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Rodrigo Bernal y Gloria GaleanoEditores

Cosechar sin destruirAprovechamiento sostenible de

palmas colombianas

Bogotá, D. C., Colombia, octubre de 2013

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TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

© Rodrigo Bernal y Gloria Galeano, editores© Facultad de Ciencias-Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia© Palm Harvest Impact in Tropical Forests (PALMS)© Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación, Colciencias

DECANO FACULTAD DE CIENCIASJesús Sigifredo ValenciaVICEDECANO DE INVESTIGACIÓN Y EXTENSIÓNJaime Aguirre CeballosVICEDECANO ACADÉMICOGiovanny Garavito

DIRECTOR DEL INSTITUTO DE CIENCIAS NATURALESGermán Amat

Revisión de textos: Pedro Organista

Diseño y Diagramación: Liliana Aguilar

Primera ediciónOctubre 2013

Cítese el libro como:Bernal, R. y G. Galeano (Eds.). 2013. Cosechar sin destruir - Aprovechamiento sostenible de palmas colombianas. Facultad de Ciencias-Instituto de Ciencias Naturales. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. 244 pp.

Cítense los capítulos como el siguiente ejemplo: García, N. 2013. Chambira (Astrocaryum chambira). Pp. 82-90. En: Bernal, R. y G. Galeano (Eds.) Cosechar sin destruir - Aprovechamiento sostenible de palmas colombianas. Facultad de Ciencias-Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacio-nal de Colombia, Bogotá. 244 pp.

Se autoriza la reproducción total o parcial por cualquier medio, siempre y cuando se den los respectivos créditos a los autores.

Impreso y hecho en Bogotá D. C., Colombia

Catalogación en la publicación Universidad Nacional de Colombia

Cosechar sin destruir : aprovechamiento sostenible de palmas colombianas / editores Rodrigo Bernal y Gloria Galeano. -- Bogotá : Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias. Instituto de Ciencias Naturales : PALMS : Colciencias, 2013 244 páginas : ilustraciones

Incluye referencias bibliográficas ISBN : 978-958-761-611-8

1. Palmas – Colombia 2. Ecología de cultivos – Colombia 3. Industria de la palma - Tecnología poscosecha 4. Palmas - Distribución geográfica – Colombia 5. Silvicultura sostenible – Colombia 6. Etnobotánica – Colombia I. Bernal González, Rodrigo Germán, 1959-, editor II. Galeano Garcés, Gloria Amparo, 1958-, editora III. Grupo de Investigación en Palmas Silvestres Neotropicales

CDD-21 584.5 / 2013

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Elementos que determinan la sostenibilidad

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ASAíEuterpe precatoria

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ASAÍ (EUTERPE PRECATORIA)Carolina Isaza

Otros nombres comunesAsaí, asaí verdadero (Amazonia); cecilia, cicilio (Nariño); chapín (Chocó); guasaí, huasaí (Guainía, Guaviare, Vaupés); macana (Antioquia); maizpepe (Meta); manaca (Casanare, Guai-nía, Meta, Vichada); manaco, manaqué (Casanare, Meta, Vichada); murrapo, solita, palma so-lita (Chocó); naidicillo (Cauca); palmicha (Meta); palmiche (Antioquia, Santander); palmicho (Norte de Santander) [43].

Nombres indígenasManákai (achagua); pootá (andoque); naldisch (awa pit); mana (baniva); mihiño (barasana); manñeka (cabiyarí); wahu (carijona); manáka (cocama); divá (cofán); emimoe (cubeo); manáke (curripaco); mĩhĩ (desano); hinkató (embera); báha, guypani (guayabero); kerantëgn (kakua); sná (kogui); tooyige (miraña); tuuguiyi (muinane); yúbudi (nukak); manakai (piapoco); nenea (pia-roa); wihpíño (piratapuyo); yod pi, yot, yot pigot (puinave); nenichi (sáliba); manakái, manakaibo-to (sikuani); inibue (siona); mihíño (siriano); fiífia (tanimuca); waira ‒variedad común‒, tuchiwa ‒variedad de fruto grande‒ (tikuna); tsozüsa (tinigua); mihpiño (tukano); mihpíñõ (tuyuca); needa (uitoto); mihpí (wanano); wasái kaapura (yeral); malakala (yukuna) [43].

Individuo adulto de asaí (Euterpe precatoria). (C. Isaza). Tallo de asaí (Euterpe precatoria). (C. Isaza).

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Asaí - Euterpe precatoria

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DescripciónPalma usualmente solitaria, a veces cespito-sa, usualmente con un tallo adulto y erguido de hasta 25 m de alto y 6-23 cm de diámetro, más ancho en la base por el cono de raíces epigeas, las cuáles pueden alcanzar hasta 1 m de alto. La corona está compuesta por 6-20 hojas de 3.5-4.5 m de largo; vaina 0.5-1.5 m de largo, verde o amarillenta, formando un ca-pitel; pecíolo 12-57 cm; raquis 1.6-3.6 m de largo; pinnas 40-100 a cada lado, colgantes. Inflorescencias infrafoliares, más o menos horizontales en flor y colgantes en fruto, con 70-150 raquilas de hasta 80 cm de largo. Fru-tos esféricos, negro-violáceos en la madurez, 1-2 cm de diámetro, con mesocarpo delgado y jugoso, semillas esféricas con endospermo homogéneo, de cerca de 1 cm de diámetro, envueltas en una capa de fibras de color café claro [43, 97].

Inflorescencia de asaí (Euterpe precatoria). (C. Isaza).

Frutos de asaí (Euterpe precatoria). (C. Isaza).

DistribuciónAmpliamente distribuida en la Amazonia, los bosques de galería de los Llanos Orientales, las tierras bajas del Catatumbo, el Magdalena Medio, el Alto Sinú y el Pacífico, así como en los Andes y la Sierra Nevada de Santa Marta, hasta los 2000 m [43]. Común a lo largo de cauces de ríos por debajo de 350 m de altitud [43, 98].

Distribución de Euterpe precatoria [43].

BiologíaEl asaí crece en bosques de tierra firme hasta los 2000 m, pero es más abundante en zonas de tierras bajas sometidas a inundaciones es-tacionales. En estos bosques que presentan inundación periódica llega a ser dominante hasta con 248 individuos adultos por hectárea, y forma palmares que en el Amazonas son lla-mados asaizales, mientras que en bosques de tierra firme y a mayores altitudes disminuye

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su densidad, hallándose entre 9 y 20 adultos por hectárea [99, 100, 301]. En bosques inundables resiste períodos de inundación de hasta tres meses, gracias a las raíces epigeas y a su alta capacidad de regeneración, observable cuatro meses después de la época de fructificación, for-mando extensos bancos de plántulas, las cuales crecen vigorosamente en condicio-nes de luz y, al igual que los adultos, resisten la inunda-ción durante meses. En casi todos los bosques de tierras bajas la palma tiene tallo solitario, pero en tierras altas de los Andes se encuentran a veces individuos cespitosos con dos o tres tallos.

Entre 2010 y 2013 se estudió el asaizal del río Amacayacu, al sur del Depatamento del Ama-zonas, en áreas contiguas al Parque Nacional Natural Amacayacu. Estos bosques presentan una densidad de 248 palmas adultas por hectárea, con pocos elementos leñosos, la mayoría de bajo porte, entre los que se destacan las familias Rubiaceae, Melastomataceae y Fabaceae, y cuyo dosel está prácticamente compuesto por la corona de hojas del asaí. En esta población, el 74 % de los individuos se encuentran en fase de plántula y se caracterizan por tener hojas de aspecto palmeado, con menos de seis pinnas en sus hojas, y el raquis aún poco desarrolla-do. La gran abundancia de plántulas compensa las altas mortalidades que se registran en esta etapa; se estima que apenas el 8 % de las plántulas alcanza el estado adulto y el reclutamiento entre la germinación y el primer año es de apenas el 3.6 %. Las principales causas de muerte incluyen la competencia entre las plántulas de los diferentes parches de germinación, los pe-ríodos de sequía y el daño físico de las plántulas, bien sea por la caída de ramas, o de hojas de las palmas adultas o por el pisoteo.

Los datos preliminares recolectados por Isaza [301] sugieren que dentro del bosque la palma comienza su reproducción cuando tiene unos 40 años y una altura de 12 m; sin embargo, es conocido que los individuos que crecen a plena exposición solar tienen tasas de creci-miento más rápidas, reproduciéndose 15 a 20 años después de producir tallo o incluso antes. El crecimiento de la palma hasta alcanzar 1 m de altura es lento y depende de condiciones de luz constantes para sobrevivir; una vez supera esta altura, su crecimiento es acelerado, a una tasa de 30 cm por año, hasta alcanzar los 15 m. De acuerdo con modelos y observaciones de campo, se estima que cuando los indivi-

Bosque de asaí (Euterpe precatoria) en el Río Amacayacu, Amazonas. (C. Isaza).

Plántula de asaí (Euterpe precatoria). (C. Isaza).

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Asaí - Euterpe precatoria

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duos tienen entre 15 y 18 m se encuentran en su pico reproductivo y de ahí en adelante inician su período de senescencia. La fase de adulto es la más larga y puede durar hasta 40 años. Las principales causas de muerte de los adultos de asaí en Amacayacu son: la pudrición del tallo por patógenos, el daño físico por la caída de troncos o ramas, una elevación excesiva de las raíces epigeas que hace que los individuos mueran arrancados de raíz, y la tala para cosechar sus raci-mos de frutos.

La población florece y fructifica al mismo tiempo, pero los individuos lo hacen asincrónicamen-te, es decir, un individuo puede florecer en períodos alternados, en años seguidos o no florecer durante varios años. En el río Amacayacu la floración tiene un pico entre junio y agosto, aunque se encuentran individuos aislados en flor la mayor parte del año [301]. Las flores son poliniza-das por abejas y moscas, que visitan las flores de ambos sexos [98]. Los frutos maduran seis a ocho meses después de la floración, registrándose la máxima fructificación entre enero y marzo en toda la región sur del Trapecio Amazónico; en las poblaciones del río Amacayacu, la fructi-ficación alcanza un 68 % de sincronía [301]. Los frutos maduros son consumidos directamente del racimo por aves de gran porte como guacamayas (Ara), tucanes (Ramphastos) y mamíferos como murciélagos, monos, roedores y venados [98, 101, 102].

En las estimaciones de productividad recogidas durante dos años en el río Amacayacu se regis-tró un promedio de 6000 frutos por individuo en cada época de fructificación, con un peso de 11 kg. La producción anual para la población se calculó en 2.2 ton por hectárea [301].

Usos y mercadosEl asaí es una especie multipropósito y casi todas sus partes son utilizadas, ya sea para la construcción o con fines alimenticios, artesanales u ornamentales. El uso más popular es la ex-tracción de frutos para la alimentación. Existe evidencia de que la especie fue empleada desde épocas prehispánicas y que fue parte del conjunto de recursos empleados por muchas socieda-des indígenas amazónicas [103]. Semillas probablemente pertenecientes a esta especie fueron halladas en un sitio arqueológico del siglo XII en Risaralda [24]. El uso de los frutos prevalece entre casi todas las etnias del sur de la Amazonia colombiana [43]. La pulpa es la parte que se consume, y se extrae amasando los frutos enteros en agua caliente. En Leticia, durante los meses de enero a mayo, es usual observar vendedores ambulantes en las calles más transitadas ofre-ciendo bolsas de jugo de asaí y en algunas heladerías se encuentran paletas y helados hechos a partir del jugo [301]. Desafortunadamente, en Colombia aún no hay procesos tecnológicos a escala comercial para aumentar la vida útil de la pulpa y permitir ampliar la oferta de productos derivados de este excelente alimento; dichos procesos ya se han desarrollado para la especie her-mana Euterpe oleracea y serían fácilmente aplicables para la extracción comercial de la pulpa de E. precatoria. La pulpa del asaí es la base de una amplia lista de recetas y productos [104]. Conocida en los mercados internacionales con el nombre brasileño de açai, la pulpa de Euterpe ha alcanzado popularidad mundial en los últimos años por la gran cantidad de antioxidantes de tipo fenólico que posee [27, 28]. Aunque la mayor parte de la pulpa en el comercio internacional proviene de la más abundante E. oleracea, las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias de E. precatoria son superiores [28]. De otro lado, el palmito es un alimento muy apetecido entre los tikuna y se vende fresco, a ma-nera de espagueti, en los mercados de Iquitos, Perú, pero no en los de Colombia. En la Amazo-nia de Bolivia y Perú se envasa y se exporta a los mercados europeos [105], aunque este tipo de

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aprovechamiento ha sido considerado no sostenible [106-108], a menos que las intensidades de cosecha sean muy bajas (25-50 % de todas las palmas adultas) y en ciclos largos (16-32 años) [108], lo que probablemente no sería rentable.

Los tallos se usan como material de construcción para hacer cerramientos; las hojas se tejen para hacer improvisados morrales de selva, llamados capillejos, y cernidores para la yuca, y ocasionalmente se usan también para techar. Las semillas tienen un color marfil que se puede teñir fácilmente y se usan como cuentas en collares, pulseras, cinturones y carteras, con una alta demanda en los mercados artesanales de las principales ciudades del país [109, 301]. Entre los tikuna de Colombia la especie es un elemento cultural predominante: en su honor se realiza la fiesta del asaí, en la que se hacen bailes, se ofrecen regalos a los participantes, se le hacen ofren-das a la palma y se preparan en abundancia jugo y platos de palmito para toda la comunidad, similar a una celebración de vendimia y abundancia [301].

Manejo pasado y actualEl manejo de Euterpe precatoria es por lo general básico y destructivo: comúnmente se talan las palmas para obtener los racimos, sin una reposición posterior de los individuos cosechados [110, 301]. En pocas ocasiones se escala una palma o se cosecha desde el suelo usando un gancho o medialuna, debido en parte a que la planta alcanza grandes alturas (más de 22 m), tiene un tallo muy delgado y se percibe como un recurso muy abundante que tolera la cosecha destructiva. No

Alimentos preparados con asaí (Euterpe precatoria). A, bebida; B, palmito en el mercado de Iquitos; C, paleta en Leticia. (C. Isaza).

B

A

C

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Asaí - Euterpe precatoria

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se han desarrollado aún en Colombia programas de manejo que presenten alternativas de cose-cha no destructiva para el aprovechamiento de los frutos. Tampoco se han desarrollado planta-ciones o cultivos sistemáticos, ya que su uso ha sido reemplazado en sistemas agroforestales por E. oleracea, su especie hermana, de hábito cespitoso y rápido crecimiento [104, 301].

La situación es preocupante, si se tiene en cuenta que la demanda de frutos con fines alimenti-cios y de semillas con fines artesanales se ha incrementado notablemente en el departamento del Amazonas, pasando de 15.3 ton/año en 1995 a 49.5 – 99 ton/año en 2012, teniendo en cuenta sólo la cosecha con fines comerciales [111, 301]. Este incremento, combinado con las prácticas destructivas de cosecha, ha ocasionado una drástica reducción de los asaizales cercanos a Le-ticia, en especial aquellos ubicados a lo largo de la vía que conduce a Tarapacá, en los que se observa en la actualidad una densidad de menos de 30 adultos por hectárea donde antes era un bosque dominado por la palma [301].

Estudios de la dinámica poblacional del asaí realizados en Brasil mostraron que los adultos son la categoría de tamaño que más contribuye al crecimiento poblacional y que la permanencia de los adultos es el parámetro demográfico más importante [112]. Estos resultados son similares a los obtenidos en el río Amacayacu, que además mostraron que sólo se podría cortar el 5 % de las palmas adultas en cada ciclo de cosecha para evitar el colapso de la población. Estas cifras evi-dentemente son muy bajas y no permitirían un uso comercial de las poblaciones bajo el presente sistema de cosecha destructiva, pues solo para abastecer el mercado actual de Leticia habría que tumbar cerca de 3000 tallos por mes [301].

Sin embargo, si se cosechan los frutos empleando métodos no destructivos, el panorama de cose-cha resulta altamente prometedor, pues a partir de simulaciones de cosecha basadas en modelos para la población del río Amacayacu, se encontró que se podría cosechar hasta el 75 % de los fru-tos sin afectar el crecimiento de la población. En el estudio realizado en Brasil la cifra fue del 50 % de los frutos [99], valor que ofrece todavía un panorama generoso de aprovechamiento de este recurso. Es posible que la diferencia en los valores de Colombia y Brasil se deba a que en el primer caso la población cuenta con una densidad media de 248 adultos por hectárea, mientras que en la población brasileña se calcularon 60 adultos por hectárea [112]. Con base en las observaciones realizadas durante jornadas de cosecha, se estima que la remoción de frutos no alcanza el 75 %, ya que los adultos de más de 18 m no se cosechan y un 10 a 20 % de frutos maduros caen antes de que se madure el resto de frutos en el racimo. Por lo general esos frutos son consumidos por animales o arrastrados por la corriente en áreas inundadas y llevados lejos de su parental.

Debido a la sobreoferta de frutos del asaí, la especie tiene potencial para su aprovechamiento a escalas comerciales. De modo que para continuar disfrutando de los beneficios que brinda este alimento es necesario cuidar los estados adultos cuando se realiza la cosecha, ya que su crecimiento es muy lento y son los individuos reproductivos los que tienen el mayor aporte al crecimiento poblacional. Una práctica tradicional tikuna recomienda talar los individuos de más de 20 m de altura porque es difícil escalarlos y son los senescentes de la población, pero en tér-minos ecológicos conviene dejarlos en pie a causa de su larga permanencia en este estado (> 30 años) y a su aporte de semillas constante a la población.