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PREDICANDO TEXTOS APOCALÍPTICOS

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PREDICANDO

TEXTOSAPOCALÍPTICOS

PREDICANDO

TEXTOSAPOCALÍPTICOS

LARRY PAUL JERRY L.JONES SUMNEY

Chalice PressSt. Louis, Missouri

CONTENIDO

Prefacio iv

1. El Problema de Predicar Textos Apocalípticos 1

2. El Pensamiento Apocalíptico 7

3. Características de un Predicador Apocalíptico 18

4. Daniel 7 34

5. 1 Tesalonicenses 4:13—5:11 48

6. Marcos 13 61

7. Apocalipsis 5 76

8. Apocalipsis 14 93

iv

PREFACIO

Este libro proviene de una clase sobre predicación de los textos apocalípticos dela biblia que los dos hemos enseñado conjuntamente en el Seminario TeológicoLexington. Refleja nuestra consagración a entender esta parte importante del canon yel lugar central que la cosmovisión de la apocalíptica ha ocupado en la historia cristiana. Creemos que este material contiene una teología que es necesaria para la comunidadcristiana la cual debe adueñarse no sólo como parte de su historia, sino también comouna manera importante de entender nuestra fe en el tiempo presente. Volver aadueñarnos de esta parte de la Escritura es especialmente importante en este momentoen la historia porque demasiados intérpretes están usándolo para ofrecer opinionessobre el futuro inmediato, en particular los eventos alrededor del año 2000, que estaliteratura no apoya. Entonces, vemos este libro como un llamado a la fiel proclamacióndel evangelio como ha sido entendida desde los días de la iglesia más primitiva.

Agradecemos a la facultad y administración del Seminario Teológico de Lexingtonpor concedernos el privilegio de trabajar, pensar y enseñar juntos en una clase queespantaría a algunos seminarios. También agradecemos a nuestros estudiantes por susluchas con este material y al ayudarnos en obtener discernimiento y claridad en nuestrainterpretación y explicación del pensamiento apocalíptico y los textos.

Cada uno de los autores de este libro es responsable de porciones separadas deltexto. Larry Paul Jones escribió el capítulo sobre la predicación de la apocalíptica ytodos los sermones encontrados allí. Jerry Sumney escribió la introducción a laapocalíptica y la exégesis ofrecida para cada texto. Aunque fue compuesto por LarryPaul Jones, el capítulo introductor, más que ninguna otra parte del libro, contiene lasreflexiones y pensamientos de ambos. Trata de establecer el por qué y cómo laapocalíptica puede y debe ser parte del auto-entendimiento de la comunidad cristiana. Los dos autores de este libro no siempre están de acuerdo sobre todo lo que seencuentra aquí. Podemos estar en desacuerdo sobre algunos puntos exegéticos y aúnsobre la naturaleza del evento de la predicación y lo que debe predicarse de un textoparticular. Sin embargo, en aquello en donde estamos de acuerdo es mucho más grande. Estamos de acuerdo sobre la manera básica en que la apocalíptica debe ser interpretaday que la apocalíptica es una parte importante de la tradición cristiana que necesitaincluirse en nuestra fe cristiana.

Es con la oración que la apocalíptica deje de ser espantosa a los fieles (incluyendoa los pastores) y principie a dar esperanza a los presentes lectores que ofrecemos estetrabajo a la iglesia.

Larry Paul JonesJerry L. Sumney

CAPÍTULO 1

El Problema de Predicarlos Textos Apocalípticos

El Imperativo de Predicar los Textos ApocalípticosMuchos buenos y fieles predicadores clasifican la predicación sobre textos

apocalípticos al lado del manejo de serpientes; han escuchado que la gente lo hace, perono tienen deseo ni de acercarse. El mantener una distancia seguro requiere pocoesfuerzo. Relativamente, muy pocos textos apocalípticos han encontrado el camino alLeccionario Común Revisado, y muchas congregaciones que han escuchado sólo unpasaje de la Escritura cada domingo pasan años sin encontrarse con una lecturaapocalíptica. Algunos considerarían eso demasiado repetido. Un profesor que ofrecióun curso sobre “Valores Predicables en el Libro de Apocalipsis” inquietó tanto a suscolegas en la facultad bíblica que el decano ¡tuvo que hablar con él sobre el asunto!1 ¡Lostextos apocalípticos ponen nerviosa a mucha gente!

Sin embargo, el pensamiento apocalíptico y los textos aparecen a través de laEscritura. Cada testamento incluye un apocalipsis y el pensamiento apocalíptico estádetrás o aparece en muchos otros libros de la Biblia cristiana. La prominencia einfluencia del pensamiento apocalíptico incluso llevó a un pastor y teólogo altamenterespetado a declarar: “La apocalíptica fue la madre de toda teología cristiana”.2

Mucho del desprecio expresado en contra de los textos apocalípticos resulta desu mal uso y abuso. Algunos predicadores evitan a Daniel, Apocalipsis, Marcos 13 yotros tales textos no sólo porque experimentan dificultad en interpretarlos sino tambiénporque prefieren no contradecir o corregir lo que otros han dicho de esos textos. Esoexplica el silencio en muchas iglesias cuando viene al pensamiento apocalíptico. Aúnsi no consideramos la apocalíptica como “la madre de toda la teología cristiana”, no nosatrevemos a considerar tal silencio como de oro. Cuando escogemos quedarnos ensilencio sobre tales textos, damos plena autoridad y libertad interpretativa a aquellosque hablan. Cuando el gobernador del Estado de California (y futuro Presidente de losEstados Unidos) usa Ezequiel 38-39 para declarar que cuando Libia “se vuelvacomunista” el día de Armagedón tiene que estar cerca,3 fallar en contraponerse a esa

1Cornish R. Rogers and Joseph R. Jeter, Jr., eds., Preaching through the Apocalypse: Sermons fromRevelation (St. Louis: Chalice Press, 1992), 1.

2Ernst Käsemann, “The Beginnings of Christian Theology,” en New Testament Questions of Today,trans. W. J. Montague (Philadelphia: Fortress Press, 1969), 102. Cf., en el mismo volumen, “On the Subjectof Primitive Christian Apocalyptic,” 137.

3Esto viene del recuerdo de una conversación entre James Mills y Ronald Reagan, quien eraentonces el gobernador de California, y es parte de una conversación extensa citada en Arthur P. Mendel,Vision and Violence (Ann Arbor: University of Michigan Press, 1992), 275-76.

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interpretación tácitamente le da credibilidad a ella. Eso aplica igualmente cuando lospredicadores de la radio identifican la bestia de Apocalipsis 13:18, cuyo número códigoes 666, como Henry Kissinger, Mikhail Gorbachev, o Bill Gates. ¡El silencio no essuficiente! Sea que nos guste o no (y a nosotros los dos autores sucede que nos gusta),la Escritura contiene amplio material apocalíptico, y el pueblo en nuestras iglesiasnecesitan y merecen ayuda para entenderla y descubrir los mensajes del evangeliorevelados en él.

El Reto de Predicar Textos ApocalípticosEl imperativo de predicar textos apocalípticos no hace la tarea menos atrevida.

Este material empuja varias preocupaciones homiléticas al frente y reta a lospredicadores a tomar una postura sobre ellos. Primero, el material apocalíptico desafíaa los predicadores a considerar con qué autoridad hablan. El narrador de los textosapocalípticos típicamente reporta una revelación directa de Dios. Dentro del textomismo, eso significa que las palabras reportadas por el narrador, las palabras del texto,tienen la autoridad de Dios. Sea que sus respuestas aparecen explícitas o no en sussermones, los predicadores que luchan con tal literatura tienen que tomar algunaposición sobre cuestiones de revelación y autoridad. ¿Cómo se revela a sí mismo Dios?¿Cómo podemos discernir cuál de los reportes y experiencias en contradicción vienende Dios? ¿Cuál es la autoridad de la palabra proclamada y de aquellos de nosotros quenos atrevemos a proclamarla?

Segundo, el material apocalíptico desafía a los predicadores a reflexionar sobrecómo Dios se relaciona con la humanidad. Los textos apocalípticos toman el mundoespiritual muy en serio y con frecuencia asumen la existencia de seres espirituales ypersonificados buenos y malos. Algunos de ellos indican que Dios controla los eventoshumanos desde el cielo. Los predicadores pueden definir el mundo espiritual y loscaminos de Dios de maneras diferentes, pero cuando intentamos tratar con estos textosfielmente eso significará que tenemos que entrar en contacto con nuestro propioentendimiento de cómo Dios inter-acciona con la creación. La integridad y honestidadteológica además demanda que los predicadores establezcan continuidad entre lo quecreen y lo que predican.

Tercero, la literatura apocalíptica desafía a los predicadores a declarar quién o quéexige la más grande lealtad a sus vidas, a quién o qué se sienten más responsables. Enlos textos apocalípticos, el narrador típicamente expresa una responsabilidad profunday absoluta por el mensaje que recibió. Los recipientes subsecuentes de este mensajetambién llegaron a ser responsables de responder fielmente a él. Por ejemplo, el profetaen el libro de Apocalipsis recibe instrucciones específicas: “Escribe en un libro lo queves, y envíalo a las siete iglesias” (Ap. 1:11). Estas instrucciones vienen de uno que visteuna larga túnica con un cinto de oro ceñido en su pecho, cuyos ojos eran como llama defuego, cuyos pies eran como bronce bruñido, cuya voz era como el sonido de muchasaguas, y de cuya boca salía una espada aguda de dos filos (Ap. 1:13-16). Después derecibir esta comunicación, el profeta cae a sus pies como si estuviera muerto,¡obviamente no considerando esta una oferta que se podía rechazar! Luego,repetidamente advierte a las iglesias en la narrativa (y los oyentes y lectores de esa

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narrativa) a escuchar lo que el Espíritu está diciendo a las iglesias (Ap. 2:7, 11, 17, 29;3:6, 13, 22). Dado el contexto, ellos (nosotros) ¡tampoco debemos considerar esto unaoferta que podemos rechazar! ¿No es así? ¿Nos consideramos así de responsables porlos mensajes e instrucciones que recibimos de Dios? ¿Qué imperativos nos motivan, nosempujan y nos definen? En el prefacio de Comfort and Protest, Edward Huenemanndescribe cómo Allan Boesak, en una prisión solitaria en Pretoria, África del Sur, seencuentra viviendo la convicción de Dietrich Bonhoeffer “no sólo que hay algunas cosaspor las cuales uno debe morir, pero que hay lagunas cosas por las cuales uno tiene quemorir”.4 El pensamiento y los textos apocalípticos nos compelen a preguntarnos sitenemos tal convicción. El pensamiento apocalíptico insiste que Dios nos confronta conuna última preocupación sobre nuestras vidas y nos llama a una fe radical basado enella. Luchar con el significado desde un texto apocalíptico, tenemos que decidir siestamos o no de acuerdo.

Cuarto, la literatura apocalíptica reta a los predicadores a contemplar la relaciónentre la Biblia y la predicación. La mayoría de los textos apocalípticos parecenresponder a situaciones de crisis, y todos emplean imágenes, símbolos y metáforaspoderosas y aparentemente esotéricas. ¿Qué tanto de la situación histórica tienen queidentificar y entender los predicadores con el propósito de tener integridad mientraspredica un sermón basado en tal texto? ¿En dónde pueden y deben los “hechos” sobrelas imágenes y metáforas usadas quedarse en el trasfondo (si fueron alguna vezdescubiertas del todo), mientras los predicadores las emplean para señalar una realidaden nuestro mundo? Por ejemplo, ¿puede un predicador utilizar el símbolo del árbol enel centro de la tierra en Daniel 7 sin hacer referencia a la mitología del antiguo CercanoOriente donde aparece seguido esta imagen? De igual manera, ¿puede un predicadorrepetir la advertencia del Jesús de Marcos de “velar” (Mc. 13:37) sin intentar revelar queese mandamiento probablemente tenía como referente la comunidad que primero lorecibió? No todos los predicadores estarán de acuerdo en las respuestas a talespreguntas —de hecho, los coautores de este libro no siempre están de acuerdo— peroeso no hace menos importante la respuesta. Los oyentes notarán si cambiamos nuestrosmétodos hermenéuticos u homiléticos al tratar con textos apocalípticos. Como líderesresponsables de la iglesia, los predicadores tienen que estar dispuestos a explicar cómoemplean los textos bíblicos y por qué.

Estas preocupaciones no son peculiares a los textos apocalípticos, pero lanaturaleza peculiar de los textos apocalípticos hace crítico que los predicadores tratencon ellas. Eso solo hace digno el predicar sermones basados sobre estos textosregularmente. Ya sea que lo intentamos o no, todos nuestros sermones transmiten algosobre nuestro entendimiento de la autoridad de la predicación, de las maneras cómoDios trata con la humanidad, de la naturaleza de la exigencia que Dios pone sobrenosotros, y de la relación entre la Escritura y la predicación. Nos descubrimos malentendidos sobre estos asuntos muy seguido. La fidelidad e integridad en nuestra tareademanda que hagamos un esfuerzo intencional de entender qué han mal entendido los

4Edward Huenemann, prefacio a Confort and Protest: The Apocalypse from a South AfricanPerspective, por Allan Boesak (Philadelphia: Westminster Press, 1987), 9 (el énfasis es del autor).

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fieles y aquellos que intentan ser fieles.

Un Acercamiento a la Predicación de Textos ApocalípticosLos acercamientos contemporáneos a los textos apocalípticos típicamente siguen

uno de dos caminos. Hal Lindsey, autor de The Late Great Planet Earth y una variedadde otras obras, representan el primero y más problemático de éstos. Lindsey masticalos textos apocalípticos buscando profecías de eventos específicos que han sucedido osucederán en el mundo contemporáneo. Por ejemplo, mientras lee la narrativa de laapertura del segundo sello en Apocalipsis 6:4, encuentra las predicciones de un ataquea Israel por los ejércitos árabes egipcios, una invasión del Medio Oriente por la UniónSoviética [sic] y sus aliados, y la declaración de guerra sobre Rusia por el Pueblo de laRepública de China, los cuales preparan el sendero para una guerra y catástrofe global.5

¡Uno se pregunta si el vidente tenía algún tiempo para reflexionar sobre su propio mundosi su visión tenía mucho que decir sobre el nuestro! Como se indicó anteriormente, loslíderes políticos también emplean textos apocalípticos de esta manera. En 1971, elGobernador Ronald Reagan informó a James Mills, Presidente Prom Tem del Senado deCalifornia:

En el capítulo treinta y ocho de Ezequiel dice que Dios tomará a los hijosde Israel de entre los paganos, a donde han sido regados, y los reunirá denuevo en la tierra prometida. Eso finalmente ha llegado a suceder despuésde dos mil años. Por primera vez, todo está en su lugar para la batalla delArmagedón y la segunda venida de Cristo. . . No puede tardar mucho. Ezequiel dice que lloverá fuego y azufre sobre los enemigos del pueblo deDios. Eso tiene que significar que serán destruidos por armas nucleares.6

Parece que Ezequiel hubiera sido un mejor secretario de estado en los 1970's queen el sexto siglo a. C.

Sea que estamos o no de acuerdo con la política de tales intérpretes einterpretaciones, tenemos que enfrentar su teología y hermenéutica. Primero, talesacercamientos literalistas se fundamentan sobre una pobre exégesis que ignora (y confrecuencia viola) el contexto histórico del texto. Estos textos significaban algo a suintencionada audiencia. Ellos pueden y nos hablan, pero no fueron escritos paranosotros o sobre nosotros. Segundo, estos acercamientos reflejan y trasmiten un puntode vista determinista de la historia que deja poco o nada de espacio para la accióncristiana responsable en y para un mundo atribulado. Los cristianos sólo necesitanllegar a ser Jonases (auto-)justificados sentados bajo la sombra esperando que lacalamidad principie. Tercero, estos acercamientos queman la esperanza del evangelio

5Hal Lindsey, The Rapture: Truth or Consequences (Toronto: Bantam Books, 1983), 10-11.

6Citado de Mendel, Vision and Violence, 276.

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con las flamas amenazantes de su “terrorismo apocalíptico”.7 Promueven un temor alSeñor que ni lleva a la sabiduría ni a la fidelidad sino a una trepidación debilitante.

El segundo acercamiento a la literatura apocalíptica característica de nuestrostiempos busca individualizar el mensaje de los textos apocalípticos. Las imágenes ymetáforas del texto llegan a ser vehículos para ayudar a los individuos en su búsquedapersonal del sentido, y la narrativa apocalíptica llega a ser una historia personalizada dela peregrinación individual hacia Dios. Agustín plantó las semillas de este acercamientocuando interpretó los textos apocalípticos como alegorías de las luchas morales del alma.Aquellas semillas brotaron vigorosamente al final del siglo diecinueve, cuando JohannesWeiss buscaba interpretar de nuevo las porciones apocalípticas del mensaje de Jesús como una referencia al fin que todos nosotros eventualmente enfrentamos, la muerte.8 Aunque estos acercamientos pudieran tomar el contexto de las porciones más en serio,evitan el determinismo de interpretaciones más literalistas, y expresan la esperanza delevangelio, su enfoque en el individuo está en total contraste a un aspecto esencial delpensamiento apocalíptico. La fe que está detrás y encuentra expresión en los textosapocalípticos “no es un fenómeno individualista sino uno que siempre aparece en elcontexto de un grupo cohesivo y relativamente bien organizado”.9 Declarado de maneracruda, los textos apocalípticos tratan de Dios y la comunidad; no tratan de “mí y tú,Dios”. Las cartas a las siete iglesias que abren el libro de Apocalipsis hablan primeroy sobre todo a comunidades. La visión de Daniel 7 apela no a individuos aislados sinoa “el pueblo de los santos del Altísimo” (Daniel 7:27; vea 7:18, 25). El pensamientoapocalíptico considera a los individuos responsables y les ofrece palabras de esperanza,pero primero y sobre todo surgen, se dirigen y buscan el beneficio de la comunidad. Elpensamiento apocalíptico no permite que los individuos escapen a sí mismos paraencontrar sentido en un mundo seguido atribulado. Desafía a la comunidad de fe a serel pueblo reunido e identificable de Dios en ese mundo.

¿Cómo, entonces, debemos acercarnos a la literatura apocalíptica? Primero,parece imperativo recordar que los textos apocalípticos vinieron de contextos históricosdistintos y que están dirigidos a comunidades que se encontraban a sí mismas “fuerade tono” con la cultura, sociedad y el mundo que los rodeaba. En aquellas situacionescríticas, los autores de estos materiales llamaron al pueblo de fe a reconocer que ellosle debían su lealtad primaria, si no exclusiva, a Dios. Daniel buscaba ofrecer una palabrade esperanza a los judíos que sufrían persecución en las manos de Antíoco IV Epífanes. Aunque no podemos fecharlo con precisión, Apocalipsis se dirige a cristianos queexperimentaban hostilidad a causa de su identidad y por lo que creían. Las fechas y

7Esta frase le pertenece a J. Christiaan Beker, Paul’s Apocalyptic Gospel: The Coming Triumph ofGod (Philadelphia: Fortress Press, 1982), 27. Beker ofrece una crítica de mucha ayuda a la profecía bíblicade Lindsey en páginas 24-28.

8Adela Yarbro Collins, Cosmology and Eschatology in Jewish and Christian Apocalypticism (Leiden:E. J. Brill, 1996), 15-16.

9Robert R. Wilson, “From Prophecy to Apocalyptic: Reflections on the Shape of Israelite Religion,”Semeia 21 (1981): 84

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situaciones históricas no necesitan dominar ni aún aparecer en cada sermón sobre untexto apocalíptico, pero para entender la literatura apocalíptica tenemos que tomar enconsideración aquellos contextos históricos. Segundo, a la medida que intentemosescuchar una palabra a tiempo de Dios, tenemos que mantener nuestro enfoque en lacomunidad. Aunque los cristianos contemporáneos en los Estados Unidos no enfrentanpersecución sistemática, los textos apocalípticos nos desafían a nombrar aquelloslugares en donde estamos fuera de tono con el mundo a nuestro alrededor por razón delo que creemos y por razón de nuestra lealtad al Dios que nos exige. WalterBrueggemann ayuda en esta búsqueda en su descripción de la iglesia como unacomunidad de exiliados,10 como lo hace Stanley Hauerwas y Will Willimon cuando elloscaracterizan a los creyentes como residentes extranjeros viviendo en la coloniacristiana.11 Perseguidos o no, como un grupo de personas que vive en el mundo mientrasque se definan distintos (así pues, aparte de ellos) en el mundo, podemos acercarnos alos textos apocalípticos preguntando dónde el evangelio nos pide que respondamos auna autoridad que está más allá y que es mayor que el mundo y dónde nuestraconvicción que Dios “ganará al final” demanda actos y actitudes específicas de fe aquíy ahora.

10Walter Brueggemann, Cadences of Home: Preaching among Exiles (Louisville, KY.: WestminsterJohn Knox Press, 1997).

11Stanley Hauerwas and William H. Willimon, Resident Aliens: Life in the Christian Colony(Nashville: Abingdon Press, 1989).

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CAPÍTULO 2

El Pensamiento Apocalíptico

¿Cómo experimentas el mundo? ¿Es justo o injusto? ¿Bueno o malo? ¿Redimibleo más allá de la esperanza? Probablemente no quieras escoger una alternativa en laspreguntas apenas hechas. La mayoría de las personas hoy encuentra la verdad enalguna parte entre estos extremos. Si ese es el caso para ti, entonces los escritosapocalípticos serán un poco extraños para tu manera de pensar. Aunque no muyseguido pensamos de ello, nuestra teología individual ha sido influenciada por nuestraexperiencia del mundo. Lo que pensamos de Dios, el mundo y otros seres humanos (sólopara mencionar algunos) es significantemente afectado por lo que nos ha sucedido ycómo interpretamos aquellos eventos. Si hemos de entender a los escritos apocalípticos,necesitaremos conocer algo sobre las maneras en que los autores de tales obras piensan,para que podamos principiar a entender por qué hablan como lo hacen de Dios, delpueblo de Dios y de los enemigos de Dios.

Los escritores apocalípticos en general ven al mundo como completamenteatrapado por el mal y tan irredimible sin una intervención catastrófica de Dios. En suexperiencia, hay algo drásticamente equivocado con el mundo. Los escritoresapocalípticos están buscando una manera de reconciliar su creencia en un Dios bueno,poderoso y justo y su encuentro con el mal diseminado y exitoso.

En términos teológicos, uno de los asuntos más básicos del pensamientoapocalíptico con el que lucha es la teodicea: ¿Cómo explica uno la injusticia y el mal enel mundo mientras sostiene una creencia en un Dios bueno y justo? Esta pregunta sehace explícita en varios escritos apocalípticos. En 2 Esdras,1 el personaje principal miraa su alrededor y ve la gran pecaminosidad de los babilonios que han conquistado aIsrael. Su pregunta es: “¿Son los hechos de aquellos que habitan Babilonia mejor [queaquellos de Israel]?” (2 Esdras 3:28). Luego se queja que nadie puede entender lo queDios ha hecho y que Dios no ha dado explicación (vea 3:28—4:26).

La apocalíptica se levanta en situaciones donde las preguntas de la teodiceallegan a ser agudas. El problema del mal en el mundo siempre está con nosotros, perollega a ser más importante para un individuo o un grupo cuando llega a casa, cuando túeres la persona buena que está sufriendo injustamente. Los grupos adoptan una visiónapocalíptica en tiempos de crisis, cuando parece que están siendo abrumados por susenemigos, enemigos que están más allá de su capacidad de derrotar. La apocalípticaayuda a tales grupos a interpretar su experiencia de una manera que preserva y fortalecesu fe en Dios. Ejemplos de tales grupos del mundo antiguo incluyen los habitantes deQumran (quienes escribieron los Rollos del Mar Muerto), los judíos que vivieron en eltiempo de la revuelta macabea (vea la discusión del contexto de Daniel en capítulo 4),y los cristianos que enfrentaron persecución. Todos estos grupos enfrentaron una

1Este libro se encuentra en la Apócrifa.

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oposición abrumadora o derrota, al mismo tiempo que creían que eran el pueblo de Dios.Todos preguntaban: “¿Cómo puede Dios permitir esto? ¿Cómo responderá Dios a esto?” El pensamiento apocalíptico se dirige a estas preguntas.

La apocalíptica responde por señalar más allá de la historia, por asegurar que larespuesta final a estas preguntas está en otra esfera. Así dan un contexto más grandeen el cual entender los eventos del mundo. Argumenta que los eventos terrenales sonsólo una parte de un drama cósmico que involucra fuerzas que la mayoría de la gente niestá consciente pero que ahora están siendo revelados al pueblo de Dios. Asegura queDios arreglará las cosas al final, que la justicia de Dios será ejercida. Esta satisfacciónde la justicia de Dios incluye tanto el castigo de los malos como la recompensa de losfieles del grupo. En un nivel personal, la apocalíptica dice que la última palabra no seha dicho cuando tú mueres, porque hay recompensas para el individuo fiel.

Algunas Características Comunesde los Escritos Apocalípticos

Para entender el material apocalíptico de la Biblia es útil ver a algunascaracterísticas de los escritos apocalípticos. Al reconocer estas características,encontraremos que los textos apocalípticos son más accesibles y fuentes más fructíferaspara el pensamiento cristiano, y una respuesta al mundo que conocemos.

Los escritos apocalípticos en general son pseudoepígrafos, esto es, escritos poralguien más que la persona que el documento dice que lo escribió.2 Aunque esto suenacomo plagio para nosotros, era una práctica muy amplia en el mundo antiguo. Obrasfueron escritas en nombre de Sócrates más de trescientos años después que él murió. Los escritores seguido utilizaron esta técnica cuando pensaban que representaban elpensamiento del escritor que reclamaban y así podían traer el discernimiento de lapersona antigua a la situación actual del escritor. Los escritos judíos y cristianosapocalípticos seguido asumen estar escritos por alguien conocido de la Biblia que vivióhace mucho tiempo del escrito actual (p. e., Enoc, Esdras, Baruc, Abraham, etc.).

Los escritos apocalípticos dicen que contienen una revelación de Dios, queconsiste de conocimiento que había estado escondido de todos excepto unas cuantaspersonas, pero que ahora se revela a un círculo más amplio del pueblo de Dios porqueel fin está cercano. Seguido contienen información sobre ángeles, la ordenación delcosmos, o la naturaleza de las esferas celestiales. Este conocimiento en general es dadoal escritor por un mediador angelical. La toma de autoridad del autor vieneprimariamente de la aseveración que lo que está escrito es una revelación directamentede Dios.

Conectado con su seudonomía, los escritos apocalípticos seguido incluyenprofecía ex eventu. Esto significa que su escritor supuesto predice algo que es futuropara esa figura pero es un evento pasado para el autor real. Cuando Enoc, que estomado de Génesis 5, correctamente ha predicho la historia del mundo desde el diluviohasta el segundo siglo a. C. (cuando fue escrito en realidad), el lector tiene buenasrazones para pensar que también estará correcto en lo que viene después. Así la

2Apocalipsis es la excepción. Parece haber sido escrito por la persona nombrada en el saludo.

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profecía ex eventu ofrece seguridad al lector que lo que el escritor dice es digno deconfianza. Esta palabra segura es precisamente lo que aquellos que estaban sufriendonecesitaban.

Finalmente, el punto más básico que los escritores apocalípticos quierenestablecer es que Dios corregirá todas las cosas. Todo el pensamiento apocalípticoasegura que Dios será verdadero a su propia naturaleza por derrotar al mal y establecerla justicia para los fieles. Dios establecerá un reino de justicia y bondad que el mal nopodrá derrotar. Los lectores pueden animarse, aún en las circunstancias másdesalentadoras, que este es el fin seguro y que ellos estarán incluidos en esta victoriade Dios. Todas las otras características de la apocalíptica intenta ayudar a establecereste punto.

No todos los textos apocalípticos tienen todas estas características (por ejemplo,Apocalipsis no tiene profecías ex eventu), pero ellas nos ofrecen un lugar para iniciarmientras investigamos este material.

Los Orígenes del Pensamiento ApocalípticoNuestro entendimiento del pensamiento apocalíptico también será engrandecido

si conocemos algo sobre los orígenes de este tipo de pensamiento. Dos preguntasrelacionadas sobre este asunto: ¿Cuándo surgió el pensamiento apocalíptico? Y ¿Cuálesson sus fuentes? Principiamos con la segunda pregunta. Ha habido muchas sugerenciassobre dónde se encuentran las raíces del pensamiento apocalíptico. Algunos hanargumentado que surgió sólo del pensamiento profético hebreo, otros que derivósolamente de las tradiciones de la Sabiduría, y aún otros más que las influencias másfuertes vinieron del pensamiento persa o griego. La mayoría de los intérpretes piensanque el pensamiento apocalíptico sacó de todas estas fuentes cuando enfrentaba ciertostipos de circunstancias sociales.

La mayoría de los intérpretes también están de acuerdo que la fuente primaria dela apocalíptica es la profecía hebrea. La fe de los profetas hebreos siempre tenía unaorientación escatológica. Creían en un Dios que obraba en el mundo y que podíaocasionar los propios propósitos de Dios, incluyendo el establecimiento del reinotriunfante de Dios. Los profetas nunca dudaron que los propósitos de Dios ganarían alfinal. El pensamiento apocalíptico re-enfocó esta creencia, dando más énfasis a laconclusión final. Dado que el retorno del exilio no principió un período de prominencianacional donde Dios claramente era el rey del mundo y dado el fracaso de otrasesperanzas nacionalistas expresadas por los profetas, el pensamiento apocalíptico volvióa localizar aquellas esperanzas fuera de la esfera de la historia. Principiaron a ver sucumplimiento en un movimiento más dramático de Dios, una acción que afectaba lahistoria pero que era ocasionado por otra esfera.

Añadiendo a esta corriente de pensamiento de los profetas, la apocalíptica sacócaracterísticas seguido encontradas en la tradición de la Sabiduría. Daniel es unintérprete de sueños, una función generalmente asociada con los sabios en lugar de losprofetas. Daniel, el personaje principal en el libro apocalíptico que lleva su nombre, esincluso clasificado entre los “hombres sabios” de Babilonia (Daniel 4:6-8). Adicionalmente, algo del determinismo encontrado en el pensamiento sapiencial fue

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apropiado a la medida que el pensamiento apocalíptico se desarrolló. Los apocalípticosestán seguros sobre el resultado de la historia y las corrientes principales del curso dela historia. Esto se ve no sólo en su confianza que el reino de Dios será establecido, perotambién en la predicción de la historia mundial encontrada en muchos de los textosapocalípticos. Esta seguridad sobre el curso de la historia y su final último nonecesariamente significa que el libre albedrío es menguado. En el pensamientoapocalíptico, los humanos son libres para hacer sus propios escogimientos sobre siestarán al lado de Dios o del mal. Así que, algunos eventos de la historia estándeterminados, pero le toca al individuo responder a Dios apropiadamente. Laimportancia del libre albedrío también se puede ver en la creencia de los escritoresapocalípticos que los individuos serán juzgados por Dios.

Las tradiciones proféticas y sapienciales no pueden, sin embargo, explicar todolo que uno encuentra en la apocalíptica. Parece claro que su dualismo, su desarrollo detradiciones sobre ángeles, y su cosmología están significativamente influenciadas porlos pensamientos griego y persa. Así que, muchas fuentes contribuyeron a la clase depensamiento que se encuentra en los escritos apocalípticos. Los materiales de estasvarias tradiciones fueron combinadas y sintetizadas para crear una manera depensamiento, una manera de percibir a Dios, el mundo y a sí mismos que hace sentidode la experiencia de las comunidades a las que se dirigen.

Lo que finalmente traen a todas estas influencias juntas en lo que reconocemoscomo pensamiento apocalíptico son las circunstancias de la vida enfrentadas porcomunidades particulares. Aunque ningún tipo de situación se puede decir que producela apocalíptica, puede ser ampliamente caracterizada como literatura de crisis. Sedesarrolló cuando comunidades estaban bajo gran estrés, estrés que amenazaba sucreencia en el poder, bondad y justicia de Dios. En ocasiones esto fue una crisisnacional, otras ocasiones simplemente era una crisis para un grupo. Así que, los mejorestérminos para describir las situaciones donde el pensamiento apocalíptico se desarrolló(y se desarrolla) son relativa privación y disonancia cognitiva. En una situación queinvolucra privación relativa, el grupo es privado de alguna posición, estatus, autoridadu otro valor que ellos creían deberían tener pero que no, de hecho, poseen. Así, un grupocomparativamente acomodado podía desarrollar una mentalidad apocalíptica si estabanconvencidos que estaban siendo privados de algo de valor importante por razones de suscreencias religiosas. Esta experiencia de oposición de aquellos fuera del grupo puedelevantarse de circunstancias que no son históricamente significativas pero que, sinembargo, tienen un gran impacto sobre el grupo afectado. Es la experiencia de opresiónque es importante para el desarrollo del pensamiento apocalíptico, no la importanciahistórica de lo que causa que el grupo se sienta de esta manera.

El término disonancia cognitiva también se puede aplicar apropiadamente amuchas situaciones. Esta expresión describe una situación en la que hay una disparidadimportante entre lo que uno piensa y lo que uno experimenta. De nuevo, esto no tieneque ser una circunstancia que tiene un efecto notable sobre el mundo o incluso lahistoria local; simplemente involucra una gran diferencia percibida entre lo que unoespera y piensa que debe ser y lo que siente que es la realidad. En nuestros casos,aquellos que creen que son el pueblo de Dios esperan que esta identidad aumente su

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estatus, pero parece exactamente que lo contrario está sucediendo. Para los cristianosprimitivos, llegar a ser parte del movimiento cristiano significaba que habían principiadoa adorar al único Dios verdadero. Abandonaron su participación en otros cultos para serasociados con este Dios. Pero en lugar de dirigirlos a las bendiciones y buena fortuna,los llevó a la desventaja y persecución. Tales experiencias podían interpretarse comoevidencia que habían tomado el escogimiento equivocado. El pensamiento apocalípticointenta reconciliar lo que el pueblo de Dios se reconoce ser y lo que piensan que esaidentidad significa con las maneras que perciben su existencia en ese momento en eltiempo.

Ya sea que se ve más como una disonancia cognitiva o privación relativa, laapocalíptica se desarrolla en situaciones donde un grupo se siente privado y ve el mundocomo estando en crisis. Las cosas no son como deben ser, o más importante, lo que Diosquiere que sea. Siendo que el grupo se siente impotente para cambiar la situación, laúnica situación es un acto de Dios, un acto donde Dios destruye el orden del mundoactual y establece un orden donde la justicia y la bondad dominan.

El tipo de situación descrita aquí como aquello que provee terreno fértil para quelas semillas de la apocalíptica crezcan estaban presentes en el segundo siglo a. C. enPalestina. Como la discusión del contexto histórico de Daniel en capítulo 4 demostrará,éste era un período donde el pueblo era perseguido y asesinado precisamente porqueseguían siendo fieles a Dios. Esto parece ser el momento cuando los varios elementosde la mezcla se unen para formar lo que conocemos como apocalíptica. Es en este puntoque la fe en un juicio después de la muerte y en la resurrección de los justos se establedentro del judaísmo. Para este tiempo en la historia los judían habían sido expuestosextensamente a las ideas persas y griegas y habían principiado a interpretar de nuevolos mensajes de los profetas porque sus esperanzas para la prominencia nacional no sehabían materializado. Así que, el pensamiento apocalíptico surge a prominencia en ladesesperada lucha en Judea, probablemente entre el 200 y 150 a. C.

Algunos Aspectos Importantes del Pensamiento ApocalípticoNos ayudará a entender los textos apocalípticos si sabemos algo sobre cómo la

mayoría de los escritores apocalípticos piensan sobre Dios, la naturaleza de lahumanidad y la ética.

La Naturaleza de Dios en el Pensamiento ApocalípticoEl tópico de la naturaleza de Dios no es común en los escritos apocalípticos, pero

algunas características de Dios sobresalen como muy importantes para esta manera depensar. Este tópico también es importante porque sostener la fe en Dios es una de lasfunciones primarias del pensamiento apocalíptico. Como un medio para ayudarnos aentender la apocalíptica, enfocaremos nuestra atención sobre tres asuntos: latrascendencia, la soberanía y la justicia de Dios.

Todos los escritores apocalípticos están de acuerdo que Dios es personal,poderoso y santo, pero hay un debate entre los eruditos sobre si el pensamientoapocalíptico refleja un punto de vista de Dios que ve a Dios como crecientementetrascendente y menos inmanente. Algunos eruditos ven el levantamiento de una

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angelología desarrollada como una señal que Dios ya no es accesible como Dios habíasido cuando los profetas hablaban de Dios como un padre. En algunos escritosapocalípticos, los ángeles parecen ser el eslabón entre Dios y el mundo; ocasionalmentelos ángeles incluso aparecen como mediadores entre Dios y el pueblo que ora.

Sin embargo, en algunos de estos mismos escritos (p.e., 1 Enoc3) encontramosotros actos de Dios hechos inmediatamente sin ninguna mediación. Adicionalmente, enlibros tales como Daniel los personajes obviamente tienen acceso directo a Dios enoración y Dios actúa directamente a través de las historias. Otros escritos apocalípticosenseñan que Dios actúa directamente entre los humanos (v.gr., 2 Esdras). Lo queencontramos, entonces, es que las obras apocalípticas no todas están de acuerdo sobreeste asunto, pero aquellos que piensan que Dios es accesible sólo a través deintermediarios son una minoría distintiva. Además, una angelología desarrollada nonecesariamente significa que se piensa de Dios como distante. El Manual de Guerra deQumran tiene una angelología desarrollada extensamente, pero también tiene a Dios “ennuestro medio” en la batalla final. Donde están de acuerdo todos estos escritoresapocalípticos es que Dios tiene que estar separado del mal en el mundo. Todos ellos senla santidad de Dios como inviolable. Así que, aunque Dios pudiera estar en contactodirecto con el mundo, Dios no llega a estar en contacto con el mal.

Fe en la soberanía de Dios es esencial para la apocalíptica. Un punto principal delos escritos apocalípticos es asegurar a los lectores que, a pesar de la evidencia a locontrario, Dios es soberano. Vemos esto en la confianza que estos escritores tienen queel plan de Dios se está moviendo hacia adelante. Es además demostrado en el usoextenso de la profecía ex eventu encontrada en algunos escritos apocalípticos. Estoselementos del discurso apocalíptico, elementos que son evidencia para un determinismohistórico, muestran que estos escritores creían que la historia, a lo menos su principalbosquejo y resultado final, había sido ordenado y arreglado por Dios. La seguridad dela victoria final de Dios es central al pensamiento apocalíptico. Este tema sobresaleespecialmente en Daniel. En la historia donde Nabucodonosor llega a ser como unanimal, Daniel declara al rey tres veces (4:17, 25, 26) que Dios es soberano, y la historiatermina con Nabucodonosor reconociendo este mismo punto (4:34). La soberanía de Dioses también un tema que corre a través de todas las visiones de Daniel 7-12.

Este punto es importante en los escritos apocalípticos porque los escritores y loslectores parecen que están viviendo en un mundo que está regido por el mal, un mundodonde Dios no es soberano. De hecho, la mayoría de los pensadores apocalípticos estánconvencidos que el mundo no está actualmente dirigido por Dios. Esto ciertamente esel punto de vista de los escritores del Nuevo Testamento. Aunque la mayoría de loscristianos hoy están acostumbrados a pensar que Dios está en control de nuestras vidasy nuestro mundo, los apocalípticos estaban (y están) convencidos que éste no era elcaso. Ellos enfatizaban que el dominio actual del mundo por el mal es temporal. Aseveran que aún cuando el mundo al presente está regido por las fuerzas del mal, elverdadero soberano del cosmos entero pronto actuará. El Dios que es el Rey final volveráa tomar lo que correctamente pertenece a Dios y castigará a los usurpadores junto con

3Este escrito se encuentra en la Pseudoepígrafa.

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sus cómplices y recompensará a aquellos que han sido fieles a Dios. Sin tal creencia enla soberanía de Dios, la apocalíptica —de hecho, toda la fe cristiana— no puede existir.

Los apocalípticos están también convencidos que Dios es justo. La fe en lajusticia de Dios es otra motivación primaria para el pensamiento apocalíptico. Que elmundo está regido por el mal y que los justos son aquellos que sufren más sonproblemas sólo si uno cree que Dios es justo. Así la apocalíptica busca maneras dedemostrar que la justicia de Dios será ejercida y será la palabra final. Esta creencia semanifiesta en el desarrollo de las ideas del juicio después de la muerte y de laresurrección.

El juicio es una característica central del pensamiento apocalíptico. En el corazónde toda especulación apocalíptica sobre el juicio está la convicción que Dios no dejaráque el pueblo de Dios sea destruido por sus enemigos. El juicio está necesariamenterelacionado a su creencia en la justicia de Dios porque, para que la justicia reine, el maltiene que ser castigado y el bien tiene que ser recompensado (vea 1 Enoc 102:1; 103:1-104:8). Esto es un elemento lógicamente necesario de la fe en un Dios justo (i.e., recto). Así que, frente a la persecución, las creencias éticas del judaísmo y cristianismo optaronpor la creencia que la justicia de Dios se ejercía en una esfera más allá de la vidaterrenal. El juicio en la apocalíptica generalmente está basado en la moralidad. En eljudaísmo esto significa fidelidad a la Ley; en el cristianismo significa adherirse a lamoralidad cristiana como se entiende en una comunidad particular y no negar la fe enmedio de la persecución.

También fue esta creencia en la justicia de Dios que llevó a la creencia en laresurrección de los muertos dentro del judaísmo. La idea de una vida después de lamuerte que ofrecía más que una desaparecer en el Seol había estado creciendo dentrodel judaísmo, pero fueron los eventos asociados con la revuelta macabea (vea laintroducción a Daniel) que finalmente resultaron en una creencia justamente amplia enla resurrección de a lo menos algunos de los muertos. Apenas antes y durante el tiempode esta revuelta, los judíos fueron ejecutados precisamente por ser fieles a Dios y a laTora (vea las historias gráficas de la tortura y ejecución de siete hermanos y su madreen 4 Macabeos 74). Tales eventos terribles, claro, empujaron el asunto de la justicia alfrente. ¿Cómo puede Dios ser justo y permitir que su pueblo sea torturado hasta lamuerte por su fe? Siendo que Dios no rescató a estos mártires como Dios rescató a losfieles en las historias de Daniel, tiene que haber otra manera donde la justicia de Diosse satisface. La justicia de Dios demanda que los justos y fieles de estos mártires seanrecompensados. Por razón de esta necesidad divina, la creencia en una vida despuésde la muerte para los justos floreció en este período. Al principio, sólo losextraordinariamente justos, o los mártires, y los extraordinariamente malvados teníanuna vida después de la muerte, pero al paso del tiempo la mayoría de los judíos llegarona creer que todas las personas participaban en la vida después de la muerte.5 Así la

4Este escrito se encuentra en la Apócrifa.

5Los saduceos son la excepción a esta corriente. Ellos parece no haber creído en una vida despuésde la muerte para nadie. También estaban entre aquellos que no adoptaron un punto de vista apocalíptico.

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creencia en una resurrección que incluía un juicio creció de las injusticiasexperimentadas por comunidades que sostuvieron firmes su fe en un Dios soberano yjusto.

No debemos pensar que el juicio basado sobre la moralidad requiere que losapocalípticos sean legalistas. Eso está muy lejos de ser el caso. Sólo unos cuantosescritos apocalípticos (p.e., 3 Baruc6) aseguran que el juicio se basará solamente en lasdeserciones de uno. La mayoría reconoce que el pueblo será encontrado justo en el juiciosólo a través de la gracia y misericordia de Dios. La gracia de Dios no impide el ejerciciode la justicia de Dios: Ellas son necesariamente cooperativas pero igualmentenecesarias. De nuevo, el juicio basado sobre la moralidad no significa juicio sin graciay no significa legalismo. El Manual de Guerra de Qumran (capítulo 11) declara que Diosliberará al pueblo de Dios a través de la misericordia de Dios y no de acuerdo a susobras. Similarmente, 2 Esdras confía que siendo que los humanos no pueden vencer sumala tendencia, Dios suplirá gracia en el juicio. Cuando los apocalípticos piensan deljuicio, el temor no es su primer pensamiento. Mas bien, este es el momento cuando laretribución se encuentra a sus enemigos y los enemigos de Dios. Ciertamente nopierden de vista la responsabilidad que el juicio les trae, pero confían que Dios cumplirásus propósitos y naturaleza por traerlos al lugar que Dios ha preparado para el pueblode Dios.

La idea de Dios siendo justo en el juicio pone nerviosa a la gente moderna. Estamos más listos a enfocar nuestra atención en el amor y misericordia de Dios,pensando que éstos son opuestos a la justicia. Pero no lo son. Si Dios no es justo,entonces Dios es injusto. La alternativa a que Dios sea justo es que sea un Dios injusto,que Dios tenga sus favoritos o que es caprichoso. Esta infeliz alternativa significaría quenunca podríamos confiar en Dios. Además, la justicia de Dios es la base para todos losllamados a los cristianos a la justicia en el mundo. Siendo que la ética cristiana estábasada en el carácter de Dios, no tenemos base para trabajar por la justicia, incluyendolos derechos iguales para toda la gente, a menos que creamos en la inmutable justiciade Dios. Así la apocalíptica nos trae de regreso a una característica de Dios con la queestamos menos cómodos, pero que es esencial a quien es Dios y a lo que hace a Dios unDios en quien podemos confiar y un Dios que digno de adoración.

La Naturaleza Humana en el Pensamiento ApocalípticoPara entender el punto de vista de la naturaleza humana vista en nuestro material

tenemos que principiar con una revisión de cómo la naturaleza humana era vista en laBiblia Hebrea. En lugar de tener un punto de vista consistente, uno encuentra undesarrollo en el pensamiento dentro de Israel sobre la naturaleza humana. En lastradiciones encontradas en el Pentateuco, el individuo no era tan importante como elgrupo. La familia de uno o la tribu siempre tomaba precedencia sobre el individuo. Esteénfasis sobre el grupo significa que la manera que uno vivía después de la muerta eraa través de lo que él o ella había contribuido para el bienestar del grupo. Así que, la vidaen el más allá para los individuos se consideraba sólo hasta un punto muy limitado.

6Esta es otra obra que se encuentra en la Pseudoepígrafa.

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Cuando el pueblo moría iba a un lugar llamado Seol, a lo menos temporalmente. Este noera un lugar placentero, sino un lugar donde uno era impotente, donde uno no podía nisiquiera recordar la bondad de Yahvé. No había distinciones morales en Seol, yeventualmente uno desaparecía de la existencia.

Los profetas principiaron a darle más importancia al individuo. El énfasis todavíaestaba sobre el grupo, y la recompensa del justo era primariamente el bien de Israel yde los descendientes de uno, pero algunas ideas sobre la continuación del individuosurgieron. La importancia del individuo se demuestra especial y claramente en Jeremíasy Ezequiel. En Ezequiel 18, el resultado del pecado del pueblo será visitado sobre ellossolos en lugar de sus hijos (o, por extensión, su nación). Esta separación del destino delindividuo de aquel del grupo es una perspectiva algo diferente de la que vimos en elPentateuco y es la clase de pensamiento que prepara el camino para los puntos de vistaque encontramos en la apocalíptica.

Todos los apocalípticos creen que los humanos continúan existiendo después dela muerte. Como ya hemos visto, las experiencias de la persecución y el martirioparecían requerir alguna avenida diferente de lo que sucede en este mundo para laexpresión de la rectitud y justicia de Dios. Claramente, no se trataba justamente con losmártires en este mundo. Fuera del pensamiento de la apocalíptica, en ocasiones se veíaa los mártires como recibiendo el castigo debido a la nación, así aclarando el caminopara la restauración de Israel. Pero la continua infidelidad de algunos en Israel parecíahacer la restauración nacional imposible. Así que, algunas recompensas y castigospersonales llegaron a ser las maneras por las que Dios respondía a la fidelidad y maldad. Más allá de esta preocupación con la justicia, el deseo por un continuo compañerismocon Dios y con los fieles hermanos empujó hacia adelante la creencia en una vidadespués de la muerte con recompensas y castigos. Esta fe también se podía ver comoun tipo de cumplimiento de las esperanzas nacionales, siendo que el individuo no erabendito en aislamiento sino con otros que eran fieles.

Con la excepción de unos cuantos documentos (más notablemente Jubileos7), losescritores apocalípticos (incluyendo al apóstol Pablo) veían la vida después de la muertecomo una resurrección del cuerpo, no como la inmortalidad del alma. La idea de unaresurrección del cuerpo es consistente con la idea hebrea que un humano es una unidadpsicofísica. Esto es, los hebreos no separaban el cuerpo y el alma, dándole al alma unvalor más alto, como los griegos habían hecho. Así que, una persona no podía estarcompleta o feliz sin el cuerpo y el alma. El Seol había sido un lugar donde uno no teníacuerpo; tal existencia sólo podía ser temporal y no se podía considerar una vidaverdadera. Así que, la apocalíptica continuó para ver la personalidad humana como unaunidad en lugar de una dualidad. Creer en la resurrección del cuerpo no significa quela vida siempre era concebida como atada a lo material, la existencia terrena. Mas bien,en ocasiones miraban hacia el tiempo de la transformación del cuerpo, unatransformación que encajaba el cuerpo para la vida con Dios. Una explicación bastanteextensa de esta noción se encuentra en 1 Corintios 15.

7Este escrito también es parte de la Pseudoepígrafa.

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La Ética en el Pensamiento ApocalípticoEn esta sección volvemos nuestra atención a lo que los humanos son responsables

en el pensamiento apocalíptico. Sólo unos cuantos eruditos de la apocalíptica hanargumentado que la apocalíptica no tiene interés de la ética porque ha separado el reinode Dios de las realidades terrenales. Como este punto de vista sostiene, la apocalíptica,en lugar de ser socialmente responsable, llega a estar preocupada con la condenacióndel opresor o con las bendiciones en otra esfera. Aunque esta es una percepción comúnsobre el pensamiento apocalíptico entre los no especialistas, la mayoría de los eruditosrechaza esta interpretación, y muchos aseguran que la ética es central a la apocalíptica.

La expectativa del juicio encontrada en toda la apocalíptica implica que la éticaes central aún cuando no es explícitamente discutida. Una de las razones primarias quelos autores escribieron textos apocalípticos era para animar la fidelidad a Dios y lealtada la Ley de Dios, aún si los llevaba a la muerte. Toda la apocalíptica es hortatoria. Losdiscursos que animan la vida ética y que especifican lo que eso significa son comunesen los textos apocalípticos. El ánimo a vida (i.e., ética) fiel era la meta primaria de Daniel1-6, y 2 Esdras la sola característica de los salvos es santidad. Otro indicador de laimportancia de la ética en esta manera de pensar es la manera cómo la vida en el futuromesiánico es descrita: Es de acuerdo a la ley de Dios.

En los apocalipsis judíos, la Ley era el ideal ético tanto ahora como en la eravenidera. Los autores de estos textos no veían antagonismo entre el ser requeridoguardar la Ley y la confianza escatológica. En su punto de vista, tanto la Ley como lasacciones apocalípticas de Dios eran expresiones del pacto de Dios con ellos y por esoeran bendiciones.

Dado el énfasis sobre el juicio encontrado en el pensamiento apocalíptico, no essorpresa que la responsabilidad individual es importante. La gente es responsabledelante de Dios por sus transgresiones de la ley y voluntad de Dios. Los infieles sonresponsables porque han rehusado los caminos de Dios. Así, las distinciones entreaquellos que han muerto están basadas en su conducta cuando estaban sobre la tierra. Esto no significa que los apocalípticos eran legalistas, porque la mayoría de ellosreconocían que la única manera que uno podía estar delante de Dios era si Dios ejercíamisericordia.

Algunos intérpretes argumentan que la visión apocalíptica lleva a una éticapasiva, una ética que anima al pueblo a simplemente someterse a la persecución. Algunas obras apocalípticas (por ejemplo, la Asunción de Moisés)8 recomiendan elquietismo, pero esto parece estar en contra de la corriente general. Los levantamientosjudíos a través del período romano demuestran que la apocalíptica seguido no es pasivaporque muchas de estas revueltas estaban eslabonadas con las esperanzasapocalípticas. La mayoría de estas muchas rebeliones, y eran numerosas, esperabanque Dios interviniera para derrocar a los romanos y estableciera a aquellos queinstigaban el levantamiento, quienes se identificaban a sí mismos como el pueblo deDios, en posiciones de poder. El Manual de la Guerra de Qumran nos ofrece un ejemploespecífico de esta manera de pensar. Su autor espera que la comunidad sea partícipe

8Otro escrito más que se encuentra en la Pseudoepígrafa.

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activo en la batalla del fin del tiempo. Muchos grupos apocalípticos claramentepensaban que ellos jugarían un papel activo en el plan de Dios.

Aunque algunos han dicho que la atención de la apocalíptica en el mundo futurolleva a la gente a no estar preocupada sobre las condiciones presentes de este mundo,no necesariamente es el caso. El Documento de Damasco, que fue escrito para los laicosasociados con la comunidad de Qumran y por lo tanto expresa un punto de vistaapocalíptico del mundo, tiene una clara preocupación por la justicia social (veaespecialmente el capítulo 1). Segunda de Enoc también anima la justicia social a travésde su atención a asuntos que involucran el dinero, las cortes y los pobres. Así que, laapocalíptica no abandona enteramente el mundo al mal. Se espera que el pueblo de Diosactúe justamente y que trabaje para un mundo más justo, aún cuando las fuerzas encontra de ellos son abrumadoras.

ConclusiónSe espera que esta breve introducción al pensamiento apocalíptico prepare al

lector para entender mejor los textos a los que nos dirigimos en este libro. Los escritosque veremos vienen de una variedad de géneros, sin embargo todos participan delmundo de pensamiento descrito aquí. Estos escritos están buscando maneras de hacersentido de sus creencias en un buen, poderoso y justo Dios dada sus experiencias delmundo como un lugar regido por el mal. Hacen esto principalmente por asegurar queDios actuará pronto de maneras que decisivamente vindicarán la naturaleza de Dioscomo ellos la entienden. Al mismo tiempo, también quieren animar a sus lectores apermanecer fieles a Dios en circunstancias muy difíciles.

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CAPÍTULO 3

Características de unPredicador Apocalíptico

Poco después del amanecer cada domingo por la mañana, una estación local detelevisión pasa un programa dirigido por un predicador que sigue el consejo de Barth ytiene una Biblia en una mano y un periódico en la otra. Atrae la atención a una serie deprimeras planas sobre todo desde un nuevo tipo de cáncer hasta reportes de huracanesy hambrunas, y luego enfrenta la cámara para declarar con solicitud: “Cada una de estasprimeras planas que has escuchado fue predicha por la Biblia”. Arranca una variedadde versos apocalípticos de sus contextos y los lee como pruebas de su punto. Como laintroducción declaró, eso no es lo que tenemos en mente cuando hablamos sobre elpredicador apocalíptico.

Los predicadores apocalípticos saben de los peligros de intentar interpretar laapocalíptica y todos los otros textos bíblicos. Saben que las imágenes seguido bizarrasde la literatura apocalíptica y el abuso de tales textos por individuos que igualan laprofecía con la predicción del futuro han espantado a muchos de los fieles. Pero todavíainsisten que los textos apocalípticos merecen ser escuchados. Consideran lacontribución del pensamiento apocalíptico esencial a la teología cristiana y procurandejar que los textos apocalípticos influencien tanto el contenido como la intención de sussermones. La siguiente discusión de las características del predicador apocalípticointentará describir esa influencia. Muchas de las características discutidas aplican atodos los predicadores. Ningún predicador o sermón en cualquier punto particular deltiempo exhibirá todas estas características. Pero, individual y colectivamente, estasmarcas llegan a ser evidentes cuandos los predicadores permiten que los textos y elpensamiento apocalíptico contribuyan a su entendimiento del evangelio y a su ministeriode predicación.

El predicador apocalíptico procura hacer que los miembros de la comunidad de fese sientan oprimidos por las normas, cultura y las estructuras de poder. En Marcos 13,seguido conocido como el “Apocalipsis Sinóptico”, Jesús anticipa la destrucción deltemplo y entonces advierte a los creyentes: “Pero mirad por vosotros mismos; porque osentregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores yde reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos. . . Y seréis aborrecidos detodos por causa de mi nombre” (Marcos 13:9, 13ª). El texto se dirige no simplemente auna reunión de pesimistas o individuos sufriendo aisladamente de paranoia, sino a unacomunidad de creyentes que experimenta durezas por razón de su fe. Recientemente,los eruditos han levantado preguntas sobre la creencia largamente sostenida que detrás

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de cada texto apocalíptico está una crisis.1 Sin embargo, aún si ninguna crisis específicaprodujo el pensamiento apocalíptico en general o cada texto apocalíptico en particular,la literatura apocalíptica busca crear un sentido de crisis entre sus lectores. Elpredicador apocalíptico sabe que ser un pueblo de fe significa atreverse a seridentificablemente diferente de los otros en la sociedad. El predicador apocalípticoademás sabe que atreverse a ser identificablemente diferente resulta a lo menos enoposición y seguido en persecución y opresión. Este sentimiento de opresión, de serdetenido y de no tener satisfacción, atrae a un grupo a que esté unido para apoyo mutoy consolación y también motiva a los miembros a aceptar la radical exigencia sobre ellospor el Dios del pensamiento apocalíptico.

Por favor, recuerda que el predicador apocalíptico insiste que ninguna exigenciasobre nuestras vidas tiene mayor legitimidad o autoridad que aquella de Dios. Lasinfluencias y demandas que están estorbando el camino de esa exigencia no sonsimplemente diferentes, son dañinas y equivocadas. Por ejemplo, como muchos líderescontemporáneos de la iglesia ven desesperadamente cómo declinan los papeles de lamembresía, optan en seguir la dirección de los comerciales con éxito y aprenden de ellosque se necesita para llenar las bancas. En nuestra sociedad orientada al consumo, ellosquieren que la iglesia ejercite una savia más grande en proteger y expandir su porcióndel mercado, para hacer un trabajo más efectivo de atraer y alimentar a los consumidoresde los bienes eclesiológicos. Un predicador apocalíptico, por el otro lado, identificaríael desembocado consumismo en nuestra sociedad como una influencia que amenaza alos fieles. Los comerciales astutos que producen un hambre de más y más se oponen almensaje del evangelio y erosionan la calidad de vida en la comunidad de fe. Elpredicador apocalíptico insistirá que la presencia y el poder de esa influencia crea unacrisis para la iglesia a la cual el fiel tiene que responder. Eso no significa que elpredicador apocalíptico demanda que los fieles tomen las armas en una resistenciamilitar o que se retiren de la sociedad; pero el predicador apocalíptico insistirá que lacomunidad de la fe identifique esa amenaza y tome medidas para protegerse a sí mismade aquello. Sí, ¡esto suena sectario! ¿Puede y debe un grupo que se define a sí mismocomo “en el mundo pero no del mundo” permanecer verdadero a sí mismo y evitar todaslas acusaciones de sectarios? El predicador apocalíptico declara sin equivocación quela cultura que lo rodea no sólo no es cristiana sino también está en contra delcristianismo. Permitir que las normas culturales formen o prevalezcan en la comunidadde fe significaría ignorar el evangelio y perder la identidad de la iglesia. El predicadorapocalíptico quiere que la iglesia tenga una certeza absoluta sobre a quién pertenecey qué es, y, con el propósito de satisfacer este fin, no se detiene en nombrar a la culturaactual como peligrosa, opresiva y pecaminosa.

La comunidad de fe puede interpretar este peligro y opresión como una señal deque Dios no aprueba. Aunque el pensamiento apocalíptico deja amplio espacio para eljuicio de Dios, los problemas que aquejan a la comunidad de fe no resultan de eso. Masbien, en medio de sus problemas la comunidad permanece amada por Dios. El

1Vea, por ejemplo, Eibert J. C. Tigchelaar, Prophets of Old and the Day of the End: Zechariah, theBook of Watchers and Apocalyptic (Leiden: E. J. Brill, 1996), 263-65.

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predicador apocalíptico trabaja para convencer a los oyentes que Dios nota y le importala comunidad de fe y el individuo. Aún cuando el mal corra desbocado en la sociedadque la rodea y las influencias de esa sociedad pesen sobre la comunidad de fe, Diosmantiene un ojo vigilante sobre ellos. El “Apocalipsis de Isaías” (Isaías 24:1—27:13), porejemplo, ciertamente considera las palabras del juicio de Dios sobre la tierra. El versoinicial anuncia:

He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda,y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores.

Y sucederá así como al pueblo, también al sacerdote;como al siervo, así a su amo;como a la criada, a su ama;

como al que compra, al que vende;como al que presta, al que toma prestado;como al que da a logro, así al que lo recibe.

La tierra será enteramente vaciada, y completamente saqueada;porque Jehová ha pronunciado esta palabra. (Isaías 24:1-3)

Todos los infieles sentirán el peso del juicio de Dios, pero con palabras de ternuray compasión se describen los tratos de Dios con los fieles:

Porque fuiste fortaleza al pobre,fortaleza al menesteroso en su aflicción,refugio contra el turbión, sombra contra el calor;

porque el ímpetu de los violentos es como turbión contra el muro,como el calor en lugar seco, así humillarás el orgullo de los extraños;

y como calor debajo de nubeharás marchitar el renuevo de los robustos. (Isaías 25:4-5)

Sin duda, la comunidad vive en tiempos difíciles, pero no están destituídos de lapresencia y el cuidado de Dios.

Seguido nos encontramos atraídos o dirigidos a creer que cuando experimentamosadversidad tenemos que haber hecho algo para ofender a Dios, y cuandoexperimentamos buena fortuna o prosperidad tenemos que haber hecho algo que agradóa Dios. El predicador apocalíptico reconoce la falacia de tal pensamiento. Obedienciaa Dios seguido resulta en lucha y sufrimiento. Como previamente notado, ser un pueblode fe significa atreverse a ser identificablemente diferente de otros, y atreverse a seridentificablemente diferente resulta a lo menos en oposición, si no en persecución yopresión. En Daniel 3, por ejemplo, Sadrac, Mesac y Abednego se encuentran a símismos en las llamas de la adversidad no porque han ofendido a Dios sino porque hanintentado permanecer fieles a Dios. En realidad, la historia quiere convencer a los fielesque Dios permaneció con ellos y continuó cuidándolos a pesar de las tramas de aquellosque estaban en su contra.

El predicador apocalíptico no considera livianamente las tribulaciones de los

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fieles, pero no permite que los fieles culpen a Dios por ellas. Dios cuida la comunidad defe aún cuando nadie más lo hace. El predicador apocalíptico repite esta seguridadseguido y con convicción. En medio de la descripción de eventos que rodean ladestrucción del templo, el Jesús de Mateo informa a los discípulos: “Si aquellos días nohubieran sido acortados, nadie hubiera sido salvo; pero por causa de los electos aquellosdías serán cortados” (Mateo 24:22). Aún en medio de tiempos de maldad sin paralelos,Dios mantiene una vigilancia e interés en los fieles. Cuando Pablo habla de tiempos deoscuridad y destrucción inescapable, también recuerda a sus lectores: “Dios no nos hadestinado a ira sino para obtener salvación a través de nuestros Señor Jesucristo, quienmurió por nosotros, para que sea que estemos despiertos o durmamos podamos vivir conél” (1 Tesalonicenses 5:9-10). Sí, oposición y aún opresión puede venir, pero el interésde Dios y su preocupación por los fieles permanece firme.

Esta seguridad de la presencia y cuidado de Dios fluye de la convicción que haymás en la vida que lo que ve el ojo. El predicador apocalíptico cree e intenta ayudar aotros a creer que “esto no es todo lo que hay”, que hay poder, bondad y justicia más alláy por encima de lo que se sabe o experimenta en el mundo. Esta creencia refleja no unanoción inocente y romántica de que todo saldrá bien al final, sino una inquebrantableseguridad que nada puede rivalizar la final soberanía de Dios, cuyos planes e intencionestrascienden los límites de la experiencia humana y aún la imaginación humana.

Una clara expresión bíblica de esto ocurre en Apocalipsis 8—11 en la narracióndel toque de las siete trompetas y los eventos asociados con aquellos sonidos. Cuandolos primeros seis ángeles tocan sus trompetas, granizo, fuego y sangre son derramadossobre la tierra, una tercera parte de las criaturas del mar perecen, una gran estrella caedel cielo y la irradiación del sol y las luces celestiales menguan una tercera parte, latierra soporta una plaga de langostas, y una tercera parte de la humanidad muere. Apesar de todo esto, la humanidad no se arrepiente. Tal giro de eventos deja poco, si esque queda alguno, espacio para el optimismo. El mundo parece que queda sinesperanzas. Dios parece haber apostado con la creación y perdido. Luego viene elsonido de la séptima trompeta. En lugar de ver que todo termina, escuchamos aaquellos que adoran a Dios en el cielo cantando:

Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso,el que eres y que eras y que has de venir,

porque has tomado tu gran poder,y has reinado.

Y se airaron las naciones,y tu ira ha venido,y el tiempo de juzgar a los muertos,

y de dar el galardón a tus siervos los profetas,a los santos, y a los que temen tu nombre,a los pequeños y a los grandes,

y de destruir a los que destruyen la tierra.(Ap. 11:17-19)

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Dios tiene una respuesta incluso a la maldad humana más profunda y terca. Enel pensamiento apocalíptico, cuando los báculos de la bondad parecen haberse quebradomás allá de todo reconocimiento o reparación, Dios permanece soberano y así “unarenovación cósmica ocurre, o una época de oro llega, o la tierra es transformada en unparaíso”.2

Con frecuencia limitamos tal confianza apocalíptica a las visiones escatológicas.Aunque los cuadros de El Fin aparecen seguido en la literatura apocalíptica, nonecesitamos esperar tanto tiempo para las expresiones de confianza que “esto no estodo lo que hay”. En la víspera de su asesinato, el Dr. Martin Luther King, Jr., predicólo que un admirador llamó su “sermón más apocalíptico”3 en el Templo Masón de Menfis. Al principio de ese sermón, King se imaginaba a Dios pidiéndole que seleccionara untiempo de la historia humana en el cual vivir. Después de considerar algunas opciones,dijo que le gustaría decirle a Dios que le dejara vivir unos cuántos años más en lasegunda mitad del siglo veinte. Anticipando alguna sorpresa, explicó:

Ahora, esa es una declaración extraña que hacer, porque el mundo está enconvulsión. La nación está enferma. Los problemas están en la tierra. Laconfusión está alrededor. Esa es una declaración extraña. Pero yo sé, dealguna manera, que sólo cuando está oscuro lo suficiente, se pueden verlas estrellas. Y veo a Dios obrando en este período del siglo veinte de unamanera que los hombres [sic], de maneras extrañas, están respondiendo—algo está sucediendo en nuestro mundo.4

King desarrolló esa idea a través del sermón, antes de concluir con un crescendotriunfante en el párrafo final:

Bueno, no sé que sucederá ahora. Tenemos algunos días dificultososenfrente. Pero ya no me importa ahora. Porque he estado en la cima de lamontaña. Ya no me importa. Como cualquiera, me gustaría vivir una largavida. Longevidad tiene su lugar. Pero ya no estoy preocupado sobre esoahora. Sólo quiero hacer la voluntad de Dios. Y él me ha permitido subira la cima de la montaña. Y he visto al otro lado. Y he visto la tierraprometida. Pudiera ser que no llegue allá con ustedes. Pero quiero quesepan esta noche, que nosotros, como un pueblo llegaremos a la tierraprometida. Y estoy feliz, esta noche. No estoy preocupado por nada. No

2Stephen L. Cook, Prophecy and Apocalypticism: The Postexilic Social Setting (Minneapolis:Fortress Press, 1995), 28.

3James Melvin Washington, ed., A Testament of Hope: The Essential Writtings of Martin LutherKing, Jr. (San Francisco: Harper and Row Publishers, 1986), 279.

4Washington, Testament of Hope, 280.

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temo a ningún hombre. Mis ojos han visto la gloria de la venida del Señor.5

Las tensiones raciales que trajeron a King a Menfis y el clima social en los EstadosUnidos en abril de 1968 tenían poco parecido a la gloria de la venida del Señor. Pero estepredicador apocalíptico creía y fervientemente anhelaba que otros creyeran en el poder,la bondad y la justicia más allá de lo que habían visto y experimentado. El predicadorapocalíptico sostiene la convicción que ni Antíoco ni César y ninguna de las peores cosasque las personas malas pueden hacer ni lo mejor que la gente buena puedan hacer limitalo que puede suceder. Sólo Dios tiene ese poder y potencial, y el predicador apocalípticocon confianza espera el develar de las bendiciones todavía no vistas.

Después de entregar su discurso final, Martin Luther King, Jr., no se sentó aesperar que la tierra prometida se materializara. Ni instruyó a su gente a irse a casa yno hacer nada. La convicción que Dios puede y develará el poder, bondad y justicia novista aún tiene que encontrar alguna manera del corazón y alma a las manos y los pies. Nadie puede verdaderamente abrazar esa convicción y hacer nada. Si se siente, se tieneque vivir. El predicador apocalíptico sabe eso. El predicador apocalíptico cree e intentaayudar a otros a creer que lo que creemos sobre Dios debe influenciar, formar y darlecuerpo a lo que hacemos y pensamos. Para el predicador apocalíptico, la fe nunca es unasunto de simplemente esperar un final o incluso El Fin. La fe es un asunto de respondera Dios. Porque la fe es un verbo muchas más veces que un sustantivo,6 “esexistencialmente imposible creer en la venida triunfante de Dios y reclamar al EspírituSanto [de Dios] sin un estilo de vida que se conforme a esa fe”.7

Después de asegurar a los creyentes de Tesalónica que “el día del Señor vendrácomo ladrón en la noche” (1 Ts. 5:2), Pablo los desafía a vivir como si esperan esto: “Portanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios”(1 Ts. 5:6). ParaPablo, la esperanza y las expectativas de su perspectiva apocalíptica llama a loscreyentes no a “una pasividad ética, sino a una participación activa en la voluntadredentora de Dios”.8 Para la gente que verdaderamente cree en un Dios que reina comosoberano en el universo, que cuida la humanidad, que expande las posibilidades de vivirmás allá de los límites y habilidades humanas, y que nos considera responsables pornuestras vidas, la vida provee una arena para actuar sobre esas creencias.

Esto refleja el corazón del pensamiento apocalíptico, pero aplica a todos losintentos de vivir una vida de fe cristiana. Fe que Dios no muestra parcialidad nos llamaa ser imparciales. Fe que el poder de Dios encuentra su máxima expresión en el amornos llama a menos actos de dominación y muchos más actos de compasión. Fe que Dios

5Washington, Testament of Hope, 286.

6Confieso que el Evangelio de Juan ha influenciado mucho mi pensamiento. El sustantivo pistisinunca aparece en el Cuarto Evangelio, pero el verbo pisteuo aparece seguido.

7Beker, Paul’s Apocalyptic Gospel, 110.

8Beker, Paul’s Apocalyptic Gospel, 16. Este es uno de los seis asuntos teológicos que Beker derivadel evangelio apocalíptico de Pablo.

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escucha los clamores de los oprimidos y promete libertad nos llama a nuestros actos dejusticia y liberación. Fe que Dios envía el evangelio por razón de nuestra necesidad y nopor causa de nuestros méritos nos llama a nada menos que una reordenación de lasrelaciones humanas. El predicador apocalíptico nos recuerda una y otra vez que cuandoJesús llama al arrepentimiento y la fe, “estaba llamado a un nuevo modo de vida en vistade un nuevo mundo social que venía”.9 Al movernos de día en día en nuestras jornadasde fe, seguido principiamos a dar expresión a las palabras familiares de la Escritura, loscredos y expresión sin reflexionar en ellas o intentar aplicarlas a nuestras vidas. Elpredicador apocalíptico suena la trompea para recordarnos que creer significa respondera Dios, no meramente a hablar sobre Dios.10

Tenemos que tener cuidado en no confundir este llamado del clarín pararesponder a Dios sin tener la responsabilidad de completar la obra de Dios. Como Isaíasinsiste, la palabra de Dios no regresa vacía (Is. 55:10-11). Dios logrará lo que Dios sepropone hacer. Aunque Dios puede bendecir a la humanidad sin un entendimiento dela voluntad y propósitos divinos, la fidelidad a Dios significa el intento de participar enlo que Dios está haciendo, no en hacer el trabajo de Dios en el lugar de Dios. EnApocalipsis, por ejemplo, ni el vidente ni la comunidad de fe crea el nuevo cielo y lanueva tierra visionada en capítulo 21. Dios considera al vidente y a la comunidad (¡juntocon nosotros!) responsables, sin embargo, para la preparación y participación en esenuevo cielo y esa nueva tierra. El predicador apocalíptico insiste que tenemos quemedirnos a nosotros mismos por algo último. En cualquier punto del tiempo los fielespueden y les hará falta la habilidad de torcer la injusticia, opresión y odio. Sin embargo,podemos creer, ser formados y trabajar por la visión de justicia, liberación y amor deDios. Ser un pueblo de fe significa ser responsables a esa visión, aceptarla como váliday verdadera, haciéndola la medida por la cual medimos nuestras actitudes y acciones.11

Esto representa uno de los aspectos más liberadores, sin embargo demandantes,del pensamiento apocalíptico. Cuando creemos que tenemos la responsabilidad deestablecer la esfera de Dios y completar el ministerio de Jesús, los imperativos moralesy éticos del evangelio nos sofocarán absolutamente.12 La confianza que “esto no es todolo que existe” nos libera de tales obligaciones imposibles. Al mismo tiempo, demanda

9David G. Buttrick, Preaching Jesus Christ: An Exercise in Homiletic Theology, Fortress Resourcesfor Preaching (Philadelphia: Fortress Press, 1988), 11.

10Vea a Käsemann, “On the Subject of Primitive Christian Apocalyptic,” 108-111. Käsemannsupone que sin la esperanza y advertencia apocalíptica la iglesia nunca hubiera dejado las posicionesestablecidas para dar “el paso necesario a la libertad del momento venidero en cualquier punto dado enla historia” (p. 110).

11Para una discusión estimulante sobre la responsabilidad cristiana, vea a Leander E. Keck, “TheAccountable Self,” en Theology and Ethics in Paul and His Interpreters: Essays in Honor of victor PualFurnish, ed. Eugene H. Lovering, Jr., and Jerry L. Sumney (Nashville: Abingdon Press, 1996), 1-13. ParaKeck, la responsabilidad implica “una estructura de autoridad reconocida donde el yo sabe que debe darcuentas y espera una respuesta” (p. 2).

12Beker, Paul’s Apolcayptic Gospel, 86-87, 110.

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una mayordomía fiel y el uso de nosotros mismos y nuestros recursos para responder aDios al prepararnos y al participar en lo que Dios intenta hacer y está haciendo. Elpensamiento apocalíptico nos mantiene responsables a la visión y propósito de Dios parala creación, el fin de las cosas.

Tenemos que tener cuidado de evitar el literalismo en este punto. Los analeshistóricos incluyen miríadas de leyendas de grupos que han señalado una fecha precisapara la venida del fin del tiempo y buscaron prepararse para ella. El pensamientoapocalíptico no nos compele a creer que Dios mueve la historia hacia un evento singular,último, de-una-vez-por-todas, catastrófico y cataclísmico. Algunos predicadoresapocalípticos creen eso, y otros no. Pero sea que sí o que no El Fin está cerca,permanece una realidad última, un fin, al cual el pensamiento apocalíptico nos consideraresponsables. Aunque pudiéramos no estar de acuerdo con giros de su teología,podemos encontrar esto expresado agudamente en las palabras de una mujer sineducación pero sabia que dijo:

Mi mamá me dijo: recuerda que se te ha puesto aquí sólo por unos cuantossegundos del tiempo de Dios, y te está probando. No quiere respuestas,sin embargo. Él quiere que sepas cómo hacer las preguntas correctas. Siaprendes cómo hacer eso, entonces harás todo bien cuando te encuentrescon él, y él te estará mirando. Tendrás que decirle que has aprendido acómo preguntar por ti mismo, y cuando le muestres lo que sabes, él tesonreirá. La sonrisa de Dios, eso es el brillo del sol. Las preocupacionesde Dios, esas son la noche. Tenemos que enfrentar la noche. Tenemos queenfrentar el fin de las cosas.13

En el contexto de nuestra discusión, hacer las preguntas correctas significaconsiderarnos responsables a la voluntad y propósitos de Dios como los entendemos,midiéndonos no por los estándares sociales del éxito sino por la fidelidad al Dios que senos ha revelado. Siendo que el tiempo siempre es correcto para tal responsabilidad, elpredicador apocalíptico habla con un sentido de exigencia: “Velad” (Mc. 13:37) y “El quetiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Ap. 2:7, 11, 17, 29; 3:6; 13, 22). Encada aquí y ahora, nada importa más que los designios de Dios y nuestra fidelidad aellos.

Esto nos trae al centro teológico del pensamiento apocalíptico para el predicadorcristiano, quien, por definición, considera el evento de Cristo particular y singularmenterevelador. Para los cristianos, la vida y ministerio de Jesús el Cristo está en el corazónde todo lo que conocemos y creemos sobre Dios. El predicador apocalíptico quiere queesa historia se cuente, sobre todo. El predicador apocalíptico cristiano proclama al Jesús

13Citado en Malcolm Warford, Our Several Callings: A Foundation Paper on Vocation as a LifelongIssue for Education (Bangor, Maine: United Chruch Board for Homeland Ministries, 1990), 8, quien loencontró citado en Robert Coles, Privileged Ones, Volume V of Children of Crisis (Boston and toronto: Little,Brown and Company, 1977), 552-53.

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crucificado, resucitado y entronado.14 Por favor, nota la triple descripción de Jesús. Ninguna parte de esta descripción será suficiente por sí misma. Sólo con el cuadrocompleto de Jesús principiamos a entender lo que Dios nos revela, los propósitos a losque Dios nos considera responsables.

El Jesús del pensamiento cristiano apocalíptico es crucificado, resucitado y en sutrono. Vemos esto claramente en la visión del cuarto del trono narrado en Apocalipsis5. En esa visión, el anciano celestial asegura al vidente que sólo “el León de la tribu deJudá, la Raíz de David” puede abrir el rollo en la mano de Dios. Entonces el visionariocontempla en el cuarto del trono a “un Cordero parado como si hubiera sido degollado”. Cuando este Cordero toma el rollo de la mano de Dios, los seres celestiales dos vecescantan las alabanzas que describen al Cordero como digno porque fue inmolado (vv. 9,12). Muchas cosas en el Apocalipsis no son clarar, pero ésta es: El Cordero fue inmolado,crucificado. El hecho que el Cordero ahora está en el cielo hace obvio que fue resucitadotambién, y el resto del libro igualmente hace claro que Dios confía el control de la historiaa este Cordero.15 El Jesús de Apocalipsis está crucificado, resucitado y en su trono.

Estoy enfatizando esto hasta el punto de la redundancia por su importanciateológica. El Jesús del pensamiento apocalíptico está crucificado. La crucifixión indicaque el mal es tan poderoso como también está esparcido. Quisiéramos echar fuera los“himnos sangrientos” del himnario y guardar nuestras cruces de oro y hermosas, peroel pensamiento apocalíptico nos forza a ver, aún en el Cordero celestial de Dios, lasmarcas de la inmolación. Esta visión dolorosa nos recuerda del costo y la naturaleza denuestra salvación. Cuando rehusamos ver al Jesús crucificado, negamos tanto el poderdel mal como el aún más grande poder de Dios. En las palabras directas y profundas deFred Craddock: “Las iglesias que tratan de tener Resurrección sin el Viernes Santo estánsimbolizadas en el lirio de plástico: No puede morir y por lo tanto no puede florear. LaResurrección no se puede celebrar si nadie ha muerto”.16 La fe cristiano no nos permiteescapar el sufrimiento; se cuelga a Dios con un hilo llamado esperanza en medio y apesar de los sufrimientos.17 Ese hilo se expande y llega a ser una línea de vida porqueeste Jesús crucificado también ha resucitado. Dios, que no está limitado a lo que hemosvisto y experimentado, tiene una respuesta para lo peor que la humanidad puede hacer. Así como la muerte de Jesús “sirvió para restablecer al mundo como es”, así la

14Para esta y las siguientes características del predicador apocalíptico estoy endeudado con FredB. Craddock, “Preaching the Book of Revelation”, Interpretarion 40 (1986): 270-82. Las característicasrelfejan el trabajo de Craddock, pero toda la culpa por el uso de ellas está conmigo.

15Observa que Apocalipsis 5:13 distingue al Cordero del que está sentado en el trono. Sinembargo, en otras partes, el trono parece pertenecer a Dios y al Cordero (Ap. 7:17; 22:1, 3). En Apocalipsis,como un todo, el cuadro de quién se sienta en el trono varía. Para estás páginas, sea suficiente concluirque Jesús está en el trono con Dios.

16Fred B. Craddock, “Preaching the Book of Revelation,” 275.

17Esto distingue el pensamiento apocalíptico tradicional de aquel expresado por individuosanticipando un “rapto” que los llevará fuera de este mundo. Cf. Beker, Paul’s Apocalyptic Gospel, 27, quiencritica el uso de Apocalipsis por Hal Lindsey porque no incluye “teología de la cruz”.

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resurrección de Jesús insiste que nuevas realidades de Dios apenas han principiado.18

Nos atrevemos a ver la opresión y el rechazo porque el triunfo del Dios revelado en Jesúsdestruye cualquier derrota que los humanos puedan imponer. El Jesús en su tronocompleta el cuadro. La autoridad mora en el Cordero, a quien Dios ha dirigido a travésde la crucifixión y la resurrección. Por razón de eso, a la medida que tratamos con losdesafíos de este mundo podemos ver muy bien, nos consideramos responsables a lospropósitos de Dios revelados en el evangelio de Jesús. Nosotros, como Martin LutherKing, Jr., hemos visto la gloria de la venida del Señor. Los detalles de esa gloria quizáno nos queden claros como lo son aquellos del mundo que nos rodea, pero eso nomengua nuestra confianza que la gloria vendrá.

Arriesgando más redundancia, quiero subrayar la importancia de este cuadrocompuesto de Jesús con un recordatorio de la declaración cristiano que “en él toda laplenitud de la Deidad le agradó morar” (Col. 1:19). Digo esto no para defender algúnminimizar la Escritura y teología al estilo estrecho de Marción, sino llamar a unacristología que incluye lo ancho y amplio de los reclamos cristianos sobre Jesús. Elpredicador apocalíptico cristiano relaciona la figura y el ministerio de Jesús como Señora los propósitos finales y eternos de Dios. Mientras que seguido intentamos reducir aJesús a una característica singular y dominante (v.gr., amor) o a un solo propósito (v.gr.,salvación), el pensamiento apocalíptico le considera un símbolo de plenitud yprofundidad del misterio de Dios. En palabras más simples, el pensamiento apocalípticosin ninguna pena proclama que Jesús es Señor, con todas las demandas que vienenjunto con ese título y papel.

Necesitamos ese recuerdo porque muchos de nosotros ¡nos hemos llegado aconformar con Jesús! Una vez sorprendí a varios de mis estudiantes al declararles queno me gustaría ir a pescar con Jesús porque no me sentiría cómodo estando muy cercaa él. Se escandalizaron,19 y traté de aprovechar la oportunidad en ese momento paradesafiar sus presuposiciones cristológicas. Si hubiera sido más rápido de pies, loshubiera invitado a ir a Apocalipsis y leer la descripción de Jesús a la que me referíaanteriormente:

Vi . . . a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegabahasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y suscabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llamade fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en unhorno; y su voz como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestrasiete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostroera como el sol cuando resplandece en su fuerza. (Apocalipsis 1:13-16)

¡Ver al otro lado de la barca y mirar a este Jesús haría que tratara de caminar sobre lasaguas una posibilidad muy grande!

18Buttrick, Preaching Jesus Christ, 65.

19Aquellos que leen griego notarán el juego de palabras.

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Cuando llamamos a Jesús “Señor”, hacemos más que honrarle. Declaramos queél rige nuestras vidas, que su llamado a nosotros y los imperativos para nosotrossignifican más que aquellos que quieren ser señores y que nos seducen, y que éldemanda y merece nuestra lealtad. No podemos alejarnos de sus mandamientos másdemandantes al pararnos detrás de alguna pintura de él como un pastor amante. Nopodemos aceptar las bendiciones de su ministerio pero rechazar su llamado aldiscipulado. Porque él es Señor, establece los fines y propósitos de los cuales Dios noshace responsables. Eso no debe menguar nuestro amor por él, sino que el predicadorapocalíptico insistirá que tiene que profundizar nuestra obediencia a él.20

La literatura apocalíptica no limita sus cuadros chocantes a descripciones deJesús. Al contrario, la literatura apocalíptica regularmente dibuja imágenessorprendentes y que incomodan. Estas figuras en palabras alejan a los lectores tímidos,pero no al predicador apocalíptico, que entiende el propósito de ellas. El predicadorapocalíptico emplea metáforas y símbolos sorprendentes y que convencen que arriesganofender por razón que quiere despertarnos (o revelarnos) algo. El predicador apocalípticoopera con la convicción que las cosas no pueden continuar tal y cual están. La oposicióna la iglesia y la opresión de la iglesia por las normas culturales y las corrientes de lasociedad no representan molestias menores a los fieles sino amenazas mayores a lafidelidad debida a Dios. La responsabilidad que los fieles tienen a los propósitos de Diosno representa una opción para la vida sino el único verdadero sendero de vida. Sinembargo, la iglesia y sus líderes demasiado seguido nos seducen a dormir por tácita oabiertamente dibujar la vida de fe como algo bueno para hacer y bueno para ti pero nonecesariamente esencial. Por temor de aparecer conservativo u ofender a alguien,muchos predicadores eliminan los imperativos claros y firmes y hablan sólo ensubjuntivos suaves y optativos obtusos. El predicador apocalíptico que canta como ungallo destruye nuestro sueño, más dispuesto a ofendernos con el propósito de revelar lapresencia y propósito de Dios para nosotros.

Los versos finales de Apocalipsis 19 dibujan la conquista de los enemigos de Dios.La Palabra de Dios preside sobre este triunfo, vistiendo una túnica sumergida en sangrey blandiendo una espada filosa que sale de su boca. De acuerdo a la visión, viene para“pisar el lagar del furor y de la ira del Dios Todopoderoso” (Ap. 19:15). Ayudándoleestán “las aves que vuelan en medio del cielo”, quienes reciben una invitación “a comerla carne de reyes, la carne de capitanes, la carne de los poderosos, la carne de caballosy sus jinetes —carne de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes” (Ap. 19:17-18). La Palabra arroja una bestia y un falso profeta vivos al lago de fuego y hace una matanzadel resto de los enemigos de Dios con su palabra. Las aves vuelan detrás de él paraatascarse de la carne de los caídos. Para quedar claros, ¡esta no es historia para dormira los niños!

Aunque muchos predicadores prefieren pretender que tales imágenes no existen,

20Esta obediencia es una reflexión de nuestra relación con Jesús y no un pre-requisito de ella. Consu insistencia sobre lo que Dios solo puede hacer, el pensamiento apocalíptico no deja lugar para unajusticia por obras. Somos responsables de responder a los propósitos divinos, pero no somos responsablesde completar aquellos propósitos.

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el predicador apocalíptico de atreve a investigar su significado y emplearlas para elevangelio. Un comentarista nos ayuda a encontrar en esta escena “no descripciones decasos reales” sino “símbolos de casos reales”.21 Las sorprendentes imágenes de laescena nos alerta a dos cosas seguras: Primero, los asombrosos poderes del mal caeránante el más impresionante poder de Dios, y segundo, los fieles no juegan ningún papelen esta victoria. Sea que nos guste o no el simbolismo de este pasaje, nos desafía atener confianza en la habilidad de Dios de derrotar al mal y a identificar nuestra tareacomo el permanecer fiel frente al mal.22 Tales imágenes no son la única manera deentregar tal mensaje, pero el predicador apocalíptico las considera una manera efectiva. En ocasiones encontramos difícil creer que Dios triunfará. En ocasiones falsamentepensamos que tenemos que derrotar al diablo por Dios. Los predicadores apocalípticosarriesgan incomodarnos con el propósito de exorcizarnos de tales nociones. Ellos tienenotro punto de vista de Dios que propagar. Dibujan a un sorprendente poderoso Dios, quehace por nosotros lo que nosotros no podemos hacer por nosotros mismos, un Dios queinspira una devoción asombrosa y una obediencia con temor y temblor. De seguro, todosllegamos a áreas de nuestra peregrinación de fe cuando esa es la imagen de Dios quenecesitamos.23

Pudiéramos necesitar tales imágenes de vez en cuando, pero eso no las hacemenos desestabilizadoras. El predicador apocalíptico intenta incomodarnos. Como yase notó, los escritores de la literatura apocalíptica insiste que el mundo no puede y nocontinuará como está. El conflicto entre los caminos y gobierno de Dios y aquellos quese oponen a los caminos y dominio de Dios han llegado a un nivel de intensidad que Diosno ignorará. Desde el punto de vista apocalíptico, el mundo que ahora es pronto no serámás. El predicador apocalíptico forza una colisión entre el mundo que es y un mundo queél o ella se imagina o anticipa. En algunos lugares, el predicador apocalíptico provee uncuadro exagerado de un mundo horrendamente malvado y forza al oyente a decidir si lascosas han llegado o no verdaderamente a estar tan mal. En otros lugares, el predicadorapocalíptico intenta inspirar y consolar a los oyentes con un cuadro idealista de lo queel mundo llegará a ser. En ambos casos, el predicador apocalíptico insiste que el oyentetome una decisión. ¿Cuál considerará el oyente más real, el mundo de la experiencia oel mundo anticipado por el predicador?

21Bruce M. Metzger, Breaking the Code: Understanding the Book of Revelation (Nashville: AbingdonPress, 1993), 92. Este es un excelente recurso de Apocalipsis para grupos de la iglesia.

22El punto para la segunda mitad de este mensaje no es que no existe nada que nosotros podamoshacer, sino que la victoria le pertenece a Dios solo. Tenemos que responder a lo que Dios está haciendo. Eso significaría resistir y oponerse al mal. Pero no somos responsables de derrotar al mal. Dios solo puedehacer eso.

23Vea Collins, Cosmology and Eschatology, 16; and Christopher C. Rowland, “The Book ofRevelation: Introduction, Commentary, and Reflections,” en The New Interpreter’s Bible. XII. Hebrews,James, 1 and 2 Peter, 1, 2, and 3 John, Jude, Revelation, ed. Leander E. Keck (Nashville: Abingdon Press,1998), 506. Collins argumenta que la literatura apocalíptica provee nuevos sistemas simbólicos que nosayudan a imaginar los cambios sociales necesarios, y Rowland nota que Apocalipsis “sorprende, interroga,aún desorienta antes de apuntar a un punto de vista fresco de la realidad”.

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La visión de las cuatro bestias de Daniel 7 saca tal contraste y llama a unadecisión tal. En la visión, cuatro bestias aparecen en sucesión aterradora. La cuartabestia “tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobrashollaba con sus pies” (Dan. 7:7), mientras “hacía guerra con los santos, y los vencía”(Dan. 7:21). Sólo la intervención de Dios trae estos actos de violencia a un fin. El autorde Daniel compuso esta narrativa para el beneficio de los judíos que sufrían persecuciónen las manos de Antioco IV Epífanes. El reino de Dios anticipado en Daniel 7 chocó conla experiencia de los judíos perseguidos. El autor desafió a los fieles a ver más allá delas posibilidades históricas y decidir basar sus esperanzas y acciones en el mundo dela visión.

Aunque algunos han utilizado tales visiones y entendimientos para animar elescape del mundo, esa no es ni la única, ni la más auténtica, ni el mayor empleo deayuda de este material. Al leer tales textos y se considera tales visiones, podemossentirnos atraídos para hacer tomar la decisión fundamental sobre quién o quéconsideramos más “real”. ¿Limitaremos nuestras aspiraciones y expectativas al mundoque experimentamos o creeremos y viviremos a un mundo en la visión de fe? Elpredicador apocalíptico insiste que escojamos uno o el otro.24 Aún si no compartimosesta visión dualista, no podemos evitar la pregunta básica de dónde y en quiénpondremos nuestra fe.

Aunque son los individuos los que tienen que tomar esta decisión por sí mismos,recuerda que el pensamiento apocalíptico se enfoca en la comunidad más que en elindividuo. Escuchamos el evangelio, encontramos resistencia al evangelio, y luchamospara permanecer fieles al evangelio en el contexto de la vida en comunidad. Elpredicador apocalíptico se preocupa profundamente del individuo, pero insiste en dirigirse al bien y al mal corporativo y comunal. Los predicadores apocalípticos nutren a laiglesia, consuelan la iglesia, castigan a la iglesia, y mantienen a la iglesia responsable. Desafían a la iglesia como una totalidad a consolar y animar a los fieles, a resistir loscaminos e influencias de los oponentes de Dios, y a dar testimonio a las promesas ypresencia de Dios que trascienden las circunstancias históricas. Aunque cada uno denosotros como individuos somos responsables delante de Dios, ni somos fieles niapóstatas solos. De igual manera, el predicador apocalíptico mira el mal que enfrentanlos fieles como sistémico así personal. Las estructuras sociales, así como los individuos,ignoran los caminos de Dios, amenazan las vidas de los fieles y desafían la soberanía deDios. Esa es parte de la razón del énfasis en la comunidad. El mal es tan poderoso queDios solo puede y derrotará al mal. Aunque anticipamos esa victoria, los fieles tienenque prepararse y responder juntos.

Por favor, nota que a la medida que el pensamiento apocalíptico llama a losindividuos y comunidades a una decisión, pone el énfasis en dar testimonio a lo que Dios

24Vea L. Susan Bond, “Apocalyptic Vocation and Liberation: The Foolish Church in the World,” enPreaching as a Theological Task: Word, Gospel, Scripture. In Honor of David Buttrick, ed. Thomas G. Longand Edward Farley (Louisville, Ky.: Westminster John Knox Press, 1996), 150-64. Bond sostiene que elinterés escatológico del pensamiento apocalíptico provee “a la comunidad de fe una confianza para estarabierta al futuro de Dios” (154).

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ha revelado y no en proveer la veracidad de ese testimonio. El poder persuasivo detrásde la literatura apocalíptica no está en una apelación a la exégesis de la Escritura o ladeducción racional, sino mas bien en la autoridad del vidente y la revelación recibida.25

El predicador apocalíptico no intenta convencer a sus oyentes que él o ella está correctosino en que el predicador intenta incluir al oyente en el drama que se desarrolla de lo queDios está haciendo en el mundo. Esto no implica que el predicador apocalíptico tienedudas sobre la revelación recibida de Dios o sobre el mensaje proclamado al pueblo. Elpredicador apocalíptico, sin embargo, tiene un objetivo mucho más importante queproveer el mensaje. Siendo que los seres humanos no pueden hacer nada para apuraro retrasar la actividad de Dios, el enfoque está en la respuesta. La gente puede oprepararse y, hasta donde son capaces, participar en la intención revelada de Dios oignorar el mensaje revelado al predicador. Crudamente expresado, la gente puede tenerfe o rehusar tener fe. Otros pueden levantar las tareas del apologista; el predicadorapocalíptico da testimonio y evoca una respuesta.

Los versos iniciales de Apocalipsis ilustran esto bien. Se refieren a todo el librocomo “la revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos lascosas que deben suceder pronto” (Ap. 1:1). Identifican al narrador como “su siervo Juan,que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todaslas cosas que ha visto” (Ap. 1:2). Luego declaran benditos a los “que lee, y los que oyenlas palabras de esta profecía” y “guardan las cosas en ella escritas” (Ap. 1:3). El videntetiene la tarea de dar testimonio y los oyentes tienen la tarea de responder. A la medidaque las visiones se desarrollan, el vidente describe, visiona, reporta, vuelve a contar ynarra —y al hacerlo anima, exhorta, advierte y aconseja— pero no demuestra.

Muchos predicadores desprecian, se olvidan, o ignoran este aspecto de laliteratura apocalíptica. Algunos apuntan a eventos modernos y luego citan pasajes quedemuestran que los textos apocalípticos los predijeron. Al demostrar esta conexiónesperan convencer al oyente a estar de acuerdo con ellos. Otros, muchos de quienesmiran menospreciando a tales predicadores, evitan el material apocalíptico porque nopueden señalar exactamente el mensaje preciso y el significado de sus metáforas ysímbolos. Pudieran no estar de acuerdo con aquellos que en desdeño etiquetan como“fanáticos de la Biblia”, pero operan con el mismo intento. Quieren demostrar laveracidad de su mensaje. El predicador apocalíptico nos desafía a responder a lo queestá más allá de toda demostración, a creer lo que todavía entenderemos claramente, ajugar con una imagen hasta que nos tenga en sus manos y nos despierte a la presenciay posibilidad no vistas, a encontrar un misterio tan profundo que demanda que sea más

25Vea Frederick J. Murphy, “Introduction to Apocalyptic Literature,” en The New Interpreter’sBible. VII. Introduction to Apocalyptic Literature, Daniel, the Twelve Prophets, ed. Leander E. Keck(Nashville: Abingdon Press, 1996), 3. Murphy sostiene que los apocalipsis “permiten al lector queexperimente el mundo sobrenatural que afecta a éste y que vea de primera mano la venida del juicioescatológico”.

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de lo que hemos sido y nos da esperanza más allá de cualquiera que hayamos tenido.26 El mensaje del predicador apocalíptico, como casi cada una de las bendiciones de la fe,es demasiado importante para demostración. Tiene que ser aceptado, se le debe dar labienvenida y vivirse.27

Una característica final completará esta descripción del predicador apocalíptico. La injuria impuesta en la creación de Dios y la opresión experimentada por aquellosfieles a Dios desafían explicación o comprensión. Sin embargo, el predicadorapocalíptico se consume no con el mal sino con Dios. Abundan las doxologías en laliteratura apocalíptica. El predicador apocalíptico toma el pecado y sus consecuenciasen serio pero regularmente irrumpe en alabanzas a Dios. El predicador apocalíptico vivono con la seguridad molesta que algo se tiene que hacer sino con la convicción absolutaque algo en realidad se hará. Dios prevalecerá.

Apocalipsis abre con las cartas a las siete iglesias, cartas que hacen conocida lacrisis que los fieles confrontan. Luego, en el cuarto capítulo, antes de que suenecualquier trompeta o se abran los sellos, antes de cualquier descripción de bestias ydragones, antes de cualquier declaración de lo que ha sido o será, se abre una puerta enel cielo y principia un servicio de adoración. Antes de dar testimonio de cualquier otracosa, el vidente dibuja a los habitantes del cielo eternamente cantando:

Santo, santo, santo,es el Señor Dios Todopoderoso,

el que era, el que es, y el que ha de venir.Señor, digno eres

de recibir la gloria y la honra y el poder;porque tú creaste todas las cosas,

y por tu voluntad existen y fueron creadas.(Apocalipsis 4:8, 11)

Tales canciones de alabanza con frecuencia encuentran su camino en la narrativa. No importa que horrendos sean los eventos descritos, la adoración de Dios continúa.

26Esto es un eco del llamado a un “lenguaje que hace lo que dice” expresado por muchos maestroscontemporáneos de homilética. A aquellos interesados en una introducción a las implicaciones de talacercamiento a la predicación, recomiendo a Walter Brueggemann, “Preaching a Sub-version,” TheologyToday 55 (1998): 195-212. Brueggemann nota que el lenguaje hebreo es impreciso y no muy claro,haciéndolo un “vehículo maravilloso para lo que se sugiere pero está escondido”, pero incomodando aaquellos que piensan “que si conocemos los códigos, podemos precisar todo el significado, obtener todoslos misterios correctamente y salirnos con la nuestra”.

27No quiero implicar que el oyente no puede estar en desacuerdo con el predicador apocalíptico(o cualquier predicador). Aunque el oyente ciertamente puede estar en desacuerdo con el mensaje, elpredicador apocalíptico tiene poco o ningún interés en demostrar un punto y casi su enfoque exclusivosobre despertar al oyente a la realidad de Dios y evocar respuesta a esa realidad. Esto me trae a menteEzequiel 3, donde se le dice al profeta que dé testimonio a lo que Dios le ha revelado sin importar si lagente escucha o no. De igual manera, el evangelio no es algo para demostrar, sino algo en lo que debemosde creer, aceptar y vivir.

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Frente a lo peor que la humanidad hace y sin importar lo que la humanidad hace, laadoración de Dios continúa. Cuando el mal parece invulnerable y cuando el mal está enruinas, la adoración a Dios continúa. El pensamiento apocalíptico siempre ofrecealabanzas a Dios.

Aunque en ocasiones nosotros la tratamos como periférica o una actividadopcional, la adoración es esencial para una comunidad de fe. La adoración está en elcorazón de lo que nosotros somos. Siendo que no podemos derrotar al mal, tenemos quedepender de Dios. Dios merece adoración. Aún en nuestros mejores momentos, dejamosmucho qué desear y necesitamos a Dios. Dios merece adoración. Al final de cuentas,sólo Dios es, sólo Dios importa, sólo Dios pone exigencias legítimas sobre nuestras vidas,y sólo Dios merece nuestra lealtad y devoción. El predicador apocalíptico no nos dejaráolvidarnos de eso. Sin importar lo que es o será, los fieles tienen razón de alabar a Dios. El predicador apocalíptico ofrecerá esa adoración sea que nosotros lo hacemos o no.

Ningún sermón sobre un texto apocalíptico reflejará todas las característicasdescritas aquí. No cada predicador que emplea un texto apocalíptico proclamará elevangelio. Pero espero que ha llegado a ser claro que cada predicador que proclame elevangelio tiene una deuda al pensamiento apocalíptico y puede beneficiarse de lucharcon los textos apocalípticos. Si la apocalíptica es “la madre de toda la teologíacristiana”, nunca ha habido mejor tiempo para que intentemos recuperar nuestraherencia y lleguemos a ser hijos e hijas más dedicados.

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CAPÍTULO 4

Daniel 7

ExégesisDaniel es el único libro en la Biblia Hebrea cuya forma literaria es apocalíptica.

Hay otros libros que emplean imágenes apocalípticas y participan, a lo menos en parte,en el entendimiento apocalíptico de la realidad, pero sólo Daniel es un escrito totalmenteapocalíptico. Muchos están de acuerdo que es el primer libro judíos escrito en estiloplenamente apocalíptico. También es un libro que provocó un buen interés en losprimeros siglos de su existencia. Esto se puede ver no sólo de las muchas citas yalusiones a él en el Nuevo Testamento, pero también por el hecho que tres adiciones aél escritas en griego se encuentran en la Apócrifa.

El personaje principal de este libro, Daniel, se presenta como alguien que viviódurante el tiempo del exilio, esto es, después que la nación de Judá cayó y la poblaciónfue transportada a Babilonia (el Irak de hoy). Judá había sido vasallo de Babilonia desdeaproximadamente el 605 a. C. Pero cuando el rey Joaquín vio dificultades crecientesentre Egipto y Babilonia, declaró independencia para Judá en el 598. Murió antes queel rey Nabucodonosor llegara, pero su hijo (Joacim) fue derrotado y, junto con otros dela familia real y ciudadanos principales, fue deportado a Babilonia. Así que, la ola inicialdel exilio principió en el 597. El tío de Joacim, Zedequías, fue dejado como el encargadode Judá y finalmente fue convencido para que estableciera una alianza con Egipto y serebelara en contra de los babilónicos en el 589. Después de un sitio de dieciocho meses,Jerusalén cayó, y la mayoría de los habitantes de la ciudad que quedaron vivos fueronexiliados a Babilonia en el 587. El exilio terminó cuando Ciro permitió que los judíosregresaran a casa en el 538.

Aunque este es el período donde las historias de Daniel se colocan, no es la eracuando el libro fue compuesto. Daniel fue escrito en el segundo siglo a. C., al tiempo dela revuelta macabea. Esto se puede ver del préstamo de palabras griegas encontradoen Daniel y del conocimiento del autor del período griego. Sus descripciones de eventosen el período después de Alejandro el Grande, quien murió en 322 a. C., son mejores que aquellas de los períodos previos persa y babilónica. Estas historias contenidas en Danielcasi ciertamente existieron antes de su inclusión en este libro, quizá aún en formaescrita.

Las historias y visiones unidas en Daniel tienen como intención ayudar a loslectores a soportar la persecución impuesta por Antíoco IV, el rey del Imperio Seléucida(Sirio) del 175-164/3 a. C. Tarde en el 167 Antíoco declaró ilegal el judaísmo en Judea. Tomó este paso porque algunos de sus habitantes habían rechazado insistentemente lahelenización, viéndola como una violación de su religión. Esta convicción religiosaconstantemente hizo su gobierno en Judea más dificultoso. Había tratado de ofrecerciudadanía a aquellos que se helenizaran, pero el nivel de aceptación había sido muy

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bajo. Además, cuando se circuló el rumor que Antíoco había muerto en una guerra conEgipto, se levantó una rebelión en Jerusalén en contra del Sumo Sacerdote Menelao, aquien Antíoco había instalado. Cuando la intervención romana forzó a Antíoco aretirarse de Egipto, marchó sobre Jerusalén. Masacró a miles de sus habitantes,restableció a Menelao como sumo sacerdote, y estacionó tropas en Jerusalén. Pero elproblema no paró, así que en diciembre del 167 colocó una estatua de Zeus en el templode Dios y sacrificó un cerdo a Zeus en el templo. Adicionalmente, declaró ilegal guardarel sábado y circuncidar a los niños, y quemó tantos copias de la Ley como pudoencontrar. En los siguientes días decidió que todos los residentes de Judea deberían serforzados a quebrar la Ley. Muchos fueron torturados hasta la muerte en lugar de negarsu fe o violar la Ley. Antíoco incluso envió soldados a las varias ciudades con órdenesde forzar a cualquier, bajo amenaza de muerto, a comer puerco. Cuando llegaron alpueblo de Modin, un sacerdote anciano de nombre Matías mató a la primera persona queiba a comer un bocado del puerco. Luego escapó entre la multitud. Nuestras fuentesindican que hizo esto por su “celo a la Ley”. Este hecho sobresaliente lo hizo una figuraalrededor de quien los “piadosos” regados se podían reunir. Matías murió al año de esteacto, pero su hijo Judas le siguió como líder del movimiento. Usando tácticasguerrilleras, Judas y sus seguidores volvieron a tomar el templo en tres años. Su re-dedicación del templo a Dios todavía es recordado por el festival de Hanukkah.

Es probable que después del sacrilegio del templo por Antíoco se escribió Daniel. Fue escrito para ayudar a aquellos que enfrentaban oposición o para soportar el martirio. Las historias de Daniel cuentan de otros que habían enfrentado situaciones similares,que habían sido ordenados a comer alimento inmundo o no orar a Dios. Cuando lospersonajes de las historias resisten, Dios intervino para ayudarles. Tales historias teníancomo intención animar la obediencia a la Ley bajo aquellos tiempos dificultosos. Aquellos que leían a Daniel en medio de la revuelta macabea sabían que Dios no iba asalvar a sus compañeros del peligro o la muerte, pero todavía así las historias leproducían valor al dejarles saber que Dios podía (y así podría) intervenir para salvarlos. Parece que razonaban que si Dios no estaba interviniendo, tenía que haber una razón,quizás los pecados previos del pueblo. Las visiones que principias en capítulo 7 deDaniel dan otra versión de por qué las cosas eran tan malas para el pueblo de Dios. Estaes una explicación escatológica, apocalíptica. Esta explicación permite que el mal reinepero asegura que Dios está a punto de derrocar ese dominio.

El reporte de la visión en Daniel 7 se da en primera persona. Esto es común en losescritos apocalípticos. Antes de este punto en Daniel, las historias están en tercerapersona. Así que, el autor de Daniel de conforma al estilo del escrito apocalíptico cuandose vuelve a las visiones. En esta primera visión, Daniel reporta que cuatro bestias selevantan del mar, la esfera del caos que es hostil a Dios. Las cuatro bestias vienen unatras otra y eventualmente el poder gobernante de todos ellos es quitado por el juicio delAnciano y por “uno como el Hijo del Hombre”. La mayor atención se enfoca en la cuartabestia, quien provoca a Dios a la acción por hablar arrogantemente de uno de suscuernos.

Cada una de estas bestias representa un reino. La secuencia de reinos y reyesencontrados aquí se conforma más estrechamente con las historias bíblicas de ellos que

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cualquier historia actual. La primera bestia es como un león con alas de águila. Estabestia representa el Imperio Babilónico. La presencia de leones con alas sobre templosy palacios babilónicos indica que este es el reino que el autor tiene en mente. Quizá elque se le dé la mente de un humano alude a la historia de Nabucodonosor recibiendo unamente humana después de vivir como animal por “siete tiempos” (cap. 4). Sus alas sonarrancadas apunta al rodeo del imperio persona alrededor del imperio babilónico. Lasegunda bestia era como un oso. Esta bestia representa a los medos, particularmenteen la persona de Darío (6:1), quien rigió después de Nabucodonosor. La tercera bestia,que era como un leopardo con cuatro cabezas y cuatro alas, es el Imperio Persa.

La cuarta bestia es todavía más aterradora y poderosa que las previas bestias. Notiene paralelos entre las criaturas, con sus dientes de hierro y su aplastar de las cosasbajo sus pies. Esta bestia representa a Alejandro el Grande (muere en 322 a. C.) y elimperio que estableció. El imperio de Alejandro abarcó a los otros tres que fuerondejados como insignificantes o como vasallos. Los diez cuernos de esta bestiarepresentan o diez reyes dentro de una línea (los seléucidas) de los reyes que sedesarrollaron después de la muerte de Alejandro y el rompimiento del imperio o, comomuchos eruditos ahora piensan, reyes de otros diez países que reinaban al tiempo deAntíoco IV. Si el último punto de vista es correcto, entonces los tres cuernos que quitason tres reyes derrotados en batalla. No se nos dice en este punto qué cosas arroganteshabla este cuerno, pero cualquier cosa que diga provoca a Dios a actuar, a sentarse enla corte como juez.

La escena de juicio es una teofanía que saca las imágenes de Dios como guerreroy como juez. El ropaje blanco de Dios pudiera apuntar a la santidad o pureza de Dios. El cabello blanco pudiera apuntar a las mismas características pero también a lalongevidad o eternidad. El fuego que rodea a Dios es un aspecto común de las teofaníasen la Biblia hebrea. Que el trono se presenta sobre ruedas es probablemente sacadodirectamente de Ezequiel 1. La descripción del trono pudiera sacar de la imagen de uncarro de guerra y así combinar más los papeles de Dios como juez soberano y guerrero. Dios está también rodeado por miles de asistentes, quizá señalando la majestad de Dios,mientras Dios entra al juicio.

En el juicio de Dios el cuerno arrogante es muerto y las otras bestias convertidasen impotentes. Pero ¡esto no es todo! El resultado final es que “uno semejante a hijo dehombre” aparece en las nubes y establece el reino de Dios, que permanece para siempre. Es interesante notar el contraste entre el origen de las bestias y aquel de “uno semejantea hijo de hombre”. Las bestias se levantan del caos y el mar que se opone a Dios,mientras que “uno semejante al hijo del hombre” viene de las nubes del cielo y así quizárepresenta conformidad a la voluntad de Dios. Y, claro, este último es la fuerza exitosaen la visión.

Como uno pudiera esperar, la visión incomoda a Daniel, y por eso le pregunta alos de la corte de Dios qué significa. Se le dice que las cuatro bestias representan cuatroreyes (v. 17). Aquí los reyes representan reinos, así como Nabucodonosor representa elreino de Babilonia en la estatua que apareció en su sueño en capítulo 2 (vea vv. 37-38). Estas bestias son específicamente identificadas como reinos en 7:23. Daniel estáparticularmente interesado en la cuarta bestia, especialmente en el cuerno que habló

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arrogantemente. Se nos dan más detalles sobre las actividades de este gobernanteprincipiando en verso 21, donde se nos dice que hace guerra en contra de los santos yestaba ganando. Esta condición continúa hasta que Dios interviene en juicio y el reinode Dios fue establecido.

Después de esta breve descripción de lo que Daniel vio, una interpretación poéticade la cuarta bestia y el cuerno arrogante le sigue (vv. 23-27). De nuevo, se dice que lacuarta bestia establece dominio sobre toda la tierra (v. 23). Entonces el arrogante selevanta y encontramos las acciones más precisas que toma: habla en contra del Altísimo,hace guerra a los santos y cambias el calendario religioso y la ley (v. 25). Cada una deestas acciones, especialmente las últimas dos, corresponden a las acciones llevadas acabo por Antíoco en el tiempo de la revuelta macabea. Las primeras dos son generalespero ciertamente descripciones apropiadas del sacrilegio del templo y la persecución delos fieles. Más específicamente, Antíoco prohibió que se guardara los festivales judíos,incluyendo el sábado, y trató de poner fin a la Ley en Judea. Se nos dice también queeste cuerno tendrá éxito al principio, de hecho, por tres años y medio (un tiempo más dostiempos y medio tiempo). Es después de este tiempo que el Señor se sentará en juicioy el cuerno (Antíoco) será destruido y el reino de Dios establecido (vv. 26-27).

Este calendario llega muy cerca a describir lo que sucedió en realidad en Judea. Las fuerzas macabeas volvieron a tomar la montaña del templo en tres años y volvierona dedicarlo al Dios de Israel. Antíoco IV murió poco después de eso. Desgraciadamente,eso no principió el tiempo de paz porque Antíoco V también le hizo guerra a JudasMacabeo y a Jerusalén, aunque les concedió algunas libertades religiosas. Después deun reino de dos años de Antíoco V, los macabeos principiaron a ganar más poder políticoy libertad religiosa hasta que finalmente declararon su independencia como Estado judíoantes del fin del siglo segundo a. C.

Este pasaje, entonces, habla de una situación específica donde los fieles de Diosestán sufriendo persecución precisamente porque son fieles a la Ley de Dios. Estos erantiempos desesperados cuando los fieles podían enfrentar tortura o muerte, y seguido lohicieron. La situación se miraba desesperada. Los macabeos se veían superados ennúmeros y en armas. ¿Qué debe hacer el pueblo de Dios? ¿Qué dice esa situación sobreel poder y la bondad de Dios? Esta visión y su interpretación animan a los lectores apermanecer fieles a Dios porque Dios tendrá la última palabra. Dios está a punto deactuar como juez sobre aquellos que están persiguiendo al pueblo de Dios, totalmentedestruyéndolos por su maldad. No sólo eso, Dios también concederá un reino eterno alpueblo de Dios. Los papeles serán invertidos para que aquellos que ahora sonperseguidos reinen y aquellos que ahora persigan sirvan a aquellos que previamenteperseguían. Siendo que el verso 27 se refiere a un líder específico, pero concede el reinoal pueblo de Dios como una totalidad, pudiera ser que “el semejante a un hijo dehombre” en verso 13 debe entenderse simbólicamente como el pueblo de Dios, así comolos que atienden en el cielo llama a las bestias reyes pero significan reinos. Ya sea queeste es o no el caso, el punto de esta visión no cambia. Los fieles que sufren reciben laseguridad del juicio sobre los perseguidores y la promesa que el poder y la bondad deDios, al final, prevalecerán para el bien del pueblo de Dios. Es importante reconocer quetoda esta actividad se presenta como un acto de Dios. Esto no es algo que el pueblo de

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Dios puede lograr por sí mismo. La bestia es demasiada poderosa para que el pueblolo derrote; sólo Dios puede proveer este descanso y hacer estas bendiciones unarealidad.

Dos Sermones sobre Daniel 7Pocos cristianos contemporáneos que viven en los Estados Unidos enfrentan

persecución sistemática como resultado de su fe. Los medios de comunicaciónregularmente ignoran o hablan mal de la iglesia, y las filosofías y acciones políticasseguido violan el contenido e intento del evangelio, pero, a diferencia de los creyentesde otros lugares y en otros tiempos, nuestra identidad como cristianos por sí misma nonos hace enemigos del Estado. Como se nota en la exégesis previa, los judíos queprimero escucharon este texto no gozaban ese lujo. Antíoco IV Epífanes los habíadeclarado enemigos del Imperio Seléucida. Los predicadores que quieren tomar estecontexto seriamente sin volver el sermón en una lección de historia enfrentan el desafíode sugerir maneras en las que las experiencias de los judíos del segundo siglo seentrelazan con las nuestras. El sermón “Bestias Aterradoras y Santos Fieles” intentahacer eso por levantar el testimonio dado por la gente que permanece fiel en medio delas adversidades. Siendo que el Leccionario Común Revisado designa a Daniel 7:1-3, 15-18 como la lectura de la Biblia hebrea para el Día de Todo Santos en el Ciclo C, heintentado eslabonar este tema con un entendimiento de lo que significa ser un santo.

El segundo sermón, “Arrogancia Ruidosa y Humildad Celosa”, toma unacercamiento diferente a este texto y se enfoca en una imagen específica repetida dentrode él. En tres ocasiones separadas, el narrador describe uno de los cuernos de la cuartabestia como arrogante. En la situación histórica detrás del texto, esto se refiere aldescuente calloso de la tradición judía y de las vidas de la gente judía por Antíoco IVEpífanes. El sermón intenta identificar qué hace a la arrogancia no una mera molestia,sino una amenaza peligrosa y particularmente destructiva de la fe cristiana.

“Bestias Aterradoras y Santos Fieles”¿Por qué alguien que compila un leccionario selecciona Daniel 7 como una lectura

para el Día de Todo Santos? La mención de los santos me trae a la mente la “nube detestigos” de Hebreos 12 o, para algunos, la quema de incienso en el cielo, que simbolizalas oraciones de los santos en Apocalipsis 8. Pero las imágenes de un león con alas deáguila, un oso con costillas en su boca, un leopardo con cuatro cabezas, y una bestia dediez cuernos, aunque pudiera ser apropiado para el Halloween de la sociedad, pareceremoto del Día de Todo Santos de la iglesia. De hecho, ¿qué hacen un león con alas deáguila, un oso con costillas en su boca, un leopardo de cuatro cabezas y una bestia dediez cuernos en la Biblia? Tales criaturas regularmente aparecen en segmentos de Xena,la Princesa Guerrera o Babylon 5, pero parece que están fuera de lugar en la Escritura. ¿Por qué alguien incluye textos como estos de la Biblia y, considerando todos los textospara sermones de la Biblia, por qué alguien escogería predicar sobre ellos?

Escuchen una historia, una historia del pasado que continúa formando nuestropresente y posiblemente, eso se espera, nuestro futuro. En algún tiempo entre abril ydiciembre del 167 a. C., Antíoco IV Epífanes, el insufrible rey altanero del imperio sirio que se extendía desde el sur de la moderna Turquía hasta Egipto, hizo ilegal al judaísmo

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en Judea. Prohibió a los judíos leer las Escrituras, circuncidar a sus hijos y observar elsábado. Hizo ilegal ofrecer sacrificios al Dios de Abraham y Sara en el templo deJerusalén. Para añadir insulto a la injuria, sacrificó un cerdo a Zeus sobre el altar deJerusalén y luego envió a los soldados a través de Judea, con órdenes de compeler a losresidentes a comer cerdo en su presencia. Los soldados tenían órdenes de ejecutar a cualquier que rehusara comer cerdo. Eso dejó a los judíos con dos alternativas: Podíanpúblicamente renunciar a su fe o morir.

Cuando los soldados llegaron a la villa de Modin, aproximadamente un día decamino al noroeste de Jerusalén, un sacerdote anciano de nombre Matías se opuso. Deacuerdo a una leyenda, asesinó al oficial sirio enviado para imponer las órdenes deAntíoco. De acuerdo a otra, mató al judío que se preparaba a comer un pedazo de cerdo. Cualquiera que haya sido el caso, Matías principió una rebelión en la que los judíosseveramente superados en números echaron fuera a los sirios de Jerusalén y rededicaronel servicio sacrificial del templo. Hoy el festival de Hanukkah conmemora esta victoria.

Algunos pueden llamar a Matías un fanático. Los fanáticos hacen cosas que nohacen sentido. Ni arriesgar la muerte en lugar de comer una chuleta ni matar a unprójimo por comer jamón hace sentido. Otros pudieran llamar a Matías una persona deconvicción, un verdadero creyente. Él sabía en su corazón lo que Dios esperaba e intentóno permitir que nada en su vida llegara a ser más importante que ser fieles a Dios. Sele ha llamado a la gente santos por ambas razones.

La historia de Matías es importante porque el libro de Daniel fue escrito en losprimeros días de la rebelión que inició. Fue escrito para judíos sufriendo persecución,a quienes se les prohibió leer las Escrituras y fueron forzados a comer cerdo o morir. Lasbestias aterradoras en Daniel simbolizar los ejércitos reales y opresivos extranjeros quehabían conquistado Judea. La última y más temeraria de las bestias simboliza a Antíococon sus legiones imponiendo sus decretos blasfemos. El autor de Daniel tomaba estasbestias en serio. Incluso debe haber visto las tropas sirias destruyendo los rollos de laTora, aterrorizando las villas judías y ejecutando a los judíos fieles. Pero el autor deDaniel escribió para animar a los judíos a permanecer fieles en medio del torbellino. Lesprometió que, tan poderosas como aparecían las bestias de Daniel 7, no pueden derrotaral Israel de Dios. Las bestias aterradoras reinarán “por un tiempo, dos tiempos y mediotiempo” (Daniel 7:25), pero Dios promete destruirlas e inaugurar un reino eterno. Aunque se admite que las fuerzas del mal son poderosas, insiste que Dios intervendráa favor de los fieles y que Dios triunfará aún sobre los más terribles y opresivos de losmales. El autor de Daniel espera inspirar a los fieles a llegar a ser “los santos delAltísimo que recibirán el reino y poseerán el reino para siempre —por siempre ysiempre” (Daniel 7:18). Quiere que mantengan la fe, que sean fieles, que sean santos.

Tiene que haber funcionado. Alguien guardó las historias que conocemos comoDaniel, ¡con todo y las bestias aterradoras! Alguna gente escogió contar estas historiasa sus hijos, que las contaron a sus hijos, que las contaron a sus hijos, que las contarona sus hijos en una línea que continúa hasta nosotros. A pesar de las bestias aterradoras,esta historia ha tenido sentido para otros. ¿Qué de nosotros? ¿Existen bestiasaterradoras en nuestro mundo que se parecen a aquellas de Daniel? Si hay, entoncestambién nosotros podemos contar la historia —con todo y bestias aterradoras.

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No es necesario principiar una guerra para ser santo. Pero pudiera ser necesario,sin embargo, ¡ser un poco fanático! Los santos creen en Dios e intentan ser fieles a Diosaún cuando creer es duro y no hace sentido. No siempre son los ejércitos extranjeros quedestruyen Biblias y asesinan a gente inocente que hacen difícil creer. Los desafíos paravivir una vida de fe vienen desde una variedad de direcciones.

En ocasiones las bestias aterradoras aparecen en el mundo a nuestro alrededor. Cuando lo hacen, los fieles tienen que creer a pesar de ellas o arrodillarse ante ellas.

Betty y Juan se casaron en medio de la Gran Depresión. No debían casi nada,pero eso aplicaba a casi todos los demás que conocían, así que no se consideraban endesventaja. Juan trabajaba como campesino, y siendo que una casa, un jardín y unascuántas gallinas suplían su salario, tenían comida para comer y un lugar para dormir. Betty mantenía la casa, atendía el jardín y ayudaba en la granja tanto como podía. Sutrabajo en la granja se terminó a la medida que cinco niños principiaron a llegar, pero eltrabajo de la casa aumentó.

Una vez los miércoles y dos veces el domingo, Betty iba a la iglesia. En el peor delos tiempos tomaba parte del dinero de los huevos para la ofrenda. Eso significaba unpoco menos para la tela de su nuevo vestido o un poco menos de especies en el pastelde jamón, pero Betty se sentía agradecida por lo que tenía y siempre se aseguraba detraer algo para poner en el plato de la ofrenda. Cada día principiaba y terminaba conoraciones. Una mañana Juan le sugirió que podía orar y hacer el aderezo al mismotiempo. Betty respondió: “El hombre no vive de pan solamente, pero los panecillos estánen el horno y puedes probarlos si quieres”. No interrumpió sus oraciones de nuevo. Ala medida que los tiempos mejoraron, Betty y Juan se metieron en deuda para unapequeña parcela y continuaron edificando una casa en ella. No eran ricos, pero estabanviviendo su versión del sueño americano.

Conocí a Betty años más tarde. Para entonces venía a la iglesia sólo dos veces ala semana. Ya no se tenían las reuniones de oración los miércoles en la noche. Enseñabauna clase de escuela dominical y era la presidente de un círculo de damas. Regularmente se le pedía que orara en los cultos de adoración, y cuando hacíarecibíamos un pedazo de nuestro pan cotidiano. Nunca conocí a nadie cuya fe parecieratan poderosa como la de Betty. Eso me sorprendía porque conocía parte de la historia. Veinte años antes que conociera a Betty, el rayo cayó en su casa y la quemó toda. Antesque pudieran reedificarla, Juan murió de un ataque masivo al corazón. Tres años mástarde, dentro de un espacio de cinco meses el hijo mayor de Betty murió de un ataquemasivo al corazón y un fuego principiado por una chispa de la cocina destruyó su casala segunda vez. Le hacían faltas los recursos financieros para edificarla y tuvo quevender la parcela. Conocía a Betty cuando me pidieron que preparara el funeral de susegundo hijo, quien también murió de un ataque masivo al corazón. Sus instruccionesfueron sencillas: celebra la vida.

Betty tenía razones para no creer. A pesar del hecho que asistía a la iglesia conregularidad, oraba diariamente, y siempre compartía lo que tenía, había sepultado a suesposo y dos hijos y perdido todas sus fotografías y pertenencias al fuego no una sinodos veces. La mala fortuna pesaba fuerte sobre Betty. No eran ejércitos extranjeros enlas puertas, pero de seguro que se sentían como bestias aterradoras en un sitio. Sin

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embargo, nunca perdía un servicio de adoración o un estudio bíblico, ella ponía algo enel plato de la ofrenda cada domingo, y cuando oraba la convicción de su voz hacía quetodos se sintieran más cerca de Dios. Y sí, era una fanática. Cuando la gente la sacabaa comer, ella oraba en voz alta allí en el restaurante frente a Dios y de todos. Ella queríaque todos supieran que amaba a su Dios. Algunos la llamaban una santa. Yo lo hago,aunque sé que para ella sería una pena que se lo dijera.

En ocasiones las bestias aterradoras se aparecen dentro de la iglesia. Cuando lohacen, los fieles tienen que oponérseles o unírseles.

A la edad de quince años, Connie se consideraba lista para la maternidad. Parael tiempo que tenía diecisiete, tenía dos hijos, sin esposo, y sin diploma de preparatoria. Era obvio que su futuro no era bueno. No era tan obvio que Connie era inteligente,consciente de sus errores, y determinada para proveer para sus hijos y tener éxito.

Dos infantes y sin dinero para el cuidado de ellos hacían que aplicar para untrabajo fuera casi imposible. Casi. Con ruegos solícitos convenció a un pariente celosoa prestarle a Connie un viejo carro que ya estaba casi listo para tirarlo. Teniendotransportación, Connie tomó dos rutas para repartir periódicos. La oficina de periódicosentregaba los periódicos a su casa, donde añadía el plástico y todo lo que llevaba demás. Luego llenaba de periódicos y de los niños el carro y recorría sus rutas. Aunquemuy reducida en sus entradas, un cheque del gobierno al mes, y estampillas paracomida, Connie cumplía con sus obligaciones y ahorraba un poco.

Después que los muchachos principiaron la escuela, Connie aplicó para un trabajo“de verdad” en el equipo de limpieza de un hospital. El administrador la colocó paratrabajar sólo cuando los niños estaban en la escuela. Después que dormía a los niños,Connie trabajaba y eventualmente terminó su diploma equivalente a la preparatoria. Cuando dormía, soñaba que sería una enfermera. Entonces la sorpresa vino. Connienunca había estado dentro de una iglesia, así que no tenía idea qué esperar cuando unatrabajadora social le dijo que alguno de la iglesia local quería hacerle una oferta. Lamujer dijo que la congregación quería “adoptar” a Connie. Si Connie pasaba losexámenes de aceptación en el colegio local, la iglesia le ayudaría con sus cuentas y lepagaría un pequeño salario hasta de cinco años mientras terminaba su entrenamientoy llegaba a ser una enfermera con licencia. Ese verano principió a tomar grandes pasoshacia su sueño.

Aunque la congregación no lo requería, Connie pensó que debería ir a algunos delos servicios de adoración para demostrarles gratitud. Le encantaba la música y legustaba las historias sobre Jesús que le contaban a sus hijos cuando se reunían frenteal santuario. El resto de la experiencia era menos placentera. Cada vez que Connie ysus muchachos entraban al edificio, la gente los detenía y principiaban a mirarlos raros. Aparte del domingo cuando la mujer cuando la mujer se sentó a su lado, Connie se sentíasola con sus hijos. Una persona vino y le dijo que sus muchachos deberían ir a la iglesiainfantil en lugar de quedarse en el santuario. Unas cuantas personas hablaronbrevemente de ella al terminar el servicio antes de irse a otro lugar. El último domingoque ella vino, una mujer se le acercó y abruptamente le preguntó: “Querida, ¿ese es elúnico vestido que tienes?”

Connie no regresó a esa iglesia. Completó su entrenamiento y pasó el examen

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para llegar a ser una enfermera con licencia. Envió a la iglesia una nota de gratitud y lesprometió que trataría de ayudar a que alguien más como a ella la habían ayudado.Principió a asistir a una iglesia que no estaba muy lejos de su nuevo apartamento. Esperaba hasta que sus hijos estuvieran listos, luego aceptó ser bautizada el mismo díaque ellos lo hicieron.

Connie tenía razón para no creer. Le hacían falta los privilegios y beneficios quehacen que creer en Dios sea fácil. Aunque ciertamente obtuvo mucho de un programade la iglesia, su encuentro con la gente de la iglesia fue mixta en el mejor de los casos. No eran ejércitos extranjeros alineados en la entrada de su casa, pero Connieprobablemente se sentía sitiada por bestias aterradoras. ¡Algunas de ellas habíanlevantado sus cabezas en la iglesia! Pero Connie le encantaba lo que escuchaba sobreJesús aún cuando la gente que hablaba no se parecía a él. Algunos pudieran llamarlafanática. Aún sin mucha evidencia, ella creía que Jesús la amaba. Todavía lo hace. Podríamos llamarla una santa. Yo lo hago.

Ni un león con alas de águila, o un oso con costillas en sus dientes, o un leopardode cuatro cabezas, ni una bestia con diez cuernos espanta las calles de nuestra ciudado las fronteras de nuestro país. Pero igualmente, las bestias aterradoras aparecen conregularidad. Nadie puede evitarlas. Los fieles tienen que oponerse a ellas o sometersea ellas.

Cuando alguien nuevo llega a la escuela, seguido con mucho temor, una bestiallamada Prejuicio ruge como león mientras otros estudiantes la molestan por el color desu piel o lo ridiculizan porque habla con un acento. La bestia igualmente aterradorallamada Presión Social se mueve como león para asegurarse que nadie se hace amigo delextraño. A la medida que los programas del gobierno dejan que mucha gente no recibala ayuda, una bestia aterradora de nombre Apatía se para amenazante sobre sus patastraseras para evitar que alguien ayude a la distancia. Otra bestia aterradora llamada NoHay Nada Que Pueda Hacer se escurre entre aquellos que principian a pensar que debenresponder. Bestias similares son tan numerosas como sus nombres aterradores:Avaricia, Envidia, Celos, Prejuicios, Codicia, Orgullo, Egoísmo, Odio. Cada una está enmedio del mundo como es y la visión del evangelio de cómo el mundo puede y debe ser. Los santos fieles, gente que sostienen y practican su fe en el amor de Dios nos hace atodos prójimos y protectores unos de otros, no podemos eliminar estas bestias. Sinembargo, pueden, por la gracia de Dios ser desafiadas por fanáticamente rehusararrodillarnos delante de ellas o cederles terreno. Dios hará el resto. Dios hará el resto.

Nada de esto intenta romantizar o minimizar las durezas. Todos nosotroseventualmente enfrentamos tiempos y circunstancias que hace creer casi imposible. Pudiéramos no soportar la opresión sistemática y la persecución por el gobierno, peropudiéramos ser ridiculizados por lo que creemos o sufrir una serie de accidentes eincidentes que pueden poner en duda nuestras convicciones más profundas. No haynada de lujo sobre estas bestias aterradoras. Enfrentarlas toma todo el valor y fe quepodamos reunir. Historias como aquellas de Matías, Betty, Connie y otros nos ayudana creer, aún cuando es difícil, que Dios permanece con nosotros y que Dios prevalecerá.

Aún en medio del caos y la destrucción de las bestias más aterradoras quepodamos imaginarnos, Dios prevalecerá. No importa qué se atreva a desafiar a Dios,

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nada puede derrotar a Dios. Creer esto y actuar como que lo creemos puede hacer aúna las personas más ordinarias como nosotros en santos y fieles. Por la gracia de Dios,que sea así. Por la gracia de Dios, así es.

“Arrogancia Ruidosa y Humildad Celosa”Un millonario de la Asociación Nacional de Baloncesto dribla el balón, molesta a

su defensa con cada movimiento lleno de gracia. “No tienes juego, hombre. No puedescon esto. Tengo todas las movidas y tú no tienes nada”. Luego ejecuta una movidaperfecta, salta y se adelanta al defensa. Luego anota y la multitud ruge. No estácontento con los puntos y las jugadas, continúa molestando al defensa, obviamentehaciéndola de payaso frente a las cámaras de televisión y los fanáticos en las tribunas. Uno a uno se vuelven y preguntan disgustados: “¿Puedes creer tanta arrogancia?” Larespuesta viene casi automáticamente: “Cuando puedes respaldar lo que dices, no esarrogancia; ¡simplemente es ser bueno en lo que haces!”

¿Es verdad? Cuando tienes habilidades superiores, ¿no hay nada malo si añadesuna dosis de arrogancia mientras las utilizas?

Un orador excelente entrega un discurso que conmueve. Claramente sabe muchosobre su tópico, y así como sabe claramente sabe cómo hablar con pasión y convicción. Por casi una hora, ella mantiene a la audiencia bajo su encanto. En la sesión depreguntas y respuestas que sigue, sin embargo, hace menos a los que le preguntan yofrece sólo comentarios que minimizan las preguntas honestas. Obviamente se sientesuperior a todos los presentes. Pocos cuestionarán su conocimiento. Es la mejor en sucampo. ¿Eso excusa su arrogancia?

Arrogancia. La vemos por todas partes. Entre más arrogante es el anfitrión delprograma de entrevistas, más altos los porcentajes. Entre más arrogante es elcomentarista, más juegos parece que cubre. La Asociación Colegial Nacional de Atletasincluso ha sentido la necesidad de añadir reglas que pone límites a las celebracionesdespués de un gol y jugadas excelentes. ¿No le están quitando algo de la alegría deljuego o tratando de mantener la caballerosidad en el juego? Arrogancia. ¿Es unairritación menor o un problema mayor?

Arrogancia. Parece demasiado lejos de cualquiera de los eventos y circunstanciasapenas mencionadas en Daniel 7. Daniel 7 describe un mundo no real, un mundo debestias que se levantan del mar y de tronos aterradores en el cielo. Pero nota ladescripción de uno de los “personajes” que habitan ese mundo. Diez cuernos aparecenen la cuarta bestia que sale del mar. Casi al final de la visión, otro cuerno surge encimade los otros. Un cuerno simboliza poder. Siendo que este cuerno particular está encimade los otros diez y siendo que todos ellos aparecen sobre una bestia descrita como“aterradora y temeraria y poderosa en exceso” (Daniel 7:7), el autor obviamente laconsidera poderosa en extremo, casi demasiada poderosa para las palabras. Cada vezque este cuerno aparece en Daniel 7, descubrimos algo más sobre ella, pero unacaracterística en particular aparece repetidamente. En la primera descripción en verso8, el narrador dice que el cuerpo tiene “una boca que habla arrogantemente”. Más tarde,cuando Dios pasa juicio, Daniel reporta: “Yo miraba entonces por razón del ruido de laspalabras arrogantes que el cuerno hablaba” (Daniel 7:11). Finalmente, en la

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interpretación de la visión, el cuerno de nuevo es descrito como teniendo “una boca quehabla arrogantemente” (Daniel 7:20).1 Cualquier cosa que este cuerno sea, más quenada es arrogante, ruidosamente arrogante.

Individuos y situaciones muy terrenales están detrás de las extrañas imágenesy símbolos de Daniel 7. El cuerno extremadamente poderoso y ruidosamente arrogantesirve como un símbolo del gobernante aterrador y orgulloso del Imperio Seléucida,Antíoco IV Epífanes. El hecho que Antíoco escogió referirse a sí mismo como “Epífanes”,que se puede traducir como “la apariencia de dios”, hace clara su arrogancia. Judea eraun pequeño territorio dentro del Imperio Seléucida. Fácilmente podemos entender porqué los judíos habían resentido a cualquiera que se auto nombrara “la apariencia dedios”. El sobrenombre de Antíoco, sin embargo, era el menor de los problemas que losjudíos tenían con él.

Antíoco quería helenizar su imperio. Quería que toda la gente sobre la cual élreinaba adoptara la vestidura y costumbres griegas, y esperaba traer un sentido deunidad a los muchos y variados pueblos de su reino. Principió por ofrecer ciudadanía enel imperio a todos los que aceptaran la helenización. Cuando muchos de los judíos norespondieron, sin embargo, se volvió a métodos más salvajes. Hizo ilegal el observar elsábado y el practicar la circuncisión. Quemó cada rollo de la Tora que pudo encontrar. Marchó sobre Jerusalén y masacró a aquellos que le resistieron. Cuando la oposiciónjudía continuó, erigió una estatua de Zeus en el templo y sacrificó un cerdo a Zeus en elaltar. Eventualmente, envió a sus soldados a través de Judea, con las órdenes de forzara todos los judíos o a comer cerdo o morir. En su arrogancia, Antíoco decidió que no erasuficiente intentar helenizar a Judea; trató de erradicar el judaísmo. En su arroganciademandó completa sumisión o la muerte.

Puedo escuchar la murmuración ahora. “Predicador, ¡de seguro no intentascomparar a los jugadores de baloncesto que hablan mal y los oradores pomposos conAntíoco IV Epífanes! ¡Aquéllos son manzanas y éstos naranjas!”

¿Realmente? La arrogancia tiene una forma de molestar. Fácilmente y muyseguido la arrogancia se transforma de mero agravar a la destrucción decadente. Laarrogancia raramente conoce cuándo y dónde parar. Cuando el orgullo da lugar a laarrogancia, perdemos el respeto a otros, finalmente los deshumanizamos, y los tratamoscon desprecio. Cuando los sentimientos de superioridad alimentan la arrogancia,perdemos nuestra perspectiva y nos confundimos con Dios. Eso hace la arroganciapeligrosa, una amenaza muy peligrosa para la vida y la fe cristiana.

Alguna gente considera su estilo de vida superior a la de otros. Eso, en sí mismo,no los hace peligrosos. Añadir una dosis de arrogancia sí. Cuando los sentimientos desuperioridad llevan al desprecio de otros, un hombre inocente puede ser brutalmentegolpeado y amarrado a una cerca y morir porque su estilo de vida no da la medida. Cuando los sentimientos orgullosos de que yo estoy correcto corren a una insistencia de

1Estas citas son tomadas de la NRSV. La palabra hebrea traducida como “arrogantemente” enversos 8 y 20 de la NRSV es rabrab. La palabra hebrea traducida como “arrogante” en verso 11 es millah,que aparece de nuevo en verso 25, donde se traduce como “palabras”. Aunque las palabras hebreasdifieren, la realidad descrita parece permanecer la misma.

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que tú estás equivocado, los así llamados cristianos pueden aparecerse en la protestaen el funeral de este hombre que no da la medida, añadiendo dolor a la tristeza de suspadres. Acciones con éstas amenazan la vida y fe cristiana.

Cuando los sentimientos de auto-dignidad arrogantemente niega tu dignidad, esoamenaza la vida y fe cristiana. Cuando la arrogancia ciegamente justifica el mal enbúsqueda del bien, eso amenaza la vida y fe cristiana. Cuando el hybris hiperactivo sevuelve el rechazo en odio y un grupo se considera por encima de reproches en sus tratosunos con otros, eso amenaza la vida y fe cristiana. Cuando lo que asumo sobre laintegridad de mis convicciones me hacen presuntuoso lo suficiente como para negarintegridad a las tuyas, eso amenaza la vida y fe cristiana. La arrogancia hace menos loque Dios ha creado, impide lo que Dios tiene en mente para nosotros ahora, y parasiempre está entre lo que somos y todo lo que Dios intenta que seamos. No tenemos queposeer todo el poder o pomposidad de un Antíoco IV Epífanes para tratar con arrogancialas vidas de otros.

Así que, ¿cuáles son las buenas nuevas? Este texto proclama las buenas nuevasque Dios no tolerará la arrogancia para siempre. El Anciano de Días en el trono de Daniel7 quita el poder de todas las bestias descritas en los versos iniciales, pero la cuartabestia con su cuerno arrogante recibe particular atención: “Veía entonces por razón delruido de las palabras arrogantes que el cuerno hablaba. Y mientras veía, la bestia fuemuerta, y su cuerpo destruido y dado para ser quemado en el fuego” (Daniel 7:11). Deigual manera, las palabras finales del Anciano de Días en este capítulo singularizan lacuarta bestia y su cuerno arrogante. En la visión Dios promete al profeta que “sudominio será quitado, para ser consumido y totalmente destruido” (Daniel 7:26). Estapromesa de destrucción total está en agudo contraste con la promesa dada a aquellosfieles a Dios:

El reino y el dominioy la grandeza de los reinos debajode todo el cielo,será entregados al pueblo de los santosdel Altísimo;

su reino será un reino eterno,y todo dominio les servirá y obedecerá.

(Daniel 7:27)

La bestia arrogante tuvo su día, pero ese día termina. Aquellos que se oponen a labestia reciben un reino que es eterno.

¿Es la manera cómo sucedió? ¿Se abrieron los cielos, desataron destrucción totalsobre Antíoco y su reino, e inauguraron un reino judío eterno?

No exactamente. Sin embargo, Antíoco murió fracasando en su intento deerradicar al judaísmo de Judea. Tres años después del sacrilegio del templo, los judíosvolvieron a capturarlo y lo dedicaron de nuevo a Dios. Antíoco IV Epífanes murió en esetiempo. Los judíos fieles cuentan anualmente la historia durante Hanukkah. El ImperioSeléucida permaneció siendo una amenaza, pero los judíos eventualmente obtuvieron

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su libertad religioso y el poder político. No vino el dominio eterno a los judíos, pero lavictoria sobre Antíoco IV sí.

Para nosotros el asunto es ir más allá de estas circunstancias históricas. Paranosotros el asunto es si nosotros, como los judíos cuya fe estuvo bajo amenaza bajoAntíoco, se opondrá a la amenaza de la arrogancia. A la medida que el mundo llega aestar más lleno de gente e instituciones más y más dispuestos a tocar sus propioscuernos —y para hacerlo así con resultados crecientemente trágicos— ¿rehusaremosadoptar sus métodos y abiertamente nos opondremos a sus designios?

Por favor, noten que Daniel 7 incluye muchas promesas para los fieles y todo loque recibieron en este texto viene como don de Dios. En verso 17, el ángel le dice aDaniel: “Estas cuatro bestias son cuatro reyes que se levantarán en la tierra”. Luego enverso 18 añade: “Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reinohasta el siglo, eternamente y para siempre”. Las bestias se “levantan”, pero los santos“reciben”. De igual manera, al concluir el discurso poético del capítulo la bestia devoray pisotea mientras edifica su reino, pero Dios da el reinado y el dominio a los santos.

Cualquier cosa de valor que la iglesia tiene viene de Dios. Cualquier poder quela iglesia tiene, la recibimos como un regalo de Dios. Cualquier sabiduría odiscernimiento que la iglesia posea, la recibimos como un regalo de Dios. Cualquier cosaque la iglesia tenga que ofrecer al mundo a nuestro alrededor —y la iglesia tiene o debetener mucho qué ofrecer al mundo a nuestro alrededor— primero lo recibimos como unregalo de Dios. Eso no significa que no tenemos nada que hacer y ciertamente no excusala pereza o holgazanería de nuestra parte, pero nos invita a la humildad mientrasutilizamos nuestros dones.

A la medida que la sociedad se vuelve más arrogante, la iglesia puede y tiene queproclamar y practicar la humildad. Por alguna razón, la humildad tiene mal nombre. Seguido confundimos la humildad por sumisión total o una docilidad sin espina dorsal.Consideramos a los humildes inútiles, indispuestos o incapaces de pararse por sí mismoso a favor de alguien más. Pero los verdaderos humildes no responden a cada demandapuesta delante de ellos. En lugar de eso, los verdaderos humildes saben quiénes son yde quién son. Los verdaderamente humildes pueden tener suficiente de lo que pudieranjactarse, pero no necesitan la admiración de nadie más o la adulación con el propósitode apreciar que tienen o de quién son. Mientras que el arrogante se caracteriza por loque dice ser y son, los humildes son conocidos por quienes son y a qué sirven. Todo estohace posible ser celosamente humildes.

Una iglesia celosamente humilde se distingue a sí misma en la comunidad no porsu vehemente oposición a aquellos que son pecadores conocidos, sino por su serviciosacrificado en nombre de Aquel que vino para llamar a los pecadores al arrepentimiento. Una iglesia celosamente humilde no se inclina pasivamente al opresor, peroagresivamente se para por los derechos y la dignidad dado por Dios de los oprimidos.Una iglesia celosamente humilde no teme la pérdida de miembros que están a la mitaddel camino sobre asuntos controversiales, sino confía en el poder de Dios que estará desu lado a donde Dios la dirija mientras cuida a todos en el camino. Una iglesiacelosamente humildad nunca hace menos a otra comunidad de fe, pero siempre sedesafía a sí misma y todos los demás a permanecer fieles a su entendimiento de Dios.

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Una iglesia celosamente humilde obtiene atención por el poder que ejerce sobre otros,sino más bien por el poder que obra en y a través de ella mientras sigue a su Señor enel servicio de otros.

El arrogante no puede vencer su apetito por el poder. Gobernar el vasto ImperioSeléucida no fue suficiente para Antíoco IV Epífanes. Quería ser adorado también. Serexcepcionalmente habilidoso y bien pagado no es suficiente para algunas personas. Quieren que otros se inclinen delante de su grandeza. El arrogante tiene que tener aalguien sobre el cual pisar. Eso hace la presencia de la arrogancia en cualquier parte denuestra sociedad más que una molestia menor. La arrogancia amenaza a la iglesia y lavida que Dios tiene en mente para nosotros. Dios nos llama a seguir a Aquel que vinoa servir, a un servicio como guardas de nuestras hermanas y hermanos, gente conocidapor la calidad de su cuidado por todos aquellos entre quienes estamos.

Aquellos que tocan sus propios cuernos no desaparecerán. Apágalos, iglesia,porque la melodía que ellos tocan no tiene nada que ver con el reino de Dios. Siendo quesu poder finalmente se deshace, son figuras algo cómicas; pero el daño que puedenhacer antes de eso es trágico. Opongámonos con todo lo que tenemos y somos. Enseñemos a nuestros hijos que nadie se exalta por forzar a otra persona a que searrodille. En medio de la ruidosa arrogancia, demos testimonio de un Salvador siervo. Con el propósito de convencer al mundo que nada que digamos de nosotros se puedecomparar con las bendiciones que Dios da gratis a los fieles, llenemos este mundo conhumildad celosa.

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CAPÍTULO 5

1 Tesalonicenses 4:13—5:11

ExégesisPrimera de Tesalonicenses es probablemente el documento escrito más primitivo

del Nuevo Testamento. Se dirige a una congregación que era muy joven y habíaexperimentado persecución muy significativa. Uno de los principales propósitos dePablo en esta carta era proveer a la joven iglesia una interpretación de sus experienciasque afirmaría su fe cristiana. La ocasión específica del escrito de Pablo era el retorno deTimoteo de visitar a los tesalonicenses con un reporte de que estaban manteniendo sufe, a pesar de las circunstancias difíciles que estaban encontrando. Pablo los alaba porsu fidelidad, responde a algunas de las preguntas que le habían enviado, y comentasobre algunas áreas en las que necesitan crecer (3:10). Primera de Tesalonicenses4:13—5:11 es la respuesta de Pablo a algunas de las preguntas que han hecho. Estosversos cubren dos tópicos diferentes: 4:13-18 discute el lugar de los cristianos quemueren antes de la parusía,1 y 5:1-11 trata con el tiempo de la parusía.

1 Tesalonicenses 4:13-18Como todos los cristianos primitivos, los tesalonicenses creían que la segunda

venida de Cristo estaba muy cerca. Parece que los tesalonicenses piensan ha de sucederantes que alguno de la iglesia muriera. Así que, cuando en su iglesia algunos mueren,ellos están preocupados que aquellos cristianos se perderán la parusía. Siendo quePablo dice que no quiere que tengan la misma tristeza de aquellos “que no tienenesperanza” (v. 13), deben haber pensado que los que se pierden la segunda venida notienen vida después de la muerte. Sin embargo, otras lecturas son posibles y quizá másprobables. A lo menos, los tesalonicenses estaban preocupados que aquellos quemurieron se perderían las bendiciones asociadas con el evento de la segunda venida.

Como lo hace en otras partes (v.gr., 1 Corintios 15), Pablo principia por respondera las preguntas sobre la resurrección de los creyentes, al vincularla a la resurrección deCristo. Pablo está convencido que la resurrección de Cristo es el modelo y seguridad dela resurrección de los creyentes. Siendo que Dios levantó a Cristo, Dios levantará a loscristianos. El punto que Pablo enfatiza en 4:14 es que la fe que Dios levantó a Cristoincluye la fe que Dios levantará a los cristianos con él.

En 4:15 Pablo identifica lo que sigue en versos 15-17 como una “palabra del

1Parusía es la palabra seguido utilizada en el Nuevo Testamento para referirse a la segunda venidade Cristo.

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Señor”, esto es, como material que la tradición traza a los dichos de Jesús.2 Muchosintérpretes piensan que Pablo está sacando de las mismas tradiciones que informaronal “Apocalipsis Sinóptico”, especialmente aquellas utilizadas para escribir Mateo 24, porrazón de las similitudes de aspectos y vocabulario. (Este libro discute la sección paralelaen Marcos 13.) Es importante recordar que el punto de Pablo no es establecer unacronología exacta de todas las cosas relacionadas con la parusía. Mas bien, su puntoprincipal es responder a las preguntas sobre el destino de aquellos cristianos quemurieron antes de ella. Esto es claro por las primeras palabras que siguen suidentificación de lo que está a punto de decir como palabra del Señor: En la parusía,aquellos que viven no precederán a aquellos que han muerto. Este es un punto de lacronología que Pablo desea establecer.

Las imágenes que Pablo utiliza en verso 16 comúnmente se encuentran en losescritos apocalípticos. En este verso enlista tres eventos que son paralelos dentro de laestructura de este enunciado. Con esta estructura Pablo presenta la venida del Señorde las nubes, la voz del arcángel y la trompeta de Dios (éstos también se encuentran enMateo 24:30-31) todos como parte de la parusía y como sucediendo simultáneamente. La única nota cronológica viene en la última cláusula del verso: los cristianos que hayanmuerto serán los primeros en participar en la parusía. De acuerdo a verso 17, es sólodespués de que los muertos hayan sido resucitados y ya estén con Cristo aquellos queestén todavía vivos al tiempo de la parusía se unirán con Cristo en las nubes.

Cuando Pablo habla de aquellos que todavía están vivos en la parusía en verso17, usa el pronombre “nosotros”. Aunque es posible que el “nosotros” es algo como unnosotros editorial, es mucho más posible que Pablo esperaba estar vivo para ver laparusía cuando escribió esta carta. Para cuando escribe 2 Corintios (vea 5:1-5) yFilipenses (1:19-26) piensa que morirá antes del retorno de Cristo. Pero en este tiempotemprano parece pensar que estará vivo para verla.

Este es uno de los pasajes de donde algunos lectores desarrollan la idea del rapto. El verbo traducido “arrebatados” es la palabra griega harpazo, que se traduce al latíncomo rapere, la palabra de donde obtenemos “rapto”.3 Como un correctivo de la maneraque en ocasiones se ve, es importante notar que esta transportación de los creyentes alas nubes para encontrarse con Cristo sucede inmediatamente después de laresurrección de los muertos y parte del evento único que es la parusía, la consumaciónde todas las cosas. El levantar a los cristianos no es un preludio a la parusía sino unaparte de ella.

En verso 17 Pablo asegura que el resultado final de toda esta acción es queaquellos que han muerto y aquellos que estén vivos en la parusía, seguido aquelmomento, estarán con el Señor siempre. Esta creencia fundamental y confianza en la

2Aunque algunos piensan que esta pudiera ser un mensaje del Cristo resucitado recibido por losprofetas cristianos primitivos, parece mucho más posible (especialmente dado los paralelos con Mateo 24)que Pablo conoce éste como una tradición que ha recibido como un dicho del Jesús terrenal.

3Uno pudiera notar que esta palabra es un verbo, no un sustantivo. Así que, se usa para describirlo que está pasando; el Nuevo Testamento nunca llama a ningún evento “el Rapto”.

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fidelidad de Dios es sobre lo cual todo lo demás en este pasaje se edifica.La sección termina con una nota de exhortación. El cuadro de la segunda venida

que Pablo ha bosquejado debe ser de consuelo y ánimo a aquellos en la comunidadcristiana. Cuando recordamos que estas personas estaban siendo perseguidas por sercristianas, estas palabras son importantes como consuelo. Aseguran a los que sufrenque Dios no los ha abandonado; y que aún la muerte no puede separarlos de Dios y nopuede evitar que Dios cumpla sus propósitos de amor con ellos, porque Dios los reuniráal ser de Dios para siempre.

1 Tesalonicenses 5:1-11Al principiar el capítulo 5, el tema más amplio continúa siendo la escatología, pero

el tópico específico ahora es el tiempo de la parusía, aunque Pablo no ha perdido de vistalas preguntas sobre la participación en ella de aquellos que han muerto. Como lo hizoen 4:13-18, Pablo establece su respuesta básica al asunto inmediatamente después dedeclarar la pregunta. Para cualquier que esté inclinado a calcular cuándo vendrá el Díadel Señor, Pablo responde que vendrá cuando uno menos la espera. Verso 2 pudieracontener un pedazo de ironía que se pierde en la traducción. El adverbio traducido “muybien” (akribos) es más literalmente “certeramente”, “precisamente”, o “exactamente”. Así Pablo dice: “Ustedes saben precisamente que el Día del Señor vendrá como unladrón en la noche”. Así como parece, ellos saben cómo calcular precisamente cuándovendrá el Día, descubrimos que lo que ellos saben es exactamente que no saben. Verso3 sigue diciendo que no sólo la parusía vendrá cuando nadie la espera, pero que tambiénserá repentina. Entonces Pablo añade una nota enfática:4 ¡No hay escapeabsolutamente!

Es importante reconocer que esta advertencia no está dada a los cristiano, sinoa “ellos”. Esta distinción entre “ellos” y los cristianos se hace clara no sólo por lospronombres en tercera persona (ellos) en verso 3, sino también por el contraste directocon “ustedes” principiando el verso 4. A través de versos 3-8 este contraste es agudo. Ellos son los hijos de la luz y el día opuestos a aquellos de las tinieblas y la noche; haycristianos y “el resto”; los que duermes y están borrachos por un lado y los despiertosy sobrios por el otro. Tales separaciones tan claras entre el pueblo de Dios y los malosson comunes en la apocalíptica. Dado que la experiencia del mundo de lostesalonicenses es una de alienación y oposición, estas distinciones inconfundiblesmuestras que la apocalíptica sale y habla a aquellos que saben qué significa:“Cualquiera que no está conmigo contra mí es” (Mateo 12:30). Sólo hay dosclasificaciones de personas dentro de este cuadro: hijo de Dios e hijo del diablo. Noexisten otras posibilidades. Teniendo estas dos únicas categorías conceptuales hacesentido a su experiencia de persecución en una cultura que explícitamente apoya a otrosvalores contradictorios y utiliza todo tipo de poderes que las culturas tienen para forzarsus valores. En tales contextos estros contrastes drásticos son completamenteentendibles.

4Pablo utiliza dos partículas negativas aquí, dos palabras que significan “no”, para hacer el puntoenfático. Una traducción razonable sería, “ellos, de ninguna manera, escaparán”.

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Verso 4 no sólo distingue a los cristianos de otros, sino también dice que estavenida repentina e impredecible no deben tomarlos por sorpresa porque ellos son hijosdel día y no de las tinieblas. Si se toma fuera de contexto, alguno pudiera asegurar queesta declaración muestra que los cristianos saben cuándo viene la parusía. Pero en sucontexto, ésta es la declaración inicial en una serie de exhortaciones a velar y alautocontrol. Lo impredecible y repentino de la parusía llega a ser una razón por la quesiempre vive como uno debe porque Cristo pudiera regresar en cualquier tiempo sinadvertencia.

Más allá del conocimiento que el momento de responsabilidad delante de Diospudiera venir en cualquier momento, este texto apoya su exhortación a la vida moral porofrecer a sus lectores un lugar de alta posición llamándolos hijos de Dios y luegoinvitándolos a vivir a la altura de esa identidad. Esto en ocasiones se llama el uso dePablo del indicativo y el imperativo, términos gramaticales prestados para expresar larelación entre lo que es y lo que tiene que hacerse. Pablo seguido explica quiénes sonlos cristianos o explica algunas de las bendiciones que tienen a través de la gracia deDios (el indicativo) y luego usa aquellas cosas directamente como la base para lasdemandas éticas (el imperativo). De esta manera, la realidad de su nueva existenciacomo cristianos que poseen las bendiciones de Dios llega a ser la base para la vida quetienen que vivir como recipiente de estas bendiciones.

Pablo añade aquí en 1 Tesalonicenses 5 que siendo que los cristianos son hijos deDios, Dios les suple la armadura que tienen que ponerse para que puedan permaneceren control propio.5 La seriedad de las demandas éticas que se hacen sobre ellos pudieraverse reforzada por la referencia que Pablo hace a la “esperanza de salvación”, esto es,la salvación que permanece en el futuro contingente de su actitud de velar. Sinembargo, inmediatamente después que el tono de advertencia se escucha, se les ofreceseguridad; tienen que ser auto-controlados porque Dios los ha separado a los cristianospara salvación, no ira. Así pues, aunque su salvación es contingente a sucomportamiento, depende de la voluntad y actividad de Dios lograda a través de Cristo.

La relación vista aquí (5:9) entre Dios y Cristo en la obra de salvación esprecisamente la misma como ya se expresó en 4:14: La salvación es una actividad deDios que se obra a través de Cristo. Lo que Pablo tiene en mente al decir que estasalvación se logra a través de Cristo se ve en parte en verso 10, donde identifica lamuerte de Jesús como una muerte “por nosotros”. Pablo no explica cómo funciona estamuerte para nosotros pero sólo añade que es a través de esa muerte que viviremos conCristo. Esta expresión bien pudiera apuntar a otra manera que la salvación se logra através de Cristo. Tanto aquí como en 4:17 el estado final de los cristianos es “con elSeñor/él”. Así que, de alguna manera, la salvación es vida con Cristo.

El verso 10 también nos regresa a la preocupación que inició la discusión de losasuntos escatológicos, el lugar de los muertos. Pablo de nuevo asegura que no importasi los cristianos viven hasta la parusía o mueren antes de ella; su destino es el mismo:Ellos estarán con Cristo.

5Esta armadura trae a los tesalonicenses el trío paulino de fe, esperanza y amor, aunque en unorden diferente.

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El verso final de esta sección, 5:11, declara la meta total de discutir escatología:La congregación debe usar este material para animar/exhortar y edificarse unos a otros. También esto se ofrece como la meta de la sección que termina en 4:18. Parakaleo se usaen 4:18 como en 5:11. En ocasiones el verbo significa consuelo o ánimo, en otrasocasiones significa exhortar o urgir a alguien a que haga algo. Parece posible que ambosaspectos de esta palabra están siendo utilizados aquí: El consuelo que derivan de talesrecuerdos intenta provocarlos a la fidelidad. Seguido este es una meta central de losescritos apocalípticos. Aquí en 1 Tesalonicenses, se anima a los lectores a ser fieles apesar de la oposición y persecución, sabiendo que Dios es fiel y amoroso y que lospropósitos de Dios no serán detenidos al final.

Dos Sermones sobre 1 Tesalonicenses 4:13-—5:11Como se notó en los comentarios exegéticos, los fieles de Tesalónica han estado

preocupados sobre los creyentes que han muertos antes del retorno de Jesús. Pablo,quien en este tiempo espera estar vivo cuando Jesús regrese, los aconseja a poner suesperanza en lo que han creído ser verdad: la resurrección de Jesús. El Dios queprometió regresarles a Jesús había sido demostrado capaz de levantar a Jesús de losmuertos. Por tanto, Pablo anima a los creyentes a vivir vidas que manifiesten su fe yexhiban su confianza y fe en Dios. El primer sermón, “Arrebatados de Este Lado de laGloria”, trata primariamente con los versos finales del capítulo 4 y se enfoca en el desafíode permanecer fieles a Dios aún cuando no recibimos las bendiciones que anticipamos. El segundo sermón: “Demasiado Tarde Para Ser Cristiano”, intenta responder a lainsistencia de Pablo en capítulo 5 que siendo que los cristianos no pueden saber cuándoel día del Señor vendrá, tienen que permanecer fieles aquí y ahora.

“Arrebatados de Este Lado de la Gloria”Si podemos creer la historia que se cuenta en Hechos 17, no era fácil ser cristianos

en la Tesalónica del primer siglo. Aunque muchos residentes respondieronfavorablemente a la predicación de Pablo y Silas, y una gran multitud se reunió en lacasa de Jasón, un convertido primitivo, los oponentes rápidamente surgieron paradesafiarlos. Lo que había sido un avivamiento repentinamente llegó a ser una revuelta.Las autoridades arrestaron a Pablo, Silas y Jasón por atentar contra la paz. Temiendopor sus vidas, Pablo y Silas huyen de la ciudad esa noche. Jasón y los otros creyentes,sin embargo, permanecieron allí. Tiene que haber sido dificultoso para ellos. En laapertura de la carta que llamamos 1 Tesalonicenses, Pablo canta las alabanzas de loscreyentes en Tesalónica porque “a pesar de la persecución, ustedes recibieron la palabracon gozo inspirado por el Espíritu Santo” (1 Tes. 1:6).

“A pesar de la persecución”. Nadie puede decir de seguro por qué los amigos yvecinos persiguieron a los cristianos tesalonicenses. Quizá los creyentes se hicieron nopopulares en la sinagoga cuando ignoraron las divisiones de mucho tiempo entre judíosy gentiles. Quizá su estricta lealtad a Jesús como Señor sonaba no patriota en unaciudad que servía como el centro administrativo principal del gobierno romano. Quizáofendieron a la gente por el celo de su fe recién fundada. Muchos de nosotros hemostenido la experiencia de ser rechazados por alguien que de repente se prende.

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Cualquiera que haya sido el caso, no era fácil ser cristiano en Tesalónica. Los cristianosno encajaban con el resto de la sociedad y, como todos saben, aquellos que no encajangeneralmente resultan siendo expulsados.

Así que, ¿para qué molestarse en ser cristianos en Tesalónica? Parte de larespuesta a esa pregunta está en los vínculos que se formaron cuando los cristianoscompartían su vida y fe unos con otros. Otra parte de la respuesta está en una promesaexpresada con frecuencia en la predicación de Pablo, una promesa que en algún tiempopronto Jesús regresaría a la tierra, reuniría a los fieles, derrotaría a los enemigos de Dios,y principiaría una nueva época de historia humana. Seguido nos referimos a eso comola promesa de la parusía o la segunda venida. En sus primeros días como evangelista,Pablo creía y proclamaba que Jesús regresaría pronto, muy pronto.

Pronto no vino lo suficiente pronto para los cristianos de Tesalónica. Cuandoalgunos de los fieles que anticipaban el retorno de Jesús murieron mientras esperaban,aquellos que quedaron principiaron a preocuparse sobre ellos. ¿Se perderán la segundavenida? ¿Han perdido su oportunidad de la vida eterna? ¿Qué les sucederá?

Pablo se dirige a aquellos temores en nuestro pasaje. Primero recuerda a loscristianos tesalonicenses de la piedra angular de su fe: su creencia “que Jesús murió yresucitó” (1 Tes. 4:14). Luego les asegura a los cristianos tesalonicenses que así comoDios levantó a Jesús de entre los muertos, así también resucitará Dios a aquellos quecreen en Jesús. A eso él añade una promesa que aquellos que han muerto apareceráncon Jesús cuando él retorne en la segunda venida. En ese tiempo los creyentes quepermanezcan sobre la tierra “serán arrebataos en las nubes juntos con ellos [loscreyentes difuntos] para recibir al Señor en el aire” (1 Tes. 4:17). En otras palabras,Pablo asegura a los creyentes en Tesalónica que Dios tiene todo bajo control para losvivos como para los creyentes fallecidos.

Aquellas palabras pudieran haber respondido a las preguntas de los creyentes enTesalónica, pero no hacen mucho para nosotros, ¿no es así? Pablo probablementeescribió esta carta como unos veinte años después de la muerte y resurrección de Jesús. Desde aquel tiempo nadie había visto a Jesús con una hueste de creyentes, vivos ofallecidos, siendo levantados en las nubes. De hecho, muchos de nosotros nos sentimosun poco avergonzados por la promesa de Pablo. Por casi dos mil años los cristianos hananticipado la segunda venida y, al acercarnos al año 2000, esa expectativa ha crecido,pero muchos de nosotros no sabemos que decir o hacer al respecto.

Así que, ¿qué debemos hacer? Podemos principiar por declarar que la Escrituray la tradición nos aseguran que no sabemos ahora y nunca jamás sabremos. Ya sea quela llamemos la parusía, la segunda venida, el Rapto, el Día del Señor, o el tiempo del fin,la Escritura y la tradición insisten que no sabemos ni podemos saber cuándo sucederá. Pablo informa a los creyentes en Tesalónica que: “Ustedes mismos ya saben. . . que eldía del Señor vendrá como ladrón en la noche” (1 Tes. 5:2). En otras palabras: “No sabencuándo sucederá”. De acuerdo a Marcos, Jesús hizo esto aún más claro: “Sobre el díay la hora nadie sabe, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. Velad; pornono sabéis cuando vendrá el tiempo” (Marcos 13:32-33). Podemos especular y hacerhipótesis o podemos pasar tratados y pontificar, pero no sabemos ahora y la Escrituradice no podremos saber nunca cuando regresará Jesús.

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¿Significa esto que este pasaje y sus expectativas no tienen nada queenseñarnos? Quizá no. Como hemos notado, Pablo anima a los creyentes de Tesalónicaa encontrar y basar su esperanza en lo que han creído. ¿Podemos hacer nosotros lomismo? Así como los cristianos tesalonicenses tenían sus dudas, también nosotrospodemos tener nuestras dudas sobre ver a Jesús y a los creyentes (vivos o muertos)siendo arrebatados en las nubes juntos. Sin embargo, permanece una gran cantidad quecreemos.

Creemos y anualmente celebramos nuestra fe que en Jesús, Dios misteriosamentemezcló la divinidad con la humanidad, que en él Dios de alguna manera tomó carne. También creemos que de alguna manera Dios llegó a manifestarse en la vida y ministeriode Jesús, en lo que dijo e hizo. No pretendemos entender todo eso, pero creemos quelo que Jesús hizo y enseñó provee vistazos de los caminos y voluntad de Dios. Ademáscreemos algo casi más allá de la fe: que cuando Jesús fue crucificado, Dios respondió porresucitarle de los muertos y prometernos una parte en esa victoria. Creemos que enJesús, Dios promete no sólo no encadenarnos a lo peor que podemos hacer sino tambiénno limitarnos en lo mejor que podemos hacer. Si verdaderamente creemos todo o aúnuna parte de eso, sea que seamos o no “arrebatados en las nubes”, ¿no podemos ser“arrebataos de este lado de la gloria” en lo que un Dios tan creativo y poderoso puedehacer?

No era fácil ser cristiano en el primer siglo en Tesalónica. No es fácil ser cristianoahora. Quizá ya no tenemos a Pablo y Silas ocasionando disturbios en las calles, perotenemos una Biblia y más que suficientes maestros y predicadores que nos recuerdanque Jesús dejó algunos mandamientos difíciles. “Amad a vuestros enemigos, hacedbien a aquellos que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por aquellos que ospersiguen” (Lucas 6:27-28). Hay otros mandamientos, pero aquellos son suficientes.¿Quién puede hacer eso? Preferimos mantener récord, vengarnos, y buscar siempre sernúmero uno. Si no lo hiciéramos, la gente tomaría ventaja de nosotros, nos aplastaría ynos humillaría. Imagínate un mundo donde tratamos de cuidar a la gente a quien no leimportamos. Imagínate un mundo donde no llevemos récord. Imagínate un mundodonde actuáramos con amor ya sea que lo recibimos o no. ¿Qué clase de mundo sería?

Sí, Dios dice, por favor hagan eso: imagínate que clase de mundo sería. Imagínateun mundo donde la gente de fe fielmente tratara de bendecir las vidas de la gente queno espera nada sino una maldición. Imagínate un mundo donde los seguidores de Jesúsgastaran su tiempo y energía no en mantener récord sino en tratar de asegurarse quetodos tuvieran una oportunidad de jugar en el juego. Imagínate un mundo donde loscreyentes trataran de hacer amigos en lugar de mantener enemigos. ¡Nada de eso seríafácil! Si hiciéramos eso, sería sólo por la gracia y con la ayuda de Dios. Sin embargo ¿noes exactamente lo que se nos promete? ¿No es precisamente lo que la gracia y ayuda deDios hace en nosotros y por nosotros?

Dios, obrando en Abraham Lincoln, le ayudó a descubrir que perdemos a nuestrosenemigos cuando los hacemos nuestros amigos. ¿No hemos sido bendecidos cuandoprobamos esa idea y la encontramos verdad? Dios, trabajando en y a través de MartinLuther King, Jr., le ayudó a orar por aquellos que le estorbaban en su camino así comopor aquellos que marchaban a su lado. Aunque tenemos todavía un largo camino por

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recorrer, ¿no es esa la razón de por qué hemos viajado hasta este punto? Dios,trabajando en cada uno de nosotros, nos ha ayudado a experimentar que es más fácildejar ir un resentimiento que guardarlo, que es más difícil odiar a alguien a quien lehemos estrechado la mano, que es más fácil amar a alguien por quien hemos orado pornombre. ¿No nos ha ayudado Dios a todos nosotros a hacer algo que antes pensábamosque era imposible? Cuando Dios ha hecho eso, cuando Dios nos ha ayudado a hacer loque nunca imaginamos que podíamos, ¿no nos sentimos “arrebataos de este lado de lagloria?” ¿No nos sentimos de esa manera aún cuando recordamos aquellos momentos?

No era fácil ser cristiano en la Tesalónica del primer siglo. Los cristianos allí sedescubrieron fuera de todo con sus amigos y vecinos. Cuando practicamos nuestra fe,verdaderamente practicamos nuestra fe, no es fácil ser cristiano ahora tampoco. ComoWalter Brueggemann sugiere, de muchas maneras somos exiliados viviendo en unmundo crecientemente secular, un mundo que no comparte nuestros valores yprioridades.6 En este mundo que dibuja muchas líneas de distinción, nuestra fe en unDios que no muestra parcialidad seguido nos hace gritar: “¡Midan a la gente por lacalidad de su carácter y no por la fábrica de sus zapatos tenis!” En un mundo infatuadocon la comodidad y conveniencia, nosotros que creemos que Dios nos llama a llevarnuestras cruces diariamente tenemos que insistir que cualquier cosa de valor demandaalgo de nosotros. En un mundo que tiene menos y menos paciencia con aquellos ennecesidad, nuestra creencia que Dios muestra preferencia por el pobre nos llama a actosextravagantes de generosidad y compasión. Mientras hacemos esto, el mundo se queja:“¡Eso no hace sentido!” y respondemos: “¡Ser fieles a Dios es más importante que hacersentido!”

Y lo es, ¿no es así? ¿No es ser fieles a Dios maravillosamente más importantes quehacer sentido? Cada congregación en algún tiempo ha ignorado a los escépticos yofrecido ayuda no porque alguien parece que lo merece sino porque él o ella obviamentelo necesitan. Sin importar lo que dicen aquellos que hacen comparaciones, ¿no nossentimos bien en traer potencial fresco a una situación de empates? Todos hemosescuchado de congregación urbanas que decidieron permanecer allí y cambiar elenfoque de su ministerio en lugar de moverse a lo que los expertos llaman una localidadmejor. ¿No nos calentó el corazón y nos inspiró su valor y convicción? Algunos denosotros hemos intentado hacer nuestras congregaciones y servicios de adoraciónmenos homogéneos. Hemos cantado los cantos de Amy Grant y Andraé Crouch juntocon aquellos de Fanny Crosby y Carlos Wesley. Hemos permitido que las manos quepasan nuestros platos de la ofrenda lleguen a ser blancas y negras, femeninas ymasculinas, ancianas y jóvenes, callosas y suaves. Hemos hecho lugarintencionadamente para gent que alguna vez excluimos sin intención. ¿No nos habendecido esa diversidad y experiencias a nuestras vidas? ¿No hemos sido “arrebatadosde este lado de la gloria” en los gozos extraños y llenos de gracia que pertenecen a unacomunidad que se considera fiel a Dios en lugar de tratar de hacer sentido?

No fue fácil ser cristiano en la Tesalónica del primer siglo. Jesús no regresó tan

6Él ha desarrollado este tema en varios escritos recientes. Vea, por ejemplo, Walter Brueggemann,Cadences of Homes: Preaching amog Exiles (Louisville, Ky.: Westminster John Knox Press, 1997).

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pronto como ellos pensaban que regresaría. Nosotros sabemos algo de eso. ¡Todavía nolo vemos montado en una nube en el aire! Para los creyentes entonces y ahora, lasalvación y la esfera de Dios —no importa cómo los definamos— no parece que sematerializan instantáneamente. Después de casi dos mil años de cristianismo, todavíaenfrentamos algunos de los mismos problemas. La gente, buena gente, gente de fe,todavía muere diariamente. Algunos de ellos mueren dolorosa, lenta, o trágicamente. Las enfermedades y las heridas aparecen regularmente en las vidas de los creyentes. Oramos, adoramos y vivimos tan fielmente como podemos hacerlo, pero vemos poco, sies que vemos alguna, mejoría. El pecado sigue tan poderoso como prevaleciente comosiempre. De hecho, muchos de nosotros tememos que el pecado ¡se está poniendo másfuerte! ¿Por qué, después de casi dos mil años, las cosas todavía son tan difíciles?

Ese “por qué” lleva a otros “por qué” que aún más doloroso. Siendo que las cosaspermanecen iguales, ¿para qué continuar creyendo? ¿Para qué mantener una fe que sedesmorona? ¿Para qué continuar esperando que Jesús venga?

¿Por qué? La respuesta más simple a esa —que de ninguna manera es unarespuesta simple— surge de lo que creemos que Dios es. Creemos que Dios será Diossin importar lo que pase o no pase. Creemos que nada en la vida o la muerte puedeevitar que Dios ame y cuide y esté con aquellos que creen. Creemos que Dios cumplirálas promesas de Dios. Y Dios lo hace.

Casi cada domingo por los últimos treinta y tres años, me he reunido con creyenteen alguna parte para recibir pan y copa. En muchas de aquellas ocasiones, lapreparación para la cena incluyó las palabras: “Tantas veces comieres este pan ybebieres esta copa, la muerte del Señor anuncias hasta que él venga” (1 Co. 11:26). Enaquellos treinta y tres años, todavía no he visto a Jesús y a algún grupo de creyentes(vivos o muertos) “arrebatados en las nubes juntos”. Ni he escuchado a otros decir queellos han testificado esa visión. Pero en el primer domingo después de la muerte de mipadre, en aquellos momentos de recuerdo silencioso en la mesa, me sentí extrañamentecercano a él. En el siguiente domingo después de la explosión de las bombas en laciudad de Oklahoma, en una mesa muchos recibieron solaz que no habían encontradoen ninguna otra parte. Cuando la semana nos trae más de lo que pensamos podemossoportar, el simple acto de recibir el pan y la copa más seguido que no, nos trae fortalezarenovada a una fe cansada. Durante aquellos tiempos cuando no viene la respuesta aúna las oraciones más fervientes y nos sentimos temerosamente solos, Dios se acerca encomunión. El pan del cielo y la copa de salvación no son alimento rápido. No ofrecencura instantánea para aquello que nos duele y no nos ofrece una curación rápida anuestro quebrantamiento. Pero mientras los recibimos, seguido nos encontramos“arrebatados de este lado de la gloria” en la misterioso y llena de gracia presencia deDios.

El mundo puede ser frío, duro y demandante. Comparado con la mayoría, nosotrossomos gente rica, privilegiada y próspera; pero el mundo sigue siendo frío, duro ydemandante. Actos naturales pueden devastarnos y la naturaleza humana nos puededejar en desesperación. Porque para la gente que no tiene fe, la esfera de la posibilidadno es más grande que su propia capacidad. No pueden esperar por nada más grandeque sus propios mejores esfuerzos. ¿Cómo puede alguien vivir con eso?

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No tenemos que vivir así. Creemos en un Dios que puede mezclar la divinidad conla humanidad. Creemos en un Dios que puede levantar a los muertos. Creemos en unDios que puede triunfar sobre lo más peor que podemos hacer. Creemos en un Dios quepuede traer un potencial aún más grande a lo mejor que nosotros podemos hacer. Creemos en un Dios que no está limitado por nuestras limitaciones, un Dios cuyacreatividad y amor excede todas las expectativas. Con un Dios como ese, ¿quién sabecuándo nos encontraremos “arrebatados de este lado de la gloria”?

“Demasiado Tarde para Ser Cristiano”Freddie era diferente. Mis colegas de la preparatoria y yo nunca hablamos de ello

o lo analizamos, pero todos sabíamos que Freddie era diferente. Freddie nunca se uníacon nosotros para el béisbol o para los juegos de baloncesto. De hecho, sólo participabaen deportes cuando el entrenador lo forzaba durante la clase de ejercicios. No recuerdoa Freddie alguna vez hablar durante la discusión en el salón. Cuando lo hizo, bajaba susojos y murmuraba. Requería un esfuerzo escucharlo y entenderlo, esfuerzo queraramente practicábamos. No pertenecía a ningún club ni tomaba parte en actividadesextra-curriculares. Ya sea que la multitud eran tres o trecientos, Freddie se podía perderen ella. Estoy seguro que tenía talentos, pero nunca los vimos. Ni buscamos tampoco.Todos conocíamos a Freddie, pero sería exagerar pensar que nos llamara sus amigos.

Nunca lo pensé, pero Freddie tiene que haber sido solitario. Qué terrible debehaber sido sentirse que nadie te notaba, o sólo molestado en aquellas raras ocasionescuando alguien te ponía atención. Los maestros en la escuela y los líderes de jóvenesde la iglesia trataron de enseñarnos mejor, pero nunca aplicamos aquellas lecciones aFreddie. Nunca hicimos nada especialmente malo a Freddie; pero nunca hicimos nadaparticularmente bueno para él tampoco. Lo dejamos en la oscuridad. Uno podría inclusodecir que nosotros éramos oscuridad para él. Recordando, parece extraño que nosprodujo un shock cuando desapareció. ¿Qué esperábamos o que le animó a hacerlo? Después que se había ido, era demasiado tarde, demasiado tarde para ser cristiano.

Al final del capítulo 4 y al principio del capítulo 5 de 1 Tesalonicenses, el apóstolPablo se dirige a una preocupación específica que la comunidad de fe en Tesalónicalevantó. Como todos los cristianos primitivos, los creyentes de Tesalónica esperaban lasegunda venida de Jesús pronto. De hecho, ellos parece que pensaban que estosucedería antes de que los miembros de la iglesia murieran. Eso obviamente no pasó. Algunos de los que siguieron siendo cristianos temían que aquellos que habían muertose perderían el retorno de Jesús. Pablo principia su respuesta por asegurarles que nonecesitaban “entristecerse como los otros que no tienen esperanza” (1 Tes. 4:13), porquecuando Jesús regrese “los muertos en Cristo resucitarán primero” (1 Tes. 4:16). Luegose dirige a una preocupación más fuerte. Siendo que “el día del Señor vendrá comoladrón en la noche” (1 Tes. 5:2), la comunidad cristiana no puede predecir cuándoocurrirá. Sin embargo, ellos pueden prepararse por vivir a la altura de los hijos de Dioshasta que Jesús retorne: “Ustedes son los hijos de luz e hijos del día. . . siendo quepertenecen al día, seamos sobrios, y vestíos de la coraza de la fe y amor, y con el yelmode la esperanza de la salvación. Porque Dios no nos ha destinado para ira sino paraobtener salvación a través de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tes. 5:5, 8-9). En otras

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palabras, sin importar cuándo regrese Jesús, el presente era tiempo para vivir su fe. Aquellos que hacen esto no tienen nada que temer. Aquellos que no, aquellos que“durmieron”, enfrentaban la posibilidad de que fuese demasiado tarde para sercristianos.

No es difícil dormirse. Puede suceder antes que nos demos cuenta. No siempreescogemos las tinieblas; simplemente nos olvidados de actuar como hijos de luz.

El mundo se mueve rápidamente y nosotros igual en él. Raramente tenemos oencontramos tiempo para hacer lo que sentimos tenemos que hacer. Eso nos deja menostiempo para hacer lo que debemos hacer. Tenemos la mejor de las intenciones, ysabemos demasiado bien la verdad de ellos y por qué ha llegado a ser esa verdad.

Verdaderamente queremos enseñar a nuestros hijos a orar. Logramos ayudarlosa aprender una oración simple en la mesa, pero muy poco más allá. Luego nos volvemosy ya son adolescentes o se han ido a la universidad. ¿Qué pasó? Es demasiado tarde. ¿Es demasiado tarde?

Honestamente queremos visitar a amigos largamente apreciados. Inclusivehemos manejado y pasamos cerca de sus casas en varias ocasiones, pero nunca parecíaque era un buen tiempo para visitarlos. Luego, compramos el periódico y leemos suesquela. Nos sentimos que nos dormimos y ahora es demasiado tarde.

Cada día por dos semanas leímos el comercial que buscaba voluntarios para unprograma de alfabetización adulta. Enseñar a un adulto a leer sería un desafío y unarecompensa. Pudiera incluso ayudar a alguien a hacer mejor su trabajo. Encontramosrazones tras razones para no involucrarnos y excusa tras excusa para no hacer la llamadapor teléfono. Bueno, alguien más lo hará. Nos dormimos y, para nosotros a lo menos, esdemasiado tarde.

Cada año durante la reunión congregacional anual, vemos nuestras bancas y noslamentamos que ha descendido la asistencia y atacamos a nuestros líderes en lacongregación. Queremos pararnos y decirles lo que pensamos. Queremos atraer laatención a lo que pensamos está bien. Queremos decir una buena palabra a aquellosque trabajan tan duro y dan tanto. Pero las reuniones anuales tardan mucho ya así comoson, así que nos quedamos callados. Podemos dormirnos. De nuevo este año, esdemasiado tarde.

¿Reconocen el escenario? ¿Se sienten culpables?¿No nos sentimos así todos? Todos sabemos que regularmente fallamos en hacer

el bien que intentamos hacer. Quedamos cortos en nuestras metas para nosotrosmismos. Si ser cristianos significa estar despiertos, entonces confesamos que gastamosmucho tiempo durmiendo. Y luego nos preocupamos de eso también. ¿Qué pensará Diosde gente como nosotros? ¿Qué le pasará a gente como nosotros? ¿Es demasiado tardepara gente como nosotros? Todo depende. De nuevo, las palabras de Pablo:

Pero de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos deque yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día delSeñor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz yseguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como losdolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no

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estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porquetodos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni delas tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos yseamos sobrios. Pues los que duermes, de noche duermen, y los que seembriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día,seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y conla esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios paraira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos,vivamos juntamente con él. Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaosunos a otros, así como lo hacéis. (1 Tes. 5:1-11)

Así como no era demasiado tarde para los cristianos tesalonicenses que habían muertoencontrarse con Jesús, tampoco es demasiado tarde para nosotros. Hoy todavía estiempo para reconocer y manifestar nuestra identidad como hijos de la luz. Dios, enJesús, ha preparado el camino. Sólo necesitamos viajarlo.

No hay falta de desastres en el mundo. Honduras y Nicaragua todavía tienen querecuperarse del Huracán Mitch, pero algunos en el Servicio Nacional del Clima ya hanpredicho actividades huracanadas crecientes para la próxima década. La Semana deCompasión, el Servicio Mundial Eclesiástico, y otras agencias raramente les hace faltarazones para pedir nuestra ayuda. Cada vez que las fuerzas destructivas de lanaturaleza acaban con alguna comunidad en alguna parte, es tiempo para ser cristianos. No podemos arreglar todo, pero nosotros nos “ponemos la coraza de la fe y el amor” (1Tes. 5:8) y damos un cheque o una sábana ofreciendo ayudar a otros para que sepan quea alguien le importa y que ellos no están solos. ¿Quién sabe? —una vez hemos hecho¡algo quizá estemos listos para un viaje misionero!

No necesitamos ver a tierras distantes o al otro lado de la nación para talesoportunidades. Casi cada comunidad tiene una cocina para donar alimentos o un lugarde despensas. Algunas también tienen un lugar de beneficencia pública o un ministeriopara gente de paso. Todas las comunidades incluyen niños que necesitan mayores ygente que necesita ayuda con trabajos raros o pequeños mandados. Bien pudiéramoshabernos cruzado con tales personas diariamente por años, pero ahora queda tiempopara mostrar que “pertenecemos al día” (1 Tes. 5:8). Ninguno de nosotros puede hacertodas las cosas a toda la gente, pero cada uno puede hacer algo para alguien. Pudiéramos incluso darnos de voluntarios en el hospital o pasar comida en una calle fríacomo familia. Cuando nos mantenemos despiertos, siempre podemos encontrar un buentiempo para ser cristianos.

Miren alrededor del santuario. Si todos nosotros tomáramos el tiempo y esfuerzopara convertir a uno o dos conocidos en amigos, ¿qué nueva vida pulsaría en lacongregación? Miren alrededor de nuevo. ¿Quién hace falta? ¿Qué diferencia pudierahacer una tarjeta, una llamada telefónica, o una breve visita? Miren de nuevo a sualrededor. De seguro en alguna parte hay un voluntario con demasiada carga ennecesidad de una hora o dos de ayuda o una pequeña tarea que un par de nosotrospudiéramos encontrar alegre hacer juntos. Aún sin escuchar “la voz de arcángel y. . . el

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sonido de trompeta” (1 Tes. 4:16), ¿no podemos concluir que es tiempo de ser cristianos?No, no podemos hacer todo. Sí, siempre habrá más ayuda necesitada que el

tiempo que tenemos y los recursos para suplirla. No, no somos responsables por todos. Sin embargo, somos responsables ante Dios. Como hijos de luz, Dios nos llena con lacapacidad para cuidar y el deseo de hacer una diferencia. Queda en nosotros usaraquellos dones, para encontrar el tiempo de ser cristianos.

Al acercarse el año 2000, mucha gente está haciendo mucho ruido sobre “el díadel Señor” y nos está animando a ponernos bien con Dios antes que sea demasiadotarde. Pablo claramente declara que sabemos muy bien que todo lo que podemos hacery sabemos sobre ese día es que vendrá inesperadamente. En cualquier tiempo que seay de la manera que venga, ¿no participa Dios activamente en nuestras vidas aquí y ahoramismo? ¿No nos guía Dios, nos rescata, nos desafía, nos consuela y nos llamaconstantemente y de muchas maneras? Si Dios todavía hace todo eso, ¿es demasiadotarde para ser cristianos?

Vivo con la consciencia que un día vino en mi relación con Freddie cuando erademasiado tarde para ser cristiano. Le he pedido perdón a Dios, y creo que Dios me haconcedido el perdón. Pero preferiría evitar muchos más días como esos. Digo eso noporque le tengo miedo al infierno y tampoco porque estoy convencido que he llegado aser perfecto. El perdón y la gracia de Dios hacen la perfección innecesaria y la amenazadel infierno pierde su veneno. Preferiría evitar muchos días como aquellos porque hevisto el poder de la luz y me gustaría ser un hijo de la luz. He visto las manos deesperanza levantar a aquellos quebrantados por la desesperación. He escuchado laspalabras de fe transformar los callejones sin salida en nuevos principios. He testificadoun pequeño acto de amor iluminando las profundas tinieblas del odio. Me gustaría seruna parte de eso y algo me dice que todavía no es demasiado tarde.

Dios sabe que hay demasiadas tinieblas en el mundo. Dios solo puede expulsaresas tinieblas para siempre. Dios promete hacer precisamente eso. Pero ¿qué pasaríasi algunos cuantos de nosotros esperamos hasta que sea demasiado tarde para brillaren las tinieblas que encontramos? Imagínate la clase de mundo que sería. Imagínatecómo se sentiría vivir en un mundo como ese.

Por la gracia de Dios, somos mucho más de lo que nos damos crédito ser. Por lagracia de Dios, hay muchos más que podemos llegar a ser. “Porque Dios no nos hadestinado para ira sino para alcanzar salvación a través de nuestro Señor Jesucristo, quemurió por nosotros, de tal manera que sea que estamos despiertos o dormidos vivamoscon él. Por tanto, animaos unos a otros y edificaos unos a otros, como en verdad estáishaciendo” (1 Tes. 5:9-11).

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CAPÍTULO 6

Marcos 13

ExégesisSeguido se le llama el “Apocalipsis Sinóptico” a Marcos 13. Por largo tiempo ha

sido materia de controversia, por razón de su discusión de la caída del tiempo y el fin deltiempo, en un pasaje singular. Para entender este pasaje necesitaremos examinar tantosu forma literaria como su lugar dentro de Marcos.

En forma, este capítulo es más como un testamento que otra de las formas queencontramos en los escritos apocalípticos (v. gr., una visión). Esta forma es conocida deotras obras escritas tanto antes como después de que Marcos se escribiera. ElTestamento de los Doce Patriarcas1 contiene varios ejemplos de este género. Estostestamentos contienen lo que se presenta como alguna clase de últimas palabras de estagente de fe, aunque ellas pudieran haberse escrito siglos después que esa gente habíamuerto. Tales obras revelan los puntos de vista teológicos y escatológicos de susautores tardíos. Su preocupación principal son cosas que sucederán en el tiempo delescritor actual, las cuales presentan el asunto en forma de predicciones hechas poraquellos que vivieron hace mucho tiempo. Marco presenta las declaraciones de Jesúsen capítulo 13 como algunas de las últimas cosas que Jesús dice a sus discípulos antesde su muerte. Además, el asunto de este discurso, la caída del templo, era un asuntoimportante para todos los cristianos cuando Marcos se escribió.

Marcos fue escrito en algún tiempo antes o después de la caída del templo deJerusalén. Este fue un evento traumático tanto para cristianos judíos como gentiles. Loscristianos judíos habían continuado su adoración en el templo hasta su destrucción (vea,p.e., Hechos 2:46 y 21:17-36). Los cristianos gentiles también lo conocían como el únicotemplo del verdadero Dios que habían principiado a adorar. Así que, ¿qué pensabancuando este templo es destruido? ¿Significa que Dios rechazó a los judíos? ¿Qué pudierasignificar sobre el uso de las Escrituras hebreas, la única Biblia que ellos tenían? ¿Cómo,el Dios de todo el cosmos, permitió que el único templo dedicado a ese Dios fueradestruido? ¿Significa que las cosas se han puesto tan mal que la segunda venida deCristo es inminente?

Marcos 11:11—13:37 está dedicado a interpretar la caída del templo. El capítulo11:12-26 combina lo que generalmente se llama “la limpieza del templo” por Jesús y lahistoria de la maldición de la higuera con una herramienta literaria conocida comointercalación. Esta herramienta pone dos historias juntas que deben ser interpretadascomo una unidad singular.2 La combinación de estas dos historias muestran que Marcos

1Este escrito se encuentra en la Pseudoepígrafa.

2Para otro ejemplo del uso que Marcos hace de esta herramienta vea 5:21-43, donde el escritor delEvangelio combina la sanidad de la hija de Jairo con la sanidad de la mujer hemorroísa.

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no ve las acciones de Jesús en el templo con aquellos que vendían animales para elsacrificio y los cambistas de dinero como una limpieza del templo, sino mas bien comoclausurando el templo. Esto es, Jesús declara que el tiempo del templo ha pasado. Asícomo la higuera maldecida estaba fuera de temporada, así ahora la temporada deltemplo ha pasado. Este entendimiento de las acciones de Jesús en el templo ayudaríaa los cristianos a enfrentar la caída del templo porque les dice que tenía menosimportancia de la que ellos le atribuían. Con estos episodios Marcos está asegurandoque Jesús reconoció que el templo caería pronto y que él mismo había iniciado suclausura.

El capítulo 12 contiene el intercambio de Jesús con aquellos encargados deltemplo. Marcos los pinta como no sinceros y deshonestos. Esto apoya la posición deMarcos que el templo ya no funciona como el lugar de la presencia especial de Dios y asísu caída no es tan devastadora para los cristianos. Seguido a estos intercambios conestos líderes y los comentarios de él sobre su insinceridad, Jesús deja el templo porúltima vez. Mientras lo hace, sus discípulos miran atrás y comentan qué tan enorme ymagnífico es el templo. La respuesta inmediata de Jesús es que el templo será destruido(13:1-2). Esta respuesta causa la consternación de los discípulos, pero también debefuncionar como una fuente de ánimo para los lectores de Marcos, quienes ahora hanexperimentado su caída (o escuchado sobre la caída). Debe proveer algún consuelo paraellos el saber que, aún antes de su muerte, Jesús sabía que esto ocurriría. Así que, lapregunta de si la destrucción del templo fue devastadora para la fe cristiana ha sidoconsiderada, pero la pregunta que permanece es: ¿Qué significa la caída del templo?¿Tiene importancia escatológica? Marcos 13 se dirige a esa pregunta.

Marcos dice que cuando algunos de los discípulos estaban solos con Jesús, lehicieron dos preguntas sobre su predicción de la destrucción del templo? Jesúsresponde a las preguntas en orden inverso, pero no da respuesta a ninguna. En lugarde eso se dirige al tiempo del fin. Versos 5-27 habla sobre las señales del fin, mientrasque versos 28-37 tratan con el fin del tiempo.

Capítulo 135-8 principia la respuesta de Jesús. Estos versos describen el tiempode la guerra romana en Judea (66-70 d. C.). El tiempo descrito en estos versos es untiempo de guerra, hambre y terremotos. Es la clase de situación en la que los cristianosesperan la intervención directa de Dios y buscan la presencia de Dios en algunas de lasmanifestaciones abrumadoras. Estos versos indican que en el contexto de la terribledestrucción traída por esta guerra, algunas personas se han levantado indicando queson el mesías (“Muchos vendrán en mi nombre y dirán: “¡Yo soy él!” [v. 6]). Quizá erancristianos o gente que apelaba a los cristianos indicando que eran el Mesías/Cristo quehabía retornado. Jesús exhorta a estos discípulos a no creer en tales personas porquetan terrible como la guerra romana pudiera ser, no era una señal que el fin estaba cerca—sólo era el principio de los dolores de parto (v. 8). Así que, la primera respuesta a lapregunta no hecha sobre las señales del fin es que la guerra romana no era una de ellas. Algunos escritores sugieren que este rechazo de la guerra romana como una señal queel fin estaba cerca tenía como intención calmar el entusiasmo escatológico entre loslectores de Marcos. A lo menos dice que este evento, aunque era visto como tal poralgunos, no era una indicación que el fin estaba cerca.

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Versos 9-13 se vuelven al asunto de la persecución. Desde los días más primitivosdel cristianismo, la persecución ha sido vista como una señal que el fin no debe estarmuy lejos. Después de todo, si Dios ha de permanecer justo y amoroso, Dios tiene queintervenir para detener los dolores de aquellos que sufren a causa de sus creencias enDios. Marcos hace que Jesús prediga que los cristianos serán entregados a toda clasede oficiales de la justicia. Jesús no dice que Dios los librará, sino que Dios estará conellos en medio de estas persecuciones. El Espíritu de Dios los sostendrá a través de lainterrogación legal y probable tortura, ayudándoles a mantener su confesión y expresarsu fe de tal manera que ellos no tengan por qué preocuparse sobre qué decir en defensade su fe.

Estos versos también indican que las vidas de estos cristianos seguirán el patrónde la vida de Jesús de maneras muy significativas. No sólo serán perseguidos, pero asícomo Jesús, serán traicionados por aquellos cercanos a ellos. Algunos intérpretespiensan que Marcos aquí se está refiriendo a aquellos cristianos que han sidotraicionados por otros cristianos. Es posible que algunos habían traicionado a creyentespara escapar la muerte o la tortura o por algunas diferencias teológicas. Ya sea queestas traiciones estaban ocurriendo, no sabemos, pero la comunidad de Marcos habíaexperimentado persecución y probablemente traición de algunos miembros por gentemuy cercana a ellos.

Esta sección también puede tener la intención de calmar expectativasescatológicas inmediatas al decir que el evangelio tiene que ser predicado a todo elmundo antes que el fin venga (v. 10). Es dudoso que esto se hubiera completado parael tiempo que Marcos fue escrito. Esta sección termina por asegurar que aquellos quesoporten la persecución con fe serán salvos. Así que, es una exhortación a la fidelidadfrente a la persecución. Sin embargo, esto no convierte a estas persecuciones en señaldel fin. Si alguna cosa, pospone el fin al requerir que el evangelio sea predicado a todaslas naciones. Así que, por segunda vez, Marcos hace que Jesús rechace la noción quealgo que pudiera verse como una señal del fin, y probablemente había sido entendidocomo tal, en realidad era una señal. En lugar de andar buscando el fin inmediato, ellosdeben permanecer en la fe.

Versos 14-23 vuelven su atención de nuevo al templo. Este ha sido, seguido, vistocomo una de las secciones más dificultosas de Marcos 13, por razón de sus imágenesenigmáticas y aparente tono amenazador. Pero si recordamos el contexto histórico yliterario de Marcos, es menos dificultoso. La primera imagen en estos versos quenecesita nuestra atención es el “sacrilegio desolador” o, como se conoce de la Versióndel Rey Santiago, “la desolación abominable”. Quizá la primera cosa que hay que notares que Marcos esperaba que sus lectores alertas reconocieran esta figura (u objeto) caside inmediato. Este es el significado de la expresión parentética, “el que lea entienda”(v. 14). Como en todos los textos apocalípticos, tal imagen se usa para señalar apersonas o eventos que los lectores deben reconocer e identificar. Aunque el significadode este símbolo pudiera haber sido claro para los lectores iniciales de Marcos, ha sidoel objeto de mucha consternación y especulación desde entonces. Esto es seguido elcaso porque los intérpretes de este pasaje han buscado identificar a esta persona conalguien en su propio tiempo en la historia, en lugar del tiempo de Marcos. Pero para que

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este pasaje sea significativo para los lectores de Marcos, tenía que ser alguien que ellosconocían, así que tiene que referirse a alguien en el primer siglo.

Este “sacrilegio desolador” es una imagen sacada de Daniel (9:27; 11:31; 12:11—la frase “el que lea entienda” también es una manera de dirigir la atención de loslectores a esta alusión literaria). En el contexto de Daniel se refiere a Antíoco IVEpífanes (que gobernó a Siria alrededor del 175-164/3 a. C.). Antíoco violó el templo poredificar una estatua de Zeus en él y sacrificar un cerdo a ese dios en el templo. Estesacrilegio llegó a ser un paradigma para aquellos que violaran el templo o estorbaran alos judíos de practicar el judaísmo. Las obras que escriben el conflicto entre Antíoco IVy los judíos de Judea (1 y 2 Macabeos) están en la Septuaginta. Esta traducción griegade la Biblia hebrea era la versión comúnmente usada entre los primeros cristianos. Asíque, cuando la imagen de Daniel es traída a Marcos, los lectores entienden que el asuntoes el templo —especialmente el sacrilegio del templo. Las dos opciones del primer sigloque parecen ser los mejores candidatos son el emperador Calígula y el general romano(más tarde emperador) Tito. En el 40 d. C., Calígula decidió presionar el asunto de laadoración al emperador en Judea por edificar una estatua de sí mismo en el templo deJerusalén y exigir que se le sacrificara allí. Fue persuadido que no llevara a cabo estecurso de acción, y sus cuatro años de reinado terminaron el siguiente año. Así que, eltemplo no fue violado en realidad.

El segundo y más probable candidato para identificarse como el “sacrilegiodesolador” es Tito. Tito era el hijo de Vespasiano, el general encargado del ejércitoromano en Judea durante la guerra, que tomó lugar en el 66-70 d. C. Mientras la guerraestaba en progreso, Vespasiano percibió que si regresara a Roma podía arrebatar laposición del Emperador. Sale a Roma para asegurar esa posición para sí mismo y dejaa su hijo Tito encargado de la guerra. Tito completó esta tarea, incluyendo el sitio ydestrucción de Jerusalén y el templo. Siendo que él dirigió la destrucción del templo,parece ser el mejor candidato. Así que, versos 14-23 tratan la destrucción de Jerusalény del templo en el 70 d. C.

La descripción de las dificultades que tendrán los que están en Jerusalén duranteeste tiempo es temeraria. El verso 19 de nuevo saca de Daniel (12:1) cuando describeeste tiempo como el más dificultoso en la historia del mundo. Las tribulaciones son tangrandes que nadie sobrevivirá excepto por la misericordia de Dios, la cual se ofrece afavor de los cristianos para reducir el tiempo de este terrible sufrimiento. En estascircunstancias desesperadas, el Jesús de Marcos predice de nuevo que la genteaparecerá diciendo que son el Mesías (vv. 21-22). Estos mesías falsos serán tanconvincentes, dice Marcos, que aún algunos cristianos serán tentaos a seguirlos. PeroMarcos dice que tales reclamos tienen que rechazarse. Así que, la terrible destrucciónde Jerusalén y el templo no son señales que Cristo está regresando. Los falsos mesías que aún hacen señales dicen que es el tiempo de la presencia del Mesías, pero Jesúsdice con anticipación que no es así porque la caída del templo no es una señal del fin.

Este pasaje, sin embargo, da instrucciones sobre cómo reaccionar en estostiempos. En verso 23, se le dice a los discípulos a “estar alertas”. Esto puede tenerdoble sentido. Primero, necesitan estar alertas sobre la destrucción venidera deJerusalén para que puedan escapar de ella, como verso 14 les dice que huyan a las

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montañas. Pero quizá, más importante aún, esta es una advertencia escatológica quelos invita a estar alertas sobre la segunda venida real y estar alertas para que no seanengañados por los falsos mesías.

Marcos ahora hace que Jesús diga que la guerra judía, la persecución de susseguidores y la destrucción de Jerusalén y el templo no son señales de la segundavenida. Finalmente, en versos 24-27, Jesús habla del fin mismo. Esto sucederá en algúntiempo después de los sufrimientos asociados con la caída de Jerusalén. Estos versosdicen que la venida del Hijo del Hombre tomará lugar en conjunto con portentoscósmicos. Esto es probablemente una manera de decir que toda la creación estáinvolucrada con la venida del Hijo del Hombre. Esto no es un evento sobre el cualalguien necesitará que se le diga porque todos verán al Hijo del Hombre viniendo en lasnubes y todos los electos serán reunidos con él. Esta reunión del pueblo de Diosprobablemente se ve como el cumplimiento de las promesas de Dios hechas a aquellosen el exilio (vea Dt. 30:4; Is. 11:11, 16; 27:12; Ez. 39:27). Este evento es lo opuesto aregarlos en el exilio; es la reunión del pueblo de Dios para Dios. Así que, la venida delHijo del Hombre, como se anticipa aquí, será vista por todos y logrará los propósitos deDios.

Ahora, si nos volvemos a la pregunta: “¿Cuáles son las señales?” todavía notenemos respuesta. La única señal que el fin viene es que fin principia. Ninguna de lasotras cosas que se han señalado como señales que el fin tiene que estar cerca sonaceptadas como señales genuinas. Son, mas bien, explícitamente rechazadas comoseñales. Así que, mientras Marcos cierra esta discusión de las señales del fin, sumensaje ha sido que no hay eventos en la historia mundial a la que uno pueda señalarcomo clara evidencia que el fin está cerca. Ni siquiera la destrucción del templo es talseñal.

Después que Marcos concluye que no hay señales seguras del fin, se vuelve alasunto del tiempo del fin (vv. 28-37). En esta sección Jesús cuenta dos parábolas yofrece algunos comentarios sobre ellas. La primera de éstas, la parábola de la higuera,compara la venida del Hijo del Hombre al brote de la higuera en verano. Cuando vemosque las hojas brotan, sabemos que es verano. De nuevo, el punto parece ser que no haytiempo para mirar las señales. Cuando uno ve una, el tiempo ya está encima. El verso30 añade urgencia a este asunto por decir que estas cosas sucederán todas durante“esta generación”. El “todas estas cosas” claramente se refiere a la venida del Hijo delHombre así como a la destrucción de Jerusalén y las persecuciones. Sabemos desdenuestro punto ventajoso que el fin no vino en el primer siglo, o en el tiempo de aquellaprimera generación de cristianos. Quizá Marcos intenta “esta generación” a que serefiere a los lectores en lugar de la generación de los apóstoles, pero hace poco pararesolver el problema. Verso 32 pudiera ayudarnos a entender este pasaje un poco mejor. El verso 32 asegura que nadie sabe el tiempo del fin excepto el Padre; ni siquiera Jesússabe. Si este es el caso, ¿cómo puede Jesús asegurar en verso 30 que el fin sucederá en“esta generación”? Existe una tensión entre estos dos versos que pudiera serimportante para mantener una perspectiva apocalíptica. Es importante que el fin seapronto (“en esta generación”) y que su tiempo exacto no sea conocido. Estos dos puntosjuntos invitan a los lectores a estar en un estado constante de preparación para la

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segunda venida. Y ese es el punto enfatizado en la siguiente parábola del hombre sesale a un viaje y deja a sus esclavos encargados de la casa.

Esta segunda parábola se introduce con la exhortación: “Cuidado, estén alertas”. La parábola entonces dice que los siervos tienen que estar constantemente listos parael regreso del amo porque no saben cuando regresará. La parábola inmediatamente esseguida por la exhortación: “Velad”. Así que, en lugar de dar un tiempo o dar una listade señales, Jesús le dice a los discípulos que estén listos siempre porque el fin vendrárepentinamente. Así Marcos ha movido el énfasis del fin viniendo rápidamente al finviniendo de repente. Este cambio es sutil pero importante. Vuelve la atención de tratarde predecir cuando viene el fin a vivir en un estado constante de preparación para él. Porque el fin vendrá de repente, uno siempre tiene que estar listo para dar cuentas aDios en un enfoque claro.

Marcos quiere estar seguro que sus lectores entienden que la exhortación sacadade estas parábolas son para ellos como lo fue para los discípulos en el Monte de losOlivos. Así, la última declaración de Jesús en este discurso está dirigido no a losdiscípulos, sino a los lectores de Marcos: “Lo que les digo [a los discípulos] lo digo atodos: Velad”. Así los lectores de Marcos también son exhortados a estar listos siemprepara la repentina venida del Hijo del Hombre.

Marcos 13 nos ha llevado en una ruta circular. Principia con la predicción de ladestrucción del templo, se mueve al asunto de cuándo sucederá esa destrucción, luegoa la discusión de cosas que no son señales que el fin está cerca (incluyendo ladestrucción del templo), a comentarios sobre qué tan repentino sucederá el fin, yfinalmente a una exhortación a estar siempre listos para ese fin repentino. Este pasajelogra a lo menos dos funciones en Marcos. Primero, completa los tratos de Jesús con eltemplo, mostrando que su caída no es sorpresa y que no es un portento del fin. Además,la caída del templo no se ha de construir como una señal de debilidad de Dios porque yalo sabía Jesús y Jesús mismo lo había anunciado clausurando el templo (capítulo 11). Segundo, capítulo 13 lleva a la misma meta que encontramos en mucha escrituraapocalíptica. Su retórica, que culmina por designar el fin como repentino, está diseñadapara exhortar a los lectores a una fidelidad constante frente a la persecución y la caídadel templo.

Dos Sermones Sobre Marcos 13Cada tercer año, muchos predicadores se lamentan cuando notan la lectura del

Evangelio para el Primer Domingo de Adviento. El Ciclo B del Leccionario ComúnRevisado enlista una sección de Marcos 13 como la lectura del Evangelio para ese día. Algunos predicadores suspiran cuando notar que la lectura prescrita omite la predicciónde Jesús sobre la persecución de los creyentes y la terrible descripción del “sacrilegiodesolador” (Mc. 13:14), pero quedan suficientes desafíos para aquellos fieles que hacenpoca distinción entre Adviento y Navidad y se olvidan que el “dulce pequeño Jesús”creció para llegar a ser el poderoso “Hijo del Hombre”. ¿Qué tienen que ver los portentoscelestiales, la reunión de los electos, y un dueño de esclavos que viene a casa inesperadocon nuestras preparaciones para navidad? El primer sermón sobre este texto, “Velad”,intenta responder a este desafío. Intenta ayudar a una congregación para que inicie su

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peregrinación a través de Adviento.A la medida que el año 2000 se acerca, más cristianos descubrirán o se volverán

a Marcos 13 y preguntarán a sus líderes qué significan estos versos. Muchos líderesreligiosos en la comunidad que los rodea estarán más que dispuestos a responder a suspreguntas. El segundo sermón, “Sabremos que viene cuando le veamos”, intentaresponder tanto a las preguntas hechas por los fieles y a algunas respuestas a aquellaspreguntas que muchos de nosotros encontramos irresponsables y dañinas a la vida defe.

“Velad”3

Tarde en el verano de 1990, un científico predijo que un temblor mayor junto a laFalla de Nueva Madrid sacudiría la tierra de Kentucky occidental y el sureste deTennessee hasta el Delta del Mississippi. Los sismólogos han discutido la posibilidadde tal temblor por décadas, pero esta predicción atrajo una cantidad poco común deatención porque daba una fecha específica: Martes, diciembre 4, 1990. Para diciembre,pocos noticieros, asambleas públicas, o conversaciones privadas en el área fallaban demencionar los temblores predichos. La gente guardó posesiones preciosas, amontonóprovisiones y gasolina, y aprendió a cómo apagar el gas y el agua. Las escuelas y losnegocios anunciaron que cerrarías esa semana y varios residentes temporalmenteabandonaron el área. Los abogados estuvieron ocupados mientras cientos de personasescribían sus testamentos y “ponían las cosas en orden”. En diciembre 2, 1990, el primerdomingo de Adviento y dos días antes del temblor predicho, las iglesias estaban llenas.El ambiente se acercaba al pánico. Mucha gente se quedó despierta toda la noche el 3de diciembre, algunos de ellos en iglesias teniendo vigilias con velas.

Diciembre 4, 1990, pasó sin ningún temblor. Diciembre 1990 vino y se fue sinningún temblor. El invierno se convirtió en primavera sin ningún movimiento sísmico. Las baterías de los focos se acabaron. La comida extra se echó a perder. Los tanquesde gasolinas se quedaron vacíos otra vez. Sólo los profesionales entrenados continuaronconduciendo prácticas de desastre. La asistencia a la iglesia y la vida volvieron a lonormal. Volvieron a dormir tranquilos de nuevo. Cuando una crisis parece inminente,tenemos problemas para dormirnos. Cuando la amenaza del peligro parece remota,nuestras pestañas se ponen pesadas y nos dormimos.

Cuando Marcos compuso su Evangelio, muchos cristianos esperaban que elmesías regresara a la tierra en cualquier momento. En realidad, muchos que se decíanmesías aparecieron y declararon ¡qué ya habían llegado! Muchos creyentes consideraronlas palabras: “En verdad os digo, esta generación no pasará hasta que todas estas cosasse cumplan” (Mc. 13:30) una promesa sólida de que Jesús volvería pronto paraestablecer el reino de Dios sobre la tierra.

El tiempo ciertamente parecía correcto para la intervención divina. Las relacionesentre los romanos y los judíos de deterioraban a diario. Para el tiempo cuando Marcosescribió su Evangelio, las legiones romanas probablemente ya habían principiado su

3Extiendo mi gratitud a la congregación de la Iglesia Cristiana Crofton, con quien experimenté loseventos del verano de 1990 y la versión inicial de este sermón.

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sitio largo y devastador de Jerusalén. De hecho, esa siega bien pudo haber terminadoy Jerusalén pudiera ya estar en ruinas. Para empeorar las cosas, las relaciones entrejudíos y cristianos se movían de la tolerancia reacia a un rechazo hostil. Añadido a esainflación de dos dígitos y la falta de comida frecuente, y fácilmente entendemos por quémuchos de los fieles se sentían seguros que un día de intervención divina se acercaba.

Ya casi han pasado dos mil años desde que Marcos compuso su Evangelio. Todavía tendremos que ver “al Hijo del Hombre viniendo en las nubes con gran podery gloria” (Mc. 13:26). Pocos de nosotros esperamos testificar tal evento. Algunos denosotros tenemos poca paciencia con aquellos que lo hacen. Otros de nosotros nosabemos que hacer de predicciones de un retorno corporal de Jesús a la tierra. Aúnhablar de ello nos pone nerviosos. Dios sabe que hemos visto miríadas de crisismilitares, desastres naturales y bajadas económicas, y el advenimiento del año 2000ciertamente ha iniciado una furia de predicciones del fin del mundo. Uno nos ve defrente en los supermercados cada semana. ¿Pero no es tal habladuría puro fanatismo?

Nuestra inseguridad sobre qué hacer con las visiones apocalípticas y prediccionesdel fin del tiempo no nos da permiso a darnos la vuelta, a dormirnos e ignorar este testoy el llamado de Adviento a “velar”. “¡Velad!” Esa palabra aplica a mucho más que lapreparación y anticipación de levantamientos y destrucción cataclísmica. Nos llama ala consciencia del hecho que Dios nos considera responsables de lo que hacemos connuestras vidas. “Es como un hombre que va de viaje, cuando deja su casa y pone a susesclavos encargados, cada uno con su trabajo y ordena al portero a que vele. Por tanto,velad” (Mc. 13:34-35). En otras palabras, sea que nos sentimos o nos cómodos, Diosespera algo de nosotros. La gracia es gratis, pero no es barata. No podemos ganarnosuna relación con Dios, pero cuesta tener una. La involucración de Dios en nuestras vidasno nos hace marionetas. Tenemos que tomar decisiones, decisiones importantes, quecambian la vida. Jesús vino para que tuviéramos vida y la tuviéramos en abundancia,pero no forza esa vida sobre nosotros. Ofrece vida abundante y tenemos que decidir sila queremos y si la aceptaremos. Tenemos que decidir.

Siendo que la iglesia descansa sobre voluntarios y seguido parece mansa cuandocompite con otras demandas sobre nuestras vidas, fácilmente nos escapamos a unamanera casual y a una actitud sobre quién y qué somos como pueblo de fe. Nos vamosa dormir. Este texto y la temporada de Adviento suenan la alarma: “¡Velad!” Nos alertaal hecho que Dios con confían tareas sagradas.

En ocasiones todos nosotros pensamos que nos gustaría ver “al sol. . . oscurecido.. . las estrellas . . . cayendo del cielo, y las potencias de los cielos. . . sacudirse” (Mc. 13:2-25). Nos gustaría ser testigos de señales incuestionables e irrefutables que Dios estávivo, que es poderoso y que trabaja en el mundo.

Tales señales vienen. “¡Velad!” Nuestra fe nos desafía a descubrir la presencia,poder y ministerio de Dios llegando y desenvolviéndose a través de nosotros y ennosotros, así como a nuestro alrededor y para nosotros.

Un grupo de jóvenes del Kentucky central apartan sus vacaciones de primaveraporque planean hacer un viaje al sur de Flórida y en lugar de viajar al oeste por variashoras gastan una semana empacando arena para la gente que nunca antes habíaconocido previamente y quizá nunca verán de nuevo. Durante uno de los días más

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ocupados del año, los miembros de la iglesia añaden a sus extensas listas de compranlos nombres de gente que no conocen y compran regalos que no verán abrirse. Alguiencon una lista de “cosas qué hacer” más larga que todos hace paradas en facilidades decuidado extendidos y lentamente alimenta a un amigo anciano. Una persona sinrespuestas que dar invita a otro que sufre primero a la comida y luego a un servicio deadoración. Tales acciones no sacuden los cielos —¿o sí?

“De la higuera aprendan la lección” (Mc. 13:28). Porque primero hemos recibidoamor, tenemos la responsabilidad y la oportunidad de amar. Porque la gracia nos hatocado, tenemos el llamado y el potencial de tocar a otros. Porque se nos ha dadodignidad, tenemos la comisión y la capacidad de hacer dignos a otros. Porque semanatras semana venimos a la mesa como mendigos y recibimos el pan y la copa, tenemosla misión y la posibilidad de preparar el camino para que otros mendigos seanalimentados.

“¡Velad!” Quizá nuestras iglesias no piden lo suficiente de nosotros. Quizánuestro cuerpo ministerial teme ofendernos y suavizan la exigencia de Dios y elevangelio puesto sobre nuestras vidas. Quizá nuestros líderes laicos no hacen nuestroinvolucramiento en la vida congregacional y ministerio algo crítico. Quizá tenemos milesde sentimientos de sentirnos inadecuados o impotentes. Nada de eso cambia nada ytodo eso tampoco cambia nada. El desafío permanece. “¡Velad!”

En ocasiones nos sentimos como orando con Isaías: “Si tú abrieras los cielos ydescendieras, para que las montañas temblaran ante tu presencia. . . para hacer tunombre conocido a tus adversarios, para que las naciones temblaran ante tu presencia”(Is. 64:1-2). Nosotros queremos que el mal sepa que no sólo desafían los estándareshumanos sino también los dictados de Dios. El mal parece que está en todas partes, tanpotente, y tan predominante que nos sentimos totalmente impotentes y sin esperanza. Nos dormimos.

“¡Velad!” La justicia de Dios obra a través de nosotros y en nosotros, así como anuestro alrededor y por nosotros.

Una mujer blanca ignora las miradas burlonas y los flechazos que la desapruebancuando come con un compañero negro porque valora el principio por encima de lapopularidad. La gente ocupada toma el tiempo para enseñar a leer a un adulto porquesaben que la batalla en contra de la pobreza se lucha con la presencia así como con laspalabras. Un maestro preocupado en desesperada necesidad de su salario pone sucarrera en la línea y archiva un reporte cuando los moretones de un niño de una familiainfluyente se miran sospechosos como para haber sucedido en una “caída”. Talesacciones no ocasionan que la tierra tiemble —¿o sí?

“De la higuera aprended la lección” (Mc. 13:28). Porque pertenecemos al Príncipede Paz, tenemos el llamado y el potencial de ser y llegar a ser pacificadores. Porque elDios que decimos que tiene demandas sobre nosotros ama la justicia y la compasión,tenemos la responsabilidad y oportunidad de defender al inocente y proteger alimpotente. Porque nuestro Dios no muestra parcialidad, tenemos la comisión y lacapacidad de confrontar el prejuicio y la opresión.

A lo mejor no nos sentimos cómodos en tales papeles. A lo mejor no nos sentimosa la altura de tales tareas. Quizá no queramos tomar esas demandas. Preferimos cerrar

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nuestros ojos y dormirnos. Nada de eso cambia nada y todo eso no cambia nada. “¡Velad!”

Esto pudiera sonar como demasiado. Hay más. La temporada de Adviento y estetexto buscan no sólo despertarnos a nuestro llamado y potencial, sino también a abrirnuestros ojos a lo que Dios hace en nuestros medios. En ocasiones la tierra tiembla ytruenan los cielos, pero la mayoría de nuestras experiencias de Dios no son tandramáticas. Dios no sólo mueve montañas; Dios mueve corazones. Dios no sólo partelas aguas del mar; Dios aplasta las barreras que mantienen a nuestros prójimos lejos. Dios no sólo resucita a los muertos; Dios vivifica a los vivos.

La temporada de Adviento declara el misterio de la encarnación, Dios escogiendomezclar la divinidad con la humanidad. Adviento declara que Dios no tiene que molestarel orden natural para estar con nosotros, porque Dios está con nosotros en el ordennatural de las cosas. La promesa: “Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoyen medio de ellos” (Mt. 18:20), no es una excusa que Dios nos da para consolarnoscuando la asistencia está baja. Es un regalo que recibimos de un Dios que escogeparticipar en nuestras vidas, toda nuestra vida. En el santuario no meramente adoramosa Dios. Tenemos comunión con Dios. No servimos meramente a Dios. Trabajamos conDios.

No tenemos que esperar hasta el fin del mundo para conocer a Dios. Nuestrarelación con Dios no es algo que logramos al fin de la vida. Nuestra relación con Dios esalgo que descubrimos en medio de la vida. La divinidad se mezcla con la humanidad derepente y seguido donde menos esperamos. “¡Velad!” Espera escuchar palabrasproféticas de un niño. Anticipa recibir visión de los ojos que se acaban por la edad. Prepárate para sentir lo sagrado en la presencia de un extraño. Alístate para sentirteextrañamente caliente en lo común y acostumbrado.

No es fácil mantenerse despierto. Algunos se duermen durante la adoración cadadomingo. Los niños saltan de ocho a dieciocho. Los pactos matrimoniales se disuelvenen contratos. Las amistades se desaparecen a conocidos. Esperanzas brillantes pierdensu lustre y llegan a ser expectativas hechas pedazos. En la bendición del gozo, elaburrimiento de lo común, y lo mudo de la desilusión, nos dormimos. Nos dormimos.

“De la higuera aprended la lección” (Mc. 13:28). No importa que cae o falla —aúnel templo y la iglesia— todo a nuestro alrededor son gente en quienes vemos a Cristo ya quienes llevamos a Cristo, gente qué perdonar y gente de quién recibimos perdón,gente con quien formar el reino de Dios y gente con quién descubrir el reino de Dios. Esahora y ese tiempo puede y viene de repente, sin esperarlo, en cualquier tiempo.

“¡Velad!” Ese es el mandamiento poderoso, porque hay mucho qué hacer. “¡Velad!” Esa es la invitación de gracia, porque hay mucho que ver. “¡Velad!”

“Sabremos Qué Viene Cuando lo Veamos”De acuerdo a la información encontrada mientras navegaba en Internet, una serie

de eventos que llevarán a la parusía, la segunda venida de Jesús, ya ha principiado. Aquellos eventos principiaron, claro, en 1998. ¿Por qué 1998? La matemática básica lohace elemental. Como todos saben, el capítulo 13 de Apocalipsis identifica el 666 comoel número más malo, el número que simboliza al anticristo. Y, como todos también

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saben, tres es uno de los números perfectos. Cuando multiplicamos tres veces el 666,obtenemos 1998, ¡el año perfectamente obvio del anticristo!

De acuerdo a otra fuente, la data científica apoya esta conclusión. Un eclipse solarocurrido en América del Sur en febrero de 1998 y llovieron meteoritos sobre la tierradurante noviembre de 1998. Esos eventos cumplen las palabras de Jesús:

Pero en aquellos días, después de ese sufrimiento,el sol se oscurecerá,

y la luna no dará su luz,y las estrellas caerán del cielo,

y las potencias de los cielos serán oscurecidas.(Marcos 13:24-25)

El clima de 1998 dio evidencia aún más convincente. ¿Recuerdan los huracanesy la actividad volcánica de 1998? ¿Recuerdan cómo los meteorólogos atribuyeron eso yuna variedad de patrones climáticos peculiares a algo llamado El Niño? Bueno, El Niñosignifica “muchacho pequeño” y se refiere al “niño Cristo”. Experimentamos un climadestructivo nombrado “El Niño Cristo”. Todos podemos reconocer eso como otra señaldel anticristo, usando el nombre de Cristo pero opuesto a su naturaleza.

Esta y otra evidencia hacen claro que el anticristo ha principiado su búsquedafinal del dominio mundial. El tiempo ha llegado para que la gente escoja o arrodillarseante él o aceptar al Cristo real. Jesús regresará pronto, muy pronto, para derrotar al maly principiar su reino eternal.

De acuerdo a Damian Thompson, corresponsal de asuntos religiosos para TheDaily Telegraph, alguna gente está más preparada para esto que otras:

En ningún otro lugar en la tierra se espera la Segunda Venida de Cristo conanhelos tan desesperados como Seoul, Corea del Sur. Cada noche las lucesnocturnas de la ciudad se convierten en una caja de cruces de neón, cadauna de ellas representando a una comunidad de cristianos nacidos denuevo. . . Pero las cruces no están allí para conmemorar al Jesús de Nazaretterrenal: son luces para guiar a Cristo el Rey aéreo, que cuando el granmomento predestinado llegue, aparecerá en las nubes de gloria parainaugurar el Milenio.4

¡A lo menos sabrá dónde aterrizar!Mientras nos movemos no muy lento al año 2000, similares predicciones y

preparaciones para la segunda venida y el fin del tiempo aparecen casi diariamente. Nosmiran a nosotros desde las pizarras en las tiendas de abarrotes, al tiempo de pagar. Gritan sus advertencias en los programas de televisión y en la radio de muy noche. Vienen de una variedad de fuentes y sacan un montón impresivo de pasajes de las

4Damian Thompson, The End of Time: Faith and Fear in the Shadow of the Millennium (Hanover,N. H.: University Press of New England, 1996), 226.

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Escrituras y data científica. En medio de todo esto se levanta el clamor, causanconfusión, y generan consternación, ¿qué debe hacer el cristiano?

Arriesgando sonar como otro fanático más o un fundamentalista bíblico, quierohacer una sugerencia. ¿Por qué no hacemos lo que Jesús nos aconsejó hacer en Marcos13? “Pero del día y la hora nadie sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo elPadre. Tengan cuidado, manténganse alertas; porque no saben cuando vendrá eltiempo” (Marcos 13:32-33).

Muchos eruditos bíblicos se refieren a Marcos 13 como el “Apocalipsis Sinóptico”. El capítulo abre con Jesús y sus discípulos saliendo el templo de Jerusalén. Losdiscípulos, la mayoría de ellos galileos, se portaron como típicos turistas. Estiraban elcuello y tenían la boca abierta, al mismo tiempo que se quedaban mirando las vistas dela gran ciudad. Al maravillarse del templo, Jesús dice: “¿Ven estos grandes edificios?No quedará piedra sobre piedra; todo será destruido” (Marcos 13:2). Sólo después quehicieron el viaje del templo al Monte de los Olivos los discípulos se atrevieron apreguntarle a Jesús qué significaba eso. Jesús entonces habla de la destrucción deltemplo y “la venida del Hijo del Hombre en las nubes” (Marcos 13:26).

Al escuchar a Jesús dirigirse a tales asuntos pica el interés de casi cualquiercristiano, pero los lectores iniciados de Marcos probablemente levantaron las cejas másy más rápido de lo que nosotros hacemos. Marcos fue escrito o poco antes o pocodespués que las legiones romanas completaron el sitio de Jerusalén y destruyeron eltemplo. Los cristianos judíos y gentiles de seguro respiraron a la vez. ¿Cómo podía serque el único templo del único Dios cayera? ¿Cómo el Dios del mesías permitiría talcatástrofe y todos los sufrimientos relacionados con ello? ¿Había llegado a ser el mundotan malvado que Jesús tiene que regresar muy pronto? Así de nuevo, hacemos lapregunta: ¿Qué debe hacer un cristiano?

Nota primero y primariamente que el Jesús de Marcos no iguala la caída deJerusalén con “el fin”. “Tened cuidado que nadie os engañe. Muchos vendrán en minombre y dirán, ‘¡yo soy él!’ y engañarán a muchos. Cuando escuchéis de guerras yrumores de guerras, no os alarméis; esto tiene que suceder, pero todavía no es el fin”(Marcos 13:5-7). La caída de Jerusalén, aunque devastadora, no es “el fin”. Jesúsdeclara luego que los cristianos sufrirán de muchas y varias maneras. Después de estorepite la advertencia: “Y si alguno os dice en aquel tiempo, ‘¡Mira! ¡He aquí el mesías!’o ‘¡mira! ¡Allá está! —no lo creáis. Los mesías y profetas falsos aparecerán y produciránseñales para engañar, si es posible, aún a los electos” (Marcos 13:21-22).

Entonces Jesús ofrece una simple verdad rodeada por dos parábolas. Primero lasparábolas. “De la higuera aprended la lección: tan pronto como sus ramas se vuelventiernas y brotan sus hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Así también, cuandoveáis estas cosas, sabed que él está cerca, a las puertas” (Marcos 13:28-29). En otraspalabras, cuando el verano llega, entonces sabrán que ya es verano. Ahora la segundaparábola. “Es como un hombre que se va de viaje, cuando deja la casa y pone a sussiervos encargados, cada uno con su trabajo, y le ordena al velador a estar velando. Portanto, velad —porque no sabéis cuándo regresará el dueño de la casa, en la tarde, o a lamedianoche, o al canto del gallo, o en la madrugada” (Marcos 13:34-35). En otraspalabras, cuando la criada y el portero ven el carro que entra a la casa, entonces sabrán

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que el dueño de la casa ha regresado. Ahora, la verdad simple: “Pero de aquel día oaquella hora, nadie sabe, ni los ángeles en el cielo ni el Hijo, sino sólo el Padre. Tenedcuidado, manteneos alertas; porque no sabéis cuando vendrá el tiempo” (Marcos 13:32-33). ¿Qué más claro puede hacerlo? ¡No sabemos y no podemos saber cuando regresaráJesús! ¡Ni siquiera él lo sabe! Siendo que él no sabe y nosotros no sabemos ni podemossaber, nos aconseja: “¡Velad!” Sabremos que viene ¡cuándo le veamos!

¡Velad! Sin embargo, donde sea y cuando sea que Jesús regrese, ahora nos llama,donde estamos y como estamos a vivir vidas de fe. Jesús nos desafía no a prepararnospara la segunda venida, sino más bien a estar preparados para ello. Jesús instruye a supueblo de fe a no alistarse para despertar en un momento, el abrir y cerrar de un ojo, alsonido de la última trompeta, sino mas bien a mantenernos despiertos hasta queescuchemos el sonido de la trompeta. La segunda venida, como sea, donde sea ycualquier cosa que sea, es la promesa de Jesús que en cada aquí y ahora de nuestrasvidas Dios nos considera responsables de vigilar en nuestra fe.

Allá en los días cuando trabajaba para vivir, gastaba poco tiempo encargado delcontrol de calidad de una planta que procesaba la leche. Tenía la tarea de asegurarmeque nos manteníamos cumpliendo con el estándar puesto por el departamento de salud. Éramos inspeccionados regularmente, pero nunca sabíamos que día o que hora elinspector venía. Muchos empleados de largo tiempo tenían teorías elaboradas sobrecuándo sería la próxima inspección, pero aquellas predicciones fallaban más seguidoque sus adivinanzas para ver quién ganaba el juego de la semana. Básicamente,sabíamos cuándo llegaba el inspector de salud cuando veíamos su carro en elestacionamiento. Si hubiéramos tenido que esperar para estar listos con los códigos desalud, nunca hubiéramos podido tener algún negocio. Aunque veíamos con orgullo loque hacíamos y queríamos mantener limpia la planta y producir un producto seguro,confieso no nos lastimaba tener un inspector impredecible que nos mantuvieraresponsables.

Ya casi puedo escuchar las quejas de muchos cristianos contemporáneossofisticados, especialmente aquellos que seguido consideran la fe una opción más queun imperativo y aquellos que consideran a Jesús primariamente como un maestrobenévolo pero benigno. “Eso suena como una amenaza, predicador. ¡Estás tratando deespantarnos para que creamos!” A la acusación de pensar que Dios en Cristo esperaalgo de nosotros, me declaro culpable. Firmemente creo, primero, que tanto nosotroscomo el mundo le pertenecemos a Dios, y segundo, que Dios tiene algo invertido en cómoutilizamos nuestras vidas. Tales convicciones pueden demostrar más que un poco detemor, pero no lo suficiente como temer que creemos que Dios no existe o que notenemos a quién buscar sino sólo a nosotros mismos cuando necesitamos ayuda yesperanza. Yo considero buenas noticias que tenemos un Dios y un salvador a quien leimportamos tanto como para involucrarse en nuestras vidas —aún si no podemos sabercuándo el Hijo del Hombre regresará hasta que lo veamos venir.

Pero las buenas nuevas no paran allí. Nota los límites puestos sobre lo que Diosespera de nosotros. Marcos 13 insiste que demos testimonio, soportemos y velemos;pero no nos hace responsables para crear o edificar el reino de Dios sobre la tierra. Enlugar de eso, como esclavos encargados de la casa mientras el dueño se va de viaje, Dios

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nos considera responsable de las tareas que nos confía. Dios en Cristo no nos consideraresponsable del éxito del evangelio en el mundo. En lugar de eso, Dios en Cristo nosconsidera responsable de dar testimonio del Cristo a quien seguimos y de manifestarnuestra fe en la manera cómo vivimos. Esa es la obra que Dios nos ha dado hasta queel fin venga.

¿Cuándo ocurrirá? ¿Cuándo regresará Jesús? ¡Recuerda lo que Jesús dijo! Nosabemos y no podemos saber. Sólo Dios sabe. Sabremos que viene cuando le veamosvenir. Pero podemos estar de acuerdo con la gente que predice su arribo inminentesobre una cosa. ¡El tiempo ciertamente parece listo para que Jesús regrese!

Después del huracán Mitch en noviembre de 1998, los deslaves de lodo sepultaronpueblos y villas en Honduras y Nicaragua, matando más de once mil personas ycausando intenso sufrimiento sobre innumerables más. En ese mismo mes, la gentepobre moría diariamente en Rusia mientras el invierno más frío en treinta años descendíaen una gente ya acabada por la escasez de comida, combustible y medicina. Cuandopensamos de estas situaciones nos encojemos; sin embargo sabemos que nos sonasuntos aislados. Los desastres naturales aumentan el sufrimiento de los menos demanera regular. Ahora sería un buen tiempo para que Jesús regresara y trajera armoníaa la creación.

Dos días después de Acción de Gracias en 1998, el capitán de diecisiete años deun equipo de fútbol americano de una preparatoria en Louisville, Kentucky, murióinnecesariamente. Varias heridas de bala en la espalda acabaron con la vida de AdrianSmith y sus sueños de jugar en el fútbol del colegio. No era parte del argumento ocualquier otra cosa que llevó a la balacera. Tuvo la mala fortuna de tropezarseinocentemente en la confrontación. Probablemente ni conocía al que le disparó o porqué.5 La historia quiebra nuestros corazones. Y casi quiebra nuestros espíritus también,porque en nuestra sociedad violenta y llena de pistolas la gente inocente muerediariamente. En el campo de la preparatoria, en las calles de Beirut, en las líneas delpaís, y en casi cada punto aislado o poblado del globo, masacramos y nos sacrificamosunos a otros a la violencia regularmente. Ahora sería un buen tiempo para que Jesúsregresara y pusiera fin a nuestra locura guerrera.

Cuando venga el fin, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, alguien pondráun puesto y principiará a vender camisetas. Si la segunda venida toma más de un día,los restaurantes que venden comida rápida y los lugares que venden recuerdosaparecerán también, seguidas por la compañía que vende tenis venderá una ediciónlimitada de “Tenis Hijo del Hombre”. Con unos cuántos días para comprar antes que elfin venga, la demanda será tan alta ¡cómo las nubes en que Jesús venga! Esa es lamanera cómo somos. Somos consumistas. Consumimos y consumimos, y nuncallenamos nuestro vacío. Gastamos tanto tiempo preparándonos para comprar quenuestros espíritus se vacían igual que nuestras carteras. Ahora sería un buen tiempopara que Jesús regresara y nos enseñara la diferente entre tener cosas en abundanciay tener vida en abundancia.

¿Cuándo regresará Jesús? Lo sabremos cuando lo veamos. Hasta entonces

5Lexintong (Ky.) Herald-Leader, 28 November 1998, C3.

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tenemos algo de trabajo qué hacer.No podemos parar los huracanes y los desastres naturales. No podemos poner de

nuevo juntas todas las piezas de las vidas que quiebran. Tal ministerio le pertenece aDios solo. No somos responsables de enderezar todo; pero somos responsables de cómorespondemos. Podemos guardar y practicar la fe: organizando viajes misioneros;colectando ofrendas para ellos; predicar a diario; llevando a otros porque tenemos lacapacidad y la orden de hacerlo. Extrañamente, mientras hacemos nuestro trabajo,también recibimos las bendiciones que impartimos.

No podemos acabar con toda la violencia humana. No podemos derretir cadacorazón helado por el odio, el prejuicio, el racismo, la apatía y la maldad. Tal ministeriole pertenece a Dios solo. No somos responsables de eliminar los actos sin sentido deviolencia que plagan la humanidad; pero somos responsables por cómo respondemos. Podemos guardar y practicar la fe: arrodillarnos en oración golpeados por el dolor al ladode la víctima; pararnos para confrontar y orar por el ofensor; confesar nuestras propiastendencias a la violencia y buscar sanidad; investigar y practicar maneras de resolverel conflicto donde nadie pierda; cuidar a otros porque tenemos la capacidad y la ordende hacerlo. Milagrosamente, mientras hacemos nuestro trabajo, recibiremos así comoimpartiremos las bendiciones.

No podemos alterar todas las economías globales, nacionales o locales. Nopodemos eliminar todos los anhelos de poseer y todas las inseguridades que nosempujan a ser consumistas. No podemos ni siquiera ayudar a todos a ver cómo el anheloinsaciable por más significa menos para muchos otros. Tal ministerio le pertenece a Diossolo. Nosotros no somos responsables de reparar todo el daño hecho; pero somosresponsables por cómo respondemos. Podemos guardar y practicar la fe: consumirmenos para que otros tengan más; llegar a estar conscientes tanto como sea posible delprecio que otros pagan por nuestras compras; tomar el tiempo para notar y dar graciaspor las riquezas que nada tiene que ver con posesiones; aprender a querer tener menospara que podamos dar más; cuidar la manera cómo nuestras vidas afectas a otros porquetenemos la capacidad y la orden de hacerlo. Por la gracia de Dios, mientras hacemosnuestro trabajo, recibimos así como impartimos las bendiciones.

Si Jesús regresara y nos encontrara haciendo todo esto o aún tratando de hacertodo esto, ¿qué pensaría? Pensaría que teníamos miedo que nos sorprendiera dormidos,pero me parece aún mejor que pensaría que en realidad le creímos. ¡Pudiera pensar quenuestra fe nos mantuvo velando! Imagínense eso. Pudiera sorprenderle tanto que unángel tendría que evitar ¡qué se cayera de la nube!

¿Cuándo regresará Jesús? No sabemos y no podemos saber. Así que, no nospreocuparemos al respecto. De hecho, a la medida que el 2000 se acerca podemossentarnos y tener un buen tiempo viendo a la gente pretender que saben más de lo queen realidad saben. Mientras miramos, podemos velar, velar por las oportunidades depracticar nuestra fe. Habrá muchas. Cuando Jesús regrese, lo sabremos porque leveremos. Hasta entonces, podemos vivir en él antes que le veamos venir. Por la graciade Dios, que sea así. Por la gracia de Dios, así será.

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CAPÍTULO 7

Apocalipsis 5

ExégesisEl libro de Apocalipsis ha sido uno de los libros más populares y más aterrador

del canon. Ha hablado a muchos grupos y ha sido entendido de muy diferentes formas.Como con otros pasajes que hemos examinado, la primera tarea es localizar estedocumento en su propio tiempo y tratar de entender su mensaje en ese contexto. Asíque, principiamos con lo que sabemos sobre el contexto histórico del escrito en sutotalidad.

Apocalipsis fue escrito por Juan, un profeta judeocristiano que era familiar con lascongregaciones de Asia Menor occidental (hoy Turquía). No hay evidencia en el textoque nos lleve a identificarlo con el apóstol Juan. Así que, la autoridad de este escritorno viene de pretender el oficio apostólico, sino del conocimiento de los destinatarioscomo un profeta y del medio de su escrito, una historia de una revelación de Dios. Apocalipsis generalmente se fecha durante el reinado de Domiciano (81-96 d. C.). Seguido se asegura que hubo una severa persecución de cristianos durante este tiempoy que Apocalipsis es una respuesta a esa persecución, que incluyó el exilio de Juan aPatmos. Sin embargo, casi no hay evidencia externa a Apocalipsis que hubiera unapersecución sistemática, en todo el imperio durante este tiempo. Sin embargo, loscristianos de Asia Menor vivían bajo la amenaza de persecución, como el exilio de Juanmismo indica. Aún sin una persecución amplia gubernamental y violenta, los cristianosenfrentaban muchas cosas que interpretaban como persecución y como la obra deSatanás.

La clase más común de persecución que los cristianos del primer siglo pareceenfrentaron fue económica y social. Esta clase de persecución no debe verse como trivialo como menos difícil de soportar que nuestra concepción común de la persecución comoalgo que involucra tortura física y muerte. Esta última clase de persecución es brutal ydolorosa, pero rápida. La persecución en la forma de desventajas económica y de seramenazados como exiliados sociales es algo que tiene que soportarse constantemente.No es sólo un asunto de pararte valiente por tu fe una vez, sino de que se cuestione tucompromiso con Cristo frente a la continua dificultad y dolor impuesto sobre ti y tufamilia. La mayoría de los cristianos primitivos eran de los estratos más bajos de lasociedad, una sociedad en la que no había clase media. Antes de ser cristianos, lamayoría de estas personas sobrevivían en un nivel de sobrevivencia con poco o nadamás allá de lo necesario (p.e., la mayoría en esta clase nunca comía carne). Después desu conversión al cristianismo, las cosas probablemente empeoraron para ellos, porqueal llegar a ser cristianos se esperaba que dejaran ciertas actividades que los ponía endesventaja económica aún más.

Un buen ejemplo de esto es su asistencia a las reuniones de su trabajo. Gruposde personas que trabajaban en el mismo trabajo de una ciudad se reunían para discutir

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los negocios, quizá iban juntos a comprar necesidades en grupo, y se metían en otrasactividades relacionadas a sus negocios. Desgraciadamente para los cristianos, aquellasreuniones se tenían en cuartos conectados o asociados con templos de varios dioses. Temprano los cristianos principiaron a argumentar sobre si era aceptable para ellosasistir a estas reuniones, comer (algunas cosas habían sido ofrecidas en sacrificios aldios del templo), y participan en actividades relacionadas con los negocios conducidosallí. En 1 Corintios 8—10 encontramos que algunos cristianos pensaban asistir a esasreuniones como algo aceptable mientras no participaran en la adoración del otro dios ymientras como cristianos entendieran que el “dios” que se adoraba por los otros no eraverdaderamente dios. Pero Pablo rechaza esta línea de argumento, asegurando que loscristianos no deberían ser parte de estas reuniones —tanto por su causa y aquella deotros cristianos que pudieran no saber que otros dioses no eran realmente dioses—porque pudieran ser tentados acreer en aquellos dioses de nuevo. Apocalipsis toma estemismo asunto en sus cartas a las iglesias (capítulo 2—3). Juan también demanda quelos cristianos no se comprometan con el mundo al participar de alimentos sacrificadosa los ídolos (vea, v. gr., 2:14).

Este asunto era más importante de lo que suena. No era sólo una pequeñainconveniencia. Participación o no participación, particularmente si era conocida laausencia de uno por razones religiosas, pudiera seguido haber sido la diferencia entretener suficiente para comer y tener hambre. Piensa de la tribulación de tu fe si tuvierasque enviar a tus hijos a la cama en la noche sabiendo que tienen hambre porque erescristiano. Este es un tipo genuino y doloroso de persecución, tan real como cualquierviolencia que uno pueda imaginarse.

Socialmente, la no participación de los cristianos en varias actividades cívicas serequería por su compromiso a adorar sólo a único Dios. Serían vistos como no patriotasy simplemente extraño si no participaban en el culto del dios de su ciudad o tomaranventajas de los dones en ocasiones se distribuían en los templos. De nuevo, toda lafamilia de uno tendría que sufrir por razón de esta fe. Estar exiliado voluntariamente estan difícil para toda la vida de uno, pero eso no era requerido de los cristianos en esteperíodo.

Así que, ya sea que la persecución de los cristianos que recibieron Apocalipsisvenía de Domiciano o de las experiencias más comunes de los cristianos, su percepciónera que el mundo estaba en su contra. Mientras interpretaban su experiencia de larealidad, parecía obvio que Satanás estaba en control y hacía todo lo que estaba en elpoder de Satanás para hacer difíciles las cosas para los cristianos. Su experiencia,entonces, trae a la superficie la pregunta a la que los escritos apocalípticos se dirigen. Necesitan una palabra de esperanza sobre la victoria de Dios y sobre su participaciónen esa victoria. Si recordamos que los cristianos más primitivos creían que el fin estabamuy cerca,1 las dificultades que los destinatarios del Apocalipsis enfrentaban son aúnmás dificultosas. Aproximadamente han pasado sesenta años desde que los cristianos

1P.e., 1 Tesalonicenses fue escrito porque estos cristianos no sabían cómo entender las muertesdentro de su congregación. Ellos habían creído que la segunda venida ocurriría antes que alguno murieraen la iglesia.

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primero principiaron a proclamar que la segunda venida estaba cerca, y quizá laexpectativa del fin estaba acabándose entre algunos grupos. Si ese era el caso, entoncesno había prospecto de descanso de las circunstancias difíciles que tenían que vivir. Apocalipsis renovó esa esperanza, diciendo que el fin estaba cerca, aún si no era tanpronto como algunos pensaban. Así que, fueron exhortados a permanecer fieles ydesapegaos del mundo y sus ventajas.

Los propósitos primarios de Apocalipsis, entonces son asegurar a aquellos queestaban sufriendo que Dios todavía pondría todas las cosas bien y que lo haría pronto,y exhortarlos a la fidelidad, dada la seguridad y rapidez de esta acción de Dios. Todaslas imágenes extrañas (para nosotros) y los números contribuían a aquellos propósitos.Las imágenes no tenían la intención de ser literales o difíciles. Que los símbolos no sehan de entender literalmente se puede ver de pasajes como 17:1-14, donde Juaninterpreta la imagen, así dándonos una clave de cómo leer otro material en el libro. Estepasaje, que identifica la bestia escarlata y la gran prostituta como el Imperio Romano,también muestra que las imágenes de este libro se enfocan en la gente y los eventos delprimer siglo. Juan no tramó la historia. Mas bien, habló sobre gente y eventos que losprimeros lectores podían identificar fácilmente. Como con toda la apocalíptica, tenía quehacer esto en lenguaje velado, pero dentro de la tradición de este género, sus referenciaseran claras lo suficiente. Si Apocalipsis sería de ayuda a sus destinatarios, tenía quehablar a su tiempo. Haría muy poco efecto a su resistencia decirles que permanecieranfieles y con esperanza porque Dios actuaría decisivamente a su favor —¡en 2,000 años!Como con todos los escritores apocalípticos, Juan asegura a los lectores que Diosactuará pronto (1:1; 6:9-11; 22:20). Así que, Apocalipsis nunca puede usarse parapredecir cuando sucederá el fin porque tiene en su visión a personajes y eventos delprimer siglo.

Que Apocalipsis no se puede utilizar para tramar la historia también se hace claropor las formas en que se mueve en patrones cíclicos. No produce una secuenciacronológica de eventos que llevan al fin. En su lugar, seguido describe lasconsecuencias de desobedecer a Dios, viendo a aquellas consecuencias desde diferentesperspectivas. Los siete sellos del capítulo 6 y lo que siguen son un buen ejemplo. Estossellos revelan lo que pasa en las áreas de la política, guerra y economía cuando el pueblodesobedece a Dios. El orden de las cosas no es importante, mas bien que son todasconsecuencias de no vivir como Dios quiere que vivan los humanos. Si el libro deApocalipsis diera el mapa para la historia humana, capítulo 11 hubiera concluido. Alfinal del capítulo 11 el día del juicio ha llegado y “Los reinos del mundo han llegado a serel reino del Señor y de su Mesías” (v. 15). Esto concluye toda la historia mundial, lavictoria de Dios está segura, los justos son recompensados y los malvados soncastigados (vv. 16-18). Pero, claro, el libro no termina allí; capítulo 12 principia otro ciclodentro del libro. El punto aquí es que Apocalipsis no intenta hacer lo que seguido sehace, esto es, predecir el curso de los eventos en el mundo para que podamos predecirel día del fin. La razón que no podemos predecir la historia mundial de Apocalipsis noes que no entendemos bien lo suficiente, sino que nunca intentó capacitar a sus lectorespara hacer tales predicciones.

El mensaje de Apocalipsis es algo mucho más importante que cualquier

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delineación de la secuencia de eventos que llevan al fin. Es el mensaje que cualquiercosa que sean aquellos eventos, podemos estar seguros que Dios será victorioso y quepodemos estar con Dios si permanecemos fieles.

Capítulo 5El capítulo 5 prepara para el primer round de acción mayor en Apocalipsis, que

principia en capítulo 6. En capítulos 1-3 Juan ha descrito la epifanía inicial de Cristo yse ha dirigido individualmente a cada una de las siete iglesias a las que escribe. Capítulos 4 y 5 describen el cielo y las varias cosas que Juan ve allí. En capítulo 4 Juanrecibe una invitación para ir al cielo y obtener su primer vistazo del trono de Dios y dela adoración que lo rodea. Este capítulo es poderosamente teocéntrico. Este énfasis encapítulo 4 permite a Juan dar al capítulo 5 un enfoque más cristológico, aunque no pierdede vista a Dios.

Después que Juan ha descrito la adoración de Dios en capítulo 4, dicen en 5:1 quevio un rollo en la mano de Dios, un rollo que estaba escrito por dentro y por fuera y queestaba sellado con siete sellos. En versos 2-4 un ángel envía una proclamación pidiendoquién es digno de abril el rollo. Pero no se encuentra a nadie. Se busca en todas lasregiones: el cielo, la tierra y las esferas debajo de la tierra. Esto acaba con lasposibilidades cosmológicas para la gente del antiguo mundo. Casi toda la gente de estetiempo pensaba que el cosmos tenía pisos, con un número de esferas discretas sobre latierra y una o más debajo de ella. Así que, se busca en toda la creación para buscar auno digno de abrir o incluso leer este rollo. Cuando no se encuentra a nadie, Juanprincipia a llorar. Esto parece curioso porque Juan llega a estar consciente del rollo pocoantes de principiar a llorar. Dada esta reacción, tiene que contener algo que quiereconocer desesperadamente. Es mucho más posible que entiende que contiene el destinodel mundo y la gente en él. Esto es sólo la información que Juan y sus lectores necesitanconocer si es que soportarán la persecución. Si el rollo es similar a aquel encontrado en1 Enoc 93, es en gran parte un libro de destrucción y ayes para el mundo. Aunquepudiera parecernos irónico, estas son buenas nuevas para aquellos que sufren porquesignifica que sus perseguidores serán castigados y ya no serán capaces de imponerdolor sobre ellos. Así que, Juan está ansioso en saber sobre este futuro y el destino queespera a los fieles y a los malvados.

Pudiera ser importante notar que al que el ángel está buscando no es alguien quesea capaz de abril el rollo y sus sellos, sino a alguien que sea digno. Esto es, alguien quees apropiado para la tarea, alguien que tiene las características requeridas para revelary proclamar lo que el rollo contiene, que no es menos que la voluntad y juicio de Dios.

En verso 5 uno de los ancianos, uno de la clase de seres alrededor del trono deDios, consuela a Juan por decirle que se ha encontrado a uno para abrir el rollo. Ellenguaje utilizado para introducir a este personaje es mesiánico; él es el león de Judá yla raíz de David. De esta manera, Juan revela que la esperanza por el mesías se cumpleen este ser, en Cristo. Éste ha conquistado y por eso puede abrir el rollo y sus sellos. Elvocabulario de conquista ya ha aparecido en Apocalipsis varias veces (p.e., 2:7, 11, 17,26; 3:5, 12, 21). Esta es una manera cómo Juan habla de los que permanecen fieles hastael fin. En las cartas a las iglesias en capítulos 2-3, a aquellos que conquistan se les

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promete vida con Dios y bendiciones de Dios. Ahora, el que es digno de abrir el rollo seve como el que establece el paradigma de la fidelidad de los conquistadores que lesiguen. La conquista que esta figura mesiánica logra puede ser aún más específica. Algunos argumentarían que siendo que el énfasis de la conquista está en la fidelidad,la muerte de Jesús lo hace el conquistador. Otros aseguran que tiene que ser unareferencia a la resurrección de Cristo porque esta figura es dibujada como victoriosa. Parece mejor no separar estas dos partes del evento singular de la muerte y resurrecciónde Cristo. Cada uno da sentido al otro y no son entendibles si se separan de manerassignificativas. Así que, se ve a Cristo como conquistador porque fue fiel aún hasta lamuerte y luego fue resucitado por Dios. Tanto la muerte como la resurrección juegan unpapel en la descripción de él encontrado en los siguientes versos.

Cuando Juan lo ve, a este que es digno, está parado entre el trono de Dios y lascuatro criaturas y entre los ancianos. Estos seres y la localidad del Cordero entre ellosson significativos. Los seres vivientes son querubines de alguna clase. Su presencia ydescripción aquí probablemente regresa a la visión de Ezequiel de las cuatro criaturasque lleva el carruaje trono de Dios (Ez. 1:4-14). Su forma pudiera beber de la mitologíababilónica, que tenía cuatro guardianes alados en las cuatro esquinas de la tierra. Enla revelación de Juan, su propósito es alabar a Dios, particularmente para dirigir laadoración celestial por proclamar la santidad de Dios. Con todos sus ojos,probablemente representan la omnisciencia de Dios.

Es mucho más dificultoso identificar a los veinticuatro ancianos y los intérpreteshan sugerido varias posibilidades. Algunos aseguran que representan los rangos desacerdotes en Israel. Otros piensan que esta imagen bebe de la costumbre romana detener oficiales presidiendo, incluyendo al emperador, rodeados de oficiales menorescuando están en la corte. Esto ayudaría a hacer el contraste entre la adoración alemperador y la adoración de Dios aún más aguda. La imagen y número también puederelacionarse a los veinticuatro jueces de la astrología babilónica. Si están relacionadosa este trasfondo pudieran simbolizar el orden y gobierno cósmico. El entendimiento máscomún de estos ancianos es que representan a todo el pueblo de Dios al combinar a lasdoce tribus de Israel y los doce apóstoles. Este entendimiento puede apoyarse por suposesión de las copas llenas de las oraciones de los santos (v. 8). La principal actividaden la que participan en capítulos 4 y 5 es la adoración. A través del capítulo 4 esto estádirigido a Dios, y en capítulo 5 se expande para incluir al Cordero. Verso 8 nos dice queestos ancianos ofrecen incienso a Dios de sus copas de oro. Que este inciensorepresenta las oraciones de los santos es importante porque esta imagen da a loslectores razones para tomar valor y tener esperanza: Sus oraciones se han levantado enla presencia directa de Dios.

La figura mesiánica del verso 4 se identifica en verso 6 como un Cordero que hasido inmolado, pero que vive y que tiene siete cuernos y siete ojos. Esta figura contienea propósito imágenes completamente incongruentes. Probablemente debe entenderseal Cordero como un Cordero sacrificial porque ha sido inmolado. Pero aunque ha sidomuerto, vive. Además, tiene siete cuernos y siete ojos. Los cuernos eran una señal depoder y el número siete representa totalidad o perfección. Así que tenemos un Cordero,que ha sido muerto y todavía posee poder perfecto y completo. Este Cordero poderoso,

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pero inmolado, también posee los siete espíritus de Dios. Los siete ojos probablementeindican que el Cordero ve y conoce todo y quizá que es todo sabio. La yuxtaposición delos símbolos de poder y debilidad es un recuerdo que la persecución que los lectoresestán soportando no es la última palabra. De hecho, el poder de Dios se ve aún más clarocuando se ve en conjunto con la debilidad del Cordero. Este Cordero, que fue tan débilque es muerto, tiene el poder total de Dios. Quizá también esto explique cómo elCordero puede ser el león (v. 5). Estas oposiciones en la descripción del Cordero indicanque las cosas no son como aparecen en la tierra; existe una realidad más grande que esla realidad dominante y permanente.2

Este Cordero inmolado, poderoso, se encuentra entre los ancianos. Si los ancianosrepresentan a todo el pueblo de Dios (como la mayoría de los intérpretes cree), entoncesel Cordero se encuentra entre el pueblo de Dios. Esto sería otro trozo de ánimo paraaquellos que sufren persecución, porque el Cristo resucitado, poderoso, está con ellosen sus sufrimientos.

Cuando el Cordero toma el rollo de la mano de Dios, los seres vivientes y losancianos caen en adoración al Cordero. En el contexto de Apocalipsis, esta adoraciónindica que se atribuye al Cordero la posición de la divinidad. Sin embargo, hay unadistinción muy clara entre el Cordero y el que está sentado en el trono, y el Corderoclaramente está subordinado. Esta subordinación no se ve sólo en la posición delCordero (i.e., no está en el trono) pero también en el himno doxológico que sigue.

Juan identifica el material en versos 9-10 como “un nuevo cántico” que los seresvivientes y los ancianos entonan al Cordero. La novedad del canto indica que algo nuevoha sucedido por la cual una nueva expresión de alabanza debe cantarse. Esto haceíntimo que la muerte de Cristo y su resurrección (mencionada en verso 9) inició algonuevo y estableció a Cristo como el que es digno de revelar y despachar el futuro deDios. Este texto ancla la obra salvadora de Cristo en un contexto escatológico.

El himno asegura que el Cordero es digno de tomar el rollo y abrirlo porque fueinmolado y compró a su pueblo para Dios con su sangre. Así que, es el sacrificio delCordero por todo el pueblo que lo hace digno. Este himno pudiera implicar que lamuerte y resurrección de Jesús eran partes necesarias del esquema escatológico, así queel plan de Dios puede seguir adelante una vez que la acción ha sido lograda. Laaseveración de Juan que la sangre del Cordero compró al pueblo de Dios probablementebebe del uso de esta misma palabra en el trato de esclavos que, seguido eran compradossimbólicamente por un dios “para libertad”. Aquí, este pueblo es comprado por Dios. En esta transacción, el Cordero hace por aquellas muchas naciones y pueblos un soloreino y sacerdocio para Dios. Así que, son comprados juntos y se les da una identidady estima común y una posición de honor y acceso a Dios.

La última línea del himno promete una realidad que tiene que ser inimaginablepara los destinatarios originales del libro — “ellos reinarán sobre la tierra”. Estapromesa asegura que habrá un reverso completo de fortunas, será un mundo donde losjustos reinan. Dado el estado desesperanzado del mundo descrito en la mayor parte de

2Esta imagen también recuerda a uno el entendimiento del ministerio de Pablo y de la vidacristiana como una vida de fortaleza en la debilidad.

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Apocalipsis y la literatura apocalíptica más amplia, parece más probable que la tierrasobre la que reinarán será la “nueva tierra” de la que se habla más tarde en el libroporque la tierra presente está tan corrompida como para ser redimida.

Después del himno, un coro de decenas de miles de ángeles se une a los seresvivientes y a los ancianos que proclaman “al Cordero que fue inmolado” digno degrandes poderes y bendiciones (vv. 11-12). Luego el coro se expande aún más paraincluir a todas las criaturas de todas las esferas atribuyendo bendición, honor y gloriaal que está en el trono y al Cordero. Esta aclamación por una gran compañía pudiera,intencionadamente, recordar (y sobrepasar) las aclamaciones del emperador por lasmuchas gentes en varias ocasiones. Si es así, este pasaje, de nuevo, refleja el conflictoque Juan ve entre el reino de Dios y el reino del César. Un coro que incluye a todas lascriaturas sólo puede representar la victoria final de Dios cuando todos los seres, en todaspartes, reconozcan a Dios como Dios. Así pues, tenemos un vistazo ventajoso de lagloria del Fin.

Es interesante, Juan ha traído de nuevo al que está en el trono al cuadro mientrasestas doxologías concluyen. Dios permanece siendo el autor primario de todo, pero elCordero es alabado de maneras que sólo son apropiadas para Dios en el judaísmo. Estaestrecha asociación entre los dos sin identificarlos uno con el otro es dificultosa. Juanestá caminando sobre una cuerda floja. Está tratando de sostener el monoteísmo y almismo tiempo honrando a Cristo como la revelación de Dios a la humanidad. Juan noes la última persona que lucha de esta manera, pero sus imágenes le ayudaron aexpresar lo estrecho del Cristo a Dios mientras que sostuvo sus identidades y posicionesseparadas.

Los capítulos 4-5 colocan la plataforma para la acción que principia en capítulo6, cuando el Cordero principia a abrir los sellos. Capítulos 4-5 son un elemento necesarioy fortalecedor en el fluir de Apocalipsis. Estos capítulos ofrecen seguridad que la batalladonde los lectores de Juan están metidos será ganada por Dios. El capítulo 5 tambiénhace claro que el Cordero ya ha logrado la victoria, para sí mismo y para todos lospueblos. Así que, su compromiso con Dios es apropiado porque la victoria de Dios estáasegurada. Como Eugene Boring señala, las doxologías en capítulo 4-5 nos llevan de lacreación a la consumación.3 Nos muestran que el Dios que trajo a ser a la creación lareclamará al final. Estas doxologías celebran como una realidad la victoria de Dios quelos lectores todavía no experimentan, pero a través de estos himnos se les da laseguridad que no hay posibilidad de otro final. Con esta seguridad ellos puedenenfrentar las tribulaciones que están esperándolos y a todo el mundo, que los siguientescapítulos del libro describen. Y, claro, estas dificultades llevan a una descripción máscompleta de la victoria de Dios y su participación en ella.

Dos Sermones sobre Apocalipsis 5Como notamos en la sección exegética, los capítulos 4 y 5 de Apocalipsis

describen el cielo y un servicio de adoración que se lleva a cabo allí. El énfasis deApocalipsis 4 es una de Dios en su trono, que vive por siempre y siempre y, como creador

3M. Eugene Boring, Revelation, Interpretation (Louisville, Ky.: John Knox Press, 1989), 112.

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de todo, merece recibir adoración de todos. En Apocalipsis 5, el Cordero de Dios entraa esta reunión. Contrario a lo que muchos pudieran esperar, el Cordero celestial todavíalleva las marcas de la matanza. Esta imagen forza a los lectores a recordar el precio queel Cordero tuvo que pagar para permanecer fiel a Dios. El primer sermón que sigue:“Digno es el Cordero”, intenta luchar con nuestra incomodidad con el Cordero inmolado,nuestra vergüenza de la crucifixión sangrienta y su importancia para la teología ypráctica cristiana.

El segundo sermón: “Un Buen Tiempo para Adorar”, responde menos al contenidoparticular de Apocalipsis 5 que al lugar de los capítulos 4 y 5 en la narrativa más grande. Apocalipsis se dirige a gente que se considera a sí misma como oprimida y perseguida. La mayoría del libro describe las terribles plagas y destrucción que reflejan una luchaintensa, cósmica, y una batalla terrenal entre el bien y el mal. Dios ganará esta lucha,pero antes de esa victoria final muchos creyentes sufrirán y morirán. Sin embargo, antesde contar esa visión, el narrador se detiene para describir un servicio de adoración. Esosugiere que así como todo termina con Dios, así todo principia con Dios. Aún cuando lasbestias, un dragón y un gran conflicto les espera en el cercano horizonte, el narradortodavía considera que es un buen tiempo para la adoración.

“Digno es el Cordero”Los eventos narrados en el quinto capítulo de Apocalipsis toman lugar en el

cuarto del trono celestial. En el capítulo previo, un servicio de adoración celestialprincipia. En los versos inmediatos antes de esta lectura, veinticuatro ancianos seinclinan en homenaje delante de Dios y canta:

Señor, digno eresde recibir la gloria y la honra y el poder;

porque tú creaste todas las cosas,y por tu voluntad existen y fueron creadas.

(Apocalipsis 4:11)

Tal escena etérea y tales palabras exaltadas de alabanza nos hacen esperar un clímaxinsuperable de este servicio de adoración. Quizás un coro de ángeles bajo la direcciónde Händel, acompañados por Mozart, cantando una canta escrita por Bach. Quizás uncoro de querubines cantando las últimas alabanzas de alabanza al ritmo de los tambores,guitarras y bajo. La conclusión imaginada de la liturgia variaría de acuerdo a los gustosy preferencias individuales, pero el cuadro es claro. ¡Esta es la adoración en el cielo!¡Esta es la adoración en la presencia inmediata de Dios! ¿Qué puede posiblemente salirmal?

Contrario a nuestras expectativas, algo puede y sale mal. En lugar de tenernuestros oídos dirigidos hacia un crescendo musical, el texto dirige nuestros ojos a unrollo sellado en la mano de Dios. En lugar de la música gozosa, una pregunta incómodase levanta antes nuestros oídos: “¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?”(Apocalipsis 5:2). En lugar del sonido del triunfo, escuchamos a un profeta llorando queninguno —ni en el cielo— es digno de abrir el libro.

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Nuestra ansiedad rápidamente se abate, sin embargo, con la mención del “Leónde la tribu de Judá, la Raíz de David” (5:5). Ahora, que este héroe conquistador hallegado, de seguro el servicio de adoración puede volver a las alturas con la queprincipió. Pero luego, cuando principiamos a relajarnos, viene una inesperadadescripción de nuestro héroe: “Entonces vi entre el trono y los cuatro seres viviente yentre los ancianos a un Cordero de pie como si había sido degollado” (Apocalipsis 5:6). ¿Inmolado? ¿El Cordero de Dios parado en el cielo inmolado? ¡Degollado! Tanto lapalabra como el concepto son horribles. Pero tres veces en este pasaje que toma lugaren el trono celestial el Cordero es descrito como inmolado. En realidad, el servicio vienea un clímax “con miríadas de miríadas y miles de miles, cantando con plena voz: ‘Dignoes el Cordero que fue inmolado’” (Apocalipsis 5:11-12). ¿Inmolado? ¿No podemosescapar de los himnos sangrientos aún en el cielo? Cuando nos acercamos así al tronode Dios (y al fin del mundo), ¿no podemos, finalmente, hacer a un lado al Corderoinmolado?

El Cordero inmolado, el cuadro de Jesús crucificado, es escandaloso comovergonzante. Estira la imaginación para pensar del Dios encarnándose, de la divinidadponiendo su casa en la carne. Pero esa paradoja sola no será suficiente para elcristianismo. Después de concebir a Dios tomando carne, inmolamos esa carne en lacruz y miramos a Dios morir. ¿Por qué? ¿Por qué tiene que, el cristianismo, ser tansangriento? ¿Por qué no estar contentos con un Jesús que enseña lecciones másprofundas que ninguna escuchada antes o después? ¿Por qué no estar contentos con unJesús que sacude a todo el mundo con un poder que transforma las vidas de supredicación? ¿Por qué no establecerse con un Jesús que hace las maravillas másportentosas y los milagros más milagrosos de lo que el mundo ha visto? ¿Por qué tieneque, el cristianismo, regresar tan atrevidamente al Gólgota y a la cruz?

Para responder a aquellas y similares preguntas, tenemos que visitar el corazónde lo que Jesús y su ministerio representan. Jesús no representa el cuadro modelo dela humanidad. No está parado sobre las alturas de lo que podemos obtener o la bondadque podemos adquirir por conducirnos bien lo suficiente o por ser justos lo suficiente. Nien Jesús tenemos la marca por la cual Dios quiere medirnos a nosotros. Jesús dice:“Sígueme” y “Venid a mí”, e incluso “¡Apártate de mí!” pero nunca dice: “Lleguen a sercomo yo”. Muy al contrario, Jesús representa la decisión de Dios de permitirnos tenerlo que no podemos obtener, de dejarnos llegar a lo que no podemos tocar.

Si pudiéramos resolver los problemas más perplejos y eliminar el pecado denuestras vidas por simplemente aprender cómo mejor responder a la vida, nonecesitaríamos más que un maestro. Pero, como muchos de nosotros hemos descubiertoen las clases de álgebra, saber la ecuación correcta no siempre significa resolver elproblema. El conocimiento no nos salva. Si pudiéramos resolver los problemas másperplejos de la vida y eliminar el pecado de nuestras vidas por simplemente enfocarnosen las respuestas que se nos han dado y permanecer motivados, no necesitaríamos másque un predicador. Eso no funcionará tampoco. Todos hemos lamentado con Pablo: “Nohago el bien que quiero, sino el mal que no quiero eso hago” (Romanos 7:19). Voluntady deseo no nos salvará tampoco. Si pudiéramos resolver los problemas más perplejos yeliminar el pecado de nuestras vidas por simplemente recordar aquellas veces cuando

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el poder y la presencia de Dios casi nos abrumó, no necesitaríamos más que un obradorde milagros. Pero típicamente se nos olvida en Capernaún para el cuarto día el origendel vino que bebimos en Caná al tercer día. Señales y maravillas no nos salvarátampoco. Somos demasiados olvidadizos para eso. En la metáfora de Apocalipsis 5,ninguno de nosotros es digno de abrir el rollo. Ninguno de nosotros. Ninguno. Nisiquiera si la hicimos y cuando estemos en el cielo.

Eso es donde la cruz y la inmolación del Cordero de Dios entran en el cuadro. Lacruz representa la decisión de gracia de Dios de permanecer involucrado en nuestrasvidas sea que sabemos o no o si lo merecemos. La cruz representa la decisión de graciade Dios de vivir en relación con nosotros aún cuando no hacemos el bien que queremoshacer sino el mal que no queríamos pero lo hacemos. Algunos de nosotros hablamos deexpiación, santificación, propiciación, sacrificio. Algunos de nosotros ofrecemosexplicaciones teológicas y metáforas que hacen dar vueltas a la cabeza. Pero sinimportar cómo lo explicamos o describimos, la cruz representa el triunfo eventual y finalde Dios sobre lo peor que podemos hacer y lo peor que puede hacerse sobre nosotros. La cruz representa la decisión de gracia de Dios para llevarnos del pasado a dondepodemos ir solos, para dejarnos llegar a lo que no podemos tocar.

No, esto no explica todos los “por qué” y los “cómo” de la cruz. Eso no esnecesario. En asuntos de la vida y la muerte, explicar la cruz importa menos que creery aceptarla. El pecado y el diablo seguido están en el panorama, terribles e imposiblede escaparnos de ellos. Puede hacer toda la diferencia en (y fuera del) mundo creer queno estamos solos y no depender de nosotros solos.

Considera a los cristianos para quienes el Apocalipsis fue escrito. No eran genterica. Muchos de ellos sobrevivieron de día en día. A diferencia de los creyentes quevendrían en el futuro, que gozaron de los beneficios de tener al gobierno a su favor, elloseran considerados extraños y antisociales. Por razón de su fe, ellos rehusaron adorar aldios de la ciudad donde vivían. Eso causó que ellos fueron considerados no patriotas.Por razón de su fe, evitaban los templos donde alimento y otros regalos se distribuían.En nuestro mundo, eso sería como rehusar en dejar que nuestros hijos celebraran Acciónde Gracias. Las lenguas de nuestros vecinos de seguro se moverían y los dedos seapuntarían. Por razón de su fe, muchos cristianos no podían participar en los negocios,porque seguido eran asociados con los templos de las varias deidades. Eso hacía másdifícil para ellos practicas sus habilidades y ganarse el pan cotidiano. Como resultado,los cristianos se hallaron a sí mismos cortados de sus vecinos, rechazados por susfamiliares, y marginados por la sociedad. No podían cambiar aquellas realidades por símismos. Sin embargo, podían creer que Dios, que resucitó a Jesús de los muertoscuando la gente hizo lo peor que podían hacerle, podía y permanecería con ellosigualmente. Eso no explica todos los “por qué” y los “cómo”, pero les ayudó a seguir,confiados que por la gracia de Dios podían alcanzar lo que no podían tocar.

En ocasiones nuestra experiencia del mal y nuestra necesidad de Dios son máspersonales. Hace varios años un fiel me llamó a la mitad de una tarde hermosa de undomingo de verano, y me pidió que fuera con ella a la casa de un amigo. El hijo de ochoaños del amigo apenas se había ahogado en una poza del rancho. Para el tiempo quellegué, el shock había llegado a ser demasiado para la mamá que lloraba. Cuando entré

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al frente, podía verla pasearse con frenesí en el cuarto del niño. Pienso que si mi fiel nohubiera estado parada detrás de mí, me hubiera dado la vuelta y hubiera huido. Entréal cuarto sin saber qué decir. Cuando nuestros ojos se encontraron, ni dije ni hice nada,sino que, misteriosamente, ella paró de llorar casi de inmediato. Luego me permitióayudarla para que se sentara. Cuando el llanto paró y recuperó su aliento suficiente parahablar, podía ver una chispa de esperanza en sus ojos. Todavía estaba lamentándosepero ya no temblaba. Luego me miró y dijo: “Él sabe, ¿no es así? Dios sabe. Él tambiénperdió a su hijo”. Olvídate de las explicaciones. En ese momento no importabantampoco. Y no, nada que alguien pudiera hacer o hizo remplazaría al niño ocompletamente sanaría la herida del corazón de esa madre. Tenía que luchar con supérdida; pero lo hizo con esperanza. Un Cordero inmolado le dio esperanza. Ella creía,mientras enfrentaba este mal que cada padre teme, que no estaba sola. Eso hacía todala diferencia en el mundo.

En un punto u otro, todos encontraremos un mal demasiado poderoso paraderrotar, un pecado demasiado fuerte para resistir, un sueño que no podremos logar, unbien que queremos tocar pero no podemos alcanzar. Corremos a una situación quealguien más tiene que hacerla por nosotros lo que no podemos hacer por nosotrosmismos. Cuesta algo mantener al mal y al pecado en su lugar. Cuesta algo para que lossueños se vuelvan realidad. Cuesta algo para que nosotros alcancemos lo que nopodemos tocar. En el lenguaje de la fe, el Cordero inmolado pagó ese costo.

Todavía no me gusta. No entiendo al Cordero inmolado. Tiemblo en imaginarmeal Cordero inmolado. Mis ojos quiere rehusar contemplar la visión del Cordero inmolado. Pero cuando confieso cuánto más que lo que soy y me gustaría llegar a ser, cuandoadmito que no puedo viajar solo a los lugares más maravillosos que quiero ir, y cuandome doy cuenta cuánto bien hay más allá de lo que puedo tocar y me gustaría alcanzar,también suspiro, canto y en ocasiones gritos: “¡Digno es el Cordero que fue inmolado!”(Apocalipsis 5:12). ¿No es así para todos?

“Un Buen Tiempo para Adorar”Varias imágenes en Apocalipsis 5 capturan el ojo de un predicador hambriento

por un sermón. Sería desafiante, por ejemplo, reflexionar sobre las diferencias entre losnombres utilizados por Jesús y el cuadro hablado por él en el pasaje. El anciano en verso5 de la visión se refiere a Jesús como “el León de la tribu de Judá” y “la Raíz de David”. Sin embargo, Jesús aparece en el siguiente verso como “un Cordero de pie como si habíasido degollado”. En Jesús, el león y el cordero no sólo se acuestan juntos, ¡son uno! Hayun sermón allí en algún lugar.

También encuentro intrigante la imagen en verso 8 de “copas de oro llenas deincienso, que son las oraciones de los santos”. Eso es eco de la petición en Salmos 141:2

Suba mi oración delante de ti como el incienso,El don de mis manos como la ofrenda de la tarde.

¿Favorece Dios el aroma de nuestras oraciones? Eso, también, provee tela paracortar un sermón.

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Las cejas teológicas se levantan cuando los cuatro seres vivientes y losveinticuatro ancianos cantan al Cordero: “con tu sangre nos has rescatado para Dios, detodo linaje y lengua y pueblo y nación” (Apocalipsis 5:9). ¿Rescatado? ¿No es eso algoque se paga a la gente que secuestra a otros? Algunas traducciones tienen en su lugar“redimido”. ¿Redimido? ¿No es algo que se hacía con los cupones? ¿Qué tienen que verestos términos con Jesús y su ministerio?

Tan intrigante como aquellas posibilidades son, mientras estudiaba este textoesta vez, algo más capturó mi ojo. No es algo en el texto como algo sobre el texto. Capítulos 4 y 5 de Apocalipsis ocupan un lugar especial en la narrativa total. Con elpropósito de verlo, regresemos y veamos a todo el bosque.

Cuando alguien menciona Apocalipsis, ¿qué viene a mente? Para algunaspersonas, leer las Escrituras en los funerales les ha impresionado tanto, que en susmentes el nuevo cielo y la nueva tierra de Apocalipsis 21 viene al recuerdo. Apocalipsisanticipa un tiempo donde no habrá más muerte, no más lágrimas y no más lamentos. Para otros, los eventos que preceden este nuevo cielo y nueva tierra vienen a la mente:guerra en el cielo, batalla con bestias aterradoras, plagas, y desastres naturales. Ambosponen el énfasis en el fin del mundo y los eventos que lo inauguran o caracterizan.

Ese énfasis es apropiado. El verso inicial identifica a este libro poco común como“la revelación de Jesucristo, que Dios le dio para mostrar a sus siervos de lo quesucederá pronto” (Apocalipsis 1:1). Seis versos más tarde escuchamos este anuncio deJesús:

He aquí que viene con las nubes,y todo ojo le verá,

y los que le traspasaron;y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él.

(Apocalipsis 1:7)

El resto del capítulo 1 y los siguientes dos capítulos se desvían por un momento con lascartas a las iglesias. Cuando el capítulo cuatro principia, sin embargo, Juan ve unapuerta abierta en el cielo y escucha una voz de mando como de trompeta: “Sube, y temostraré qué sucederá después de esto” (Apocalipsis 4:1). Aquellas cosas que tienenque suceder llenan la mayoría de las páginas del libro. Algunas de aquellas cosas sonespantosas. Los cuatro jinetes del apocalipsis en capítulo 6, llevando la guerra,masacrando con la espada, el hambre, la muerte y el Hades. En capítulo 8, los ángelesque tocan las trompetas también traen destrucción a una tercera parte de la tierra, elmar, el sol, la luna y las estrellas. En el siguiente capítulo, una tercera parte de lahumanidad muere. El cuadro es claro. Lo que sucederá pronto toma lugar incluyendomuchos eventos aterradores.

Entre el capítulo inicial 4 y todos aquellos eventos aterradores, sin embargo,encontramos algo que no sospechábamos. Capítulo 4 y 5 no hacen mención de ladestrucción o sufrimiento. En lugar de eso, describen un servicio de adoración —nocualquier servicio de adoración, sino un servicio de adoración en el cielo delante deltrono de Dios.

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Primero, Juan ve a Dios sentado en el trono, recibiendo adoración de toda unavariedad de criaturas celestiales, que cantan sin cesar:

Santo, Santo, Santo,el Señor Todopoderoso,el que era y es y ha de venir. (Apocalipsis 4:8)

Entonces los veinticuatro ancianos, que probablemente simbolizan los doce patriarcasdel Antiguo Testamento y los doce apóstoles del Nuevo Testamento (y así, ambospueblos del pacto), se inclinan delante de Dios y añaden su canto a la liturgia:

Tú eres digno, Señor y Dios nuestro,de recibir gloria y honor y poder,

porque tú creaste todas las cosas,y por tu voluntad existen y fueron creadas. (Apocalipsis 4:11)

Luego, el capítulo 5 principia y escuchamos sobre un rollo en la mano derecha de Dios. Pero antes que el rollo sea abierto nuestra mirada es dirigida al Cordero, y tan prontocomo él aparece las criaturas celestiales y los veinticuatro ancianos unen sus voces enotro canto que exalta al Cordero. (Ciertamente hay muchos cantos en el cielo, ¿no esasí?) La intensidad del servicio aumenta mientras los ángeles que son “miríadas demiríadas y miles de miles” (Apocalipsis 5:11) prestan sus voces para elevar otro cantode alabanza:

¡Digno es el Cordero que fue inmoladode recibir el poder y la riqueza y la sabiduría y el podery honor y gloria y la bendición! (Apocalipsis 5:12)

Finalmente, el servicio llega a un momento climático y de crescendo: “Entonces escuchéa toda criatura en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra y en el mar, y todo lo que enellos hay, cantando: ‘Al que está sentado en el trono y al Cordero sea la bendición y elhonor y la gloria y el poder ¡por siempre y siempre!’” (Apocalipsis 5:13).

De nuevo, el cuadro es claro. Juan ve una visión de un servicio de adoraciónexuberante, vivo y reverente. Nada puede detener a este servicio de adoración. El rollo,como la audiencia de Juan y aquellos familiarizados con esta literatura saben,probablemente dirá algo sobre el destino del mundo, pero permanece sin abrirse en lamano de Dios. Antes que sea abierto, aún si eso significa atrasar lo “que ha de sucederpronto”, todas las criaturas juntas adoran a Dios.

¿No es un poco curioso? Todo el libro trata con lo “que ha de suceder pronto” yel libro en la mano de Dios casi de seguro revelará eso, sin embargo todo se detiene paraun servicio de adoración. ¿Por qué? ¿Por qué interrumpir la narración de “lo quesucederá pronto” con un servicio de adoración?

Ese “por qué” llega a ser más enfático cuando pensamos del pueblo a quien Juanestá escribiendo. Para los cristianos, el fin del primer siglo no fue el mejor de los

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tiempos. Aunque la mayoría de los eruditos ya no identifica el reinado del emperadorromano Domiciano como el tiempo de una persecución general de los cristianos, habíalugares donde el bienestar y las vidas de los cristianos estaban amenazadossimplemente por razón de su fe. Eso parece extraño a aquellos de nosotros que vivimosen los Estados Unidos, pero los cristianos en lugares tales como la India y Chinaentenderían muy bien. El Estado no tiene que apoyar u ocasionar la persecución de unaminoría para que ocurra y prospere.

Pero la persecución abierta no era el único problema que los cristianos del primersiglo enfrentaban. Los negociantes de sandalias locales, los carpinteros y los que tejíanalfombras tenían sus reuniones en lugares pegados a los templos y seguido comíanalimentos ofrecidos en sacrificios a los dioses de aquellos templos. Muchos cristianossentían que no podían participar en aquellas reuniones. Eso los privaba de los beneficios de la unión con otros en su vocación, en particular los precios bajos que obtenían alcomprar materiales en cantidad. Siendo que la mayoría de la gente vivía al día, esosignificaba menos dinero en la bolsa y menos alimentos en las mesas. Tambiénsignificaba que se identificaban como diferentes, y todos sabemos qué le pasa a la genteque se aíslan por razones religiosas. Sólo piensen cómo tratamos a los “fanáticos” querehúsan ir con la corriente social por razones de su fe.

Muchos cristianos del primer siglo también rehusaban hacer los sacrificios “asalud del emperador” porque consideraban eso como hacer honor al emperador comodios. Eso ocasionaba a otros que los consideraran antipatriotas. También significabaque seguido los cristianos no recibían los regalos distribuidos por el gobierno en lasreuniones del templo, seguido eran regalos de carne u otros alimentos. Imagínensesaber que sus hijos tenían que irse a la cama con hambre porque ustedes son cristianos. Imagínense qué dirían y pensarían sus vecinos de ustedes.

Una vez más, el cuadro es claro. Ser cristiano en el primer siglo significabaprivarse de las ventajas sociales y económicas, enfrentar acosos ocasionales opersecución, y correr el riesgo considerable de hacer enojar a Roma o los poder locales. No hay nada fácil al respecto. De seguro que los cristianos querían saber cómo la visiónde Juan les ayudaría a tratar con las dificultades que enfrentaban. Eso nos trae de nuevoa nuestras preguntas. ¿Por qué? ¿Por qué interrumpir la narración de lo “que tiene quesuceder pronto” con un servicio de adoración?

Para la gente que se está preguntado si el precio que está pagando por sercristiano es demasiado alto, Juan parece decirle fuerte y claramente como es posible:“Dios siempre merece adoración”. Sí, los tiempos son difíciles. Sí, los cristianos no sonentendidos y los tratan mal. Pero eso no cambia nada. Dios merece ser adorado en todotiempo. De hecho, en el cielo, donde las cosas son como deben de ser, Dios recibeadoración “día y noche sin cesar” (Apocalipsis 4:8). No importa qué sucede en nuestromundo o el mundo, Dios merece adoración.

Juan creía eso. ¿Lo creemos nosotros? ¿Consideramos la adoración no sólo comoalgo bueno que hacemos pero esencial, algo necesario? ¿Creemos que nada que hasucedido o sucederá pronto en nuestras vidas debe interferir nuestra adoración de Dios?Arriesgando de salirnos de la predicación al chisme, yo no lo creo. La discrepancia entrenuestra membresía y la asistencia promedio al servicio de adoración sugiere otra cosa.

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¿Toda la gente o la mayoría de la gente que se dice cristiana, adora a Dios regularmente?Yo no lo creo.

Escucho las murmuraciones: “Predicador, ya cruzaste la línea. Las cosas erandiferentes entonces que ahora”.

Es correcto. Las cosas eran diferentes. ¡Ahora es más fácil! A diferencia delImperio Romano en el primer siglo o India o China durante el siglo veinte, cuando nosreunimos para adorar nadie nos molesta, nadie abusa de nosotros, o amenaza nuestrasvidas. A diferencia del Imperio Romano durante el primer siglo o India o China duranteel siglo veinte, no sufriremos financieramente o seremos marginados socialmente porreunirnos para adorar a Dios. Cuando comparamos nuestra situación con la de ellos, nosdamos cuenta que no tenemos nada qué perder y ellos tenían mucho qué perder,posiblemente incluso sus vidas.

“Pero, predicador”, continúa la murmuración, “suenas demasiado legalista. Somos salvos por gracia, ¡no por una asistencia perfecta a la adoración!” Eso es verdad;pero, ¿es opcional la adoración? ¿Es una clase a elección en el currículo del cristianismoo un requisito? ¿Hubo alguna ocasión cuando Dios no merece ser adorado?

“Sé razonable, predicador. Aunque todos tenemos excusas en lugar de razonesla mayoría de las veces cuando no asistimos a la adoración, nuestras ausencias nosiempre son simple asunto de conveniencia. En ocasiones duele venir a adorar. Enocasiones reunirnos a la adoración sólo aumenta una situación difícil ya”.

Todos nosotros sabemos sobre aquellos tiempos, o lo sabremos pronto losuficiente.

Por treinta años ustedes han adorado juntos, ella, en la fila de enfrente del coroy ustedes, en la tercera banca de atrás en la derecha. Luego, un ataque al corazón laexige. Cuando el domingo viene, aún el pensamiento de sentarse en esa banca sin verlaen el coro trae lágrimas. ¿Es un buen tiempo para adorar?

Ustedes cometen un error, un tonto error. El periódico local escogió hacer eseerror las noticias de primera plana. ¿Cómo pueden enfrentar a sus amigos en lacongregación? ¿Cuántas veces pueden contar la historia y expresar su remordimiento?Cada rostro familiar sólo profundiza el dolor y la vergüenza. Ni siquiera ayuda que se lesdiga que les importas. En realidad, ese momento de amabilidad se siente como unamaldición. ¿Es buen tiempo para adorar?

Nunca has pensado de ti como un orador público, pero has decidido dirigirte a lajunta de la escuela porque tu corazón no permitía que tu lengua estuviera en paz. Laposición que defendiste no era popular, pero hiciste tu trabajo bien, hablaste con tusamigos sobre ello, y con tu pastor. No sabes cómo un cristiano puede hacer o pensarotra cosa. Tus palabras no se asentaron fácilmente en los oídos de tus vecinos. Sinembargo, ellos son muchos más gentiles que las palabras que te gritaron en respuesta. Actuaste con convicción, admitiendo que podías estar equivocado, pero declaraste detodo corazón lo que pensabas era lo correcto. Nadie te apoyó. Nadie. No todos hablaronen tu contra, pero nadie se levantó para defenderte. Ninguno de ellos. ¿Cómo puedescantar “Bendito el vínculo que nos une” el domingo, cuando nunca te has sentido tansolitario como el jueves? ¿Es buen tiempo para adorar?

Tales influencias y situaciones pudieran no sonar como los cuatro jinetes del

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Apocalipsis, pero ciertamente se sienten como guerra, matanza, hambre, muerte yHades. Ciertamente Dios no espera que adoremos bajo tales condiciones. ¿Cómopodríamos? ¿Qué bien haría?

Dios no tiene una lista donde marca todas las ocasiones que faltamos al serviciode adoración. No la hueste celestial incluye una policía litúrgica para perseguir a loscristianos faltantes. Ni caeremos de la gracia si fallamos a dos o más servicios deadoración consecutivos. Sin embargo, aún en la situación descrita y peor —comoaquellos de la Roma del primer siglo y muchos lugares del veinte como India y China—es un buen tiempo para adorar.

Las situaciones bosquejadas anteriormente describen tiempos que pruebannuestra fe, tiempos cuando creer no viene fácilmente. Aquellos son tiempos difíciles,tiempos que demandan mucho, tiempos que piden más de nosotros que cualquier otro.¿A quién necesitamos más que a Dios para pasar tales tiempos? Si estamos enojadosy queremos demandar: “¿Por qué Dios?” el Dios que adoramos aguanta la demanda. Leeel libro de los Salmos. Dios ha tenido mucha práctica tratando con gente enojada queintentan seguir creyendo. ¿Estamos quebramos y nos sentimos totalmenteabandonados? ¿Quién mejor que Dios para sanarnos y pastorearnos? Aún los peorestiempos son buenos tiempos para adorar.

Existe una gracia inesperada que viene con ello. Tengo un amigo que insiste queen ocasiones vengamos a la adoración para que otros puedan adorar con nosotros.4 Cuando nos falta el valor para cantar “Sublime Gracia”, venimos a la adoración para queotros den voz a lo que queremos creer y recibir. Cuando duele incluso pensar venir aDios en oración, venimos a adorar para que otros puedan orar no sólo por nosotros sinotambién en nuestro lugar. Cuando no podemos ver que pasaremos la montaña de dolory el camino torcido de desilusión que nos separa de Dios, venimos a la adoración paraque Dios pueda usar a otros para que enderecen el camino y allanen el sendero. Cuandonecesitamos a alguien más para que hable a Dios, cante a Dios y crea en Dios porque noestamos seguros que podemos, ese es un buen tiempo para adorar.

La próxima vez que no tengamos buena razón sino una excusa para faltar a laadoración podemos recordar eso. Alguien que nos importa pudiera necesitar nuestra vozese día. Eso, también, hace buen tiempo para adorar.

Por favor, no interpreten esto como un requisito legalista. Por favor escuchen estocomo una ferviente exhortación para reconocer la necesidad de la adoración para nuestrobienestar como congregación y como individuos. Dios merece adoración y nosotrosnecesitamos adorar. En la adoración recordamos que tenemos en algún lugar y a alguienmás que nosotros a quién volvernos. En la adoración escuchamos el susurro del Diosque parece ausente y en silencio. En la adoración recibimos dones de pan y copa queno tienen nada que ver con lo que merecemos y todo con lo que necesitamos. En laadoración encontramos a lo menos unos cuántos momentos de santuario del mundo queseguido nos parece demasiado. Eso hace cualquier tiempo un buen tiempo para adorar.

4Agradezco a Nacy Turner, profesora asistente de adoración y música en el Seminario TeológicoLexington, por esta perspectiva.

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Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de latierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir:

“¡Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra,la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!”

Los cuatro seres vivientes decían: “¡Amén!” Y los veinticuatro ancianos sepostraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de lossiglos. (Apocalipsis 5:13-14)

Cualquier cosa que estaba sucediendo en la vida de Juan cuando tuvo esa visión ycualquier cosa que esté sucediendo en nuestras vidas ahora, toda la creación parececonsiderarlo buen tiempo para la adoración. ¿No es así con nosotros?

Por la gracia de Dios, que sea así. Por la gracia de Dios, ¡así es!

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CAPÍTULO 8

Apocalipsis 14

ExégesisLa primera mitad de Apocalipsis concluye con el final de capítulo 11, donde el

reino de Dios se establece y el día de juicio ha llegado. En lugar de terminar allí, Juanprincipia una nueva serie de visiones, visiones que cubren el mismo período de tiempocomo el ciclo previo más grande pero provee un punto de vista diferente en algunascosas y anima la fidelidad de sus lectores.1 El nuevo principio en el capítulo 12 inicia conuna “gran señal”, y capítulo 14 concluye el primer ciclo de visiones en esta segundasección mayor de visiones. Aunque los detalles de las visiones en capítulos 12-13 enocasiones son oscuros y difíciles, parece claro que, para el fin del capítulo 13, el malprimario principia a caracterizarse como el culto al emperador. A los habitantes demuchas ciudades se les requería ofrecer incienso al genio del emperador de este tiempo. La deificación del emperador se había desarrollado hasta el punto que Domiciano estabarequiriendo de la gente dirigirse a él como “nuestro señor y dios”.

El capítulo 13 concluye por hablar del culto al emperador como la bestia cuyonúmero es 666, un número que más adelante es identificado como un “número dehombre” (v. 18). Decir que era “un número de hombre” significa que representa elnombre de alguien. El uso de la numerología (asignando letras del alfabeto un valornumérico —una práctica bien conocida en el mundo del Mediterráneo antiguo), laidentidad de esta persona es fácilmente discernible para los lectores de Juan. Lamayoría de los intérpretes críticos están de acuerdo que la persona a quien se refiereeste número es Nerón. Pero aún ese nombre es simbólico, representando al emperador,porque Nerón probablemente ya había muerto cuando Apocalipsis se escribió. Así quees al emperador y el culto al emperador que se identifica como el enemigo del pueblo deDios al final del capítulo 13.

Capítulo 14 inicia con un rompimiento en la acción que ha sido constante yviolenta desde el principio del capítulo 12. Tales rompimientos son comunes enApocalipsis. Capítulo 14:1-5 provee un destello del cielo y del Cordero en el Monte Sión. Con el Cordero están 144,000 que tienen en sus frentes los nombres del Cordero y deDios. Este sello indica que han sido fieles a Dios (vea Ez. 9) y que ahora pertenecen aDios como posesión de Dios mismo. Su identidad como posesión de Dios se ve reforzadacuando Juan dice que ellos han sido comprados (redimidos) de entre la humanidad paraser de Dios y del Cordero (v. 4). El número 144,000 es simbólico. Se deriva de dosnúmeros completos, 12 y 10 (12 x 12 x 10 x 10 —en capítulo 7, hay 12,000 de cada una delas doce tribus). Doce, claro, también era el número de las tribus en Israel. Así que,simboliza el número completo de este grupo. Estos 144,000 son la antítesis de los que

1Para un breve examen de Apocalipsis que usa este bosquejo, vea a Bruce Metzger, Breaking theCode: Understanding the Book of Revelation (Nashville: Abingdon Press, 1993).

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tienen la marca de la bestia (13:16-17). Juan los identifica como las primicias de Dios yel Cordero y aquellos que siguen al Cordero a dondequiera que él va. Estascaracterísticas probablemente indican que los 144,000 son mártires porque estándispuestos a seguir al Cordero hasta la muerte y son el primer ejemplo de todo el pueblode Dios, que ahora está siendo animado a permanecer fiel al ver la posición que losprevios mártires ocupan. Como las primicias también son una promesa que el resto dela cosecha tendrá éxito. Tener 144,000 en este grupo implica que el número total de losmártires tiene que completarse antes que fin venga, e implica que estos fieles seránvictoriosos.

También se dice que en este grupo no se han “contaminado con mujeres”, que nomienten y no han blasfemado. La primera de estas características pudiera indicar queJuan valoraba el celibato de todo una vida, y así defiende un ideal algo ascético. Aunqueposibilidad es la que en general se reconoce, la pureza sexual mencionada aquí pudieraser metafórica. El adulterio casi siempre es simbólico en Apocalipsis: Representa laidolatría. Juan probablemente toma esta metáfora de los profetas de la Biblia Hebrea,quienes seguido hablan de Israel buscando a otros dioses. Si esta interpretaciónmetafórica es correcta, entonces el contraste entre estos 144,000 fieles y aquellossellados con la marca de la bestia todavía es más enfática. Además, pudiera ser que lamentira que no se encuentra en sus bocas es aquella de negar su fe frente a lapersecución.

Estos 144,000 probablemente también son los que están cantando el “nuevocántico” delante de Dios. Aunque Juan no revela el contenido de su cántico,probablemente debemos verlo como un canto de alabanza y victoria similar a aquellasvistas en otras partes de Apocalipsis, quizá incluso sacando de los cantos de victoria quelos israelitas cantaban en el otro lado del mar, después que Dios los salvó de los egipcios(Éxodo 15:1-21).

La visión de los mártires gozosos, victoriosos, adorando delante de Dios lleva auna visión de una secuencia de ángeles, cada uno de los que proclama la llegada deljuicio de Dios (vv. 6ss.). A este mensaje de la llegada del juicio de Dios se le nombra elevangelio en verso 6. La largamente esperada expresión de la justicia de Dios es buenasnuevas para Juan y sus lectores. Aunque esto nos parece extraño, la justicia de Dios esesencial si hemos de ser capaces de confiar en Dios. Dios tiene que hacer lo que escorrecto y justo porque Dios tiene que permanecer fiel al propio carácter de Dios. Lasbuenas nuevas de la justicia de Dios incluyen el juicio donde Dios castiga al mal yrecompensa la justicia. Este primer mensaje de buenas nuevas pudiera también permitirel arrepentimiento, ya que se llama a los oyentes a temer a Dios y a adorar a Dios.

El segundo ángel proclama la caída de Babilonia (esto es, Roma), que serádescrita en más detalles más tarde en capítulos 17-18. El tercer ángel especifica loscriterios para el juicio: participación en el culto al emperador y quizás otros aspectos dela cultura pagana que Juan piensa que son inapropiadas para el pueblo que profesa feen Dios. Este ángel también describe el castigo de aquellos que participan enactividades condenables. El punto de esto no sólo es ver que los enemigos delcristianismo sufran, pero también llamar a los lectores a la fidelidad cuando vean lo queles sucede a aquellos sin fe. Este punto es hecho explícito en la siguiente sentencia:

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“Aquí está la paciencia de los santos” (v. 12). El por qué este anuncio del juicio y ladescripción del castigo de los malvados puede animar la fidelidad se explica más enverso 13, donde se le dice a Juan que escriba que aquellos que mueren en el Señor sonbenditos, a quienes el Espíritu añade que descansarán de sus labores. Esto, también,es el otro lado del juicio —la bendición de los justos.

Versos 14-20 contienen otra descripción del juicio de Dios sobre los malvados. Enverso 14 Juan ve a uno que es “semejante al Hijo del Hombre” sentado en una nube conuna corona sobre su cabeza y una hoz aguda. “Hijo de Hombre” es, claro, el título queJesús en general usa para sí mismo en los Evangelios Sinópticos. Viniendo de Daniel 7,esta descripción de una figura celestial parece relacionarse a las expectativasescatológicas pero permanece vaga. Aunque es posible que “uno semejante al Hijo delHombre” designe a Cristo como el que está en la nube, verso 15 menciona a “otro ángel”y parece identificar a “uno como hijo de hombre” como un ángel.2 Más evidencia encontra de identificar esta figura con Cristo es que otro ángel más aparece en verso 17 conuna hoz y hace la misma tarea como el que está sentado en la nube una segunda vez.

La imagen de segar con una hoz para significar el juicio de Dios viene de Joel 3:11-16 (especialmente v. 13), donde Joel convoca al valle de la decisión a las naciones querodean e inquietan a Israel. Allí son segados y enviados al lagar, que fluye con susmaldades. Juan expande esta imagen a proporciones mundiales, una movida casi hechapor Joel, que hablaba del sol y la luna oscureciéndose y las estrellas retirándose ante eljuicio de Dios. La expansión que Juan hace de esta imagen logra que el juicio de Diosse ejercite sobre todo el mundo en lugar de que el juicio de Dios sea sobre parte delmundo, produciendo repercusiones cósmicas. Siendo que esta imagen de segar seasocia con el juicio condenatorio de Joel, las dos cosechas de Apocalipsis 14:14-20probablemente se refieran a la siega de los malvados, aún cuando parece repetitivo.Quizá la primera siega es un juicio inicial de Dios, similar a aquellos de la primera mitaddel libro, que tenían como intención, en parte, llevar al arrepentimiento (p.e., 9:20-21),seguido por un juicio final.

Después que la siega está completa, lo que estos seres han cosechado se pone en“el lagar de la ira de Dios”. Además de sacar de Joel, Juan también pudiera estarhaciendo eco de Isaías 63:1-6, donde Dios como guerrero regresa de aplastar a Edom (unsímbolo de los enemigos del pueblo de Dios) bajo sus pies en el lagar. El guerrero divinoen el pasaje de Isaías dice que él solo ha derrotado a Edom y que fue su ira que losostuvo en la batalla. Así que, la imagen no es nueva, ni es la idea que la ira de Diostiene una parte en el juicio. Sin embargo, la ira de Dios no debe entenderse como unenojo sin freno que sobrepasa lo apropiado. Mas bien, la ira de Dios es la reacción justa,recta de un Dios justo que ha visto a su creación siendo abusada y a su propio puebloherido. Lo que la ira de Dios entrega es un castigo justo, las acciones que tienen queconfrontarse si Dios es el Dios de justicia, poder y amor. Tal juicio no es opcional y no

2Aunque la NRSV traduce este verso por insertar “el” entre “semejante” e “hijo de hombre”, elartículo definido no está presente en el texto griego. Quizá es más fácil entender quién es esta figura sino añadimos el artículo definido, un artículo que hace que el pasaje suene más como que este personajees Jesús que lo que garantiza el texto.

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es crueldad. Sin juicio, que incluye la condenación y la bendición, Dios no puede seguirsiendo Dios, no puede permanecer verdadero al ser de Dios. Sin un juicio justo, no sepuede confiar ni adorar a Dios. Así que, este juicio de los malvados es una necesidaddivina, una necesidad por la que nosotros, con Juan, debemos estar agradecidos.

Sin embargo, la descripción de este juicio es grotesca, con sangre fluyendo tanprofunda como el freno de un caballo por doscientas millas. Esta visión terrible intentamostrar la magnitud de la maldad que Dios está castigando y lo completo de la justiciade Dios al fin. La impresión horrorosa que este pasaje hace en nosotros bien pudierahaberse experimentado diferente por los lectores originales de Juan. Ellos sabían eldolor de la persecución, sea que era social y económica solamente o incluía la violenciafísica. Su opresión invitaba una respuesta poderosa de Dios que proclama que Diosentiende la profundidad de sus sufrimientos y quien no dejaría que tal injusticia fuerala última palabra. Es importante notar aquí, que esta batalla en contra de los malvadoscomo juicio, es llevada a cabo por Dios solo. Los santos no serán liberados para tomarvenganza con injusticia. ¡No! Esta es una palabra sobre la justicia y poder de Dios, elDios que odia la opresión e injusticia y el sufrimiento de los justos. Esta también es unapalabra sobre el amor que Dios tiene por su pueblo: Dios entrará en juicio para corregirlas cosas para los justos y los malvados y permitir que Dios permanezca siendo el Diosque es digno de alabanza y adoración. Tal difícil como este pasaje es de escuchar: “Aquíestá la paciencia de los santos”.

Capítulo 14 es otro buen ejemplo de la naturaleza cíclica de las visiones delApocalipsis. Una vez que el juicio ha sido logrado al final de este capítulo, una nuevaserie de acciones principia: otro portento y siete copas. Estas copas expanden lasacciones comprimidas vistas en capítulo 14 y llevarán a las descripciones finales deljuicio de Dios y el establecimiento del reino de Dios. Un énfasis del ciclo compuesto decapítulos 12-14 es soportar la persecución. En 13:10 y 14:12 Juan escribe que estasvisiones invitan a la paciencia. Estos son los dos únicos usos de esta palabra(hypomone) en Apocalipsis después de las cartas a las siete iglesias (capítulos 2-3). Asíque, estas proclamaciones iniciales del ciclo más grande de visiones de Apocalipsis(capítulos 12-21) hacen explícito que el punto de las visiones de Juan sobre el juicio deDios y del final bendito de los fieles es animar a los lectores a permanecer en su fe enmedio de la persecución, sabiendo que el Dios a quienes ellos están siendo fieles puedey actuará de acurdo al carácter de Dios —con amor, poder y justicia.

Dos Sermones sobre Apocalipsis 14Los sermones sobre Apocalipsis 14 intentan tratar con dos tópicos que evitan

muchos predicadores. Los servicios funerarios y las requias corales nos han hechofamiliares con las palabras “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos quemueren en el Señor. . . [porque] descansarán de sus trabajos” (14:13). La promesa de lavida eterna siempre ha sido y continúa considerándose preciosa por los cristianos fieles. Sin embargo, no tengo memoria de un sermón sobre el tópico y he encontrado que loscolegas aborrecen aún la mención de ello en la misma oración con la palabra sermón. “Una Buena Palabra a Favor de la Vida Eterna” intenta sugerir que aunque somossofisticados, los cristianos modernos no necesitamos sentirnos avergonzados por esperar

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vivir y amar más allá a nuestras vidas y amores terrenales.El sermón final en esta colección da una mirada a los versos finales de este

capítulo e intenta manejar un tópico que nos hace sentirnos aún más incómodos. Aunque pudiéramos referirnos a los anhelos por la vida eterna como “pastel en el cielo”,no tenemos nada qué decir sobre la ira de Dis. Conocemos que esa frase apareceseguido en la Biblia, pero en este punto la mayoría de nosotros nos convertimos enmarcionistas y declaramos ese tópico como fuera del canon. “La Ira de Dios” intentaacabar con ese silencio para el predicador, ya que estriba en examinar este tópico desdela perspectiva de Apocalipsis y desde el punto de vista de un cristiano plenamentemoderno que todavía encuentra el asunto de la teodicea demandante, sin embargo,digno de ser estudiado en el púlpito.

“Una Buena Palabra a Favor de la Vida Eterna”Todas las monedas y cambio en mi bolsa tienen en ellos la frase “En Dios

Confiamos”. No recuerdo alguna vez haberlo notado cuando compro. Cuando pago elbillete y el cambio, pongo mucha atención al valor del dinero pero me doy muy pocacuenta de las palabras estampadas o impresas en él. Trato de asegurarme que el cajerono me dé una moneda extranjera. Sin embargo, eso no tiene nada que ver con algunafrase incluida u omitida en él. No estoy seguro qué tienen las monedas extranjerasestampado en ellas, pero estoy seguro que las máquinas no las recibirán. Más allá deeso, no importa. Si el billete o la moneda se gasta, la gastaré.

Me pregunto si pondría un poco más de atención si las monedas y los billetestuvieran en ellos frases como “Confiamos en Bill Clinton” o “Alabado sea George Bush”. ¿Me importaría si encontrara “Dios de América”, estampado sobre la cabeza deWashington, en una peseta, en lugar de “Libertad”? ¿Me sentiría cómodo entregandoun billete de veinte dólares que dibujara a Andrew Jackson sentado sobre un trono enlas nubes? ¿Resentiría tácitamente dar homenaje a un político cada vez que hiciera unacompra? ¿Encontraría ofensivo y rehusaría utilizar las monedas y el cambio queglorificaran o deificaran a los seres humanos?

Los cristianos a quienes se dirige Apocalipsis enfrentaban un dilema un poco peorque éste. Para el tiempo cuando Apocalipsis fue escrito, la mayoría de las monedasimperiales, aquellas que uno necesitaba para comprar y vender a través del ImperioRomano, tenían la imagen del emperador dibujado como una deidad en el trono. Lasmonedas autorizadas por el Emperador Domiciano incluían junto con su imagen lainscripción “a Zeus el Supremo, el Salvador, el Emperador Domiciano”. Principiando conJulio César, el Senado seguido deificaban a los emperadores después de su muerte. Peropara el tiempo de Apocalipsis, los emperadores vivos habían principiado a considerarsedivinos y ordenaban a sus siervos dirigirse a ellos como Señor y Dios. Casi cada ciudadmayor en el Imperio erigió un templo, una capilla, un altar, o una estatua que promovíala adoración al emperador. Aquellos que rehusaban sacrificar al “genio” o a la salud delemperador eran culpables de ateísmo, de no adorar a una deidad del Imperio, y detraición, tomando el lado de los enemigos de Roma al rehusar orar por el líder romano.

Los cristianos primitivos lo consideraban una blasfemia y adoración a ídolos enparticipar en tales actividades “normales” como sacrificar al emperador, adorar al

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emperador, participar en eventos públicos donde la gente daba honor al emperadorcomo a un dios, y utilizar dinero estampado con la imagen del emperador. Ellos, comoel autor de Apocalipsis, se refieren al emperador como una bestia y cualquier cosa conla imagen del emperador en ella como llevando la marca de la bestia. Ni se necesitadecir, eso hacía casi imposible que los cristianos participaran en el comercio cotidiano,y los convertía en personas poco populares con las autoridades locales encargadas dehacer cumplir los decretos del emperador. En el menor de los casos, se consideraba alos cristianos como raros, como personas que rehusaban conformarse a las normas dela sociedad. En el peor de los casos, se les consideraba traidores capaces de sedición.Sus vecinos trataban a los cristianos como tratamos a la gente que no encaja. Lamayoría los despreciaba y los evitaba. Algunos los humillaban o perseguían.

Apocalipsis fue escrito para ofrecer ánimo a estos cristianos. Apocalipsis 14presenta una visión del cielo que asegura a los cristianos que Dios triunfará sobreaquellos que los desprecian, apartan o persiguen. El vidente hace un contraste entre elmalvado, que adora al emperador y lleva la marca de la bestia, y los fieles, que llevan lamarca del Cordero de Dios y cantan un nuevo cántico delante de Dios. El videnteetiqueta a los adoradores del emperador como inmundos y alaba a los fieles, que semantienen puros por adorar a Dios solo. Esta visión no hace menos las circunstancias en las que los cristianos viven. Un ángel anuncia: “Babilonia [i.e., Roma]. . . ha hechoque todas las naciones beban del vino de la ira de su fornicación” (Apocalipsis 14:8). Pero la visión incluye una promesa conmovedora a los fieles. A aquellos que soportanla persecución sin perder su fe, una voz del cielo declara: “Bienaventurados los muertosque de ahora en adelante mueren en el Señor,” y el Espíritu añade: “Ellos descansaránde sus trabajos, porque sus hechos les siguen” (Apocalipsis 14:13). Los fieles puedenperder sus vidas, pero el Cordero de Dios en su gracia, los bendecirá eternamente. Sushechos de fe en un mundo malo los seguirán hasta el cuarto del trono en el cielo, dondefinalmente encontrarán descanso. Este estado bendito de los fieles perseverando estáen agudo contraste con la declaración anterior que: “No hay descanso día y noche paraaquellos que adoran a la bestia y su imagen y para cualquiera que reciba la marca de sunombre” (Apocalipsis 14:11).

Aquellas palabras probablemente significaron mucho para los cristianosprimitivos. Con casi todo el mundo pesando mucho en su contra, debe haberse sentidocomo bueno que un líder respetado insistiera que Dios no sólo toma nota de ellos, peroque también les promete descanso que no termina. Aquellas palabras significabanmucho para los cristianos primitivos. ¿Qué de nosotros?

En una reunión mensual de una asociación ministerial local, el tópico, como eracostumbre, se volvió a la predicación. Los pastores representando varias tradicionesprincipiaron a comparar sus textos y tópicos para el siguiente domingo. Un pastoranunció que había sabido qué sería su tópico por largo tiempo. Decía que en el domingoantes del Día Memorial, siempre predicaba sobre la vida eterna. Uno de sus colegasmovió la cabeza y declaró: “Nunca podría hacer eso”. Cuando se le preguntó por qué,respondió: “¿Qué se tiene que decir allí?”

Antes de que principiemos a preguntar por nombre, dirección y denominación deese predicador, permítanme preguntarles a ustedes qué tenemos que decir sobre la vida

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eterna últimamente. Si no hemos asistido a un funeral, ¿la hemos escuchadoúltimamente? ¿Hemos hablado sobre ella cuando nos relajamos con nuestros amigos,durante un momento casual en el trabajo, o incluso en la escuela dominical últimamente?Aunque pudiéramos no haber sido tan atrevidos (u honestos) como ese predicador,¿tenemos alguna cosa que decir sobre la vida eterna?

En nuestra defensa, todos nosotros queremos evitar reducir al cristianismo a un“pastel en el cielo”. Hemos conocido a aquellos que parecían ignorar a sus vecinoscuando esperábamos que se pasara lista en el más allá. Hemos experimentado a genteque triunfantemente cantan: “Alguna gloriosa mañana, cuando la vida se termine,volaré”, pero nunca aprendimos bien la melodía de “Ellos Sabrán Que Somos CristianosPor Nuestro Amor”. La fe cristiana hace declaración y envía llamados a nuestras vidasaquí y ahora. Pero, eso, ¿nos deja estériles al decir algo sobre la vida eterna? ¿Estamostan ocupados enfocándonos en este tiempo y lugar que no ponemos atención a laeternidad? ¿O nuestro silencio refleja algo más profundo que eso?

A la medida que nos volvemos más científicos y sofisticados en nuestropensamiento, ¿la noción de la vida eterna nos avergüenza? A la medida que hemosaprendido a poner más y más confianza en las cosas que podemos ver y demostrar,¿hemos llegado a ser menos y menos aceptadores de algo más allá de la vista y lademostración? ¿Hemos crecido tan cómodos con este mundo que ya no miramos más oanhelamos el otro?

Hace varios años, en una reunión juvenil sobre el tópico de la muerte y el morir,un médico me sorprendió cuando le dijo al grupo: “Cuando mueres estás muerto, eso estodo. Simplemente estás muerto. Ya no hay dolor. Ya no hay temor. Simplemente ya noestás allí. Estás muerto”. Cuando los jóvenes principiaron a hacer preguntas, llegó a sertan claro como el cristal que él quería decir precisamente eso y absolutamente nada más.A pesar del hecho que él fielmente participaba y era un líder en su congregación, creíaque la vida, toda vida, cualquier clase y cada clase de vida, terminaba con la muerte. Notenía nada que decir sobre la vida eterna.

¿No hay nada qué decir? ¿Eventualmente llegamos a un punto cuando ni Diostiene poder para continuar nuestras vidas? ¿Finalmente llevamos a un callejón sinsalida? Sin tratar de describir o explicar, ¿creemos en la vida más allá de esta vida?¿Tenemos alguna cosa qué decir sobre la vida eterna?

El autor de Apocalipsis y la gente a quien primero habló este libro tenían algo quedecir. Ellos sabían que el poder de Roma estaba detrás de las políticas que invitabana la adoración del emperador, pero también creían que sólo al Dios “que hizo los cielosy la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:7) merecía adoración. Ellossabían que la sociedad en que ellos vivían hacía poco espacio y tenían poca pacienciacon gente como ellos, pero eso no menguó su fe en “un eterno evangelio. . . a todanación, tribu, lengua y pueblo” (Apocalipsis 14:6). Ellos sabían muy bien las dificultadesde permanecer fieles, los desafíos de ser reconocidos como diferentes, el cansancio quevine de perseverar cuando eran perseguidos, pero eso no disminuyó su confianza en lapromesa que “ellos descansarían de sus trabajos, porque sus hechos les seguirían”(Apocalipsis 14:13). No tenían razón para dudar la realidad de Roma. Escogieron creertan fuertemente en una realidad mucho más grande que ni podían ver ni demostrar. Eso

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no era “pastel en el cielo”. Era una confianza absoluta y una confianza en Dios.Toma muy poco esfuerzo discernir el poder del mal. Simplemente vean el

periódico o escuchen las noticias de la tarde. Toma muy poco esfuerzo descubrir lafragilidad de la vida humana. Enfermedades, accidentes y el paso del tiempo ilustraneso diariamente. No tenemos prueba de nada más. Sin embargo, tenemos una promesa:“Bienaventurados son los que mueren. . . los que mueren en el Señor. . . descansarán desus trabajos, porque sus obras les seguirán” (Apocalipsis 14:13). Creer esa promesacambia al mundo. Cambia al mundo de un lugar amarrado a nuestros límites a un lugartocado por el potencial ilimitado de Dios.

En la tarde de su asesinato, el Dr. Martin Luther King, Jr., dio un sermón enMenfis, Tennessee. Al principio de ese sermón, dijo que preferiría estar vivo y allí mejorque en cualquier época de la historia. Explicó que se sentía de esa manera no porqueel sendero que seguía era fácil o sin dolor, sino porque estaba convencido que Diosestaba obrando en el mundo y en la lucha por los derechos civiles. Concluyó ese sermóncon estas palabras:

Bueno, no sé que sucederá ahora. Tenemos algunos días dificultosos en elfuturo. Pero ya no me importa. Porque he estado en la cima de la montaña. Y ya no importa. Como todos, me gustaría vivir una larga vida. Lalongevidad tiene su lugar. Pero no estoy preocupado sobre eso ahora. Sóloquiero hacer la voluntad de Dios. Y Él me ha permitido subir la montaña. Y he visto más allá. Y he visto la tierra prometida. Quizá no llegue allá conustedes. Pero quiero que sepan esta noche, que nosotros, como pueblo,llegaremos a la tierra prometida. Y estoy feliz, esta noche. No estoypreocupado sobre nada. No temo a ningún hombre. Mis ojos han visto lagloria de la venida del Señor.3

La fe no era “un pastel en el cielo”para Martin Luther King, Jr. Él sabía muy bien elaguijón de la persecución y el cansancio de una larga lucha. Pero King todavía tenía unabuena palabra para la vida eterna, una palabra que le permitió a él y a sus seguidoresperseverar sin importar qué sucedía.

En una tarde de verano, me senté al lado del lecho de muerte de una santa a quienllamábamos Señorita Georgia. La Señorita Georgia no había tenido hijos propios, perocasi cada niño en el pueblo la conocía y había experimentado su amor. Aún cuando yano podía dejar su casa, lograba mantenerse al día con lo que pasaba en los gruposjuveniles. La mayoría de los jóvenes lo sabían, pero ellos nunca hicieron un viaje olograron algún proyecto en el que ella no contribuyera. La Señorita Georgia sabía quela muerte estaba cerca esa tarde, pero estaba absolutamente calmada. Cuando se lepreguntó si tenía algún temor morir, respondió: “Claro que no. Voy a vivir eternamentecon mis hijos”.

¿”Pastel en el cielo”? Absolutamente no. Pero una buena palabra para la vida

3James Melvin Washington, ed. A Testament of Hope: The Essential Writings of Martin Luther King,Jr. (San Francisco: Harper and Row Publishers, 1986), 286.

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eterna, una palabra que trajo descanso de los trabajos de una vida de fe.Vida eterna. No es un rompecabezas que tenemos que resolver o una teoría que

tenemos que demostrar. Si así fuera, no tendríamos nada qué ofrecer. Nuestras mentesy nuestros entendimientos no pueden estirarse tanto. Pero nuestras almas y nuestra fepueden. Podemos firmemente creer que nuestros límites no limitan lo que Dios puedehacer. Podemos fielmente creer que cuando hemos terminado de vivir y amar con lomejor que podemos, Dios provee una manera para que la vida y el amor continúen. Acorazados con esa confianza en Dios, respondemos al llamado de “guardar la fe deJesús” (Apocalipsis 14:12). Eso no hace a la vida de fe fácil, pero de seguro es unabuena palabra para la vida eterna.

“La Ira de Dios”Los versos finales de Apocalipsis 14 han hecho a los cristianos, a través de las

edades, fruncirse y sudar. Dibujan un cuadro de ángeles que blandean hoces “segando”a los malvados, así como los campesinos cosechan sus uvas cuando están maduras y lasarrojan en el lagar. La imagen de un lagar como una metáfora para el juicio de Diosapareció en Isaías y Lamentaciones mucho antes de que se escribiera Apocalipsis,4 perola gris aplicación de la metáfora por Juan las palidece en comparación. En la visión deJuan:

Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echólas uvas en el gran lagar de la ira de Dios. Y fue pisado el lagar fuera de laciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por milseiscientos estados. (Apocalipsis 14:19-20)

Entre las muchas figuras fantasmagóricas y bizarras en Apocalipsis, esta pudiera ser lamás ofensiva.

Muchos han argumentado que el Dios descrito aquí no puede ser posible que seael Dios de Juan 3:16 y Salmo 23. ¿Qué tiene que ver este Dios de ira con el Dios que amaal mundo y le importa la gente de fe como un buen pastor? Esta tiene que ser una figurafalsa de Dios, una foto dibujada por alguien más sin balance y decisivamenteanticristiano. ¿Qué clase de mente torcida pudo haber criado tal imagen?

Sin duda, esta figura de un Dios airado es horrible, pero no está sola en la Biblia. De las muchos posibles ejemplos, veamos a cuatro de cuatro secciones diferentes de laEscritura. En Isaías, Dios lamenta la corrupción de Jerusalén y promete derramar su irasobre ella:

Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones;todos aman el soborno, y van tras las recompensas;no hacen justicia al huérfano,

ni llega a ellos la causa de la viuda.

4Isaías 63:1-6; Lamentaciones 1:15.

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Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos,el Fuerte de Israel:

Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos,me vengaré de mis adversarios.

(Isaías 1:23-24)

En el libro de los Salmos, el rey de Israel recibe una promesa que trae una maldiciónsobre sus enemigos:

El Señor está a tu diestra;Quebrantará a los reyes en el día de su ira.

Juzgará entre las naciones,Las llenará de cadáveres;Quebrantará las cabezasen muchas tierras.

(Salmos 110:5-6)

Otra mención de la ira de Dios viene de una voz familiar. Recordamos que Juan elBautista preparó el camino del Señor, pero en ocasiones se nos olvida esta parte de sumensaje: “¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseño a huir de la ira venidera?” (Lucas3:7). Completamos nuestro pequeño viaje sobre la ira divina con una parada en Efesios. Después de llamar a los fieles para que renuncien la fornicación, la avaricia y “palabrasdeshonestas, ni necedades, ni truhanerías” (Efesios 5:4), el autor advierte: “Nadie osengañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijosde desobediencia” (Efesios 5:6). Esto más o menos ¡nos incluye a todos!

La escena de Apocalipsis 14 nos hace encogernos, pero tiene amplia compañíabíblica. La ira de Dios aparece en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, en los libroshistóricos, poéticos y proféticos, en los evangelios y las epístolas. Sea que nos gusta, laira de Dios ¡aparece por todas partes!

Ubicua o no, no nos gusta, ¿no es así? La mayoría de nosotros despreciamos unaimagen de un Dios enojado. ¿Qué pasa, sin embargo, si caminamos alrededor de esteelefante y lo examinamos desde diferentes perspectivas? ¿Nos gusta la imagen de Dioscomo poderoso, suficientemente poderoso como para proteger a los impotentes? ¿Nosgusta la imagen de Dios como poderoso, poderoso lo suficiente como para derrotar almal? ¿Nos gusta la imagen de un Dios justo, justo lo suficiente para exonerar al inocentey castigar al malvado? ¿Nos molestan estas imágenes? ¿Nos gustan las figuras de unDios que se para detrás de la palabra de Dios y cumple las promesas de Dios? ¿Nosmolestan éstas?

En la porción de la visión de Juan narrada en Apocalipsis 13, el mal ha llegadohasta el punto que casi está fuera de control. Juan describe el mal como una bestia con“una boca totalmente altanera y con palabras blasfemas”, que hace guerra y conquistaa los santos de Dios y ejerce autoridad sobre “toda tribu y pueblo y lengua y nación”(Apocalipsis 13:5-7). Juan consideró tan poderoso al mal y tan amenazante. Lo hizo asíporque tenía buenas razones. Había visto a los cristianos perseguido y aún siendo

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ejecutados por razón de su fe. Había visto familias aplastadas y abusadas porque comocristianos rehusaron hacer sacrificios al emperador. Probablemente había visto laslegiones romanas corretear a los cristianos de sus casas y masacrado a muchos de ellosen las calles, durante la revuelta en contra de Roma. ¿Qué estaba mal con una personaque había visto eso y más el tener una visión de un Dios airado? ¿Qué está mal en quetenga una visión de un Dios de justicia pasando juicio?

Pudiéramos no haber experimentado tal persecución. Espero que nuncatengamos que soportarlas, pero algunos cristianos lo hacen. Noor Alam, un pastorpresbiteriano en Pakistán, que edificó la primera iglesia cristiana en estas áreas, fuerecompensado por ser acuchillado hasta la muerte en su casa en enero de 1998.5 Lossoldados en Sudán vendieron a un muchacho de quince años, católico romano, a laesclavitud. Sus dueños lo amarraron a un poste, le negaron alimento y agua, y logolpearon con la cacha de una pistola por veinticuatro horas.6 En noviembre de 1998,el Foro Cristiano Unido de la India se quejó que ese país, “las monjas habían sidovioladas, los sacerdotes ejecutados y el personal religioso acosado”. Además acusaronque actos de violencia en contra de los cristianos se habían duplicado entre 1964 y 1998.7 De acuerdo a una fuente de Internet, los cristianos cópticos en Egipto se quejaron enpostrimerías del 1998 que el secuestro de señoritas cópticas por los extremistasmusulmanes había llegado a ser “una rutina semanal”. Un jefe de policía le dijo a lospadres de una señorita secuestrada que “se olvidaran de ella”, porque no habíaesperanza que fuera encontrada.8 En aquellas circunstancias y cientos de otrasparecidas, ¿sería equivocado para los cristianos concluir que tales actos horrendosofenden a Dios? ¿Podemos condenarlos por orar pidiendo la justicia de Dios o considerara Dios como tomando venganza en aquellos que abusan y violan al pueblo de fe?

Quizás no hemos experimentado persecución, pero hemos encontrado males quenos sacuden hasta el corazón de nuestro ser. La hija de un amigo fue violada por alguienque ella conocía. Él no mostraba remordimiento, de hecho, declaró que ella se lo buscó.Seguramente todos recordamos las historias de un hombre atado a la cajuela de supickup y lo arrastró hasta la muerte por el “crimen” de no ser blanco y de otro hombregolpeado y dejado colgado en una barda para que muriera por su orientación sexual. Podemos añadir a estas historias iglesias bombardeadas y quemadas, varios crímenesde odio, y salvajes palizas de la gente que tuvo la mala fortuna de estar en el lugarequivocado en el tiempo equivocado. En tales situaciones, ¿no rogamos con el salmista:“Oh Dios, no guardes silencio; no calles, oh Dios, ni te estés quieto” (Salmos 83:1)? Entales situaciones, ¿existe algo malo en anhelar la justicia de Dios o de pensar que Diosdefiende a las personas violadas y castiga al violador?

5“Persecution Plagues Christians,” Lexington (Ky.) Herald-Leader, 31 October 1998, C7.

6Ibid.

7John Stackhouse, “India’s Christians demand end to persecution,” The Globe and Mail (Toronto,Ontario), 5 December 1998, A19.

8www.mcjonline.com/news/news2604.htm (14 December 1998).

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Ciertamente, Juan no lo consideraba equivocado anhelar y tener una visión delpoder y la justicia de Dios. La imagen de Apocalipsis que encontramos tan repugnanterepresenta su convicción que Dios no permanecerá callado indefinidamente, su confianzaque en algún punto Dios actuará, y su creencia que Dios dará un justo juicio. Aún si nonos gusta la escena que él tiene, ¿no es buenas nuevas? Cuando la Escritura aseguraque Dios, en realidad, hará lo que es correcto, que Dios protegerá a los que no tienenpoder, castigará al mal y recompensará la fidelidad, ¿no son buenas nuevas?

Son buenas nuevas cuando el bien toma acción. No siempre he sido de estamanera, pero ya no tiemblo por el rugido airado de aquellos que están en mi contra. Nosoy inocentón sobre su poder, pero ya no me preocupa como antes lo hacía. Ahoraencuentra más amenazante el silencio condenador de aquellos que dicen que estánconmigo. Me espantan porque no puedo contar con su uso de cualquier poder quetienen. La imagen de Juan, la imagen decididamente horripilante de Juan, insiste queDios tomará acción, que Dios no dejará que el poder de los malvados continúe sin sedesafiado, que Dios triunfará aún donde el mal parece más desafiante e invencible. Esono significa que Dios no es un Dios de gracia. Sin la gracia de Dios, todos pereceríamos. Mas bien, significa que Dios es justo. Porque podemos depender de la justicia denuestro amante Dios, podemos tener esperanza y permanencia.

Algunos de nosotros pudiéramos estar de acuerdo con todo esto, pero todavíaestar donde principiamos. Algunos de nosotros pudiéramos creer y esperar que Diosprotegerá a los que no tienen poder, castigará al mal y recompensará a los fieles, perotodavía nos encogemos y sudamos con la visión de Juan, visión de sangre que fluye dellagar de la ira de Dios tan alto como los frenos del caballo por doscientas millas. Debemos encogernos y temblar. ¡Ese es el punto! Ningún cuadro de las consecuenciasdel rechazo último humano de Dios debe ser placentero. Juan probablemente intentabaque esta imagen, este símbolo este cuadro vocal evocativo nos incomodara. Presentasimilarmente cuadro verbales evocativos e inquietantes a través del Apocalipsis. Considera, por ejemplo, su descripción inicial de Jesús.

Y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre,vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho conun cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana,como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al broncebruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchasaguas. Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espadaaguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en sufuerza. (Apocalipsis 1:13-16)

Juan reporta lo que cuando vio a este Jesús “cayó a sus pies como muerto” (Apocalipsis1:17). ¿Y quién no lo haría? Jesús o no, ¡este es un cuadro inquietante! Sin embargo,¿hace nuestra inquietud a este cuadro inadecuado o no correcto? Claro que no. Deseguro necesitamos imaginarnos a Jesús como poderoso, asombroso, regio y misterioso.

Podemos acercarnos a los versos finales de Apocalipsis 14 de igual manera. Incomodan, molestan y hacen temblar, pero eso ni los hace inadecuados ni incorrectos.

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¿No creemos y adoramos a un Dios lo poderoso suficiente, amante suficiente, y justosuficiente para proteger al inocente, que está al lado de los fieles, y que pone fin a lamaldad y el mal? ¿Queremos un Dios menos que eso?

Como Juan mismo sabe, necesitamos un Dios inquietantemente poderoso. En elcapítulo previo la visión del lagar de la ira de Dios, Juan describe al mal como una bestia,una extremadamente poderosa y aterradora bestia. Ve a los que adoran a esta bestiaadmirándose: “¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?” (Apocalipsis13:4). La respuesta de Juan viene en Apocalipsis 14. Dios puede pelear contra la bestia. Dios puede pelear en su contra y Dios surgirá victorioso.

Como Juan, sabemos muy bien que el mal y el diablo tienen poder, poder terrible,poder aterrador. Sin embargo, no son poderes absolutos. El mal y el diablo puedenpretender dominio sobre nosotros, pero Dios reina. El mal y el diablo puedenespantarnos, pero Dios ejecutará justicia. El mal y el diablo pueden aplastarnos ypisotearnos, pero Dios no permitirá que todo quede olvidado. Dios responderá. Nadiedebe sentir placer de ningún rechazo final de Dios; pero todos los que se esfuerzan enserle fieles se pueden regocijar que aquellos que rechazan a Dios no tendrán la últimapalabra. Dios recompensará la fidelidad y Dios protegerá a los fieles. En el primer sigloy al borde del veintiuno, ¡esas son buenas nuevas! Aún si nos encogemos y temblamoscuando reporta su visión, por estas buenas nuevas podemos unir nuestras voces conJuan y declarar: “¡Gracias sean dadas a Dios!”

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