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Col. Baltasar Gracián

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*RECUPERAR LA ENSEANZA PBLICA ES POSIBLE*/*Contribucin al debate en torno a la nueva reforma anunciada*/*A*rrastramos un prolongado periodo de reformas educativas (primero conlas leyes socialistas LRU, LODE, LOGSE, LOPEGC, y despus con laspopulares LOU, LOCE) que, por sus contradictorias y errticasorientaciones, han dejado una sensacin generalizada de confusin,desconfianza y cansancio en todos los componentes de la llamadacomunidad escolar. Entre otros motivos, hay dos fundamentales quejustifican cierta prevencin, de entrada, ante cualquier anuncio denuevas reformas. De un lado, y pese al formal respaldo y amplio consensocon que cada una de ellas deca contar, los colectivos directamenteafectados nunca han tenido verdadero protagonismo en su elaboracin nise han sentido debidamente consultados. De otro, existe la concienciaextendida de que el resultado constante de todas ellas ha sido el de unprogresivo deterioro y retroceso de la enseanza pblica, en favor de laexpansin del sector privado y el aumento de las desigualdades dentro deun sistema educativo cada vez ms fragmentado.Aunque, en definitiva, son los propios educandos las vctimasltimas de las improvisaciones y desajustes operados dentro del marcoescolar, han sido los profesores, y su cotidiana labor docente, quienes,de manera particular, ms se han resentido del cmulo de despropsitosalentados por las distintas administraciones. La reiterada alusin, encada una de las reformas, al papel esencial del profesor, como pilarfundamental para su puesta en prctica y exitoso desarrollo, no haimpedido que aqul se vea excluido en la confeccin de los planes,afectado en primera lnea por los vaivenes legales y cnicamenteculpabilizado cuando los resultados desmienten la propaganda oficial ylas entelequias diseadas en despachos alejados del aula.A pesar de que el empecinamiento en los propios errores y ladescalificacin a cualquier asomo de crtica han sido denominador comnen los sucesivos proyectos reformadores, pensamos que el periodo abiertopara la elaboracin de una nueva Ley de Educacin debe suponer unaoportunidad para replantear los problemas acumulados en la enseanza ybuscar soluciones. Desde el gobierno se ha repetido pblicamente que,con la moratoria decretada para las ltimas reformas en curso, se quiereofrecer una posibilidad de dilogo y consenso en torno a los elementoscentrales del sistema educativo que necesitan nueva y ms duraderareformulacin. Nada que objetar, en principio, puesto que, aparte dealgunas adhesiones incondicionales a las distintas reformas habidas,desde posiciones claramente interesadas y partidistas, la opinin mscomn entre quienes las han soportado coincide en resaltar la ineficaciay arbitrariedad de muchos de sus contenidos, e, incluso, su nefastainfluencia en la degradacin creciente del sistema de enseanza.Tambin hemos odo al nuevo presidente de gobierno decir que,esta vez, la reforma se har contando con el profesorado. Cualquiera quesea el grado de confianza o recelo que, individualmente, esta ofertapueda suscitar, quienes siempre hemos reclamado el debate franco y laparticipacin abierta de los profesionales de la educacin en lo que asta atae, queremos tomarle la palabra, en toda su amplitud, ymanifestar nuestra voluntad de contribuir a la discusin serena yrigurosa de las propuestas que mejor puedan reenderezar una situacin,especialmente grave para la enseanza pblica.Es mucho el dao que se le ha inferido en las ltimas dcadas,y, si realmente se quiere recuperar la calidad y el prestigio de que laenseanza pblica ha gozado hasta no hace tanto, deber articularse undebate limpio, que permita escuchar voces distintas (no slo lascomplacientes, como en pasadas ocasiones), y adoptar medidas que vayan ala raz de los problemas, sin eludir aquellos aspectos que puedancuestionar los muchos intereses creados en torno a la educacin. Elnuevo Gobierno tiene la grave responsabilidad de hacer frente asempiternos poderes fcticos enquistados en la escuela -que ya haniniciado su campaa de presin-, y de hacer prevalecer los interesesgenerales y democrticos. Ello slo ser posible si, en lugar de pactosencubiertos entre intereses particulares y sectarios, se busca la vadel debate pblico y la apertura de cauces para que puedan expresarselas aspiraciones de la mayora. Lo que menos necesita la enseanza, enestos momentos, son nuevas decisiones apresuradas o simples cambiosformales -para que todo siga igual- dentro de un sistema educativo enpeligrosa pendiente hacia su dislocacin definitiva.Para contribuir a la maduracin de ese debate imprescindibledirigimos este documento al gobierno y dems administraciones pblicas,a los grupos parlamentarios, partidos y sindicatos, as como a cuantasasociaciones ciudadanas tengan un inters manifiesto en la defensa de laenseanza pblica. Por nuestra parte, expresamos la disposicin msabierta para participar en cualquier foro o discusin que permita ellibre intercambio de opiniones acerca de las condiciones, urgentes ynecesarias, que la educacin precisa para recuperar su calidad y cumplirlos fines sociales que los ciudadanos esperan de ella.En nuestra opinin, cinco son, al menos, los temas queconcentran los problemas ms acuciantes de nuestro actual sistemaeducativo y que deberan constituir el eje de la discusin que,reiteramos, ha de abrirse sin reticencias a todos los sectores,asociaciones y colectivos comprometidos con la educacin: a) Recuperarel lugar central de la Escuela Pblica dentro del sistema educativo; b)Garantizar el derecho efectivo de *todos *a una educacin de calidad enesa Escuela, con un tratamiento adecuado de la diversidad; c) Articularun currculo fundamental, riguroso y cientfico que ofrezca garantas degeneralidad y estabilidad; d) Organizar y gestionar democrticamente elfuncionamiento de los centros; e) Restituir las condiciones de eficaciay dignidad de la funcin docente y, por tanto, su consideracin social.Sobre cada uno de ellos, queremos avanzar sucintamente laposicin compartida por nuestros colectivos y las propuestas concretaspara propiciar un verdadero cambio de direccin, que permita revertir elactual curso destructivo de la enseanza pblica.*A) EL LUGAR DE LA ESCUELA PBLICA *Estamos convencidos de que la Escuela Pblica, es decir, la quepor su titularidad, gestin y financiacin depende inequvocamente delos poderes pblicos, es la nica que puede garantizar una educacinpara todos en condiciones de igualdad, respetar el derecho de cadaindividuo a lograr los mximos niveles de formacin, y educar a nios yjvenes en un proyecto comn de ciudadana, participacin y convivencia,con total respeto a la libertad de conciencia, creencias y diversidadcultural. Frente a quienes prefieren negar la evidencia u ocultarla consubterfugios conceptuales, hablamos de la imperiosa necesidad de*recuperar *ese espacio pblico y democrtico de la Enseanza, porque,sin pretender remitirnos a ningn momento pasado de plenitud idlica, esinnegable que vive un largo, y ahora acelerado, proceso de declive, alque no han sido ajenos tanto la orientacin de las sucesivas reformas,como el impulso, financiacin y trato de privilegio otorgado a lossectores confesionales y a los privados en general.La financiacin estatal de una doble red, y su diferentesituacin y tratamiento territorial, no pueden sino redundar en laquiebra del sistema pblico de enseanza, multiplicando lasdesigualdades e introduciendo, cada vez con ms descaro, las leyes delmercado en su seno. No es compatible, en los hechos, preservar unaEscuela Pblica de calidad y alentar con fondos pblicos el crecimientode una enseanza privada, inevitablemente, selectiva y discriminatoria.Por el contrario, consideramos que el principal deber y objetivodel Estado es construir una red de centros de enseanza, de titularidadpblica, capaz de garantizar plazas escolares totalmente gratuitas paratodos, con las condiciones de calidad requeridas, para que,efectivamente, el conjunto de los ciudadanos pueda satisfacer en ellasus necesidades educativas.En esa direccin habra que inscribir las siguientes *propuestas*:1.- *Un presupuesto de educacin de carcter progresista *debera, deentrada, congelar el captulo de las subvenciones a la enseanza privaday multiplicar su esfuerzo inversor en la creacin de plazas pblicas entodos los niveles educativos para garantizar, de este modo, un puestoescolar pblico y enteramente gratuito a todos los ciudadanos. Laanunciada "extensin de la gratuidad" a la Educacin Infantil debeentenderse nicamente como construccin y oferta pblica de todas lasplazas necesarias, no como pretexto para ampliar los conciertos alsector privado en un nivel no obligatorio, que supondra entregarle,definitivamente y sin solucin de continuidad, nuevos sectores delalumnado.2.- Del mismo modo, una poltica dirigida a *revertir el desenfrenadoproceso de privatizacin de la enseanza*, tendra que empezar porrevisar rigurosamente los requisitos formales exigidos a la redconcertada, que le otorgan un carcter subsidiario, sin que laconcertacin pueda suponer, en ningn caso, menoscabo o cierre decentros pblicos. De ninguna manera es aceptable la falacia de que espblico todo lo financiado con fondos pblicos, con independencia de sutitularidad y finalidades.*B) EDUCACIN DE CALIDAD Y DIVERSIDAD*Si la Escuela Pblica quiere sobrevivir, debe ser (y aparecer)como el amplio espacio donde *todos *los alumnos y familias, decualquier origen y condicin, obtienen las garantas de poder satisfacersus necesidades de educacin y formacin.La huera palabrera desarrollada en torno al debate conceptualsobre el pretendido equilibrio entre "comprensividad" y "diversidad",primero, o una etrea "calidad" y "excelencia" de la enseanza, despus,no puede impedirnos ver la grave realidad que denuncian los elevadosndices de fracaso escolar y el innegable descenso de los niveles deformacin y exigencia, que las diferentes administraciones se hancuidado ms de enmascarar que de resolver. Fracaso y degradacin tantoms intolerables en cuanto se concentran en determinadas zonas ycentros, afectando a las capas sociales ms desfavorecidas. Ni la LOGSE,de la que hay suficiente experiencia, ni las medidas anunciadas en laLOCE, han ofrecido soluciones vlidas para garantizar unos mnimosniveles de calidad para todos y para superar la efectiva segregacin delalumnado en distintas redes, en distintos centros y an dentro del mismocentro, de manera que el lugar de escolarizacin y los rgidos caucesacadmicos preestablecidos determinan casi inexorablemente el destinofinal, sin apenas alternativas ni punto de retorno.Ni el carcter comprensivo de las etapas obligatorias puedejustificar el desahucio generalizado de amplios sectores del alumnado,que se ven privados del derecho a proseguir su formacin en nivelessuperiores, ni el reconocimiento de la diversidad de "intereses ycapacidades" (en gran parte condicionados por la extraccin social delalumno) puede derivar en la discriminacin de las capas msdesfavorecidas o en su exclusin definitiva del sistema educativo.Cuando se permite que todas esas connotaciones regresivas formen parteintegrante y exclusiva de la red pblica, sta deja de ser uninstrumento til para los alumnos y las familias que mantienen otrasexpectativas y se favorece su trasvase hacia la red privada,convirtiendo a la red pblica, que debera ser la prioritaria y lafundamental, en subsidiaria y marginal. Es decir, institucin adecuadapara quienes no mantienen tales "expectativas de calidad", porque se lesha enseado a no tener ninguna expectativa desde el principio. As seacenta su marginacin: ofrecindoles a ellos, por definicin, unasinstituciones educativas que reproducen su expropiacin cultural,mientras se destina a la escuela privada a los grupos socialesculturalmente ms motivados.La "comprensividad" que desarroll la LOGSE (de imposibleplasmacin en un sistema de redes previamente diferenciadas por sudistinto rgimen legal y alumnado) se limit, de forma aberrante, alaula, descargando sobre el profesorado la quimrica tarea de resolverlas acusadas diferencias en presencia mediante la "diversificacincurricular" y la "atencin individualizada" sobre un nmero ingente dealumnos, con grupos, a su vez, multiplicados por la reduccin de horas yla abundancia excesiva de materias. El trato diversificado para gruposms o menos flexibles, que en algunos casos ha funcionado bien, slo haafectado a una parte muy reducida. El grueso de la pretendida "atencina la diversidad" se ha remitido formalmente a una cicatera oferta dematerias optativas, en su mayora irrelevantes para encauzar "vocacin"alguna y dependientes de criterios tan aleatorios como el de ladisponibilidad horaria de los departamentos. Como no poda ser de otramanera, esas aulas dislocadas (ms an si les aadimos "promocionesautomticas", falsas "integraciones" y todo un cmulo de desatinospedaggicos) han trastocado todos los principios del sentido comn y lascondiciones mnimas que hacen posible una labor docente. Conpremeditacin o sin ella, esta aplicacin de la reforma ha sido, enbuena parte, responsable del deterioro vertiginoso del conjunto de laSecundaria, muy especialmente en el sector pblico.Por otra parte, aunque no se hayan llevado a la prctica muchasde las medidas incluidas en la LOCE (y dejando de lado, ahora, las declaro matiz regresivo y conservador), tambin caben dudas razonablessobre su finalidad y alcance ltimos. Adems de no haber emprendido suspromotores, durante su largo mandato, ninguna actuacin eficaz a favorde la Escuela Pblica, las nuevas propuestas (itinerarios, PIP,criterios de promocin-titulacin, revlida, tratamiento de ratios,compensatoria, inmigracin, etc.) podran tener consecuencias an mssegregadoras y degradantes para sta. Y las tendrn, con todaprobabilidad, mientras no se aborden seriamente los objetivos que debengarantizar, para todos los alumnos y en todos los centros, la Primaria yla ESO, as como los recursos educativos necesarios para elevar losniveles generales de exigencia y formacin, que la simple clasificacin,distribucin y evaluacin de esos alumnos no resuelven por s mismas.Por nuestra parte, pensamos que recuperar la calidad de laEnseanza Pblica pasa por adoptar un conjunto de medidas -en sentidomuy diferente al propiciado hasta ahora- encaminadas a lograr que loscentros pblicos, precisamente por ser su responsable el Estado y lospresupuestos generales, dispongan de una oferta educativa amplia ysuficientemente flexible para garantizar: a) que *todos *los alumnos, ola inmensa mayora, alcancen los objetivos mnimos correspondientes acada nivel; b) que todos los alumnos y familias puedan obtener en ellossatisfaccin a sus expectativas de alcanzar niveles superiores deformacin. Las dotaciones materiales, la accin inspectora, la autonomay flexibilidad de los centros para adecuar los recursos educativos a lasnecesidades concretas de sus alumnos, no pueden tener otra funcin quela de proporcionar a todos ellos la mejor formacin posible: aquella quepueda capacitarlos a todos para realizar, libremente, cualquier eleccinfutura. En esa direccin hacemos las siguientes *propuestas*, que noexcluyen otras:1.- Cualquier planteamiento serio para atajar el elevado fracasoescolar de la actual Educacin Secundaria Obligatoria exige, como pasoprevio, *el mayor rigor en asegurar el logro de los objetivos mnimos dela Primaria*. Un supuesto obvio que est muy lejos de ser una realidadcomprobable y bajo control, y que, no se sabe muy bien por qu, todaslas administraciones han dejado de lado.2.- Ese fracaso y deterioro generalizado de la enseanza en la ESO queantes hemos descrito como resultado, entre otros factores, de unaerrnea aplicacin de los principios de comprensividad (una formacinbsica comn) y diversidad (desiguales grados de preparacin, progreso e"intereses"), no debe ser disimulado manipulando los datos ni rebajandoel listn de exigencia. Por el contrario, se trata de adoptar lasmedidas pertinentes para garantizar, de un lado, la formacin bsicageneral que se pretende para el conjunto de los ciudadanos y, de otro,un marco suficientemente flexible para que todos los alumnos puedanavanzar tanto como deseen en la direccin de sus personales aspiracionescircunstanciales, con la posibilidad de reencauzarlas en cualquiermomento del proceso educativo. En concreto proponemos:2.a.) Adoptar como prioritario el *criterio de escolarizacin por nivelde conocimiento *y no el de edad (con las excepciones razonablesprecisas), para asegurarse de que el alumno no slo ocupa un puestoescolar, sino que est en el lugar donde mejor puede realizar el debidoprogreso. Esto supone abandonar de una vez la filosofa que subyace atodas las formas de "promocin automtica", puesto que contribuye alaumento y perpetuacin del fracaso e impide cualquier tipo derecuperacin del alumno. Cuando otras medidas de apoyo no sonsuficientes, no deben ponerse trabas a la repeticin de curso, en elmomento en que sea preciso, sin limitar rgidamente el derecho delalumno a permanecer en el sistema educativo, siempre que lo haga conaprovechamiento.2.b.) Para conseguir en la ESO los objetivos antes sealados, ese tramoeducativo debera organizarse con una *doble flexibilidad interna*, paraque el alumno pudiera as, en todo momento, aprovechar el sistemaeducativo en funcin de sus necesidades y expectativas circunstanciales:1) En primer lugar, una atencin a la diversidad de intereses delalumnado que a travs de una *oferta de opciones *(modalidades,secciones, itinerarios,..., no se trata de una discusin nominalista), yrespetando un tronco bsico *comn*, permita una eleccin real, bien endirecci0n a su posterior formacin o bien hacia una salida laboral. 2)En segundo lugar, unas *agrupaciones flexibles o desdobles *dentro de unmismo curso y grupo, que permitan ofrecer distintos niveles deconocimientos en las materias fundamentales, de modo que, asegurando lobsico y mnimo para todos, tambin permita diferentes desarrollos deacuerdo con la capacidad e inters de los alumnos. Para evitarorientaciones prematuras sin retorno posible, cualquier sistema deoferta diversa de modalidades o "itinerarios" (despojando a esta palabradel carcter de cauce prefijado y definitivo que adquiere en la LOCE)debe inscribirse en *un marco suficientemente flexible y reticular *quepermita en todo momento el paso del alumno de una a otra modalidad (ancuando para ello deba cumplir algn tipo de condiciones).3.- En todo caso, y en cualquier modalidad, el ttulo de Graduado enEducacin Secundaria Obligatoria debe *acreditar que los objetivosmnimos han sido alcanzados*. La eficacia del sistema estriba en sucapacidad de poner diferentes vas y medios (ms donde ms se necesiten)para conseguir aquel logro, no en sustituirlo con titulaciones carentesde toda credibilidad o en amaar los resultados estadsticos, empeofrecuente de los responsables educativos a travs, sobre todo, de lainspeccin.4.- Particular atencin merecen dos problemas especficos, hasta ahoramal resueltos:4.a.) *Escolarizacin de inmigrantes*: El actual sistema deescolarizacin por edad se convierte, en este caso, en una verdaderaestafa, pues lo nico que asegura la escuela es que el alumno estarrecogido en un aula; condenndolo, en un alto porcentaje de los casos, aengrosar las filas del fracaso escolar. El objetivo para todo alumno,sea cual sea su origen, debe ser su integracin plena en el sistemaeducativo de nuestro pas, garantizndole la posibilidad, como acualquier otro, de continuar en l hacia niveles superiores.Para dar respuesta al problema planteado por este colectivo de alumnoshay que tener en cuenta que la inmigracin es muy heterognea y con unadistribucin muy desigual. Este alumnado tiene, en general, dos tipos decarencias de partida, que la ms mnima consideracin de lo que debe serla atencin a la diversidad, en estos casos, obliga a atender: lascarencias en el dominio de la lengua, en muchas ocasiones, y lascarencias en el nivel de conocimientos, en otras; cuando no ambascarencias. En consecuencia, un tratamiento ms adecuado debe incluirmedidas del tipo: 1) atencin especfica al problema de la lengua,contando con directrices comunes en todas las administracioneseducativas y dotando a los centros con suficientes medios y autonomapara resolver las diferentes situaciones creadas; 2) Establecimiento deun sistema claro y eficaz de homologacin con los niveles educativos delos pases de origen; 3) Flexibilidad en la *escolarizacin*, primandola que se organiza por niveles de conocimiento frente a la que lo hace,simplemente, por edades.4.b.) En los ltimos aos ha cobrado importancia creciente, sobre tododentro de la Escuela Pblica, el problema creado por los denominados/*objetores escolares*/. Se trata de alumnos que se niegan a hacer nadadentro del marco acadmico. Este fenmeno, al que no se ha prestadohasta ahora la atencin debida, y del que se desconocen sus causas y sudimensin real, cobra mayor importancia porque no afecta slo a lospropios /objetores/, sino tambin al resto del alumnado, en tanto losprimeros impiden el desarrollo normal de la actividad docente y sirvende polo de atraccin para otros alumnos que, frente a las ms mnimasdificultades acadmicas y haciendo de la necesidad virtud, prefierenproclamarse tambin /objetores/, en vez de reconocer sus dificultades deaprendizaje. A todo ello han contribuido: 1) un sistema carente deestmulos, tanto positivos como negativos; 2) medidas como la mencionada"promocin automtica"; 3) la expansin dentro del mundo docente deconceptos errneos derivados de las denominadas "pedagogas blandas", y4) la ausencia de un sistema eficaz de sanciones que permita preservaren los centros un clima de trabajo y unas condiciones adecuadas para ladocencia.Hay que tener en cuenta que este problema se circunscribe prcticamentea los centros pblicos (los privados tienen recursos para "deshacerse"de este tipo de alumnado), lo que hace que sea prioritario restaurar lascondiciones de la docencia y garantizar el derecho (de *todos*) alestudio en la red pblica. Por eso, 1) es necesario abandonar actitudesformales y demaggicas que nada resuelven; 2) dado que se trata de unproblema insuficientemente estudiado, es necesario dedicar un esfuerzo acomprender sus causas, su tipologa y sus consecuencias; 3) en vez dequedarse en la mera afirmacin del derecho y obligacin a estarescolarizados, se debera dar a conocer y generalizar experienciaspositivas; 4) habra que buscar alternativas que facilitaran a este tipode alumnos, que rechazan toda estructura acadmica, una mnima formacinmotivadora. Por ltimo, no hay que desdear vas de colaboracin conotras entidades, como los servicios sociales de los ayuntamientos.5.- *Control y evaluacin del sistema educativo*: La labor de laAdministracin no puede limitarse a precisar los objetivos bsicos decada etapa, sino que debe garantizar tambin que se cumplan. La simpledefinicin de un currculo comn no ha conducido a un sistema homogneo;por el contrario, hoy se encuentra fragmentado en diferentes subsistemas(comunidades autnomas, redes de centros, reas geogrficas condistintos niveles de renta,...), haciendo ms necesaria que nunca laintervencin del Estado para asegurarse de que los alumnos de todos loscentros (pblicos y privados) alcancen los mnimos exigidos.Aparte de medidas como las relacionadas con la funcin inspectora o lasevaluaciones globales del sistema educativo, nos parece conveniente ylegtimo que tal control y aval de la homogeneidad lo ejerza laAdministracin central a travs de algn tipo de *pruebas generales*.Esa validacin, externa a los centros, de los conocimientos adquiridosal final de una etapa sera de gran utilidad, tanto para asegurar quelos alumnos cubran los objetivos mnimos de la etapa, como paraestimular al profesorado, a la vez que asegurara un control pblicosobre la red privada. Para ello sera necesario que cumpliera una seriede condiciones: a) que las enseanzas mnimas de etapa se conviertan enun referente claro y objetivo para alumnos y profesores; b) que elcontrol de las pruebas competa a funcionarios pblicos, sometidos a losprincipios de independencia y neutralidad; c) que las pruebas tengandiferente carcter, segn el momento y finalidad de su aplicacin.De acuerdo con esto ltimo, cabran las siguientes *propuestas*:1) Al final de la Primaria: la prueba tendra un carcter dediagnstico, para que aquellos alumnos, cuyos problemas no puedan yaser resueltos en el marco de esa etapa, cuenten desde el inicio dela Secundaria con la atencin ms adecuada (medidas de apoyo,diversificacin,...).2) Al final de la ESO: Hay que tener en cuenta que el carcter/terminal /de esta etapa bsica y obligatoria exige una titulacinnica: el Graduado en Educacin Secundaria Obligatoria; pero tambinhay que tomar en consideracin que tiene un carcter propedutico.No hay tradicin de prueba externa obligatoria al terminar laenseanza obligatoria, por ello creemos que la Administracin, atravs de los servicios de Inspeccin, debe asegurar que lasdistintas modalidades del 2 ciclo de la ESO garanticen lapreparacin ms adecuada para continuar con la opcin elegida, seacual sea la que quieran elegir estos alumnos. Cabe considerar laconveniencia de una prueba especfica de acceso a las distintas vasde educacin postobligatoria (sobre todo, para la opcinbachillerato). Por otro lado, no deberan existir trabas paracontinuar la formacin profesional, dentro de una misma familia, deun ciclo de grado medio a otro superior, aunque fuera a travs de uncurso puente que integrase algunas materias imprescindibles, perosin necesidad de retornar al bachillerato.3) Al final del Bachillerato: la prueba general o "revlida",propuesta en la LOCE, cumplira igualmente una funcin homologadoray objetiva, con tal de que previamente se pusieran los medios pararecuperar la calidad generalizada en la ESO y en el propioBachillerato. De lo contrario, slo servira para dejar constanciade los niveles de fracaso y de su reparto; constituyndose en unamedida ms de seleccin y segregacin social. En todo caso, estaprueba general debe dar acceso directo a la Universidad.*C) UN CURRCULO FUNDAMENTAL, CIENTFICO Y ESTABLE*Existe entre el profesorado la opinin de que es necesariorecuperar una razonable estabilidad y unidad en las lneas bsicas delcurrculum, acabando con un largo periodo de cambios continuos de escasofundamento. En nuestra opinin, es prioritario terminar con ladesproporcionada amalgama de contenidos actual, para ello hay que evitarcaer en soluciones de compromiso y superar las posiciones sectoriales ycorporativas.Sin entrar a precisar los contenidos, como mnimo, habra quesealar los errores que han presidido la configuracin de diseos delcurrculo en las sucesivas reformas, especialmente en la ESO: 1) Eldesprecio al papel estructurador del propio conocimiento ha llevado amultiplicar el nmero de materias y reas (al parecer, todo sirve para"aprender a aprender") en detrimento de las fundamentales que, enconsecuencia, han dejado de serlo. 2) El prurito de lo /actual ynovedoso /ha jugado en contra de lo bsico y general en cada una de lasreas, abundando los contenidos triviales y la superficialidad deltratamiento. 3) A medida que la sociedad y la propia familia entran enprocesos ms dislocados, se pretende convertir a la escuela en unespacio sin lmites respecto de las funciones a cumplir y remediouniversal para resolver todo tipo de problemas sociales e individuales.De ah que cada da aparezcan nuevas ocurrencias a integrar en elcurrculo escolar con categora de materia especfica (violencia degnero, educacin sexual, educacin vial, educacin contra las drogas,sensibilidad artstica, medios de comunicacin,...). El resultado es uncurrculo inabarcable, falto de estructura y jerarqua, que permite, ala vez, que gran parte de nuestros alumnos terminen la educacin bsicay obligatoria sin un manejo aceptable de las capacidades instrumentalesy sin el conocimiento elemental de las claves culturales cientficas yhumansticas, imprescindibles para poder entender la realidad en queviven. Cuando menos, deberan tomarse en consideracin las siguientes*propuestas*:1.- Elaboracin del currculo por un equipo interdisciplinar.Actualmente resalta el proceso contrario: los desarrollos previossectoriales (por materia) se yuxtaponen sin mucha relacin niproporcin. Tal vez no sera mala idea recuperar el concepto de "culturageneral" como eje vertebrador a la hora de disear, por ejemplo, elcurrculo de la ESO.2.- En esta ltima etapa, hay que exigir, sin vacilaciones y por encimade los intereses corporativos que el desarrollo del currculo ha idogenerando, una reduccin drstica del nmero de asignaturas. A nadie sele ha ocurrido pensar en la esperpntica situacin de una junta deevaluacin de 4 de la ESO, que puede estar compuesta por ms de 15profesores, para constatar que el alumno carece de los ms elementalesinstrumentos de comprensin ligstica, clculo y conocimientos bsicos?3.- Cualesquiera que sean los fines pretendidos con la nueva reforma ylos compromisos que puedan atenazar al actual gobierno, el tratamientode la Religin no puede continuar al margen de los principiosdemocrticos, el respeto a la libertad de todas las conciencias y larigurosa separacin entre el estado laico y las distintas iglesias. Encongruencia, ni puede mantenerse la situacin de privilegio que leotorgaba la LOCE, como asignatura con ms horas lectivas que las comunesy fundamentales, ni tampoco se la puede dejar en la situacin anterior,con una SCR como alternativa obligada y no evaluable (adems, intil einsoportable en el aula). La Religin no debe formar parte del currculocomn; en todo caso, debera impartirse en horario no lectivo; y, comomnimo, debe desaparecer todo intento de imponer una "alternativa" aquienes no la soliciten.*D) FUNCIONAMIENTO DEMOCRTICO DE LOS CENTROS *En los ltimos aos hemos asistido a un proceso paulatino devaciamiento, hasta la prctica eliminacin, de cualquier papel relevantey decisorio del claustro de profesores. Y esto, tanto en aspectos deinnegable carcter pedaggico, como en lo que hace referencia alfuncionamiento y control de la gestin del centro. Con la LODE setrasladaron la mayor parte de esas funciones a los consejos escolares,que, lejos de configurar una participacin y un control msdemocrticos, con frecuencia han tenido un funcionamiento que ha tenidopoco que ver con la representacin de los intereses sociales y generalesde la educacin. La atribucin de una capacidad de decisin autnoma, hapermitido que esas decisiones se puedan tomar al margen de los sectoresque se decan en ellos representados y, en buena parte, se ha impedidouna efectiva organizacin y participacin de profesores, padres yalumnos. Con el consejo escolar, por arriba, y las comisiones decoordinacin pedaggica, de por medio, nada les queda por hacer a losclaustros, convirtindose sus convocatorias, las ms de las veces, enpuro trmite administrativo.Pero siempre se puede ir a peor. Las nuevas directricesincluidas en la LOCE, en relacin a la seleccin-designacin dedirectores, dan un paso definitivo para erradicar todo rastro departicipacin y control democrtico de este proceso en los centros. Setrata de crear un cuasi cuerpo de directores, con funciones e interesesseparados del centro en el que se ejerce la funcin directora; se pone,as, fin a la transmutacin de la figura del director que ha dejado deser un representante del claustro y del consejo escolar paratransformarse en un simple representante de la administracin. Elobjetivo no ha podido ser otro que el de utilizarlo como vehculo deaplicacin de la poltica educativa (por reaccionaria que sta sea), y,a la vez, el de reforzar su papel como jefe de personal, controlando lasumisa aceptacin por parte del profesorado de sus directrices. Aunquela ley haya tenido desigual concrecin en las diferentes CCAA, permitelas interpretaciones ms aberrantes. Su plasmacin en la Comunidad deMadrid ha sido un caso paradigmtico del uso y abuso de la arbitrariedadms absoluta que puede otorgarse la administracin, para organizar lasdirecciones de los centros de forma sectaria y partidista, con totaldesprecio a todos los componentes de la comunidad escolar.La regresin democrtica tiene otro exponente complementario enla funcin inspectora, que ha ido degenerando hasta hacer prevalecer enella, sobre las tareas de apoyo y control de la calidad de la enseanzaen los centros, otros papeles como la represin poltica, la imposicinde recortes en el cupo de profesores y dems recursos para los centros,el encubrimiento del fracaso escolar, la aplicacin arbitraria demedidas de premio/castigo para controlar al profesorado, etc.Algunas *propuestas *al respecto:1.- Recuperar la *eleccin democrtica de la direccin *en los centrosy su vinculacin al claustro de profesores. Sera bueno que el directormantuviera cierto grado de dedicacin a la docencia.2.- Restituir las mximas atribuciones al claustro, no slo en lostemas de carcter pedaggico, sino en el control ordinario delfuncionamiento y gestin del centro.3.- Reformar la funcin inspectora, volcndola en el apoyo y control delos centros para el cumplimiento de la ley en cuanto a recursosnecesarios, logro de los objetivos mnimos, superacin del fracasoescolar,...*E) CONDICIONES Y DIGNIDAD DE LA FUNCIN DOCENTE *Ya hemos indicado que, en nuestra opinin, a lo largo de lassucesivas reformas del sistema educativo, el gran olvidado ha sido elprofesorado. Realmente, ha habido algo ms que olvido: Los niveles dedegradacin de la labor docente; la precariedad creciente de susituacin; la prdida de autoridad ante padres y alumnos, alentada porla administracin; el menosprecio por parte de las autoridadeseducativas, que a menudo llega a la desvergenza cuando responsabilizanal profesorado de los males de la educacin que se derivan de su propiagestin; el cambio de las funciones propias de la docencia por otrasdistintas; el desprecio a la capacidad crtica de uno de los colectivosde profesionales mejor titulado al imponerles una obligacin de/reciclarse /o /formarse /a travs de cursos intiles y absurdos; ...tal vez no hayan sido simples "daos colaterales" del afn reformador.Parece verosmil que las reformas que se han impuesto, y que hanprovocado un acelerado deterioro de la enseanza pblica (se hateorizado, en el colmo de la desfachatez, que su extensin implicanecesariamente degradacin), exigan la previa desmoralizacin delprofesorado; la prdida de rigor en la docencia y en el conjunto delsistema educativo, y la prdida de la autoridad en el aula y la de laconsideracin social del profesorado.Resulta obvio que el aumento de la inestabilidad del profesoradose traduce de inmediato en la debilidad de los equipos docentes y de sucompromiso con proyectos de cierto alcance y duracin. Sin embargo, laaplicacin de las reformas se ha visto acompaada de un crecimientodisparatado del nmero de interinos, de profesores en expectativa y deprofesores /desplazados/, hasta alcanzar un grado de precariedad,inestabilidad y movilidad tal que pone en evidencia la existencia de unverdadero /proceso de reconversin /del sistema educativo, vinculado ala prdida de calidad de la enseanza y cuyo objetivo principal esavanzar en su privatizacin.El deterioro ha afectado progresivamente tanto a las condicionesprofesionales como a las laborales de los docentes. No quisiramos quese interpretase como consecuencia de un sentimiento corporativo ladenuncia de que el profesorado es uno de los grupos de funcionariosmejor titulado y peor pagado, a pesar de lo cual, su homologacinsalarial con el resto de funcionarios de igual categora siempre ha sidorechazada. Es ms, se invoc sin escrpulos la vieja reivindicacin del"cuerpo nico" para homologar a la baja la "enseanza no universitaria",cortando todo vnculo y toda posible promocin con niveles superiores.Paradjicamente, ahora, se trata de reinventar extemporneasdiferenciaciones (como el cuerpo de catedrticos de nuevo cuo), paraprofundizar las divisiones internas.Las siguientes *propuestas *van dirigidas a restituir lascondiciones de dignidad y consideracin de la funcin docente,vinculadas, a su vez, con la preservacin de la calidad de la enseanza:1.- *Estabilidad del profesorado y, por tanto, de los equiposdocentes*. Ello implica una planificacin a corto y medio plazo de losrecursos educativos de los centros, la dotacin de plazas orgnicassuficientes, de modo que las situaciones de movilidad e interinidad sereduzcan a un mnimo porcentaje de la plantilla global.2.- *Homologacin retributiva y laboral *de acuerdo con las mejoressituaciones existentes en las CCAA. Si tenemos un nico sistemaeducativo y unos mismos requisitos para acceder a la funcin docente,con una sola definicin de los cuerpos existentes a escala estatal,resulta de todo punto injustificable y vejatorio el agravio comparativoque aleja cada vez ms, en cuanto a condiciones y salario, afuncionarios que cumplen idntica labor.3.- Aunque sera dentro de un *Estatuto de la Funcin Docente *dondedeberan precisarse las tareas especficas de la docencia, no hay porqu esperar para subsanar algunos de los desajustes ms evidentes con*algunas medidas razonables*. Por ejemplo: la necesidad de homologar latutora, en cuanto a trato y retribucin, con la jefatura dedepartamento; contratar el personal auxiliar necesario para cubrir enlos centros aquellas funciones que no sean directamente docentes;promocin dentro de una carrera docente que permita tambin el acceso ala docencia y la investigacin en la Universidad; etc. Ese Estatuto,tantas veces postergado, debera contar con la aprobacin delprofesorado, no slo a travs de sus organizaciones, sino contando conla participacin y opinin de los claustros.4.- Todo un captulo de medidas han de conjugarse para *restablecer laautoridad del profesor en el aula y unas condiciones que permitan unclima de trabajo adecuado y el normal desarrollo de la docencia*. No hasido casual, ni fruto espontneo del malestar social, la generalizacin,dentro de la red pblica, de situaciones de indisciplina y degradacinde las condiciones mnimas necesarias para desarrollar la funcindocente. Se ha inducido un desarme paulatino de los mecanismoseducativos y organizativos que preservaban la especificidad del marcoescolar. La satisfaccin de los responsables de la poltica educativacon la simple extensin de la escolarizacin de nios y jvenes (noimporta en qu condiciones y con qu aprovechamiento), se ha traducidoen la exaltacin de ese universal derecho para utilizarlo, incluso,contra su finalidad ltima, que no es otra que la de la educacin y laformacin a travs del aprendizaje. Habr que revisar la formulacin (ylas interpretaciones impuestas va inspeccin) de los derechos y deberesdel alumno, explicitando, por ejemplo, qu implica el "deber delestudio"; as como las lneas fundamentales que han de orientar losreglamentos orgnicos de centro, para que se puedan garantizar lascondiciones imprescindibles de mutuo respeto, convivencia y trabajo.*UN DEBATE ABIERTO Y DEMOCRTICO*Como bien se puede apreciar en las propuestas apuntadas, no esten nuestro propsito la pretenciosa idea de disear un nuevo y completosistema educativo, competencia del gobierno de la nacin. Tampoco eldogmatizar sobre esta o aquella medida, como maravilloso talismn capaz,por s solo, de arreglar de un plumazo los muchos entuertos acumuladosen nuestra enseanza. Somos firmes partidarios de un sistema pblico deenseanza y estamos convencidos de que, aparte de principios asentadosen el largo esfuerzo por construir la Escuela Pblica (y que ahora sequieren disipar desde presupuestos neoliberales), muchas de lassugerencias aqu presentadas tendran un indudable efecto beneficiososobre el devenir del sistema pblico de educacin y significaran que sehabra invertido el proceso actual de deterioro. No queremos pareceralarmistas, slo dejamos constancia de la degradacin forzada de laescuela pblica y el crecimiento, propiciado a su costa, de la enseanzaprivada.Como ciudadanos y profesionales de la educacin, defendemos laenseanza como bien pblico y social que debe garantizar un derechoprimordial y universal en condiciones de igualdad. No pretendemosotorgarnos ms representacin de la que tenemos, ni imitar la actitudarrogante de quienes hablan sin pudor en nombre de "todos" (losciudadanos, los espaoles, los profesores,...). No somos "elprofesorado", pero s una de sus voces y en consonancia con bastantesms, escuchadas a lo largo de muchos das y horas entre las aulas ysalas de profesores. Nuestra modesta intencin es animar a que muchosms se dejen or, estimular un debate ms amplio y serio que elorquestado, a conveniencia, por las distintas administraciones, cuandohan querido validar social y polticamente sus respectivas reformas.Al mismo tiempo, reclamamos con todo vigor, y al mismo ttuloque tantos otros, nuestro derecho a participar e intervenir en ladiscusin de una reforma que nos atae directamente como parteintegrante de la comunidad escolar y de la ciudadana. A tiempo estamosde que, esta vez, las cosas se puedan hacer de otra manera. Las medidasque han de tomarse, indudablemente, tienen un hondo calado poltico y algobierno compete decidir, en ltimo trmino, sus opciones. Pero lalegitimidad de las decisiones obtiene ratificacin y credibilidad cuandoson fruto de un amplio y explcito respaldo democrtico sobre el asuntoen cuestin. En esa direccin queremos hacer nuestras *ltimas propuestas*:- El gobierno debe impulsar un *debate amplio y abierto*, creandoforos a este propsito, incluso recurriendo a los medios tcnicos(internet, RTV,...), que estn a su alcance.- Lo anterior no sustituye la organizacin de reuniones para la*reflexin en comn e intercambio de opiniones *con las asociacionesy sectores ms implicados en la tarea educativa.- En todo caso, una *consulta a los claustros*, como rganosnaturales de representacin del profesorado, en torno a algunascuestiones claves, podra aportar orientaciones esenciales ycontrastadas por la experiencia, no nica sino diversa, de quienesllevan aos tratando de aplicar las sucesivas medidas reformadoras ycomprobando sus resultados.*Asociacin de Profesores de Instituto de Andaluca (APIA)**DEPREN (Valencia)**Colectivo BALTASAR GRACIN (Madrid)**/Nota /:*/ /Aunque este documento conjunto ha sido elaborado por lasasociaciones de profesores que lo suscriben con anterioridad a lapublicacin,por parte del Ministerio, de las "Propuestas para debate",creemos que sus anlisis y aportaciones tienen plena vigencia. Ello noobsta para abordar en las prximas semanas una valoracin ms precisa delas propuestas que acaban de hacerse pblicas.