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J. E.N. 101-SIG/l 1 JUNTA DE ENERGÍA NUCLEAR RELACIONES GENÉTICO - ESTRUCTURALES DE ALGUNOS TIPOS DE MINERALIZACIONES URANÍFERAS ESPAÑOLAS Por ALIA MEDINA, M. MADRID, 1 96Z

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J. E.N. 101-SIG/l 1

JUNTA DE ENERGÍA NUCLEAR

RELACIONES GENÉTICO - ESTRUCTURALES DE ALGUNOS TIPOS DE

MINERALIZACIONES URANÍFERAS ESPAÑOLAS

Por

ALIA MEDINA, M.

MADRID, 1 96Z

RELACIONES GENÉTICO - ESTRUCTURALES DE ALGUNOS TIPOS DE

MINERALIZACIONES URANÍFERAS ESPAÑOLAS

Por

ALIA MEDINA, M.

R E S U M E N

En las áreas hercinianas españolas exploradas existen diferentes tiposde mineralizaciones uraníferas las cuales pueden clasificarse en los siguierites grupos: Grupo I. - mineralizaciones magmáticas de alta temperatura,contemporáneas con las intrusivas, Grupo II. - mineralizaciones filonianasde baja temperatura y de origen discutido y Grupo III, mineralizaciones su-pergénicas formadas por alteración de las anteriores o por lixiviación delmismo uranio intragranítico , en condicione s climáticas y topográficas favo_rabies. Las mineralizaciones del grupo I se localizan en las áreas del geoariticlinal herciniano; las de los grupos II y III, principalmente en las del eugeo_sinclinal. La interpretación que se hace para explicar estas relaciones gene_tico-estructurales supone que, en las zonas del geoanticlinal, el uranio emigraría de los magmas dioríticos para dar lugar a yacimientos de contacto,frente y alta temperatura. En el eugeosinclinal, gran parte del uranio emi-graría hacia granitos más diferenciados, en los cuales pudo quedar parcial-mente retenido, o de los cuales pudo finalmente ser concentrado en las for- •mas filonianas epitermales o por tectonizaciones posteriores. Las mineraHzaciones del grupo III son también más frecuentes en estos dominios deleugeosinclinal, por la mayor abundancia de intrusivas uranofilas.

Investigación Geológica

En España se han localizado hasta ahora diversos tipos de mineralizaciones uraníferas. Algunos enriquecimientos se han encontrado en formacio_nes sedimentarias, pero las mineralizaciones de mayor importancia y lasmás numerosas, están en relación de emplazamiento y genética, más o m_e_nos directa, con intrusivas graníticas del ciclo herciniano. Estas minerali-zaciones, a las que únicamente nos referiremos en el presente trabajo, sesitúan en las zonas de la Meseta española, allí' donde los materiales delPaleozoico e intrusivas correspondientes, aparecen al descubierto.

Si intentásemos hacer una clasificación .general de dichas mineraliza-ciones, teniendo en cuenta sus principales características de yacimientoy las relaciones de contemporaneidad que pueden existir entre la época desu formación y las del emplazamiento de las intrusivas con las que estánrelacionadas, considero que, en síntesis, podrían establecerse los tresgrandes grupos siguientes.

Grupo I. - Mineralizaciones uraníferas generadas en condiciones dealta temperatura y al mismo tiempo, es decir, contemporáneas con las in-trusivas de las que proceden. Son mineralizaciones claramente interpreta-bles dentro del cuadro de la metalogenia clásica.

Grupo II. - Mineralizaciones uraníferas de hábito filoniano y caracterís_ticas mineralógicas epitermale s. Existen dudas sobre su verdadero origeny sus relaciones de contemporaneidad con las intrusivas en las que arman.

Grupo III. - Mineralizaciones fundamentalmente constituidas por mine_rales secundarios de uranio. Formadas por procesos supergénicos de lava-do y posterior concentración. Evidentemente posteriores en su génesis a lasrocas graníticas en las que arman o con las que están relacionadas.

La inclusión de las mineralizaciones hasta ahora conocidas en algunode estos tres grupos es tarea fácil en ciertos casos, pero en otros, por elcontrario, la clasificación presenta mayores dificultades, pues concurren,en un mismo yacimiento, características que pertenecen a distintos tiposde la clasificación. Ello probablemente sea debido a que, en tales casos,la historia evolutiva de los yacimientos ha sido compleja y se han superpuejsto sobre una misma mineralización, los efectos de una serie de diferentesprocesos, para cuya exacta discriminación se hacen necesarios estudios demayor detalle.

A continuación indicamos las características fundamentales de las m_ineralizacione s correspondientes a cada uno de los tres grupos establecidos,señalando para cada caso, algunos ejemplos representativos.

Mineralizaciones del Grupo I.

En este grupo incluimos las siguientes mineralizaciones uraníferas,localizadas todas ellas en las regiones del SO de España.

Mineralizaciones en pegmatitas. - Sierra A3.barrana (Córdoba). En pe_g_matitas de frente de granitización, con brannerita y uraninita como princi-pales minerales uraníferos. Generadas durante el período pegmatitico delemplazamiento de la intrusiva herciniana.

Mineralizaciones pirometasomáticas, - Burguillos del Cerro (Badajoz)y Minas Teuler (Huelva) (*) . Por metamorfismo de contacto de rocas diorjTticas con diferenciaciones de mayor acidez, en calizas cámbricas. Con ura-ninita y allanita que se localizan en las tactitas de contacto, junto con minera_lizaciones importantes de magnetita y también de elementos de las tierrasraras. Corresponden claramente a la deposición del periodo pegmatftico-ne^matolíbico de las rocas granitiodeas hercinianas de las que proceden.

Mineralización de davidita. - Higuerón (Badajoz). Davidita en microsie-nita de frente de granitización penetrando en pizarras sericífcicas del Cámbrico. Esta mineralisación está actualmente en fase de investigación y estudio.Por las características ya conocidas puede considerarse como hipotermal-pegmatftica.

Todas estas mineralizaciones constituyen buenos ejemplos de yacimien_tos contemporáneos con el emplazamiento de las intrusivas hercinianas conlas que se relacionan y, al mismo tiempo, de mineralizaciones típicas dela secuencia magmatica clásica. En todos los casos citados se ve, además,que corresponden a depósitos minerales formados en condiciones de altatemperatura.

En la misma región donde se encuentran estos yacimientos, se localizael ya prácticamente agotado de Monasterio (Badajoz). La pechblenda armaen un neis atravesado por granitos tectonizados. Existen también apunta-mientos de pegmatitas. Por su paragénesis mineral este yacimiento fue cía.sificado por A. Arribas (3) como mesotermal. Anteriormente, A. Almela eI. Roso de Luna, en informe de octubre de 1955, al observar los contrastesexistentes entre la temperatura de deposición de la tnineralización y las con.diciones de su emplazamiento, en niveles correspondientes al periodo epi-magmático, llegaron a la conclusión de que la mineralización no estaba enrelación genética directa con las rocas granitoideas aflorante sino, posible-mente, con una intrusión granítica, posterior y más profunda. En nuestroconcepto, esta mineraliaacion podría corresponder a un yacimiento regene-rado, por removilización, tectónica de masas granito ideas hercínicas o,quizás más antiguas.

(*) Estas mineralizaciones.. asi como la de davidita del subgrupo siguiente,fueron descubiertas recientemente en la campaña de prospección quedurante los años 1960 y 1961, llevaron a cabo los técnicos del Serviciode Investigación Geológica de la JEN, Sres. Rebollo, Barón, Ricart yCabanas. Las determinaciones petrográficas y mineralógicas fueron rea.lizadas por el Laboratorio.de Mineralogía de la JEN.

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Mineralizaciones del G:t:'~~II.

En principio, en e ste grupo incluimos la mayoría de 10 s yacimiento s filonianos con pechblenda que armando en intrusivas ácidas, fundamental­mente granodioritas y granitos, por sus paragénesis minerales han sido considerados como epitermale s. Tale s serían, por ejemplo, los de Valde­mascaño (Salamanca) y Los Ratones (Cáceres).

Se ha discutido sobre el verdadero origen y significado de estas mine­ralizacione s, pue s tratándo se de depá sito s generado s en condicione s de baja temperatura, se encuentran sin embargo emplazados en el interior de los macizos graníticos y a veces, en niveles profundos de la consolidación mag mática, por 10 cual se ha puesto en duda de si, en realidad, corresponden­a mineralizacione s epitermale s, en el sentido magmáti sta de e sta palabra.

Así por ejemplo, refiriéndose a yacimientos análogos de Francia y Portugal, J. Geffroy y J. A. Sarcia (7) (8), llegaron a la conclusi6n de que las mineralizaciones de este tipo, no pueden realmente ser consideradas como verdaderamente epitermale s, sino que serían el re sultado de la ex­tracci6n tardía, por lixiviación, del uranio contenido en las intrusi vas áci­das. Esta extracción se produciría en épocas posteriores a las del empla­zamiento de los granitos y en relación con procesos de intensa compresión tect6nica a que los mismos se vieron sometidos. Las mineralizaciones ura níferas se produjeron y localizaron entonce s, en las zonas que fueron inten samente tectonizadas, por dichos proce sos de removilización.

En apoyo de estas ideas de la independencia entre la época de formación de tales mineralizaciones y la del emplazamiento de los granitos hercinianos en los que arman, se pueden aducir los resultados obtenidos por algunos in­ve stigadore s, en las determinacione s de edade s absolutas realizadas sobre pechblendas de algunos yacimientos de este tipo. Así, las determinaciones hechas por A. Demay (6) en la pechblenda del filón Henriette, en La Crouzi. He, dieron una edad de 147 millones de años, es decir, que en este caso, la mineralización se produciría durante el Jurásico. Posteriormente J. E. T. Horne (10) Y L. R. Stieff (16), hicieron determinacione s en pechblenda s portugue sa s obteniendo, en el primer caso, una edad com prendida entre 10 s 60 y 100 millones de años y en el segundo, de 83 + 8 millones de años. La formación de estas pechblendas, que arman tambien en granitos hercinianos, habría que situarlas entonce s en el Cretácico superior.

En sus publicaciones sobre los filones uraníferos portugueses, J. Cameron (4) (5) llegó a establecer la hipótesis de que tales mineralizaciones procederían de la extracci6n, por medio de fluido s, del uranio contenido en las biotitas y en el mismo granito. Tal extracci6n y su po sterior concentr~ ción en las zonas de fractura, se produciría probablemente durante los tie~ pos medios y últimos del Oligoceno cuando, como consecuencia de los movi­mientos alpinos, se tectonizaron los viejos macizos hercinianos, y se leva~ taron 10 s bloque s de la Cordillera Central y en particular, para el caso de 10 s yacimiento s portugue se s, el de la Sierra de la Estrella.

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Pero, como contraste, con lo s anteriore s dato s y opinione s, no s encontramo s con los re sultado s obtenidos últimamente por M. Roubault y G. L. Durand (13). los cuales, e~1 sus determinaciones de edad sobre diver­sos minerales uraníferos de yacimientos franceses de este tipo, han llega­do a concluir, que en tale s yacimientos se produjo una primera época de deposición del uranio hace 260 ±. 5 millones de años, es decir, durante los tiempo s finale s de la oregéne sis herciniana y una po sterior removilización de dichas mineralizaciones hace 70+ 5 millones de años, o sea, durante los tiempos de iniciación de la orogénesis alpina.

En definitiva, que los datos y opiniones emitidos al respecto son bas­tante contradictorios, por 10 que parece prudente e sperar los re sultados de nuevas investigaciones de detalle, que se hacen necesarias, para poder de­cidir definitivamente sobre la cue stión. Entre tanto pen samo s, por nue stra parte que, caso de considerar estas mineralizaciones uraníferas como de géne si s magmática hidrotermal, tendriamo s que situarla s en época s tardías del emplazamiento de las intrusbtas hercinianas en las que arman, por tan­to que se encuentran en relación con fractura s que, cuando menos, se gen.!::. raron durante la fase rígida y póstuma de la consolidación, en fracturas que, por otra parte, en bastantes ocasiones aparecen ocupadas por filones y di­que s más antiguos que las propia s mineralizacione s de uranio. Una genera­ción posterior de estas mineralizaciones parece tambien deducirse del con­junto de datos cronológicos ante s señalados, 10 cual podría ser igualmente factible si se tiene en cuenta, que la s inten sa s te ctonizacione s producida s en los macizos hercinianos por compresiones ulteriores, en este caso alpí­dicas, pudieron originar condiciones energéticas locale s, análogas a las del período epitermal de la clásica secuencia magmática.

Mineralizaciones del Gru~II.

Las mineralizacione s que incluimos en e ste grupo e stán con stituidas por minerales secundarios de uranio, fundamentalmente autunita y torber­nita y se presentan bajo la forma de filones, rellenos de fracturas menores y aun de impregnaciones, en los macizos graníticos en los cuales general­mente arman. En e ste tipo de mineralizacione s pueden exi stir, en la ganga, jaspe, ja spe limonítico, cuarzo y calcita. Ejemplo s de e ste grupo los en­contramos ampliamente distribuidos en las intrusiones ácidas de diversas regione s españolas, como en la Cordillera Central y en el macizo de Los Pedroches, donde la pechblenda se ha encontrado ocasionalmente en algu­nos de los filones de mayor profundidad.

En publicación anterior (2), expusimos las razones que teníamos para considerar a estas mineralizaciones como supergénicas, producidas funda­mentalmente por la alteración y lixiviación del uranio contenido en los gra­nitos, o en mineralizaciones anteriores y su deposición en zonas de despe­gue mecánico, como son las fallas, hastiales de diques, en estructuras me­nores, como son las mismas diaclasas o en los mismos filones uraníferos anteriores de cuya alteración superficial pueden en ocasiones proceder. Esta pluralidad de formas unido a sus condiciones genéticas, motiva una

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amplia di stribución de e sta clase de mine ralizacione s, a si como tam bien una gran variedad en su desarrollo y significado, pues desde los filones en explo tación del citado batolito de Los Pedroches se pasa, por todas las formas y­tamaños intermedio s, a mineralizacione s de extensión muy reducida, tanto en superficie como en profundidad.

Según indicábamos en la publicaci6n acabada de mencionar, con sidera­mo s que la formación má s im portante de e sta s mineralizacione s y de e sta s alteracione s tan intensas de yacimientos anteriores, debió producirse en los tiempo s finale s del Terciario, cuando se generaron amplias penillanura s de arrasamiento sobre los materiale s granítico s. En e stas circunstancias las aguas superficiales, lixiviadoras del uranio, tendrían una lenta escorrentía o permanecerían estancadas en amplias zonas, lo cual facilitaría su infiltra­ción en las masas graniHcas, a favor de las diversas estructuras de discon­tinuidad mecánica antes indicadas. En el transporte y deposición del uranio intervendrían, además de los procesos de disolución, los de suspensión y floculación coloidal y la deposición del uranio se produciría donde el ambie~ te fisicoquímico fuera favorable. En ciertos casos, estructuras filonianas de mineralizaciones anteriores, del grupo 1I, pudieron servir de penetra­ción a las aguas superficiales, produciéndose entonces intensas transforma­ciones, con formas resultantes complejas, de más dificil interpretación.

Las condicione s de semiaridez climática y elevadas temperaturas que existieron durante aquellos tiempos de formación de las citadas penillanu­ras, favorecieron la acción lixiviadora de las aguas. Esta influencia climá­tica favorable para la lixiviación del uranio, asi como tambien la del estan­camiento de las aguas, fueron anteriormente señaladas por R. C. Scott Y F. B. Barker (14), por A. I. Germanov yCols (9) y últimamente, por N. Katayama (11).

Enriquecimiento s uranífero s formados por este proce so general supergé nico, han debido producirse tambien en los tiempos del Cuaternario y aun se pro siguen en 10 s actuale s, aunque probablemente con menor intensidad y de sa rrollo, por ser ahora en general, menos favorables las circunstancias topo­gráficas y climática s para la formación de e stas concentracione s uraníferas.

Finalmente, en e ste grupo podríamo s incluir, aunque con dudas y salve­dades, las mineralizaciones uraníferas en pizarras, como las que, por ejem plo, se encuentran en la región de Ciudad Rodrigo (Salamanca). Las minera­lizacione s e stán en pizarras del Paleozoico inferior, en las zonas de contac­to o en las proximidades de macizos graníticos. Existen filoncillos de pech­blenda y gummitas y zonas más amplias de alteración, donde las pizarras se encuentran impregnadas principalmente por uranotilo, autunita y óxidos ne­gros. En e stas zonas de pizarras alteradas son abundantes la limonita, el jaspe hemtiHco y la pirita. Por todo ello, así como tambien por la situación morfológica de los yacimientos hay que admitir que, en la formación de lo s mismo s, han jugado un importante papel lo s proce so s de lixiviación, pero todavia no se puede decidir si e ste uranio procedería exclusivamente del la­vado de los próx-i.mos g:t<anitos, o si se trataría más bien de yacimientos

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primarios, de emanación periférica, que despues fueron intensamente tranH­formados por la acción de las aguas profundas y superficiales. Iguales du-da s se no s plantean para las pequeñas mine ralizacione s de pechblenda, en­contradas recientemente en las pizarras de contacto del batolito de Los Pe­droche s.

Localización geográfico-estructural de los distintos tipos de mineralizacio~

En el plano de la figura l~ se han situado las mineralizacione s uranífE-­ras más importantes hasta ahora localizadas en España. Aunque la labor d~ prospección no está terminada, pues quedan aun zonas por reconocer y otr2.S para ultimar en la pro spección de detalle, los re sultados ya obtenido s perrr.i ten e stablecer una intere sante agrupación, por 10 que a distribució!'l geográ­fica de los distintos tipos de mineralizaciones uraníferas se refiere. En efeE. to, en dicho plano se ve, que las mineralizaciones del grupo I, las clara­mente congéneres del magmatismo herciniano, se agrupan en una zona o banda situada al norte de Huelva. Por el contrario, la s mineralizacione s de los grupos II y III se distribuyen, preferentemente, más al norte de las an teriores aunque, por su caracter banal, las supergénicas del tipo III se pu~ den encontrar y de hecho se encuentran, tambien en regiones más meridio­nales, si bien sea en e ste caso con poca frecuencia y menor de sarrollo.

Esta general agrupación de los diversos tipos de mineralizaciones uraníferas hasta ahora encontradas, consideramos no debe interpretarse como un simple hecho casual sino que, por el contrario, creemos está en íntima relación con la distribución zonogeográíica e structural del geo sincli nal herciniano ibérico en estas regiones. En la citada figura se han señala­do, esquemáticamente, las principale s unidade s e structurale s que pueden distinguirse para estas zonas en dicho geosincllnal : el Antepaís precámbri co, situado en el extremo suroccidental, probablemente sumergido hoy en gran parte bajo las aguas oceánicas, una región de Miogeosinclinal, que se corresponde con la región onubense y su continuación en el Algarve portu­gués, donde predominan los sedimentos del Carbonífero, una zona de Geosin clinal, banda en la que preci samente se localizan las mineralizacione s del grupo 1 y, más al norte, el dominio del verdadero Eugeosinclinal herciniano, en el cual se han encontrado las mineralizaciones uraníferas de mayor im­portancia de los grupos II y lII.

La determinación de e stas zonas e structurale s fué establecida, aunque con ciertas diferencias en los límites y en la interpretación, por diversos autores y en nuestros propios reconocimientos, hemos podido fijar algunos datos complementarios que serán principalmente objeto de publicación po s­terior. Asi, F. Lotze (12) estableció, para estas áreas peninsulares, las que denominó Luso-oriental alcudiana, zona de Ossa-Morena y zona Luso­meridional, equivalentes, respectivamente, a las del eugeosinclinal, geoan ticlinal y miogeosinclinal. A. Schneider (15), señaló más al sur el límite -meridional entre la zona de pIe siocapas del eugeo sinclinal herciniano y la zona de las subcapas, de tal manera que, e sta última, según su criterio, solamente ocuparla los contornos más meridionales de la Penlnsula. El

® MADRID

Jaén

GEOANTICLINAL

O C. Real

ANTEPAISPRECAMBRICO

0 25 50 7S 100 125 Km.

ESCALA GRÁFICA

4" PRINCIPALES MINERALIZACIONESURANÍFERAS DEL TIPO I

Á PRINCIPALES MINERALIZACIONESURANÍFERAS DE LOS T IPOSEYm

Pig. 1 o- Situación de las principales -unidades estructuralesdel geosinclinal herciniano en las zonas sur-occidentales españolas y localizador! de los diferentes t i~pos de inineralizacionss uraníferas. La línea de tra-zos, Huelva-Córdota, corresponde al límite actinal conla depresión del Guadalquivir.

antepaís quedaría también desplazado hacia el sur.

Si intentamos hacer un rápido resumen de la evolución y significadode cada una de estas unidades estructurales del geosinclinal hercinianoibérico, para conocer mejor las características de emplazamiento de losdiferentes tipos de mineralizaciones uraníferas, podríamos, de acuerdocon los estudios anteriores y con nuestras propias deducciones, esquema-tizarlo de la siguiente manera :

.En los tiempos de iniciación del Paleozoico, el antepais meridionalde dicho geosinclinal herciniano, como área cratogénica precámbrica,formaría un témpano rígido y estable, cuyo límite septentrional vendría acoincidir, en líneas generales, con la mitad meridional de la zona de geoaiiticlinal señalada en el mapa. Pensamos que este límite septentrional, comosecuela de antiguas fracturaciones, tendría en estos lugares un trazadoaproximado E - O, orientación que todavía hoy queda patentizada por unaserie de rasgos tectónicos observados, tales como la orientación de plie-gues y fracturas, la de cuerpos intrusivos y la de los restos del basamen-to, aflorantes o muy superficiales.

Durante los tiempos del Cámbrico y Silúrico, la zona del antepaís de-bió quedar a poca profundidad del nivel oceánico, quizás parcialmenteemergida, como lo indica el escaso espesor que alcanzan en estas regio-nes los sedimentos del Cámbrico y la ausencia parcial de los del Silúrico.Hacia el norte, los sedimentos marinos de estas edades se depositaron conespesoresde cada vez mayores y facies de mayor profundidad. En las zo-nas donde después habría de emplazarse el geoanticlinal y posiblementetambién en las de más al Sur, se dejaron sentir los efectos del plegamien-to de fase sárdica, con" lo cual probablemente se iniciaría ya la formaciónde un geotumor en.aquellas regiones frontales del antepaís.

La ausencia o elcaracter en general detrítico de los sedimentos delDevónico inferior y medio indican que, en estos tiempos, se mantuvierony aun acentuaron las tendencias a la emersión de estas áreas más meridio-nales del geosinclinal ibérico. Los plegamientos de la fase bretónica, aca£cidos al finalizar el Devónico, actuaron intensamente en la zona del geoan-ticlinal, de tal manera que, en realidad, fue a partir de entonces cuandoverdaderamente .se constituyó el geoanticlinal, como umbral delimitadorentre las dos zonas más deprimidas del norte y del sur.

La región del sur del geoanticlinal empezó a hundirse durante lostiempos del Devónico superior, pero el hundimiento se acuntuó en lostiempos siguientes, en los de emersión del geoanticlinal. Asi se constitu-yó, sobre las mismas zonas marginales del antepaís, una depresión quedesde entonces tuvo'el carácter de miogeosinclinal. En esta depresión se.depositaron, hasta el Westfaliense , potentes sedimentos marinos del-Car-•bonífero con facies general "flysch".

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Los plegamientos de la fase sudética afectaron también con intensidadlas zonas del geoanticlinal, pero fueron las fases hercinianas siguientes,principalmente la astúrica y la saalica, las que motivaron el plegamientomayor en las áreas del eugeosinclinal y del miogeosinclinal. En este, elplegamiento más importante debió producirse en las ultimas fases de loshercinianos. La vergencia dominante que hacia el S y SO presenta el conjuiito de los pliegues del orogeno herciniano en estas regiones meridionalesde la Península, nos denuncia con claridad la posición de su antepaís.

En definitiva vemos, después de este rápido esbozo de los aconteci-mientos más importantes, que en estas regiones del geosinclinal hercinia-no ibérico, la distribución y la evolución de sus distintas unidades estructu-rales se ha producido según las clásicas normas. Asi" encontramos, ungeoanticlinal de surgencia precoz, que fue afectado principalmente por lasfases orogénicas más antiguas y que se emplazó en las zonas frontales delantepaís, un miogeosinclinal, sobre las márgenes hundidas del antepaí*s,con depósitos recientes de flysch y plegamiento postumo y, finalmente, unamplio eugeosinclinal con sedimentación potente y plegamiento reciente yaun postumo.

La evolución magmática está también de acuerdo con esta clásica dis-tribución, pues desde las zonas del miogeosinclinal, sin magmatismo sino-rogénico, se pasa a las del geoanticlinal, con magmatismo principalmentegranodiorítico y diorítico, con proceso de removilización del basamento y,finalmente, a las áreas del eugeosinclinal, donde predominan las granitiza-ciones más evolucionadas y donde los frentes de la infraestructura alcanza-ron niveles más elevados.

La localizacion de las mineralizaciones uraníferas del grupo I, dentrode un área de características estructurales tan definidas como es la delgeoanticlinal, debemos entonces interpretarla como motivada por hechoscausales, por las relaciones íntimas que deben haber existido entre losprocesos evolutivos de aquel área y los de formación de dichas mineraliza-ciones. Relación genético-estructural que se pone aun más de manifiestoy se amplía en su significado, si tenemos presente que, en el dominio deeste geoanticlinal, las mineralizaciones dominantes son las de hierro y co-bre, con masas piritosas frecuentes, en tanto que, más al norte, en lasáreas próximas del eugeosinclinal, son las de plomo las que predominany las piritas se presentan en forma filoniana.

Ensayo de interpretación genético-estructural de las mineralizaciones

uranífera^.

Si intentamos explicar ahora las razones que pueden haber motivadola localizacion preferente de un determinado tipo de mineralizaciones ura-níferas, dentro del marco de las diferentes unidades estructurales del oró-geno herciniano ibérico, evidentemente nos enfrentamos con un problema degran envergadura y complejidad. Un problema que, de ampliarlo al de la

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distribución de las restantes mineralizaciones metalíferas de estas regio-nes españolas, como podría intentarse hacer, nos llevaría, sin duda, altodavía escaso en resultados y tan debatido campo de discusiones, sobrelas razones de ser de las provincias metalogénicas. Por esto nos limita re_mos ahora, al caso particular de las mineralizaciones uraníferas, hacien-do constar que, no obstante esta limitación, la complejidad del problemaes tal, que nos hace presentar las consideraciones que luego se siguen,con el carácter de ensayo de interpretación.

Las líneas generales de esta interpretación deben estar basadas en elesquema de conjunto, según el cual, el uranio contenido en los sedimentosdel geosinclinal herciniano, tuvo fundamentalmente que proceder del queanteriormente se encontraba en los terrenos precámbricos que formaronel fondo y las áreas marginales de dicho geosinclinal. Este uranio seríaincorporado a las nuevas áreas de sedimentación por los procesos de ladinámica externa. Posteriormente, a esta que podríamos denominar dis-tribución primigenia del uranio en el geosinclinal, se superpondría la quellamaremos redistribución orogénica, motivada por la serie de complejosprocesos que se sucedieron durante los tiempos de evolución y consolida-ción del orógeno, principalmente por lo que se refiere a los metamórficosy magmáticos, los cuales, no solo afectarían a las series sedimentariasdel geosinclinal, sino que también pudieron afectar y removilizar, en de-terminadas zonas, a los mismos materiales del basamento precámbrico.Asi'pues, en la interpretación, debemos referirnos y coordinar estos dosas-pectos, el de la distribución primigenia o exógena del uranio y el de laredistribución orogénica o endógena.

Por lo que al primer aspecto se refiere debemos suponer que, el urjanio procedente de la lixiviación o destrucción de las zonas más elevadasdel basamento precámbrico, en parte iría a acumularse en las áreas sedi-mentarias del geosinclinal y, como es sabido, en una importante proporciónen las marginales, donde determinadas circunstancias favorables, talescomo la presencia de materia orgánica, pudieron motivar su fijación. Así"encontramos, en las regiones del geoanticlinal antes citado y además de lasmineralizaciones de génesis magmática del grupo I, enriquecimientos fre-cuentes en uranio en los niveles bajos del Cámbrico inferior, en cuarcitasnegras carbonosas que abundantemente se encuentran en estas regiones.También serían estas zonas favorables para la deposición, en los oxidadose hidrolizados , de elementos como el hierro, cobre y manganeso, lo cualpodría estar en relación con los yacimientos de estos metales que allí'seencuentran, si bien, en cierto numero de ellos al menos, la actividad mag-mática posterior y los efectos de la reactivación, también magmática, delbasamento, han debido jugar un papel decisivo. Otro ejemplo de minerali-zaciones uraníferas singenéticas en los sedimentos del geosinclinal herci-niano", lo encontramos en regiones más orientales de las hasta ahora, des-critas, en la zona de Despeñaperros (Jaén) y en su prolongación hacia elnorte, en la provincia de Ciudad Real, donde existen capas de areniscascuarcitosas del Ordoviciense , mineralizadas principalmente en refractarios

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de uranio y torio. Según indicábamos en otra publicación (1), esta minera-lización debe considerarse como un placer marino, formado, en tiemposde poca profundidad del mar silúrico, por la erosión de terrenos más anti-guos, muy posiblemente precámbricos, situados también más al sur paraestas zonas más orientales.

En las regiones más alejadas de las marginales del geosinclinal, eluranio que hasta alli'pudo llegar permanecería en general en forma disper-sa en los sedimentos. Su concentración debió producirse posteriormente, afavor de los procesos de granitización que afectaron aquellas regiones. Conestos procesos, pasamos al segundo aspecto de la cuestión, al de la redis-tribución orogénica o endógena del uranio.

Como es sabido¿ en la diferenciación evolutiva magmática, el uraniotiende a acumularse en las formas más acidas y, en general, de emplaza-miento más elevado de la serie intrusiva. En estos granitos o granitosapliticos alcalinos, el uranio es gran parte retenido en los constituyentesde la roca, en mayor proporción en ciertos minerales accesorios, comoel circón, esfena, apatito , allanits , xenotima, monacita, en los mismosminerales esenciales, como la biotita, cuarzo y feldespatos y también, enla película intergranular. Cuando las condiciones son favorables, en losápices o cúpulas productivas que pueden producirse en estos batolitos áci-dos, parte del uranio puede pasar al clásico penacho filoniano, para depo-sitarse en filones que, según las diferentes circunstancias de emplazamieiito, estarán en unos casos desenraizados y en otros, por el contrario, en-raizados en las cúpulas de las que proceden. Cuando estos ápices cupulifor-mes no se producen, o su consolidación es demasiado precoz, como suce-de en el caso de las cúpulas "congeladas", debemos admitir, que las posi-bilidades de escape del uranio hacia las formas filonianas externas es me-nor y que, entonces, la mayor parte de este elemento quedará retenidadentro del mismo granito diferenciado, en la forma acabada de indicar.

Este caso de la decantación progresiva del uranio hacia las formasmás acidas de las intrusivas pudo producirse, en su más amplia escala,dentro del dominio más lábil del eugeosinclinal herciniano, donde el desa-rrollo, evolución y consiguiente diferenciación de la infraestructura, alcaiizarfa mayores valores. En estas zonas y por este proceso general de de-cantación, el uranio sería progresivamente expulsado de los magmas inicia_les de tendencia más básicas y se iría acumulando preferentemente en losconjuntos graníticos más ácidos y elevados de las series. En el interiorde tales macizos receptores pudo quedar en parte retenido, o pudo tambiénser finalmente expulsado de los mismos, durante las fases terminales deformación de los filones de baja temperatura. Si estos macizos graníticosuranofilos fueron posteriormente tectonizados, durante el alpídico, local-mente pudieron producirse removilizaciones del uranio intragranitico y ge_nerarse asi nuevas concentraciones de hábito filoniano. Son por estos pro-cesos y por tales mecanismos, por lo que cabe explicar la localización pre_ferente de las mineralizacione s uraníferas del grupo II, dentro de estosdominios del eugeosinclinal herciniano. Las mineralizacione s del grupo III,

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tan abundantes en estas áreas, se explicarían igualmente por los procesosde alteración supergénica que actuaron sobre los mismos maciaos uranofi-los o sobre las mineralizaciones anteriores.

Caso distinto seria el de la concentración endógena del uranio en las .zonas marginales del geosinclinal herciniano, más concretamente, en lasdel geoanticlinal. En estas áreas, la magmatización intrusiva calcoalcali-na j que en parte estaría formada por removilización del basamento, segúnel clásico proceso de la penetración de éste por la infraestructura, fuemás precoz y alcanzó menores grados de evolución y diferenciación que enlos dominios del eugeosinclinal. El uranio procedente del basamento y tambien de los sedimentos uraníferos marginales magmatizados, sería incor-porado a los magmas iniciales de tendencias básicas, de los cuales, juntocon otros elementos excedentes, trataría de emigrar. Como la evoluciónmagmática .quedó en general prontamente detenida y no se llegaron a for-mar verdaderos granitos uranofilos, con mayor capacidad para la retenciónen su seno del uranio, el escape de este elemento tuvo que producirse a fa-vor de circunstancias locales que lo permitieran, como pudieron ser laformación de frentes localizados de diferenciación, de formación de pegma.titas o aureolas de metasomatismo de contacto y aun de filones de alta temperatura. Es por estas razones por las que cabe explicar la existenciapreferente de las mineralizaciones uraníferas del grupo I, dentro de estosdominios del geoanticlinal herciniano.

La comprobación de este ensayo de interpretación genético-estructuralde las mineralizaciones uraníferas en el ámbito del geosinclinal ibérico,pensamos hacerla en el futuro, a la vista de los resultados que se vayanobteniendo en la prospección y en las interpretaciones estructurales de otrasáreas del orógeno. En muchos casos faltan los estudios tectónicos de deta-lle, necesarios para basar en ellos las interpretaciones estructurales deconjunto, por lo cual, pensamos, presentará ciertas dificultades el hacerdicha comprobación, máximo si se tiene en cuenta la complejidad estructu-ral que, según opinamos, presenta el orógeno herciniano en otras regionesespañolas. Pero, de todas maneras, creemos también que estas ideas queahora exponemos, podrán servirnos de hipótesis de trabajo y de normasgenerales, .para orientar las primeras fases de las exploraciones futuras.

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En las áreas hercinianas españolas existen diferentes tipos de mineralizaciones uraníferas las cuales pueden clasificarse'en: Grupo I, mineralizacio-nes magmáticas de alta temperatura, Grupo I I , mineralizaciones filonianas debaja temperatura y Grupo I I I , mineralizaciones supergénicas, formadas por al-teración de las anteriores o por lixiviación del uranio intragranítico. Lasdel grupo I se localizan en el geoanticlinal herciníano; las de los grupos IIy I I I , principalmente en el eugeosinclinalo Para explicar estas relaciones Igenético-estructurales se supone que, en el geoanticlinal, el uranio emigraría

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En las áreas hercinianas españolas existen diferentes tipos de mineraliza- !clones uraníferas las cuales pueden clasificarse en: Grupo 1, mineralizado» jnes magmáticas.de alta temperatura, Grupo I I , mineralizaciones filonianas de !baja temperatura y Grupo I I I , mineralizaciones supergéni cas, formadas por al~ ;teración de las anteriores o por lixiviación.del uranio intragranítico» .Las ¡del grupo i se localizan en el geoanticlinal herciniano; las de los grupos II «y I I I , principalmente en el eugeosinclinál. Para explicar estas relaciones •

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• de los magmas dioríticos para originar yacimientos de contacto, fronte yI alta temperatura. En el eugeosinclinal, gran parte del uranio emigraría; hacia granitos más.diferenciados en los cuales pudo quedar parcialmente1 retenido, o de los cuales pudo finalmente ser concentrado en las formas• filonianas epiteruiales o por tectonizacienes posteriores. Las mineral i za-1 ciones del grupo I I I abundan más en el eugeosinclinal, por la mayor abun-; dancia de intrusivas.uranofilas.

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de los magmas dioríticos para originar yacimientos de contacto, frente y ialta temperatura. En el eugeosinclinal, gran parte del uranio emigraríahacia granitos más diferenciados en los cuales pudo quedar parcialmenteretenido, o de los cuales pudo finalmente ser concentrado en las formasfilonianas epiteruiales o por tectonizaciones posteriores. Las. mineraliza- ;ciones del grupo I I I abundan más.en el eugeosinclinal, por la mayor aburi- ;dancia de intrusivasuran&filas. !

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