revista de comunicación de la universidad de ixtlahuaca cui

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Tres Escenarios del Periodismo Mexiquense El bueno, el malo y el feo (Primera Parte). La práctica cultural ma- zahua “paso del bastón de mando” como medio de legitimación política en el Estado de México. Comunicación, Desigualdad y Pobreza. Nadia Salazar Contreras Adriana Contreras Espíndola Sebastian Torres González Publicación de: Cartografías del Sentido Ana Lilía Salazar Columnas Pez Urbano Carlos Gallegos La sexta columna de fe: demótica para la vivopsia. Toht Andadores culturales. Araceli Camacho Pólvora y Cenizas. Talese:Historias con nombres reales. César Figueroa Noviembre 2012 - Enero 2013.

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Tres ecenarios del periodismo Mexiquense el bueno, el malo y el feo. La practica cultural Mazahua "Paso el baston de mando"

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Tres Escenarios del Periodismo Mexiquense

El bueno, el malo y el feo (Primera Parte).

La práctica cultural ma-zahua “paso del bastón de mando” como medio de legitimación política en el Estado de México.

Comunicación, Desigualdad y Pobreza.

Nadia Salazar Contreras Adriana Contreras Espíndola Sebastian Torres González

Publicación de:

Cartografías del SentidoAna Lilía Salazar

ColumnasPez Urbano

Carlos Gallegos

La sexta columna de fe: demótica para la vivopsia.

Toht

Andadores culturales. Araceli Camacho

Pólvora y Cenizas. Talese:Historias con

nombres reales. César Figueroa

Noviembre 2012 - Enero 2013.

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EDITORIALDirectorio

M. en D. Margarito Ortega BallesterosRector y Director General

Lic. Nicodemus Flores VilchisSecretario de Docencia

Ing. María de las Mercedes Vieyra Elizarraraz

Secretaria AdministrativaM. en D.A.E.S. Gustavo Modragón

Espinosa Secretario General de la Dirección

Maestría en Educación y Administración Escolar Maestría en Psicología de la Salud

Doctorado en Educación

Licenciatura en ComunicaciónD. en E. Carlos Gallegos Ceballos

Coordinador de la Lic. en ComunicaciónL.C. Christian Conzuelo Bernal

Subcoordinador de la Lic. en ComunicaciónL.C.C. Judith García Becerril

Jefa de TitulaciónM. en D.A.E.S. Bony Elizabet Díaz

EscaleraJefa del Área de Tutores

Área EditorialCésar Gabriel Figueroa Serrano

Jefe del Área EditorialNadia Salazar Contreras

Subcoordinadora EditorialLuz del Carmen Casas Ibarra

Javier Munguía MixcoatlDiseño Gráfico

Entre la era de la información, entre la era del conoci-miento, encontramos a la Comunicación como un ele-mento medular y transformador en la vida cotidiana

del hombre. Desde los aspectos en apariencia más sencillos hasta los más complejos, tienen en la comunicación uno de sus grandes retos.

Pero, ¿qué es la comunicación? Una de las analogías que algunos teóricos de las Ciencias Sociales han encontrado para definirla, es la de la orquesta: todo en el entorno comunica o puede hacerlo. Hay una fluidez en esa potencialidad que se encuentra en los medios masivos, las interacciones sociales o los intrapersonales.

El proyecto que hoy nos convoca es justamente recuperar, reflexionar, dialogar a partir de esa potencialidad comunicati-va. Por ello, a partir de esta fecha, la línea Editorial Diversus Nexus en colaboración con la Coordinación de Comunicación de la Universidad de Ixtlahuaca, ponen en circulación esta revista Electrónica.

Si la cultura, como nos dice Gabriel Zaid en Los demasiados libros, es una conversación cuyo centro está en ninguna par-te, sea esta revista una plataforma que logre sembrar discur-sos que germinen y produzcan nuevos discursos. Sea parte de una conversación que inspire y fomente la reflexión y el análisis. Sea pues ésta una invitación para sumarnos a ocupar un lugar dentro de esta orquesta.

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Hoy en que prácticamente todo se puede hacer, en donde la idea central de la vida es con-

fusa o extensa, surge la posibilidad de reflexionar sobre el cómo se están dan-do las relaciones interpersonales. De ahí que esta colabo-ración lleve por nom-bre Comunicación y Posmodernidad. Sea con esta temática, dividida en tres en-tregas, que presente-mos esta columna de reflexión y análisis: Pez Urbano.

Así pues, en estas primeras reflexiones, se retoma un extrac-to que su autor tuvo a bien manejar y pre-sentar en su tesis doctoral para obtener el grado de doctor en educación. Como punto medular en esta reflexión, se ha seleccionado a tres autores, formales, diría uno de ellos, muy relacionados a la posmodernidad. Sus textos son un ramillete de argu-mentos y posibilidades que dan un am-plio panorama de las formas en cómo se vive en la actualidad. Los tópicos que manejan son altamente estructurados y razonados, todo esto en virtud de re-flexionar las diversas propuestas que el hombre viene adquiriendo para justifi-car su paso por la vida entre dos mun-dos: el moderno y posmoderno. La vida para estos autores, es el mejor pretexto para la agonía, el desastre y el consu-mo; todo emerge pues todo sucumbe. Ellos son: Manuel Castells, Zygmunt Bauman y Peter Sloterdijk.

Comunicación y Posmodernidad I

Son considerados posmodernos. In-cluso, Sloterdijk, abiertamente se ha autodenominado, el último filósofo ale-mán posmoderno, y sus trabajos revi-san las nuevas formas de convivencia humana y cómo los sujetos han instru-

mentado recursos sociales, políticos, culturales y educa-tivos para entender los procesos de vida de estos tiempos.

Manuel Castells representa la escue-la española del pos-modernismo y su obra está centrada en la descripción de la Sociedad Red, el poder, la democra-cia, la comunicación y las sociedades de la información. Por

su parte Zygmunt Bauman, máximo autor posmoderno polaco, luego de sus experiencias vividas y narradas en tor-no al holocausto del siglo XX, apremia y hace ver que existen hoy otros ti-pos de relaciones humanas y propone el mundo de la liquidez que se refleja en el arte, el consumo, la educación fugaz, la vida, la modernidad y lo más reciente, en los daños colaterales. En tanto, Pe-ter Sloterdijk, reflexiona ampliamente las realidades actuales que hacen ver al hombre del Siglo XXI como cínico, incluida su educación. Un cinismo que está muy ligado a estados de desáni-mo, incredulidad, mofa e hiperpolítica, de lo cual abunda en su famosa trilogía en torno a las esferas: burbujas, globos y espumas; que a la vez hace referencia del humanismo de Heidegger, del des-

Carlos Gallegos Ceballos

Pez Urbano

COLUMNA

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precio de las masas, las luchas culturales de la sociedad moderna, de la globalización como teoría filosófica, de la ira y del tiempo y hasta de los monoteísmos. Su trabajo es amplio y poco conocido en México, un tanto por ser autor paradójico para muchas casas editoras y otro porque sus libros son de alto precio.

Los tres autores mencionados tienen coincidencias en cuanto a varios asuntos, como por ejemplo, la idea de lo posmoder-no, el hombre como víctima de sí mismo, como un ente enfermo y que está siendo un ser más allá de lo orgánico. De hecho en Bauman y en Sloterdijk hay una enorme influencia de Nietzsche.

Centrar a los autores y a su trabajo en torno a la posmodernidad hace ir, casi de manera inmediata, a la construcción de un estado del arte que hable de lo posmoder-no. Este aspecto en particular es el núcleo básico desde donde conviene ubicarse y preguntarse sí con los avances tecnoló-gicos, las sociedades del Internet y una vida de lo inmediato, se está logrando que el hombre común viva o sea cada vez me-jor. Es necesario cuestionar un presente en donde lo planetario ha dejado de sorpren-der y en donde las relaciones sociales y los modos de producción son infinitos, quizá porque son únicos y muy dirigidos. Se pro-ducen servicios, antes que otra cosa.

Ya no hay cabida para la inocencia. Por todos lados se han derribado los muros y las vallas; se habla abiertamente de todo y a la vez de nada. Esta humanidad, de la que formamos parte, está experimentando juegos diabólicos que son concomitantes a sus placeres, fobias y hasta dimes y dire-tes.

Lo anterior lleva a recuperar a Paula Sibilia, quien en su obra, El Hombre pos-torgánico, explica que “con la decadencia de aquella sociedad industrial poblada de cuerpos disciplinados, dóciles y útiles, de-caen también figuras como el autómata, el robot y el hombre-máquina. Estas imáge-nes alimentaron muchas metáforas e ins-piraron abundantes ficciones y realidades a

lo largo de los últimos dos siglos. Hoy, en cambio, proliferan otros modos de ser. Ale-jados de la lógica mecánica e insertos en el nuevo régimen digital, los cuerpos contem-poráneos se presentan como sistemas de procesamiento de datos, códigos, perfiles cifrados, bancos de información…el cuerpo humano parece haber perdido su definición clásica y su solidez analógica: en la era di-gital, se vuelve permeable, proyectable, programable”, es decir, un hombre común.

Alrededor de ese hombre común es que emerge todo un panorama para reflexio-nar sobre nuestro día a día. Podemos pen-sar, por ejemplo, en el manifestante, figura contemporánea que simboliza un conjunto de anhelos, conflictos y de crisis de nuestra cotidianeidad.

Pero eso será el motivo de nuestra si-guiente entrega.

De momento, sólo resta por decir:

Es todo.

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Cartografía del Sentido

En los siguientes párrafos se pren-de hacer una cartografía del sen-tido con la finalidad de dilucidar

algunas preguntas como la razón de éste: qué es y cómo se constituye en elemento tanto ontológico como episte-mológico. A la luz de lo anterior es que es considerado éste, el sentido, una ca-tegoría de análisis en las ciencias socia-les y humanidades.

Y lo anterior se argumenta con la idea de que el ser humano, al ser la crea-ción con mayor perfección y, por ende, perfectibilidad en la tierra, es la única especie capaz de forjar su destino, in-dividual y comunitariamente hablando, de construir su presente, de recordar su pasado, de resignificar su existencia. Es decir, Ser y Estar, existir aquí y ahora, allí y ayer, acá y mañana, en el tiempo, sobre el espacio, a través de la memo-ria (historia vivida) y por la praxis (Cas-sigoli, 2010).

Pero, en concreto, qué será eso que proporciona tal movimiento óntico y ontológico al ser humano; la tesis aquí es que es el sentido el que dota de elementos epistémicos al sujeto para su creación y recreación como sujeto, como ser humano, como ser. Y el logos (término que propone el psicoterapeu-ta Viktor Frankl (2004) y que es una palabra griega que equivale a sentido, signo, significado o propósito, a razona-miento, inteligencia o pensamiento, a la palabra, al habla, discurso o argumen-tación, al lenguaje) se convierte, enton-ces, en la fuerza primera del Ser.

El sentido como elemento ontológico

El sentido se apropia del ser al tiempo que le permite al ser, apropiarlo (exis-tencia). Es decir, el ser no es amo del logos (del sentido, del signo, del discur-so, del lenguaje). El ser habita el logos propone Derrida, el Ser no inventa ni fabrica el sentido: lo descubre. El senti-do es ingobernable e incontrolable, por un lado. Pero, por el otro, es bondado-so, se brinda para ser tomado, permite ser experimentado, vivenciado, mar-cando y va marcándose con la esencia de quien lo posee en el instante. Y que se materializa en la palabra que nace y muere al ser pronunciada, pero que con la muerte se resignifica en el otro (la resurrección) que se incrusta en la memoria y abre así una ventana a la creación y recreación constante en el tiempo (la vida eterna).

Cabe aclarar que en la deconstruc-ción constante del sentido, éste corre el peligro de la mutilación, la alteración y hasta el ‘olvido’ (la vacuidad de sí mis-mo). Sin embargo, no hay vacío abso-

Ana Lilia SalazarEl amor trasciende la persona física del ser amado

y encuentra su sentido más profundo en el ser espiritual del otro,

en su yo íntimo.Viktor Frankl

ARTÍCULO

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luto, ni olvido completo, ya que el logos se hereda al sujeto (y se alberga en la parte inconsciente de su espíritu) que lo mani-fiesta y colectiviza, mediante la experiencia común, guardándose a sí mismo en lo más profundo del inconsciente social (donde se resguardan las indicaciones para recons-truir las partes del pasado incompletas e indistintas), en la anámnesis .

Ahora bien, a mi parecer, el sentido de-nota dirección y percepción, en la primera el logos como guía de la vida y la vida como guía del logos, del pensamiento y la acción de sujeto que viene y deviene de y en la experiencia común, y la segunda tiene que ver con cómo sentimos, palpamos la reali-dad y cómo racionalizamos eso que senti-mos, es decir, la vida pensada.

El sentido como epistemología

Este razonamiento de la percepción de la realidad que cada sujeto efectúa, lo lleva a construir una trayectoria de su vita para relatarla, una autobiografía que a su vez le permitirá obtener una conciencia de su vida y de él o ella en sí y para sí; es de esta for-ma que caminará, en palabras de Hannah Arendt, del Zoé (animal-bestial, instinto) hacia el Bios (la vida pensada, el intelecto, el equilibrio entre la razón y el instinto),

alcanzando así el umbral de la espirituali-dad (Kristeva, 2004).

Y es lo anterior lo que posi-bilita la poética , la representa-

ción que elabora el sujeto del sentido, por lo que lleva im-plícita la ética y

la política de éste. La poéti-ca, entonces, es el resultado

de la correlación entre de la ética, la política, el poema

y la historia del sujeto, es la constitución del relato de la vita,

de la vida (Meschonnic, 2007).

Empero, existe una crítica venida de la poética hacia el sen-tido que tiende so-bre éste la discu-sión acerca de la universalidad y la forma de ésta en el signo, puesto que no es con-cebible hablar de lo universal obje-tivo homogéneo cuando lo que se propone y defiende es la particularidad de la subjetividad heterogénea. Si bien es cierto que el sentido se comunitariza, también lo es que las formas impo-sitivas de universalización más que socializar el logos, se han con-vertido en métodos de dominación, ex-clusión, marginación, lo que indica que ya no basta sólo con habitarlo, ahora hay que domesticarlo, dominarlo.

La idea de este “deber ser” universa-lizante del signo, del sentido, viene del pensamiento estructuralista parido en la lingüística. Esta corriente fue llamada así porque concibió al pensamiento, la acción, y el sentido en pesadas y rígidas estructu-ras estructurantes (Bourdieu), que, por su densidad ortodoxa no permiten la movilidad y, por ende, cesan el movimiento, detienen el ritmo: y el conflicto causado por el dis-continuo, en el continuo se vuelve violencia y no belleza (estético, artístico, poético).

Es está corriente de pensamiento la que configuró la teoría tradicional del signo, del logos (sentido/lenguaje), la “que hace pa-sar por universal, por la naturaleza del len-guaje (significante, significado y referente) [pero que] no es otra cosa que un modelo cultural propio de nuestra tradición (Mes-chonnic, 2007: 184), que excluye al otro, al diferente, al extraño, al lejano, lo borra y

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borra que lo ha borrado, lo silencia (enmu-dece), lo enloquece, lo exilia, le arrebata el espacio, lo deja sin lugar (no lugar), efec-tuándose ahí la dislocación entre tiempo y espacio augurada por Walter Benjamín, quedando sólo espacios liminales como po-sibilidad del sujeto expulsado de recupera-ción de lo propio (Filc, 2004).

Es ésta la justificación de la poética y su posicionamiento como crítica frontal al sig-no y a su estatismo, haciendo su propuesta la del ritmo; es decir, la recuperación de la ética y la política a través del dinamis-mo, pues cree en el movimiento como úni-co método para que el sujeto del poema, el sujeto ético y el sujeto político sean uno mismo, el sujeto histórico. Un sujeto que comprenda y haga nacer un sentido en el que al unísono se lea el sentido del otro.

El sentido como categoría de análisis

Meschonnic hace énfasis en la idea de que no sólo en la necesidad del cambio pa-radigmático de la concepción del sentido y su universalización, también afirma que di-cho cambio ha comenzado y postula que tal transformación tiene su razón en la deses-tabilización del “mito”-signo, ya que al pa-recer no puede sostener más al sujeto, todo ello con el fin de arribar a ese otro mundo del sentido (resignificación y reapropiación del logos, habitarlo no dominarlo) y, por lo tanto, a otras formas de análisis (Filc, 2004).

La poética es el pensamiento de: el len-guaje, de la vida, de la palabra, del senti-do, del logos, del otro, y no así de la es-tructura de éstos. La poética incita a la reflexión como sujeto, invita a la praxis, al movimiento constante, infinito; a escuchar el sentido, a vivenciar el conocimiento y sa-borear los saberes, a deconstruir el logos en el otro, en el todo, en el yo. Implica des-homogenizar y desreificar al logos, destituir la categoría objeto como forma necesaria para la representación del sentido y la pre-

sentación del sujeto, y dar paso a un ser que no pueda compararse con el objeto.

Por lo anterior, se piensa que la poéti-ca es meramente desobjetivizante y ple-namente re-humanizante, pues estimula al sujeto a donarse al lenguaje y al lenguaje a dejarse poseer; el poeta es la más cla-ra experiencia, la encarnación de habitar el lenguaje (logos), es el que mantiene viva la lengua, no permite la muerte de ella ni por la ideologización de éste, ni por bana-lización, ni trivialización, mucho menos por la repetición, aletargamiento y mecaniza-ción, plantea Derrida, por el contrario, en un poema se logra la utopía, pues se uni-fica la diversidad de las partes en un todo bello, armonioso. Como el músico que logra obtener belleza del conflicto que causa la ruptura en el continuo, cuando el silencio resignifica la nota, enlazándose y volvién-dose melodía.

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Nota Final

El acto poético es una manera de resu-rrección del sentido, él que es la utopía del logos, de la razón de maneras de ser y ha-cer particulares, peculiares, únicas, subje-tivas. El sentido es el elemento epistémico dialéctico que permite al sujeto ser y no, es decir, estar siendo. Es en lo poético el que brinda sentido al individuo que logra reco-nocerse y amar a su yo colectivo, al noso-tros comunitario, puesto que se reconoce en el otro; alcanzando un muy alto grado de identificación en la diferencia, a partir de la comunicación, lo que permitirá hacer de este mundo, el otro mundo posible, el del perdón, el del amor, el del nosotros.

Bibliografía Cassigoli, Rossana, (2010). “Memoria, historia y praxis”, Revista HAYFO (Historia, antropología y fuentes orales) Universidad de Barcelona.Frankl, Viktor, (2004). El hombre en busca de sentido. Her-der, España.Kristeva, Julia, (2000). La vida es un relato y La humani-dad superflua, El genio femenino 1. Hannah Arendt, Paidós, Buenos Aires.Meschonnic, Henri, (2007). “De una poética del ritmo a una política del ritmo”, en La poética como crítica del sentido. Marmol Izquierdo, Buenos Aires.Filc, Judith, (2004). “Desafiliación, extranjería y relato bio-gráfico”, en Ana Amado y Nora Domínguez (Coords.) La-zos de familia. Herencias, cuerpos, ficciones. Paidós.Derrida, Jacques (2001). “La lengua no pertenece”, entre-vista con Evelyn Grossman. Mensuario Europe, Año 79, No. 861-862/enero-febrero. Traducción de Ricardo Ibarlu-cía publicada en Diario de Poesía, No. 58, primavera, Edi-ción Derrida en castellano.

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La Comunicación, pensada como arte, ciencia o simplemente como un proceso que busca poner algo

en común, sea cual sea el fin, sea cual sea el medio, en principio debe tener una gran virtud: que esa puesta en co-mún contenga los sentidos socialmente construidos de ese algo, aquellos sen-tidos que se apropian y se re-significan simbólicamente y de manera constan-te en la cotidianidad, y que al final de cuentas terminan siendo re-configura-ciones de la vida misma, es decir, otras formas de ver y actuar en el mundo con el que necesariamente interactuamos.

Tal vez esta sea la misma virtud com-partida, quiero suponer, por la que apa-rece un espacio de expresión en torno a lo propiamente comunicativo, espa-cio definido bajo la mirada específica de esta institución educativa a la que ya le hacía falta tenerlo, enhorabuena por el esfuerzo realizado. Y más allá del seguir suponiendo, la aspiración de esta columna pretende alcanzar la mis-ma virtud, la de poder poner en común tópicos que nos in-volucran con este campo disciplinario tan apasionante, felizmente inaca-bado, afortunada-mente sin haberlo todavía explorado del todo, un cam-po de conocimiento que sigue andando en su infatigable peregrinar hacia la consolidación tan ansiada de ins-

la Sexta Columna de fé:

tituirse como un templo del saber. La apuesta está hecha, y solamente con el paso de tiempo y con la réplica acucio-sa de los lectores, con sus sugerencias, veremos si hemos sido tocados por tal virtud y al fin de cuentas logramos po-ner algo en común. Que así sea y larga vida para el proyecto.

Para esta primera colaboración, el tó-pico a tratar es el de que la comunica-ción siempre ha existido, tanto así, que resulta el fundamento en donde se am-para la identidad de quien esto escribe, pero por supuesto, siempre preocupado por dejar a buen resguardo el anonima-to correspondiente.

¿Por qué Toht? Retomando un ele-mento de una de las culturas más anti-guas de las que se tenga registro, como lo es la egipcia, en su mito fundante se sabe que fue a este dios a quien se le responsabilizó el darle a los hombres el don del lenguaje, la escritura, la comu-nicación; pero no en el sentido de ser inventor, sino el de ser una especie de

escribano que res-guardara el buen uso de tal don, eso que los comuni-cólogos buscamos encontrar tan afa-nosamente; asi-mismo, se dice que Toht distribu-yó los lenguajes a los pueblos según sus características distintivas, otro aspecto del que

COLUMNA

TohtDemótica para la vivopsia

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nos asimos los que tratamos de explicarla, el dar cuenta de la diversidad de significa-dos que a cada paso se ponen a circular.

Esta es la razón de ser del uso del pseu-dónimo, y de ninguna manera quererse asumir como aquél dios de la comunica-ción, ese lugar ya está reservado a nues-tros verdaderos pensadores.

¿Qué significa eso de demótica? Como una resultante de lo encomendado a Toht, al lenguaje formado en la última etapa de la civilización egipcia, este dios lo llamó así; se refiere a un lenguaje escrito cuya for-ma coloquial tiene que ver con lo literario, desde luego que es una literatura de tipo profana y que se distingue en su uso de esa otra forma de escribir más hierática, es decir, el de la forma culta o divina; con la comunicación pasa lo mismo, debemos explicar hieráticamente (en tanto comuni-cólogos) lo que demóticamente (en tanto sujetos sociales) sucede a cada momento, los cambios y adaptaciones surgidas, y es por ello que desde aquí buscaremos explici-tar los problemas de la comunicación en un lenguaje puramente profano, sin que ello implique falta de seriedad ni el sacrificio de la rigurosidad que se exige en todo proceso

de construcción del conocimiento.¿Qué significa aquello de la sexta colum-

na? Idea retomada de otro de los mitos fundantes de las antiguas civilizaciones, en este caso de la musulmana, donde se dice que el sustento de la vida reside en cinco columnas que, a modo de dogmas de fe, de-finen el modo correcto con el que cada uno de nosotros debe conducirse en el actuar diario. En el mismo sentido, una columna se ha instituido como uno de los susten-tos de la comunicación moderna, un género que analiza, interpreta y orienta al público sobre un determinado suceso, y que es ela-borada con una asiduidad, extensión y ubi-cación concretas en un medio determina-do, como lo es esta revista electrónica. Por lo tanto, esta columna pretende aparecer como un dogma de fe para analizar los tó-picos de comunicación que permitan condu-cirnos correctamente en nuestras andanzas por el campo disciplinario, uno de los pila-res inexcusables de nuestra profesión. Pero como en todo acto de fe, el libre albedrío de creer o no en lo que aquí se diga es un asunto personal, un asunto que facilite la posibilidad del debate, la confrontación de ideas, la diversidad de interpretaciones, en fin, la discusión permanente, y es por ello

que será sugestiva e irre-verente para que junto con quien la lea se enta-blen foros de intercambio de ideas desde los cuales todos podamos aprender y saber más acerca de los múltiples significados que supone el sabernos comunicólogos.

Finalmente la vivop-sia; es un término que retomo de los pueblos quechua y aymara an-dinos, y que le escuché cantar a un excelente investigador y folkloris-ta boliviano, don Ernesto Cavour, sin lugar a du-das uno de los mejores

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charanguistas del mundo. En sus cantos tradicionales, surgidos tanto de la hibridez como de las resistencias culturales que la conquista española provocó en los pueblos originarios de América, se han detectado sincretismos comunicacionales muy inte-resantes, en donde a modo de juegos de palabras el “indígena” ha ido construyendo sentidos opuestos, alternativos, diferentes a los que se les impusieron como dominan-tes, esos sentidos, otros que les facilitarían las expresiones libertarias, contestatarias,

independentistas y hasta irreverentes (si es que así se les quiere denominar) en sus modos de comunicar.

Aquí la tradición oral transmitida gene-ración tras generación ha jugado un papel fundamental para mantener en la memo-ria histórica de los pueblos sus patrimonios identitarios claves, todavía vivos; y es que en la frase completa podemos encontrar alusiones precisas al hecho indiscutible de dejar ver el modo en que se comunica la resistencia cultural de cualquier pueblo; en sí misma la frase es un grito esperanzador que dice así: “¡que se implante la vivopsia!, así como con la autopsia sabemos de que mueren los muertos, sabremos con la vi-vopsia de qué viven lo vivos”.

La comunicación entonces siempre ha existido, y tal vez desde mucho antes de que nos asumiéramos como seres humanos. El pretexto de conjuntar mitos fundantes, en apariencia venidos de cosmovisiones y tra-diciones tan divergentes para armar este

escrito, precisamente es la demostración de que lo importante en primera instancia no es ni el medio ni el mensaje ni el re-ceptor en abstracto, sino el proceso mismo de la comunicación; dado que el problema fundante de la Comunicación como disci-plina, es el de explicar los problemas de comunicación en lo social, en las interrela-ciones sociales, en la necesidad que todos tenemos de decir, de comunicar, en fin, de compartir el sentido social de algo que pue-de ser o es, común para todos.

Por tanto, lo social se expresa demótica-mente y espera que de esa misma forma se le regrese lo puesto en común; y por tan-to para nosotros, los que nos decimos ser comunicólogos, la exigencia radica en que seamos capaces de apropiar y construir lenguajes demóticos comunes para todos, ya la forma que estos asuman, o el medio por el que se transmitan, o el impacto que alcancen, lo que en realidad de implícito llevan, es la capacidad de poner en común lo que el hombre social demanda; así de simple y de compleja es nuestra labor de hacer, como analistas y productores, la co-municación.

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Hoy en día vemos cada vez que los políticos visitan las comu-nidades en épocas electorales,

acercándose a la gente, preguntando sus necesidades como comunidad. Sin embargo, realmente, ¿cuál es el tras-fondo de esas “visitas” políticas? ¿Qué hay detrás de los actos gobierno-indíge-na? Estas y otras cuestiones serán tra-tadas en el presente texto.

Población y cultura en la etnorregión mazahua

Sandoval Forero (1997) concibe la et-norregión mazahua como un espacio de identidad en tanto que otorga pertenen-cia a sus habitantes. En este sentido, el espacio puede ser considerado como un nicho que crea y recrea de manera permanente signos y representaciones simbólicas que se construyen en la sub-jetividad de las personas a través de la historia que contiene elementos de eco-nomía local, relacionados con aspectos sociales y culturales comunes al territo-rio y la etnia.

El grupo do-méstico es lo que nosotros denominamos familia, pero claro, ese tér-mino no lo ma-nejan los ma-zahuas, ya que familia vine de “famulus” que quiere decir sirviente o es-clavo y ellos no lo ven de esa manera. Ellos

la práCtiCa Cultural mazahua

conciben su grupo doméstico como el lugar en el que se les va a transmitir a los individuos las costumbres y tradicio-nes de la comunidad.

El grupo doméstico indígena, señala Forero (2001), “se organiza en torno a procesos culturales, a formas de rela-ción, de solidaridad, de reciprocidad, de confianza y de intercambio local, aspec-tos que se refuerzan mediante los lazos de parentesco y la interior de la comu-nidad con tradicio-nes, alianzas, ritos, costumbres, creen-cias y festividades, todo esto para hacer frente a sus necesi-dades de producción y reproducción”.

Podemos afirmar que la cultura Maza-hua es una de las más vastas en cuanto a costumbres, rituales y claro algo sin-gular es su vestimenta, que representa una de las muchas creencias que tiene así como su lengua y sus formas de or-ganización. Asimismo, se ve reflejado en cada una de las prácticas que carac-terizan a este gran pueblo. Es por eso que a continuación se dará una explica-ción sobre éstas.

Prácticas culturales mazahuas

Para Guillermo Bonfil Batalla (1990) las prácticas son vistas como una estra-tegia cotidiana por parte de los indíge-nas vencidos por la fuerza. Sin embargo han resistido, permanecen como uni-dades sociales diferenciadas, con una identidad propia que se sustenta en una

ARTÍCULO

Adriana Contreras Espíndola

“Paso del bastón de mando” como medio de legitimación política en el Estado de México.

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cultura particular de la que participan ex-clusivamente los miembros de cada grupo.

Tal como lo dice Bonfil Batalla, las prácti-cas realizadas por los pueblos o las comuni-dades son para mantenerse, para mostrar que aún siguen en pie; sirven de recordato-rio para todos los jóvenes de la comunidad. Es una muestra del compromiso que ellos deben seguir, deben preservar y ver por el bien de la comunidad.

Dentro de las rituales culturales maza-huas existe la llamada “paso del bastón de mando”. Bonfil Batalla (1990) afirma que en los rituales colectivos en las danzas tie-nen su importancia como momentos en que se renueva la identidad y el sentido de la pertenencia al grupo (y por lo tanto la exis-tencia a la comunidad). Tal como lo explica Bonfil Batalla los rituales van reafirmando la identidad, la existencia de un individuo dentro de la comunidad y a la vez aceptan-do y reproduciendo eso que los hace carac-terísticos y diferentes a todos los demás.

Los rituales establecen un puente entre el individuo y la sociedad, permitiendo la comunicación que, de otro modo, sería im-posible, porque la individualidad solamente puede trascender en estas representacio-nes.

Existen perspectivas que se han ido dando a través de distin-

tos emisores. Pastor Tapia (2011), periodista mexi-

quense, lo define como un ri-

tual encabezado por el Jefe Supremo Maza-hua, en donde un “invitado” es testigo del servilismo y las adulaciones de los simpa-tizantes, donde se le da la bienvenida y el paso del poder al sujeto en cuestión.

Dalia Barrera Bassols (2000) menciona la resocialización política como un proceso que da un nuevo sentido a las prácticas, representaciones e identidades políticas de los individuos y de los grupos, especialmen-te con respecto al poder y a la autoridad.

Para el caso del ritual “paso del bastón de mando” nos podemos percatar de que para la cultura mazahua representa poder pasar al portador las bendiciones y tradi-ciones de la comunidad así como las res-ponsabilidades que éste conlleva sin olvidar el gran honor que representa, pero es algo que ha sido olvidado y hasta cambiado.

Por lo tanto, y después de haber descrito el ritual, podemos comenzar a tratar un tema que se ha escuchado muy a menu-do pero que realmente no sabemos todo lo que implica: el poder y sus diferentes com-ponentes, así como las repercusiones que tiene este último dentro del mundo político y cultural.

Procesos de legitimación de la dominación

Según Weber (1998), poder significa la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aún contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad.

Esto quiere decir que dentro de la con-cepción de Weber el poder involucra el

aplicar la voluntad de un individuo o un grupo de ellos para ejercer cierto

cambio o acción dentro de la so-ciedad o grupo implicado. Lo inte-

resante aquí es el hecho de que Weber acepta que sea cual sea el fundamento, el poder puede ir aún en contra de

cierta resistencia dada.

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Dentro de la sociedad podemos ver que la gente ha ido aceptando a los gobernantes desde el momento de emitir su voto. Acep-tan que ellos son los indicados para ejercer poder. Es decir, la gente acepta y reproduce que unos cuantos tomen las decisiones y apliquen su propia voluntad sobre la de las mayorías.

En este caso Weber señala que poder como tal no tiene una forma definida so-cialmente, ya que es claro que una perso-na puede llegar a una posición favorable por disposición oficial, por favoritismos, por muchas razones, pero la dominación sólo se dará en el momento en el que el manda-to sea obedecido; mientras que la discipli-na habla de algo más frecuente y en caso contrario del poder, sin resistencia alguna.

Aunando esto, la concepción de que las prácticas culturales son utilizadas como medio de legitimación por parte de los po-líticos, ya que son ellos los que en épocas electorales acuden a las comunidades y les hacen creer que van a ver por ellos en un futuro. Con esto podemos darnos cuenta de que a través de los rituales se da la repro-ducción de la dominación, los grupos indí-genas al percatarse de que cierto político o personaje va a verlos, escucharlos y pla-ticar con la comunidad, lo adoptan como parte de ellos, con apoyo de los discursos y acciones que desempeñan en época de campaña y la gente lo acepta y en algunos casos hasta admiración se ve.

Desde el inicio de las civilizaciones exis-tían pueblos que tenían lo que otros no, y con el nacimiento de la producción en serie y la acumulación de bienes llevaron a un tipo de intercambio en donde para poder recibir algo tenías que dar algo a cambio; esto lo podemos asociar al hecho de las prácticas culturales ya que el político está ofreciendo propuestas (no acciones) para el beneficio de la población y si la gente lo quiere obtener, le debe de dar su voto al personaje en cuestión.

Un punto relevante es el hecho de que los políticos han cambiado en gran par-te el sentido de los rituales y prácticas de los grupos vulnerables, en este caso de los Mazahuas, los acoplan a su comodidad y sus gustos, y es aquí donde Bonfil Batalla (1990) señala que dentro de la historia, la colonización se cumple sólo en la medida en que el colonizado cambie su forma de vida para ajustarla a las necesidades y los intereses de la empresa colonial.

Conclusiones

Dentro de la dominación y legitimación existe la creencia en la legitimidad, ese po-der de otorgarle a una persona la capacidad de hacer algo personal por encima de lo que posiblemente la comunidad no quiera; hoy en día la gente cree que por ser mandatario de gobierno o ser alguien que viste un traje puede hacer algo y ser aceptado porque “se ve” que sabe, o que tiene conocimientos o experiencia en el área, pero no debería ser así, el poder, el respeto y la legitimidad es algo que se debe de ganar con hechos y acciones.

Es por lo anterior que concluyo que los políticos hacen uso de prácticas tales como el ritual paso del bastón de mando ya que es realizado por el jefe del grupo Maza-hua y, claro, si la comunidad ve que el jefe acepta y le da su apoyo a una persona los demás lo van a hacer también, puesto que dentro de la comunidad Mazahua se habla de un “nosotros” y no de un “yo”. Ellos ven por la comunidad no por seres individuales, el individualismo no existe.

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El discurso es una parte fundamental en el acto de la dominación y por consiguien-te de la legitimación del poder. Es a través de él por el cual el personaje político da a conocer sus propuestas y con ayuda de la demagogia se logra tener cierto grado de acercamiento con la gente y ganarse a la vez su apoyo el cual se verá reflejado en las urnas. Es a través del discurso público que los dominantes producen y reproducen ma-nifestaciones de obediencia y actualmente de admiración y adoración.

El hecho de que gobernantes afirmen y digan públicamente que ellos como Estado tiene el poder legítimo de usar las fuerzas del mismo Estado para controlar tumultos y calmar a la sociedad, están diciendo que si ellos consideran en alguna disputa o sim-ple marcha por alguna injusticia (según la sociedad) como gobierno tiene el derecho a usar a los militares, privar de la libertad a las personas y violar sus derechos huma-nos. Uno de esos casos fue el de Atenco, en el Estado de México, en donde el ahora ex gobernador, se deslindó por completo de los actos sucedidos. No obstante, él como máxima figura de poder dentro del Estado tiene la autoridad y el permiso para hacer uso de las fuerzas armadas en casos como ése, pero que él no tuvo nada que ver con las violaciones y los asesinatos que se co-metieron en esa comunidad.

Por lo tanto, podemos afirmar que las prácticas culturales con un medio utilizado por los personajes políticos para reproducir

la dominación, y a su vez la legitimación de su gobierno, dotándolos de un poder abso-luto que puede llegar incluso a hacer uso de la violencia. Todo para mantener el orden social y la paz dentro del Estado.

Bibliografía

• Barrera Bassols, Dalia (2000) “Mujeres, ciuda-danía y poder” Colegio de México • Bonfil Batalla, Guillermo (1990). “México profundo, una civilización negada”. Grijalbo, México • C. Scott, James (2000) “Los dominados y el arte de la resistencia” Editorial Era México • Sandoval Forero, Eduardo A. (1997) “Pobla-ción y cultura de la etnorregión mazahua” UAEM México• Tapia, Pastor 2011, Agenda Mexiquense 10 Ju-nio• Weber, Max (1998) “Economía y Sociedad” Fondo de Cultura Económico. Duodécima reimpre-sión. México.

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Anclados en un espacio y en un tiempo deter-minados, el cual se va

entretejiendo con referentes que van de lo global a lo local y de lo local a lo global, se pone de manifiesto la necesidad im-perante de revalorizar el tejido cultural de los pueblos, sobre todo cuando los tránsitos por la globalización se ven refle-jados en las mimetizaciones que va sufriendo la cultura. Esas mime-tizaciones van formando prismas que dependiendo del lugar desde donde se vea el reflejo, así será la silueta que se plasme.

Estos prismas se enmarcan en una eterna discusión que va de lo local a lo global, de lo propio a lo ajeno, de la industria cultural a los productos culturales, de la mitificación a la desmitificación. Lo cierto es que nos en-contramos hoy en una encrucijada en la que la cultura es la punta de lanza a través de la cual los pueblos se emancipan pero que, paradójicamente, es también a tra-vés de la cual el capitalismo ha fin-cado su imperio.

En esa encrucijada la cultura se convierte en un tótem que se yer-gue imponente y se asume como punto de referencia de los diver-sos caminos en los que el andador cultural – los sujetos poseedores de la cultura – transitan, pasean y recorren los caminos a través de

andadoreS CulturaleS

los cuales la cultura es vi-vida, creada, transformada y resignificada; y a su vez, esos andadores se visuali-zan como escaparates en los cuales la cultura es exhibi-da en un intento por forjar vínculos identitarios que re-valorizan la riqueza cultural y memoria histórica de las comunidades en las que se plasma ese legado invalua-

ble denominado patrimonio cultural.

La cultura es la fuente que inspira este espacio y que busca ser un artífice de semillero en el que surjan interrogantes y se produzcan reflexiones en torno a

un tema tan complejo como la cul-tura y todo lo que de ella emana. Entonces, ¿por qué hablar de anda-dores culturales? El concepto se tra-

baja en tres sentidos:

Primero, los an-dadores son caminos

que sirven para ir de un lugar a otro, al igual que este espa-cio en el cual se busca poner a dis-cusión desde el campo académico de la comunicación, la vinculación de ésta con la cultura. Asimismo, reflexionar en torno a los referen-tes teóricos en los cuales se inscribe el análisis de la cultura y proponer rutas que permitan explorar esos ámbitos.

Segundo, el recorrer por los anda-dores nos lleva a conocer, a apren-der y aprehender de la riqueza cul-

tural de los pueblos por los cuales

Araceli Camacho

COLUMNA

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se transita, de tal forma que se convierten en escaparates que albergan los testimo-nios de la diversidad de manifestaciones culturales que se enfrentan a la continua transformación de ese carácter dinámico de la cultura.

Tercero, son los andadores los sujetos que son depositarios de ese bagaje que encierra un pasado inmemorial y a su vez como depositarios de éste, se convierten en transformadores del mismo, buscan-do adaptarse a los contextos en los cuales se ve inmersa la sociedad. Más son ellos, los portavoces, los que tienen el derecho de dar fe de su transitar por ese presente, cargado de pasado y lleno de futuro.

Finalmente, este espacio busca ser ese escaparte en el que se reflexione en tor-no a la comunicación y la cultura desde la perspectiva de los actores y portadores de la misma, poniendo andamiajes que permi-tan construir plataformas encaminadas a la revalorización de la cultura en los contextos actuales.

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Por el lugar en el que se realiza, uno de los estados con mayor desarrollo económico en el país:

el periodismo mexiquense debería estar marcado por el dinamismo, la innova-ción y la vanguardia, sobre todo en la capital; en el Valle de Toluca.

Sin embargo, los realizadores de éste, reporteros que viven el día a día de los medios escritos de la capital mexiquen-se opinan lo contrario. Se reconocen en un bache profesional en el que tienen cabida muchos factores tanto laborales, como económicos e incluso una cierta apatía.

Con esta investigación (que se rea-lizará en dos partes) se pretende un primer acercamiento con la situación actual del periodismo en el Valle de To-luca, en primera instancia con los reali-zadores del mismo; los reporteros, que son quienes están en medio de la diná-mica informativa.

Conocer sus condiciones laborales, sociales, económicas y profesionales nos llevará a la creación de escenarios, originados por las consecuencias perio-

treS eSCenarioS del periodiSmo mexiquenSe

Nadia Salazar Contreras

dísticas que vemos reflejados en la coti-dianidad o que han sido registradas por la historia y que no son privativos de un medio, una agrupación, nivel educativo o condición social.

Este primer acercamiento nos dará también parámetros para futuras inves-tigaciones sobre el tema, en el que que-da claro, es necesario prestar atención y revalorar el resultado periodístico que tenemos más allá de la empresa perio-dística, pero al mismo tiempo, sin olvi-dar que es un oficio que se realiza por y para personas.

¿En qué consiste ser perio-dista?

Los medios de comunicación poseen un encanto para la gente, el estar cer-ca de las esferas de poder, las estrellas del espectáculo, los deportistas, todos aquellos que podemos considerar como “personajes noticia”. Esta cercanía, ade-más de ser testigo de los acontecimien-tos que se convertirán en historia y que darán de qué hablar el día siguiente es una de las motivaciones más grandes que tienen los periodistas de hoy en día, pero al mismo tiempo que se convier-ten en un aliciente para quienes viven de este oficio; es también uno de los mayores atractivos para quienes no sa-ben bien en qué consiste ser llamados periodistas.

“¿En qué consiste ser periodista? Es una pregunta de respuestas múltiples, de acepciones diferentes, de enfoques variados. Periodista, según una acep-

ARTÍCULO

El bueno, el malo y el feo. (Primera Parte)

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ción universalmente aceptada, es un traba-jador que interviene en la captación, pro-cesamiento y difusión de informaciones a través de los medios de comunicación ma-siva, sean impresos o electrónicos” (Riva-palacio, 2005: 17). Es una persona, que vive del ejercicio periodístico, que requie-re esfuerzo y dedicación, a la que le gusta estar informado de todo lo que sucede en el mundo, en su entorno, es tener una cu-riosidad sin límites y sin fronteras, que le permite especializarse en cada uno de los ámbitos informativos que está cubriendo, pero éste es apenas el primer eslabón de una gran cadena que terminará con un pro-ducto impreso que llegará a las personas al día siguiente.

No es el único encargado de este pro-ceso. El periodista es únicamente la parte visible y vulnerable de esta cadena de pro-ducción en la que están inmersas un sin-fín de personas que, aunque no tienen una participación directa en el contenido de los diarios, juegan un papel importante en la conformación del mismo y deben ser consi-derados en el momento de la rea-lización del material informati-vo tanto por tiempo, espacio y requerimientos técnicos. Para entender mejor esta cade-na productiva, se mencionará brevemente la composición de un periódico.

Carlos Marín, en el “Ma-nual de Periodismo” (1986) nos habla de un organigra-ma de la empresa periodís-tica, un diario; compuesta por un Director editorial, un jefe de información, un jefe de redacción, editores por sección, reporteros, reporte-ros gráficos, redactores.

En este orden, falta agregar a los empresarios o dueños de los medios que son quienes deciden la línea editorial de la empresa, le perfil, el público al que quiere dirigir-

se, a qué información se le dará prioridad y a quiénes se incluirá en su círculo infor-mativo.

Por otro lado, se encuentra el departa-mento de Publicidad, que se encarga de que el medio esté lo suficientemente po-sicionado para que pueda ser atractivo a los anunciantes que pagarán espacios para anunciar sus productos o servicios y que requieren una cobertura especial.

Hay un departamento más que incluye el diseño periodístico, el lenguaje visual del diario, que juega un papel importante al momento de imprimirse y que requiere también de tiempo y atención.

Por otro lado, se encuentra el área en-cargada de imprimir el periódico, los pren-sistas, rotativistas y ensamblistas que de-jarán el periódico listo para ser entregado y al último de esta cadena de producción, se ubican los repartidores, que llevan los diarios a los puntos de venta.

Podríamos decir, en primera instancia, que todos ellos tienen como oficio el perio-dismo, según el Diccionario Usual Larous-se, periodismo es “profesión de periodista,

conjunto de periodistas, prensa periódi-ca.” (García-Pelayo y Gross, 1996:489). Si atendemos está lógica, todos los an-tes mencionados podrían ser conside-rados como periodistas, sin

embargo, el concepto es más complejo.

Si seguimos con Rivapalacio (2005) “ser periodista impli-

ca ser alguien singu-lar y admirable. Signi-fica ser una persona curiosa y vivaz que no se permite creer en nada hasta que lo averigua por sí mismo y comprueba

por lo circundante el qué, el quién, el cuándo, el cómo, el

dónde y el porqué. El periodista no es un proyectista, ni un moralista,

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tampoco un terapeuta o un hermeneuta, ni mucho menos un filósofo de la historia o un manipulador. La profesión del periodista es multifacética. Glamour, aventuras, estatus, prestigio y fama son peculiaridades en la cara ideal. Presión, tensión, preocupación constante; es una visión más aproximada a la realidad. En el periodismo, como en muy pocas otras, se requiere de algo más in-tangible e inexplicable que levanta de entre el más grande abatimiento y el revés más penoso, por encima de las frustraciones y las humillaciones, porque más allá de todo, está la más irrefutable determinación de di-vulgar lo que acaba de descubrirse. (Riva-palacio, 2005, 19-21).

Gabriel García Márquez, en la 52º Asam-blea de la Sociedad Interamericana de Prensa de Los Ángeles calificó al ejercicio periodístico como “el mejor oficio del mun-do” (Amado Suárez, 2007:206)

Si tiene razón o no es ya una cuestión de la experiencia que cada persona tiene del ejercicio periodístico o de su acercamien-to con el periodismo y los periodistas. Lo que sí es por completo cierto es que es una de las profesiones más dinámicas, comple-tas y exigentes, que dan la posibilidad de ser testigo de los hechos, comprenderlos, interpretarlos y hacerlos públicos, a fin de cuentas, esa es la misión del periodista en

cualquiera que sea el medio en el que se desarrolle.

Esta misión, implica una respon-sabilidad social enorme. Lo publicado

en un medio de comuni-cación puede ele-

var a niveles in-sospechados la popularidad de una persona, pero también puede acabar con la mejor reputac ión si es que el

mensaje no está debida-

mente estructurado, comprobado y traba-jado, si no es publicado con oportunidad, si se va más allá de los límites de la objetivi-dad y se atienden intereses que no son los del lector promedio.

Se reconoce en el periodista y a los pe-riódicos impresos el vínculo entre las clases gobernantes y los pueblos.

“Como producto de mercado, surgieron a lo largo de la Revolución Industrial (1760-1840) y han conseguido navegar mante-niendo un sitio prominente en esta intensa modalidad de Revolución Industrial que es la era informática. (…). Tal cual los píca-ros de una novela renacentista, los diarios son acomodaticios, dúctiles respecto a las coyunturas, actores ya oscuros, autorita-rios, ridículos y patéticos, ya libertarios, vanguardistas, demócratas y sublimes. Ese andar los constituye cada vez. Todo ello implica que nadie pueda tener una visión desapasionada de los periódicos: ni perio-distas, ni gobernantes ni ciudadanos. Son héroes y villanos alternativamente. No hay principio ni final. Siempre, si al cabo con-siguen remontarse a sí mismos y desem-peñar con eficacia su rol de intermediarios entre los factores de poder y la colectivi-dad, se les considera redimidos y vuelven a empezar. (Lara Klahr, 2005: 32-33)

En México existe una gran cantidad de periodistas que han vendido su pluma y los medios se encuentran llenos de gente que buscan ingresar o ya se encuentran inmer-sos en el mundo informativo que buscan llegar a quienes les ofrezcan un mayor nú-mero de “beneficios” por sus servicios.

Esta actividad no es privativa de la gen-te que se formó en el oficio como errónea-mente se cree.

A pesar de la persistente lucha entre los periodistas formados “en la calle” y los egresados de las carreras de Periodismo y/o Comunicación o afines que se encuen-tran laborando actualmente en los medios, ambos viven cotidianamente en el mismo mundo de excesos y tienen que sortearlo lo mejor posible.

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En ambos casos se encuentran con sala-rios bajos, condiciones laborales precarias, exigencias empresariales crecientes y limi-taciones gubernamentales y de acceso a la información

Ambos mundos, el del periodista de ofi-cio y el de academia, creados a partir de sus diferencias irreconciliables, los hace complementarios al mismo tiempo, a pesar de que cada uno podría existir sin el otro, su paralelismo los lleva de la mano en un avance tecnológico e ideológico hacia una modernidad que exige un mayor apego a las necesidades informativas sociales en las que la sociedad tiene una participación mu-cho más actuante que antaño.

Esta visión de amor-odio entre ellos mis-mos, lleva a que, en algunos casos como el que nos ocupa, sean quienes se demeriten frente a la sociedad y sus propias “fuen-tes informativas” en aras de obtener más y mejor información, mejor trato y mejores contratos publicitarios.

Sin embargo, más allá de unirse en un gremio que les permita satisfacer las ne-cesidades que padecen, se olvidan que las nuevas tecnologías y el acceso a la infor-mación es generalizado, las alternativas de información se amplían y el ejercicio perio-dístico se ve limitado únicamente al acce-so y habilidad que cualquier persona tenga para manejar una cámara de video, una grabadora o un sistema de almacenamien-to con lo que periodismo ciudadano es una realidad y puede ser considerado una res-puesta a la poca atención que reciben por parte de algunos medios y periodistas.

Periodismo en el Estado de México

En el Estado de México, el periodismo surge en el sur de la entidad con El Ilus-trador Mexiquense el 11 de abril de 1813, fundado por el sacerdote José María Cos.

Sin pretender hacer un recuento históri-co de la prensa estatal, la actividad se di-versificó y podemos identificar actualmente varias regiones de desarrollo y ejercicio pe-riodístico, motivadas por el desarrollo eco-nómico, urbano y la misma dinámica social.

El Valle de México, integrado por muni-cipios como Cuautitlán Izcalli, Nezahual-cóyotl, Tlalnepantla, Ecatepec, Cuautitlán México, Chimalhuacán, Atizapán de Zara-goza por mencionar algunos, constituye una región con características especiales por su cercanía con el Distrito Federal y sus complicaciones de identidad estatal forman un escenario aparte en el que se tendría que incluir el panorama informativo capita-lino y las creencias de los migrantes asen-tados en esa región.

Un caso similar ocurre en el Sur del esta-do, municipios como Sultepec, Amatepec, Tejupilco, Valle de Bravo, Amanalco de Be-cerra, Ixtapan de la Sal, Coatepec Harinas entre otros, tienen una mayor identificación con estados como Guerrero y por su lejanía geográfica con la parte central del estado, además de su “pobre” estructura carretera lo deja un tanto al margen de la actividad de ambos valles, amén de las actividades político empresariales que albergan.

Ni qué decir del Norte del es-tado, integra-

do por mu-n i c i p i o s

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como San Felipe del Rincón, San Felipe del Progreso, El Oro y sus vecinos geográficos, considerada la región más olvidada, dado su poco desarrollo económico industrial, no así el sector cultural y de tradiciones, que poco a poco va abriéndose paso en el desarrollo educativo.

Atención aparte merece la Re-gión de los Volcanes, ya que no se ubica en la misma dinámica social y económica de sus veci-nos pertenecientes al Valle de México, están más cercanos a estados como Puebla, nos referi-mos a municipios como Zumpan-go, Tenango del Aire, entre otros.

La región Toluca, integrada por los municipios aledaños a la ca-pital del estado de México, cuna de la actividad político social de la entidad, integrada por Mete-pec, Lerma, Almoloya de Juárez, San Mateo Atenco, Zinacante-pec, Santiago Tianguistenco en-tre otros.

Por la cercanía y la importancia política del Valle de Toluca, el análisis presentado se basa en esta zona, en la que a la fecha continúan editándose varios de los periódi-cos más antiguos como El Sol de Toluca, El Noticiero, El Heraldo de Toluca que hacen el intento por adecuarse a las nueves tenden-cias sin perder su propio estilo.

Sin embargo hay nuevos medios impre-sos, tal es el caso de Milenio Estado de Méxi-co, Impulso, Puntual, Portal, El Informante, Alfa, sin olvidar a medios como El Diario de Toluca, 8 Columnas, Tribuna y Puntual, Diario Amanecer, ABC, La Calle o El Valle en el Valle de Toluca.

Estos medios han venido a dar más op-ciones a la sociedad del Valle de Toluca, abriendo el abanico informativo, han diver-sificado las opiniones y dado más espacios laborales para los recién egresados de las carreras de Comunicación y Periodismo, al tiempo en que se han convertido en un foro de expresión y en algunos casos consolida-ción para los profesionales.

El Reportero como objeto de estudio

La base de la cadena de producción pe-riodística es el reportero, pues es quién sale

todos los días a la calle en busca de la información que se convertirá en no-ticia.

Es quien sufre la pre-sión de entregar las notas a tiempo, quien persigue a los funcionarios públicos para cumplir con las órde-nes de trabajo dictadas por sus jefes, tanto de redac-ción como de información, quien tiene que mantener a una familia con el resul-tado de su trabajo y sor-tear las condiciones que el empresario le ofrece para desempeñarse.

No es un mártir, al me-nos no de inicio, pero es

quien se encuentra en medio de las exigen-cias tanto del empresario como del funcio-nario y de la sociedad.

Podríamos decir que es quien ve, de pri-mera mano, lo que sucede en la realidad, lo comprende de acuerdo a las necesidades de la empresa para la que trabaja, lo in-terpreta acorde a sus conocimientos, sean limitados o globales y lo publica según se lo permite el medio.

Este conocimiento y su lugar en la cade-na de producción periodística, es lo que lle-va a ser considerado de inicio en un primer acercamiento al periodismo que se realiza en el Valle de Toluca.

Sus condiciones laborales, sociales, aca-démicas y su agudizado sentido de per-cepción que le hacen ser reportero fueron puestas a prueba para hacer una crítica de su labor y para más de uno de los consul-tados fue un reto ser objeto de un cuestio-namiento de su quehacer cotidiano, cuando son ellos quienes están acostumbrados a hacer las preguntas y no a contestarlas.

(continuará)

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La desigualdad y la pobreza en el contexto mexicano no son te-mas recientes, sin embargo, la

creciente población que cada año cae dentro de estas categorías hace que la preocupación sea mayor y que la prio-ridad no sólo sea el análisis de las cau-sas probables, sino también brindar una solución crítica que favorezca a reducir los niveles de pobreza y desigualdad de manera que se incluya primordialmente el desarrollo humano dentro de las polí-ticas públicas.

Durante las últimas décadas, Méxi-co se ha visto vinculado en el proceso hegemónico de Estados Unidos, pro-moviendo durante el gobierno priísta el modelo neoliberal con el TLC (Tratado de Libre Comercio), dicho modelo supu-so que en México crecería la economía haciendo que los mexicanos se integra-ran a un nivel económico elevado y que de alguna manera los niveles de pobre-za y desigualdad fueran disminuyendo, la realidad fue otra, lo que provocó este

ComuniCaCión, deSigualdad y pobreza

modelo neoliberal, perteneciente al sis-tema capitalista, fue invertir con la eco-nomía nacional en el mercado externo produciendo el despojo del capital, los beneficios obtenidos por parte de las empresas extranjeras no llegaron a las familias mexicanas; sólo a aquellos po-líticos y empresarios mexicanos que te-nían el manejo del modelo neoliberal. Desde entonces, la inversión extranje-ra incrementó los índices de desigual-dad y pobreza; el modelo Neoliberal ha creado un desapego de la identidad del mexicano provocando que él mismo la desprecie y quiera ser como el Estado-unidense, sin darse cuenta de que ellos también han sido perjudicados por el sistema, además de que su base cultu-ral es distinta y los beneficios que lle-gan a tener es por pertenecer Estados Unidos.

Las deficiencias de México

México se enfrenta a drásticos pro-blemas debido a su incremento en los índices de desigualdad, ésta ha cerrado oportunidades para el desarrollo huma-no y ha modificado socialmente el con-cepto de libertad, ya que para ser libres se tiene que contar con cierto grado de estatus, en especial un estatus econó-mico, esto es gracias al sistema neoli-beral que ha provocado que todo pueda ser vendido o comprado, ha esto se in-cluye la dignidad y para algunas perso-nas hasta las libertad misma. La pobre-za es medida por quienes tienen riqueza y los que no cuentan con riqueza, pero va más allá de esto: “la pobreza debe concebirse como la privación de capaci-dades básicas y no meramente como la

Sebastian Torres González

ARTÍCULO

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falta de ingresos, que es el criterio habitual con el que se identifica la pobreza.” (Amart-ya Sen, 2000: 114). La pobreza no se mide por la riqueza que se tenga o por los bienes con los que se cuenta, sino por el acceso que se tenga a la educación, salud, oportu-nidades de empleo, etc., siendo el acceso a éstas como la oportunidad de mejorar la vida, de un desarrollo pleno del humano.

La pobreza en México no sólo se ve en las calles con niños y personas mayores pidiendo limosna o siendo explotados vendiendo algunas cosas como dulces, rosas o juguetes, en las últimas décadas, desde la apertura del TLC, las fami-lias que estaban in-tegradas por 4 per-sonas o más tenían para comer, para vestir, cuidar de su salud y hasta para alguna actividad de-portiva o cultural, a partir de que el modelo Neoliberal fue implementado en México, creó una pantalla en que todo parecía que el país no contaría más con desigualdad ni pobreza, pero después de unos años la realidad fue evidente para to-dos; desde la crisis de diciembre de 1994 hasta la fecha las familias mexicanas sub-sisten económicamente con gran dificultad teniendo no más de 2 hijos, los costos se han duplicado y hasta triplicado gracias a las privatizaciones.

Cubrir las necesidades básicas como se-guridad médica, seguridad social, educa-ción, etc., es signo de que se pertenece a algún sindicato o grupo político, quienes cuentan sólo con algunas o con sólo una, es porque pertenecen a algún grupo en desigualdad. Las políticas públicas que se han creado, no les han dado el seguimiento

que se debiera, no han sido de prioridad ni tampoco durante su ejecución han hecho gran cosa para que sirvan a quienes más lo necesiten, los programas como Solidari-dad, actualmente nombrado Oportunidades han ayudado a muchas personas de secto-res vulnerables y marginados, aunque es parte también del mismo modelo neoliberal y tiene una segunda finalidad, la cual es tener la legitimación de quienes están afi-liados a dichos programas.

La historia se ha repetido constantemente en México, con personajes dis-tintos, con ideas distintas, pero las intenciones y los fines no han cambiado en su totalidad, des-de la década de los 70’s hasta el actual siglo XXI han emergido crisis sociales y económicas; sólo los que se encuentran en los niveles me-dios hasta los

más bajos de la jerarquía han recibido las peores consecuencias mientras que la élite sólo ha cambiado, durante cada crisis, a su representante disfrazándolo como portavoz de la nación sin que en verdad ellos se vean perjudicados.

“[…] es de esperarse que la crisis finan-ciera de México de 1994 haya tenido im-portantes efectos sobre la incidencia de la pobreza […] podemos realizar algunas simulaciones que nos permitan tener una idea acerca de la posible evolución de la po-breza en el futuro. Esto puede hacerse uti-lizando la distribución del ingreso de 1994, y calculando la pobreza con el ingreso pro-metido del año en cuestión. Este ejercicio implica suponer que la desigualdad no ha

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cambiado desde 1994 y que ni cambiará en el futuro.” (Nora Claudia Lusting y Miguel Székely, 1997: 17)

Manteniendo el mismo modelo neolibe-ral, a pesar de las crisis libradas y de la superación de éstas, el contexto mexicano se ve con un contraste muy distinto a lo que sucede en Estados Unidos y se seguirá viendo cada vez con mayor desigualdad y pobreza, los líderes que tienen el poder y control de la nación en este momento no son los indicados para llevar a cabo un pro-yecto que ayude a reducir la pobreza, quie-nes entran actualmente en el poder sólo han venido reproduciendo su clase y eso hace que lo que se presume como “democracia” sea igual a una falacia que se han permitido construir los gobiernos capitalistas y que el verdadero sentido de la democracia y de la globalización sea generar una cultura hete-rogénea y su fin sea el consumo; incremen-tando la desigualdad, y creando consigo la

pobreza.

El problema que se ha estado plan-teando sobre la desigualdad y la pobreza se debe a las crisis gene-radas en todo el mundo provocado por la globaliza-ción y la respuesta a ellas es optar por un proyecto nacio-nal que deje fuera la intervención pri-vada de otras na-

ciones y que esté sustentado por los bene-ficios sociales y económicos que la sociedad y las instituciones necesitan para estabili-zar el acceso a las oportunidades para el desarrollo humano.

“[…] Vos discute sobre las medidas in-ternacionales necesarias para hacerle fren-te a la globalización y a las crisis actuales. Tales medidas deben ser vistas teniendo como telón de fondo el hecho de que nin-gún orden social o económico es seguro si

fracasa en beneficia en beneficiar a la ma-yoría de quienes viven bajo él. Vos recuer-da que esto demanda nada menos que […] el “contrato social”: un entendimiento im-plícito entre miembros de una comunidad para cooperar para un beneficio mutuo, de la mano con reglas formales y mecanismos institucionales […]” (Rolph van der Hoeven, 2010: 121)

Ante la actual devastación que ha produ-cido el sistema capitalista el contrato social pareciera ser una opción para dar respues-ta a la necesidad de hacer descender los niveles de pobreza y desigualdad, pudiera ser que junto con un sistema socialista la construcción de algunos programas socia-les y de políticas públicas que apoyen a lo-grar dichos objetivos es necesario e incluso requerido por las voces del pueblo mexica-no, de aquellos que no ven en la globaliza-ción la solución.

Nota final

No ha podido ser erradicado el proble-ma que inició la pobreza y la desigualdad, antes de solucionar directamente esto, se debe de dar una respuesta a un cambio sis-témico en la estructura política mexicana y un cambio de actitud en la sociedad, bus-car en cooperación el camino más indicado para México sin que intervenga alguna otra nación y sin que los intereses sean indivi-duales o de algún grupo solamente, los in-tereses, necesidades y soluciones deben de pertenecer a todos los mexicanos.

Bibliografía.-Hoeven, Rolph van der; (2010), “Empleo, desigual-dad y globalización: una preocupación continua”. Co-lombia, Cuadernos de Administración núm. 44, RE-DALYC, PDF-Sen, Amartya; (2000), “desarrollo y libertad”, Ed. Planeta-Lusting, Nora Claudia; Székely, Miguel (1997), “México: evolución económica, pobreza y desigual-dad”, Washintong D.C.

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A veces podría considerarse que el periodismo resulta una for-ma de rastrear las líneas de

una mano. Metáfora posible de aque-llas búsquedas que van identificando el tejido profundo de hechos sociales, de vidas informativamente relevantes. Es quizá en la hibridación entre literatura y periodismo que ello pueda tener un po-tencial fecundo: indagatorias minucio-sas que siguen ciertos hilos para arribar, desenmarañar o hasta enredarse entre amplias redes sociales.

Rastrear las líneas de una mano: me-táfora fecunda para el periodismo. Prac-ticado por algunas corrientes que se han desarrollado de manera paralela a modelos hegemónicos de construcción informativa en los que predomina la lógica mercantil y la fragmentación de la realidad. Ejecutado por Gay Talese quien, a pesar de haber de-sarrollado sus mejores páginas hace ya algu-nas décadas, sus pie-zas son plenamente contemporáneas.

Por más de cincuen-ta años, el periodismo de Talese (New Jersey, 1932) ha rebasado las historias tradicionales. Barbara Lounsberry (2003) destaca que sus textos son repre-sentativos porque, además de haber ido más allá de la mito-logía de la fama y el éxito –lógica tan cons-tante en el contexto

taleSe: hiStoriaS Con nombreS realeS

estadounidense-, han retratado el alma de sujetos reales: darle voz a aquéllos que son considerados como los “perde-dores” en el escenario norteamericano.

Además de las temáticas, se destaca en el autor de Honrarás a tu padre –uno de los libros que reveló los códigos de honor dentro de la mafia italoesta-dounidense-, su sensibilidad artística, su habilidad para explotar las técnicas literarias para relatar historias de no ficción. No en vano por ello fue consi-derado por Tom Wolfe como parte de lo que bautizó como el Nuevo Periodismo. No en vano Robert Boynton (2005) lo ha descrito como poeta en prosa de lo cotidiano. Talese, nos dice el crítico, lo-gró convertir el reportaje ordinario en un arte.

Su libro Fama y Oscuridad, en cierta medida, ejemplifica su propuesta perio-dística. Por un lado a través de la construc-ción de algunos per-files sobre gente des-tacada del contexto estadounidense: Joe DiMaggio, Joe Louis, Sinatra -Frank Sina-tra está resfriado, se ha considerado como la mejor semblanza que ha aparecido en la vida de la revista Es-quire-; por el otro a partir de los retratos de personajes socia-les representativos, y

Pólvora y Cenizas

César Figueroa

COLUMNA

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muchas veces invisibles, de la ciudad de Nueva York. En Fama y Oscuridad también se encuentra una colección de textos en los que Talese escribe a partir del serendipi-ty -el don de encontrar, sin buscar, cosas interesantes o de valor-. Con ello da otro acercamiento a la ciudad y sus personajes. Todos estos textos escritos con recursos li-terarios, con una búsqueda de un discurso periodístico más allá de la convención obje-tiva y neutral.

A pesar de ser un periodista del contex-to estadounidense, aunque muchos de sus reportajes son ya de hace varias décadas, los textos de Talese siguen siendo vigen-tes al ampliar, desde el periodismo, nuestro entendimiento sobre la condición humana. Gran rastreador, Talese, se presenta como perseguidor asiduo de historias que van desde las huellas de la mafia a los grandes personajes anónimos. Esto es, en parte, su premisa de escribir “historias con nombres reales”.

BIBLIOGRAFÍALounsberry, Barbara.(2003). Introduction to The Gay Talese Reader. Portraits and encounters. Walker Pu-blishing Company. Estados Unidos de América.Boynton, Robert. (2005). El Nuevo, Nuevo Periodis-mo. Conversaciones con los mejores escritores estado-unidenses de no-ficción acerca de su oficio. New York. Vintage Books.

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El análisis estructuralista, enmar-cado en sus inicios con Aristóteles y desarrollado con una preocupa-

ción profunda por la forma narrativa, nos dice que el “relato está ahí como la vida misma”, intrínseco al hombre, a sus creencias y a su cultura. Desde que hombre se vio en la necesidad de comu-nicarse con sus semejantes y compartir explicaciones sobre todo aquello que lo rodeaba, ha pretendido develar los mis-terios de la vida; de la naturaleza y de la muerte a través de innumerables re-latos.

Existe una infinidad de relatos, los cuales pueden dife-rir de una sociedad a otra. Ello le da un va-lor aún más profundo en tanto esencia de la identidad cultural de cada región. Desde las explicaciones del surgimiento del uni-verso a través de di-versas teorías, como la del big-bang, has-ta la explicación reli-giosa de Adán y Eva. Tampoco se pueden dejar de lado los in-numerables mitos, leyendas y cuentos que han permanecido de generación en generación; habría que considerar tam-bién a la novela, la poesía, el lenguaje articulado (ya sea oral, escrito o a tra-vés de mímica); así como las noticias o los corridos, los relatos (sin olvidar la forma y los medios por los que son con-tados) son inseparables a la vida y al desarrollo de la humanidad.

Saussure, Levi-Strauss, entre otros representantes del Estructuralismo francés, hacen un análisis narrativo, con base en la lingüística y en la des-cripción del elemento último, la frase. Comprendiendo a ésta como una unidad que en conjunto con otras frases produ-cen el discurso. Y dónde su “organiza-ción, permite a la vez enunciar cómo el relato no es una simple suma de propo-siciones y clasificar la masa enorme de elementos que entran a la composición de un relato. Este concepto es el nivel de descripción” (Barthes, 1991, 10) que puede ser: fonético, fonológico, grama-

tical y contextual. Por otro lado, para describir y entender el discurso, Aristóteles sugiere 3 elementos primordiales que componen ese dis-curso, Logos, Pathos y Ethos. Entendiendo al primero como la pala-bra, el discurso, la or-ganización verbal, en el segundo caso lo enten-deremos como la forma en que se va a decir ese discurso, la acción dra-mática de una anécdo-ta, y finalmente Ethos, como las implicaciones

sociales a las que llega ese discurso y esa forma de transmitirlo, en otras pa-labras, la influencia social que va a ge-nerar.

Ya hemos abordado a personajes consagrados en el área de la filosofía, desde Grecia hasta Francia, donde se trasladan los conceptos de retórica al de discurso o al de relato, según sea el

El Cine

Daniela Hinojosa

Un espacio para contar y ser contado

ARTÍCULO

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caso, teniendo como común denominador la comunicación narrativa, donde se dice que “el relato como objeto es lo que se juega en una comunicación; hay un dador del re-lato y un destinatario del relato” (Barthes, 1991, 25), Entendiendo esto bajo el Mode-lo de Comunicación de WilburSchramm, lo podemos ver representado y complemen-tado con otros elementos, de la siguiente manera:

Entendiendo a la fuente como el origen del mensaje, puede ser el hablante o emi-sor; el Cifrador es el medio por el cualse transmite el mensaje, la señal es el trans-curso que va a tener el mensaje, por ejem-plo: la fibra óptica del teléfono o las señales electrónicas; el Descifrador es el medio por el que se decodifica el mensaje, ejemplo puede ser la radio o la televisión y por úl-timo el Destino es a donde o a quien le ha llegado el mensaje, oyente o receptor. Todo ello bajo un campo de experiencia com-partido, o sea que tanto el emisor, como el receptor deben de compartir un código co-mún para que pueda haber entendimiento y la comunicación pueda llevarse a cabo.

Luces, cámara y acción

Ahora bien, hay muchas formas y me-dios por los cuales puede ser transmitido un mensaje, ya sea a través de la televi-sión, la radio, la prensa, a través de la li-teratura, la pintura, el teléfono, internet o el cine... Cada uno de estos tendrá ciertos recursos para hacer llegar el mensaje, des-de el lenguaje escrito, oral, visual, la ani-mación de imágenes, por mencionar sólo algunos ejemplos.

El cine en particular además de ser un arte, un medio de entretenimiento y de co-municación masiva, es ante todo una ven-tana que muestra la realidad desde la pers-pectiva de alguien, ese alguien nombrado

con el nombre de director. La perspectiva de la realidad puede ser tan variada y dife-rente como personas existen en el mundo, y dado que la verdad es aquella concepción formada por el consenso (podría decirse que por grupos de poder llámense científi-cos, políticos o religiosos) lo que las otras miradas, las otras formas de poder enten-der la realidad quedan fuera de lo cierto o coherente. Con ello, el cine en algunos espacios, sirve para mostrar esas diversas formas de concebir la realidad, la cual pue-de ir desde la visión documentalista don-de la ciencia y la investigación son la base, hasta la ciencia ficción o el surrealismo, en donde se hace tangible la imaginación, los sueños, las visiones paralelas a lo “verda-dero”, que desde una perspectiva muy per-sonal, enriquecen las formas de entender y ver el mundo.

En concreto, el objetivo que persigue este artículo no es de ninguna manera ir en contra de la perspectiva científica, sino ha-cer plausible la multiplicidad de formas en las que una historia puede ser contada, y esto a través de un medio de comunicación tan importante, como lo es el Cine.

Remontándonos al año de 1895, especí-ficamente el 28 de diciembre, es la fecha catalogada como el nacimiento del cine, fe-cha en la que los hermanos Lumiére mos-traron al público francés por primera vez su gran invención el cinematógrafo, y con él las primeras “La llegada del tren a la estación de Cioatl”. Este hecho marco el futuro de la huma-nidad, pues en ese momento el público que

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presenció no sólo una secuencia de imáge-nes en movimiento, sino que se sorpren-dió y hasta temió al creer que aquel tren que veían en pantalla podía salirse y estre-llarse contra ellos. ¿Por qué digo que con esto se cambió el curso de la humanidad? Pues porque en ese momento se supo que el cine no sólo podía transmitir imágenes, sino también provocar ciertos sentimientos y motivar ciertas conductas.

Desde esta perspectiva, cabe mencionar el desarrollo del cine, que si bien nació con los hermanos Lumiére bajo el género docu-mentalista, es decir, como una manera de captar la vida para evidenciar el momen-to y la cotidianidad de aquel entonces, en 1902 George Méliés transforma el cine, lo que podría considerarse como el inicio de éste como la “fábrica de sueños”, ya que a través de su película Viaje a la Luna, Méliés se consagra como el padre de los efectos especiales, llevándonos como espectadores a vivir a través de una pantalla, por medio de actores y grandes escenografías, cómo la humanidad podía rebasar los límites del planeta tierra y llegar a conocer el espa-cio y todo lo que podía habitar en él. Con ello, la ciencia ficción daba sus primeros y el cine se fortalecía como el medio de hacer “realidad” la ilusión.

David Wark Griffith, es reconocido como el gran forjador del lenguaje ci-nematográfico, pues a partir de El nacimiento de una Nación, cinta filmada en 1914, e Intolerancia (1915), Griffith, a dife-rencia del resto de direc-tores (quienes filmaban sus historias sin que la cámara tuviera algún mo-vimiento), dividía el film en secuencias, mostraba ángulos de cámara, pla-nos, usaba la narración de hechos ya pasados, cam-biaba emplazamientos de la cámara, entre otros elementos que hoy com-

ponen el lenguaje cinematográfico. Esto es sumamente significativo para poder relatar una historia y poder generar un entendi-miento más eficaz del mensaje por parte del espectador. Pues al encuadrar el rostro de algún personaje o al hacer un plano ge-neral donde se observaba todo el espacio en el que desarrollaba una acción, el senti-do dramático de la cinta se hacía evidente.

El cine como medio de comunicación ma-siva, también ha sido utilizado para difundir ideologías. En ese contexto, por lo regular el relato se ve envuelto en un mensaje na-cionalista y de soberanía. Este género cine-matográfico, denominado Cine Bélico, tuvo su auge en la Segunda Guerra Mundial. Di-ferentes naciones hicieron uso de este me-dio como propaganda política en favor del sistema político-económico que defendía, incluyendo los dos bloques que se dispu-taban en dicho conflicto (miembros del Eje y el grupo de los Aliados). Dentro de las ideologías que se han propagado están: el nazismo (en Alemania), el estalinismo-so-cialismo (en Rusia), el capitalismo (E.U.), por mencionar sólo algunos. La perspecti-va en la que se enmarca el relato en este género pone de manifiesto el contexto, la línea ideológica, estereotipos culturales y una perspectiva amenazadora por parte del

o los grupos contrarios. Por ejemplo: ¿Cómo po-demos imaginar que una persona pudiera tener tanta aceptación y legi-timidad para convencer e influir sobre millones de personas, como en el caso de Adolfo Hitler? Junto con el discurso, es claramente que a través de todos los elementos que conformaron la pro-paganda nazi, entre ellas el cine, gracias a su capa-cidad de llegar a enormes cantidades de público. Películas que colocaban a la nación Alemana en una postura vulnerable ente

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la “amenaza” judía, destacando como único medio para conseguir su poderío a partir de la lucha constante y el exterminio de este pueblo. La importancia de este tipo de cine radica en la expansión y las consecuencias del propio régimen, y porque este gobierno fue capaz de llevar hasta el final las con-signas del nazismo, convirtiéndose así en el instrumento de intervención estatal y de propaganda oficial de planteamientos dis-cursivos que exalta las emociones de las masas sobre los aspectos políticos, socia-les y económicos más importantes de aquel entonces.

Con el ojo en el presente y apos-tándole al futuro…

Cómo se ha expuesto en los párrafos an-teriores, con la llegada del cine se generó un modo distinto de ver la realidad, pues sus usos se han diversificado desde lo in-formativo, hasta evocar a los sentimientos con el drama y la comedia, sin olvidar que también ha sido empleado como herra-mienta propagandística e ideológica. Des-de sus inicios, el cine ha sido admirado por la sociedad, y a pesar de la fuerte compe-tencia con la televisión, la cinematografía a escala global, se ha mantenido como una de las industrias más lucrativas del mun-do, modernizándose a pesar de las fuertes barreras comerciales y competitividad ante otros espacios (como el teatro en casa o internet). El cine ha evolucionado y se ha mantenido vigente al ofrecernos más ele-mentos tecnológicos, (como el 3D o aho-ra el 4D) los cuales nos muestra cómo la forma de emitir el discurso, la acción dra-mática, están evolucionando para poder in-fluir en el receptor del mensaje, haciéndose cada vez más atractivo. Sin embargo, esto también es criticable, pues la producción de películas se ha visto envuelta en una in-

versión casi total (en todos los aspectos) en la forma de hacer el cine, o sea en los elementos visuales, los efectos, la calidad

de sonido y de imagen, omitiendo la ca-

lidad del mensaje. Ejemplo claro de esto fue la cinta Avatar, del director James Ca-meron, la cual tuvo una inversión estimada entre los 280 y los 310 millones, más otros 150 millones dedicados al marketing, en la cual, como en muchas otras, tuvo un im-pacto meramente comercial al ofrecer com-pletamente una inversión en lo que hemos llamado Pathos, olvidándose de los 2 ele-mentos discursivos que también se requie-ren en una buena narración.

Es claro que los tres elementos primor-diales que componen el discurso; Logos, Pathos y Ethos; son también empleados en el cine, a través de los diferentes géneros y estilos cinematográficos, que pueden ir desde la problemática-trama más cotidia-na, hasta la transmisión de mensajes su-mamente críticos, pues -retomando el es-quema Aristotélico- no basta con decir algo, sino que habrá que ver el cómo se dice, a quienes va dirigido y qué influencia va a tener en ellos.

Finalmente, hay que reconocer que to-das son historias. Sin embargo, así como el director las puede contar desde diferen-tes perspectivas, bajo diferentes ángulos y temáticas, para el espectador también de-pende del cristal con que se mire. Pues a pesar de estar hoy inmersos entre cientos de películas (casi 90% hollywoodenses), habrá que tener un ojo crítico, tanto para comprender el aporte del realizador, como para disgregar en cuanto sea necesario para no quedarnos únicamente en el papel de usuario, sino en el del crítico y analista de lo que se nos presenta, buscando des-de nuestra trinchera algo más enriquecedor que se nos pueda ofrecer como consumido-res de este espacio de comunicación.

Bibliografía BARTHES, Roland “Análisis Estructural del Relato” Editions Du Seuil, México, 1991.GARCÍA, Leonardo, “El ojo y la Navaja” Punto de lectura, México, 2008SADOU, Georges “Historia del Cine Mundial” Siglo veintiuno editores. España, 1991.

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Es enviciante como el tabaco,

querer más,

sin que se acabe pronto;

gozar de cada suspiro

y perderse en el sabor de su veneno.

Sentir que avanza el tiempo muy rápido,

aunque en realidad el tiempo no avanza;

esperar a que su sabor,

vuelva a tocar mis labios

y su calor envuelva mi cuerpo.

Ver que se agota su encanto,

que mi vicio,

es el cáncer para mi cuerpo

e irónicamente,

es quien también le da hálito.

Al igual que el tabaco

se esfuma entre el viento,

sólo queda su recuerdo,

se marcha dejando un deseo

y un mal en mi cuerpo.

Es ella mi vicio,

con quien elegí vivir

y por quien moriré

y amaré hasta el fin.

VicioSebastián Torres González

PENSAMIENTO

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