revista nuestro-socialismo n3 2012

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Órgano de la Comisión de Asuntos Internacionales del PSUV República Bolivariana de Venezuela, Año II, Nº 3, Abril-Junio 2012 Avances y beneficios de la Ley Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras y los trabajadores Homenaje a Tomás Borge Discurso de Alí Rodríguez Araque en la UNASUR Cochabamba y Cartagena, un nuevo viraje político en el continente / Comunicado del ALBA denunciando al TIAR Contra el Golpe de Estado en Paraguay: Acuerdo del GPV-Parlatino / Comunicado del ALBA Hugo Chávez: La construcción de un liderazgo programático

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Revista Nuestro Socialismo

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  • rgano de la Comisin de Asuntos Internacionales del PSUV Repblica Bolivariana de Venezuela, Ao II, N 3, Abril-Junio 2012

    Avances y beneficios de la Ley Orgnica del Trabajo, las Trabajadoras y los trabajadores

    Homenaje a Toms Borge

    Discurso de Al Rodrguez Araque en la UNASUR

    Cochabamba y Cartagena, un nuevo viraje poltico en el continente / Comunicado del ALBA denunciando al TIAR

    Contra el Golpe de Estado en Paraguay: Acuerdo del GPV-Parlatino / Comunicado del ALBA

    Hugo Chvez: La construccin de un liderazgo programtico

  • Contenido

    Editorial .............................................. 01Programa del XVIII Encuentro del Foro de Sao Paulo.... .............................................. 03

    Ensayo sobre una Ventana Abierta................ 04Avances y beneficios de la Ley Orgnica del Trabajo................................................ 15

    Discurso de Al Rodrguez Araque en la UNASUR 23Desafos de la agricultura en Amrica Latina y el Caribe............................................... 26

    Homenaje a Toms Borge. ......................... 30Cochabamba y Cartagena, un nuevo viraje po-ltico en el continente / Comunicado del ALBA denunciando el TIAR................................ 32Contra el Golpe de Estado en Paraguay: Acuer-do del GPV-Parlatino / Comunicado del ALBA... 36Hugo Chvez: La construccin de un liderazgo programtico......................................... 38

    Directorio:Director: Rodrigo Cabezas Morales./ Jefe de Redaccin: Wuilian Mundarain V./ Consejo Editorial: Ana Elisa Oso-rio, Roy Chaderton Matos, Roy Daza, Sal Ortega, Walter Gavidia, Dalia Yanez, ngel Rodrguez, Manuel Villalba, Calixto Ortega, Xoan Noya, Pedro Lander, Marelis Prez Marcano, Ral Tempo, Henrys Mogolln, Luis Acua Ce-deo, Cristian Zerpa, Jess Cepeda y Julio Csar Chvez./ Correccin de Textos: Franklin Cabello / Asesores: Narly Montilva y Francisco Solrsano (Frasso) / Colaboradores: Israel Lpez, Oswaldo Valecillos, Karelia Carabao y Mara Jos Soto. Direccin: Comisin de Relaciones In-ternacionales del PSUV, calle el Rosal, Municipio Chacao, Caracas.Email: [email protected]

  • Editorial

    El venidero 4, 5 y 6 de julio de 2012 se realizar en nuestra capital, Caracas, el XVIII Encuen-tro del Foro de Sao Paulo.En su ltimo evento se acord por unanimidad reali-zarlo en nuestro pas con el objetivo de que las prin-cipales fuerzas polticas con orientacin de izquierda, socialistas, comunistas, revolucionarias, nacionalis-tas y progresistas de Amrica Latina, dieran un claro espaldarazo al proceso de transformacin bolivariano que adelanta el pueblo de Venezuela con el liderazgo del Presidente Hugo Chvez Fras.El Foro de Sao Paulo naci en julio del ao 1990, cuando el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, conducido por el entonces lder obrero Luis Igncio Lula Da Silva, convoc a los partidos que se adheran al pensamiento de izquierda de nuestro continente para realizar un encuentro que les permitiera deba-tir sobre el derrumbe del mal llamado socialismo real que en el ao previo presenci el derrumbe del Muro de Berln y, sobre la necesidad de enfrentar el neoliberalismo que saltaba de ser moda acadmica impuesta por Milton Friedman y sus Chicago Boys a programa de poltica econmica adoptada por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, todo en el contexto del conocido consenso de Was-hington que impuso los ajustes macroeconmicos, las privatizaciones y la apertura comercial a nuestros pueblos. Naca el Foro de Sao Paulo para intentar contrariar la corriente dominante en el capitalismo mundial, dotndose de objetivos sociales superado-res de la pobreza, de la recuperacin de la soberana econmica y poltica y, postulando la integracin y la paz como bandera de los pueblos.En el tiempo fue fortalecindose como espacio para debatir el programa de lucha contra los gobiernos cooptados por el fondomonetarismo, levantar una

    opcin popular democrtica desde la izquierda y co-ordinar en lo posible la accin de los partidos que lo conformaban. Los sujetos polticos que le integran gobiernan hoy en buena parte del continente: Venezuela, Brasil, Argen-tina, Uruguay, Ecuador, Bolivia, Cuba, Nicaragua, El Salvador, Per y Repblica Dominicana.El XVIII Encuentro marcar un hito histrico, dos son las razones. Una ya que es la primera vez en sus 22 aos de existencia que se realiza en la Repblica Bolivariana de Venezuela y, la otra, que por la expec-tativa generada de ser convocado en Caracas, la asis-tencia ser record. Las fuerzas polticas, personalida-des e intelectuales de la izquierda mundial que han confirmado su asistencia permitirn un compartir de la experiencia en el combate contra el neoliberalismo de los cinco continentes del planeta tierra.La revolucin bolivariana es sin duda un referente para los pueblos del mundo en su lucha por la inde-pendencia y soberana, efectivamente en la supera-cin del neoliberalismo y el manejo de sus materias primas, por sus logros en el campo social al postular una radical poltica de la igualdad, por su poltica ex-terior soberana que demanda un mundo multipolar o multicntrico para lograr la paz mundial y la integra-cin sobre la base de la cooperacin, la solidaridad y la complementacin productiva. Es imposible ne-gar el significado de un liderazgo autntico, honesto, valiente y popular encarnado en el Presidente Hugo Chvez.Nuestro proceso en transicin al socialismo y su lder principal/histrico han logrado trascender nuestras fronteras para airar el combate de los pueblos opri-midos bajo formas de organizacin y produccin ca-pitalista, retomando el ideal de sociedades posibles

  • Rodrigo Cabezas MoralesDirector

    donde reine la produccin de riqueza para atender las necesidades humanas, el necesario equilibrio entre la especie humana y su medio ambiente, la participacin protagnica como etapa superior de la democracia, el destierro de la pobreza, el temor al desempleo y la certeza de una vida plena en lo atinente a lo material y en sabidura.

    Obligante es que las banderas contra el neoliberalis-mo y por la paz mundial se encuentren y marchen juntas. Bienvenidos a Caracas los partidos y persona-lidades del Foro de Sao Paulo y los invitados de los otros cuatro continentes. 24-6-12

  • 3Programa del XVIII Encuentro del Foro de Sao PauloCaracas del 4 al 6 de julio de 2012

    Hotel Alba Caracas y Teatro Teresa Carreo

    Martes 03 Coordinador10:00 am a 01:00 pm Reuniones Bilaterales COPPPAL, PIE, GUE, PES, ALNEF, otras.

    Meeting 2 y Meeting 3 - Piso 1 HAC

    03:00 a 07:00 pm Reunin del Grupo de Trabajo Meeting 1 y Meeting 3 - Piso 1 HAC

    Secretara Ejecutiva

    Mircoles 04 Reuniones de Secretaras Regionales09:00 am a 01:00 pm Andino Amaznico

    Meeting 2- Piso 1 HACPS Per

    09:00 am a 01:00 pm Cono SurMeeting 3 - Piso 1 HAC

    FA Uruguay

    09:00 am a 01:00 pm Mesoamrica y CaribeBallroom piso 1 - Piso 1 HAC

    FMLN El Salvador

    8:00 am a 12:00 m IV Encuentro de las Juventudes (preparatoria)Seccin A, Saln Bicentenario - Lobby HAC

    Xoan Noya, PSUV

    Mircoles 04 Talleres Temticos02:00 a 08:00pm I. Afrodescendientes

    Saln Apamate Mezzanina HAC Modesto Ruiz

    02:00 a 08:00pm II.Autoridades locales y subnacionalesSaln Ceiba Mezzanina HAC

    Henry Mogolln

    02:00 a 08:00pm III.Defensa SalnTamarindo Mezzanina HAC

    Freddy Bernal

    02:00 a 08:00pm IV.Democratizacin de la informacin y la comunicacin.Saln Flamboyan Mezzanina HAC

    Blanca Eackhout

    02:00 a 08:00pm V. Fundaciones y escuelas o centros de capacitacin.Saln Acacia Mezzanina HAC

    Hctor Navarro

    02:00 a 08:00pm VI. Medio Ambiente y Cambio Climtico Saln Bamb Mezzanina HAC

    Eduardo Szeplaki

    02:00 a 08:00pm VII. Migraciones Saln Castao Mezzanina HAC

    Idelfonso Finol

    02:00 a 08:00pm VIII. Movimientos sindicales Saln Chaguaramos Mezzanina HAC

    Jacobo Torres

    02:00 a 08:00pm IX. Movimientos sociales y poder popularSaln Cedro Stano

    Ulises Daal

    02:00 a 08:00pm X. Pueblos originarios Saln Samn Stano

    Noel Pocaterra

    02:00 a 08:00pm XI. Seguridad agroalimentariaSaln Bucare Stano

    Jess Cepeda

    02:00 a 08:00pm XII.Seguridad y narcotrficoSaln Rouge - Mezzanina HAC

    Gral. Nestor Reverol Torres

    02:00 a 08:00pm XIII.Trabajadores de arte y culturaSeccin A Saln Bicentenario - Lobby HAC

    Benito Irady

    02:00 a 08:00pm XIV. Unin e Integracin latinoamericana y caribea.Seccin B Saln Bicentenario - Lobby HAC

    Roy Daza

    09:00am a 06:00pm Encuentro de parlamentariosPalacio Federal Legislativo

    Luis Acua

    Jueves 05 Encuentros y Seminarios09:00am a 06:00pm II Encuentro de las Mujeres

    Saln I (Apamate, Ceiba, Tamarindo, Flamboyan) Mezzanina HACNora Castaeda

    09:00am a 06:00pm IV Encuentro de Juventudes Saln II (Acacia, Bamb) Saln III(Castao)Saln IV (Chaguaramos) Mezzanina HAC

    Hctor Rodrguez

    09:00am a 06:00pm Seminario sobre paz, soberana nacional y descolonizacin.Seccin A Saln Bicentenario - Lobby HAC

    Sal Ortega

    09:00am a 06:00pm II Seminario sobre gobiernos progresistas y de izquierdaSala Jos Flix Rivas del Teatro Teresa Carreo

    Vctor lavarez

    Inauguracin y Asamblea del Foro de Sao Paulo 201207:00pm a 09:00pm Sala Rios Reyna del Teatro Teresa Carreo

    Viernes 06 Encuentros y Seminarios8:00am a 9:00am Reunin del Grupo de Trabajo

    Meeting 1, piso 1, Torre Norte HACSecretara Ejecutiva

    9:00am a 1:00pm Asamblea del FSPSaln Bicentenario Lobby HAC

    Secretara Ejecutiva

    2:00pm a 6:00pm Continuacin de la Asamblea del FSP y ClausuraSaln Bicentenario Lobby HAC

    Secretara Ejecutiva

  • 4Ensayo sobre una ventana abierta

    (Contribucin para el seminario del PT de Mxico realizado en marzo de 2012. La versin original de este texto hace parte de la antologa La izquierda latinoamericana a 20 aos del derrumbe, publicada por la editorial Ocean Sur)

    Valter PomarDireccin Nacional del PT Brasil

    Este ensayo aborda cuatro temas: en qu situa-cin se encontraba la izquierda latinoamerica-na en su conjunto en el ao 1991; qu pas con esta izquierda desde entonces; cul es su situacin actual; cules son sus perspectivas.

    El contexto de 1991 fue escogido debido a la desapa-ricin de la Unin Sovitica, sobre el cual hablare-mos a continuacin.

    Pero antes es preciso recordar que la desaparicin de la Unin Sovitica, fue en s misma, el punto final de un intento iniciado en 1917, intento que consisti inicialmente en tomar el poder y empezar la cons-truccin del socialismo en un pas de bajo desarrollo capitalista, con la expectativa de que esto estimulara revoluciones en los pases del capitalismo ms desa-rrollado, revoluciones que a su vez ayudaran a la transicin socialista en la propia Rusia.

    Sucede que en las dcadas siguientes a octubre de 1917 no se produjo revolucin victoriosa alguna en

    los pases capitalistas desarrollados. Por el contrario, hubo un giro a la derecha, en especial en Alemania. Y, hecho el balance global de la II Guerra Mundial y de sus consecuencias, no estaremos lejos de la verdad al decir que las implicaciones derivadas de la exis-tencia de la Unin Sovitica salvaron a la democra-cia parlamentaria burguesa, forzaron a la instalacin del llamado Estado de bienestar social, estimularon la formacin de un crtel internacional bajo el li-derazgo de los Estados Unidos y, a fin de cuentas, ayudaron al capitalismo a vivir de expansin que a su vez resultaron en la emergencia de una nueva etapa capitalista, la que vivimos hoy.El surgido despus de la II Gue-rra Mundial no cumpli, para la Unin Sovitica, el papel que supuestamente las revoluciones de los pases avanzados cumpliran a favor de la Rusia revoluciona-ria de 1917. Bsicamente, China y las democracias po-pulares del Este europeo tambin eran pases de bajo desarrollo capitalista. Por ello, tomado en conjunto, el esfuerzo del llamado campo socialista tuvo como con-secuencia generar un determinado patrn de desarrollo industrial, que en los pases capitalistas ya estaba sien-do superado, en el contexto de un sistema poltico que ya era cuestionado interna y externamente por sectores de la propia clase trabajadora. Asimismo en condiciones normales de temperatura y presin, no era desatinada la idea de que a largo plazo el llamado campo socialista podra competir y derrotar el campo capitalista, pero hoy est claro que sera as si el propio capitalismo no sufriera una transformacin cualitativa.Sucede que el campo capitalista surgido despus de la II Guerra Mundial era un adversario ms difcil, entre otros motivos porque la alianza interimperialis-ta contra la URSS y las consecuencias macroecon-

  • 5micas del welfare state, combinadas con la continui-dad del imperialismo facilitaron un desarrollo intenso de las fuerzas productivas capitalistas. Desarrollo que la Unin Sovitica y sus aliados no lograron alcanzar, salvo en segmentos especficos compartimentados y/o con alto costo social, como la industria armamentista. En este contexto, la crisis de los aos setenta cum-pli un papel distinto a aquel de la crisis ocurrida en los aos treinta. En los aos treinta se produjo una del capitalismo de tipo im-perialista clsico, crisis que desemboc en la II Gue-rra Mundial, en la ampliacin del campo socialista, en el surgimiento del Estado de bienestar social y en la descolonizacin. Ya la crisis de los aos setenta fue , detonando la transicin del capitalismo imperialista clsico a una etapa distinta del capitalismo, el capitalismo imperialista neoliberal que vivimos hoy.La socialdemocracia en Europa Occidental, el comu-nismo tipo sovitico, el nacional desarrollismo lati-noamericano, as como los nacionalismos africanos y asiticos fueron forjados en la lucha y en las victorias parciales obtenidas contra el capitalismo imperialista clsico. Pero no tuvieron el mismo xito al enfren-tarse al tipo de capitalismo que emergi de la crisis de los aos setenta. Mejor dicho, una variante, el co-munismo chino, opt por un cambio estratgico, y exhibe treinta aos despus resultados impresionan-tes desde el punto de vista de la potencia econmica, pero con complicaciones polticas y geopolticas muy especficas.

    La desaparicin de la URSS y de las democracias po-pulares del Este europeo fue, por tanto, resultado de una de las batallas de un proceso ms amplio, a saber, la transicin entre dos etapas del capitalismo: la del imperialismo clsico y la del imperialismo neolibe-ral. Evidentemente fue una batalla de enorme signifi-cado estratgico, aunque algunas de sus implicacio-nes solo ahora estn quedando claras. Pero la verdad es que parte de los fenmenos ocurridos despus de 1991 ya estaban en curso en los aos ochenta, y fue-ron acelerados, pero no propiamente creados por el fin de la URSS.

    Si observamos la correlacin mundial de fuerzas des-de el punto de vista de las clases, el perodo inme-diatamente anterior y posterior a 1991 es de derrota para las clases trabajadoras. Esta derrota puede ser medida objetivamente en trmino de extensin de las jornadas, valor relativo de los salarios, condiciones de trabajo, oferta de servicios pblicos y de demo-cracia real.

    Desde el punto de vista de las ideas, en el perodo mencionado vivimos un auge del individualismo en detrimento de los ideales pblicos, sociales y colec-tivos, y la simultnea ofensiva de las ideas pro capi-talistas, acompaada del retroceso muchas veces en desbandada carrera de las ideas anticapitalistas.

    Polticamente, se produjo un fortalecimiento de los partidos de derecha, y la conversin de muchos parti-dos de izquierda a posiciones de centroderecha. Mili-tarmente se cre un desequilibrio global a favor de la OTAN, y de los Estados Unidos en particular.

    Veinte aos despus observada g1obalmente, la situa-cin cambi un poco, pero no tanto. El capitalismo neoliberal entr en un periodo de crisis, se agudiza-ron los conflictos intercapitalistas, algunas creencias neoliberales ya no tienen la credibilidad de antes. Adems de eso, en algunas regiones del mundo, las ideas anticapitalistas volvieron a ganar espacio, pero, al observar las condiciones objetivas de vida de la clase trabajadora en todo el mundo, veremos que hoy la desigualdad es mayor que en los aos setenta, ochenta o que en 1991. Veremos tambin una clase trabajadora diferente.

    Primero, es mayor: existen ms proletarios en el mun-do hoy que en 1970, 1980 1991. Segundo, la clase trabajadora es hoy ms intercomunicada, sea por los lazos objetivos entre los procesos productivos, sea por el consumo de productos fabricados en lugares dis-tantes. Tercero y paradjicamente, es una clase traba-jadora ms fragmentada subjetivamente, sea debido a las condiciones materiales de vista (comparemos, por ejemplo, el personal de limpieza de los grandes centros comerciales, con las personas que van a ellos a hacer sus compras), sea debido a los cambios ocurri-dos en los lugares de trabajo. Esto, pese a los avances de las comunicaciones, incluyendo la Internet.

    En otras palabras: la ofensiva desencadenada por el capitalismo contra la clase trabajadora, a partir de la crisis de los aos setenta, perdi aliento. En algunos lugares, estamos logrando incluso recuperar parte del espacio perdido. Pero el escenario tiene aun mucho de tierra arrasada. En el plano ideolgico, esto se tra-duce en una tremenda confusin y dficit terico.

    Desde el punto de vista ideolgico y terico, el mo-vimiento anticapitalista de hoy tambin es muy dife-rente del que exista entre los aos 1970 y 1991.

    En aquel momento, a pesar de la existencia de variadas, e1 anticapitalismo todava es-

  • 6taba hegemonizado por una corriente especfica: el marxismo de tipo sovitico.La idea fundamental de este marxismo era la creencia en la capacidad de construir el socialismo a partir de un capitalismo poco desarrollado. A partir de aquella creencia, se desarroll un conjunto de otras tesis al respecto del proceso de construccin del socialismo, entre las cuales se destacaba la de una . Lo que fue una consecuencia lgica: si las condicio-nes objetivas no favorecen la construccin del socia-lismo, es preciso compensarlo con dosis descomuna-les de , que al final puede significar imponer a la mayora (de la sociedad) el punto de vista de la minora (no el punto de vista de la clase trabajadora, sino el punto de vista de una parte minoritaria dentro de la propia clase trabajadora). La disolucin de la URSS desmont el marxismo de tipo sovitico. Esto no quiere decir que todo aquello que se hizo en su nombre haya sido errado, no tenga valor histrico, no deba defenderse o no haya sido la alternativa real-mente existente (o el que podramos denominar de mal menor) en determinadas circunstancias. Cuando hablamos de desmontaje de marxismo de tipo sovitico, queremos decir que fracas una de sus ideas fundamentales: la de que era posible construir el socialismo a partir de un capitalismo poco desarro-llado, ideas que asumi varias formas, como la del , y que gener una confusin, que sigue existiendo hoy, entre lo que es transicin socialista y lo que es el comunismo.Esta confusin se basa, entre otras cosas, en el si-guiente hecho: en la experiencia sovitica, por diver-sos motivos, hubo un intento ms o menos intenso, ms o menos exitoso, de buscar eliminar de la transi-cin socialista la existencia de la propiedad privada y del mercado capitalistas, algo que de hecho slo podra ocurrir en un momento ms avanzado del pro-ceso de transicin al comunismo. En la prctica, fue una tentativa de socializar las re-laciones de produccin en un contexto de bajo desa-rrollo de las fuerzas productivas, adoptando la forna de un comunismo para el cual an no haba suficiente contenido econmico. Por este y otros motivos, el marxismo de tipo sovi-tico fue una escuela terica que entorpeci -ms que

    ayud-, al desarrollo del anlisis marxista de la rea-lidad y de la estrategia a adoptar, tanto en los pases capitalistas desarrollados, como en los de bajo desa-rrollo capitalista. A pesar de esto, el desmontaje del marxismo de tipo sovitico, incluido en esto el desmontaje de sus pe-ridicos, editoriales y escuelas, lejos de ayudar, efec-tivamente perjudic al conjunto de las tradiciones marxistas, socialistas no marxistas y anticapitalistas no socialistas. Entre otros motivos, porque ayud a destruir la creen-cia, que hasta entonces era compartida por centenas de millones de personas, de que el mundo camina-ba hacia el socialismo, de que el capitalismo es un

    perodo histrico que algn da tendr fin, de que la lucha por una nueva sociedad es la principal tarea de la clase trabajadora y otras ideas similares. Esta creencia tena y sigue teniendo una base cient-fica muy slida, pero la ciencia indica cules son las tendencias posibles del desarrollo histrico. Conver-tir estas tendencias en realidad depende de la lucha poltica. Y la intensidad de esta lucha poltica depen-da en parte de la motivacin militante de centenas de millones, que durante dcadas identificaban, como si fuesen la misma cosa, la lucha por el socialismo y lo que exista en la URSS. Y que, ante el fin de una, concluyeron que el otro tambin haba finalizado.

    El desmontaje del marxismo de tipo sovitico no des-emboc, ni fue seguido de un fortalecimiento de las corrientes tambin inspiradas en el marxismo que se oponan a l. La ms conocida de estas corrientes, el trotskismo, naci de la crtica contra el socialismo en un slo

  • 7pas, pero como no poda dejar de hacer, termin con-centrando su crtica en las dimensiones polticas del fenmeno (el denominado estalinismo, la burocracia, la crisis de direccin etc.). Este desarrollo de la cr-tica trotskista fue en parte una consecuencia lgica: el socialismo de tipo sovitico resisti y consolid una hegemona en la izquierda, a lo largo de muchas dcadas, desmintiendo en apariencia aquello que, en efecto, era su problema central, el intento de cons-truir el socialismo a partir del capitalismo poco de-sarrollado.Esto provoc que el trotskismo realmente existente no diese la debida atencin a las debilidades estructu-

    haber sido cometidos por aquellos partidos, el intento de transitar pacficamente del capitalismo organizado europeo de los aos 1950 y 1960, en direccin a un socialismo renovado, enfrentaba un dilema de origen: aquellas sociedades expresaban, en s mismo un equi-librio inestable, entre el socialista y el ca-pitalista, entre la burguesa y los trabajadores de cada pas, as como entre el nivel de riqueza producido en cada pas y el plus que se extraa de la periferia.

    El intento de avanzar, del welfare state en .direccin a la transicin socialista, rompa aquel equilibrio inestable, desestabilizando las libertades democrti-cas que eran la premisa de una transicin pacfica. Recurdese la operacin Gladio.

    El desmontaje del marxismo de tipo sovitico tampo-co provoc el fortalecimiento terico de las corrien-tes socialdemcratas, originadas de un tronco comn en 1875.

    La social democracia posterior a 1914 enfrent in-mensas dificultades para sobrevivir, como qued cla-ro en sus bastiones alemn y austriaco. Su xito pos-terior a la II guerra Mundial fue, en buena medida, un efecto colateral de la existencia de la URSS. Sin ella, tal vez la democracia burguesa hubiese colapsado ante el nazismo; e igualmente sin la URSS, el welfare state y el difcilmente hubieran existido. Lo que ocurri con posterioridad refuerza esta interpretacin; la desaparicin de la URSS destruy las bases econmicas, sociales y po-lticas de aquella socialdemocracia. La era de oro de la socialdemocracia fue tambin la era de oro del capitalismo, y tanto una como el otro dependan en gran medida de la existencia de la URSS. Cada sta, aquella tambin se vino abajo, aunque a una velocidad ms lenta que la del colapso del comunismo sovitico. Y los chinos? Ellos parecen haber aprendido de la experiencia sovitica y prefirieron hacer ejecutar un retroceso estratgico, haciendo grandes concesiones al capitalismo. En parte como resultado de estas con-cesiones (que segn algunos no seran apenas conce-siones, sino conversiones), el marxismo de tipo chino es internacionalmente menos atractivo de lo que fue, en su poca de gloria, el marxismo de tipo sovitico en todas sus variantes, incluso la variante maosta. En resumen de todo lo dicho, el desmontaje del mar-xismo de tipo sovitico no fue seguido de la apari-cin de otra tradicin hegemnica en el seno de la izquierda mundial. Lo que ocup su lugar, ms que

    rales del socialismo real, concentrando las esperanzas en la posibilidad de xito de que corregira el curso de la . Al hacer esto, contradecian los fundamentos de su propia critica al . Y, como se vio, al fin y al cabo las revoluciones polticas realmente exis-tentes abrieron el paso al capitalismo en toda la lnea.

    Como resultado, pese a que un cierto acento trotskis-ta se ha tornado hegemnico entre los que critican al marxismo de tipo sovitico, la tradicin trotskista no logr convertirse en el ncleo terico a partir del cual se pueda realizar hoy, ni la crtica al socialismo del siglo XX, ni la discusin sobre la estrategia socialista en el siglo XXI, pues para ello seria y ser preciso abordar de manera adecuada la relacin entre desa-rrollo capitalista y transicin socialista.

    El eurocomunismo tambin fracas como alternativa. Adems de todos los equvocos polticos que puedan

  • 8una pluralidad, fue una inmensa confusin, que a los amantes de las analogas histricas los hace pensar en lo que fue el movimiento socialista despus de la derrota de las revoluciones de 1848. Conviene recordar que fue exactamente en el inter-valo entre 1848 y 1895, a travs de la combinacin entre los procesos objetivos del desarrollo capitalista, con la lucha ideolgica dentro y fuera del movimien-to socialista, que se form el ncleo fundamental de las ideas marxistas. Paradjicamente, al mismo tiempo de esta confusin ideolgica en el movimiento socialista, lo que viene ocurriendo en el mundo desde la crisis de los aos setenta, particularmente despus de 1991, confirma el acierto de las ideas fundadoras del marxismo. es-pecialmente la idea de que el aumento de la produc-tividad humana, aumento que el capitalismo incen-tiva, crea al mismo tiempo las bases materiales y la necesidad de una sociedad de otro tipo, basada en la apropiacin colectiva de aquello que es producto del trabajo colectivo. Por supuesto, esta sociedad de otro tipo, que convie-ne seguir llamando comunista, para diferenciarla de la transicin socialista en direccin al comunismo, no ser, pese a todo, producto espontneo de la sociedad capitalista. La tendencia del capitalismo es ge-nerar explotacin, revuelta y crisis, acompaada de guerras. Si la clase trabajadora, la clase de los que producen la riqueza a travs de su trabajo, no se orga-niza para superar al capitalismo, este podr continuar existiendo por mucho tiempo aun, hasta que alcance sus propios lmites destruyendo a todos y todo. La superacin del capitalismo como modo de pro-duccin depende y supone la existencia de un nivel de desarrollo material que convierta la explotacin en algo totalmente anacrnico.Con otras palabras, supone un aumento de la produc-tividad social que cada vez ms los productos del trabajo (o sea, que reduzca casi a cero el tiempo de trabajo socialmente necesario), hacien-do posible conjugar el mximo de abundancia con el mnimo de trabajo.Ya lo que es la superacin del capitalismo como fe-nmeno histrico concreto depende de la lucha pol-tica, o sea, depende de que los trabajadores, la c1ase productora de riquezas, se conviertan en clase hege-mnica y reorganice la sociedad, lo que implica un

    proceso poltico (revolucin) y una transicin polti-co-socio-econmica (socialismo) al final del cual se construir otro modo de produccin (el comunismo).Luchar por estos objetivos, como es evidente, sigue suponiendo combinar conciencia y organizacin, tc-tica y estratgica, reforma y revolucin. Se trata de luchar para superar la explotacin y la opresin tpica del capita1ismo. En este sentido, es una lucha contempornea al capitalismo. Por otro lado, se trata de luchar por superar la sociedad de cla-ses, o sea, superar toda una poca histrica en que una parte de la sociedad explota e1 trabajo de la otra. En este sentido, se trata de una lucha que posee identidad

    con la lucha de las clases explotadas en modos de produccin anteriores al capitalismo. Y se identifica tambin con otras luchas que se libran, en el capita-lismo, contra mecanismos de opresin y explotacin que no son estrictamente econmicos, tales como el racismo, e1 machismo y la homofobia. Debemos hacer el mximo esfuerzo para que una lu-cha potencie a las otras y viceversa, pero debemos tambin recordar que son luchas conectadas, interde-pendientes, pero no son la misma cosa. Las luchas contra el racismo, contra la homofobia, contra el ma-chismo, los conflictos generacionales y otros, tienen sus propias races, demandan sus propios combates y sus soluciones especficas.

    Lo que decimos en los prrafos anteriores muchas veces no encuentra hoy traduccin poltica consis-tente en Oceana, frica, Europa y los Estados Uni-dos. Ya en Amrica Latina estamos asistiendo, hoy, a intentos consistentes varios de enfrentar estos temas e iniciar un nuevo ciclo socialista, un debate y una

  • 9accin prctica que, como apunt recientemente el historiador Eric Hobsbawm, se alcanza recurriendo en gran medida a la gramtica del marxismo. Esto nos remite a las cuestiones planteadas al inicio de este ensayo: a la situacin en que se encontraba la izquierda latinoamericana en su conjunto, en el ao 1991; que sucedi con esta izquierda desde entonces; cul es su situacin actual; y cules son sus perspec-tivas. La izquierda latinoamericana fue globalmente derrotada en los aos sesenta y principios de los aos setenta: la Revolucin Cubana fue bloqueada; otros procesos populares, nacionalistas y revolucionarios fueron derrotados; las guerrillas latinoamericanas no tuvieron xito; la experiencia de la Unidad Popular ter-

    La disolucin de la URSS tuvo impactos materiales directos sobre Cuba. Ya sobre los dems pases, en es-pecial sobre sus izquierdas, los impactos fueron prin-cipalmente ideolgicos y polticos. Pero la proximidad amenazadora de los Estados Unidos, la lucha reciente contra las dictaduras y los embates contra el neolibe-ralismo naciente parecen haber funcionado como una que limit los efectos desmoralizantes que la crisis del socialismo tuvo sobre vastos sectores de la izquierda en otras regiones del mundo. No es que no haya habido deserciones, traiciones y conversiones ideolgicas. Pero, visto en conjunto y de manera comparativa, la izquierda latinoamericana sali mejor que su congnere europea.

    min de forma trgica; y gran parte del continente fue sometido a dictaduras de facto y de derecho. Entre finales de los aos setenta e inicio de los ochen-ta, hubo una inflexin: las grandes luchas sociales en Brasil y la victoria de la guerrilla sandinista son dos ejemplos de esto. Durante 1a dcada de 1980, las dictaduras ceden es-pacio. Pero en su lugar surgen democracias restrin-gidas y cada vez ms influenciadas por el neolibera-lismo. Las victorias de Collor en Brasil (1989) y de Chamorro en Nicaragua (1990), entre otras, marca-ron entonces el principio de una dcada de hegemo-na neoliberal. Fue exactamente en este contexto que, en 1990, in-mediatamente antes de la disolucin de la URSS, una gran parte de la izquierda latinoamericana decidi encontrarse en un seminario cuyas derivaciones die-ron origen al Foro de Sao Paulo.

    En esto influyeron por lo menos cuatro factores. Pri-mero debido al ocupado por nuestra re-gin en la divisin del trabajo vigente en el periodo imperialista clsico, no tuvimos en nuestro continente una experiencia social demcrata equivalente al Esta-do de bienestar social, que cristalizase la creencia de que era posible conciliar capitalismo, democracia y bienestar social.Lo que lleg ms prximo de esto (el populismo es-pecialmente argentino) fue combatido con violencia brutal por las oligarquas y por el imperialismo. Con otras palabras, incluso donde la izquierda luchaba por banderas de tipo democrtico-capitalista, la burguesa realmente existente era en general un slido adversa-rio. Aunque esto no haya eliminado las ilusiones, dio a las luchas de los aos ochenta un sesgo mucho ms radical, sin el cual algunos xitos de la resistencia al neoliberalismo no habran sido posibles.Segundo: a pesar de los equvocos, de las limitacio-nes y principalmente a pesar del retroceso causado

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    por la combinacin entre el bloqueo estadouniden-se y el colapso de la URSS, la valiente resistencia cubana impidi que asistisemos, entre nosostros, al espectculo deprimente y desmoralizante asistido en muchas partes del este europeo y de la propia URSS.

    Adems de eso, ciertas caractersticas de la sociedad cubana seguan y siguen siendo un diferencial positi-vo, para el trabajador pobre de la mayora de los pa-ses latinoamericanos, no era as en Europa, en gran parte de los casos. Por lo tanto, fue ms fcil, para grandes sectores de la izquierda latinoamericana, mantener la defensa del socialismo, percibir las es-pecificidades nacionales y mantener una actitud ms

    de una cierta despreocupacin sistmica con lo que estaba ocurriendo en el denominado patio trasero la-tinoamericano. Esto explica no el hecho en s, sino la velocidad con que los partidos crticos del neoli-beralismo llegaron al gobierno, a partir de 1998, en importantes pases de la regin.

    Paradjicamente, fue a partir de estas victorias que se evidenciaron ciertas consecuencias del fin de la URSS, as como las derivadas del surgimiento del capitalismo neoliberal. Implicaciones que pesaban sobre las acciones de la izquierda latinoamericana, exactamente en el momento en que esta izquierda

    comenzaba a conquistar los gobiernos nacionales de sus pases. Comencemos por las ideolgicas. Las izquierdas que llegan al gobierno a partir de 1998, pero tam-bin aquellas que se mantuvieron desde entonces en la oposicin, en algunos casos contra la derecha, en otros casos incluso contra los gobiernos progresistas y de centroizquierda, no lograron superar la confu-sin ideolgica y tampoco lograron resolver el dficit terico que se expresa en tres terrenos fundamenta-les: del balance de los intentos de construccin del socialismo del siglo XX, de anlisis del capitalismo del siglo XXI y de la elaboracin de una estrategia adecuada al nuevo periodo histrico. Los intentos de elaborar una teora sobre el son caleidoscpicos; los anlisis del capitalismo imperialista neoliberal an son tentativos; y los resultados prcticos muestran los lmites de las distintas estrategias. La confusin se agrava por la influencia de ciertas

    crtica en cuanto a modelos supuestamente universa-les, especialmente los venidos de otras regiones.

    Tercero: la hegemona neoliberal, combinada con el predominio estadounidense ocasionado por la des-aparicin de la URSS, era efectivamente y fue perci-bida inmediatamente como un riesgo, no solo para las izquierdas, sino para la soberana nacional y para el desarrollo econmico latinoamericano. Para muchas organizaciones de la izquierda regional esto permiti compensar con nacionalismo y desarrollismo lo que se perda o se dilua en trminos de contenido progra-mtico socialista y revolucionario.

    Cuarto: el fin de la URSS abri inmensas oportunida-des de expansin para las potencias capitalistas, espe-cialmente para los Estados Unidos y para la naciente Unin Europea. De ah se deriv una concentracin de esfuerzos en el Este europeo y en el Oriente Medio, acompaada

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    muy activas en la izquierda, como el desarrollismo, el etapismo o el movimientismo, sin hablar de cierto culto al martirio (, ) que tiene evidentes races cristianas. Claro que la confusin ideolgica y la limitacin te-rica no constituyen un problema tan grave, cuando el viento est a favor. En cierto sentido, ocurre lo con-trario. Una cierta dosis de ignorancia acerca de los lmites materiales ayuda, al no saber que , a extender mucho los lmites de lo posible. Pero cuando el viento no sopla a favor, la claridad terica y la consistencia ideolgica se tornan activos

    permiti una ms o menos exitosa combinacin en-tre lucha social y electoral en cada pas. Pero para que aquellas armas pudiesen ser utilizadas con cierto xito por las izquierdas, desde el final de los aos no-venta hasta ahora, es preciso considerar tambin el cambio relativo en la actitud de los Estados Unidos, de las derechas y de las burguesas locales, que en varios pases no tuvieron los medios y/o los motivos para bloquear electoralmente a las izquierdas.

    Pero, pasada cierta euforia inicial, las distintas iz-quierdas latinoamericanas se toparon con los limi-tes derivados del que podemos denominar camino electoral. De diferentes maneras, hasta porque las

    fundamentales. Y ahora, en 2012, estamos en un mo-mento de vientos contradictorios.Hablemos ahora de las implicaciones polticas. La principal de ellas es que, salvo raras excepciones, el conjunto de las izquierdas latinoamericanas incorpo-r la competencia electoral, la accin parlamentaria y la gestin gubernamental en su arsenal estratgico. O sea, incorpor un arma tpica del arsenal socialdem-crata, en el exacto momento en que en el viejo mundo los aspectos progresistas de la democracia electoral burguesa y de la socialdemocracia clsica estn en declive.

    La incorporacin de la competencia electoral, de la accin parlamentaria y de la gestin gubernamental como armas fue posible por diversos motivos. De parte de las izquierdas, podemos citar la derrota po-ltico militar de las experiencias guerrilleras, la re-duccin de los perjuicios (bien fundados o no) contra la democracia burguesa y la dinmica particular que

    izquierdas, los procesos y 1s culturas polticas son distintas, se fueron evidenciando las diferencias en-tre Estado y gobierno; la difcil combinacin entre democracia representativa y democracia directa; los lmites de la participacin popular y de los movi-mientos sociales; las diferencias entre legalidad re-volucionaria y legalidad institucional. Adems, los mecanismos de defensa del Estado burgus - como la burocracia, la justicia, la corrupcin y las fuerzas armadas siguen operando con eficiencia, para cons-treir a los gobiernos progresistas y de izquierda. Sea como fuere hoy ms que antes queda en evidencia que la izquierda latinoamericana necesita una mayor comprensin de las experiencias regionales y mun-diales en que las armas electorales, parlamentares y gubernamentales fueron utilizadas como medio para intentar hacer la transformacin socialista o socialde-mcrata de la sociedad. La ausencia de claridad al respecto, mejor dicho, las diferentes interpretaciones sobre el tema, vienen pro-

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    duciendo desde 1998 agudas controversias dentro de la izquierda latinoamericana, entre dos polos y sus variantes intermedias: los que pretenden avanzar ms rpido y los que temen avanzar ms rpido de lo que la correlacin de fuerzas supuestamente permite. Las dos cuestiones anteriores se combinan con una tercera, algo ms compleja, referida a la comprensin de la etapa histrica en que vivimos y de los conflic-tos que estn en juego en Amrica Latina. Como dijimos antes, el fin de la URSS debe ser visto en el contexto de una transicin entre el capitalismo imperialista clsico y el capitalismo neoliberal, impe-rialista tambin, pero distinto al anterior. El capitalismo imperialista clsico atraves por dos momentos: uno marcado por la contradiccin n-ter imperialista, otro marcado por la disputa entre y . En estos dos momentos, junto a las contradicciones citadas, existan tambin las contradicciones internas de cada pas, as como las existentes entre las metr-polis y las periferias. Con el fin de la URSS, desapareci tambin la dis-puta entre . Ya la contradiccin interca-pitalista se acentu y deriv en una nueva variante: la disputa entre los antiguos centros (Estados Uni-dos, Unin Europea y Japn) y los nuevos centros emergentes (como China y sus aliados, los llamados BRICS). La lucha entre estos centros (viejos y nuevos) y sus respectivas periferias asume distintas formas, as como son diversas las disputas internas de cada pas. Lo importante es percibir que se trata, en lo funda-mental, de disputas intercapitalistas: el socialismo se encuentra todava en un perodo de defensiva estra-tgica. En el caso de Amrica Latina, por ejemplo, hace ms de diez aos la izquierda \viene ampliando su parti-cipacin en los gobiernos y enfrentando con mayor o menor decisin el neoliberalismo, pero por todas partes el capitalismo sigue siendo hegemnico. Esto no impide a algunos sectores de la izquierda de apellidar el proceso poltico en curso en sus res-pectivos pases con nombres combativos (diferentes variantes de ), ni impide a otros sec-tores de la izquierda las dificultades objetivas acusando a los partidos gobernantes de falta de combatividad y de firmeza de propsitos, lo que sin dudas es verdad en varios casos. Pero, ms all de

    las traiciones, del voluntarismo y del deseo, la ver-dad parece ser la siguiente: incluso donde la izquier-da gobernante sigue fiel a los propsitos socialistas y comunistas, las condiciones materiales de la poca en que vivimos imponen lmites objetivos.

    Esencialmente, tales lmites constrien a los gobier-nos de izquierda, incluso a los polticamente ms ra-dicales, a recurrir a mtodos capitalistas para produ-cir desarrollo econmico, aumentar la productividad sistmica de las economas, ampliar el control sobre las riquezas nacionales, reducir la dependencia exter-na y el poder del capital transnacional, especialmente

    el financiero. E, incluso, tales lmites constrien el financiamiento de las polticas sociales.

    Cabe recordar que el capitalismo imperialista neoli-beral provoc un retroceso en el desarrollo econmi-co latinoamericano. Una de las consecuencias pol-ticas de ese retroceso fue la paulatina dislocacin, a favor de la oposicin de izquierda, de sectores de la burguesa y de las capas medias. Esa dislocacin hizo posible la victoria electoral de los actuales gobiernos pluriclasistas, vinculados genticamente a la defensa de economas plurales, con un amplio predominio de la propiedad privada, en sus variantes expresiones, incluso las ms contradictorias, como la propiedad cooperativa y el capitalismo de Estado.

    Vale decir que esta situacin no es contradictoria con una de las conclusiones que se pueden sacar de las experiencias socialistas del siglo XX: la socializacin de las relaciones de produccin depende de la socia-

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    lizacin de Las fuerzas productivas. Y esta por su vez exige mtodos capitalistas, con una intensidad inver-sa al nivel previo de desarrollo econmico.

    Al llegar a este punto, podemos resumir lo dicho de la siguiente forma. En el ao 1991, la izquierda la-tinoamericana venia de un doble proceso de derro-tas: primero, la derrota del ciclo guerril1ero de los aos sesenta y setenta; despus, la derrota del ciclo de redemocratizacin de los aos ochenta. El fin de la URSS y el ascenso del neoliberalismo en un primer momento acentan la derrota, pero al cabo desembo-can en la abertura de un tercer periodo, cuyo desenla-ce es distinto: se inicia en 1998 un ciclo de victorias

    Estamos hoy en este segundo momento, que coinci-de con un agravamiento de la situacin internacional, que repercute de dos maneras fundamentales sobre la regin: por un lado, complica sobremanera la si-tuacin de las economas que dependen del mercado internacional; por otro lado, aumenta la presin de las metrpolis sobre la regin, concluyendo aquel perio-do de cierta que facilit ciertas victorias electorales. Las limitaciones internas y el cambio de ambien-te externo tienden a agudizar el conflicto, dentro de cada pas, no solamente entre izquierdas y derechas, sino tambin entre las fuerzas sociales y polticas que

    electorales, que resulta en una correlacin de fuerzas regional favorable, que an se mantiene.

    Las condiciones internas y externas que hicieron po-sible este ciclo de victorias permitieron a estos go-biernos, en un primer momento, ampliar los niveles de soberana nacional, democracia poltica, bienestar social y desarrollo econmico de sus pases y pobla-ciones. Pero en lo fundamental esto se hizo redistri-buyendo la renta de manera distinta, sin alterar la ma-triz de produccin y distribucin de la riqueza.

    En un segundo momento, las limitaciones de la pro-pia matriz de produccin y distribucin de la riqueza, acentuadas por otras variables -polticas, ideolgicas, estratgicas, econmicas, sociolgicas, geopolticas- hacen que los niveles de soberana nacional, demo-cracia poltica, bienestar social y desarrollo econ-mico se mantengan dentro de lmites ms estrechos de lo que esperados inicialmente por la izquierda, gobernante u oposicionista.

    componen lo que llamamos izquierda(s); pueden, tambin. Exacerbar algunas diferencias entre los go-biernos de la regin. Dicho esto: cules son las perspectivas? Hay que considerar, en primer lugar, la incidencia so-bre la regin de macro variables sobre las cuales no tenemos incidencia directa: la velocidad y la profun-didad de la crisis internacional, los conflictos entre las grandes potencias, la extensin e impacto de las guerras. Destacamos, entre los macro variables, aquellas vin-culadas al futuro de los Estados Unidos: Recupera-r su hegemona global? Concentrar energas en su hegemona regional? Agotar sus energas en el conflicto interno de su propio pas?

    Hay que considerar, en segundo lugar, el comporta-miento de la burguesa latinoamericana, en especial, de los sectores transnacionalizados: Cul es su con-

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    ducta frente a los gobiernos progresistas y de izquier-da? Cul es su disposicin con respecto a los proce-sos regionales de integracin? Cul es su capacidad de competir con las burguesas metropolitanas y as-pirar a un papel ms slido en el escelnario mundial? Del de la burguesa depender la estabi-lidad de la va electoral y la solidez de los gobiernos pluriclasistas. O, invirtiendo el argumento, su falta de humor radicalizar las condiciones de la lucha de cla-ses en la regin y en cada pas.

    En tercer lugar, est la capacidad y disposicin de los sectores hegemnicos de las izquier-das partidos polticos, movimientos sociales, intelectualidad y go-biernos.

    La pregunta es: Has-ta dnde estos sec-tores hegemnicos estn dispuestos y conseguirn rebasar los lmites del perodo actual, y con qu ve-locidad? Dicho de otra manera, cunto consegui-rn aprovechar esta coyun-tura poltica indita en la his-toria regional, para profundizar las condiciones de integracin regio-nal, soberana nacional, democratizacin poltica, ampliacin del bienestar social y del desa-rrollo econmico. Y principalmente, si van a lograr o no alterar los patrones estructurales de dependencia externa y concentracin de la propiedad imperante en la regin hace siglos.

    Considerando estas tres grandes dimensiones del pro-blema, podemos resumir as las perspectivas: poten-cialidades objetivas: dificultades subjetivas y tiempo escaso.

    Potencialidades objetivas: sin olvidar las alternativas negativas, el escenario internacional y las condicio-nes existentes hoy en Amrica Latina, en especial Amrica del Sur, hacen posibles dos grandes alterna-tivas positivas, a saber, un ciclo de desarrollo capita-lista con trazos socialdemcratas y/o nuevo ciclo de construccin del socialismo.

    En cuanto a esta segunda alternativa, estamos, desde el punto de vista material, relativamente mejor que

    la Rusia de 1917, que China de 1949, que de Cuba de 1959 y que la Nicaragua de 1979. Dificultades subjetivas: hoy, los que tienen la volun-tad no tienen la fuerza, y los que tienen la fuerza no han demostrado la voluntad de adoptar, a una velo-cidad y con una intensidad adecuadas, las medidas necesarias para aprovechar las posibilidades abiertas por la situacin internacional y por la correlacin re-

    gional de fuerzas. Un detalle importante: no hay tiempo ni materia prima para formar otra

    izquierda hegemnica. O bien la iz-quierda hegemnica que tenemos

    aprovecha la ventana abierta, o ser la prdida de una opor-

    tunidad. El tiempo est escasean-do: la evolucin de la crisis internacional tien-de a producir una cre-ciente inestabilidad que sabotea las condiciones de actuacin de la iz-quierda regional. La po-sibilidad de utilizar go-

    biernos electos para hacer transformaciones signi-

    ficativas en las sociedades latinoamericanas no va a durar

    para siempre. La ventana abierta a final de los aos noventa todava no

    se cerr. Pero 1a tempestad que se aproxi-ma puede hacerlo.

    Concluyo reafirmando que el juego an no ha termi-nado, motivo por el cual debemos trabajar para que las izquierdas latinoamericanas, en especial aquellas que estn gobernando, y dentro de ellas la izquierda brasilea haga lo que debe y puede hacer. Si ello su-cede, podremos superar con xito el actual perodo de defensiva estratgica de la lucha por el socialismo. En resumen, la ventana sigue abierta.

    *Valter Pomar es miembro de la Direccin Nacional del Partido de los Trabajadores del Brasil

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    Avances y beneficios

    Ley Orgnica del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores

    En fecha 30 de abril de 2012, mediante el decre-to-ley N 8.938, el Presidente de la Repbli-ca, Hugo Chvez Fras, aprob la Ley Org-nica del Trabajo, los Trabajadores y lasTrabajadoras (LOTTT), despus de haber sido sometida a mlti-ples debates, principalmente entre los trabajadores y las trabajadoras de los distintos sectores productivos del pas, tanto pblicos como privados. Esta ley rei-vindica y da nuevos beneficios a la clase trabajadora venezolana, como parte de la justicia social que im-parte el Gobierno Bolivariano.

    Normas y principios constitucionales

    (Ttulo I)

    Objeto de la Ley (Art. 1) Esta ley tiene por objeto proteger al trabajo como hecho social y garantizar los derechos de los traba-jadores y las trabajadoras como sujetos protagnicos de los procesos de educacin y trabajo, para alcanzar los fines del Estado democrtico y social de derecho y de justicia, de conformidad con la Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela. Regula las si-tuaciones y relaciones jurdicas derivadas del proceso de produccin de bienes y servicios, protegiendo el inters supremo del trabajo como proceso liberador, indispensable para materializar los derechos de la persona humana, de la familia y del conjunto de la sociedad, mediante la justa distribucin de la rique-za, para la satisfaccin de las necesidades materiales, intelectuales y espirituales del pueblo.Idiomas oficiales (Art. 14)

    Se incluyen los idiomas de los pueblos y comunida-des indgenas en la normativa laboral.

    Seguridad social (Art. 17)Universalizacin del derecho, incluyendo amas de casa.Principios rectores (Art. 18)Justicia social, solidaridad, intangibilidad y progresi-vidad de los derechos.Igualdad y equidad de gnero (Art. 20) Se fomenta la participacin paritaria de mujeres y hombres en responsabilidades de direccin de las en-tidades de trabajo. La nueva LOTTT adopta enfoque de gnero.Primaca de la realidad (Art. 22)Primaca de la realidad sobre las formas o apariencias en la interpretacin y aplicacin de la Ley. Del Esta-do de derecho al Estado de justicia.

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    Objetivo del proceso social de trabajo (Arts. 24 y 25)

    El objetivo del proceso social de trabajo es la pro-duccin de bienes y servicios para satisfacer las ne-cesidades del pueblo, mediante la justa distribucin de la riqueza, y crear las condiciones materiales, so-ciales y espirituales que permitan a la familia ser el espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas y lograr una sociedad justa y amante de la paz, basada en la valoracin tica del trabajo y en la participacin activa, consciente y solidaria de los tra-bajadores en los procesos de transformacin social, consustanciados con el ideario bolivariano.En consecuencia, el proceso social de trabajo debe contribuir a garantizar:1) La independencia y la soberana nacional. 2) La soberana econmica del pas. 3) El desarrollo huma-no integral para una existencia digna y provechosa. 4) La seguridad y soberana alimentaria. 5) La pro-teccin del ambiente y el uso racional de los recursos naturales.Proteccin especial para nios,nias y adolescentes (Art. 32) Se prohbe el trabajo para menores de 14 aos, con la excepcin de las actividades culturales y artsticas y bajo vigilancia del Consejo de Derechos.Salud y seguridad en el trabajo (Art. 44)

    Garanta y apoyo para el cumplimiento de sus funcio-nes a los delegados y delegadas de prevencin.Tercerizacin (Arts. 47, 48, 49, 50 y disposicin transitoria)Prohibicin de la tercerizacin por considerarse un fraude a la ley y simulacin de la relacin laboral.Prescripcin de las acciones (Arts. 51, 52)

    Diez aos para reclamos de prestaciones sociales y cinco aos para otros reclamos.

    De la relacin de trabajo

    (Ttulo II)

    Suspensin de la relacin de trabajo, efectos (Art. 73) Mientras dure la suspensin por causas de enferme-dad o accidente del trabajador o la trabajadora, sea o no de origen ocupacional, el patrono o la patrona

    pagar al trabajador la diferencia entre lo que pague el IVSS (66%) y el salario del trabajador o la traba-jadora.Si el trabajador o trabajadora no se encuentra afilia-do a la seguridad social, el patrono o patrona pagar la totalidad del salario. El trabajador o trabajadora deber ser incorporado a sus funciones o a otras que est en capacidad de desempear, sin desmejorar las condiciones de trabajo.Acoso laboral y acoso sexual (Arts. 79, 80, 164 y 165)

    Estos acosos incluyen como causales de despido y como causales de retiro.Estabilidad laboral (Arts. 85 al 94)

    Prohibido el despido de trabajadores y trabajadoras sin causa justa.Perodo de prueba (Art 86)

    El perodo de prueba, o para adquirir la estabilidad, ser de un mes. (Antes era tres meses en la vieja LOT.)Inamovilidad (Arts. 94 y del 418 al 425)

    Se establece la inamovilidad laboral va decreto pre-sidencial.Indemnizacin por terminacin de la relacin de trabajo (Art. 92)

    El trabajador o la trabajadora que haya sido despedi-do injustificadamente podr decidir si se reincorpora a su puesto de trabajo o si cobra la indemnizacin, que ser un monto equivalente en dinero a lo que le correspondera por prestaciones sociales (doblete).Procedimientos expeditos de reenganche tanto en va administrativa (inamovilidad) como en va judicial (estabilidad) (Arts. 89, 425) En el caso de la inamo-vilidad, el patrono o patrona no podrimpugnar en tribunales sin previo acatamiento de la orden de reen-ganche del Ministerio del Poder Popular del Trabajo y Seguridad Social.Ejecucin forzosa (Art. 91)

    Si los patronos o patronas desacatan u obstaculizan el reenganche, se podr hacer uso de la fuerza pbli-ca e, incluso, solicitar la intervencin del Ministerio Pblico para establecer las responsabilidades penales a lugar.

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    De la justa distribucin de la riqueza y las condiciones de trabajo

    (Ttulo III)

    La riqueza como producto social (Art. 96)

    La riqueza es producida en el proceso social de traba-jo por los trabajadores y las trabajadoras.Proteccin de la familia y el ingreso (Art. 97)

    El Estado en corresponsabilidad garantiza los dere-chos sociales y el acceso a bienes y servicios (salud, educacin, alimentos, viviendas, gas, electricidad, agua, transporte, combustibles, etc.).Prohibicin de cobro de comisiones bancarias por servicios (Art. 102) Se prohbe el cobro de dichas comisiones para las cuentas de nmina de trabajadores, trabajadoras, pen-siones, jubilaciones.Salario (Art. 104)

    Se elimina el salario de eficacia atpica, es decir, el 20% de salario que en la vieja LOT poda excluirse del clculo de vacaciones, prestaciones y utilidades.Intereses moratorios (Art. 128) En la vieja LOT los intereses solo eran generados por prestaciones sociales cuando eran demandados judi-cialmente y la tasa la determinaba el juez.En la nueva LOTTT los intereses moratorios se con-vierten en un derecho y se generan no slo por pres-taciones, sino tambin por deudas de salario o indem-nizaciones, calculados a la tasa activa que determine el BCV.Salario mnimo (Art. 129)

    Se establece en la LOTTT el precepto constitucional de ajuste anual del salario mnimo.Eliminacin de tripartita (Arts. 111 y 129)

    Se sustituye la tripartita (propia de la democracia de cogollos y lites representativas) por el dilogo en de-mocracia revolucionaria, participativa y protagnica. A lo largo de toda la Ley, se garantiza la participacin de las organizaciones sociales y particularmente las de trabajadores y trabajadoras.Beneficios anuales o utilidades y bonificacin de fin de ao (Arts. 131, 132 y 133)

    Se establecen 30 das como pago mnimo. (En la vieja LOT, el pago era 15 das.)Prestaciones sociales (Arts. 141, 142, 143, 144, 145)

    Se recupera la retroactividad con el clculo al ltimo salario. Se reconocen los primeros tres meses de la relacin laboral a efectos del clculo. Se genera dere-cho a prestaciones desde el primer mes, inclusive. Se establece la garanta sobre prestaciones sociales para su proteccin. Se establece el clculo de prestaciones al ltimo salario. Se conservan los anticipos sobre el 75% de las prestaciones sociales acumuladas por el trabajador o trabajadora. Se crea el Fondo Nacional

    de Prestaciones Sociales y, a voluntad del trabajador, stas podrn depositarse en un fideicomiso, en la con-tabilidad de la empresa o en el Fondo Nacional bajo la proteccin del Estado.Proteccin del proceso social de trabajo (Art. 148)

    Creacin de una Instancia de Proteccin de Derechos para los casos de reduccin de personal, modificacio-nes de condiciones de trabajo o dificultades econmi-cas en las entidades de trabajo.Proteccin de las fuentes de trabajo en casos de cie-rre fraudulento, quiebra ilegal o paro patronal (Art. 149)

    En casos de cierre fraudulento, quiebra ilegal o paro patronal, se establece un mecanismo y un procedi-miento para, a solicitud de los trabajadores y las tra-bajadoras, ocupar las entidades de trabajo cerradas y ponerlas operativas en proteccin de los puestos de trabajo, las familias y el proceso social de trabajo.

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    Atraso o quiebra del patrono o patrona (Arts. 150 y 151)

    Privilegio de los derechos patrimoniales de los traba-jadores y las trabajadoras sobre cualquier otra deuda del patrono. En la LOT vieja se privilegiaban los cr-ditos hipotecarios del patrono o patrona.Se le dan competencias al juez o jueza del trabajo por encima del juez o jueza de la quiebra.Jornada laboral, lmites de la jornada (Arts. 173, 174, 175, 176) La jornada es de 5 das a la semana con descanso de dos das continuos, 8 horas diarias y 40 semanales. Cuando el trabajo sea necesariamente continuo, la jor-nada ser de 42 horas; y cuando sean semanas de 6 das, se compensar con un da adicional de vacacio-nes, en total 10 das adicionales de vacaciones al ao.Das hbiles y das feriados (Art 184)

    Se incluyen como feriados lunes y martes de Carna-val, 24 y 31 de diciembre.Bono vacacional (Art 192)

    Se eleva de 7 a 15 das de salario, ms un da por cada ao de servicio hasta un total de 30 das de salario.De las modalidades especiales de condiciones de tra-bajo (Ttulo IV)Leyes especiales (Arts. 204 al 291)

    La vieja LOT contena 12 regmenes especiales de condiciones de trabajo (menores y aprendices, do-msticos, conserjes, a domicilio, deportistas, rurales, transporte terrestre;navegacin martima, fluvial y lacustre; transporte areo, culturales, minusvlidos) que, en su mayora, sirvieron para despojar de derechos a determinados grupos de trabajadores y trabajadoras. La nueva LOT obliga a la elaboracin de leyes especiales para cada modalidad, con amplia participacin de los trabaja-dores, las trabajadoras y sus organizaciones sociales, a fin de proteger el proceso social del trabajo e incluir como sujetos de pleno derecho a estos grupos de tra-bajadores y trabajadoras, tal como se hizo en mayo de 2011 en el caso de los conserjes, ahora trabaja-dores y trabajadoras residenciales.No obstante, y sin esperar a la promulgacin de di-chas leyes, la nueva LOTTT incluye, entre otras, los siguientes avances: prohibicin del trabajo para ni-

    os, nias y adolescentes menores de 14 aos; igual-dad de derechos para los trabajadores y trabajadoras del hogar, incluyendo la jornada de trabajo que en la vieja LOTTT era de 14 horas; compensaciones por gastos conexos para los trabajadores a domicilio; igualdad en la jornada de trabajo para los trabajado-res y trabajadoras agrcolas, 40 horas semanales y 8 diarias, con dos das de descanso semana; derecho a permanecer en su parcela cultivada aun cuando ter-mine la relacin de trabajo, de no hacerlo el patrono o patrona pagar las bienhechuras.

    De la formacin colectiva, integral, continua y permanente de los trabajadores y las traba-jadoras en el proceso social de trabajo

    (Ttulo V)

    Educacin y trabajo (Art. 293)

    Procesos fundamentales para la creacin de riqueza y su justa distribucin, para la construccin de una sociedad de iguales.Formacin como esencia del proceso social de tra-bajo (Arts. 294 y 295)

    La formacin colectiva, integral, continua y perma-nente se realiza en el proceso social de trabajo de-sarrollando las potencialidades de cada trabajador y trabajadora y convirtindolas en capacidades del conjunto de trabajadores y trabajadoras, superando la fragmentacin del conocimiento y la divisin entre actividades manuales e intelectuales, para constituir-se en trabajo liberador.Finalidad y orientacin de la formacin (Arts. 296 y 297)

    La formacin colectiva en el proceso social de trabajo tiene como finalidad el pleno desarrollo de los traba-jadores y las trabajadoras como sujetos protagnicos comprometidos con la defensa de la independencia, la soberana y el proceso de transformacin estructu-ral para lograr la mayor suma de felicidad posible.Papel del Estado en corresponsabilidad con la sociedad (Art. 298)

    Con base a los planes de desarrollo econmico y so-cial de la nacin, el Estado, en corresponsabilidad con la sociedad, generar las condiciones y crear las oportunidades para la formacin social, tcnica, cientfica y humanstica de los trabajadores y trabaja-doras, para su incorporacin en el proceso social del trabajo.

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    Juventud trabajadora (Arts. 299 y 300)

    Los y las jvenes son tomados en cuenta como suje-tos activos y fundamentales del proceso de desarrollo nacional y se les ofrecen oportunidades de educacin y trabajo.

    Aprendices, becarios, becarias y pasantes

    (Arts. 301 al 310)

    La vieja LOT slo contemplaba la figura de aprendi-ces; la nueva LOTTT incorpora las figuras de beca-rios, becarias y pasantes.

    Apoyo a las misiones (Art. 311)

    Las misiones desarrolladas por el Ejecutivo Nacio-nal, destinadas a la formacin tcnica de los trabaja-dores y trabajadoras, podrn requerir de los patronos y patronas la dotacin de espacio y personal para el desarrollo de los planes de formacin dirigidos a los trabajadores bajo su dependencia, sin interrumpir las labores productivas.

    Convenios educativos (Art. 318)

    Los trabajadores, trabajadoras, patronos y patronas podrn firmar convenios con instituciones educativas para facilitar el proceso de formacin colectiva, in-tegral y continua de los trabajadores y trabajadoras, en el marco de los planes de desarrollo econmico y social de la nacin.

    Participacin de las comunidades (Art. 319)

    Cada entidad de trabajo pondr al servicio de la co-munidad de la cual forma parte el conocimiento de su proceso productivo como parte de la formacin integral para el desarrollo de esa comunidad y del conjunto de la sociedad.

    Proceso social de trabajo como fuente

    del conocimiento cientfico, humanstico

    y tecnolgico (Art. 320)

    El proceso social de trabajo constituye la fuente fun-damental del conocimiento cientfico, humanstico y tecnolgico. Las invenciones, innovaciones y mejo-ras son producto del proceso social de trabajo, para satisfacer las necesidades del pueblo, mediante la jus-ta distribucin de la riqueza.

    Proteccin de la familia en el proceso social de trabajo

    (Ttulo VI)

    Proteccin de la familia (Art. 330)Los procesos de educacin y trabajo se orientarn a la creacin de las condiciones materiales, sociales y culturales requeridas para el desarrollo integral de la familia y su comunidad.Proteccin de la maternidad (Art. 331) Desde el proceso social de trabajo y en cada entidad de trabajo, se proteger y se apoyar a los padres y las madres en la crianza y formacin de sus hijos e hijas.Proteccin especial de inamovilidad para madres y padres biolgicos y adoptivos (Arts. 335, 339, 340)

    La trabajadora en estado de gravidez gozar de ina-movilidad laboral desde el inicio del embarazo y has-ta dos aos despus del parto.El trabajador padre tambin gozar de inamovilidad de dos aos a partir del alumbramiento de su pareja.Tambin gozar de inamovilidad durante dos aos la trabajadora o el trabajador a quien le sea dado en co-locacin familiar un nio o nia menor de tres aos. Permiso pre y postnatal (Arts. 336 y 339)

    Se ampla el permiso por maternidad a 26 semanas (6 meses) para ser disfrutado 6 semanas antes del par-to y 20 semanas despus. La licencia por paternidad contina igual, 14 das continuos a partir del parto.Centros de educacin inicial con salas de lactancia y permiso para la lactancia materna (Arts. 343, 344, 345)

    La nueva LOTTT modifica el trmino guardera por el de centros de educacin inicial, e incorpora las sa-las de lactancia como forma de estimular y facilitar la lactancia materna. En caso de que la entidad de trabajo no disponga de centro de educacin inicial con sala de lactancia cercano, se incrementa el permiso para lac-tancia de una hora a hora y media dos veces al da.Proteccin especial de inamovilidad permanente (Art. 347)

    La trabajadora o el trabajador que tenga uno o ms hijos o hijas con alguna discapacidad o enfermedad que les impida o dificulte valerse por s mismos o

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    mismas estar protegido o protegida por inamovili-dad laboral en forma permanente.Apoyo, asistencia familiar, mxima proteccin e in-clusin social (Arts. 348, 351)

    El Estado, en corresponsabilidad con las organiza-ciones del poder popular, desarrollar programas de atencin en el marco de la seguridad social, para brindar apoyo a los trabajadores y las trabajadoras en el cuidado y proteccin de nios, nias, adolescentes, personas adultas mayores y otros miembros de la fa-milia cuando requieran algn tipo de atencin espe-cial, o cuando no puedan valerse por s mismos.Estmulo a la prctica deportiva, la actividad fsica, la recreacin y la educacin fsica (Art. 349) En correspondencia con lo establecido en la Ley Or-gnica del Deporte, Actividad Fsica y Educacin Fsica, se establece la obligacin de los patronos y patronas en contribuir con el fortalecimiento de la prctica deportiva y recreativa.Estmulo al turismo social, la recreacin y el pleno disfrute del tiempo libre y vacaciones (Art. 350)

    El Estado, en corresponsabilidad con las organizacio-nes sociales de los trabajadores y trabajadoras, las co-munidades y otras organizaciones del Poder Popular, desarrollarn programas y misiones para el turismo social y la recreacin de los trabajadores, las trabaja-doras y sus familias.

    Del derecho a la participacin protagnica de los trabajadores, trabajadoras y sus organi-zaciones sociales

    (Ttulo VII)

    Proteccin de la libertad sindical (Arts. 353, 354, 358, 363)

    Se protege la actividad de las organizacionessindica-les frente a cualquier intervencin,suspensin o injerencia patronal. La LOT vieja slo protega contra la disolucin y las presiones indebi-das. Se establece un procedimiento directo para im-pedir prcticas antisindicales. La vieja LOT careca de procedimientos.Principio de pureza (Art. 366) Se prohben los sindicatos mixtos que afilen a patro-nos o sus representantes y trabajadores, simultnea-mente.

    Finalidades de los sindicatos (Art. 367)

    Se incorpora como atribucin de los sindicatos con-tribuir en la produccin y distribucin de bienes y servicios para el pueblo, y ejercer control y vigilancia sobre los costos y las ganancias para que los precios sean justos para el pueblo.Registro Nacional de Organizaciones Sindicales (Art. 374)

    Se crea dicho Registro para proteger el derecho a la organizacin de los trabajadores, garantizando infor-macin oportuna, veraz y legtima para la negocia-cin colectiva y la tramitacin de pliegos.Democracia sindical, participativa y protagnica (Arts. 394, 395, 396, 403 y 407)

    Derechos de los trabajadores y las trabajadoras a par-ticipar en la toma de decisiones de las organizaciones sindicales, a la eleccin libre, democrtica, autno-mas y por la base de las directivas sindicales, y a la libre expresin de sus opiniones, con lo cual se forta-lecen las organizaciones sindicales.La vieja LOT no contena estos derechos para los afiliados y afiliadas a organizaciones sindicales, los nicos derechos que contena era para las directivas sindicales.Referendo revocatorio de mandato para miembros de la junta directiva sindical (Art. 410)

    La vieja LOT no tena ningn mecanismo para ejer-cer la democracia sindical. A partir de la Constitu-cin Bolivariana se establecen y ahora se incluyen en la nueva LOTTT con mecanismos y procedimientos para realizarlos.Referendo para establecer la representatividad en caso de existir ms de una organizacin sindical (Arts. 437, 438)

    La vieja LOT no estableca ningn mecanismo para determinar la representatividad tomando en cuenta la opinin y decisin de los trabajadores y trabajadoras.Transparencia en el manejo de los fondos sindicales (Arts. 415, 416 y 417)

    Se prohben los pagos directos del patrono a los di-rigentes sindicales; todos los fondos deben ser depo-sitados en fondos de los sindicatos y no a nombres personales, y los trabajadores y trabajadoras pueden solicitar de la Contralora General de la Repblica que se auditen las cuentas del Sindicato.

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    Proteccin del derecho a la discusin de convenciones colectivas de trabajo (Arts. 431, 432, 434, 440, 441)

    Se recoge el derecho que la Constitucin otorga a los trabajadores de establecer sus condiciones de trabajo por va de la discusin del contrato colectivo. Se fija el lapso de 180 das para culminar la discusin. salvo que las partes decidan prorrogar.Se obliga a que todos los contratos colectivos conten-gan un comit de evaluacin y seguimiento paritario, para garantizar el cumplimiento de la LOTTT, dems leyes laborales y acuerdos logrados en el contrato.Consejos de trabajadores y trabajadoras (Arts. 497 y 498)

    Se establecen los Consejos de trabajadores y trabajado-ras como expresiones del Poder Popular en el proceso social de trabajo. Se obliga a la elaboracin de una ley para la organizacin y funcionamiento de los consejos y la participacin de los trabajadores en la gestin.

    De las instituciones para la proteccin y garanta de derechos

    (Ttulo VIII)

    Funciones del ministerio del Poder Popular con competencia en materia de trabajo y seguridad so-cial (Arts. 499, 500) Se amplan y fortalecen las funciones del ministerio del Poder Popular con competencia en materia de trabajo y seguridad social, con base a los principios constitucionales garantizando la proteccin del traba-jo como hecho social y como proceso fundamental, y a los trabajadores y trabajadoras como sus protago-nistas esenciales.Se desarrollan procedimientos expeditos, ejecutorios, para la restitucin de las situaciones jurdicas infrin-gidas, especialmente en los casos de despido injus-tificado y garantizando la inamovilidad laboral, as como en los casos de violacin del derecho al salario, las prestaciones sociales y dems beneficios laborales de los trabajadores; protegiendo, adems, el ejercicio de la libertad sindical por parte de las organizaciones de trabajadores y trabajadoras.Se desarrollan nuevas funciones de supervisin, ins-peccin y fiscalizacin del cumplimiento de la nor-mativa legal del trabajo, seguridad social y salud y seguridad en el trabajo, as como en materia de pro-teccin a la familia la maternidad y la paternidad; y a efectos de apoyar en los procesos de reactivacin

    productiva de entidades de trabajo por parte de los trabajadores y trabajadoras.Actuacin directa de los trabajadores y trabajadoras (Art. 503)

    Los trabajadores y las trabajadores, as como sus or-ganizaciones sociales, podrn realizar cualquier tr-mite o actuacin ante el ministerio con competencia en materia de trabajo y seguridad social, sin nece-sidad de ser asistidos por un abogado. Se establece adems el servicio gratuito de asistencia legal para representar los intereses de los trabajadores en sede tanto administrativa como judicial.

    Centros de Encuentro para la Educacin y el Trabajo (Art. 505)

    Se crean los Centros de Encuentro para la Educacin y el Trabajo en apoyo al proceso social del trabajo y en el marco de los programas y misiones enfocadas en los procesos de educacin, saber y trabajo a objeto de: 1) enlazar las necesidades de formacin para el traba-jo con las oportunidades que brinda el sistema edu-cativo; 2) enlazar las oportunidades de trabajo digno, productivo y liberador con los trabajadores que se encuentran en situacin de desempleo, especialmente los y las jvenes, las personas de mayor edad pero an sin la edad de jubilacin, las personas con alguna discapacidad; 3) enlazar a los trabajadores y trabaja-doras no dependientes y sus organizaciones sociales, con las iniciativas dirigidas a generar redes produc-tivas de bienes o servicios, asegurando el disfrute de los derechos culturales, educativos, laborales y a la seguridad social de los trabajadores y trabajadoras por cuenta propia; 4) enlazar las organizaciones sindi-

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    cales, consejos de trabajadores y otras organizaciones del Poder Popular, con la informacin sobre oportu-nidades de educacin y trabajo, as como facilitar su articulacin a redes productoras de bienes y servicios.Funciones de las Inspectoras del Trabajo (Art 507)

    Se incorporan como funciones de las Inspectoras del Trabajo las de inspeccionar las entidades de trabajo dentro de su jurisdiccin para garantizar el cumpli-miento de las normas laborales; vigilar el cumpli-miento de la proteccin del Estado en materia de inamovilidad laboral y fuero sindical; proteger y facilitar el ejercicio de la libertad sindical, la orga-nizacin autnoma de los trabajadores, el derecho a la negociacin colectiva y el ejercicio del derecho a huelga; imponer las sanciones correspondientes por incumplimientos a las leyes laborales.Inspector o inspectora de ejecucin (Art. 512)

    Se crea la figura de inspector o inspectora de ejecu-cin para garantizar la plena aplicacin de las medi-das dictadas por las inspectoras.El inspector o inspectora de ejecucin tendr la su-ficiente autoridad, jerarqua, facultad y competencia para ejecutar y hacer cumplir todos los actos admi-nistrativos. Sus funciones se cumplirn en la calle, en las entidades de trabajo y junto a los trabajadores y trabajadoras, para proteger sus derechos. Podr dictar medidas cautelares, ejecutar actos administrativos y revocar la solvencia laboral de ser necesario. Podr solicitar, de ser necesario, el apoyo de la fuerza pbli-ca para ejecutar decisiones y, en caso de obstruccin o desacato, podr solicitar la actuacin del Ministerio Pblico para que se lleve a cabo el procedimiento de arresto al patrono o patrona infractor.Procedimientos para atender reclamos (Art. 513)

    Se establecen los procedimientos expeditos para pro-cesar reclamos de los trabajadores y las trabajadoras y sus organizaciones sociales.Actos supervisorios y ordenamientos (Arts. 514, 515) Se establecen las definiciones y procedimientos en materia de supervisin de entidades de trabajo para verificar el cumplimiento de la normativa laboral, de seguridad social y de salud y seguridad en el trabajo.De las sanciones

    (Ttulo IX)

    En este ttulo se incrementan los montos de multa, que en la actualidad son irrisorios, y estn entre un

    mnimo de un cuarto de salario mnimo hasta un mximo de cuatro salarios mnimos.En la nueva LOTTT las multas por violacin de la Ley y los derechos de los trabajadores y trabajadoras se establecen entre un mnimo de 30 unidades tribu-tarias y un mximo de 360 unidades tributarias. Adems, se incorporan sanciones por acoso laboral y acoso sexual, por incumplir la Ley de Alimentacin de los Trabajadores y las Trabajadoras, por terceriza-cin, simulacin laboral o fraude a la Ley.Tambin se incorpora la posibilidad de arresto por vio-lacin a la Ley en caso de obstaculizacin o desacato.Multas entre 30 y 60 unidades tributarias.

    Infracciones en: Anuncios sobre horarios; lmites de la jornada de trabajo; violacin en condiciones espe-ciales de modalidades de trabajo; violacin a las dis-posiciones sobre trabajadores extranjeros y extranje-ras; acoso laboral; acoso sexual.Multas entre 60 y 120 unidades tributarias.

    Infracciones en: Violaciones en la normativa sobre la participacin en los beneficios o utilidades; violacin de la inamovilidad laboral; desacato a rdenes de los funcionarios o funcionarias del trabajo.Multas entre 120 y 300 unidades tributarias. Infrac-ciones en: Pago del salario mnimo, o en la oportuni-dad del pago del salario y de las vacaciones; violacio-nes a las disposiciones protectoras de la maternidad, la paternidad o la familia; fraude o simulacin de la relacin de trabajo (tercerizacin); violacin de las garantas que consagran la libertad sindical y la ne-gociacin colectiva.Causas de arresto policial de 6 a 15 meses. Desacato a la orden de reenganche de un trabajador amparado por inamovilidad laboral o fuero sindical. Violacin del derecho a huelga. Obstruccin de los actos ema-nados de las autoridades administrativas del trabajo. Cierre ilegal e injustificado de las fuentes de trabajo.

    Revocatoria o negativa de la solvencia laboral. A los patronos o patronas que incumplan las obligaciones que les impone esta Ley les ser negada o revocada la solvencia laboral segn lo establecido en la ley co-rrespondiente.Disposiciones transitorias Se crea el Consejo Supe-rior del Trabajo, para la correcta aplicacin de esta Ley y su implementacin en todo el territorio nacio-nal y en todas las entidades de trabajo. El desarrollo pleno de la LOTTT deber darse dentro de los tres aos contados a partir de su vigencia.Fuente:Correo del Orinoco

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    Discurso de Al Rodrguez Araque al recibir la Secretara General de Unasur el 11 de Junio 2012

    Seor Presidente de la Repblica de Colombia, Juan Manuel Santos,

    Seor Presidente de la Repblica del Paraguay, Fernando Lugo, y Presidente Pro tempore de Unasur,

    Seor Vicepresidente, Angelino Garzn, de la Re-pblica de Colombia,

    Seoras Cancilleras y Cancilleres,

    Invitados todos,

    Amigos de los medios de comunicacin,

    Es inevitable creo, en este momento histrico que es-tamos viviendo, invocar quien fue el primer Secreta-rio General de UNASUR, y que en un tiempo tan bre-ve, cumpli misiones verdaderamente trascendentes, con su gran capacidad, con su tino poltico, despej prcticamente algunos obstculos que estaban inter-puestos para que UNASUR avanzara con la sereni-dad con la que ha venido hacindolo, por desgracia desapareci, en un da aciago para creo, toda nuestra regin, y hubo entonces de sucederle nuestra queri-da y entraable amiga, Mara Emma Meja, quien ha cumplido una misin difcil, compleja, que merece reconocimiento de todos los pases miembros de la unin, como es la materializacin de las instituciones que son las que le dan concrecin, terrenalidad a los grandes sueos, a los grandes proyectos, hay ya ocho concejos constituidos, cada uno con un plan, cada uno ya con polticas definidas. Ahora bien, es necesaria una vez cumplida toda esa parte difcil, porque no se trat de darle presencia a UNASUR en escenarios in-ternacionales, como fue el caso de Naciones Unidas, para hacerle planteamiento de la justa reivindicacin de nuestra hermana Argentina, sobre sus derechos soberanos, sobre las Malvinas, as como tambin en otros escenarios, extraordinaria y excelente labor la

    cumplida por Mara Emma Meja. Pero por supuesto que la vida sigue, la vida de UNASUR contina y de-bemos trazar entonces nuevos rumbos. Debemos pre-guntarnos para comenzar, cmo materializar algo que plantee en la reunin de cancilleres, dos principios que considero estn registrados en el tratado constitu-tivo de UNASUR, y que creo que identifican perfec-tamente el rumbo histrico de UNASUR, identidad y ciudadana. Identidad y ciudadana porque vindolo bien, nosotros pertenecemos a una gran nacin, ocu-pamos el mismo territorio, tenemos el mismo origen histrico, hablamos la misma lengua, entendemos perfectamente el brasileo y nos entienden perfec-tamente los brasileos, tenemos la misma cultura, y podemos decir que compartimos, incluso, los mismos problemas, las mismas dificultades. El principal pro-blema que enfrenta nuestra regin entre muchos, es el tema de la pobreza, y un proyecto que nace de la ins-piracin de nuestros libertadores, debe colocar como eje al ser humano, y cuando hablamos de pobreza, hablamos de millones de seres humanos, como dijo Mara Emma, mas de 130 millones de pobres, para una poblacin de unos 397 millones de habitantes, en un territorio que supera los 17 millones de kilmetros cuadrados, y que por contraste, aloja la ms grande riqueza y ms grande reservorio de recursos naturales del mundo, en un momento en que los requerimientos de muchos de esos recursos crecen ms y ms, sobre todo en los grandes pases industrializados, en los cuales esos recursos se han visto agotados.Como deca, tenemos ya 8 concejos constituidos, pero cuando hay una diversidad, una multiplicidad de acciones que emprender, es imperativo determinar cul es el eje dinmico, el que le transmite dinamis-mo al resto de los proyectos. Yo no tengo duda en afirmar, que precisamente, si la mayor fortaleza de la que disponemos, es ese gigantesco reservorio de

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    recursos naturales, es la fortaleza que debemos apro-vechar para combatir la pobreza, para generar em-pleo, que a su vez expande al mercado interno, que crea el primer paso para combatir la pobreza, que genera en consecuencia un conjunto de resultados positivos para toda la regin. Entonces se trata de tra-zar una estrategia que tenga como gran objetivo el ptimo aprovechamiento de esos recursos naturales, con varios objetivos, desde luego est la necesidad de obtener ingresos para los estados, y para ello in-cluso, es necesario tomar en cuenta otro factor, todo recurso natural est alojado en la tierra, y al estar en la tierra su explotacin comporta ocupamiento terri-torial, y eso lleva el suyo a plantear el problema de la

    chos de esos problemas que todava faltan por resol-ver, pero por lo menos se ha avanzado en mejorar la alimentacin, la salud, la atencin a la poblacin y hoy estamos atacando uno de los principales proble-mas, que es el problema de la vivienda.Entonces, se requiere acompaar el aprovechamiento de los recursos naturales con tres factores ms. Uno, un plan coherente de industrializacin, lo cual impli-ca la preparacin de miles y miles de gente especia-lizada para hacerlo de la manera ms racional, para incrementar productividad, pero al mismo tiempo para garantizar que hay el menor impacto ambiental, porque las prcticas depredadoras en explotacin, de aquellos que solamente buscan ganancias, pues han

    provocado mucho ms que un desas-tre, en varias de las regiones de la unin y al mismo tiempo si se trata del ser humano, hay que tomar en cuenta a las comunidades que son afectadas tambin por la explota-cin del recurso natural, son tres condiciones absolutamente indis-pensables, a darle coherencia a una estrategia, que creo por todo lo que he odo de los seores y los seores presidentes, compartimos todos. De manera que creo que esto va a fa-cilitar la definicin de estas nuevas estrategias y los grandes nuevos ob-jetivos que tenemos planteados por delante.

    Me veo obligado a hacer una referencia a algo que mencion nuestro estimado presidente Juan Manuel Santos, ciertamente fui de los que me vi envuelto en la contienda armada de los aos 60 en Venezuela, no lo hicimos por voluntad propia, fuimos empujados por circunstancias bien conocidas para aquellos que se ocupen de leer la historia del siglo XX venezola-no, y tan pronto se dieron condiciones para actuar en igualdad de condiciones, en el mbito legal, rpida-mente negociamos la salida a la realidad y en muy poco tiempo estuvimos predicando en estas cosas que estamos diciendo aqu y muchas otras en el Congreso Nacional. Yo presid la Comisin de Energa y Minas de la cmara de diputados en el congreso nacional.

    Como lo ha dicho reiteradamente el presidente Hugo Chvez y estoy seguro que interpreto la voluntad y el deseo de todos los Cancilleres ac y de todos los pueblos, que da tan feliz ser para nosotros el da en que Colombia se logre lo mismo, porque yo como venezolano, nosotros los de Venezuela y creo que

    soberana, por eso en reiteradas declaraciones en las naciones unidas, sobre el principio permanente sobre la propiedad permanente y soberana de los Estados sobre los recursos naturales, se establece, entre mu-chas otras cosas que establecen estas resoluciones, el problema de la soberana, incluso el que las dudas y controversias se resuelvan con arreglo a las leyes en los tribunales de los correspondientes pases en don-de estn alojados esos pases. Nosotros hemos teni-do una vasta experiencia, en los das de la llamada apertura petrolera, las regalas se redujeron al 1 por ciento, los impuestos se redujeron del 67 al 34 por ciento, la participacin de PDVSA se redujo a un 35 por ciento, eso se tradujo en una cada abrupta del in-greso fiscal petrolero, quien es la contribucin que da el sector petrolero al resto de la sociedad venezolana, y eso se tradujo en una profundizacin de la pobreza en Venezuela, con la cual estamos todava batallando, el haber recuperado la contribucin fiscal petrolera, se tradujo en la posibilidad de que en estos aos se han dedicado 500 millones de dlares a resolver mu-

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    otros territorios fronterizos con Colombia, sufrimos las consecuencias del conflicto armado en Colombia, eso sera un paso importantsimo tambin para enca-rar otro gran problema que todos padecemos, tambin como es el problema de delincuencia vinculada a esa maldicin que representa el problema de la droga, pero por supuesto creo que es oportuno tambin se-alar que no es una tarea solamente de nuestro pases, es una tarea fundamental en primer lugar del principal mercado consumidor de drogas, porque donde no hay demanda, no hay oferta, y en orden de prioridades la principal tarea le corresponde a aquellos que repre-senta el principal mercado de grandes consumidores de droga que hasta ahora se han mostrado incapaces

    cipio de la propiedad estatal o de la administracin estatal sobre los recursos naturales, igualmente como son los esquemas contractuales y como sacar prove-cho de aquellos esquemas contractuales, que mejor provecho rinden para cada uno de los pases, de tal manera que de ser posible, sirven como gua general tambin, para los esquemas contractuales. Por supuesto que todo va a requerir tambin de gran-des masas de financiamiento. Si tomamos como eje rector esto que estamos plantando, los rganos finan-cieros que se constituyen, por ejemplo, el Banco del Sur, debe crecer en funcin de financiar proyectos de industrializacin de nuestros recursos naturales , igualmente si vamos a crear institutos tecnolgicos,

    bueno, institutos que se apliquen y se orienten en esta direccin para cumplirlos objetivos ya mencio-nados, si vamos a establecer pro-gramas educativos, mostrar ante los nios en los distintos niveles de educacin, esos grandes poten-cialidades y el nuevo objetivo que se plantea esta unin en funcin de combatir la pobreza y no solamente de combatir la pobreza, sino de en-contrar estadios de desarrollo que vayan mucho ms all, porque un proyecto como este no tiene sino virtudes, en la medida en que crez-ca la produccin de bienes y ser-vicios en esta regin, habr mayor oferta de bienes y servicios, inclu-

    so, para las economas industrializadas del norte, pero tambin habr mayor demanda de bienes y servicios para esas economas que resultaran favorecidas por el desarrollo de esta gran regin. De manera que creo que tenemos todas las perspectivas alentadoras por delante, que en la medida en que se desarrollen las bases materiales de UNASUR tendr mayor podero, tambin mayor presencia, mayor peso especifico en los escenarios internacionales , y lo ms importante de todo , el mejoramiento de las condiciones exis-tenciales de nuestra poblacin, para hacer realidad aquel postulado de Bolvar, lograr la mayor estabili-dad social y la mxima felicidad posible para nues-tros pueblos, muchas gracias.

    Fuentehttp://www.unasursg.org/index.php?option=com_content&view=article&id=681:discurso-de-ali-rod