poemas de tiempo y piedra

31
Poemas de Tiempo y Piedra UROArte

Upload: uro-arte

Post on 28-Mar-2016

223 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Poemas de tiempo y piedra

TRANSCRIPT

Page 1: Poemas de Tiempo y Piedra

Poemas de Tiempo y Piedra

UROArte

Page 2: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 3: Poemas de Tiempo y Piedra

El árbol alto

Me iré...; y, el terremoto en el tiempo

no temblará demasiado...

Me iré...; del lugar de donde vengo,

todos nos vamos...; siempre nos vamos...

Venimos, hacemos nuestro pequeño

papel...; y, un día, tal y como vinimos,

sin mirar hacia atrás, sin hacer ruido

apenas, nos vamos... Nada permanece...

Sólo Dios no pasa.

Page 4: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 5: Poemas de Tiempo y Piedra

El color de las plegarias

Tiene ya la espalda quebrada,

y sus grietas miran más hacia el

suelo que hacia el cielo.

Caen los días sobre ella,

inmisericordes, llenándola de heridas,

arañazos y rotos.

Pálida, como niña enferma,

anciana de días, en camino hacia

la eternidad, le pone la otra

mejilla al tiempo..., con perfumes

de áloe y mirra.

Cruza el viento por el hueco de sus ojos,

silbando antiguas canciones de vientos...;

y, el frío de la noche, le clava sus

afiladas cuchillas, como lanzadas

en su costado abierto.

Sus desvaídas columnas, como árboles

de plegarias elevadas hacia lo alto,

soportan nada ya...;

sólo la bóveda celeste.

Con paredes en sus grietas...,

con huecos más grandes que sus muros...;

tan grandes, que no caben ya

en el recinto del templo...:

pequeño abandono tallado en piedra;

casa de oración bajo las estrellas.

Page 6: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 7: Poemas de Tiempo y Piedra

Roto de tiempo

Pasará nunca más la primavera,

sobre su verde ayer, hoy gris de bruma.

Trayendo rotas tristezas vendrá,

de amor haciendo surcos en el camino.

Pasarán, también, sobre los prejuicios

y odios, los años cavando tumbas...;

terminando de llorar tantas mañanas,

su térrea canción de silencioso olvido.

Pasará, sobre las riquezas del mundo,

su dorado orín disolviéndose en la nada...

Malas buenas nuevas vendrán..., como

descoloridas mariposas, aleteando en malva.

Pasará, sobre la vida, colmada de días y

grietas, el tiempo...; destiñendo cuanto toca

con sus acariciadores dedos, desgastados

de tanto alisar, y sus escritos de letra muerta.

Page 8: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 9: Poemas de Tiempo y Piedra

No dejes de llamar

Entran los días con dedos largos,

llevándose las horas a rastras...

¡Madre!

¡Tía, tía, abuelo, abuelo,

abuela, abuela, primo, primo...!

Todos los que descansáis de la tristeza...;

os oigo en las hojas de los árboles

que piso mientras paso, y en el roce

del tiempo cuando acaricia mi rostro

con el borde de su traje de gris nada.

Aún es triste...;

aún es larga la distancia;

aún es llanto el recuerdo,

y pesa la ausencia de los nuestros

que se fueron...

Y, a cada paso, se hace mayor

cuanto de mí va quedando lejos...

Es así como llora...,

sin dejar de llamar

a las puertas de casa...

Voy buscando entre las ruinas

de mi alma, el sitio exacto

donde se quebró la pena...;

y sólo encuentro el lugar

desde donde llora mi mirada.

Y miro..., y no veo sino nada...

¡Nada!, ¡nada!

¡Hasta cuándo, tanto!

Page 10: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 11: Poemas de Tiempo y Piedra

Pasa un día, cada día...

Alguna vez fue dulcísimo

el tiempo, que hoy transcurre

amargo y suave sobre las ruinas,

haciendo de sus muros, puertas,

vallas y verjas, laminaduras.

Su roce, a las rocas convierte en polvo;

y, al polvo fino, en barniz de días.

Piedra sobre piedra,

el tiempo ha ido derribando

cabañas, castillos, palacios...;

dejando de ellos, tan sólo, una masa

informe de cascotes, adobes y cantos;

vacíos caparazones sin alma, apilados

en precario equilibrio de barro,

balanceándose cerca de la nada...

Pero no se desentiende del herido;

no pasa de largo, como un mal

samaritano, sobre aquellas estructuras

tan finamente destruidas,

con tanta delicadeza envejecidas...;

sigue trabajando sobre los muros

derruidos, cincelando con tesón

aquello que destruye...

Sigue arruinando las ruinas.

Page 12: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 13: Poemas de Tiempo y Piedra

Volando con las alas cortadas Fuimos caminos cerrados, y andamos por donde no

había camino... Cruzamos, solos, las extensas estepas

del verano; y, cada noche, cerrando los ojos, matábamos

al sol invicto... Despoblamos sueños, con pueblos

florecientes..., llenos de ruinas; y, en cada sombra

y en cada ruido, encontramos bosques perdidos. Fuimos

hermanos de los rotos de pared, y de los charcos del

suelo; de las aves de corral, y de las nubes del cielo.

Supimos la lluvia, dormimos a la sombra de los pinos;

y besamos la hierba, perlada de rocío... Ardió el tiempo...,

sin prisas; consumiéndose lentamente en sus

horas. Pisamos por donde estaba prohibido pisar el

césped de los días... Aquellos días..., los pequeños

días del barro de los niños...

Hoy, con la montaña de ilusiones aplanada, como

una llanura, somos nosotros quienes ponemos letreros,

que prohíben fijar carteles y jugar a la pelota...;

inauguramos desiertos...; y, quemando todas nuestras

velas, navegamos por extraños mares, sin rumbo, sin

salir de casa...; ya no bajamos los escalones de tres en

tres, ni sabríamos a qué jugar en el patio del colegio...

Pasó el tiempo, con su desbrozadora de sueños...; y,

cuando nos dimos cuenta, se había metido ya en el

Sáhara... El polvo del camino se ha ido quedando

pegado a nuestros pasos, y empieza a pesar como una

lápida... Hoy, los pequeños días, de tiempo sin medida,

se han hecho grandes...; y, sus vuelos a ras de sueño

no cubren largas distancias.

Aún llueve sobre aquellos días...; pero los charcos

de hoy, no son como los charcos de antes...

Page 14: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 15: Poemas de Tiempo y Piedra

El verde es un rincón de tiempo

Abril por la mañana.

Ya se ven los días acicalándose de verde.

Ya son de verdad las telarañas de cristal,

con las arañas tatuadas en sus centros.

Y, el sol, dora los caminos de barro, y pinta

los cielos de azulete.

El alero roto, con su antiguo

nido de golondrinas, hoy abandonado...;

el tejado abierto, las paredes ladeadas,

la puerta cerrada, la ventana enramada,

donde ascienden los colorados de rosas

y buganvillas... Nombres de esquina...;

solitarios rincones de tiempo;

retales verdes de adiós...

Se escurren los días entre tus dedos; los

intentas coger, pero sólo lo consigues

un instante... Pronto son ceniza, hojas

caídas y sin retorno de un árbol viejo.

Aún conservas en tu mano, hojas secas,

que fueron diademas de flores, pañuelos

de hierba...; tristeza irreparable..., preguntas

a un olvido...; restos de antiguas primaveras,

que creíste poder conservar niñas...;

y, hoy son marchitas.

Son hijas del tiempo. Abres tu mano...,

y al tiempo regresan.

Page 16: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 17: Poemas de Tiempo y Piedra

Poco a poco, nada en nada Aún enfermo, después de tantos años...;

no curado aún de su enfermedad de

los días...; huyendo de ellos, como animal

perseguido, a velocidad de sombras de viento...

Pariendo días; y, recién nacidos, dejados a

su suerte, como carcasas de ilusiones tiradas

en el camino; exhaustas, agotadas y secas;

abandonados, como pueblos...

Muros piramantes rayan cielos...;

agrietados cielos, mortecinos, como un

campo de lirios marchitos. Tan rápido pasa

la brisa; tan pronto se rompe la tarde...

Ya viene el tiempo, a traernos su rebaja...,

haciendo de estos pueblos, labrados en

infinitos bancales; estos babeles de

montaña que buscan su trozo de cielo;

estos castillos de arena ocres y pardos,

que guardan nuestra memoria...;

estos escombros...; este abandono.

Allá los días...,

a galope, en desbandada,

jugando al escondite con la nada;

huyendo de nuestras vidas.

Se los lleva el tiempo, en su carruaje

de caballos desbocados...

Pasa un día, otro día..., y pasan años,

en interminable desfile de esperanzas

deshabitadas, donde soñar huecos...;

dejando sólo, sabores de ausencia...

Poco a poco, nada en nada.

Page 18: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 19: Poemas de Tiempo y Piedra

Detrás del espejo

Pueblo viejo, de piel raída y pálida,

en las últimas horas de la tarde

apareces inmortal en las sombras.

Duerme el sueño, parado en el reflejo

de nuestros espejos ojos...

Desde esta distancia, todo duerme...,

las calles, patios, parques, fuentes,

los tiznados tejados... Todo duerme.

Vienen los paisajes del revés, dejando

su poso de ceniza...

Océanos náufragos en noche sin luna,

brisa de pequeño olvido...,

desdicha en sombras.

Pueblo viejo, de cielos difuminados

y tenues, en tu campo de niebla,

recién invierno.

Page 20: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 21: Poemas de Tiempo y Piedra

Sueños de manto blanco Ya están aquí esos días trístinos, en los que se ve pasar al tiempo, curvando las espaldas

de las blancas tejas rojas, y sumando lirios...

En la caja de hacer guerras, seguirán andando

las muñecas en sus anuncios de juguete;

vendiendo aún sus cremas de manos para

piedras..., sus abarrotadas playas desiertas...,

sus diamantes de madera...

En vez de ayudarnos a buscar salidas, nos

enseñarán a pintar las paredes del laberinto...;

y, a poner al sol estatuas de hielo, para poder

verlas mejor... Y, el obeso hombrecillo colorado,

riendo sus tres palabras, bajará como ladrón

en la noche por las delgadas chimeneas,

con su saca cada año más llena de ausencias...

Ya están aquí esos días de blanco,

dejando una fina capa de tintura de paz

en las alas de nuestros pasos; un suave

barniz donde se calentarán las palabras

y los gestos; y, donde todos los ciudadanos

belicosos aquellos que, siempre andan

a la greña; aquellos, que son como hombres

para los lobos, están invitados a participar

de su hermosura...

Vienen, como todos los años, a probarse

mis andrajos..., con bolsillos en los rotos,

y agujeros con zapatos; y, a mirarse

reflejados en el brillo de mis ojos: Navidad.

Page 22: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 23: Poemas de Tiempo y Piedra

En el calor de los ayeres

Ya estás en casa...

Lo que ayer eran pequeñas manchas blancas,

hoy son pequeñas manchas verdes...

Miro el presente, que abarca un guiño, y que ya no volverá... Habré de poner al día las imágenes

que duermen en mis sueños, ordenar las

viejas fotografías de mi álbum de recuerdos,

buscar las siete diferencias, soñar más lejos...

Diez años más..., diez años menos.

Tuve un sueño...

Y en él vi a los seres humanos progresando...,

con la venda en los ojos; con tanta prisa

por llegar a ningún lado, que la vida

no podía darles alcance...

Y vi los rostros del Tercero y Cuarto Jinetes...;

y, uno de ellos, el del caballo negro y la

balanza en la mano, dijo: “Seguid haciendo

cementerio..., seguid haciendo; que, allá,

cuando lleguéis, nos encontraremos...”

¿Quemar los bosques para que no se

incendien? ¿Talarlos, para hacer ataúdes?

¿Cerrar los ojos, para no ver...?

¿Verdeará el tiempo, prendiendo en cada árbol

su semilla de esperanza..., o prenderá el llanto

en cada rostro su azul de cuesta?

Sembraremos tiempo y recogeremos sueños...

Y el futuro será verde, o no será...

Page 24: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 25: Poemas de Tiempo y Piedra

Alto olvido Junto a la torre, un árbol;

y, junto al árbol, la tapia...

Detrás de la tapia, cancela de la

puerta que separa la eternidad de

los días..., reposan los restos

que dieron forma a nuestras vidas;

como sueños terminados, cesando

de morir, ya para siempre.

Entra el viento lastimero por lugares

de alto riesgo de ausencia, dejando

plañidos sobre los campos sembrados

de soledades...; y, entre surco y surco,

besa un suelo de diarios de mármol,

bellamente grabados con nombres y

fechas... Toda una vida...;

dos renglones escritos.

A veces, en la lejanía, se escucha

el llorar de las huidas campanas...;

volteando, siempre inmóviles,

su apagado bronce; sin dejar de cantarle

al paisaje sus canciones para nunca;

y, anotando en nuestro cuaderno

de horas, no más respuestas.

Alto olvido que nos llama,

hoja tras hoja, siempre en voz

baja, arrastrándonos hacia

el hueco de donde salimos...;

nuestro lugar común...

El regreso a casa.

Page 26: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 27: Poemas de Tiempo y Piedra

Tendedero Otoño en la terraza.

En un día de fiesta, música alegre suena desde

una ventana. Un viento suave mueve la ropa

en las cuerdas de tender. Veo a las hojas de los

árboles pintar el suelo de marrón y tonos pardos;

y, en ellos, una hilera infinita de orugas ciegas,

se va abriendo camino, como vagones de trenes de

carga; y, al poco, desaparecen, sin dejar rastro...

Me entretengo, viendo el mundo a través de

un trozo de resina de almendro...; todo adquiere

el color de los violines, y la música se tiñe de ám-

bar. Al pasar por esas calles, la mirada se desvía

hacia el alero...; agrietados cielos blanquecinos de

azul, cayendo como polvo de días de los tejados...

Tu tiempo, aquel tiempo...

Hoy, algunas casas se ven remozadas, con paredes enlucidas; y visten ropajes nuevos.

Otras, permanecen con sus deslustrados revoques y humildes balcones.

La terraza ya no existe... Cerré los ojos y se hizo tarde. Como un árbol, fue agrietándose su corte- za; y, sus viejas ramas, que, en un tiempo, tras

la lluvia, parecieron trapos verdes, puestos a secar en la brisa, recién hecha la colada; se desvane- cieron, consumidas de ausencia. Hay gente en las calles, como sombras que pasan...; como pasaron

las orugas, la ropa tendida, la terraza... ¿Dónde iban las orugas en hilera?

¿Desaparecían? No desaparecían; sólo dejaba de

mirarlas; y, al contemplar la escena en mi mente,

años después..., ya no estaban.

Page 28: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 29: Poemas de Tiempo y Piedra

Ilumina La noche es una cruz partida...; y derrama sus

astillas como días líquidos, arañando mi rostro;

como una lluvia de esquirlas que barriese todo...,

dejándome sin nada.

Pero no es lluvia, no; cae de más cerca...

Quisiera poder leer en esa luciérnaga, que ilumina

los estragos del tiempo en mi piel de piedra,

palabras verdes de luminosa alegría y puro

embeleso, que no se vuelvan borrosas cuando

les caigan mis lágrimas...; y, por entre los huecos

rotos de la pizarra celeste, no ver pasar

azules sombras...

Y, a veces, tengo esa sensación arcana...,

como si todo esto ya lo hubiésemos vivido tú y yo;

en algún momento de estrellas llorosas, tú y yo;

bajo otras cuestas, ya lejanas, tú y yo;

entre campos de espigas, tú y yo.

Pero ha llegado el otoño a estos años,

alcanzando de lleno a mi mirada;

y, afectando a mi alma de derribo...

Si es llanto, si es mar, si ensueño triste

sin mañana..., yo no sé.

¿Habrá amor, amor..., cuando el roce del tiempo

nos lleve a su orilla sin distancia; lloviendo

dulce, con recuerdos de ayer para luego?

¿Habrá amor, amor...?

¿Cómo puedo aguantarlo; cómo puedo

mirar al cielo, y no creer que, esa cruz

ha salido toda de mis ojos?

¡Niña, hemos de dejar de no-vernos

en tantos lugares!

Page 30: Poemas de Tiempo y Piedra
Page 31: Poemas de Tiempo y Piedra