en una zona geográfica de mayores dimensiones y por un largo periodo de tiempo. El huracán Katrina se consideró como un solo evento por lo que a los planteamientos de la posibili-dad de agregación respecta. Sandy arroja otros pro-blemas, sobre todo de cara a las tormentas de nieve y

29.10.2012Zona alrededor de Brigantine, Nueva Jersey Sandy toca tierra en los EE.UU.; fuer-zas máximas de viento en la parte oeste del ciclón; máximos niveles del agua en la costa noreste al norte del centro de rotación

31.10.2012Este de CanadáDespués de debilitarse sobre tierra firme, los restos de Sandy se funden con una zona de bajas presiones sobre el este de Canadá

29.10.2012Tarde (hora local)Manhattan, punta surLa marea huracanada en Battery Park y en East River inunda túne-les y ferrocarriles suburbanos

29.10.2012Tarde (hora local) Costa atlántica de Nueva Jersey a Long Island y parte sur de Rhode Island Sandy ocasiona daños por inundación de extrema gravedad en las regiones costeras

30.10.2012ApalachesCondiciones de ventisca en amplias zonas del sistema montañoso

Sandy

12 Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

¿Causa concurrente o directa?

¿Qué ocurre cuando más de una causa –una asegu-rada y una excluida– han contribuido al siniestro o cuando, por ejemplo en el caso de una marea huraca-nada, un tribunal determina que las causas han sido tanto la inundación como la tormenta? En este caso, ¿pueden acogerse los aseguradores a la exclusión?

Cuando un siniestro se puede repartir entre ambas causas, es decir, un daño por inundación en el sótano de una casa y un daño por tormenta en el tejado, entonces el ajuste de siniestros no suele presentar dificultad alguna, porque los daños individuales se pueden adjudicar exactamente a ambas causas.

Pero, cuando ambas causas han actuado al mismo tiempo o cada una de las causas por separado podría haber originado el daño total, entonces –si no se ha estipulado una exclusión de co-causalidad– la respuesta se orienta conforme a la correspondiente prueba de causalidad que se deba aplicar. En cada estado federado estadounidense rigen en este sen-tido criterios diferentes. Pero en la mayoría de los Estados, entre ellos también Nueva Jersey, se debe decidir, por ejemplo, cuál de las causas es la “causa eficiente o directa” (“efficient or proximate cause”), es decir, aquella que haya iniciado el proceso de causalidad. Cuando se excluye la causa “eficiente o directa”, entonces el asegurador puede rechazar la indemnización en su totalidad.

Algunos tribunales, también en Nueva York, persi-guen un enfoque parecido verificando si existe una co-causalidad (“concurrent cause”).

Exclusiones de co-causalidad y cláusulas de daños consecuenciales

Este tipo de cuestiones de causalidad pueden sensibi-lizar a que se apliquen en el contrato de seguro exclu-siones de co-causalidad (así denominadas cláusulas ACC) y cláusulas de daños consecuenciales. Las cláu-sulas de daños consecuenciales traen consigo excep-ciones de exclusiones cuando, como consecuencia de un riesgo excluido, se realiza un riesgo concreto, deli-mitado y asegurado. Así ocurre cuando, por ejemplo, la inundación de un edificio origina un incendio.

Por su parte, las cláusulas ACC permiten al asegura-dor que alegue él mismo exclusiones cuando existe una causa concurrente asegurada. Una cláusula ACC típica podría redactarse así:

“La cobertura de seguro, sin considerar las causas concurrentes, no se extiende a daños directos o indi-rectos por … Este tipo de daños estarán excluidos incluso cuando otras causas o eventos concurrentes hayan contribuido al mismo tiempo o en cualquier orden cronológico al siniestro.”

En algunos estados federados de los EE.UU. (como Washington y Virginia Occidental) este tipo de cláu-sulas no se pueden hacer valer jurídicamente. Pero la mayoría de los tribunales las han reconocido después de Katrina siempre que los aseguradores se remitieran a ellas.

Sandy

Sandy causó más de 650.000 daños a edificios de viviendas, como aquí en Long Island, NY, EE.UU.

13Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

Después de Sandy, las cláusulas ACC han suscitado una fuerte crítica, al menos respecto a los propietarios de casas y viviendas. En el estado de Nueva York, el legislador está estudiando actualmente, dentro del marco de una serie de proyectos de ley para la protec-ción de los tomadores de seguros combinados de casas y viviendas, una ley según la cual se puede pro-hibir la aplicación de las cláusulas ACC.

Planteamientos actuariales del reaseguro

Las cuestiones relativas al reaseguro que han surgido a raíz de Sandy se van cristalizando poco a poco. No obstante pueden surgir problemas relativos a la doctrina de la obligación del reasegurador de seguir a la cedente y la comunidad de suerte, así como res-pecto a la cuestión de la posibilidad de agregación de daños. Sin duda, la introducción de nuevas disposi-ciones ha presionado a las cedentes a que regulen con rapidez los daños ocasionados por Sandy. Junto a su expreso rechazo de las retenciones propias por huracán, algunos organismos del seguro han introdu-cido nuevas disposiciones para la liquidación de siniestros de Sandy con el propósito de acelerar y simplificar los procedimientos para los propietarios de casas y viviendas.

Así, en el estado de Nueva York, el Departamento de Servicios Financieros (DFS por sus siglas en inglés) ha dispuesto que los aseguradores deben inspeccio-nar los daños en un plazo de 15 días posteriores al aviso de siniestro y deben tomar una decisión sobre el ajuste de siniestros en un plazo de otros 15 días laborables (en algunos condados incluso de seis días laborables) una vez concluida su inspección. El DFS exige además que los aseguradores deben aceptar documentaciones fotográficas o de vídeo de los sinies-tros. Estas medidas han contribuido con certeza a la presta liquidación de muchos daños causados por Sandy. En este sentido, podría surgir la duda de si una liquidación de siniestros semejante corresponde con los principios empresariales y con los requisitos de diligencia y buena fe, es decir, si los reaseguradores están ligados a este tipo de arreglos.

Adicionalmente, a nivel de reaseguro podrían plan-tearse cuestiones relativas a la posibilidad de agrega-ción de los daños. Muchos contratos de reaseguro recogen cláusulas horarias, según las cuales se pueden agrupar los daños que se producen dentro de un periodo determinado de tiempo (por regla general 72 horas) en un sólo evento siniestral. Pero como los daños causados por Sandy se produjeron en un periodo de tiempo más extenso, puede ser que, conforme a estas cláusulas, ya no se puedan agregar. Por ejemplo, transcurrieron más de 72 horas entre los daños pro-ducidos en el Caribe y los del noreste de los EE.UU., particularmente si se tiene en cuenta la tormenta secundaria “Nor’easter”. En el caso de que una cedente asegure empresas en ambos lugares podría tratarse de más de un evento, conforme al contrato de reaseguro.

>> http://www.dlapiper.com/Leon-Taylor/ http://www.dlapiper.com/aidan_mccormack/

Sandy

NUESTROS ExPERTOS:

Leon Taylor es socio en el equipo Insurance & Reinsurance de DLA Piper en Londres y Nueva York.

Aidan M. McCormack es socio en el equipo Insurance & Reinsu-rance de DLA Piper en Londres y Nueva York.

15Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

Sandy

Roger D. Higgins y J. Richard Harmon

Independientemente de si se trata de Katrina, Rita, Ike o Dolly, el modo de actuar es siempre el mismo cuando una tormenta tropical golpea la costa del golfo estadounidense: nada más desaparecer el huracán hicieron acto de presencia constructores, techadores y peritos oficiales para hacer negocios con las personas dañadas. También los bufetes de abogados intenta-ron sacar partida de la situación, lanzando campañas publicitarias y seminarios gratuitos sobre los derechos de los asegurados para así captar como mandantes el máximo número posible de damnificados. Indepen-dientemente de los hechos jurídicos en sí, su objetivo fue incrementar el precio y alcance de los daños con ayuda de sus propios peritos.

Intentaban, dentro de lo posible, evitar litigios sobre los siniestros realmente asegurados de sus clientes. En cambio, lo que hacían era buscar puntos débiles en la liquidación de siniestros y en las condiciones del

seguro a fin de convertirlos en un enfoque de litigio. La tormenta Sandy ha mostrado, una vez más, que el peligro es totalmente real. Tras haber visto casos simi-lares después de los huracanes que azotaron Luisi-nana, Mississipí y Texas, los aseguradores ya se imagi-naban lo que les esperaba. Muchas veces la atención se centraba en las disputas sobre las cláusulas de exclusiones en caso de cocausalidad (anti-concurrent causation clauses o cláusulas ACC). En estas cláusu-las quedan excluidos los daños ocasionados simultá-neamente por un peligro asegurado (p.ej. tormenta) y un peligro no asegurado (p.ej. inundación), indepen-dientemente del acontecimiento que haya causado directa o principalmente el siniestro. Según argumen-tan los abogados, o bien los aseguradores no aplican debidamente las cláusulas ACC, o bien no son correc-tos los procedimientos en el ajuste del siniestro con respecto a la cocausalidad.

Los litigios por daños materiales basados en accio-nes colectivas son un fenómeno común en EE.UU. que se da después de catástrofes naturales. En muchas ocasiones, son apoyados por bufetes de abogados de gran solidez financiera. Quienes estén familiarizados con sus métodos pueden tomar las correspondientes medidas para defenderse de reclamaciones injustificadas.

Lo que los aseguradores pueden aprender de Sandy

Los fuertes vientos y la marea huracanada destrozaron los embarcaderos y arranca-ron los barcos de su anclaje, lanzándolos a un asentamiento turístico cercano al puerto de Great Kills en la costa oriental de Staten Island, Nueva York, EE.UU.

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Por otro lado también se realizan esfuerzos para que los procesos judiciales se lleven a cabo en tribunales que son favorables a los demandantes. Los abogados esperan que las sentencias pronunciadas por estos tribunales se utilicen como precedentes vinculantes de impacto bastante mayor en los procedimientos probatorios. En vista de ello, algunos aseguradores solicitaron que a todos los casos se les dispense un tratamiento conjunto dentro del marco del “litigio de múltiples distritos” (multidistrict litigation – MDL; compárese, 28 U.S.C. § 1407 Transferencia de asuntos jurídicos de carácter global a un tribunal determinado). Gracias al MDL (litigio de múltiples distritos) se puede homogeneizar el procedimiento probatorio y, por lo tanto, evitar duplicidades en los testimonios escritos de los testigos y aumentar la predicibilidad de las reso-luciones tomadas en el procedimiento previo.

Evitar demandantes mediante un ajuste de siniestros efectivo

Una de las lecciones aprendidas de los huracanes en la costa del Golfo es la importancia de un ajuste de siniestros efectivo. En cientos de procesos judiciales, los abogados de los demandantes presentaron prue-bas de que en el ajuste de siniestros hubo actuacio-nes u omisiones de los aseguradores que se debieron a una causa a nivel de la compañía o “institucional”. Sin embargo, su objetivo verdadero fue destapar los puntos débiles en las condiciones del seguro y en el tratamiento de los derechos de los asegurados para así ocultar que los asegurados tenían problemas a la hora de presentar pruebas del siniestro asegurado.

La mejor forma de combatir este enfoque universa-lista es un ajuste de siniestros proactivo y rápido. Para los aseguradores es esencial que los ajustes y los expedientes de los siniestros cumplan con rigurosi-dad los debidos criterios, pues solo así estarán en con-diciones de demostrar que cada siniestro es distinto, tanto en lo que se refiere a la cobertura como a la suma indemnizatoria. Las siguientes sugerencias se basan en las lecciones aprendidas de las catástrofes natura-les y sirven para mejorar el ajuste de siniestros. Estas sugerencias no son exhaustivas pero sí útiles.

Documentar la correspondencia con el asegurado

Tras los huracanes en la costa del Golfo, muchos de los asegurados alegaron ante los tribunales que nadie les había dicho que guardaran las facturas de las reparaciones o que tomaran fotos de los daños. Con esta excusa intentaban quitarse de encima la carga de demostrar que habían sufrido un daño asegurado. Puede que un jurado llegue a tener comprensión por la situación de un asegurado, siempre y cuando el ase-gurador no presente hechos que prueben lo contrario.

Si bien cada daño material constituye un caso parti-cular, muchas veces los abogados de los asegurados engloban los diferentes casos en acciones colectivas para que aumente el alcance de la respectiva senten-cia tribunal. Los aseguradores no siempre lograron impedir la admisión de acciones colectivas. En efecto, varios tribunales admitieron a trámite tales acciones o aceptaron arreglos colectivos.

Por otro lado existe también una estrategia que se denomina “blast filings” y que consiste en presentar simultáneamente varias demandas contra uno o varios aseguradores con la intención de “desgastar” los recursos de los demandados y así crear la posibili-dad de llegar a un arreglo a favor de los asegurados.

Sandy

Así de devastadas quedaron las casas en primera fila de la playa Rockaway Beach (Long Island, Nueva York, EE.UU.) en el Atlántico.

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Material fotográfico del daño

Más de un año después del ajuste de siniestro orgina-rio, los tomadores de seguro hicieron valer en Texas reclamaciones ante los aseguradores –muchas veces en forma de una carta de reclamación o una demanda–, alegando que los daños habían alcanzado sumas bas-tante más elevadas de lo que orginariamente se había calculado para el ajuste de siniestros. Tales afirmacio-nes se pueden refutar fácilmente con ayuda de foto-grafías. Al material fotográfico de los daños se le atri-buye la misma importancia que a las fotos tomadas de la propiedad no dañada (enseres domésticos, pare-des, techos, etc.). De esta manera también se puede rebatir el argumento de que los peritos no hubieran inspeccionado determinadas partes de un edificio. Vivimos en la era de la fotografía digital y, por ello, prácticamente es imperdonable que un siniestro no se encuentre documentado en toda su extensión.

Expediente del siniestro actualizado y detallado

Dado que en el procedimiento probatorio puede que el asegurador tenga que presentar el expediente de un siniestro o un registro de fechas y citas, es conveniente llevar una documentación detallada y actualizada para el expediente que contenga la comunicación íntegra con el asegurado, los peritos y las demás personas que participan en el ajuste del siniestro.

Después que la marea huracanada cesara, la arena salina y los automóviles dañados dificultaron enormemente los trabajos de rescate y desescombro en Nueva Jersey.

Al igual que el huracán Katrina, tras la devastación provocada por Sandy no se sabía si el causante de un daño determinado había sido la tormenta o la inunda-ción. ¿Cómo se aplica la cobertura si el causante de un daño son dos peligros a la vez, es decir, uno asegu-rado y el otro no cubierto? Es bastante probable que la interpretación que, en este caso, el tribunal dé a la aplicación de la cláusula ACC tenga consecuencias transcendentales para los aseguradores, pues sola-mente el 4% de los propietarios de viviendas en Nueva York tiene contratado un seguro contra inun-dación. También los daños por las retenciones en el alcantarillado podrían dar lugar a la aplicación de la cláusula ACC.

La mayoría de las pólizas incluyen exclusiones simila-res a las de la cobertura ACC para daños causados por agua, que más o menos reza de la siguiente forma:

“El asegurador se responsabilizará de pérdidas o daños que fueron causados directa o indirectamente [por acontecimentos que figuran mencionados en la exclu-sión de daños por agua]. Esta exclusión rige, indepen-dientemente de las causas o acontecimentos que hayan contribuido simultáneamente o en cualquier secuencia al siniestro.”

Sandy

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Este texto no contempla la aplicación de la “eff icient proximate cause rule”, según la cual la cobertura se rige por la proporcionalidad de los peligros asegura-dos y no amparados en el daño material. El tribunal de apelación del quinto distrito judicial ha confi rmado en varias ocasiones la aplicación de las cláusulas ACC dentro del contexto interpretativo de las disposiciones legales de Luisiana, Mississipí y Texas. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Mississipí impuso limitacio-nes importantes a la intrepretación del tribunal de apelación correspondiente al quinto distrito judicial.

En el caso de Corban contra United States Automobile Insurance, el tribunal dictaminó lo siguiente: “Sola-mente si en una situación determinada concurren hechos que constituyen una verdadera causa “con-junta” –es decir, tormenta e indundación como únicos fenómenos simultáneos que causan el daño mate-rial–, podemos hablar de un siniestro indivisible, según las leyes del distrito de Mississipí, al que serían aplicables las cláusulas ACC.”

A raíz de esta interpretación, el tribunal decidió que todos los “daños materiales directos” causados por la tormenta están asegurados, mientras que quedan excluidos todos aquellos “daños materiales directos” que hayan sido provocados por la inundación o por la inundación “en concurrencia” con la tormenta.

Hasta la fecha, relativamente pocos tribunales han aplicado las disposiciones de las cláusulas ACC según la legislación vigente de Nueva York, Nueva Jersey y Pennsylvania. Un tribunal de apelación de Nueva York confi rmó la aplicabilidad de una cláusula ACC. Se trataba de un caso jurídico en el que se quería excluir la presión ejercida por las aguas fréaticas sobre una piscina, a pesar de que el agua previamente evacuada de la piscina y el agua pluvial habían contribuido al siniestro. También en Nueva Jersey, se confi rmó la aplicación de una cláusula ACC en un peritaje no publicado, ordenado por el tribunal de apelación. Sin embargo, en el año 2009, un tribunal de apelación en Pennsylvania concluyó que la cláusula era equívoca y debería interpretarse a favor del asegurado y no a favor del asegurador.

J. Richard Harmon, Thompson ha representado –como abogado del bufete Coe, Cousins & Irons, LLP– a un gran número de asegu-radores en importantes procesos de daños comerciales tras los huracanes Rita, Katrina, Dolly e Ike.

NUESTROS EXPERTOS:

Como abogado, Roger D. Higgins representa y presta asesoramiento a las aseguradoras en el bufete de abogados Thompson, Coe, Cou-sins & Irons, LLP. Asimismo ha ejercido de abogado principal en numerosos procesos, arbitrajes y acciones colectivas.

Sandy

>> El Artículo se basa en una contribución de la revista “Declarations”, International Association of Claim Professionals, edición de invierno 2013.

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¿Qué ofrece su gestión de siniestros?

El cambio producido en los riesgos meteorológicos tiene considerables repercusiones sobre el Seguro. Éste debe encontrar respuestas para poder afrontar los siniestros de gran envergadura y recuperarse de ellos con rapidez. Las dos nuevas publicaciones de nuestra serie “Knowledge Series” les ayudarán en este sentido.

En “Claims management following natural catastrophes” analizamos las grandes catástrofes del pasado reciente condicionadas por el clima y derivamos conocimientos que apoyan a los aseguradores en sus medidas de previsión y su gestión de siniestros.

“Severe weather in Eastern Asia” se ocupa especialmente de la nueva situación de peligro en el este de Asia.

Pueden obtener ambas publicaciones en inglés en nuestro Portal de Clientes connect.munichre.com o de su Gestor de Clientes.

Para más detalles, les rogamos contacten a su Gestor de Clientes.

not if, but how

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Tony Kuczinski es Presidente y Chief Executive Officer de Munich Re America.

Sandy fue una señal de alarma

La tormenta Sandy causó grandes daños en las infraestructuras de los EE.UU., y la amenaza de tormentas a la que se ve sometida la costa este aumenta día a día. Tony Kuczinski reflexiona sobre las posibilidades de reforzar la región frente a inclemencias climatológicas.

Schadenspiegel: Señor Kuczinski, ¿cuál fue su experiencia personal con el huracán Sandy?

Tony Kuczinski: Cuando Sandy llegó a la costa este de los EE.UU., me encontraba junto con algunos de mis colegas fuera de los EE.UU., concre-tamente en Múnich. Debido a ello, nuestro regreso a los Estados Unidos se tuvo que retrasar algo. Inmediata-mente después del huracán, me fue difícil ponerme en contacto con nues-tra oficina en Princeton y con mi fami-lia en Pennsylvania debido a que los cables de energía eléctrica y teléfono habían sufrido daños.

¿Cuál fue su primera estimación cuando tuvo noticia del huracán?

Me reuní en Múnich con varios cole-gas y nuestra primera estimación fue que los daños debidos al huracán debían ser comparables a los del huracán Irene. No obstante, en el momento en que recibimos más imá-genes en Alemania, se hizo más claro el alcance de los daños. Nos dimos cuenta de que los daños asegurados, debidos a este evento, iban a ser muy difíciles de estimar debido a los daños parciales causados por las inundaciones y las mareas vivas.

¿A cuánto ascendieron finalmente los daños causados por Sandy?

Sandy costó a Munich Re en torno a 800 millones de euros, antes de impuestos. Los daños totales cubier-tos por los seguros ascendieron a aprox. 30.000 millones de dólares y los daños económicos ascendieron a aprox. 70.000 millones de dólares.

Por lo general, la infraestructura de los EE.UU. es considerada débil y, en muchos casos, obsoleta. No obstante, ¿le ha asombrado la magnitud de los daños en la infraestructura?

Si bien Sandy fue un caso único, Munich Re previó un escenario simi-lar en un artículo sobre Irene incluido en una publicación lanzada poco antes con el nombre “Severe Weather in North America”: “Un huracán de mayor intensidad que el acaecido en Nueva Inglaterra en 1938 podría cau-sar en toda la región mayores daños debidos a las tormentas y una marea muy alta que asolaría los municipios costeros y el centro económico de los EE.UU., causando con ello graves daños. Dichos daños podrían superar con mucho los causados por Irene.” Esta publicación incluye un mapa que muestra las zonas de Nueva York amenazadas por las inundaciones en caso de huracán. Las zonas de Nueva

York que quedaron realmente inun-dadas coinciden con gran exactitud con esta previsión.

Entonces, ¿por qué no se mejora la prevención?

Cada cuatro años, la American Society of Civil Engineers publica una evaluación de la infraestructura del país. En 2013 nuestra infraestruc-tura recibió la calificación D+ 1 (defi-ciente). Cuatro años antes, recibió la nota D. En vista del estado de nuestra infraestructura y de la vulne-rabilidad de la costa este a los hura-canes del Atlántico, podrían haberse previsto las consecuencias.

Por desgracia, a menudo es necesa-rio que ocurra un episodio devasta-dor antes de que las autoridades reaccionen. Era de sobra conocido que en Nueva Orleans el sistema de diques, los muros de contención de las inundaciones y las bombas reque-rían una renovación técnica. Es com-prensible y humano postergar las cosas hasta que se vuelven críticas, especialmente cuando los medios son limitados. No obstante, me pregunto cuánto dinero podría

1 véase „American Society of Civil Engi-neers Infrastructure Report Card http://www.asce.org/

EnTrEviSTa

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haberse ahorrado a lo largo de los años y cuántas vidas hubiera sido posible salvar si no se hubieran retardado tales medidas.

En el futuro, ¿qué medidas podrían reducir el potencial de daños debidos a eventos similares en la región?

En el caso de las inversiones en la infraestructura y otras medidas tene-mos que tener en cuenta el cambio de las condiciones del tiempo y el cambio climático.

Tomemos como ejemplo Nueva Jer-sey, donde se encuentra la sede de Munich Re America: este estado fede-ral ha sufrido enormes daños debidos a las inundaciones y mareas vivas causadas por Sandy. Conforme a los modelos climatológicos actuales, puede esperarse que, en el futuro, Nueva Jersey se verá sometida a un

mayor riesgo de lluvias intensas, huracanes, inundaciones y mareas vivas.

Por lo tanto, para Nueva Jersey, los daños relacionados con el agua cons-tituyen el mayor peligro futuro, teniendo en cuenta que un mapa del American Geosciences Institute muestra que entre el 10 y el 20% de la extensión del estado se encuentra en zonas inundables. Por tanto, si uno se pregunta en qué mejoras de la infraestructura deberían invertirse los medios económicos limitados, la respuesta debería enfocarse en la protección contra las inundaciones.

También debemos tener en cuenta los emplazamientos de las nuevas construcciones, no debemos seguir construyendo en áreas que se inun-

Tras retirarse la inundación, se hizo visible la extensión de los siniestros en las calles de Nueva Jersey.

dan regularmente. Además, las cons-trucciones deben satisfacer normas más exigentes.

La planificación de espacios urbani-zables y unas directivas de construc-ción eficaces pueden aportar mucho para evitar daños en el futuro.

Asimismo, las mejoras en los siste-mas de suministro de agua y alcanta-rillado, así como en las redes de ener-gía eléctrica y de otros tipos limitarían los efectos de tales acontecimientos a un mínimo y reforzarían nuestro país frente a las inclemencias clima-tológicas.

¿Qué significa Sandy para el sector de los seguros en los EE.UU.?

Para la opinión pública, Sandy signi-ficó lo mismo que el huracán Andrew en 1992 supuso para el sector asegu-rador: una señal de alarma.

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Tras el huracán es siempre antes del huracán. ¿Qué conclusión extrae Ud. de Sandy para Munich Re respecto a eventos similares?

Debemos analizar y cuantificar los cambios. Si como consecuencia de ello resultasen modificaciones en los riesgos o puntos débiles, debemos incluir dichos cambios en nuestros modelos de riesgos. Actuamos de esta forma con todos los riesgos de cambio.

Además, como líderes del mercado en el sector de los seguros y los rea-seguros, debemos mantener nuestra función de pioneros a la hora de pre-parar a nuestros representantes elec-tos e informar al público sobre posi-bles temporales futuros. También debemos involucrarnos en las solu-ciones que nos harán más resisten-tes en el futuro, colaborando en la modernización de las infraestructu-ras envejecidas e insuficientes, mejo-rando el aprovechamiento de las superficies urbanizables y fomen-tando la construcción de edificios estables.

Andrew colocó bajo el foco de la atención algunas discusiones sobre las consecuencias de las tormentas para una infraestructura deficiente. A partir de este huracán, las perso-nas fueron conscientes de lo que está incluido en sus seguros de edificios y viviendas y lo que no y de qué daños cubren los correspondientes seguros contra inundaciones y cuáles no. Ahora estudian los contratos de seguros con más atención y recono-cen la importancia de un seguro ade-cuado y de las medidas para limitar los riesgos.

Se ha iniciado un debate sobre quién debería hacerse cargo de los costes de los riesgos y si la protección del seguro para los habitantes de las zonas costeras debería estar subven-cionada por otras personas que viven en regiones con un menor nivel de riesgo.

En el sector de los seguros se discute desde hace años sobre estos temas, si bien, tras Sandy, también el público se ha hecho consciente de este tema. Una vez se tiene conciencia de que existen los problemas, es más proba-ble que la industria, la opinión pública y los políticos trabajen conjunta-mente en la búsqueda de soluciones.

Una de las muchas casas destruidas en Long Island, NY, EE.UU.

¿Cómo ha respaldado Munich Re America a sus clientes tras esta catástrofe?

Nuestro objetivo era ayudar a nues-tros clientes lo mejor posible para que ellos, a su vez, pudieran ayudar a sus clientes. Esto incluía una liquida-ción de los siniestros lo más rápida posible. En el caso de nuestros peque-ños clientes regionales, cada vez que tuvimos constancia de que íbamos a pagar de todas maneras los daños, agilizamos los pagos para paliar los problemas de liquidez. Deseábamos que el dinero fluyera donde más se necesitaba.

Las compañías pertenecientes a Munich Re, la American Modern Insurance y Hartford Steam Boiler (HSB), también han suscrito nego-cios en las zonas afectadas. Ambas compañías enviaron tramitadores de siniestros tan pronto como dejó de existir peligro y HSB creó incluso un equipo CAT propio encargado exclu-sivamente de los perjudicados por Sandy. Nuestro primer objetivo era tranquilizar a nuestros clientes y transmitirles nuestra disposición a buscar soluciones de forma conjunta.

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¿Cómo pueden contribuir las investi-gaciones del Insurance Institute for Business & Home Safety (IBHS), res-paldado por Munich Re, a minimizar los daños en el futuro?

El IBHS es un organismo de investi-gación y comunicación independiente y sin fines de lucro, respaldado por el sector de los seguros de Daños. Su misión es, mediante investigación objetiva, identificar y fomentar medi-das eficaces para la protección de edificios, empresas y municipios frente a catástrofes naturales y otras fuentes de daños. Para este fin, IBHS investiga y defiende mejores méto-dos de planificación, ejecución y ase-guramiento de obras de construcción, así como mejores prácticas de man-tenimiento, reparación y prevención. Varios estados federales han incluido algunas de las normas de construcción de IBHS en su legislación o norma-

tiva sobre la resiliencia de edificios, sobre todo en las regiones costeras.

Nunca antes había sido tan evidente la necesidad de una investigación sólida enfocada en la construcción para lograr que los edificios, empre-sas y municipios sean más robustos y seguros. En ninguna otra parte del mundo es tan obvio el aumento de catástrofes naturales como en Norte-américa, donde, en las últimas tres décadas, casi se ha multiplicado por cinco el número de siniestros causa-dos por condiciones climatológicas adversas.

¿Cómo se benefician de ello nuestros clientes?

La investigación de IBHS ayuda ade-más a las empresas asociadas a comprender mejor qué significa la predisposición estructural y la forma

en que las medidas de limitación del riesgo contribuyen a minimizarla, así como qué características de reduc-ción de riesgos es necesario tener en cuenta al inspeccionar edificios de viviendas o industriales. Esto refuerza la suscripción y una política de pre-cios basadas en el riesgo, tal y como viene siendo práctica común en algu-nas compañías aseguradoras.

Munich Re y otras empresas asocia-das están seguras de que estos esfuerzos reducirán los siniestros causados por condiciones climatoló-gicas adversas, garantizando de esta forma un mercado de seguros de Daños fuerte y estable.

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Al destruirse el puente Mantoloking en Nueva Jersey, EE.UU., quedó interrumpido el nexo de unión con una de las islas situadas frente a la costa.

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Muchas galerías de arte en Chelsea, Nueva York, necesitaron una extensa restauración tras la marea huracanada.

Inundaciones, cortes de corriente, objetos de arte destruidos: en octubre de 2012, Sandy dejó tras de sí graves daños en las galerías de Nueva York. Para los aseguradores, el elevado riesgo de cúmulo resultó ser muy costoso.

Galerías de arte bajo agua

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Nueva York es uno de los principales enclaves cultura-les del mundo. Sobre todo en el distrito de Chelsea, situado a orillas del río Hudson en el oeste de Man-hattan, se han establecido a lo largo de los años infini-dad de galerías. A excepción de los grandes museos de la ciudad, en ningún otro sitio puede encontrarse tal concentración de obras de arte como en los cien-tos de grandes y pequeñas salas de exposición entre las calles 14 y 26 oeste. Cuando, el 29 de octubre de 2012, el huracán Sandy azotó Nueva York, el río Hud-son se desbordó de su caudal. Las inundaciones se extendieron también a zonas de Chelsea, causando graves daños en las galerías.

Las trombas de agua destruyeron o causaron graves daños a miles de obras de arte. Las galerías situadas a nivel de suelo, anteriores a la 10ª y 11ª avenidas, se vieron especialmente afectadas ya que el agua alcanzó una altura de hasta seis metros. Los almacenes y galerías que se encontraban por debajo del nivel de la calle se inundaron casi sin excepción. Las asegurado-ras especializadas en obras de arte deberán desem-bolsar una cifra aproximada de 400 a 500 millones de dólares por los daños en Nueva York, casi tanto como sus ingresos en primas durante un año.

Tan sólo Peter Max, artista de Pop-Art, realizó una reclamación inicial de 300 millones de dólares por los daños en las obras que se encontraban en un almacén inundado en Nueva Jersey. Entretanto se ha podido reducir en gran medida la reclamación por daños. No obstante, aún se sigue hablando de este caso como el siniestro individual mayor de la historia del seguro de obras de arte.

Efectividad parcial de la alerta temprana

Tras hacerse evidente que el huracán Sandy llegaría a tierra firme en la región de Nueva York, los asegurado-res directos trataron de ponerse en contacto con sus tomadores de seguro con el fin de acordar a priori las medidas de prevención de daños adecuadas. Amplias zonas del barrio del arte en Chelsea se encontraban dentro de la zona de evacuación, por lo que las medi-das adoptadas a tiempo ayudaron a evitar daños. Si bien no fue posible entrar en contacto con todos los clientes, las alertas tempranas fueron un éxito: muchos galeristas pudieron trasladar sus existencias a almace-nes de arte situados fuera de Manhattan antes de que los puentes y túneles quedaran cerrados.

Sin embargo, no fue posible trasladar todas y cada una de las obras de arte debido a lo apremiante de la situación. Las grandes dimensiones y la fragilidad de algunas obras hubieran hecho necesarios grandes preparativos para su transporte. Por desgracia, más tarde se hizo patente que algunos almacenes consi-derados como seguros y situados fuera de Manhattan, por ejemplo en Nueva Jersey, también se habían inun-dado.

A esto se añadió otro problema: tras sus experiencias en huracanes previos, de los que salieron bien para-dos, muchos de los galeristas subestimaron el posible alcance de la inundación. Al final, las inundaciones resultaron mucho peores de lo esperado, de forma que muchas de las medidas de protección resultaron ineficaces.

Ajuste de siniestros complejo

Tras obtener el permiso de acceso a las zonas evacua-das, los aseguradores iniciaron de inmediato la eva-luación de los daños. Una célula de crisis formada por liquidadores de siniestros, peritos y restauradores se hizo cargo de la primera evaluación de la situación. Se constató que los daños se habían producido casi exclusivamente en obras de arte moderno contempo-ráneo y fotografías. La gestión de siniestros tuvo lugar según un proceso de selección, tal y como viene siendo habitual en grandes intervenciones en casos de catástrofes. Se realizó una primera clasificación de los daños en “siniestros totales”, cuyo rescate es inútil o no rentable, y en “siniestros parciales”, cuyo rescate o restauración se presentan como posibles y razona-bles desde el punto de vista económico. Si bien este proceso requiere mucho tiempo, los primeros pagos de siniestros ya se pudieron efectuar una semana después del evento.

En los casos en los que la decisión fue a favor de la restauración de la obra de arte, se tuvieron que adop-tar in situ medidas inmediatas para evitar daños consecuenciales. Siempre que fue posible, se trans-portaron las obras de arte a almacenes secos para evitar la formación de moho. En un ambiente húmedo, el moho puede formarse incluso en objetos que no han entrado en contacto con el agua. La sal del agua de mar y el frío (la energía eléctrica y la calefacción permanecieron fuera de servicio durante días) aumen-taron también el peligro de más daños consecuencia-les y dificultaron las medidas de rescate. El objetivo del transporte a un lugar seguro era también evitar los saqueos, como fuera el caso de muchas obras de arte tras el huracán Katrina en Nueva Orleáns.

Los galeristas y restauradores recibieron la ayuda de numerosas instituciones como el American Institute for Conservation – Collections Emergency Response Team (AIC-CERT) y el Museum of Modern Art (MoMA). Asesoraron a los afectados sobre las medidas de emergencia a adoptar y la mejor forma de evitar daños tardíos.

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Charlotte Buchmeier

26 Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

lar el cálculo del valor sobre la base del precio de compra o venta con un suplemento o un descuento porcentual en cada caso. Además de la pérdida y los desperfectos, las pólizas suelen cubrir los gastos de determinación del siniestro, restauración, así como una posible pérdida de valor.

En caso de siniestro total, el Agreed Value representa el límite superior vinculante para la indemnización. Esto mismo es aplicable cuando los gastos de restau-ración y la pérdida de valor estimada sobrepasan la tasa acordada. Si en el momento en que ocurre el siniestro, el valor real del objeto de arte supera el Agreed Value, se aplica la regla de infraseguro. Para hacer frente a este riesgo, es necesario comprobar regularmente los valores en las listas de inventario de los galeristas y adaptarlos a las evoluciones actuales.

A menudo se establece una excepción de la regla de infraseguro por la correspondiente renuncia pagando una prima de recargo (Waiver of Average Clause). Si por tanto, el valor del objeto de arte asegurado se encontrase muy por encima de la suma asegurada acordada, en la estimación del siniestro se prescindirá de aplicar el descuento correspondiente.

La falta de inventarios constituyó un problema

En general, los galeristas contratan coberturas de todo riesgo (all risk covers) que cubren también los daños derivados de riesgos naturales. Dependiendo del tipo de riesgo, la inclusión de estos riesgos viene unida al pago de una prima de recargo o incluso puede ser rechazada. Debido a que el gobierno municipal de Nueva York alertó casi cuatro días antes de la inunda-ción sobre la posible llegada a tierra firme del huracán Sandy en la región, los aseguradores se vieron en la necesidad de aclarar si los galeristas reaccionaron de forma adecuada y a tiempo. La pérdida o destrucción de las listas del inventario que los galeristas deben llevar constituyó un problema. Dichas listas reflejan qué obras de arte se encontraban a la venta y, por tanto, estaban cubiertas por el seguro y qué precio se asignó a la obra de arte. Si faltan dichas listas, la liqui-dación de siniestros se convierte en una tarea ardua.

Agreed Value como límite superior

En el área angloamericana es habitual contratar póli-zas para obras de arte basadas en tasas fijas (Agreed Value). En este caso, la empresa aseguradora y el tomador del seguro acuerdan individualmente un determinado valor para cada obra de arte. En el caso de las galerías, existen cláusulas de valoración espe-ciales en las pólizas que regulan el cálculo del Agreed Value por cuadro. Dichas cláusulas pueden variar mucho entre sí. Como estándar, se recomienda regu-

Ningún caso aislado: cuadros en la galería inundada Klemens Gasser & Tanja Grunert en Chelsea, Nueva York.

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27Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

Complicado cálculo de valor

Para el cálculo de las indemnizaciones en el sector del arte no existe ningún modelo predefinido. Cada caso es tan individual como la propia obra de arte. Así, todos los implicados (galerista, asegurador, perito, restaurador, artista) tienen diferentes puntos de vista y, por tanto, llegan a distintas conclusiones en lo relativo al valor.

Mientras que el galerista evalúa un siniestro total según pueda aún vender la obra, el artista determina el valor de sus cuadros de forma emocional y subje-tiva. Para él, cualquier pequeña modificación ya puede suponer un siniestro total. A su vez, para el restaura-dor se trata en primer lugar de aclarar si es posible regresar al estado original con los medios técnicos y un volumen de trabajo aceptable. Por parte del perito, la falta de directivas y normas según las cuales debería determinarse la pérdida de valor llevan a menudo a una evaluación puramente subjetiva.

En el caso de obras contemporáneas cuyo autor aún vive, deben tenerse en cuenta los derechos de autor existentes. En la jurisprudencia alemana pueden consultarse a este respecto numerosos precedentes legales. Una restauración sin el acuerdo del autor aún vivo sería fatal y traería consigo consecuencias consi-derables para la valoración posterior por parte de un experto en arte.

Para alcanzar una solución de común acuerdo bajo estas condiciones, todos los involucrados deben comprender el punto de vista de las otras partes y tratar este asunto con el necesario sentido de la pro-porción. Sólo si todas las partes se ven involucradas a tiempo en las cuestiones pendientes relativas a la liquidación del siniestro y si llegan a un acuerdo sobre el procedimiento posterior, se podrán evitar largos litigios ante los juzgados.

La pérdida de valor es a menudo un tema conflictivo

En el caso de siniestros parciales, la discusión acerca de la magnitud de la pérdida de valor suele ser cues-tión de disputas. El éxito de la intervención de conser-vación, en función de las posibilidades técnicas y la pericia de los restauradores, determina si se produce una pérdida de valor o no. En cualquier caso, la eva-luación de esta cuestión debe encargarse a un perito.

Desde el punto de vista del perito, la restauración de una obra de arte es más problemática cuanto mayor sea la intervención sobre la substancia original de la misma. Por regla general se aplica que sólo es posible determinar una pérdida de valor tras finalizar la res-tauración. A menudo, el experto también debe decidir si un daño pudo haberse producido en una fecha anterior, previa al inicio de la cobertura del seguro.

Rara vez se dispone de un protocolo de estado antes de la aceptación del riesgo. Las bases de datos como Artprice, Artnet o Artfacts representan una ayuda importante para registrar no sólo los resultados en las subastas sino también las características propias de las obras de arte.

Seguro para obras de arte tras Sandy

En la actualidad, los aseguradores están mucho más sensibilizados respecto a los riesgos de peligros naturales para el sector del arte. En el futuro, deben observar de forma más minuciosa dichas situaciones de exposición y adaptar su política de suscripción a la experiencia siniestral más reciente.

La tarea pendiente es determinar otros escenarios de inundaciones debidas a huracanes e incluirlos en el cálculo como posibles exposiciones a daños. El emplazamiento individual de cada galería y espacio artístico (sótano, planta baja, primer piso) tendrá asi-mismo un mayor peso en la evaluación. Esto puede tener como consecuencia que en el futuro se acuerde un mayor número de exclusiones en los contratos.

Un evento como Sandy concienciará también a los galeristas y coleccionistas sobre la importancia de un seguro adecuado. El aumento de la demanda debería detener la tendencia regresiva de los precios de las pólizas. Debido a que determinados aseguradores de obras de arte reducirán sus capacidades en vista de la mayor concienciación sobre los riesgos, no debe excluirse un encarecimiento de las primas.

NUESTRA ExPERTA:

Charlotte Buchmeier es Claims Manager en el sector de Marine Claims y está especializada en daños de Especies, Fine Art y Jewellers’ [email protected]

SaNdY

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Obligaciones en el seguro de arte

Eva-Maria Goergen

En relación a la tormenta Sandy, ya se sabía con mucho tiempo de antelación que Nueva York y, por lo tanto, también el barrio de arte de Chelsea se encontraban una zona de peligro. Así, surge la pre-gunta: ¿Qué se les hubiera podido exigir a los gale-ristas para que protegiesen el riesgo asegurado? ¿Cómo se sanciona el fallo en la cobertura?

En las pólizas confeccionadas de conformidad con las leyes estadounidenses se formulan algunas obligacio-nes para el caso de siniestros. Sobre todo es impor-tante prestar especial atención a la redacción de las pólizas debido, por un lado, a que el sector de seguros de EE.UU. sigue estando fuertemente influenciado por las diferencias en los estados federales y, por otro, a que la importancia de la jurisprudencia es, en todo caso, sólo ligeramente inferior a la ley codificada.

En los contratos del seguro de Daños se suelen encon-trar formulaciones que, en los acuerdos centrales, contienen la cláusula “Duties in The Event of Loss Or Damage” para la aminoración de los siniestros:

“You must see that the following are done in the Event of Loss or Damage to Covered Property: a take all reasonable steps to protect the Covered Property from further damage and keep record of Your expenses necessary to protect the Covered Property for con­sider ation in the settlement of the claim. This will not in crease the Limit of Insurance. However, we will not pay for any subsequent Loss or Damage resulting from a cause of loss that is not a Covered Cause of loss. Also, if feasible, set the Damaged Property aside and in the best possible ordered for examination.”

Cuestión de proporcionalidad y soportabilidad

Conforme al texto estricto de la cláusula (“in the event of loss” y “protect ... from further damage”) se le exige al tomador del seguro una acción en cuanto se haya producido el siniestro. Pero, a menudo, la contingen-cia asegurada definida en las pólizas no se produce con tanta antelación como para que las advertencias de un huracán desencadenen un evento asegurado. Generalmente, ello exige un cambio perjudicial de la sustancia material. Por lo tanto, es difícil exigir por vía legal que se retiren los objetos asegurados de una posible zona de peligro antes de que el huracán recale en tierra. Una vez que el huracán alcanza el lugar asegurado entra en vigor el acuerdo contractual. Sin embargo, se debe comprobar cuidadosamente si

hubiera sido razonable tomar medidas de prevención y mitigación de daños y exigírselas al tomador del seguro mientras estaba azotando la tormenta.

En el caso de Sandy, hubo un grave peligro para la vida y la integridad física en las zonas de evacuación. Ade-más, hubo órdenes de evacuación oficiales. Después de que el huracán hubo llegado a Manhattan, fue casi imposible tomar medidas de rescate eficientes para los objetos de arte. Considerando las ventajas, los cos-tos y los riesgos, a lo sumo se hubieran tomado medi-das dentro de un edificio seguro, es decir, se hubieran desplazado los objetos de arte a los pisos superiores. Pero eso hubiera exigido como condición previa que el asegurado hubiera ignorado la orden de evacuación previamente dada.

Las medidas de protección después del siniestro

Después de que el huracán se alejara de Manhattan se consideró de máxima prioridad que no se produje-ran daños indirectos. Al igual que en otras muchas zonas devastadas, después de una catástrofe surge el peligro de saqueos. Una vez fue posible volver a entrar en las zonas de evacuación, se pudo exigir del toma-dor del seguro que adoptase medidas de precaución oportunas. En el marco de la aminoración de daños se le exigió que retirara con la debida diligencia las obras de arte ubicadas en la zona de peligro y que estaban expuestas a humedad, fuego o humo, como conse-cuencia de la interrupción o los daños producidos en el suministro eléctrico o de gas.

Cuando se plantea la cuestión si restaurar o no una obra de arte se han de ponderar también los derechos post-venta del artista (quien puede ser, a la vez, el tomador del seguro). Una decisión sin justificación objetiva puede tener repercusiones respecto al importe de la indemnización.

Sandy

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Exclusiones de riesgo adicionales

Además, en los contratos de EE.UU. es usual determi-nar las obligaciones en caso de un evento siniestral a través de una exclusión de riesgos para motivar al tomador del seguro a que actúe. A menudo se utiliza la siguiente exclusión:

“We will not pay for Loss or Damage caused directly or indirectly by any of the following: Such Loss or Damage is excluded regardless of any other cause or event that contributes concurrently or in any sequence to the Loss. Neglect of an insured to use all reasonable means to save and preserve property from further damage at and after the time of loss.”

El tomador del seguro no debe actuar de forma des-preocupada sólo por el hecho de disponer de una protección de seguro.

Si un tomador de seguro no ha reaccionado ante las alertas de tormenta, hay que preguntar qué medidas se le hubieran podido exigir para evitar el siniestro. Sin embargo, es relativamente difícil delinear el área exacta de la responsabilidad cuando se trata de fuer-zas de la naturaleza. Siempre puede darse el caso de que un huracán cambie el rumbo pronosticado a corto plazo.

Pero en el caso de Sandy se puede decir que las previ-siones y las órdenes oficiales sensibilizaron suficiente-mente a la población de que se estaba acercando una catástrofe. Si el tomador del seguro no adopta nin-guna medida para proteger los bienes asegurados, existe, al menos, un punto de partida para iniciar con-versaciones de cara a un acuerdo sobre una reducción de los pagos indemnizatorios.

Asunción de los costes y ampliación del riesgo

Las medidas para evitar y/o mitigar daños pueden causar costes que, en los contratos angloamericanos, generalmente se suelen cubrir a través de las cláuslas para la reducción de gastos (mitigation expense clau-ses). Esto significa, a su vez, que una medida de reduc-ción de gastos ex ante justificada, pero sin éxito en el resultado, puede provocar costes reembolsables en el marco de la suma asegurada. Esto se aplica aún más si el asegurador no solamente informa sobre alertas meteorológicas, sino incluso da la orden de retirar un objeto específico de la zona de peligro.

Desafortunadamente, Sandy ha demostrado que, a pesar de los buenos pronósticos, las fuerzas de la naturaleza siguen siendo impredecibles. En este caso se vieron afectadas también zonas que se considera-ban seguras lo que, a su vez, originó daños naturales e indirectos en los objetos de arte allí desplazados. El riesgo de que se produzca un siniestro en un lugar distinto al sitio asegurado original, no se puede cargar solamente al tomador del seguro. Incluso sin seguro externo explícito debería considerarse, en tal caso, si existe cobertura para un daño material –como se pro-dujo, por ejemplo, en Nueva Jersey– , aunque en el contrato se acordara como lugar asegurado exclusiva-mente una galería en Chelsea.

Prueba de la cuantía del siniestro

Una de las obligaciones del tomador del seguro es permitir que se evalúen los daños. A menudo se afirma que durante el siniestro se han perdido los documen-tos necesarios para la verificación de los daños mate-riales sin intervención ni culpa del tomador del seguro.

En un primer paso se deben cuestionar críticamente estas declaraciones del tomador del seguro. Normal-mente, las listas de inventario y los informes sobre el valor de los bienes no se elaboran sólo para el seguro. Estos documentos también son necesarios para esta-blecer un balance, gestionar compraventas y, no por último, para demostrar posiciones fiscales. En la era de la correspondencia electrónica, las copias de estas pruebas se suelen guardar en un servidor externo o, por lo menos, se archivan en las oficinas de un auditor o asesor fiscal.

Si dichos documentos han quedado destruidos y no había ninguna obligación en el contrato de seguro de almacenarlos de forma separada, entonces se trata más bien de un problema de prueba que de cobertura de seguro. La carga de la prueba relativa al valor del objeto asegurado –si no se ha determinado un “valor acordado”– generalmente corresponde al tomador del seguro. Las dudas sobre el importe del siniestro van a su cargo. Sin embargo, en este caso los gastos para el asegurador que debe examinar la reclamación son mucho más elevados.

Sandy

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Consecuencias jurídicas

En la legislación estadounidense, las consecuencias jurídicas de una omisión de la acción contractual-mente acordada deben considerarse de forma diferen-ciada. Es importante, en primer lugar, lo que se acordó en el contrato de seguro. Si faltasen unos acuerdos al respecto, los tribunales que abordan estas cuestiones clasificarán primero esta obligación según su tipo mediante una interpretación del contrato.

Se pueden distinguir tres categorías principales: las exclusiones, las condiciones que deben cumplirse antes de que se produzca el derecho a cobertura (con-ditions precedent to recovery) y las obligaciones rela-cionadas con el pago del seguro (duties bearing on the amount of recovery).

Las exclusiones y condiciones que deben cumplirse antes de materializarse un derecho a cobertura son las que, en primer lugar, hacen que las prestaciones se reduzcan a cero. Aunque podría surgir un derecho a cobertura en el caso de que no se cumpla una condi-ción pero, por lo general, la no ocurrencia de la condi-ción elimina por completo la cobertura de seguro.

Hay que diferenciar de ello las consecuencias jurídi-cas en caso de incumplimiento en el tercer grupo –las obligaciones relacionadas con las prestaciones del seguro. Aunque el tomador del seguro no cumpla con sus obligaciones, se mantendrá su derecho a cober-tura. Sin embargo, se reducirán las prestaciones del asegurador. Precisamente en un sistema jurídico que permite la figura de los jurados, esta reducción repre-senta un riesgo significativo para el tomador del seguro.

Conclusión

En los seguros de arte, ya una pequeña deducción porcentual de la suma asegurada puede alcanzar una cantidad significativa. Por lo tanto, vale la pena consi-derar siempre si el tomador del seguro habría podido influir en la ocurrencia y la cuantía del siniestro avi-sado por él y si ha cumplido suficientemente con sus obligaciones contractuales. En un primer paso se trata de filtrar aquellos siniestros cuyo alcance el tomador del seguro hubiera podido evitar. A continua-ción, se debe verificar si se ha preocupado lo sufi-ciente por la protección contra daños indirectos. Tam-poco se debe olvidar que los costes necesarios para ello pueden recaer bajo la cobertura del seguro. Aun-que, por lo general, reducen los costes del siniestro, pueden dar lugar a reclamaciones, incluso cuando no se produce ningún daño material.

Sandy

NUESTrA ExPErTA:

Eva-Maria Goergen es abogada especializada en derecho del seguro y socia en Bach Langheid Dallmayr rechtsanwälte [email protected]

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Las inundaciones en Alberta

Jordan Solway Normalmente, el sur de Alberta no es una de las regiones en Canadá donde se registran grandes preci-pitaciones. Pero en los días anteriores al 19 de junio de 2013, una zona de bajas presiones en el norte de Alberta había provocado fuertes lluvias –en algunos casos de más de 200 mm en 36 horas–, principal-mente al oeste y suroeste de la ciudad de Calgary. Las intensas precipitaciones hicieron que el suelo ya saturado por el derretimiento tardío de la nieve se vol-viera aún más húmedo. Debido a la orografía abrupta de la cuenca hidrográfica y a las grandes cargas de nieve en las sierras que anteceden a las Montañas Rocosas, los ríos se convirtieron en torrentes. Se estima que los daños totales ascendieron a más de seis mil millones de dólares canadienses y las pérdi-das aseguradas a unos 1.700 millones de dólares canadienses. Según la Oficina de Seguros de Canadá, la inundación de Calgary de 2013 será recordada como la catástrofe natural más cara en la historia de Canadá.

Cuestión de asegurabilidad

Las consecuencias a largo plazo de este desastre plantean una serie de preguntas. Tiene que aclararse, por ejemplo, si los propietarios de viviendas en las zonas expuestas en el sur de Alberta podrán asegu-rarse en el futuro contra inundaciones. En Canadá, no hay seguro de inundación para viviendas, sin embargo para inmuebles comerciales sí que existe, aunque por lo general con sublímites o –según el riesgo– con una retención propia más elevada. Dado que, hasta la fecha, los propietarios de viviendas no están asegura-dos, el gobierno de Alberta anima a la gente a que se mude a otros lugares.

Generalmente, los aseguradores de edificios residen-ciales en Canadá ofrecen protección contra los daños causados por una retención en el alcantarillado. Cobran un recargo sobre la prima y, a veces, incluso fijan un sublímite. Aquí, los aseguradores directos se enfrentaron al problema de cómo diseñar los contra-tos de seguro en vista de las diversas causas de los siniestros. Pues, a menudo una retención en el alcan-tarillado fue la causa real de que los sótanos se hubie-sen inundado, pero la causa inmediata o con eficacia jurídica fueron las inundaciones en la superficie. Por

ejemplo, –en caso de un alto nivel de aguas freáticas– porque el agua fluyó de las carreteras inundadas a los sistemas de alcantarillado o porque los sistemas de agua pluvial estaban sobrecargados.

Sentencia de principio respecto a una co-causalidad

Si el siniestro se produce por la interacción de varias causas posibles y de las cuales algunas no están aseguradas, surge la cuestión de la co-causalidad. A raíz de una decisión de principio de la Corte Suprema de Canadá en el año 2001 sobre el caso Derksen vs 539938 Ontario Ltd. (2001 SCC 72), el asegurador debe regular el daño que no se pueda atribuir a la causa excluida, a no ser que el contrato de seguro establezca expresamente lo contrario. El caso de Derksen supuso un giro fundamental en la jurispru-dencia. Hasta ese momento rigió lo siguiente: si el peligro excluido es de importancia esencial para la cadena causal que conduce al siniestro, entonces el siniestro no está asegurado. En otras palabras: sin inundación en la superficie no hubiera habido una retención en el alcantarrillado.

Después del caso Derksen, ahora es una cuestión de interpretación si una exclusión desplaza la cober-tura de seguro. Esto plantea el problema de cómo se mide la indemnización de forma justa y comprensible. Esto es especialmente válido cuando se requiere un elevado despliegue de trabajo para determinar qué parte de los daños es atribuible a una causa especí-fica. Dado que, en relación con las inundaciones en Alberta, se seguirán liquidando y presentando recla-maciones a los reaseguradores para su revisión, esta cuestión estará en el foco de las deliberaciones entre las cedentes y sus reaseguradores.

Las inundaciones de Calgary y de las regiones circundantes en el verano de 2013 han sido, probablemente, la catástrofe natural más cara en la historia de Canadá. Además, son un ejemplo reciente para la aplicación de las cláusulas ACC.

Jordan S. Solway LL.B, J.D., Munich Reinsurance Company of CanadaGeneral Counsel & Senior Vice President, [email protected]

DAÑOS

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John Goldberg es catedrático de dere-cho sobre responsabilidad civil en la Harvard Law School. En 2010 elaboró el dictamen para la compensación de daños patrimoniales tras la explosión en la plataforma “Deepwater Horizon”.

A menudo se prefiere un arreglo a una larga incertidumbre

El catedrático jurista John Goldberg explica por qué las empresas estadounidenses a menudo prefieren un arreglo con sus demandantes a un fallo judicial y cómo ha cambiado con los años el derecho sobre responsabilidad civil.

Schadenspiegel: Prof. Goldberg, en EE. UU. la tasa de arreglos es extre-madamente alta en procedimientos por responsabilidad. ¿Por qué es así?

Prof. John Goldberg: La gran mayo-ría de las demandas de indemnización no se resuelven en los tribunales, sino que se dirimen mediante un arreglo. En el caso de procedimientos en los que la demanda de indemnización no es demasiado alta, los motivos son evidentes. Pasar por el procedi-miento hasta la vista de la causa cuesta tiempo y dinero. Dado que la mayoría de las vistas tienen lugar ante un tribunal de jurados, su desen-lace es además muy difícil de prever.

En el caso de demandas masivas que implican un gran número de daños personales y elevadas sumas de indemnización, los costes y el tiempo también pueden ser relevantes, por ejemplo, cuando el demandado se ve sujeto a un proceso de años o incluso décadas de duración, como en el caso de Exxon en conexión con la catástrofe petrolera del Exxon-Valdez en el estrecho del Príncipe Guillermo en Alaska.

¿Qué otros factores, además de los costes y el tiempo, son relevantes?

En algunos casos llamados “bet the company” (procedimientos que hacen peligrar la existencia misma de la sociedad) los demandados no

se quieren arriesgar a una vista judi-cial. En otros casos, las partes no tie-nen certeza sobre cuál es la situación jurídica en su caso. Por ejemplo, puede no estar claro qué derecho es el aplicable. Pero aunque ese punto esté claro, las partes pueden temer que los tribunales hagan uso de su potestad conforme a la common law de aplicar el derecho modificado, ya que se trata de un caso especial en el que hay mucho en juego.

¿Tiene influencia la opinión pública sobre la disposición para llegar a un arreglo?

En caso de demandas masivas, pue-den entrar en juego otro tipo de con-sideraciones. Como es lógico, deben considerarse los riesgos para la repu-tación. Así, los procedimientos que implican un gran número de daños personales graves atraen a los medios de comunicación, y los demandados quieren evitar a toda costa recrimi-naciones por haber actuado de forma irresponsable o no preocuparse por el bien común o de sus clientes. Al mismo tiempo, los grandes inciden-tes pueden ocupar con rapidez la atención de las autoridades y, ade-más de la responsabilidad delictual, también pueden conllevar medidas de procesamiento penal y otras san-ciones. En consecuencia, los deman-dados pueden estar interesados en regular las reclamaciones de respon-sabilidad civil por la vía de la conci-

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liación, dentro de una estrategia glo-bal para evitar medidas no deseadas de las autoridades. En última instan-cia, un punto final inmediato y com-pleto tiene valor en sí mismo, ya que los afectados y los mercados parecen preferir la certeza de un arreglo, aun-que se trate de un arreglo caro, a la incertidumbre.

¿Podría dar algún ejemplo?

El grupo farmacéutico Merck fue demandado por miles de consumido-res por infartos de miocardio y ata-ques de apoplejía en conexión con el medicamento Vioxx. Los demandan-tes tenían pruebas de que Merck conocía el riesgo y de que lo mini-mizó frente a las autoridades regula-doras y la opinión pública. Pero para muchos de los demandantes resultó extremadamente difícil probar que sus daños eran atribuibles realmente a Vioxx y no a otros factores como la edad, el hábito de fumar o el sobre-peso. Hay que notar que en el sistema estadounidense esta pregunta de la causalidad concreta debe ser res-pondida por los jurados. Los aboga-dos de los demandantes y de Merck se pusieron de acuerdo en una serie de casos modelo (los así llamados bellwether trials) para averiguar si los miembros del jurado eran de la opinión de que los infartos de mio-cardio y los ataques de apoplejía de los demandantes fueron causados por el Vioxx. Merck ganó claramente

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la mayoría de estos procedimientos de prueba. Sin embargo, pese a ello y pese a que, en el procedimiento de apelación, se anularon prácticamente todas las sentencias de los jurados que fueron favorables a los deman-dantes, Merck cerró un acuerdo que costó al grupo casi cinco mil millones de dólares. Probablemente lo hizo así por algunos de los motivos anterior-mente señalados. Con ello se evitaron sobre todo procesos de años o déca-das de duración y se pudo poner punto final al asunto en cuestión. Cabe señalar, que el valor de las acciones de Merck subió el día en que se anunció el arreglo.

Otro caso todavía no concluido es el relativo a la responsabilidad de BP en la catástrofe petrolera de la plata-forma “Deepwater Horizon”. BP ya ha pagado a empresas de la región del Golfo varios millones de dólares como indemnización por lucro cesante. Los pagos se realizaron a través de la Gulf Coast Claims Facility (GCCF), constituida por BP para regular las reclamaciones, y en base a un arreglo alcanzado recientemente para diri-mir miles de demandas pendientes ante un tribunal federal de Luisiana. A su vez, no está claro que BP esté obligada según el derecho consuetu-dinario o como consecuencia de la ley de contaminación por petróleo a pagar todas esas indemnizaciones. Esto se refiere especialmente a los daños atribuibles a la recesión eco-nómica general causada porque ya no llegan tantos turistas a la costa del Golfo y no a la destrucción de propiedad.

En este sentido existe una extremada incertidumbre jurídica, dado que la “oil pollution act” es una ley federal relativamente nueva y hasta ahora ningún tribunal ha establecido de forma vinculante el alcance preciso de la responsabilidad que de dicha ley se deriva. Además, a BP le preocupa sin lugar a dudas su reputación. Aun-que lo que más pesa es que a BP le amenazan sanciones penales y que el grupo debe contar con que el Ministe-rio del Interior de los EE. UU. rechace la concesión de permisos de perfora-ción en alta mar. Una actuación relati-vamente generosa respecto a la indemnización de las víctimas mejora la posición de BP en sus negociacio-nes con el gobierno de EE. UU.

¿Detecta nuevas tendencias en este ámbito en EE. UU.?

Más o menos desde los años 80, la mayor parte de la opinión pública y de los tribunales estadounidenses son cada vez más escépticas res-pecto al derecho sobre responsabili-dad civil. En el marco de la “reforma del derecho sobre responsabilidad civil”, el legislador y los tribunales se esfuerzan por acabar con reconoci-dos abusos. Estas tendencias reduci-rán probablemente la presión a la que normalmente están sujetos los demandados por llegar a un arreglo.

No obstante, también se observan algunas tendencias contrarias, si bien su definición es más difusa y compleja. Entretanto, en todo el país, muchos jueces siguen un “enfoque de gestión” para las demandas masi-vas. Consideran que es su tarea incluir en el procedimiento a todas las víctimas que pueden demostrar de forma creíble su perjuicio, así como a todas las personas cuyos actos pueden guardar relación con esos perjuicios. El objetivo es lograr judicialmente una distribución justa de los costes entre todas las partes implicadas. Hay algunos argumentos a favor de este “enfoque de reparto de costes”. No obstante, este enfo-que se desvía de los principios tradi-cionales del derecho sobre responsa-bilidad civil, en el sentido de que solo responde quien ha causado un daño a las víctimas debido al incumpli-miento de una obligación existente contraída con ellas.

¿Cómo es en la práctica este enfoque de reparto de costes?

Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, por ejemplo, propietarios y arrendatarios de inmuebles dañados o destruidos demandaron, entre otras, a las com-pañías aéreas American Airlines y United Airlines. El argumento fue que, con mejores medidas de seguri-dad en sus aviones contra el riesgo de secuestro, se hubiera podido evi-tar los daños. Si se toma como base el derecho de Nueva York, hay muchos argumentos a favor de que las com-pañías aéreas no estaban obligadas a tomar medidas de protección a favor de estos propietarios de inmuebles. En consecuencia, aun cuando su

EntrEvista

negligencia hubiese favorecido los ataques, tampoco podría habérseles hecho responsables. Sin embargo, el tribunal federal competente parece haber tenido reparos a la hora de aplicar ese principio. Probablemente el tribunal consideraba que las com-pañías aéreas eran, en cierto modo, co-responsables por los daños y que, por tanto, debían asumir como mínimo una parte de sus costes.

34 Munich Re Topics Schadenspiegel 2/201334 Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

Es cada vez más frecuente la obtención de agua potable a partir de aguas marinas. Sin embargo, si las tuberías de aspiración no están bien ancladas al fondo del mar, pueden producirse graves daños que implican realizar complejas reparaciones y provocan importantes siniestros por pérdida de beneficios.

Rotura de la tubería de aspiración en una desalinizadora

Las plantas desalinizadoras de agua marina requieren mucho mantenimiento y, con frecuen-cia, su reparación es un proceso complejo: en la imagen se observa el recambio de una sección defectuosa de tubería en las costas de Algeria.

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Alfons Maier

La desalinizadora en cuestión, ubicada en la costa argelina, captaba agua marina a través de una tubería de aspiración tendida en el mar y la conducía a una estación de bombeo y al sistema de tratamiento de agua. El 10 de febrero de 2010 descendió súbitamente la presión en esta tubería. Ese día, la altura media del oleaje registrada en la planta era de tres a cinco metros, y las alturas máximas de las olas alcanzaban los siete a nueve metros. La inspección subacuática de la tube-ría, realizada seis días más tarde, dio como resultado que estaba quebrada. En las fotografías subacuáticas se vio que se habían hundido en el fondo marino ambos extremos de rotura con un tramo de 30 metros de tubería. Por aspiración, había penetrado arena del fondo marino en la tubería de aspiración y había for-mado un cráter de unos 60 metros de ancho en el punto de rotura.

En realidad, solo una parte de la tubería está tendida bajo el fondo del mar. Esta tubería se compone de semitubos de seis metros dispuestos en tres secciones diferentes (la sección T0 tiene 140 metros, la sección T1, 460 metros y la sección T2, 571 metros de longi-tud). El siniestro se produjo en la sección T2, a unos 350 metros de la toma de aspiración y a 821 metros de la orilla. Originalmente, las secciones T0 y T1 se tendieron enterradas en el lecho marino, mientras que la sección T2 se apoyó sobre el fondo marino, anclada con elementos de contrapeso anulares (véase la fig. 1).

Después del siniestro, el rendimiento de la desaliniza-dora se redujo a un 40 por ciento, aproximadamente. No obstante, poco tiempo después se logró elevar paso a paso el rendimiento al 80 por ciento, instalando una tubería de aspiración de emergencia, de carácter pro-visorio y en paralelo a la tubería dañada. Una vez con-cluidos los trabajos de reparación, se restableció el servicio normal en diciembre del mismo año.

La causa del siniestro fue un error de diseño

Tal como ya se ha descrito, esta parte de la tubería estaba apoyada sobre el fondo del mar. En esta región, caracterizada por sus suelos arenosos muy dinámicos, con una distribución granulométrica media, la tubería se sujetó con contrapesos anulares y en forma de U.

En el momento del siniestro, el oleaje provocado por la tempestad registraba valores claramente inferiores a los previstos durante el dimensionamiento de la tubería (oleaje medio de 6,2 metros y altura máxima de las olas de 11,2 metros). Por esta razón, en lo que se refiere a las condiciones de dimensionamiento, la tempestad no había sido clasificada como evento extraordinario.

Tanto el tomador del seguro como el asegurador y el principal reasegurador renunciaron a recuperar la sección de tubería dañada. Así fue posible ahorrar costes, pero esta decisión no permitió determinar unívocamente la causa del siniestro. No se pudieron excluir como posibles causas, por ejemplo, la ejecu-ción defectuosa (por ejemplo, errores de fabricación en tierra o fallos al realizar los trabajos de soldadura, al introducir las tuberías en el mar o al apoyarlas sobre el fondo marino) ni defectos en el material. Cabe suponer que la causa del siniestro fue la falta de anclaje suficiente en la sección T2 de la tubería de aspiración en este dinámico fondo marino. Hubiera sido recomendable cubrir por completo con material la tubería de aspiración en el lecho marino o bien fijarla con microestacas.

Debido a que más postergaciones hubieran provo-cado mayores costes por pérdida de beneficios, se priorizó reparar la instalación lo más raudamente posible.

Las secciones de tubos de las tuberías de aspiración se unen térmicamente en tierra, antes de que la estructura completa se trans-porte por mar al sitio de emplazamiento.

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La explosión demográfica, un están-dar de vida cada vez más alto a escala mundial y la sobreexplotación de reservas acuíferas naturales son las razones fundamentales por las que se deben construir cada vez más plantas desalinizadoras.

En estas plantas, lo habitual es apro-vechar el principio de destilación al vacío. El proceso consiste en calentar el agua hasta el punto de ebullición en condiciones de presión muy bajas. En estas condiciones, el punto de ebullición es menor al habitual, pues todo líquido alcanza normalmente su punto de ebullición cuando la presión del vapor es igual a la presión atmos-férica; cabe mencionar que la presión de vapor aumenta en función de la

Obtención de agua potable a partir de agua marina

temperatura. Debido a que la tempe-ratura de servicio requerida es baja, se puede aprovechar el “calor resi-dual” proveniente de la generación de energía eléctrica o de procesos industriales. Otro método de desalini-zación existente se basa en el princi-pio de ósmosis inversa.

En este proceso, se separa la sal del agua aplicando presión mediante una membrana semipermeable.

Las plantas que trabajan según este principio consumen, por lo general, menos energía que las plantas basa-das en la destilación térmica. Como consecuencia, en los últimos años se ha registrado un descenso global de los costes de la desalinización. A

pesar de ello, este proceso continúa demandando mucha energía y sigue resultando caro. La calidad del agua tratada y el rendimiento de la planta pueden verse afectados cuando hay partículas de suciedad en el agua marina, si se registra una gran pro-porción de sedimentos en el agua tras una tempestad o por la penetra-ción de algas o hierbas marinas.

Las plantas de desalinización de agua marina requieren un suministro eléc-trico fiable y mucho mantenimiento. En ciertos países caracterizados por la escasez de agua, estas infraestructu-ras son de importancia crucial pero que, por cuestiones políticas, pueden ser blanco de destrucción deliberada.

Fig. 1: El punto de rotura de la tubería de aspiración

La tubería de aspiración de agua marina, de polietileno de gran densidad (HDPE = High-DensityPolyEthylen) y con un diámetro de 1,80 metros, tiene una longitud aproximada de 1,2 km y se tendió a una profundidad de

Fuente: Munich Reagua máxima de 18 metros, en el fondo marino. Las secciones T0 y T1 se enterra-ron en el lecho marino. La sección T2 se tendió apoyada sobre el fondo del mar, con contrapesos anulares.

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Obra de entrada de bombas

Torre de aspiraciónPunto de rotura

Metros

T0 = 140 m T1 = 460 m T2 = 571 m

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Dado que la tubería de aspiración de emergencia pro-visoria se encontraba más cerca de la costa, en aguas menos profundas, se aspiraron grandes cantidades de arena y partículas sólidas (algas, etc.) y éstas, a su vez, debieron extraerse luego de las bombas de aspiración, filtros previos y etapas de filtrado, con el trabajo de más personal, a fin de evitar un desgaste excesivo. Se recambiaron las piezas desgastadas y los filtros. En el diseño de la planta ya se había previsto una bomba de aspiración de emergencia, por lo que se pudieron rea-lizar los trabajos de reparación y limpieza de forma alternada en las bombas, sin afectar al servicio.

Sin embargo, la arena que se había acumulado por la rotura en el sistema de tuberías de aspiración redujo el rendimiento de la planta y elevó el desgaste. Gra-cias a complicados procesos de “purgado” de larga duración se logró superar la reducción del rendi-miento después de un cierto tiempo. Una vez reali-zada la reparación, en diciembre de 2010, la reducción de rendimiento debida a la arena que había penetrado en la planta se mantuvo hasta julio de 2011, es decir, cinco meses más que el período de responsabilidad.

Por motivos económicos y prácticos, durante las repa-raciones se retiraron unos 100 metros de la tubería de aspiración del entorno de la rotura. Los fragmentos permanecieron en el lecho marino. Finalmente, se rellenó el cráter que se había formado en torno al punto de rotura y se cerró el trozo faltante, de unos 100 metros de tubería, con tres piezas. Los extremos rotos de la tubería se dejaron en el lecho marino.

Daños materiales, daños por pérdida de beneficios y aspectos de regulación

Justo después de la pérdida de presión en la sala de bombeo, la desalinizadora quedó fuera de servicio durante una semana en febrero de 2010 debido a la rotura de la tubería de aspiración.

Como medida para reducir los daños, en este período se tendió una tubería de aspiración de emergencia, de carácter provisional y en paralelo a la tubería de aspiración averiada. Paso a paso, se logró elevar el ren-dimiento al 80 por ciento. En la planta de tratamiento, el agua marina se somete a presión por filtros de car-tucho y luego se conduce a los módulos de ósmosis inversa. Después se le añaden sales y se realiza una cloración. Cada una de las cinco unidades de ósmosis inversa disponibles produce el 20 por ciento del ren-dimiento total de la planta. La segunda medida que se tomó para reducir los daños fue destinar más perso-nal para depurar la planta completa.

Desalinizadora en Barcelona, España, que funciona según el principio de ósmosis inversa.

La falta de datos sobre el clima puede influir negativamente en el diseño y también, en caso de siniestro, en la regulación. Las tempestades, la diná-mica del fondo marino así como las corrientes y los golpes con anclas de buques pueden provocar daños en la tubería de aspiración.

DañoS

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Las restricciones de rendimiento no asignables al siniestro, como el mantenimiento regular o los fallos en transformadores, no se consideraron al calcular los daños por pérdida de beneficios. Al determinar la pérdida de beneficios bruta, se tuvieron en cuenta los costes variables reducidos después del siniestro, como el consumo eléctrico y la aplicación de produc-tos químicos. También se consideraron en el importe siniestral los costes adicionales (ICoW) para mante-ner la producción, como la instalación de una tubería de aspiración de emergencia de carácter provisional, la limpieza más intensiva de partes de la planta (como bombas y filtros, por la considerable penetración de arena) y el recambio de piezas de desgaste, como juntas de bombas y filtros finos (considerando la vida útil). Los daños materiales se cifraron en unos 1.300 millones de €. No obstante, los daños por pérdi-das de beneficios, cifrados en 4.800 millones de €, resultaron mucho mayores que los daños materiales.

Se disponía de cobertura por una póliza todo riesgo (Property All Risk, inclusive rotura de máquinas y pér-dida de beneficios), en la cual no se habían excluido el diseño defectuoso, el material defectuoso ni la acción normal del mar (“normal action of the sea”), por lo que se contaba con cobertura. En este siniestro, se pres-cindió de recuperar la sección de tubería dañada por cuestiones económicas y consideraciones de tiempo. Las reparaciones de daños pueden resultar muy com-plicadas cuando se dispone de un plazo de tiempo muy limitado debido a las condiciones meteorológi-cas y de las corrientes, como en este caso, donde solo se podían aprovechar de dos a dos meses y medio al año. Si no se lograra realizar las reparaciones en el marco de ese plazo de tiempo, los daños por pér-dida de beneficios continuarían, lo cual incrementaría considerablemente el importe siniestral.

NUESTRO ExPERTO:

Alfons Maier es gestor de siniestros Senior en el área de Daños Alemania, Asia-Pacífico y África en Múnich y experto en la gestión de siniestros después de catástrofes [email protected]

DañoS

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41Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

Lanzamiento de un cohete Zenit-3SL en el Pacífico. Debido a las vibraciones caen esquirlas de hielo y trozos de aislante tér-mico del frío depósito de oxígeno líquido.

El 31 de enero de 2013, la caída de un cohete provocó el mayor siniestro en la historia del seguro espacial.

Costoso lanzamiento fallido en el Pacífico

NavEgaCióN EsPaCial

El Zenit-3SL es un cohete de transporte ruso-ucraniano que, desde una plataforma de perforación petrolera modificada, sita en el Pacífico, transporta a la órbita satélites comerciales de telecomunicaciones de más de seis toneladas de peso. La óptima posición de lan-zamiento en el ecuador, cerca del estado insular de Kiribati, permite aprovechar la máxima velocidad de la rotación terrestre y, además, ofrece la ventaja de realizar lanzamientos sin inclinación, en vía directa hacia el plano orbital geosíncrono. De esta manera, se pueden transportar dos toneladas más de carga útil hacia la órbita geoestacionaria que con un cohete prácticamente idéntico lanzado desde el Cosmódromo ruso-kazajo de Baikonur.

Las etapas del cohete para el lanzamiento del 31 de enero de 2013 habían sido fabricadas en Ucrania y Rusia pocos meses antes, sin que sucediera nada llamativo en este proceso, y transportadas por vía marítima a Long Beach, California, para su montaje final. Allí se incorporó el satélite Intelsat 27 al extremo superior del cohete y todo el ensamblaje de la nave espacial se cargó en el puerto sobre una plataforma de lanzamiento móvil. Esta plataforma y un barco nodriza, que también sirve de centro de control durante el lanzamiento, iniciaron luego un periplo marítimo de varias semanas hacia la región del Pacífico Central.

El ordenador de a bordo asume el proceso de lanzamiento

Una vez alcanzado el lugar del lanzamiento, se cargó combustible en el cohete y el satélite; al concluir los últimos preparativos manuales, se inició la evacuación de la plataforma. En esta fase aún es posible interrum-pir el proceso de lanzamiento en todo momento desde el barco nodriza. No obstante, en cuanto el ordenador de a bordo asume el control total del proceso –en el caso del cohete Zenit, son unos pocos segundos antes del encendido de la primera etapa–, sólo se puede interrumpir el proceso de lanzamiento en determina-das situaciones previamente programadas.

El encendido del motor de un cohete es siempre un momento especialmente crítico. Ya en el año 2007 se había producido en esta fase un lanzamiento fallido del Zenit-3SL: el cohete explotó en la plataforma debido a un cuerpo extraño metálico en la bomba de oxígeno líquido.

Pocos instantes antes del encendido del motor se debe verificar la dirección de empuje del grupo pro-pulsor y calibrar la tobera. En los grupos propulsores pequeños para cohetes, la tobera se gira mediante actuadores eléctricos. En los grupos propulsores grandes, como el RD-171M del cohete Zenit, se

Achim Enzian

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En el transcurso de la investigación del accidente, se detectó que la turbina hidráulica había alcanzado bre-vemente el número de revoluciones necesario, pero que se había detenido casi de inmediato debido a la fricción extrema entre un componente fijo de la tur-bina y otro giratorio. Esto sucedió a pesar de que cada componente en cuestión se mantuvo dentro de los valores de tolerancia admisibles. Sin embargo, al estar montados formando un sistema, la tolerancia de ajuste entre ambos componentes alcanzó un valor límite, pero este error no se pudo medir directamente. Solo un ensayo funcional en condiciones de vuelo rea-listas habría puesto de manifiesto este problema a tiempo.

Ya se conocían los problemas de calidad

Desde 1999, el Zenit-3SL ha sido lanzado al espacio 35 veces. El primer lanzamiento fallido se produjo ya en el año 2000, cuando debió interrumpirse el vuelo antes de tiempo en la segunda etapa por un fallo en el grupo propulsor. Además, se conocen problemas de calidad similares en el cohete ruso Protón: última-mente ha experimentado un lanzamiento fallido casi todos los años.

Dado que los lanzamientos fallidos de cohetes de pro-bada valía no suelen deberse a problemas de cons-trucción sino a deficiencias de calidad, se establecie-ron controles adicionales durante los procesos de fabricación que permitían adoptar las correspondien-tes medidas de actuación. No obstante, en los últimos años, estas medidas revelaron ser insuficientes. Para lograr cambios fundamentales, como el cumplimiento riguroso de procesos cualificados, sería indispensable implantar modificaciones profundas.

Además de los problemas técnicos, después del lan-zamiento fallido de 2007 se detectó también que la estructura empresarial de Sea Launch, originalmente de tipo internacional, era insostenible. En el año 2009, la empresa se declaró insolvente y sólo pudo sanearse con aportes del grupo aeroespacial ruso Energia. Es muy probable que el nuevo lanzamiento fallido ocu-rrido a finales de enero de 2013 lleve nuevamente a la empresa a una situación difícil.

utilizan potentes cilindros hidráulicos con esta finali-dad. Antes del encendido del motor, la presión de aceite necesaria para mover la tobera proviene de una bomba hidráulica con una turbina de gas frío aco-plada. Sin embargo, la reserva de gas está dimensio-nada solo para unos pocos segundos de servicio, hasta que se pueda aprovechar el ciclo de combusti-ble del motor para accionar una turbina hidráulica potente.

Falla el control de empuje vectorial

Al principio, los observadores ubicados en el barco nodriza y quienes seguían el lanzamiento en directo por Internet no percibieron nada anormal en el pro-ceso de encendido. No obstante, a los pocos segun-dos, se pudo observar que el chorro de empuje se des-viaba de la dirección de vuelo vertical y que el cohete iba tomando una inclinación cada vez más divergente.

La evaluación posterior de los datos de vuelo dio como resultado que la turbina hidráulica del control de empuje vectorial ya había fallado al elevarse el cohete de la plataforma, es decir: desde el inicio resultó imposible realizar un control normal y fue inevitable que el cohete se desestabilizara a los pocos segun-dos. El ordenador de a bordo detectó el fallo, pero no se pudo interrumpir el lanzamiento en ese momento crítico.

Tal y como se tiene previsto en estas situaciones de emergencia, el ordenador inició una maniobra contro-lada. Primero, permitió que el motor continuara fun-cionando durante algunos segundos más y, cuando ya la distancia hasta la plataforma era suficiente, lo apagó, causando así la caída del cohete. Al impactar en la superficie del mar, se partió y se hundió en el océano con su carga útil. Gracias a que el barco nodriza guardaba una distancia de seguridad de varios kilómetros de la plataforma, no se produjeron daños personales.

Montaje horizontal del satélite Intelsat 27 en la etapa superior del cohete.

NavEgaCióN EsPaCial

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La plataforma de lanzamiento “odys-sey” y el barco nodriza “Commander” en el puerto de Long Beach, California. Al comienzo del proyecto de Sea Launch se había planifi cado trasladar por alta mar un máximo de tres cohe-tes del barco nodriza a la plataforma.Pero, como hubo problemas técnicos, este plan nunca se llevó a la práctica y el Zenit-3SL tuvo que transferirse a la plataforma en el puerto.

Gracias a la óptima posición de lanza-miento en el ecuador, el Zenit-3SL puede transportar sus cargas útiles en vía directa hacia el plano orbital

geosíncrono. De esta manera, se pueden elevar a la órbita geoestacio-naria satélites mucho más grandes que desde el Cosmódromo de Baikonur.

La posición de lanzamiento en el ecuador

NavEgaCióN EsPaCial

Fuente: Munich Re

Ecuador

Cabo Cañaveral3.150 km

Kourou, Guayana Francesa580 km

Baikonur5.100 km

44 Munich Re Topics Schadenspiegel 2/2013

El seguro es esencial para los operadores

Las pólizas de navegación espacial cubren clásica-mente, durante el lanzamiento, el valor material del cohete y del satélite. La cobertura comienza, según el sistema de lanzamiento, en el instante en que se inicia el encendido o despega el cohete, y expira auto-máticamente un año más tarde. En la mayoría de las pólizas, el operador del satélite es también el tomador del seguro, pues asume el riesgo económico de un lanzamiento fallido. Dado que ningún operador de cohetes puede dar una garantía de éxito, es importan-tísimo transferir el riesgo de pérdida al mercado del seguro. Por ello, casi todos los operadores comercia-les de satélites aseguran el lanzamiento de sus satéli-tes y renuevan la cobertura anualmente, hasta el final de la vida útil, que puede ser de hasta 15 años.

El Intelsat 27 a bordo del cohete malogrado pertene-cía al mayor operador comercial de satélites del mundo Intelsat. El objetivo del satélite era ampliar la oferta de aplicaciones de voz y banda ancha en América, las regiones atlánticas y en Europa. El Intelsat, fabricado por Boeing Satellite Systems, iba equipado con 20 transpondedores de banda C, 20 de banda Ku y 20 de banda UHF y, con su peso de 6,2 toneladas, era uno de los satélites comerciales de mayores dimensiones existentes. La elevada suma asegurada de 406 millo-nes de US$ estaba acorde con estas dimensiones y, de este modo, el Intelsat 27 se convirtió en el siniestro más caro de la historia del seguro espacial. Los asegu-radores liquidaron el siniestro en cuestión de pocas semanas, dado que la pérdida del satélite y la suma del siniestro eran indiscutibles.

En caso de siniestro, los satélites de estas dimensiones le cuestan al asegurador de riesgos espaciales casi la mitad de todas las primas recaudadas en el mercado mundial en un año. La mayor parte de esta suma sólo proviene de un número limitado de riesgos (25 y 30 lan-zamientos asegurados al año), por lo que un siniestro adi-cional tiene un impacto sustancial en el resultado anual.

NUESTRo ExPERTo:

Achim Enzian es suscriptor senior y experto en riesgos espaciales de Munich [email protected]

>> Para más información sobre el seguro espacial de Munich Re, consulte: https://www.munichre.com/touch/space/de/homepage/default.aspx

>> Vídeo del lanzamiento del Intelsat 27: http://www.sea-launch.com/ missions-q11132-Launch_Video.aspx

NavEgaCióN EsPaCial

Munich Re Schadenspiegel 2/2013 45

Alfons Maier

Un temporal levantó varias construcciones provisio-nales del tejado y elementos de cristal, haciendo que las masas de agua anegaran la obra. La lluvia entró al edificio también por las rampas del aparcamiento, muros exteriores abiertos o ventanas que aún no habían sido montadas. El agua se precipitó por las escaleras, se filtró al aparcamiento subterráneo a tra-vés del techo e inundó las nuevas instalaciones de distribución eléctrica del sótano.

Los deterioros afectaron igualmente a las paredes y los techos recién pintados del centro comercial, que cuenta con una superficie bruta de 80.000 metros cuadrados. Las paredes y los techos, así como los revestimientos de yeso de las vigas y pilares se empa-

paron de agua y se arquearon hasta desplomarse o enmohecieron.

El siniestro se clasificó en una primera valoración como “daños en edificios” (principalmente con daños en planchas de yeso y trabajos de pintura), así como “daños a instalaciones eléctricas” (entrada de agua en salas de sistemas eléctricos), por lo que se cuantificó en una suma relativamente baja de algunos cientos de miles de euros.

Sin embargo, lo más preocupante eran los daños que el agua de la lluvia y la que había quedado acumulada en la superficie ocasionaron en las tres grandes salas de equipamiento eléctrico del piso subterráneo. Los

Un fuerte temporal con lluvias torrenciales asoló en mayo de 2009 las obras de construcción de un gran centro comercial en Rumanía. Los daños afectaron especialmente a las salas de instalaciones eléctricas que acababan de ser acondicionadas para el nuevo centro comercial. Una eficaz gestión del siniestro permitió reducir de forma considerable el daño esperado de varias decenas de millones de euros.

Inundaciones en la construcción

Daños

La lluvia penetró por el tejado del centro comercial e inundó la obra.

46 Munich Re Schadenspiegel 2/2013

transformadores, los distribuidores eléctricos y los suelos elevados bajo los que se tendía el cableado de alta y baja tensión, no tardaron en mostrar los prime-ros signos de corrosión debido a la elevada humedad del aire.

Las empresas contratistas de la obra tenían previsto volver a poner en funcionamiento lo antes posible los sistemas eléctricos una vez que se hubiese bombeado el agua sucia, pero los liquidadores de siniestros y aseguradores recomendaron realizar un saneamiento profesional después de la reparación, puesto que no se descartaba todavía la posibilidad de un siniestro en las instalaciones eléctricas que podría elevarse hasta 20 millones de euros.

Actuación rápida y profesional para aminorar los daños

Puesto que la suma asegurada de las instalaciones eléctricas ascendía ya a varias decenas de millones, no cabía arriesgar un siniestro total como consecuen-cia de un saneamiento deficiente, ni tampoco aceptar un retraso de la puesta en servicio debido a trabajos de reparación o a largos plazos de entrega de las ins-talaciones eléctricas. El liquidador de siniestros contratado por el asegura-dor directo encargó a una empresa de saneamiento un tratamiento especializado para secar, eliminar la humedad y aplicar medidas anticorrosión después de bombear el agua sucia. Dado que hasta las estructu-ras de cemento del edificio habían absorbido la hume-dad, fue necesario secarlas para garantizar el correcto

El agua se filtró a través de perforaciones del techo y aberturas provisionales hasta el piso subterráneo, donde causó daños considerables.

Los transformadores y sistemas de distri-bución instalados en el piso subterráneo tuvieron que ser sometidos a un trata-miento especial de secado después del bombeo del agua sucia.

Daños

funcionamiento de las instalaciones eléctricas. Gracias a la rehabilitación rápida y profesional de las instalaciones pudo conservarse incluso la garantía del fabricante original.

Ventajas de una visita conjunta del asegurador directo y el reasegurador al lugar del siniestro

En vista de la magnitud previsible del siniestro, el asegurador directo y el reasegurador visitaron con-juntamente la obra y acordaron otras medidas inme-diatas, como la limpieza de numerosos sumideros y conductos obstruidos por el lodo seco en el piso sub-terráneo. Puesto que todavía no se habían cerrado todas las aberturas de los techos en las salas eléctri-cas, los aseguradores recomendaron en el marco de la inspección del siniestro que se preparasen cubiertas para proteger de la lluvia los transformadores y siste-mas de conmutación como medida preventiva. Tam-bién se constataron defectos en los sistemas de pro-tección contra incendios y de eliminación de residuos, los cuales se subsanaron rápidamente.

La prevención de siniestros anticipada fue decisiva

Como es habitual en los proyectos de construcción complejos y de larga duración, éste también fue sometido antes ponerse en marcha a un análisis de posibles siniestros y de sus consecuencias, así como a una verificación del estricto cumplimiento de las medidas adoptadas a tal efecto.

47 Munich Re Schadenspiegel 2/2013

Conclusión

Cuanto antes se apliquen las medidas para reducir los daños después de un siniestro por inundaciones, más efectivas serán. Requisito para ello es, en todo caso, que el tomador del seguro identifique y lleve a cabo dichas medidas con la necesaria rapidez.

La intervención de empresas especializadas en sanea-miento contribuye a menudo de forma significativa a la reducción del daño. En el caso descrito, el secado y saneamiento profesional de las instalaciones eléctri-cas permitió reducir el siniestro potencial por inunda-ción de varias decenas de millones a menos de diez millones de euros. En proyectos de grandes dimensio-nes, el control riguroso del riesgo por parte del asegu-rador durante la fase de construcción ha demostrado tener excelentes resultados. El asegurador (junto con el liquidador de siniestros contratado) y el tomador del seguro deberían colaborar estrechamente a la hora de concertar la actuación conjunta con vistas a una reducción de daños efectiva y para cotejar las diferen-tes opciones de reparación.

Con el fin de evitar de antemano posibles daños por inundaciones es ineludible la estricta aplicación de las recomendaciones para la prevención de daños. Los expertos en siniestros y prevención de daños de Munich Re están a su disposición para asesorarle.

NUEsTRo EXPERTo:

Alfons Maier es gestor de siniestros senior del Área de Daños para Alema-nia, Asia-Pacífico y África, en Múnich, así como experto en gestión de sinies-tros después de catástrofes naturales. [email protected]

Daños

Durante toda la fase de construcción del centro comer-cial se produjeron varias inundaciones y algunos años antes también se habían producido inundaciones en las cercanías que alcanzaron hasta un metro de altura. En los meses de invierno, debido al rápido aumento del nivel de las aguas subterráneas, amenazaba el peligro de inundaciones en la fosa de la obra durante los trabajos de excavación.

Medidas de prevención de siniestros adoptadas antes de comenzar la obra y durante la fase de construcción:

− Durante la fase de construcción deben estar dispo-nibles suficientes bombas de extracción de lodo provistas del suministro eléctrico de emergencia necesario.

− Los dispositivos de desagüe, tales como sumideros y conductos, deben estar en perfecto estado de fun-cionamiento durante toda la fase de construcción.

− Las construcciones abiertas en el edificio, pozos para cables, etc. deben estar protegidos.

− El material de obra deberá almacenarse alejado de acuíferos (peligro de inundación), los materiales sensibles a la humedad, p.ej. de yeso, deberán con-servarse en lugares secos.

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La cuantía de una indemnización no siempre se rige exclusivamente por lo estipulado en el derecho regu-lador de la responsabilidad civil. Determinados factores pueden ejer-cer una presión tan intensa sobre el responsable y su asegurador que el damnificado reciba pagos supe-riores a lo que parecería razonable atendiendo en exclusiva a la situa-ción jurídica.

Bien conocido es el deseo de evitar riesgos procesales y de lograr clari-dad con prontitud mediante un arre-glo respecto a la cuantía de la indemnización debida. Este empeño se observa especialmente en aque-llos mercados en los que el resultado del proceso parece muy incierto debido a la participación de jurados en el procedimiento o como conse-cuencia de la amenaza de imposición de daños punitivos. A ello hay que añadir que la cotización bursátil de una empresa, en la mayoría de los casos, suele reaccionar de forma más positiva ante obligaciones elevadas de indemnización que ante la incerti-dumbre jurídica previamente exis-tente. Por tanto, la “paz global” creada mediante un arreglo global parece a menudo preferible, aun cuando el precio para lograrla sea elevado (véase la entrevista con John Goldberg en la página 32). Un factor que guarda una estrecha relación con ello es el intento de evitar un traslado de las demandas a ordenamientos jurídicos especialmente favorables para el demandante (forum shopping) (más información al respecto en la Columna en “Topics Schadenspie-gel” 1/2013).

Además del deseo de eludir riesgos procesales, otros factores han incli-nado recientemente aún más la balanza hacia una compensación excesiva. Por un lado, está la presión de la opinión pública y de los grupos de interés creada por los medios, la cual, gracias a Internet, se puede ejercer de forma más rápida y soste-nida de lo que se podía hacer hace pocos años. Esto queda patente, sobre todo, en el caso de grandes siniestros con repercusión en los medios y con grandes implicaciones políticas. Algunos ejemplos son el Victims Compensation Fund tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, la catástrofe petrolera tras el accidente en la plataforma de perfo-ración “Deepwater Horizon” o la explosión de bombas de la Guerra Mundial en grandes ciudades alema-nas en los últimos años (en relación con esto último, véase el artículo de Leonhard Rolwes en “Topics Schadenspiegel” 1/2013). Pero tam-bién en el ámbito de la responsabili-dad de productos parece ser necesa-ria una compensación excesiva para evitar daños a la reputación. Esto es especialmente válido si los damnifi-cados (potenciales) son particular-mente dignos de protección, por ejem-plo, en caso de alimentos para bebés o juguetes para niños defectuosos.

Otro motivo para una compensación excesiva es el empeño de evitar una regulación más estricta y, con ello, una responsabilidad más amplia en caso de daños futuros similares. El objetivo de evitar o mitigar sanciones público-jurídicas (multas, retirada de permisos) o incluso sanciones penales también puede hacer que una compensación excesiva sea aconsejable en determinados esce-narios de responsabilidad civil. Un

ejemplo para ello sería cuando el liti-gio por responsabilidad civil puede provocar una aclaración no deseada de la gravedad de la culpa. La presión para llegar a arreglos de elevada cuantía se puede intensificar aún más si no se quiere que datos corpo-rativos o informaciones de productos confidenciales sean objeto de un amplio registro de pruebas.

No obstante, hay que considerar que la claridad respecto a la responsabili-dad, comprada mediante una com-pensación excesiva, lleva a menudo a una incertidumbre en relación con la cobertura. Esto es válido para la cobertura de pagos extraobligatorios, pero también en relación con los lími-tes de la obligación del reasegurador de compartir la misma suerte que el asegurador directo. Aquí vuelve a quedar patente la importancia de una redacción clara del condicionado, basado en una valoración global del riesgo asegurado y no en aspectos legales relativos a la responsabilidad civil.

Nicholas Roenneberg, Responsable de Claims Management & Consulting de Munich Re [email protected]

¿Presión creciente para la compensación más allá de la responsabilidad civil y la cobertura?

Daños a la reputación y compensación excesiva

Columna

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RedacciónCorinna Moormann,Group Communications(dirección como arriba)Teléfono: +49 89 38 91-47 29 Telefax: +49 89 38 91-7 47 [email protected]

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