seminariodetitulacionii.files.wordpress.com · web view2017. 2. 28. · construcción y...
TRANSCRIPT
Universidad Autónoma de San Luis Potosí
Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades
“Colonialidad del poder y Desarrollismo en México:
Neoliberalismo, Riesgo de Flacking y defensa del territorio-región por parte de las comunidades de la huasteca sur,
San Luis Potosí”.
Protocolo de Investigación
Seminario de Tesis I
Licenciatura en Antropología
Alumno: Edwin Michel Hernández Piña
San Luis Potosí, Noviembre 2016
1. ANTECEDENTESHacia finales del siglo XX, en varios grupos de investigadores y pensadores
latinoamericanos, principalmente de las Ciencias Sociales, se iniciaron una serie
de discusiones en torno al impacto de las herencias coloniales en diferentes
ámbitos, como la política, la cultura y el conocimiento en América Latina. Uno de
los grupos más prolíficos al respecto, es el conocido como “Programa de
investigación modernidad/colonialidad Latinoamericano”, cuyo enfoque analítico
parte de la idea de que no hay modernidad sin colonialidad, siendo esta última,
constitutiva de la primera. Esta conceptualización ubica los orígenes de la
modernidad en el descubrimiento de América y en el desarrollo del sistema
mundial capitalista, como un fenómeno que ha implicado la dominación de
poblaciones entera así como la subalternización de su conocimiento y cultura,
estableciendo un patrón de conocimiento universal “Eurocentrado”. Algunas de las
contribuciones conceptuales fundamentales al respecto, son el sistema mundo
moderno-colonial propuesto por Imanuel Wallerstein, la Colonialidad del poder de
Aníbal Quijano y la Colinialidad del saber de Edgardo Lander.
La perspectiva de la modernidad/colonialidad, parte de la idea de que el auge del
neoliberalismo mundial debe ser entendido más allá de sus implicaciones
económicas, como un discurso hegemónico de la sociedad liberal moderna
entorno a la historia, la naturaleza, el progreso, el conocimiento y la denominada
“buena vida”. Lo que ha implicado un cuestionamiento directo hacia las propias
ciencias sociales como generadoras de un patrón de conocimiento íntimamente
ligado al poder, que ha permitido la universalización y naturalización de la
sociedad capitalista liberal. (Lander, 2000)
De ahí que el M/C constituya una propuesta epistémica alternativa para abordar
las cuestiones inherentes a la Modernidad, la globalización y el desarrollo en el
contexto de la hegemonía capitalista. (Escobar 2003).
Una de las formas en las que se ha implantado este discurso hegemónico en los
países latinoamericanos es a través del llamado “Desarrollo”. En su libro La
Invención del Tercer Mundo. Construcción y deconstrucción del desarrollo (2007),
el antropólogo colombiano Arturo Escobar narra su surgimiento como parte de una
“invención” de los Estados Unidos y Europa después de la segunda guerra
mundial y cuya implantación en América Latina, Asia y África, implicó una
clasificación geocultural global, ya que reactivó las antiguas taxonomías sociales,
reclasificando y reajustando las diferencias coloniales, a través de una serie de
prácticas representacionales que catalogan a la población mundial y a los
territorios planetarios, según la dicotomía desarrollados/subdesarrollados. Lo cual
permite hablar de una “globalización hegemónica del desarrollo” al imponer en los
imaginarios sociales globales dichas distinciones y clasificaciones. (Quintero,
2015).
De ahí que dentro de la antropología, haya surgido una corriente interesada en
analizar al desarrollo, como un régimen de discurso y representación, a la cual se
le ha dado por denominar “Antropología del desarrollo o modernidad ” Enfoque
que se ha interesado por dar cuenta tanto de las formas de injerencia de agentes
externos en diseño y control de la cotidianidad de poblaciones enteras
(Breton,2016) así como del fracaso y las funestas consecuencias de la
implementación de este modelo en América Latina, donde la violencia, la pobreza,
el deterioro social y ambiental crecientes, son el producto de cincuenta años de
recetas de crecimiento económico, “ajustes estructurales”, macroproyectos sin
evaluación de impacto, endeudamiento perpetuo, y marginamiento de la mayoría
de la población, de los procesos de pensamiento y decisión sobre la práctica
social (Escobar, 2007).
Hacia principios de la década de los noventa, esta situación histórica de exclusión
y pobreza se vio agravada, ya que América Latina se convirtió en la cuna y el
laboratorio de experiencias del neoliberalismo. Lo que implicó el
desmantelamiento de los estados proteccionistas o benefactores, la adopción de
políticas de libre comercio y la privatización de empresas paraestatales (Harvey,
Boron y Lechini,2006). En este contexto, Michel Hardt y Antonio Negri (2000)
sugieren se da la transición del imperialismo al Imperio a través de la lucha por el
dominio hegemonico del poder y los recursos en el mundo entre los actores
políticos dominantes de la mano de las instituciones del capital global, las
empresas trasnacionales y elites nacionales (Ribeiro; (Daza M, Hoetmer R, Vargas
V. 2012)
Como reacción a estas políticas se ha dado el resurgimiento de movimientos
sociales de base territorial en todo América latina, destacando los casos con
participación de población indígena y rural como el levantamiento en Ecuador
(1990), la marcha por la dignidad y el territorio en Bolivia (1990), el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional en México (1994), las protestas contra la
privatización del agua en Cochabamba, Bolivia (2000) etc. (Seoane, Taddei y
Algranati, 2006; Daza M, Hoetmer R, Vargas V, 2012). Se trata de movimientos
donde el discurso de la etnicidad según Radovich y Balazote (2006) es parte de
un “conjunto de estrategias elaboradas para lograr la movilización política o para
lograr la realización de reivindicaciones sociales”
En México desde la óptica del EZLN, la globalización neoliberal es vista como
expresión de una nueva guerra de conquista de los territorios, la cual es
denominada como “Cuarta guerra mundial”. Algunas investigaciones han
abordado este planteamiento recurriendo al marco teórico de la ecología política y
antropología del desarrollo, para dar cuenta de los casos de resistencia en
comunidades y poblaciones latinoamericanas que se organizan para la defensa de
la naturaleza y su territorio ante los proyectos extractivistas del modelo capitalista
mundial en su faceta neoliberal. Algunas de las aportaciones más significativas al
respecto son los trabajos de Zibechi (2015) y Seoane J., Taddei E., y Algranati C.
(2006) , de Coronil (2000) Boron A., Lechini G. (2006) y Baronnet, Mora, Stahler-
Sholk (2011) sobre la lucha de los Zapatistas en Chiapas, Arturo Escobar en
relación con el movimiento en defensa de los Bosques en Colombia, Cajigas-
Rotundo ( 2000) acerca de las organizaciones bosquesinas en defensa de la
Amazonia, entre otros.
2.- PROBLEMA
La adopción del modelo neoliberal en nuestro país a finales de los años ochenta,
ha reconfigurado las formas de colonización de la naturaleza a través de
actividades de neo-extractivistas las cuales han implicado la sobreexplotación de
la naturaleza y las personas, ocasionando agravios ecológicos, económicos y
culturales, en territorios con gran diversidad cultural y biológica, habitados
históricamente por comunidades indígenas.
El desarrollo de estos proyectos ha llegado acompañado de una serie de reformas
que legalizan el despojo y la sobreexplotacion de los recursos, entre ellos los
hidrocarburos. En 2014, la promulgación de la llamada “Reforma Energética”,
legalizó el otorgamiento por parte de Petróleos Mexicanos (PEMEX), de
concesiones a empresas para la explotación de hidrocarburos, incluyendo el
procedimiento conocido como Fractura Hidráulica o Fracking.
El Fracking es una “técnica para extraer del subsuelo petróleo y gas natural de
yacimientos llamados “no convencionales”, conformados por formaciones rocosas
poco permeables denominadas lutitas bituminosas, estos suelen ubicarse a
profundidades de entre mil y cinco mil metros por debajo de la superficie terrestre.
Para su extracción se requiere la perforación de pozos horizontales a través de los
cuales se fractura la roca con la inyección a elevada presión de una mezcla de
agua, arena y sustancias químicas que forza la salida de los hidrocarburos de los
poros. Por ello dicha técnica conlleva la ocupación de vastas zonas de territorio y
contaminación de amplios volúmenes de agua. (Alianza contra el Fracking, 2015)
No obstante que los proyectos de extracción por fractura hidráulica están
prohibidos en la mayoría de los países de Europa, debido a sus probadas
consecuencias negativas en la disponibilidad del agua para el consumo humano,
la contaminación de mantos freáticos, impactos a la salud y la emisión de gases
de efecto invernadero, desde el 2003 esta técnica ha sido auspiciada por PEMEX
a través de concesiones a las empresas petroleras norteamericanas Halliburton,
Schlumberger o Baker Hughes. Según información obtenida por Alianza contra el
Fracking (2015) al menos hasta el 2013, han sido fracturados 3000 pozos
mediante esta técnica, en estados como Coahuila, Puebla, Tamaulipas, Tabasco y
Veracruz.
Con la reforma energética, el riesgo del Fracking se centra principalmente en los
municipios de Veracruz, Puebla, Tabasco y San Luis Potosí. En este último
estado, dada su posición geográfica, que lo mantiene inmerso en procesos de
flujos económicos de capital global, según Francisco Cravioto integrante de
Alianza Contra el Fracking y de FUNDAR, serian 18 municipios de la huasteca sur
los que se podrían ver afectados por el uso de esta técnica en territorios habitados
por comunidades, tének, náhuatl y mestizos. (Sinembargo, 2016). Aunado a esta
amenaza se encuentran la construcción de un gasoducto en el municipio de Axtla
de Terrazas y el proyecto de trasvase de agua conocido como “Monterrey VI”
Esto ha propiciado que las comunidades que se verían afectadas, manifiesten su
oposición a través de diversas acciones de denuncia y difusión de la problemática.
El pasado 22 y 23 de julio de 2016, en el municipio de Xilitla, tuvo lugar “El
Segundo Encuentro Internacional Contra el Fracking y para la defensa del agua”,
convocado por la Coordinadora de Organizaciones Campesinas de la Huasteca
Potosina, y la Alianza Mexicana Contra el Fracking. En dicho evento al cual
asistieron autoridades de más de 84 núcleos agrarios de poblaciones náhuatl,
tének y no indígenas provenientes de nueve municipios de la huasteca potosina,
así como integrantes de organizaciones y colectivos de estados al norte, golfo y
centro de México, se reiteró el rechazo a la implementación de estos proyectos en
sus territorios, lo cual ha sido respaldado con actas de asamblea de al menos 110
comunidades y ejidos localizados en los municipios de Ébano, Ciudad Valles,
Tanlajás, Tancanhuitz, Huehuetlán, Coxcatlán, Matlapa, Axtla de Terrazas,
Aquismón, Tamazunchale y Xilitla (Alianza Mexicana Contra el Fracking, 2016).
El avance de estos proyectos altamente agresivos en gran parte de la geografía
nacional, contando con la complicidad no solo de las instituciones
gubernamentales, sino también de instituciones académicas y científicas, pone de
manifiesto la hegemonía del modelo neoliberal como única opción de desarrollo,
entorno a la transformación de la naturaleza en recursos naturales susceptibles de
explotación, implicando despojo y violencia sobre comunidades rurales o
indígenas. Lo importante aquí son los procesos de resistencia de las comunidades
entorno a defensa de la naturaleza y el territorio, que llevan implícitos la
afirmación de prácticas y representaciones culturales-ecológicas distintas al
modelo occidental-extractivo.
3.- JUSTIFICACIÓN
Desde el enfoque de la Modernidad/Colonialidad, la presente investigación
pretende abonar al desarrollo de la disciplina antropológica en dos sentidos: en
primer lugar, al tratarse de un ejercicio crítico y reflexivo entorno a las herencias
coloniales y eurocéntricas, en los saberes construidos por las ciencias sociales,
intentando sumarse a los debates latinoamericanos, sobre la necesidad cada vez
más urgente en un mundo profundamente excluyente y desigual, de
“descolonizar” el quehacer antropológico, lo cual implica distanciarnos del
relativismo liberal paternalista y una postura de imparcialidad académica,
asumiendo un compromiso ético y político con las comunidades con las que
trabajamos, ya que como antropólogos, nos encontramos en mejor posición que
nadie para visibilizar los efectos negativos del neoliberalismo, así como para
acompañar los procesos de organización y defensa realizados por las propias
comunidades. (Gledhill 2000 ).
En segundo lugar, la presente investigación está orientada hacia lo que plantea
Escobar (2003), sobre la necesidad de desarrollar un encuadre latinoamericano de
Ecología Política, que busque una perspectiva geopolítica sobre la cuestión de la
naturaleza, es decir, que analice los procesos de explotación de la naturaleza
como parte de una dinámica global de neoliberalismo de mercado. Para lo cual
esta ecología política debe de dar cuenta del deterioro ambiental, producto de las
prácticas ecológicamente destructivas de la modernidad. Ello implica generar una
ética y cultura de la sustentabilidad, alejadas de las prácticas de explotación
occidentales, lo cual implicaría que como antropólogos debemos orientarnos a
documentar las prácticas de la diferencia ecológica y cultural, desplegada por los
movimientos de resistencia de las comunidades.
4.- OBJETIVO
General
1.- Describir los actores sociales, instituciones y redes de poder involucrados en el en el conflicto socioambiental generado por la amenaza de la implantación de proyectos extractivos de hidrocarburos mediante la técnica de fracking o fractura hidráulica en municipios de la huasteca sur del estado de San Luis Potosí.
Específico:2.- Describir las formas y dinámicas de la conformación de poderes hegemónicos
y contrapoderes desafiantes en los procesos de apropiación y distribución de los
recursos naturales implicados en dicho conflicto socioambiental
3.- describir las estrategias de resistencia y su relación con la identidad étnica y
social, desplegadas por las comunidades indígenas de la huasteca sur ante la
posible implementación del proyecto de Fracking.
5.- Preguntas de Investigación
¿Cuáles los actores sociales y las redes de poder desplegadas en torno al
conflicto socioambiental desatado por la amenaza del uso de la técnica de
Fracking para la extracción de hidrocarburos en la zona de la huasteca sur de
San Luis Potosí?
¿Cuál es la percepción de los habitantes de estas comunidades respecto de
los efectos y riesgos del posible uso de la técnica de Fracking?
¿Qué papel ha jugado el discurso de identidad étnica como agente
movilizador de las comunidades indígenas dentro del proceso de resistencia
al proyecto del Fracking?
6.-Marco Teórico-Conceptual
El concepto fundamental para entender el impacto de la modernidad, en todos los
ámbitos de la realidad cultural y política contemporánea de Latinoamérica, es la de
Colonialidad del Poder elaborado por el sociólogo peruano Aníbal Quijano, el cual
parte de la idea de que con la conquista de las sociedades y las culturas que
habitan lo que hoy es conocido como Latinoamérica, comenzó la formación de un
orden mundial que 500 años después, culmina con la formación de un poder
global que articula todo el planeta, conocido hoy en día como globalización. Dicho
proceso implicó la dominación directa política, social y cultural de los europeos
sobre los conquistados, lo cual derivó en una brutal concentración de los recursos
del mundo bajo el control y beneficio de una reducida minoría de las clases
dominantes (Quijano 1992, 2000).
La matriz de poder de la colonialidad está conformada a través de dos ejes
principales. En primer lugar la creación de un sistema de dominación social de
relaciones intersubjetivas, basado en la clasificación jerárquica de la población a
partir de la invención y naturalización de las categorías de raza, género y clase. En
segundo lugar, un sistema de relaciones sociales materiales, orientado al control
del trabajo, a partir de la articulación de todas las formas conocidas de
explotación, en una sola estructura de mercancías para las exigencias del
mercado mundial, entorno a la hegemonía del capital. (Quintero, 2015).
La colonialidad del poder se convierte en el elemento fundamental de la
conformación y consolidación del capitalismo mundial. Con la conquista de
América Latina el capitalismo se hace mundial y eurocentrado, articulando todas
las formas de trabajo y sus productos bajo su dominio, asentándose a través de la
colonialidad y la modernidad en un patrón de poder imperante hasta nuestros días.
(Quijano, 2000; Quintero, 2015).
Este proceso se desenvolvió la par del establecimiento de la superioridad de los
saberes producidos por la sociedad liberal capitalista, lo cual implico la
subalternizacion de los conocimientos considerados ajenos a la racionalidad
occidental, incluidos los saberes y sabidurías ancestrales de las sociedades
indígenas de América Latina, actitud que ha sido denominado como Colonialidad
del Saber (Lander, 2000).
Contrario a la suposición que vivimos actualmente en un mundo descolonizado y
poscolonial, desde una perspectiva decolonial se plantea en cambio, que tanto la
división histórica social del trabajo entre centros y periferia, así como la
jerarquización étnico racial de las poblaciones, no se transformó significativamente
con el fin del colonialismo , sino que al contrario, nos encontramos frente a la
transición del colonialismo moderno a la colonialidad global, proceso que si bien
ha implicado la transformación de las formas de dominación, ha conservado
intocable la estructura de dependencia y subordinación entre centros y periferias,
representado hoy en día por instituciones del capital global como el FMI y la
OECD por citar algunas. De tal manera que el capitalismo global contemporáneo,
implica la resignificación del régimen de exclusiones generadas por las jerarquías
epistémicas, espirituales, raciales/étnicas y de género y sexualidad, impuestos por
la modernidad desde los siglos, XVI y XVII, lo que queda de manifiesto al observar
como los regímenes de explotación, exclusión y discriminación que dirigen la
distribución social del trabajo y de recursos son desplegados actualmente sobre
los mismos territorios y las poblaciones de los países colonizados (Quijano, 1992;
Castro-Gómez , 2000).
La clave del éxito de la expansión y consolidación del capitalismo global, no radica
únicamente en el dominio económico o en las relaciones de producción impuestas,
- como sostiene el marxismo por ejemplo - sino en su capacidad para desplegar
un dominio sobre el imaginario y las representaciones de los colonizados, tal y
como lo plantea Escobar (2007) al analizar al
“desarrollo” como un régimen de representación, como una invención del
capitalismo de la posguerra, un discurso que ha moldeado toda la concepción de
la realidad social de los países que desde entonces han sido considerados como
pobres y subdesarrollados, invisibilizando la diversidad y complejidad cultural de
los pueblos del tercer mundo y la colonización las economías y las ecologías
humanas y naturales del Tercer Mundo.
La clave del desarrollo, es justamente que tanto los discursos y representaciones
sociales construidas en torno a él, conforman un poderoso entramado institucional
que posibilita y justifica, las intervenciones de diverso tipo en las naciones y
localidades que se suponen subdesarrolladas (Quintero 2015). Una de las formas
más usuales de esta intervención es la explotación de la naturaleza, la cual desde
tiempos coloniales hasta la fecha es una de las principales fuerzas generadoras
de riquezas , y no solo como un factor más de la producción. (Coronil, 2000).
Sin embargo, la explotación actual de la naturaleza opera bajo nuevas
condiciones, las cuales forman parte de un proceso que se denomina como
globalización neoliberal, faceta posmoderna del capitalismo global, el cual se
desarrolla a través de las fuerzas del mercado crecientemente no reguladas y
móviles, lo cual genera un efecto de polarización de las diferencias sociales entre
las naciones, como al interior de estas. La riqueza global se concentra en pocas
manos, y la brecha entre una minoría rica y una mayoría pobre se amplía cada vez
máqs (Coronil, 2000).
Desde esta perspectiva, los países del tercer mundo son vistos como fuente de
mano de obra barata y de recursos naturales. Esto debido a una construcción
particular de la naturaleza en mercancía a partir de la consolidación del
capitalismo, para satisfacer las necesidades del mercado global, que como
comenta Cajigas-Rotundo (2007) alimenta la gula de la sociedad del confort, es
decir la búsqueda insaciable de nuevas fuentes de consumo.
La implementación de nuevas tecnologías para optimizar este proceso o para la
creación de nuevos recursos naturales ha sido denominada como tecnonaturaleza
(Escobar, 2000) y el proceso en el cual se desenvuelve es denominado como
ecocapitalismo (Cajigas-rotundo, 2007). La fuerza de esta inercia es tan grande
que ha generado una reprimarizacion que ha llevado a muchas naciones
latinoamericanas a la dependencia de la explotación de la naturaleza para la
integración de sus economías al mercado mundial (Coronil, 2000).
Bajo la hegemonía de la globalización neoliberal la generación de riqueza a través
de la explotación del trabajo y la naturaleza, se da bajo nuevas circunstancias
geopolíticas, caracterizadas por el desmantelamiento del control estatal como
parte de una producción no regulada y la libre circulación de bienes primarios y
mercancías (Coronil , 2000). Este proceso es visto por Hardt y Negri (2000) a la
luz de lo que han llamado: Imperio, diferenciándolo del llamado imperialismo o
colonialismo, como una red de relaciones de poder que reproducen el capitalismo
a partir de la constante reorganización de la vida y los recursos naturales siendo
“un aparato de mando descentrado y deterritorializado que incorpora
progresivamente a todo el reino global dentro de sus fronteras abiertas y
expansivas” (p. 4-5).
La principal característica del imperio es su capacidad para trascender fronteras y
los limites. Su principal virtud es la capacidad para ejercer su dominio sobre los
aspectos de la vida social en su totalidad, conformándose como la forma más
representativa del llamado biopoder, donde el objetivo del poder es la producción y
la reproducción de la misma vida. Cuando este poder adquiere un control absoluto
sobre las conciencias, el cuerpo y la totalidad de las relaciones sociales, se
convierte entones en biopolitica. (Hardy y Negri, 2000). Este proceso es analizado
por Lander (1999-2000) como la transición de una economía de mercado dando
paso a la sociedad de mercado.
En el régimen del imperio, y ante el deterioro ambiental ocasionado por la
sobreexplotación capitalista, la naturaleza moderna comienza a ser transformada
a partir de otros discursos y formas que la “ambientalizan”, como el de la
“biodiversidad” o el “desarrollo sustentable”, dando paso a nuevas formas de
colonialismo de la naturaleza, que desde la óptica de la Colononialidad del poder
se denomina como bio-colonial (Cajigas-Rotundo, 2000).
Esta explotación de la naturaleza está garantizada por la simbiosis cada vez
mayor entre los organismos económicos supranacionales, como el llamado
Proyecto Mesoamérica , el Tratado de libre comercio (TLC) y el Área de libre
comercio de las Américas (ALCA) , y los mecanismos de coerción del Estado
desplegados sobre los territorios y las naciones intervenidas, a través de la
creciente militarización de las relaciones sociales y la criminalización de la protesta
social en algo que se ha denominado como neoliberalismo de guerra (Seoane,
Taddei y Algranati , 2006).
Como respuesta a los efectos negativos de estas medidas, han resurgido nuevas
expresiones de resistencia y rebeldía, de origen rural e indígena que tienden a
confluir en su oposición a las políticas neoliberales. Sus reivindicaciones suelen
centrarse en dos aspectos: por un lado en la reapropiación de sus espacios de
vida- territorios entendido como “el conjunto de proyectos y representaciones en
las que una serie de nuevas conductas e inversiones pueden emerger
pragmáticamente, en el tiempo y en el espacio social, cultural estético y cognitivo”
- un espacio existencial de autorreferencia en el que “disidencias subjetivas”
pueden emerger” (Escobar 2000); el reconocimiento de sus derechos colectivos y
el cuestionamiento al régimen político y al modelo de democracia representativa
occidental y al modelo de Estado-Nacion Latinoamericano (Seoane et al., 2006).
Por lo que pueden ser llamados como movimientos contrahegemonicos al
desplegar acciones de crítica y oposición a las políticas económicas y culturales y
a los rezagos históricos de la colonialidad (Baronnet, Mora Bayo y Stahler-Sholk,
2011).
Con base en lo ya expuesto, el marco conceptual de esta investigación, quedará
conformado por los conceptos de la colonialidad del poder, Desarrollo,
neoliberalismo, territorio-región y movimientos contrahegemonicos.
El análisis partirá del planteamiento de Escobar (2000), sobre la necesidad de
desarrollar un encuadre latinoamericano de ecología política, capaz de dar cuenta
en el marco de la globalización neoliberal, de la axiomatización de la naturaleza
como mercancía y recurso, lo cual subalterniza los modelos locales de las
comunidades rurales e indígenas latinoamericanas de percibir y relacionarse con
lo natural. Lo cual implica que los antropólogos nos interesemos en describir los
mecanismos de poder y conocimiento involucrados en el uso, acceso y control de
la naturaleza, y en las construcciones sociales sobre la misma (Durand, Figueroa y
Guzmán, 2015).
Desde la llamada Antropología del Desarrollo o de la Modernidad (Quintero 2015),
como espacio critico-analítico, es posible rastrear el origen de los discursos y
prácticas que auspician el control y la explotación de la naturaleza en países como
México. El despliegue de nuevos discursos que en marco de la actual faceta
neoliberal de la globalización, disfrazan la explotación con supuestas medidas de
protección y conservación del ambiente, ponen de manifiesto el papel perverso de
algunas ONG e instituciones académicas o científicas que en nuestro país actúan
al servicio de los intereses económicos, para que de la mano de los poderes
estatales, se les otorgue a las empresas trasnacionales, el “aval científico” y de
impacto ambiental necesarios, para el desarrollo de megaproyectos sin ser
consultados por las comunidades receptoras.
La conflictividad social generada por la intención de algunas empresas extranjeras
de utilizar el Fracking, o fractura hidráulica, para extraer Gas del subsuelo en los
municipios de la región sur de la huasteca de San Luis Potosí, que surge en el
marco de estas reconfiguraciones del concepto de naturaleza, y la ola de
reformas legales privatizadoras de corte neoliberal como la llamada “Reforma
Energética”, que posibilitan la extracción de recursos de alto valor energético para
satisfacer las necesidades de mercado , y por el otro una defensa del territorio-
región por parte de las comunidades afectadas como espacios de la defensa de la
diferencia cultural, ecológica y económica (Escobar, 2000).
7.- Marco Metodológico
El enfoque metodológico de esta investigación parte de las posturas críticas
entorno a los métodos y conocimientos generados por la ciencia antropológica
tradicional, cuyo vínculo histórico con el poder colonial, derivó en la creación de
una serie de valoraciones etnocéntricas sobre las sociedades estudiadas que
reproducían lógicas y racionalidades coloniales (Speed 2006, Quintero 2015).
El distanciamiento con estas formas de investigación, implica el desarrollo de
nuevas metodologías que replanteen la relación colonial entre investigador/objeto
de estudio; en este sentido la presente propuesta metodológica busca ser una
combinación, entre la investigación cualitativa con la etnografía como método
central, pero a través de enfoques más participativos y colaborativos, como la
llamada investigación descolonizada activista (Speed 2006, Hale, 2008, Aubry
2011)
Según Hale (2008), la investigación descolonizada, contrario a la pretensión de
objetividad y neutralidad científica, parte de la idea de que el investigador es un
actor social ubicado, pues tiene género, cultura y perspectiva política propios,
ocupa una posición determinada en las jerarquías raciales nacionales y
trasnacionales, y su formación social como investigador lo ubica en un estrato
social muy particular. Al reconocer lo anterior, el investigador puede optar por una
gama de tomas de posición, entre las que se encuentran, establecer una alianza
básica con un grupo de sujetos organizados en lucha, y comprometerse a producir
conocimiento en diálogo con ellos, sin perjuicio alguno de la calidad y rigor de la
investigación que resulta, pues el investigador conserva su espacio de
enunciación propio.
Desde esta perspectiva, se debe hacer lo posible para que el desarrollo de la
investigación, desde la formulación del tema, la recolección de datos y la
diseminación de resultados, se realice en diálogo y colaboración con el grupo en
lucha, hacia “objetivos políticos compartidos”, lo cual pudiera asegurar mejores
resultados, ya que las personas y grupos tienden a proveer más y mejor
información cuando tienen algo en juego en los resultados, y no solo son
reducidos a simples informantes, a materia prima digna de ser analizada solo por
el experto (Hale 2008; Speed 2006; Leyva, Burguete, y Speed 2008).
Una de las principales preocupaciones de la investigación descolonizada es
justamente la valorización desigual del conocimiento antropológico o “científico”,
sobre el conocimiento producido por los “sujetos” en sí, ignorando como lo
menciona Aubry (2011), el valor cognitivo de la lucha social, de ahí que en una
investigación de estas características, sea indispensable e ineludible, el uso de
técnicas de campo como la observación participante y la entrevista, que permitan
recabar este conocimiento, que no solo contribuya al conocimiento teórico, sino
también a su resolución, acorde con las demandas y necesidades de los
afectados. (Speed, 2006)
La etnografía, abarca un conjunto de métodos, cuya principal característica es que
el “etnógrafo participa, abiertamente… en la vida diaria de las personas durante un
período de tiempo, observando qué sucede, escuchando qué se dice, haciendo
preguntas; de hecho, haciendo acopio de cualquier dato disponible que sirva para
arrojar un poco de luz sobre el tema en que se centra la investigación”
(Hammersley y Atkinson 1994, p. 3)
La observación participante implica en este sentido, como lo propone Aubry (2011)
ser simultáneamente espectador y actor partícipe de las soluciones al problema
social que está en estudio, es decir, la participación directa y comprometida en la
vida comunitaria, así como la observación y registró a través de notas de campo
de lo que se produce alrededor, según los objetivos previamente establecidos
conforme a los intereses de la alianza entre el investigador y el grupo en lucha
(Guerrero, 2015). Lo cual debería incluir, la observación de las prácticas cotidianas
de la diferencia cultural entorno a la naturaleza, así como la praxis política de su
defensa.
Para ampliar el sentido de la información recabada durante la observación, se
requiere el uso de entrevistas, la cual consiste en un encuentro dialogal con los
interlocutores principales. Es importante recalcar que en este trabajo, se usara el
concepto de interlocutor en lugar de informantes clave, por considerar que el uso
de este último lleva implícito una relación asimétrica entre investigador/sujeto,
inercia que es necesaria romper, a través del reconocimiento de que en una
entrevista participan dos o más sujetos sociales, cargados con sus propios
referentes de sentido, que buscan comprender una realidad para transformarla.
(Guerrero, 2015). En este sentido, se optará en una primera fase por la
realización de entrevistas individuales semiestructuradas (a la forma de un
encuentro dialogal encaminado al tema de los objetivos establecidos), a
representantes de la organización en lucha, con el fin de conocer el contexto
general de la problemática y los posicionamientos al respecto; y en una segunda
fase, la realización de actividades grupales –como entrevistas o grupos de
discusión- con la base asociativa de la comunidad, a fin de profundizar en los
discursos que se producen desde diferentes perfiles sociales y hacia la
construcción de alternativas.
La organización social con la que se busca entablar una relación colaborativa, y
con quien se discutiría la pertinencia de los objetivos plasmados en esta
investigación, es precisamente la Coordinadora de Organizaciones Campesinas e
Indígenas de la Huasteca Potosina A. C (COCIHP). Esta organización fue fundada
en 1994 con el objetivo de favorecer procesos de organización entre comunidades
indígenas nahuas y tének, productores de café y campesinos, en relación con la
gestión de demandas sociales ante el gobierno. Su cede se encuentra en el
municipio de Xilitla, y actualmente son quienes han coordinado la defensa de las
comunidades de la región huasteca del estado de San Luis Potosí, que se oponen
al avance de los proyectos de extracción de hidrocarburos mediante la técnica de
Fracking y la construcción de gasoductos en su territorio. (SICETNO. 2012 UNAM)
El Lugar de Investigación.
Según información de la Coordinadora de Organizaciones Campesinas e
Indígenas de la Huasteca Potosina (COCIHP) y de Alianza Nacional contra el
Fracking, los municipios que más se encuentran amenazados por el avance de
estos proyectos son: Tancanhuitz de Santos, Xilitla y Axtla de Terrazas (La
Jornada Veracruz, 2016). ANEXO1 y 2
A continuación me enfocare en describir las características generales de las
microrregiones de la huasteca donde se asientan estos municipios. Estas
microrregiones son unidades territoriales que se conforman al menos por dos
municipios, independientemente del nivel de cualificación que posean (Vázquez
2011) Anexo 3
La micro región huasteca centro está conformada por los municipios de Aquismón,
Tancanhuitz de Santos, Huehuetlán, Tanlajás, San Antonio y Tampamolón
Corona. En ellos, es importante la presencia de población indígena, especialmente
de téneks y nahuas. (Vázquez 2011). Cuenta con los más altos indicadores de
pobreza en el estado. Sus ejes productivos son principalmente agropecuarios,
destacando el cultivo de caña de azúcar para piloncillo, los cítricos y el café. (PED
2009-2015). Según declaraciones de miembros de la COCIHP, en la comunidad
de Tuzantla, municipio de Tancanhuitz, empresas subsidiarias de la Comisión
Nacional del Agua (CONAGUA), han intentado hacer perforaciones en esta zona
sin consentimiento de la comunidad, por lo que los habitantes les han impedido el
paso. (La Jornada Veracruz, 2016)
La micro región huasteca sur asentada en Sierra Madre Oriental, está constituida
por los municipios de Xilitla, Matlapa, Coxcatlán, Axtla de Terrazas,
Tamazunchale, Tampacán, San Martín Chachicuatla. En ella vive la mayor parte
de población indígena en el estado, principalmente de la etnia nahuátl y tének . Es
una de las zonas más densamente poblada y con mayor diversidad cultural, así
como con altos niveles de marginación social. Las principales actividades son el
cultivo de cítricos y café. (PED 2009-2015). En Cruxtitla, municipio de Xilitla se han
detenido las perforaciones en el subsuelo mientras que en Chimalaco, municipio
de Axtla de Terrazas, los habitantes han frenado la construcción de un gasoducto
de PEMEX. (La Jornada Veracruz, 2016)
Dada la Metodología que pretendo desarrollar en esta investigación, la definición
de las comunidades en las cuales desarrollare el trabajo de campo dependerá de
un primer encuentro dialogal con los representantes y/o voceros de la
organización (he identificado tres personas como posibles interlocutores, de
quienes hasta no tener su autorización se pueden difundir sus nombres), lo cual
constituye una primera etapa de esta investigación. Esta forma de trabajo obedece
también los siguientes puntos:
a) El acceso a las comunidades a trabajar dependerá de la autorización
explícita de los representantes y/o voceros, debido al rechazo manifiesto de
los integrantes de las comunidades a la presencia de personas externas, y
más si pertenecen a alguna institución académica o gubernamental.
b) Por la situación de inseguridad que prevalece en esas zonas, es necesaria
hacer una evaluación de riesgo con la información que me proporciones los
representantes y/o voceros.
Cronograma (Anexo 4)
La Cuestión Ética
Optar por la investigación descolonizadora activista, implica ya de antemano
adoptar un punto de vista, crítico, responsable y comprometido, en torno a las
implicaciones éticas de la investigación social. Sin embargo, es necesario enfatizar
la posición que se asumirá en cuanto a los asuntos éticos derivado de esta
investigación:
El hecho de que se buscará en todo momento, que en cada uno de las etapas de
la investigación se lleve a cabo en colaboración y revisión por parte de los actores
involucrados, implica necesariamente contar no solo con el consentimiento sino
con el interés de participar activamente en ella. Ya que como lo menciona
Hammersley y Atkinson (1994) en todo momento la gente deberá estar informada
acerca de la investigación de manera comprensible y detallada, y debería otorgar
su consentimiento incondicional. De esta forma tanto el uso de grabadoras de voz,
como de cámara fotográfica y video se hará con previo aviso y consentimiento de
los interlocutores.
La privacidad es otro de los aspectos a cuidar en una investigación. La
información que se obtiene y se hace pública puede tener serias consecuencias
para los implicados, más cuando estos se encuentran inmersos en una lucha
política contra estructuras de poder, y la información publicada pueda ser usada
en su contra. De ahí que en todo momento se respetara la integridad y autonomía
de los individuos, a fin de salvaguardar su reputación o seguridad permitiendo el
anonimato para quien así lo pida y sometiendo a consideración de los
interlocutores la información sensible que al ser publicada pudiera repercutir en los
procesos de lucha, ya que esta puede ser utilizada a modo de “inteligencia
etnográfica”. (Hammersley y Atkinson;1994)
Finalmente, esta investigación no pretende ser el mero retrato de aquellas
investigaciones “extractivistas” que solo reportan beneficios para las carreras
universitarias de los investigadores y que brindan reconocimiento académico,
obsesionados con publicaciones y artículos que la mayoría de las veces carecen
de un sentido ético de devolución en forma de algún beneficio palpable o real para
la comunidad.
En este sentido, la responsabilidad de compartir los principales hallazgos de la
investigación con los protagonistas, no es solo un imperativo metodológico para
culminar exitosamente el proceso colaborativo, sino que, como investigador
comprometido se debe buscar que el conocimiento producido de manera conjunta
tenga un valor y uso práctico en cuanto a las prioridades políticas del grupo en
lucha. En este sentido, la investigación que llevo a cabo, puede servir para que los
implicados reconozcan su especificidad cultural entorno a la protección de la
naturaleza y su territorio, frente a las lógicas de extracción y explotación del
modelo capitalista neoliberal. (Hale, 2008)
Anexo 1
Anexo 2
Anexo 3
8.- Bibliografía
OJOS IMPERIALES
Dulzura y poder
Aubry A. (2011) Otro modo de hacer ciencia. Miseria y rebeldía de las ciencias
sociales en Luchas “muy otras” Zapatismo y autonomía en las comunidades
indígenas de Chiapas. México. Universidad Autónoma Metropolitana UAM-
Xochimilco.
Baronnet, B., Mora, M., Stahler-Sholk R. (2011) Luchas “muy otras” Zapatismo y
autonomía en las comunidades indígenas de Chiapas. México. Universidad
Autónoma Metropolitana UAM-Xochimilco.
Boaventura S. (2010) Descolonizar el saber, Reinventar el Poder. Uruguay:
Universidad de la Republica Ediciones Trilce.
Boron A., Lechini G. (2006) Política y movimientos sociales en un mundo
hegemónico lecciones desde África, Asia y América Latina. Buenos Aires.
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales – CLACSO.
Cajigas-Rotundo, J. La biocolonialidad del poder. Amazonía, biodiversidad y
ecocapitalismo en Lander E. (2000) La colonialidad del saber: eurocentrismo y
ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO.
Castro-Gómez S y Grosfoguel R. (Comp). (2007) El giro decolonial: reflexiones
para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del
Hombre Editores; Universidad Central, Instituto de Estudios Sociales
Contemporáneos y Pontificia Universidad Javeriana, Instituto Pensar.
Coronil F. (2000) Naturaleza del poscolonialismo: del eurocentrismo al
globocentrismo en Lander E. La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias
sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO.
Duran L., Figueroa F., Guzmán M. (Comp). (2015) La naturaleza en contexto.
Hacia una ecología política mexicana. México. Universidad Autónoma de México.
Escobar A. (2007) La invención del Tercer Mundo Construcción y deconstrucción
del desarrollo. Venezuela. Fundación Editorial el perro y la rana Caracas.
Escobar A. (2000) El lugar de la naturaleza y la naturaleza del lugar:
¿globalización o posdesarrollo? en Lander E. La colonialidad del saber:
eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires:
CLACSO.
Escobar A. (2003) Mundos y conocimientos de otro modo. El programa de
investigación de modernidad/colonialidad latinoamericano. Revista Tabula Rasa.
Bogotá - Colombia, No.1: 51-86, enero-diciembre.
Gledhill J. (2000) El poder y sus Disfraces. Perspectivas Antropológicas de la
política. Barcelona. Ediciones Bellaterra.
Guerrero P. (2010) Corazonar Una Antropología Comprometida con la Vida.
Miradas otras desde Abya-yala para la descolonización del poder, saber y del ser.
Ecuador. Ediciones Abya-Yala.
Guerrero P. (2010) Corazonar Una Antropología Comprometida con la Vida.
Miradas otras desde Abya-yala para la descolonización del poder, saber y del ser.
Ecuador. Ediciones Abya-Yala.
Guzmán M. y Madrigal D. (2015) Naturaleza y sociedad en San Luis Potosí.
Apuntes para una ecología política en La naturaleza en contexto. Hacia una
ecología política mexicana. México. Universidad Autónoma de México.
Hale Charles R. (2008) Reflexiones sobre la práctica de una investigación
Descolonizada en ANUARIO CESMECA 2007. Universidad de Ciencias y Artes
de Chiapas. Tuxtla,Gutierez.
Hammersley M y Atkinson P. (1994) Etnografía. Métodos de Investigación.
Barcelona. Paidós.
Hardt M y Negri A. (2000) Imperio. Cambridge, Massachussets. Harvard University
Press.
Lander E. (2000) La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales.
Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO.
Lander E. (1999-2000) ¿Conocimiento para qué? ¿Conocimiento para quién?
Reflexiones sobre la universidad y la geopolítica de los saberes hegemónicos.
Estudios Latinoamericanos Nueva Epoca, años VI y VII, núm. 12 y 13, Julio-
Diciembre.
Leyva, Burguete, y Speed (2008) Gobernar (en) la diversidad: experiencias
indígenas desde América Latina. Hacia la investigación de co-labor. Publicaciones
de la Casa Chata. Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social : Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
Quijano A. (1992). Colonialidad y modernidad/racionalidad. En Perú Indígena Nº
13 (29). pp: 11-20.
Quijano A. (2000) Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina en La
colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas
latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO.
Quijano, A. (1998) Colonialidad del poder, cultura y conocimiento en América
Latina. Lima, Perú. En ANUARIO MARIATEGUIANO, Vol. IX, N* 9.
Quintero P. (2015) Antropología del Desarrollo. Perspectivas Latinoamericanas.
Buenos Aires. Kula Ediciones.
Seoane J., Taddei E., y Algranati C. (2006) Las nuevas configuraciones de los
movimientos populares en América Latina en Boron A., Lechini G. Política y
movimientos sociales en un mundo hegemónico lecciones desde África, Asia y
América Latina. Buenos Aires. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales –
CLACSO.
Speed, S. (2006) Entre la antropología y los derechos humanos Hacia una
investigación activista y comprometida críticamente. Alteridades, vol. 16, núm. 31,
enero-junio pp. 73-85. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa
Distrito Federal, México
Vázquez V. Nuevas regiones del estado de San Luis Potosí: una expresión
territorial de su integración funcional para la competitividad económica. Revista
Investigaciones Geográficas. Boletin Instituto de Geografia. UNAM. Agosto 2011
Velasco S. (2003) El Movimiento Indígena y la autonomía en México. México.
Universidad Autónoma de México.
Zibechi R. (2015) Descolonizar el pensamiento crítico y las rebeldías. Autonomías
y emancipaciones en la era del progresismo. México. Bajo Tierra Ediciones
Páginas de Internet:
Alianza Mexicana Contra el Fracking (2015) Recuperado
de :http://nofrackingmexico.org/mapeo-fracking/
Alianza Mexicana Contra el Fracking (2015) Recuperado de
http://nofrackingmexico.org/que-es-el-fracking/
Alianza Mexicana Contra el Fracking (2016) Ochenta y cuatro núcleos agrarios de
la huasteca potosina se comprometen por la defensa del territorio. Recuperado de
http://nofrackingmexico.org/ochenta-y-cuatro-nucleos-agrarios-de-la-huasteca-
potosina-se-comprometen-por-la-defensa-del-territorio/
El Sol de San Luis (2016) Oposición huasteca a fracking por Pemex. Recuperado
de: http://www.oem.com.mx/elsoldesanluis/notas/n4271098.htm
La Jornada (2014) El plan Monterrey VI para llevar agua a la ciudad será un
fracaso: especialistas. http://www.jornada.unam.mx/2014/04/13/politica/009n1pol
Sinembargo (2016) Indígenas en la Huasteca están alertas: el fracking no tarda en
tomar sus patios, también su agua Recuperado de http://www.sinembargo.mx/05-
08-2016/3075229
La Jornada Veracruz (2016) recuperado de:
http://www.jornadaveracruz.com.mx/Post.aspx?id=160725_055222_183
Plan Estatal de Desarrollo (2009-2015) Gobierno del Estado de San Luis Potosí.
Recuperado de:
http://ordenjuridico.gob.mx/Publicaciones/CDs2011/CDPaneacionD/pdf/
6.%20Regiones%20de%20San%20Luis%20Potos%ED.pdf
Sistema de Consulta de Organizaciones Indígenas y Conflictos Étnicos en las
Américas. (2012). Coordinadora de Organizaciones Campesinas Indígenas de la
Huasteca Potosina A.C. - Xilitla – MÉXICO. UNAM. Recuperado de:
http://www.sicetno.org/pls/apex/f?
p=2000100:3:2086676237165401::NO::P3_ID:114