said, edgard. 1990, orientalismo. quibla libertarias, disputas...

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SAID, Edgard. 1990, Orientalismo. Quibla Libertarias, Madrid. SCHELER, Max. 1938, EI puesto del hombre en el cos- mos. Editorial Losada, Buenos Aires. ________ . 1975, EI saber y la cultura. Siglo XX, ______ . 1978, La idea del hombre y la historia. La Pleyade, Buenos Aires. DISPUTAS TERRITORIALES: LOS ESTUDIOS CULTURALES Y LA ANTROPOLOGIA Mi intencion hoy es clarificar solamente algunos lineamientos de un conflicto territorial importante que con los anos no ha hecho mas que agravarse, independientemente del hecho que los estudios culturales ya se encontraban en una situacion problematica hace tres 0 cuatro anos, cuando escribf ellibro que da cuenta de las relaciones entre estudios culturales y Antropologfa. Ya para entonces algunos autores del movimiento admitfan que este se encontraba en decadencia, y otros mas renunciaban, incluso, a algunos de sus conceptos centrales, entre ellos el concepto de cultura, por no poderlos sustanciar teoricamente. Pero independientemente de que esa retraccion y ese estado de improductividad, de falta de novedades y de crecimiento de los estudios culturales se esten manifestando sin duda alguna, y que sean sus propios practicantes en los pafses metropolitanos en que se promovieron inicialmente esas ideas quienes 10 afirmen, estimo que recien ahora esta lIegando el momenta de los estudios culturales a America Latina. Podrfa decirse que existe una especie de diferencia horaria entre 10 que serfa Europa y Estados Unidos por un lado, y el resto del mundo por el otro. Personal mente mantengo una concepcion de la Antropologfa en la cual

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  • SAID, Edgard. 1990, Orientalismo. Quibla Libertarias,Madrid.SCHELER, Max. 1938, EI puesto del hombre en el cos-mos. Editorial Losada, Buenos Aires.________ . 1975, EI saber y la cultura. Siglo XX,

    ______ . 1978, La idea del hombre y la historia.La Pleyade, Buenos Aires.

    DISPUTAS TERRITORIALES: LOS ESTUDIOSCULTURALES Y LA ANTROPOLOGIA

    Mi intencion hoy es clarificar solamente algunoslineamientos de un conflicto territorial importante que conlos anos no ha hecho mas que agravarse,independientemente del hecho que los estudios culturalesya se encontraban en una situacion problematica hacetres 0 cuatro anos, cuando escribf ellibro que da cuentade las relaciones entre estudios culturales y Antropologfa.Ya para entonces algunos autores del movimientoadmitfan que este se encontraba en decadencia, y otrosmas renunciaban, incluso, a algunos de sus conceptoscentrales, entre ellos el concepto de cultura, por nopoderlos sustanciar teoricamente. Peroindependientemente de que esa retraccion y ese estadode improductividad, de falta de novedades y de crecimientode los estudios culturales se esten manifestando sin dudaalguna, y que sean sus propios practicantes en los pafsesmetropolitanos en que se promovieron inicialmente esasideas quienes 10 afirmen, estimo que recien ahora estalIegando el momenta de los estudios culturales a AmericaLatina.

    Podrfa decirse que existe una especie de diferenciahoraria entre 10 que serfa Europa y Estados Unidos porun lado, y el resto del mundo por el otro. Personal mentemantengo una concepcion de la Antropologfa en la cual

  • la arqueologfa tambien esta integrada. Yes evidente quetam bien hay una diferencia horaria entre estas dosdisciplinas, al punta que es de esperar que las teorfasque vaya ensayando la antropologfa sociocultural en unaepoca sean tomadas unos pocos anos despues por laarqueologfa, repitiendose, tanto los logros como loserrores. Creo yo que en America Latina todavfa falta muchopara que comience a asomar el descredito de laantropologfa interpretativa a la manera de Clifford Geertz,por ejemplo. Habra que esperartodavfa para que comiencea declinar el postmodernismo, por mas que en Europa, eincluso en algunos centros de Estados Unidos, ya nadie10 considere un movimiento activo y en crecimientodinamico. Y creo que falta mas todavfa para que losestudios culturales comiencen a experimentar sudesgaste 0 comiencen a ser adecuadamente objeto decrftica. Por esa misma raz6n examinare la situaci6nreciente y actual de las relaciones entre estas dos areas.

    Primero que nada habra que senalar que se trata dedos areas de dimensiones y magnitudes absolutamentediscrepantes. La situaci6n me recuerda una pelfcula delos anos 60 (bastante mala por cierto) que se lIamabaRugido de raton, en la cual un pafs muy pequeno de laperiferia de Europa Oriental, que se encontraba todavfaen la edad media, desesperado por lograr alguna formade crecimiento econ6mico y por alguna inyecci6n dedivisas e inversiones, decide que la mejor estrategia serfadeclararle la guerra a Estados Unidos, de manera tal queesa potencia 10ocupe e inyecte dinero, como fue el casode Alemania. La paradoja de esa pelfcula, ellado c6mico,radicaba enque este pafs efectivamente ataca desde un

    velero a la flota de Estados Unidos, dispara unas cuantasflechas y Estados Unidos se rinde.

    Creo yo que algo similar esta sucediendo en lasrelaciones entre los estudios culturales y la antropologfa,cuando cuatro 0 cinco antrop610gos de gran influencia(George Marcus, Renato Rosaldo, Garda Canclini 0James Clifford), unanimemente y por razonesextremadamente parecidas, deciden que la antropologfase integre a los estudios culturales. Se repite asf, sinduda, el argumento de Rugido de raton. Una disciplinacon una cantidad inmensa de corrientes te6ricas en suinterior, sumamente variadas, articulada en cuatro cam-pos inmensos como la antropologfa biol6gica, laantropologfa lingOfstica, la antropologfa sociocultural y laarqueologfa, donde en cada uno de esos campos proliferauna cantidad de corrientes te6ricas y de variantes, de-cide entregarse a algo que no esta claro siquiera sf tipificao alcanza a compararse con una sola de esas corrienteste6ricas. Indudablemente aca hay un efecto que tieneque ver con la magnitud de los estudios culturales enrelaci6n con la antropologfa y 10que respecta a dominiodel mercado. En 10que concierne a dominio mediatico,los estudios culturales, sin duda, han sabido manipularlos medios y manejar la impresi6n, infinitamente mejorque la antropologfa.

    En funci6n de este estado de cosas, quisiera articu-lar esta presentaci6n alrededor de dos 0 tres ejes, yfundamental mente cuatro autores. Antes de presentar losejes, desearfa introducir tambien un argumento parailustrar la importancia de determinados criterios, 10cualtiene que ver con algo que indudablemente esta pasado

  • de moda, pero que podrfa lIamarse va/ores de verdad.

    Sabran ustedes que hay varios mitos recurrentes enantropologfa lingufstica, sobre todo en aquella fa'ccion dela antropologfa lingufstica que se vincula con el relativismode Sapir, Whorf, Pike, etc. Cada vez que tiene oportunidadde hacerlo un caso lIamativo, esta corriente trae a colacionun caso que presuntamente ilustra la importancia de lacultura en relacion con ellenguaje y el pensamiento. Esun argumento particularista, sumamente impactante, yafirma que los esquimales poseen una cantidad muygrande de terminos para designar la nieve. Con el correrde los anos, esto se fue agrandando como una bola denieve, precisamente. Se lIego a decir en un programameteorologico en la television norteamericana que losesquimales tienen cuatrocientos terminos diferentes paraotros tantos tipos de nieve. Los meteorologos, a todoesto, ni siquiera sospechaban que pudieran existir tantostipos de nieve 0 que fuera necesario distinguir entre ellos.Pero a partir de esas ideas, algunos linguistas empezarona investigar que habfa de cierto en esos datos y dondese habfan originado.

    Tras que una antropologa, Laura Martin, introdujera eltema en American Anthropologist en 1986, otrosIinguistas como Geoffrey Pullum y Steven Pinker tambiense ocuparon del asunto. Recorriendo las fuentes y lostextos, encontraron que ni siquiera existfa acuerdorespecto a cuantas eran las palabras que los esquimalesten fan para designar la nieve. Lo que se hallo fue que apartir de una sola fuente de Franz Boas de 1911 queexplicita cuatro rafces diferentes (Ias celebres "aput","gana", "piqsirpoq", "qimuqsuq"), el rumor comenzo a

    perder el rumbo. Whorf de inmediato inflolas cuatro rafcesa siete. En algunas partes de los textos de Carol Eastmanse habla de "muchas" palabras para la nieve, pocaspaginas despues se mencionan apenas tres. En unaenciclopedia de datos curiosos el numero consignado es"nueve", en un editorial del New York Times del 9 de febrerode 1984 es "cien", y en un programa meteorologico deCleveland es "doscientos". Geoffrey Pullum encontro quecuatro anos mas tarde, en 1988, el mismo New YorkTimes hablaba de "cuatro docenas" de palabras: en pocosanos, 52 se habfan perdido en el camino. Digamos atodo esto que una lengua puede tener diez 0 quince milvocablos. Si doscientos 0 cuatrocientos de ellos estandedicados a la nieve, cualquiera que sea la cultura, es unevidente desperdicio. Indudablemente se trata de un mito,similar (como nos dice Pinker) a los que atribuyen a losesquimales costumbres tales como prestar las esposasa los visitantes, besarse rozando las narices 0 abandonara la abuela fuera del iglu para que se la coman los osospolares.

    Esta referencia mfa ilustra una c1ase de ideas quedesearfa se constituyan en uno de los ejes de lasrelaciones entre los estudios culturales y antropologfa:la vigencia del mito, la vigencia de esas ideas que muyprobablemente no tengan una verdad mfnimamenteobjetiva que las respalden, y que cuando uno requiere lafundamentacion de esas ideas, resulta ser que no laencuentra nunca. Con los estudios culturales ha sucedidomuchas veces semejante cosa.

    EI segundo eje tiene que ver mas con 10que podrfamoslIamar malentendidos, con las afirmaciones que han

  • ~i'P"ta' te,"tod.le, l~e""diO' ,"1I"tale, y I. aotmpolog"

    realizado determinados antropologos que han establecidolos elementos de juicio que (segun ellos) deberfan conducira que el conjunto de la antropologfa, tanto la

  • institucional. Si bien ellos estaban basados en Birming-ham, comenzaron a establecer 10que serfan las basesde los estudios culturales fuera de los recintos y de losprotocolos y de las carreras y currfculum de lasrespectivas universidades. EI ambito de trabajo de estospensadores era fundamentalmente la polftica, einmediatamente despues la literatura. Es el dfa de hoyque muchas de las catedras y de las instituciones quetienen que ver con los estudios culturales, en los pafsesde habla inglesa, todavfa se siguen estableciendo endependencia de los departamentos de Ingles, que vendrfaa ser 10 que en otros pafses se llama Letras, 0 Literatura.

    EI objetivo de Raymond Williams y Richard Hoggartera, sobre todo, generar un ambiente de discusion, unaespecie de universidad abierta. Esa fue una de susprimeras denominaciones en las cuales no existfa esarelacion vertical que se daba en las institucionesortodoxas. All f se trataban los temas de estudio de maneratal, que la c1asetrabajadora estuviera en condiciones deentenderlo y de participar y aportar sus ideas. Con elcorrer de los arios (yen esto Williams no va a tenerpracticamente nada que ver, ya que permanecerfa almargen de la institucionalizacion de los estudiosculturales), se va gestando un proceso en el cual losestudios culturales, que al principio se habfan originadocomo un ambito extra-academico, se institucionalizan.Primero que nada se funda el famoso Centro de Birming-ham de Estudios Culturales, presicjido inicialmente porRichard Hoggart, y hacia 1969 la cosa crece de talmanera, que cuando Stuart Hall toma la direccion delCentro de Birmingham ya existe la oportunidad no solo

    de penetrar en la academia y consagrarse en una carreraoficial, con su currfculum y sus programas de estudio,sino tambien establecerse a expensas de otras carrerasexistentes, yen particular Sociologfa, que en la decadadel sesenta habfa cafdo en desgracia en gran parte deGran Bretaria.

    A partir de ahf, los estudios culturales que se habfanempezado a constituir a partir de esta idea de la universidadabierta, y un poco despues tomaron su nombre cuandose funda el Centro de Estudios Culturales en 1964,comienzan una expansion que va a tener lugar durantetoda la decada del setenta, los diez arios que Stuart Hallpermanece al frente dellnstituto. Luego, durante la decadadel ochenta, comienza a manifestarse de manera cad avez mas acentuada una especie de interpenetracion 0 desimbiosis entre los estudios culturales y el post-modernismo. Consecuencia de esto es que los estudiosculturales, que durante las primeras decadas deexistencia habfan establecido que ellos no necesitabandespues de todo, tanta teorfa, tanto metodo, que losmetodos son mas bien herramientas que se utilizancircunstancialmente sin ninguna consecuencia, sinninguna decantacion entre un estudio y otro, utilizandola teorfa que a uno Ie viene en gana, comienzan areflexionar sobre su propio valor.

    Desde el principio, el problema de la produccionteorica, conceptual y metodologica, no fue genuinamenteun problema para los estudios culturales, porque existfaun monton de disciplinas que si bien cad a una de ellasera objeto de crftica, pod fan ser convenientementesaqueadas para obtener todos los instrumentos que

  • hicieran falta. De hecho, los estudios culturales seestablecen como una practica no s610extradisciplinaria,sino anti-disciplinaria. Aquf comienza esa polftica quepodrfamos lIamar de tierra quemada, en la que 108estudiosculturales buscan no solamente el cuestionamientodiscursivo de las disciplinas, sino que eventualmentelIegan alas vfas de hecho. Cuando Stuart Hall tiene laoportunidad de ampliar el caracter institucional, afirmarsu caracter institucional, 10tiene que hacer a expensasde los soci610gos. Se produce una guerra declarada con-tra la sociologfa cuyas incidencias he documentado enmi estudio.

    Como quiera que sea, aquella corriente que habfacomenzado diciendo que se iba a situar al margen de ladisciplinariedad, que se iba a establecer entre losintersticios de las disciplinas, comienza a desarrollartambien un estereotipo, una especie de mito, como losque traje a colaci6n al principio, alegando que los estudiosculturales constituirfan algo asf como la tierra prometidade lainterdisciplinariedad. De repente, algunos autoresque habfan dicho que las disciplinas deb fan ser extirpadasde rafz y erradicadas de la academia, comienzan aargumentar que juntar varias disciplinas en un proyectointerdisciplinario podrfa no ser tan malo despues de todo.Comienza tarn bien a crecer, con el correr de los afios, laautoimagen de los estudios culturales, a pesar de quelos estudios culturales se habfan propuesto (yen esto sfcumplieron), no elaborar teorfas ni metodos, sino masbien robarselos a otras disciplinas en 10que literal mentelIamaron "incursiones de caza". Paralelamente a esteimpulso interdisciplinario (que tampoco se elabor6 con

    un mfnimo rigor), comienzan a prodigar mensajes sobresu propia excelencia y superioridad en materia te6rica ymetodol6gica. Curiosamente, una corriente que en treintaafios no invent6 un solo concepto, comienza a pensarque es la opci6n de preferencia cuando se trata de estudiarla cultura.

    A mediados de los ochenta, mas exactamente hacia1984, que fue el tiempo-eje de la expansi6n del post-modernismo, este penetra en los estudios culturalesbritanicos, encontrando al principio una fuerte resistencia.Stuart Hall mismo califica al post-modernismo en terminosextremadamente duros, tales como cretinada, 0 estupidezmayuscula. Y sin embargo, al poco tiempo, empieza aencontrarles el gusto, porque algunos de sus mentoresgramscianos, 0 se habfan hecho post-modernos 0 post-estructuralistas, al menos. Hall comienza a decirentonces por que no concederle una cierta oportunidad ala idea. Ella puede ser muy estUpida lIevada a sus ultimasconsecuencias, pero puede Ilegar tam bien a serseductora. Creo que esto se debi6 al vacfo te6rico ymetodol6gico de los estudios culturales. Sabran ustedesque toda la corriente ha producido s610 dos textos demetodologfa, en ninguno de los cuales se menciona unsolo metodo creado por los estudios culturales. Tal vez,en raz6n de este vacfo te6rico y metodol6gico, losestudios culturales se mezclaron de buen grado con elpost-modernismo. Alguna vez habra que estudiar lasmetamorfosis extrafias que sufren las ideas post-modernas, desde el momenta en que se enuncian, casisiempre en Francia, pafs en el cual por otra parte losestudios culturales no pudieron penetrar jamas. A Francia

  • pudo entrar Walt Disney, pero no los estudios culturales.Creo yo que Disney pudo entrar porque no habla suficientekitsch en Francia; pero como allf ya existfan.los intelec-tuales, no tenIa mucho sentido ponerle otro nombre a 10que venfan haciendo.

    Como quiera que sea, alguna vez habra que estudiar,estaba diciendo, la metamorfosis increfble que sufren losargumentos de los post-estructuralistas (Derrida, Fou-cault, Deleuze, Baudrillard) desde el momento en que seenuncian hasta el momenta en que son adoptados porlos estudios culturales, sin que por otra parte ninguno delos promotores originarios del post-estructuralismo acuseel golpe, 0 se de cuenta de que ha tenido exito en eseterreno. Pues no se ha logrado y no creo que selogrenunca, que alguno de estos franceses lean los textos delos estudios culturales ingleses 0 norteamericanos. Laspocas veces que ha sucedido ha habido, como vamos aver enseguida, un cierto escandalo. Un proceso paralelose da precisamente en el ana de 1984, cuando seestablece en Estados Unidos, en el famoso Congreso deSanta Fe de Nuevo Mexico, el movimiento de laantropologfa post-moderna. Movimiento en el cualcomienzan a aparecer las primeras senales de estudiosculturales en la antropologfa norteamericana. Este es elmomenta en que, por ejemplo, en una de las ponenciasdel Congreso de Santa Fe, George Marcus (que va a serluego el principal impulsor de la idea de que el momentade la antropologfa ya ha pasado y que es hora deintegrarnos en los estudios culturales) hace unapresentaci6n en la cual no menciona la palabra estudiosculturales, pero en la que se refiere a Paul Willis. Marcus

    se refiere, en efecto, al unico libro de estudios culturalesque alguna vez ley6, que es Learning to labor, de Willis.Pero todavfa no se da cuenta que ese libro tiene sentidodentro de un movimiento que ya lIevaba unos cuantosanos de trayectoria. En 1984 la corriente ya lIevaba casiunos buenos 28 anos. Marcus menciona el texto de Willisque consiste basicamente en 10del desarrollo de unaexperiencia que los estudios culturales comienzan alIamar Etnograffa. Despues vamos a volver a Marcus y aLearning to labor, porque va a ser un texto que va a darque hablar.

    EI segundo autor antrop610go que quisiera mencionar,a prop6sito de esta idea de reducir 0 integrar laantropologfa en los Estados Unidos, es Renato Rosaldo,quien es, en mi opini6n, un etn6grafo de primer orden,alguien que ha producido unos textos verdaderamentemaravillosos, a prop6sito de los ilongot, pero tambien esun escritor que cuando Ilega la hora de teorizar, noencuentra la forma de hacer coincidir 10que el piensacon 10 que piensan los auto res en que se inspira. EnCultura y Verdad, de 1984, donde Renato Rosaldocomienza tambien a examinar algunos autores propiosde los estudios culturales (en particular RaymondWilliams), tam poco se da cuenta Renato Rosaldo queexiste algo asf como los estudios culturales. A RaymondWilliams 10trae a colaci6n a prop6sito del concepto deestructura de sentimiento, que Rosaldo dice que es unac1ase de concepto no estructural, 0 sea procesual. Eneste capItulo de Cultura y Verdad, el argumento funda-mental es, para decirlo de una manera muy simple, quelas estructuras son malas y los procesos son buenos. EI

  • objetivismo es malo, el subjetivismo es mejor. Parademostrar el punto, Rosaldo elige tres autores que Ieparece que serfan, por su carcktE~r procesual y noestructural, ejemplares para la antropologfa quecorresponde hacer. Uno de ellos es Bourdieu, a propositodel concepto de habitus, el otro es Raymond Williams aproposito de la estructura de sentimiento, y el otro esClifford Geertz no por la interpretacion en sf, sino porpromover una idea procesual de la cultura.

    Verdaderamente cuesta mucho encontrar e/ caracterprocesual en Geertz, clarificar su concepto del tiempo,documentar su preocupacion por e/ cambio. He traducidopracticamente todos /os libros de Clifford Geertz y,laexpresion castellana "descripcion densa" me pertenece.Como quiera que sea esta descripcion densa, resu/ta deconsiderar la cultura como texto; sabran ustedes que esuna idea que Geertz toma de Ricoeur y que en suformulacion original al menos (en Geertz no se sabe muchoporque Ie dedica al asunto un renglon y medio) tratar lacultura como texto implica detener el flujo del discurso, 0sea, detener la temporalidad del cambio y el flujo de losacontecimientos, considerar e! discurso asf congeladoen el tiempo como si fuera un texto con el cual podemosir hacia atras, hacia ade/ante, examinar los reenvfos enuno u otro sentido, leer las interlfneas, etcetera. En suma,es entonces dudoso que se pueda considerar a Geertzprocesual.

    EI problema con la interpretacion que hace Rosaldode Williams tiene que ver con que la estructura desentimiento es un concepto estructural, esta definidocomo estructura clara y reiteradamente en Williams. Y

    es tambien absolutamente dudoso que se pueda decirque e/ concepto de habitus de Bourdieu, no sea unconcepto estructural. Voy a leer la definicion que daBourdieu de ese concepto. Admito que me encanta sobre-enfatizar estos argumentos, dramatizarlos mas alia de 10necesario. Esto es 10que dice Bourdieu en un libro editadoen Ingles, exactamente en la misma universidad en laque Rosaldo trabaja, con anterioridad al texto de Rosaldo.La definicion de habitus es algo asf como: "sistemas dedisposiciones durables y transponibles, estructurasestructuradas predispuestas para funcionar comoestructuras estructurantes, es decir, como principios quegeneran y originan practicas y representaciones ... ", etc.(Bourdieu, The logic of practice, Stanford University Press,1990, pag. 53). 0 no entiendo nada, 0 me parece quehay algo de estructural en el concepto. A esto me refierocon los malos entendidos. Aun admitiendo la elasticidadmaxima de los conceptos, es evidente que a estos autoresse /es ha ido la mana con la Iibertad de la interpretacion.Digamos que a todo esto, Raymond Williams ya habfaretirado en 1983 el concepto de estructura de sentimientode la segunda edicion de su libro Keywords, por considerar,segun era publico y notorio en los estudios culturales,que el concepto era teoricamente insostenible.

    De Garcia Canclini voy a decir basicamente dos 0tres cosas. En un artfculo en el cual menciona tambien aGeertz y a Bourdieu, Canclini recupera de Williams elconcepto de formaciones, concepto tambienlamentablemente excluido de la segunda edicion de Key-words y considerado por Raymond Williams y por todoslos estudios culturales de Gran Bretafia, como

  • absolutamente imposible de sostener. Canclini realiza unejercicio con Geertz que, si bien no viene directamenteal caso, yo creo que tipifica el modo de razonamientoque podrfamos decir sistematicamente tendiente almalentendido que caracteriza a todos estos antrop610gosque han promovido la inclusi6n de la antropologfa en losestudios culturales.

    A Garda Canclini se Ie ocurre hacer un recorrido porel pensamiento de Geertz orientado a demostrar c6moGeertz, igual que Rosaldo, estan en el esfuerzo deconstrucci6n de una cierta objetividad, a partir de lasistematizaci6n de 10intersubjetivo. Honestamente mehe cansado de traducir a Geertz y nunca he encontradosemejantes palabras en sus textos, ni una sola de e.llas.Dice Canclini que Geertz se interesa ahora por loscollages interculturales y esta formulando en estos dfasuna pregunta por las maneras en que construimos losobjetos de estudio con los otros, en distintas sociedades,en la mas amplia interculturalidad.

    Ffjense un momenta cuales son los argumentos queesta utilizando Canclini, el paso de los estudiosgeertzianos de los estudios locales hacia analisis de6ptica mas amplia, el interes geertziano por los collagesinterculturales, una operaci6n negociada can los otros yuna construcci6n intercultural de los objetos de estudio,trasuntando un cambia de postura que se manifiesta enlas decadas de 1970, 1980 Y 1990. i,C6mo demuestraesto Canclini? Pues bien, identifica tres textos de Geertz,pertenecientes alas decadas del 70, del 80 y del 90 yencuentra algunos elementos de juicio que no voy a tenertiempo de desarrollar aquf can detenimiento. Ninguno de

    esos elementos de juicio tiene que ver con 10que Geertzdice verdaderamente. Hay una referencia al famosoartfculo de Geertz sobre el sentido comun como sistemacultural, par la cual Canclini atribuye a Geertz haberdemostrado que el sentido comun en diversas culturastiene tales y cuales rasgos. Geertz nuncahizo unademostraci6n semejante. La unico que hizo fue tratar dedefinir algunas categorfas que podrfan ser propias delsenti do comun e invitar a investigar alguna vez, si lIega elcaso, si esos rasgos son a no los mismos en todas lasculturas. Geertz nunca encontr6 absolutamente nada, parla sencilla raz6n de que ni siquiera comenz6 a buscar.

    Ninguno de los textos de Geertz aducidos par Canclinipara dar cuenta de la evoluci6n de Geertz, tieneabsolutamente alga que ver can la cuesti6n de dialogointercultural, can preguntarle al actor nativo que piensade occidente, can abrir el juego en esos terminos, condar el nombre de uno solo de sus informantes, condocumentar uno solo de sus dialogos. EI principalproblema sintomatico de esta c1ase de estudios radicaen que los tres textos que escogi6 Canclini nocorresponden alas decadas alas cuales los asigna. EIerror de Canclini fue basarse en las fechas de lastraducciones antes que en la de la escritura de losoriginales, par increfble que pueda parecer. De maneratal que lIega a haber 21 anas de discrepancia, y el cambiase hubiera dado en el senti do inverso.

    EI cuarto autor al que voy a hacer referenciarapidamente es James Clifford. Tambien fue invitado alevento de 1992, que se reuni6 en un libro grueso comoun directorio telef6nico de mil y pica de paginas, sabre

  • estudios culturales, que constituye la piedra fundamen-tal del lanzamiento de los estudios culturales en losEstados Unidos, con todas sus estrellas vivasparticipando del asunto. Eso fue en la Universidad deChampaign, en Illinois, ya partir de ahf queda mas 0menos fijado el acuerdo entre quienes serfan losantrop610gos post-modernos y los estudios culturales.Por si lIego a olvidar despues decirlo, dire ahora que niuno solo de los antrop610gos post-modern os queparticiparon en el evento de 1984, en el cual se funda laantropologfa post-moderna (con la excepci6n deStephenTyler, a quien no pude seguirle ulteriormente elrastro), dej6 de convertirse a los estudios culturales.

    EI argumento de Clifford 10 voy a resumir muybrevemente. Se basa tambien en la lectura de uno de losdos libros que leyeron los antrop610gos post-modernosde los estudios culturales, 0 sea, Learning to labor deWillis. La caracterizaci6n que hace de esa etnograffa noderiva de Learning to labor sino de 10que dijo Marcusque decfa Learning to labor en 1984. En suma, no hayuna sola expresi6n de la caracterizaci6n de James Cliffordque provenga dellibro original; todas ellas copian y peganel comentario hecho por Marcus unos cuantos arios an-tes. Lo que hace Clifford, fundamentalmente, es encontraren Learning to labor una etnograffa absolutamenteejemplar, de la cual los antrop610gos debieran tomarejemplo. Una etnograffa que esta lIamada a reemplazar 0a convertirse en un modelo infinitamente mejor de 10quepudieron ser las rebuscadas y tramposas etnograffas deEvans-Pritchard, que implementaban el truco deconsiderar que los hechos estaban para demostrar la

    teorfa. Ese el truco de la observaci6n participante segunla caracterizaci6n de James Clifford.

    Con esto, Clifford esta borrando absolutamente conel codo todo cuanto habfa dicho respecto de la redefinici6nde la autorfa 0 de la autoridad etnografica; esta aniquilandotodo aquello que habfan elaborado Marcus, Cushman yel mismo a prop6sito de las etnograffas como texto. Estaconsiderando una etnograffa que, en ultima instancia, esabsolutamente clasica, propia de las que la antropologfaurbana lIevaba realizando durante treinta y pica de arios,carente ademas de toda reflexividad y de todocuestionamiento en cuanto a sus propias estrategiastextuales, carente de esa dimensi6n post-moderna quehacfa que las famosas etnograffas experimentales deCrapanzano, Dwyey y Rabinow fueran ejemplares paraJames Clifford. Como Clifford estaba hablando en la granceremonia de lanzamiento de los estudios culturales enlos Estados Unidos, y como los que discutieron el textoque estaba presentando fueron nada menos que StuartHall y Homi Bhabha, Clifford pretende que la etnograffade los estudios culturales es infinitamente mejor quecualquiera de Evans-Pritchard, 0 cualquiera de lasetnograffas antropol6gicas, cualesquiera sean. Siconsideramos los miles de etnograffas existentes, elargumento deberfa cargar con el peso de la prueba, y noyo cuando formulo esta crftica.

    Lo singular de todo esto era no sola mente que estaetnograffa de Willis, de 1977, habfa sido practicamentedefenestrada en los estudios culturales, sino que el propioWillis estimaba que el momento etnognHico de losestudios culturales ya habfa pasado. Lo singular es que

  • todas las cdticas que se publicaron dentro de los estudiosculturales en relacion con Learning to labor, apuntan aque se trata de una etnograffa tramposa, en la cual loshechos se refieren para afirmar y robustecer la teoda.Este es exactamente el mismo argumento que JamesClifford utilizaba para desmerecer las etnograffas de Evans-Prichard como las etnograffas tramposas propias delrealismo etnografico. Lo extraordinario del caso es quelos crfticos que despedazaron Learning to labor dentrode los estudios culturales se basaban en ideas formula-das algunos afios antes par el propio James Clifford.Clifford no habfa lefdo ni siquiera los argumentos que,dentro de los estudios culturales, explotaban las ideasque el mismo habfa formulado.

    No quiero ahondar mucho mas en esto, ya se me haterminado el tiempo, me hubiera gustado referir 10quesucedio en 1990, cuando Bourdieu se entero que en losEstados Unidos 10 consideraban representante de losestudios culturales y del post-modernismo. De algunamanera se entero Bourdieu cual era la opinion en aquelmomenta que se tenfa de el en los Estados Unidos. Nose si a consecuencia de infidencias 0 de sus propiaslecturas se genera un escandalo. Fueron y volvieron cartasentre Marcus, el cfrculo de Rice y Bourdieu, dondeBourdieu, que habfa sido celebrado al principio porRosaldo, Garcfa Canclini, Clifford y todos los demas, seconvirtio de repente en mala palabra en los cfrculos delos estudios culturales 0 de los antropologos quepromovfan ir hacia ellos. De repente, alguien que habfasido elogiado por mas que fuera lefdo indebidamenterespecto del caracter no estructural de sus conceptos,

    se convirtio (y me gustarfa leerles las frases originales),en algo asf como un pretencioso frances, un pensadorcon pretensiones de gigantismo intelectual, que no seha ocupado jamas del problema de la reflexividad. Unavez mas, cualquiera que recorra la bibliograffa de Bourdieupodra encontrar una cantidad de estudios donde la palabrareflexividad ya figura en los mismos tftulos.

    Lamentablemente no hay mucho mas tiempo paradedicarle a esto. Lo que sf desearfa acentuar es elcaracter por 10 menos mfnimamente sospechoso delhecho de q'ue determinados autores, enrolados en unadeterminada linea, unanimemente entiendan que laantropologfa debe bajar las banderas y unirse a losestudios culturales. Independientemente de cuanto valganlos estudios culturales, me parece que la antropologfaha elaborado con mucho mayor refinamiento el conceptode cultura, ha elaborado mas en profundidad y con unacantidad de variantes impresionante la practica de lasetnograffas y ha trabajado el asunto con harta mayorseriedad.

    EI ultimo mito al que quisiera hacer referencia, comopara cerrar esto, tiene que ver con la idea que sustentanlos estudios culturales de que Raymond Williamsantropologizo los estudios literarios en Gran Bretafia,introduciendo una dimension antropologica. Lo mismo quehizo Laura Martin respecto de los tipos de nieve entre losesquimales, me lance a buscar cuales eran lasreferencias de Williams en materia de antropologfa yencontre que en su primer texto relevante, Marxismo yLiteratura, donde propone el concepto de cultura, noexisten referencias absolutamente a ningun trabajo

  • antropol6gico. En los textos posteriores, en Keywords yen otros donde hay mayor desarrollo de la cuesti6n, 0sea tres paginas dedicadas a la antropologfa, el autormas nuevo que menciona Williams es Tylor, no StephenTyler el post-moderno, sino Edward B. Tylor, elevolucionista, y el texto en cuesti6n es de 1871. Hayaquf y alia referencias al famoso estudio de Kroeber yKluckhohn, donde se hacen menciones de 150 y pica deconceptos antropol6gicos distintos de cultura, pero noexiste la menor prueba de que Williams haya roto elcelofan (como decimos en Argentina), por cuanto todaslas referencias al texto de Kroeber y Kluckhohn procedende 10que se dice en la contratapa.

    Esto es basicamente todo 10que tenfa que decir. Miidea, sucintamente expresada, ha side comunicar laimpresi6n de que la antropologfa deberfa olvidar 10queella misma ha hecho y pensar al menos dos veces, si de10que se trata es de arriar las banderas y unirse a lacaravana.

    Vainement ton image arrive a ma rencontreEt ne m'entre OUje suis qui seulement la montre

    Toi te tournant vers moi tu ne saurais trouverAu mur de mon regard que ton ombre revee

    Je suis ce malheureux comparable aux miroirsQui peuvent reflechir mais ne peuvent pas voir

    Comme eux mon oei! est vide et comme eux habiteDe I'absence de toi qui fait sa cecite

    (Louis Aragon, Contre-chantj2

    Hablar del «sin-alivio» de la antropologfa implica unpresupuesto etico, como consideraci6n inicial. Porquemas que el «sin-alivio» en el senti do higienico 0 del goceque puede propiciar el oficio de antrop610go, quisierareferirme al «sin-alivio» en el sentido de su no-justificaci6n, 0 de la posible justificaci6n a partir de suno- justificaci6n. Dicho de otra manera, quiero hablar antetodo del interes, es decir, de la il/usio del antrop610go;interes no completamente economicista, sino en tantomotor de un cierto que-hacer cientffico, aquello que haceque los antrop610gos invirtamos y sigamos invirtiendoen este "juego".

    I Departamento de Sociologia de la Universidad Nacional deColombia.2 Con la version espanola de este par de versos, ligeramentemodificados en la ultima frase, concluini este capitulo.