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BORRADOR PONENCIA

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BORRADOR PONENCIA

2 MODELO SOCIAL Y ENTORNO

EQUIPO DE LA PONENCIA

Azahara Bustos – FEAPS. Confederación

Begoña Corrales – FEPROAMI Cádiz

Ignacio Loza – APDEMA. Álava

Javier Albor – FEAPS . Confederación

José Carlos Eiriz – VENTALL. Cataluña

Juan Antonio Sacaluga – PAUTA. Madrid

Mª Luisa Santiago – MINUSCA. Cantabria

Mayca González – FEAPS Ppdo. de Asturias

Miguel Pantín – NTRA. SRA. DE CHAMORRO. A Coruña

Rosana Navarro – ASMISAS. Valencia

OBSERVACIONES

En el capítulo sobre el Modelo Social se incluía inicialmente un apartado en el que se detallaban las características de los cuatro modelos sociales detectados en Europa. Debido a su extensión, la ponencia se alargaba el exceso. Pero como considerábamos que el epígrafe contenía valiosa información para trabajos de desarrollo posteriores, decidimos finalmente incluirlo como Anexo.

3 MODELO SOCIAL Y ENTORNO

ÍNDICE

CONSIDERACIONES PREVIAS

EL MODELO SOCIAL

LAS ESTRATEGIAS DE FEAPS EN POLÍTICA SOCIAL

LA GESTIÓN DEL ENTORNO POLÍTICO Y SOCIAL

ORGANIZACIONES Y RECURSOS

PROPUESTAS DE FUTURO

ANEXOS

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MODELO SOCIAL Y ENTORNO

CONSIDERACIONES PREVIAS

I.- El Debate sobre el Modelo Social en FEAPS: Evolución y dificultades

De lo poco que hemos avanzado en la discusión sobre los modelos sociales. La verdad es que, desde el foro de Oviedo para acá y han pasado dos años, apenas hemos avanzado en lo que allí afirmamos sobre este asunto. ¿Ha estado parada la organización? No. Hemos dado importantes pasos en los modelos de calidad, en la definición de carteras de servicios, hemos iniciado el camino de la Responsabilidad Social Corporativa, planeado un modelo de personas que va más allá de las relaciones laborales etc. Casi nada en el asunto de los modelos sociales. Un poquito más en algunos posicionamientos urgentes: los relacionados con la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia sobre todo. ¿Dónde reside la dificultad que nos frena para abordar el asunto de los modelos sociales?

De las dificultades que tenemos para trabajar en una estrategia sobre los modelos sociales. Hablar de modelos sociales no nos resulta ni fácil ni cómodo, tal vez por eso hemos ido dejando pasar el tiempo. Reflexionar sobre modelos sociales tiene sus consecuencias, y sus riesgos. Apostar por un modelo social significa hacerlo por una forma de entender la sociedad, que nunca es neutra, que evidentemente se opone a otros que piensan otra forma de organizarse en sociedad. Es una apuesta ideológica. Decidirse por un modelo social es, finalmente, decidirse por un proyecto ideológico sobre cómo queremos que la sociedad sea. Y eso ni puede ni debe perjudicar el claro principio de que FEAPS es y debe seguir siendo una organización independiente políticamente. O, si se prefiere, apartidista.

II.- Ideología, Política y Modelo Social

La primera razón por la que nos asusta acometer el trabajo sobre modelos sociales es porque tenemos miedo de que FEAPS se politice. No debemos confundir ideología con partidismo. Los partidos políticos son organizaciones de personas que comparten la misma ideología, y cuya

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finalidad es puramente instrumental: alcanzar el gobierno del Estado y su aparato administrativo a fin de avanzar, mediante un programa político, en la materialización de esos principios y creencias. Cuando decimos que una organización está politizada queremos decir que ha acabado siendo un instrumento más de las estrategias de un partido político, para alcanzar la estructura del Estado, para gobernar evidentemente.

¿Puede existir ideología en las organizaciones sociales sin que sean partidistas? Afirmamos que sí. Pero también afirmamos que no existe en el mundo ninguna organización que no tenga una ideología, FEAPS no es una excepción. Otro asunto es que no sea explicita o que la suya se identifique más o menos con la ideología de éste o de aquél partido político.

FEAPS debe aspirar a ser un movimiento social en el que se explicite y racionalice el pensamiento ideológico que orienta nuestra forma de actual. Y debemos darlo a conocer con transparencia a la sociedad en su conjunto, los partidos políticos, agentes sociales y a los poderes públicos. Finalmente, una organización en la que, por qué no, puedan convivir personas con ideologías diferentes que, buscando el cumplimiento de la misma misión, aspiren a verbalizar la forma en que esta misión se debe materializar, de acuerdo a sus idearios, y su forma de entender el mundo y las relaciones sociales.

La discapacidad intelectual no es un fenómeno natural. Las soluciones son de naturaleza ideológica y tienen que ver con los modelos sociales. FEAPS, al menos en su origen, fue un movimiento de familias unidas por un mismo común denominador: la búsqueda de soluciones colectivas y solidarias a las necesidades y apoyos que requiere uno de sus de sus miembros en razón a la discapacidad intelectual. Por de perogrullo que parezca. Es necesario subrayar que la discapacidad intelectual de un miembro de la familia no tiene que ver con la ideología.

Con claridad: “no por ser más conservador o más progresista, más de derechas o más de izquierdas aumenta o disminuye la probabilidad de tener un hijo con discapacidad intelectual.” Están las causas epidemiológicas, pero lo cierto es que el hecho de tener un hijo o un hermano con discapacidad intelectual es una cuestión de azar, atribuible a causas naturales o a otras, de distinta condición por ejemplo genéticas, pero en ningún caso atribuible a la ideología que se tenga. Pero las soluciones a los problemas y a la falta de recursos, personales, familiares y de todo tipo, que conlleva la discapacidad intelectual es una cuestión eminentemente política-ideológica. Hay diferentes alternativas a nuestras

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peticiones y reivindicaciones, diferentes según concibamos la sociedad y sus relaciones (los modelos sociales) y según decidamos distribuir (para la discapacidad y para el resto de la sociedad) los recursos económicos de los que el país dispone. Hay quién preferirá gastar en carreteras para facilitar la circulación de bienes y servicios y crear riqueza; hay quién optará por invertir en protección social para aumentar directamente el bienestar de los ciudadanos; en cualquier caso, hay que elegir. Por tener un hijo con discapacidad intelectual, que es un hecho azaroso, no se deja de tener unas ideas propias, un pensamiento propio, una manera de entender la forma de acometer el fenómeno de la discapacidad, que es diferente según la sociedad en la que vivamos (rural o urbana, industrializada o agrícola, pobre o rica) y conforme a las ideologías que cada cual tenga.

(En la historia de Europa encontramos momentos ideológicos tremendamente duros para con la discapacidad intelectual; piénsese, por ejemplo, en las ideologías y prácticas dominantes entre las dos grandes guerras mundiales, cuando lo más leve que le podía ocurrir a una persona con discapacidad intelectual era la esterilización o el encierro en un psiquiátrico; y compárese esa situación con la que disfrutamos ahora, en la que los derechos de las personas con discapacidad son reconocidos, y cada vez con más convicción).

Las sociedades no son neutras, hay modelos sociales que potencian ciertas propuestas que mejoran la vida de las personas con discapacidad intelectual y otros que son más tímidos o incluso frenan los avances.

Los riesgos de “abrir el melón” de los modelos sociales o la metáfora de la tempestad en la balsa de aceite. FEAPS no debe tener miedo al debate sobre el modelo social. Es indudable, tiene sus riesgos. El cambio de enfoque es importante. Hasta ahora, quizá para no caer en posturas partidistas, hemos hecho hincapié en lo que esencialmente nos une (el hecho azaroso de compartir un familiar con discapacidad intelectual) y hemos dejado de lado debatir sobre si el movimiento asociativo, la organización en su conjunto y los que formamos parte de ella tenemos el mismo enfoque ideológico sobre cómo afrontar los retos que la discapacidad nos plantea. Todos somos iguales, de FEAPS, porque todos tenemos un hijo/hermano con discapacidad, esto es el lo que nos une y hace de “hilo de Ariadna” que conecta nuestro pasado con nuestro futuro.

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Una aclaración: no por lejana a nuestro día a día deja de ser importante la cuestión de la ideología y los modelos sociales, o de cómo la mística sirve para fundar conventos.

Es probable que la organización no haya avanzado en este tema porque no forma parte de la agenda del día a día. Es probable que alguien piense que esto son cosas de los que no están en la atención directa, en el día a día de las asociaciones o de la lucha de cada familia por sacar a su hijo adelante. Corre la anécdota que cuando le preguntaron a uno de nuestros clásicos (Santa Teresa, San Juan de la Cruz) para qué servía la mística contestó que para fundar conventos; es decir, que lo abstracto, lo lejano tiene un impacto muy directo en el día a día de todos nosotros. ¿Acaso no lo tienen las cumbres del G-8? ¿No nos influyen directamente las lejanas decisiones que se toman, por ejemplo, en Bruselas?

Las grandes ideas mueven el mundo, también las grandes decisiones basadas en grandes ideas; es verdad. Debemos tener grandes ideas. Debemos tomar grandes decisiones. Debemos hacer el esfuerzo de pensar en el día a día, pero también en todo lo que rodea ese día a día. Cuando alguien dice, con pretensión ideológica, que es necesaria una sociedad más justa o igualitaria (que es algo abstracto) puede ocurrir que, a continuación, se decida intervenir en la política de rentas y salarios y en los mecanismos que facilitan la igualdad de oportunidades, incluso subiendo impuestos. Cuando alguien defiende que el Estado no debe estar tan presente en la vida de los individuos (pensamiento ideológico abstracto) puede que eso suponga que no se legisle sobre ciertos aspectos de la sociedad civil, o que determinados servicios públicos se privaticen, pasen a ser responsabilidad del mercado o de las organizaciones de caridad.

¿Y nosotros qué pensamos? Es importante saberlo, para poder organizar nuestra forma de actuar ante decisiones que los poderes públicos y la sociedad en su conjunto va tomando. Se trata de nuevo de saber qué ideología tenemos, por qué modelo social apostamos, para después decidir qué debemos hacer, cómo nos debemos mover. FEAPS necesita debatir y llegar a identificar cuál es su modelo de sociedad. El modelo social nos afecta en todas sus vertientes y tenemos que tener una postura clara para poder defender la vigencia y la materialización de nuestra visión como organización.

Proponemos avanzar en la búsqueda de un punto de vista común sobre el modo de entender la sociedad y cómo afrontar la discapacidad en sus diferentes dimensiones. Esto supone salir de la balsa “aideológica” de

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aceite en la que nos encontramos; tal vez hay que poner sobre la mesa, para debatirlas, diferentes visiones ideológicas de entender la sociedad y la discapacidad. ¿Hay que apostar por un modelo social? El equipo de la ponencia entiende que sí, que debemos iniciar este camino para acabar sabiendo hacia donde queremos caminar. Otros pueden pensar que es mejor ser ecléctico, es decir “picar de aquí y de allí”, escoger sin ningún tipo de principio, aquello que aparentemente es más atractivo de cada modelo. Desde la ponencia pensamos que esto no es posible, y solo sirve para volver al punto de vista inicial (el “adieológico”) dando un rodeo, diciendo que todo sirve y nada vale, o que todo vale y nada sirve. El riesgo es conocernos más, saber de las diferencias, lo que nos separa, poder hablar de ello… crear consenso desde la complejidad de gestionar opiniones diferentes y, ¿por qué no?, opuestas.

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EL MODELO SOCIAL

I. Concepto de Modelo social

El concepto de “modelo social” se pone de moda en los años 90 a raíz de la publicación de un libro del profesor sueco Goran Esping-Andersen y que se titula “Los tres mundos del bienestar”. Esta investigación trataba de responder a una pregunta aparentemente sencilla ¿todos los europeos nos organizamos de la misma manera, o no?; ¿Por qué en unos países las clases medias son más numerosas o más sólidas, y en otros no? ¿En qué se parecen y distinguen las políticas y los sistemas de protección social de los diferentes países? En términos más cercanos para nosotros, cuándo decimos que los suecos tienen más calidad de vida o viven mejor, ¿qué queremos decir?, ¿Qué significa que los españoles somos diferentes?

Los modelos sociales condicionan la orientación de las políticas públicas: las consecuencias prácticas son diferentes según el modelo social predominante en la sociedad concreta en la que vivimos.

II. Los Modelos Sociales actuales en Europa

Existe un cierto consenso en identificar cuatro modelos sociales: nórdico (el que existe en los países escandinavos y del participa muy ampliamente Holanda) anglosajón (el que se identifica en Estados Unidos, en Gran Bretaña y, en gran medida, en Irlanda), continental (el propio de la mayoría de países europeos occidentales), y mediterráneo (Italia, España, Portugal, Grecia).

Pero aún no hemos respondido a la pregunta: ¿por qué identificamos estos cuatro? ¿Qué les caracteriza? Simplificando las cosas, podemos decir que son cuatro formas diferentes de entender el papel del Estado en la regulación de las relaciones entre los individuos, el desempeño del mercado de trabajo como elemento determinante en la organización productiva de los individuos, la relación entre Estado y Mercado, la cohesión social, la fuente y la intensidad de la protección social (en unos casos, solo si se ha cotizado; en otros casos disponible en mayor o menor medida para todo el mundo, con independencia de la cotización), así como el papel que juegan el tercer sector y los agentes sociales.

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III. Los principales parámetros de un Modelo Social

Pero, en definitiva, ¿qué significan y qué consecuencias conllevan los modelos sociales? Pues que, según la sociedad en la que vivamos o aspiremos a vivir, encontraremos variaciones en al menos estos campos: 1. la regulación del mercado laboral. 2. La política de rentas y de salarios mínimos. 3. Las políticas de prestaciones sociales. 4. La fuente de la protección social y la intensidad protectora. 5. La forma de financiar el sistema de protección social y de rentas: la fiscalidad. 6. El papel del tercer sector, del estado y del mercado en la definición y distribución de la protección social. Si nos damos cuenta, son cuestiones todas ellas que forman parte del día a día de nuestras asociaciones, de nuestro movimiento asociativo. Por eso es importante. Veámoslo, campo a campo.

1. Mercado laboral más o menos flexible, más o menos protección para los trabajadores con discapacidad. 2. Renta mínima garantizada para todos,¿sí o no? 3. ¿Prestaciones-servicios o Cheque-servicios? 4. ¿Sistemas de protección diferentes, según se haya o no cotizado, o iguales? ¿Acceso universal a los servicios sociales, o restringido? 5. ¿Más impuestos o refuerzo del copago? 6. ¿El tercer sector una empresa más o un agente de cambio social?

Son ejemplos de cuestiones que nos afectan directamente, que afectan a la persona con discapacidad intelectual y sobre las que en FEAPS deberíamos avanzar hacia posturas más claras.

Una visión crítica de España. España no es un país pobre. Cuando se nos dice que no hay presupuesto, que no hay partidas, que no hay dinero, es en muchos casos más una cuestión de voluntad política que de disponibilidad de fondos (baste ver el más que superlativo apoyo en recursos financieros del Estado a las entidades bancarias o, en más de una ocasión, a las grandes empresas multinacionales). Cuando las administraciones no aportan la solución adecuada para, por ejemplo, una plaza de atención temprana, la contratación de un profesional, etc. no es porque nuestro país carezca de recursos. Tenemos una renta por habitante que es (datos de EUROSTAT) un 3,9 superior a la media europea. Nuestro PIB se sitúa por encima del 90% de la media comunitaria. España es la octava potencia mundial. Nuestra presencia en las cumbres del G-20 sin duda conlleva formar parte del club de los países con más capacidad de decisión en el mundo. Pero estamos a la cola de Europa en inversión en protección social.

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El debate no debería consistir en si el país tiene que invertir más en jóvenes y menos en ancianos, o más en discapacidad y menos en subsidio de desempleo, sino en si los fondos públicos deben invertirse en ampliar el subdesarrollado Estado de bienestar o en apoyos a grupos económicos poderosos, o en practicar políticas fiscales regresivas que benefician a los sectores más pudientes de nuestra población.

Algunas cifras para recordar (y llorar): La UE-27 destina, en promedio, un 27,2% de su PIB a protección social. Es verdad que hay enormes diferencias entre los países de la Unión, ya que las cifras superan el 30% sobre el PIB en Suecia, Francia y Dinamarca y bajan hasta casi el 12% en Estonia y Letonia. España tiene un nivel comparativamente bajo en protección social, ya que supone solo el 20,8% sobre el PIB y un 78% de la media europea per cápita. Pero lo más importante es lo que ha pasado desde el año 2001 (recordemos cuando la economía iba razonablemente bien) Mientras que en el área del euro los recursos destinados a Protección Social han pasado de representar el 26,7% en el año 2000 al 27,5% en 2006 -lo que supone un avance de ocho décimas-, en España ha evolucionado en el mismo periodo desde el 20,3% al 20,9%, es decir, un progreso de tan sólo seis décimas. Lo relevante de esta evolución es que España no ha sido capaz de acercarse a la media de la eurozona en términos de protección social ni siquiera en los momentos más brillantes de la economía en muchos decenios. Durante este sexenio (2000-2006) la economía creció entre un mínimo del 2,7% en el año 2002 y el 5% en 2000. La falta de correspondencia entre crecimiento económico e incremento de recursos destinados a protección social afecta a todas las categorías, salvo al desempleo, en el que España gasta más dinero que la media de la zona euro. En salud, la distancia es de 1,3 puntos (7,7% del PIB frente al 6,4%); en discapacidad, la brecha es de dos décimas (1,7% frente al 1,5%), y de nada menos que de un punto en protección a las familias y los hijos (un 2,2% en Europa frente al 1,2% español). Tan sólo en la protección de los desempleados, como se ha dicho, España gasta más (un 2,6% frente al 1,7%).

Podemos pensar que se trata de décimas, pero conviene recordar que una décima de PIB equivale aproximadamente a mil millones de euros. España se encuentra a años luz en cuanto al esfuerzo en protección social que correspondería a su potencial económico (incluso en el actual momento de recesión), y esto afecta directamente a los recursos y apoyos de las personas con discapacidad intelectual y de sus familias. ¿No es para llorar?

IV. La utilidad del debate sobre el Modelo Social

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Debemos ser muy conscientes de que modelo (y crecimiento) socioeconómico y protección social van de la mano, están íntimamente unidos, a los que debemos añadir una tercera pata, la cohesión social (la metodología que se utiliza para el dialogo social y el modo de equilibrar la presencia de la sociedad civil en las relaciones entre el Estado y el Mercado). De esta forma, vemos que las cuestiones cotidianas que más directamente nos afectan como familias y como organizaciones de familias de personas con discapacidad intelectual tienen muchas veces explicaciones que desconocemos o esquivamos, a las que nuestro movimiento asociativo ha prestado poca atención y ante las que ha mantenido posiciones muy acomodaticias a la realidad tal y como nos venía o meramente reactivas a un problema muy concreto.

Creemos que es hora de prestar más atención a los asuntos relacionados con el modelo social. Prestar más atención a lo que ocurre en otros países y en otras sociedades que responden a modelos sociales con mayor bienestar, al papel que en ellos juega el tercer sector y al modo concreto en que se abordan las cuestiones de la discapacidad y la protección social. En FEAPS debemos iniciar el camino de la racionalización del modelo social que mejor conecte con nuestros modelos de calidad de vida y con nuestra propia visión de futuro. Debemos ocuparnos de analizar la realidad social más allá de los asuntos cotidianos relacionados estrictamente con la discapacidad intelectual. Porque, como ya decíamos en el Foro de Oviedo (año 2005), nos afectan muy directamente.

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LAS ESTRATEGIAS DE FEAPS EN POLÍTICA SOCIAL

¿Cuáles son las políticas sociales, las políticas que conforman un Modelo Social, sobre las que creemos que FEAPS debe tener posiciones claras? El equipo que elabora la ponencia identifica las siguientes: Modelo de relaciones laborales. Política de rentas. Política fiscal. Protección Social. Modelo de mercado en la provisión de servicios sociales. Políticas de apoyo a las familias. Políticas sobre la discapacidad. Papel del tercer sector en el modelo de sociedad.

I. El Mercado Laboral

¿Tenemos que decir algo sobre las relaciones laborales? Es pertinente que FEAPS se posicione acerca de las modalidades de contratos, la precariedad en el empleo y, al mismo tiempo, la rigidez del mercado laboral cuando se adquiere un contrato fijo. Debemos debatir y dejar claro nuestro pensamiento. Este asunto está íntimamente relacionado con la provisión de servicios a las personas con discapacidad intelectual. Recordemos que los principales apoyos a la discapacidad intelectual son personales (de media el 80% de los presupuestos de cualquiera de nuestros centros se van en nóminas). Considerando nuestra razón de ser como movimiento asociativo, ¿estamos a favor de la flexibilidad o de la rigidez en el mercado laboral, del abaratamiento o no del despido? Es decir, de que los trabajadores de nuestros centros y servicios tengan más o menos “blindado” el empleo. ¿Cómo afecta a la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual la mayor o menor seguridad en la relación contractual de su personal de apoyo? Y, adicionalmente, ¿cómo afecta el modelo de relaciones laborales al empleo de las personas con discapacidad intelectual? Pensamos que no existe un modelo claro y compartido de empleo para la persona con discapacidad intelectual, ni lo tenemos nosotros, ni las administraciones públicas, y menos el tejido empresarial o los agentes sociales. Lo que supone que, en ocasiones, se produzcan fricciones a la hora de abordar la inserción laboral de la persona con discapacidad intelectual, inserción laboral, que está íntimamente ligada con el marco general de las relaciones laborales.

El equipo de esta ponencia vería muy contradictorio el que apostemos por un modelo proteccionista de relaciones contractuales para las personas con discapacidad y muy flexible para el resto de personas. Cuando se habla de diversificar y flexibilizar los modelos de contratación, cuando se

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habla de abaratar o no el despido, se está hablando también de nuestros trabajadores y de los trabajadores con discapacidad intelectual. Pensamos que el movimiento asociativo en su conjunto debe y tiene que decir algo al respecto. Esta cuestión no nos es ajena.

II. Las Rentas

La política de rentas hace referencia a los mecanismos que el Estado puede utilizar para regular las rentas de sus ciudadanos. El índice Gini (un índice estadístico) mide precisamente hasta qué punto las rentas de un país están concentradas en unos pocos (sociedades muy desiguales) o repartidas entre muchos (sociedades más iguales). El índice va de 0 a 1 (cuanto más cerca esté del 0, mayor igualdad social; cuando más se aproxime al 1, más desigualdad). En el 2007 España puntaba con 0,32. Suecia con 0,23. España sigue su penosa andadura. Tenemos muchos mileuristas (jóvenes, personas con discapacidad intelectual), algunos que cuadriplican los ingresos medios y unos pocos “que se salen”. Con la política de rentas se reduce la desigualdad o se aumenta. Existen distintos tipos de políticas de rentas:

- Las políticas de rentas “voluntarias” (el Gobierno busca una cooperación entre sindicatos y empresarios para limitar los aumentos de los salarios y de los precios).

- Las políticas de rentas “impuesta” (el gobierno hace uso de las leyes o normas administrativas con el fin de establecer reglas de obligado cumplimiento que se refieren a las variaciones de precios y salarios). - El “contrato social” (supone un acuerdo entre los sindicatos y el Gobierno por el que los primeros aceptan moderar sus reivindicaciones salariales, mientras que el Gobierno, en contrapartida, ofrece determinadas mejoras en política social e industrial, tales como pensiones más altas, un sistema fiscal más progresivo, sensibles avances en el equipamiento e infraestructuras sociales, etc.

¿Nos afectan las políticas de rentas? Sí, y nos afectan doblemente: por un lado, en los salarios e ingresos que reciben las personas con discapacidad intelectual, trabajen o no; por otro lado, en el impacto en la masa salarial del conjunto de nuestros trabajadores.

Es el momento, a partir del debate sobre el modelo social, de definir claramente nuestro posicionamiento ideológico (evidentemente con

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consecuencias prácticas) en asuntos tales como la equiparación de nuestros trabajadores con el sector público, (que es un asunto de política de rentas) o el propio salario de los trabajadores con discapacidad intelectual (que pueden estar discriminados en comparación con otros trabajadores del mismo sector de actividad). Desde un punto de vista más general, hay movimientos sociales que defienden la existencia de unos ingresos mínimos garantizados, la existencia de una renta básica universal como derecho de ciudadanía, superando el concepto de ayuda o de pensión (también para la persona con discapacidad intelectual) para pobres y excluidos, y apuestan por implantarlo como derecho cívico universalmente garantizado. En está ponencia creemos que debemos tener una postura clara y consecuente sobre este asunto y, en general, sobre las políticas de rentas de nuestro país y sus efectos en los profesionales de nuestros servicios sociales o en las personas con discapacidad intelectual que desempeñan un trabajo en un Centro Especial de Empleo (CEE) o en una empresa ordinaria.

III. La Fiscalidad

La falta de recursos económicos ha constituido un motivo permanente y razonable de preocupación en nuestro sector. Siempre hemos estado muy pendientes de los fondos públicos a los que ha tenido acceso nuestro sector. Nosotros nos especializamos en el “qué hay de lo mío”. Pero en los últimos años se nos habla de copago, de la necesidad de contribuir al sostenimiento económico de determinados servicios, los antiguos o los nuevos. Lo cierto es que no hay una postura clara. El debate del copago está íntimamente relacionado con la cantidad de financiación pública de los servicios y las prestaciones. Es un debate relacionado también con el papel del sector mercantil en la provisión de servicios sociales (iniciativa privada con ánimo de lucro sí o no). FEAPS aún no tiene una postura común y clara. Tras el debate del copago está, decimos, el debate de cómo se financia el estado del bienestar (los servicios que nuestras asociaciones prestan, las prestaciones técnicas y económicas, el sistema de apoyos a nuestros familiares con discapacidad).

El equipo redactor de esta ponencia piensa que es el momento de que en FEAPS tratemos de definir nuestra propuesta sobre el modelo de financiación de los servicios y, en general, del Estado de Bienestar. Ha pasado el tiempo de extender la mano y ver qué cae. ¿Estamos a favor del copago de los servicios? ¿Estamos a favor o en contra de la subida de impuestos para financiar el Estado de Bienestar? ¿Pensamos que es mejor una tasa especial a determinados productos para financiar la

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atención a la discapacidad? ¿Qué tratamiento fiscal debemos aplicar al patrimonio protegido? Son cuestiones que nos afectan directamente.

IV. La Protección Social

La protección social es “la madre del cordero”, una categoría del modelo social que debe ser coherente con el resto de variables. Hemos visto la paupérrima situación de España en lo que a protección social se refiere. A juicio del equipo de la ponencia, en la agenda político ideológica de FEAPS un elemento esencial de sus reivindicaciones, permanente, debe ser la reivindicación ante nuestros gobernantes de incrementar la inversión en políticas sociales y reducir el déficit social que arrastramos con respecto a la mayoría de los países europeos similares en potencial, hasta reducir y, si es posible, eliminar el actual diferencial entre el crecimiento del PIB y la inversión social. El Estado y las Comunidades Autónomas deben invertir más en protección social, sin que el gasto en desempleo (que evidentemente es un elemento muy importante de la política social) sirva para justificar la ausencia de inversión y de convergencia en políticas de discapacidad, igualdad, infancia, etc.

V. La Provisión de Servicios Sociales

Las organizaciones que formamos FEAPS somos entidades privadas que gestionan servicios de responsabilidad pública. Lo que significa que los servicios y prestaciones sociales y de apoyo a las personas con discapacidad constituye una responsabilidad de las administraciones públicas, no de la sociedad civil ni de la iniciativa privada. Por otro lado, oímos frecuentemente que el mercado de los servicios sociales avanza en España hacia un modelo en el que la administración se otorga el papel exclusivo de regulador y delega en la iniciativa privada y en el tercer sector buena parte de la gestión de los servicios y prestaciones; es lo que viene a llamarse un modelo mixto en la provisión de servicios sociales.

¿Aceptamos este modelo? Si lo hacemos, debemos tener en cuenta lo siguiente: que se pueda sacar un beneficio empresarial (afán de lucro) de la atención a la discapacidad, que la responsabilidad pública ya no es total sino que se limita a la regulación y al control, que aceptamos un mercado de los servicios sociales en el que el usuario del mismo puede elegir entre diferentes calidades y concepciones en la prestación y gestión de los apoyos. ¿Admitimos el principio mercantil de competencia en materia de servicios sociales? ¿Aceptamos que un usuario de nuestros centros

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prefiera ir a un tercero, de carácter mercantil?, Y, si ésa es su elección, ¿querremos y podremos ayudarle a elegir o lo seguiremos tratando como a un cliente cautivo? Pensamos que el movimiento en su conjunto debe posicionarse con claridad sobre eso que se viene a llamar “mercado mixto de servicios sociales”, porque tiene consecuencias que no nos son ajenas.

VI. El Apoyo a las Familias

La política española apoyo a las familias está basada en esquemas ideológicos anticuados que ya no se corresponden con la realidad. La familia convencional, consistente en el hombre como perceptor de renta y la mujer como cuidadora y ama de casa, se encuentra en un proceso de rápido declive, y los que antes se consideraban hogares atípicos están convirtiéndose hoy en habituales: personas solteras, familias monoparentales y parejas con dos empleos (con o sin hijos). La inestabilidad conyugal seguirá creciendo. Todo ello provoca una creciente polarización entre familias fuertes y débiles. En un 10% de familias, ninguno de los padres tiene un empleo. El 30% de hogares con madre sola viven en situación de pobreza. Lo que es más revelador aún, es que las familias jóvenes están soportando el empeoramiento de su situación económica. Además, la familia convencional es crecientemente vulnerable, debido a que el padre no puede seguir contando con un empleo seguro y bien retribuido. El empleo de la madre está convirtiéndose en una precondición para prevenir la pobreza. Todo ello se agrava cuando un miembro tiene discapacidad intelectual.

¿A las familias pertenecientes a FEAPS nos afectan las políticas generales relacionadas con la familia? El equipo redactor de esta ponencia considera que sí. Medidas imaginativas que faciliten el acceso al empleo de la mujer (que les permita salir del ciclo que va del cuidado de los padres al cuidado de los hijos con discapacidad) redundarán en una mayor riqueza para el país y en más calidad de vida para la propia familia. Hasta ahora nos hemos ocupado de la familia casi desde la “óptica terapéutica”, es decir en tanto en cuanto receptora de servicios sociales y apoyos porque tiene un hijo con discapacidad; pero nuestras familias se ven doblemente afectadas por la estrechísima política familiar (por serlo y por tener un miembro con discapacidad). Es el momento de estar muy pendiente de las políticas de apoyo a las familias (con o sin discapacidad), a la familia tradicional y a las nuevas formas familiares, cada vez más numerosas en el mundo FEAPS. El gran desafío de los políticos es modernizar el concepto de política familiar. La pasividad que actualmente

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le caracteriza merece que pueda ser considerada como una forma de “política antifamiliar”.

VII. La Discapacidad

En materia de concepción de la discapacidad y de los modelos de intervención y apoyo, FEAPS está muy por delante de la mayoría de las administraciones públicas, por no decir de todas. Debemos hacer una defensa mucho más política y clara de nuestra manera de concebir la atención a la discapacidad y sus apoyos. Hay, además, dos asuntos que tímidamente se están empezando a configurar, y son de carácter positivo, alentados en buena parte por la propia administración, pero bajo el impulso del Tercer Sector1. Uno hace referencia al enfoque socio sanitario en los modelos de atención a la discapacidad, es decir al abordaje de la discapacidad de forma integrada desde la perspectiva de la salud (en nuestro caso en particular, de la salud mental) y desde la perspectiva de los servicios sociales.

En FEAPS empezamos a hablar de salud mental, de programas para personas con discapacidad y trastornos mentales asociados, pero no nos hemos parado aún a reflexionar sobre esta cuestión, ni a valorar las implicaciones prácticas que tiene, tanto en su dimensión organizativa como en la conformación del modelo de apoyos. FEAPS debe comprometerse activamente en la defensa derechos y servicios para personas con discapacidad intelectual con trastornos mentales, en coordinación con los servicios sociales y las instituciones de salud.

El otro asunto emergente, con pocos resultados prácticos aún, tiene que ver con el reconocimiento de los derechos de ciudadanía de las personas con discapacidad y la aplicación de la Convención de Naciones Unidad sobre los Derechos de la Persona con Discapacidad. Pensamos que tenemos que adoptar una postura más abierta y más activa en la reivindicación de la aplicación de esta convención al caso español.

Finalmente, parece necesaria una Ley estatal sobre atención en el ámbito de los servicios sociales y de los servicios socio sanitarios para las Personas con Discapacidad, en la que converjan todos los desarrollos autonómicos y se eliminen las actuales discriminaciones básicas relativas al lugar de residencia. Esta ponencia cree que en la agenda de FEAPS de 1 Tercer Sector: Entidades que no corresponden al Primer Sector (Administraciones Públicas) ni al Segundo Sector (empresas privadas). Aglutina las iniciativas de la sociedad civil organizada (ONG, cooperativas, etc.)

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los próximos años la consecución de este objetivo debe ser uno de las principales exigencias de futuro.

IIX. El Tercer Sector

El papel del tercer sector es muy importante en los modelos sociales. Los que saben de esto afirman que casi analizando el rol del tercer sector en una sociedad concreta se puede identificar qué modelo social es el dominante. Debemos reivindicar un papel mucho más activo y preeminente en la cadena de decisiones relativas a la política social. Un tercer sector fuerte no solo es beneficioso para la discapacidad intelectual. Su fortaleza contribuye a la buena salud de la sociedad y respalda el equilibrio entre el poder legítimo del estado y el de la sociedad civil.

En España, el tercer sector ha evolucionado favorablemente de forma notable. Pero queda mucho camino. Aún no contamos lo suficiente en decisiones importantes que nos afectan directamente y menos aún en las más generales. El reconocimiento de nuestro papel es más testimonial y protocolario que real.

Sin duda, queremos seguir siendo prestadores de servicios, pero FEAPS debe avanzar hacia su reconocimiento institucional como agente social. Esto, en la práctica, significa avanzar hacia el reconocimiento constitucional del papel del Tercer sector en la vertebración de la sociedad civil.

IX. Conclusiones sobre las estrategias de FEAPS en Política Social

FEAPS representa al colectivo de personas con discapacidad intelectual y de familiares de personas con discapacidad intelectual. En modo alguno deberemos renunciar ni ceder nuestro legítimo derecho a ello, por historia, por pensamiento, por proyectos, por número de familias y personas con discapacidad, por misión y por visión de futuro. Nuestra estrategia reivindicativa y nuestro discurso no se puede supeditar a otra razón que no sea la representación y defensa del colectivo al que representamos. En definitiva, se trata de sumarse sin complejos a la defensa del modelo social europeo y de apostar por estrategias de carácter reivindicativo que demuestren la apuesta decidida de nuestro movimiento

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asociativo [de FEAPS]2 hacia un modelo de Estado que favorezca una razonable redistribución de la riqueza, como elemento imprescindible para el bienestar colectivo, y avance hacia el reconocimiento total, formal y real, de los derechos de las personas desfavorecidas y vulnerables, entre ellas las personas con discapacidad intelectual. Debemos defender el Estado de bienestar, frente a los intentos de debilitarlo o cuestionarlo.

Es imprescindible diseñar, construir y ejecutar una estrategia reivindicativa sólida y solidaria, justificada y ambiciosa, compartida entre todos y con el resto de la sociedad, que vaya más allá de la defensa de nuestros intereses particulares y que se involucre con el conjunto de agentes sociales públicos y privados que contribuyen a la consolidación del modelo de convivencia al que aspiramos. Si solo y únicamente pensamos en nuestros propios problemas, si solo perseguimos la solución cortoplacista de nuestras necesidades, si entendemos a las administraciones públicas solo o principalmente como una fuente de recursos financieros o normativos para aliviar nuestras carencias, si solo utilizamos las diferentes plataformas y el resto de organizaciones como espacios instrumentales para nuestros intereses particulares, estamos equivocándonos en la estrategia de rearme ideológico de nuestras organizaciones y en la estrategia de materialización de nuestra misión como organizaciones sociales. FEAPS debe definitivamente abrirse al entorno y compartir proyectos con el entorno.

Una estrategia autónoma, apartidista, y laica. Debemos definir una estrategia de reivindicaciones que vayan más allá de las movilizaciones puntuales o de las manifestaciones y posicionamientos por asuntos coyunturales. Debemos construir un proyecto a largo plazo, coherente, planificado y estratégico. Debemos debatir las cuestiones relacionadas con el modelo social que hemos ido poniendo sobre la mesa, pero sin renunciar a nuestra independencia de cualquier partido político, organización social o credo religioso, con autonomía de pensamiento para proponer y debatir aquello que más nos preocupe.

2 VOTO PARTICULAR de JOSE CARLOS EIRIZ Nuestro compañero de ponencia ha considerado necesario matizar algunas expresiones recogidas en el documento, referidas sobre todo al término “movimiento asociativo”. Como consideramos que no altera al sentido del diagnóstico o de las propuestas, resaltamos en color naranja y entre corchetes [ ] su propuesta de redacción alternativa.

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LA GESTIÓN DEL ENTORNO SOCIAL Y POLÍTICO

I. Relaciones con los Partidos Políticos

Relaciones sostenidas y estables con los partidos políticos. Los partidos políticos son importantes, porque están en el poder o porque pueden estarlo; porque son instrumentos de las ideologías para poder, mediante las elecciones, gobernar o controlar al que gobierna.

Debemos mantener relaciones sostenidas y estables con todos los partidos políticos, al menos con los representados en los Parlamentos estatal, autonómicos y locales. No debemos conformarnos con entrar en contacto con los partidos políticos en vísperas de las elecciones. No debemos limitar nuestros contactos políticos al diálogo funcional con el partido político que coyunturalmente gobierna.

FEAPS debe explicar nuestras propuestas, participando en la medida en que sea posible en la elaboración de los programas electorales, estando presente en sus foros de debate; en definitiva, haciendo visible y comprensible la discapacidad intelectual y nuestra forma de entender lo social. Debemos desarrollar una estrategia de acercamiento a los partidos políticos. Debemos trabajar para que nos tengan más en cuenta.

II. Relaciones con los Agentes Sociales

Los agentes sociales son, por mandato constitucional, representantes de la sociedad civil y, en consecuencia, su realidad trasciende la mera negociación colectiva, en la que estamos presentes a través de nuestras organizaciones patronales.

Debemos estrechar las relaciones con los agentes sociales, con sindicatos y patronales.

Debemos implementar una estrategia que defienda la economía social como modelo productivo y el papel de las organizaciones como las de FEAPS, centros especiales de empleo, cooperativas, asociaciones, etc…en la construcción de una realidad económica mucho más democrática y humana.

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Debemos conseguir salarios dignos y condiciones laborales mejores para los profesionales y para las personas con discapacidad que participan en el mercado laboral, por considerar que son un factor esencial para asegurar la calidad en los servicios a las personas con discapacidad intelectual, y nuestro modelo de atención centrado en la persona y en la familia.

En este sentido, debemos convencer y presionar a las administraciones para que revisen el coste de las plazas, de forma que se contemplen unos salarios cuya cuantía resulte acorde con la importancia de su cometido social.

III. Relaciones con las administraciones públicas

El Tercer Sector en tanto representante de la Sociedad Civil (y de FEAPS como portavoz de la discapacidad intelectual), tiene un papel activo y legítimo en la acción social y política.

Debemos reivindicar espacios reales de participación en la elaboración de leyes, decretos, reglamentos, y no solo simbólicos o testimoniales; no debemos, si es que lo hemos sido alguna vez, ser utilizados por las administraciones como elemento de legitimación de decisiones tomadas, bajo la excusa de que se nos ha informado o pedido opinión. Debemos avanzar hacia un modelo de relaciones con las administraciones públicas, en el que las agendas de la política social y los tiempos de aplicación de esas políticas no las marque solo el ministro, consejero o director general de turno sino también el tercer sector. Debemos reivindicar un espacio institucional más claro, transparente y real.

Debemos promover el desarrollo de los principios de la buena gobernanza, la transparencia en la información al ciudadano y a las ONGs.

Debemos exigir nuestra presencia real en todo el proceso de toma de decisiones, desde la elaboración de los presupuestos hasta la gestión de las políticas públicas en materia de política del bienestar. Las relaciones con las administraciones no pueden ser contingentes (para un tema concreto), tienen que abordarse desde nuestra participación global en la política social. No estamos solo para recibir subvenciones o gestionar proyectos públicos sino para definir el futuro.

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Debemos intentar que las administraciones asuman la Cartera de Servicios de FEAPS como propias, para garantizar una atención de la máxima calidad a las personas con discapacidad intelectual y sus familias.

Debemos exigir el cumplimiento certero de la Ley de promoción de la autonomía personal y atención a la dependencia y denunciar con contundencia los intentos de obstaculizar, minimizar o desviar su desarrollo, de forma expresa y coordinada en todas las comunidades autónomas donde detectemos que ocurra.

Debemos promover la aprobación de Leyes Generales de servicios sociales de cuarta generación, es decir aquellas que recojan derechos subjetivos de ciudadanía, Como refuerzo de lo anterior, debemos reclamar Ley estatal específica sobre discapacidad, que establezca el marco de los servicios sociales, prestaciones técnicas y espacios socio sanitarios de carácter mínimo y común para todos los ciudadanos con discapacidad.

IV. Relaciones con las Organizaciones de Discapacidad

Al igual que nosotros, el resto de organizaciones también tienen su ideología, más o menos explicita. Profundizar en las cuestiones de modelo social también tiene como consecuencia nuestra revisión del modelo de relaciones que establecemos con el conjunto de organizaciones de la discapacidad. Hay varios asuntos que solo los puede acometer FEAPS desde el liderazgo de la representación de la discapacidad intelectual: la relación con otras organizaciones de la discapacidad intelectual, la vinculación política y económica con la ONCE y la convivencia con los CERMI. Entendemos que algunos de los fundamentos de esas relaciones están obsoletos o no funcionan a plena satisfacción.

Debemos propiciar con urgencia un debate claro y transparente con las organizaciones específicas, como Síndrome de Down, Autismo, etc. y las organizaciones genéricas, a fin de encontrar un marco cómodo de relación entre todos que no cuestione la legitimidad de cada cual, que aborde la cuestión de la doble militancia y que avance en la definición común de misión, visión etc.

Con respecto a la ONCE y a la Fundación ONCE, ha llegado el momento de redefinir el marco de nuestras relaciones, por la importancia que tienen en la provisión de recursos económicos para nuestras organizaciones. Estamos hablando de un modelo de relación que no ha cambiado sustancialmente desde finales de los años ochenta, incluyendo el

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porcentaje de los ingresos del cupón. Y, sin embargo, desde 1987 han cambiado muchas cosas, en la sociedad y en la discapacidad.

En relación al CERMI (Comité Español de Representantes de Minusválidos), debemos apostar por esta plataforma como espacio de debate, consenso y lobby del conjunto de la discapacidad. Pero nuestra presencia en los CERMIs no puede ser testimonial ni de subordinación. Debemos dedicar recursos y esfuerzos a esta plataforma dado que es un buen instrumento en la relación con las administraciones públicas y la sociedad en general.

V. Relaciones con el Tercer Sector

La actividad en el entorno no se limita a la actuación ante los poderes públicos, administraciones o el sector de la discapacidad.

Más allá de la discapacidad, debemos apostar por el tercer sector de acción social y practicar -no solo proclamar- la solidaridad con otras causas y con la exclusión social. Debemos ser muy activos en el compromiso solidario con otros colectivos vulnerables o en riesgo de exclusión que tienen tanto interés como nosotros en la consecución de un modelo social más justo y equitativo.

Debemos, por tanto, reforzar nuestra presencia en las plataformas de organizaciones no gubernamentales de acción social y promover actuaciones conjuntas en las que se ponga de manifiesto que nos importan otras causas sociales.

Debemos comprometer recursos y esfuerzos de apoyo con otras causas sociales, de modo que nuestra propia estrategia reivindicativa se vea fortalecida por el apoyo real y solidario, es decir con hechos, a otros colectivos que se encuentran también, como la discapacidad intelectual, en posición desventajosa en el conjunto social.

VI. Relaciones con los Medios de Comunicación

En muchas ocasiones nos quejamos porque la discapacidad intelectual no es suficientemente visible, pasa desapercibida para la sociedad y para los medios de comunicación, lo cual redunda en la permanencia y consolidación de falsas ideas, de prejuicios y de estereotipos negativos sobre las personas con discapacidad. Igualmente poco visible es el

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movimiento asociativo en su conjunto. Es verdad que hemos conseguido que nuestras asociaciones se conozcan en las ciudades y pueblos donde desarrollan su actividad, pero más allá de ahí, poca gente sabe de la existencia de un movimiento de familias organizado a nivel autonómico y estatal.

El equipo de esta ponencia considera que el siglo XXI debe ser también el de la visibilidad de FEAPS. Apostar por un modelo social en el que el tercer sector tiene un papel relevante significa también creer en la necesidad de estar más presente como movimiento asociativo en la vida social, reconocido por su dimensión estatal y autonómica y no solo local. La presencia en el conjunto de la sociedad es fundamental. A pesar de los avances logrados, en FEAPS arrastramos una importante debilidad en cuanto a nuestra visibilidad social, que es preciso superar.

Debemos destinar más recursos a la promoción de nuestra imagen y al conocimiento público de nuestros objetivos y actividades, y hacerlo de forma coordinada en todo el movimiento asociativo [entre todas las federaciones autonómicas].

Es, en definitiva, el momento de procurar que FEAPS se conozca en todo el territorio nacional, que se sepa que es un gran movimiento de familias que nace de lo local y que lo trasciende. [Eliminación de esta última frase] Los instrumentos de que disponemos para mejorar nuestra proyección social son muy mejorables.

Debemos abrir nuestras entidades para que los medios tengan la oportunidad de ofrecer una imagen objetiva y comprensiva del trabajo que realizamos para mejorar la vida de las personas con discapacidad intelectual.

Debemos mantener un contacto permanente, vivo y de enriquecimiento mutuo con los profesionales de la información y con las entidades que miden la imagen social de las instituciones. Debemos reforzar y adaptar la estructura de comunicación externa. Debemos modernizar los instrumentos de comunicación y ponerlos al día. Debemos mejorar la capacitación profesional y técnica de los profesionales de comunicación.

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ORGANIZACIÓN Y RECURSOS

Y ahora qué: del bla bla bla a la puesta en marcha. Recordamos aquí que parte de la imagen corporativa de este congreso que culmina en Toledo se construyo a partir de gestos tan simples como el bla bla bla. Pensamos que las organizaciones sociales son también realidades conversacionales, ágoras de debate y discusión a partir de las cuales construimos nuestra identidad colectiva. Pero del debate a la tertulia diletante solo hay un pequeño y corto paso. En FEAPS también caemos en ocasiones en actitudes diletantes, grandes palabras, retóricas impactantes que se tornan humo sobre polvo, nada. Debemos superar el bla bla bla.

Debemos repensar el perfil que deben adquirir nuestras Juntas Directivas, en particular la Confederal y las federativas. A nuestro juicio, deben ser mucho más reflexivas, dotarse de un pensamiento más estratégico, mantener un contacto real y permanente con partidos políticos, agentes sociales, administraciones etc…Pues son finalmente las juntas directivas quienes deben liderar, establecer las estrategias y orientar ideológicamente a nuestro movimiento asociativo [eliminar “a nuestro movimiento asociativo”] y dejar los desarrollos tácticos en manos de los gerentes, directores y técnicos.

Las cuestiones de modelo social, de posicionamiento ideológico de la organización y de estrategia reivindicativa requieren un área de trabajo suficientemente potente y dotada de recursos para guiar desde la perspectiva técnica todo este esfuerzo. Esta área deberá estar reconocida funcionalmente al mismo nivel que las direcciones técnicas de nuestras organizaciones.

Debemos convertir a VOCES en auténtico órgano de expresión y opinión. Debemos utilizar el espacio editorial no sólo para fijar nuestras ideas no sólo en los asuntos referentes a la discapacidad, sino a la política social en su conjunto, para que nuestros posicionamientos en cuanto al modelo de social se hagan visibles y explícitos.

Debemos plantearnos el cambio de nombre de nuestro movimiento asociativo. A estas alturas solo la pereza nos lleva a llamarnos por unas siglas que contienen términos tan desterrados de nuestro vocabulario como “pro subnormal” y que constituyen un tremendo descalificativo para las personas con discapacidad intelectual.

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C PROPUESTAS DE FUTURO

IDEOLOGÍA, POLÍTICA Y MODELO SOCIAL

1. FEAPS es y debe seguir siendo una organización independiente políticamente. Pero el proyecto de FEAPS es y debe ser un proyecto ideológico.

2. FEAPS debe aspirar a ser un movimiento social en el que se explicite y racionalice el pensamiento ideológico que orienta nuestra forma de actual.

3. FEAPS debe apostar por un modelo social, lo que implica que debemos ocuparnos de analizar la realidad social más allá de los asuntos cotidianos relacionados estrictamente con la discapacidad, asumiendo los compromisos y riesgos que ello comporta.

ESTRATEGIAS EN POLÍTICA SOCIAL

4. FEAPS debe pronunciarse con coherencia sobre la regulación del mercado laboral. No puede defenderse una gran flexibilización y el abaratamiento del despido con carácter general y mantener una posición proteccionista cuando nos se trate de nuestros profesionales y de las personas con discapacidad intelectual.

5. FEAPS debe pronunciarse sobre la equiparación de nuestros trabajadores con el sector público y sobre la implantación de la renta básica universal como derecho de ciudadanía, superando el concepto de ayuda o de pensión (también para la persona con discapacidad intelectual) para pobres y excluidos.

6. FEAPS debe definirse sobre la financiación de los servicios social y expresar una posición clara acerca del copago, el nivel adecuado de presión fiscal y todas aquellas decisiones tributarias que repercutan en el sostenimiento del Estados de bienestar.

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7. FEAPS debe hacer un profundo seguimiento y análisis real de los presupuestos generales del estado y de los presupuestos de las CC.AA., a fin de evidenciar los avances y retrocesos que se producen en materia de protección social.

8. FEAPS debe pronunciarse sobre la irrupción de entidades privadas con ánimo de lucro en la prestación de los servicios a personas con discapacidad intelectual, su conveniencia, su idoneidad y las garantías que, en caso afirmativo, deben exigirse.

9. FEAPS debe promover y defender políticas públicas de apoyo a las familias (con o sin discapacidad), a la familia tradicional y a las nuevas formas familiares, cada vez más numerosas también en nuestro movimiento asociativo.

10. FEAPS debe comprometerse activamente en la defensa derechos y servicios para personas con discapacidad intelectual con trastornos mentales y del desarrollo, en coordinación con los servicios sociales y las instituciones de salud.

11. FEAPS debe adoptar una postura más abierta y más activa en la reivindicación de la aplicación de la Convención de las Naciones Unidad sobre los Derechos de la Persona con Discapacidad.

12. FEAPS debe promover una Ley estatal sobre atención en el ámbito de los servicios sociales y de los servicios socio- sanitarios para las Personas con Discapacidad, en la que se superen las actuales discriminaciones básicas por el lugar de residencia.

13. FEAPS debe avanzar hacia su reconocimiento institucional como agente social.

14. FEAPS debe reforzar nuestra cooperación con otras organizaciones del Tercer Sector, estableciendo con ellas acuerdos y convenios destinados al enriquecimiento mutuo y la consecución de una sociedad más solidaria.

15. FEAPS debe defender el modelo social europeo y el Estado de bienestar. Lo que supone apoyar una razonable redistribución de la riqueza, como elemento imprescindible para el bienestar colectivo, y el reconocimiento total, formal y real, de los derechos de las personas desfavorecidas y vulnerables, entre las que se encuentran las personas con discapacidad intelectual.

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16. FEAPS debe diseñar, construir y ejecutar una estrategia reivindicativa

sólida y solidaria, justificada y ambiciosa, más allá de la defensa de nuestros intereses sectoriales.

17. La estrategia de FEAPS en la defensa del modelo social debe ser autónoma, apartidista, y laica. Debemos construir un proyecto a largo plazo, coherente, planificado y estratégico. Debemos debatir las cuestiones relacionadas con el modelo social, sin renunciar a nuestra independencia de cualquier partido político, organización social o credo religioso, con autonomía de pensamiento para proponer y debatir aquello que más nos preocupe.

GESTIÓN DEL ENTORNO POLÍTICO Y SOCIAL

18. FEAPS debe mantener relaciones permanentes, sostenidas y estables con todos los partidos políticos, al menos con los representados en los Parlamentos estatal, autonómicos y locales. No debemos conformarnos con entrar en contacto con los partidos políticos en vísperas de las elecciones.

19. FEAPS debe intentar participar en la elaboración de los programas electorales, haciendo visible y comprensible la discapacidad intelectual y nuestra forma de entender lo social.

20. FEAPS debe estrechar las relaciones con los agentes sociales, con sindicatos y patronales.

21. FEAPS debe implementar una estrategia que defienda la economía social como modelo productivo y el papel de las organizaciones como las de FEAPS, centros especiales de empleo, cooperativas, asociaciones, etc.

22. FEAPS debe trabajar por unos salarios dignos y condiciones laborales mejores para los profesionales y para las personas con discapacidad que participan en el mercado laboral.

23. Debemos convencer y presionar a las administraciones para que revisen el coste de las plazas, de forma que se contemplen unos salarios cuya cuantía resulte acorde con la importancia de su cometido social.

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24. FEAPS debe reivindicar espacios reales de participación en la elaboración de leyes, decretos, reglamentos, y no solo simbólicos, testimoniales o instrumentales.

25. FEAPS debe promover el desarrollo de los principios de la buena gobernanza, la transparencia en la información al ciudadano y a las ong’s.

26. FEAPS debe exigir presencia real en todo el proceso de toma de decisiones, desde la elaboración de los presupuestos hasta la gestión de las políticas públicas en materia de política del bienestar.

27. Debemos intentar que las administraciones asuman la Cartera de Servicios de FEAPS como propias, para garantizar una atención de la máxima calidad a las personas con discapacidad intelectual y sus familias.

28. Debemos exigir el cumplimiento certero de la Ley de promoción de la autonomía personal y atención a la dependencia y denunciar con contundencia los intentos de obstaculizar, minimizar o desviar su desarrollo, de forma expresa y coordinada en todas las comunidades autónomas donde detectemos que ocurra.

29. Debemos promover la aprobación de Leyes Generales de servicios sociales de cuarta generación, es decir, aquellas que recojan derechos subjetivos de ciudadanía, y reclamar una Ley estatal específica sobre discapacidad, que establezca el marco de los servicios sociales, prestaciones técnicas y espacios socio sanitarios para todos los ciudadanos con discapacidad.

30. Debemos propiciar con urgencia un debate claro y transparente con las organizaciones específicas, como Síndrome de Down, Autismo, etc, y las organizaciones genéricas, a fin de encontrar un marco cómodo de relación entre todos que no cuestione la legitimidad de cada cual, que aborde la cuestión de la doble militancia y avance en la definición común de misión, visión etc.

31. Debemos redefinir el marco de nuestras relaciones con la ONCE y la Fundación ONCE, por la importancia que tienen en la provisión de recursos económicos para nuestras organizaciones.

32. Debemos apostar por el CERMI como espacio de debate, consenso y lobby del conjunto de la discapacidad. Pero nuestra presencia en los CERMIs no puede ser testimonial ni de subordinación.

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33. Debemos ser muy activos en el compromiso solidario con otros colectivos vulnerables o en riesgo de exclusión que tienen tanto interés como nosotros en la consecución de un modelo social más justo y equitativo.

34. Debemos reforzar nuestra presencia en las plataformas de organizaciones no gubernamentales de acción social y promover actuaciones conjuntas en las que se ponga de manifiesto que nos importan otras causas sociales.

35. Debemos comprometer recursos y esfuerzos de apoyo con otras

causas sociales, de modo que nuestra propia estrategia reivindicativa se vea fortalecida por el apoyo real y solidario, es decir con hechos, a otros colectivos que se encuentran también, como la discapacidad intelectual, en posición desventajosa en el conjunto social.

36. Debemos destinar más recursos a la promoción de nuestra imagen y al conocimiento público de nuestros objetivos y actividades, y hacerlo de forma coordinada en todo el movimiento asociativo.

37. Debemos abrir nuestras entidades para que los medios tengan la oportunidad de ofrecer una imagen objetiva y comprensiva del trabajo que realizamos para mejorar la vida de las personas con discapacidad intelectual.

38. Debemos mantener un contacto permanente, vivo y de enriquecimiento mutuo con los profesionales de la información y con las entidades que miden la imagen social de las instituciones.

39. Debemos reforzar y adaptar la estructura de comunicación externa. Debemos modernizar los instrumentos de comunicación y ponerlos al día. Debemos mejorar la capacitación profesional y técnica de nuestros profesionales de comunicación.

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ORGANIZACIÓN Y RECURSOS

40. Las Juntas Directivas, en particular la Confederal y las federativas, deben asumir el diálogo político con partidos, sindicatos y ONGs, porque a ellas corresponde liderar, establecer las estrategias y orientar ideológicamente al nuestro movimiento asociativo, y dejar los desarrollos tácticos en manos de los gerentes, directores y técnicos.

41. FEAPS debe contar con un área de trabajo reconocida funcionalmente al mismo nivel que las direcciones técnicas de nuestras organizaciones, suficientemente potente y dotada de recursos para guiar desde la perspectiva técnica todo este esfuerzo.

42. Debemos convertir a VOCES en auténtico órgano de expresión y opinión y utilizar su espacio editorial no sólo para fijar nuestras ideas no sólo en los asuntos referentes a la discapacidad, sino a también en los de política social en su conjunto.

43. Debemos plantearnos el cambio de nombre de nuestro movimiento asociativo y superar unas siglas que contienen términos tan desterrados de nuestro vocabulario como “pro subnormal”, enormemente descalificativo para las personas con discapacidad intelectual.

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ANEXO. Características de los Modelos Sociales

Suecia, Noruega. Modelo Nórdico: rasgos principales. En los países nórdicos hay una muy alta protección social que se tiende a combinar con un mercado de trabajo muy flexible, donde es fácil despedir a los trabajadores. Asumir este modelo significa que las personas con discapacidad intelectual, y en general cualquiera, no estarán tan protegidas legislativamente en el mercado laboral, pero tendrán mayores cotas de apoyos de los que conocemos en España en el caso de que estén/estemos en el paro. (formación, subsidios, etc…). Evidentemente, en este modelo la protección social a los más vulnerables (incluidas las personas con discapacidad) es muy alta, con independencia de que se haya cotizado o no se haya cotizado. Los nórdicos parten de una premisa: se accede a todas las prestaciones sociales por ser ciudadano del país en el que se vive (derecho subjetivo de ciudadanía) y no por haber cotizado o no cotizado a la seguridad social (sistema contributivo) o por carecer de ingresos (sistema caritativo). El sistema de protección social fundamentalmente se financia vía impuestos, altos impuestos: en Dinamarca, se paga en la declaración de hacienda el 59% de los ingresos; en Suecia, de cada 100 euros de sueldo bruto, 57 se pagan a hacienda (En España, la media de ingresos que van para hacienda es del 35,6%). En otras palabras, en los países nórdicos, la protección social es muy alta, la administración invierte muchísimo en los servicios que la garantizan, no hay limitaciones por razones de ingresos para recibir prestaciones sociales, pero los suecos o los daneses pagan muchísimo a la hacienda pública y el mercado laboral es poco proteccionista, la precariedad (flexibilidad que dicen ellos) es muy alta. Por lo demás, la iniciativa privada en materia de servicios sociales es débil. El tercer sector tiene una presencia muy subsidiaria del sector público.

Inglaterra, Estados Unidos. Modelo Anglosajón: rasgos principales. En el modelo anglosajón, la protección social se limita a los más desfavorecidos de la sociedad, tiende a ser de naturaleza asistencial y limitada; el Estado se ocupa de los que tienen rentas muy bajas bajo el principio de la necesidad. El mercado laboral es muy flexible, con una alta precariedad en el empleo y un sistema regulatorio de despido barato; por el contrario, la cobertura por desempleo es importante; Ello produce una sociedad que podemos denominar dual en el ámbito de la protección (unas clases medias que eligen la oferta privada, en general de más calidad, para asuntos como la sanidad, la educación y planes de pensiones; y, por otro lado, la población de rentas bajas, empujadas hacia servicios de

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mínimos, de corte asistencial, en materia de protección social). El Estado, en consecuencia, es débil, con un bajo nivel de compromiso en el gasto social, con unos servicios sociales muy mercantilizados y en manos del sector privado. La financiación pública del sistema de protección social se realiza mediante impuestos y tasas especiales. En este modelo, la protección social publica de los más vulnerables (incluidas las personas con discapacidad o sin ingresos) es relativamente baja. La iniciativa del sector privado en materia de servicios sociales es importante. El tercer sector tiene una notable actitud reivindicativa, pero es menos potente en la provisión de servicios sociales.

Alemania, Francia y otros países de la Europa Occidental y Central. Modelo Continental: rasgos principales. En el Modelo Continental, la protección social no es igual para todo el mundo; al igual que ocurre en España, depende en muy buena parte de las condiciones laborales de la persona: si se ha trabajado (cotizado), se tiene una protección social mayor que si no se ha trabajado (por tanto, no se ha cotizado); La protección vía inserción laboral (seguridad social, para entendernos) es muy alta y el mercado laboral tiende a ser rígido y proteccionista, y despedir a los trabajadores presenta bastantes dificultades. La debilidad de modelo se advierte en el tratamiento de los que no han cotizado, que disfrutan de una intensidad protectora mucho más baja, aunque siempre más alta que los que en España tienen esas mismas características. Asimismo, en este modelo, la protección social de los más vulnerables (incluidas las personas con discapacidad) es más alta que en España. La premisa es clara: se accede a todas las prestaciones sociales por haber cotizado y se accede parcialmente -en todo caso, a un mínimo, bastante generoso comparado con España- si no se ha cotizado. Lógicamente, el sistema de protección social se financia vía cotizaciones de empresarios y trabajadores (la protección por desempleo es muy generosa); pero en Alemania y en Francia los impuestos son altos, más que en España: de cada 100 euros que ingresa un trabajador, 47 van para hacienda. (En España recordemos que son 36 euros). En la Europa continental, el nivel de inversión social es elevado, y la protección es generosa, más para quienes trabajan o han trabajado. La iniciativa en materia de servicios sociales del sector privado es importante, también existe un tercer sector con una muy importante presencia en la provisión de servicios sociales y gran capacidad de influencia política.

España. Modelo Mediterráneo. Rasgos Principales . De España, poco que decir. Las personas con discapacidad intelectual, las familias, también nuestros profesionales y voluntarios experimentamos día a día el nivel de extensión y de intensidad de la protección social, la realidad de nuestro

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mercado de trabajo y, en general, el camino que aún queda por recorrer en provisión de servicios y en materia de reconocimiento de derechos sociales. El valor económico en el que actualmente se puede cifrar el esfuerzo que realizan las familias y las personas con discapacidad para poder llevar una vida digna ronda los 30.000 euros, según los últimos estudios realizados por encargo de nuestra Confederación. Este es el coste directo e indirecto de la discapacidad intelectual que asumen personas y familias. Con ello casi sería suficiente. El Modelo Social Mediterráneo se caracteriza por su eclecticismo, quiere decirse que toma de aquí y de allí, de un modelo o de otro, sin acabar de tener una adecuada intensidad protectora, ni un criterio claro en cuanto a los principios políticos e ideológicos. En España, el mercado de trabajo es rígido (como en el modelo continental), pero (como en el modelo anglosajón), los servicios sociales públicos se basaban hasta muy recientemente en el principio de necesidad y falta de recursos (es decir, la generosidad, sólo para los pobres). La Ley de Autonomía Personal y Atención a la Dependencia supone un intento, por la importancia que atribuye al derecho subjetivo de ciudadanía, de incorporar elementos del modelo nórdico. En cualquier caso, el Estado español (el conjunto de administraciones) es cicatero (en términos de porcentaje del PIB, Producto Interior Bruto) a la hora de invertir en protección social. Se podrían dedicar muchos más recursos.