pronunciamiento de la mecc-slv ante la sequía en el salvador - 14ago2015

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1 Pronunciamiento de la Mesa de Cambio Climático de El Salvador ANTE LAS MANIFESTACIONES E IMPACTOS DE LAS SEQUÍAS EN UN ENTORNO DE CLIMA CAMBIANTE Comprendiendo que las sequías son cada vez más intensas y recurrentes Las manifestaciones actuales y las proyecciones a futuro del cambio climático en El Salvador se expresan en una reducción de la lluvia media anual y una tendencia ascendente marcada de la temperatura media anual; sumado a la incidencia de eventos climáticos extremos, entre los cuales se destacan mayor probabilidad de ocurrencia de sequías, mayor duración de los períodos con varios días secos consecutivos y menor duración de temporales En el caso de las sequías, la canícula se estaría intensificando con reducciones de las lluvias especialmente en julio y agosto, y habría reducción sustancial del volumen mensual de las lluvias durante la temporada lluviosa. Se proyecta que el patrón bimodal histórico de comportamiento de la lluvia podría cambiar: un falso inicio en abril y un retraso en el inicio de la época lluviosa en mayo; disminución de la lluvia en mayo, precipitaciones máximas de todo el año en octubre, y desfase del final de la temporada lluviosa hasta diciembre La década reciente que ha sido más lluviosa como resultado de la variación inter-decadal en la región, podría estar ocultando reducciones mayores en la precipitación en el país y la región. Además, la intensificación observada y las proyecciones futuras del Fenómeno de El Niño, podrían estar siendo reforzadas o estar encubriendo las manifestaciones del cambio climático que se asemejan a las condiciones propias de El Niño. Los impactos causados por la prolongación de las sequías, reducción del volumen y cambio de patrón de lluvias, serían efectos de El Niño en línea con las proyecciones del cambio climático El clima ha cambiado en condiciones de alta vulnerabilidad de los recursos hídricos en el país, la cual se explica principalmente por la alteración del ciclo hidrológico; bajo nivel de aprovechamiento de la oferta hídrica, distribución y abastecimiento; altos niveles de contaminación de aguas superficiales y subterráneas; sobre-explotación de los principales acuíferos, y ausencia de un marco normativo para la conservación y manejo sustentable del agua Considerando los impactos crecientes y acumulativos de las sequías Al igual que en 2014, las sequías más intensas y la reducción de las lluvias en 2015, han provocado severos impactos en diferentes sectores socio-económicos y sistemas naturales y humanos del país; principalmente en la agricultura, actividades pecuarias y de pesca, biodiversidad, generación hidroeléctrica, salud, saneamiento, abastecimiento de agua potable y turismo rural. Dichos impactos se han asociado no solamente a las variaciones extremas de lluvias y temperaturas, como sequías, olas de calor y tormentas intensas en un entorno de El Niño moderado; sino a cambios en los valores medios de los parámetros climáticos. Es de esperarse que hayan impactos futuros crecientes y acumulativos asociados a ambos tipos de manifestaciones, de no tomarse las medidas de reducción de vulnerabilidad y de adaptación correspondientes a cada uno de dichos sectores socio-económicos y sistemas naturales y humanos, o si estas son tomadas de manera inapropiada o inoportuna El nivel alcanzado y proyectado de las sequías de 2015 comprende los siguientes impactos: reducción del rendimiento de los principales cultivos; pérdidas crecientes en las cosechas de granos básicos, hortalizas y frutales, ganadería, acuicultura y pesca especialmente de las familias productoras de granos básicos que tienen acceso a menor cantidad de tierra y producen la mayor cantidad de alimentos a nivel nacional, particularmente resaltando los pueblos indígenas y poblaciones despojadas de tierras; pérdidas consecutivas de reservas alimentarias y genéticas para el próximo ciclo; pérdida de aptitud de las tierras y abandono de cultivos; mayor frecuencia e incidencia de brotes de plagas y enfermedades; marchitez y aumento de la susceptibilidad de los cultivos; pérdida de biodiversidad terrestre y marina; cambios en la composición, estructura y función de los ecosistemas; y conversión de ecosistemas y agro-ecosistemas a áreas emisoras netas de dióxido de carbono. Lo anterior se asocia a cambios en los ambientes rurales especialmente en cuanto a condiciones de inseguridad alimentaria y falta de soberanía alimentaria; reducción

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Pronunciamiento de la Mesa de Cambio Climático de El Salvador ante las manifestaciones e impactos de las sequías en un entorno del cambio climático

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Page 1: Pronunciamiento de La MeCC-SLV Ante La Sequía en El Salvador - 14Ago2015

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Pronunciamiento de la Mesa de Cambio Climático de El Salvador

ANTE LAS MANIFESTACIONES E IMPACTOS DE LAS SEQUÍAS EN UN ENTORNO DE CLIMA CAMBIANTE

Comprendiendo que las sequías son cada vez más intensas y recurrentes

Las manifestaciones actuales y las proyecciones a futuro del cambio climático en El Salvador se expresan en una reducción de la lluvia media anual y una tendencia ascendente marcada de la temperatura media anual; sumado a la incidencia de eventos climáticos extremos, entre los cuales se destacan mayor probabilidad de ocurrencia de sequías, mayor duración de los períodos con varios días secos consecutivos y menor duración de temporales

En el caso de las sequías, la canícula se estaría intensificando con reducciones de las lluvias especialmente en julio y agosto, y habría reducción sustancial del volumen mensual de las lluvias durante la temporada lluviosa. Se proyecta que el patrón bimodal histórico de comportamiento de la lluvia podría cambiar: un falso inicio en abril y un retraso en el inicio de la época lluviosa en mayo; disminución de la lluvia en mayo, precipitaciones máximas de todo el año en octubre, y desfase del final de la temporada lluviosa hasta diciembre

La década reciente que ha sido más lluviosa como resultado de la variación inter-decadal en la región, podría estar ocultando reducciones mayores en la precipitación en el país y la región. Además, la intensificación observada y las proyecciones futuras del Fenómeno de El Niño, podrían estar siendo reforzadas o estar encubriendo las manifestaciones del cambio climático que se asemejan a las condiciones propias de El Niño. Los impactos causados por la prolongación de las sequías, reducción del volumen y cambio de patrón de lluvias, serían efectos de El Niño en línea con las proyecciones del cambio climático

El clima ha cambiado en condiciones de alta vulnerabilidad de los recursos hídricos en el país, la cual se explica principalmente por la alteración del ciclo hidrológico; bajo nivel de aprovechamiento de la oferta hídrica, distribución y abastecimiento; altos niveles de contaminación de aguas superficiales y subterráneas; sobre-explotación de los principales acuíferos, y ausencia de un marco normativo para la conservación y manejo sustentable del agua

Considerando los impactos crecientes y acumulativos de las sequías

Al igual que en 2014, las sequías más intensas y la reducción de las lluvias en 2015, han provocado severos impactos en diferentes sectores socio-económicos y sistemas naturales y humanos del país; principalmente en la agricultura, actividades pecuarias y de pesca, biodiversidad, generación hidroeléctrica, salud, saneamiento, abastecimiento de agua potable y turismo rural. Dichos impactos se han asociado no solamente a las variaciones extremas de lluvias y temperaturas, como sequías, olas de calor y tormentas intensas en un entorno de El Niño moderado; sino a cambios en los valores medios de los parámetros climáticos.

Es de esperarse que hayan impactos futuros crecientes y acumulativos asociados a ambos tipos de manifestaciones, de no tomarse las medidas de reducción de vulnerabilidad y de adaptación correspondientes a cada uno de dichos sectores socio-económicos y sistemas naturales y humanos, o si estas son tomadas de manera inapropiada o inoportuna

El nivel alcanzado y proyectado de las sequías de 2015 comprende los siguientes impactos: reducción del rendimiento de los principales cultivos; pérdidas crecientes en las cosechas de granos básicos, hortalizas y frutales, ganadería, acuicultura y pesca especialmente de las familias productoras de granos básicos que tienen acceso a menor cantidad de tierra y producen la mayor cantidad de alimentos a nivel nacional, particularmente resaltando los pueblos indígenas y poblaciones despojadas de tierras; pérdidas consecutivas de reservas alimentarias y genéticas para el próximo ciclo; pérdida de aptitud de las tierras y abandono de cultivos; mayor frecuencia e incidencia de brotes de plagas y enfermedades; marchitez y aumento de la susceptibilidad de los cultivos; pérdida de biodiversidad terrestre y marina; cambios en la composición, estructura y función de los ecosistemas; y conversión de ecosistemas y agro-ecosistemas a áreas emisoras netas de dióxido de carbono. Lo anterior se asocia a cambios en los ambientes rurales especialmente en cuanto a condiciones de inseguridad alimentaria y falta de soberanía alimentaria; reducción

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de los ingresos económicos; deterioro de la salud por desnutrición y enfermedades; abandono de áreas rurales y medios de sobrevivencia actuales; mayor emigración e intensificación de crisis sociales locales por la competencia por recursos y servicios básicos especialmente el agua

El país ha contado con apoyo financiero, asesoría técnica y desarrollo de capacidades suficientes para desarrollar las herramientas técnico-metodológicas para enfrentar la sequía de manera apropiada y oportuna, aunque aún carece de ellas de manera sistematizada, apropiada y aplicable a los diferentes sectores socio-económicos y sistemas naturales y humanos del país. Dichas herramientas deberían haber sustentado e integrado instrumentos de implementación de las políticas públicas, como son: el Plan Quinquenal de Desarrollo 2014-2019; la Estrategia Nacional de Medio Ambiente y la Estrategia Nacional de Cambio Climático; el Plan Nacional de Cambio Climático; la Estrategia Ambiental de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático del Sector Agropecuario, Forestal y Acuícola; el Plan de Agricultura Familiar y Emprendedurismo Rural para la Seguridad Alimentaria Nutricional, entre otros

El conocimiento de la magnitud y amplitud de los impactos de la sequía no es nuevo en El Salvador; sobre todo desde hace algunos años, por ejemplo durante las sequías de 2012 y 2014, cuando un déficit de lluvias y estrés hídrico produjeron cuantiosas pérdidas en el sector agropecuario. Las manifestaciones, efectos e impactos de las sequías ocurridas, así como las proyecciones futuras de dichos eventos en el contexto del cambio climático, han sido abordadas por diversos estudios generados a nivel nacional y regional. Sin embargo, dicha información no ha sido utilizada, sistematizada ni actualizada, por parte de los gobiernos sucesivos, para sustentar y reorientar los enfoques de las políticas públicas y de los modelos económicos

En el tema específico de las sequías y reducciones de las lluvias, tampoco existe un sistema nacional de información efectivo, confiable, transparente y accesible al público; el cual recopile, analice y divulgue oportunamente la información sobre los efectos e impactos de dichas variaciones del clima en un entorno de clima cambiante. La información oficial relativa a los efectos, impactos y pérdidas provocadas por las sequías y reducción de las lluvias, en términos de volumen, valor económico, área y extensión geográfica y número de personas afectadas por tipo de actividad agropecuaria acuícola y forestal, diverge de manera significativa de la información que manejan cámaras, gremiales o asociaciones agropecuarias del país

El estado actual de impactos podría estar llevando a una eventual crisis humanitaria en el país, pudiéndose requerir niveles atípicamente altos de ayuda humanitaria y de asistencia alimentaria, probablemente más altos que en otros eventos extremos lluviosos, como temporales, lluvias intensas o ciclones

Exhortamos a que el marco de políticas sobre cambio climático, sea fortalecido y sustentado apropiadamente para enfrentar la sequía de manera efectiva en el país

De manera ineludible, El Salvador debe transitar hacia un modelo económico y de sociedad que fomente y vele por la sustentabilidad ambiental, en el cual los sectores socio-económicos y sistemas naturales y humanos vean reducida su vulnerabilidad y beneficiarse de políticas públicas y privadas que fortalezcan su capacidad de adaptación; más allá del enfoque de “resiliencia”, pues los umbrales críticos de los rangos de tolerancia de los sistemas naturales y humanos ya están siendo y probablemente serían sobrepasados por el cambio climático y su variabilidad asociada

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y las instituciones que integran el «Gabinete de Gestión de la Sustentabilidad y Vulnerabilidad» deberá velar por que el enfoque y orientación del marco de políticas para la adaptación al cambio climático, y sus instrumentos de implementación y monitoreo incluido el Plan Nacional de Adaptación, como también el marco normativo sobre recursos hídricos, se base en un enfoque de “resiliencia” y “capacidad de adaptación”, y se sustenten en los criterios, directrices y metodologías emanados del proceso multilateral; considerando para tal efecto y como mínimo: las manifestaciones actuales y proyecciones futuras del cambio climático, referidas a las sequías, reducción de las lluvias, olas de calor y aumentos de las temperaturas del aire y de la superficie del mar entre otras; desarrollar exhaustivamente las evaluaciones de impactos, vulnerabilidad y adaptación; y hacerlo de manera sistematizada, apropiada y aplicable a los diferentes sectores socio-económicos, sistemas naturales y poblaciones humanas más afectados por las sequías, con base en su vulnerabilidad

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Los conocimientos ancestrales y tradicionales sobre las dinámicas naturales, bioindicadores y sistemas, tecnologías y buenas prácticas de producción agropecuaria ambientalmente sostenibles; deben recuperarse, equipararse y divulgarse según sea apropiado, para la adaptación en los diferentes sistemas naturales, sectores y poblaciones, como para la gestión de los riesgos climáticos a escala local y nacional

En complemento a las medidas de adaptación concebidas e implementadas para prevenir o reducir los impactos de las sequías, el marco de políticas deberá incorporar un componente de gestión para la atención de la emergencia o desastre ocasionados por las manifestaciones del cambio climático incluyendo los eventos secos extremos, como las sequías, olas de calor e incendios. El «Sistema Nacional de Protección Civil, Prevención y Mitigación de Desastres» debería activarse en atención a los impactos provocados por eventos secos extremos, al igual que lo hace más comúnmente para otros eventos húmedos extremos (lluvias intensas, ciclones y temporales). Así mismo, la declaración de alertas y el decreto de estado de emergencia ante las sequías se basarían en un sistema de información para el monitoreo ágil y la evaluación transparente y sustentada de la gravedad del impacto, con base en una planificación territorial apropiada; y permitirían la provisión de recursos humanos, técnicos y económicos nacionales, y la activación de las entidades y equipos humanitarios de la cooperación internacional

El «Sistema Nacional de Protección Civil, Prevención y Mitigación de Desastres» debería vincularse al recién establecido “Mecanismo Internacional de Varsovia para las Pérdidas y Daños relacionados con las repercusiones del cambio climático”, una vez dicho mecanismo facilitador se vuelva operativo, en el Marco de Adaptación adoptado en Cancún. Dicho mecanismo podría facilitar la movilización y obtención de conocimientos especializados, y aumentar el apoyo para reforzar los enfoques existentes, a fin de poder sustentar que los impactos, como los causados por sequías, se derivan del cambio climático

Las estrategias y medidas de adaptación que se planifiquen e implementen en el país para enfrentar, de manera inmediata o a corto plazo, las sequías, no deberán aumentar las vulnerabilidades o provocar desadaptación climática en el mediano o largo plazo. Tal es el caso del mecanismo de REDD-plus y sus variantes, los cultivos genéticamente modificados, la sustitución de cultivos alimentarios por plantaciones orientadas a la fabricación de biocombustibles, la deforestación por sustitución del bosque natural a favor de plantaciones mono-específicas, y la incorporación de alimentos de organismos transgénicos en la asistencia alimentaria durante emergencias

El sistema nacional de observación hidrometeorológica deberá fortalecerse e incorporar el seguimiento a la señal del cambio climático, a fin de trascender los métodos tradicionales de pronóstico del tiempo y predicción climática a corto plazo; debiendo establecerse paulatinamente un sistema nacional de observación del clima, de carácter interdisciplinario e interinstitucional, cuyo propósito sería el seguimiento, medición, análisis, verificación y divulgación de las manifestaciones y efectos del cambio climático, incluyendo el desarrollo y aplicación de los parámetros de cambio del clima relacionados con la sequía, a escalas apropiadas, usando la información y herramientas metodológicas actualizadas

El gobierno salvadoreño deberá cumplir con el plazo perentorio acordado por la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Lima a finales de 2014 (COP-20), de comunicar oficialmente, antes del 1 de octubre de 2015, la información sobre las Contribuciones Previstas Determinadas a nivel Nacional (INDC) del Estado salvadoreño. Además de las medidas nacionales para contribuir a la meta mundial de reducción de emisiones, las INDC deben incluir las medidas de adaptación ante la sequía, y los recursos y capacidades requeridos para su implementación. El cumplimiento apropiado y oportuno de dicha obligación internacional, posicionaría al país favorablemente para movilizar recursos financieros y apoyo técnico desde el ámbito multilateral para abordar las causas, efectos e impactos del cambio climático; habilitándole para enfrentar los impactos acumulados de las sequías de manera preventiva, eficaz y sostenida en los próximos años y décadas El Salvador, 14 de agosto de 2015