el método socialista - socialismo-chileno.org · tribuna del socialismo chileno / no 90 ... de una...

60
1 Tribuna del socialismo chileno / N o 90 Los Desafíos del Partido Socialista Ante la Crisis de la Política y de las Instituciones

Upload: ngohanh

Post on 31-Dec-2018

234 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

1

Tr ibuna del socia l ismo chi leno / N o 90

Los Desafíos del Partido Socialista Ante la Crisis de la Política y de las Instituciones

Page 2: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

2

Revista fundada en Santiago de Chile, el 12 de Octubre de 1959Director: Hugo Zemelman MerinoComité de Redacción:

Mario Vera V.Mario Garay P.Raúl Ampuero D.Helio VarelaJulio César JobetSergio UrquizarManuel Espinoza O.Jorge Barría S.Jaime FaivovichBenny Pollack EskenaziJaime Ahumada P.Carlos Altamirano O.Clodomiro Almeyda M.Jorge Arrate

Administrador, Carlos Salazar U.Giros, Canje, Correspondencia: Carlos Salazar U. Casilla 10430, Santiago.Colaboraciones: Hugo Zemelman Merino, Casilla 10430, Santiago.Dirección: San Martín 142. Fono: 66951. Santiago.Administración: Estado 369 , Of. 6 Fono: 30612 Santiago.Editor: Prensa Latinoamericana S.A. Root 537 Fono:36688 Santiago

Valor Suscripción anual: (12 números) en el país, Eº 4,80; en el extranjero US$ 2,50Valor del Ejemplar: en el país Eº 0,40; en el extranjero, US$ 0,20

La Revista ARAUCO, Tribuna del Pensamiento socialista, aparece una vez al mes, en Santiago de Chile.ARAUCO tiene servicio de canje con las principa-les revistas y periodicos socialistas del mundo y en sus artículos y crónicas y sobre temas nacionales e internacionales se orienta por la posición represen-tada por el Partido Socialista de Chile, aunque sin expresar necesariamente sus opiniones.La Dirección de ARAUCO ruega a sus lectores que tengan la amabilidad de enviar sus observaciones y sugerencias referentes a la presentación gráfica y al material literario de la Revista. La Dirección agra-dece anticipadamente la cooperación de los lectores en esta tarea periodística destinada a divulgar en Chile y América Latina el pensamiento socialista.

Nº 90 - Octubre de 2012

Sumario

Editorial / El método socialistaJosé Balaguer pág. 3

Avanzada Social, derrotero del contrato social neoliberalOsvaldo Andrade / Presidente del PS pág. 5

Los desafíos del Partido Socialista de Chile ante la crisis de la política y de las institucionesIsabel Allende Bussi / Senadora pág. 9

De la crisis institucional Felipe Barnachea / Vicepresidente del PS pág. 15

Una “renovación sustantiva”: reflexiones sobre un texto de Clodomiro Almeyda Jorge Arrate / Ex-Presidente del PS pág. 17

Enmendar rumbos Gonzalo D. Martner / Ex-Presidente del PS pág. 21

Responsabilidad histórica del Partido Socialista de Chile Juan Miranda / Militante PS Comunal Paine pág. 25

Entrevista a la Dra. Soledad Barría pág. 31

Recuerdos personales en homenaje a Don Cloro Ernesto Benado / Militante PS Comunal Santiago pág. 37

Nada es tan preciado como la independencia y la libertad Patricia Abarzúa M. / Miembro del CC del PS pág. 41

Notas de un recorrido por la idea socialista de clase trabajadora Luis Cruz Salas / Trabajador pág. 45

Editores:Biblioteca Clodomiro Almeyda Medina con la colaboración de la Secretaría General.Partido Socialista de Chile

París 873, Santiago / Teléfono 549 99 00Correo electrónico: [email protected]

Diseño gráfico: Ximena Silva San Martín

El contenido de los artículos publicados en Arauco es responsabilidad de sus autores y no representa necesariamente la línea oficial del Partido Socialista.

Page 3: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

3

Hace casi 80 años, en una casa ubicada en Serrano 150 y a gritos de ¡Viva el Partido Socialista!, un numeroso contingente de obreros, artesanos, empleados, profesionales y trabajadores originarios de diferentes agrupaciones socialistas, pequeñas y hasta ese momento dispersas, fundan el Partido Socialista y dotan a la naciente organización de una Dirección Colegiada, de una Declaración de Principios y fijan la realización de un Congreso Programático.

La fundación del Partido Socialista no es simplemente un acto voluntarista. Es fruto de una correcta lectura e interpretación de la realidad histórica de la época y de ense-ñanzas obtenidas por los dirigentes de la efímera República Socialista, de gran impacto y trascendencia en los trabajadores.

Esta claridad de entendimiento de la realidad, de comprender cuál era el senti-miento de las más amplias masas fue expresada en una clara propuesta programáti-ca, resultado de una vasta discusión democrática realizada al calor del Primer Congreso partidario, efectuado en octubre de 1933, en el cual se explicitan las tareas mínimas e inmediatas que el PS propone al debate nacional de los trabajadores y donde se da una definición clara de los enemigos fundamentales que el socialismo se propone derrotar: la derecha oligárquica y el imperialismo extranjero. En este Programa de Acción Inmediata se define igualmente una perspectiva para las masas asalariadas del país: “el adveni-miento de un Estado Socialista”.

La metodología de trabajo de los fundadores del PS aparece claramente diseñada: reunión de TODAS las tendencias socialistas; fijación de un mínimo de normas básicas de acuerdos (Acta de Fundación, Declaración de Principios); elección de una DIRECCIÓN COLEGIADA; Congreso Programático; estudio crítico de las experiencias anteriores (Re-pública Socialista); análisis riguroso de la realidad (qué hace el gobierno de la oligarquía); oído atento a las demandas y reivindicaciones de las masas asalariadas (en palabras de Recabarren: “¿Qué queremos federados y socialistas? Queremos vivir bien. Eso es todo.”). Finalmente, y no es menor: un horizonte común por el cual luchar.

Editorial

El método socialista

Page 4: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

4

Nadie ha sido más crítico con el Partido Socialista que los propios socialistas. En 1934 se va del PS la “Oposición Socialista Revolucionaria” que luego se reintegra en 1936, abriendo una larga historia de quiebres, fraccionamientos y divisiones, que mu-chas veces han puesto en peligro la continuidad de este instrumento creado por los trabajadores chilenos; cada vez, este partido atípico ha sabido regenerarse, no sola-mente por el aporte y la importancia de dirigentes consecuentes (Schnake, Allende, González, Ampuero, Corbalán, Rodríguez, Altamirano o Almeyda), sino principalmente por su capacidad de escuchar e interpretar las demandas más urgentes de los trabaja-dores manuales e intelectuales de nuestro país. En nuestra larga historia de lucha junto a los trabajadores la crítica y el debate de ideas al interior de la organización nunca han sido la excepción; por el contrario, han sido la regla. Hoy debemos persistir en el uso de esa herramienta, teniendo siempre presente que esa crítica debe tener como norte mejorar lo que tenemos y nunca perder de vista que el enemigo contra quien luchamos es la derecha, oligárquica o nueva, y que nuestro punto de referencia son los trabajadores chilenos.

Múltiples son los desafíos que enfrentamos: un gobierno al servicio de los más ricos, desorden y casi dispersión de las fuerzas progresistas (lo que nos obliga a “sos-tener estanterías”); debates programáticos que, en lugar de darse con los movimientos sociales o en la orgánica socialista, se despliegan a través de la prensa comercial al servicio del capital; nuestras debilidades, reales, desde el punto de vista de nuestra propia institucionalidad. Esos desafíos atemorizan a algunos, que exacerbando la crí-tica, dedican su esfuerzo y aporte, tan necesarios para la superación de nuestras difi-cultades, a la búsqueda de responsabilidades personales.

Pero esos desafíos pueden y deben ser enfrentados con responsabilidad, seriedad y sobre todo con la aplicación de nuevas prácticas políticas, tanto en la vida interna como en nuestra relación con las fuerzas sociales que se identifican con nuestras pro-puestas: somos la fuerza mayoritaria en el mundo sindical, no solamente en la CUT; tenemos cientos o miles de dirigentes sociales que se reconocen socialistas y que en-cabezan muchos de los movimientos sociales que le han cambiado el rostro político a nuestro país; numerosos intelectuales, técnicos y profesionales se reconocen en las propuestas del Partido; cada día nuevos jóvenes se incorporan a nuestra organización; más aún, contamos en nuestras filas con la personalidad política más querida por el pueblo chileno: Michelle Bachelet.

Todo este enorme patrimonio humano, cultural y político de nuestro Partido se acrecienta y potencia con la presencia, el ejemplo y la consecuencia de nuestro más destacado militante, Salvador Allende, cuyo mensaje nunca debe estar ausente en las propuestas del Partido Socialista al pueblo chileno.

ARAUCO, revista histórica del socialismo chileno, en este nuevo número entrega una serie de aportes a nuestros debates actuales y futuros con el fin de que todos participemos con nuevas ideas y propuestas para hacer frente a las tareas que nuestro Partido debe enfrentar en este período.

ARAUCO, con modestia pero con firmeza, se inscribe y rescata la metodología de nuestros fundadores y el mensaje del más digno y ejemplar militante socialista: Salva-dor Allende.

José Balaguer

Page 5: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

5

Osvaldo Andrade LaraDiputado de la República Presidente Partido Socialista de Chile

Avanzada Social; derrotero del contrato social neoliberal

Si bien es cierto los socialistas te-nemos como eje constituyente un sentido crítico, de reflexión y eva-

luación permanente, no es menos cierto que ese constante proceso de retroa-limentación no puede detener nuestro accionar. Estos dos años, con la derecha en La Moneda, hemos visualizado con la claridad necesaria los desafíos de co-rrección, de reconstrucción y de proyec-ción que el país requiere. Tres objetivos que debemos construir activamente, con convicciones, pero también y sobre todo, con trabajo concreto.

La realidad nacional nos convoca a dos tareas fundamentales: la prime-ra, derrotar a la derecha en las próximas elecciones municipales. Creemos que ahí quedará plasmado irremediablemen-te el descontento con el gobierno, pero, también, con los referentes políticos en general. A pesar de ello, proyectamos obtener una buena votación de nuestros candidatos, tanto a alcaldes como a con-cejales, y esto será fruto de nuestro es-fuerzo por posicionar una plataforma que contribuya a conseguir un Estado distin-to, que acoge y resuelve los problemas de otro Chile, crítico y activo, que desper-tó del letargo de complacencia frente al modelo.

Pero ello es imposible siquiera con-cebir sin liderar y llevar adelante el tra-bajo de recomposición y articulación de

un gran bloque de oposición cuyo eje sea la transformación a favor de los más desposeídos. Es este nuestro segundo desafío. Es precisamente aquí donde el Partido Socialista, una vez más, se debe a la tarea unificadora y de consolidación de las fuerzas democráticas de un futuro gobierno. Ese fue el llamado que hiciéra-mos desde comienzos del 2010.

La derrota puso al desnudo una serie de deficiencias y errores, que se-ñalamos, con pesar, en el discurso de instalación de esta Dirección. Marcado por una profunda autocrítica y por un exhaustivo análisis de nuestras fuerzas y debilidades, propusimos allí diferentes y múltiples tareas políticas y programáti-cas acordes con la magnitud de los de-safíos. Esto, a nuestro juicio, debía per-mitir la superación de nuestras propias deficiencias, por medio de la integración, en todos los niveles, de la totalidad de sectores socialistas dispuestos a par-ticipar en la gran tarea de derrotar a la derecha.

En efecto, nuestra propuesta de trabajo a las bases socialistas fue, pre-cisamente, la de asumir el rol de oposi-ción que, simultáneamente, desarrolla-

Page 6: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

6

Los ciudadanos se han declarado en rebeldía, unos más activos que otros, han dicho basta de abusos, de mentiras y de letra chica. Sus demandas y reivindicaciones deberán, en consecuencia, estar plasmadas en el Programa que levantaremos las fuerzas democráticas.

ra la correlación de fuerzas destinada a derrotar a la derecha en los tres eventos electorales en curso. Una tarea requiere de la otra.

El Partido lo hacemos todos y es nuestro deber enfrentar la hegemonía de la derecha constituyéndonos en un actor dinamizador, en un espacio aglutinador y contenedor de las corrientes propensas a la dispersión.

Las dificultades que enfrentamos

La primera de ellas ha sido y sigue sien-do, nuestra incapacidad de asumir a ca-balidad el rol de oposición que nos asignó el pueblo chileno en la última elección presidencial. Hemos aprendido que ser

oposición no solo implica oponerse, cri-ticar, fiscalizar la gestión pública, resistir y mejorar los proyectos gubernamen-tales. Ser oposición implica, prioritaria-mente, la conformación y el despliegue de un proyecto alternativo que proponga soluciones y respuestas a las demandas populares. En síntesis, oponerse es re-sistir, pero, sobre todo, crear alternativa y fortalecer nuestra vocación de poder.

Los movimientos sociales nos han obligado a escuchar los gritos y a leer las pancartas, a esforzarnos por retejer y re-construir el contacto permanente con las diferentes y múltiples formas de organi-zación en la sociedad. Los ciudadanos se han declarado en rebeldía, unos más activos que otros, han dicho basta de abusos, de mentiras y de letra chica. Sus demandas y reivindicaciones deberán, en consecuencia, estar plasmadas en el Programa que levantaremos las fuerzas democráticas.

Sin dejar de discrepar en la política contingente, es imperioso que todos los líderes políticos del país, desde el centro a la izquierda, nos pongamos en disposi-ción de trabajar unidos, con certeza ten-dremos más puntos en común de los que creemos.

No tenemos alternativa, moros y cristianos debemos construir una amplia mayoría política y social, en palabras de Eugenio González: una “avanzada social”. Estamos convocados por nuestro pueblo a insistir en la reunión de las fuerzas po-líticas existentes, en torno a un proyec-to coherente, que retome con firmeza y claridad el conjunto de demandas más sentidas por la ciudadanía, y que ellas se plasmen en un Programa de Gobierno generado participativamente.

La lucha contra la desigualdad y el abuso requiere de una mayoría muy amplia y diversa, que recoja al centro y la izquierda en lo político y sume la riqueza del tejido social. La más genuina política

Page 7: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

7

de izquierda es, precisamente, aquella que se concentra en este esfuerzo.

Pero estas tareas tienen un grado de complejidad mayor porque la derecha ha instalado el peor escenario para la reconstrucción política: el descrédito, la desvalorización y el desprecio por la política que ahora llega a las instituciones. Su torpe nueva forma de gobernar día a día nos sorprende con algún episodio vergonzoso, todos los cuales han redundado en la pérdida de confianza en la institucionalidad y en el profundo malestar ciudadano, que se han expresado y reflejado en diferentes encuestas de opinión.

Los gobiernos de la Concertación intentaron e iniciaron un tránsito gradual, desde una dictadura militar y un Estado subsidiario, hacia la configuración de un Estado Democrático y Social de Derechos. Con evidentes aciertos, errores y deficiencias hicimos crecer a Chile cobijando en políticas públicas redistributivas a los más desposeídos. Esta transición paulatina -para muchos interminable- se vio interrumpida por el ascenso de un gobierno elitista, concentrador de los capitales y culturalmente hegemónico, que ha mostrado, sin dificultad ni presiones, su peor cara: la manipulación de cifras, conflictos de interés en casi todas las carteras de gestión, administración pública ineficiente, nula capacidad de resolver conflictos sociales, represión, corrupción, entre otros.

Todos fenómenos que nos duelen, porque hieren el núcleo de la República, ensucian la imagen de solvencia democrática que tanto nos costó construir y, sobre todo, porque han dejado al desnudo las profundas imperfecciones de nuestra institucionalidad.

La sustitución del sistema binominal por una estructura democrática real-mente representativa, la eliminación del

supraquorum para las correcciones de mayor envergadura y el transitar lo más rápidamente posible del rol subsidiario del Estado al de un Estado garante de derechos se nos han venido encima.

Esos tres pilares han de ser los ejes que rompan con el actual modo de gobernar, que ha dado muestras del cercenamiento de las libertades públicas, desprecio por las organizaciones sociales, falta de voluntad para el diálogo y para llevar adelante las reformas necesarias y urgentes que permitan modificar esta institucionalidad.

Tendremos entonces que construir y trabajar en un escenario crítico. Porque, entendamos bien: esta crisis de las instituciones es la crisis de un modelo de sociedad estrecho, donde el mercado todo lo absorbe y organiza.

Pero no seamos ilusos, la Derecha no tomará palco a la hora de ponernos a desenmascarar sus errores y horrores, resistirá y bloqueará todo esfuerzo por transformar este contrato social neoliberal. De ahí que la unidad y la obtención de mayorías sustanciales en las elecciones parlamentarias y presidenciales es un derrotero al cual todos tenemos que confluir. Solo la «avanzada social» podrá, en consecuencia, llevar adelante estas reformas. En ella, todos contamos.

Para lo anterior también se requiere un fortalecimiento sustantivo del Partido Socialista, tanto en su organización como en sus prácticas políticas. Para contribuir a esas grandes tareas nacionales del período, cuidar el patrimonio común es una tarea prioritaria.

Page 8: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

8

Foto

graf

ía: N

elso

n M

uñoz

Mer

a

Page 9: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

9

Los sondeos de opinión pública y las manifestaciones de descontento de distintos sectores sociales, en-

tre ellos los estudiantes, los profesores, los pueblos originarios, los que piden mayor autonomía para las regiones y otros, dan cuenta de una crisis de la política, de los partidos y de las institu-ciones del Estado. Es evidente que exis-te una crisis de representatividad y los partidos políticos han perdido protago-nismo debilitándose como mediadores entre los ciudadanos y el Estado. La política y los partidos políticos, inclui-do por cierto el Partido Socialista, son percibidos como entidades que cum-plen insuficientemente con la tarea de resolver temas del presente y orientar el futuro.

Si bien el descontento con la políti-ca y los partidos es un fenómeno que se manifiesta en muchos países, en Chile tiene características especiales. Los 20 años de gobierno de la Concertación significaron concluir el tránsito de la dictadura a la democracia, propósito complejo que se dio en el marco de la Constitución de 1980 con sus enclaves autoritarios, como los senadores desig-nados, la no subordinación de las Fuer-zas Armadas al poder civil representado por el Presidente de la República, la ley electoral binominal y otros.

Estos 20 años cambiaron a Chile. El

país creció, disminuyó la pobreza, me-joraron los indicadores sociales y eco-nómicos, y se amplió la clase media. La economía se abrió al mundo con reci-procidad a través de tratados con diver-sos países; se avanzó en infraestructura y modernizaciones; se construyeron vi-viendas, hospitales y escuelas.

En el ámbito político se eliminaron varios de los enclaves autoritarios con las reformas constitucionales del ex Presidente Lagos. Sin embargo, queda-ron situaciones pendientes: un régimen presidencial fuerte ante un Parlamen-to débil, un sistema político altamente centralizado con débil autonomía re-gional y un sistema electoral binominal que altera la representatividad ciuda-dana. Asimismo, un modelo productivo concentrador de la riqueza, sustentado básicamente en la exportación de ma-terias primas. Un sistema educativo predominantemente de baja calidad, inequitativo y socialmente segregador; y múltiples desigualdades, entre las cuales persisten las de ingresos, de gé-nero, de etnias originarias, de acceso a la salud y otras.

Chile es hoy una paradoja. En medio de la crisis económica que vi-

Isabel Allende BussiSenadora Región de Atacama

Los desafíos del Partido Socialista de Chile ante la crisis de la política y de las instituciones

Page 10: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

10

ven Europa y EEUU, nuestro país crece en torno al 5%, la cesantía está en el 6,5% y se ha continuado disminuyendo la extrema pobreza. Es el primer país de América del Sur en ingresar a la OCDE; el peso chileno es la moneda que más ha aumentado su valor en el mundo y el Banco Mundial nos considera un país de “ingreso medio alto”. Sin embargo, somos uno de los países más desigua-les del mundo: el Coeficiente Gini -que mide el nivel de desigualdad de los paí-ses - nos lleva a ocupar el lugar N° 127, tras Panamá (N° 126), distante de Perú (N° 118) y muy lejos de Argentina (N° 58).

Durante el gobierno de la derecha, la insatisfacción ciudadana se ha mani-festado masivamente y actualmente el gobierno no supera el 27% de aproba-ción; sin embargo, solo un 18% se iden-tifica con la Concertación, un 12% con la Alianza y un 6% con el Juntos Podemos. Más de un 60% declara no identificarse con ninguna opción política. Estas cifras son una fotografía de un momento, es

cierto, pero hablan de una crisis insta-lada en el sistema político chileno.

Las protestas callejeras de jóvenes estudiantes del 2011 fueron un espejo que devolvió a la sociedad chilena una imagen de insatisfacción y desconten-to con el modelo socio económico del país. Ellos expresaron el límite del mer-cantilismo en la educación, poniendo en evidencia cómo nuestras leyes han posibilitado el desarrollo de un siste-ma que entrega una educación pública municipal que está en la base de la gran desigualdad existente en nuestro país.

Según el World Economic Forum, uno de los aspectos más negativos de nuestro país es la mala calidad de nuestra educación primaria y ello afec-ta sustantivamente nuestra competiti-vidad y la capacidad de innovación del país. Para ser una sociedad innovadora y competitiva, se debe tener un siste-ma educativo que permita a los estu-diantes, a los trabajadores, y en gene-ral a todas las personas estimular ideas y poder implementarlas. Esto implica

Page 11: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

11

disponer de un sistema educativo uni-versal de calidad, basado en el mérito, que promueva la creatividad y el espí-ritu crítico y emprendedor, en lugar de la reproducción y la memorización de contenidos.

Las protestas de los jóvenes se han transformado en una lección moral acerca de nuestros principios y valores, fundamentalmente de nuestra aspi-ración igualitaria que comienza con la educación. Entendida en este contexto, como un bien que sucesivas generacio-nes entregan a otras y que conforman el núcleo básico de nuestra identidad como pueblo. La educación pública de calidad es una demanda que nace de la aspiración democrática de los ciudada-nos.

Los partidos políticos se han de-bilitado, y el PS es un ejemplo de ello. Se ha tendido a sustentar el accionar de los partidos con la lógica pragmática del mercado, careciendo de propuestas nacionales o de proyectos vinculados a ideales con capacidad de amplia con-vocatoria. Se ha priorizado ganar votos a través de un marketing político casi sin identidad, ajeno a la confrontación de ideas que, mientras más cuantioso y costoso es, garantiza el triunfo electo-ral. La política en medida importante se ha mercantilizado y esto la empobrece; lamentablemente el recurso mediático efectista es la solución que un número importante de dirigentes políticos bus-ca en la prensa. La pérdida de influencia de las ideologías y el debilitamiento de las utopías como propuestas de trans-formación positiva del futuro, influye en que la política muestre mayor preocu-pación por enfrentar el presente como si fuera inamovible, mostrando carencias en la mirada estratégica y en la elabo-ración de proyectos de sociedad convo-cantes de la ciudadanía. Este “presen-tismo” mediático nos ha inmovilizado,

sin asumir el hecho que la política es en gran medida, como lo señalara Norbert Lechner, “la construcción del futuro”.

Por ello los políticos nos hemos quedado atrás ante las demandas de distintos sectores sociales. La oposición al gobierno se expresa formalmente -aunque no únicamente- en el Parla-mento, y la tendencia ha sido que los dirigentes políticos estén concentrados en la labor legislativa. Ello ha afectado directamente a los partidos de la Con-

certación, cuya gran masa derrotada y dispersa, no ha encontrado aún los ca-nales apropiados para insertarse en la discusión por el futuro.

Corresponde a los partidos, y en este caso al Partido Socialista de Chile, renovar sus dirigencias, generar mayo-res condiciones para la incorporación de las mujeres y los jóvenes. Mejorar su democracia interna, su transparen-cia, la calidad y responsabilidad de sus órganos directivos en todos los niveles, así como la solidez y viabilidad de sus

Los partidos políticos se han debilitado, y el PS es un ejemplo de ello. Se ha tendido a sustentar el accionar de los partidos con la lógica pragmática del mercado, careciendo

de propuestas nacionales o de proyectos vinculados

a ideales con capacidad de amplia

convocatoria.

Page 12: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

12

propuestas y proyectos para la socie-dad.

Nuestras convicciones, nuestras alianzas y aún nuestra ligazón con las organizaciones sociales se han puesto a prueba bajo el gobierno de la derecha. Siempre fuimos partidarios de una au-tocrítica lúcida para mirar de nuevo el futuro con la confianza de haber apren-dido las lecciones, y el mayor intento que el Partido Socialista ha hecho en esta dirección es haber organizado el XXIX Congreso General del PS, en mayo del 2011.

En esa ocasión adoptamos reso-luciones que van desde los temas fi-nancieros hasta la creación de nuevas instancias partidarias; sobre la equidad de género para todos nuestros cargos y

sobre la forma de elección de nuestros representantes que postulan a cargos de elección popular; también, la bús-queda de la unidad opositora, hasta la construcción de una alternativa al go-bierno de derecha para las próximas elecciones presidenciales.

Inspirados en el legado ideológico de Eugenio González Rojas -quien le dio el nombre al Congreso- reafirmamos las principales ideas y convicciones de nuestro pensamiento. La inspiración humanista del Partido Socialista, el ca-rácter democrático del socialismo chi-leno y el rol de la alianza entre traba-jadores manuales e intelectuales, que han estado en el centro del accionar político de nuestro partido y le han dado sus principales señas de identidad a lo largo de la historia de Chile.

Hemos rescatado lo mejor de nuestra tradición partidaria después de nuestra derrota política del 2010, pero con un insuficiente sentido de la auto-crítica. La mayoría ha estado de acuerdo en que una de las grandes deudas como socialistas es que durante los 20 años que gobernamos se profundizó la con-centración de la riqueza en unos pocos y se acentuó la profunda desigualdad económica y social que divide hoy a los chilenos.

Para salir de ella se requiere de un gran acuerdo político y formas demo-cráticas adecuadas para evitar la exce-siva concentración de la riqueza, la car-telización del mercado y la depredación de los recursos naturales. Para esto, es necesaria una revalorización de lo pú-blico, de la elaboración colectiva y de los proyectos comunes.

La crisis del modelo de desarrollo chileno, que maximiza el crecimiento económico y minimiza la distribución del mismo; la conciencia de sus pro-fundas inequidades y la constatación del agotamiento de nuestros recursos

Page 13: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

13

naturales se han hecho sentir en el ma-lestar y la protesta ciudadana. ¿Esta-mos los socialistas dispuestos a dar una larga batalla para reformar el capita-lismo nacional para sacarlo del modelo asiático y orientarlo al modelo nórdico?

A la par hemos venido arrastrando una deuda que tenemos como socialis-tas con el mundo del trabajo. La merma de derechos laborales, la baja sindicali-zación y el deterioro de la participación de los trabajadores en las políticas dis-tributivas son también falencias de las cuales somos responsables.

Tenemos plena conciencia de la precariedad de los empleos y la fal-ta de organización del mundo laboral, y por esto mismo, debemos alcanzar una definición compartida del mundo del trabajo. Sus líderes, sus organiza-ciones, sus propuestas, sus conquistas, sus fracasos; todos los trabajadores, los industriales, los de los servicios, los au-tónomos, deben tener alguna forma de organización. Una nueva organización social del trabajo nacional para que los chilenos y las chilenas tengan más y mejores empleos, y para que el ejerci-cio de sus derechos sea efectivamente garantizado.

En un largo país como el nuestro, otro desafío pendiente es enfrentar y cambiar el proceso de regionalización, que se ha visto estancado por la per-sistencia del centralismo de Santiago, una cultura arraigada especialmente en las elites políticas y empresariales. Por ello, es necesario que nos dotemos de gobiernos regionales autónomos con autoridades elegidas por los ciudadanos que viven en la región.

También los proyectos productivos deben considerar el costo ambiental y social de los mismos, al tiempo que to-dos los involucrados deben ser consul-tados respecto al impacto que les pro-ducen las inversiones que se realicen.

Son del tipo de cuestiones que no pue-den resolver los privados, de las cuales se debe hacer cargo un nuevo Estado, edificado sobre una nueva y legítima Constitución.

La dictadura militar dejó amarra-da la Constitución actual, en donde una minoría significativa se transforma en veto a los cambios de las mayorías. Por ello, cambiar la ley electoral y el siste-ma binominal se ha transformado en el principal tema de la democratización del país.

Los socialistas debemos comenzar por volver a valorar el Estado. No cual-quier Estado, sino uno emanado de la voluntad popular. Basado en un proce-dimiento democrático legítimo, reco-nociendo que los Estados-nacionales son las únicas instancias verdadera-mente democráticas en nuestro mun-do.

Las autoridades son elegidas y responden a sus electores. Los Estados protegen a sus nacionales dentro y fue-ra del país, garantizan servicios públi-cos universales, mercados regulados, tribunales independientes del poder político y libertad para opinar a sus ciu-dadanos sin temor a represalias.

La expresión de la democracia en-tre nosotros, el libre debate de las ideas, el respeto y la tolerancia a la diversidad de lo que somos, y sobre todo, la toma de conciencia de la necesidad de nues-tra acción colectiva es la clave para el futuro de nuestra organización. Ello nos permitirá amplios acuerdos que nos permitan establecer objetivos que re-presenten al conjunto de la militancia.

Nuestra reflexión colectiva debe proseguir hasta generar las bases para pensar en un nuevo Chile, un proyecto de futuro para el país, cuyo centro debe ser la lucha contra la desigualdad. Para ello requerimos de una renovación del compromiso socialista con la justicia

Page 14: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

14

social. Este impulso será decisivo para la construcción de la nueva plataforma programática de la alternativa de go-bierno a la derecha.

Necesitamos mayor y mejor de-mocracia, con un Estado capaz de asu-mir sus responsabilidades sociales. Bajo estas premisas -y tal como lo acordó el último Congreso del PS- debemos pro-poner un nuevo modelo de desarrollo, inclusivo, de garantías universales, so-cial, ambiental y económicamente sos-tenible.

El socialismo chileno tiene el gran desafío de profundizar la democracia y con ello las formas de igualdad ciuda-dana. Esto nos llevará a la formulación

de un nuevo pacto social que por la vía de una profunda reforma tributaria po-sibilite condiciones para un país más justo e igualitario.

Es necesario renovar nuestras prácticas políticas, escuchando el sentir ciudadano y las demandas de nuestros militantes; reflexionar colectivamente y fortalecer la organización partidaria, de modo tal de ser intérprete y herramien-ta eficaz de los derechos de los trabaja-dores, de las mujeres, de los jóvenes y de las minorías. Solo así el Partido So-cialista de Chile estará a la altura de los desafíos que nos demanda la sociedad actual y podremos proyectarnos de cara a las nuevas generaciones del siglo XXI.

Foto

graf

ía: N

elso

n M

uñoz

Mer

a

Page 15: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

15

E xiste una moda bien extendida que consiste en asignarles a todas las situaciones, procesos o épocas el

apelativo de “crisis”. Hoy se habla con soltura y naturalidad sobre la “crisis de representación”, la “crisis del siste-ma político”, la “crisis de los partidos”, la “crisis económica”, y suma y sigue. Y, como por lo general sucede, cuan-do todo es cargado con un concepto, el concepto empieza a perder substancia. Algo así sucedió, a mi juicio, con el con-cepto de “progresismo”. En efecto, el “progresismo” fue el concepto perfecto para que algunos justificaran el hecho de que ya no eran “tan” de izquierda como lo fueron en el pasado, o que, en último caso, ahora adscribían a otra izquierda, más moderna, preocupada de la eficien-cia económica y de los llamados temas “post-materiales”.

Y claro, cuando en la derecha co-menzaron a decir que ellos también eran progresistas, el concepto se desnaturali-zó por completo. Coincidió, además, que las llamadas fuerzas de izquierda, todas en su conjunto, se encontraron en el 2010 en la oposición. En ese contexto, ya no valía la pena entonces llamarse “pro-gresista”, porque la ignorancia –o habi-lidad política- de la derecha había esta-blecido que progresismo era la doctrina de aquellos que creían en el “progreso” y porque ahora ya era necesario sacar las

banderas rojo-negras de debajo del col-chón y volver a “llamarse” de izquierda. Aunque sea majadero insistiré en esto: ser de izquierda es más importante que llamarse de izquierda. Y para quienes el nombre es tan relevante, como es el caso de aquellos que desean constituir un “frente de izquierda” en el país, poco o nada de substancia les he escuchado en estos últimos tiempos. Poco o nada, fuera del eslogan, ciertamente.

Estos casos, el del progresismo y de la izquierda, son a mi juicio, ejemplos nítidos de lo que también puede suceder con el concepto de “crisis”, en Chile y en el mundo. Pensemos que existen, teóri-camente hablando, tres estados de co-sas: el estado de normalidad, el estado de problema y el estado de crisis. Lo “nor-mal” vendría siendo todo aquello que se encuentra en su medio natural, que tiene una condición ordinaria o regular. Si de números se tratara, lo normal sería una “mayoría” de cosas que se encuentran en una misma condición. Ahora bien, en ciencias sociales es difícil calificar de “normal” a un proceso o a una institu-ción, pues aun se encuentran en disputa las certezas que se pueden otorgar sobre cuestiones relacionadas con un tipo de

Felipe BarnacheaVicepresidentePartido Socialista de Chile

De la crisis institucional

Page 16: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

16

comportamiento humano impredecible. Pero la “normalidad”, o aquello que tie-ne la calidad de normal, hace referencia a una suerte de condición “natural”: es decir, para que un país, una institución, o un proceso de cualquier tipo pudieran calificarse de “normales”, sería impres-cindible partir de la base de que tienen algún tipo de naturaleza o esencia incor-porada.

Y bueno, a mí me parece que los países, los procesos y las instituciones no tienen ningún tipo de esencia, pues

son construcciones humanas de carác-ter histórico, que nacen, se desarrollan y mueren. Vaya paradoja, como la vida misma. Entonces, si esto es así como pienso, la “normalidad” no existiría en caso alguno.

De esto se desprendería entonces que, no existiendo un estado de norma-lidad, los países y sus instituciones vi-virían permanentemente en un estado “a-normal”, es decir, en una ausencia de normalidad. ¿En estado de problema? ¿En estado de crisis? Yo me inclinaría a pensar que esta ausencia de normalidad puede ubicar a las instituciones en un estado de permanente problema, pues las institu-ciones existen en desarrollo y no estáti-camente. Una institución no es una piedra que se puede mantener inconmovible por siglos. Dicho de otro modo, las institu-ciones son siempre “problemáticas”, lo

que constituiría su estado permanente y cuando se hacen “insostenibles”, enton-ces me parece que, en tal caso, entran o pueden entrar en estado de “crisis”.

En América Latina, cuando se pulve-riza el sistema de partidos en Venezuela o luego de la guerra del agua y del gas en Bolivia, por citar un par de ejemplos, es correcto, desde mi punto de vista, ha-blar de una “crisis institucional”, puesto que las instituciones existentes en dichos países no tenían la capacidad de resolver los problemas, ni tampoco contaban con el mínimo de credibilidad pública para in-tentarlo. Cuando existe esa fractura en el corazón de las instituciones, cuando estas no son capaces de resolver los proble-mas, cuando pierden credibilidad pública, coincido entonces con quienes dicen que existe una “crisis de las instituciones”.

En Chile, a mí me parece que las instituciones se mantienen en un estado problemático y que no es posible afirmar que se encuentran en crisis por el hecho de que la confianza de la ciudadanía hacia ellas haya decaído en las cifras del 2011. Menos aun considero apropiado plantear, como lo ha hecho el sociólogo Alberto Mayol, que el “modelo” está pronto a de-rrumbarse, que se ha derrumbado o que se derrumbará. Las instituciones en Chile funcionan, como decía el Presidente La-gos, y tenía razón.

Creo que la política chilena ha em-pezado a tener mucho de panfleto y poco de substancia. Algunos creen que ser de izquierda pasa por ir a las marchas o to-marse los partidos y las instituciones. Y, finalmente, yo pienso que ser de izquierda recobra su sentido en el tipo de lucha que damos en contra de la desigualdad. Dicho de manera simple, antes de seguir prego-nando lo que me parece un mito sobre la crisis de las instituciones, tenemos que volver a pensar cómo fortalecemos el Es-tado para proteger a las grandes mayorías nacionales.

Una institución no es una piedra que se puede mantener inconmovible por siglos. Dicho de otro modo, las instituciones son siempre “problemáticas”...

Page 17: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

17

Hace quince años Clodomiro Al-meyda escribió: “Es un hecho que los partidos político actua-

les y -con especial énfasis- los parti-dos que se pretenden promotores de transformaciones sociales (izquierda), se encuentran hoy en día en una evi-dente crisis, no sólo desde el punto de vista de las insuficiencias o carencias de proyectos y programas, sino también, y en no menor medida, en lo relativo a su naturaleza orgánica, relaciones con la sociedad civil, e identificación de sus actuales funciones y de las formas como llevarlas a cabo”.

Efectivamente, a pocos años de iniciado el período democrático co-menzó a evidenciarse el desgaste del sistema político y de sus partidos. Un libro de Tomás Moulian analizó a fondo los límites de la transición y su visión crítica tuvo gran impacto. En las elec-ciones de 1997 las urnas registraron una fuerte protesta ciudadana. Al interior de la Concertación se cursaba la polémica entre los llamados “autoflagelantes” y “autocomplacientes”. No obstante, na-die como Almeyda sintetizó en pocas páginas un diagnóstico tan descarnado y señaló algunos de los desafíos que en-

frentaban los partidos, particularmente el Partido Socialista.

Muchos de los conceptos de Al-meyda podrían ser fechados hoy. Publi-cado en Los Cuadernos de El Avión Rojo, que dirigía Gonzalo Martner, bajo la pre-sidencia de Camilo Escalona, el escrito de Almeyda pareciera haber surcado el tiempo -tres lustros- sin perder preci-sión, como un semáforo rojo que nunca se apagó pero que nadie quiso ver. Siem-pre ha habido socialistas que, acertados o no, permanecieron atentos, críticos, heterodoxos e innovadores, desde Euge-nio González y Marmaduke Grove hasta Carlos Altamirano o el propio Clodomiro Almeyda. Sin embargo, creo que pocas veces una cierta mirada sobre el Parti-do Socialista ha conservado la agudeza y capacidad anticipatoria que exhibe el texto de Almeyda publicado en El Avión Rojo: “Para evitar que de hecho el par-tido devenga en un mero instrumento para conquistar poder, hay que reali-zar un esfuerzo consciente por minimi-

Jorge ArrateEx-PresidentePartido Socialista de Chile

Una “renovación sustantiva”: reflexiones sobre un texto de Clodomiro Almeyda (*).

(*) Clodomiro Almeyda, “Sobre la dimensión orgánica de la crisis de los partidos de izquierda tradicionales”, Cuadernos de El Avión Rojo, número 5, invierno 1997, Partido Socialista de Chile, pp. 13 a 28. Todas las citas textuales de Almeyda corresponden a este texto.

Page 18: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

18

zar su función latente de mecanismo de ascenso social en la sociedad civil, en el aparato del Estado, en el propio partido, en perjuicio de su función manifiesta y esencial de promoción de un proyecto de interés colectivo”. Almeyda enmar-caba sus palabras en su inquietud por “el contenido ético de la función pública de los partidos”, cuya ausencia se había traducido en “su desprestigio tanto en Europa como en América Latina”.

Pero el socialismo chileno cur-só su existencia en los últimos quince años como si la prognosis de Almeyda hubiera sido el guión de una tragedia con final inamovible. Los elementos del pronóstico se fueron intensificando, de un modo u otro, sin regularidades per-

“Para evitar que de hecho el partido devenga en un mero instrumento para conquistar poder, hay que realizar un esfuerzo consciente por minimizar su función latente de mecanismo de ascenso social en la sociedad civil, en el aparato del Estado, en el propio partido, en perjuicio de su función manifiesta y esencial de promoción de un proyecto de interés colectivo”.Clodomiro Almeyda Medina

ceptibles sino a través de oleadas inte-lectuales o sociales, hasta convertirse en palabras del pasado que, sin embar-go, nunca murieron y por el contrario siguen hasta hoy siendo certeras: “Esta crisis de la actual institucionalidad de los partidos de izquierda se expresa tanto en la pérdida de su capacidad de atracción y convocatoria ante las gen-tes y, especialmente, ante la juventud, como en la evidente disfuncionalidad de sus actuales estructuras, hábitos, tradiciones y maneras de hacer política, con las exigencias que la realidad social reclama de un actor político de carácter popular y socialista, en proceso de re-novación sustantiva”.

La “renovación” había sido un fac-tor de fuerte disputa entre los socialis-tas. Pero en 1997 el término ya era usado con una cierta menor carga interna. Para unos la “renovación” había sido tam-bién “rescate” y recuperación del eje “democracia y socialismo” como vector ideológico del socialismo chileno. Para otros había constituido un retroceso a visiones reformistas clásicas y una hi-poteca al carácter revolucionario de una fuerza política socialista. Esa distancia, sin duda, se había acortado. Con todo, algunos se preguntaban adónde condu-ciría ese proceso. Entre ellos el mismo Almeyda que en la década de los ochen-ta había desconfiado profundamente del proceso renovador. En 1997 señalaba que esa “renovación” no había “cala-do hondo en lo que atañe a la teoría y la práctica de los nuevos actores políticos populares requeridos por la contempo-raneidad”.

La “renovación socialista” desa-rrolló una valiosa reflexión sobre la de-mocracia y el socialismo, fundada en la tradición libertaria de Eugenio Gonzá-lez, en el proyecto de Allende y en una fuerte influencia de Gramsci en su ver-sión eurocomunista. Como he señalado

Page 19: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

19

con anterioridad, mi propia visión de aquel tiempo -para no comprometer la de otros- adoleció de dos fallas serias, a lo menos: una, no hubo una reflexión sobre el mercado -su carácter social y culturalmente invasivo y su capacidad inagotable de infiltrar la vida colectiva- de una densidad y magnitud comparable a las deliberaciones sobre la democracia y su carácter. Dos, el “socialismo reno-vado” no se formuló la pregunta sobre el sendero de mediano plazo que seguiría el proceso, a fin de intentar la preven-ción de distorsiones que ciertamente lo acechaban.

En 1997 Almeyda habla de “renova-ción sustantiva” y señala que su impac-to debe alcanzar al proyecto principal, la línea política y, en especial, a la materia sobre la que reflexiona con más ahínco en ese texto: la naturaleza y rol del par-tido de izquierda contemporáneo. Está pensando, pues, en un proceso que hay que realizar, que está pendiente. ¿En qué punto nos hallábamos entonces, en relación con la “renovación socialista”, cuando Almeyda acuña el término “re-novación sustantiva”? Pienso que en la etapa que he llamado “post renovación”, aquella en que el Partido Socialista ya había renunciado a proyectarse como un gran partido de izquierda amplia, idea que alimentó la reunificación de 1989, y sus relaciones con el Partido por la De-mocracia se habían asentado sobre una base paritaria de entendimiento estra-tégico. “Dos partidos, un proyecto”, se explicaba entonces. La imagen se hacía más “liviana”, sin un pasado memorable pero al mismo tiempo sin sus dolores, sin tanto debate ideológico, más pragmáti-ca, en una palabra más “llevadera”, en un país donde el mercantilismo de fin de siglo había ya establecido su hegemo-nía. Luego, vendría el resto: aquello que he denominado “ultra renovación”, que significó la asunción del modelo de libre

mercado y sus componentes de negocia-ción, lobismo y sombría mercantilización de la política y de la democracia.

Buscó Almeyda en su texto reco-nocer las dificultades que en esa etapa atravesaba el Partido Socialista y propuso la “renovación sustantiva” como un pro-ceso de readecuación. Planteó también, constructivamente, nuevos conceptos para reflexionar sobre la teoría del par-tido de izquierda clásico, que él declaró obsoleto, formas novedosas de articula-

ción y organización partidaria, con fuer-tes elementos de movimentismo y de autonomía, y la caducidad del viejo y es-trecho concepto de “militante”.

Algunos indicadores que obser-vaba lo llevaron a mencionar, en 1997, que no constituían “un proceso de desintegración irreversible” sino “ma-nifestaciones de un crítico proceso de readecuación”. Pero al mismo tiempo afirmaba que “no está escrito si este proceso culminará de manera positiva

Page 20: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

20

y que de éste emergerá el gran Partido Socialista a que aspiramos”, a pesar de que “existen elementos y característi-cas suyas de innegable valor…”.

No creo necesario abundar en el tiempo vivido en los últimos quince años. Lo que la realidad muestra hoy es una aún más profunda desvinculación del socialismo organizado y el mun-do de la sociedad. Los “pingüinos” del 2006, Punta Arenas y el gas, los movi-mientos contra Hidroaysén y Castilla, la fuerza con que emergió el movimiento por la diversidad sexual, la lucha cons-tante del pueblo mapuche, Freirina y los cerdos, Calama y su demanda por parte de los recursos del cobre y las grandes movilizaciones de estudiantes, profeso-res, apoderados y trabajadores, del 2011 y 2012, han iniciado un nuevo ciclo en la política chilena. La verdad es que la “renovación sustantiva” promovida por Clodomiro Almeyda no solo no avanzó sino que confirmó los peores fantas-mas de su promotor: “la degeneración y perversión ética de los partidos”, la “formación de tendencias internas es-tables” que “tienden a degenerar en fracciones con disciplina en su seno”, el “vacío ideológico que tiende a ser lle-nado por un pragmatismo coyuntural”, “la simple aspiración a conquistar ma-yor poder, por el poder mismo” como

factor motivante, entre otros.¿Será posible el Gran Partido So-

cialista que Almeyda y algunos otros concebimos a fines de la década de los ochenta? ¿Habrá espacio para una re-habilitación que permita restablecer la confianza entre la sociedad en movi-miento y el socialismo organizado?

Personalmente no lo sé. Siento, sin embargo, que valdría la pena intentarlo. Comenzar por gestos, gestos significa-tivos. He propuesto a lo menos tres que no requieren ninguna ley ni mayoría, solo la voluntad de los partidos, en este caso del Partido Socialista: uno, de-clarar que todas las firmas del padrón partidario que tengan más de diez años deben ser renovadas o caducadas. Dos, limitar, con efecto retroactivo, el tiem-po en que un socialista puede ejercer un cargo de senador, diputado, alcalde o concejal. Tres, aplicar de inmediato al interior del Partido la ley de cuotas, presentada en el Congreso bajo un go-bierno socialista. Hay, sin duda, muchas otras posibilidades de actuar y abando-nar así, paulatinamente, la pasividad actual disimulada por debates que nun-ca terminan y que nada concretan.

Pareciera ser que no puede retar-darse más una “renovación sustantiva”, aunque duela o, más bien, hasta que duela.

Page 21: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

21

Gonzalo D. MartnerEx-PresidentePartido Socialista de Chile

Enmendar rumbos

El PS enfrenta desafíos de gran re-levancia para el futuro de Chile, y puede ser un protagonista funda-

mental para impedir que la derecha siga gobernando a partir de 2014. No obstan-te, mantiene definiciones erradas en su política y una situación de crisis prolon-gada de convivencia interna causada por prácticas neoestalinistas.

Es equivocada la política de distan-ciamiento con los movimientos sociales y desde luego los extremos incompren-sibles e inaceptables, como los episodios de descalificación de instituciones como la FECH, que incluso son parte del ori-gen a nuestro partido, o la demanda de asamblea constituyente que emana de diversos movimientos sociales. El PS dejó de estar primordialmente en la sociedad para volcarse al Estado, desnaturalizan-do su vocación esencial de partido del cambio y de la transformación social. Esa política debe sustituirse por la recupera-ción de la vocación de representación de la sociedad y sus aspiraciones, y espe-cialmente del mundo del trabajo, de la cultura, de los jóvenes, de las mujeres y de los discriminados.

Es equivocada la política de romper la alianza con los partidos PPD y Radical, alianza que hemos mantenido o aspira-do a mantener desde 1990. El adecuado entendimiento con el PDC no supone esa ruptura, la que por el contrario alimenta

una situación de falta de cohesión y divi-siones en el campo opositor, cuya unidad fue definida por el más reciente Congreso como el eje de la política a desarrollar por el PS. Esa política debe enmendarse a la brevedad y promover un frente amplio que reagrupe a toda la izquierda y a los movimientos sociales progresistas para renovar desde ahí el entendimiento gu-bernamental y parlamentario con el cen-tro.

Es equivocada la ausencia de de-finiciones partidarias con expresa obli-gación de disciplina parlamentaria en materias legislativas centrales como la defensa de la soberanía sobre los recur-sos naturales, las reformas tributarias, los derechos laborales y las reformas al sistema político. En estas materias, todo partido serio debe definir una posición concordante con las resoluciones de sus órganos (en este caso el Congreso) y ha-cerla valer a todos sus integrantes, espe-cialmente en el parlamento. Este no es un asunto de formalidades: tiene que ver con establecer una barrera infranquea-ble entre los intereses empresariales y de corporaciones y la conducta partida-ria, así como una subordinación de los intereses particulares de cada cual en

Page 22: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

22

materias institucionales y de reforma del sistema electoral al interés general.

El deterioro de la convivencia in-terna debe cesar en base a un giro ra-dical en las prácticas de dirección, te-niendo como primer punto de la tabla el irrestricto respeto a los estatutos, a las normas de democracia interna y al fun-cionamiento de los órganos colectivos. Después de la elección municipal, un Congreso Extraordinario puede ser in-dispensable para recomponer una casa

común de la izquierda. Se trata de poner término a un modo viciado y carente de toda legitimidad de generación interna de autoridades en base a la acumulación de fichas sin militancia ni compromiso alguno, el subsiguiente acarreo clien-telista en las votaciones y su reemplazo desde la próxima elección por el derecho a voto interno con el expreso requisito de participación en eventos deliberativos, solo al final de los cuales se procede al voto. Esto supone mantener el registro de militantes que cumplen con obliga-ciones periódicas habilitantes (carnet de cotización anual, participación comunal registrada) y que caduca entre elección y elección los derechos electivos de los que no los cumplen. El modelo de la partici-pación interna comprometida está por lo demás contemplado en los estatutos vigentes, los que simplemente no se res-petan. La idea de la participación amplia ha terminado estimulando las prácticas clientelísticas más tradicionales y repro-bables.

Es equivocada la ausencia de definiciones partidarias con expresa obligación de disciplina parlamentaria en materias legislativas centrales como la defen-sa de la soberanía sobre los recursos naturales, las reformas tributarias, los derechos laborales y las reformas al sistema político. En estas mate-rias, todo partido serio debe definir una posición concordante con las re-soluciones de sus órganos (en este caso el Congreso) y hacerla valer a todos sus integrantes, especialmen-te en el parlamento.

Page 23: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

23

El PS debe promover, junto y en diálogo estrecho con la sociedad civil or-ganizada y los movimientos ciudadanos, la defensa de posturas programáticas a la altura de los desafíos del país y de las demandas de la sociedad, en un nuevo programa “rojo-verde”:

1) nueva constitución mediante asamblea constituyente decidida en plebiscito, con afirmación de la igualdad ante la ley, la represen-tación proporcional y el fin a los quorum que dan derecho a veto a la minoría en las leyes orgánicas, consagración de los derechos económicos, sociales y culturales contemplados en los tratados internacionales firmados por Chile por sobre la propiedad privada irrestricta de la constitución del 80, obligación de consulta so-cial en la elaboración de leyes, iniciativa popular de ley, régimen semipresidencial, descentralización política y reconocimiento y promoción de derechos de los pueblos originarios;

2) promoción de la igualdad de género, de la libertad de la mujer de decidir sobre la maternidad con despenalización del aborto, del matrimonio igualitario y del respeto por la diversidad sexual;

3) recuperación de la propiedad pública de los recursos naturales, con desarrollo de la minería estatal y aumento sustancial de la tri-butación privada de acceso a la explotación, reafirmación del ca-rácter público del acceso al agua, al mar y al espectro radioeléc-trico;

4) estrategia nacional de desarrollo sustentable, con fomento del ahorro, reforma tributaria progresiva, banca pública activa, cese de los abusos financieros e inversión en innovación, especialmen-te en las pymes, con desarrollo regional equilibrado;

5) reforma de la negociación colectiva para llevarla más allá de la empresa, reforma del despido colectivo, reforma de la capacita-ción laboral y aumento del salario mínimo, seguro de desempleo ampliado y programas de empleo comunitario;

6) sistema mixto con un pilar de reparto que dé certeza básica a las pensiones;

7) desarrollo de la educación pública, con prohibición del lucro en todos los niveles de la educación y principio de gratuidad en su acceso con responsabilidad con las futuras generaciones y am-pliación del acceso a la cultura, con obligaciones culturales y de pluralismo en la TV;

Page 24: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

24

8) fondo solidario en salud y fortalecimiento de la salud pública, especialmente la salud primaria;

9) programa de inversión en infraestructuras para consolidar un urbanismo integrador que aumente la calidad de vida e inter-venga los barrios sin equipamiento social y cultural;

10) nuevo modelo energético basado en tecnologías renovables no convencionales, protección de los ecosistemas y la biodiversi-dad con ordenamiento territorial riguroso y ampliación del sis-tema de zonas protegidas.

Estas son parte de las tareas socialistas de hoy y es nuestro de-ber defenderlas y no subordinarlas a los vetos de los que representan a los intereses oligárquicos. El Partido Socialista existe para transfor-mar el orden social, no para conservarlo en nombre de la goberna-bilidad, la estabilidad o la mantención vacía de alianzas. La vocación del Partido Socialista es construir alianzas y liderazgos para luchar eficazmente contra todas las injusticias sociales, no para renunciar a esa lucha.

Page 25: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

25

Juan Miranda

Responsabilidad histórica del Partido Socialista de Chile

Militante PS Comunal PaineL as movilizaciones sociales que se producen desde 2011, y sobre todo a partir del mes de junio de 2012,

están sustentadas en una gran movili-zación estudiantil, secundaria y univer-sitaria. Lo que los medios no informan es que estas son consecuencia de una crisis de legitimidad del modelo denominado “neoliberal” y que son, además, la acu-mulación del malestar de la población, consecuencia de la aplicación de este modelo, no solo en sus aspectos econó-micos sino principalmente en sus aspec-tos políticos y culturales.

En Chile, la transición eterna des-de la dictadura a la “democracia” (des-de Aylwin hasta Piñera), solo exhibe con orgullo una disminución de la pobreza de 0,7% y un sostenido aumento de la diferencia en la repartición de la torta económica (PBI), llegando a ser el país más desigual de la OCDE con un per cá-pita informado por el FMI de 16.172 dóla-res para el año 2011 (8 millones de pesos por persona al año) y un salario mínimo de $195.000 (39 dólares al mes, o $650 diarios). Estos resultados dan origen a un profundo malestar que se expresa en todas estas movilizaciones sociales, en donde la lucha por la educación es solo el vehículo que nos lleva rápidamente a “el fin al lucro”, esencia del modelo.

La derecha opina: “Claro, algunos se entusiasmaron y pidieron una suerte de rendición incondicional del Gobier-no: nacionalización de nuestras riquezas básicas; plebiscito para dirimir las dife-rencias en materia educacional; reforma constitucional, asamblea constituyente, y otras linduras por el estilo. Todas las loas a la ejemplar transición chilena que-daron en el olvido para sumarse a esta suerte de orgía jacobina1.”

Por otro lado, algunos analistas de la “izquierda consecuente” sostienen:

“En el mejor de los casos, los suce-sos que comentamos podrían estar indi-cando un masivo aprendizaje de luchas que serán el piso inicial de un proceso de recomposición y constitución del pueblo como sujeto (¡¡¡¡!!!), que en base a la ac-ción directa va construyendo, sin saberlo quizás, nuevos espacios para el ejercicio de la política y de la disputa de poder. … Los principales escollos o límites que se enfrentan vienen dados por la presión de las derechas por cooptar los dirigentes y sus organizaciones, tal como se puede observar en algunos de los dirigentes de

1 Luis Larraín, El Mercurio, 17 sept. 2011.

Page 26: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

26

la revuelta de Aysén. … la orfandad po-lítica en que se encuentran estos movi-mientos, visible en sus discursos, plan-tea límites objetivos en su desarrollo, o al menos ralentiza su desarrollo político”2 .

Creo que aquí está la médula. El concepto de pueblo es demasiado am-plio, la experiencia de las protestas de los ochenta (1981-1986) demuestra que “el pueblo como sujeto” es solo un cal-do de cultivo donde pueden desarrollarse “espacios para el ejercicio de la política”, pero la “disputa por el poder” solo la pue-de concretar una de las clases en pugna. Pero estas clases pueden incidir en aquella (hegemonía) solo si orgánicamente están preparadas para eso. Por tanto, no basta ser clase en sí, es necesario además, tener conciencia del rol a jugar (clase para sí).

Según Felipe Barnachea, Vicepre-sidente del Partido Socialista, la falta de conciencia (apoliticismo) en este sentido se “remonta a la dictadura” y no com-parte que la crisis de sistema que esta-mos viviendo sea “apocalíptica”, como lo enuncia Alberto Mayol en su libro “El derrumbe del Modelo”. Por su alta inves-tidura, es dable suponer que es la visión generalizada de la dirección del PS, a la que solo le preocupan las encuestas que dan por ganadora a Michelle Bachelet en las futuras elecciones presidenciales.

Obviamente desde la implemen-tación del neoliberalismo (mediados de los ochenta) hasta hoy, la hegemonía de la burguesía monopólica en su expresión más concentrada, la vinculada al gran capital trasnacional, ha sido nítida.

Aunque en Chile su expresión polí-tica histórica viene desde más atrás, co-menzando en los sesenta con la Promo-ción Popular creada por el Gobierno DC y con financiamiento de la Alianza para el Progreso (EEUU), que consiguió separar el carácter de clase de reivindicaciones tales como la vivienda, la salud y la educación, de la principal: la lucha por un salario jus-to. Luego fue en los setenta la CODE (Con-federación Democrática), alianza política entre el Partido Nacional, Patria y Libertad y la Democracia Cristiana para derrocar a Salvador Allende. Se puede argüir que la Concertación es un ente divisor de este bloque (el PS habría ganado a la DC para esta lucha “democrática”), lo que sería verdadero si y solo si la hegemonía hu-biere estado en los sectores populares -que fueron los mayores perjudicados por la dictadura y de paso los únicos ges-tores de la derrota de esta-, pero eso es falso. Lo que sucedió realmente es que esta DC cooptó a los dirigentes del PS (y de cola fueron radicales, PPDs y ahora el PC) hacia el proyecto imperial.

Entonces el drama social y político que vivimos se puede resumir enque los partidos quehistóricamente representaron a los explotados (PC, PS) entregaron la hegemonía a la clase dominante, cumpliéndose a cabalidad la tesis de Radomiro Tomic, “cuando nos unimos con la derecha, es la derecha la que gana”.

2 Extracto documento análisis de coyuntura, colectivo Andamios (pág 9), (destacados son míos).

Page 27: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

27

Entonces el drama social y político que vivimos se puede resumir en que los partidos que históricamente represen-taron a los explotados (PC, PS) entrega-ron la hegemonía a la clase dominante, cumpliéndose a cabalidad la tesis de Ra-domiro Tomic, “cuando nos unimos con la derecha, es la derecha la que gana”.

Sin embargo los sectores alterna-tivos (“izquierda consecuente”), en su crítica al rol subordinado de los partidos históricos, se compraron el discurso re-novado que sostiene el fin de la historia (fin de la lucha de clases, como motor de la historia) y el fracaso del socialismo. La conclusión sería lógica, se acabaron las clases por lo tanto es ahora el “pue-blo pobre” el llamado a combatir aque-llas injusticias inherentes a la explota-ción capitalista, que ahora se encuentra cuestionada pero con una salud relati-va. Promotores de esta tesis son los dos diagnósticos serios realizados por aque-lla (Gabriel Salazar y Alberto Mayol) coin-cidente con el grupo Andamios ya citado.

Y aquí coinciden, también con nuestro partido, en uno de los argu-mentos muy utilizado, sobretodo por los renovados y post modernos, el conven-cimiento que ya no es posible hablar de clase obrera, que habría desaparecido esta categoría social, debido a los cam-bios en la forma de producir de la so-ciedad neoliberal, de allí fue fácil inducir el desaparecimiento (o por lo menos la pérdida de importancia) de la clase tra-bajadora, clase que desde nuestra pers-pectiva socialista, es la llamada a con-cretar los objetivos de justicia en nuestra patria. Según Mayol están sindicalizados sólo 350 mil trabajadores, por lo que no serían una fuerza significativa frente a la de los estudiantes.

Dice nuestro Programa de 1947: “Para el socialismo, el concepto de clase trabajadora no está circunscrito a los sectores urbanos del proletaria-do industrial, sino se extiende a todos aquellos que, no siendo poseedores de instrumentos de producción de riqueza material, obtienen sus medios de sub-sistencia en forma de sueldos, salarios o remuneraciones directas, con el empleo de su capacidad personal de trabajo. La clase trabajadora es, en todos los países, la mayoría nacional.…”

“Así entendida, la clase trabaja-dora comprende desde los profesiona-les libres hasta los campesinos a jornal. Todos experimentan, en mayor o menor grado, los efectos de la inseguridad eco-nómica propia del régimen capitalista y deprimente para la persona humana. No hace el socialismo distinción esen-cial alguna entre las diversas formas de trabajo. Todas son igualmente dignas y necesarias en el dinámico complejo de relaciones que constituye la realidad so-cial. Ello no obstante, es la clase obrera la que experimenta en sí, con mayor in-tensidad, su condición de explotada en la sociedad capitalista.” 3

Por ello es necesario repasar algu-nos conceptos que tienen que ver con la definición del “sujeto social”

El modelo en Chile

El modelo en Chile, fue implementado en tres etapas. Entre 1974 y 1982 ocurre una implementación primaria fracasada que concluyó con el salvataje de los bancos (tal como está ocurriendo ahora en Euro-pa) por parte de la dictadura y principal-mente con grandes movilizaciones socia-les que pusieron en jaque al tirano.

3 Fundamentación Teórica del Programa del Partido Socialista,1947. Ratificada en el último Congreso de 2011.

Page 28: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

28

Luego viene una segunda etapa, que comienza -paradojicamente con José Piñera (hermano del mismo)- en 1985. Esta fue denominada Economía Social de Mercado y está marcada por las siete “modernizaciones”. Chile constituye su laboratorio, para luego implementar el modelo denominado neoliberal en todo el mundo (este personaje lo ha recorri-do con posterioridad demostrando como se aplicaba). Esta etapa concluye con el gobierno de Aylwin, que salvo algunos avances en el tema Derechos Humanos (Comisión Rettig), en el terreno econó-mico, en cambio, tras una modificación del IVA escondió franquicias para las trasnacionales que significaron no pagar impuestos y una virtual desnacionaliza-ción del cobre a través de la Concesiones Plenas a Perpetuidad (hoy un 70% está en manos extranjeras).

Finalmente viene una tercera etapa -entre 1994 y 2011- administrada hasta el 2009 por la Concertación, pasando en 1998 por la “crisis asiática”, que enfrentó

Frei Ruiz Tagle, y les permitió profundi-zar su carácter regresivo adormeciendo de paso al movimiento social. Esta etapa concluye el 2011, administrada ahora “por sus propios dueños” (Sebastián Piñera). Toda esta etapa es un período de relativa calma donde se impone una visión exi-tista e individualista, hasta que la estafa de La Polar y la movilización estudiantil, dejan en evidencia el descontento acu-mulado, que se resume en su consigna central “NO AL LUCRO”, cuestionando las bases más profundas, ya no solo del modelo sino del sistema capitalista mis-mo. No se entiende un sistema económi-co capitalista donde la ciudadanía toda cuestione su esencia, el lucro.

Si tuviéramos que describir el mo-delo, se resumiría en dos conceptos: tercerización y fronteras abiertas; donde el consumo es el motor de la economía y el Estado es subsidiario. Este actúa como promotor de negocios, controlador de conflictos y satisfactor de necesidades sociales.

Page 29: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

29

En términos históricos lo podemos definir como una contrarreforma que persiguió destruir los avances del go-bierno popular de Salvador Allende, re-poniendo una nueva concentración de la tierra, la desnacionalización del cobre y otras riquezas naturales, estimulando la reconcentración de la riqueza.

Aunque pareciera un simple re-troceso, en el fondo esconde una nueva visión, ahora sí capitalista en plenitud (desaparece el latifundio como expre-sión de un “semi-feudalismo america-no”), sin embargo la tierra es separada jurídicamente de sus riquezas (perte-nencias mineras y derechos de agua). En cuanto al capital, también se produce una transformación antes inaceptable, usar el sistema de previsión (impuesto individual de los trabajadores en las AFP) para financiar la bolsa de valores. Esto solo es posible con las modificaciones al trabajo -con la tercerización y subcon-tratación-, donde consiguen atomizar la organización sindical, única herramienta capaz de poner límites a la explotación.

Sin embargo, el capitalismo, como cualquier otro modo de producción, puede sobrevivir a numerosas “crisis”, a menos que una nueva clase sea capaz de derrocarlo y remplazarlo con otro siste-ma, el socialista.

Crisis del Trabajo y el Partido Socialista

Por lo tanto, la verdadera “crisis” no está en el capital especulativo en sí, sino en la forma en que los movimientos de capital afectan al poder social de los trabajado-res (su capacidad de influir en reducir las tasas de explotación, lograr estabilidad y seguridad en el empleo). El déficit de presupuestos del Estado es un proble-ma solo cuando la lucha de clases, desde abajo, intenta revertir la distribución de los impuestos y reducir la tasa de explo-

tación. Precisamente por eso la lucha del movimiento estudiantil se transforma rápidamente en estructural; lo mismo ocurrirá con los movimientos regionalis-tas, los de salud, etc.

Por lo mismo, el colapso del capi-talismo no ha ocurrido aún, porque las empresas, la banca y los gobiernos, han trasladado a las espaldas del salario y de las clases asalariadas toda la carga de adaptar el capitalismo a las demandas del mercado. Baste ver el sistema impo-sitivo: el impuesto de segunda catego-ría (impuesto al trabajo) llega hasta un 40%, si sumamos el 7% de salud y un 20% a la previsión (AFP), suma 67%, comparado con el 18,5% a que llega el impuesto de primera categoría (el que pagan las empresas) durante el 2012, aunque para ser justos debemos sumar el ridículo royalty (10%) aplicado por La-gos a las grandes mineras, llegando al 28,5%. (Fuente: www.sii.cl).

Aquí es donde asoma nítida la res-ponsabilidad del Partido Socialista, la de transformarse en el adormecedor y me-diatizador de las demandas y necesida-des populares, abandonando su rol de herramienta de clase de los trabajado-res, haciéndonos creer que al luchar por nuestros derechos “desestabilizábamos la democracia”.

Nuestro Partido logra su síntesis teórica fundamental en el Programa de 1947, y a partir de esa fecha comien-za un lento pero certero caminar hasta conseguir el año 1971, pasar a una etapa de concreción práctica de sus ideales, consiguiendo en un corto período (71-73) lograr sus tres principales objetivos: nacionalización de las riquezas básicas estratégicas, profundización de la Refor-ma Agraria y nacionalización del crédito y la banca, procediendo luego a dar los primeros pasos en la creación de un Área de Propiedad Social con administración obrera. Ya sabemos que se puede; solo

Page 30: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

30

falta ser capaces de unir al pueblo de Chile, tras el Frente de Trabajadores para empezar a resolver esta crisis terminal.

Lo que se llama la “crisis del capita-lismo” es en realidad la crisis del trabajo, es decir, la reducción absoluta y relativa de los niveles de vida, evidenciando la mercantilización de todo ámbito social. La capitalización individual de los tra-bajadores en las AFPs, como fuente de recursos de las bolsas de valores. La eli-minación o reducción de aportes esta-tales en planes de salud aumentando los impuestos a los salarios (7%) para estos gastos (isapres), en beneficio de clíni-cas y laboratorios propiedad del capital trasnacional (Plan AUGE), o bien pérdida total de la protección a la salud; creci-miento en los costos de energía, salud, educación y medicinas, por entrega de los mismos a trasnacionales.

Se suman a ello líderes sindicales, de dudosa generación -especialmen-te socialistas, aunque los hay también comunistas y democristianos- que, al mantener dividida a la clase trabajado-ra en diferentes centrales, permiten que impunemente se degrade los niveles de vida de la población y se incrementen las ganancias de las corporaciones y las desregulaciones ambientales, laborales, de protección al consumidor que han conducido a problemas de salud, pérdida de ingresos para los asalariados y a ma-yores ganancias para las empresas.

Para la recuperación del protago-nismo, es importante concentrarse en la lucha contra la intensificación y exten-sión de la explotación de los trabajadores por el capital corporativo, la cual permite al capitalismo continuar creciendo y so-breponiéndose a cualquier tropiezo mo-mentáneo. Aquí es donde el vacío políti-

4 Fundamentación Teórica del Programa del Partido Socialista,1947. Ratificada en el último Congreso de 2011.

co se siente; la carencia de este histórico Partido Socialista como organizador y conductor de la clase trabajadora es lo que permite la mantención de este es-tatus.

De este análisis se desprende níti-damente el sujeto social del cual depen-de el futuro de las luchas.

“La madurez política de la clase obrera, expresada en una sólida orga-nización sindical, es indispensable para la planificación socialista. Los sindicatos han de ser considerados no sólo como instrumentos de lucha para obtener rei-vindicaciones específicas de clase, den-tro del régimen capitalista y del Estado burgués, sino también como los cuadros técnicos de la futura sociedad y los or-ganismos de base para la generación del poder revolucionario. Sólo a través de ellos podrá realizarse la planificación de las actividades económicas sin menos-cabo de las libertades democráticas de los trabajadores.”4

Claramente, la unidad de estu-diantes y trabajadores de la ciudad y del campo vuelve a ser la clave única de lograr ser “base a la acción directa que vaya construyendo, conscientemente, nuevos espacios para el ejercicio de la política y de la disputa de poder”.

Page 31: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

31

Arauco

Dra. Soledad Barría, una socialista dispuesta a luchar por los derechos de las y los puentealtinos

Hace seis meses que está trabajan-do de lunes a lunes en la campaña ¡Puente Alto Puede Más!, con la

cual espera transformarse en la prime-ra mujer en democracia en ser elegida como alcaldesa de esta comuna.

Decidida a transformar la calidad de vida a cada uno de los puentealti-nos y puentealtinas, así llegó a trabajar hace más de cinco meses a la segunda comuna más poblada de la Región Me-tropolitana la doctora socialista Sole-dad Barría Iroume, candidata única de la oposición a la alcaldía de Puente Alto.

Desde muy temprano se la puede ver de lunes a lunes junto a su equipo trabajando para recorrer cada uno de los puntos de esta comuna, que ella de-fine como “dos ciudades de Concepción en una sola”, considerando que cuenta con una población que llega a los 750 mil personas, para así conocer en te-rreno las necesidades, desafíos y sue-ños de sus habitantes.

Puente Alto Puede Más

En su campaña ¡Puente Alto Puede Más! deja claro que llega el fin de un ciclo en el municipio puentealtino y es hora de hacer un cambio “hacia lo social”, recuperando de paso el municipio para el mundo socialista, “donde cada una o uno de quienes viven en Puente Alto

tenga las mismas oportunidades para desarrollarse y vivir con dignidad”, su-brayó la ex ministra de Salud de la Pre-sidenta Michelle Bachelet.

Más allá de su prestigiosa carrera profesional, que le permite hacer fren-te a todas las tareas que se le van po-niendo por delante, la doctora Soledad Barría, quien hasta hace algunos meses era presidenta del Regional Metropoli-tano del Partido Socialista, ha demos-trado un gran carisma y cercanía con la gente, que le ha permitido ganarse el respeto y confianza de la comunidad.

“Sería Un Honor”

-¿Por qué se postula?

-Para mí sería un honor poder repre-sentar en el gobierno local a más de 750 mil personas, que son las que viven en la comuna. Puente Alto es una comuna diversa con una desigualdad que duele y creo que la conducción de la comu-na como alcaldesa podría aportar en el camino de una búsqueda de una ma-yor igualdad y mayor justicia social. Me postulo porque creo en la importancia de los gobiernos comunales como fac-

Page 32: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

32

tores decisivos de la calidad de vida de los y las ciudadanas, por eso sería para mí un honor representarlos.

-¿Considera que desde el municipio se puede crear un gobierno local socialista y en qué consiste?

-Yo voy como parte de una coalición política, no es el Partido Socialista el que pretende ganar solo, ya que es una coalición de 6 partidos políticos (DC, PRSD, PPD, PS, PC e Izquierda Ciudada-na) la que apoya mi candidatura. Creo que esta no es la ocasión para hacer un gobierno socialista sino que un go-bierno de oposición a la derecha, un gobierno por mayor justicia social, por mejoras en la calidad de vida de los y las puentealtinas.

Hemos trabajado en dos encuen-tros programáticos participativos y es-tamos chequeando un programa con

distintos dirigentes sociales, por ejem-plo Juntas de Vecinos, clubes de adulto mayor, clubes deportivos, sindicatos, con quienes nos hemos reunido para cotejar lo que debe ser el programa municipal para Puente Alto.

Consiste en integrar la comuna a través de una desconcentración de los servicios municipales, ya que hoy día hay un desarrollo del centro de Puente Alto y se ha dejado de lado a barrios que son absolutamente relevantes desde el punto de vista de la cantidad de per-sonas que viven en ellos y es necesario acercar los servicios municipales a es-tos barrios para poder integrar efecti-vamente la comuna.

En segundo orden, queremos re-conocer que este debe ser un municipio más democrático y para eso está con-templada la realización de consultas ciudadanas de presupuestos participa-tivos vinculantes para temas que son de relevancia para la población; así como un fuerte impulso al trabajo con las or-ganizaciones sociales, especialmente las juntas de vecinos; capacitación de nuevos dirigentes y trabajo participati-vo en todas sus dimensiones.

Queremos también un municipio más integrado, en el que se reconozca la relevancia de determinados grupos de personas en especial de las mujeres. Las puentealtinas constituyen el 62% de la población de Puente Alto, sin em-bargo, viven en condiciones de minus-valía respecto a los hombres, por lo que es necesario tener una política especí-fica para ellas, que nosotros/as vamos a impulsar. Para ellos el domingo 26 de agosto firmamos un compromiso en este sentido.

¿De qué medidas estamos hablan-do?: Una decidida política de jardines infantiles, que permita que mujeres jó-venes puedan o terminar sus estudios o salir a trabajar, y mejorar las con-

Page 33: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

33

diciones de vida de ese porcentaje de la población de hogares dirigidos por mujeres, que están en estos momen-tos condenados a la pobreza. Necesi-tamos trabajar con esas mujeres para que tengan las oportunidades suficien-tes. Para ello procuraremos el cuidado de los niños y también oportunidades en capacitación y en la búsqueda activa de empleos, así como la lucha contra la violencia de género. Y para ello creare-mos la Oficina de la Mujer.

Un fuerte trabajo hacia los jóvenes, quienes no han tenido las posibilidades para integrarse a esta comunidad de Puente Alto; no hay espacio donde pue-dan reconocerse, no hay lugares de de-sarrollo para el deporte, ni en cultura, ni en autonomía. No existe una Oficina de la Juventud dentro de la Municipalidad.

Apuntamos a un municipio más diverso, que reconozca en la diferencia una riqueza y no un problema, que re-leve que en la comuna viven personas

de distintos credos, donde todos tienen los mismos derechos a ejercer sus pro-pias creencias. Debemos reconocer las diferencias sexuales como parte de esta diversidad. Reconocer como un gran elemento de enriquecimiento los más de 24 mil mapuche que viven en nues-tra comuna y que hasta ahora no han tenido una validación como tales. Ne-cesitamos que la diversidad enriquezca al gobierno comunal.

Y como último elemento progra-mático, necesitamos ser una comuna innovadora, que se abra a nuevas tec-nologías por ejemplo para las lumina-rias; para eso estamos apostando a la luz solar para poder entregar una mayor seguridad a los vecinos en las poblacio-nes y villas.

También queremos una comuna que trabaje el reciclaje y que existan ci-clovías, ya que solo existe una que está ubicada en el borde de la caletera del acceso sur y obviamente es insuficien-te como mecanismo de acercamiento a los puntos de transporte.

Quiero hacer una especial mención al tipo de desarrollo sustentable que quisiéramos para Puente Alto, porque actualmente es considerada una “co-muna dormitorio”, más del 70% de los y las trabajadoras realizan sus labores en Santiago. Para eso es indispensable que se mejore el transporte público, no solo en términos de buses y colectivos sino que también en la expansión de la red del Metro.

También requerimos realizar des-de el municipio una política activa de trabajo con los pequeños y medianos empresarios, feriantes, coleros, que son los que dan trabajo en la comuna. Necesitamos que se desarrolle el tu-rismo de los pequeños empresarios, el patrimonio que es tan bello en Puente Alto, y a través de esto logremos atraer trabajo no del gran empresariado sino

Apuntamos a un municipio más diverso,

que reconozca en la diferencia una riqueza y

no un problema, que releva que en la comuna

viven personas de distintos credos, donde todos

tienen los mismos dere-chos a ejercer sus pro-

pias creencias. Debemos reconocer las diferencias

sexuales como parte de esta diversidad.

Page 34: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

34

de los pequeños, que son los que dan la mayor parte del empleo. Con esto pensamos que podemos ir construyen-do una comuna más justa, más vivible y un mayor desarrollo con una educa-ción pública de calidad que nos hemos comprometido fortalecer y cambios en el sistema de salud municipal, donde hay mucho que hacer para entregar un servicio de calidad.

Crisis De Representatividad y Nueva Constitución

-Los expertos consideran que un alto porcentaje no votará en las próximas elecciones municipales, ¿a qué cree que se debe esto? ¿Significa que exis-te una crisis de representatividad en el país? y ¿Cómo se soluciona?

-Creo que en Chile estamos viviendo una gran crisis de representatividad. Mucha de nuestra gente no cree en la democracia, hemos visto un desastre de empate en la democracia tan imper-fecta que vivimos. Creo que se requiere en el país una modificación profunda al sistema político, una modificación pro-funda del modelo económico en el cual hemos estado trabajando y para eso creo que podemos ir avanzando con un cambio en el sistema binominal; pero finalmente solo con una nueva Consti-tución se van a dar los pasos suficientes para que las y los ciudadanos se sientan representados efectivamente. Es muy desesperante para la mayor parte de la población votar por representantes y que al momento del actuar de estos se produzca un empate que no lleva a nada. Creo que son indispensables las reformas políticas y económicas en el país, de tal manera de asegurar que la voluntad popular tenga incidencia efec-tiva en la vida que llevamos.

-¿Cuál cree usted que es el rol de las mujeres en esta crisis de representati-vidad? y ¿cuál es el rol de los partidos políticos por incorporar a las mujeres en los procesos de representatividad?

-El sistema político formal al que me refería tiende a dejar de lado la parti-cipación política de las mujeres como que fuera una cosa distinta. Creo que no existe la posibilidad que haya una re-presentación efectiva si no hay paridad entre hombres y mujeres en la repre-sentación. A mí me gustaría que pudié-ramos seguir luchando por una Asam-blea Constituyente que tuviera paridad entre hombres y mujeres y que en la Constitución se contemplara la paridad, porque es indispensable la mirada de las mujeres para que sea representa-tiva de la sociedad en su conjunto. La sociedad no puede ser construida solo con la mirada de los hombres, sino que

A mí me gustaría que pudiéramos seguir

luchando por una Asam-blea Constituyente que

tuviera paridad entre hombres y mujeres,

y que en la Constitución se contemplara la

paridad, porque es indispensable la mirada de las mujeres para que sea representativa de la

sociedad en su conjunto.

Page 35: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

35

deben contemplarse la visión de hom-bres y mujeres. Tenemos que pensar un sistema político que contemple desde sus inicios la paridad de género efectiva que posibilite los cambios sociales a los cuales aspiramos.

-Doctora Barría, no solo se la está ju-gando en el ámbito municipal, sino que es uno de los pocos rostros cercanos a Michelle Bachelet que batalla por la despenalización del aborto, ¿Por qué?

-Porque la lucha contra las injusticias de género no acabó con el término del Gobierno de la Presidenta Bachelet sino que continúa, y uno de los derechos vul-nerados desde la vuelta a la democracia ha sido la posibilidad de las mujeres de decidir si realizar o no de manera segu-ra la interrupción del embarazo al me-nos por tres causales. Y soy sumamente clara que seguiré buscando incansable-

mente aliados en la sociedad civil y en los partidos políticos, tanto así como lo hice cuando fui vocera del Movimiento por la Interrupción Legal del Embarazo Súmate (MILES), para que las mujeres de nuestro país puedan decidir sobre sus cuerpos, sus proyectos de vida y su maternidad, lo que a mi parecer cons-tituye una lucha tan importante como puede ser la lucha por la justicia acá en Puente Alto.

- ¿Cuál es el rol que debe tener el Parti-do Socialista en el escenario político de hoy?

-El rol histórico del Partido Socialis-ta es representar una voz de izquierda que trabaje por la igualdad y la justicia social y como tal ha sido un articulador de las fuerzas de centro y de izquierda, rol que hoy en día debería volver a en-carnar con firmeza y eficiencia pero no

Page 36: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

36

solo en el ámbito de la estrategia polí-tica. Es urgente que el Partido Socialis-ta sea capaz de representar una voz de izquierda que lucha de verdad por ter-minar con la desigualdad y en este caso que se la juega por una nueva Consti-tución a través de una Asamblea Cons-tituyente (como se aprobó en el último congreso del Partido Socialista). Por

otra parte debemos volver a poner en la cúspide de nuestras preocupaciones el vincularnos nuevamente con la ciu-dadanía no cooptándola o acállandola, sino generosamente apoyando las de-mandas que los movimientos sociales chilenos han logrado posicionar en el escenario político.

Page 37: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

37

Ernesto BenadoMilitante PS / Comunal Santiago

Recuerdos personales en homenaje a Don Cloro

Cloro fue diputado por el distrito de Santiago Centro entre los años 1960 y 1964. Precisamente fue en la cam-

paña electoral de 1960 que me vinculé por primera vez con él. Cloro fue apoyado en su candidatura por varios grupos de iz-quierda dispersos y pequeños que veían en él a una de las pocas figuras políticas que no practicaban ni la descalificación ni la exclusión de quienes no militábamos en los dos partidos grandes de la izquierda marxista: el Partido Socialista y el Partido Comunista.

En el año 1962 habíamos viajado a Cuba un grupo de 30 compañeros pro-fesionales y técnicos que nos agrupába-mos en un Instituto de Profesionales de Izquierda. En ese viaje participó también Manuel Almeyda, a quien conocí recién en esa ocasión.

Precisamente fue en el año 1964, cuando la tercera candidatura presiden-cial de Salvador Allende fue derrotada en las urnas, que un sentimiento de frustra-ción se expandió entre los que habíamos participado en la campaña y nos había-mos ilusionado con su posible triunfo. Muchos habíamos viajado a Cuba juntos y estábamos convencidos que un proceso revolucionario se aproximaba en Chile.

En los viejos tiempos cuando en la política se cerraban las posibilidades rea-les de acción, se daba inicio a una revis-ta o una publicación periódica confian-

do que difundiendo las ideas marxistas y revolucionarias, podríamos prepararnos mejor para lo que vendría relativamen-te pronto. Hoy día con la computación e internet las comunicaciones han cambia-do y los periódicos y blogs abren nuevas alternativas de organización. En ese mo-mento a un grupo de compañeros socia-listas, independientes y ex comunistas se nos ocurrió una idea alternativa: formar un Centro de Documentación e Informa-ción de las ideas socialistas. Y a la persona que le propusimos esta idea fue precisa-mente a Cloro. La aceptó con entusiasmo y dedicación.

Para formarse una idea de lo que sig-nificaba la adhesión de Cloro a esta idea germinal, hay que tener presente que él era un político ya consagrado, ex minis-tro de Estado, integrante del Comité Cen-tral del PS y profesor de Sociología en la Universidad de Chile. Lo destacable es que a Cloro no le importaba asociarse políti-camente a grupos heterogéneos y de dis-tinto origen. No le importaba que hubiera socialistas mezclados con ex comunistas, políticos teóricos revueltos con partida-rios de la lucha armada, simpatizantes trotskistas excomulgados por el podero-

Page 38: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

38

so Partido Comunista y otros ya asociados con jóvenes maoistas y fidelistas.

A Cloro le gustaba imaginar al Partido Socialista como un gran crisol en el cual se podían fundir distintas ideas, teorías y tendencias sin exclusiones, con la sola condición de que propiciaran el cambio social y la construcción de una sociedad en la que el interés de la sociedad estu-viera por encima del interés de cada in-dividuo.

La idea del Centro de Documenta-ción e Información Socialista, que se lla-mó CENDIS, prosperó y a partir de enero de 1967 se instaló en una hermosa casa antigua de la calle Barros Errázuriz 1942. Al CENDIS adherimos, aparte de Cloro y de quien esto recuerda, Juan Bustos, Eduardo Novoa Monreal, Francisco Fernández, Ha-ydée Alarcón, Raúl Venegas, Jorín Pilows-ky, Raúl Brañes, Roberto Donoso Salinas, Roberto Marín Vivado y otros amigos más.

La nómina completa de los funda-dores se imprimió en un modesto tríptico que sirvió de convocatoria a las activida-des, que se iniciaron con gran entusiasmo.

Los primeros meses del CENDIS fueron de gran actividad: se dieron va-rias charlas, se organizó la biblioteca, se exhibían periódicos y revistas de los paí-ses en que existían publicaciones socia-listas o marxistas independientes, cosa extremadamente escasa en esos años en que los partidos comunistas ejercían una censura ideológica, intolerante y sectaria.

Entre las publicaciones recibidas es-taba la edición en español de una revista socialista independiente llamada Monthly Review, cuyos editores eran dos cono-cidos marxistas norteamericanos, Paul Sweezy y Leo Huberman.

Paul era especialmente conocido como un economista de nivel internacio-nal y era autor, junto a Paul Baran, de un libro de gran difusión llamado MONOPOLY CAPITAL.

Esa misma revista se editaba en Bue-nos Aires como Selecciones en español. La edición original en inglés era representada y difundida en Chile por el doctor Gustavo Molina, muy buen amigo de Cloro. Ade-más la Imprenta Librería y Editorial que tenía en aquella época el Partido Socia-lista llamada “Prensa Latinoamericana”, reproducía en Chile la edición impresa en Argentina, pues era más fácil producir aquí la edición que cumplir con los proce-dimientos y permisos de importación que regían en esa época.

En junio de 1966 se había producido en Argentina el golpe militar de Ongania que depuso al presidente constitucional argentino Arturo Illia. A Chile había llegado ya un numeroso grupo de exiliados políti-cos brasileños al que se empezaron a su-mar los exiliados argentinos.

Como la edición argentina de la re-vista fue suspendida, nos llegó el ofreci-

A Cloro le gustaba imaginar al Partido Socialista como un gran crisol en el cual se podían fundir distintas ideas, teorías y tendencias sin exclusiones, con la sola condición de que propiciaran el cambio social y la construcción de una sociedad en la que el interés de la sociedad estuviera por encima del interés de cada individuo.

Page 39: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

39

miento de hacernos cargo del traslado de la edición en español de Monthly Review a Santiago. Cloro aceptó la idea con entu-siasmo y aunque la organización del CEN-DIS aún no se completaba, en febrero de 1967 salió el número 35 de la revista, de la cual Clodomiro era Director y quien escri-be, editor responsable.

La traducción del inglés de los textos y la inclusión de textos originales que de-bían ser consultados con la edición nor-teamericana demandaba un trabajo muy arduo, sobre todo en un tiempo en que no existían ni computadoras ni correos elec-trónicos, ni faxes. Todo lo hacíamos a má-quina de escribir con revisiones a mano. Hay que reconocer en estas líneas el gran trabajo de la compañera Haydée Alarcón, quien asumió la responsabilidad de tradu-cir número tras número los artículos y de revisar los textos traducidos por compa-ñeros menos experimentados.

El 24 de mayo de 1967 se hizo en for-ma conjunta entre el CENDIS y Monthly Review una gran fiesta para inaugurar tanto el local social como las actividades de la revista. El discurso inaugural lo hizo Clodomiro Almeyda, y el texto del discurso

debiera poder rescatarse del primer nú-mero de la revista ya editado en Chile.

La experiencia de Monthly Review fue positiva; llegó a tener 300 suscriptores y a imprimir 1.000 ejemplares por número, que se distribuían por correo a varios paí-ses del continente y Europa. Se publica-ron 35 números mensuales consecutivos hasta enero de 1970, cuando de común acuerdo con Cloro y los demás compa-ñeros, al iniciarse la cuarta campaña de Salvador Allende como candidato a la Pre-sidencia, y debiendo cada uno de los in-tegrantes del CENDIS dedicarse a trabajos prácticos, suspendimos la publicación y la casa de Barros Errázuriz pasó a ser la sede de la candidatura en la comuna de Provi-dencia y de la seccional Providencia del PS.

Durante esos años me reunía una vez al mes con Cloro para hacer un balance de las actividades del CENDIS, preocuparnos del financiamiento del local y de la revista.

En noviembre de 1971, al iniciarse el Gobierno de la Unidad Popular Cloro fue nombrado Ministro de Relaciones Exte-riores, pues a pesar de haber mantenido diferencia políticas con Allende, el pre-sidente sabía que con Cloro contaba con

Clodomiro Almeyda Medina asume como parlamentario.Fue diputado por Santiago entre 1961 y 1965.

Page 40: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

40

un colaborador de gran inteligencia y a la altura del proceso que se iniciaba.

Apenas designado y antes de asumir oficialmente el cargo, Cloro se preocupó de invitar a las ceremonias inaugurales a Paul Sweezy y a su esposa, quienes estu-vieron presentes en la celebración del 4 de noviembre de 1970.

Durante el Gobierno de la Unidad Popular prácticamente dejamos de ver-nos y solo recuerdo que en enero de 1973, en un período en que Cloro dejó de ser Ministro, me invitó a su casa de calle Cris-tóbal Colón, para analizar las perspectivas del próximo Congreso del PS.

El golpe militar llevó a Cloro a un lar-go período de detención, que pasó por Isla Dawson y Ritoque, para finalmente ser expulsado a Venezuela. Por mi parte, en noviembre de 1973 viajé para refugiarme en Buenos Aires y empecé un largo exilio de 15 años.

Regresé a Chile en 1978 y pronto fui a verlo al anexo de la Cárcel en Capuchinos, donde estaba detenido y mucha gente lo visitaba.

En las elecciones de 1990 Cloro de-clinó presentarse como candidato a Sena-dor por Magallanes y cedió ese cargo de 8 años al compañero Rolando Calderón. El Presidente Aylwin lo designó embajador en Moscú y solo regresó al país en 1992.

Me desempeñaba, en ese año, como Presidente del Comité Regional Santiago Centro del PS y varios compañeros, todos muy almeydistas, me propusieron ofre-cerle su candidatura a Presidente del PS.

Aceptó diciéndono, que estaba hon-rado de recibir esta propuesta por parte de un organismo regular del Partido.

Montamos una candidatura y una lista improvisada, sin recursos y sin tener la estructura que tenían las tendencias internas ya organizadas nacionalmente.

De esa candidatura a Presidente del PS, de cuyo resultado se derivaron mu-chos acontecimientos posteriores (Don

Cloro, con su arrastre personal sacó 20% del total de votos unipersonales), hay que destacar que gracias al apoyo de los com-pañeros de la seccional Providencia, ins-talamos la sede del comando en una casa bastante antigua llamada Casa Canadá, pues ahí había funcionado una ONG que agrupó a los retornados de Canadá.

Terminada la elección, Cloro decidió mantener una oficina y una secretaria en esa casa y yo me quedé también en otra oficina vecina. Durante 4 años man-tuvimos una relación política estrecha, discutiendo y analizando los aconteci-mientos tanto nacionales como de la vida interna del PS.

Apoyados por varios compañeros, empezamos a sacar una revista mensual que llamamos ARKOS y en todos los nú-meros Cloro preparaba un artículo que hacía de editorial. Alguna gente pensaba que yo era el secretario privado de don Cloro y que como él mantenía influen-cia y contactos tanto con el gobierno de Aylwin como de Frei, que era a través mío que podían obtener recomendaciones. Seguramente muchos deben haberse visto frustrados en sus pretensiones.

A mediados de 1996 tomé la decisión de dirigir mi trabajo partidario hacia un frente social, pues los acontecimientos internos se iban alejando de lo que Cloro tan bien había expresado en su artículo titulado “El partido como yo lo quiero”. Discutimos amistosamente esa decisión personal mía y empecé a ir en forma más espaciada a su oficina. Nos reuníamos, en esas ocasiones, a la hora de almuerzo para compartir en dos picadas muy chi-lenas que quedaban en los alrededores de la Casa Canadá.

En agosto de 1997 recibí la noticia de su enfermedad y el recado de la compa-ñera Irma de visitarlo en la clínica en que estaba. Lo fui a ver con gran congoja y me despedí de él con una broma sobre nues-tros almuerzos a la chilena.

Page 41: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

41

Nada es tan preciado como la independencia y la libertad

Vietnam celebra 67 años de inde-pendencia. Fue proclamada por el legendario Presidente Ho Chi Minh

el 2 de septiembre de 1945, después de expulsar del territorio vietnamita a japo-neses y franceses. Se fundó, así, la nueva República Democrática de Vietnam.

Pero aquel hecho culminante e histórico, no traería la paz anhelada y definitiva.

Un proceso de lucha, cruento y do-loroso, que culmina con la liberación de todo el país recién en 1975, se había ini-ciado. El colonialismo francés no acep-tó su derrota e intentó retornar, siendo definitivamente derrotado en la famosa Batalla de Dien Bien Phu, en 1954.

Ese mismo año se firmaron los acuerdos de Ginebra, que establecie-ron el reconocimiento internacional de la Independencia, Soberanía, Unidad e Integridad Territorial de Vietnam, con la división temporal del país –a través del paralelo 17- en dos partes: Norte y Sur. Esta partición territorial tenía como fi-nalidad reagrupar las fuerzas militares vietnamitas y francesas, para concluir -hipotéticamente- con la celebración –en 1956- de elecciones generales libres en todo el territorio nacional con el fin de producir de nuevo su reunificación.

Pero el año 1956 evidenció que los acuerdos de Ginebra no serían respe-tados. Los invasores franceses fueron

reemplazados por invasores norteameri-canos: Estados Unidos impone la división del país, determinando que el Sur sea un Estado separado. Para tal efecto de-signa a Ngo Dinh Diem presidente, quien rechaza las elecciones generales, des-atándose una brutal y sangrienta repre-sión contra el Movimiento Popular por la Reunificación Nacional.

Los vietnamitas del sur reacciona-ron con fuerza ante esta nueva realidad impuesta por la política norteamericana. Y los del norte se dispusieron al apoyo y la resistencia total.

Fue la fuerza de esta lucha sistemá-tica la que llevó al presidente norteame-ricano Lyndon B. Johnson, en 1968, a reducir las incursiones aéreas y navales contra el Norte y aceptar conversaciones con el Gobierno de la República Demo-crática de Vietnam. Se inicia así lo que se conoce como las “Conversaciones de Paz de París”.

Con la liberación, en 1972, de la Pro-vincia de Luang Tri, en el Paralelo 17, el Gobierno de Saigón se siente amenazado y reacciona aumentando la represión en los territorios bajo su control e intensi-ficando las acciones militares contra las zonas controladas por el Gobierno Revo-

Patricia Abarzúa M.Integrante del C.C.Partido Socialista de Chile

Page 42: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

42

lucionario Provisional de Vietnam del Sur. Con todo, no logra impedir el éxito de la lucha por la liberación total del territo-rio del Sur del país. La toma de Saigón se produce luego de la exitosa campa-ña militar “Ho Chi Minh”, el 30 de abril de 1975, liberando totalmente el Sur de Vietnam y reunificando definitivamente el país.

Solo en 1995 logran normalizarse las relaciones diplomáticas entre Vietnam y los Estados Unidos.

Hoy Vietnam es uno solo y vive en paz. Este año se cumplen 67 años del nacimiento de la República y de la salida de los franceses, y 37 de su unificación desde el triunfo contra la invasión nor-teamericana.

Chilenos en general, y socialistas en particular, tenemos en nuestra memoria el haber sido parte de este triunfo desde nuestra acción solidaria. Lo señalan las poesías y canciones que nacieron de la inspiración de nuestros poetas y com-positores; la acción de los jóvenes que marcharon de Valparaíso a Santiago. Lo escuchamos en los comentarios de la actriz Peggy Cordero recordando a Víc-tor Jara como director de la opera rock llamada “Viet Rock”, donde ella trabajó siendo muy joven. Lo vivimos al escu-char la canción “El derecho de vivir en paz”, compuesta por Víctor en homenaje al presidente Ho Chi Minh. Lo sabemos porque los vietnamitas recuerdan nues-tra solidaridad homenajeando a Víctor Jara con la traducción de sus canciones al vietnamés.

Pero sin duda el mejor ejemplo de solidaridad lo dio Salvador Allende.

Viajó a Vietnam en 1968, lo que le permitió conocer la realidad del país y tener la oportunidad de encontrarse con el Presidente Ho Chi Minh. Desde allí se fue a la Conferencia Mundial de Solida-ridad con Vietnam realizada en Canadá. Cuatro años después, exactamente el 4

“Nunca me olvidaré de su figura, nunca dejaré de recordar la transparencia de su mirada y, al mismo tiempo, la bondad de sus palabras. Al saludarnos -yo iba con el compañe-ro Eduardo Paredes- nos dijo: Gracias por venir de tan lejos, con tanto sacrificio, a traernos el apoyo moral de su pueblo.”Salvador Allende, refiriéndose a su visita a Vietnam.

Page 43: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

43

de mayo de 1972, siendo Presidente de Chile, hace el histórico anuncio de la apertura de relaciones con Vietnam, con un emotivo discurso dirigido a la asam-blea de estudiantes de la Universidad de Concepción, encabezada por el entonces presidente de la Federación de Estudian-tes, el joven socialista Manuel Rodríguez, con las siguientes palabras:

… “Aquí se ha recordado -y con ra-zón- como símbolo de ese heroísmo, la lucha increíble de un pueblo dramática-mente heroico.

Para mí es extraordinariamente satisfactorio, como Presidente de Chile, reafirmar en esta multitudinaria asam-blea que vibra y palpita con la batalla de los pueblos de los distintos continentes, que el Gobierno Popular que presido ha resuelto tener relaciones a nivel de em-bajada con la República Popular de Viet-nam (aplausos), con Corea del Norte y reconocer a Bangladesh.

Mientras hablaba de Vietnam, Ma-nuel Rodríguez, yo me recordaba que hace dos años y meses estuve en Hanoi, donde tuve el privilegio de conversar con ese anciano venerable que era Ho Chi Minh. (Aplausos.)

Nunca me olvidaré de su figura, nunca dejaré de recordar la transparen-cia de su mirada y, al mismo tiempo, la bondad de sus palabras. Al saludarnos -yo iba con el compañero Eduardo Pare-des- nos dijo: «Gracias por venir de tan lejos, con tanto sacrificio, a traernos el apoyo moral de su pueblo».

Y en nuestra conversación, que fue relativamente larga, ya que estaba en-fermo y seriamente enfermo, creo haber sido el último político de cierto nivel que conversó con él. (Aplausos.) ¡Esa es la verdad! (he dicho: político de cierto nivel, por lo tanto, no hay necesidad de reírse). Estaba muy enfermo y falleció a los 25 días que estuve en Vietnam.

La conversación que tuvimos con

Ho Chi Minh, versó, fundamentalmen-te, sobre la juventud. Tenía una libretita increíble, por lo vieja, en cuyas páginas centrales, con la letra temblorosa de un anciano, estaban anotadas las cifras que, él nos explicó, eran las cifras de los alumnos que en los últimos cinco años habían sido alumnos distinguidos. Ho Chi Minh nos dijo que él les enviaba siempre a esos alumnos unas cuantas líneas. Yo pensaba, y pienso, ¡qué gran estímu-lo, qué extraordinaria recompensa debe haber sido para aquellos jóvenes que re-cibieron esas temblorosas líneas de Ho Chi Minh!

El padre de Vietnam, el hijo y el pa-dre de la revolución, el escritor, el es-tadista, el liberador de su pueblo. Ese hombre que había alcanzado por su vida ejemplar el reconocimiento y el respe-to, no sólo del pueblo vietnamita sino de todos los pueblos del mundo, tenía como preocupación esencial mandar-les a los jóvenes una felicitación y vivía preocupado, de cómo ellos cumplían su tarea.”…

Chile y Vietnam deberían tener, en adelante, relaciones a nivel de embaja-das: esa fue la resolución del Gobierno Popular. Gran misión para el entonces Canciller Clodomiro Almeyda, quien ma-nifestó su aprecio y admiración por el pueblo vietnamita de múltiples maneras.

Chilenos en general, y socialistas en particular, fuimos capaces de manifes-tarnos masivamente, desde la solidari-dad, por la paz en Vietnam, por la paz en ese pueblo que Salvador Allende definía en su discurso como “dramáticamente heroico” y cuya consigna de vida hoy la podemos leer sobre la tumba del Presi-dente Ho Chi Minh:

“Nada es tan preciado como la in-dependencia y la libertad”.

Los chilenos en general y los socia-listas en particular lo sabemos.

Page 44: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

44

Page 45: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

45

Notas de un recorrido por la idea socialista de clase trabajadora

Luis Cruz SalasTrabajador

L as notas que siguen recogen las im-presiones de un recorrido por la idea de “clase trabajadora” que circula

en algunos medios socialistas de den-tro y de fuera. Son notas entonces de un andar en que examinamos rápidamente con la mirada esa idea, como cuando re-corremos un parque o un museo, en que vamos de un lado al otro, deteniéndonos en aquellos puntos que nos parecen más significativos, aquellos que recuerdan un pasado que no volverá, aquellos otros que condensan el pasado y el presente y, a veces, el futuro, los puntos en que notamos las ausencias, lo que falta, lo que todavía no-es y que debería ser, lo que está siendo, la negación del presente vergonzante…

Esa idea se encuentra sea en estado “puro” en algunos textos considerados como canónicos, a los que se hace refe-rencia en las discusiones, sea más “mez-clado”, en las conversaciones militantes, sobre todo tal cual son reproducidas en las redes sociales. En cuanto idea, está

constituida de imágenes, de representa-ciones, de conceptos, ordenado todo en función de la “concepción del mundo” subyacente en el discurso de quien ex-presa la idea.

En la primera parte, se presentarán algunas de las formas en que se ha repre-sentado históricamente la idea de clase trabajadora en los medios socialistas: “trabajadores manuales e intelectuales”, “clase asalariada”, “clase obrera”… Una segunda parte, intentará pasar del nivel de las representaciones de la idea al del concepto de clase trabajadora y a su ne-gación.

I LoS TrabajaDorES “DE VErDaD”

1.- Los Trabajadores Manuales e Intelectuales

1.1. La noción de “trabajadores ma-nuales e intelectuales” se encuentra ya, si bien con escasa frecuencia, en el voca-bulario de las organizaciones socialistas de comienzos de siglo1. De mayor ocu-rrencia son términos como “trabajado-res” a secas o como genérico (incluyendo

“Lo que debemos preguntar acerca de cual-quier teoría no es cuánto ilumina el presente, sino cuánta luz arroja sobre la vulnerabilidad del dominio. No queremos una teoría de la dominación sino una teoría de la vulnerabilidad de la dominación, de la crisis de la dominación, como una expresión de nuestro (anti)poder”. John Holloway

Page 46: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

46

obreros, mineros, labradores del campo, etc.), “pueblo trabajador”, “obreros”, etc.

1.2. Junto a las citadas nociones se utiliza en los medios socialistas desde los años 20, términos como “pueblo”, “asalariados”, etc. Cabe señalar que, en el ciclo de luchas que se extiende desde 1917 hasta 1925, en los diferentes mo-vimientos (“marchas del hambre”, huel-gas, movimientos estudiantiles, consti-

tución de nuevas formas de asociación, etc.) participan tanto “obreros” como “clases medias”, calificados todos por la burguesía de la época como “chusma in-consciente”.

El capital responde a esta ofensiva obrera y popular con medidas tendien-tes, por una parte, a institucionalizar el movimiento y, por otra, a dividir a los trabajadores (dividir para reinar), me-diante la legislación del trabajo de 1924. Esta legislación reconoce el carácter so-cial del trabajo y la existencia del “obrero colectivo” y, al mismo tiempo, codifica la división entre empleados y obreros, por una parte, y entre obreros profesionales (de oficio: electricistas, mecánicos, etc.) y obreros industriales. Para cada catego-ría de trabajadores se establecen distin-tos sistemas de pago de las remunera-ciones, diferentes sistemas de seguridad y previsión social, distintas normas de organización sindical, etc., con lo que la división social del trabajo (entre trabajo en la ciudad y trabajo en el campo, en-tre las diferentes ramas de la economía, entre trabajo de dirección y de ejecución, entre trabajo “manual” e “intelectual”, entre trabajo directo e indirecto, etc.) encuentra su expresión jurídica e insti-tucional adecuada, correspondiente a las necesidades del proceso de valorización del capital.

Antes que esta arma del capital en contra del trabajo se ponga a funcionar, la respuesta política de los trabajadores y del pueblo es la unidad simbólica de la clase en fórmulas como la Asamblea Constituyente de Obreros e Intelectua-les y la Unión Social Republicana de los Asalariados de Chile (USRACH) en 1925.

1 Ver por ejemplo el artículo “Partido Socialista chileno” en el periódico La Internacional (Santiago) n° 1 del 15/03/1913 que dice “El 20 de octubre de 1912, se echaron las bases del Partido Socialista, en medio del entusiasmo de varios centenares de trabajadores manuales e intelectuales afectados a la idea” en Devés, Eduardo y Carlos Díaz El Pensamiento Socia-lista en Chile. Antología 1893-1933.- Santiago de Chile: Editorial Documentas, 1987.- p. 118.

Page 47: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

47

Tanto en una como en la otra participan muchos que más tarde harán parte del PS, como Oscar Schnake, Manuel Hidal-go, etc.

1.3. A fines de los años 20 se difun-den en Chile las ideas de Raúl Haya de la Torre, fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Antiimperialista (APRA). El APRA se autodefine como “el Partido Revolucionario Antiimperialista Latino-americano que organiza el Gran Frente Único de Trabajadores manuales e in-telectuales de América Latina, unión de los obreros, campesinos, indígenas, etc. con los estudiantes intelectuales de van-guardia, maestros de escuela, etc. para defender la soberanía de nuestros paí-ses”2. Las concepciones del APRA pare-cen influir bastante profundamente en las distintas organizaciones antiimpe-rialistas latinoamericanas y, entre ellas, a las distintas organizaciones socialistas chilenas que darán origen al PS.

A la caída de Ibáñez en 1931, los dis-tintos grupos socialistas que surgen a la luz pública se autodefinen, en general, como partidos de “trabajadores manua-les e intelectuales”3. Es probable que la alta frecuencia con que sea utilizada la noción de “trabajadores manuales e in-telectuales” por organizaciones como la Orden Socialista, el Partido Socialista Marxista, la Acción Revolucionaria Socia-lista, etc. tenga el origen antes señala-

do. Hay, sin embargo, algunas variantes. Por ejemplo, en la Nueva Acción Pública se habla de “trabajadores del cerebro y del músculo”, mientras que en el PS In-dependiente se habla de “los “produc-tores, los trabajadores del brazo y de la inteligencia: empleados, obreros, arte-sanos, pequeños industriales y cultiva-dores agrarios, a los cuales se ligan los profesionales libres, artistas, literatos y filósofos”4.

1.4. En la categoría “trabajadores manuales” son considerados los traba-jadores del campo y de la ciudad y entre ellos los obreros industriales y de oficio, laboren como asalariados o como inde-pendientes. El mismo criterio se aplica a los “trabajadores intelectuales”, ca-tegoría en que entran los empleados de los sectores público y privado, los profe-sores, los profesionales (médicos, abo-gados), etc. De esta manera, la noción permite englobar con bastante flexibi-lidad a categorías de trabajadores tales como los independientes, los pequeños propietarios agrícolas, los pequeños co-merciantes, etc.

Esto responde a la necesidad de unificar a los distintos sectores popula-res, no solo en función de la división es-tructural entre los trabajadores produci-da en los años 20, sino que también dada la situación que se vive, producto de la crisis económica mundial (1929-1932)

2 Haya de la Torre, Raúl (1928) El Antiimperialismo y el APRA.- s. d. e. ,1982.- p. 9.- La primera y segunda edición fueron realizadas en Santiago de Chile por la Editorial Ercilla en 1935 y en 1936. Otros textos de Haya de la Torre y de otros apristas fueron publicados también por esa editorial. Se encuentran asimismo artículos suyos en revistas chilenas ya desde antes de la caída de Ibáñez. La influencia del Aprismo en las concepciones políticas e ideológicas del PS en sus primeros pasos fue considerable.3 Ver a este respecto, el capítulo VII El pensamiento de las Agrupaciones Socialistas hacia 1930 de Eduardo Devés y Carlos Díaz El Pensamiento Socialista en Chile. Antología 1893-1933.- Santiago de Chile: Editorial Documentas, 1987. Pp.- 153-1834 Cit. por Devés, op. cit. p. 170

Page 48: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

48

cuyos efectos en Chile son catastróficos, provocando miseria, hambre y cesantía, situación en la que es más necesario que nunca desarrollar la solidaridad y la aso-ciatividad popular.

2.- De Proletariado a Clase Obrera Cabría considerar además otro factor que determina la elección de los socialistas respecto al término a utilizar: la posición del PC como “partido de la clase obrera”, factor que jugará no solo en esa coyun-tura sino que a lo largo de los decenios siguientes.

2.1. A partir del inicio del proceso de bolchevización del PC (1927) y de la adopción en 1929 de la llamada Línea del “Tercer Período”, el PC se define como “el” partido del proletariado chileno. Harían parte de este proletariado “cerca de 100 000 mineros, unos ciento diez mil obreros de fábrica, manufacturas y que llegan junto con los ciento sesenta mil asalariados agrícolas que existen a más de 400 000 proletarios sobre una pobla-ción de cuatro millones y medio de ha-bitantes”5 . Existiría asimismo “un fuerte desarrollo del semiproletariado y de la pequeña burguesía urbana (sólo entre empleados públicos y del comercio, es-tudiantes e intelectuales se llega a los 400 000”. Más tarde, estos sectores se-rán clasificados en la categoría de “clases medias”. En el campo existiría una gran

masa de campesinos pobres propieta-rios de menos de cinco há. y de campe-sinos sin tierra (inquilinos, medieros y arrendatarios). Al frente, se encontraría una débil burguesía nacional, una fuerte clase terrateniente y el imperialismo. De aquí, se concluye que el problema funda-mental de la revolución chilena es el de la alianza de los obreros con las grandes masas de campesinos explotados, bajo la dirección del PC. La revolución se dirigirá en contra, particularmente, de los terra-tenientes e imperialistas.

Aparece configurada aquí una ma-triz conceptual de la estructura de clases que ya se había esbozado en la socialde-mocracia alemana y en la II Internacional, pero que, hasta donde sabemos, es de-sarrollada sobre todo por Lenin y por el marxismo-leninismo y caracterizada por:

1) pluralidad de las clases sociales tanto del lado de las clases dominantes como del de las clases dominadas;

2) carácter oscilante de la(s) pequeña burguesía(s), noción que es reemplazada por la de “capas” o “clases” medias se-gún el caso6;

3) atribución del rol dirigente de la revo-lución a la clase obrera (o al proletaria-do como es el caso del PC chileno hasta la Conferencia de 1933). Esto último, en todo caso, varía de acuerdo a la coyuntu-ra, puesto que en ocasiones las diferen-tes categorías son subsumidas en la no-ción de “pueblo”, en directa relación con la línea política del PC chileno y su políti-

5 Tesis del Buró Sudamericano de la Internacional Comunista sobre las grande luchas revo-lucionarias del proletariado chileno” 04.12.1931 en Olga Ulianova y Alfredo Riquelme Segovia (editores) Chile en los Archivos Soviéticos 1922-1991 Tomo II: Komintern y Chile 1931-1935.- Santiago de Chile: LOM/Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2009.- pp. 114 y ss.

6 Referencias a este tema se pueden encontrar en Cerda Albarracín, César Historia y Desarrollo de la Clase Media en Chile.- Santiago de Chile: Ediciones Universidad Tecnológica Metropolitana, 1998.-

Page 49: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

49

ca de alianzas, lo que es particularmente visible en el período frente populista. En su énfasis por presentarse como partido “popular”, el PC llega al punto de autoca-lificarse como “partido del pueblo”.

4) Atribución de la dirección política, ideológica y organizacional de la clase obrera al Partido Comunista.

Cabe señalar que esta concepción será compartida por más de alguna tendencia en el seno del PS en los años 60’ y 70’. Así, en el llamado “Documen-to de Marzo” se sostiene que “A partir de la definición de la formación social chilena como capitalista dependiente, monopólica, con alto grado de inter-vención estatal” se desprende que “el problema fundamental de la revolu-ción chilena pasa por enfrentar el poder del capital imperialista, la burguesía monopólica y los terratenientes”, que constituyen “el núcleo central, el cen-tro de gravedad del sistema de domi-nación”. Esta caracterización debiera permitir aislar a los enemigos princi-pales y “concretar una amplia alianza en torno a la clase obrera y la pequeña burguesía”7 . El fundamento revolucio-nario de esta alianza se encuentra en “el papel dirigente y hegemónico de la clase obrera” o “proletariado en su seno”. En concepciones de este tipo, se considera al PC como partido de la cla-se obrera y al PS, como expresión de la pequeña burguesía.

2.2. A la política sectaria del Tercer Período del PC, los grupos de Oposición comunista -que se escinden de ese par-

tido conformando en 1933 la Izquierda Comunista (filo trotskista)-, frente a la división social y política de los trabaja-dores responden con el llamado “Frente Único proletario” u “obrero”, en el que tienen cabida todos los trabajadores in-dependientemente de si son asalariados o no, urbanos o del campo, manuales o intelectuales. Variaciones más, variacio-nes menos, esta es la postura con la que se incorporan al PS en 1936.

De la conjunción de la idea socialis-ta de “trabajadores manuales e intelec-tuales” y de la idea trotskista de “Frente único proletario” surge la idea de “Frente de Trabajadores” que se expresará de di-versas formas hasta los años 70. A grosso modo y con los resguardos del caso, se podría afirmar que el correlato social del Frente de Trabajadores es el concepto de “clase trabajadora”, tal como es expre-sado en el Programa de 1947, concepto incluyente y unificador.

3.- La Clase Trabajadora 3.1. En la Declaración de Principios

de 1933 se utiliza la expresión “clase tra-bajadora”. En efecto, se constata que la “actual organización capitalista divide la sociedad humana en dos clases: …una clase que se ha apropiado de los medios de producción y que los explota en su be-neficio y otra clase que trabaja, que pro-duce y que no tiene otro medio de vida que su salario”. La concepción pluralista de las clases sociales cede su lugar a una visión dicotómica, directamente empa-rentada con la concepción presente en el

7 Comité Central del Partido Socialista de Chile [Dirección Interior] Al calor de la lucha en contra del fascismo, construyendo la fuerza dirigente para asegurar la victoria [“Documen-to de Marzo”] .- Santiago de Chile: s. e. [edición Berlín ], 1974.- p. 13-14

8 Ver Capítulo 1° Burgueses y proletarios de Marx/Engels Manifiesto del Partido Comunista.- Las “clases” medias están condenadas a la proletarización en un momento u otro y a la salarización de todas las actividades “libres”.

Page 50: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

50

Manifiesto Comunista8: clase propietaria de los medios de producción y clase tra-bajadora.

Cuando hablamos de dicotomía9

hablamos de una distinción que divide un universo -en este caso la “sociedad humana”- en dos esferas -la clase ca-pitalista y la clase trabajadora-, conjun-tamente exhaustivas, en el sentido de que todos los individuos de esa sociedad quedan incluidos en alguna de ellas (o es trabajador o es capitalista), y recíproca-mente exclusivas, en el sentido de que un individuo comprendido en la primera no puede ser al mismo tiempo comprendido en la segunda (no se puede ser al mismo tiempo y al mismo respecto capitalista y trabajador).

La relación entre ambas clases es de lucha, lucha determinada por “la necesi-dad de la clase trabajadora de conquistar su bienestar económico y [por] el afán de la clase poseedora de conservar sus pri-vilegios”10. Demás está señalar que esta caracterización de la lucha de clase en su contenido inmediato poco tiene que ver con el pensamiento de Marx, pero es in-dicativa de la forma de conciencia que se tiene de la relación entre ambas clases.

Para los socialistas del 33, “el ré-gimen de producción capitalista, ba-sado en la propiedad privada de la tie-

rra, de los instrumentos de producción, de cambio, de crédito y de transportes, debe necesariamente ser reemplazado por un régimen económico socialista en que dicha propiedad privada se trans-forme en colectiva”. El fundamento del régimen capitalista es para los socialistas del 33, así como para sus sucesores, la propiedad privada de los medios de pro-ducción. Por tanto, lo que se impone es el reemplazo de esta propiedad privada por la propiedad “colectiva”11 . Este proceso de reemplazamiento supone la partici-pación activa de los trabajadores organi-zados, los que deben ejercer su dictadura de clase. Son estos los que ejercerán la dictadura de clase y no el “proletariado” (como término genérico que incluiría a todos los segmentos de la clase traba-jadora). En los años 30, se piensa que la tarea de transformar el sistema es pro-pia de los trabajadores organizados en sindicatos y en partidos, por oposición a los trabajadores no organizados, consi-derados como incapaces de una acción anticapitalista. Si se considera que los sindicalizados son, por lo general, traba-jadores calificados, esta actitud parece reflejar el espíritu de estos últimos, ge-neralmente más cultos e instruidos que sus pares no calificados y, por lo general, no sindicalizados.

9 Seguimos a la letra la caracterización de la dicotomía hecha por Norberto Bobbio en Estado, Gobierno y Sociedad. Por una Teoría General de la Política.- México: Fondo de Cultura Económica, 1994.- pp. 11 y ss. 10 Una versión completa de esta Declaración se encuentra en Portal del socialismo chileno. La fundación del PS. Partido Socialista. Declaración de Principios

11 Ya en 1895, el socialista italiano Antonio Labriola discute este término: “es más exacto hablar de socialización democrática de los medios de producción que de propiedad colectiva, pues esta encierra un cierto error teórico. En primer lugar, sustituye al hecho económico real un térmi-no jurídico, y, en segundo lugar, se presta a sugerir en muchos el equívoco de que se trata de aumentar los monopolios, de fomentar la nacionalización de los servicios públicos y de todas esas fantasmagorías que se engloban bajo el nombre insistente de ‘socialismo de Estado’ y cuya eficacia se reduce a potencializar los medios económicos de explotación en manos de la clase explotadora“ Labriola, Antonio En memoria del Manifiesto Comunista.- en Biografía del Mani-fiesto comunista.- Santiago de Chile: Quimantú, 1972.- p. 300

Page 51: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

51

Cabe señalar asimismo que, a dife-rencia de las interpretaciones revisionistas como las formuladas por E. Berstein en la socialdemocracia alemana que justifican el socialismo en razones éticas, la Decla-ración fundamenta el socialismo de ma-nera directa en la actividad de una clase social, la clase de los trabajadores, y a un interés de clase: el bienestar económico.

3.2. En 1947, en un momento de fuerte retroceso, el PS convoca a una Conferencia Nacional de Programa en que se aprueba la Fundamentación Teó-rica del Programa del Partido Socialista12

redactada por Eugenio González y las Di-rectivas Fundamentales del Programa de 194713 , que resumen de alguna manera la Fundamentación, redactadas por Clo-domiro Almeyda. El punto 8 El socialismo y la clase trabajadora de la Fundamen-tación define el “concepto de clase tra-bajadora” y describe sus componentes:

“Para el socialismo, el concepto de clase trabajadora no está cir-cunscrito a los sectores urbanos del proletariado industrial, sino se extiende a todos aquellos que, no siendo poseedores de instru-mentos de producción de riqueza material, obtienen sus medios de subsistencia en forma de sueldos, salarios o remuneraciones direc-tas, con el empleo de su capacidad personal de trabajo. La clase tra-bajadora es, en todos los países, la mayoría nacional.Así entendida, la clase trabajadora

comprende desde los profesionales libres hasta los campesinos a jor-nal. Todos experimentan, en mayor o menor grado, los efectos de la inseguridad económica propia del régimen capitalista y deprimente para la persona humana. No hace el socialismo distinción esencial alguna entre las diversas formas de trabajo. Todas son igualmen-te dignas y necesarias en el diná-mico complejo de relaciones que constituye la realidad social. Ello no obstante, es la clase obrera la que experimenta en sí, con mayor intensidad, su condición de explo-tada en la sociedad capitalista. Es ella en consecuencia, también, la que objetivamente representa el núcleo central del movimiento re-volucionario de los trabajadores.Es el actual régimen económico el que condena a la mayoría de la clase trabajadora, es decir, a los obreros de la ciudad y del campo, a una vida precaria de esfuerzo fí-sico mecanizado y casi exclusivo, que les impide incorporarse al goce pleno de los bienes culturales. El sentido profundo de la revolución socialista se define precisamen-te por su aspiración a que todos los hombres -liberados de la in-seguridad económica mediante el cumplimiento de su deber social de trabajador productor- puedan vi-vir su vida intelectual y moral inte-grándose en la cultura de la época y dándole el impulso vital que ella

12 El texto completo en socialismo chileno.org. Documentos 1947

13 El texto de las Directivas… se encuentra entre otros en Almeyda, Clodomiro Directivas Principistas del Programa Socialista de 1947 en Obras Escogidas 1947-1992.- Santiago de Chile: Fundación Clodomiro Almeyda/Tierra Mía, 1999.- pp. 57-63 y en Jobet, Julio César El Partido Socialista de Chile.- Santiago de Chile: Prensa Latinoamericana, 1971.- Tomo II, pp. 207-215

Page 52: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

52

necesita”.“La unidad de la clase trabajadora es condición necesaria de la revolución socialista, tanto en el orden eco-nómico como en el orden político. El socialismo propicia, por lo tanto, la organización unitaria, nacional e internacional de los trabajadores para la lucha por sus reivindicacio-nes de clase. Esta unidad es la base indispensable para la acción revo-lucionaria que deberá llevar, en un momento determinado, a los sindi-catos y demás organismos obreros a la lucha directa contra la sociedad capitalista en su conjunto”.

El concepto de clase trabajadora

El rasgo determinante que caracteriza a la clase trabajadora es, según la Funda-mentación, la no posesión14 de los me-dios de producción. La definición de clase está configurada en términos de propie-dad/no propiedad de los medios de pro-ducción, acorde con la concepción domi-nante en las Internacionales II y III. Tal vez si se hubiera utilizado la idea marxiana de “separación del trabajador de los medios de producción” se habría podido exten-der la crítica al capitalismo burocrático soviético, en conformidad con la orien-tación general de la Fundamentación. En cualquier caso, en todo el texto se está lejos de la noción marxiana de “trabaja-dor productivo”.

Un segundo aspecto que se señala es que la clase trabajadora está conformada por personas desposeídas de medios de

producción de riqueza material las que, para poder vivir, deben vender su fuerza de trabajo. Esta venta de la capacidad de trabajo opera en la forma de un contra-to. Al vender su capacidad de trabajo, el trabajador se somete a la dependencia del empleador por un tiempo limitado. La clase trabajadora es la clase de los traba-jadores dependientes.

Por la venta de su capacidad de tra-bajo, el trabajador recibe a cambio re-muneraciones en dinero o avaluables en dinero: “sueldos, salarios o remuneracio-nes directas”. Los sueldos corresponden, en la época, a los empleados; los salarios, a los obreros. La clase trabajadora es la clase de los trabajadores asalariados. De esto se colige que es la clase mayoritaria a nivel nacional.

De acuerdo a los criterios de la Fun-damentación, componen la clase tra-bajadora

- Profesionales libres (podría pensarse que, de acuerdo a la definición, sólo cabría incluir a los profesionales que prestan servicios bajo dependencia o subordinación y en virtud de un contrato de trabajo)

- Empleados (del sector público y del sector privado)

- Obreros

- Campesinos a jornal=trabajadores agrícolas asalariados.

Cabe destacar que en la Funda-mentación los obreros son los úni-cos que son presentados como “clase”. Mientras los otros componentes son pre-

14“Posesión” y “propiedad” son términos distintos. Mientras la primera indica la capacidad para poner en marcha los medios de producción, la segunda se entiende como derecho, como poder real de usar, gozar y disponer de un bien. En la lectura que hacemos de la Fundamentación, tomamos ambos términos como sinónimos en la medida en que es así como son usados ambos términos por los militantes de base.

Page 53: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

53

sentados como agregados de individuos relacionados de alguna manera con los medios de producción en función de la división social del trabajo, los obreros, al ser presentados como “clase”, devienen “la” clase por antonomasia. Esta clase obrera es presentada, sin embargo, como subconjunto perteneciente a un conjunto mayor, el conjunto de la clase trabajado-ra. En cuanto la clase obrera sería “la que experimenta en sí, con mayor intensidad, su condición de explotada”, constituiría “el núcleo central” del movimiento re-volucionario del conjunto de los traba-jadores. Queda así abierto un espacio de cierta ambigüedad en lo relativo a la no “distinción esencial alguna entre las di-versas formas de trabajo”.

Como ya se dijo, sobre el concepto de “clase trabajadora” señalado se asien-ta la idea de “Frente de Trabajadores”. Plantea esto ciertas interrogantes sobre el “motor” del Frente: ¿es este la cla-se obrera, tal como es determinada más arriba? O ¿todos los componentes tienen igual valor y todos son “motores”?

3.3. En los años 60, Julio César Jobet pa-rece querer terminar con la ambigüedad al plantear la tesis del igual valor de los diferentes componentes de la clase:

“El PSCh, partiendo del reconoci-miento de la lucha de clases de la socie-dad en general y, por tanto, de la nuestra, otorgó idéntico valor social [subrayado por LCS] al proletariado, reducido, pero de gran peso por su concentración en los centros decisivos de la economía na-cional (salitre, cobre, carbón, puertos, transportes e industrias); al campesina-do, el sector más numeroso de la clase trabajadora del país; y a las clases medias pauperizadas, susceptibles de transfor-

marse en una importante fuerza del mo-vimiento revolucionario. Se constituyó, entonces, como una agrupación de tra-bajadores manuales e intelectuales, es decir, de obreros, campesinos, emplea-dos, estudiantes, intelectuales, profesio-nales, pequeños industriales, artesanos y pequeños agricultores, en alianza, tras la aspiración de conquistar el poder para dar vida a una República Democrática de Trabajadores”15.

4.- El Trabajador Colectivo y La Clase Asalariada

En los años 50 y 60, las nociones de “clase trabajadora” y de “trabajadores manuales e intelectuales” se presentan combinadas al mismo tiempo que co-mienza a levantarse en el horizonte casi simultáneamente 1) un nuevo integrante de la clase trabajadora en la forma del trabajador colectivo escindido “técni-camente” en dos: trabajadores directos y trabajadores indirectos y 2) un nuevo candidato a la soberanía en la forma de la llamada “clase asalariada”.

Debajo de la conceptualización de estas nuevas figuras del orden produc-tivo se encuentra como substrato una concepción economicista que afirma la preponderancia de las fuerzas producti-vas por sobre las relaciones sociales de producción. En esta concepción, las re-laciones de clase están determinadas por el carácter de los medios de trabajo y, en general, por el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. Cuestión esta última que se presenta más o menos directa-mente ligada al tema de la llamada “re-volución técnico-científica” que estaría experimentando el mundo en las déca-das en cuestión. Sobre esta base, se co-

15 Jobet, Julio César El Partido Socialista de Chile.- Santiago de Chile: Prensa Latinoamericana, 1972.- T. II, p. 252 , 207-215

Page 54: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

54

mienza a hablar de “relaciones técnicas de producción” y de “relaciones sociales de producción”, como nociones claras y distintas.

Demás está decir que esta concep-ción tecnicista no concuerda con el senti-do general del pensamiento de Marx, para quien es la relación contradictoria entre capital y trabajo, relación de lucha, la que dinamiza el proceso. En esta relación, la técnica, el medio de trabajo, la materia de trabajo, son medios de producción que solo gracias a la actividad del trabajador logran ser lo que son: medios de produc-ción de capital. Sin esa actividad, son ma-teria inerte, muerta. Solo también gracias a la actividad del trabajador producen plusvalía, capital. Son fuerzas productivas del capital sin existencia propia ni autó-noma. Están, por tanto, inscritas en la relación social misma de producción. No constituyen algo “externo” a la relación social entre capital y trabajo. No pue-den ser consideradas como algo neutro, como puramente técnico. Las pretendi-das relaciones “técnicas” de producción, determinadas por las características de los medios de producción, son siempre sociales. En otros términos, son parte (armas) en la lucha de clases.

4.1. En los 60’, debajo de la idea de la escisión del trabajador colectivo en trabajadores directos y trabajado-res indirectos se encuentra la concep-ción estructuralista de la separación de las relaciones sociales de producción en “sociales” y “técnicas”. Detengámonos en uno de los textos que mejor desarro-lla la idea estructuralista de “relaciones técnicas de producción”: Los Conceptos Elementales del Materialismo Históri-

co de Marta Harnecker. En él, la autora establece una diferencia tajante entre “relaciones sociales de producción” y “relaciones técnicas de producción”. Con respecto a estas dice que “en todo proceso de producción se establece un determinado tipo de relación entre los agentes y los medios de producción, relación que está ligada a las caracte-rísticas técnicas del proceso de trabajo: división técnica del trabajo, tipo de coo-peración, características técnicas del medio de trabajo, etc.”16 .

Estas “relaciones técnicas de pro-ducción”, “se caracterizan por el tipo de control o dominio que los agentes de la producción pueden ejercer sobre los me-dios de trabajo [en particular] y [sobre] el proceso de trabajo [en general]”17 . Esta relación técnica del agente de la produc-ción con los medios de trabajo puede ser directa o indirecta.

Para explicar esta idea, Harnecker parte de la noción de “cooperación” en general, como categoría transhistórica, que puede existir en cualquier formación social. La “cooperación” se presenta así como categoría aislada, puramente “téc-nica”, neutra y, por ende, neutralizante, al contrario de Marx para quien la “coo-peración” es una categoría de la lucha de clases en el seno de la producción capita-lista y es así como la considera en el capí-tulo IX La Cooperación, que hace parte de la Sección IV La producción de la plusvalía relativa. Para Harnecker, las distintas for-mas de cooperación tendrían como rasgo común “la existencia de un trabajador colectivo en el que surgen determina-das funciones de dirección y de control del proceso productivo”18 . De este modo, se tiene, desde el punto de vista técnico,

16 Harnecker, Marta Los Conceptos Elementales del Materialismo Histórico.- México: Siglo XXI, s. d.- p. 3717 Ibídem18 Harnecker, op. cit. p. 36

Page 55: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

55

a trabajadores directos y a trabajadores no-directos. “El trabajador directo y el no directo son agentes de la producción que gastan su fuerza de trabajo en tareas técnicamente diferentes, que dependen de la división técnica del trabajo dentro del proceso de producción” 19. Los traba-jadores o productores directos son agen-tes inmediatos de la producción y “que gastan su fuerza de trabajo en el interior del proceso mismo de producción”20 “de bienes materiales”, agrega en otra parte. Los trabajadores indirectos son los que ejercen funciones de dirección y control del proceso productivo.

Esta determinación “técnica” es do-blada por la determinación social, por la propiedad de los medios de producción, con lo cual cada agente de la produc-ción es doblemente determinado: por su “función técnica” y por su “función so-cial”. Desde el punto de vista técnico, el obrero es “un trabajador directo y desde el punto de vista social un trabajador pri-vado de los medios de producción” 21. El capitalista, por su parte, en cuanto puede jugar el rol de administrador o de geren-te, es trabajador no-directo y desde el punto de vista social, es propietario de los medios de producción. El técnico/inge-niero es, desde el punto de vista técnico, un trabajador no-directo y desde el pun-to de vista social, un no-propietario que, a juicio de Harnecker, “desempeña en el interior de la industria la función social del capitalista”22 .

Esta concepción tuvo adeptos so-bre todo en los medios profesionales y técnicos socialistas durante la UP cuan-do la categoría de los “trabajadores no-directos” cobra importancia en todo el

proceso de intervención de empresas en detrimento del colectivo de trabajadores. La cuestión del valor de una u otra cate-goría se transforma así en una fuente de conflictos en el Área de Propiedad Social.

4.2. La otra figura que cobra exis-

tencia en el lenguaje de la izquierda en los años citados es la de “clase asala-riada”, figura levantada por la socialde-mocracia europea en la posguerra y que, de alguna manera, se repite en diversas expresiones en los años 60 en algunos medios socialistas latinoamericanos. De la “clase asalariada” -o, en forma más pasable, “clase de los trabajadores asa-lariados”- harían parte todas aquellas personas que entraban en la categoría de lo que Marx llamaba el “obrero colectivo” y que reciben una remuneración en di-nero como contraprestación por los ser-vicios realizados. Se incluye aquí también a categorías de trabajadores que no par-ticipan directamente en la producción de plusvalía, como quienes venden su fuer-za de trabajo prestando servicios parti-culares (las trabajadoras del hogar, por ejemplo) o servicios públicos (los traba-jadores de la salud, por ejemplo). Además de los trabajadores ya citados más arriba, entrarían en esta categoría directores, gerentes, managers, inspectores, capa-taces, contramaestres, etc. Lo común a todos ellos será el salario, como forma transmutada del precio de la fuerza de trabajo, la que sería vendida por su “pro-pietario”, el trabajador. Este precio de la fuerza de trabajo se determinaría en el mercado de trabajo.

Las diferencias salariales entre los distintos componentes del trabajador

18 Harnecker, op. cit. p. 3619 Harnecker, op. cit. p. 3720 Harnecker, op. cit. p. 3821 Harnecker, op. cit. p. 3922Harnecker, op. cit. p. 39

Page 56: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

56

colectivo se explican en términos de las diferencias entre trabajo simple y trabajo complejo23 , asumiéndose que mientras los trabajadores directos realizan un tra-bajo simple, los no-directos realizan un trabajo más y más complejo24.

Los presupuestos teóricos de que se parte en este caso son prácticamente los mismos que en la teorización del “traba-jador no-directo”. Afirmar la condición salarial como elemento distintivo de la clase trabajadora, sin embargo, no per-mite mostrar un aspecto que me parece fundamental: la “clase” es una relación social (es decir, una relación histórica-mente determinada entre personas, me-diada por cosas) y no un mero grupo de personas que tiene determinadas rela-ciones con los medios de producción, es decir, con cosas, como pretende la lec-tura fetichista de las relaciones sociales.

Si se considera este aspecto de la relación, los asalariados señalados más arriba son los funcionarios del capital frente a los trabajadores. Difícilmente se podrá encontrar algún trabajador de-pendiente que no ponga en duda que su “Jefe”, que es también trabajador asala-riado, actúa por mandato del capital y en nombre de este para extraerle el máximo de plusvalía, para estrujarlo lo más posi-ble. Esto ya es constatado por Marx a par-tir de la experiencia de los trabajadores británicos. Así, al describir la “necesidad” de la dirección capitalista del proceso de producción, dirección necesariamente despótica, afirma:

“Al desarrollarse la cooperación en

gran escala, este despotismo va presen-tando sus formas peculiares y carac-terísticas. Primero, tan pronto como su capital alcanza un límite mínimo, a partir del cual comienza la verdadera produc-ción capitalista, el patrono se exime del trabajo manual; luego, confía la función de vigilar directa y constantemente a los obreros aislados y a los grupos de obre-ros a una categoría especial de obreros asalariados, Lo mismo que los ejércitos militares, el ejército obrero puesto bajo el mando del mismo capital, reclama toda una serie de jefes (directores, gerentes, managers) y oficiales (inspectores, fo-remen, overlookers, capataces, contra-maestres), que durante el proceso de trabajo llevan el mando en nombre del capital”25.

El “Jefe”, sea capataz, director de escuela, jefe de sección, etc. está siem-pre del lado del capital. No hay esperanza por ese lado. Aún cuando su jefe esté de acuerdo con Ud., que apoye en el fondo (a veces, muy, pero muy en el fondo) de su corazón las reivindicaciones suyas, él tiene que cumplir su papel de represen-tante del capital (o sea, del patrón) frente al trabajo (o sea, de Ud.).

5.- El Trabajador Productivo

En el desarrollo del ciclo de luchas del 65-73, algunos sectores partidarios re-plantean con fuerza la afirmación de la centralidad de la clase obrera en el pro-ceso revolucionario. Si esta es el motor de los cambios como se asevera, el Par-

23 Sobre estas nociones ver Marx, Karl El Capital. Crítica de la Economía Política.- México: Siglo XXI, 2010.- Tomo I, Vol.1 Cap. 1, secciones 1 y 2

24 Cabe señalar que el capitalista justifica el adjudicarse un salario alto por sus tareas de su-pervisión y de control del proceso productivo. Ver Marx, Karl El Capital. Crítica de la Economía Política.- México: Siglo XXI, 2010.- Tomo III, Vol. 7, p. 486 25 Marx, Carlos El Capital. Crítica de la Economía Política.- México: Fondo de Cultura Económica, 1966.- T. I, p. 268

Page 57: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

57

tido obrero que la dirige es el conduc-tor natural de la revolución. Ello implica la negación del potencial revolucionario de trabajadores no obreros, los que de-berían someterse a las directivas del PC, cuya condición de partido obrero parece innegable, no así el PS que es presentado por esos sectores como partido eminen-temente pequeñoburgués.

5.1. Frente a esas pretensiones he-gemónicas, se incorpora en las discusio-nes de fines de los 60 y comienzos de los 7026, la noción de “trabajo productivo”, lo que permite enriquecer el concepto de clase trabajadora.

Esta noción está directamente to-mada de las llamadas obras de “madurez” de Marx. El criterio que utiliza este para determinar si el trabajo es productivo o improductivo es si produce o no plusvalía y no si produce tales o cuales bienes o ta-les o cuales mercancías. Me permito citar en extenso sus expresiones:

“Con el carácter cooperativo del propio proceso de trabajo se dilata también, forzosamente, el concepto del trabajo productivo y de su agen-te, el obrero que produce. Ahora, para producir productivamente ya no es necesario tener una interven-ción manual directa en el trabajo; basta con ser órgano del obrero co-lectivo, con ejecutar una cualquiera de sus funciones desdobladas.

La definición que dábamos del tra-bajo productivo27, definición de-rivada del carácter de la propia producción material, sigue siendo aplicable al obrero colectivo, con-siderado como colectividad, pero ya no rige para cada uno de sus miembros individualmente consi-derado”. “De otra parte, el concepto de tra-bajo productivo se restringe. La producción capitalista no es ya producción de mercancías, sino que es, sustancialmente, pro-ducción de plusvalía. El obrero no produce para sí mismo, sino para el capital. Por eso, ahora, no bas-ta con que produzca en términos generales, sino que ha de producir concretamente plusvalía. Dentro del capitalismo, sólo es producti-vo el obrero que produce plusvalía para el capitalista o que traba-ja por hacer rentable el capital. Si se nos permite poner un ejemplo ajeno a la órbita de la producción material, diremos que un maestro de escuela es obrero productivo si, además de moldear las cabezas de los niños, moldea su propio trabajo para enriquecer al patrono. El he-cho de que éste invierta su capital en una fábrica de enseñanza en vez de invertirlo en una fábrica de sal-chichas, no altera en lo más míni-mo los términos del problema. Por

26 Hablamos de discusiones en algunos núcleos partidarios de trabajadores, de estudiantes, etc. Esta discusión alcanzó también las aulas académicas. Así, José Valenzuela Feijóo informa en un texto de 1973 que “sobre el concepto de trabajo productivo e improductivo y su aplicabilidad al caso de Chi-le, está trabajando un equipo de investigadores del Departamento de Economía de la Universidad de Concepción y del CEDEM, U. de Chile” en El Capitalismo en el Centro. Problemas Actuales.- Caracas: Universidad Central de Venezuela. División de Publicaciones, 1974.- p. 62. El tema es también abor-dado por Alexis Guardia en Nuevamente sobre el misterio de las capas medias, en Chile América n°58-59.- diciembre 1979.- Roma.- pp. 117-126 27 Marx se refiere aquí a la noción de trabajo productivo enunciada en la Sección III, Cap. V “Proceso de Trabajo y proceso de valorización” en que, después de desarrollar el concepto de proceso

Page 58: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

58

tanto, el concepto del trabajo pro-ductivo no entraña simplemente una relación entre la actividad y el efecto útil de ésta, entre el obrero y el producto de su trabajo, sino que lleva además implícita una relación específicamente social e históri-camente dada de producción, que convierte al obrero en instrumento directo de valorización del capital. Por eso, el ser obrero productivo no es precisamente una dicha sino una desgracia”28.

Agrega más adelante que “la eco-nomía política clásica ha considerado siempre la producción de plusvalía como característica fundamental y decisiva del obrero productivo”29.

La introducción del concepto “tra-bajador productivo” en los debates de fines de los 60’ debería haber permiti-do centrar la discusión en torno a un eje descuidado hasta entonces: la produc-ción capitalista como producción social de plusvalía y la constitución de las cla-ses sociales en torno a este eje. Siendo la producción de plusvalía el nudo es-tratégico de la dominación capitalista, la fuente y forma del poder, el trabajador productor de plusvalía deviene “el” sujeto revolucionario por excelencia, considera-do no como agregado de productores in-dividuales sino que inserto en el proceso social de producción de la plusvalía. Es en

este sujeto que reside la fuerza y el po-der en cuanto es él el que produce el plus valor, es decir, el capital. Si el trabajador productivo de plusvalía deja de producir esta, el capital deja de existir. El capital depende del trabajo productivo realizado por los trabajadores socializados. Capital y trabajo están ahora en una relación in-terna de unidad y de oposición antagóni-ca, contradicción que no se puede soste-ner y que debe encontrar su solución en la supresión de ambos términos. Sin em-bargo, plantearse la cuestión de manera tan radical en las condiciones históricas de entonces parece fuera de lugar.

Lo más que se alcanza es la con-vicción de que siendo la producción de plusvalía no solo obra de los obreros in-dustriales sino que de los trabajadores productivos de los diversos sectores en su conjunto, la capacidad estratégica, la iniciativa revolucionaria deja de ser el atributo exclusivo de los obreros de fábri-ca, siendo ahora cualidad propia del tra-bajador productivo social. En otros tér-minos, la insurgencia, en términos reales, alcanza ahora no solo un nivel más alto de socialización sino que adquiere mayor consistencia social.

Como muchas otras cosas de los años de la UP, la reconsideración de la categoría “trabajador productivo” no lle-ga hasta el punto de ser entendida como categoría de la lucha de clases y a lo más sería utilizada como un elemento otro, y

... (viene de página anterior) de trabajo y sus diferentes momentos, invita a analizar ese proceso desde el punto de vista de su resultado, del producto con lo que los medios de trabajo y el objeto sobre el que recae este trabajo son considerados ahora como “medios de producción” y el tra-bajo como “trabajo productivo”. Agrega en nota de pie de página que “este concepto del trabajo productivo, tal como se desprende desde el punto de vista del proceso simple de trabajo, no bas-ta, ni mucho menos, para el proceso capitalista de producción”. Marx, Carlos El Capital. Crítica de la Economía Capitalista.- México: Fondo de Cultura Económica, 1966.- V. I, p. 133 y 133n

28 Marx, Carlos El Capital. Crítica de la Economía Política.- México: Fondo de Cultura Económica, 1966.- T. I, pp 425 - 426

29 Ibídem

Page 59: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

59

con muchas dificultades, en las disputas en el seno del movimiento obrero y en la lucha ideológica en contra del estalinismo tanto de dentro como de fuera del PS, sin lograr cuestionar la hegemonía de aquel sobre el movimiento social de los traba-jadores y trabajadoras.

Lo anterior no debe ocultar el he-cho de que la clasificación en términos de trabajadores productivos e improduc-tivos, como toda clasificación, discrimi-na, valorizando a unos y desvalorizando a otros. Así, el trabajo improductivo de plusvalía pasa a ocupar un lugar secun-dario y con él sus agentes: los trabajado-res improductivos (la secretaria, el con-tador, el trabajador que presta servicios personales, por ejemplo).

6.- Una (Re) Enumeración de Los Componentes de La Clase Trabajadora

Considerando los distintos criterios prácticos de clasificación utilizados hasta los años 70, harían parte de la clase tra-bajadora:

1) Los trabajadores independientes, es decir que trabajan por cuenta propia, independientemente de su calificación profesional o nivel de escolarización, trabajadores que, en principio, son poseedores o pro-pietarios de medios de producción: los artesanos, los que ejercen una profesión liberal

2) los trabajadores dependientes, asalariados (independientemente de la forma contractual. Se incluye aquí incluso a aquellos que bole-tean). Se considera a los trabajado-res tanto productivos como impro-ductivos.

2.1.1. trabajadores productivos di-rectos, independientemente

- de que trabajen en la ciudad o en el campo (trabajadores urbanos, tra-bajadores del campo, de la minería)

- del sector (primario, secundario,

terciario; o también en el sector pú-blico o privado) o rama de la econo-mía (industria química, enseñanza, servicios a las personas, como salud por ejemplo, etc.) en que trabajen

2.1.2 los trabajadores “indirectos” (los ingenieros, los directores, etc.), no representantes del capital.

2.2 los trabajadores improductivos: la secretaria, el contador, los que traba-jan en el servicio doméstico, etc.

En esta configuración de la clase trabajadora, quien ocupa el lugar central es el trabajador productivo.

Todo esto es, sin embargo, estático. La clase trabajadora aparece dividida, un sector separado del otro, sin interrelacio-nes entre sí. La división entre los diferen-tes sectores no es sino el efecto -desde el punto de vista empírico, o si se quiere, de los individuos trabajadores- de la di-visión social del trabajo sobre los agentes del proceso de producción. Estamos en el terreno de la “clase en sí”, de lo que es la clase trabajadora para el capital o de lo que es esta clase para un observador ex-terno. Todo esto, nada nos dice que una determinada posición dentro de la lista implique comportamientos sociales y po-líticos tales o cuales. Salvo en lo relativo al trabajador productivo, esta enumeración tampoco nos dice nada acerca de cuáles son nuestros puntos fuertes como clase trabajadora y cuáles son los puntos dé-biles de nuestro enemigo de clase. Desde el punto de vista de las luchas actuales, será preciso entonces plantearnos otras preguntas.

Page 60: El método socialista - socialismo-chileno.org · Tribuna del socialismo chileno / No 90 ... de una Declaración de Principios y fijan la realización de un ... y que nuestro punto

2 0 1 2

60

Octubre 2012