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S E R I E 118 políticas sociales Los pueblos indígenas y afrodescendientes ante el nuevo milenio Martín Hopenhayn, Álvaro Bello, Francisca Miranda División de Desarrollo Social Santiago de Chile, abril de 2006

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    118

    polticas sociales

    Los pueblos indgenas y afrodescendientes ante el nuevo milenio

    Martn Hopenhayn, lvaro Bello, Francisca Miranda

    Divisin de Desarrollo Social

    Santiago de Chile, abril de 2006

  • Este documento fue preparado por Martn Hopenhayn, Oficial de Asuntos Sociales de la Divisin de Desarrollo Social de la Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe (CEPAL) en conjunto con los Consultores lvaro Bello y Francisca Miranda como aporte de la CEPAL a la PREConferencia Santiago + 5 realizada en la Oficina de CEPAL en Santiago de Chile del 10-12 de agosto del 2005. Este documento es una sntesis de otros documentos preparados para la CEPAL bajo el componente de etnicidad del proyecto CEPAL-GTZ "Policy Strategies for Sustainable Development in Latin America and the Caribbean: Promotion of a Socially Sustainable Economic Policy (GER/01/31)", con el apoyo de la Cooperacin Tcnica Alemana, como son los referidos a los casos nacionales de Guatemala, Bolivia, Brasil, y Chile respecto de indicadores sociales que permiten contrastar la situacin social de pueblos indgenas y afrodescendientes frente al resto de la poblacin. Las opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido a revisin editorial, son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Organizacin.

    Publicacin de las Naciones Unidas ISSN impreso 1564-4162 ISSN electrnico 1680-8983

    ISBN: 92-1-322893-7 LC/L.2518-P N de venta: S.06.II.G.45 Copyright Naciones Unidas, abril de 2006. Todos los derechos reservados Impreso en Naciones Unidas, Santiago de Chile

    La autorizacin para reproducir total o parcialmente esta obra debe solicitarse al Secretario de la Junta de Publicaciones, Sede de las Naciones Unidas, Nueva York, N. Y. 10017, Estados Unidos. Los Estados miembros y sus instituciones gubernamentales pueden reproducir esta obra sin autorizacin previa. Slo se les solicita que mencionen la fuente e informen a las Naciones Unidas de tal reproduccin.

    http:S.06.II.G.45
  • CEPAL - SERIE Polticas sociales N 118

    ndice

    Resumen ........................................................................................5 Introduccin .......................................................................................7 I. Antecedentes: Naciones Unidas y la lucha contra

    el racismo, la discriminacin y la xenofobia .....................9 II. Las conferencias de Santiago y Durban ...........................13 III. Situacin y condicin de los pueblos indgenas

    y afrodescendientes en la perspectiva de Amrica Latina y el Caribe ....................................................17 A. El racismo, la discriminacin y la xenofobia: un

    marco conceptual para su comprensin................................17 B. Entre el racismo moderno y las nuevas formas

    de discriminacin..................................................................19 C. Racismo y discriminacin en Amrica Latina .....................20

    IV. Una mirada a las dimensiones del racismo y la discriminacin en Amrica Latina y el Caribe ............23 A. El problema de los datos.......................................................23 B. Los pueblos indgenas y la poblacin afrodescendiente

    en cifras ................................................................................26 V. Condiciones de vida de los pueblos indgenas

    y afrodescendientes ...............................................................27 A. Pobreza indgena y afrodescendiente ...................................27 B. La situacin de empleo de los pueblos indgenas y afro

    descendientes........................................................................30 C. Vulnerabilidad educativa de los pueblos indgenas..............32 D. Vulnerabilidad sanitaria de grupos indgenas y

    afrodescendientes .................................................................35

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  • Los pueblos indgenas y afrodescendientes ante el nuevo milenio

    E. Vulnerabilidad territorial e identitaria de los pueblos indgenas ....................................... 37 F. La situacin de la mujer indgena y afrodescendiente ....................................................... 38

    VI. Acciones directas a favor de los pueblos indgenas y afrodescendientes .......... 41 A. Nuevas institucionalidades nuevas oportunidades para los pueblos indgenas y

    afrodescendientes? ............................................................................................................. 41 B. Acciones recomendadas por mbitos temticos................................................................. 44 C. Propuestas en el mbito de Naciones Unidas..................................................................... 48 D. La construccin de una ciudadana basada en la diversidad .............................................. 49

    Bibliografa .................................................................................................................................... 53 Serie Polticas Sociales: nmeros publicados ..................................................................... 55

    ndice de cuadros

    Cuadro 1 Criterios censales para identificar poblacin indgena en 14 pases de Amrica Latina y el Caribe ....................................................................................................... 24

    Cuadro 2 Chile: Poblacin indgena y no indgena segn lnea de pobreza .............................. 30

    ndice de grficos

    Grfico 1 Amrica Latina (14 pases): incidencia de la extrema pobreza de indgenas y afrodescendientes como mltiplo de la incidencia en el resto de la poblacin .................................................................................................................... 28

    Grfico 2 Amrica Latina (9 pases): personas de 15 a 19 aos que no han logrado culminar la educacin primaria segn grupo tnico o racial, total nacional alrededor del 2002...................................................................................................... 33

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  • CEPAL - SERIE Polticas sociales N 118

    Resumen

    Este documento propone un marco de antecedentes que permita contribuir al seguimiento de las acciones y propuestas emanadas del proceso que llev a la Conferencia de Durban en Sudfrica. Para ello se renen antecedentes respecto de los procesos en que se inscribe la Conferencia de Santiago+5, en especial la evolucin de los acuerdos y tratados que en el sistema de Naciones Unidas han marcado la dinmica de reconocimiento de la situacin y los derechos de las minoras tnicas y raciales. Tambin se sintetizan los antecedentes histricos relativos a la discriminacin racial y tnica en el mbito global y regional, con nfasis en las condiciones de negacin, discriminacin, exclusin y falta de ciudadana efectiva que han padecido secularmente las mencionadas minoras. En este contexto, se presentan los principales resultados de diagnstico pormenorizado que emanan de recientes estudios nacionales de la CEPAL para el caso de la poblacin y los pueblos indgenas en Bolivia, Chile y Guatemala, y de la poblacin afrodescendiente en Brasil. En tales diagnsticos se confirma en todas las variables sociales (pobreza, educacin, salud, ingresos, y otros) la condicin desventajosa de dicha poblacin. Finalmente se plantean los principales niveles y reas de intervencin para avanzar en la superacin de la discriminacin, sobre todo racial y tnica.

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    Introduccin

    A fines del ao 2000 se realiz en Santiago de Chile, como instancias preparatorias a la Conferencia Mundial de Durban, la Conferencia Ciudadana contra el Racismo, la Xenofobia, la Intolerancia y la Discriminacin, que durante los das 3 y 4 de diciembre de ese ao reuni a cientos de delegados y representantes afrodescendientes e indgenas de la regin. Adems, los das 5 a 7 de diciembre del mismo ao se convoc a los representantes de los gobiernos de los pases de la regin a la Conferencia Regional de las Amricas preparatoria para la Conferencia de Durban, conocida como la Conferencia de Santiago.

    En los dilogos, intercambios y debates de la Conferencia Ciudadana se plasmaron los anhelos, esperanzas y aspiraciones de quienes, a travs del debate y el consenso, buscan que sociedad civil y gobiernos avancen de manera conjunta en la implementacin de medidas polticas y acciones que pongan fin a siglos de exclusin, racismo y discriminacin. A cinco aos de la Conferencia de Santiago la Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe (CEPAL), que ha tenido una activa participacin en estos eventos y procesos, quiere hacer un aporte en el marco del seguimiento y evaluacin de la Conferencia a realizarse en la Pre Conferencia Santiago +5 y la Conferencia Santiago +5.

    Desde la perspectiva de la CEPAL la superacin del racismo, la discriminacin, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia est enlazada a la necesidad de transformacin de las estructuras y mecanismos polticos, econmicos y culturales que han permitido su reproduccin y sus secuelas de inequidad, exclusin y marginalidad en todos los mbitos de la vida de las personas afectadas. Tambin se

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    vincula con el propsito de construir una ciudadana inclusiva en un marco de respeto a la diversidad, la tolerancia y las relaciones interculturales.

    En este sentido, la propuesta de la CEPAL intenta contribuir a la bsqueda de una nueva soberana basada en el pluralismo y la diversidad cultural. Esto obliga a un reconocimiento de los sujetos, como individuos y como grupos, en tanto titulares de derechos universales y especficos, lo que conlleva la promocin, el desarrollo y disfrute pleno e integral de los derechos econmicos, sociales y cultural (DESC). En tal tarea estn empeados los distintos organismos pertenecientes a la Organizacin de las Naciones Unidas en el mundo. La promocin, disfrute y cumplimiento de los DESC implica logros sustantivos en mayor equidad simblica y material, a fin de que todos los grupos de la sociedad puedan acceder a la ciudadana plena. (CEPAL, 2000).

    La ciudadana ampliada, basada en la diversidad y en el reconocimiento a la legitimidad del otro, representa un espacio desde donde los sujetos puedan acceder al disfrute pleno de tales derechos. Ello exige avanzar en la formulacin de objetivos de desarrollo que permitan una implementacin ms eficaz de polticas sociales para la superacin de la pobreza. Pero tambin implica trascender la falsa dicotoma entre derechos de carcter cultural, como la lengua, la identidad o las creencias, con los derechos econmicos y sociales, como el derecho al trabajo, a una vivienda digna o a la educacin.

    Esta misma exigencia puede ser extendida al debate sobre el reconocimiento de derechos especficos y universales en materia poltica. El derecho a la organizacin y a la participacin poltica, en un marco de reconocimiento y respeto a las identidades, puede ser tan importante para las personas como los otros derechos. Sin la realizacin de uno es ms improbable la realizacin de los otros. De modo que una ciudadana moderna debe constituirse sobre la integralidad de los derechos humanos existentes.

    Como propone la CEPAL, la necesidad de reafirmar el combate al racismo y la discriminacin desde la perspectiva de la ciudadana se hace en momentos en que la superacin de la extrema pobreza y el hambre en Amrica Latina y el Caribe, una de las metas del Milenio, tiene a los grupos discriminados como los ms pobres y con mayores niveles de desnutricin en la regin (CEPAL y otras agencias NNUU, 2005, y Bello y Rangel, 2002).

    Otros grupos tambin padecen situaciones especialmente desventajosas o vulnerables a las transformaciones econmicas de la regin, tales como los migrantes, los desplazados internos, las mujeres, los nios o los enfermos de VIH-SIDA. El caso de los migrantes tambin se ha convertido recientemente en tema de especial preocupacin por su escasa titularidad de derechos de primera y segunda generacin. Con la globalizacin econmica y la transnacionalizacin de la mano obra, aumentan las actitudes xenfobas hacia los trabajadores migrantes de otras regiones o entre pases vecinos. Los flujos migratorios se desenvuelven de manera paradojal; pues mientras los migrantes movilizan gran cantidad de recursos, que incluso permiten las elevacin de los ingresos de las familias de los migrantes y an de las localidades, municipios o regiones, como en el caso de Mxico, al mismo tiempo deben realizar su trabajo en condiciones de discriminacin y violacin de sus derechos esenciales.

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    I. Antecedentes: Naciones Unidas y la lucha contra el racismo, la discriminacin y la xenofobia

    La lucha contra el racismo, la discriminacin y la xenofobia ha sido uno de los objetivos permanente de los organismos de Naciones Unidas en el marco de la proteccin a los derechos humanos. La Carta de Naciones Unidas consagr la no discriminacin como un principio clave de la convivencia humana, promoviendo una nueva tica a lo largo de las ltimas dcadas en la cultura, las polticas de gobierno y a la accin colectiva de los diferentes grupos de la sociedad. Con el consentimiento de los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil, Naciones Unidas ha promovido la creacin de nuevos instrumentos que permitan una mayor eficacia en la erradicacin de las conductas discriminatorias y racistas y an a las polticas de Estado inspiradas en esta orientacin. Es as como en 1963 la Asamblea de Naciones Unidas proclama la Declaracin de las Naciones Unidas sobre la Eliminacin de todas las formas de Discriminacin Racial1 que en su Artculo 1 seala que:

    La discriminacin entre los seres humanos por motivos de raza, color u origen tnico es un atentado contra la dignidad humana y debe condenarse como una negacin de los principios de la Carta de las Naciones Unidas, una violacin de los derechos humanos y las libertades fundamentales proclamados en la Declaracin Universal de Derechos Humanos, un obstculo para las relaciones amistosas y pacficas entre las naciones y un hecho susceptible de perturbar la paz y la seguridad entre los pueblos.

    Proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1963 [resolucin 1904 (XVIII)].

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    En diciembre de 1965, la Asamblea General de la ONU adopta la Convencin Internacional sobre la Eliminacin de todas las formas de Discriminacin Racial.2 La Convencin seala que la expresin discriminacin racial: denotar toda distincin, exclusin, restriccin o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o tnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas poltica, econmica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pblica.

    Paralelamente los llamados Pactos Internacionales y el protocolo facultativo correspondiente3 incorporan nuevas normas sobre la discriminacin, y precisan mbitos concretos donde sta debe ser condenada. Lo mismo ocurre con otros instrumentos tales como: la Declaracin de los Derechos del Nio (ao de adopcin 1989); la Convencin sobre la eliminacin de todas las formas de discriminacin contra la mujer (ao de adopcin 1979); la Convencin Internacional sobre Represin y el Castigo del Crimen del Apartheid (ao de adopcin 1973); la Convencin para la Prevencin y Sancin del Delito de Genocidio (adoptada en 1948); la convencin contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes (adoptada 1984); Convencin para la Proteccin de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y Miembros de sus Familias, (no ha entrado en vigor); Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, (adoptado el 17 de julio por la Conferencia Diplomtica de los Plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el establecimiento de un corte penal internacional); Convenio N 111 de la OIT relativo a la discriminacin en materia de empleo y ocupacin, (adoptado por OIT el 25 de junio de 1958); el Convenio N 169 de la OIT sobre Pueblos Indgenas y Tribales en Pases Independientes, (adoptado por la Conferencia General de la OIT en 1989); la Declaracin sobre los derechos de las personas pertenecientes a minoras nacionales o tnicas, religiosas y lingsticas, (adoptada por la Asamblea General de la ONU el 18 de diciembre de 1990); Declaracin sobre la raza y los prejuicios raciales, (adoptada y proclamada por la Conferencia General de la UNESCO el 27 de noviembre de 1978); la Declaracin sobre los principios fundamentales relativos a la contribucin de los medios de comunicacin de masas al fortalecimiento de la paz y la comprensin internacional, a la promocin de los derechos humanos y a la lucha contra el racismo, el apartheid y la incitacin a la guerra, (proclamada por la Conferencia General de UNESCO el 28 de noviembre de 1978); la Convencin relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseanza (adoptada por la Conferencia General de la UNESCO el 14 de diciembre de 1960; y entr en vigor el 22 de mayo de 1962); el Protocolo para instituir una comisin de conciliacin y buenos oficios facultada para resolver las controversias a que pueda dar lugar la Convencin relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseanza, (adoptado por la Conferencia General de la UNESCO el 10 de diciembre de 1962, entr en vigor el 24 de octubre de 1968); la Tercera Dcada de Combate al Racismo y la Discriminacin Racial y su Programa de Accin (a partir de 1993); la Proclamacin de la Primera y la Segunda Dcadas de Combate al Racismo y la Discriminacin Racial, entre las ms importantes.4

    Respecto de las cuestiones indgenas, el trabajo de las Naciones Unidas comienza en 1970 con la recomendacin de la Subcomisin de Prevencin de Discriminacin y Proteccin de las Minoras para realizar un estudio sobre el problema de la discriminacin contra las poblaciones indgenas, realizado por el Relator nombrado para tal efecto Jos Martnez Cobo (1987). Posteriormente se cre el Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indgenas que celebr su primera sesin en 1982. En el seno del Grupo de Trabajo se prepar la Declaracin de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indgenas, an sin aprobacin hasta esta fecha. Como

    2 Entr en vigor el 4 de enero de 1969. 3 Se trata del Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales, y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y

    Polticos, ambos adoptados por la Asamblea General de la ONU el 16 de diciembre de 1966 y en vigor desde el 23 de enero de 1976. 4 Vase Vctor Rodrguez (2001), en IIDH, Despus de Durban: Construccin de un proceso regional de inclusin social, San Jos de

    Costa Rica, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Fundacin Ford.

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    contribucin a esta mayor preocupacin por la situacin de los pueblos indgenas se proclam el Ao Internacional de las Poblaciones Indgenas del Mundo y el Decenio Internacional de las Poblaciones Indgenas del Mundo.

    Recientemente el Consejo Econmico y Social (ECOSOC) de Naciones Unidas cre el Foro Permanente de Asuntos Indgenas (que se reuni por primera vez en mayo de 2002)5 y el nombramiento de un Relator Especial de Naciones Unidas sobre la situacin de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los indgenas (2001), que recay en la persona del Dr. Rodolfo Stavenhagen.

    Recientemente tambin, la totalidad de los Estados miembros de la UNESCO han aprobado la Declaracin Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, que declara en su artculo 1 que la diversidad cultural es un patrimonio comn de la humanidad.6 Al mismo tiempo seala, en su artculo 3 que la diversidad cultural es fuente de desarrollo, no slo en trminos econmicos sino como medio de acceso a una existencia intelectual, afectiva, moral y espiritual satisfactoria. En su artculo 5 la Declaracin seala que los derechos culturales son parte integrante de los derechos humanos, que son universales, indisociables e interdependientes. Este instrumento cuenta asimismo con orientaciones para la formulacin de un Plan de Accin a travs del cual se pueda aplicar la Declaracin Universal de la UNESCO y establece medidas concretas en el plano de la comprensin y clarificacin de los derechos culturales, de la educacin intercultural, de la diversidad lingstica y de aquellos aspectos en que se vincula la diversidad cultural con el desarrollo y las desigualdades econmicas.

    Esta preocupacin por la situacin de los pueblos indgenas se ha visto reforzada por la creacin de instrumentos jurdicos vinculantes relativos a los pueblos indgenas. Tal es el caso del ya mencionado Convenio No 169 de la OIT (1989). Debido a su carcter vinculante, la ratificacin del Convenio por la mayora de los pases de Amrica Latina que tienen alta incidencia de poblacin indgena ha tenido como resultado una serie de reformas jurdicas a las constituciones nacionales, la promulgacin de leyes secundarias, reglamentos y una amplia institucionalidad para la implementacin de polticas de Estado hacia los indgenas. En esta misma lnea se inscribe el Proyecto de Declaracin Americana de los Derechos Humanos de los Pueblos Indgenas, debatido en el seno de la Organizacin de los Estados Americanos, (OEA). En este organismo se discute tambin la creacin de una Convencin Interamericana sobre discriminacin racial, que dio motivo al seminario Instrumentos y Mecanismos Jurdicos Internacionales en la Lucha contra la Discriminacin en octubre de 2003 en Montevideo, Uruguay. Pese a los avances, la Convencin sigue siendo una necesidad, pues en la regin no se cuenta con mecanismos seculares para enfrentar el racismo y la discriminacin.

    Por lo mismo, hasta hace poco tiempo la Comisin Interamericana de Derechos Humanos no contaba con instrumentos especficos para combatir la discriminacin por motivos de raza y etnicidad. Por lo que las personas que acudan al organismo deban hacerlos a travs de los rganos ordinarios de proteccin de derechos humanos, tales como la Comisin Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que acogen las demandas y los reclamos atingentes a los derechos humanos en general y de los pueblos indgenas y afrodescendientes en particular. Como base para la proteccin de estos derechos estn la Convencin Americana sobre Derechos Humanos y la Declaracin Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. Ambos instrumentos consagran la no discriminacin por motivos de raza,

    5 El Foro Permanente de Asuntos Indgenas es un rgano subsidiario del Consejo Econmico y Social (ECOSOC), y su mandato consiste en examinar los asuntos indgenas en el contexto del mandato del Consejo relativo al desarrollo econmico y social, la cultura, el medio ambiente, la educacin, la salud y los derechos humanos.

    6 Esta Declaracin fue aprobada como respuesta de la comunidad internacional a los sucesos del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, (USA).

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  • Los pueblos indgenas y afrodescendientes ante el nuevo milenio

    color, sexo, idioma, religin, opiniones polticas o de cualquier otra ndole, origen nacional o social, posicin econmica, nacimiento o cualquier otra condicin social.

    Sin embargo recientemente la CIDH, en su perodo de sesiones del 20 al 27 de octubre del ao 2004 cre la Relatora Especial para pueblos Afrodescendientes de las Amricas, a solicitud de la organizacin Global Rights Partners for Justice y una delegacin de contrapartes de Amrica Latina. Al mismo tiempo, las Conferencias mundiales, promovidas por la ONU, han tendido a incorporar cada vez ms y de manera especfica, medidas y acciones en favor de las poblaciones indgenas y afrodescendientes. Esto es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con el Programa 21 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, reunin celebrada en Ro de Janeiro (Brasil) en 1992; y la Plataforma de Accin de la Conferencia Mundial de Beijing sobre la Mujer (1995). Ambas conferencias establecieron metas y medidas concretas en relacin a los pueblos indgenas y afrodescendientes.

    En febrero de 2005, la Comisin Interamericana de Derechos Humanos de la Organizacin de Estados Americanos (OEA), cre la Relatora Especial para los Derechos de los afrodescendientes y contra la Discriminacin Racial, que tendr por objetivo generar conciencia del deber Estatal de respetar los derechos de los afrodescendientes y la eliminacin de todas las formas de discriminacin racial; analizar los desafos que actualmente enfrentan los pases de la regin en esta materia, formular recomendaciones para superar los obstculos, e identificar y compartir las buenas prcticas en la regin; adems de observar y ofrecer cualquier asistencia tcnica que sea requerida por los Estados miembros en la implementacin de las recomendaciones en el mbito interno, tanto en el derecho como en la prctica (Calqun, 2005).

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    II. Las Conferencias de Santiago y Durban

    Las Conferencias de Santiago y de Durban son parte del largo camino en el combate internacional a la discriminacin y el racismo. Sus antecedentes directos se encuentran en el Primer Decenio de la Lucha contra el Racismo y la Discriminacin Racial 1973-1982; la Primera Conferencia Mundial para Combatir el Racismo y la Discriminacin Racial, Ginebra 1978,7 la Segunda Conferencia Mundial para Combatir el Racismo y la Discriminacin Racial (Ginebra 1983);8 el Segundo Decenio de la Lucha contra el Racismo y la Discriminacin Racial l983-l992; y, el Tercer Decenio de la Lucha contra el Racismo y la Discriminacin Racial 1994-2003.

    Con la resolucin 1997/74 de 18 de abril de 1997 de la Comisin de Derechos Humanos de la ONU, la resolucin 52/111 de 12 de diciembre de 1997 de la Asamblea General de la ONU y otras resoluciones posteriores, las Naciones Unidas resuelven realizar la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminacin Racial, la Xenofobia y las formas conexas de Intolerancia en Durban, Sudfrica, del 31 de agosto al 8 de septiembre de 2001. La Asamblea proclam ese mismo ao como Ao Internacional contra el Racismo, la Discriminacin Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia. El temario inicial de la Conferencia estableci como temas bsicos los que a continuacin se enumeran:

    Tema 1: Orgenes, causas, formas y manifestaciones contemporneas del racismo, la discriminacin racial y las formas conexas de intolerancia;

    7 Realizada para tratar los avances de la lucha por los derechos civiles y polticos de los grupos afro americanos en los Estados Unidos. 8 Realizada con el fin de tratar y condenar el sistema de apartheid en Sudfrica.

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  • Los pueblos indgenas y afrodescendientes ante el nuevo milenio

    Tema 2: Vctimas del racismo, la discriminacin racial y las formas conexas de intolerancia;

    Tema 3: Medidas de prevencin, educacin y proteccin destinadas a erradicar el racismo, la discriminacin racial y las formas conexas de intolerancia en los mbitos nacional, regional e internacional;

    Tema 4: Establecimiento de remedios eficaces, recursos resarcimiento [compensacin] y otras medidas a nivel nacional, regional e internacional;

    Tema 5: Estrategias para lograr una igualdad plena y efectiva, que abarquen la cooperacin internacional y el fortalecimiento de las Naciones Unidas y otros mecanismos internacionales en la lucha contra el racismo, la discriminacin racial y la xenofobia.

    Como parte de las actividades preparatorias de la Conferencia mundial se realizaron una serie de eventos y conferencias previas. Una de ellas fue la Conferencia Regional Preparatoria de las Amricas, efectuada en Santiago de Chile del 5 al 7 de diciembre del ao 2000, antecedida por la Conferencia Regional Europea, realizada en Estrasburgo, Francia, en octubre del ao 2000, y completada por la Conferencia Regional Africana, realizada en Senegal y la Conferencia Regional Asitica, realizada en Irn, el ao 2001.

    Previamente, los das 3 y 4 de diciembre del 2000, se realiz en Santiago la Conferencia Ciudadana contra el Racismo, al Xenofobia, la Intolerancia y la Discriminacin. Esta Conferencia reuni en forma masiva a ONGs, organizaciones de la sociedad civil y vctimas del racismo y la discriminacin que viajaron a Santiago desde Alaska hasta Tierra del Fuego para denunciar los atropellos de que son vctimas y exigir a los gobiernos acciones concretas contra el racismo, la discriminacin y la xenofobia. En la Declaracin de la Conferencia Ciudadana las organizaciones, grupos y personas convocantes afirmaron que cuando los gobiernos niegan la existencia de la discriminacin y el racismo, como ocurre en el mito de la democracia racial, contribuyen directa o indirectamente a su reproduccin y perpetuacin como ideologa y como prcticas discriminatorias, transgrediendo las normas internacionales. Asimismo, la Declaracin Ciudadana reconoci como principales vctimas a los pueblos indgenas, afrodescendientes, migrantes, desplazados internos, mujeres nios y nias, jvenes, enfermos de VIH-SIDA, refugiados, pueblos Rom gitanos, judos, asiticos, islmicos, entre los principales grupos en Amrica Latina y el Caribe.

    La Conferencia de Durban es un hito ms de los esfuerzos emprendidos por la ONU, los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y las vctimas del racismo y la discriminacin contra del flagelo global e histrico del racismo y la discriminacin. Un papel fundamental le cabe a las organizaciones de afrodescendientes e indgenas de todo el planeta, quienes han sostenido un arduo trabajo para avanzar no slo en el reconocimiento y combate de las viejas formas de discriminacin y racismo sino tambin en la necesidad de reconocer las formas contemporneas en que se expresan tales flagelos, As fue reconocido por la Conferencia en uno de los acpites de la Declaracin de Durban.

    La Conferencia tuvo entre sus propsitos la aplicacin de las normas e instrumentos internacionales vigentes; la adopcin de medidas de carcter prctico para erradicar el racismo; la formulacin de recomendaciones para la adopcin de medidas ulteriores de lucha contra los prejuicios y la intolerancia; el examen de los progresos alcanzados en la lucha contra la discriminacin racial y la reevaluacin de los obstculos que impiden seguir avanzando en dichas esferas as como los medios para superarlos; el anlisis de la manera de garantizar una mejor aplicacin de las normas existentes; y aumentar el nivel de conciencia sobre las consecuencias del

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    racismo y formular recomendaciones para la posible adopcin de medidas posteriores tanto a nivel nacional, regional como internacional.9

    De la Conferencia surgieron dos instrumentos bsicos, a saber, la Declaracin de Durban y la Plataforma de Accin de Durban. La primera reconoce no slo la existencia histrica de racismo y discriminacin sino tambin la persistencia de formas contemporneas de estos flagelos. As, seala que es plenamente conscientes de que, pese a los esfuerzos realizados por la comunidad internacional, los gobiernos y las autoridades locales, el flagelo del racismo, la discriminacin racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia persiste y sigue siendo causa de violaciones de los derechos humanos, sufrimientos, desventajas y violencia, que deben combatirse por todos los medios disponibles y apropiados como cuestin de la mxima prioridad, de preferencia en cooperacin con las comunidades afectadas. Asimismo, observa con preocupacin que persisten los casos violentos de racismo, discriminacin racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia, y que incluso hoy en da se siguen proponiendo, de una u otra forma, las teoras de la superioridad de ciertas razas y culturas que fueron fomentadas y practicadas durante la era colonial, y manifiesta su alarma por el resurgimiento y la persistencia del racismo, la discriminacin racial, la xenofobia y las manifestaciones conexas de intolerancia en sus formas y manifestaciones contemporneas ms insidiosas, as como de otras ideologas y prcticas basadas en la discriminacin o la superioridad racial o tnica.

    La Declaracin seala un punto de gran relevancia para el momento actual, al observar con preocupacin que el racismo, la discriminacin racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia pueden verse agravadas, entre otras cosas, por una distribucin desigual de la riqueza, la marginacin y la exclusin social. En esta misma lnea seala que si bien la globalizacin brinda grandes oportunidades, en la actualidad sus beneficios se distribuyen de forma muy desigual, lo mismo que sus costos.

    La migracin internacional, proceso que se ha acelerado con la globalizacin, es fuente de nuevas formas de discriminacin y xenofobia. Al respecto la Declaracin reconoce que la xenofobia contra los no nacionales, en particular los migrantes, los refugiados y los solicitantes de asilo, constituye una de las principales fuentes del racismo contemporneo; y que las violaciones de los derechos humanos cometidas contra los miembros de esos grupos se producen en el contexto de prcticas discriminatorias, xenfobas y racistas.

    Un tema de gran relevancia para nuestra regin es la que seala la Declaracin en el punto 22, donde expresa su preocupacin porque en algunos Estados las estructuras o instituciones polticas y jurdicas, algunas de ellas heredadas y que hoy persisten, no corresponden a las caractersticas multitnicas, pluriculturales y plurilinges de la poblacin y, en muchos casos, constituyen un factor importante de discriminacin en la exclusin de los pueblos indgenas.

    En cuanto a los indgenas la Declaracin reconoce plenamente, al igual que la Conferencia de Santiago, sus derechos de conformidad con los principios de la soberana y la integridad territorial de los Estados, y recalcamos por lo tanto que deben adoptarse las apropiadas medidas constitucionales, administrativas, legislativas y judiciales, incluidas las que resulten de los instrumentos internacionales aplicables.10

    El Programa de Accin reconoce como principales vctimas del flagelo del racismo y la discriminacin a los africanos y afrodescendientes, a los pueblos indgenas, a los emigrantes y a los refugiados. Asimismo, reconoce a otros grupos como vctimas especficas de discriminacin

    9 IIDH, Presentacin, Despus de Durban: Construccin de un proceso regional de inclusin social, San Jos de Costa Rica, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Fundacin Ford, s/f.

    10 En el punto 24 declara tambin que la expresin pueblos indgenas en la Declaracin y el Programa de Accin de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminacin Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia se utiliza en el contexto de negociaciones internacionales en curso sobre textos que tratan especficamente de esta cuestin, y sin prejuzgar el resultado de esas negociaciones, y no debe interpretarse en el sentido de que tiene repercusin alguna en cuanto a los derechos reconocidos por las normas jurdicas internacionales.

    15

    http:aplicables.10
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    mltiple, como las mujeres, los enfermos de VIH/SIDA, los jvenes, los nios y nias, los romanes, los gitanos, los sintis y los nmadas.

    Por ltimo, uno de los puntos ms importantes del Programa de Accin de Durban es que insta a los Estados a establecer y ejecutar sin demora polticas y planes de accin nacionales para combatir el racismo, la discriminacin racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia, en particular las manifestaciones basadas en el gnero.

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    III. Situacin y condicin de los pueblos indgenas y afrodescendientes en la perspectiva de Amrica Latina y el Caribe

    A. El racismo, la discriminacin y la xenofobia: un marco conceptual para su comprensin

    La importancia de categoras y conceptos como raza y etnicidad reside en que a travs de la historia y hasta nuestros das, rasgos fsicos y biolgicos como el color de piel, el grupo de sangre o la cultura a la cual se pertenece, son causa de desigualdad, discriminacin y dominacin de un grupo que se auto define como superior o con mejores y ms legtimos derechos que aquellos a los que se desvaloriza y excluye. (Oommen, 2004). Junto con gnero y clase, raza y etnicidad generan verdaderos sistemas y mecanismos culturales, sociales e incluso institucionales de dominacin a travs de los cuales se impide el acceso equitativo de grandes grupos humanos a los frutos del desarrollo econmico. Mientras la raza se asocia a distinciones biolgicas atribuidas a genotipos y fenotipos, especialmente con relacin al color de la piel, la etnicidad se vincula a factores de orden cultural, si bien con frecuencia ambas categoras son difcilmente separables. (Hopenhayn y Bello (2001).

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    La etnicidad es un trmino que alude a formas especficas de diferencias culturales que hansido definidas de distinta forma segn las tradiciones sociolgicas y antropolgicas en boga.Mientras en los Estados Unidos la etnicidad es un substituto de la categora grupos minoritariosen referencia a los grupos especficos insertos en un Estado-nacin, en Europa ha sidohistricamente un sinnimo de nacionalidad definida como una pertenencia territorial o pordescendencia o vnculo de sangre. Al mismo tiempo y debido a factores histricos, ha operadocomo reemplazo del concepto raza,11 sobre todo a partir de la condena y cuestionamiento alnazismo, despus de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, esta idea de reemplazo del conceptode raza por el de etnicidad ha provocado que el trmino se encuentre fuertemente racializado demodo que no es posible hacer una separacin absoluta de ambos conceptos.

    La sociologa y la antropologa han sealado tambin la complejidad del concepto paraanalizar diversas realidades y procesos en los que se inscriben determinados grupos de la sociedad.Es as como lo tnico, en un sentido, puede estar vinculado a formas de integracin o exclusinsocial en el marco de los procesos de modernizacin. Pero tambin puede referirse a los procesos deconstruccin social de una alteridad o a un esquema socio biolgico de agrupamiento yorganizacin social en torno a la idea, real o imaginada, de grupos consanguneos extendidos. Lotnico se asocia tambin con membresa, vale decir, con la pertenencia a un grupo especfico sea porconsanguinidad, proximidad territorial, lazos histricos o vnculos culturales y religiosos. Porltimo, la etnicidad ha sido estudiada como recurso poltico y como estatus de privilegios a los queacceden o desean acceder determinados grupos marginados o excluidos de la sociedad.

    De modo que, mientras en Europa lo tnico puede aludir a las antiguas nacionalidades quedieron origen a los modernos Estados-nacionales, en Amrica Latina dice relacin con los pueblosindgenas, esto es los grupos descendientes directos de las primeras poblaciones que habitaron elcontinente. La categora indgena refiere, como han sealado varios autores, a una condicinhistrica que emerge de la conquista luso-hispano y de su posterior proyeccin en las repblicascriollas. Lo tnico se vincula, pues, a un esquema de dominacin que se extiende desde el estigmade la identidad cultural degradada, al sometimiento poltico y la exclusin socioeconmica.

    El racismo es bsicamente la existencia de una idea que vincula los atributos fsicos,genticos o biolgicos de un individuo o un grupo con caractersticas de tipo cultural o moral.Como ha sealado Michel Wieviorka (1992), el racismo es una perversin de las relaciones socialescon alcances en los mbitos econmicos, polticos y sociales. La produccin del racismo y superpetuacin a travs del tiempo slo es explicable a partir de la existencia de nichos donde losrecursos racistas pueden funcionar de manera autnoma, es decir, donde no se necesita un mandatoo accin explcita para asegurar la discriminacin e imponer la interiorizacin. De ah que el empleoo la educacin sean espacios privilegiados y perdurables en la reproduccin del racismo.

    La discriminacin tnico racial no puede ser entendida sin los factores estructurales ehistricos de su conformacin, as como sus vnculos con los procesos socioeconmicos y polticosque perpetan la desigualdad y discriminacin en el tiempo. As, la esclavitud y la dominacincolonial de los grupos afrodescendientes e indgenas son antecedentes que ayudan a entender enperspectiva histrica los procesos actuales de exclusin econmica, poltica y social.

    B. Entre el racismo moderno y las nuevas formas de discriminacin

    11 Sinia Maleevi (2004), The Sociology of ethnicity, London, Sage Publications.

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    El racismo ha cambiado, se ha trasmutado en nuevas formas y expresiones que constituyen lo que Van Dijk (1998) denomina racismo moderno. Segn el autor, una de las formas de racismo moderno ms difundidas en la actualidad es aquella que no est fundamentada en la biologa sino en aspectos de carcter cultural: los otros seala el autor- no son denostados por lo que son sino por lo que hacen y piensan (Ibd..., p. 346). El problema viene cuando dichas apreciaciones culturales se hacen sobre grupos completos: el problema cultural de los negros o la cultura de los indgenas. Al colocarlo de este modo, el racismo cultural termina identificando rasgos de idiosincrasia con diferencias biolgicas, reiterando el mecanismo del racismo tradicional.

    Esta homologacin entre sangre y carcter es muy comn en los juicios racistas en nuestra regin, donde se identifica la pobreza indgena o de afrodescendientes con supuestas debilidades de carcter o de disciplina de estos grupos adscriptivos. Por lo mismo, los juicios sobre rasgos culturales son tan fuertes como los juicios sobre sangre o biologa. En un reciente estudio sobre las formas contemporneas de racismo, el Relator Especial sobre estas materias sealaba que la jerarquizacin de las formas de racismo constituye un retroceso del combate contra el racismo y la discriminacin. Si bien seala el Relator- es indudable que cada forma de racismo y de discriminacin posee caractersticas ontolgicas, histricas, geogrficas y culturales propias () todas ellas tienen races comunes ms profundas que dan forma a una cultura y una mentalidad racista y discriminatoria de naturaleza universal. El Relator seala adems que la jerarquizacin de las formas del racismo y la discriminacin pone en tela de juicio y erosiona el carcter universal del racismo y debilita, en consecuencia, la eficacia y la determinacin de combatirlo.

    El mismo Relator destaca que la jerarquizacin y fragmentacin del racismo implica a su vez la negacin de la interdependencia de los DDHH. El principio de la interdependencia de los DDHH estipula que toda forma de xenofobia o de discriminacin racial debe considerarse en pie de igualdad con las otras, y que no puede haber ningn orden jerrquico de importancia entre ellas.

    Las formas modernas de racismo se expresan como nuevas preocupaciones y percepciones de amenazas. Un ejemplo es el temor a los migrantes en los Estados Unidos y la visin de ellos como poblaciones que ponen en peligro a quienes se auto definen como los grupos o sectores fundadores de la identidad nacional. Adems, con estos juicios se niega la existencia de una realidad multicultural y de relaciones interculturales e intertnicas que operan en todos los mbitos y niveles de la sociedad.

    La globalizacin o mundializacin muestran al menos dos caras en cuanto a la discriminacin, el racismo y la xenofobia. Por un lado, se trata de un proceso que lleva hasta los ltimos confines del mundo la promocin de los derechos humanos como patrimonio de toda la humanidad. Por otro lado, este mismo proceso est generando formas nuevas de difusin y reproduccin del racismo, del cual son vctimas los migrantes y otros grupos vulnerables. La paradoja de la globalizacin es que difunde la diversidad y a la vez homogeniza la cultura desde la estandarizacin meditica.

    El racismo y la discriminacin hacia los pueblos indgenas y afrodescendientes se inscriben hoy en estas lgicas contradictorias y con frecuencia se confunde con el rechazo a los migrantes, que en muchos casos son otros en trminos raciales y tnicos. En los ltimos aos, si bien se han registrado avances en materia de legislacin, institucionalidad y polticas, persisten formas solapadas de discriminacin por factores adscriptivos. Por lo tanto, no es ni lineal ni automtica la relacin entre mayor presencia pblica y poltica de indgenas y afrodescendientes, y la eliminacin del racismo y la intolerancia.

    La negacin de las relaciones interculturales o de sus posibilidades dentro de los esquemas polticos que organizan a los pases es tambin una forma de negar la capacidad y derecho de los indgenas y afrodescendientes de organizarse y participar en la vida democrtica de los Estados

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    desde sus propias perspectivas e identidades. Lo que se requiere entonces es avanzar hacia nuevas formas de ciudadana, basadas en procesos de integracin de las diferencias (CEPAL, 2000).

    C. Racismo y discriminacin en Amrica Latina

    En la regin, el concepto de raza y sus efectos discriminatorios se vincula histricamente a lo que se ha dado en llamar la negacin del otro.12 En trminos tnicos y culturales, ella sobrevive y se transfigura a lo largo de la historia republicana y sus procesos de integracin social y cultural.13

    La negacin del otro como forma de discriminacin cultural se transmuta histricamente en forma de exclusin social y poltica. En la modernidad latinoamericana y caribea el problema de la exclusin se expresa en el hecho de que la regin tiene la peor distribucin del ingreso en el mundo; y en el sesgo elitista en las relaciones de poder, que ha constituido un serio obstculo al desarrollo de las democracias liberales en la era republicana de muchos de los pases de Amrica Latina y el Caribe. Por cierto, la exclusin social se asocia hoy a factores sociodemogrficos, a las dinmicas (o insuficiencias dinmicas) de acumulacin de la riqueza y de los factores productivos, y por las brechas educacionales, entre otros factores. Sin embargo, la negacin originaria de la cultura e identidad del otro constituye una estructura de discriminacin tnico-racial en torno a la cual se adhiere, con mayor facilidad, la exclusin que adviene en las dinmicas de modernizacin.

    El origen ms remoto de la exclusin y la segregacin tnica y racial se encuentra en la instauracin del rgimen de conquista y colonizacin. El dominio de territorios, la apropiacin de la riqueza natural del continente, la hegemona poltica y cultural, el sometimiento o la evangelizacin, y la incorporacin masiva de mano obra a las faenas agrcolas y mineras, fueron eslabones del sometimiento y la discriminacin de grupos indgenas y poblaciones afrodescendientes, mediante el denominado servicio personal o encomienda, y en la esclavitud o trabajo forzado.

    Mientras la conquista fue un proceso de sometimiento, exterminio y avasallamiento de la cultura de los pueblos indgenas, durante la colonia la estratificacin y organizacin de la sociedad estuvo plenamente ligada a patrones de jerarquizacin cultural y racial. Sobre esos patrones se construy la pirmide social, cuyo escaln ms bajo era ocupado por los esclavos africanos y en cuya cspide se ubicaban los luso-hispanos. Indgenas y mestizos estaban a medio camino entre ambos. La movilidad se restringi a algunos estratos de mestizos. El mestizaje permiti mitigar esta jerarquizacin en alguna medida, poniendo en cuestin el concepto de "pureza de raza" que oper como resorte ideolgico de negacin del otro.

    La negacin del otro presenta, en su desarrollo histrico, matices diversos. Esta construccin difiere, por ejemplo, si el encuentro cultural se realiz en sociedades ya complejas, como las andinas o mayas, o si tuvo lugar en sociedades de menor complejidad o mayor dispersin, como las amaznicas, mapuches o caribeas. Muy distinta ha sido, tambin, la dinmica de negacin del otro respecto a la poblacin africana esclava, que gener escenarios distintos, como se observa en el caso de Brasil y de buena parte del Caribe. Los matices se hacen todava ms complejos al considerar las migraciones europeas ms recientes, que se entroncaron con sociedades republicanas constituidas, como en Argentina y Uruguay.

    Desde el lado del descubridor, el conquistador, el evangelizador, el colonizador, el criollo, y finalmente el blanco, la negacin parte de un doble movimiento: de una parte se diferencia al otro respecto de s mismo, y en seguida se lo desvaloriza y se lo sita jerrquicamente del lado del pecado, el error o la ignorancia. En el caso indgena la categora indio conjuga simultneamente aspectos biolgicos (raciales y racistas) y culturales. Ser indio reflejara una condicin de

    12 Fernando Caldern, Martn Hopenhayn y Ernesto Ottone (1996), Esa esquiva modernidad: desarrollo, ciudadana y cultura en Amrica Latina y el Caribe, Caracas, UNESCO-Nueva Sociedad.

    13 Los siguientes prrafos fueron tomados de Hopenhayn y Bello (2001), y Caldern, Hopenhayn y Ottone (1996).

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    http:cultural.13http:otro.12
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    subordinacin y negacin de un grupo humano frente a otro que se auto construye y erige como superior. Bajo esos preceptos, durante el orden colonial las poblaciones indgenas se vieron sometidas a una permanente intervencin, desestructuracin y destruccin de sus formas de vida, lengua y cultura. En muchos casos fueron desplazados, dispersados o expulsados de sus territorios perdiendo con ello los vnculos societales y culturales que les aglutinaban. En este proceso, el deterioro de los recursos naturales, junto a otros factores (explotacin laboral, nuevas enfermedades, etc.), fueron causa de una catstrofe demogrfica de la poblacin indgena, por lo que se procedi a incorporar mano de obra esclava de origen africano para la produccin agrcola y minera.

    No hubo muchos cambios en los emergentes Estados republicanos, y aunque en algunas regiones las poblaciones indgenas tuvieron una activa participacin en las campaas de Independencia, a poco andar las elites republicanas reconstruyeron los mecanismos de negacin del otro, atribuyendo a las poblaciones indgenas el carcter de obstculo al progreso, la cultura y la construccin del Estado-Nacin.

    Los Estados Nacionales en el siglo XIX se plantearon la superacin de las estructuras jerrquicas de la colonia bajo la bandera de una sola cultura y una sola nacin, lo que sirvi tambin para emprender campaas de homogenizacin nacional que arrasaron con las culturas indgenas, mediante aculturacin planificada (etnocidio) o el exterminio fsico (genocidio). A la sombra de la dialctica civilizacin / barbarie, se forz a las culturas indgenas a someterse a las formas culturales dominantes.

    La negacin del otro por parte de las elites polticas y econmicas (elites que asumen su identidad como criolla, casi nunca como mestiza) tiene, asimismo, otras caras. Por un lado, el otro es el extranjero, y la cultura poltica latinoamericana, en sus versiones ms tradicionalistas y autoritarias, ha exhibido con frecuencia una resistencia xenofbica al otro-extranjero que amenaza la identidad nacional desde fuera y corroe la nacin. Es frecuente encontrar discursos esencialistas o autoritarios, para quienes la influencia externa adquiri el rostro de la decadencia moral o la potencial corrupcin del ethos nacional. En el extremo opuesto, el propio criollo latinoamericano ha negado al otro de adentro (al indio, al mestizo) identificndose de manera emuladora con lo europeo o norteamericano, o bien definiendo el ethos nacional a partir de un ideal europeo o ilustrado, frente al cual las culturas tnicas locales quedaron rotuladas con el estigma del rezago o la barbarie.

    La aculturacin-culturizacin o integracin simblica ha operado como relevo moderno de la evangelizacin, pero con otros fines: la negacin del valor especfico de la cultura e identidad propia de los grupos indgenas, y el intento organizado de quitarles su propio universo simblico para disciplinarlos en el trabajo productivo, la ideologa del Estado-Nacin, el espritu racionalista y el uso de una lengua europea. Si antes haban sido desvalorizados por precristianos, ms tarde lo fueron por pre-racionales y premodernos, y considerados salvajes, haraganes, indolentes, impulsivos, negligentes, brutos, supersticiosos y disolutos. Las taxonomas naturalistas de la Ilustracin de fines del siglo XVIII sirvieron de base para esta nueva jerarqua donde negros e indgenas aparecan condenados por la naturaleza.

    Los Estados nacionales se plantearon tambin la construccin de la identidad nacional que, por mucho tiempo, no contempl lo indgena y lo negro. La dialctica de civilizacin y barbarie que plasm el darwinismo social en las ideologas criollas, los consideraba como brbaros o incivilizados, carentes de Estado o de la capacidad de otorgarse a s mismos una sociedad polticamente organizada, un sistema econmico coherente e industrioso, o un conjunto de normas de conducta moral.

    El resultado ha sido especialmente problemtico si se considera que ni la culturizacin ni la aculturacin planificada desde el Estado fueron totales. Indios, negros, mestizos, zambos, ladinos y otras versiones de lo no blanco, no europeo, no criollo o no ilustrado, quedaron en gran

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    medida a mitad de camino entre una y otra cultura. Se necesitaron grandes esfuerzos para preservar sus visiones de mundo y sus prcticas comunitarias; como para sacrificarlas y para integrarse en una modernidad que, en la historia de la regin, no se caracteriz ni por el multiculturalismo ni por la tolerancia.

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    IV. Una mirada a las dimensiones del racismo y la discriminacin en Amrica Latina y el Caribe

    A. El problema de los datos

    El anlisis del racismo, la discriminacin y la xenofobia en Amrica Latina enfrenta un primer problema en la falta o insuficiencia de datos que permitan construir indicadores claros. Este problema no es inocente y se relaciona con las frustradas demandas de visibilidad de pueblos indgenas y poblaciones afrodescendientes. La violencia explcita suele ser relevada por el silencio o la omisin, y esto explica la larga lucha de grupos discriminados por hacer visible sus desventajosas condiciones frente a la sociedad y al Estado.

    As, la Conferencia de Santiago seal que una base fundamental para entender la existencia y reproduccin del racismo y la discriminacin en Amrica Latina y el Caribe se encuentra en su negacin por parte de la sociedad, los gobiernos y los Estados. De all el carcter poltico de los registros estadsticos, pues su ausencia minimiza o relativiza los problemas de discriminacin, neutralizando esfuerzos por reformas legislativas que reviertan la negacin del otro. Por lo tanto, la constitucin de bases de datos por pas desagregadas por sexo, raza, grupo tnico, o grupos etarios es bsica para avanzar en la agenda propuesta por las Conferencias.

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    El problema de los datos afecta a la mayor parte de los grupos definidos por las Conferencias como vctimas del racismo, la discriminacin, la xenofobia y otras formas de intolerancia. La pregunta sobre la cuanta, el tamao y las caractersticas de la poblacin indgena y afrodescendiente en la regin es un problema antiguo que ha an no logrado ser resuelto del todo. Slo en la ltima dcada, y a partir de la conmemoracin de los quinientos aos de la llegada de los europeos a Amrica, se gener un mayor inters por conocer el tamao y las caractersticas de sta poblacin.

    Pero el primer problema al que se han enfrentado los demgrafos y analistas estadsticos es el de las categoras en uso. Mientras para algunos la poblacin indgena es definida en trminos de auto adscripcin o pertenencia, para otros lo es por asignaciones categoriales externas, esto quiere decir que es un otro externo, generalmente instituciones del Estado, quien define lo que se entiende por indgena. Ejemplo de ello son los censos que definen pertenencia tnica slo por lengua hablada, cuando es claro que el secular sometimiento cultural o la aculturacin genera problemas de auto-reconocimiento en relacin a la lengua por parte de minoras tnicas.

    El problema de la definicin de los indgenas en los censos est estrechamente ligado a la existencia de diversas visiones sobre la categora de lo indio y las metodologas utilizadas para su cuantificacin. Mientras para algunos la categora indgena constituye una expresin numrica concreta y por lo tanto objetiva, a partir de rasgos y caractersticas demostrables o visibles, para otros constituye un mbito relacionado con las identidades y formas de auto adscripcin o auto identificacin de los sujetos, lo que supone una dimensin subjetiva, difcil de ser recogida por un censo nacional de poblacin. Por lo mismo, en la conformacin de las bases de datos sobre la poblacin existe la necesidad creciente de cruzar diferentes categoras, y no slo a la lengua. El cuadro 1 siguiente muestra distintos criterios usados por los censos en la regin. Como puede verse, hay pases que recurren a dos preguntas para garantizar mejor identificacin.

    Cuadro 1 CRITERIOS CENSALES PARA IDENTIFICAR POBLACIN INDGENA

    EN 14 PASES DE AMRICA LATINA Y EL CARIBE

    Auto identificacin Pertenencia Uso de idioma indgena Auto-identificacin e idioma

    Brasil 2000

    Panam 2000

    Costa Rica 2001

    Jamaica 2001

    Honduras 2001

    Venezuela 2001

    Chile 2002 Mxico 2000 Belice 2000

    Argentina 2001 (en el hogar)

    Bolivia 2001

    Ecuador 2001

    Guatemala 2002

    Paraguay 2002

    Fuente: Adaptado de Renshaw y Wray (2004).

    Un ejemplo de los alcances que puede tener la forma de preguntar acerca de la poblacin indgena lo encontramos en los Censos Nacional de Poblacin de Chile. El censo chileno incorpor por primera vez una pregunta sobre los indgenas en el ao 1992 y lo volvi a hacer en el ao 2002. Pero la pregunta censal vari de un censo a otro debido a diversas evaluaciones y anlisis de la pregunta original. As el censo de 1992 incorporaba un preguntaba de auto identificacin en los siguientes trminos: Si usted es chileno se considera perteneciente a alguna de las siguientes culturas?, siendo las alternativas posibles: mapuche, aymar, rapanui y ninguna de las anteriores. En cambio el censo del ao 2002 incorpora una pregunta de pertenencia: Pertenece usted a algunos de los siguientes pueblos originarios? Siendo las alternativas de respuestas: alacalufe (Kawaskar), atacameo, aymar, colla, mapuche, quechua, rapanui, ymana (yagan), y ninguna de las anteriores. (INE-MIDEPLAN, 2005).

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    El resultado de este cambio en la formulacin de la pregunta censal determin que en 1992 la poblacin indgena de 14 aos y ms alcanzara a las 890 mil personas mientras que en el Censo del ao 2002 la cifra lleg a las 640 mil personas. Esta diferencia podra explicarse por la naturaleza de las preguntas censales puesto que la auto identificacin en 1992 incentivo cifras importantes de subregistros en algunos casos y de sobre representacin en muchos otros. Se debe recordar que el Censo de 1992 se realiz en un contexto en que se estaba promoviendo una nueva poltica de Estado hacia los pueblos indgenas, y con las presiones reivindicativas propias de la conmemoracin de los 500 aos del descubrimiento de Amrica.

    La problemtica de los datos alcanza tambin directamente a la poblacin afrodescendiente. Desde antiguo los pases de la regin en que existe poblacin afrodescendiente han construido formatos categoriales que diluyen a sta poblacin en distintos grupos o segmentos. Por ejemplo, en algunos pases se les ha incluido dentro de la categora grupo tnico o bien directamente como grupo indgena. En algunos pases, como Brasil, Costa Rica y Honduras, existe una sola pregunta sobre el origen. Mientras en Brasil el entrevistado se auto identifica por el color o raza, en Costa Rica por la cultura a la cual pertenece y en Honduras, por el grupo poblacional (Garfuna y/o negro ingls). En Guatemala la auto identificacin se hace con base al grupo tnico al cual se considera perteneciente el encuestado y en Ecuador se pregunta como se considera la persona con opciones de respuesta como: indgena, negro, afro ecuatoriano, mestizo, mulato y otro. (Rangel, 2005). En Brasil la poblacin negra corresponde a la suma de los pretos (negros) y los pardos (mestizos y mulatos). Segn el mismo estudio en Costa Rica abarca a las personas que contestaron que pertenecen a la cultura afro costarricense o negra. En el Ecuador los afrodescendientes corresponden a la suma de negro (afro ecuatoriano) y mulato.

    Adems, en relacin a la poblacin afrodescendiente los censos demogrficos no investigan esta caracterstica en todos los pases de la regin. Por otra parte, cuando se investiga la variable raza o color, la respuesta del entrevistado est condicionada a diversos factores, como por ejemplo los niveles de ingresos y educacionales,14 la conciencia de la negritud, la tendencia al autoblanqueamiento, todo lo cual dificulta o imposibilita la comparabilidad de datos entre pases.

    El problema de las cifras es fundamental. Sin datos confiables, sin indicadores y mediciones peridicas es imposible tomar decisiones polticas destinadas a enfrentar el problema de la discriminacin. Las cifras adems tienen un innegable componente poltico, pues para los afectados significa la visibilizacin de su situacin as como una forma de reconocimiento frente a los otros. Para los Estados y gobiernos el manejo de las cifras se ha vinculado muchas veces con la negacin del racismo, la discriminacin y la xenofobia. En los ltimos aos la mayora de los pases de la regin ha incorporado en sus censos y encuestas de hogares preguntas sobre identificacin, pertenencia o lenguas, lo que es un gran avance respecto de dcadas anteriores

    Qu falta por hacer? Se necesita en primer lugar, consolidar, regularizar y estandarizar la recogida de los datos. En muchos pases existen obstculos de ndole econmica que impiden la aplicacin regular de los instrumentos; en otros todava existe una situacin experimental donde los instrumentos han variado de un perodo a otro, lo que no permite la comparabilidad de los datos. En la actualidad, organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, el Fondo de Poblacin de las Naciones Unidas (UNFPA) y la CEPAL (a travs del CELADE) realizan esfuerzos para mejorar construccin de bases de datos por pas tanto en censos nacionales como en encuestas de hogares. Recientemente la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha emprendido un a campaa para avanzar en la construccin de un ndice de igualdad racial que permita, al igual que el ndice de Desarrollo Humano aplicado por el

    14 En Brasil, por ejemplo, las personas que se auto clasifican como blancos tienen ms aos de escolaridad y mayor nivel de ingresos mientras que los que se auto clasifican como negros tienen menos aos de estudio y menor nivel de ingresos. Lo que puede llevar a la absurda conclusin de que el dinero emblanquece y de que inversamente, la pobreza oscurece (Silva, 1994).

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    PNUD, medir de manera estandarizada a los pases y regiones del planeta, segn los avances en materia de igualdad y equidad de las poblaciones vctimas de la discriminacin tnico-racial.

    B. Los pueblos indgenas y la poblacin afrodescendiente en cifras

    En la actualidad se considera que la poblacin indgena en Amrica Latina asciende a unos 40 o 50 millones de personas, entre un 8% y un 10% de la poblacin total del continente. La poblacin indgena se subdivide, asimismo, en unos 400 grupos lingsticos diferentes. Estas cifras, sin embargo, no reflejan la real magnitud que alcanza la poblacin indgena y an menos sus caractersticas sociodemogrficas dado que la informacin disponible se basa en censos parciales y estimaciones.

    Los pases con mayor incidencia de poblacin indgena son Mxico, Bolivia y Guatemala. En Mxico, la proporcin de poblacin hablante de lengua indgena se ha mantenido en torno a 10% de la poblacin nacional.15 En Bolivia, el 62% se considera poblacin indgena de acuerdo al Censo de Poblacin del ao 2001. En Guatemala, la poblacin indgena constituye entre 41% y 43% de la poblacin del pas (Adams, 2005). Los indgenas predominan en las tierras altas situadas entre Ciudad de Guatemala y Mxico, y hacia el norte, en El Petn. Estn dispersos en gran parte de los territorios orientales y forman importantes enclaves en Jalapa y Chiquimula. En Panam viven 7 grupos indgenas que representan el 6% de la poblacin total del pas. En Venezuela el Censo de Comunidades Indgenas 2001 registr 32 etnias con una variedad de ms de 20 lenguas indgenas ubicadas en 48 municipios que representan el 2,2% de la poblacin venezolana. En Paraguay, un poco ms de la mitad del total de la poblacin indgena reside en la regin Oriental (44.135) y el resto (42.964) en la regin Occidental.16

    Una estimacin gruesa de la poblacin negra y mestiza-afro americana permite estimar que en la regin hay alrededor de 150 millones de afrodescendientes, lo que significa alrededor de un 30% de la poblacin total. En relacin a su ubicacin geogrfica se puede decir que se ubican especialmente en Brasil (50%), Colombia (20%) y Venezuela (10%) (Bello y Rangel, 2000).

    15 http://www.indigenas.presidencia.gob.mx/index.php?id_seccion=90 16 Segundo Censo Nacional Indgena de Poblacin y Vivienda 2002.

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    http://www.indigenas.presidencia.gob.mx/index.php?id_seccion=90http:Occidental.16http:nacional.15
  • CEPAL - SERIE Polticas sociales N 118

    V. Condiciones de vida de los pueblos indgenas y afrodescendientes

    A. Pobreza indgena y afrodescendiente

    En Amrica Latina, los pueblos indgenas que en Bolivia, Ecuador, Guatemala y Per representan ms del 25% de la poblacin y afrodescendientes que constituyen ms de un cuarto de la poblacin en Brasil, Nicaragua y Panam son, en gran medida, los ms pobres de la regin, presentan los peores indicadores socioeconmicos y tienen escaso reconocimiento cultural y acceso a instancias decisorias.

    La mayor parte de los estudios existentes sealan que los pueblos indgenas viven en condiciones de extrema pobreza (Pasacharopoulos & Patrinos, 1994; Plant, 1998). Las principales causas de la situacin de pobreza de los pueblos indgenas son atribuidas a las reformas liberales del siglo XIX que tuvieron como objetivo la introduccin de la nocin de propiedad privada de las tierras (Plant, 1998). A este proceso, de prdida progresiva de tierras y del quiebre de las economas comunitarias, se sumaron los procesos de migracin campo-ciudad, la estructura y dinmica de la insercin laboral, tanto dentro de los espacios rurales como particularmente al interior de las ciudades. Adems, los indgenas y afrodescendientes que suelen ser vctimas de prejuicios tnico-raciales reciben menores remuneraciones por trabajos comparables a los del resto de la poblacin y tienen ms probabilidades de trabajar en el sector primario

    27

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    8,0

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    5,0

    4,0

    3,0

    2,0

    1,0

    0,0

    5,9

    7,9

    1,0 1,0 1,6 1,8 1,8

    2,1 2,1 2,2 2,3 2,8 2,8

    3,3

    Cos

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    2001

    Hai

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    01

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    01

    Los pueblos indgenas y afrodescendientes ante el nuevo milenio

    de la economa, insertndose en pequeas empresas o en el sector informal. Influyen, asimismo, las dificultades de acceso al crdito y a nuevas tecnologas que podran permitirles aumentar y mejorar su produccin. En general las cifras corroboran una mayor incidencia de pobreza y extrema pobreza en la poblacin indgena y afrodescendiente. (ver grfico 1).

    Grfico 1 AMRICA LATINA (14 PASES): INCIDENCIA DE LA EXTREMA POBREZA DE INDGENAS Y

    AFRODESCENDIENTES COMO MLTIPLO DE LA INCIDENCIA EN EL RESTO DE LA POBLACIN (Lnea de un dlar por da)

    Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos pases.

    La incidencia de la extrema pobreza entre indgenas y afrodescendientes supera entre 1,6 (Colombia) y 7,9 veces (Paraguay) la incidencia en el resto de la poblacin, excluidos los casos de Costa Rica y Hait, en los cuales la condicin tnica no parece implicar diferencias en los niveles de indigencia. Otros rasgos caractersticos de estos grupos son el mayor tamao de sus hogares y, en la mayora de los pases, la ubicacin en reas rurales aunque con menores porcentajes para los afrodescendientes y habida cuenta del creciente proceso de urbanizacin.

    En los pases del Caribe de habla inglesa, los afrodescendientes constituyen por lo general la mayora de la poblacin, aunque en pases como Belice, Dominica, Guyana, San Vicente y las Granadinas y Trinidad y Tobago, otros grupos tnicos conforman tambin una parte importante de la poblacin. En estos pases, la situacin de los afrodescendientes es diferente del resto de la regin, ya que no experimentan la exclusin propia de las sociedades latinoamericanas, gracias al hecho de representar la mayora demogrfica y a los cambios estructurales que tuvieron lugar antes y despus de la independencia y, particularmente, a la igualdad en el acceso a la educacin. Sin embargo, segn las estimaciones de pobreza de los aos noventa, en pases del Caribe como Guyana y, en menor medida, Dominica, tambin existen desigualdades de ndole tnica, ya que las poblaciones amerindias estn sobre representadas entre los ms pobres. (CEPAL y otras agencias, 2005, pp. 52-53).

    En Brasil, en 1992 ms de la mitad de la poblacin negra se situaba por debajo de la lnea de la pobreza (en comparacin con cerca de 30% de los blancos) y casi el 30% se situaba por debajo de la lnea de indigencia (en comparacin con 12% de los blancos). A pesar de que la poblacin negra creci a una tasa menor que la poblacin blanca, pasando de 47% en 1992 a 45% de la poblacin

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  • CEPAL - SERIE Polticas sociales N 118

    total, en 2002, los negros pasaron a representar una porcin an mayor de las poblaciones pobres e indigentes (61% y 66%, respectivamente al ao 2002). (Borges Martins, 2004).

    En Bolivia, el 80% de la poblacin indgena se ubica por debajo de la lnea de la pobreza, mientras que a los no indgenas les afecta en una cifra cercana al 40%. Segn el Censo del 2001, a nivel nacional rural, el 90,8% de la poblacin se ve agobiada por esta situacin, mientras en las ciudades la pobreza aqueja al 39%. Esta clara asimetra entre incidencia de la pobreza en el campo y en la ciudad tiene su correlato por etnicidad, dado que en el rea rural es mucho mayor la concentracin de poblacin indgena (seis de cada 10 indgenas tienen un ingreso que no alcanza a los 80 centavos de dlar por da). La proporcin de pobres que viven en las ciudades representa al 52% de total nacional (Valenzuela, 2004).

    En Guatemala pese a una leve disminucin entre 2000 y 2002, ms del 70% de los indgenas se encuentran en condiciones de pobreza, cifra que casi duplica la de los no indgenas. La diferencia es incluso mayor en lo concerniente a extrema pobreza, que afecta a 26,4% de los indgenas, tres veces superior a la proporcin que se da entre los no indgenas. (Adams, 2005). Aunque la pobreza es mayor entre los indgenas, la situacin empeora tambin para los no indgenas. La mayor pobreza de los primeros es visible en el porcentaje de indgenas existentes en los 2 ms bajos quintiles, que ha aumentado entre 1989 y 1998. Ms del 70% de los indgenas sufre la pobreza, aunque sta ha declinado levemente entre el ao 2000 y 2002. Con respecto a la extrema pobreza, los indgenas alcanzan el 26,4%, tres veces ms alta que los no indgenas (Adams, 2005). Otro caso que confirma esta tendencia es Bolivia, donde la pobreza tiende a concentrarse en hogares de mayor tamao, especialmente si estn jefaturizados por personas con bajos niveles educacionales y que tengan origen indgena, y Ecuador, donde ms del 80% de la poblacin indgena rural vive en situacin de pobreza.

    En Chile el 10% de la poblacin total corresponde a poblacin indgena. En el ao 1996, el 35,6% de la poblacin indgena chilena viva en condicin de pobreza, y en la poblacin no indgena la pobreza alcanzaba slo un 22,7%. Esta brecha entre pobreza indgena y no indgena se ha mantenido, ya que para 1996 sta era de 12,9% y en el ao 2000 apenas se redujo a 12,2%. En ese ao se registr un 32,3% de indgenas pobres en Chile. Desde el punto de vista de la lnea de la pobreza y de la distribucin del ingreso, aparece con claridad el incremento de la indigencia indgena (an as sea slo en 0,4%) en el perodo 1996/2000, misma situacin que para poblacin no indgena, disminuy casi inapreciablemente. Adems, en zonas urbanas la pobreza indgena llega a 30%, mientras que en el campo se eleva 36,1%, es decir, una diferencia significativa si se compara con los porcentajes referidos a poblacin no indgena, que muestra un 19,7% de pobreza urbana y un 22,2% de pobreza rural, respectivamente para el ao 2000 (Valenzuela 2003).

    Para el ao 2000, seala Valenzuela, esta situacin no haba variado mayormente. Por el contrario, la evolucin de la pobreza indgena muestra que sta aument en seis regiones del pas, en tanto que para la poblacin no indgena slo se increment en la Regin Metropolitana. La brecha de pobreza entre poblacin indgena y no indgena se ha mantenido, ya que para 1996 sta era de 12,9% y en el ao 2000 apenas se redujo a 12,2%.

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  • Los pueblos indgenas y afrodescendientes ante el nuevo milenio

    Cuadro 2 CHILE: POBLACIN INDGENA Y NO INDGENA SEGN LNEA DE POBREZA

    Poblacin indgena Poblacin no indgena Total pas

    1996 2000 1996 2000 1996 2000

    Indigente

    Pobre no indigente

    No pobre

    Total

    10,6

    25,0

    64,4

    100,0

    11,0

    21,3

    67,8

    100,0

    5,5

    17,2

    77,3

    100,0

    5,4

    14,7

    79,9

    100,0

    5,7

    17,5

    76,8

    100,0

    5,7

    14,9

    79,4

    100,0

    Fuente: Valenzuela (2003), op. cit., en base a MIDEPLAN, Encuesta CASEN 1996 y 2000.

    B La situacin de empleo de los pueblos indgenas y afrodescendientes

    Un aspecto determinante de la menor probabilidad de salir de la pobreza que padecen los hogares indgenas, es la precaria insercin laboral de estos grupos, ligada a su vez a aspectos de discriminacin laboral y a su menor dotacin de capital humano. Los principales problemas que enfrentan los pueblos indgenas son el desempleo, los empleos de baja calidad y la existencia de brechas sistemticas en la remuneracin e ingresos, en relacin a los ocupados no indgenas. Al analizar en detalle la situacin indgena en esta materia, se constata adems que las cifras de participacin en el mercado del trabajo de estos grupos sufren un sub-registro apreciable, especialmente por su vinculacin al sector informal de la economa, o al trabajo agrcola y domstico.

    Con respecto al desempleo, existen brechas sistemticas entre los ndices de desempleo por raza y escolaridad. En Brasil, por ejemplo, el desempleo oscil entre 6% y cerca de 9% de la poblacin econmicamente activa (PEA) entre 1992 y 2001, siendo estos porcentajes para mujeres y negros siempre mucho ms altos que los de los hombres y los de los blancos, respectivamente.17

    En el caso de Chile, aunque las tasas de ocupacin y desocupacin en las minoras indgenas, en relacin al promedio nacional, no muestran diferencias relevantes, se observa que al ao 2000 ha tendido a crecer la tasa de inactividad laboral indgena.

    Con respecto al empleo, se observan altos porcentajes de ocupacin en empleos vulnerables y precarios. Por ejemplo, en Bolivia, el 67% de empleos precarios, y el 28% de los empleos semicalificados lo ocupan indgenas. Paralelamente, solo el 4% de trabajadores indgenas ocupan trabajos que requieren mayor calificacin (Valenzuela, 2004). En Chile, al ao 2000, el 19,2% de los ocupados indgenas, viva de un empleo temporal, lo que para los no indgenas era de un 15,1% (Valenzuela, 2003).

    Asimismo, en Brasil, durante la dcada de los aos noventa, la proporcin de trabajadores con insercin precaria fue extremadamente elevada. Entre 1992 y 2001 en ninguna franja etaria, ni en ninguna combinacin de gnero y raza, la tasa de precarizacin present un valor inferior a 50% de la poblacin ocupada. La proporcin de trabajadores negros en situacin de empleo precario fue mucho mayor que la de los trabajadores blancos en todos los aos comprendidos entre 1992 y 2001, en los dos sexos y en todas las franjas etarias, situndose siempre en torno a 2/3 o ms de la poblacin ocupada. Entre los jvenes negros de 16 a 24 aos el ndice siempre super los 70 puntos porcentuales y lleg a alcanzar el 76% en el caso de las mujeres negras (Borges Martins, 2004).

    17 La desigualdad entre las razas se repite, tambin sin excepcin, dentro de cada gnero y la brecha entre los gneros se observa a su vez dentro de cada grupo racial. Es decir que los ndices de desempleo de los hombres negros son siempre superiores a los de los hombres blancos, y lo mismo ocurre al comparar a las mujeres negras con las mujeres blancas; a las mujeres negras con los hombres negros y a las mujeres blancas con los hombres blancos (Borges Martins, 2004).

    30

    http:respectivamente.17
  • CEPAL - SERIE Polticas sociales N 118

    Por otra parte, las tasas de informalidad en diversos pases muestran un rgido patrn que jerarquiza de acuerdo al criterio de raza seguido por el de gnero. Por ejemplo, en Guatemala, al ao 1989 el 83% de los indgenas trabajaron en el sector informal, mientras los no indgenas en el mismo sector constituan el 54%. Al ao 2002 la informalidad indgena decay al 81% y la no indgena al 59 %, y dentro de cada etnia las cifras referidas a las mujeres superan a las de los hombres (Adams, 2002).

    El perfil ocupacional indgena tambin presenta un componente genrico importante, tanto en lo que respecta a la rama de actividad ocupacional, como en la remuneracin y el ingreso promedio percibido entre indgenas y no indgenas. A pesar de que tanto para hombres como para mujeres indgenas se trata de empleos precarios, hay que resaltar el hecho que los hombres acceden a trabajos que les permiten una mayor movilidad laboral. En general, las mujeres indgenas presentan una mayor ocupacin en el sector comercio (muchas veces informal), el trabajo por cuenta propia, y el servicio domstico (Bello y Rangel, 2000).

    En el caso de los hombres indgenas, el principal nicho ocupacional se encuentra en el trabajo asalariado, preferentemente en la agricultura (para los hombres indgenas rurales que trabajan), y en actividades asociadas a la industria, comercio y construccin, para los indgenas urbanos. En Guatemala, al ao 1989 casi el 70% de los indgenas econmicamente activos estaban ocupados en agricultura, y en el ao 2002 cay al 58%, en paralelo a la cada desde un 39% a 33% del sector agrcola no indgena. En 1989 el 71% de la PEA indgena en Guatemala trabajaba para ellos mismos o sus familias, lo que cay en el ao 2002 al 67%. (Adams, 2005).

    Con respecto de las diferencias observadas en la remuneracin promedio, hay que sealar que se generan en el mercado de trabajo y obedecen a la segmentacin ocupacional y a un fuerte componente de discriminacin salarial basada en la raza. En Brasil, entre 1992 y 2001, el salario de los negros no super el 51% del de los blancos. Al desagregar los datos por sexo se verifica que la retribucin de los hombres negros nunca lleg a la mitad de la de los hombres blancos, y aunque entre las mujeres la brecha es ligeramente menor, la remuneracin promedio de las negras no lleg en ningn momento a ms de 53% de la de las blancas. Las mayores brechas raciales se observaron en la categora de los trabajadores independientes, debido a que el porcentaje de profesionales y tcnicos negros auto empleados era muy pequeo. En el caso de los hombres no alcanz a 3% en ninguno de los aos estudiados y en el de las mujeres lleg a un mximo de 5%, siendo para los trabajadores independientes blancos esta proporcin de dos a tres veces ms alta. En Brasil, las cifras muestran que en todos los niveles de escolaridad, en los dos sexos y en todos los aos, entre 1992 y 2001, la remuneracin de la poblacin negra oscila entre 60% y 80% del ingreso de los blancos con el mismo nivel educativo (Borges Martins, 2004).

    Por ltimo, la migracin es otro factor determinante en la remuneracin salarial, que afecta de forma diferente segn grupos tnicos al interior de los pases. En Bolivia, los migrantes no indgenas ganan tres veces ms que los migrantes indgenas, en tanto que los indgenas en general, reciben solo el 30% del salario de los trabajadores no indgenas por cumplir el mismo trabajo (Valenzuela, 2004).

    Segn rama de actividad, el ingreso promedio presenta diferencias sustantivas entre trabajadores indgenas y no indgenas. En Chile, por ejemplo, tanto para el ao 1996 como para el 2000, la agricultura concentra el mayor porcentaje de mano de obra indgena y el valor del ingreso promedio de la poblacin no indgena ($302.636) casi duplica al de la poblacin indgena ($175.210) (Valenzuela, 2003). En Bolivia, en la ciudad un indgena gana 4 veces menos que un no indgena, y en el campo, 2,2 veces el salario del anterior (Valenzuela, 2003). En Guatemala, el ingreso medio de los no indgenas casi duplica el de los indgenas, y la distancia entre ambos incluso se ha acrecentado ligeramente en la ltima dcada. Entre 1989 y 2002, el ingreso real de los indgenas disminuy 15%, de 247 a 209 quetzales, y el de los no indgenas baj 8%, de 474 a 434

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  • Los pueblos indgenas y afrodescendientes ante el nuevo milenio

    quetzales El nivel de ingreso de los no indgenas es casi dos veces ms que el de los indgenas y en la ltima dcada esta brecha se ha ido ensanchando (Adams, 2005).

    Tambin el ingreso promedio segn gnero registra considerables diferencias entre la poblacin indgena femenina y masculina. En Bolivia, las mujeres no indgenas reciben el 60% del salario de un trabajador varn no indgena (Valenzuela, 2003). En Chile, hacia el 2000 un trabajador indgena en servicios ganaba bastante ms (192.410 pesos) que una trabajadora indgena (137.782 pesos) (Valenzuela, 2004).

    Semejante a lo que ocurre con la poblacin indgena, los afrodescendientes encuentran dificultades de acceder a una mejor insercin laboral, debida principalmente a factores estructurales como la menor escolaridad de su poblacin o la poca capacitacin profesional. Con estos antecedentes la insercin al mercado laboral se produce en un cuadro de extrema inequidad. En Brasil, pas que presenta la mayor poblacin negra y negro-mestiza de la regin, mientras los blancos (53%) se concentraban, hacia finales de la dcada pasada, en las ocupaciones no-manuales, los negros (81%) y mestizos (70%) estaban ms presentes en las ocupaciones manuales (Rangel, 1998).

    Las diversas brechas existentes entre indgenas y no indgenas no slo estn presentes en todas las regiones, independientemente de su nivel de desarrollo o de las condiciones especficas de su mercado de trabajo, sino que tambin presentan variaciones regionales relativamente pequeas con respecto al promedio nacional. Adems, raza y gnero se presentan como elementos determinantes en la estratificacin ocupacional, en la estructuracin de las oportunidades sociales y en la distribucin de recompensas materiales y simblicas. Racismo y sexismo tienen como consecuencia que mujeres y negros obtengan retornos a sus inversiones educacionales, en trminos de remuneracin, proporcionalmente menores que los de los hombres blancos.

    Por lo tanto, polticas de tipo "discriminacin inversa" (sistema de cuotas para combatir la segregacin ocupacional) tendran importantes efectos sobre la inequidad econmica de los pases latinoamericanos y serviran para combatir la discriminacin racial, mientras que polticas garantizadoras de sueldos similares para ocupaciones equivalentes (comparable worth) serian ms eficientes para combatir la discriminacin por gnero. Otra accin central debe estar dirigida a la resguardo de los derechos laborales de los indgenas, que en todos los pases muestra una aguda precariedad.

    C. Vulnerabilidad educativa de los pueblos indgenas

    La falta de acceso a educacin es uno de los factores determinantes en la situacin de desigualdad y exclusin que viven los pueblos indgenas y las minoras tnicas y nacionales, dada su incidencia en la precaria insercin laboral de estos grupos. Los modelos educativos aplicados hasta ahora no han tenido los efectos que en algn momento se esperaban, como la integracin a la sociedad nacional y la asimilacin de valores y cultura externos a la experiencia propia, sin perder los ejes identitarios de la propia cultura.

    Aunque el umbral de logros educativos avanza tanto en poblaciones indgenas como no indgenas, en la mayora de los pases se mantiene la brecha entre estos dos grupos, a favor de los ltimos (ver grfico 2). Esto es especialmente visible en la participacin de indgenas en la educacin superior completa. Los no indgenas logran terminar en mayor cantidad los distintos niveles de instruccin, lo que a su vez tiene un fuerte correlato en la brecha educativa entre la situacin urbana y rural.

    En general, el promedio de escolaridad de los indgenas tiende a ser menor que el de los no indgenas. En Chile el promedio de escolaridad de la poblacin indgena en 1996 era de 7,8 aos, inferior en 2,2 aos al observado en la poblacin no indgena que alcanzaba a 9,5 aos (Valenzuela,

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    2003). En Guatemala al ao 2002, el promedio de escolaridad de los indgenas era 2,38 aos, y 5,47 el de los no indgenas (Adams, 2005).

    Tales deficiencias se acentan cuando se observa comparativamente la situacin de hombres y mujeres. En Guatemala, los varones indgenas alcanzaban, al ao 2002, un promedio de escolaridad de 3,13 aos, mientras que las mujeres indgenas alcanzaban slo un 1,7, cifra que contrasta abiertamente con la escolaridad promedio de las mujeres no indgenas, 5,1 aos. En promedio, los no indgenas estaban retrasados entre 1,1 y 1,5 aos con respecto al grado de escolaridad que les corresponda por edad, mientras que en el caso de los indgenas el rezago era de entre 1,9 y 2,4 aos. El fenmeno era an ms pronunciado en la escuela secundaria, donde en el 8 grado se encontraban en el grado que les correspondera por su edad, slo aproximadamente 36% de ambos grupos tnicos. Sin embargo, al terminar la escuela secundaria, la cifra cae a 25% para los no indgenas y a 7% para los indgenas. En sntesis, no slo haba menos indgenas escolarizados, sino que en una muy alta proporcin se hallaban rezagados en relacin con su edad (Adams, 2005).

    Grfico 2 AMRICA LATINA (9 PASES): PERSONAS DE 15 A 19 AOS QUE NO HAN LOGRADO

    CULMINAR LA EDUCACIN PRIMARIA SEGN GRUPO TNICO O RACIAL, TOTAL NACIONAL, ALREDEDOR DEL 2002

    (En porcentajes)

    29,7

    4,6

    11.6

    18,0

    18,3

    28,4

    37,6

    45,4

    50,0

    53,3

    0,0 10,0 20,0 30,0 40,0 50,0 60,0

    Amrica Latina

    Chile

    Per

    Ecuador

    Brasil

    Paraguay

    Bolivia

    Panam

    Nicaragua

    Guatemala

    No originaria Originaria

    Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos pases.

    En Brasil, los negros y mestizos enfrentan las mayores dificultades de ac