El Desván de los EncuentrosLugar para la opinión de los lectores…

- Vuestras palabras, me las enviáis por c. el. poniendo en el asunto Desván.- Dejad siempre vuestro nombre o pseudónimo, con la ciudad y el país.- Podéis contestar a otros.- Me reservo el derecho a correcciones lingüísticas manteniendo el sentido.- Reservaré, semana tras semana, las aportaciones habidas. Sobre todo, por los que se van incorporando a las Perlas sucesivamente. Pero, como es lógico, de vez en cuando, haré una limpia para no mandaros algo así como la Historia troyana polimétrica.

Y si os gusta, bien; y si no os gusta, aquí mando yo.

Unidos en el Corazón de Nuestra Madre, y con ella al pie de su Hijo sediento en la Cruz.

AMDGRené

(Entre otros elogios, un amigo nos dice:)

El lugar para el encuentro me parece estupendo, porque todo lo mágico que tiene lo virtual en este gran medio de comunicarnos se hace en un punto; muy imprescindible el contacto físico para poder explorar todo el abanico de sensaciones que nos reivindican como lo requiere nuestra propia especie humana.- R. (no dice que sea para publicarlo, y por eso dejo sólo la inicial).

María E. O. nos dijo:«Por supuesto, le encomendaré, y Vd.

encomiende a los destinatarios de sus perlas para que nos vayamos perlificando y las sepamos valorar. Aquí también tiene una enamorada de la Virgen... y por eso me da tanta alegría al ver que compartimos ese amor por nuestra Madre.»

(Muchas gracias. Claro que os encomiendo, que es lo único que importa en este asunto.

Te sugiero, y a quien quiera, que reenvíes las Perlas a tus amigos.

Como “enamorada de la Virgen”, seguro que te espolean estas palabras:

“Sobrado escaso debe suponerse el amor de aquellos que se precian de amantes de María si anduvieren poco solícitos en hablar de Ella y en hacerla amar también de los demás”.- S. Alfonso María de Ligorio, Las glorias de María-I, introducción.)

Iñigo me hace publicidad, pero es buena, porque es -¡también!- publicidad para la Santísima Virgen:

«Este mes de mayo está siendo muy especial, porque cada día publica Miguel una entrada en su blog (pinchad aquí). Cada día una rosa más de este rosario, no os lo perdáis.»

Y Everardo me pasa una bolsa de cacahuetes… El desván que hace que nos descubramos amigos…

M. W. me sugiere varios textos de S. Doroteo, abad, y yo he seleccionado este:

La causa de toda perturbación consiste en que nadie se acusa a sí mismo

Si examinamos atentamente la cuestión, veremos que la causa de toda perturbación consiste en que nadie se acusa a sí mismo.

De ahí deriva toda molestia y aflicción, de ahí deriva el que nunca hallemos descanso; y ello no debe extrañarnos, ya que los santos nos enseñan que esta acusación de uno mismo es el único camino que nos puede llevar a la paz.

Que esto es verdad, lo hemos comprobado en múltiples ocasiones; y nosotros, con todo [...], pensamos andar por el camino recto, a pesar de [...] nuestra resistencia en acusarnos a nosotros mismos.

Así son las cosas. Por más virtudes que posea un hombre, aunque sean innumerables, si se aparta de este camino, nunca hallará el reposo, sino que estará siempre afligido o afligirá a los demás, perdiendo así el mérito de todas sus fatigas.De las instrucciones de san Doroteo, abad. Instrucción 7, Sobre la acusación de uno

mismo, 1-2: Migne, Patrologia Graeca, 88

Gracias, M. Iñigo nos regala una joya de comentario a la perla que

decía:

Viajaba un docto sacerdote francés con una señora que se vanagloriaba de ser incrédula […]. El sacerdote, con toda calma, le preguntó:

- ¿Ha estudiado usted la religión?- Sí –contestó la señora-, he leído la Enciclopedia, a

Voltaire, Diderot…- Y las obras de Bossuet, de Fénelon, de Wiseman, y

las conferencias de Frayssinous…, ¿las ha leído?- ¡Qué salida! Tales obras, ni sé si existen.- Pero al menos habrá estudiado algún catecismo, ¿no?- ¡Qué ocurrencia! ¡No tengo otro quehacer que

ocuparme de esas cosas!- Entonces, perdone –concluyó el sacerdote-; mas no

diga usted que es una incrédula: diga más bien que es una ignorante.Mauricio Rufino, Vademécum de ejemplos predicables, Barcelona: Herder, 1962, n.º

87339 (3-V-2013)

Dice Iñigo:Es el resultado que pueden obtener quienes

tantas objeciones ponen a la asignatura de religión.  Se ha visto mucho a quienes dicen que "mi hijo ya decidirá en qué cree cuando tenga la edad", ya puede ser poco acertado pensar que la fe se "decide", pero suponer que los conocimientos y la

formación religiosa llegarán por ciencia infusa es contrario a toda pedagogía.Precisamente debieran ser los que optan por que sus hijos "elijan" los más partidarios de que se imparta en la enseñanza escolar. 

Luego tenemos a quienes hacen como esta señora: Leen a Robespierre, Voltaire y Marx para opinar sobre Jesucristo. Hay un dicho italiano que se ajusta a estos conocimientos, "saben tanto como la luna de langostas".  Debatía con un cliente sobre algunos aspectos de la inculturización cristiana en la civilización y todo lo veía él como una persecución al conocimiento y como una imposición ideológica. Me citaba a filósofos y sus dichos. No sé cómo, dije algo sobre la Eucaristía. Para mi sorpresa, se quejó de que saliera con "palabras abstrusas y en griego" (Después de hablarme de Sócrates y Solón). Le respondí que no era un término rebuscado, que era una de las palabras más empleadas por un católico, después de Dios y la Virgen María. Era hombre muy tocado por el llamado "pensamiento único", pero humilde y se dio cuenta de que le estaba fallando la inculturización, que conocía muy poco de religiones en general y necesitaba equipararlas para enjuiciarlas, más que conocerlas. 

Hay dos tipos de personas que se interesan por el arte, las que contemplan las obras, -disfrutando de muchas de ellas y aprendiendo a admirar a sus artistas- y las que contemplan lo que dicen los críticos, aprendiendo a catalogar a los artistas por su nombre, lo que les tiene que agradar para estar "engagé" y lo que tienen que criticar para no estar "demodé". ¿Para quién se ha hecho el arte?

Yo os comunico que actualmente tengo dos autores preferidos. Uno es Joseph Ratzinger, y otro, Benedicto XVI. ¿Alguien ha visto la bolsa de cacahuetes? Me parece que la tenía Amelia. No, si aún habrán sido los ratones. El desván…

Para el número 44Alguien de Jaén que desea sobre todo permanecer

anónimo escribe:

Agradezco al P. Miguel la genial idea de crear este medio de evangelizar y le pido que siga adelante pese a todos los inconvenientes u obstáculos que pueda encontrar. Ánimo, Padre.

Muchas gracias, gran anónimo. Me haces pensar que todo esto –las “Perlas”, el blog- debe proseguir aun cuando, a partir de septiembre, mi situación probablemente cambie. En algún sitio he leído que es cosa de lo más frecuente iniciar alguien algo valioso y sostenerlo durante años, pero cometer el error de no preparar a quien le suceda. A ver si atrapo a alguien por el cuello...

Amelia me informa de que “los cacahuetes, se los ha comido el mono”. En efecto, Amelia, según he podido averiguar, tiene un mono que reza. De pequeño, fue monaguillo, y el cura lo echó, no por beberse el vino de las vinajeras (ya que eso es una estricta obligación de todo monaguillo), sino porque pegaba a los feligreses con el incensario.

Yo creo que Amelia podía haberse dejado el mono en casita, pero en fin, así nos ayudará a repetir: “Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío. Inmaculado Corazón de María, sé nuestra salvación”.

Everardo, ¿tienes otra bolsa?

Para el número 45M. W., que no nos abandona, nos envía un precioso “power-point”. Para arrancarlo, tenéis que pinchar dos veces con el botón izquierdo del ratón (no con la oreja izquierda de un ratón del desván, por aquello de que la venganza será terrible). No funciona en “vista”, sino que tenéis que “descargar” el “Desván”.

HabHabíía una vez una isla, en la que vivian todos los a una vez una isla, en la que vivian todos los sentimientos y valores del hombre: sentimientos y valores del hombre:

el Buen Humor, la Tristeza, la Sabidurel Buen Humor, la Tristeza, la Sabiduríía... Como a... Como tambitambiéén todos los demn todos los demáás, incluso el Amor.s, incluso el Amor.

J IMP 1

I. C. me escribe: “Me gustaría mucho que nos pudiera hablar sobre los sermones del Santo Cura de Ars.”

Y es una gran idea. Os daré algunos recursos.Aquí tenéis un enlace a un sermón sobre el orgullo.Y aquí, algunas perlitas de mi repertorio para quien quiera

leerlas:

Si alguno estaba afligido por su debilidad e inconstancia, con miedo a futuras recaídas, el Cura de Ars le revelaba el secreto de Dios con una expresión de una belleza conmovedora: “El buen Dios lo sabe todo. Antes incluso de que se lo confeséis, sabe ya que pecaréis nuevamente, y sin embargo os perdona. ¡Qué grande es el amor de nuestro Dios que le lleva incluso a olvidar voluntariamente el futuro, con tal de perdonarnos!”

Benedicto XVI, carta a los sacerdotes con motivo del Año Sacerdotal, 18-VI-2009. Las palabras de S. Juan María Vianney están tomadas de: Le curé d’Ars. Sa pensée-Son Coeur. Présentés par l’Abbé Bernard Nodet, éd. Xavier Mappus, Foi Vivante 1966, p. 130.

A un hermano sacerdote, explicaba [San Juan María Vianney]: “Le diré cuál es mi receta: doy a los pecadores una penitencia pequeña y el resto lo hago yo por ellos”. Más allá de las penitencias concretas que el Cura de Ars hacía, el núcleo de su enseñanza sigue siendo [...] válido para todos: las almas cuestan lo que la sangre de Cristo y el sacerdote no puede dedicarse a su salvación sin participar personalmente en el “alto precio” de la redención. Benedicto XVI, carta a los sacerdotes con motivo del Año Sacerdotal, 18-VI-2009. Las palabras de S. Juan María Vianney están tomadas de: Le curé d’Ars. Sa pensée-Son Coeur. Présentés par l’Abbé Bernard Nodet, éd. Xavier Mappus, Foi Vivante 1966, p. 189.

No nos quejemos de nuestras cruces, pues nos sirven de expiación por nuestros pecados. Hay que expiarlos en esta vida o en la otra. Mejor es hacerlo aquí, donde el dolor es breve y meritorio.S. Juan María Vianney, cit. por Julio Rodríguez Gracia, Misterios del Rosario, Logroño: Hogar Sacerdotal Diocesano, 1988, p. 82. (El autor no es siempre muy fiel en su transmisión de las citas.)

Los dos ladrones sufren terriblemente en la cruz; mas uno hace meritorio su dolor, pide perdón a Cristo y alcanza misericordia; el otro persevera en sus injurias y expira en la horrible desesperación.S. Juan María Vianney, cit. por Julio Rodríguez Gracia, Misterios del Rosario, Logroño: Hogar Sacerdotal Diocesano, 1988, p. 95. (El autor no es siempre muy fiel en su transmisión de las citas.)

Jesucristo, con su pasión, ha restaurado la escala que unía la tierra con el cielo. María está en lo alto de ella, y nos dice: “¡Venid, venid!”S. Juan Bautista María Vianney, cit. por Julio Rodríguez Gracia, Misterios del Rosario, Logroño: Hogar Sacerdotal Diocesano, 1988, p. 133. (El autor no es siempre muy fiel en su transmisión de las citas.)

Dejad una parroquia veinte años sin sacerdote, y adorarán a las bestias. S. Juan María Vianney, cit. (sin dar la referencia) por Fernand Lelotte, Ráfagas, trad. de Alfonso Ortiz García, Salamanca: Sígueme, 21968, p. 206

Las tres Personas divinas contemplan a la Santísima Virgen.S. Juan María Vianney, según una conferencia de Saturnino Gamarra-Mayor Ibáñez de Zuazo, Facultad de Teología de Burgos, 28-I-2010

La amé antes de conocerla. Es mi más antiguo amor.S. Juan María Vianney, refiriéndose a la S.ma Virgen. Según una conferencia de Saturnino Gamarra-Mayor Ibáñez de Zuazo, Facultad de Teología de Burgos, 28-I-2010

El sacerdocio es el amor del Corazón de Jesús.S. Juan María Vianney. Jean Marie Vianney, Curé D’Ars. Sa pensé, son coeur, presentado por Bernard Nodet. Ed. Xavier Mappus, Le Puy, 1985, p. 100. Yo lo tomo de la carta de Juan Pablo II a los sacerdotes con ocasión del Jueves Santo de 1986, n.º 4.

Sin el sacerdote, la muerte y la pasión de Nuestro Señor no servirían de nada. Es el sacerdote el que continúa la obra de la redención sobre la tierra.S. Juan María Vianney. En el original italiano que yo he traducido, se remite a: Giovanni-Maria Vianney, curato d’Ars. Il suo pensiero, il suo cuore, presentati dall’abate Bernard Nodet, Le Puy, 1958, p. 100. Ese original es una homilía de Juan Pablo II en Ars, el 6 de octubre de 1986.

¡Oh, qué grande es el sacerdote! Si se diese cuenta, moriría... Dios le obedece: pronuncia dos palabras y Nuestro Señor baja del cielo al oír su voz y se encierra en una pequeña hostia.S. Juan María Vianney. Le curé d’Ars. Sa pensée-Son Coeur. Présentés par l’Abbé Bernard Nodet, éd. Xavier Mappus, Foi Vivante 1966, p. 97. Cit. por Benedicto XVI, carta a los sacerdotes con motivo del Año Sacerdotal, 18-VI-2009.

¡Después de Dios, el sacerdote lo es todo!... Él mismo sólo lo entenderá en el cielo.S. Juan María Vianney. Le curé d’Ars. Sa pensée-Son Coeur. Présentés par l’Abbé Bernard Nodet, éd. Xavier Mappus, Foi Vivante 1966, pp. 98-99. Cit. por Benedicto XVI, carta a los sacerdotes con motivo del Año Sacerdotal, 18-VI-2009.

Si comprendiésemos bien lo que representa un sacerdote sobre la tierra, moriríamos [...] de amor... Sin el sacerdote, la muerte y la pasión de Nuestro Señor no servirían de nada. El sacerdote continúa la obra de la redención sobre la tierra... ¿De qué nos serviría una casa llena de oro si no hubiera nadie que nos abriera la puerta? El sacerdote tiene la llave de los tesoros del cielo: [...] es el administrador del buen Dios [...] Dejad una parroquia veinte años sin sacerdote y adorarán a las bestias.S. Juan María Vianney. Le curé d’Ars. Sa pensée-Son Coeur. Présentés par l’Abbé Bernard Nodet, éd. Xavier Mappus, Foi Vivante 1966, p. 98-100. Cit. por Benedicto XVI, carta a los sacerdotes con motivo del Año Sacerdotal, 18-VI-2009.

Es verdad que no sois dignos, pero lo necesitáis.S. Juan María Vianney, refiriéndose a la recepción de la Eucaristía con pecados leves. Le curé d’Ars. Sa pensée-Son Coeur. Présentés par l’Abbé Bernard Nodet, éd. Xavier Mappus, Foi Vivante 1966, p. 119. Cit. por Benedicto XVI, carta a los sacerdotes con motivo del Año Sacerdotal, 18-VI-2009.

“La mayor desgracia para nosotros los párrocos –deploraba el Santo [S. Juan María Vianney]- es que el alma se endurezca”; con esto se refería al peligro de que el pastor se acostumbre al estado de pecado o indiferencia en que viven muchas de sus ovejas.Benedicto XVI, carta a los sacerdotes con motivo del Año Sacerdotal, 18-VI-2009. Las palabras de S. Juan María Vianney están tomadas de: Le curé d’Ars. Sa pensée-Son Coeur. Présentés par l’Abbé Bernard Nodet, éd. Xavier Mappus, Foi Vivante 1966, p. 102.

…el confesonario. Quizá en ningún otro momento como en éste se manifiesta con tanta claridad que –como afirmaba San Juan María Vianney- “el sacerdocio es el amor del Corazón de Jesús”.Mons. Javier Echevarría, conferencia Santos para santificar, Córdoba, 20 de noviembre de 2009. La cita final es de Jean Marie Vianney, Curé D’Ars. Sa pensé, son coeur, presentado por Bernard Nodet. Ed. Xavier Mappus, Le Puy, 1985, p. 100.

El Corazón de la santísima Virgen María es la fuente de la que Cristo tomó la sangre con que nos redimió. Cit. por Juan Esquerda Bifet, El Corazón de María, memoria contemplativa de la Iglesia, “Marianum”, 66 (2004), la cita en p. 675.

En el corazón de esta Madre no hay más que amor y misericordia. Su único deseo es vernos felices. Sólo hemos de volvernos hacia ella para ser atendidos... El hijo que más lágrimas ha costado a su madre es el más querido de su corazón.Cit. por Juan Esquerda Bifet, El Corazón de María, memoria contemplativa de la Iglesia, “Marianum”, 66 (2004), la cita en p. 675.

"El corazón de María es tan tierno para nosotros, que los de todas las madres reunidas no son más que un pedazo de hielo al lado suyo... El corazón de la santísima Virgen es la fuente de la que Jesús tomó la sangre con que nos rescató”.Cit. por Juan Esquerda Bifet, El Corazón de María, memoria contemplativa de la Iglesia, “Marianum” 66 (2004), p. 675.

El Cura de Ars dijo en una ocasión: Pensáis que no tiene sentido recibir la absolución hoy, sabiendo que mañana cometeréis nuevamente los mismos pecados. Pero –nos dice- Dios mismo olvida en ese momento los pecados de mañana, para daros su gracia hoy. Aunque tengamos que combatir continuamente los mismos errores, es importante luchar contra el ofuscamiento del alma y la indiferencia que se resigna ante el hecho de que somos así. Es importante mantenerse en camino, sin ser escrupulosos [...]. Pero también sin la indiferencia, que nos hace abandonar la lucha por la santidad y la superación.Benedicto XVI, carta a los seminaristas, 18 de octubre de 2010, n.º 3

Todas las buenas obras del mundo reunidas no equivalen al Santo Sacrificio de la Misa, porque son obra de los hombres, mientras que la Misa es obra de Dios. En la Misa, es el mismo Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, el que se ofrece al Padre para remisión de los pecados de todos los hombres, y al mismo tiempo le rinde un honor infinito.S. Juan María Vianney, según un papel devocional

La oración es una degustación anticipada del cielo, hace que una parte del paraíso baje hasta nosotros [...]. En la oración hecha debidamente, se funden las penas como la nieve ante el sol.S. Juan María Vianney

Hay personas que se sumergen totalmente en la oración como los peces en el agua, porque están totalmente entregadas al buen Dios. Su corazón no está dividido [...]. Nosotros, por el contrario, ¡cuántas veces venimos a la Iglesia sin saber lo que hemos de hacer o pedir! [...] Hay algunos que incluso parece como si le dijeran al buen Dios: “Sólo dos palabras, para deshacerme de ti...”S. Juan María Vianney

¡Cómo es grande el número de los que prefieren a Barrabás, o sea, de aquellos que escogen seguir al mundo y a sus pasiones!

¡Cuántas veces recibimos a Jesucristo triunfante en la Sagrada Comunión y poco después, seducidos por nuestras pasiones, preferimos un placer momentáneo o un vil interés a este Rey de Gloria, a pesar del remordimiento de conciencia! ¡Cuántas veces, en este combate, divididos entre nuestra conciencia y nuestras pasiones, acallamos la voz de Dios para no escuchar sino la de nuestras malas inclinaciones! ¿No es verdad que, cada vez que estamos a punto de pecar, escuchamos una voz interior que nos dice que nos detengamos, ya que en caso contrario, perderemos la convivencia con nuestro Dios?

La flagelación que Jesucristo sufrió no era nada comparada con la Pasión que los cristianos le hacen pasar cuando cometen un pecado mortal. El pueblo prefirió a un ladrón, que había cometido varios asesinatos, antes que a Jesucristo. ¿Y qué hace el cristiano cuando peca? ¿No prefiere también un hombre a Dios? Un miserable pensamiento de orgullo, odio, vergüenza, venganza o impureza, o un acto de gula, un vaso de vino de más, una ganancia miserable, una mirada deshonesta o algún acto infame: ¡Esto es lo que él prefiere antes que a Dios! Infelices, ¿qué hacéis? ¿Cuál no será vuestro horror cuando Jesucristo os muestre todo lo que ha sido cambiado por Él?

¿Qué concluir de todo esto? No hagamos sufrir más a Jesucristo por causa de nuestros pecados. Dejémosle vivir en

nosotros y vivamos de su gracia. Así tendremos el destino de todos aquellos que evitan el pecado e hicieron el bien con el único deseo de agradarle.S. Juan María Vianney, Sermones, Viernes Santo (puede haber inexactitudes en la cita).

Si tuviésemos fe y viésemos un alma en estado de pecado mortal, nos moriríamos de terror.S. Juan María Vianney, cit. por Juan XXIII, enc. Sacerdotii nostri primordia (1959), III

Sin el sacerdote, la muerte y la pasión de Nuestro Señor no servirían de nada. El sacerdote continúa la obra de la redención sobre la tierra.S. Juan María Vianney

La Santa Misa es una embajada a la Santísima Trinidad de inestimable valor; es el propio Hijo de Dios el que la ofrece.S. Juan María Vianney, según una carta de la Asociación Cultural “Salvadme, Reina de Fátima”

V. V. dice nada menos que lo siguiente:“Encuentro a faltar a ese Dios desconocido, el Espíritu Santo. No

se le dedica ni siquiera un mes del año,¿quien sabe una oración? Así nos va...”

Y yo invito a V. V. a contar las veces en que invocamos al Espíritu Santo en la Santa Misa o a mirar el índice alfabético de la Biblia que leemos todos los días, y a ver cuántas veces aparece el

Espíritu. Será pasmoso, como pasmosamente Grande es esta Persona, que es Persona divina, pero no “ese Dios”. Y sigue siendo verdad aquello de lo que se queja V. V.: en la piedad personal de los cristianos, el Espíritu está muy abandonado; S. Josemaría Escrivá (pero no sé si la expresión es original de él) lo llamaba “el Gran Desconocido”. Os puede abrir los ojos leer, en mi blog, el artículo “Usted es rico, y se empeña en comer de la basura”.

Ya me gustaría aquí endosaros una catequesis sobre el Espíritu Santo, pero no puede ser; por favor, leed el artículo. Y no podéis contentaros con menos que con ser amigos íntimos del Espíritu Santo. El Papa Francisco ha dicho recientemente que a Dios, no se le puede rezar. ¿Sorprende? Pues cuando yo hable con hombre, se podrá rezar a Dios. Yo hablo con Menganito, que es una persona. Y yo debo hablar con el Padre, o con el Hijo, o con el Espíritu Santo, o con los Tres: siempre personas; nunca con Dios. Y cuando nos dirigimos a Dios, me imagino que será el Espíritu Santo el que hará una especie de traducción, porque eso no es audible. Dios no tiene oído, las tres Personas sí.

Ojalá que lleguéis a comprender cómo y cuánto se puede llegar a disfrutar del trato con el Espíritu Santo.

V. V. se queja con razón de que no solemos saber oraciones al Espíritu. Para quien quiera usarla, copio aquí una consagración a Él para hacer por la mañana, que llevo yo repitiendo casi treinta años; no conozco el autor:

«Recibid, oh Espíritu Santo, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día, por medio de María Santísima [este “por medio” lo añadí yo], para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía y todo el amor de mi corazón. Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiracions. Oh Santo Espíritu, dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre creador, gloria al Hijo Redentor, gloria al Espíritu Santo santificador. Amén.»

Y luego rezo mi consagración como esclavo de amor a la Santísima Virgen.

Quiero recomendaros dos breves libritos. El uno, Decenario al Espíritu Santo, de Francisca Javiera del Valle. El otro, En la escuela del Espíritu Santo, de Jacques Philippe. Ambos están editados por Rialp (Madrid) en la col. Patmos.

Y podéis dar un vistazo a un programa de televisión sobre Pentecostés y el Espíritu Santo vistos en profundidad. Lo tenéis aquí.

Y aquí no pongo perlitas, pero verás, V. V., que voy a mandaros no pocas en adelante. Te lo has ganado con toda la razón.

Y bueno, que no te quedan cacahuetes, Everardo, por culpa del mono de Amelia. De hecho, el salvaje de él, me ha pegado a mí con el incensario. ¡Que eso no vale! ¡Que tú siempre has pegado a los feligreses! ¡Que yo soy el cura! Y dime una cosa, ¿no te lo pasarías mejor arreándole con el incensario al hipopótamo ese que se cuela por la ventana con cara de pocos amigos?