soberania energetica para la independencia economia
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SOBERANÍA ENERGÉTICA PARA LA
INDEPENDENCIA ECONÓMICA
PARTE I
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN..................................................................................................................... 3
1. ENERGÍA, MATERIA Y VIDA: SU RELACIÓN CON EL DESARROLLO....................4
1. 1 Introducción............................................................................................................................. 4
1. 2 Energía, materia y vida......................................................................................................... 5
1. 3 Tecnología y energía..............................................................................................................7
1. 4 La perspectiva histórico-tecnológica............................................................................14
1. 5 La perspectiva política....................................................................................................... 17
1. 5. 1 Marco mundial..................................................................................................................18
Fuente: BP, Statistical Review 2014...........................................................................................19
1. 5. 2 Marco nacional................................................................................................................. 20
2. EL ACTUAL RÉGIMEN ENERGÉTICO..........................................................................23
2. 1 Introducción.......................................................................................................................... 23
2.1 El mundo.................................................................................................................................. 27
2.1 1. El mix energético mundial.............................................................................................27
2. 1. 2 La seguridad energética y los escenarios para el cambio de régimen
energético....................................................................................................................................... 29
2. 2 Argentina................................................................................................................................ 33
2. 1 El régimen energético argentino....................................................................................34
2.2 Algunas conclusiones provisorias...................................................................................37
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA..............................................................................39
GLOSARIO.............................................................................................................................. 40
UNIDADES Y PREFIJOS UTILIZADOS.............................................................................43
2
INTRODUCCIÓN
El presente seminario tiene por objetivo poner de relieve la relación entre energía y
desarrollo, mostrando en el recorrido, cómo el manejo desde la perspectiva del interés
nacional del sector de la energía, repercute en el bienestar de la población y la capacidad
de una nación, de determinar su rumbo económico, político y cultural.
Para cumplir con este objetivo se ha dividido el material en dos partes, siendo el
primero de ellos el que se ocupa de los aspectos generales y el estado del arte de la
cuestión, y el segundo, las alternativas de nuestro país de cara al futuro.
El esta primera parte se incluirá entonces, dos grandes apartados. En el primero se
presentarán los principales conceptos a utilizar y se tratará la relación de la energía con
la vida, la cultura, la política y el desarrollo. En el segundo capítulo, el objetivo será
mostrar el estado actual de la humanidad en lo que hace a uso de energía, mostrando las
principales consecuencias de ello, sobre todo en lo que hace a cambio climático.
Estos dos capítulos tiene por objetivo brindar un marco desde el cual desarrollar la
próxima parte, pues para discutir las alternativas del país debemos tener presente el rol
que la energía juega en el bienestar de una nación, y que consecuencias tiene la elección
de alternativas que se haga a partir de los recursos con los cuales contamos.
3
1. ENERGÍA, MATERIA Y VIDA: SU RELACIÓN CON EL
DESARROLLO
1. 1 Introducción
En éste primer capítulo se recorrerán los aspectos más generales de la cuestión de la
energía, de modo de comprender su imbricación profunda con la calidad de vida y el
desarrollo de las naciones.
Para cumplir éste objetivo se realizará un breve recorrido que pondrá de manifiesto, la
relación básica que existe entre vida y energía, y como a partir de ella se puede pensar la
relación más general entre el hombre, la sociedad y la energía.
Si bien estamos acostumbrados a pensar a la energía como una cuestión del campo de la
economía, se verá que la misma excede de manera amplia a la misma, al punto que si se
observan los postulados de las principales escuelas de pensamiento liberal, estas ignoran
el hecho de que la economía para desarrollarse debe realizar intercambios con un medio
físico y finito.
Sin esto en mente es difícil comprender algunas cuestiones, y menos aún defenderlas,
como el hecho de que los recursos petroleros para el proyecto nacional siempre han sido
considerados estratégicos y no meras mercancías sujetas a la oferta y la demanda.
Las razones son simples, pero se escapan muchas veces. Lo que en nuestra época es
vivido como ordinario es algo extraordinario. O sea, el petróleo, como forma energética,
es un subsidio que nos ha dado la naturaleza, y si no se tiene esto en cuenta, y se lo trata
como una mera mercancía, el día que el mismo se vuelva escaso nuestra civilización
retrocederá en su nivel de vida.
Con éste breve ejemplo sólo queremos plantear el hecho de que se trata de un problema
de carácter multidisciplinario, y en consecuencia, cualquier disciplina que se arrogue la
pretensión de ofrecer soluciones, lo hará de manera sesgada.
Una decisión en el sector energético abarca cuestiones tecnológicas, culturales,
políticas, económicas, sociales, ecológicas y prospectivas, y por ende, requiere de una
perspectiva amplia para ser construida. Y esta perspectiva sólo puede articularse a partir
de un ethos, por lo cual, se lo enuncie o no, todo decisión sobre la energía esconde un
modelo de sociedad, que como tal, incluye ganadores y perdedores.
4
En vista de ello entonces, en esta primera parte enlazaremos los eslabones de base de la
cuestión, de modo de recorrer con posterioridad el estado del arte, para poder mirar
ahora sí, con un criterio informado, lo que conviene y lo que no a la sociedad que como
militantes políticos perseguimos como meta y defendemos como actualidad de ese
futuro anhelado.
1. 2 Energía, materia y vida
Toda forma de vida para subsistir y perpetuarse consume en el proceso materia y
energía, los cuales toma de su entorno, devolviendo al mismo desechos y energía, pero
en un formato menos aprovechable del que la tomó.
Así, por ejemplo, un árbol, toma del medio ambiente nutrientes, agua y gases, los cuales
con la ayuda de la energía que recibe del sol se transforman en gases de desecho,
materia orgánica, vapor, y calor que se disipa en el medio ambiente. Para el caso de un
animal cualquiera, o un ser humano, esto no resulta diferente, aunque difieran los
medios (en lugar de fotosíntesis, ingesta de vegetales o animales, etc.) por los cuales se
perpetúan los procesos vitales.
Este ciclo, que contradice la lógica de la segunda ley de la termodinámica (que señala
que el universo tiende a niveles cada vez mayores de desorganización) sólo puede ser
mantenida por la vía de la generación de un mayor grado de desorden en el entorno de
los seres vivos.
Así entonces, la vida en general funciona como un mecanismo nivelador de gradientes:
es decir, equilibra las diferencias de organización de la materia y las diferencias de
temperatura.
Es por éste motivo que –desde un enfoque de sistemas- se puede entender a la vida
como un sistema disipativo, ya que la misma, para mantenerse viva, toma materia y
energía del entorno, las cuales metaboliza. Es éste proceso que el organismo disipa
energía y devuelve desechos al entorno.
Así como podemos entender a la vida de éste modo, es posible pensar a la humanidad
del mismo modo, y en particular el proceso económico de la humanidad y de cada
sociedad en particular.
Si continuamos con la analogía, y entendemos al proceso de reproducción social (la
producción de las condiciones para que la sociedad continúe funcionando en sus
actuales condiciones) como una suerte de metabolismo, caemos en la cuenta de que toda
5
sociedad humana requiere de materia y energía para perpetuarse como tal, y si
pensamos en nuestras modernas sociedades, a mayor nivel de consumo habrá mayor
intercambio de materia y energía con el entorno circundante.
Para ilustrar esto veamos el caso de un árbol en su proceso vital:
Figura 1. 1Intercambios de un árbol con su medio
Fuente: Schneider y Sagan, 2009
6
En este punto es posible apreciar que, al igual que una planta, una sociedad requiere de
energía para transformar la materia (insumos, materias primas, minerales, etc) en
elementos necesarios para la vida, como lo son el alimento, la vivienda, el transporte,
medicamentos, etc, por lo cual puede apreciarse que la energía juega un rol central en el
bienestar de las sociedades.
Es esto lo que explica en buena medida la relación estrecha que ha existido a lo largo de
la historia entre recursos energéticos y potencias, en particular desde la revolución
industrial hasta nuestros días, y pone en primer plano el hecho de que sin energía barata
y abundante (como la que hemos obtenido de los combustibles fósiles) no es posible
mantener la moderna forma de vida.
Llegados a este punto podemos apreciar ya que en el hombre, en relación con animales
y plantas, hay algo radicalmente diferente en lo que hace a su relación con la energía.
Una planta incorpora energía absorbiéndola del sol por medio de la fotosíntesis, una
animal herbívoro mediante la ingesta de vegetales, un carnívoro por la ingesta de otros
animales, es decir, todo estos modos son formas somáticas de obtener energía.
En el caso del hombre, absorbemos energía por medio de la ingesta de alimentos, pero
para nuestra subsistencia usamos también otras formas de energía, las cuales no se
disponen por proceso metabólico alguno, sino por medio de algo específico del hombre,
la tecnología, o sea, por medios extra somáticos Es la tecnología entonces la que nos ha
permitido saltar de la simple disponibilidad de energía del cuerpo para avanzar en el
proceso civilizatorio, lo cual ha hecho evolucionar al hombre y sus sociedades a pasos
agigantados en pocos milenios.
Durante las horas de luz, la radiación solar incide sobre la superficie terrestre a una tasa de 800 vatios
por metro cuadrado. Sólo el 1 % de la radiación que incide sobre el árbol se incorpora a la biomasa de
la madera y las hojas. El 18% de la energía que incide sobre una planta se emite en forma de calor,
mientras que un 15% se refleja. La mayor parte de la energía consumida por la planta, alrededor de
66%, se invierte en la evapotranspiración, la conversión de agua líquida en vapor de agua. Un árbol
caducifolio típico de veinte metros de altura transpira 100 litros de agua diarios. Este proceso requiere
58 millones de calorías. Los árboles son sistemas disipativos gigantes que incorporan energía de alta
calidad (radiación ultravioleta y visible) y liberan la mayor parte de esa energía en forma de calor
latente de baja calidad.
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1. 3 Tecnología y energía
Existe una estrecha relación entre energía, tecnología y desarrollo, al punto que la
antropología ha postulado una correlación entre el nivel de consumo de energía de una
sociedad y su grado de desarrollo cultural (White, 1964), que a los fines de este trabajo
entenderemos como grado de complejidad1 de una sociedad.
Apelando a la antropología, y recuperando conceptos de otras disciplinas, en particular
la física y la química (en particular los trabajos de Prigogine y Schrodinger), se puede
pensar a las sociedades humanas desde perspectivas que la describen en su relación con
la energía, su uso y manejo, es decir el régimen energético que rige el funcionamiento
de la sociedad.
Esta visión de la antropología, tributaria de los trabajos de Claude Levi Strauss (1969)
en el estructuralismo y de Leslie White en el materialismo cultural (1964), propone que
se juzgue a las sociedades en función de la relación que establecen con el uso de
energía.
Para Levi Strauss, las sociedades pueden clasificarse en frías o calientes (Levi Strauss,
1969, p. XLV). Las primeras se caracterizan por valorar la armonía y la calma, vivir en
equilibrio con el medio ambiente, limitar la tasa de fecundidad, manejar su sistema
político sobre la base del consenso, compartir una noción del tiempo cíclica o circular,
en la que cuesta diferenciar un antes y un después. Para el antropólogo estas sociedades
no han entrado en la historia tal como la entendemos nosotros, y en relación a la
energía, su característica fundamental es el bajo consumo.
Que el consumo de energía sea bajo no significa que no haya cierto dominio de la
misma, puesto que el dominio es para estas corrientes de pensamiento, una de las
características centrales de toda sociedad humana.
Las sociedades calientes, en cambio, valoran el cambio y la expansión, el tiempo es
lineal, marchando siempre hacia adelante, y por ende, con un claro antes y después, por
lo cual la evolución es el elemento central de la dinámica social. La diferenciación
entre castas y entre clases en estas sociedades es espoleada sin cesar, ya que de ella
extraen el devenir y la energía, dado que la fuente primaria de energía de las primeras
civilizaciones siempre ha sido el hombre, la diferenciación es un requisito previo de
toda subyugación (y el uso de la energía ajena para beneficio propio).
1 Complejidad alude aquí a crecientes niveles de diferenciación social, lo cual a la vez implica mayores niveles de interdependencia entre las partes, incertidumbre en el comportamiento de actores y no linealidad de los efectos de las acciones de los actores.
8
Si partimos de la idea de que, la unidad energética básica es el esfuerzo que es capaz de
realizar un hombre, vamos a encontrar que la transición de sociedades frías a calientes
se empieza a dar en la medida que es posible aprovechar fuentes de energ ía diferentes a
la propia para realizar trabajos.
Así aparecen entonces la domesticación de animales y la esclavitud como las primeras
evoluciones hacia sociedades calientes, y de la mano de ellas, formas de sociedad de
complejidad creciente para administrar estas formas.
Puede verse entonces que, las sociedades con historia gestionan energía de otras fuentes
diferentes a la del propio sujeto, y eso lo que les permite expandirse y evolucionar. Un
régimen energético entonces, es la organización social (incluyendo tecnologías en
sentido amplio) que permite gestionar cierto tipo de energía, siendo la esclavitud el
primero de estos regímenes.
La teoría de la evolución cultural basada en el materialismo de Leslie White (1959,
1964) se funda también en la energía, poniendo el acento en la tecnología a la hora de
explicar el proceso evolutivo de las sociedades. Según el autor los sistemas
socioculturales (la cultura) constan de tres subsistemas. La tecno-económica, la social y
la ideológica, formulando en términos causales la evolución cultural por la vía de la
tecnología y la energía.
Figura 1. 2Subsistemas del sistema cultura y su relación
Fuente: elaboración propia en base a White 1964.
Ss. Tecnológico
Ss. Sociológico
Ss. Ideológico
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Para White las culturas son sistemas dinámicos y su activación demanda energía,
siendo la historia de las civilizaciones la historia del dominio de las fuerzas de la
naturaleza ejercido por medios culturales (White, 1964). Así, en sus inicios la cultura
logró dominar el fuego, luego plantas y animales fueron puestos bajo el dominio
cultural en tiempos neolíticos, por medio de la invención de la agricultura y la
ganadería. Con el dominio sobre el carbón, el petróleo y el agua la cultura llegó al
cenit, siendo el último hito, que ha traído consigo una amenaza, el dominio del átomo.
Para White cada uno de estos hitos ha traído consigo reorganizaciones sociales, las
cuales han llevado a la humanidad a niveles crecientes de complejidad en la
organización social.
Para White:
Cultura es el nombre de un diferente orden, o clase de fenómenos, a saber: aquellas cosas y hechos que dependen del ejercicio de una facultad mental, peculiar de la raza humana, a la que hemos llamado simbolización. De modo más específico, la cultura consiste en objetos materiales -herramientas, utensilios, ornamentos, amuletos, etc- actos, creencias y actitudes que funcionan dentro de contextos caracterizados por el uso de símbolos. (…) Uno de los atributos de la cultura es su transmisibilidad con ayuda de medios no biológicos (White, 1964, p. 337).
Entonces, en lo respecta a los subsistemas de la cultura, el sub-sistema tecnológico está
compuesto por los instrumentos materiales, mecánicos, físicos y químicos, junto con las
técnicas de su uso, con cuya ayuda el hombre, como especie animal, es articulado con
su hábitat natural. Encontramos aquí las herramientas de producción, los medios de
subsistencia, los materiales de refugio, los instrumentos de ofensa y defensa.
El sub-sistema sociológico está compuesto por las relaciones interpersonales
expresadas por pautas de conducta, tanto colectivas como individuales. Encontramos en
estas categorías sistemas sociales, familiares, económicos, éticos, políticos, militares,
eclesiásticos, ocupacionales y profesionales, recreativos, etc.
El sub-sistema ideológico está compuesto por ideas, creencias, conocimientos,
expresados en lenguaje articulado u otra forma simbólica. Caben en esta categoría las
mitologías y teologías, leyenda, literatura, filosofía, ciencia, saber popular y
conocimientos de sentido común (White, 1964).
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Estos tres elementos componen entonces, el sistema cultural. Claro está que estos
sistemas se relacionan entre sí, influyéndose de manera mutua en el comportamiento, y
dando lugar a una estructura (pautas de comportamiento o funcionamiento). White no
atribuye a todos los sistemas el mismo peso en la determinación del comportamiento
del sistema cultural, sino que atribuye al sistema tecnológico un papel principal.
Esta atribución se relaciona con el hecho de que dicho sistema se enlaza directamente
con la supervivencia del hombre como especie, en tanto interviene en la adaptación al
hábitat y la protección de los elementos, el suministro de alimentos y la protección ante
enemigos. De tal modo, el sistema tecnológico tiene una importancia tanto primaria
como básica, ya que toda la cultura se apoya sobre dicho sistema y depende de él.
Desde esta perspectiva el sub-sistema sociológico resulta, en un punto, secundarios en
relación a la tecnología, ya que “un (sub) sistema social puede en verdad ser definido
efectivamente como el esfuerzo organizado hecho por los seres humanos en el esfuerzo
organizado de subsistencia, ofensa y defensa, y protección. Un (sub) sistema social es
una función de un sistema tecnológico” (White, 1964, p. 339).
Esta afirmación tan taxativa de White establece una relación causal fuerte entre
tecnología y sociedad, postulando que a tecnologías diferentes corresponden tipos de
sociedades diferentes.
Como resulta casi obvio en nuestra época, esta afirmación queda un tanto matizada por
la experiencia histórica, ya que la realidad muestra que la introducción de nuevas
formas tecnológicas no tiene como correlato necesario una modernización en la
estructura social de un país, sino más bien la génesis de otras formas de atraso.
El fenómeno de la dependencia y el subdesarrollo dan testimonio de ello. Para ser
precisos, hay que hablar de cambios, pero quizás la escala nacional no sea la correcta a
la hora de apreciar a los mismos. Es decir, para que la afirmación tenga poder heurístico
es necesario despojarla de sus aristas evolucionistas, y no pensar en términos de
progreso como evolución hacia algo superior.
No obstante, en términos generales -si la escala del fenómeno tecnológico es ubicada a
nivel del sistema-mundo- la afirmación sigue siendo válida, pues hemos podido
observar desde el Siglo XIX como la reorganización de la ciencia y la tecnología (y con
ellas la producción) han traído consigo reorganizaciones en el sistema social, que en
buena medida son explicados con precisión por el modelo propuesto por Carlota Pérez
en su obra Revoluciones tecnológicas y capital financiero (2004).
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Retornando a White,
Una clave para comprender el crecimiento y desarrollo de la cultura se encuentra en la tecnología. Un ser humano es un cuerpo material; la especie, un sistema material. El planeta que habitamos es un cuerpo material; el cosmos, un sistema material. La tecnología es el medio mecánico de articulación que une estos dos sistemas materiales, hombre y cosmos. Pero se trata de sistemas dinámicos, no estáticos. Todas las cosas -el cosmos, el hombre, la cultura- pueden ser descriptas en términos de materia y energía (White, 1964, p. 340).
La física moderna ha postulado con la termodinámica que el cosmos es un todo que
tiende a disgregarse estructuralmente y extinguirse dinámicamente. Pero tal como
señaláramos, la vida parece contradecir esta tendencia, ya que la concentración de la
energía y la organización de la materia parecen marchar en sentido contrario en ella.
Schrodinger y Prigogine señalan que la vida es un proceso de construcción, de
estructuración, y para poder mantener la marcha en contra de la tendencia cosmológica,
los organismos vivientes extraen energía libre de sistemas no vivientes, la capturan y la
ponen a trabajar en la tarea de mantener el proceso vital.
Así entonces, desde el punto de vista zoológico la cultura no es más que un medio para
mantener el proceso vital de una especie, es el mecanismo que en el hombre provee
medios de subsistencia, protección, ofensa y defensa, regulación social, ajuste cósmico
y recreación. Pero la satisfacción de tales necesidades requiere energía, de allí que la
función primaria de la cultura sea embridar y dominar la energía a fin de que pueda ser
puesta a trabajar al servicio del hombre (White, 1964). Y este poner a trabajar no es otra
cosa que el resultado de la aplicación de una tecnología determinada a cierta fuente de
energía.
Para resaltar la importancia de la energía White argumenta que:
La tecnología constituye un esfuerzo de la cultura para resolver los problemas de supervivencia.
Este esfuerzo significa, fundamentalmente, producir la energía necesaria para satisfacer las necesidades humanas.
Las sociedades que son capaces de producir más energía y usarla más eficientemente tienen ventajas sobre otras sociedades.
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En este sentido, estas sociedades son más avanzadas desde el punto de vista evolutivo2.
Finalmente, para cuantificar el grado de desarrollo cultural de una sociedad propone la
siguiente ecuación:
E x T= C
Donde E es la cantidad de energía utilizada per cápita por año, T representa la
eficiencia de las herramientas usadas para aprovechar la energía, y C representa el grado
de desarrollo cultural3.
Como puede observarse, la ecuación presenta el consumo de energía y la forma de
aprovecharla, lo cual nos lleva al hecho de que, dentro de un régimen energético es
posible llegar a un punto en el que se den rendimientos decrecientes.
O sea, si la tecnología aplicada para el aprovechamiento de la energía -por ejemplo las
técnicas de extracción de crudo o gas- comienza a requerir cada vez más unidades de
energía por unidad extraída, se llegará a un punto en el que el consumo para la
extracción puede –en un caso extremo, y si se toma a toda la cadena de valor- igualar a
lo extraído, tornando por ende inviable su extracción (siempre que se trate de usos
energéticos).
Este cociente entre la cantidad de energía total que es capaz de producir una fuente
energética y la cantindad que energía que es necesario emplear o aportar para explotar
ese recurso, se conoce como Tasa de Retorno Energético (TRE). Un cociente menor o
igual que 1 indica que la energía de la fuente es menor o igual a la energía consumida.
Por el contrario, un cociente mayor que 1 indica que la energía total es mayor que la
energía invertida y queda, en consecuencia, un saldo neto positivo
Esta tasa sirve para evaluar las distintas fuentes de energía en relación al esfuerzo ue
implica obtenerlas, y permiten poner de manifiesto la dificutad de reemplazar al
petróleo convencional, ya que el mismo posee una TRE de cerca de 40, en tanto que los
petróleos no convencinales (Vaca Muerta) rondan valores entr 5 y 10. Cabe señalar que
es complejo determinar la TRE, sobre todo porque es necesario incluir en la misma el
gasto energético incurrido en la producción de insumos para producir la energía, y como 2 La introducción de una valoración evolutiva por parte del autor implica la afirmación de la superioridad de unas culturas por sobre otras, lo cual resulta inaceptable si se lo toma de un modo literal. Esta afirmación, junto con la ecuación del desarrollo cultural, pueden servir también para resaltar otro fenómeno, el hecho de que una mayor complejidad social requiere de niveles mayores de energía. De esto modo entonces, si entendemos evolucionado por complejo, tendremos un elemento cuantificador operable que no implique criterios de supremacía cultural.3 Este desarrollo cultural es entendido en el presente trabajo como complejidad. La consecuencia principal de esto es que no se afirma la superioridad de una cultura sobre otra, pero s í se asume que niveles crecientes de complejidad en la organización de la cultura como es entendida por White, implican mayores niveles de consumo energético.
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veremos para el caso del shale oil, se requiere de mucho más equipos e insumos para
producirlo que al petróleo convencional.
Recapitulando. El régimen energético constituye en sí una forma tecnológica
particular, la cual tiene por objetivo extraer, transportar y utilizar la energía a fin de
satisfacer las necesidades de la sociedad para su funcionamiento. A lo largo de la
historia han existido diferentes regímenes energéticos, los cuales en su evolución han
permitido niveles crecientes de complejidad de la sociedad humana, a la vez que
mayores niveles de calidad de vida.
Figura 1. 3TRE (EROI) para diversas fuentes energéticas
Fuente: L. David Roper
Puede observarse en la gráfica que la fracción de energía utilizable cae muy rápido cuando se pasa una TRE de 8.
La línea que ha seguido al evolución de los regímenes energéticos ha permitido alcanzar
el cenir del desarrollo humano, pero sólo ha sido posible sobre la base de los
hidrocarburos, los cuales constiuyen enormes reservas de sol (en forma de compuestos
de carbono), que no pueden ser reemplazadas cuando se acaben. Sobre esta base
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entonces, y el impacto que los hidrocarburos han tenido en el clima de la tierra, se
plantea la necesidad de comenzar a plantear alternativas para la transición de régimen
energético hacia fuentes renovables y una economía baja en carbono.
1. 4 La perspectiva histórico-tecnológica
Si bien la revolución industrial se inició con la energía hidráulica, la biomasa y el
viento, el salto se dio con el carbón mineral, que inauguró la era de los combustibles
fósiles, y que aún en la actualidad tiene una TRE muy elevada (dependiendo del tipo de
yacimiento de donde se lo extrae), pero es a la vez el combustible más barato y más
contaminante que existe.
En el presente el combustible más utilizado es el petróleo, situación que se da desde
mediados del siglo pasado. Cada cambio de combustible (como el remplazo del carbón
por el petróleo) ha llevado cerca de cincuenta años, por lo cual, si se quiere impulsar un
cambio hacia energías renovables es necesario comenzar a trabajar en el presente, a la
vez que contar con una fuente que garantice la transición y el suministros de
hidrocarburos para los casos en los que aún no es posible reemplazarlos, como la
petroquímica y la agricultura.
En la figura que sigue, se puede observar la evolución desde 1800 en los usos de
combustible. En la misma es posible apreciar como se han dado las transiciones en el
uso de combustibles, y apreciar una magnitud del tiempo que lleva estas transiciones de
régimen energético, que son del orden de cerca de 50 años.
Figura 1. 4Consumo Global de Energía 1800-2008
15
Fuente: Elaboración propia en base a Smil, 2010. Todos los valores en ExoJoules, el redondeo es desde 0,01. Un EJ equivale a 240.000 TPE.
En el presente la mayoría de los analistas del sector energético coinciden que es
probable que el gas natural desempeñe el rol de combustible de transición hacia una
economía libre de emisiones de carbono. Recordemos que, desde la introducción de los
combustibles fósiles de manera masiva, se ha seguido una trayectoria con cada vez
menor contenido de emisiones de carbono, que ha ido del carbón –el combustible más
sucio- al gas natural, que es el combustible fósil con menos contenido de carbono.
Estos lapsos tan extensos que demandan las transiciones se explican en el hecho de que
es necesarios desarrollar toda una infraestructura para la extracción, transporte y uso de
los combustibles, a las vez que es necesario adaptar los equipos que van a quemarlos y
procesarlos.
Un ejemplo de ello podemos verlo en el presente, donde el gas natural además de su uso
tradicional en la fabricación de fertilizantes, combustible y calefacción, ha empezado a
ser requerido en la industria petroquímica, para la fabricación de, por ejemplo, aeeítes
lubricantes.
Cada uno de estos cambios en los regímenes energéticos ha sido acompañado también,
por cambios tecnológicos, ya que como hemos señalado, los mismos no son más que
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formas que aúnan tecnologías sociales y duras, las cuales organizan el proceso de
reproducción social.
Un cambio en los mismos por ende, implica el desarrollo de toda una constelación de
nuevas tecnologías e infraestructuras que deben acompañar a la nueva fuente energética,
tanto para su producción, transporte, almacenaje y uso, como los modelos organizativos
y las organizaciones adecuadas para gestionarlos.
En tal sentido entonces, y a la vista de los recursos naturales con que cuenta cada país,
una transición de régimen, puede significar una oportunidad para desarrollar las nuevas
tecnologías que lo acompañarán, logrando de tal modo un posicionamiento económico
mejor que la posición subordinada que implica ser sólo un proveedor de energía o
productos primarios.
Para el caso del petróleo, su uso masivo significó en el siglo XX, la hegemonía del
principal productor de bienes relacionados con el mismo, y a la vez, el mayor
consumidor y mayor productor durante buena parte del siglo XX, EEUU.
En el siglo pasado –y aún actualmente- el petróleo se ha erigido en un elemento de
carácter estratégico a nivel mundial, al punto que buena parte de la diplomacia se
explica por el mismo.
Paralelo al aumento del consumo y producción de petróleo, han ido también
adquiriendo peso regiones antaño sin importancia, como el caso de Medio Oriente, y se
han generado también, mecanismos políticos de subordinación del tercer mundo, como
el shock petrolero, los petrodólares y el endeudamiento masivo del tercer mundo y su
posterior crisis de deuda en la década del 80 del siglo pasado.
Figura 1. 5Evolución de la producción, precio y consumo de petróleo
(En millones de barriles diarios y U$S 2013)
17
Fuente: Elaboración propia en base a datos de British Petroleum4
Como puede observarse, más allá de picos y valles, la tendencia de los últimos 50 años
ha sido a la suba del precio, lo cual es perfectamente lógico con la tendencia de un
recurso no renovable, y que como señalamos, va mostrando una TRE menor a medida
que se explotan yacimientos de cada vez mayor complejidad de acceso.
A partir de esto entonces es posible comprender que un proceso de desarrollo, y mas
aún si lo es nacional y popular, debe contemplar una estrategia en lo que a energía se
refiere, máxime cuando se trata de enfrentar los desafíos de nuestra época, que ante el
calentamiento global y la caída de la TRE, impulsan cada vez el desarrollo de nuevas
energías amigables con el medio ambiente y a costos razonables, que permitan combatir
la pobreza y la falta de acceso a la energía a nivel mundial.
1. 5 La perspectiva política
Con los elementos presentados ya en los apartados precedentes podemos ir esbozando la
dimensión política de la cuestión de la energía.
En primer lugar, y si de combustibles fósiles se trata, existe una distribución desigual de
los mismos a lo largo de la geografía planetaria, con lo cual se da en los hechos una puja
por el acceso a los mismos. El modo en el cual ese acceso se cristaliza es una cuestión
4 Ver http://www.bp.com/en/global/corporate/about-bp/energy-economics/statistical-review-of-world-energy-2013/review-by-energy-type/oil/oil-prices.html
18
política en sí misma, o mas precisamente, se puede hablar de una geopolítica de la
energía.
En segundo lugar. El actual régimen energético implica en sí mismo una distribución de
poder entre diferentes actores económicos, políticos y sociales, existen por ende,
grandes fuerzas que se benefician del statu quo, y que en general, no están inclinadas al
cambio.
Tercero. Toda explotación de una forma de energía implica el uso de tecnologías, las
cuales se distribuyen de manera asimétrica entre los países, siguiendo en general la
división entre países desarrollados y subdesarrollados a la hora de explicar la locación
de las tecnologías de punta y las mayores capacidades cientofico-tecnológicas.
Cuarto. Los impactos del actual régimen energético no son tampoco homogéneos, pues
aunque el fenómeno del calentamiento global sea universal o el daño ecológico asociado
a la explotación de hidrocarburos general, se sienten de mayor manera en el tercer
mundo, pues éste cuenta con menos medios para mitigar sus efectos. Por otro lado, pero
asociado a esto, está la cuestión del modo en que se afrontarán los costos de los
esfuerzos para paliar el cambio climático, cuando se trata de responsabilidades
asimétricas y estadios de desarrollo diferentes.
1. 5. 1 Marco mundial
Para poner la cuestión de la energía en perspectiva debemos recordar un hecho que a
veces se pierde de vista en las ciudades. El acceso a energía de calidad y a precios
populares implica una diferencia substantiva en la calidad de vida de la población, pues
permite mejorar la cocción de alimentos, calefacción, facilita el acceso a agua potable,
permite acceder a diversas formas de comunicación, mejora de forma substantiva las
posibilidades de conservación de alimentos, entre otras cosas. Si se recuerda que en el
mundo aún son miles de millones las personas que su forma central de energía es la
biomasa (leña, estiércol, etc) entonces se comprenderá como el acceso a la energía
incide de forma espectacular en la mejora de la calidad de vida.
El consumo de energía en el mundo es brutalmente asimétrico, no respetando criterios
democráticos de ningún tipo, sino que se ajusta a criterios de mercado. Es decir, el
consumo de energía reproduce las asimetrías entre países desarrollados y
subdesarrollados, al punto que .
19
Dicho en términos políticos, los países del G8 más China e India consumen cerca del 64
% de la energía mundial, generado cerca del 70 % de las emisiones de CO2, y no
parecen dispuestos a realizar un esfuerzo proporcional para garantizar acceso a la
población mundial a energía a un costos razonable y paliar con esfuerzos equitativos al
consumo y a la historia los efectos de las emisiones de CO2.
Figura 1. 6Consumo mundial de energía primaria por países para 2013
Fuente: BP, Statistical Review 2014.
El problema que se plantea entonces es como generar mecanismos que aseguren un
esfuerzo equitativo entre la diferentes partes, y que éste a su vez garantice que la
población que no tiene acceso a bienes básicos los tenga, y quienes tienen un estilo de
vida basado en el consumismo extremo, moderen su consumo o mejor aún, lo
disminuyan.
Como es fácil de advertir, el problema central radica en dos cuestiones, lo que se
entiende por equitativo, que no es interpretado igual por los países desarrollados y los
en desarrollo, y en la cuestión de la moderación y/o baja del consumo de energía, pues
resulta complejo ponerse de acuerdo en quienes y en que grado han de hacer dicho
esfuerzo, además de la cuestión no menor de los recursos financieros necesarios, la
tecnología y los costos de la misma.
Figura 1. 7
20
Consumo mundial de energía primaria para el año 2013
Fuente: Elaboración propia en base a BP 2014.
Figura 1. 8Emisiones mundiales para 2013
Fuente: Elaboración propia en base a BP 2014.
1. 5. 2 Marco nacional
En el plano nacional la cuestión tiene también mucha complejidad, pues la estructura de
actores internacionales se replica en el plano local, pero no se reduce a esto la cuestión,
sino que hay que introducir consideraciones sobre el rol que deberá jugar la energía en
el proceso de desarrollo nacional. De la respuesta que se dé a ésta última cuestión,
21
pueden surgir diferentes alternativas para el régimen energético nacional y sus
diferentes aspectos.
El primer gran aspecto político en lo nacional está dado por los recursos con que se
cuenta y la estructura de propiedad de los mismos. Recordemos que en el caso del
petróleo, y desde la última reforma constitucional en la década de 1990, las riquezas del
subsuelo pertenecen a las provincias, lo cual provoca que una política energética
nacional requiere un consenso con las provincias.
El siguiente gran aspecto es el dado por el modo en el cual se explotan dichos recursos,
pues si bien es cierto que una propiedad nacional de los recursos ofrece un marco
propicio para el desarrollo, no es condición excluyente para el logro de esto, pues si no
se cuenta con las capacidades de explotación bien es posible que privados se apropien
de los beneficios. Dentro de este punto cabe ubicar por ejemplo, la estructura de
propiedad de las empresas que explotan los recursos, la estructura del mercado, la
relación de las empresas con contratistas, etc.
El tercero de los aspectos es el manejo de las tecnologías asociadas a las diferentes
formas de energía. Por más que un país cuente con grandes recursos naturales si no
cuenta con las tecnologías adecuadas será complejo aprovechar dichos recursos, ya que
las mismas no sólo constituyen una barrera de entrada, sino que también una forma por
la cual se establecen relaciones asimétricas entre países. El manejo de las tecnologías
apropiadas, lo cual se logra por medio de senderos de aprendizaje usualmente
prolongados, constituye a veces una dificultad mayor que el capital.
Cuarto. Elección del tipo de mix a utilizar y las prioridades de desarrollo. No es lo
mismo dar prioridad a cualquier recurso, pues de esa elección se desprenderán
fortalezas y debilidades del país. Por otra parte, decisiones de desarrollo de una energía
u otra no se deben tomar con criterios economicistas, pues lo que parecen decisiones
perfectamente razonables en el corto plazo pueden resultar catastróficas en el largo. O
sea, no es lo mismo asumir a la energía como medio de desarrollo que encarar el
desarrollo de ciertas fuentes de energía.
Para el primer caso se utiliza cierto recurso natural como palanca para el desarrollo del
país y su población. Pero éste camino es más complejo, largo e incierto, y exige tomar
decisiones y ejecutar acciones con largos procesos de maduración.
En el segundo, se prioriza el acceso a la energía, pero en el camino se dejan de lado
aprendizajes locales y derrames a otros sectores, o sea, sólo se aprovecha la energía,
capitalizando otros actores extranjeros los beneficios reales.
22
Este ejemplo es fácil de ver en los países que viven de la renta petrolera, que a pesar de
contar con cuantiosos recursos no logran traducirlos en avances reales para la población.
A modo de resumen podemos señalar que todas las decisiones que se toman a la hora de
definir o perfilar el régimen energético de un país revisten un carácter político, tanto en
el sentido estricto, de que involucran relaciones de fuerza y poder, como en el
estratégico, ya que se puede contribuir a crear las fortalezas o debilidades del mañana.
23
2. EL ACTUAL RÉGIMEN ENERGÉTICO
2. 1 Introducción
Como señaláramos el régimen energético de una época constituye en sí una forma
tecnológica particular, y dicha forma tecnológica debe ser pensada en sus implicancias
nacionales y mundiales si se desea avanzar en un proceso de desarrollo sostenible.
Repasemos la estructura de nuestro régimen energético para esbozar su relación con el
estilo de vida moderno y el actual estado de la civilización.
Los combustibles fósiles, y en particular los hidrocarburos son la columna dorsal de la
sociedad moderna, pues por medio de los mismos se asegura el suministro de
electricidad, el transporte y la agricultura. Es decir, toda la forma de vida moderna
descansa sobre ellos, y en consecuencia, toda la infraestructura relacionada con las
comunicaciones y el transporte depende de ellos. Pasemos a desagregar.
En el caso de la electricidad, cerca del 60 % de la electricidad mundial se genera con
hidrocarburos, lo cual implica que es necesario extraerlos, transportarlos a su lugar de
consumo, generar la electricidad, transportarla a los centros urbanos y distribuirla para
su consumo. Todo de un modo coordinado y articulado entre los diferentes actores, de
modo que nunca se interrumpa el flujo de combustible y electricidad.
En términos prácticos esto implica la necesidad de infraestructuras de miles de millones,
una gran capacidad de regulación y gestión para mantener a la máquina funcionando, y
una gran centralización en lo que hace al sector petrolero y de la energía eléctrica.
Para el caso del transporte, la infraestructura se relaciona con la necesidad de rutas y
autopistas, vías férreas, puertos, pero principalmente, la distribución del combustible.
En el caso de la generación eléctrica hay que señalar el hecho de que se requiere de
máquinas térmicas para transformar el combustible en movimiento, siendo que dichas
tecnologías han co-evolucionado con los combustibles fósiles. Es decir, tal como
Carlota Pérez lo ha señalado, estas tecnologías corresponden a un racimo o clúster de
innovaciones que están asociadas al petróleo.
Para el caso de la agricultura se tiende a pensar que sólo se depende del petróleo para
las maquinarias, pero el hecho es que se lo usa también de un modo intensivo para la
producción de urea, pesticidas y plaguicidas, por lo cual más allá de que se disponga de
tractores o no, el uso del paquete tecnológico de la soja RR es inviable sin
24
hidrocarburos.
Más aún, si se piensa en la petroquímica, que involucra la producción de alimentos,
materiales, medicamentos entre otros, se comprenderá lo irremplazable que son los
hidrocarburos y lo absurdo que es quemarlos.
Así entonces, si el mundo asistiera a una elevación constante del precio del petróleo y
de su demanda para la producción de energía, el efecto de los mismos no se quedaría
confinado al ámbito de los combustibles, sino que repercutiría en todos los ámbitos de
la vida, perjudicando más, por supuesto, a aquellos países que no cuentan con
hidrocarburos y que son muy dependientes de ellos para la generación de energía; y,
más aun, a los sectores más desprotegidos de la sociedad.
Volvamos a la ecuación de desarrollo cultural, es decir, de desarrollo civilizatorio: E x
T= C; donde E es la cantidad de energía utilizada per cápita por año, T representa la
eficiencia de las herramientas usadas para aprovechar la energía, y C representa el grado
de desarrollo cultural.
En la misma se comprende que si se elevan de un modo brusco los costos de la energía,
su consumo bajará -al permanecer la tecnología constante, dada su inelasticidad-, y por
ende también el nivel cultural (en los términos que White la entiende). Dentro de la
parte tecnológica de la ecuación, hay que recordar que cada forma de energía representa
una tecnología social, en el sentido de un modo de organización de la sociedad en torno
a ella, por lo cual la transición hacia energías renovables (la próxima gran transición)
implica cambios en la organización social, que de un modo u otro, deben acompañar el
hecho de que con los hidrocarburos se ha vivido una época dorada a costa del medio
ambiente y de la calidad de vida de generaciones vendieras.
Pensemos en la actualidad ahora. Mirando nuestro presente, en una perspectiva de
décadas nos encontramos en una situación en la cual el aumento de E exige mayores
esfuerzos proporcionales por unidad, ya que es necesario expandirlo en base a T, dada la
menor disponibilidad de recursos convencionales.
Si bien es postulable pensar en la tecnología como un factor de abaratamiento de los
recursos no convencionales, es también cierto que habrá impactos -ya los hay- en la
sociedad, pues es menester destinar mayores niveles de recursos sólo para mantener el
nivel de consumo energético per cápita, por no mencionar el hecho de que las reservas
globales de crudo de todo tipo van a la saga de la demanda. Si a esto se suma el hecho
de que los combustibles fósiles han tenido un impacto que puede llegar a ser
catastrófico en el clima global, se puede vislumbrar que se presenta un escenario de
25
agotamiento del actual régimen energético (no del petróleo) que lleva a la urgente
necesidad de una transición.
Figura 2. 1Producción de energía primaria por fuente
desde la revolución industrial
Fuente:
Esta transición ofrece como alternativas la decadencia -hacia una situación de menor
consumo energético per cápita-, el colapso -y desaparición de la actual sociedad-; o la
transición a otro régimen, en cuyo caso las energías renovables aparecen como la
alternativa con mayores chances para inaugurar un nuevo régimen energético.
Recordemos que vivimos en sociedades muy complejas e interconectadas, que requieren
sumas inmensas de energía para funcionar. Por ende cualquier problema en el flujo de
energía afectará de forma inmediata el estilo de vida, e incluso, la satisfacción de
necesidades básicas, de allí entonces la necesidad de emprender el desarrollo de nuevas
fuentes alternativas al petróleo.
Como es sabido, el petróleo es un subproducto de los procesos energéticos de vida
pretérita, que mediante procesos geológicos y físico químico se ha transformado en
reserva de energía barata, energía que al ser consumida libera carbono. Puede
observarse entonces, dos grandes tendencias desde el inicio de la era industrial.
Por un lado, una tendencia tecnológica a la baja en el contenido de carbono por unidad
26
energética consumida, hecho que se puede verificar en el pasaje de la leña al carbón, de
éste al petróleo, y de éste al gas, tendencia cuya culminación natural sería la eliminación
de las emisiones, que en el caso de combustibles sólo es posible con la quema de
hidrógeno.
Por el otro, como decíamos anteriormente, una tendencia a la baja en eficiencia con la
cual se procesa energía, cuya evidencia principal se puede constatar en la viabilidad
comercial de la explotación de recursos no convencionales de petróleo y gas, los cuales
son mucho menos eficientes en términos termodinámicos, y que requieren proporciones
mayores de energía para conseguir cada nueva unidad de la misma (ver figura 1. 3).
Como puede apreciarse entonces, esta transición, que se hace evidente en el aumento
sostenido del precio del petróleo (a los largo del siglo XX), acarreará consecuencias que
sólo podrán mantenerse a raya si se administra la transición, de modo que se reserve el
uso de los hidrocarburos para los propósitos en los cuales es insustituible, y se genere
electricidad e impulse el transporte a partir de energías renovables.
Recordemos que una transición de régimen lleva décadas: si miramos el paso del carbón
al petróleo, podemos ver que los pasos decisivos se dieron durante la Segunda Guerra
Mundial, pero el camino del petróleo se había iniciado ya en el Siglo XIX.
Crear una nueva infraestructura energética, y nuevos modos de generación de energía -
con sus sistemas de almacenaje asociados- llevará mucho esfuerzo y tiempo, por lo cual
no es en modo alguno razonable argumentar que las energías renovables no son
rentables en la actualidad, o que no resultan competitivas ante el petróleo, pues ese no
es un razonamiento correcto.
En primer lugar, el petróleo resulta más barato si no se contemplan los costos de las
externalidades asociadas a él, como las emisiones o los pasivos ambientales asociados a
su extracción, y esto es algo que tarde o temprano se deberá afrontar.
En segundo lugar, para que las energías renovables estén en posibilidad de reemplazar a
los combustibles fósiles, es necesario transitar un camino de aprendizaje que sólo es
posible si se inicia hoy. Si el esfuerzo se inicia cuando se las precisa será demasiado
tarde, lo cual nos lleva al tercer punto.
Tercero, el costo de oportunidad de emprender el desarrollo de energías renovables en la
actualidad es muy bajo en relación al perjuicio que sufriremos si no lo hacemos y no
están preparadas para cuando las necesitemos.
Se trata, en suma, de hacer un razonamiento que no acote la racionalidad a la lógica
económica de corto plazo y del mainstream de la teoría económica, pues la misma no
27
toma en cuenta las relaciones del sistema económico con la biosfera; y, por ende, se
trata de un razonamiento falaz, en el sentido que tiene vicios de origen al postular, por
ejemplo, al crecimiento económico como ilimitado, ignorando la finitud de los recursos
terrestres.
Con estos elementos a la vista, y con el hecho constatado del crecimiento poblacional y
el aumento del consumo de los países en desarrollo, es posible afirmar que en el Siglo
XXI hemos de enfrentarnos al agotamiento del actual régimen energético como base del
crecimiento mundial, evidenciado en la llegada de rendimientos decrecientes en
diversas áreas de la economía.
Queda planteada pues la necesidad de adoptar acciones para afrontar lo que
inevitablemente llegará, y que acabará con el espejismo energético de la energía barata
y abundante producida por la era de los combustibles fósiles. En este contexto entonces,
sólo nos es dado elegir el modo en el cual se enfrentará lo inevitable, si con previsión y
trabajo, o con temeridad e irresponsabilidad.
Para seguir avanzado en la propuesta del seminario, y en vista del proceso de
construcción de una alternativa al actual régimen energético, en el presente capítulo se
recorrerá en detalle nuestro presente energético y sus principales características.
2.1 El mundo
Como hemos señalado el nuestro es un mundo basado en los combustibles fósiles, el
principal de los cuales es el petróleo, insumo básico para el transporte, donde se
encuentran los mayores obstáculos para su reemplazo dada su densidad energética5.
Como es posible apreciar en la Figura 2.2, sólo una pequeña fracción de la energía
primaria mundial proviene de fuentes renovables, aún considerando dentro de ella a la
hidroeléctrica, y se aprecia de un modo claro que el carbón desempeña un papel central,
principalmente en la generación de energía eléctrica.
2.1 1. El mix energético mundial
En la figura que sigue se puede apreciar la producción de energía primaria mundial para
el año 2013.
Figura 2. 2
5 Ver anexos y tablas.
28
Producción de energía primaria mundial por fuente (MTEP)
Fuente: BP, Statistical Review 2014.
Si se observa el consumo por bloques, es posible apreciar que existen grandes
variaciones en el mix de generación. En concreto, en Sudamérica, existe una gran
potencia instalada hidroeléctrica, y se utiliza poco carbón, con lo cual estamos en
niveles de emisiones menores que Europa o Norteamérica por unidad de potencia.
Figura 2. 3Producción de energía primaria de regiones por fuente (MTEP)
Fuente: BP, Statistical Review 2014.
Como puede apreciarse en las figuras, para mantener el mundo funcionando, existe la
necesidad de un constante flujo de recursos, que de interrumpirse, generarían un caos
29
total. De la distribución no uniforme en el mundo de éstos recursos, se deriva en parte la
complejidad política del mundo, ya que el aseguramiento de los suministros, requiere
por parte de los principales consumidores (y productores) una geopolítica asociada.
No es necesario abundar demasiado en el tema, pero es sabido que las guerras de Irak6
han tenido su raíz en la cuestión del petróleo, y que buena parte de la tensa relación de
Rusia con Europa se explica por el gas.
Asimismo, China, es en el presente el gran emergente de la demanda energética
mundial, y está desde hace más de una década desplegando inversiones en el mundo por
medio de sus empresas petroleras para asegurarse el suministro futuro y presente del
mismo7.
Es claro entonces, que la cuestión energética resulta indisociable de la política, pero
también de la tecnología y la industria, ya que entre ellas se estableen relaciones a través
de la cadena de valor del petróleo que multiplican en otros sectores. No es preciso ir
lejos para encontrar estos casos, Tenaris8 es uno de ellos, que se forjó a la par de YPF
estatal.
2. 1. 2 La seguridad energética y los escenarios para el cambio de régimen
energético
En la actualidad a la cuestión energética a la hora de definir políticas, se la suele abordar
a partir del concepto de seguridad energética, concepto surgido de una propuesta del
World Energy Council (WEC) para pensar la sostenibilidad del suministro energético
del mundo.
Desde el año 2008 el WEC ha venido publicando9 una serie de documentos con
recomendaciones de política pública (Assessment of Energy Policies and Practices,
World Energy Trillema, a partir de 2012) en los cuales ha desarrollado un índice para
calificar los avances de los países en la visión de la sustentabilidad que la organización
propone.
Según la conceptualización del WEC, la sustentabilidad en el campo energético puede
definirse como el avance en tres ejes, que por tener que darse de un modo equilibrado
(para alcanzar la visión propuesta) constituyen un trilema energético. Estos ejes,
seguridad energética, equidad social y mitigación del cambio climático, representan a 6 http://www.rebelion.org/docs/21178.PDF ; http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165437 7 http://www.eurosur.org/acc/html/revista/r69/69geop.pdf 8 http://www.tenaris.com/es-ES/default.aspx ; http://es.wikipedia.org/wiki/Tenaris ; 9 Ver http://www.worldenergy.org/publications/?publication_type=strategic&s
30
la vez que un ranking, una agenda, y constituyen un espacio de trabajo a escala
internacional en el cual participan todos los actores del sector energético.
Por otro lado, y teniendo en cuenta que el acceso a la energía es un factor determinante
en la calidad de vida de la población, la propuesta constituye un buen norte para
delinear una hoja de ruta nacional. En cuanto a los componentes del trilema, los mismos
se definen como:
Seguridad energética: entendida como gestión eficaz del suministro de
energía a partir de fuentes nacionales y externas (tanto para importadores
como exportadores netos de energía), fiabilidad de las infraestructuras
energéticas y capacidad de las empresas de energía para satisfacer la
demanda actual y futura (para los países que son exportadores netos de
energía, esto también se refiere a la capacidad de mantener los ingresos
procedentes de los mercados de ventas al exterior);
Equidad social: se refiere a la accesibilidad y asequibilidad del suministro de
energía para toda la población;
Mitigación del impacto ambiental: eficiencia y ahorro energético (tanto
desde el punto de vista del suministro como del de la demanda) y desarrollo
de oferta de energía renovable y de otras Fuentes bajas en carbono (Camacho
Parejo, 2012).
El trilema plantea entonces una senda para el logro de un desarrollo sostenible, el cual
debe gestionarse desde el actual punto de partida, en el cual cerca del 70 % de la energ ía
primaria proviene de combustibles fósiles.
Partiendo de ello, y sobre la base de que el incremento de la temperatura global no
supere los 2º C medidos desde la era pre-industrial10, el trilema invita a equilibrar el
mayor consumo de energía de los países emergentes (producto de su crecimiento), con
el elevado y creciente consumo de energía del primer mundo, consumo que es probable
que comience a competir por recursos en el mediano plazo.
Así, la visión del WEC del mix energético para la transición dentro de los objetivos del
trilema sería la siguiente:
Figura 2. 4
10 Es la temperatura máxima que se puede alcanzar sin generar daños significativos en el planeta a raíz del calentamiento global, como por ejemplo, la suba del nivel de los océanos. Ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Calentamiento_global
31
Matriz energética mundial e histórica y proyectada según objetivos del trilema
Fuente: WEC 2012a, p. 34
Como puede apreciarse existe un fuerte componente de ahorro en la proyección, un
elevado incremento de las energías renovables no convencionales (solar, eólica,
geotérmica, mareomotriz, de las olas), un descenso en el consumo de petróleo y carbón
y un aumento del gas, de menor contenido de carbono que los anteriores, el cual debería
ser un elemento de transición.
El logro de éste escenario implica fuertes inversiones en I+D, además de grandes
inversiones en infraestructura, marcos regulatorios adecuados, políticas estables; y, por
supuesto, los fondos para realizar dichas inversiones, además de transferencia de
tecnologías limpias desde el primer hacia el tercer mundo.
Al respecto de ello, el WEC en su informe del año 2012 ofrece una serie de
recomendaciones para llevar adelante la transición, recomendaciones que se elaboraron
sobre la base de una encuesta a empresarios del sector.
Las recomendaciones se elaboran sobre tres ejes, y abarcan el diseño de políticas
energéticas coherentes y con consecuencias previsibles: el apoyo a condiciones de
mercado capaces de atraer inversiones a largo plazo, y al estímulo de iniciativas que
fomenten la investigación y el desarrollo en las diferentes áreas tecnológicas de la
energía. En la Figura 3. 13, se ilustra la interacción de las recomendaciones para
aproximarse a los objetivos del trilema.
Figura 2. 5
32
Áreas claves de políticas públicas relacionadas para la transición hacia energías sustentables
Fuente: WEC 2012a, p. 35
Por su parte, en el informe de 2013 “World Energy Trilemma Time to get real – the
case for sustainable energy investment”, sobre la base de consultas a actores de la
política pública del sector, se establecen las siguientes recomendaciones en relación al
aporte que puede realizar el sector privado para favorecer un camino hacia la
sustentabilidad energética:
1. Ayudar a construir un consenso nacional sobre la estrategia energética.
2. Adoptar y apoyar una perspectiva de largo plazo para la energía
3. Compartir conocimientos y retroalimentación para combatir la asimetría de
información (WEC, 2013, p. 49-55)
Sin duda, la construcción de una política energética y un camino hacia la sostenibilidad
requiere de la cooperación y el diálogo de todos los actores, pues se trata de políticas de
largo plazo, que son afectadas tanto por la acción del Estado o los empresarios, como
por la percepción pública sobre el cambio climático.
Un avance decidido en el camino de las energías renovables procede en el presente,
más de la preocupación por el cambio climático que por consideraciones de carácter
33
económico, pues como hemos señalado -si se dejan fuera las externalidades- las
energías no renovables siguen siendo más baratas.
Sobre la confluencia de las perspectivas entonces, es que hay que desarrollar los marcos
de acción, ya que un camino hacia la sostenibilidad energética sólo es alcanzable con la
sumatoria de los esfuerzos de todos.
2. 2 Argentina
Si bien la matriz energética argentina posee un buen componente de generación
hidroeléctrica, no escapamos a la realidad de los combustibles fósiles. Por otro lado, el
transporte en su amplia mayoría se basa en los hidrocarburos, por lo cual la energía
primaria consumida en el país es de manera predominante de origen fósil.
Figura 2. 6Consumo primario de energía /Miles de TEP)
Fuente: Revista Petrotecnia 5/14, Octubre 2014.
2. 1 El régimen energético argentino
El parque de generación del país, para el año 2013, era un 60,9 % de origen térmico, es
decir, derivado de la quema de algún tipo de combustible, en tanto que la
34
hidroelectricidad, alcanzaba el 35,33 % del total. La energía nuclear explicó cerca del 3
%, y sólo cerca del 0,5 % correspondió a eólica y solar.
Con pocas variaciones (la incorporación de la central Nestor Kirchner –Atucha II, que
suma cerca de 700 Mw, no reflejada en la tabla) es esta la estructura del parque de
generación del país, y teniendo en cuenta que quedan muy pocos aprovechamientos
hidroeléctricos potenciales que aprovechar, un cambio en la matriz sólo puede provenir
del desarrollo en escala en las energías renovables.
Cuadro 2.1 Capacidad instalada de Argentina por tipo11 de generación
(a Diciembre 2013)
Fuente: CNEA
Hagamos una aclaración histórica para revisar el próximo dato. Desde que se iniciara el
desarrollo industrial del país, con el modelo de industrialización por substitución de
importaciones, se han registrado de manera periódica restricciones en el sistema
energético, en particular, en el suministro de la misma.
Estas restricciones han estado relacionados primero, con la falta de autoabastecimiento
petrolero del país, que se ha logrado en un muy pocos periodos. La mecánica es la
siguiente. Cuando se incrementa la actividad industrial del país se incrementa la
demanda de importaciones (insumos para la industria, bienes de consumo porque
mejora el poder adquisitivo de la población) lo cual genera una mayor demanda energía
para la industria y la población, que tiene mayor capacidad de consumo. Si revisamos la
matriz energética del país (cuadro 2. 1) podemos apreciar que es térmica en su mayoría,
11 TV: turbina de vapor; TG: turbina de gas; CC: ciclo combinado; DI: diesel; TER: térmica; NUC: nuclear; FT: solar fotovoltaica; EOL: eólica; HID: hidraúlica.
35
a la vez que la térmica es la única que se puede expandir de manera rápida. Por ende
esto presiona en la demanda de combustibles, lo cual a su vez genera mayor demanda de
divisas para importar combustibles, agudizando la restricción externa. Recordemos que
a la demanda de divisas hay que sumar también las necesarias para atender los servicios
de la deuda.
Figura 2. 7Consumo de energía y PBI de la Argentina
Fuente: Revista Petrotecnia 5/14, Octubre 2014.
Como se observa en el gráfico, ha existido una correlación histórica entre crecimiento
del PBI y consumo de energía, correlación que ha alimentado la citada restricción. Para
el caso de nuestro presente, la necesidad de importar combustibles se ha derivado de la
cesión por parte del estado nacional, de la gestión de la política energética al mercado.
La privatización de YPF, sumada a la estrategia extractivista llevada adelante por
Repsol, dieron como resulta un declino permanente de la producción y las reservas, que
para ser revertido llevará muchos años.
Asimismo, hay que sumar el hecho de que han faltado inversiones en el transporte y la
distribución de la energía, lo cual ha producido la mayoría de los incidentes
relacionados con cortes en el área metropolitana.
La falta de inversiones de privados en generación eléctrica ha sido cubierta por el
estado, pero como hemos visto, la forma más rápida de responder a la demanda es con
generación térmica, que demanda más combustibles. Se ha realizado ampliación de la
36
capacidad nuclear e hidroeléctrica, pero los plazos mayores de éstas, y los montos
implicados, hacen que el ritmo de creación de capacidad instalada sea menor.
Por otro lado, en el plano nuclear, se ha tenido que recuperar capacidades que se habían
perdido con la suspensión del plan nuclear en la década de 1990, por lo cual el camino
se ralentiza más aún.
Figura 2. 8Consumo final de energía por rubro de Argentina año 2012
Fuente: Revista Petrotecnia 5/14, Octubre 2014.
En lo que respecta a la hidroeléctrica, la principal inversión ha sido la culminación de
Yaciretá, y están en proceso licitatorio el aprovechamiento del río Santa Cruz. Otros
proyectos en el Paraná se han visto frenados por oposición de la ciudadanía, ya que los
grandes aprovechamientos hidroeléctricos implican inundar amplias zonas, los cual
provoca el desplazamiento de población y la desaparición de tierras en las que, en
muchos casos, vivían por generaciones. En tal sentido, un caso paradigmático ha sido el
de Federación, trasladada para la construcción de la central hidroeléctrica de Salto
Grande, sobre el río Uruguay.
Así entonces, como puede observarse en la figura 2. 9, la capacidad instalda ha crecido
en o fundamental sobre la base de generación térmica, en lo fundamental gas y gas oil,
que alientan centrales de turbina de gas, ciclo combinado o diesel, que en general son
distribuidas, o se utiliza cuando falta gas.
37
Figura 2. 9Consumo primario de energía /Miles de TEP)
Fuente: CNEA, 2013
2.2 Algunas conclusiones provisorias
Sobre la base de estos datos cabe sacar algunas conclusiones respecto de la seguridad
energética del país tal como la plantea el WEC.
En primer lugar, se debe asegurar un adecuado flujo de combustibles fósiles para
garantizar la generación, a la vez que desarrollar mecanismos para mitigar las profundas
variaciones de costos que sufre el petróleo, y que afecta los costos del parque generador.
Segundo. En Argentina, históricamente el consumo de energía ha seguido a la actividad
económica (figura 2. 7), y en particular, a la industria. Por ende desarrollo de un modo u
otro implica consumos de energías mayores, más allá de toda medida de ahorro, por lo
cual se debe proyectar un crecimiento sustentable del parque de generación y con
estructuras de costos lo más estable posibles.
Tercero. Si bien el país cuenta con cuantiosas formaciones no convencionales que
podrían suministrar gas para varias décadas, su costo de explotación es muy elevado,
por lo cual sería prudente utilizarlos como puente hacia el desarrollo de fuentes
alternativas.
38
Cuarto. El país posee buen potencial solar y eólico, y también recursos geotérmicos y
mareomotrices y de las olas. El recurso más amplio de todos y mejor repartido es el
eólico, y es el que también ofrece mejores oportunidades para un desarrollo tecnológico
autónomo. No obstante ello hay que diversificar las fuentes.
Quinto. La estructura actual de generación es altamente centralizada. Las energías
renovables (de la mano del desarrollo de sistemas de almacenaje) pueden ofrecer un
desarrollo más descentralizado y flexible, complementando primero a las no renovables,
reemplazándolas paulatinamente luego.
Sexto. Si bien la energía nuclear tiene el problema de los residuos, es un sector
estratégico que merece ser sostenido12, pues reactores de nuevas generaciones ofrecen
nuevas alternativas con menores riesgos, pero el modo de llegar a ellos es continuar el
presente camino.
Séptimo. Hay que retomar una visión en que la energía reviste un carácter estratégico –
en particular los hidrocarburos- y ubicarla nuevamente en un lugar estratégico. En la
década del 1990 se impulsó una visión que ubico a la energía en el lugar de
commodities, y por ende, bajo la égida del mercado. Ponerla en un lugar estratégico
implica que la misma debe subordinarse a objetivos de desarrollo nacional. Esto que
suena muy sencillo, implica reformas de fondo en el andamiaje institucional del país, las
cuales no están exentas de conflicto. Un ejemplo de ello es la contradicción entre la
necesidad de contar con una política energética nacional y la propiedad del subsuelo.
12 En lo fundamental por el desarrollo de tecnologías conexas, aplicaciones y capacidades que de otro modo deberías ser importadas.
39
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Entropía:
http://es.wikipedia.org/wiki/Entrop%C3%ADa
Termodinámica:
http://es.wikipedia.org/wiki/Termodin%C3%A1mica
Estructura disipativa
http://es.wikipedia.org/wiki/Estructura_disipativa
Ilya Prigogine
https://www.youtube.com/watch?v=tuqrvPQ7nAk
Claude Levi-Strauss
https://www.youtube.com/watch?v=c_o6OuEALAc
Cambio climático
http://www.ipcc.ch/
https://www.youtube.com/watch?v=THKgFtr7J2w
https://www.youtube.com/watch?v=Jq1AMhNFn7Y
Generación eléctrica
https://www.youtube.com/watch?v=p9TzRVsUNqk
40
GLOSARIO
Densidad energética: En las aplicaciones de almacenamiento de energía, la densidad
energética hace referencia a la densidad de energía másica o a densidad de la energía
volúmica. Mientras mayor sea la densidad de energía, más energía habrá disponible para
acumular o transportar por volumen o por masa dados. Esto tiene incidencia
particularmente en el área del transporte (automóvil, avión, cohete...), tanto en la
elección del combustible, como en los aspectos económicos, teniendo en cuenta la
consumición específica y el rendimiento del grupo motopropulsor.
Las fuentes de energía de más alta densidad provienen de reacciones de fusión y de
fisión. En razón de los límites generados, la fisión, se restringe a a aplicaciones muy
precisas, mientras que la fusión en continuo aún no ha sido totalmente dominada. El
carbón, el gas y el petróleo son las fuentes de energía más utilizadas mundialmente, aún
si tienen una densidad de energía mucho más débil; el resto se debe a la combustión de
la biomasa, que tiene una densidad de energía todavía menor. A continuación una tabla
con densidad energética de algunos elementos y combustibles:
Combustible Energía por
volumen (Wh/l)Energía por masa
(Wh/kg)Gas oil 10.700 12.700Nafta 9.700 12.200Grasa corporal 9.700 10.500Carbón 9.400 6.600Butano 7.800 13.600Propano 6.600 13.900Etanol 6.100 7.850Metanol 4.600 6.400Gas natural (a 250 bares) 3.100 12.100Hidrógeno líquido 2.600 39.000Hidrógeno (a 350 bares) 750 39.300Madera (valor promedio) 540 2.300Batería litio cobalto 330 150Batería litio manganeso 280 120Batería níquel metal hidruro 180 90Batería plomo ácido 64 40Aire comprimido 17 34
Energía primaria: Una fuente de energía primaria es toda forma de energía disponible
en la naturaleza antes de ser convertida o transformada. Consiste en la energía contenida
en los combustibles crudos, la energía solar, la eólica, la geotérmica y otras formas de
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energía que constituyen una entrada al sistema. Si no es utilizable directamente, debe
ser transformada en una fuente de energía secundaria (calor, electricidad, etc).
En la industria energética se distinguen diferentes etapas: la producción de energía
primaria, su almacenamiento y transporte en forma de energía secundaria, y su consumo
como energía final.
Así, por ejemplo, la energía mecánica de un salto de agua es transformada en
electricidad y al llegar al usuario final ésta puede ser empleada para diferentes usos
(iluminación, producción de frío y calor, etc). A nivel del usuario todas las formas de
energía son, pues, sustituibles. Esta serie de transformaciones implican una cadena
energética concreta, como por ejemplo la que se da en la cadena petrolífera: extracción,
transporte, refinado y distribución. Cada transformación se caracteriza por su
rendimiento, siempre inferior a 1 debido a las pérdidas inherentes al proceso.
El concepto se utiliza especialmente en estadística energética en el transcurso de la
compilación de balances energéticos. Sin embargo, se suele identificar con energía
primaria la energía que resulta de la primera transformación (como por ejemplo el calor
nuclear, la electricidad eólica o hidráulica) y como energía final la que llega finalmente
al usuario (en el contador) pues son para las que se dispone de datos.
Julio o Joule: El julio (en inglés y también en español: joule) es la unidad derivada del
Sistema Internacional utilizada para medir energía, trabajo y calor. Como unidad de
trabajo, el joule se define como la cantidad de trabajo realizado por una fuerza constante
de un newton para desplazar una masa de un kilogramo, un metro de longitud en la
misma dirección de la fuerza.
En esta definición, al ser tan específica, no se consideran tipos de resistencia como el
roce del aire. Su símbolo es J, con mayúscula, como todos los símbolos de unidades del
SI que derivan de nombres de persona.
La unidad julio se puede definir como:
- el trabajo necesario para mover una carga eléctrica de un culombio a través de una
tensión (diferencia de potencial) de un voltio. Es decir, un voltio-columbio (V·C). Esta
relación se puede utilizar, a su vez, para definir la unidad voltio.
- el trabajo necesario para producir un vatio (watt) de potencia durante un segundo. Es
decir, un vatio-segundo (W·s). Esta relación es, además, utilizable para definir el vatio.
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TEP o TOE: Abreviatura de "Tonelada equivalente de petróleo". Se utiliza como
unidad energética y sirve para comparar la cantidad de energía que contiene un material
como carbón, plástico, agua embalsada, etc.
Watt o Vatio: Unidad de potencia del Sistema Internacional, de símbolo W, que
equivale a la potencia capaz de conseguir una producción de energía igual a 1 julio por
segundo.
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UNIDADES Y PREFIJOS UTILIZADOS
UNIDADESa area áreag gramo masaHz hertz frecuenciaJ joule energíaK Kelvin temperaturaL Litro volumenm metro distanciam2 metro cuadrado superficiem3 metro cúbico volumenMtep / Mtoe
Millones de t equivalentes de petróleo energía
N Newton fuerzaPa pascal presión
ppmpartes por millón
concentración
t tonelada masaW watt potenciaWh watt-hora energía
PREFIJOSh hecto 102
k kilo 103
m mega 106
g giga 109
t tera 1012
e exa 1015
z zetta 1018
y yotta 1021
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