san pedro de arlanza

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El dominio monástico de San Pedro de Arlanza durante la plena y baja Edad Media El monasterio de San Pedro de Arlanza, cuya fundación se remon- ta al siglo x, y del que he publicado con anterioridad la formación y expansión de su dominio a lo largo de los siglos xy xi, continnó ampliando sus posesiones durante el siglo xix y comenzó a decaer económicamente ya en el siglo siguiente, para oscurecerse definitiva- mente en el plano esconómico en los siglos xiv y xv. El siglo xii representa para San Pedro la continuación de su época de esplendor y fue, junto con el siglo xi, el momento clave de su importancia tanto económica como religiosa. Lo primero que hay que destacar al comenzar el estudio del siglo xii es la gran diferencia existente —en el aspecto documental— entre la primera mitad del siglo y la segunda. En los primeros cincuenta años el número de do- cumentos conservados es muy inferior a los que poseemos de la se- gunda parte de dicho siglo. Tan sólo 13, que podemos dividir en: nueve donaciones, un trueque, dos ratificaciones comprendidas en dos documentos de donación, un documento acerca de unos éjidos, uno en torno a un problema de diezmos con Burgos y, por último, el tex- to de una controversia con el obispo de Osma. El monasterio no efec- túa —que sepamos— a lo largo de estos años ninguna compra ni venta. Y en ninguno de los documentos conservados se hace mención de tareas repobladoras efectuadas por la abadía, como había ocurn- do en siglos pasados. De las nueve donaciones que San Pedro recibe en esta primera mitad del siglo XII, tres de ellas fueron de carácter real y seis particu- lares. Las reales son todas de Alfonso VII. En cuanto a las particu- lares, sólo una es de un individuo que ingresa en el cenobio. Otra la hace un noble burgalés. El resto de los donantes son desconocidos. Todas estas donaciones son efectuadas sin ningún tipo de restricción.

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Dominio monastico de San Pedro de Arlanza en la edad media

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El dominio monásticode San Pedro de Arlanzadurante la plena y baja Edad Media

El monasteriode San Pedrode Arlanza,cuya fundaciónse remon-ta al siglo x, y del quehe publicadocon anterioridadla formación yexpansiónde su dominio a lo largo de los siglos x y xi, continnóampliando sus posesionesduranteel siglo xix y comenzóa decaereconómicamenteya en el siglo siguiente,para oscurecersedefinitiva-menteen el plano esconómicoen los siglos xiv y xv.

El sigloxii representaparaSanPedrola continuaciónde su épocade esplendory fue, junto con el siglo xi, el momento clave de suimportancia tanto económicacomo religiosa.Lo primeroquehay quedestacaral comenzarel estudio del siglo xii es la gran diferenciaexistente —en el aspectodocumental—entre la primera mitad delsiglo y la segunda.En los primeroscincuentaaños el númerode do-cumentosconservadoses muy inferior a los que poseemosde la se-gunda parte de dicho siglo. Tan sólo 13, que podemosdividir en:nuevedonaciones,un trueque,dos ratificacionescomprendidasen dosdocumentosde donación,un documentoacercade unos éjidos, unoen torno aun problemade diezmoscon Burgos y, por último, el tex-to de unacontroversiacon el obispo de Osma.El monasteriono efec-túa —que sepamos—a lo largo de estos años ninguna compra niventa.Y en ninguno de los documentosconservadosse hace menciónde tareasrepobladorasefectuadaspor la abadía,como había ocurn-do en siglos pasados.

De las nueve donacionesque San Pedro recibe en esta primeramitad del siglo XII, tresde ellas fueron de carácterreal y seisparticu-lares. Las realesson todas de Alfonso VII. En cuanto a las particu-lares, sólo una es de un individuo que ingresa en el cenobio. Otrala haceun noble burgalés.El restode los donantesson desconocidos.Todasestasdonacionesson efectuadassin ningún tipo de restricción.

500 Mart a del Carmen de León-SoteloCasado

No hay ninguna con reservade usufructo, ni poniendocomo condi-ción la muerte del donanteparaqueel monasteriopudieradisfrutarde los bienesentregados,como habíaocurrido, en ocasiones,en lossiglos pasados.Los fines continúansiendolos mismos que en añosanteriores: «pro remedio o saluteanime’>, «pro remissionepeccato-mm», o aparecenambasfórmulas a la vez.

Tan sólo en tres de los documentosquehemosconsultadoen es-tos años aparecereferenciaa derechosseñorialesconcedidosal abaddel monasterio.Estánfechadosen 1116, 1130y 1147,respectivamente1•

A través del estudiode la documentaciónde estos añoshemospo-dido darnos cuentaque el monasteriode SanPedro de Arlanza am-plió muy poco su patrimonio. Solamenterecibió tierras en 1116cuandopasó a sus manosel monasteriode San Pedro de Lara; en1117 en Caleruegay hasta 1141 no vuelve a recibirlas, estandositua-das en esta ocasión e Huérmeces;en 1144 las recibe en «Hocellas»y, por último, en Olleruelosen 11472

En relación con la ganaderíano apareceninguna donación>ni seefectúaninguna compra relacionadacon ella. Pero, en cambio, Al-fonso VII concedea sus ganadosel poder de pastarjunto con los delos habitantesdel distrito de Lara en aquellos lugares dondetuvie-se posesiones,lo cual debió de suponerparael cenobiounagran ven-taja, al ver así aumentadosen gran manerasus territorios de pastos~.

Podemosdecir, resumiendo,que en esta primera mitad del si-glo xii, la abadíarecibió bienes en: Caleruega,Huérmeces,Calzadi-lía, «Hocellas”, «Revege»,«Villa Albiella», Espinosa,Gumiel de Izán,«Frenosa»,«Val de Laguna», Vega, Tolbanio, Huerta, Quintanilla,Busto Mediano,PeñasAlbas, Bilbestre, «Eveadel Campo»,CarazodeMirandella, Ouintanarrayay Cilleruelos. En cuanto a monasteriosque se anexionarana San Pedrosolamentenos quedareferenciadeuno, el de San Pedro de Lara, entregadopor el noble castellanoPe-dro Ovéquez.En la donaciónapareceun datoquehastaahorano ha-bía encontradoen ningún documento,citado expresamente:al deta-llar el donantelos bienes que entregahace mencióndel cementerio,palabra hastael momentono mencionadaen ninguna otra ocasión.

Hay un temaqueno se puededejarde mencionaren estemomen-to y es el de los diezmos.Arlanza había recibido los del montazgode Lara, concedidosen 1130 por Alfonso VII, quien en otros docu-mento de 1135 vuelve a hablarde dicha concesión~. En relacióncon

1 U SERRANO: Cartulario de San Pedro de Arlanza, pá. 165, doc. LXXXVII;p. 175, doc. XCIV; y p. 192, doc. CII.

2 Ibid., p. 165, doc. LXXXVII; p. 166, doc. LXXXVIII; p. 187, doc. XCVIII;p. 191, doc. CI; p. 192, doc. CII.

3 Ibid., p. 186, doc. XCVII.4 Ibid., p. 174, doc. XCIV; p. 186, doc.XCVII.

El dominio monásticode San Pedro de Arlanza... 501

el mismo temaposeemosun documentointeresantedadopor el PapaLucio II al abadde Arlanzay a otrosvarios abades,paraquepagasenlos diezmosque debíanal obispo de Burgos5.

El problema de los diezmos continuó existiendo en años poste-riores.El primer documentocon quenos encontramosen la segundamitad del siglo xii es precisamenteuna Bula de Eugenio III, en laque insiste de nuevo en el tema del pago de los diezmospor unase-rie de monasteriosal obispo de Burgos. Ademásdel de Arlanzaapa-recen los nombresde otros grandescenobios: Oña, Cardeña,SantoDomingo de Silos. No sabemoscómo se resolvió la cuestión,y ni si-quiera si s¿ llegó a resolverrealmente6~

Hay que resaltar la importancia que tuvo para la abadía,en lasegundaparte del siglo xxi, la protección que recibió del monarcaAlfonso VIII, quien le hizo entregade posesionesde gran valor. Lasdonacionesrealizadaspor los diferentesmonarcasfueron en totaldoce. Donacionesparticulares,sin embargo,sólo conocemostres.Me-diante dichas donacionespasana sus manosposesionesen: SanEs-teban, Pedrosade Muñó, Rioseras,San Martín de Coitrales, Tabla-dillo, Rivilla de la Fuente,Palaznelos,«Villa Momel», Salas,«Castro-vido», «Fornellos», Mojina, Cantarelos,Jaramillo Quemado,Maza-nos, Cabezón,Torre de Doña Imblo, Villaverde Mojina, Quintana-rrubias. Solamenteun monasteriose incorpora a San Pedroen estosaños, fue el de San Martin de Villaquirán, en el alfoz de Castroje-riz, por donación de Alfonso VII, fechada en jf547~ Sin embargo,recibió varias iglesias,concretamentela de SanVicente en Pampliegacon sus heredades,donadapor SanchoIII en 1151; la iglesia de SanJuan de Cela, entregadaal cenobiopor donaciónreal de Alfonso VIIIdel 1170; y la de SanLeonardocon su hospitaly pertenencias,que lecencedióel mismo Alfonso el 1.0 de abril de 1193 ~. Hay que resaltarque en la donaciónde la iglesia de SanVicente de Pampliega,el mo-narca dice textualmente: «Et vobis concedolicenciam populandi dehomines que venerint de nostrahonore vel hereditateut vobis ser-viant vel successoribusvestriscum illo foro quehabueruntmoeosho-mines de Pamplieca;et accipiant cum illis hereditatemtam in terrisquamin vineis, in pratis, in hortibus,in molendiniset in stagniset inmontibuset in omnibustributa»~. Comopodemosver el problemadela repoblacióncontinuaba.El monarcaconcedíaa los que vinieran apoblar el mismo fuero que tenían los habitantesde Paxnpliegay lesconcedela facultad de disfrutar de los bienesqueéstos poseían,exi-miéndolesde ciertos tributos. A pesarde los añostranscurridosaún

ibid., p. 190,doc.C.6 Ibid., p. 196, doc. CIV.7 Ibid., pp. 202-204,doc.CIX.

ibid., p. 199, doc. CVII; y,. 217, doc. CXVIII; y,. 234, doc. CXXVIII.

502 Maria del Carmende León-SoteloCasado

debíande existir lugares de la primitiva zona quehabía sufrido ladespoblación,que necesitabancontingenteshumanospara paliar elvacíoexistente.

Ademásde las donacionesmencionadas—ninguna «postobitumtni con reservade usufructu y la mayoría de ellas por la salvacióndel almade los donantes—,conservamostresdocumentosde trueque:en 1155 recibeel monasterioContrerasa cambio de Casuar;en 1173recibe SalgUeroy cedeZayasde Torre; y al añosiguienteHuérmeceses cedidapor Sarracín‘~.

Tampocose conservade estasegundamitad del siglo xii ningunadonación,ni comprade ganadorealizadapor SanPedro.Sólo hay re-ferenciasal ganadoen un documentode Alfonso VII, en el queestemonarcale concedepoder para que sus ganadospuedanpastarconlos suyospor el territorio castellano.Esto supusoparael monasterioel ampliar sus pastosde unamanerainimaginable,acarreándoleconellos grandesventajas‘~. Hay otro documento,relacionadotambiéncon la cabañade Arlanza, de mediadosde siglo, en el que se vanenumerandolos montes de matabaja dondepodránpastarsus ani-males12• La cabañaque el monasteriodebía de poseerquizá fueraconsiderable—aunqueen ningún momento aparezcamenciónadosunumero— y su economíaagropecuariano ofrece duda alguna.

En relación con los problemasque surgían a menudocon otroscenobios,tenemosun claro reflejo documentalen un texto de 1175.Las abadíasde Arlanzay de Silos pleiteanpor unaseriede derechosy posesionesen Cocos, Tabladillo, Huerta... Tras una serie de ges-tiones el asuntose resolvió de un modo amistoso.El abadde SantoDomingo, con consentimientodel capítulo, se reconociódeudory pro-metió pagana SanPedro200 maravedísantesde SanMartín. El abadde San Pedro renunció entoncesa todo derechosobreestos lugares,quedandode acuerdoen queen la sernadel Enebral los hombresdeambosmonasteriostendrían los mismos derechos.Debieronser fre-cuenteslas disputasde estetipo entreabadíasque poseíanbienes enzonas limítrofes. Examinandodocumentosde la época se ven casossimilaresal aquí expuestoa menudo~incluso, en ocasiones,no resuel-tos de un modo tan amistosocomo éste13

De nuevo a finales del siglo xii se vuelve a plantearel problemade los diezmos, en esta ocasión entre el monasterioy el obispo deOsma. En 1195 el obispo don Martín reclama a don Miguel, abad

9 Ibid, p. 199, doc.CVII.~ Ibid., y,. 208, doc. CXII; y,. 220, doc. CXX; y,. 221, doc. CXXI.II Ibid., y,. 204, doc. CX.12 Ibid., y,. 240, doc. CXXXII.13 Ibid., pp. 225-227, doc. CXXIII; M. FnoTIN: Recuejíde chartesde PAbbaye

de Silos> p. 98; BERGANZA: AntigUedadesde Espatuz,tomo. II, y,. 463.

El dominio monásticode San Pedro de Arlanza... 503

de Arianza, los diezmosde las posesionesqueel monasterioteníaenQuintanarrubia,los diezmos de la agricultura de San Estebany, engeneral, todos los de las heredadesque el monasterioposeíaen ladiócesis de Osma.Don Martín exigía tambiénla iglesia de Boadaenterritorio de Roa.El cenobio,por su parte, haciavarias reclamacio.-nes al obispo, concretamentela iglesia de San Sebastiánde San Es-teban, la de San Miguel en Osma, la de SantaMaría de Colmayo(provincia de Soria) y la iglesia de San Mamésen Berzosa.Pidieronconsejo para dirimir el asuntoa don Martín, arzobispode Toledo,quien mandaque se devuelvana San Pedro los diezmos de Quinta-narrubia, los de la agricultura de San Estebany, en general, todoslos que San Pedro poseyerasobre la agricultura en el territorio dela diócesisde Osma.Don Martín aclaraque si en adelanteel monas-terio adquierenuevosbienesen la diócesis,pagarápor ellos los diez-mos correspondientes.Ante estarespuestafavorable,el abadde SanPedroretiró su demandade las iglesias antescitadas,que exigíaa ladiócesisde Osma.

Si el siglo xii supusoaún para San Pedro de Arlanza un tiempode esplendor—aunquemenor comparativamenteque el siglo ante-rior—, la centuria siguientecontemplael comienzo de la crisis queafectaríaal cenobio irremediablemente.De los cincuentaprimerosañosno nos quedamás queuna donación.El resto de la documen-tación se reparte así: tres confirmaciones,trescompras,tresventas,tres arrendamientosy cinco trueques.

La únicadonaciónde la quenos quedaconstanciaes la hechaporFernandoIII en 1233, por la que concedea SanPedro diez ochavillasde sal —segúnla medida de Burgos—en las salinasde Añana,paraque todos los años las extraigansin tenerque pagaralvalá ‘~. Haciamuchosaños que no habíamosencontradoen la documentaciónnin-guna menciónde Allana, ni nadareferentea la sal relacionadoconArlanza.

Las comprasque el cenobiorealizó en estosañosfueron: partedelmolino de Tobilla —no se especificala cantidad que el monasteriopagó por eRo—, unaparte de los molinos de Tirados y una seriedeposesionespor las que pagó200 maravedísI6~

Las ventas efectuadaspor el monasteriofueron también tres. Laprimera de ellas en 1219, por la quese deshacede su villa de Torre-cilla —lugar cercano a Bujedo— y de las heredadesque poseía enGamonar, Palazuelos,SalgUero y Ribilla de la Fuente.Todas estasposesioneslas adquiereel monasteriode SantaMaría deBujedopor

‘4 L. SERRANO: Cartulario de San Pedrode Arlanza, p. 236, doc. CXXíX.15 Ibid., p. 270, doc. CL.16 <bid., p. 273, doc. CLIII; Archivo de la Casade Alba, Casade San Leonardo,

C. 145-3 y C. 145-4.

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la cantidad 90 maravedísy un manto. Dos años después,en 1221,vendenlos bienesqueposeíanen Villaldemiro y Celada,por 800 ma-ravedís.Y, por último, en 1245 San Pedrovende a Covarrubiasunaviña en el término de Redonda’7

Entre los años 1205 y 1210 Arlanza realiza tres arrendamientos.El primero de ellos se refiere a la entregaa doce vecinos de San-tiuste de Riocerezo de las tierras sitas en dicho lugar pertenecien-tes a la abadía,paraque las plantasende viña y las rodeasende unatapia. Esta tierra podría ser dividida, cuandoel abado una de laspersonasa las quese les entregabaoptasenpor ello. Dos de las per-sonasa las que se entregandichas tierras quedanfiadoras de quese plante de viña. En 1209 el cenobioentregaa un particular unascasasen Villaldemiro, con sus tierras, viñas, prados,etc., para quelo poseanmientras vivan. Cadaaño deberáentregaral cenobio ladécima parte de lo que se produjere en dichas tierras, acogerlaalabadcuandoallí fuera y al monje encargadode ir a recogerel pany el vino. Al morir el arrendatariose comprometea enterrarseenSan Pedro, junto con su mujer, y a dejarle la quinta parte de susbienesmuebles.Por último ya, en 1210, de nuevo a sus vecinosdeSantiustede Riocerezo les es entregadaunatierra cercanaa la igle-sia de este lugar con las mismascondicionesqueen la entregaante-rior: que la planten de viña y la cerqueny que se puedapartir en

18porcionesiguales cuandouna parteu otra lo deseen

Cinco truequesrealizó Arlanza a lo largo de estos años. El pri-mero lo llevó a cabo con Alfonso VIII en 1213, con ocasión de laedificación y dotacióndel Hospital del Rey en Burgos. Alfonso con-cedea San Pedrolas heredadesqueposeíaen San Leonardo,Argan-za, Casarejos,Vadillo, Río Lucía, Cañizera,Hontoria del Pinar, SanCristóbal, Costalago, San Felices, Villanueva, Quintanar, Villagut-mer, Regumiel, Canicosay Revenga.Todos estos lugaresse encon-trabanen el alfoz de Lara. Le concedeademásposesionesen «Tierrasde Mm» y unabodegaen Clunia. San Pedroentregaa cambiode todoello San Románde Villaverde con su iglesia, casas,heredades,huer-tos, etc.; bienes en «OterDajos» con la iglesia de SanCristóbal y suspertenencias,la villa de San Mamés con sus collazos, PedrosadeMunó tambiéncon sus collazos,y SanRomán,junto a Muñó, consuscasas,heredades,viñas y pertenencias.

El segundo cambio lo realiza también con el mismo monarca,en 1214. El rey da al monasteriosu heredadde labrantío de Lara yéste a cambio su casade San Vicente de Pampliega.

17 L. SERRANO: Cartulario de 54n Pedrode Arlanza, p. 261, doc. CXLIV; y,. 262,dcc. CLV, Cartulario del Infantado de Covarrubias, p. 92; doc. L.

1~ Ibid., p. 247, doc. CXXXVI; y,. 250, doc. CXXXVIII; y,. 251, doc. CXXXIX.

El dominio monásticode SanPedro de Arlanza... 505

Del mismo año tenemosun documentosimilar —en este casoeltruequese realiza con un particular— en el que el monastenoentre-ga los bienes que poseíaen Nontoria a cambio de recibir otros enesemismo lugar.

Por último, en los años 1233 y 1239, respectivamente,Arlanzare-cibe una heredaden Vega de Adalides,entregandoa su vez una he-redad en Mayolo de la Dueñas.Y con el obispo y cabildo de Osmaefectúael último cambio.Estosentregansus heredadesde «Vadiello»,unacasaen El Pinar, Hontoria y la villa de SantaMaría de los Gas-eones,recibiendo de San Pedro la aldea de Telehuelacon todas susposesiones.Parareforzar aúnmás estecompromiso solicitan del reyFernandoIII que lo confirme, haciéndoloel monarca,que ademásestampasu sello en el documento19

San Pedro recibió confirmacionesde diversos bienes que poseíade los monarcasAlfonso VIII y Fernando1. El resto de la documen-tación que se conservade la primera mitad del siglo xiii es muyvariada. Documentosconcediendoel cenobio fueros a diferentes lu-gares: Villaverde Mojina (principios del siglo xiii), San Juan deCela (1209), San Leonardo (1220) y Cascajares(1224). Los dados aVillaverde Mojina y a San Juan de Cela por Alfonso VIII y los aba-des de San Pedro, don Miguel y don Pedro, respectivamente,tienenel mismo contenido,ya que ambos—como se dice expresamente—siguenel «forum de Palenciola».Los de San Leonardoy Cascajaresson más brevesque los anteriores.Los dos primeros contienenunaserie de normas y de exencionesque se dan a amnibus quicumquemoran voluenint in Villaviridí ~ y a cnnnibus hominibusquicumquepopulare voluenint iii SanctoJohannede Celta~, para así facilitar lavenida de gentea estos lugares.Los otros dos fueros —los de SanLeonardoy Cascajares—son másbien unos acuerdosentre los mo-radoresde estos lugaresy el monasteriode San Pedro, comprome-tiéndosea seguir éstos una serie de normasque en ellos se deter-

uminanEl problema de los diezmos siguió planteándoseduranteestos

años.Del 1201 se conservaun documento,dadoen Letrán,por el queel Papamandaa los obisposde Osmay de Segoviay al arcedianodela iglesia de Palencia,que haganque el abadde Arlanza paguealobispo de Burgos los diezmosy demás derechosque le pertenezcan

19 Ibídem, p. LTL, doc. CXL; p. ETc, doc. CXLII, Archivo de la Casade Alba,Casa de San Leonardo, C. 145-2, C. 21-9, C. 67-9; C. 145-5.

~‘ L. SERRANO: Cartulario de San Pedro de Arlanza, p. 241, doc. CXXXIV.21 ~ SERRANO: Cartulario de San Salvador del Moral, y,. 265, doc. JI.~ R. MENÉNDEZ PIDAL: Documentoslingiilsticos de España, tomo 1, pp. 276-

277, doc. 212; L. Snmuwio: Cartulario de San Pedro de Anlanza, p. 268, doc.CXLVIII.

506 Maria del Carmende León-SoteloCasado

en Villaverde Mojina ~. El problema había adquirido ya caracteresgravescuando se recurrió incluso a Roma y el Pontífice dio un do-cumentode esta clase. No sabemostampocoen esta ocasión cómose resolvió el asunto.Otra disputa surgió también por los diezmosentreArlanza y el obispadode Osma. Se elige como juez al arcipres-te de Osma. Este decide que el monasterioentregueal obispadolaiglesia de SantaMaría de Duero, que se encontrabaen el términode San Esteban,con sus tierras, casas,prados,aceñas,todo ello li-bres de cualquierpecho o arrendamiento,en pago de los diezmosque no había satisfecho.De ahora en adelanteel cenobio conserva-ría los diezmos queposeíaen dicho territorio de las posesionesquehastaentoncestenía, pero no de las que adquirieseposteriormente~.

El resto de la documentaciónse refiere a problemasde límitesplanteadosentredistintos cenobios: Belbimbre,Silos y Arlanza~; uninventario de las posesionesde San Pedro en distintos lugares: Ne-breda,Castrillo de Solarana,Rueda~; unacarta de hermandadentreSan Pedro y Uclés, similar a la que el monasteriohabíaacordadoen el último tercio del siglo xii con San Cristóbal de Ibeas~, y undocumento dado por FernandoIII en 1233 acerca de unos pechosque debían satisfacerlos vasallos de la abadía que habitaban enBoada‘~.

Mediante el examenque hemos hecho de la documentacióndeesta primera mitad del siglo XIII, hemos podido comprobarque eldeclive económicoen el que se encontrabael monasterioeran real-mentepreocupante.Ya en la segundamitad del siglo xii se vislum-brabanciertos rasgosque podían inspirar temor. San Pedroahoranecesitavender,arrendar,hacertrueques,porquesu economíase vaa pique, porque sus gastos han ascendido y han sobrepasadosusingresos.Han cambiadolos tiemposy ya no es el gran cenobiopro-tegido por condesy monarcas,quienes. lo másque harán por él seráconfirmar o ratificar sus documentoso reconocerleuna seriede de-rechosconcedidospor sus antecesorcs.

Ya en la segundamitad del siglo xiii la nota más destacadaesel elevadonúmerode confirmacionesque los monarcashacenal ce-nobio: 19 Alfonso X, 3 SanchoIV y 1 FernandoIV. La difícil situa-

23 L. SsiutANo: Rl Obispado de Burgos y la Castilla primitiva, tomo III, p. 347,doc. 224; D. MANSILLA: La documentaciónpontificia hasta Inocencio III, pági-nas 270-271.

24 Archivo de la Casa de Alba, Casa de San Leonardo, C. 21-6; L. SERRANO:Cartulario de San Pedro de Arlanza, p. 266, doc. CXLVII.

23 Ibid., p. 264, doc. CXLVI; M. FEROTIN: Recudí de Chartes de l’Abbayede Silos,p. 163.

~ L. SERRANO: Cartulario de San Pedrode Arlanza, y,. 244, doc. CXXXV.27 Ibid., p. 269. doc. CXLIX; y,. 239, doc. CXXXI.28 R. MENÉNDEZ PIDAL: Documentoslingilísticos de España, tomo 1, p. 240,

num. 186.

El dominio monástico de San Pedro de Arianza.-- 507

ción se agrava.No hay ni un solo documentode donación. Ya queno recibe bienesnuevospretendemedianteestasratificacionescon-servar lo queposee.Este es el momentoen que el número de con-firmacioneses mayor. SanPedrorealiza en estoscincuentaañosunacompra,un truequey un arriendo.Recibevarias exencionespor partede los monarcas: Alfonso X le exime en 1256 del pago de portazgoen sus reinos ~, y unos años mástarde, en 1274, concede,ademásdelibertad de pasto por todos los lugaresde su reino a los ganadosde San Pedro,la exenciónde portazgo,montazgo,diezmoy pasajeLa última exenciónes de FernandoIV: el monasteriono deberápa-gar albalá ni portazgo por la conducción de diez ochavilias de salque teníaderechoa extraercadaaño de las salinasde Añana~

La única compraque realiza el cenobiose la hacea un particulary se trata de una haciendaen Quintanilla de Coco, por la que paga100 maravedis~. El único trueque efectuado con un particular haceque pase a manos de Arlanza bienes en Cascajares:una herrería yuna haza a cambio de un solar en Contreras~. El documento dearriendo a que antesnos referimos está fechadoen 1271. San Pedroarrienda unacasaen Frades de Candemufloy dos molinos en Villa-verde con todas sus heredades,por 400 maravedis,para que la arren-dataria lo poseyera mientras viviese. Hay un dato de gran interésen el documento y que nos dice de un modo explícito lo que venía-mos sospechandocon todo fundamento: «et todo vos lo damos assicomo dicho es por quatro mil maravedis.-. para pagar debdasquedevie el monasterio, nombrada mientre pora pagar mill maravedisa nuestro señorel Rey que demandóet pidió al dicho monasterio»~.

La penosasituación por la que atravesabael monasteriose reflejarácon todo detalle en las cuentasdel año 1348, de las que hablaremosmás adelante.

También en estos años San Pedro se ve envuelto en problemascon otro lugar, en esta ocasióncon Covarrubias,acercade unos bie-nes que ambosaducíanposeer~. Unos añosantes, en 1255, los habíatenido ya con Lara acercade unos montes,las Mamblas,situadosen-tre HortigUelal y Covarnibias~.

Quizá uno de los documentosmás interesantesque poseemosdeArlanza seael fechadoen 1266. Lo da don Martín, obispo de Burgos:«queriendoque siempre aya paz et amor entre el abbat et el con-

29 AHN, Clero, San Pedro de Arlanza, carpt. 370, núm. 13.~“ L. SERRANO: Cartulario de SanPedro de Arlanza, y,. 279, doc. CLIX.31 AHN, Clero, San Pedrode Arlanza, carpt. 371, núm. 3.32 L. SERRANO: Cartulario de SanPedro de Arlanza, y,. 275, doc. CLVI.33 AHN, Clero, San Pedrode Arlanza, cary,t.370, núm. 17.34 L. SERRrO: Cartulario de San Pedro de Arlanza, p. 277, doc. CLVIII.~ L. SEnÁNo: Cartulario del Infantado de Covarrubias, p. 106, doc. LXI.36 Academiadela Historia, Colecció Salazary Castro,0-7, hojas 77 y 77v.

508 Maria del Carmende León-SoteloCasado

viento del monasteriode Sant Peydro de Arlan~a»~. En él se vadetallandolo que el abadha de dar al convento.Graves problemasdebían habersesuscitadoentre ambospara queel mismo obispo seviera obligado a dar semejantedocumento.Sabemosque los gastosque el abad efectuabaexcedíanen ocasionescon mucho sus posibi-lidades económicas;quizá para sufragar dichos gastos los abadesrecurrían a los bienes pertenecientesal convento, con lo que éstesalía malparado.Los abusosdebieronde llegar a tales extremosqueel obispo se vio forzadoa intervenir y a detallar por escrito lo quea cada cual pertenecía,obligando a que se cumpliesenlas normasque dictaba y castigandoal infractor con el pago de 100 maravedisal obispo de Burgos y con la obligación de indemnizar al perjudi-cadocon el doble del dañocausado.

Problemas con Silos volvieron a surgir entoncesacerca de latoma de aguas de unos molinos en Santibáñezy en el Enebral~.

San Pedro tuvo tambiénun enfrentamientocon unosvecinosde SanEstebanacercade unas aceñasexistentesen dicho lugar. SanchoIVen esta ocasiónda también la razón al monasterio.Es significativoque en la mayoría de los pleitos y enfrentamientosque surgíanporlímites, por posesiones>etc., suele concedérselela razón al monaste-rio de Arlanza~.

Al llegar el siglo xiv, la situación de declive a la que habíallega-do el monasterioera evidentee irremediable.Poseemosde este mo-mento un documentoclave para conocerdicha situación.Me refieroa las famosascuentasde 1338. El déficit que reflejan es de más de14.000 maravedís.Las cuentasde 1338 fueron mandadaselaborarpor el papaBenedicto Xli con el fin de reformar, en lo que fueranecesario,una serie de monasteriosbenedictinosde la diócesis deToledo. Además de San Pedro de Arlanza se examina la situacióneconómicade San Juan de Burgos, SantaMaría de Obarenes,Oña,San Zoilo de Carrión, Sahagún,Silos y Cardeña.Los abadesde Silosy Cardeñafueron los encargadosde ir recogiendode cenobioen ce-nobio todos los datosque pudierantenerinteréspara la elaboraciónde dicho Cuadernode Cuentas~. La nota fundamentalquese extraeexaminandoel documentoes que la situación real de los monaste-ríos antes citados era bastanteprecaria. Concretamente,ciñéndonosa Arlanza, vemos que el 70 por 100 de su patrimonio lo tenía empe-ñado. Es de gran interés la aclaración que al final de las cuentas

3~ L. SERRANO: Cartulario de San Pedrode Arlanza, y,. 275, doc. CLVII.M. FEROrIN: Recueilde Chartes de l’Abbaye de Silos, PP. 284 y 292.

39 AHN, Clero, San Pedrode Arlanza, carpt. 371, núm. 1.4~ Gracias al interesantestrabajo de don Juan JoséGARCÍA GONZÁLEZ: Vida

económicade los monasterios benedictinosen el siglo XIV, se poseenactual-mente dichas cuentaspublicadasíntegramente.

El dominio monásticode San Pedro de Artanza... 509

hace uno de los monjes, diciendo que esta situaciónpor la que elcenobioatravesabase debíaa la injusticia reinantey a los abusosdelos señoresde la región.

El monasterio,queen siglos anterioreshablacontadocon bastan-te más de un centenarde monjes,tenía ahora tan sólo veinte, másseis repartidospor los tresprioratosqueposeía: SanLeonardo,San-ta María de Cárdabay SantaMaría del Retortillo. El número demonjes, comparadocon el que apareceen los otros cenobios de lasCuentas,es tan sólo superioral del monasteriode SanJuande Burgos,quecontabacon trecefrailes y un capellán;era casi igual al de SantaMaría de Obarenesy SanZoilo; siendoaventajadoconsiderablementepor Oña que contaba con 68 monjes,Sahagúncon 59, Silos con 40y Cerdeñacon 33, incluidos en estascifras los residentesen los prio-

4’ratos. La decadenciade San Pedro no ofrecía dudas

Otro documentoque ofrece gran interés para el estudio del mo-nasterio de Arlanza es el Libro Becerrode las Behetrías,elaboradopor Pedro 1 al poco de ascenderal trono. Aparecenen él 21 lugaresrelacionadoscon nuestrocenobio.Todosellos como salariegosy nin-guno como behetría. Pertenecena la llamada Merindad de SantoDomingo de Silos, exceptouno: Villaverde Mojina, que es de la deCerrato. Once de estos lugarespertenecíaníntegramentea San Pe-dro: San Juan,Villanueva, Villaespasa,Sarrazín,Jaramillo, Regumiel,Quintana, Miranda con sus aldeas,San Leonardo,Cañizares(que laposeíadoña Juana,esposaque fue de Martínezde Leyra, paraque latuviera mientras viviese) y Santa Inés. A] abadpertenecían:Maza-riegos y La Gallega,y al conventoy al abadconjuntamente:Riozepos,Canicosa,Hontoria del Pinar y Cabezón.Otros lugaresaparecencom-partidos entreel monasterioy particulares,como es el caso de Hor-tigiiela, pertenecienteademásde a la abadía a Pedro FernándezdeVelasco y a su madre,y Villaverde Mojina, quecompartíacon GarciFernándezManriquey Diego García Padilla. En ocasioneses el abadel que compartedeterminadoslugarescon particulares,como en elcaso de Contrerasy Cascajares.No apareceningún lugar queperte-nezca a la vez al monasterio,al abady a particularesC

Aparte de estos testimonios excepcionales:el Cuadernode Cuen-tas y el Libro de las Behetrías,poseemosuna serie de documentosdel siglo xiv, relacionadoscon Arlanza. Concretamente22, de los cua-les ninguno es de donación,ni de compra,ni de venta. La mayoríason de nuevo confirmacionesy el resto uno de cambio, dos emprés-

41 Este temalo desarrollocon mayoramplitud en mi Tesis Doctoral, inédita:La formación y expansióndel dominio monásticode San Pedro de Arlanza alo largo de la Edad Media, UniversidadComplutenseen Madrid, 1975.

42 Este tema igualmente lo he estudiadomás profundamenteen mi TesisDoctoral, citadaen la nota 41.

510 Maria del Carmende León-SoteloCasado

titos y tres arrendamientos.El cambio lo efectúacon un panicular:unas heredadesen Cabezónpor otras en Parada~. Los arrendamien-tos son de posesionesen Casuar,en Quintanilla del Coco, y de unaviña en SantaMaría de las Viñas«. Los empréstitosse refieren a unacasa en San Fausto de Cerezo y a las posesionesque el monasterioteníaen Castroceniza~.

Nuevosproblemas surgen con Silos —monasterio con el que Ar-lanza mantuvo más pleitos—, en esta ocasión por bienes en Tabla-dillo y su alfoz, y en PeñaAguda y La Gallega~.

Y por último hay que mencionarun documentode interés,porquese trata de una querella que San Pedreopresentaa Juan 1 por lasinjusticias que sufría en susposesionesa causade Pedro Fernándezde Velasco, gran señor burgalés.Del año 1380 hay numerosascartasde sentenciaenviadaspor dicho monarca a diferentes monasterios,para librarlos de los malos comendatarios,que en vez de darles pro-tección se apoderabande sus bienesy rentas.Así, el 24 de diciembrede 1380 el monarcada en Medina del Campoa San Pedrode Arlanzauna carta de sentenciapronunciadacontra Pedro Fernándezde Ve-lasco, camarero mayor del rey ~. En dicha carta manda que todoslos lugaresen ella mencionadosle sean devueltosa San Pedro,asícomo sus vasallos, ordenándolesque en adelante sólo obedezcanalabad y al convento de San Pedro y a ellos los tenganpor señores.Ademásdeberárestituirselestodo lo tomado injustamentey entregaral monasteriocierta cantidad de maravedis.

Y ya para concluir decir que en el siglo xv la decadenciaes total.Sólo conservamostres confirmaciones: dos de Juan II y una de En-rique IV, y un cambio efectuadoentre San Pedro y SantoDomingode Silos. El primero entregasus posesionesde Santibáfiezdel Val yel segundole da la iglesia de Tormillos, bienesen Uray Castroceniza,con sus vasallos y sus posesionesde Nebreda> Cebrecos,PuentedeUra, Quintanilla del Coco y Robradillo. De todos modos no se sabecon certezasi este cambio llegó a efectuarse.Y digo esto porque de1462 y 1468, respectivamente,hay dos bulas,de la última de las cua-les se ha perdido el texto. En la primera, Pío II se dirige al abaddeArlanza para que trate de remediar el problema surgido entre losmonjes de ambos conventos: Arlanza y Silos, acerca de la rentaanual que San Pedro debía pagara Santo Domingo por los compro-misos contraídos anteriormente~. En 1468, el mismo pontífice se

43 Archivo de la Casa de Alba, Casa de San Leonardo,C. 21-10.44 AHN, Clero, San Pedrode Arlanza, carpt. 371, docs.12, 13 y 15.45 AHN, Clero, San Pedro de Arlanza, cary,t. 371, docs. 6 y 14.<~ M. FEROTIN: Recueil de Chartesde l’Abbaye de Silos, p. 435.~ AHN, Clero, San Pedro de Arlanza, carpt. 372, doc. 3.48 M. FEROnN: Recueilde Chartes de l’Abbayede Silos, p. 498, doc. 506.

El dominio monásticode SanPedro de Arlanza... 511

vuelve a dirigir al abad de Arlanza y al tesorerode la iglesia de Co-varrubiaspara que remedienlos males causadosal abad de Silos

49por el cambio de 1433, al que anteshicimos referencia

Y ya, por último, mencionarla exenciónde Fernandoel Católico,por la que los vasallosdel monasteriode Arlanza no se veráanobli-gadosaservirlecomo soldados“.

San Pedro de Arlanza, uno de los cenobios castellanosque máshabía sobresalidoen diferentesplanos: económico,social, pastoral,artístico, se oscurecepara la historia. Hoy, al contemplarsus ruinas,se sienteunaprofunda tristeza.El incendioocurrido el 21 de marzode 1894 destruyóla mayor parte de la abadía.El tiempo y el aban-dono han hecho el resto. A pesar de todo creo que las ruinas delmonasteriode San Pedro de Arlanza puedencontarseentre las másimpresionantesqueexistenen Castilla. Quizá dentro de brevetiemponi siquiera podamoscontemplarlas,y yazcan, cada vez más olvida-das, bajo las aguasdel pantanode Retuerta.Sería el fin más tristeque para San Pedro hubiéramospodido imaginar.

M.~ del Carmende LEÓN-SOTELO CAsADO

(Universidadde Madrid)

~‘ Ibid., p. 509, doc. 520.X AHN, Clero, San Pedro de Arlanza, cary,t. 372, núm. 10.