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EL «STABAT MATER» GLOSADO Y TRADUCIDO POR SOR MARÍA GERTRUDIS DE LA CRUZ HORE A FINES DEL SIGLO XVIII POR FRÉDÉRIQUE MORAND Doctora en Estudios Hispánicos, Université Paris VIII RESUMEN El artículo da a conocer esta olvidada creación y sus distintas ediciones, el mayor éxito literario de María Gertrudis Hore, religiosa Concepcionista Calzada en Cádiz. Se descubre, por vez primera, la superchería de la astuta erudita, a la vez que la interesante fusión literaria realizada entre prosa, verso y música sacra al estrechar hábilmente dos tiempos litúrgicos habitualmente distantes. En este escrito propiamente inmaculista, el uso continuo del referente femenino destaca por su novedad. P ALABRAS CLAVE: Stabat Mater, monja, superchería, fusión literaria, Cádiz, siglo XVIII. ABSTRACT The essay gives us new information about the most famous Gertrudis Hore’s creation, profess in the Concepcionist convent of Santa María in Cádiz, and her several editions. For the first time, we find out the fraud literary and copy of this shrewd poetess, however, at the same time, a really interesting melting between prose, poem and holy music on tightening liturgical period normally distant. In this writing, typical of Virgin literature, a continually using of feminine references do innovation form’s to this text. KEY WORDS: Stabat Mater, nun, fraud literary, melting, Cádiz, 18 th century. Hispania Sacra, LVIII 118, julio-diciembre 2006, 579-607, ISSN: 0018-215-X

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Stabat MaterCantos de la Solemnidad2604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761260451976126045197612604519761

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  • EL STABAT MATER GLOSADO Y TRADUCIDOPOR SOR MARA GERTRUDIS DE LA CRUZ HORE A FINES

    DEL SIGLO XVIII

    POR

    FRDRIQUE MORANDDoctora en Estudios Hispnicos, Universit Paris VIII

    RESUMENEl artculo da a conocer esta olvidada creacin y sus distintas ediciones, el

    mayor xito literario de Mara Gertrudis Hore, religiosa Concepcionista Calzadaen Cdiz. Se descubre, por vez primera, la superchera de la astuta erudita, a lavez que la interesante fusin literaria realizada entre prosa, verso y msica sacraal estrechar hbilmente dos tiempos litrgicos habitualmente distantes. En esteescrito propiamente inmaculista, el uso continuo del referente femenino destacapor su novedad.

    PALABRAS CLAVE: Stabat Mater, monja, superchera, fusin literaria, Cdiz,siglo XVIII.

    ABSTRACTThe essay gives us new information about the most famous Gertrudis Hores

    creation, profess in the Concepcionist convent of Santa Mara in Cdiz, and herseveral editions. For the first time, we find out the fraud literary and copy of thisshrewd poetess, however, at the same time, a really interesting melting betweenprose, poem and holy music on tightening liturgical period normally distant. Inthis writing, typical of Virgin literature, a continually using of femininereferences do innovation forms to this text.

    KEY WORDS: Stabat Mater, nun, fraud literary, melting, Cdiz, 18th century.

    Hispania Sacra, LVIII118, julio-diciembre 2006, 579-607, ISSN: 0018-215-X

  • A) PRESENTACIN

    1. La autora

    Antes de discurrir y reflexionar sobre el Stabat Mater Dolorosa, cuya au-tora original se atribuye al monje italiano Jacopone da Todi (1236-h.1306), si-tuamos a la autora de esta creacin original en las postrimeras del Setecientostanto en su ciudad como en su comunidad religiosa. Sor Mara Gertrudis de laCruz Hore (1742-1801), dama de la alta burguesa gaditana, fue mujer culta einquieta, la nica hija de una familia de comerciantes irlandeses de renombreantes de ser monja. Poetisa desde su juventud, casada con el nuevo socio de supadre, Gertrudis Hore entr en el monasterio gaditano de Santa Mara del Arra-bal para siempre tras diecisis aos de vida matrimonial. Tena treinta y cincoaos a primero de junio de 1778 cuando ingres, con la licencia de su esposoEsteban Fleming, para formar parte de este cenobio cuya advocacin era, y si-gue siendo, el de la Concepcin. nica monja casada de la congregacin, y conuna formacin de calidad (traduca latn1 e italiano, tena conocimientos delidioma galo, de Astronoma, Historia, Geografa, Matemtica, era aficionada ala Msica, etc.), la Hija del Sol, llamada as por sus contemporneos por su be-lleza y su erudicin, fue secretaria durante dos trienios en la dcada de 1790 yacompaante de mdico, aunque nunca lleg a formar parte del discretorio, osea, del grupo en el que se discuta los asuntos de la comunidad. Esta mujer,medio seglar (35 aos), medio monja (23), muri de madrugada en su celda, elmartes 9 de agosto de 1801 con 58 aos, en pleno periodo de fiebre amarilla2.

    2. Las distintas publicaciones

    Ahora bien, cuando se edit el texto del presente objeto de nuestro estudio,ni la autora, ni tampoco su impresor anotaron fecha alguna en la dicha publica-cin3. Sin embargo, el lugar de la edicin, la imprenta de Josef Niel situada en

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    1 La Novena presentada a la censura eclesistica en diciembre de 1777 se termina por una antfonay una oracin en latn lo que permite afirmar que lo escriba antes de entrar en clausura. Novena al San-to Cristo de la Esperanza que se venera en el Convento de Santa Mara de la ciudad de Cdiz, com-puesta por una Persona devota de esta Venerable Imagen. D. Manuel Espinosa de los Monteros Impre-sor de la Real Marina, Cdiz, 1778. (48 pp.) Segn las informaciones dadas por N. M. Cambiaso, suprimer bigrafo, Mara Gertrudis Hore saba muy bien el latn. N. M. CAMBIASO, Memorias para labiografa y para la bibliografa de la isla de Cdiz, II, Madrid, 1830, pp. 72-73.

    2 Frdrique MORAND, Sor Mara Gertrudis de la Cruz Hore (1742-1801): ltimos hallazgos so-bre la epidemia que asol Cdiz, en Trocadero, 16 (2004), 103-123.

    3 Traduccin del Hymno Stabat Mater Glosado, que hace la R. M. Doa Mara Gertrudis de laCruz Hore, Religiosa del Convento de Santa Mara de Cdiz. Con Licencia: En Cdiz, por Don JosefNiel, Calle San Francisco. 13 pginas en 8., inclusa la portada. No hay fecha. Segn las informaciones

  • la Calle San Francisco, permita precisar algo ms. Interesndome en los edito-res gaditanos, me di cuenta de que ste se instal en dicha calle en 1787, lo quereduca de algunos aos el momento de la creacin, sin lugar a duda tarda,del Stabat Mater traducido y glosado por la erudita monja4.

    Este texto fue el ms conocido y el ms reconocido de todas sus composi-ciones religiosas (Novena, Quinario, Deprecacin a Mara Santsima...): prime-ro, fue publicado en Cdiz por la autora, en Barcelona se publicaron extractos acargo de Fray Beato Diego y, de nuevo fue editado en la ciudad barcelonesa en1863 en la revista el Ao Cristiano del Padre Jean Croisset y, por fin, se publicen Sevilla en 1921 en La voz de San Antonio5. En cuanto a la publicacin deFray Diego, sabiendo que pas por el monasterio de Santa Mara a predicar en1798, conociendo la presencia de un bonito retrato suyo en el coro bajo, ascomo la conservacin por la actual comunidad del crucifijo con el que predi-cando recorra las calles de Cdiz (segn deca siempre Madre Esperanza), esde suponer que el dicho Stabat Mater sali a la luz en Cdiz entre 1787 y 1798.

    3. La crtica franciscana

    Tras consultar la antologa franciscana de referencia de Samuel Eijan, me dicuenta de que Sor Mara Gertrudis de la Cruz Hore irrumpa sola en el seno dela comunidad potica franciscana en medio de un auditorio masculino6. Era lanica poetisa de la segunda mitad del siglo XVIII reconocida como erudita dig-na de representar la lrica serfica espaola en aquella poca:

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    dadas por M. SERRANO Y SANZ, Apuntes para una biblioteca de Escritoras Espaolas desde el ao1401 al 1833, Madrid, 1975, p. 532. El original podra estar todava en una fundacin privada de Nue-va York: Cruz y Hore en The Hispanic society of America, Catalogue of the Library, Vol. 3 (Cat-Dia), Massachusetts, 1962.

    4 Jos CEBRIN GARCA, D. Luis de Luque y Leyva y sus imprentas, contribucin al estudio de latipografa gaditana del siglo XVIII, Caja de Ahorros de Jerez de la Frontera, 1985, pp. 22-23.

    5 El texto del Stabat al que tuve acceso est en la Biblioteca Pontificia de la Universidad de Co-millas; es la reedicin del Stabatde Mara Gertrudis Hore en Ao Cristiano, II, Madrid 1863, pp.278-287. La publicacin del Beato Diego la localic en la Biblioteca Nacional de Madrid: en el lomode este libro en 4 slo est escrito: Beato Diego J. de Cdiz pero al abrirlo se descubre la autora: Sta-bat Mater glosado: y traduccin, que hizo del mismo. La R.M. Doa Mara Gertrudis de la Cruz yHore, Religiosa del Convento de Sta. Mara de Cdiz, Barcelona, s.f. Localic tambin en el Archivodel Convento de San Antonio de Sevilla algunos extractos publicados por F. Pedro P. HERNNDEZO.F.M, en La Voz de San Antonio, 26 (1921), 328-331. Aprovecho la publicacin para dar las gracias ala comunidad de Franciscanos de Sevilla, cuyo archivo no est abierto al pblico, y en especial al PadreHerms Jildo Zamora, monje bibliotecario por sus valiosos consejos, y esta tarde inolvidable. V. Apn-dice.

    6 Samuel EIJAN, Nuestros juglares del Seor. La poesa franciscana en Espaa Portugal y Amri-ca. (Siglos XIII a XIX), Santiago, 1935, p. 371.

  • Nuestra ilustre poetisa, al tomar la pluma (...) la mueve con igual soltura y elegancia es-cribiendo en latn que en castellano. Prueba elocuentsima de ello (...) la Traduccin delHimno Stabat Mater. Dicho Stabat Mater Glosado, es, en efecto, traduccin muy felizde la glosa al Stabat, hecha en latn por ella misma. No slo sigue all la idea del BenitoJacopone, sino que le imita en la mtrica y en el estilo. (...) armoniza en su pluma la flui-dez jugosa del lenguaje, las delicadezas de la observacin psicolgica y las ternuras delsentimiento (...)7.

    Ningn crtico literario en la actualidad, por no interesarse nunca en la poe-sa religiosa de Sor Mara de la Cruz, tena constancia de estas reediciones, nitampoco de los ecos de su xito como escritora franciscana en las ltimas dca-das del Setecientos. El mejor conocimiento de los frailes, muy probablementepor herencia generacional, de las creaciones religiosas de Sor Gertrudis, no de-jaba lugar a duda. Como subray el padre Samuel Eijan, ella imit el poemaoriginal del Stabat atribuido, aunque se siga cuestionando la autora, a Jaco-pone da Todi, sigui la idea del monje franciscano y le imit en el estilo y lamtrica. Exalt el dolor y la pasin, respald la nocin de cultura femeninadesenvolvindose en el lugar idneo para defender su posicin marianista.Monja concepcionista, cuyo hbito y cerleo manto recordaba las representa-ciones pictricas de la virgen Mara en la Edad Media, eligi desplazar el cris-tocentrismo de la liturgia imperante a favor de un referente femenino8, sinfaltar nunca al debido respeto hacia la jerarqua eclesistica. Si bien es cierto, afinales del siglo XVIII haba libertad para hablar de la Virgen Mara, el tema se-gua cargado de valor simblico y poltico. Mara Gertrudis desafi, en ciertomodo, el poder masculino tal y como lo hizo en sus orgenes la fundadora deesta original orden femenina al pedir regla propia para sus hermanas9.

    4. La polmica sobre la Virgen Mara

    No poda pasar por alto el largo proceso al que fue sometido el dogma de laInmaculada Concepcin durante siglos: a partir del siglo IV las escrituras em-

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    7 Cito en nota de pie de pgina las reediciones de 1863 y 1921. Ibidem, pp. 404-405.8 V. El excelente artculo de ngela MUOZ FERNNDEZ, El monacato como espacio de cultura

    femenina. A propsito de la Inmaculada Concepcin de Mara y la representacin de la sexuacin fe-menina, en Pautas histricas de sociabilidad femenina. Rituales y modelos de representacin, Uni-versidad de Cdiz 1999, pp. 71-89. De la misma autora: Acciones e intenciones de mujeres en la vidareligiosa de los siglos XV y XVI, Madrid 1995.

    9 Desde su origen la Iglesia prefiri relacionar a estas nuevas monjas con alguna orden masculi-na ya establecida, principalmente los franciscanos y los cistercienses (Beatriz de Silva, la fundadora,vivi cuarenta aos en el monasterio cisterciense de Santo Domingo); adems, las Concepcionistascomo se llaman ahora (O.I.C), conocieron influencias de otras rdenes durante los difciles momentosde las primeras fundaciones (Benedictinos, Jernimos). V. Otro excelente estudio. Mara del Mar GRA-A CID, Beatriz de Silva (ca. 1426-ca.1491), Madrid, 2005 (93 pp.).

  • pezaron a referirse a la Virgen con el ttulo griego de Theotokos (Madre deDios). El concilio de feso (431), tercer concilio ecumnico de la Iglesia cris-tiana, lo confirm de forma solemne poniendo fin a la controversia provocadapor el monje Nestorio (fallecido c. 451), el que insista en que Mara era madrede Jess y no de Dios. Sin duda el franciscano Duns Scoto (h. 1266-1308), elDoctor sutil, fue quien ms revel y exalt con entusiasmo la opinin de laConcepcin Inmaculada. En el siglo XV el Papa Eugenio IV (1431-1447) pro-puso legitimar el culto a la Virgen Mara pero la proposicin no se adopt deforma oficial. En el Concilio de Basilea (1431-1449), sesin XXXVI, el Papaexamin esta situacin y declar que la opinin piadosa estaba conforme a lasSantas Escrituras y que haba de ser adoptada y sostenida por los fieles10. Lafiesta de la Concepcin, llamada por algunos la fiesta de la Santificacin, fuede observancia libre hasta el decreto de este concilio. Finalmente, Sixto IV laorden por medio de constituciones en los aos 1476 y 1483. Po V, por suconstitucin de 1570, declar dejar la libertad a cada uno de tener acerca deello la opinin que creyese la ms piadosa o la ms probable. Alejandro VIIconfirm las constituciones de Sixto IV por una bula de 8 de diciembre de166111.

    Ahora bien, uno de los argumentos utilizados por Sor Mara de la CruzHore para defender el culto a la Santsima Virgen se apoyaba en la proposicindefendida por la Universidad de Pars, en aquel entonces Colegio de Teologay alta autoridad muy respetada: a fines del siglo XVI, el Jesuita Juan Maldona-do, habiendo agitado la cuestin de la Concepcin Inmaculada de la Virgen,tratndola como un problema, incomod profundamente a los telogos de Pa-rs. El rector de la Sorbona dio sus quejas a Pedro de Gondi, obispo de la ciu-dad, quien se declar a favor de Maldonado. Este telogo espaol, nacido en1534, haba sido acusado de hereja por la universidad por haber enseado queno era de fe el decir que la Virgen haba sido concebida sin pecado. Sin embar-go, la facultad de teologa consultada por el obispo de Pars se hallaba divididaal sostener los unos que la opinin de la Inmaculada Concepcin era de fe, ylos otros considerndola slo una opinin piadosa12. El obispo pronunci sen-tencia de absolucin a favor de Maldonado el da 17 de enero de 1575. El PapaGregorio XIII (1572-1585) confirm la sentencia y, desde aquel tiempo, se

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    10 Josef MUOZ, Sermn de la concepcin Inmaculada de Mara SS.ma, Madre de dios y seoranuestra predicado en la iglesia del convento de Sta. M. de esta ciudad de Cdiz el da 12 de diciembrede 1781, asistiendo el Illmo. cabildo Eclesistico, y el Excmo Ayuntamiento, en cumplimiento del Votoperpetuo hecho en el Ao de 1654 cuando con la mayor solemnidad juraron en la misma Iglesia serconstantes defensores de la Pureza Original, Cdiz, 1781, p. 17.

    11 Lus MORERI, El Gran Diccionario Histrico o Miscelnea curiosa de la Historia Sagrada yprofana, III (Primera Parte), Pars 1753, p. 285. Sor Gertrudis posea en su celda este diccionario (10volmenes), pero no se conserva hoy en la Biblioteca conventual.

    12 Ibidem, p. 285.

  • sostiene comnmente la opinin de la Concepcin Inmaculada, mas no comoun punto de fe13.

    B) EVOLUCIN DE UN TEXTO DEL S. XIII AL GUSTO DEL S. XVIII

    Tras recordar las grandes lneas acerca de la legitimidad del culto, y en espe-cial la polmica debatida en la Sorbona, consideramos esta composicin delStabat, creada en el siglo XIII quizs por este monje italiano y su re-creacin,mezcla de versos y prosa a finales del Setecientos, por esta monja de velo ne-gro, Sor Mara de la Cruz Hore.

    En primer lugar, acordmonos que la esttica del siglo XVIII fue confronta-da al problema de la imitacin: la imitacin que reproduca las apariencias delmodelo, copindolo, y la imitacin ideal que pretenda superar el modelo.Para Diderot, la mimesis, cuyo debate inici Platn en sus libros III y X de laRepblica, estaba ligada a una experimentacin incesante, presupona una diso-ciacin previa de sus principios para, luego, restaurarlos. ste era el procedi-miento analtico caracterstico de la filosofa de las Luces. Imitar invitaba al re-cuerdo, reavivaba la memoria, pero no era suficiente, haba que pulir, de formasensible, el contenido espiritual del texto para superar el modelo, ofrecer nove-dades de inters.

    Para Sor Gertrudis, la novedad tuvo una clara voluntad de extensin, apoyoy reconocimiento al culto a la Inmaculada Concepcin a finales de la centuria.El texto se adaptaba a las directivas dieciochescas encomendadas por Benedic-to XIII (1724-1730) al instituir este Papa una segunda fiesta anual de los SieteDolores de Mara Santsima el Viernes de la semana de Pasin (la otra el 15 deseptiembre), adems de presentar el Stabat como himno y secuencia, algopoco presente en la liturgia antes de la promulgacin de esta Bula papal. Cabedestacar que el Stabat Mater estaba incluido en Misales europeos desde el si-glo XV pero que no se introdujo en el Breviario Romano ingls (Roman Bre-viary and Missal) antes de 172714. Por tanto, la imitacin en el siglo XVIII deeste escrito del siglo XIII ofreca una nueva relacin con el texto modificandoel valor, el sentido y la utilizacin del modelo para adaptarle a las nuevas exi-gencias del llamado Siglo Ilustrado. Este proceso permita profundizar en laconciencia histrica y recordaba el lugar ocupado por la Virgen Mara en laIglesia, un espacio por el que todava haba que luchar, un espacio que defendi

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    13 Ibidem, VI, pp. 77-78.14 El canto de la secuencia del Stabat fue desde aquel entonces obligatorio. Salvador LPEZ,

    El Himno Stabat Mater Dolorosa traducido en verso y explicado por la sagrada escritura y SS.PP.,Mlaga, 1849, pp. 5-7. Silvie MAMY, Le Stabat Mater au Concert spirituel, en Studi Pergolesiania,III, (1999) 235-250.

  • Sor Gertrudis con vehemencia ilustrando sus convicciones con comentarios yreflexiones hechas por eminentes Doctores de la Iglesia a lo largo de la historia.

    1. Estafa literariaAl menos eso pensaba antes de dar con el tomo III del Ao Cristiano publi-

    cado en 1791, obra traducida del francs, aadido con la traduccin exacta delas Epstolas, Evangelios, Reflexiones y Meditaciones por Juan Julin Capa-rrs, capelln del monasterio de religiosas Agustinas de Santa Mara Magdale-na de Madrid.

    Saba, gracias al inventario post mortem conservado en el Archivo conven-tual, que Mara Gertrudis estuvo en posesin de una coleccin no completa delAo Cristiano, esta misma revista en la que localic la reedicin de su traduc-cin y glosa al Stabat, en 1863, ms de medio siglo tras la muerte de la poetisa.Pues bien, hace poco, a peticin Sor Mara Luz Surez, la actual abadesa, mevine a Cdiz para organizar la biblioteca del Monasterio en el que Sor Gertrudisvivi sus ltimos veintitrs aos. Atenta a los numerosos volmenes conserva-dos en la Biblioteca, catalogando y hojeando cada obra, volv a dar con trece to-mos de la primera edicin de Benito Cano de la revista Ao Cristiano de 1791,adems del tomo I del Suplemento de diciembre de 179315.

    Si bien es cierto, al consultar ediciones del siglo XIX, haba comprobado que laorganizacin del Stabat Mater compuesto por Sor Gertrudis era idntica a la es-tructura utilizada en estas publicaciones decimonnicas (Reflexiones, Meditacio-nes, Punto primero, Punto Segundo, Propsitos), hasta hace poco no haba tenidola oportunidad de consultar la primera edicin en espaol de finales del sigloXVIII, o sea, cuando Sor Gertrudis public, a mi parecer, esta creacin. Por otraparte, me di cuenta de que las publicaciones de finales de la centuria estaban com-puestas nicamente de textos en prosa, mientras que las del siglo XIX, entrecorta-ban sus distintas reflexiones con poesas sagradas, tal y como Sor Gertrudis habadecidido organizar su creacin ya a finales del siglo XVIII. No obstante, cual fuemi sorpresa al consultar ms detenidamente el dicho tomo tercero, el que empeza-ba desde el Domingo de Pasin hasta el de la Pascua de Resurreccin: al apartadoViernes de la semana de Pasin descubra, algo aturdida, la glosa al Stabat consus Reflexiones, Meditaciones, Punto primero, Punto segundo, Propsitos16, idn-

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    15 Estn los tomos I, II, III, IV y V traducidos del francs (de la obra del Padre Jean Croisset) alcastellano por el Doctor don Joaqun Castellot, y los nmeros de febrero, de abril a julio, de octubre adiciembre traducido al castellano por el Padre Joseph Francisco de Isla, catorce tomos en buen estadode conservacin.

    16 Ao Cristiano o ejercicios devotos para todos los domingos, da de Cuaresma y fiestas mvilesdel ao, III, (1791) 112-120.

  • ticos o casi idnticos a los publicados por la Madre Cruz: al leer los puntos pri-mero y segundo de su Meditacin De los Dolores de la Santsima Virgen noencontr variaciones algunas entre los dos textos, sin embargo, en el punto dosde sus Propsitos pude apreciar, a mi juicio, algunas correcciones hechas porMara Gertrudis.

    La primera, cuando el autor de la revista dieciochesca anim a sus lectores arezar hasta el Viernes Santo, el Himno Stabat Mater Dolorosa: Propn ha-cerlo desde hoy infaltablemente17, escribi ste mientras que Sor Gertrudistuvo la deferencia de enmendar la incorreccin, sustituyndola por un sin fal-ta. Algunas lneas ms abajo, en el Ao Cristiano estaba escrito: medita unmisterio a cada decena del Rosario; Mara Gertrudis prefiri decirlo con algoms de precisin cambiando cada decena por cada diez. stas eran las ni-cas diferencias entre las dos publicaciones. Tal vez, ahora, pueda estrechar anms la publicacin de este texto sin fecha entre finales de 1791 y 1798. Sin em-bargo, ms importante que el posible perodo de publicacin, aunque de inters,era el hallazgo de su inesperada actitud literaria.

    Mi primer pensamiento fue que Mara Gertrudis haba sencillamente copia-do las ocho pginas del texto en prosa de esta publicacin madrilea que ellasaba de difcil adquisicin, tanto por el escaso nmero de lectores (aunque talvez no tanto en Cdiz) como por el precio de estos libros de pasta buena. El eru-dito gaditano Sebastin Martnez, como Sor Gertrudis en su celda, posea la re-vista Ao Cristiano del padre Jean Croisset18, aunque ella lo tuviera incomple-to, tal y como lo descubr en su monasterio. Me pareca difcil pensar queeste tercer tomo, que tuve el privilegio de manejar en la mismsima clausura, nofuera el que utiliz la gaditana para componer esta creacin cuyo encanto, he dedecirlo, acababa de desvanecerse, aunque slo fuese en parte.

    Primero, porque desde la perspectiva dieciochesca la nocin de plagio nome pareca tan clara: era una especie de crimen literario eso s, pero para lospedantes, envidiosos y tontos que perseguan en pleito a los escritores famo-sos, un simple hurto de pensamientos, segn dijo Monsieur Marmontel, aun-que se distingua el timo con ms o menos intensidad si fuera el de un autor an-tiguo o moderno, extranjero o compatriota, muerto o vivo19. En este caso, SorGertrudis us el texto de otro, compatriota vivo, sin mencionarlo y poco des-pus de su publicacin, es decir que se encontraba en una de las peores situa-ciones literarias para un amante de las Letras. El silencio y la intencin de darpor suyo lo que se ha copiado de otro responda a la definicin de plagio, segn

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    17 Ibidem, 119.18 A. GARCA-BARQUERO GONZLEZ, Libro y cultura burguesa en Cdiz: La biblioteca de Sebas-

    tin Martnez, Cdiz, 1988, pp. 45-46 y 49.19 DIDEROT y DALEMBERT, en Encyclopdie ou dictionnaire raisonn des sciences, des arts et des

    mtiers, par une societ de gens de lettres, VIII, (1751-1766), fol. 567.

  • Jean-Michel Brutus, erudito veneciano del siglo XVI20. Pierre Bayle (1647-1706), en su Dictionnaire historique et critique (1696), consideraba el plagiocomo un defecto moral y un autntico pecado.

    Sin embargo, Fontenelle dijo que una verdad no pertenece al que la en-cuentra, sino al que la nombra y, con mayor motivo cuando el pensamientopertinente del autor, oscurecido por la difcil divulgacin de una edicin inacce-sible para la mayora de los creyentes, no permita sacar mayor provecho deldiscurso de su autor. Sor Gertrudis hizo suyas las palabras de Molire cuandodijo: Recojo mi bien donde lo encuentro21, como hizo suyas las Reflexionesy Meditaciones del Padre Joaqun Castellot que, probablemente, no hubiesenatravesado los dos ltimos siglos para llegar hasta nuestros das si no hubiesensido recorridas por la astuta monja. Marmontel compar el derecho en literatu-ra al derecho pblico, a la propiedad de un terreno cuya funcin era el cultivo:si el propietario lo abandonaba a su suerte, la sociedad tena derecho de exigirde l que lo cediera o bien que lo hiciera prosperar. Pues, en literatura, ocurralo mismo: una idea fecunda era como un bien comn que se ofreca al primeroque sabra hacerla brotar, progresar y, en este caso, aunque la autora no llegnunca a celebrarlo, culminar con el reconocimiento del dogma, el 8 de diciem-bre de 185422.

    Pero, dnde termina y dnde comienza la obligacin de confesar su plagio?Mara Gertrudis copi la glosa del Viernes de Pasin, sin embargo, la combincon nuevos elementos litrgicos, dando valor y fuerza a esa prosa ajena; no va-cil a la hora de firmar su creacin aunque, probablemente, no quiso poner fe-cha a su publicacin por no interferir con la del Ao Cristiano, siendo sucomposicin sin duda cercana a esta publicacin religiosa.

    Hecho curioso, o simplemente descuido histrico, a lo largo de las edicionesde este texto nunca se mencion el hurto, quizs, porque nadie hasta hoy se ha-ba percatado o, quizs, porque al fin y al cabo no tena tanta importancia.Cuntos autores famosos deben su fortuna a oscuros escritores que nunca semolestaron en mencionarles? Los autores griegos se plagiaron los unos a losotros, fue costumbre de todos los pases y de todos los tiempos, y ms ancuando el texto era de carcter religioso: a lo largo de la historia, los padres dela Iglesia no hicieron ms que sacar ideas de los escritos de los dems, algomuy habitual en todas las religiones23. Segn la definicin de plagio de Mar-montel, los pedantes tenan la vanidad de mostrar erudicin al descubrir el hur-to literario y los envidiosos el placer de pensar humillar a los grandes24. Por

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    20 Ibidem, XII, fol. 679.21 Ibidem, Suppl. IV. de las tablas de Panckoucke, fols. 388-390.22 Ibidem, VIII, fol. 567.23 Ibidem, V, fol. 829.24 Ibidem, VIII, fol. 567.

  • tanto, ella se consider una copista servil y prefiri callar su superchera, o nolo confes porque no pensaba serlo? A mi parecer, dio a ese texto en prosa suverdadera dimensin: por su disposicin, exalt una idea que no era propia, escierto, pero ofrecindole, sin embargo, una nueva existencia25. Sin esa intrusinliteraria de Sor Mara Gertrudis de la Cruz Hore, sin ese maquiavelismo retrico,este erudito e interesante texto se hubiese quedado en el olvido para siempre. Escierto que su creacin tuviera mayor valor y ms modestia si slo hubiese sidoescrito por ella, sin embargo, si se apropi la glosa era de suponer que este dis-curso le conmovi, le pareci muy ajustado para alabar a la Virgen Mara y con-forme a su pensamiento. Para que dejar de expresar lo que uno piensa, slo por-que otros ya lo han pensado? En palabras de Marmontel, el verdadero plagio, erael que el pblico no aprobaba, el que no produca utilidad alguna, ni placer nue-vo. El campo de la invencin tiene sus lmites y lo importante para el lector resi-de en el punto de encuentro con un tema entraable. Por tanto, y pese al descu-brimiento de su maniobra literaria, tras estudiar detenidamente la composicinen su totalidad, as como consultar varios nmeros del Ao Cristiano publicadosen los siglos XVIII y XIX, me pareca que Sor Gertrudis haba alentado el gne-ro, al menos en cuanto a la estructura de la composicin del Stabat, al reunirpoemas sagrados con la llamada literatura del sentimiento religioso.

    Su originalidad, pese a la imitacin servil en la glosa, se deba a un acto defusin entre la liturgia adoptada por la publicacin el Ao Cristiano para elViernes de Pasin, segn el Evangelio, y el uso del Misal Latino Romano parala Fiesta de la Virgen de los Siete Dolores celebrada el 15 de septiembre26. Ma-ra Gertrudis recuperaba algo de la literatura medieval en la que la poesa era elelemento fundamental de la creacin, a la vez que estrechaba su relacin con lamsica y el canto gregoriano, el elemento monstico por excelencia en el desa-rrollo de la poesa sagrada, de los himnos y de las secuencias. Acababa de en-trometerse en el campo de la retrica intangible, incorporando sus plegarias a lamsica sacra, estrechando dos tiempos litrgicos habitualmente distantes.

    2. La organizacin del Sabat: entre Ao Cristiano y Misal Romano

    Descubrimos ms detenidamente la disposicin y estructura de esta compo-sicin entre traduccin y plagio, una combinacin de literatura moral con altogrado de religiosidad, un juego dramtico por medio de la liturgia y de los mis-terios latinos hbilmente integrado por esta gaditana.

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    25 Ibidem, Suppl. IV. de las tablas de Panckoucke, fol. 388.26 Liber Usualis Missae et Officii pro dominicis et Festis cum Cantu Gregoriano ex editiones Vati-

    cana Adamussim Excerpto et rhytmicis signis in subsidium cantorum a solesmensibus monachis, Ro-mae 1936.

  • 2.1. El Himno a Vspera

    Primero, Sor Gertrudis eligi traducir el poema latn llamado Himno a Vs-pera, o sea, parte del oficio divino o del breviario (hoy da llamado liturgia delas Horas). ste se cantaba o se recitaba por la tarde a la puesta del sol o des-pus de cenar y, segn el ritual eclesistico, se distingua las primeras vsperasde las segundas. Era de suponer que se trataban de las primeras, las que se can-taban la vspera y abran la fiesta, dado que las segundas las terminaban. Esteoficio fue instaurado en la Iglesia desde la Antigedad. Segn la tradicin, serecitaban varios salmos y se entremezclaban con rezos. Estructuradas del mis-mo modo que laudes (consista en tres o cuatro salmos y en una lectura seguidade un cntico), las vsperas fueron instituidas para honrar la memoria de la se-pultura de Jesucristo o su bajada de la Cruz y solan terminarse por la recitacinde la oracin dominical. Adoptando el canon, Sor Gertrudis empez por elHimno, abri, protegida por la oscuridad de la noche, su defensa y elogio de laVirgen Mara recordando la Pasin de Cristo. No eligi el himno ms utilizadoen la oracin de la Iglesia, el Magnificat o cntico a Mara (Lc. 1, 47-55), en subsqueda espiritual de la Virgen sin pecado concebida, sino seal, naturalmen-te, el Centro de la Salvacin y record al Hijo cuando carg con la cruz (Jn.19,17), a Jess clavado en la cruz (Lc. 23, 33) y cuando muri en la cruz (Mc.15, 37) en presencia de su madre27.

    2.2. La Misa en honor de los siete dolores de la Virgen

    Al terminar la traduccin de su primer cntico, sigui el Evangelio de Lu-cas, el que recoga mayor informacin sobre la Virgen28, aludi a la profeca deSimen, hombre justo y temeroso de Dios, que profetiz lo que le sucedieracuando, cuarenta das despus del nacimiento de Jess, queriendo satisfacer alos preceptos de la Ley, la Virgen se fue al templo para presentarle a su hijo (Lc.2, 25-35). En el Misal Romano aparece como la primera oracin del Viernes dePasin tras el Introito Joann 19, 2529, as como durante los Dolores gloriosos dela Santsima Virgen celebrados el 15 de septiembre. La oracin en latn del pro-feta Simen formaba parte de la Sequentia Stabat Mater en msica, tal y

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    27 Para escribir este artculo hice ampliamente uso de la Biblia didctica de la Casa de la Biblia,ed. Sgueme, Madrid, 1996, (816 pp.) as como del libro de Santiago MARTN, El evangelio secreto dela Virgen Mara, Barcelona, 2004 (265 pp.). Agradezco a Sebastin Rosado y Joaquina Snchez porofrecerme su Biblia.

    28 La Anunciacin del ngel Gabriel a Mara (Lc. 1, 27-38), la visita a Isabel, madre de Juan elBautista y pariente, el himno de Mara, el Magnficat (Lc. 39-56).

    29 PP. P. RAMBLA y J. ARRUFAT, Misal romano serfico latino espaol o sea misal de las rdenesfranciscanas, Barcelona, 1930, p. 262.

  • como se practicaba antes del Concilio Vaticano II, en tiempo de Pasin30. Estaoracin se encontraba tambin en la publicacin de 1791 del Ao Cristiano conalgunas, aunque escasas, variaciones en la traduccin, adems de otra oracinde la que Sor Gertrudis decidi prescindir31.

    2.3. La Epstola es del captulo XIII del libro de Judit

    Antes de introducir las Reflexiones del Ao Cristiano, Mara Gertrudis tra-dujo la Epstola del captulo XIII del libro de Judit, extrado de uno de lossiete libros deuterocannicos del Antiguo Testamento, mientras que la eleccinms habitual para este perodo de luto, en el que todas las oraciones de la Igle-sia indicaban dolor y afliccin, era la profeca de Jeremas, figura al parecer lams propia, tanto de los dolores de Jesucristo en su Pasin, como de las desdi-chas causadas por los pecados cometidos32.

    La eleccin del captulo XIII, de este libro compuesto por XV, narraba elmomento en el que Judit se dispona, tras la embriaguez de Holofernes, a cor-tarle la cabeza. Ella fue el instrumento de Dios: sedujo y, luego asesin al gene-ral asirio. Holofernes era la sntesis de las potencias del Mal mientras que Judit,la juda, era la mujer a travs de la que llegaba la salvacin. La figura de Juditfloreci en el arte europeo a partir del Renacimiento. Era de sobra conocido elcuadro de Carlo Saraceni (h. 1612) en el que la herona enseaba su cabeza cor-tada o, quizs, ms representativo de la eleccin de la poetisa, el de Sandro Bot-ticelli titulado Judit regresando de Betulia, cuya sorprendente delicadezarompa con la armona mujeril de esta fmina a la espada asesina.

    Mara Gertrudis eligi una de las cuatro Narraciones didcticas entradas enel canon cristiano slo a finales del siglo I y en absoluto el Libro profticos deJeremas como en el Ao Cristiano33. La eleccin de Judit, alzando la figura fe-menina de esta joven viuda independiente y muy religiosa, totalmente entrega-da al Dios de Israel como intercesora en esta gran victoria, reflejaba su firmevoluntad: destacar la importancia del referente femenino en este camino haciaDios, apartndose de las lamentaciones de Jeremas y adoptando el oficio musi-

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    30 Despus del Concilio Vaticano II se suprimi el viernes de Dolores, una semana antes de Sema-na Santa, y desde hace poco de nuevo se practica para la Fiesta de los Siete Dolores, o las vsperas parala Fiesta despus del domingo de Pasin, segn el Misal Latno del Vaticano. Liber Usualis Missae...,p. 1422.

    31 Ao Cristiano..., III, 110.32 Ibidem, 1-2.33 La autenticidad de esta Narracin fue muy contestada a lo largo de la historia. San Agustn en el

    libro dos, captulo ocho, de la Doctrina cristiana lo recibi como canon. Finalmente, fue incluido en elcanon bblico de la Iglesia catlica en 1546 zanjando as doce siglos de polmica en relacin con su in-clusin en la Biblia. Encyclopdie, IX, fol. 4 y XVI, fol. 365. Supl., III, fol. 445.

  • cal en vigor para la Fiesta de los Siete Dolores del 15 de septiembre, es decirdespus de la Cuaresma y, por tanto, a mi parecer, con cierto toque de alegrapor la Resurreccin del Salvador, una plegaria llena de Esperanza, aunque sinalleluias.

    Si seguimos la lectura del Misal Romano, al igual que en la composicin deSor Gertrudis, apareca el apartado Lectio libri Judiht 1334. Su eleccin, tradu-cir la Epstola del captulo XIII del libro de Judit, se apartaba claramente de laestructura litrgica habitual en la poca. Apost por una fusin literaria y musi-cal profundamente femenina. No me caba la menor duda al considerar la elec-cin del autor del Ao Cristiano, captulo diecisiete del profeta Jeremas segnel Evangelio, del que no quedaba rastro alguno en la creacin de Sor Gertru-dis35. Ella prefiri introducir ese Oremus recogido en el Misal Romano justoantes del canto Doloroso et lacrimabilis es Virgo Maria stans juxta crucem...36,dando una clara direccin inmaculista a su creacin, combinando las ltimasdirectrices cismontanas con la liturgia imperante y su vertiente musical, unamanera sin duda ms personal de acercarse a Dios y a su Madre. La msicaocupaba un lugar importante en el ritual religioso, favoreca el acercamiento alo sobrenatural y Mara Gertrudis, muy aficionada a la msica, lo saba bien37.Si la funcin de la msica llamada religiosa consista en establecer vnculos es-peciales con los fieles, aunque en este caso sin sonido, que sepamos, pero conel ritmo, su relacin con la divinidad trascenda el Verbo e invitaba a la fusin.Sin duda influenciada por la literatura medieval en la que las virtudes de la m-sica y de la retrica unan ciencia del lenguaje y creacin potica, su concep-cin litrgica meditativa tenda al anlisis e unificaba el oficio en una sola di-reccin substancialmente femenina. La slida formacin musical de SorGertrudis me pareca el elemento a tener en cuenta a la hora de estudiar estetexto impregnado de su experiencia tanto lrica como religiosa. Tampoco mepareca improcedente creer que las monjas representaron en la iglesia de SantaMara dicha plegara en alabanza a la Virgen Mara, con o sin presencia de p-blico gaditano, durante uno o quizs varios das38.

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    34 Liber Usualis..., pp. 1631-1632.35 Ao Cristiano..., III, 111.36 Liber Usualis Missae ..., p. 1633.37 De los Gaditanos de que hemos escrito y que han sido Profesores o aficionados a los Nobles

    Artes, o a la Msica: Mara Gertrudis Hore = Msica, N. M. DE CAMBIASO, Op. cit., III, pp. 177-178.38 Representar el Stabaten el Altar Mayor de la iglesia conventual, un proyecto en colaboracin

    con las monjas de Santa Mara, la ayuda de Sonia Jimnez Romero (Sor Gertrudis) y Delicia CebrinLpez (Narradora) de la Universidad Complutense de Madrid que esperamos llevar a bien a finales deseptiembre de 2006 con la ayuda de la Delegacin de Cultura de Cdiz.

  • 2.4. Las Reflexiones

    Sor Mara de la Cruz abandon la traduccin del Misal por un momento.Cogi el Ao Cristiano y copi las Reflexiones y Meditaciones como sifuese ella la autora. Hizo suyas la ocho pginas de esta literatura polmica lla-mada literatura del sentimiento religioso, cuyo tema principal era la relacindel ser humano con Dios a travs del rezo y de la expresin de un yo siempreconfiado y entregado. El declive de esta literatura fue uno de los signos de ladecadencia del movimiento espiritual en el mundo de los seglares. Por tanto, supresencia en el repertorio espaol a finales del Setecientos revelaba, o al menoseso pretenda, una fe profunda, latente en esta singular poetisa gaditana. SorMara de la Cruz manifestaba al pblico lector su originalidad hacia el Creadory su Madre, en esta poca descalificada en numerosas ocasiones por ser culpa-ble de sentimientos profanos y menosprecio a la Iglesia. No obstante, durante elreinado de Felipe II, a diferencia de Francia, la realeza espaola se apoder delos decretos del Concilio de Trento y encabez la Contrarreforma catlica mili-tante, otorgndose privilegios antes reservados a los prelados: la eleccin de losObispos (nombrados por el Rey), los derechos de patronato (prerrogativa real),y la reforma de las rdenes militares y religiosas, por citar slo algunos39.

    A mi parecer, la realizacin de esta devota publicacin de xito podra co-rresponder con la necesidad de cumplir con un acto oficial y, en especial para lafiesta de la Concepcin (advocacin del monasterio) o, tal vez, fuera una peti-cin por parte de algn eclesistico la que invit a la Hija del Sol a crear estetexto devoto en perfecta adecuacin con el canon. Probablemente, no conozca-mos nunca la razn de esta creacin.

    Sin embargo, decidida a feminizar sus Reflexiones, al no elegir al profe-ta Jeremas, y con voluntad de pulir el gnero, Mara Gertrudis empez poruna frase en latn tal y como lo exiga el precepto: Non pepercisti anim tupropter angustias et tribulationem generis tui, sed subvenisti ruin ante cons-pectum Dei nostri. Nada puede aplicarse mejor a la santsima Virgen.... Mien-tras que en la publicacin del Ao Cristiano no apareca frase en latn alguna,como lo exiga el precepto, sino una en espaol relacionada con el profeta Je-remas: Todos los que te abandonan, sern confundidos. Del Seor es dequien habla el Profeta, y ninguna cosa puede aplicarse mejor a la santsimaVirgen...40.

    A travs de alusiones bblicas y contemporneas, inspirada por los Evan-gelios con parecer espontneo y pattico, al igual que en las Meditacio-

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    39 Ignacio FERNNDEZ TERRICABRIAS, Philippe II et la Contre-Rforme. Lglise espagnole l-heure du concile de Trente, Pars, 2001 (764 pp.).

    40 Ao Cristiano..., III (1791), 112.

  • nes de Lus de Granada, Mara Gertrudis hizo suyas las reflexiones y los co-mentarios eruditos (San Agustn, el Canciller de la Sorbona...) de este autorde finales del Setecientos. El texto copiado por la Madre Cruz invocaba a losPadres de la Iglesia, alegaba la veneracin a Mara para no perderse. Las ex-presiones patticas y el carcter espontneo de esta copia, en perfecta ade-cuacin con el gnero literario, se traducan por la acumulacin de signos deadmiracin:

    Qu expresiones tan nobles y tan patticas en sus escritos! Qu trminos tan enrgicosy tan expresivos! T, Virgen santa, eres despus de Jesucristo la nica esperanza de lospecadores, dice San Agustn41.

    Al estilo del exemplum medieval, unido a la predicacin y a la conversin, elautor buscaba la retrica de la persuasin, se diriga directamente a la VirgenMara citando a San Agustn (354-430). Luego, mencion a San Jernimo (c.345-419), cuya obra ms importante fue la Vulgata, traduccin de la Biblia enlatn. Para atestar del papel fundamental de intercesora de la Madre, cit a SanAnselmo (c. 1033-1109), quien en su bsqueda de la fe concluy su obra con elProslogium (1078), creacin que en el siglo XVIII lleg a conocerse como elargumento ontolgico de la existencia de Dios.

    En el contexto de estas reflexiones mariales, Sor Gertrudis pareca quererdesvelar sus conocimientos sobre la polmica, aludiendo al Canciller de laUniversidad de Pars, resaltando su apertura religiosa y literaria hacia elmundo:

    No temas excederte, deca el sabio Canciller de la universidad de Pars, mientras pon-gas a Mara debajo de Dios, y en la clase de las criaturas: no temas llevar demasiadoaltas sus alabanzas, o tus pensamientos: sabe solamente, lo que nadie ignora, que todoslos bienes que tiene vienen de Dios, y que no es rica sino de los bienes de su Hijo: estaverdad supuesta, no temas otra cosa al hablar de Mara, contina el mismo Doctor, sinodecir demasiado poco: por grande, por sublime que parezca lo que se dice, acurdateque es de la Madre de Dios de quien se habla, y as no temas decir cuanto quisieres. ElEvangelista slo dice de Mara que es Madre de Jess: y diciendo esto, lo ha dichotodo42.

    Estas palabras no fueron suyas pero, al igual que el autor, la poetisa no pare-ca querer entrar en la polmica, sino recordar las dos acepciones comunes desobra conocidas para hablar de Mara, como Madre de Dios y Madre de Je-ss. El juicio emitido por esta revista ya publicada, no ofreca peligro alguno ala hora de publicar su propia creacin.

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    41 Ao Cristiano (1863), 282-283.42 Ao Cristiano (1863), 282-283.

  • Si seguimos el hilo de su composicin, introdujo la Secuencia, la del Viernesde Pasin mientras en el Misal (p. 262) tras la Epstola, tenamos el Gradual(parte de la misa que se rezaba entre la epstola y el evangelio), el Tracto (vers-culos que se cantaban o rezaban antes del evangelio en la misa de ciertos das)y, finalmente, la Secuencia. Por otra parte, en el Ao Cristiano (p. 114) tena-mos antes de la Meditacin, y sin que aparezca Secuencia alguna, el captulo 11del Evangelio de San Juan, un episodio totalmente ausente de la composicinde Sor Gertrudis.

    2.5. El Stabat Mater dolorosa o Secuencia

    El centro de su creacin se hallaba, pues, en la traduccin del Stabat MaterDolorosa. Aquellos versos conferan el ttulo de su composicin y representa-ban una de las obras maestras del arte potico religioso medieval. Era un con-junto de frases acongojadas, de splicas dolorosas dirigidas a la afligida Madrede Jess, contemplndola al pie de la Cruz desde que le clavaron en ella hastaque expir. Inspirndose en el captulo 19, versculo 25 del Evangelio segnSan Juan, el Stabat Mater Dolorosa describa a Mara al pie de la cruz lo quele diferenciaba del Stabat Mater Speciosa desaparecido de los oficios y quedescriba a Mara delante de la cuna de Jess.

    Siguiendo las pautas de las poesas barrocas del sentimiento religioso, trasreflexionar en verso sobre la legitimidad de Mara, Sor Gertrudis retom, comoen el Ao Cristiano esta vez, el versculo sacado del Evangelio de San Juan:Estaban junto a la cruz...43. En el Misal Romano esa oracin en latn se prac-ticaba igualmente el Viernes de Pasin y corresponda al Introitus Ad Missam, osea al comienzo de la plegaria44.

    Difcilmente, el gnero literario poda separarse de las creaciones musicalesque le acompaaron. La secuencia era una forma de composicin litrgica mo-ndica que se expendi entre los siglos IX y XIV. El trmino tena dos acepcio-nes: por una parte, haca referencia a una adicin al canto del oficio litrgico(nacida en la baja Edad Media) mientras que su otra acepcin era estrictamentemusical y ms tarda. A finales del siglo XV, el poema se cantaba sobre una me-loda de coral y formaba parte integrante de la liturgia catlica. Por la belleza desu mtrica, su fuerza emocional, el texto invitaba a la creacin musical. Porello, acab transformndose en un gnero musical en s (Scarlatti, Haydn, Per-golesi, Schubert, Rossini, Dvork, etc.).

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    43 Ao Cristiano III, (1791), 313-314.44 PP. P. RAMBLA y J. ARRUFAT, Misal romano serfico latino espaol o sea misal de las rdenes

    franciscanas, editorial de arte catlico, Barcelona 1930, p. 262.

  • En perfecta armona con el canon, Mara Gertrudis eligi precisamente estaforma para traducir el Stabat. Aunque la palabra secuencia tenga dos acep-ciones, una musical y otra literaria, quiso, a mi juicio, poner de relieve el carc-ter musical de esta composicin. En su comienzo, la secuencia designaba cual-quier vocalizacin que segua el final de algunas frases y piezas litrgicas.Finalmente, el alleluia, larga vocalizacin, engendr hacia el siglo X las se-cuencias y, en especial, el dicho Stabat Mater45.

    2.6. La Meditacin de los dolores de la Santsima Virgen

    A continuacin, Sor Gertrudis decidi servirse de la Meditacin sobre losdolores de la Santsima Virgen publicada en el Ao Cristiano de 1791 y organi-z su supuesta alocucin de forma didctica, adoptando la misma estructura ypartes de la revista, seguidos de algunas jaculatorias y propsitos. Esta posicindel yo, esencial y dinmica, era la estructura constante en la literatura de sen-timiento religioso, sin embargo, no ofreca garanta alguna sobre la sinceridaddel autor...

    Aunque fuese mujer culta de finales del siglo XVIII, cuando el llamado ro-manticismo empezaba a brotar en las creaciones literarias europeas, la ilustra-da Mara Gertrudis Hore segua impregnando sus conocimientos de ampliosvolmenes dedicados a la literatura de sentimiento religioso, sin que estas lec-turas le impidiera, sino al contrario, instaurar novedades y originalidad en suforma de hacer literatura. La influencia de los grandes maestros de la espiri-tualidad de la Contrarreforma ejerci su autoridad allende las fronteras de lareligin: los Ejercicios espirituales de Ignacio de Loyola, las Meditaciones deLuis de Granada, o la Introduccin a la vida devota de Francisco de Sales en-searon a muchos a detenerse algo ms en su propia interioridad. Sus lecturasno eran de extraar sino comunes al crculo social en el que la poetisa se mo-vi tanto antes como despus de ser religiosa profesa. Estas obras le ensea-ron, y probablemente mucho antes de vestir el velo, una forma de introspec-cin en su propio ser.

    Sor Gertrudis exalt su pasin y sus convicciones acerca de la Concepcinde Mara con total libertad, aunque estas palabras nunca fueran suyas:

    PUNTO PRIMERO.Considera que no sin razn llama la Iglesia a la santsima VirgenReina de los Mrtires: ninguno de estos hroes cristianos padeci un martirio ms dolo-roso que el de esta afligida Madre. Quieres tener una justa idea de los dolores de lasantsima Virgen?46.

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    45 Enciclopedia Universalis, versin 9 (formato digital).46 Ao Cristiano (1863), 285.

  • La proximidad y la intimidad con la que se diriga al lector, al menos eso pa-reca, cumplieron con su compromiso literario de persuasin. Cmo no sentir-se atrado por aquella devocin? o al menos comido por la duda provocadapor la concepcin de su supuesta fe en Jess. Sor Gertrudis recogi un episo-dio esencial del Evangelio. El tormento era el centro de la argumentacin y, eneste discurso plagiado por la poetisa, el dolor invada su alma provocndole unprofundo sentimiento de afliccin:

    Una compasin seca y puramente especulativa muestra que se interesa uno poco en losbienes o males del que padece. Parte, divide y alivia los dolores de una persona afligidaquien los siente verdaderamente. (...) Qu dureza, y qu ingratitud ms negra, que el sertan poco sensibles a lo que la santsima Virgen padeci por nuestra causa! chate encara, y reprndete esta insensibilidad47.

    A mi juicio, la fuerza de su maniobra literaria resida en su decidida propen-sin, la de aminorar el sentimiento de afliccin presente en la edicin plagiadade 1791, al suprimir las lamentaciones de Jeremas, exclusivamente reservadasa la lectura cantadas de los llamados llantos, para sustituirlas con valores he-roicos femeninos.

    Supo combinar las virtudes de la msica con la retrica, una retrica del sermujer, aunando el conocimiento del lenguaje en una potica siempre innova-dora. Esta creacin, al fin y al cabo, lejos de carecer de originalidad ofrecadentro del canon una nueva relacin a medio camino entre los distintos tiem-pos litrgicos, el canto gregoriano y el Evangelio. Al publicar esta larga plega-ria en verso y prosa Mara Gertrudis decidi comprometerse social e institu-cionalmente, dando pruebas de sus slidos conocimientos litrgicos, de suformacin musical de calidad, as como de su perfecto dominio de la lengualatina y, pese al efecto plagio, de su capacidad de creacin ante un tema de tan-ta trascendencia para la Iglesia Catlica. El fervor andaluz para con los Dolo-res de la Santsima Virgen, su arraigo ante las creencias marianistas, siendohija ilustre de Andaluca, le invit a alabar y defender el culto a la Virgen Ma-ra con vehemencia.

    Ante las reticencias en reconocer el genio en las ilustradas espaolas, descu-bra, pues, entre plagio y traduccin, a esta astuta religiosa a la que nunca faltel arrebato ni la pasin, dejando el testimonio hurtado de lo que quizs fueronsus convicciones, eso s, siempre consciente del poder perenne de la palabra es-crita, aun cuando no fuese suya.

    Sor Mara de la Cruz Hore confirmaba, o al menos pretenda confirmar, ycon arrebato, el logro de una conversin perfecta, la de una mujer rica y adula-

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    47 Ibidem, 287.

  • da que haba abandonado para siempre las futilidades del mundo exterior paraconsagrarse de lleno a la advocacin de su monasterio. No obstante, me pre-gunt si esta dama de la alta sociedad gaditana, quien prob telas indias en laclausura, compr joyas, tembleques, posea vajilla china y otros platos de modaen su celda, haba realmente alcanzado ese estado de plenitud espiritual que al-gunos de sus escritos pretendan reflejar. Tal vez, el plagio ayude a pensar queno tena voz propia para defender tan bien la legitimidad del culto marianista,sino slo buena prctica de la traduccin latina y, por cierto, algo de osada lite-raria para confundir al lector durante algo ms de dos siglos, combinando copiaentusiasta con traduccin sagrada, sus armas para defender, y por todo lo alto,sus aparentes convicciones.

    APNDICES

    Himno a vsperas

    Glosado y traduccin del mismo48

    Illa semper virens Rosa La que naci fresca rosa,Sola nata sine spinis Sin espinas del pecado,Morituro Filio affinis Del Hijo, que muere al lado,Stabat Mater dolorosa. Firme estaba y dolorosa.Tremebant, et caro, et ossa, Todo su cuerpo temblandoNati in se sentiens tormenta, Por su amado se atormenta,Fuitque Martyr incruenta, Y fue Mrtir incruentaJuxta crucem lacrymosa. Cerca de la cruz llorando.Nil Agno vidit humilius Nada ms humilde vi yaIniquitatis sequacibus Que aquel Cordero entregadoLupis tradito rapacibus, A tanto lobo irritadoDum pendebat Filius. Mientras de la cruz penda.Cujus cerneres pallentem Su rostro plido vieras,Vultum, cujus cor contritum, Su corazn contristado,Cujus corpus pna attritum, Su cuerpo mortificado,Cujus animam gementem. Y su alma gemir oyeras.Juxta Filium suum patentem A su Hija ms queridaOmnipotens sibi gratam Coloc el Omnipotente

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    48 Por la R. M. D. Mara Gertrudis de la Cruz y Hore, religiosa del convento de Santa Mara deCdiz en Ao Cristiano del R.P Juan Croisset, trad. Jos M. Daz, 2.da Viernes de Pasin, II, 1863, pp.278-287.

  • Posuit eam desolatam, Cerca del Hijo pacienteContristatam, et dolentem. Sola, triste y dolorida.Animan replevit radius A su alma iluminabaInaccessibilis, lucis, Una luz maravillosa;Sed simut doloris trucis Pero una espada horrorosaPertransivit gladius. Con dolor la traspasaba.Omnia membra vidit icta, Vio en sus miembros tanta herida,Virginem carnem trementem, Trmulo el cuerpo sagrado,Faciem alapis tumentem: De golpes el rostro hinchado,O quam trstis, et afflicta! Oh qu triste y afligida!Tot inter pnas invictiva Invencible se sostuvoExoptans pro Jesu pati, Deseando all sufrir,Et mori loco sui Nati, Y por su Hijo morir,Fuit illa benedicta. La Virgen bendita estuvo.Omipotentis ingeniti Del Omnipotente ingnitoFilium ob nostrum delictum Al Hijo desamparado,Aspiciebat derelictum Va por nuestro pecadoMater Unigeniti. La Madre del Unignito.

    Jesus in cruce pendebat, Jess de la cruz penda,Maria pendere optabat, Pender de ella deseabaQu gemebat, et plorabat, Mara, y as lloraba,Qu mrebat, et dolebat. Se angustiaba y se dola.Procera brachia cernebat Los altos brazos mirabaDira rigentia tensione, Con cruel rigor tirantes,Caput obsitum punctione, Va las espinas punzantes,Et tremebat cum videbat. Y cuando lo vea temblaba.Quot gemitus! Sed quam irriti Cunto ruego no escuchadoApud Deum fudit Mater! A Dios dirige la Madre,Ut tot jam levaret Pater Pidiendo consuelo al PadreNati pnas inclyti. En las penas de su amado!Dum sic Maria doleret, Viendo afligida a Mara,Dum Jesus sic torqueretur, Y viendo a Jess penar,Ut mundus redimeretur: Porque nos va a libertar,Quis est homo, qui non fleret? Qu hombre no llorara?Quis esset, qui non arderet Quin habr que no se ardieraVehementissimo amore En vehementsimo amor,Totam confectam mrore, Si agobiada de dolorChristi Matrem si videret? La Madre de Cristo viera?Nostro expiando flagitio Porque piadoso pagVidit Filium innocentem Nuestra deuda, al Hijo amadoProprium sanguinem fundentem En propia sangre baado

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  • In tanto supplicio. Y en tanto suplicio vio.Cernens coram eo immolari Viendo a su Hijo inmolar,Natum, quin nuntium audiret, Sin que como Abraham oyeseUt Abraham, qui impediret, Al nuncio que le impidiese,Quis posset non contristari? Quin no se ha de contristar?Nostrum opus lacrymari Estemos siempre llorandoSit coram Jesu patiente, Mirando a Jess paciente,Et afflictam, pura mente, Y a su fiel Madre dolientePiam Matrem contemplari. Con humildad contemplando.Potentem in hoc exilio En este destierro es fijoHabebimus Protectricem, Protectora la tendremos,Si colamus Genitricem Siempre que la veneremosDolentem cum Filio. Dolindose con su Hijo.Frontis semper refulgentis De aquella cndida frentePulchrum videbat candorem Vea el hermoso esplendorImmutatum in pallorem Mudado en cetro colorPro peccatis su Gentis. Por las culpas de su gente.Artubus dure distentis, Todos los miembros violentos,Clavis manibus confixis, Manos, y pies traspasados,Pedibus simul transfixis, Con duros hierros clavados,Vidit Jesum in tormentis. Vio a Jess entre tormentos.

    Derisum, ligatum, subditum, Menospreciado y atado,Abjectum, et blasphematum, Blasfemado, escarnecido,Prius conspexerat Natum, Ya haba visto a su querido,Et flagellis subditum. Y a azotes condenado.Crucis morti adjudicatum, Y ya a la cruz sentenciadoCrucem humeris ferentem, La vio en sus hombros traer,Pondere in terram cadentem, Y con el peso caerVidit suum dulcem Natum. Su dulce Jess amado.Felle, et aceto potatum, Con vinagre y hiel mezcladoAngustiis pressum, sitientem, Ve que le estn afligiendo,Suspiria ad Patrem mittentem, Y que a su Padre gimiendo,Morientem, desolatum. Muere ya desconsolado.Ducem tandem vidit inclytum Viole en fin cuando ahuyentMorte inimicum fugantem, Al contrario con su muerte,Et voce magna clamantem, Y clamando con voz fuerteDum emisit spiritum. El espritu exhal.Eja Abyssus diri angoris, Ea Abismo de dolor,Eja Martyrum Regina, De Mrtires Reina bella,Eja Stella matutina, Ea matutina Estrella,Eja Mater Fons amoris. Ea Madre Fuente de amor.

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  • Fac memorem tui mroris, Haz que mi memoria atentaPnasque Jesus colentem, Al dulce Jess doliente,Contritum, et pnitentem, Contristado y penitente,Me sentire vim doloris. Siempre sus dolores sienta.Ut mihi non male indulgeam, Que mis pasiones no dore,Ut culpam puniam meam, Que mis culpas las castigue,Ut peccata semper fleam, Que el pecado me fatigue,Fac ut tecum lugeam. Y hazme que contigo llore.Me jam tot scelerum reum, Reo soy, por esta raznIngenti arreptum dolore, Con dolor arrepentido,Jesus percussum amore, De amor de Jess herido,Fac, ut ardeat cor meum. Haz que arda mi corazn.Fac me currere post eum Haz que vaya caminandoEjus vestigia sequentem, Sobre sus huellas ansioso,Fac alacrem, et ferventem Hazme alegre y fervorosoIn amando Christum Deum. A Cristo mi Dios amando.Jesu laudes nunquam taccam, A Jess sepa alabar,Jesum exoptans languescam, Deshgame por seguirle,Jesui serviens non tepescam, Nunca me entibie en servirle,Ut sibi complaceam. Amn. Y as le podr agradar. Amn.

    La Misa es propia en honor de los siete dolores de la santsima Virgen, y laOracin es la siguiente:

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    Deus, in cujus passione, secundumSimeonis prophetiam, dulcissimamanimam glorios virginis et matrisMari doloris gladius pertransivit:concede propitius; ut qui transfixio-nem ejus et passionem venerandorecolimus, gloriosis meritis et preci-bus omnium Sanctorum cruci fideli-ter astantium intercedentibus, pas-sionis tu effectum felicemconsequamur. Qui vivis...

    Dios, en cuya pasin, segn laprofeca del venerable Simen, fuetraspasada el alma ternsima de lagloriosa Virgen Mara vuestra Ma-dre con una espada de dolor: conce-dednos benigno, que ya que celebra-mos con veneracin la memoria desu compasin y de sus dolores, nosaprovechemos de ella, y por los m-ritos e intercesin de todos los San-tos que fielmente han permanecidojunto a la cruz, consigamos los di-chosos frutos de vuestra pasin. Vosque vivs y reinis, etc.

  • La Epstola es del captulo XIII del libro de Judit.

    REFLEXIONES

    Non pepercisti anim tu propter angustias et tribulationem generis tui,sed subvenisti ruin ante conspectum Dei nostri. Nada puede aplicarse mejor ala santsima Virgen, de quien los santos Padres han dicho tan repetidas veces,que as como los que la aman con ternura, la honran con perseverancia, y la sir-ven con fidelidad, es imposible se pierdan; as los que se apartan de ella, los queabandonan su culto, los que no tienen confianza en ella, ni la profesan aquelladevocin religiosa, que reina en todos los escogidos, no pueden dejar de perder-se: Necesse est ut intereat. (Bonav. in Phar.). El que sirviere dignamente a laVirgen Mara, ser justificado, y se salvar; pero el que no hiciere caso de ella,morir en su pecado. (In Psalt.). El mismo Jesucristo, el Espritu Santo es quieninspir a todas estas grandes lumbreras de la Iglesia estos grandes sentimientosde devocin, de confianza, de veneracin y de amor para con la santsima Vir-gen: el Espritu Santo fue quien los movi a hacer tan magnficos elogios deella. Qu expresiones tan nobles y tan patticas en sus escritos! Qu trminostan enrgicos y tan expresivos! T, Virgen santa, eres despus de Jesucristo lanica esperanza de los pecadores, dice San Agustn: estamos llenos de respeto yde veneracin, dice san Jernimo, para con aquella a quien en cierto modo de-

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    Benedixit te Dominus in virtute sua,quia per te ad nihilum redegit inimi-cos nostros. Benedicta es tu, filia, Domino Deo excelso, pr omnibusmulieribus super terram. BenedictusDominus, qui creavit clum et te-rram; quia hodie nomen tuum itamagnificavit, ut non recedat laus tuade ore hominum, qui memores fue-rint virtutis Domini in ternum, proquibus non pepercisti anim tupropter angustias et tribulationemgeneris tui, sed subvenisti ruinante conspectum Dei nostri.

    El Seor te bendijo comunicndotesu poder, y por tu medio ha reducidonuestros enemigos a la nada. Bendi-ta eres t, hija del Seor Dios alt-simo, sobre todas las mujeres de latierra. Bendito el Seor que cri elcielo y la tierra; porque de tal mane-ra ha engrandecido hoy tu nombre,que tus alabanzas no faltarn jamsde la boca de los hombres que seacordaren en lo sucesivo de los por-tentos del Seor, por amor de loscuales no temiste exponer tu vidaviendo las angustias y tribulacin detu gente, sino que socorriste a la rui-na que amenazaba en presencia denuestro Dios.

  • bemos nuestra salud. Algunas veces somos odos ms pronto, dice san Ansel-mo, invocando el nombre de Mara que el nombre de Jess; as como suele su-ceder, que se obtiene antes una gracia del rey por la intercesin de la reina, quepidiendsela inmediatamente al rey. De aqu vienen todos aquellos ttulospomposos y verdaderos que la dan de mediadora, de abogada, de madre de gra-cia y de misericordia, de asilo y de refugio de los pecadores: de aqu que la can-te muchas veces al da la Iglesia estas bellas y afectuosas palabras: Salve regi-na, mater misericodi, vita, dulcedo, et spes nostra, salve: Dios te salve, Reinay Madre de misericordia, Dios te salve, vida, dulzura y esperanza nuestra. Estasexpresiones jams fueron del gusto de los herejes. Su aversin a la Madre es tanantigua como su odio contra el Hijo: ninguno se apart de la verdadera Iglesia,que no volviese las espaldas a Mara. La santsima Virgen no tiene otros enemi-gos de su culto sino los enemigos de Jesucristo. No se apartar de la verdad, de-ca un antiguo Padre griego, quien dijere de Mara todo lo que puede decirse degrande, de sublime y de magnfico; pero, por ms que diga, nunca su oracinigualar a la grandeza del mrito y dignidad de Mara. No temas excederte, de-ca el sabio Canciller de la universidad de Pars, mientras pongas a Mara deba-jo de Dios, y en la clase de las criaturas: no temas llevar demasiado altas susalabanzas, o tus pensamientos: sabe solamente, lo que nadie ignora, que todoslos bienes que tiene vienen de Dios, y que no es rica sino de los bienes de suHijo: esta verdad supuesta, no temas otra cosa al hablar de Mara, contina elmismo Doctor, sino decir demasiado poco: por grande, por sublime que parezcalo que se dice, acurdate que es de la Madre de Dios de quien se habla, y as notemas decir cuanto quisieres. El Evangelista slo dice de Mara que es Madrede Jess: y diciendo esto, lo ha dicho todo. En efecto, debe temerse decir de-masiado de esta Seora, o exceder en el culto que se la da? Quin no sabe quehonrar a la Madre es honrar al Hijo? La devocin que se tiene con Mara no di-vide el corazn, antes bien lo une ms estrechamente con Jesucristo. La con-fianza que tenemos en la proteccin de la santsima Virgen no disminuye la quedebemos tener en su Hijo, antes por el contrario la aumenta. Nuestro culto,nuestra devocin, nuestra confianza y nuestro amor para con la santsima Vir-gen es una prueba sensible de nuestra fe en Jesucristo. Con esta intencin, yanimada de este espritu la Iglesia no deja escapar ocasin alguna de honrar a laMadre de Dios. Ya sea que autorice con el mayor gusto todo lo que se dirige aaumentar la devocin de los fieles para con este refugio de los pecadores, ya seaque multiplique tanto como vemos sus fiestas: la que se celebra este da bajo elttulo de Nuestra seora de la Conmiseracin de los dolores, y de la pasin de lasantsima Virgen, nos debe ser tanto ms venerable, cuanto nosotros fuimos lacausa de los dolores que traspasaron su alma.

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  • SECUENCIA

    Stabat Mater dolorosa La Madre estaba llorosaJuxta crucem lacrymosa, Junto a la cruz dolorosa,Dum pendebat Filius. De donde su Hijo colgaba.Cujus animan gementem, A cuya alma en tan gran penaContristatam et dolentem, De tristeza y dolor llenaPertransivit gladius. Dura espada atravesaba.O quam tristis et afflicta Dios! Cun entristecidaFuit illa benedicta Se encontraba esta afligidaMater Unigeniti! Madre del Hijo mejor!Qu mrebat, et dolebat, Y con qu melancolaPia Mater dum videbat Las penas de su Hijo vea!Nati pnas inclyti. Cuntas ansias! Qu dolor!Qui est homo, qui non fleret, Quin el llanto contuviera,Christi Matrem si videret Si a la Madre de Dios vieraIn tanto supplicio? Puesta en tal desolacin?Quis non posset contristari, Y quin no se contristara,Christi Matrem contemplari Si a la Madre contemplaraDolentem cum Filio? Con su Hijo en tanta afliccin?Pro peccatis su gentis Por pagar nuestro pecadoVidit Jesum in tormentis, Vio a Jess atormentadoEt flagellis subditum. Lleno de azotes sin cuento.Vidit suum dulcem Natum Morir vio a su Hijo queridoMoriendo, desolatum, De consuelos destituido,Dum emisit spiritum. Hasta dar su ltimo aliento.Eja Mater, fons amoris, Ea, Madre, de amor fuente,Me sentire vim doloris Pon a mi alma tan dolienteFac, ut tecum lugeam. Que te acompae en tu llanto.Fac, ut ardeat cor meum Haz que arda mi coraznIn amando Christum Deum, De amor de Dios, que es razn,Ut sibi complaceam. Pues eso le agrada tanto.Sancta Mater, istud agas, Haz que en mi alma estn de fijoCrucifixi fige plagas Las llagas del Crucifijo,Cordi meo valide. Porque nunca las olvide.Tui Nati vulnerati, Las penas que en ti ha causadoTam dignati pro me pati Ver a tu Hijo tan llagadoPnas mecum divide. Por m, conmigo divide.Fac me tecum pie flere, Haz que yo contigo llore,Crucifixo condolere, Que en m la compasin moreDonec ego vixero. De Cristo mientras yo viva.Juxta crucem tecum stare, Junto a la cruz consolarte,

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  • Et me tibi sociare Y en tu llanto acompaarteIn planctu desidero. Quiero, Madre compasiva.Virgo virginum prclara, Virgen, que a todas excedes,Mihi jam non sit amara, Pues concedrmelo puedes,Fac me tecum plangere. Haz que llore cual t lloras:Fac, ut portem Christi mortem, Haz que la pasin y muertePassionis fac consortem De Cristo sienta de suerteEt plagas recolere. Que logre mi alma mejoras.Fac me plagis vulnerari, Hazme que viva en sus llagas,Fac me cruce inebriari, Y de su sangre ebrio me hagas,Et cruore Filii. Siendo su cruz mi ejercicio.Flammis ne urar succensus, No arda en llamas encendido;Per te, Virgo, sim defensus Por ti, Virgen, defendidoIn die judicii. Sea en da del juicio.Christe, cum sit hinc exire, Haz, Cristo, en el postrer trance,Da per Matrem me venire Por tu Madre que yo alcanceAd palmam victori. La palma de la victoria.Quando corpus morietur, Haz que cuando el cuerpo mueraFac, ut anim donetur En la celestial esferaParadisi gloria. Amn. Goce el alma de la gloria. Amn.

    El Evangelio es del capitulo XIX de san Juan.

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    In illo tempore: Stabant juxta cru-cem Jesu, Mater ejus, et soror Ma-tris ejus Maria Cleoph, et MariaMagdalene. Cum vidisset ergo JesusMatrem, et discipulum stantem,quem diligebat, dicit Matri su:Mulier, ecce filius tuus. Deinde dicitdiscipulo: Ecce Mater tua. Et ex illahora accepit eam discipulusin sua.

    En aquel tiempo: Estaban junto a lacruz de Jess, su Madre, y la herma-na de su Madre Mara Cleof, y Ma-ra Magdalena. Habiendo, pues, vis-to Jess a su Madre, y al discpuloque amaba, que estaba de pie, dijo asu Madre: Mujer, he ah tu hijo.Despus dijo al discpulo: He ah tuMadre. Y desde aquella hora la reci-bi el discpulo por suya.

  • MEDITACIN

    De los dolores de la santsima Virgen

    PUNTO PRIMERO.Considera que no sin razn llama la Iglesia a la san-tsima Virgen Reina de los Mrtires: ninguno de estos hroes cristianos pade-ci un martirio ms doloroso que el de sta afligida Madre. Quieres tener unajusta idea de los dolores de la santsima Virgen? Comprende, si puedes, cualfue la ternura, la grandeza, el ardor y pureza de su amor para con su queridoHijo. Los tormentos que se padecen en el cuerpo pueden hallar alivio, y aundulzura en las suavidades interiores que vierte Dios en una alma: se han vistoMrtires que han encontrado un refrigerio y una frescura indecible en mediode los braseros, como sucedi a los tres jvenes hebreos; pero quin puedesuspender y endulzar las penas y dolores del alma? El martirio del alma es unsuplicio puro y sin mezcla. Qu dolorosa es la herida cuando la espada llega atraspasar el alma! Pues tal fue el martirio de la santsima Virgen: Tuam ipsiusanimam pertransibit gladius. Sentirs el ms vivo dolor, la dijo Simen cuan-do present a su querido Hijo en el templo: los ultrajes que se harn a tu Hijo,sern para ti otros tantos puales que se te clavarn en el pecho. Jams madrealguna am a su hijo en el grado que la santsima Virgen am al Salvador: na-die ignora lo que padeci el Salvador en el discurso de su vida mortal: qu hu-millaciones, qu pobreza y qu persecuciones! Y durante su pasin, qu dolo-res, qu oprobios! Concibe lo que padecera la santsima Virgen, que fuetestigo de todo lo que padeci su querido Hijo. Jams hubo martirio ms largo:los treinta y tres aos de vida del Salvador fueron la medida de la duracin delmartirio de su divina Madre. Sus penas se anticiparon a la misma vida del Sal-vador. Qu no debi sufrir la santsima Virgen vindose a punto de parir enBeln, desechada de todos sus moradores, reducida a refugiarse en un establo,sin socorro y sin otro alivio para un nio Dios, que el aliento y el vaho de dosviles animales, y un puado de paja! Comprende lo que padecera en esta oca-sin la ms tierna, la ms apasionada de las madres, tanto en su persona, comoen la de su querido Hijo. Represntate sus sobresaltos cuando supo el cruel, elimpo designio que tena Herodes de hacerle morir; qu no tuvo que sufrir ensu viaje y en su mansin en Egipto? Estuvo ms tranquila, o a lo menos fuems feliz, segn el mundo, en Nazaret?

    Qu santas inquietudes en la contina necesidad de todas las cosas a que lareduca su estado pobre y oscuro! Con qu pena no estuvo los tres das que Je-sucristo se qued en Jerusaln! Pero qu no tuvo que sufrir viendo la ingrati-tud con que los judos pagaban los beneficios de su querido Hijo, y sabiendohasta qu grado llevaban su odio y su envidia los escribas y fariseos? Sera ne-cesario conocer la perfeccin del corazn de Mara para comprender lo que pa-deci a vista de los tratamientos que le hacan a su divino Hijo.

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  • PUNTO SEGUNDO.Considera lo que la santsima Virgen padeci, parti-cularmente durante la pasin y en la muerte del Salvador. Se ha mirado siemprecomo un exceso de inhumanidad, y como el ms cruel de todos los suplicios,obligar a los hijos a ser testigos de los tormentos que se han hecho sufrir a suspadres, y estar presentes a su muerte. Comprendamos, pues, qu exceso de do-lor, y qu afliccin tan mortal sera para la santsima Virgen el saber la indigni-dad, los ultrajes y la crueldad con que el Salvador fue llevado por la ciudad deJerusaln, el sacrlego desprecio con que fue tratado en casa de los pontfices,en la de Pilatos, en la de Herodes, y en todos aquellos impos tribunales. No laconsideres simplemente padeciendo como la ms tierna de todas las madres,mrala como a una tierna Madre que sabe que ese Hijo tan amable, a quien tra-tan con la mayor infamia, es el nico y verdadero Dios. Cuando lo vio azotar,qu golpe de azote caera sobre el Hijo, que no descargase sobre el corazn yel alma de la Madre? No teniendo ya figura de hombre, lo ponen a la vista deaquel pueblo, para ver si un espectculo tan lastimoso le mova a compasin; yaquel pueblo, el horror y la execracin del gnero humano, como si fuera unabestia feroz, se muestra ms sediento de su sangre, y clama que se le crucifique.Qu impresin hara en el corazn de esta Madre desconsolada este triste obje-to! Qu pualadas no seran para su corazn aquellos brbaros gritos! Sin em-bargo, no basta en los designios del Padre eterno el que la Virgen consienta alsangriento sacrificio de su querido Hijo: es menester que est presente a l, quelo vea con sus propios ojos sin fuerzas y sin sangre caer bajo el peso de su cruz;es menester que oiga todos los golpes del martillo que se den sobre los clavosque taladran sus pies y sus manos; es menester, en fin, que lo vea levantado so-bre esta cruz, ultrajado sobre esta cruz, y expirar finalmente sobre esta cruz en-tre los ms crueles y ms agudos dolores.

    Qu herida, qu tormento y qu dolor hubo en Jesucristo, que Mara no lopadeciese en su alma? Sin uno de los ms grandes milagros, no deba la Madreexpirar antes que el Hijo? Poda, a lo menos, sobrevivirle? Se vio jams mar-tirio ms cruel que el que padeci por nuestro amor la santsima Virgen?

    Qu ttulo ms justo y ms bien adquirido que el de Reina de los Mrtirescon que la saluda la Iglesia? Pero acordmonos que padeci por nuestro amor, ypor el deseo de nuestra salvacin, con tanta resignacin, en silencio y sin que-jarse.

    Qu sentimientos de amor, de ternura, de veneracin y de reconocimientono debemos tener para con esta Madre de Dios, que se precia tambin, dig-moslo as, de ser nuestra Madre!

    Seor, por la intercesin de la santsima Virgen os pido me deis estos piado-sos y religiosos sentimientos: dignaos recibir y confirmar para siempre el sacri-ficio que hago de m mismo a vuestra santsima Madre.

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  • JACULATORIAS.Madre, fuente del amor, hazme sentir el dolor de queestuvo penetrada tu alma, para que junte mis lgrimas con las tuyas. (La Igle-sia).

    Haz, Madre ma muy amada, que yo junte mis sollozos con los tuyos, y queel resto de mi vida yo contigo comparta los dolores que padeciste al pie de lacruz de mi Salvador. (Ibidem).

    PROPSITOS

    1. Una compasin seca y puramente especulativa muestra que se interesauno poco en los bienes o males del que padece. Parte, divide y alivia los doloresde una persona afligida quien los siente verdaderamente. Si el Salvador padecey muere por nuestra salud, el mismo motivo empea a la santsima Virgen a pa-decer un tan largo y tan cruel martirio: qu dureza, y qu ingratitud ms negra,que el ser tan poco sensibles a lo que la santsima Virgen padeci por nuestracausa! chate en cara, y reprndete esta insensibilidad. Ah Seora! Quinpiensa en honrar, y en agradecer lo que padeciste por nosotros? Cuntas gentesmueren sin haber pensado jams en ello! Repara este irreligioso olvido, mos-trndote desde hoy en ser mucho ms celoso en honrar con toda suerte de ejer-cicios de devocin esta fiesta: celbrala confesando y comulgando con esta in-tencin, y ten una devocin particular a la Virgen santsima bajo el ttulo deNuestra Seora de los Dolores.

    2. Es un ejercicio de devocin muy religioso rezar todos los viernes delao, y todos los das de esta octava, es decir hasta el Viernes Santo, el himnoStabat Mater dolorosa. Propn hacerlo desde hoy sin falta: venera particular-mente los misterios que llaman dolorosos, de esta santa Reina de los Mrtires:contempla estos misterios todos los viernes al rezar el Rosario. Estos misteriosdolorosos son: La agona de Nuestro Seor cuando or en el huerto, sus azotes,la corona de espinas, cuando llev a cuestas el pesado madero de la cruz, sucrucifixin y muerte: medita un misterio a cada diez del Rosario: entra en la co-frada o esclavitud de Nuestra Seora de los Dolores: la Iglesia autoriza estasdevociones. Por mucho que hagamos, nunca haremos demasiado para honrar ala santsima Virgen, y merecer su proteccin.

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