the art of living - stella maris college · 2019. 5. 10. · rocosas, las alturas más...

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1 THE ART OF LIVING Queridas familias, En el año 1872, el conocido filósofo alemán Friedrich Nietzsche dictó unas conferencias “Sobre el porvenir de nuestras escuelas”. En la introducción, hablaba él mismo de los grandes peligros que entreveía entonces en la cultura. Se expresaba así: “Dos corrientes aparentemente contrapuestas, de acción igualmente perjudicial y concordantes en sus resultados, predominan en la actualidad en nuestras escuelas, que originariamente partían de bases totalmente diferentes: por un lado, la tendencia hacia la máxima extensión de la cultura, y, por otro lado, la tendencia a disminuirla y debilitarla. De acuerdo con la primera tendencia, hay que llevar la cultura a ambientes cada vez más amplios; en el sentido de la segunda, se pretende de la cultura que abandone sus supremas pretensiones". Creo que, en líneas generales, se puede compartir este diagnóstico, aplicándolo ahora a nuestras escuelas contemporáneas. Se propone, cada vez más, una educación de "baja intensidad" con la idea de expandir así su radio de acción, pero con el efecto, en la práctica, de producir escuelas mediocres. De aquí la proscripción de hecho en las aulas de una cultura de la "excelencia". El problema, evidentemente, no es la extensión de la educación. El problema es que dicha extensión se ligue con la mediocridad, con la pérdida de contenidos, con la rebaja radical de la exigencia y con la chapuza. Fomentar la "cultura del más". Generar espacios en los que reine la nobleza, el sentido de las cosas bien hechas por el valor que tienen en sí mismas, por el propio honor de hacerlas bien, al margen de la recompensaFr. Carlos Granados, DCJM (Director del Stella Maris College) marzo / abril 2019

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    THE ART OF LIVING

    Queridas familias,

    En el año 1872, el conocido filósofo alemán Friedrich

    Nietzsche dictó unas conferencias “Sobre el porvenir

    de nuestras escuelas”. En la introducción, hablaba él

    mismo de los grandes peligros que entreveía entonces

    en la cultura. Se expresaba así: “Dos corrientes

    aparentemente contrapuestas, de acción igualmente

    perjudicial y concordantes en sus resultados,

    predominan en la actualidad en nuestras escuelas, que

    originariamente partían de bases totalmente

    diferentes: por un lado, la tendencia hacia la máxima

    extensión de la cultura, y, por otro lado, la tendencia

    a disminuirla y debilitarla. De acuerdo con la primera

    tendencia, hay que llevar la cultura a ambientes cada

    vez más amplios; en el sentido de la segunda, se

    pretende de la cultura que abandone sus supremas

    pretensiones". Creo que, en líneas generales, se puede

    compartir este diagnóstico, aplicándolo ahora a

    nuestras escuelas contemporáneas. Se propone, cada

    vez más, una educación de "baja intensidad" con

    la idea de expandir así su radio de acción, pero con

    el efecto, en la práctica, de producir escuelas

    mediocres. De aquí la proscripción de hecho en las

    aulas de una cultura de la "excelencia". El problema,

    evidentemente, no es la extensión de la educación. El

    problema es que dicha extensión se ligue con la

    mediocridad, con la pérdida de contenidos, con la

    rebaja radical de la exigencia y con la chapuza.

    Fomentar la "cultura del más". “Generar espacios en los que reine la nobleza, el sentido de las cosas bien

    hechas por el valor que tienen en sí mismas, por el propio honor de

    hacerlas bien, al margen de la recompensa”

    Fr. Carlos Granados, DCJM (Director del Stella Maris College)

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    “Queremos abrir espacio al genio, al

    héroe, al santo.”

    Fr. Carlos Granados, DCJM (Director de Stella Maris College )

    Frente a esta tendencia fatal, en el Stella Maris

    College queremos fomentar una

    corriente opuesta: la intensificación, una

    "cultura del más". Se trata de generar espacios en

    los que reine la nobleza, el sentido de las cosas bien

    hechas por el valor que tienen en sí mismas, por el

    propio honor de hacerlas bien, al margen de la

    recompensa exterior que eso pueda traer. Se trata

    también de crear aulas en las que los alumnos no se

    contenten con poco, en las que cada uno, como

    protagonista de su propia vida, busque entregarse

    del todo en lo que hace. Queremos abrir espacio

    al genio, al héroe, al santo. Quien pueda dar el

    ciento por uno, que no se conforme con el setenta,

    ni con el cincuenta. Y quien pueda dar el ochenta,

    que no se contente con el cuarenta ni con el veinte.

    Esta cultura requiere el apoyo de todos, maestros,

    religiosos, profesores, personal de administración.

    Estamos llamados a no conformarnos con mucho, a

    pedirlo todo. Esto no es fácil porque pone también

    en juego a los educadores: no puede pedir más a

    otro quien antes no se ha pedido más a sí mismo.

    En este hermosísimo camino no estamos solos.

    Solos estaríamos siempre con miedo, inseguros, sin

    esperanza, ante la tarea que supone la educación.

    Pero María, nuestra Stella Maris, nos muestra un

    horizonte distinto. Poniendo toda nuestra esperanza

    en el Maestro interior, en el Espíritu Santo, que

    aguardamos durante este tiempo de Pascua, es

    posible educar. Es el Maestro interior el que nos

    da una esperanza grande y nueva. Con Él sí

    podemos confiar en tocar el corazón de nuestros

    alumnos, en obtener una nueva generosidad de

    ellos. En manos de nuestra Madre, en la espera de

    Pentecostés, continuamos esta navegación.

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    “Romano Guardini dice que "en su mirada vive el

    hombre todo; por eso los problemas vitales giran en

    torno a la mirada”. En el modo de mirar hay ya una

    elección. Lo importante es caer en la cuenta de que

    esta elección es también “ética”. Se puede mirar

    para “dominar”, es decir, violentar lo que existe con

    la mirada; o se puede mirar para “ponerse al

    servicio”, es decir, para obedecer a la exigencia de

    sentido de lo que me ofrece la realidad.

    Ciertamente, es más cómodo ver todas las cosas

    cortadas por el mismo patrón, como simples

    “objetos”: el cristal, el perro, el hombre… El patrón

    podrá ser el del hombre materialista (que lo ve todo

    como material), el del hombre romántico-

    sentimental (cuyo punto de vista es su emoción) o

    el patrón del idealista (que no ve el cuerpo). Pero

    será siempre un mismo patrón para verlo todo. Lo

    difícil es no ahorrarse el esfuerzo de la diferencia:

    ver cada cosa como pide ser vista, según el modo

    propio de verla que la cosa exige. Esto es un

    trabajo. Y aquí es donde se sitúa el marco para una

    esforzada y lenta educación de la mirada.

    “Las raíces del ojo –dice de nuevo Guardini- están

    en el corazón; … el ojo ve desde el corazón”. Aquí

    está la clave para entender porque el ojo puede ver

    también el corazón, el alma de la persona. Nuestro

    ojo no es “como el de los animales, pero en un

    cerebro humano”, sino que está todo él transido de

    humanidad; no miramos como el animal, miramos

    desde dentro, con interioridad. Y por eso el ojo se

    puede educar. La mirada está hecha para alcanzar

    el sentido de una cosa, es lo primero que ella

    debería finalmente alcanzar.

    En la educación del ojo se juega algo

    muy profundo. Se trata de lo que otro gran

    pedagogo, como fue el filósofo español García

    Morente comenta cuando habla, él también, de la

    necesidad de una “educación del ojo”.

    Escuchemos cómo lo enuncia:

    “Para ver es preciso mirar y para mirar es preciso

    saber. Quiero decir, que para mirar es preciso que

    la voluntad dispare la atención hacia cierto punto…

    La mirada atenta es, pues, mirada interrogante –

    mirada inteligente-; es una mirada que plante a la

    masa de colores y de formas la pregunta: ‘¿quién

    eres tú?’, y atisba en la masa, en el objeto, la

    respuesta a dicha pregunta… El ignorante pasa

    junto a la realidad y ni siquiera la ve. Y no la ve

    porque no puede verla; no tiene con qué mirarla,

    con qué dirigirle la pregunta del conocimiento”.

    La “mirada inteligente” de la que habla aquí García

    Morente es esa visión educada y purificada, capaz

    de discernir en lo que ve un mundo de relaciones

    que le abre a una realidad llena de sentido. ¿Cómo

    hacer que surja en el educando? ¿Cómo consigue el

    maestro que se desarrolle una “mirada inteligente”

    en el alumno? He aquí el gran reto de la educación.

    En el modo de mirar hay ya una elección. Proyecto Pedagógico Fr. Carlos Granados, DCJM (Director del Stella Maris College)

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    La resurrección de la carne

    ¿Qué es lo primero que hace Cristo al resucitar?

    Algo tan sencillo como hacerse la cama del

    sepulcro, tal y como nos cuenta San Juan (Jn 20, 6).

    ¡Qué detalle de humanidad tan profundo! Desde que

    resucita, intenta demostrar por todos los medios que

    no es un fantasma, una mera alma, sino que ha

    resucitado con su cuerpo glorioso, un cuerpo que

    come, que pasea, que se deja tocar…

    Esto tiene consecuencias impresionantes para

    nuestra vida. No todo se acaba con la muerte:

    estamos llamados a una resurrección de la carne

    (“espero la resurrección de la carne”, que decimos

    en el credo todos los domingos). Así, todas nuestras

    relaciones (paternidad, filiación, esponsalidad,

    amistad…), que se dan en la carne, están llamadas a

    permanecer en la eternidad.

    Para este tiempo pascual, quería proponer la lectura

    del libro “Resurrección” del converso francés F.

    Hadjadj, que no dejará indiferente a nadie. ¡Buena

    lectura!

    La Fortaleza – Virtud del mes

    A lo largo de la vida debemos afrontar situaciones

    difíciles y adversas, que nos intentan distraer de

    nuestro plan original. Es entonces cuando se hace

    imprescindible la virtud de la fortaleza, capaz de

    ayudarnos a conseguir un bien arduo.

    Esta virtud se puede trabajar de muchas maneras

    (una de ellas, privilegiada, es el deporte) y a través

    de diversos relatos, entre los cuales quería proponer

    dos: la Eneida (de Virgilio) y la Odisea (de

    Homero). Son dos historias muy parecidas entre

    ellas (Virgilio es un gran admirador de Homero) en

    las que los héroes tienen una misión muy clara

    (volver a Ítaca, fundar Roma) y no dejan de salirles

    al encuentro todo tipo de dificultades, que van

    resolviendo a lo largo del tiempo, con ayuda de

    distintas personas –y de distintos dioses.

    En un momento en el que todo invita a rendirse ante

    lo que cuesta, en un momento en el que todo es fast

    and easy, podemos volver nuestra mirada a esta

    gran virtud, para luchar y enseñar a luchar por los

    bienes arduos.

    La resurrección de la carne / Virtud del mes Reflexión Pastoral por Fr. Fernando González, DCJM (Capellán del Stella Maris College)

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    Vivir en el de EEUU

    Visita a St. Mary School de Littleton Ms. Rocío Fernández Nebreda (Directora de Proyectos y Responsable de Relaciones Internacionales)

    El pasado mes tuve la oportunidad de realizar un viaje estupendo:

    Volé a Denver (Colorado, EEUU) para traer de vuelta a España a los alumnos del colegio

    Stella Maris La Gavia – ¡el curso que viene ya se unirán alumnos del Stella Maris

    College! - que ya habían pasado 6 semanas gracias al Programa de Intercambio con

    St Mary School de Littleton, a la vez que aprovechaba el viaje para preparar el Programa

    de Verano del grupo de estudiantes españoles que viajarán allí en Julio.

    Fui testigo de la maravillosa oportunidad que supone para cada chico una experiencia

    semejante.

    En esta ocasión, los que viajaron fueron 4 niñas y 2 niños de 6º de Primaria y de 1º

    de la ESO, de entre 11 y 12 años. Salieron de España, con ilusión y con cierto “temor”,

    llenos de preguntas: ¿Qué se iban a encontrar en Estado Unidos? ¿les gustaría? ¿les

    entenderían?

    La realidad superó con creces lo imaginado.

    “Es como en las películas”, decían. Se encontraron con un país fascinante. Todo les

    sorprendía: una naturaleza espectacular (Colorado es el estado de las Montañas

    Rocosas, las alturas más representativas de Estados Unidos, con un Parque Nacional

    que incluye varias cumbres de más de 4.000 m – ¡en España no tenemos ninguna tan

    alta!- y una fauna abundante, con alces americanos, osos y coyotes); St Mary

    Catholic School, un colegio católico orgulloso de su fe, alimentada gracias a su estrecha

    unión y proximidad con la parroquia, donde se les invitaba a vivir su fe con

    naturalidad y alegría… pero sobre todo, nuestros alumnos, ¡se encontraron con la

    maravillosa ACOGIDA de las Host Families! (Yo misma me alojé con una familia

    americana de acogida).

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    “una maravillosa oportunidad de crecer

    en TODOS los aspectos de su vida, de

    establecer vínculos de amistad y de

    adquirir mayor responsabilidad.”

    Las familias que viven en el entorno del St

    Mary Catholic Church (la parroquia

    atendida por los Discípulos) son familias

    extraordinariamente generosas. Abren su

    casa pero, sobre todo, ¡abren su corazón a

    los estudiantes a los que acogen! Los

    cuidan, se preocupan si los ven tristes o

    solos, cocinan lo que más les gusta, los

    abrazan, hablan despacio al principio si

    ven que lo necesitan, les enseñan sus

    amigos y su ciudad… Se sienten dichosos

    de tener un invitado en casa y contagian

    su gran alegría de compartir. No son

    familias “perfectas”, luchan -como

    nosotros-, por llegar puntuales al cole, por

    poner más orden en casa o por llenar la

    nevera… pero son familias que quieren

    abrirse al otro.

    Con frecuencia, los padres en España,

    cuando les apuntamos a este tipo de

    programas nos concentramos en la

    importancia de que nuestro hijo aprenda el

    idioma. Y eso está bien. Y los niños

    aprenden. Pero aprenden mucho,

    muchísimo más, cuando viajan y, más

    aún, cuando ese viaje es para ser acogidos

    en una familia buena, cuidadosamente

    seleccionada.

    La experiencia de un intercambio con una

    de estas familias americanas de la

    parroquia de St Mary es para el chico - ¡y

    para toda la familia española, porque

    implica a todos! - una maravillosa

    oportunidad de crecer en TODOS los

    aspectos de su vida, de establecer vínculos

    de amistad y de adquirir mayor

    responsabilidad. Son muchas pequeñas

    situaciones a lo largo de tantos días que

    logran sacar lo mejor de cada uno.

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    “Abren su casa, pero, sobre todo, ¡abren

    su corazón a los estudiantes a los que

    acogen!”

    Ms. Rocío Fernández Nebreda (Directora de Proyectos y Responsable de Relaciones Internacionales)

    Al final, estos intercambios

    internacionales se convierten en muchos

    momentos personales que se atesoran en el

    alma -no en el móvil ni en el portátil-, y

    que nos van haciendo mejores personas, a

    pequeños y grandes.

    Lo más importante de estos programas que

    promueven los colegios de los Discípulos,

    que nacen con la “excusa” del idioma, son

    las relaciones humanas, los vínculos que

    se crean entre las personas y entre las

    familias con independencia de la

    nacionalidad.

    Estas experiencias se convierten en un viaje

    al corazón de los Estados Unidos… porque

    Denver está en el centro de la geografía

    americana… pero sobre todo porque la

    experiencia se realiza gracias a la

    generosidad de Host Families de EEUU,

    familias con un gran corazón, que acogen

    a otra persona ¡que viene a conocerlos!

    ¡Que sigamos creciendo todos para

    hacernos GRANDES PERSONAS!

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    “Pueden ser muchas las causas

    por las que se peleen, pero casi

    siempre está el deseo de afirmar

    su identidad”

    Ms. María Abollado (Orientadora, Responsable de la Escuela de Familias)

    Las peleas entre hermanos es algo normal, “viene

    de fábrica”. Últimamente, no sé si por casualidad o

    es lo más frecuente a estas alturas del curso, son

    varios padres los que me han trasladado la

    preocupación que les produce esta situación. Por

    ello, pienso que puede ser un tema de interés

    general.

    Desde que uno tiene hermanos, tiene que aprender

    a compartir sus cosas (no solo juguetes) y la

    atención de sus padres. Las peleas han existido

    siempre, pero hacia los 5 o 6 años, se intensifican.

    Pueden ser muchas las causas por las que se peleen,

    pero casi siempre está el deseo de afirmar su

    identidad (de esta manera obligan a los demás a ser

    escuchados), un reclamo del amor y la atención de

    los padres o para poner a prueba sus límites y los de

    los demás.

    Las peleas no son porque los hermanos no se

    quieran. No obstante, aunque las consideremos

    normales, si son muy frecuentes o “muy subidas de

    tono” debemos hacer algo e intervenir. Antes de

    nada, parémonos a observar, tanto a los hijos

    (para ver por qué se están produciendo), como a

    nosotros mismos (¿cómo actuamos como padres?).

    Debemos descubrir si las peleas son por envidias y

    rivalidades(celos), miedos de perder su lugar único

    y exclusivo en la familia...; por choques de

    personalidad y falta de habilidades sociales

    (puede surgir la agresión física o verbal)… ;si han

    habido cambios en la familia o algún

    acontecimiento ante el que le esté costando

    adaptarse…

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    ¿Por qué mis hijos se pelean? El rincón de la orientadora por Ms. María Abollado – (Orientadora del Stella Maris College, Responsable de la Escuela de Familias)

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    En nuestro actuar como padres, ¿cuáles suelen ser

    los errores comunes? Fundamentalmente tres:

    Convertirnos en jueces (haciendo preguntas para

    descubrir quién tiene razón)

    Etiquetar a los niños “´tú siempre eres estás

    chinchando…”

    Solucionar nuestros propios conflictos delante de

    los hijos gritando o de malas maneras (recordamos

    que en gran medida el niño aprende las habilidades

    de relación por imitación)

    Frente a estos errores, ¿Cómo debemos actuar?

    Tenemos que conseguir hacer de mediadores,

    ayudándoles a verbalizar lo que pasó y cuál fue su

    error. Recordarnos continuamente: “no somos

    jueces, somos mediadores”. No buscaremos

    culpables, solo les ayudaremos a encontrar

    soluciones. Para ello NUNCA debemos

    posicionarnos (es difícil, lo sé). Son ellos los que

    deben llegar a un punto de encuentro. Estas peleas

    son una ocasión de oro para educarles en

    habilidades sociales que les servirá para toda la vida

    (en su vida de pareja, sus amigos, sus relaciones

    laborales…) Si conseguimos hacerles comprender

    que “dos no se pelean si uno no quiere”, “el otro, al

    igual que yo, tiene al menos algo de razón por lo que

    hay que escucharle”, habremos conseguido cambiar

    una situación negativa, en otra de gran crecimiento

    personal.

    Y…entonces ¿Qué hacemos los padres para que

    no se peleen tanto?

    Los hermanos tienen que aprender a estar juntos

    y a no pelearse, les quedan muchos años de

    convivencia. Los padres pueden favorecer ese

    aprendizaje. Así les tendremos que explicar que no

    se pueden pelear, y que tienen que aprender a

    arreglar las cosas ellos solos.

    Ante una pelea, los padres estableceremos el

    momento de entrar en escena cuando empiecen a

    gritar, a pegarse o a insultar, pero ahí no hay que

    intentar saber qué es lo que ha pasado, (recordamos,

    somos mediadores, no jueces…) para no entrar a

    formar parte de su pelea. Debemos decirles, que

    como habíamos quedado que no se peleaba, “ya no

    queremos saber qué ha pasado y que les vamos a

    separar un ratito”, porque nos han demostrado que

    no saben estar juntos. Cuando hayan pasado los

    cinco o diez minutos establecidos (según edad), les

    dejamos que se escuchen, digan por turnos la causa

    de su malestar (sus sentimientos) y pidiendo perdón

    reinicien el juego o la actividad que estaban

    realizando, para darles la oportunidad de volver a

    portarse bien y estar juntos.

    Recordarnos continuamente: “no

    somos jueces, somos mediadores”.

    Ms. María Abollado (Orientadora, Responsable de la Escuela de Familias)

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    Ayudarles a reconocer sus

    errores y a pedir perdón.

    Que no se vayan a dormir

    sin haberse pedido perdón.

    Ms. María Abollado (Orientadora, Responsable de la Escuela de Familias)

    Resumiendo, podemos mencionar entonces algunas ideas clave:

    Enseñar que el respeto es esencial en la convivencia con los

    demás, con el ejemplo y paciencia. Que no podemos hacer o

    decir lo que nos dé la gana, aunque estemos enfadados. Tienen

    derecho a enfadarse y a discutir, pero no a pelearse ni a insultar

    o humillar al otro.

    Ayudarles a reconocer sus errores y a pedir perdón. Que no

    se vayan a dormir sin haberse pedido perdón.

    Establecer las consecuencias de la falta de cumplimiento de

    las reglas. Si se pelean, usar la extinción, es decir, separarles

    porque no pueden estar juntos.

    Estimular el diálogo y la charla entre ellos. Así les enseñamos

    habilidades sociales y emocionales. Nunca ponerse de parte de

    uno.

    Considerar si la familia está viviendo un momento difícil, de

    cambios, etc. que pueda estar influyendo en

    el comportamiento de los hijos.

    Observar si el aburrimiento puede ser la causa de las peleas.

    Buscarles una ocupación y/o responsabilidad.

    Enseñarles a actuar como un equipo: por ejemplo, en los juegos,

    que los padres jueguen contra los hijos. Fomentar esa coalición

    para fomentar la complicidad.

    Ser un ejemplo. No pelearse delante de los hijos. Resolver las

    diferencias en otro momento que no estén presentes. Y en las

    pequeñas discusiones sin importancia, ser un modelo.

    No obligarles a estar juntos: cada uno tiene derecho a cultivar

    sus propios intereses. Dejar a cada hijo tener un espacio, sus

    propios amigos, sus propias aficiones. Su lugar único y especial

    tanto dentro de la familia como fuera.

    Todo ello contribuye a que la relación entre hermanos (que deja

    una profunda huella en la formación de la personalidad de los

    hijos) sea positiva. Un hermano es un gran tesoro.

    ¡Ayudémosles a descubrirlo!

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    https://www.guiainfantil.com/1225/educar-en-valores-respeto-a-la-diversidad.htmlhttps://www.guiainfantil.com/educacion/familia/dialogo.htmhttps://www.guiainfantil.com/blog/470/como-afectan-los-cambios-a-los-ninos.htmlhttps://www.guiainfantil.com/blog/470/como-afectan-los-cambios-a-los-ninos.htmlhttps://www.guiainfantil.com/educacion/comportamiento/indice.htm

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    Ordenación del Padre Carlos Ojea

    Día grande para el Stella Maris College por Ms. Mónica Espín – (Directora de Comunicación y Marketing)

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    El domingo 28 de abril estará ya marcado como un

    día muy especial a recordar para esta familia Stella

    Maris. Ayer, el P. Carlos Ojea, DCJM, fue ordenado

    sacerdote por el Cardenal Arzobispo de Madrid

    Excmo y Rvmo. Sr. D. Carlos Osoro Sierra.

    Desde las 11 de la mañana iban llegando familias de

    nuestro centro y allegados conocidos, hasta tal

    punto que el templo se llenó no solo los bancos, sino

    también el coro de arriba. Unas 500 personas

    acompañaron al P. Carlos en uno de los días más

    importantes de su vida.

    La ceremonia comenzó a las 12 y todos los

    asistentes fueron recibidos con unas palabras de

    bienvenida del Superior General de los Discípulos

    de los Corazones de Jesús y María, P. José Noriega

    Bastos, DCJM. Una ceremonia alegre a la vez que

    emotiva, con una homilía del cardenal D. Carlos

    Osoro donde alentaba al P. Carlos a sanar y a curar,

    a tocar heridas, a ser Cristo no sólo a través de los

    sacramentos, si no en su trato diario con los demás.

    Después de la ceremonia los invitados pudieron

    felicitar al nuevo presbítero en el besamanos,

    mientras poco a poco iban acercándose al comedor

    donde había preparado un cóctel de celebración.

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    Ordenación de Fr. Carlos Ojea Fototeca

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    Peregrinación al Cerro de los Ángeles Conjunta con el Colegio Mater Salvatoris Fototeca

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    2019

    Visita al College del Obispo Auxiliar de Madrid Fototeca

  • Conferencia del Padre José

    Granados, DCJM, en el Colegio

    Mater Salvatoris.

    ¿Tendrán Fe nuestros hijos?

    Dios en la Educación

    Algunos acontecimientos importantes Fototeca

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    Cuaresma

    Primera Confesión