segundo capitulo invencion del tercer mundo

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invencion del desarrollo

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47(Majid Rahnema, Global Poverty: a PauPerizinG Myth, 1991)La palabra pobreza es, sin duda, una palabra clave de nuestros tiempos,muy usada bien y mal por todos. Grandes sumas de dinero se gastan en nombre de los pobres. Millares de libros y consejos de expertos continan ofreciendo soluciones a sus problemas. Sin embargo, resulta bastante extrao, que nadie, incluyendo a los supuestos beneficiarios de tales actividades, parezca tener una visin clara y compartida de la pobreza. Una razn es que todas las definiciones se tejen alrededor del conceptode carencia o deficiencia. Esta nocin refleja solamente la relatividad bsica del concepto. Qu es necesario y para quin? Y quin estcapacitado para definirlo?Captulo IILa problematizacin de la pobreza: La fbula de los tres mundos y el desarrollo48Uno de los muchos cambios que ocurri a comienzos de lasegunda posguerra fue el descubrimiento de la pobreza masiva en Asia, frica y Amrica Latina. Relativamente insignificante y en apariencia lgica, el hallazgo habra de proporcionar el ancla para una importante reestructuracin de la cultura y la economa poltica globales. El discurso blico se desplaz al campo social y hacia un nuevo territorio geogrfico: el Tercer Mundo. Atrs qued la lucha contra el fascismo. En la rpida globalizacin de la domi- nacin mundial por Estados Unidos, la guerra a la pobreza en el Tercer Mundo comenz a ocupar un lugar destacado. Para justificar la nueva guerra se esgrimieron hechos elocuentes:Ms de 1.500 millones de personas, algo as como dos tercios de la poblacin mundial, vive en condiciones de hambre aguda, defi- nida en trminos de malestar nutricional identificable. El hambre es al mismo tiempo la causa y el efecto de la pobreza, el abandono, y la miseria en que vive (Wilson, 1953: 11).Declaraciones de esta naturaleza proliferaron a finales de los aos cuarenta y cincuenta (Orr, 1953; Shonfield, 1950; United Nations, 1951). El nuevo nfasis fue estimulado por el reconoci- miento de las condiciones crnicas de pobreza y malestar social que existan en los pases pobres, y la amenaza que representa- ban para los pases ms desarrollados. Los problemas de las reas pobres irrumpieron en el escenario internacional. Las Naciones Unidas estimaron que el ingreso per cpita de Estados Unidos era de 1453 dlares en 1949, mientras que el de Indonesia apenas llegaba a 25. Esto llev al convenimiento de que haba que hacer algo antes de que los niveles de inestabilidad en el mundo entero se volvieran intolerables. El destino de las reas ricas y pobres del mundo se conceba estrechamente ligado. La verdadera prosperi- dad mundial es indivisible, declar un panel de expertos en 1948. No puede perdurar en una parte del mundo si las otras viven en condiciones de pobreza y mala salud (Milbank Memorial Fund,1948: 7; vase tambin Lasswell, 1945).La pobreza a escala global fue un descubrimiento del perodo posterior a la segunda guerra mundial. Como sostienen SachsLa invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar49(1990) y Rahnema (1991), las concepciones y el tratamiento de lapobreza eran bastante diferentes antes de 1940. En pocas colon iales la preocupacin por la pobreza estaba condicionada por la creencia de que, aunque los nativos pudieran ilustrarse algo con la presencia del colonizador, no poda hacerse gran cosa para aliviar su pobreza ya que su desarrollo econmico era intil. La capaci- dad de los nativos para la ciencia y la tecnologa, base del progreso econmico, se consideraba nula (Adas, 1989). Sin embargo, como sealan los mismos autores dentro de las sociedades asiticas, afri- canas, latinoamericanas o norteamericanas nativas, igual que a travs de la mayor parte de la historia europea, las sociedades tradi- cionales haban desarrollado maneras de definir y tratar la pobreza que daban cabida a conceptos de comunidad, frugalidad y sufi- ciencia. Como quiera que fueran tales formas tradicionales, y sin idealizarlas, es cierto que la pobreza masiva en el sentido moderno solamente apareci cuando la difusin de la economa de mercado rompi los lazos comunitarios y priv a millones de personas del acceso a la tierra, al agua y a otros recursos. Con la consolidacin del capitalismo, la pauperizacin sistmica result inevitable.Sin pretender hacer una arqueologa de la pobreza, como lo propone Rahnema (1991), es importante destacar la ruptura en las concepciones y la administracin de la pobreza, primero con el surgimiento del capitalismo en Europa y luego con el advenimiento del desarrollo en el Tercer Mundo. Rahnema describe el primer rompimiento en trminos de la aparicin, en el siglo xIx, de siste- mas para tratar a los pobres basados en la asistencia proporcionada por instituciones impersonales. En esta transicin, la filantropa ocup un lugar importante (Donzelot, 1979). La transformacin de los pobres en asistidos tuvo profundas consecuencias. Esta moder- nizacin de la pobreza signific no solo la ruptura de las relaciones tradicionales, sino tambin el establecimiento de nuevos meca- nismos de control. Los pobres aparecieron cada vez ms como un problema social que requera nuevas formas de intervencin en la sociedad. De hecho, fue en relacin con la pobreza como surgieronlas modernas formas de pensamiento sobre el significado de la vida,Captulo II50la economa, los derechos y la administracin social. La pobreza,la economa poltica y el descubrimiento de la sociedad estuvieron estrechamente relacionados (Polanyi, 1957a: 84).El tratamiento de la pobreza permiti a la sociedad conquistar nuevos territorios. Tal vez ms que del poder industrial y tecno- lgico, el naciente orden del capitalismo y la modernidad depen- dan de una poltica de la pobreza cuya intencin era no solo crear consumidores sino transformar la sociedad, convirtiendo a los pobres en objetos de conocimiento y administracin. En la opera- cin se hallaba implcito un instrumento tcnico-discursivo que posibilit la conquista de la pobreza y la invencin de una poltica de la pobreza (Procacci, 1991: 157). La pobreza, explica Procacci, se asociaba, correcta o incorrectamente, con rasgos como movilidad, vagancia, independencia, frugalidad, promiscuidad, ignorancia, y la negativa a aceptar los deberes sociales, a trabajar y a someterse a la lgica de la expansin de las necesidades. Por consiguiente, la administracin de la pobreza exiga la intervencin en educacin, salud, higiene, moralidad, empleo, la enseanza de buenos hbitos de asociacin, ahorro, crianza de los hijos, y as sucesivamente. El resultado fue una multiplicidad de intervenciones que significa- ron la creacin de un campo que algunos investigadores han deno- minado lo social (Donzelot, 1979, 1988, 1991; Burchell, Gordon y Miller, eds., 1991).Como campo de conocimiento e intervencin, lo social cobr importancia en el siglo xIx, culminando en el siglo xx con la conso- lidacin del Estado benefactor y el conjunto de tcnicas agrupadas bajo el nombre de trabajo social. No solo la pobreza, sino tambin la salud, la educacin, la higiene, el empleo y la baja calidad de vida en pueblos y ciudades se convirtieron en problemas socia- les y equeran un conocimiento amplio de la poblacin y modos apropiados de planeacin social (Escobar, 1992a). El gobierno de lo social alcanz un estatus que, como la conceptualizacin de la economa, pronto se consider normal. Se haba creado una clase separada constituida por los pobres (Williams, 1973: 104). Pero elaspecto ms significativo de este fenmeno fue el establecimientoLa invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar

511 Foucault (1979, 1980a, 1980b, 1991a) se refiere a este aspecto de la modernidad la aparicin de formas de conocimiento y de controles regulatorios centrados en la produccin y optimizacin de la vida como biopoder. El biopoder signific la gubernamentalizacin de la vida social, esto es, la sujecin de la vida a mecanismos explcitos de produc- cin y administracin por parte del Estado y de otras instituciones. El anlisis del biopoder y la gobernabilidad debe ser componente integral de la antropologa de la modernidad (Urla, 1993).de aparatos de conocimiento y poder dedicados a optimizar la vidaproducindola bajo condiciones modernas y cientficas. La histo- ria de la modernidad, de este modo, no es solo la historia del cono- cimiento y de la economa; de modo revelador, es la historia de lo social.1Como veremos, la historia del desarrollo implica la continua- cin en otros lugares de esta historia de lo social. Esta es la segunda ruptura en la arqueologa de la pobreza propuesta por Rahnema: la globalizacin de la pobreza efectuada por la definicin de dos terceras partes del mundo como pobres despus de 1945. Si en las economas de mercado los pobres eran definidos como carentes de aquello que los ricos tenan en trminos de dinero y posesio- nes materiales, los pases pobres llegaron a ser definidos en forma anloga en relacin con los patrones de riqueza de las naciones econmicamente ms adelantadas. Esta concepcin econmica de la pobreza encontr un parmetro ideal en el ingreso anual per cpita. La percepcin de la pobreza a escala global no fue ms que el resultado de operaciones estadsticas comparativas, la primera de las cuales se realiz apenas en 1940 (Sachs, 1990: 9). En 1948, cuando el Banco Mundial defini como pobres aquellos pases con ingreso per cpita inferior a 100 dlares, casi por decreto, dos tercios de la poblacin mundial fueron transformados en sujetos pobres.Y si el problema era de ingreso insuficiente, la solucin era, evidente- mente, el crecimiento econmico.Fue as como la pobreza se convirti en un concepto organiza- dor y en objeto de una nueva problematizacin. Como toda proble- matizacin (Foucault, 1986), la de la pobreza cre nuevos discur- sos y prcticas que daban forma a la realidad a la cual se referan.Que el rasgo esencial del Tercer Mundo era su pobreza, y que laCaptulo II52El surgimiento de la nueva estrategiaDesde el 11 de julio hasta el 5 de noviembre de 1949, una misin econmica, organizada por el Banco Internacional de Reconstruc- cin y Fomento, visit Colombia con el propsito de formular un programa general de desarrollo para el pas. Era la primera misin de esta clase enviada por el Banco a un pas subdesarrollado. La misin contaba con catorce asesores internacionales en los siguien- tes campos: comercio exterior, transporte, industria, hidrocarbu- ros y energa, vas carreteables y fluviales, servicios comunitarios, agricultura, salud y bienestar, banca y finanzas, economa, cuen- tas nacionales, vas frreas y refineras petroleras. Con la misin trabaj un grupo homlogo de asesores y expertos colombianos.La invencin del desarrollosolucin radicaba en el crecimiento econmico y el desarrollose convirtieron en verdades universales, evidentes y necesarias. Este captulo analiza los mltiples procesos que hicieron posible este particular evento histrico; analiza lo que podra llamarse la desarrollalizacin del Tercer Mundo, es decir, su progresiva insercin en un rgimen de discurso y prctica en el cual cier- tas medidas para la erradicacin de la pobreza se volvieron indis- pensables para el orden mundial. Tambin puede verse como un recuento de la invencin de la fbula de los tres mundos y la lucha por el desarrollo del tercero. La fbula de los tres mundos fue, y sigue siendo, a pesar de la defuncin del segundo, una manera de crear un orden poltico que funciona mediante la negociacin de fronteras lograda a travs del ordenamiento de las diferencias (Haraway, 1989a: 10). Fue (y es) una narrativa donde cultura, raza, gnero, nacin y clase estn inextricablemente ligadas. El orden poltico y econmico codificado por la fbula de los tres mundos y el desarrollo descansa sobre el trfico de significados que descri- ben nuevos campos del ser y del entender, los mismos campos que son cada vez ms cuestionados y desestabilizados por las gentes del Tercer Mundo hoy en da.La invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar53El programa exiga una multitud de mejoras y reformasque cubran todas las reas importantes de la economa. Cons- titua una representacin y un enfoque radicalmente nuevos de la realidad social y econmica de un pas. Uno de los rasgos ms destacados del enfoque era su carcter global e integral. El primero demandaba programas en todos los aspectos sociales y econmicos de importancia, mientras que la planeacin cuida- dosa, la organizacin y la asignacin de los recursos aseguraba el carcter integral de los programas y su desarrollo exitoso. El informe suministraba tambin un conjunto de prescripciones detalladas que inclua metas y objetivos cuantificables, necesida- des de inversin, criterios de diseo, metodologas y secuencias temporales.Resulta instructivo citar extensamente el ltimo prrafo del documento, ya que revela varios de los rasgos claves del enfoqueque surga por entonces:Hemos interpretado nuestros trminos de referencia como la ne-cesidad de un programa integral e interior consistente Las rela- ciones entre los diversos sectores de la economa colombiana son muy complejas, y ha sido necesario un anlisis exhaustivo de las mismas para desarrollar un marco consistente. Esta, entonces, es la razn y justificacin para un programa global de desarrollo. Los esfuerzos pequeos y espordicos solo pueden causar un pequeo efecto en el marco general. Solo mediante un ataque generalizado a travs de toda la economa sobre la educacin, la salud, la vivienda, la alimentacin y la productividad puede romperse decisivamen- te el crculo vicioso de la pobreza, la ignorancia, la enfermedad y la baja productividad. Pero una vez que se haga el rompimiento, el proceso del desarrollo econmico puede volverse autosostenido (International Bank, 1950: xV).As fue como la misin vio su tarea y, por consiguiente, el carc-ter del programa propuesto.Captulo II54Resultan notables el sentimiento mesinico y el fervor cuasireligioso expresados en la nocin de salvacin. En esta represen- tacin la salvacin exige la conviccin de que solo existe una va correcta, es decir, el desarrollo. Solo a travs del desarrollo Colom- bia podr llegar a ser un ejemplo inspirador para el resto del mundo subdesarrollado. Sin embargo, la tarea de salvacin/desa- rrollo es compleja. Afortunadamente, las herramientas adecuadas para semejante tarea (ciencia, tecnologa, planeacin, organizacio- nes internacionales) ya han sido creadas y su efectividad ha sido probada mediante experiencias exitosas en Occidente. Adems, las herramientas son neutrales, deseables y universalmente aplicables. Antes del desarrollo, nada exista: solo la dependencia frente a las fuerzas naturales, que no produjo los resultados ms felices. ElNo puede evitarse la conclusin de que la dependencia de las fuer-zas naturales no ha producido los resultados ms felices. Igualmen- te es inevitable la conclusin de que con el conocimiento de los he- chos y los procesos econmicos subyacentes, la buena planeacin para fijar objetivos y asignar recursos, y la decisin de llevar a cabo un programa de mejoras y reformas, mucho puede hacerse para mejorar el medio ambiente econmico creando polticas econmi- cas que satisfagan los requerimientos sociales verificados cientfi- camente Colombia cuenta con una oportunidad nica en su larga historia. Sus abundantes recursos naturales pueden ser tremenda- mente productivos mediante la aplicacin de tcnicas modernas y prcticas eficientes. Su posicin internacional favorable en cuanto a endeudamiento y comercio la capacita para obtener equipo y tc- nicas modernas del exterior. Se han establecido organizaciones in- ternacionales y nacionales para ayudar tcnica y financieramente a las reas subdesarrolladas. Todo lo que se necesita para iniciar un perodo de crecimiento rpido y difundido es un esfuerzo decidi- do de parte de los mismos colombianos. Al hacer un esfuerzo tal, Colombia no solo lograra su propia salvacin sino que al mismo tiempo dara un ejemplo inspirador a todas las dems reas subde- sarrolladas del mundo [International Bank, 1950: 615].La invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar55Precursores y antecedentes del discurso del desarrolloComo veremos en la prxima seccin, el discurso de desarrollo ejemplificado por la misin de 1949 del Banco Mundial en Colom- bia, surgi en el contexto de una compleja coyuntura histrica. Su invencin seal un cambio significativo en las relaciones hist- ricas entre Europa y Estados Unidos, de una parte, y la mayora de los pases de Asia, frica y Amrica Latina de la otra. Tambin cre un nuevo rgimen de representacin de estas ltimas en la cultura euroamericana. Pero el nacimiento del discurso merece alguna atencin; existieron, de hecho, precursores importantes que presa- giaron su aparicin en todo su esplendor despus de la Segunda Guerra Mundial.La lenta preparacin para el lanzamiento del desarrollo fue tal vez ms clara en frica que en otras partes. All se present, como lo sugieren algunos estudios recientes (Cooper, 1991; Page, 1991), una conexin importante entre la declinacin del orden colonial y el nacimiento del desarrollo. En el perodo interblico se prepar elterreno para instituir el desarrollo como estrategia para reconstruirdesarrollo trae la luz, es decir, la posibilidad de satisfacer requeri-mientos sociales cientficamente verificados. El pas debe desper- tarse entonces de su pasado letrgico y seguir la nica senda hacia la salvacin, que es, sin duda, una oportunidad nica en su larga historia (de oscuridad, podra aadirse).Tal es el sistema de representacin sustentado por el informe. Pese a estar expresada en trminos de metas humanitarias y de la preservacin de la libertad, la nueva estrategia buscaba un nuevo control de los pases y de sus recursos. Se promova un tipo de desa- rrollo acorde con las ideas y las expectativas del Occidente pode- roso, con aquello que los pases occidentales juzgaban como curso normal de evolucin y progreso. Como veremos, al conceptualizar el progreso en dichos trminos, la estrategia de desarrollo se convirti en instrumento poderoso para normatizar el mundo. La misin del Banco Mundial a Colombia en 1949 fue una de las primeras expre-siones concretas del nuevo estado de cosas.Captulo II56el mundo colonial y reestructurar las relaciones entre colonias ymetrpolis. Como ha sealado Cooper (1991), el Acta britnica de desarrollo de los aos cuarenta, la primera gran materializacin de la idea de desarrollo, fue una respuesta a los desafos al poder imperial de los aos treinta y por lo tanto debe entenderse como un intento de revitalizar el imperio. Esto fue especialmente claro en los estados de colonizacin blanca de frica del Sur, donde la preocu- pacin por cuestiones de empleo y oferta de alimentos produjo estrategias para modernizar algunos segmentos de poblacin afri- cana, con frecuencia, como lo plantea Page (1991), a expensas de las concepciones afrocntricas de alimentacin y comunidad defen- didas por las mujeres. Estos intentos iniciales trataron de crista- lizarse en esquemas de desarrollo comunitario durante los aos cincuenta. El rol de la Liga de las Naciones al negociar la descoloni- zacin mediante el sistema de mandatos tambin tuvo importancia en muchos casos de Asia y frica. Despus de la Segunda Guerra Mundial, el sistema se extendi a una descolonizacin generali- zada y a la promocin del desarrollo por parte del nuevo sistema de organizaciones internacionales (Murphy y Augelli, 1993).En trminos generales, desde la ptica de la concurrencia de los regmenes de representacin colonial y desarrollista, el perodo entre 1920 y 1950 sigue siendo poco conocido. Algunos aspectos que han merecido atencin en el contexto del frica del norte y sur del Sahara incluyen la constitucin de una fuerza de trabajo y de una clase modernizada de agricultores diferenciados en trminos de clase, gnero y raza, incluyendo el reemplazo de sistemas afri- canos autosuficientes de produccin cultural y de alimentos; el rol del Estado como arquitecto, por ejemplo en la detribalizacin de la fuerza de trabajo asalariada, la intensificacin de la competen- cia de gnero, y la lucha por la educacin; las maneras en que los discursos y prcticas de los expertos agrcolas, los profesionales de la salud, los planificadores urbanos y los educadores se desplega- ron en el contexto colonial, su relacin con los discursos e intereses metropolitanos, y las metforas que ellos impartieron para reorga-nizar las colonias; la modificacin de tales discursos y prcticas enLa invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar57Ya ha pasado el da declar en su informe de un viaje a Suramricaen 1916 en que la mayora de estos pases, que edificaron laborio- samente una estructura gubernamental bajo tremendas dificulta- des, eran inestables, tambaleantes y estaban a punto de derrum- barse de un mes a otro Ellos han pasado para usar las palabras del seor Root, de la condicin de militarismo, de la condicin de revolucin, a la condicin de industrialismo, hacia el camino del comercio exitoso, y se estn convirtiendo en naciones grandes y poderosas (Bacon, 1916: 20).el contexto del encuentro colonial, su interpretacin con las formaslocales de conocimiento, y su efecto sobre estas ltimas; y las formas diversas de resistencia ante el poder colonial y sus esquemas de conocimiento (vanse, por ejemplo, Cooper y Stoler, 1989; Packard,1989; Page, 1991; Rabinow, 1989; Comaroff, 1985; Comaroff y Coma- roff, 1991; Rau, 1991).El caso latinoamericano es muy diferente del africano, aunque la cuestin de los precursores del desarrollo tambin debe inves- tigarse. Como es bien sabido, la mayora de los pases latinoameri- canos logr la independencia poltica en las primeras dcadas del siglo xIx, aun cuando en muchos niveles continu bajo el control de las economas y polticas europeas. A comienzos del siglo xx, en toda la regin se sinti el ascenso de Estados Unidos. Las rela- ciones Estados Unidos-Latinoamrica adoptaron un doble sentido desde comienzos del siglo. Si de una parte quienes estaban en el poder perciban que haba oportunidades para un intercambio justo, de otra, Estados Unidos se sentan cada vez ms autorizados para intervenir en los asuntos latinoamericanos. Desde la poltica intervencionista del gran garrote de comienzos del siglo hasta el principio del buen vecino de los aos treinta, las dos tendencias coexistieron en la poltica exterior norteamericana hacia Latino- amrica, y la ltima tuvo repercusiones mucho ms importantes que la primera.Robert Bacon, quien fuera secretario de Estado de EstadosUnidos, expres la posicin del intercambio justo.Captulo II

582 Las palabras de Root tambin reflejan un rasgo notorio de la conciencia norteamericana, es decir, el deseo utpico de llevar progreso y felicidad a todos los pueblos no solo dentro de los confines de la propia nacin, sino tambin ms all de sus fronteras. Dentro de este tipo de mentali- dad el mundo se convierte, a veces, en una amplia superficie cargada de problemas por resolver, un horizonte desorganizado que debe ser colo- cado en el camino de la libertad ordenada de una vez por todas, con o sin el consentimiento de quienes sern reformados. Esta actitud tambin se halla en el origen del sueo del desarrollo.La posicin de Root implicaba la concepcin de las relacionesinternacionales entonces prevaleciente en Estados Unidos.2 La propensin a la intervencin militar en apoyo a los objetivos estra- tgicos de Estados Unidos se atemper de Wilson a Hoover. Con Wilson, la intervencin se vio acompaada por la meta de promo- ver las democracias republicanas, queriendo decir con ello los regmenes aristocrticos y elitistas. A menudo los intentos estaban animados por posiciones racistas y etnocntricas. Las actitudes de superioridad convencieron a Estados Unidos de que tena elCon o sin el consentimiento de Colombia escribi en aquella oca-sin construiremos el canal, no por razones egostas, ni por codi- cia o afn de lucro, sino por el comercio mundial, beneficiando a Colombia ms que a todos Uniremos las costas del Atlntico y el Pacfico, prestando un servicio inestimable a la humanidad, y cre- ceremos en grandeza y honor y en la fortaleza que proviene de las tareas difciles y del ejercicio del poder que crece en la naturaleza de un pueblo grande y constructivo (Root, 1916: 190).Elihu Root, mencionado por Bacon positivamente, represen-taba en realidad el lado del intervencionismo activo. Prominente estadista y experto en leyes internacionales, Root ejerci gran influencia en la conformacin de la poltica exterior norteameri- cana y particip en la poltica intervencionista de comienzos de siglo, cuando Estados Unidos ocup militarmente la mayora de los pases centroamericanos. El mismo Root, quien recibi el premio Nobel de la Paz en 1912, desempe un papel destacado en la sepa- racin entre Panam y Colombia.La invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar

593 Para un anlisis exhaustivo de la poltica exterior de Estados Unidos hacia Latinoamrica, vanse Kolko (1988) y Bethell (1991). Vanse tambin Cuevas Cancino (1989); Graebner (1977); Whitaker (1948);derecho y la habilidad para intervenir polticamente en los pasesms dbiles, oscuros y pobres (Drake, 1991: 7). Para Wilson, la promocin de la democracia era deber moral de Estados Unidos y de los hombres de bien de Amrica Latina. Voy a ensear a las rep- blicas latinoamericanas cmo elegir buenos hombres, concluy (citado en Drake, 1991: 13). Como el nacionalismo latinoamericano aumentara despus de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos redujo el intervencionismo abierto y proclam en su lugar los principios de puerta abierta y del buen vecino, especialmente despus de mediados de los aos veinte. Se hicieron intentos para proporcionar alguna ayuda en particular a las instituciones finan- cieras, la infraestructura y la salubridad. Durante este perodo la Fundacin Rockefeller actu por primera vez en la regin (Brown,1976). Sin embargo, el perodo 1912-1932 estuvo regido, en gene- ral, por el deseo de Estados Unidos de alcanzar la hegemona tanto ideolgica como militar y econmica y la conformidad, sin tener que pagar el precio de la conquista permanente (Drake, 1991: 34).Aunque este estado de relaciones demuestra un creciente inte- rs norteamericano en Amrica Latina, no constituy una estrate- gia explcita y global con respecto a las naciones latinoamericanas. La situacin iba a alterarse profundamente durante las dcadas siguientes y en particular despus de la Segunda Guerra Mundial. Tres conferencias interamericanas celebradas en Chapultepec, en Mxico (21 de febrero marzo 8 de 1945), Ro de Janeiro (agosto de 1947) y Bogot (30 de marzo 30 de abril de 1948) fueron defi- nitivas para articular las nuevas reglas del juego. Como el terreno de la guerra fra ya se estaba abonando, estas conferencias mostra- ron la seria divergencia de intereses entre Amrica Latina y Esta- dos Unidos, y marcaron la defuncin de la poltica del buen vecino. Mientras Estados Unidos insista en sus objetivos militares y segu- ridad, los pases latinoamericanos privilegiaban ms que nunca lasmetas sociales y econmicas (Lpez Maya, 1993).3Captulo II

60Yerguin (1977); Wood, B. (1985) y Haglund (1985). Debe sealarse que la mayora de los acadmicos han desconocido el significado del surgi- miento del discurso del desarrollo a finales de los aos cuarenta y comienzos de los cincuenta. Lpez Maya, en cuyo trabajo se basa el recuento de las tres conferencias, constituye una excepcin.Amrica Latina estaba ms cerca de Estados Unidos y tena por ellomuchsima ms importancia que cualquier otra regin del TercerMundo, pero los representantes norteamericanos la despreciabanEn Chapultepec, varios presidentes latinoamericanos resalta-ron la importancia de la industrializacin para consolidar la demo- cracia, y pidieron ayuda a Estados Unidos mediante un programa de transicin econmica de la produccin de insumos blicos hacia la produccin industrial. Estados Unidos, no obstante, insisti en los asuntos de defensa hemisfrica, restringiendo la poltica econ- mica a una advertencia para que los pases latinoamericanos aban- donaran el nacionalismo econmico. Los desacuerdos crecieron en la Conferencia de Paz y Seguridad de Ro. Como la Conferencia de Bogot en 1948, que marc el nacimiento de la Organizacin de Estados Americanos, la Conferencia de Ro estuvo dominada por una creciente cruzada anticomunista. Al tiempo que la poltica exterior norteamericana se militarizaba an ms, para la agenda latinoamericana resultaba cada vez ms importante la necesidad de polticas econmicas apropiadas, incluyendo la proteccin a las incipientes industrias. Finalmente, Estados Unidos reconoci en Bogot, hasta cierto punto, esta agenda. Sin embargo, el enton- ces secretario de Estado, el general Marshall, tambin aclar que Amrica Latina no poda esperar en modo alguno algo similar al Plan Marshall para Europa (Lpez Maya, 1993).En contraste, Estados Unidos insisti en su poltica de puertas abiertas, lo cual significaba libre acceso a los recursos de todos los pases, fomento a la empresa privada, y un tratamiento justo al capital forneo. Los expertos norteamericanos malinterpretaron totalmente la situacin latinoamericana. Un estudioso de la poltica exterior de Estados Unidos hacia Amrica Latina a finales de losaos cuarenta lo expresa as:La invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar

61Durante la primera mitad del siglo a veces se hacan observaciones etnocntricas con bastante libertad. El embajador del gobierno Wilson en Inglaterra, por ejemplo, explicaba que Estados Unidos intervendran en Amrica Latina para Hacerlos votar y vivir de acuerdo con sus deci- siones. Si esto no funcionaba, Volveremos y lo haremos votar otra vez Estados Unidos estar all por doscientos aos y puede continuar disparando contra sus hombres por ese pequeo espacio hasta que aprendan a votar y gobernarse a s mismos (citado en Drake, 1991: 14). Se crea que la mente latina despreciaba la democracia y estaba regida por la emocin y no por la razn.4Al igual que la imagen de Currie de la salvacin, la represen-tacin del Tercer Mundo como nio necesitado de direccin adulta no era una metfora desconocida, y se prestaba perfectamente para el discurso del desarrollo. La infantilizacin del Tercer Mundo ha sido parte integral del desarrollo como teora secular de salvacin (Nandy, 1987).Debe sealarse que las exigencias econmicas planteadas por los pases de Amrica Latina reflejaban cambios que venan ocurriendo durante varias dcadas y que tambin preparaban el terreno para el desarrollo, por ejemplo, el comienzo de la indus- trializacin en algunos pases y la necesidad percibida de ampliar los mercados domsticos; la urbanizacin y el ascenso de las clases profesionales; la secularizacin de las instituciones polticas y la modernizacin del Estado; el aumento en la atencin a las cienciaspositivas, y diversos tipos de movimientos modernistas. Algunoscada vez ms como rea aberrante, ignorante y habitada por gen-tes incapaces de ayudarse a s mismas y esencialmente infantiles. Cuando George Kennan (jefe de Planeacin de polticas del Depar- tamento de Estado) fue enviado a observar lo que describi como el escenario desesperado e infeliz de la regin, escribi el ms acer- bo informe de toda su carrera. Ni siquiera los comunistas parecen viables porque el carcter latinoamericano lo inclina al individua- lismo [y] la indisciplina Siguiendo el lema de la naturaleza in- fantil del rea, sostuvo con condescendencia que si Estados Uni- dos trataba a los latinoamericanos como adultos, tal vez tendran que portarse como tales. (Kolko, 1988: 39-40).4Captulo II

626Cardoso y Faletto (1979) discuten algunos de estos cambios para Amrica Latina en su conjunto. Archila (1980) analiza el ascenso de los movimientos sociales en Colombia durante los aos veinte.La interpretacin de este perodo de la historia colombiana es muy pol- mica. Los historiadores econmicos (vase por ejemplo Ocampo, ed.1987) generalmente creen que la gran depresin y la Segunda Guerra Mundial forzaron a las clases dirigentes hacia la industrializacin como nica alternativa para el desarrollo. Esta concepcin, sostenida por muchos en Amrica Latina, ha sido cuestionada recientemente. Senz Rovner (1989, 1992) rechaza la idea de que el crecimiento y el desarrollo fueran metas compartidas por la elite colombiana durante los aos cuarenta, aadiendo que el mismo informe Currie no fue tomado en serio por el gobierno. El trabajo de Antonio Garca (1953) ofrece pistas importantes para evaluar el estatus de la planeacin en Colombia con referencia a la misin Currie. Para Garca, las actividades de planea- cin de los aos cuarenta fueron muy ineficaces no slo a causa de las concepciones estrechas del proceso de planeacin sino porque los diversos organismos planificadores no tenan el poder para implemen- tar los objetivos y programas deseados. Aunque Garca hall que el informe Currie era inobjetable en lo econmico, lo cuestion en materia social, reclamando en su lugar el tipo de proceso de planeacin que haba presentado al Congreso Jorge Elicer Gaitn en 1947. A finales de los aos cuarenta, Garca haba elaborado un modelo alter- nativo a los modelos capitalistas de desarrollo, que no ha recibido la5de estos factores cobraban notoriedad desde los aos veinte y seaceleraron despus de los treinta.5 Pero no fue sino en la poca de la Segunda Guerra Mundial cuando comenz a consolidarse un movimiento ms claro en pro de modelos econmicos nacionales. Entre comienzos y mediados de los aos cuarenta aparecieron en Colombia alusiones al desarrollo industrial, y ocasionalmente al desarrollo econmico del pas, relacionadas con la percepcin de una amenaza proveniente de las clases populares. El inter- vencionismo del Estado se acentu, pese a estar enmarcado en un modelo de liberalismo econmico, al tiempo que el incremento de la produccin se comenzaba a considerar como ruta necesaria para el progreso social. Tal conciencia coincidi con la medicalizacin de la mirada poltica, hasta el punto que las clases populares comen- zaron a ser percibidas no en trminos raciales como antes, sino como masas de enfermos, malnutridos, incultos y fisiolgicamente dbiles, requiriendo con ello accin social sin precedentes (Pcault,1987: 273-352).6La invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar

63atencin que merece de parte de los historiadores econmicos y socia- les (Garca, 1948, 1950). Esta alternativa, basada en una interpretacin sofisticada, estructural y dialctica, del atraso en un modo que asemejaba y presagiaba el trabajo de Paul Baran (1957) que apareciera algunos aos despus se basaba en una distincin entre el creci- miento econmico y el desarrollo global de la sociedad. Era una idea revolucionaria, dado el hecho de que en el momento estaba consolidn- dose un modelo liberal de desarrollo, como lo mostr en detalle Pcaut (1987). Es necesario investigar ms este perodo desde la perspectiva de la aparicin del desarrollo. Aunque el estilo del ensayo econmico del siglo xIx mantuvo su vigencia hasta la cuarta dcada de este siglo, por ejemplo, en las obras de Luis Lpez de Mesa (1944) y Eugenio Gmez (1942), varios autores en los aos treinta ya reclamaban nuevos estilos de investigacin y toma de decisiones, basados en mayor objetividad, cuantificacin y programacin. Vanse por ejemplo Lpez (1976) y Garca Cadena (1956). Algunos de estos aspectos son analizados por Escobar (1989).Si durante la Segunda Guerra Mundial la imagen de lo quesera el Tercer Mundo estaba determinada por consideracionesCondiciones histricas 1945-1955A pesar de la importancia de estos procesos histricos es posi-ble hablar de la invencin del desarrollo a comienzos de la segunda posguerra. En el clima de las transformaciones que ocurrieron en ese perodo, y en poco menos de una dcada, el carcter de las rela- ciones entre los pases ricos y pobres sufri un cambio drstico. La conceptualizacin de tales relaciones, la forma que tomaron y sus mecanismos de funcionamiento sufrieron un cambio sustancial. En pocos aos surgi y se consolid una estrategia totalmente nueva para enfrentar los problemas de los pases ms pobres. Todo aque- llo que revesta importancia en la vida cultural, social, econmica y poltica de estos su poblacin, el carcter cultural de su pueblo, sus procesos de acumulacin de capital, su agricultura, comercio, etc- tera entr en la nueva estrategia. En la siguiente seccin veremos en detalle el conjunto de condiciones histricas que posibilitaron la creacin del desarrollo, antes de emprender el anlisis del discurso mismo, esto es, de los nexos de poder, conocimiento y dominacin que lo definen.Captulo II

64Para los orgenes de las nociones de desarrollo y Tercer Mundo vanse Platsch (1981); Mintz (1976); Wallerstein (1984); Arndt (1981); Worsley (1984); Binder (1986). El trmino desarrollo existi por lo menos desde el Acta britnica de desarrollo colonial de 1929, aunque como insiste Arndt, su uso en la etapa inicial fue muy diferente de lo que llegara a significar en los aos cuarenta. La expresin pases o reas subdesarrolladas naci a mediados de los cuarenta (vanse por ejemplo los documentos del Milbank Memorial Fund de la poca). Finalmente, el trmino Tercer Mundo solo surgi a comienzos de los cincuenta. Segn Platsch, fue acuado por Alfred Sauvy, demgrafo francs, para referirse, haciendo una analoga con el Tercer Estado de Francia, a las reas pobres y populosas del mundo.7estratgicas y por el acceso a las materias primas, la integracin detales regiones a la estructura poltica y econmica naciente a fina- les de la guerra se complic ms. Desde la conferencia de consti- tucin de las Naciones Unidas en San Francisco en 1945 y hasta finales de la dcada, el destino del mundo no industrializado fue tema de intensas negociaciones. An ms, las nociones de subde- sarrollo y Tercer Mundo fueron productos discursivos del clima de la segunda posguerra. Estos conceptos no existan antes de1945. Aparecieron como conceptos de trabajo dentro del proceso en el cual Occidente, y en formas distintas Oriente, se redefini a s mismo y al resto del mundo. A comienzos de los aos cincuenta, la nocin de tres mundos naciones industrializadas libres, naciones comunistas industrializadas y naciones pobres no industrializadas que constituan el Primer, Segundo y Tercer Mundos respectiva- mente estaba implantada con firmeza. An despus de la desapa- ricin del Segundo Mundo, las nociones de Primer y Tercer Mundo (y de Norte y Sur) siguen articulando un rgimen de representacin geopoltica.7Para Estados Unidos, la principal preocupacin era la recons- truccin de Europa. Ella implicaba la defensa de los sistemas colo- niales, dado que el acceso continuo de las potencias europeas a las materias primas de sus colonias era considerado vital para su recu- peracin. Las luchas por la independencia nacional aumentaban en Asia y frica; estas luchas llevaron al nacionalismo izquierdista del Plan Bandung de 1955 y a la estrategia de pases no alineados. Afinales de los cuarenta, en otras palabras, Estados Unidos apoyabaLa invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar

658 Samir Amin se refiere al Plan Bandung como el plan nacional burgus para el Tercer Mundo de nuestra era (1990: 46). Aun cuando Bandung representara un camino tercermundista para el desarrollo, cuestiona Amin, encajaba bien dentro de la sucesin ininterrumpida de intentos burgueses nacionales, abortos repetidos y sometimiento a las exigen- cias de subordinacin a los poderes internacionales (1990: 47).los esfuerzos europeos para mantener el control sobre las colonias,aunque procurando aumentar su propia influencia sobre los recur- sos de las reas coloniales, tal vez con mayor claridad en el caso del petrleo del Medio Oriente.8En cuanto a Amrica Latina, la fuerza ms importante que se opona a Estados Unidos era el creciente nacionalismo. Desde la gran depresin algunos pases latinoamericanos comenzaron a tratar de construir sus economas con mayor autonoma que antes mediante el fomento estatal a la industrializacin. La participa- cin de sectores medios en la vida social y poltica haca su apari- cin, el sindicalismo entraba a la vida poltica, y hasta la izquierda comunista haba alcanzado logros importantes. En trminos generales, la democracia emerga como componente fundamental de la vida nacional en el sentido de la necesidad de mayor parti- cipacin de las clases populares, junto con el sentido creciente de la importancia de la justicia social y el fortalecimiento de las economas domsticas. De hecho, durante el perodo 1945-1947 muchas democracias parecan estar en proceso de consolidacin y los regmenes dictatoriales hacan una transicin a la democra- cia (Bethell, 1991). Como ya se dijo, Estados Unidos malinterpret esta situacin.Adems de las luchas anticoloniales de Asia y frica, y del creciente nacionalismo latinoamericano, existieron otros facto- res que dieron forma al discurso del desarrollo; entre ellos se hallaban la guerra fra, la necesidad de nuevos mercados, el temor al comunismo y la superpoblacin, y la fe en la ciencia y latecnologa.Captulo II

669 Un detallado recuento de la asistencia externa norteamericana durante la guerra se halla en Brown y Opie (1953). Vase tambin Galbraith (1979).La bsqueda de nuevos mercados y campos de batalla segurosEn el otoo de 1939, la Conferencia Interamericana de Canci- lleres, celebrada en Panam, proclam la neutralidad de las rep- blicas americanas. Sin embargo, en Washington se reconoca que, para que la unidad continental perdurara, se requeriran medidas econmicas especiales de parte de Estados Unidos, para ayudar a las naciones latinoamericanas a enfrentar el perodo de inesta- bilidad que seguira a la prdida de los mercados por causa de la guerra. El primer paso para ello fue la creacin de la Comisin Inte- ramericana para el Desarrollo, establecida en enero de 1940 para orientar la produccin latinoamericana hacia el mercado estado- unidense. La ayuda financiera a Latinoamrica durante el perodo, aunque relativamente modesta, fue significativa. Sus dos fuentes principales, el Export-Import Bank y la Corporacin Financiera de Reconstruccin, financiaron programas para la produccin y adquisicin de materiales estratgicos. Las actividades incluan a menudo asistencia tcnica a gran escala y movilizacin de recur- sos de capital hacia Amrica Latina. El carcter de estas relaciones tambin contribuy a fijar la atencin en la necesidad de ayudar a las economas latinoamericanas en forma ms sistemtica.9El ao de 1945 marc una profunda transformacin en los asuntos mundiales. Llev a Estados Unidos a una posicin indiscu- tible de preeminencia militar y econmica, poniendo bajo su tutela todo el sistema occidental. Su posicin privilegiada no dej de ser cuestionada. Coexista con la creciente influencia de los regmenes socialistas de Europa oriental y con la marcha exitosa de los comu- nistas chinos hacia el poder. Las antiguas colonias asiticas y afri- canas reclamaban su independencia. Los viejos sistemas colonia- les de explotacin y control se hicieron insostenibles. En sntesis, se presentaba una reorganizacin de la estructura del poder mundial.El perodo 1945-1955, por tanto, vio la consolidacin de lahegemona estadounidense en el sistema capitalista mundial. LaLa invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar

6710 Con referencia a los cambios econmicos de este perodo, vanse Williams (1953) y Copland (1945). La economa poltica de dichos cambios se analizar con cierto detalle en el captulo 3.necesidad de expandir y profundizar el mercado exterior paraproductos norteamericanos, y de hallar nuevos sitios para invertir sus excedentes de capital ejerci mucha presin durante estos aos. La expansin de la economa norteamericana tambin requera el acceso a materias primas baratas para respaldar la creciente capa- cidad de sus industrias, en especial de las corporaciones multina- cionales nacientes. Un factor econmico que se volvi ms notorio durante el perodo fue el cambio de la produccin industrial hacia la produccin de alimentos y materias primas, en detrimento de estas ltimas, lo cual apuntaba hacia la necesidad de un programa eficiente de fomento de la produccin primaria en reas subde- sarrolladas. No obstante, la preocupacin fundamental en este perodo fue la revitalizacin de la economa europea. Se estableci un programa masivo de ayuda econmica a Europa, que culmin con la formulacin del Plan Marshall en 1948.10El Plan Marshall puede considerarse como un aconteci- miento histrico de importancia excepcional (Bataille, 1991:173). Como sostuviera Georges Bataille, siguiendo el anlisis que hiciera el economista francs Franois Perroux en 1948, con el Plan Marshall, y por vez primera en la historia del capitalismo, el inters general de la sociedad pareca haber primado sobre el inters de las naciones o de los inversionistas privados. Fue, dice Bataille copiando la expresin de Perroux, una inversin en el inters del mundo [occidental?] (1991: 177). La moviliza- cin de capital que acompa al Plan (19 mil millones de dlares en ayuda exterior a Europa occidental entre 1945 y 1950) estaba exenta de la ley de lucro en lo que constituy, segn Bataille, una clara suspensin de los principios de la economa clsica. Era la nica forma de transferir a Europa los productos sin los cuales le aumentara la fiebre al mundo (pg. 175). Por un breve lapso, al menos, Estados Unidos dej de lado la regla sobre la que sebasaba el mundo capitalista. Era necesario entregar los bienesCaptulo II

6811 En trminos econmicos la interpretacin de Bataille del Plan Marshall es cuestionable. Como observa Payer (1991), Estados Unidos no tena ms opcin que reactivar la economa europea, o su propia economa se derrumbara tarde o temprano por falta de socios comerciales, especialmente dado el exceso de capacidad productiva generada durante la guerra. Pero el argumento de Bataille llega ms all. Para l, el hecho esencial en el Plan Marshall resida en que un mejor nivel de vida podra hacer posible el aumento de los recursos de energa del ser humano, y con ello, su propia conciencia. Esto permitira el estable- cimiento de un tipo de existencia humana en la cual la conciencia dejar de ser conciencia de algo; en otras palabras, de ser consciente del significado decisivo de un instante en el cual el incremento (la adquisi- cin de algo) se solucionar con el gasto; y esto sera precisamente la propia conciencia, esto es, una conciencia que en adelante tiene nada como su objeto (1991: 190). Esta creencia se halla en la base de su nocin de economa general a la cual dedic The Accursed Share. Para una discusin muy til del trabajo de Bataille como discurso crtico de la modernidad, vase Habermas (1987).12 El mismo Truman lo haba puesto en claro en 1947: Los problemas desin recibir pago. Era necesario regalar el producto del trabajo(pg. 175).11El Tercer Mundo no mereca el mismo tratamiento. En contraste con los 19 mil millones de dlares recibidos por Europa, durante el mismo perodo, menos de 2 por ciento del total de la ayuda de Estados Unidos, por ejemplo, fue a Amrica Latina (Bethell, 1991:58); en 1953 se gastaron solamente 150 millones de dlares para el Tercer Mundo en su conjunto bajo el Programa Point IV (Kolko,1988: 42). Al Tercer Mundo se le pidi que privilegiara el capi- tal privado, domstico y forneo, lo que implicaba crear el clima adecuado, incluyendo un compromiso con el desarrollo capitalista y el control del nacionalismo, la izquierda, la clase trabajadora y el campesinado. La creacin del Banco Internacional de Reconstruc- cin y Fomento BIRF (ms conocido como el Banco Mundial) y del Fondo Monetario Internacional FMI no representaron una desviacin de este criterio. Desde esta perspectiva, lo inadecuado del BIRF y del Fondo Monetario representaba una versin nega- tiva de la iniciativa positiva del Plan Marshall (Bataille, 1991: 177). El desarrollo, de este modo, se qued corto desde el comienzo. La suerte del Tercer Mundo se consider de inters general para lahumanidad, pero solo de manera muy limitada.12La invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar

69los pases de este hemisferio [americano] son de naturaleza diferente y no pueden ser aliviados con los mismos medios e iguales enfoques que se contemplan para Europa (citado en Lpez Maya, 1993: 13), luego de lo cual alab las virtudes de la inversin privada para el caso latinoamericano.La guerra fra fue, sin duda, uno de los factores individuales msimportantes durante la conformacin de la estrategia del desarro- llo. Las races histricas del desarrollo y del conflicto Oriente-Occi- dente se confunden en un solo proceso; las reorganizaciones polti- cas que ocurrieron despus de la Segunda Guerra Mundial. A fina- les de los cuarenta, la lucha real entre Oriente y Occidente se haba desplazado al Tercer Mundo; el desarrollo se convirti en la gran estrategia para promover tal rivalidad, y al mismo tiempo, impulsar los proyectos de la civilizacin industrial. La confrontacin entre Estados Unidos y la Unin Sovitica confiri con ello legitimidad a la empresa de la modernizacin y el desarrollo; y extender la esfera de influencia poltica y cultural se convirti en un fin en s mismo.La relacin entre los intereses militares y los orgenes del desa- rrollo ha sido poco analizada. Por ejemplo, en la conferencia de 1947 en Ro se firmaron pactos de asistencia militar entre Estados Unidos y todos los pases latinoamericanos (Varas, 1985). Con el tiempo, los pactos daran paso a doctrinas de seguridad nacional ntimamente ligadas a estrategias de desarrollo. No es coincidencia que la gran mayora de las aproximadamente 150 guerras de las ltimas cuatro dcadas haya tenido lugar en el Tercer Mundo, muchas de ellas con participacin directa o indirecta de poderes externos al propio Tercer Mundo (Soedjatmoko, 1985), el cual, lejos de ser perifrico, era clave para la rivalidad entre las superpotencias y la posibilidad de confrontacin nuclear. El sistema que genera conflicto e ines- tabilidad y el sistema que genera el subdesarrollo estn estrecha- mente mezclados. Aunque el fin de la guerra fra y el surgimiento del nuevo orden mundial hayan cambiado la configuracin del poder, el Tercer Mundo es an la arena ms importante de confron- tacin (como lo indican Somalia, la guerra del golfo, el bombardeo de Libia y las invasiones de Granada y Panam). Aunque cada vezms diferenciado, el Sur es todava, tal vez con mayor claridad queCaptulo II

7013 Vase, por ejemplo, Hatt (1951); Lewis (1955); Buchanan y Ellis (1951); Political and Economic Planning, PEP (1955); Sax (1955); Coale y Hoover (1958). En relacin con el uso de modelos y estadsticas poblacionales, vase United Nations, Department of Economic Affairs (1953); Liebenstein (1954); Wolfender (1954); Milbank Memorial Fund (1954).Masas pobres e ignorantesLa guerra a la pobreza estaba justificada por factores adicio- nales, en particular por la urgencia que se confera al problema de la poblacin. Comenzaron a proliferar las declaraciones y tomas de posicin sobre el tema. En muchos casos se adopt una forma cruda de empirismo asumiendo como inevitables las opiniones y recetas malthusianas aunque economistas y demgrafos hicieron intentos serios de conceptualizar el efecto de los factores demo- grficos sobre el desarrollo.13 Se formularon modelos y teoras quenunca, el campo opuesto a un Norte cada vez ms unificado, pesea sus conflictos tnicos.Despus de la guerra el sentimiento antifascista dio paso fcil- mente a las cruzadas anticomunistas. El temor anticomunista se convirti en uno de los argumentos obligatorios en las discusiones sobre el desarrollo. En los aos cincuenta se aceptaba comnmente que si los pases pobres no eran rescatados de su pobreza, sucumbi- ran al comunismo. En mayor o menor grado, la mayora de los escri- tos iniciales sobre el desarrollo hace eco de esta preocupacin. El compromiso con el desarrollo econmico como medio de combatir el comunismo no se restringi a los crculos militares o acadmicos, encontr un nicho todava ms acogedor en las oficinas guberna- mentales de Estados Unidos, en numerosas organizaciones, y entre la ciudadana norteamericana. El control del comunismo, la acepta- cin ambivalente de la independencia de las antiguas colonias euro- peas como concesin para prevenir su cada en el campo sovitico, y el permanente acceso a importantes materias primas del Tercer Mundo, de las cuales dependa cada vez ms la economa norteame- ricana, eran parte de la reconceptualizacin norteamericana sobre el Tercer Mundo en el perodo posterior a la guerra de Corea.La invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar

7114 Las sutilezas malthusianas eran a veces exageradas, como en el siguiente ejemplo: Como seal Malthus hace mucho tiempo, la oferta de personas fcilmente sobrepasa a la oferta de alimentos Donde los hombres se han vuelto ms numerosos que el alimento, los hombres son baratos; donde el alimento todava es abundante en relacin con los hombres, los hombres son caros Qu es un hombre caro? Uno que ha sido costoso de criar; que ha adquirido hbitos costosos, entre los cuales estn las destrezas que otras personas estn dispuestas a comprar a alto precio Por lo menos 75 millones de norteamericanos han estado, con algunos altibajos, llevando este tipo de vida Los norteamericanos hemos tenido a la mano 22.796 toneladas de carbn para cada uno. Los italianos solo tienen seis por cabeza. Por qu sorprenderse de que los italianos sean baratos y nosotros caros? O de que todos los italianos quieran venir a vivir con nosotros? Tenemos aproximadamente sesenta veces el hierro y doscientas veces el carbn que tienen los japoneses. Claro que los japoneses son baratos (Pendell, 1951: VIII). Otros libros malthusianos famosos del perodo fueron los de Vogt (1984) y Osborn (1948).15 Vase, por ejemplo, Dennery (1970 [1931]). El libro versa sobre el creci- miento de la poblacin en India, China y Japn, y sus consecuencias para Occidente.buscaban relacionar las diversas variables y suministrar una basepara la formulacin de polticas y programas. Como lo sugera la experiencia de Occidente, se esperaba que las tasas de crecimiento comenzaran a caer a medida que los pases se desarrollaran; pero, como advirtieron muchos, los pases pobres no podan esperar hasta que este proceso ocurriera y deban agilizar la reduccin de la fertilidad por medios ms directos.14Esta preocupacin con respecto a la poblacin haba existido por varias dcadas, especialmente en relacin con Asia.15 Cons- titua uno de los tpicos centrales de las discusiones sobre raza y racismo. Pero la intensidad y la forma que tom la discusin eran nuevas. Como lo expresara un autor, es probable que en los lti- mos cinco aos se hayan publicado ms tratados sobre la pobla- cin que en los siglos anteriores (Pendell, 1951: 377). Las discu- siones sostenidas en los crculos acadmicos o en el mbito de las nacientes organizaciones internacionales tambin tenan un nuevo tono. Se remitan a tpicos como la relacin entre el creci- miento econmico y el aumento de la poblacin, entre poblacin,recursos y produccin; entre los factores culturales y el controlCaptulo II

7216 Estoy en deuda con Ron Balderrama por haber compartido conmigo su anlisis de la naturaleza cambiante del discurso sobre la raza durante los aos 40 y 50. Dicho discurso comenz a articularse en los trminos cientficos de la biologa de la poblacin, y otros por el estilo.17 Es importante recalcar que esta preocupacin no estaba dirigida a las causas estructurales de la pobreza, sino que ms bien se prestaba a polticas imperialistas o elitistas de control de la poblacin, en parti- cular contra los pueblos indgenas y las clases populares (Mamdani,1973). Aunque el acceso a la anticoncepcin puede implicar un signifi- cativo mejoramiento en especial para las mujeres, no debera ser incom- patible con la lucha contra la pobreza y en favor de mejores servicios de salud, como insisten las mujeres en muchas partes de Amrica Latina. Vase por ejemplo Barroso y Bruschini (1991).La promesa de la ciencia y la tecnologaLa fe en la ciencia y la tecnologa, fortalecida por las nuevas ciencias surgidas del esfuerzo blico, como la fsica nuclear y la investigacin de operaciones, desempe un papel importante en la elaboracin y justificacin del nuevo discurso del desarrollo. En1948, un conocido funcionario de las Naciones Unidas expres esta fe diciendo: Todava creo que el progreso humano depende del desarrollo y la aplicacin en el mayor grado posible de la investiga- cin cientfica El desarrollo de un pas depende ante todo de un factor material: primero, el conocimiento, y luego, la explotacin detodos sus recursos naturales (Laugier, 1948: 256).natal. Tambin se emprendi el estudio de temas como la expe-riencia demogrfica de los pases ricos y su posible extrapola- cin a los pases pobres; los factores que afectan la fertilidad y la mortalidad; las tendencias demogrficas y sus proyecciones futu- ras; las condiciones necesarias para realizar programas exitosos de control de la poblacin, y as sucesivamente. En otras palabras, muy semejante a lo que ocurra con la raza y el racismo durante el mismo perodo,16 y a pesar de la persistencia de creencias abierta- mente racistas, los discursos sobre la poblacin se reorganizaban en los campos cientficos de la demografa, la salud pblica, y la biologa de poblaciones. Una nueva ptica de la poblacin y de los instrumentos cientficos y tecnolgicos para su manejo cobrabaforma.17La invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar73La ciencia y la tecnologa se haban convertido en abanderadaspor excelencia de la civilizacin en el siglo xIx, cuando las mqui- nas se constituyeron en el ndice de civilizacin, en la medida de los hombres (Adas, 1989). Este rasgo moderno se reactiv con el advenimiento de la era del desarrollo. Para 1949, el Plan Marshall mostraba grandes xitos en la restauracin de la economa europea, y la atencin se diriga cada vez ms hacia los problemas de largo plazo de la ayuda para el desarrollo econmico en reas subde- sarrolladas. De este desplazamiento surgi el famoso Programa Point IV del presidente Truman, con que iniciamos este libro, que comprenda la aplicacin a las reas pobres del mundo de las que se consideraban dos fuerzas vitales: la tecnologa moderna y el capital. Sin embargo, dependa mucho ms de la ansiedad tcnica que del capital, ya que se crea que la primera podra traer el progreso a un precio mucho menor. En mayo de 1950, el Congreso aprob un Acta para el desarrollo internacional, para autorizar la financiacin y llevar a cabo diversas actividades de cooperacin tcnica interna- cional. En octubre del mismo ao, Technical Cooperation Adminis- tration (TCA) se cre en el Departamento de Estado, con la tarea de desarrollar las nuevas polticas. Para 1952 ambas agencias dirigan operaciones en casi todos los pases latinoamericanos, as como en varios de Asia y frica (Brown y Opie, 1953).La tecnologa, se pensaba, no solo aumentara el progreso mate- rial: le otorgara, adems, direccin y significado. En la extensa bibliografa sobre la sociologa de la modernizacin, la tecnologa fue teorizada como una especie de fuerza moral que operara creando una tica de la innovacin, la produccin y el resultado. La tecnologa contribua as a la extensin planetaria de los ideales modernistas. El concepto transferencia de tecnologa se convertira con el tiempo en componente importante de los proyectos de desarrollo. Nunca se tom conciencia de que la transferencia no dependa simplemente de elementos tcnicos sino tambin de factores sociales y cultura- les. La tecnologa era considerada neutral e inevitablemente ben- fica y no como instrumento para la creacin de los rdenes sociales yculturales (Morand, 1984; Garca de la Huerta, 1992).Captulo II74La nueva conciencia sobre la importancia del Tercer Mundopara la economa y la poltica globales, junto con el comienzo de acti- vidades de campo en el mismo, trajeron consigo el reconocimiento de la necesidad de obtener conocimientos ms precisos sobre l. En ningn lugar se percibi esta necesidad con mayor agudeza que en Amrica Latina. Como lo expresara un eminente latinoameri- canista, Los aos de guerra presenciaron un aumento notable del inters por Amrica Latina. La que otrora fuera un rea que sola- mente diplomticos y acadmicos pioneros se atrevan a explorar, se convirti casi de la noche a la maana en el centro de atraccin de los representantes gubernamentales, as como de estudiosos y profesores (Burgin, [1947] 1967: 466). Esto exiga conocimiento detallado del potencial econmico de Amrica Latina, as como del medio ambiente geogrfico, social y poltico en cuyo marco dicho potencial se hara realidad (pg. 466). Solo en historia, literatura y etnologa el estado del conocimiento se consideraba adecuado. Lo que se necesitaba ahora era un tipo de conocimiento preciso que podra obtenerse mediante la aplicacin de las nuevas cien- cias sociales cientficas que experimentaban entonces un notable auge en las universidades de Estados Unidos (como la sociologa parsoniana, la macroeconoma keynesiana, el anlisis de sistemas y la investigacin de operaciones, la demografa y la estadstica). En 1949 un ilustre estudioso peruano describi la misin de los estudios latinoamericanos como proporcionar, mediante estudio e investigacin, una base que permita interpretar y evaluar objeti- vamente los problemas y eventos diarios desde la perspectiva de la historia, la geografa, la economa, la sociologa, la antropologa, la psicologa social y la ciencia poltica (Basadre, [1949] 1967: 434).El de Basadre tambin era un llamado al cambio social, a pesar de haber quedado atrapado bajo la moda del desarrollo. El anterior modelo de produccin de conocimiento, organizado alrededor de las profesiones clsicas a la usanza del siglo xIx, fue reemplazado por el modelo norteamericano. La sociologa y la economa fueron las disciplinas ms afectadas por el cambio, que involucr a lamayora de las ciencias naturales y sociales. El desarrollo tena queLa invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar75basarse en una produccin del conocimiento que suministrara uncuadro cientfico de los problemas sociales y econmicos y de los recursos de un pas. Ello implicaba establecer instituciones capaces de generar tal conocimiento. El rbol de la investigacin del Norte fue trasplantado al Sur, y con ello Amrica Latina entr a formar parte del sistema transnacional de conocimiento. Algunos sostie- nen que a pesar de que esta transformacin cre nuevas capacida- des cognoscitivas, tambin implic una prdida de autonoma y el bloqueo de modos alternativos de conocimiento (Fuenzalida, 1983; Morand, 1984; Escobar, 1989).Se pensaba que atrs haba quedado la poca en que la cien- cia estaba contaminada por el prejuicio y el error. La nueva obje- tividad garantizaba la precisin y la certeza en la representacin. Poco a poco los viejos modos de pensar daran paso al nuevo esp- ritu. Los economistas se sumaron rpidamente a esta ola de entu- siasmo. De la noche a la maana se descubri que Amrica Latina era una tbula rasa para el historiador econmico (Burgin, [1947]1967: 474), y el pensamiento econmico latinoamericano comenz a ser considerado como desprovisto de cualquier conexin con las condiciones locales, como un mero apndice de la economa clsica europea. Los nuevos acadmicos comenzaron a comprender que el punto de partida de la investigacin debe ser el rea misma, porque es solamente en trminos de su desarrollo histrico y sus objetivos como la organizacin y el funcionamiento de la economa pueden ser bien comprendidos (pg. 469). El terreno estaba abonado para el surgimiento del desarrollo econmico como proyecto terico legtimo.La comprensin mayor y ms difundida del funcionamiento del sistema econmico fortaleci la esperanza de llevar la prosperidad material al resto del mundo. La conveniencia, no cuestionada, del crecimiento econmico quedaba as ligada a la renovada fe en la ciencia y la tecnologa. El crecimiento econmico presupona la existencia de un continuum entre pases pobres y ricos, que permi- tira la reproduccin en los pases pobres de las condiciones quecaracterizaban a los pases capitalistas avanzados (incluyendo laCaptulo II

7618 Para un recuento de las teoras de modernizacin vanse Villamil, ed. (1979); Portes (1976); Gendzier (1985) y Banuri (1990).19 Puede encontrarse un debate sobre el tema en el ataque frontal que hiciera von Hayek (1944) a todos los tipos de intervencin en la econo- ma, y en la respuesta de Finer (1949) a Hayek. Vase tambin Lewis (1949), particular en su razonamiento de por qu planificar en los pases atrasados.20 La influencia de la TVA no estuvo restringida en absoluto a Colombia.En muchos pases se disearon esquemas para el desarrollo de cuencas fluviales con la participacin directa de la TVA. Esta historia an no ha sido contada.industrializacin, la urbanizacin, la modernizacin agrcola, lainfraestructura, el creciente suministro de servicios sociales y los altos niveles de alfabetismo). El desarrollo era concebido como el proceso de transicin de una situacin a otra. Esta nocin confera a los procesos de acumulacin y desarrollo un carcter progresivo, ordenado y estable, el cual culminara a finales de los cincuenta e inicios de los sesenta con las teoras de modernizacin y de las etapas del desarrollo econmico (Rostow, 1960).18Finalmente, hubo otro factor que influy en la formacin de la nueva estrategia del desarrollo: la creciente experiencia de interven- cin pblica en la economa. Aunque el carcter deseable de dicha intervencin, en contraposicin con un enfoque ms de laissez-faire segua siendo controvertido,19 cada vez se generalizaba ms el reco- nocimiento de la necesidad de algn tipo de planeacin o accin gubernamental. La experiencia de la planeacin social durante el New Deal, legitimada por el keynesianismo, as como las comuni- dades planificadas concebidas e implementadas parcialmente en comunidades de indgenas norteamericanos y en campos de concen- tracin para japoneses-americanos en Estados Unidos (James, 1984) representaban experimentos significativos de intervencin social. Lo mismo suceda con las corporaciones legales y las compaas pblicas establecidas en pases industrializados por iniciativa guber- namental, por ejemplo, la British Broadcasting Commission (BBC) y la Tennessee Valley Authority (TVA). Algunas corporaciones regio- nales de desarrollo se establecieron en Amrica Latina y otros sitiosdel Tercer Mundo siguiendo el modelo de la TVA.20 Los modelos deLa invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar77planeacin nacional, regional y sectorial se volvieron esenciales parael funcionamiento y la difusin del desarrollo.En sntesis, estas fueron las condiciones ms importantes que posibilitaron y le dieron forma al discurso del desarrollo. Se haba dado una reorganizacin mundial del poder con resultados que seguan siendo poco claros. Se haban dado importantes cambios en la estructura de la produccin, la cual tena que ser ajustada a las necesidades del sistema capitalista en el cual los pases subdesa- rrollados ocupaban un lugar cada vez ms importante, aunque no completamente definido. Estos pases podran hacer alianzas con cualquier polo de poder. En vista de la expansin del comunismo, del deterioro constante de las condiciones de vida, y del alarmante aumento de su poblacin, el rumbo que estos pases tomaron dependa mucho de un tipo de accin de alcances y urgencia nunca vistos.Por otra parte, se crea que los pases ricos tenan la capacidad financiera y tecnolgica para afianzar el progreso en todo el mundo. Una mirada a su historia les daba la firme conviccin de que ello era no solo posible, para no decir deseable, sino tal vez inevitable. Tarde o temprano los pases pobres se volveran ricos y el mundo subdesarrollado se desarrollara. Un nuevo tipo de conocimiento econmico y una experiencia enriquecida con el diseo y manejo de sistemas sociales hacan parecer esta meta ms plausible toda- va. Ahora era cuestin de plantear una estrategia adecuada y de poner en marcha las fuerzas indicadas para asegurar el progreso y la felicidad mundiales.Detrs del inters humanitario y de la apariencia positiva de la nueva estrategia comenzaron a operar nuevas formas de control, ms sutiles y refinadas. La capacidad de los pobres para definir y regir sus propias vidas se erosion ms profundamente que antes. Los pobres del mundo se convirtieron en el blanco de prcticas cada vez ms sofisticadas y de una multiplicidad de programas aparen- temente ineludibles. Desde las nuevas instituciones de poder en Estados Unidos y Europa, desde las oficinas del Banco Internacio-nal de Reconstruccin y Fomento y de las Naciones Unidas, desdeCaptulo II78El espacio del desarrolloQu significa afirmar que el desarrollo comenz a funcionar como discurso, es decir, que cre un espacio en el cual solo cier- tas cosas podan decirse e incluso imaginarse? Si el discurso es el proceso a travs del cual la realidad social llega a ser, si es la arti- culacin del conocimiento y el poder, de lo visible y lo expresable,cmo puede particularizarse y relacionarse el discurso del desa- rrollo con los acontecimientos tcnicos, polticos y econmicos del momento? Cmo se convirti el desarrollo en espacio para la crea- cin sistemtica de conceptos, teoras y prcticas?Una aproximacin inicial a la naturaleza del desarrollo como discurso son sus premisas fundamentales, tal como fueron formu- ladas en los aos cuarenta y cincuenta. La premisa bsica era la creencia del papel de la modernizacin como nica fuerza capaz de destruir supersticiones y relaciones arcaicas, sin importar el costo social, cultural y poltico. La industrializacin y la urbanizacin eran consideradas rutas progresivas e inevitables hacia la moder- nizacin. Solo mediante el desarrollo material podra producirse el progreso social, cultural y poltico. Esta opinin determin la creencia de que la inversin de capital era el elemento ms impor- tante del crecimiento econmico y el desarrollo. El avance de los pases pobres se concibi entonces, desde el comienzo, en funcin de grandes suministros de capital para proporcionar la infraestruc- tura, la industrializacin y la modernizacin global de la sociedad.De dnde vendra el capital? Una posibilidad era, por supuesto,El discurso del desarrollolas universidades, centros de investigacin y fundaciones norte-americanas y europeas, y desde las oficinas de planeacin recin establecidas en las grandes capitales del mundo subdesarrollado, este era el tipo de desarrollo que se promova y que, al cabo de pocos aos, penetrara todas las esferas de la sociedad. Veamos ahora cmo este conjunto de factores histricos dio como resultado el nuevo discurso del desarrollo.La invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar79el ahorro domstico. Pero se consideraba que estos pases estabanatrapados en un crculo vicioso de pobreza y falta de capital, de tal modo que buena parte del anheladsimo capital tendra que llegar del extranjero (vase captulo 3). Adems, era absolutamente necesario que los gobiernos y las organizaciones internacionales desempearan un rol activo en la promocin y organizacin de los esfuerzos necesarios para superar el atraso general y el subdesa- rrollo econmico.De acuerdo con la anterior descripcin, cules fueron, enton- ces, los elementos ms importantes en la formulacin de la teora del desarrollo? De una parte estaba el proceso de formacin de capital, y sus diversos factores: tecnologa, poblacin y recursos, poltica fiscal y monetaria, industrializacin y desarrollo agrcola, intercambio y comercio. Exista tambin una serie de factores liga- dos a consideraciones culturales, como la educacin y la necesidad de fomentar los valores culturales modernos. Finalmente, estaba la necesidad de crear instituciones adecuadas para llevar adelante la compleja labor: organizaciones internacionales (como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, creados en 1944, y la mayora de las agencias tcnicas de las Naciones Unidas, tambin producto de mediados de los aos cuarenta); oficinas de planifica- cin nacional (que se multiplicaron en Amrica Latina especial- mente despus de la iniciacin de la Alianza para el Progreso a comienzos de los aos sesenta); y agencias tcnicas de otros tipos.El desarrollo no solo fue el resultado de combinar, estudiar o elaborar gradualmente estos elementos (algunos de los cuales ya existan); ni producto de la introduccin de nuevas ideas (algunas de ellas ya estaban apareciendo o a punto de hacerlo); ni efecto de las nuevas organizaciones internacionales o de las instituciones financieras (que tenan algunos precursores, como la Liga de Naciones). Fue ms bien resultado del establecimiento de un conjunto de relaciones entre dichos elementos, institucio- nes y prcticas, as como de la sistematizacin de sus relaciones. El discurso del desarrollo no estuvo constituido por la organi-zacin de los posibles objetos que estaban bajo su dominio, sinoCaptulo II

8021 La metodologa usada en esta seccin para el estudio del discurso sigue la de Foucault. Vanse especialmente Foucault (1972) y (1991b).por la manera en que, gracias a este conjunto de relaciones, fuecapaz de crear sistemticamente los objetos de los que hablaba, agruparlos y disponerlos de ciertas maneras y conferirles unidad propia.21Para entender el desarrollo como discurso es necesario mirar no a los elementos mismos sino al sistema de sus relaciones rec- procas. Es este sistema de relaciones el que permite la creacin sistemtica de objetos, conceptos y estrategias; l determina lo que puede pensarse y decirse. Dichas relaciones establecidas entre instituciones, procesos socio-econmicos, formas de conocimiento, factores tecnolgicos, etctera definen las condiciones bajo las cuales pueden incorporarse al discurso objetos, conceptos, teoras y estrategias. Es decir, el sistema de relaciones establece una prctica discursiva que determina las reglas del juego: quin puede hablar, desde qu puntos de vista, con qu autoridad y segn qu califica- ciones; define las reglas a seguir para el surgimiento, denomina- cin, anlisis y eventual transformacin de cualquier problema, teora u objeto en un plan o poltica.Los objetos con los cuales comenz a relacionarse al desarrollo despus de 1945 fueron numerosos y variados. Algunos se destaca- ban claramente (pobreza, tecnologa y capital insuficientes, rpido crecimiento demogrfico, servicios pblicos inadecuados, prcticas agrcolas arcaicas, etctera), mientras que otros se introdujeron con mayor cautela o aun en forma subrepticia (como las actitudes y valo- res culturales, y la existencia de factores raciales, religiosos, geogr- ficos o tnicos supuestamente asociados con el atraso). Dichos elementos emergan desde mltiples puntos: desde las recin formadas instituciones internacionales y las oficinas gubernamen- tales de lejanas capitales, desde instituciones nuevas y antiguas, universidades y centros de investigacin de pases desarrollados, y, en forma creciente con el transcurso del tiempo, desde las institu- ciones del mismo Tercer Mundo. Todo estaba sujeto a la mirada delos nuevos expertos: las viviendas pobres de las masas rurales, losLa invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar81vastos campos agrcolas, las ciudades, los hogares, las fbricas, loshospitales, las escuelas, las oficinas pblicas, los pueblos y regiones, y en ltima instancia, el mundo en su conjunto. La vasta superficie en la cual se mova a sus anchas el discurso cubra prcticamente toda la geografa cultural, econmica y poltica del Tercer Mundo.Pero no todos los actores distribuidos a lo ancho de esta super- ficie tenan acceso a la definicin de los objetos y al anlisis de sus problemas. Estaban en juego algunos principios claros de autori- dad, que tenan que ver con el rol de los expertos, con los criterios de conocimiento y competencia necesarios; con instituciones como Naciones Unidas, que detentaban la autoridad moral, profesional y legal para nominar objetos y definir estrategias, y con los organis- mos financieros internacionales que ostentaban los smbolos del capital y del poder. Esos principios de autoridad tambin concer- nan a los gobiernos de los pases pobres con la autoridad poltica legal sobre la vida de sus sbditos; y, finalmente, la posicin de lide- razgo de los pases ricos que posean el poder, el conocimiento y la experiencia para decidir lo que deba hacerse.Los expertos en economa, demografa, educacin, salud pblica y nutricin elaboraban sus teoras, emitan sus juicios y observacio- nes y diseaban sus programas desde estos espacios instituciona- les. Los problemas eran identificados progresivamente, creando numerosas categoras de cliente. El desarrollo avanz creando anormalidades (como iletrados, subdesarrollados, malnu- tridos, pequeos agricultores, o campesinos sin tierra), para tratarlas y reformarlas luego. Estos enfoques habran podido tener efectos positivos como alivio de las restricciones materiales, pero ligados a la racionalidad desarrollista se convirtieron, dentro de esta racionalidad, en instrumento de poder y control. Con el paso del tiempo, se incorporaron progresiva y selectivamente nuevos problemas; una vez que un problema era incorporado al discurso, tena que ser categorizado y especificado. Algunos se especifica- ban en determinado nivel (como el local o regional), o en varios de ellos (por ejemplo, una deficiencia nutricional en los hogarespoda especificarse todava ms como una escasez de la produccinCaptulo II

8222 Los acuerdos prestatarios (acuerdos de garanta) entre el Banco Mundial y los pases receptores firmados a finales de los aos cuarenta y cincuenta incluan invariablemente el compromiso de darle al Banco toda la informacin que pidiera. Tambin estipulaban el derecho de los representantes del Banco a visitar cualquier territorio del pas en cues- tin. Las misiones enviadas peridicamente por este a los pases cons- tituyen el mecanismo principal para extraer informacin detallada sobre ellos, como se mostrar en el captulo 4.regional, o como relativa a determinado grupo poblacional), o enrelacin con una institucin. Pero estas especificaciones tan refina- das no pretendan tanto arrojar luz sobre posibles soluciones, como atribuir los problemas a una realidad visible sujeta a tratamientos particulares.Una especificacin tal de los problemas, aparentemente inter- minables, requera observaciones detalladas en los pueblos, regio- nes y pases del Tercer Mundo. Se elaboraron expedientes comple- tos de los pases y se disearon y refinaron sin cesar tcnicas de informacin. Este rasgo del discurso permiti una radiografa de la vida social y econmica de los pases, constituyndose en verda- dera anatoma poltica del Tercer Mundo.22 El resultado final fue la creacin de un espacio de pensamiento y de accin cuya amplia- cin estaba determinada de antemano por aquellas mismas reglas introducidas durante sus etapas formativas. El discurso de desa- rrollo defina un campo perceptual estructurado mediante marcos de observacin, modos de interrogacin y registro de problemas, y formas de intervencin; en sntesis, cre un espacio definido no tanto por el conjunto de objetos con el que estaba relacionado, sino ms bien por un conjunto de relaciones y una prctica discursiva que produca sistemticamente objetos, conceptos, teoras y estra- tegias relacionados entre s.Es verdad que con el paso de los aos se incluyeron nuevos objetos, se introdujeron nuevos modos de operacin y se modifi- caron (por ejemplo, en relacin con las estrategias para combatir el hambre cambiaron tanto los conocimientos sobre requerimientos nutricionales, como los tipos prioritarios de cultivo y las opciones tecnolgicas). Pero el mismo tipo de relaciones entre los elementosse mantiene mediante las prcticas discursivas de las instituciones.La invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar83Es ms, opciones en apariencia opuestas pueden coexistir fcil-mente dentro del mismo campo discursivo (en la economa del desarrollo, por ejemplo, las escuelas monetarista y estructuralista parecan estar en abierta contradiccin a pesar de que pertene- can a la misma formacin discursiva y se originaban en el mismo conjunto de relaciones, como se mostrar en el prximo captulo. Tambin puede demostrarse que la reforma agraria, la revolucin verde y el desarrollo rural integrado son estrategias a travs de las cuales se construye la misma unidad, el hambre, como veremos en el captulo 4). En otras palabras, aunque el discurso ha sufrido una serie de cambios estructurales, la arquitectura de la formacin discursiva establecida en el perodo 1945-1955 ha permanecido igual, permitiendo que el discurso se adapte a nuevas condiciones. El resultado ha sido la sucesin de estrategias y subestrategias de desarrollo hasta la actualidad, siempre dentro de los lmites del mismo espacio discursivo.Tambin es evidente que otros discursos histricos influyeron en las representaciones particulares del desarrollo. El discurso del comunismo, por ejemplo, influy sobre la promocin de opciones que acentuaban el rol del individuo en la sociedad y, en particu- lar, de los enfoques basados en la iniciativa y la propiedad priva- das. Tanto nfasis en este asunto y una actitud tan moralizadora tal vez no habran existido en el marco del desarrollo sin la constante prdica anticomunista originada durante la guerra fra. De igual modo, el hecho de que el desarrollo econmico dependiera tanto de la necesidad de divisas favoreci la promocin de cultivos de exportacin, en detrimento de los cultivos de consumo domstico. Sin embargo, como se ver en los captulos posteriores las formas en que el discurso organiz estos elementos no puede reducirse a relaciones causales.En forma similar, el etnocentrismo y el patriarcado influye- ron en la forma que tom el desarrollo. Las poblaciones indgenas tenan que ser modernizadas, y aqu la modernizacin signifi- caba la adopcin de los valores correctos, es decir, los sustenta-dos por la minora blanca o la mayora mestiza, y, en general, de losCaptulo II84valores implcitos en el ideal del europeo culto. De otra parte, losprogramas de industrializacin y desarrollo agrcola no solamente haban vuelto invisible a la mujer en su rol como productora, sino que adems tendan a perpetuar su subordinacin (vase el captulo 5). Las formas de poder en cuanto a clase, gnero, raza y nacionalidad se ubicaron as en la teora y en la prctica del desarrollo. Aquellas no determinan a estas en una relacin causal directa, sino que ms bien constituyen los elementos formativos del discurso.El examen de cualquier elemento debe hacerse en el contexto global del discurso, por ejemplo, el nfasis en la acumulacin de capital surgi como parte de un conjunto de relaciones comple- jas en las cuales intervenan muchos factores: la tecnologa, las nuevas instituciones financieras, los sistemas de clasificacin (PIB per cpita), los sistemas de toma de decisiones (como los nuevos mecanismos de cuentas nacionales y la asignacin pblica de recursos), los modos de conocimiento, y una serie de factores internacionales. Lo que convirti a los economistas del desarrollo en figuras privilegiadas fue su posicin dentro de este complejo sistema. Las opciones privilegiadas o excluidas tambin deben considerarse a la luz de la dinmica global del discurso: por qu, por ejemplo, el discurso privilegi los cultivos de exportacin (para asegurar divisas, segn los imperativos de la tecnologa y del capital) y no cultivos para el consumo; la planeacin centralizada (para satisfacer exigencias econmicas y de conocimientos), pero no enfoques participativos y descentralizados; el desarrollo agr- cola basado en extensas granjas mecanizadas y en el uso de insu- mos qumicos, y no en sistemas agrcolas alternativos de pequeas fincas, basados en consideraciones ecolgicas y en el manejo inte- grado de plagas y cultivos; crecimiento econmico acelerado y no articulacin de mercados internos para satisfacer las necesidades de la mayora de la poblacin; soluciones intensivas en capital y no en trabajo. Con la profundizacin de la crisis, algunas de las opciones antes excluidas se estn tomando en cuenta, aunque casisiempre desde una perspectiva desarrollista, como sucede con laLa invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar85estrategia del desarrollo sostenible, a discutirse en los prximoscaptulos.Finalmente, lo que en realidad se incluye como aspecto legtimo del desarrollo puede depender de relaciones especficas estable- cidas en medio del discurso. Por ejemplo, relaciones entre lo que dicen los expertos y lo que la poltica internacional determina como factible (que puede definir, por ejemplo, lo que un organismo inter- nacional recete a partir de las recomendaciones de un grupo de expertos); entre segmentos del poder (industria versus agricultura, por ejemplo); o entre dos o ms formas de autoridad (por ejemplo, el equilibrio entre nutricionistas y especialistas en salud pblica, de un lado, y la profesin mdica, de otro que puede determinar la adopcin de uno u otro enfoque para la atencin en salud rural). Otros tipos de relaciones a considerar incluyen aquellos entre los lugares de origen de los objetos (por ejemplo, entre reas urba- nas y rurales), entre procedimientos de diagnstico de necesida- des (como el uso de datos empricos por parte de las misiones del Banco Mundial) y la posicin de autoridad de quienes realizan el diagnstico (que puede determinar las propuestas y su posibilidad de implementacin).Son relaciones de este tipo las que rigen la prctica del desa- rrollo, que no es esttica pero sigue reproduciendo las relaciones entre los elementos que involucra. Fue la sistematizacin de estas relaciones la que confiri al desarrollo su gran calidad dinmica. Fue la inmanente adaptabilidad a condiciones cambiantes la que le permiti sobrevivir hasta el presente. En 1955 ya se evidenciaba un discurso que se caracterizaba no por tener un objeto unificado sino por formar un vasto nmero de objetos y estrategias; no por nuevos conocimientos sino por la sistemtica inclusin de nuevos objetos bajo su dominio. Sin embargo, la exclusin ms importante era, y contina siendo, lo que se supona era el objeto primordial del desarrollo: la gente. El desarrollo era, y sigue siendo en gran parte, un enfoque de arriba abajo, etnocntrico y tecnocrtico que trataba a la gente y a las culturas como conceptos abstractos, como cifrasestadsticas que se podan mover de un lado a otro en las grficasCaptulo II86La profesionalizacin del desarrolloEl concepto de profesionalizacin se refiere bsicamente al proceso mediante el cual el Tercer Mundo es incorporado a la pol- tica del conocimiento especializado y de la ciencia occidental en general. Esto se logra mediante un conjunto de tcnicas, estrate- gias y prcticas disciplinarias que organiza la generacin, valida- cin y difusin del conocimiento sobre el desarrollo, incluyendo a las disciplinas acadmicas, a los mtodos de enseanza e investiga- cin, a los criterios de autoridad y a otras diversas prcticas profe- sionales. En otras palabras, los mecanismos a travs de los cuales se crea y mantiene una poltica de la verdad y que permiten que ciertas formas de conocimiento reciban el estatus de verdad. Esta profesionalizacin se efectu mediante la proliferacin de cienciasLa profesionalizacin e institucionalizacin del desarrolloEl desarrollo fue una respuesta a la problematizacin de la pobreza que tuvo lugar en los aos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y no un proceso natural de descubrimiento y tratamiento gradual de los problemas por parte de las ciencias e instituciones modernas. Como tal, debe tomarse como una construccin histrica que crea un espacio en el cual los pases pobres son conocidos, defi- nidos e intervenidos. Hablar del desarrollo como construccin hist- rica requiere un anlisis de los mecanismos que lo convierten en fuerza real y activa, mecanismos que estn estructurados por formas de conocimiento y de poder, y que pueden ser estudiados en trmi- nos de sus procesos de institucionalizacin y profesionalizacin.del progreso. El desarrollo nunca fue concebido como procesocultural (la cultura era una variable residual, que desaparecera con el avance de la modernizacin) sino ms bien como un sistema de intervenciones tcnicas aplicables ms o menos universalmente con el objeto de llevar algunos bienes indispensables a una pobla- cin objetivo. No resulta sorprendente que el desarrollo se convir- tiera en una fuerza tan destructiva para las culturas del Tercer Mundo, irnicamente en nombre de los intereses de sus gentes.La invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar

8723 Aunque la mayora de los profesionales latinoamericanos se dedic vidamente a la tarea de extraer el nuevo conocimiento de las econo- mas y culturas de sus pases, con el tiempo la transnacionalizacin del conocimiento desembocara en una dialctica que clamaba por una ciencia social ms autnoma (Fals Borda, 1970). Esta dialctica contri- buy a esfuerzos sociales e intelectuales como la teora de