sin motivo aparente

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SIN MOTIVO APARENTE. (Mon6logo) Epoca actual. La accibn transcurre en el atardecer de un 17 de setiembre, en un sitio enazo, en medio del cual se ue un hoyo profundo. Tirada en cualguier parte, una pala. Pedro Garcia -cualquier edad mas alld de 10s cuarenta afios- entra, inquieto, desasosegado. Es el hombre que uuelue a1 lugar del horror, atraido por una fuerza ciega y sin nombre. -Volvi PO ifior. . . tSae por que volvi? No sC PO. Palabra. . . 0 sea que mi’acordC que no le habia dicho nP, lleguC y parti nomhs; yo crei qu’era asi la cuestion, que no habia na mas que hablar, na mas que hacer. Igual que cuando uno sale harer un pol010 o una diligencia PO, termina y se va.. . Pero me comencC a ponerme raro; como si tuviera hambre o sC, per0 no hambre de comia o s6 de vino, di’otra cosa: era hambre de Ilorar. . . ipero como me voy a poner a llorar yo PO, ifior por la cresta!. . . ?No se ha sentio nunca ustC como animal enjaulao? ?No lia pasao que no sea lo que quiere, que lo unico que sae es que no’sta tranquilo?: eso es lo que me pasa a mi PO. . . Por eso tenia que venir a expli- carle la cuestion; la mala cuea es que no sC que tengo que explicarle. (Con cierto orgullo) Pero no crea que le tengo mieo o que vengo a rogarle: yo no he rogao nunca a na- die.. . Pucha, claro, me gustaria que no’stuviera enojao conmigo; igual que yo no’stoy enojao con ustC PO, si es re facil la cosa, tno ve que mafiana es diciocho y voy a llevar a la vieja a las ramas? Entonces alM me voy a poner a pen- quiar, y seguro que con la cafia me voy a empezar acordar di’uste, asi que rnejor que conversemos. Yo entendi re bien la cuestion, entienda ustC tambiCn PO. (Pawa) iEntendi? (Se encoge de hombros) tSae quC mas? No hablemos ni’una cosa, yo vine a buscar mi pala nomas. (Va a recogerla. Con ella en 242

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SIN MOTIVO APARENTE. (Mon6logo)

Epoca actual. La accibn transcurre en el atardecer de un 17 de setiembre, en un sitio enazo, en medio del cual se ue un hoyo profundo. Tirada en cualguier parte, una pala. Pedro Garcia -cualquier edad mas alld de 10s cuarenta afios- entra, inquieto, desasosegado. Es el hombre que uuelue a1 lugar del horror, atraido por una fuerza ciega y sin nombre.

-Volvi PO ifior. . . tSae por que volvi? No sC PO. Palabra. . . 0 sea que mi’acordC que no le habia dicho nP, lleguC y parti nomhs; yo crei qu’era asi la cuestion, que no habia na mas que hablar, na mas que hacer. Igual que cuando uno sale harer un pol010 o una diligencia PO, termina y se va.. . Pero me comencC a ponerme raro; como si tuviera hambre o sC, per0 no hambre de comia o s6 de vino, di’otra cosa: era hambre de Ilorar. . . ipero como me voy a poner a llorar yo PO, ifior por la cresta!. . . ?No se ha sentio nunca ustC como animal enjaulao? ?No lia pasao que no sea lo que quiere, que lo unico que sae es que no’sta tranquilo?: eso es lo que me pasa a mi PO. . . Por eso tenia que venir a expli- carle la cuestion; la mala cuea es que no sC que tengo que explicarle. (Con cierto orgullo) Pero no crea que le tengo mieo o que vengo a rogarle: yo no he rogao nunca a na- die.. . Pucha, claro, me gustaria que no’stuviera enojao conmigo; igual que yo no’stoy enojao con ustC PO, si es re facil la cosa, tno ve que mafiana es diciocho y voy a llevar a la vieja a las ramas? Entonces alM me voy a poner a pen- quiar, y seguro que con la cafia me voy a empezar acordar di’uste, asi que rnejor que conversemos. Yo entendi re bien la cuestion, entienda ustC tambiCn PO. (Pawa) iEntendi? (Se encoge de hombros) tSae quC mas? No hablemos ni’una cosa, yo vine a buscar mi pala nomas. (Va a recogerla. Con ella en

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las manos) Asi. . . asi que ustC es casao y tiene dos cabros? ( S e escucha una sirena policial, que pasa y se pier&) d u e rara la cuestion, ha? Empez6 dia poquito, igual que cuando una persona se refria en una casa y despuCs va pegandole el re- frio a 10s vecinos y 10s vecinos al barrio; y uno no se da ni cuenta cuando anda toa la ciuda refria; epidemia parece que le llaman a eso. {Epidemia de quC le podriamos po- ner?. (Pausa. Camina unos pasos hacia el publico. Habla por en- czma de 61. Rememorando) Mi compadre era mas giieno que un cause0 de tomate con aji y cebolla. Curao y too uno lo miraba a 10s ojos y le parecia que se metia a una parte aon- de too era di’otra laya, aonde too era giieno; tenia una risa que se quedaba como balanciando en el aire. . . Y venir a irle siempre tan como el forro, desde que nacio que lo em- pezaron agarrar a charchazos. . . “Me tiraa a un hoyo -de- cia-; me tiraa aentro diun hoyo, compadre, y yo no le habia hecho na: habia nacio y queria vivir, queria vivir porque 10s dias son pa vivilos, 10s caminos pa andarlos” (Pausa) ?Pan- darlos? No, ahora son pa quear iirao, p’agarrarse las tripas y empezar a boquiar, pa llamar y que no venga nadie, pa irse y no poder volver nunca mas. . . pa eso son 10s caminos ahora, compadre. (Pausa) Yo sC que no le hubiera gustao esta macana a ustk: ustC era distinto. Per0 yo soy ignorante, no sC esas cuestiones tan bonitas que sabia ustC, 2donde las aprendio? <Qui& se las metid aentro? (Pausa breve) Puta. . . cy de quC le sirvieron? (Sombrio) En too eso agarre de venir a pensar aqui. La Rosa me decia:

-2Y quk’stai haciendo aqui? --Pensando PO, 2quC no vei? --CY por quC te venis a pensar p’ach si la casa’sta p’alla? -Porque pa pensar no se puee estar kncerrao PO. -Ah. -decia- {Y en quC’stai pensando? -En la cuestion de mi compadre PO.

-Mientras mas viejo mas eevon- me decia. Y s’iba ale- gando. Menos mal que en esos dias andaba contenta, porque le ha- bia prometio llevarla pa las ramas, que si no seguro que los

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sale mocha, porque yo no’staba pa aguantar leseras; y ella le tenia mala a mi compadre, fsae?: decia qu’era muy cu- rao. Claro qu’era cierto, ah? Muy macanuo seria, pero cuando se le calentaba el hocico no paraba de tomar hasta qu’empezaba a ver peliculas sin ir a1 tiatro; y entonces ella decia que por culpa d’61 yo no le daba plata pal guiso; usee sae como son las viejas pa trasmitir PO. Si mi compadre hu- biera si0 casao, la ifiora del habria cargao conmigo, la cues- ti6n es calentarle la cabeza a uno. . . Pucha, y vehir a ca- chimbiarlo a 61, quiera mas tranquil0 que velorio e muo. (Se anima, se acerca r n h a1 hoyo) Cuando lo conoci, yo habia salio a ver si pasaba algo pa engafiar el dia. Y o trabajo en el ter- minal de las micros que vienen de ajuera de Santiago, busco tacis pa 10s pasajeros; pero como ese dia no ian a llegar, me quede en la casa, y’staba mas aburrio que caballo e feria: por eso sali a dar una guelta. Lo encontrk afirmao di’un Ar- bol, ya andaba a medio filo ya. iY staba mirando el paisaje el perla! Cuando pas6 por el lao me dijo:

-iPuta qu’es linda la via, gancho! -{Linda? -le dije yo. -iClaro PO ifior, que no’sta viendo? -me dijo. Y me

mostro asi pa 10s laos, pa que apreciara. -Chis, {di aonde saliste? -le dije. -De toas partes. Como la via -me dijo. Y despuks me pregunt6 que a6nde podia encontrar una

-Pucha, pero ya’stai re mal ya PO -le dije. -Chis, no si’haga problemas, taita -dijo- Y se empez6

a buscar en 10s bolsillos, sac6 unos billetes t h s arrugaos y me 10s mostr6-; Loree toavia me quea un resto. . . 2Vamo a tomarlo un pencazo? Y o combio.

A un tontito le habian dicho; partimos PO. Me conto que se habia venio del sur porque se habia empezao a enamorar di’una mina y 61 no se queria amarrar. “Toi acostumbrao a agarrar mis pilchas y partir pa onde’stoy guelto. Naci asi PO, que le voy hacer: me le monto encirna a la via y parto pa onde me 116e: jsald, amigazo!”

pica.

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La via lo habia llevao pa tantas partes, que me pas6 toa la tarde oyCndolo hablar con el hocico abierto. iPucha que tenia historias el cristiano ho! Mi’habl6 de la Fiesta de la Ti- rana, de la Romeria del pescaor, de la Fiesta de la piedra; me chamull6 de trillas, vendimias y hasta de machitunes, unas cuestiones que hacen 10s araucanos. Lo que si qu’era medio raro pa hablar, porque’staba en lo mejor contando alguna cosa, cuando de repente salia con otra na que ver, y se quedaba mirandolo fijo a uno; despuCs seguia como si no hubiera pasao na. Por ser, mi’acuerdo que m’estaba con- tando como era una parte que mentaba “Oficina San Gre- gorio”, pal norte, cuando de repente me buscaba 10s ojos y decia: “CSae?, cuando uno dice que no quiere peliar con na- die, tiene que defenderse de 10s guenos y de 10s malos” “Chis, zcomo es eso?”, le preguntaba yo. “Piense, PO; pien- se”, decia, enseguia agarraba el vaso, se mandaba un penca- zo a1 seco y seguia hablando de “San Gregorio”. Ya pa cuando fan a cerrar la pic& se cay6 a 10s recuerdos de la in- fancia:

-zSae lo que hacia mi taita cuando yo me arrancaba de la casa? iMe tiraba a‘un hoyo, compadre!

--<A un hoyo? -Clare, a una noria seca. . . Me llegaa a miar gritando

toa la noche, pero no me sacaba. . . jPuta, a un hoyo, com- padre, a mi, que soy el torrante mas giieno p’andar que ha habio! Esa es la autorida, la ley que 10s quieren ensexiarlos; pero a1 que ha probao 10s caminos, a1 que ha probao la li- berta, tienen que carniarlo pa que se quee quieto.

(A1 hoyo) Claro, a veces yo no l’entendia. (Confundido) Giieno, la verdad es que siempre me ha costao entender las cosas, es que tue que empezar a machucirmelas desde qu’era muy cabro. La primera pega que tuve jue pa endere- zar clavos en una contrucci6n, despuks me habian tirao a revolver la mezcla, pero no me la pue; era muy xiecla; ense- guia entre a lijar muebles a una. . . COiga, no me dijo qu’era mueblista ustC?, algo asi parece que le alcanCC a escuchar. &6mo ’sta esa pega? 2Ta julera tambien? (Se escucha la sire-

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nu de 10s bomberos) Un incendio. . . CAonde sera? (Bwca, trata de uer) <QuC s’estara quemando ahora? (Hack el hoyo) {Ha’stao en algun incendio uste alguna vez? Yo si, eran como treinta casas, las habian quemao unos futres, porque decian que la gente no les habia pagao el arriendo (Hacia el hoyo) Pucha la manerita de cobrar que tienen 10s futres, ah? (Se encoge de hombros) Gueno, quC I’estaba diciendo yo? Ah, de cuando m’encontrC con mi compadre. Claro, me cay0 bien di’un principio el torreja; asi que a1 otro dia lo llev6 pal terminal y lo empeck a pulir:

-Mira -le dije-, aqui la pega es re papa,llo unico que tenis que hacer, es esperar que lleguen las micros y ofrecer- les auto a 10s pasajeros; con diez trotes guenos que agarris en el dia, tai flor.

-{Ir ahuscarles auto? <Eso noma? -Claro, eso noma. DespuCs, cuando te pulai, vai a ca-

char a1 tiro cuando el pasajero es paita, o sea guaso, como voh; entonces le pegai la avisa al tacista, pa que le embole la perdiz antes de llevarlo pa ende va: ahi agarrai otro resto.

-{Pa que 10s pulpeen, dice uste? -Geeno, hay que vivir PO -le dije. -No, yo no hago eso -dijo, ofendio. -<Y por que no? No seai gil, aqui tenis que avivarte. -No, compadre: yo no hago esa cuestion; a la via yo le

peleo a mano limpia noma. Pucha, y era cierto. No hacia ninguna de las cuestiones

que haciamos nosotros; era mas sano que un quilo de mejo- rales. En ninguna de las historias que contaba habian tajos, choreos o bronca: eran otras cosas: pura amist8, pura ale- gria. Con decirle que nunca lo habian maquiniao en la pes- ca; querer acusarlo de algo a 61, era como querer agarrar un pufiao de viento. Uno se quedaba mirandolo cuando hablaba y le empezaba a correr una cuestion por dentro, una cuestion rara, como si pudiera. . . Pucha, como si pu- diera ser bonito vivir. “Asi nomas puee ser libre uno PO - decia-: <no ve que las cosas malas amarran? Amarran a la carcel o a 10s remordimientos. Y un cristiano con remordi-

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segura?, asi que con darle pal Tito Guisar anda too bien go, que mas va a hacer uno. Per0 mi compadre decia que a las mujeres no les sirve que uno las quiera pa callao, decia que hay que decirselos o demostrarselos da vez en cuando. 0 sea, sacarlas a pasiar, o quedarselas mirando de repente y decides qu’esta encachas. . . Pucha, per0 mi vieja es re fea, como le voy a decirle eso. (Pausa) Giieno, ahora’sta €ea, an- tes. . . iQuk paso? <Que paso que se pus0 fea? 2Aonde’sta- ba yo cuando se la jue arrugando la cara? <Cuando se me jue poniendo flaca y se le hundieron 10s ojos?. . . Rara la payasa, de repente me dieron ganas d’ir abrazarla. Tenia razon mi compadre, iputas qu’es importante la vieja! Viera lo contenta que se pus0 cuando le dije que la ia a llevar pal parque. . . Pero, < y si me la matan? <Qu6 hago si me la ma- tan? ?No ve que ahora uno puee ir caminando tranquila- mente por la calle y de repente ta tirao en el suelo con la sangre salikndole a chorros por el cuerpo? iY lo pior es que no hay con q u i h cargar PO! (Puma) Pucha la cuestion jodia que 10s vino a pasar. . . Quien ia a pensarlo. . . Es que, tsae? cuando las desgracias no le tocan a uno, parece que pasa- ran muy lejos; y tambikn ta el mieo PO, nadie se quiere me- ter en lios. Y defender a una persona ahora es un lio re grande; ?no ha cachao ustk que cuando pasa algo en la ca- lle, la gente da giielta la cara y empieza andar asi como peg5 a la park? Hay algunos que parece que se hubiexan giielto curcos de repente, de tanto que se agachan p’andar. <FregP la cuestion, ah? Y no hay pa donde irse, porque lo que perdimos aqui, lo perdimos pa toa la tierra. Mi compa- dre las paraba. El too el tiernpo decia: “iPucha qu’es linda la via!” decia lo mismo aunque hubiera sol o juera uno d’esos dias d’invierno en que parece que llueve a gritos y toas las puertas tan cerras. Linda la via, p’arriba y linda la via p’abajo. Y de repente se chant6, no dijo mas esa cues- tion; la boca es le pus0 mua, la mira se le volvio negra. “Quee sobrando aqui -decia-, quee sobrando, porque no me la pueo pa sentir odio”’(Pausa) Yo creo que por eso no l’hizo ni’un empefio a mejorarse. Porque s’enfermo, tsae?

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Un dia lo tuvimos que llevar a la posta, con el Rola y el Lo- bito.

-Clotiamos, compadre -dijo cuando salimos. -<Clotiamos? <Que le dijeron que tenia? -Toi con la “Rosita”. -iNo’stC lesiando! -Chis, <y que queria que me diera? No m’iba a enfer-

mar de romaiso PO; toos 10s torrantes tenimos que morirlos de cirrosi, parece que juera de las chacras ustC. . . Gueno, <y quC le pasa?

No hall6 que decide. Me busquC aentro, pero no tenia ni’una palabra: taba como si me hubieran barrio.

-Tenis que cuidarte -le dijo el Rola-. Vai a tener que hacerle mas a1 mastique y menos a1 pencazo..

-isale p’alla! -le dijo mi compadre- Mis que me voy a entrar a cuidar ahora, yo chupo igual noma. Total ya’stoy hasta las masas.

-<No tiene miedo? -le preguntC. -{A que? {A morirme? {Ta mas gil? - <Firme, compadre? -Pucha, claro PO -dijo ofendio-; las preguntas que

hace. Aqui’sta la mia pa niorirme como quiero. Hay un sol chico saliendome por dentro, un sol qu’esta barriendo toas mis oscuridades, jc6mo voy a tener mieo, ifior!

Ahi mismo hicimos una vaca y partimos-a guaraquiarlos, que guevP!.

Y entre pencazo y pencazo se me ocurrib la idea: iClaro PO! era just0 que mi compadre tuviera una casa y una mu- jer antes de morirse. Pero no habia que decide nP, por si fa- llaba la cuestion, pa que lo iamos a ilusionar.

Mirandole la guata, sacamos la cuenta que le debian que- dar como dos meses pa irse cortao, asi que empezamos a batirle a las minas de por ahi pa que le hicieran el favor. .r Pero ninguna aguanto pal&: unas Se la sacaban conque te- nian su firmeza y otras querian que se bafiara primero. Pero aunque lo bafiaramos una semana lo juerte no se le ia a quitar. Y ademhs en una d’esas I’entraba agua a1 hocico y

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se 10s ia cortao de viaje. La unica que no tenia. . . (Se escucha una sirena policial, que pasa y se pierde) La unica que no tenia quien la cafichara era la “Engaiia Baldosas”, le deciamos asi porque tenia una pata medio chulleca, y no pisaba nunca %onde uno creia que ia a pisar. Per0 tambikn echo p’atras.

-No, chis; con ese no voy -dijo. -Per0 si no te vai a encatrar -le deciamos-, vai hacer

como que te casai con 61 noma.

-No, no aguanto barretas, despues le dan ganas y capaz que me ahogue.

-Puta que soy maldita -le decia la Coriza- f Y no te acordai de toas las veces que te ha pasao pa la cama cuando no ganai na? No, tenis que casarte con kl noma, si no no te vamo a dejar trabajar mas por aqui.

Pero no habia caso. Ya iamos a entrar a 10s charchazos, cuando el Piter se trascurrio y me llamo pa un lao. “No le digamos ninguna cuestion, curCmola noma; esta con la caiia va a toas las paras”, me dijo. Listo PO, ya teniamos ase- gura la novia. Y l’empezamos a trabajar a1 casamiento. Un casamiento con despedia de soltero y too. El “Carne Amar- ga” que6 encargao de juntar el billete pal vino; el Piter y el Lobito s’iban a poner con la musica y la Coriza se cuadraba con 10s duraznos pal arreglao: 10s demas 10s teniamos que conseguir el billeton pal mastique y pal arriendo de la pie- za. Taba tan contento porque hacia algo por 61, que no tuve tiempo de sentir pena porque s’iba a morir. La cuestion jue que teniamos hasta el auto listo -el auto del ciego Letelier, pa que vea que toos le tenian giiena a mi compadre-, cuan- do me peg& la cachh que la “Engaiia Baldosas” se habia chantao, que no queria tomar mas.

-Gueno, <y voh quC te pasa? -le preguntk.

-<Hasta cuando? -No, no tom0 mas. Jui pa onde la YamilC y ella me

-No seai lesa, giiena y sana no te va pescar ni la corrien-

.- -Toi chanta PO.

curb.

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I-

te -le dije-, voh tenis que tomar con 10s machucaos pa que agarren con voh, si no te vai a morir di’hambre.

Pero no habia caso. Menos mal que cuando le contC la cuestion a1 Piter, se le volvio a prender la ampolleta. “No te hagai problemas -me dijo-: colocale un par de patas en la gamba guena y se pone a chupar a1 tiro”.

-Ah, ?firme? -Claro, si asi lo hacia el Paila cuando se le ponia tiesa

i N o vis que cuida esa pata mas que un reloj di’oro? Per0 te- nis que aforrarle un dia antes, pa que le entre la pena.”

Flor PO. El jueves en la noche le busquC el odio a la “En- gaiia” y le puse dos patas en la catimba guena: una de refi- Ion y la otra de punta, pa segurar PO. Enseguia me peguC un par de pencazos y lejui a dar la guena nuea a mi compa- dre. . . S’espanto. Palabra se pus0 como si lo hubieran co- rrentiao. Dijo que nunca se habia querio amarrar con nadie ni con na, y que asi queria morirse, porque era feliz. “Ya me quea poco, no m’embarre ahora.. . iNo me embarre ahora, compadre por la cresta!”, decia. Y parecia que s’esta- ba ahogando, que queria llorar. . . Y de repente me trascu- rro: iClaro PO, 61 queria morirse en su ley, queria morirse como habia vivio: solo, libre, derecho; y mas ahora qu’esta- ba t6o patas p’arriba. . . Esa noche tomamos hasta que no 10s puimos parar del suelo. Y a1 otro dia just0 que agarro una lavA di’auto, asi que la seguimos hasta el viernes en la noche. (Pausa) Pucha, tibarnos en lo mejor (Fuerte sirena de ambulancia, que pasa y se pierde) Tabamos en lo mejor chu- pando aonde el Peteo, cuando veo que viene la Coriza con una bolsa e duraznos. Me 10s pasa y me dice: “Toma, ahi te- nis pal arreglao; mas atras vienen 10s otros. . . 2Aonde va ser la cuestion?” iPucha, y reciCn me pego la cacha que no le habiamos avisao a nadie que habiamos supendio el casa- miento! Que6 la mansa escoba. Decian que mi compadre era chueco, que no se la podia y cuanta macana; asi que m’entrk a quemar y salimos a discutir a la calle. El Lobito, que se habia choriao una radio a pila pa alegrar la fiesta, se pus0 a escapar que 10s habiamos corrio con la plata’el

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vino. . . Y ahi juC aonde la embarr6 mi cornpadre, porque en medio de su curaera, s’echaba la mano a1 bolsillo y decia: “Se paga. . . se paga. Si se ha pedio algo, se paga. . .” Y en- tonces. . . entonces un gallo que ia pasando, sac6 un caii6n d’este volao y le peg6 dos balazos. . . Pucha, tse da cuenta? Asi noma, sin tener na que ver, sin conocerlo ni na; vino y lo mat6, lo dej6 tirao ahi, igual que a un perro. Y despuCs se jue nomas PO. <Que le fan a hacer? <Que le ian a hacer si ale@ que mi cornpadre andaba armao y que lo habia amenazao? (Puma) {QuC dice ustC d’eso? <Que dice? <No le dije qu’estaba asi la cosa ahora? (Pamu) Claro, si yo sC que ustC no andaba ni cerca de la mocha; nunca conoci6 a mi cornpadre ni oy6 hablar de mi: per0 tiene que apechugar PO, aqui estamos t6os en la para. Uno no saca na con co- rrerse, con ser gueno o ser inocente: cuando llueve t6os se mojan. . . Pucha, claro, seria re lindo que hubiera una ley que prohibiera matar a la gente, o que castigara a 10s que matan, per0 no hay PO, asi que que le vamos hacer. Y no crea que l’estoy metiendo grupos, no: yo le discuto con 10s muertos en las manos; ipero ust6 sabe eso tambiCn PO, pa quC se hace el guevbn!. iMala cuea que sea casao y tenga chiquillos, mala cuea que lo vayan a quear esperando pa siempre!: iyo’stoy obligao a cobrar, y obligao no es cul- pao!. . . Pero, {sae? quiero decirle una cuestion: cuando le peg& con la piedra y lo arrastrC pa este hoyo, senti un do- lor re grande aentro, senti como si se me hubiera rejado el corazon pa siempre, porque yo no le tengo mala, como le voy a tenerle mala si no lo conozco: cache que no alcancC a verle ni la cara, con eso le digo too. Asi que no me tenga bronca, no es na personal. . . iPuta, c6mo va ser algo perso- nal si lo unico que quiero es que me perdone, iiior, que guelva a la via y diga que me entiende!. . . Lo que pasa. . . Lo que pasa es que la cuesti6n ta asi PO: s’echaron a mi cornpadre y yo me lo espinaceo,a uste, justo PO. Pagamos con la misma, y aqui 10s vamos toos a la cresta. Poi-que no crea que yo’stoy bendito no; maiiana o mas rat0 me puCe tocar a mi. . . <Quien puke saber ahora cuando lo van a ma-

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tar y por que? (Pausa. Mira hacia arriba) S’hizo de noche. . . CSae? tenia pensao dejarlo tapao, per0 no lo voy a tapar na; total, en este tiempo desgraciao, lquikn crestas va querer sacarlo de ahi?. . .

FIN

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