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PRESENTACION El Consejo Nacional Técnico de la Educación, da ini- cio a la publicación de la serie “FORO PEDAGOGICO”, con el propósito de difundir al magisterio nacional políti- cas educativas innovaciones didácticas y nuevas tecno- logías, así como contribuir a la formación, capacitación y actualización de los docentes. El CONALTE desea, a través de esta serie, poner al al- cance de todos aquellos individuos interesados en el campo educativo, las experiencias, opiniones y concep- tos acerca de los temas mencionados anteriormente, plasmados por reconocidas personalidades, en confe- rencias dictadas en instituciones que conforman el ámbi- to de la enseñanza. La última de las cuatro conferencias del ciclo “Retos para Ia Formación de Maestros en el México Actual” que se 3

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P R E S E N T A C I O N

El Consejo Nacional Técnico de la Educación, da ini-cio a la publicación de la serie “FORO PEDAGOGICO”,con el propósito de difundir al magisterio nacional políti-cas educativas innovaciones didácticas y nuevas tecno-logías, así como contribuir a la formación, capacitación yactualización de los docentes.

El CONALTE desea, a través de esta serie, poner al al-cance de todos aquellos individuos interesados en elcampo educativo, las experiencias, opiniones y concep-tos acerca de los temas mencionados anteriormente,plasmados por reconocidas personalidades, en confe-rencias dictadas en instituciones que conforman el ámbi-to de la enseñanza.

La última de las cuatro conferencias del ciclo “Retos paraIa Formación de Maestros en el México Actual” que se

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presenta en esta serie, correspondió a Víctor Hugo Bola-ños Martínez, con el tema “Desarrollo Histórico de la For-mación del Maestro Mexicano”, en la cual mencionó al-gunas etapas en que se ha dado éste: Prehispánica, Co-lonia, Independencia, Restablecimiento de la República,Primeras Etapas de los Gobiernos de Hoy y Constituciónde 1917. Resaltando la firma del Acuerdo Nacional parala Modernización de la Educación Básica.

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DESARROLLO HISTORICO DE LA FORMACION DELMAESTRO MEXICANO

Víctor Hugo Bolaños Martínez

La historia de México es en el fondo, la biografía delmaestro, es el esfuerzo de los maestros, que configurólas mentalidades de los intelectuales de la colonia, de lospróceres de la Reforma, de los restauradores de la Repú-blica y de los adalides de la Revolución de 1910-1917que han sido hasta hoy la guía e inspiración política na-cional por medio de la constitución promulgada en 1917.

La formación del maestro mexicano tiene sus anteceden-tes en las instituciones educativas de los pueblos prehis-pánicos, en todos ellos había ceremonias, rituales periódicos, por medio de los cuales la familia y la comunidadcumplían la función de ofrecer las noticias culturales decarácter general a las nuevas generaciones; incorporar-

los a las costumbres y tradiciones y capacitarlos paraque de acuerdo con la edad, fueran participando en laproductividad colectiva, en el campo, en el hogar y en losincipientes talleres artesanales. Hogar y familia consti-tuían las instituciones de educación popular a las que sesumaba el Tlapixcatzin o predicador, que en los barrios yen los tianguis enseñaba y hacía practicar los cantos li-túrgicos y didácticos, así como las leyendas y cuentospopulares.

La educación para las clases sociales de los aztecas, no-bles, guerreros y sacerdotes, se impartía en el Calmecacy el Tepochcalli, así como instituciones semejantes entrelos, mayas, tlaxcaltecas, tarascos y demás culturas deMesoamérica, donde además se formaban los maestrosde las propias instituciones, que seleccionaban entre losmás destacados guerreros y sacerdotes preparados porellos mismos.

La educación prehispánica cumplía la función que dis-tingue al normalismo actual, desde luego, conforme a losobjetivos, ideales y proyectos del estado social prehispá-nico, se encauzaba la formación hacia los valores perma-nentes en su estructura social y, en el caso de los pue-blos referidos del gran lago, Se inculcaba respeto y adhe-sión al proyecto imperial de la Triple Alianza integradapor Tlacopan - Texcoco - Tenochtitlan.

Dos instituciones tenían a su cargo la educación en los’pueblos prehispánicos el Calmecac, al que iban los hijosde los nobles y el Tepochcalli donde estudiaban los hijos

de la clase media o macehuales; en el Calmecac dondepredominaba la formación religiosa los jóvenes se educa-ban estudiando tres grados de 5 años cada uno, en elprimero se graduaban como clamacasto (monaguillo); enel segundo como tlamecaztli (diácono); el tercer gradocorrespondía a los maestros sacerdotes y eran pocos losque alcanzaban el título de tlamalacac o sacerdote.

En el Tepochcalli se cursaban también tres grados y és-tos se abocaban a preparar a los jóvenes para que jefa-turaran y enseñaran las artes militares y la cultura a susalumnos, había también 3 grados el primero de tlacachde instructor de alumnos recién ingresados, el segundoera el de tepuchcalto jefe de instructores y el último quetambién alcanzaban muy pocos era el de tlacatecatl quevenía a ser director de un Tepochcalli.

El primer parteaguas histórico de Mesoamérica e Iberoa-mérica lo produce la Conquista y la Colonia, crisis que noes difícil superar para la educación; la organización y lossistemas de las instituciones, tenían gran similitud con laseuropeas, especialmente,’ las españolas. España y Me-soamérica poseían una estructura social oligárquica, au-tocrática y teocrática, de modo que los seminarios y loscolegios, por su clasismo y su rígida disciplina, única-mente requirieron inducir en los indígenas la sustituciónde divinidades, y de este modo, reemprender la educa-ción con una inmensa carga religiosa y una adopción alos criterios y valores ajustados al Nuevo Imperio Espa-ñol. Los maestros de la intelectualidad de la colonia sur-gieron de los seminarios y de los colegios como el de

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Tlatelolco, Texcoco, Morelia, San Ildefonso y el de Pátz-cuaro entre otros.

La educación popular, aunque restringida para la ense-ñanza del castellano y algunos elementos sencillos de lacultura, se desarrolló como un instrumento de consolida-ción de la Conquista, la aceptación de la religión, fue ins-trumento y soporte del Estado Colonial.

Los primeros misioneros -que son los maestros de suépoca- venían al Nuevo Mundo con el espíritu crítico quehabía producido la reforma religiosa en Europa, introdu-cen en el marco de éste el compromiso de servicio so-cial; es notable la obra de Pedro de Gante, Vasco deQuiroga y Fray Bartolomé de las Casas, entre otros,quienes no se limitan a impulsar una educación rudimen-taria, pobre en contenido cultural, sino que se abocan aimpulsar el aprendizaje de artes, oficios y técnicas de cul-tivo, a establecer centros. artesanales de producción, almismo tiempo promueven el establecimiento de institu-ciones orientadas a preparar a la nobleza indígena y alos hijos de los señores principales, primero peninsularesy luego criollos de la Nueva España.

La decadencia del ideario y el modelo de los misionerosconduce a un estatismo cultural y educativo, los maes-tros son preparados en los seminarios, pero la gran ma-yoría son hombres con cierta cultura que se dedican a laenseñanza con la autorización del ayuntamiento. El esta-tismo se rompe cuando en la tercera parte del siglo XVIII,con el arribo de los Borbones al poder cobra impulso el

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liberalismo y se genera la reforma de la educación espa-ñola, cuyos vientos llegan a la Nueva España para impul-sar la creación de instituciones educativas de diversos ni-veles, laicas; independientes de la iglesia como la Escue-la de Minería, el Jardín Botánico y la Escuela de las Viz-caínas, donde ya se anunciaba el movimiento de inde-pendencia.

Durante la colonia los maestros empíricos pagados porla clase acomodada crecieron de tal modo, que hubo dereglamentarse su ejercicio por medio de “La Ordenanzade los Maestros del Nobilísimo arte de leer, escribir ycontar” del Virrey Gaspar de Zúñiga y Acevedo expedidaen 1600 y en la que se establece que “la ciudad, justicia yregimiento nombrarán 2 maestros, los más expertos, pa-ra que visiten y examinen a los maestros de las escuelasy en caso de ser aprobados otorgarles carta de examen”,pero se negaba autorización a los indios, mulatos y ne-gros y se debía de ser “Cristiano Viejo”. Entre tanto en las“Escuelas de la Amiga”, había mujeres ancianas que im-partían nociones muy elementales a sus alumnas.

En 1779 había en la Ciudad de México sólo 24 maestrosde escuela examinados, en tanto que las “Escuelas de laAmiga” donde también había varones, era comparativa-mente enorme, pues en ellas no se requería el examendel ayuntamiento.

Hasta antes de 1780 los maestros estaban organizadosen una congregación o gremio que era muy semejante alos gremios medievales y el ayuntamiento les había con-

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cedido autorización para someter a examen a los nuevosmaestros, con lo cual éstos lograban su autorización pa-ra ejercer; se denominó Congregación de San Casiano,porque éste era su patrón.

En 1780 desapareció la Congregación de San Casiano ysu lugar lo ocupó el Colegio Académico del Noble Artede Primeras Letras; esta institución agrupaba a todos losmaestros, se proponía además de autorizar a los nuevosmaestros: “comentar la trascendencia para el reino, laperfecta educación de la juventud en los rudimentos dela fe católica, en las reglas del bien obrar, en el ejerciciode las verdades y en el noble arte de leer, escribir y con-tar; cultivo a los hombres desde su infancia y en los pri-meros pasos de su inteligencia hasta que se proporcionepara hacer progresos en las verdades, en las ciencias yen las artes”.

Al Colegio Académico pertenecen también los maestrosllamados “leccionistas”, quienes impartían enseñanza adomicilio y eran sujetos de los mismos requisitos.

El segundo gran parteaguas histórico de nuestra nación,lo constituye La Revolución de Independencia, productode los grandes cambios culturales que habrá de produciren Europa y el Nuevo Mundo el proceso de desarrollodel mercantilismo hacia la nueva cultura de la industriali-zación y en cuyo seno, el liberalismo sintetiza el conjuntode ideas que da lugar a un nuevo estado social que pau-latinamente habrá de definirse como República Federal,Democrática y Popular.

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A partir de la Independencia y como instrumento del libe-ralismo, en los valores e ideales de la Patria Republicana,Federal y Democrática se desarrollaron los institutos deciencias y artes y las escuelas normales, en competenciacon los seminarios y desde entonces estas institucioneshan tenido a su cargo la delicada misión de recibir, per-feccionar, robustecer y transmitir la filosofía y la doctrinadel estado democrático y la esencia de la cultura, al ladode los más altos valores históricos.

El liberalismo se propone además de la conquista de laslibertades, lograr la igualdad y la justicia, relacionadascon la distribución de la riqueza y de los bienes materia-les, culturales o intelectuales, que la propia sociedadcrea.

Casi todo el siglo pasado y parte del presente, la Naciónorientó sus pasos hacia la búsqueda de su proyecto his-tórico y de su identidad nacional; las escuelas normales,hijas del liberalismo fueron las forjadoras de los cuadrosintelectuales y ciudadanos activos que protagonizaronlas luchas por su emancipación social y su progreso, enla justicia y en la democracia.

Cuando la República define su primer proyecto históricorepublicano, pone en marcha un sistema educativo na-cional capaz de llevar la doctrina fundamental del estado,lo mejor de la cultura y los más altos valores a todos losrincones del país, a través de los maestros que se for-man en sus escuelas normales.

El normalismo, en el nuevo estado republicano corre pa-ralelo en contenido ideológico y en responsabilidad so-cial con los grandes parteaguas, en el período de la so-ciedad inestable mexicana (1824 - 1867). Se advierte queel normalismo es una corriente y un movimiento culturaldestinado a cubrir las funciones de recepción, selección,reelaboración y transmisión del legado cultural, productode nuestra historia y de las grandes aportaciones univer-sales: es por definición, el medio y el instrumento paracumplir la justicia social y el principio de igualdad en elpiano de la cultura, del saber y de la capacidad paratransformar a la sociedad. Por esto en 1822 se contrata ala compañía inglesa “Lancasteriana”, quien se hace cargode la educación elemental y de la formación de los maes-tros para lo cual funda en ese mismo año la primera Es-cuela Normal de Maestros y en 1824 y 1825 la de Oaxa-ca y Zacatecas respectivamente.

Se llega a la segunda gran definición del proyecto históri-co de la Nación Mexicana, al reestablecimiento de la Re-pública y a las primeras etapas de los gobiernos de hoy.La definición del estado liberal, conlleva como efecto na-tural e indispensable la definición del normalismo, en elcual se hacen presentes las tres vertientes que lo signifi-can; la responsabilidad para dar continuidad al procesode desarrollo social, constituirse en el medio eficaz paracumplir los principios de equidad y justicia desde el pun-to de vista en que se advierte que es del dominio másamplio del saber, de las técnicas para transformar a lanaturaleza y producir bienes necesarios para satisfacerlas necesidades materiales y del desarrollo de las capaci-dades para comprender, asumir y recrear bienes intelec-

tuales y estéticos para la satisfacción de necesidades es-pirituales.

Con el ideario y la doctrina del Nuevo Estado Liberal, Re-publicano, Federal y Democrático, se precisa la necesi-dad de que el maestro mexicano asuma el compromisode transmitir y defender los objetivos, los valores y lascaracterísticas del proyecto histórico de la nueva NaciónMexicana, lo. que le convierte en su portaestandarte y co-mo consecuencia de esto, la impulsa en una tercera ver-tiente hacia la solidaridad con el pueblo en general y es-pecialmente con las clases más castigadas en la estruc-tura social, orientarlas y prepararlas hacia su desarrollo ypor consecuencia, su progreso económico, material ycultural; de este modo, el maestro se compromete conlas más sentidas causas populares y adquiere su profun-do sentido de servicio social.

Para formar a los maestros que la sociedad republicanafederal y democrática ha de requerir, se revisó la acciónde la Escuela Lancasteriana y el ilustre educador DonAntonio P. Castilla, encontró en 1868 que ésta ya no res-ponde al ideario y la doctrina del Estado Mexicano y tam-poco ha sabido incorporar los avances de la Ciencia Psi-cológica y Pedagógica que en España ha cobrado augea partir de la reforma del último cuarto del Siglo XVIII.

Entre 1867 con las Leyes de Juárez y 1882, se promuevela organización y estructuración de la Escuela Elementaly Secundaria de México, que incluye la creación de la Es-cuela Nacional Preparatoria y como resultado de este

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gran esfuerzo en 1882 se reúnen los intelectuales y loseducadores del país en el Congreso Higiénico Pedagógi-co para revisar y reorientar a la educación nacional.

Como resultado de este congreso surge en 1883 la Es-cuela Modelo de Orizaba dirigida por Enrique Laubschery enseguida la Academia de Profesores que dirige Enri-que C. Rébsamen y que funcionó en 1884. El Presidentede la República encargó a Ignacio Manuel Altamirano larevisión de los programas y planes de las Escuelas Nor-males de Inglaterra, Bélgica, Holanda y Francia en tantoel General José de Luz Enríquez, Gobernador de Vera-cruz, encargó un proyecto semejante a Enrique C. Réb-samen, ambos cumplen con el proyecto encargado. Endiciembre de 1885, se pone en marcha la Escuela Nor-mal de Xalapa, Ver.; en febrero de 1886 la Escuela Nor-mal de México y poco después, la Escuela Normal deSeñoritas, con lo que se inicia el movimiento reconocidocomo “Movimiento Normalista Mexicano” cuyo objetivoes dar unidad cultural básica al país por medio de la uni-dad doctrinaria e ideológica en la formación de los maes-tros; las escuelas normales del liberalismo cubrieron todoel territorio nacional y fueron las formadoras de las gene-raciones que habían de dirigir y realizar la revolución de1910-1917.

El tercer parteaguas histórico del proceso social de Méxi-co lo constituye la redefinición y precisión definitiva de suproyecto histórico y su aplicación a partir de la NuevaConstitución de 1917, en el lapso que comprende los go-biernos de Obregón a Cárdenas, que cumplen la históri-

ca responsabilidad de fundar e impulsar las institucionesdestinadas a soportar los esfuerzos para aproximarse almodelo de nación propuesta por el constituyente.

Grandes esfuerzos se han realizado en nuestro país paraplanear y sistematizar la formación de los maestros, estalucha ha requerido la afirmación de la ideología nacionaly el desenvolvimiento del sistema educativo en sus distin-tas épocas. La tarea fue ardua en sus inicios por la esca-sez financiera en que el país se encontraba. A pesar dediversos empeños precursores, sólo a partir del Presi-dente Juárez esta obra, como muchas otras de la vidainstitucional del país, comenzó a adquirir auténtica di-mensión.

En los debates del constituyente de 1917, se advierte lapreocupación de configurar nuestra nacionalidad a tra-vés de la obra educativa, conforme a los principios libera-les, sociales y nacionalistas sustentados por el movimien-to revolucionario. Con el tiempo y a través de sucesivasdefiniciones que enriquecieron el texto inicial de nuestraCarta Magna, se estableció que tanto la educación pri-maria, como la secundaria, por su carácter básico, asícomo la educación normal, estuvieran guiadas por unadoctrina de cuyo contenido fuera garante el Estado, paraasegurar en un futuro la congruencia de los grandes pro-pósitos nacionales.

La sociedad mexicana ha reconocido el esfuerzo de susmaestros y a partir de los años 30 y 40 del Siglo XIX, ca-

da estado y a veces cada ciudad de la República destina-

ban un día para rendirle homenaje y hacerle un reconoci-miento especial a todos aquellos que más se destacabanpor su entrega y devoción en el servicio.

En 1917, dos diputados recogieron la idea de esta tradi-ción y plantearon el que este reconocimiento tuviera unasignificación nacional. Para esto buscaron en las páginasdel calendario cívico y encontraron con que la fecha mássignificativa por la extracción liberal y republicana del ma-gisterio nacional podría ser cualquiera en la que se con-memorara la rendición de los ejércitos imperialistas deMaximiliano y por consecuencia, de la Restauración de laRepública; para ello propusieron el 15 de mayo en un do-cumento también significativamente presentado el 27 deseptiembre “Día de la Consumación de la Independen-cia”, por los diputados Benito Ramírez y Enrique ViezcaLobatón, y expedido el 21 de noviembre del propio año.

En el año de 1950, fue establecida la presea “Ignacio Ma-nuel Altamirano” que se entregó a los maestros con 50años de servicio o más, por el gobierno del PresidenteMiguel Alemán y en el año de 1962, se creó la presea ymedalla profesor “Rafael Ramírez”, para los maestros quecumplen 30 años de servicio.

A partir de 1993 el reconocimiento “Ignacio Manuel Alta-mirano” se entregó también a quienes obtienen los másaltos lugares en la puntuación de cada entidad federati-va, en las evaluaciones que se practican en el marco dela carrera magisterial, programa de estímulos y ascensoseconómicos establecido conjuntamente por el Presidente

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Carlos Salinas de Gortari y el Sindicato Nacional de Tra-bajadores de la Educación.

Con procesos de cambio, que responden a la realidadsocial y al interés de encontrar vías y medios eficientespara resolver los retos planteados, respecto de las liber-tades, Ia justicia social y la democracia, se emprendenacciones como la Escuela Socialista, cuyo énfasis estápuesto en la búsqueda del proceso de las comunidadesmás atrasadas y en el avance hacia la justicia social, elsocialismo cooperativista del Estado Mexicano, asumidocon pasión por el maestro. Una mediana y alta oficialidadde la educación formada en las Escuelas Normales, diri-ge a un ejército de educadores improvisados hacia lasmetas planteadas por este enfoque del estado paraconstruir por encima de los linchamientos, asesinatos yviolaciones a las maestras, caídos bajo las acechanzasde la reacción ideológica, el gran movimiento de la “Es-cuela Rural Mexicana”, y levantar el sistema constituidopor las escuelas normales rurales, las centrales agrícolasen el campo y las escuelas normales urbanas, que con-juntamente promueven el progreso de las áreas rurales,en las ciudades, con una clara inclinación hacia los sec-tores más desprotegidos.

En este proceso, agudiza el maestro su función comoinstrumento de justicia y de servicio social que hoy lo ca-racteriza. La inercia de este movimiento condujo a con-‘solidar las instituciones de educación normal, a buscar ya intentar cambios estructurales y técnicas académicasque le permitieron mantenerse al día y sostener una efi-

ciente capacidad de respuesta frente a los requerimien-tos que ha venido planteando el proceso, cada vez másdinámico de nuestra sociedad. Crecieron las institucio-nes, se mejoraron los servicios y los maestros cumplie-ron su compromiso como pilares del desarrollo y de laestructuración de la actual sociedad mexicana.

Serios obstáculos tuvieron que vencerse para lograr, quelos criterios básicos de la formación de los maestros seunificaran y para que sus directrices técnico-pedagógi-cas y los programas de enseñanza; tuvieran un funda-mento de homogeneidad que sirviera a este propósito,sin perjuicios de las adaptaciones y peculiaridades queimpone la realidad regional.

Después de la creación del Departamento de EducaciónNormal con Vasconcelos, la Oficina de Escuelas Norma-les Rurales y de la fundación de la Dirección General deEducación Normal, por Torres Bodet, en 1945, para lo-grar la unidad esencial en la formación de maestros mo-vido por intereses políticos y la penetración de sectoresreaccionarios, muchos gobiernos de los estados, se re-sistieron a participar en este esfuerzo de unidad mantu-vieron sus escuelas normales estatales e incorporadas alos estados, en un círculo cerrado e impenetrable a lasorientaciones, aportaciones y supervisión de la Secreta-ría de Educación Pública que siempre ha tenido y hoy hafortalecido la facultad que le corresponde como rectora,normadora y supervisora del sistema educativo nacional,especialmente de la educación preescolar, primaria, se-cundaria y normal.

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En 1969 se inició la consolidación de coordinación, orien-tación y supervisión de la educación normal: federal y es-tatal, incorporada a la federación a estados, cuando enlos Congresos de Educación Normal de 1969 y en lasjuntas nacionales del Consejo Nacional Técnico de laEducación de los años 1970 y 1980, concurrieron a parti-cipar todo este tipo de instituciones, se creó la Universi-dad Pedagógica Nacional, como institución de excelen-cia en la formación de maestros y a fines de los años70s el burocratismo y las desviaciones doctrinarias pare-cieron sumir al normalismo en un letargo que podría oca-sionar su extinción, las causas, temor a su vocación re-volucionaria combativa y de servicio social, sobre pro-ducción en profesiones liberales que buscan como cam-po colateral la tarea docente y sobre todo, el riesgo deri-vado del hecho de que los normalistas provienen de lasclases sociales más castigadas y por ello asumían confervor la defensa de su clase y la búsqueda de la igual-dad y la justicia social; todo esto condujo al abandono yse reflejó en salarios, planes de estudio, tesis pedagógi-cas sofisticadas. Mientras tanto en el escenario social sereitera con insistencia que el maestro era por excelencia,el factor del cambio cultural, el protagonista y elementoindispensable de cualquier esfuerzo o programa de edu-c a c i ó n .

Actualmente la Secretaría de Educación Pública asume ymantiene la rectoría del sistema educativo nacional, ga-rantiza que éste continúe como instrumento para lograrque la formación del maestro mexicano constituya el fac-tor de desarrollo de la cultura y de los proyectos nacio-nales y por lo tanto de la identidad del mexicano, no su-

prime la unidad monolítica o uniformidad cultural mecáni-ca y trata que el mexicano adopte valores históricos se-mejantes, tenga conciencia de nación y patria, sin prejui-cio de respeto a las expresiones y modalidades regiona-les de la cultura.

En el marco del federalismo renovado, la Secretaría deEducación Pública para evitar la catástrofe, el desmoro-namiento y la atomización del sistema educativo nacio-nal, debe tomar a su cargo la orientación general del sis-tema educativo, asistir y asesorar a las autoridades decada entidad federativa sin imposiciones o autoritarismo,en la búsqueda de la mejor organización y operatividaddel sistema estatal, sobre todo cuidar que se apliquenefectivamente los instrumentos, los apoyos y los recur-sos adecuados para cada entidad. La normatividad com-prende los aspectos mencionados y son de carácter inte-gral los procedimientos de promoción y de control esco-lar que facilita la permeabilidad del sistema en todos losniveles educativos.

La Rectoría de la Secretaría de Educación Pública incluyela supervisión de los sistemas estatales como servicio deorientación, apoyo y ayuda. Dicha rectoría de la SEP enlos niveles que constituyen el federalismo, se define yprecisa con toda claridad en el marco de la actual LeyGeneral de Educación expedida en el presente año.

El normalismo que es la corriente ideológica profesionalen que se forma al maestro mexicano, surge de la actituddel hombre culto para prestar su concurso en la tarea de

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formar a las nuevas generaciones bajo el compromiso deasumir, como suya, y obligarse a defender la doctrina delestado, y el proyecto integral contenido en la Constitu-ción vigente.

El normalismo con la educación universitaria y con laeducación técnica, constituyen los pilares del sistemaeducativo nacional donde el normalismo representa uncompromiso con la cultura del pueblo y con la doctrinadel estado mexicano; como garantía que en el marco deesta doctrina se formarán nuevas generaciones, el libera-lismo mexicano creó entre los años 1870 a 1890 las insti-tuciones encargadas de preparar a los profesores nor-malistas, que expidieron leyes para reglamentar su ca-rácter laico, gratuito y obligatorio. Se legalizó de maneraque los profesionales de la educación primaria, secunda-ria y normal, para ejercer esta profesión están obligadosa comprobar su preparación mediante el título legalmen-te expedido y la cédula de profesiones respectiva, con locual se precisa su campo de acción.

El normalismo mexicano es tambien un movimiento so-cial, idelógico, intelectual que se va configurando en di-versas épocas de la historia y que de acuerdo con cadauna de ellas adquieren características diferentes y ade-cuadas a la época, pero sin perder los rasgos que lo dis-tinguen y que nutren su conceptualización y la filosofíaque lo inspira.

A partir del normalismo, el maestro mexicano asume laresponsabilidad de seleccionar los contenidos de la cul-

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tura que es preciso interpretar, perfeccionar y transmitir,para que la sociedad mantenga un camino firme hacia suprogreso. El normalismo considera como tarea primor-dial, colaborar en la comunidad y para la comunidad, conel objeto de que el hombre resuelva mejor sus problemasde subsistencia y alcance gradualmente mejores condi-ciones de vida. El maestro asume la función de participaren estas tareas, con un concepto claro de la misión quedesempeña y que hace suya con emoción y vocación deservicio, con el soporte del dominio de los elementosdoctrinarios y culturales que la tarea exige.

El buen éxito en la formación del maestro normalista parasatisfacer la educación básica del siglo XXI (preescolar,primaria, secundaria, especial, física, tecnológica y artísti-ca), es producto de las aptitudes personales que ya po-see al ingresar a la normal. La normal encauzará profe-sionalmente las cualidades esenciales con que ingresaráa ella; la selección de los alumnos requerirá una mayoratención.

La habilidad para enseñar, la amplitud de criterio parajuzgar las ideas de los demás, el sentimiento en favor dela comunidad, el tacto para dirigir el criterio científico paraentender los hechos y fenómenos de la naturaleza y lasociedad, el espíritu de legalidad y de justicia; la alegríade vivir, la ética y la mística profesionales serán entreotros, algunos atributos que las escuelas normales debe-rán encauzar.

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La formación profesional en las escuelas normales debedarse en un ambiente material y humano adecuado parael estudio y et trabajo colocando al estudiante frente a larealidad del grupo escolar y de la comunidad.

Las escuelas normales deberán ser estimulantes y atrac-tivas, lo cual permite que se desarrollen con facilidad yéxito los planes, los programas y los procedimientos deenseñanza. Para que los normalistas encuentren su vo-cación y tengan contacto frecuente con los niños, ado-lescentes y jóvenes y así aprendan a conocerlos, querer-los, tratarlos e identificarse con ellos.

El,. grupo escolar será el mejor laboratorio para los jóve-nes que abracen la carrera de profesor normalista, en elque se pondrán a prueba los conocimientos pedagógi-cos, las aptitudes, los hábitos y las actitudes personales.

La profesión de maestro normalista es eminentemente decarácter social, por lo que será imprescindible que el fu-turo educador, durante el proceso’ de su formación seaproxime a los problemas, las necesidades, los interesesy las tradiciones de las comunidades, solo mediante elcontacto con ‘el pueblo podrá el estudiante de la’ normalalcanzar su cabal configuración social.

Para lograr el objetivo de formar profesores de educa-ción básica más eficientes, será indispensable convenceral estudiante, normalista de que la profesión elegida exigede *ellos una preparación científica sólida, responsabili-

dad en el cumplimiento de sus obligaciones, aptitud derenovación pedagógica y comportamiento ejemplar.

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Consejo Nacional Técnico de la EducaciónSerie Foro Pedagógico

1.- La Universidad Pedagógica Nacional en la Forma-ción, Actualización y Superación Profesional delMaestroEduardo Maliachi y Velasco

2.- Función Social del Maestro de Educación BásicaBenjamín Fuentes González

3.- Pedagogía EsencialHumberto Jerez Talavera

4.- Desarrollo Histórico de la Formación del MaestroMexicanoVíctor Hugo Bolaños Martínez

La edición estuvo a cargo de la Dirección de Investigación delConsejo Nacional Técnico de la Educación.

Esta primera edición de Desarrollo Histórico de la Formación delMaestro Mexicano, consta de 1000 ejemplares y se terminó de imprimiren el mes de diciembre de 1996, en el Departamento de Reproducciones

Gráficas de la SEP, Mariano Azuela 197, Col. Santa María la Ribera06400 México, D.F.