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Recensión libro “El origen del Neolítico en Europa.
Agricultores, cazadores y pastores”, de Karoline Mazurié de
Keroualin
Helena Guardo Molina
2º Grado en Arqueología, Universidad Complutense de Madrid
Abstract
La clasificación tipológica es una de las formas de estudiar el proceso de neolitización. La
autora es muestra de ello, y para comprobarlo, tenemos el siguiente libro.
Palabras Clave
Mesolítico, Neolítico Pre-Cerámico A, Neolítico Pre-Cerámico B, agricultura,
ganadería, neolitización, cultura material.
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El periodo Neolítico ha sido ampliamente estudiado, tanto en su vertiente europea
como en el Próximo Oriente. Esta obra, fruto de la tesis doctoral de la autora, se
encuadra en este primer grupo de obras. Pero esto no le quita ningún tipo de valor,
es necesario que las investigaciones vayan enriqueciéndose de otras nuevas que
nacen de personas como la autora.
Este libro es la síntesis de la tesis doctoral de Karoline Mazurié de Keroualin, la cual
fue leída en la Universidad de Ginebra. Se centra en las evidencias de finales del
Mesolítico y principios del Neolítico. Este trabajo está dedicado al estudio de lítica,
cerámica y evidencias faunísticas. La base del libro es la rigurosidad de su
estructura, en la cual lleva un orden cronológico intachable de todas las evidencias
estudiadas. Podemos decir que la fase de recogida de datos y localización de los
mismos está superada en el siguiente escrito, pero lo que debemos echar en falta es
una segunda fase en la investigación (y para mí la más importante), que es la
interpretación de esos datos. No podemos quedarnos en una simple exposición de
los datos, ya que eso no nos aporta nada sobre el verdadero objeto de estudio de la
arqueología: las personas. En este trabajo todavía se siguen tendencias antiguas a
relacionar cultura material con sociedad de forma estricta.
El libro se puede dividir en varias partes o capítulos, siguiendo pautas puramente
cronológicas. En un primer momento está la introducción. El segundo capítulo trata
de la exposición y contrastación de varios modelos propuestos (por otros autores)
para la difusión de la agricultura y ganadería europeas. Cambiamos de escenario en
el capítulo tercero, trasladándonos a Próximo Oriente. Lleva a cabo un estudio
exhaustivo de las pruebas materiales orientales, tanto arquitectónicas, como
faunísticas, como líticas. En el capítulo cuarto volvemos a Occidente, y esta vez
trata del Mesolítico, en el cual lo hace guiándose por una división geográfica
seguida por los grandes ríos europeos (Ródano, Po, Rin). El último capítulo antes de
la conclusión trata del proceso de neolitización “en sí”. Para explicarlo lo divide en
cinco etapas cronológicas que van del 6800 al 5000 a. C.
La conclusión es el último capítulo y en ella la autora hace una síntesis de todo lo
expuesto anteriormente y parece que da ciertas pinceladas de interpretación “social”
a la ingente cantidad de datos documentados anteriormente.
Aunque ahora lo veremos, el libro es básicamente expositivo o descriptivo, aunque
no debemos restarle mérito a la autora debido a esto, ya que la labor investigadora
que ha llevado a cabo es colosal. Con esta cantidad de información se pueden
estudiar infinidad de hipótesis o teorías que se acerquen a lo que pudo pasarles a los
europeos de aquellos momentos. Esta anotación al respecto va a quedar validada en
cuanto empecemos a “desmenuzar” cada uno de los capítulos del volumen.
La introducción comienza exponiendo que la neolitización es un proceso decisivo en
la prehistoria europea. Este proceso no se dio en toda Europa de la misma manera ni
al mismo tiempo. El Próximo Oriente jugará un papel fundamental en el proceso. En
este lugar el proceso de neolitización se incluye entre el 11000 y el 7000 a. C. El
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proceso de neolitización finalizará en el 5000 a. C. fecha en la que ya encontramos
sociedades productoras (agricultoras) en Europa central. Este proceso está muy
relacionado con los conceptos de aculturación y colonización, ya que hay que
establecer algún tipo de relación con los últimos cazadores-recolectores.
Toda esta construcción cronológica yace sobre una base de dataciones
radiocarbónicas (Carbono-14), complementada con otros métodos de datación como
la dendrocronología. Estos sistemas de datación, aunque son bastante exactos,
siempre hay que contar con un margen de error. Para un análisis de la tecnología y
economía de estos grupos los criterios seguidos han sido el análisis e interpretación
de restos faunísticos, cerámicos y líticos.
Culturalmente, define a los grupos neolíticos con el tipo de cultura material que
produjeron en concreto, los estilos cerámicos.
Este conjunto de cambios sociales, económicos, tecnológicos y poblacionales es el
que guiará a la autora durante todo el libro.
El segundo capítulo trata de los procesos de colonización y aculturación. No hay que
elegir uno u otro, sino que la visión más plausible es la mezcla de ambos. En estas
cuestiones es muy común plantearse la hipótesis de si hubo aportes poblacionales de
Próximo Oriente en Europa.
Teorías como la de Childe (1957) sobre revolución neolítica o Pumpelly han sido las
que han definido el Neolítico hasta ahora.
Dos tipos principales de procesos de neolitización pueden tenerse en cuenta:
procesos de colonización y de expansión demográfica y, después, los procesos
vinculados a una difusión de técnicas o elementos culturales.
Para el periodo neolítico es muy difícil diferenciar los procesos de expansión
demográfica con el proceso de colonización. La teoría del push-pull, de D. W.
Anthony es una de las cuales se puede aplicar al neolítico, ya que es una concepción
de de los fenómenos de colonización y migración donde se hacen referencias a
migraciones a larga distancia y explica una difusión rápida, en consonancia con las
dataciones radiocarbónicas. Este modelo encaja muy bien en lugares como Chipre,
Creta o en el Adriático. El segundo gran modelo es el de ola de avance, desarrollado
por R. A. Fisher, esta modelo combinada el crecimiento demográfico y la actividad
migratoria local de una población en expansión, que avanzaba a una velocidad
constante desde un centro a su periferia.
Algunos autores como A. J. Ammerman y L. L. Cavalli-Sforza (1971) establecieron
una relación estrecha entre las fechas más antiguas de cerámica, con los primeros
momentos de la agricultura. La agricultura provocaría un aumento y una expansión
demográficos, que podría seguirse a partir de las líneas genéticas actuales. El
modelo de ola de avance (Clarke 1965) consideraba la existencia de un lugar de
origen desde el que se producía la difusión, en el tiempo y en el espacio, por efecto
de la presión demográfica. Este modelo ha tenido mucha repercusión en campos
como la genética o la lingüística, pero se le plantean errores.
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El concepto de frontera también es muy importante. Constituye el límite entre los
colonos inmigrantes y las comunidades de cazadores-recolectores indígenas. Con J.
Alexander se desarrolló un modelo de frontera móvil y otro de fronteras estables y
ambas serían indetectable s arqueológicamente. La vía danubiana sería un ejemplo
de una frontera móvil y el mediterráneo, otra. Posteriormente, estos conceptos de
fronteras se sustituyen por el modelo de mosaico. Posteriormente M.Zvelebil (2005)
y P. Rowley-Cony (2004) expusieron el modelo de disponibilidad (availability
model).
Todos estos modelos anteriores no son determinados para un momento o un lugar,
sino que son aplicables a cualquier lugar y momentos diferentes. Todos estos
modelos anteriores toman mucha fuerza de conceptos y teorías de la geografía.
Todos estos modelos y análisis a lo que han llevado es a que se produzca una
dicotomía muy clara entre el modelo de colonización y el de aculturación.
El capítulo tercero se centra en el Próximo Oriente. La sedentarización, la
agricultura, la ganadería y la elaboración de cerámica serán elementos que
aparezcan entre el 11000 y el 7000 a. C., aunque no fue ni mucho menos un solo
proceso ocurrido en un momento determinado.
Se diferencian evoluciones culturales paralelas entre la parte oeste y la parte este del
creciente fértil. Por un lado el Natufiense, el Khiamiense, el Neolítico Pre-Cerámico
A (PPNA) y el Neolítico Pre-Cerámico B (PPNB) para Levante. En la zona de
Mesopotamia nos encontramos con una zona occidental y una zona oriental.
La sedentarización es el primero de los componentes que se dieron en el Próximo
Oriente (hace 11000 años), caracterizado por las construcciones arquitectónicas
circulares semicírculos, los hábitats de los grupos humanos. También aparece un
nuevo sistema simbólico, donde destacan las figuritas antropomorfas y zoomorfas.
Las prácticas funerarias también sufren un cambio. Todos estos cambios se acentúan
sobre el 9500 donde destaca el desarrollo de las puntas de flecha.
La domesticación de los recursos vegetales aparece a partir del PPNA (sobe el 9000
a. C.). La cebada y el trigo son dos de los cultivos más destacados en este proceso,
aunque esto no significa que dejaran de recolectar multitud de plantas silvestres.
En cuanto a lítica, debemos destacar el aumento del número de puntas de flecha y la
aparición de las hojas de hoz y los cuchillos de siega. El sílex y la obsidiana usados
para fabricar todas estas piezas son de origen exógeno, lo que se puede interpretar
con unas redes de intercambio.
Es en este momento también cuando aparecen las primeras figuritas de toros, lo que
podría expresar un nuevo sistema simbólico.
Al PPNA le sucede el PPNB sobre el 8700 a. C. Será en este periodo cuando se
establezca de forma definitiva el sistema agropecuario. En esta fase hay profundas
transformaciones tanto en la arquitectura como en el aspecto funerario.
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En arquitectura lo más importante es el paso de hábitats de planta circular a casa de
planta rectangular. En tecnología destacan la aparición de la talla laminar sobre
núcleos bipolares y el aumento de tamaño de las puntas de flecha. En economía
destacar que finalizan los procesos de domesticación de los cereales. La ganadería
también aparece en este momento. El yacimiento de Shillourokambos ha sido el que
ha proporcionado datos sobre este proceso de domesticación.
Durante el PPNB reciente se produce la reocupación del litoral mediterráneo.
Aparecen edificios destinados al almacenamiento de cosechas (corridor buildings) y
edificios monumentales como el skull buildings, de Çayönü. En este periodo la
agricultura está plenamente desarrollada y los procesos de domesticación ya han
finalizado. En el terreno simbólico podemos destacar la aparición de los elementos
geométricos, cónicos y esféricos de arcilla.
Con la aparición de los primeros grupos cerámicos se rompen las pautas en las
prácticas funerarias, en la tecnología, y los intercambios culturales y materiales.
Estos primeros grupos con cerámica se dan entre el 6500 y el 5900 a. C.
Una vez explicado el proceso en el Próximo Oriente, ahora el autor se expone a
desarrollar toda la información concerniente al sustrato mesolítico en Occidente,
entre el 7000 y el 5000 a. C. en el capítulo cuarto. Situado entre el Epipaleolítico y
el Neolítico, se puede dividir en fases: antiguo, medio, reciente y final.
La industria lítica del Mesolítico está caracterizada por los elementos microlíticos. Y
van despareciendo de forma progresiva los útiles Epipaleolítico.
Normalmente la definición del espacio de ocupación mesolítico, antes de la llegada
de los primeros grupos neolíticos, se basa en dos criterios: la aparición de trapecios
y la de las láminas regularizadas. Durante el Mesolítico reciente reaparecen los
arpones de dos hileras de dientes. La movilidad de los grupos durante el Mesolítico
reciente-final en relación con la explotación de las materias primas sugiere la
existencia de redes de comunicación e intercambio.
El Castelnoviense se sitúa en la zona delimitada entre el río Ródano y el Pó, con una
cronología de entre 7000-6000 a. C. Su industria lítica está compuesta por trapecios,
láminas, laminitas regulares y estandarizadas y por láminas con muescas o
denticulados (que aparecen ahora) y la creación de microburiles. Estos grupos
organizan el territorio de acuerdo a campamentos base y a una intensificación de las
ocupaciones. Su economía se basaba en la caza y en la recolección; llevaban a cabo
economías de aprovisionamiento y explotación de materias primas. El estudio de la
lítica nos indica que poseían una territorialidad más marcada. Es posible que se
desarrollaran redes de intercambio y de comunicación.
Debido a los problemas de datación absoluta y la escasez de restos arqueológicos en
buen estado, es muy difícil de evidenciar la fase final del mesolítico Castelnoviense.
La última zona que la autora explica es la fachada atlántica y la península Ibérica.
En Bretaña lo más importante son los trapecios asimétricos de base truncada
cóncava, los trapecios asimétricos y los triángulos escalenos, al igual que en el valle
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del Loire. Las materias primas que se utilizaban eran de origen local. En Cataluña
nos encontramos el Epipaleolítico geométrico, caracterizado por los trapecios y los
triángulos tipo Cocina. En Valencia, durante el Mesolítico reciente-final destaca
también la facies Cocina. En varios yacimientos como éste se encuentran evidencias
de restos de animales domésticos. En Andalucía y el Algarve también hay
evidencias de yacimientos del Mesolítico reciente. Destacan los depósitos de
conchas en la zona litoral.
De la zona del Ródano-Rin a la fachada atlántica también está muy incompleta. La
autora admite que se han tenido en cuenta muy pocos yacimientos, que muchos de
ellos fueron investigados hace ya años y otros muchos sólo poseen niveles
superficiales de los cuales no nos podemos fiar al cien por cien. En esta zona una de
las cosas que se pueden destacar es que la industria lítica está caracterizada por los
trapecios de bases desplazadas, los trapecios rectángulos y los asimétricos, junto a
láminas largas y regulares. La autora relaciona la continuidad de la ocupación de los
grupos de la Cerámica de Bandas en el Alto Rin con una pugna entre cazadores-
recolectores y agricultores.
Los capítulos que nos hemos encontrado hasta ahora tenían como principal objetivo
hacer comparaciones tipológicas entre diferentes zonas y cronologías, salvo los
primeros capítulos del libro, donde se mencionan por encima las principales teorías
de expansión neolítica que hay en la investigación actual (y las que tuvieron
importancia en su época).
El capítulo cinco está dedicado por completo a la expansión de la agricultura y
ganadería por el continente europeo entre el 6800 y el 5000 a. C. Para ello establece
cinco fases, que correlaciona estrechamente con la evolución de los tipos cerámicos.
La primera etapa va del 6800 al 6100 a. C. Destacan los yacimientos de Çatal
Höyük, donde la estrategia económica eran la agricultura y ganadería y la cerámica
que encontramos es monocroma. Las casas son rectangulares, construidas con
adobe, con altos muros pintados y simbología relacionada con el toro. Entre el
6500/6000 a.C. con el desarrollo de este neolítico antiguo, se estabilizan los
cambios: la cerámica más común la monocroma de color roja o pardo, la economía
se basaba en la agricultura y la ganadería y las estrategias de aprovisionamiento
estaban muy desarrolladas. Hacia el 6000 a.C. esta primera etapa termina con la
aparición de la cerámica pintada.
La segunda etapa va desde el 610 al 5800 a .C., y se caracteriza por la expansión de
la cerámica pintada a partir de Anatolia occidental, a la vez que surgen varios grupos
en la península Balcánica. Los primeros motivos de esta cerámica pintada eran
lineales o de triángulos pintados de rojo. En ganadería destacan los caprinos, los
cerdos y los bueyes, y en la agricultura, los cereales y las leguminosas. Entre el 6000
y el 5800 los grupos de cerámicas pintadas son los neolíticos en el interior de la
península Balcánica. El desplazamiento hacia el interior de los Balcanes se hace a
través de los ríos. Con este desplazamiento se relaciona la idea de un proceso de
expansión demográfica. Hacia el 6100 a.C. aparecen de forma paralela un
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movimiento de colonización por vía marítima (Quitta 1960). La datación de esta
primera Cerámica Impresa tiene sus dificultadles ya que la mayoría de los restos
están en superficie. En estas comunidades costeras la ganadería sería de mucha más
importancia que la caza. La agricultura se desarrollaba en las tierras fértiles cerca de
la costa. La casa tenía una planta rectangular, cuadrangular u oval. Y las formas de
construcción son variadas: tapial, postes, etc.
La siguiente etapa va desde el 5800 al 5500 a. C. Hacia el 5800 el grupo de la
cerámica pintada constituyó una nueva entidad, separada del complejo Cárpatos, que
dará lugar a los grupos de la Cerámica de Bandas. Los grupos Starčevo, y Körös
sustituyen a los grupos de las Cerámicas pintadas e introducen el neolítico en
Centroeuropa. La colonización de las costas mediterráneas centro-occidental
comienza entre el 5900 y el 5800 a. C., instante en que varía el estilo de la Cerámica
Impresa. La industria lítica asociada estará compuesta por láminas largas, láminas
con lustre oblicuo (elementos de hoz), perforadores y buriles. A partir del 5800 la
cerámica Cardial empezará a destacar, sobre todo en la zona tirrena y la franco-
íbera. Está asociada a una lítica laminar y las estructuras de hábitat de tipo
rectangular. Las materias primas que destacaban eran el sílex y la obsidiana. El
Cardial Franco-íbero esta caracterizado por poseer decoraciones de bandas
horizontales. Las impresiones se hacen con la concha del Cardium, y con punzones,
digitaciones y marcas de uñas. El hábitat relacionado no se conoce muy bien y,
sobre lítica, decir que usan sílex y que no se parece en nada a la industria mesolítica
Castelnoviense. La cerámica Cardial llegó hasta puntos como Andalucía, el Algarve
y el sur portugués. Esta tercera fase de neolitización acaba sobre el 5600/5500,
momento en el que aparece la Cerámica de Bandas.
En el grupo de la Cerámica de Bandas están el foco oriental y el transdanubiano u
occidental. El primero surge como una evolución a partir de la fase tardía-final de
Körös. Algunas de sus características son la decoración incisa formando líneas
rectas y una industria lítica con elementos de obsidiana. El hábitat se caracteriza por
la aparición de las casas alargadas. La occidental es la encargada de toda la
neolitización del centro de Europa, que durará hasta finales del Neolítico. La
expansión por el centro de Europa se llevó a cabo en más o menos tres siglos. Sobre
lítica, destacar las láminas estandarizadas con truncatura oblicua o con retoques
laterales. Se puede decir que las materias primas, a la tecnología etc., indican una
posible relación o contacto con las poblaciones autóctonas. A partir del 5500 la
cerámica impresa sufrirá una nueva evolución, que se ha relacionado con una
aculturación en la zona Adriática. Algunos otros fenómenos cerámicos que podemos
encontrar entre el 5500 y el 5000 son La Hoguette y Limburgo.
La última fase es la que abarca entre el 53000 y el 5000/4900 a. C. momento en el
que aparecen las cerámicas decoradas con acanaladuras e incisiones. Las
características propias de cada grupo dentro de este nuevo tipo de cerámicas se
empiezan a definir mejor a partir del 5100 a. C. Siguen teniendo elementos
característicos de los procesos de aculturación. Sobre este momento, hemos de decir
que los grupos humanos han sido definidos según el estilo cerámico. El hábitat, la
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economía y la industria lítica no están muy bien estudiados. Algo que sí que
debemos destacar es que es en esta fase cuando nos encontramos ritos funerarios de
inhumación con los cuerpos puestos en posición replegada sobre el lado izquierdo, y
con el cuerpo pintado de ocre rojo.
La conclusión es el último capítulo y en ella la autora explica que la emergencia de
las sociedades agropecuarias en el Próximo Oriente fue fruto de una evolución lenta
y progresiva, que duró 4000 años. Este proceso se encuadra dentro del proceso de
neolitización. Con el neolítico llegaron las primeras formas de poder (que se ven
reflejados en los elementos funerarios o la fortificación de las ciudades). La
expansión de este proceso a otros lugares puedo ser debido a factores demográficos,
políticos, económicos (búsqueda de nuevos recursos), etc. En el estudio de este
periodo ha sido muy importante el avance en la técnica del radio-carbono 14. Sin
embargo, no hay que olvidar que el proceso de neolitización se ha construido en
gran medida a través de la clasificación tipológica de los grupos cerámicos, los
cuales no tenían por qué coincidir con un solo grupo humano.
Según las teorías de Jean Guilaine, la difusión del neolítico fue arrítmica,
produciendo diferentes ritmos de expansión y frenadas cuando estos elementos
difusores se agotaban.
La primera neolitización europea se divide en cinco etapas: una primera (6800-6100
a. C.) que está directamente relacionada con procesos de colonización; una segunda
etapa (6100-5800 a. C.), donde destacan las Cerámicas Pintadas y un proceso de
expansión demográfica; una tercera, (5800-5500 a. C.), donde aparece un primer
neolítico en el centro de Europa y el occidente, y donde destacan las Cerámicas
Impresa y Cardial; una cuarta etapa (5500-5300 a. C.) que se caracteriza por ser un
proceso de aculturación que puede que creará la Cerámica de Bandas; y una última
etapa (5300-5000 a. C.) , que representa las aculturaciones finales y se acaba
instalando las técnicas agropecuarias en toda Europa.
Vemos cómo el proceso de neolitización se que hemos descrito se opone totalmente
al modelo de ola de avance. Junto con todos estos cambios, vino asociado un
cambio en el sistema de valores de estas sociedades, que se puede ver reflejado en
la aparición de piezas geométricas y en el arte figurativo. En resumidas cuentas, la
primera neolitización europea no fue una simple oposición entre colonos e
indígenas.
Un estudio de este calibre es brillante en el sentido de que la autora ha reflejado
innumerables horas de trabajo estableciendo cronologías de todos los tipos
cerámicos y todos los elementos que tuvieron alguna importancia en el proceso de
neolitización o el momento justo anterior. Pero toda esta información debe estar
acompañada de una interpretación en mi opinión más profunda de lo que significaba
para una sociedad la aparición de edificios públicos o la participación en
intercambios comerciales, por ejemplo. En ese sentido el libro no destaca entre los
más elaborados.
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Por otro lado, este resumen es una traducción del original francés Gènese et
diffusion de l’agriculture en Europe, es decir su tesis doctoral, muy bien considerada
en la Universidad de Ginebra, donde la presentó. Es más que probable que del
original a la traducción la autora haya perdido un poco el hilo de su narrativa.
Por otro lado, me gustaría señalar el hecho de que esta autora no ha incluido
referencias o bibliografía en esta versión reducida (puede que en la tesis completa
esté), simplemente la autora va nombrando según expone sus teorías los nombres de
los científicos que han destacado en el campo susodicho. Aunque es comprensible
que en una versión reducida no se puede adjuntar toda la bibliografía, por lo menos
una lista con las figuras más importantes nombradas sería de gran ayuda para el
lector, ya que le inspira confianza y le ayuda a poder ampliar conocimientos sobre
algún campo en particular que le interese.
Ya hemos dicho que es un estudio descriptivo, y como tal tiene un gran número de
ilustraciones y cuadros que nos sitúan geográficamente y nos sintetizan la
información del texto. Es un punto muy positivo, ya que en el momento en el que el
lector “se pierde” y no sabe dónde se sitúa o no tiene en mente las ideas principales
que está tratando, no podrá pasar al siguiente capítulo, donde se añade más
información además de usar la anterior.
Sin dejar un trabajo completo y trabajado, en su versión resumida si añadiésemos un
índice bibliográfico podría funcionar como un buen libro de consulta, pero no como
manual de referencia para un curso de arqueología.
Tanto gráficos como ilustraciones son muy útiles y no deja de ser una tesis que
cuenta con el prestigio de la Universidad de Ginebra. Creo que esta es una de las
obras, que si el investigador interesado puede, debe leer en su idioma original, ya
que las traducciones, por muy buenas que sean, pierden calidad. La lectura puede
resultar tediosa en algunas partes, pero en su conjunto da una visión del neolítico
muy útil a la que luego hay que ir añadiendo información de otras fuentes.
Bibliografía
Childe (1957), The dawn of European civilization. 6th edition. London:
Routledge & Kegan Paul.
Zvebil (2005), Looking back at the Neolithic transition in Europe. European
Journal of Archaeology 8:183–194
Rowley-Conwy (2004b), How the West was lost: a reconsideration of
agricultural origins in Britain, Ireland, and southern Scandinavia. Current
Anthropology 45(suppl.):S83–S113.
J. Ammerman and L. L. Cavalli-Sforza (1971) Measuring the Rate of Spread
of Early Farming in Europe. Royal Anthropological Institute of Great Britain
and Ireland, Vol. 6, No. 4, pp. 674-688.
Quitta, H. (1960), Zur frage der ältesten Bandkeramik in Mitteleuropa.
Prähistorische Zeitschrift 38:1–38, 153–188.
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