revista izquierda no22 mayo de 2012

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  • 7/31/2019 Revista izquierda no22 Mayo de 2012

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    MAYO / 201222

    Rgimen polt ico y discursoDe rupturas y reacomodos

    en la derecha colombiana Luchas populares Marcha PatriticaNeoliberalismo rampante Corte Constitucional y sostenibilidadfiscal Macroeconoma para el gran capital La feminizacin

    laboral del magisterio Conflicto y solucin poltica La nuevaestrategia militar del Estado colombiano: Una etapa ms en la

    degradacin de la guerra internaNuestra Amrica La Cumbrede Las Amricas y la apuesta de la derecha continental La

    expropiacin de YPF y los debates habilitados LibrosSobre la obra

    Pensamiento filosfico latinoamericanode Pablo Guadarrama

    Editorial Marcha Patritica y perspectivas del campo poltico

    ISSN- 2215-8332BOGOT, COLOMBIA

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    Todo el contenido deesta publicacin puede

    reproducirse libremente,conservando sus crditos.

    Jairo Estrada lvarez DirectorJess Gualdrn SandovalJefe de redaccin

    lvaro Vsquez del Real, Daniel Libreros Caicedo, Csar Giraldo Giraldo,

    Frank Molano Camargo, Jorge Gantiva Silva, Mara Teresa Cifuentes Traslavia,Nelson Fajardo Marulanda, Patricia Ariza, Ricardo Snchez ngel, Sergio DeZubira Samper, Vctor Manuel Moncayo Cruz Consejo editorial

    Beatriz Stolowicz (Mxico), Julio Gambina (Argentina), Ricardo Antunes (Brasil),Antonio Elas (Uruguay) Consejo asesor internacional

    Las opiniones emitidas por los autores no comprometen

    al Consejo Editorial de la Revista.

    Tatianna Cast illo Reyes Diseo y diagramacin

    Espacio Crtico EdicionesPublicacin auspiciada por Espacio Crtico Centro de Estudioswww.espaciocrit ico.com

    ISSN-2215-8332N 22, Mayo de 2012. Bogot, Colombia

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    DE RUPTURAS Y REACOMODOS EN LA DERECHA COLOMBIANA

    Jairo Estrada lvarez 4

    MARCHA PATRITICA. DECLARACIN POLTICA 14

    CORTE CONSTITUCIONAL Y SOSTENIBILIDAD

    FISCAL. Daniel Libreros Caicedo 22MACROECONOMA PARA EL GRAN CAPITALNelson Fajardo Marulanda 28LA FEMINIZACIN LABORAL DEL MAGISTERIO

    Martha Yanneth Valenzuela Rodrguez34

    LA NUEVA ESTRATEGIA MILITAR DEL

    ESTADO COLOMBIANO: UNA ETAPA MS

    EN LA DEGRADACIN DE LA GUERRA

    INTERNASantos Alonso Beltrn Beltrn 40

    LA CUMBRE DE LAS AMRICAS

    Y LA APUESTA DE LA DERECHA

    CONTINENTAL Edwin AndrsMartnez Casas y Oscar AndrsEspitia Lombo 48LA EXPROPIACIN DE YPF Y LOSDEBATES HABILITADOSJulio C.Gambina 52

    SOBRE LA OBRA

    PENSAMIENTO FILOSFICO

    LATINOAMERICANODE

    PABLO GUADARRAMA

    Ricardo Snchez ngel 56

    MARCHAPATRITICA Y

    PERSPECTIVAS DEL

    CAMPO POLTICOSergio De Zubira 62

    Editorial

    Rgimenpolticoydiscurs

    o

    Luchaspopulares

    NuestraAmrica

    Co

    nflictoysolu

    cinpoltica

    Libros

    Neoliberalismo

    rampante

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    Profesor del

    Departamento de

    Ciencia Poltica

    Universidad Nacional

    de Colombia

    Jairo EstradalvarEz

    El proyecto de dominacin de clase no pasapor su mejor momento. La relativa cohesin

    exhibida por el bloque hegemnico en el poder durante

    los ltimos lustros muestra suras en forma repetida y

    no es descartable una ruptura entre las facciones que lo

    componen. A las alianzas que llevaron al triunfo electoral

    de Santos, le siguieron reiteradas manifestaciones de

    diferencias una vez posesionado como Presidente y, ms

    recientemente, se aprecia lo que podra ser un reacomododenitivo. Todo indica que las facciones que han venido

    conformando el bloque en el poder se aprestan a una

    dura contienda con miras a las elecciones presidenciales

    y del Congreso en 2014.

    El proyecto de la derecha colombiana, que durante

    un trecho importante del proceso poltico fue liderado

    por los sectores militaristas y de la ultraderecha durante

    los gobiernos de Uribe Vlez, pareciera explorar nuevas

    posibilidades y disputar nuevos refugios en el amplio

    De rupturas yreacomodos en la

    derecha colombiana

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    econmicas tradicionales, sectores de la maa narcotracante, del latifundismo

    y del empresariado capitalista interior y transnacional, comprometidos con la

    promocin y el ejercicio directo de la violencia. Se cont igualmente con el

    apoyo del imperialismo estadounidense beneciario directo, pues gracias

    ello pudo aumentar su presencia y posibilidades de intervencionismo poltico,

    econmico y militar en la Regin.

    El producto histrico de semejante consenso fue la imposicin de un rgi-

    men de acumulacin basado en la expropiacin masiva y el despojo violentos,

    que logr encuadrarse con coherencia en las dinmicas del proceso de neoli-beralizacin transnacional, propiciadas por las polticas del Consenso de Wash-

    ington. Todo ello acompaado de la entronizacin de estructuras criminales y

    maosas en el rgimen poltico y en el conjunto de la organizacin estatal que,

    bajo el manto de forma jurdico-poltica del Estado social de derecho y de la

    democracia electoral, hicieron del terrorismo de Estado y de la violencia parami-

    litar una forma fundamental del ejercicio del poder y del disciplinamiento social.

    La resistencia obrera y popular, as como los proyectos polticos de oposicin

    de clase fueron perseguidos, criminalizados, desestructurados y, en ocasiones,exterminados. La guerra contrainsurgente se intensic y adquiri nuevas

    dimensiones. Al mismo tiempo, se logr un amplio respaldo de sectores medios,

    proclives al arribismo social y al pensamiento de derecha, as como de grupos

    poblaciones pauperizados, atrados con polticas de subsidios condicionados.

    Consenso del bloque en el poder y redefnicin del proyecto deacumulacin

    A lo largo de la ltima dcada, el ya sealado consenso rindi sus mejoresfrutos pues produjo las condiciones para apalancar la redenicin del proyecto

    de acumulacin hacia economas de explotacin de recursos (minerales y de

    hidrocarburos), de generacin de energa, de produccin de agrocombustibles,

    de megaproyectos infraestructurales y de explotacin forestal. Todo ello inmerso

    en las dinmicas especulativas de la nanciarizacin transnacional. En desarrollo

    de ese propsito se acentu el alistamiento violento del territorio, conjugndolo

    con la conformacin de un marco jurdico-institucional de incentivos extremos

    a la inversin extranjera, de establecimiento de un rgimen de derechos

    del capital. Seguridad democrtica y conanza inversionista fueron los

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    servan de soporte. No todo el libreto all previsto pudo

    realizarse. Acciones de denuncia de organizaciones de

    derechos humanos y de fuerzas de izquierda, as como

    sentencias judiciales, le pondran lmite a esa operacin

    de limpieza emprendida por el gobierno de Uribe Vlez.

    Lo que seguira seran las mutuas incriminaciones, las

    traiciones entre mafosos, el conocimiento de verdades

    a medias, los seguimientos y escuchas a miembros de la

    oposicin, as como los intentos por detener la activacinde reservas democrtico-liberales presentes en la propia

    organizacin del Estado, especialmente en la Corte

    Suprema de Justicia, todo ello con miras a preservar

    el manto de silencio e impunidad que haba imperado

    durante las ltimas dcadas.

    La exacerbacin de la poltica de seguridad

    democrtica a travs de la continua reinvencin del

    enemigo terrorista en guerra contra la sociedad seconstituy en el elemento cohesionador del bloque en el

    poder y en la cortina de humo para ocultar la verdadera

    naturaleza del rgimen que se haba venido imponiendo:

    oprobioso, criminal, corrupto, de mentiras organizadas,

    arropado con un aparato de comunicacin y propaganda

    sin precedentes.

    Con la no aprobacin de la segunda reeleccin

    de Uribe Vlez, se puso un freno jurdico-formal a lacontinuidad en el gobierno del liderazgo respaldado y

    consentido durante dos perodos presidenciales por

    el bloque dominante en el poder. Con ello, se abri la

    posibilidad de reacomodos y rupturas.

    Cambios dentro de la continuidad y reacomodosen el bloque en el poder

    Aunque el proyecto poltico representado por

    Santos poda ser considerado a primera vista en trminos

    Desde el punto

    de vista de la

    representacin

    ideolgica

    del proyecto

    hegemnico se

    tratara de superar

    el predominio de

    la ya debilitadafaccin de derecha

    neofranquista y de

    evidente adhesin

    a una cultura

    poltica fascista,

    por una derecha

    modernizante

    cuyo (trasnochado)discurso de

    tercera vaposee

    mayor sintona

    con las dinmicas

    del gran capital

    transnacional.

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    de una simple continuidad, dadas las identidades

    programticas de carcter estratgico: seguridad

    democrtica, confanza inversionista, cohesin social

    (con todo lo que stas conllevan desde el punto de

    vista del ejercicio cotidiano del poder y de diseos de

    la poltica econmica), la realidad es que en ese marco

    de continuidad se han venido apreciando cambios que

    estn produciendo reacomodos y rupturas en el bloque

    en el poder. La razn principal para ello se encuentraen las demandas (polticas e institucionales) actuales del

    proyecto de acumulacin capitalista de reprimarizacin

    fnanciarizada de la economa, y en el agotamiento de

    la retrica de la amenaza terrorista que ya no logra los

    niveles de cohesin alcanzados aos atrs. Pareciera ser

    que la forma predominante de acumular y de enfrentar

    el conicto social y de clase a travs del ejercicio

    indiscriminado de la violencia estatal y paramilitar, queantes lograba cohesionar a las clases dominantes y

    producir consenso entre ellas, ahora tiende a constituirse

    en lmite para la reproduccin del proyecto hegemnico.

    Como lo mandan los cnones de la tecnocracia

    neoinstitucionalista de los organismos multilaterales, la

    clave se encuentra en el restablecimiento y reforzamiento

    del orden del derecho, en el despliegue de la capacidad

    institucional del Estado, entendisda sta en cuanto ca-pacidad de producir un orden normativo que cuente con

    la debida legitimidad y consenso social. Se tratara de la

    consolidacin de formas jurdicas para la acumulacin y el

    despojo, y para la regulacin de los conictos sociales y

    de clase (sin que ello represente el fn del ejercicio de la

    violencia, tal y como ha ocurrido en otros momentos de

    nuestra historia).

    Desde el punto de vista de la representacin ideo-

    lgica del proyecto hegemnico se tratara de superar

    Rgimen pol tico y discursoN 22, Mayo de 2012 Bogot, Colombia Volver

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    el predominio de la ya debilitada faccin de derecha

    neofranquista y de evidente adhesin a una cultura po-

    ltica fascista, por una derecha modernizante cuyo (tras-

    nochado) discurso de tercera va posee mayor sintona

    con las dinmicas del gran capital transnacional. Desde la

    perspectiva de los intereses econmicos, se tratara del

    debilitamiento del poder narcotracante, hacendatario-

    terrateniente y de aquellas facciones del empresariado

    capitalista que han privilegiado el ejercicio de la violenciacomo estrategia de acumulacin; en suma, del intento de

    desprenderse las facciones criminales y maosas.

    Pugna entre facciones en el bloque en el poderLo que est por verse es si ese reacomodo es posible,

    dadas las profundas y estructurales imbricaciones polticas,

    econmicas y socioculturales que le han servido hasta

    ahora de sustento al proyecto hegemnico. La faccinque ahora quiere predominar viene de un compromiso, al

    que ella adhiri y del cual fue partcipe activa. Santos fue

    uno de los alles de la poltica de seguridad democrtica

    en su calidad de Ministro de Defensa de Uribe Vlez. No

    es fcil pretender desprenderse de lo que se ha sido parte

    integral. No es completamente previsible cul sera el

    costo poltico de una ruptura denitiva para las facciones

    en pugna, como la que ya se insina. Sin duda, estaremosen presencia de una contienda interesante, que mover

    las chas del tablero poltico, no slo en el campo de

    la derecha; incluso en el centro y en la autodenominada

    izquierda democrtica.

    Independientemente de los resultados especcos

    del pretendido reacomodo, lo cierto es que ste

    responde a las diferencias acerca de cmo se miran

    las condiciones de posibilidad para la continuidad

    del proyecto hegemnico y de dominacin de clase.

    Desde la

    perspectiva de

    los intereses

    econmicos,

    se tratara del

    debilitamiento

    del poder

    narcotrafcante,

    hacendatario-terrateniente y de

    aquellas facciones

    del empresariado

    capitalista que

    han privilegiado

    el ejercicio de la

    violencia como

    estrategia deacumulacin; en

    suma, del intento

    de desprenderse las

    facciones criminales

    y mafosas.

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    por los sectores ms guerreristas y ultraderechistas ligados al

    narcoparamilitarismo, no se observa ms all de la retrica

    el surgimiento de nuevas condiciones que permitan armar

    que se est en camino de superar las estructuras autoritarias,

    criminales, maosas y corruptas que caracterizan el rgimen

    poltico colombiano. Tendencias recientes de los desarrollos

    legislativos en diversos campos parecen, ms bien, reforzar

    el manto de impunidad que ha prevalecido en el pas,

    buscando institucionalizar el ejercicio de la violencia contra lapoblacin, al tiempo que pretenden perseguir y criminalizar

    la protesta y la movilizacin social.

    El gobierno de Santos ha venido profundizando el

    proceso de neoliberalizacin de la economa y de la sociedad

    iniciado hace ms de dos dcadas. Ese continuismo favorece

    esencialmente al capital nanciero transnacional y a los

    grandes grupos econmicos que, pensando exclusivamente

    en su afn de lucro, han impuesto un modelo econmicoempobrecedor. Tal modelo ha desindustrializado el

    pas, sumido la produccin agrcola y, en especial, la

    produccin de alimentos en una profunda crisis, propiciado

    una terciarizacin precaria, estimulado al extremo la

    especulacin nanciera, y promovido sobre todo durante

    la ltima dcada la explotacin intensiva de nuestra

    riqueza en hidrocarburos, minerales y fuentes de agua,

    acompaando sta de la produccin de agrocombustibles,

    de la explotacin forestal y de la ejecucin de megaproyectos

    infraestructurales. En desarrollo de este modelo se ha

    diseado todo un andamiaje jurdico-institucional y militar

    para proteger los intereses del gran capital, el cual se ha

    venido perfeccionando durante el actual gobierno a travs

    de mltiples reformas de alcance constitucional y legal.

    La entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio con

    Estados Unidos y de otros tratados de similar contenido es

    una buena manifestacin de ello.

    Marcha Patritica

    es el lugar de

    encuentro de

    mltiples procesos

    de organizacin,

    resistencia y lucha

    que han decidido

    hacer suyo el

    ejercicio de lapoltica, y aspira a

    ser una expresin

    organizada del

    movimiento real

    de las resistencias

    y luchas de

    las gentes del

    comn y de lossectores sociales

    y populares

    que en forma

    heroica y pese a

    las adversidades

    actan

    cotidianamente en

    todos los rincones

    del pas por una

    patria grande,

    digna y soberana.

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    Este modelo econmico ha conducido a una creciente degradacin de la

    soberana, a una mayor concentracin y centralizacin de la riqueza, al aumento de la

    desigualdad social, a la precarizacin y la pauperizacin del trabajo, a la depredacin

    socioambiental, as como a la continua apropiacin de riqueza social y de los frutos

    del trabajo mediante el despojo y el desplazamiento forzado de la poblacin. Tambin

    ha propiciado una mercantilizacin extrema y profunda de toda la vida social.

    Asimismo, se ha constituido en fuente de apropiacin de dineros pblicos, mediante

    el despliegue generalizado de estructuras corruptas.

    Hacia un cambio poltico y del modelo econmico

    En Marcha Patritica sealamos la necesidad de producir un cambio poltico en

    el pas que siente las bases para la derrota del actual bloque hegemnico de poder y

    genere las condiciones para las transformaciones estructurales econmicas, polticas,

    sociales y culturales que demandan las gentes del comn y el pueblo colombiano

    en general. Marcha pone su acumulado y sus proyecciones al servicio de ese

    propsito, llama a la ms amplia unidad del pueblo colombiano y, en especial, a losdiferentes procesos sociales y populares existentes, tales como el Polo Democrtico

    Alternativo y otros partidos y organizaciones polticas de la izquierda, el Congreso de

    los Pueblos, la Minga Social e Indgena, la Coordinadora Nacional de Movimientos

    y Organizaciones Sociales y Polticas, el Comosoc, la MANE, as como a las dems

    fuerzas polticas, econmicas y sociales que as lo consideren, a la construccin de

    acuerdos programticos que permitan avanzar hacia la superacin del modo de vida

    y de produccin imperante en el pas, a la transformacin estructural del Estado, de

    la economa y de la cultura.

    En Marcha Patritica manifestamos la decisin poltica de luchar por un nuevo

    modelo econmico, de Estado y de sociedad, que posibilite la transformacin estructural

    del modo de vida y de produccin, permita garantizar y materializar los derechos

    humanos integrales, dignicar y humanizar el trabajo, reparar integralmente a las

    vctimas de la violencia y del terror estatal y paramilitar, organizar democrticamente el

    territorio, realizar reformas agraria y urbana integrales, emprender las correspondientes

    transformaciones socioculturales, dignicar el arte y la cultura, luchar por un nuevo

    orden internacional basado en los principios de la soberana, la no intervencin, la

    autodeterminacin y el internacionalismo de los pueblos, y contribuir a la integracin

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    balance estratgico de la guerra, se responde a los intereses

    geopolticos y econmicos del imperialismo estadounidense

    para garantizar el acceso a recursos estratgicos, proteger

    las inversiones trasnacionales y contener cualquier amenaza

    frente a esos propsitos, provenga sta de movimientos

    sociales o insurgentes o de Estados soberanos en la regin.

    La poltica de la solucin militar encuentra su actual

    expresin en la Plan Espada de Honor, que se une a otras

    experiencias del pasado reciente, inscritas todas ellas dentrodel Plan Colombia y sus diferentes fases de ejecucin. Con ella

    se busca la rendicin y la desmovilizacin de la insurgencia.

    La experiencia de nuestro pas durante los ltimos cincuenta

    aos ensea, no obstante, que propsitos similares no

    han sido ms que empresas fallidas, que le han imprimido

    nuevas dinmicas y formas de expresin a la confrontacin.

    Y no puede ser de otra manera, dadas las races histricas

    y la naturaleza poltica, econmica y social del conictocolombiano, as como la dinmica especca de una guerra

    irregular y asimtrica.

    Una prolongacin indenida del conicto social y armado,

    adems de lo que ello representa en trminos del sufrimiento

    de la poblacin y del continuo aumento de los gastos para

    la guerra que bien pudieran ser destinados para atender las

    necesidades de las gentes del comn, conduce a la peligrosa

    militarizacin de la vida poltica, econmica, social y cultural.

    En Marcha Patritica manifestamos nuestro compromiso

    tico y poltico con la bsqueda de una solucin poltica al

    conicto social y armado. En consideracin a que sta debe

    ser apropiada socialmente, en Marcha expresamos nuestra

    decisin de impulsar procesos constituyentes regionales

    y locales por la solucin poltica y la paz con justicia social

    que conduzcan a la realizacin de una Asamblea Nacional de

    estos procesos. Asimismo, proponemos a todas las fuerzas

    polticas, econmicas y sociales aunar esfuerzos para transitar

    EnMarcha

    Patritica

    sealamos la

    necesidad de

    producir un cambio

    poltico en el

    pas que siente

    las bases para la

    derrota del actualbloque hegemnico

    de poder y genere

    las condiciones

    para las

    transformaciones

    estructurales

    econmicas,

    polticas, socialesy culturales

    que demandan

    las gentes del

    comn y el pueblo

    colombiano en

    general.

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    caminos que permitan hacer realidad los anhelos de paz de las gentes del comn y del

    pueblo colombiano en general. Ello podra tener una expresin inicial en la realizacin

    de un encuentro nacional por la solucin poltica y la paz con justicia social.

    Solidaridad con las luchas y movilizaciones populares en Colombia yNuestra Amrica

    Desde Marcha presentamos un saludo solidario a todas las movilizaciones,

    resistencias, y luchas populares; manifestamos nuestro compromiso de acompaarlas,

    hacerlas nuestras y participar activamente en ellas. Saludamos igualmente a todos loshombres y mujeres que, en campos y ciudades, entregan lo mejor de sus vidas para

    contribuir al buen vivir de las clases subalternas, oprimidas y explotadas. Llamamos

    la atencin sobre la situacin de los prisioneros de guerra, y manifestamos nuestra

    solidaridad con los prisioneros polticos y de conciencia. Asimismo, declaramos

    nuestra vocacin internacionalista y nuestro irrestricto apoyo a todos los luchadores y

    luchadoras que en el mundo y en Nuestra Amrica buscan la superacin del modo de

    vida y de produccin impuesto por el capitalismo.

    A Marcha hemos llegado las y los patriotas para armar la existencia de sueoscolectivos, para trazar rutas de dignidad, para abrir puertas de esperanzas realizables.

    Siguiendo el legado de las y los libertadores de la Primera Independencia y de los

    luchadores populares de las resistencias en nuestra nacin, somos partcipes de este

    nuevo captulo en la historia que habr de forjarse en la ms amplia unidad popular.

    Salimos convencidos y convencidas de que el sueo no solamente existe, sino que

    se hace realizable en el trabajo colectivo de cada organizacin y en la propuesta

    colectiva que seguimos construyendo. Entregamos al pas este aporte de esperanza

    decidida, invitando a marchar, a caminar, a luchar y a construir.

    A marchar por la solucin poltica!A marchar por la soberana y la integracin de los pueblos!

    A marchar por la unidad popular, por lasegunda y defnitiva independencia!

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    La frmula tcnica para cumplir con este objetivo es el denominado supervit

    primario, legislado como obligatorio para los prximos diez aos. La Regla Fiscal

    fue exigida por el FMI y propuesta desde el gobierno de Uribe por un comit

    tcnico institucional.3 Determina, entonces, una jerarqua constitucional en la

    que los rendimientos del capital financiero son superiores a las necesidades de

    la poblacin.

    b) El Problema de la deuda pblica

    Las estadsticas del Ministerio de Hacienda reconocen que el monto totalde la deuda pblica del gobierno nacional a datos de Diciembre del 2010 se

    acerca a los $203 billones. La deuda neta del gobierno nacional sumada con la

    del sector pblico no financiero llega al 38% aproximado del PIB.4 El 71% de ese

    monto corresponde a deuda interna y el 29% a deuda externa. La explicacin

    de este hecho se encuentra en la especulacin que realizan los operadores

    financieros desde 2004, cuando constataron que la depreciacin del dlar y la

    baja internacional en la tasa de inters duraran varios aos. Esta especulacin

    consiste en obtener dlares baratos afuera para comprar ttulos de deuda en

    pesos (TES), con tasas de inters superiores. Debe aadirse que el actualgobierno ha promocionado esta prctica parasitaria.5

    Esta especulacin la terminamos pagando con impuestos la mayora de los

    colombianos. Tambin terminamos pagando fiscalmente las ganancias de las

    inversiones financieras de corto plazo. Dado que las autoridades monetarias

    3 Regla Fiscal para Colombia, Comit Tcnico Institucional (Banco de la Repblica, Ministeriode Hacienda y DNP, Bogot, D.C., 7 de julio de 2010). En el aparte pertinente anotan: La reglase aplicar sobre el balance primario, como porcentaje del producto interno bruto (PIB), el

    cual se define como el balance fiscal neto del pago de intereses sobre la deuda. La regla fiscalestablece un balance primario que permitir reducir progresivamente la deuda del GobiernoNacional desde el nivel de 39,4% del PIB proyectado para 2010 a uno de 28,4% del PIB en elao 2020. Para que esto sea posible se requiere que en el transcurso de la prxima dcada sealcance, en promedio por ao, un supervit primario de 1,3% del PIB.

    4 Informe Anual de Seguimiento de Deuda del Gobierno Nacional 2010. Direccin General deCrdito Pblico y Tesoro Nacional - Subdireccin de Riesgo, 31 de diciembre de 2010, p. 7.

    5 Durante el 2010, se efectuaron tres operaciones de manejo de deuda interna, realizadasen febrero y en abril. Las operaciones permitieron mejorar el perfil de vencimientos de laNacin, cambiando ttulos con vencimientos entre el 2010 y el 2018 y entregando ttulos convencimientos entre el 2013 y el 2024. La tasa de inters pactada en esta renegociacin

    estuvo en 7 puntos, lo que constituye una cifra exorbitante con relacin a las posibilidadesactuales de crdito en el exterior.

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  • 7/31/2019 Revista izquierda no22 Mayo de 2012

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    no han sido capaces ni siquiera de controlar los flujos

    especulativos menores de un ao6, el aumento de la

    base monetaria que producen los llamados capitales

    golondrina obliga al Banco de la Repblica a comprar

    dlares que deben ser esterilizados con TES.7

    Mientras tanto las autoridades monetarias aceptan

    un aumento desbordado del endeudamiento privado ba-

    rato en el exterior8, el cual, en el horizonte de la crisis

    6 La inversin extranjera de portafolio en Colombia (corto plazoo capitales golondrina) durante 2011 sum 8.202 millones dedlares, superando los 3.263 millones de dlares del 2010,Confirmado rcord de inversin extranjera en Colombia.Portafolio, marzo 29 de 2012,

    7 En diciembre de 2011 el crecimiento nominal anual de la basemonetaria fue 14,4%, lo que implic un aumento de su saldo de$6.464 mm. Las principales operaciones que explican la expan-sin de la liquidez en pesos fueron: las compras netas de divisasdel Emisor en el mercado cambiario por $6.790 mm (US$3.720

    m) (...) Esto fue contrarrestado parcialmente por el mayor saldode depsitos de la Direccin General del Tesoro Nacional y Cr-dito Pblico (DGTNCP) en el Banco de la Repblica ($2.363 mm)y, en menor medida, por la reduccin en el saldo del portafoliode TES en poder del Emisor como resultado de vencimientos por$325 mm. El mecanismo que funciona desde junio de 2005, con-siste en que la Direccin General del Tesoro deposita sus exce-dentes en pesos en cuentas del Emisor colombiano, el que a suvez remunera el saldo de estos depsitos a tasas de inters demercado, que es otra forma de contraer gasto pblico. Informedel Banco de la Repblica, marzo del 2012.

    8 Distintos indicadores muestran un acelerado aumento dela deuda externa privada a partir de julio de 2010 Segn elBanco de la Repblica, el saldo de la deuda privada externapas de 5,8% del PIB en enero de este ao a 6,1% del PIB en

    junio y a 8% en agosto. Al concluir el primer semestre de 2010el saldo de esa deuda era de $17.951 millones y en agosto llega $23.032 millones, o sea un incremento de 28,3% en tan solodos meses. Este crecimiento aparentemente se ha mantenidoentre septiembre y noviembre si se tiene en cuenta el vertiginosoaumento de la cartera en moneda extranjera del sistemafinanciero. Al 18 de noviembre esa cartera creca a un ritmo de

    97,4% anual Se dispar la deuda externa en Colombia, Lanota.com, 21 de noviembre del 2010.

    El pasado 17 de

    abril, la Corte

    Constitucional

    declar exequible

    el Acto Legislativo

    que oficializ la

    sostenibilidad

    fiscal. Este

    Acto Legislativocerr el ciclo de

    modificaciones

    constitucionales

    realizadas por

    los gobiernos

    anteriores bajo la

    presin del capital

    transnacional y de

    las InstitucionesFinancieras

    Internacionales

    IFIS,

    modificaciones

    que haban venido

    eliminando

    paulatinamente

    las normas que

    garantizaban

    recursos asociados

    a derechos

    sociales

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    financiera internacional, puede llegar a convertirse en problemtico, en cuyo

    caso, tal y como ha ocurrido en las ltimas dcadas en Amrica Latina y en el

    pas, ser descargado sobre el presupuesto pblico en lo que se conoce como

    socializacin de prdidas.

    Resultado de esta poltica de favorecimiento de los grandes operadores de

    las finanzas, el peso de la deuda pblica ha venido aumentando durante los

    ltimos aos en la ejecucin fiscal anual. As, en el caso del presupuesto que se

    viene ejecutando en el 2011, El servicio de la deuda crece en 14,6%, pasando

    de $35,2 billones a $40,3 billones. Mientras que el crecimiento total delpresupuesto para 2012 crece 9,5% frente al de 2011, pasando de $151 billones

    a $165,3 billones.9 Esto significa que en el ao en curso el endeudamiento

    aument en un monto superior al del crecimiento presupuestal (5 puntos), lo

    cual tendr consecuencias en pocos aos. Debe resaltarse el hecho de que

    los intereses de la deuda pblica llegan al 40% aproximado de la totalidad del

    servicio de la deuda.

    Esto es lo que le interesa a la regla fiscal y lo que determina una sostenibilidad

    fiscal que negar derechos para beneficiar a los grandes intermediarios financieros.

    Sostenibilidad Fiscal y nuevo Sistema de Regalas

    El Acto Legislativo No. 5 de 2011 modific el sistema de regalas damnif icando,

    con el pretexto de la corrupcin, a los entes territoriales en los que se extraen

    los recursos no renovables. Despus de una corta transicin quedarn con tan

    slo el 10% del total de las regalas que obtendr la nacin en los prximos aos.

    Tan severo ajuste a estos entes territoriales, que se convertirn en verdaderos

    agujeros negros de la reprimarizacin econmica con graves consecuencias

    sociales, se hace en momentos en que las enormes facilidades que le otorga el

    Estado a las multinacionales del petrleo y la minera posibilitarn un aumento

    de la IED en el sector que, segn los clculos oficiales, llevarn en el perodo

    2012-2020 a un monto de $94.8 billones por concepto de regalas.

    La reforma al sistema de regalas defini la creacin de un Fondo de

    Ahorro y Estabilizacin (FAE) que tendr el 30% de esos recursos, los cuales

    sern administrados a ttulo de fidecomiso por el Banco de la Repblica. El

    Decreto 750 de abril de este ao reglament el FAE. En el artculo 3 estableci:

    Administracin del Fideicomiso. Las inversiones del Fideicomiso (FAE)

    9 Comunicado de prensa 031, Ministerio de Hacienda y Crdito Pblico, julio 29 del 2011.

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    solamente se podrn realizar en instrumentos financieros denominados en

    moneda extranjera, y emitidos en el exterior. Las inversiones podrn comprender

    ttulos representativos de deuda externa colombiana de la Nacin, siempre y

    cuando no sean adquiridos en el mercado primario. El riesgo cambiario ser

    asumido por los partcipes en el Fondo de Ahorro y Estabilizacin y en ningn

    caso por la Nacin.10

    Lo cual significa que los recursos de regalas se colocarn obligatoriamente

    en dlares en el mercado internacional de capitales en momentos en que esta

    divisa se encuentra depreciada. Esto significa que con los recursos fiscalesque se obtienen de un modelo depredador de los territorios financiamos un

    sistema financiero internacional en crisis. Esto no es otra cosa que obediencia

    a la dominacin imperial financiera.

    Ms an, el mismo decreto establece que en pocas de vacas flacas

    calificadas como desahorro, el Ministerio de Hacienda podr solicitar al Banco

    de la Repblica que le gire recursos del fideicomiso para asumir las dificultades

    fiscales. Una vez que la autoridad monetaria acepte, La Direccin General de

    Crdito Pblico y Tesoro Nacional del Ministerio de Hacienda y Crdito Pblico

    canalizarn los recursos en moneda extranjera a travs del mercado cambiarioen condiciones de mercado. Los costos y efectos cambiarios que ocasionen

    dichas operaciones se harn proporcionalmente con cargo a los beneficiarios del

    desahorro11 Es decir, que el soporte fiscal en este caso tambin se entregar

    en dlares. En ambos casos, en bonanza y en dificultades los recursos fiscales

    convertidos en dlares debern pasar por el mercado de capitales aumentando

    el negocio financiero y privatizando la bonanza energtica.

    Ante este diseo especulativo urge coordinar las resistencias territoriales con

    las demandas en contra del endeudamiento pblico y la especulacin financiera

    que a causa de las definiciones neoliberales asumidas a plenitud por el Estado

    colombiano termin convirtiendo el presupuesto pblico en un negocio privado.

    10 Decreto 750 del 16 de abril del 2012, Ministerio de Hacienda y Crdito Pblico11 Pargrafo del artculo 4 del decreto 750 del 2012.

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    En relacin con la balanza comercial, es notoria la tendencia negativa

    durante dos aos del periodo, con momentos de recuperacin leve, para dar un

    salto abrupto hacia 2011, ao en que ubic su volumen en 2.300 millones de

    dlares. Desde luego que este comportamiento positivo hacia el final no se

    refleja con fuerza en la participacin de la balanza comercial en el crecimiento

    del Producto Interno Bruto (PIB), el cual no alcanza el uno por ciento, debido al

    dficit de dicha balanza por exceso de importaciones, que superaron el volumen

    de los recursos obtenidos por las exportaciones.

    Adems de las dificultades que muestra una balanza comercial deficitaria,componente fuerte de la balanza de pagos de la nacin, la cuenta corriente

    de la misma balanza presenta un comportamiento absolutamente negativo a

    lo largo y ancho de todo el periodo; mientras que las reservas internacionales

    pasaron de 20.601 millones de dlares en 2007 a 30.300 millones en 2011.

    Cuadro 3

    Dfcit Fiscal (%PIB) -0,8 -0,1 -1,8 -3,2 -3,6

    Tasa desempleo

    urbano (%)10,2 10,9 12,3 11,1 10,0

    Fuentes: Dane, Banco de la Repblica, DNP, Minhacienda, Proyecciones Revista Dinero.

    Finalmente, el dficit fiscal sigue un curso hacia la reduccin, de tal suerte

    que esto no afecta negativamente el crecimiento del PIB; mientras que la

    generacin de empleo se sigue sosteniendo en dos dgitos, as el Gobierno

    insista en lograr reducirla a uno.

    Ms para la acumulacin de capital, menos para los trabajadores

    De estas cifras se deduce que hemos sostenido el crecimiento en la

    acumulacin y circulacin de capital dinero (sector financiero) con un buen

    volumen procedente de la larga acumulacin originaria o primitiva de capitales.

    Igualmente, el proceso de reprimarizacin de la economa nacional, que se

    adapta crecientemente a las demandas exportadoras del capital transnacional,

    juega un papel muy importante, sin que ello tenga una alta incidencia en el

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    de Precios de la Produccin, que, incluso, asume signos

    negativos como efecto de la reduccin en la importacin

    de bienes de capital y no tanto por el comportamiento

    de los precios.

    Mayor dependencia y debilitamiento de la

    soberana nacionalBajo esta panormica, los comportamientos de losindicadores macroeconmicos permiten constatar que

    la vulnerabilidad e inestabilidad de la economa estn

    presentes y pueden derivar en crisis como resultado de

    las presiones procedentes de la crisis del capital mundial,

    pero tambin de la especulacin financiera, el deterioro

    del aparato productivo y la conversin de Colombia en

    un amplio mercado persa de mercancas procedentes

    de las transnacionales, mientras que, al mismo tiempo,extraemos materias primas minero-energticas

    necesarias para el progreso de la nacin para colocarlas

    en la lnea de las demandas de las transnacionales.

    La crisis del capital mundial afecta la economa

    colombiana en la medida que sta se convirti en una

    economa que ampla y profundiza su dependencia de las

    transnacionales, angustiadas por asegurar altas tasas

    de ganancia con materias primas baratas. Desde luego

    que a ello se agrega la tendencia a una sobreproduccinexacerbada, que no slo golpea la tasa de ganancia,

    sino que tambin prepara las condiciones de las crisis

    recurrentes en que se mueve el capital.

    Por su parte, la especulacin creciente con el capi-

    tal dinero y su distanciamiento de los requerimientos del

    aparato productivo transforman dichos capitales en pa-

    rasitarios y son estimulantes de serias distorsiones en el

    comportamiento de los precios que, asediados por las

    presiones que ejercen las tasas de inters, se mueven eninestabilidades turbulentas que pueden arrasar rpida-

    La relacin con-

    tradictoria entre el

    capital y el trabajo

    en el contexto

    colombiano no deja

    la menor duda de

    que los crecimien-tos positivos de la

    economa nacional

    estn orientados al

    favorecimiento de

    las transnaciona-

    les y los capitales

    criollos transna-

    cionalizados y no

    al progreso realde la nacin, lo

    cual incluira el

    fortalecimiento del

    trabajo digno para

    elevar la producti-

    vidad del mismo y

    permitira generar

    mayor riqueza,

    mejor distribuida.Precisamente, esto

    es lo que sosla-

    yan los medios

    de informacin y

    comunicacin del

    Estado y del

    gran capital.

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    Docente Secretarade Educacin Bogot

    Localidad deSan Cristbal

    Colectivo deMaestras y

    Maestros Vientodel Sur - MODEP

    Martha YannethValenzuelaroDrguez

    La feminizacin laboraldel magisterio:Una estructura de subordinacin

    y expoliacin capitalista

    patriarcal del trabajo docente

    A

    unque no se cuenta con fuentes estadsticas

    confiables, para 2010 se registr que el total de

    maestros y maestras del sector pblico era de

    310.932, de los cuales el 70% estaba constituido mujeres,aunque la mayora de los cargos directivos docentes est

    ocupada por hombres. Adems, las maestras representan

    la totalidad de la docencia preescolar (96,3%), ms de tres

    cuartos de la primaria (76,0%), algo menos de la mitad de la

    secundaria (44,2%) y menos de un cuarto de la universitaria

    (22,6%).

    A simple vista, los datos arrojan varias preguntas:

    existe una divisin de gnero en el trabajo docente? Qu

    implicaciones de orden laboral, poltico y cultural tiene la

    pirmide ocupacional del magisterio? Hay correlacin

    entre la representacin y dominacin patriarcal del trabajo

    femenino docente y las condiciones laborales del magisterio

    colombiano?

    La siguiente reflexin explora varios asuntos: implicacio-

    nes laborales de la feminizacin del magisterio, problemas

    laborales de las mujeres docentes y reivindicaciones que

    las maestras debemos impulsar. El feminismo neoliberal

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    docente en el sistema de educacin pblico, aunque

    socialmente su rol laboral sigui estando asociado cultural

    y polticamente a labores conexas a la maternidad, el

    cuidado de los/as hijos/as y la obediencia a la autoridad,

    permitiendo que desde entonces (primera mitad del siglo

    XX) el cuerpo, la subjetividad, la sexualidad y la moralidad

    de las maestras fueran regulados por el Estado y la Iglesia y

    por quienes fungen en los lugares de poder institucionales,

    rectores y directivos. En la concepcin patriarcal sobre lamujer trabajadora, y de manera particular sobre la maestra,

    su supuesto carcter dcil es visto como una condicin

    ms que propicia para las pautas educacionales formuladas

    por los poderes polticos y culturales.

    Esto explica la actual divisin sexual del trabajo docente:

    en los niveles inferiores de la educacin predominan las

    mujeres, mientras a medida que se avanza en los niveles

    de enseanza crece la presencia masculina, lo cual queda

    consagrado en la legislacin y en la supuesta escala salarial,ya que se supone que a menor edad de los estudiantes se

    requieren menos capacidades y conocimientos y que, por

    ende, se trata de labores de menor importancia que las que

    agencian las maestras y los maestros de niveles superiores.

    A partir de estas creencias provenientes del patriarcado

    magisterial se supone, por ejemplo, que el trabajo docente

    en preescolar y primaria es menos exigente que en el

    bachillerato y la universidad, por lo que la carga laboral y

    el nmero de horas en aula disminuye en escala inversa,

    siendo menor en la universidad y mayor en el preescolar.

    La condicin laboral-magisterial de las maestras se

    desconoce incluso en las reivindicaciones sindicales, pues

    se parte de que ya existe unificacin salarial y laboral en

    los dos escalafones, el 2277 y el 1278, de forma tal que

    la pelea sera simplemente por mejorar para todos de

    manera unitaria las condiciones gremiales. En realidad,

    las maestras, con un supuesto salario nominal igual,

    La concepcin

    de trabajo barato

    para la mano de

    obra femenina

    en la estructura

    patriarcal regulada

    por la legislacin

    laboral docente

    hace que aquse unan de

    manera palpable

    capitalismo y

    patriarcado,

    generando una

    condicin que

    domina y subordina

    no slo a las

    docentes, sinotambin a los

    docentes, a travs

    de un discurso

    feminizado:

    bajos salarios,

    inestabilidad y

    obediencia ciega

    a la autoridad

    constituyen la

    caracterstica

    cotidiana de

    la escuela

    colombiana.

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    continan teniendo jornadas ms extensas, ms agotadoras y ms delicadas que

    los maestros. Como lo sostiene la investigadora Imelda Arana: La dedicacin de

    las maestras de primeros grados es literalmente completa y exclusiva durante

    toda la jornada escolar al cuidado de grupos de nios y nias de corta edad, en

    nmero de entre 30 y 40, a los cuales debe, adems de brindar los cuidados bsicos,

    conducir a los aprendizajes esenciales en lenguaje y comunicacin, ciencias y

    educacin ambiental, educacin matemtica, apreciacin y expresin artstica,

    motricidad fina y gruesa, actividad fsica, desarrollo social y afectivo, valores

    ticos y comportamiento moral; aproximarles al desarrollo de competencias parauna vida sexual sana, el desempeo ciudadano, la vida laboral y el ejercicio de

    autonoma. Adems hacerlo con mtodos y procedimientos pedaggicos acordes

    a su desarrollo psicosocial, que implican la preparacin diaria de variadas opciones

    de actividad escolar1.

    La actitud que se espera, y en la que decretos como el 1278 disciplina a las y los

    docentes, es una prolongacin de las tareas histricamente asignadas a las mujeres

    relacionales y afectivas, caractersticas del trabajo reproductivo. Estos prototipos

    laborales del ama de casa, tales como conformarse con un bajsimo ingreso, no

    esperar ascensos y soportar las humillaciones del esposo, han sido trasladados delcontexto domstico al sistema laboral docente. De hecho, la condicin generada

    por el decreto 1278 es de vulnerabilidad, adaptabilidad, dedicacin incondicional,

    flexibilidad horaria y capacidad para realizar diferentes tareas al mismo tiempo,

    cualidades del sistema patriarcal en tiempos de globalizacin neoliberal.

    Esta feminizacin negativa del conjunto del magisterio, hombres y mujeres, no

    se define exclusivamente por la presencia mayoritaria de las maestras, sino por

    el discurso y las prcticas sobre lo femenino del trabajo docente que impulsa el

    Estado, el cual ha determinado un mercado laboral magisterial dominado por las

    caractersticas asignadas a las mujeres: mal pagadas en comparacin con otras

    profesionales, y dciles.

    As se crearon condiciones laborales y subjetivas en las y los docentes que, en

    sus espacios de trabajo regulados por el 1278, estn condenados/as a permanecer

    en una misma posicin laboral durante toda su vida productiva, con muy pocas

    posibilidades de mejorar, ser promovido o valorado, dadas las dificultades de

    ascenso y, por lo mismo, de mejora en la escala salarial.

    1 Imelda Arana Senz, Configuraciones y transformaciones del magisterio femenino en 200aos de historia de Colombia. Revista Pedaggica No. 27, febrero de 2012.

    N 22, Mayo de 2012 Bogot, Colombia Neoliberalismo rampante Volver

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    Esta concepcin de trabajo barato para la mano de obra femenina en la

    estructura patriarcal regulada por la legislacin laboral docente hace que aqu se

    unan de manera palpable capitalismo y patriarcado, generando una condicin que

    domina y subordina no slo a las docentes, sino tambin a los docentes, a travs

    de un discurso feminizado: bajos salarios, inestabilidad y obediencia ciega a la

    autoridad constituyen la caracterstica cotidiana de la escuela colombiana.

    La condicin anteriormente descrita implica que en la lucha por una nueva

    educacin y una nueva sociedad, el conjunto del magisterio asuma en serio una lucha

    por la dignificacin cultural, laboral y profesional del trabajo docente y, de maneraparticular, del trabajo femenino magisterial.

    Debe ser demolido el mito de la feminizacin del magisterio: no es cierto que el

    trabajo femenino puede ser ms barato, no es cierto que las mujeres seamos ms

    dciles por naturaleza, no es cierto que las maestras de preescolar y primaria

    tienen labores ms fciles.

    En primer lugar, es fundamental que se equiparen los ingresos de las diferentes

    profesiones. Segn datos de elempleo.com, las profesiones mejor pagadas en

    Colombia, es decir, profesionales con salarios mensuales de 10 millones de pesos

    son las ingenieras y la administracin de empresas2. En Bogot, por ejemplo, enlas instituciones pblicas diferentes a la Secretara de Educacin, un ingeniero, un

    socilogo de cualquier dependencia distrital tienen ingresos por encima de los 3

    millones de pesos, mientras que, en 2012, un maestro o una maestra perteneciente

    al escalafn 14 del 2277, despus de dedicar toda una vida al servicio, percibe

    apenas 2 millones y medio, y un maestro con ttulo de doctor en el escalafn 3A del

    decreto 1278 de 2002 puede aspirar, cuando ha sorteado la difcil carrera darwinista

    de obstculos al ascenso, a los 2 millones 900 mil pesos mensuales. Habra que

    decir que la mayora de maestras y maestros del 1278 estamos en categora 2A,

    es decir, recibimos un salario de 1 milln 300 mil pesos. Sin duda se trata de un

    magisterio salarialmente feminizado.

    Adems, es fundamental incluir en los pliegos de peticiones las reivindicaciones

    propias de la condicin laboral de las maestras, tales como auxilios para la

    educacin de los hijos e hijas de las que son cabeza de hogar, mejor atencin en

    los servicios de salud ante enfermedades profesionales propias de ellas, como una

    mayor proclividad a la osteoporosis, alta tensin, etc., por una parte, y condiciones

    2 http://noticias.elempleo.com/colombia/investigacion _ laboral/ las-10-profesiones-que-ofrecen-salarios-mas-altos-en-colombia/8662821

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    La nueva estrategia militar

    del Estado colombiano:Una etapa ms en la

    degradacin de la guerra interna

    SantoS alonSo

    Beltrn Beltrn

    Politlogo,

    AdministradorPblico, Ingeniero

    Industrial, Magster ycandidato a Doctor

    en Estudios Polticosy Relaciones

    Internacionales

    L

    a nueva estrategia del ejrcito nacional para com-

    batir a las Farc parece cosechar sus primeros frutos:

    en menos de un mes, entre fnales de Febrero y me-diados de Marzo, el ejrcito nacional ha dado de baja a casi

    100 guerrilleros. Las bajas se han producido mediante ope-

    raciones de bombardeo sobre campamentos ocupados por

    los subversivos en las montaas colombianas1. El objetivo de

    ahora es debilitar las estructuras del movimiento insurgente,

    que se han mantenido intactas pese a la cruenta estrategia de

    aniquilacin que se ha desarrollado desde los tiempos del go-

    bierno de Uribe, estructuras que segn los analistas militares

    tienen an mucha capacidad de dao en las regiones donde

    hacen presencia.

    1 El gobierno nacional ha dado en llamar esta nueva estrategiaEspada de Honor, una reingeniera de la anterior estrategia, quese concentraba en atacar blancos de importancia en la estructura delmovimiento guerrillero miembros del secretariado, comandantesde frente o de unidades tcticas importantes para la guerrilla,

    pero que ahora parece inclinarse por atacar unidades de combate ymandos medios.

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    La reingeniera militar: la combinacin entre la inteligencia

    de combate y presencia territorial, reaccin y ataque

    La estrategia insurgente de copamiento territorial y

    movilidad haba dejado en desventaja a la fuerza publica que se

    haba concentrado en la defensa de blancos aislados y distantes

    entre si. La geografa difcil del territorio, la incapacidad de

    desarrollar estructuras regionales verstiles y la baja capacidad

    de movilidad de las fuerzas ociales terminaban atornillando

    a los militares al territorio y potenciando la estrategia decopamiento y ataque insurgente de blancos estratgicos2.

    La transformacin militar planeada durante el gobierno de

    Pastrana, pero desarrollada y fortalecida durante el gobierno

    de Uribe, se vino a perlar de manera compleja en el gobierno

    de Santos. La estrategia militar descansa en este momento

    en la inteligencia tcnica, que permite ubicar en tierra los

    blancos a atacar y, por supuesto, en el poder de la aviacin

    que ha asestado los ltimos golpes a la guerrilla. En el casode la inteligencia, la fuerza pblica ha avanzado hacia la

    cooperacin entre las instituciones para compartir informacin,

    dividir el trabajo de seguimiento a unidades y cabecillas y, en

    general, trabajar articuladamente en la penetracin de las

    estructuras insurgentes. La calidad de la inteligencia recogida

    ha mejorado, y en ello est presente la cualicacin de los

    2 La estrategia centrifuga insurgente dislocar sus frentes paraampliar de manera estratgica el teatro de operaciones y conello obligar al ejrcito a dispersarse para cubrir emplazamientosdistantes y aislados unido a la estratega centrpeta la movilidady el conocimiento del terreno que permita a los insurgentesconcentrar tropas rpidamente para hacerse fuertes y numerosos ypoder luego atacar unidades militares dispersas en el territorio nogener de manera rpida en el ejrcito una estrategia de movilidady control territorial, sino que la perl como una fuerza pesada,lenta y apenas reactiva. Un ejrcito que haba perdido la iniciativa

    en el combate contra la guerrilla y que sufri durante los aosnoventa una seguidilla de sonados fracasos militares.

    El operativo sobre

    el territorio no slo

    es un acto militar

    contra un enemigo

    del Estado, es

    tambin una accin

    sobre el medio

    ambiente, sobre el

    entorno social querodea a la unidad

    guerrillera y sobre

    las dinmicas

    econmicas de

    los habitantes del

    territorio; a su vez,

    la naturalizacin

    de la muerte delos contradictores

    polticos como

    resultado inevitable

    de la guerra

    contrainsurgente,

    un aval a la

    eliminacin de los

    disidentes y una

    banalizacin de la

    vida humana.

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    dispositivos de ubicacin y rastreo que han sido claves en la direccin de los ataques a

    las estructuras insurgentes.

    Pero la informacin no es nada si no se tiene cmo utilizarla en benecio de quien la

    posee. En este aspecto las fuerzas ociales han logrado que la informacin recopilada

    y la ubicacin de los objetivos en tierra se complementen con un efectivo esquema

    de ataque mediante la superioridad que les conere la fuerza area. Los bombardeos

    desde los aviones han permitido la afectacin estratgica de estructuras mediante el

    ataque a campamentos y, a su vez, han sido claves en la eliminacin de miembros

    importantes de la direccin de la fuerza guerrillera3.El operativo sobre el territorio no slo es un acto militar sobre un enemigo del

    Estado, es tambin una accin sobre el medio ambiente, sobre el entorno social que

    rodea a la unidad guerrillera y sobre las dinmicas econmicas de los habitantes del

    territorio; a su vez, la naturalizacin de la muerte de los contradictores polticos como

    resultado inevitable de la guerra contrainsurgente, un aval a la eliminacin de los

    disidentes y una banalizacin de la vida humana.

    El xito de los ltimos operativos no puede nublar la visin para descubrir algu-

    nos hechos que afectan de manera profunda a la poblacin civil y las zonas en lasque habita.

    La guerra en el territorio: medio ambiente, poblacin civil y desarrollo econmico

    La depredacin ambiental no es en lo absoluto un problema ajeno al conicto

    armado interno. El medio ambiente de las selvas colombianas, delicado y complejo, se

    ve profundamente afectado por todas las dinmicas de la guerra interna. La economa

    cocalera, la utilizacin de las selvas como refugio insurgente, la ubicacin de unidades

    militares en los pramos y, por ltimo, el bombardeo de zonas de la selva para sacar

    de all las tropas guerrilleras, son algunas de las mltiples formas de la degradacin de

    estos ecosistemas que son patrimonio de la humanidad.

    Desde un principio, la economa cocalera desarrollada por la colonizacin campesina

    desplazada por la violencia de las regiones del interior del pas ha venido destruyendo

    3 El orden parece siempre el mismo: la inteligencia humana y tcnica inltra y ubica el objetivo;la fuerza area despliega un contundente operativo de bombardeo sobre la unidad guerrillera;luego tropas helicoportadas y unidades dispuestas en tierra consolidan la escena de intervencin;acto nal, se recogen los elementos que van a nutrir la inteligencia dispositivos electrnicos,

    armas y explosivos y, por supuesto, los cadveres de los guerrilleros dados de baja haciendonfasis en los cabecillas y comandantes de las estructuras.

    N 22, Mayo de 2012 Bogot, Colombia Conflicto y solucin poltica Volver

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    el medio ambiente y convirtiendo estos lugares en pastizales, potreros para la cra

    de ganado, cambiando su vocacin de conservacin ambiental. La destruccin de la

    selva por el cultivo de coca va aparejada a la contaminacin de las fuentes hdricas

    por el vertimiento de qumicos para la el procesamiento de la base de coca. En ltima

    instancia, la economa cocalera factor esencial en el devenir de la guerra como

    actividad econmica desarrollada por el campesinado y fuente de recursos para los

    grupos ilegales est en la base del conicto4. Smese a ello la avanzada minera que

    promete degradar an ms el delicado entorno ambiental y que en este momento se

    est convirtiendo en la siguiente fuente de recursos para el Estado y para los armadosilegales: en una apuesta que reeditar las dinmicas de desplazamiento poblacional y

    degradacin ambiental.

    La utilizacin de las reas de selva para refugio de los grupos insurgentes es otra

    de las formas de agresin a la selva y, en general, al medio ambiente. La guerrilla

    en su utilizacin tctica del territorio para contener el avance de las tropas ociales

    ha desarrollado una especie de ingeniera guerrillera que aprovecha el relieve, la

    vegetacin y los recursos que la selva le provee. Pero la concentracin de efectivos de

    las tropas guerrilleras en estos espacios genera un proceso de sobreexplotacin de lasreas de selva. La apertura de campamentos, el trazado de trincheras, el emplazamiento

    de zonas de entrenamiento o atencin de insurgentes y el trnsito masivo por estos

    territorios conlleva una afectacin de sus caractersticas de ora y fauna. Una herida

    ms al patrimonio ecolgico de la humanidad.

    A su vez, los militares colombianos han contribuido a la degradacin ambiental

    en su afn por asegurar zonas selvticas donde la guerrilla hace presencia o cortar

    los corredores de movilidad por donde se desplazan los insurgentes. Con el n de

    hacer frente al domino territorial insurgente, el ejrcito nacional ha ideado la estrate-

    gia de emplazamientos territoriales en los lugares neurlgicos de presencia y accin

    insurgente. Estos territorios coinciden con zonas selvticas en el caso de las reas

    campamentarias y pramos en el caso de corredores de movilidad. En relacin con

    los batallones de alta montaa es claro que su ubicacin en los pramos ecosistemas

    muy delicados y esenciales para el equilibrio hdrico de extensas regiones rurales y

    el suministro adecuado de agua para poblaciones urbanas se ha constituido en un

    4 La degradacin ambiental es tan profunda que en muchas regiones del pas por la desaparicin

    de reas de selva, rpida y agresiva, se ha tenido que modifcar la zonifcacin de los parquesnaturales, las reservas forestales y las dems reas de conservacin.

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    Edwin AndrsMArtnEz CAsAs

    OsCAr AndrsEspitiA LOMbO

    Economista

    Profesor Universidad

    La Gran Colombia

    Economista

    La opinin mayoritaria sita la VI Cumbre de laAmricas realizada recientemente en Cartagena

    como una pomposa reunin de jefes de Estado, conresultados intrascendentes y acuerdos inocuos.

    Por el contrario, para la derecha continental signific laposibilidad de reconfigurar su estrategia por la hegemona

    poltica regional en torno a los intereses de la potenciadel Norte (la doctrina de la Neo Rspice Polum), conColombia como pieza central del engranaje. Esto, en unescenario regional cada vez ms hostil hacia la diplomacianorteamericana.

    La derrota del ALCA

    En sus inicios, la Cumbre de las Amricas fue diseadacomo parte de la estrategia diplomtica de Estados Unidospara cohesionar la regin alrededor de la implementacin delALCA (rea de Libre Comercio de las Amricas). Sin embargo,la IV cumbre celebrada en Mar del Plata (Argentina) significla derrota definitiva de dicha pretensin, bajo el liderazgode gobiernos alternativos al Consenso de Washington ylas polticas de libre mercado, conscientes de las gravesimplicaciones de la profundizacin de tales iniciativas paralos intereses econmicos y sociales de la poblacin de

    Latinoamrica y el Caribe.

    La Cumbre de lasAmricas y la apuesta de

    la derecha continental

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    a Estados Unidos. Era este el verdadero propsito de la

    Cumbre, tanto para Estados Unidos como para Colombia.

    Juan Manuel Santos juega un rol central en el

    funcionamiento de este engranaje, siendo Colombia el

    laboratorio de la reconfiguracin de los mecanismos

    de acumulacin neoliberal en la periferia en torno a la

    extraccin de recursos naturales, el acaparamiento de

    tierras, la especulacin con bienes agrcolas y el libre

    comercio. La construccin y fortalecimiento del liderazgopoltico de Santos est en funcin de la legitimacin de

    dicha reconfiguracin econmica.

    En este sentido, la postura de Santos en materia de

    poltica internacional no usa la tctica de la confrontacin

    abierta con los gobiernos alternativos de la regin, sino que

    compite con stos por el liderazgo regional, trasladando

    su bonapartismo al terreno internacional: por un lado,

    apoyando a los gobiernos regionales en los temas de Cuba,Las Malvinas y Despenalizacin de las drogas y, por otro,

    estrechando sus lazos econmicos con la potencia del Norte

    con la implementacin a partir del 15 de mayo del TLC.

    Al respecto, debe reconocerse que la Cumbre signific

    para Santos el respaldo regional de su poltica internacional

    y un veto a la gestin diplomtica de su antecesor. Sin

    duda, la diplomacia en la era Santos ha sido un factor de

    estabilizacin en la regin, hecho que reconocen nuestros

    vecinos de Venezuela y Ecuador, junto con Estados Unidos.

    As las cosas, no se puede asegurar que la Cumbre fue un

    fracaso para los intereses del imperialismo norteamericano

    y su aliado incondicional. Por el contrario, se asisti al

    relanzamiento de los Tratados de Libre Comercio como

    parte de la nueva geografa de la acumulacin, los cuales

    representan el elemento central de la poltica norteamericana

    hacia la regin, en un contexto en que Amrica Latina no es

    la prioridad de su poltica internacional. Las agresiones a los

    El pasado 17 de

    abril, la Corte

    Constitucional

    declar exequible

    el Acto Legislativo

    que oficializ la

    sostenibilidad

    fiscal. Este

    Acto Legislativocerr el ciclo de

    modificaciones

    constitucionales

    realizadas por

    los gobiernos

    anteriores bajo la

    presin del capital

    transnacional y delas Instituciones

    Financieras

    Internacionales

    IFIS,

    modificaciones

    que haban venido

    eliminando

    paulatinamente

    las normas que

    garantizaban

    recursos asociados

    a derechos

    sociales.

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    JuLiO C. GAMbinA

    Doctor en Ciencias

    Sociales de la UBA

    Profesor de

    Economa Poltica

    Facultad de Derecho

    de la Universidad

    Nacional de Rosario

    Presidente de

    la Fundacin de

    Investigaciones

    Sociales y

    Polticas, FISYP

    Miembro del

    Comit Directivo

    del Consejo

    Latinoamericano

    de Ciencias

    Sociales, CLACSO

    El pasado lunes 16/04/2012, la presidente

    de Argentina, Cristina Fernndez, anunci la

    expropiacin del paquete mayoritario de YPF (en

    manos de Repsol), lo que supone la transferencia de un 51%

    del capital accionario a manos del Estado, distribuido entre el

    Estado nacional con 26% y los Estados provinciales petroleros

    con 25%. Se asegura as el control estatal de la gestin de laempresa que lidera el mercado nacional de hidrocarburos (un

    tercio aproximadamente).

    Conviene aclarar que en el anuncio presidencial se

    manifest que no se trata de una estatizacin. Que la forma

    jurdica contina siendo una sociedad annima, con capital

    abierto a inversores locales o externos. De hecho, Repsol

    contina con tenencias de capital por el 6%, el Grupo Petersen

    (familia Eskenazi, de origen local) seguir con poco ms del

    25%, transformndose en el segundo inversor detrs del

    Estado nacional. De hecho, la propiedad quedar del siguiente

    modo: con el 26,03% el Estado nacional; con el 25,46% el

    Grupo Petersen; con el 24,99% los Estados provinciales; con

    el 6,43% Repsol, y un remanente del 17,09% de circulacin

    va bolsas.

    Junto a la presentacin del proyecto de expropiacin

    en trmite parlamentario, se decidi la intervencin de la

    empresa, desplazando a la actual gestin con un equipo de

    La expropiacin de YPF y

    los debates habilitados

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    receptar los beneficios de la produccin. Existen provincias

    que sin tener reservas en su territorio, procesan combusti-

    bles, tal es el caso emblemtico de Buenos Aires, a la sazn

    el Estado provincial ms extenso y de mayor asentamiento

    poblacional que acredita el mayor volumen en destilacin del

    crudo y procesamiento del gas. El argumento esgrimido por

    algunos gobernadores remite a la distribucin extendida del

    fondo sojero entre los municipios de todo el pas, con inde-

    pendencia del territorio de plantacin de la oleaginosa.Ms all de los apoyos y crticas a la cuestin esencial,

    la expropiacin parcial, se abri un debate sobre los alcan-

    ces de la medida. Entre muchos interrogantes se discute el

    porqu se limita la medida solo al 51% del capital y no com-

    prende el 100%. En ese sentido tambin se considera que no

    alcanza con la estatizacin como propuesta y se interroga

    si lo que corresponde no debe pasar por la socializacin, in-

    volucrando en la gestin de la empresa a los trabajadores ya la sociedad en su calidad de consumidores y usuarios con

    derecho a la energa.

    No solo se analiza la cuanta del capital, sino tambin si

    corresponde o no la indemnizacin, un tema relegado en el

    proyecto al dictamen del Tribunal de Tasacin. En el asunto

    interviene desde el valor de contabilidad hasta la valuacin

    de las acciones en el mercado burstil. Son valores mediados

    por el dao ambiental y el deterioro de la infraestructura;

    incluso la consideracin de la inversin originaria y la nula

    reinversin, especialmente con el hecho verificado de la

    remisin de utilidades por casi el 100% de lo obtenido por

    la YPF.

    Poltica energtica en discusin

    Un aspecto central para el presente y el futuro es la

    poltica energtica, ya que la expropiacin supone la crtica a

    lo acontecido en las ltimas dos dcadas. No solo se trata de

    La concepcin

    de trabajo barato

    para la mano de

    obra femenina

    en la estructura

    patriarcal regulada

    por la legislacin

    laboral docente

    hace que aquse unan de

    manera palpable

    capitalismo y

    patriarcado,

    generando una

    condicin que

    domina y subordina

    no slo a lasdocentes, sino

    tambin a los

    docentes, a travs

    de un discurso

    feminizado:

    bajos salarios,

    inestabilidad y

    obediencia ciega

    a la autoridad

    constituyen la

    caracterstica

    cotidiana de

    la escuela

    colombiana.

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    baja de la produccin de YPF, sino que es una situacin que involucra al conjunto del

    sector productor de hidrocarburos. En la cuenta negativa se registra la disminucin

    de las reservas de petrleo y gas, que explica el gasto de 9.300 millones de dlares

    en importaciones de combustibles durante 2011, ms del doble que en 2010 y menos

    de lo previsto hasta ahora para el ao 2012.

    El balance sobre la poltica energtica es negativo, y no solo se adjudica a la

    cuenta de la iniciativa privada, sino al descontrol oficial, desde la presencia del poder

    ejecutivo en el directorio (avalando la gestin) y desde todos los mbitos de contralor,

    sean nacionales o provinciales.La intervencin ya habilit conversaciones con otras petroleras para asociarse en

    el aumento de la produccin. Es quiz una seal de continuidad en la gestin favorable

    a la iniciativa privada, especialmente extranjera.

    El camino a seguir tiene que privilegiar una auditora a fondo sobre la gestin y

    la produccin para transitar nuevos rumbos, aprovechando el carcter excedentario

    de YPF para una reinversin productiva y considerar la utilizacin de otros recursos

    propios del Estado, lo que supone una amplia discusin en dos sentidos. Uno remite

    al origen de esos fondos y otro al destino de la produccin, ya que es tiempo dediscutir el paraqu de la produccin de hidrocarburos. La indicacin de un objetivo

    por el autosostenimiento, contenido en el proyecto del poder ejecutivo, significa la

    continuidad de un modelo productivo y de desarrollo que tambin debe analizarse.

    Hay que continuar con el uso de hidrocarburos para un modelo productivo que

    favorece la dependencia tecnolgica, productiva, econmica y financiera? Es posible

    otro destino para los hidrocarburos?

    En ese sentido, puede plantearse otra insercin productiva mundial del pas

    pensando en la soberana energtica ampliada a Nuestramrica, integrando esfuerzos

    econmicos y tecnolgicos para un modelo productivo y de desarrollo que asegure

    soberana alimentaria y se sostenga desde la soberana financiera. Lo que se discute

    es la soberana y la integracin. Son dimensiones del problema que cuentan en el

    marco de la crisis energtica, en tanto parte de la crisis de la economa mundial.

    Con la expropiacin parcial de YPF son diversos los aspectos que se involucran en

    el debate nacional y mundial. La respuesta neocolonial o imperialista proveniente de

    Espaa y de Europa da cuenta de que no existen temas especficamente nacionales y

    que el debate confluye recurrentemente a la discusin del orden mundial.

    N 22, Mayo de 2012 Bogot, Colombia Nuestra Amrica Volver

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    La obra Pensamiento

    Filosfco Latinoamericano

    de Pablo Guadarrama

    Guadarrama, Pablo (2012).PENSAMIENTO FILOSFICO LATINOMERICANO.

    Humanismo, mtodo e historia.Bogot: Planeta-Universidad deSalerno-Universidad Catlica.

    RicaRdo Snchez ngel

    Doctor en Historia

    Profesor Universidad

    Nacional de Colombia

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    N 20, Marzo de 2012 Bogot, Colombia Libros

    El destacado profesor universitario e investigador de los pensamientosy culturas de Nuestra Amrica, Pablo Guadarrama, es autor de unaimportante, signicativa y nutrida obra. Sus libros, artculos y conferencias, circulan

    en distintos lugares de Colombia y Amrica Latina y son fuente de documentacin y

    reexin en las universidades y centros educativos.

    Adems, Pablo Guadarrama ejerce un magisterio universitario intenso y extensono slo en Cuba, sino en los distintos pases del Continente. Colombia ha tenido y

    sigue teniendo la fortuna de contarlo entre uno de sus ms importantes profesores

    universitarios desde hace 25 aos, con un amplio reconocimiento de la juventud

    estudiosa y de sus colegas. Su labor educativa, el quehacer investigativo, sus libros,

    suscitan merecida admiracin de todos nosotros. Pablo Guadarrama es una de las

    ms brillantes y activas inteligencias de la losofa y la cultura en Nuestra Amrica.

    Se ha publicado recientemente en la Repblica Bolivariana de Venezuela una

    antologa de textos fundamentales de la obra de nuestro lsofo y entraablecolega, con amplia acogida en el pblico universitario e intelectual.

    En una cuidadosa seleccin que el autor ha realizado atendiendo a distintos

    criterios de orden histrico, autores, temticas, crticas y elaboraciones hacia el

    horizonte de las propuestas que l resume en la frmula dialctica Humanismo Vs

    Alienacin. Es la renovacin de una larga elaboracin de los pensadores fundadores

    Andrs Bello, Simn Rodrguez y Simn Bolvar, para nombrar solo tres. Que tendr

    luego en Jos Mart la estrella rutilante, seguido de Enrique Jos Varona. En el

    siglo XX estn los maestros fundadores de la reforma intelectual y universitaria: Jos

    Carlos Maritegui, Haya de la Torre, Anbal Ponce, Pedro Enrquez Urea, Alfonso

    Reyes, Leopoldo Zea, Darcy Ribero y tantos otros.

    Pablo Guadarrama, est con derechos ganados por su meritoria tarea en esa tra-

    dicin y la honra, porque la enriquece a tono con los desaantes tiempos contem-

    porneos.

    La reforma intelectual de Nuestra Amrica es tarea inaplazable, permanente, a

    la manera como Antonio Gramsci la propuso por igual para Italia en paralelo con

    nuestros grandes maestros. Para el italiano la Reforma deba tener estos contenidos

    precisos: Estado, sociedad y educacin laicos; renacimiento e ilustracin; democracia

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    moderna. Para su losofa de la praxis se deba trabajar por elevar el nivel intelectualde los estratos populares, lo cual implica la formacin de lites de intelectuales denuevo tipo que surjan directamente desde abajo. Todo esto bajo la batuta de unnuevo intelectual orgnico1.

    Destaco que en esta obra Pablo Guadarrama dedica valiosos estudios a doscolombianos de universidad y pensamiento de alcances latinoamericanos: LuisEduardo Nieto Arteta y Antonio Garca Nossa.

    Tal vez, el desafo intelectual y la reexin ms fructfera del corpus terico de Pablo

    Guadarrama est en cmo integrar la pertenencia al marxismo, por su adopcinde las enseanzas de Marx-Engels, ser hijo legtimo de la revolucin cubana, en elseno de la cual se forj su infancia y juventud, con las corrientes de los maestrospensadores, como lo hizo Fidel Castro con Jos Mart. Luego vivi la experienciadel socialismo real sobre lo cual dice Armando Hart: l ha podido arribar a loscriterios que expone porque se form como profesor de losofa en el socialismoreal y la vida lo oblig como a muchos otros a salirse de esos esquemas.

    Esta obra de Pablo Guadarrama ofrece entonces los espacios de discusin crtica

    tan necesarios en la construccin conjunta de los pensamientos de Nuestra Amrica,y seguramente su valoracin en nuestro medio redundar en la creacin de unagran accin comunicativa, dialogal, controversial y propositiva.

    En esta antologa el autor brega con los asuntos del losofar en Nuestra Amrica,enfrentando la pregunta recurrente y pertinente sobre la losofa latinoamericana.La respuesta de Guadarrama es que se encuentra en construccin, que el asunto dedescubrirla, evidenciarla y ponerla a circular es tarea necesaria y est en curso, enmedio de carencias y dicultades.

    La losofa no tiene una acepcin nica, cerrada en su universalidad, ni la deneel hecho de un mayor desarrollo en contextos culturales, a manera de un centrohegemnico excluyente y absorbente.

    Hay distintas losofas en el desarrollo desigual de las culturas y los pensamientos.La lgica aristotlica en su inmensidad oreci en Grecia donde concurrieronpluralmente otras losofas: Platn, los Estoicos, los Epicurestas y otras escuelas.

    1 Ver Gramsci, Antonio.Introduccin a la Filosofa de la Praxis

    . Captulo primero, p.33. Barcelona,ediciones Pennsula, 1976.

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    comienzo. Tiene razn entonces Carlos Rojas Osorio cuando seala: Guadarrama

    caracteriza la losofa latinoamericana, por el humanismo, la bsqueda de

    emancipacin y la crtica antihegemnica2.

    La tarea pendiente es el aporte de la africana a nuestros pensamientos, al igual

    que los asiticos. El interrogarse sobre el origen del mundo y la naturaleza va a

    ser recurrente entre los afroindoamericanos. Y si existe la losofa de los valores,

    poltica, esttica y de la cultura, como creo que existen, hay que armar que en estas

    manifestaciones del losofar, hay un jardn tropical en el continente.

    En su escrutinio sobre Jos Ingenieros dice Pablo Guadarrama que los mejoresrepresentantes del humanismo latinoamericano han concebido la cultura en su

    funcin desalienadora y posibilitadora de grados de dominio, de libertad, de control

    del hombre, de sus condiciones y posibilidades de vida.

    Lo de Guadarrama es el humanismo como realizacin de los pensamientos

    de Nuestra Amrica encarnados en los mejores. Humanismo vital como en

    Rod, educativo-desalienador como en Ingenieros, universal-pluralista como en

    Vasconcelos, autoconsciente y social como en todos, intimista y potico al igual

    que revolucionario como en Mart, centrado en la utopa con justicia social comoen Pedro Henrquez Urea, humanismo socialista como lo inaugura en grande Jos

    Carlos Maritegui y lo alimenta la Revolucin Cubana.

    De esta manera sintetiza Carlos Beorlegui el aporte de nuestro colega: Si

    hubiramos de sintetizar en un componente la lnea central de la losofa de

    Guadarrama, tendramos que hacer referencia a su preocupacin por lo humano,

    por la dimensin humanista del losofar, cualidad y preocupacin que l ve como

    uno de los rasgos especcos del losofar latinoamericano3.

    La tarea pendiente es descubrir, porque como las brujas, que existen, existen, las

    mujeres que han hecho y estn haciendo sus aportes en losofa.

    La losofa tiene hoy en nuestro continente una vida vibrante en pleno desarrollo

    y est logrando su integracin internacional, su despliegue en esa direccin, con

    2 Dussel, Enrique, et. al.El Pensamiento Filosfco Latinoamericano, del Caribe y Latino. Mxico,Siglo XXI, centro de cooperacin Regional para la Educacin de Adultos en Amrica Latina y elCaribe, 2009. Captulo 14. El pensamiento Filosfico del Caribe, p. 484.

    3 Beorlegui, Carlos.Historia del Pensamiento Filosfco Latinoamericano. Una bsqueda incesantede la identidad. Bilbao, Universidad de Deusto, 2004, p. 810.

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  • 7/31/2019 Revista izquierda no22 Mayo de 2012

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    N 20, Marzo de 2012 Bogot, Colombia Libros

    reconocimiento y derecho. Sin paternalismos y ms bien en

    la lucha; superando complejos de inferioridad propiciados

    por el colonialismo.

    La pregunta por la losofa en Latinoamrica sigue

    abierta como problema; no obstante, goza de buena salud

    con grandes desafos, el primero no concentrarse en la

    autocomplacencia sino en el permanente aprender en la

    reexin y la accin, en la praxis.

    Aqu como all, en todo el mundo sigue siendo vlida lareexin fustica:

    Est escrito: En un principio exista el verbo(59). Ya

    aqu tengo que pararme. Quin me ayudar para

    ir ms lejos? (60). Es del todo imposible que pueda

    dar tanto valor a la palabra Verbo; es preciso que

    lo traduzca de otro modo, si el espritu me ilumi-

    na. Est escrito: En un principio exista el espritu.Reexionemos bien sobre esta primera lnea, y no

    permitamos que nuestra pluma se apresure. Es in-

    dudable que el espritu lo hace y lo dispone todo,

    por lo tanto debera decir: En un principio exista la

    fuerza. Y sin embargo, al escribir esto, siento en m

    algo que me dice no ser ste su verdadero sentido.

    Por n, parece venir el espritu en mi auxilio. Ya em-

    piezo a ver ms claro, y escribo con mano rme: En

    un principio exista la accin4.

    Mestfeles. Mi buen amigo, toda teora es en

    s tan rida como el verde y lozano es el rbol de

    la vida5.

    4 Goethe, Johann Wolfang. Fausto. Barcelona, Joaqun Gil editores,1946, p. 39.

    5 Goethe, Johann Wolfang. Obra Citada, p. 55.

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    Con entusiasmo y expectativas, la Marcha Patritica emerge en el escenario

    poltico colombiano. Cerca de cuatro mil delegados, mil setecientas organizaciones

    sociales y ms de noventa mil marchantes han ungido, entre el 21 y 23 de abril, el

    nacimiento de este movimiento social y poltico. Su ideario est plasmado en cinco

    documentos tericos que expresan importantes discusiones en las distintas regiones

    del pas desde hace ms de ocho meses. Se han tomado decisiones colectivas sobre

    la naturaleza, la plataforma poltica, la estructura organizativa, la caracterizacindel rgimen colombiano y el plan de trabajo. Buen augurio que se inicie este proceso

    haciendo llamados a la reexin y el enriquecimiento de la accin poltica.

    Algunas de las orientaciones sobre la naturaleza y carcter de la Marcha

    contienen perspectivas importantes para potenciar el campo de la poltica de

    izquierda en Colombia. Por ello, hay que destacar la estrecha ligazn entre lo social

    y lo poltico como el sendero para refundar el sentido de lo poltico: Marcha es

    el lugar de encuentro de mltiples procesos de organizacin, resistencia y lucha

    que han decidido hacer suyo el ejercicio de la poltica y aspira a ser una expresin

    organizada del movimiento real de las resistencias y luchas de las gentes delcomn..., expresa la Declaracin Poltica. Un escenario unitario de articulacin de

    las luchas sociales y populares. Este nexo entre lo social y lo poltico pasa por la

    bsqueda de la ms amplia unidad de la izquierda y convoca al PDA, al Congreso de

    los Pueblos, la Minga social e indgena, la Coordinadora, el Comosococ, la MANE

    y otras fuerzas de distinta naturaleza a la consolidacin de acuerdos programticos

    y agendas comunes.

    Se ratifca la necesidad de juntarnos en la construccin de un modelo de

    sociedad alternativo al existente y para ello es conveniente cimentar dos importantes

    pilares. El primero, gestar y posibilitar una democracia popular real y efectiva que

    propenda por decisiones del conjunto de la poblacin en la construccin del poder

    desde la base, hacia el control y administracin del Estado para transformar las

    lgicas de iniquidad, exclusin y guerra. El segundo, convertir la Marcha en una

    escuela permanente de formacin ideolgica, tica y poltica.

    El signifcado de lo patritico se relaciona con la urgente necesidad de

    pensar el sentido emancipatorio de la segunda y defnitiva independencia. Su

    sentido profundo alude al compromiso indeclinable con la autodeterminacin de los

    pueblos y el rechazo de cualquier forma de dominacin imperialista y colonial: justa

    remembranza de esa exigencia histrica del continente de desarrollar una voluntad

    Marcha Patriticay perspectivas del campo poltico

    Sergio De Zubira

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