si me lo pide el corazón - foruq
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SimelopideelcorazónMinstrelValley1
BethanyBells
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Siquieressabermássobre«MinstrelValley»visítanosenminstrelvalley.com
ydescubretodaslasnovedadesdelaserie.
MinstrelValley es un proyecto novedoso, rompedor y sorprendente. Catorcemujeres que crean una serie de novelas gracias a unaminuciosa organizaciónquehallevadotiempoyesfuerzo,peroquetienesurecompensamaterializadaenestasquincenovelasquevamosadisfrutaralolargoestatemporada.Estalaborde comunicación entre ellas, el apoyomutuo, la coordinacióny coherencianohubiese sido posible sin nuestras queridas autoras, que hacen visible que concariño, tiempo robado a sus momentos de ocio, de descanso y de familia,confianza, paciencia, esmero y talento, todo sea posible. Desde Selecta osinvitamosaadentrarosenMinstrelValleyyquedisfrutéis,tantocomonosotros,deestamaravillosaseriederegencia.
Prólogo
HayPROYECTOS.Sí,así,conmayúsculas.Yesteesunodeellos.Enunmundocadavezmásdistante,dondeparecequeloqueprimaesdarse
publicidad, pelotear para que compartan nuestras noticias y, lo que es peor,alabaratontasyalocas,encontrarseconestetrabajoesunlujo,alavezqueunprivilegioquesemehayapermitidoprologarlo.He leído obras de todas y cada una de las autoras que intervienen en esta
colección, y son estupendas.Muchas de vosotras ya habréis disfrutado de lasnovelasdeunascuantas,asíquehuelgapresentarlas.Osconmino,encambio,adescubrir a las que aún os son desconocidas, no os arrepentiréis. No lo digoporque las considere compañeras, incluso amigas.Quienme conozca un pocosabequenovitoreoporelsimplehechodehacerlo.No podéis imaginar el arduo trabajo que ha significado planificar la serie.
Horasyhorasrastreandoinformaciónyverificándolapara,después,comunicareintercalar los resultados con el resto del grupo, demanera que los datos y lassituaciones coincidieran al escribir las distintas historias: calles, posadas,entornosgeográficos,etc.,etc.Cadaautorahaidoaportandoenlaces,fotografías,vídeos,mapas…Todoelloenunambientedondehaprimadoelcompañerismo,lacomplicidady,pordescontado,elbuenhumor.Ellaslohandisfrutado,yvosotrastambiénloharéisconestacolección.Serán novelas divertidas, románticas, dulces, plenas de sentimiento, con
personajesqueosenamorarán;hastaconleyendaincluida.Historiasparidasporla imaginación de unas autoras merecedoras de elogio, no ya solo por sucapacidadparailusionarnos,sudisposiciónacompartirsino,sobretodo,porla
maneraencomiabledeaplicarsealtrabajoparaofreceroslomejordesímismas.Acasoestépecandodeblandengue,peroamedidaqueescriboesteprólogo,
mevoyemocionando.Cadahistoriadel colegiode señoritasdeMinstrelValley tendrá lugar enun
mesdistinto.Unañocompletoalolargodelcualiremosdescubriendolavidadeestas jóvenesque,ademásdeenfrentarseasuyocomopersonas,conoceránelamor.Estoyconvencidadequetodasycadaunodelasnovelasoscautivarán.No quiero extenderme más, pero sí daros las gracias por confiar en estas
autorasyenSelecta.Y ahora, voy a leer esta primera entrega, o lo que es lo mismo: a soñar
despierta.
NievesHidalgo.
LasdamasdeMinstrelHousenosoloaprendencapacidadesylogrosparaserelegibles,sinoparaelcultivodesualmaydesumente.Loaprendido,
formarápartedeellasdurantetodasuvida.
ReglasdedecorodelaseñoritaShermanEscueladeSeñoritasdeladyActon
Unadamasepreparaparalatemporaday,convertidaenunajovenaspirante,sesumergeenella,lavive,tratadeconseguirsusobjetivosy
afrontaelrestodesuvidaconloquepuedalograr.UnaDamaSelectaesaspirantesiempre.Sepreparaparalatemporadaantes,sepreparaduranteysepreparadespués,yseseguirápreparando
hastaqueconsigaeléxito.Nocualquierlogro.Eléxito.
LadyActon
Capítulo1
Principiosdemarzode1835
Era pocomás del mediodía cuando llamaron a la puerta, un par de golpesfirmes.OliviaCoombs se sobresaltó y alzó la cabeza. Con elmovimiento, la larga
cabellera negra, de guedejas gruesas y ensortijadas, semovió como si tuvieravidapropia.¿Quién podía ser? ¡Menuda contrariedad! La señoraMeyers, que hacía las
veces de criada y cocinera, estaba pasando el día en casa de su hija, ella noesperabaanadiey,comoeradomingoynoteníaotracosaquehacer,sehabíaestadobañando,mientraspensabacontristezaenlarecientemuertedesumadre.En esosmomentos, vestida solo con la camisola, el corsé y las enaguas, se
estabasecandoelcabello,arrodilladajuntoalachimeneadesudormitorio.Noeramomentopararecibiranadie.Perodaba igual loquepensase: quienquieraque fuesevolvió a llamar, esa
vez con un evidente toque de impaciencia. O quizá era apremio, podía estarpasandoalgo.¿SeríalaseñoraPerkins,suvecinainmediata?Teníacincohijosyunsextoapuntodenacer.Podríaserquehubierallegadoyaelmomento...Oliviaselevantó,sepusolabatadecaminoynisedetuvoacalzarse.Bajólas
escaleras,cruzóelpequeñovestíbuloyabrió.Para su sorpresa, se encontró frente a frente con un desconocido de unos
treintaaños,un jovenmuyatractivo,moreno, altoydeporte elegante.Noeraalguiendelpueblo, seguro.Nosoloconocíaa todos loshabitantesdeMinstrel
Valley, sino que también hubiese podido deducirlo sin ningún problema de suaparienciageneral.Ningúncampesinodelosalrededoreshubieseutilizadounsombrerodecopa
comoelquecubríaenpartesucabello,brillantedepurocuidado,oel trajedeexcelentepaño,cortadoporunodelosmejoressastresdeInglaterra;nitampocoel pañuelo de cachemir que cerraba el cuello con un lazo perfecto, o lasresplandecientesbotasdecañaalta.Eso,pornohablardelbastóndemaderanobleconempuñaduradeoro.Todo ello desprendía un aire innegable a Londres, a selecto y a gente
importante.Algoque,hastaesemomento,habíaestadosiempremuylejosdesupuerta.—¿Sí?—preguntó,atónita.—¿Señorita Coombs?—Olivia asintió. Vio que las pupilas del hombre se
fijabanensupelo,sueltodecualquiermodoyalgohúmedotodavía,yluegoensuescote.Cruzómás labata, incómoda,sinpoderevitar ruborizarse.Hubounbrillocuriosoenlosojosdeldesconocido,perosuexpresiónpermaneciópétrea—.Permitaquemepresente:soyMarcusHale,elmarquésdeNorthcott.PrimodeladyActon—añadió,quitándoseelsombrero.¿Lord Northcott? ¿El marqués, en su casa? Era el título más conocido e
importantedelazona.LamayorpartedelastierrasdeMinstrelValley,incluidalahermosamansióndesulímitenoreste,llamadaMinstrelHouse,habíasidodelos Northcott durante muchas generaciones; solo unos veinticinco años atrás,uno de los últimosmarqueses se lo entregó todo a su hermana, la actual ladyActon,quehabíanacidoallí.Incapazdesalirdesuasombro,Oliviahizounainclinación,algoatolondrada.—¡Milord…!¡Encantada,esunhonor!Élselimitóaasentirconsequedad,portodosaludo.—Sinduda.¿Podríaconcedermeunmomento,señoritaCoombs?—Pues…—Hizoungestovagohaciael interior—.Estoysolayyaveque,
ahora mismo…—rebulló sobre sí misma, llamando la atención del caballerosobresuescasaropa,suspiesdesnudosysusituaciónengeneral,tanincómoda—,meresultaimposible…
—Sí,desdeluego.Mehagocargo.Mientrashablaba,elhombreechóunvistazoaloquepodíaverdelpequeño
vestíbuloylacocinadelacasa,visiblea travésdesupuertaabierta.Nodebiósacarunagranopinióndeloqueencontró,peseaqueelhogardeOliviaeraunsitiohumilde,perolimpioycuidado.Dehecho,adecirdelmodoenquearrugóaquellaelegantenarizdepatricio
seguro de su propia importancia, en la descripción debió quedarse con el«humilde»,yselimitóaignorarelresto.Eso,paraelcasodequehubieseelegidounadjetivoamable.—Siquiere,puedeesperarenlacocina,mientrassuboymearreglo—propuso
ella,indecisa.Quizáleestabajuzgandomal.Sumadresiempreleadvertíadeloengañosodelasprimerasimpresiones.Nopodíasconoceraunhombresoloporuncomentarioounamirada—.Notardarémásqueunpardeminutos.—Nosepreocupe,notengoningúninterésenentrar.—¿Yeso,dequémodo
podía interpretarlo, que no resultara ofensivo? Lord Northcott se apoyó en elbastónconungestollenodepetulancia—.Enrealidad,sololetraigounmensajedemilady.Ella frunció el ceño, decidiendo que, quizá, las primeras apariencias no
engañaban siempre. Estaba por asegurar que lord Northcott era, sin más, unimbécil.Pero,comotambiéneraunmarqués,searmódepaciencia.—Muybien,milord.Usteddirá.Laspupilasdelhombrevolvieronacentrarseenella.—LadyActonyyollegamosayerporlatarde,aúltimahora,desdeLondres.
Noshemosinstaladoenlacasagrande—señalóconelbastónhaciaelnoreste,másomenos—,en…—EnMinstrelHouse,sí,losé,lordNorthcott—leinterrumpióella,cadavez
másmolestaporsuengreimiento—.Resultaqueyonacíaquí.Hevistolasiluetadeesepalaceteenelhorizontedesdequetengomemoria.—Ysiemprelohabíavistovacío,ibaaañadir,perodecidiócallarse.Noteníaganasdeconversarconél.Noleestabacayendosimpático,mejorterminarcuantoantes—.Leruegoqueseabreve,porfavor.Tengofrío.
Élcontuvounaligeramueca.—Porsupuesto,señoritaCoombs.Micometidoessencillo:ladyActondesea
invitarlaaquevayaestatardeatomareltéconella.Esosíqueladesconcertóporcompleto.—¿Yo?¿Quevayayo?¿AMinstrelHouse?—LordNorthcottasintió—.Pero
¿estáseguro?—Por completo. No suelo equivocarme en misiones tan sencillas, se lo
aseguro.—¡Pero si lady Acton no me conoce en absoluto…! —Nada, que no
conseguíasalirdeaquelestadiodeestupefacción—.¿Quépuedequererdemí?Éllamiróconfijeza.—¿Seguroquenolosabe?—¿Yo?—Fruncióelceño,hartadesuactitud,ydecidióafrontarlasituación
de frente—. Pero ¿se puede saber qué le ocurre, milord? Usted y yo no nosconocemos en absoluto. ¿Por qué me habla como si le debiera dinero o lehubiesepisado?Noestabapreparadoparauncontraataquedirecto,yletomóporsorpresa,se
lenotóenlacara.LordNorthcottapretóloslabios,comoconteniéndosededeciralgo amargo, se giró y regresó al sendero de piedras blancas que cruzaba supequeño patio delantero, desde la cancela de la valla de madera pintada deblanco,hastalaescaleritademediadocenadepeldañosqueconducíaalapuertadesucasa.—Alascinco—leoyódecirmientrassealejaba—.Enpunto.—¡Oiga! ¡Pero…!—Salióunpardepasos,hastaelprimerpeldaño,aunque
nosealejódelumbral.Sentíaelsueloheladobajolospies,ycorríaunairefríoydesagradable.Sololefaltabacogerunapulmonía,conelpelotodavíahúmedo—.¡Seloadvierto,noiré!Élnosevolvió.Habíallegadoalaentradayestabaabriendolacancela.—Sílohará.Claroquelohará.—Ah,¿sí?¿Yporquéestátanseguro?—Porque,silascosassoncomopienso,algoquenodudo,acudiraestacita
forma parte de su plan.—Salió y, entonces, sí, se giró hacia ella—.Yyome
ocuparédehacérselopagarcaro.—¿Qué?—Oliviatardóunlargosegundoentragarsaliva—.Notengoniidea
dequémeestáhablando,milord.Solopuedoimaginarquehallegadoaalgunaconclusiónerróneasobremí,sinsiquieraconocerme.Enlugardeablandarseo,almenos,dudar,lordNorthcottlelanzóunamirada
llenadedesdén.—¿Así que afirma que es inocente? Curiosa posibilidad. La afrontaremos
juntos,llegadoelmomento.—Laestudió,allíplantado,congestodesafiante—.No estoy indignado por mí, señorita Coombs. Al fin y al cabo, yo puedodefendermeynosueloconfiarennadiequenoconozcamucho,porloquenosemedecepcionaconfacilidad.PeroaprecioaladyActon.Muchísimo.Paramí,escomounaabuela,yellasíquetiendeaserdemasiadoindulgenteconlosdemás.—Peroyo…—Sideverdadnosabenadadetodoesto,nitieneningúninterésenenredarla
en sus pérfidosmanejos, no vaya a la cita.No vaya, señorita Coombs.No laanime a tener esperanzas en una superchería ridícula.De hecho, será la únicamaneraenqueyopuedacreerensusupuestainocencia.Deotromodo,noolvidequenovoy aquitarle ojode encima, enningúnmomento.—Utilizó el bastónparaseñalarla,conungestoacusador—.Seloadviertomuyenserio,novoyapermitirquenadieseburledelosbuenossentimientosdeladyActon.Oliviaabriólosojoscomoplatos.—Pero¿sepuedesaberdequédemoniosmehabla,milord?¿Aprovecharme
deladyActon?¡Yonuncaharíatalcosa!—Ah, ¿no?—replicó, despectivo—.Ya lo veremos.—Le lanzó una última
miradaysefue.Ella le observómientras se alejaba y luego volvió a la casa y cerró. ¿Qué
había ocurrido?No lograba entenderlo. ¿Estaría loco aquel hombre? ¿Sería deverdad elmarqués deNorthcott, o era un enfermomental, escapado de algúnsitio?¿Porquéhabíadichoaquellodequeélpodríadefenderse,odequenoibaapermitirqueseburlasedeladyActon?¿Ylodelainvitaciónatomareltéconella,enMinstrelHouse?¿Selohabríainventado?Oliviaseestremecióyseabrazó. ¡PorDios,estabahelada!Loprioritarioen
esos momentos era quitarse todo ese frío de encima cuanto antes, necesitabavolveraldormitorio,alachimenea,yentrarencalor.Peroapenashabíallegadoalamitaddelaescalera,cuandovolvieronallamar
alapuerta.—¿Seráposible?—musitó. ¿Seríadenuevoaquel loco?Quizáahoraquería
invitarla a cenar en Clifford Manor, la otra mansión importante de la zona.Volviósobresuspasosyabriódegolpe—.¿Sepuedesaberqué…?Al otro lado del umbral, Annie Thompson la miró con sorpresa, abriendo
muchosusgrandesojosverdes.Eransumejorrasgoenunrostroporlodemáspocoatractivo,aunquetandulcequeinducíaalaternura.AnnietambiénibadelutoporlamadredeOliviay,esedía,llevabaunsombreritonegromuycoquetosobreelcabellooscuro,yunacapaconlaquecubríaelchaquetónyelvestido,tododelmismocolor.También tapaba algo más que no supo identificar, pero que deformaba su
figura,deporsíbajitayquizádemasiadovoluptuosa.—¿Llegoenmalmomento?—preguntóAnnie.—No, no te preocupes. —Se apartó del umbral, para cederle el paso—.
Vamos,entra.Hacefrío.—Sí, claro. Te recuerdo que todavía estamos en invierno.—La muchacha
cruzóelumbralysedirigióalacocina.Decamino,mientrasOliviacerrabalapuerta, lemostróelpaquetequehabía llevadooculto:unparde recipientesdebarro,bienenvueltosenteladearpillera.Losdejósobrelamesa—.Mimadreyyohemospensadoquenoquerríasveniracasa…—Esque…—Yquetampocoteapeteceríacocinar—lainterrumpióasuvezAnnie,que
conocíasuestadodeánimo—.Conloque,alfinal,tepasaríaseldíasinprobarbocado, hasta el regreso de la señora Meyers. De modo que te he traídoemparedadosparaeltéyunestofadoparalacena.¡Ah,ytartademanzana!Oliviasonrió,sintiendounaoleadadecariño.Enmomentosasí,recordabaque
no estaba tan sola como creía, incluso llegaba a sentirse mal por haberloolvidado.Teníaa la señoraMeyers,yamuchosotrosvecinosy, sobre todo,aAnnie,quehabíasidolaaprendizadesumadreyhabíaformadopartedesuvida
durantemuchotiempo.Acababadecumplir losdocecuandoempezóaacudiracosercadadíaa su
casa,sieteañosantes.Primerohizomillaboressencillasperorepetitivas,hastacoger la soltura necesaria con la aguja como para ayudar a confeccionar lasdistintasprendasquelesencargabanlasmujeresdelpuebloydelosalrededores.Oliviaerasolocuatroañosmayorqueella,yhabíanterminadosiendocasicomohermanas.Poreso,Annietambiénibadeluto,comoella.SentíalapérdidadeMerytanto
comosupropiahija.Oliviasonrió,agradecida.—Muchasgracias.Deverdad.—Noseas tonta.Loque lamento esnopoder convencerteparaquevengas.
Estásmuysolaaquí.—LaseñoraMeyersllegaráparalacena.—Losé,pero…—Por favor,Annie.Quiero estar en casa, conmis cosas.Con las suyas.—
Adelantóunamanoylaapoyóenelbrazodesuamiga—.Necesitodespedirmedeella,pocoapoco.Losojosdelamuchachasellenarondesentimiento.—Laechasdemenos,¿verdad?—Mucho—contestó,mientrasvolvíaasentireldolordelapérdidacomouna
punzadaagudaenelpecho—.Pormásquelointento,nomehagoalaidea…—Solohanpasadotressemanas,muypocotiempo.—Sí,demasiadopoco.Todavíatengolaimpresióndeque,enrealidad,noha
ocurrido.Quenohasucedido,queno…—Oh,Livvy…—exclamóAnnie,tomandosusmanos.Olivia sintió que las lágrimas inundaban susmejillas. Sumadre… se había
quedado sin su madre. ¿Cómo podía haberse abatido sobre ellas todo aqueldesastre?MeryCoombs, tan fuerte, tan alegre, tanhermosa, se había idoparasiempre.Yanovolvería a subirni abajar la escalera conunalegre repicardetacones; no le declamaría aquellos versos compuestos por ella misma, pararelatarlaleyendadeLaDamaBlancayel juglar,niseescucharíasuvoz,con
aquellacostumbretansuyadecantarmientrashacíalastareasdelacasa;jamásvolvería a probar el estofado de carne como solo ella sabía prepararlo, ni sereiríanjuntas,unidasyfelicesporestarunaconlaotra,compartiendolamesaylavida.Oliviaselimpiólosojosysuspiró.Debíacontinuar,losabía.Debíatratarde
saliradelante,eraloqueMeryhubiesequerido.Selimpiólaslágrimas,forzóunasonrisaytiródeAnniehacialaescalera,parasubiralprimerpiso.—Vamos,ven.Ayúdameconelpelo.Al entrar en su dormitorio, echó un tronco al fuego y se sentó en el suelo,
sobrelaviejaalfombraquesumadrehabíacompradodesegundamanoenunaferia,dosañosantes.Enlamesitateníaunvasodeagua,elcepilloyelespejoquehabíaestadousandoparaverse.Anniesequitólacapaysearrodillótrasella,paracepillarlelamelena.—¿Nohassalidonadahoy?—preguntó,conuntonoqueanunciabanoticias
interesantes.—No—dijoOlivia—.Ynopensabasalir.Prefieroquedarmeleyendo.—Pues te advierto que está siendo un día de lomás emocionante. Todo el
mundoandaalteradoporlallegadadeladyActon.—Oh,sí,cierto.—RecordóquelohabíamencionadolordNorthcott—.Llegó
ayer,¿no?—Sí,aúltimahoradelatarde.¡Yhavenidoacompañada,nadamásninada
menos,quedesuprimo,elmarquésdeNorthcott!¡Unadelasmayoresfortunasde Hertfordshire! ¿Te imaginas qué hombre elegante debe de ser? —Pordesgracia,nonecesitabaimaginarlo.Soloteníaquecerrarlosojosparavolveraverle,comportándosedeunmodomuygrosero—.¡MarionGrenfellafirmaqueestamañanasehacruzadoconél,yqueesguapísimo!Se refería a la hija menor del coronel Grenfell, un coronel de dragones
retirado, cuya casa estaba cerca de la salida suroeste del pueblo. La jovenMarion,dequinceaños,teníademasiadospájarosenlacabeza.Muymimadaporsupadre,loúnicoqueparecíaimportarleenlavidaerareíryconseguirunbuenmarido, lomásricoposible.Olivianosentíamuchasimpatíaporella,de teneralguna.
Suhermanamayor,Edith,eraotracosamuydistinta.Habíacumplidoyalosdiecisieteañosyeraeducadayformal.Aellasíquelaapreciabadeverdad.—¿En serio?—Agitó la cabeza—.Bueno, no tengomucha confianza en el
criteriodeesamuchacharespectoaloshombres.—Vamos,Livvy…Nodigaseso.—¿Porquéno?Sabesquenosoyamigadeloschismes,nilajuzgo.Pormí,
comosiseescapaconunbuhonero.Pero,seamossinceras,estátandeseosadeconquistaraunhombre,quecualquieralepareceríaguapo.—¡Qué cosas dices! Además, aunque tuvieras razón, da igual, porque la
aparienciafísicaesloquemenosimportaenuncaballero.—Ah,¿sí?—Bien sabes que sí. Bueno, respecto a lo de guapo, claro. Mientras sea
eleganteenelvestirytengaunosmodalesexquisitos,elresto,daigual.SeguroquelordNorthcottcumpleconeso,pornohablardequeesnoble,ymuyrico.¡Ysiguesoltero!—Seguro que debido a algún grave defecto de carácter—masculló Olivia.
Annieseencogiódehombros.—Esotampocoimporta.Mimadredicequeuntítulonobiliario,juntoconuna
renta de más de cincuenta mil libras, como la de Northcott, corrigen porcompletocualquierdefecto.—NosepercatódelgestodesdeñosodeOlivia.Nipor todas las riquezas del país hubiese disculpado el comportamientodesagradabledeaquelhombre—.¡Oh,Livvy!¿Teimaginas?—¿Elqué?—¿Quéva a ser,mujer? ¡El casarte con alguien así, claro está!—Annie se
pusoenpieyempezóadarvueltasyvueltassobresímisma,bailando,mientrasestrechabaelcepillocontraelpechocomosifuesesupareja.Elairequemovíansusfaldashizooscilarlasllamasdelachimenea—.¡Oh,deverdad,Livvy,quiénfuera una dama importante para poder aspirar al corazón de lord Northcott!Aunque,quiénsabe,túmismadicessiemprequeelamortodolopuedey…—¿Y sabes por qué ha vuelto lady Acton a Minstrel Valley? —preguntó
Olivia,deseosadeterminarconaqueltema.AAnnieno le importó.Eseotro tambiéneradesu interés.Dejódebailary
volvióasulado.—No, no lo sé todavía. ¡Pero Mildred Cotton contaba, en la tienda de la
señoraGibbs, que ha oído decir que ladyActon ha venido para organizar unnuevoBailedePrimavera,comoenlostiemposdenuestrasmadres!—¿Deverdad?—¿UnBailedePrimavera?¿Trascasiveinticincoañosdeno
aparecerporallí?¿YquérelaciónpodíateneraquelloconlainvitacióndeladyActon?¿HabríadichoalgoalrespectolaseñoraCotton?Oliviadudó.Sesentíareaciaahablardeello,porsiteníaquesoportarmásinsensatecessobrelasrentasdelmarqués, peromerecía la pena intentarlo—. ¿Sabes una cosa?No hace nicincominutosquelordNorthcotthaestadoaquí.—¿Qué dices? ¿El marqués de Northcott? ¿Aquí? ¿En tu casa? —repitió
Annie,convozalgoestridente.Lamiróalosojos,buscandolabroma—.Noesposible.Teburlasdemí…—Enabsoluto.Poresoestabaabajoyteheabiertotanrápido.Habíanllamado
alapuerta,y…—Seencogiódehombros—.Bueno,eraél.Annieestrechóconfuerzaelcepilloydiounpardesaltitos.—¡Oh,Livvy!¡Livvy!—chilló—.¡ElmarquésdeNorthcott,aquí!¡Oh,Dios
mío!—Lamiró,alaexpectativa—.Y,dime,¿tienerazónMarionGrenfell?¿Estanguapocomodice?—No.Exagera.—No estaba siendo justa, lo sabía. LordNorthcott era, con
diferencia, el hombremás atractivoque se hubiese encontradonunca, pero noestabadispuesta a admitirlo, deningúnmodo—.Noniegoque,quizá, algunasmujerespudieranencontrarloagraciado,peroteaseguroquenohasidomicaso.Detodosmodos,lopeorenél,conmucho,essucarácter.—¿Aquéterefieres?Alrecordarelmodoenquehabíahablado,nopudoocultarsuenojo.—¡Aquecreoquenomeheencontradojamásconalguientandesagradable
entodamivida,claroestá!¡Telojuro,Annie!Esengreído,soberbioycarecedetodadelicadeza.Annieapretóloslabios,enunamuequitallenadedecepción.—Quélamentable…Pero¿quéquería?—Oh,pues…LadyActonquierequevayaestatardeatomareltéconellos.
—¿Qué? ¿Tú? ¿En serio? ¿Lady Acton te ha invitado?—Olivia asintió—.¿Perocómo…?¿Porqué?—Niidea.Nopuedoimaginarquéinteréspuedetenerenverme.¡Amí…!¡Si
nosoynadie!—¡Esonoesverdad!—¿Cómoqueno?Nosoymásquelahijadeuncampesinoyunacosturerade
pueblo,ambosmuytrabajadores,sí,perotambiénmuyhumildes.—¡Perotúereshermosa,Livvy!—Annielamiróconsurostropocoagraciado
lleno de sentimiento. Era una extraña mezcla de amor incondicional y levestoquesdeenvidia—.Eresbella, tieneselegancianatural—lodijode seguido,incidiendoenello—,todoelmundolodice,ypodríasestarencualquiersalóndeLondres,queencajaríasmuybien.Además, tusmodalessonintachablesyeresculta.Tegustamucholeerytrabajastemuchoenlaescuela,hastaconvertirteenmaestra.¡InclusofuisteaLondresparaconseguireltítulo!—Sí,cierto,ytodofuegraciasalesfuerzodemispadres.Peroesehasidomi
mayor logro en la vida: llegar a ser una sencilla maestra de pueblo. —Sesobresaltó—.¡Oh,Annie!¡Igualesporeso!—¿Qué?¿Poreso?¿Quéquieresdecir?—QueesposiblequeelpadreEllislehayahabladodemíaladyActon.—¿Hablar?¿Dequé?¿Porqué?—Para salirse con la suya, claro está.—ElpadreEllis, el párrocodel lugar
desdelatrágicamuertedelpadreRoberts,siempreestabaexigiendounamayorseveridadenlasaulas,algoqueOlivianocompartía—.LadyActonesunamujermuy mayor. Ahora que ha vuelto al pueblo, seguro que quiere que todo seamás… «riguroso», más «como ha sido siempre». Disciplina, en vez decomprensiónyamor,talcomoexigeelodiosopadreEllis.—Quétontería.LadyConwayesdelamismaedadysiempretehaapoyado.
¡Yquédecirdelobienqueseportósiemprecontumadre!Eso era cierto. Lady Conway, la condesa viuda de Conway, era una mujer
admirable,quesiemprelashabíaayudadomucho,aellayaMery.Cuando Olivia tenía unos siete años, Mery yMildred Cotton tuvieron una
pelea terribleenel lavaderode laplaza.Sumadreestabaallí,ocupadacon su
colada,mientras ella jugaba con otros niños a salpicarse con el agua, cuandopasó la señoraCotton con la que entonces era costurera de ladyConway, unamuchachadelaqueyanorecordabaelnombre,soloqueeraunacriaturacotillaquehabíahechomuchaamistadconlaseñoraCotton.FuelaprimeravezqueOliviaoyómencionarunmisteriosoviajeaEscociade
sumadreydecirquealguiensospechabaquenoerahijadeBernardCoombs.Meryarañóaaquellasarpías,alasdos.Nocontentaconello,mordióconsaña
alaseñoraCottonylepusounojomoradoalaotra.Ganólapeleapero,comoconsecuencia de aquello, pasó la noche en una celda de la casa de la viejaGuardiaytodaslasseñorasdelcírculodeMildreddejarondeencargarleropa.Oliviayellapasaronhambreysusituaciónhubiesesidopeorconlallegada
delinvierno,denoserporque,depronto,unatarde,ladyConwaylahizollamar.Connaturalidad,comosinohubiesepasadonada,ledijoquesumodistahabíatenidoqueirseaLondresyquenecesitabaaalguienparalosarregloscotidianosdesuropa,elmantenimientogeneraldesuspertenencias.Desdeentonces,nuncahabíafaltadounbuensueldoensucasa.Y,dehecho,cuandoelsobrinodelordConway,Richard,llegóparapasaruna
temporada en Minstrel Valley, diez años atrás, se le pidió a Olivia que leenseñaseelpuebloyquelepresentaseaotrosjóvenesdellugar.Oliviaasí lohizo,ylepresentóasuamigoEdwardHastings.Edwardyella
eran bastante traviesos por aquellos tiempos, y el pobre Richard suponía unavíctimademasiadotentadora.Recordólabromaqueleorganizaronenlasruinas,cuandoEdwardsedisfrazódefantasmaconunasábanaycasilehicieronllorarporque,aunqueellosnolosabían,RichardestabaenMinstrelValleyporquesupadresehabíasuicidado.Fueuncomienzo triste,peronunca searrepintierondeello,porque también
fue el inicio de algo muy grande. A partir de aquel momento de inesperadaintimidad se sintieron muy unidos. ¡Aquellas tardes en el bosque; aquellospaseosenbarcaporellago,conbañosincluidos;aquelexplorarlasruinas,comotodoslosniñosdelpueblo,intentandodescubrirunmisterioantiguo…!Sehicieronmuyamigos,comosolopodíahacersealguienaesaedad,enesa
épocamaravillosadelverano.
«Prontosecumplirándiezaños»,pensó,connostalgia.Richard,Edwardyellase habían juramentado para reunirse de nuevo una década después, el primerdomingo de agosto demil ochocientos treinta y siete. Se preguntó si ellos lorecordarían,sisepresentaríana lacita.Quizáyaestabancasadosyfelicesporahí, sin un solo pensamiento para aquella niña de catorce años que fueOliviaCoombs.¿Yella?¿Iría?Sí,claroquesí.EralaúnicaquequedabaenMinstrelValleyde
los tres, debía asistir en nombre de todos. Se vería sola en las ruinas, y seríatriste,perodebíaacudir.Guardabaunrecuerdoentrañabledeaquelveranoydeaquellaamistad.—Sí,tienesrazón—susurró,volviendoalpresente—.Yyotambiénlaaprecio
mucho,túlosabes.Mehaayudadoentodomomento,yhastaasistióalfuneraldemimadre, una gran dama como ella…Nos hizo un honor que no olvidarénunca. Pero, no sé, ladyActon puede sermuy distinta.Quizá se parezca a suprimo—añadióconhorror.—Creoqueestássacandoconclusionesdemasiadoprecipitadas.—¿Eso piensas? Pues yo creo quemejor no voy. Puedo quedarme en casa,
como tenía previsto, tomar el té con tus emparedados y pasar la tarde dedomingoleyendo.—¿Qué dices?—Annie lamiró atónita—. ¿Cómo que no vas a ir? ¡Olivia
Coombs! ¡Si lady Acton, la señora deMinstrel House, te llama, tú acudes ypunto,ynohaymásquehablar!¡Sobretodo,sieselpropiolordNorthcottquienvieneatransmitirteenpersonasuinvitación!Nopuedesperdertealgoasí.No,vistodeesemodo,desdeluego,nopodíahaceralgoasí.Sobretodo,tras
laextrañaescenaquehabíavividoconaquelhombre.Oquizáporella.Oliviaagitó la cabeza, intentando recordar y analizar la conversación. ¿Qué habíainsinuado?QueellateníaalgúnplanretorcidoenmarchaparaburlarsedeladyActon, o algo por el estilo, y que solo si no iba esa tarde aMinstrel House,demostraríasuinocencia.Menudatontería.¿Lohabíadichoparaquenofuese,paraquedejasepasarde
largo aquella invitación?No le veía otro sentido a todo aquello. Pero, lomásimportante, ¿dedóndehabía sacado semejante idea absurdadeque ella estaba
embarcadaenunintentodeeseestilo?¿Ycuáleraelpecadodelquelaacusaba?Nopodíaentenderlo,ynecesitabaunaexplicación.Aunquefueraunaquela
enojase.—Estábien,iré—murmuró—.Iréyafrontaréloquesea.—Porsupuestoquesí.—Anniesonrióysepusootravezenpie—.Vamos,te
ayudaréaprepararte.—¿Aprepararme?—Oliviaarqueóunaceja—.Queyo sepa,nohaymucho
quepuedahacer.Terecuerdoqueestoydeluto.—Ya…Pero,aunasí,hayquelograrqueestéslomáspresentableposible.—
Suamigafuealarmarioyempezóarevolverentresuspocosvestidos—.¡Diosmío…!¡Esverdadquelohasteñidotodo!—Puesclaro.¿Yquémásda?Nopretenderíasquemevistiesedeazul.—No,claro.Peropodríashaberguardadoalgunascosas,paraelfuturo.El futuro…Oliviaapartóel ramalazodepenaque laenvolvíacadavezque
imaginabaeselargotiempoqueibaatenerquepasarsinsumadre.—Sitedigolaverdad,nomesentíaconánimosdepensareneso.Annielamiróconpena.Seguroqueintuyóloqueestabapensando.—Notepreocupes,cariño,noimporta.—Escogióuno,elmejorquetenía.Era
elúltimoquelehizosumadreyelqueusabasoloparairamisaodarunpaseolosdomingos—.Bueno,estevaatenerqueservirparatomaruntéenMinstrelHouse.
Capítulo2
EranlascuatroymediacuandoOliviasaliódesucasaacompañadadeAnnie.Seguíahaciendobastantefríoyelaireolíaalluvia.Elvientohabíaaumentado,seempeñabaencolarseatravésdelasropas,asíqueambasseenvolvieronbienenlascapas,conlossombrerosbienencasquetados.—¿Quieresque teacompañehastaelportóndeMinstrelHouse?—preguntó
Annie,cuandollegaronalcrucedeCementeryStreetconScottLane.«QueridaAnnie»,pensó.Lacasadesuamigaestabayamuycerca,quedaba
un par de edificios a la izquierda, justo detrás de la iglesia de Saint Mary,mientrasqueOliviateníaquegirarhaciaLegendSquare,paradirigirsehaciaelestey tomarporKing’sRoad.Lamansiónde ladyActonestabaaunosveinteminutos largos, a paso rápido.SiAnnie la acompañaba, tenía por delante casiunahoradecaminata,bajouncieloqueamenazabatormenta.Era muy generosa ofreciéndose, porque le hubiera gustado contar con su
compañía, pero negó con la cabeza. No tenía sentido obligarla a semejanteesfuerzo.Dehaberhechounbuendíaparadarunagradablepaseo,quizá,peronoeraelcaso.—No,ydeverdadqueteloagradezcomucho,querida.Esmuyconsiderado
detuparte,peronoesnecesario.—Muy bien.—Annie la miró con intención—. Solo prométeme que no te
daráslavueltaamitaddecamino.Oliviaseechóareír.—No, descuida. Iré, entraré en la mansión, si es que de verdad me lo
permiten, y descubriré qué es lo que pasa. Mañana ven a desayunar y te lo
cuentotodo.Anniesonrió.—Eso espero. —De pronto, algo atrajo su mirada—. ¡Eh! —exclamó,
sobresaltándola, y corrió hacia la calle en la que Scott Lane se convertía enChurchStreet,porellateraldelaiglesiadeSaintMary.Apocosmetros,muycercade lapuertade lacasadelcura, laancianaJoan
Newell, armadaconsuviejahachayvestidadenegrode lacabezaa lospies,estabahaciendo trizasunacarretillaquepertenecíaalpadreEllis, laqueusabapara llevaro traer lasherramientasde jardinería, plantasnuevas, etc.El padreEllis podía no conservar un gran concepto del ser humano, a decir de sussermones,perodesdeluegosentíaungranamorporlasplantas.Teníaunbonitojardínenlapartetraseradelacasa,unrinconcitoconectadoconelcementerio,que también cuidaba con esmero. El señor Randall, el guardés de MinstrelHouse, que era también un excelente jardinero, solía ayudarle en aquellaslabores.Annie llegóa tiempodesujetar lamuñecade laancianaenelaire,antesde
quedieraunnuevogolpe,aunqueelmalyaestabahecho.—Oh,Diosmío…—susurróOlivia.Enlosúltimosaños,laabuelaJoansolíallevarsecuantamaderaquedabaasu
alcance, fuera de alguien o no, para alimentar el fuego de su casa. Se habíaconvertidoenunaocupacióncasiobsesiva,en laquenoentrabaarazonarquépodíallevarseoquéno.Alagentedelpueblonoleimportaba;alfinyalcabo,habíasidolaparteradeMinstrelValleyduranteunbuenmontóndeaños,ycasitodoelmundolaapreciabamucho.Pero,elpadreEllisylaseñoraCotton,no.Pordistintasrazones,amboseran
partidarios de ingresarla en un asilo para pobres. Olivia no conocía ninguno,peroimaginabaqueunlugarasíseríaalgohorrible,uninfiernoparalasgentesallíatrapadas.Incluso,aunquefueraunsitioagradableylimpio,ylaquisiesen,estaba por asegurar que, si la sacaban del pueblo, la pobre anciana no duraríamuchotiempo.YhabíatenidoqueiraromperlacarretilladelpadreEllis...—¡AbuelaJoan!—estabaexclamandoAnnie—.¿Quéletenemosdicho?¡No
puedeirporahídestrozándolotodooapropiándosedelascosasajenas!La anciana, muy mayor, murmuró algo ininteligible. Olivia se acercó y la
abrazóconcariño.—AbuelaJoan,¿quéhaceaquí?¿Dóndesehabíametido?—Nolaveíadesde
elfuneraldesumadre—.¿Porquénovieneacasaconmigo?—Hacíafríoenelbosque…—creyóentenderle—.LasmanosdeMeryestán
heladas,necesitamaderaparaelfuego.Vaatenerunaniña.—Oh.—Parpadeóparaalejarlaslágrimas.Tuvoquetragarsalivaparapoder
hablar—.Porsupuesto.Peroiremosacogerleñajuntasmástarde.¿Leparece?—Serámejorquenosla llevemosdeaquí,antesdequenosvean—laurgió
Annie—.Como salga el padreEllis, va amontar un escándalo.Y simezcla aWorthenesto,elcondestablepuedeverseobligadoadetenerla.—Sí,vamos.Lallevaréacasa.—No, ni hablar. Al final, vas a llegar tarde. Además, dijiste que la señora
Meyersnovolveráhastalacena.SidejassolaalaabuelaJoan,esmuyprobableque no esté a tu vuelta.—Olivia no pudo negarlo: tenía razón—. La llevaréconmigo.—Annie abrigó bien a la anciana con elmantón negro, en un gestollenodeternura―.Perotenemosquepensarquéhacerconella.Estáclaroquesolayanopuedevivir.Debetenercomounmillóndeaños.—Quéexagerada.Perogracias,Annie.Cuandovuelvapasaréabuscarla.—No,notepreocupes.Nohayningunaprisa.Sepuedequedaradormircon
nosotras.—Ah,perfecto.Pues, siquieres, la traesmañana,desayunamosencasay te
cuentocómohaidotodo.Anniesonrió.—Estupendo,asíloharé.¡Yaloestoydeseando!Sedieronunbesoenlamejillaysesepararon.Olivia lassiguióconlavista
hasta que desaparecieron al doblar la esquina; luego, se aseguró de que no laveíanadie,yarrastrólosrestosdelacarretillahastaunasmatascercanas.Allí,trató de ocultarlos lo mejor posible, aunque sabía que no tardarían enencontrarlosytodoelmundosabríaquiénhabíacometidoelestropicio…Bueno, almenos no podrían probarlo.Algo a su favor, porque si tenía que
morder tambiénaMildredCottonparaquedejase enpaza la abuela Joan,nodudaríaenhacerlo.Sesacudiólasmanosysiguiósucamino,endirecciónalaplaza de Legend Square, el corazón del pueblo y su única zona empedrada,graciasalagenerosidaddeunantiguomarquésdeNorthcott.Apartirdeallí,elrecorrido se extendía a lo largo de un par de calles, en casas pequeñas peroencantadoras,casitodoelañoadornadasconflores.MinstrelValley, encajadoentrecolinasde formas suaves, comoScottHillo
LakeHill,teníauntamañomedio;o,dichodeotromodo,teníaloqueMildredCottonyotrasseñorasdel lugarconsiderabanun«tamañoperfecto».Elcentroeraaquellaplaza, rodeadade losedificiosmás importantes: la iglesiadeSaintMary; la tienda de la señora Gibbs, que ofrecía toda clase de artículos quepudierasnecesitarolosencargabaaLondressinolostenía;elSalóndeFiestasdelayuntamientoylacasadeldoctorAnthonyWilson,quehabíasidomédicoenelpueblodurantecasitresdécadas.TambiénestabaallíelpropioAyuntamientodelaparroquia,porsupuesto,en
un edificio bastante grande que englobaba también el juzgado de paz y lallamadaCasadelaantiguaGuardia.Enella,ademásdedependenciasoficiales,comoundespachoydosceldaspara losdelincuentes,disponíadealojamientoparaelfuncionariotitulardemantenerelordenenelpuebloysusalrededores.Enesosmomentos,erautilizadaporelcondestableNerianWorth,desdehacíayamásdeunaño.Allí, casi en el centro de la plaza empedrada, estaba el pozo principal de
MinstrelValley,yellavaderoalqueibantodaslasmujeresdelosalrededoresahacer sus coladas. Gracias a las aportaciones de todos, llevaba ya unos añostechadoenparte,paraprotegerlasdelalluviaodelsolexcesivo.Muy cerca, en su lado noreste, podía verse una estatua. Estaba frente a la
entradadelSalóndeFiestasdelayuntamientoypresidíaunazonamuybonitayagradable, con bancos y unos jardines. Era de cuerpo entero, algo muy pocohabitualenunalocalidaddeesetamaño,peroensucasohabíasidodonadaporunaladyNorthcottdelpasado,quizálaesposadelquedecidióempedrarelsitio.Estaba dedicada a la leyenda más importante de la localidad. Tallada en
piedra, y con evidente talento, se veía unapareja de enamorados ataviada con
ropasdelMedievo,élconflautaylaúdalaespalda,ellacomounadamanoble.Estabanenlazadosenunabrazomuyestrecho,enelactoprevioadarseunbesorebosantedepasión.Aunquelafiguraestuvieraelaboradaconpiedradeungrisveteado de blanco, el gesto, las miradas fijas y las bocas cercanas, parecíantransmitirunaintensaimpresióndevidapropia.Secaptabaeldeseoporlograraquellaunión,lasensaciónsublimedequenada
ninadiepodríanevitarla.«LADAMABLANCAYELJUGLAR.Elamoreterno»,decíajustodebajo.¡Era tan hermosa! ¡Tan inspiradora! Aunque no todos pensaban igual, por
supuesto.Mildred Cotton, por ejemplo, que vivía a pocosmetros y tenía queverla cada día cuando salía de casa, había intentado organizar varias vecespeticionespopularespararetirarla,«porindecente».Claroque,loextraordinarioenelcasodeaquellamujeramargadayodiosa,hubiesesido locontrario.Paraella,laimagendeaquellaparejanoteníanadaqueverconelamor,sinoconladesvergüenzaylaimpudicia.Porfortuna,semejantepropuestanuncahabíasalidoadelante.Enelpasado,el
padreRobertssenegóatomárseloenserio.Elamoreterno,aseguró,solopodíaserun amor auténtico, algo inspiradopor elDivino enpersona, por loquenoteníasentidohablardeinmoralidadalguna.ElpadreEllis,porelcontrario,estuvodeacuerdoenintentarconvenceralady
Acton de la conveniencia de quitar aquella estatua y cambiarla por una de laVirgen María, alegando que, además de eliminar una imagen sin dudaescandalosa, la sugerida eramuchomás conveniente, dada su cercanía con laiglesia.Paraello,nicortoniperezoso,leenvióunacartaalrespecto.Olivialosabía
gracias a ladyConway, que eramuy amiga de ladyActon y se lo comentó aMery,divertida.La respuesta había sido rotunda: cuando lady Acton era niña, le encantaba
pasearpor allí y contemplar aquellaobrade arte.Ni ellani suspadreshabíanencontrado nunca razón alguna para tanto escándalo, por lo que la estatua sequedaba.¿OacasoestabainsinuandoquelafamiliadelmarquésdeNorthcottteníauna
moralrelajada?Aquellohabíazanjadoelasuntoporcompleto.Oliviasealegrabaycompartía
laopinióndeladyActon.Aellatambiénlehabíagustadoirallí,depequeña,asentarse en uno de los bancos o en el suelo, y contemplar con embeleso lasfiguras enlazadas de aquella pareja de enamorados y soñar con la idea de quealgoasípudieraexistirdeverdad.Elamoreterno.Elamorcompleto,auténtico,verdadero…Esa tardededomingo, sedetuvoanteellayvolvióapensarlo.Amor, amor,
amor… ¿Podía de verdad existir algo así? ¿Y habría alguien en el mundodestinadoaella,comoesa jovendama tuvosu juglar?BiensabíaelCieloquenuncalohabíanecesitadotantocomoenesosmomentos.¡Sesentíatansola!Oyóuncrujido.LapuertadelacasadelaviejaGuardiaseabrióasuderecha
ydejósaliraNerianWorth,elcondestable.Oliviatitubeó.Aparecerjustodespuésdehacersetalpregunta…¿Seríaalguna
clasedeseñal?Deserlo,nosabíasialegrarseono.Simpatizabamuchoconelcondestable,
eraunbuenhombre,aunquesiempresesentíaalgoinquietaensucompañía.Eraevidentequeestabainteresadoeniniciarunarelaciónformalconella,nodejabadehacerinsinuaciones.Dehecho,justoeldíaanterior,lahabíavueltoainvitaradarjuntosunpaseoporlosalrededoresesatardededomingo,peroOliviahabíadeclinado,excusándoseensulutoyensupocoánimo.Nosesentíaconfuerzas,dijo.Quizáporeso,elseñorWorthlamirósorprendidoaldescubrirlaallí,aunque
no tardóenmostrar susonrisahabitual, tan luminosaque lograbaalcanzar susojosverdes.Esoera loquemás legustabadeél,queparecíaalguien francoycercano.Además,peseasuaspectorudo,dehombreacostumbradoalasarmas,eramuyguapo,conaquelcabellorubiocenizayaquellosojostanbonitos,yleteníaporunhombretrabajadoryeficiente.Ahí estaban las pruebas: resolvió en menos de un día el misterio de la
desaparicióndelcerdomoteadodeConwayHouse,elquecriabancadaañoenelsitioparasucenadeNavidad,unodelosdelitosmásgravesquesehabíandadoenMinstrelValleyenlosúltimosaños.
Losmalhechoresresultaronserungrupodeactoresambulantesquesehabíandetenidoalasafuerasdelpuebloparadarunpardefunciones,yquedecidieronrobarlo una vez levantaron campamento, para venderlo en elmercado de otraparroquia.Poreso,graciasaWorth,tuvieronelhonordealojarsetodosjuntosenlas celdas de la casa de la vieja Guardia, hasta que el juez de paz decidióenviarlosaLondres.—¿Señorita Coombs? —dijo Worth, con una inclinación algo tosca, pero
adecuada.Ella replicó conotramientraspensabaque, por suerte, había estadoallí metido y no había descubierto a la abuela Joan, con su hacha pequeña ynegra,haciendootravezdelassuyas.Nocreíaquehubiesehechonadacontralaanciana, al contrario, pero era mejor no ponerle en ese compromiso—. Quésorpresaencontrarlaaquí.¿Alfinal,sehaanimadoapasearunpoco?Olivia dudó.No le apetecíamucho dar explicaciones, pero quizá le viniera
biensuopiniónenaquelasunto.—Enrealidad,no,losiento.Perosehapresentadoamediodíaunhombreen
micasa,asegurandoserlordNorthcott,ymehadichoqueladyActonmeesperaparatomarelté.—Miróhaciaelrelojdelatorredelaiglesia,compradoentretodos los lugareños y añadido tras el incendio. El padre Ellis siemprerefunfuñaba con el hechodeque tenía algún falloy se retrasaba a cosadeunminutoporhora,peroconsuayudacalculóqueeranpocomásde lascuatroymedia—.Alascinco.—¿En Minstrel House?—Se mostró tan sorprendido como ella, lo que la
animóunpoco.Nosehabíavueltolocaninadaporelestilo—.Puesnoséquédecirleaeserespecto,laverdad.SíqueesciertoquelordNorthcotttambiénmehavisitadoamí.—¿Austed?¿TambiénestáinvitadoaltédeladyActon?—No, no, en absoluto—replicó, decepcionándola. Hubiese sido una buena
explicaciónparatodoaquello:queladyActonhubiesequeridoconoceralosqueocupabanalgúncargopúblicoenellugar,entreotroslamaestrayelcondestable.Pero no, tampoco era eso, al parecer—. Jamás aspiraría a algo así, señoritaCoombs.Pero,comoyasabrá,ayerporlatarde,aúltimahora,llególadyActondesdeLondrescontodosuséquito.Hatraídomuchoscriadosyacompañantes.
—Rio,dejandoclaroqueibaahacerunabroma—:CasidiolaimpresióndequepretendíaduplicarlapoblacióndeMinstrelValley.—¿Deverdad?—Yalocreo.¡LeaseguroqueelcaminodeLondresnuncahabíavistotantos
carruajes juntos!Fue algo impresionante verlos pasar por estemismo sitio, endirecciónaKing’sRoad.—No me enteré. Qué pena. Me hubiese gustado contemplar semejante
espectáculo.—Nosepreocupe.Selodescribirécontodolujodedetalles,eldíaqueusted
prefiera,dandounpaseo.—Oh.—Olivia se ruborizó—.Estábien.Muyamable,gracias. ¿Ydiceque
lordNorthcottlevisitó?—Sí,estamañana.Seríanlasoncepasadas.—Debióhacerlojustoantesdeir
averlaaella—.Sehapresentadoenmidespachoparapedirmequeextremelavigilanciadelazona,mientrasesténaquí.—Fruncióelceño,comosiestuvieramolestoporquealguien supusieraquenohabíahechobien su trabajo,hasta elmomento—.Comolehedicho,yoextremolavigilancia,siempre.—Yaveo.¿Yquélehaparecido?—¿Lord Northcott? —Cuando ella asintió, siguió—: Serio. Rígido. Muy
formal.—Seencogiódehombros—.Comoeselprimermarquésqueconozco,nopuedocompararleconningúnotro.Aunquepodríamosprobarahacerloconunpaloseco.Oliviaseechóareír.—Sí, como poco, podría ser con algo así. —Le sonrió con auténtico
sentimiento—.Gracias,señorWorth.Tienelahabilidaddelevantarmeelánimo.—Mealegramuchosaberlo.—Hubouninstantedeindecisión.Oliviasupuso
que él tampoco sabía si despedirse ya o cómo hacerlo—. ¿Quiere que laacompañehastaMinstrelHouse?—preguntóentoncesWorth—.Pensabadarunpaseo,yasabe,peronotengoningunapreferenciaalgunaporlazona.—Oh… —Olivia miró al cielo, cada vez más cubierto de nubes. En los
momentos en los que salía el sol, todo se alegraba, pero no tardaría endesaparecerporcompleto—.Meencantaría,peroseríamuypocoamablepormi
partepedirlequefuerahastatanlejos,porquecreoquevaacaertormenta.—Sí. —También miró hacia arriba—. Espero equivocarme, que no soy el
viejoSwan.—SereferíaalancianoJonasSwan,queteníaunacasetaconbarcasenellago.Lasalquilabaapescadoresoagentesquequisierandarunpaseo,ynohabíanadiecomoélparaadivinareltiempo—.Peronoledoymásalládeunahora.Esperoqueluegotenganlaconsideracióndeenviarladevueltaencoche,sillueve.—Seguroquesí.Entodocaso,nosepreocupepormí.Melasarreglaré.—Estoyconvencidodeello.Detenerproblema,yasabequepuedehacerme
llamar.Pero,demomento,measegurarédeque llegabien,acompañándola.—Hizoungesto,ofreciéndoleelpasohaciaTownHallStreet,lacallequesalíadela plaza en dirección al este, entre el ayuntamiento y la carpintería de JosepGambier.Eraelque,másadelante,trasbifurcarseunpardeveces,seconvertíaenelKing’sRoad,elcaminoquellevabaaMinstrelHouse—.¿Vamos?Oliviasonrió.—Sí.Muchasgracias.Empezaronacaminarentrecalles,hacialasalidamáscercanadelpueblo,por
eleste.Oliviasesentíaalgonerviosa,porelasuntodeladyActonpero,también,por la incomodidaddenosaberquédecir.NerianWorthera simpático,ymuyguapo,perosurelaciónseestabacomplicandomucho.¿Legustaba?Noestabasegura.Leencontrabaatractivo,sinduda,pero…Pensóen laestatua.Aquelbesonodado,pero tanvivo.Aquelamoreterno,
queparecíaconvulsionarloseneseabrazotanestrecho,comobuscandofundirseenun solo cuerpo…Ella no sentía nada así, ni de lejos.A lomás, un agradoamistoso.¿Quizáestabamitificandoelamor?—Ybien,¿cómoseencuentra?—preguntódeprontoél.Olivia suspiró para sus adentros. Odiaba esa pregunta, pero no hubiese
quedado bien decírselo. Sobre todo, porque intuyó que tambiénWorth estabanerviosoyhabíaestadobuscandoalgoamablequedecir.—Bien.Esduro,perovoymejor,leagradezcosuinterés.—Laentiendobien,ymealegraque lovayasuperando.Esusteduna joven
muyfuerte.—¿Loera?Nolocreía,laverdad.Perosumadrelehabíaenseñadodosverdadesfundamentalesenlasquebasarsuvida:habíaquebuscarsiempreel amor, pese a cualquier obstáculo que pudiera interponerse; y había queafrontartodaslasdesgraciasconloshombroserguidosylacabezamuyalta—.Alprincipio,temíquepidierauntiempolibreenlaescuela…—Seruborizó—.Esque…Meagradamuchoescucharlasrisasdelosniños.Olivialemirósorprendida.—¿En serio?—No siempre, pero en ocasiones se juntaban más de treinta
niños, deMinstrelValley y de las granjas de los alrededores, incluso de otrospueblos cercanos sin colegio. Entonces, antes de entrar o al salir, los críos sereuníanparajugarenlaplaza,aunosmetrosdeledificiodelaescuelaensí,yseformabaunabuenaescandalera—.Penséquelemolestábamos.—¡No!¿Quédice?Enabsoluto.Alcontrario,megustamuchooírles,mehace
sentirbien.Escomosi…—Buscóelmododeexplicarse—.Escomosivivieraenunpueblofeliz,porloque,estáclaroquecumplobienconmisobligaciones.—Comprendo. —Ella sonrió. Pese al aspecto rudo de hombre de armas,
estabaclaroqueeraunhombredecorazóntierno.Algúndía,seríaunbuenpadre—.Esmuybonito,esoquedice.—Gracias.—Caminaronmediadocenadepasosmásantesdequesedecidiera
apreguntar—:¿PiensanirustedylaseñoritaThompsonalBailedePrimaveradeMeryton?DesdequedejódecelebrarseenMinstrelHouse,alestarcerradalamansióny
ausente su dueña, las gentes del pueblo acudían a los que se daban en otroslugares, comoMeryton, la localidad cercana de mayor población. Allí, en elSalón de Fiestas de su ayuntamiento, se organizaban eventos muy alegres yconcurridos. A veces, incluso acudían gentes llegadas de Londres para pasarunosdíasenelcampo.Elañoanterior,NerianWorthlahabíasacadoabailarlasdosvecesquepodía
hacerlosincomprometersureputación,yluegolashabíaacompañadoacasa,aAnnie, aMery y a ella. Había sido el comienzo de esa relación absurda, esecaminotortuosohaciaalgunaespeciedecompromiso,enelquenoacababandeavanzar,perotampocoretrocedían.
—No,esteañocreoquemequedaréencasa.Quedóclaroquenolegustólarespuesta,peroWortherauncaballero.Apretó
loslabiosyasintiócongravedad.—Loentiendo.Todoesdemasiadoreciente.—Asíes.Graciasporcomprenderlo.—Soyuntorpe.Nodebímencionarlo.Ella no dijo nada.Caminaron de nuevo otramedia docena de pasos.Worth
abrióycerrólasmanos,enungestoalgonervioso.—No sé si sabe que he comprado una casita—dijo entonces—. Es la que
quedaenelcaminoaLondres,conunterrenitoenlapartetrasera.—¿LacasitadelviejoPerkins?—Sí,exacto.—¡Perosisecaeapedazos!—Sediocuentaalmomentodesufaltadetacto,
yseruborizó—.Disculpe.—Nosepreocupe,escierto.Pero,graciasaeso,mehasalidoabuenprecio.
Además, siempre me han gustado las labores de carpintería y los arreglosdomésticos.—Oh,Dios,másvirtudesparaelseñorWorth:cautoconeldineroyhábilenlostemascaseros.Yaseloimaginaba,enlosdíasdefiesta,pintandolasparedesocambiandolamaderadeltejado,rodeadodeniñosquenoparabandereír y querían que«papi» les diera otra vuelta enbrazos.La imagen resultabaenternecedoraymuymuytentadora—.Eselugartienemuchasposibilidades.Séqueloconvertiréenunsitioquecualquieraestaríacontentodellamar«hogar».Olivialesonrió.—Entonces,lefelicitoporlacomprayelempeño,señorWorth.Élseencogiódehombros,quitándolemérito.—Nopodía seguir en lasdependenciasdel ayuntamiento,noesmásqueun
cuartuchoparaunjovensinraícesquevaaestarsolounatemporada.YollevoyauntiempoenMinstrelValleyymegustaestelugar.Tengolafirmeintencióndeestablecermeaquíyhasta…hasta casarme.—Suspiró, comocogiendo fuerzas—.¿Porquéno?Yatengounaedad,unbuentrabajo,ahoratambiénunacasa,ycreoquepuedoofrecermuchoalamujeradecuada.—Sí,porsupuesto.
Worthlamiródereojo.—Sabedeloqueestoyhablando,¿verdad?Oliviaselopensóunmomento,peronoteníasentidosimularignorancia.—Sí,señorWorth.Creoquesí.Claroquesí.—Titubeó,seguradequéeralo
correcto, lo sensato, pero, como siempre, no se decidió a dar el paso—.Pero,discúlpeme,nomesientoahoramismoconánimosdeafrontaresetema.Comobienacabadedecirustedmismo,noeselmomento.Élseruborizóantelaligeracrítica.—Loentiendo.Perdone,perdónemeporsacarloacolación,cuandotienetan
recientesupérdida.Lodicho,soyuntorpe.—No,noloes.Esunhombreencantadorymesientoagradecidayhalagada
porsuinterés.—Agitólacabeza—.Discúlpemeustedamí,quenohadejadodemostrarse amable y considerado, pero…no es elmomento—repitió, no se leocurríaotracosa—,esoestodo.—Comprendo.Nosepreocupe.Hablaremosmásadelante.Ellanodijonada,peronoparecióimportarle.Cambióporcompletodetercio
ysededicóaofrecerleunaconversaciónligera,muyentretenida.Sobretodo,lecontóanécdotasdesutrabajocontantagraciaquelahizoreír,ytambiéndudar.No podía negarlo:Worth era un hombre maravilloso, el ideal de cualquier
mujer, y ella era una tonta por no sentir lo que quería sentir en su presencia.Estabaperdiendounagranoportunidady, conveintitrés años, yano estaba enposicióndeseguirhaciéndolo.Todoelmundodecíaqueelcondestableeraunbuenpartido,unodelosmejoresdelalocalidad,yestabanenlocierto.Pero…Siempreun«pero».Eseeraelproblema.Oliviasuspiróydecidiódejardedarlevueltasaaquello.Yalopensaríamás
tarde, en otromomento. En ese instante tenía que centrarse en el té con ladyActon,enloquepudieraquererdeella,siesquedeseabaalgo.A pesar del día, cada vezmás gris, y del viento desagradable, no tardó en
disfrutarconlacaminata,enlaquesolosecruzaron,yyapocoantesdellegaralacasadelosguardesesdeMinstrelHouse,conunhombreacaballo.Alguiendoblementellamativo,puestoqueerachino,almenosenparte,como
hijo de un lord inglés y una mujer oriental. Esa mezcla había decidido su
apariencia, tanexótica,conaquellosojos rasgadosyaquelcolorpeculiarde latez.Yquédecirdesucaballo,unpurasangreinglésnegro,bellísimo,deestampaimpecable.Sedecíaporelpuebloqueteníaelnombredeundemonio,yqueporesonadieconseguíarecordarlo.Quémonturamásapropiadaparaunhombrecomoél.Olivia le conocía de vista y sabía que se llamabaDerek Lee.Alguien que,
peseasuraza,ostentabaeltítulodecortesíadecondedeMersett,puestoqueeraelúnicohijodelmarquésdeLeavenfield,familiadeladyActon.Setrataba,dehecho,deunparientelejanodeladama,peroconelquemanteníauncontactobastanteestrecho.LordMersett ibamucho porMinstrel Valley desde hacía unos pocos años,
aunquenuncasealojabaenMinstrelHouse,sinoenlaposadadelacolina,TheOldFlute.La gente rumoreaba, y la señora Cotton y su grupo de señoras estaban
escandalizas.¡Unchino!¡Unacriaturaimpíay,contodaprobabilidad,capazdeactosatroces!¡Yseleconsiderabayaceptabacomonoble!¡Menudabarbaridad!¿EnquéestabanpensandoelreyylosotrosgrandeshombresdeInglaterra?¡Eso por no hablar de que iba tan bien vestido que podía confundirse con
cualquier caballero, si no le veías la cara, algo que parecía una doble ofensacontratodalógica,comosielmundosehubiesevueltodelrevés!—Imaginen—habíaoídocomentaraaquellasseñoras,en la tiendadeBella
Gibbs—, ¡como si hubiesen vestido con traje y chistera a un negro! ¡Y lellamasen«milord»!Quizáhubiesedebidointervenir,sintiótantarabiaqueganasledieron.Pero,
en realidad, no vio la necesidad. Ellas no aprenderían nada y, a lordMersett,todo aquello parecía importarle poco. Quizá ni siquiera sabía que existiera laodiosaseñoraCotton.Cuandolepreguntabanporsupresenciaallí,tanhabitual,decía que le gustaba la zona.De vez en cuando salía en bote, pero raramentepescaba.—LordMersett—dijoWorth como saludo, llevándose unamano al ala del
sombrero, cuando pasaron por su lado. El otro hizo un gesto con la cabeza ydetuvoelcaballo.
—Condestable.SeñoritaCoombs…Oliviaseruborizó,mientrashacíasugenuflexión.DemodoquelordMersett
sabíacómosellamaba…Supusoqueaqueldetallenoimplicabagrancosa,peronopudopormenosquesentirsecomplacidaporello.ElcondedeMersetteraunhombremuy atractivo. Le hubiera gustado verle ataviado con las ropas de sutierra, se sentíamuy intrigada, pero, para su decepción, vestía al estilo inglés,siempremuyelegante.De vez en cuando, se preguntaba si todos los hombres chinos serían tan
guaposcomoél.Claroque,eneseprecisomomento,conunosfeosmoratonesenlabarbillay
unojoalgohinchado,noteníamuybuenaspecto,quesedijera.—¿Otra vez le han asaltado, milord?—preguntóWorth, con un claro tono
irónico.LordMersettsonrió.—Sí.Peronosepreocupe:otravezhasidolejosdeaquí.Además,norobaron
nada.Pesealoquepuedaparecer,sédefenderlomío.Worthseechóareír.—Estoysegurodeello.Muybien…¿SealojaenestaocasiónconladyActon?
—preguntó.LordMersetthizoungestoambiguo.—Enrealidad,laacompañéayerdesdeLondres,peroyasabequemegustami
independencia,yprefierolaposada.HeidoaalmorzaraMinstrelHouse,peroyamemarcho.—Lamiró a ella—. Sé que tiene prevista una reunión con usted,señoritaCoombs.LeruegoquenoolvideenningúnmomentoqueladyActonseencuentramuydelicada.Olivia frunció el ceño, con auténtico desconcierto. ¿Qué querría decir con
eso?—Porsupuesto,ylolamentomucho.Nolosabía.—Pensósipreguntarporsu
mal,oporelasuntoqueibanatratar,perolepareciópocoeducado—.Lotendrémuyencuenta,milord.Élasintió.—Gracias.NosésivolveraLondres—añadió,cambiandodetema.Miróal
cielo—. Sospecho que lo más prudente sería quedarme por aquí hasta quemejoreeltiempo.—Yo le aconsejaría ser cauto, sí —asintió Worth—. Si se queda, puedo
pasarmemástardeporlaposada,paratomarunacervezaconusted.Unbrillocruzóaquellosojosrasgados.—Seráunplacer.Peroyasabequemeretirotemprano.—Legustamadrugarmucho.Lorecuerdo,sí.Irépronto.—Muybien,entonces,allíleespero,condestableWorth.SeñoritaCoombs…
Hastapronto.—Sellevóunamanoalsombrero.WorthhizolopropioyOlivialededicóunareverencia.—Adiós, lordMersett. Un hombremuy peculiar—añadió, cuando se hubo
alejado.Miróalcondestabledereojo—.Parecequeleconocebien.Worthseechóareír.—¿Esa impresión dio? No, no le conozco en absoluto. Sospecho que no
permitequenadielogrealgoasí.Pero,devezencuando,tomamosunacervezajuntos. Me cae bien. Pese a su posición, está en tierra extraña y guarda unsecreto.—¿Unsecreto?Worthtitubeó.Seguroquepensóenalgo,perobuscóelmododenotenerque
contestardeunmododirecto.—Seguro.¿Quiénnolohace?—Yomisma,metemo.—¿Esocree?Laanimaríaareflexionaralrespecto.—Olivialohizo,casisin
darsecuenta.Pensóentodasesaspequeñascosasíntimasquenuncalecontaríaanadie.Ypensó enBernardCoombs—.Todos tenemos alguno, en algún lugar.Algodeloquenohablamos.—Alverqueellanodecíanada,sonrió—.¿Love?Todosguardamosalguno.—¿Ustedtambién?Worthleguiñóunojo.—Desdeluego.LacasitadondevivíanlosguardesesdeMinstrelHouse,losRandall,estabaen
elcamino,pocoantesdellegaralasgrandespuertasquecerrabanlasverjasdela
mansión. Olivia decidió probar suerte: se apartó deWorth, subió al pequeñoporchedemadera,decoradoconunamesita,dosmecedorasymuchasmacetas,yllamóalapuerta.Nadiecontestó.—Supongo que estarán atareados en la mansión —sugirió el condestable,
desdeelcamino.—QueríasabersimepodíandeciralgorespectoalainvitacióndeladyActon,
odelnuevomarquésdeNorthcott…—Novaatardarensaberloporsímisma.Ellalanzóunarisitanerviosa.—Esometemo.Detodosmodos,noperdiólaesperanzahastacomprobarelpatiotrasero,por
silaseñoraRandallestabaallíocupadaencualquiertarea.Estabaunpocosorda,ypodíanohaberoídocómo llamabaa lapuerta.Perono:en lacasanohabíanadie.Siguieron, por tanto, hacia lamansión.De lejos, yahabíaquedado evidente
quesudueñaseencontrabadevueltaenelpueblo.Habíanabiertodeparenpartodas las contraventanas y las puertas de los balcones de piedra, y de la granterrazaquehabíaenelsegundopiso,paraairearbiensuinterior.Másdeveinteañosdespuésdesuúltimavisita,ladyActonhabíaregresadoa
casa.
Capítulo3
La mansión de lady Acton, junto con el molino que movía la noria con lafuerzadel ríoOldruin, eraunade lasúltimasedificacionesdelpueblo.Ambasestabansituadasenelextremonorestedelpuebloy,másallá,yasoloquedabanzonasdebosqueytierrasdelabranzahastalasiguienteparroquia.Tambiéneralamásgrandeenunlugarenelque,porlabellezadelpaisaje,lo
romántico de su leyenda y la cercanía a Londres, se habían levantado variasresidenciaselegantesmás,sobretodoenlostiemposenlosquelosmarquesesdeNorthcottpasabanlargastemporadasenMinstrelValley.Se decía que, por aquel entonces, casi habían llegado a crear una pequeña
corteenelcampo,consusamigosyallegados,puestoqueelprínciperegente,más tarde reyGeorge III, sealojóconellosmásdeunavez,enciertaocasióndurantetresmesesseguidos.Algunashistoriasque circulabanpor el pueblo asegurabanquehabía estado
muy enamorado de la joven hija de los marqueses, lady Helena, antes de sumatrimonio con el conde de Acton y quizá, también, durante. Incluso serumoreaba que pudo haber un nuevo acercamiento cuando quedó viuda, conalgunaofertamuyfueradelugarparaunadama,aunquenoeraalgoquehubiesepodido confirmarsenunca, yya erapocoprobablequepudierahacerse algunavez.La segunda mansión en tamaño y esplendor era Clifford Manor. Estaba
situada todavía más lejos del agua, en la base de la colina de Scott Hill, dehecho, muy cerca de las ruinas del viejo castillo de los Scott. Más antiguainclusoqueMinstrelHouse,pertenecíadesdesiemprealoscondesdeClifford,
losúnicoscuyafamiliateníasusraícesbienasentadasenaquellazona.Aunasí,hacíamuchoquetampocoibaningunodeellosporallí,másdeunadécadacomomínimo.LadyConstanceHamilton,enesosmomentoscondesaviudadeClifford,fue
una de las mejores amigas de lady Acton en sus años jóvenes, y era la másantiguadecuantas lequedaban.Oliviaapenas la recordaba.Laúltimavezqueestuvoenelpueblosololaviodelejos,atravésdelaventanilladeuncocheenmovimiento.Entonces,pensóqueeramuyanciana,peroteniendoencuentaqueellanohabíacumplidolosdiezaños,resultabacomprensible.También estabaConwayHouse, que se alzaba justo junto al lago, una gran
casaseñorialalaquefueronavivirelcondedeConwayysuesposaaprincipiosde mil ochocientos, tras una boda que, para ambos, supuso un segundomatrimoniodeseadodurantemuchotiempo.Ambospreferíanmilveceslavidadel campo y visitaban poco Londres, aunque mantenían un contacto muyestrechoconlosmarquesesdeNorthcottcuandoestabanenMinstrelValley.Dehecho, ladyConway llegóa convertirse enunade lasmejores amigasde ladyActonyladyClifford.Fueunaconsecuencianatural:lastresteníanunaedadparecidaycompartían
un temperamento agradable, ygustosy formasdepensarmuyafines.Las tresdisfrutaban mucho en sus caminatas por el bosque, explorando las ruinas odando un paseo por el pueblo; incluso acompañando a sus maridos cuandopescabandesde lasrocasdeLakeHill,elmejorsitiopara losbarbos,segúnseaseguraba.Por eso, cuando Minstrel House pasó a manos de lady Acton, que había
nacidoallíyloamaba,sepensóque,conelcambio,seestableceríaenellugarde continuo y llegaría una nueva época de esplendor. Se esperaban fiestas,cacerías,paseosdebotesrepletosdenobles,almuerzosenelcampoe, incluso,reuniones culturales de las que tanto disfrutaba la dama, que tenía fama deilustrada.Pero,muyporelcontrario,latragediadelamuertedesusobrino,elheredero
delosNorthcott,enunaccidentealcaerdelcaballocuandoviajabadelpuebloaLondres,hizoqueeldolorlehicieseintolerableelvivirallí.
MinstrelHouse quedó cerrada a cal y canto, ladyActon se llevó su pena aEuropa y las gentes de la buena sociedad londinense no tardaron en buscarseotroslugaresenlosqueintentaraliviareleternoaburrimientoquelesacosaba.Eso determinó el destino de la mayor parte de las otras edificaciones
importantes de la zona, cerca demedia docena. Estaban dispersas por todo elvalle, sobre todo en la parte cercana al lago, y, en su mayoría, habían sidoconstruidas por nobles londinenses o gentes acaudaladas que querían tener unlugar en el círculo íntimo de los marqueses de Northcott, pero que no eraninvitadosaMinstrelHouse.Apartirdeentonces,todascayeronenunalentadecadencia.Pasabanmeses,a
vecesaños,conlospostigoscerrados;solounaspocastuvieronsuerteyfueronalquiladasportemporadas,sobretodoenlosveranos,comoRoswelHouse.Poreso,almargendeloquepudieraocurriresatarde,Oliviasealegrabadel
regreso de lady Acton. Quizá eso indicase que las cosas iban a empezar acambiar. A Minstrel Valley le vendría bien la presencia de aquella gente, elpueblocreceríay,talvez,ellaconsiguieramásfondosparalaescuela,queerasuprincipalempeñoenesosmomentos. Incluso,a lomejor,pudierapor fincrearesabibliotecaquehabíaimaginadotantasveces,peroqueveíadifícilorganizar.Y, también,eraunplacerver tomarnuevavidaaaquellacasa tanbella.Era
comounmonstruofabulosoquehubieseestadohibernandovariasdécadas,paraahora despertar, bostezando lentamente. Olivia la contempló mientras seacercaba,conlamismaadmiracióndesiempre.Lamansión estaba encarada hacia el sur, en dirección al lagoMinstrel. Sus
terrenosinmediatosestabanrodeadosporunmurodepiedra.Pegadoaélporelinterior,cercadelasgrandespuertas,habíaunacasitaparaelportero,pequeña,perolobastantegrandecomoparaquepudieravivirallíunmatrimonio,deestarcasado.Unavezsecruzabaaquellaentrada,elcaminosedividía:elsenderoizquierdo
iba hacia las caballerizas y las cocheras, que quedaban en aquella parte deledificio, en su lado oeste, y el sendero derecho, que se internaba en el jardíndelanteroysedirigíahacialasgrandesescalerasdeentrada.Apocosmetrospodíadivisarseunbonitoestanquepropio,rodeadodesauces,
conpecesde coloresyuna linda casetapara ladocena largadepatosque allívivían. También contaba con un cenador de hierro forjado rodeado de zonaajardinada,enelque,enelpasado,podíaversealosmarquesesdeNorthcottysusinvitadosenlasnochesdeverano.El edificio en sí constaba de un bloque central y dos largas alas que se
extendíanaesteyoeste,conun tejadobrillanteyoscuro.Ensu impresionantefachadasecombinabanlosdistintostonosdelapiedragrisdelacanteracercanayunamultituddedetallesdedecoración inspiradosen laelegantearquitecturafrancesa.Eso,unidoasusvariastorrescilíndricasdedistintasanchurasyalturas,perotodascontejadoscónicos,ledabanunaspectomuyrománticodecastillo.La gran escalera semicircular de la entrada,muy blanca, estaba dividida en
tressecciones,comosi fueraungranquesoalquehubiesencortadounpardetriángulos.Elterrenoinclinadodeloshuecoseranzonasdedicadasajardín,enlasqueseplantaban floresde temporada, siemprecombinando loscoloresconexquisitocuidado.Los tres tramosdeescalonesconvergíanenunaampliaplazoletarodeadade
una balaustrada, en la que estaban las grandes puertas de madera oscura deMinstrelHouse, talladas con un gran escudo de los condes deActon, aunqueOliviahabíaoídodecirque,enotros tiempos, lucieronelde losmarquesesdeNorthcott.Pero,aunquelamansiónerabonitadefrente,unaimagenqueatraíalamirada
yprovocabaadmiración,erasupartetraseralaqueterminabadeencandilarasusvisitantes.Losjardinesqueallíseextendían,protegidosdelexteriorporunmurodepiedras deungrismáspálido tomadasde las viejas ruinas romanasque sehabíanlevantadoenotraépocaallícerca,justodetrásdedondeahorasealzabaCliffordManor,eranfamososentodalaregión.Enelpasado,eraeneselugardondelaladyNorthcottdeturnoorganizabael
famosoBaile de Primavera deMinstrelHouse, todo un acontecimiento en losalrededores, con el que se celebraba la llegada del buen tiempo y se buscabaafianzar lazoscon laspersonalidades locales;pero,alpocodeconvertirse ladyActonen ladueñade lamansiónydedarsuprimerbailecomotal,nohabíanvueltoacelebrarse.
Dehecho,fuedesdeentoncesqueniladyActonnilossucesivosherederosdelmarquesadohabíanaparecidoporallí,alejadosporlapenadesupérdida.Siendocomo era una más de sus muchas propiedades, y ni siquiera una de las másimportantes,esaausenciadecepcionóaloslugareños,perotampocofuealgoquehubiesesorprendidodemasiadoanadie.Durantemásdeveinteaños,lagranmansióndeMinstrelHousehabíaestado
siempre cerrada, siempre, desde que Olivia tenía memoria. Los guardeses, elseñory laseñoraRandall,vivíanenunabonitacasamuycercayseocupabancasiporcompletodesumantenimiento,aunque,dosvecesalaño,contratabanun gran número de mujeres del pueblo, con las que formaban un grupo paralimpiarafondo.Fue en una de esas ocasiones cuando Olivia pudo entrar y ver aquella
maravillapordentro.Teníadiezaños,perojamáslohabíaolvidado.Enesemomento,tantotiempodespués,Worthyellasubieronlasescalerasde
la entradapor su seccióncentral, cruzaron laplazoletay sedetuvieronante lapuerta.Semiraron.Oliviatitubeó.—Nosepreocupe—le susurróel condestable, conuna sonrisadeánimo—.
Pienseenquevaaprobarunosemparedadosdeliciosos,deesosquelasgentessencillasnopodemosniimaginar.¡Sipuede,guárdemeunoodosenelbolsito!Ellaseechóareírygolpeóconelaldabóntresveces.PensóquequizáleabriríalaseñoraRandall,almenosesoesperaba,porquela
conocíadesiempreysehubiesesentidoalgomástranquila,perono.Fuehombredemedianaedad.Teníaelpelomuygris,yablancoenalgunas
zonas,peroseguíasiendograndeyfornido.Laexpresióndesurostrocuadrado,de líneas toscasyduras,erabastantehuraña.Llevabaun trajeoscuro,debuenpaño,peronosetratabadeunmayordomo.¿Quizáunportero?A pocos pasos, en el gran vestíbulo, pudo ver a dos doncellas situadas en
línea,unamorenayunapelirroja.Vestíandenegro,condelantalesycofiasmuyblancos.Ambasestabanserias,perolamorenanoteníaaspectodesonreírmuyamenudo.Laotra,porlomenos,sí.—SoylaseñoritaCoombs—dijoOlivia,algointimidadaasupesar—.Tengo
entendidoqueladyActonmeestáesperando.—Oh, sí, desde luego—replicó él, con más cordialidad de la que hubiese
imaginado. Tenía una voz profunda que llamaba la atención—. Bienvenida,señoritaCoombs,ladyActonbajaráenseguida.—Miróalcondestable,indeciso—.¿Yelcaballero?¿Aquiéndebemospresentar?—Oh,no,anadie,nosepreocupe—dijoWorth,agitandounamano—.Soyel
condestabledeMinstrelValley,NerianWorth.SoloheacompañadoalaseñoritaCoombsen el camino,peronoquieromolestar, yamevoy.—SevolvióhaciaOlivia, consultándole con lamirada, aunque también añadió de palabra—: Ladejoaquí,entonces.¿Leparecebien?Ella sonrió. Qué hombre tan encantador… ¿Por qué era tan tonta? Si se
esforzaba,podría llegaraquererle, seguro.Noseríaelamorvehementeconelque había soñado siempre, ese que le arrebataría todo sentido y le llenaría elcorazón, pero ya tenía edad comopara saber que esa clase de pasiones solíanquedarrelegadasparalasfantasíasrománticas.Larealidaderamuydiferente.Enella,teenfrentabasaunalargasucesiónde
días,cadaunoconsupropioobstáculomásomenosdifícil,ypodíasdarteporafortunada si conseguíasuncompañerocomoNerianWorth, alguienenelqueapoyarte,amable,consideradoydeseosodeagradar.Decidido: si volvía a mencionar la posibilidad de ir juntos al Baile de
PrimaveradeMeryton,lediríaquesí.—Sí,desdeluego.—Sonrió—.Muchasgraciasporlacompañía.—Alcontrario,graciasausted.—Sellevóunamanoalsombrero,mientrasse
inclinaba.Olivia le devolvió una rápida reverencia—.Ha sido todo un placer,señoritaCoombs.—Lomismodigo.Hastapronto,señorWorth.Élsonrió,diomediavueltaysealejó.Elhombrequehabíaabiertolapuertase
volvióhacialasdoncellas.—Lucy,Doll,porfavor…La orden implícita quedó clara, al menos para la pelirroja, que avanzó de
inmediato. Lamorena le lanzó unamirada inexpresiva y permaneció inmóvil,como dejando claro que no era quién para darle órdenes; pero él, que estaba
saliendo,nosediocuenta.—Sí, señor Barry —dijo la pelirroja. Hizo un gesto hacia su abrigo y su
ridículo—.Permítame,señoritaCoombs.—Sí,porsupuesto—replicóella,aturdida,mirandoaunayotra—.Gracias…
¿Lucy?Lapelirrojario,divertida.—Yamegustaría.Lucyesella.YosoyDoll.Lamuchachamorenasiguiósindecirnada.Selimitóaesperaraunlado,con
loshombrosbienerguidos,comouna reinaseguradesubelleza.Desde luego,era alta y muy guapa, Olivia no tenía problema en reconocerlo. De hecho,llamabalaatenciónpesealatuendodedoncella.Pero su expresión estropeaba el conjunto. Era demasiado seria, en absoluto
cordial.Noparecíaunajovenmuyagradable.Preferíaconmuchoa laotra, lapelirroja,queeramuydistintaenel trato,y
para nada fea. Tenía una nariz de duendecillo muy graciosa en un rostrosalpicadodepecas.Ydesbordabasimpatía,lateníaporlasdos,menosmal.Nodejódesonreírydealentarlaconelsimplegesto,mientraslaayudabaaquitarselacapayelchaquetónquellevabadebajo,ytambiénelsombrero.Pordesdicha,cuandoterminó,semarchóconsuscosasyfuelamorenalaque
señalóhaciaelvestíbulo.—Acompáñeme,porfavor—dijoconunavozsensual,muyapropiadaparasu
aspecto.Olivia la siguió, con la sensación de estar flotando, atrapada en un estadio
intermedioentreelmiedoyelentusiasmo.Comosiestuvieseviviendounsueño.Laotravezqueentrósoloteníadiezaños.Lohizoaescondidasdesumadre,
quenuncaquiso ir aMinstrelHouse,ni siquiera a limpiar, y esoquepagabanmucho mejor que en cualquier otro trabajo del pueblo. No aprovecharon laocasiónniduranteaquellatemporadaterrible,trassupeleaconMildredCotton,en la que nadie le daba nada para coser y pasaron muchas penalidades.Infortunios que, sin duda, hubiesen sidomás de no haber ayudado el benditopadreRoberts.Asabercuáleseranlasrazonesdesumadreparaempecinarseasí,nuncaquiso
revelarlas,comotantasotrascosas.PerolapequeñaOliviateníavoluntadpropiay mucha determinación. Deseaba ver cómo era el interior del gran castillomágicodelasafueras,eselugarmaravillosoquepoblabamuchosdesussueñosinfantiles, de modo que aprovechó que iba hacia allí una de sus vecinas, laseñoraLambert,parasalirlealcaminoyofrecerseaayudarlaallevarloscubosyescobones;conesaexcusa,pudocolarsedentro.Enesemomentoeramayor,pero,alentrar,experimentólamismaimpresión
demaravillaqueentonces.ElvestíbulodeMinstrelHousevolvióadejarlasinaliento, por completo,mientras las pupilas se le iban solas de un lado a otro,saltandoporsucuentadedetalleendetalle.Máshermosoque impresionante, eraunespaciomuyamplio, con suelosde
mármolblancoveteadodeungrisqueavecesparecíaplata.Lasparedesestabanvestidasconpanelescubiertosdeunpapelpintadoenfinasrayasgrisesyazules,y en las cortinas que cubrían ventanas y las grandes puertas que se veían alfondo,secombinabanlosmismoscolores.Noveíaquéhabíaalotrolado,peroatravésdesuspanelesdecristalse filtraba la luzdelexterior.Poreso,yporsuposición,dedujoquedabanaljardíntrasero.Una gigantesca lámpara de araña, que debía pesar más que un hombre,
colgabadelalejanabóvedaqueconformabaeltechodelprimerpiso,alolargodeunpardemetrosdesdealláenloalto.Enelpasado,loscuadrosdelasparedeshabíanestadocubiertosporsábanas.
Eneseinstantepudocomprobarquehabíadetodo:paisajes,retratosdehombresymujeresdevariasépocasyedades;inclusohabíaunanaturalezamuertaenunlado. En todos los rincones y junto a las paredes había peanas o pequeñosmuebles,enlosqueseexhibíanestatuas,jarrones,figurillasdetodotipoyotrosobjetosdeadorno,contodaprobabilidadantigüedadesmuycaras.Perohuboalgoquellamósuatenciónporcompleto.Defrente,alfondo,lagranescaleracentral,tambiéndemármolblanco,subía
hastaunrellanomuyamplio,adornadoconungrancuadroconmarcodorado,antesdedividirseendosparacontinuarhastaelprimerpiso.Enelretrato,queteníamásdedosmetrosdealtoymásdeunodeancho,seveíaunamuchachadecuerpoentero,rubia,conojosclaros,muybellaydistinguida.
Estaba arreglada como para asistir a un baile o cualquier otro eventosignificativo.Suvestido,blancocondetallesazules,deuntejidodelicadoqueavecessedifuminabaconelresplandorquelailuminabadesdeelfondo,eramuyelegante, y llevaba unas joyas, collar y pendientes con piedras preciosas queparecíantopacios.En la mano derecha, cubierta por un hermoso guante de seda y encajes,
sosteníaunabanicoabiertoamedias,ymanteníaloshombroserguidos,enunaposeperfecta.Todoenella leprodujoadmiración.Y, también,unasensaciónextraña,algo
quenopudoentender.—¿Quién es?—preguntó extasiada.No solo era la belleza del cuadro, o el
atractivo físico de la mujer. Era, también, esa elegancia abrumadora quetransmitíansufiguraysumirada.Sihubiesetenidoquedescribirloqueeraunadama,unadamaauténtica,hubiesedichoqueeraalguiencomolaquemostrabaaquellapintura.—LadyActonalosdieciochoaños,segúnmehandicho—replicóLucy,con
un tono contenido, en el que se percibía la fascinación que le inspiraba, perotambiénunecodeenvidia—.Entoncesera ladyHelena,claro, lahijapequeñadelmarquésdeNorthcott.TodavíanosehabíacasadoconelcondedeActon.Dehecho, lehicieroneste retratopocoantesdeconocerle,cuando ibaa iniciarsuprimeratemporada.Alparecer,fuelaúnica.Secomprometierondeinmediato.—Nomesorprende.Eramuybella.Lucy hizo un gesto indefinido.Olivia intuyó que se estaba imaginando a sí
misma arreglada de ese modo, y seguro que estaría también hermosa. PobreLucy.Peseatodasubelleza,comomuchollegaríaaluciralgúnvestidobonitoenalgunafiestadelaservidumbre,oenelSalóndeFiestasdelayuntamiento,siseguíaenMinstrelValley.Yestabaclaroqueesonuncaseríasuficienteparaella.Olivia agradecía no ser de naturaleza envidiosa.En cualquier caso, no tuvo
tiempodedecirnadamás.—¿Lucy?—se oyó. La doncella dio un brinco yOlivia y ella se volvieron
hacialavoz.Unamujergrande,robusta,vestidadeoscuro,habíaaparecidoporel pasillo de la izquierda y las observaba con el ceño fruncido. Sus rasgos
parecíanmásseverosporculpadelmoñode rodeteconelquesepeinaba, tanapretado que parecía ir a arrancarle la cabellera en cualquiermomento.Comoúnicoadorno,lacadenadeunrelojdeorocruzabasupecho—.¿Ocurrealgo?—No, señoraBurton—replicó la doncella, algo nerviosa—.Me disponía a
llevaralaseñoritaCoombsalsalóndorado.—Yomedetuveaadmirartodoesto—decidiócomentarOlivia,paraayudarla
—.Ylepreguntésobreelretrato.Esprecioso.—Entiendo.Sí,loes.—LosojosdelamujerrecorrieronlafiguradeOliviade
arriba abajo, una mirada algo suspicaz, pero también huidiza—. Bienvenida,señoritaCoombs.SoylaseñoraBurton,elamadellavesdeladyActon.—Unplacer, señoraBurton.—Movió la cabeza como imaginó que hubiese
hechola jovenladyActondelretrato—.PerdoneaLucy.Hacíamuchoqueyodeseaba ver el interior de Minstrel House, y no me ha defraudado. Estoyadmirada.Lamujerparpadeó.Hizoungestoaladoncella.—Yoacompañaréalaseñorita.Puedesirte.—Lucyhizounareverenciayse
marchóporladerecha.LaseñoraBurtonseñalóhaciaelladocontrario,laparteporlaquehabíavenido—.Poraquí,porfavor.Oliviavioentoncesquehabíavariaspuertasendistintospuntosdelvestíbulo,
ademásde lagrandedel fondo, la quedaba a la parte traserade la casa.Otrocorredorseextendíadesdelaentradaenambasdirecciones,esteyoeste.La señoraBurton la condujoa travésdel corredordeloeste,y luegoporun
pequeño laberinto de habitaciones, hasta llegar a una sala de estar tan grandecomo toda su casa, piso alto incluido. Supuso que era el lugar de destino, elfamososalóndorado,porqueestabadecoradoendistintostonosdeesecolor,yconlamajestuosidadquesolopodíadareldinero.Hacía calor allí. Vio que la chimenea estaba encendida, con un fuego
generoso.Seguroquellevabahorasasí.—Espereaquíunmomento,porfavor—lepidiólaseñoraBurton,cediéndole
elpaso—.AvisaréaladyActonyalordNorthcottdesullegada.—Gracias.Si lepareciógrandeel lugarcuandoentraronallí, se lehizomásgigantesco
todavíacuandosefuelaseñoraBurton.Oliviacaminóhastaquedarenelcentroycasisesintióimpulsadaacontenerlarespiración.Solaenmediodellujoyelsilencio, dio una vuelta completa sobre sí misma, contemplando las paredes,empapeladasallí condelicadosmotivos florales,a juegocon lascortinasy loscortinones,yconelestampadodesofásysillas.Incluso con los hermosos ramos de flores amarillas, con solo alguna azul
ocasional,quellenabanlosjarrones,oconloscuadros,quesiempreteníanalgúndetalledorado,conalgúntoquedeazul.Todoallíestabacombinadoconsumocuidado,creandounasensacióndeprofundaarmonía.El sol aprovechó ese momento para abrirse paso entre las nubes y su luz
inundólaestanciaatravésdelosgrandesventanales.Tamizadaporlahermosateladelascortinas,diolaimpresióndequetodoloenvolvíaunaniebladorada.Oliviatragósaliva,abrumadaportantabelleza.Sabíaqueestabaviviendouninstantemágico,unmomentoquerecordaríapor
siempre,pormuchotiempoquellegaseavivir.—¿Legusta?No había vuelto a oír la puerta, pero debía haberse abierto, porque lord
Northcottestabaenlasala.Sehabíacambiadoderopayteníaunaspectoalgomás informal, si alguien tan elegante como él podía llegar a serlo en algúnmomento. Chaqueta de un tono castaño oscuro, pantalones beige, pañueloblanco…Oliviaparpadeó,pensandoqueera realmenteguapo.Más levalía tenermuy
presentequetambiénerarealmenteidiota.—Mucho.—Carraspeó.Elcielovinoensuayuda,porquelaintensidaddela
luz disminuyó a ojos vistas; de hecho, en pocos segundos se volvió gris, fría.Oliviaoyóalgofueraygiróelrostrohacialaventana.Habíaempezadoallover,gotasgruesasquechasqueabanconfuerzaalchocarcon loscristales.Ojalánocayera un aguacero, el techo de la escuela no lo aguantaría—. Claro que, nopodríaserdeotromodo.Esunacasapreciosa.—Loes.—Entró,conelpasogallardoque lecaracterizaba,ycaminóhacia
unamesitaquesoloteníaensusuperficieunagrancajademaderalabrada,muybonita.Laabrióysacóuncigarroyunyesquero—.¿Lemolestaquefume?
Enrealidad,noleimportabaenabsoluto.Eltabacoteníaunolorcurioso,quele traía recuerdos muy agradables de la infancia, cuando el bueno del padreRobertsfumabaaescondidasdesuamadellaves.«Guárdameelsecreto,Livvy,ytedaréuncaramelo».Quétonto.Aellanolegustabanloscaramelos,peroleseguíalabromaporqueparaélaquellosuponíaalgunaclasedelazoentreellos,unintercambioentrecompañerostransgresores.PerolordNorthcotteratanodiosoquedecidióserlotambiénella.—Sí,memolesta.Larespuestaletomóporsorpresa,seguro.Vioensusojosquehabíaesperado
unaconcesiónporsuparte,unpermisoquizábuscandoagradarleyganarsesufavor, comodebíaestaracostumbradoaqueocurriese.Al finyal cabo,eraelmarquésdeNorthcott.Omucho se equivocaba,o él no loolvidaba enningúnmomento;enconsecuencia,quieneslerodeabandeformahabitual,tampoco.Ante la rotundanegativa, tardóen reaccionar.Lamirómuy serioy contuvo
unamueca,conevidentesganasdemandarlaalinfiernoyhacerloqueledieselagana.Peroerauncaballero.Volvióadejareltabacoensucaja.—Porsupuesto.Disculpe.—Hizoungesto,invitándolaairhacialossillones
situadosfrentealachimenea—.¿Nossentamos?—No.—Siguiósintiendounaprofundasatisfacción,llevándolelacontraria—.
Prefieropermanecerdepie.Esopareciódivertirle.Almenos,lanzóunacarcajada.—Esustedmuyrencorosa,miqueridaseñoritaCoombs.—Prefiero decir que tengo buenamemoria,milord.Aunque le prometo que
olvidaré por completo todo lo ocurrido en un par de días. Qué digo… Paraentonces,nisiquierarecordarésunombre.LordNorthcottlamiróconfijeza.—Ya,bueno…Permitaque lodude, aunque reconozcoquememostrémuy
antipáticoantes,cuandofuiaavisarla.—Es ustedmuy indulgente consigomismo,milord.Yo hubiese escogido el
término«odioso».
—Estábien,tienerazón.Nopuedonegarlo.Oliviaarqueóunaceja.—Puesnoveoquesedisculpeporello.—No lo hago. Solo digo que estoy de acuerdo con usted.Memostrémuy
odioso.Poreso,entiendosuactitud.—Quéafortunado,porqueyonoentiendolasuya.—¿Deverdad?—Porcompleto.Él hizo unamueca,mientras seguía observándola pensativo.Luego, caminó
hacialachimenea.Sequedóasulado,conlasmanosenlosbolsillos.—¿Ya ha anotado cuáles son las piezas más valiosas de esta sala, señorita
Coombs?Lesugieroquesefijeenesejarrón.—Hizoungestoconlacabeza.Lapieza en cuestión no tenía una apariencia impresionante, pero era bonita, yestaba sobre un pedestal propio, junto a la pared, en el ángulo de dos de lasparedes—. Es una antigüedad, una pieza griega. Tengo entendido que puedevendersepormásdecincomillibras.Olivia parpadeó. De haber podido, le hubiese abofeteado. Quizá él se dio
cuenta,porqueapretóloslabios.—¿Novaaexplicarmelarazóndequeinsistaenofenderme,lordNorthcott?
—lepreguntó.Éllamiróyabriólaboca,quizáparacontestar,perounavozledetuvo.—Marcus…
Capítulo4
OliviaylordNorthcottsevolvieronhacialapuerta,yellaseapresuróahacerunareverenciaalverenelumbralalasdosdamas.A una de ellas la conocía: era lady Florence Blumer, condesa viuda de
Conway,apoyadaensubastón,altaydelgada,elegantecomosiempre.Llevabaun vestido negro con detalles azulados, y sombrerito triangular con plumasnegras, bajo el que podía verse el cabello gris recogido en un moño que lesentababien.Olivianoestabaseguradesuedad,estaríaentrelossesentaylossetentaaños,perogozabadebuenasaludyeradeánimomuydecidido.Debía tenerlo para haber afrontado graves problemas familiares con tal de
conseguir casarse con el difunto lord Conway. Olivia no sabía demasiadosdetalles al respecto, pero su amigo Richard le había contado que para amboshabía sido un segundo matrimonio, pese a estar enamorados desde muyjovencitos.Alparecer, elpadrede ladyConwayhabíaelegidoparaellaaotrohombre, y tuvo que casarse con él. Por suerte, la vida les dio una segundaoportunidad.QuizáporesoladyConwayeraunamujercariñosaydefensoradelderechoal
amor,incluidosloserroresquepodíancometerseensunombre.YquizáporesohabíaapoyadosiempreaMery…fueraloquefuesequehabíaocurrido.Sealegrómuchodeverla.Esohizoquesesintieramenossolaenaquellugar.Juntoaella,sentadaenunasilladeruedas,habíaotraanciana.Estateníaun
aspectocasi regio,conelcabello recogidoenunmoñomuyahuecadodelquesalíaunlargotirabuzónquellegabaaextendersesobresuclavículaderecha.Elvestido también era negro, peromás ostentoso, de escote cuadrado ymangas
ajustadashasta el codopara luegovolverse acampanadas.Sobre la escasapieldesnuda del pecho llevaba un collar impresionante, de oro y grandes piedrasoscuras,ajuegoconlospendientes.Debía ser la que había hablado, porque la voz no era la de lady Conway.
Además,habíasonadocomounallamadaalorden,perosindemasiadafuerza,yella era la que tenía aspecto de agotada.Aun así, semanteníamuy erguida, apurafuerzadevoluntad,ysumiradaeradirectayfirme.Lagransilladeruedasenlaqueparecíaestaratrapadaeraunaobrasoberbia,
demaderaoscurallenadedetallestallados,conunrespaldotanaltoquellegabaalabarbilladeladoncellaquelaempujaba,unamuchachafornidaymofletuda.—Discúlpeme, prima Helena —replicó lord Northcott. Sí, era la anciana
sentada la que había hablado. Lady Helena Hale, Kenley por matrimonio,condesaviudadeActon.Mirabaasuprimoconelceñofruncido,yélsemostróavergonzado, pero también terco—. Sé queme ha pedido templanza, pero esque,aveces,mepuedelaindignación.—¿Esesountristeintentodeexcusaparasuespantosocomportamiento,lord
Northcott?—preguntó a su vez ladyConway, enfadada—.Porque le aconsejoqueintentealgunaotravía.Esanosirveenabsoluto.Élafirmólamandíbula.—Perdóneme también usted, lady Conway. Sé que aprecia a la joven y no
quise incomodarla. Pero a ambas les consta lo que opino respecto a todo estetema.—Desde luego, nos lo has dejado muy claro —replicó lady Acton—. Y
tambiénséquecursastetusestudiosenEtonyenOxford,demodoqueimaginoquealgoaprenderíassobrecómodebecomportarseuncaballeroanteunajovendama.Intentamostrarteunpococivilizado,teloruego.La reprimenda tuvo su fruto. Él inclinó la cabeza y cruzó las manos a la
espalda,comounniñopilladoenfalta.—Asíloharé.Lolamento.«¿Seguro?», pensó Olivia, no del todo convencida. De hecho, parecía más
molestoquearrepentido,ydebíaserasí,porquenotardóencaptarsumiradadereojo,llenadehostilidad.
Acambio,Oliviaentrecerrólosojos.¡Idiota!Siqueríapelea,latendría.—Vamos,Florence,siéntate,querida—ofrecióladyActonasuamiga.Lady
Conwayagradecióconungestoysedirigióhaciaunextremodelsofá—.Kitty,ponmejuntoalachimenea,porfavor.—Seestremeció—.Tengoalgodefrío.—Deinmediato,milady—dijolamuchacha.Suspalabrasdejarontraslucirun
evidentecariño—.¿Quierequeletraigasumantita?—No,gracias.Elfuegoserásuficiente.Mientraslamovíanporelsalón,conuncrujidocontinuo,Oliviasededicóa
mirarla,sorprendidayalgoapenada.AsíqueaquellaeraladyActonenesosmomentos.Aquelcuerpoenvejecidoy
enfermoeraloquequedabadelahermosajovenquecontemplabadesafianteelfuturo, desde el retrato del vestíbulo deMinstrelHouse.Y, aun así, aunque lecostaba reconocerla por los detalles físicos, hubiese sido imposible no darsecuentadequesí,queeraella.Teníaelmismoairedistinguidoyelegante,y lamismamirada directa de entonces, aunque sus ojos parecían borrosos. ¿Quizáerancataratas?Recordó la advertencia de lordMersett en el camino. Desde luego, parecía
enferma.Aunqueintentabadisimularlo,Oliviasepercatódecómoluchabaporalzarloshombrosymantenerseerguida.Ladoncellalallevóhastacolocarlaaunladodelsofá,frentealamesitabajaycercadelachimenea.Desdeallí,ladyActonlehizoungesto.—Acércate, niña, por favor.No te veo bien.—Ella lo hizo, hasta quedar a
pocadistancia.LadyActonlaestudiódeunmodocuriosoyasintió—.DemodoquetúeresOliviaCoombs—dijoporfin.Desconcertada,elladudóuninstanteantesderesponder.—Asíes,milady.—Hizootrareverencia,estamáscuidada,talcomolehabía
enseñadosumadre—.Unplacerconocerla.—Laespaldamásrecta,niña.EnLondrespensaríanqueestásgibosa—dijo.
Su tono no fue desagradable, más bien divertido, pero Olivia no pudo evitarhacerunamueca—.Yprocuranohacergestoscomoese.Sonfeossiempre,peromásenunamuchachacasadera.Ahínopudoevitarecharseareír.
—¿Casadera?¿Yo?LadyActonlamiróunpocosorprendida.—Tienesveintidósaños,queyosepa.¿No?—Oh, sí. Así es.—¿Cómo sabía tanto? Y, lo más importante, ¿por qué le
importabatanto?—.Bueno,dehecho,cumploveintitrésennoviembre.—¡Veintitrésya!—exclamóladyActon—.¡Diosmío!Atuedad,yaempiezas
acorrerpeligrodeserconsideradaunasolterona.¡Ynisiquierahasintervenidoenningunatemporada!—No te preocupes, Helena —dijo lady Conway—. Casarla de un modo
adecuado podría ser una empresa difícil en otras circunstancias, pero, en estecaso,no importa,nohayproblema.Recuerdanuestrosplanes.—¿Planes?¿Dequéhablaban?LadyConwaysemovióunpocoenelsofá,dejandoespacioentreambas,justoenlaesquina—.Ven,porfavor,Livvy.Siéntateconnosotras.Oliviatitubeó,peroasílohizo.Seacomodóenunairequeolíaaunamezcla
delosperfumesdefloresquellevabanambasdamas,yentrecruzólosdedosenelregazo,paradisimularsunerviosismo.LordNorthcottoptóporsentarseenunodelossillones,adistanciaprudencial
de las tres mujeres, quizá intentando dejar claro que estaba presente en lareunión,peroencontradesuvoluntadydeunmodosecundario.Justo en esemomento, entró la señoraBurton seguida deDoll yLucy, que
empujabanuncarritoenelquetintineabaelserviciodeté.Suaroma,intensoyagradable,loinundótodo.Losirvieronenlamesitabaja,conrapidezyeficacia.¡Québarbaridad!Habíacanapésdemuchostipos,suficientesparasaciaraldobledelospresentes,doncellasincluidas,ytambiénmuchaspastasydulcesdistintos,dispuestosenbandejitasdevariosnivelesqueparecíanpequeñastorres.Elamadellavescogiólatetera.MiróaOlivia,aunquefueladyActonquien
preguntó.—¿Cómotegustaelté,niña?—Solo,contrescucharaditasdeazúcar.LaseñoraBurtonmiróaladyActon.—No hay nada malo en ello —dijo esta última—, pero siempre es mejor
mostrarmesura, sobre todo en una joven.A partir de ahora, tomarás una sola
cucharada.Oliviaarqueóunaceja.—¿Eso haré?—Lady Acton no replicó. No pareció afectada por el ligero
sarcasmo,nodebióconsiderarloimportante.Alfinyalcabo,debíatenerrazón,porque la señoraBurton sirvió la infusión según sus indicaciones, desdeñandolosgustosdeOlivia—.Gracias—selimitóadecir,cuandoletendieronlataza.Ladejóenlamesa,sinprobarla.Demomento,noseatrevíaairmásalláensurebeldía.Teníahambre,nohabíaprobadonadadesdeeldesayuno,yhabíanpasadoun
buen montón de horas. Echó un vistazo a los emparedados, recordando elcomentario que había hechoWorth sobre lo de que le guardase un par en elridículo.Aquelloleprovocóunasonrisaylamentóquenoestuviesepresente.Vio que lord Northcott se daba cuenta de que pensaba en algo agradable,
porquelamiróconintriga,peronopreguntóalrespecto.Mejor,porquenoteníaganasdehablarconél.Volvióacentrarseenlosemparedados.Había de muchas clases, algunas desconocidas, y tenían un aspecto muy
apetitoso.Claroque,siechabamanoauno,seguroquelaregañaban,¡menudoseran en Minstrel House! Decidió esperar a que se los ofrecieran. Si es quellegabanahacerloalgunavez.Casideinmediato,Dollcogióunplatitoyconunaspinzasdeplataleorganizó
unaselecciónyselapusojuntoalté,conunaservilletapreciosa.Ladoncellanola miró en ningún momento, pero en sus labios pudo ver el esbozo de unasonrisa.Benditafuera.Aun así, Olivia esperó un poco, preguntándose si podía empezar cuando
todavíaestabansirviendoaotros.—Adelante, querida —le dijo lady Acton, con amabilidad. Debía haberse
percatadodeloqueleocurría—.Esteesuntéinformal.Empieza,siteapetece.—Gracias.Worthhabíatenidorazón:elprimeremparedadoqueprobóestabadelicioso,y
seguroquelosdemástambién.OliviacomióensilenciomientrasterminabandeatenderalordNorthcott,aladyConwayyaladyActon.Unavezacabaron, laseñoraBurtonhizoungesto.Debían tenerloacordado,
porque,almomento,LucyyDollsalierondelasala.Entonces,ladyActontomóunsorbodesutéconunanubedelecheydoscucharaditasdeazúcar,ysonrió.—Seguroquetepreguntasquéestáshaciendoaquí.—Asíes,milady.—Ledevolviólasonrisa—.Agradezcomucholainvitación,
esunhonor,yelténopuedeestarmásdelicioso,peronoacabodeentenderlo.Laotraasintió,comprensiva.MiróaladyConway.—NosésisabesqueladyConway,Florence,esunaviejaamigamía.—Cadavezmásviejaymásamiga—rioladyConway.LadyActonsecundó
surisa—.SolofaltaConstance,benditasea.—Sí, ha sido una pena que haya tenido que quedarse enLondres.—Olivia
supusoqueseestabanrefiriendoaladyConstanceHamilton,lacondesaviudadeClifford—.Perobueno,quizálosmédicospermitanquevengamásadelante.—Espero que pronto. Sería maravilloso poder pasear las tres juntas por
MinstrelValleydenuevo.—Susojossevolvieronsoñadores,poralgúnrecuerdo—.¿Teacuerdasdecuandonosdecíamosquealgúndíaseríamostresancianitasqueseapoyaríanlasunasenlasotrasparapodercaminar?LadyActonasintió,tambiénconunbrilloespecialensumirada.—Yalocreo…Entonceslodecíamospordecir,porquenoshacíagracia.Creo
que,enrealidad,nosparecíaimposibleimaginarquellegaraaocurriralgoasí.—Esloquetienelajuventud.Haceimposiblecreerquepuedallegarlavejez.
Perollega.—Sesonrieron—.Aquíestamos,amigamía.Apoyándonoslaunaenlaotraparapoderavanzar.LadyActondioungolpecitoenelapoyabrazosderechodesusilla.—¡Aunqueseaenmodofigurado!Ambas rieron, como debieron reír en otras épocas, por tantas cosas que les
parecierondivertidas.LordNorthcottcontuvounamueca,impaciente.—Señoras, por favor, agradecería que fuesen a lo importante—protestó—.
Entiendo que estén contentas de volver a verse, y que echen de menos a suamigaylostiempospasados,perodebencomprendermipreocupación.—Desde luego,Marcus—convino ladyActon—.LadyConwayse refierea
que,juntas,vamosacorregiralgoquellevademasiadotiempotorcido.Comoyasabes, me visitó en Londres hace poco y hemos mantenido bastante
correspondencia.Hoy,hatenidolaamabilidaddeveniraalmorzarconmigo.—Porfavor,querida.—LadyConwayagitóunamanoenelaire—.Hasidoun
placer.Ypiensovenirmuyamenudo.—Gracias, Florence. Sabes que esta es tu casa.—Sus ojos se dirigieron a
Olivia,queescuchabaconlasensacióndeestarviviendounsueñoextrañoqueno acababa de entender—.La cuestión es que no podíamos demorarmás esteencuentro.Hallegadoelmomentodequehablemos.Queoslocontemostodoalosdos.—Miró tambiéna lordNorthcott—.Porque túconocesalgunosdatos,Marcus,eintuyesmucho,peronolosabestodo.Élfruncióelceño.—¿HayalgomásqueesacartaquememostróenLondres?Puesustedconoce
missospechas.Y,porcierto,comorepresentantedesusabogados,creoqueyodeberíahaberestadoaltantodetodo,antesdequeustedhablaseconlaseñoritaCoombs.—Sabes que no siempre hago caso a mis abogados, solo a ti, de vez en
cuando.Y,enestaocasión,nopodíaser,Marcus.Ellatienetantoderechocomotúaconocerdeprimeramanotodalahistoria.LordNorthcottsuspiró.—De acuerdo.—Hizo un gesto de conformidad, o quizá de derrota—. De
acuerdo,primaHelena.Comoustedquiera.Estoydispuestoaescuchar.LadyActonasintió.SevolvióotravezhaciaOlivia,quelacontemplabacon
losojosmuyabiertos,temerosadeentrarenpánicoencualquiermomento.—Noteasustes—ledijo—.Notienesnadaquetemer,Olivia,deverdad.—
Miró a su amiga—.Creo que esmejor que lleves tú esta situación, Florence.Conocesalajovendesdehacetiempo.—Mucho, es verdad —respondió la interpelada—. Desde que era muy
pequeñita.—Lesonrió—.Ycreoquenosapreciamos.¿Noescierto,Livvy?—Asíes,milady.—Entonces,teruegoqueconfíesenloquetevoyacontar.—Oliviaasintió—.
Un par de días antes de caer en cama para yamorir, tumadre fue a verme aConwayHouse.—Esolatomóporsorpresa.Sumadrenolehabíadichonada—.Meextrañó,porqueyosabíaqueestabayamuyenferma,claro.EldoctorWilson
lavisitaba,porpeticiónmía,yyocosteabatodassusmedicinas.—¿Enserio?—preguntóOlivia—.EldoctorWilsonmedijoqueleinteresaba
hacerunestudiodelaenfermedad,yqueporesopasabatantotiempoconellayledabatodocuantonecesitaba.—Yolepedíqueosdijeraesaexcusa.AmbassabemosqueMeryerabastante
orgullosa. —Sonrió, mirándola con intención—. Igual que tú, aunque a tihubiesepodidoconvencerte,meconstaquehubierashechocualquiercosaportumadre,inclusocomertetuamorpropio,peropreferínoponerteenelaprieto.—Oliviasintióqueselellenabanlosojosdelágrimas—.Penséquequizásehabíaenterado,yqueveníaaprotestarporeso.—SevolvióhacialadyActon—.MeryCoombseraunencantoyuna jovenmuy trabajadora,Helena.Sentímucho sumuerte.—Lolamento—dijoladyActon,dirigiéndoseaOlivia.—Gracias—susurró ella.No iba a llorar, no iba a llorar...Notó sobre sí la
miradafríadelordNorthcott.Seguroqueesperabadetectaralgo,cualquierpista,quelepermitieradecidirquementía.LadyConwaybebióunsorbodetéyprosiguiósurelato:—Novinoconreproches,creoquenunca llegóadescubrirnuestropequeño
ardid.Muyporelcontrario,tumadrequeríarevelarmeunsecreto,algomuy…importante y perturbador.—Tomó aire, un segundo—.Me contó que, cuandoteníadiecisieteaños,seenamoródePhilipHale,elentoncescondedeCamden,herederodelmarquesadodeNorthcott.SeconocieronenelBailedePrimaveraqueorganizóaquíladyActon.—Elprimeroyelúltimoenelquefuianfitriona—dijolamencionada—.¡Y
cómo lamento haberlo hecho!—Miró a Olivia con disculpa—.No por ti, miqueridaniña,sinoporlomuchoqueperdídespués.—Sí,me temoque lordCamden también correspondió al amordeMery—
asintió lady Conway—. De hecho, iniciaron un romance secreto que duróalgunassemanasyquelesconvenciódequenopodríanvivirelunosinelotro.Segurodequesupadre,lordNorthcott…—Mihermano—introdujoladyActoncomoinciso.—Esoes.Segurodequenoconsentiríaunmatrimonioentreellos,eljoveny
enamoradolordCamdenconvencióaMerydequesefueranaGretnaGreenysecasaranallí,sinnecesidaddepermisodeningúntipo.—¿Qué?—Oliviaabriómucho losojos.Nide lejoshubiera imaginadoasu
madre en una historia como esa. Sí que sospechaba que Bernard Coombs nohabía sido su auténticopadre, aunque se portara como tal durante su infancia,pero imaginaba queMery se habría enamorado jovencita de algún campesino,alguiende supropiomundo.Osuversiónmásnovelesca: ladeunaventureroque había pasado por allí, un hombre guapo y gallardo, que viajaba con unasonrisaenloslabiosyelolvidoenelcorazón—.¿Ylohicieron?—Asíes.Claroque lohicieron.Esa fue la razóndesu famosaausenciadel
pueblo.FueaEscociaparacasarse,yvolviócosadeunmesdespués.Entonces,todavíano losabía,peroyaestabaembarazada.LordCamden ladejóaquí,encasadelaabuelaJoan,yélmarchóparaLondres,acontarlelanoticiaasupadreytratarderesolverelentuerto.—Porloqueparece,tuvieronunadiscusiónterrible,queduróvariosdías—
dijoladyActon—.Yonomeenteréentonces,peroluegosupequemihermanohasta le citó en el despacho de su abogado, para dejarle claro que pensabadesheredarle,peroPhilnosearredró.Dijoqueestabacasadoycasadoseguiría.Advirtió a su padre que, si quería saber algo más de él, les hiciera llamar aambos,aMeryyaél.Que,mientras tanto,solomantendríacontactoconmigo.PensabaescribirmeparacontármelotodoyvivirenMinstrelValley.Yhaciaaquípartió.LadyConwayagitótristelacabeza.—Peronuncallegó.—El caballo se encabritó, dijeron—susurró ladyActon—.Unamala caída,
dijeron.Pero, laverdad,Olivia,esqueunavidase truncaavecesasíporpuracasualidad,ydestrozaotrasmuchasasualrededor,comouncastillodenaipes.Mihermanoestabadelicadodelcorazón,yahabíatenidounpequeñoataquealsaberlodelaboday…Bueno,nosobrevivióaaquello.LordNorthcotthabíapalidecido.—Laverdad,noveorazónalgunapararecordarunasituacióntanlamentable
—dijo.
—Permitaquetermineyloentenderá,milord—replicóladyConway.Casilodijo con el mismo tono que hubiese utilizado con un «jovencito»—. CuandovinoavermeMery,mecontóque,trasmorirPhilip,habíaintentadoreclamarsusderechoscomoesposadelordCamdeny…Éllanzóunarisaseca.—Supongoqueserefiereasusderechoscomoalegreyricaviuda.Olivialemiróindignada.—¿Cómoseatreve?Vuelvaausaresetonoalreferirseamimadre,yjuroque
ledaréunabofetada.Elmarquéstitubeó,noporlaamenaza,supusoOlivia,sinoporelsentimiento
intensoqueexpresabasurostro.Ynoeraparamenos.Estabadispuestaasacarlelosojos,siinsistíaenburlarsedeMery.LadyConwayhizoungesto,zanjandoladisputa.—Por favor… Luchaba por sus derechos, lord Northcott. Como cualquiera
puedeexigirlospropios.—Élhizounamueca,peronoreplicó—.Lacuestiónesque,alintentaresareclamación,Merydescubrióque,paraentonces,elhermanode ladyActonyahabíafallecido,yel títulohabíarecaídoenunprimo,WalterHale.—Mi padre, sí. Descendiente de un Hale que abandonó Londres y se
establecióenYorkhacetresgeneraciones.—Asíes.YeraelúnicoalqueMerypodíadirigirse,puestoqueladyActonse
habíaidoalextranjero,intentandosuperareldolordetantapérdida.—Fueunmomentoterrible—afirmóladyActon,contemplandolasllamasde
lachimenea.—Loentiendo,querida.ElcasoesqueMerycontactóconWalterHale,pero
sinmayoréxito.Nohicieroncasodesuspeticionesysiguieronconsustrámitesparalatransferenciadeltítulo.Deesemodo,supadreseconvirtióenelnovenomarqués,lordNorthcott.Ustedeseldécimo.—Asíes.Ymipadreseconvirtióenélporquenohabíaotrosherederos.—Se equivoca.En aquelmomento, había un posible heredero.Mery estaba
embarazadaypodríahabersidounniño.—Élapretóloslabios,ungestoconelque admitía que tenía razón—. Ocultaron esa posibilidad al mundo, para
quedarseconlaherencia.Yadeporsí,hubiesesidounactodeplorableperoesque,además,Meryrecibióseriasamenazas.Inclusodemuerte.—¿Qué?—LordNorthcottentrecerrólosojos—.LadyConway…—Inclusodemuerte,milord—insistió,sinhacerlecaso—.Alniñononacido
yaella.Talcualmelocontóunamujerenlaqueyoconfiabaporcompleto,yestando como estaba, a las puertas de la muerte. Su padre y su grupo deabogadosselodejaronclaroatravésdeunindividuomisteriosoquesepresentóunanocheenelpueblo,lasecuestródelacasadondevivíaylaarrastróhastaelbosque.»Allí,Meryvioquehabíancavadounagujero,unhuecosuficientecomopara
sersutumba.Eldesconocidolaarrojódentro,laapuntóconunapistolayexpusolascondicionesparapermitirleseguirviviendo:osecasabaconotrohombredelquepudierapresuponerselapaternidaddelacriaturaovolveríanaestarallí,así,ylasituaciónterminaríadeotromodomuydistinto.—¿Qué?—repitióél,intentandocontenerse—.¡Esoqueestáinsinuandonoes
posible!—Noloinsinúo,milord,afirmo—incidióeneltérmino—loqueellamedijo.
Puede que fuesen simples amenazas, pero no se atrevió a arriesgarse. ¿Loentiende?El padreRoberts, el párroco que teníamos entonces, también estabaasustado,asíquelaanimóaaceptaryfueelqueorganizósubodaconBernardCoombs.Y ella aceptó, porque ¿cómo podía una joven soltera, embarazada ypobre, luchar contra alguien tan poderoso? Por eso le digo que no tuvoalternativas.LordNorthcottsepusoenpie.—¡Sideverdadpiensanquevoyapermitirquepintenamipadrecomoun
monstruo…!—Pero ¿qué dice, lord Northcott? —replicó Olivia, sin poder contenerse.
Estaba furiosa. Imaginar a su madre en semejante situación, tan sola yasustada…Le parecía terrible. ¡Malditos canallas!—. Él solo luchaba por susderechoscomoalegreyricomarqués.Éllafulminóconlamirada.—Estádesuerte.Yonopuedodecirlodequeledaréunabofetadasivuelvea
hablarasídemipadre.—No, desde luego. —No permitió que la amedrentase, no tenía por qué
consentírselo—.Peroesquenofuiyolaqueempezóestedesagradablejuegodeofensas, milord, sino usted. Usted se presentó en mi casa, tan elegante, tanestirado,ainsultarmeymirarmeporencimadelhombroynoesmásqueuna…una sabandija.—Élencajóel insulto conunparpadeo—.Esperoque lequedemuyclaroahoraloquesesiente.Élrespiróagitadounpardeveces,antesdecontestar.—Mequedamuy claro, señoritaCoombs.Si tanto le agrada saberlo, sí,me
duele mucho todo lo que se está insinuando en esta sala sobre mi padre—replicó,tenso—.Quizáhesidoinjustoconusted,pero…mecuestaasimilartodoesto.Nopuedocreerlo.Olivialemiró,apenadaasupesar,ysehizounpequeñosilencio.—Marcus, siéntate, por favor—pidió entonces lady Acton. Al ver que no
obedecía,insistió—.Porfavor.LordNorthcottdudótodavíaunmomento,perolohizo.Aunasí,rebullóunos
segundosenlasilla,comosinoencontrasepostura.Oquizáeraquetodoaquellonolograbaacomodarseensuinterior,porquedijo:—¡Nisiquierasabemossiesamalditabodatuvolugar,poramordeDios!—No —convino lady Acton—. Pero tú fuiste a Gretna Green. Diles qué
encontraste.—Nada —contestó, con tono cansado—. El hombre que los casó, en una
herrería,llevaunlibroderegistros,pero…—Pero¿qué?—preguntóOlivia,nerviosa.LordNorthcottfruncióelceño.—Pero habían arrancado la página correspondiente almes y año en que se
suponequetuvolugaresematrimonio.—¿Qué?—dijoOlivia.Maldición…Seleocurrióunaidea—.¿Yesehombre
norecuerdasicasóalcondedeCamden,porcasualidad?—No.Se lo pregunté, claro, pero han pasadomás de veinte años, y resulta
que, antes que él, estaba su tío, que ya falleció. —Titubeó—. Al parecer, lemataronduranteunintentoderobo.—¡Pudoserahícuandolaarrancaron!
—Eso pensé, sí, pero entonces no se les ocurrió mirar, y no lo podemosasegurar por completo. Insistí, buscando posibles testigos, pero nada.Allí haymatrimoniosdecontinuo,ni se imaginancuántos.—Hizounamueca, llenadeintención—. Hay mucho embaucador, ya sabe. Todos esos matrimonios secelebranporuninterésquepocasvecestienealgoqueverconloromántico.—Sospecho que es algo tan triste como habitual —replicó ella—. Estoy
segura de que ustedmismo no se casará por amor, sino por lo ventajoso quepuedaserledaresepaso.—Leviovacilar,pilladoenfalta,yesoleprodujounagransatisfacción—.Entodocaso,esoquieredecirqueelmatrimoniosíquesecelebróyquealguienquiereocultarlo.—Tambiénpodríaindicarquenosecelebróyquealguienquiereinsinuarlo.—Esposible,peroyonopretendo tal cosanihe idonuncaaGretnaGreen.
Sinembargo,ustedsíteníaunclarointerésenque,dehaberhabidoboda,justoesapáginanoestuviese.Leviofruncirelceño.—¿Estádiciendoqueyoarranquéesamalditahoja?—Digoquepudohacerlo.—Oliviaseencogiódehombros—.Ysaleganando
conello.—Cómoseatreve,pequeña…—¡Marcus!—exclamóladyActon—.Hazelfavor.Ellanotienelaculpade
loqueestápasando.Tampocolatienestú,querido—añadió,consentimientoenlavoz—.Notemortifiquesnicontraataquesparaaliviartudolor.Escuchaloqueocurrió.Tienesquehacerloporquetambiénlointuyes.¿Verdad?—Noes…—Sésincerocontigomismo,Marcus,vamos.Lointuyes.Porprimeravez,lordNorthcottparecióvulnerable.Tragósaliva.—Yo…PrimaHelena,nosésipodrésoportarlo.—Tú no eres tu padre. No respondes por él ni has heredado sus culpas.
Escucha lo que tenemos que decir y toma tus propias decisiones. —Cuandoestuvoseguradequenoibaadecirnada,sevolvióhaciasuamiga—.Adelante,Florence,continúa,porfavor.LadyConwayasintió.
Capítulo5
—LordNorthcottnoarrancóesapágina―siguiódiciendolaamigadeladyActon―.Me consta que llevaba ya mucho tiempo desaparecida. Verán, haceunosaños,MeryseenteródequeWalterHaleestabagravementeenfermoymepidióayudaparacontratarunabogado.Entoncesmedijoqueeraporuntemadeunaherencia,noañadiónadamás,yyoniimaginéquepudieraestarrelacionadocontufamilia.—Noquerríaimplicarlademasiado,porsiacaso—sugirióOlivia.—Esopienso.Pero, enaquellaúltimavisita antesde sumuerte,meexplicó
quehabíatenidointencióndeconseguirtodaslaspruebasposiblesypedirmequete las enviase a París. Entonces, tú vivías allí, Helena —dijo a su amiga—.Quería que estuvieses al tanto de la situación, para estar preparados por si sepodíahaceralgoantelostribunalescuando…—MiródereojoalordNorthcott,pero él no reaccionó—. Bueno, cuando ese hombre muriese y, por tanto, nohubiesenadaquetemerdeél.—Entiendo.—LadyActonasintió—Peronuncalohizo.—No.Elabogadoqueleconseguí,alguienquenocobrabamuchoperotenía
reputación de lograr buenos resultados, empezó por intentar conseguir uncertificadodelmatrimonio,yparaelloviajóaGretnaGreen.Allídescubrió ladesaparición,conloquediolaimpresióndequehabíanllegadoauncallejónsinsalida,quenohabíamodoalgunodeconseguirnada.—Pobremamá…—musitóOlivia.LadyConwaynegóconlacabeza.—No,Livvy,yadigoque,apesardetodo,eraunbuenabogado.Poreso,sele
ocurrió una posibilidad: que el padre Roberts declarase lo ocurrido, lo que élsabía. Lo de aquel individuo que vino a Minstrel Valle, en nombre de losabogadosdeWalterHale;suimposicióndeunaboda,susecretismo…—Sí,noshacemosunaidea—dijoladyActon.—El párroco aceptó, ya les digo que era una bellísima persona, pero el
abogadonoestabasegurodequelograsensuobjetivoenlostribunalessoloconeso.De hecho, su idea era, jugando la baza de esa confesión por parte de unsacerdotemuyapreciadoportodos,negociarconlosabogadosdeWalterHaleysuheredero,y llegaraunacuerdosiqueríanevitarelescándalo.Conesa idearegresóaLondres.LoúltimoqueMerysupodeélfuequeibaapedirunacitaparatratarelasunto.—Peroesonosignificaque…—empezólordNorthcott.LadyConwayadelantóapenaselbastón.—Disculpe, milord, deje que le explique qué ocurrió a continuación, y ya
termino. —Él la miró tenso y Olivia se dio cuenta de pronto de que estabaaterrado. Lady Conway prosiguió sin esperar respuesta—. Una noche, pocodespués,laiglesiadeSaintMaryardió,nosésilosabe.Elfuegoseinicióenlasacristíaysequemóbuenapartedeledificio.Huboquereconstruirlatorre,conloqueaprovechamosparaañadirunreloj,quenovabienperoesbonito, todohayquedecirlo.Pero,lomásgrave,fuequeenelincendiomurióelpobrepadreRoberts.Esafueunapérdidaterrible,seloaseguro.UnaauténticatragediaparatodoslosquevivimosenMinstrelValley.Eraunabuenapersona.—Noestaráinsinuando…—Meryestabapreocupada,claro—siguióella,sinhacerlecaso—.Nosabíaa
qué atribuir lo sucedido.Esperó a contactar con su abogado,pero, viendoquepasabaeltiempoynoteníanoticias,fueellalaqueleescribió.Nada.Ningunarespuesta.Decididaadescubrirquépasaba,sefueaLondresaverle.Entoncessupoquehabíamuerto.Lohabíanasaltadoen lacalle,alparecerpara robarle.Ensudespacho,nadiesabíanadadeuncasoanombredeMeryCoombs.—Oh.—Oliviasellevóunamanoalaboca—.Pobremamá…—Puesesonofue todo.Pocodespués,unanoche, sepresentóensucasael
mismohombrequelahabíapresionadoparaquesecasaseconCoombs,yledijo
«Tienesunahijayyanohaypruebasdenada,todoslosdemásestánmuertos,demodoqueestamosdispuestosadejarteenpaz.Peronohabrámásadvertencias,MeryCoombs».Soloeso.Fuesuficiente.—Quéhorror…—susurróOlivia.—Esonosignifica…—empezólordNorthcott.Esavez,nadieleinterrumpió,
peroélnosupoterminarlafrase.LadyConwaylomiróconpena.—Mery estaba aterrada —dijo—. Tanto que, en aquel momento, decidió
abandonar el asunto, por completo, incluso cuando supo que habías vuelto aInglaterra, Helena. —Ambas mujeres cabecearon, contritas—. Llevó su vidadandolaespaldaatodoaquello,centradaenlaeducacióndesuhija,enofrecerleunavidatranquilayfeliz.Siresolvióretomarlohacepoco,fueporqueseestabamuriendo.—Quétriste—musitóladyActon,pensandoenalgo.LadyConwayasintió.—Poreso,aqueldíaMeryvinoahablarconmigo—siguióexplicando,atodos
engeneral—.MelocontótodoymeentregóesacartaparaladyActon,enlaquehablaba de sumatrimonio, de sus intentos de contactar y de su deseo de quetutelaseaOliviahastasumayoríadeedad.Esoera,enrealidad,loúnicoqueleimportaba.Sabíaque,siladyActonseocupabadeOlivia,nolefaltaríanuncadenada.—Laquetemostré,Marcus—ledijoladyActonalordNorthcott.Élasintió.—Loimaginé.—Eso es. —Asintió también lady Conway—. En ella no quiso hablar del
hombreysusamenazas…—Suexpresiónseentristeció—.Supongoqueseguíateniendo miedo, en definitiva. Pero da igual, porque yo soy su testigo y heredactadounadeclaracióncompletaantemisabogados,contandotodoloquemeexplicó aquella tarde, por si se necesita utilizarla en los tribunales, llegado elcaso.LordNorthcottnolamirómuycomplacido.—Gracias—dijo.LadyConwaysonrió.
—Denada.LacartalallevéaLondresenlaúltimavisitaquehiceaHelena.—Apretóloslabios—.Amiregreso,ibaacontarleaMeryquenosdisponíamosasolucionarlotododelmejormodoposible,pero…justomeenterédequehabíafallecido.Solopudeirasuentierro.—YopedíaMarcusquefueseaGretnaGreenacomprobarsilodelapágina
perdidaeracierto—dijoladyActon—.AunquenoledijeloquehabíadeclaradoMery. Perdóname, querido. No sabía si podía fiarme de la palabra de eseabogado,necesitaba estar segura.Peronoquería contartenadamásde todo elasuntohastaestaraquí.ConOlivia.Élsefrotóelentrecejo.—Estábien...LadyActonleestudióunossegundos,comoasegurándosedequeestababien,
ysedirigióaOlivia.—Encuanto regresó,emprendimoscaminohaciaaquí, consu respuesta.He
venidoporti,Olivia.—Vaciló—.Aunquetambiénesverdadque,lanoticia,elsaber todo esto, me causó tal conmoción que sufrí un pequeño ataque. Losmédicosmehanaconsejadotranquilidadymerecomiendanlavidaenelcampo.Quéapropiado,¿no?—Sonrió—.EstáclaroqueelajetreodeLondresyanoesparamí.LadyConwayhizoungestoconlacabeza.—Lamentoqueestésmal,Helena,túlosabes.Peromealegrodequealgo,la
razónquesea,tehayavueltoatraeraquí.Dijeron algomás, peroOlivia casi no les hacía caso. Estaba colapsada, no
dejaba de dar vueltas a toda aquella información. ¡Le resultaba tan increíble!Supuso que tanto como a lord Northcott, que tenía una expresión oscura yamarga.Casidiríaquesusojosestabanllenosdelágrimas,conlaspupilasfijasenelfuego.Sintióunapunzadade lástimaporél.Sehabíaobcecadoen la teoríadeque
todoaquelloeraunmontajedeellaysumadre,parapoderescaparaunaverdadqueleatormentaba.—¿Ydicequeleescribióunacarta?—preguntóaladyActon,recordandoel
detalle—.¿Mimadre,austed?
—Asíes.Y,porcierto,veníaacompañadadeunsobrecerrado,atunombre.—¿Qué?¿Enserio?—Creoquelomejorseráquelaleasportimisma.—Laancianahizoungesto
y su doncella, Kitty, sacó del bolsillo del delantal un sobre. Se lo tendió—.Cógela,Olivia,porfavor.Ellalohizo,porsupuesto.Lotomóconungestorápidoynervioso,ysacóun
pardepliegosdepapel,ademásdeunsobremáspequeño,cerrado.Reconociódeinmediatolaletradesumadre,algoinfantilperomuycuidada.Pensóencentrarseprimeroenlospliegos,peroletentabamáselmensajeque
le había dejado a ella, de modo que abrió el sobre y leyó a toda velocidad,sintiendoelcorazóngolpeandomuyfuerteensupecho.Era un texto breve, en el que le pedía perdón por haberle ocultado todo
aquello, le aseguraba que lord Camden era su padre y le contaba, con pocosdetalles, el modo en que se conocieron, en los jardines traseros de MinstrelValley,enelBailedePrimaverademilochocientosdoce.Meryledescribióunaescenaqueencontrómuyromántica.Sumadrehabíavistoalgo,unnombredemujertalladoenlaspiedrasromanasdelmuro,yestabaobservándolocuandosehabíaacercadolordCamden…¡Qué bonito! El amor había surgido entre ellos, con fuerza, y ya no fueron
capacesdeimaginarunavidaelunosinelotro.PoresofueronaGretnaGreenyse casaron, y por eso habían estado dispuestos a afrontarlo todo. Aceptabaincluso todo lo terriblequehabíaocurridodespués, a cambiodehaberpodidovivirconPhilipHaleaquellosdías.Olivia parpadeó, intentando controlar las lágrimas. Allí tenía un atisbo de
cómo había sido su auténtico padre y sintió una pena enorme por no haberpodidoconocerle.Doblódenuevoelpapelyloguardóparareleerlomástardeasolas.Sospechabaqueloharíamuchasveces,muchas,elrestodesuvida.EnlacartaescritaaladyActon,másextensa,Merycontabaloqueyasehabía
oídoenesasala:lahistoriadesumatrimonioyquenohabíapodidolograrquelordNorthcottlaescuchaseensureclamación.Pero no mencionaba las amenazas ni lo del abogado, ni tampoco lo del
incendio en la iglesia.Nohabía nada comprometedor para nadie.Era como si
hubiesetenidomuchocuidadoenevitarplasmaracusacionesdeningúntipo.Aese respecto, solo insinuaba que lady Conway conocía toda la verdad, y leencomendabaa ladyActonelbienestarde suhija, lepedíaque seocupasedeellaylaprotegiesedeunmodolegalhastasumayoríadeedad.Leotorgabaparaellotodoslospoderesnecesarios.También, aportaba un par de datos con los que intentaba demostrar que no
mentíaensusafirmaciones,quehabíaconocidobienalordCamden.Como,porejemplo, losnombrescariñososquesedabanentre tíay sobrinocuandoélerapequeño,«mamiHelena»y«pequeñoPhil-Phil»,oFaerye,elnombredeunpaísmágicoqueinventaronjuntos,tambiénensuinfancia.Finalizabaconunrotundo:
Es lahijadePhil, no lodude, ladyActon.Del«pequeñoPhil-Phil».Loquequedadeélenestemundo,estáenella.
—¿Esciertoesto,de«pequeñoPhil-Phil»?—preguntóOlivia.—Sí—afirmóladyActon—.Fuemiúnicosobrino,yyonohetenidohijos.
Phil ocupó todo ese espacio en mi interior. De pequeño, yo le llamaba «mipequeñoPhil-Phil».Ycreamos juntosese reinomágicoquemenciona,Faerye,cuando él era un niño y yo una jovencita… bueno, soñadora. Gracias a esapalabra mágica que no podía pronunciarse más que con el corazón, nosescondíamosallí, juntos.—Suspiró,triste—.Eraunmuchachomaravilloso.Sumuertefueundurotranceparatodos.Mihermanonopudosoportarloyparamíyanadahasidolomismo.—Entonces,notieneningunaduda.Mimadredecíalaverdad.—Ellatambién
locreía,peronopudoevitarplantearlocomounapregunta—.¿Secasóconélysoysuhija?—Eso creemos, sí. —Las dos damas asintieron—. Además, te veo, y
reconozcoentilosrasgosdemifamilia.Tieneslosojosdemimadre,Olivia,yteparecesmuchoamímisma,cuandoteníatuedad,aunqueyoerarubia.—Sí,aeso se debía aquella sensación extraña que le había provocado el retrato delvestíbulo. Olivia lo entendió de pronto. ¡Claro que sí! La nariz, las cejas, la
suave líneade lamandíbula…Eranmuyparecidas—.Nodudodeque seas lahijadePhil.Y,enrealidad,esloúnicoquemeimportadetodoesto.Poresovoya hacerme cargode ti.—Sonrió—.Tienes que saber que, en estosmomentos,soytututoralegal.Oliviaarqueóambascejas.—Nopuedehablarenserio.—Porcompleto.Comoves,tumadremepidióquemeocupasedetufuturo.
Sobrelabasedeesacarta,misabogados,eldespachodemiprimoaquípresente,sepusierondeinmediatoconlatareadellevaracabolostrámitesparaestablecertu tutela, puesto que todavía eresmenor de edad.Yvoy a asegurarmede quetodotevaairmuybienenelfuturo.Sehizounprofundosilencio.FuelordNorthcottelquelorompió,incómodo.—Mipadreeraunhombre…implacable.Paraserexactos,nuncaestuvimos
muy unidos, aunque yo, de pequeño...—Dio la impresión de ser incapaz determinar la frase y negó con la cabeza—. Pero da igual, no creo que pudierahacerlascosasqueinsinúan.Nipuedoniquierocreerlo.—MiróaladyActonyladyConwayconintención—.NiunapalabraaHarmonysobretodoesteasunto.—No te preocupes—replicó ladyActon—.Por eso he pedido a la señorita
Chathamqueselallevaseatomareltéalaposada.Nodebíaestarpresenteenestareunión.—No es necesario que la niña sepa nada, desde luego —convino lady
Conway.—¿QuiénesHarmony?—preguntóOlivia.—Mihermanapequeña—explicóél.—¿Tieneustedunahermana?—Hizounamueca—.Ahoraloentiendotodo.
Debióheredartodalasimpatíadelafamilia.—Muygraciosa. Solo tiene catorce años.No quiero que sepa nada de esto.
Nada.—EsperóhastaqueOliviaasintió,indicandoquelohabíaentendidoyloaceptaba,yagitólacabeza—.Investigaréelasuntoeneldespacho,noloduden.Simipadrehizoesascosas,debiódejaralgúnrastro,pruebas.—VolvióamiraraOlivia—.Y,silohizo,intentarécompensarla.Esolasorprendió.
—¿Deverdad?Noesnecesario,peroseloagradezco.—Yo también—dijo lady Acton—. Gracias, Marcus. Y voy a apelar a tu
caballerosidadysentidodelajusticia,parapedirtealgomás.—¿Elqué?LadyConwayyladyActonsemiraron.Estaúltimaselopensóunmomento,
comobuscandolaspalabrasadecuadas.—Hemospasadolamañanahablandoyreflexionandosobreelproblema.Que
Livvy sea mi pupila es una buena medida para asegurar su futuro, pero nosuficiente. Su edad y su pasado son serios lastres a la hora de concertarle unbuenmatrimonio.Sabestanbiencomoyoquesoloconseguiríaparaellaalgúntítulomenor,ynecesitadodefondos.LordNorthcottasintió.—Consuerte,sí.—Sin embargo, se nos ha ocurrido una idea para que, a pesar de todo lo
ocurrido,nuestraqueridaLivvypuedatenerlalegitimidadlegaldevivirlavidaquehubiesedebidotener.Serlaquehubiesesido,denointercederuna…manooscuraporahí.—Inclinólacabezaaunlado,losojosfijosenelmarqués—.DequepuedaserladyOliviaHale,porcompleto.Él se la quedómirando, como si hubiese entendido unmensaje nada grato.
Oliviafruncióelceño.—¿Yesocómopodríaconseguirlo?—preguntó.LadyConwaysonrió.—Casándoosvosotrosdos,porsupuesto.Olivialesmiróhorrorizada.Duranteunmomento,nosupoquéreplicar.—Nolodiránenserio…—¡Porsupuestoquesí!—aseguróladyActon—.¡Esunaideamuyapropiada,
Olivia!—LordNorthcotttedaráelapellidoquehubiesesdebidotener—explicólady
Conway—.Ytedarálanoblezaquetecorresponde,enjusticia.Laquehubierasdebidovivirdesdesiempre,denohaberintervenido…—Seencogiódehombros—alguien.Oliviatitubeó,aturdida.
—De verdad, no entiendo de dónde sacan la peregrina idea de que voy aaceptar. Su primo, lady Acton, no ha hecho nada más que ofendernos, a mimadreyamí,desdeelmismomomentoenquesepresentóenmicasa.Esunhombrequemeresultamuydesagradable.—Estoyaquí,presente—replicólordNorthcott,confastidio.—Mejor, así puede oírlo de primeramano:no voy a casarme con usted—
resumió,fulminándoloconlamirada—.Novoyaculparleporloquesupadrepudohacerle amimadre y hasta puedo entender su actitud, en ciertamedida,peroporDiosquenopiensotratarlemásdeloimprescindible.—¡Pero no puedes negarte! —replicó lady Acton—. ¡Eso te convertirá en
marquesa de Northcott! Serás una dama en lo más alto de la sociedadlondinense,Olivia.Justoloquehubiesesdebidoser,desdetunacimiento,insisto.—Ya.Puesmedaigual,milady.Hevividosiempreenunafamiliahumildey
le aseguro que no he echado demenos sus bonitos salones.—Señaló con ungestoalordNorthcott—.Ymenosalagentecomoél.—Sepusoenpie,incapazdesoportarlaideadequeinsistieran—.Serámejorquemevaya.—Miróhaciala ventana. Se había olvidado del día terrible que hacía, y había empeoradomucho.Dehecho,estabadiluviando—.¡Oh,maldición!—¡Livvy!—exclamóladyConway—.Unadamanojurajamás,almenosen
público.—Esquelluevemuchísimo,milady.Mevoyaempaparantesdeterminarde
bajarlaescaleradeentrada.—Notepreocupesporeso—dijoladyActon—.Tienesaquítuhabitaciónya
preparada,porsupuesto.Ahorasubirásydescansarásunratohastalahoradelacena. Entonces, conocerás a Harmony, así que no podremos hablar, peromástardetrataremosdeconciliarposturas.—Talcomolamiró,ledejóclaroquenoibaaaceptarunnoporrespuesta—.Tenemostodoeltiempodelmundo.¿Quedarseallí?EstabaclaroqueenMinstrelHouse sehabíanempeñadoen
desconcertarla.—Seloagradezco,perotengoquevolveracasa.LaseñoraMeyersyahabrá
vuelto,ymañanatengoquetrabajar.—Pedí a Marcus que mandase una nota para la señora Meyers, no te
preocupes. En cuanto a lo otro… Tengo entendido que eres maestra. ¿No,Florence?—Asíes—confirmóladyConway—.Daclasesenlaescueladelpueblo.—Gracias a usted, milady —asintió Olivia, con auténtico aprecio—. Me
constaquehasidosiempremirespaldoyqueporesonoheperdidoelempleo,peseamisdisputasconelpadreEllis.Nuncaloolvido.—No te preocupes. —Lady Conway sonrió—. Siento un gran placer en
llevarlelacontrariaaeseenviadodeldemoniodisfrazadoconsotana.—¡Florence!—exclamóladyActon,escandalizada—.Nodeberíashablarasí
deunpárroco,ymenosdelantedeunajoven.—Oh,bueno.Yaveremosquépalabraslededicasantesdefinalizarelaño.—
Bufó de un modo que hasta pareció elegante—. Te aseguro que crispa losnerviosdelamássanta.—El tiempo dirá. En todo caso, no puedes seguir haciéndolo —dijo lady
Acton,dirigiéndoseaOlivia.—¿Haciéndolo?¿Elqué?—Darclasesallí,claroestá.Ahoradebestenerencuentaqueereslapupilade
la condesa viuda de Acton. No es apropiado que una joven de tu categoríatrabaje, y menos en una escuela de pueblo, querida—intentó explicarle, conafecto,sinpercatarsedelamiradadedolordeOlivia—.Quizádeinstitutrizodedama de compañía en una buena casa, si la fortuna te hubiese sido contraria,como le ha ocurrido a la señorita Chatham… Pero, por suerte, tú tienes unafamilia,yconMarcusharásunbuenmatrimonio.Nonecesitasunempleoparavivir,nimuchomenosocupartedelosniñosdepastoresycampesinos.Sabíaqueteníarazón.Enelmundoenquevivían,lascosaseranasí,porpoco
que legustase.Si ladyActon la tomababajo su amparo,deberíadejarlo.Peroadoraba su escuela, adoraba dar clases, saber que esos niños aprenderían amoverseenelmundograciasaloquefuesecapazdeenseñarles.Selehacíamuydifícilrenunciaratodoaquello.Tragósaliva.—Lolamento,peroesotendréquedecidirloyo.Igualquemimatrimonio.—¿Enserio,señoritaCoombs?—LordNorthcottlamiróconexpresióncrítica
mientras se cruzaba de brazos—. Tantas vueltas para terminar como todossabemosaquí:convertidaenlamarquesadeNorthcott.Esosí,lereconozcoquehaacertadoensuvaticinio:alfinalesciertoqueyonovoyacasarmeporamor.—¡Marcus!—LadyActonfruncióelceño—.Hazelfavor.Sinovasaayudar,
guardasilencio.Olivialelanzóunamiradaasesina.—Quépetulante.Pues sepaque, almenos enmi caso, nova a ser así, lord
Northcott.Yoyaestoycomprometida.—Ah,¿sí?—Aquelmalditotuvoelvalordeecharseareír—.¿Yquiénesel
afortunado,sipuedesaberse?—Mevoy a casar con el condestableWorth.Y si siguen insistiendo en sus
absurdosplanes,adelantaremoslaboda.¿Había dicho eso? ¿En serio?Olivia titubeó. ¿Estaba de verdad dispuesta a
atarseparasiempreaNerianWorth,contaldeescapardeeseplandescabellado?Eseotroplandescabellado,deberíadecir.Enrealidad,podíaser laexcusaqueestaba esperando, la razónque la impulsara a aceptarunapropuestaque sabíaqueeraaconsejable,aunquenoterminaradeilusionarla.LordNorthcottnopensabaigual.Almenos,esaimpresióndio.—¿Worth?—Suexpresióndivertidavariópor completo.Fruncióel ceño—.
¿Vaadespreciarmeporuncondestabledepueblo?¿Enserio?LadyConwaycarraspeó.—En realidad, el señor Worth es un partido excelente para cualquier
muchachadeMinstrelValley.Bueno, trabajador, inteligenteyconsiderado.Nosabía que estabais entablando relaciones, Livvy, tu madre no me lo dijo. Teaseguroquelohubieravaloradocongustoencualquierotromomento.—Agitólacabeza—.Peroyanoesunaopción,querida.Yano.Eres ladyOliviaHale,peseaquenopodamosdemostrarlo.DebesaprovecharlaoportunidadquetedalavidaycasarteconlordNorthcottparasubsanareselamentableobstáculo.LadyActonasintió.—Opinoigual.Dehecho,novoyadarmiconsentimientoaesabodatanpoco
apropiada,Olivia.—¿Qué?—preguntóella,atónita.LadyActonlamiró,confirmeza.
—Quesoytututora,ynotecasarásconelseñor…Eh…—Worth—lerecordóladyConway.—Eso.El condestable. Si no quieres casarte conMarcus lo aceptaré.No lo
entenderé,porquenoconseguirásmejorpartidopormuchoquebusquemosportodaInglaterra,peroloaceptaré,quéremedio.Novoyaobligarteacasarteconnadie.Esosí,seteprepararáparaparticiparenlatemporadaenLondres.Dime,¿hasaprendidoabailar?—¿Bailar?—Porsupuesto.Tienesqueacudiralasfiestasyestaralaaltura.Nohaynada
másespantosoqueunamalaparejadebaile.Ypuedequesolopuedaconseguirpara ti un vizconde, o un barón sin apenas rentas, pero almenos será alguiennoble.—Vaciló unmomento—. Esperemos, almenos, que haya alguno de tugusto.¡Québarbaridad!Olivianegóconlacabeza.—Leagradezcomuchosuinterés,pero…—Nosveremosenlacena,alasochoenpunto,querida—lacortóladyActon.
Paratenerunaaparienciatandébil,sabíasercontundente.Debíaformarpartedela herencia de sangre de los Hale—. Intenta reflexionar, está claro que lonecesitas.Nopermitasquetuenfadonubletubuenjuicio.Enestavida,másvaleestar en una posición de poder, y se te está ofreciendo la oportunidad deconseguirmucho.—Pero…—Porfavor,Livvy—intercedióladyConway,preocupadaporqueterminaran
discutiendo—.Hazcaso,teloruego.Datecuentadequeestoesloquedeseabatumadre.Ellafuelaqueloiniciótodo.Mepidióayudaparapodersituartebien,yesloquepiensohacer.DesdeelmomentoenquesecasóconlordCamdenysupoque teesperaba, suempeño fuequese te reconocieraporquiéneres.Nohagasquetodossusesfuerzosfueranenvano.¿Cómooponerseaeso?Oliviaapretó lamandíbula.Bueno,podríaquedarse
esa noche. Cenaría con ellos y trataría de hacer ver a ladyActon que debíanencontrarunmododeconciliaresanuevavidaqueleofrecíanconlaquehabíatenidohastaesemomento.
LadyActonlesmiró,aellayalordNorthcott.—Entiendoquevosotrosdosnohabéisempezadomuybien,peroyoconozco
aMarcusyséqueesunbuenhombre.Seráunbuenmarido,Olivia,puedellegara hacer feliz a cualquier mujer. Intentad entenderos. Marcus, por favor. Esimportanteparamí.LavozseleestrangulóyOliviapensóqueestabamuypálida.LordNorthcott
laestudió,preocupado.—Por supuesto, prima Helena. Creo que tiene usted razón, me he dejado
llevarpormitemperamentoyheprovocadounasituaciónincómoda.Peroharéloposibleporsolucionarlo,seloprometo.—Gracias—suspiró—.Ahoradebodescansar.¿Florence,vienesconmigo?Si
noescampa,podríasquedartetambiénadormir.LadyConwayapoyóunamanoensuhombro.—Notepreocupes,enelcochellegoenunmomento,ydeboregresar,tengo
cosasquehacer.Peromequedarétodavíaunratocontigo,claroquesí.—Estupendo.Vamos,Kitty.YquealguienaviseaGoliathparaquesereúna
con nosotros yme suba ami habitación.—La doncella empezó a empujar lagran silla hacia la puerta—. SeñoraBurton, ocúpese de que acomoden bien anuestraqueridaOliviaensuhabitación,porfavor.—Porsupuesto,milady,de inmediato—dijoelamade llaves.Esperóaque
salierany,comoOlivianosehabíamovido,sedirigióaella—.¿Meacompaña,porfavor,ladyOlivia?«LadyOlivia».Quéextrañosonaba.Habíaentradoenesasalacomo«señorita
Coombs»y,depronto,eraotramuydistinta.Tardaríaenasimilarlo.Sevolvióhacia lordNorthcott.Élse limitóadevolverleunamiradadirecta,
peroquenoindicabanada.Oliviayél intercambiaronsendasreverencias,congestodeenfado,ysefue
traslaseñoraBurton.
Capítulo6
—Milady, buenas tardes—oyó. Olivia fue incapaz de reaccionar, con lacaramedioaplastadacontralaalmohada,atrapadaporunsueñoprofundoenelquesumadreyellapreparabanunpastelbajolaatentamiradadelordNorthcott.Latocaronconsuavidadenelhombro—.¿LadyOlivia?—¡Oh,Diosmío!—exclamó, sentándose de un brinco en la cama al darse
cuentadequesereferíanaella.Distinguióunafiguracerca.Ladoncella,unamuchacharubia,bajitayalgoregordeta,pegóunsaltohacia
atrás,y,asustada,tropezóyestuvoapuntodecaerse.—¡LadyOlivia!—exclamó,conalarma.¿Leocurrealgo?Oliviasepasóunamanoporlacara,aturdida,mientrasibarecordandotodo.
EstabaenMinstrelHouse,ensusupuestonuevodormitorio,unlugarencantadordecoradoentonoscremayrosa,muyfemenino.Dolllahabíaayudadoaquitarseelvestido,porque, talcomoleaseguró, ibaaestarmáscómodacon labatadesedaquelehabíallevado.Oliviahabíaintentadointerrogarla,perosinmayoréxito,porquelamuchacha
no sabía nada útil. Cuando se quedó sola, se tumbó en la cama «solo unmomento» para descansar, abrumada por todo lo vivido en esa reuniónextenuante.Comohubiesedebidoimaginar,sehabíaquedadodormida.—No, no—replicó, con voz densa. Carraspeómientras se frotaba el rostro
conlamano—.Estoybien,gracias.—Bueno…—Lamuchachaesperótodavíaunpoco,hastaconvencersedeque
noibaavolveragritar.Entonces,sonrió—.SoySally,milady,SallyFindlay,la
doncellapersonaldeladyActon.Mehapedidoquemeocupedeustedhastaquetengayatodoorganizado.—Mmm…¿organizado?—Sí, tardaremos unos pocos días. Entonces, le buscarán una doncella para
ustedsola.—¿Eh?—Lamirósorprendida.¿Unadoncellaparaellasola?Jamáshubiese
imaginadocontarconsemejantelujo—.Nocreoqueseanecesario.—Porsupuestoquesí.Peroesollegaráensumomento.Ahora,paraempezar,
laprepararemosparalacena.Unbuenbañolesentarádivinamente.Abrió la puerta e hizo un gesto con lamano.Almomento entraronLucy y
Doll, llevando una tina entre ambas. Era lo bastante grande como para quealguiendelaalturadeOliviaserecostasecontodacomodidadensuinterior,yrelucía.Sallysedirigióaunarmarioyempezóapreparartoallas.—Luego, le ajustaré un vestido que ha traído lady Acton para usted. Lady
Conway le indicó las medidas, de modo que esperamos que le vaya bastantebien.Entodocaso,mañanavendrámadameDidianedesdeLondres,contelasyvariasayudantes.Comoledigo,enpocosdíaslotendrátodo.—¿MadameDidiane?—Así es.—Se dio cuenta de queOlivia se había quedado intrigada—. ¿Es
quenosabequiénes?—Pues…no.—¡PorDiossanto,milady!¡MadameDidianeesunadelasmejoresmodistas
delaciudad,yestoypordecirquedetodaInglaterraysusvastasextensiones!—¡Delmundo!—exclamóDoll,mientrassalíaporlapuerta.Lucyaportóunamuequitaquequizáqueríadecirquehubiesematadoporuno
delosvestidosdeaquellamujer.—Sí, del mundo, claro—convino Sally—. Eso he dicho. Viste a todas las
grandes damas, incluso a la realeza, y se va a encargar de hacerle a usted unguardarropacompleto.—¿Modista? ¿Realeza? ¿Qué?—¡MadreSanta, lo que costaría aquello!No
podíanipensarenello,comoparapoderpermitírselo.Oliviasemovióhaciael
bordedelacama,perosequedósentada—.Peroyonopuedo…Tengomiropa,nonecesitonadamás.—Respectoaeso…—Sallyenarbolóelvestidoquehabíallevadopuesto.El
gesto,algodespectivo,podríahaberservidoparaun trapocualquiera—.Noseofenda,peroestoyaeratristeantesdeteñirlodenegro.Oliviaapretóloslabios.—Locosiómimadre.Eselúltimoquemehizo,antesdemorir.Yesprecioso.—Vaya. —Sally se ruborizó y puso cara de circunstancias—. Disculpe,
milady.Soyúnicaparameter lapatahastael fondo,yame iráconociendo.—Suspiró—.Entodocaso,lolamentodeverdad,peroesonocambialascosas.Guardó silencio mientras estudiaba la pechera del vestido, en tiempos
adornadoconunasflorecitasblancassobreelazul.Erauntrabajosencillopero¿quéesperaba?¿Quesevistieracomounacondesa,cuandosoloibaausarloparair amisa los domingos y, quizá, dar un paseohasta las ruinas romanas, comomucho?EnMinstrelValleylascosaserandistintas.Sisequedabanlobastante,yaloiríancomprobando.—Estaráhechocon todoel amordelmundo,no loniego—siguiódiciendo
Sally—.Yhastaadmitoqueesunabuenaconfección.Peronoesalgoapropiadoparausted,ahora.—Perosi…—No,hágamecaso.—Dejólaprendaenelrespaldodeunasilla,conungesto
denuevorespeto,yempezóaenumerar—.Necesitaalmenosmediadocenadevestidosdemañana,otrostantosdetarde,ademásdedosdeviaje,dosdemontary un número indeterminado de vestidos de noche, empezaremos por tres ocuatro,peroyaseiráviendo.—Oliviayahabíaabiertolosojos,espantada,perotodavía quedaba más—. Eso, además de algún que otro redingote, capas,chaquetas, sombreros,manguitos de piel, guantes ymedias, camisolas, corsés,crinolinas...Detodo,vamos.—Qué barbaridad. —Jamás había tenido tanta ropa. De hecho, estaba por
asegurar queno la había tenidoni pensando en ella toda junta, contando cadaprendadesdeeldíaenquenació—.Sabenqueestoydeluto,¿verdad?—Porsupuesto,milady,ylolamentomucho.—Susojosbrillaronunsegundo,
conlágrimascontenidas—.Sébienloquesiente.Recuerdoeldíaenqueperdíamiqueridamadre.Fueunodelosmástristesdemivida.—Lo siento… —musitó Olivia, sintiéndose hermanada con aquella
desconocida.Sallyasintió.—Gracias.—Dejópasarunmomentoantesdeseguir—.Pero,milady,vestir
denegronosignificaquehayaquevestirmal,solohayqueser…ingeniosoenelmododehacerlo,paraqueresulteapropiado.—Ya,pero…Pero¿quiénvaapagarlo?Sally la miró como si se hubiera vuelto loca o hubiese dicho una palabra
malsonante.—Yo no sé nada de eso, milady, pero imagino que lo hará su tutora, lady
Acton,porsupuesto.—Peroesonopuedeser,esdemasiadodinero…Ladoncellaseechóareír.—LadyActonesunadamamuyrica,milady,nodeberíapreocuparseporesos
detalles.Hableconella,silodeseaysideesemodovaasentirsemejor,pero,hágamecaso—secolocóanteella,conlosbrazosenjarras—:ahoramismoesustedladyOliviaHale.Loes,noledémásvueltas.Solodisfrutedelmomento.Olivia no replicó.Se sentía agotada, superadapor la situación, y necesitaba
terminar de despejarse. Cuando Sally salió de la habitación se puso en pie ycaminóhacialatina.JustoentoncesseabriólaotrapuertayentrarondenuevoDollyLucy,cargadascondoscubosdeaguahumeantecadaunadeellas.Olivia se apartó de su camino y las observó trabajar, sintiéndose extraña.
Jamásensuvidalehabíapreparadonadieunbaño,anosersumadre,cuandoerapequeñaocuandohabíaestadoenferma.Y,porsupuesto,entonceshabíasidoen un barreño, el mismo que luego usaban para hacer la colada, nunca nadacomoaquellapreciosatinaenlaqueyasemoríapormeterse.PeronopodíaaceptarsinmáselconsejodeSally,porlasencillarazóndeque
todavíanoacababadecreerseloqueestabapasando.¿Ysihabíahabidoalgúnerror?¿YsisedescubríaquenoteníaningúnparentescoconlosHale?Dedarseelcaso,seguroquelaechabandeallísinmiramientos,yapodíaimaginaralord
Northcott,arrastrándolahastalaescalinatadelaentradayarrojándolafuera.«Soloeresunachicadecampo»,seadvirtió.«Daigualloquediganohagan,
nuncaloolvides.Silotienesmuypresente,paseloquepase,nopodránhacertedaño».Sally volvió un par de minutos después con otro vestido entre los brazos.
Tambiéneranegro,pararespetarsuluto.Sinembargo,yadelejospodíaverquelateladeesteeradeunacalidadmuydistintaalasencillaquesumadreyellahabíanpodidopermitirseenelpasado.Dehecho,notardóencomprobarquesetratabadeseda,cubiertaaquíyalláconunagasacasietéreadeadorno.—¿Todavía no se hametido en la tina,milady?—Vale, pues, aunque fuese
lady Olivia Hale, poseedora en breve de mil baúles llenos de ropa, todavíapodían reñirle como a una niña. No se lo tomó a mal. De hecho, la francacercanía de Sally resultaba todo un alivio en aquel lugar extraño—. Vamos,vamos,tienequebañarseydebopeinarlayvestirla.Doll,Lucy,quesenoshacetarde.Traedmásagua.LamiradaquelelanzóLucydejóclaroquenocreíaqueotradoncellapudiera
estardándoleórdenes.Dolltitubeóenelmomentodetensión.—Yobajarépormásagua—dijo, intentandoapaciguar losánimos—.Lucy,
porfavor,atiendetúamilady.Milady podía atenderse sola, lo había hecho toda su vida, pero pese a sus
protestas,laayudaronadesvestirseyameterseenlabañera,ylelavaronbienelpelo,ylefrotaronlapielconunpañomuysuaveimpregnadodeunjabónqueolíademaravilla.Alfinal,agradeciósuayuda,porquenidelejoshubiesepodidoobtenerporsí
mismasemejantesresultados,ymenosentanpocotiempo.Apenasunahoradespués,Oliviabajabalagranescaleradelvestíbuloataviada
conelvestidonegrodeladyActony,nopodíanegarlo,almargendelacalidadde su tela, también tenía un corte mucho más atractivo que el suyo, con loshombrosaldescubiertoenellímitedelodecenteenunluto,yabullonadosconunabuenacantidaddegasaoscura.Dehecho, se ajustaba a su talle comouna segundapiel, haciéndola parecer
másesbeltaquenunca,yluegoseabríaenunafaldaampliadeseda,adornada
convariascapasdegasasuperpuestas,quenollegabanacerrarsealfrente,todoelloelevadograciasaunbuenpardeenaguas.Nuncahabíatenidounvestidotanbonito,deningúncolor.Aquellamaravilla,
crujíaycaíaasualrededorcomounabrumaoscuraqueseagitaraconsuavidadacadapaso.Paraterminar,Sallylehabíahechounpreciosorecogidoenlanuca,conunas
horquillasnegras,queledabaunairemuyelegante.Alverseenelespejo,eneldormitorio,habíapensadoqueparecíaunaviuda
jovenyhermosa,alguienconfusayasustada,sí,yconunapenamuygrandeenelcorazón,perocontodaunavidapordelante.Justocomosesentía.Por lo menos, todos aquellos cambios la estaban ayudando a mantener
controladoeldolor inmediatode lapérdidadesumadre.Yano la recordabaacadamomento,deunmodocasiobsesivo;yanosentíaunasganascontinuasdellorarydemaldeciralcieloporhabercometidouncrimentanatroz,llevándoseaMerytanjovenydejándolaaellatansola.Empezaba a despejarse, aunque fuera poco a poco, la sensación de que no
podría seguir, de que el mundo se le había caído encima, asfixiándola,aplastándolaporcompleto.Siempre la echaría demenos, pero sobreviviría. Tenía que hacerlo, también
porella.EraloqueMeryhubiesequerido.«Igual que quiso que lady Acton fuese mi tutora», pensó, captando la
profundidad de aquel detalle. Sí, se había ocupado de que la tomase comopupila,queseocupasedeella.«Ydesearíaquehiciesecasodesusconsejos».Pero¡aquellabodaconlordNorthcotteraunacompletalocura!¿Quéhubiese
preferidoMery?¿Quefuesefelizoquefuesemarquesa?Noteníadudassobrelarespuesta.Justoenesemomentollegóalrellanodelaescalera,alaalturadelretratode
lahermosaladyHelenaHaledeotrostiempos,ysedetuvoparamirarla.¿Quélehubiese aconsejado aquella joven? ¿Lomismo que la lady Acton anciana delpresente? ¿O ella sí que creía en la fuerza del amor? ¿Estaba enamorada delcondedeActoncuandosecomprometióysecasóconél?Esoteníaentendido.Sí,seguro.
Erahijadeunmarquésylacortejóunrey,seguroquehubiesepodidoaspiraraunduque.Peroseconformóconunconde…Segiróhaciaelvestíbulocuandoseabriólapuertaquedabaalexterior.Antes
dequelediesetiempoahacerningúnotromovimiento,entrarondoshombres.—No lo sé, señor Barry —estaba diciendo lord Northcott, irritado. Como
siempre.Elotroeraelhombrequelehabíaabiertolapuerta,cuandollegóparaelté—.HabledeesoconGoliath.Ledigoqueyono…Seinterrumpióalverla,ytambiénelportero.Losdosselaquedaronmirando,
con los ojos muy abiertos. De hecho, el señor Barry, que llevaba la cabezacubiertaporunsombrerodetela,seloquitópocoapocoyloestrechócontrasupecho.¿La estaban admirando? Sí, eso parecía. Olivia estuvo a punto de dejarse
llevarporlatimidez,apocarseybajarrápido,conlacabezagacha,paracorrerencualquier dirección posible, puesto que no tenía ni idea de dónde estaba elcomedor de Minstrel House. O, mejor aún, podía volver arriba, tambiéncorriendo,yesconderseensudormitorio.Pero se negó, sobre todo porque descubrió que allí había detectado una
ventajasobrelordNorthcott.Y,alfinyalcabo,ellaeraunaHale,¿no?LoeratantocomoladyActon,comoelpropiomarqués,tanpagadodesímismoytansoberbio.Peroallíestaba,unhombrealfinyalcabobajo todassus ínfulasdenobleza, con un brillo inequívoco en sus ojos negros. Al captarlo, se sintiópoderosa,fuerte.Irresistible.Conloshombrosbienerguidos, terminódebajar lasescalerasycaminócon
pasoelegantehaciaellos.—Milord…—dijo,conuna ligerareverencia.Enesemomento,supoloque
era sentirmetros ymetros de lamás rica sedanegra crujiendo a su alrededor.¡Quémaravilla!Éltomóaireydevolviólainclinación.—Milady…Buenastardes.—Buenastardes.—Sonrió—.Sesuponequedebocenarconlafamilia,pero
nosédóndeestáelcomedor.—No sepreocupe, yo la acompaño, estaré encantadodehacerlo.Dehecho,
ibahaciaallí.Poraquí,porfavor.SedespidiódelseñorBarry,hizoungestogalantehacialaizquierdayellase
dejó guiar. Caminaron en silencio, algo tensos. Olivia reconoció uno de lospasillos y parte de la zona de salas y habitaciones que cruzaron. Si no seequivocaba,estabancercadelasalitadoradadondehabíantomadoelté,aunquenoestabaseguradesisabríallegarporsímisma.—Escuche, señorita Coombs… Perdón, lady Olivia—dijo él, apoyando la
mano en la manilla de una puerta bastante más grande que el resto—. Lerecuerdoqueestarámihermana,ladyHarmony.Leruegoquenomencioneensupresencianadarelacionadocon…eseasunto,ymenosparacriticaramipadre.—Descuide.Noloharé,porsupuesto.—Casisesentíaofendidaporlaideade
quepudieraconsiderarlacapazdealgoasí,aunqueesavezeraconscientedequenoteníaporqué.Élnolaconocía,enabsoluto,eralógicoquetuviesemiedo—.Jamásharíaalgoasí.LordNorthcottasintió.—Bien.—¿Puedopreguntarquélehancontadodemí?Porquedealgúnmodohabrán
justificadomipresenciaaquí,¿no?—Sí. Pero solo le hemos dicho que hemos encontrado pruebas que parecen
indicar que lord Camden contrajo matrimonio antes de morir. Y que, trasinvestigareltema,hemosllegadoalaconclusióndequeustedessuheredera.—Entiendo.—Le agradecerémuchísimo que no la perturbe.Harmony es una niñamuy
sensible.Puedeparecermuyalegre,muydivertida,peroesmuyvulnerable.Sesintióenternecidaporaquelobvioamordehermano.Apesardequeseguía
enfadadaconél,nopudoevitarsonreírleconlaintencióndeinfundirlealiento.—Nosepreocupe,lordNorthcott.Seloprometo:tendrémuchocuidado.Éldudótodavíaunmomento,peroasintió.—Gracias.Sinmás,abriólapuerta.ElcomedordeMinstrelHouseeraunlugarimpresionante.Olivianotóquelos
ojosse leabríanporsímismos,quizápara intentarabarcarlo tododeunasola
vez.Imposiblelograrloalcompleto,claro.Erademasiadogrande.Lagigantescasalaestabadecoradaentonostostados,cálidosyalgooscuros,
mezclados con granate. Las paredes estaban vestidas en parte con paneles demaderanoble,hastamásomenosmetroymediodealtura, lamismausadaenlosgrandesaparadoresyarmarios,yenlassillasalmohadilladasenungranaterealconremachesdorados,derespaldosmuyadornados.A lo largo de tres de sus lados, había armarios, grandes aparadores y dos
enormestrinchantes.Enelotro,habíaunapuertaacristaladaquedabaaccesoalos jardines, ygrandesventanales.Los cortinones estabanechados, peropodíaintuirsequeyaeranochecompletaenelexterior,ysepercibíaelrumorcontinuodelatormenta.Del techo, tambiénmuyadornadoconescayola,colgabantres lámparas:dos
bastantegrandesalosladosyunaenorme,enelcentro.Todassusvelasestabanencendidas.Lamesaensíera rectangular,de lamismamaderaoscuraybrillantequeel
resto y tan grande que se hubiese podido dar un banquete para más de cienpersonas,yOlivia supusoqueasíhabía sidomásdeunavezenelpasado.Enesosmomentos,estabasoloocupadaenunodesusextremos.EnlacabeceraseencontrabaladyActon,ensusilladeruedas.Aligualque
ellamisma, seguía de negro, pero se había cambiado el vestido y las joyas, yllevaba un adorno de plumas en el moño. A su derecha, estaba sentada unajovencitamuyhermosa,decabellooscuroygrandesojosazulesy,másallá,unamuchacharubiaalgomayor,quizádeunosveinticincoaños.La jovencita se parecía a lord Northcott, y él había dicho que su hermana
pequeñasoloteníacatorceaños,demodoquedebíaserHarmony.¿Ylaotra?Nosetratabadeunagranbelleza,perosíresultabaagradable.AlaizquierdadeladyActonelpuestoestabalibre,ytambiénelsiguiente.De
modoqueladyConwaynosehabíaquedadoacenar.Oliviasesintiómuysola.Eraunapenaqueno fueseella su tutora.Sabíaque,conel tiempo, lahubieseconvencidodecualquiercosa.LadyConwayeraunamujerdeespírituabierto,querespetabalasopinionesajenas.PeronosabíacómoeraladyActon.Suprimeraimpresióntambiénhabíasido
positiva,parecíaunadamaencantadorayamable,peroluegosehabíanegadoenredondoaconsiderarmásalternativasqueloqueellapensabaqueeracorrectoyadecuado. Sospechaba que le iba a costar hacer que aceptase que no iba acontraermatrimonioconelmarquésdeNorthcott.—Buenas tardes,milord,milady—dijo laseñoraBurton,depie juntoauno
delosmostradores.Habíaallíunagransoperadeplatay,aunqueestabatapada,elaireolíadeuna
formamaravillosa.Oliviasintióqueselehacíalabocaagua.¡PorDios,cómosecomíaenesesitio!—Buenastardes,señoraBurton—replicólordNorthcott,sindetenerse.Había
almenosdiezpasosdesdelapuertahastalamesa.Olivialosdiosiguiéndoledecerca, nerviosa—. Buenas tardes, primaHelena—añadió él. Antes de ir a susitio,depositóunbesoenlamejillaaladyActon,yrodeólamesaparadarotroalamuchachamorena—.Buenosdías,hermanita.—Asíquehabíaacertado,eraella—.SeñoritaChatham…—Milord…—dijolajovenrubia.Recordó que habían mencionado su nombre esa tarde. ¿Una dama de
compañía, quizá, o una institutriz? A saber. Lo único seguro era que estabaenamoradadeél.Senotóporelmodoenqueseruborizóyporcómoapartólamirada, tímida.Y,cuandosevolvióhaciaella, tenía talexpresióndecervatilloperdido,queleinspiróauténticalástima.—Hola,Marcus—replicó su hermana, mirando a Olivia con curiosidad—.
¿Nospresentas?—Harmony, espera un poco —le advirtió lady Acton—. No es de buena
educaciónprovocarasílaspresentaciones.—Nopasanada…porestavez—dijolordNorthcott—.Alasiguiente,habrá
algúncastigohorroroso.—¡Horroroso!—gorjeóHarmony,en loqueparecíaunabroma íntimaentre
ellos.Olivia captó lamirada cómpliceque intercambiaron loshermanos, el afecto
sinceroquelesunía.—HacedelfavordenoburlarosdelapobreseñoraWiggins—protestólady
Acton.—Es que era muy divertida, prima Helena. No como la nueva, la señora
Simpson—replicóHarmony.Luegorio,mirandoaOlivia—.Hablamosdemisprofesorasdeetiqueta,Olivia.LaseñoraWigginserayamuymayor,ysehaidoavivirconunasobrina.LaseñoraSimpsonesnuevaytejuroquees…bueno,muydesagradable.—Lady Harmony, por favor, esos modales —dijo la señorita Chatham—.
TratealadyOliviadeusted.—Da igual. —Olivia sonrió—. Prefiero que nos tuteemos. —Semejante
respuestalahizomerecedoradeungestoinexpresivoporpartedelajovenrubia,peroalmenosHarmonydevolviólasonrisaconagradecimiento—.Estoyseguradequenosvamosallevarmuybien.—Yotambién.¿Esverdadque…?—Harmony, espera unmomento—dijo su hermano—.LadyOlivia y yoni
noshemossentado.Dehecho,todavíanotelahepresentado.—Oh,esverdad.Perdón.—Notepreocupes.Losolucionaremosdeinmediato.—LordNorthcottvolvió
sobre sus pasos y se dirigió al primer sitio libre, justo a la izquierda de ladyActon. Giró la silla, en dirección a Olivia—. Permite que te presente a ladyOliviaHale.Esnuestraprima,comoteheexplicadoestatarde.—Alverqueellaseguía allí parada, movió más la silla. Se la estaba ofreciendo—. Por favor,milady.—Oh,perdón,nomedicuenta…—replicóOlivia.Quénerviosaestaba,qué
tonta—. Gracias, milord —musitó. Si él dijo algo, no llegó a oírle. Cuandoestuvoacomodada,sedirigióalasillasiguiente,asuizquierda.—LadyOlivia,permitaquelepresenteamihermana,ladyHarmonyHale—
prosiguió entonces. Hizo un gesto hacia la rubia—. Y la honorable MelanieChatham, hija del vizconde Sutton y dama de compañía de nuestra primaHelena.Oliviasonrióaambasjóvenes.—Esunplacer,ladyHarmony.SeñoritaChatham…LaseñoritaChathamhizoungestodesaludoconlacabeza,peroHarmonyfue
muchomásefusiva.Sonriódeorejaaoreja.—Eresbellísima,primaOlivia.¡Hastaesevestidotanfúnebretesientabien!—¡Harmony! —protestó lady Acton, aunque sin enfado—. Tranquilidad y
mesura,recuerda.—Oh,sí,claro,perdón,primaHelena.—Además,elnegronoesfúnebre,eselegante.Ynecesario,enciertoscasos.
NuestraqueridaOliviaestádeluto.Harmonylamiróapenada.—¿Deverdad?—Asíes—asintióOlivia—.Pormimadre.Murióhaceunaspocassemanas.—Entiendo.Lamíamuriócuandoyoeramuypequeña.—Hubounchispazo
dedolorensusojos—.Losientomucho.—Gracias.Yotambiénlolamentoporlatuya.Harmonyasintió.Luego,superóelmomentoyvolvióasonreír.—Estoymuycontentadetenerunanuevaprima.¡Estanemocionante!—DescubrirásquelavidaparaHarmonyvaríaentreemocionanteyaburrida
—sonrióladyActon.GirólacabezayasintióalaseñoraBurton.Almomento,elamadellaveshizounaseñala losdoslacayosqueseocupabandeservir.Unocargó con la gran sopera, otro con el cucharón y fueron llenando los platosbordeadosdeoro.Noderramaronfueraniunagota.Oliviacomprobó,conalegría,que la sopaeradeverduras.Esperóhastaver
quetodosempezabanacomerylaprobó.Deliciosa.—¿Descansasteunpoco,Olivia?—preguntóladyActon.—Sí,milady,gracias.—Sonrió—.Mihabitaciónespreciosa,además.—Mealegraqueestéscómoda.Noapoyesloscodosenlamesa,querida.—
Oliviamiróasualrededorycomprobóquenadielohacía.Harmonylamirabaconteniendo la risa, la señorita Chatham con censura y lord Northcott algoburlón.Cambiódeposición,congestodedisculpa—.¿TeatendióbienSally?—Sí,muybien,gracias.Esencantadora.—Síqueloes.Aunqueellatieneyademasiadotrabajoconmigo,bienlosabe
Dios. He pensado que puede atenderte Lucy, o quizá Doll, hasta que
encontremosaalguienmásadecuado.Puedeselegir.Yaestabaotravezaquellasensacióndequetirabandeella,quelearrebataban
lasriendasdesuvidaytodoseconvertíaenunacarreradescontrolada.—Gracias —musitó. ¿Qué otra cosa podía decir? Era su tutora. Desde un
puntodevistalegal,podíaretenerlaallíhastaquefuesemayordeedad.Laancianadetuvolacucharaenelaireylamirócomprensiva.—Olivia…Yoentiendoquesonmuchoscambios,querida,peroalgúndíate
daráscuentadequetodoestoesportubien.Oliviaapretóloslabios.—LadyActon…—¿Tendría el valor de decírselo? Sí, ¿por qué no?—.Me
estápidiendoquedejetodoloquehasidomivida,todo,yvivaotraexistenciaquenisiquierasésivaaserreal.Estoy…aquí.—HizoungestoabarcandoelgigantescocomedordeMinstrelHouse—.Noenmicasitadelpueblo,laqueheconocido de siempre, sino aquí, y tengo la impresión de estar atrapada en unsueño.LadyActonsonrió.—Bueno,en lossueñospodemosconseguircosasasombrosasquenosestán
vedadasenlarealidad.—Ya.Pero¿ysimañanadespierto,porquedescubrenquesehanequivocado
ensusinvestigaciones?¿SideprontoresultaquenosoylahijadelordCamden,ymepidenquemevaya?¿Quémequedaráentonces?LadyActonasintió.—Locomprendo.—No,noloentiende.Estoysolaenelmundo.Solomequedamitrabajo,para
elquemehepreparado,heluchadoytrabajadomucho.Silopierdo,notendrénada.Nopodrémantenerme.—Te puedo asegurar que eso no va a ocurrir. Incluso, aunque fuera así,
aunquedescubrieradeprontoquenoereslahijadePhil,mehecomprometidocontigo.Soytututoraymeocuparédequetodotevayabien.Oliviatragósaliva.—LadyActon…Notendríaningunaobligacióndehacerlo.—Claro que sí. He asumido esa responsabilidad. Además, lady Conway te
aprecia mucho, me retiraría la palabra si, tras llegar hasta aquí, te echara deMinstrelHousedesemejanteforma.No.Quítateesospensamientosdelacabeza,niña,solotepuedenhacermal—bromeó—.Esteeseliniciodeunanuevavida,Olivia,unavidaqueesperoqueseasiempremaravillosa.Almenos, tedoymipalabradequeyoharéloposibleporqueasísea.Ellasesintióconmovida.LadyActoneraunamujertanagradable…—Gracias,milady.—Nohaydequé.—Laviotitubear—.Peseaqueyasabesloqueyoespero
—sereferíaa labodaconlordNorthcott,seguro—,debespreparartebienparaconvertirteenladamaquedebesseryocupartupuestoennuestrasociedad.Poreso,enlospróximosdías,teunirásaladyHarmonyenalgunasdesusclases.—Alotroladodelamesa,Harmonybizqueó,yOlivianopudopormenosquereírentredientes—.Todavíanosécuáles,aunqueestoyconvencidadequeningunadeellastesupondráningúnproblema,siendomaestra.—Esoespero.—¿Deverdadganabasunsueldo?—pregunto lahermanade lordNorthcott,
conlosojosmuyabiertos—.¿Erasunamujerindependiente?Oliviaasintió.—Sí,me ganaba la vida.—Como lamayor parte de la gente que conocía,
estuvoapuntodeañadir,perodecidiónohacerlo—.Eralamaestra,enlaescueladeMinstrelValley.—¿Ibastodoslosdías?¿Teapetecieraono?—Todos, claro. —Rio, divertida por su asombro—. Imagino que, en esas
clasesquedas,tambiéntienesqueregirteporunoshorarios.—Sí,cierto.Ybastanteestrictos.Elotrodíamedolíalacabeza,peronohubo
maneradequelaseñoraSimpsonmedejaseiradescansar.—Esunamujer con excelentes referencias—aportó la señoritaChatham—.
Seguroquesediocuentadequenoledolíatantolacabeza,ladyHarmony.—Bueno.Perofuehorroroso.—¡Horroroso!—gorjeólordNorthcott.—¡Marcus!Nosigasa tuhermanaenesabroma,o jamás ladejaráestar.—
Debió darse cuenta de que Olivia se había quedado melancólica, porque se
dirigióaella—.Estáspensandoentusniños,¿verdad?—Asíes,milady.—No te preocupes. LadyConwayme ha asegurado que se ocupará de que
haya otra maestra esta misma semana, y una a la que tú misma darás tuaprobación.Lamiróaliviada.—¿Deverdad?¿Podréiracomprobarqueestánbien,ycontentos?—Por supuesto. Y hasta puedes ejercer como madrina de todos ellos,
visitándolosdevezencuandoyasegurándotedequetodoestácomodeseas.—¡Oh,gracias,ladyActon!—Denada, querida.En eso, no habrá ningún problema. Pero es importante
quetengasmuyencuentaquetúyanotrabajasahí,soloserássubenefactora.Nisiquiera debes estar pendiente de continuo. Tú debes centrarte en tu misión:estudiar,aprenderyconvertirteenunaDamaSelecta.—¿DamaSelecta?—repitiódesconcertada.Alotroladodelamesa,Harmony
bizqueóotravez,aunqueenesaocasiónsuhermanolefruncióelceño,conungestodeadvertencia.—Esmejornohablardeelloahora,yallegaráelmomento—dijoladyActon
—.Novaaserfácil,peroestoyseguradequeharemosunaDamaSelectadeti.—Sonrió,comopensandoenalgo—.Dime,Olivia,¿creesenlascorazonadas?Oliviadudó,perosolounmomento.—Sí—dijo.Claroquesí.Elcorazónlaguiabamuchasveces,aunque,ensu
caso,lacabezasiempreleseguíadecerca,dándoleconsejos.—Yotambién.Poresoestoyseguradequeharásunpapelmaravilloso.Pero,
paraeso, es importanteque losdemás teveanocupando tuauténticaposición.Yo…lamentoquelascosasseanasí,peronohayalternativa,querida.Unadamanoloesporhacerloquequiere.Esunadamaporquehaceloquedebe.Apartir de esemomento, la conversación se centró casi por completo en el
temadeltrasladodesdeLondres,sobretodoenlalistadecosasqueHarmonysehabíadejadoenNorthcottHouse,enLondres,yquesuhermanoletraeríaasuvuelta.—¿Cuándotevas?—preguntóHarmony.
—Mañana,peronosétodavíaaquéhora.Porlamañana,quizá.Dependedeltiempoquehagaydelasganasquetenga.Volverépasadomañana,comopronto,perolomásprobableesquemequedeunosdías.Harmonyhizounamuequita.—Vale.Peronoteolvidesdemicuadernodearte.—Noloolvidaré…comohicistetú.Ambos rieron. La conversación se interrumpió cuando retiraron los platos
hondos y sirvieron el estofado de carne con guarnición, además de grandesbandejasdeensalada,purédepatatasyverdurasdiversas.
Capítulo7
Pesea todos susmiedos, fueunacenamuyanimada, sobre todogracias a lapresenciadeHarmony,queseconfirmócomounaniñaencantadora,muyalegreydivertida.Dehecho,denohabersidoporsuevidenteparecidofísico,Oliviahubiese asegurado que era imposible que se tratase de la hermana del seco yantipáticolordNorthcott.Aunque, a decir verdad, desde que entraron en el comedor, él también se
estabacomportandodeunmodomuydiferente.Quizáel cambio sedebíaa lainfluenciadelarisacontagiosadelajovencita,oquizá,simplemente,tratabadedisimularelmalhumorensupresencia.Olivianohubiesepodidoasegurarcuáleralaopcióncorrecta.Fuera como fuese, disfrutó de la situación, al menos la mayor parte del
tiempo.Alllegaralpostre,volvióasentirseinquieta.Mientrasservíanlatarta,miladyy la señoritaChathamhabíanempezadoahablarde losprofesoresqueiban a llegar, y de quién sería la patrocinadora de Olivia, en el caso de quehubiera que buscarle un marido, ahora que lady Acton se iba a quedar enMinstrelValley.Se mencionaron nombres, como el de la duquesa de Kenwood, el de lady
Gysforth, lady Rutshore, lady Badfields o lady Cinthya de Clowes, baronesaRowsley. Personalidades que, se suponía, Olivia debía conocer, porquepertenecíanadamasdelamásaltasociedadlondinense.Porsupuesto,nolesonabandenada.—ElduquedeGysforth, elmaridode ladyGysforth, trabajómucho tiempo
conelPrimerMinistroparacrearelsistemadelanuevapolicía—leexplicóla
señoritaChatham.—Oh—dijo ella, con algo de alivio—. Eso sí lo recuerdo, sí. Lo leí en el
periódico.Peronosueloprestaratenciónalasnoticiasdesociedad.Metemoquenoheoídohablarjamásdeningunadeesasdamas…—Notepreocupes,yotelaspresentaré,atodas.—LadyActonsonrió—.Lo
quemerecuerda…Sinoteimporta,Marcus,tedaréunmensajeparamisamigas—dijo lady Acton—. Puedes hacer que le llegue a lady Gysforth, a ladyRutshoreoa ladyBadfields,a laqueprefieras.Luego, laelegidaavisaráa lasotras.—¿Yeso?—preguntólordNorthcott,ylamiróconsospecha—.Séquetrama
algo,primaHelena.LadyActonhizoungestoevasivo.—Deseoinvitarlasavenirdevisita,unpardedías.—Demasiadopronto.Desersoloeso,hubieraesperadoalmenosunmes.Ellaseechóareír.—Eres un hombre perspicaz, Marcus. Pero ni en un millón de años
imaginaríascuálessonmisplanes.—Descansar,espero.—Quéremedio.Peronotodoeltiempo.Deboocuparmeenalgoomemoriré
de puro aburrimiento, de sentirme inútil. Seguro que alguien como tú meentiende.Élsonrió.—Desdeluego.Y,sí,porsupuesto,entregarésucarta.Loquenecesite.Solo
prométamequeharácasodelosmédicosyquenoseagotará.—Te loprometo,querido.No tepreocupes.—Contemplósupostreconuna
expresiónfeliz—.Esverdadqueestoydándolevueltasaalgo.Durantemisiestahetenidounarevelación.GraciasaOlivia,séquéquierohacerycómohacerlo.—¿Enserio?—preguntóella,sorprendida.LadyActonlamiróconojosbrillantes.—Yaloverás.Traslacena,pasaronaunasalaenlaquehabíaungranpianodecolayuna
zonadesillones,conunmueblebarqueocupabatodalapared.LordNorthcott
tomóunacopayladyActonylaseñoritaChathamunvinodulcedealgúntipo.OliviayHarmonydeclinaronlainvitación.Esta última tocó el piano, para desdicha de todos, ella incluida.Ejecutó sin
mayor trámite al pobreBeethoven, enterrándole en el caos de notas en el queconvirtiósuParaElisa.—Loodio—dijoalterminar,bajandolatapaconungolperotundo.«Sí.Eseeselproblema»,pensóOlivia.Tras ella, tocó la señorita Chatham una pieza de Chopin. No fue una gran
actuación,porquesiaquellajoventeníaalgunapasiónensuinterior,sequedabaallí, bien atrapada. Pero, por suerte para ella, la comparación la hizo parecerbrillante.—¿Túsabestocar,Olivia?—lepreguntóladyActon.Ellaarqueóambascejas.—¿Yo?No,enabsoluto,milady.Mehubieseencantado,peroenmicasano
hubieseentradounpianoniaunquehubiésemostenidodineroparacomprarlo.—Quétriste.Atupadre leencantabatocar,y lohacíamuybien.Teníaunas
manospreciosas.—SereferíaalordCamden,claro,noalpobreCoombs,cuyosdedos siempre estaban callosos y manchados de tierra. Pero no iba amencionarlo. ¿Para qué? Además, lady Acton se había quedado pensativa,atrapada en algún recuerdo. Olivia se apenó al ver su expresión—. Todo esoformapartedeloquetehasidoarrebatado,querida.Pero,sitegustalamúsica,hayquecorregirlo.—Metemoqueahorayasoydemasiadomayor.—Pusocaracontrita,yluego
simulótenerunaidea—.PerosiHarmonyseanimaraaenseñarme,estaríamásquedispuestaaaprender.—¿Enseñarte?—Harmonylamiróasombrada—.¿Yo?¿Esquenoacabasde
oírloquehehecho?—Claroquesí.Sabestocarmuchomejorqueyo.Y,quizá,simeenseñas,ati
tambiéntesirvaparamejorar.Harmonyconsiderólaideaysonrió.—Muybien.Meencantaráintentarlo.Olivia recibió conalegría la sonrisade ladyActon,que sedio cuentade su
ardid,pero, loquehizoquedeverdadbrincaseelcorazónensupecho, fue lamirada de lordNorthcott. Sentado junto al fuego, con la copa de coñac en lamano,laobservabadeunmodomuydistintoalquelateníaacostumbrada.Nohabíafríonirechazoenél.Susojosbrillaban,comocuandolavioenel
vestíbulo.—Creoquevoyaretirarme—dijoladyActonentonces—.Todavíanomehe
repuestodelviajedesdeLondres.—Perosisolofueronunaspocashoras…—exclamóHarmony,asombrada—.
¡Yvinimosayer!—Amiedad,yconesetraqueteo,esuntrayectoagotador,querida.Algoque
obligaalmenosaunasemanapararecuperarse.—Lamiró,inclinandolacabeza—.Tútambiéntienescaradecansada,Harmony.—¿Yo?Oh,puesnotengomuchosueño.Dehecho,pensaba…—Sí, es buena idea que te acuestes ya, querida. —La miró a la vez, con
intención,yfuesuficiente.AlahermanadelordNorthcottlequedaronclaraslascosas.Arqueóunaceja
ysuspiró.—Es verdad.—Fue hacia su hermano y le abrazó y besó en la mejilla—.
Mañanatenemosmuchascosasquehacer.—Cosashorrorosas.—¡Horrorosas!—rieron.NisiquieraladyActonpudoevitarunasonrisa.—Vamos,venconmigo,pequeñapícara.Kitty,porfavor,avisaaGoliathpara
subirme.—Por supuesto, milady—dijo la doncella, y tiró de la campanilla. Olivia
supusoque,enalgúnlugardeledificio,aquelGoliathqueyahabíaoídonombrarantes,escucharíalallamada.Kittyvolvióalasilladeruedasyempezóaempujar—.Listo,milady,vamosadescansar,queyaeshora.—Sí, que ha sido un día muy largo. Señorita Chatham, por favor, venga
conmigo.Quierodictarlealgunascosasantesdedormir.Ladamadecompañía,quehabíaseguidosentadaalpiano,quizápensandoen
tocaralgunaotracosaparaelmarqués,contuvounmohín,contrariada,perose
levantóalmomento.—Porsupuesto,milady.—Gracias, querida. Marcus, ¿serás tan amable de conversar un rato con
Olivia?—Porsupuesto,primaHelena.—Hastamañana,Olivia.—Hastamañana.Sequedaronsolos,aunquelaúltimaensalir,laseñoraBurton,lesmiróconsu
eternacaradeenfadoydejólapuertaentreabierta.—¿Quién es Goliath? —preguntó Olivia, por tener algo que decir pero,
también,porpuracuriosidad—.Eslasegundavezqueoigoquelenombran.—¿Todavíanolohavisto?—Ellanegóconlacabeza—.Puesnotardaráen
hacerlo,yleaseguroquenoseolvidaránuncadeél.—¿Porquélodice?—Porqueesimpresionante.Enrealidad,sellamaIsaacGoody,aunquetodos
le llamamosGoliath.Se tratadeungigantónque trabajadesdehaceunpardeañosparaladyActon.Antestuvomuchosempleos.—Recordóalgoquelehizogracia—.Entreellos,eldeforzudodecirco.—¿Enserio?—Olivianopudoevitarunarisa.Éltambiénsonrió.—Se lo aseguro. Y no me extraña, es un hombre muy fuerte. Pero no se
confunda, también es listo.Habla poco, leemucho y se ocupa de conducir elcarruajedeladyActonydesubirlaybajarladesdesushabitaciones.Aellayalasilladeruedas,quepesalosuyo.—Oh, entiendo. Sí, supongo que la… situación de milady debe ocasionar
muchascomplicaciones.Élasintió.—Aveces,sí.¿Quieretomaralgo?—preguntó,señalandohaciaelmueblede
las bebidas—. Si quiere un coñac, o algo igual de fuerte, es el momento depedirlo.Noshandejadosolos,yyonoladelataré.Ellario.—Se lo agradezco, pero no, gracias.—Levio ir a una caja como la de esa
tarde,y cambiarde idea.Claro,había recordado loocurridoentonces—.Yno
meimportaquefume.Éllamiróconintención.—Gracias. —Sacó uno, lo olfateó y lo encendió—. Entiendo que es una
costumbre que puede molestar, pero, de vez en cuando, me gusta fumar uncigarro.Ymásconunabuenacopa.—ElpadreRobertsfumabaaescondidas—lecontóella.Volvióaverle,enel
patiotraserodelacasadelcura,juntoalaiglesia,escondidodelamadellaves.Devezencuando,sereuníaconélallí,deniña,ycharlaban.Élincluíasiempreen la conversación a los que descansaban en las tumbas del cementerio, queempezaba a pocos pasos, al otro lado de la tapia. Para él, no había diferenciaentre vivos y muertos, todos vivían en el Reino de Dios—. Dijeron que esoprovocóelincendioenelquemurió.LordNorthcottparpadeó.—Losiento.—¿Creeusted…?—Queríapreguntarlesipensabaqueelincendiohabríasido
unaccidente.Unfrutodelacasualidad,almenoseso.Éldebíaestarpensandoenlomismo,porquelainterrumpiórápido.—No,no…Nohablemosdeeso,porfavor,noharíamosmásqueelucubrar,y
sinsentido...Meocuparéde investigaren loposibley la informaréde todo loquedescubra,ledoymipalabra.Olivia asintió. Demasiado nerviosa para estarse quieta, se puso en pie y
caminóhastaelpiano.Levantósutapaypulsóunatecla.Asíque,asupadrelegustabalamúsica...—¿Ybien,ladyOlivia?—preguntóél—.¿Hareflexionadosobrelodenuestra
boda?—Ellalemiró,sorprendida—.Yapuedeimaginarseque,sinuestraprimaHelenanoshadejadoaquí,asolas,esparaqueterminedeconvencerla.Oliviasonrióyseencogiódehombros.—Lerecomiendoquenoseesfuerce.Esolemolestó,pudoverlo.—No sea presumida —dijo—. Tengo tan poco interés en esa boda como
puedatenerlousted.Menos,incluso.Alfinyalcabo,deunposiblematrimonioentrenosotrosustedobtendríamucho.—Girólamanoconelcigarro,dibujando
círculosdehumo—.Riqueza,títuloypoder,paraempezar.Mientrasqueyo…La recorrió de arriba abajo, con aquellos ojos tan negros. Olivia tuvo la
impresióndequecalentabansupielallídonderozabasumirada.—¿Ustedqué?LordNorthcottseencogiódehombros.—Noniegoqueesustedunajovenmuyatractiva,señoritaCoombs…perdón,
ladyOlivia,yestoysegurodequeseríaunplacerdisfrutardesusencantos,perono es lo bastante bella como para que quiera dar semejante paso solo poracostarmeconusted,enunraptodeabsoluta locura.—Sonrióconmediaboca—.Esosí,loadmito:denoestarmetidosenesteembrollo,lepropondríaahoramismolascondicioneshabitualesqueconcedoamisamantes.Ellaarqueólascejasalmáximo.—¿Cómoseatreve?—Solosoysincero.—¿Sincero?¡Puesmeestáinsultandocontodasinceridad,caballero!—¿Usted cree? —Se echó a reír—. Bueno, no sé por qué parece tan
sorprendida.Esalgohabitualentrenosotros.—¡Yonoleheinsultadonunca!—¿No?Creo recordarque, enalgúnmomentodeesta tarde,meha llamado
sabandija.—Ams…—Oliviahizounamueca—.Bah.Esoesdistinto.—¿Porqué?—Porqueustedsíqueesunasabandija.LordNorthcottlanzóunacarcajada.Lamiródivertido.—Vale,loadmito.Esustedpeligrosa,señoritaCoombs.Arañacomonadie.—Gracias.—Semiraronunparde segundos, sin saberquémásdecir—.Y,
ahora,¿quéleparecesidejamosdediscutirdeestamaneraabsurda,dejamoslosinsultos y demás comportamientos ofensivos, y buscamos soluciones? Lo queestá claro es que ni usted ni yo queremos casarnos el uno con el otro.Yque,aunquenoestuviéramosenesteembrollo,yojamásaceptaríasersumantenida.—¿Deverdadqueno?—LordNorthcott la estudiópensativo—.Leaseguro
quesoymuygeneroso.
Ellaagitólacabeza,irritada.—Desdeelprincipiomehaconfundidoconotraclasedemujer,milord.—¿Enserio?—Así es. —Alentada por la indignación que sentía, se apartó del piano y
avanzóhaciaél.Comoeramásalto, tuvoquealzarel rostroparapoderseguirmirándole a los ojos—. Y, ya ve, lord Northcott, es una pena, porque yomeacostaríaconustedahoramismo,sinnecesidaddecompromisos,sinpensarlounsolomomento,deimpulsarmeaelloelcorazón.Lotomóporsorpresa,seguro,porqueseleescapóunsonidoronco,unjadeo
suave,yelaireparecióvolversemásdenso,tensarseporalgunaclasedeenergía,algoquecrepitabaentreambos.Oquizáeranimaginacionessuyas.—Miente…—mascullóél,conojosentrecerrados.—Nohedichoniunamalditamentiradesdequeleabrílapuertaestamañana,
yustedlosabe.—LordNorthcotthizounamueca.Oliviaextendiólasmanosaloslados,comomostrándoseporcompleto—.Noleexigiríacuentas,milord,nicompromisos,nilazosdeningúntipo.Meentregaríaporcompleto,sinlímitesniexigencias, porque me enseñaron que el amor está hecho de generosidad yconfianza.Simelopideelcorazón,estoydispuestaatodo.—Apretólospuños—.Peronosoyunaprostituta.Seríasuamante,porquemehabríaconquistadoconalgoquenotienenadaquevercon…¿cómodijo?Ah,sí.Lasriquezas,lostítulos,elpoder…Lord Northcott tardó unos segundos en contestar y cuando lo hizo, su voz
sonómásgrave,másdensa.—Lodicho:esustedpeligrosa,señoritaCoombs.—Puesacéptemecomoaliada,lordNorthcott.Consuerte,cadacualpodremos
hacernuestravida,sinvernosatadosenunmatrimonioque,estáclaro,ningunodelosdosdeseamos.Elmarqués afirmó los labios. Se apartó unos pasos y arrojó el cigarro a la
chimeneaconbuenapuntería.Contemplólasllamas.—Si le digo la verdad, llevohorasdándolevueltas, desdeque seplanteó la
ideaenelté,ynosemeocurrecómosolventareltema.—Sevolvióhaciaella
—.Yo apreciomucho a ladyActon, y ya ha visto cómo se encuentra.Ahoramismo,apenastienefuerzas,arrastraeldolorporloocurridoasufamiliadesdehace demasiado tiempo y ha centrado todas sus expectativas en convertirla austeden«ladyOliviaHale»parahonrarlamemoriadelordCamden.—Agitólacabeza—. No quiero ni imaginar que se viera obligada a enfrentarse a ladecepciónquesupondríahabersehechoilusionesenvano.Oliviaasintió.—Sí,esevidentequenoseencuentrabien.¿Quéleocurre?Noestanmayor
paraestarasídepostrada.Dehecho,ladyConwayesdelamismaedadytieneunaspectomuydistinto…—Sí,ladyConwayesadmirable.—¿Ylasilladeruedas?¿Fueporalgúnaccidente?—No.Estodoporlomismo:elcorazón.Nolefuncionabien.Comosupadre
y suhermanosiempreestuvierondelicados,ymurieronde sendosataques, losmédicospiensanquepuedequesetratedeunaenfermedadfamiliar.—«¿Qué?».Oliviasellevóunamanoalpecho,conlasensacióndehaberrecibidounregalocon trampa, y el propio lord Northcott se sobresaltó al percatarse de lo queestabapensando—.Perdone,noqueríainquietarla.Nosepreocupe.Notieneporquéhaberloheredadousted.—No,claro…—Hizounexamendelpasado.No recordabahaberse sentido
nuncadébil,nihaberexperimentadonadaquepudierahacersuponerundefectodelcorazón.Mejornopensarenello—.Entodocaso,losiento.Leaseguroquetampocoesmiintencióndisgustarla,peroesque,esto,esabsurdo.Nopodemoscasarnos,solopornocontrariarla.—Lociertoesquenoveoporquéno.—¡LordNorthcott!—Vale,séquehesidomuydesagradabledesdeelprincipio.Yreconozcoque
nomehaceningunagraciacasarme,así,depronto.Noloteníaprevisto,ynosoyhombrealquelegustenlassorpresas.—Fruncióelceño—.Pero,sicomprueboqueloquesehadichohoyescierto,quemipadrenosoloignorólaspeticionesde sumadre, sino que la amenazó y buscó ocultar esematrimonio, incluso acostadellevaracabocrímenesespantosos,estarémásquedispuestoaresarcirla,
señoritaCoombs.MecasaréconustedyserálamarquesadeNorthcott.Ellalemiróconamargura.—Nohaentendidonada,milord.Nada.—Sí lohehecho,créame.Mehadejadoclaroquesoloseacostaráconmigo
siguiendounimpulsodesucorazón.Poreso,nosepreocupe:sidescubroquemifamilia está en deuda y nos casamos, no pienso obligarla a compartirdormitorio…amenosquelodeseé,claroestá.Serásudecisiónhacerloono.Leofreceré el título y la posición ymemostraré ante todos como sumarido, larespaldaréconmiposiciónymidinero,peronoleexigiréquecumplaconsusdeberesdeesposa.—¿Deverdad?—Ledoymipalabra.Oliviasecruzódebrazos.—Yusted,¿seguiráteniendoamantes?Éltitubeó.—Bueno…Laverdad,no losé.Elmatrimonionoes incompatibleconesas
cuestiones,aunquesiemprehepensadoqueyodejaríademanteneramanteseldíaquemecasase.—Muyconsiderado.—Pero,claro,siustednoquieretenerrelacionesconmigo…—Seencogióde
hombros—.Tengaencuentaque soyunhombre,necesitoese…alivio.Por lotanto, sería lógico que las tuviera, sí. Pero le juro que sería muy discreto—añadió,intentandocongraciarse.—Entiendo.Quéconsiderado.Yyo,¿podríateneramantes?—¿Usted?—Abriómucholosojos—.¿Quédice?Sabequeno.—¿Por qué no? Soy una mujer y tengo mis necesidades. —Los ojos de
Northcotthicieronel recorrido inverso,entrecerrándose—.Además, leaseguroqueseríamuydiscreta.—Nodigatonterías.Nopuede.Sisequedaraembarazada…—Le daríamos un heredero al título. Algo que, con su peculiar oferta de
matrimonio, no tendría. —Sonrió de oreja a oreja—. ¿No cree que seríapreferibleasí?
—No.Insisto:ustednotendríaamantes.—Puescreoquecadavezmegustamenossutrato,milord.—Ja.—Chasqueó la lengua, sinapartar laspupilasde lassuyas—.Esusted
unamujermuypeculiar,señoritaCoombs.—Sí,bueno…Heaprendidoapensarpormímismayareplanteármelotodo.
No voy a permitir queme utilice para lavar su conciencia, lordNorthcott, deningúnmodo, sobre todo cuando usted no tiene ninguna culpa de nada. Si supadrehizoalgo…bueno,losientopormimadre,ypormí,mucho,perotambiénporusted.—Pero…—No,lordNorthcott,deverdad.Tengomuyclaroquelostressomosvíctimas
inocentesenestatragedia.—Lesonrió,estavezamigable—.Peroleanimaríaano adelantar acontecimientos. Quizá haya alguna explicación que libere a supadredetodaculpa.Él lamiródeunmodomuydistinto a como lohabíahechohasta entonces.
Habíacasigratitud,yledevolviólasonrisa.—Lo comprobaré, se lo juro. Y le propongo una cosa, entonces: que nos
demos una tregua, mientras tanto. Incluso que seamos aliados, como propusoustedantes.Yoinvestigaréeso,yustedpuedeaprovecharparaviviraquí,yhacerfelizaladyActon.Tiene,además,laoportunidaddeaprenderunascuantascosasquepodránserlemuyútilesenelfuturo.—Sí,yalooí.Útilesparaencontrarunbuenpartido.Yasabe,mebuscaráun
vizcondearruinado.Quédestinohorroroso.Élnorepitiólapalabragorjeando,perocaptólabromayrio.—Esometemo.Peroyaseverá.—Dejólacopavacíaenunamesa—.¿Puedo
decirleunagalantería sinque se la tomecomoun intentodepresionarla en laideadelmatrimonio,ninadaparecido?Ellasonrió,divertida.—Porsupuesto.—Está bien.—Chasqueó la lengua—.Antes de la cena, cuando la he visto
ahí, en el vestíbulo…Bueno, he pensado que tanto la luz como la oscuridadpuedensermuybellas.
—¿Qué? —preguntó Olivia, sin comprender. Había esperado un sencillo«Está ustedmuy hermosa esta noche». Pero, claro, era lord Northcott. A quéhacerlascosasfáciles,sipodíacomplicarlasunpoco.—Es sencillo: estaba usted junto al retrato de lady Acton. Como sin duda
recordará, en él nuestra prima aparece como era a los dieciocho años: unamuchacha rubia, muy hermosa, ataviada con un vestido de muselina blanco.Usted,sinembargo,esmorenayllevaunvestidodesedaygasanegro.—Asíes…—Blancoynegro,díaynoche.Extremos.Y,sinembargo,ambaserangrandes
damas,ymuyhermosas.—LordNorthcottdijotodoaquellosinapartarlosojosdelossuyos.Suspupilascasiparecíanejercerunapresiónsólida—.Esopensé.—Gracias…—replicóella,seguradequesehabíaruborizado.—Nohaydequé.—Lacontemplósinprisa—.Ahoralamentoquesucorazón
nolaimpulseabesarme.En realidad, sí lohacía.Era loque lepedíaese tontocorazónquepalpitaba
comolococadavezqueloveíasonreír;peronoeranecesarioquelosupiera.Lomejorseríaretirarsecuantoantes.Lehizounareverencia,alaqueélreplicódeinmediato.—Buenasnoches,lordNorthcott.—Buenasnoches,ladyOlivia.
Capítulo8
Por la mañana, cuando Olivia entró en el comedor, le pareció más grandetodavía.Uno de los grandes mostradores estaba lleno de bandejas con huevos,
salchichas,beicon,setas,judías,tomatesasadosytodaclasededelicias.Elaireolíaamantequillaymermelada,apanecillosreciénhechos,acaféyté.«Simequedomuchoenestelugar,terminaréredondacomounabola»,pensó,
divertida.Habíadoslacayosatendiendolamesa,ademásdelaseñoraBurton.Sentadoa
la cabecera estaba lord Northcott, dando buena cuenta de un plato con doshuevosyunpocodetodo.—Buenosdías—dijoOlivia,sonriente.No era para menos. Tras la tensión del día anterior, había dormido de
maravilla.Además,sesentíamuycontentaconlaimagenquelehabíadevueltoel espejo, trasprepararse con la ayudadeSally.Esamañana lucíaunelegantevestidodelanagruesa,muycálida,conchaquetillasuperpuestaa juego,quelehabíallevadoladoncelladeladyActonaldormitorio.Mientraslapeinaba,lehabíadichoqueesperabanamadameDidianeparael
té, como pronto, y que lamodista y su grupo se quedarían a pasar unos días,hastaquetuvieranlistounmínimodelasprendasencargadas.Oliviasospechabaque las horas que le esperaban, con mil pruebas, iban a ser un auténticotormento.Para su sorpresa, lord Northcott se puso en pie y le devolvió un gesto de
cabeza.
—Buenosdías,milady—replicó,admirándolaconlosojos,aunquenoparecíadebuenhumor.¿Quédemonios leocurría,yadesde tan temprano?¿Se lopreguntaba,o era
mejorhacercomosinosehubiesedadocuenta?Pensandoenesascosas,Oliviaempezó a avanzar hacia allí, pero unmovimiento fuera, algo ligero comounasombra,llamósuatención.Lascortinasestabandescorridasy,aunqueseguíahaciendountiempogrisy
desapacibley loscristalesestabancubiertosdegotasde lluvia,almenoshabíaluznaturalyseveíapartedelosbellísimosjardinestraserosdeMinstrelHouse.Entreotrascosas, loquesindudaeraelárbolmásgrandeeimpresionantequehabíavistoentodasuvida.Yellahabíanacidoentrebosques.—¡Oh,Diosmío…!—susurró,ysinhacercasodenadamás,sedirigióapaso
rápido hacia la gran cristalera. El roble, enorme ymajestuoso, estaba a pocosmetrosdelacasayparecíaalzarsehaciaelcielocontodalaintencióndellegaratocarlo,extendiendoenelcaminounasramasfuertesyoscuras,queseagitabanapenasconlabrisa.—Impresionante,¿verdad?—oyó.LordNorthcottnosehabíamovidodesu
sitio, y no había vuelto a sentarse, pero no parecía impaciente. Más bien,divertido—.MehandichoquelollamanelViejoGigantedeMinstrelHouse.—Losé—dijoella,volviendoagirarsehaciaelárbol—.Ylohabíavisto,la
partesuperior,quierodecir,desde fuera,porencimadelmuro.Peronuncaasí,nuncacompleto.—Loadmiró,conauténticoembeleso—.Es…bellísimo.Pensó en todo lo que había contemplado ese árbol, testigo de tantas
generacioneshumanas.Entreotrascosas,eliniciodelamorentresuspadres,enunafiestaenesosmismosjardines.Y,ahora,laveíaaella.Sesintióextraña.Observada.—Síqueloes—admitiólordNorthcottasuespalda—.Yviejo,tantocomo
MinstrelHouse.—Asíes.Segúnsecuenta,loplantólaprimeraladyNorthcottqueestuvoallí
elmismodíaenqueempezaronaconstruirlacasa,haceyadossiglos.—Sí,bueno…Yohubieseagradecidoquehubiesecaminadounpoquitomás,
lojustoparaplantarloalgomáslejosdelamansión.Debiótenerencuentaque
unroblepuedellegaracrecermucho.Ahídademasiadasombray,además,tardeotempranopuedeprovocardañosalacasa.—Noseaagorero,milord.Esprecioso.—Agitó lacabezayregresóhacia la
mesa—.¿Nopuededisfrutarconunaestampatansoberbia,sinmás?—Desdeluego—replicóél,aunquetalcomolamiró,sepreguntósiseestaba
refiriendoalárbol.Esperóaverlaacomodadaensupropiasilla,asuderecha,yvolvió a sentarse él—. Y hasta intentaré concentrarme en disfrutar de esteexcelentedesayuno—añadió,conunamueca—.Siesquepuedehaberalgoasísinunperiódicoencondiciones.Oliviaarqueóunaceja.¿Yaestabaprotestandoporotracosa?¡Quéhombre!—En Minstrel Valley los periódicos llegan con un día de retraso. Cuando
llegan.—Yamehedadocuenta.—Sivapor la tardeaTheOldFlute, laposadadeLakeHill,podrá leerlos.
TheTimesyTheReformerllegancasiadiario.—Ya,bueno…Comonoséeltiempoqueestaréporaquí,meocuparédeque
TheTimeslleguecadadíaaMinstrelHouse,aprimerahoradelamañana.Nolevendrámalunpocodecivilizaciónaestesitio.Olivia contuvo el aliento, pero se negó a dejarse enfadar desde tan pronto.
¿Quécontestaraeso?¿Queestabahablandodesumalditopueblonatal,desuhogar?Aveces,lordNorthcottparecíatenermenossensibilidadqueellazodesupañuelo.«Y,sinduda,esmenosperfecto»,sedijoconironía.—Solosemeocurrequecambientodossushorariosparaquelostrabajadores
terminenantesdeimprimirlo,deesemodopodrátraerloalguien,demadrugada,moviéndose a toda velocidad por la oscuridad de los caminos con un caballodesbocado. —Alzó un dedo—. ¡Y en las noches de tormenta, como la queacabamosdevivir,sepondrámásinteresantetodavíalacarrera!Éllamiróysimulósorprenderse.—Ya irónica desde tan temprano. Tiene su mérito, no crea. —Rio entre
dientes—.Perosupongoquemelomerezco.Losiento,meponedemalhumorsalirme de mis costumbres, y me gusta leer el periódico mientras tomo el
desayuno.—Lesugieroqueseacostumbrealeerlaprensadeldíaanterior,aquíesloque
hacemos.—Supongoqueesapropiado.EnMinstrelValleydalaimpresióndequeviven
enotrotiempo—explicó,cuandoellaleinterrogóconlamirada—.Enelayer.Oliviasonrió,encantadaconlaidea.—De algúnmodo, así es, sí.Vivimos inmersos en el pasado,muy atados a
nuestraleyenda.—Ah,sí.EraalgodelosScott,¿no?—Sí,exacto.Lesllevaréundíahastalasruinasdelcastillo,asuhermanaya
usted,siquiere,ylescontarélahistoria.—SeguroqueHarmonylodisfruta.Perosiquierequetambiénvayayo,tendrá
queesperaramiregreso.SalgodentrodeunratoparaLondres.—¿Parainvestigar…?—Noterminólafrase.Erauntemadesagradable.Élselimitóaasentir.Lepusieronunplatodelante,condoshuevosfritos,beicon,salchichas,tomate
asado y tres o cuatro cosasmás, además de un par de tostadas recién hechas.Aquellagentedebíapensarquellevabadiezdíasdeayuno.Entodocaso,empezóacomerconganas.Estabatodomuybueno.Laseñora
Burtonenpersonalesirvióelté,conunacucharaditadeazúcar.Oliviasuspiró.—Gracias,señoraBurton—dijodetodosmodos.—No hay de qué, lady Olivia —¿había sonreído? ¡No podía creerlo!—.
Recuerdequemiladysolodeseasubien.—Esonolodudo.—Sonrió—.Gracias.Unlacayorellenólatazadelmarqués.Sefijóenqueéltomabacafé.—Megustamásporlamañana—ledijoelmarqués,alverqueesolellamaba
laatención—.MeacostumbréenAmérica,dondepaséunatemporada,yahorayanopuedovivirsinél.Meayudaadespejarme.—Yosololoprobéunavez.Loencontrémuyamargo.LordNorthcottrio.Seinclinóhaciaella,parahablarconcomplicidad.—Prometoquenodirénadasilopruebacontrescucharaditasdeazúcar.Osi
selasechaalté.Oliviasecundósurisa.MiródereojoalaseñoraBurton,quehabíafruncidoel
ceño.—Imposible. Me vigilan de cerca. —Ambos volvieron a reír—. ¿Puede
creerlo?¿Quémásdaráquetomeeltéconunacucharaditaocontres?—Estáclaro,milady.Sileechatres,espantaráalvizcondearruinado.Sedará
cuentadequesevaagastarustedladoteenazúcar.Olivialanzóunacarcajada.—Escierto.Ahoraloentiendo.Sesonrieron,yéllamiródeunmodoextraño.Oliviaseruborizóyvolvióa
centrarseensuplato.—Losiento,nuncame levanto tan tarde—dijo,buscandoalgoquedecir—.
Peroesque,contodaslasemocionesvividas,mecostódormirmeyluegosemehanpegadolassábanas.Lasdemásyahandesayunado,¿no?—No,enabsoluto.—Rio—.Si a estoconsidera tarde, esqueesustedmuy
madrugadora,Olivia.Yoyallevoaquíunrato,perolasdemásnoselevantaránhasta las nueve, como pronto, y que yo sepa hoy no van a venir al comedor.Lady Acton tiene la obligación de desayunar en la cama, por prescripciónmédica.Ellasíquesedespiertapronto,yaestaráleyendo,peropocasvecesbajaantesdelalmuerzo.LaseñoritaChathamsequedaconella.YaladyHarmonysiemprelehagustadodesayunarenlacama.Devezencuando,cuandonotieneclases,seloconsiento.Oliviasonrió.—Quieremuchoasuhermana.—Sí.—LordNorthcottledevolviólasonrisa.Oliviasintióqueseleaceleraba
el corazón. ¡Qué guapo estaba en esosmomentos!—.Qué le voy a hacer,meconquistó por completo en cuanto la vi, fue amor a primera vista. Yo teníacatorceañosyella…bueno,¡eratanpequeñita!Desdeentonces,siemprelaheprotegido.«Quéentrañable»,pensóOlivia,felizdedescubrirunafacetatanencantadora
de lordNorthcott.Quién ibaadecirlo, síque teníaalgodesensibilidad.Quizásoloeraqueestabademasiadoacostumbradoaocultarlo.
—Amímehubieragustadotenerunhermanomayor—admitió.Sí, hubiese estado bien, alguien que la protegiera, que la quisiera. La
sensación de soledad absoluta la sobrecogió, como de costumbre. ¿Podríasuperarla,ahoraqueteníaaquellaextrañafamilia?Soloeltiempolodiría.Élarqueóunaceja.—Eso,paramí,hubiesesupuestounserioproblema.Le miró sorprendida, pero al ver la risa en sus ojos, también rio. Sí, por
supuesto.TeniendoencuentaelmatrimoniodeMeryconlordCamden,MarcusHalenoseríamarqués,detenerellaunhermanomayor.—Cierto.Perohubieseresueltootros.—¿Comocuál?—Yanoleestaríanobligandoacasarseconmigo.LordNorthcott hizo un gesto con la cabeza, como si hubiese recordado de
pronto aquel detalle. Hubo algo curioso en sus ojos oscuros, y se estabaplanteandocontestaralgo,perojustoentoncesentróDollenelcomedoryledijoalgoalaseñoraBurton.Lamujerpusocaradedesconciertoyseacercóalmarqués.—Milord…—Seinclinóparadecirleloquefuesealoídoy,enunamesatan
grande,noseoíanada.Oliviaseencogiódehombros,seguradeque,loquefuera,noteníanadaque
verconella.PoresosesorprendiócuandolordNorthcottlamiró.—Dígalequepase—dijo,aunquenosedirigíaaella,sinoalaseñoraBurton.ElamadellaveshizodeinmediatoungestoaDoll,quevolvióasalir.—¿Qué ocurre?—preguntoOlivia, preocupada porque lordNorthcott había
perdidoaquelairerisueñoquehabíaempezadoagustarle tanto.Teníaotravezunaexpresiónoscura,muypocohalagüeña.Élseencogiódehombros.—Ahoraloverá.Segundosdespués,aparecióenelcomedorelcondestableWorth.
Capítulo9
Oliviaabriómucholosojos.—El condestable Nerian Worth, milord, lady Olivia —anunció la señora
Burton.Eljovenentróconpasofirme.LordNorthcottasintió.—Bienvenido a Minstrel House, señor Worth. ¡Y a estas horas tan…
tempranas!—De alguna forma, dejó claro que el término que había estado apunto de pronunciar, el de verdad correcto, era «inoportunas»—. ¿En quépodemosayudarle?—Buenosdías,vuestraseñoría—replicóWorth.Miróhaciaellasorprendido,
supusoqueporlapresentacióncomo«ladyOlivia».Oquizáporsuaspecto,porelbonitovestido,oporelmoñoquelucíaenvezdelrodetehabitualquesehacíasiempre—.Sí,milord, séquees temprano,disculpe.Me temoqueenMinstrelValleymadrugamosbastante.—TambiénenLondresyenotraspartesdelmundo,aunquenolocrea.—Lord
Northcott bebióun sorbode su taza.No sedioningunaprisa—.¿Yqué lehatraídoaquí?¿Vieneadevolvermelavisitadeayer?¿Oesquenecesitaalgodenosotros?Pobre Worth. Aunque el condestable era un hombre frugal, al que no le
importabanloslujos,ellugarimponía,bienlosabíaOlivia.Intentabamostrarseindiferente, pero le suponía un esfuerzo, rodeado de tanto esplendor. Y lordNorthcott,queparecíadispuestoamostrarsupartemásoscura,seaprovechabade lasituaciónpara intimidarle.Eramuycapazdedejarleallídepie,comounpobreperroapaleado.
Olivialesonrió.—Porfavor,siéntese.¿Quiereunatazadecaféodeté,señorWorth?—No,gracias,nosepreocupe.Noquieromolestar,deningúnmodo.—Nosepreocupe,nomolesta—dijoelmarqués,muysegurodesímismo,sin
soltar los cubiertos. Cortó otro trozo de salchicha—. Siéntese con nosotros ytomeunatazadeté.—Noeraunainvitación,casisonócomounaconcesión.Oquizáunaorden—.SeñoraBurton,porfavor.—No,yo…—Pero,porsupuesto,lesirvieronunatazadeté,alaizquierdadel
marqués.QuedabajustofrenteaOlivia,yellasintiósumirada,entrepreocupadayacusadora—.Deacuerdo—aceptó,ysesentó—.Gracias.—Bien.Entonces,¿quépodemoshacerporusted?—Enrealidad,veníaacomprobarcómoseencontrabalaseñoritaCoombs.Su
criada, la señora Meyers, vino a verme anoche alarmada, diciendo que unhombre desconocido que aseguraba ser el señor…—Sacó la libreta en la quesolía tomar datos en su trabajo, aunque Olivia tuvo la sospecha de que, enrealidad,nohubiesenecesitadomirar—.SeñorBarry,esoes.LordNorthcottasintió.—Sí.Elhombrealto,conbarbacanaque,contodaprobabilidad,lehaabierto
lapuertadelacalle.—Oh.¿Eraél?Entonces,¿esquizáelmayordomodeMinstrelHouse?—Bueno,yonodiríatanto.LadyActonesunpocopeculiar,prefieretenerun
serviciomínimoyhaceañosquenocuentaconmayordomo.LaseñoraBurton,aquípresente,esquienseocupadeladireccióndelacasa.—Señalóapenasalamujer, que agradeció lamenciónconungestode cabeza—.El señorBarry esunaincorporaciónreciente,aunquemuycercanoalafamilia,puestoquesirvióconsuhermanoenelejército,estuvieronjuntosenWaterloo.Demomento,haceunpocodetodo,hastaqueladyActonseorganice.—Estábiensaberlo.—Worthescribióensulibreta.Tampocosemetióprisa.
LordNorthcottarqueóunacejaconfastidio,peronodijonada—.Pues,por loqueparece,elseñorBarryentregóunanotainformandoquelaseñoritaCoombsyanoibaavolveralacasa.Nunca.Seleordenabaquehicierasuequipaje,yaquepasaríanhoyarecogerlo.
OliviamiróalordNorthcottconfastidio.—¿Esodecía?¿Nadamás?—Talcual—asintióWorth,adelantándoseacontestar—.Loséporquemela
llevóylaleí.Ymepareciómuyextraño,claro.Poreso,aprimerahoramehepasadoporallí,acomprobarsihabíavuelto,ynada.JustoentonceshallegadolaseñoritaAnnieymehadichoquenopodíaser,quehabíaquedadoendesayunarconusted, y enque llevaría a la abuela Joan a su casa.Al ver queno estaba,tambiénsehapreocupado,comoesnormal.Ellasellevóunamanoalamejilla.—¡Esverdad,habíaquedadoconAnnieparadesayunar! ¡Y lapobreabuela
Joan!—Menosmal que ya casi no se daba cuenta de nada, porque se habríasentidomuyherida—.Losiento,contodoloquemehapasado,loolvidé.Worthlaestudiópensativo.—Ya, bueno… Si me invitaran a una casa así, no solo me olvidaría del
desayuno,tambiéndelalmuerzo—dijo,intentandobromear.Notuvodemasiadoéxito, de hecho, lord Northcott se mantuvo muy serio, pero tampoco parecióimportarle. Hizo un gesto a su alrededor—. Entonces, ¿es verdad? ¿Va aquedarse aquí? ¿Vivirá en Minstrel House? —Ella asintió—. No acabo deentenderlo.—Es una larga historia, condestableWorth, pero, ya que está interesado, le
haréunresumen—replicólordNorthcott—.Atodoslosefectos,yanoexistelaseñoritaCoombs.Sehacorregidoungraveerrordelpasadoy,ahora,estáustedanteladyOliviaHale,hijadelcondedeCamden…Worthabriómucholosojos.—¿Qué?¿Supadre?¿Elherederodelmarquesado?—Exacto. Al parecer, la señora Mery Coombs tuvo una relación con lord
PhilipHale,lordCamden,elentoncesherederodelordNorthcott.Poreso,ladyOlivia es nieta del marqués de Northcott, ¿entiende? De otro marqués deNorthcott,porsupuesto.Worthasintió.Tampocoélsonrióantelabroma.—Mehagocargo.Pero…¿serefierenahija,perohijalegítima?—Por supuesto. Antes de casarse con Bernard Coombs, Mery Coombs
contrajomatrimonioconlordCamden.Denoserasí,nousaríaeltítulodelady.—Puso expresión contrita—.Aunque, disculpe, es lógico que usted no esté altantodecómofuncionanlascosasentrelanobleza.El condestable hizo unamueca, pero decidió dejar pasar el comentario. Se
centróenloimportante.—Yeso,¿cómolosaben?—Mmm…Poreldescubrimientodeciertosdocumentos,alamuertedeMery
Coombs. —Si le pareció suficiente explicación o no, no se supo. Worth semantuvo sin expresión alguna—. Puesto que forma parte de la familia, ladyActonhadecididoconvertirseensututorayqueladyOliviaseinstaleaquí.—Eslógico—convinoWorth.—Eslógico.Poresovamosatraersuscosas.Elcondestablebebióunpardesorbosdelté.—¿Ylaescuela?—preguntóentonces—.¿Novaadarmásclases?—No lo sé—respondió ella—. Me temo que lady Acton no cree que sea
adecuado…LordNorthcottmiróaWorthconelceñofruncido.—No entiendo sus preguntas. Una dama como lady Olivia Hale no puede
estardemaestradepueblo,comopuedeimaginar.LaexpresióndeWorthnovarió,almenosenapariencia.—Entiendo. Señorit… Lady Olivia, ¿podría hablar con usted a solas un
momento?Lord Northcott, cuyo padre había heredado el título cuando él tenía cinco
años, y por pura carambola, arqueó ambas cejas y consiguió una expresiónpeculiar.Comosihubiesenacidoyasiendomarqués,decidióOlivia.Ademásdeidiota,claro.—¡Porsupuestoqueno,caballero!—exclamó,simulandoestarescandalizado
—.¿Quépretende?¡UnadamacomoladyOliviaHalenopuedeestarasolasconunhombre,comprometeríasureputación!—Oh,malditasea…—murmuróella.—¡LadyOlivia!—siguióél,conelmismotono—.Unadamanuncahablade
esemodo.Puedepensarlo,peronolodice.
—Puesloestoypensando,milord.Conmuchaintensidad.Algo vibró en los extremos de la boca delmarqués.Elmuymaldito estaba
conteniendolarisa.—Yameloimagino.LosojosdeWorthpasarondeunoalotro.—SeñoritaCoombs…—carraspeó—.Olivia…—LadyOlivia—corrigiólordNorthcott,incidiendoeneltítulo.Worthapretó
lamandíbula.—LadyOlivia,quieroquehablecon toda libertad,¿deacuerdo?Leaseguro
quenovaapasarlenadaenningúncaso.—Por supuesto que no —aseguró lord Northcott. El condestable hizo una
mueca,molesto—.LadyOliviaHaleestáaquíbajomiprotección, señor.—Sellevó una mano al corazón—. Me ofende que insinúe que podría llegar aocurrirlealgomaloenestascircunstancias.Yañadiréque…—Porfavor,lordNorthcott—lecortóWorth,conaspectodeestarmuyharto
—. Le ruego que semantenga en silencio. Aunque no lo parezca, esto es uninterrogatoriooficial.LordNorthcottarqueóambascejas.—Tienerazón,condestable,noloparece.Deotromodo,lehubieseinformado
deque,almargendecualquierotracosa,soyabogado.Comotal,lerecuerdoqueladyOliviaesmenordeedad,ylapupiladeladyActon.Porlotanto,ladyActondebería estarpresente.—Seencogiódehombros—.Peroconsideraréque, conmipresenciaparasalvaguardarsusintereses,essuficiente.—Yguardarásilencio—replicóWorth,sindejarseamilanar.LordNorthcottentrecerrólosojos.—Yguardarésilencio.—Gracias.—Volvió a dirigirse aOlivia—.Dígame, ladyOlivia, ¿está aquí
porvoluntadpropia?Ellaselopensóunmomento.—No, la verdad es que no—reconoció. LordNorthcott no se inmutó, pero
hubounaligerasombraensusojos—.Perotengoqueestar.—¿Porqué?
—Yalohaoído.LadyActonesmitutoralegal,asísedispusoenunacarta.Siyodecidierasalirdeaquísinsupermiso…—Tendríamos que llamar al condestable, para que la trajera de vuelta, por
supuesto—afirmólordNorthcott—.Ah,quésuertequeyaestéaquí.Worthfruncióelceño.Nosemolestóenrecordarlequesecallase.—Sí,escierto.Mecuestaentenderlo,esoestodo.—Como ha dicho antes lord Northcott es… es una larga historia —
tartamudeó, ella, sin saber qué decir. ¡Qué situación más difícil!—. Todavíatenemosqueconfirmaralgunascosas,comoquedeverdadsecelebróesabodaentreellaylordCamden,peroesoparece.—¿Nohaypruebasdeesematrimonio?—No.Demomento,ninguna.Worthselopensóunosmomentos.—Está bien.—Sacó de nuevo la libreta del bolsillo—.Dememás detalles.
Intentaréindagaralgoalrespecto.—¿Paraqué?—preguntólordNorthcott—.Yomeocuparédeeso.—Sinoleimporta,prefieroocuparmeyo.—¿AcasovaadudardelapalabradeladyActonodelamía?—No, milord, no se me ocurriría algo así —replicó, aunque sonó algo
sarcástico—. Pero, investigar por el bien de los lugareños, forma parte demitrabajo.Y,pormiparte,quierovelarporlosinteresesdelaseñoritaCoombs.LordNorthcottfruncióelceño.—NoeslaseñoritaCoombs.EsladyOliviaHale,yalohaoído.—También he oído que ese supuesto matrimonio de su madre está por
confirmar,porlotanto,lalegitimidadsiguesiendodudosa.Habráquebuscarladocumentaciónen…—Algodeloquemeocuparéyo.—Milord,noquiero…—Entonces, no lohaga—lecortó lordNorthcott, firme—.Ambos sabemos
que,enesteasunto,leimpulsaalgomuypocoprofesional.Wortharqueóambascejas.—¿Aquéserefiere?
—Lady Olivia me informó de que ustedes dos habían hablado de casarse.Que,dehecho,habíanestablecidouncompromisoentreustedes.—Laspupilasdel condestable se volvieron hacia ella, cada vezmás sorprendidas. Olivia seruborizó hasta las orejas. ¡Oh, porDios! ¡Qué vergüenza!—.Pero le recuerdootravezqueellaesmenordeedady,portanto,nopuededecidirporsucuentaenesas cuestiones. Muy por el contrario, lady Acton le ha prohibido semejanterelación.—¿LadyActon?¿Esohahecho?—Asíes.DeseaqueladyOliviayyonoscasemos,asírecibiráelapellidoque
deberíahabertenidoyestrecharemoslazosfamiliares.Porlotanto,demomento,yosoysuprometido,yelúnicoquetienealgunaautoridadenlosasuntosdeladama.En otras circunstancias, Olivia hubiese intervenido para, al menos, dejarle
claroquelaúnicapresenteconautoridadsobresusasuntoseraellamisma,porno hablar de que no entendía de dónde podía haber sacado lo de que era suprometido.Peroestabatanavergonzadaqueniseencontrólavoz.Worth agitó la cabeza. Por suerte, no la desenmascaró. Apretó los labios
mientrasvolvíaaguardarlalibreta,yseencaróconlordNorthcott.—Pero¿quéocurrirásinopuedeconfirmarsesuascendencia?¿O,peor,sise
descubrequeesabodanuncasecelebró?¿Romperáese…compromiso?—¿Captocensuraensutono?—Ja.Comopoco.Meda igualsiesustedmarquésopríncipe,milord.—Le
señaló con un dedo—. Si le hace daño a la señorita Co… a lady Olivia, meocuparédehacérselopagar.Yestosíqueesalgomuypocoprofesional, losé,peromedaigual.LordNorthcottleestudióunpardesegundos.—Tiene suerte de que yo sea la clase de hombre que sabe reconocerle el
méritodehaberdichoeso.Deotromodo,podríaocuparmedehacérselopagarausted.¿LegustaMinstrelValley,Worth?—Ledejóunsegundoparapensar laposiblerespuesta—.PuessinoquierequelecambiendedestinoalaalcantarillamáspútridadetodaInglaterra,enlamalditapuntanortedeEscocia,máslevalecomportarseenmipresencia.
LasaletasdelanarizdeWorthtemblarondepuraindignación.—Yameimaginoquetieneloscontactosnecesariosparahacerlo.—No lo dude. Y sin necesidad de utilizar el poder que me da el título de
marqués.Elotrofruncióelceño.—Pueshágaloy…—¡Worth!—exclamóella,poniéndoseenpiedeunbrinco,loquehizoquelos
doshombresselevantasentambién.Semiraron los tres, indecisos.Al fondo, la señoraBurtony losdos lacayos
tambiénsehabíanpuestoalerta.Habíaquecalmarlosánimos.Siseguíanasí,temíaquelacosasecomplicase
hastaunpuntodenoretorno.—¿Sí,mi querida ladyOlivia?—pregunto lordNorthcott—. ¿Quéhacemos
todosdepie?¿Acasohavistounratón?—¿Ratón?No.Bueno,sí…—Lefruncióelceño—.Unarata.Muygrande.—
Apartó la silla para salir de la mesa—. Pero, ya que estoy de pie, voy aacompañaralcondestableWorthhastalapuerta.Elmarqués,porsupuesto,intentóoponerse:—Nocreoqueseanecesarioque…—Perodebióveralgoensucara,porque
claudicóde inmediato—.Porsupuesto.—Seencogiódehombros—.Ledeseounbuendía,señorWorth.El condestable no contestó. Se limitó a despedirse con un gesto de cabeza,
muyserio.EsperóaqueOliviapasasedelanteylasiguió.Ellalefueguiandoporel laberintodepuertasqueyaempezabaaconocer.Caminabadeprisa, rezandoparaquenoiniciaseunaconversación.Cuandollegaronalapuertadelacalle,sealegródequenoestuvieraelseñor
Barry.Noteníaganasdedarexplicacionesanadie.Oliviacogiólagranmanilladebronceyabriósololomínimo,porqueaquello
pesabamásde loquehabíapensadoenunprincipio.Por la rendijasecolóunsoplo de viento frío y desapacible que la hizo tiritar. De poco sirvió la lanagruesaycálidadelvestidoconchaquetilla.—Nosalga—ordenóWorth—.Notienenisiquieraunchal.
—Ibaaacompañarlehastalapuertadelaverja…—¿Qué dice? No, por favor. Hace muy mal día, casi tanto como ayer, se
quedaráhelada.Además,noesnecesario.Conozcoelcamino.Ellalemirócontrita.—Sehadadootraveztodalacaminatapormí…Elcondestabletitubeó.—Megustaríapoderdecirquesí,paraapuntarmeelmérito,peronoescierto.
Estavezhevenidoacaballo.LohedejadoacubiertobajoelalerodelacasadelosRandall.—¿Porquéallí?Élseencogiódehombros.—Noestabasegurodesiaquímeibaaencontrarcon…problemas.—Olivia
contuvo las ganas de llorar. A su manera, Worth era un héroe, como loscaballerosdeotrostiempos.Habíaidoarescatarlaalcastillo,pesealosmuchosriesgos,armadosoloconlafuerzadesuvoluntadysindejarseintimidarporlanaturalezacolosaldelmonstruoquelateníasecuestrada.Secontemplaronelunoalotro—.¿Deverdadledijoalmarquésquehabíamoshabladodecasarnos?Ellaseruborizó.—Me temo que sí. Y lo lamento, de verdad, señor Worth, no pretendía
ofenderle.Nosénicómosucedió;deprontoloestabadiciendo…—Suspiró—.SupongoquemesentíacorraladacuandoladyActonylordNorthcottplantearonla idea de nuestra boda y empezaron a hablar de ello como de la mejoralternativaposible.Nosabíacómoescaparme.Lolamento.—No se preocupe. —Sonrió—. De hecho, no puedo negar que me siento
halagado.Lemirósorprendida.—¿Esciertoeso?—Desdeluego.Mealegrasaberquemeprefiereaesehombre,peseatodosu
poderysusmuchasriquezas.Además,quizáustednohablódecasarnos,peroyosí, y admito que de continuo, aunque no lo dijera con esas palabras.Usted losabe.—Sí,claroquesí.
—Losiento.Muchasvecestemíhabermepuestopesado.Porquesabetanbiencomoyoquemehubiesecasadoconustedelveranopasado.—Seencogiódehombros—.Enotoño.Eninvierno…—SeñorWorth,porfavor…—No,déjemehablar,porquevoyalibrarladecualquiersentimientodeculpa.
Meavergüenzadecir quemi interés eramás…egoístaque romántico.—Alzóunamano,alverlasorprendida—.Noseconfunda,esustedpreciosa,elsueñodecualquierhombre.Perosupongoqueestoyaquí,tansolo...—Apretólospuños,enungestoalgodesesperado—.Ustednosabe,noseimagina,loterriblequeeslasoledad.Oliviasonrió, recordandoesesentimientoespantosoque larondabadesde la
muertedeMery.—Sí,síquelosé,señorWorth.Lerecuerdoquehamuertomimadre,miúnica
familia.Desdeentonces,vivoconlasensaciónde…nosécómodecirlo.Que,sidesapareciera,nadiesedaríacuenta.O,almenos,quenololamentarían.Nodeverdad.Éllamirósorprendidoynegóconlacabeza.—Perdonequelellevelacontraria,peronoescierto.Ustedsesientesola,lo
sé,peroestáenel lugarque lavionacer,elque laviocrecer.Estárodeadadeamigos,degentequelaquiere.Muchosdeellos,aunquenolopuedasentirahoramismoporqueestáaturdidaporeldolordelapérdida,sonsufamilia.—Sí —admitió, dándose cuenta de que tenía razón. Pensó en Annie y su
madre,en lapropiaseñoraMeyers,en lavieja Joan,queeracomounaabuelaparaella,ytantosotros—.Esverdad.—Claro que lo es. Mi situación, por el contrario, resulta… bueno, algo
distinta.—Worth,seleapreciamuchoporaquí.—Lo sé. Sé que tengo amigos. Pero yo necesito algo más. ¿Cómo podría
explicárselo?—Buscóunmomento las palabras—.Yahe cumplido los treintaaños.Necesitoasentarme,quierounafamilia,amor,hijos…Yavecesmepuedelaimpaciencia.—Ahogóunarisaronca,contristeza—.¡Lavidapasatanrápido!—Sí.Esverdad.
Éltitubeó.Sonriótímido.—Nuncahabíasidotansinceroconnadie.Supongoquenohemosconseguido
enamorarnos,perocreoquesíhemosllegadoaserbuenosamigos.Ellaledevolviólasonrisa.—Meagradaríamuchopensarquemetieneentantaconsideración,Nerian.—Desdeluegoquesí,ladyOlivia.—No,porfavor.Olivia,sinmás.Élasintió.—Olivia.—Hizoungestoecuánime—.Supongoqueestoestodo.—Sí,supongoquesí.—Suspiró—.Yahacomprobadoqueestoybien.Dígale
alaseñoraMeyersyaAnniequenosepreocupen,quemuyprontoiréaverlas.Quecuiden,porfavor,delaabuelaJoanenmiausenciayquenosepreocupen,en cuanto pueda, me ocuparé yo misma de que tengan ayuda. ¿Lo hará, porfavor?—Desdeluego.—Señalóhaciaelinteriordelacasa,enladirecciónenlaque
quedaba el comedor—. Ni que decir tiene que, si necesita algo, o si sedescubrieraquetodoesodeltítulonoesciertoyestagenteledalaespalda…Yasabedóndeestoy.Dóndetieneunamigo.—Seloharésaber,descuide.Peroestoyseguradequenonecesitarénada.Voy
aempezarunanuevavidaquetodavía…todavíanomecreodeltodo,peroquesientoqueescierta.Nosepreocupepormí.—Sonrió,mirándolea losojos—.Seafeliz,Nerian,selodeseodecorazón.Graciasporsuapoyoysuamistad.Élparpadeó,dándosecuentadelaauténticaprofundidaddeaquelladespedida.
En sus ojos hubo una sombra de tristeza, pero sonrió, hizo una reverenciabastante gallarda, abrió y se fue por la puerta, cerrando tras él para contenerfueraelairedelatormenta.Oliviaseacercóalaventanamáscercana.Desdeallí,leviobajarlaescaleray
convertirse,pocoapoco,enunasiluetaoscuraquesedirigíahacialaentrada,algranportóndeMinstrelHouse.Cuandoseperdiódevista,suspiró.NerianWorthhabíasalidodesuvida,parasiempre.Noimaginóqueaquello
leibaacausartantapena.Olivia se frotó los brazos, intentando entrar en calor,mientras dudaba entre
subir a su dormitorio a encerrarse hasta la llegada inevitable de la modista ovolveralcomedoryreprocharlesucomportamientoalordNorthcott.¡Aquel infame…!Casihabíadecidido irse,porquenopodíasoportar la idea
deencontrárselodefrenteestandotanenfadada,peronolefueposible.—Ha hecho bien en despedirle—le oyó decir, a su espalda—. De hecho,
empezabaapensarquetendríaquehacerloyo.Olivia se giró hacia la voz. Lord Northcott estaba al inicio del pasillo, de
brazos cruzados y apoyadode lado, con el hombro, en la pared, con un gestoindolenteque terminóde indignarla. ¡Qué tonta! ¿Cómohabíapodido llegar acreerquehabíaalgunaposibilidaddeacuerdo,deacercamiento,entreellos?—¿Noshaestadoespiando?—preguntó,tensa.—No. Bueno, solo al final, dado que tardaba mucho y me pregunté si no
habríacometidoalgunatontería.Veoqueno,ymealegro.—Sonrió,aunquesingracia—.Noseequivoque,esehombremecaebastantebien.Porloqueparece,esíntegroyresponsable,yestáclaroquesepreocupaporusted.—¿Worth?—Lemiró abriendo los ojos, con sorpresa forzada—. ¿Worth le
caebien?¡Puesquépuedenesperarsusenemigos!—Algomuyterrible,adecirdesuexpresión—.Sepaustedqueelmodoenquelehatratadoenelcomedorhasidodeplorable.LordNorthcottno lonegó.Se incorporóyavanzóhaciaella,hastaquedara
pocospasos.—Séquehesidobrusco,yquizámeheburladosinnecesidadalguna,peroera
mejoracabarcuantoantes.—¿Mejorparaqué?¿Porquélehatorturadoasí,lordNorthcott?Dígame.—
Élnocontestó,nodijonada;selimitóamantenersumirada,conunaexpresiónindescifrable enel rostro—.Podría entenderlo si yo le interesase algo, aunquefueraunpoco.Pero,ennuestrascircunstancias…—¿Nuestrascircunstancias?—Sí.Lerecuerdoquenoquierecasarseconmigo.¿Porquésecomportacomo
siestuvieraceloso?—Noestabacomprometida.—¿Qué?—preguntóella,sorprendidaporelgirodelaconversación.
—Loheoído.Noestabacomprometida,yningunodelosdosqueríaalotro.—Ah, eso. Olivia apretó los labios, con amargura—. Pero bueno, él deseabaformar una familia y, usted, escapar de mí.—Chasqueó la lengua contra losdientes—.Semeocurrenmuchasrazonespeoresparaunmatrimonio.—Muygracioso.Worthesmiamigo,novuelvaaviolentarleasí.—Oliviale
mirómásenfadadatodavía,alrecordaralgo—.Además,creíaqueteníamosunamalditatregua.—Esverdad.Latenemos.—Lehizounareverencia—.Vuelvoadisculparme,
ladyOlivia.—Ya.Puesnoparecemuyarrepentido,lordNorthcott.—¿No? Vaya.—Se encogió de hombros de un modo casi perezoso—. Lo
lamentotantoquenisemenota.Olivia hizoungesto de desdény se fue de allí.Estaba claro que con aquel
individuonosepodíarazonar.
Capítulo10
ElcochedelordMarcusHale,marquésdeNorthcott,sedetuvoanteeledificioenelqueestabaeldespachodeabogadosSirHerbertPyne.Noesperóaqueelcochero,Fergus,leabrieralaportezuela.Élmismolohizo
ybajó,aunqueconalgodeesfuerzo.Sentíaelcuerpobaldadoporel traqueteodelcamino.Lalluvia,además,habíacaídoconfuerzaduranteelviajeylohabíaembarradotodo.Dosvecessehabíanquedadoatascados,ypodíanconsiderarseafortunadosporquepodríanhabersidomuchasmás.Habíantardadocercadedoshorasmásdelohabitualenhacerelrecorridode
MinstrelValleyaLondres,contandoeltiempoquehabíanparadoenunaposadade camino para entrar en calor tomando un té que parecía llevar hecho unasemana.Yseguroqueasíera.Unauténticoinfierno.Pensabairaldespachoparacomenzaradarlasórdenesnecesariasconlasque
empezar la búsqueda de cualquier información al respecto deMery Coombs.Tenía toda la intencióndeestaryarevisandopapelesantesde lacena,peronopudo ser.Marcus hasta había tenido que ayudar a liberar el coche, una labortitánicaparaFergus,Upton,suayudadecámarayél.Había terminado cubierto de barro y sudor. No le quedó más remedio que
pasarporNorthcottHouseparadarseunbuenbañocalienteycambiarseconlaropaquelepreparóUpton.Aprovechó también para enviar la carta de lady Acton por medio de un
mensajero.Comodaba igualunadamauotra, la envió aBadfieldsHouse.Leresultabansimpáticoslostresmaridosdelasamigasdesuprima,lordGysforth,
lord Rutshore y lord Badfields, pero, por alguna razón, sentía una simpatíaespecialporesteúltimo.Alfinal,eranlasseispasadascuandollegóaldespacho.—¿Leesperoaquí,milord?—oyóquelepreguntabaFergus.Marcusmiró hacia el pescante. El cochero llevaba una buena chaqueta, de
cuero forrado, además de una gran bufanda, pero era evidente que tenía frío.Corríaunairedesagradable,cadavezmás,conlapuestadesol.—No. Creo que tardaré una hora, como mínimo. —Comprobó el reloj—.
Deseunavueltasiquiere,ovayaatomaralgocaliente,yvengaabuscarmealassieteymedia,parairacenar.Fergusasintió,conevidentealivio.—Muybien,milord.Marcusdiomediavueltaysedirigióhaciaelgranportaldeleleganteedificio
que tenía enfrente.El cartel debroncedel bufete resplandecía con losúltimosrayosdelsoldelatarde.Ahoraponía«SirHerbertPyne»,pero,ensusorígenes,fue«WalterHale,Abogado».SupadrehabíafundadoeldespachoenYork,dondevivíanantesdeheredarel
marquesado.Yadesdeelprincipio,demostrótenergrandesdotesparalasleyes,y logró un enorme prestigio en el campo de la abogacía. Luego, al verseobligadoavivirenLondresparaocuparsedetodolorelacionadoconeltítulo,lohabía trasladado a la capital, a la parte sur de Fleet Street, en la zona deTheTemple.Fue una decisión que no todo elmundo pudo entender, puesto que, aunque
WalterHalehabía llegadoaserunabogadode renombre,novolvióa trabajar.Algoasíhubieseestadomuymalvistoenunnoble,yélloeradesdesiempre,decorazón.Pese aque, conelnacimientode lordCamden,había llegadoa creerque algún día ostentaría el título, siempre había estado muy orgulloso de suposiciónenlalíneahereditaria.Y, sin embargo, se llevóeldespachoconél, conel trabajoy losgastosque
supusosutrasladoalacapital.Esosí,colocóalfrenteaotroabogado,HerbertPyne, un joven londinense calculador, inteligente y astuto, que fue su manoderecha durante muchos años. Pyne debía ocuparse de todo, a ojos de la
sociedad,ydeenseñaralosjóvenesHaleelmundodelasleyes.«Soyunhombreprevisor»,leexplicósupadreaMarcus,eldíaenquefuelo
bastantemayorcomoparapreguntarleal respecto.«Túestabasdestinadoasermarqués,perodehabertenidootrohijovarón,comoeramideseo,mehubiesegustadoquesededicasealaabogacía».Nohubohermanosvarones,soloHarmony,porloqueHerbertPyneseguiría
dirigiendoeldespachodurantemuchosaños.YMarcusdebíaadmitirquehabíacumplidosupapelcongranéxito.Lopocoquelefaltabaenoratoriaparaestarala altura de Walter Hale, lo compensaba con una ambición sin límites. Elprestigio de Pyne le había llevado, con el tiempo, a ser designado no solobaronet,sinotambiénAbogadodelaCorona,yhacíayatresañosquevestíaconorgullolatúnicadesedaqueleotorgabaesecargo.Llegado el momento, Marcus aprendió con él cuanto sabía de derecho.
AunquefueaOxfordparaprofundizarenHistoria,Filosofíayotrasmateriasquele interesaban,el estudiode laLeynosedabaen instituciones,ni suejerciciodependía de exámenes de ningún tipo, sinode una instrucción continuada conquienesyaeranexpertosenelmundojurídico.También su padre hubiese podido darle esa educación, pero Walter Hale
preferíadisfrutardesunuevavidadenoblesinobligaciones,poresofuePynequienletomóasucargoyleenseñótodoloquehabíaaprendidoensuslargosañosdeejercicio:lolegalyloilegal,loscaminosdirectosylostortuososatajosqueparecíaqueno,peroquellevabanalobjetivo,queeraloúnicoimportante.Endefinitiva,loqueprecisabaparallegaraserelabogadodeéxitoqueélsí
quehubiesedeseadoser,peroquenuncasería,porqueeramarqués…Ojalápudieramandaraqueltítuloalinfierno.Peroleresultabaimposible.Su
prestigio haría que Harmony dispusiera de un abanico más amplio deposibilidades, a la hora de buscar un buen matrimonio. Quizá, cuando ya lohubieseconseguido,cuandolaviesefelizybienposicionada…Bah, a qué darle vueltas. Era consciente de que jamás lo haría, jamás
renunciaríaaél.Aesasalturassehabíaacostumbradoalpoderqueimplicabaesaposición.Y,total¿porquérenunciar,sipodíacompaginarambastareasconunpocode
discreción? Sabía que no era el mejor ejemplo de aristócrata londinense, almenosnosesentíacomotal.Preferíapasarlashorasviendocómoplantearunaestrategia exitosa en los tribunales, antes que perder el tiempo jugando a lascartasenBrooks’s,elclubcuyamembresíahabía formado tambiénpartede laherenciadelmarquésdeNorthcott.Pero no podía evitarlo. No era hombre al que le gustara estar ocioso. Y,
mientrasnadiesupieranada,nohabíaproblema.Estaba seguro de que eso mismo le pasaba también a Olivia Coombs con
aquelasuntodesupequeñaescueladepueblo.Surecuerdoleinvadiómientrasentrabaenlaoficina.Fueapenasconscientedequelostressecretariosseponíanenpie,ysaludóenrespuestacongestoabstraído,lamentefijaenlaexpresióndeaquellamuchacha,cuandosupoquenopodríaseguirsiendomaestra.Sí,seguroquetambiénellanecesitabaesasensacióncadanoche,ladehaber
empleadobieneldía,dehabersidoútildealgúnmodo.Eso,almargendequelegustasendeverdadlosniños,loquenodejabadeserunavirtudmásparatenerencuenta.Alguienasíseríaunamadreestupenda.Comolohabíasidolasuya.Recordó lo dicho por el condestable Worth, aquella exposición clara y
desnuda de su soledad y sus anhelos. No se sorprendió al sentirse tanidentificadoconél.Marcusveníadeserplebeyoyeranobleporcasualidad,porun capricho del destino. Tenía muy claro que unos y otros, altos o bajos,poderososodébiles,solíantenerlosmismossueños.Éltambiénqueríacrearunafamiliaalgúndía,aunquelaverdaderaquenose
lohabíaplanteadodeunmodoconscientehastaescucharaWorthhablandoconOlivia. Ese añoMarcus cumplía los veintinueve, se acercaba a la treintena, ytambiénhabíadeambuladoporlavidadejándosellevar,sinunobjetivoconcreto.CiertoqueélteníaaHarmony,esosiemprehabíasidounanclaensuexistencia.Pensándolo bien, le debía más a su hermana que ella a él. La sensación deresponsabilidadquelegenerabalohabíaguiadotodo.PeroHarmonyeracasiunamujer,enbreveorganizaríasupropiafamilia.Él
teníaqueirpensandoenlasuya.Unaesposa.Unoshijos.¿PodríaOliviaCoombsocuparunsitioprotagonistaenesefuturo?Noestaba
seguro,loúnicociertoeraqueaquellamujerlegustaba,legustabamucho,tantocomoparaestarallítodavía,girandodecontinuoensucabeza.Recordó la impresión que le había provocado la primera vez que la vio,
cuandoleabriólapuertadesucasa,enbata,descalzayconelpelosuelto.Teníalamelenaalgohúmedatodavíaylosrizosnegroscaíanasualrededor,comounacascadadetirabuzonesbrillantes.Marcussepreguntóquétactotendríanydeseóacariciarlos y restregarlos contra la mejilla, y sintió que su propio cuerporespondíaporcuentapropia,deunmodoquelodejósorprendido.Poresoseenfadómástodavía,claro.Maldita fuera. Jamás había tenido una erección semejante.De hecho, desde
entoncesteníalaimpresióndequesemanteníaahí,latente,pulsandodecontinuocontra los pantalones. Ese perfume a lavanda que parecía envolver siempre aOliviaCoombs,comounaurafrescadeeternaprimavera,levolvíaloco.«Está claro: necesito unamujer». Sí, eso era todo. Se había despedido dos
mesesantesdesuúltimaamanteynohabíatenidonitiemponiganasdebuscarotra.Quizáhabía llegadoelmomento.Claroque,Oliviaera laúnicacandidataque le interesaba en ese momento, y ella ya había dejado claro que jamásaceptaríaunaofertasemejante.—¿Milord?—La pregunta lo sacó de sus meditaciones y vio que el señor
Tatum,eljefedelossecretarios,lomirabasorprendido.Debíahaberdichoalgosinobtenerrespuesta—.¿Seencuentrabien,lordNorthcott?Élcarraspeó.SintióelimpulsodeexorcizarlapresenciadeOliviaCoombsy
lohizodelmodomássencilloposible:centrándoseeneltrabajo.—Muybien,gracias.Graciasatodos—añadió,paralosotrosdossecretarios.
Losdoshombresasintieronyvolvieronasentarsetrassusescritorios—.¿Cómohanidolascosasporaquí?—Bien, como siempre, milord. Me alegro de verle. Ha vuelto antes de lo
esperado.Sí,habíacalculadoqueestaríaunasemanaenMinstrelValley,comomínimoy
comomucho.Supresenciaallísoloibaasertestimonial:queríaacompañarasuprimayaHarmony,ydesenmascararalaspérfidasCoombs,aquellasestafadorassin escrúpulos, capaces de haber urdido un plan tan rastrero para intentar
expoliaralaanciana.Hubiesepodidoentenderelimpulsodelamadre,esecometerunúltimodelito
deplorable, tratando de conseguir a la desesperada una posiciónmejor para lahija,yaqueseestabamuriendo.Pero¿estaúltima?Noteníajustificaciónposible.Sinembargo,habíaresultadoquenisuprimanecesitabadesuprotección,ni
lasCoombseranlasembusterasquehabíasupuesto.Alcontrario,aquelasuntolehabíallevadoaunsecretofamiliarqueestabapudriendolasraícesdelosHale.Yteníaqueresolverlocuantoantes.—TengocosasquehacerenLondres—selimitóadecir.Tatumeraunhombrediscreto.Sisintióalgunacuriosidad,nolodemostró.—PueslealegrarásaberquehemosganadolosasuntosStapletonyYeardley,
graciasa suestrategia—optópordecir—.Tiene los informesen sudespacho.SirHerberthasalido,teníaunareunión,ynosésivendráestatarde.—Bien,noimporta.—Quizáhastamejor.Pynehabíaentradoatrabajarenel
despacho cuando Walter Hale se trasladó en Londres, por lo que era pocoprobablequetuviesenadaqueverconelasuntodeMeryCoombs.Deserciertoquehabíaocurridotodoaquello,nocreíaposiblequesupadreconfiaraalgoasíaalguiendesconocido,peronuncasepodíasaber—.Tomenota,porfavor:quieroquetraiganamidespachotodoslospapelespersonalesdemipadrequetodavíaseconserven.—¿Desupadre,milord?¿Algoenconcreto?Comoquizárecuerde,hayvarias
cajasenelsótano.Marcusasintió,conlasensacióndeestarviviendounamismasituacióndesde
otro ángulo. CuandoWalter Halemurió, no quisomirar nada. Ordenó que sevaciasesudespachoylometierantodoencajas.Quelobajasenalsótano,dondearchivabanlosasuntosantiguos,yloguardasenenlomásprofundo.Noseveíaconfuerzasdeponerseamirartodoaquello.Además,estabamuyenfadadoconsupadre.Nisiquieraenellechodemuerte
habíamostrado ninguna consideración por Harmony. Aquelmalditomisóginoestabaempeñadoenignorarlaporcompleto,ylohizohastaelfinal.—Desde mil ochocientos diez en adelante. —No necesitaba tanto margen,
peropreferíasercauto.ElseñorTatumlemiróconalgodealarma.—¿Enadelante,significa…?—Sí,hastasumuerte.¿Hayalgúnproblema?—No,claroqueno.Pero,sinorecuerdomal,estaremoshablandodecosade
diezcajasbienllenas,sinosonmás,milord.Marcussuspiró.—Qué se le va a hacer. Reúnalas y…—No, revisar tantos documentos le
llevaríadías,quizásemanas,ynoqueríaquedarseenLondrestodoesetiempo.SeencontrópensandootravezenOlivia.Leapetecíaverla,conocerlamejor,yquizá hasta conquistarla, y era algo que no podría hacer en la distancia—.EnvíelasacasadeladyActon,aMinstrelValley.—¿A Minstrel Valley? —Tatum le miró con sorpresa—. ¿Va a volver al
campo,milord?Creíquehabíadicho…—Sí—respondió—. Lady Acton me necesita todavía, y quiero dejar bien
instaladaamihermana.—Excusas,excusas,excusas—.Porcierto,hablandodeeso,¿quién llevaba losasuntos legalesdelhermanode ladyActon,cuandoeralordNorthcott?—JohnShipley.—BenditoTatumy sumemoria privilegiada.Eramil veces
mejor que una libreta de notas—. Tenía el despacho compartido con otrosabogados,muycercadeaquí,enelInnerTemple.Pertenecíaaesecolegio.—¿Tenía?—Sí, murió hace años. De hecho, por aquel entonces. Lo recuerdo bien,
porque fueun crimen terrible, lomató el hermanodeunhombre al quehabíamandadoaprisión,unasesino.En lapelea, ambosmurieronyocasionaronundesastre en el despacho, que se incendió. La mayor parte de sus archivosardieron.Marcuslemiróconsorpresa.—¡Demonios!Noteníaniidea.—Usted eramuy pequeño, y no estábamos en Londres por aquel entonces.
Pero, debido a eso, tardamos en reunir toda la información necesaria paragestionar los bienes adscritos al título del marquesado de Northcott. Fue unaépocademuchaconfusión.Ustederamuypequeño,perorecuerdeque,también,
fueentoncescuandonosotroscerramoseldespachoenYorkyloabrimosaquí,contodoloquesupusoeltraslado.Seperdieronmuchospapelesenelproceso.Entre unas cosas y otras, no sé qué busca, pero no le aseguro que vaya aencontraralgodeinterés.—No se preocupe. Consígame también todo lo que tengamos sobre John
Shipley. —Aquello cada vez se complicaba más. La muerte del abogado noparecíatenerningunarelación,peromejorcomprobarlo—.¿LlevabatambiénlosasuntosdeladyActon?—Sí,milord.Perosolohastaquesupadreheredóeltítulo.Entonces,milady
buscóotroabogado,nonosquisoanosotros.—Bien.QuierotodolorelacionadoconShipley,ytodoloquehicieronensu
despachopara ladyActonysuhermanoen los tiempospreviosa lamuertedelordNorthcott.—Muybien,milord.¿LomandamostambiénaMinstrelValley?—No,empecemosporahí, ahoramismo.—Lamayorpartede todoaquello
había ocurrido antes de la llegada de su padre a Londres. Seguro que podíadescartarlorápido.Noteníanporquécargarconellodeunladoaotro—.Vayatrayéndomecajasaldespacho.Porsuerte,Tatumylossecretariostardaronpocotiempo,apenasdiezminutos
en empezar a subirle material.Marcus observó cómo los hombres entraban eibandejando cajas, dos sobre el escritorio, otras tantas en el suelo.Sí que eraconsiderable la cantidad de documentos a examinar, sí. Su padre era un firmepartidariodemanteneryarchivarlotodo,yduranteelmayortiempoposible,poresohabíanconvertidoelenormesótanodeldespachoenungranalmacén.Los papeles de esa primera entrega pertenecían al bufete del antiguo lord
Northcott, tal como había pedido. Era toda la información de los asuntosreferidos al marquesado de Northcott, en la época en que gestionaron tierras,alquileresytransaccionesdetodotipo.Pordesgracia,enelcaosdelcambioyelcierre del despacho, se habían traspapelado muchos documentos de otrosasuntos.Allíhabíaunpocodetodo.Marcus se armó de paciencia y empezó a revisar el contenido de las cajas,
papelapapel.Nadadeinterés.Todomuytedioso.
Estababostezando,conundocumentofirmadopor tantosabogadosquecasinoteníanniespacioparalarelacióndeútilesdelabranzayanimalesdegranjaqueallíseenumeraban,cuandollamaronalapuerta.Parasusorpresa,seabrió,sinesperarrespuesta:—¡Northcott!—exclamóelbaronetsirHerbertPyne,entrandoconpasofirme
enlaoficina.LellamabaNorthcottdesdelamuertedesupadre,antessereferíadeesemodoaWalterHale,yaéllellamabaMarcuso«jovenMarcus».Ahora,eltítulohabíaderivadoaél,peroseguíatuteándole.Ventajasdehaber
sidosumaestrodurantemuchosaños.Ydehaberlelimpiadomásdeunavezlosmocos,siendoniño.Marcusestudiólaconocidaimagendelsociodesupadre.SirHerbertteníaya
casilossesenta,peroseguíasiendouncaballeroelegante,altoybienplantado.Sin serguapo, teníauna apariencia correctayunosbonitosojos azules.Quizáeseúltimorasgolehabíaconseguidomásdeunaconquistafemenina,nohubiesesidodeextrañar,pero,queMarcussupiese,nuncahabíatenidoningunarelaciónpúblicayjamássehabíacasado.Eraunhombrereservado,quejamássalíaporpurodivertimento,nitampoco
acudíaaningúnoficioreligioso.—SirHerbert…—Losaludó,conunasonrisa,aunquemaldecíaensuinterior.
Yapodíaolvidarsedehaceralgoasusespaldas.—¿Yahasvueltodelcampo,muchacho?¡Ja!Sabíaquenoaguantaríasmucho
lejosdeLondres,ymenosenunlugartanminúsculo.—Diounospasosporeldespacho y contempló con gesto adusto losmontones de cajas—. Tienes queconvencera ladyActonparaquevayaaBath.Esesíqueesunsitioenelquepodráreponerse.—NosabíaquehabíaestadoustedenMinstrelValley…—¿Yo?No,no,enabsoluto—seapresuróadecir,descartándoloademáscon
elgestoenérgicodeunamano—.¿Quédices?Yosoyunhombrecivilizado.Novoyalládondenohayaunbuenclubdecaballeros.—Marcusnopudoevitarunasonrisa.SirHerbert siemprehabía tenidoun toque, a lavez ácidoydivertido,queadmiraba—.Essoloque,nosé,imaginoeselugarcomounaaldeaenlaquehabrámásvacasquecampesinos.
—Comprendo. —Marcus miró los montones de papeles, buscando dóndecolocarelqueteníaenlamano.Compraventassinrelaciónconelmarquesado,bien—.Nosepreocupe,sirHerbert.Aunqueesciertoquesetratadeunpueblobastantepequeño,parece tenerde todo,yesun lugarmuybonitoyagradable.Además,noestálejosdeLondres,puedevenirencualquiermomento,silesurgelanecesidad.CreoqueladyActonestarábienallí.—Nosé.Esunamujermayoryyanorazonamuybien.Marcuslomiróconsorpresa.—No es tan mayor. Si no recuerdo mal, cumplirá sesenta y cinco años en
diciembre.Tieneunaedad,peronoestananciana.—Bueno, pero está enferma. Es lo único que puede justificar el que haya
concedidocredibilidada lacartadeesasestafadoras,yorganizado la tuteladeunaembaucadoracomoOliviaCoombs.SirHerbertestabaaltantodelacartadeMeryCoombs,yhabíasidounode
losmayoresopositoresaaquellahistoria.Enciertomodo, eranormal:durantemuchos años había servido a su padre, y luego a él. Defendía su absolutalegitimidadrespectoaltítuloyalrestodelaherencia.Marcusagitólacabeza.—Tampocolocreo.Seencuentraenfermadelcorazón,perosucabezasigue
estandomuy lúcida,se loaseguro.—Recordó laescenaenMinstrelHouse,sureunión con ladyConway y conOlivia, elmodo en que controló la situaciónmientrassedesgranabaaquellasórdidahistoria.No,teníalacabezamuyclara,ylavoluntadtanfuertecomosiempre—.Y,tengoquedecirque,amipesar,tiendoa pensar que esa carta decía la verdad, sir Herbert. Y que ocurrieron cosas,relacionadasconeseasunto,que…nodeberíanhaberpasado.SirHerbertadoptóunaexpresiónpétrea.—¿De qué hablas? ¿Qué ocurre, Northcott? —insistió, al ver que no le
contestaba—.¿Hasurgidoalgúnproblema?—No estoy seguro.—No iba a poder librarse de él.Visto lo visto, decidió
explicarlemás,porsiaportabaalgo—.MeryCoombshizounaconfesiónmayorante ladyConway, una antigua amiga de ladyActon.Esa damanos relató loshechos tanto a Olivia Coombs como a mí, ayer, en una reunión privada en
MinstrelHouse.—Mujeres… ja.Susceptiblesy crédulas.Lamayorparte, tontas.—Hizoun
gesto,paraquitarleimportancia—.Noporsuculpa,aversimeentiendes,alfinyalcabo,noesqueselespermitaunaeducación,nipensarporsímismas...—Mealegrodequealmenosseacapazdereconocereso.—Ya.—Sus ojos se volvieron reflexivos—. Eso es porque yo también he
conocidomujeres que sabíanmantener una conversación interesante, pero hansidopocas,enmilargavida.—Le puedo asegurar que tanto lady Acton como Olivia Coombs o lady
Conwaysonmujeresinteligentes.YladyConway,quenoparecenisusceptiblenicrédula,selimitóarepetirlaconfesióndelaseñoraCoombs.Poresoséque,no solo se desoyeron en sumomento sus reclamaciones, sino que hubo seriasamenazas para dar pie a una boda forzada.—Le relató brevemente lo que leocurrióaMeryCoombs,lanocheenquelasecuestraron—.Esopornohablardeunincendioenla iglesiadeMinstrelValleyañosdespués,conlamuertedeunsacerdote.UnasaltoaunabogadoenLondresyun…—Pero¿quélocurassonesas?—leinterrumpiósirHerbert,abriendomucho
losojos.Lanzóunacarcajada—.¿Tumbasenelbosque?¿Incendios?¿Asaltos?¿Amenazas? ¿Bodas forzadas y un crimen? ¿Te estás escuchando,muchacho?Pareceunaobradeteatro,ybastantemala,porcierto.—Amítambiénmecuestacreerlo.Peroestamoshablandodeltestimoniode
unamujerqueveíacercanalamuerte.—Yque,conesaspalabras,quiereacomodarbienasuhija.—Sí,enesotenía
razón.Marcustitubeó—.¿Quéteenseñéyo,Northcott?Sabíabienaquéserefería.—«Empiezasiempreporelprincipio»—expuso.Elabogadoasintió.—¿Ycuáleselprincipiodetodoesto?Solotuvoquepensarlounsegundo.—LabodadelordCamdenyMeryCoombs.—Bien.¿Algunapruebadeesaboda?—No.Ninguna.—Entonces, no sirven de nada las conjeturas, ni las tramas novelescas que
puedan irdetrás, elaboradaspor la fantasíay laambicióndeunascampesinas.Eres abogado, Northcott. Si no hay pruebas, ese matrimonio no existió, y nopuedetenerconsecuencias,nibuenasnimalas.Findelahistoria.—Esoesverdad—asintió—.Perofaltaunahojaenellibro.—Ya,aeserespecto,heestadopensando…¿Tefijastesifaltabanotras?—Sí,síquemefijé—replicó,satisfecho.Quevieraqueeracompetente—.No
faltabaningunaotra.Pensóqueconesoleconfirmaríalosospechosodetodoaquelasunto,perono.
Muyporelcontrario,lequitóimportanciaconungesto.—Entonces, pudiera ser que esa hoja fuese arrancada porque semanchó de
tinta,oserasgó,oporcualquierotracausadeexplicaciónmuchomássimple.—Nolocreo.Haydemasiadosdetallesmolestosentodoesto.Porejemplo,el
hombrequecelebraahoralosmatrimonioseselsobrinodelqueestabaentonces.Aquelmurió,pocodespuésde lasupuestaboda,enunasaltoa lacasa,porunrobovulgar,segúnpensaronensumomento,perocreoqueestáclaroquéibanabuscar.—¿Creesqueentraronarobarlahojaylemataronporeso?—No.Creoqueentraronarobarlahojayque,además, lemataronparaque
nohubieseyaningúntestigodelabodadelordCamden.—Northcott...—De hecho, fueron cuidadosos, hicieron un buen trabajo: arrancaron la
páginadetalmodoque,sinotefijabasenlasfechas,notedabascuentadesuausencia.Lapruebaestáenquenadiesepercatóde ladesapariciónhastaque,años después,me presenté allí para comprobarlo.Un abogado que contrató laseñoraCoombshaceunosañostambiénlodescubrió,peronodebiódecirnadaen Gretna Green, no me mencionaron su visita y estoy seguro de que no loestaban al tanto de nada. ¿Y sabe qué? —Hizo una mueca—. Ese hombretambiénmurió.Unasalto,unrobo.Quécoincidencia,¿verdad?SirHerberthizounamueca.—Bueno,entodocaso,esopuedetenerunaexplicaciónclara:quienseatreve
a organizar una historia así, carece de escrúpulos. Yo diría que esas mujerespueden haber llegado al extremo de cometer esos crímenes.Quizá ni siquiera
trabajansolas,haymuchodineroenesteasunto.Marcusnegóconlacabeza.—No.OliviaCoombsnoseríacapazdealgoasí.Sumentorlemiróconintención.—¿YesoquéquieredecirNorthcott?—Comonohuborespuesta, fruncióel
ceño—.Nomedigasquetehasdejadoencandilarporesamujer.—Oh,porfavor,sirHerbert.Sabetanbiencomoyoquenosoyhombredado
adejarseinfluenciarasí.Essolo…—Vaciló—.Essoloquenolacreocapazdesemejanteinfamia.Setratadeunajovennormal,quenodeseaningunafortuna.—Y,sinembargo,cadavezestámáscercadesernobleyrica.—SirHerbert…—Eslaverdad,Northcott.Unayotravezvolvemosalomismo,aseguirsu
juego.Hazme caso: déjate ya de historias rocambolescas.Loque tendrías quehacer es quedarte en Londres y ocuparte de incapacitar lo antes posible a tuprima.Marcussequedótanpasmadoquetardóunpardesegundosenreaccionar.—¿IncapacitaraladyActon,hadicho?—Sí,exacto.Yavasiendohoradequealguientelodiga,puestoque,aunque
se te pasepor la cabeza, seguroque lo consideras una traición.—Jamás se lehabíapasadoporlacabeza,peronotuvooportunidaddedecírselo—.Tienesqueentenderqueloharíasporsubien,porsupuesto.—¿Porsubien?—¿Esquenotedascuenta?¡Esamujernoestácuerda,yano,oalmenosno
deltodo!Sevecercanaalamuerteyañoraasuhermanoyasusobrino,porloquecreerácualquiercosaquelaacerqueaellos.¡UnahijadelordCamdenconuna costurera de pueblo, claro, por supuesto, qué historia más romántica!¡Alguien a quien poder querer, en quien poder verse reflejada, a quien poderlegarcuantotieneenelmundo!—Afirmólamandíbula—.Sinoladetienesporsupropiobien,dilapidarápartedesufortunaenunaadvenediza.Enotrostiempos,quizáMarcushubieraestadodeacuerdoenelúltimopunto,
pero jamáspodríaasumirsemejantedeslealtad.Dehabersidoverdadque ladyActon había perdido la razón o la capacidad de atender sus asuntos…Pero él
sabíaquenoeraasí.Podíaestardébil,porsucorazón,peroteníalacabezatandespiertacomosiempre.YOlivia no era una estafadora.Quizá nunca pudiera demostrarlo, como no
podíademostrarquehubiesehabidounmatrimonioentresuspadres,perocadavezleparecíamáscreíblesuhistoria.Oigualeraque,aesasalturas,queríacreerla.—No, nunca.—Negó también con la cabeza—.A ladyActon no le ocurre
nadamalo, yo convivo con ella yme consta que se encuentra perfectamente.Además,yaledigoquetiendoapensarquelajovenencuestióndicelaverdad.—Pero…—Déjeme solo, por favor. Sé que habla pensando en mi bien, pero su
propuesta me parece fuera de lugar, por completo. Le agradecería que nuncarepitiesealgoasíenmipresencia.—Maldita sea…—Sir Herbert refunfuñó algo más por lo bajo. Miró a su
alrededor—. ¿Y se puede saber qué pretendes con esto? —Dio un par degolpecitos con la punta del bastón a una de las cajas que estaban sobre elescritorio—.MehadichoTatumqueestásrevisandotodoslosdocumentosdetupadre,yloquehaydelabogadodelanteriorlordNorthcott.—Sí.Quiero saber simi padre tuvo algoquever en esas amenazas aMery
Coombs.O con el resto.Con ese incendioy esasmuertes—añadió, sintiendohielenlaboca—.Quizáencuentrealgoporahí.—Northcott…—Quierosaberlo.Necesitosaberlo.SirHerbertafirmólamandíbula.—Esoesabsurdo.—Bien.Yaloveremos.—Lomiróconenfado,hartodeaquellaconversación
—.Porfavor,déjemeahora.Nomequedamuchotiempoantesdeiracenarymegustaríaacabar,almenos,conestacaja.Sir Herbert Pyne no pareció estar tan de acuerdo. De hecho, parecía muy
enfadado,comoocurríasiemprequelellevabanlacontraria.Rebullóunpardevecessobresímismo,peronodijonadamás.Salió,cerrandoensilencio.Marcus siguió revisando papeles hasta que llegó la hora de ir a cenar.
Entonces, guardóunos cuantos documentos enuna carpeta y se los llevóparapoder tomarnotas,aversise leocurríaalgo.Peroyanoestabaconelmismoánimo. La conversación con sir Herbert le había dejado melancólico ypreocupado.Además,habíaalgoquelerondabadesdeentonces,algoquesabíaqueseleescapaba.Noconseguíacaerenello,peroestabaahí,seguro…No tenía ganas de ir aNorthcottHouse y cenar solo, demodo que pidió a
Fergus que le llevara a Brooks’s. Allí, disfrutó de un buen asado con unexcelente Burdeos y, aunque no compartiómesa con nadie, almenos tuvo defondo elmurmullo de los otrosmiembros, inmersos en sus charlas. Incluso, aveces,llegabaalgúngritodeentusiasmodelassalasdejuego.Luego, comocontinuaba sinquerer estar a solas,buscóun rincónenelque
poder tomar una copa y seguir comprobando con disimulo sus papeles.Debíatener cuidado. En caso de que le preguntasen, diría que eran documentospersonalesque lehabíadado suabogado,para revisar.Al finy al cabo,no sealejabatantodelaverdad.Por suerte, no tardó en encontrarun lugar excelente, un sillónmuydiscreto
juntoaunadelaschimeneas,loquelepermitiódestruirdepasoalgúnqueotropapel del todo inútil. A lo largo de la hora siguiente, allí fueron a dar máslistados de cosas, más firmas de abogados, más textos legales y temasaburridísimos. Asuntos que no le interesaban lo más mínimo. ¡Qué profundotedio!Y,paraempeorarlascosas,nopodíadejardepensarenOliviaCoombs.
Capítulo11
Marcusestabaapuntoderecogerparairseacasaadormir,cuandovioqueseacercabalordBadfields.—LordNorthcott,buenastardes—lesaludó.Sehabíatomadolamolestiade
cruzarelsalónparahablarconél.Marcuspudoverque,alfondo,leesperabansus amigos en sus sillones habituales. El duque de Gysforth y el marqués deRutshore le saludaron también desde allí, con un gesto—. ¿Cómo le va,muchacho?ArthurRavenscroft,elmarquésdeBadfieldsyfuturoduquedeManderland,
tendríapocomásdecuarentaaños,perosemanteníaenformayconservabatodaaquella belleza oscura que le había hecho famoso en otros tiempos. La únicarazón por la que ya no era uno de los conquistadores más reconocidos deLondreseraqueyallevabacasadodiezañosconsuesposa,ladyIshbel.Y,porloquetodoelmundoafirmaba,eranmuyfelices.—Bastante bien, gracias —respondió, poniéndose en pie, respetuoso.
Intercambiaronsendasreverencias—.Mealegromuchodeverle,milord.—Lomismodigo.Así,además,puedotransmitirlelosagradecimientosdemi
esposa. Ha recibido la nota de lady Acton que usted ha sido tan amable detraernos,ysehasentidoentusiasmadaconsucontenido.—Me alegro. —Entusiasmada... ¿Qué estaría planeando, lady Acton? De
habertenidomásconfianzaconlordBadfields,hubiesepreguntadoalrespecto,porsisabíaalgo,peronoseatrevió—.Fueunplacer.—Por cierto, ladyBadfieldsmeha comentadoque ladyActon se encuentra
delicadadesalud.Esperoqueyaestémejor.
—Sí,asíes.Solonecesitaunpocodetranquilidad.Graciasporsuinterés.—Estupendo. —Hizo un gesto hacia sus amigos—. ¿Quiere reunirse con
nosotros?RutshoresevamañanaaEgipto,yhemosquedadoparadespedirle.—Oh,noquisieramolestar…—Eso no ocurriría nunca. Sabe que será más que bienvenido en nuestro
pequeñocírculo.Lo dijo con un agrado que se notó sincero.Marcus sonrió; les estabamuy
agradecido, a los tres. Siempre le habían tratado como uno más y le habíanintegradoensusreuniones.Aunquenuncalohabíancomentado,suponíaque,enparte,habíasidocosade
ladyActon,alsertanamigadesusrespectivasesposas,ladyBethany,ladyHarryy lady Ishbel. Junto con otras damas, mantenían una activa vida social,organizandofiestasenlatemporadaypatrocinandoajóvenesaspirantes.—Seloagradezco,perovoyaretirarmeenseguida—dijo,conungestohacia
los papeles—. Y ya ve que no es el mejor momento para mantener unaconversaciónconmigo.Badfieldsrio.—Debería tener cuidado, o la buena sociedad londinense confirmará que
cometeustedelterriblepecadodetrabajar.—Oh,no,no,solosonpapelespersonalesqueestabacomprobando.BadfieldsarqueóunacejayMarcussonrió.Estabaclaroque,engañar,noibaa
poderengañarle.—Porsupuesto,milord—selimitóadecirBadfields.Marcuscarraspeó.—¿CómoestáladyBadfields?—No puedo apreciar más el buen gusto de su cambio de tema.—Ambos
rieron—.Miesposaestámáshermosaquenunca,paramienterasatisfacción.—Badfieldsmostróunasonrisadeorejaaoreja—.Vamosaserpadresdenuevo.—Vaya,mealegro.—Gracias.Sialgoheaprendidoenestavida,esqueunhijosiempreesmotivo
degranalegría.—Marcussupusoquesí,quedebíaserlo.RecordólodichoporWorth,yaquellosanhelosquehabía sentidodeprontoyqueaúnpersistían—.
Quizáesolehagareconsiderarlaidea,ypermitaqueleinviteaunabotelladechampán,paracelebrarlo.Selovoyaanunciarahoraamisamigos.—Es una gran noticia. Y se lo agradezco de verdad, pero mejor otro día.
Mañanaquieromadrugarytengoqueseguir…ordenandopapelespersonales.—Ambosvolvieronareír—.Serámejorquemeretireya.—Muybien.—Empezóaalejarse—.Mehaalegradoverle.Dehecho,lehacía
enelcampo,en…—EnMinstrelValley—leayudó,alserevidentequenolorecordaba.—Exacto.EsoestáporHertfordshire,¿no?—Asíes,muyalsur.Miprima,ladyActon,tieneunamansiónenlasafueras
delpueblo.Comoledije,necesitatranquilidad,demodoquehadecididoabrirlay pasar allí una temporada, y me ha pedido que la acompañe hasta que estéinstaladaporcompleto.Hevenidoesta tardeparasolucionaralgunos...asuntoslegales,peronotardaréenvolverairme.TalcomolomiróBadfields,pudoimaginarqueyasehabíaextendidoportodo
LondreslanoticiadelacartadeMeryCoombs.LeconstabaqueladyActonnohabía tenido demasiado cuidado a la hora de comentarlo con sus conocidos;claroque,teniendoencuentaquehabíanintervenidoenelasuntolosabogadosydemás intermediarios que habían preparado lo de la tutela de Olivia, a saberquiénsehabíaidodelalengua.Pero, así como Badfields había sido un tanto crápula en otros tiempos,
siemprehabíasidounhombrediscretoconlossecretosajenos.—Puesesperoquetodolesvayabienporallí—ledijo—.Lavidaenelcampo
es muy agradable. A mí me costó descubrirlo, pero lady Badfields es buenamaestra.Siemprediceque,alládondehayaunabuenacosturera,habrásuficientecivilización. —Ambos hombres rieron a dúo la broma, pese a que la fraseperturbóaMarcus,sinquecomprendieseporqué…LehabíahechopensarensirHerbertPyne.¿Seríaporaquellabromasimilarquehizosobrelacivilizaciónylosclubesdecaballeros?Perono,habíaalgo...—.TransmitamissaludosaladyActon,porfavor,ymismejoresdeseosdequeserepongacuantoantes.—Gracias,milord.Asíloharé.Se saludaron una última vez con la cabeza y Badfields siguió su camino.
Marcussequedóallí,pensativoeinquieto,unpardeminutos;luego,terminólacopa y decidió recoger. No tenía mayor sentido seguir allí, con esa desazónpresionándole el pecho.Mejor irse a dormir, a ver si, con un buen sueño, laspiezasdelrompecabezasterminabandeencajarporsímismas.Tomó los papeles con una mano para meterlos en la carpeta, cuando algo
escritoenelqueestabaenprimerlugarllamósuatención.Eraundocumento legaldeldespachodeJohnShipley, firmadopordistintos
caballeros,unacuerdoentrepartes,comotantosquehabíavistoalolargodesuvida, ymás esamisma noche. En él constaban los nombres y rúbricas de losinteresadosytambiénlosabogadosqueleshabíanasesorado.Unodeellosera«H.Pyne».Ylafirmaerainconfundible.Justo en ese momento, aquella pieza que giraba en su memoria,
incomodándole, encontró por fin su sitio. Se encajó de pronto, con un golperotundo, y supo qué era lo que parecía flotar en el aire desde que tuvo suconversación con sir Herbert, ese dato fuera de lugar que le hacía sentirincómodo.Algoquesehabíaremovidomásaún,conlabromasobrecosturerasdelordBadfields.SirHerbertsehabíareferidoaMerycomo«esacosturera».Y,sinembargo,en
lacartanomencionabaesedetalle.Élmismono lohabíasabidohasta llegaraMinstrel Valley. Y no lo había mencionado en ningún momento de laconversación.SirHerbertconocíamásaMerydeloquehabíaqueridoreconocer.Sintióque se lehacíadifícil respirar,mientrasuna sospechamonstruosa iba
abriéndosepaso,sinfrenoalguno.Nopodíaser,nopodía…Pero,alavez,algole decía que sí, que se había topado con la respuesta, por horrible que fuese.«Horrorosa», pensó, recordando la parodia que hacía siempreHarmony de sumaestra,perosinningunaganadebromear.En vez de irse a casa a dormir, como tenía planeado, decidió volver al
despacho, y lo más rápido posible. Si sus sospechas eran ciertas, quizá sirHerbertquisieradestruiralgunaprueba,ynopodíapermitirlo.Noestabasegurodequéhacercon todoaquello,pero loquesí sabíaeraquenodeseabaqueseperdieraenelolvido,quetodoquedaraeneltriunfodeunosdesalmadosfrentea
unospobresjóvenesquesecruzaronenelcaminodesuambición.No,deningunamanera.Sinoquedabanadieeneledificio,entreFergusyél,
podíanllevarseaNorthcottHouselascajasquehubieraenlaoficina.Luego,porlamañana,yaseencargaríadelasotras.Perollegótarde…Ya desde la puerta, que abrió sin ruido, lo vio todo envuelto en el suave
resplandor que llegaba del fondo, desde su despacho. Estaba encendida lachimenea,comprendió,yalgunossonidossuavesleindicaronquehabíaalguienallí.Cruzólaoficina,preguntándoseporquéhacíatantocalor,bastantemásdelhabitual,yseacercóalapuerta,hastaasomarse.Sir Herbert Pyne, vestido con la toga de seda que le otorgaba su título de
Abogado de la Corona, y con la peluca que usaba en los tribunales, estabasentadoenunasillajuntoalachimenea,rodeadodecajasypapeles.Lerecordóaélmismo,lalaborquehabíaestadohaciendoenBrooks’s,aunquesirHerbertla llevaba a cabo sin ningún cuidado, como si solo lo alentase una ligeracuriosidad.Total,ibaaquemarlotodo…Cogía fajos de documentos, los miraba por encima con aire adusto y los
arrojabaal fuego,donde revoloteabansobre lascenizasde losmuchosque leshabían precedido, hasta arder a su vez por completo. Había quemado ya unabuenacantidad.Nosemovió,perosabíaqueestabaallí,porquedeprontodijo:—Pasa, Northcott. —Él lo hizo. Se miraron—. Supongo que ya no tiene
sentidoseguirdisimulando.—Ninguno —convino, reafirmándolo con un gesto de cabeza—. Le
agradeceríamuchoquemecontaselaverdad,sirHerbert.Sumentor se echó a reír, aunque solo terminó siendo una risa seca, corta,
comoarrancadadecuajo.—Túnoquieres laverdad,Marcus.Quierespodersentirtebien,algoqueya
novaaocurrirjamás,sihablo.Eso era cierto, también lo intuía. Que, si confirmaba lo terrible de sus
sospechas,nopodríavolveradormir,almenosnodelmismomodo.
Peroteníaquesaberlo.—Yanosoyelniñoalqueentreteníacontandoprecedentes legalescomosi
fueran cuentos, sirHerbert.Soyunhombre.Además, ustedmismomeenseñóquehabíaquebuscarsiemprelaverdadtraslaaparienciadelosdetalles.—Negótambiénconlacabeza—.Losiento,nopuedoquedarmeconunaimagenfalsa,conloquemeconstaqueesunamentira.—Esosignificaquealgointuyes.—No.Significaque algo sé.Y loprincipal esque ahorameconstaqueme
equivoqué.SirHerbertarqueóunaceja.—¿Deverdad?—«Empieza siempre por el principio». Esome enseñó usted. Pero a veces
cuestaverdóndeseiniciaunahistoria.Enestecaso,nofueconlabodadelordCamdenyMeryCoombs.—Arrojó lacarpetasobre lamesa—.TengopruebasdequeustedtrabajabaparaJohnShipleyenlostiempospreviosalamuertedelord Camden. Y me consta que conoce a Mery Coombs más de lo que hareconocidonunca.Deotromodo,nohubiesepodidosaberqueeracosturera.Esundatoquejamáshabíacompartidoconusted,estoysegurodeello.Loviosonreírconamargura.—Sí,medicuentadelameteduradepata.Mepreguntabasilohabríasnotado
tú.Eresunhombreperspicaz.—Ya.—Lomirósinningunasimpatía—.¿Quéocurrió?—Ah, muchacho… Lo de siempre. Cuando naces sin nada, cuesta mucho
abrirse camino, y yo hice todo lo necesario para poder encumbrarme. Cometíerrores,no loniego.Elprincipal,quenodebídejarconvidaaMeryCoombs,pero… supongo que siempre he tenido escrúpulos a la hora de matar a unamujer.—Por Dios… —susurró Marcus, horrorizado—. Cíñase a los hechos, sir
Herbert.—Muybien.Puestodoempezóporcasualidad,eldíaenqueescuchéloquese
hablabaenunareuniónapuertacerrada,eneldespachodeJohnShipley,entreelabogado, lord Camden y su padre. Fue un enfrentamiento gravísimo, el
muchacholedijoqueseiríaaMinstrelValleyaprimerahora,quesiqueríaalgodeélodesuesposa,allípodríaencontrarle,ysupedeinmediatoquédebíahacer.Melojuguétodoporeltodo,peromedabaigual.Misituacióneramuyinestableenaquellosmomentos.—¿Inestable?¿Aquéserefiere?—AqueJohnShipleyeraunrematadoimbécil.Seoponíaunayotravezamis
métodos, y me cerraba cualquier posibilidad de crecimiento. Además, habíadescubiertoalgunasdemis…actuaciones,conalgunosclientes,yyosabíaqueteníamisdíascontadosdentrodelaprofesión.Shipleynosoloibaaecharmedesudespacho, sinoque iba a acusarmeenpúblicodevariosdelitos, con loqueperderíatodaposibilidaddeseguirejerciendocomoabogado.—Supongoque,loquepuedeconcluirsedetodoeso,esqueJohnShipleyera
unhombreíntegro.SirHerbertfruncióelceño.—Unidiota,esoera.Podíahaberllegadomuylejos,dedejarseaconsejarpor
mí,pero…—Seencogiódehombros—.Daigual.Hiceloqueteníaquehacer.Marcusse llevóunamanoalcuello,paraaflojarel lazodelpañueloconun
gestonervioso.Maldición,cadavezhacíamáscaloreneselugar.PodíaserporlospapelesquesirHerbertarrojabaalfuegodecontinuo.Oquizáerasolocosasuya,porlasorpresayelhorrorqueestabaviviendo.—¿MatóalordCamden?—preguntó,convozcrispada—.¿AlordNorthcott?
¿A John Shipley? ¿Al hombre que ofició la boda, en Gretna Green? ¿AlsacerdotedeMinstrelValley?Yasaberacuántosotros…SirHerbertlecontemplóduranteunpardesegundos;luego,asintió.—A esos, sin duda. El primero fue Shipley, aquellamisma noche. Llevaba
tiempopreparándolo,melimitéaadelantarlounpoco,hubiesesidocosadeunpardedías.—Sí, por supuesto. Esa venganza del hermano de un criminal que Shipley
habíaenviadoalacárcel…—Veo que estás bien informado. Sí, yo lo organicé. Aproveché que ese
desdichado se había presentado una mañana en el despacho, donde trató deagredirle.Demodoquecontactéconély lepropuseayudarleensuvenganza,
paralocuallecitéeneldespacho,enunmomentoenelqueyosabíaquesoloestaríaShipley.Cuandollegó,mijefeyaestabamuertoy…bueno,esevidente.Conloscuerpossimuléunapeleay,luego,provoquéelincendio.Asíseperderíatodaposiblepruebaquehubiesepodidocondenarmeamí.—Siempretodobiencalculado.—Ese soyyo.Eso te enseñé.—Esperóunmomentopero, comoMarcusno
dijonada,siguió—.¿Sabes?Dicenque,cuandomatasaalguien,cuandoquitasunavida,cruzasunalíneaytodocambia.Lociertoesqueyonolosentíasí.Nome... impresionó.Era,sinmás,algoquedebíahacerse.YlamuertedeShipleyfuesolounaparte,elprincipiodetodo.Aquellolohiceparaarreglarmipasado,perotambiénqueríasolucionarmifuturo.Yaesosedirigíalasegundapartedemiplan.—LordCamden.—Sí.Exacto.EsperélasalidadelordCamdendellugarenelquesealojabay
le seguí. En un lugar discreto del camino aMinstrelValley, le abordé. Élmeconocía,deldespachodeabogados,yyosimuléiraentregarleunmensajedesupadre.Encuantotuveoportunidad, legolpeé.Ensucaso,simuléunaccidente.Fuefácil.Todoelmundolocreyó.—Oh,Diosmío…—susurróMarcus.Pobremuchacho.PobreladyActon.Y
Mery,yOlivia…SuprimaHelenahabíatenidorazón.Unamuerteeracomouncastillodenaipes,yafectabaamuchasotrasvidas.—EsoprovocóunafortunadoataqueenlordNorthcott.Ymeganéelfavorde
tupadrecuandollegódeYork,paraquetrasladasesudespachoymecolocaseenelpuestoqueheocupadodesdeentonces.—Mipadreerainocente,entonces…—¿Inocente?¿Tupadre?¡Ja!Élsabíaloquehabíaocurrido.Yomismoselo
confesécuandoleplanteéquenoselimitaseacerrareldespachodeYork,quelotrasladaseaquíparaponermeamíalfrente.Fuetodoloqueleexigíacambiodemi ayuda en la tarea de convertirle en rico marqués. Tuve que cambiar deespecialidad, como abogado, pero mereció la pena. En realidad, era lo quesiemprehabíaqueridohacer.—¿Ledijoquehabíamatadoaesoshombres?—preguntó,pocointeresadoen
laespecialidado lasaspiracionesdesirHerbert,dentrode laprofesión—.¿Enserio? ¿Y qué hubiese ocurrido si mi padre hubiese sido alguien de moralintachable?¿Notuvomiedodequeledenunciase?Sumentorseencogiódehombros.—Nomepreocupóadmitirlo,ni lomásmínimo.Simehubiese traicionado,
hubiesemostradolaspruebasquelocondenabanaél,queeraelúnicoqueteníauna razón clara, un motivo, para desear la muerte de sus primos: heredar eltítulo. Hubiese podido demostrarse que había asesinado a lord Camden conayudadesuabogado,JohnShipley,yque luegohabíaeliminadoaesteúltimoparanotenerquecompartirconéllafortunaconseguida.Marcusabriómucholosojos.—¿Laspruebasquelecondenaban?—Cogíalgunospequeñosobjetosde loscuerposde lordCamdenydeJohn
Shipley.Unbotóndelchaleco,unpañueloconsusiniciales,unmechóndepelo,suplumapreferida…Situpadremehubiesetraicionado,yohubiesealegadoserinocentey,enlossiguientesdías,loshubieranencontradoentresuspertenencias.Marcusagitólacabeza.—Debíimaginaralgoasí.Esustedtanretorcido…—Nololamentómucho,notecreas,sobretodocuandolehablédelaboday
de la posible descendencia de lordCamden.—Rio entre dientes—. ¿Sabes loque me dijo? Que, si yo quería tanto que trajese el despacho desde York, sideseabatantoesepuestoalfrente,debíaseguirhaciendoloposibleparaqueélfuesemarqués,yeliminartodafuentedepeligro.Algoasí,palabrasparecidas.Elmensaje,endefinitiva,eraclaro:queríaquemataseaMeryCoombs,unajoveninocenteyembarazada.Esebebéencaminoeraunpeligro,unposibleobstáculoparasuambición.Marcusabriómucholosojos.—Diosmío…Quémalditocanalla…—Loera,sinduda.Laclasedehombrequesejustificaafirmandoquelohace
todoporelbiendesufamilia;elqueconsideraque,paratandignaempresa,todovale, incluso destruir a cuantas familias ajenas sea necesario. Por eso nosllevamos bien. Ambos sabíamos que el poder tiene un precio y estábamos
dispuestosapagarlo.—PeroustednomatóaMeryCoombs.—No. Ya te he dicho que asesinar a una mujer… a una jovencita
embarazada…—Bufó—. Supongo que yo también tengomis límites. No, noquería tenerquematarla,meesforcéporevitarlo,peseaqueme temíaque,alfinal, eso me trajera a esta escena. —Ahogó una risa seca—. Pero, en sumomento, logré impedirlo tomando un camino de esos que tú considerastortuosos,peroquellevandirectosalobjetivofinal,queesloqueimporta.Marcusasintió.—ViajóaGretnaGreen.—Exacto. Allí, arranqué la hoja del libro. Tenías razón, el hombre no se
despertó, tuve que levantarlo de la cama por la fuerza y arrastrarlo hasta lafragua en la que celebraba sus ridículas bodas. No podía dejar testigos delmatrimoniodelordCamden,aunquenoexistieselareferenciaensulibro.—Loimaginaba.—LuegomedirigíaMinstrelValley,parapersuadiraMerydequesecasase
conalguien.Laasusté.—Apretóloslabios—.Cavéunatumbaenelbosqueylaaterroricéconlaposibilidaddeterminarenella.Luego,conlaayudadelpadreRoberts, logréquesecasase.Fueelsacerdotequienmeayudóaescogercomomarido a Bernard Coombs, un individuo que, por lo que supe, siempre habíaestadoenamoradodeella.—Ya.Eranecesarioquelapaternidaddelacriaturaquedaseenentredicho.Y
quehubieraotromatrimoniolegítimoquesípudieraprobarse.—Exacto.Aunque, te lo reconozco, dehabernacidounniño envezdeuna
niña…Creo que tu padre hubiese optado por hacerme intervenir de nuevo, ycometer otro crimen espantoso.De hecho,me hizo estar al tanto hasta que seconfirmóquehabíanacidounaniña.Marcusinclinólacabezaypresionólascomisurasdesusojoscondosdedos.—Quéterrible.Nopuedocreerlo…—Hazlo,tienesquehacerlo,porquequeríaslaverdad:ahílatienes.—Esperó
unsegundoycontinuóconsuhistoria—.Entonces,sí,tupadreseolvidóporfindeMinstrelValley.Yyopenséquetodoquedaríaasí,peroentonces,cuandotu
padreenfermótangravemente,MeryCoombsdecidióremoverelasunto,comosisetratasedeunmalditoavispero.—Bufó—.Muchachaterca…—Vamos,sirHerbert…Eralógicoquelointentase.—Noloniego,peroprovocómásdesdichastodavía.Contratóunabogado,un
tipo inteligente, que viajó aGretnaGreen y descubrió que faltaba la hoja delregistro.Entonces,animóalpadreRobertsacolaborarconellos.Segúnledijo,podíannotenerunapruebadocumental,perosícontabanconeltestimoniodeunpárroco muy querido en su pueblo, alguien de conducta intachable durantemuchosaños.Marcusasintió.—Esohubieratenidomuchopesoanteuntribunal,cierto.—Asíes.Ganaranono,hubierahechomuchodaño.Yomeenteréde todas
estasmaniobrasporlacartaqueenvióelabogadopidiendounacita,ennombredesucliente.Esoprovocólaalarmaytuvequetomarmedidas.Elabogadofuesencillo,solotuvequepagaraunpequeñogrupodeWhitechapelconelquehecolaboradoaveces.PerodelodeMinstrelValleytuvequeocuparmeyo.—Uncura—dijoMarcus, con tonoacusador—.Yalguiendequien todoel
mundodicequeeraunabellísimapersona.¿Cómopudo…?SirHerbertagitólacabeza.—Nolosé.Síqueeraunbuenhombre,sí…Nuncaolvidarésuexpresión,lo
muchoquesesorprendióalverme.Peroteníaquehacerlo,yanisiquieraerapormí,niportupadre,queyacasiniseenterabadenada,estandocomoestabaensulechodemuerte,sinoporalgomásimportante,más...grande.—¿Élnotuvoquevereneso?—No,enesono.Perosoloporquelaenfermedadlehabíaapartadoyadetodo
ynoconsiderénecesariocomentárselo.Daigual,estoysegurodeque,dehabersidoeldesiempre,mehubieseordenadoquelamatase.Peroyanoeranecesario,como te digo, porque teníami propiamotivación. Esa ideame impulsaba, lojustificabatodoentoncesylosiguehaciendoahora.Lomatéyquemélaiglesiaparasimularunaccidente.Luego,meplanteémataraMery,peroconsideréqueconunsustofinalseríasuficiente.Consuerte, tras todo loquehabíavistoqueeracapazdehacer,yanolequedaríanganasdeseguiratacando.Noteníaaliados
ylahabíaamenazado.Sabíaaloqueseexponía.Marcusmeditóunmomentosobreloescuchado.—¿Quéhaqueridodecirconesodequelohacíaporalgomásgrande?¿Que
teníasupropiamotivación?—Ah.—SirHerbertsonriódeunmodocasitierno—.MereferíaaHarmony,
claroestá.—¿Cómo?¿AHarmony?—Más de una vez creí que te habías dado cuenta.—Como parecía esperar
algunarespuesta,Marcusnegóconlacabeza—.Tumadrenoqueríaatupadre,supongoqueyalohabrásimaginadomásdeunavez.—Sí,claroquelosabía.Sumadreeraunapobremujeratrapadaenunmatrimoniosinamor.Poresosevolcóporcompletoensushijos…oesohabíacreídohastaesemomento—.Cuandovino a Londres y nos conocimos, se enamoró de mí. —Vaciló, como si sesintiera renuente a mostrar tanto, pero no pudiese evitarlo—. Y yo de ella,mucho.Tuvimosunarelación,duranteaños.Harmonyfuelaconsecuencia.—¿Harmony?¿Harmonyeshijasuya?—Unasospechaseabriópasoporlos
laberintosdesumente,como tirandoabajounapuertaconviolencia inusitada.Al otro lado, había una luz que lo aclaró todo. Lo entendió—.Ymi padre losabía,claro.Poresolarechazósiempre.—Sí,me temo que sí. Tumadre se lo dijo durante una discusión, un grave
error.Debidoaeso, tupadreyyo tuvimosunapelea terrible.Peroéramosdoslobos que guardaban el uno los secretos del otro, no podíamos atacarnos.Empezamos a evitarnos, sinmás. No resultó difícil. Él jamás venía ya por eldespacho. Yo pertenecía a otro club y pocas veces nos encontrábamos porLondres.—Diosmío…—Peroyaves,paracuandoMeryintentóaquello,yoyanopodíapermitirque
se descubriera todo, hubiera hundido el futuro de mi hija. Por eso maté aRoberts.Lehubieramatadomilvecesyvolveríaahacerlo.—PorDios.—Marcussepasóunamanoporlacabeza—.Estáustedenfermo.—No,enabsoluto.Algúndía,cuandotengastuspropioshijos,meentenderás,
seguro. Por cierto, aprovecho para agradecerte el modo en que te has
comportadosiempreconHarmony.Graciasa ti,no tuveque intervenirmásdeunavez,ydelatarme.Siemprehesabidoqueestababiena tu lado,yséqueteocuparásdeellaenelfuturo.—Lomiró,conunsentimientonuevo—.Marcus,sabesquetequierocomoaunhijo.Quehahabidomuchosrinconesoscurosenlalíneademivida,peroque,encuantoaHarmonyyati,nohepodidosermástransparente.Osquieroyoshecuidadoypreparadoenlamedidadeloposible.Marcusfruncióelceño.—¿Está intentandoconmoverme?Aunque lodeseara, nopuedocallarlo.No
vaalibrarse.—Losé.Peronopuedopermitirquemedenuncies.Lohagoporti.—¿Pormí?—YporHarmony,claroestá.Elescándalodesemejantehistoriacaeríasobre
vosotros.Nosésisetepermitiríaseguirconeltítulo,peroloquetengoclaroesqueHarmony jamás sería admitida entre la alta sociedad londinense, con unahistoriaasíalaespalda.Losabestanbiencomoyo.Marcushizoungestoamargo.—¿Yquéespera?¿Que todoquedeennada?¿Quehagacomosinosupiera
queesustedunasesino?—No,porsupuesto.Hoy,túyyoharemosjusticia,muchacho,ycreoqueya
ha llegado el momento, puesto que ya te lo he contado todo. —Enrollo losdocumentosqueteníaenlamano,hastaformaruntubo.Entonces,acercóalasllamasunextremodeaquellaantorchaimprovisada—.Serámejorquetevayasdeaquí.—¿Porqué?¡Eh!—exclamó,alverqueseprendíaunextremodelatoga,en
elsueloasuderecha.Lasedaprendiórápido—.¡¿Quéhace?!Intentó avanzar, para apagarlo, pero sir Herbert usó su tubo de papeles
ardiendoparadetenerleenseco.—No. —dijo, rotundo—. Vete, Marcus, vete cuanto antes. Esto se va a
convertir en un infierno.El sótano ya está ardiendo.Lo sabes, lo notas. Estássudando.—El calor, claro. Estaba por todas partes. Y empezaba a ser difícilrespirar—.Yomequedoaquí.—Seechóareír,yMarcusdudódesucordura.Quizá había enloquecido por la situación, o quizá lo había estado siempre, de
algunamanera—.Megustaestefinal,tieneciertajusticiapoética.Siempreloheterminadotodoconfuego.—Surostrosetransfiguróenunamuecadedolor—.ElpadreRobertsmecaíasimpático,¿sabes?EnlabodadeMerydijoalosquenomeconocían,queeraunodesusamigos.Esosiempreseloagradecí.Pocasveceshetenidoamigos.—¡No!¡Vamos,aparteeso,nopuede…!—Ya lo creo,muchacho.—Entrecerró los ojos—.He tenido la vidaquehe
deseado.Teaseguroquetendrétambiénlamuertequeelija.—Volvióautilizarlateaparaprenderotrospuntosdesuropa.Empezóaconvertirseenunaboladefuego.Lapelucaprendióconfacilidad,yélchilló—.¡Vete!¡Vete!—¡No!¡PorDios…!Nada,todointentofueinútil.Tratódesujetarleunpardeveces,peroinsistir
enuna tercerahubiese sidoun suicidio.Ante sumiradaespantada, sirHerbertempezóagritaryamoverseconviolenciadeunladoaotro,chocandoconlasparedesyprendiendodocumentosaquíyalláa supaso.Al final, sederrumbósobreelescritorio,yelfuegoseextendiómástodavía.Nohabíanadaquehacer.Marcusescapódeallítambaleándoseytosiendo.El
suelo, bajo los pies, quemaba en algunas zonas, y una lengua de fuego habíaempezadoadevorarunadelasparedesdelaoficinaprincipal,dondeestabanlasmesasdelossecretarios.Elhumosurgíadelasranurasdelsuelo,comounvaporpesadoqueloestabaenvolviendotodo.Sinosalíarápidodeallí,seasfixiaría.Tuvo que correr a trompicones hasta el exterior. Llegó a la calle y cayó de
rodillas.Entonces, sintió un frío intenso, devastador, algo que iba más allá de la
temperatura de la noche; también percibió la humedad de las lágrimas quecubrían sus mejillas, aunque no era consciente de cuándo había empezado allorar,nosehabíadadocuenta.Alolejos,yaseoíangritosysedabalaalarmadefuego.Notardaríaenllegarayuda.Marcus sequedóallí, contemplando inmóvil cómo las llamas ibanhaciendo
estallar las ventanas del edificio. Solo era capaz de pensar que su familia eraresponsabledetodoloquehabíaocurrido.TeníaquecasarseconOliviaCoombs.
Capítulo12
Alfinal,MarcustardómásdeunasemanaenvolveraMinstrelValley.EnLondres, tuvo que ocuparse de hacer una declaración, en la que dijo no
habervistonadadeinterés,ydeorganizarlosdestinosdelossecretariosydelosclientes, puesto que el despacho no volvería a abrir. A Tatum le designó unabuena renta para que no tuviera que volver a trabajar, y a los otros les buscóbuenosempleos,enoficinasdeotroscolegas.También fue distribuyendo a los clientes, siempre con su conformidad,
asegurándose de que quedaran satisfechos. Los asuntos de lady Acton y lossuyospropiosse losentregó,demomento,aunodesusmásantiguoscolegas,EdgarOakes, un hombre en el que confiaba por completo. Sabía que estaríansegurosensusmanosmientrasélreorganizabasupropiodespacho,algoquenoiba a ser rápido. Tendría que buscar un buen local y un abogado dispuesto aofrecersunombre,peroacederleelmanejodelosasuntos,almenosdealgunos.Lord Badfields fue muy amable durante aquellos días, y también lord
Gysforth.Esteúltimo,dehecho,resultódegranayuda,puestoqueintervinoparaquelapolicíasedieseprisacontodaslasgestionesnecesariasenlainvestigacióndelincendio,yparaquelepusieranlasmenostrabasposibles.Graciasaél,loquepudohaberlellevadobastantetiemposesolucionóenpoco
másdeuna semana.Sedictaminóquehabíahabidounaccidente, con la tristepérdidadesirHerbertPyne,enaquellanochedefinalesdemarzo.SirHerbert Pyne, que seguro que habíamuerto un día después enMinstrel
Valley,pensóMarcus,mientrasavistabaporfin la líneadel lagoy lacolinadeLakeHill,sobrelaqueestabalaposadaTheOldFlute.Oquizátres,asaber,en
aquelcuriosotiempoalternativo,cuandollegaseelperiódico.ElcocheentróporelOldLondonRoady,cuandopasabanalpiedeLakeHill,
oyóqueFergusdabaunaltoaloscaballos.Sorprendido,Marcusseasomóporlaventanilla.—¿Ocurrealgo,señorFergus?—EselseñorBarry,milord.—Elcocheroseñalóhaciaelsenderoquebajaba
dibujando eses por la ladera de la colina. El soldado retirado Thomas Barryestaballegandoyaalpie,ysaludabaconunamano—.Mehahechounaseñal,creoquequierequele llevemos.Sinole importa,puedecompartirconmigoelpescante.—No, por supuesto que no.—De hecho, había esperado una ocasión como
esaparahablarasolas.UnasuertequeUptonhubieseviajadoaMinstrelValleyeldíaanterior,encargadodeltraslado,enuncochearebosardetodaslascosasolvidadas por Harmony, además de una buena selección de abrigos, guantes,sombrerosyzapatosrealizadospormadameDidianeparaellayparaOlivia—.Aunquepreferiríaquevinieseaquí conmigo. ¿Quémedice, señorBarry?—ledijoa él,mientras le abría lapuerta,yaqueelhombreacababadealcanzar elvehículo—.¿MedaráelgustodecompartirmicochehastaMinstrelHouse?—Eh…Mmm…—ElpobreseñorBarrylelanzóunamiradaconfusa.Lógico,
no resultabamuy habitual que unmarqués le ofreciera algo así a alguien delservicio. Luego, también volvió las pupilas hacia Fergus, que mostraba unaexpresión de asombro idéntica. Ninguno de los dos podía entender semejanteoferta.Pero,porsupuesto,noteníaformadeoponerse—.Desdeluego,milord.—Estupendo.—Dehecho,nosabíacuántopodíadurarlacharla,peroquería
tener el tiempo necesario, así que se asomó otra vez—. ¡Señor Fergus, vayahastaLegendSquareyluegotomeporKing’sRoad!—¿Tantorodeo,milord?Podríamosatajarpor…—Losé.Peroquierover…cómoestáelpueblo.—Porsupuesto.Comousteddiga,milord.ElseñorBarrysehabíasentadofrenteaél,consuhabitualsombrerodetela
aplastadoentresusgrandesmanos,depalmascallosasycurtidas.Elvehículonotardóenvolveraponerseenmarcha.Marcussonrió.
—¿Estabadepaseo?—Sí,bueno…Devezencuandomeacercoatomarunacervezaycharlarun
ratoconTom,eldueñodeTheOldFlute,yasabe.—Marcusasintió—.Somostocayos,yesodiopieaquenostratáramosmás.—Entiendo. —Recordó detalles que le había comentado Derek Lee, lord
Mersett, su extraño «primo chino», como le llamaba. En realidad, su únicovínculodesangreeraladyActon,primalejanaenamboscasos,perosimpatizabamuchoconDerek,desdehacíaaños,yambosencontrabandivertidoconsiderarsefamilia—. Quizá me pase un día de estos. Me han hablado mucho de suexcelentecerveza.—Harábien,milord.Sinduda,esunadelasmejoresqueheprobadonunca.
―SehizounligerosilencioyelseñorBarrycarraspeó,buscandoquéañadir—.Mealegrodeverledevuelta,milord.—Gracias.—Marcus jugó unos momentos a girar el bastón sobre su base.
Teníaquehablarya.Elpobrehombreloestabapasandofatal.Elproblemaeraqueél tampocosabíapordóndeempezar—.Sepreguntaráustedporqué lehehechosubiraquí,conmigo.—Pues,yaquelomenciona…—Elasuntoes sencillo:desdeque llegóa casade ladyActonqueríahablar
conusted,asolasycontiempo,peronohemostenidooportunidad.Seguroquesabeque fuemidespacho…bueno, el de sirHerbert, el que logró localizarle,graciasalaintervencióndesirArianCreepingbear,quesededicaaestaclasedepesquisas.—Desde luego, milord. Sir Arian se puso en contacto conmigo y ha sido
siempre muy amable. Y le aseguro que llevó a cabo una gran labor, casi unmilagro.—Nolodudo.ElseñorBarryagitólacabeza.—Todavíameasombraquelograraencontrarme.Yonosoymásqueunoentre
tantos, milord.—Sumirada se veló por unmal recuerdo—. Entre cientos demiles.Fuimosmuchos,muchísimos,losolvidados.Barry se refería al más demediomillón de soldados británicos que fueron
licenciadostraslaguerracontraelfrancés,yabandonadosasuabsolutasuerte.Muchosdeaquelloshombressehabíanvistoobligadosacentrarsuprofesiónenla guerra, por completo, y, al terminar el conflicto, se encontraron con pocasposibilidadesdereinsertarseenotroestilodevida.Paraaumentarsudesdicha,elpaísestabaencrisisyfuerondadosdeladopor
ungobiernoqueapenaspodíamantenerlaestabilidad.Por eso, ellos, que habían salvado a Inglaterra delmayor peligro al que se
había enfrentado nunca, de la mismísima desaparición como país por lainminenteconquistadeBonaparte,recibieronportodopagounrotundoolvido,ytuvieronquebuscarporsucuentaelmododesobrevivir.—Sí, tengo entendido que estaba usted en muy mala situación —musitó
Marcus—.VivíaenWhitechapel,enlaindigencia,delacaridad,sindemasiadasesperanzasdeconseguiralgúndíauntrabajohonrado.LaexpresióndelseñorBarrynovarió.—Hevividomomentospeores—selimitóadecir.Marcusarqueóunaceja.—¿Enserio?—No,nomemalinterprete.Quehayasufridosituacionespeoresnosignifica
que la vida enWhitechapel fuera agradable.No lo era, aunque, por suerte, laguerrameconvirtióenunhombrederecursos.—Comprendo.—Marcus recordó el informe de sirArian—.TrasWaterloo,
viajóustedconelcoronelHippisleyhastaelOrinoco,enesaempresaabsurdadeSimón Bolívar y su Legión Británica, ¿no? —El otro no dijo nada, así quecontinuó—. He oído hablar del tema. Para nuestro gobierno, fue una buenaforma de quitarse de encima el grave problema que suponía todo ese ejércitoconvertidoenhombresnecesitadosdeempleo,deun futuro,peroparaustedessolofueotrapesadillamás.Malaorganización,indisciplina,caos.Hambre,sed,miseria…Pornohablardedisentería,viruela,malaria,tifus,fiebreamarilla…—Asíes.Fuerontiemposenlosqueeramejornohaceramigos,porquenadie
podía saber quién iba a estar vivo al día siguiente. —Los ojos de Barrycambiaron,parecióretraerseaúnmástrassuspupilas—.Pero,sinoleimporta,prefieronohablardeaquello.—Bien, de acuerdo, no lo haré entonces. —Una pena, le hubiese gustado
saberdetallesde loque, sinduda, fueunviaje increíble.Seconsolópensandoque quizá pudiera volver a sacar el tema en el futuro, cuando tuvieran másconfianza—.Peromeconstaquetieneustedunbrillantehistorial,señorBarry.SirvióconhonordurantetodalaguerraalasórdenesdelentonceslordNorthcottyfuemuyvalienteenWaterloo,unabatallaqueserecordaráporsiempre.—Unpuñeterobarrizal,esoesloqueera,simepermitedecirlo,milord.Marcussonrió.—Seguroque sí.En todocaso, queríadecirlequemealegrémuchocuando
ladyActonlebuscóyleofrecióunempleo.Fueunactodepurajusticia.Barrychasqueólalengua.Miróporlaventanilla,aunquecasidiolaimpresión
deestarviendounpaisajedeotropaísyotrotiempo.—Nosé,milord,yo…LordNorthcottfuemuyamableconmigo.Yjamásle
agradecerélosuficientequelehablasedemíasuhermanaoquememencionaseensutestamento,aunquehayantardadoenencontrarme.Esofueculpamía.Metemoque,alfinal,mequedémuchotiempoenAmérica.Hasta lleguéapensarquenovolvería.—Seencogiódehombros—.Perovolví.Marcusasintió.—Por esome alegramás todavía que esté en la casa. Como digo, era una
simple cuestión de justicia recompensar su lealtad y, además, me tranquilizasaberquepuedocontarconustedparalaproteccióndelasdamas.Barry le estudió unos momentos con aquellos ojos tan distintos. Luego,
asintió.—Darémividaporellas,milord.Nolodude.—Bien. —Tenía que asegurarse de que recibiera un sueldo añadido por
aquellatarea.Yleotorgaríaunabuenapensión,paracuandodecidieraretirarse.Pero,demomento,eramejorcambiarde tema.Mirópor laventanilla—.Hacemuybuentiempo.Idealparaunabuenacaminata,¿nocree?Oparasentarsealsol.Dealgúnmodo,Barryparecióvolverarespirar.Sonrióapenas.—Sí,asíes—asintió.—Ytengoqueadmitirqueestepuebloesmuybonito.—Síqueloes.LeaseguroquehaymuchosrinconesenMinstrelValleyque
merecelapenavisitar.—¿Enserio?—Viniendodealguiencomoél,quehabíavistomuchomundo,
eraunaafirmaciónparatenerencuenta—.¿Algoquemerecomiende?ElseñorBarrylomiróconciertaduda.—Pues… para un caballero como usted, no estoy seguro, milord. Quizá
pudiera jugar una partida de naipes en el Salón de Fiestas, está frente alayuntamiento. Es donde se celebran los bailes de la parroquia, segúnme handicho,pero lohabitualesque,por las tardes,sereúnanallí los lugareños.Hayunamesa especial, reservada para las personalidades del pueblo.Usted estaríainvitadoaella,depresentarse.Marcusarqueóunaceja.Yaseimaginabaloapasionantedeunatardejugando
partida tras partida, con apuestas de a penique, acompañado del médico, elalcaldeyelpárrocodellugar,caballerosquesindudatendríanunaconversaciónmuylimitadaalosasuntosdelcampo.Alfinal,trasunashorastediosas,quizállegaseaganarunchelín.Yeso,siel
curanolehacíatrampas.—Creoque,simegustaraeljuego,seríamásasiduodeBrooks’s.Almenos,
lasapuestassonmejores.Y,quizá,hastapreferiríaesacompañía,aunquesobreesoyanoestoytanseguro—secorrigió,alrecordarlossalonesllenosdenobles,los voceríos a ratos en las mesas de juego, y el libro de apuestas, con retosmuchasvecesinfames.ElseñorBarrypareciócomprenderlobien,yoptóporotraspropuestas.—Tambiénhaylugarespintorescosporaquí,comoelPuentedelPasatiempo,
cruzandoelríoOldruin.O,yaentierrasdelosClifford,elPuentedelasÁnimasyelPozode losDeseos,o las ruinasdeuncastilloen la colinadeScottHill.Todos esos lugares tienen sus leyendas, aunque la más importante es la delcastillo,muycuriosa,deesasdeamorymuerte.—Ah,algorecuerdo,sí—dijoMarcus,pensandoenOlivia.—O,comocomentamosantes,silegustalabuenacerveza,puedetomarseuna
enTheOldFlute.—Sí,esomerecíalapenatenerloencuenta.Asintió—.Puedepasearporlosbosquesoporlaorilladellago.Tambiénhayunascuantasbarcas,se alquilan en el embarcadero del viejo Swan, cerca de la colina. Aunque le
recomiendoquenovayaporallíunavezempieceaatardecer.—¿Yeso?Elotrotitubeó.—Algorelacionadoconesaleyendalocal,milord.—Habíapalidecidoybajó
algo la voz, para añadir—:Al parecer vaga por allí el fantasma de una jovendamaquesiguebuscandoasuamante,oalgoasí.Marcuslemiróconsorpresayluegoseechóareír.—No puede creer eso, señor Barry, y menos tenerle miedo. ¡Es usted un
veteranodemásdeunaguerra!—Ah,perotambiénsoyunhombrecauto,milord,y,sipuedoevitarlo,nome
acercoalalíneaqueseparalavidadelamuerte.Simedicenqueporahípuedevagarunfantasma,nomeacerco,novayaaserqueseacierto.—Ya veo. —Siguió contemplándole divertido—. Quizá preferiría volver a
Londres. Recuerde que, para usted, siempre es una opción. Con larecomendacióndeladyActon,tendrátrabajodondeprefieraestar.—Oh, no, milord, ni por asomo. Muchas gracias, pero una cosa es tener
respetoaunfantasmayotratenerqueirmedevueltaaLondresporsuculpa.No,enabsoluto.MilugarestájuntoaladyActon.Además,reconozcoquemegustamuchoMinstrel Valley. Es bonito y, para alguien como yo, tiene de todo.—Sonriódeorejaaoreja—.Inclusounpardeviudasmuyatractivas.—Viudas, ¿eh?—Marcus lanzóuna carcajada—.Da la sensacióndeque le
gustanmucho.—Bueno, milord, más que nada, es una consecuencia. A mi edad, las
jovencitas ya resultan demasiado niñas, y las mujeres que me serían másapropiadas suelen estar o casadas o viudas. Como comprenderá, no voy ametermeenmediodeunacamamatrimonial.—No,desdeluego.—Marcusrioconmásganasaún—.Lodicho,esustedun
hombreprudente.—Gracias,milord.El coche había llegado ya al centro del pueblo y cruzó su plaza, Legend
Square,antesdetomarTownHallStreet,ladesviaciónhaciaKing’sRoad,quellevaba a Minstrel House. Había bastante bullicio, el pueblo estaba muy
animado, de modo que dejaron de hablar y ambos se dedicaron a mirar concuriosidadporlaventanilla.Marcuscontemplóaloslugareñosqueibandeunladoparaotro,ocupadosen
suscosas;ungrupodeniñosjugabaenellavadero,juntoalpozo,salpicándoseunosaotros,mientraslasquedebíansersusmadreslavabanmontonesderopa.Justoenfrente,dosmujereshablabanenlapuertadelatienda.Unadeellas,deedadmadura, cara agria y toca negra, lanzó condisimulounamiradahacia elcochequenolegustónada.—¿Quiéneralamujerdenegro?—preguntóaBarry—.¿Losabe?—Desdeluego,milord.EsMildredCotton,unaseñoraconciertainfluenciaen
lalocalidad—leexplicó,yañadióungestoconlosdedos—.Tambiénesviuda,peroaesanolatocaríanidelejosconunpalo.—¿Quéhahechousted?—Repitióelgesto—.¿Quésignificaeso?—Loaprendí enEspaña, cuando echamosde allí al francés.Measeguraron
quealejaelmaldeojo.Marcus rioconganas,mientrasvolvíaamirarpor laventanilla.Susojos se
toparon con la estatua de laDamaBlanca y el juglar, y se preguntó otra vezcómoestaríaOliviaCoombs.Desdeeldíaenqueseconocieron,ymásdesdelaconfesióndesirHerbert,raroeraelmomentoenquenopensabaenellaconunaextrañamezcladeculpaydeseo.No estaba segurode cómodebía enfrentarse a ella.Estaba tan abochornado
por lo descubierto… Ya hubiera sido lo bastante malo todo aquello de noconocerla siquiera, pero además recordaba el modo brusco y desagradable enquesehabíapresentadoensucasa,ycómolehabíahabladoluego,cuandofueatomarel té,ofuscadoporelmiedoaadmitirquesupadrepudierasercapazdetalesactos,ycreíamorirdevergüenza.«Te lo mereces», se dijo, con amargura. Por precipitado, por agresivo, por
desagradable. Por idiota, en definitiva.Normal que lamuchacha estuviera tanenojadaconél.Puesavercómo loarreglabaahora,porquequizásuhonornoterminara de limpiarse nunca, demasiada sangre y demasiada infamia habíacaídosobre losHaledeYork,peroalmenosdebíaempezarporcorregiraquelerroryasegurarsedequeOliviarecibíaloquelecorrespondíaporherencia.
Estabapensandoesocuandolaviodepronto,avariosmetros,paradajuntoalmurotraserodeunacasa,enRosebushStreet.Harmonyseencontrabaasulado,ytambiénunadelasdoncellas.Lucy,sinoseequivocaba.Marcussesobresaltó.—¡Señor Fergus! —llamó, golpeando el techo con el pomo del bastón—.
¡SeñorFergus,alto!—Elvehículosedetuvodeinmediato.AntesdequeelseñorBarry pudiera hacer nada por preguntar, Marcus ya había abierto la puerta yestaba en el exterior—.Lleve al señorBarry aMinstrelHouse, por favor.Yodaréunpaseo.—Señalóhacialastresmuchachas—.Voyasaludaramihermanayvolveréconellas.Porfavor,señorBarry,dígalealadyActonquenosveremosenlacena.Quedeseoquenofalte,aserposible,porquetenemosquehablar.—Muybien,milord.—Bien, nos verem… —Con un movimiento rápido, más ágil de lo que
hubiese imaginado en él, el señorBarry salió del coche, cerró la portezuela ytrepóalpescante,juntoaFergus—.Eh…Noeranecesario,señorBarry.—Créame,síloes.—Elantiguosoldadosonrió—.Graciasportodo,milord.Élasintió.Elcocheroazuzóloscaballosconunligeromovimientoderiendas
y el vehículo empezó a alejarse por King’s Road. Marcus lo observó unosmomentos, se encasquetó el sombrero de copa y avanzó hacia el grupo dejóvenes por el camino de tierra. Por suerte, no había llovido. No soportaballenarsedebarro.Ellas siguieronparadasante elmismomuroquecerrabael jardín traserode
una casa. De hecho, se acercó sin que se percatasen de su presencia, porqueestabanconcentradasenlasvariasramasderosalquesobresalíanporencimadelatapia,cuajadasdefloresrojas,rosasyblancas,preciosas.—Buenastardes—saludó,conunasonrisa.Las tres jóvenes se volvieron hacia él. Al verle, Harmony lanzó una
exclamación de contento, corrió en su dirección, le rodeó el cuello con losbrazosylediounbesoenlamejilla.—¡Marcus!¡Québien,yavolviste!¡Hastardadomucho!—Hetenidocosasquehacer.¿Llegaronbientuspertenencias?¿Estabatodo?—¡Sí!¡Ymuchasgraciasporocupartedeenviartambiénlosencargoshechos
amadameDidiane!—No hay de qué, fue un placer.—Tras el abrazo, la apartó un poco para
mirarlaalosojos—.Supongoqueyalosabes.Le había enviado una carta a lady Acton, informándola de casi todo y
pidiéndole que se lo dijera del mejor modo posible a Harmony. De haberpensado que podía no enterarse hasta su regreso, hubiese esperado paraexplicárseloélmismo,peroestabaelmalditoperiódico.Podíallegartarde,perollegaba.Teníagraciaque,alfinal,sequejasedequehubieraprensaenMinstrelValley.—Sí.—ElbonitorostrodeHarmonyseentristeció,ysusojossellenaronde
lágrimas—.PobresirHerbert.¡Quéfinaltanterrible,Marcus!¿Yasesabeloqueocurrió?—Un accidente. —Se encogió de hombros—. Debió quedarse dormido y
algúntroncosesaliódelachimenea.Oquizáfueporunavela.Noestánsegurosysupongoqueyadaigual.—Sí… Siempre fue muy amable y cariñoso conmigo, junto con mamá y
contigo, la personaquemás sehapreocupadopormí.Dehecho, si te digo laverdad, de pequeña, siempre que pedía un deseo, era que de pronto sedescubriese que él erami verdadero padre. Te parece horrible, ¿verdad?—lepreguntó,conangustia—.O,almenos,unatontería.Marcus sintió una inmensa pena. Pobre Harmony, qué ironías de la vida.
¿Debíadecirle laverdad?Decidióqueno,almenosdemomento.Quizáalgúndía, cuando fueseunamujer adulta, alguien capazde soportar el pesode todoaquel horror… Pero, incluso entonces, se lo pensaría. Haría lo que fuera porevitarleesemaltrago.—No,enabsoluto—murmuró—.Loentiendo,cariño.—Esqueélsíquesecomportóconmigocomosilofuera.—Losé.Dehecho,meconstaquetequeríacomoaunahija.—Leacaricióla
mejillamientrassefijabaensusojosazules,queentoncesveíatansemejantesalos de sir Herbert. Seguro que, cada vez que Walter Hale los tenía delante,percibíaenelloslaburladesualiadoyenemigo.Poresolarehuía—.Quédateconesoyrecuérdaleconcariño.
Paraevitar tenerquedecirnadamásal respecto, laabrazóydirigió lavistahaciaOliviaCoombs.¡Demonios,quéhermosaestaba!Esosdíassinverlalehabíandadotiempoa
terminar de… de asimilar su aspecto, podría decirse. En esos momentos, lasentíamáscercana,másfamiliar,ypodíadegustarmejorcadadetalle.Esatardevestíadelanafinayllevabaelcabellorecogidoenunmoñodetrenzas,sobreelquereposabaunbonitosombreroadornadoconpiel,a juegoconelrematedelcuellodelredingote.Ibadenegroabsoluto,comosiempre,peroMarcusempezabaadarsecuenta
dequeaquelcolorlesentababien,deunmodomuyespecial.Lahacíaparecersofisticadaymisteriosa,sí.Yencantadora.Legustaba,legustabamucho.No,eramásqueeso.Laadmiraba,ladeseaba.
¡Dios, cómo ladeseaba!Tantoquenopodíaevitarendurecerseunayotravezcomo un crío que está descubriendo el sexo. Le pasaba siempre que seencontraba en su presencia, y estaba claro que ese momento no iba a ser laexcepción.Quizá se delató de alguna forma, porque ella le miró con cautela, como
preguntándosequéleocurría.—Buenastardes—ledijo,confrialdad.Por supuesto. Teniendo en cuenta su último encuentro, aquella discusión
ridículaconelcondestableWorth,nopodíaesperarotracosa.Marcussemaldijoporhabersedejadollevartambiénentonces,mostrándosesoberbioyburlón.Nohabíapodidoevitarlo.Quéabsurdoque lemordieranasí loscelos.Y,comonoestabaacostumbradoasentirlos,nohabíasabidocómocomportarse.Bah.Solohabíasidounatorpezamás.Comotantas.«Recuerda»,sedijo.«Ahoratocaarreglarlohecho».—Buenas tardes… —repitió. Marcus echó un nuevo vistazo alrededor,
intentandoencontrar algomásquedecir.Sumirada se topó con los rosales—.Unasfloresmuybonitas.PorDios,quépocoinspiradohabíaestado.Lamentablefaltaderetórica,para
unabogado.Perotuvosuerte.Harmonyestabaallí,parasecundarleconentusiasmo.
—¿A que sí? ¡Son preciosas! Me encantan. —Señaló un grupito de rosasarracimadas—.¡Oh,Marcus,alcánzameunadeesas,porfavor!Éltitubeó.Alfinyalcabo,aqueleraunjardínprivado.—Nosésideberíamos…—dijo.PeroOliviahizoungesto,paraquitarleimportancia.—Claroquesí.Marleneestaráencantadadequecojamosunaodosflores.Es
unadelasmujeresmásgenerosasqueconozco.—¿Marlene?—Marcuslamirósorprendido—.¿Esfrancesa?—Sí.MarleneMignon.LlevayaalgúntiempoviviendoenMinstrelValley,y
se ha hecho famosa por su acento y por su peculiar forma de ser. —Oliviasonrió,comorecordandoalgo—.Pero,también,porsushermososrosales.—Nomeextraña—dijoHarmony—.Sonpreciosos.Yesoque,desdefuera,
nosepuedevermás.—Undíadeestostelapresentaréypodrásdecírselo.Seguroqueleencantará
conocerte,enseñartebieneljardínycontartehistoriasdesupaís.—¡Estupendo!—Pero,demomento,disfrutemosdesus flores.Espera, tecojouna.—Alzó
lasmanosparaarrancarunaflorrosadamuybonita,enunestadioentrecapulloyrosa completa. «Buena elección», pensóMarcus, porque parecía perfecta paraHarmony. Pero el tallo debió resultarmás resistente de lo que había esperadoOlivia, y, por cómo actuaba, apenas podíamaniobrar para evitar las molestasespinas—.Ay,maldición,quéduraestá…Hubiesenecesitadounastijeras.—Permítame.—Marcusseapresuróaayudarla.Sepusoasuespaldaycubrió
lasmanosdeOliviaconlassuyas,casienvolviéndolaentresusbrazos.Aunqueambosteníanguantes,porloquenollegóatocarla,notócómosesobresaltabaysintió de nuevo aquella emoción extraña que le provocaba la cercanía de esamujer.Laerecciónde suentrepiernacreció,presionandocontra lospantaloneshastadolerle.Apretólosdientes.Quizáellanotóalgo,porquesepusonerviosa,intentóapartarseysepinchó.—¡Ay!—exclamó,ysemirólamanoderecha.Eneldedoíndice,atravésdel
encajenegrodelguante,empezóasurgirunagotamuyroja—.Oh,vaya.Esunasuertequenoseablanco.
Marcusfruncióelceño,maldiciéndoseporsutorpeza.—¿Sehahechodaño?—No,noesnada,nosepreoc…—Ledioigual,decidiócomprobarloporsí
mismo.Latomóporlamuñecaylesacóelguantedeuntirón—.¡Oiga!—Nohizoningúncasodesusprotestas.Enlayemadelíndicepodíaverseelpequeñopinchazo,algoinofensivo,peroquequedabaescandalosoporlagotadesangrequeempezóasurgirdeél.Olivialemiróconintención—.Yavequenoesnada.Dudoquemedesangreporesto.—Sí,espocoprobable.—Marcusagitólacabeza—.Perdone,metemoqueha
sidoculpamía.—Enabsoluto.Noseaegoísta.—ÉlsemostródesconcertadoyOliviaseechó
a reír—.Comomucho,estoydispuestaacompartir laculpa,peronoadárselaporcompleto.Marcussonrióparasí.Legustabamuchoaquelsentidodelhumor,decididoe
ingenioso, que empezaba a identificar por completo con Olivia. Y susmanosseguíanunidas,ellasinguante,conlapieldesnuda.Malmomentoparareparareneldetalle,porquedeprontoseviosumidoenlafantasíadequepodíatirardelamuchacha,pocoapoco, siempremuypocoapoco,yacercarla; tomarentreloslabioseldedoquesangrabaylamerlo,conlentitud,sinprisas,paraasícortarlahemorragia…Yellalopermitiría,ysemantendríafirme,sinapartarlaspupilasdelassuyas,
seguro.Oliviaeravalienteyapasionada,nosearredraría,dejaríaquesulengualaacariciasedeesemodoíntimoquesolopodíaconcebirseenlasfantasíasmásardientes.Y,siselopedíaelcorazón,OliviaCoombsdaríaporsímismaunúltimopaso
alfrenteysepondríadepuntillasparabesarle.El aire pareció crepitar a su alrededor, pero ninguno de los dos hizo nada,
claro.Niéllamiósudedo,niellalebesó;lossueñossiguieronsiendosueñosynisiquierarozarondelejoslarealidad.Marcusselimitóasacarunpañuelomuyblancodelbolsilloyloaplicócontralaherida.—Mantenga apretado fuerte —le dijo, entregándole también el guante—.
Dejarádesangrarenseguida.
—Sí, gracias —replicó ella. Parecía sorprendida por sus atenciones—. Leagradezcosuinterés.Marcus asintió. Iba a añadir otro comentario sin demasiada importancia,
cuandovioqueveníaalguienporelcamino,endireccióneste.Eraunhombredeunos treintaaños,comoél,decabellorubiooscuroyrasgosagradables.Vestíadeunmodosencilloyelegante,discreto.Mantuvo el rumbo, sin acercarse a ellos, sin dar pie a charlas, pero sonrió
cortésaOliviay también incluyóa todosenungestodesaludo, llevándose lamanoalsombrero.Ellossaludarondeigualmodo.—¿Quiénes?—preguntóHarmony,cuandohubopasado—.¡Esmuyguapo!—Harmony…—la riñó Marcus, en broma—. No puedes hablar de chicos
hasta los dieciséis. Y entonces solo para decir que los odias.—Harmony riodivertida—.Pero¿quiéneraesehombre,ladyOlivia?—ElseñorWesleyCatesby—contestólamuchacha—.Llevaalgúntiempoen
elpueblo,almenosatemporadas,peroapenasleconozco.Tengoentendidoqueesescritor,oesosecomentaporahí.Tambiéndicenquetieneunacasitaporlosalrededores,enelbosque,cercadeKing’sRoad,peronotengoniideadedónde,conexactitud.—¿Catesby? —preguntó Marcus, y repitió pensativo—: Catesby… —El
apellidolesonabamuyfamiliar,ynotardóendarsecuentadelporqué—.¿SabesiacasoesfamiliadeldifuntoduquedeManford?Olivialemirósorprendida.—Puesnosabríadecirle.Queyosepa,élnohaalardeadojamásdesemejante
parentesco.Ydiríaqueasíhasidoporque,deotromodo,seríalacomidilladelpueblo.—Eselapellidodelafamiliadelduque.—Marcusloconsideróunmomento
más, pero dejó el asunto con un leve encogimiento de hombros—. Pero, porsupuesto,puedenotenernadaquever.Ellaasintió.Miróendireccióneste,haciaMinstrelHouse.—Deberíamosvolver.—Oh,sí,porsupuesto.Pero,unmomento.
Marcus se giró otra vez hacia elmuro y, conmovimientos hábiles, cortó larosa queOlivia había elegido paraHarmony y se la dio a su hermana, que larecibióencantada.Entonces, llevadoporun impulso,buscóotrapara lapropiaOlivia.Almomento,viounadeunrojointenso,ardienteyapasionadacomolaimaginabaaella.Perfecta.Estuvoapuntodecortarla,sindudaeralaflorquehubieseelegidodehaber
sidolibredeescoger,perolepareciópocoadecuada,porquetuvomiedodequealgoasíledejarademasiadoenevidencia.TeníaqueconquistaraOliviaCoombs,yesopasabaporhacerseperdonar,por
supuesto, pero tambiénporhacersedeseable.Si semostraba comoun rendidoadmiradordebuenasaprimeras,podíaprovocarquelevalorasepoco,yqueesolallevaraarechazarsusavances.Y era demasiado orgulloso como para permitirlo. No podría soportar su
desprecio.DemodoqueMarcusarrancóotrarosa,esavezblanca,finaydelicada,ysela
ofreció,conunainclinacióngallarda.
Capítulo13
LadyOlivialemirósorprendidayseruborizó.—Gracias, lordNorthcott—dijo, cogiendo la flor con expresión dubitativa,
comosinoacabasededecidirsilegustaba.—De nada, lady Olivia.—Y no supo por qué, pero se sintió impulsado a
recitarlo—:«Lashojasdelrosal,cuandolarosamuere,/seapilanparaellechodelamante; /yasíen tuspensamientos,cuandotehayas ido, /elamormismodormirá».Olivialomirósorprendida.—«Cuando las suaves voces mueren» —replicó, enunciando el título del
poema de Percy Shelley—.Vaya. Reconozco queme ha sorprendido,milord.Nuncapenséquelegustaralapoesía.—Shelley era más que un poeta. Era un pensador y, como tal, un
revolucionario. Sospecho que nome hubiese caído simpático, pero reconozcohabercompartidomuchasdesusideas.Encualquiercaso,sí,almargendetodoeso, me gusta la poesía. —Se sintió incómodo por el ambiente enrarecido,demasiadoíntimoparaloqueestabaacostumbrado.Carraspeóyapartólavista—.¿Ibanaalgúnsitio?—Enrealidad,hemosestadodandounpaseoyvolvíamosaMinstrelHouse
—explicóHarmony.—Sí,noqueremosllegartardealacena—añadióOlivia—.LaseñoraBurton
tienemalacarasiempre,pero,sinosomospuntuales,seenfadamucho.Puedenocambiardeexpresión,peroselasarreglaparaqueteenteres.¡Yparaquenoloolvidesenelrestodetuvida!
MarcusyHarmonyrieron.—Niteimaginaslogruñonaquepuedellegaraser,Livvy—dijoestaúltima
—.¿Teacuerdasdeaquellavezqueteretrasaste,Marcus?¿AlpocodeinstalarseladyActonenNorthcottHouse?«¿LordNorthcott?¿Ustedporaquí?»—Simulóconsultar,entregrandesaspavientos,elrelojquesiemprellevabacolgadoelamadellaves—.«¡Quésorpresatanagradable!Viendolahora,pensabaquehoyyanoíbamosacontarconsugratapresencia».¡Yeso,porcincominutos!Marcusrio,recordandoaquelmomento,aunqueentoncesnolehizoninguna
gracia.Hastahablócon ladyActonsobre laposibilidaddedespediral amadellavesporsuosadía.Suprimaselimitóapreguntarlequiénhabíacometidounerrordelosdos,demodoquelodejóestarynuncamásllegótardealcomedor.—Sí,sabecómodejarteclaroque llegas tarde,aunquedependedelcaso.La
primeranochequesequedóladyOlivia,ellayyo llegamos tarde,perononosdijonadaenabsoluto.—Supongo que transigió porque sabía que yo podía perderme por esos
pasillos…comocasiocurrió.Marcus consideró la idea. Sin duda, era una posibilidad, aunque él tendía a
creerquelaseñoraBurtonconocíasuspropioslímitesysabíacuándonodebíatraspasarlos. Una cosa era llamar la atención a un muchacho que todavía seestabahaciendo,comoeraélmismoenaquellaprimeraépoca,pormuchotítuloquetuvierayaentonces,yotrallamarlelaatenciónalactuallordNorthcott,unhombrehechoyderecho,alguienquenoteníaporquéresponderantenadieensupropiacasa.Detenerqueapostar,diríaque,enesosmomentos,dellegartarde,laseñora
Burton se limitaría a preguntarle si deseaba que calentasen más la sopa. Porsuerte,raroseríaquepudieracomprobarsuteoría.AMarcuslegustabaelordenycumplíalasnormasarajatabla.Además,teníaunahermanapequeñaalaqueeducar,ybuenapartepasabapordarleejemplo.—Puede—replicó—.Peroesbuenoquealguienmantengalasnormasynos
recuerdelosvaloresimportantes,comoeldelapuntualidad.—TirójuguetóndeunrizodeHarmony,quebufóentrerisitas—.Ycomonoqueremosllegartarde,será mejor que nos pongamos en marcha.—Marcus señaló con el bastón en
direcciónaMinstrelHouse—.Vamos,lasacompaño.Empezaron a caminar de vuelta a lamansión, a ritmode paseo, con calma,
MarcusyOliviaaambos ladosdeHarmony,comosi lausarandemuro,y lostresseguidosporLucy.Olivia estabamuy silenciosa.Marcus se decidió amirarla de reojo, aunque
resultónohabersidonecesario,podíahaberseimaginadosuexpresión,retraída,muy absorta. Aunque él tampoco tenía mayor deseo de hablar, en otrascircunstanciashubierabuscadountemadeconversación,aunquesolofueraporirtendiendopuentesentreambos.Pero,porsuerte,nofuenecesario.ContabanconHarmony,quesemostrótan
imparable como siempre. Iba parloteando sobre todo lo que veían, desde unapequeñaterneratrasuncercado,hastaelgrupodepatossalvajesquecruzabaelcielo,oinclusolacasagrandequeseveíaalolejos,alnorte,yque,alparecer,como sabían todos en el pueblo, eraunade las posesionesdelmarquesadodeNorthcott.—Síqueestuya.¿Nolosabías,Marcus?—preguntóHarmony.Élnegóconla
cabeza.—Laverdadesqueno.Conlaherencia,lehabíallegadolapropiedaddemuchascasasyedificiosde
todo tipo, en varias ciudades, algunas incluso en el extranjero. Sir Herbert sehabíaocupadodetodaslasgestionesdeltraspasodetitularidad,ytambiéndelorelativo a su mantenimiento, pero decidió no mencionarlo tampoco. Algo ledecía que ya iba a tener que referirse bastante a él antes de que acabase lajornada.—Mesorprende—continuó—.CreíaqueelprimoNorthcott lehabíacedido
todo lo relacionado con Minstrel Valley a la prima Helena. Hasta el últimopuñadodetierra.—Menos esa casa. Me lo dijo lady Acton. Creo que su hermano quería
organizarunascaballerizasycriarcaballoscuandoseretirasenaquí,yamayores.Comoeraviudo,pensabavenirseconsuhermanayenvejecerjuntosenMinstrelValley,ellugardondehabíanjugadodeniñosyquetantoamaban.Quéimagenentrañable.Unapenaquenohubiesenpodidocumplirlo.
—Noesmalaidea—musitó.—¿Lodeiravivirconsuhermana?—Cuandolamiró,Harmonyleguiñóun
ojo—.Porsupuesto,siempreserásbienvenidoencuantascasastenga,Marcus.Éllanzóunacarcajada.—Te tomo la palabra, hermanita: cuando esté tan decrépito que no me
sostenganiconelbastón, iréa tucasaparaque túmecuides.—Harmony riodivertida—.Peromereferíaalodeponerahíunascaballerizas.Pareceunbuensitio,hayquereconocerlo.Haybuenospastosalrededory…—¡Bueno!Nosé…—Harmonynoestaba interesadaencuadrasnicaballos.
Dehecho,parecíahaberrecordadoalgoysevolvióhacialasilenciosadoncellaquelesseguíaatodaspartes—.¡Ven,Lucy!¡Tengoquecontarteunacosa!¡Esunsecretohorroroso!Ysaliócorriendo,sujetándoseelsombreroconunamano.Lucy dudó, y hasta entornó los ojos, dejando claro que le apetecía bastante
poco el ponerse a correr de semejante forma, pero qué remedio, tuvo queseguirla.—¡Harmony!—gritóMarcus,perosuhermananolehizocaso.Lucyyellase
adelantaronuntrechoyluegodejarondecorrer,perosemantuvieronadistancia.La única solución hubiese sido correr también, para alcanzarlas, algo queresultaría impropioenunseñormarqués, amenosque lohiciesepor salvar suvida, su honor o alternativas del estilo. Y eso, contando con que la niña novolvieraahacer lomismo,manteniendo ladistancia—.Demonios…CreoqueHarmonyhadecididodejarnossolos.Oliviahizounamueca.—Esoparece.—Ya.—Visto lo visto, buscó algomás que decir,mientras caminaban, ella
conlasmanoscruzadasalaalturadelacintura,apretandoelpañuelocontraeldedo;él,apoyandofirmeelbastóncon laderecha, la izquierdaa laespalda—.Dígame,¿quétalhaidotodoporaquíestosdías?—Bien.LavidaenMinstrelValleysiempreestranquila.—Pensóquenoibaa
decirmás,perono.Añadió—:Hanllegadoalgunosprofesoresy,ensumayoría,sonmuyagradables.—Titubeó—.LadyActonhaestadomuyocupada…Nosé,
supongoquecondetallesrelacionadosconeseplanenelquetrabaja.—Ya.¿Nohainsinuadonada,estosdías,sobrequéestátramando?¿Seleha
escapado algún detalle que pueda haberla llevado a usted a aventurar algunaconclusión?—No.Lolamento.Notengoniidea.Marcusseencogiódehombros.—Nosepreocupe.Peroserámejorqueestemosatentos.—Sí…—musitóella.Caminaronuntrechoenunsilencioqueencontrómuy
agradable.Quizáaellanolepasabaigual,porquelorompió—:¿Ybien?¿Nomevaacontarnada?Marcusdudó.LodeLondres,claro.Oliviaparecíamuytranquila,perodebía
estarardiendodeganasdesabersieraonohijadelordCamden,oquélehabíaocurrido a sumadre cuando era una jovencita sola en la vida, con un hijo encamino.Ojalánotuvieraquehablardeello.Peronoquedabamásremedio.—Meresultadifícil.Loquehedescubierto…meavergüenza.Ellalomirópensativa.—¿Hasidocomoesperaba?—Peor.Oliviaasintió,conungestocomprensivo.—Esehombre,el sociodesupadre, sirHerbert…Sumuerte tienealgoque
vercontodoesto,¿verdad?—Sí—admitió,ylenarrósuenfrentamientoconsirHerbert,aunquesolopor
encima,paraque sehicieseuna idea.Nomencionónique lordCamdenhabíasidoasesinado,ni que suhermanaerahijade sirHerbert, por loque se sintiómásculpabletodavía.Lehubiesegustadopodercompartirlotodoconella,peronosetratabadesecretosqueleperteneciesen.Eramejordejarloestar—.EsperoqueentiendaquenadadeestodebellegaraHarmony.—No,porsupuesto.—Gracias—suspiró,mirandoalfrente,asuhermana.Unaniñapreciosa,con
todaunavidapordelante.Élqueríaregalarleelmundoentero,deserposible—.Desconozco si el títulodelmarquesadohubiese recaídoenmídeconocerse la
implicación de mi padre y su socio, con ese actuar innoble, ignorando losrequerimientos de su madre y apropiándose del marquesado incluso antes desabersinaceríaunherederolegítimo.Esmuyposiblequeno,aunquenoesesoloquemeimporta,sinoque,desaberse,HarmonytendríacerradasporcompletolaspuertasdelgranLondres.Lacondenaríanalostracismoy lavergüenza, sinimportarelhechodequeellanohasidoculpabledenada.—Sí,esoescierto.Esmejorocultarlo.—Sí.—Lamiródereojo—.Pero,endefinitiva, loquemásimportaentodo
estoesquelosHaledeYorkestamosendeudaconusted,ladyOlivia.Ellasonrió.—Nosepreocupe.Ustednotieneculpaalguna.—Puedequeno.Perosoyelquepuedereparareldaño.—¿Aquéserefiere?—Aque ahora sí que creo, con toda firmeza, quedebemos casarnos.No es
unaopción,milady,esunarealidad.Unanecesidad,porpurajusticia.Oliviasedetuvo,porloqueMarcusseparótambién,asulado.Lomirócon
sorpresa.—Creí que éramos aliados frente a esa locura, milord. ¿Por qué vuelve a
plantearlo?—¿Noesevidente?Porqueustedes ladyOliviaHale,amboslosabemos.Y,
porlotanto,tambiéndebeserloparaelmundo.—Lord Northcott…—Olivia se humedeció los labios con la puntita de la
lengua,quizáganandotiempo.Oquizápreparandosubocaparaladeclaraciónque siguió a continuación—: Yo le agradezco de verdad su interés por mibienestar,perocreíhaberdejadomuyclaroquenovoyaatarmeanadiequenomeame.Y,paraamarse,hayqueconocerse.—¿Estásegura?—Marcuslamiróconintención—.Nocreoqueesoocurriese
entresuspadres.—¿Cómodice?—Suspadres, lordCamdenyMeryCoombs.Queyosepa,seconocieronen
una fiesta y se enamoraron de inmediato. Primera mirada, primera palabracompartida…—Hizoungestovago con el bastón—,quién sabe.Pero, por lo
quedecíasumadreensucarta,fueesamismanoche.—Sí.Yenelmensajeprivadoquemedejó,mecontócómofueelencuentro
conalgomásdedetalle.—Sonrióapenas—.Unmomentomuyromántico.—¿Lo ve? Y, en muy poco tiempo, se escaparon para evitar la oposición
paternaypodercasarse.—Marcus inclinó lacabezaaun lado—.Dígame,¿deverdadlahijadeunaparejaqueapostabatanfuerteporelamor,deunaformatanincondicional,esincapazdeunpocoderomanticismo?Ellaparpadeó.—Quizá sí loharía,de serotras las circunstancias.Pero,milord, cuandomi
padresepresentóantemimadre,nolohizoacusándoladeserunaadvenedizayuna estafadora. Ni, más tarde, se burló de sus amigos, ni mucho menos lesamenazócondestruirsuscarreras.Marcusseruborizó.—Lo sé—replicó, molesto. ¿Por qué demonios no lo olvidaba?—. Y creo
haberme disculpado por ello. Le aseguro que pasaré el resto de mi vidalamentandolodichoyhecho.—No lepido tanto, en absoluto.Ni siquierame interesaque lohaga en los
próximos diez minutos. Solo me gustaría que entendiese que, ahora mismo,piensoqueustedesunhombredemasiadoprocliveadejarsellevarporlaira,ydispuestoalataquemásdesaforadoalahoradedefendersusintereses.Marcushizoungestoecuánime.—Soyabogado.—Sí,losé.Esabogadoyesmarqués,unhombreacostumbradoasertratado
condeferenciayasalirseconlasuya.Soportamallasdificultades,milord.—Nopodía negarlo—. Si hubiese venido a mí, incluso enfadado y suspicaz, perodispuestoaescuchar,avalorarsilacartademimadreeraonoauténtica,yo…Creoquesíhubiesepodidosentiralgoporusted.—Dudóyañadió,tansinceracomosiempre—:No,estoyseguradequeasíhabríasido.Marcus tragó saliva, con la repentina sensación de haber perdido algomuy
preciado.—Olivia…Ellaagitólacabezayreemprendióelcamino.HarmonyyLucy,inmersasen
supropiaconversación,omonólogodeHarmonyparaserexactos,nosehabíandadocuentadesuparadaysehabíanalejadoaúnmás.—Pero, hoy por hoy —siguió Olivia—, lo único que tengo claro es que,
cuandosesienteustedamenazado,ensupersonaoensufamilia,noescuchaarazones, lordNorthcott.O cuando algo le incomoda—añadió, tensa—.ComocuandoelseñorWorthvinoaMinstrelHouse.Marcus entrecerró los ojos, enojadoy temerosodeque ella tuviera razóny,
también,dequefueseincapazdeconvencerla.Dijoloprimeroquelevinoalalengua.Hiriente,porsupuesto.—Ahínomesentíaamenazado,soloaburrido.Ellalefulminóconlamirada.—Porfrasescomoesa,ledigoqueno,milord.Un«no»rotundo.«Demonios», pensó él. ¿Cómo se le estaba yendo de las manos la
conversación,de semejantemodoabsurdo?Porque se estabaenfadando, claro.Oliviateníarazón,cuandosesentíaamenazado,contraatacaba.Comofuera.Carraspeó,intentandorecuperarelcontrol.—Vale.Reconozcoquesoydifícilaveces.—¿Difícil? Le llamé odioso una vez, y lo reafirmo. Es un aspecto de su
personalidad que puede agravarse con los años, o cuando ya no busquecomplacerme, porque yo ya no sea algo a conseguir, sino una conquista sinningúninterés.—Esonovaapasar—afirmóMarcus,segurodeloquedecía.Olivianegóconlacabeza.—Novoyaarriesgarmeacomprobarlo.Lamentoquehaya traídosemejante
idea absurda de Londres, pero no pienso atarme a usted. Y le ruego que nisiquieraloplanteeanteladyActon.Meestácostandomuchoconvencerladequenodeseoesaalternativa,niquierolatemporada,niquiero…¡Demonios,solomecasarésimelopideelcorazón,yaselodije!Yusteddeberíabuscarlomismo.Lamiróconelceñofruncido.—¿Quiéndicequenomeloestápidiendoahoramismo?Olivialanzóunacarcajada,aunqueexentadegracia.—¿Cómovaahacerlo,sinomeconoce?
—¿Quiéndicequenolaconozco?—Yo. —Contraatacó su ceño con otro igual de firme—. ¿Quiere hacer el
favordedejardejugarconmigo?Ustedyyohemospasadounúnicodíajuntos,ynopuededecirsequenoshiciéramosnisiquieraamigos.Loúnicoquehicimosfueatacarydefenderposiciones,enelconflictoheredadodenuestrospadres.Notieneniidea,niidea,denada.—Se equivoca. Como dije antes, soy abogado. Soy bueno observando la
naturalezahumana.Laconozcomejordeloquecree.—Ah,¿sí?—Volvióareír,esavezconecoevidentedeburla—.Pueshizoun
grantrabajo,valorándome,cuandonosconocimos,milord.—Las cosasno fueron así.Entoncesno la valoré, es cierto, peroporqueno
quería hacerlo. Me cegaban el miedo y el dolor y usted lo sabe. Pero desdeentoncesheaprendidomucho.Ellahizounamueca.—Muybien.¿Cuálesmicolorpreferido?Eso le desconcertó.Marcus carraspeó.Estaba en desventaja por su luto.De
haberpodidoelegircoloresalahoradevestir,hubiesetenidoalgunapista.—No tengo ni idea. ¿Verde? —Intentó adivinar. Leyó en sus ojos que se
equivocaba,asíque,propusootro—.¡No,no,rojo!Algo le dijo que tampoco había acertado. Incluso pareció decepcionada.
Oliviasuspiró.—¿Quéperfumeprefiero?—Eseesfácil—replicó,conalivio.Almenos,noibaafracasarentodo—.La
lavanda.Tuvoelplacerdeverladesconcertada.—Vale.¿Yquélibrosmegustaleer?«Maldición». ¿La había visto alguna vez, con un libro? No, claro que no.
Comobienhabíadichoella,apenassehabíanvistoundía,ysehabíanpasadolamayorpartedesushorasdiscutiendo.—Esperoquemuchosydemuchasclases—optópordecir.Eraunarespuesta
genérica,peroresultódesugusto.Olivialomiróconcuriosidad.
—¿Noleimportaqueseaunamujerilustrada?—PorDios, esmaestra, asíqueesperodeverdadque lo sea,yquededique
partedesutiempoacultivarsumente.Esoharánuestrasconversacionesmuchomásinteresantes,milady.—¿Deverdad?—Sonrióunpoco—.Bueno,almenosesotieneasufavor.—
Caminaronunospasosensilencio.Parecíaestarreflexionandosobrelodicho,yasíera,porqueañadió—:Peronovoyacasarmeconusted;no,sinoconsigueenamorarme, milord. Y lo tiene difícil, porque me consta que, aunque hayamomentos como este, en los que parece casi encantador, su comportamientosiempreterminasiendodelomásdesagradable.ComoconlavisitadeWorth.—Esofue…—Sí,losé,losé,milord.Sesentíaaburrido.—No—reconoció,demalhumor—.Amenazado.—¿Amenazado?¿Porelcondestable?¿Yporqué?«Mostraba demasiado interés en usted». Pero no iba a decírselo. Se estaba
exponiendoyademasiado.Seencogiódehombros.—Nolosé.Ellaesperóaúnunmomento.Viendoquenoañadíanada,lodejóestar.—Muy bien. Amenazado. Como cuando quería defender la memoria de su
padre.Quería,quería,quería…Yyo loentiendo,peroséque, lapróximavez,tambiéntendráunaexcusa.—Lelanzóunamiradadirecta—.Yelproblemaestáen que yo no quiero tener que pasar mi vida con alguien así, incapaz decontenerse,decomportarsecomoesdebido.—Esono…—Quieroalguienconquienpodercontar—lecortóOlivia,decidida—.Que
me apoye y me dé paz: alguien que, en vez de provocar más daño en unasituación de conflicto, busque aplacarlo y solucionarlo. En definitiva, alguienqueaceptelasadversidadesdelavidaconelmejortalanteposible.Noseviodescritoporningún lado.Marcussintióunsaborextraño,comoa
cobre. ¿Eramiedo? Sí, a qué negarlo. Olivia había estado en lo cierto, pocasveceshabíatenidoretosensuvida.Siendoherederodesdeloscincoaños,ycon
una buena cabeza para los estudios, siempre había conseguido lo que seproponía.Noestabaacostumbradoalafrustracióndeladerrota.Pero,enesecampo,enelamor,seveíatantorpe…Unauténticonovato.Ylo
teníamuydifícil,talcomohabíaafirmadoellamisma.Allíhabíamuchomásqueunsimplerechazo.Oliviaestabamuyenfadadaconél.—Comobiensabe,siemprepenséquemecasaríaporuninteréseconómicoy
social, compartido con mi futura esposa —murmuró—. La dama querría mitítuloymipoderyyo,lafortunayelprestigiodesufamilia.Consuerte,habríaunpremioañadido, elde subelleza física,quedisfrutaríayoyquepasaríadealgúnmodoanuestroshijos…Peroeraalgodeloquepodríaprescindir.Ellasuspiró.—Yo, sin embargo, siempre pensé enamorarme tanto como se enamorómi
madre,ocomoseenamoró laDamaBlancadesu juglar.Enamorarmehastaelúltimoporodemipiel,hastaelúltimocabello—insistió,losojosbrillantesporalguna emoción profunda—.Hasta el punto de que nadamás importe, de quetodololleneesesentimiento.Yaselodije.—Ya veo.—¿Por qué se sentía tan triste? Todo el tiempo aquella extraña
impresióndederrota.No,senegóenredondoaaceptarquelahubieseperdido,ymenos antes de iniciarse la primera batalla auténtica—. ¿Podrá darme unaoportunidad?Seloruego.Olivialomiróabatida.—Reconozcoquemedamiedo.Yque,loocurridoennuestroscomienzos,me
pesamuchoenelcorazón.Noconsigo…Nologroolvidarlo.—Milady…—No, por favor. Estoy siendo sincera, las cosas no pueden cambiar de un
minutoparaelsiguientey…—No, pero sí pueden cambiar en algúnmomento. Por favor. Insisto.Quién
sabe.Suspadresseenamoraronelprimerdía.Nosotrosno.Nosotrosllegamosaodiarnos...—Sí,laverdadesquenopudimosteneruncomienzomásdistinto.—Cierto.Pero¿quiénsabe?Quizá,simeesfuerzo,puedadar lavueltaa las
cosas,yganarmesuperdónysuaprecio.¿Acasoensuinteriornohayespacio
paralassegundasoportunidades?Ellatitubeó.—Nosé,quizá.Pero,porahora,leruegoquedejemosquepaseeltiempo.—
Allíestaba,lapuertaentreabierta.Sí,elfuturodiríasiMarcusseganabaelpodercruzar el umbral. De momento, estaba claro que Olivia no quería seguirhablando de todo aquello—. Vamos —aceleró, dando por terminada laconversación—.AlcancemosaHarmony.Pero él no obedeció. Siguió caminando a su ritmo, urdiendo planes que
desechabacasiacontinuación.Silasalcanzófueporque,alfinal,sedetuvieronaesperarle.
Capítulo14
Al entrar en la mansión, las muchachas subieron a sus dormitorios paracambiarse para la cena.Marcus se dispuso a hacer lomismo, valorando si ledaría tiempoadarseunbañodemásde cincominutos, pero la señoraBurtondecidióporél,alinterceptarleenelpasillo.—Milord, bienvenido. —Iba a replicar en agradecimiento, pero no se lo
permitió—. Disculpe que le interrumpa así, pero lady Acton desea verle deinmediato.—¿Ahora?—EstabaclaroqueladyActonqueríasabercuantoantesquéhabía
pasado,contodaclasededetalles.Yéltodavíanohabíadecididoquéibaadeciryquéno.Habíaesperadopoder tantear lasituaciónenelcomedoryactuarenconsecuencia. Intentó ganar tiempo—. ¿Puede decirle que hablaremos luego,mientrasjugamosalajedrez,quizá?Ahorallegohambrientoyagotadodelviaje.Deberíacambiarme,yvoyallegartardealacena…Elamadellaveslelanzóunamiradacomprensiva.Tambiénellasetemíaque
teníanoticiasterribles.—Hainsistidomucho,milord.Yllevainquietademasiadosdías.«Maldita sea», pensóMarcus. Pero no había más remedio. Tomó aliento y
asintió.—Porsupuesto,señoraBurton.Voydeinmediato.Lamujerseloagradecióconunasonrisaysemarchó.Marcuslavioalejarse
porelpasillo,agitólacabezayseencaminóhacialaescaleradelalaeste,parasubiralasdependenciasdesuprima.Desde su llegada, lady Acton se había reservado toda la zona central del
segundo piso de la mansión, un conjunto de media docena de grandeshabitacionesque,entiempos,habíanutilizadosuspropiospadressiemprequesealojabanenMinstrelValley.Puestoquelagranescaleraprincipalquesubíadelvestíbulo terminaba en el primer piso, solo se podía acceder a aquella partedesdelassecundariasdelalaesteyelalaoeste.Ambasestabancerca,pero,alavez,lobastantelejoscomoparadejaraislado
todo aquel corazón central del segundo piso, con una sensación deindependencia del resto de la casa. Como un pequeño fuerte incrustado en elgrancastillo.Marcus subió y llamó a una de las grandes puertas que cerraban aquel
complejo privado por ese lado. Esperaba escuchar una voz, quizá la de laseñoritaChatham,permitiendolaentrada,peroensulugarleabrióGoliath.—Milord…—dijoelgigantón,condeferencia.IsaacGoody,aliasGoliath,eraungalésdeunoscuarentaañosquellevabael
pelo oscuro muy corto, excepto por las grandes patillas. Tenía una cabezagrande, pero equilibrada con el resto de su cuerpo, y un rostro cuadrado derasgos toscos. Era tan enorme, tan masivo, que Marcus no podía evitarasombrarse cadavezque loveía, yno eraparamenos: alcanzaba casi losdosmetrosyeraanchocomodoshombres,conbuenosmúsculoslabradosafuerzadeejercicio.Segúnhabíapodido comprobar, era ciertoque, enotros tiempos, había sido
forzudodecirco,peroesesolohabíasidounodesusmuchosempleos,igualquesufuerzaerasolounamásdesushabilidades.Dehecho,eraunodeloshombresmáscultosqueMarcusconocía,algodelo
que había podido percatarse en distintos momentos, pese a que no habíancharladodemasiado.Goliathpreferíaleersobrecualquiertemaahablaryteníabuenacabezapara lasmatemáticas.Por logeneral,semanteníaenunsegundoplanoy,siemprequeleeraposible,seperdíaentrelaspáginasdeunlibro.—Buenos tardes, Goliath—le dijo—. Tengo entendido que ladyActonme
estáesperando.—Sí,milord.Supoquellegósucocheylehizollamardeinmediato,peroya
leinformarondequesehabíadetenidoapasearconladyHarmonyyladyOlivia.
—Sihabía alguna crítica en ello, porhacer esperar a su señora, no senotó—.Estámuynerviosaypreocupada,lordNorthcott.—Entiendo.—«Maldición,maldición».Teníaquepensarrápido.Lomejorera
dejarloestar,contarlelamismahistoriaqueaHarmonyyqueviviesetranquilaloquelequedabadevida.Noseperdonaríasi,porcontarlelaverdad,ledieraotroataque—.Esperopodertranquilizarla.Esoesloimportanteahora.Goliathlelanzóunamiradaprofundayasintió.—No podemos estarmás de acuerdo,milord. Pase, por favor.—Se apartó,
librandoelumbral,quedeprontoparecióinmenso—.Estáenlaterraza,conlahonorableseñoritaChatham.Marcus entró en el gran salón. Aunque estaba atardeciendo, todavía había
muchaluz,graciasaquelasgrandespuertasdelaterrazaestabanabiertasdeparenpar.Esolepermitiódistinguirhastaelúltimodetalleamedidaqueavanzabapor aquel lugar tan peculiar, el corazón deMinstrel House. O el de su primaHelena,queveníaaserlomismo.No había vuelto a estar allí desde el día en que llegaron, cuando ayudó a
GoliathyaDerekasubiraunaagotadaladyActon,y,aquellatarde,laenormesalaseencontrabavacía,oquizáeramejordecir«desolada».Lospocosmueblesque habían permanecido en su interior desde el cierre de lamansión,más deveinte años atrás, seguían cubiertos con sábanas, como fantasmas pálidos, aligual que cuadros y espejos, para resguardarlos en lo posible del paso deltiempo.Sinembargo,enesemomentoel salónyadesbordabavidapor todaspartes.
Los suelos de madera rojiza resplandecían, vestidos aquí y allá de gruesasalfombras; los muebles habían sido descubiertos, e incluso habían añadidomuchos otros, como lamesa con sillas frente a la chimenea, con un hermosoajedrezenmedio.SefijóenquelaspiezasestabancolocadasenellugarenquequedaronaldejarlapartidaenLondres,alaesperadesucontinuación.Marcus sonrió.Le gustabanmucho las partidas que jugaba con ladyActon.
Era una jugadora inteligente y astuta, y una mujer muy culta. Con susconversaciones,siempreaprendíaalgo.Porlodemás,habíaadornosportodaspartes,jarrones,cajitas,estatuillas…en
uncaosquenodejabadeserhermosoensusdetalles,perotambiénexcesivoenel conjunto, como había ocurrido ya en sus habitaciones de Northcott House,cuandovivíanenLondres.Supusoqueeraloqueparecía:lacasadeunaancianaquehabíaidoreuniendorecuerdosalolargodesuvida,yqueríatenerlostodosallí,alavista,sinimportarlemuchoquéimpresióngeneraldieraalosdemás.Mientras cruzaba el salón tras los pasos de Goliath, los ojos de Marcus
recorrieron también los cuadros que cubrían las paredes, como el retrato deldifunto conde de Acton, un hombre atractivo de mirada profunda, y los delhermanoyelsobrinodelaanciana,HenryHale,elmarquésdeNorthcott,ysuhijo,PhilipHale,condedeCamden.Loshombresacuyasmuerteséldebíaelestarallí,enMinstrelValley,enesos
momentos, y convertido en el marqués de Northcott. Más aún, de no habermuerto,laprimaHelenayélnisiquieraseconoceríanporque,aunquesupadreera un primo cercano, y por eso había sido su heredero, nunca habíancongeniado.Ellos eran losHale deYork, tan distintos de losHale deLondres, como se
empeñabaenafirmarsupadre,unayotravez.Al pensar en eso, recordó la primera vez que vio a ladyActon. Siempre le
llegaba la escena envuelta en bruma, porque él era demasiado pequeño y sesentíamuy impresionado.Noestabasegurodel sitioenelqueseencontraban,soloque eraun lugar inmenso, llenodegente, en el que se informóde formaoficialdeltraspasodeltítulo.Supadresehabíaempeñadoenqueasistiesensumadreyél,yallíestaban,unpardepasospordetrás,elegantesyserios,llenosdeorgullo.Ya entonces, en aquel lugar tan aburrido, ladyActon le había parecido una
anciana,pero,sobretodo,unadamamajestuosa.Imponenteerael términomásadecuado, por su altura, su distinción y elegancia. Que fuera toda vestida denegro, incluso con un velo cayendo sobre su rostro desde el complicadosombrero de plumas oscuras, ayudó a crear en su memoria una imagen casilegendaria.Marcus no había entendidomuchas cosas, solo tenía cinco años, pero lady
Acton estaba de luto por lasmuertes de su hermano y su sobrino.El dolor la
cegaba,estabadestrozada,algoqueseuníaalhechodetenerqueaceptarque,delanochealamañana,todoloquehabíasidodesuspadresydesuhermanofueraapararamanosdelosHaledeYork.Al «afortunado primoWalter», como insistía en decir una y otra vez, con
evidenteretintín.Discutieronconacritud,sobretodoporlaspropiedadesdeMinstrelValleyque
el difunto lord Northcott había cedido a su hermana tiempo antes, pero, porsuerteparaladyActon,latransferenciadeaquellosbieneshabíasidoimpecable,yelpadredeMarcusnopudohacernadaparaanularla.En todocaso,ese temasirvióparaexacerbaraúnmáselenconoentreellos.
Trasaquello,nodieronpieaningúntrato:ladyActonsefuealcontinenteynovolvióhastaquesupodelamuertedeWalter.Entonces,unatarde,sepresentóenNorthcottHouse.Allílarecibióunjoveny
abrumadoMarcusdeveintidósañosque seenfrentabaal enorme retode tenerqueeducarasuhermanadeocho.Unaniñaque,afuerzadenosentirseamadaporsupadre,sehabíavueltohurañayrebelde.Aquel día, Marcus temía tener que sufrir, además, los reproches de lady
Acton,oinclusolaamenazadepleitossinohacíaalgoasugusto,perono.Suancianaprimaloabrazó,ledioelpésameytratódeinfundirleánimos.—VenidavivirconmigoaActonHouse—leofreció,cuandoyaélempezóa
abrirseycompartióconellasuspreocupaciones—.Yopuedohacermecargodetuhermana,Marcus.Harmonynecesitamuchascosas,amboslosabemos,pero,sobre todo, amor y disciplina.—Miró por la ventana. Fuera, en el jardín, unapequeñaHarmony jugabaconsuperrito,vigiladapor tresniñeras.LadyActonsonrióantesemejanteimagen—.Además,aunquetodavíaesmuyniña,yasevequetienepotencialparaserunaDamaSelecta.—¿UnaDamaSelecta?LadyActonsonrió.—Cosasmías.Pero,créeme,losé.Jamásmeequivocoalrespecto.Marcus estaba demasiado desesperado como para rechazar esa oferta de
ayuda,aunquelepidióquefueseellaquiensetrasladaseaNorthcottHouse.Deesemodo,Harmonynoseveríadenuevoarrastradaaunlugardistinto.Siempre
que le fueposible,WalterHale la habíamantenido lejos deLondres, atendidapor criados, y Marcus estaba intentando que considerase la vieja mansiónfamiliarcomosuhogar,unhogarestable.Cambiarladenuevoladesorientaría,adujo.Lady Acton había aceptado por el bien de Harmony, y había hecho un
excelente trabajo, todo había que decirlo. Su hermanita podía ser todavía unaniñadifícil,a ratos,cuandosemostrabacaprichosay testaruda,peroyanoerauna cría incapaz de razonar y empeñada en la tarea de cómo resultar másmolesta;yeso,comohermanomayoryactualtutor,loagradecíadecorazón.—Milady,lordNorthcott—anuncióGoliath,desdelapuertadelaterraza.Élnollegóasalir,sololohizoMarcusyechóunvistazorápidoatodo.Lady
Acton ya estaba lista para bajar a cenar, pero esperaba sentada fuera, en laampliaterrazadepiedra,bajolagransombrilla.Alversuimagen,justocuandoseencontrabainmersoentodosaquellosrecuerdos,hizoqueMarcussesintieraabrumadoporunsentimientodeauténticoafecto.Quería mucho a lady Acton, para él era como la abuela que nunca había
tenido,yjamáspodríapagarletodoloquehabíahechoporellos.La honorable señorita Chatham se encontraba a su lado, en otra butaca,
leyendoenvozaltaunanoveladeJaneAusten,aunqueseinterrumpióalllegarél y se ruborizó, haciendo aletear las pestañas sobre sus ojos azules, bastantebonitos.Solíautilizarlosparaintentarmejorarsusituación,siemprequehabíaenlascercaníasunhombrebienacomodado.Noseloreprochaba.LajovenMelaniehabíatenidobastantemalasuerteenla
vida.Aunque nacida noble, era la quinta hija del vizcondeSutton, un hombrecondemasiadaaficiónporlasmesasdejuegoymuypocasuerteengeneral.Alfinal, tresdesushijashabían tenidoquebuscarempleosapropiadosasunivelsocial,paraevitarqueterminasentodosenlacárcel,pordeudas.Cuandosupadremuriese,yel títulopasaseaun familiarvarón, lequedaría
soloel«honorable»comoúnicaherencia.Lesdedicóunainclinacióndecabezacomúnparaambas.—PrimaHelena…SeñoritaChatham…—Buenastardes,Marcus—replicóladyActon,yalzóelrostropararecibirsu
besoenlamejilla—.¿HastenidounbuenviajedesdeLondres?—Perfecto,gracias.—¿Quieres tomaralgo?LaseñoritaChathampuedeencargarsede traerteun
té,ounacopita,siloprefieres.—No,gracias.Noseránecesario.Sonriótambiénalajoven.LaseñoritaChathamhizoungestocoqueto,enel
que estaba implícita la propuesta habitual.Marcus se había planteado aceptaralgunaqueotravez,porquehacía tiempoquesehabíadespedidodesuúltimaamante;noerahombredeburdelesyempezabaasentirseansiosoporestarconuna mujer, pero Melanie Chatham nunca había conseguido fascinarle losuficiente.Y,ahora,estabaOlivia.—Pues,entonces, serámejorquehablemos,querido.—LadyActonhizoun
gesto hacia su dama de compañía—. Señorita Chatham, por favor, ¿sería tanamablededejarnossolos?La joven cerró el libro y se levantó sin elmásmínimo titubeo. Seguro que
estabaadvertidadeantemano.—Por supuesto, milady. Y no se preocupe: si se retrasan para la cena,
presentarésusexcusas.—LadyActonasintió—.Disculpen.Cuandoestuvieronsolos,ellalemiró.—Siéntate,porfavor,Marcus.—Éllohizoenelsitioqueacababadedejarla
señoritaChatham.Sefrotólasmanos,nervioso.Seguroquelesudaban—.Antesdenada,quieroquesepasquesientomucho,muchísimo,loquemecontabasentu carta, todo lo que has descubierto sobre este asunto, y sobre tu padre y susocio. Te conozco y sé cuánto habrá pesado todo eso en tu conciencia. Noolvidesnuncaquenoesculpatuya.—Gracias,primaHelena.Ellaagitólacabeza.—QueignorasenlasreclamacionesdelapobreMeryCoombs,laexistenciade
una niña con la sangre de nuestra familia, y que… bueno, que murieran eseabogadoyesesacerdote,son…hechosterribles.Marcus se frotó una sien, exorcizando la imagen de sir Herbert, cuando le
contabaquehastahabíasentidoaprecioporelpadreRoberts.Noqueríapensarenaquello.SesentíatancansadotraselviajeytraseltensoenfrentamientoconOlivia… Ni hambre sentía ya, lo único que deseaba era poder irse a suhabitación,darseesebañoymeterseenlacama.—Sí,loson.—Pero,insisto,nosonculpatuya.Loquehagas,debeshacerloporqueasíte
lo dicta tu conciencia, pero también con libertad absoluta, Marcus. —Debiódarsecuentadequenoestabamuyhablador,porqueloenfrentó,laespaldabienrectayalzando labarbilla—.Teconozco,ycreoquenoesnecesarioquesigadándolevueltas.Hastomadounadecisión,¿noescierto?—Sí.—Nisiquieradudóeneso,tandecididoestaba—.Nosepreocupe,prima
Helena.VoyacasarmeconOlivia.Ellaasintió,másrelajada,conunasonrisa.—Bien. Bien. Eso quería oír. Eso hará justicia en este asunto y volverá a
ponerlotodoensusitio.Aunque,teloadvierto,nolovasatenernadafácil.NopudisteteneruncomienzopeoryOliviaestámuyenfadadacontigo.—Losé.Estaba…estabafuerademí,ymetímucholapata.Demasiado.—
RecordósuconversaciónconOlivia,decaminoaMinstrelHouse—.Meconstaquenoestámuypredispuestaaunmatrimonioconmigo,yquevoyatenerquecortejarlacontodasmisfuerzas.—Lehizoungestocómplice—.Peroséqueloconseguiré,sicuentoconsuayuda.LadyActonsonrió.—Entonces,nolodudes.Sabesqueharécuantoseaposible.Élasintió.Estabapensandoquéañadir,algoqueimpidieraqueellaempezase
consuspreguntas,cuando labrisadelatardecersusurróalatravesar la terraza,arrastrandodeladoa ladoalgunashojas.Enelcielo,empezabanapintarse loscoloresdelcrepúsculoysereflejaronenelmardeárbolesqueteníandelante,ysobretodoenellago,másallá,alolejos.Eraunespectáculotanhermosoquesequedaronunosmomentosensilencio.Marcusjamássehabíasentidotanenarmoníaconelmundoylanaturaleza.
«MinstrelValley,Hertfordshire»,pensó,conunaextrañasensacióndemaravilla.La tierra natal de lady Acton. De Olivia Coombs. Solo por ellas, y por ese
momentoúnico,yajamáspodríaolvidarlo,viajaraadondeviajase.Yquécuriosaeralavida:cuandoladyActonlehablódelsitio,loodió.Porlo
delacartadeMeryCoombs,perotambiénporsuempeñodequererdejarles,dequererabandonarNorthcottHouseyestablecerseallí,enloqueconsiderabaunaaldeasinlascomodidadesmínimasyque,sinestarlejos,tampocopodíadecirsequeestuvieracercadeLondres.«¡Menuda locura!», pensaba entonces.Él hubieraquerido cuidarlade cerca,
conunejércitodemédicosqueseasegurasendesubienestaracadasegundo.Sinecesitaba campo y tranquilidad, le decía, podían encontrar unamansiónmáscercanaaLondres,parapoderestarconellaenelmenortiempoposible.NoeranecesarioperderseenloscamposdecultivodeMinstrelValley,nisiquieraparasolucionarelasuntodeaquellasdosadvenedizas.PeroladyActonsehabíaempeñadoeniry,coneltiempo,elpropioMarcus
habíacreídoentendersusrazones.Sebasabanenaqueldeseodevolverallugardesuinfancia,alrincóndondehabíanacido,dondehabíareídoyjugadoconsuhermano de niña…Recuperar el sabor de aquel tiempo perdido, sentirsemáscercadelaspersonasqueadorabayqueyanoestabanconella.Sí,todoaquelloinfluía,sinduda.Perohabíamás,ysololocomprendiótodo
deverdadenesaterraza,bajoesecrepúsculo.MinstrelValleyteníaalgo…algoespecial.Eraunlugarbello,muyhermosoysereno,idealparadisfrutardeunavida tranquila.Y era un buen lugar al que retirarse y pasar feliz y en paz losúltimosaños.—¿Sabesporquétehehechollamarcontantaprecipitación,antesdelacena?
—preguntóladyActon,depronto,rompiendolamagiadelinstante.Marcus se volvió hacia ella. Decidió ser cauto, aunque eso implicase una
pequeñamentira.—Lo cierto es que no. Y le aseguro que no es un buen momento. Quería
habermedadounbañoantesdebajarysospechoyanovaaserposible.LadyActonlomiróconfijezayagitólacabeza.—Tucarta,esaenlaquemerelatabasloocurrido,elaccidentedesirHerbert
yelincendiodeldespachodetupadre…EstoyseguradequedescubristealgoenLondresquetodavíatienesquecontarme.
—Sí,asíes.—Marcussuspiró—.Nopodíadecírseloporcarta.Loquevoyaconfesarle ahora no puede quedar escrito en ningún sitio, prima Helena. Noquieroquesesepa,jamás.Ellaasintió.—Estábien.Habla.Notuvomuchoproblemaencontarleloquehabíadecididocompartir,puesto
quehabíatenidotiempoesosdías,yenelcoche,paraescogerbienlaspalabras.Poreso, lehablódecómosirHerberthabíaviajadoprimeroaMinstrelValleyparaobligar aMeryCoombsacasarseconotrohombre, con la aprobacióndeWalterHale.Ycómo,añosmás tarde,sehabíaocupadode«solucionar»aquelintentode reunir pruebas, eliminando al abogadodeMeryy al padreRoberts.Luego,habíavueltoaamenazarlasvidasdeMeryyOlivia.—Quéhistoriaterrible…—murmuróladyActon.—Sinduda.—Miróhaciaellago,peroyanoencontrabapazenelpaisaje.No,
trasaquellaspalabras—.Mesientotanavergonzado…—¿Por qué? Nada de eso es culpa tuya. No eres responsable de pecados
ajenos.—Leestudiópensativaunsegundo—.Perosídelospropios.—¿Aquéserefiere?—Te conozco,Marcus. Te conozcomuy bien. Sé cuándo dices la verdad y
cuándono.Ysécuándoocultascosas.Hayalgoquetequemapordentroyquetodavíanomehascontado.Élparpadeó.—Noséporquédiceeso.—¿No?Marcussesintiómásculpabletodavía.¡Estabatanhartodementiras!Pero,a
la vez, tampoco quería decirle que lord Camden, su «pequeño Phil-Phil», nohabíamuertoporunaccidente,algofortuito,sinoquehabíasidoasesinado.Queunhombrelosiguióconlaideadearrebatarlelavida,loasaltóporsorpresaenuncaminoylomató,porpuraambición.Eso daría pie a muchas dudas sin posible respuesta. ¿Pasó miedo? ¿Fue
rápido?¿Leviovenir?¿Sesobresaltó?¿PudoencomendarseaDios?
Tantaspreguntas…¿Ysi ladyActonno lo soportaba?Se laveía tanpálida,tandébil,peseasuempeñoendemostrarfirmeza…Sicondecirlelaverdadsepudiera hacer algo por aquel joven enamorado que fue lord Camden, aquelmuchachollenodevida,repletodesueñosyesperanzas,correríaelriesgo.Pordesgracia,noeraasí.—Esustedmuyperspicaz.Laverdad,noséporquémesorprendo.—Vaciló.
Teníaquedarlealgo.Ysabíaqué,peseaquetampocohubiesequeridocompartiresesecreto.Peroconfiabaenellalobastantecomoparahacerlo—:Harmonynoeshijademipadre.NoeshijadeWalterHale,sinodesirHerbert.Aquellologrósorprenderla.LadyActonabriómucholosojos.—¿Estásseguro?—Por completo. Me lo dijo él mismo, la última vez que hablamos. Poco
antes…pocoantesdesumuerte.—¿Porqué?¿Porquételodijoentonces,ynocualquierotrodía?—Nolosé.Salió,sinmás.Creoquesesentíamal.—¿Piensasquesesuicidó?Marcustitubeó.Otravez,sesintióincapazdementir.—Sí. Se suicidó, es cierto. Le exigí respuestas, me las dio porque fue
conscientedeque tardeo temprano las acabaría encontrandopormi cuenta, ysupusoqueyonomeibaaconformarconmirarhaciaotrolado.LadyActonlomiróconlástima.—¿Lohubierashecho?—Sí.Claroquelohubierahecho.—Seencogiódehombros—.¿Quésentido
teníaintentarencarcelarle,aestasalturas?EsohubiesedestrozadolareputacióndeHarmony,ynohubiesedevueltolavidaalosmuertos.—Esoescierto.—Lehubiese retirado la palabra, hubiese evitado que viera nuncamás a su
hija, como castigo… Pero no hubiese hecho nada más. —Hizo una mueca,apesadumbrado—.Sinembargo,sequitólavida.—Quizálepesabademasiadolaculpa.—Nosé.Nosoycapazdeimaginarquépensabaesehombre.Siesquetodavía
eraunhombre.
—¿Aquéterefieres?—Aquealguiencapazdematarasí,paraconseguirriquezasypoder,tieneque
cambiar de algúnmodo al hacerlo.Me resisto a seguir considerándole un serhumano.Es…bueno,otracosa.—Quizátengasrazón.—En todo caso,me consta que queríamucho aHarmony.Y no quería que
alguienencontraseenelfuturoalgunaprueba,algoconloqueellapudierasalirperjudicada.Poresoquemótodoeldespacho.—Comprendo.SupongoquenolehabrásdichonadadeestoaHarmony.—No,porsupuestoqueno.—Perfecto.Esmejorquenolosepanunca.—Nosé.Avecespiensoque…bueno,tienederechoaconocerlaverdaddesu
origen.Quizánoahora,queesunaniñaypodríanosabercómoasimilarlo,perosíalgúndía.LadyActonasintiópensativa.—Es posible. Dependerá de la clase de mujer que llegue a ser.—Su tono
adquirió un tono algo más grave al añadir—: Pero, Marcus, a veces, paraprotegeralosquequeremos,debemosmantenerlosenlaignorancia.Marcus la miró a los ojos, sintiendo que se le quitaba un enorme peso de
encima.«Aveces,paraprotegeralosquequeremos,debemosmantenerlosenlaignorancia».Quégranfrase.Ycuáncierta.Poreso,ellanuncallegaríaasaberquelordCamdenhabíasidoasesinado.
Capítulo15
Pasaronlosdíasy,pocoapoco,formaronsemanas.El pueblo de Minstrel Valley se internó en una primavera destemplada y
húmeda,enlaquecamposybosquesfueronadquiriendouncolorverdeintenso.Atrapados en aquel tiempo lento, de horas frías y silenciosas, sus habitantesvivieronunmesdeabrilqueparecióirseenunsuspiro,casisinsentir,comosinuncahubieseexistido.Aunqueelclimahabíaidomejorando,conmenoslluviasymássol,elmesde
mayotampocoresultódemasiadobrillante,enningúnsentido,hastaelpuntodequecorríaelriesgodeterminarperdiéndosedeigualforma.Estabanyallegandoasumitad,yMarcuscontinuabasintenerniideadecómoconquistarelcorazóndelaesquivaladyOliviaHale.De hecho, la sensación que le embargaba era la de que, pormucho que se
esforzaseenavanzar,seguíapermaneciendoinmóvil,clavadoenelmismopuntodeunlargocamino.Quizá debería mostrarse menos insistente, era algo que odiaba y que
considerabaqueestabamuypordebajodesudignidad.Pero,dadalasituación,no podía actuar de otromodo. Entre el deseo de resarcir cuanto antes elmalcausadoporsupadre,yel interéscrecientequelesuscitabalamuchacha,cadadíaqueseibasinquehubieseaceptadosupropuestadematrimoniosuponíaunaauténticaagonía.Poresoactuabasinpensar,segúnsurgíanlassituaciones,quetampocoeraun
hombretanacostumbradoaaquellostemasgalantes.Alcontrario.Unaflordeljardíntrasero,enelplatodelacena.UnapoesíadeWordsworth,
pasada de forma «anónima» bajo la puerta de su dormitorio. Un carísimoperfumedelavanda,encargadoaLondresparaella…Salía a pasear con Olivia y con su hermana, y ya tenía concertado con
Harmony que la doncella y ella desaparecerían al menos un rato, cuando lehicieseunaseñal,paraasídejarlessolosypoderinsistirensucortejo.—¿Otravez?¿Deverdad?—ledijoOliviaundíaenelbosque,enfadada.Tal
comoempezabaaserhabitual,HarmonyyLucysehabíandesvanecidoentrelaespesura como por arte de magia—. Parece ser que está usted decidido acomprometerme,milord.Aquelataquedirectohizoqueseruborizase.—¡Porfavor,ladyOlivia!Sabeustedquenoesesamiintención,alcontrario.
Perotenemospocosmomentosparahablarasolasypenséque…—Sivaavolveramencionarmelasexcelenciasdeunabodaconusted,será
mejor que lo reconsidere, lord Northcott. O le juro que no volveré a salir apasearconsuhermana,pormuchoquelamentealgoasí.—¿De la boda? No, en absoluto. —Las cosas, a su ritmo. Ya llegaría el
momento—.Queríahablarledesuescuela.—¿Demiescuela?—Asíes.Lavisitéestamañana,yhevistoquenecesitaseriasreparaciones.—
¡Oh,porfavor!Hastaélnotabaquehabíaadoptadountonopomposo.Estabatantenso…—.Hepensadoque…—Noleentiendo—leinterrumpióella—.MeconstaqueladyActonarreglóel
tejado.¿Aquéotrasreparacionesserefiere?—Eh… —¿Habían reparado el tejado? No lo sabía. La idea se le había
ocurridolanocheanterior,ysehabíalimitadoairesamañanaalaescuela,averenquécondicionesseencontraba.Demonios…Traspensarlounúnicosegundo,decidióqueeramejornodejarverquenoteníaniideadequélehablaba,aunquetampoco llegó a mentir—. Pero creo que podrían mejorarse muchos otrosaspectos.Porejemplo,cerrartodobienparaevitarlascorrientesdeaireyquelosniñosnotenganfrío;quizáponerdosestufas,unaacadalado.Mejorespupitres,en esos no sé cómo aguantan sentadosmás de diezminutos, pobres criaturas.Inclusopodríamosañadirunacocina,contratarunamujerquelaatienda,ydarles
de comer, así nos aseguraríamos de que todos reciben una alimentación encondiciones…Ellaleescuchabamuyseria.—Entiendo. Y le agradezco que me haya hecho pensar en todo eso. Le
aseguroquelotendrémuyencuenta.—Podríaocuparmeyo,loharéencantado.—¿De verdad?—Lemiró suspicaz—. ¿Y por qué iba a tomarse semejante
molestia,milord?Marcushizounamueca.Cuandoseplanteóaquelardid,habíaimaginadoque
a esas alturas estaría ante una Olivia entusiasmada, sonriente y rebosante deagradecimiento,unaquequizásiguieranegándoseahablardebodas,peroquesísemostraríamásafectuosa.Dehecho,aeserespecto,habíafantaseadoconlaposibilidaddeunbeso,con
probarporfinesoslabiosquelevolvíanloco,aunquesospechabaqueesoyaeramuchopedir.No, tambiénestabapreparadoparaunagradecimiento reservado,quizá una sonrisa lejana… Pero de ningún modo se esperaba una preguntasemejante.Le quedaba la opción de mentir, pero se sentía reacio a hacerlo. Podía ser
insistente y retorcido, pero no era un falso.Además, si traspasaba esa línea yOliviasedabacuenta,corríaelriesgodeperderporcompletolapocaconfianzaquelamuchachateníaenél.—Porusted,porsupuesto—reconoció,consencillez—.Haríacualquiercosa
por hacerla feliz, milady, y lo sabe. El dinero no sería problema—añadió almomento,alverqueellaibaaprotestar—.Soymuyrico,seríamosmuyricos,ypodríamos invertir esa fortuna en hacer las obras caritativas que considereoportuno.Amítambiénmepreocupalasituacióndelagente.—¿Enserio?—Claro que sí. Aunque no lo crea, colaboro con muchas asociaciones
benéficas. El marquesado de Northcott ayuda en comedores públicos, enhospitalesyenmuchasempresasreligiosasdedicadasalamejoradelavidadelosmenosafortunados.—Comoellasehabía limitadoaescuchar, inexpresiva,añadió—:Nohaylímiteparaloquepodríamoshacerjuntos,milady.Dehecho,
llegadoelmomento,estaríadispuestoalevantarunnuevoedificiodelaescuelaydarlesunombre:EscuelaMarquesadeNorthcott.Sonrióconamplitud,segurodequeaquello tentaríaacualquiermujer.Pero,
Olivianoeracualquiermujer.Pusolosojosenblanco.—Asíque,alfinal,dealgúnmodosíquememencionalaboda.—Lediola
espaldayempezóacaminar,sinsaberenquédirección—.Buenas tardes, lordNorthcott.Ledeseoqueencuentreasuhermanapronto,así tendráalguienconquienhablardevueltaaMinstrelHouse.—¡LadyOlivia!¡Milady!¡Nosevaya!Una y otra vez, sus encuentros eran como ese. Toscos, precipitados,
insistentes.Y,poreso,noavanzaba,claro.Cuandomeditaba en ello,Marcus se sentía frustrado, pero no sorprendido.
¿Cómo iba a ser de otro modo? A esa insistencia que hasta él considerabainaceptable, se sumaba su incapacidad natural para el cortejo. La estabapersiguiendodeunaforma…¡ah,torpe,aquénegarlo!Peronopodíaevitarlo.Sumundosiemprelohabíanconformadolasleyesyla
familia.Sumediadocenaescasadeamantesestablecidashabíansurgidocasiporcasualidad,ensumayoríaporqueellasmismashabíandadoelpaso,enelprimeracercamiento, con sonrisas o miradas como las que le lanzaba la señoritaChatham. Luego, la posición, el dinero y el poder lo habían facilitado todo.Nuncahabíatenidoqueesforzarseporconquistaraunamujer.Pero con Olivia era distinto. Tenía el problema de ese resquemor que
arrastrabadeantes,aloqueseañadíaaquellodequequeríaquelaenamorase,ynoteníaniideadecómohacerlo.Dehecho,parasersinceroconsigomismo,avecesnisiquieracreíaquefueramerecedordesemejantehonor.No podía olvidar lo que había descubierto en Londres: que era hijo de un
hombre infame. Cada vez tenía más claro que había heredado su caráctersombrío,contendenciaalenfrentamiento.¿YacasonolehabíaacusadoOliviademostrarse demasiado agresivo, demasiado desagradable?Lo había sido, sinduda,yteníamiedodeserlotambiénenelfuturo.Cuandosesentíaamenazado,ensupersonaoensufamilia,nopodíaevitarcontraatacar.
Nodejabadedarlevueltasatodasesasideas,intentandoencontrarelmododellegar al corazón de aquella mujer. Y, mientras tanto, pasaba el tiempo, días,semanas,yéllaveíacadavezmásatractivayencantadora.Cuandolaveía,claro…Había que admitir que las dos jóvenes Hale de Minstrel House tenían un
horario endiablado. Los profesores habituales de Harmony, liderados por suinstitutriz principal, la señoraHammond, habían llegado ya al completo, y sealojabanenunodeloscorredoresdelalaoeste,enelprimerpiso.Amediadosdeprimavera se les habían unido dos profesores más, destinados a instruir a lasjóvenesdelacasaenloscomplejoslaberintosdelbaileyelfrancés.Todos ellos mantenían una vida separada de la familia, con la que solo se
cruzaban, y muy de vez en cuando, en el jardín trasero o en los portonesexteriores deMinstrelHouse, ya que para entrar o salir del edificio utilizabanuna de las puertas de servicio. Contaban también con su propia sala dereuniones,enelpisobajodelamismaalaoeste,ademásdeunacómodasaladeestar,yhastacomíanensupropiocomedor.Por eso, de no ser porqueMarcus solía rondar las clases de las jóvenes, ni
siquiera les hubiera visto en la gran mansión. Pero, dado que él mismoprovocabalacercanía,sí tuvooportunidaddecogerespecialojerizaalmaestrode baile, Lionel Hastings, un individuo demasiado atractivo, a su parecer, ydemasiado dado al galanteo; ambas cosas hubieran debido ser pecadosimperdonablesenalguienalquese le ibaapermitiracercarsea las jovencitas.Pensó en advertir a lady Acton de ello, pero temió que pensase que estabaceloso.Bueno, sí, un poco celoso sí que estaba, a qué negarlo. De hecho, mucho.
Hasta llegó a meterse sin que nadie le viera en el despacho de la señoritaChathamparaversuinformeytratardeencontrarentresuslíneasalgúnmotivodedespido,ocualquierdetallequeledieraunapistadedóndebuscar.Como no quería tener que dar explicaciones a nadie, una tarde esperó con
paciencia hasta escuchar el sonido del piano. Eso quería decir que la señoritaChatham estaba ya ayudando en la clase de baile, aportando lamúsica. LadyActontodavíanohabíacontratadoanadieparaesefin,yeralaúnicaquepodía
hacerlo.Marcus entró, cerró a su espalda y se puso a revisar el lugar. La dama de
compañía y secretaria de ladyActon eramuy ordenada. Tenía el escritorio alcompleto, incluidos los cajones, en perfecto estado de revista, igual que losarchivadores. No le costó nada encontrar las carpetas correspondientes a losprofesores.Hastings…Hastings… Sí, allí estaba. Lionel Hastings. Sacó la carpetilla y
empezóa leerdatos.No tardóensaberque tenía treintaycuatroaños.Enesetiempo,habíareunidograndesméritosenelaprendizajedesucampo,sobretodoenEuropa,enlasofisticadaFrancia.Sisedejabaguiarporellistadoinmensodebailes que aseguraba conocer, debían quedar pocos en el mundo fuera de sualcance.¿Quéseríaesodelcancán?Asaber…Luego,habíaenseñadoabailaramuchasniñasdebuenacuna,cuyospadres
aseguraban haber quedado muy satisfechos… Nada. Allí no había nada. Pordesgracia,suhistorialnopodíasermásbrillante.Algoquesí le llamó laatención fuequeHastingshabíanacidoenelpropio
pueblodeMinstrelValley,aunquesehabíamarchadomuyprontodeallí.Siendounniño,yaestabaenFrancia,aprendiendoabailarenlasescuelasdedanzamásimportantes.Puesallínohabíanadaqueleresultasedeayuda.Malditopetimetre…¿Cómo
podíaser?Eraunauténticodandialqueleencantabacoquetearconlasmujeres,contodas,sinimportaredadoclasesocial.AlosdosdíasdealojarseenMinstrelHouseyempezarlasclases,yasehabíaganadounpardemiradasasesinasporpartedeMarcusque,debíaadmitirlo,habíaignoradoconelegancia.Noacababadeconvencersedequenohubiesealgoturbioenelpasadodeese
individuo,perotambiéneraverdadquesolíaserbastantesuspicaz.Demasiado,aveces.Teníaquecorregiresefeodefectodecarácter.Estabaterminandodeleersuinforme,cuandoseabriólapuerta.Laseñorita
Chatham, que entraba con bastante prisa, dio un respingo al encontrarle allí.Marcus semaldijo.Había estado tan enfrascado en la lectura que no se habíadadocuentadequeyanoseoíaelsonidodelpiano.—¡Milord!—exclamóella,sorprendida.Mirólosinformesqueteníaentrelas
manos—.¿Queríaalgo?—No,no.Soloechabaunvistazo.—Hizoungestoconlosarchivosquehabía
estado leyendo, para dejar claro que no trataba de ocultarlos. Como si no leimportasequelehubiesenpilladoallí—.Avecestengoremordimientos,deberíaretomarlosasuntoslegalesdeladyActon.Comosabe,loshedejadoenmanosdelseñorOakes—sereferíaaEdgarOakes,elcolegaalquehabíapedidoqueseocupase de los asuntos legales del marquesado y de lady Acton—, pero unonunca sabe… Se me ocurrió mirar los contratos de los profesores, paracomprobarquetodoeracorrecto.Una explicación tan absurda como otra cualquiera. Por suerte, la señorita
Chathamnoestabainteresadaenpedirleexplicaciones.—Oh, sí, por supuesto.Mire cuanto necesite.—Pasó por su lado, rodeó la
mesa y abrió un archivador. Sacó una gran carpeta—.De hecho, suele llegarbastantecorrespondenciay,unpardevecesalmes,miladysereúneconunodelosrepresentantesdelseñorOakes.Aunque,queríacomentarle,¿podríahacerlousted,lapróximavez?AsíladyActonnoestaríapreocupadaconeseasunto.—Suspiró—.Y,simehicieracaso, igualhastase recuperaríaunpoco,y tomaríafuerzas.—Sí, desde luego. —Se reprochó no haberse ofrecido él mismo desde el
principio,pero,noselehabíaocurrido.ElasuntodeOlivialoteníaofuscado—.Estaréencantadodehacerlo.—Es que me tiene preocupada. En los últimos tiempos, se está exigiendo
demasiado con ese proyecto suyo en el que está embarcada, ese tan…misterioso.Yasabe…Cierto.Habíanhabladodeélenvariasocasiones.Tambiénélestabaintrigado
y,aesasalturas,hastaalgoinquieto.LadyActonnodejabadetrabajarenaquelproyectoquemantenía tanensecreto,carteándosedecontinuoconsusamigasdeLondres.Acambio,devezencuando,lellegabangrandespaquetes.Nuncalosabríaenpúblico,peroMarcusnohabíatenidomayorescrúpuloala
horadesonsacaralrespectoalaseñoritaChatham.Dehecho,enesetema,habíaterminadoconcertandoconellaunaespeciedealianza,conlamotivacióncomúndecuidardeladyActon.Poresosabíaqueaquellascajasconteníantodaclasede
cosas,desdelibrosaretalesdecortinasydetelasparatapizarmuebles.Inclusomuestrasdepapelpintado.¿QueríaladyActonhacerreformasenMinstrelHouse?Quizá,ynoeramala
idea. Aunque se mantenía impecable, la mansión no había sido renovada enmuchotiempo,ynolevendríamaluncambio.Sisabíamedirsusfuerzasynoagotarse,hastapodríaserunentretenimientomuysanoparalaanciana.Elfuturolodiría.—Sí,laentiendo—replicó.—Por eso. No creo que, además, sea bueno para ella preocuparse de estos
temaslegales.—Me ocuparé de todo, descuide. Solo avíseme del día de las citas, y le
recibiréenmidespacho.—Muchasgracias,milord.La señorita Chatham volvía con su carpeta hacia la puerta, caminando con
desenvoltura,pero tropezócon laesquinade lamesay trastabillódeunmodomuy femenino hasta chocar conMarcus, que tuvo la oportunidad de recibirlaentresusbrazosysujetarlajustoatiempo.La carpeta corrió peor suerte. Se le cayó de lasmanos y se abrió, dejando
volarportodaspartesunbuennúmerodepartituras.—¡Perdón!—exclamólamuchacha—.¡Quétorpesoy!Marcusestuvoapuntodeecharseareír.¡Yélqueacababadecensurarseelser
tan suspicaz! Ja.Demasiado poco, estaba claro.Omucho se equivocaba, o laseñoritaChathamacababadelanzarseensusbrazos.—Nosepreocupe—dijo, qué remedio.Erademasiadocaballero comopara
reprocharlealgoasí,ymenosdeunmododirecto—.Todostropezamosenalgúnmomento.LaseñoritaChathamaleteólaspestañas.—Menosmalqueestabaustedaquí…—Hasidounagranfortuna,sí.Noparecíamuydispuesta a apartarse.Marcuspercibió el aroma sutil de su
perfume:olíabien,aflores,rosasquizá.Unolorsuaveydelicioso,peronoeraloqueélquería.
Poralgunarazónsoloconseguíapensarenlalavanda.Soltó a la señoritaChathamde unmodo algo brusco, como si de pronto se
hubiesedadocuentadeloimpropiodelasituación,yretrocedióunpaso,peronolo sintió como suficiente. Seguía sintiéndola demasiado cerca, y seguíapercibiendosuinvitación.Paradisimularysuperaraquellasituacióntanembarazosa,optóporagacharse
yclavarunarodillaentierra.Empezóarecogerpartituras.—Permitaquelaayude—dijo.—¡No,porfavor!Deje,yomeocupo.—Ellatambiénseagachóyempezóa
recoger papeles mientras no paraba de hablar. Se la notaba nerviosa—. ¡Seráposible,laqueheorganizado!¡Esque,esabrumador,milord!¡Esmuyduroparauna mujer sola, en mi situación, tener que salir adelante! —Sus dedoscoincidierondeprontoconlosdeMarcus,queestabarecuperandounapartituradeBeethoven que había en una esquina.Y no había sido casualidad—.Estoytan…abrumada.Suoscurosentidodelhumorleanimóahacerunabromasobreesarepetición
abrumadora, pero se contuvo. Se encontraban tan cerca, olía tan bien, llevabatantotiemposintenerunamujer,mesesya…Yesaseleestabaofreciendocondescaro.Unruidocercanoatrajosuatenciónylosacódelasensacióndehechizoenla
quehabíaestadoenvuelto.Olivia lesmirabadesdeelumbralde lapuerta.Tenía losojosmuyabiertos.
Carraspeó.—Esto…SeñoritaChatham,elprofesorHastingsdicequesibajaatocar…el
piano.Québien,otraconsentidodelhumormásqueincisivo.LaseñoritaChatham
apartó la mano como si se hubiese quemado, y se puso en pie de un salto.Marcustambiénselevantó,peropocoapoco.—Sí, por supuesto—dijo ella—.Ahoramismovoy, ladyOlivia.Es que he
tenidounpequeñopercance.—Nolodudo—replicóOlivia.Marcuslefruncióelceño,peroasumiódesde
elprincipioque,quieneraencontradodelmodoenquelehabíanvistoaél,poca
estaturamoral podíamostrar.Ella se limitó a devolverle unamirada intensa yenigmática,ydiomediavuelta—.Laesperamosabajo.—Desdeluego, ladyOlivia.Disculpe,milord, tengoque irme—ledijoaél,
nerviosa—.Comoyasabe,sueloayudarenlasclasesdebaile.—Losé,laheoídotocaramenudo.Ellariodeunmodoencantador.—¡Oh,vaya!Esperoquenolehayaresultadodemasiadoterrible.—No, en absoluto. —Tampoco había resultado maravilloso, ni de lejos.
Estaba claro que, rondar la perfección sin llegar a tocarla formaba parte de lamaldicióndelaseñoritaChatham.Eraatractiva,peronohermosa;tocababien,peronodeunmodosoberbio;eranoble,peroseveíaobligadaatrabajarencasaajena,parasobrevivir—.Lohaceustedmuybien,esundeleiteescucharla.Marcus solopretendía ser amabley terminar cuanto antesuna conversación
queleresultabayademasiadoincómoda,peroellalomiróembelesada.Oquizáabrumada,yaquelegustabatantoeltérmino.En lossiguientesdías, lassonrisasde laseñoritaChathamaumentaron tanto
queMarcusempezóapensarquequizáhabíacometidounerror.Hubiera sidomejornoabrirlaboca.Onohaberidonuncaaldespacho,porque,endefinitiva,nopudolibrarsedeHastings.
Capítulo16
LamayorconsecuenciadelaexcursióndeMarcusaldespachodeladyActonfue que empezó a recibir al enviado deOakes.Resultó tratarse de su sobrino,JeffreyOakes,unmuchachorubicundoyafectado,peroquealmenosintentabahacer bien su trabajo. Marcus agradecía sus visitas, porque le servían paraentretenerse,porpocoquefuera.Esas reuniones ocupaban un par de horas dos días almes, y la revisión de
documentoshastalograballenartreshorasmás,sinosedabaprisa.Duranteelrestodeltiempo,letocabarepresentarelpapeldenobleocioso,delquesoloseesperabaquevistieraimpecableypasearaconprestanciaporaquíyporallá.Era una exageración, por supuesto: también le estaban permitidas otras
laborestípicasdeuncaballero,comoperdersufortunaalascartas, leerpoesíaconcaradeerudito,sobretodosinolaentendía,y,porsupuesto,lacazadeseresincapacesdedefenderse,desdelejosysindesaliñarselaropa.Estabasegurodeque,silepegabauntiroaunodelospatosdelestanque,todo
el mundo aplaudiría con entusiasmo la excelente puntería del señor marqués,pesealacaradehorrorquepusolaseñoraSimpson,laprofesoradeetiquetadeOlivia,cuandoleconsultóalrespecto.En definitiva, se aburría, se aburríamucho.De haber estado libreOlivia…
Peronoeraasí,demodoquenopodíallenarsutiempoconsucortejo.Sabía que, para solucionar ese profundo tedio, solo necesitaba organizar
cuanto antes el nuevo despacho de abogados, así tendría algo con lo queentretenerse,peroseresistíaaviajaraLondresyalejarsedeOlivia.Silohacía,temíaperdertodoloavanzado.Porpocoquefuera.
Poreso,selimitóacomentarloconJeffreyOakes,yaenviarunmensajeasutío, Edgar Oakes. En él, le propuso en firme que le ayudase amontarlo: quebuscaseélmismoaalguienadecuadoparaocuparelpuestodeabogadotitulardecara al exterior, que se ocupara también de localizar una buena oficina en unbuen emplazamiento y de contratar el personal que fuera necesario. Marcuscorreríacontodoslosgastos.Su única condición era poder ocuparse, en estricto secreto, del estudio de
cuantoscasosleparecieraninteresantes,ydirigirsusestrategias,aunquenuncaaparecierasunombreporningunaparte,niél,porsupuesto,pisaselostribunales.SabíaqueOakesibaacolocarallíasusobrinoyque,deesemodo,sufamilia
trabajaríaenconjuntolosdosdespachos,convirtiéndoseenunodelosabogadosmás influyentes deLondres, perohasta le convenía, así se preocuparía dequetodofueralomejorposible.En realidad, estaba utilizando al propio Oakes para la tarea de darle una
cobertura, y seguro que su amigo lo sabía, pero ninguno de los dos llegó amencionarlo.Eso fue todo loquese lepermitióhacerenaquel tiempo,almargendeuna
pequeña actividad que emprendió por su cuenta en el pueblo, por supuestoencaminada a la conquista de Olivia. Después del fracaso del asunto de laescuela, lehabíacostadoencontrar algoquepudiera impresionarla.Por suerte,cuando lady Acton le recordó algo que le había pedido nada más llegar aMinstrelValley,yquehabíaolvidadoporcompleto,seleocurrióunabuenaidea.AlgodeloqueOliviatardabaenenterarse,aunquetampocoeradeextrañar.QueMarcus supiera,HarmonyyOlivia apenasparaban.Las llamaban a las
seis,desayunabanalassieteyalasochoyateníanlaprimeraclaseenunodelossalones de la planta baja que se había acondicionado como aula.Harmony seveíaobligadaarepartireltiempoentremásasignaturas,porque,alfinyalcabo,Oliviayaeraunamujeradultaymaestra,ademásdefervientelectora,conloqueselepresuponíaunaculturabienasentada.SedecidióquenoeranecesarioqueestudiaseHistoria,niLiteratura,niAritmética.Muyporelcontrario,debíaesmerarseenlograrunbuennivel,cuantoantes,
enlasmateriasdelasquenohabíaaprendidonadaenelpasado:laetiquetayel
baile, sobre todo, aunque también consideraron que necesitaba reforzar susconocimientosdefrancés.Harmony, por su parte, se encontraba todavía en la edad en la que una
jovencitadebíaestarestudiando,sisufamiliaasílodecidía,ytantoladyActoncomoMarcuseranfirmespartidariosdequelapequeñadelosHalefueselomáscultaposible,aunqueletocasevivirenunmundoenelquesedabapocavozalasmujeres,pormuyinteligentesquefuesen.El tiempoqueHarmony empleaba en estudiarmás álgebra,más literatura o
más historia, Olivia lo dedicaba a la etiqueta. Según contaba luego en lascomidas,laseñoraSimpson,laprofesoracontratadaparaesamateria,sepasabahorashablándoledecómodebíacomportarseunadamaencadasituación.—Noloentiendo.Haymássituacionesenlaaltasociedadlondinensedelas
que una joven dama puede llegar a vivir en diez vidas, como para llegar arecordarlas todas en una sola—gruñía Olivia, entre plato y plato—. Resultaimposible memorizar cómo debe una comportarse en un té de invierno, unacaceríadezorrosalaquejamásvoyaasistiroenunbaileenAlmack’s.—Porsuerteparati,luegolorepitemademoiselleSempéenfrancés,paralas
dos—le replicaba Harmony, y, cuando Olivia ponía los ojos en blanco, ladyActonyellareían.Porlastardes,detresacinco,dabanlasclasesdebaileconHastings.Desdesu
despacho, desde el jardín o desde su habitación, si había subido a descansarhasta la hora del té de su agotadora vida de absoluto holgazán,Marcus oía lamúsicadelpianoyel tac, tac, tac delbastón largodelprofesor, conelque lohabíaempaladocongustoenmásdeunadesusfantasías.Hasta empezó a acercarse por allí, pese a que temía dar pie a la señorita
Chathamacreerqueeraporella.Paradejarleclaroqueno,mantenía losojosmuylejosdesufiguraalpianoycontemplabaelensayodeOliviayHarmony,algoquelegustaba,perocomoeraobvioquesesentíancohibidas,nosolíadurarmucho.Trasesaclase,tomabanelté,enelquelasmuchachashacíansusplanes,como
iradarunpaseohastaelcentrodelpueblo,dondepodíantrastearenelcolmadode la señoraGibbs, visitar a alguna antigua amiga deOlivia o dirigirse hacia
algunodelosmuchoslugaresdeinterésquehabíaporMinstrelValley.Al principio, Marcus solía soltar indirectas, buscando que le integrasen en
esas excursiones, pero por lo general solo le invitaba su hermana, y, tras laúltimadiscusiónporelasuntodelaescuela,cuandoseleocurríaaceptar,Oliviacambiabadeplanesyalegabaalgúnmalestarparaquedarseensucuarto.Vistolovisto,dejódeintentarirconellas.Yhastadehacerseelencontradizo,
almenosduranteuntiempo.—Te vas a casar con Marcus, ¿verdad, Livvy? —Oyó un día, mientras
paseabameditabundoporeljardín,asolas,comohacíademasiadoamenudoenlosúltimos tiempos.Marcussegiróaun ladoyaotro,buscandoelorigendelsonido,hastadecidirqueHarmonyyOliviaestabanenelcenador—.¡Porfavor,porfavor,porfavor!No estaba bien espiar así, lo sabía, pero se sentía tan frustrado que decidió
traspasaresalínea.Silaconversaciónsevolvíademasiadoíntima,siemprepodíairse.Moviéndoseconsigilo,sefueacercando,hastadivisarlassentadasdentrodela construcción hexagonal del cenador, en los bonitos bancos corridos quesurgíande lapropia estructurayque seguían toda suparte interior, excepto elespaciodelosdosarcosdeacceso.Parahacerlosmáscómodosyevitarsufrío,habían sido revestidos con unos almohadones adaptados a su forma curva, ytapizadosconhermosastelasfloreadas.AMarcuslegustabamuchoaquelrincóndeljardín,quizáfuerasupreferido,
condiferencia.Elcenadorestabasituadomuycercadelestanque,enunazonarodeada de sauces, un lugar hermoso y tranquilo. Los seis lados queconformabansuarmazónysucúpula,rematadaensuextremosuperiorporunaformaacebolladaypuntiagudaque ledabauncierto aireoriental, habían sidoconstruidosenunhierroforjadollenodefiligranas,conlosdosampliosarcosdeentrada.Enesosmomentos,podíaversindemasiadoproblemalasfigurasdeOliviay
Harmony más allá de las ramas frondosas del sauce tras el que se escondía,porqueelcenadorseencontrabacasiporcompletodespejado,perono tardaríaen quedar cubierto por una capa de hiedra. Tal como había anunciado en unacomida,ladyActonhabíapedidoalseñorRandall,eljardinero,quelaplantase,
y en abundancia, para asegurar la sombra en su interior. De ese modo, tantoHarmony como Olivia podrían disfrutar del sitio sin que se oscureciesen suspielesdeunamaneraimpropia.Marcusnoestabasegurodequesemejanteidealegustase.Yahabíasuficiente
sombra con los sauces que lo rodeaban. Además, el cenador era demasiadobonito comoparaocultarlo, hacerlo casi parecíaunpecado,pero sabíaquenoserviríadenadaprotestar.Enese tiempo, lahiedrahabíacrecidopocomásdemediometro.Enunpardeaños,seguroqueestaba todobiencubiertoporunacapadensa.—¿Eh?—habíareplicadoOlivia—.¡Harmony…!Tehedichomilvecesque
noinsistasenesetema.—¿Por qué no? ¡LadyActon lo está deseando, ya lo sabes!Y yo también,
mucho.¡Meencantaríaquefuésemoshermanas!—Pues lo siento. Si quieres, podemos quedar una medianoche junto a las
raícesdelViejoGiganteyhaceralgunaespeciedepactodesangrebajolaluzdela luna llena. De esemodo nos convertiríamos en hermanas sin necesidad debodas,porquenocreoqueesematrimoniollegueacelebrarse.—¿Porqué?«Eso»,pensóél.«¿Porqué?»Oliviatardóunpardesegundosdemásencontestar.—Por muchas razones. La primera y más importante, que no quiero a tu
hermano.Yeso,tienesquerespetarlo.LosdedosdeMarcus,apoyadosenlacortezadelsauce,secrisparon.¿Queno
le quería? ¿Y eso? ¿Cómo podía estar tan segura, cómo podía mostrarse tanrotunda,tanterca?Élhabíacambiado,estabacambiando.Desdeelasuntodelaescuela, se había comportado siempre de un modo intachable, muy cortés,inclusoaveceshastademasiadodistante.Sino surgíadeunmodonatural,noimponía su presencia, y cuando sí cabía, trataba de mostrarse como uncompañero grato, charlando y tratando de conocerla, de dejarse conocer, deacercarsesiempreunpocomás,perosinpresiones.Pordesdicha,enunlugarcomoMinstrelValley,habíapocasfiestasyescasos
lugares de alterne a los que acudir, ni espectáculos con los que sorprenderla.
Peropaseabanporelpueblo,tomabaneltéenelcamposiemprequeeltiempolopermitía y aprovechaban todo evento posible. Como el mercadillo que seorganizaba en la plaza el segundo domingo de cadames, en el que se podíanconseguirtodaclasedeproductos.Marcus había disfrutado mucho de su paseo por allí, les había comprado
dulcesyotroscaprichos.Yélhabíaconseguidounaestupendaespada, forjadaporelherrerodelalocalidad,unescocésllamadoReedMcDonald,conlaayudade su hijo Angus. No le quedó duda de que aquellos dos tenían un talentoespecial para la elaboración de armas.Le hubiese gustado podermirarmás, oinclusovisitarlesenlaforja,peronoleagradóelmodoenquesecomportabanconOlivia.Erandosauténticosmujeriegos.Y,sí,lepusieronceloso.PreferíapensarenlaFeriadePrimavera,a laquetambiénlashabíallevado.
Allí,lashabíainvitadoabailarporturnos,yhabíanreídohastatarde.Dehecho,habíacreídoverunclarocambioenlosojosdeOlivia.Aratosleseguíamirandoconcautela,peroreíamás.Estabamáscercana.Enesotambiénhabíaayudadoquehabíanempezadoacoincidirmuchoenla
bibliotecadeMinstrelHouse,yyasabíaquesusgustos,encuestióndelectura,eran muy eclécticos. A Olivia le encantaba la poesía: Wordsworth, Keats,Shelley o lordByron estaban entre sus preferidos, aunque no eran los únicos.También leía novelas de todo tipo, pero sobre todo las románticas de JaneAustenolasquetuvieranalgúncomponentemisterioso.Enotraclasedetemas,leatraíanloslibrosdehistoria,engeneral,ylafilosofíaenparticular.Y, por supuesto, era firme defensora de todas las lecturas que hicieran
despertar el intelectode lasmujeres, como los textosdeOlympedeGougesoMaryWollstonecraft.Escritorasque,ensumomento,habíandefendido la totaligualdadentrehombresymujeresyquehabíanabogadoporunavidaplenaparaestasúltimas.Inmerso en su mundo casi por completo masculino, hasta ese momento
Marcusnuncahabíapensadoenaquellosasuntosy,alhacerlo,seplanteósobretodoquéclasedefuturodeseabaparalapequeñaHarmony.Sinduda,esperabaquefueramejor,másjusto,aunqueloveíadifícil.En todo caso, el tema dio lugar a buenas discusiones conOlivia, debates a
vecesmuycalurosos,queleshabíanhechoacercarsemás,conocersemejoreirsimpatizando.Oesopensaba.—Ahorayodiría quenos conocemos, ladyOlivia—lehabía dicho la noche
anterior,cuandoella sedespidiópara retirarse.Se llevabaunode los librosdeHeródoto de Halicarnaso, la historia de Egipto, para leer en la cama—. ¿Nocree?Ellalomiródeunmodoextrañodesdeelumbraldelapuerta,ysefuesindar
unarespuesta.Y,enesemomento,decíaeso…¿Cómo podía ser? ¡Se había ganado al menos un voto de confianza! ¡Un
interés, alguna clase de sentimiento, no aquel continuo desapego hiriente!Además, ¿qué se había pensado esa cría presumida? ¿No quererle, ella a él?Jamás,jamássehabíasentidomásheridoensuamorpropio.Yelcasoeraquenisiquieraentendíaporquéteníaquesentirseasí.Eralógico.Eraunfrutopodrido…«Oh,demonios»,pensó,ysefrotóelentrecejomientrassesentíazarandeado
poreloleajeenunocéanodeemocionescontradictorias.Amorpropio,odioasuestirpe insana, orgullo, soberbia, un sentimiento de inferioridad que trataba depisotear,peroquelecarcomía…«Malditasea».Pueséltampocolaquería.Nopensabaquererla.Jamás…—¡Pero es marqués! —estaba protestando Harmony, sorprendida. Querida
niña, siempredefendiéndole,en todocaso. Inclusoaunqueno tuviera razón—.¡Yeselhombremásmaravillosodelmundo!—Lo primero no debería ser la razón para unmatrimonio.Y lo segundo…
bueno,túeressuhermana,eslógicoquelequierasmucho.Admitoque,eneso,medaisenvidia—añadió,entonopensativo—.Senotaqueestáismuyunidos.Mehubiesegustadotenerunhermanomayorquemecuidaseasí.—Sí.Éleselúnicoquemehacomprendidosiempre.—Hubounmomentode
profundosilencio.Luego,lavozdeHarmonysonódesolada—.Mipadre…mipadrenomequería.—¿Qué dices?Yo estoy convencida de que eso no es cierto. Seguro que te
queríamucho,Harmony.—Esaeraunagranverdad,suauténticopadrelaquiso
hastaelpuntodesuicidarseparaalejardeellaelescándalo,aunquedudabadequeningunadelasdosmuchachaslosupieranunca—.Loúnicoqueocurre,eraque,poralgunarazón,nopodíadecírtelo.Algunasvecespasa.—¿Porquédiceseso?—Oh, no sé —replicó Olivia, evasiva—. Porque lo he visto otras veces,
supongo.—¿Por qué alguien querría hacer algo tan cruel? ¿Querer a alguien y no
decírselo?¡Oinclusodemostrarlocontrario!Oliviatitubeóduranteunpardesegundos.—Aveces,puedehacersepormiedo.—¿Miedoaqué?—Laotranorespondió—.No,megustaríacreerlo,perono
puedo.Séquenomequería,loquenoséeselporqué.—Seencogiódehombros—.Supongoqueporque fuiniñaynunca llegóaperdonármelo.—Parecía tanafligida...Habíanpasado años,Harmony tenía ahora una familia y un entornofeliz,pero todavíaseguíaabiertaaquellaherida.MalditoWalter.Leodiabapormuchascosas,pero,poraquello,jamáspodríaperdonarle—.Memanteníalejos,siempre,yactuabaconMarcuscomosisolotuvieraunhijoúnico.—Losientomucho,Harmony…—Sí… Fue difícil. Ni siquiera quiso verme cuando se estaba muriendo,
aunque supongo que no teníamucho sentido despedirme de él… Pero nomeimporta,he tenidoaMarcus.Élnuncahaolvidadoquesoysuhermana.Nadiemehaqueridonunca tanto,desdequemuriómimadre. ¡Yerayo tanpequeñacuandoocurrió!Llorémucho.¡LejuréaDiostantascosas,sidejabaamimadreconmigo…!—añadió,conamargura—.Peronofueposible.Entre las ramas del sauce y los barrotes del cenador, vio que Olivia la
abrazaba,yhubounmomentodesilencio,algotenso,poraqueltematantriste.Marcustragósaliva,abrumadoporlapenayporunrecuerdomuyintensodesumadre. Cuando quedó encinta deHarmony él era ya unmuchacho de catorceañosysesentíamuymayor,muyadulto.Undía,estabasentadojuntoaellaenunbancodeljardíndeNorthcottHouse,
y de pronto, sumadre se sobresaltó. «Mira», le dijo.Le cogió unamano y lapusosobresuvientreabultado.
AqueljovenMarcusseruborizó,comolepasabasiempreconlorelacionadoconlosembarazos,peroentoncesnotóalgo,ungolpe,algosemovióallídentro.Sumadresonrió.«Es tuhermanita,¿lanotas?Vaaserniña,estoysegura,unaniñitamuypequeñayvulnerable.Y túeresyacasiunhombre,Marcus.Vasatenerqueayudarmeacuidarla».Élprometióhacerloyjamáshabíaolvidadoesapromesa.—Losientomucho—oyósusurraraOlivia—.Míraloasí:almenos,teníasa
tuhermanocontigo.Yteaseguroque,sabiendoeso,todoelamorquetehadado,todoelamorqueescapazdedar,mesentiríamásinclinadaatratardeempezarconél…Nosé.Algo,supongo.—¿Entonces?¿Porquénolohaces?—Porlasegundarazónquemeimpideplantearmeesematrimonio,Harmony:
élnomequiereamí.—¿Quédices?Esonoescierto.Losé.—Tonterías.Sitedigolaverdad…creoquequienleinteresadeverdadesla
señoritaChatham.—¿Qué?¿Tehasvueltoloca?—No.Te lo aseguro.Losvi en el despachode ladyActon,Harmony.Ellos
estaban…—¿Cómo?—urgióHarmony,alverquelaotranocontinuaba—.¿Besándose?—No.No,enabsoluto.Perocasi.—No puede ser…—Harmony pareció titubear, pero luego se reafirmó por
completo—. No, Livvy, en serio, debiste confundirte. A mi hermano no leinteresanadaesatonta, losé.Igualquesécómotemiraati.Meconstaquetequiere.¿Nohasvistocómotemira?—Yo solo veo cómo se esfuerza en complacerme siempre, para intentar
convencerme de que haga lo que él desea: casarse, para sentirse mejor, paralimpiarelbuennombredevuestrafamilia.Nosemuestraél,muestracómocreequequieroquesea,ysuúnicoobjetivonoesforjaralgoconmigo,no,sino…lodesiempre.Soloquierecumplirconsudeber.—Noestoydeacuerdo,Olivia.Creoqueleinteresasmásdeloquepiensas.—Puestendráquedemostrarlo.Actuardeotromodo.
—Mihermanoes así.Se cree fuerte, peroesvulnerableypor eso le cuestaabrirse. —Marcus arqueó ambas cejas, sorprendido por aquel comentario tanmaduro. Y tan sagaz—. Quizá tengas razón, y eso le pasaba a mi padre —reflexionóHarmony—.Quenosabíacómodecírmelo.Yyoerademasiadojovencomoparadarmecuentadecómoeranlascosas,enrealidad.—¿Loves?Puedesercosadefamilia.Harmonyasintióconenergía.—Entonces,tenemosqueayudarleaabrirse.Yunbuenmodosería…Justoentoncesseacercóunade lasdoncellas,Doll,paraavisarlasdeque la
señoraBurtonlasestababuscando.«VayaporDios»,pensóMarcus,elprincipalinteresado en conocer el modo de abrirse. Visto lo visto, optó por dejar deescuchar y se deslizó en dirección contraria, hacia los jardines traseros de lamansión.Una vez allí, se sentó junto a la fuente central, intentando decidir sialgodeloquehabíaoídopodíaresultarleútil.Pordesgracia,noseleocurríacómo.LoúnicoqueindicabaeraqueOliviano
confiabaen sus sentimientos, algoquenopodía reprocharle.Aunque se sentíamuyatraídoporella,todoeltiempohabíapreferidonodemostrarlodeunaformaevidente.Era por precaución, se decía, pero bien sabía que se trataba de puromiedo.Sisedeclarabayellalelanzabaunadeesasmiradasintensas,seriaysinsonreír…¡Además,habíadichoquenolequería!Suorgulloyanolepermitiríadecirle
nada.No,nopodíaseguirrebajándosedesemejanteforma,nidarlepieaquelesiguierarechazando.DeberíavolverseaLondres.Total…Yasí ibanpasando losdías, enuncontinuo forcejeo,aunqueél cadavez se
sentíamásretraído.—HoyvamosairalPozodelosDeseos—dijoHarmony,unatardedefinales
demayo—.¡Yvoyapediralgo!Marcus,tienesquedarmeunalibra.Marcus,quehabíaestadoabsortoensuspensamientos,comosolíaocurrirlea
menudoenlosúltimostiempos,arqueóambascejas.—¿Unalibra?—Sí,parapedireldeseo.
—Puessíqueesexigenteesepozo.—No te preocupes,Harmony—Olivia se echó a reír—.Conunpenique es
suficiente.TeaseguroqueraraeslagentedeMinstrelValleyquehubiesepodidoarrojarunalibraenteraaesepozo.—Peroesquemideseoesenorme—replicólaniña,conexpresióngrave—.
Y,porloqueparece,muydifícildelograr.—Ah,¿sí?—Olivialamirósorprendida—.¿Ysepuedesaberdequésetrata?—DequeMarcusytúoscaséis,porsupuesto.Marcus arqueó una ceja, entre divertido e irritado. Por el modo en que
Harmony y lady Acton intercambiaron una mirada furtiva, pudo suponer queaquellohabíasidoideadelaanciana.PorDios,¿nohabíanaprendidonada,eneltiempoquellevabaélhaciendoelridículo?ConocíanpocoaOliviasipensabanque,presionandoasí,deunaformatanburda,ibanalograravances.—Tesugieroqueechesunpenique—dijoOlivia, tensa—.Yquepidasalgo
queestédentrodeloposible.—¿Dentrodeloposible?¿Acasono…?Oliviasepusoenpiedeunsalto.Marcuslaimitóalmomento.—Disculpen—dijoella—.Séqueunadamanosepuedelevantardelamesa
hastadecirlagracia.Aunasí,meretiro.—Sellevóunamanoalasien—.Creoquetengounajaquecahorrible.Yairemosalpozootrodía,Harmony.—Mmm…claro—replicóestaúltima,mirándolaconexpresióntestaruda—.
Cuandoquieras.¡Piensoecharunalibraentera!—añadió,alzandolavozcuandola otra salía por la puerta, para asegurarse de que la oyera bien—. ¡Así secumplirá!—No grites—la riñó su hermano—.Y no la agobies,Harmony.—Marcus
dejólaservilletajuntoalplato.TeníaquealcanzaraOliviaydejarleclaroqueélnohabíatenidonadaqueverconsemejanteemboscada.Queestabaintentandoenmendarse—.Disculpen.Seencaminóhacialapuerta,abuenpaso,parapoderalcanzarla.LadyActonasintió,conevidentegestodepreocupación.—Porsupuesto.Adelante,querido.
Capítulo17
Marcus salió al pasillo y avanzó a toda prisa.Aun así, solo divisó aOliviacuandoestabaempezandoasubirlaescaleradelvestíbulo.—¡LadyOlivia,porfavor,unmomento…!—llamó,tratandodeimpedirque
corriese a su dormitorio, adonde no podría seguirla. Ella no hizo caso, siguiósubiendo.—Yahedichoquemeduelelacabeza.—Pero,depronto,sedetuvo,sevolvió
haciaélyloenfrentó—.¿Estohasidootravezcosasuya,lordNorthcott?Quéruin y patético, envolver siempre así a su hermana pequeña, una niña, paraconseguir sus objetivos. ¿De verdad quiere redimir su honor con esa boda?Porqueleadviertoqueseloestádejandohechoauténticosjironesporelcamino.—Basta—la cortó, tratando de no dejarse afectar por aquellas palabras tan
hirientes—.Estaveznohetenidonadaquever.—Pudoverensusojosquenolecreía—. Maldita sea, milady, puedo haberme ganado su enfado, incluso sudesagrado,peronosudesconfianza.¿Acasolehementidoalgunavez?—Negócon la cabeza, seguro de que no lo había hecho…O al menos esperando nohaberolvidadoalgunaocasiónquepudieraafearleenesemomento—.Ledigoquenohe tenidonadaqueverconesoynopiensorepetirlo.SolohasidounachiquilladadeHarmony.Lolamento.Leprometoquehablaréconella.Ellatitubeó,máscalmada.—Estábien,lecreo—dijo—.Disculpe.—Noimporta.—Semiraronconfijezaunossegundos.Decidiógastaraquella
últimabaza,habíallegadoelmomento.Siesonofuncionaba…Noerahombrequeaceptaseladerrotaconfacilidad,perotendríaquerecapacitarmuchosobre
elasunto—.Yaqueestamosaquí,¿puedevenirunmomentoamidespacho?—Vioqueibaanegarse,demodoqueinsistió—.Porfavor.Notienenadaqueverconnosotros.Esuntema…digamoslegal.—Sivaahacercomoconlaescuela,ymencionarmeluegolaboda…—No.—Debía recordar no hacerlo, de ninguna manera, o no tendría más
oportunidades—.Noloharé.Ella nopareciómuyconvencida, perobajóy lo siguió.Marcus fuehasta el
despachoquehabíaasumidocomopropio,juntoalabiblioteca.Eraunespacioamplio,eleganteyluminoso.ElpadredeladyActonfueelúltimolordNorthcottque lo utilizó, hasta llegar él. Había encontrado mucho material interesante,comounascartasescritasasuesposa,cuando ladyNorthcott seencontrabaenMinstrelValleyembarazadadeladyActon.Elladebíahaberlasguardadoallíenalgún momento, o quizá lo hizo un secretario. El caso era que habíanpermanecidoallí,olvidadas,muchosaños.Enotrascircunstanciasnolashubieraleído,peroqueríarevisarelcontenidoy
asegurarsedequenohabíanadaquepudieraperturbara ladyActon.Pero,porsuerte,noeraasí.Setratabadesencillascartasdeamor,decariñoinmensoasuesposa y a su hijo todavía no nacido. Las últimas ya hablaban de la pequeñaHelena,delaquemencionabanquehabíallegadodeformatansorpresiva.Lastenía guardadas para entregárselas el día de su cumpleaños, el nueve dediciembre.Estabasegurodequeleharíanmuchailusión.Marcussedirigióa lasilla traselescritorio,mientras leseñalabaunade las
usadasporlosvisitantes.—Tomeasiento,porfavor.—Oliviadudó,perolohizo—.Comolehedicho,
no voy a hablar de nosotros. Solo quiero que tratemos el tema de la señoraNewellylaseñoraMeyers.Comoimaginaba,esolatomóporsorpresa.—¿Quépasaconellas?—Como sabe, viven en la casa que ocupaban su madre y usted. Una
propiedaddeladyActon,alaquepagabanunalquiler.—Oliviaarqueóunaceja.Marcus contuvo su irritación. Igual se pensaba que iba a reclamarle lascantidadesnoabonadasenese tiempo,comounvulgarcasero—.Esoyanose
contabiliza, por supuesto, y he establecido una renta generosa para esas dosmujeres.—Oh…—Además, he contratado dos enfermeras con mucha experiencia, para que
vivanconellasyseturnenparaocuparseporcompletodelasnecesidadesdelaseñoraNewell.MisabogadoshanhechounaselecciónyllegarándeLondreslasemana que viene. —Ahí estaba, su gran jugada para empezar a reparar elpasado.Tratódenopareceransiosoyentrecruzó losdedossobreelescritorio,conactitudserenayprofesional—.Queríasabersitodoestoleparecebienosideseaquesehagaalgunaotracosa.—No,estábien.Hasidoustedmuyamable.—«¿Enserio?»,pensóél.Porque
lamiradaqueleestabalanzandoella,noeranadaamable.Suspicaz,másbien.Como si pensase que estaba haciendo todo aquello por limar asperezas yacercarseunpocoaella.Algoqueeracierto,porotraparte—.¿Puedopreguntarcómoselehaocurrido?—Enrealidad,nohasidosolocosamía—reconoció.Élnohabíapensadoen
ello de salida, no conocía la situación del pueblo ni de sus gentes. Su únicomérito consistía en haber visto la ocasión de aprovecharlo en su beneficio,aunquelohubiesehecho,encualquiercaso,comotodoloquelepedíasuprimaHelena—.Alparecer,ladyActonsienteungranafectoporesaanciana.Poreso,alpocode llegarme rogóque intentase localizarla, en el casodeque siguieraconvida,pero,conlodemiviajeaLondres,tuvequedemorarloy,luego…Demonios. Había pensado decirle un «he estado muy ocupado», pero ella
sabíaqueno,quesiempresequejabadenotenernadaquehacer.Tardótantoencontestar,queOliviaalzóunaceja.—Seleolvidó—terminó,conciertagentileza.—Bueno,sí.Notienesentidonegarlo.Oliviaasintió,complacidaporsusinceridad.—QuizádeberíadecirlealaseñoritaChathamquelellevetambiénlaagenda.
Asínovolveránaocurrirleesascosas.Diolaimpresióndequeelcomentarioselehabíaescapado.Marcuslamiró
sorprendido.¿Estabacelosa?Esoparecía.
—Nocreoqueseanecesario—replicó,concuidado—.Aunqueesverdad,loolvidé. Pero lo recordé y me puse a ello. Al fin la encontré en casa de laaprendizadesumadre,Annie…—Thompson.AnnieThompson.—Esoes.—Ysime lohubierapreguntadoamí, se lohubiesedicho almomento.La
abuelaJoanhaestadoentremicasay ladeAnniedesdequevivoaquí.Enmicasalaatiendemiantiguacriada,laseñoraMeyers.—Bueno,perolerecuerdoqueyonoteníaniideadequemantuvieseconella
un trato tanfamiliar.En todocaso,nomeresultódifícilencontrarla.Solo tuvequepreguntarenelcolmado.—Ah,claro.LaseñoraGibbs.—Exacto. Ellame dijo dónde estaba y toda clase de detalles que, por otra
parte, no le pedí.—Pareció encontrar divertido el comentario—. Lady ActonquisoentoncestraeralaancianaaMinstrelHouse,darleaquíunahabitaciónyasegurarsedequeibaaestarbienatendida,perolaseñoritaThompsonseobstinóenqueeramejorquelaancianasequedaseconella,oalmenosenlacasaquecompartió usted con su madre, Olivia. Insistió mucho en que son los únicossitios que podría considerar su hogar, después de su casucha, que es porcompletoinhabitable…—Sí,enesoestamosdeacuerdo.—Alparecer,tieneustedunarelaciónmuyestrechaconesaanciana.—Sí.Bueno,paraelpuebloengeneral.Aquíes«laabuela Joan»—añadió,
conunasonrisa,comosiesoloexplicasetodo—.Tengaencuentaque,alolargodesusmuchosañosdevida,hasidolaparteradelpuebloyhaayudadoanaceracasitodosloshabitantesdeMinstrelValley.—Sí,losé.LadyActonmelodijo.—Perosíqueesciertoquetuvounarelaciónmuyespecialconmimadre,que
se vio sola y rechazada por su propia familia cuando volvió de aquel viaje aEscocia.—LaescapadaaGretnaGreen,claro—.Duranteun tiempo, laabuelaJoanlaacogióensucasayvivieronjuntashastaquesecasó.Después,paramí,siemprehasidocomounaabuela.Fueunagranayudaparamimadre:veníay
me cuidaba, o me llevaba con ella, para darle tiempo a trabajar. Incluso mepermitióayudarlaenalgúnparto.—Marcusalzóapenaslascejas,turbadoporlamención,peronodijonada.Olivianisediocuenta—.Noniegoque laquieromucho.Muchísimo.Qué hermosa declaración de amor. Así era Olivia: sincera, agradecida,
cariñosa…Y buena, con un corazón enorme, bien lo sabía ya a esas alturas.Marcus sonrió, sintiéndose más cerca que nunca de aquella joven por la queestabaempezandoaexperimentaralgomuyfuerte.—Puedo entenderlo—musitó, recordando elmodo en que él quería a lady
Acton,ycómoagradecíatodalaayudaquelehabíadado.Ellalemiróconcuriosidadyasintió.—Poreso,después,mimadresiemprequisoquevivieraconnosotras,sobre
todo desde que se hizo tan mayor que ya resultó obvio que no era capaz deocuparsebiendesímisma.—Seencogiódehombros—.PerolaabuelaJoanesunalmalibre.Nohaymaneradequesequedeencasa.Vuelveunayotravezasucasucha,dondesededicaamantenerencendidoelfuego.Marcusrioentredientes.—Sí,heoídohablardesuquerenciaporlamaderaajena.Esamismasemanahabíasidotestigodecómohabíahechodesaparecerunos
tablones que habían colocado en las escaleras del Salón deFiestas para podertransportar mejor unos muebles que estaban cambiando entre ese local y eledificioprincipaldelayuntamiento,quequedabajustoenfrente.En unmomento dado, cuando acababan de dejar uno y volvían a buscar el
siguiente, vieron que las planchas de madera habían desaparecido. Él estabahablando con el alcalde,muy cerca, pero no se dio cuenta de nada, tampoco.Cuando se pusieron a buscar, sorprendidos, vieron que la señora Newell sealejaba calle arriba, tan tranquila, pequeña, oscura y encogida como siempre,llevando a cuestasun sacode tablones rotosqueparecíamásgrandeque ella.Loshabíahechotrizasyselosllevabaacasa.«Esmadera»,alegó,cuandoladetuvieron,aturdida.«Esparaelfuego»En realidad, nadie se había enfadado,más allá de la trifulca del momento.
Nadiehablómalalaanciana,nisepropusodetenerla,ninadaporelestilo.De
hecho,dejaronquesemarchaseconsubotínyconsiguieronotrostablones.Entoncesfuecuandoseenteródequelagentesolíadejarmaderasporahípara
quelaabuelaJoan«selasencontrase».Ytambiénquelellevabantartas,guisosyotrascomidasdiversas,antesasucasuchayahoraalacasadeOliviaoaladeAnnie,paracuidarla.Era como si todo el pueblo de Minstrel Valley quisiera aportar algo para
asegurarsedesubienestar.—Nosería.Lodelamaderasehaconvertidoenunaauténticaobsesión—le
riñóOlivia,frunciendoelceño,aunquesinenfado.Estabainquieta—.Supongoqueporqueesalgoquetodavíapuedeseguirhaciendo,ylograquesesientaútilyocupada.—Es posible—convino Marcus. La señora Newell debía ser de los de su
clase,losqueeranincapacesdeestarsinhacernada.Averaquésededicabaél,si algúndía llegabaa tener suedady sevolvía incapazde razonar lobastantecomoparadedicarsea laabogacía.Buscarmaderaparamantenerencendida lachimeneaparecíaunabuenamisiónvital.Algoútilyasualcance.Agitólacabezacontristeza.Oliviasediocuentaysonrió.—Nopasanada,todosleponemosmaderosporahí,inclusoladyConway,que
destinaaellounacarretasemanal.—Marcussonrió.Quépueblotanentrañable—. Por lo general, funciona, excepto en el caso del padre Ellis o la señoraCotton,quesenieganaparticiparenloquellamanuna«graveirresponsabilidadcomún»,yseenfadanmuchocadavezquelesdesaparecealgo.Marcuspusomalacara.AlpadreEllissololeconocíadeverlelosdomingos
enlaiglesia,consussermoneslargosyaburridos,yluegoalasalida,dondeelpárrocosiempreledabalamanoytratabadeinteresarseensuconversación.Peronolegustabaaquelhombre,comonolegustabaMildredCotton,alaque
reconocióenseguidacomolamujerquelanzóunamiradaaviesacuandopasabacon el coche, a su vuelta de Londres. Entonces, seguro que pensó que no laveían,asíquenoleimportómostrarlesuauténticacara.Ahora,porelcontrario,solíaestarsiempremuysonrienteyobsequiosaconél
yconladyActon,inclusoconlaseñoritaChatham,aquienseguroquenosabíaenquéposicióncatalogar.Y tambiénconHarmony,pese aque suhermana la
odiabaporreferirseaellacomouna«niñitaencantadora».AOlivia,porelcontrario,procurabaignorarla.Denopoderhacerlo,hablaba
lo menos posible y con mucho cuidado, pero se mostraba con ella como sihubiesensidoamigasdetodalavida.—Nomesorprendemucho, laverdad.Lesconozcopoco,perolosuficiente.
Másdeloquemegustaría.—Sí,losé.Pues,paraquesehagaunaidea,laúltimavezquelaabuelaJoan
sellevóunascajasdelapuertadelatiendadelaseñoraGibbs,ladenunciaronaWorth, aunque este pudo evitar intervenir alegando que ni siquiera la habíanvisto coger nada, que eran solo sospechas y que cualquiera pudo robarlas. Elproblema es que algún día tengan pruebas. Están empeñados en que hay queinternarla en algún asilo para indigentes.—Se estremeció horrorizada, y conrazón. Aquellos lugares eran auténticos infiernos—. Ya sabe, la caridad dealgunos,tanpeculiar.—Sí,mehagounaidea.Olivia suspiróy semiró laspalmasde lasmanos,quizábuscandoentre sus
líneaslainspiraciónnecesariaparauncambiodetema,porquepreguntó:—¿Ydiceque ladyActonsienteunafectoespecialporella?¿Por laabuela
Joan?—Sí,ymucho.¿Noconocelahistoria?—Olivia lomirócondesconciertoy
negóconlacabeza.Marcusnopudoocultarlosatisfechoquesesentía—.Mirepordónde,voyaseryoquienlecuenteunaantiguaanécdotadeMinstrelValley.Debióhacerlegraciasuentusiasmo,porquesonrió.—Adelante.Meencantaráoírla.Marcusasintió.—Pues,porloquetengoentendido,lospadresdeladyActon,losmarqueses
deNorthcott, adoraban este sitio.Aunque vivían en la capital, venían siemprequeleseraposible.LadyNorthcott,enconcreto,pasabalargastemporadasaquí;primero,sola,luegoconsusdoshijos,HenryyHelena,cuandoeranpequeños.Preferíavivirenlaserenidaddelcampo,antesqueeneltorbellinodeLondres.—ComoladyConway.—Sí,exacto.PoresoladyActonnacióenMinstrelValley.
—Sí, eso lo sabía. Y también que, si nació aquí, fue porque el parto sepresentódepronto,unpardemesesantesdeloprevisto,sinquedieratiempoaavisaralmédicodeLondres.Marcus carraspeó ante la nueva referencia a temas tan… íntimos.Nopodía
negar que, habiéndose criado en Londres, en un ambiente un tantomisógino,encontrabaunpocoturbadoresesoscomentarios.Yella,¿porquélostratabacontanta normalidad? Era una dama muy joven y soltera. Hubiese debidoruborizarseantelasimplemencióndeunembarazo.Pero no, allí estaba ladyOliviaHale, la única virgen presente, hablando de
embarazos y partos con toda naturalidad. Incluso se enorgullecía de haberasistidoaalgunosdeniña…Alpensarenello, losobresaltóuna idea.¿Seríavirgendeverdad?Lohabía
dadoporhecho,porqueeralohabitual,yestabaporapostarquesí,perosiemprepodíaequivocarse. ¿Y,deno serlo, importaría?Lovaloróunparde segundos,fijándoseensumirada,enlaformaenquemanteníaerguidosloshombros,enungestotansemejantealdeladyActon.No.No, enabsoluto.No legustabaesaposibilidad,hubiesepreferido ser el
primeroenbesaraquelloslabiosyacariciarsupiel,elprimeroendescubrirlelossecretosdelplacer,peroalgoasínodecidiríasurelación,nimuchomenos.Élnoibaapedirloquenopodíadar.Justo entonces, recordó la conversación que habían tenido aquella primera
noche,sobresusfuturosamantes,sillegabanacasarseporconveniencia,ytuvoquedesdecirse.Síquehabíapedidoloquenoqueríadar.Ja.Menudocretinoestabahecho.—¿Puedosaberenquéestápensando?—preguntóOlivia,sorprendida.«Ensi
eres virgen», pensó él. «En cuántome gustaría besarte»—.De pronto, parecemuyconcentrado.Marcuscarraspeó.—Disculpe—siguió, tratando de centrarse en lo que hablaban—. Sí, bien,
veamos: el médico había quedado en venir a Minstrel Valley con tiemposuficiente y alojarse aquí el último mes, de hecho, pero, al parecer, ladyNorthcott tuvounsobresaltomientraspaseaba juntoal lagoconsudoncella,y
apenaslediotiempoallegaraMinstrelHouseparatenerasuhija.—Sí, es verdad—afirmó Olivia—. También conocía esa parte. Por lo que
parece, ladyNorthcottasegurabahabervistoalajovenvestidadeblancodelaleyenda, caminando por la orilla. No me sorprende. Es algo habitual, muchagentedeclarahaberlavisto.Lamiróconcuriosidad.—¿Ustedlocree?Oliviavaciló.—En realidad, eso no importa, ¿no le parece?—dijo al fin—. Solo puedo
afirmar,aligualqueusted,quehaygentequejurahaberlavisto.—Ya.—Erauntemainteresante,eldeaquellaleyendasobreunamoreterno,
pero tendríaquedejarloparaotromomento.Siguióconsurelato—:Seacomofuere, el susto fue grande, para todos. —Olivia asintió, comprensiva—. Dehecho,nisiquierahubomargenparahacerllamaralmédicolocal.Laayudóunaniña,lajovencitadeunostreceañosqueeraentoncesJoanNewell.Ahítuvolasatisfaccióndetomarlaporsorpresa.—¿LaabuelaJoan?¿Enserio?Nolosabía.Pensabaquelahabíaatendidoel
médicodelpueblo.—Supongoqueyapocoslorecuerdan,perosíladyActon,aquienselocontó
muchas veces su madre. Joan Newell estaba cogiendo hierbas, para susmedicinas,cuandoseencontróconladyNorthcottenelbosqueintermedioentreMinstrelHouseyellago.Lapobremujerintentabavolveralamansiónapoyadaensudoncella,ylasayudó.Oliviasonrió.—Haycosasquenuncacambian.Ytienesentido.JoanNewelleralahijadela
parteraquehabíaenelpuebloporaquelentonces.—Así es. Era muy joven, pero tenía ya mucha experiencia. Viendo la
situación,decidiótomarelmandoy,alllegaralacasa,empezóadarórdenesatodoelmundo.Fuelaúnicaquemantuvolasangrefríaysabíaquédebíahacer.Asuedad,lapequeñaJoanhabíaatendidoya…—carraspeó—bueno,lallegadademuchosniños, y, por lo que tengo entendido, se había ocupadode algunosellamisma,cuandosumadreseexcedíaconelvino.
LaexpresióndeOliviasellenódepena.—Esosílosabía,quesumadrebebíademasiado.Terminómuymal,ladejó
huérfanaalosquinceaños.Desdeentonces,tuvoquesaliradelantesola.Nuncasecasó,nituvoningunarelaciónconocida.Quévidamástriste.—Esoparece.Perolerecuerdoquetienetodounpuebloquelaadora.—Sí,esoescierto.—Marcus leconcedióaúnotrosegundo,queellautilizó
para plantear algo más—. ¿Y, sabe? Aunque sabía eso, lo de su madre, quequedómuyniñasola,quenuncatuvounpretendientealmenosquesesepa…laverdadesqueapenashepensadoenlaabuelaJoancomolaniñaquefueenotrasépocas.Jamáslahabíaimaginadocomounajovencita,comoesaqueibaporelbosquecogiendohierbasyseencontróconlaseñoramarquesaapuntodedaraluz.—Sonrió—.Yave,menudosusto.Fuemuyvaliente.—Sí—admitióél,pensandoquepreferíacaerenelcráterdeunvolcán,oser
pisoteado por una manada de elefantes desbocados, antes que encontrarse ensemejantetrance.Sudoresleentrabansolodepensarlo—.Lofue.—Siemprelaheconocidodeancianay,nosé,mecuestaverladeotromodo.—Es algo que suele ocurrirnos, sí. —Dado que no añadió nada más al
respecto,Marcusrepiqueteólosdedossobrelamesa—.ElcasoesqueasínacióladyActon.Comomedijounavez,enestelugarlanzósuprimergritoalmundo.—Quépoético—rioella.—Esopensétambién,sí—sonrió—.Aunquenocreoqueseamuyapropiado,
porque nunca la he oído gritar.Dudo que lo hiciera siquiera entonces. Seguroqueloconsideróunaenormefaltadeeleganciayguardósilencio.Ambosrieron.Oliviaparecíamásrelajada.Bien.—Enelpueblo,siemprenoshemossentidomuyorgullososdequeladyActon
nacieraaquí,aunquenoviniesenunca—lecontóella—.Supongoque,poreso,suhermanoleregalótodolorelacionadoconMinstrelValley.—Sí.—Marcustitubeó—.Lohizocuandoellaenviudóenunascircunstancias
muydifíciles,algoenloqueprefieronotenerqueextenderme.Sí, era mejor no hablar de la torpeza del conde de Acton al escoger un
administradorquelesrobaba.Eso,unidoasugustoporvivirporencimadesusposibilidades,y a sumala suerte alhaber enfermadode tantagravedad siendo
todavíabastantejoven,terminóporllevarlesalaruina.Aúltimahora,ladyActonhabíaintentadoimpedireldesastre,buscandoque
se investigasen a fondo las cuentas y tratandode controlar los gastos de tantodespilfarro, pero ya era demasiado tarde. El administrador había huido, losacreedoresgolpeabanlaspuertasylosmédicossenegabanaatenderlesinoseleasegurabaquesuhermano,lordNorthcott,pagaríasusservicios.LoperdierontodomenosActonHouse,porqueeraunapropiedadadscritaal
título.Ysinofueronalacárcelpordeudas,fuegraciasalapoyoincondicionaldesuhermano.Fueronmomentosmuydifíciles,sobretodoporque,aunquelordActoneraun
hombrericoensumomento,Helenasehabíacasadoconélporamor.Dehecho,suspadreshubiesenqueridoparaellauncompromisomejor,elpropuestoporelpoderosoduquedeClare,queposeíaunadelasgrandesfortunasdeLondresyestuvomuyinteresadoenlajovenHelena,ydurantemuchotiempo.Aligualqueelpropiorey,segúnsedecía.PerolajovenHelenasenegóenredondoyseempeñóenunirsealhombreque
ella escogiese, a ningún otro. Por eso, resultabamás triste que, a ratos, dijeraque,trastantailusión,habíaencontradosufuturo«muydecepcionante».Ytodo«pornohabersabidoverlo».Marcus le preguntó al respecto en cierta ocasión, y ella le dijo que, en una
relación, el amor era importante, pero también el modo de vivirlo. Estabaconvencida de haber tenido su parte de culpa en todo aquel fracaso, y selamentaba porque no había sido la compañera de su marido, sino solo algobonitoquedecorabasuvida.Cuandosediocuentadesuerroryquisoreaccionaryayudarleavolveraencontrarelcamino,yanohuboposibilidaddearreglo.En cualquier caso, cuando lordActon cayó en cama, no se separó de él en
ningúnmomento,hastasumuerte.—Sí,loentiendo,nosepreocupe—dijoOlivia—.Eslavidaprivadadelady
Acton.Sialgúndíaquierecontármeloella,estaréencantadadeescucharla.—Gracias. —Marcus hizo un gesto con la cabeza, para reforzar su
agradecimiento—.Encualquiercaso,larealidadesquequedócasisinrecursos.Fueronmomentosmuydurosparaella.Poreso,suhermano,HenryHale,ellord
Northcottdeaquelentonces,leentregóenpropiedadestacasaytodaslastierrasque poseían a lo largo y ancho deMinstrel Valley.—Hizo un gesto hacia laventana,señalandocuantopodíanverdelpaisaje—.Casi todoloqueabarcaelpueblo,ellagoybuenapartedelastierrasdelabranza.—Perosequedóalgunapropiedad,¿no?—Sí,cierto.Porloqueparece,esacasaquemencionóHarmony,situadaenla
parte norte, el lugar en el que lordNorthcott pensaba poner unas caballerizas.Pero,yasabe,pordesgracianuncallegóaocuparla.—Entiendo.—Sehizounsilencio.Peorqueeso:dio lasensacióndequeya
noquedabanadamásquedecir,asíquenosesorprendiócuandoellaempezóadespedirse—.Bueno,noteníaniideadelaimplicacióndelaabuelaJoanenlahistoriadelnacimientode ladyActon, leagradezcodeverdadqueme lohayacontado. Y también le doy las gracias por sus gestiones, para asegurar subienestar.Hasidomuyamable.—Oliviasonrió—.Graciasportodo,milord.—De nada.—Ella hizo amago de levantarse y no quería que se fuera. No
todavía.«Dialgo,dialgo».Seguroquehabíaalgúntematodavíaportratar,porabsurdo que fuese—. Espere. Su casa era… —buscó un adjetivo, el másapropiado sin resultar despectivo—pequeña. ¿LeparecebienquebusqueotramásadecuadaparalaseñoraNewell?Másgrandeycómoda,merefiero.Ellaparpadeó.—Quéamable.—Setomóuntiempo,mientraselegíaelmododeresponder,y,
cuando lo hizo, ignoró la pregunta—. Diga la verdad, mi casa le pareciómiserable.—¿Porquédiceeso?—Porquevisurostromientraspasabalamiradaporelinterior,conexpresión
deestarcontemplandounauténticocuchitril.—No,enabsoluto.—Marcusmaldijoensilencio.Sospechabaquesí,quesu
expresiónnohabíasidomuyrisueña.Aversieracapazdearreglarlo—.SoyelmarquésdeNorthcott,milady,peroinclusodesdeantes,cuandoeraelhijodeunricoabogado,hevividoenmansiones.Estoyacostumbradoa…nosé,otracosa.Poreso,visucasaypenséqueeraunsitioenelqueyonipodríarespirar.Oliviafrunciótodavíamáselceño.
—Lodicho…—Demasiado pequeño, sí. Pero tambiénme fijé en que lo tenían todomuy
arreglado. Transmitía paz en sus detalles. Cariño. Era un hogar. Algo que,aunque no lo crea, yo no tuve hasta ya cumplidos los veintidós, cuando ladyActonvinoavivirconmihermanayconmigo.Unhogar…—Eracierto,nolohabíapensadohastaentonces,peroeracierto.Poresolohabíadespreciadocontantoahínco.Nopodía soportarquedosadvenedizashubiesenconstruidoalgoque él deseaba tanto—. Y, en aquellos momentos, yo no quería ni pensar enustedysumadrecomosereshumanosencantadores,capacesdecrearunhogarde ningún tipo. ¿Lo entiende? Por eso me desagradó tanto descubrir que meequivocaba.Ella le lanzó una de susmiradas intensas.Al final, hasta casi parecía estar
sintiendopenadeél.—Estábien,loentiendo.Seestudiaronunossegundoselunoalotro.Marcussintióqueelcorazónsele
aceleraba.—Desdeaquelmomento,cuandomeabriósupuertacon…—Hizoungesto
conlosdedos,dibujándoseasímismounaespeciedemelenaenelaire.Aquellaimagen le tenía obsesionado—. Con el cabello suelto y algo húmedo, hemosrecorridounlargocamino.¿Nocree?Olivia se tomó un tiempo para responder.Marcus no supo qué decir de su
expresión.—Algohemosavanzado,sí.Nomucho,perosíalgo.—Lelanzóunamirada
acusadora—.Quizáhubieseidotodomejordenohabermeagobiadotantoconsupropuesta,milord, con esa especie de cortejo…burlesco, al quemeha tenidosometida.Lepedíquedejarapasareltiempo,peronomehahechoningúncaso,alcontrario.Aténgaseahoraalasconsecuencias.Quéfrustrante.Contuvosudisgusto.—¿Podemosdejarestapeleaabsurda,Olivia?¿Podemos,sinmás,seramigos?Ellaarqueóunaceja.—¿Quieresermiamigo?—Porsupuesto.¿Loduda?
—En realidad, creo que, una vezmás, quiere allanar el camino para poderconvencerme de que me case con usted. Y me sentiría muy honrada, se loaseguro,denoconstarmequesololoestaríahaciendoparacumplirconsudeber,comounaespeciedegranofrendaatodosulinaje.Marcushizounamueca.Asínopodíanseguir.—¿Esoes loqueteduele?—preguntó.Elrepentinotuteolahizoparpadear.
Decidióaumentarlaapuesta,usandosudiminutivo—.¿Esoesloquetemolesta,Livvy? ¿Que no te declare mi amor eterno e incondicional, para que puedasdevolvérmelocomounabofetada?Ella fruncióelceñoysepusoenpie.Marcus,comobuencaballero, lohizo
también,almomento.—Creoquepodemosdarporfinalizadaestaconversación—dijoOlivia.—Yonopienso igual.—Apoyóel dedo índice sobre el escritorio—.Pienso
que por fin podemos acercarnos a la verdad. A saber por qué no puedescontentarteconqueseteresarzaconlarecuperacióndetunombre.Nisiquierateresultasuficientecompensaciónquesetepremie,además,conuntítulo.—Nodigamástonterías.Selohedichomilveces:solomecasaréporqueme
hayaenamorado.—Ah,porsupuesto.—Ahogóunarisaseca—.Hayquehablardeamor.Pero
¿tedascuentadequenopuedoestarseguro?—Laseñaló,con lapalmahaciaarriba—.Estásllenaderencor,loperciboacadamomento,lomuestrasencadagesto, y, sin embargo, me pides que entremos en un terreno muy peligroso.¿Quiénmediceamíquenoquieresqueteentreguemicorazónsoloparapoderpisotearlo?No podía negarlo: estaba en pánico. De otro modo, no hubiera dicho
semejantetontería,alejándolatodavíamás.Perosí,aquénegarlo:eraunodesusgrandesmiedosenesemomento.Ellaapretólospuños.—Yo jamás haría algo así, Marcus Hale. Jamás. Nunca usaría el amor de
alguien como arma, ni siquiera para vengarme. Pero, claro, para eso deberíasconocermey,tevuelvoarecordar,nomeconoces.Niyoati.Noséquiéneres,sielhombreamablequequiereasuhermanaoelnobleinsoportable,oinclusoel
abogado agresivo, alguien capazde insultar lamemoria deunapobremujer yponersepetulanteconuncondestableporque,ensuridículaopinión,noestáasualtura.Marcusbufó.—Bien, muy bien. Es cierto, no nos conocemos. —Extendió las manos a
amboslados—.Puestediréalgo,paraquevayaquedándoteclarocómosoydeverdad:meestásvolviendoloco.Tedeseotanto,tanto,quemedueledeunmodocasifísico.Piensoentidíaynoche,yvagocomounalmaenpenaporquemeconstaquenohehechonadaparaconseguirtuamor,ysímuchoparalogrartuodio. Pero, a pesar de todo, quiero creer que todavía contamos con unaposibilidad.—Esono…—No,porfavor,escucha—lainterrumpió,lanzado—.Yonotepidoqueames
de lanochea lamañana,ni siquieraya tepidoqueaceptesunmatrimoniosinamor.Meha quedado claro que no te interesa algo así, que no quieres que teresarzan, sino que te enamoren. Pero, al menos, dime que no te cerrarás acualquierposibilidadconmigo,comomeconstaquehashechohastaahora.Séque te he perseguido como un auténtico idiota, pero ha sido porque no habíaforma de acercarme a ti de otro modo. Me rehúyes, me esquivas. ¿Por qué?Hablemos, paseemos… ¡Estemos en silencio el uno al lado del otro, sinmás!Peroestemos.Porfavor.Oliviahabíacontempladoaquelarrebatoconlabocaabierta.Parecíaaturdida.—Marcus…Noquierosercruelnihacertesentirpeortodavía.Entiendoque
tododebehabersidomuydifícilparati.Yatepedíquedejaraspasareltiempo…—No. No es suficiente, no avanzamos, tú misma lo has dicho, también lo
notas. Está claro que necesitamos hablarlo, volver a empezar, limpiar elcomienzo.Exorcizardenuestrasvidasaquelmalditoprimerdía.Ellalemirócongravedad.—¿YlaseñoritaChatham?—¿Quépasaconella?—Cuandoosvi,eneldespacho…—Estabaayudandoarecogerunaspartituras.Selehabíacaídolacarpeta.
—Marcus, vi lo que vi. No serémuy entendida en estos asuntos, pero haycosasevidentes.Sébiencómoosestabaismirando.Marcus titubeó. No podía negar aquel ambiente cargado de sensualidad y
anhelo, aquellamirada que habían compartido la señorita Chatham y él. Perotampoco podía extenderse en explicaciones al respecto. No dejarían en buenlugaraladama.—Soy un caballero, no voy a hablar de los sentimientos de la señorita
Chatham.Y reconozco que llevomucho tiempo sin tener una relación, en unaspecto…digamos,romántico.—Oliviaseruborizó,asíquedebiósuponeraquéserefería—.Peroinsistoenque,loqueocurrió,loqueviste,nosignificanada.Nuncahapasadonadamásqueesoentrenosotros,ynuncapasará.Tedoymipalabra.Oliviaasintió.—Tecreo.Peronosésipodré…—Dudó,comosinoencontraralaspalabras.
Seencogiódehombros—.Nosésiseremoscapacesdesuperarelpasadoydeacercarnostanto,Marcus.Ytúerestan…Guardó silencio. Lógico. «Soy el fruto de un árbol podrido», pensó él,
desolado.Parecíalustroso,brillante,seductor,peroestabavacíopordentro.Noeramásqueboatoysimpleapariencia.Yestabaenamorándosedeunamujerquesabía la verdad y que le repugnaba cómo era. Una mujer con la que debíacasarse,pararedimirseunpocoantesímismoynoodiarsetanto.—Deja que te corteje, Livvy—insistió, a punto de suplicar. Qué tontería.
Estaba suplicando, y ambos lo sabían—. Sin resentimientos. Sin cuentaspendientes.Sabesbiencuántolamentoloqueocurrióyhabermecomportadoasí,yhedadomipalabradequejamásvolveráapasar.Dameunaoportunidad,solouna,ytejuropormihonorqueconseguiréquenotearrepientasnunca.Ellalemiróunlargomomento.Alfinal,parecíaasustada,peroreuniófuerzas
yasintió.—Muy bien. Intentaré confiar en ti y mostrarme más abierta a tus…
expectativas.—«¡Bien!», pensó él, sintiendo que le costaba respirar, de puroalivio.Almenos,esavezsíquehabíanavanzadoalgo—.Peronomeengañes,Marcus, por favor. Nada de supuestos actos de altruismo y generosidad. No
fuerceslascosasparacongraciarteconmigo.Nisiquieralonecesitas.Solosétúmismo.Se refería al asunto de la escuela, o al de la señora Newell, claro. A esos
torpesardidespararesultarlegrato.Marcusasintió.—Conste que lo hubiera hecho en todo caso—se excusó, y era verdad.De
hecho, en la escuela había llevado a cabo todo lo prometido, aunque le habíapedido a la señorita Landon que dijera que había sido una inversión delayuntamiento.Sololepreocupabaeltemadelabeca…Quizáahíselehabíaidounpocodelasmanos,peseaquelehabíapuestoelnombredeladyActon—.Miprima Helena me lo pidió, como te dije, y tú sabes que siempre procurocomplacerla.—Oliviaasintió—.Perotambiénesciertoque,dehaberconocidoantes su historia, también lo hubiera hecho pormímismo, encantado. Si JoanNewelleslaabueladeMinstrelValley,tambiénesmiabuelaahoramismo.Oliviasonrió.Aquelcomentarioparecíahaberlaconmovido.—Gracias,Marcus.—De nada.—Tomó aire,más relajado, y se pasó unamano por el pelo—.
¿Quieresquelastrasladeaunacasamásgrande?—No,no.Noquieroquesedesoriente.Enlamíaestaránbien.Comodijiste,
esunhogar.Élasintió.—Deacuerdo.—Otra cosa: ayudaría mucho que no vuelvas a utilizar a tu hermana para
tus…ardides.Y,depaso,queledijerasquenosemetamásennuestrosasuntos.—Loharé.Descuida,queloharé.Peroinsistoenqueyonoestoyrelacionado
conesahistoriadelPozodelosDeseos,aunquesospechoqueladyActonsíquehatenidoalgodeculpa.Oliviaabriómucholosojos.—Oh,maldición.—Noselotengasencuenta.Ambossabemosloqueelladesea.—Sí.—Lavio tomaraire,unsuspiroprofundo,antesdealzar labarbilla—.
Peronosotrostenemosunacuerdo,yestavezsíqueesperoquelocumplas.Marcussellevóunamanoalpecho.
—Lojuropormihonor.Esopareciócomplacerla.—Bien.Pues,apartirdeahora,quedaolvidadoelpasado,MarcusHale,lord
Northcott.No tengoyanada en tu contra.Pero sigoqueriendounmatrimonioporamor.Eso,ynadamenosqueeso.Noloolvides.Marcusselimitóaasentiryellasaliódeldespacho.
Capítulo18
Esanoche,ladyActonnobajóacenar.La situación en la mesa resultó bastante tensa, sobre todo porque tampoco
estaba la señorita Chatham, ya que había partido para Londres después delalmuerzo.Unade sushermanashabía caídoenfermayen losúltimos tiemposiba y venía de la ciudad cada poco, para cuidarla a turnos con el resto de sufamilia.Noseoíamásruidoqueeldelaservidumbre,alservirlosplatos,yeldesus
cubiertos.Porlodemás,ellostrescomíanensilencio,sinhablarseyapenassinmirarse.HarmonyparecíabastantemolestaconellayMarcussemostrabaserioysilenciosocomonunca.Olivia suspiró, asumiendo que tardarían en superar lo ocurrido. Pensaba
retirarsedespués,peroestabaconelpostrecuandoentróDollparadecirlequeladyActonqueríaverlaencuantolefueseposible.Noeraelmejormomento,sesentíacansada,ydeaquelhumorextraño,pero
nopodíanegarse a ir.LadyActonnuncahacíanadaporque sí y, desde luego,nuncalahabíaconvocadodesemejanteforma,aesashoras.Demodoquesubióhasta el segundo piso y se encontró abierta la gran puerta del pasillo quecomunicabaconsuzona.Goliathestabaenlasalitadeentrada,sentadojuntoalachimenea,leyendoun
libro.Alverla,sepusodepieylehizounareverenciamuygalante.Oliviasonrió.—Perdonequelemoleste,señorGoody—Preferíallamarleasí.Noterminaba
deacostumbrarseaaquelfamiliar«Goliath»porelquesedirigíantodosaél—.
CreoqueladyActonqueríaverme.—Sí, así es. —Señaló hacia el corredor interior que conducía al salón
principaldel complejodehabitacionesde su tutora—.Laestáesperando, ladyOlivia.Nohacefaltaquellame.Pase,sinmás.—Muchasgracias.Olivia se internó en el pasillo y recorrió a buenpaso el corto trechoque la
separaba del sitio. Pero, ya antes de llegar a la puerta indicada, empezó aescucharseunavoz.—«La belleza es verdad; la verdad, belleza»—oyó. Por desgracia, el tono
monótonoydemoledor,lograbaquitartodaposibilidaddevidaalaspalabras—.«Estoestodoloquesabessobrelatierra,ytodoloquenecesitassaber.Nuncallegaasercoronadoporlainmortalidadquientemeiradondeleconducenvocesdesconocidas».Reconoció aquellas hermosas frases: eran de John Keats, de laOda a una
urna griega. Y también reconoció la voz, era la de la señora Simpson. ¿Quédemonios hacía allí aquella bruja? ¡Era unamujer tan desagradable! Bastanteteníaconsoportarlacadadíaensusclasesdeetiqueta.Olivia recordó entonces que había oído comentar que iba a ocuparse de la
labordeleerenvozaltaparamilady,mientraslaseñoritaChathamseencontraseenLondres.Misterioresuelto.—¿Lady Acton?—preguntó, mientras se asomaba con cuidado—. ¿Me ha
hechollamar?Lavioalmomento.Laancianaestabaensulugarhabitual,iluminadaporlas
velasyporel fuegode lachimenea,mientrascontemplabaconaireabsortoelajedrezdelamesitaqueteníacerca.Todavíanohabíancorridolascortinas,perofueraya era casi por completodenoche.Sobre el tonoprofundoyoscurodelcielo,solosedistinguía,alláhaciaeloeste,loquequedabadelresplandordeunsolquenohabíabrilladomuchoniensusmejoresmomentos.LaseñoraSimpson,sentadaenunodelossillones,alzólacabezadellibrode
poemasdeKeatsylamiró.—Nuncasedebeinterrumpirasíunalectura,querida—dijo,mientrassonreía
confríaamabilidad—.Ensituacionescomoesta,unadamaseasomaalumbraly
sehacenotarpocoapoco,sin...—Yolahicellamar,gracias,señoraSimpson—lainterrumpióladyActon—.
Déjenos,porfavor.QuierohablarconladyOliviaasolas.La sonrisa que le dirigió la señora Simpson fue distinta, más obsequiosa,
inclusoalgozalamera.Oliviayasehabíadadocuentadequesecomportabadeunmododistintoconunosuotros,dependiendodelaimportanciaquedieraalaotra persona.Ella se encontraba en una línea difusa, y además era una de susalumnas,poresonoleimportabamostrarsedesagradable.—Por supuesto, milady.—Cerró el libro y se puso en pie—. Volveré más
tardeyseguiré…—No, no será necesario. De hecho, es usted muy amable, pero no quiero
inmiscuirme más en sus obligaciones, no será necesario que siga viniendo.ConozcobienlaobradeKeats,creoquepodríarecitardememoriacualquieradesusmaravillosospoemas,elqueestabaleyendoahoramismo,entreellos.PuedoesperaraqueregreselaseñoritaChathamparaseguirescuchandoeselibro.—Oh…—LaseñoraSimpsonsemostróconfusa—.Perdón,ladyActon.Me
limitéaseguirelquehabíaempezadolaseñoritaChatham,perosiyaloconoce,puedoleerleotro.—Quéatentaesusted.Peronosepreocupemáspormí.Mire, simeaburro
mucho,puedeleermecualquiercosaladyOlivia.—Lesonrióaella—.¿Verdad,querida?—Porsupuesto—replicóOlivia—.Estaríaencantada,milady.—Solucionadoentonces.—Comovioque laotra iba adiscutir, añadió, con
tonofirme—.Graciasportodo,señoraSimpson.Cierrealsalir,porfavor.La profesora volvió a sonreír, pero Olivia intuyó que aquello no le había
hechoningunagracia.Encualquierotromomento,sehubieralamentadoporelmalestar de cualquiera, pero no el de ella. Era una mujer demasiadodesagradable,a laquesiempreparecían importarpocolossentimientosajenos.Quizáaprendieraalgoylograsemejorar,sireflexionabasobreesemomento.—Desde luego.Milady…—En el últimomomento, incluyó a Olivia en el
gesto de despedida, pero sinmás, nohubonadade palabra, solo aquel saludoapresurado. Así se evitaba usar el tratamiento con ella, como siempre—.Me
retiraré,entonces,porhoy.Estaréenmidormitorio,sinecesitaalgo.—Dios no lo quiera…—murmuró lady Acton, cuando se quedaron solas.
Oliviaarqueóunacejaylaancianario—.Esonohasidomuyelegante,¿verdad?—Nomucho—dijo ella, secundando su risa. Qué mujer tan agradable era
lady Acton, qué descubrimientos iba haciendo con ella, día tras día. A esasalturasyasabíaqueerareservada,peronodistante;digna,peronosoberbia.Dehecho,siempreparecíaemitirunauramuycálidadecariñoyrespetoportodoslos que la rodeaban. Ese era uno de los principales detalles que la hacían deverdadgrande—.Perosíhasidosincero,demodoquenosepreocupe.—Ven,querida,siéntateamilado.—Oliviacaminóhaciaellaylohizo,enel
butacónqueacababadedejarlaprofesora—.Perdonaquetehayahechollamaraestashoras,séquetegustapasarunratoconlosjóvenesdelacasatraslacena,peroqueríahablarcuantoantescontigo,porquecreoquetedebounadisculpa.—Agitólacabeza—.No,meconstaqueteladebo.—¿Usted?—Metemoquesí,querida.Harmonynofuemuysutilestatardeconeltema
delPozode losDeseos.—Olivia se ruborizóal recordaraquello—.Losiento,Livvy, lo sientodeverdad.Admitoque tengomuchoquever conelhechodeque dijera eso, o que os haya dejado solos otros días. —Sí, esa malditacostumbrede invitarasuhermanoy luegodesaparecer,conLucyoDoll,paradejarlosasolas—.Yolahealentadoallevaracaboesaclasedetretas,inclusodesde antes del regreso deMarcus, deLondres. Le dije que, cuando volviera,intentase…darosespacio,paraestarasolas.—¿De verdad? ¿Incluso sabiendo que algo así podría comprometer mi
reputación?—¿Quédices?¡Vamos,Livvy!Sabestanbiencomoyoqueesoesdifícilque
llegueapasar.EstamosenMinstrelValley.—Seencogiódehombros,ungestocon el que buscaba excusarse—. Aquí las normas son más relajadas que enLondres.Por supuesto. Y tenía razón, siempre y cuando no hubiese por ahí alguien
interesadoenquealgoasíocurriese.Oliviasuspiró.Quéleibaahacer,nopodíaenfadarseconella,niconHarmony,por intentarlo.AmbasqueríanaMarcusy
deseabanlomejorparaél.Ahoraquesedeteníaapensarlo,enesacasatodaslasmujeresqueríanmucho
aMarcusHale,cadacualasumanera.—Ya lo sabía, lady Acton —reconoció, sin darle mayor importancia. La
ancianalamirósorprendida.—¿Deverdad?—Sí.Bueno,séqueestassemanas,hasidocosadetodosustedes.Perolode
hoy, en concreto, no. Primero sospeché de Marc… de lord Northcott, perocuandoéllonegó,noquedaronmuchasmásopciones.—Sí, ya veo…—Sonrió con disculpa—. Lo siento, querida. Supongo que
pensarás que soy una vieja metomentodo. —Mejor no contestar a eso. LadyActonselopensóunmomento—.Pero,aunquetepidodisculpas,laverdadesque nome arrepiento de lo hecho, porque está claro que había que daros unpequeñoempujón.Todavíanolosabes,peroMarcusesunhombremaravilloso.Tienesque...—No. —Olivia alzó también una mano—. Lady Acton, por favor. No se
inmiscuyamásenesteasunto.Selopidoporfavor.Laotraasintió,peronodejóeltema.Almenos,nodeltodo.—Solodimesihabéishabladoalgohoy.Cuandotehaseguido…«Oh,demonios».Olivia recordó la discusión en el despacho.Quémomento
tan tenso. Pero, debía reconocerlo, de algún modo hasta estaba contenta dehabersereunidoconélyhaberaclaradoalgunascosas.Sobretodo,desdequesedio cuenta de que, tras el gélido lordNorthcott, había alguien capaz de sentiralgodeverdadintenso.Aunque,enrealidad,tambiénhubiesedebidodeducirlodesurelaciónconsu
hermanayconladyActon,recapacitóalpensarlo.Marcuseraunhombredefamilia,decariñosprofundoseincondicionales.El
día en que se enamorase… Estaba segura de que amaría con intensidad, conpasión,y lasangrese leacelerabaen lasvenassolodepensarlo.Ojalá lograseserellamismaelobjetodeesesentimiento tanfuerte, tanarrebatador,peronoestabamuyseguradepoderconseguirlo.Alfinyalcabo,hastaelencuentroeneldespacho,aellasololahabíatratado
conlatensadeferenciadebidaaalguienconquiensesentíaendeuda.Mostrabaunempeñocontinuoencasarseconella,sí,perosiempredejandoclarodeunauotramaneraquesololohacíaporresarcirla,algoqueellaodiabaamuerte.Comoel que, en otros momentos, tuviera detalles demasiado románticos, para larealidaddesurelación.¿Aquéveníaunversodeamorpasadobajolapuerta,siluegosemanteníaa
distancia, serio y desapegado? O una flor en el plato, algo solo hecho paradejarlaenevidenciaantetodosytenerquefrenarlosintentosdeunosyotrosdeponerunafechaparalaboda.Oeseperfumecarísimo,queloúnicoqueindicabaeraqueelatractivolordNorthcottgozabadeunbuenolfato.O con aquello de la escuela. ¡Venirle con la lista de sus reparaciones y sus
necesidades…!¡PorDios!¡Intentarllegaraellaconesofuetanruin!Sobretodo,porquesenotóquenisiquierahabíapuestoelcorazónenelproyecto.Segúnleescuchaba,hubiesejuradoqueleresultabaporcompletoindiferenteeldestinodelosniñosdeMinstrelValley.Yesoque,Olivialosabía,algoasínoeracierto.¿Acasonolehabíavistolos
domingos en el pueblo, a la salida demisa, cuando se acercaban sus antiguosalumnos para saludarla? ¿O en el mercado, donde siempre compraba a lachiquilleríadulces,pastasotrozosdetarta?AMarcus jamás le estorbaban losniños, jamás.Dehecho, senotabaque le
gustaban, reíaconellosy,aldespedirse,siempresolíadarleunpeniqueacadauno,paraquesecomprasenalgúncapricho.InclusoanimabaaHarmonyapasarunratoconlasniñasdesuedadyjugarconellas,pesealadiferenciadeclasesquelasseparaba.Además, la maestra que la había sustituido, la señorita Landon, había
terminadoporconfesaraOliviaqueestabaenlocierto,queeraMarcuselqueseocultaba detrás de las obras llevadas a cabo en el edificio de la escuela paraevitarcorrientes. ¡Cómoibaacreerseellaque,depronto,elayuntamientoquesiemprelehabíanegadofondosparalomásbásico,hubiesedecididohacerjustotodoloqueMarcuslehabíaplanteadocomoproyectopersonal!Porquesí,habíahechotodoloquelepropusoaqueldíaenelbosque,incluso
lodecomprarnuevospupitres,ademásdelasdosestufas.Porsiesonohubiese
sido suficiente,habíacreado la«BecaAnual ladyActon»,paraque, cadaaño,los dos niños y las dos niñas con mayores facultades de Minstrel Valley,pudieranseguirampliandosusestudiosenLondres,hastadondedeseasen,cadaunodentrodesusposibilidadessegúninteligenciaygénero.Y eso, por supuesto, no se lo habíamencionado. ¿Por qué?Dehecho, ¿por
quéintentabaocultarloconaquellahistoriaabsurdadelosfondosmunicipales?La respuesta, en realidad, no era difícil de imaginar. Así eraMarcus: alguiencapazdeintentarconquistarlacondetallesvanosohistoriasinteresadaspero,encuantosurgíaalgoque lepudieradelatarcomovulnerableporque indicasequeeramáshumanodeloquequeríadejarver,seponíanerviosoylomanteníaensecreto.Poresoseempeñabaenplantearlabodacomounpagoporloocurrido.Yella
noqueríaequilibrarcuentas.Noqueríaquese inmolaseenunmatrimonioporlasrazonesequivocadas.Queríapasión.Unsentimientocomoelque,depronto,habíamostradoconaquellaspalabrastanintensas,eneldespacho.«Tedeseotanto,tanto,quemedueledeunmodocasifísico.Piensoentidíay
noche,yvagocomounalmaenpenaporquemeconstaquenohehechonadaparaconseguir tuamor,y símuchopara lograr tuodio.Pero,apesarde todo,quierocreerquetodavíacontamosconunaposibilidad.»CuandoMarcusdijoesascosas,lasangredeOliviaseaceleróensusvenasy
creyóquedarse sin respiración.Todavíanosabíacómonosehabía lanzadodeinmediatoasusbrazos,apesardelescritorioquehabíaentreambos.¿Seríaverdad?¿Marcussentíatodoeso?Pero¿cómo?¿Ydesdecuándo?No
lograbaentenderlo.Tanseriosiempre,tandistanteydesapegado.Inclusocuandole dio aquella rosa había evitado darle una roja, con todas las que había a sualcance,tanhermosas,yconunmensajetanevidente.Perono, lediounablanca.Enunprimermomento,hastase ilusionó.Pensó
quequizásehabíafijadoendetallesyquelaconocíamásdeloquehabíapodidoimaginar,perono.Notardónidiezminutosendarsecuentadequenoeraporeso.¿Qué había querido indicar con ello, entonces? Pureza, quizá. Poca pasión,
seguro. ¡PorDios,debíapensarqueeraunavirgen insípida,unapánfilasinun
gramodeardorenelcuerpo!¡Alguienincapazdeinspirarleningunarespuestaaél,enconsecuencia!Lociertoeraqueasísesentía,ymáscuandolamirabadeesemodoserioy
distante. Olivia no tenía ni idea de cómo complacer a un hombre, y lordNorthcottparecíaalguienmuysegurodesímismo.Alguienmuycurtidoenloslancesamorososyexigenteen…esosasuntosíntimos.Ellanisiquieraeracapazdeimaginardeltodocómoseríabesaraalguien.¡Y era tan tonta! El día de la rosa blanca, cuando entró de vuelta en su
dormitorio,corriócomounatrombahacialachimeneaparalanzarlaalasllamas,perosequedóallíquietaconella,girándolaentrelosdedos.Noconsiguiótirarla.Alcontrario,laguardóenunlibroparaquesesecase.Algúndía,sedijo,podíaser el último recuerdo de algo que hubiese deseado mucho, con todas susfuerzas,peroquenopudoser.Noibaallorar.Nopensaballorar…Tonta, tonta, tonta… ¿Y por qué se extrañaba? Olivia no podía ser nada,
nadie,aojosdealguiencomoél,unhombretanguapo,noble,rico….Pormuchomatrimonio legal que pudiera haber habido entre sumadre y lordCamden, larealidaderaque,frentealmundo,habíaterminadosiendounasimplemaestradeescuela,lahijadeuncampesinoyunacosturera.Sabía que poseía cierta belleza, era una mujer atractiva, pero eso no
significabanada.EnLondres,elmarquésdeNorthcottpodríaencontrarjóvenesmucho más hermosas, y con el mérito añadido de ser hijas de barones, decondes,deduques,demarqueses…Nobles,engeneral.¿Cómoibaaquererlaaella?Lasdudaslacorroían.¿Ysilaspalabrasdeldespachosoloeraalgodichopara
convencerla,paraquecedierayledieraaquellasatisfacciónde«cumplirconsudeber» en la que estaba empeñado?Era algo que la aterraba. Sabía que, si seequivocaba en aquello, el día demañana, cuando ya se hubiese convertido enuna auténtica carga para la felicidad del atractivo y poderoso lord Northcott,Olivia severía atrapadaenunaespantosaparodiadematrimonio, en laque élmiraríasiemprehaciaotrolado.Sin molestarla, desde luego. Como un caballero, por supuesto. Pero se
buscaríaesasamantesquehabíamencionadoyquetannormalesleparecían,yaellaladejaríaallí,ensudormitorio,sola.Esosí,cuandofueraafiestasodecompras,oapasearporHydePark,podría
gritarlealmundoqueellaeraladyOliviaHale,lamarquesadeNorthcott.LasolitariamarquesadeNorthcott…No, no podía ser. Marcus no haría eso. Lo había dicho con auténtico
sentimiento.¿Ono?Ojaláfueseverdad.Ojalá…—Digamosquehemosllegadoaunacuerdo—musitó,aldarsecuentadeque
ladyActonseguíaesperando.Laanciananodijonada,pero lapreguntaestabaen el aire. Olivia suspiró—. Lord Northcott insiste en cortejarme, todos losabemos,milady.—Sí.Yalocreoquelosabemos.—Elproblemaesquelodeseaporlasrazonesequivocadas.—¿Túcrees?—LadyActonsonrió—.Tenunpocodepacienciaconél.Esun
buenhombre,peronoestáacostumbradoalterrenoromántico.—¿AcasoinsinúaquelordNorthcottmeama?—¡Por Dios, no me atrevería a asegurar tal cosa, querida! Solo puedo
limitarmeaafirmar,sinsombradeduda,quepuedellegaraamarte.Pero,solosiambososdaisunaoportunidad.Oliviamirólasllamas.—Reconozcoquetambiénheestadomuyenfadadaconél.—Losé.Yconrazón.Seofuscómuchocuandoleyólacartadetumadreyse
enteró de todo esto, y no se comportó bien. Pero, date cuenta de lasimplicaciones que tenía. Tú también te hubieses obcecado en defender a tumadre.—Esdistinto.—¿Porqué?—Porquemimadresíqueseganómicariño.Estuvoahídíaadía,meamó.
Peropor loquemeha contadoHarmony, supadreno fueunhombre fácil, nidadoafomentarlarelaciónconsushijos.—Escierto,nofueunhombrefácil.Tedirémás:fueunhombreodioso.Yole
teníaunaespecialinquinapormuchasrazonesqueyanoimportan.Perotenencuenta queMarcus creció con él.Era su hijo, su heredero, y le quería porquenecesitaba quererle, eso es todo. Todos necesitamos querer a nuestros padresparasentirnosbienyseguros.Sonelpilarsobreelqueforjamosloscimientosdenuestravida.—Sí,esoesverdad…—musitóOlivia,sintiéndosealgoculpable.¿Cómono
lohabíapensado?Eramaestra,habíasidotestigodemuchaspequeñastragediasentrelasfamiliasdesusalumnos,ynolecostóesfuerzoveraMarcuscomounniñoasustado,desesperadoporquereryserqueridoporsupadre.—Además,unacosaessabercómoesalguieny,otra,cómodesearíamosque
fuera.Durantemuchos años,Marcus ha…vagado por ahí, en tierra de nadie,tratandodemantener una imagende supadre a la quepoder amar, pese a losmuchos detalles oscuros que veía. Una vez hubomuerto, seguro que hasta leresultaba más fácil engañarse a sí mismo.—Agitó la cabeza—. Y, entonces,llególacartadeMeryCoombs,yestallótodoesto.Oliviasellevóunamanoalafrente,imaginandoeldolordeMarcusHale,al
enterarsedeaquellahistoriaterrible.—Es cierto, pobre Marcus —suspiró—. No entiendo cómo de alguien tan
reprobable pudieron nacer dos personas como Marcus y Harmony… LordNorthcott,merefiero—corrigió,aldarsecuentadequehabíavueltoameterlapata.Yporpartidadoble,además.LadyActonrioentredientes.—SospechoqueMarcusytúoshabéisacercadomásdeloquepensaba.—Noshemos tuteado.—Seencogiódehombros—.Al finyalcabo,somos
primos.—Ensegundaoterceralínea.Perosí.Encualquiercaso,volviendoaltema,la
maldadnosehereda,porsuerte.Elcarácter,quizá,peronolamaldadcomotal.NiMarcusniHarmonytienenunapizcademaldadenelcuerpo.Fíjate,aélleconociste enfadado como nunca le he visto y, sin embargo, tal como pudistecomprobar,estuvodispuestoaescucharlosargumentosyaaceptarlasituación,peseaqueselevinoelmundoencima.Yahora,viveatormentado,pensandoencómoresarcirteporloperdido.
—Por culpa de su sentido del honor. —Olivia hizo una mueca—. Se veforzadoacasarse.—Esposiblequeahoramismolosientaasí,aunqueyonoestoytansegura.Lo
quesícreoconfirmezaesquenoesloúnicoquepuedellegarasentir,comotedije.Oliviaagitólacabeza,deprimida.—Nosé,ladyActon.Medatantomiedo…—¿Miedo?—Lamiróconamabilidad—.Livvy,hablamosmuchode loque
puedasentirMarcus.Perotú…¿Quésientestú?Oliviacerró losojosyseencontróconunanegruraprofunda,peroperfilada
dealgúnmodoporelresplandordelasllamasdelachimenea.Lehizopensarenelcielonocturno,enaquelsolqueseiba,enundíaqueseperderíaenelolvido.Y,enesaoscuridad,estabaellasola.Allínopodíamentirse.Nisiquieraquería
hacerlo.—Unaatracciónirresistible—seoyódecir.Suvozsonóprofundayasustada,
comosesentía.AbriólosojosymiróaladyActon,ytodosaliócomounríoquehubieserotounapresa—.Desdequeleconocí,micorazónymicabezasiguencaminosmuydiferentes,milady.Unomegritaunascosas,laotramedictaotras,ytemocometerunerroralseguiraunodeellos,poresosiempreestoytantensay seca con él. Yo… sé que debo tener cuidado, o acabaré enamorada de unhombrequenosientenadapormí,exceptoloqueleindicasusentidodeldeber.Yyonoquieroeso,ladyActon.Noloquiero.Laancianalacontemplóconamabilidad.—Loentiendo,Livvy,peronoadelantemosacontecimientos.Vayamospocoa
poco.Élhadichoquequierecortejarte…—Sí.—Pues deja que lo haga, y aprovecha la ocasión para conquistarle. Eres
hermosa,ereslista,eresencantadora…Seríasungranpartido,inclusoaunquenofuesesunaHale,queloeres,yMarcuslosabe.—Seinclinóhaciaella,adelantóunamanoylaapoyósobrelasdeOlivia,quedescansabanensuregazo—.Nohayquedejarseofuscarporelecolejanodelfuturo,querida.Esalgoqueaturdey asusta, y no ayuda en nada. De momento, estamos aquí y ahora. Lo que
siembras en el presente, en cada momento que vives, eso es lo único queimporta.«Aquí y ahora». Sí, eso era cierto. ¿Y qué tenía ella? Unas clases que no
siemprecaptabansuinterés,porquelassentíacomoalgosinsignificado,quizáporque,apesardetodo,ellanoeraladyOliviaHale,sinolaseñoritaCoombs.SoloeralapequeñaOlivia,lahijadeMery.—Milady…—Sise lopudiesehacerentender…Pero¿cómoexplicarlo?Ni
ellamisma acababa de verbalizar aquello, desconcertada como estaba—.Creoque,enrealidad,loqueyodeseoesvolveramividadesiempre.—¿Quéquieresdecir?—Quequierocambiar,haceralgo,comolohacíaantes.Siparaellotengoque
renunciar a todo esto, lo haré. De ese modo, podré regresar a la escuela deMinstrelValley,amisniños.Necesito…nosé.Volverasentirmeútil,supongo.Aprender a bailar o a sostener con elegancia una taza de té no me parecesuficiente…Llamaronalapuerta,yseentreabrió.Marcusseasomóalumbralysaludócon
ungesto.—Lamentointerrumpir—dijo,yesbozóunasonrisa—.PrimaHelena,¿quiere
jugaralajedrezestanoche?Penséquequizáno,porqueestabaOliviaconusted,perohepreferidopreguntar.—No,estanocheno,Marcus.Comobiendices,hoy tenemosaquíanuestra
queridaOlivia,ypreferiríaconversarconella.Perosírveteunacopaysiéntateconnosotras,porfavor.Éltitubeóunmomento,peroasintió.—Sí,por supuesto.Seráunplacer.—Fuehacia elmueblebary sepusoun
coñac—.¿Ustedesquierenalgo?—No,gracias—replicaronambas.Olivialemiródereojomientrassedirigíahaciaellas.Trasdudarunmomento,
Marcussesentóenlasilladelamesitadelajedrez,frentealasdosmujeres.—Noosimagináiscuánagradableestenerosalosdosaquí—dijoladyActon.
Desde luego, se la veíamuy satisfecha—.Y conste que, esta vez, no ha sidoningunaartimaña.
—Milady,porfavor…—dijoOlivia,ruborizándose.Laancianaseechóareír.—Es la verdad. Pero dejaré el tema. Charlemos. Es la primera vez que
estamoslostresasí,yesperoquenosealaúltima.Marcusdiountragoycarraspeó.—¿De qué hablaban cuando entré? Parecían muy concentradas en su
conversación.LadyActonsonrió.—Poresoeresunbuenabogado,querido.¡Cómosabeshacerqueseaelotro
elquetengaquedeclarar!—Élseechóareír—.Livvymecontabaquenosientequehagagrancosa.Quelegustaríavolverasucasa,asuvidadeantes.Marcusparpadeóylamiró.—Entiendo.Supongoquelehabráexplicadoqueesoesimposible.Nopuede
hacerlo.Olivia empezó a fruncir el ceño. Cómo le irritaba que se comportase así a
veces,tanfirmeydesconsiderado,decidiendoportodos.Ibaareplicar,perofueladyActonlaqueintervino:—En realidad, todavía no había tenido tiempo de contestarle.—La anciana
sonrióaOlivia,comprensiva—.Ycréeme,teentiendomejordeloquepiensas,niña.PeroMarcus tienerazón:es imposible.Porque,aunquepudierasvolveraserpobre,jamáspodríasvolveraserplebeya.NomientrasyovivapararecordarqueereslahijadePhil.—Pero…—No,espera,notepreocupes,quenovasatenerquerenunciaranadapara
poderllenartutiempo.—Sonriódeunmodosibilino—.Dehecho,seguroqueambos sabéisqueestoyembarcadaenunproyecto.Ymealegrapoderdecirosqueesperoque,pronto,tengaquecontarconvuestraayudaparaconvertirloenunarealidad.—Lo cierto es que estoy intrigado desde hace tiempo —asintió él—. Y
preocupado.Esperoquenoseexceda.—No es mi intención, al contrario. Lo que busco es crear algo que me
entretenga,peroquemedémenostrabajodelquehetenidohastaahora.—¿Aquéserefiere?—preguntóOlivia—.¿Dequéproyectosetrata?
LadyActonselopensóunmomento.—LostressabemosquenopuedovolvernuncaaLondresni,muchomenos,a
seguirlavidaagitadaqueteníaantes.Meagotademasiado.—Sonrió—.¡Inclusorecordarlo me cansa! Preparativos, fiestas, visitas, ir de un lado para otrosiempreatenta a losdetalles…No,mehacostadoasumirqueesapartedemividahaterminado,peroséquedebohacerlo.—Me alegra que lo haya aceptado por fin—dijoMarcus, apenado—.Y lo
lamento.Sécuántolegustabatodoaquello.—Losientomucho,milady—coincidióOlivia.—Gracias, queridos. Reconozco que me ha costado asumirlo, como dice
Marcus, porque tampoco está enmi naturaleza el permanecer tan ociosa. ¡Medesespero!—Ellasdosrieron.Marcussonrió,mirándolasconalgoqueparecíatristeza.Quizáeranostalgia—.Enserio,aunquemeencantaestelugar,nuncahesido mujer de permanecer quieta tanto tiempo, sin hacer nada más quecontemplarelhorizonteyescucharcómomeleenlibrosenvozalta.—Entonces,nosparecemos—dijoOlivia.—Lostres—asintióMarcus.—Porsupuesto.—LadyActonpasólosojosdeunoaotro—.SomosHale.—
Oliviaparpadeó,sintiendo,porprimeravez,quesí,queloeraporcompleto.Sumirada se cruzó con la de Marcus y se reconocieron como iguales—. No lopodemosevitar,somoshormigasactivas,nocigarrasdesalón.—¡Qué buena forma de decirlo! —exclamó Marcus, y él y lady Acton
intercambiaronunasonrisa.—Poreso,sisigoasímuchotiempo,manosobremano,escuchandohistorias
ajenas, sí que me moriré. Me iré apagando como una vela que se acaba, ydesaparecerésinmás.—Abriólosojosenunremedodehorror—.Sobretodo,sieslaseñoraSimpsonlaqueasesinaalpobreKeatsenmipresencia.Olivialanzóunacarcajada.—Tuveesamismaimpresiónaloírla,sí.—¿Ycuálessuplan?¿Quévaahacer?—preguntóMarcus.—En realidad, lo que he hecho todami vida adulta, por supuesto: preparar
jóvenesparasutriunfoensociedad,oloqueeslomismo,enlavida.Pero,esta
vez,estoydecididaahacerlodeotromodo.Túmedistelaidea,Livvy.Ellaarqueóambascejas.—¿Yo?—Asíes.Aquelprimerdía,cuandotequedastedesoladapornopoderregresar
contusniñosdelaescuela.Yomesentíaigualpordejaratrásamisniñas.—Suexpresióneranostálgica,comosihubiesepasadounmillóndeaños,ynosolounpar demeses—.Y, al pensar en todo ello, seme ocurrió una idea con la quepodrástenerunaocupaciónsemejantealademaestra,aunqueseadeotromodoyatemporadas.—No la entiendo, lady Acton. ¿Qué quiere decir con «semejante a la de
maestra»?—Quepuedes ayudarmeaorganizar algo.—Sonrió—.En lugarde estar en
Londres y tener que moverme de un lado a otro para los eventos de latemporada,voyaorganizaraquí,enMinstrelValley,unaespeciedeescuela.—¿Unaescuela?—Sí, pero… distinto. Será para debutantes y otras jóvenes que tengan
necesidaddepulirseantesdesupresentaciónensociedad,pero también,sobretodo, durante la temporada. Será algo único, porque aquí no crearemos unasdamas cualesquiera, crearemos auténticas «Damas Selectas». Y, una DamaSelectatienequeprepararsedecontinuo.Oliviafruncióelceño.—¿Quiere decir que una Dama Selecta va a acudir a su escuela, también
durantelatemporada?—Exacto.Porlogeneral,unavezsonpresentadasanteelrey,yaseconsidera
quenotienenmásqueaprender.SondebutantesquesemuevenentrelossalonesdeLondresalabúsquedadeunbuenmatrimonio.—Asíhasidosiempre,sí—admitióMarcus.—Muybien.Pero, aquí serádistinto.Aceptaremosmuchachasde todo tipo,
inclusoloscasosmásdifíciles,lasqueparezcaquenuncavanaconseguirnadaen los salones de Londres, ya sea por su absoluta torpeza o su aspecto pocoestimulante.Aquí lasprepararemosparaqueseconviertanenalguiencapazdeconseguireléxito.
—¿Cómo?—Seguiremos de cerca su temporada, claro está. Nos aseguraremos de los
avances, estudiaremos los fallos cometidos y buscaremos el mejor modo desolucionarlos. Y nuestras jóvenes asistirán a sus clases hasta que consigan suobjetivo.—Suspupilassecentraronensusmanos;no,enrealidad,estabanfijasen la alianza que llevaba todavía en el dedo, se dio cuentaOlivia. Su tono seconvirtióenunsusurro—:Perotambiénaprenderánotrascosas.Marcusarqueóunaceja.—¿Cómoqué?—Comoque siempre hay que buscar el amor, siempre y en todomomento.
Perotambiénque,luego,hayquesabercómovivirlo.—Hubounintercambiodemiradasentresuprimoyella.Ambosparecíantristes,peroél,más—.Almargende ser una criatura delicada e inspiradora, una delicia para la temporada, unaDamaSelectaesalguienquebuscaunmatrimoniodeuntipoconcreto.Aspiraráaserunacompañera,noalgosecundarioenlavidadesuesposo.Seráunamujeratentaalascuentasdesucasa,Livvy,albienestardesufamilia.Alguienquenosedejallevarcomounamuñeca,sinoquetienebiensujetasentrelasmanoslasriendasdesuvida.Todoeso,intentaremosinculcarloaquí.Oliviasonrió.Alfin,algoquepodíautilizarenaquelsitioparailusionarse.Y
mucho.—Esosíquemegustaráaprenderlo.—Y enseñarlo, llegado el momento, aunque solo sea dando ejemplo. —
Ambassesonrieron—.Y,todoesto,yanoloharíayosolaenLondres,sinoaquí,en este lugarmaravilloso.En«laEscuela deSeñoritas de ladyActon».—Rioentredientes—.Suenabien,¿nocrees?Oliviasonrió.—Laverdadesquesí.Muybien.—Me alegra saberlo. Para empezar, estoy organizando las obras y arreglos
necesarios.Enelpisobajo, en el ala este, habráunaula ampliayuna saladeestarparalasniñasyparalosprofesores.Ladirectoratendrásudespachoysusala privada, y habrá una sala de reuniones para el profesorado. En el primerpiso, pondremos las habitaciones de las niñas. En el ala oeste, que estánmás
cobijadas,eselladohaciaelqueestáelpueblo…—Yaveoquelotienetodomuybienpensado,primaHelena—dijoMarcus,
divertido.—Desde luego. Y estoy ya en contacto con mis amigas, para organizar
también las cosas en Londres, perome gustaríamucho que túme ayudaras acrearlaydarleimpulso,Livvy.Alfinyalcabo,eresmaestra.Ellaarqueóambascejas.—¿Quierequeladirija?—¡PorDios,no!—LadyActonarqueóambascejas—.¿Estásloca?¿Esque
no nos has oído antes?Estaríamuymal visto, nadie nos enviaría sus niñas siestuviéramos en la puerta, con un delantal y los dedos manchados de tinta,ocupándonos de ellas tan de cerca.No, querida, no.Nosotras somos damas yorganizamosen ladistancia,elegantesy sutilescomounsueño,dandonuestrorespaldoconunasonrisa.—Ya.—Marcusalzólacopaasuprima,enunbrindismudo—.Quieredecir
queactuarácomohagoyo,conmisasuntosdeabogado:condiscreción.LadyActonrioentredientes.—Esaeslapalabraadecuada.—Yeselmejormodo.—Lamiróaella,conunasonrisa—.Tenloencuenta,
Olivia.Siemprequenotevean,puedeshacerdetodo.Hastaalgotanaberrantecomotrabajar.Oliviario.—Procurarérecordarlo.—Pero sí, necesitaremos una directora, cierto —convino lady Acton—.
Contrataremosaalguienparaeseempleo.Tambiénunadministrador,queelegiráy vigilará de cerca Marcus. —Ella y su primo intercambiaron otra miradasombría. Él asintió—. Y unas profesoras de lasmaterias habituales, pero queseandelomejorquepodamosencontrar.Laselegiremosentremisamigas,túyyo. La señoritaChatham puede servir de secretaria, amenos que veamos quenecesitamosmáspersonal.Olivialamiró,nerviosa.—Esperohacerlobien…
—Seguroquesí.Meayudarásenesoy,cuandoyaestésestablecida,puedesocupartedepatrocinaralasjóvenesdelaescuela,enLondres.Oacolaborarconotraspatrocinadoras.—Ya… —Por Dios, cómo no se daba cuenta—. Milady, creo que espera
mucho de mí. En lo de conseguir un matrimonio por amor y buscar sercompañerasdesusesposos,puedoentenderlo,yes,dehecho,aloqueaspiro.—Sintiósobresí lamiradadeMarcus.Eraintensaycálida—.Peroenelresto…Todo eso de ser elegante y sutil como un sueño, yo… Verá, apenas consigoaprenderlospasosdelapolonesa.MetemoquejamásseréunaDamaSelecta.—¿Quiéndiceeso?—LadyActonnegóconlacabeza—.Olivia,tecontaréun
secreto:«Elegancia,corajeysaberestar».—¿Elegancia,corajeysaberestar?—Sí. Esas son las tres únicas virtudes que se necesitan para construir a
nuestro alrededor esa Dama Selecta que contemplarán los demás conadmiración.Elegancia, porque es nuestra cualidad básica: somos distinguidas,estásiemprepresenteennuestranaturalezainclusoaunquenolosepamos,onohayamos aprendido a demostrarlo.Coraje para afrontar lasmuchas trabas quenosponenuestrasociedad,comomujeresquesomos,atrapadasenunmundodehombres. Saber estar para sortear esos escollos del mejor modo posible. Aambasnosconstaquenoloes.—No,cierto.¡Avecesestanfrustrante!—Ahíestá,esoespartede loquedebenaprendernuestrasniñas:aasimilar
esafrustración,evitandoenfrentamientos.Haymuchascosasquenonosgustanen esta vida, pero provocar un escándalo no conviene a nadie en nuestrasituación.Porsuerteopordesgracia,elfuturodelasmujeres,hoyporhoy,pasaporunbuenmatrimonio.Quedarapartada,condenadaalostracismo,nosirvedenada, más que para sufrir sin mayor sentido. Hay que saber qué pasos dar ycuándo, siempre con elegancia. Lo único que importa, al final del día, escontinuarenelcamino.—Entiendo.LadyActonasintió.—Y,bien,ladyOliviaHale.¿Quéesloquevasaser?
Ellasonrió.—UnaDamaSelecta.
Capítulo19
—¿Jovencita?¿Mehaoído?Olivia parpadeó, volviendo a la realidad. Estaba en una de las salitas que
habíanacondicionadocomoaulaparaHarmonyyparaella,situadaenlapartedeatrásdelalaeste.Teníaninclusodosmesitas,pequeñospupitressituadosfrenteal escritorio, más grande, de la profesora. Allí daban las clases de etiqueta yfrancés. En la otra, solo Harmony recibía clase de aritmética, arte, historia yliteratura.Ese día, Olivia estaba sola en clase. Harmony estaba indispuesta, con sus
«dolenciasfemeninas»,comolehabíadicholaseñoraBurton,asíqueteníaqueaguantar sola a la señora Simpson, que seguíamuymolesta con ella. Si antestenía la impresión de que no le resultaba simpática, y buscaba elmodo de noreferirseaellanuncacomo«ladyOlivia»,desdelanocheenquefuetestigodecómoladyActonledejóclaroquenoqueríaqueleleyeramás,sehabíavueltoporcompletoinsoportable.Yellasehabíadespistado.Quémalasuerte.La profesora lamiraba con su expresión agria de siempre. ¿Oír? ¿Oír qué?
No,Olivia nohabía estado atendiendo.La clasede etiqueta le importababienpoco,ymáscuandosecentrabaentonterías,comolasdeesedía.EllanuncasehabíaconsideradounadamahastallegaraMinstrelHouse,peroteníaclaroquenodebíalimpiarselosdientesolasuñasenpúblico.Cada vez estabamás convencida de que aquellamujer insufrible incidía en
esostemassoloporqueellaestabapresente.AHarmonylatratabadeunmodomuydistinto.DebíapensarqueOliviahabíapasadosuvidarevolcándoseconlos
animalesenlacuadra,oalgoporelestilo,yqueporellotodavíallevabapiojosogarrapatas escondidas en algún lado.Bichos que la harían rascarse ante algúnpobreduque,sinoseleinculcabaquenodebíahacerlo.NoleinteresabanlosprejuiciosdelaseñoraSimpson,nilamayorpartedesus
tonterías, de modo que se había despistado y había estado pensando en lordNorthcott…EnMarcus.Ensi lovería luego,al tomarel té, si seuniríaaellaparadarunpaseohastaelpueblo,oquizáparaecharlemigasdepanalospatosdel estanque, algo que siempre resultaba relajante y divertido. Iba a ser laprimeravezqueestuvieranjuntos,sinosereuníaconellosHarmony.Marcus… Al final, había resultado no ser el idiota del principio, solo
alguien… complicado. Tenía un lado combativo, por el que no le importabamostrarsedesagradablesiteníaquedefenderalossuyos;perotambiénunladocordialpara lamayoríade lagente, inclusootro tierno, reservadopara losquequería.LoveíaconladyActon,oconHarmony,siemprependiente,dispuestoaayudar,areírconellas,yeracapazdeimaginarelpadrefirmeperoafectuoso,inclusoelabuelollenodecariñoquepodríallegaraseralgúndía.Desdeladiscusióneneldespacho,Marcussehabíacomportadodeunmodo
distinto, interesadoenconseguir suobjetivo, cierto,pero sinpresiones.Seguíamostrándose amable, como queriendo parecer otra persona, un hombre que laagradaseentodo,pero¿quiénnolohacía,cuandoestabacortejandoaalguien?Enesosmomentos,unomostrabasiempresumejorcaraparaintentarconquistaralaotrapersona.YellaqueríaqueMarcusHale lacortejara.Loquería,cadavezmás.Aesas
alturas,esperabaconansiasusencuentros,podercharlarunratoconéldelibros,defilosofía,dehistoria,oreírsejuntosdecualquiercosa.Todavíaledabamuchomiedo aquella relación, paraOlivia suponía un gran riesgo. Prefería ir poco apoco, lomás lentoposible,porquequería estar seguradequeno le impulsabasoloaquelempeñoporcumplirconsudeber,pero loúltimoquedesearíaseríaqueMarcusdesaparecieradesuvida.Oqueperdieraeseaparenteinterésporella…—¿Ybien?¿Jovencita?Olivia volvió de nuevo a la realidad y bufó. Odiaba aquel «jovencita» tan
afectadoquenodejabaderepetir.Cadavezestabamásseguradequelousabaparaevitarutilizarconellaeltratamientodelady.—No,señoraSimpson—contestó,intentandomantenerlacalma—.Losiento,
discúlpeme.Esverdadquenoestabaescuchando.Nomeheenteradodenada.Laprofesorafrunciótodavíamáselceño.—Yaveo.Estáclaroelporquénohemosmejoradoentodoestetiempo.«¿Cómo?»,pensóella,casiconsobresalto.Esoerafalso,ymuyinjusto.—Bueno,yodiríaqueheavanzadobastanteestasúltimassemanas—replicó,
tensa—.Nomucho,peroalgosí…—¿Ustedcree?¿Enserio?Queyosepa,aquílaprofesorasoyyo.Ynopuedo
decirlomismo.Estátanlejoscomoelprimerdíadeserladamaqueseesperadeusted.Oliviaenrojeció.—Vamos, señoraSimpson,esonoescierto,y lo sabe.Yaheaprendidoque
unadamanodebeapoyarloscodossobrelamesa,sentarsedemasiadolejosdelamesaodejar lamesaantesdeque sediga lagracia…Unosconocimientosdeenormeimportanciaque,sinduda,vanaprovocargrandescambiosenmivida.—Nouse ese tono conmigo, haga el favor.Unadamadebe sabermostrarse
respetuosaentodomomento.—Bueno,segúnustedtodavíanolosoy,porlotanto,conmigonocuentaesa
norma. De hecho, no la he oído llamarme «ladyOlivia» en ningúnmomentodesdequenosconocemos.Habíadadoenelblanco,losupoalmomento.LaseñoraSimpsonbizqueóun
pocoyalzólabarbilla,enungestodesoberbiacontenidaaduraspenas.—«LadyOlivia»,¿eh?¿Enserio?¿Asíquierequelallame,cuandonotieneni
idea de la importancia que otorga ese título, y ni siquiera escucha mientrasintento explicarle cómo se comporta una dama? No veo que se esfuerce, enabsoluto.—¡Claroquelohago!Meesfuerzotodoloposible,díaadía.—Entonces, la situación es peor de lo que pensaba —replicó la otra con
maldad—.Porque,comoledigo,noseveningunamejora.—Surostroadoptóuna expresión afectada, llena de hipocresía—. Pero no debería ser tan dura.
Supongoqueno tieneusted la culpa, querida.Hanacido aquí, en unpequeñopuebloquepocasvecesapareceenlosmapas,ynodejadeserunamuchachadecampo.Olivia abriómucho los ojos. Por lo que tenía entendido, la señoraSimpson
contaba con veinte años de experiencia en el mundo de la enseñanza. Habíaeducadoamuchasjóvenesque,enesosmomentos,erangrandesdamasdelaaltasociedaddeLondres.Peroaellaleresultabaimposibleimaginarquealguienasípudierapermanecermuchotiempoenningúnsitio,sinserdespedida.Claro que, como ya se había dado cuenta en otrosmomentos, en elmismo
MinstrelHousemostrabaunacaradistintasegúnconquiénestuvierahablando.EnpresenciadeladyActonodelaseñoritaChatham,porejemplo,oinclusodeMarcus o lady Harmony no podía intentar mostrarse más encantadora.Inquietante, desde luego, como decíanMarcus y su hermana, pero trataba deresultarlessimpáticayservicial.Peroloscriadossentíanpocoaprecioporella,Dollselohabíadicho.Ycon
Olivia…Estabaclaroquenosabíacómocatalogarla.Lamanteníaadistancia,engeneral,aunquenodejabadeintuirquelaconsiderabaunaadvenedizaaintentarformarpartedeunmundodelqueellalosabíatodoyloadmirabatodo,peroquesolo podía contemplar desde fuera. Por eso, por lo general, mantenía aquellaactitudhostil,aunquesinexcedersenunca.Pero,esedíaestabatraspasandoloslímites,quizáporqueseguíaindignadapor
loocurridoenlasdependenciasdeladyActon.—¿Cómoseatreve?—logródecirOlivia.—¿Acasomeequivoco?—Susonrisaaumentó.Tanfría,tandañina…Porla
cabeza de Olivia pasó la idea de que estaban solas. De haberse encontradoHarmonydelante,ocualquierotrotestigo,nosehubieseatrevidoasertancruel.Peroaellanolarespetaba,ni lomásmínimo,yporellosepermitíael lujodedecirleaquellascosasenesemomentoderabia—.¿Oacasohedichoalgomalo?—No,claroqueno.Henacidoenunpuebloy,porlotanto,soyunamuchacha
decampo.Merefieroaquecómoseatreveahacermedemenosporello.Amíoamimadre,oacualquieradelosmíos.AMinstrelValleyengeneral.Talcomolamirólaotra,tuvolasensacióndehabercaídoenunatrampa.Y,
de algún modo, así había sido, porque la señora Simpson replicó, casirelamiéndosecomoungato:—¿Acasonoesasí? ¡Pero,miqueridaniña! ¡Sino fuerapoco…apropiado
serlacampesinaquees,noestaríamosaquí,trabajandotanduroparacambiarla!¿Nocree?Paraconvertirlaenalguienmuydistintoa loqueeraantesde llegaraquí. En esa elegante y distinguida «ladyOlivia» que todavía no es y que yoempiezoadudardequellegueasernunca.—Cómo se atreve…—Pero Olivia titubeó. En eso tenía razón. Desde que
llegóaMinstrelHousequeríancambiarla,yendefinitivaeraporquenoresultabalobastantebuenaparaelmundoenelquesemovíanenesacasa.Eseparecíaserelmensajefinalqueestabadetrásdetodasaquellasclases.Poresosesentíacasisiempretanfueradelugar, taninferioraaquellagente
tanelegante.Yledabapánicoesefuturoquequeríanparaella,enelquenuncahubierasidocapazdeimaginarse,yenelquepodíacometerunmillóndeerrorescadadía.Yapodía verse, enunbanquete elegante enLondres, comiendo con la boca
abierta,parahorrordelilustrecondesituadoenfrente.Bah,quétontería.Nohabíacomidoasínunca,nicuandovivíaensucasitacon
Meryy la señoraMeyers. Pese a las insinuaciones de aquella bruja, sumadrehabíasabidoeducarlabien.—Tambiénsedacuenta,¿verdad?—dijolaotra,percibiendosusdudas—.Le
consta que estoy en lo cierto. Le dicen cómo debe comer, sentarse, andar…Incluso cómo debe quedarse quieta.—Entrecerró los ojos—. Porque hay quecambiarlaporcompleto.—Pero¿quédice?Yo…Se llevó una mano a la sien. Necesitaba pensar, necesitaba encontrar una
salida a ese argumento tan ruin. Maldita bruja… De haber estado presenteHarmony,nuncasehubieseatrevidoadecirleesascosas,nunca.ConHarmonyenclasenohubiera…Parpadeó, al darse cuenta de que, allí, tenía la respuesta, y fue como un
bálsamoqueaclarósumente.Lamiró,alzandolacabeza.—Su argumento no solo es cruel, señora Simpson, además, es una enorme
tontería.La profesora semostró algo confusa por el repentino contraataque, pero la
fulminóconlamirada.—¿Cómoseatreve?—Meatrevoporqueeslaverdad.Ustedeslaquehadichoquereciboclases
porque me quieren cambiar, solo por ser una muchacha de campo. Pero,entonces, ¿quéhaceHarmonyen el pupitrede al lado? ¿Acaso a ella tambiénquieren cambiarla? —La otra no replicó, no tenía argumentos. Tampoco loesperaba.Nisiquieralediosuficientetiempo—.No,señoraSimpson,lascosasnosonasí.Meconstacuántodebocambiar,perotambiénquenotengoporquéavergonzarme demi pasado. Igual queme consta que su comentario solo ibadirigidoahacermedaño.LaseñoraSimpsonseruborizó.—Pero ¿quédice?Esono es verdad, jovencita.Yo la estaba regañando con
todalarazóny…—Basta —la interrumpió, terminante. No iba a permitir que evadiera su
responsabilidad escudándose en la relación entre profesora y alumna—. Novuelvaallamarme«jovencita»,jamás,señoraSimpson.SoyladyOliviaHale.—Entrecerró losojos—.Ysino sedirigeamícomoesdebido,yde inmediato,tendréquehablaralrespectoconladyActon.—¿Para decirle qué?—replicó la otra, enfadada—.No le serviría de nada.
Aquíyosoylamaestra,ysitengoquereprocharlealgo,ocastigarlaporalgo,nodudedequeloharé.—Nolopongoenduda.Peroestoyseguradequeledisgustarásabercómose
comportaconmigo.Nosésiserécapazdeconvencerladequenoladespida.Dehecho,metemoquenisiquieraquerréintentarlo.—LaseñoraSimpsonsequedómuyquieta,llenaderabia.JustoentoncesseoyólacampanadeSaintMary.Erala hora del almuerzo—. Se acabó la clase. Retírese como es debido, señoraSimpson.—Comoseguíasindecirnada,laazuzó—.Hágaloovayarecogiendosuscosas.Seloadviertomuyenserio.Lamujerapretóloslabiosenungestollenodearrugas.—Insistoenrecordarlequetodoestovienedelaregañinaquehetenidoque
echarlepornoprestaratencióna lasclases.—Oliviabufó.Vale,demodoqueinsistíaenconvertiraquelloenlapataletadeunaalumnaquenoqueríaaceptarque la riñesen con razón. Pues no quedaba otro remedio que hablar con ladyActon y pedir que la despidiesen. Pero, entonces, siguió hablando—:Que novuelvaapasar…ladyOlivia—acabó,conaspectodeestarenvenenándoseconlaspalabras.Ellaasintió.—No se preocupe. Y, de ocurrir, aceptaré que me regañe, por supuesto.
Vuelvoadisculparmepormidespiste.—Hizoungestoconlacabeza,hacialapuerta,queesperabaquehubiesequedadohastamajestuoso—.Puederetirarse.Aquello terminó por enfurecerla, seguro. Sus mejillas adoptaron un tono
rojizo poco halagüeño. Pero no dijo más. Cogió sus libros y las láminas quehabíallevadoparalaclase,ysalió.Oliviasequedóallí,aliviada.Nolehubiesegustadotenerquedespedirla,se
sentía reacia aprovocar tal catástrofe ennadie.Seguroque la señoraSimpsonnecesitaba el empleo para poder vivir. Y quizá todo aquello solo habíarespondidoasuinquinaporella,comounhechoaislado.SaliótambiénytomóelalmuerzoasolasconladyActon,porquelaseñorita
ChathamestabaotravezenLondres.Y,alparecer,Marcushabíasalidoarevisarlasituacióndealgunosarrendatarios.—Unpequeñofavorquelehepedido—comentóladyActon.Luego,sonrió
—.Asísesentirámásocupado.Después, Olivia asistió a la clase de baile con Lionel Hastings. Luego lo
lamentó.Teníaquehaberdadocualquierexcusaporque,alnoestarHarmony,elprofesorsecentróenella.MuchasvecesbailabanHarmonyyOliviadepareja,mientraselprofesorvigilaba lospasosy les indicaba loserrores.Pero tambiénsolía hacerlo él mismo con ellas. Iba alternando entre las dos, intentandoasegurarqueambasrecibíanlamismacantidaddetiempoa lahoradeensayarlasdistintasdanzas.—Bailaré conustedes—lesdijoyadesdeelprimerdía—.Hayquehacerlo
así, porque bailar de verdad no es lomismoque hacerlo entre dos jovencitas.Para bailardeverdad, con el cuerpo y el espíritu, se necesita un hombre y se
necesitaunamujer,dosseresconscientesde lanaturalezadesugénero,quesecombinan en una única criatura, llena de gracia y pasión.Demodo que, paraterminarhaciéndolobien,ambastendránquepasarpormisafortunadosbrazos,miladies—añadió, con su habitual costumbre de jugar al coqueteo, algo quenuncallegabaamayores.Almenosconellas.Porloquehabíaoídodecir,todaslasdoncellas,excepto
quizáLucy,queaspirabaaalguiencontítulo,estabanlocasporél.Asaberquéestaría pasando con el atractivo profesor de baile, bajo el techo de MinstrelHouse.Esedía,alsersuúnicaalumna,Oliviatuvoquebailarconélvariascuadrillas,
polonesasyunoscuantosvalses,ynisiquierateníalaayudadelamúsicadelaseñorita Chatham. En conclusión: no pudo hacerlo peor. Hastings decidiódejarlo,alegandoquenoformabanunacriaturaeleganteyapasionada,nimuchomenos, sino alguna clase de ciempiés cojo y bizco. Desde entonces, la tuvohaciendogirosymovimientos,indicandosusmuchoserrores.«Quémala suerte», pensó. Vaya día. Era una de esas ocasiones en las que
hubiesesidomejornolevantarsedelacama.Cuandoacabóporfinlatorturadelaclase,tomóelté,denuevoasolascon
ladyActon.Porsuerte,suconversaciónnuncaeraaburrida.EstuvieronhablandodelaabuelaJoanyotrasanécdotasdelpasado.LegustabamuchoquelehablasedeotrostiemposydelagentequerecordabadeMinstrelValley.Alterminar,subióaveraHarmony,perodormíaynoquisomolestarla.Hacía
undía bastante agradable, demodoquebajó al jardín, donde estuvo lanzandotrozosdepanalospatosdelestanque,yluegofuealabibliotecaaleer.Estabaallí, recostadaenunode loscómodossillones,cuandoentróMarcus.
Al parecer, acababa de llegar y traía un paquete en la mano, además de doslibros.—Buenastardes—ledijo.Ellasonrióenrespuesta—.Penséqueestaríaisde
paseo.¿YHarmony?Oliviaseruborizó,mientrassepensabalarespuesta.—Ledolíaunpocolacabeza—dijo,eludiendolarespuestadirecta,porpudor.
Además,recordababiencómosehabíaturbadoMarcus,cuandohablabandela
abuela Joan y se refería de cualquier modo a un parto. Si mencionaba otrostemasmásfemeninostodavía,seguroqueempeorabaelasunto.Élsediocuentadequeomitíaalgo,porquelamirópreocupado—.Noeranadaimportante,peroprefiriódescansarunrato.Seguroquesereuniráconnosotrosenlacena.Marcusasintió,mástranquilo.—Muy bien. Han llegado sus acuarelas de Londres. Se las darémás tarde.
Pero,mira...—Dejóelpaquetesobreelescritorio,aunquesequedóconunodelos libros. Sonrió, acercándose para enseñárselo. Era de tapa roja y formatoextraño.Estabaescritoalolargo,enapaisado—.Comolegustaeldibujoytieneque esmerarse en el francés, también he conseguido laHistoire de monsieurJabot,deRodolpheTöpffer,publicadohaceunpardeañosenGinebra.Segúndicen,eslittératureenestampes—añadió,conunacentoperfecto.—¿Literaturaenestampas?¿Quéeseso?—Compruébalotúmisma—dijoél,entregándoselo.Oliviadejósupropio libroensu regazo, tomóelque le tendíay leechóun
vistazo. ¡Eran… eran dibujos!, comprobó, asombrada. Muchos estabanrelacionadosunosconotros,comosiguiendounasecuencia,conunbrevetextoen labase,unparde frasesqueañadíanalgode información.En suconjunto,parecía contar la historia de un individuo lamentable, un auténtico bufón queintentabaabrirsepasoentrelaaltasociedad,simulandoserunodeellos.Recordólaspalabrasde la señoraSimpson. ¡Quépocoapropiadopara el díaquehabíatenido!Peronodejabadetenersugraciay,comosistemadenarraralgopormediode
imágenes, varias en cada página, resultabamuy novedoso. El texto estaba enfrancés.PudocomprobarqueTöpffererasuizo.—Es…asombroso—reconoció.Dehecho,laideadeutilizarasílosdibujosle
parecíabrillanteporpartedemonsieurTöpffer.Lohojeóunpocomásy se lodevolvió, tomandonotadequedebíapedírseloaHarmonypara leerlodespués—.Megustamucho,Marcus.SeguroqueHarmonysesentiráencantada.—Losé—replicóél, contento.Aveces,parecíadisfrutarmásque lapropia
Harmony de los regalos que le llevaba. Dejó el libro con los otros—. ¿Y tú?¿Quétaleldía?
EsohizoquerecordaseotravezalaseñoraSimpson,aloqueseañadieronsuspropios pisotones al profesor Hastings; situaciones que hubiesen merecido,ambas,unascuantasimágenesdelseñorTöpffer,asíquebufó.—Mejordejarloestar.—Marcusarqueóunacejay se echóa reír—.¿Y tú?
¿Quétaltodo?—Bien, bien. Se pueden mejorar muchas cosas, desde luego, es algo que
siempre pasa, pero las casas están en muy buen estado, los campos y losanimalesparecenbienatendidos,yalosarrendatariosselesvefelices.SenotaqueladyActonesalguienquesepreocupadelbienestardelossuyos.Oliviasonrió.—UnapeculiaridaddelosHale.Élcasiledevolviólasonrisa,perorecordóalgoytitubeó.—Sí.Bueno,digamosquedecasitodos…—Seguroquehabíapensadoensu
padre. Ambos dejaron pasar de largo el comentario: hacía un día demasiadoagradable como para dejarse arrastrar por aquel tema tan oscuro. Marcus seacercóalaventanayseapoyóenelalféizarparamirareljardíntrasero.Tardótodavía unpoco en seguir hablando—.Cuando sale el sol, está todoprecioso.Meencantalaprimavera,ymásenMinstrelValley.Ellasesintiócontenta,deunmodoabsurdo.—Amí también. Siempre ha sidomi época favorita. Es el comienzo de un
nuevorenacer,yquedaademástodoelveranopordelante.Marcussonrió.—Sí,esunabuenaformadeverlo.—Echóunamiradaasulibro,delejos—.
Porcierto,¿quéestabasleyendo?—Ah.—Volvió a cogerlo y le mostró la portada. El título era lo bastante
grande como para que pudiera reconocerlo a esa distancia, o eso creía—.TerminabaFrankenstein o el moderno Prometeo. Bueno, la he acabado pocoantesdetullegada.Ahoraestabarepasandoalgunospasajes.—Oh.¿Yquétehaparecido?—Esmagnífico.Pero…—Oliviadudó,buscandolapalabraexacta—.Triste.
Mehaparecidomuytriste.—Triste—repitióMarcus.Asintió—.Sí,loes.Aunquenohubiesepodidoser
deotromodo,Livvy.NadiehaescritosobrelasensacióndesentirseabandonadocomoMaryShelley.—Sí.—Movió el libro en el aire—.Gracias por dejármelo,Marcus. Hacía
mucho tiempoquequería leerlo.Ya te he contadoque, enMinstrelValley, nohay más biblioteca que la que yo inicié en la escuela, y nunca he podidopermitirme demasiados libros. Tenía que encargarlos y pagarlos yo misma, ysiempre suponían un pequeño lujo. Las novelas, sobre todo, solían quedarrelegadasparaotraocasión.Mecentrabaentextosdeestudioyencosasparalosniños.—Sí,melodijiste,aunquemesorprende.Delasquehemoscomentado,pocas
novelasheleídoquetúnoconocierastambién.—Aproveché cuando vivía en Londres, el año en que fui a estudiar para
maestra.—Suspiró, recordando la fastuosidad de la capital. ¡Qué distinto eratodo en aquel lugar!A ratos lo echaba demenos—.Allí sí que había buenasbibliotecas.—Ah,claro.Teníaun…—Algollamósuatención,fuera—.¡Eh!Mira,ven,
ven.Concuidado.Nohagasmovimientosbruscos.Oliviadejóellibroenelasiento,sepusoenpieyfuehaciaél.Seapoyóasu
ladoymirótambiénhaciafuera.Apocosmetros,enlahierba,dospajarillossemovíanentrelasfloresdelos
cuidadosparterres.Piaban,comohablándoseelunoalotro,mientraspicoteabanasualrededor.Alfondo,másalládelospasillosembaldosadosylaexplanada,también de piedra, donde al parecer se bailaba en otros tiempos, podían versealgunosmás,bebiendoyjugandoconelaguadelagranfuentecentraldeljardíntrasero.—Québonitos—dijoOlivia,conunasonrisa.Habíatantaluz,eratanintenso
elmomento…—Síqueloson,sí.Estuvocontemplándolosunpardesegundos.Entonces,sediocuentadeque
Marcusmirabahaciaotrolado.Enconcreto,haciaelalféizar.Sus manos estaban muy cerca la una de la otra. Si Marcus movía unos
milímetroseldedomeñique,solounosmilímetros,llegaríaarozarla.Latocaría,
y ella, estaba segura, sentiría un brinco del corazón dentro de su pecho. Enrealidad,yaseleestabaacelerando.«Hazlo,hazlo»,pensó.Yluegopodíagirarsehaciaellaydareseúnicopaso
quelosseparaba.Y…Alzólosojosysetopóconsuspupilas.Ambossupieronquépensabaelotroy
sequedaronquietos,tensos,unossegundos.Ningunohizonada.—Será mejor que suba —dijo él, apartándose con algo de brusquedad—.
Debocambiarmeantesdelacena.Nosvemosluego,Livvy.—Porsupuesto…Olivia le devolvió la inclinación y lo siguió con la mirada, hasta que
desapareciótraslasgrandespuertasquedabanalpasillo.Marcusnosevolvióenningúnmomento.Durantetodoaquellargominuto,suimagenfuesololadeunhombrealtoygallardoquesealejaba,dándolelaespalda.Eso la inquietó. No estaba enfadado con ella, eso seguro, pero se había
tomadomuy en serio su promesa del despacho aquel día.Desde entonces, suactitudhabíacambiadodeunmodoradical.Almargendealgunaqueotrabromainocente,ibapocoapoco,tanpocoapocoque,aveces,ladesesperaba.—Noseastonta—susurró,yaasolasenlagranbiblioteca—.Todavíanoestás
segura.Creoqueempiezaaquererte,perotodavíano…noeselmomento.Aúnnosabequeereslamujerdesuvida.Rioparasí.Quétonta…Esanoche,en lacena, laquenoestuvo fue ladyActon,aunquenoeraalgo
fueradelonormal.Nosiemprelesacompañaba:dehecho,enmuchasocasiones,sihabíatenidoundíamuycansado,sequedabaensudormitorioylesubíanunabandeja.Por eso, hubiese tenido que cenar conMarcus a solas, algo que, no podía
negarlo, le hubiera encantado. Pero como Harmony se sentía mejor y estabaaburridadeestarencerradaensudormitorio,bajóparaestarconellos.Noleimportó.Apesardeesapequeñadecepción,fueunacenadivertida,no
pudonegarlo.Queríamuchoasujovenamiga,ytantoMarcuscomoHarmonycompitieronalahoradecontarleanécdotasquelahicieronreír.Luego,charlaronunratoenunasalita,mientrasMarcussetomabasucopay
sefumabasucigarro,unritualnocturnoquehabíallegadoaagradarlemucho.AHarmony le encantó el libro deTöpffer y aseguró que no tardaría en plasmaralgunahistoriasiguiendoesesistema.Ellalesmirabahablarysonreíaparasí.Quizánofueratodavíaelmomentode
hablardeamor,peseasentirelcorazónrebosantedeesesentimientointensoyvital,perocadavezestabanmáscerca.
Capítulo20
Atardecía.MarcusestabaconOlivia,contemplandoel fondodelPozode losDeseos,apoyadosambosenelborde.Elaireolíaa lavandaysepreguntabasireuniríaelvalorsuficientecomoparadeslizarsumanohacialadeella,yrozarsusdedos.Solorozarlos…—Mira, está allí—dijo Olivia. Algo brillaba en la oscuridad del fondo—.
Valemuchosmillonesdelibras.¿Quéserá?Éllamirósorprendido.Ydolido.—¿Nolosabes?—Dilotú.Tac,tac,tac…Estaba decidido, iba a tocar sus dedos. De hecho, iba a besarla, no podía
seguir sin hacerlo. Se inclinó en su dirección, poco a poco, degustando elmomento…Tac,tac,tac…Oliviaempezóadesvanecerse.Yelperfumealavanda.Ylatardecálidaquecompartíaconella.Tac,tac,tac…Esesonidoinsistenteyunasvoceslograrondespertarledeltodo.Marcusse incorporóen lacama,aturdido.¿Dóndedemoniosestaba?Ah,en
sudormitorio.Sehabíatumbadounpocoaleermientrasesperabaaquellegaselahoradelté,ysehabíaquedadodormido.¿Yquédemoniospasabafuera?Rodósobrelaenormecamadesudormitorio,
selevantóysedirigióalbalcónquedabaaljardíntrasero.Laspuertasestaban
abiertasylabrisadelatardehacíaoscilarlascortinas.DesdeallípudocomprobarqueHarmonyyOliviaensayabanunospasosde
baile, cerca del Viejo Gigante, al ritmo impuesto por el profesor Hastings.Contemplósorprendidoalpequeñogrupo.¿Porquéestabanallí?Porlogeneral,esas clases las daban en el inmenso salón de baile, con la señorita Chathamtocando el piano. Lady Acton todavía no había encontrado un músico de sugusto.EntoncesrecordóquelaseñoritaChathamsehabíaidootravezaLondres,por
el asunto de su hermana, y no se la esperaba hasta esa tarde. Claro, por esoestabanaquellostresallífuera,debíanhaberelegidodarlaclasealairelibre.Lociertoeraquehacíaundíaestupendo.Enelcielosinnubesbrillabaunsolquellegabaacalentarconfuerzapormomentos,dandounasensacióncasiveraniega.Quizáinclusohacíademasiadocalor.Abajo, Harmony y Olivia bailaban la una junto a la otra, marcando con
bastante gracia los pasos de una polonesa, mientras seguían el ritmo lento ymetódicodelbastóndelprofesorHastings.Tac,tac,tac…Qué hermosas se veían las dos. No pudo evitar sonreír. Se apoyó en la
barandilladepiedraamirar.—¡Muy bien, Livvy! —rio Harmony, tras un giro—. ¿Lo ves? ¡Se te da
muchomejorqueamí!—Me temoqueeresdemasiadoamable,querida.Por suerte,veodóndeestá
mitercerpie,justoahí,poniendolazancadillaalosotrosdos.—Harmonylanzóuna carcajada—.A este paso, el profesorHastings va a optar por lanzarme alestanque,conelrestodelospatos.—Esunaposibilidadqueheconsiderado,noloniego—admitióelsusodicho,
queesedía lucíaungranpañuelodeencajes,conunnudoperfecto,yun trajeazulmarino. Lamelena rubia brillaba y se agitaba con la ligera brisa. Estabamuyatractivo—.Otraesqueyomecaseconustedhoymismo,ladyOlivia.¡Deesemodononecesitaráasistiralatemporadaynotendráqueseguirbailando!En la ventana, Marcus arqueó una ceja, pero ambas muchachas rieron,
divertidas.
—¡Podría casarse conmigo también, entonces! —protestó Harmony—.¿Acasonoleapenalaformaenquedestrozolaspolonesas?—Si le soy sincero, me preocupan más sus cuadrillas, milady. Pero los
valses…¡Ah,losvalses!—Unadesusmanosaleteóenelaire,frenteaél,peroen vez de estrellarse contra su rostro, como era el anhelo deMarcus, terminóposándoseenelpechoimpecabledeltraje,conlasuavidaddeunamariposa—.Elloslocompensantodo,ladyHarmony.¡Enelvals,suspreciosospiesvuelan!¡Senotaquetieneuncorazónllenodepasión!La ceja deMarcus se tensó todavíamás, como nunca había llegado a estar
hastaentonces,dehecho.Aesepaso,ibaatenerquebajaradarleunpuñetazoenlanarizalgallardoprofesorHastings.Unpuñetazomuyapasionado,desdeluego.¡Cómo legustaba coquetear a aquel hombre!Coquetear y algomás, porque
habíarumoresdequeteníalocoatodoelpersonalfemeninodeMinstrelHouse,aunque, que él supiera, solo parecía haber iniciado algo conSally, la doncellapersonal de lady Acton. Les había visto desde esa misma balconada, unatardecer,mientrassepreparabaparalacenaconlaayudadeUpton.Hastings y Sally estaban besándose junto al Viejo Gigante. Le costó
reconocerlos,almenosaella,porqueestabanenvueltosensombras.No podía reprochárselo, y no lo hacía, desde luego.Ambos eran jóvenes y
tenían sus necesidades. Al fin y al cabo, él mismo había considerado variasveces iniciar algo con la señorita Chatham, en Londres, y todavía al poco dellegaraMinstrelValley,loquehubiesesidotodavíamásinconveniente.PerolecrispabalosnerviosqueaquelconquistadorestuvieratancercadeOlivia.YdeHarmony,claro.—Recuerde, lady Olivia —estaba diciendo él, ajeno a semejantes
pensamientos.Tac,tac,tac—:prestancia.Distinción.Gentileza.Encanto.TodoesoeslabasedeunaDamaSelecta,esetipodedamaenelqueladyActondeseaqueseconviertan,miladies.Algoúnicoycelestial.LapobreOlivianopudoevitarunbufidodefastidio.—Nosé, les recuerdoaambosqueyoacabodeempezaren todo…esto—
replicó,conteniendolaimpaciencia.Yesoquenolohacíanadamal.Teníauna
elegancianaturalparaaquello,comoloteníaparatodo,Marcusyasehabíadadoperfectacuentadeello—.Meconformaríaconllegaraserunadamanormalita,laverdad.Delmontón.—¡Del montón! —replicó horrorizado Hastings—. Vamos, vamos, querida
niña,nadadeeso.Noseatanduraconsigomisma,leaseguroqueyaloseréyo,deresultarnecesario.Ustedacabadeempezar,peroveoquetieneposibilidades,puedeconseguirloenmuypocotiempo.Vamos.—Tac,tac,tac—.Lamiradaalfrente, labarbillaerguida, loshombrosfirmes, laespaldarecta.Más,más,másrecta,inclusoenlainclinación…—PorDios,voyaromperme…—Siocurrierasemejantetragediaporculpademipolonesa,ledoymipalabra
dequemecasaréconusted.—Harmonyrio—.Yconusted,ladyHarmony.Meharémusulmánparapoderhacerlasfelicesaambas.—Pormínosepreocupe—gruñóOlivia.—¿Cómonohacerlo,viendoesaespalda?Másrecta,más…Oliviabizqueómientrasseinclinaba,tiesacomounpalotorcido.Estabaclaro
quenolegustabaelbaile,ynoponíaelcorazónenello.Marcussonrióparasí.Quizáeraquenohabíaencontradolaparejaadecuada.SeoyóalolejoslacampanadeSaintMary.—¡Lahora!—exclamóHarmony,encantada.—Oh,sí,porfin.¡Creíquenuncallegaría!—dijoOlivia,levantándosedeun
salto.ComoelprofesorHastingsfruncióelceñoysiguiómarcandoelpasoconelbastón,preguntó,preocupada—:¿Nohemosterminadoporhoy?—¡Oh,porfavor!—gimióHarmony—.¡Hemospedidoquenospreparenuna
cestaconeltéparapoderiratomarloalasruinasdeScottHill!Éltorciólabocaenloquehubiesepodidoserunamuecadefastidio,perose
notabaquelasjóveneslehacíanmuchagracia.Paróelbastón.—Estábien,estábien,nolasretendrénilastorturarémás,miladies.Vayany
disfruten de este maravilloso día, que se lo han ganado de sobra. Yacontinuaremos mañana. Porque, recuérdenlo…—Se inclinó, galante, con unamiradadeauténticoconquistador—.Alastresenpunto,seránmíasdenuevo.
Más risitas. El profesor Hastings entró en el edificio y Marcus se planteóbajar, salirle al paso en algún pasillo y llamarle al orden. Pero, en definitiva,resultababastanteinofensivo,almenosconlasjovencitasdelacasa.Yélestabaenplenoprocesoderedimirseporsusformas,llevabasemanasintentandoborrarelpasado,desdesudiscusióneneldespacho.Noera cosadequeunenfrentamiento así llegase aoídosdeOlivia.Seguro
quenoselotomabaabien.—SeñoraBurton,¿sabesiestálistalacesta?—preguntóHarmony,abajo.Elamadellavesdebíarondarporallí.Quémujer,semovíadecontinuopor
todas partes, atenta y severa, servicial, pero exigente. Siempre vigilando quetodosehicieradeunmodocorrecto,ajustadoaltiempodesureloj.—No tardará, la señora Witt está con ello —la oyó replicar—. En cinco
minutoslasaviso.—Yluego,empezóconsusgruñidos,comodecostumbre—.¡Peronosequedenaquí,miladies,vayandentroosiéntenseenelporche!Haganel favor de tener más cuidado con el sol. Recuerden que no deben parecersimplescampesinas,póngansealasombra.—Sí,señoraBurton—respondieronlasdos,sumisas,peroencuantolamujer
sealejó,empezaronareír.—Ven,vamosaquí—dijoOlivia.Semovieronhacia laescalinataquehabía
eneseladodelporchetraseroysesentaronenelpeldañosuperior,cercadelabarandilla.Marcus tuvoquemoverseunpocoparapoder seguir viéndolas.Lasombra del Viejo Gigante cubría aquella zona, aunque no siempre. Algunosrayos se filtraban de vez en cuando entre sus ramas y, con la brisa, las dosmuchachasquedabanexpuestasal sola ratos—.Entreel soly lasombra,paracontentodetodos.—Quéastuta.—Harmonysuspiró—.¡Ay,Livvy!Québienseestáaquí.Me
quedaríadormida…—Ytedespertaríascon lapiel tostada.Yapuedes imaginarelescándalo.Te
estarían dando absurdas friegas con leche o cosas así, y te tendrían encerradameses,hastaquevolvierasaestarblanca.—Cierto.Quépenaquenopodamostomarelsoltodoloquequeramos.—Yosiemprelohehecho—replicóOliviaconindiferencia—.Aunquenunca
hellegadoaponermemorenadeverdad,raroeraelveranoquenoterminabaconbastantecolor.—Qué curioso.Me hubiese gustado verte.—Hubo un segundo de silencio
antesdelasiguientepregunta—:¿Añorastuvidaanterior?—No mucho, la verdad. Soy muy feliz aquí. Pero sí que echo de menos
sentirmeocupada.—¡Perosinoparas!¡Tienesclasestodoeldía!—Ya, bueno… Ocupada de verdad. —La otra debió interrogarla con la
mirada, porque añadió—:Da igual, nopuedo explicarlo.En todo caso, esperovolveraestarlopronto.—¿Aquéterefieres?—Oh…anada.—SereferíaalasuntodelaescueladeladyActon,claro,pero
leshabíapedidodiscreciónhastaqueseorganizasetodobien—.¿Sabes?Lomásimportanteesqueañoroamimadre,cadadía—dijo,contonomásprofundo—.Perobueno,aquíosheconocidoa ti,ya ladyActon,ymesientootravezenfamilia.—YaMarcus.—Bueno,sí…AMarcustambién.—Desdehaceuntiempoestásdistintaconél.—Porquehadejadode insistir en laboda.Yanomeagobiacon«hagoesto
porque sé que la hará feliz, ladyOlivia, por cierto, cuando nos casamos parapoderlimpiarmihonorconmisacrificio»,ysituacionesporelestilo.—Noseasmala.Marcusquiereagradarte,esnormal.—Sí, losé.Essoloque…—Quepreferiríaquelohiciesedecorazón,claro,
nocon segundas intenciones.No lodijo,peroquedóevidente.Yaunque teníarazón, Marcus no pudo evitar sentirse molesto, como le ocurría siempre conaquelasunto.Quédemonios,comosifuerafácilcortejaraunadama,lacosasevolvíacasiimposiblecuandonosedejabacortejarytodoleparecíamal,porqueno quería sentirse presionada—. Bah, da lo mismo. Olvídalo, tienes razón.Dejemostodoenqueestoymuycontentaaquí,convosotros.—Yo también he llegado a apreciartemucho, Livvy—replicóHarmony, al
cabodeunpardesegundos—.Dehecho,hastaquellegaste,nosabíalosolaque
estaba.—Bueno,nuncahasestadosola,cariño.¿Porquédiceseso?Estásrodeadade
gentequetequiere.Tuhermano,ladyActon…InclusolaseñoritaChatham,quepasamuchotiempocontigo.Harmonybufó.—Antes preferiría hacerme amiga deDoll que de esa arpía deMelanie.De
hecho, soy amiga de Doll, por mucho que la señora Burton insista en quedebemosmantenerlasdistancias.—Hacesbien.Dollesunamuchachaencantadora,meayudómuchocuando
lleguéaquí.PeroMelanienoesunaarpía,en realidad.Soloesalguienenunamalasituaciónyquebuscaunasalida.—Supongoquesí.Peroestoyseguradequenotendríaproblemasenpisara
cualquiera,contaldeencontrarla.ComoLucy.¡Menudobicho!—Bajólavoz,pero Marcus la oyó con claridad—. ¿No has visto cómo miran esas dos aMarcus?¡TeaseguroqueyasevencomomarquesasdeNorthcott!Élsonrióenelbalcón.Oliviaseechóareír.—Quécosasdices.—Haríaunaapuesta,denoserporque ledaríaunmala laseñoraSimpson.
LadyActondiceque tienecorazonadas respectoa laspersonas.Amímepasaalgo parecido, Por eso, Livvy, hazme caso. Sé distinguir el carácter de lamayoría.Ynotodosmegustan.Oliviasuspiró.—Eresdemasiadojovenparasertansabia—dijo,apesadumbrada.—Daigual.—Lecogióunamanoentrelassuyas—.Loúnicoqueimportaes
que,contuayuda,todoesmásfácil.Agradezcomuchoqueestésaquí.—Yotambién,cielo.Vioqueseabrazabanyelcorazónseleenterneció.Quéestampamásbonita.
Ojalápudieratenerlasalasdos,así,siemprejuntasyfelices.—Lacestaesperaenlacocina,miladies—seoyólavozdelamadellaves—.
Cuando estén listas, avisen y una doncella la cogerá y se reunirá con ustedes.¿Seguroquenoquierenquepreparenelcoche?Haybastantedistanciahastalasruinas.
—Nosé…—Harmonysepusoenpielaprimera,aunqueOlivialaimitócasideinmediato—.Noslopensaremosmientrascogemoslascosas.—Muy bien, lady Harmony —replicó la mujer, aunque no parecía muy
conforme.Alquedarsesolas,lasmuchachasvolvieronareír.—Tienerazónenquehayunacaminata,peronosllevarápocomásdemedia
hora—dijoOlivia—.Otrotantoparavolver…Podemosestarcasiunahoraallí,ytodavíallegarcontiempoparalacena.—Nosé,medamiedoarriesgar,yasabesloestrictasquesonladyActonyla
señoraBurtonconloshorarios.—Bueno,lopensamos.Suboaporlachaquetayelsombrero.—¿Bajaslosmíos?YovoyaavisaraLucy.—¿ALucy?¿Conlopocoquelegustaandar?Ynodigamosyalodeservirun
téenelcampo.Harmonyrio.—Por eso lo hago. —A Marcus casi se le escapó una carcajada. Pequeña
pérfida—.Ahoranosvemos.—Muybien.Marcusselopensóunmomentoysedirigióalajofaina.Selavólacarayse
mojóelpeloparapeinarlorápido,yterminódeajustarselaropafrentealespejodel tocador. Se sintió casi como alguno de los caballeros que vivieron enaquellasruinasdelcastillodelosScott,preparándoseparaalgunadesusguerras.—Muy bien, lord Northcott. Listo para la batalla—se dijo, terminando de
ponerse la chaqueta, mientras miraba sus propias pupilas en la superficie delcristal—.Intentanometerlapatahoy.Cogió el bastón y el sombrero, y bajó casi dando brincos por las escaleras
secundarias del ala oeste. Por suerte, no se encontró con nadie. Hubieseresultadountantoimpropiodesuposición.Lasjóvenesnoestabanenelvestíbulo,aunquesíencontróallíalseñorBarry,
sacandobrilloaunodelosapliquesmetálicosdelapuertadelacalle.Alverle,se incorporómientrasguardabael trapoenelbolsillo, loque le llevóapensarquesetratabadesupropiopañuelo.Elhombreseapresuróaabrirleelumbral,
congestodeferente.—Milord.—SeñorBarry…Siempretanocupado.—AsíloquieraDiospormuchosaños,milord.—Salióconélfuera,ybajaron
lasescalerasdelafachadaprincipal.Habíancambiadoalgunasdelasfloresdelosparterresque lasadornaban, se fijó.A la izquierdadesuposición, juntoalcenador,vioalseñorRandallconsuscosasdejardinero,ocupándosedealgoenlasraícesdeunsauce.Máscerca,lospatosdelestanquenadabanodormitabanenlacaseta,felicesbajoelsol—.¿Vadepaseo?—Eh…Sí.Haceunbuendía.—Desde luego, milord. —Miró hacia la entrada. Las grandes puertas
exteriores estaban abiertas y, justo en ese momento, estaba entrando unjovencito, unmuchacho rubio,muy guapo, con expresión decidida.Marcus lecalculótreceocatorceaños.Lesonabaconocido—.Vaya…—¿Quiénes?—SellamaJohnnyRiver,milord.Vienetodoslosdíasapedirtrabajo.Yalehe
dicho cien veces quemilady no necesita a nadiemás. Ymenos un crío. ¡Eh,muchacho!—llamó,aunqueconamabilidad—.¿Otravezaquí?—Sí,señorBarry,buenosdías—respondióelchico,conunasonrisaanimosa
—.Hepensadoquenoledijequesoyunbuencarpintero.¡Ytambiénsemedabienarreglartodaclasedecosas!—Vaya. Estás lleno de virtudes. Ayer eras un gran pintor y anteayer la
jardinería no tenía secretos para ti. Por nohablar de lo bienque se te dan loscaballos.—Soyunhombrequeaprenderápido,señor.—Marcussonrió,aunquehubo
algoagridulceenelmodoenqueaquelcríoqueríasermayor—.Aunqueatenderloscaballosesloquemásmegusta.—Susojosbrillaron—.¡Seguroquepodríaayudarenlacaballeriza!Ypodríadormirallímismo,encualquierrincónsobrelapaja,puedocubrirmeconmichaquetaynoocupomuchoespacio.Además,nocomomucho.Meconformaríaconlassobras.—Peroquerríascobrarunsueldo.—¡No, señor! Me conformo con alojamiento y comida. Seguro que aquí
puedoaprendermuchasmáscosas.Nonecesitodinero.—¿Ytuspadres,chico?—preguntóMarcus, intrigado—.¿Quéopinaríande
algoasí?UnbrillodedolorcruzólaspupilasdeJohnny.ElseñorBarryhizoungesto
endirecciónaMarcus.—EselmarquésdeNorthcott,muchacho.Mástevalecomportarte.—Unhonor,milord.—Johnny lehizouna reverencia, torpepero sentida—.
Nosepreocupeporeso,yonotengopadres.Nuncaloshetenido.—Vaya.Losiento…Justo entonces se oyó el ruido de las grandes puertas deMinstrelHouse al
abrirseysalieronHarmonyyOlivia,seguidasdecercaporLucy.Ladoncellaibacargadaconunagrancestaquedebíapesarlosuyo,peroalverleperdiópartedesuexpresióndeenojo.Johnnyalzóunamano.—¡SeñoritaOlivia!—¿Johnny?—Al reparar en el muchacho, Olivia aceleró el paso y bajó la
escalera,paraalcanzarles—.¡Johnny!¿Quéhacesaquí?—¡Olivia!¡Livvy,nocorras!—exclamóHarmony.Mientraslaseguía,apaso
moderado,sefijóenJohnny,quesonrióalverlaehizounareverenciaalgotorpe.Ella se ruborizó,quizáporqueeranmásomenosde lamismaedad.Nerviosa,miróaMarcus—.¿Pasaalgo?—Estejovencaballerovienebuscandotrabajo—explicó.Elchicosedirigióa
Oliviaconairedesesperado.—SeñoritaOlivia,¿nopodríadecirlesquemedenalgo,porfavor?¡Asípodría
irmedeunavezdelacasadelaseñoraCotton!¡Porfavor,seloruego!¡Ustedsabebienqueesuninfierno!—Claroquesí.Perdóname,Johnny,debíhaberidoabuscartehacemucho.Elmuchacholamirósorprendido.—¿Amí?—Claro. Sé lo difícil que tiene que haber sido vivir con Mildred Cotton.
Hubiese debido preguntarte desde el principio, desde que me asenté aquí, siqueríasvenir.
Johnnyasintió.—Nosepreocupe,señoritaOlivia,entiendoquetienesuspropiosproblemas.
Peroyotengoquesalirdeallí.Haréloquesea.—Yotambién,descuida.—Oliviasevolvióhacialosdoshombrespresentes
—.¿Podríanocuparsedebuscarlealgo,porfavor?Johnnyesmuytrabajadoryvoluntarioso, fue siempre mi mejor alumno. Vive con la señora Cotton, peroestoyseguradeque,siseledatrabajoaquí,nohabráningúnproblema.Todoelmundoestarámásquedeacuerdoenquesetrasladeavivirconnosotros.—Nosé si…—empezóel señorBarry,peroMarcus le interrumpióalzando
una mano, aunque tardó un poco en hablar porque, de pronto, se le habíaocurridoqueleconveníaoponerse.¿Acaso no se quejaba Olivia de que siempre intentaba complacerla por un
plan? ¿Que no era sincero en sus avances? Si se negaba a contratar a JohnnyRiver,lequedaríaclaroquenoestabaactuando,quenoeratodounpuroteatroparaconseguirconvencerladelasbondadesdeunmatrimonioconél.Perotampocopodíahacerleesoalchico.Acababadedarsecuentadeporqué
lesonabaconocido.Delosdomingosalasalidadelaiglesia,porsupuesto.Laseñora Cotton lo llevaba con ella amisa y el chico siempre parecía apagado,deseoso de escabullirse.Había llegado a pensar que era su nieto, atado a unaabueladominanteymalvada.Pobremuchacho.—Porsupuesto—terminódiciendo—.SilorecomiendaladyOlivia,tendráun
sitioenestacasa.Ynecesitamosunbuen trabajador, alguienqueayudeen lascaballerizas.—¿En serio?—Johnny casi pegó un brinco de pura felicidad—. ¡Gracias,
milord!¡Gracias,señoritaOlivia!—EsladyOlivia—lecorrigióMarcus,aunquesinacritud.—Eso.LadyOlivia,perdón.—Lamiróintrigado,peronoindagóalrespecto,
aunqueseguroqueestaballenodepreguntas—.Gracias,deverdad.—Muy bien, entonces. —Marcus se volvió hacia Barry—. Señor Barry,
¿puedeocuparsedepresentarloalaseñoraBurton?ElseñorBarryarqueóunaceja.—Silesoysincero,preferiríaenfrentarmeotravezalacaballeríafrancesaque
iniciar cualquier conversación con esa mujer, milord. ¡Es peor que muchosgeneralesdelosqueheconocido!Peroquéselevaahacer.—HizoungestoaJohnny—.Vamos,muchacho, tú te lohasbuscado.Aunqueseguroque lecaesengracia,dadatuampliavariedaddehabilidades.Johnnyhabíapalidecido,peromanteníaunaexpresióndecidida.—LeaseguroquenovaaserpeorquelaseñoraCotton.—No lo es, no te preocupes. —Olivia lo abrazó y sonrió—. Bienvenido,
Johnny.—Gracias,señorit…ladyOlivia.—Ahoraentiendotuinsistencia,chico—dijoelseñorBarry,palmeándoleun
hombro—.Nosabíaquevivíasconesamujer.¿Eresalgúnfamiliar?—No,merecogiócuandoteníaochoaños.CuandomurióelpadreRoberts.—
Marcus se sobresaltó y buscó las pupilas de Olivia, que le devolvieron unamiradadirecta—.Yanolosoportomás.—Bueno,noseránecesariollegaraningúnextremoenojoso.Hastayoestoy
de acuerdo en que la temible señora Burton es mejor que Mildred Cotton.Vamos,venconmigo.—Sedirigióhacialaescalinata—.Porhoy,entrarásporlapuertaprincipal.Peronoteacostumbres.—Yo…ahoradeboirme,perohablaremoscuandovuelva—ledijoOlivia.ElmuchachoasintióyalcanzóaBarryenunpardebrincos.Seleveíafeliz.—¡Es curioso que, justo aquí, vaya a empezar una nueva vida!—Hizo una
señal hacia el suelo, a media escalera, y Olivia sonrió y asintió—. ¡Gracias,milady!¡Gracias,milord!—¿Quién es? —preguntó Harmony cuando el señor Barry y Johnny
estuvieronyadentrodelamansión.—Un huérfano —respondió Olivia—. Nadie conoce su origen. Lo
abandonaronaquímismo,enesospeldaños,cuandoeraunbebé.Lorecogióelpadre Roberts y lo crió hasta… hasta el incendio. —Marcus contuvo larespiración,sintiendoqueselerevolvíaelestómago—.Johnnyteníaochoañosporaquelentoncesyestabadurmiendoenlacasadelpárroco.Nomurióporpurasuerte.—Quéterrible…—dijoHarmony,abriendomucholosojos.
«Si tú supieras», pensó Marcus, cada vez más decidido a enterrar todosaquellossecretos.—Luegosehablódequiénpodíaocuparsedeél,ylorecogióMildredCotton,
porsupuesto.Esunabeatayunaarpía,alguienmalvadoydictatorial,peroqueseesfuerzaporparecerpiadosa.Peroclaro,espuraapariencia.Utilizaloqueseaparapoderdeciralosdemáscómotienenquevivir.ElpobreJohnnyhaestadoatrapadobajosusombradesdeentonces.—Pues me alegro de que le hayamos acogido. —Harmony la miró con
expresiónsentida—.PobreJohnny,hadebidoviviruninfierno.Odioaesaclasedegente.—Yotambién.—Oliviasuspiró—.Esosí,estoyseguradeque,encuantose
entere,laseñoraCottonpondráelgritoenelcieloytratarádellevárselo.Marcusapretólamandíbula.—Notepreocupes.Dedarseelcaso,yomeocuparé.Johnnynosemoveráde
MinstrelHouse.—Gracias.—Oliviasonrió—.Deverdad.—Nohaydequé,Livvy.Nolohagoporti,sinoporél.Olivia lo miró, confusa por el comentario y el tono con el que había sido
dicho.TambiénHarmonyestabasorprendida.¿Porqué?¿Acasonopensabaqueeramejormantenerlasdistancias?Ellamismahabíadejadoclaroquequeríairpocoapoco.Por supuesto, no tardó en sentirse mezquino, y se hubiese disculpado con
Oliviadenoserporquesuhermanaempezóahablar,quizáparahacerpasarelmomentocuantoantes.—¿Tevienesdepaseoconnosotras,Marcus?¡Hoyvamosairalasruinasdel
castillodeScottHill,enlastierrasdelosClifford!Esunabuenacaminata,peromuyagradable.Marcustitubeó.Habíapensadohacersederogar,pero¿paraqué?Oliviatenía
razón,siempreestabaactuandoanteella,semostrabacomopensabaquepodíagustarlemás,ocomocreíaquepodíaresultarmásinteresante.Nocomoera.Nohacíaloquequería,sinmásvueltas.Teníaquecambiar lascosasyasumirquenopodíapagarunadeudaqueno
queríacobrarse…—Está bien, hermanita, si tú me lo pides, iré encantado. —Hizo una
inclinaciónhaciaOlivia—.YsialadyOlivialeparecebien,porsupuesto.Ellaseencogiódehombros.—Comoquieras.Cuántoentusiasmo…Marcusdecidióobviarloymirólacesta.Selacogióa
Lucy.—Permíteme.—Aunque fuera una doncella, no podía permitir que cargase
conaquelpesotodoelcamino.Élerauncaballero—.Yolallevaré.Lucyabriómucholosojosyseruborizó.—Gracias,milord.—Nohaydequé—replicó,algosorprendido.Puessíqueerauna jovencita
muy guapa, nunca se había fijado bien hasta ese momento. Qué pena darsecuentatantarde,cuandonosabíabienquérumboibaatomarsuvida.Aellasíque lehubierapuestounacasaenLondres, seguroquesehubieseconformadoconeso,aunquesoñaraconserlamarquesadeNorthcott.Unimposible,noporla diferencia social, sino porque dudaba de que se pudiese enamorar de ella.Carraspeó, recordándosequeestabaconHarmony.Sevolvióhaciasuhermana—.¿Deverdadnopreferísirencoche?—¡No,no!—Harmonysonrió.Senotabaquedisfrutabaconlaperspectivadel
paseo—.Queremoscaminar,yvercosas.—Muybien, entonces—dijo, la cesta en unamano, el bastón en la otra—.
Vamosallá.—¡Qué estupendo que vengas,Marcus! ¡Verás qué cosas más ricas nos ha
puesto la señoraWitt en la cesta! ¡Qué bien vamos a pasarlo!—Harmony secolgódelbrazoenelque llevabaelbastónydiounpardesaltitos.EncuantocruzaronlaspuertasexterioresdeMinstrelHouseempezóa tirardeélhaciaelsur,porKing’sRoad—.¡Estoydeseandollegaryenseñártelotodo!—En ese caso, seríamejor ir en la dirección correcta—dijoOlivia.Al ver
cómolemiraban,señalóhaciaeloeste—.Esporallí.—Pero, por ahí no hay camino… —Harmony contempló sorprendida la
pradera salpicada de árboles, los campos labrados y el bosque al fondo—. Y
siemprehemosidoporelpueblo.—En realidad, fuimos desde el pueblo. ¿Te acuerdas? Las dos veces
estábamos allí, sin nada que hacer, y surgió la idea de acercarnos hasta lasruinas. —Harmony puso cara de haber recordado y asintió—. Pero hoy, nosencontramos a bastante distancia, y si queremos aprovechar bien el tiempo,tenemosque tomarelcaminomás rectoposible.Poraquí tendremosque iruntramocampoatravés,peromásadelanteencontraremossenderos.Yacortaremosmuchadistancia.Teníarazón:sindartodoelrodeoqueimplicabaelcaminoalpueblo,llegarían
antes. Además, se notaba que Olivia conocía bien la zona: se movieron pormuchos senderos y atajos secundarios que conducían hacia la colina donde selevantaban las ruinas del castillo, ya fuera atravesando bosquecillos y grandescamposcultivados,ohermosasextensionesdehierba.Unpaseoquesedemostrócomomuygratodesdeelprimermomento,sobre
todoporelpaisajequelesrodeaba,aquellapreciosacampiñainglesapintadaporloscoloresvibrantesde laprimavera.Ciertoquehacíamuchocalor,queelsolgolpeabaconfuerzapormomentos,peroellugarestabasalpicadodeárbolesyraroeraquenotuviesensiemprecercaunasombrabajolaquecobijarse.¡QuérazónhabíatenidoHarmony!Irencochenohubiesesidonilamitadde
agradable.Marcussonrióparasíyempezóadisfrutardelacaminata.
Capítulo21
Harmony iba hablando, como siempre, de cuanto iban viendo, y Oliviacontestabasuspreguntas.Marcussolointerveníadevezencuando.Sesentíadeunhumorextraño:bien,
cadavezmejor,dehecho,peroreflexivoyalgomelancólico.Eratanagradableestar así, caminar con ellas, dejarse llevar disfrutando de aquella impresiónmaravillosadehaberselibradodeunpesoenorme.Yanosentíaqueleibalavidamismaencumplirconsufamilia,enequilibraracualquierpreciolainfamiadeloocurrido,yafueraacostadesulibertadodelapropiavoluntaddeOlivia.Siellanolodeseaba,nopodíaobligarlaaaceptarlo.Peroquizátodavíaquedabaunaposibilidad:elamor.Peseatodoloocurrido,mientrascontemplabaaquelpaisajebellísimo,sedio
cuentadequenohabía renunciadopor completo a enamorarla, pordifícil quepudieraresultarle.Conunpocodesuerte…¿Nodecíatodoelmundoqueaquellugarestabaempapadoporelamorylamagia?Oporlamagiadelamor,vaya...Algoasíhabíaentendidocuandohablabandesuleyenda…—Me gustaría escuchar por fin la historia de esa famosa leyenda—se oyó
decir, antes siquiera de terminar de pensarlo. Harmony y Olivia, que habíanestado hablando de algo, se interrumpieron y le miraron—. La de la DamaBlancayeljuglar,siesquenoteimportarepetirlaunavezmás,Livvy.—¡Claroqueno!—exclamóHarmony—.¿Verdad,Olivia?—Oh, pues… sí, por supuesto, si quieres, yo encantada. —La muchacha
sonrió, con algo que quizá fuera nostalgia—. Es una historia preciosa, muynuestra, muy de Minstrel Valley. Y eso que no se conocen apenas detalles
concretos, creo que ya nadie los recuerda y dudo que se puedan llegar arecuperaralgúndía.Seguroquehabíamuchosdatosen la iglesia,pero,con lodelincendio,seperdierongrancantidaddearchivosy…Volvieronamirarse.Claro,maldición,vayadía.Unayotravezlamencióndel
malditoincendioprovocadoporsirHerbert.—Sí,entiendo—dijo,intentandodisimularanteHarmony—.Adelante,sigue,
porfavor.—Claro. Verás, en tiempos, en el castillo de los Scott, al parecer el señor
decidiócasaraunadesushijas…—Peroasíno—protestóHarmony—.Asíno,Livvy.¡Cuéntaselocomomelo
contasteamí!—Pero…Olivia se había ruborizado. Qué interesante. Marcus la observó con
detenimiento.—¿Cómoselocontaste?Ellaseencogiódehombros.—Esque…Cuandoeraniña,mimadremelanarrabaamícasicomosifuese
una representación teatral. —Movió los brazos—. Se inventó unos versos ygesticulabaalescenificarla.—Seencogiódehombros—.Cosasasí.—Ah.—Seechóareír—.Meencantaráverlo.—¡Sí,porfavor,Livvy!¡Aunquesoloseaelcomienzo,paraquelovea!—Oh,porfavor…Estábien.—Oliviapusolosojosenblanco,yluegotomó
aire.Cuandovolvióacentrarseenellos,selaviomásdecidida.Diounavueltasobre sí misma y les hizo una reverencia, impostando la voz—. «¡Escuchadatentamente, / habitantes del lugar, / porque aquí traigo una historia, / que nodebéisolvidar!/Eshistoria,esleyenda,/loqueyovoyacontar;/sobreamores,sobremagia,/sobreuntiemposingular».¡Yesoestodo!—añadió,volviendoasutononormalpararomperelencantodelaactuación—.Elresto,locontarésinripios.—¡Meencanta!—rioHarmony—.¡Tumadredebíadesermuydivertida!Oliviaparpadeó,triste.—Loera,sí.
Marcussonrió,sintiéndoserebosantedecariño.¿CómopodíahabervividosinsaberdelaexistenciadeOliviaCoombs?Laimaginóensucasa,creciendo,unaniñaencantadora,ignorantedesuauténticolinaje,perofelizconaquellosversossencillos.—¿Locompusotumadre?—preguntó.—Sí.Desdemuypequeñamelocontabatodoasí,rimando,yellaseenvolvía
enunasábanaparasimularseralgúnnarradordeotrotiempo.Peroahoranolovoyarecitarentero,melimitaréadecirque,segúncuentalaleyenda,MinstrelValleyesunrincón…especial.Unsitioenelqueconvivenelamorylamagia,atrapadosenuntiempodistinto.Marcuslanzóunacarcajada.—Esoyalosabía—dijo—.Meconstacadavezqueleolafechadelperiódico.—Qué ocurrente. —Ja. Sonó a reproche falso, porque le hizo gracia. De
hecho,quedóenevidenciaencuantosonrió—.Amor,magiaytiempoempapanpor completo esta tierra, Marcus, entrelazados mil veces, con mil nudosdistintos,detalmodoquenopuedensoltarse.Ysuponenunacombinaciónmuypoderosa.—¡Laquemás!—convinoHarmony,arrebolada.Oliviaasintió.Suexpresiónhabíaadquiridouncuriosoairesoñador.—Pero ¿cómo ocurrió? —Olivia alzó un dedo enguantado, con aire
misterioso.Marcusimaginóquetambiénerapartedelteatrodesumadre,yquelocontabaasíellaasusalumnos—.¿Quésucesosdieroncomienzoatodo?Paraentenderlo,hayqueremontarsemuyatrásenelpasado,atrás,atrás.—Concada«atrás», huboungirodel dedo en el aire—.Más atrás de lo quepiensas, a laépocaenlaqueMinstrelValleynosellamabaasí.Nadierecuerdaquénombrerecibíaelpuebloenaquellejanoentonces,siesqueexistíacomotal,peronadiedudadequetodotodoempezóallí.Oliviamovióelbrazoyseñalóconeldedoqueya tenía listohaciadelante,
hacialasiluetasuavedelacolinaquesealzabaalfondo,traslosbosquesylasconstrucciones que había entre medias. También estaba cubierta de árboles,sobre todohayasyolmos,y teníaunairehermosoycautivador, como todoelpaisajequelesrodeaba.
Marcusechóunvistazo,concuriosidad.—Ahíarribaestánlasfamosasruinas,¿no?—Sí.SonloquequedadelcastillodelosScott,unaramapobredelafamilia
Lancaster.Pocomássesabedeellos,peronosconstaque,enunmomentodado,una hija del señor, una muchacha de la que se dice que era muy joven ybellísima,fueentregadaenmatrimonioaunhombrealquenoamaba.Nosoloeso,sinoqueledesagradabamucho.Eraviejo,feo,malvadoymuyviolento.—Menudocompendiodevirtudes—rioél.Harmonyseestremeció.—Noseasmalo,Marcus.Amímeparece terrible…¡Tenerquecasarte con
alguienasí!Oliviasonrióylepasóunbrazoporloshombros.—Era lohabitual, cariño.Siahoraelmatrimoniose sigueconsiderandouna
pura cuestión de negocios, imagina cómo eran las cosas en aquellos tiempos.Hablamosdehacevarios siglos,nosécuántos.Eraunaépocaen laquenosecontabaconlaopinióndelasjóvenescasaderas,enabsoluto.—Notepreocupes,queesoatinotepasará—laconsolóMarcus—.Podrás
elegirconlibertad.Y,siesunbotarate,yameocuparéyodehacerlemadurarlomásrápidoposible.Olivialomiróconreproche.—Seguro que estás pensando en arrinconarle en cualquier reunión y
amenazarleconunpuñetazosinosecomportabiencontuhermana.—¡Por supuesto que no! ¿Por quién me has tomado? —Marcus simuló
ofenderse—.Dedarseesa situación tan…desagradable, te aseguroquenomequedaríaenunsimplepuñetazo.Leamenazaríaconunapalizacompleta,comopoco. —Ellas agitaron las cabezas, contemplándole con la misma expresióncrítica.Marcussimulóconsiderarlo—.Enrealidad,creoqueloharéencualquiercaso,segúnmelopresentes.Asínoscuramosensalud.—¡Marcus!—exclamaronlasdosdamas.Solohabíahabladounpocoenbroma,nodeltodo.Másdeunavezsehabía
imaginadoarrinconandoporlossalonesdeLondresatodoposiblepretendientede Harmony. No pronunciaría la palabra «paliza», por supuesto, al menos no
paraempezar,perosíquepensabaintimidarles,ydejarclaroque,conlosHale,nosejugaba.YconHarmonyHale,menostodavía.CaptólamiradasuspicazdeOliviaycarraspeó.Mejorvolveralaleyenda.—Bueno, dejemos el tema de momento, que me intriga mucho lo que me
estabascontando—dijo,intentandocongraciarse—.¿Sesabequélepasóaesabelleza,casadaconelogrodelahistoria?Oliviaseencogiódehombros.—Poco,perosíalgo.Por loqueparece,elmaridofuereclamadoporel rey,
quizáparairaunadelasCruzadas.—Ah,entiendo.—Vale,yaseubicabaunpocoenel tiempo,aunqueconun
margendeunpardesiglos,porque,queélsupiera,hubovariasmisionesaTierraSanta—.Eldifícil trancedesernobleen laépoca.Tenerquearmarseconunamazabiengrande,llenadepinchosmetálicos,eiradargolpesporahí.Labroma tuvo como recompensauna risilla de las dos jóvenes.Eso estuvo
bien.InclusodeLucy,aunquetardóunmomentoenunirse.Oliviaasintió.—El caso es que, sí, tuvo que partir y dejar a la joven recién casada en el
castillo.—Pobrecilla…—murmuró Harmony, indecisa—. O no sé si alegrarme, la
verdad.—Quizá deberías hacerlo porque…—Sonrió y soltó una nueva frase de su
madre—.«Ensuausencia,aquelladama,/conocióanuestrojuglar,/quesoñabadesdesiempre/conmilhistoriascontar».Marcusarqueóunaceja.—Unjuglar,¿eh?—Sí.Debióllegaraestastierrasporaquelentonces,ylaleyendadicequeera
realmenteguapo.—Sonrióyañadió—:«Sunombrenoloconozco,/peropuedoasegurar,/quesufiguragalante,/ todostiendenaalabar./¡Versorápido!¡Vozhermosa! / Nada lo puede evitar: / las jóvenes de todo el valle, /se sientenenamorar».Amedidaquelodecía,sellevóunamanoalpechoyseinclinóanteHarmony
conunareverenciagentilymuygraciosa,quehubiesepodidoserpropiadeun
juglardeotrostiempos.Suhermanadiounaspalmadas,encantadayledevolvióelsaludo,alzandolafaldaeinclinándosecasihastaelsuelo.OliviasonrióaMarcus.—Asílopresentabasiempremimadre—concluyó.Él lanzó una risa. Cualquiera con unmínimo de sensibilidad poética caería
fulminado ante una rima semejante. Por suerte, en esos momentos a él leimportaban más otros valores. Imaginó a la joven costurera, esa que habíaaprendido a escribir después de casarse, componiendo aquellos versos torpesperosentidos,parahacersonreírasuhija.Loúnicoquelequedabadelhombrequeamó.Nopodíahaberpoesíamáshermosa.—Puesmepareceencantador—dijo,ysenotóquelafraselehabíasalidodel
corazón.Oliviasonrió.—Gracias,Marcus.Sí,asíeraaqueljuglar:encantador.Cuentalaleyendaque
todaslasmuchachasdelpueblo,delaprimeraalaúltima,seibanenamorandode él amedidaque loveían, ynuestra jovendamano fueuna excepción.Porsupuesto,élsefijóenellaycorrespondiódeinmediatoaeseamor…Esapartedelrelatonolepareciótanromántica.Porsupuesto,eljuglarteníaa
todaslasjóvenesenamoradas,perofueafijarseenlaúnicaconpoderyriquezas.Peromejornodecirlo.Leecharíanencarasufaltadesensibilidad,ynoeraelmomentoparadar pie a algo así.No tenía sentido empezarunadiscusión conaquellasdosrománticasempedernidas.—Porsupuesto—selimitóadecir,contononeutral.Quizá ella se dio cuenta, porque Olivia le lanzó una mirada, que no supo
descifrar.—Para sudesdicha, esamuchachaestabayacasada—siguiódiciendo—.Y,
en aquella época, nadie iba a reprocharle a un noble quematase a un simplejuglar,porelpuroplacerdehacerlo.Demodoquesusituaciónnopodíasermáspeligrosa.—Cierto.—Pero,nuestro juglarnopudoevitar enamorarsea suvez,pesea saber los
riesgosqueimplicabaalgoasí.Aunquenolocreas,esalgoque,algunasveces,
ocurre. El amor te arrastra como… como un río tumultuoso. —Los ojos deOlivia brillaron yMarcus sintió que algo se estremecía en su interior. En esemomento, se juró que la besaría. Pronto—. Si caes en él, puede que consigassalir,peroseráenalgúnotropuntodelacorriente,alládondetehayallevadolafuerzadesusaguas.«Ytearrastraconmásfuerza todavíasi tienesriquezas,poder,ounaspecto
deseable»,pensóél,perosuslabiossiguieronsiendoprudentes.—Eneso,estamosmuydeacuerdo—dijo,nosupobienporqué.Vioquela
habíasorprendido.Quizáesperabauncomentariocínicoporsuparte.Algomásacordeconaquellospensamientostanpocorománticosquemanteníaensilencio.Pero, aunque no lo pareciera, también creía en el amor.El amor verdadero—.Continúa,porfavor.Oliviatitubeóunpardesegundos,peroterminóasintiendo.—Pues,porloquesecuenta,aquellajoveneratodaunadama.—¡UnaDamaSelecta!—afirmóHarmony.Oliviario.—Esoes.UnaDamaSelecta.Alguientanfascinante,tandelicadayperfecta,
quehizoqueesosversosrápidospropiosdeljuglarsequedasenparalizadosentresus labios,para luego salir comoun ríodeauténticapoesía, esaque surgedelalmayporesollegamuydentroysobrevivealpasodelossiglos.—Lomiróconintención—.Delaquetegusta,Marcus.Élrio.—Asíes.Medeclaroculpable.—«Esepoemaesdistinto,/esevibraconpasión»—declamóentoncesOlivia
—.«Lavaardientehayenlarima,/quesurgedesuinterior./Sumúsicaelevaelalma,/enlasvenasesardor;/cariciaenpiel,besoenboca…/Ahorasabequéesamor».—Esaestrofa sí estábien—concedióMarcus, sorprendido.Olivia sonrió—.
¿Tambiéneradetumadre?—Digamosqueenella tambiénparticipéyounpoco.Fueunacolaboración.
—Surostroseentristeció—.Nosdivertimosmuchoaqueldía.Yeranecesarioquehubieseunversomáshermosoahí.Porsimplequefuera.—¡Claro!Supoesíacambió,porqueestabaenamorado—aportóHarmony—.
Y,comoconsecuenciadeello,aqueljuglarsehizofamosoentodoelvalle,consusnuevosversosysuscantos.Oliviaasintió.—Esoes.Nosésialguienconocelosdetallesconcretosdeloquesucedióa
continuación.Pero,porloqueyotengoentendido,vivieronsuamorhastaqueelmaridoregresóymontóencólera.—Comoeslógico,porotraparte—apuntóMarcus.LamiradaquelededicóOliviafuedirectayalgodesafiante.—¡Marcus!—protestósuhermana—.¡Yatehemosdichoqueesehombreera
odioso,ylaobligaronacasarseconél!¡Semerecíaesoymás!—Eso no puedo negarlo. Me ha quedado claro que el pobre diablo era
malvado,ademásdeviejoy feo.Vayasuertenefasta la suya.—Seencogiódehombros—.Pero era elmarido, y es normal que semolestase, al volver de laguerra con la maza de pinchos cubierta de sangre y pelo de sarraceno, paraencontrarsealaesposacomponiendopoesíaconunjuglarjovenyguapo.Lasdoslomiraronconfijezayluegoseecharonareír.Éllassecundó.—Miraqueerestonto—dijosuhermana.—Bueno,soyabogado,recuerda.Somospocorománticos…porlogeneral.—
HizoungestoobsequiosohaciaOlivia—.Sigue,porfavor,Livvy.Ellasonrió.—Muybien,aunque,vistolovisto,nosésialguiencomotúvaapodercaptar
laesenciadeestahistoria.Ledaremosunvotodeconfianza—dijo,mirandoaHarmony. Su hermana asintió, muerta de risa. Detrás, Lucy suspiró, conexpresióninescrutable—.Alponerselasituacióntanpeligrosa,losdosjóvenesdecidieronhuir.Lograroncontactardealgúnmodoyacordaronunencuentroenellago,sesuponequeenalgúnpuntodeLakeHill,lacolinasobrelaqueahoraestálaposada,aunquenosesabesiescierto.—Agitólacabeza—.Peroélnuncasepresentó.Marcuslamiró,intrigadoasupesar.—¿Noacudióalacita?—Eso parece.—Los ojos de Olivia brillaron—. La gente piensa que, para
entonces, el marido ya le había hecho matar y que sus hombres lo habían
enterradoenalgúnpuntodelvalle,asaberdónde.—Puesvaya…¿Yquéfuedelajovendama?—¿Ella?Metemoqueenloqueció,oesopareceindicarlahistoria.Dicenque
vagóduranteuntiempoporlaorilladellago,comounalmaenpena,buscandoasuamante,yundíatambiéndesapareció.—Hizoungestoincierto—.Sesuponeque se suicidó. Que se metió en el lago, nadó aguas adentro y terminóahogándose.Marcussedetuvodegolpe,nopudoevitarlo,ylamiróconfijeza.—Puesquéhistoriamásespantosa,caramba,Livvy…—¿Tú crees? —Casi parecía divertida por su reacción—. Quizá, de haber
estadoalgunavezenamorado,podríasentenderlamejor.—¿Quétendráesoquever?—Secallólarespuestainmediataquelevinoalos
labios:queélsíqueestabaenamorado,porcompletoyparasiempre.Y,aunasí,seguíasinentenderaquellaleyendadeamorymuerte,comolahabíadescritoelseñorBarry—.Meestáshablandodeunaparejadeenamoradosqueno lograndisfrutardesuamorenvidayquemuerenseparados,ydeformatrágica.Es…esespantoso.Creíaqueelabogadoerayo.Elpocoromántico.Yyaves,amí,lashistoriasdeamormegustanconfinalfeliz.Siempre.«Tomanota»,ledijo.Quizásediocuentadequehabíamásmensaje,porque
parpadeó,perosiguióconlaleyenda.—Amítambién.Pero,sitefijas,enrealidad,conestaleyendaestoyhablando
del amor, sinmás.Yde la continua superacióndeobstáculosparapoder estarconelseramado,unotrasotro,porterriblesquepuedanser,inclusoelmayordetodos:lamuerte.—Sí,pareceunobastanteinsalvable.—Peroesque,datecuenta,todalaleyendaensínoesmásqueunentretejido
desuposiciones.«Sesuponequeeljuglarnoacudió,porquelohabíanmatado».«Sesuponequeellasesuicidó».Nohaynadaenconcreto,nada,Marcus,solomisteriosentrecruzadoscondatosinventadosporunosyotrosconelpasodelosaños.Trágicos,cierto,peromisterios.—Peroeso…—No, escucha, por favor. Lo que queda, tras tanta suposición, es que en
MinstrelValleypuedeque viviese una pareja que se amaba, se amabamucho,pese a todas las dificultades que les pusieron delante. Y la leyenda, comosiempre, lo llena todo de maravilla, afirmando que el amor que sentían esosdesventuradosamantesfuetanfuerte,tanintensoque,enrealidad,nilamismaMuertepudodestruirlo.Poreso,enlaestatuaqueleserigieronenlaplaza,pone:«LADAMABLANCAYELJUGLAR.Elamoreterno».Olivia guardó silencio, como esperando que él llegase a alguna clase de
conclusión.Ynofuecapaz.—Losiento,noloentiendo.¿Quésignifica?—Está claro: tu final feliz.—Olivia sonrió—.Significa que todavía hoy en
díasiguenenMinstrelValley,reuniéndosenochetrasnochecercadellago,bajolosárboles.Poreso,devezencuando,alguienvealanochecerunadamavestidadeblancocaminandopor laorilla, y aveces seoye lamúsicade la flautadeljuglarenlaespesuradelbosque.Estánahí,siguenahí,connosotros,entodoslostiemposyeneste lugar.Viviendoeseamor, comodices,y, lomás importante,transmitiendosumagiaatodoslosquepisanestastierrasybebenelaguadesuspozos.—¡Estanromántico!—exclamóHarmonyarrebolada.—Oh.—Marcusparpadeó,comprendiendoporfin—.Yaveo.Sí,desdeluego,
puede considerarse un final feliz, y es del más puro gusto romántico, cierto.Amoryvidaeternaenunahistoriasinfin.—Sonrió,haciendounareverenciaaOlivia y bromeó—:Milady, estabausted en lo cierto.Reconozcoque tiene suencanto. Aunque, si me permitís una corrección para vuestra leyenda, «amoreterno»deberíaserunaredundancia.Noconcibounamordeotrotipo.Tuvo la satisfacción de ver que las dos jóvenes lo miraban con ojos muy
abiertos,ycasisoñadores.—Esohasidomuyromántico,hermanito—dijoHarmony.—Estoydeacuerdo—asintióOlivia.—Sí,bueno…Serámejorquesigamos—replicóMarcus,conuncarraspeo.
PorDios,nuncahabíasidotímido,noeneseaspecto.¿Aquéveníasentirseasí,comouncríoquecortejaseporprimeravezaunamujer?Bueno,sí,setratabadealgoquenohabíahechoantes,cierto…¡Peroyaeraunhombreadulto!—.Ose
convertirátodoenruinasantesdequelleguemosalasquevamosavisitarhoy.Lasdosrieronlabromay,sinmás,retomaronlamarcha.
Capítulo22
Durante varios minutos, mientras avanzaban hacia la cada vez más cercanaScott Hill, Marcus guardó silencio. Prefería escuchar la charla de las dosjóvenes, que iban comentandodetalles de la leyenda y, sobre todo, pensar.LedabavueltasunayotravezÉlpensóenaquelloquehabíadichoOliviasobrelodequelosdesventuradosamantesdeaquel lejanopasadocompartíansumagiacon todos losquepisaban la tierradeMinstrelValleyybebíanel aguade suspozos.Conél, de algunamanera, sehabía confirmado. Jamás sehabía enamorado,
nunca,ensuscasi treintaañosdevida.Habíaconocidomujeresdetodotipoycondición,muchasencantadoras,peronofuehastaqueestuvoenesepuebloquesucorazónserioyanalíticosedejóllevarporesaclasedesentimientos.Yallíestaba,feliz.Disfrutandodesuspaisajesyesperandoque,yapronto,su
historiadeamorconOliviapudieraporfinflorecer,comoesaprimaveraquelesrodeaba.Magia.Amor.Tiempo…Depronto,oyóunruidoalolejos.Eraungolpeteometálicocontinuo.—¿Qué es eso? —preguntó, aunque antes de perderse el sonido de sus
palabras,yahabíaimaginadoporsímismolarespuesta—.¿Unaforja?—Sí—contestóOlivia—.LaforjadeReedMcDonaldysuhijoAngus.—Ah,
sí,aquelpardeconquistadores—.Estáporallí.—Lamuchachaseñalóconundedo,enladistancia,haciaelextremonoroestedelpueblo.Marcusdivisólacasaa lo lejosyrecordósusexcelentesespadas.Quizáundíaseanimasea iraverqué más tenían. Unas armas así podían ser un excelente regalo para lord
Badfields y sus amigos, con lo que podría agradecerles su apoyo—. Algoapartada,paranomolestardemasiadoconsuruidoaloslugareños.—Bienpensado.—Yotambiénlocreo.—Hizoungestohaciaelsur—.Y,porahí,yapodemos
ir viendo bastante bien Clifford Manor. —Marcus miró hacia allí. A veces,cuandoelbosquelopermitía,sedivisabayalamajestuosafiguradeunamansión—.EspropiedaddeloscondesdeClifford.—Ah, sí. —Marcus asintió—. Lady Acton me presentó en Londres a la
condesaviuda,buenaamigasuyade juventud.Dehecho,estabaalgoenferma,poresonopudovenir,peroqueríahacerloparareunirseconladyConway.Así,habríanestadolastres.Debíandeserinseparablesdejovencitas.—Sí, lomencionaronennuestroprimerencuentro.—Ambosomitieronmás
referenciasaaquelté—.LafamiliaresideenlacapitalytambiénhacebastantetiempoquenovisitanMinstrelValley.SumansiónselevantajuntoalabasedeScottHill,conocidacomo«lacolinadelasruinas»porlasgentesdelpueblo.Lamayor parte de la estructura está construida con la misma piedra gris queMinstrel House,muy abundante en las canteras cercanas; pero, una zona estáformadaporpiedrasmásantiguas,tomadasdelosrestosromanosdelosqueyasoloquedanelfamosoPozodelosDeseosyelPuentedelasÁnimas.—¿Yelresto?—Suspiedrashansidoreutilizadasalolargodelossiglos.Estándispersaspor
todoMinstrelValley. Por ejemplo, se usaron ya en tiempos, como parte de laestructura del castillo de los Scott, y luego para la construcción de CliffordManorydelmuro traserodeMinstrelHouse…—Lomiró—.Esoya losabes,¿no?—No,noteníaniidea.Aunque,ahoraquelodices,síquemehefijadoqueel
murotraseroesdeotrotipodepiedra,másvieja.—Sacadadelasruinasromanas,sí.—¡Dehecho,enunadelaspiedraspone«Julia»!—exclamóHarmony.Marcusarqueóunaceja,sinentender.—¿Cómo?—Quealguien inscribióesenombreen lapiedra,ysehamantenidoapesar
del tiempo transcurrido. ¡Ahora puede verse en el jardín trasero de MinstrelHouse! Fíjate, ¿qué posibilidades tenía de llegar allí? Podía haberse quedadoatrás,enelbosque,oformarpartedeloscimientosdelasruinasdelosScott,oinclusosercolocadaconelnombrehaciaabajo,pegadoalaargamasa…Perono,estáalavista,ymuycercadelinvernadero.Marcus agitó la cabeza. Sí que sonaba sorprendente, sí.No imposible, pero
difícil.Claroque,lavidaestaballenadecasualidadesasombrosas.—Ysoloponeesenombre—dijo,esperandoconfirmación.—Sí. ¡Quizá lo inscribió un soldado, recordando a su prometida! ¡O un
marido,asuesposa!Habíaotrasmuchasposibilidades, algunasde las cualespodíanpasar por la
añoranzaaunamadreomarcaralgorelativoalapropiaestirpeJulia,queeraunafamilia, si no se equivocaba; peroOlivia le indicó con lamiradaqueno se leocurrieraromperelensueñorománticodeHarmony.—Denuevo,lamagiadeMinstrelValley—selimitóadecir.Oliviasonrió.—Nohaynadaquepuedaasegurarlocontrario.Ysímuchoqueconfirmeesa
teoría.Mispadres,porejemplo.¿Recuerdaslanotaprivada,aquelsobrecerradoquemedejómimadre,ensucarta?—Sí,claro.—Enellameasegurabaqueerahijadelamor,quenuncadudasedeeso,yme
contaba elmodo en que se conocieronmi padre y ella.Aquella noche, la delbaile,mimadrenoqueríair.Noconocíaanadieysesentíaviolentaentretantagente importante. Había buscado cobijo junto al muro, intentando pasardesapercibida, cuando vio ese nombre tallado. Y estaba examinándolo,sorprendida, cuando lordCamden la vio a ella y se acercópara preguntarle sinecesitabaalgo.Yseenamoraron.—Porlamagiadeestelugar—dijoMarcus,pensandoqueestabaapuntode
creerlo.Él,queeraelmásenamoradodetodos.Oliviasonrió.—Quiénsabe…CliffordManorsurgióporfindelaespesura,porquepasaronmuycercadesu
entradaprincipalparaenfilar la subidahacia lacimadeScottHill,ypudieroncontemplar con libertad la hermosa fachada, en toda su grandeza. Por su ladoderecho, la mansión estaba tan unida a la colina que, de hecho, parte de laconstrucciónparecíaencajarseensubasedeunaformacasinatural.—Esprecioso,¿verdad?—susurróHarmony.Luegodebiódeconsiderarque
habíasidoalgodesleal,porqueañadió—:NotantocomoMinstrelHouse,perocasi.—Unlugarmagnífico,cierto—admitióMarcus.Miróalolejos,haciaatrás.
Almargendelnúcleodelpueblo,quesedivisabaunpocoalsur,ydelaopulentaCliffordManor;aquíyalláseveíanmuchascasassalpicandotodalazona,unasmásgrandes,otrastanpequeñascomocabañas,separadasporcamposlabrados,porprados,arroyosozonasdebosque—.TengoqueadmitirqueMinstrelValleytiene unos paisajes preciosos —dijo, al cabo de unos momentos—. Pero, lefaltanalgunascosas.—¿Comoqué?—Pues…unteatro,yaqueestamos.Unoenelqueescucharaunbuenactor
declamar un texto de Shakespeare.—Lamiró con unamedia sonrisa—. ¿HasvistoalgunavezlarepresentacióndeunaobradeShakespeare,Olivia?Ellafrunciólaboca.—No,¿quédices?Poraquísolopasancompañíasteatralesdesegunda,como
laquerobóelcerdomoteadodeConwayHouseyselollevóa…—Alvercómolamiraba,hizoungestoapartandoaqueltema—.Bueno,cosasnuestras.Elcasoesque,losactoresquenosvisitanpocasvecesinterpretanalgotancomplejo.Nocreenquevayaa interesara los lugareños.Se limitanaalgunacomediamásomenossimpleconlaquehacerreíramentespocodespiertas.Marcushabíaestadobuscandoel senderoquesubíael restode lacolina.Al
fin lo encontró: era estrecho y algo agreste, y no tardó en descubrir que solocubría algunos tramos. Por suerte, la cuesta no era muy pronunciada y elejercicioresultabaagradable—Entonces,¿nohasidoalteatro?—preguntó,mientrasavanzaban.Oliviavolvióareír.—Recuerdaquemimadrecosíaparalasgentesdelpueblo,eranuestromodo
desobrevivir.¿Teatro?¡PorDios,Marcus!Eraalgoquenosquedabamuylejos.Me temoquenuncahe tenido laopción.—Chasqueó la lengua—.Y,mirapordónde,acabodedescubrirquesísoycapazdesentirenvidia.Marcussonrió.—Esoes imperdonable.Debemoseliminarsemejantepecadode tualma.—
Hizo un gesto con el bastón, antes de clavarlo en la cuesta para seguirayudándoseenlasubida—.Silodeseas,mañanamismomeocuparédequenossuministrenelprogramade las representacionesen los teatrosdeLondresparalospróximosdías,ytellevaréaverunadelasobrasdeShakespeare,encuantonosseaposible.—¿Amí?¿Alteatro?—Olivialomiróconsorpresa,ytambiénconunbrillo
deentusiasmoenlosojos—.¿Loharías?—Desdeluegoquesí.—Suspupilassequedaronprendidasdetalmodoque
llegóasentirseincómodo,yquizáaellalepasólomismo.Marcuscarraspeó—.Y a ti también, Harmony, por supuesto. —No hubo respuesta. Miró a sualrededor—.¿Harmony?¿Harmony,dóndeestás?Noestabaporningúnlado,porsupuesto.NiellaniLucy.«Voyamatarte»,ledijoMarcus,sinpalabras,suponiendoloquehabíahecho
suhermana.Desaparecer,otravez,paradejarlesespacioyobligarlesahablar,aacercarseelunoalotro.Miró aOlivia de reojo. Seguro que volvía a sospechar que la artimaña era
suya.—Metemoquelahemosperdido—dijoella.Bien.Esoledabapieaponersecríticoylibrarsedelasospecha.—Puesyo teaseguro,Olivia,queHarmonynoestáperdida,enabsoluto.—
Suspiró,exasperado—.Ambossabemosloquehapasado.Tejuro,deverdad,tedoymipalabra,dequenohetenidonadaquever.—Notepreocupes.—Esimportantequemecreas.—Lamiró,serio—.Supongoquehasnotadoel
cambio,¿no?—Sí.Desdeluego.—Sonrió—.Deverdad,notepreocupes.¿Estabacontenta?¿Sealegrabadeencontrarseasolasconél?Casiloparecía,
pero no se atrevía a concebir semejante esperanza, por si acaso. Marcuscarraspeó.—¿Dóndeselevantanesasruinas?—Ahídelante.—Señalóhacia lapartealtade lacuesta—.Yaestamosmuy
cerca.Élasintió.—Vamos, entonces. Tarde o temprano, mi hermana reaparecerá. —La vio
dudar—.Amenosqueteparezcaincorrectocaminarasolasconmigo.Ellaarqueóambascejas.—No digas tonterías. Me daría igual, estamos en Minstrel Valley, no en
Londres.Pero,además,sesuponequeeresmiprometido,porlotanto,podemossalir juntos de paseo. Incluso podrías ofrecerme tu brazo. Creo. Tampocomehagasmuchocaso,porquemecuestamuchorecordarlosdetallesdelasclasesdeetiqueta.Marcussonrió.—Conesabrujadeprofesora,nomeextraña.—Siyotecontara…—murmuróOlivia.—¿Haocurridoalgo?—No,no.Cosasmías,declase.—Muybien.—Dudóunmomento,peroterminóofreciéndoleelbrazo.Ella también vaciló, pero lo tomó. ¿Significaría eso que reconocía ser su
prometida?Esaimpresióndaba.—Hacesbienaceptando—ledijo,intentandobromear—.Teadviertoquesoy
el mejor partido de todo este bosque. —Olivia lo miró a la expectativa, sinacabar de entender, y él agitó la cesta—. Soy el que tiene mejor cesta demeriendaenmuchasmillasalaredonda.Ella seechóa reír.Luego,pocoapoco,ensilencio, llegarona loaltode la
colinayseinternaronentrelosárboles,variosmetros.Entonces,surgiendocomoporartedemagiadeentrelostroncosdefresnos,
hayas,abedulesyolmosqueconformabanaquelbosque,aparecieronlosrestosdelcastillodelosScott.Loprimeroquepudoverfueronunostramosdelasmurallasquepermanecían
todavíaenpie,casiporcompletocubiertosdemusgoyhiedra.Marcustardóendistinguirlos, de hecho, porque se camuflaban bien con el entorno, y loscontemplócontristeza.—Esimpresionante…—susurró.«Y,endefinitiva,hancumplidodelargoconsudeber»,pensóMarcus.Siglos
despuésdeser levantados,ydeserabandonadosporquienes losconstruyeron,seguíanallí,custodiandoloquehabíamásallá,enelinteriordelrecinto:bloqueshundidosyparedesqueformabandibujoslaberínticos.Piedrasrotas,ruina.Hermosura.Grandeza.Pesabasobreaquelrincóndelbosqueunprofundosilencio,comosielmundo
estuvieraconteniendolarespiración.Comosisupieraque,aquel lugar,eraunapruebadeloqueimplicabadeverdadelpasodeltiempo.Imaginócómodebióhabersido,enelpasado,cuantoveía.Unaconstrucción
soberbia sobre una colina despejada por la fuerza del hacha; un castilloorgulloso, con los estandartes de los Scott ondeando en lasmurallas, lleno degente ocupada en sus tareas; con algunas casas cercanas, supuso, las de gentequesehabríaestablecidocercaparabuscarlaproteccióndeaquellospoderososseñores.Elinicio,quizá,delpropioMinstrelValley.Todoera,todoseiba,yhabíaqueaprovecharelmomentoalmáximo…Carpe
diem, que hubiesen dicho los romanos que habían dejado por allí sus propiasruinas,másantiguasaún.Marcussintióqueleembargabaunaemociónextraña,intensa,alavezdulcey
aterradora,ysegiróhaciaOlivia.Casialavez,ellatambiénvolvióelrostroensudirección.¿Sentiríalomismo?¿Locomprendía?Seguroquesí.Duranteunossegundos,selimitaronamirarseenaquelsilencio
abrumador,sintiéndosesolosyunidos,perdidosenellargosenderodeltiempo.Tanunidosalmundorealenelquevivían,comoaaquellalejanagentequetuvoenesesitiosupropiatragediadeamor.OlivianosemoviócuandoMarcusdejócaerlacestayelbastón,diounpaso
ensudirecciónyseinclinóhaciaella,pocoapoco,conevidentesintencionesde
besarla.Noretrocedió,noseapartó,yéldiolasgraciasporelloacualquierdiosque estuviera prestando atención a aquellos dos pequeños mortales, porquequeríaesebesocomojamáshabíaqueridonada,entodasuvida.Pero,enelúltimomomento,ellaledetuvo,conundedoensubarbilla.—Espera—susurró.Él parpadeó, sorprendido—.Esperaun segundo, así.O
unmilenio.Aquínoimportaeltiempo.Asíque,tambiénteníaaquellaimpresión,comoél.Marcussonrió.—¿Porqué?—ComolaDamaBlancayeljuglar.—¿Asínosves?—Nopudoevitarunarisa—.Vasdenegro,Olivia,y,aunque
megustelapoesía,yosíquenosabríarimarniunmalripio.—Noesporellos.Esporsubeso.—Estabatancerca, tancerca…Sintiósu
aliento cálido. Toda ella olía a bosque. Seguro que también sabía a bosque, avidaintensa—.Unbesoeterno.Marcussonrió.Suslabiosseunieron.«¿Quésiento?»,sepreguntóenaquel instanteúnico,mágico,enelque todo
pareciódetenerse,justoantesdelaviolentaexplosióndeemociones,delamareaardientequeloembargóporcompletoyvolviósumundodelrevés.Los labios de Olivia eran suaves y muy dulces. También le parecieron
inexpertos:enpocossegundos,estuvoconvencidodequeaquellahermosamujernuncahabíabesadoanadie,nodeesemodo;peronoimportaba,noleimportabalomásmínimo,porqueélestabadispuestoaenseñarletodoslosmisteriosdeesapartedelamor.Yél,quesiemprehabíaestadollenodeinseguridadesquejamásadmitiría,no
temíanadaasulado.Erafuerte.Eraunarocaempeñadaendurarporsiempre,apesardetodo,comolasdeesecastillo.—Olivia…—susurró,contrasuslabios—.Diosmío,Olivia…Semovió,parasujetarlaentresusbrazosyestrecharlacontrasupecho.Quería
que notase la firmeza de su erección, aquella urgencia que le atenazaba desdehacíayademasiadotiempo.Parasusorpresa,ellanosearredrólomásmínimo;alcontrario,seapretómásaél,sinuosa,mientrasacentuabalaprofundidaddelbeso.
Eraposiblequenohubiesesidocapazdecontenerse,nitampocoella.Enotrascircunstancias,sehubierandejadollevarporlapasión,yhubiesenhecholoquesentían que debían hacer, juntos, en ese lugar y en esemomento,mientras elbesocrecíaycrecía,ysevolvíamásymásexigente…Pero,entonces,oyeronvoces.EraHarmony,quellegabaconLucy.Yloshabíanvisto,porqueestabaalzando
lavozcomounatonta,parahacersenotar.—¡Ahoravamosaacercarnosalasruinas,Lucy!—decía,envozlobastante
altacomoparaestárselocontandoaalguienqueestuviesealpiedelacolina.Oalotroladodelpueblo,paraelcaso—.¡Asíqueporallíveremosamihermanoyasuprometida!¡Losveremosperfectamente!—Oh,demonios…—Oliviamaldijo,yseseparóconbrusquedad.Lomiróa
losojos—.¿Hasidocosatuya?—¡No!—replicóMarcus,aturdido.Yalgomolesto,aquénegarlo.¿Porqué
demonios se había apartado así, como si de pronto apestase?—.Maldita sea,Livvy,tenemosunpacto.Nohehechonadaparaforzarlasituación.SoncosasdeHarmony,yasabescómoes.—Seencogiódehombros—.Ydaigualquenoshayavisto,yaquevamosacasarnos.Ellalomiróatónita.—¿Creesquevoyacasarmecontigosoloporquenoshemosdadounbesoen
elbosque?¿Oporquenoshandescubiertohaciéndolo?—Porsupuestoquesí—replicó,albordedelenfado—.Ono.Es…Ibaadecirlequeesebesosoloeralaconfirmacióndeotracosa,deeseamor
queseprofesabanelunoalotro,pormásqueseempeñasenenignorarlo,peronopudo seguir discutiendo, porqueHarmonyapareció a su ladoy los cogió acadaunodeunamano.Estabaexultante.—¡Québien! ¡Cómome alegrodequeos hayáis comprometidopor fin!—
Debiónotarsutensión,porquelesmirópreocupada—.¿Ocurrealgo?—No—empezóél—.Yo…—¡Vamos,daoslamanoyotrobesoytodosearreglará!—Dispuestaasalirse
con la suya, Harmony intentó unir sus manos por la fuerza. Casi llegó aconseguirlo, pese a la evidente resistencia de ambos; Olivia por sus razones,
Marcusporelenfadoen respuesta,que ibacreciendopocoapoco;pero,enelúltimomomento,Oliviadiountirónyseliberó—.¡Livvy!—Debo irme—dijoella.Marcus se limitóamirarlaconojosentrecerrados.
«¡Cobarde!», le dijo sin palabras. Seguro que lo entendió, pero no sirvió demucho. Les saludó con una inclinación—. He recordado que debo pasar aindicarleunpardecosasalaseñoraMeyersysemehacetarde.Disculpadme.Mereunirécontodosenlacena.—¡Pero,Olivia…!—empezóHarmony—. ¡No puedes irte sola! ¡La señora
Simpson siempre dice que…! ¡Livvy!—No sirvió de nada. Olivia les dio laespalda y se alejó a buen paso, casi corriendo, y no tardó en perderse en elbosque.Suhermanalomiró—.¿Quéhaocurrido,Marcus?«¿Tú qué crees?», iba a decirle, y a reprocharle su comportamiento. Pero
seguro que ella ya lo sabía, porque se le habían llenado los ojos de lágrimas.Pobreniñaatolondrada.Teníatodavíamenospacienciaqueél.—Nada—replicó,haciendounesfuerzopornosalirenpersecucióndeOlivia.
Algo le decía que, en esosmomentos, no hubiese sido bienvenido. Eramejordarletiempoparatranquilizarse—.Nadaenabsoluto.Yeraverdad.
Capítulo23
—El próximomiércoles llegarán unas amigas—dijo ladyActon,mientrasterminabasupostre,durantelacena—.Esperoquenoosimporte,porquevanainvadir lacasaysequedaránconnosotrosunosdías.—Sonriódeaquelmodosibilino que le inquietaba en otros momentos. Cuando él no cargaba con suspropiaspreocupaciones—.Tendremosunareunión.Marcusasintió.—¿Porsusplanes?—Puessí.—Le lanzóunamirada,divertidapor superspicacia—.¿Tantose
menota?—Unpoco,milady.—LaseñoritaChathamapenaspodíadisimularsuenfado,
tampoco—.Ycreoqueyo,almenos,deberíahaberestadoaltantodesemejanteencuentro.¿Cómoseleocurre?¡Simelohubieradicho,nohubieseorganizadomiviajeaLondresparaelmartes!—Oh, no, querida, ¿por qué? —Lady Acton arqueó ambas cejas—. Yo
entiendosusituación,seloaseguro.Suhermanaestáenfermaylanecesita,esoes lo único que importa ahoramismo.Acuda a su lado y quédese con ella eltiempoqueleparezcaconveniente.Nosepreocupe,quenoslasarreglaremos.La señorita Chatham apretó los labios, frustrada. Marcus imaginó lo que
estaba pensando. De haber podido anular su viaje a casa de su hermana, lohubiera hecho de inmediato. Para ella era mucho más importante quedarse yestarenaquellareunión.Alternarconaquellasdamas,lasamigasdeladyActon,eraunaoportunidadquepodíaabrirlemuchaspuertas,deesasquebuscabaconauténticadesesperación.
Enrealidad,enelmundoenquevivíaeralógicoquesepreocupase.Teníayaveinticinco años y empezaba a ser una solterona en toda regla. Su belleza, lamejor baza con la que podía jugar a la hora de conseguir un matrimonioventajoso, se iríadisipandopocoapoco,haciéndola sentir que sequedaba sinnada. Envejecería convirtiéndose en unamujer amargada y solitaria, viviendosiempreencasaajena.Marcusagitólacabeza.LahonorableMelanieChathamnoteníatodalaculpa
de ser como era, así la habían educado. Era solo una mujer de su tiempo,atrapadaenunmundoenelquelasmujeresnoteníanmásopciónclaraqueladecasarse,ovivirdeunmodomiserableysolitariotodasuvida.Y, al margen de todo, había que reconocer que estaba haciendo un buen
trabajocomodamadecompañía.SemostrabapendientedeladyActonentodomomento: de susmedicinas, de que no cogiera frío, de que no se cansara enexceso,deque estuviera cómodayno se aburriese…Quizá losHaledeberíanretribuirladealgúnmodo,poresacuriosalealtadqueestabadesplegando,ytodasu eficiencia. Podía hablar con lady Acton y ocuparse de buscarle uncompromiso matrimonial. Algo que no vulnerase su dignidad y le permitieravivirdeunmodoadecuado.Claroque,quiéneraélparaarreglarlavidasentimentaldenadie…—Yyoseloagradezco,milady—laoyóreplicar,conuntoquedeansiedaden
suvoz—.Perosoysusecretaria,ademásdedamadecompañía,noentiendosureserva.Estoyaquíparaayudarla.—Noseenfade,querida.Hepreferidotratarloprimeroconellas,porsilacosa
terminaquedandoennada.Pormuchoqueamímeencante la idea,nopuedollevarlaadelantesola,ylaopinióndemisamigasvaaserdecisiva.—Lesonrió,para darle ánimos—. De todos modos, descuide, que le contaré todos lospormenoresde loquepaseen la reunión,señoritaChatham.Dehecho,Olivia,querida, me gustaría que tú estuvieses presente y tomes notas para que…¿Livvy?—¿Eh?—replicólamencionada,volviendodealgúnlugarremoto.Marcusya
sehabíadadocuentadequeapenashabíaprobadobocado.Sehabíadedicadoapicotearunpoco,perolamayorpartedeltiempohabíadadovueltasalacuchara,
contemplandolacomidasinverla,perdidaensuspensamientos—.¿Perdón,ladyActon?—Decíaqueesperoqueestéspresenteenlareuniónquevoyatenerconunas
damasquevanavenirdevisita.—Oh,sí,porsupuesto.Loquenecesite.—¿Yyonodeboestar?—preguntóHarmony,molesta.LadyActonlesonrió.—Metemoquetúeresdemasiadojoven,Harmony.Sondamaspatrocinadoras
demuchachasmayoresquetú,yvamosaorganizarcosasenlasquenopuedesestar,entiéndelo.—Sonrió,alentándola—.Peroteaseguroque,loquevamosallevaracabo, tevaaencantar.Y,másadelante,cuandoseaslobastantemayorcomo para ser presentada ante el rey, podrás unirte a nosotras, siempre quequieras.Porsupuesto,Harmonyarrugólaboquitaybufó.—¡Esinjusto!Siesasí,¿porquépuedeestarOlivia?¿Quétienequeverella
con presentaciones ante el rey? Nunca será presentada, porque no es noble.Podríaserlo,pero,comosecreemuyimportante,noquierecasarseconMarcus.—¡Harmony!—exclamóladyActon.—Eslaverdad—siguió,obstinada—.Hoymismosehaportadomuymalcon
él,enlasruinas.—Noeramiintención—dijoOlivia,pálida.Harmonylefruncióelceño.—Puesparanoserlo,tehas…—Harmony—lacortóMarcus,con tonoseco.Agradecíaquesuhermana le
defendiese,peronoeraelmomento.Niteníalarazón—.Nodigasnadamás.—Pero,Marcus,esque…—Quetecalles—volvióacortarlaél—.Laculpaesmía.Creíentenderquete
dabas cuenta de la situación que habías provocado y que te arrepentías en elmomento,poresonotereñí.Pero,yaqueinsistesenello,quetequedeclaroquelaúnicaculpabledeloquehapasado,hassidotú.—Lefruncióelceñocomonohabía hecho nunca—.Te rogué que no temetierasmás en ese asunto, que nointrigasesparaforzarlascosas,y,comosiempre,hashecholoquehasquerido.
Noacusesalosdemásdetutorpeza.—Laniñafueahablar,perolaseñalóconun dedo—.Ni una palabra o estarás castigada unmes.Te lo adviertomuy enserio.Harmonylomiródolida,peroobedeció.LadyActonagitólacabeza.—Marcus,¿estásbien?—Sí.—Dejólacucharilla,incapazdeseguirsimulandoqueibaacomersesu
trozodetarta.Todolesabíaamargo—.Losiento,primaHelena.Noestoymuyhabladorestanoche.LadyActonarqueóunaceja.—¿Haocurridoalgo?—Alparecer,nada—volvióadecirHarmony,comobuenaytercaHale—.Un
besonoesnada.Marcusdiounmanotazoenlamesa.Laporcelanaylacristaleríatintinearon.
Todoslemiraronconsobresalto,inclusoHarmony.—EstarásunmessinsalirdeMinstrelHouse—ledijo—.Irásdetuhabitación
alasclasesydelasclasesatuhabitación.Tellevaránallí lascomidas,enunabandeja.Y,porsupuesto,tedisculparásanteOlivia.Harmonyentrecerrólosojos.—Nopiensohacerlo.Laodio.—Puesyasabesloqueteespera.Todoelmes.—Lavioapuntodellorar.Si
empezaba,temíaablandarse,asíqueordenó—:Ahora,dejaesatartayveteatuhabitación,vamos.Harmony titubeó todavíaunmomento,comosiesperasequealgocambiara,
que su hermano reaccionase y volviera a ser el de siempre, amable, cariñoso,demasiado permisivo a ratos. Pero como Marcus permaneció serio,manteniéndole lamirada,soltó lacucharilla,sepusoenpiedeunsaltoysaliócorriendo.Algomásporloquedeberíacastigarla,perotampocoeracuestióndeprovocar
otroconflicto.Podíandejarloenqueestabademasiadonerviosa.LadyActonlesmiró,pensativa.—Bueno, no voy a preguntar ni voy a meterme. De hecho, creo que será
mejor que todos descansemos y hablemos de esto mañana, si es que quieres
hablardeello,Marcus.—Sí,serámejor—aceptóél.—Muy bien. Entonces, ahora, voy a retirarme. Estoy agotada.—Hizo una
señalaladoncella,Kitty,paraquefueseaempujarlasilladeruedas.Doll,queestabajuntoalapuerta,salióabuenpaso,seguroqueparaavisaraGoliath—.Lo siento,Marcus, hoy tampoco terminaremosnuestra emocionantepartidadeajedrez.Dehecho,creoquedeberíamosdejarlohastaquesevayanmisamigas.Deboaprovecharcadaminutodedescanso.—Nosepreocupe,primaHelena—dijoél.AunqueladyActonnoselevantó,
cuandoKittyempezóamoverlasilladeruedasylaseparódelamesa,Marcussíse puso en pie. Siempre lo hacía cuando la anciana entraba o se iba de unahabitación—.Eldíaqueusteddecida,estarábien.—Sí,otrodía.Cualquiermomentoserábuenoparasudesenlace.—Rioentre
dientes—.Teaugurojaqueentres,mateencinco.Esperóunsegundoalgunarespuestajocosa,peroalverquenolahabía,indicó
a Kitty que la llevase a la puerta. Solo cuando salieron, habló la señoritaChatham,conairetriste.—Otranochecualquiera,ustedhubiesereplicadoquesujaquemateendoslos
anularía.—Sí,bueno…Yahedichoquenotengoganasdehablar.—Marcusnovolvió
asentarse.Selimitóadejarlaservilletaaunlado—.Dehecho,serámejorquetambiénmeretire.Disculpen.Buenasnoches.Nomiróanadieysolorecibiósilenciocomodespedida,aexcepcióndelgesto
con lacabezade la señoraBurtonyde la inclinaciónprecipitadadeDoll,quetampocolevantaronsonidoalguno,paraelcaso.Marcus salió al pasillo. Como siempre, las zonas importantes de Minstrel
Houseestabaniluminadasyaaesashorasconunalamparillacadavariosmetros,para facilitar el movimiento de un lado a otro. Escuchó a lo lejos el crujidofamiliarde la sillade ruedas,y lasvocesde ladyActon,KittyyGoliathenelinicio de la escalera secundaria del ala oeste. El gigante galés estabapreparándoseparasubirasuseñoraalsegundopiso.Estaríanporallí,trasteando,variosminutos.
Noteníaganasdehablarconellos,conninguno,demodoquedejóelpasilloprincipal y se movió por salitas y corredores secundarios, hasta llegar alvestíbulo,desdedondesubióalprimerpisoporsugranescalera.Estaba ya con lamano en el picaporte de su dormitorio, cuando sintió que
habíaalguienasuespalda.—Marcus…—EraOlivia.Marcussequedómuyquieto.Luego,pocoapoco,
sevolvióamirarla.Lamuchachaseencontrabaenmitaddelpasillo.Sefrotabalasmanos,nerviosa,yestabamuypálida—.Losiento.Entiendoqueestésmuymolestoporloquehaocurridoantesenlasruinas,nodebíirmecorriendodeesemodo.Pero…esquenopuedoevitarlo.Reconozcoquemedamiedo.—¿Elqué?—Lo sabes bien. Iniciar algo contigo, dejarme llevar. Ilusionarme. No
tuvimosbuencomienzoyapenasteconozcotodavía.—Oh,demonios,Olivia.—Estabatanhartodetodo…Sellevóunamanoal
pecho—.Solosoyyo,MarcusHale,deShambles,York.—MarquésdeNorthcott.Seteolvida.—No seme olvida. Jamás olvido queme convertí enmarqués gracias a la
ambición y el derramamiento de sangre. Soy el que tiene todo lo que hubieradebidosertuyo,sinmerecerlo.—Marcus…—Y un pobre idiota, por cierto. Ni siquiera he sabido cortejarte en
condiciones,estáclaro.Peroteaseguroquesueloaprenderdemiserroresynovoyainsistir,novoyaincomodartemás.Dehecho,ambosestaremosdeacuerdoque no tiene sentido que permanezca más aquí, molestándote de este modo.MañanamemarcharéaLondres.Siquieresalgodemí,allímeencontrarás.—¿Qué?—Laviosobresaltarse—.¡Nopuedesirte!—Desdeluegoquesí.Ytútambién,puedeshacerloquequieras.—Seinclinó
haciaella—.Lacuestión,señoritaCoombs,deberíaser:¿quétepideelcorazón?Esolatomóporsorpresaynorespondió.Marcusesperótodavíaunmomento;
luego, volvió a darle la espalda, entró en su dormitorio y cerró la puerta concuidado.Yaestabatododicho,sidebíaempezarunanuevaetapaensuvida,loharía,aunquefuera…así.Conladolorosasensacióndequelehabíanarrancado
algodelpecho.Sesirvióunacopa,abrió laventanaycontemplóelpaisaje,el jardín trasero
amurallado. Ya estaba oscureciendo y las lámparas se reflejaban en la granfuentecentral,creandoreflejosdorados.QuésitiohermosoeraMinstrelHouse,MinstrelValleyengeneral.Recordó loquehabíadichoOlivia, aquellodequeeraunlugardeamorymagiaatrapadoeneltiempo.Sinduda,loera.Ycómodolíaelamor.Mejoracostarsepronto,queríapartirparaLondresaprimerahora.Teníaque
hablar conOakes ymeterle prisa en lo de terminar de organizar el despacho.Pensabaencerrarseenél,entremontonesdelegajos,yhacerseviejoalaluzdelasvelas,sinvolveramiraralmalditomundoexterior.Nosecasaría,notendríadescendencia,eralomenosquepodíahacerporlosmuertos.SinoestabaOliviaparatransmitireltítulodemarquésdeNorthcottaunode
sus hijos, no sería él quien lo hiciera. Que fuese a parar a otro familiar a sufallecimiento,unoquepudieraalegarserunpocoinocenteentodoaquelasunto.OquerevertieraalaCoronayseolvidaseparasiempre,ledabaigual.—Oh, Dios mío —susurró, frotándose el rostro. ¿Estaba llorando? Qué
idiota…Sequitólasbotas,sesoltóellazoylacamisa,ysetumbóenlacama,seguro
deque le ibaacostardormir.Se tomaríaunacopaodos,ocinco,o labotellaentera,yquizáleyeraalgo,tratandodedistraerse,aunquesabíaquenoteníalacabezaparaconcentrarseennada.Nodejabadepensarenlaescenaenlasruinas,derecordarelolorabosque,el
frescor de la vegetación, la sensación maravillosa de estar vivo, muy vivo,atrapadoenaquelbeso.Vivocomonunca.—Tequiero—ledijoella,denuevoenlasruinas,apoyadaenelPozodelos
Deseos. Pero… ¿no estaban en lugares diferentes? Marcus se sentíadesconcertado.Dehecho,élnisiquierahabíavistoesepozo,nunca.Peroeratanagradable estar allí, estar así, que se negó a continuar dándole vueltas—. Sí,claroquesí—dijoentoncesOlivia,comosihubieseleídosuspensamientos—.Pero,aquí,todoesposible.—Lanzóunamonedaalaoscuridad—.Unpeniqueporunamoreterno.
«Unalibra»,pensóél,agobiado.«¡PorDios,lanzaunalibra!».Peroelpeniqueempezóarebotarenlasparedesdelpozo,mientrassehundía
ensusprofundidades.Produjounpardegolpesfirmes.Golpes.Marcus alzó la cabeza de la almohada. ¿Qué ocurría? ¿Se había quedado
dormido? Sí, claro que sí. Y estaban llamando a la puerta. Se incorporó,sintiendolacabezadensaporelalcohol,sedeslizóhaciaunlateralysepusoenpie.Enlapenumbracreadaporlavelayelfuegodelachimenea,viosuimagenenelespejodeltocador.Portodoslosdemonios,quéaspectolamentabletenía.Sepasóunamanopor
elpelo,intentandopeinarlo.—Adelante—dijo convozdesabrida, que casi se le ahogó.Carraspeó, para
recuperarfuerza—.Pase.Imaginó que sería alguien del servicio, para preguntar si necesitaba algo.
Quizá Upton, aunque su ayuda de cámara solía ser muy discreto, y cuandoMarcus se acostaba pronto, nunca entraba amolestar, se limitaba a recoger laropaporlamañana.Perono,claroqueno,nopodíaserél,niningunadoncella.Había pasadomucho rato.A través de la ventana pudo ver el cielo oscuro,
cuajadodeestrellas.Erayanochecompleta.La puerta se abrió en silencio. Al otro lado, enmarcada en la oscuridad de
fondo,conuncandelabroenlamano,estabaOlivia.Llevabauncamisónblancoy el cabello suelto, una hermosa melena de rizos oscuros que casi llegaba aalcanzarsucintura.Estababellísima.Marcus sintió que sumiembro reaccionaba, se endurecía, casi por voluntad
propia, en respuesta a esa imagen. ¡Dios, cómo ladeseaba! ¿Yquéhacía allí?Pensó en lo obvio, y la posibilidad de que esa noche, por fin, aquella mujerpudierasersuyacasilequitólarespiración.—Así llamaste tú, cuando viniste a mi casa aquel día —dijo ella—. Dos
golpes.Aunquemásfuertes.—¿Enserio?—Marcussuspiró—.Sí,supongoquesí.Fuiuncompletoidiota,
Livvy.Estabadesesperadoporcreerosculpablesatumadreyati.
—Ya.Amimadre…¡Tachardeembaucadoraamipobremadre,que jamáshizo nada malo en toda su vida! ¿Cómo te atreviste, cómo te atreves? —Entrecerrólosojos,llenadedolor—.Teodiémucho.Esalgoque,todavíaahora,mecuestaperdonar.Loreconozco.—Yyoloentiendo.Deverdad,loentiendo.—Marcusdiounpasohaciaella
—.Perodijistequetodoesoquedabaolvidado.—Olivianoreplicó.Selimitóamirarleconamargura—.Además,hasvenido.Estásaquí.—Sí. Estoy aquí.—Entró, cerró la puerta y avanzó hasta estar frente a él.
Marcus no se movió. El camisón era de una tela suave, que se volvía casitransparentepormomentos.Podíaverlasiluetadesufiguragraciasalaluzdelachimenea—.Porquemelopideelcorazón.Éltragósaliva,sintiendoelpechohenchidoporalgomuyintenso.—Gracias.Deverdad.Oliviairguióloshombros.Susojosbrillaban.—Nome falles,Marcus. Por favor, no lo hagas. Y yo intentaré no hacerlo
jamás,tampoco.Tedoymipalabra.—Eseljuramentodeamormásextrañoqueheoídonunca.Ella sonrió. De pronto, parecía más tímida, más indecisa. Supuso que, tras
dejar claro lo que quería decir, y tener que avanzar en el terreno pasional, nosabía bien qué hacer. Al fin y al cabo, era una joven virgen, enfrentada a suprimeranochedeamor.Marcus tomóelcandelabrodesumanoy lodejóen lamesilla.Entonces, le
tendióunamano.Olivia la tomóensilencioyentrelazaronsusdedos. ¡Era tansuave!¡Tanfirmeyalaveztandelicada!Laatrajoylaabrazóporlacintura,yenterróelrostroensucuello,llenándose
los pulmones con su aroma. Lavanda. Tenía un cabello tan suave, tanperfumado…—Olivia…—susurró,yalzólacabezaparabesarla.No, no se había equivocado, no se había confundido, en aquel beso había
auténticamagia, de esa que se decía que existía enMinstrelValley, la que seintuíaenlaestatuadesuplaza.Laquehabíanacidosiglosantes,conelamordeaquella damay aquel juglar, y quevivía oculta tras la aparente tragedia de su
leyenda.Entodaspartes,aquénegarlo.Él,quetodavíaeraunextrañoenaquelsitio,
ya había descubierto que aquella magia empapaba su tierra, su aire, su agua.Estabaensuhistoria,enelentramadodesupasadoysufuturo.EnOlivia…Marcus quería ser parte de todo aquello. Quería enredarse en ese hilo
interminable del amor eterno, y solo conocía unamanera: amarla.Amarla porcompleto,sinlímites.Encuerpoyalma.Adelantóunamanoycogióunextremodellazoquecerrabaelescote.Olivia
parpadeó,peronoseopuso.Estabanerviosayselamióloslabiosdeunaformaqueleresultómuyexcitante.Marcustirópocoapoco,deshaciendolalazada.Elcuellodelcamisónseaflojóyladelicadaprendasedeslizóporsushombrosparaluegocaer,conunsusurrosuave,hastaelsuelo.Pensóenunaflor,unarosablanca,abriéndosesoloparaél.Oliviasemantuvoerguidayéllacontemplóconadmiración.Desnuda,eratan
hermosacomohabíaimaginado.Marcusalzóunamanoyleacariciólamejilla.—Eresbellísima,señoritaCoombs.Ellasonrió.—LadyOliviaparausted,milord.Marcusahogouna risa.Se inclinóhaciaellayvolvióabesarla,mientras se
quitaba la camisa. Los pantalones y los zapatos fueron lo siguiente. Quizá aOlivia le hubiese dado tiempo a ponersemás nerviosa, al verle desnudo, perocasisintransición,lacogióenbrazosylallevóalacama.Cayeronjuntossobreelcolchón,donderodaronenunamezcladebesosycaricias.Lavandaintensa.Pielsuave.Suspirosqueleexcitabanmástodavía…Abarcó sus pechos con las manos, los lamió haciéndola gemir. Tenían la
medida adecuada, y eran suaves y dulces. Olivia se arqueó hacia él, en unofrecimientoquehubiesesidodeltodosilencioso,denoserporsusuavejadeo.Lasintióestremeceryesoleenardeciómástodavía.Marcus besó su cuello, su pecho, su vientre, y cuando terminó de dibujar
aquellalíneainvisiblesobresupiel,estabatanexcitadoquecadasegundodolía,luchabaporcontenerse.Hizounesfuerzosobrehumanoysedetuvoacomprobar
siestabalista.Porsuerte,asíera:laencontróhúmedaydispuestapararecibirle.—Parasiempre—lesusurró,sintiendoqueeracierto,queaquellaeralaúnica
verdadrotundadetodasuvida.Olivianodijonada,aunquesuspupilasbrillaron.Entró en ella poco a poco, alargando todo lo posible aquellas maravillosas
sensaciones. Siempre con cuidado, pero también con ímpetu. Olivia seestremecióyapretólosdientes,peronoprotestó.¡Era tan maravilloso! Marcus cerró los ojos, pero volvió a abrirlos casi al
momento porque no quería perderse la expresión de su rostro. En él leyó elmomentoenqueeldolordejópasoaunasensación incierta,y luegoalplacer.Oliviasemovió,animándoleaseguir,aempujar,aentrarenellaaimpulsoscuyoritmocontrolabanporigual.Notardaronenestaratrapadosenunaoladepurodeseoqueloszarandeabadeunladoaotro.—¡Marcus!—exclamóella,algoalarmada.Élsonrióylasujetóconfuerza.—¡Déjate llevar! ¡Ven conmigo, vamos…! —le dijo, con los dientes
crispados.Susmanosseunieron,susdedosseentrelazaron.Y,justounsegundoantesdellegaraunorgasmointenso,estremecedor,comonuncahabíasentido,pudosusurrar—:Esto,Livvy,eselamor.Subió,subió,subió,enunascensoagónicoybrutalque,pormomentos,temió
no ser capaz de resistir, hasta alcanzar por fin una oscuridad deliciosa que lecobijódurantenosupocuántotiempo.Luego,depronto,estabaotravezallí,conOlivia.Agotados, sequedaronquietos, abrazadosde tal formabajo lasmantas,que
hubiesenpodidopasarporunasolacriatura.Durmieronunratoy,demadrugada,volvieron a hacer el amor, esa vez de un modo lento y perezoso, pero muyplacentero.Dehecho,quizáinclusomás,porqueOliviasemostrómuchomenosnerviosa.Alcontrario,senotabaquedisfrutabadelsexoynoseavergonzabaporello.—¿Estás bien? —le preguntó al final, cuando, satisfechos, se quedaron
quietos,abrazadosentrelassábanasrevueltas.Ellarioenlapenumbra.
—No.Estoyfeliz.Marcussonrió.Estabafeliz,sí.Asílasentía.Despertó a altas horas de la madrugada, por culpa de un sonido violento.
Olivia no estaba en la cama. Marcus se incorporó, asustado, pero casi almomentolaviojuntoalaventana.Sehabíavueltoaponerelcamisón.—¿Ocurrealgo,Livvy?—preguntó.Ellagiróelrostroensudirección.—Hayunatormenta.Traselfuertecalordeldía,noeradeextrañar.Selevantóyfuejuntoaella.
Antes de llegar, el resplandor de un relámpago entró en el dormitorio y loiluminótodoconunaintensayfríaluzblanca.Ibaperseguidodecercaporuntruenoqueparecióintentarcambiar laforma
delmundoconsuestruendo.—¡Qué barbaridad! —Ya podía imaginar el cielo, rasgado por aquellos
relámpagos. Y, el lago… Eso sí que debía de ser un espectáculo increíble.Lástimaquedesdeallínoseviera,necesitaríamásaltura.Alpensarenello,seleocurrióunaidea.Recogiósuropa,queestabatiradaportodaspartes,ysevistió.También sepusounachaqueta.Aella lediounode sus abrigos.Arribapodíahacerfrío—.Ven.Tomóel candelabroquehabía traídoOlivia, cogió sumanocon laotray la
condujoporlaescaleradelalaoestehastaeltercerpiso.Allíhabíaunsinfíndehabitacionesllenasdecajasytrastos,losdesvanes.Tantoporlapartedelanteracomo por la trasera tenían balconadas, no tan grandes como la terraza delsegundopisodelaquedisfrutabaladyActon,peroeranelpuntomásaltodelacasa,idealesparamirarenladistancia.SedirigióalaspuertasdelabalconadasurysoltóaOliviaparapoderabrir.
Al momento, se coló una fuerte ráfaga de viento que estuvo a punto deempujarles a un lado, azotó el pasillo con un bramido y apagó las velas delcandelabro.La única iluminación que quedó fue la de la noche. Todo lo envolvía un
resplandorpálido, y, depronto, un rayo rasgó laoscuridad a lo lejos, sobre ellago,yloiluminótodoconfuerza,convirtiendosusaguasenuncharcodeplata.
Otrotrueno.—Esprecioso—susurróOlivia.Élsonrió.Sesentíaextraño, llenodeenergía.Y limpio.Libredecargaspor
completo,porprimeravezenmuchotiempo.—Síqueloes.Estabanjuntos,apoyadosenlabarandilla,lasmanosmuycerca,comoensu
sueño.Comoaquellavez,enlabiblioteca,cuandoseapartóconfrialdad,aunquesemoría por dentro por las ganas de tocarla.Marcusmovió el dedomeñiquehastarozareldeOlivia.Ellasonrió.Talcomohizoenlasruinas,seinclinóhaciaella,más,másymás,conmucha
lentitud, hasta que sus labios estuvieron a punto de unirse.Y ella tampoco seapartó.Parecíaatrapadaporaquelmomentomágico.Se quedaronmuy quietos,muy cerca, pero sin tocarse.Marcus pensó en el
besodelaestatuadelaDamaBlancayeljuglar.Elbesoquesiempreestabaapuntodellegar,peroquenuncallegaba.Noibaadecírselo,peropensabaencómohablaríandeesemomentocuando
fueranancianos.«Laoscuridadseiluminaba».«Ellagoeradeplata».«Elairedelanochecrepitabaanuestroalrededoryolíaalavanda…».Seguroqueellareiríaylollamaríatonto,ylediríaqueeraellalaqueolíaalavanda,nolanoche.Yambos se besarían, en recuerdo de ese beso que estaban a punto de darse.Siempre.PorqueOliviayélharíancomo ladyActonysusamigas:viviríanuna larga
vidajuntosy,algúndía,sonreiríanconlasmanosentrelazadas,sentadosfrenteaalgunachimenea,satisfechosdehabercompartidotodoesetiempo.—Estavez, tendrásquedármelo tú—susurró—.Solo tienesqueponertede
puntillas.Bésame,Livvy.Ellasonrió.—Tequiero,MarcusHale.—Y yo juro que viviré para no defraudarte.—Le acarició la mejilla—. Y,
desdeestanoche,todoirábien.Irámejorquebien,serámaravilloso,porquetúmequieresyyo tequiero,Olivia, te apellidesHaleo te apellidesCoombs.TequerríaaunquenofueraslahijadelordCamden.Aunquetuúnicolinajefueseel
deuncampesinoyunacostureradealdea.Novoyacasarmecontigopordeber,sinoporqueteamo,yséquetúmeamasamí.Talcomosiemprehemosdeseado,ambos.Sebesaronycontemplaronlatormentaduranteuntiempo,hastaquesealejó
dellago.Después,regresaronaldormitorioyvolvieronahacerelamor.—Nodeboquedarmedormida…—dijoOlivia,mástarde.Marcuscasini lo
oyó.Dehecho,sepreguntósinoestaríasoñando—.SiUptonmeencuentraaquí,memorirédevergüenza…Pero sí, seguro que lo había dicho. Por eso no se preocupó demasiado, al
despertarmuchomás tardequede costumbre,yverqueOlivianoestabaa sulado.Le disgustó un poco, porque hubiera vuelto a hacer el amor con ella, loestabadeseandopesea lanocheagotadoraquehabían tenido,perosupusoquehabíadecididoregresarasudormitorioantesdequeladescubriesen,paraevitarproblemas.Aun así, era imposible borrar todo rastro de su paso por aquella cama.Las
sábanasestabanmásrevueltasquedecostumbre,pornohablardelamanchadesangrequepudoveralaluzdeldía,cuandoyaestabaenpie,consuayudadecámaratrasteandoporeldormitorio.Pero, si se fijó, Upton no dijo nada. Le llevó la taza de té habitual y le
comentóelclimamientrasdecidíanentreambosquéibaaponerse,comohacíansiempre. La única diferencia estuvo en su buen humor. Marcus se preparósilbandoysalióhaciaelcomedor.Pero, de camino, recordó su enfado con Harmony y decidió pasar por su
habitación.Eralaúnicaformadeverlayaque,segúnloindicado,suhermananobajaríaadesayunar,estabacastigadaylellevaríanunabandejaasuhabitación.Marcussedebatióenunmardedudas,mientrassedirigíahaciaallí.¿Debía
retirarleelcorrectivo?Sesentía tentadodehacerlosoloporque laquería,perotambién porque estaba tan feliz que quería compartir aquella alegría conHarmony,ynohabríaposibilidadessiestabanenfadados.Pero, por otra parte, tenía el deber de educarla. Su hermana debía aprender
quenopodía tensar siempre las cosasparaconseguir resultadosa sugusto.Sidejaba que pasara el asunto sinmás, podía volver a repetirse en asuntosmás
graves.Llegó frente a la puerta de Harmony sin haber decidido nada. La doncella
pelirroja,Doll,tambiénestabaallí,saliendo.Sellevóundedoaloslabios.—Nohagaruido,milord.Marcusarqueóunaceja,esperóaquesehubieseidoyseasomó.Enlacama,abrazadas,estabanOliviayHarmony,dormidas.Sonrió.Entróycerrólapuerta,setumbódetrásdeOlivia,pasóunbrazopor
ambas,estrechándolascontrasupecho,ysequedótambiéndormido.
Capítulo24
Elgrupodedamas,cercadeunadocena,sehabíaacomodadoenelgransalónazuldeMinstrelHouse.Alentrar, todasellashabíanalabadoelbuengustode sudecoración,pesea
que ladisposiciónde losmuebleseramuydiferentea ladeotrosdías.Noeracosadehacerque tan insignes invitadas tuvieranque sentarseen sillas,por loqueloscriadoshabíanhechositio,sacandodeallítodoloprescindible,ytraídomássillones,otrosofáyvariasmesitas.Loshabíancolocadocomosifueraunteatro,todosencaradoshaciaunpuntoenconcreto,aladerechadelachimenea.AllísehabíadejadoespacioparalasilladeruedasdeladyActon.Justodetrás,
habíaunalitografíadelpueblo,delaépocaenlaquelosmarquesesdeNorthcottpasaban allí tanto tiempo. Cada vez que tenía oportunidad, Olivia seguía laslíneasdecasasycallesconlosojos,viendoparecidosydiferencias.Enrealidad,habíahabidocambios,peronotantoscomohubierapodidoesperarse.SeguíasiendoMinstrelValley.«Tiempo.Amor.Magia»,pensóOlivia,mirándolo.Seestremecióalrecordar
las noches de placer vividas con Marcus. ¡Era tan feliz! ¡Tan absolutamentefeliz! Le costaba centrarse en nada que no fuera esa relación que estabaniniciando,yquesehabíaconvertidoenelabsolutocentrodesuexistencia.Pero,debía atender a lo que estaba ocurriendo allí, en aquel salón. Si los planes deladyActonfructificaban,yeseerasudeseo,secompletaríaotraparteimportantedesuvida.Las damas, distribuidas sin ningún protocolo, reían y charlaban entre ellas,
como buenas amigas. Se había servido té, pero también un vinito dulce con
pastas para quien lo prefiriese. Todas sabían que, en cuanto terminase aquellareunión,lasestabaesperandounacenadecelebración,enelcomedor.Olivia, que había sido presentada como «lady Olivia Hale, pupila de lady
ActonyprometidadelmarquésdeNorthcott»,estabasentadaenunrincón.LadyActon lehabíapedidoque tomaranotas sobre loque sehablase, aunquepocohabíaescritohastaentonces,teniendoencuentaqueacababandeempezarysolohabíatomadolapalabralaanfitriona.LadyActonhabíasaludadoyhabíaempezadoaexponerloquepensabaque
debíaser laEscueladeSeñoritasdeladyActon,másomenosloqueleshabíadichoaMarcusyaellaaquellanocheensusalón.Oliviaescuchóduranteunaparte, pero no estabamuy concentrada. Los ojos se le iban de continuo a laselegantes mujeres que llenaban la habitación, tomando el té con gestodistinguidoobebiendoelvinoasorbitos.Ya empezaba a conocerlas, pero seguía sintiendo la misma sensación de
asombro y maravilla del primer momento. Jamás había visto tantas grandesdamasjuntas,tandistinguidasyrefinadas.Allíestabasuexcelencia,laduquesadeGysforth, que le había dicho,muy simpática, que la llamase ladyBethany.Con ella estaban sus amigas, la marquesa de Rutshore y la marquesa deBadfields,oladyHarryyladyIshbel,respectivamente,estaúltimaconsuperritoBubúenelregazo,unpreciosocachorroblancoderazapomerania.HabíacreídooírmalcuandoledijeronquesedirigieraaladyRutshorecomo
«Harry», pero no, pronto se dio cuenta de que todo elmundo la llamaba así.Luegohabía sabidoque su auténticonombre eraHarriet, perohabía llegadoaentrever que, tras el «Harry» había algúnmisterio, alguna historia interesante.Ojalá pudiera, algún día, preguntar al respecto. Seguro que aquello tenía unaexplicaciónfascinante.En el otro extremode la sala estaba su excelencia la duquesadeKenwood.
Lady Charlotte era ya una mujer de cierta edad, Olivia le calculaba más decincuenta,yestabaalgoentradaencarnes,perosemostrabasiempreeleganteyteníaunosbonitosojosazulesquedejabanvislumbrarlajovenhermosaquefueenotrostiempos.LadyKenwood era una pieza vital en los planes de ladyActon, uno de los
nombres con los que deseaba poder contar en firme, porque su apoyo seríasinónimo de éxito. Como esposa del poderoso duque de Kenwood, tenía unagraninfluenciasocial;además,setratabadeunareconocidaanfitrionadecenasybailesquepocasvecesseperdíaeventosyestabasiemprealtantodetodoslosrumoresquecirculabanporLondres.Olivia había simpatizado mucho con ella. Lady Kenwood era afable y
cariñosa,muyamigadetodaslasotrasdamas,aunqueloquemáslegustabadeellaeraqueteníaelcorazóntiernodeunamadre.LapropiaOliviahabíapodidocomprobarlovariasvecesalolargodeldía,cuandoacudióaayudarlaenmuchaspequeñas cosas. LadyKenwood siempre estaba pendiente de lasmás jóvenes,comoellamisma,o ladyCinthyadeClowes, labaronesaRowsley,unabellezadeDerbyshirequeparecíapocomásqueunadebutante.Olivia había congeniado bien con ella, era una jovenmuy agradable.Ya al
verla, estuvo segura de que tenía su edad, más o menos. Intrigada, le habíapreguntadoalrespectoaladyActon,porloquenohabíatardadoensaberquelajovenbaronesaRowsleyteníatansoloveinticuatroaños,aunqueyaeraviuda,yque,enrealidad,participabaentodoaquelloporqueteníaunasobrinaquetardeo temprano requeriría de todos aquellos apoyos para contar con una buenapresentaciónensociedad.—Noesunacrítica—habíaaseguradoladyActon—.Esunarazóntanbuena
comootrasy,sinduda,mejorquemuchas.Seesforzaráporquetodoresultelomejorposible.Conlasotrasdamashabíatenidomenostrato,demomento.LosojosdeOlivia
pasaron de unas a otras: la anciana ladyFenswith, la tímida ladyMarwein, lahonorableDianaEverleigh,hijaúnicadelvizcondeBeckwith,quehabíaacudidoennombredesumadreenferma…Perotodas,endefinitiva,eranencantadoras,comoeradeimaginar,siendoamigaspersonalesdeladyActon.Ytodasestabanmuycontentaseintrigadasenesosmomentos.Lo de contentas no era para menos: la visita a Minstrel Valley les estaba
gustando mucho. Todas ellas habían ido llegando a lo largo de la jornadaanterior, en pequeños grupos, entusiasmadas por la idea de pasar varios díasalojadasenMinstrelHouse.Trasunacenaexcelente,ylaanimadaveladaquela
siguió,conmúsicaacargodelaspropiasparticipantes,habíandescansadoenlashabitaciones del ala este. Y, esa mañana, habían salido en varios carruajesdescubiertosparapasareldíavisitandolospuntosmásinteresantesdelpueblo.¡Menosmalque,traslagrantormentaquesufrieronlanocheenqueMarcusy
elladecidierondejarsedesuspicaciasyamarse,habíavueltoahaceruntiempoexcelente!Unasituaciónquesemantendríadurantetodalavisitadelasdamas,según había vaticinado el viejo Swan. Los paisajes de Minstrel Valley eranbonitos con cualquier clima, incluso durante las intensas nevadas de invierno,perohabía que reconocer que, cuando salía el sol en su cielo inmensoy azul,todoparecíarefulgirdeotraforma.UnaOliviamuynerviosahabíasidolaencargadadeacompañarlascomoguía
y anfitriona en la excursión. Tras decidir que era mejor dejar el Puente delPasatiempoparaotraocasión,alestarsituadoenlasalidanorestedelpueblo,alladocontrariodetodolodemás,lavisitahabíaempezadoenlapartetraseradeClifford Manor, en las ruinas romanas, lugar que les había parecido muy«evocador»,adecirdetodas.El llamado Puente de las Ánimas era lo que quedaba de un viejo puente
romano,unaconstrucciónqueahoraresultabainútilyfueradelugar,porqueseencontrabasobreuncauceseco,enunazonadesombraymuchavegetaciónqueimponíaporsuambientelóbrego.Nosesabíanadadesusconstructores,exceptoque debía tratarse de los mismos romanos que levantaron la villa romanacercana,laquehabíasidosaqueadaparausarsuspiedrasenlaconstruccióndeotrosedificios,ydelaqueformabaparteelllamadoPozodelosDeseos.Poreso,resultabacuriosoque,laúnicaleyendarelacionadaconelsitiofuera
deépocamedieval,laqueloenlazabaconelPuentedelPasatiempo,peroOlivianopensabamencionarla.LadyActon le había advertidoquenodijese nada alrespectodelfantasmadelhombresincabezaquevagabaporallí,porquealgunasdesusamigaseranmuydelicadasypodíanalterarse.En todo caso, ni siquiera fue necesario decir nada. Ya ellas mismas
demostrarontenerunagranfantasíapropia,a lahoradeasustarseunasaotras,inspiradas por el nombre del puente: varias hasta lanzaron grititos y seabrazaron,segurasdequehabíaespíritusde«salvajesromanos»enlascercanías,
aunqueluego,casisintransición,habíandisfrutadocomoniñasdelPozodelosDeseos.Habíanarrojadomásmonedasasuinteriordelasquehabíantiradotodoslos
habitantes del pueblo juntos en los últimos diez años. ¡Qué barbaridad! Alparecer, aquellas damas que hubiesen debido tenerlo todo, guardaban en elcorazónnumerosaspeticionesquesolicitaraldestino.Allítuvolugarelprimerpercancedeldía,cuandoladyHarry,quienalparecer
estabacasadaconelmarquésdeRutshore,unreputadoarqueólogo,habíaestadoapuntodeperderelequilibrioycaeralfondo,enunrevoloteodeenaguas.Ladamaencuestión,untantotemeraria,sehabíaempeñadoendistinguiralgoqueparecía talladoen lapareddepiedras,yparaellodecidió inclinarsehastamásalládelosensatosobrelafríaoscuridadquesurgíadeaquelagujeroprofundo.Por suerte, la maternal lady Kenwood estaba cerca, atenta y preocupada, y
pudosujetarlacuandoperdiópie,aunqueambassetambalearonunossegundos,albordedeldesastre.No llegó a ocurrir nada, todo se quedó en un susto, y un examen posterior
llevadoacaboconlaayudadeGoliath,demostróquelaaparenteinscripciónnoeramásqueundibujonaturalenlaroca.Lanoticiadecepcionóalospresentes,peroalmenosleshabíaprocuradounoscuantosminutosdeentretenimiento,demodoqueabandonaronellugarcontentos,ydeseososdeverelsiguiente.SoloOliviasiguióunbuenratoconelcorazónenvilo.Nodejabadeimaginar
loquehubiesesidotenerquevolverparadarexplicacionessobrelasdosdamasqueselehabíancaídoalpozo.Tomaronelalmuerzoen lasruinasdelcastillo,dondeseprodujoelsegundo
percance:Bubú,elpomeraniadiminutodeladyBadfields,desaparecióladrandoen el bosque, persiguiendo unos pájaros, y durante casi veinteminutos estuvoperdido, pese a que los hombres del grupo se dispersaron de inmediato paratratar de localizarlo. Fueron momentos de gran tensión en los que la damaapenaspudocontenerelllanto.Porsuerte,Johnnyregresóconelperro,suciodebarroypaja,peroentero.—EstabaenlagranjadelseñorSeamus,persiguiendoalasgallinas—explicó
elmuchachoaOlivia.
Bubú iba a ser castigado con severidad, aseguró su dueña, aunque nadieconfiabamuchoenello,viendolosbesosqueledaba,sinimportarlemancharsetambién de barro. Lo lavaron como pudieron, con agua del lago que trajoJohnny,yluegoOlivialasentretuvocontándoleslaleyendadelaDamaBlancayeljuglar.Nopensabahacerlo,perounavezhuboempezado,decidió intercalardevez
encuandoalgunodelosversosdesumadre,comohabíahechoalnarrárselaaMarcus y a Harmony. Pensaba que no les gustaría, que serían mucho másexigentes en cuanto a poesía, pero no; para su sorpresa, la encontraron muyentrañableydivertida,yrieronyaplaudieronencantadas.Y,deallí,volvieronaMinstrelHouse,dondelasdamaspudierondescansarun
ratoyprepararseparaesareunión.FueentoncescuandoladyKenwooddescubrióquehabíaperdidounodesus
pendientesdediamantes.Claroque,nosabíadóndehabíaocurrido.Nosehabíadadocuentahastallegaralacasayquitarselasjoyas.Encuantoseenteró,ladyActonseofrecióaenviaraalgúncriadoarebuscar
porlossitiosenlosquehabíanestado,peroladuquesarechazódeplanolaidea.—No, por favor, queridaHelena—había dicho en el pasillo, poco antes de
empezarlareunión.Agitóunamanoenelaire,ayudandoarechazardeplanolaidea—.Hágameun favoryno sepreocupe. ¡Si soloha sidounpendiente!Leaseguroquepodrésobrevivirasupérdida.Olivia,queenaquelmomentoestabaayudandoaacomodaralasdamasconla
ayuda de las doncellas, había visto cómo Doll y Lucy intercambiaban unamirada al fondo. Por supuesto, cómo no. Aquella mujer despreciaba unpendientedediamantesquedebíacostarmásqueunañocompletodesusueldo.SeguroquealmenosLucyaprovecharíasutiempolibreparaexplorarporahí,aversiloencontraba.Yeralobastanteambiciosacomopara...—¿Durante la temporada, ladyActon?—estabapreguntando ladyMarwein,
sentadaensuextremodelsofá.Parecíaatónita.Suvoz,algochillona,fueloquesacóaOliviadesuspensamientos.«¿Qué?». Parpadeó, volviendo de repente a la realidad. Había estado tan
metidaenesosrecuerdosyreflexionesquenosehabíadadocuentadequeladyActon ya había terminado de explicar las bases de su idea y ahora llegaba elmomentodeplantearlasdudas.YladyKenwoodparecíatenermuchassobreesedetalleenconcreto,porquealzóunamanoyañadió,casisinpausa:—Sí, por cierto. ¿Quiere decir que las niñas seguirán en la escuela incluso
despuésdesupresentaciónanteelrey?—Asíes—replicóladyActoncontranquilidad—.Durantetodalatemporada,
de hecho. Estarán aquí, en sus clases, pero asistirán a las fiestas en Londres,donde las damas patrocinadoras observarán sus avances y redactarán unosinformesquenospermitiránestudiarsuevolución.Uncoroderumores.LadyBethanysonrió.—Qué…peculiar.—Lo sé —admitió lady Acton. Tras ella, un rayo de sol incidió sobre la
litografíadeMinstrelValley—.Peroesque,estaseráunaescuelapeculiar.Algonuncavisto.Dehecho,dudodequenuncavuelvaaexistirnadaparecido.—Oh,¿noesunpocoatrevido?—sequejólacondesadeFenswith,unamujer
encantadora,queponíamuchavoluntadenagradarperonoeramuyabiertademiras.Nivaliente,porcierto.FueunadelasprimerasengritarenelPuentedelasÁnimas,temerosaantelaposibilidaddequeselesaparecieraelfantasmadeun romano.De haber sabido lo del hombre sin cabeza, con toda probabilidadhubiesesufridounvahído—.Merefiero,queridaHelena,aquelascosasnuncasehanhechoasí,ylosabes.—Lo sé, Beth. Pero, recuerda: «Nunca llega a ser coronado por la
inmortalidadquientemeiradondeleconducenvocesdesconocidas».LadyFenswithparpadeó.—¿Yesoquéquieredecir,querida?—EsdeJohnKeats—dijoladyHarry—.Ysupongoquepuedeinterpretarse
demuchasmaneras,peroyoentiendoquequieredecirquenohayquedejarsesometer por lo establecido. Que solo los que innovan, los que se atreven ainternarse por senderos todavía no recorridos, son recordados. Los demás…bueno,caenenelolvido,puestoqueformanpartedelagranmasa.—¿Masa? —Lady Fenswith la miró escandalizada, aunque quizá no sabía
bienelporqué—.¡Oh!¡LadyRutshore!¡Yonoformopartedeningunamasa!—En realidad, tiene razón, Beth—intervino lady Acton—. Te lo he dicho
muchasveces,querida,enestavidahayqueatreverse.Hayqueprobarnuevascosas,lucharporevolucionarymejorar.Esloquediferenciaalosintrépidosdela mayor parte de la gente: ellos serán recordados porque luchan por lo quedesean,peseaqueesolescuestesalirsedelanorma.Elir«adondeleconducenvocesdesconocidas».—Nosé siyoquiero salirde lanorma…—adujo lamarquesadeMarwein,
queyasehabíamostradomuytímidaantes.LadyActonlesonrióconafecto.—Y lo entenderé, ladyMarwein.Os he convocado a todas vosotras porque
soismisqueridas amigas, confío envosotrasyhemoscolaboradoorganizandomuchoseventosypresentacionesjuntas,muchasveces.—Sonrió,engeneral—.DisfrutamosmuchoenLondres.—Yalocreo—sonrióladyFenswith—.Seteechamuchodemenos,querida.—Yyoavosotras.Poreso,queríacontarcon todas lasqueestáisaquípara
esta aventura. Es un proyecto nuevo, lo sé. Diferente, lo sé. Os diré más: esosado,atrevidoyaudaz.—Másmurmullos,algunosescandalizados—.Nuestrasjóvenesseránmiradasconmuchaatención,porqueserándistintas.Serán,comooshedicho,DamasSelectas.—Noséyosimegustaeso…—siguióprotestandoladyFenswith.—Meconsta.Teconozco,Beth,yséqueloscambiosnovancontigo.Yadigo,
comparto con vosotras un proyecto en el queme encantaría que trabajásemosjuntas,porquecreoquetenéisderechoaopinar,oslohabéisganado.Pero,porsupuesto,mipropuestano esunaobligación, sino solo eso: unapropuesta.Laquenoquieraparticipar,puededecirlosinproblemayquedarsealmargen.—Bueno…—titubeóladyMarwein,—Os recuerdo, en todo caso, que mi idea no va a hacer mal a nadie. Al
contrario,quizáconsigaqueunascuantasjóvenesseanmáscultasypiensenmásporsímismas,loquedarálugaraunamejorgeneracióndejóvenesdamas.UnasDamasSelectas.—Amí me parece perfecto—dijo lady Ishbel. Bubú ladró una única vez,
dejandoclaroqueapoyabalodichoporsuama—.Dehecho,meapenaquenosemeocurrieseamí,yyahaceaños.Puedecontarconmigo.—Y conmigo—dijeron casi a la vez sus dos amigas, lady Bethany y lady
Harry.—Desde luego,puedecontarconmigo, ladyActon—dijo ladyCinthya,con
vozdulce—.Coincidoconustedenquetodoiríamejorsisepermitiesequelasjóvenes tuvieran unamayor educación.Hay que enseñarles a razonar sobre elmundoquenosrodea,nosoloapensarenbailes,cintasyencajes.—Puesnosésiesbuenaidea—insistióladyFenswith—.¿Enquéotracosa
debe pensar una jovencita? Podemos estar creando esposas contestonas queterminencontodaposibilidaddepazensusmatrimonios.—Oh,porfavor—replicólahonorableDianaEverleigh,conelceñofruncido
—.Yavasiendohoradequelasjóvenespuedanseralgomásqueunadornoenelbrazodeunhombre,¿nocree?—¡Oh!—LadyFenswithapretóloslabios—.Jovencita,dudomuchoqueatu
madreleagradeloqueacabasdedecir.—Bueno,noestáaquí.Estoyyo,yladyActonpuedecontarconmigo.Lamayorpartede lasdamasseunieron.Seguroque ladyActonyacontaba
conlanegativadeunaspocas,porqueloaceptósinproblema.—La escuela abrirá en septiembre, si todo va bien —anunció—. Antes
haremosalgunasobrasparaacondicionarMinstrelHouseaestenuevodestino,yhe iniciado gestiones para contratar más profesores y una directora. Yo mededicaré a elegir quéniñas van a venir. Sabéis quemegusta guiarmepormiscorazonadas, aunque aceptaré solicitudes y, por supuesto, las jóvenes quevosotraspropongáissiempretendránunsitioenmiescuela.—Oh,estupendo—dijoladyKenwood—.Mishijasyaestáncasadas,gracias
aDios,peroestoyseguradequeseráunabuenaoportunidadparamisobrina,enunpardeaños.Ahorasolotienedieciséis.—¡Oh, qué casualidad, yo también tengo una sobrina de esa edad!—Lady
RowsleysonrióaladyKenwood—.Esperoquesehaganamigasalgúndía.—Claroquesí,querida.Estoyseguradeello.—Ambas serán bienvenidas —asintió lady Acton—. También decidiré, de
acuerdoconladirectora,quéjovenestápreparadaencadamomentoparaasistiraunafiesta,oenquénecesitamásatención.Yahíentraréisvosotras.Seréislasdamas patrocinadoras de las niñas de la escuela, y las acompañaréis yobservaréis durante las fiestas. Además, cada una organizaréis para ellas almenos una fiesta durante la temporada. En ese evento, la dama patrocinadoraserállamada«damaanfitriona».—Pero¿cómoharánparaasistir?—preguntólaseñoritaEverleigh—.Estamos
apocas horas deLondres, pero es unviaje incómodo.Son jovencitas, y estánllenasdeenergía,perosivanaviajaryluegoiraunafiesta,quedaránagotadas,pobrecillas.—Por supuesto, pero es un problema que tiene fácil solución: irán el día
anteriory sealojaránenActonHouseoenNorthcottHouse,atendidaspormisobrina, que para entonces ya será lady Northcott.—La miró a ella—. LadyOlivia sería, en ese caso, nuestro enlace, y contará con la ayuda de algunaprofesoraqueacompañea lasniñasenelviaje.—Hizoungestocon lamano,señalándolasatodasengeneral—.También,porsupuesto,sepuedenquedarenuna de vuestrasmansiones, si vais a dar la fiesta y así lo creéis conveniente.Todoesorganizarse.Enesecaso,ladamaanfitrionaseocuparádequelasniñasestén bien atendidas y vigiladas durante su estancia.Luego, al día siguiente ocuandosedecida,volveránaquí.—¡Amímeencantaría eso!—LadyHarry lanzóuna carcajada—. ¡Tener la
casallenadejóvenesdebutantes!Seguroqueesunaexperienciadivertida.—No sé yo, la verdad…—dijo ladyMarwein, con los ojos muy abiertos,
aunque,comoellahabíasidodelasquehabíanrechazadolapropuesta,nadielatuvoencuenta.—¿Y los jóvenes?—preguntó lady Ishbel—. Si están tan lejos, no podrán
cortejarlasfueradelmomentodelbaile.Yesoesmuyimportante,sobretodosisedeseaqueconsiganeléxitoenunaprimeratemporada.LadyActonlededicóunasonrisa.—Esimportante,sinduda.Peroesque,cortejaraunaDamaSelectadebeser
algomás difícil que cortejar a cualquier damita deLondres, querida.Además,insisto,queesténenMinstrelValleynosignificaquenovayanaestar,ymucho,
enlacapital:loestarán.Ylosjóvenespodránverlasallíyvisitarlasalládondeesténalojadas.Pero,enotrosmomentos, tendránqueesperarasusaparicionesen los grandes salones.Tendrán que enterarse de cuándo o dónde van a estar,esperarlas…desearlas.—¡Desearlas!—exclamó ladyFenswith.Casidio la impresióndequehabía
escuchadounablasfemia.LadyActonrio.—Vamos,Beth.Queambasfuimosjuntasamuchosbailesysoñábamoscon
besarnos con un joven. —Lady Fenswith se quedó mirándola un segundo, yluego rio entre dientes—. Pero sabes que no hablaba de nada impropio.Queremos que esos caballerosdeseen a nuestras niñas, sí.Que las valoren.Yqueremosqueellassepancómodebenafrontarlascosas,antesdeembarcarseenelviajemásimportantedesuexistencia:elmatrimonio.Buscandoelamor,perosabiendocómovivirlo.Aloíraquello,Olivialamiróconinmensocariño.Marcusyalehabíacontado
aquésereferíaconeso,ynopodíapormenosquesentirunasganasinmensasdeabrazarla y protegerla. Lady Conway también debía saberlo, porque, aunquehabíaestadosilenciosadurantetodalareunión,sonrióydijo:—Desdeluego,Helena.Asídebeser.Cuentaconmigo.—¿VaairaLondres,ladyConway?—preguntóladyFenswith.—No,sipuedoevitarlo—replicólaotra,muytiesa.Senotabaquenolecaía
demasiadobienladyFenswith—.Peropuedoayudaraquí,enloquesetercie.LadyActonsonrió.—Gracias,Florence.—¿Ycuántasniñasacogerá,milady?—preguntóladyBethany.—Depende. Diez mínimo, espero. Quizá veinte de máximo. Quince, como
términomásdeseable.Peroyadigoquedependerádevuestrasnecesidades,delas peticiones que se me hagan y de mis famosas corazonadas. Hablando deeso…Hedecididoyaquiénseránuestraprimeraalumna.—Sonrió,dejandounsegundodeexpectación—.RomolaSeymour.Molly.—¿RomolaSeymour?—repitióladyFenswith,atónita—.¡Porfavor,Helena!
Yasomosmayores,nonosquedatiempoquemalgastarencausasimposibles,y
loharás,loperderássiloempleasenesachica.¡Esundesastre!Ynisiquieraesnoble.—Lo sé. Me consta todo eso. La conocí hace algunos años, en el museo
Rutshore,Harry,porcierto—sevolvióhacialadyRutshore—,estuvoapuntodederribarelsarcófagodeesamomiaegipciaquetenéisallí,unasacerdotisa.LadyRutshoreseenvaró.—¿FuelaquecasitiróaNefer-Anjet-Ast?—Lamisma.—¡PorDios!—Se echó a reír—. ¡AEdward casi le dio un ataque, aunque
mantuvierasuhabitualflemabritánica!¡Esosíqueesunreto,ladyActon!¡Votoporafrontarlo!—Gracias, Harry. Espero contar con vuestro apoyo, porque Molly es una
DamaSelecta.Loveréis.A partir de ahí, la conversación siguió, aclarándose ideas y detalles, hasta
llegar lahorade lacena.Decaminohaciael comedor,Olivia seencontróconMarcusenelpasillo.Elcorazónbrincóensupecho,comosiemprequeloveía.Él la cogió de lamano y casi podía decirse que la secuestró, arrastrándola aljardíntrasero.Allí,nosedetuvohastallegaralViejoGigante.Laapoyóensuenormetronco
ylabesó.—¡Marcus!—exclamó, sorprendida, en cuanto pudovolver a hablar—. ¿Te
hasvueltoloco?Vamosallegartardealacena.—Solo será unmomento.Unadisculpa y un beso.—Volvió a besarla—.O
dos…—¿Yladisculpa?—Arqueóunaceja—.¿Porquées?Suexpresiónseensombreció.—He intentadoentrar en tuhabitación—confesó—.Te locontará la señora
Burton,puestoquemehasorprendidoenpleno«actoindignodemí»,talcomolohadescrito.Casihallegadoareñirme.—Torcióelgesto—.No,enrealidad,mehareñido.Estoyseguro.—¿Qué?¡Marcus!Perosisabíasquenoibaaestar.—Desdequeiniciaronsu
relación,raraeralanocheenlaqueélnoibaasudormitorio,oellanovisitaba
elsuyo—.¿Nopodíasesperaraquemeacostase?—Ibaadarteunasorpresa.—¿Unasorpresa?¿Peroqué?—Bueno…Supongoqueyadaigual.—Sacódelachaquetaunaflor.Erauna
rosa muy roja, que todavía se mantenía perfecta—. Iba a dejártela sobre laalmohada.Esdeljardíndelafrancesa.—Marlene.—Sí,eso.Yesroja.Comodebióserdesdeelprincipio.—Selacolocóenel
pelo,sujetándolaconbastantehabilidadenelmoño.Oliviapensóquenodebíaolvidar mirarse bien cómo quedaba antes de entrar al comedor. No queríacomentarios por parte de lady Fenswith—. Sé que la blanca no terminó degustarte.—Oh,nomedisgustó.Dehecho,mesorprendiómuygratamente.—Hizoun
gestoevasivo—.Yluegomedecepcionó.Éllamiróconfuso.—¿Tedecepcionó?¿Porqué?Oliviaseechóa reír.SeapoyóenelViejoGigantey tiródeél,paraquese
acercase.—Esovasatenerqueadivinarloportimismo,lordNorthcott.Sebesaron.Cuandoseapartó,Marcuslamiró,conojosinteligentes.—¿Cuálestucolorfavorito?Oliviasonrió.—Elblanco.
Epílogo
Principiosdeseptiembrede1835
—¡Yaestánaquí!Olivia oyó la exclamación de Harmony cuando estaba todavía a media
escalerahaciaelvestíbulo.Dudóunmomento,preguntándosesiestaríabienquela marquesa de Northcott echase a correr de cualquier manera. En otrascircunstancias,nolohubiesehecho,perodadoquenohabíanadiealavista,selevantólafaldayaceleróelpasocuantopudo.Alllegaralapuerta,recuperósuaspectoelegante.Ya era la esposa deMarcusHale, desde hacía tres días. Pensaban repetir la
ceremoniaenLondres,conunagrancelebraciónalaqueasistiríalomásselectode la sociedad, pero habían querido contraer matrimonio ya, y en MinstrelValley,porqueladyActonnopodríaencararunviaje.Ylaconocían:decasarsesoloenlacapital,ellahubieseinsistidoenirynopodíanconsentirlo.Total, ya era hora de hacerlo. Marcus y ella pasaban juntos casi todas las
noches,cualquierdíapodíanencontrarseconlanoticiadequeesperabanunhijo.Oliviaapoyóunamanoensuvientre,conunasensacióninmensa,algoqueibamásalládelaalegría.Ojaláfuesecuantoantes,loestabadeseando.Marcus estaba en la plazoleta que formaba la parte alta de la escalera,
acompañadodeHarmonyydeunataciturnaseñoritaChatham.TambiénestabaEleanorHarper,laquehabíasidonombradadirectoradelaEscueladeSeñoritasdeladyActon,queenesedíaabríasuspuertasalaprimeraalumnadelcolegio.LaseñoritaHarpereraunajovenmuyagradable,perodeojosmuytristes.Olivia
sepreguntabaquélehabríaocurrido.Quizáalgúndíallegaraasaberlo.LapropialadyActonestabaallí,ensusilla,enelcentrodelsemicírculoque
formabansusacompañantes.Goliathacababadefijarsufrenoallí,ysepusoaunlado.AlveraOlivia,sonrió.—LadyNorthcott…—dijo como saludo, y ella sintió que casi estallaba de
felicidad.—SeñorGoody…Marcuslavioyletendióunamano,sonriente,yellalatomóypensóqueno
podíahaberfelicidadmásgrandequeestarenamorado.Harmonylanzóunarisa.—Seteponecaradetonta,hermanita…—Yateocurriráatialgúndía.—No,yonomecasarénunca. ¡Voyaserunaartista! ¡Contaréhistoriascon
dibujosynadiequerrácasarseconmigo!Marcusagitólacabeza,peronopudoevitarecharseareír.—Mejor.Asínotendréqueamenazaranadieporlosrincones.—¡Marcus! —exclamó Olivia, pero todos chistaron, para que guardasen
silencio.El cocheenelque llegaba laprimeraalumnade laEscueladeSeñoritasde
lady Acton había cruzado ya las puertas y se estaba deteniendo al pie de laescalinata.ElseñorBarrysecolocóaunladoyJohnnyacudióraudoaabrirlaportezuela,impecableensunuevotrajeoscuro.Soltólaescalerillaysostuvolapuertaparaquebajaransusocupantes.El primero en descender fue un caballero que, en cuanto pisó el suelo, se
volvióparaayudaralamuchachaqueapareciótrasélenelumbral.Eramorenaybajita,peroconformasmuyacentuadas.RomolaSeymour,llamadaMollyporfamiliaresyamigos,teníaelsombrerito
algo ladeado y, aunque vestía impecable, no se había percatado de que se lehabía soltado del moño un mechón bastante grueso, lo que arruinaba todo elconjunto. Sus grandes ojos castaños se fijaron en el grupo que esperaba en loaltodelaescaleraconunamezcladeagudezayansiedad.Empezóabajardelvehículo…El tropezón fue tan inesperado, que ni Johnny, que estaba allí cerca, pudo
impedirquelamuchachasecayeradebrucesalsuelo,enunlíodelazos,faldasyenaguas.—¡Oh,Diosmío!—seoyóexclamaralcaballero,quedebíadesersupadre.
Seinclinórápidoaayudarla—.¡Molly!¿Tehashechodaño?Johnny también hizo amago de ir a agacharse a su lado, o de tenderle una
mano, pero no se atrevió a tocarla. Se quedó allí, rojo como una manzanamadura,quizáporquesehabíanvislumbradolospololosdelajovendama.Porsuerte,nofuenecesariasuintervención.—¡Estoy bien, estoy bien!—replicó lamuchacha, poniéndose en pie por sí
misma y sacudiéndose la ropa. Movió el sombrerito con un tirón demasiadofuerte y se le salió otro mechón, pero tampoco pareció darse cuenta—. Deverdad,papá,estoyperfecta.—¡Quétorpe,pobrecilla!—rioHarmonyporlobajo.Suhermanolepellizcó
apenasunaoreja—.Ay,vale,nolodiré.—No,nolodigas—lariñóMarcus.—Comonodiréquetieneunnombrehorrible.¡Romola!—Abriómucholos
ojos,conespanto—.¿Dedóndehasalidoeso?¡Simellegáisallamarasí…!No,ahoramellamaríadeotraforma.—Calla,quetevanaoír—lesusurróOlivia.Romolasubiólaescaleraconsupadre.Casisediríaquelaescoltabadecerca
para queno cayera rodando.Olivia sintió una simpatía instantánea, y tambiénalgodepena,alvercómoletemblabanlasmanos.LadyActonsonrió.—Señor Seymour.—Aceptó su reverencia con elegancia y se centró en la
niña—.Hola,Molly.Mealegramuchovolveraverte.—Buenos días, lady Acton—dijo ella en respuesta, balbuceando un poco,
quizá por los nervios—. ¡Estoy deseando estudiar las fascinantes piedrasromanasdesumurotrasero!Noesporalarmarla,peroestoyconvencidadequehansidomaldatadas,porloquevoya...—¡Molly!—lariñósupadre.SedirigióaladyActon—.Milady,esunplacer
estar aquí. Queremos agradecerle mucho su invitación… —Sonrió, conentusiasmo—¡Yestamosdeseandoestudiaresaspiedras,desdeluego!
LadyActonrio.—Yosoylaqueestáagradecidadequetuvieraencuentamipropuesta,señor
Seymour. Le aseguro que ha sido un auténtico placer invitar a Molly a laescuela…Y,desde luego, esperoque losdosdisfrutenmuchoestudiandoesasruinas.—Olivia sintió lamano deMarcus estrechando sus dedos y, de algúnmodo, supoque estabanviviendo el principiode algomaravilloso, que estaríallenodevida.LadyActon sonrió—.Bienvenidos a laEscueladeSeñoritasdeladyActon.
Notadelaautora
Comolamayoríadelaslectorasderománticayasabréis,Merytonesunaciudadimaginaria,creadaporlaautoraJaneAusten.EstásituadacercadeLongbournyNetherfield, en Hertfordshire, y aparece en Orgullo y Prejuicio, una de susnovelas más famosas. Las autoras de la serie deMinstrel Valley han queridomencionarlacomohomenaje,enagradecimientoalomuchoquehandisfrutadoyaprendidoconsusmaravillosashistorias.LaLegiónBritánicadeSimónBolívar,mencionadaenlanovela,corresponde
a datos reales, yHippisley fue uno de los coronelesmás importantes. Tras lavictoriadeWaterlooyladerrotafinaldeNapoleón,alrededordemediomillónde hombres, soldados británicos durante todas las guerras napoleónicas, sevieron de pronto convertidos de nuevo en civiles, hombres sin futuro, sinposibilidades de reinserción en la vida normal, gracias a un trabajo digno. Elgobierno inglés, en plena crisis económica, no se opuso (al menos en unprincipio, el asunto cambió con el tiempo) de un modo oficial al reclute dealgunosmiles por parte de los representantes de Bolívar, pese a las protestasespañolas.Los ingleses formaron unidades militares para luchar bajo el mando del
generalSimónBolívaren laguerrade independenciade losactualespaísesdeVenezuela,Colombia,Ecuador,PerúyBolivia.Lahistoriadeloqueallíocurrióesestremecedora,comolofueeldestinodeesoshombressinfuturo,quehabíanarriesgado susvidaspor lapreservaciónde Inglaterray solohabían recibidoacambioelolvidodesupaís.La Histoire de monsieur Jabot, la littérature en estampes de Rodolphe
Töpffer,publicadoenGinebra,enmilochocientostreintaytres,esconsideradoelprimercómicdelahistoria.El poema Cuando las suaves voces mueren es, efectivamente, de Percy
Shelley,aligualqueOdaaunaurnagriegaesobradeJohnKeats.Los personajes de lady Gysforth, lady Rutshore y lady Badfields (lady
Bethany,ladyHarryyladyIshbel,respectivamente),asícomosusesposos,lordGysforth,lordRutshoreylordBadfields,pertenecenalaambientaciónElmundodelTámesis,enconcretoalaserie«UndíaenelTámesis»,delaautoraDíazdeTuesta.El mencionado sir Arian Creepingbear, investigador al servicio de lord
Northcott,tambiénperteneceaesaambientación.Sí,BubúeshijodeTutú,elpomeraniadeladyBadfields.Y«¿Verde?—Intentóadivinar.Leyóensusojosqueseequivocaba,asíque,
propusootro—. ¡No,no, rojo!»es,por supuesto,unguiñoaunapelículamuydivertida.Seguroquesabéiscuál.
BethanyBells
Sitehagustado
SimelopideelcorazónNotepierdaslasegundaentregadeMinstrelValley
ElprofesordebailedelaseñoritaSeymourdeEleanorRigby
1
MinstrelValley,HertfordshireAbrilde1837
Las botas nuevas deEdwardHastings pisaron la grava con recelo, como siantestuvieranquecomprobarlatemperatura.Tratándosedelcaminodesniveladoy fangoso de un pueblo inglés, hablábamos de medidas preventivas y noreticenciasaconocerporfinsudestino...Aunquetambién las tenía.Albergabamuchas y grandes reticencias. Pero tras haber sido víctima de un insufribletrayectodecasitreshorasymedia,sometidoalvaivéndeuncarruajealquilado,nosolohabríapuestolosdospiessobreelinfiernoparapoderestirarlaespalda,sinotambiénlasmanos.Tuvo que entornar los ojos para evaluar el terreno. Había dejado atrás al
Londres del segundo diluvio para que un rayo de sol estuviera a punto decegarlo. Veintitrés años vivo, veintitrés años como ciudadano británico, ytodavíalecausabarechazolavolubilidaddelclima.Esosoloenundíanormal.En un día espantoso como aquel, lo único que no le inspiraba un arrolladordesprecio era la convicción de que se marcharía deMinstrel Valley antes devolveraacostumbrarse.—¡Por fin! —exclamó una voz que se le hacía conocida—. Llevamos
esperándotemediahora.Edwardusólamanocomoviseraparacaptarelpaseorenqueantedesutío,la
razón en carne y hueso por la que estaba allí, y también el motivo de sutormento.Noseatrevíaaexteriorizarsumolestiaporque,afindecuentas,élnoeraeltullido,nitampocoelquenopodríaejercersutrabajoporello.Perohabíasidounainconvenienciaquenoselehubieraocurridonadamejorquehacerseunesguincedetobilloapenasunosdíasantesdelaaperturadelatemporada.El señor Lionel Hastings, aparte de ser el efusivo tocón que le daba la
bienvenida con un abrazo, era un miembro indispensable de la escuela deseñoritas deMinstrel Valley. Estas señoritas acudirían a uno de sus primerosbailes en sociedad en tan solo unos días. Por elmomento llenaban de vida lalujosamansióndeladyActon,unaobra
de arquitectura francesa espectacular. La entrada estaba enmarcada por dosfilasdesirvientes,preparadosparadarlelabienvenida.—Créeme—masculló de mal humor—, yo también esperaba llegar media
horaantes.—¿Por qué? ¿Impaciente por ocupar mi lugar? —se recochineó el muy
miserable,esbozandounasonrisajuguetona.¡Desdeluegoqueestabaimpaciente!Siemprehabíasidoelsueñodesuvida
plantarsedelantedetodaunaescolaníadementecataspara...«Esanoeslaactitud»,serecordó.«Estáshaciendounfavor.Quémenosque
fingirquenoteimporta,oquenotelovasacobrarmuycaroencuantotengasoportunidad».—Noereselúnico—continuóLionel—.Lehehabladoalasjovencitasdetu
incorporaciónyestándeseandoconocerte.Estosdíasandanmuynerviosasporlapresentación,asíqueesposiblequetehayavendidocomounmanjarsuculento.Edwarddejódeacomodarselachaquetaparamirarloconelceñofruncido.—¿Perdón?—Necesitabaninspiración,Edward—lereprochó,echandoelpesodelcuerpo
sobreunodelossoportesdemadera.Elotroloutilizóparadarleuntoquecitoenlacadera—.Ysabesquenomegustadarmalasnoticiassinunabuena,menosaúnenestasfechas.Sihubierasvistosuscarascuandolesdijequetendríanquebailarconellasmismas,tepuedoasegurarquehabríasdichocualquiercosaparaanimarlas.—¿Noeseso loquese llevahaciendodesdequeLondreseraunsolar?Las
mujeressiemprehanpracticadojuntas.—Peroellassehanacostumbradoalafiguramasculina,yyanoselespuede
negar. Dejémoslo aquí y entremos. Lady Acton y la señorita Harper hanpospuestoeldesayunoparadartelabienvenida.Jackpuedeencargarsedellevartusmaletasalahabitacióncontiguaalamía.Acontinuación,Lionelllamóaunmuchachoqueestabaescondidoenunade
lasfilasdecriados.Elsusodichoasintióyprocedióaencargarsedelúnicobaúl.A Lionel no se le escapó la ligereza de este, y no perdió la oportunidad decomentarloenvozalta.Susobrinoleseguíadecerca,vigilandoquenopusiera
lamuletadondepudieratropezar.—Dijistequesoloseríaunmes—contestó—.Hetraídolojustoynecesario.
Comprenderás que no puedo alargarlo más. Tengo unos compromisos querequierenmipresenciaenlacapital.—¿Quécompromisossonesos?—inquirió.Edwardsaludóconlacabezaalos
miembros del servicio; así se perdió la sonrisa divertida de su tío—. ¿Algunocontirabuzones?Adecirverdad,nicontirabuzones,nicontrenzas.Elúnicocompromisoque
Edward tenía pendiente era el de sustituirle por tiempo reducido, más por laridículalealtadqueseledebíaalafamiliaqueotracosa.Peromásalládeeso,norecordabahaberseñaladonadarelevanteoinaplazableensuagendaduranteelsiguiente...añoymedio.Claroqueteníaunmejoramigoconelsíndromedelmarqués egocéntrico, y tenerlo contento requería tanta dedicación como paraconsiderarseun trabajo a tiempocompleto.Se cumplíanunashorasdesdequeClive le había armado toda una escena por atreverse a abandonarlo en plenatemporada,yencimacargandoconlaresponsabilidaddeencontrarunaesposa.ComosielpropioEdwardnoactuarayacomotal.—¿Sabes?—seguíahablandoLionel—.Lobuenodetodoesto,apartedelos
magníficosprofesionalesconlosquetratarás,esquepuedesecharlesunojoalasmuchachas.Lamayoríatienenyadieciocho,yestánlistasparacasarse.Talvez,algunadeellas...—Nollevoaquínicincominutosyyameestásarrojandoalosbrazosdeuna
mujer—interrumpió—.Diossanto,penséqueelreencuentrotraeríaunpocodeoriginalidadportuparte.Teveoconelmismodiscursoconelquetedejéhacedosaños.—Bueno,muchacho,nosepuededecirquetúestésresultandoinspirador;te
veoconlamismacaradevinagreconlaquetedejé,hacedosaños.Hablandodeeso, sería un detalle que la cambiaras antes de conocer a lady Acton y a ladirectora.Setomanmuyapechotodolorelacionadoconsuinstitución,ydudoquelesgustequeesaseatuactitudrespectoalcontrato.Edwardnocontestóporpereza.Selimitóaseguirensilencioalchicodelos
recados y a Lionel, que ni mantenía el ritmo de la marcha ni tampoco le
importaba.Nosedejóimpresionarporlamagnificenciadeledificio,queenpocoseparecíaalasmansionesestiloregenciaoneoclásicasqueimperabanahoraenLondres.Sedabamásunaireauncastillodereducidotamaño,enmarcadoporsustorresyampliasarquerías.Tuvieronqueaccedera laentradasubiendounahermosaescalinataquehabríacomplicadoelequilibriodelperjudicadoLionel,quienaunasí,resolvióconestilo.Sutíoeraunodeesoshombresautoritariossinquererlo.Marcabaelcompás
de los movimientos del resto solo caminando junto a ellos, despertando laenvidiahaciasuagilidadyelrespetoporsutrabajo, loqueyaeraunavictoriacuandosecodeabaconaristócratasmuypagadosdesímismos.Setratabadeuncaballeroenelsentidoestrictodelapalabra.Alto,herederodelamelenarubiadelosHastings,yportadordelamismamiradadesafiantedesudifuntopadre.Vestía tallasalgomásajustadasqueel clásicohombredelgado,peroesono lehacía desgarbado o huesudo, y aunque así fuera, su seguridad al ser y estarseguiríahaciendoquemásdeunasedieralavueltaalcruzárseloporlacalle.Almargendelosatractivosfísicosdeuntipocercanoa loscuarenta,Lionel
eraelúnicobailarínqueconocíaquesabíadotardeprofesionalidadasuparejaenmedio de un vals, cuando con otro de sumisma estatura y destreza habríaparecido un pato mareado. Durante su época en Francia, donde no definióprecisamentesutécnicacomodanzarínclásico—másbiensemovióenelbarriode Montparnasse, estando presente durante el nacimiento y asimilación delcancán, desconocido en Inglaterra—, se alzó el rumor de que era capaz dehipnotizarasuacompañanteparahacerlabailarasuson.Edwardpodíadarfedequesutíoeralaexcepcióndelfamosodicho:dospodíanbailarsiunonoquería.Le sobraba talento para ambos, y eso le generaba una molesta sensación deincompetencia. Ibaa reemplazaraalguienque leparecía insustituible,yenunmomento donde lasmuchachas tendrían los nervios a flor de piel. Esperaríanmagiadeundesconocidodurantelosúltimosensayosantesdevolaraunsalónreal,cuandoloúnicoqueélsabíahacereramantenerelritmo.Seconsolabapensandoqueloscaballerosquefirmaríansuscarnésdebaileno
seríanexpertos.Edwardsehabíafijadoenquelainmensamayoríaeratorpeynoledabaimportanciaalatécnica:usabanlamúsicacomoexcusaparaponerlela
manoencimaasupreferida.Quienestuvieralibredepecado...Sacudiólacabezaydedicóunvistazoaltecho.Nohabíatenidomuchotiempo
para valorar la mansión por fuera, ni tampoco era un apasionado de lasdecoraciones;sepodíadecirqueEdwardteníaelgustoporlohermosoalavistaalgo atrofiado, y un ejemplo eran las prendas sobrias y oscuras con la que sehabía vestido para la ocasión. Aunque, a decir verdad, no había ocasiones. AEdward no le importaba ponerse lo mismo para viajar que para bailar. Siestablecíadistincioneseraporsimplescuestionesdeetiquetaysaberestar.Peroaunyconsufaltadegusto,supovalorarlasalitaalaquele condujeron, donde tres mujeres esperaban manteniendo una charla
comedida.Reconocióelambientehogareño,elamuebladoestiloSheratonylasparedesforradasdedamasco.Hastaahí llegósuobservación,antesdequeunade las mujeres se levantara y dirigiese a él desde su sitio con una pose...adecuada.Sí,asíladescribiría.Adecuada.—Milady,señoritaHarper;talycomolesprometí,lespresentoalrescatador
delasbailarinas.Misobrino,EdwardHastings—intervinoLionel,haciendoungestodivertido—.Edward,permitequetepresentealadyActon,dueñadetodoloqueves,alaseñoritaEleanorHarper,directoradelaescuela,yalahonorableseñoritaMelanieChatham.—SeñorHastings—saludólaprimera,acercándoseparatenderlelamano—.
BienvenidoaMinstrelValley.Habíamossalidoa recibirle,perosabiendode laborrasca enLondres supusimosque la espera se prolongaría.Espero quehayatenidounviajeagradable.Edwardaceptósubienvenidacontimidez.Laimpecablecortesíadelamujer
fue opacada por la mirada que le dirigió, empañada de un aire melancólicodesconcertante.—Los caminos del pueblo son algo angostos en determinadas zonas, pero
nadainsoportable.—EsbozóunasonrisaamigableysedirigióaladyActon,alaquesaludóconunasencillareverencia—.Milady.SeñoritaChatham.No se llevó ninguna sorpresa al advertir las limitaciones físicas de la
fundadoradelaescuela;Lionelyalehabíapuestosobreaviso,nofueraqueseleescapara una mueca de lástima que pudiera tensar el ambiente. En cualquiercaso,susituaciónnolerestóeminencia,sinotodolocontrario.AEdwardnolecostó imaginar la reputación que tendría allí. Su presencia y eleganciaresultaban, hasta cierto punto, intimidatorias. Contrarrestadas, gracias al cielo,porlabuenadeMelanie,quelaacompañabaatodaspartes.—SeñorHastings...,sentíacuriosidadporconocerlo.Esposiblequenoleesté
captandodeltodobien,peroesustedcasiigualasutío—comentóladyActon—.Siloquemehancontadoescierto,tambiénloigualaráendestrezamusical.—Si sus referencias vienen de Lionel y lo conoce solo un poco, sabrá que
exagera.—Por supuesto que no ha exagerado. No olvidamos el gran favor que nos
hace, señor Hastings —continuó la señorita Harper—. Nos habría resultadoimposible encontrar un bailarín del nivel de su tío en tan poco tiempo. Suaceptación y precipitado viaje han sido una bendición. Las niñas estaránmuyagradecidas.—Esunhonorparamíserútil.«Aunquepreferiríaserútilenmicasa».—Porsupuestoqueloestarán,peroharíamosbienenavisarledequetambién
pondrán a prueba su paciencia —intervino lady Acton, evaluándolo con lamirada—. Si no tiene experiencia tratando con jóvenes, espero que al menosadquieralapericianecesariaenelmenortiempoposible.Ysienalgúnmomentose siente incómodo, con alguna que otra en concreto... —Findlay y Harperintercambiaronunarápidamiradacómplice,comosi todoelmundosupierayade quién estaban hablando—, siéntase libre de comunicárnoslo para que lassupervisoraspuedanmeterlaencintura.»Hay unas cuantas que tienden a poner ojos de cordero cuando hacen una
trastada, y otros que son demasiado blandos para reprenderlas comomerecen.Esperoque,yaquesustituyealseñorHastings,seamástajanteconellasenesesentido.—Hecaptadolaindirecta—asintióLionel,divertido—.Puedeestarsegurade
quemisobrinonoesfácildeconmover.Convertiráestoenunregimientosiselo
pide.—No es necesario que lleguemos a tanto. Soy consciente de que es un
esfuerzo para usted, ya que esmúsico y no bailarín especializado. Por eso leagradezcoenpersonaquepongaanuestradisposiciónunodesustalentos.Sepaquetodosellosseránvalorados—añadió—.Pormiparte,soyunaentusiastadela buenamúsica. Si no tenemos la oportunidad de oírle tocar en esta ocasión,procuraremoscontarconotra.Edward se tensódemanera inapreciablepara todos, exceptopara símismo.
Conociendo al taimado de Lion, y su tendencia a la grandilocuencia, habríavomitado un discurso sobre sus capacidades. Unas que perdió hacía bastantetiempo,motivoporelquepreferiríanoponerseaprueba.—Unplacer conocerle—dijo ladyActon para terminar—.Con su permiso,
voyaretirarme.Nuestradirectoraledarálasindicacionespertinentesyenseñarálosemplazamientos.—Lasniñas están recibiendo su leccióndearitmética—intervinoHarper—,
peromañanamismo,cuandosehayainstaladoyfamiliarizadoconlaescuela,selas presentará el señor Hastings en el salón de baile. Y hablando de señoresHastings...—continuó—.Talvezdebiéramoshaceralgunadiferenciación,paraquelasmuchachasnoseconfundan.Lionel se puso al cargo de la conversación, de la que fue elegantemente
expulsadounosminutosdespués,cuandolaseñoritaHarperseñalóquedisponíade poco tiempo para guiarlo por la mansión. Era un trabajo del que podríahaberseencargadoalgúnsirviente, pero la directora semostró tajante y comprometida con lo que le
concernía.SehizoevidenteparaEdwardqueallílascosassehacíanalamaneraparticular de las responsables, lo que imprimía cierta intimidad al lugar. Nodejabadeserunamansiónadaptadaporunadamadealtaalcurniaparasatisfacerundeseoderealizaciónpersonal.Por lo que sabía, hacía un año o dos desde que lady Acton llegó a la
conclusióndequedebíahaceralgunaaportaciónalmundo;unaquedierasentidoa su existencia.Erauna lástimaqueno se lehubieraocurridonadamejorquefundar una fábrica de muñecas idénticas. Si de Edward hubiera dependido,
habría construido una biblioteca monumental, o una exclusiva academia demúsica, como aquella en la que tuvo la suerte de destacar no hacía muchotiempo:TheRoyalAcademyofMusic.Pero todoesto tuvo ladecenciadepensarlocuandosequedóa solasen sus
aposentos, una vez concluido el interminable turismo por las amplias yostentosas habitaciones dedicadas a... Ni siquiera se acordaba de lasdescripcionesolospasillosparaaccederaellas.Sehabíaaprendidodememoriaelcaminodesuhabitaciónalsalóndebaile,ydeestealapuertadeentradayala cocina, todo cuanto necesitaba para desempeñar su labor sin decepcionar anadie.Laescuelanoibaporlibre,perolasrestriccionestampocoeranseveras,loque
significabaquenoteníaporquépermanecerenMinstrelHousedurantetodoeldía. Era una buena noticia para un hombre que se sentía encerrado cuandopasaba más de unas horas en el mismo espacio, al que le gustaban lasexpediciones campestres y dormir al aire libre. Y también para alguien queestabahaciendoalgoqueibacontratodossusprincipios.No podría haberse negado. Lionel le necesitaba, había toda una escuela de
niñas pendiente de su respuesta, y él no estaba lo bastante atareado para nohacerse responsable con razón. Sin embargo, todo lo que aquel lugarrepresentabaleproducíaunrechazoautomático.Quizáloscimientossesalvaran;la deslumbrante fachada y belleza decorativa, pero ese adiestramiento tanbanal...Erainsultante.Ysisolosirvieraparaatraerahombressuperficiales,noestaría tan en contra. Lamentablemente, ni los estúpidos ni los inteligentes seresistíanaunajovencitaconlasmejillascoloradas,debutandocomopianistaenunaveladadetarde.Inclusoeltemblordesusdedosestabaestudiado,lamayoríadelasveces.Peronoibaaamargarseconpensamientosdeesetipo.Selevantódelacama,
tras haber colocado con religiosa meticulosidad sus pertenencias, y salió a laaventuradedescubrirelpueblodelainfanciadesumadre.Delasuya.Minstrel Valley no era ningún desconocido para él. Todavía recordaba las
historiasque leacompañaronde joven, lamayoríadecortemítico.¿Quién,entodoelpueblo,noconocía ladestacada leyendasobreel juglary laesposadel
cruzado?Dichoasí,sonabainteresante,peroteníaquesustentarseenunromancetrágicodel todoabsurdoparaamargarla.La tendenciaa las invencionesépicaserauntópicofrecuente—manido,diríaél—enlugaresirrelevantescomoaquel.Talvez,pensaba,porquesusvidaserantanaburridasquesentíanlanecesidaddeponerapruebasuimaginación.Llegó al jardín trasero rodeando la casa, impulsado por la invitación de la
señoritaHarper,quehabíahechoespecialhincapiéenelmaravillosotrabajodeljardinero.Llevabalamanoencajadaenelbolsillodelchalecoyelceñofruncidoporculpadelsolcegador.Nohabíavistoundíatanvolublecomoeseenaños,lluviatorrencialduranteelviajeyderepentecalordeltrópico.Conelánimodesmoralizadorquearrastrabadesdeprimerahoradelamañana,
no prestó su admiración a las curiosidades del espacio. Era un amplio jardíncoronadoensucentroporunafuentedeaguafresca,dondelanaturalezacrecíamásomenosenlibertad.Laparticularidaderaelcercadodelpatio,constituidaporlosrestosdeunaviejamurallaqueparecíadeorigenantiguo.Pretendíaacercarseavalorarlo,cuandouncoroderisascaptósuatención.Edward levantó la cabeza comoun perro de caza y siguió elmurmullo.En
solounospasosdistraídosseplantódelantedeungrupodecincojóvenes: tresdistanciadas,yunaagarrandoaotrapor loshombros.Loprimeroen loquesefijó, fue en que todas sin excepción tenían el borde de la faldamanchado debarro,seguramentedeesamismamañana.Ydespués...—¡Ya!Ahora...Todoelmundoensilencio—ordenóunamuchacharubiacon
seguridad.Sealejódelaquehabíaestadoconteniendocomosilehubieradadouncalambre.Añadió,envozbaja—:Recordadquenopodéissalirdelpatio.Nihablar.—Túestáshablando.—Ytútambién.—¿Quiéneslaquehablaahora?Uncontundente«shhh»delarubialascallóatodas.Segundosdespués,estaba
palpando la corteza de uno de los árboles para decidir si merecía la penaarriesgarseaescalarlo,huyendode losbrazosextendidosde laquesequedabasola.
Edward no le prestó mucha atención a la osada. Estaba concentradointentandoadivinaraqué jugaban.No le resultódifícil cuandounadeellas segiró,nomuysegurasobresueje,ymostróqueteníalosojosvendados.Recordabaesejuego.Susprimasmaternaslehabíanestadopersiguiendopara
que se uniera a ellas a la gallinita ciega durante toda su infancia.Era popularinclusoenfiestasdeadultosypicnics.Pensó en darse la vuelta y seguir su camino, pero entonces, la intrépida
delgaduchadelamelenarubiareparóensupresencia.Susgrandesojosazulesseabrierondeparenpar,ysudedoíndiceno tardóenapuntarlo.Edwardarqueóunacejacuandolaviocubrirselabocaconlamanolibre.Asíinicióunaespeciedeconversaciónconsignosenlaquelamuchachapreguntaba,haciendograndesaspavientos, si era el nuevo profesor de baile. Fue gracioso verla gesticular,haciendolaposedelvalsyencarnandoalmaestroconelademánderegaño.Élsoloasintió.—¿Notenéisclaseahora?—seleocurrió—.Envuestroprogramadicequea
estashorasdebéisestaren...Lachicaagitólasmanosconviolenciaparacerrarleelpico.—¿Quién ha hablado?—inquirió la joven de la venda, girándose hacia él.
Avanzóatientas,algodesequilibrada.Nadafueradelocomún;alasgallinitasselesdabavueltashastaquesemareaban,yaquellaademásteníaelaspectodeuna.Pequeña y curvilínea—. ¿Tibey? ¿Eres tú? Tienes que dejar de poner voz dehombre,comoteescuchelaseñoritaSherman...Edwardestuvoapuntodepreguntardóndeintuíaelparecidoentresutonode
voz y el de una de sus compañeras adolescentes, pero le desorientó que sedirigieraaélcaminandoconseguridad.No tenía ningún sentido que se sintiera acorralado. Vías de escape no le
faltaban,y,sinembargo,allípermaneció,pendientedeadóndeiba.Elinstintolesusurróquenecesitaríaunamanocuandosetropezara.—Tibey, si estoy acercándome a ti,muévete—dijo con firmeza. Tenía una
vozmuymusical, como si estuviera cantando un poema—.No tiene ningunagraciasiteofrecesaqueteatrapesoloporquetegustaserlagallinita...—¿Gallinita? ¡En todo caso gallo!—exclamó la rubia, con una sonrisa que
eratododientes—.Noteasustes,Molly,solosenoshaunidoalguienaljuego.Estásmuycercadeatraparlo.Solosigueandando...
Edward le dedicó una mirada expectante a esa última, sin saber si reírse omolestarseporelcomentario.Seleocurríanmilmanerasdeabordaroreferirseauncaballero,yesanoeranidelejoslamásapropiada.Claroque,vistodeotramanera,tampocoeramuyconvenienteponerseajugarcuandonoeranhorasderecreo.SinoestuvieranenelpatiotraserodelapropiedaddeladyActon,habríaimaginadoqueeranmuchachascorrientescomotodohijodevecino,sinningúnproyecto de matrimonio. Tal vez por eso no se movió, intrigado por cómoresolveríanaquellamuestradeespontaneidad.—¿Quiénsehaunido?—quisosaberMolly—.¿Esalguiendelpueblo?¿Lo
conozco?LamuchacharubialanzóunamiradabrillanteaEdward,tanexpresivaqueno
lehizofaltaquegesticularaparaentenderloqueesperabadeél.Eraobvioquequeríaquelamareasemásaún,quelesiguieraeljuego.Conamigascomoesa...nienemigosnecesitaba.—No nos han presentado todavía —respondió él, algo incómodo—. Las
circunstanciastampocosonlasmáspropiciasparaello.—¿Es el padre Ellis?—probó la jovenMolly, sin escucharlo—. ¿El padre
Roberts?—¡PerosielpadreRobertsestámuerto!—Bueno,quiénsabe…¿ElseñorLewis?¿ThomasBarry?—Seacercabacada
vezmás—.¿Sabeustedquiénsoyyo,señor?Edwardsefijóenquesehumedecíaloslabios,pensativa.Susojosnofuerona
pararallíporningúnmotivoenespecial.Fuefrutodelapuracasualidad, igualqueelextrañoybrevepinchazoquesintióenelestómago.—Notengoelplacer.Observóquedudabaantesdedejarsellevarporlacuriosidad.—¿Esusted...uncaballero?Lapreguntaledivirtió,peroerademasiadoprontoparareconocerlo.—Solocuandomeconviene.
—Oh.Entoncesesunhombrecorriente.—Depende del aspecto al que nos refiramos. ¿Por qué? ¿Eso la
decepcionaría?—No. Los hombres corrientes sonmás interesantes, puesto que desarrollan
sus habilidades para desempeñar actividades nobles, mientras que, por logeneral,loúnicoyprincipalqueatraedeuncaballeroessuapellido,sudinero,oambas.Edward levantó las cejas. Miró a la muchacha rubia, que ya se había
acomodadoenlaramamásgruesadelárbol.Estaseencogiódehombros,comodiciéndole que Molly ya era así cuando la encontró. Una entusiasta de lasrespuestaslargaso,ensudefecto,unaredicha.—Esahasidounageneralizaciónodiosa,señorita.—Porsupuestoquenosontodosasí.Perosiseofende,debeserporquemeha
mentidoysíesuncaballero.—Bueno...Haymuchasformasdeseruncaballero.—Ajá.¿Yustedesdelosquetomanlamanocuandounajovenvaabajarel
últimoescalón,odelosquealardeandetítulonobiliario?Su discurso sería el ideal anti-nobleza si lo acomodara en tono desdeñoso,
pero Molly no discutía la honorabilidad de nadie. Solo sonaba ansiosa poradivinarsuidentidad,ytambiénobjetiva,comosisupieraquelaaristocraciaera,deformaresumida,talycomolahabíadefinido.—Soydelosqueprefierenhaceralgoproductivoaquedarseesperandoauna
mujeralpiedelaescalera.Confíoenquenorodarásinocuentaconmiayuda.—Entonces es un cínico—apostilló, ilusionada por tener una pistamás.Al
ladearlacabeza,unrayodesolseapoyóensupelo,tiñéndolodelcolordelvinotinto.Edwardsonrióporprimeravezentodoeldía.—Eso depende de con quién esté hablando. Hay quienes no darían esa
descripcióndemí.—¿Yquédescripcióndaríandeusted?Edwardempezóaencontrardivertidoelinterrogatorio.Norespondió:unsolo
pasomás y le encontraría. Lomiraría a los ojos y lo definiría a su gusto. Se
sorprendióesperandoque lopospusieraunpocomásparapoder fijarse en susdetallessintenerquedarexplicaciones.Ycomosiellahubieradescubiertosudeseoirracional,nosequitólavendaal
ponerlamanosobresupecho.Sinconnotacionesdeningúntipo.Solounamanopequeña, intrépida, descansando sobre su corazón. Edward dirigió allí la vistacongestoinexpresivo.Carraspeódemaneraimperceptible.—Interesante—comentóella.—¿Elquéesinteresante?—Llevaunpañuelodesedacasinuevo...Peroelchalecoesdealgodónymuy
fino, diría quedesgastado.Por otro lado, la chaqueta...—Mollypasó lamanopor su brazo—.Este spencer es algomás corto de como se lleva ahora, y notiene ningún detalle. Ni madroños, ni cordoncillos... Su atuendo parecedesfasadoy aburrido.Dudoqueun caballerovistierade estamanera, a no serqueestéarruinado.Aunquesifueraunseñorsinmás,¿nollevaríaunacorbata?DeberépreguntarlealaseñoritaSherman.Edwardfuearesolverelmisterioaduciendoquenolecausabansimpatíalas
corbatas, pero entonces ella, como si supiera a dónde se dirigía, le cubrió lamejillaconlamano.Sucuerponorespondió,pasmadoconlaespontaneidaddelgesto.Era...diminuta.Cálida.Sobretodo,decidida.Estabatanseguradequenohabíanadamaloenestarallí,quelogróconvenceralpropioEdward.Despególoslabiosparadeciralgoquesequedóatascadoensugarganta.—Esustedmuyjoven,señor—dedujo,mientrassusdedoshusmeabanporel
puentedesunariz,sussienes,sufrente...Subarbilla—.Estábienafeitado,notienearrugas,nimarcasdenacimiento...—Dejódehablarun instanteal rozarsuslabios,casisinquerer.Edwardtragósalivadeformainvoluntariaalapreciarquesesonrojabaconsuavidad—.¿Puede...puedeserunaprendizdeabogado?¿Un comerciante rico, pero tacaño consigomismo? ¿O solo se ha vestido asíporquevieneaconoceraladyActon?—Laveomuyinteresadaenaveriguarquiénsoy.—Adorolasadivinanzas.—¿Yestáseguradequerersaberquiénsoy,másalládedestaparelmisterio?
¿Quiereconocerme?
—Nopuedoconocerle.Unaseñoritadebiennopuedehablarconunhombresinhabersidopresentadosporuntercero.Delocontrarioseríaindecoroso.—¿Ydiceesomientrasmemanoseaasuantojo?—inquirió,arqueandouna
ceja.Edward probó a acariciar el dorso de su mano con un dedo. Ella dio un
pequeño respingo, seguro porque él estaba congelado y ella acaparaba todo elcalor del ambiente.Adiferencia de lo que esperaba, demoró en dejar caer losbrazos.—No le hemanoseado. Tenía que conseguirmás pistas—repuso, con todo
convencimiento—.Estaeslaúnicaformaporque,porsinosehadadocuenta,estoy en desigualdad de condiciones. —Señaló la venda—. Podría hacerconmigoloquequisiera.Laúltimafraseserepitiócomounecotentadorensucabeza.—Quíteselasisesientedesprotegida.—Nopuedo.Perdería.—¿Elquévaaperder?¿Eljuego?Yamehaencontrado.—Peroustednojuega.Ustedsolohavenidoaestorbar.¿Cómosehacolado
enelrecinto?Nuestroportero,elseñorBarry,sepasaeldíavigilando.¿Yconquéobjetivohasorteadoalconserje?Nomediráquequeríajugarconnosotras...«Noescomosihubieraotrasposibilidadesdeemprenderelocioenunsitio
comoeste».—Tampococreoqueseatanestúpidocomoparavenirarobarporlamañana...
—prosiguióella.—Asíquehepasadodecaballeroaposibleladrón.¿Porquéasumequesoyel
hombremalo?—¿Porquédeberíaasumirqueeselhombrebueno?—¿Hehechoalgoquedemuestrelocontrario?—Nosermalonolehacedirectamentebueno,señor;todoslosadjetivoshay
queganárselos.—Muybien,sabionda.Ledaréunapista.Nomeconoce…todavía.Perovaa
hacerlo muy pronto. No estaré en su vida por mucho tiempo, aunque sí elsuficienteparaqueaprendaalgodemí.Algoque,consuerte,recordarátodala
vida.—¿Entonces va a ser usted mi primer marido, el que morirá joven? —
propuso.Edwardlevantólascejasdegolpe.—¿Ha decidido ya que tendrá varios esposos, e incluso programado la
defuncióndelprimero?—Claroqueno,peroesloúnicoquesemeocurreteniendoencuentaque,los
hombresqueconoceréenlospróximosdías,seránposiblesmaridos.El recordatorio de lo que hacía allí podría haber modificado su estado de
ánimo si hubiera prestado atención a sus palabras. Edward encontraba seriasdificultadespara comprender loquedecía,porqueen realidadno le importabademasiado. Aquella era una conversación para tontos, un juego que deberíahabercortadodesdeelprincipio.Noobstante,erabonitasuformadeexpresarse,y por eso se había quedado allí. Su tono era dinámico, cantor. Lo estabainterrogandoydenostandoconsutileza,ysonabacomoelrasgueoalegredeunaguitarraromántica.Apenasdiezminutosensucompañía,ylapartemusicaldesu cerebro ya había asimilado su voz como unamelodía pegadiza que nuncasonabaigual,perosiemprelohacíadeformaatractiva.Larisillaquesoltólarubiadesdeelárbollerecordóquenoestabansolos,una
certezaquecayósobreélcomounajarradeaguafría.¿Cómosehabríavistolacharladesdefuera?Nolahabíatocado,peroquizála
mirómásde loque semirabaaunamujercuandoestapodíaverlo.De formainvoluntaria, retrocedió unos pasos, queriendo remarcar que no podían tratarlecon esa cercanía. Tanta pregunta sobre su identidad había terminadodeformándola,yélcreyéndoseunmuchachointrépidodelbarrio.—Metemoqueno,novoyasersumarido—atajó—.Yvistoquenoformo
partedeljuego,meretiroparanodistraerladesupilla-pilla.—¿Semarcha?—preguntó,avanzandodenuevohaciaél.Estavezdeforma
errática,nerviosa—.Noesjusto,creoquetengoderechoaresolverel...Entonces se cumplió la predicción queEdward hizo distraído nadamás ver
susojosvendados;lamuchachatropezó,quizáconsufalda,talvezconsuspies,oalomejorconsudescaro,yseprecipitóhaciadelante.Edwardseimpulsóen
su dirección al instante para agarrarla por los hombros. Por el rabillo del ojoaprecióque la rubiabajabadelárbol,mirandoasuderechaconunamuecadefastidio, mientras que la agrupación de tres corría al interior de la casa. Noentendió por qué hasta que, además de escuchar lamaldición demarinero deMolly,oyóaunamujerrecitandoavozengritolosnombresdelasalumnas.—¡Señoritas! ¿Se puede saber qué hacen aquí en horario lectivo?Y, usted,
Margaret,¡bajedeahíahoramismo!Al margen de una bronca que no le concernía, Edward se fijaba en que a
Mollylecostabarecuperarelequilibrio.Pusolasmanossobreéldenuevo,estavezusándolocomosoportepara incorporarse.Laayudóahacerloenvolviendosucinturaconelbrazo.Eratanmenudaquenoselehizodifícilmanejarla,perosílobastantemujer,
costándole concentrarse al ponerle la mano encima. El vestido de mañanaconteníasuscurvasdepuromilagro,ynoolíaa jazmín,rosasocualquierotroperfumecomúnenmujeresdesuedad,sinoa...cítricos.Inhaló,confundido.Elperfumeveníadesupelo.—Creoqueyaherecobradoelequilibrio...Puedesoltarme,señor.Edwardlaexaminóconelceñofruncido.Laregañinacontinuabaalotrolado
del patio. No distinguía las voces, ni lo que decían, y parecía que Mollytampoco, estableciéndose el momento perfecto para iniciar presentaciones. Lasoltó,comolehabía pedido, pero no se apartó: retiró la venda tirando hacia arriba. Ella
parpadeódespacioparaacostumbrarsealsolantesdesepararsuslargaspestañas.Lateladescubrióunosojosrobadosdeotracara.Deunacaradondelanarizy
labocanoseríanopacadosfrenteaestos.Mollypestañeóunasolavezantesdeexpresarconelloslaestupefacciónsuperlativa.Subocapequeñadibujóuna«o»perfecta,perosuspupilascobraron todoel
protagonismoaldilatarse,absorbiendocasialcompletoelcálido tonoavellanadesusiris.Edwardintuyóloqueaquellosignificabaysalivó,tantensodegolpeque creyó que se rompería. El deslumbramiento de ella le dio la excusa idealpara que su mano, desapegada de toda diplomacia, volara hacia el lunarescondidojustobajosuojoderecho.
Molly ni siquiera se percató de que la estaba tocando, tan ocupada comoestababuscandodesesperadaundefectoensurostro.—Señor—exclamó—.Deberíahabermedichoqueesustedperfecto.Denuevo,sinconnotaciones,sinintenciones.Solounaverdaduniversalque
nopodíaserdiscutida.Seletemplólasangrebajosuescrutinioobjetivo.Vacilóantesderesponder,rezandopornohaberseruborizadocomouncolegial.—¿Sesuponequeesoesunaidentidad?—Teniendoen cuentaque solo existeun serperfecto en elmundo,yodiría
quesí.—¿Yquéseresese?—¿Cómo no puede saberlo? ¿No ha leído a Santo Tomás?Hablo deDios,
claro.—¿CreequesoyDios?—Niafirmonidesmiento.Solopropongohipótesis.—¿Ysebasaexclusivamenteenmiaspecto?—Y en el hecho de que ha venido usted cuando más le necesitaba. Pero
podemossalirdedudascontressencillaspreguntas.¿Lopuedeustedtodo?¿Losabeustedtodo?¿Estáentodaspartes?Edwardsoltóunacarcajadaquesonódesafinada.Hacíatantoquenousabala
gargantaconesosplanesqueélmismoquedósorprendido,nosabíasiparabienoparamal.—Deberíacrearotrahipótesis,señoritasabionda…—¡Romola Seymour! —llamó una voz femenina. Edward vislumbró una
figurabajo el quiciode lapuertaquedaba a la casa, que sequedó inmóvil alrepararenél—.¿Quéestáhaciendo...yquiéneselcaballeroque laacompañaconesafamiliaridad?La interrupciónsacóaMollydesuensimismamiento.Edwardhabría jurado
queseenfriabainclusoelairealrededorcuandodabalavueltaymirabaalaquesería su profesora con unamueca atribulada. Estamueca derivó en algomuydistinto cuandodevolvió lamiradaaEdward, luegoa lamaestra, y luegoa laescasadistanciaquelaseparabadeél.Edwardfueaexplicarlasituaciónypresentarse,antesdequelointerpretara
como una cita clandestina, pero Molly se adelantó frunciendo los labios yempujándoloporelpecho.ImprimiótantafuerzaasumovimientoqueEdwardtropezóycayóhaciaatrás,conlasuertedeponerlasmanosantesderebotar.Lopillótandesprevenidoquenisiquierasupocómolevantarse.—¡No le conozco de nada!—Se cogió las faldas y echó a andar hacia la
profesora,sindedicarleniunamiradamásalavíctima—.Essolouncanallaquesehacoladoenlacasaparaincordiarnos,señoritaSherman.Leestabadiciendoquedebíamarcharse.La señorita Sherman sobrellevó la perplejidad con diplomacia, mientras
Edwardselevantaba,indignado.Lelanzóunúltimovistazofulminantealafaldasuciaquedesaparecióenelinteriordelacasaporordendelaprofesora,quienlerecordó que la esperaba una reprimenda. A continuación, y al tiempo queEdwardsequitabalachaquetaparasacudirla,laseñoritaShermanseacercósintantorecelocomoexpectación.Al final,Edward iba a sermás voluble que el tiempo.Unminuto riendo, y
ahoraestabatanmosqueadoqueapenaslededicóunvistazofuriosodereojo.—Podríacuestionarlashistoriasquelecuentansusalumnasantesdecreerlas
apiesjuntillas,señoritaSherman.—Poresono sepreocupe.Nohecreídoniuna solapalabra.—Sedetuvoa
distancia prudencial, dándole espacio para arreglarse tras la caída. Sus ojosverdosos leexaminaronconespecialcuidado—.Ustedesel señorHastings,elprofesordebailetemporal...¿Meequivoco?—¿Cómolohadeducido?¿Essutrabajosertanaguda?LaseñoritaShermanarqueóunaceja.—Esusted igualquesu tío,ydesde luegoquerequiere ingenio trabajarcon
muchachascomolaqueacabadeconocer.Reconoció el toque de atención en su contestación. Edward cuadró los
hombrosysedirigióaella.—Me disculpo por la ironía, ha sonado mucho más grosera de como
pretendía.—Disculpasaceptadas.Reconozcoque,cuandose loproponen, soncapaces
de sacar lo peor de uno.—Esbozó una sonrisa sencilla, cortés—. SoyValery
Sherman, profesora de protocolo y etiqueta. Si me acompaña podremoscomentarle el incidente a la señorita Harper, antes de que alguna de lasmuchachaslotergiverseasubeneficio.—Notieneningunaimportancia.Solohasidounaniñería—resolvió,conla
boca torcida—. Encantado de conocerla, señorita Sherman. Puede llamarmeEdwardapartirdemañana.Porloquequedadedíaestaréenmihabitación.Esperósu respuestaporeducación,unsimpleasentimiento,ysemarchó tan
rápidocomoselopermitióelpaso,molesto.Entendíaquelehubierasorprendidotenerquelidiardebuenasaprimerascon
unhombre,y sin juegospormedio, teniendoencuentaqueestaba recluidaenunaescuelaynotratabamásqueconprofesoresymiembrosdelservicio,pero,¿habíasidoesonecesario?Quedabaclaroquehabíadíasenlosqueeramejornolevantarse,lugaresalos
que sería preferible no ir, y mujeres que convenía ahorrarse conocer. Con lasuerteylosánimosdeEdward,noeranadanuevoquesehubierajuntadotodoenelmismoespacioytiempo.Lequedabanunospantalonesembarradosquenoibaareutilizarylaamargacertezadequeselehabíaquedadocaradeestúpidoporobradeunataradaderemate,llamada...«Por favor...», pensaba, cerrando tras él la puerta de la habitación. «¿Quién
demoniossellamaRomola?».
Habíanacidoenunlugarsurgidodelamoreterno.Nopodíaconformarseconmenos.
OliviayMarcusseconocenenunasituaciónmuydifícil,enlaque descubren que los actos de sus padres provocaron uncambio en la línea legítima de la herencia delmarquesado deNorthcott. Tras ese comienzo tan conflictivo, inician unarelaciónenlaqueélsesienteimpulsadoaunabodaporeldeberde limpiar el honor de su apellido. Pero Olivia, nacida en unpueblo que se mueve en entre la realidad y la leyenda de un
amoreterno,nodeseaalgoasí.Ella,solosecasaráporamor.«Laextraordinariaprimeraentregadeunaseriefascinante,conemotivasytiernashistoriasdeamorenunentornocomún.Enesta,laprudenteOliviayelrígidoMarcus,osharándisfrutardeunalecturadeliciosa».
NievesHidalgo
BethanyBellsnacióenMinstrelValley,Hertfordshire,yesunaapasionadadelanovela romántica, lascharlascon lasamigas, la jardineríayel té,exactamenteporeseorden.Hija,esposaymadrefeliz,esmuycelosadesuvidaprivada,porloqueprefierequenosesepanadamásalrespecto.
Ediciónenformatodigital:juniode2019©2019,BethanyBells©2019,PenguinRandomHouseGrupoEditorial,S.A.U.TravesseradeGràcia,47-49.08021BarcelonaPenguinRandomHouseGrupoEditorial apoya laproteccióndelcopyright.Elcopyright estimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de lasideas y el conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una culturaviva.Graciasporcomprarunaediciónautorizadadeestelibroyporrespetarlasleyesdelcopyrightalnoreproducirnidistribuirningunapartedeestaobraporningún medio sin permiso. Al hacerlo está respaldando a los autores ypermitiendo que PRHGE continúe publicando libros para todos los lectores.Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos,http://www.cedro.org)sinecesitareproduciralgúnfragmentodeestaobra.ISBN:978-84-17616-15-1Composicióndigital:leerendigital.comwww.megustaleer.com
Índice
Simelopideelcorazón
PrólogoCapítulo1Capítulo2Capítulo3Capítulo4Capítulo5Capítulo6Capítulo7Capítulo8Capítulo9Capítulo10Capítulo11Capítulo12Capítulo13Capítulo14Capítulo15Capítulo16Capítulo17Capítulo18Capítulo19Capítulo20Capítulo21Capítulo22Capítulo23Capítulo24EpílogoNotadelaautora
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