tema 8 la crisis de los años treinta

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Tema 8 La crisis de los años treinta 1. La expansión económica: “los felices años 20”. 2. Las causas de la crisis. 3. La quiebra del capitalismo: la crisis de 1929. 4. Las consecuencias de la crisis: la Gran Depresión.

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Tema 8 La crisis de los años treinta

1. La expansión económica: “los felices años 20”.

2. Las causas de la crisis.

3. La quiebra del capitalismo: la crisis de 1929.

4. Las consecuencias de la crisis: la Gran Depresión.

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1. La expansión económica: “los felices años 20”.

1.1 El crecimiento económico de los años 20.

El fin de la Primera Guerra Mundial dio paso a un período de reconstrucción, crecimiento y dinamismo económico en los sectores industriales y empresariales.

Después de la contienda, los gobiernos y los expertos en economía creían firmemente en la recuperación de la prosperidad económica anterior a 1914.

A partir de 1922, sin embargo, el mundo desarrollado entró en un proceso de gran crecimiento, debido, en parte, a la recuperación de la producción en las naciones europeas más afectadas por los efectos de la Gran Guerra, como Francia o Alemania.

La guerra había propiciado un espectacular desarrollo de la economía de los EEUU, convirtiéndolos en la primera potencia mundial. De forma paralela, se afianza el crecimiento económico japonés y su expansionismo por Oriente.

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1.2 La intensificación de la producción.

La transformación más importante fue el aumento de la productividad industrial, como consecuencia de la aplicación de nuevas formas de organización del trabajo en las fábricas.

Este fenómeno se conoció con el nombre de taylorismo, derivado del inventor del nuevo sistema de producción, el ingeniero estadounidense Frederick W. Taylor. El taylorismo se basaba en la eliminación de los tiempos muertos en las cadenas de producción y en su automatización máxima, así se conseguía la reducción del coste del producto, al disminuir el tiempo de su fabricación. Estos procesos introdujeron en las fábricas conceptos nuevos, como trabajo en cadena, cronometraje y especialización del trabajador en una tarea.

Inicialmente los métodos taylorismo se generalizaron en la industria del automóvil. El taylorismo cambió la función del trabajador. Este, a partir de entonces, dependería totalmente de una máquina cuyo ritmo no controlaba.

Los empresarios aumentaron sus beneficios y los consumidores pudieron acceder a bienes más baratos, debido a la producción en masa y a su estandarización. Como

consecuencia, el consumo aumentó gracias a la reducción de precios, a la publicidad y a la aparición de la venta a crédito.

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2. Las causas de la crisis.

2.1 Un crecimiento económico desequilibrado.La primera Guerra Mundial provocó el alza de los precios de los productos agrarios: además, la producción mundial se incrementó gracias a la mecanización y a un mayor consumo de abonos. Pero la crisis de 1920-1921 marcó el comienzo de un período de descenso de los precios y de las rentas agrarias.

En EEUU, los granjeros, endeudados por las inversiones en las modernas formas de explotación, se encontraron con que no podían pagar sus deudas.

Para intentar frenar la caída de sus rentas, aumentaron la producción y los rendimientos. Esto supuso una mayor oferta de producción en el mercado y, como consecuencia, una continua disminución de los precios.

3. La quiebra del capitalismo: la crisis de 1929.

3.1 El crash de la Bolsa de Nueva York.

Desde 1925, las cotizaciones de las acciones en la bolsa neoyorkina (Wall Street) subían sin cesar y acumulaban beneficios extraordinarios.

La fácil obtención de créditos para comprar acciones en la bolsa aumentó, aún más, la especulación. La diferencia entre el precio cada vez más elevado de las acciones y la actividad real de las empresas , menor que su cotización, no paraba de crecer.

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Desde 1925, los valores de las materias primas bajaban; las dificultades económicas de Reino Unido habían arrastrado al sistema monetario internacional ; la producción industrial alemana estaba estancada desde 1927 y el comercio internacional pasaba por un a largo período de atonía.

Desde comienzos de 1929, el índice de la Bolsa de Nueva York se fue estancando, y así el jueves 24 de

octubre se puso a la venta un número muy elevado de acciones, lo que se tradujo en una caída de los

precios, que continuó en los días siguientes. Aquel día, bautizado como jueves negro, señaló el final del proceso de alza permanente de los valores. Muchos inversores pusieron en venta sus acciones para devolver el dinero que habían pedido prestado, lo que acentuó la caída de Wall Street. El detonante inmediato de la crisis de 1929 fue el crash de la Bolsa de Nueva York.

El índice bursátil se hundió en pocos meses. El pánico, que se apoderó de los inversores, y que los lanzó a la venta masiva de valores, hizo fracasar los intentos de algunos bancos para frenar la caída de las cotizaciones por medio de la compra de acciones.

3.2 La crisis se extiende a todos los sectores.

La crisis, en un principio bursátil, se fue extendiendo por los demás sectores de la economía y afectó gravemente a todos ellos.

La quiebra bursátil se convirtió pronto en financiera. El pánico afectó enseguida a la banca, que se encontró atrapada entre unos inversores que no podían devolver los créditos recibidos antes del crash y unos ahorradores que corrieron a rescatar sus fondos.

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Del sector financiero la crisis se extendió a la economía productiva. La paralización de la concesión de créditos y las quiebras bancarias afectaron a la financiación de la industria y limitaron el consumo de los ciudadanos.

Muchas fábricas se vieron forzadas a cerrar ante la disminución de la demanda y la imposibilidad de seguir abasteciéndose de materias primas y de maquinaria o de obtener pagos a cuenta. La industria estadounidense pasó de la expansión a una situación de superproducción y almacenaje excesivo, que ahogaban las finanzas de las empresas. La debilidad de la demanda facilitó la bajada de los precios, la caída de los beneficios y el cierre de un número creciente de empresas industriales.

El campo vio acentuadas las dificultades que arrastraba desde el final de la Gran Guerra. El descenso de los precios y de la demanda, así como la falta de créditos de los bancos, llevaron a la ruina a centenares de miles de campesinos, incapaces de hacer frente a sus deudas. Expulsados de sus tierras, se convirtieron en braceros o acudieron a las ciudades en busca de trabajo, en un momento en el que el paro en estas crecía rápidamente.

El aumento del desempleo provocaba la reducción de la demanda, lo que, a su vez, implicaba un descenso de la producción y un agravamiento de los problemas.

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3.3 La crisis se extiende por todo el mundo.

La interdependencia de todas las economías facilitó la expansión de la depresión. Los primeros países a los que alcanzó la crisis fueron los que basaban su economía en la producción de materias primas.

Estos se vieron obligados a malvender sus stocks crecientes o, simplemente, a destruirlos. La imagen de los ferrocarriles brasileñossustituyendo el carbón de sus calderas por café es un dato elocuente.

La causa inmediata del estallido de la crisis en Austria y Alemania fue la repatriación de los capitales de EEUU, que precipitó el hundimiento de sus economías.

Caso aparte fue el de la URSS. Aislada económicamente del resto de los países a causa de su régimen comunista, no sufrió las consecuencias negativas de la depresión. En 1928 había iniciado el 1º plan quinquenal con el objetivo de crear una potente industria pesada.

Los años siguientes fueron de crecimiento espectacular y convirtieron a la URSS en objeto de admiración, aunque poco se sabía del coste humano que la dictadura estalinista se cobraba por le desarrollo económico. La planificación económica soviética atrajo el interés de Occidente y pronto fue asumida por algunos partidos socialdemócratas y, en cierta forma, por los nazis.

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4. Las consecuencias de la crisis: la Gran Depresión.

4.1 El hundimiento de los sectores económicos.

La depresión de 1929 fue una crisis general. Nunca se había conocido una caída tan importante. Los sectores más afectados fueron el siderúrgico y el de fabricación de bienes de consumo no imprescindibles, como los automóviles, cuya producción se redujo.

En el sector agrario, la crisis se manifestó no tanto por la caída de la producción como por el total hundimiento de los precios y el descenso de la demanda.

Las acciones desesperadas de los campesinos destruyendo sus cosechas contrastan con la penuria alimentaria en la que vivían millones de familias empobrecidas.

4.2 Consecuencias sociales y políticas.

La envergadura de la crisis hizo que sus repercusiones fueran más allá del campo económico para convertirse en una crisis global, que afectó también, con igual profundidad, a la sociedad y a la política.

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Socialmente, la crisis supuso la destrucción masiva de puestos de trabajo en todos los sectores económicos. El incremento del paro fue especialmente grave ante el escaso desarrollo de los sistemas de protección social.

El desempleo prolongado suponía verse abocado a la miseria. La mendicidad, los asilos de noche y los comedores de caridad se multiplicaban en unos países acostumbrados a la abundancia y aterrados ante una situación que no comprendían.

El contraste entre ricos y pobres era cada vez mayor, así como la miseria resultaba difícil de entender cuando en el campo se destruían parte de las cosechas. La sensación de injusticia aumentaba y así, los funcionarios, con un empleo estable; los ahorradores, que con los precios a la baja veían subir el valor de sus rentas; los jubilados, que tenían aseguradas sus retribuciones, etc… mientras que la crisis parecía cebarse en los agentes sociales más activos y emprendedores y favorecer a los más pasivos.

Las primeras medidas tomadas por los respectivos gobiernos para hacer frente a la crisis fueron, en general, un fracaso, lo que produjo un acusado descontento popular. Las ideologías antiliberales y anticapitalistas

se extendieron; por la izquierda, el socialismo y especialmente, el comunismo; por la derecha, las tendencias autoritarias, pero sobre todo los fascismos.

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Los extremistas reclutaban a sus militantes y simpatizantes entre las víctimas de la depresión, pero también los intelectuales se alinearon en las posiciones opuestas al sistema, en especial en la extrema izquierda.

El balance político fue muy negativo para los regímenes parlamentarios y así los fascismos se extendieron por toda Europa.

Por su parte, la izquierda, después de años de enfrentamientos internos, adoptó una política de compromiso con los poderes establecidos para intentar frenar la expansión del fascismo. Ejemplo de esta nueva política fue la constitución de los frentes populares, ( coaliciones de partidos de izquierdas que se presentaban a las elecciones para frenar el avance de los partidos de tendencias fascistas), a partir de 1936, como por ejemplo en el caso de España.

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4.3 Las primeras medidas frente a la crisis y el New Deal.

Inicialmente, casi todo el mundo creyó que se estaba ante una crisis breve. Los gobiernos adoptaron medidas inmediatas de protección del mercado y para facilitar trabajo e ingresos a sus pueblos.

Los estados recurrieron al proteccionismo como una forma de defender la producción propia frente a la competencia externa.

Todos los países aumentaron los aranceles, ponían cuotas a las importaciones, imponían el control al movimiento de capitales, o, como Alemania o Italia, cerraban sus mercados al exterior. Todas estas medidas limitaron el comercio mundial, lo que profundizó y alargó la depresión.

La política que tuvo mayor resonancia frente a la crisis dentro del mundo capitalista fue la del New Deal (nuevo reparto o nuevo pacto) en EEUU, por el presidente Roosevelt.

De ideas progresistas, Roosevelt fue una de los presidentes de EEUU más populares de la historia y fue reelegido 4 veces sucesivas.

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El New Deal, eran una serie de medidas de carácter económico y social, que pretendían relanzar la producción, reanimando la demanda; así reformó la banca, reforzando el control de los poderes públicos sobre ella, al tiempo que se mejoraba la protección de la clientela. La Administración contrató obreros en paro para realizar tareas de equipamiento a cambio de un salario aceptable.

Con el fin de recuperar la demanda, se aseguraron a los campesinos precios garantizados, y a los trabajadores, convenios colectivos con salarios mínimos y reducción de la jornada de trabajo. La escasez de inversiones privadas fue suplida por la inversión pública en grandes obras.

El New Deal impuso una legislación encaminada a eliminar las situaciones más injustas. Se creó el primer sistema federal de seguro de paro y pensiones, se estableció el salario mínimo y el horario máximo de trabajo. Los sindicatos se convirtieron en interlocutores de los empresarios. Todas estas medidas intervencionistas rompían con la tradición liberal y contaron con la oposición de la patronal.

El final de la crisis en EEUU llegó con la II Guerra Mundial y el relanzamiento de la demanda que este conflicto generó. A partir de 1932 había claros indicios de que lo peor de la crisis había pasado, e incluso Alemania había recuperado su nivel de producción anterior a 1929.